Вы находитесь на странице: 1из 2

Madre, te amo tanto que jamás podré pedir disculpas suficientes por tantas palabras hirientes, por

tantos malos tratos; por tantas oportunidades en las que odié la vida que me diste, la vida que
esperaste con amor y que intentaste criar con tanto cuidado como la vida te permitió.

Lo siento, nunca fue mi intención herirte, herir a la persona que más amo en este mundo.

Madre, jamás podré sentir en otros brazos lo que siento entre los tuyos. Abrazarte, sentir tu olor…
Me mece, me arrulla, me siento segura y en paz…

Porque yo soy el fruto de tu amor infinito, de tu espera abnegada, de tu corazón abierto; ese
corazón que sufre y llora, y que se llena de dolor para volver a sonreírme cada vez que lo hiero con
mis interminables cuchillos…

Hoy, por suerte, puedo decir que la vida me ha mostrado lo que no quise ver por tantos años. La
vida me cuida, y me guía para seguir creciendo siempre. Nada es en vano, nunca lo fue.

Te amaré por siempre madre, por siempre… porque no hay amor más grande.

Sonríe madre, por favor. Te amo.


Padre, no sé cuándo fue que nos comenzamos a alejar tanto el uno del otro. Fueron tantas las
cosas que pasaron, tantas las penas y dolores que me fui guardando a través de los años… y que
quedaron dentro mío hasta que empezaron a escapar por todos los poros de mi cuerpo…

Y odié la vida, y desee no tenerla… cuando en el fondo lo único que necesitaba era abrir los brazos
y dejarme caer, porque la vida siempre me cuidó, y ahí estabas tú… con tus manos duras y cálidas,
con esas manos que amo tanto.

Tus palabras no son fáciles, y las mías tampoco… tal vez en el fondo somos más parecidos de lo
que pensamos; con mucho que decir y poco que decimos… cosas que se quedan en nuestra
garganta mientras lo tragamos casi con rabia, día tras día…

Rabia de no hablar, rabia del no decir cosas tan hermosas como que te amo, te amo en lo
profundo… y que lo siento, lo siento por hacerte tanto daño con mis palabras y actitudes… ¿Y cuál
es el sentido?

Lo siento por no demostrarte lo que realmente siento, lo siento por alejarme y defenderme; pero
es que tengo tanto miedo… por todo lo que soy, todo lo que amo… tengo miedo de que me odies,
de que no me entiendas, de que creas que soy solo caprichos y mañas.

Es el miedo que me consume y que no me deja hablar contigo, siempre temerosa de que lo que
diga te va a hacer pensar que estoy loca, que ya no soy tu niña chiquitita que iba al colegio con su
mochila azul esas mañanas lluviosas, que se despedía siempre con un beso y pensaba que eras un
superhéroe.

Pero Padre… yo aún soy esa niña. Aún lo soy… crecí y fui juntando cicatrices, pero aún soy esa niña
que bailaba y cantaba, que metía las manos a la tierra y que te ama profundamente como a nada
en este mundo… para siempre…

Así que ámame tú también, Padre, y permítete ser feliz. Te amo.

Вам также может понравиться