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Nº 54 NOVIEMBRE - 2011

PERSONERÍA JURÍDICA
37252 ENERO 16/90
Gobernación de Antioquia
ISSN 0123-4528
DIRECTOR (E)
Juan Fernando Vélez G.
JUNTA DIRECTIVA
Principales:
Max Yuri Gil R.
Rocío Jiménez B.
Rubén Fernández A.
Luz Amparo Sánchez M.
Juan Fernando Sierra V.
Suplentes:
Ana María Jaramillo A.
Análida Rincón P.

Editorial
Francis Corrales A.
COMITÉ EDITORIAL
Rocío Jiménez B.
Rubén Fernández A.
Lucelly Carvajal G.
Sergio Valencia R. LA MEMORIA EN NUESTRAS MANOS
María Andrea Kronfly V.
Calle 55 Nº 41-10
Tel: (57-4) 216 68 22
Fax: (57-4) 239 55 44
A.A. 67146 Medellín - Colombia
coregion@region.org.co
www.region.org.co

Editorial: LA MEMORIA EN
NUESTRAS MANOS
MEMORIA Y DESPLAZAMIENTO. LOS
CASOS DE SAN CARLOS Y COMUNA 13
CNRR y Corporación Región
MICROPOLÍTICAS DE LA(S)
MEMORIA(S): EL SENTIDO
POLÍTICO DE LA DIGNIDAD
Elsa Blair Familias enteras –padeciendo la or- Luchar contra la naturalización del ho-
JUSTICIA A LOS MUERTOS O UN fandad y la viudez, destruidas por el rror en nuestra sociedad es una tarea de
ALEGATO A FAVOR DEL RECUERDO
MORAL destierro del campo y la ciudad, la trascendencia cultural de largo aliento,
Beatriz Restrepo Gallego desaparición forzada, el despojo de para la cual se requiere la convergen-
ESTADO Y SOCIEDAD FRENTE A LAS la tierra y de sus bienes–, pueblan de cia de diferentes sectores y lenguajes.
VÍCTIMAS DE LA VIOLENCIA En ello, experiencias como “Tenemos
víctimas este país. En una sola his-
María Teresa Uribe de Hincapié
toria de vida, muchos colombianos y nuevos vecinos”, “Esta es tu casa” y
UNA LABOR DE MEMORIA
colombianas acumulan daños y pérdi- más recientemente, el encuentro aca-
Nyrama Osorio
RECORDAR PARA NO REPETIR das, resultado de formas diversas de démico, artístico y de las comunidades
Alcaldía de Medellín victimización. El sufrimiento y la in- para reflexionar juntos: “Destierro y
LA CONSTRUCCIÓN DE LA justicia llevan ya varias décadas, pero Reparación en Medellín” (2008), cons-
MEMORIA HISTÓRICA DE LAS tituyen aportes a la construcción de la
VÍCTIMAS DE LA VIOLENCIA ni el tiempo transcurrido ni la orden
Max Yuri Gil Ramírez de silenciarse y olvidar, impuesta memoria colectiva, tejida con la palabra
de las víctimas y la escucha de una so-
Diseño e impresión: Pregón Ltda.
por los perpetradores del horror y la
ciedad capaz de reconocer en el otro,
Imagen carátula: Pregón Ltda.©&® crueldad, han podido acallar el mo-
la dignidad humillada
Las imágenes usadas en esta revista
vimiento de víctimas en Colombia,
corresponden a una cuidadosa quienes con un inmenso repertorio Colombia asiste a la ampliación del mo-
selección de obras relacionadas con el de iniciativas, de evocación y de pre-
tema de la Memoria. Esta publicación vimiento de víctimas que se visibilizó en
circula de manera gratuita con fines sencia por la memoria de sus seres el año 2006, cuando organizaciones so-
estrictamente académicos. queridos y por la propia dignidad, ciales y acompañantes internacionales,
Para esta publicación la Corporación Región materializan la dimensión política del se articularon en la Mesa Departamen-
recibe el apoyo de Welthungerhilfe; Diakonia,
Suecia; Misereor, Alemania; Embajada Suiza. dolor que hoy toma fuerza en el país. tal de Víctimas del Conflicto Armado
en Antioquia. Desde entonces, se cisamente lo que se hace desde el
avanza en la construcción de una movimiento de víctimas y el reper-
agenda política nacional, regional y En 2007, la conformación de la torio de actividades de memoria de
municipal. Los primeros frutos de Comisión de Memoria Histórica, familiares, comunidades de base,
este proceso se dieron en 2007 con apoyo investigativo de la Comisión organizaciones no gubernamenta-
el Encuentro Nacional de Víctimas, Nacional de Reparación y Reconci- les, grupos étnicos, organizaciones
donde más de 2500 asistentes proce- liación, constituye un aporte a la de mujeres, movimientos de paz,
dentes de todo el país, congregados construcción de un relato que con- de artistas e iniciativas guberna-
en Bogotá, dieron origen a la Mesa tribuye a la búsqueda de la verdad, mentales.
Nacional de Víctimas de Organiza- a la identificación de los patrones
ciones Sociales. En 2010, se realizó Las mujeres, en particular, han
de victimización y de los mecanis-
la Audiencia Nacional por la Justicia dedicado sus mayores esfuerzos al
mos del terror. Tiene como objetivo
para las Víctimas y contra la Impu- ejercicio de sus derechos, a buscar,
elaborar y divulgar una narrativa so-
nidad, más de 1500 víctimas de 17 exhumar y enterrar con dignidad
bre el conflicto armado en Colombia
regiones del país, se reunieron en a sus seres queridos; también ellas
que identifique “las razones para el
Medellín. han ido moldeando nuevas identi-
surgimiento y la evolución de los
dades convirtiendo la amargura en
Esta fuerza colectiva ha concurri- grupos armados ilegales” (Ley 975
acción, reflexionando y dejando de
do para que el Estado colombiano de 2005), así como las distintas ver-
ser víctimas pasivas para resurgir
asuma su parte de responsabilidad dades y memorias de la violencia,
como mujeres que ven cómo esta
con las víctimas y participe de la con un enfoque diferenciado y una
experiencia compromete el presen-
construcción de memoria de la opción preferencial por las voces de
te con el pasado y abona al futuro.
violencia y el conflicto interno. Un las víctimas que han sido suprimidas
Ellas han emprendido la recupe-
hito en la historia reciente de Co- o silenciadas.
ración de las tierras que les han
lombia, ha sido el papel de la Corte sido arrebatadas; y de esta brega,
La memoria del sufrimiento y la
Constitucional; el 22 de enero de en 2007 nos queda en la memoria
injusticia está en construcción; sa-
2004 profirió la sentencia de tutela por el femicidio, en el departamento
bemos que la sociedad toda no se
T-025 a través de la cual, declaró la de Córdoba, de Yolanda Izquierdo,
ha sentido implicada, por lo cual,
existencia de un Estado de Cosas quien encarnaba la decisión, de por
coincidimos con Juan Manuel Roca
Inconstitucionales (ECI), ante la lo menos 700 personas, de luchar
en que “la historia de Colombia está
grave vulneración de derechos de contra el despojo. A este crimen se
escrita, más que por la punta del lá-
millones de colombianos y colom- sumó el de Ana Fabricia Córdoba,
piz, por el lado de la goma, por el
bianas, víctimas del desplazamien- extremo del borrador”. Pero también en junio de 2011 en Medellín, au-
to forzado y la profunda distancia es posible afirmar que la magnitud mentando la aterradora lista de 66
entre los derechos consignados en de las atrocidades y la resistencia de personas asesinadas en los últimos
la Ley 387 de 1997, y los recursos las víctimas han incidido para que nueve años1, evidencia indiscutible
financieros e institucionales de la diferentes sectores sociales, acadé- del riesgo que corren las víctimas
política pública destinada a atender micos y artísticos, nos miremos en que reclaman sus derechos en la
esta crisis humanitaria. La decisión el espejo roto de la sociedad, y le ciudad y en el campo.
se produjo luego de que miles de demos un lugar a la vergüenza por
personas desplazadas, interpusieran lo acontecido.
recursos de tutela ante la justicia
colombiana para reclamar el acceso Gonzalo Sánchez, Coordinador del
efectivo a sus derechos. La senten- Grupo de Memoria Histórica de la
cia ordena la atención de los dere- Comisión Nacional de Reparación y
chos básicos de todas las personas Reconciliación (CCRR), dice que “el
desplazadas, como respuesta a la pasado se vuelve memoria cuando 1. Las mujeres colombianas lideran la lucha por
la restitución de la tierra. Por Pilar Lozano.
creciente capacidad organizativa de podemos actuar sobre él en pers- El País, edición impresa. Consultado en línea
esta población. pectiva de futuro”, y esto es pre- octubre 5 de 2011

3
Desde la Corporación Región afian- violencia en el país, un espacio de
zamos nuestro compromiso con el recuperación del pasado que con-
acompañamiento a los procesos de duzca de las memorias literales a las
organización y formación de las víc- memorias ejemplares, es decir, del
timas en la región, con la producción individuo y su sufrimiento impon-
de conocimiento que contribuya a la derable hacia prácticas individuales
comprensión de lo que ha pasado y y acciones colectivas que conjuren
a develar los daños y pérdidas de la el pasado y sirvan de aprendizajes
población desplazada, sus procesos para el presente y el futuro.
de memoria y resistencia, así como
a incidir en la política pública por Un reto enorme para las víctimas y
el reconocimiento y goce efectivo la sociedad colombiana, hacer me-
de sus derechos. moria de un pasado que no pasa,
pues si bien el miedo persiste y la
En Región mantendremos la mi- repetición de las tragedias no cesa,
rada atenta, la evocación en la piel la necesidad de las víctimas de que
y haremos lo que esté en nuestras se conozca la barbarie de lo vivido
manos para hacer memoria y alen- y lo sufrido constituye una apuesta
tar que iniciativas gubernamentales al día, que debe comprometer nues-
como la Casa Museo de la Memo- tros esfuerzos para que la justicia, la
ria, sea efectivamente un espacio verdad y la reparación estén siempre
que propicie, por diversos medios, en el horizonte y se cristalicen en
el reconocimiento y dignificación medidas eficaces de no repetición
a la palabra de las víctimas de la de los crímenes atroces.

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MEMORIA Y DESPLAZAMIENTO
Los casos de San Carlos y Comuna 131
Este artículo presenta fragmentos de los informes “San Carlos: memorias del éxodo y la
guerra” y “Desplazamiento forzado en la Comuna 13: la huella invisible de la guerra”, que
serán presentados el 24 y 25 de noviembre en el marco de la Semana de la Memoria en
Medellín.
Rafal Olbinski - Manon Lescaut b

1. En la elaboración de estos informes participan Martha Nubia Bello, Pilar


Riaño y Lina María Díaz del Grupo de Memoria Histórica de la CNRR; Marta
Inés Villa, Ana María Jaramillo, Luz Amparo Sánchez, Sandra González y
Didhier Rojas de la Corporación Región. Para la realización de este informe
se contó con el aporte financiero de la Embajada Suiza.

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El Desplazamiento forzado es, sin pérdidas sufridas, las respuestas de la a la presentación pública de estos
duda, uno de los principales efectos las instituciones y de la población. informes, se presentan los apartes en
del conflicto armado y las violencias Es así como se eligieron San Carlos los que se describen estos dos even-
en Colombia. Pero no solo eso. Tam- (Oriente Antioqueño) y Comuna 13 tos trayendo elementos del contexto
bién ha sido una de las estrategias (Medellín) como casos emblemáticos explicativo y de las narrativas que sus
privilegiadas por los grupos armados de desplazamiento forzado ya que pobladores hacen de ellos.
para despojar a las personas de sus permiten leer dichas variaciones.
bienes y de sus tierras, para tomar Estos ejercicios dieron lugar a dos El Desplazamiento
posesión de territorios estratégicos, informes: “San Carlos: Memorias del
para desterrar a quien es considerado éxodo en la guerra”  y “Desplaza-
masivo de Dos Quebradas
enemigo. Los más de tres millones de miento Forzado en la Comuna 13
(San Carlos)
colombianos desplazados que hoy se de Medellín: la huella invisible de la Las masacres como retaliación
encuentran deambulando por ciuda- guerra en las ciudades”, próximos a de los guerreros.
des y pueblos, por lo general en con- publicarse; en cada uno de ellos la
En noviembre de 2002 y enero de
diciones de extrema pobreza; y las 5 población narra las situaciones, los
2003, el periodo más fuerte de la con-
mil hectáreas de tierra que se calcula eventos, los motivos que generaron
frontación entre los paramilitares
han sido despojadas a campesinos a la huida de su lugar de residencia.
y la guerrilla por la hegemonía del
lo largo y ancho del territorio na-
Masacres, amenazas, asesinatos, control del municipio de San Carlos,
cional, son dos expresiones visibles
extorsiones, órdenes de desalojo, ocurren dos masacres que han que-
de esta problemática. No obstante,
reclutamiento forzado, entre otros dado guardadas en la memoria de la
los daños generados a las personas,
hacen parte de las narrativas con las población, de nuevo, por la crueldad
a los territorios, a la economía, a la
que las personas desplazadas de estos de las acciones, por lo que ellas re-
cultura, al tejido social y organiza-
lugares explican por qué se fueron. velan en términos de la lógica de la
tivo, aun no han sido reconocidos a
En la memoria de la población se guerra y de la lucha por el control del
cabalidad por el Estado colombiano,
identifican eventos, especialmente territorio y por su impacto en la ge-
por la sociedad e incluso por las pro-
significativos, en los que el drama del neración de desplazamiento masivo.
pias víctimas de este delito.
desplazamiento forzado se hizo visi- Tanto el Chocó, como Dos quebra-
Conscientes de la centralidad de ble, por la crueldad de los hechos que das, se ubican en el eje San Carlos-
la problemática y de la necesidad lo antecedieron, por haber generado Granada, territorio identificado por
de aportar a su reconocimiento y un éxodo masivo y por las respuestas un mayor dominio de la guerrilla
comprensión, el Grupo de Memoria sociales e institucionales desatadas. y objeto dentro de la lógica del
Histórica y la Corporación Región
El desplazamiento del Salado en la proyecto contrainsurgente, de una
emprendieron la realización de un
Comuna 13, ocasionado por parami- fuerte arremetida de paramilitares
informe que, poniendo al centro un
y Ejército.
ejercicio de memoria de las vícti- litares del Bloque Cacique Nutibara y
mas, diera cuenta de las variaciones el desplazamiento de El Chocó y Dos El 22 de noviembre de 2002, el Blo-
e implicaciones del desplazamiento Quebradas en San Carlos, ocasionado que Metro de las AUC incursiona en
forzado en contextos diferenciados: por el IX Frente de las FARC, son dos la vereda el Chocó y, según informes
los trayectos recorridos, los daños y de los más recordados. Como antesa- de prensa, asesina con hachas, sierras

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y machetes entre 8 y 11 campesinos, Dos Quebradas es un caserío ubica- una organización comunitaria que
entre ellos: Luís Agudelo Aristiza- do en las afueras del casco urbano por su consolidación y proyección
bal de 38 años, José Arias Clavijo, 37 de San Carlos, a 5km en la vía San fue de renombre. Las casas se hi-
años, María Arias Clavijo, 33 años, Carlos-Granada. Está conformado cieron por autoconstrucción y era
Jesús López Cadavid, 62 años, Héctor por 52 casas construidas por la Cor- también responsabilidad de la comu-
Valencia, 51 años, Aldemar Arias, 55 poración Antioquia Presente3, en te- nidad la siembra de cultivos de pan
años, Edilson Arias, 35 años, Alexis rrenos de la finca La Arenosa, como coger. En estos 10 años la guerrilla
Arias, 22 años. Todos fueron sacados parte del proyecto de reubicación de hizo presencia en el caserío, espe-
de sus casas y lugares de trabajo para algunas de las familias damnificadas cialmente con una labor de control
ser asesinados posteriormente en de una avalancha ocurrida dos años social; una de sus vecinas habla de
lugares públicos. Algunos de ellos no atrás; las otras familias damnifica- por lo menos 10 personas asesinadas
pudieron ser identificados hasta va- das fueron reubicadas en la vereda “siempre nos fueron matando en el
rios días después, ya que sus rostros Vallejuelos. Muy cerca del caserío se espacio de los 10 años siempre nos
y cuerpos quedaron totalmente des- encuentra la Central Hidroeléctrica quitaron gente graneadita, un mu-
figurados (El Tiempo, 2 de diciembre Calderas4 con el respectivo batallón chacho, una señora, el señor que yo
de 2002). Esta masacre generó, se- militar para su cuidado.
le digo que expulsamos de la empresa
gún datos de la administración mu- lo mató la guerrilla en su propia casa
La masacre del 2003 resulta signifi-
nicipal, el desplazamiento masivo de en presencia de su familia. Si habían
cativa no sólo por la forma en que
por lo menos 300 personas; otras no matado como a 10 eso en el espacio
se cometió, sino por su efecto en
pudieron desplazarse por la presión que vivimos allá, con razones nada
cuanto al desplazamiento masivo de
y el control de los actores armados, justificables para quitarle la vida a
todo el caserío y en la destrucción
pero finalmente el hambre y el mie- una persona pero si era más bien
de un potente proyecto de economía
do, les obligaron a desplazarse: como traviesitas, personas travie-
solidaria. Desde el momento de su
Una vez se da esa masacre mu- fundación hasta el año 2000 se crea sitas”; no había, según esta mujer,
chos pobladores de esa región se
terminan de desplazar, quedaron
algunos que decían: hombre,
pues si ya no nos mataron en
esta ya no nos van a hacer nada
¿cierto? entonces quedémonos,
2. En entrevista realizada por la revista semana moviera tocaba darle. Hubo una masacre.
pero el bloqueo, la pobreza, no Nicolás Baena, alias Plotter, desmovilizado Yo no concebía eso posible porque no había
había nada de las instituciones, del IX Frente de las FARC, quien estaba al habido la consideración política para hacer
quedaron a merced de la delin- mando del Frente en el momento de la ma- esa acción militar. Después dijeron, Plotter,
sacre de Dos Quebradas, dice, a propósito hágase un documento para eso, ya cuando
cuencia, a merced de la guerri- de los motivos que le llevaron a desertar: estaba consumado el hecho. Semana: ¿Acep-
lla, a merced de todo el mundo. “Semana: ¿Fue eso lo que lo hizo desertar? tó hacerlo?: En enero di unas declaraciones
(Testimonio hombre adulto, San Plotter: Fue una sumatoria. Yo siempre es- para la televisión justificando el hecho. Me
Carlos 2010) taba discutiendo eso: a la población civil no sentí mal”. Revista Semana, edición 1112,
se le dan órdenes, se le conquista. Lo otro agosto de 2003 En: http://www.semana.com/
es que a mí me enseñaron cuando ingresé noticias-nacion/FARC-van-pasar-calmaditas-
Casi dos meses después, el 16 de que lo político prima sobre lo militar. Que chaparron-uribe-velez/72547.aspx )
enero de 2003, en Dos Quebradas, para hacer un plan militar primero tocaba 3. Organización no Gubernamental de
en el mismo eje San Carlos-Granada sustentarlo políticamente. Hoy, por ejem- Antioquia; que ha jugado un papel impor-
plo, con la acción de Dos Quebradas allá tante especialmente en procesos de recons-
ocurre una nueva masacre en la que en San Carlos, que fue en represalia a una trucción de vivienda por desastres naturales
fueron asesinadas 17 personas. La masacre que hicieron los paramilitares se en varias regiones.
estuvo discutiendo de cómo se iba a hacer 4. La central hidroeléctrica Calderas está lo-
guerrilla de las FARC, reconoció, días
y qué implicaciones tenía. Yo pensé que se calizada entre los municipios de Granada y
después, su autoría y su explicación: iba a sacar esa gente que estaba haciendo San Carlos en el departamento de Antioquia,
según ellos, fue realizada en reta- el trabajo de los paramilitares y si había un a una distancia aproximada de 100 Km de
ajusticiamiento, se ajusticiaba y si no pues Medellín. Está ubicada en la cuenca hidro-
liación por la cometida un par de no. Yo no estuve ahí, pero cuando ya supe gráfica de la quebrada La Arenosa, afluente
meses atrás, por los paramilitares era que se habían metido los muchachos del río San Carlos y el embalse de la cuenca
en El Chocó2. allí y que la orden había sido que el que se alta del rio Calderas.

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otro tipo de control o injerencia en ese hecho, porque ya los soldados
sus actividades comunitarias. (Mujer dispararon cuando ya no estaba la
Adulta, San Carlos) guerrilla, entonces subieron revisa-
aquí a atacar porque la guerrilla los ron las casas y preciso estaban los,
Sin embargo, la situación se com- los, las aberturas en las paredes (Mu-
plicó cuando la guerrilla comenzó quiere mucho”, le dijo un soldado a
una de las habitantes de caserío, lo jer adulta, San Carlos).
a robarse ganado de fincas cercanas.
Luego fueron ellos mismos las víc- que ella interpretó como una adver- Con motivo de este ataque el co-
timas. El 31 de octubre de 2001 les tencia… “nosotros siempre vivíamos
mando fue trasladado hacia el
robaron 80 cabezas de ganado que con miedo” dice.
Chocó y, según el testimonio de
eran de propiedad comunitaria. Con Esta situación se mantuvo así hasta algunos pobladores, fue clara desde
este robo, la gente del caserío perdió 1998 cuando un ataque de la gue- entonces la animadversión del ejér-
no sólo una inversión de 10 años y rrilla al comando dejó como saldo cito frente a la población a quienes
un medio de sustento, sino el motor 5 policías muertos y dos heridos. La les decían “sapos” por haber denun-
que daba sentido al trabajo colectivo población de Dos Quebradas vivió ciado la situación, “ahí fue donde
a través de una empresa comunita- momentos de pánico y zozobra: empezamos que ya van a llegar los
ria. 27 de las 35 familias afiliadas a paramilitares”
la empresa comunitaria se hicieron Eso fue por allá en el 98 me pa-
liquidar y se retiraron. rece, si, más o menos en el 98, se En efecto, la presencia paramilitar se
entró la guerrilla por todas las 4 acentúa y los retenes y los asesinatos
Rápidamente la presencia de la gue- esquinas por los cuatros puntos se hacen cada vez más frecuentes.
rrilla tomó otro matiz. Aparecieron cardinales y atacaron esa base, Guerrillas y paramilitares se empe-
letreros denunciando al entonces eso fue una noche de terror, pri- ñaron en dejar marcado el territorio.
gobernador Alvaro Uribe Vélez y la mera vez en la vida que nosotros
Día a día aparecían grafitis en las
llegada de paramilitares a la región: sentíamos bala porque nosotros
paredes en las que se anunciaba, en
vivimos muy tranquilos hasta que no estábamos acostumbrados a
tono amenazante, su presencia. La
cierto día nos amanecen unas letras sentir bala de ninguna calidad,
en ningún momento, eso fue comunidad consciente de lo que esto
en la cancha unas letras grandes representaba para ambos grupos, co-
toda la noche por ahí desde las
donde decía, cuando eso Uribe era tidianamente se dedicaba a borrar
8 de la noche por ahí hasta las
el gobernador de Antioquia decían los grafitis para no dejar huella, has-
5.30 de la mañana (mujer adulta,
las letras, Uribe fundador de las San Carlos) ta que un día los paramilitares les
convivir o de las autodefensas algo prohibieron volverlos a borrar, por
así después nos dimos cuenta que Al día siguiente, cuando los vecinos lo menos hasta que pasara un año:
era de la guerrilla… (decían) estas salieron a mirar lo que había pasado,
áreas y esta región las defenderemos fueron los soldados los que dispara- Entonces ya cuando esos grupos
a sangre y fuego.” (Mujer adulta, San ron al caserío. “salimos a mirar to- armados nos dejaron las letras
Carlos). Al mismo tiempo se cons- dos para arriba, para la base, estaban que no fuimos capaces, ya no pu-
truyó la base militar para el cuidado recogiendo los soldados muertos, a dimos borrar, porque nos ame-
de la hidroeléctrica. Esto generó zo- nazaron, que no las podíamos
los soldados que quedaron ahí les
borrar, entonces ya nosotros em-
zobra y miedo, pues, de un lado los dio rabia con nosotros y nos dispa-
pezamos a temblar mas porque
militares, empezaron a establecer raron, ya empezaron fue a disparar ya al ver que no borrábamos esas
relaciones con la población y los po- de la base hacia el caserío lo que no letras, entre vecinos nos decían: ´
bladores sabían que esto no era bien hicieron por la noche, entonces nos vea, ahora si no podemos borrar
visto por la guerrilla y de otro, ante encerramos, eso fue pues como unos esas letras, ahora si la guerrilla si
un posible ataque, ellos quedarían rafagasos poquitos, pero si alcanza- va a pensar que nos unimos a los
en el medio. Pero además, habían ron a perforar casas, no hubo nin- paramilitares. Porque ya no bo-
recibido pistas de que eran vistos, guna víctima pero pudo haber vícti- rramos las letras…entonces ya
por los militares, como aliados de la mas… entonces la acción comunal muchas familias se empezaron
guerrilla: “la guerrilla no viene por vino y denunció ante la personería a ir. (Mujer adulta, San Carlos)

