Вы находитесь на странице: 1из 28

Expediente N° AP42-R-2008-000840

Juez Ponente:

EMILIO RAMOS GONZÁLEZ

El 13 de mayo de 2008, se recibió en la Unidad de Recepción y Distribución de Documentos (URDD) de las


Cortes de lo Contencioso Administrativo, el Oficio N° 492-08 de fecha 28 de abril de 2008, emanado del
Juzgado Superior Quinto de lo Contencioso Administrativo de la Región Capital, anexo al cual remitió el
expediente contentivo del recurso contencioso administrativo de nulidad interpuesto por el abogado Enrique
Aguilera Ocando, inscrito en el Inpreabogado bajo el N° 23.506, actuando con el carácter de apoderado judicial
de la sociedad mercantil FULLMASTER CLEAN, C.A., inscrita en el Registro Mercantil Quinto de la
Circunscripción Judicial del Distrito Capital y Estado Miranda de fecha 9 de abril de 2001, bajo el N° 64, Tomo
530-A Qto., contra la “Providencia Administrativa designada US-DCV/007/2006 emanada de la DIRECCIÓN
ESTADAL DE SALUD DE LOS TRABAJADORES (DIRESAT) DISTRITO CAPITAL, VARGAS y
MIRANDA de fecha 17 de mayo de 2006, e igualmente la nulidad de decisión contenida en el Recurso
Jerárquico intentado contra la mencionada Providencia Administrativa número RJ-US-024-2006 de fecha 12 de
julio de 2006”.

Remisión que se efectuó en virtud del recurso de apelación interpuesto por el apoderado judicial de la parte
recurrente contra la sentencia dictada en fecha 6 de marzo de 2008 por el referido Juzgado Superior, mediante
el cual se declaró sin lugar el presente recurso de nulidad.
En fecha 26 de mayo de 2008, se dio cuenta a esta Corte Segunda de lo Contencioso Administrativo y, por auto
de esa misma fecha, se dio inicio a la relación de la causa, de conformidad con lo establecido en el artículo 19
aparte 18 de la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia y, se designó ponente al Juez Emilio Ramos
González.
El 10 de junio de 2008, los apoderados judiciales de la parte recurrente presentaron escrito de fundamentación a
la apelación.

El 30 de junio de 2008, comenzó el lapso de cinco (5) días de despacho para la promoción de pruebas, el cual
venció el 7 de julio de 2008.

El 17 de julio de 2008, se fijó el acto de informes en forma oral para el día jueves 26 de marzo de 2008 a las
11:00 de la mañana, de conformidad con lo establecido en el artículo 19 aparte 21 de la Ley Orgánica del
Tribunal Supremo de Justicia de la República Bolivariana de Venezuela.
El 25 de marzo de 2009, se difirió para el 22 de abril de 2009 a las 11:00 de la mañana, la oportunidad para que
tenga lugar el acto de informes en forma oral en la presente causa.

El 22 de abril de 2009, fecha y hora fijada para llevar a cabo el acto de informes en forma oral en la presente
causa, se declaró desierto el referido acto por la falta de comparecencia de las partes.

En esa misma fecha, el abogado Luís Fernández, inscrito en el Inpreabogado bajo el N° 130.588, actuando en
su carácter de apoderado judicial de la empresa Fullmaster Clean, C.A., presentó diligencia mediante la cual
señaló las razones por la cual fue declarado desierto el acto de informe.

En fecha 23 de abril de 2009, se dijo “Vistos”.

En fecha 30 de abril de 2009, se pasó el expediente al Juez ponente.


Revisadas las actas procesales que conforman el presente expediente, esta Corte pasa a decidir previas las
siguientes consideraciones:

DEL RECURSO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO DE NULIDAD

En fecha 21 de noviembre de 2006, el abogado Enrique Aguilera Ocando, inscrito en el Inpreabogado bajo el
N° 23.506, actuando con el carácter de apoderado judicial de la sociedad mercantil Fullmaster Clean, C.A.,
presentó recurso contencioso administrativo de nulidad, con base en las siguientes consideraciones de hecho y
de derecho:

Que “Es el caso que [su] representada, fue notificada de [sic] Providencia y posterior RECURSO
JERARQUICO emitida, la primera por la Dirección Estadal de Salud de los Trabajadores (DIRESAT) del
Distrito Capital, Vargas y Miranda, y la segunda emanada del INSTITUTO NACIONAL DE PREVENCIÓN,
SALUD Y SEGURIDAD LABORALES (INPSASEL), habiéndose verificado la mencionada notificación en
fecha 22 de Mayo de 2.006 [sic], en el caso de la Providencia Administrativa”.

Que “Con motivo de accidentes de trabajos en fecha 29 de Septiembre del 2.005 [sic], determinado así por
funcionarios de la Dirección Estadal de Salud de los Trabajadores (DIRESAT) del Distrito Capital, Vargas y
Miranda, sufrido por el ciudadano Freddy Orta, titular de la cedula de identidad número 12.937.901, en [sic] el
cual falleció”.
Que “Con motivo del accidente, se apertura procedimiento de investigación, el cual genero PROVIDENCIA
ADMINISTRATIVA de fecha 17 de Mayo del 2.006 [sic], emanada de la DIRECCIÓN ESTADAL DE
SALUD DE LOS TRABAJADORES DEL DISTRITO CAPITAL, VARGAS Y MIRANDA, mediante la cual,
se imponen una serie de Sanciones, dizque, por incumplimiento de la normativa correspondiente […]”.
Que “Contra la mencionada providencia se ejerció Recurso Jerárquico correspondiente, el cual fue resuelto
mediante Decisión de fecha 12 de Julio del 2.006 [sic] por Instituto Nacional de Prevención, Salud y Seguridad
Laborales (INPSASEL)”.
Que “Ciertamente, se desprende de la lectura, tanto de la Providencia Administrativa, como de la Decisión del
Recurso Jerárquico, que [su] mandante fue DECLARADA INCURSA EN LA INFRACCIÓN PREVISTA EN
LOS SIGUIENTES ARTICULADOS DE LA LEY ORGANICA DE PREVENCIÓN, CONDICIONES Y
MEDIO AMBIENTE DE TRABAJO: 7 [sic] ARTICULO 120 NUMERAL 10: NO CONSTITUIR,
REGISTRAR Y MANTENER EN FUNCIONAMIENTO EL COMITÉ DE SALUD Y SEGURIDAD
LABORAL”.

Que “[…] sencillamente, la constitución del comité es una obligación concomitante tanto para el sector de los
trabajadores como para el sector empleador”.
Que “[…] claramente el contenido del texto adjetivo, obliga tanto a los trabajadores como a los empleadores a
constituir el mencionado comité, pero para que se produzca este paso, los trabajadores en su seno deberán
designar y elegir a los delegados que conjuntamente con los representantes de la empresa darán inicio a la
constitución del comité. Así las cosas, no es meramente necesario interpretar que es una obligación parcial la
constitución del comité por parte del empleador, cuando la misma Ley impone como obligación al trabajador
que se constituya a tales efectos”.

Que “se impone mediante la sanción contenida en el artículo 120 numeral 10 de la Ley Orgánica de Prevención,
Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo el dispositivo sancionatorio máximo a [su] mandante”.

Que “Siguiendo la línea descrita por la normativa invocada, no es dable, establecer por parte de la Autoridad
Administrativa la negligencia o incumplimiento de la misma por parte de [su] representada, ya que para que
exista tal incumplimiento, deben haberse producido ciertos eventos que la situarían en una posición contumaz
con respecto a la obligación legal”.

Que “Efectivamente, si fuere el caso, que los trabajadores cumpliendo, como así debe ser, con los dispositivos
establecidos en la Ley in comento [sic], hubiesen designado a la luz del artículo 41 a los Delegados,
designación esta que no puede ser a instancia del Empleador, puesto que se estuviera violando flagrantemente
lo dispuesto en los artículos 52, 61, 83, 89 numeral 4, 95 y 96 de nuestra Carta Magna, y el empleador se
hubiese negado a constituir el Comité de Seguridad y Salud Laboral, si estaríamos ante una violación e
incumplimiento de lo dispuesto en la norma contenida en el artículo 49 de la Ley in comento”.

Que “[…] dentro de la secuela del proceso investigativo y del sumario que dio al traste con la mencionada
Providencia Administrativa, no existe prueba alguna que determine que [su] representada se abstuvo, negase, o
incumpliese la norma, puesto que en ningún momento existieron delegados que la conminaran a constituir el
Comité de Seguridad y Salud Laboral, por la que le imponen un multa, imposible de cumplir, por una parte y
que de cumplirla solo infringiría un golpe letal al resto de los trabajadores de la empresa”.
Señaló que según el artículo 120 numeral 10 de la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio
Ambiente de Trabajo, “el verbo ´CONSTITUYA´ significa de acuerdo a la Real Academia, FORMAR, por lo
que para ello es necesario la participación de los trabajadores CONSTITUIDOS conforme a lo dispuesto en los
artículos 41 y 42 de la pre-citada Ley, y tal constitución trabajadora nunca puede ser impuesta por el empleador,
por lo que la norma ha de ser de obligatorio cumplimiento para ambas partes y nunca para una de ella, puesto
que como se indico [sic] el obligar por parte del patrono a los trabajadores a constituirse como parte del Comité
de Salud, sería transgredir normas constitucionales de carácter unipersonal contenidas en el TITULO III
correspondiente DE LOS DEBERES-DERECHOS HUMANOS Y GARANTÍAS”.

Que “dada la posibilidad por parte de esta Instancia de aplicar el control difuso ante la posibilidad de una
transgresión constitucional, y se establece como circunstancia principal, que el sancionado en este caso, no le es
dable constituir el Comité de Seguridad sin la participación de los trabajadores, los cuales se encuentran
obligados a ello, conforme a lo dispuesto en los artículos 41 y 42 de la Ley Orgánica de reprevención [sic],
Condiciones y Medio Ambiente del Trabajo, en forma conjunta y por lo tanto habría de considerarse la norma
sancionatoria como discriminatoria al considerar a una sola de la partes como obligada a su cumplimiento, es
por lo que solicita[n] del Tribunal declare nula tanto la Providencia Administrativa como la decisión del
Recurso Jerárquico aquí identificados”.

