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EL KYBALION.

LOS MISTERIOS DE HERMES.

H.·.M.·.M.·.M.·.M.·. DAVID ANTONIO CORTEZ ZELAYA.

Esta, es una obra basada en las antiquísimas enseñanzas herméticas,


aditamentadas por una serie de trabajos sobre ocultismo.

Su propósito es erigir un nuevo Templo de sabiduría del Misterio.

A pesar de haber sido celosamente guardados los conocimientos


herméticos, estos nos llegaron desde los tiempos del fundador, el
Gran HERMES TRISMEGISTO. “El elegido de los dioses”.
Contemporáneo de Abraham, e instructor de este venerable sabio,
Hermes fue y es “El Gran Sol Central del Ocultismo”, cuyos
rayos han iluminado todos los conocimientos que han sido
impartidos desde entonces.

Todas las bases esotéricas son originarias de las fórmulas de este


sabio, estableciéndose así “La Doctrina Secreta”, a Hermes se lo
consideraba “El Maestro de los Maestros”.

El estudioso de las religiones puede fácilmente percibir la influencia


que ha tenido en estas, las doctrinas herméticas.

La verdad original enseñada por él, ha sido guardada intacta, por un


reducido número de hombres de su época, los cuales reservaron el
conocimiento para los pocos que estaban prontos para comprender y
dominarlo (de los labios a los oídos, fue transmitido este
conocimiento).

Acerca del “Kybalion”, Hermes dice: “Donde quiera que estén las
huellas del maestro, allí los oídos del que está pronto para recibir sus
enseñanzas, se abren de par en par”. Y además, aditamento que:
“Cuando el oído es capaz de oír, entonces vienen los labios que han
de llenarlos con sabiduría”, también tenía otra filosofía, que decía:
“Los labios de la sabiduría permanecen cerrados, excepto para el
oído capaz de comprenderla”.
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En muchas de sus elocuciones, el Gran Hermes mencionaba: Si sois


verdaderos estudiantes o discípulos, comprenderéis y podréis aplicar
estos principios, pues de otra manera estas enseñanzas serán tan
solo “palabras, palabras y más palabras”.

CAPITULO I.

LA FILOSOFIA HERMETICA.

“Los labios de la sabiduría permanecen cerrados, excepto para el


oído capaz de comprender”

Desde el antiguo Egipto han llegado las enseñanzas fundamentales y


secretas que tan fuertemente han influido en los sistemas filosóficos
del mundo entero durante centurias enteras. El Egipto, la tierra de
las pirámides y de la esfinge, fue la cuna de la Sabiduría Secreta y de
las Doctrinas Místicas, El Egipto, fue la residencia de la “Gran
Logia de las Fraternidades Místicas”, de donde salieron los
más grandes maestros, llevando a todas partes, sus más preciosos
conocimientos, deseosos de compartirlos, con quienes estuvieran
preparados para recibirlos.

De todos estos sabios, El Maestro de Maestros, vivió en Egipto en la


más remota antigüedad y fue reconocido bajo el nombre de
“HERMES TRISMEGISTO”. Fue: “El padre de la
Sabiduría, Fundador de la Astrología y Descubridor de la
Alquimia”, los detalles de su vida, se perdieron en el espacio del
tiempo, y lo poco que se sabe, es, que fue contemporáneo de las más
antiguas dinastías de Egipto, mucho antes que Moisés,
contemporáneo de Abraham, quien obtuvo muchos de sus
conocimientos, provenientes del mismo Hermes.

La leyenda tradicional, cuenta que vivió trescientos años y los


egipcios lo hicieron una Deidad, bajo el nombre de “THOTH”, uno
de sus dioses, años después, los griegos, también lo hicieron
divinidad, llamándolo “HERMES”, “El Dios de la Sabiduría”.
Tanto los egipcios como los griegos, lo reverenciaban,
denominándole el “Inspirado de los Dioses” y su nombre era
sinónimo de “Fuente de Sabiduría”. Aún en nuestros días,
usamos el término “Hermético” en el sentido de “secreto”,
“reservado”, etc.
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Las enseñanzas herméticas, están diseminadas por todo el mundo,


pero nunca identificadas con algún país en particular, ni con secta
religiosa alguna; esto para evitar que la Doctrina Secreta se
cristalizara en un credo.

En los primeros tiempos existió una compilación de ciertas doctrinas


herméticas, fundamentales de la Doctrina Secreta, trasmitida del
instructor al estudiante y de los labios al oído, a esta práctica se la
conoció con el nombre de “Kybalion”, cuyo significado exacto, se
perdió con los años, sin embargo los que habían recibido sus
enseñanzas, las conservan aún. Sus preceptos, nunca fueron escritos,
son simplemente, una serie de axiomas y máximas, que luego eran
explicados por los iniciados, estas enseñanzas, constituyen los
principios básicos de la “Alquimia Hermética”, que está basada
en el dominio de las fuerzas mentales, en contra posición a los
elementos materiales; en la transmutación de una clase de
vibraciones mentales en otras, o en el cambio de una clase de metal
en otro. Dentro la “Filosofía Hermética”, está sería: “la
Leyenda de la Piedra Filosofal”, que convertía todos los metales
en oro.

El principio hermético de Causa y Efecto, en su aspecto de “Ley de


Atracción”, llevará los oídos, junto a los labios y el libro junto al
discípulo.

CAPITULO II.

LOS SIETE PRINCIPIOS HERMETICOS.

“Los principios de la verdad son siete: el que comprende esto


perfectamente, posee la clave mágica ante la cual todas las puertas
del Templo se abrirán de par en par”

Los siete principios sobre los que se basa toda la Filosofía


Hermética, son los siguientes:

1. EL PRINCIPIO DEL MENTALISMO.


2. EL PRINCIPIO DE LA CORRESPONDENCIA.
3. EL PRINCIPIO DE LA VIBRACION.
4. EL PRINCIPIO DE LA POLARIDAD.
5. EL PRINCIPIO DEL RITMO.
6. EL PRINCIPIO DE CAUSA Y EFECTO.
7. EL PRINCIPIO DE GENERACION.
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EL PRINCIPIO DEL MENTALISMO.

“El todo es Mente, el universo es mental”.

Todas las manifestaciones y apariencias, que conocemos como


“Universo Material”, “Fenómenos de Vida”, “Energía”, etc.
Y en una palabra, todo lo que es sensible a nuestros sentidos
materiales, es Espíritu y por lo tanto considerado como una mente
infinita, universal y viviente. Todo el mundo fenomenal o universo
es una creación mental del TODO, en cuya mente vivimos, nos
movemos y tenemos nuestro ser. Este principio, explica los diversos
fenómenos mentales y psíquicos, que tanto preocupan al público, y
que sin tal explicación, son incomprensibles y desafiantes a toda
hipótesis científica. Su comprensión, habilita al individuo a realizar y
conocer la ley que rige el mundo mental, aplicándola a su desarrollo
y bienestar. Este principio explica la verdadera naturaleza de la
energía, de la fuerza y de la materia, el como y el porqué todas estas
están subordinadas al dominio de la mente.

EL PRINCIPIO DE CORRESPONDENCIA.

“Como es arriba, es abajo; como es abajo, es arriba”.

Hay siempre una cierta correspondencia entre las leyes y los


fenómenos de los varios estados del ser y de la vida. La comprensión
de este principio nos permite resolver muchos de los más obscuros
problemas y paradojas de los misterios de la naturaleza.

Este principio es de aplicación universal en los distintos planos:


mental, material o espiritual del cosmos, los hermetistas consideran
a este principio como uno de los más importantes auxiliares de la
mente, pues con el se puede descorrer el velo que oculta lo
desconocido a nuestra vida. Habilita al hombre a razonar
inteligentemente en cuanto a lo conocido y/o desconocido.
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EL PRINCIPIO DE LA VIBRACION.

“Nada está inmóvil; todo se mueve; todo vibra”.

Todo está en movimiento, nada permanece inmóvil, estos son


aspectos que confirma la ciencia moderna.

Este principio explica las diferencias entre las diferentes


manifestaciones de la materia, de la fuerza, de la mente, y aún del
mismo espíritu, los que no son sino, el resultado de los varios
estados vibratorios, cuanto más alta es esta vibración, tanto más
elevada es su posición en la escala.

La vibración del espíritu es de una altísima vellosidad, por otro lado


las otras formas más densas, tienen una vibración muy débil.

Su comprensión, permite controlar nuestras propias vibraciones


mentales, así como las de los demás.

“El que comprenda el principio vibratorio ha alcanzado, el centro del


poder”

EL PRINCIPIO DE LA POLARIDAD.

“Todo es doble, todo tiene dos polos; todo, su par de opuestos; los
semejantes y los antagónicos son lo mismo; los opuestos son
idénticos en naturaleza, pero diferentes en grado; los extremos se
tocan; todas las verdades son medias verdades, todas las paradojas
pueden reconciliarse”.

Este principio explica que: “Todo es y no es al mismo tiempo”,


“Toda verdad es medio falsa”, etc. Los “opuestos” no son, en
realidad, sino los dos extremos de la misma cosa, consistiendo la
diferencia, simplemente, en diversos grados entre ambos. (Calor y
frio. Luz y oscuridad, Grande y pequeño. Blando o duro. Positivo y
negativo. Alto y bajo. Amor y odio. Agradable o desagradable. Placer
o disgusto)

Todos no son más que gradaciones de una misma cosa, como se


comprenderá claramente por poco que se medite sobre ello y el
hermetista, conoce perfectamente el arte de transmutar el mal en el
bien aplicando inteligentemente el principio de la polaridad.
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En una palabra el arte de “polarizar”, se convierte en una fase de


la alquimia mental.

Su comprensión, permite cambiar la propia polaridad, así como la de


los demás, si uno se toma el tiempo y estudia lo necesario para
dominar este arte.

EL PRINCIPIO DEL RITMO.

“Todo fluye y refluye; todo tiene sus periodos de avance y retroceso;


todo asciende y desciende; todo se mueve como un péndulo; la
medida de su movimiento hacia la derecha, es la misma que la de su
movimiento hacia la izquierda; el ritmo es la compensación”

Todo se manifiesta en un determinado movimiento de ida y vuelta;


un flujo y reflujo.

Hay siempre una acción y una reacción, un avance y un retroceso,


una ascensión y un descenso, y esta ley rige para todo lo que existe
en el universo.

Este principio, ha sido cuidadosamente estudiado por los


hermetistas, y los métodos de contrabalancearlos, neutralizarlos y
emplearlos, forman una de las partes más importantes de la
alquimia mental hermética.

PRINCIPIO DE CAUSA Y EFECTO,

“Toda causa tiene su efecto; todo efecto tiene su causa; todo sucede
de acuerdo a la ley; la suerte no es más que el nombre que se le da a
la ley no reconocida; hay muchos planos de casualidad pero nada
escapa a la ley”.

Los hermetistas conocen los medios y los métodos por los cuales se
puede ascender más allá del plano ordinario de causas y efectos,
hasta cierto grado y alcanzando mentalmente el plano superior se
convierten en causas en vez de efectos; es así que al haber dominado
el plano superior, los maestros dominan sus modalidades, sus
caracteres, sus cualidades y poderes, así como el medio ambiente
que los rodea, convirtiéndose de esta manera en dirigentes, en vez de
ser dirigidos.
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Utilizan el principio, en vez de ser sus instrumentos, para regular y


regir en su propio plano.

EL PRINCIPIO DE GENERACION.

“La generación existe por doquier; todo tiene su principio masculino


y femenino; la generación se manifiesta en todos los planos”.

Esto es verdad no solo en el plano físico, sino también en el mental y


espiritual.

En el mundo físico se manifiesta como “sexo” y en los planos


superiores toma formas más elevadas. Ninguna creación física,
mental o espiritual, es posible sin este principio.

Al ser un principio creador, obra siempre en el sentido de


“generar”, “regenerar” y “crear”.

“Para el puro, todas las cosas son puras; para el ruin todas son
ruines”.

CAPITULO III.

TRANSMUTACION MENTAL.

“La mente así como todos los metales y demás elementos, pueden
ser transmutados, de estado en estado, de grado en grado, de
condición en condición, de polo a polo, de vibración en vibración”.

“La verdadera trasmutación hermética es una práctica, un método,


un arte mental”.

“Transmutación”, es un término que designa, el antiguo arte de


transmutar los metales, especialmente los de poco valor en oro, este
término significa “cambiar de naturaleza, de sustancia y de
forma, convirtiéndose en otra; transformándose en otra
cosa”.
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De acuerdo con esta definición, “Transmutación Mental”, es el


arte de cambiar los estados, cualidades, formas, condiciones
mentales, etc., en otros. Es una especie de “química mental” o
dicho de una forma práctica, es la “psicología mística”.

Si el universo es de naturaleza mental, entonces la transmutación


mental, debe ser el arte de cambiar las condiciones del universo,
trátese de la materia, la energía o de la mente del TODO.