8
cina, vemos uno a uno horrori-
zados y de pronto descubro a mi
niño en un extremo del corredor.
El pánico creció, yo sentí como
si el tiempo retrocediera, desde
que mi niño nació, la alegría
que sentí y ahora este dolor tan
inmenso, se me desagarró todo.
Isabel, “Chavita” como le decía-
mos era una muchacha recién
casada y con principios de emba-
razo, quedó atravesada en la silla
donde estaba …saqué valor de
donde no lo tenía y la bajamos al
piso, donde encontramos los dos
niños heridos. Esto fue todavía
más doloroso al no poder hacer
nada por ellos, por un milagro
sobrevivieron, permanecieron
Foto: El desplazamiento de Dos Quebradas hacia San Carlos (Publicada en El Colombiano, enero 19 de 2003) ahí tirados toda la noche del jue-
ves, todo el día del viernes, hasta
que los pudimos sacar por ahí
a las 4 de la tarde del viernes y
Los demás resistieron hasta el día unirse a la guerrilla. Los muchachos se salvaron. (Testimonio mujer
de la masacre. volvieron a decir que no. Entonces adulta, San Carlos 2010)
los guerrilleros los asesinan uno a
El 16 de enero de 2003, un grupo uno. Luego, salieron por uno de los Lo que sigue después son largas ho-
de hombres del IX frente de la FARC costados del caserío y se dirigieron ras de espera, temor, incertidumbre
ingresó a Dos Quebradas. Allí asesi- hacia la Tupiada donde asesinan otras y soledad. Al otro día, después de que
naron a 11 personas que se encon- 4 personas. los campesinos logran que los dos
traban reunidas en una casa, entre jóvenes heridos fueran llevados has-
ellas 7 menores de edad y una mujer Una de las mujeres del caserío re- ta San Carlos, deciden desplazarse
embarazada. Después se dirigieron cuerda este momento: masivamente.
hacia La Tupiada y Dinamarca don-
de asesinaron 7 personas más: 3 en Cuando yo vi que por la parte Cuando llegamos al puente ya
Dinamarca (dos jóvenes y una mujer) de arriba llega gente armada y casi de noche, gracias a mi dios.,
y 4 en La Tupiada (dos hombres, una también por la parte de abajo, en cada curva era una tensión,
mujer y su hija de 9 meses), algunos me entré con mi niño de 7 años, pensamos que estaba la guerrilla
de ellos degollados. pero no cerré la puerta, me puse pero fuimos bajando y no nos
a orar y a leer salmos de la bi- atajó nadie. Entonces llegamos
Los guerrilleros llegaron a Dos Que- blia; y empezó la balacera más al puente de aquí de San Carlos,
bradas preguntando primero, cuáles espantosa. Cuando cesaron los apenas había llegado el ejérci-
casas tenían teléfono y hacia allí se disparos me asomé afuera y ya to que le toco venir caminando
dirigieron y mataron a algunos de estaban saliendo también los ve- desde San Rafael, un helicóptero
sus ocupantes, tras acusarles de ser cinos, fuimos para arriba y nos volaba porque era guardián del
informantes de los paramilitares. encontramos un muerto y otro ejército iba custodiándolo, !! ahí
Luego se desplazaron hacia una casa y otro más, cuando llegamos a la si había policías, periodistas, el
donde estaban reunidos unos jóvenes casa donde estaban los jovenci- ejército , mucha gente!, pero
después de un partido de fútbol. Les tos, y ¡que horror! 6 niños entre ¿para qué? Ahí yo les supliqué
preguntaron si eran paramilitares; al 14 y 17 años tirados en un charco que fueran por esos muertos pero
contestar ellos que no, los invitaron a de sangre que parecería una pis- como ya era de noche se fueron

9
grupos en confrontación) ocupan,
como lo plantea María Teresa Uribe
en el análisis del desplazamiento en
Colombia (Secretariado Nacional de
Pastoral Social, 2001) un lugar cen-
tral en esta construcción.
En el Chocó hicieron lo que qui-
sieron, hasta La Hondita … ya
la población de esa zona masa-
craron 11 personas pero mirá,
pasaron por una vereda que se
llama Dinamarca que es la que
sigue aquí, pasaron por la Areno-
sa, pasaron por Dos Quebradas,
un caserío que hay ahí y no pasó
nada. O sea, ellos (las autode-
fensas) pasaron y como que no
vieron... entonces esa gente es de
Foto: Entierro colectivo, mascare Dos Quebradas. (Publicada en El Colombiano, enero 19 de 2003)
las autodefensas, eso fue lo que
pensaron, van a decir que somos
de las autodefensas, decían los
pobladores; y efectivamente eso
hasta el alto Dos Quebradas, no Buenos Aires, Arenosa y Vallejuelos también estaba pensando la gue-
se atrevieron a arrimar donde hacia la cabecera municipal, por lo rrilla, si esta gente pasó por estas
estaban los muertos, recogieron que se considera uno de los despla- veredas y no hizo nada, enton-
los del camino, las señoras de- zamientos masivos más grandes del ces es que las veredas son apoyos
golladas y los que encontraban paras. Lo mismo que pensaron
municipio (PIU,2006: 30). El 30 de
en la carretera, ahí dispararon los pobladores, estaba pensan-
junio de 2006, Tulio Mario Avila, alias
como para simular que los ha- do la guerrilla y se demoraron
“chamizo” fue asegurado por la Fis- imagínese… 20 de noviembre
bían atacado y se devolvieron,
calía por haber planeado y dirigido y el 17 de enero de 2003, baja-
eso lo hizo el mismo ejército,
esta masacre5. ron y masacraron 19 personas
se devolvieron… y nosotros aquí
esperando de noche los muertos, Las masacres y el desplazamiento (Testimonio hombre Adulto, San
cuando llega otra vez el ejército Carlos, 2010).
generado por ellas, ocupan un lu-
sin los muertos, ¡que desespero gar importante en la memoria del
el de nosotros! esos muchachos conflicto y el desplazamiento en San
tenerse que estar allá muertos, Carlos. En su relato, la gente cons-
toda la noche del jueves, toda la truye una explicación sobre la co-
noche del viernes, todo el día del
nexión entre las masacres del Chocó
viernes, apenas hasta el sábado
y Dos Quebradas muy reveladora de
por la mañanita volvió a subir 5. Los testimonios de sobrevivientes y desplaza-
la lógica de la guerra impuesta por
el ejército y ahí si se los trajo, dos permitieron a la Fiscalía individualizar
los actores armados en esta locali- y capturar a Murillo Ávila, quien ya había
el domingo se hizo el entierro
colectivo. (Testimonio, mujer dad y de la manera como sus estra- sido acusado por rebelión y falsedad personal
tegias violentas se enfocaron hacia en otro proceso. La Fiscalía aseguró a alias
adulta, San Carlos, 2010) “Chamizo” por los delitos de homicidio múl-
la población civil. Las identidades tiple agravado, lesiones personales agravadas
Se calcula que este hecho originó el imputadas, (acusarles de “ser” del y desplazamiento forzado. Por los mismos
bando enemigo) y el estigma (quedar delitos fueron asegurados, en ausencia, Ma-
desplazamiento de más de 800 per- rio Giraldo Loaiza y Aníbal Loaiza Marulan-
sonas y 215 familias de éstas veredas signado por habitar un lugar mar- da. Fuente: Fiscalía general de la nación, en:
y de las veredas Betulia, Palmichal, cado por el dominio de uno de los http://www.fiscalia.gov.co. Junio30.htm

10
El Desplazamiento Los hechos
de El Salado (COMUNA 13, El día 29 de junio de 2002 se hizo
Medellín) realidad el rumor que circulaba
descargaron camiones con re- en los últimos dos meses y que
“Un sábado negro cortes de madera para los ran- había propagado el miedo entre
y un domingo de lágrimas” chos de los negros. La subida si los moradores de la parte alta de
se la dejaron a ellos que subie- El Salado. El grafiti que apareció
El sábado 29 de junio de 2002, para- ron eso al hombro en convite de en las paredes de algunas casas,
militares del Bloque Cacique Nutiba- mujeres, hombres y niños. De “Habrá un sábado negro y un do-
ra (BCN) de las Autodefensas Unidas mi casa yo los veía subir sudan- mingo de lágrimas,” comunicó
de Colombia (AUC) incursionaron do porque nada más hasta ahí, la amenaza, cimentó el temor y
en la parte alta del barrio El Sala- hay mal contados 300 escalones. anunció la llegada de un nuevo
do, sectores 6 y 7, en la comuna 13 (Testimonio mujer adulta, Cita- grupo armado que le disputaría
de Medellín. Durante la incursión do por: Aricapa, 2005: 45) el control de este territorio a las
asesinaron a un habitante, incen- milicias que lo tenían desde ini-
Las milicias independientes y entre cios de los años 90. El mensaje
diaron nueve ranchos, amenazaron,
ellas los Comandos Armados del fue tan intimidante que llevó a
maltrataron física y verbalmente a
Pueblo (CAP), también se hicieron que algunas personas optaran
los residentes y forzaron el despla-
presentes en ese entonces y ejercie- por no salir más de su casa los
zamiento de aproximadamente 170 ron control sobre el territorio y la
de las 200 familias que habitaban días sábados.
población de El Salado en los años
el sector. Las circunstancias en las 90. Allí entregaban lotes, distribuían El rumor se acompañó del anuncio
que ocurre este desplazamiento, las alimentos y bienes entre la población de que entrarían al barrio los para-
diversas formas de terror emplea- después de asaltar vehículos transpor- militares. La presencia paramilitar,
das y las respuestas institucionales tadores de mercancías. Anualmente sin embargo, se reporta desde el 2001
frente al reconocimiento del mismo, festejaban fechas como el primero de cuando empezaron a ser señalados
dan cuenta de un caso ilustrativo de mayo o el aniversario de su llegada y como los principales responsables
desplazamiento forzado en contextos realizaban marchas. También organi- del desplazamiento forzado de la
urbanos. zaban celebraciones como el día de las población del sector. En efecto, es-
madres y de los niños. Empeñadas en tos habían tenido presencia en la
Los hechos iniciaron en la parte más una labor ordenadora y moralizadora
periférica de los sectores 6 y 7, llama- comuna 13 desde este año a través
“revolucionaria,” las milicias impo- el Bloque Metro (adscrito las Auto-
dos por los vecinos del entorno como nían castigos a los responsables de
“los ranchos” o “la invasión.” La his- defensas Campesinas de Córdoba y
violencia intrafamiliar, a quienes se Urabá- AUCC) y el Bloque Cacique
toria de estos ranchos corre paralela enfrascaban en riñas, violaban a me-
a la de la presencia de los grupos ar- Nutibara -BCN- de las Autodefensas
nores, consumían sustancias psicoac- Unidas de Colombia, AUC.
mados en el sector. A mediados de los tivas o actuaban de manera violenta
años 90, cuando el desplazamiento contra sus vecinos. En el 2002, el conflicto y el despla-
forzado se incrementa a lo largo del zamiento se agudizan en la Comuna
país y particularmente en el Urabá A lo largo de los años, en los terrenos 13 cuando las milicias de las FARC,
Antioqueño y Chocoano, el Ejército del Salado calificados como zona ur- ELN y los Comandos Armados del
de Liberación Nacional (ELN) coor- bana de alto riesgo no recuperable, Pueblo prohibieron el ingreso de
dina la invasión a la parte alta del surgen otros asentamientos huma- personas que no fueran del barrio
cerro por familias desplazadas del nos. No todos mediante la invasión incluyendo el de instituciones guber-
departamento del Chocó: de terrenos ni bajo la orientación de namentales o no gubernamentales.
Los elenos fueron los que tra- los grupos armados, pero en general Esta, de acuerdo a los milicianos,
jeron aquí esa gente. Les repar- quienes llegaron allí eran destecha- era una estrategia para evitar la in-
tieron los lotes y los demás ma- dos de otras partes de la comuna y fluencia paramilitar. Los milicianos
teriales para que construyeran. de la ciudad y desplazados de los de- también prohibieron la entrada a
Recuerdo que en el Reversadero partamentos de Antioquia y Chocó. desconocidos, realizaron retenes a

11
los buses y paralizaron los colegios. llevar en esta salida intempestiva,
En consecuencia, el transporte pú- otros que no se encontraban en el
blico dejó de subir al sector y algunos epicentro del ataque de los para-
negocios cerraron. En este clima de huir de sus casas asediadas además militares se refugiaron impotentes
aislamiento y desprotección tiene por el maltrato físico y verbal. El en sus casas:
lugar la confrontación entre milicias señor Carlos Arturo Yépez Mazo,
y paramilitares. En esa noche del incendio, nos
vecino del sector, trató de huir con tuvimos que entrar, porque no-
Siendo las 10 y 30 de la noche los su familia y con toda la gente que en sotros salimos a ver la gritería, en
paramilitares del Bloque Cacique medio de la oscuridad descendía por medio de la oscuridad uno veía
Nutibara entraron por la parte alta los estrechos escalones. Junto con el incendio y armas por todos
de la montaña en la que se encuen- su esposa, su hermana y tres niños los lados y disparen, y yo: “Vá-
tra El Salado, un terreno escarpado fueron obligados a devolverse por monos para adentro más bien”,
y pendiente que limita con el área un hombre armado quién enfrentó y nos metimos en ese rincón de
rural y conecta la comuna 13 con el gritó a Carlos Arturo preguntándole la casa, éramos cinco, mis tres
corregimiento de San Cristóbal. En si sabía “con quién estaba hablan- hijas, él y yo, todos en un rincón
do.” Ante la respuesta negativa, el oyendo los disparos, la gritería,
este lugar que es el más periférico del
hombre armado le dijo que, “para su ¡ay no! era un desespero total.
barrio El Salado, los paramilitares se
información estaba hablando con las Prendimos una velita porque no
enfrentaron con las Milicias Boliva-
había luz, que para no quedarnos
rianas de las FARC y los Comandos Autodefensas”. Carlos Arturo Yépez
a oscuras del todo y éramos ha-
Armados del Pueblo (CAP), quienes fue asesinado esa noche y su fami-
blando, así nos dio la madrugada.
se encontraban situados en la parte lia forzada a desplazarse junto con (Entrevista colectiva 2, testimo-
baja del Salado. el resto de los habitantes de estos nio mujer adulta, 2010).
sectores.
Momentos después de iniciada la Durante esta noche, el ingreso de los
confrontación fue cortada la energía Cuando yo desperté no había habitantes del sector de la parte alta
dejando las viviendas, las escaleras y luz, estaba el agua botando por que se encontraban fuera de sus ca-
caminos a oscuras. También fueron las calles, estaban cinco casas sas fue casi imposible; los milicianos,
cortadas las líneas telefónicas y roto ardiendo y yo salí escalas abajo
ubicados en la parte baja, advertían
el tubo madre del agua. Llegada la hasta en camisa de dormir (…)
a las personas que no subieran por-
media noche, las explosiones, los me entregué a dios (…) cogí
que allí estaban los paramilitares.
gritos, el llanto de los niños y los una bolsa, eché dos muditas de
Algunas personas pudieron llegar a
insultos se escuchaban por doquier. ropa, seguí pa´bajo rezando el
sus casas en las primeras horas de la
‘Salgan con las banderitas blancas6 salmo 91, cuando vi, una bala
mañana después de pasar los retenes
para encenderlos a todos’, gritaban cerquita. Los unos gritaban, los
de las milicias. Así lo recuerda un
otros lloraban, los otros decían
desafiantes los miembros de las au- joven quien se dirigía a su casa a
palabras feas y yo era en un solo
todefensas mientras disparaban sus ver el partido del mundial de fútbol
temblor bajando esas escaleras
fusiles contra las viviendas, algunas de 2002:
(…) hasta que una señora dijo:
en madera y zinc, otras de ladrillo” “entre pa´ca” y había uno con
(El Colombiano 2002, julio 5, p. 12A) un balazo en la rodilla, nos tocó
Los paramilitares entraron a la fuer- amanecer acuclillados por el bul-
za a las viviendas buscando supues- to de gente, era mucha. Ahí nos 6. Esta expresión en el contexto de la comuna
dieron posada (Entrevista grupal 13, tiene una connotación irónica. Izar pren-
tos milicianos, tumbaron las puer- das blancas o banderitas blancas tal como se
6, Grupo Interdisciplinario e In-
tas, maltrataron a sus residentes, los hizo para pedir cese al fuego con el objeto
terinstitucional de Investigación de atender los heridos y detener la acción
obligaron a salir e incendiaron nueve sobre Conflictos y Violencias, de la fuerza pública en ejecución de la Ope-
viviendas, cinco en el sector 6 y cua- 2005). ración Mariscal que duró 12 horas y media,
tro en el sector 7. A medida que ellos el 21 de mayo de 2002, fue interpretado por
algunos sectores como un favorecimiento
iban bajando y prendiendo fuego a Los vecinos huyeron cargando táctico para los milicianos en combate y no
las viviendas, las personas intentaban los niños y los objetos que podían un gesto de paz.

12
La ruta del desplazamiento
20 minutos caminando separan los
sectores 6 y 7 del Salado del Liceo
Las Independencias, a donde llega-
ron a refugiarse aproximadamente
450 personas entre el 30 de junio y
mediados del mes de agosto de 2002.
Los testigos de los hechos recuerdan
la salida desesperada de las familias
portando algunos objetos, el llanto
de los niños y los vecinos de la par-
te baja, quienes solidariamente les
ofrecieron panes, bebidas calientes,
algunos incluso alojamiento por al-
gunos días. Las mujeres del grupo
de la tercera edad de El Salado, por
Foto 3: Taller mujeres adultas. Ruta desplazamiento masivo El Salado.
ejemplo, respondieron a la emer-
gencia que vivían otras mujeres del
grupo y sus familias.

Cuando iba llegando vi que la muertos y las pintas en las paredes Fueron muchos hijos de com-
casa de mi parcero estaba que- firmadas por las AUC: “Tienen 36 pañeras que bajaban desplaza-
mada, y yo ¡ay ¡…¡Antes de horas para desocupar”. José, uno de dos buscando refugio, incluso
ver eso, ya nos habían pegado los vecinos quien se encontraba por mi casa es como un sótano, ahí
una parada, nos encañonaron y dormíamos hasta quince perso-
fuera de su casa cuando estalla la
ellos (los milicianos) siguieron nas, teníamos cobijas en el piso
confrontación, no pudo regresar esa
pa´rriba a recuperar la zona. […] y bajaban de arriba pidiendo la
noche porque no lo dejaron pasar. ayuda, entonces nos metíamos
Después vi que la mía también Al otro día al subir para su casa fue
la habían quemado…Había com- todas ahí mientras amanecía
testigo de como el cuerpo sin vida para poder ir a buscar refugio
prado chifonier de tintilla, había
del señor Carlos Arturo era cargado en el restaurante o en el colegio
estucado, menos mal no compré
equipo en diciembre. El techo por un familiar suyo a la Unidad In- la Independencia. A un grupo de
estaba hacia abajo, cuando entré termedia de San Javier. varias señoras que fueron salidas
unas cosas estaban prendidas, de allá, les quemaron los ranchi-
Posteriormente de la destrucción y tos. (Taller de memoria mujeres
otras echando humo. Ahí si dije,
amenazas, su familia y otras familias adultas, 2010)
“no tengo nada más que hacer”,
que pasaron la noche en sus respec-
bajé las escalas, la gente estaba
tivas viviendas tuvieron que sumar- En el decenso, algunas personas
comentando la balacera. (Testi-
se al éxodo iniciado en la noche del ingresaron a la escuela Pedro Jota
monio hombre joven, cantante
29 de junio. Para otro habitante del Gómez y al restaurante comunitario
hip hop, 2010)
sector 6 abandonar su vivienda con pero la guerra no daba tregua y en
El domingo 30 de junio en la maña- su familia era la única alternativa éste último fue lanzado un petardo
na, los vecinos, habitantes del cerro posible: “Vámonos, si nos salvamos que cayó cerca de donde la población
y quienes habían visto las llamas y de ésta ya de otra no, porque ya vie- indefensa había buscado refugio. Mu-
escuchado los gritos, descubren la nen es a barrer con lo que hay, ya no jeres, niños y hombres tuvieron que
magnitud de lo ocurrido durante la podemos pensar nada, antes démosle huir nuevamente,
noche anterior: viviendas destrui- gracias a dios que ya podemos salir”. ¡Qué cosa tan horrible¡ Mucha
das, alimentos, ollas y utensilios de (Entrevista Colectiva 2, testimonio gente los ubicaban ahí en el res-
cocina regados por el piso, perros hombre adulto, 2010). taurante, los niños le daban a

13
El Liceo La Independencia:
albergue para 450 víctimas
de desplazamiento forzado
Cerca de 700 personas fueron
obligadas por los paramilitares
a abandonar sus viviendas en la
parte alta del barrio El Salado.
Cerca de 450 se refugiaron pro-
visionalmente en el Liceo Barrio
las Independencias, a donde el
Simpad ha enviado víveres. El
desplazamiento masivo es la
nueva estrategia del grupo ar-
mado para asegurarse el control
de la zona que disputa con varios
grupos de milicias. (El Tiempo,
Foto : Dibujo mujer adulta, desplazada del barrio El Salado Comuna 13, Medellín. Descripción del en-
frentamiento que da lugar al desplazamiento masivo* 2002, julio 7, p. 1-19)

Una vez que entran al liceo, muje-


res, niños y hombres se organizaron
uno mucha tristeza, las mamás llegaron al Liceo, lugar donde se en los salones. En cada salón, 4 o 5
también tenían como dos días reunían. Al presenciar la situación familias se acomodaron:
de estar ahí cuando les tiraron de crisis, ellos deciden quedarse y
un petardo, ellas estaban como brindar su solidaridad a las víctimas Éramos mi esposo, mi hija y
alrededor y el petardo cayó en de desplazamiento, “En concertación yo, una cuñada, la suegra, la
toda la mitad del salón y abrió con otras personas del liceo, con los muchacha y un bebé de brazos.
un hueco arriba y abajo, las per- otros grupos de la Junta de Acción Éramos ocho. Nos acomodamos
sonas estaban ahí y no les pasó Comunal, incluso con los sujetos en ese rincón sin colchoneta.
nada. (Taller de memoria muje- armados que llegaron (las milicias), Llegaron los del grupo juvenil
res adultas, 2010) ingresamos al liceo e instalamos ese acomodando la gente. Nos consi-
espacio” (Testimonio hombre joven, guieron cobija, colchoneta para
La mayoría de las personas descen- la muchacha con bebé. En ese
líder desplazado, 2010)
dieron hasta la iglesia del barrio El
Salado, esperando refugiarse en este
lugar pero el sacerdote les negó la
entrada aduciendo que no tendría
donde celebrar la misa para luego
proceder a cerrarles la puerta ad-
7. Bojayá en éste contexto recuerda el 2 de mayo más alta el dibujo muestra a los paramilitares
virtiendo que de pronto pasaba lo de 2002, cuando aproximadamente 80 perso- quienes ingresaron desde arriba. En el extre-
mismo que en Bojayá 7. La opción nas murieron luego de que guerrilleros del mo inferior de la derecha los milicianos. Por
fue entonces el Liceo La Indepen- frente 58 de las FARC lanzaran un cilindro las escalas descienden huyendo los habitantes
bomba contra la iglesia de Bellavista (casco del sector y en la parte de afuera de la casa
dencia. Afuera del Liceo, las madres urbano de Bojayá), donde la población bus- azul localizada en la parte alta del sector, el
con sus niños pusieron colchones caba refugio en medio del enfrentamiento cuerpo del señor Carlos Arturo Yépez Mazo,
rodeadas de bolsas llenas de ropa. militar entre el grupo guerrillero y parami- vecino del sector asesinado en la misma
litares de las AUC. noche por los paramilitares. Las viviendas
Así permanecieron hasta que, con * El dibujo representa los sectores 6 y 7 loca- localizadas en el extremo izquierdo no fueron
el apoyo de otras personas, lograron lizados en la parte alta de El Salado. A un incendiadas en la noche del 29 pero igual-
ingresar al liceo. costado del sector 6 la quebrada El Salado y en mente sus habitantes salieron desplazados el
el extremo derecho y superior de la imagen el 30 de junio por la orden de salida con un plazo
En las horas de la mañana del 30 sector 7. Las llamas evidencian los sectores en de 36 horas, escrita en las paredes durante
los que los paramilitares prendieron fuego a la incursión de la noche anterior. Las casas
de Junio, jóvenes pertenecientes las viviendas y provocaron el desplazamiento incendiadas estaban fabricadas con madera
a Jóvenes líderes Unidos –JOLUN- forzado el 29 de junio de 2002. En la parte y material reciclable.

