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1
La lechera
La hija de un granjero llevaba
un recipiente lleno de leche a
vender al pueblo, y empezó a
hacer planes futuros:
- Cuando venda esta leche,
compraré trescientos huevos.
Los huevos, descartando los
que no nazcan, me darán al
menos doscientos pollos.
2
Cuando esté en el baile todos los muchachos me pretenderán, y yo
los valoraré uno a uno.
Pero en ese momento tropezó con una piedra, cayendo junto con la
vasija de leche al suelo, regando su contenido.
Moraleja:
3
El caracolillo
Gustavillo.
Gustavillo era un caracolillo que
vivía feliz en el fondo del mar; se
mecía al ritmo de las corrientes
marinas, reposaba en la arena,
buscando algún rayo de sol y de
vez en cuando daba sus paseos.
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Gustavillo se lo pensó dos veces y al final decidió ser, como un
antepasado suyo un cangrejo ermitaño.
5
El cangrejo se quedó callado, salió de la casa y se perdió durante
varios días.
FIN
6
La gallina de los huevos de oro
Erase una vez un
granjero y su
esposa tenían una
gallina que ponía
un huevo de oro
cada día.
Supusieron que la
gallina debería
contener un gran
terrón del oro en
su interior, y para
tratar de
conseguirlo de una sola vez, la mataron.
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esperando llegar a ser ricos de una sola vez, se privaron en adelante
del ingreso del cual se habían asegurado día por día.
Érase una gallina que ponía un huevo de oro al dueño cada día.
¿qué sucedió?
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Que, muerta la gallina, perdió su huevo de oro, y no halló
mina.
9
Una lechuga no es un plato
Hay un gusano en mi plato!, dijo Matías haciendo gestitos con la
mano como para ahuyentarlo. El gusano primero miró el plato,
después miró a Matías y luego dijo:
10
Cuento infantil sobre
generosidad
- ¡Vaya! -pensó- No sólo es
bastante extraño y bonitos sus
colores, sino que también tiene muchas patitas. Debe estar
desorientado.
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Lo cargó sobre ella y la llevó al jardín. Don Gusano sintió el
airecito y fue feliz.
FIN
12
Caperucita Roja.
13
En un bosque muy lejos de aquí, vivía una alegre y bonita niña a la
que todos querían mucho. Para su cumpleaños, su mamá le preparó
una gran fiesta. Con sus amigos, la niña jugó, bailó, sopló las
velitas, comió tarta y caramelos. Y como era buena, recibió un
montón de regalos. Pero su abuela tenía una sorpresa: le regaló una
capa roja de la que la niña jamás se separó.
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creía que no había peligros, decidió cruzar el bosque para llegar
mas temprano.
Siguió feliz por el camino. Cantando y saludando a todos los
animalitos que cruzaban su camino. Pero lo que ella no sabía es
que escondido detrás de los árboles, se encontraba el lobo que la
seguía y observaba. De repente, el lobo la alcanzó y le dijo:
- ¡Hola Caperucita!
- ¡Hola señor lobo!
- ¿A dónde vas así tan guapa y con tanta prisa?
- Voy a visitar a mi abuela, que está enferma, y a la que llevo
frutas, pasteles, y una botella de vino dulce.
- ¿Y dónde vive su abuelita?
- Vive del otro lado del bosque. Y ahora tengo que irme sino no
llegaré hoy. Adiós señor
lobo.
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El lobo salió disparado. Corrió todo lo que pudo hasta llegar
a la casa de la abuela. Llamó a la puerta.
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- Son para verte mejor.
- Abuelita, ¡qué orejas más grandes tienes!
- Son para oírte mejor.
- Abuelita, ¡qué nariz más grande tienes!
- Son para olerte mejor.
17
Cuando entró en la casa y percibió todo lo que había
sucedido, abrió la barriga del lobo, salvando la vida de
Caperucita y de la abuela. Después, llenó piedras a la barriga
del lobo y la cosió. Cuando el lobo se despertó sentía mucha
sed. Y se fue a un pozo a beber agua. Pero al agacharse la
tripa le pesó y el lobo acabó cayendo dentro del pozo del que
jamás consiguió salir.Y así, todos pudieron vivir libres de
preocupaciones en el bosque. Y Caperucita prometió a su
mamá que jamás volvería a desobedecerla.
FIN
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Ricitos de Oro.