II

DEL FALLO APELADO

En fecha 6 de marzo de 2008, el Juzgado Superior Quinto de lo Contencioso Administrativo de la Región


Capital, dictó sentencia mediante la cual declaró sin lugar el recurso contencioso administrativo de nulidad
interpuesto, con base en las siguientes consideraciones:

“Mediante el acto recurrido, el cual fue confirmado en vía jerárquica, se le impuso a la Empresa FULL
MASTER C.A. una multa por la cantidad de doscientos cuarenta y ocho millones ochocientos cincuenta y
nueve mil ciento setenta bolívares con cero céntimos (Bs. 248.859.170,00) e igualmente el cierre de todas las
actividades por un lapso de cuarenta y ocho (48) horas, por considerarla incursa en las sanciones establecidas en
el artículo 119 numerales 14, 19 y 22; y el artículo 120 numerales 5, 6, 10 y 11 de la Ley Orgánica de
Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo, ello con ocasión al accidente en el cual perdiera la
vida el trabajador de dicha Empresa de nombre FREDDY ORTA.
La recurrente solicita, de manera confusa, la desaplicación por control difuso del artículo 120 numeral 10 de la
Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo, aduciendo que dicha norma colide
con las disposiciones contenidas en el Título III relativas a los “DEBERES - DERECHOS HUMANOS Y
GARANTÍAS”, esto es que el citado artículo legal se configura como una disposición discriminatoria y
violatoria del derecho a la igualdad de los empleadores y empleadoras, en cuya consecuencia pide la nulidad de
dichas decisiones (acto originario y acto confirmatorio). Para ello argumenta que el hecho de que la respectiva
Ley le imponga la carga de soportar una sanción por el incumplimiento de no haber constituido el Comité de
Seguridad, y que establezca responsabilidad que acarrea sanciones sólo en lo que respecta al empleador o
empleadora y no así al trabajador o trabajadores, -a su entender- es discriminatorio y violatorio del principio
constitucional al derecho a la no discriminación. Para decidir al respecto observa el Tribunal que la controversia
se circunscribe a determinar la condición discriminatoria de la norma aludida, la cual dispone:

[…omissis…]
Como se aprecia del artículo antes transcrito, se trata de una norma sancionatoria que castiga un hecho ilícito
administrativo en el supuesto de no haberse constituido el Comité de Seguridad y Salud Laboral.
Pues bien, la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente del Trabajo vigente y su respectivo
Reglamento, establecen un completo régimen jurídico administrativo que está esencialmente orientado al
resguardo y protección de las condiciones de seguridad, salud y bienestar en el ambiente de trabajo. En ese
sentido para velar por el acervo de los trabajadores se establecen de forma muy contundente y clara, una serie
de mecanismos tendientes a garantizar antes y durante la relación de trabajo, la máxima diligencia del
empleador a fin de garantizar a los trabajadores el desarrollo de sus actividades laborales sin riegos que puedan
afectar su salud o vida. Es así como se instituye el mecanismo de la tutela del Estado de forma directa por
medio del organismo creado para velar por el cumplimiento de una serie de normas sustantivas, las cuales son
de obligatorio cumplimiento, de allí que en caso de que el empleador o empleadora incumpla con la aplicación
de la misma, independientemente de que sea una obligación conjunta con los trabajadores, acarrea sanciones
para el trabajador, esto con el fin de garantizar coactivamente el cumplimiento de dichas normas que dado el
bien que garantizan obligan al cumplimiento indefectible por todos los sujetos de derecho comprendidos en ese
instrumento jurídico.

De manera pues, que la norma contenida en el artículo 120 numeral 10 de la Ley Orgánica de Prevención,
Condiciones y Medio Ambiente del Trabajo, de ninguna forma colide con las disposiciones contenidas en el
aludido Título III de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, por el contrario dicha norma es
una disposición protectora de los derechos laborales que el propio Texto Constitucional garantiza a los
trabajadores comprendidos en los supuestos allí regulados.

En este orden de ideas, considera quien aquí decide, que la conducta del patrono debe ser siempre activa e
indelegable en la procura de la seguridad de la salud y vida de los trabajadores, no pudiendo ocultar su
pasividad tras la omisión de los trabajadores para la constitución del respectivo Comité, pues el buen resguardo
en cuanto a condiciones de trabajo son responsabilidad del empleador, mientras que la participación de los
trabajadores a través de sus delegados, tiene como finalidad el que los empleadores cumplan con las
condiciones de Seguridad y Medio Ambiente del Trabajo, y en caso de no hacerlo a través de ellos tal hecho
sólo pueden denunciarlo ante los Organismos llamados a ejercer ese control.

Así las cosas, considera este Tribunal que el artículo 120 numeral 10 de la Ley Orgánica de Prevención,
Condiciones y Medio Ambiente del Trabajo no contradice los normas constitucionales denunciadas, por ende
no hay fundamento para la petición de su desaplicación, y como consecuencia de ello y según fuera solicitado
por la parte recurrente, tampoco existe vicio que justifique la declaratoria de nulidad de los actos recurridos, en
cuyo fundamento se declara SIN LUGAR la pretensión del presente recurso de nulidad, y así se decide”
(Corchetes de esta Corte).

III

DEL ESCRITO DE FUNDAMENTACIÓN A LA APELACIÓN

En fecha 10 de junio de 2008, los apoderados judiciales de la parte recurrente presentaron escrito de
fundamentación a la apelación, en el cual señalaron los siguientes argumentos de hecho y de derecho:
Que “Como punto central de nuestra defensa, esgrimimos ante el Juzgador A quo la inconstitucionalidad que se
planteaba en el numeral 10 del artículo 120 de la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente
del Trabajo […], debido a que se impone a los Empleadores una sanción por una situación que no depende
directamente de ellos, como lo es la conformación del Comité de Seguridad y Salud Laboral”.
Que “De un análisis somero de la referida Ley, se puede fácilmente extraer que la constitución del CSSL,
depende directamente de una acción exclusiva de los trabajadores como es la elección por parte de éstos de los
delegados y delegadas de prevención, para que sean sus representantes ante el CSSL. (Art. 41 de la
LOPCYMAT)”.

Que “En este estado del análisis es pertinente preguntarse, ¿cómo debería el empleador cumplir con esta
obligación que le impone la ley?, ¿tendría acaso que obligar a los trabajadores a elegir los delegados de
prevención?, ¿podría el patrono imponer los delegados de prevención?, pues no lo sabemos, ya que entendemos
que estas actuaciones violan la libertad sindical y los principios democráticos establecidos en nuestra
constitución”.
Que “[…] esta norma contraría flagrantemente los principios de Justicia e Igualdad consagrados en nuestra
Carta Magna (Artículos 2 y 21), ya que se impone una sanción a los empleadores, por una situación que en
general no puede ser controlada por ellos, colocándolos incluso en una situación de desmedro frente a los
trabajadores, quienes podrían ejercer prácticas sindicales comunes, como la omisión de acciones con el fin de
que sean multados los patronos, obteniendo con ello un elemento ilegal de apoyo para la obtención de
beneficios laborales”.

Que “Es por ello ciudadano magistrados, que solicita[n] de forma respetuosa se desaplique la disposición
sancionatoria dispuesta en el numeral 10 del artículo 120 de la LOPCYMAT, mediante el control difuso de la
constitución previsto en el artículo 334 de nuestra Carta Magna, a fin de mantener la uniformidad de dicho
texto, y obtener así la preservación de la Justicia, la Igualdad, la Libertad Sindical y la Democracia”.

Que “[…] la desaplicación de esta norma, en lo absoluto representaría un desmedro para los trabajadores, para
su medio ambiente en el trabajo o para su seguridad personal, ya que si el patrono impidiere el ejercicio de los
derechos democráticos y sindicales de los trabajadores a elegir libremente a sus delegados de prevención, es
actualmente penado con una multa del mismo equivalente al de la norma que actualmente impugnamos, razón
por la cual solicitamos se adhiera esta respetable Corte a lo dispuesto en el artículo 334 de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela, en cuanto a la no aplicación de normas inconstitucionales”.

Denunció el “vicio de inmotivación por contradicción en los motivos” toda vez que “se evidencia en el folio
doscientos sesenta y ocho (268) del expediente en el cual se tramitó el recurso de nulidad interpuesto, cuando
para motivar su fallo, la sentenciadora establece lo siguiente:

‘Es así como se instituye el mecanismo de la tutela del Estado de forma directa por medio del organismo
creado para velar por el cumplimiento de normas sustantivas, las cuales son de obligatorio cumplimiento, de allí
que en caso de que el empleador o empleadora incumpla con la aplicación de la misma, independientemente de
que sea una obligación conjunta con los trabajadores, acarrea sanciones para el trabajador, esto con el fin de
garantizar coactivamente el cumplimiento de dichas normas que dado el bien que garantizan obligan al
cumplimiento indefectible por todos los sujetos de derecho comprendidos en ese instrumento jurídico”

A este respecto, expuso que “Nótese como es contradictoria la motivación de la sentencia que se recurre, pues
establece que las sanciones deberán caer en cabeza del trabajador en casos como el que nos ocupa, pero al final
de dicho fallo, en el mismo folio y el que sigue, se estableció que el trabajador solo se encontraba facultado
para realizar denuncias, y que era el empleador el que debía ser sancionado como en efecto fue. Para su mayor
ilustración transcribimos el texto que aludimos:

‘pues el buen resguardo en cuanto a las condiciones de trabajo son responsabilidad del empleador, mientras
que la participación de los trabajadores a través de sus delegados tiene finalidad el que los empleadores
cumplan con las condiciones de Seguridad y Medio Ambiente del Trabajo, y en caso de no hacerlo a través de
ellos tal hecho solo pueden denunciarlo ante los Organismos llamados a ejercer el control”
Así mismo, denunció el vicio de incongruencia negativa “De conformidad con la doctrina establecida por la
Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, denunciamos que el fallo apelado incurrió en vicio de
incongruencia negativa, por no haber decidido sobre todo lo solicitado en el recuro interpuesto, ya que omitió
pronunciar sobre el alegato según el cual se indicó que la pena aplicada había sido la máxima de acuerdo a lo
dispuesto en el artículo de la LOPCYMAT correspondiente”.

Que “[…] en todo caso la providencia a la que hace[n] referencia debió haber aplicado el límite mínimo de la
sanción referida a la falta de CSSL en la Empresa, ya que ésta cumplía con todas sus obligaciones laborales y
de Higiene y Seguridad Industrial, incluso con respecto al caso que dio origen a la inspección, tanto así que el
resto de las multas se enfocan a las situaciones acaecidas en un determinado momento, y no refieren en lo
absoluto a otro tipo de faltas a la Ley como comúnmente hacen”.

Por último solicitan a esta Corte “se sirva a desaplicar por control difuso de la constitución la norma dispuesta
en el numeral 10 del artículo 120 de la LOPCYMAT, y con ello se declare la nulidad de la sentencia apelada y
la providencia administrativa y el Recurso Jerárquico que sancionan tan gravemente a [su] representada”.

IV

CONSIDERACIONES PARA DECIDIR

Corresponde a esta Corte pronunciarse sobre la competencia para conocer de la apelación interpuesta el 24 de
marzo de 2008, por el abogado Enrique Aguilera Volcán, inscrito en el Inpreabogado bajo el N° 10.673,
actuando en su carácter de apoderado judicial del la sociedad mercantil Fullmaster Clean, C.A., contra la
sentencia dictada en fecha 6 de marzo de 2008 por el Juzgado Superior Quinto de lo Contencioso
Administrativo de la Región Capital, mediante la cual declaró sin lugar el recurso contencioso administrativo de
nulidad interpuesto por la referida empresa contra la “Providencia Administrativa designada US-
DCV/007/2006 emanada de la DIRECCIÓN ESTADAL DE SALUD DE LOS TRABAJADORES (DIRESAT)
DISTRITO CAPITAL, VARGAS y MIRANDA de fecha 17 de mayo de 2006, e igualmente la nulidad de
decisión contenida en el Recurso Jerárquico intentado contra la mencionada Providencia Administrativa
número RJ-US-024-2006 de fecha 12 de julio de 2006”.
En virtud de la entrada en vigencia de la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia de la República
Bolivariana de Venezuela, publicada en la Gaceta Oficial N° 37.942 de fecha 20 de mayo de 2004, se ha
reiterado jurisprudencialmente el carácter de alzada que tienen las Cortes de lo Contencioso Administrativo con
respecto a los Juzgados Superiores en lo Contencioso Administrativo. En este sentido, en sentencia N° 02271
de fecha 24 de noviembre de 2004, dictada por la Sala Político Administrativa del Tribunal Supremo de Justicia
(caso: Tecno Servicios Yes’ Card), se dejó sentado que las Cortes de lo Contencioso Administrativo son
competentes para conocer “(…) 4.- De las apelaciones que se interpongan contra las decisiones dictadas, en
primera instancia por los Tribunales Contencioso Administrativos Regionales (…)”.

