Вы находитесь на странице: 1из 7

Gabriella de Beer

Sus estudios se han centrado en el


análisis de la escritura de mujeres,
como su ensayo «Feminismo en
la obra de Rosario Castellanos»
(Revista de Crítica literaria lati-
noamericana). Durante los últimos
años se ha dedicado a la indagación
en la obra de escritoras mexica-
nas desde Elena Poniatowska a
predecesoras como Elena Garro,
y contemporáneas como María
Luisa Puga, Silvia Molina, Brian-
da Domecq, Carmen Boullosa o
Angeles Mastretta, y otros autores
BIOGRAFÍA, AUTOBIOGRAFÍA
mexicanos como José Vasconcelos
o la correspondencia entre Alfonso
Reyes y Pedro Henríquez Ureña.
Y FICCIÓN: EL CASO DE ELENA
Entre otras publicaciones destacan
Cinco escritoras mexicanas y con
Raquel Chang Rodríguez el volu-
PONIATOWSKA Y NELLIE CAMPOBELLO
men recopilatorio La historia en la
literatura iberoamericana.
GABRIELLA DE BEER
The City College of New York (CUNY)

1 Los términos biografía y autobiografía se decir, reinventa su propia vida»3. Por su parte,
Richard D. Woods, Mexican Au-
tobiography/La autobiografía prestan a varias definiciones e interpretacio- Sylvia Molloy señala acertadamente que «la
mexicana, New York, Greenwo- nes y como géneros a diversas elaboracio- autobiografía siempre es re-presentación y no
od Press, 1988, p. xxi.
nes. Biografía es la historia de un personaje depende de los acontecimientos sino de la ar-
2 histórico contada por otro; autobiografía es ticulación de los acontecimientos guardados
Ibid., p. xxiii. la historia relatada por su protagonista. Este en la memoria y reproducidos luego a través
3 segundo término ha preocupado más a los de la rememoración y la verbalización»4.
Ibid., p. viii. estudiosos de la literatura hispanoamericana.
4 En cuanto a la literatura mexicana, el profesor ANGELINA BELOFF REPRESENTADA
Sylvia Molloy, At FACE value: Richard D. Woods hizo una compilación de POR ELENA PONIATOWSKA
autobiographical writing in
Spanish America, Cambridge,
autobiografías mexicanas que abarca más de
Cambridge University Press, trescientas fichas, desde la colonia hasta la Cuando abordamos Querido Diego, te
1991, p. 5. La traducción de década de los ochenta del siglo XX. En este abraza Quiela (1978) de Elena Poniatowska
todas las citas de la obra de
Sylvia Molloy es mía. útil libro el autor intenta aclarar el término (1933) y las Memorias (1986) de Angelina
autobiografía separando sus diversas elabora- Beloff (1879-1969) nos intriga el roce de
5
Véase, Bertram D. Wolfe, The ciones en categorías. De acuerdo con Woods biografía, autobiografía y ficción. Esta novela
Fabulous Life of Diego Rivera, la autobiografía es el esfuerzo del sujeto por epistolar de Elena Poniatowska, inspirada en
NewYork, Stein and Day, 1963.
presentar todas las etapas de la vida desde la la biografía de Diego Rivera por Bertram D.
perspectiva de la madurez mientras la memo- Wolfe5 la conforman doce cartas ficcionaliza-
ria se limita a un período de la vida; esta úl- das, fechadas entre 1921 y 1922, y dirigidas a
tima generalmente incluye años significativos Diego, quien está en México, por Angelina,
del autor como, por ejemplo, su participación quien está en París. Inmediatamente nos pre-
en un evento histórico1. Según Woods, otras guntamos por qué la autora escogió la forma
categorías posibles son la autobiografía oral o espistolar para novelar este breve período en
autobiografía narrada, obra que resulta de la la vida de Angelina Beloff.
colaboración de un autor y su sujeto, la nove- La carta es un instrumento que vacila
la autobiográfica, el ensayo autobiográfico y entre el pasado, al releerla, y el futuro, al
la autobiografía basada en entrevistas2. Ray- presuponer el deseo de una respuesta o la
mundo Ramos en el «Estudio preliminar» a su realización de un deseo. Esta característica
Memorias y autobiografías de escritores mexi- distingue al género de la autobiografía y
canos, una antología de selecciones breves, del diario. Para Juan Bruce-Novoa la carta
también se ocupa de estas definiciones. Según les permite a Poniatowska y a Angelina
Biografía, autobiografía y ficción:
el caso de Elena Poniatowska y su criterio, «memorias son diarios con pers- Beloff, espíritus afines y conectados por el
Nellie Campobello pectiva» en las que «el escritor recuerda, es acto de la escritura, participar en un diálogo
GABRIELLA DE BEER