Los mejores instructores, afirman la existencia de maestros con la


capacidad de controlar los eventos más densos, tales como generar o
evitar terremotos, tempestades, etc., pero estos, no hacen exhibición
pública, más por el contrario se mantienen solitarios, para actuar
mejor en el sendero de la realización.

Sabemos que las condiciones materiales dependen de las mentes de


los demás, y pueden ser transmutadas de acuerdo con los deseos de
la persona que quiere modificar sus condiciones de vida.

El principio del mentalismo, es en realidad la base de toda la


filosofía hermética y del arte hermético de transmutación mental.

CAPITULO V.

EL UNIVERSO MENTAL.

“El universo es una creación mental, sostenida en la mente del


TODO”

El TODO es el espíritu. Espíritu, es el nombre que el hombre le da a


la más elevada concepción de la infinita Mente Viviente, significa la
esencia real, tan superior a todo lo que entendemos por mente y por
vida; en las cuales están contenidas la energía y la materia, sobre las
que el espíritu interactúa directamente.

Ahora bien, ¿Qué es el universo?

El universo y todo lo que el contiene, es una creación mental del


TODO; y todo es mente.

“La infinita del TODO es la matriz del cosmos”.


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El universo es nuestra casa, nuestro hogar y podemos explorarlo


hasta sus más lejanos confines, antes de la consumación de los
tiempos.

CAPITULO VI.

LA PARADOJA DIVINA.

“El sabio a medias, reconociendo la irrealidad relativa del universo,


se imagina que puede variar sus leyes, ése no es más que un tonto,
vano y presuntuoso, que se estrellará contra las rocas y será
aplastado por los elementos, en razón de su locura. El verdadero
sabio conociendo la naturaleza del universo, emplea la ley contra las
leyes: las superiores contra las inferiores y por medio de la alquimia
transmuta lo que no es deseable, en lo valioso y de esta manera
triunfa. La maestría consiste, no en sueños anormales, visiones o
imágenes fantasmagóricas, sino en el sabio empleo de las fuerzas
superiores contra las inferiores vibrando en los más elevados. La
transmutación, es el alma del Maestro”

Esta es la paradoja del universo, la que resulta del principio de


polaridad, principio que se manifiesta cuando el TODO empieza a
crear.

Aunque para el TODO infinito el Universo, sus leyes, sus poderes, su


vida, sus fenómenos, son como cosas contempladas en el estado de
meditación o ensueño, el Universo debe ser tratado como real, y la
vida, las acciones y los pensamientos deben estar basados en ello,
acordemente, si bien se tenga un claro conocimiento y realización de
la Verdad Superior cada uno respecto a su plano y leyes.

Recordad la paradoja divina que afirma: que si bien el “Universo


no es, sin embargo es”.

Recordemos siempre los dos polos de la verdad: lo absoluto y lo


relativo. Guardémonos de las verdades a medias.

Lo que los hermetistas conocen como: “Ley de la paradoja”, es un


aspecto del principio de polaridad.
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El objeto de esta enseñanza, es imprimir el hecho de que el


Universo, sus leyes y sus fenómenos son tan reales, en lo que al
hombre concierne, como serían bajo la hipótesis del materialismo y
de la energía.

No vivimos en un mundo de sueños, sino en un Universo que, si bien


es relativo, es real, por lo menos en lo que concierne a nuestra vida y
obras. Nuestra misión en el Universo no es negar su existencia, sino
vivir, empleando debidamente sus leyes para ascender de lo inferior
a lo superior, viviendo y haciendo lo mejor que podamos dentro de
las circunstancias que surgen cada día, y viviendo, todo lo posible,
nuestras más elevadas ideas e ideales.

CAPITULO VII.

“EL TODO” EN TODO.

“Si bien es cierto que todo está en el TODO, no lo es menos que el


TODO está en todas las cosas. El que comprende esto debidamente,
ha adquirido gran conocimiento”

En esta máxima está encerrada una de las más grandes verdades


filosóficas, científicas y religiosas.

En otras palabras, toda la virtud, vida, espíritu o realidad de la


imagen mental se deriva de la “inmanente mente” del pensador.

La doctrina hermética de la creación mental del Universo, es que al


principio del ciclo creador, el “TODO”, en su aspecto de “ser”,
proyecta su voluntad hacia su aspecto de “Devenir” y el proceso de
la creación comienza.

Se dice que este proceso se reduce a una disminución gradual de su


intensidad vibratoria, hasta alcanzar el grado mas bajo de vibración,
en cuyo punto se manifiesta la forma más densa posible de la
materia, y a este proceso se llama involución porqué el TODO se
“envuelve” en su creación.

Los antiguos hermetistas emplearon la palabra “meditación”, para


describir el proceso de la creación mental del Universo en la mente
del TODO.
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Pero la idea, sugiere la Atención Divina, que es una palabra latina


que significa “alcanzar, llegar”, a la energía mental. Pero según
dice el iluminado, toda la creación, incluyendo la involución y la
evolución de un Universo, no es más que un abrir y cerrar de ojos
para el TODO.

Pero el misterio de los misterios es que el Espíritu de cada alma no


queda aniquilado, sino que se expande infinitamente,
sumergiéndose uno en otro el Creador y el Creado.

Esta es la voz de la iluminación.

CAPITULO VIII.

LOS PLANOS DE CORRESPONDENCIA.

“Como es arriba es abajo; como es abajo es arriba”.

Este principio, encierra la verdad de la existencia entre los diversos


planos de manifestación de la vida y del ser, una armonía, en
concordancia y correspondencia, la que se da, porqué todo cuanto
hay en el Universo, emanó de una misma fuente.

Y las mismas leyes, principios y características, se aplican a cada


unidad o combinación de unidades de actividad, conforme cada una
manifiesta su propio fenómeno en su propio plano.

Para facilitar el estudio, herméticamente, al Universo, se lo divide en


tres grandes clases de fenómenos, conocidos como los tres grandes
planos:

EL PLANO FISICO.

EL PLANO MENTAL.

EL PLANO ESPIRITUAL.
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Estas divisiones son más o menos artificiales, pues se tratan solo de


grados o planos ascendentes en la gran escala de la vida.

Pero aquí surge lógicamente la pregunta: ¿Un plano es un lugar que


tiene dimensiones, o no es más que una condición o estado?

Y la respuesta puede ser: “No, no es un lugar ni una dimensión


ordinaria del espacio; pero sin embargo, es más que un estado o
condición”.

Todos estos grados forman lo que los ocultistas llaman “planos”.

Cuanto más elevado es el grado de vibración, tanto más elevado es el


plano. Se debe mencionar no obstante, que los tres planos no son
divisiones actuales y reales de los fenómenos del universo, sino
simples medios que facilitan el estudio y comprensión de los
diversos grados y formas de actividad y vida universales.

Los herméticos subdividen cada uno de estos tres grandes planos en


siete planos menores y cada uno de estos en siete subplanos, los
cuales fueron adoptados por conveniencias de estudio científico.

EL GRAN PLANO FISICO, y sus siete planos menores, es la


división que comprende a los fenómenos del universo que se refieren
a las fuerzas y manifestaciones físicas.

Incluye todas las formas conocidas como materia y a las llamadas


formas de energía o fuerza. (Herméticamente hablando, la materia
no es más que una forma de energía a la cual no se la puede
reconocer como una cosa misma, o como si tuviera una existencia
separada de la mente del TODO).

Dichas siete divisiones menores del Gran Plano Físico, son las
siguientes:

El plano de materia (A).


El plano de materia (B).
El plano de materia (C)
El plano de sustancia etérea.
El plano de energía (A).
El plano de energía (B).
El plano de energía (C).
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El plano de materia A, comprende: formas materiales sólidas,


líquidas y gases (propiedades físicas).

El plano de materia B, comprende: formas más elevadas y sutiles de


la existencia (materia radiante). (que la ciencia, recién comienza a
conocer).

El plano de materia C, comprende: materia más sutil y tenue (ni


siquiera sospechada por la ciencia).

El plano de la sustancia etérea, comprende: lo que científicamente se


denomina “Éter”, (eslabón de unión entre la llamada energía y la
materia, participando de la naturaleza de ambas).

El plano de la energía A, comprende: energías conocidas por la


ciencia, siendo sus siete subdivisiones respectivamente: calor, luz,
magnetismo, electricidad, atracción (gravitación, cohesión, afinidad
química, etc.) y otras reveladas científicamente, pero que aún no han
sido denominadas ni clasificadas.

El plano de energía B, comprende: siete subdivisiones de las más


elevadas modalidades, llamadas “Las Fuerzas Sutiles De La
Naturaleza”, cuya manifestación se provoca mediante ciertos
fenómenos mentales (aún no descubiertos por la ciencia).

El plano de la energía C, comprende: siete subdivisiones de energía


de las más elevadas organizaciones que tienen muchas de las
características de la vida (no reconocidas por el hombre en su actual
estado de desarrollo, siendo utilizables solamente por los seres del
Planeta Espiritual, por ser casi inconcebibles y pueden
considerárseles casi como de “poder divino”. Los seres que la usan
son como dioses).

EL GRAN PLANO MENTAL, comprende las cosas vivientes que


conocemos en la vida ordinaria, así como otras formas no tan bien
conocidas, salvo por ocultistas.

La clasificación de los siete planos menores, es la siguiente (aunque


no sean satisfactorios y más por el contrario arbitrario):
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El plano de la mente mineral.


El plano de la mente elemental (A).
El plano de la mente vegetal.
El plano de la mente elemental (B).
El plano de la mente animal.
El plano de la mente elemental (C).
El plano de la mente humana.

El plano de la mente mineral, comprende: los estados, condiciones,


unidades, entidades, grupos y combinaciones de los minerales,
sustancias químicas, etc.

El plano de la mente elemental A, comprende: el estado, condición,


grado de desarrollo mental y vital de una clase de entidades
(desconocidas para el hombre corriente, por ser invisibles para sus
sentidos ordinarios, pero no obstante existen y desempeñan su papel
en el Dogma del Universo). Hay también siete subdivisiones en este
plano.

El plano de la mente vegetal y sus siete subdivisiones comprende: los


estados o condiciones de las entidades del mundo vegetal,
fenómenos mentales y vitales corrientemente conocidos. Los
vegetales tienen vida, mente y alma, al igual que los animales, el
hombre y el superhombre.

El plano de la mente elemental B y sus siete subdivisiones,


comprende: estados y condiciones de elementos o entidades
invisibles, que actúan en el universo, y cuya mente y vitalidad es
parte del plano mental vegetal y animal, participando de la
naturaleza de ambos.

El plano de la mente animal y sus siete subdivisiones, comprende:


estados y condiciones de entidades, seres o almas, que animan los
cuerpos vivientes de los animales y que son familiares a todos.

El plano de la mente elemental C y sus siete subdivisiones,


comprende: entidades o seres invisibles, que actúan en la naturaleza
de la vida animal y humana, en determinado grado y condición. Los
elementos de este plano, están en el grado más elevado del mismo,
son semihumanos en inteligencia.

El plano de la mente humana y sus siete subdivisiones, comprende:


las manifestaciones de la vida y mentalidad que son comunes al
hombre en sus varios grados y divisiones.
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El hombre corriente, ocupa la cuarta subdivisión de este plano, y


solo los más inteligentes han cruzado los límites de la quinta
subdivisión. Millones de años ha empleado la raza para alcanzar este
estadio, y tomará muchos años más el llegar a las subdivisiones sexta
y séptima. Pero debemos recordar, que ha habido razas anteriores a
las nuestras que han pasado por estos grados y después más allá de
ellos. El hombre de la sexta subdivisión será el superhombre, y el de
la séptima el ultra hombre.

EL GRAN PLANO ESPIRITUAL. Todo lo que podemos decir de


este y de sus siete planos menores (donde cada uno de ellos tiene sus
usuales siete subdivisiones), comprenden a seres tan superiores al
hombre actual, como este último es superior al gusano o quizás a
formas aún inferiores.

La vida de esos seres trasciende tanto a la nuestra que ni siquiera


podemos pensar en los detalles de las mismas. Su mente es tan
elevada que, por ellos, nosotros apenas pensamos, y nuestros
procesos mentales les parecen puros procesos materiales.

Estos seres a los que hacemos referencia, reciben varias


denominaciones como ser: Ángeles, Arcángeles o Semi-dioses.

Estos hombres están en todo cuanto se pueda imaginar, siendo la


palabra “Divino” la única que se les podría aplicar. Estas invisibles
divinidades ejercen su libre y poderosa acción
influyente, en la obra de la evolución y del progreso cósmico.

Pero sin embargo, aún estos elevadísimos seres existen meramente


como creaciones de la mente del TODO y están sujetos a procesos
cósmicos y a las leyes universales.