Ahora bien, se observa que el abogado Enrique Aguilera Ocando, actuando con el carácter de apoderado
judicial de la sociedad mercantil Fullmaster Clean, C.A. interpuso recurso de apelación contra una decisión
definitiva dictada en primera instancia por un Juzgado Contencioso Administrativo de la Región Capital, esto
es, el Juzgado Superior Quinto de lo Contencioso Administrativo de la Región Capital, y siendo las Cortes de lo
Contencioso Administrativo los Órganos Jurisdiccionales naturales para conocer en segunda instancia de dicho
medio de impugnación, en consecuencia, esta Corte Segunda de lo Contencioso Administrativo se declaró
competente para conocer del presente recurso de apelación. Así se decide.

Determinada como ha sido la competencia de esta Corte para conocer de la presente apelación, pasa este
Órgano Jurisdiccional a pronunciarse con base en las siguientes consideraciones:

La presente causa versa sobre un recurso de nulidad interpuesto por el abogado Enrique Aguilera Ocando,
actuando con el carácter de apoderado judicial de la sociedad mercantil Fullmaster Clean, C.A., contra la
“Providencia Administrativa designada US-DCV/007/2006 emanada de la DIRECCIÓN ESTADAL DE
SALUD DE LOS TRABAJADORES (DIRESAT) DISTRITO CAPITAL, VARGAS y MIRANDA de fecha 17
de mayo de 2006, e igualmente la nulidad de decisión contenida en el Recurso Jerárquico intentado contra la
mencionada Providencia Administrativa número RJ-US-024-2006 de fecha 12 de julio de 2006”.

Ahora bien, en fecha 17 de mayo de 2006 se dictó la Providencia Administrativa N° US-DCV/007/2006 por la
Dirección Estadal de Salud de los Trabajadores del Distrito Capital, Vargas y Miranda, del Instituto Nacional
de Prevención, Salud y Seguridad Laborales, en la cual se consideró que:

“El artículo 125 de la LOPCYMAT, prevé que las sanciones deberán imponerse en atención a los criterios
establecidos en dicho artículo. La empresa FULLMASTER CLEAN, C.A., se encuentran incursa en los
numerales 1, 2, 3 y 6 del mismo, motivo por el cual, estas deberán ser agravadas sobre el término medio,
dependiendo del tipo de infracción cometida. Esto es:

La actividad que se encontraba realizando el trabajador fallecido era la limpieza de vidrios en altura. El
trabajo en altura es per se, un proceso de trabajo peligroso, puesto que en el confluyen una serie de riesgos
vinculados principalmente a caídas de diferente nivel, lo que exige el cumplimiento de medidas especiales de
seguridad y protección (cinturones o arneses de seguridad, con sus respectivas cuerdas o cables de suspensión),
así como el cumplimiento de ciertas consideraciones técnicas necesarias, a la hora de ejecutar este tipo de
actividad, enmarcándose de esta manera en lo preceptuado en el numeral 1 del artículo 125 de la Ley Orgánica
de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo ‘…La peligrosidad de las actividades desarrolladas
en la empresa o en el centro de trabajo’.
El accidente ocurrido al trabajador Freddy Rafael Orta, titular de la cédula de identidad N° 13.397.901,
sobrepasó el criterio de lo que se puede entender por gravedad, puesto que la consecuencia directa fue la
muerte. El accidente en cuestión ocurrió por incumplimiento de medidas de seguridad dentro de las cuales están
como última medida de control el uso de dispositivos personales de seguridad y protección, por la falta de
capacitación del trabajador para el desempeño de sus funciones, la falta de supervisión a la hora de ejecutar las
actividades, por no contar con procedimientos seguros de trabajo y la falta de supervisión a la hora de ejecutar
las actividades, por no contar con procedimientos seguros de trabajo y la falta de supervisión, aspectos que
debieron estar contenidos en el Programa de Salud y Seguridad en el Trabajo, inexistente por demás dentro de
la empresa FULLMASTER CLEAN, C.A., ello hace que la empresa se enmarque dentro del contenido del
numeral 2 del artículo 125 de la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo ‘La
gravedad de los daños producidos o que hubieran podido producirse por la ausencia o deficiencia de las
medidas preventivas necesarias.

[…omissis…]
Por el incumplimiento por parte de la empresa FULLMASTER CLEAN, C.A., a lo establecido Artículo 46 de
la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo, la sanción a la misma debe ser
agravada sobre el término medio con ocho (8) Unidades Tributarias, y por ende sancionarse con el quantum
correspondiente a la infracción cometida de conformidad con lo preceptuado en el Artículo 120 Numeral 10
ejusdem [sic], la cual es de noventa y seis (96) Unidades Tributarias, por cada trabajador expuesto, cuya
conversión en bolívares es de DOS MILLONES OCHOCIENTOS VEINTIDOS MIL CUATROCIENTOS
CON 00/100 (Bs. 2.822.400,00), siendo ochenta y tres (83), los trabajadores reflejados en el Informe Propuesta
de Sanción elaborado por los Funcionarios del INPSASEL la conversión es de BOLÍVARES DOSCIENTOS
TREINTA Y CUATRO MILLONES DOSCIENTOS CINCUENTA Y NUEVE MIL DOSCIENTOS CON
00/100 (Bs. 234.259.200,00).

RESUELVE

Imponer multa de BOLÍVARES DOSCIENTOS CUARENTA Y OCHO MILLONES QUINIENTOS


NOVENTA Y UN MIL SETECIETOS CON 00/100, (248.591.700,00), por encontrarse incursa en las
sanciones establecidas en los Artículos 119 Numerales 14, 19 y 22, Artículo 120 Numerales 5, 6, 10 y 11 de la
LOPCYMAT. El valor de la unidad tributaria para el momento en que se cometió la infracción era de
BOLIVARES VEINTINUEVE MIL CUATROCIENTOS CON 00/100 (Bs. 29.400,00) según Gaceta Oficial
N° 38.116, de fecha 27 de enero de 2005 […]”.

En fecha 12 de julio de 2006 se dictó la Providencia Administrativa N° RJ-US-024-2006 dictada por el


Instituto Nacional de Prevención, Salud y Seguridad Laborales, en el cual se declaró “1) De conformidad con lo
establecido en el artículo 90 de la Ley de Procedimientos Administrativos [sic] conjuntamente con el artículo
648 de la Ley Orgánica del Trabajo, se confirma la Providencia Administrativa N° 001-2006 de fecha 17 de
mayo de 2006, suscrita por el ciudadano Ingeniero Dámaso Tesorero, en su carácter de Director de la Dirección
Estadal de Salud de los Trabajadores con competencia en el Distrito Capital, Estados Vargas y Miranda, y se
ordena la empresa FULLMASTER CLEAN, COMPAÑÍA ANÓNIMA, a pagar la multa impuesta por la
cantidad de BOLÍVARES DOSCIENTOS CUARENTA Y OCHO MILLONES QUINIENTOS NOVENTA Y
UN MIL SETECIENTOS CON 00/100 CÉNTIMOS (Bs. 248.591.700,00), en la cantidad financiera
correspondiente”.

Ahora bien, se observa que el Juzgado a quo dictó sentencia definitiva declaró sin lugar el recurso de nulidad
tomando en consideración que el artículo 120 numeral 10 de la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y
Medio Ambiente del Trabajo no colide con las disposiciones contenidas en el Título III de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela, por el contrario son normas protectoras de los derechos laborales.
Dicha decisión fue apelada por la representación judicial de la empresa recurrente, en la cual estableció como
fundamentación de su apelación que: i) la solicitud de desaplicación por inconstitucional del numeral 10 del
artículo 120 de la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente del Trabajo; ii) la denuncia del
vicio de “inmotivación por contradicción en los motivos” y; iii) el vicio de incongruencia negativa.
i) De la solicitud de desaplicación por inconstitucional del numeral 10 del artículo 120 de la Ley Orgánica de
Prevención, Condiciones y Medio Ambiente del Trabajo.

Dicha disposición legal establece lo siguiente:


“Artículo 120. Sin perjuicio de las responsabilidades civiles, penales, administrativas o disciplinarias, se
sancionará al empleador o empleadora con multas de setenta y seis (76) a cien (100) unidades tributarias (U.T.)
por cada trabajador expuesto cuando:

[…omissis…]

10. No constituya, registre o mantenga en funcionamiento el Comité de Seguridad y Salud Laboral, de


conformidad con esta Ley, su Reglamento o las normas técnicas”.

A este respecto, señaló la parte recurrente que ante la primera instancia solicitaron dicha desaplicación “[…]
debido a que se impone a los Empleadores una sanción por una situación que no depende directamente de ellos,
como lo es la conformación del Comité de Seguridad y Salud Laboral” (Negritas de esta Corte).

Agregaron que la constitución del Comité de Seguridad y Salud Laboral depende directamente de una acción
exclusiva de los trabajadores como es la elección por parte de éstos de los delegados y delegadas de prevención,
para que sean sus representantes ante el mencionado Comité, de conformidad con lo establecido en el artículo
41 de la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente del Trabajo, el cual establece:
“Artículo 41. En todo centro de trabajo, establecimiento o unidad de explotación de las diferentes empresas o
de instituciones públicas o privadas, los trabajadores y trabajadoras elegirán delegados o delegadas de
prevención, que serán sus representantes ante el Comité de Seguridad y Salud Laboral, mediante los
mecanismos democráticos establecidos en la presente Ley, su Reglamento y las convenciones colectivas de
trabajo.

Mediante Reglamento se establecerá el número de delegados o delegadas de prevención, para lo cual debe
tomar en consideración el número de trabajadores y trabajadoras; la organización del trabajo; los turnos de
trabajo, áreas, departamentos o ubicación de los espacios físicos, así como la peligrosidad de los procesos de
trabajo con un mínimo establecido de acuerdo a la siguiente escala:
1. Hasta diez (10) trabajadores o trabajadoras: un delegado o delegada de prevención.

2. De once (11) a cincuenta (50) trabajadores o trabajadoras: dos (2) delegados o delegadas de prevención.
3. De cincuenta y uno (51) a doscientos cincuenta (250) trabajadores o trabajadoras: tres (3) delegados o
delegadas de prevención.

4. De doscientos cincuenta y un (251) trabajadores o trabajadoras en adelante: un (1) delegado o delegada de


prevención adicional por cada quinientos (500) trabajadores o trabajadoras, o fracción”.

Con relación a esta norma indicó que “[…] contraría flagrantemente los principios de Justicia e Igualdad
consagrados en nuestra Carta Magna (Artículos 2 y 21), ya que se impone una sanción a los empleadores, por
una situación que en general no puede ser controlada por ellos, colocándolos incluso en una situación de
desmedro frente a los trabajadores, quienes podrían ejercer prácticas sindicales comunes, como la omisión de
acciones con el fin de que sean multados los patronos, obteniendo con ello un elemento ilegal de apoyo para la
obtención de beneficios laborales”.