42
de transformación, liberación y solidaridad vida que compartieron le pregunta si todavía
femenina. Esta opinión concuerda con la de la quiere: no emprendería el viaje a México
Claudia Schaefer para quien Poniatowska «si ya no sientes nada por mí o si la mera idea
es intermediaria y punto focal de la obra de mi presencia te incomoda»12. Todavía el
porque emplea el género epistolar como base 2 de febrero ofrece ir a México a trabajar, a
de la metamorfosis del personaje que va ayudarle; no quiere ser un estorbo13. Cree que
de la historia al texto literario. Las cartas los dos juntos, como en los años compartidos
de Querido Diego, te abraza Quiela no en París, pueden realizarlo todo. Califica los
equiparan la literatura y la historia reflejando años parisinos como «los mejores de mi vida.
la realidad objetiva: ofrecen en su lugar la Si se me concediera volver a nacer, volvería
Nellie Campobello.
interpretación subjetiva. La subjetividad es a escoger esos diez años, llenos de dolor
lo más distintivo de la carta; ésta reduce y felicidad que pasé contigo, Diego»14. En
el tiempo y lo concentra en momentos varias de las comunicaciones Angelina habla
para expresar una crisis en el desarrollo del de su trabajo, sus grabados e ilustraciones 6
personaje. Además, la autora de una carta para casas editoriales y le envía a Diego sus Elena Poniatowska, Querido
Diego, te abraza Quiela, Méxi-
puede expresarse de manera no censurada dibujos en busca de su aprobación. Después co, Era, 1978, p. 9.
porque el destinatario no está presente. Las de cinco meses, el 22 de julio de 1922, le dirige
cartas de Querido Diego, te abraza Quiela su última carta en la cual describe el dolor que 7
Ibid., p. 10.
forman un monólogo autoexploratorio ya que sufre por su silencio, por la falta de siquiera
la reciprocidad inherente al género epistolar una línea y por su situación económica preca- 8
Ibid., p. 17.
no se realiza. ria. Está enterada de su nuevo amor y ya no
Las doce cartas noveladas de Querido piensa escribir pero sí quiere una respuesta. 9
Ibid., p. 23.
Diego, te abraza Quiela varían en cuanto En una posdata le pregunta, «¿qué opinas de
a extensión y tono. Con la excepción de la mis grabados»15? 10
última, escrita después de un lapso de más de A través de la obra de Elena Poniatowska Ibid., p. 25.

cinco meses, las otras siguen una frecuencia vemos, escuchamos y nos imaginamos los 11
de entre ocho y quince días de intervalo. Las sentimientos más íntimos de una mujer tierna, Ibid., p. 39.
tres primeras cartas—19 de octubre, 7 de no- amorosa, orgullosa y fuerte. Las cartas captan 12
viembre y 15 de noviembre de 1921—son la el ansia de Angelina Beloff, sus cambios de Ibid., p. 46.
expresión de una mujer sufrida, abnegada y humor, sus instantes de conciencia de sí mis- 13
carente de autoestima: su vida sin Diego no ma, su fuerza de carácter, su amor profundo Ibid., p. 65.
vale nada. Entre unos rayos de esperanza dice: por Diego y su admiración por él como artista
14
«yo podría borrarme con facilidad»6, «per- brillante. Forman una visión breve de Angeli- Ibid., p. 68.
dona la debilidad de tu mujer»7, «sin ti, soy na Beloff en un momento crítico de su vida; a
15
bien poca cosa, mi valor lo determina el amor la vez ofrecen el retrato de una exiliada en un Ibid., p. 71.
que me tengas y existo para los demás en la mundo y una cultura extranjeros, y su lucha
16
medida en que tú me quieras»8. Las próximas por establecerse y lograr su independencia Se comunicaron en francés, len-
cartas—2 de diciembre, 17 de diciembre, 23 como profesional. gua que ella hablaba bien y
de diciembre y 29 de diciembre de 1921—por él mal.