Son todavía mortales y son nuestros hermanos mayores; las almas


avanzadas que han sobrepasado a sus compañeras y que han
renunciado temporalmente al éxtasis de la absorción en el TODO,
para poder ayudar a la raza en su ascendente jornada en el Sendero.

Pero pertenecen al Universo y están sujetos a sus condiciones – son


mortales y su plano es inferior al del Espíritu Absoluto.
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Para concluir, recordemos que, de acuerdo con el principio de


correspondencia que encierra la verdad de que “COMO ES
ARRIBA, ES ABAJO; COMO ES ABAJO, ES ARRIBA”.

Todos los siete principios herméticos, están en plena operación en


los diferentes planos, físico, mental y espiritual.

El principio de la Sustancia Mental se aplica, por supuesto, a todos


los planos, porque todos están en la mente del TODO.

CAPITULO IX.

VIBRACION.

“Nada reposa; todo se mueve; todo vibra”.

El movimiento es manifestación de todo el universo, nada está


inmóvil, todo vibra y circula.

Y las diferencias entre las distintas manifestaciones del poder


universal se deben por completo al diferente modo e intensidad
vibratoria.

La ciencia moderna ha comprobado que todo lo que llamamos


materia y energía no es más que “modos de movimientos
vibratorios”.

El principio de vibración esta oculto tras todos los maravillosos


fenómenos de los poderes manifestados por quienes aparentemente,
pueden eludir las leyes de la naturaleza, pero que no hacen más que
emplear una ley en contra de otra, un principio contra otro, y que
llevan a cabo sus resultados modificando las vibraciones de las cosas
materiales o de las energías, realizando así, lo que comúnmente
llamamos milagros.
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CAPITULO X.

POLARIDAD.

“Todo es dual, todo tiene polos; todo su par de opuestos; los


semejantes y los desemejantes son los mismos; los opuestos son
idénticos en naturaleza, difiriendo solo en grado; los extremos se
tocan; todas las verdades, son medias verdades; todas las paradojas
pueden reconciliarse”

Este principio explica que todas las cosas manifestadas tienen dos
lados, dos aspectos, dos polos; un par de opuestos con innumerables
grados entre ambos extremos.

Las antiguas paradojas que siempre han confundido la mente de los


hombres, quedan explicadas, si se comprende este principio.

El espíritu y la materia, no son más que polos de las mismas cosas,


siendo los planos intermediarios, cuestión de grados vibratorios
meramente.

El TODO y los muchos son los mismos, residiendo la diferencia


solamente en el grado de manifestación mental.

De manera, que la Ley y las Leyes son los dos polos de una sola y
misma cosa. E igual antecedente sucede con el PRINCIPIO y los
principios, con la MENTE infinita y la mente finita.

CAPITULO XI.

RITMO.

“Todo fluye y refluye, todo asciende y desciende; la oscilación


pendular se manifiesta en todas las cosas; la medida del movimiento
hacia la derecha es la misma que el de la oscilación a la izquierda: el
Ritmo es la compensación”.
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Todos los aspectos mencionados inevitablemente, se dan entre los


dos polos, los planos físico, mental y espiritual. Está estrechamente
ligado al principio de la polaridad. Esto no significa sin embargo,
que la oscilación rítmica, vaya hasta los extremos de cada polo, pues
esto sucede rarísimas veces.

En realidad, es muy difícil establecer los opuestos polares extremos


en la mayoría de los casos.

Pero la oscilación es siempre “hacia un polo” primero, y después


“hacia el otro”.

Siempre hay una acción y una reacción, un avance y un retroceso,


una elevación y una caída, manifestándose en todas las cosas y
fenómenos del universo.

El principio se manifiesta en la creación y destrucción de los


mundos, en la elevación y caída de las naciones, en la historia de la
vida de todas las cosas y, finalmente, en todos los fenómenos
mentales del hombre.

La consigna es nacer, crecer y morir, para renacer de nuevo.

Existen además, dentro de este principio del ritmo y en sus


operaciones específicas, entra la llamada Ley de Compensación, que
significa “contrabalancear”, “equilibrar”, a esta ley el Kybalion se
refiere como a: “la medida de la oscilación hacia la derecha es la
misma que la de la oscilación a la izquierda; el ritmo es la
compensación”.

La ley de la compensación es la que hace que la oscilación en una


dirección determine otra oscilación en sentido contrario, y así se
equilibran mutuamente.

La ley de la compensación esta siempre obrando, equilibrando y


contrabalanceando las cosas continuamente, en la sucesión del
tiempo, aunque la oscilación del ritmo, tarde vidas enteras.
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CAPITULO XII.

CAUSALIDAD.

“Toda causa tiene su efecto; todo efecto tiene su causa; todo ocurre
de acuerdo con la ley. Azar no es más que el nombre que se le da a la
ley no reconocida; hay muchos planos de causalidad, pero ninguno
escapa a la ley”.

El Principio de CAUSA Y EFECTO, encierra la verdad de que nada


sucede casualmente: que la causalidad es solo un término que indica
la existencia de una causa no reconocida o percibida; que el
fenómeno es continuo, sin soluciones de continuidad.

El principio de causa y efecto está tras todo pensamiento científico,


antiguo y moderno.

Cuyas disputas han versado sobre los detalles de la operación de este


principio y también sobre el significado de diferentes palabras.

Un examen cuidadoso demostrará que lo que llamamos casualidad


es meramente una expresión concerniente a las causas oscuras,
causas que no podemos percibir, causas que no podemos
comprender, y que presentan siempre el mismo resultado.

Nada ocurre sin causa, o mejor dicho, sin una cadena de causas.

La causa y el efecto residen meramente en los sucesos.

Un suceso o acontecimiento es lo que viene, llega u ocurre como


consecuencia o resultado de un suceso o evento anterior.

Ningún acontecimiento crea otro, sino que no es nada más que el


eslabón precedente en la gran cadena coordinada de sucesos que
fluyen y confluyen de la energía creadora del TODO.

Todo pensamiento generado por nuestra mente, todo acto realizado,


tiene sus resultados directos e indirectos, que se eslabonan
secuencialmente en la gran cadena de causas y efectos.
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La doctrina hermética dice que el hombre puede emplear la Ley


contra las leyes, que lo superior siempre prevalecerá ante lo inferior,
hasta que el hombre haya alcanzado aquel estado en el que buscará
en la Ley misma, la forma por la que podrá evadirse de todas las
leyes fenomenales.

CAPITULO XIII.

GENERO.

“El género está en todo, todo tiene su principio masculino y


femenino; el género se manifiesta en todos los planos”.

En este punto es bueno llamar la atención sobre el hecho de que el


“género”, en su sentido hermético, y el “sexo”, en la acepción
ordinariamente aceptada del término, no son los mismos.

La palabra “Género”, deriva de la raíz latina que significa:


“concebir, procrear, generar, crear, producir”. Si se
considera el significado tan amplio de esta palabra, en relación al
término “Sexo”, este se refiere a las distinciones físicas entre los
seres machos y hembras, siendo nada más que una mera
manifestación del Género en el Gran plano Físico; de la vida
orgánica.

Un corpúsculo femenino se destaca, en dejar a un corpúsculo


masculino para iniciar una nueva carrera; activamente busca la
unión con el corpúsculo masculino, animado por el impulso natural
de crear nuevas formas de materia o energía. “enseguida busca,
por su propia voluntad, una unión”, este desprendimiento y
unión forman la base de la mayor parte de las actividades en el
mundo químico.

El papel del principio masculino parece ser el de dirigir a cierta


energía inherente hacia el principio femenino, poniendo así en
actividad el proceso creador.

Pero el principio femenino, es el único que ejecuta siempre el trabajo


activo creador en absolutamente todos los planos.
21

Pero es indispensable argumentar, que ninguno de los dos


principios, es capaz de generar la necesaria energía operadora sin la
acción de ambos a la vez.

Sométanse todos los fenómenos físicos a la prueba, y se verá que el


principio del género se hace evidente.

Pasemos ahora a considerar la operación de este principio en el


plano mental.

CAPITULO XIV.

GENERO MENTAL.

Los estudiantes de psicología que han seguido atentamente el tren


del pensamiento moderno en lo que respecta a los fenómenos
mentales, habrán quedado extrañados de la rara insistencia de la
idea o concepto de dualidad mental que se ha manifestado tan
fuertemente durante las dos últimas décadas, y que han dado lugar a
un gran número de plausibles teorías concernientes a la naturaleza y
constitución de esa “doble mente”.

Teorías tales como: “mentes objetiva y subjetiva”, “mentes consiente


y subconsciente”, “mentes voluntaria o involuntaria”, “mentes activa
o pasiva”, etc.

Estas teorías podrán diferir según el autor, pero siempre queda el


principio básico que es el de la “Dualidad Mental”. Pero esta
teoría que aparentemente fue recién conocida, es necesario aclarar
que ya fue encontrada en la antigua Filosofía, misma que se la
explico mediante la Teoría del “género en la mente”.

Este concepto puede ser explicado así: El principio masculino de la


mente corresponde a la llamada mente objetiva, mente consciente,
mente voluntaria o activa, etc., en tanto que el principio femenino
corresponde a la llamada mente subjetiva, subconsciente,
involuntaria o pasiva, etc.
22

Consideremos ahora los criterios hermetistas en relación al género


mental: el discípulo fija su atención sobre el ego que tiene cada uno
de nosotros, escudriñando su propia conciencia, descubre la
existencia de su yo: “Yo Soy”, el cual y en forma secuencialmente
posterior, se separa en dos partes distintas o aspectos, que si bien
trabajan al unísono y en conjunción, son separadas en la conciencia.

Entonces descubrimos que existe un “Yo” y un “Mi”. Este par


difiere en características y naturaleza.

Comencemos considerando el “Mi”. El hombre piensa de si mismo


(en su aspecto de “mi” o “me”) como si estuviera compuesto por
ciertos sentimientos, agrados, gustos, hábitos, características, etc.
Todo lo que forma parte de su personalidad y la de los demás, por
otro lado el “mi” está compuesto en gran parte de la conciencia que
tiene de su propio cuerpo y de sus apetitos físicos, etc. Y estando su
conciencia limitada en alto grado a su naturaleza corporal,
prácticamente “viven allí” y por lo tanto, consideran que su
apariencia personal es parte de su “mi”, considerando este aspecto
parte de sí mismo.

El hombre sabe que estas emociones y sentimientos, cambian, nacen


y mueren, que están sujetos al principio del Ritmo y al de la
Polaridad, cuyos efectos los llevan de un extremo a otro.

También piensan de sí mismo como cierta suma de conocimientos


agrupados en su mente, que forman así, una parte de él.

Por otro lado, el individuo al encontrarse consciente de un “Ser”,


considerado bajo su doble aspecto del “Yo” y del “Mi”, este último
es el generador de los pensamientos, ideas, emociones, sentimientos
y otros estados mentales, considerándolo por tanto como la “matriz
mental”, su energía creadora es enorme, pero tiene la conciencia de
que debe recibir energía, bien del mismo “Yo”, inseparable
compañero, o bien de algún “Otro - Yo”, a fin de poder producir
sus creaciones mentales.

En síntesis, ante la existencia de un algo mental que puede


“querer” que el “mi” obre de forma creadora, y que sin embargo
permanece aparte, como testigo de esa creación mental. A esa parte
de sí mismo se le da el nombre del “Yo”.
23

Allí se encuentra, no una conciencia con capacidad de generar y


crear activamente en el sentido del proceso gradual o común, de las
operaciones mentales; sino más bien de la conciencia con la
capacidad de proyectar una energía del “Yo” al “Mi”: “Querer”
que la creación mental comience y proceda.

También se experimenta que el “Yo” puede permanecer aparte,


testigo de las acciones mentales del “Mi”. Este aspecto doble existe
en la mente de toda persona. El “Yo” representa al principio
Masculino, y el “Mi” al Femenino. El “Yo” representa el aspecto de
“Ser”; el “Mi” el del “Devenir”.

Estos aspectos de la mente, dan la clave maestra para dilucidar la


operación y manifestación de esas nebulosas regiones de la mente.

Este es el aporte del principio del Género Mental que encierra en un


todo, al campo de acción de los fenómenos de influencia mental.

El objeto de examinar las enseñanzas del “Kybalion”, es el de


indicar sencillamente la clave maestra que abra las puertas que
conducen al Templo del Saber, si se desea explorar en su interior,
dilucidando de manera fácil la explicación de muchas dificultades
que confunden, a través de la antigua enseñanza universal que
esclarece todas las doctrinas, y que servirá para conciliar todas las
teorías, por diferentes u opuestas que parezcan.

CAPITULO XV.

AXIOMAS HERMETICOS.