En virtud de ello, solicitó que se desaplique la disposición sancionatoria dispuesta en el numeral 10 del
artículo 120 de la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente del Trabajo, mediante el
control difuso de la constitución previsto en el artículo 334 de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela.
Al respecto, advierte esta Corte que el sistema del control difuso de la constitucionalidad de las normas se
encuentra previsto en nuestro ordenamiento jurídico en el artículo 334 de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela, el cual dispone:
“Artículo 334.-Todos los jueces o juezas de la República, en el ámbito de sus competencias y conforme a lo
previsto en esta Constitución y en la ley, están en la obligación de asegurar la integridad de esta Constitución.
En caso de incompatibilidad entre esta Constitución y una ley u otra norma jurídica, se aplicarán las
disposiciones constitucionales, correspondiendo a los tribunales en cualquier causa, aun de oficio, decidir lo
conducente.
Así mismo, en el artículo 20 del Código de Procedimiento Civil, en cuyo texto se dispone:

“Artículo 20.- Cuando la ley vigente, cuya aplicación se pida, colidiere con alguna disposición
constitucional, los jueces aplicarán ésta con preferencia”.
En similar sentido, se ha pronunciado la Sala Constitucional del Supremo Tribunal, en decisión Número 833
del 25 de mayo de 2001, caso: Instituto Autónomo Policía Municipal de Chacao, precisando en qué consiste
cada uno de los mecanismos que conforman el sistema de control de la constitucionalidad, de la manera
siguiente:“(…) Por lo tanto, el juez que ejerce el control difuso, no anula la norma inconstitucional, haciendo
una declaratoria de carácter general o particular en ese sentido, sino que se limita a desaplicarla en el caso
concreto en el que consideró que los artículos de la ley invocada, o hasta la propia ley, coliden con la
Constitución”.

Ahora bien, este Órgano Jurisdiccional a los fines de resolver la presente denuncia, se requiere previamente
realizar las siguientes consideraciones:
El 9 de enero de 2006, la Unidad de Sanción de la Dirección Estadal de los Trabajadores del Distrito Capital,
Vargas y Estado Miranda, recibió el “Informe Propuesta Sanción EMPRESA: Fullmaster Clean, C.A.”
elaborado por el Técnico en Higiene y Seguridad en el Trabajo I de la referida Dirección del Instituto Nacional
de Prevención, Salud y Seguridad Laborales, en el cual se concluyó que conforme a lo “investigado se define el
accidente como accidente laboral, por ser un suceso que produjo en el trabajador la muerte, resultante de un
acción determinada y sobrevenida en el curso del trabajo, por el hecho u ocasión al trabajo, artículo 69
Lopcymat”.

Se describió que el accidente se produjo cuando el trabajador Freddy Orta se encontraba en compañía del
ayudante de limpieza Tomás Álvarez, en el área exterior de la cúpula del centro comercial Macaracuay Plaza,
realizando la limpieza de los vidrios a la misma, sin el arnés de protección y ningún otro equipo de protección
personal, “Freddy coloca la mopa con el agua jabonosa sobre la parte superior del vidrio del cuadrante, acto
seguido el mismo estalla por versión del trabajador [Tomás Álvarez, compañero de trabajo] cae al vació (se
constató vidrios de la cúpula fracturados), su reacción es agarrarse de la cúpula, falla en el intento,
seguidamente se golpea de la estructura metálica que soporta la cúpula en la región abdominal, cayendo así
boca abajo desde una altura de 20 metros aproximadamente, al caer sobre la superficie del nivel PT (Planta
Terraza)” (Paréntesis del informe y corchetes de esta Corte).

En el punto Séptimo del aludido informe se propuso la imposición de la sanción, entre otras, por el
“Incumplimiento por parte de la empresa FULL MASTER CLEAN, C.A., a lo establecido en el Artículo 46 de
la LOPCYMAT, al no constituir, registrar y mantener en funcionamiento el Comité de Salud y Seguridad
Laboral. En consecuencia, se propone la sanción establecido en el Artículo 120 Numeral 10 ejusdem [sic],
corresponde a cien (100) Unidades Tributarias, por cada trabajador expuesto, cuyo número es de ochenta y tres
(83)”.

En este orden de ideas, el artículo 46 de la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente del
Trabajo señalado anteriormente, se refiere al cuerpo normativo sobre la constitución de un Comité de Seguridad
y Salud Laboral y los miembros que lo conforman, a saber:

“Artículo 46. En todo centro de trabajo, establecimiento o unidad de explotación de las diferentes empresas o
de instituciones públicas o privadas, debe constituirse un Comité de Seguridad y Salud Laboral, órgano
paritario y colegiado de participación destinado a la consulta regular y periódica de las políticas, programas y
actuaciones en materia de seguridad y salud en el trabajo.

El Comité estará conformado por los delegados o delegadas de prevención, de una parte y por el empleador o
empleadora, o sus representantes en número igual al de los delegados o delegadas de prevención, de la otra.
(…)”.

Por su parte y en relación a la figura del representante del patrono o patrona, el artículo 71 del Reglamento
Parcial de la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente del Trabajo, indica lo siguiente:

“Artículo 71. De la representación del patrono o patrona ante el Comité de Seguridad y Salud Laboral
El patrono o la patrona sólo podrá designar como sus representantes ante el Comité de Seguridad y Salud
Laboral a las siguientes personas:

1. Empleados y empleadas que actúen como representantes del patrono o patrona.


2. Los empleados y empleadas de dirección.
3. Los trabajadores y las trabajadoras de confianza, siempre que participen en la administración del
negocio o en la supervisión de otros trabajadores y trabajadoras.
4. Cualquier otra persona ajena a la empresa, establecimiento, explotación o faena que represente al
patrono o patrona.
5. La designación de los representantes del patrono o la patrona ante el Comité de Seguridad y Salud
Laboral deberá hacerse por escrito, al igual que la aceptación de la misma.”.

En atención a los artículos citados 41, 46 y 71 de la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio
Ambiente del Trabajo, la Sala Político-Administrativa del Tribunal Supremo de Justicia en sentencia N° 01059
de fecha 15 de julio de 2009, estableció que se desprende de esas normas que “Los Delegados y Delegadas de
Prevención son elegidos por los trabajadores y trabajadoras de los establecimientos en los cuales prestan sus
servicios, para que éstos sean sus representantes ante el Comité de Seguridad y Salud Laboral […] Que junto a
dichos delegados debe designarse un igual número de representantes del empleador o empleadora a los fines de
constituir el mencionado comité de seguridad, y […] Las personas que podrán ser designadas como
representantes de patrono o patrona ante el referido ente de seguridad laboral, las cuales pueden ser trabajadores
del mismo establecimiento y que gocen de la confianza del empleador o tengan un cargo de dirección, o
personas ajenas al centro de trabajo”.

Al respecto, resulta pertinente citar el artículo 49 de la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio
Ambiente del Trabajo, el cual prevé expresamente los sujetos responsables de la constitución del Comité de
Seguridad y Salud Laboral y resalta la participación activa para su constitución por los empleadores, el cual
establece lo siguiente:

“Artículo 49. La constitución del Comité será responsabilidad de:


1. Los delegados o delegadas de prevención, las Organizaciones sindicales de trabajadores y los trabajadores
y trabajadoras en general.

2. Los empleadores o empleadoras, quienes deben participar activamente en su constitución y funcionamiento


.
3. El Instituto Nacional de Prevención, Salud y Seguridad Laborales por medio de sus funcionarios o
funcionarias, y los Inspectores o Inspectoras y Supervisores o Supervisoras del Trabajo quienes podrán
convocar a las partes a realizar las actuaciones necesarias para su constitución” (Resaltado de esta Corte).

De la citada disposición legal tenemos que para la “constitución” del Comité de Seguridad y Salud Laboral,
como órgano paritario y colegiado de participación destinado a la consulta regular y periódica de las políticas,
programas y actuaciones en materia de seguridad y salud en el trabajo, de conformidad con lo establecido en el
artículo 46 eiusdem, son todas aquellos sujetos que de una u otra manera se encuentra vinculados a la relación
laboral patrono-trabajador, esto son, los delegados de prevención, los Sindicatos de los trabajadores, los
trabajadores en general, el Instituto Nacional de Prevención, Salud y Seguridad Laborales y el empleador y,
éste último representa un factor importante para la formación y funcionamiento del Comité.

Así las cosas, el artículo 67 del Reglamento Parcial de la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio
Ambiente de Trabajo, el cual establece la forma de creación del Comité de Seguridad y Salud Laboral, a tenor
de lo siguiente:
“En todo centro de trabajo, establecimiento o unidad de explotación de las diferentes empresas o de
instituciones públicas o privadas, debe constituirse un Comité de Seguridad y Salud Laboral, órgano paritario y
colegiado de participación, destinado a la consulta y deliberación, de forma regular y periódica, de las políticas,
programas y actuaciones en materia de seguridad y salud en el trabajo.

El comité estará conformado por los Delegados o Delegadas de Prevención, de una parte, y por el patrono o
patrona, o sus representantes, en número igual al de los delegados o delegadas de prevención, de la otra, de
conformidad con lo establecido en la siguiente tabla:

Número de
N° de delegados o
Número de trabajadores representantes del
delegadas de prevención
patrono o patrona.
Hasta diez (10) Uno (1). Uno (1).
De once (11) hasta cincuenta (50) Dos (2). Dos (2).
De cincuenta y un (51) hasta doscientos Tres (3). Tres (3).
cincuenta (250)
De doscientos cincuenta y un (251) hasta cuatro (4). cuatro (4).
quinientos (500)
De quinientos y un (501) en adelante. cinco (5). cinco (5).

Parágrafo Primero: Cuando se elijan los Delegados y Delegadas de Prevención, deberán elegirse
simultáneamente cuáles de ellos o ellas integrarán el comité de seguridad y salud laboral.

Parágrafo Segundo: A los fines de determinar la cantidad de trabajadores y trabajadoras para calcular el número
de integrantes del Comité de Seguridad y Salud Laboral se deben incluir cada uno de los trabajadores y
trabajadoras que laboren en el centro de trabajo, establecimiento o unidad de explotación, sin discriminaciones
entre su condición de empleados u obreros o, el tipo de contrato celebrado con éstos, sea a tiempo determinado,
a tiempo indeterminado, para una obra determinada y aprendices.

Parágrafo Tercero: La constitución de los Comités de Seguridad y Salud Laboral en las sucursales del patrono o
patrona, así como en los buques, embarcaciones de navegación marítima, fluvial y lacustre, y aeronaves será
regulado mediante las normas técnicas que se dicten al efecto, previa consulta con los órganos competentes en
la materia.

Parágrafo Cuarto: En los polígonos industriales, edificios comerciales o de oficina, centros comerciales y
espacios similares, en los cuales varios patronos o patronas realicen actividades en un mismo espacio
geográfico, podrá crearse adicionalmente un comité mancomunado de seguridad y salud laboral, que ejerza las
facultades y atribuciones de los comités de seguridad y salud laboral en los riesgos comunes y coordine las
acciones de los distintos comités. La organización y funcionamiento de los comités mancomunados se regulará
mediante la norma técnica dictada a tal efecto” (Resaltado de esa Corte).