la mayor parte se concentran en su propia ANGELINA BELOFF VISTA POR ELLA


carrera de artista que ocupó, durante su vida MISMA
con Diego, un lugar secundario. Describe en-
tonces un estado de frenesí en el cual asume el En 1986, a los ocho años de la publicación
cuerpo de Diego y se posesiona de su espíritu: de Querido Diego, te abraza Quiela, aparecen
«eras tú y no yo el que estaba dentro de mí, las Memorias de Angelina Beloff. Son unas
que este deseo febril de pintar provenía de ti y memorias inconclusas, escritas casi completa-
no quise perder un segundo de tu posesión»9. mente en francés en la década de los sesenta
Sin embargo, este sentimento lo mitiga la falta cuando la pintora tenía más de ochenta años.
de fe en sí misma: «… y yo tengo la absoluta En unas cuantas páginas resume los treinta
conciencia de que no llegaré mucho más lejos primeros años de su vida en Rusia e inme-
de lo que soy»10, y «no sólo he perdido a mi diatamente pasa a sus experiencias en París
hijo, he perdido también mi posibilidad crea- y su encuentro con Diego Rivera durante un
dora, ya no sé pintar, ya no quiero pintar»11. viaje a Brujas (Bélgica) con la artista María
Las cuatro cartas que siguen—2 de ene- Blanchard. A pesar de la dificultad de comu-
ro, 17 de enero, 28 de enero y 2 de febrero nicarse en una lengua que los dos dominaran16 Biografía, autobiografía y ficción:
el caso de Elena Poniatowska y
de 1922—parecen conversaciones imaginarias los intereses comunes forjaron la atracción Nellie Campobello
con Diego o con ella misma. Al rememorar la mutua. Se reunieron en París, primero como GABRIELLA DE BEER