14
salón estábamos una pareja de que estar uno tirado en el piso.
ancianos, otra familia de cuatro (Entrevista colectiva 2, testimo-
personas y nosotros ocho. Entre nio mujer adulta, 2010)
una familia y otra, separábamos
número total de familias afectadas En medio del riesgo constante, los
con hileras de sillas. (Entrevista
si se tiene en cuenta que de un total residentes temporales del liceo se
Colectiva 2, testimonio mujer
de 200 familias que habitaban en los organizaron en comisiones para la
adulta, 2010)
sectores de la parte alta de El Salado, preparación de los alimentos, las la-
El coordinador del Liceo La Indepen- salieron 170 entre la noche del 29 y bores de aseo de las instalaciones del
dencia y la Presidenta de la Acción el 30 de junio. liceo y la atención de los enfermos.
Comunal, deciden entonces escribir Se acordaron horarios para ingreso
El mismo día que las personas se
un comunicado a la Personería de y salida del establecimiento, alimen-
refugiaron en el liceo, los habitantes
Medellín informando que el liceo ha tación, así como la hora en que cada
de la comuna 13 marcharon por las
sido ocupado por una población des- noche se apagaban las luces del liceo:
calles denunciando que varias fami-
plazada que asciende a 450 personas “todos los salones nos turnábamos
lias habían quedado sin vivienda por
entre adultos y niños. En esta, ellos para hacer la comida un día, el aseo
la incursión de las AUC, en la parte
informan que las personas residían otro día, y así sucesivamente toda la
alta del barrio El Salado (El Colom-
en la parte alta del barrio El Salado y semana, o sea que todos trabajába-
biano, 2002, julio 1, p. 8A)
solicitan…” atención médica urgen- mos en conjunto (Entrevista colecti-
te para Ivonne Jordán Salas, Didier El liceo por su localización estaba va 2, testimonio mujer adulta, 2010).
Antonio Mosquera y Elena Margarita inmerso en el escenario de la con-
Mejía Álvarez” (Corte Constitucio- frontación lo cual representó una Cuando no alcanzaban los alimen-
nal, República de Colombia, Sen- amenaza real para los albergados. Su tos, se solicitaba a los propietarios
tencia T-268, 2003). preocupación era doble porque desde de las tiendas vecinas su aporte, así
allí observaban los acontecimientos lo recuerda una mujer, “A veces uno
El 2 de julio, las personas desplazadas que se desarrollaban en la parte alta se sentía como un limosnero, yo fui
presentaron declaraciones bajo jura- del Salado donde estaban localizadas con mi hija a las tiendas a pedir el
mento ante la Defensoría del Pueblo sus viviendas: día que nos tocó hacer la comida”
y se hizo el registro de las personas (Entrevista colectiva 2, testimonio
afectadas. El censo levantado por este Permanecimos en el colegio mujer adulta, 2010).
organismo de control es el que se mes y medio, pero no era por-
tendrá en adelante por oficial. En que nosotros quisiéramos, sino Los alimentos se preparaban en dos
éste se registran 65 núcleos fami- porque las plomaceras [enfren- o tres fogones de gas de la cocina del
liares, 55 de ellos tienen una mujer tamientos armados] eran día y liceo y también se prendía fogón de
como cabeza de familia y en total se noche y el problema de nosotros leña en el patio para atender la canti-
con más miedo todavía era que dad de población en cada comida. El
da cuenta de 161 menores de edad.
ahí se mantenían los milicianos aseo personal era difícil por el limi-
El número sin embargo es impreciso
andando a rastras por todo ese tado número de unidades sanitarias
pues habían otros núcleos familiares
lote, y esos disparos de arriba y duchas en contraste con la gran
que a pesar de haber sido desplaza-
para abajo, y ¿entonces qué ha- cantidad de población albergada. La
dos, nunca se alojaron en el liceo
cemos nosotros? resguardados permanencia en el liceo fue compa-
por los riesgos que representaban los
en esos salones. (Entrevista rada con la vida carcelaria, así lo dice
enfrentamientos en los alrededores
colectiva 2, testimonio hombre una madre a las hijas que la visitan
de la institución educativa. De otra adulto, 2010) en este lugar:
parte, muchos hombres y mujeres
jóvenes se negaron a permanecer en Uno se paraba pues en los corre- Ustedes parecen visitándolo a
el liceo y se alojaron durante los pri- dores del colegio dizque a mirar a uno en la cárcel, porque el ce-
meros días donde vecinos, familiares los vecinos porque todo el mundo lador tiene que abrir la puerta
y otros lugares adecuados tempo- era para acá y para allá cuando para que puedan entrar, enton-
ralmente. Los 65 núcleos familia- esos tiroteos, vea, pasaban por ces ellas iban allá y a veces me
res entonces, están por debajo del esos corredores del colegio y tenía llevaban comidita para que co-

15
miera algo decente, decía ella, registro único de desplazados
porque esa comida por olladas que debe realizar la Red de Soli-
no tiene gracia, en cambio la co- daridad Social. (Corte Constitu-
mida hecha en casa como para cional, República de Colombia,
La permanencia en el liceo represen-
media familia sabe muy bueno, Sentencia T-268, 2003)
tó un riesgo para la vida y la integri-
entonces me llevaban la por-
dad personal porque continuaban las A principios de agosto, las personas
cioncita, me llevaban jugo, los
cigarros, nos daban vueltecita y confrontaciones entre los actores ar- desplazadas fueron informadas por
se iban. (Entrevista Colectiva 2, mados en las inmediaciones del liceo las directivas del Liceo y represen-
Corporación Región, 2005) y por la presencia de milicianos a su tantes de la administración munici-
interior lo que a su vez provocó ame- pal que allí no podían permanecer.
La preocupación de la mayoría de nazas y acciones de los paramilita- De esta manera recibieron la orden
las personas era por el estado de sus res, “En el liceo tampoco estábamos de que deberían salir para dar paso
viviendas y el temor de que éstas fue- nosotros cubiertos porque estaban a la actividad escolar:
ran incendiadas o saqueadas; pensa- los francotiradores disparando para
ban también en sus animales y en la todas partes, y como estaban en El Fue un comandante de la Policía
eventualidad de que hubieran pere- Corazón, en el tanque, eso quedaba para decir que la zona ya estaba
cido. La situación de estar en una derechito allá y hasta allá fueron segura, que por favor retorne-
situación tan precaria de albergue las balas” (Entrevista colectiva 2, mos que porque necesitaban que
y el constatar las perdidas tuvieron testimonio hombre adulto, 2010). el colegio reiniciara clases… Por
La Defensoría del Pueblo recibe las allá teníamos Ejército, mucho
un alto impacto emocional:
denuncias: Ejército, y nosotros confiados de
El estado de ánimo era muy de- que era Ejército y resulta que era
caído: triste, estresados, con ga- El día 5 de julio del presente todo lo contrario, no era ejército
nas de llorar” […] Otro problema año se conoció en la Defensoría sino paramilitares, pero como
que había allá era la salud, entre del Pueblo que desde las 10:00 era el mismo camuflado y el mis-
los niños hubo muchas enfer- p.m. hasta las 4:00 a.m. del día 6 mo fusil y los mismos radios no-
medades, tenían gripas, tenían se dio una fuerte confrontación sotros normal… ¡Nosotros que
diarreas, las embarazadas tam- entre los actores armados que íbamos a saber que eran para-
bién, sería de los mismos nervios se disparaban constantemente cos!... Cuando ya retornamos
que a muchas tocaba llevarlas a desde el lado de arriba del liceo, ya eso hervía, hervía paramili-
urgencias, y como ahí había dos hacia el lado de abajo de este tares… Ya todo mundo masiva-
personas del Simpad, entonces donde se encontraba el bando mente subió, pero no los que les
estuvieron colaborando, ellos contrario, quedando en medio quemaron los ranchos, sino los
iban al centro de salud, pedían de la confrontación el Liceo La que tenían la casita buena... De
las citas, venían y recogían a las Independencia con el grupo de las 250 familias no retornaron
personas que estaban enfermas, desplazados sumidos en terror y sino póngale 50 o 60 no más,
las llevaban allá y como estaban el llanto de los niños, que dicha porque la mayoría no quisieron
desplazadas ellos certificaban situación continúo en la tarde volver por el miedo a las balas,
que estábamos en el liceo y en- del día 6, se registró de nuevo el no podían volver porque ya les
tonces nos entraban derecho al día 8, el día 9 en las horas de la habían arrancado las puertas a
médico. Pero una vez, me tocó a mañana de hoy, se escuchaban las casas, les habían arrancado
mí, si, fui la más de malas que me los disparos de hostigamiento y los contadores de servicios pú-
va diciendo la enfermera: “Que enfrentamiento de los actores blicos, les habían quitado…, o
ya todos los desplazados tenían del conflicto armado, situación sea, estaba desvalijada la casa, no
que entrar como Pedro por su que claramente demuestra el tenían llaves, no tenían nada, las
casa, que vean a ésta” y toda ve- riesgo para la vida y la integridad dejaron fue en la ruina; esas per-
rraca, como si ella fuera, la que personal en que se encuentran sonas si recibieron el arriendo y
nos fuera a dar la droga. (En- estas víctimas que impacientes hasta el momento no han vuelto
trevista Colectiva 2, testimonio esperan la protección del Estado a la zona. (Entrevista colectiva 2,
mujer adulta, 2010) supeditada a la inscripción en el testimonio mujer adulta, 2010)

16
Justo cuando retornan, se presentó
una confrontación aún más aguda
que la anterior entre milicias, gue-
rrillas y paramilitares.
Al principio de Agosto nos fui-
mos como cinco personas a
mirar, pues ya nos pedían que
nos fuéramos… Una desolación
horrible, a los días decidimos
arrancar para allá, amanecíamos
debajo de las camas por los ti-
roteos, amenazas, gritos. Está-
bamos sin luz por ahí 20 días.
Los de las Empresas Públicas
estaban amenazados y nosotros
en medio de las balas; consegui-
mos petróleo y unas velitas. […]
El día que volvimos se prendió
una balacera, hubo heridos por
el cuadradero de los buses. Una
amiga quedó paralítica, hubo
muchos heridos. Hicimos mal
al retornar ese día, dormimos en
el suelo. (Entrevista colectiva 2,

Rafal Olbinski - Mimosa


testimonio mujer adulta, 2010)

El reconocimiento
Las víctimas del desplazamiento ma-
sivo de la parte alta de El Salado, fue-
ron reconocidas como personas en
situación de desplazamiento forzado
y sujetos de atención y protección
en el marco de la ley 387 de 1997
en medio de una disputa jurídica y cambiado de domicilio, no habían legislación referente a los derechos de
política que inició tras la negativa abandonado ni siquiera la comuna la población desplazada y emprendió
al reconocimiento de su desplaza- donde residían y su ubicación en un proceso para reivindicar la repara-
miento por la Unidad Territorial de el Liceo había sido propiciada por ción de las garantías fundamentales
Antioquia de la Red de Solidaridad los milicianos y que, por tanto, no de esta población con el objeto de
Social. se trataba de un desplazamiento en que se reconociera de forma legal,
los términos de la Ley 387 de 1997 las circunstancias del desplazamiento
La Defensoría del Pueblo, Regional sino una retención de civiles por
dentro de la ciudad (Defensoría del
Antioquia solicitó la inscripción de los Comandos Armados del Pueblo
los afectados en el Régimen Único Pueblo, Colombia, 2004:67). La enti-
(Corte Constitucional, República de
de Población Desplazada, requisito dad interpuso una acción de tutela a
Colombia, Sentencias T-268, 2003).
indispensable para su atención. La favor de las 65 familias desplazadas.
Red de Solidaridad de Antioquia se La Defensoría del Pueblo, Regional Esta acción fue fallada a favor por el
opuso a esta solicitud argumentando Antioquia consideró que esta posición Tribunal Superior del Distrito Judi-
que las personas relacionadas por era discriminatoria y que representa- cial de Medellín, mediante senten-
la Defensoría del Pueblo no habían ba un retroceso en la aplicación de la cia de julio 25 de 2002 que ordenó

17
a la Red de Solidaridad inscribir en instancia y revocó el de la Corte Su- los derechos fundamentales de
el Registro Único de Población Des- prema de Justicia. Las víctimas del los desplazados. (Corte Constitu-
plazada a las familias y brindarles la desplazamiento masivo de la parte cional, República de Colombia,
atención necesaria. No obstante, el 24 alta de El Salado, fueron así reco- Sentencia T-268, 2003)
de septiembre de 2002, en segunda nocidas como personas en situación
El desplazamiento masivo de El
instancia, La Corte Suprema de Jus- de desplazamiento forzado y sujetos Salado, el 29 de junio de 2002, fue
ticia, Sala de Casación Civil, profirió de atención y protección. La Corte el desplazamiento intraurbano más
un fallo revocatorio de la decisión Constitucional analizó dos temas visible en este periodo en la ciudad
de tutela de primera instancia por centrales para este fín: El del des- de Medellín como en el resto del país
considerar que estas personas no plazamiento al interior de la misma por su magnitud, por el clima de te-
habían abandonado su lugar de re- ciudad y la importancia de los dere- rror e incertidumbre que generaron
sidencia y en segundo lugar porque chos fundamentales en su contenido los combates entre paramilitares y
no se remitieron, las declaraciones material. Entre otras conclusiones la milicias dentro del perímetro del ba-
individuales de los afectados, a la Red Corte Constitucional subrayó que: rrio y por la excesiva violencia con
de Solidaridad Social. que los paramilitares atacaron a la
Tratándose de núcleos familiares población. La corta distancia entre el
El 6 de diciembre de 2002 la Defen- que por motivos de la violencia lugar de expulsión y el de llegada y
soría del Pueblo presentó solicitud urbana se ven obligados a bus- el que hubiera ocurrido en la segun-
de insistencia ante los magistrados car refugio dentro de la misma da ciudad en importancia y tamaño
de la Corte Constitucional. El 23 de ciudad, la crisis humanitaria del país, no representó una menor
Abril de 2003, la Corte Constitucio- puede ser mayor, lo cual impli- vulneración de los derechos de las
nal, mediante Sentencia T- 268 de ca que el Estado está obligado víctimas del desplazamiento o un
2003, confirmó el fallo de la primera a tomar acciones para proteger impacto menor sobre sus vidas.

18
MICROPOLITICAS DE LA(S) MEMORIA(S):
El sentido político de la dignidad
Elsa Blair*

Luis Fernando Peláez - Serie el Río - 2007

* Socióloga. PhD. en Sociología. Profe-


sora Titular Universidad de Antioquia.
Coordinadora del grupo de Investiga-
ción Cultura, Violencia y Territorio.
Docente-Investigadora. Instituto de
Estudios Regionales, INER. Medellín.
Email: elsa.blairt@gmail.com

19
A modo de Introducción del postconflicto para (re)memorar torios” en lo micro. Total, las situa-
y empezar el doloroso proceso de ciones históricas no son iguales y las
"¿No sería mejor abstenerse de
recuperación o le damos paso a la vías de recuperación de una sociedad
hablar?"
“recuperación” de las personas mis- a otra, también, son distintas.
Michel Pollack
mas, aunque los eventos históricos
Mucho se ha discutido en Colombia en lo macro se presenten “desfasa- Sobre estos presupuestos, en este ar-
sobre la dificultad que enfrentan los dos” en relación con dicha recupera- tículo se proponen algunas reflexio-
procesos de reconstrucción de la(s) ción? Incluso es posible pensar que nes que contribuyan a la discusión de
estas situaciones en el caso colom-
memoria(s) cuando el conflicto aún iniciativas más locales (o “micro”)
biano. La propuesta central apunta a
no ha terminado y en el país, esta- de recuperación de las heridas pu-
mostrar cómo lo micro puede tener
mos lejos del llamado post-conflicto dieran conducir, con más facilidad,
más importancia política de la que le
que han conocido otras sociedades. a procesos más macro de la sociedad.
hemos atribuido tradicionalmente. Y
Tampoco, como lo dejan ver algunas Siendo así, es importante seguir re-
que una apuesta de reconstrucción
experiencias, el postconflicto ha fa- cuperando la(s) memoria(s) 3, aún
de la(s) memoria(s) que rehabilita la
cilitado la rememoración, y, menos cuando el “peligro” no ha desapare-
periferia y la marginalidad (Pollack,
aún, la reconciliación de esas socie- cido y la dificultad es, a todas luces,
2006) que, -en nuestros términos-
dades1. Nada parece indicar pues que mayor. Como lo han dejado ver varios
sería lo micro, y toda una apuesta por
éste, por sí mismo, sane las heridas autores, la posibilidad de articular
el sentido político de la dignidad, no
de la guerra. El postconflicto (ge- procesos históricos con situaciones es para nada desdeñable. Por el con-
neralmente conseguido mediante personales o, más precisamente, de trario, respondería a muchas de las
pactos, acuerdos, treguas, cesación esclarecer la estrecha relación entre necesidades de las víctimas del con-
de hostilidades y demás) sólo es el vida cotidiana y momentos históri- flicto a la par que podría fortalecer
requisito inicial de un potencial cos, es un asunto poco analizado que procesos organizativos importantes
camino de reconciliación para la deberá emprenderse en los estudios a nivel local.
sociedad y una condición de posibi- actuales (Guha, 1985; Das, 2008),
lidad de la “recuperación” necesaria ninguno de ellos osaría pensar que El artículo está dividido en tres par-
de las personas que han padecido sólo procesos previos en lo macro, tes. La primera mostrará aspectos
situaciones de violencia, en medio conducirían a desarrollos “satisfac- de las discusiones que, de tiempo
de la guerra2.

Sin minimizar la importancia que


tendría para el país el ingreso a una 1. El caso de Sudáfrica, ampliamente ilustrado cia producida en las guerras, establecida por
por Castillejo, ha mostrado hasta qué punto Kalyvas (2004) que nos ha sido muy útil en
situación de post-conflicto, es tan si bien con la creación de la comisión de la análisis precedentes.
abigarrada la confrontación, tiene verdad en el país africano, se vivió un proceso 3. El grupo de Memoria Histórica de la CNRR
tantos actores y frentes, que sólo pro- de justicia transicional que los expertos han reportaba para el año 2009, 196 iniciativas
considerado uno de los casos más “exito- sociales de recuperación de la(s) memoria(s)
cesos de muy largo aliento (quizá sos” de reconciliación de una sociedad en (Uribe et Al. CNRR, 2009). Y, todos sabemos
tan largos como la guerra misma) situación de postconflicto, la realidad es que que, en ese registro, no están todas las que
conducirían, eventualmente a él. De al país africano, aún le resta mucho para son. Los procesos organizativos y las inicia-
recuperarse (Castillejo, 2009). tivas de muchos grupos de víctimas existen
ser así, la pregunta que se impone 2. Mantenemos aquí la diferenciación, -muy un tanto dispersas por todo el país, pero no
es ¿esperamos la situación “ideal” importante- entre las guerras, y la violen- se detienen.

20
atrás, vienen haciendo algunos au- midad” por fuera del marco estatal La dimensión emocional
tores desde corrientes críticas del (situándola más bien en lo público) de la política y el poder
pensamiento social, al cuestionar a partir de la consideración de dos
Como lo vienen proponiendo diver-
de diferentes maneras la concepción aspectos centrales, la subjetividad y
sos estudiosos, la concepción de la
tan “racional e instrumental” con la cotidianidad. Finalmente, a modo
política que se agota en su dimen-
la cual se ha entendido y maneja- de conclusión, sostenemos que la sión “racional e instrumental”, está
do la política, sus limitaciones a la recuperación y reivindicación de la dejando por fuera muchas manifes-
hora del análisis de realidades socio- dignidad de las víctimas, a través de taciones de los fenómenos sociales
políticas y la necesidad de incluir los procesos de rememoración y/o de y políticos que no logran ser “cap-
aspectos como las emociones y las reconstrucción de la(s) memoria(s) turados” con nuestra concepción
subjetividades para comprender las de la violencia que han vivido, no es tradicional de la política. A partir de
dinámicas de fenómenos políticos
un asunto menor sino, por el con- un estudio de caso sobre las diná-
que “no se dejan capturar con las
trario, un asunto con un enorme micas del conflicto en dos regiones
categorías clásicas de la política”
potencial político. del país6, Bolívar y Nieto muestran la
(Bolívar, y Nieto, 2003; Bourdieu,
“precariedad” de nuestra concepción
2000). La segunda parte será una
I. Por una re- de la política, esto es, los “hábitos de
aproximación conceptual a la no-
conceptualización de lo pensamiento” y más precisamente,
ción de micropolíticas. para mostrar
político y/o el poder los supuestos con los que nos acer-
cómo y por qué ella resulta útil a
camos a [comprender] los vínculos
la discusión sobre los procesos de “…La política no es un “objeto políticos (Bolívar y Nieto, 2003: 80)
reconstrucción de la(s) memoria(s) dado” de pensamiento sino que para capturar la gama de situaciones
dado que amplía, enormemente, su
se hace tal en la medida en que podrían explicarlos. Dejan ver
potencial político al permitir “situar”
que la sociedad al actuar sobre que asuntos como los vínculos afec-
el poder a escala micro y buscar for-
ella misma, al autofundarse, tivos que se establecen entre actores
mas de “legitimidad” en “lo público”,
reconoce y redefine permanen- armados y poblaciones en zonas de
más que en lo institucional-estatal4.
temente los límites de la vida conflicto, son aspectos que deben
Así, un asunto como la “legitimidad”
social.” considerarse en el análisis. Y ahon-
de la(s) memoria(s), no se agota en su
Ingrid Bolívar dan aún más, al interrogar la forma
dimensión estatal (léase en este caso:
memoria oficial) y, por el contrario,
puede provenir de otros “espacios”
con enormes recursos donde tam-
bién se juegan relaciones de poder 4. Aunque por razones de espacio no es posible para grupos particulares de gente y organi-
y, entonces, la(s) memoria(s) “no ampliar la reflexión en este punto, podemos zaciones. Un lugar, pues, que se construye y
oficiales” conocidas como “subterrá- decir que, apoyándonos en la analítica del se reafirma cotidianamente” (Agnew, 2005).
poder de Foucault (Foucault, 1998) y en la Ambas son perspectivas teóricas y políticas,
neas”, “invisibilizadas”, “marginales” geopolítica crítica (Agnew, 2005; Piazzini, en el pensamiento social contemporáneo,
(Pollack, 2006) pueden emerger y 2008), tanto el poder como la dimensión que interpelan esa concepción institucional
lograr un importante potencial po- pública de la memoria, no se agotan en y, sobre todo, tan estatal, del poder (y de “lo
su dimensión estatal, es decir, el poder no político) que se suman a los cuestionamien-
lítico. De esta manera, la posibilidad es necesariamente estadocéntrico y, por el tos de la concepción racional e instrumental
de (des)centrar el poder del Estado y contrario, puede provenir de múltiples lu- que nos ha enseñado la teoría política clásica,
gares como un poder en red que atraviesa y están haciendo apuestas en otra dirección
-para el caso que nos ocupa-, de (des)
la sociedad. El poder es más bien una rela- que, a nuestro modo de ver, resultan más
estatalizar la(s) memoria(s) (Blair, ción de fuerza (Foucault, 1998:113). Está fecundas para explicar muchos procesos
2011)5, se vuelve un camino fruc- pues en perspectiva, una nueva geopolítica sociales y políticos contemporáneos.
del poder; la explosión de otras identidades 5. Este tema ya ha sido tratado en otra parte. Cfr.
tífero para potenciar políticamente, políticas no territoriales (no estatales) y de Blair, Elsa. “Memoria y Poder. (Des) estatalizar
los procesos de reconstrucción de lugares, entendiendo el lugar, en términos de la(s) memoria(s) y (des)centrar el poder del
esa(s) memoria(s) “no oficiales”. En Agnew, como “El encuentro de la gente con Estado”, En: Universitas Humanística. Bogotá:
otra gente y con las cosas en el espacio, es Pontifica Universidad Javeriana (En Prensa).
la tercera parte, trataremos de mos- decir, a las maneras como la vida cotidiana se 6. Se trata del Putumayo y los Montes de María
trar cómo se puede producir “legiti- inscribe en el espacio y adquiere significado (Cfr. Bolívar y Nieto, 2003)