“La posesión del conocimiento, si no va a acompañada por una


manifestación y expresión en la práctica y en la obra, es lo mismo
que el enterrar metales preciosos: una cosa vana e inútil. El
conocimiento, lo mismo que la fortuna, deben emplearse. La Ley del
Uso es universal, y el que la viola sufre por haberse puesto en
conflicto con las fuerzas naturales”.
24

Las enseñanzas herméticas han sido cuidadosamente mantenidas en


secreto, en el corazón de sus afortunados poseedores, por las razones
ya expuestas, pero nunca se pensó en mantenerlas para siempre así.

La Ley del Uso, está encerrada en dichas enseñanzas, pues si no se


la emplea o usa, el conocimiento es una cosa vana que no puede
aportar el menor beneficio a su poseedor y menos a su raza.

Guardémonos de toda avaricia mental y expresemos en la acción lo


que hayamos aprendido. Estúdiense los axiomas y aforismos, pero
practíquenselos también.

En el “Kybalion”, se manejan una serie de axiomas, y nuestra


intención, es lograr, que cada uno de los lectores, los haga suyos, los
practique y emplee, porque nunca serán realmente una posesión
propia hasta que se los haya llevado a la práctica.

De todos estos axiomas, escogimos los más importantes y como


aditamento, debemos argumentar, que los mismos, están
refrendados por ciertos comentarios, que esperamos, sirvan de
apoyo para su mejor comprensión.

Es así, que ponemos a consideración de los lectores, los siguientes


axiomas, contenidos en el “Kybalion”:

“Para cambiar vuestra característica o estado mental, cambiad


vuestra vibración”.

Uno puede cambiar sus vibraciones mentales, mediante un esfuerzo


de la voluntad que es la que dirige la atención deliberadamente
sobre el estado deseado y nos permite estar atentos, ante las
disyuntivas del dominio de las modalidades y estados de la mente.

“Para destruir un grado de vibración no deseable, póngase en


operación el principio de la polaridad y concéntrese a la atención en
el polo opuesto al que se desea suprimir. Lo no deseable se mata
cambiando su polaridad”.

Esta es una de las más importantes fórmulas herméticas, y está


basada en sustentables principios científicos.
25

Para explicar esta fórmula, ilustremos una habitación oscura.


No hay que perder el tiempo, tratando de expulsar afuera a la
oscuridad, sino que es muchísimo mejor abrir las ventanas y dejar
entrar la luz, y con ello la oscuridad desaparecerá por sí sola.

Para matar la cualidad negativa, es necesario concentrarse sobre el


polo positivo de esta misma cualidad y las vibraciones cambiarán
gradualmente de negativas a positivas, hasta que finalmente se
polarizará el polo positivo, en vez de estarlo en el negativo.

Cambiando la polaridad, pueden dominarse las modalidades y


estados mentales, rehaciendo toda la disposición propia y
construyendo así el carácter.

Recuérdese el axioma hermético, que dice:

“La mente, así como los metales y los elementos, puede


transmutarse de grado en grado, de condición en condición, de polo
a polo, de vibración en vibración”. Dominar la polaridad significa
dominar los principios de la transmutación o alquimia mental;
porque, salvo que se adquiera el arte de cambiar la propia polaridad,
no se podrá afectar el ambiente que nos rodea”.

“El ritmo puede neutralizarse mediante el arte de la polarización”.

El hermético avanzado se polariza en el polo positivo de su ser, el


“YO SOY”, más bien que en el de su personalidad, y rehusando y
negando la acción del Ritmo, se eleva sobre su plano de conciencia,
permaneciendo firme en su afirmación de ser, y la oscilación pasa en
el plano inferior, sin cambiar para nada su propia polaridad.

Las leyes de Neutralización o Equilibrio, operan tanto en el plano


mental como en el físico, y la comprensión de estas Leyes le permite
a uno sobreponerse a ellas, contrabalanceándolas.

“Nada escapa al principio de causa y efecto, pero hay muchos planos


de causalidad y uno puede emplear las leyes del plano superior para
dominar a las del inferior”.

Elevándose sobre el plano de las causas ordinarias se convierte uno,


hasta cierto punto, en una causa, en vez de ser un simple efecto.
Pudiendo dominar los sentimientos y modalidades propias,
neutralizando así el ritmo, se puede rehuir a gran parte de las
operaciones de la Ley de la causa y efecto en el plano ordinario.
26

Se emplea el principio de la causa y efecto en vez de dejarse dominar


por el principio del Ritmo.

Por supuesto, aun los seres más elevados, están sujetos a este
principio según se manifiesta en los planos superiores, pero en los
inferiores son señores y no esclavos. Según dice el “Kybalion”:

“El sabio sirve en lo superior, pero rige en lo inferior. Obedece a las


leyes que están por encima de él, pero en su propio plano y en las
que están por debajo de él, rige y ordena. Sin embargo, al hacerlo,
forma parte del principio, en vez de oponerse al mismo. El sabio se
sumerge en la ley, y comprendiendo sus movimientos, opera en ella,
en vez de ser su ciego esclavo. Semejantemente al buen nadador, va
de aquí para allá, según su propia voluntad, en vez de dejarse
arrastrar como el madero que flota en la corriente. Sin embargo el
nadador, el sabio y el ignorante, están todos sujetos a la ley. Aquel
que comprenda esto, va en buen camino que conduce a la Maestría”.

Para concluir, mencionemos el axioma hermético que dice:

“La verdadera transmutación hermética, es un arte mental”.

Este axioma indica, que el ambiente externo se influencia mediante


el poder de la mente.

El universo es totalmente mental. Aquí se encuentra la explicación


de los fenómenos y manifestaciones de los diversos poderes
mentales, que siguen atrayendo la atención en pleno siglo XXI.

Ante la sustancialidad mental del universo en su naturaleza


intrínseca, fácilmente se deduce que la transmutación mental debe
modificar y transformar las condiciones y los fenómenos del
Universo, y que la mente debe ser el mayor poder que pueda afectar
sus fenómenos.

Si se comprende esta verdad, todos los llamados milagros y


maravillas, dejarán de tener su punto oscuro, porque la explicación
es por demás clara y sencilla.

“El TODO es Mente: el Universo es Mental”.


27

El esoterismo es rico en “palabras claves”, “símbolos” y


“esencias” conceptuales.

Su transmisión a través de las edades, implicó un esforzado


aprendizaje, una memorización de significados, “acentos” y una
persistente custodia de sus valores originales, para que nada de lo
preservado perdiera su color, su sabor, su propósito y su intensidad.

Al amparo de tales premisas fue creciendo paulatinamente el árbol


de la ciencia hermética que reconoce como sus raíces a “El
Kybalion”. Y este último representa el resumen de un
conocimiento intemporal, que encontró en “HERMES
TRISMEGISTO” a su más consumado mentor y mensajero.

“El Kybalion”: es pues, una exposición sincera y rotunda de los


esquemas básicos del esoterismo y cuya intención no propone erigir
un nuevo Templo de la Sabiduría, sino poner en las manos del lector
la llave que abrirá las numerosas puertas internas que conducirán
hacia el Templo del Misterio.
28

LA CIENCIA DE HERMES.

“LA REVELACION DE LOS SUPREMOS


SECRETOS”.

INTRODUCCIÓN.

Las transcendentales ciencias de la Cábala y de la magia garantizan


al hombre un excepcional, exacto y eficiente poder práctico, y
debemos condenarlas como inútiles y engañosas si ellas no aportan
dichas garantías. Juzgar a los doctores de la ley por sus obras, dijo el
Gran Señor, y la regla es infalible. ¡Si deseas que crea en lo que
conoces, enséñame lo que haces!

El hombre, únicamente conoce a Dios a través de los nombres que le


da a este Ser de seres, y únicamente le distingue por las
representaciones que él mismo, le intenta trazar. Así pues, el hombre
es en cierto modo el creador de Él, por el cual él ha sido creado. El
hombre cree ser la imagen de Dios, y al representarlo en base a su
propio reflejo, crea la sombra de Alguien que resulta ser incorpóreo,
sin sombra y sin límite.

CREAR A DIOS, REALIZAR NUESTRA PROPIA CREACIÓN,


HACERNOS A NOSOTROS MISMOS INDEPENDIENTES,
INFRANQUEABLES, E INMORTALES. Ciertamente, estamos en la
disyuntiva de encontramos ante una encrucijada que muy bien
puede rayar en el más imprudente sueño de hadas.

Eliphas Levi, en un comentario afirma que la iniciación alquímica


está indicada en una carta dirigida al Barón Spedalieri: "Yo poseo el
más curioso mensaje del Arte Hermético, y ahora conozco todos los
misterios de la Ciencia de Hermes, desde sus principios. He visto
cómo se producía el secreto del fuego. Y ya se, que el oro puede
producirse, pero creedme que yo nunca lo he hecho. El oro es el
símbolo del trabajo y del intercambio entre los hombres; no ha sido
manufacturado, ha sido obtenido; y cualquiera que hiciera uso de
otro oro en el comercio, seria ante mis ojos un mero cobarde al ser
su oro un fraude que sería descubierto sólo por su secreto, y cuyo
conocimiento significaría la ruina universal. Así pues, es justo que la
existencia de este secreto sea denegado, para que nadie pueda
buscarlo.
29

El secreto corresponde a la producción química de lo binario en el


Reino de los metales. De una sustancia se crean dos, y de estas dos
otra, que de ninguna manera se parece a la primera". Su base es
atrevida y poco piadosa, su intención es tan ambigua que roza la
locura. El hombre, de hecho, crea a un Dios conforme a su propia
inteligencia y bondad; el Dios que él adora es siempre su propio
retrato magnificado. La calidad intelectual y moral son riquezas; y de
hecho, son las más grandes de todas, por lo cual, deben ser
adquiridas con trabajo duro y lucha incesante.

Sí, el hombre ha sido llamado para terminar el trabajo de su


Creador, y cada uno de los momentos que él emplea en mejorarse o
en dañarse es decisivo para la eternidad. La adquisición de una
invariable mente honrada, y una invariable voluntad justa, es lo que
le hace vivir una vida eterna, ya que nada sobrevive a la injusticia y
al error, excepto la miseria de su desorden.

Entender que lo correcto es desearlo y, en el campo de la justicia,


desear es realizar. Por esta razón el Evangelio nos dice que los
hombres serán juzgados de acuerdo con sus obras.

Nuestras obras nos transforman en lo que somos hasta tal punto que
nuestros cuerpos reciben, a través de nuestros hábitos una
modificación y, a veces, un completo cambio de apariencia. Una
forma adquirida o impuesta llega a ser una providencia o una
fatalidad para toda nuestra existencia.

Se dice frecuentemente que el afecto no tiene que ser impuesto, que


la fe no es posible para todos, que el carácter no se puede
transformar, pero todas estas afirmaciones son únicamente ciertas
para los perversos o los indolentes.

Podemos hacernos a nosotros mismos confiados, piadosos,


cariñosos y sacrificados, cuando realmente deseemos serlo. Podemos
enriquecer nuestra mente con la serenidad de la justicia y, el destino
con la omnipotencia de la justicia. Podemos reinar en el cielo a
través de la fe y, en la tierra a través del conocimiento.

El hombre que pueda gobernarse a él mismo será el rey de toda la


Naturaleza.
30

PRIMERA PARTE.

“EL MAGNUM OPUS”.

El magnum opus es eminentemente, la creación del hombre por él


mismo, es decir, la completa conquista que puede realizar de sus
facultades y su futuro; se trata sobre todo de la perfecta
emancipación de su voluntad, la cual asegura su dominio universal,
es decir, un completo poder sobre el Gran Agente Mágico.

Este Agente Mágico que fue disfrazado bajo el nombre de la primera


materia del magnum opus por los antiguos filósofos Herméticos,
determina que las especies de sustancia alterable y las de
transmutación metálica, así como la medicina universal, pueden
conseguirse realmente a través de su método. Esto no es una
hipótesis; es un hecho probado y rigurosamente demostrable.

Como todos los misterios mágicos, las operaciones Herméticas, y los


secretos del magnum opus son triples; religiosas, filosóficas y
naturales o materiales, todas independientes.

El oro de los filósofos es, en religión, la razón absoluta y suprema; en


filosofía, la verdad; en la naturaleza visible es el sol, que es el
emblema de la luz de la verdad, así como la sombra de la Primera
Fuente de donde todos los esplendores brotan; en el mundo
subterráneo y mineral se encuentra el oro más puro y perfecto. Por
esta razón, a la búsqueda del magnum opus se le denomina la
búsqueda de lo absoluto, y a la gran obra se le llama la obra del Sol.

Así como la magia es la ciencia de la luz, el Hermeticismo es la


ciencia del fuego, la cual está englobada en su totalidad en la
doctrina de “Hermes Trismegisto”, misma que plantea sus claves
a aquellos que se dedican a la operación del magnum opus, en las
formas que siguen:

"Debéis separar la tierra del fuego, lo etéreo de lo denso, suavemente


y con sumo cuidado".

"Asciende desde la tierra al cielo, y de nuevo vuelve desde el cielo a


la tierra, y es invertido con la potencia de los elementos superiores e
inferiores".
31

"A través de éste método, poseeréis la gloria del mundo entero, y


toda la oscuridad se apartará de vosotros".