43
17 novios; finalmente se casaron en junio de otro aspecto de su carrera. Para ella lo esen-
En 1986 la revista Plural publi-
có dos cartas inéditas (18 de 1911, después de una separación de un año cial fue su propia sobrevivencia. A través de
septiembre de 1910 y 1ro de para reflexionar17. En sus Memorias Angelina su vieja amiga María Blanchard conoció a un
marzo de 1911) de Diego Rivera
a Angelina Beloff.
nos retrata el período efervescente, antes de la primo mexicano de ella, Germán Cueto. Éste
primera guerra mundial, cuando París era el la convenció que se trasladara a México; y en
18 centro de los nuevos movimientos artísticos. mayo de 1932 Angelina Beloff desembarcó
Angelina Beloff, Memorias,
trad. Gloria Taracena, México, Menciona a los artistas que conocieron, entre en Veracruz.
UNAM/SEP, 1986, p. 40. ellos, Picasso, Matisse, Modigliani; al juzgar Beloff comenzó así una nueva etapa de su
19 el carácter voluble de Diego y su incapacidad vida. Por intermedio de Palma Guillén, que
En Madrid frecuentaban la casa de sostener una relación, comenta percepti- ocupaba un puesto en el Ministerio de Edu-
de Alfonso Reyes, Martín Luis
Guzmán y Jesús T. Acevedo, vie-
vamente que «su amistad con la gente solía cación Pública, consiguió trabajo de maestra
jos amigos y colegas de la época durar más que la de Diego»18. Cuando estalló de arte e hizo juguetes y muñecos; al mismo
del Ateneo de la Juventud. Diego la guerra en 1914 los dos estaban en España tiempo se dedicaba a pintar y a grabar. Con-
continuó sus pinturas cubistas
empleando colores y texturas donde permanecieron por varios meses19. El fesó que de cierto modo su éxito se debió a
aún más brillantes. Beloff nos di- nacimiento de su hijo, en agosto de 1916, la haber sido la «primera mujer de Diego Ri-
ce que en una galería madrileña
los críticos rieron escandalizados infidelidad de Diego, la trágica muerte del vera»25. Menciona de manera muy prosaica
y el público no pudo más que niño a los 14 meses de edad—probablemente haber visto sus frescos en el Palacio de Cortés
mirar con asombro esas pinturas
de Rivera. La crítica describió un
el período más traumático de la vida de An- en Cuernavaca y en Chapingo y también sus
lienzo de un paisaje de Mallorca gelina—nos lo narra medio siglo después de retratos de Zapata, Hidalgo y Morelos. Co-
como «un viaje al interior de una una manera escueta, directa y sin revelar el menta además: «me producía gran satisfacción
sandía» (p. 51).
agudo dolor de esas viejas heridas. En menos ver que Diego era realmente el gran pintor,
20 de una página nos cuenta cómo Diego entró aquél de quien yo había descubierto su excep-
Beloff, op. cit., p. 56.
en relaciones con una artista rusa cuando ella cional talento y con quien viví los diez años
21 todavía estaba internada en la clínica después que estuve en París»26.
Ibid., p. 57.
del nacimiento del hijo. Cuando rememora la La activa y fructífera etapa mexicana de
22 experiencia dice escuetamente: «no quiero ha- Angelina Beloff abarcó unos 37 años. Par-
Ibid., p. 60. blar más de aquello»; al describir la reconcilia- ticipó plenamente en la vida cultural de su
23 ción, comenta: «todavía lo amaba demasiado país adoptivo: por su temprana relación con
Ibid., p. 62. para no aceptarlo otra vez»20. Y sobre el otro Diego y con sus amigos y colegas mexicanos,
24 doloroso suceso que siguió—la muerte de México no fue para ella un país ni descono-
Ibid., p. 67. Dieguito en octubre de 1917 de una pulmonía cido ni extranjero. Había llegado a amarlo
25
bronquial—lo resume con sencillez al obser- primero indirectamente, y después con todas
Ibid., p. 84. var: «la vida continuó como antes»21. sus emociones. Su viaje a México no fue un
26
En sus Memorias Beloff subordina las pro- intento de perseguir a Rivera ni de reanudar
Ibid., p. 86. pias emociones a su deseo de describir el de- su contacto con él. Beloff trabajó para el
sarrollo artístico de Rivera. Nos informa, por Ministerio de Educación Pública, dio clases
27
Su libro Muñecos animados, un ejemplo, que en 1918 el mexicano abandonó de dibujo, enseñó francés, ilustró la revista
estudio ilustrado de este estilo el cubismo para dedicarse a paisajes, natura- El Maestro Rural y colaboró con el «teatro
teatral, fue publicado en 1945.
lezas muertas y retratos mientras ella aten- guiñol»27. Su obra se exhibió frecuentemente
dió a «trabajos secundarios»22. Comprendió en galerías y, en 1967, en el Palacio de Bellas
entonces la naturaleza volátil de Rivera. Por Artes. Trabajó con dibujo a pluma, grabado
ello explica así su relación: «pienso que aque- en metal y madera, pinturas al pastel y óleos.
lla comunidad de intereses hizo que nuestra Al igual que su temperamento, su arte fue
vida juntos durara diez años»23. En junio de delicado y tranquilo, a menudo con líneas
1921 Diego partió a México. Angelina cuenta sencillas, blanco y negro o tonos claros. An-
como pasó los próximos once años tratando gelina Beloff murió en México en 1969 a la
de establecer una vida independiente. En sus edad de 90 años.
Memorias, con la excepción de comentar que En sus Memorias, Beloff, ya avanzada en
«Diego se había ido en junio de 1921; me años, nos proporciona una representación
escribía y me contaba de los murales que le lingüística que complementa su obra artís-
habían encargado»24, no hay otra mención de tica. Su estilo es tranquilo y directo: no hay
cartas intercambiadas, ninguna reminiscencia indignación ni amargura, ninguna cuenta que
de los buenos tiempos que compartieron, ni ajustar, ningún historial que rectificar, ningu-
esperanza explícita de una reconciliación. Pa- na angustia que consignar para la posteridad.
Biografía, autobiografía y ficción: ra Angelina la partida de Diego respondiendo Beloff había hecho las paces con ella misma
el caso de Elena Poniatowska y
Nellie Campobello a la invitación (1921) de José Vasconcelos, hacía mucho. Sus palabras reflejan la fuerza
GABRIELLA DE BEER Ministro de Educación Pública, no fue sino de su carácter, su independencia y el orgullo