21
como comprendemos los vínculos “El mundo social está ausente, por
políticos. Todo su análisis conduce ignorado o por reprimido, de un
a apoyar el presupuesto de Bourdieu mundo intelectual que puede pa-
según el cual, habría necesidad de embargo, una sobredeterminación recer obsesionado por la política.
incluir las “emociones corporales” del actor social como actor racional; Mientras que las intervenciones
(vergüenza, humillación, timidez, dimensión racional donde los afectos propiamente políticas […] pueden
ansiedad, culpabilidad, pasiones y desviarían el curso de la acción ra- aportar prestigio a sus autores, los
sentimientos de amor, admiración y cional. Dice: “La acción afectiva sólo que se dedican al conocimiento di-
respeto, ira o rabia impotente) a la se toma en cuenta en la medida en recto de las realidades sociales son
hora de analizar los fenómenos y las que es capaz de desviar el curso de objeto a la vez de un leve despre-
prácticas políticas (Bolívar y Nieto, una acción racional bien definida” cio […] y de una discreta sospecha”
2003: 81). Con ello se están permi- (Das, 2008:197 cursivas agregadas). (Bourdieu, 2004: 57 Resaltados
tiendo cuestionar la manera como agregados).
Así las cosas, la acción afectiva ter-
tradicionalmente se ha pensado y
mina siendo lo que ella llama una Para quienes hemos trabajado di-
analizado la política, dejando ver
categoría “residual” con la cual se rectamente con las víctimas del
que la “exclusión” de estos aspec-
busca encasillar todo aquello que conflicto armado, uno de los fenó-
tos subjetivos y emocionales de las
no puede explicarse, según el para- menos sociales y políticos que exige
dinámicas políticas, obedece a una
digma de la acción racional (Ibíd., la inclusión de la emocionalidad, la
cierta “incomodidad” para abordar-
p. 197). Es lo que, desde otro lugar, afectividad y la subjetividad en el
las, propia de los analistas políticos.
planteaba Iván Orozco al decir que análisis, es el de la memoria. Sin
Parecería pues, que se sigue pensan-
[era] “preciso diferenciar, entre una duda, ella está ligada estrechamente
do que la política es un asunto de
lectura de la violencia y de la guerra, a las vivencias y experiencias emo-
diálogos y de hombres racionales
como lenguaje de la razón instru- cionales y subjetivas de las víctimas.
(Ibíd.,p. 82).
mental o estratégica de un lado, y Los efectos de la guerra sobre los
Ignorar las emociones como parte de del otro, como lenguaje estético ex- pobladores, lo que podríamos lla-
las relaciones sociales y del sentido presivo”. La distinción es importante mar el “insumo” de sus recuerdos
de la acción humana es, sin duda, un no sólo por sus implicaciones en lo a la hora de la rememoración, tie-
fenómeno de larga data y una prácti- que atañe a una teoría racionalista nen, además de las implicaciones
ca extendida en las Ciencias Sociales de la responsabilidad, sino por sus materiales que todos conocemos,
(Jimeno, 2008: 270). Reconocer el alcances para pensar el punto de también, y quizá sobre todo, im-
vista de las víctimas. “El lenguaje plicaciones subjetivas y emociona-
valor de las connotaciones emocio-
de la razón instrumental, al leer la les . De ello dan cuenta todos los
nales permitirá recuperar para el
violencia como medio para alcanzar relatos. Hay una gran dosis de “in-
análisis, una parte importante de la
dignidad” en las acciones violentas
vida social (Harkin cit. en Jimeno un fin, las oculta; el lenguaje estético
que vulnera la propia subjetividad
2008: 270) y -agregamos nosotros- de expresivo en cambio, en cuanto ex-
y la “humanidad” de los individuos
la vida política. Los estados emocio- presión de una visión de la violencia
y las comunidades, más allá de la
nales en la vida social no son como como “herida sobre el cuerpo”, las
precariedad material en la que los
se asume fácilmente, “estados inter- visibiliza” (Orozco Abad, 2002: 98
envuelve. Esto explica la importan-
nos” o “estados mentales alterados” o Cursivas agregadas).
cia, reconocida por todos los traba-
instintivos o pre-culturales (Jimeno, Seguramente, la exclusión de esta jos sobre las memorias del conflic-
2008: 279). De la misma manera, perspectiva en el análisis político, to y/o de la guerra, de los apoyos
Veena Das ha señalado cómo, esta responda también al hecho señalado psicosociales a estas poblaciones
dimensión subjetiva y afectiva de la por Bourdieu, de la “reputación” que vulneradas, en sus necesidades más
acción social, ha sido desvirtuada por se le asigna a la política dejando por básicas como seres humanos. Lo
la teoría sociológica desde Weber, fuera muchos aspectos sociales que que quizá aún no se acepta es que
toda vez que si bien se incluye la sub- también hacen parte de las prácticas estas “emociones” y subjetividades
jetividad del actor social, existe sin políticas. Dice: puedan potenciarse políticamente.

22
Carlos Rojas - Serie Mutantes - 1994
II. La noción que se tejen en los intersticios de las vecinales, más cotidianas, (esto es,
de Micropolítica grandes estrategias políticas –espa- más micro) donde también se cons-
cio macro político–, en conjunción truyen relaciones de poder y desde
"La memoria puede 'vencer' a o disyunción con ellas […] espacios las cuales se pueden entonces, orga-
la cronología oficial." nizar acciones de resistencia.
que diseminan otras estrategias y
Michel Pollack otros sistemas de fuerzas y que di-
Si bien, conocemos los esfuerzos
Esta noción, tomada de Foucault, es señan disputas tapadas por las som-
institucionales de la Comisión Na-
una apuesta política “alternativa” y bras de los grandes hitos con que se
cional de Reparación y Reconcilia-
sugerente, propuesta por algunos au- compone la Historia”. (García, 2000:
ción (CNRR), concretamente el Gru-
tores que vienen re-actualizando la 12 Subrayados agregados).
po de Memoria Histórica (GMH), por
perspectiva foucaultiana de análisis
del poder para pensar muchos fenó- El concepto puede ser utilizado tam- construir una memoria de la guerra
menos de las sociedades contempo- bién, –y es lo que proponemos en en el país, recogiendo y documen-
ráneas (Espósito, 2006; Ibarra, 2007; este artículo– para pensar en la(s) tando a través, principalmente de
García, 2000; Berrío, 2009). En ella, memoria(s) “no oficiales” o, como testimonios, muchos de los eventos
estos autores están encontrando vías las llama Pollack, subterráneas –para más violentos en los años recientes,
de exploración bastante más fértiles designar el “lugar” que ocupan en la particularmente las masacres; sabe-
para explicar muchos procesos socia- sociedad– (Pollack, 2006). En efec- mos también, que otros múltiples
les y políticos actuales trascendiendo to, cuando el problema del poder esfuerzos de reconstrucción de la(s)
esa mirada estatal (léase: exclusiva- se (des)centra del poder del Estado
mente institucional) de “lo político”. (Blair, 2011) y se concibe como un
Uno de ellos, entre muchos otros, es poder en red, atravesando la vida so-
el investigador argentino Raúl Gar- cial, (Foucault,1998) manifestándose
cía, quien en un análisis sobre el ca- en otros “lugares” (o a escala micro
rácter político del cuerpo, introduce y no estatal), surgen múltiples líneas
el concepto de micropolíticas, para de indagación de fenómenos como 7. Vale la pena mencionar que entre esas nuevas
proponer un análisis microfísico del es el caso de la(s) memoria(s) cuya espacialidades le acordamos un lugar central
disputa por el sentido del pasado, al cuerpo y ya sabemos que la memoria es
poder; entendiendo por ellas: sobre todo corporal (Ricoeur, 2003; Sánchez,
hace de ella(s) siempre, un asunto 2006). Entender el cuerpo como “lugar de
“Las estrategias de poder que se po- político, pero donde “lo político” de memoria” y la corporalidad como expre-
nen en funcionamiento más allá –o estas memorias, se expresa en luga- sión política de la misma, ayuda a explicar
y a potenciar muchos de los movimientos y
más acá– de las políticas estatales res y en espacialidades diferentes7 manifestaciones de resistencia a la guerra,
[…] pequeños espacios reticulados más cercanas, más familiares, más centradas en el cuerpo.

23
memoria(s) más locales, fragmenta- cios”9 y las acciones de resistencia
rias, más íntimas, poco “visibiliza- que ellos ofrecen. La apuesta política
das” por los medios, no han hecho que sostiene esta propuesta es de
parte de ese relato 8. Son muchos el trabajo psicológico del individuo largo alcance toda vez que modificar
los esfuerzos, las iniciativas y los que tiende a controlar las heridas, ese manejo del poder -entendiendo
ejercicios de memoria de distintos las tensiones y las contradicciones que “el poder no es una cosa o una
tipos que se vienen produciendo en entre la imagen oficial del pasado y posibilidad cedida exclusivamente a
el país sin que hagan parte del rela- sus recuerdos personales; a través de los estados, sino el recurso a la acción
to oficial y es preciso potenciarlos. ese trabajo de reconstrucción de sí (agency) implicado en toda actividad
El testimonio (o la memoria oral), mismo, el individuo define su lugar social encaminada a conseguir los
es un caudal de expresión que aún social y sus relaciones con los demás fines que se ha propuesto” y que, en
no conocemos completamente y (Pollack, 2006: 29/30). esa medida, “El poder es inherente a
como lo ha dejado ver Pollack, la(s) todas las acciones humanas” (Agnew,
memoria(s) “subterráneas”, tienen 2005:63)- apunta a “intentar hacer
en la historia oral, la posibilidad de
III. Los procesos de un mundo menos estadocéntrico y,
dar importancia a los excluidos, los
resistencia en los consecuentemente, menos peligro-
marginados, las minorías (Pollak, (micro)espacios de la so… Un paso hacia la rehumaniza-
2006) como oposición a la memoria vida cotidiana o de la ción del mundo, a volver a poner a la
oficial. Con ellas se han gestado di- legitimidad política de gente en el centro de la geopolítica”
versas expresiones de resistencia al la(s) memoria(s) locales (Agnew, 2005).
poder. Como lo señalábamos desde “…La vida cotidiana es LA
2009, una vez reconstruidas las me- Cuando se asume que el poder no se
vida.”
morias de la(s) violencia(s), el grupo agota en su dimensión estatal y que
Ágnes Heller tiene, por el contrario, otras formas
de Memoria Histórica (GMH) de la
CNRR, debería velar también por Todas las apuestas que conocemos para expresarse y otros espacios para
por combatir la marginalidad o el desplegarse, la perspectiva de análisis
dejar, al menos planteada, la nece-
carácter de “periféricas” de esas de las memorias “no oficiales”, cam-
sidad y la posibilidad de reconstruir
memorias subterráneas, tienden bia sustancialmente y adquiere una
una “Historia (o una memoria) de
las resistencias” (Blair et Al, 2009), a hacerlas aparecer para poner en
con el fin de potenciar en el análi- lo público esos recuerdos, esos -en
sis, las “dos caras” del poder: la de la términos de Pollack-, “no dichos”
dominación y el control (ejercido a de la(s) memoria(s) de dolor y de
través de la violencia y/o de la gue- muerte (Pollack, 2006: 24). Nuestra
rra), y la de la resistencia. “El largo sugerencia aquí es diferente. Si bien,
silencio sobre el pasado [como el que no nos sustraemos a la posibilidad de
hacerlas emerger y lograr su lugar en 8. La comisión reporta 196 iniciativas de este
han guardado estas memorias sub- tipo en el país, pero todos sabemos que “no
terráneas que aún no emergen a la lo público, asumimos que lo público están todas las que son”. Dos ejemplos que
superficie y al reconocimiento] lejos no es, necesaria (o exclusivamente), nos son cercanos sirven para ilustrarlo: las
Muñecas de trapo construidas por campesi-
de conducir al olvido, es la resisten- lo estatal y que ellas se despliegan nas de Sonsón, agrupadas en la Asociación de
cia que una sociedad civil impotente en otros espacios “públicos” y, cla- víctimas del Municipio y el libro de poemas,
opone al exceso de discursos oficiales ramente políticos, que tienen otros llamado “Mis anegdotas” de otra campesina,
víctima de la violencia en la misma región
[son la voz] de una sociedad que tras- mecanismos y estrategias de poder (ver recuadro: Promesa autora Gloria Mejía
mite cuidadosamente los recuerdos y, en consecuencia, la legitimidad Marín).
de la(s) memoria(s) subterráneas, 9. Cfr. Es, en efecto, un juego de palabras que
disidentes en las redes familiares no obstante va mucho más allá y descentra
y de amistad esperando la hora de no estaría determinada por la “le- el problema del poder de la esfera exclusiva
la verdad y la redistribución de las gitimidad” del Estado, es decir, por del Estado. Para una amplia reflexión sobre
estos “otros” espacios de poder, no necesa-
cartas políticas” (Pollack, 2006:20). “los espacios de poder”, sino, por el riamente estatales, ver Agnew, 2005; Piazzini
Este uso de la memoria oral revela contrario, por el “poder de los espa- et Al, 2008.

24
dimensión política poco estudiada vas agregadas). Con ello se refiere a
y potencializada. Queremos enton- los acontecimientos de lo cotidiano
ces, en este tercer y último punto, y al intento de forjarse uno mismo
mostrar cómo estas memorias -en parecía haberse acomodado bajo la como sujeto ético dentro de ese es-
un análisis micropolítico del poder- rúbrica de la identidad” (Pedraza, cenario de lo común.
pueden alcanzar la legitimidad sufi- 2010). Una definición simple de sub-
ciente y el reconocimiento público/ Como lo señalan Veena Das (2008)
jetividad podríamos acordársela a la y Francisco Ortega (2008), el tema
político por la vía de mecanismos expresión: “el poder del sujeto sobre
y lugares “no estatales” de poder. de la cotidianidad viene ganando
sí mismo” (Pedraza, 2010:12). Es la relevancia política. Ambos autores,
Apoyada en algunos trabajos que conciencia de sí la que constituye
reivindican la importancia de esos siguiendo la vía abierta por De Cer-
la subjetividad y ella se conforma teau (2000) con su propuesta sobre
espacios “micro”, también inun- mediante un proceso social hacia
dados de relaciones de poder (y en “reinventar la cotidianidad”, pro-
fuera de uno mismo, hacia otros pugnan por adelantar y permitir la
consecuencia de resistencia), trataré y desde otros (Jimeno, 2008:277).
de mostrar dos componentes que reparación para restablecer espacios
Existe entonces una “tarea subjetiva” de coexistencia social, a través de la
los constituyen: la subjetividad y la entendida como la labor y el deber
cotidianidad. La primera entendida reconstrucción de sus propios hoga-
de los seres humanos de pensarse a res, dado que, es “el día a día el sitio
como el poder del sujeto sobre sí mis- sí mismos y de emprender acciones
mo (Pedraza, 2010:12) que pasa por donde se repara el lazo social” (Or-
que los afecten, los transformen y los tega, 2008:18). De ahí su propuesta
la reivindicación de la emocionalidad
lleven a realizar aquella condición por identificar acciones concretas
en la política, y la segunda entendi-
humana a la que aspiran. Pero, sobre de las víctimas y los modos en que
da como el lugar espacio-temporal
todo, lo que intentan rescatar estos estas padecen, perciben, persisten y
donde nuestras relaciones sociales
estudios nuevos sobre el tema, es resisten las violencias, recuerdan las
logran concreción y, por tanto, se
el alcance del sentido político que pérdidas y le hacen el duelo, la ab-
llena de experiencia y sentido social
concentra esta actividad y destacar sorben, la sobrellevan y la articulan
(Ortega, 2008: 22).
su potencia como alternativa a la a su cotidianidad. Pero, sobre todo,
lucha social (Pedraza, 2010: 12 Cur- evidencian la capacidad de agencia
Subjetividad y Cotidianidad sivas agregadas).
El asunto de la subjetividad ha en-
trado con fuerza en la discusión de Esa subjetividad, sin duda presen-
las Ciencias Sociales, hasta el punto te en las memorias, tiene en la
de generar debates que trascienden cotidianidad un espacio específico
las fronteras disciplinares10 volvien- para desplegarse. Como bien lo se-
do a preguntarse por la dicotomía ñala Heller (1998), “Para la mayoría
entre estructura/agencia, objetivo/ de los hombres la vida cotidiana es
10. Campos temáticos como los que abarcan
subjetivo; racional/irracional, ma- LA vida”. La relación entre subje- el feminismo, los estudios de género, y
cro/micro (Giddens, 1987; Pollack, tividad y cotidianidad se entiende los estudios culturales han confluido con
claramente cuando asumimos que, la sociología, la antropología, la psicología
2006; Ortega, 2008; Pedraza et Al, social, la estética y los análisis literarios para
2010); así las cosas, las Ciencias So- en palabras de Das, “la construcción incursionar en diversos fenómenos vincula-
ciales están obligadas a reconsiderar del yo está ubicada en el contexto de dos con “…la labor que emprende el sujeto
al actuar sobre sí mismo y han estimulado
el asunto y a no sustraerse de su dis- hacer habitable la cotidianidad,” por los esfuerzos por comprender y analizar en
cusión. En efecto, “tanto la noción eso habla de “un descenso hacia la qué condiciones puede el sujeto modificarse
de agencia, como la multiplicación cotidianidad” expresado bellamen- a sí mismo, con qué recursos interviene su
auto comprensión y cómo, con qué propó-
de subjetividades que se detectan te como “el regresar las palabras a sitos los emplea” (Pedraza, 2010 subrayados
y exploran en las investigaciones casa”. Sugiere que la creación de sí agregados). Además del lugar que ocupa la
en el registro de lo cotidiano consiste problemática del “sujeto” en la teoría social
actuales, sugieren la necesidad de
actual como en el caso de la obra de autores
inquirir con detenimiento en las en armar cuidadosamente una vida como Bourdieu, Giddens y Sahlins (Jimeno,
acciones que han sacudido lo que […](Das, 2008: 162, 160, 167 cursi- 2008: 277).

25
Doris Salcedo - Sin título - 1998

de estas poblaciones sometidas a la acogiendo los signos de la injuria y el mundo. Aun cuando es cierto el
violencia cuando plantean que si convirtiéndolos en las maneras de impulso o la “avanzada” que registra
bien esas violencias configuran la devenir sujetos?” (Das, 2008: 159). en la actualidad el concepto de sub-
subjetividad, son a la vez, configu- jetividad, y que está permitiendo dis-
radas y susceptibles de ser transfor- Subjetividad, Cotidianidad cusiones más amplias, definiciones
madas por las acciones mismas de y Memoria más precisas o acabadas del mismo
las comunidades y esa cotidianidad e interpretaciones más complejas
encuentra su expresión concreta en Estas memorias locales, no “oficia-
de su intervención en los procesos
la comunidad a la que se pertenece les”, de alguna manera “marginales”
sociales, el tema de la subjetividad no
(Ortega, 2008: 20 y sgts). cuando se piensa desde la “centrali-
dad” del poder estatal, tienen, pues, es realmente nuevo. En la filosofía ha
Todos los esfuerzos e iniciativas de en la cotidianidad y la subjetividad estado desde siempre y en la Historia,
memoria que se vienen haciendo dos terrenos fecundos para desple- aparece en el debate “viejo” pero aún
desde distintos lugares y “comuni- garse. Son llamados microespacios no saldado por los historiadores, en
dades” en sus prácticas cotidianas, definidos (Das, 2008:150) donde, sin relación con la Memoria. No obs-
muchas de las cuales hemos acompa- embargo, se desarrolla y se concre- tante, para algunos historiadores, el
ñado desde la academia pero también ta la vida social. En el caso de las componente subjetivo de los relatos,
desde la intervención y la labor de víctimas de la violencia, se trata de le quitaría la capacidad “veritativa”
ONG, deberían llevarnos a intentar una memoria del sufrimiento y de que sí tendría la Historia. Pécaut, por
responder la pregunta que se hacía la pérdida, pero, ya lo sabemos, es ejemplo, sostiene que hay diferencias
Das sobre si “¿Hay otros caminos preciso rescatar el potencial políti- sensibles entre los relatos basados en
por los que pueda darse la creación co del dolor y el sufrimiento huma- la memoria y los relatos propiamente
del yo, a través de la re-ocupación nos (Restrepo, 2000) y contribuir a históricos, lo cual es a todas luces
del mismo espacio de la devastación que las víctimas puedan re-habitar evidente. Dice textualmente: “los pri-

26
meros remiten a la temporalidad vi- los testimonios de violencia son la
vida, no implican una periodización clave de sentido y creación de un
definida y, ligados a las experiencia campo intersubjetivo, en el cual se
individual o colectiva, son de por sí La motivación para narrar consiste comparte el sufrimiento y puede an-
múltiples. Los segundos son cons- precisamente en expresar el signi- clarse la reconstitución de la ciuda-
truidos, por el contrario, sobre la ficado de la experiencia a través de danía (Jimeno 2008: 267). Pensamos,
base de una periodización que debe los hechos: recordar y contar es ya sin embargo, que si bien deja ver la
ser justificada, dependen de criterios interpretar. Excluir o exorcizar la dimensión política e intersubjetiva
de verificación y tienen pretensión subjetividad como si fuera solo una del acto de contar, la categoría de
de unicidad” (Pécaut, 2003:127). Lo fastidiosa interferencia en la objetivi- ciudadanía apunta a la concepción
que cuestionamos es el carácter de dad fáctica del testimonio quiere de- de la política que hemos considerado
“verdadera” que tendría la Historia cir, en última instancia, distorsionar aquí demasiado institucional; quizá
por oposición a la Memoria. el significado mismo de los hechos el sentido político del “compartir el
narrados (Portelli, 1994:34 Cursivas dolor” y de forjar en el relato “co-
Esa memoria construida por los his- agregadas). En todo caso, potenciar munidades emocionales”, esté en la
toriadores y convertida en “historia esa historia oral requiere una “sen- recomposición de la subjetividad y
oficial” es la denominada como “me- sibilidad epistemológica específica en la recuperación del ritmo de la
moria encuadrada” (PollacK, 2006: bien agudizada” y un discurso sen- vida cotidiana, “LA” vida. Pero para
40). Aquellas que le asignan un papel sible a la pluralidad de realidades ello debemos apostarle a una recon-
fundamental al Estado, lo que nom- (Pollack, 2006: 43/47). Es también ceptualización de lo político que no
bra Da Silva Catela como la estati- el debate que introducía Sánchez al deje al margen las emociones y las
zación de la memoria para designar acordarle a la Historia una preten- subjetividades como asuntos de la
con ella el papel central que ocupa sión objetivadora y distante frente vida social, pero no política.
el Estado como agente de memo- al pasado, que diluye las memorias Pensamos que es justamente en su
ria y su pretensión de generar una particulares en un relato común, registro más actual y en sus poten-
política centralizada de memoria, mientras la memoria resalta la plura- cialidades políticas reconocidas hoy,
negando implícitamente la plura- lidad de relatos, inscribe, almacena u
donde la subjetividad debe ocupar un
lidad de memorias que circulan y omite y, a diferencia de la Historia, es
lugar en los análisis y concretamen-
son defendidas por diversos grupos e la fuerza, la presencia viva del pasado
te, en los procesos de reconstrucción
instituciones (Da Silva Catela, 2010: en el presente; ella se preocupa por
de la(s) memoria(s). Dos ejemplos
8). Otros historiadores, por el con- las huellas de la experiencia vivida, su
servirán para ilustrarlo: Como fue
trario, le acuerdan un lugar especial interpretación, su sentido (Sánchez,
particularmente claro en el traba-
a la subjetividad de las memorias; de 2006:22).
jo realizado en algunos barrios de
ahí su reivindicación de la historia Como lo señala Jimeno “la comuni- Medellín que quería reconstruir las
oral como fuente historiográfica y cación de las experiencias de sufri- memorias del conflicto armado, “es-
su argumento sobre la ambigua uto- miento, permite crear una comuni- tas vivencias, surgidas del entramado
pía de la objetividad: por un lado la dad emocional que alienta la recupe- cotidiano y barrial, que por décadas
objetividad de la fuente, por el otro, ración del sujeto y se convierte en un han cimentado el conflicto con todas
la objetividad del científico con sus vehículo de recomposición cultural sus variantes y altibajos, revelan una
procedimientos neutrales y asépti- y política […] y esto requiere la ex- dimensión subjetiva, experiencias
cos. En el espacio intermedio, en la presión manifiesta de la vivencia y cotidianas e historias que se inscri-
tierra de nadie, ni de los hechos ni de poder compartirla de manera am- ben y escriben en el conflicto, y que
de la filosofía, se coloca el territorio plia, lo cual, a su vez, hace posible no se padecen de manera “pasiva”,
inexplorado y exorcizado de la sub- recomponer la comunidad política” sino que se reconstruyen, se desci-
jetividad. La paradoja principal de la (Jimeno, 2008: 262). Sin duda, es fran, se sobreviven –y resisten- en el
historia oral y de las evocaciones es preciso hacer justicia a la experien- día a día” (Berrío y Grisales, 2011).
de hecho, que las fuentes son perso- cia subjetiva de dolor (Das cit., en Es lo que, por otra parte, se concluye
nas, no documentos. Jimeno P. 262). Según esta autora, de un trabajo realizado en Granada,

27
de señalar la pérdida [espacio micro
político de la vida social] (Ortega,
2008: 18). Es en este último espacio,
como propone Ortega, donde todas
las iniciativas de reconstrucción de
las memorias deben tener lugar.
Una vez puestas en contexto estas
reflexiones, la pregunta a hacerse es
entonces si: ¿es o no la recuperación
de la dignidad de las víctimas, -como
un aspecto subjetivo y cotidiano- un
asunto político?