Ricitos de Oro. Cuentos infantiles para los niños
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Mientras los ositos estaban caminando por el bosque, apareció una
niña llamada Ricitos de Oro que, al ver tan linda casita, se acercó y
se asomó a la ventana.
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caso a la educación que le habían dado sus padres, la niña se lanzó
a probar la sopa.
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Probó la cama grande pero era muy alta. La cama mediana estaba
muy baja y por fin probó la cama pequeña que era tan mullidita y
cómoda que se quedó totalmente dormida.
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Después pasaron al salón y dijo papá oso:
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-¡Alguien se ha acostado en mi cama también!
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Desde ese momento, Ricitos de Oro nunca volvió a entrar en
casa de nadie ajeno sin pedir permiso primero. Y colorín
colorado, este cuento se ha acabado.
FIN
25
Esta es una fábula sobre la amistad: Érase una vez un ratón que
vivía en una humilde madriguera en el campo. Allí, no le hacía
falta nada. Tenía una cama de hojas, un cómodo sillón, y flores por
todos los lados.
26
Un día, su primo ratón que vivía en la ciudad, vino a visitarle. El
ratón de campo le invitó a comer sopa de hierbas. Pero al ratón de
la ciudad, acostumbrado a comer comidas más refinadas, no le
gustó.
Y además, no se habituó a la vida de campo. Decía que la vida en
el campo era demasiado aburrida y que la vida en la ciudad era más
emocionante.
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muchas ganas de ir, pero acabó cediendo ante la insistencia del otro
ratón.
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En el techo colgaba un oloroso jamón. Cuando los dos
ratones se disponían a darse un buen banquete, vieron a un
gato que se asomaba husmeando a la puerta de la madriguera.
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ratón de campo pensó que jamás cambiaría su paz por un
montón de cosas materiales.
FIN.
30
El gigante tragón. Cuentos
para niños
Érase una vez una abuelita que
vivía con sus tres nietas. Las tres
niñas ayudaban en las tareas del
hogar por el cariño que sentían a
su abuela.
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Cuento para niños
Nada más llegar, en la puerta y sin llegar a entrar, escuchó una voz
que cantaba:
- Pequeña, pequeñita, no vengas acá, tralará, tralará...
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-Muy bien abuela, se lo diré. En cuanto llegó a la puerta de la
bodega, justo antes de entrar, escuchó una voz que cantaba:
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Me falta poco abuelita, ya voy.
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-Ay Dios mío, mis niñas, seguro que ese gigante Tragón las
ha cogido... Pues la abuelita ya conocía al malvado gigante.
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En el momento que el gigante Tragón salía de la bodega
camino al bosque, todas las avispas empezaron a picotearle
sin parar. Éste salió corriendo temeroso de los picotazos y
olvidándose allá mismo del saco con las tres pequeñas.
FIN
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Blancanieves y los siete
enanitos. Cuentos infantiles
Cuentos tradicionales para niños
462compartidos
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llevó a Blancanieves al bosque pero cuando allí llegaron él sintió
lástima de la joven y le aconsejó que se marchara para muy lejos
del castillo, llevando en el cofre el corazón de un jabalí.
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platitos en la mesa, siete vasitos, y siete camitas en la alcoba,
dónde Blancanieves, después de juntarlas, se acostó quedando
profundamente dormida durante todo el día.
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Allí, cuando Blancanieves estaba sola, la malvada se acercó y
haciéndose pasar por buena ofreció a la niña una manzana
envenenada. Cuando Blancanieves dio el primer bocado,
cayó desmayada, para felicidad de la reina mala. Por la tarde,
cuando los enanitos volvieron del trabajo, encontraron a
Blancanieves tendida en el suelo, pálida y quieta, y creyeron
que estaba muerta.
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con el príncipe y expulsaron a la cruel reina del palacio, y
desde entonces todos pudieron vivir felices.
FIN
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Un pollito llamado Llito.
Hace muchos, muchos años, vivía con su familia un pollito
llamado Llito. Todos los días Mamá Gallina salía con sus pollitos a
pasear. Mamá Gallina iba al frente y los pollitos marchaban detrás.
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¡Pío, pío, pío, pío! - ¿Qué te pasa?, preguntó el gusanito.
- Mi mamá y mis hermanos se han ido y estoy perdido.
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- Jau, ¿hacia dónde se dirigen?, preguntó.
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El perro, el gato, el gusanito, Llito y su familia se abrazaron y
rieron de felicidad.
FIN
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