"Se trata del poder más fuerte de todos los poderes, dominará a
todos los elementos etéreos y penetrará en todos los elementos
sólidos".

"Así es como el mundo fue creado".

Para separar lo que es etéreo de lo que es denso, en la primera


operación, la cual es enteramente interior, debemos emancipar el
alma de todo vicio y prejuicio, y esto se logra con el uso de la sal
filosófica, a saber; La sabiduría; con el uso del mercurio, que es la
destreza y el esfuerzo personal. Finalmente, el uso del azufre, que
representa la energía vital y el fervor de la voluntad.

A través de este método se consigue la transformación de los


elementos preciosos más pequeños, incluso el rechazo de la tierra,
en oro espiritual, como en el magnum opus, debemos separar con
destreza lo etéreo de lo denso, lo místico de lo positivo y la alegoría
de la teoría.

La primera materia del magnum opus es, en el mundo superior,


entusiasmo y actividad; en el mundo intermedio, es inteligencia y
perseverancia; en el mundo inferior, esfuerzo; en ciencia, El arte
Hermético es pues, simultáneamente, una religión, una filosofía y
una ciencia natural.

Las disciplinas de Hermes, antes de prometer a sus adeptos el elixir


de la perpetua juventud y el polvo de la proyección, les recomienda
buscar la piedra filosofal. ¿Qué es esta piedra, y por qué se le llama
así? El gran Iniciador de los Cristianos invita a Sus creyentes a
edificar sobre la roca o la piedra si no desean que sus construcciones
sean destruidas. Él mismo se hace llamar la piedra angular, y los
maestros de la alquimia, sostienen que efectivamente es la auténtica
sal de los filósofos, la cual es considerada como el tercer ingrediente
en la composición de Azoth.

“El AZOTH”, como ya sabemos, es el nombre del gran Hermético y


el verdadero agente filosófico, así pues, su sal se representa bajo la
forma de una piedra cúbica. Esta piedra es la base de la filosofía
absoluta, es la razón suprema e inamovible y la doctrina de las
armonías universales por la simpatía de los elementos contrarios.
32

Antes de soñar con el hecho de poder transformar las sustancias en


metales, debemos tener una cierta seguridad acerca de los principios
absolutos de la sabiduría; la cual es la base de la verdad. Nunca un
hombre con prejuicios podrá ser ni el rey de la Naturaleza ni el
maestro de las transmutaciones. La piedra filosofal es pues, ante
todas las cosas, necesaria. Encontrar lo absoluto en lo infinito, lo
indefinido y lo finito; así es el magnum opus de los sabios, así es el
secreto de Hermes y así es la piedra de los filósofos.

Esta piedra es única y múltiple; se descompone por el análisis y se


recompone por la síntesis. En el análisis está el polvo, el polvo
alquímico de la proyección; antes del análisis y de la síntesis, está la
piedra. Esta piedra, dicen los maestros, no debe ser expuesta al aire
ni a las miradas de lo profano; debe mantenerse oculta y preservada
con cuidado en el lugar más secreto del laboratorio del propietario y
la llave de este lugar siempre la debe llevar consigo la persona en
cuestión.

El que posee el Gran Arcano es el auténtico rey, y es más que un rey,


ya que a él no le perturbará ningún temor ni cualquier vana
esperanza. En cualquier enfermedad del alma o del cuerpo, una
pizca de piedra preciosa y otra de grano del polvo divino, son más
que suficiente para curarla. "Al que tenga oídos para escuchar,
dejadle escuchar", como dijo el Maestro.

Para encontrar la piedra filosofal, debemos pues, como nos dice


Hermes, separar lo volátil de lo fijo con gran cuidado y minuciosa
atención. Así pues, debemos separar nuestras convicciones de
nuestras creencias y hacer una clara distinción entre los respectivos
campos de la ciencia y la fe; debemos entender que no conocemos
aquello en lo que creemos y que no creeremos nada del saber que
hemos alcanzado.

De este modo, la esencia de los elementos de la fe es lo desconocido


y lo indefinido, mientras que es completamente lo contrario cuando
se trata de elementos de la ciencia. Se-guiadamente, llegaremos a la
conclusión de que el conocimiento depende de la razón y la
experiencia, mientras que las bases de la fe se encuentran en el
sentimiento.

"Los antiguos filósofos Herméticos solían decir que la sustancia


universal, al exteriorizarla tomaba tres formas y tres modos: La
forma activa, la forma pasiva y la forma equilibrada.
33

Su principio básico era que la sustancia llega a diversificarse por el


movimiento perpetuo, considerado como el supremo arcano de la
física, y pensaban, con razón, que era posible, adelantar o retrasar
ese movimiento".

El hecho de encontrar la piedra filosofal es pues, haber descubierto


lo Absoluto, y lo Absoluto es lo que no tolera errores; es la
separación de lo fijo de lo volátil, es el patrón de la imaginación, es la
necesidad de ser, es la ley inmutable de la verdad y la razón.

Dios no puede existir salvo en la virtud de una suprema e inevitable


razón. Así pues, esta razón es lo Absoluto. Es en esto en lo que
debemos creer si deseamos que nuestra fe posea una base razonable
y sólida.

Todos los maestros de la alquimia que han escrito sobre el magnum


opus han utilizado expresiones simbólicas y figurativas, y, en cierta
manera lo hicieron así, tanto para apartar a los profanos de una obra
que para ellos podría ser peligrosa, como para hacerse entender
entre los adeptos, revelándoles el mundo completo de las analogías
que está gobernado por el único y soberano dogma de Hermes.

Las transformaciones de la química Hermética son los desarrollos


artificiales de los gérmenes naturales. Ninguna produce oro pero
podemos ayudar a la naturaleza a producirlo, y de hecho, toda la
ciencia de Hermes

El secreto completo de la filosofía de Hermes está contenido en esta


sencilla indicación.
Es la dirección del fuego natural, no crear sino hacer madurar a los
minerales.

El oro Hermético no sólo es una doctrina auténtica, una luz donde


no hay oscuridad, una verdad desprovista de toda combinación de
falsedad; es también oro real, material y puro, el más precioso que se
pueda encontrar en las minas de la tierra.

La así llamada transmutación metálica de los filósofos, no es en


realidad la transmutación de los metales, sino la aplicación de los
poderes adaptadores del divino espíritu inmortal a las sustancias
muertas y externas del mundo material. vivificador o el auténtico
fuego de los filósofos.
34

Como ya hemos dicho, existen dos leyes naturales quirománticas,


dos leyes esenciales que producen, por compensación, el equilibrio
universal de los elementos; estos son estabilidad y movimiento,
análogos en filosofía, para la verdad y la invención, y análogos en la
concepción absoluta, para la necesidad y la libertad, las cuales son la
esencia de Dios.

El magnum opus de Hermes es una operación esencialmente


mágica, y se considera como la más suprema de todas ya que supone
lo absoluto, respecto al conocimiento y la voluntad.

“Hay luz en el oro, oro en la luz y luz en todos los elementos”.

“La voluntad inteligente, la cual asimila la luz, dirige pues, las


operaciones de la forma substancial, y sólo emplea la química
como un instrumento secundario”.

El Gran Agente de la operación del sol es la fuerza que está descrita


en el símbolo de Hermes sobre la Mesa de Esmeralda; se trata de la
fuerza mágica universal.

Es el fuego secreto, vivificador y filosófico del cual no hablan los


filósofos Herméticos, manteniéndolo a salvo y preservándolo
misteriosamente:

El agente secreto del magnum opus, el Azoth de los sabios, el oro


vivo y vivificado de los filósofos, el productivo agente metálico
universal, es la ELECTRICIDAD MAGNÉTICA, la primera
materia del magnum opus.

El gran Arcano Hermético, revelado por primera vez, abiertamente y


sin figuras místicas, consiste en lo siguiente:

Lo que los adeptos llaman sustancias muertas, son cuerpos tal y


como existen en la naturaleza; las sustancias vivas son aquellas que
han sido asimiladas y magnetizadas por el adepto.

Así pues, el magnum opus es más que una operación química; se


trata de la auténtica creación del Logos humano iniciado en el poder
del Logos del mismo Dios.
35

SEMITA XXXI.

"El sendero número treinta y uno es denominado como la


inteligencia perpetua, y guía al sol y a la luna,
juntamente con otras estrellas y símbolos, cada uno en su
respectiva órbita. Distribuye lo que se ha adaptado a
todos los elementos creados de acuerdo con éstos".

Este texto, como podremos observar, continua siendo


completamente ambiguo para aquellos que no conocen el valor de
cada uno de los treinta y un senderos. Éstos corresponden a los diez
números y a las veintidós letras jeroglíficas de la Cábala. El treinta y
uno está conectado con aquello que representa la lámpara o luz
mágica existente entre los cuernos de Baphomet.

LA MEDICINA UNIVERSAL.

“La mayoría de nuestras dolencias se derivan de nuestras


enfermedades morales, según el dogma mágico y
universal, y de la ley de las analogías”.

“La medicina es, ante todo, la fe que salva”.

Tan pronto como la voluntad se confirma irremediablemente en el


sendero de lo absurdo, el hombre muere, y la piedra que acabará con
él estará en su propia mano. Así pues, es cierto que la voluntad
preserva y prolonga la vida. Toda persona sensata, moderadamente
aplicada y con una vida perfectamente regulada suele alargar su
existencia.

El Gran Maestro dijo: "Mi cuerpo es carne y mi sangre es vino.


Aquel que coma de mi carne y beba de mi sangre tendrá
una vida eterna". Y cuando la multitud comenzó a murmurar, Él
añadió: "Aquí la carne no tiene ningún provecho; las
palabras con las que me dirijo a vosotros son espíritu y
vida". Así pues, Él quiso decir: "Beber de mi espíritu y vivir a
través de mi vida". Y cuando Él estaba apunto de morir vinculó la
memoria de Su vida en el símbolo del pan, y su espíritu en el símbolo
del vino, y así inició la comunión de la fe, la esperanza y la caridad.
36

En el mismo sentido, los maestros Herméticos dicen:


“Transformad el oro en algo puro y poseeréis la medicina
universal; apropiaos de la verdad para vuestro beneficio,
permitirle ser el manantial del cual bebéis cada día y
entonces, poseeréis la inmortalidad de los sabios”.

La moderación, la tranquilidad del alma, un carácter sencillo, la


calma y la racionalidad de la voluntad, no sólo nos hacen felices sino
que nos aportan fuerza y salud. Por el hecho de llegar a ser un
hombre de bien y un ser racional, el hombre se hace a sí mismo
inmortal; nosotros somos los autores de nuestro destino, y Dios no
nos salva sin nuestro propio consentimiento.

La muerte no existe para el hombre sabio, es un fantasma horrible


construido a través de la ignorancia y la debilidad de la multitud. El
cambio es lo que hace evidente la existencia del movimiento y el
movimiento es vida. Un cadáver no podría descomponerse estando
muerto; todas las moléculas que lo forman se mantienen vivas y
están en movimiento. Y ¡creéis que la mente es lo primero que se
disipa y que no vive más! ¡Creéis que el pensamiento y el amor
pueden cesar cuando, en realidad, la materia más grande nunca
perece!

Si al cambio debe llamársele muerte, entonces, día a día, morimos y


volvemos a nacer ya que nuestros cuerpos siempre están cambiando.

La muerte nunca es instantánea, se alcanza a través de diferentes


grados. Mientras la sangre no está absolutamente fría, mientras los
nervios puedan reaccionar, el hombre no está completamente
muerto, y si ninguno de los órganos vitales están destruidos, el
espíritu puede ser llamado, o de una forma accidental o por nuestra
fuerza de voluntad.

Permitidnos ser suficientemente audaces para afirmar que la


resurrección es posible, y que incluso ocurre más a menudo de lo
que imaginamos.

¿Cuántas personas cuyas muertes han sido confirmadas judicial y


científicamente, han sido descubiertas después de ser enterradas,
con signos de haber resucitado y luchado hasta destrozarse las
manos durante la interminable agonía por escapar a la real muerte?
37

Un médico nos dirá que dichas personas estaban en letargo. No


obstante, ¿qué es el letargo? Es un estado estuporoso que a veces
produce la muerte, cuando el alma, regocijada por su liberación
temporal, tiende ha marcharse finalmente, lo cual es posible en
aquellos que han conquistado el infierno, es decir, en aquellos cuya
fuerza moral es mayor que su atracción astral. Así pues, la
resurrección es posible sólo para las almas elementales, que pueden
despertar en la tumba sin desearlo. Los auténticos sabios nunca han
sido enterrados vivos.

La muerte no es ni el final de la vida ni el principio de la


inmortalidad, es la continuación y la transformación de la vida.
Ahora bien, siempre debemos considerar una transformación como
un progreso; pocas personas muertas han consentido volver a esta
vida y recuperar el traje que acaban de rechazar.