Reflexiones Finales
Queremos para terminar, responder
la pregunta que nos sirvió de epí-
grafe sobre si frente a los procesos
actuales de reconstrucción de la(s)
memoria(s), en una situación como
la colombiana de “No-postconflicto”,
“¿No sería mejor abstenerse de ha-
blar?” (Pollack, 2006). Y pensamos
Antioquia, con la asociación de víc- intolerable para la dignidad humana, que no. Más bien, planteamos que es
timas, ASOVIDA, al decir que: “el en un orden social como un asunto preciso contar13; dejar que esas me-
proceso que han llevado a cabo estas político. morias, llenas de subjetividad como
personas muestra cómo, el alcance “huellas de la experiencia vivida”,
de la lucha política no solo se mide Esto puede conseguirse a través de
múltiples acciones de resistencia (la (Sánchez, 2006:22) se expresen y se
con el logro o no de una política pú- recreen en distintos espacios: cerca-
blica11, sino también, en la importan- otra “cara” del poder) contra todas
las prácticas que vulneran la digni- nos, cotidianos, familiares, vecinales,
cia, profundidad e impacto que esta y que las víctimas puedan, como en
dad, pero teniendo en cuenta que se
tiene en la experiencia subjetiva de el caso del poema, (ver recuadro)
trata de una resistencia entendida
quienes participan en el proceso, en expresar y tramitar, cotidianamente,
no siempre como un acto deliberado
la resistencia y en la visibilización emociones como el dolor y la pérdida
de oposición a las grandes lógicas
de las víctimas. Es lo que la autora y, más bien, intentemos potenciar
opresivas [espacio macro político de
llama, muy bellamente, “el sentido la capacidad política de esas otras
la sociedad] sino como la dignidad
político de la dignidad” (Carrizosa,
2010 cursivas agregadas) 12. Sub-
jetividad y cotidianidad son, pues,
dos “espacios” donde se suceden los
acontecimientos reales de la vida y 11. Que vale la pena resaltar, sería una legitimi- dad” (Das, 2008; Aranguren, 2008; Jimeno,
en esa medida, espacios donde las dad “institucional-estatal”. 2008) y otros debates similares, que tienen
12. Ambos son resultados de proyectos de in- que ver con el “acto de testimoniar” pero,
personas se juegan su “dignidad”, el vestigación desarrollados por miembros del por los propósitos del artículo, no podemos
no contemplarlos en el análisis como Grupo Cultura, Violencia y Territorio adscri- desarrollarlos aquí. Baste decir que hablamos
to al INER de la Universidad de Antioquia. del contar, -casi en el sentido psicoanalítico
una dimensión política es “mutilar” 13. No ignoramos las discusiones aún no salda- del término-, como la capacidad (y la nece-
el sentido mismo de lo político y su das sobre la capacidad de la narrativa para sidad subjetiva de las víctimas) de “poner
estrecha relación con la ética. De ahí “sanar” o, por el contrario, para reavivar el en palabras” o en “actos” o en “artefactos”,
dolor (Sánchez, 2008; Del Rocío, 2004), ni las los recuerdos de los sucesos dolorosos que
que se precise introducir la pregunta discusiones sobre la imposibilidad de comu- deben emerger para sanar y no sedimentarse
sobre los límites de lo tolerable y lo nicación del dolor, esto es, de su “indecibili- en el silencio.

28
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30
JUSTICIA A LOS MUERTOS
o un alegato a favor del recuerdo moral
Beatriz Restrepo Gallego1
Oscar Muñoz - Re-trato, Fotografía del video - 2003

1. Estudios de filosofía en Manhattanville College, New York, EUA;  Facultad de Filosofía y Letras, Universidad Central de Madrid (hoy Complutense),
España; Instituto Superior de Filosofía, Univeridad Católica de Lovaina, Bélgica,  Docente de Filosofía en Facultad de Filosofía y Letras, UPB; Instituto
de Filosofía, UdeA.  Exsecretaria de Educación de Antioquia. Exsecretaria ejecutiva del PLANEA. 
Corporación Región identifica en el artículo JUSTICIA A LOS MUERTOS o un ale- conceptos de razón, historia y me-
gato a favor del recuerdo moral, de la profesora Beatriz Restrepo Gallego, un aporte moria en su relación con el tema que
desde la reflexión filosófica a la profundización de las reflexiones de las víctimas
y la sociedad hoy. Su artículo, publicado en el periódico El Colombiano en el año
aquí se propone, las víctimas, quiere
2000, se reedita con la certeza de su vigencia. aportar en la búsqueda del sentido
(filosófico y teológico) y de la signi-
ficación política de tantas muertes,
Según el Diccionario de la Real Aca- y de la injusticia. No se trata de rei-
para terminar con un breve recurso
demia Española, un alegato es “un vindicar un recuerdo para satisfacer
a la poesía.
escrito en el cual expone el aboga- a los vivos y a los dolientes; se trata de
do las razones que fundamentan el buscar darle un sentido a la muerte 1. La razón. Uno de los puntos más
derecho de su cliente”, o un “argu- inocente de tantos compatriotas, de interesantes del pensamiento de
mento o discurso a favor o en contra tal manera que su vida truncada y Metz es su controversia con la ra-
de alguien”. Pues bien, este texto su existencia interrumpida por azar, cionalidad moderna, tanto con la
quiere, ante el debilitamiento de error, insensatez o maldad, no caigan concepción ilustrada a la que cues-
nuestra memoria colectiva y la fra- en el vacío. Ello solo es posible si nos tiona su arrogancia, expresada en
gilidad de nuestros recuerdos, decir esforzamos por ver estas muertes términos de autonomía, sujeto y
una palabra a favor de los muertos y desde el punto de vista de la vida progreso, como con la más reciente
desaparecidos por nuestra violencia, y de la historia, esto es, de lo que razón comunicativa a la que señala
los miles de hombres, mujeres y ni- ellas significan para nosotros y para también limitaciones por su exigen-
ños víctimas de muertes inesperadas quienes han de venir detrás. cia de copresencialidad y consenso.
e inexplicables, individuales o colec- Considera nuestro autor que ni una
tivas, anónimas e insensatas, y recla- Para ello retomo el concepto de ni otra dan cabida a los vencidos, a
mar para ellos la justicia a que tienen memoria moral, central en el pen- las víctimas de la historia a quienes
derecho, que le dé reparación a sus samiento del filósofo y teólogo ale- quiere recuperar del olvido frente al
deudos y dote de sentido su muerte al mán Johannes Baptist Metz y que él sujeto autónomo de la razón ilustra-
reconocerla no solo como un hecho entiende como aquella memoria ca- da y al interlocutor válido de la razón
siniestro e inmerecido, sino también paz de atender los gritos de dolor de comunicativa.
como un símbolo cuyo significado las víctimas inocentes y de suscitar
compasión y solidaridad y exigencia Metz propone, en cambio, una razón
nos toca desentrañar a nosotros los
de justicia; mientras ésta llega, ella anamnética (del griego an: negación
vivos.
abre la puerta a la esperanza que se y amnésis: olvido = razón que no ol-
Más necesario es este alegato cuando mantiene activa gracias al recuerdo vida o razón memoriosa) que cumple
entre nosotros tantos están a favor moral (1999:181). La obra de este una doble función. Por una parte,
del olvido y en contra del recuerdo, autor, Por una cultura de la memo- frente a la razón ilustrada que criti-
desatendiendo así un llamado de ra- ria (Barcelona: Anthropos, 1999) y, ca, la razón anamnética recuerda y
dical solidaridad a nuestra razón y a especialmente, el epílogo escrito es memoria; y por otra, frente a la
nuestra sensibilidad como seres hu- por Reyes Mate, apretada síntesis razón comunicativa, ella se opone,
manos, a nuestra fe como creyentes del pensamiento de Metz, servirán de un lado, a la presencialidad de
y desconociendo, de paso, la fuerza de fundamento e hilo conductor a sus interlocutores recuperando la
crítica de la memoria del sufrimiento una reflexión que, centrada en los evocación y la escucha de los ausen-

32
tes, de los muertos (sobre todo de mer, hecha de solidaridad y capaz
los inocentes) y de otro, se opone de percibir en la humanidad no la
también al carácter consensual de su dignidad realizada, sino la dignidad
verdad, señalando el disenso propio desarrollado al amparo de la moder- humillada ( p.189).
de la razón anamnética al denunciar nidad ilustrada: es una historia que
y exigir justicia entendida, además, Estos tres conceptos: razón, historia
–citando a Bonhöffer– contempla los y memoria son esenciales a la tarea
como una forma de verdad. Más aún, acontecimientos desde abajo, desde
para Metz, la razón anamnética es que este texto quiere suscitar: man-
la perspectiva de los marginados, de tener viva la memoria de nuestros
una categoría constitutiva del espí- los maltratados, de los débiles, de
ritu humano (1999:73-78) que nos muertos inocentes y darle a su muer-
los oprimidos y humillados, en una te un sentido que permita asignarles
permite acceder no sólo a la verdad palabra, de los que sufren (p.184). un lugar en nuestra historia, de la
sino al mundo de una manera total-
3. La memoria es puesta por Metz cual –hasta ahora– parecen quedar
mente nueva, según apunta Reyes
como mediación entre razón e his- proscritos. Se trata, como dice Metz,
Mate (p.166).
toria. Es ella rasgo esencial del ser de recomponer una cultura del re-
2. La historia. Hija legítima de la ra- humano: como razón, y gracias al cuerdo, antes de que sea demasiado
cionalidad moderna es, para Metz, la recuerdo que es su función propia, tarde, antes de que la historia sepulte
historia racionalista que se ha desa- deviene medio de liberación; como a la memoria. Se trata de sustituir la
rrollado en los últimos siglos, “muda historia, hace presente el pasado y impasibilidad del logos (de la razón)
e impotente frente al sufrimiento”. posibilita nuestra conciencia his- por la compasión de la memoria… de
Ella, amarrada a una razón triun- tórica que es el fundamento de la unir el pensar y el pesar, la reflexión
fante, al sujeto que se afirma en la responsabilidad y la solidaridad. Es y el sufrimiento (p. 186). Veámoslo.
autonomía de su voluntad y en el pues inhumana, a los ojos de Metz, la 4. Las víctimas. La tarea es, en térmi-
optimismo del progreso (p.169) solo propuesta de olvidar (p.63). Además, nos metzianos, construir una cultura
registra las grandes gestas, los nom- improcedente: sin la memoria del de la memoria que mantenga vivo el
bres de los héroes y los vencedores, sufrimiento, el futuro deviene cada recuerdo de tantos muertos víctimas
la marcha de un tiempo lineal hacia vez más frágil; sin el recuerdo de la de la violencia, como acontecimiento
un progreso indefinido, olvidando injusticia, ésta se repite en el presen- histórico –tal vez el más importante
que toda conquista es despojo y toda te; más aún, es por la fuerza crítica y significativo en nuestra trayecto-
dominación, servidumbre. de la memoria del sufrimiento y de ria como nación–. Se entiende por
la injusticia que el establecimiento acontecimiento histórico un hecho
Metz se vuelve, entonces, a la con-
teme a los contenidos subversivos pasado que, gracias a la memoria
cepción cristiana y bíblica de la his-
del recuerdo, según una conocida colectiva, se mantiene en el presente
toria que culmina en una perspec-
tesis de Marcuse (p.11). y, preñado de sentido, afecta formas
tiva teológica: no hay dos historias,
de pensar y transforma comporta-
una sagrada y otra profana, una del Metz va agrandando el papel de la mientos sociales. Solo en el marco
mundo y otra de la salvación. Para memoria hasta convertirla en su ca- de una cultura de la memoria, como
el creyente solo hay una historia, la tegoría hermenéutica fundamental, la plantea Metz, podremos recuperar
de la salvación, entendida como la como recuerdo moral del sufrimien- del olvido a tantas víctimas inocentes
misma historia del mundo, troque- to ajeno, de la injusticia pasada. Este para hacer de su muerte un aconteci-
lada por una esperanza indestruc- recuerdo mantiene viva la esperanza miento histórico y no un mero dato
tible en la justicia de Dios que es en que las cosas serán de manera estadístico; para señalarles un lugar
universal, que incluye a los muertos diferente, si cada uno de nosotros en nuestra historia y no solo en los
y sus sufrimientos y que nos implica mantiene viva la memoria. Se trata, titulares de prensa. Acontecimiento
a los vivos en el compromiso con su entonces, de construir una cultura histórico que por su sentido entre a
realización (p.41). Así, el tema espe- de la memoria –como propone el transformar nuestras mentalidades
cífico de la religión judeo-cristiana título del libro que se ha tomado de y a modificar nuestras prácticas so-
es la historia, pero una historia ra- guía– en la que haya lugar para un ciales. ¿Cuál puede ser este sentido?
dicalmente distinta de la que se ha ética compasiva como la de Horkhei- Ese es el meollo de la cuestión.

33
Oscar Muñoz - Aliento, Instalación serigrafía sobre película grasa - 1996

Porque nosotros no solemos hacer- minos de colectividad y de reconocer sino del respeto, horror, espanto, que
nos preguntas de esta profundidad. que estos muertos, que no murieron ello suscita, porque estos aconteci-
Nuestra razón instrumental y estra- librando su propio y particular com- mientos no demandan respuestas
tégica se conforma con preguntar: bate, no pueden ser confinados al de la razón, sino que interpelan a
¿Qué hacer? ¿Qué hacer con tantos recuerdo amoroso y doliente –pero todo el ser humano a escuchar a las
muertos y desaparecidos, aparte de frágil y débil como todo lo indivi- víctimas, a mirarlas frente a frente
hacer de ellos escalofriante y ver- dual– de quienes los amaron. Más en compasión y solidaridad. Ante
gonzosa estadística? Y con presteza bien ellos, que murieron a causa de las víctimas inocentes, a nosotros
damos respuestas expeditas. En el nuestra incapacidad para construir, como seres humanos, como personas
plano teórico, es la tesis de “perdón como ciudadanos, una convivencia y como cristianos, no nos queda sino
y olvido”, equivocadamente ligada a ordenada y justa, para asumir como invocar el recuerdo moral, no como
una comprensión de la reconcilia- comunidad moral compromisos con clamor de venganza, sino como escu-
ción basada en el perdón como olvi- la solidaridad y la justicia y para cha a una demanda que apela a todo
do. En el plano práctico, la respuesta el hombre en su humanidad común.
hacer realidad como cristianos los
se ha concretado de una manera aún Lo que no se puede es callar (Reyes
efectos salvíficos de la redención,
más desafortunada: “Que cada quien Mate, p.180). Al recuperar del olvi-
tendrían que ser rememorados por
recuerde a sus muertos”, mientras do a los muertos nos dejamos tocar
todos.
nosotros olvidamos los de todos. por su mirada y por esta pregunta
5. El sentido. ¿Cómo entonces inter- sombría: ¿Por qué? ¿Por qué yo? Y
Ambas respuestas dan cuenta de pretar estas muertes? Retomemos a la filosofía no tiene más respuesta
nuestra radical insolidaridad e in- Metz, quien habla no de la compren- que ésta, en dirección de la historia:
capacidad de pensar y actuar en tér- sión del sufrimiento de las víctimas, que no se repita, a la manera de un

34
imperativo categórico como lo pro- Ahora bien, esto supone apropiarnos
puso Adorno frente a Auschwitz; y de la muerte del otro, especialmente
la teología, a su vez, se vuelve hacia de la de la víctima inocente, asumien-
la escatología: el pasado sigue pen- de la Plaza de Mayo y las nuestras de do así el carácter no sólo individual
diente mientras llega la justicia de La Candelaria, que devino eficaz, gra- sino colectivo del morir humano:
Dios que es para todos, los vivos y cias a la memoria persistente de un algo irreparable sucede cuando mue-
los muertos (p.181). re un miembro de una comunidad
dolor que se negó a ser consumido
por el tiempo. Nosotros no hemos si es que hemos aprendido a valorar
Solo la filosofía y la teología nos
comprendido la fuerza política de el ser humano en su común huma-
permiten, según Metz, encontrar un nidad que compartimos, no solo en
sentido a la muerte de tantos inocen- la memoria del sufrimiento: hemos
desperdiciado su potencial al reducir sus ilusiones y esperanzas (p.178), en
tes, de tal manera que se haga de ello su potencialidad laboral y su signifi-
un acontecimiento histórico en la al ámbito de lo privado –del duelo
personal– lo que debiera ser piedra cación económica, criterios con los
medida en que, por una parte, como que, con frecuencia, fríamente nos
de escándalo colectivo –y de duelo
seres humanos nos comprometemos referimos a los muertos de nuestra
público–. Este concepto de lo público
a luchar por que aquello de lo que violencia.
que tan ajeno nos es, irrumpe aquí
guardamos memoria, no se repita en
con mucha fuerza: el amor se hace Hemos aceptado el juicio interna-
el presente y contribuya a un futuro
política cuando el recuerdo privado cional que ha hecho de nosotros el
en el que la muerte sea el fruto de la
del ser querido encuentra su plena país más violento. Pero hemos des-
consumación o la entrega (Ferrater
satisfacción al acceder al ámbito de atendido la otra cara de la moneda:
Mora, El ser y la muerte, p.205) y lo público y convertirse en exigencia
no, como ahora, del radical desam- a mayor violencia, mayores sufri-
de justicia en el presente y esperanza miento y dolor. Somos igualmen-
paro. Y, por otra, como cristianos nos de justicia en el futuro. te el pueblo con más sufrimiento
comprometemos, en una apasionada
acumulado que, paradójicamente,
implicación con nuestra realidad, en Pero transformar el duelo individual
no ha logrado lo que sentenció Eu-
la realización de la fe en la justicia en duelo colectivo requiere un ta-
rípides: “aprender del sufrimiento”
universal de Dios. Lo que realmente lante espiritual, político y moral, del
y que Metz comparte al afirmar
se esconde tras la memoria moral es cual aún no damos muestras como
que la memoria moral es autoridad
una exigencia de justicia, de nunca pueblo, como nación. W. Benjamin
práctica y teórica del sufrimiento
más. En ambos casos, piensa Metz, decía a este respecto en “La vida de (p.179). Para hacerlo, tendríamos
hay esperanza, la que se mantiene los estudiantes” (en La metafísica de que tener una clara conciencia histó-
viva gracias al recuerdo moral. Solo los estudiantes, p.121), que hay un rica derivada de una comprensión de
este recuerdo “salva”, tanto del odio criterio sencillo y seguro para poner nuestro mundo como historia de la
y del rencor como de la congoja y la a prueba el valor espiritual de una cual hace parte también la violencia
autocompasión. El recuerdo moral comunidad; es éste: ¿Encuentra su que tantos muertos y desaparecidos
salva (p.189), sea que lo interpre- expresión todo lo que sucede a esa ha causado (p.149), no como hasta
temos filosófica o teológicamente, comunidad? Reflexionemos en cuán ahora cuando la “gran” historia ofi-
avaros hemos sido en las expresio- cial la ha tratado como un evento
pues nos compromete en una acción
nes colectivas de duelo que en otros secundario y minoritario. Solo la
transformadora.
tiempos y lugares han caracterizado conciencia histórica nos constituye
6. La fuerza política. Cuando se asu- a los pueblos espiritualmente unidos como sujetos históricos, responsa-
me la responsabilidad histórica de en momentos de prueba: los ritos bles, por tanto, solidariamente de
mantener el recuerdo moral al luchar funerarios, los actos de purifica- todo lo que en nuestra historia ha
contra la desaparición de la memo- ción y desagravio, los monumentos sido: vida y muerte, victoria y derro-
ria, ésta asume una dimensión políti- y memoriales, las conmemoracio- ta, gozo y sufrimiento, abundancia
ca y replantea de una manera nueva nes públicas, los símbolos, que las y escasez. Mientras no tomemos en
la relación ética-política (p.165): el prácticas rituales y los lenguajes del serio la historia, liberando del olvido
amor deviene política (p.42). Así ha arte convierten en vida colectiva al tantos acontecimientos, no nos sen-
sucedido con el amor de las madres conjurar y derrotar el olvido. tiremos solidarios con el sufrimiento

35
y la injusticia, no habrá lugar para entre los vivos y con los muertos
el recuerdo históricamente signi- como nos dice Rilke en su poema
ficativo de nuestros compatriotas Hora solemne:
y conciudadanos muertos: “sólo lo
El que llora en el mundo en cual-
que no cesa de doler permanece en
quier sitio
la memoria” apunta Metz a propósito
de Nietzsche (p.7). llorando sin motivo en este
mundo,
Sin solidaridad no son posibles la llora por mí.
memoria y el recuerdo moral que
..........................
no es simple rememoración, sino re-
cuerdo activo, transformador, como El que camina en el mundo en
sucede con el compromiso político, cualquier sitio
la racionalidad ética y la vida de fe caminando sin motivo en este
cuando son genuinas. mundo,
viene hacia mí.
7. La poesía. Quizás estos discursos
El que muere en el mundo en
de la política, la filosofía y la teología,
cualquier sitio
no convoquen a todos. Quedan aquí,
sin embargo, abiertos como invita- muriendo sin motivo en este
mundo,
ción permanente a nuestra ciudada-
nía, a nuestra común racionalidad y me mira a mí.
a una fe que requiere ser reflexionada En nuestro país, miles de hombres,
de manera fundamental. Volvámo- mujeres y niños dolientes, lloran por
nos entonces al universal lenguaje todos nosotros; desplazados, vienen
poético para que sea la poesía, en hacia nosotros. Pero en particular, y
su capacidad evocadora y sugeren- de manera aún más perentoria, miles
te, en su precisión y profundidad, y de hombres, mujeres y niños, vícti-
en su potencial para afectar nuestra mas inocentes, nos miran. Y desde el
más profunda sensibilidad, la que pasmo aterrado de su muerte violen-
nos recuerde la radical condición ta e insensata, todavía no justificada
humana de solidaridad: que mana pero sí olvidada, sus miradas, ya para
de la compasión ante el sufrimiento siempre mansas y sosegadas, nos re-
ajeno, que nos posibilita el recuerdo claman el recuerdo moral –por tanto
moral y sin la cual la cultura de la colectivo– que les haga justicia y les
memoria no es posible. Solidaridad señale su lugar en nuestra historia.