44
en su propia obra. Vemos y escuchamos a una su ventana»30. Al leer Cartucho, libro de 56
mujer práctica, moderna para su época, nunca relatos o estampas, y Las manos de Mamá,
impulsiva. Más que nada posee una extraor- obra de 17 fragmentos, nos preguntamos in-
dinaria capacidad de adaptación. Como todas mediatamente si son verdaderas memorias de
las autobiografías o memorias, éstas también la niñez o cuentos recordados y retocados31.
son selectivas y aún más por permanecer Campobello nos dice en el «Prólogo» de Mis
inconclusas. En cuanto a las Memorias de libros (1960)32 que concibió Cartucho con el
Beloff, vale resaltar que, con la excepción de propósito de poner las cosas en orden, de
las últimas páginas escritas en español, el texto referir esa etapa de la Revolución tal como la
(escrito en francés) fluye fácilmente de un su- vio y la vivió, y de ensalzar las virtudes y el
ceso importante al otro. No hay revelaciones heroísmo de Francisco Villa y sus soldados
sensacionales, ni tampoco los lamentos de una a quienes se les había vilipendiado. Propone
mujer abandonada por el único hombre que su relato como la «verdadera» historia de la
amó. Al contrario, la narradora reconoce el guerra civil en el norte de México:
genio de Diego Rivera y el papel que desem-
peñó en su propio desarrollo profesional. Las narraciones de Cartucho,…, son verdad históri-
Al equiparar Querido Diego, te abraza ca, son hechos trágicos vistos por mis ojos de niña
Quiela con las Memorias estamos frente a en una ciudad, como otros ojos pudieron ver hechos 28
Molloy, op. cit., p. 8.
dos percepciones muy distintas. La obra de análagos en Berlín o Londres durante la Guerra
Elena Poniatowska nos da una visión breve de Mundial; caso igual para mi pequeño corazón, que 29
Elena Poniatowska, Las siete
Angelina en un momento crítico de su vida; la lloraba sin lágrimas33. cabritas, México, Era, 2000,
de Beloff proporciona una visión prolongada p. 157.
porque los eventos traumáticos asumen las En 1958, en una entrevista que le hicie-
30
proporciones que les da la perspectiva. Acier- ra Emmanuel Carballo, Campobello habló Ibid., p. 168.
ta Molloy cuando dice que en las autobiogra- nuevamente de Cartucho y dijo de modo
31
fías «el pasado evocado es moldeado por la terminante: Para un estudio comprensivo de
imagen de sí mismo guardada en el presente: las varias ediciones, de la crítica
y una bibliografía general y
la imagen que el autobiógrafo tiene, la que Lo escribí para vengar una injuria. Las novelas que específica, véase, Blanca Rodrí-
él o ella quiere proyectar o la que el público por entonces se escribían, y que narran hechos gue- guez, Nellie Campobello: eros
exige»28. Ambas obras se complementan y rreros están repletas de mentiras contra los hombres y violencia, México, UNAM,
1998.
comparten elementos ficticios. Si ponemos de la Revolución, principalmente contra Francisco
de lado la verosimilitud de lo expresado por Villa. Escribí en este libro lo que me consta del villis- 32
Citamos la obra de Nellie Cam-
Poniatowska y de los detalles evocados por mo, no lo que me han contado34. pobello por esta edición: Nellie
Beloff, nos quedamos con un retrato de esos Campobello, Mis libros, México,
Compañía General de Edicio-
años en Francia, España y México sumamente Para nosotros, más que evocaciones o im- nes, 1960.
importante para la historia del arte moderno. presiones de su niñez, estos cuentos son ver-
Asimismo, presenciamos el rico ambiente y siones estilizadas de recuerdos y de episodios 33
Ibid., p. 17.
las influencias mutuas que produjeron a un relatados a la escritora; ella a su vez los recreó
Diego Rivera y a una Angelina Beloff. Am- adaptándolos a cierto estilo. Las estampas que 34
Emmanuel Carballo, «Nellie
bas obras ofrecen el testimonio de una mujer a primera vista parecen frías e indiferentes, Campobello», en Protagonistas
valiente que, a pesar de un gran desengaño, brutales y primitivas, crueles e infantiles, están de la literatura mexicana, Méxi-
co, SEP, 1986, p. 417.
siguió adelante y logró una nueva vida inde- intencionalmente concebidas para sobresaltar
pendiente. al lector con la normalidad de lo absurdo, la 35
indiferencia ante lo cruel y lo corriente de lo Campobello, op. cit., p. 16.

LAS «MEMORIAS» DE NELLIE CAM- horrible. La escritora ha aludido en más de


POBELLO: CARTUCHO una ocasión a la búsqueda de una estructura
adecuada para sus cuentos: «Me propuse des-
Nellie Campobello (1900-1986), una de de aquel momento, aclarar, hablar las cosas
Las siete cabritas de Elena Poniatowska, nos que yo sabía, y así lo expuse a mis amigos.
hunde plenamente en la cuestión de biografía, Pero quererlo no me hacía capaz; necesitaba
autobiografía y ficción con sus obras Car- yo una disciplina»35. La palabra «disciplina»
tucho (1931) y Las manos de Mamá (1937). con sus connotaciones de exactitud, rigor
Elena Poniatowska observa que «las nove- y forma, constituye la esencia estilística de
las de Nellie son autobiográficas»29. Añade Cartucho. En esto concordamos con Kemy
que sus dos principales obras «son libros de Oyarzún cuando apunta certeramente que «la Biografía, autobiografía y ficción:
el caso de Elena Poniatowska y
memorias, los atroces recuerdos de una niña escritura de Nellie Campobello no tiene nada Nellie Campobello
que ve a la muerte pasar todos los días bajo de ‘espontáneo’ ni ‘natural’. La elección del GABRIELLA DE BEER