De este modo, se desprende de la tabla de asignaciones los números de trabajadores, delegados de prevención y
del patrono para conformar de manera proporcional y definitiva el Comité de Seguridad y Salud Laboral,
haciendo mención el legislador de manera imperativa la participación activa del empleador en la constitución y
funcionamiento del aludido Comité y, prohíbe expresamente la discriminaciones de los empleados por su
condición laboral.
Con base en los artículos citados anteriormente, tenemos que la sociedad mercantil FULLMASTER CLEAN,
C.A. parte empleadora y afectada de la Providencia Administrativa N° US-DCV/007/2006 de fecha 17 de mayo
de 2006 emanada de la Dirección Estadal de Salud de Los Trabajadores (DIRESAT) Distrito Capital, Vargas y
Miranda, tiene el derecho de designar sus representantes ante el Comité de Seguridad y Salud Laboral, el cual
“debe” constituirse por cuanto la empresa recurrente es un centro de trabajo que presta “servicios en el área de
mantenimiento, limpieza y fumigaciones”.
Dada la falta de cumplimiento de la parte recurrente al “no constituir, registrar y mantener en funcionamiento el
Comité de Salud y Seguridad Laboral”, conforme a lo establecido en el artículo 46 de la Ley Orgánica de
Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo, resultó afectada por la sanción de multa prevista en el
artículo 120 numeral 10 eiusdem, así las cosas, solicitó que se desaplique dicha norma por cuanto la
conformación del Comité de Seguridad y Salud Laboral no depende directamente de ellos, considerando que
contraría los principios de justicia e igualdad consagrados en el Texto Fundamental.
Ahora bien, los artículos 2 y 21 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela prevén los valores
supremos del Estado y, el principio de igualdad, de la siguiente manera:

“Artículo 2. Venezuela se constituye en un Estado democrático y social de Derecho y de Justicia, que propugna
como valores superiores de su ordenamiento jurídico y de su actuación, la vida, la libertad, la justicia, la
igualdad, la solidaridad, la democracia, la responsabilidad social y en general, la preeminencia de los derechos
humanos, la ética y el pluralismo político”.
“Artículo 21. Todas las personas son iguales ante la ley; en consecuencia:
1. No se permitirán discriminaciones fundadas en la raza, el sexo, el credo, la condición social o aquellas que,
en general, tengan por objeto o por resultado anular o menoscabar el reconocimiento, goce o ejercicio en
condiciones de igualdad, de los derechos y libertades de toda persona.
2. La ley garantizará las condiciones jurídicas y administrativas para que la igualdad ante la ley sea real y
efectiva; adoptará medidas positivas a favor de personas o grupos que puedan ser discriminados, marginados o
vulnerables; protegerá especialmente a aquellas personas que por alguna de las condiciones antes especificadas,
se encuentren en circunstancia de debilidad manifiesta y sancionará los abusos o maltratos que contra ellas se
cometan.
3. Sólo se dará el trato oficial de ciudadano o ciudadana; salvo las fórmulas diplomáticas.
4. No se reconocen títulos nobiliarios ni distinciones hereditarias”.
Con respeto a ello, el artículo 2 de la Carta Magna prevé que en entre otros valores “el concepto de justicia
como hecho democrático, lo cual debe interpretarse en el sentido de que la misma, entendida como la función
social que ejercen los componentes de la organización judicial del país, debe administrarse desde los niveles
inferiores del conjunto de órganos a quienes les está atribuido el conocimiento de las distintas materias, en sus
correspondientes instancias, esto es tanto como acercar las instituciones a quienes se ven afectados por ellas”
(Vid. sentencia de fecha 20 de diciembre de 2000 dictada por la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de
Justicia).

Con relación al principio de igualdad, la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia en sentencia N°
1457 de fecha 27 de julio de 2007, señaló que:

“Al respecto, tal como sostiene Bronfman (Manual de Derecho Constitucional, Universidad Europea de
Madrid, 1998, p. 16), el derecho a la igualdad, es conjuntamente con la libertad, uno de los principios
inherentes a la naturaleza del hombre y por tanto, el ordenamiento jurídico debe reconocer una serie de
derechos fundamentales derivados de este valor, que por su carácter supraconstitucional (Figueruelo, Crisis de
la Justicia y tutela judicial Efectiva. Revista de Derecho Constitucional. N° 8. Editorial Sherwood. Pág. 26),
forma parte del elenco de postulados superiores del Estado.

Así, la igualdad se presenta como una de las decisiones políticas fundamentales del estado de derecho, del cual
constituye un presupuesto cardinal y básico. Es decir, es una regla primaria de los sistemas jurídicos que se
considera a su vez, un aspecto de libertad, pues tal como afirma Hauriou (Derecho Constitucional e
Instituciones Políticas. Barcelona. Editorial Ariel. Pág. 67), si todos los hombres son plenamente libres, son por
ello mismo iguales.

En consonancia con lo expuesto, nuestro Texto Fundamental reconoce en el artículo 21 al principio de igualdad,
como un “elemento rector de todo el ordenamiento jurídico,” (Pérez Royo, Curso de Derecho Constitucional,
Editorial, 2009, p. 289), es decir, como “un valor inserto en nuestro Ordenamiento, que se traduce en un
principio general, el cual a su vez se concreta como derecho subjetivo que afecta a todos los derechos
constitucionales, y como obligación de los poderes públicos de hacerla real allí donde no surja de forma
espontánea” (Molas, Derecho Constitucional, Editorial Tecnos, 1998, p. 299).

De este modo, nuestro sistema se adhiere por convicción y por tradición a la concepción post-revolucionaria de
finales del siglo XVIII, de acuerdo a la cual el principio de igualdad, es uno de los valores sustanciales del
estado de derecho, que dado su carácter metajurídico, preexiste al ordenamiento sirviéndole de sustrato esencial
al Estado y del mismo modo, fungiendo de límite al Poder Público.
Con ello, la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, se alinea con la filosofía igualitarista de la
Revolución francesa, reconociendo expresamente a la igualdad como una de las bases del sistema político
instaurado, sobre el cual surge un deber de protección que trasciende la noción retórica, para asumirlo como
una técnica jurídica operante, que tiende a equilibrar las situaciones jurídicas de los particulares de una manera
no sólo declarativa, sino también real y verdadera.
Con ello, es uno de los fines del Estado, que consiste en el derecho a que no se establezcan excepciones o
privilegios que excluya a uno de lo que se concede a otro en iguales circunstancias, lo cual implica, que ante
diferencias fácticas, la ley no puede establecer disposiciones uniformes.

En este contexto, García Morillo afirma (Derecho Constitucional, 2000, p. 171), que es un derecho
prototípicamente relacional, por cuanto antes de concebirlo de manera autónoma, se observa conjuntamente con
otro derecho o en una determinada situación material, es decir, “no se viola la igualdad en abstracto, sino en
relación con – esto es en la regulación, ejecución o aplicación, ejercicio, etc.- el acceso a los cargos públicos, la
libertad de residencia, el derecho al trabajo o la tutela judicial efectiva, por solo poner unos ejemplos” (García
Morillo, ob. Cit., p. 174).
En efecto, el derecho a la igualdad “no es propiamente hablando un derecho autónomo de los otros derechos,
puesto que difícilmente puede materializarse en abstracto” (Molas, ob. Cit., p. 299), es decir, que aparece
adminiculado con otros derechos, concretándose siempre en una situación material determinada.
Este derecho, ha ido “superando cada vez más el concepto formal de igualdad ante la ley y adentrándose en el
de igualdad material, esto es, igualdad dentro de la ley o en la ley. En cierta forma, ello ha supuesto la ruptura,
al menos parcial, de los caracteres de universalidad, generalidad, abstracción y duración de la ley, al admitirse
las leyes singulares o sectoriales –con destinatarios individuales o grupales concretos-, las leyes temporales –
cuya validez se persigue solo durante una época concreta- y las leyes diferenciadoras, que, aún siendo generales
o duraderas, otorgan distintos tratamientos en función de sus características” (García Morillo, ob. cit., p. 172)”.

Con base en lo expuesto, este Órgano Jurisdiccional puede deducir que los Comité de Seguridad y Salud
Laboral son órganos destinados participar en el desarrollo del “Programa de Seguridad y Salud en el Trabajo”,
así como en los proyectos en materia de introducción de nuevas tecnologías, promoción, control y prevención,
entre otros; así mismo, se observa que el mencionado Comité está conformado por un numero proporcional de
integrantes que se encuentran vinculados a la relación laboral, entre ellos, están el patrono, el trabajador,
representantes sindicales y la Administración Pública, demostrándose con ello que la acción no le corresponde
exclusivamente a la empresa.

En tal sentido, en sentencia de la Sala de lo Social del Tribunal Supremo de España, Recurso N° 2887/2000 de
fecha 30 de abril de 2001, con ponencia del Magistrado D. Jesús Gullón Rodríguez, se resaltó la importancia de
los Comité de Seguridad y Salud Español (el cual, es un órgano similar al previsto en la legislación
venezolana), de la siguiente manera:

“FUNDAMENTOS DE DERECHO PRIMERO¨

.- El Sindicato Independiente de Trabajadores de Asturiana de Zinc, S.A. (SINTAZ) planteó demanda de


conflicto colectivo en la que postulaba su derecho a que ‘en las Comisiones de delegados de Prevención, de
Valoración de Puestos y de Asuntos Sociales, el SINTAZ tenga dos representantes ...".
Para ello se partía del dato admitido por todos de que en las últimas elecciones sindicales en la empresa, el
demandante había obtenido 239 representantes, CC.OO. 238, U.G.T. 64 y U.S.O. 58. La base de la pretensión
se formulaba tratando de aplicar a la composición de todos aquellos órganos colegiados de participación el
sistema proporcional en relación con los resultados electorales citados.
[…omissis…]
TERCERO.- El problema de fondo que aquí se suscita ha sido resuelto por esta Sala en diversas sentencias,
como las de 3 de diciembre de 1997, 15 de junio de 1998 y la propia de 14 de junio de 1.999 que se invoca
como contradictoria en este recurso, y en ellas se viene a sostener la doctrina unificada de que el artículo 38 de
la Ley de Prevención de Riesgos citada establece que el Comité de Seguridad y Salud es el órgano paritario y
colegiado de participación destinado a la consulta regular y periódica de las actuaciones de la empresa en
materia de prevención de riesgos, que estará formado por los Delegados de Prevención, de una parte, y por el
empresario y/o sus representantes en número igual al de los Delegados de Prevención, de la otra. Estos
Delegados de Prevención, según el art. 35 de la propia Ley, son los representantes de los trabajadores con
funciones específicas en materia de prevención de riesgos y serán designados por y entre los representantes del
personal, en el ámbito de los órganos de representación -Comités de Empresa, Delegados de Personal y
representantes sindicales, en el número que se determina en el núm. 2 del propio art. 35- designación respetada
con la elección de cuatro.

Ciertamente ni el artículo 35 ni el 38 de la Ley citada, que se denuncian como infringidos, referentes a los
derechos de participación relacionados con la prevención de riesgos a la misión y funciones de los delegados de
prevención y la propia existencia del Comité de Seguridad y Salud, tratan del tema de la proporcionalidad en la
designación de representes de los trabajadores aquí suscitado.