36
Estado y sociedad frente
a las víctimas de la violencia*
María Teresa Uribe de Hincapié1
Bernardo Salcedo - El Viaje, Ensamblaje de objetos - 1975

* Este artículo hace parte de los resultados de la investigación Las palabras de la guerra. Un estudio sobre los lenguajes políticos de las guerras civiles
del siglo XIX colombianos, financiada por el Instituto Colombiano para el Desarrollo de la Ciencia y la Tecnología, COLCIENCIAS, y desarrollada
en el Instituto de Estudios Políticos de la Universidad de Antioquia. Una versión preliminar fue presentada en la Cátedra Fernando Sambrano,
organizada por la facultad por la Facultad de Medicina de la Universidad de Antioquia en octubre de 2003.
1. Socióloga de laUniversidad Pontificia Bolivariana. Magíster en Planeación Urbano Regional de la Universidad Nacional de Colombia, sede Medellín.
Profesora e investigadora del Instituto de Estudios Políticos de la Universidad de Antioquia y de la facultad de ciencias humanas de la mismo uni-
versidad. Profesora emérita de la Universidad de Antioquia. Distinción de excelencia docente de la Universidad de Antioquia (Escudo de oro, 2009).
Distinción al mérito universitario Francisco Antonio Zea (Categoría Plata, 2004).
Corporación Región encuentra una enorme vigencia de los análisis y llamados de la en contextos explicativos más am-
profesora María Teresa Uribe en su artículo Estado y sociedad frente a las víctimas plios, e interpretar y otorgar así un
de la violencia publicado originalmente por el Instituto de Estudios Políticos de
la Universidad de Antioquia en su revista Estudios Políticos Nº. 23. Por lo anterior
sentido a las situaciones trágicas
consideramos pertinente publicarlo en esta revista monográfica Memoria, para que han vivido. Un duelo, en fin, a
enriquecer la reflexión en nuestra ciudad, desde una mirada retrospectiva y también partir del cual sea posible encontrar
en clave de retos a futuro tal como lo presenta la autora en su artículo. formas de convivencia con quienes
han producido grandes sufrimientos
a otras personas.
¿El duelo por las violencias es un los conflictos armados, pueden des-
asunto privado, íntimo quizás, que entenderse del dolor y sufrimiento La reflexión que se pretende ahora
ocurre en los recintos cerrados de los de las víctimas y de la memoria y el discurre, precisamente, sobre tres
consultorios de especialistas, donde olvido de los pueblos que directa o de las dimensiones básicas de lo que
los individuos, con ayuda terapéuti- indirectamente se han visto inmis- se ha llamado los duelos públicos
ca, ventilan su dolor y sufrimiento cuidos en ellas?, ¿o es que la cien- y colectivos; ellas son: la conjura
para sobrellevar de la mejor manera del silencio y el olvido, la puesta en
cia política, la filosofía y la llamada
común del dolor y el sufrimiento,
posible la carga psicológica y afectiva “violentología” deben hacerse cargo
y la construcción colectiva de una
por pérdidas irreparables? O por el también de la significación política,
memoria histórica que recupere para
contrario, ¿el duelo por las violencias cultural y ética del sufrimiento y del
las gentes y los pueblos lo que los
debe ser también un asunto colec- dolor humanos?
pactos jurídicos de “perdón y olvi-
tivo, público y abierto en el tiempo
En relación con estas preguntas y en do” pretenden borrar de la historia
y en el espacio, mediante el cual los
torno de sus posibles respuestas, este del país.
pueblos y las naciones enfrentan los
temas trágicos, dramáticos o vergon- texto tiene como punto de partida la
zosos de su pasado y su presente, para hipótesis de que sociedades como la 1. La conjura del silencio
colombiana, que han vivido situacio- y el olvido
construir sobre bases más firmes las
nes de guerra y violencia endémica,
posibilidades de la convivencia so- Los especialistas en atención de due-
también se enfrentan al dolor y al su-
cial? lo, más que otros profesionales, han
frimiento y exigen, como cualquier
individuo, la elaboración del duelo; explorado la magia de las palabras;
¿El duelo social, colectivo y público
un duelo que es social y colectivo la importancia que tiene en los pro-
está dirigido sólo a las víctimas y a
y que debe ser enfrentado a través cesos curativos el hecho de que las
los afectados de manera directa por
de la recuperación de la palabra y personas afectadas logren ponerle
las violencias y las guerras? O por el
la memoria histórica; un duelo que palabras al dolor, expresar los senti-
contrario, ¿su necesidad atañe tam-
exige reparaciones económicas, claro mientos, simbolizarlos, contárselos a
bién a los que han convivido con
está, pero también políticas, éticas otros que tengan la capacidad de es-
ambientes conflictivos y bélicos, en
y culturales mediante las cuales las cucha y elaborar un relato coherente,
el pasado y en el presente, es decir,
víctimas y las gentes que habitan creíble y verosímil para ellas mismas;
al conjunto de la sociedad?
estos territorios puedan incorporar un relato mediante el cual puedan
¿Quienes analizan y explican las ra- sus historias personales y familiares, reconstruir y conducir su situación
zones y sin razones de las guerras y sus dolores privados e individuales, de duelo. Hay, pues, una “magia” de

38
las palabras y la virtud en ellas para se niegan a oír y a saber, porque
la curación de las heridas morales y también tienen miedo. Entonces el
para la mitigación del dolor. miedo colectivo se convierte en el ga-
pérdidas o desarraigos, o por temor a rante del silencio y en el guardián del
Hannah Arendt decía que lo que ocu- olvido; es como si en coyunturas de
rre en la esfera íntima de las per- los estigmas y sindicaciones, no pue-
den hablar sobre los dramas de sus guerra y conflicto agudo, la consigna
sonas es de muy difícil expresión y fuera olvidar y el imperativo callar.
comunicación; por eso, para ella, el vidas. De modo que los mantienen
amor, el dolor, el sufrimiento, los ocultos, como si el hecho de haber
El olvido suele ser el propósito de
afectos y las pérdidas sólo pueden sido víctimas constituyera una fal-
las víctimas: hay que olvidar el olor
darse a conocer a través del arte y la ta grave, un delito o algo de lo cual
de la muerte, el color de la sangre,
literatura. En el diálogo personal o avergonzarse. En esta situación se
la crudeza de los cuerpos desmem-
en los escenarios públicos –supone encuentran miles de desterrados y
brados por las bombas, el vacío que
la autora–, los asuntos de intimidad muchas familias victimizadas por
dejan los desaparecidos y los secues-
sólo pueden mencionarse en térmi- uno y otro actor armado; quienes
trados, las marcas sobre la piel de los
nos de magnitudes y resultan incon- tienen parientes en la guerrilla o en-
torturados, el humo de los incendios
mensurables para quien escucha, ya tre los paramilitares, las personas
provocados por el enemigo que se
que éste nunca podrá entender en que han sido secuestradas, desapa-
llevó los bienes, los recuerdos y las
su plena dimensión y profundidad recidas o detenidas injustamente,
querencias; hay que olvidar para po-
lo que el otro está sintiendo.2 Es po- atropelladas por la fuerza pública o
der dormir, para que no reaparezcan
sible que la filosofía austriaca tenga perseguidas por sus ideas o modos de
los fantasmas, para no sentir de nue-
razón, pero habrá que considerar vida diferentes. Para ellas, la palabra
vo la humillación y el dolor por las
que el simple hecho de intentar co- representa un riesgo. El miedo las
pérdidas de los seres queridos. Ni los
municar un sentimiento de dolor enmudece y el silencio se les figura
muertos escapan del olvido. Tal como
y pérdida –así quien lo escuche no condición de una nueva oportunidad
lo dijera Walter Benjamin, “tampo-
logre aprehender la profundidad, sobre la tierra.
co los muertos están seguros ante
las dimensiones, los perfiles y los Pero no es sólo que las víctimas no el enemigo cuando éste venza… el
matices de los sentimientos ajenos– quieran o no puedan hablar, es que cortejo triunfal de los dominadores
acudiendo a la magia de las palabras, casi nadie las quiere oír. Se trata de de hoy, pasará sobre los que también
produce efectos benéficos y ayuda a la indiferencia de quienes podrían ser yacen en la tierra”.3
seguir viviendo con el drama o la sus escuchas, porque no les interesa,
vergüenza. Las víctimas están pues impelidas
les aburre o sienten incomodidad con a olvidar; eso es lo que desean con
Con todo, si ya en condiciones nor- las palabras de las víctimas; indife- más fuerza. Y en esa conjura hacia el
males es difícil expresar los senti- rencia de quienes prefieren no saber, olvido, cuentan con la complicidad
mientos y compartirlos con otros, ignorar lo que está pasando, poner de quienes eventualmente podrían
como lo plantea Arendt, la situación la mirada en otro lado. La palabra escucharlas: parientes, amigos y co-
se torna más compleja cuando exis- mentirosa, la palabra tranquilizadora nocidos, gentes del lugar, vecinos,
ten situaciones bélicas y conflictivas, que indica cuan bien marchan las compañeros que encuentran en las
cuando las sociedades están escindi- cosas y cuan cercano está el tiempo calles o en los lugares de trabajo, fun-
das y atravesadas por odios y renco- de la paz y la concordia, no resulta cionarios, en fin, otros que podrían
res, o cuando predomina la venganza incómoda ni aburre, y desplaza, por
sobre la justicia. En estos casos, a tanto, la palabra de la víctima.
la incomunicabilidad y a la incon-
De esta manera, y sin que necesaria-
mensurabilidad habría que agregar
mente intervenga un actor externo
el significado del terror.
que lo imponga, se configura una
Así viven las personas que por razo- suerte de pacto social de silencio y 2. Hannah Arendt. La condición humana. Bar-
celona, Seix barral, 1974, pp. 46 y ss.
nes de la guerra, por miedo a reta- olvido. Las víctimas temen hablar 3. Walter Benjamin. Discursos interrumpidos.
liaciones, a nuevas persecuciones, y quienes no son víctimas directas Tomo 1. Madrid, Taurus, 1989, p. 181.

39
dar a conocer al mundo la magnitud los conflictos armados, se está re-
de su tragedia. Pero esos otros no construyendo, con ayuda de víctimas
quieren escuchar porque, además, sobrevivientes, la memoria históri-
no quieren verse confrontados por capaces de odio y de desprecio, pri- ca sobre períodos oscuros. Se trata
una historia que demandan repara- sioneros todavía del viejo complejo de una reconstrucción que se hace
ción y verdad. Los otros no quieren de soberbia y culpa.5 sobre el convencimiento de que los
oír y, menos aún, creer en lo que recuerdos sepultados de las víctimas
oyen. Así, las víctimas se debaten entre no son su patrimonio particular sino
la dificultad de hablar, la necesidad que le corresponden a una nación
El olvido y el silencio son condi- de contar y el miedo a no ser escu- entera que necesita saber lo que real-
ciones a las cuales lleva también el chadas o creídas. Sus sociedades les mente ocurrió.
miedo a la revictimización. Quienes temen porque ellas portan palabras
han sido víctimas de las violencias y Estas iniciativas no tienen propósi-
de verdad, de una verdad que duele,
las guerras temen ser victimizados tos retaliatorios ni judiciales, no se
que lacera, que avergüenza, tanto
de nuevo: que no se conceda crédito espera que la fuerza de la ley caiga
por el horror de lo sucedido como
alguno a sus palabras, que se piense sobre los victimarios; sus propósi-
por la culpa de haberlo permitido.
que están mintiendo o exagerando, tos son reparar la memoria de los
Todo está dado para que el silencio
que se diga que si algo les pasó fue muertos, sanar las heridas morales
se imponga y el olvido triunfe. Pero
porque lo debían, que quieren des- de los supervivientes, permitirle a
tarde o temprano esas sociedades se
prestigiar al gobierno de turno o que los descendientes de las víctimas y
encuentran de frente con lo que pre-
detrás de sus historias se esconden victimarios que curen sus odios y
tendieron dejar en el olvido: deben o
tretas para conseguir algo.4 mitiguen sus culpas y, finalmente,
sus vergüenzas y sus miserias, mirar
escribir una historia no contada e
En un libro muy hermoso llamado cara a cara a las víctimas y escuchar
incorporarla en los libros de texto
“La tregua”, escrito por Primo Levi con humildad lo que tenía que de- para que los niños y jóvenes tengan
–un sobreviviente de los campos de cir –como lo apunta Levi. Cuando una mirada no sesgada del pasado
concentración Nazis–, se lee este esto ocurre, empieza a desatarse el de sus naciones.6
fragmento que ilustra de manera nudo de la conjura y a deshacerse
muy acertada lo que aquí se ha lla- el pacto social sobre el silencio y, En otros casos, como en los países
mado el pacto social o la conjura del sólo en ese momento, las víctimas, del Cono Sur que vivieron dictadu-
silencio. Dice así Levi: los vivos y los muertos, pueden ser ras atroces en la década del setenta
medianamente reparados y las socie- y ochenta, se han venido desatan-
[…] nos parecía que teníamos algo
dades pueden reencontrar el rumbo
que contar, cosas enormes que con-
histórico hacia su futuro. Sin repa-
tar a cada uno de los alemanes y que
ración, la convivencia es imposible,
cada uno de los alemanes tenía que
y sin convivencia, la democracia es
contarnos a nosotros; sentíamos ur-
una ilusión.
gencia de echar cuentas, de exigir, de 4. Véase al respecto: Tomás Valladolid Bueno.
explicar y de comentar… me parecía Muchos países del mundo han puesto “Los derechos de las víctimas”. En: José Ma-
ría Mardones y Reyes Mate (editores). La ética
revolverme entre las turbas de deu- en práctica diversos procesos para ante las víctimas. Barcelona, Antropos, 2003,
dores insolventes, como si todos me la recuperación de la palabra de las pp. 155-173.
debiesen algo y se negasen a pagár- 5. Primo Levi. La tregua. Barcelona, Muchnik,
víctimas y la curación de las heri- 1997, pp. 207, 208.
melo… me parecía que todos habían das morales producidas por guerras 6. Existe una literatura muy amplia sobre los
tenido que interrogarnos, leernos en y violencias. En algunos casos se procesos actuales de la recuperación de la
la cara quiénes éramos, y escuchar memoria y el sufrimiento en estos dos paí-
trata de iniciativas de origen social, ses. Véase, entre otros: Silvana Rabinovich.
con humildad nuestro relato… pero diseñadas por organizaciones no gu- “La mirada de la víctima. Responsabilidad y
ninguno nos miraba a los ojos, ciegos bernamentales con alguna ayuda del libertad”. En José María Mardones y Reyes
y mudos, pertrechados en sus rutinas Mate (editores). Op. cit,. Pp. 50-67. Sobre la
estado, como en Alemania y España. Guerra Civil Española, véase: Paloma Aguilar
como en un reducto de voluntaria En ambos países, después de más Fernández. Memoria y olvido de la Guerra Ci-
ignorancia, todavía fuertes, todavía de media centuria de terminados vil Española. Madrid, Alianza Editorial, 1996.

40
do “las memorias atrapadas en la
guerra”.7 En Argentina la Comisión
Nacional para la Desaparición de
Personas, CONADEP, y en Chile las
comisiones de la verdad y las lla-
madas mesas de diálogo, creadas
después de la caída de la dictadu-
ra, se dedicaron a la búsqueda y al
registro de personas desaparecidas,
muertas o secuestradas, víctimas de Bernardo Salcedo - La valija de Lola, Ensamblaje de objetos - 1965
las diferentes formas de violación de
los derechos humanos. Todo esto,
para tener al menos un registro de
sus muertos y encontrar los lugares
donde estaban enterrados sus fami-
liares desaparecidos o donde viven
los hijos de las víctimas entregados
en adopción, con el ánimo de que al
encontrarlos, las familias y la socie-
dad como conjunto puedan terminar
el duelo interrumpido abruptamente
por las incertidumbres de la “Noche
y Niebla”.8
En otros países, la reparación a las
víctimas sí está mediada por la expec-
tativa de un proceso judicial, sobre
todo después del caso Pinochet y de
los esfuerzos del actual presidente
de Argentina, Néstor Kirchner, y de los prisioneros políticos, lo que verdad y la recuperación de historias
de algunos jueces para derogar las le dio fuerza a una verdad que no y relatos memoriales de víctimas y
leyes de amnistía y la de obedien- terminaban de aceptar los argenti- testigos de los hechos, con el propó-
cia debida, otorgada a los militares nos en tanto que sólo circulaba en y sito de que la sociedad no olvide o,
comprometidos con la violación de desde las víctimas del genocidio. Fue citando sus palabras, con el propósito
derechos humanos. Se espera que la palabra de un victimario la que de “recordar para no repetir”.
los victimarios sean judicializados, logró que la verdad de las víctimas se
no sólo para que paguen sus culpas extendiera al conjunto de la sociedad
por el horror de sus acciones, sino y que ésta la creyera.9
porque la confesión de los culpables,
En otros países donde la judiciali-
aunque parezca paradójico, le otor-
zación de los culpables parece más
garía la condición de verdad a lo que
lejana e improbable por la adopción 7. La frase de Elsa Blair. Véase: Elsa Blair Tru-
ya han contado las víctimas sobre jillo. “Memoria y Narrativa. La puesta del
de leyes de “perdón y olvido” nece-
lo ocurrido durante aquellos años dolor en la escena pública”. Estudios Polí-
oscuros. sarias para tramitar procesos de paz ticos N° 21. Medellín, Instituto de Estudios
con algún grado de posibilidad, como Políticos de la Universidad de Antioquia,
en Guatemala y El Salvador, no se ha julio-diciembre de 2002, p. 10.
Dice Mónica Cerruti en su trabajo 8. Sobre el caso argentino, véase: Mónica Ce-
sobre el tema, que en Argentina fue renunciado a la palabra de las vícti- rruti. “La memoria de las víctimas. Testimo-
la confesión de Adolfo Scilingo, un mas ni a su necesaria reparación. nio para una reflexión ética”. En: José María
Se mantienen con algún grado de Mardones y Reyes Mate (editores). Op. cit.,
oficial de la Marina que participó pp. 248 y ss.
directamente en las desapariciones sistematicidad las comisiones de la 9. Ibíd., p. 247.

41
Los sudafricanos, por su parte, han grupos sociales se trata, ¿se requie-
establecido una estrategia distinta. A ren salvaguardas y requisitos adicio-
partir de 1995 el nuevo parlamento nales y quizá metodologías distintas
promulgó la ley sobre la reconci- de la verdad, la confrontación con sus a las exigidas para tratar una psiquis
liación nacional que dio origen a la víctimas y el reconocimiento del do- individual?
comisión de la verdad y la reconci- lor y el sufrimiento que les causaron ¿Enferman las sociedades como las
liación, presidida por Desmond Tutu encontrarían los recursos éticos y la personas por los recuerdos reprimi-
y compuesta por tres subcomisiones: ayuda psicológica necesaria para re- dos? O por el contrario, ¿la puesta en
una de derechos humanos, encargada construir una moralidad ciudadana. presente de un pasado traumático
de escuchar testimonios y proceder Para los sudafricanos, la paz política puede inducir a las naciones y a los
a las investigaciones; otra de amnis- no se conseguiría sino mediante el sujetos a anclarse en ese pasado, a
tía, y una tercera de reconciliación reconocimiento de los derechos de convertirlo en la fundamentación del
y rehabilitación. Así, la condición las víctimas y la rehabilitación de los devenir histórico y a erigirlo como la
para aprobar de leyes de perdón y victimarios.11 clave de interpretación de las vidas
olvido es que los victimarios confie- personales y sociales?
sen sus delitos frente a las víctimas Si bien es cierto que la conjura del si-
y que éstas les puedan pedir cuentas lencio y el olvido funciona por algún No existe una respuesta unívoca so-
y razón sobre la vida o muerte de tiempo, ningún país que pretenda bre estos temas y el asunto se ha
sus parientes, el lugar donde fueron construir la paz y propender por la debatido desde hace al menos medio
enterrados y las circunstancias de reconciliación y la convivencia puede siglo, cuando los intelectuales judíos
sus acciones.10 prescindir del restablecimiento de de la pre y la post guerra en Europa
la verdad sobre los hechos violen- empezaron a demandar reparaciones
Este “cara a cara” es judicial y está tos y bélicos; esto no se logra más para sus heridas morales y recupera-
presidido por un tribunal; de allí se que con la palabra de las víctimas. ción de la memoria histórica sobre
espera que salga amnistiado o casti- Son sus relatos, sus memorias y sus los años del totalitarismo. Fueron
gado el victimario de acuerdo con la historias, la puesta en común de sus ellos los primeros que hablaron so-
verdad, la amplitud y la precisión de dolores y sufrimientos, lo que crea bre los derechos de las víctimas y
su declaración. Pero este proceso va las condiciones para una paz dura- sobre la significación que traía para
más allá, pues tiene la pretensión de dera. De lo contrario, la guerra, la las sociedades lo que ellos, las vícti-
que el perdón judicial se convierta venganza y los odios permanecerán mas, tenían que decir. Filósofos tan
en perdón social y que el culpable, latentes y al asecho para emerger con importantes como Walter Benjamin,
después de haber reparado el daño más virulencia y crueldad cuando las Hannah Arendt, Primo Levi, el psi-
causado a su víctima, pueda reinser- circunstancias lo permitan. cólogo Bruno Betelheim, el escritor
tarse a su entorno sin necesidad de Franz Kafka y otros, se ocuparon del
cumplir su pena en una cárcel. Como 2. La puesta en público y asunto. En la contemporaneidad,
el propósito es el perdón y la recon- muchos autores han hecho aportes
para el público del dolor
ciliación, el trabajo con víctimas y significativos teóricos como Tzve-
victimarios es de más largo aliento y
y el sufrimiento tan Todorov, Michel Ignatieff y José
para ello se han diseñado unos talle- ¿Es suficiente para las órdenes so- María Mardones, para citar sólo al-
res especiales en los cuales se busca ciales la recuperación de las pala- gunos, han conducido el debate a
disminuir el odio, mitigar el dolor bras de las víctimas, su derecho a
de las víctimas y aminorar –hasta ser escuchadas, a narrar su historia
desaparecer– el deseo de venganza. de dolores y pérdidas y a ser creídas
por sus interlocutores y la sociedad
Además existe otro propósito que en su conjunto? Es decir, ¿resulta
no se ha tenido en cuenta en expe- suficiente desbaratar la conjura del 10. Véase: Fernando Barcena y Melich Joan-Car-
riencias anteriores: hacer surgir la les. “La mirada excéntrica. Una educación
olvido y el silencio, liberar la me-
desde la mirada de la víctimas”. En: Ibídi.,
conciencia moral en los autores de moria de las víctimas atrapadas en pp. 204,205.
la violencia. Estos, frente al archivo la guerra? O cuando de naciones y 11. Ibíd

42
propósito de estos temas; además los demonios de la sociedad” y a reco-
existe un cúmulo de experiencias menzar un nuevo ciclo de venganzas,
sobre guerras, memorias y olvidos odios y retaliaciones.
que permiten evaluar las bondades pretaciones sobre lo acontecido; las
y los riesgos que entraña este “verse Las virtudes del diálogo público o
de los actores civiles desarmados que de la puesta en común del dolor y
cara a cara” con el pasado. apoyan, simpatizan o repudian a los el sufrimiento apuntan a otra direc-
Pero en lo que sí parece existir un diferentes grupos en conflicto, y las ción: se trata, en primer lugar, de
acuerdo más o menos generalizado verdades incrustadas en los sentidos sacar los relatos de las víctimas de su
es en lo siguiente: para lograr efectos comunes y mentalidades de los habi- hábitat natural, de la esfera privada
curativos sobre los órdenes sociales tantes urbanos y rurales que extra- y doméstica; de contárselos a otros
rotos y fragmentados por las guerras polan su situación personal o local para que tengan una visión más com-
y las violencias, las palabras de las al conjunto de la sociedad. pleja y diferenciada de la naturaleza
víctimas deben tener una dimensión de la violencia, de las gramáticas y
pública, es decir, deben manifestarse Este juego de verdades, siempre frag-
las lógicas de la guerra; y para que
en escenarios donde puedan ser leí- mentarias, siempre relativas, siem-
puedan deshacerse de imágenes di-
das y oídas por públicos amplios y, pre incompletas, tiende a convertirse
cotómicas de buenos y malos, tan
eventualmente, contrastadas, com- en un verdadero juego de espejos,
nefastas para entender e interpretar
plementadas o criticadas por otros. en el cual unos reflejan a los otros y
la vida y el devenir de los pueblos y
Se requiere poner en público el dolor todos justifican sus acciones bélicas
las naciones. En otras palabras, se
y el sufrimiento; se exige un diálogo mediante la apelación a su condi-
trata de propiciar el afloramiento
de la mayor amplitud posible y con ción de víctimas de una violencia de muchas verdades parciales, frag-
presencia de autoridad legítima que anterior. Se trata de un laberinto de mentadas, incompletas… Como dice
avale esta puesta en común y le otor- espejos del cual no se puede esperar Todorov, el derecho a buscar la ver-
gue el reconocimiento necesario para que surja la verdad. Pero el propósito dad y de darla a conocer forma parte
lograr más eficacia en los resultados de la puesta en común del dolor y de los derechos ciudadanos en una
y mayor credibilidad a lo que allí se el sufrimiento no es construir una democracia; es decir, no se trata so-
divulgue. Se necesita sacar aquellos verdad, pues de hacerlo se estaría ya lamente del derecho de las víctimas
relatos de sus entornos tradicionales, frente a la verdad oficial, la del triun- a decir la verdad, sino del derecho
de los círculos privados, del mundo fador en la contienda; o ya frente a de las sociedades a buscarla cuando
semicerrado de víctimas y defensores la glorificación y la sacralización de se vive en un sistema democrático.14
de los derechos humanos y ponerlos un pasado trágico y doloroso, que
en conocimiento de otros, incluso es otra manera de matar la verdad y En segundo lugar, escuchar la verdad
de los victimarios que pueden tener de anular sus virtudes para la cons- del otro, su dolor y sufrimiento, sus
otra visión y una interpretación muy trucción de futuro.13 razones de venganza y de violencia,
diferente de lo acontecido.12 puede contribuir significativamente
En otras palabras, no se pretende que
En el caso de las psiquis individuales, del diálogo público o de la puesta en
sólo existe una verdad: la del sujeto; común del dolor y el sufrimiento
pero en los pueblos y las naciones, salga, por algún artilugio, la única
sobre todo en aquellas donde han verdad posible; tampoco que de la
predominado violencias endémicas verdad surja como por encanto la 12. Véase, entre otros: Reyes Mate. La razón de
los vencidos. Barcelona, Antropos, 1991, pp.
y guerras civiles, hay muchas ver- reconciliación, pues entre la primera 150-161.
dades en juego y numerosos actores y la segunda hay un largo camino 13. Marta Tafalla, siguiendo la tesis de T. W Ador-
armados en disputa: las verdades de por recorrer y, además, de la verdad no, explica el riesgo de banalizar, sacralizar o
despojar de contenido al pasado. Véase: Marta
las víctimas de unos y de otros; las no brota de inmediato el perdón; por Tafalla. “Recordad para no repetir. El nuevo
de los funcionarios públicos encar- el contrario, las palabras públicas de imperativo categórico de T. W. Adorno”. En
gados de mantener el orden; las de las víctimas las pueden fijar en el José María Mardones y Reyes Mate (editores).
Op. cit., pp. 143, 144.
intelectuales, periodistas y escritores pasado o pueden contribuir a desatar 14. Tzvetan Todorov. Memoria del mal, tentación
que han intentado construir inter- –como decía Hannah Arendt– “todos del bien. Barcelona, Península, 2002, p. 166.