45
36 género es resultado de una auténtica batalla tiempo, es una figura de carne y hueso, un ser
Kemy Oyarzún, «Identidad fe-
menina, geneología mítica, his- por la forma… hace una elección consciente al humanitario capaz de lágrimas y compasión.
toria: Las manos de Mamá», en recurrir a la autobiografía»36. Para otro críti- El general se presenta también como un jefe
Sin imágenes falsas, sin falsos
espejos: narradoras mexicanas
co, Max Parra, el estilo de Nellie Campobello carismático cuyas palabras más insignificantes
del siglo XX, ed. Aralia López es un intento deliberado de «reproducir la eran mandatos obedecidos inmediatamente.
González, México, El Colegio de percepción y el impacto psicológico que tu- Cuando en «La voz del general» les pide a 500
México, 1995, p. 63.
vieron los sucesos de sangre y de muerte en la hombres que lo acompañen—«Hay que irnos
37 conciencia personal y colectiva»37. a auxiliar a los muchachos, están apurados,
Max Parra, «Memoria y guerra
en Cartucho de Nellie Cam- Como narradora Nellie Campobello apa- los changos están sobre ellos. Vámonos»45—el
pobello», Revista de Crítica Li- rece en su obra de dos maneras: como tes- efecto fue más un reflejo que una reacción
teraria Latinoamericana, 24:47
(1998), p. 167.
tigo de un suceso, comparte con el lector razonada. Los hombres se levantaron en
sus observaciones empleando una expresión conjunto; dejan todo para acudir a la llamada
38 directa y compacta; otras veces figura como del jefe.
Estos conceptos se encuentran
más elaborados en el estudio de participante. Son dos papeles distintos: en el
Laura Cazares H. primer caso es una persona mayor que recuer- LAS MANOS DE MAMÁ: LA REVOLU-
39 da a la niña; en el otro es la niña-personaje CIÓN COMO HISTORIA FAMILIAR
Campobello, op. cit., p. 71. del relato38. Como el año 1900 se estableció
40
recientemente como la fecha de nacimiento La madre de Nellie Campobello, su per-
Ibid., pp. 89-90. de Campobello, podemos descartar la idea de sona y su espíritu, marcan las páginas de
41
que sus escritos son los de una niña o de una Cartucho de tal modo que su obra más lírica,
Ibid., p. 103. adolescente. Pertenecen a una joven formada Las manos de Mamá, publicada unos seis años
quien elaboró el estilo con el propósito de después, parece ser una consecuencia natural
42
Ibid., pp. 125-126. crear un efecto particular. de la colección anterior. La Mamá de Cartu-
Los diversos episodios de Cartucho están cho es la fuerza, el apoyo y el consuelo de la
43
Ibid., p. 145.
unidos por el tema de la brutalidad de una familia. Ni el temor al abuso verbal o físico,
lucha que enfrenta a mexicano contra mexi- ni la constante intrusión de la guerra hace que
44 cano; en su inmenso alcance ésta envuelve su espíritu se doblegue o que su autoridad
Ibid., p. 173.
también a la población civil. Cada episodio desfallezca. Descuella como mujer y madre
45 de Campobello expresa sucintamente cómo dispuesta a enfrentarse a todo un ejército, si
Ibid., p. 155.
se convive con la guerra, quiénes son sus fuera necesario, para proteger hogar y familia.
46 víctimas. Así, los muertos y heridos de la Cuando los federales entraron a su casa en «El
Ibid., pp. 97-98.
Revolución pueblan las páginas de Cartucho. general Rueda»46, y la amenazaron con que-
47 En «El fusilado sin balas»39, Catarino Acosta marla a menos que entregara armas y dinero,
Ibid., p. 97. es torturado y lo dejan en la calle para morir solamente pidió que no tocaran a sus hijos.
48 sin el beneficio del tiro de gracia; Babis de «La Después que destrozaron la casa, la madre
Ibid., pp. 105-107. sentencia de Babis»40, el vendedor de dulces quedó orgullosamente sin lágrimas y callada.
49 en la tienda de la esquina, fue encarcelado y En palabras de la autora, «los ojos de Mamá
Ibid., p. 105. quemado vivo; en «Desde una ventana»41, un hechos grandes de Revolución, no lloraban, se
50
soldado anónimo que suplica clemencia es fu- habían endurecido recargados en el cañón de
Ibid., p. 115. silado y nadie recoge el cadáver por tres días; un rifle de su recuerdo»47.
51
Perfecto Olivas, arropado en un sarape gris, La madre de Campobello con frecuencia
Id. es derribado por una lluvia de balas en «Las es la fuente de las estampas. Más de una vez
águilas verdes»42; Samuel Tamayo, temeroso y la autora afirma que lo descrito se lo contó su
52
Ibid., pp. 117-118. hasta tímido, abrazó la muerte tal como había madre. Por ejemplo, en «Los hombres de Ur-
eludido la vida en «El cigarro de Samuel»43. bina»48, la primera oración es: «Le contaron a
Como narra Campobello en «Las hojas de Mamá todo lo que había pasado»49; cuando se
Martín López»44, este segundo de Villa muere sitió la ciudad y se saquearon las casas en «La
violentamente y más tarde es desenterrado camisa gris»50 las últimas líneas atribuyen la
por los carrancistas quienes le temían incluso estampa a Mamá: «Cuentos para mí, que no
después de muerto. olvidé. Mamá los tenía en su corazón»51. En
Además de los nombrados y los anónimos, otras ocasiones, por ejemplo, en «La sonrisa
hay dos figuras cuya presencia actúa como de José»52, el episodio captado por la estampa
común denominador en Cartucho: Francisco se lo contó a Mamá otra persona, y ésta a su
Villa y la madre de la escritora. Ellos son los hija.
Biografía, autobiografía y ficción: hilos conductores de los escritos de Cam- Las manos de Mamá es una especie de
el caso de Elena Poniatowska y
Nellie Campobello pobello. El Villa de Nellie Campobello es canto o elogio a la madre de la autora. En esta
GABRIELLA DE BEER más que nada militar, soldado y jefe; al mismo obra ella es la figura central. Mientras que en