La inclusión, pues, de estos Comités dentro de las excepciones al principio de proporcionalidad discutido,
queda también implícitamente justificado en la propia ley comentada de 8 de Noviembre de 1995 cuando en su
exposición de motivos (punto 6º) se alude a que "partiendo del sistema de representación colectiva vigente en
nuestro país, la Ley atribuye a los denominados Delegados de Prevención –elegidos por y entre los
representantes del personal en el ámbito de los respectivos órganos de representación- el ejercicio de las
funciones especializadas en materia de prevención de riesgos en el trabajo, otorgándoles para ello las
competencias, facultades y garantías necesarias. Junto a ello, el Comité de Seguridad y Salud, continuando la
experiencia de actuación de una figura arraigada y tradicional de nuestro ordenamiento, se configura como el
órgano de encuentro entre dichos representantes y el empresario para el desarrollo de una participación
equilibrada en materia de prevención de riesgos […]” (Resaltado de la Corte).

Debe señalarse que de la revisión del portal de Internet de la página web del Instituto Nacional de Prevención,
Salud y Seguridad Laborales (INPSASEL) (http://www.inpsasel.gov.ve/15_01_2007/Niftypage_02regla.html y
también http://www.inpsasel.gov.ve/15_01_2007/Niftypage_03regla.html), se puede apreciar en el boletín
informativo N° 1, Primera Parte, las consideraciones y los pasos a seguir para la constitución del Comité de
Seguridad y Salud Laboral, a tenor de lo siguiente:

La Constitución de los Comités de Seguridad y Salud Laboral:


La constitución de los Comités de Seguridad? y Salud Laboral debe hacerse en todo centro o lugar de trabajo,
establecimiento o unidad de explotación de las diferentes empresas o de instituciones públicas o privadas.

El empleador o? empleadora queda obligado a constituir los Comités de Seguridad y Salud Laboral en todos
aquellos sitios o lugares de trabajo donde tienen que acudir y permanecer los trabajadores para prestar sus
servicios bajo una relación de dependencia.

1. El Comité de Seguridad y Salud Laboral se conformará, por una parte, por los delegados o delegadas de
prevención una vez electos, siguiendo los mecanismos establecidos en la Ley Orgánica de Prevención,
Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo (Lopcymat), Reglamento Parcial de esta Ley y la Guía Técnica de
Prevención GTP 1, Delegados y Delegadas de Prevención y por la otra, con el empleador y empleadora o sus
representantes, entendiéndose como tal toda persona que en su nombre y por cuenta de éste ejerza funciones
jerárquicas de dirección o administración (directores, administradores, jefes de relaciones industriales, jefes de
personal, capitanes de buques o aeronaves, liquidadores o depositarios y demás personas que ejerzan funciones
de dirección o administración), debiendo tener la suficiente capacidad para representarlo frente a los
trabajadores o a terceros y poder sustituirlo, en todo o en parte, en sus funciones.

2. La responsabilidad de la constitución del Comité de Seguridad y Salud Laboral recae sobre:

Los Delegados o Delegadas de Prevención, las organizaciones sindicales de trabajadores y los trabajadores y
trabajadoras en general.
Los empleadores o empleadoras, quienes deben participar activamente en su constitución y funcionamiento.

El instituto Nacional de Prevención, Salud y Seguridad Laborales por medio de sus funcionarios o funcionarias,
y los inspectores o inspectoras y supervisores y supervisoras del trabajo, quienes podrán convocar a las partes a
realizar las actuaciones necesarias para su constitución.

3. El acuerdo para constituir el Comité de Seguridad y Salud Laboral se materializará, por primera y única vez,
en un acto formal realizado en una reunión de los delegados o delegadas de prevención y los representantes del
empleador o empleadora, en la que se aprobará los estatutos internos y acta constitutiva del Comité.
4. Para el acto de constitución se requiere la presencia de todos los representantes de los trabajadores y
empleadores en el Comité. De este acto formal se emitirá un acta constitutiva y estatutos que contendrá como
mínimo:

Lugar, día, fecha y hora de la constitución del Comité.


Identificación de las partes que lo integran (nombre, apellido, cédula de identidad e indicación de la parte
representada).

Denominación Atribuciones y facultades.


Organización.
Normas sobre reuniones.
Modalidades de toma de decisiones.
Procedimiento para la reforma del estatuto.
Control social sobre los delegados de prevención.
El acta constitutiva y estatutos del Comité debe estar firmada por todos los integrantes del mismo.
La duración del Comité será indefinida con excepción de aquellos que se constituyan para la ejecución de un
contrato para una obra determinada, el cual perderá su vigencia cuando esta concluya, siempre y cuando no
exceda los dos (2) años indicados en el artículo 72 del Reglamento Parcial de la Lopcymat.

Una vez concluida la obra para la cual fue constituido y registrado el Comité de Seguridad y Salud Laboral,
este cesará en sus funciones debiéndose notificar esta situación ante el Inpsasel, dentro de los diez (10) días
hábiles siguientes a la culminación de la obra.

7. Los Comités constituidos indefinidamente deberán reformar sus estatutos y actualizar el registro en los
siguientes supuestos.
Cuando ocurran cambios en la razón social? del centro de trabajo, establecimiento, unidad de explotación de las
empresas, instituciones o cooperativas y cualquier otra forma asociativa, comunitaria de carácter productivo o
de servicio.
Cuando un miembro del Comité sea sustituido? lícitamente por otro nuevo.
Cuando ocurran? cambios en cualquiera de las cláusulas del estatuto del Comité.

8. De esta reestructuración deberá levantarse acta donde se expresen los cambios acordados en el seno del
Comité, debiéndose consignar original de esta acta de reforma, acompañada de la planilla de actualización del
registro del Comité ante el Inpsasel.

9. El patrono o patrona sólo podrá designar como sus representantes ante el Comité de Seguridad y Salud
Laboral a las siguientes personas:

Empleados y empleadas que actúen como representantes del patrono o patrona.

Los empleados y empleadas de dirección.

Los trabajadores y trabajadoras de confianza, siempre que participen en la administración del negocio o en la
supervisión de otros trabajadores y trabajadoras.

Cualquier otra persona ajena a la empresa, establecimiento, explotación o faena.

La designación de los representantes del patrono o patrona ante el Comité de Seguridad y Salud Laboral debe
hacerse por escrito, al igual que la aceptación de la misma.

No podrán ser delegados y delegadas de prevención, en representación de los trabajadores y trabajadoras, ante
el Comité de Seguridad y Salud Laboral:

Las personas que tengan vínculos por? consanguinidad o afinidad hasta el cuarto grado, ascendente o colateral,
con el patrono o patrona.

La persona que mantenga una unión estable? de hecho con el patrono o patrona.
El amigo o amiga? intima.

De este acto se dejará constancia mediante formato elaborado al efecto por el Instituto Nacional de Prevención,
Salud y Seguridad Laborales. Para este acuerdo formal de constitución se requiere la presencia de todas las
personas que integran el Comité.

Se entenderá que no se ha constituido el Comité de Seguridad y Salud Laboral si no se ha celebrado este


acuerdo formal o no se ha dejado constancia de ello de conformidad con lo previsto en este artículo.

Ahora bien, aplicado al caso de autos el principio de igualdad se patentiza en la constitución del Comité de
Seguridad y Salud Laboral en la sociedad mercantil Fullmaster Clean, C.A., al mantener por Ley la forma de su
constitución por Delegados de los Trabajadores y representantes del Patrono de manera equilibrada para
discutir las políticas de seguridad y salud laboral, entre otros, en atención al artículo 46 y siguientes de la Ley
Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente del Trabajo y, su Reglamento.

Debe señalarse que los trabajadores de la empresa Fullmaster Clean, C.A., tienen el derecho de elegir a sus
delegados de prevención, quienes serán sus representantes ante el Comité de Seguridad y Salud Laboral, según
lo prevé el artículo 41 de la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente del Trabajo; sin
embargo, esa disposición legal contiene un desarrollo armónico con los preceptos de igualdad previsto para los
sujetos participantes de la constitución del referido Comité que no depende únicamente de una sola de las
partes, sino de todos los sujetos involucrados, sin que ello ocasione un menoscabo en la intervención activa del
recurrente (patrono) como factor indispensable y primordial para poner en funcionamiento el mencionado
órgano laboral, con la participación de los trabajadores.

Visto lo anterior, la sociedad mercantil Fullmaster Clean, C.A. se le impone una sanción de multa por haber
incurrido en un incumplimiento al mandamiento legal que les ordena cooperar, intervenir o contribuir de una
forma activa en la constitución del Comité de Seguridad y Salud Laboral, cuestión ésta que puede ser
controlada a través de las manifestaciones concretas en la formación del Comité, por lo que no puede considerar
una situación de desmedro frente a los trabajadores.

En ese orden de ideas, es conveniente traer a colación la cita textual realizada por los propios apoderados
judiciales de la parte recurrente (hoy parte apelante) en su escrito de fundamentación a la apelación, en el cual
se enfatizó sobre la gestión organizacional del patrono y de la iniciativa para constituir el Comité Seguridad y
Salud Laboral, de la siguiente manera:

“Ante esta situación, el profesor y coordinador del postgrado de Derecho del Trabajo un [sic] la Universidad
Central de Venezuela, Dr. Francisco Iturraspe, reciente señaló lo siguiente:

‘El patrono — dentro de su política de prevención, salud y seguridad- puede tomar la iniciativa de constituir el
Comité, pero debe hacerlo dentro de sus prerrogativas legales severamente limitadas por el principio de pureza
de las organizaciones sindicales (prohibición de constituir organizaciones mixtas de empleadores y
trabajadores) y- sobre todo- respetando la autonomía sindical que prohíbe inmiscuirse en la organización de sus
propios trabajadores de acuerdo a los Convenio 87 y 98 de la OIT, la CRBV (Artículo 95) y la propia LOT
(Artículo 443).

De esta suerte, el patrono debería, como primera medida solicitar en forma abierta la ayuda del o los sindicatos,
para colaborar en la constitución del Comité. En ningún caso es admisible que sea el patrono el responsable de
la convocatoria a la elección de los representantes de los trabajadores, ni por sí ni por interpósita persona.
Obsérvese que el patrono puede ser multado por la inexistencia del Comité, pero al ser su constitución una
suerte de «acto complejo» en el cual se requiere además de su propia voluntad la de los trabajadores y sus
organizaciones, es menester una regulación apropiada de tal responsabilidad cónsona con los principios de la
libertad sindical adoptados por nuestro ordenamiento jurídico’ (Destacados nuestros) (ITURRASPE, Francisco.
Balance de la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente del Trabajo (LOPCYMAT) a dos
años de su reforma. En el libro ‘Memorias y comunicaciones del Congreso Internacional de Derecho del
Trabajo. Fundación Universitas. Abril- Mayo 2007.Pag. 167. Barquisimeto - Edo. Lara Venezuela)’”
(Paréntesis del escrito y resaltado de esta Corte).