43
a relativizar el propio sufrimiento, a
resignificarlo, a encontrarle un sen-
tido histórico y político y, sobre todo,
a incorporar esa historia particular
o familiar en contextos amplios de
explicación donde se pueda identi-
ficar su lugar en las corrientes de
la historia, en la complejidad de los
procesos bélicos. Y aprender de allí,
quizá, que no resultaría muy racional
vengarse de aquellos que infligie-
Bernardo Salcedo - Subalimentación, Ensamblaje de objetos - 1972
ron dolor y sufrimiento; que tiene
sentido desplazar el interés en esa
venganza, hacia la transformación
de las condiciones que alentaron y
reprodujeron las justificaciones mo-
rales y las razones políticas de los
conflictos armados.15
En tercer lugar, el sentido de los diá-
logos públicos tiene una repercu-
sión muy importante en ese proceso
que se ha denominado “de ajuste de
cuentas” con el pasado, sobre todo
cuando éste entraña situaciones ver-
gonzosas, dramáticas o dolorosas,
como ocurre por lo general con los
países que han vivido guerras, en
particular guerras civiles entre ciu-
dadanos del mismo estado. Este ajus-
te de cuentas con el pasado apunta
a reconstruir una historia colectiva que recoja, explique e interprete esos Otro tipo de acciones públicas, eje-
con un hilo argumental capaz de fragmentos dispersos de verdad. cutadas en público y para el públi-
recoger los diferentes matices y las co, que puede constituir de acuerdo
Si existe una memoria colectiva en la con algunos criterios un elemento
verdades fragmentarias en un relato
cual los diferentes actores armados y de reparación, es la fórmula de Ver-
coherente, organizado, verosímil y
civiles puedan reconocer su verdad,
aceptable para los diferentes seg-
mentos y fragmentos de sociedad confrontada y matizada con otras
escindidas y polarizadas.16 Es decir, verdades, y donde los sujetos puedan
se trata de salir de la trampa tendida verse como elementos constitutivos
15. Elizabeth Jelin. “Historia, memoria social,
por el juego de los espejos, de incor- de esa historia común (que se reitera, testimonio o la legitimidad de la palabra”.
porar los relatos memoriales y per- ya no será una historia de héroes y Citada por Juan Carlos Vélez. “Violencia, me-
villanos, de glorias y fracasos, sino moria y literatura testimonial en Colombia.
sonales en una historia con sentido. Entre las memorias literales y las memorias
El ajuste de cuentas con el pasado, de gentes corrientes atrapadas en los ejemplares”. En Walter Bernecker (compila-
la cura contra el olvido y “la desme- laberintos de las guerras y las violen- dor). Memoria histórica. Análisis del pasado
y la memoria colectiva: casos latinoameri-
moriación” –como decía hace poco cias endémicas), es posible que de allí
canos. México, El Colegio de México, 2002,
un campesino de Caquetá, departa- pueda surgir un discurso público que p. 123.
mento del sur colombiano–, sólo se posibilita aquel ajuste de cuentas, así 16. Piero Paolichi. “Recordar y relatar”. En: Al-
berto Rivero Rosa et al. (editores). Memoria
logra cuando existe una historia o, como alguna forma de reparación y colectiva e identidad nacional. Madrid, Bi-
si se quiere, una memoria colectiva justicia para las víctimas. blioteca Nueva, 2002, pp. 279-304.

44
dad, Justicia y Reparación, acogida el castigo de los culpables, y que se
por los organismos internacionales requiere desatar las memorias atra-
de derechos humanos y de derecho padas en la guerra, presentarlas en
internacional humanitario para re- tribunales y las condenas –cuando público y para el público, configurar
sarcir en algo a las víctimas de los ellas han ocurrido– no son suficien- historias colectivas y llevar a cabo
conflictos armados; y la actividad tes para reparar el daño causado: los actos de reparación simbólicos, cele-
de las justicias de los países para juicios de Nuremberg no lograron bración de rituales conmemorativos
castigar a quienes han violado es- resarcir el dolor y el sufrimiento de y disposición de lugares para la me-
tos dos estatutos de derechos o, en las víctimas del holocausto, y la his- moria. Baste recordar a Willy Brandt,
su defecto, el conocimiento que de toria ha demostrado que éste no es canciller alemán arrodillado en un
ello tenga el Tribunal Penal Inter- un problema completamente salda- campo de concentración pidiendo
nacional, establecido para juzgar los do. El juzgamiento de Milosevic, lla- perdón a las víctimas del holocausto
crímenes atroces, cometidos contra mado “el carnicero de los Balcanes”, en nombre del Estado, o al presidente
la humanidad. no deja satisfechas a sus víctimas y chileno Patricio Alwin haciendo uso
no logra restañar sus heridas mo- de los canales de la televisión oficial
No obstante, el funcionamiento ple- para pedir perdón a las víctimas de la
rales. En general, la reparación vía
no de la justicia en casos como estos aplicación de la ley, se queda corta dictadura militar en su país.19
tiene límites. La experiencia histó- ante las demandas particulares y so-
rica ha demostrado que cuando de Así como hay diversas formas de re-
ciales de reparación. cordar, se multiplican las formas de
guerras civiles o dictaduras militares
se trata, es muy difícil juzgar a los Con mucha frecuencia las vícti- conmemorar: museos, monumen-
culpables, bien sea porque la con- tos, placas, nombres de calles y pla-
mas demandan la confesión de los
zas, festivales, rituales, conciertos,
dición para desarrollar procesos de victimarios, más que su castigo, con
publicaciones de diversa naturaleza.
paz o para transitar de las dictaduras el fin de que a través de ella se otor-
Acerca de éstas, Elizabeth Jelin dice
a las democracias impone distintos gue plena validez a su verdad; que la
que son vehículos de la memoria,
grados de impunidad mediante la sociedad les crea –a las víctimas–,
maneras de traer el pasado al pre-
aprobación de leyes de amnistía e que sus palabras dejen de ser única- sente, “[…] son los momentos en
indulto, donde las razones políticas mente suyas y se vuelvan públicas, que los diferentes actores de cada
pasan a supeditar las jurídicas y las patrimonio de toda la nación; que país eligen, para expresar y con-
éticas (como en el Cono Sur y en puedan superar los estigmas y los frontar, en el escenario nacional los
la transición española a la demo- señalamientos con los que les ha to- sentidos que otorgan a los quiebres
cracia); bien porque el transcurso cado cargar. 17 En otras situaciones, institucionales que unos impulsaron
del tiempo ha borrado las huellas, lo que más les interesa a las vícti- y otros los sufrieron”.20
y los procesos de ajuste de cuentas mas es saber dónde están sus seres
con el pasado se desarrollan muchos queridos, en qué fosa común fueron
años después de los acontecimientos, enterrados, cómo murieron y por
o bien porque –se argumenta por qué, quién dio la orden, de qué ma-
algunos– no vale la pena resucitar nera y con la complicidad de quién se
un pasado cuyo afloramiento sólo cometieron los crímenes. Necesitan
produciría una mayor polarización la palabra del victimario, en fin, para
de la sociedad y el mantenimiento terminar el duelo por sus familiares y
de los odios y las venganzas. reencontrarse con una verdad oculta 17. Mónica Cerruti. Op. cit., p. 247.
18. Esta parece haber sido la experiencia de las
por mucho tiempo. Más que castigar, víctimas sudafricanas. Véase: Fernando Bar-
A pesar de que a las víctimas y a las las víctimas quieren saber.18 cena y Melich Joan-Carles. Op. cit., p. 205.
sociedades que han vivido situacio- 19. Elsa Blair Trujillo. Op. cit., p. 205.
nes como las mencionadas les asiste Lo que sí parece demostrar la ex- 20. Elizabeth Jelin. “Las conmemoraciones: Las
disputas en las fechas infelices”. Citadas por:
el pleno derecho a exigir la aplicación periencia, en resumen, es que los Susana Sosenski. “Un lugar de la memoria
de justicia a los culpables, lo que las duelos en las naciones y las socieda- en el exilio argentino de México”. En: Walter
experiencias demuestran es que los des no se satisfacen solamente con Bernecker (compilador). Op. cit., p. 66.

45
Los rituales y las conmemoraciones con la imagen del victimarios que
son puentes entre el pasado y el fu- aquella víctima fue configurando a
turo, en la medida de que son afir- lo largo de los años.
maciones simbólicas de la memoria, causa de crisis severas, frustraciones,
lugares donde las memorias indivi- Aquí aparece, de nuevo, el laberinto
sufrimientos y dolores en el entorno de los espejos, en el cual no se en-
duales se reúnen, se entrecruzan y de períodos bélicos o violentos?22
se funden en una memoria colectiva, cuentran horizontes de salida. Todos,
Esta perspectiva de las memorias de una u otra manera, parecían haber
no para fijarse en un pasado que ya
ejemplares parte de un principio ético sido víctimas y eso justificaría sus
no existe, sino para que ese pasa-
muy importante: si la puesta en esce- respectivos recursos violentos. De
do se convierta en un principio de
na del dolor y el sufrimiento propios allí que para lograr efectos curativos,
acción para el presente y el futuro.
y sobre todo aprendizajes políticos,
Las conmemoraciones y los ritua- y la confrontación con el ajeno no
es necesario pensar en las memorias
les simbólicos son estrategias para tiene propósitos curativos, es decir,
ejemplares o, en otras palabras, que
conjurar los miedos, para exorcizar si no tiene una orientación hacia el
las memorias colectivas apunten en
el olvido, ahogar el silencio y darle aprendizaje social para transformar
una dirección pedagógica orientada
salidas diferentes a la indignación, al las condiciones que hicieron posible
hacia el presente y el futuro y sin fijar
dolor y al sufrimiento; constituyen el drama político que golpeó a las a los sujetos y a los pueblos en un
necesarias acciones que aportan de víctimas y envolvió a los victimarios, pasado que se repite a perpetuidad.
manera muy significativa a que las se pierde el carácter liberador de las
víctimas lleven a cabo sus duelos en memorias biográficas puestas en pú- Para Todorov, la memoria ejemplar
público, a que sean acompañadas blico y las sociedades pueden quedar es aquella que logra ser colectiva e
por muy diversos sectores sociales encerradas en el laberinto de los es- incluyente pero que al mismo tiempo
y a que ellas y las sociedades a las pejos. Un laberinto donde la víctima tiene una dimensión pedagógica y un
que pertenecen, vayan restañando de ayer es el victimario de hoy, en una sentido político de futuro. Se trata,
sus heridas morales y recuperando cadena semejante a la de la serpiente como él mismo lo dice, de aprove-
el lugar que les corresponde en la urubouros que siempre muerde la char las lecciones de la injusticia, del
memoria histórica del país.21 cola hasta su total aniquilación. dolor y del sufrimiento de las vícti-
mas, para luchar contra situaciones
3. La reconstrucción de Parece ocurrir en la vida pública lo similares que se están produciendo
mismo que en la vida privada: con en el presente: es un viaje del yo hacia
una memoria colectiva el otro.24
frecuencia sucede que en las familias
como memoria ejemplar una persona se abroga el papel de
Es clara la importancia de la cons- víctima y desde allí puede atribuir a
trucción de la memoria colectiva de quienes lo rodean el deslucido papel
las guerras y las violencias, pero la de victimarios. El haber sido víctima
pregunta es ¿cómo trascender de las le daría el derecho a protestar, a re-
memorias autobiográficas y los rela- clamar, a quejarse y a que los demás
tos más o menos parciales y puestos se vieran obligados a responder a
en público, hacia lo que Todorov lla-
todas sus demandas sin protestar. En
ma “la construcción de una memo- 21. Marta Tafalla lo define en estos términos:
la vida social y pública, el haber sido “la memoria no es puro almacenamiento
ria ejemplar”? Y sobre todo ¿de qué
o el creerse víctima pareciera darle al de datos, sino un conocimiento crítico del
manera esa memoria ejemplar logra pasado que lo devuelve a la vida para abrir
transformar las experiencias traumá- sujeto el derecho moral a convertirse desde él un futuro más justo; es una fuerza
ticas de los sujetos en aprendizajes en victimario;23 el derecho a la ven- transformadora de la realidad”. Marta Tafalla.
ganza contra quienes le infligieron Op. cit., p. 141.
políticos, entendidos éstos como los 22. Tzvetan Todorov. Los abusos de la memoria.
procesos mediante los cuales la gente dolor, contra los amigos de éstos, Barcelona, Paidós, 2000, pp. 30 y ss.
modifica sus creencias, sus valores, contra sus parientes y contra todos 23. Id., Memoria del mal, tentación del bien. Op.
cit., pp. 168 y ss.
sus acciones, sus estrategias cultura- aquellos que comparten una ideolo- 24. Id., Los abusos de la memoria. Op. cit., pp.
les y sus comportamientos sociales a gía similar o algún rasgo semejante 18 y ss.

46
El autor diferencia esta memoria los grupos sociales que se dedican
ejemplar de la que él denomina “me- a evitar que los muertos se olviden
moria literal”. La memoria literal y que los atropellos se ignoren. De
consiste en los testimonios aporta- la curación de sus heridas morales manera muy valerosa y con peligro
dos por las víctimas, los relatos de incompleta y precaria, y la conjura para sus vidas, las gentes de todas
lo vivido por ellas. Esas palabras de contra el olvido, totalmente inofi- las clases, de los campos y de las
la víctima, estas memorias literales, ciosa. El propósito de no olvidar es ciudades, están gritando contra el
no tienen en principio –ni tienen poner los recuerdos, los relatos y las silencio y el tejiendo historias, al-
porqué tenerla– la pretensión de ser historias al servicio del presente y gunas de ellas ejemplarizantes y
ejemplarizantes. Son verdades plu- del futuro; pero la intención ejem- con un claro sentido pedagógico,
rales, parciales e incompletas, que si plarizante de la historia colectiva o y otras abiertamente desafiantes y
no logran confrontarse en público de las memorias ejemplares, como animadas por la venganza.26 Pero la
con otras y contribuir a la confor- las llama Todorov, implica un largo naturaleza del conflicto colombiano,
mación de una memoria colectiva, recorrido, procesos difíciles y llenos su duración, complejidad e intensi-
corren el riesgo de desembocar en el de peligros, y demanda una voluntad dad, no ha permitido que se tran-
sometimiento del presente al pasado consensual respaldada por el estado site de esos retazos fragmentarios
y de quedarse ancladas allí, sirvien- para que pueda llevarse a cabo. de dolor y sufrimiento, a su puesta
do de pretexto para toda suerte de en común. Y menos aún, que esas
venganzas.25 palabras puedan contrastarse con
4. Para terminar… otras verdades e interpretaciones,
La memoria ejemplar, por su parte, con miras a la construcción de una
Resulta por lo menos inquietante
tiene el propósito de invertir el pro- memoria colectiva que incorpore las
que este tipo de temas, que ocupan
ceso, de poner la memoria al servicio verdades inacabadas y parciales en
el primer plano de las agendas en
del presente y del futuro; pero no un relato explicativo e incluyente,
muchos países y que se debaten con
puede prescindir de las memorias
intensidad en los escenarios mundia- donde las diferentes categorías de
literales, es decir, de las palabras de
les, no ameriten un examen juicioso víctimas puedan encontrar un sen-
las víctimas, ya que éstas son, por así
en un país como Colombia, que pa- tido a su dolor y al sufrimiento. En
decirlo, los elementos constitutivos
dece una violencia endémica, una Colombia, predomina el laberinto
de la memoria ejemplar, las “piezas
guerra desregulada y degradada, y de los espejos y no han existido las
para armar” de un relato colectivo.
que cuenta por millones las vícti- condiciones institucionales ni las
Entre ambos usos de la memoria,
mas de los conflictos armados y de garantías necesarias para abrir un
el literal y el ejemplar, existen mu-
las violaciones de toda clase a los debate público que haga posible
chos lazos orgánicos de continuidad
derechos humanos y al derecho in- elaborar un relato capaz de saldar
e identidad: las memorias literales,
sin las ejemplares, corren el riesgo ternacional humanitario. Y no es por cuentas con el pasado; de allí que la
de quedarse enredadas en el pasa- ausencia de testimonios o de relatos memoria existente sobre la violencia
do; estas últimas, sin las primeras, sobre el dolor y el sufrimiento que y las guerras no propicie aprendiza-
estarían condenadas a convertirse no se adelanta el referido examen. jes sociales ni permita que de esas
en un discurso abstracto, vacío de Aunque con frecuencia se afirma que experiencias traumáticas surja una
contenido, en una suerte de códi- éste es un país sin memoria, quienes pedagogía social para transformar el
go de buenas intenciones con muy han explorado el asunto con mayor presente y el futuro.
escaso valor curativo, formativo o rigurosidad llegan a otra conclusión.
pedagógico.
En un ensayo sobre el tema, el his-
Precisamente ahí radica la impor- toriador Juan Carlos Vélez demues-
tancia de que esa historia colecti- tra que existe una extensa literatura
va tenga un sentido político y una memorial desde los años cincuen-
orientación pedagógica, pues de lo tas; cómo las víctimas han narrado
contrario, el dolor y el sufrimien- sus episodios trágicos, y cómo no 25. Ibíd.
to de las víctimas resultaría estéril; faltan ni los lugares de memoria ni 26. Juan Carlos Vélez. Op. cit., pp. 125- 148

47
Tampoco han faltado en Colombia dónde están sus muertos y desapa- han mantenido al margen tanto a
las iniciativas de paz negociada y los recidos, nadie les ha pedido perdón las víctimas como a la sociedad en
acuerdos de desmovilización de gru- por el dolor infligido. No se conoce conjunto, y no se ha aprendido que
pos armados. Desde 1984 se han de- una manifestación autocrítica de los de los perdones judiciales no se de-
sarrollado acciones en este sentido, diferentes actores armados sobre sus riva el perdón social ni surge forma
algunas exitosas, otras fracasadas, responsabilidades en esta catástrofe alguna de reconciliación. La expe-
pero todas con un énfasis puesto en humanitaria, no se han depurado riencia del exterminio de la Unión
temas como el del “perdón y olvido”, las fuerzas armadas, ni se han hecho Patriótica y el asesinato sistemáti-
las amnistías y la reinserción de los públicas las investigaciones sobre co de desmovilizados de diferentes
combatientes, sin consideración re- violaciones a los derechos humanos grupos armados son una muestra
levante de los derechos de las vícti- y al derecho internacional humanita- palpable de que las decisiones judi-
mas, de la puesta en común de sus rio o, por lo menos, esta información ciales no son suficiente, de que la
verdades; sin reparaciones morales, se mantiene en límites muy restrin- reconciliación no llega por decreto
sociales y económicas, sin conme- gidos debido al velo de sospecha que y de que la paz no es un acuerdo
moraciones ni rituales y, en fin, sin se ha constituido institucionalmente entre hostiles. En esta “guerra de
ese necesario ajuste de cuentas con sobre los delitos que se provengan de perdedores”, como la denomina el
el pasado. las propias fuentes oficiales. último informe sobre desarrollo hu-
mano, las víctimas han perdido por
Las víctimas no han oído la voz de De las negociaciones entre los go- partida doble: en la guerra y en las
los victimarios, nadie les ha contado biernos y los actores armados se negociaciones de paz.27

27. En este momento, el país se aboca a una


negociación con los paramilitares; negocia-
ción que se inicia con la controvertida ley
de alternatividad penal. Resulta pertinente
preguntarse: ¿qué puede pasarle a un país
que no reconoce los derechos de las víctimas,
que sigue evadiendo el debate público y que
no logra configurar una memoria colectiva
que le permita ajustar cuentas con su pasado?

48
Una labor de memoria
Nyrama Osorio
Equipo de comunicaciones
Grupo de Memoria Histórica
Jim Amaral - Mermale-Elamrem - 2007
Hablar de verdad en un país algunas Carlos, Carare y Cartagena, donde se saben de ella. (Testimonio, taller
veces tan distante al dolor ajeno im- dará una muestra del compromiso de memoria, San Carlos, 2010)
plica más que el simple ejercicio de del grupo frente a labor de reconocer
informar, develar las dinámicas de las diferencias e integrar las voces El informe sobre las mujeres en la
violencia que se han tejido a lo largo tanto de los perpetradores como de guerra tal vez es uno de los más es-
de la historia nacional. Desde que las víctimas, quienes son en última perados en cuanto que sus cuerpos
inició sus labores en 2007, el Grupo instancia la materia prima de los muchas veces encarnan huellas tan
de Memoria Histórica (GMH) de la informes. profundas como silenciosas. “Géne-
Comisión Nacional de Reparación y ro, Memorias y huellas de la guerra:
Reconciliación (CNRR), se ha dis- Será un evento que sin duda convo- resistencia de las mujeres en el Ca-
puesto a cumplir con la importante cará a la ciudadanía a una reflexión ribe colombiano” (1995-2006) no
labor de contribuir a la búsqueda de frente a temáticas relacionadas con sólo refleja las experiencias de ellas
la verdad, la justicia y la reparación las diferentes iniciativas en torno en el contexto de la guerra, sino las
de las víctimas del conflicto arma- a la memoria. Los informes giran diferentes posiciones, desde aquellas
do colombiano. Toda una iniciativa alrededor de temas como el despla- que han sido víctimas de vejaciones y
comprometida con rendir un home- zamiento forzado, las resistencias violencia sexual, las que han perdido
naje que reivindique a través de la civiles, las mujeres en la guerra y ca- a seres queridos y su hogar, como
memoria aquella historia cargada sos emblemáticos de violencia como las que se han vinculado voluntaria
de sufrimiento, pero también de las masacres de Segovia y Remedios. o forzadamente a las filas de los ac-
esperanza, que pesa sobre muchas tores armados.
víctimas. Iban por la carretera y era Ar-
mando… llevaba más o menos Otro informe que presentará el GMH
En su intento por elaborar y divul- unos 15 niños, es que no eran en noviembre será el de “San Carlos:
gar una narrativa de la memoria, el hombres, eran niños, a los niños Memorias del éxodo en la guerra”,
GMH ha investigado hechos como se les arrastraban las escopetas, que trata no sólo el desplazamiento
las masacres ocurridas en Trujillo, La los niños caminaban y arrastra- forzado en este municipio del oriente
Rochela, El Salado, Bojayá o El Tigre, ban las escopetas y yo lo miré,
antioqueño sino la serie de masacres,
entre otras, a través del análisis sobre y como eran niños de la escuela
desapariciones y demás atropellos
la tierra en Colombia, la resistencia Armando me miro, se le salieron
que le ha tocado vivir a esta comuni-
de las víctimas y la construcción de las lágrimas y me hizo así, como
que se estaba despidiendo, yo lo dad en los últimos veinte años. Este
memoria histórica en el país. informe, además, plantea una difi-
miré. Ese día, en la escuela llo-
En esta misma dinámica, el GMH ré mucho, primero porque era cultad que aqueja a las víctimas que
celebra, año tras año, la Semana mi amigo, el que estaba en ese tiene que ver con el retorno -algu-
por la Memoria con el propósito de momento despidiéndose, y se- nas veces voluntario y otras asistido
presentar al público en general los gundo porque eran niños, eran (en el que la Alcaldía de Medellín ha
informes y de exponer la labor in- niños yo creo que el mayor de sido un actor fundamental)- que evi-
vestigativa en cada uno de los casos ellos no podían tener más de 15 dencia los enormes costos políticos,
emblemáticos. En noviembre de este años y eran con él, y entonces… morales, psicológicos, económicos y
año se lleva a cabo la IV Semana por pues uno pensaba en ¿quién está culturales que subyacen al intentar
la Memoria en Bogotá, Medellín, San haciendo la guerra? los que no reconstruir su tejido social.