Esto hace que la resurrección sea uno de los más difíciles logros en la
suprema iniciación.

Todo es posible para aquel que cree, como nos dijo el Señor.

El médico debe dominar a su paciente a través de su presencia, su


tono y sus gestos, debe inspirar confianza de forma paternal y
entretenerle con charla amable y alegre.

Hacer reír a sus pacientes y, como consecuencia, todos los remedios


que aplique tendrán un mejor resultado; establecer, entre él mismo y
los pacientes, una corriente magnética mediante la cual se les
transmita seguridad y buen temperamento, halagándoles en última
instancia con prefacios denominándoles sus más distinguidos,
ilustres y apreciados pacientes.

La medicina esencialmente debe ser compasiva.


38

TERCERA PARTE.

LA JUVENTUD RENOVADA.

La gran magia nos explica que para preservar la juventud de un


cuerpo debemos impedir que envejezca el alma, manteniendo
cuidadosamente su primera frescura, tanto los sentimientos como
los pensamientos.
Creer que la felicidad existe en la tierra, creer en la amistad y el
amor, creer en una Providencia maternal que tenga en cuenta todos
nuestros pasos y recompense todas nuestras lágrimas. Creer en el
bien y en el orden moral es poseer el bien y, es por este motivo por el
cual el Salvador del mundo prometió el Reino de los Cielos a
aquellos que llegaran a ser pequeños niños.

La infancia es la edad de la fe; el niño, al no saber todavía nada de la


vida, brilla con confiada inmortalidad. ¿Puede él dudar de su propia
devoción, ternura, amistad y amor al encontrarse en los brazos de su
madre? ¡Llegad a ser niños de corazón y os mantendréis jóvenes en
cuerpo! Las realidades de Dios y de la Naturaleza sobrepasan
infinitamente todos los sueños del hombre, tanto en bondad como
en belleza.

Cambiando los hábitos del alma podemos cambiar, con seguridad,


los del cuerpo. Los factores que más contribuyen a la hora de
envejecer a través de nuestra deformación, son el rencor y los
pensamientos amargos, juicios desfavorables sobre los demás, la
furia de un orgullo herido y las pasiones no satisfactorias. Una
filosofía benévola y pacífica, podría salvarnos de todos esos males.

Nadie es absolutamente malo o bueno. "Nadie es bueno excepto


Dios", dijo el mejor de los Maestros. ¡Paz, paz! Esta es la suprema
alma bondadosa, que nos ofrece lo que Cristo heredó del mundo.
"¡Gloria a Dios en el cielo y paz en la tierra para los
hombres de bien!" De hecho, el verdadero arrepentimiento de los
cristianos no es la tristeza sino el consuelo, la alegría y el triunfo.
39

HERMES.

Anteriormente, hablando de la tradición hermética, decíamos de ella


que se refiere propiamente a un conocimiento, no de orden
metafísico, sino solamente cosmológico, entendiéndolo además en
su doble aplicación “Macrocósmica” y “Micro cósmica”. Tan sólo
puede pretender lo contrario quien quisiera atribuir al “Arte regia” la
preeminencia sobre el “Arte sacerdotal”. Y ello refiriéndonos más
particularmente a lo que concierne a Hermes, ya que al menos nadie
puede discutir que de él toma su nombre el hermetismo.

Acerca de la expresión de “Arte regia” que se ha conservado en la


Masonería, se puede mencionar aquí la curiosa semejanza que existe
entre los nombres de Hermes e Hiram; eso no quiere decir,
evidentemente, que los dos nombres tengan un origen lingüístico
común, pero su constitución no deja por ello de ser idéntica, y el
conjunto HRM del que están esencialmente formados podría dar
origen también a otras asociaciones.

Quizá pudiera objetarse, cuando se trata de hermetismo, que


Hermes ocupa aquí el lugar del Thoth egipcio con el cual fue
identificado, y que éste representa propiamente la Sabiduría. Como
sé dice en las Rasâil lkhwân as-Safâ, “el mundo es un gran hombre, y
el hombre un pequeño mundo”. Además, en virtud de esta
correspondencia, cierta realización en el orden “micro cósmico”
podrá ocasionar, a titulo de consecuencia accidental para el ser que
la habrá alcanzado, una realización exterior referente al orden
“macro cósmico”, sin que ésta se haya buscado especialmente y por
sí misma. Estas dos funciones de mensajero de los dioses y
“psicopompo”, astrológicamente cabe referirlas respectivamente a
un aspecto diurno y otro nocturno; también se puede, por otra parte,
encontrar en él la correspondencia de las dos corrientes,
descendente y ascendente, que simbolizan las dos serpientes del
caduceo, que comprende los conocimientos relacionados con el
“mundo intermedio”

En torno al bastón de Esculapio está enroscada una sola serpiente, la


que representa la fuerza benéfica, pues la fuerza maléfica ha de
desaparecer precisamente porque se trata del genio de la medicina.
40

Señalemos igualmente que de este mismo bastón de Esculapio, en


cuanto al signo de curación, con el símbolo bíblico de la “serpiente
de bronce”, según la tradición rosacruciana, Elías Artista, que rige la
“Gran Obra” hermética, reside en la “Ciudadela solar' que, por lo
demás, es propiamente la morada de los “Inmortales”, “dotados de
longevidad”, o cuya vida se perpetúa a través de toda la duración del
ciclo, y representa uno de los aspectos del “Centro del Mundo”. Todo
ello significa la relación del sol mismo con el fruto del “Árbol de la
Vida”, acaso se comprenda la relación especial que la influencia solar
tiene con el hermetismo, en cuanto éste, como los “pequeños
misterios” de la antigüedad, tiene como fin esencial la restauración
del “estado primordial” humano. Recordemos también, desde el
punto de vista alquímico, la correspondencia del Sol con el oro,
designado por la tradición hindú como la “luz mineral”, el “oro
potable” de los hermetistas es además lo mismo que la “bebida de
inmortalidad”, también llamada “licor de oro” en el Taoísmo.

LA TUMBA DE HERMES.
Lo que hemos dicho de ciertas tentativas “pseudo-iniciáticas” puede
hacer comprender fácilmente los motivos por los cuales nos tienta
muy poco el abordar asuntos que conciernen, más o menos
directamente, a la antigua tradición egipcia. La verdad es que entre
el Egipto antiguo y el actual no hay sino coincidencia geográfica, sin
la menor continuidad histórica; por eso, la tradición de que se trata
es aún más completamente ajena, en el país donde antaño existiera,
que el Druidismo para los pueblos que habitan hoy las antiguas
tierras célticas; y el hecho de que subsistan monumentos mucho más
numerosos nada cambia en este estado de cosas. Tenemos interés en
precisar bien este punto de una vez para siempre, y, al propio
tiempo, esta observación destruirá todavía más completamente las
pretensiones de los “pseudoiniciados”, que, valiéndose del prestigio
del antiguo Egipto, quisieran dar a entender que tienen conexión con
alguna cosa que pretenden que subsiste en Egipto mismo; sabemos,
además, que esto no es una suposición puramente imaginaria, y que
algunos, contando con la ignorancia general, en lo cual,
desgraciadamente, no están del todo equivocados, llevan sus
pretensiones hasta ese extremo.
41

Es así que de hecho, no se sabe realmente para qué puede servir la


Gran Pirámide y podríamos además decir lo mismo de las pirámides
en general; es verdad que la opinión más comúnmente extendida
quiere ver en ellas tumbas, y, sin duda, tal hipótesis nada tiene de
imposible en sí misma.

En todo caso, nunca hasta hoy se ha encontrado tumba alguna en la


Gran Pirámide; pero, aun si la hubiese, el enigma todavía no estaría
por ello totalmente resuelto, pues, evidentemente, eso no excluiría
que haya podido tener otros usos al tiempo, acaso más importantes,
como pueden haberlos tenido también otras pirámides que sí
sirvieron realmente de tumbas; es posible también que, como han
pensado algunos, la utilización funeraria de esos monumentos fuese
más o menos tardía, y que ésa no haya sido su utilización primitiva
en la propia época de la construcción. Si, no obstante, se objeta a
esto que ciertos datos antiguos, y de carácter más o menos
tradicional, parecen confirmar
que se trata realmente de tumbas, diremos algo que puede parecer
extraño a primera vista, pero que, sin embargo, es precisamente lo
que quizá tienden a hacer admitir las consideraciones que seguirán:
las tumbas de que se trata, ¿no habrá que entenderlas en sentido
meramente simbólico?

En efecto, dicen algunos que la Gran Pirámide es la tumba de


Seyidna Idris, dicho de otro modo, del profeta Enoc, y que la
segunda pirámide es la de otro personaje que supuestamente fue el
Maestro de éste, y sobre el cual hemos de volver; pero, presentada de
esta forma y tomada en sentido literal, la cosa encerraría un absurdo
manifiesto, por cuanto Enoc no murió, sino que fue llevado vivo al
Cielo; ¿cómo, pues, podría tener tumba? Sin embargo no convendría
apresurarse demasiado a hablar aquí, a la manera occidental, de
“leyendas” desprovistas de fundamento, pues he aquí la explicación
que se da de ello: no es el cuerpo de Idris lo que se enterró en la
Gran Pirámide, sino su ciencia; y, con esto, algunos entienden que se
trata de sus libros; pero, no hay en la Gran Pirámide ni inscripciones
ni representaciones simbólicas de ninguna clase.

Entonces, no queda más que una sola hipótesis aceptable: y es que la


ciencia de Idris está verdaderamente oculta en la Pirámide, pero
porque se encuentra incluida en su estructura misma, en su
disposición exterior e interior y en sus proporciones; y todo lo que de
válido puede haber en los “descubrimientos” que a este respecto han
hecho o creído hacer los modernos no representa en suma más que
unos cuantos fragmentos ínfimos de esa antigua ciencia tradicional.
42

Pues sabido es que Enoc o Idris, también antediluviano, se identifica


con Hermes o Thoth, que representa la fuente de la que provenían
los conocimientos del sacerdocio egipcio y luego, por extensión,
representa también este mismo sacerdocio en cuanto continuador de
la misma función de enseñanza tradicional; es realmente, pues, la
misma ciencia sagrada lo que, de esta forma, parece que fue
depositado en las pirámides. Por otro lado, la mención que se hace
de Set nos conduce al personaje cuya tumba se dice que fue la
segunda pirámide. En efecto, si éste fue el Maestro de Seyidna Idris,
no puede haber sido nadie más que Seyidna Sheth, o sea, Set, hijo de
Adán; que, refiriéndose al simbolismo de la serpiente considerada en
su aspecto benéfico, se aplica perfectamente a Set. La conexión
particular establecida así entre Set y Enoc también es muy notable,
tanto más que a ambos se los relaciona, por otra parte, con ciertas
tradiciones que conciernen a un retomo al Paraíso terrenal, esto es,
al “estado primordial”, y en consecuencia, con un simbolismo
“polar” que no carece de alguna relación con la orientación de las
pirámides, que hace referencia a los “centros espirituales” parece
que tiende a confirmar la hipótesis que hace de las pirámides un
lugar de iniciación, lo cual, por lo demás, no habría sido, a fin de
cuentas, sino el medio normal de mantener “vivos” los
conocimientos que en ellas se habían incluido, al menos mientras
haya subsistido esta iniciación.

Añadiremos todavía otra observación: se dice que Idris o Enoc


escribió numerosos libros inspirados, después de que el propio Adán
y Set hubiesen escrito otros, estos libros fueron los prototipos de los
libros sagrados de los Egipcios, y los Libros Herméticos, más
recientes, sólo representan, por decirlo así, una “readaptación”, así
como también los diversos Libros de Enoc que con este nombre han
llegado a nuestros días.