46
Cartucho es fuerte, orgullosa y valiente ante cotidiano para los hombres, las mujeres y los 53
Ibid., pp. 207-208.
la guerra civil, aquí es evocada como amable, niños que la vivieron. Su estilo fragmentario
tierna, cariñosa y juguetona. Campobello se y a veces ingenuo, sus impresiones de los 54
Ibid., pp. 223-226.
refiere a su progenitora como «Ella»: «Ella» acontecimientos casuales y la falta de expli-
dio belleza y juventud a sus hijos; «Ella» caciones o interpretaciones constituyen la 55
creatividad de Nellie Campobello. La Mamá Ibid., p. 223.
proporcionó el calor y el consuelo necesarios
para soportar lo insoportable. Su persona, de Las manos de Mamá tampoco se retrata 56
simbolizada por sus manos y su falda, formó con precisión; su figura se esboza. Cuando Doris Meyer, «Nellie Campo-
bello´s Las manos de Mamá:
una coraza protectora que nada ni nadie podía Campobello cuenta la historia de su madre a Rereading», Hispania, 68
destruir: «La falda de Ella era el refugio salva- desde la selectiva memoria filial también nos (december 1985), p. 738.
dor. Podía llover, tronar, caer centellas, soplar narra su propia historia. El lector no puede 57
huracanes: nosotros estábamos allí, en aquella ni debe aceptar la verosimilitud de todos los Ibid., p. 749.
puerta gris, protegidos por Ella»53. Esta madre hechos presentados. En obras autobiográficas
fue cabeza de familia en todos los sentidos y biográficas intervienen elementos ficticios,
de la palabra, y muy en especial después de ya sea por falta de confiabilidad del recuerdo
la muerte del padre, durante la Revolución. o por el propósito específico del autor. Esto se
Las manos de Mamá es una obra pletórica de evidencia en la imagen de Angelina Beloff de
amor y admiración por una mujer de firmeza Elena Poniatowska, en la imagen que la artista
y fe. Pero en sus páginas también aparecen rusa da de ella misma, y en la representación
escenas de horror y de muerte distintas y a la de la madre y de la narradora en las obras de
vez parecidas a las de Cartucho. El ritmo de Nellie Campobello.
estas estampas es más lento y las descripcio-
nes, generalmente brutales, son más extensas. BIBLIOGRAFÍA
En «El mudo»54, el hermano de Nellie perdió
una mano como resultado de un balazo y Ma- Beloff, Angelina. Memorias. Trad. Gloria Ta-
má recogió los dedos y «los tenía guardados racena. México: UNAM/SEP, 1986.
en un frasco de alcohol donde nadaban como Bruce-Novoa, Juan. «Subverting the
pececillos contentos»55. Dominant Text: Elena Poniatowska’s
En su estudio de esta obra Doris Meyer Querido Diego». Knives and Angels:
nos sumerge en la cuestión de biografía y Women Writers in Latin America. Ed.
autobiografía. Para ella, «la madre de Cam- Susan Bassnett. London: Zed Books, 1990.
pobello es el sujeto de una biografía selecta y 115-31.
fragmentaria narrada desde el foco emocional Campobello, Nellie. Mis libros. México:
y movedizo de la memoria filial»56. Según Compañía General de Ediciones, 1960.
Meyer, Campobello nos relata la vida de su Carballo, Emmanuel. «Nellie Campobello».
madre para dar sentido a su propia vida; al Protagonistas de la literatura mexicana.
hacerlo, refleja la relación entre el biógrafo México: SEP, 1986.
y el autobiografiado de manera que la «bio- Cazares H., Laura. «Eros y Tanatos: infan-
grafía se transforma en autobiografía cuando cia y revolución en Nellie Campobello».
el yo se identifica y crea al otro»57. De este Escribir la infancia: narradoras mexicanas
modo Campobello recrea su propia identidad contemporáneas. Eds. Nora Pasternac,
y a la vez rescata la de su madre del olvido Ana Rosa Domenella y Luzelena Gutiér-
histórico. rez de Velasco. México: El Colegio de
Como en el caso de Querido Diego, te México, 1996. 37-58.
abraza Quiela de Elena Poniatowska y las D’Lugo, Carol Clark. The Fragmented Novel
Memorias de Angelina Beloff, Cartucho y in Mexico: The Politics of Form. Austin: U.
Las manos de Mamá de Nellie Campobe- of Texas P., 1997.
llo no encajan en categorías establecidas. Jörgensen, Beth E. The Writings of Elena Po-
Concordamos con Sylvia Molloy cuando niatowska. Austin: U. of Texas P., 1994.
subraya que las imágenes guardadas en el Meyer, Doris. «Nellie Campobello’s Las
presente moldean las pasadas. Las obras de manos de Mamá: A Rereading.» Hispania,
Campobello son autobiográficas y biográfi- 68 (December 1985): 747-52.
cas, creadas conscientemente con elementos Molloy, Sylvia. At Face Value: Autobiographi-
ficticios para cumplir con el próposito de cal Writing in Spanish America. Cam-
la escritora. En Cartucho, Campobello nos bridge: Cambridge UP, 1991. Biografía, autobiografía y ficción:
el caso de Elena Poniatowska y
retrata el mundo caótico de la Revolución Oyarzún, Kemy. «Identidad femenina, ge- Nellie Campobello
en el cual vida y muerte forman el ambiente neología mítica, historia: Las manos de GABRIELLA DE BEER