De lo anterior, este Órgano Jurisdiccional estima que al prever el legislador el deber del patrono de participar
activamente en la constitución y funcionamiento del Comité de Seguridad y Salud Laboral, considerado en este
punto específico como una distinción con los trabajadores o organizaciones sindicales, sería en todo caso en
virtud de la débil naturaleza del trabajador en la relación laboral en contraposición con el empleador, donde se
procura la protección de los derechos constitucionales laborales y, de las condiciones de seguridad, salud y
bienestar en el campo laboral de los sujetos involucrados, para preservar su aspecto físico y en especial la vida.

En la perspectiva que está en análisis relativa a la participación activa del empleador como parte promotora del
Comité hasta su funcionamiento, se tiene que se requiere un “acuerdo formal” para constituir de manera
definitiva el Comité de Seguridad y Salud Laboral, el cual debe ser celebrado una primera y única vez por los
Delegados de Prevención y representantes, en observancia en el artículo 69 del Reglamento de la Ley Orgánica
de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente del Trabajo.

En consideración de lo anterior, esta Corte observa de una revisión de las actas que conforman el presente
expediente que, la sociedad mercantil Fullmaster Clean, C.A. no demostró con algún elemento de prueba la
manifestación de voluntad o los hechos donde se desprenda el interés de iniciar, tramitar y constituir el Comité
de Seguridad y Salud Laboral, siendo que su participación merece una importante atención para el desarrollo de
dicho Comité, reconocido por el mismo marco legal laboral en el artículo 49 de la Ley Orgánica de Prevención,
Condiciones y Medio Ambiente del Trabajo y, que conlleva una excepción al principio de igualdad al ordenarle
de manera taxativa su participación activa en la constitución y funcionamiento, esto es, en materializar de
manera concreta un interés comprobable de constituir el Comité en el centro de trabajo con los trabajadores y
organizaciones sindicales, respetando su autonomía, forma de organización y elección.
Cabe destacar que la sociedad mercantil Fullmaster Clean, C.A., es la parte empleadora dentro la relación
laboral que se estudia, así mismo, se le genera una serie de derechos y obligaciones que implican su
participación activa en la constitución y funcionamiento del Comité de Seguridad y Salud Laboral, en atención
con lo establecido en los artículos 49 de la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente del
Trabajo y 67 de su Reglamento, cuestión que no se desprende de actas que se haya materializado dicha
constitución para el momento de suscitarse los hechos que dieron lugar a los actos administrativos
impugnados.
De esta manera, se constata que para el momento de la ocurrencia de los hechos que dieron motivo al inicio del
procedimiento administrativo sancionador iniciado en contra de la empresa recurrente, con ocasión al
“Accidente Mortal ocurrido al trabajador Freddy Rafael Orta”, no se encontraba constituido o registrado el
Comité de Seguridad y Salud Laboral, el cual conlleva la sanción de multa al empleador por no haber dado
cumplimiento a su participación activa en su constitución o funcionamiento, de conformidad con lo establecido
en el artículo 120 numeral 10 de la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente del Trabajo.

En ese orden de ideas, esta Corte comparte lo señalado por el Sentenciador al aducir “que la norma contenida
en el artículo 120 numeral 10 de la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente del Trabajo,
de ninguna forma colide con las disposiciones contenidas en el aludido Título III de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela, por el contrario dicha norma es una disposición protectora de los derechos
laborales que el propio Texto Constitucional garantiza a los trabajadores comprendidos en los supuestos allí
regulados”.

Razón por la cual el principio de igualdad implica “un trato igual para quienes se encuentren en situación de
igualdad -igualdad como equiparación-, y un trato desigual para quienes se encuentren en situación de
desigualdad -igualdad como diferenciación”, aplicable perfectamente al vínculo creado entre el patrono y sus
trabajadores para la constitución y funcionamiento del mencionado Comité, donde se busca resaltar el
contenido protector de los derechos laborales.

En razón de lo cual concluye esta Corte que la decisión del Juzgado a quo estuvo ajustada a derecho, por cuanto
el numeral 10 del artículo 120 de la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente del Trabajo
es compatible con las normas constitucionales previstas en el artículo 2 y 21 de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela, en consecuencia, se declara improcedente la presente solicitud de desaplicación. Así
se declara.

ii) la denuncia del vicio de “inmotivación por contradicción en los motivos”.

Al respecto, la parte apelante denunció el referido vicio por cuanto el Juzgado a quo estableció lo siguiente:
‘Es así como se instituye el mecanismo de la tutela del Estado de forma directa por medio del organismo creado
para velar por el cumplimiento de normas sustantivas, las cuales son de obligatorio cumplimiento, de allí que en
caso de que el empleador o empleadora incumpla con la aplicación de la misma, independientemente de que sea
una obligación conjunta con los trabajadores, acarrea sanciones para el trabajador, esto con el fin de garantizar
coactivamente el cumplimiento de dichas normas que dado el bien que garantizan obligan al cumplimiento
indefectible por todos los sujetos de derecho comprendidos en ese instrumento jurídico” (Resaltado de esta
Corte).

A este respecto, expuso que es contradictoria la motivación de la sentencia “pues establece que las sanciones
deberán caer en cabeza del trabajador en casos como el que nos ocupa, pero al final de dicho fallo, en el mismo
folio y el que sigue, se estableció que el trabajador solo se encontraba facultado para realizar denuncias”.
Visto lo anterior trae esta Corte a colación lo establecido en el artículo 243 del Código de Procedimiento Civil,
que en su ordinal 4° establece que las sentencias deben contener “(…) Los motivos de hecho y de derecho de la
decisión”.
Observa este Juzgador del artículo citado que, el requisito de motivación impone al juez el deber de expresar
los motivos de hecho y de derecho de la decisión. El fin perseguido es permitir el conocimiento del
razonamiento del juez, pues ello constituye el presupuesto necesario para obtener un posterior control sobre la
legalidad de lo decidido, precisamente los motivos de hecho, están conformados por el establecimiento de los
hechos con ajustamiento a las pruebas que los demuestran y los motivos de derecho, en la aplicación de los
principios y las normas jurídicas a los hechos establecidos en el caso concreto.

Ello así, el vicio de inmotivación por silencio de pruebas se produce cuando el juez omite toda consideración
sobre un elemento probatorio o porque no obstante dejar constancia en el fallo de la prueba, prescinde de su
análisis, examen que se le impone aunque la prueba sea inocuo o ilegal.

En tal sentido, es reiterado el criterio de esta Corte en cuanto a las diferentes situaciones en las que pudiera
existir el referido vicio al respecto observa, que el vicio de inmotivación del fallo, se pueden producir diferentes
casos hipotéticos, que a continuación se indican: 1) ausencia absoluta de razonamiento que sirva de fundamento
a la decisión; 2) contradicciones graves en los propios motivos que implica su destrucción recíproca; 3) la
desconexión total entre los fundamentos de la sentencia y las pretensiones de las partes, en virtud de la grave
incongruencia entre la solución jurídica formulada y el punto debatido; 4) la ininteligencia de la motivación en
razón de contener razones vagas, generales, ilógicas, impertinentes o absurdas y, finalmente; 5) el defecto de
actividad denominado silencio de prueba (Vid. sentencia N° 2008-1189 de fecha 1° de julio de 2008).

Ahora bien, de una revisión de las actas se observa que el fallo apelado indicó expresamente que “acarrea
sanciones para el trabajador” en el caso estudiado relativo a la constitución del Comité de Seguridad y Salud
Laboral, sin embargo, es menester señalar que previo a esa afirmación errada, se tiene que el Sentenciador
interpretó que la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente del Trabajo busca la protección
de las condiciones de seguridad, salud y bienestar en el ambiente de trabajo, asimismo, estimó que el empleador
se encuentra dentro de los mecanismos para garantizar ese cometido, los cuales son de obligatorio
cumplimiento por parte del patrono, de manera que, a juicio de esta Corte la consecuencia jurídica del
incumplimiento de dicho planteamiento sería el propio empleador y no el trabajador.

Aunado a ello, se desprende de los motivos que tuvo el Juzgado a quo para declarar sin lugar la pretensión de
nulidad de la empresa recurrente, que su interpretación va encaminada a declarar que la sanción del artículo 120
numeral eiusdem va en contra del patrono, tal y como se consagra en el ordenamiento jurídico; de manera que,
es necesario demostrar que dicha inmotivación cometida por el Juzgador resulta de tal entidad, que produzca
cambiar el dispositivo del fallo recurrido al constatarse la existencia de la misma por ser relevante para el
cambio de la decisión definitiva, cuestión ésta que no se produjo en el caso de autos; en consecuencia, se
desecha la presente denuncia. Así se declara.

Del vicio de incongruencia negativa.

Así mismo, denunció el vicio de incongruencia negativa “De conformidad con la doctrina establecida por la
Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, denunciamos que el fallo apelado incurrió en vicio de
incongruencia negativa, por no haber decidido sobre todo lo solicitado en el recuro interpuesto, ya que omitió
pronunciar sobre el alegato según el cual se indicó que la pena aplicada había sido la máxima de acuerdo a lo
dispuesto en el artículo de la LOPCYMAT correspondiente”.

Que “[…] en todo caso la providencia a la que hace[n] referencia debió haber aplicado el límite mínimo de la
sanción referida a la falta de CSSL en la Empresa, ya que ésta cumplía con todas sus obligaciones laborales y
de Higiene y Seguridad Industrial, incluso con respecto al caso que dio origen a la inspección, tanto así que el
resto de las multas se enfocan a las situaciones acaecidas en un determinado momento, y no refieren en lo
absoluto a otro tipo de faltas a la Ley como comúnmente hacen”.

Ahora bien, es de señalar que el numeral 5° del artículo 243 del Código de Procedimiento Civil dispone que
toda sentencia debe contener una “Decisión expresa, positiva y precisa con arreglo a la pretensión deducida y a
las excepciones o defensas opuestas, sin que en ningún caso pueda absolverse de la instancia”.

Conforme con lo expuesto y concatenado con el artículo 12 del Código de Procedimiento Civil, debe el
juzgador en la sentencia, resolver de manera clara y precisa todos aquellos puntos que forman parte del debate,
ya que, de lo contrario, vulnera el principio de exhaustividad e incurre en el denominado vicio de
incongruencia, que surge cuando se altera o modifica el problema judicial debatido entre las partes, bien porque
no se resuelve sólo lo alegado por éstas, extendiéndose más allá de ello, o bien porque no resuelve sobre todo lo
alegado por los sujetos del litigio, entendiéndose que la sentencia debe bastarse a sí misma, vale decir, que
resulta exhaustiva respecto a todos los pedimentos hechos valer por las partes en el proceso, logrando así la
solución efectiva del asunto objeto de contención. Cabe destacar que, a tenor de lo preceptuado por el artículo
244 eiusdem, si la decisión judicial omitiere la anterior exigencia o alguna de las otras indicadas por el referido
artículo 243, será nula.

Igualmente, debe advertir esta Corte que la incongruencia, constituye una de las exigencias del derecho a la
tutela judicial efectiva, consagrada en los artículos 26 y 257 de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela, en virtud de que éste no se satisface única y exclusivamente accediendo a la jurisdicción y
obteniendo una resolución motivada y fundada en derecho, sino que además es necesario, que dicha resolución
atienda sustancialmente al objeto de las pretensiones formuladas y probadas por las partes, de forma que ésta
ofrezca una respuesta coherente de todo lo que ha sido planteado en el proceso.