A Hermes se le llama El-muthalleth bil-hikam, literalmente “triple


por sabiduría”, lo que equivale al epíteto griego Trismegisto, pues se
encuentra desarrollada en forma de tres Hermes distintos: El
primero, llamado “Hermes de los Hermes” (Hermes El-Harâmesah),
y considerado antediluviano, es el que se identifica propiamente a
Seyidna Idris, los otros dos, que parecen ser postdiluvianos, son el
“Hermes babilonio” (El-Bâbelîl) y el “Hermes egipciaco” (El-Misrî).
43

Se piense lo que se piense de todas estas consideraciones, que son


indudablemente tan distantes de las opiniones de los egiptólogos
como de los modernos investigadores del “secreto de la pirámide”, es
lícito decir que esta representa verdaderamente la “tumba de
Hermes”, pues los misterios de su sabiduría y de su ciencia han sido
ocultados en ella de tal forma que es ciertamente bien difícil
descubrirlos. Puede ser curioso señalar que la palabra muthalleth
designa también el triángulo, pues, sin forzar demasiado las cosas,
podría encontrarse en ella alguna relación con la forma triangular de
las caras de la pirámide, que también hubo de ser determinada “por
la sabiduría” de quienes establecieron sus planos, sin contar que el
triángulo se refiere, además, al simbolismo del “Polo” y desde este
último punto de vista, es evidentísimo que la propia pirámide no es
en suma sino una de las imágenes de la “Montaña Sagrada”.
Ahora que tocamos este punto, señalaremos otra fantasía moderna:
hemos comprobado que algunos atribuyen considerable importancia
al hecho de que la Gran Pirámide no se haya acabado jamás; falta la
cúspide, en efecto, pero todo cuanto puede decirse de cierto a este
respecto, es que los autores más antiguos de que se posee
testimonio, que son aún relativamente recientes, siempre la han
visto truncada como hoy lo está. De eso a pretender que la cúspide
que falta corresponde a la “piedra angular” de la que se habla en
varios pasajes de la Biblia y el Evangelio, hay realmente mucho
trecho, tanto más cuanto que, según datos auténticamente
tradicionales, la piedra de que se trata no sería un “piramidion”, sino
realmente una “clave de arco” (Keystone), y, si fue “rechazada por
los constructores”, es que éstos, como no estaban iniciados más que
en la Square Masonry, ignoraban los secretos de la Arch Masonry.
Cosa asaz curiosa, el sello de los Estados Unidos representa la
pirámide truncada, sobre la cual hay un triángulo irradiante que,
aunque estando separado de ella, e incluso aislado por el círculo de
nubes que lo rodea, en cierto modo parece sustituir su cúspide pero
en este sello del que, por otro lado, algunas organizaciones, tanto
han hablado, se refleja la influencia del conocimiento hermético, que
sus fundadores tuvieron que impregnar, en la nueva nación, muy
relacionada con la Masonería.
44

TRATADOS HERMÉTICOS

LOS SIETE CAPÍTULOS.

CAPITULO I.

Esto es lo que dice Hermes: “Durante el tiempo que he vivido no he


cesado de realizar experiencias y siempre he trabajado, sin
cansarme”.

No poseo éste arte y ésta ciencia sino por la única inspiración de


Dios; El es quien la ha querido revelar a su servidor, El es quien ha
dado el medio para conocer la verdad a quienes saben usar de su
razón y El jamás ha sido la causa de que alguien haya seguido el
error o la mentira.

Por mi parte, y si no temiera el día del Juicio y la posibilidad de ser


castigado por haber ocultado ésta ciencia, no hubiera dicho nada y
nada habría escrito para enseñarla a quienes habrán de venir
después de mí, pero he querido dar a los fieles aquello que les debo,
y enseñarles lo que el Autor de la fidelidad me ha querido revelar.

Escuchad pues, hijos de los sabios filósofos, nuestros predecesores,


pero no de un modo corporal o desconsiderado, la ciencia de los
cuatro elementos que son pasibles y que pueden ser alterados y
cambiados por sus formas y que están escondidos junto a su acción;
porque su acción está escondida en nuestro elixir, y éste no podría
actuar si no estuviera compuesto de la muy exacta unión de éstos
elementos, y no será perfecto hasta que no haya pasado por todos
sus colores, de los que cada uno denota el dominio de un elemento
particular.

Sabed, hijos de los Sabios, que hay una división en el agua de los
antiguos filósofos, que la divide en otras cuatro cosas. Una es de dos,
y tres son de una, y al color de éstas cosas, es decir, al humor que
coagula, pertenece a la tercera parte, y las otras dos terceras partes
son para el agua: Estos son los pesos de los Filósofos.

He aquí que os acabo de declarar lo que estaba escondido, pues la


obra está con vosotros y en vosotros, de modo que si la encontráis en
vosotros mismos, donde está continuamente, también la tendréis
siempre y en cualquier parte en que os encontréis, sea en la tierra o
en el mar.
45

Por lo tanto, guardad la plata viva que se produce en los lugares o


gabinetes interiores, es decir, en los principios de los metales
compuestos de ella, donde está coagulada, pues ésta es la plata viva
que se llama tierra que Permanece.

Aquel que no entienda mis palabras, que demande inteligencia a


Dios, que de ningún malvado justifica las obras, más no rehúsa a
ningún hombre de bien la recompensa que le es debida.
Pues yo he descubierto todo lo oculto de ésta ciencia, he revelado un
gran secreto y he explicado toda la ciencia a quienes sepan
entenderla.

Así pues, vosotros, investigadores de la ciencia, y vosotros, hijos de


la Sabiduría, sabed que, cuando el buitre está en la montaña, grita en
voz alta:
¡Yo soy el blanco del negro, y el rojo del blanco, y el anaranjado del
rojo! Ciertamente, digo la verdad.

Sabed también que el cuervo que vuela sin alas en la negrura de la


noche y en la claridad del día, es la cabeza o comienzo del arte. El
color lo toma de la amargura que está en su garganta, y la tintura
sale de su cuerpo, y de su espalda se extrae un agua verdadera y
pura. Por tanto, comprended lo que digo y de éste modo recibid el
don de Dios que yo os comunico, pero ocultadlo a todos los
imprudentes.

Es una piedra honorable que está encerrada en las cavernas o


profundidades de los metales; su color la hace brillante; es un alma,
o un espíritu sublime, y un mar abierto.

Yo os la he declarado: dad gracias a Dios porque os ha enseñado ésta


ciencia, pues El ama a quienes aprecian sus dones.

Hijos de los Sabios, si se ha llamado envidiosos a los Filósofos no es


porque hayan querido, jamás, ocultar nada a las gentes de bien ni a
quienes viven piadosamente, ni a los legítimos y verdaderos hijos de
la ciencia, ni a los sabios, si se les ha llamado así es porque la
esconden a los ignorantes, es decir, a quienes no saben lo suficiente
como para conocerla, a los viciosos y a quienes viven sin ley ni
caridad, por temor de que, por éste medio, los malvados se pudieran
volver poderosos y cometieran toda clase de crímenes, de los que,
ante Dios, serían responsables los Filósofos pues todos los malvados
son indignos de poseer la Sabiduría.
46

Por lo que a mi concierne, puedo decir que nadie me ha dado nada


sin que yo se lo haya devuelto enteramente. Jamás le he faltado al
respeto que le debo y siempre he hablado honrosamente de él.
Hijo mío, ésta piedra está envuelta de muchos colores que la
esconden, pero sólo hay uno que indique su nacimiento y entera
perfección; sabed cual es ese color y jamás digáis nada de él.

Con la ayuda de Dios Todopoderoso, esta piedra os librará de todas


las enfermedades, por graves que sean, os preservará de toda tristeza
y aflicción y de todo cuanto os pueda dañar en cuerpo o en espíritu.
Además, os conducirá de las tinieblas a la luz, del desierto al hogar y
de la necesidad a la abundancia.

CAPITULO II.

Hijo mío, ante todo te advierto que has de temer a Dios, pues El es
quien hará que tu operación resulte y quien unirá cada uno de los
elementos separados.

Hijo mío, ya que no te considero privado de razón, ni insensato, has


de razonar todo lo que se te dirá acerca de nuestra ciencia, recibir
mis exhortaciones y meditar sobre las lecciones que yo te impartiré,
hasta que las entiendas, como si tú mismo fueras su autor.

Hijo mío, del rayo de luz separarás la sombra y todo cuanto tenga de
impuro, pues sobre él hay nubes que lo esconden e impiden que
brille, a causa de que está quemado por la presión y la rojez.

Sabed, hijo mío, que toda la Sabiduría del mundo está por debajo de
la Sabiduría que yo poseo, y todo lo que su arte puede hacer consiste
en restituir esos elementos ocultos y encerrados, lo cual es una cosa
maravillosa.

Por tanto, aquel que desee ser iniciado en esta Sabiduría oculta que
poseemos, ha de rehuir el vicio de la arrogancia, ser piadoso, ser
hombre de bien, tener un profundo razonamiento y guardar los
secretos que le hayan sido descubiertos.

Además has de saber que nuestra piedra está hecha de muchas cosas
y de muchos colores, que está hecha y compuesta de cuatro
elementos unidos, que hemos de separar éstos elementos, desunirlos
y ponerlos aparte, como si fueran distintas piezas.
47

Quiero decir que el Artista conocerá con ello que ha conducido bien
y sabiamente su operación, y que está en la verdadera vía que han
seguido los Filósofos.

CAPITULO III.

Has de saber, hijo mío, que los Filósofos hacen lazos, o fuertes
ligaduras, para combatir contra el fuego, porque los espíritus desean
estar y se complacen en habitar los cuerpos que han sido lavados.

Y cuando los espíritus se unen a ellos, estos espíritus los vivifican y


en ellos permanecen, y los cuerpos retienen estos espíritus sin
dejarlos jamás.

¡Oh, forma acuosa del agua permanente que creas los elementos con
los que está compuesto nuestro Rey y que, con un régimen
templado, después de adquirir la tintura y uniéndote a tus
hermanos, reposas, porque has llegado a tu fin!

¡Venid, hijos de los Sabios, alegrémonos juntos, manifestemos


nuestro gozo con clamores de alegría, porque la muerte está
consumada. Nuestro intelecto ya reina, y va revestido con su luz
propia!

CAPITULO IV.

Escuchad, hijos de los Sabios, cómo grita ésta piedra: ¡Defendedme y


yo os defenderé. Dadme lo que me pertenece y yo os ayudaré.
Mi Sol y mis rayos están en mi interior, y la Luna, que me es propia y
particular, es mi luz, que supera a cualquier otra luz, y mis bienes
valen más que cualquier otro bien. A quienes me conocen yo otorgo
la alegría, la satisfacción, la gloria, las riquezas y los placeres sólidos;
además les doy la perfecta inteligencia de aquello que buscan con
tanta solicitud, y les doy, en fin, la posesión de las cosas divinas.

Escuchad, porque voy a descubriros aquella ciencia que los antiguos


Filósofos escondieron: es una cosa cuyo nombre está comprendido
en siete letras y que sigue a dos Alfa y Eta. El Sol también sigue a la
Luna y viene después de ella, pero quiere tener el dominio y ser el
dueño de la obra; quiere conservar a Marte y teñir al Hijo del agua
Viva, que es Júpiter, y éste es el secreto que escondieron.
48

Ved que de un hombre no puede salir sino un semejante y de un


animal nada más que otro animal, y si sucede que dos animales de
distintas especies se acoplan nacerá uno que no se parecerá ni a uno
ni a otro.

Entonces, lo que está oculto y escondido se hace manifiesto y


aparece, y todo cuanto ocultaron los filósofos de su obra será
producido y engendrado de un modo evidente por nosotros dos.

Juro ante Dios que no he dicho sino la verdad, y que aquellas cosas
que destruyen son las mismas que perfeccionan. Por eso nada puede
ser enmendado o mejorado si previamente no es corrompido, y ésta
corrupción hará aparecer la mejora y la perfección, y una y otra son
una señal esencial de la verdad del arte.

CAPITULO V.

Hijo mío: lo que nace del Cuervo es el principio de éste arte. He aquí
que he oscurecido lo que os he dicho y le he quitado su claridad con
un juego de palabras diciendo que lo que está unido está separado y
lo que está muy próximo está muy alejado.

Si podéis llegar hasta aquí os aseguro que tendréis la satisfacción de


ver lo que buscáis. Aquí os digo las señales que alegran a quienes las
ven y aquello que fija su cuerpo.

Ya os he mostrado el cumplimiento o el fin de la obra, he abierto el


Libro a los que saben y he velado a los demás las cosas que a ellos
han de estar ocultas y desconocidas; he unido e incorporado entre si
aquellas cosas que estaban separadas y que tenían distintas figuras y
he unido los espíritus.

Recibid éste don de las manos de Dios.

CAPITULO VI.

Estamos obligados a dar gracias a Dios, que da a todos aquellos que


son sabios una ciencia tan admirable que nos libera de la miseria y la
pobreza, y de que haya encerrado tantas maravillas en la Piedra de
los Sabios.
49

No obstante, aquellos a quienes no hace una gracia tan singular, no


tienen menos motivos de agradecimiento por todas las cosas que
produce continuamente para su subsistencia y que son otros tantos
milagros que realiza incesantemente para todos los hombres. Y si no
están contentos con todos estos bienes y aspiran a esta ciencia,
deben pedir esta gracia a Dios con continuas y fervientes plegarias
para obtener su conocimiento durante su vida.

El agua es la primera cosa que sale de esta piedra, el oro es la


segunda, la tercera es una cosa que es casi oro y mediocre y por lo
tanto más noble que el agua y que las impurezas. El humo, la
negrura y la muerte se encuentran en esas tres cosas.