47
Mamá». Sin imágenes falsas, sin falsos es- Letters in Elena Poniatowska’s Querido
pejos: narradoras mexicanas del siglo XX. Diego, te abraza Quiela and Gaby Brim-
Ed. Aralia López González. México: El mer». Textured Lives: Women, Art, and
Colegio de México, 1995. 51-75. Representation in Modern Mexico. Tus-
Parra, Max. «Memoria y guerra en Cartucho con: U. of Arizona P., 1992. 61-87.
de Nellie Campobello». Revista de Crítica Sifuentes-Jauregui, Ben. «Loss, Identifica-
Literaria Latinoamericana 24.47 (1998): tion and Heterosexual Tendencies in Po-
167-186. niatowska’s Querido Diego, te abraza
Poniatowska, Elena. Querido Diego, te abra- Quiela». Latin American Literary Review
za Quiela. México: Era, 1978. 29.57 (Jan.-June 2001): 71-86.
— Las siete cabritas. México: Era, 2000. Unruh, Vicky. «Choreography With Words:
Ramos, Raymundo, ed. Memorias y autobio- Nellie Campobello’s Search for a Writer’s
grafías de escritores mexicanos. México: Pose». Performing Women and Modern
UNAM, 1967. Literary Culture in Latin America. Aus-
Rivera, Diego. «Cartas inéditas de Diego tin: U. of Texas P., 2006.
Rivera a Angelina Beloff». Plural: Revis- Wolfe, Bertram D. The Fabulous Life of
ta Cultural de Excélsior 180 (septiembre Diego Rivera. New York: Stein and Day,
1986): 56-63. 1963.
Rodríguez, Blanca. Nellie Campobello: eros y Woods, Richard D. Mexican Autobiography/
violencia. México: UNAM, 1998. La autobiografía mexicana. New York:
Schaefer, Claudia. «Updating the Epistolary Greenwood Press, 1988.
Canon: Bodies and Letters, Bodies of

Biografía, autobiografía y ficción:


el caso de Elena Poniatowska y
Nellie Campobello
GABRIELLA DE BEER

48

Вам также может понравиться