La Sala Político-Administrativa del Tribunal Supremo de Justicia dictó sentencia N° 00816 de fecha 29 de
marzo de 2006, mediante la cual expuso con relación al vicio de incongruencia lo siguiente:

“En este sentido, para que la sentencia sea válida y jurídicamente eficaz, debe ser autónoma, es decir, tener
fuerza por sí sola; debe en forma clara y precisa, resolver todos y cada uno de los puntos sometidos a su
consideración, sin necesidad de nuevas interpretaciones, ni requerir del auxilio de otro instrumento; elementos
éstos cuya inobservancia en la decisión infringiría el principio de exhaustividad, incurriendo así en el vicio de
incongruencia, el cual se origina cuando no existe la debida correspondencia formal entre lo decidido y las
pretensiones y defensas de las partes intervinientes en el proceso, manifestándose tal vicio cuando el juez con
su decisión, modifica la controversia judicial debatida, bien porque no se limitó a resolver sólo lo pretendido
por las partes, o bien porque no resolvió sobre algunas de las pretensiones o defensas expresadas por los sujetos
en el litigio. Acarreando el primer supuesto una incongruencia positiva y, en el segundo, una incongruencia
negativa cuando la decisión omite el debido pronunciamiento sobre algunos de los alegatos fundamentales
pretendidos por las partes en la controversia judicial” (Subrayado y negrillas de esta Corte).

Ahora bien, resulta pertinente resaltar que, los requisitos intrínsecos de la sentencia contemplados en el artículo
243 del Código de Procedimiento Civil, son de estricto orden público, por cuanto los errores de que adolezca
una sentencia de instancia, constituyen un síntoma de injusticia que debe reprimirse por medio de la nulidad de
la sentencia, pues los errores de tal naturaleza se traducen en violación del orden público, no sólo para lograr la
igualdad de las partes ante la ley, sino para resguardar el equilibrio que debe prevalecer entre los derechos e
intereses de éstas en el proceso, así como para preservarles el derecho a la defensa, a la debida asistencia
jurídica y al debido proceso (Vid. sentencia N° 00822 de fecha 11 de junio de 2003, dictada por la Sala
Político-Administrativa del Tribunal Supremo de Justicia, caso: asociación civil Consorcio Social La Puente).

Es así, se observa del escrito recursivo que el apoderado judicial de la empresa recurrente señaló una serie de
motivos para solicitar la nulidad, no obstante, no se observa expresamente que haya denunciado “que la pena
aplicada había sido la máxima de acuerdo a lo dispuesto en el artículo de la LOPCYMAT correspondiente” y
que se “debió haber aplicado el límite mínimo de la sanción referida a la falta de CSSL en la Empresa.

A ese respecto, el fallo apelado se analizó el régimen jurídico aplicable al caso de autos, relativo a la necesaria
constitución y funcionamiento del Comité de Seguridad y Salud para el resguardo y protección de las
condiciones de seguridad, salud y bienestar, como se señaló precedentemente, así como la obligación del
patrono de participar activamente en su creación para desarrollar los derechos constitucionales laborales, así
mismo, interpretó el artículo 120 numeral 10 de la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio
Ambiente del Trabajo, norma jurídica aplicable para establecer la sanción de multa del recurrente, de esta
manera se observa que el fallo apelado se pronunció sobre lo solicitado por la recurrente.

Sin embargo, esta Corte en aras de salvaguardar los derechos constitucionales a la defensa y a la tutela judicial
efectiva, estima que para resolver el alegato referido a que la Administración debió aplicar el límite mínimo de
la sanción por la falta de constitución del Comité de Seguridad y Salud Laboral en la sociedad mercantil
Fullmaster Clean, C.A., al respecto, resulta necesario observar la proporcionalidad de la multa impuesta por la
recurrente:
El artículo 12 de la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos, el cual señala que:

“Aun cuando una disposición legal o reglamentaria deje alguna medida o providencia a juicio de la autoridad
competente, dicha medida o providencia deberá mantener la debida proporcionalidad y adecuación con el
supuesto de hecho y con los fines de la norma, y cumplir los trámites, requisitos y formalidades necesarios para
su validez y eficacia”.

Ello así, la Sala Político Administrativa del Tribunal Supremo de Justicia, mediante Sentencia Número 4913, de
fecha 13 de julio de 2005, (caso: Antonio Ortega Bruzes Vs. Ministerio de la Defensa) señaló que:
“(…) la llamada proporcionalidad de las sanciones, constituye un principio contenido en el artículo 12 de la Ley
Orgánica de Procedimientos Administrativos, en virtud del cual se prevé que aun en los casos en que opere
cierta discrecionalidad de parte de la Administración, se debe respetar la debida proporcionalidad entre el
supuesto de hecho que dio lugar al acto administrativo y la finalidad de la norma, a objeto de alcanzar un
verdadero equilibrio en el cumplimiento de los fines de la Administración Pública”.

En este sentido, la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, en Sentencia Número 144, de fecha 6
de febrero de 2007 con ponencia del magistrado Francisco A. Carrasquero L. (caso: Agencias Generales
Conaven, C.A. y otros contra los artículos de la Ley Orgánica de Aduanas), señaló que:
“(…) el citado principio constituye un límite de adecuación sobre los verdaderos alcances y finalidades de las
sanciones, que implica para el caso de las sanciones que tienen carácter pecuniario, que la afectación
patrimonial no sea distorsionada respecto del bien que sirve de medida para castigar una determinada
conducta.” …omissis…
“ (…) es de principio que la sanción debe alcanzar racionalmente el patrimonio del infractor evitando que
obtenga un beneficio por la comisión de un ilícito administrativo, sin afectar la totalidad de los bienes o una
parte sustancial de los mismos(…).”
En sentencia N° 0977 de fecha 1° julio de 2009 dictada por la Sala Político-Administrativo del Tribunal
Supremo de Justicia, se estableció que la “la proporcionalidad necesaria para la aplicación de la sanción está
referida a la relación existente entre la gravedad de la falta y el monto de la multa aplicada, no siendo un
criterio de imprescindible consideración indicar cuál fue el análisis efectuado para determinar el ‘quantum’ de
la pena impuesta (vid. Sentencia 00731 del 19 de junio de 2008)” (Paréntesis de la sentencia).
Ahora bien, se observa del acto administrativo impugnado que se le impuso sanción a la empresa
FULLMASTER CLEAN, C.A., por la cantidad de doscientos treinta y cuatro millones doscientos cincuenta y
nueve mil doscientos con 00/100 (Bs. 234.259.200,00), en virtud del incumplimiento de lo dispuesto en el
artículo 120 numeral 10 de la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo.

Dicha norma legal prevé el supuesto de hecho en que incurrió el recurrente relativo a la falta de constitución del
Comité de Seguridad y Salud Laboral, el cual prevé las sanciones a las “infracciones administrativas muy
graves” en materia de seguridad y salud en el trabajo, las cuales se aplica entre setenta y seis (76) a cien (100)
unidades tributarias (U.T.) por cada trabajador; de esta manera, de una revisión del acto impugnado se observa
que a la mencionada empresa se le impuso por su incumplimiento la cantidad contentiva dentro de éste renglón,
esto es, ochenta y tres (83) unidades tributarias, tomando en consideración “los trabajadores reflejados en el
Informe propuesta de Sanción elaborado por los Funcionarios del INPSASEL” para realizar el cálculo por parte
de la Administración (folios 114 y 176).

Siendo ello así, el resultado obtenido por aplicar la cantidad en unidades tributarias se encuentra debidamente
determinado en la norma citada ut supra, que en el caso de autos corresponde la multa impuesta a la recurrente,
un monto proporcional entre el monto mínimo y máximo de la graduación de la sanción en observancia a la
cantidad de trabajadores expuesto señalados previamente en el Informe de Propuesta de Sanción, en
consecuencia, esta Corte desecha la presente denuncia. Así se declara.
Con base en lo expuesto, esta Corte Segunda de lo Contencioso Administrativo declara sin lugar el recurso de
apelación interpuesto por el apoderado judicial de la parte recurrente contra la sentencia dictada en fecha 6 de
marzo de 2008 por el Juzgado Superior Quinto de lo Contencioso Administrativo de la Región Capital,
mediante el cual se declaró sin lugar el presente recurso de nulidad interpuesto por el abogado Enrique Aguilera
Ocando, actuando con el carácter de apoderado judicial de la sociedad mercantil Fullmaster Clean, C.A., contra
la “Providencia Administrativa designada US-DCV/007/2006 emanada de la DIRECCIÓN ESTADAL DE
SALUD DE LOS TRABAJADORES (DIRESAT) DISTRITO CAPITAL, VARGAS y MIRANDA de fecha 17
de mayo de 2006, e igualmente la nulidad de decisión contenida en el Recurso Jerárquico intentado contra la
mencionada Providencia Administrativa número RJ-US-024-2006 de fecha 12 de julio de 2006” y, en
consecuencia, se confirma la sentencia apelada en los términos expuestos en el presente fallo. Así se decide.

VI

DECISIÓN
Por las razones antes señaladas, esta Corte Segunda de lo Contencioso Administrativo, administrando justicia,
en nombre de la República Bolivariana de Venezuela y por autoridad de la Ley, declara:

1.- Su COMPETENCIA para conocer del recurso de apelación interpuesto por el apoderado judicial de la
parte recurrente contra la sentencia dictada en fecha 6 de marzo de 2008 por el referido Juzgado Superior
Quinto de lo Contencioso Administrativo de la Región Capital, mediante el cual se declaró sin lugar el presente
recurso de nulidad interpuesto por el abogado Enrique Aguilera Ocando, actuando con el carácter de apoderado
judicial de la sociedad mercantil Fullmaster Clean, C.A., contra la “Providencia Administrativa designada US-
DCV/007/2006 emanada de la DIRECCIÓN ESTADAL DE SALUD DE LOS TRABAJADORES (DIRESAT)
DISTRITO CAPITAL, VARGAS y MIRANDA de fecha 17 de mayo de 2006, e igualmente la nulidad de
decisión contenida en el Recurso Jerárquico intentado contra la mencionada Providencia Administrativa
número RJ-US-024-2006 de fecha 12 de julio de 2006”.

2. SIN LUGAR el recurso de apelación interpuesto.


3. CONFIRMA la sentencia apelada en los términos expuestos en el presente fallo.

Publíquese, regístrese y notifíquese. Remítase el expediente al Tribunal de origen.


Déjese copia de la presente decisión.

Dada, firmada y sellada en la Sala de Sesiones de la Corte Segunda de lo Contencioso


Administrativo, en la ciudad de Caracas, a los ___________________ ( ) días del mes de
___________________ de dos mil nueve (2009). Años 199° de la Independencia y 150° de la
Federación.

El Presidente,
EMILIO RAMOS GONZÁLEZ
Ponente

El Vicepresidente,
ALEXIS JOSÉ CRESPO DAZA

El Juez,
ALEJANDRO SOTO VILLASMIL
La Secretaria,

MARÍA EUGENIA MÁRQUEZ


Exp. Nº AP42-R-2008-000840
ERG / ASV/ 27

En fecha _________________ ( ) de ___________________ de dos mil nueve (2009), siendo la (s)


_______ de la ____________, se publicó y registró la anterior decisión bajo el Nº
___________________________.
La Secretaria

Вам также может понравиться