Y sabed que el cielo se une mediocremente con la tierra y lo


mediocre se figura con el cielo y con la tierra, y es el agua. Y la
primera es agua que sale de ésta piedra, y el segundo, ciertamente,
es el oro, y el tercero, la suciedad; y el mediocre es el oro, que es más
noble que la suciedad. Y en esos tres está el humo, la negrura y la
muerte. Por tanto, hay que expulsar el humo que está encima del
agua, la negrura del ungüento y de las heces, la muerte, y esto se
hace por disolución. Y aquí tenemos una gran filosofía y el secreto de
los secretos.

CAPITULO VII.

Hijos de los Filósofos, hay siete cuerpos o metales, entre los que el
oro ostenta el primer rango, porque es el mas perfecto de todos, por
eso se le llama Rey y Jefe.

La tierra no podría corromperlo, las cosas ardientes no lo destruyen,


el agua no lo altera ni cambia, porque su complexión es templada y
está compuesto a partes iguales de calor, frialdad, sequedad y
humedad, y en él no hay nada superfluo. por eso los Filósofos lo han
preferido a todos los demás, teniéndolo en gran estima,
asegurándonos que el oro, por su resplandor es, en relación a los
metales, lo que el Sol es entre los astros a causa de su luz, más
resplandeciente que la de los demás. Así como es el Sol quien, por
voluntad de Dios, hace nacer y crecer todos los vegetales y quien
produce y madura todos los frutos de la tierra: el oro también
contiene a todos los metales en perfección. Es él quien los vivifica,
porque él es el fermento del elixir, y sin él, el elixir no puede ser
perfecto.
50

Por tanto, el oro es la piedra muy preciosa que no tiene impurezas y


que es templada. Y ni el fuego ni el aire, ni el agua ni la tierra
podrían corromper este fermento universal, que por su composición
templada, rectifica y sitúa todos los cuerpos imperfectos en una
justicia y una temperatura moderada e igual, transmutándolas en
oro.

Y este fermento es amarillo o anaranjado.

El Oro de los Sabios, una vez cocido y bien digerido por medio del
agua ígnea o del agua-fuego hace y compone el elixir. Pues el Oro de
los Filósofos es más pesado que el plomo y por su composición
templada y equilibrada, es el fermento del elixir. Como, por el
contrario, lo que no es templado está hecho con una composición
desigual.

Por lo demás, la primera obra se hace del vegetal, y la segunda del


animal, de lo que tenemos un ejemplo (en el huevo del pollo, del que
se forma un pollo) en los elementos que se forman visiblemente. Y
nuestra tierra es oro, con el que hacemos la Seda, que es el fermento
del elixir.

EL APOCALIPSIS DE HERMES.

Por el muy célebre Helvetius Aureolus, el segundo Hermes.

De la revelación del espíritu oculto de la naturaleza, Hermes, Platón,


Aristóteles y los demás filósofos que han florecido en tiempos
diferentes, inventores de las artes que han considerado con
asiduidad las potencias de las criaturas inferiores, se han
preguntado, animados por un gran deseo, si era posible encontrar
entre las criaturas alguna cosa que protegiese el cuerpo del hombre
de la destrucción y que le mantuviese en una vida permanente. La
respuesta ha sido que no existía nada que liberase al cuerpo
destructible de la muerte, pero que no obstante existía realmente
una cosa que suprimía la corrupción, devolvía la juventud,
prolongaba la breve vida hasta la edad de los patriarcas. La muerte
ha sido el castigo infligido a nuestros antepasados: Adán, Eva y sus
descendientes no pueden sustraerse de ella.
51

Esta esencia espiritual y cosa única ha sido revelada desde lo alto a


Adán, los santos patriarcas han alimentado un deseo particular de
ella, Hermes y Aristóteles la llaman la verdadera, sin mentira alguna,
la cierta, la más cierta de todas, la más secreta de las secretas.
Potencia divina escondida en la naturaleza, es la mejor y la más alta
que pueda ser buscada bajo los cielos, la maravillosa conclusión y el
término de todas las obras filosóficas, se encuentra en ella, el rocío
del cielo y el peso graso de la tierra. El es el espíritu de la
quintaesencia, el manantial de toda la alegría bajo el círculo lunar.
Sostiene el cielo, mantiene la tierra, mueve el mar, excita el viento,
hace bajar la lluvia, mantiene todas las cosas y potencias. Espíritu
elegido que domina todas las demás cosas y espíritus celestes, da la
salud, la felicidad, la alegría, la paz, el amor, expulsa en general
todos los males, cura toda enfermedad, aleja el odio y la tristeza,
introduce la alegría, destruye la pobreza y la miseria, en todo bien él
es el guía, impide a cualquiera decir o pensar mal, da al hombre lo
que desea su corazón, a los hombres piadosos da el honor terrestre y
una larga vida, a los malvados que abusan de él, las penas eternas.
He ahí el espíritu de la verdad que el mundo no puede asir sin la
inspiración del Espíritu Santo o bien sin la enseñanza de aquellos
que le conocen. Su naturaleza no puede ser reconocida, al igual que
su potencia. Infinito es su poder, y los santos han deseado verle
desde el inicio del mundo.

En efecto, al igual que el alma pone en movimiento todos los


miembros del cuerpo, asimismo este espíritu pone todos los cuerpos
en movimiento. Y, así como el alma ocupa todos los miembros del
cuerpo, asimismo este espíritu está presente en todas las criaturas
elementales. Muchos lo buscan pero pocos lo encuentran. Se le cree
lejos, pero se le coge muy cerca. Está presente en cada cosa, en todo
lugar y en todo tiempo. Contiene las energías y la eficacia de todas
las criaturas y tiene su lugar en todos los elementos a la vez. En este
uno único se encuentra la potencia suprema de toda cosa y de cada
cosa. De estas potencias Adán y los demás patriarcas extrajeron la
salud de sus cuerpos y la longevidad de sus vidas, gracias a ellas,
algunos conocieron gran riqueza y prosperidad. Los filósofos que lo
descubrieron al precio de una gran labor y de una gran asiduidad, lo
ocultaron en frases extrañas y misteriosas a fin de que no fuese
revelado a los indignos y que las nobles perlas no fuesen echadas a
los puercos.

Yo hago en honor de Dios un breve resumen de algunas propiedades


de este espíritu que los filósofos han experimentado.
52

En su ser primero, este espíritu aparece en un cuerpo terrestre, sucio


y lleno de una debilidad multiforme. Pero encierra las siguientes
propiedades: cura todas las heridas y toda la corrupción que ataca a
los miembros del hombre, engendrando carne sana y consumiendo
la gangrena, purificando toda putrefacción y toda hediondez en
cualquier lugar que se fijen, curándolo todo en el interior y en el
exterior. En su segundo ser, reviste la apariencia de un cuerpo
acuoso, más bello que en el primer caso, lo que hace que todavía sea
corruptible bajo ciertos aspectos. Pero cuánto mayores son sus
energías, su eficacia y sus virtudes, más eficaz es también en todas
sus operaciones, y está más cerca de la verdad. En su tercer ser,
manifiesta un ser aéreo y un cuerpo de la naturaleza del aceite, que
está casi liberado de todas sus imperfecciones. En este caso,
demuestra obras completamente asombrosas, porque permite a los
jóvenes que lo absorben de forma regular en su alimento, aunque sea
en pequeñas dosis, conservar su cuerpo en un estado de belleza y de
fuerza. En su cuarto ser, aparece en un cuerpo ígneo que todavía no
está totalmente desembarazado de todas las imperfecciones, que aún
tiene un componente ígneo, y cuya desecación es insuficiente.
Grandes son sus virtudes: es muy eficaz. En su quinto y último ser,
aparece bajo un cuerpo glorificado e iluminado, sin defecto. Ahí
brillan sol y luna, en ellos él posee todas las energías y todas las
propiedades que posee en las demás esencias y de las cuales hemos
hablado: con más belleza e incluso maravilla, pues las obras
naturales son consideradas en él como misterios divinos, transforma
cada cristal en piedras preciosas de todos los colores, tan buenas y
tan preciosas como las que salen de las minas, y realiza también
muchas otras cosas que no hay que revelar a la gente malvada, cosas
que son consideradas como imposibles.

Este espíritu es el misterio oculto desde el origen del cual sólo


algunos santos a quienes Dios ha otorgado la revelación han
percibido la profusión de honor. A pesar de las acusaciones de error
que recaen sobre este espíritu que los calumniadores tendrán por
falso, aquellos que saben, aquellos que lo experimentan realmente,
lo juzgarán verdadero y posible, por poco que se quiera comprender
fielmente las palabras escondidas. ¡No te enfrentes pues a este
espíritu antes de tener de él una comprensión suficiente, porque
Dios es maravilloso en sus obras, y sus obras son, como su
Sabiduría, innumerables!

En su naturaleza ígnea, este espíritu se Llama Sandaraca, en su


naturaleza aérea Kubrick; Aliochat en su naturaleza terrestre.
53

Esta substancia espiritual no es ni celeste ni infernal, es un cuerpo


aéreo, puro y espléndido, la forma intermediaria entre los seres
sublimes e inferiores, desprovista de entendimiento, pero fecunda en
su operación, la más escogida y llena de gracia de todas las otras
cosas celestes. El mundo entero lo desea a causa de las energías que
encierra, energías que los hombres jamás serán capaces de apreciar
suficientemente. Este espíritu ha permitido a los filósofos descubrir
las siete artes liberales, ha engendrado la riqueza de éstas, ha
permitido a Moisés crear los utensilios de oro del templo, al rey
Salomón realizar numerosas y notables obras en honor de Dios, a
muchos hombres ejecutar grandes acciones: a Noé construir el arca,
a Moisés el tabernáculo, a Salomón el templo, etc. Así, su
adquisición es preferible a cualquier operación realizada con la plata
y con el oro, pues él es la mejor de todas las obras, ya que todos los
bienes temporales que el hombre puede desear en este mundo no le
son comparables, por eso se le llama voz y verdad; su obra ignora la
falsedad, y no se puede celebrar suficientemente su alabanza. En
resumen, ¿qué más podríamos decir? No existe, no ha existido
jamás, nunca existirá nada que pueda permitir una exploración más
profunda de la naturaleza.

¡Oh! ¡Qué espíritu maravilloso y digno de alabanza es tu pureza que,


en su plena potencia, alberga toda alegría y toda riqueza, toda la
fecundidad de la vida: arte de todas las artes, tú que otorgas la
alegría temporal a aquellos que te conocen! ¡Oh tú, ciencia deseable
y cosa amable entre todas las que están bajo el círculo de la luna, tú
que confortas la naturaleza, renuevas el corazón y los miembros,
mantienes a la juventud en la flor de la vida, expulsas la vejez y
destruyes la debilidad, mantienes la belleza en su estadio más
amable, contienes el bien en profusión y no cesas de dar todo lo que
agrada al hombre! ¡Oh tú, potencia suprema, y que nada domina,
que los ignorantes desprecian, pero que los Sabios aman en una
alabanza, en una gloria, en un honor sublimes, tú que expulsas toda
obra mortal nacida de los humores y toda enfermedad artificial
provocada por hechizo! ¡Tú aclaras la voz de los moribundos y les
das la palabra! ¡Oh tú, tesoro de los tesoros, misterio de los
misterios, Avicena te ha llamado la substancia inefable, el alma más
pura, más perfecta y más potente del mundo, no hay bajo el cielo
producto alguno del arte cuya naturaleza y cuya potencia no sean
más insondables, operación más maravillosa, potencia más infinita,
algo que tenga su semejante a él entre las criaturas, tú que encierras
las potencias de los cuerpos celestes! ¡De ti en efecto fluyen las aguas
de la vida, la miel y el aceite de la salvación eterna.
54

Ruego pues de todo mi corazón a todos los creyentes en Cristo que


tienen este conocimiento que no hablen de ello a nadie, que no la
comuniquen a cualquiera, sino solamente a aquellos que viven de
acuerdo con la divinidad, después de haberlos puesto a prueba
mucho tiempo, después de que hayan reconocido que viven
virtuosamente, que alaban y que honran a Dios, Dios que ha dado a
los hombres un tesoro semejante. ¡Muchos lo buscan y pocos lo
encuentran, indignos que son de este saber, los impuros que viven
en el vicio; arte que no debería ser mostrado más que a aquellos que
temen a Dios, arte que nada puede comprar!

Tomo a Dios como testimonio: lo que digo no es mentira, incluso si


eso parece imposible para la naturaleza. No hay nadie actualmente,
no existió jamás nadie ni existirá jamás nadie que permita una
exploración tan profunda de la naturaleza. Alabado sea Dios, el Dios
supremo y Todopoderoso, que ha creado este arte y se ha
complacido en revelar este conocimiento a los hombres que le
temen! Este espíritu es una divinidad única, un ministerio sagrado,
divino y maravilloso, que encierra el mundo por entero. Este último
está en él, y en él y en un instante encuentra su verdad, este espíritu,
en efecto, domina verdaderamente a los elementos y la
quintaesencia.

Sucre, 28 de Septiembre del 2011, de la E.·.V.·.

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