50
Johanna Calle - Laconia, Cuaderno de Dibujos - 2007

Ya nosotros quedamos, como se dice, éxodo de regiones rurales cercanas


por el aire y eso era para allá y para y luego, por las mismas dinámicas
acá como locos, una noche para una de represión y violencia dentro de
parte, otra noche para otra, en el día sus barrios, tienen que volver a des-
andábamos y no sabíamos para dón- plazarse a otras zonas de la ciudad. Intentaron los violentos, desapa-
de andábamos, que la señora está recer un cuerpo,
muy enferma… mejor dicho se nos Aún hoy la gente prefiere callar que
volvió una situación, como se dice, revelar las historias de horror de las hacerle correr la suerte nefasta
que tristemente han sido protago- de otros cuerpos.
una cantidad de problemas que no
sabíamos ni por dónde coger, sino nistas. Sucedió en la Comuna 13 y Quisieron que su piel hecha para
que no ya íbamos era como por el sucedió en Trujillo, Valle donde el la caricia y
aire. (Testimonio, hombre adulto, GMH pudo constatar en sus salidas
San Carlos, 2010) de campo la dificultad de numerosos para ser acariciado, no volviera
habitantes para enunciar las atroci- a sentir.
El desplazamiento forzado también
será tratado por el GMH desde lo dades, a causa del miedo infundido ¡No pudieron! Hoy sigue acari-
urbano. El ejemplo emblemático por los victimarios que conciben aún ciando a través
es la Comuna 13 de Medellín. En cercanos. El ejercicio de hablar para
las víctimas requiere de un esfuer- del viento impetuoso, y de la sua-
él se contextualiza históricamente
ve brisa, miles de metros
el proceso a través del cual miles zo que muchas veces no es evidente
de familias se han asentado en la pero que debe ser valorado y poster- de piel de aquellos que amó y
periferia de Medellín, después del gado en la memoria de la nación. por quienes se entregó. (Trujillo)

51
Recordar para no repetir
Área Memoria Histórica
Programa de Atención a Víctimas del Conflicto Armado
Secretaría de Gobierno, Alcaldía de Medellín
Doris Salcedo - Sin título, Bienal de Estambul 2003

52
Desde la cumbre del Cerro Pan de que, tras el holocausto nazi, se impu- documentación de casos. En el año
Azúcar, cuando las calles aún eran so en la humanidad un nuevo impe- 2007 ya se tenían cerca de 300 casos
de barro, el agua llegaba del manan- rativo: “Reorientar el pensamiento y documentados y algunas publicacio-
tial y el medio de comunicación era la acción para que la barbarie no se nes: Jamás olvidaré tu nombre, El
un megáfono. Dioselina Pérez, como repita”. Adorno (1973) Gesammel- cielo no me abandona y Me gustaba
tantas otras mujeres, bajaba semana a teSchriften, 6, 358 mucho tu sonrisa. Para el año 2008
semana a hacer memoria en el centro el Programa se incluyó en el Plan de
de la ciudad. Se reunía con un grupo Ésta y otras viejas elaboraciones con- Desarrollo de la Alcaldía de Alonso
diverso de personas que tenían algo ceptuales sobre la memoria, venide- Salazar Jaramillo y se le asignó un
en común: desterrados, huérfanos, ex ras de los rincones más sufridos del presupuesto propio para la dinami-
secuestrados, amputados por minas, continente y el mundo se colaban, zación de diversas áreas de trabajo
sin sospecha, entre esas casas de ma- que buscan la reparación integral
viudas o, simplemente, sobrevivientes
dera de El Pacífico en la Comuna de las víctimas, donde el Área de
de una guerra que les arrebató hijos,
8 de Medellín. Hasta allí llegaron Memoria Histórica se complemen-
padres, hermanos, amigos, cultivos,
los profesionales del Programa de ta con las áreas de Reparaciones
animales, tierra, objetos, sosiego, cul-
Atención a Víctimas del Conflicto y jurídica, Atención psicosocial y
tura y parte de sus vidas. A ellos, que
Armado con una invitación: echar Oferta institucional y sostenibilidad
habían sufrido una pérdida a causa
mano del recuerdo de la guerra para económica.
de una histórica confrontación ar-
sanar, para sensibilizar, para luchar
mada entre grupos legales e ilegales, En Memoria Histórica del Programa
contra el olvido, para escapar a nue-
empezaba a llamárseles víctimas del de Atención a Víctimas del Conflicto
vos episodios violentos. Dioselina,
conflicto, y los convocaba la idea de aunque futura brillante escritora Armado, se concibe la memoria como
contar sus experiencias particulares, autobiográfica, no lo comprendió la un ejercicio deliberado de recons-
llevarlas al texto escrito y hacerlas primera vez que lo escuchó: ¿Talleres trucción del pasado violento desde
públicas en un libro. de escritura para víctimas? Pero si yo el presente, esto es, la posibilidad de
¿Por qué las víctimas? ¿Para qué? sé escribir, decía; y si ya me dieron visitar el pasado teniendo como eje y
Entregarle la voz a quienes fueron el subsidio de desplazamiento, ¿qué soporte la voz de las propias víctimas,
despojados e insertar su relato en más viene a hacer el gobierno acá?, sus experiencias y puntos de vista,
el escenario público sonaba un tan- se preguntaba. sus duelos y sus esperanzas. Se traba-
to extraño en un país comúnmente Era el año 2005 y, por esos terrenos ja por contribuir a la reconstrucción
resignado a ignorar, excluir y olvidar. y gentes olvidadas y hasta entonces de la memoria histórica del conflicto
Entonces no eran entre nosotros tan silenciadas, el Programa de Atención armado mediante la implementación
populares las frases -o principios o a Víctimas del Conflicto Armado se de estrategias que permitan el reco-
invitaciones- como la de Theodor abría campo en Medellín con la con- nocimiento, la valoración y el aná-
Adorno de “recordar para no repetir” vicción de que, en parte, lo que hacía lisis de narrativas, donde prima la
cuando, al contradecir el imperativo falta para salir del ciclo violento de voz de las víctimas. Lo anterior, con
categórico de Kant “actúa sólo según la ciudad y el país era trabajar de miras a la construcción de un relato
aquella máxima de la cual puedas forma integral por las víctimas, des- histórico de ciudad que favorezca
querer al mismo tiempo que venga de lo jurídico, desde lo legal y desde procesos en pro de la superación del
una ley universal”, se atreve a afirmar la recuperación de la memoria y la conflicto, a partir de una memoria

53
Doris Salcedo - Acción de Duelo, 25.000 Velas - 2007

ejemplarizante y en procura del re- res, con quienes el gobierno nacional res, en especial de las víctimas, para
chazo a expresiones violentas como emprendía un proceso de paz. Todo tejer historias y construir nuevos
una opción para resolver o dirimir ello ocurría en un contexto nacio- sentidos. Van desde talleres, expo-
los conflictos. nal de impunidad y una ciudad que siciones, documentación de casos,
heredaba las estructuras mafiosas recorridos de ciudad, videos con
Cuando comenzó a funcionar el área, de Pablo Escobar, el estigma de ser grupos de memoria joven, mura-
aún ni se hablaba en Colombia de la más violenta y con una arraigada les, esculturas públicas, túneles de
la Ley de Víctimas, las exigencias cultura del dinero fácil y el delito. la memoria, museos comunitarios
de reparación se daban en grupos e itinerantes, y publicaciones que
aislados y reducidos, y el Programa Desde entonces, han corrido siete buscan producir reflexiones y rela-
de Atención a Víctimas en Medellín años consecutivos de trabajo desde tos acerca del conflicto armado en
daba sus primeros pasos garantizan- Memoria Histórica que se reflejan en nuestra ciudad.
do la restitución de las viviendas a la colección Espejos de la Memoria,
más de treinta familias en el sector libros con historias de no ficción y Cierre los ojos, esculque en su men-
de Cañada Negra en la Comuna 1 novela, para NO repetir. Donde pisé te, escuche el corazón, imagine los
como parte de la reparación integral. aún crece la hierba y Fugitiva, tam- colores, sienta el dolor, póngale
Reconciliación era una palabra casi bién hacen parte de esta colección. palabras, agréguele comas, tómele
innombrable y la justicia reducía Los recorridos y logros del área han una foto, agarre el pincel, han sido
penas a los recientemente desmovi- sido amplios y diversos, y han impli- las invitaciones de profesionales del
lizados de organizaciones paramilita- cado esfuerzos desde distintos secto- área de memoria para las víctimas

54
Foto: Homenaje a víctimas de la violencia.

y los ciudadanos que, ahora en co- del Museo Casa de la Memoria, en buscando con ello aportar a la trans-
munidad, se reconocen como tales, el Parque Bicentenario de Medellín. formación de la historia de violencia
expresan alivio por compartir su do- en aprendizajes sociales para la con-
lor, y se entusiasman con la idea de Son todos espacios que permiten la vivencia ciudadana, bajo la premisa
que, publicar sus historias, servirá construcción de memorias. Son his- de Recordar para no repetir.
torias que reclaman un lugar en la
de algo. “Si revivir los horrores que
ciudad, para que se conviertan en re- Con una experiencia museográfica
vive una mujer desplazada dos veces,
latos públicos de los cuales debemos original y de calidad, allí se recono-
que perdió su hijo de crianza, su casa,
tener aprendizajes sociales. Espacios cerán las violencias y el conflicto ar-
todo, sirve para que sus nietos no
que se convierten en territorios habi- mado de Medellín, y se encontrarán
tengan que pasar por lo mismo, yo lo tados y semantizados por las diversas las víctimas en la construcción de
contaré y lo volveré a contar”, dice al comunidades, asociaciones, grupos un relato colectivo, que comienza
micrófono doña Carmen, una maña- que han sido víctimas del conflicto hacia la mitad del siglo XX y va has-
na de 30 de agosto, año 2011, cuando y que llegarán al Museo Casa de la ta la actualidad con un peso muy
se conmemora el día internacional Memoria, con la firme intención de importante en los años ochentas y
del desaparecido y ella, pañuelo en compartir sus historias y alivianar, noventas.
mano, se prepara para sembrar una en parte, sus dolores, sus ausencias.
planta en memoria de su hijo ausente El Museo será un espacio para pro- Se trata de un Museo Casa de la Me-
en el “Jardín para no olvidar”, un mover acciones que contribuyan a moria que permitirá la construcción
espacio para dignificar a las víctimas la reconstrucción, la visibilización y de nuevas memorias mediante la
desde los terrenos donde en el mes la inclusión de la memoria histórica generación de espacios de partici-
de agosto empezó la construcción del conflicto armado en la ciudad, pación, de reflexión, de encuentro

55
y de interacción. Un espacio donde El Museo Casa de la Memoria con- Memoria Histórica, Patricia Nieto,
las víctimas tienen voz y rostro, un tará con diversos espacios de ex- según describió en el prólogo, que
espacio para detener la apología a posición, un auditorio, un centro esperaba que esta obra se apreciara
la violencia, para el encuentro de de documentación especializado en “por reconocer la veracidad de las
las víctimas y sus dolores, para los temas de conflicto y violencias, una historias mínimas que dan cuerpo
investigadores de la violencia, el sala infantil y una sala de reflexión a la tragedia nacional; porque rela-
conflicto y los derechos humanos, donde la participación y la interac- tar el dolor particular es condición
y para una ciudad y un país que pre- ción serán parte del proceso de la necesaria para construir el relato de
cisa de mirarse y reflexionar para formación de todos los visitantes. la colombianidad”.
comprenderse, recordar y encontrar Serán más de 3.800 metros cuadra-
En esta ciudad y en este país, donde
caminos para no repetir nuestro pa- dos construidos y más de 18 mil de
por décadas perpetradores han arre-
sado reciente. espacio público.
batado la vida, la tierra y la dignidad
El Museo es un proyecto promovido, Dioselina, junto a otras víctimas del a millones de ciudadanos inocentes,
gestionado y construido gracias al conflicto, continúa en el asentamien- son los recuerdos y la palabra pública
respaldo y la voluntad de la adminis- to de desplazados El Pacífico encum- recursos para alzar la voz, rechazar
tración municipal y que, día tras día, brado en el Pan de Azúcar. Allí vende la violencia y asentar la esperanza
suma aliados locales en las organi- gaseosa, verduras y arroz, al tiempo de una sociedad que busca alcanzar
zaciones sociales y comunitarias, en que presta con enconado celo una la paz, la justicia, la verdad y la re-
ONG, en universidades, y que cuenta de las publicaciones del Programa, paración.
con el respaldo de agencias de coo- Jamás olvidaré tu nombre, donde se
peración nacional e internacional, recogen 22 historias del conflicto, “Mañana ya la sangre no estará
la Agencia Española de Cooperación incluida la que, de su puño y letra Al caer la lluvia se la llevará
Internacional para el Desarrollo escribió tras aceptar la invitación a Acero y piel, combinación tan cruel
–AECID– y la Embajada del Japón los talleres de escritura: “Navidad y
–JICA– lo cual lo convierte en proyec- terror”, sobre su padre secuestra- Pero algo en nuestras mentes
to incluyente, con una propuesta de do durante la noche buena. Como quedará”.
formación de públicos que permeará “un canto” define la compiladora de Sting en Fragilidad
a todos los estratos sociales. esta primera publicación del Área de

56
La construcción de la memoria histórica
de las víctimas de la violencia
Algunas ideas sobre Medellín
Max Yuri Gil Ramírez1
Jim Amaral - Pecho escrito, Escultura en bronce - 1999

1. Sociólogo y magíster en ciencia política, Uni-


versidad de Antioquia. Docente Ocasional,
Instituto de Estudios Políticos, Universidad
de Antioquia. Socio Corporación Región.

57
"(…) la memoria colectiva no se identifica con la historia oficial, nidad cometidos en la etapa previa
aquella que conviene mantener para divulgar una sola verdad, la de a la transición”. (Uprimny y Saffón:
los vencedores; tampoco se trata de la verdad elaborada por los medios 215, 2005)
de comunicación y comúnmente aceptada como la única, la memoria
colectiva es polifónica, está hecha de muchas voces y sonidos, es plural Paralelo al debate jurídico sobre la
y puede ser divergente en algunos aspectos, pero la memoria colectiva forma de resolver la tensión entre
es la visión, la imagen, el recuerdo que una colectividad nacional tiene justicia y paz, se abre un campo de
de sí misma, de su pasado y de lo que desea ser en el futuro y en la reivindicación de los derechos de las
memoria colectiva debe haber un lugar para la vergüenza, el dolor, la víctimas a la verdad, la justicia, la
tristeza y el miedo". reparación integral y las garantías
Maria Teresa Uribe de no repetición.2

El derecho a la verdad como com-


ponente central, se entiende en una
doble dimensión, la primera, como
INTRODUCCIÓN “Hace referencia a aquellos procesos un derecho de las víctimas a saber lo
transicionales mediante los cuales que sucedió con sus familiares, los
En los últimos años, un número con- se llevan a cabo transformaciones motivos que generaron la acción de
siderable de sociedades han enfrenta- radicales de un orden social y político victimización y los diferentes grados
do el reto de reconstruirse luego de determinado, que enfrentan la ne- de responsabilidad, de los autores
vivir experiencias como dictaduras o cesidad de equilibrar las exigencias intelectuales y materiales; y la segun-
conflictos armados internos que, ade- contrapuestas de paz y justicia. De da como un deber del Estado, quien
más de infringir el derecho interna- hecho, por un lado, los procesos de además de asumir la responsabilidad
cional humanitario, generan profun- Justicia Transicional se caracterizan
das divisiones en su identidad como por implicar en la mayoría de los
comunidad nacional, dejando miles casos —en especial cuando se tra-
de víctimas de todo tipo de violación ta de transiciones de la guerra a la
a los derechos humanos. La necesidad paz— negociaciones políticas entre
de castigar de alguna manera estos los diferentes actores, tendientes a 2. Existen algunos documentos jurídicos del
graves actos de violencia sin hacer lograr acuerdos lo suficientemente sistema de Naciones Unidas que definen de
manera general estos derechos como los
de ello un obstáculo para la consoli- satisfactorios para todas las partes Principios de Theo Van Boven de 1996, serie
dación de procesos de transición a la como para que éstas decidan aceptar revisada de principios y directrices sobre el
democracia y a la paz, ha dado origen la transición. Pero, por otro lado, los derecho de las víctimas de violaciones graves
a los derechos humanos y al derecho huma-
a movimientos jurídicos y políticos procesos de Justicia Transicional se nitario a obtener reparación. Los Principios
que buscan resolver las tensiones y ven regidos por las exigencias jurí- de Louis Joinet, 1997, sobre la cuestión de la
contradicciones surgidas entre Jus- impunidad de los autores de violaciones de
dicas de justicia impuestas desde el los derechos humanos (civiles y políticos);y
ticia y Paz; lo cual se agrupa bajo la plano internacional, que se concre- los Principios de Cherif Bassiouni, 2005,
denominación de JUSTICIA TRAN- tan en el imperativo de individuali- sobre el derecho de restitución, indemni-
zación y rehabilitación de las víctimas de
SICIONAL, la cual según Rodrigo zar y castigar a los responsables de violaciones graves de los derechos humanos
Uprimny y María Paula Saffón: crímenes de guerra y de lesa huma- y las libertades fundamentales.

58
que le compete como agente sobe- 2005), donde se cruzan las violencias
rano en la sociedad, debe hacer el políticas con otras modalidades de
máximo esfuerzo para esclarecer la violencia que se originan en dinámi-
verdad y evitar la impunidad. sibilidad de las víctimas, enfrentando cas vinculadas al narcotráfico y la de-
de manera decidida a los defensores lincuencia, como sucede en algunos
lugares y momentos en Colombia y
VERDAD Y MEMORIA del perdón y el olvido como fórmula
en Medellín, caracterizados por cier-
de reconciliación, quebrando lo que
El tema de la verdad trae apareja- to nivel de turbulencia, situaciones
acertadamente María Teresa Uribe
do el debate sobre la memoria, y en en las cuales no es fácil diferenciar
denomina “la conjura del olvido y
especial, la pregunta por el esfuerzo actores, intenciones y objetos de dis-
el silencio” (2005), a la que se puede puta, (Gutiérrez Sanín, 1997).
que una sociedad debe hacer para
llegar con el interés de mantener
identificar lo que hay que preser-
una situación de impunidad de los En Colombia, desde el año 2002, a
var y recordar para evitar que estas
crímenes cometidos o por que se partir del proceso de desmoviliza-
situaciones, contrarias a la digni-
cree que una sociedad que ha vi- ción de los grupos paramilitares, se
dad humana, se repitan en el futu-
vido graves problemas de violencia ha abierto un debate sobre cómo
ro. Obviamente no es un campo de
debe tender un manto de olvido para abordar la tensión entre Justicia y
debate fácil, pues existen diversas
que las generaciones futuras se en- Paz, y sobre los contenidos de los
interpretaciones sobre lo que pasó,
carguen de procesar esas heridas ya derechos de las víctimas a la verdad,
las causas, los niveles de responsa-
no tan recientes, como ha ocurrido la justicia, la reparación integral y
bilidad, y la necesidad de olvidar o
con la transición española. (Aguilar las garantías de no repetición. Este
recordar como actitud ante el pasado
Fernández, 1996). tema, ausente de los anteriores pro-
y el futuro.
cesos de desmovilización de grupos
En este campo se hace evidente que insurgentes, a comienzos de la dé-
Una consideración inicial, es cons-
no sólo se enfrentan las memorias e cada de los 90, se ve favorecido por
truir colectivamente un sentido a la
importancia de recordar, de mante- interpretaciones de lo que pasó, lo las dinámicas internacionales sobre
ner la memoria de los que han sufri- cual es asumido de manera diferente la Justicia Transicional. Así, a pe-
do la violencia, e interpelar por los por las personas y los grupos que sar de la incertidumbre de lo que
canales que debe habilitar la sociedad actúan en este terreno, sino que tam- significa para el país el rumbo de la
y el Estado, para que las memorias bién se pone de presente que las me- transición, es evidente que este tema
de las víctimas pasen del espacio ín- morias están cruzadas por los niveles se ha colocado en un lugar visible de
timo al espacio público en el cual de poder que tienen las personas y la agenda política nacional, llegando
trasciendan la función terapéutica los grupos que las encarnan en la para quedarse por muchos años, al
de la catarsis, y adquieran un apren- sociedad, que hay memorias hege- menos, mientras no se produzca un
dizaje que les permita desincentivar mónicas y memorias subalternas o cambio cualitativo en la dinámica
la venganza, la retaliación y llenar contrahegemónicas. (Uribe, 2003) de violencia que vivimos y que ha
de sentido el futuro, contribuyen- tenido diferentes momentos y con-
do a prevenir nuevas dinámicas de EL CONTEXTO DE COLOMBIA figuraciones.
victimización. Esto requiere que las Y MEDELLÍN: VIOLENCIAS Y
víctimas puedan superar sus roles Este particular proceso de justicia
ACTORES HÍBRIDOS. transicional, es evaluado de manera
de subordinación e intimidación en
la sociedad, logrando importantes Además de los debates anteriores, contradictoria. De un lado están los
procesos de empoderamiento y que está la complejidad de la reconstruc- numerosos problemas de la desmo-
los victimarios pierdan poder y capa- ción de la memoria histórica de las vilización paramilitar, los déficits de
cidad de daño, pues de otra manera es víctimas en aras de la no repetición, la Ley de justicia y paz del 2005, que
muy difícil consolidar una transición cuando se está ante sociedades que buscaba generar un marco jurídico
a la paz. (Uribe, 2003) presentan largos periodos de con- para ofrecer condiciones favorables
frontación armada, en la que se des- en materia penal, a los desmoviliza-
La sociedad y el Estado deben respal- dibujan, en algunos casos, los roles dos responsables de crímenes de lesa
dar este nuevo posicionamiento y vi- de víctimas y victimarios (Orozco, humanidad, a cambio de acciones

59
favorables a los derechos de las vícti- ESFUERZOS DE
mas, y especialmente por las nuevas RECUPERACIÓN DE LA
formas de reactivación paramilitar MEMORIA HISTÓRICA.
denominadas Bandas Criminales, de 2005, y luego de cierta tregua que
Bacrim. De otro lado, son evidentes A finales de la década del 70 se consti-
no implicó su desmonte definitivo,
los avances, tanto en el conocimien- tuyó en el país un movimiento social
este grupo se reactivó fracturado en
to de la actuación paramilitar y sus alrededor del tema de los derechos
diferentes facciones, enfrentadas en-
inserciones institucionales, políti- humanos, el cual ha atravesado dis-
tre sí y con otros competidores del
cas, económicas y sociales, como en tintos momentos y construido sus
mundo criminal, desde finales de
materia de visibilización de los de- reivindicaciones desde diferentes
2007 hasta hoy.
rechos de las víctimas, y en las accio- centros temáticos, entre los cuales
nes de recuperación de la memoria La contienda entre estos grupos de- podemos identificar asuntos como
histórica a través de dispositivos lictivos y su dinámica violenta, se ha la exigibilidad del respeto a los dere-
institucionales y de emprendimien- sostenido de manera intermitente chos humanos, la visibilización de las
tos desde la sociedad civil, muchos desde hace 25 años, desarrollando formas de vulneración de los mismos
de ellos de carácter regional y local. acciones tanto para capturar re- teniendo en cuenta la dimensión te-
El gran obstáculo que se observa en cursos, como para relacionarse con rritorial y poblacional, la demanda
el presente es la imposibilidad de actores y dinámicas más ligadas al de una salida política negociada al
consolidar algunas de estas acciones conflicto político armado, como su- conflicto armado y la exigibilidad
en el marco de nuevos contextos de cedió entre 1997 y el 2003, tiempo en de acatar el derecho internacional
violencia que condicionan de ma- el cual se vivió la confrontación entre humanitario. En los últimos años,
nera definitiva el avance en estos los grupos de delincuencia común y una parte de las organizaciones que
procesos. del narcotráfico, bajo la identidad de conforman este movimiento social
paramilitares, enfrentados a grupos ha tomado el tema de los derechos
La ciudad de Medellín ha sido reco- milicianos de carácter insurgente, de las víctimas a la verdad, la justi-
nocida como lugar de asiento de po- los cuales realizaron en los barrios cia y la reparación integral, como
derosos grupos de narcotraficantes de la ciudad todo tipo de acciones el eje articulador de su demanda en
quienes desde mediados de la década violentas, eliminando líderes polí- la sociedad.
de los 80 del siglo XX, desarrollaron ticos y sociales de organizaciones y
acciones delictivas en la ciudad, en el partidos contra hegemónicos. Este accionar político y social, in-
marco de su expansión como organi- serto en un contexto internacional
zaciones criminales de gran enver- Según datos de la Personería de Me- favorable a su expresión, ha generado
gadura, vinculadas al narcotráfico. dellín (2010) estas violencias han procesos de recuperación de la me-
Iniciando con el Cartel de Medellín dejado un alto número de víctimas; moria histórica como el adelanta-
liderado por Pablo Escobar Gaviria, sólo entre 1990 y el 2010, se produ- do por un grupo de organizaciones
pasando por el denominado grupo jeron en la ciudad cerca de 66.000 no gubernamentales que procuran
de Los Pepes -Perseguidos por Pablo homicidios, y desde 1998 hasta el mantener el recuerdo sobre la me-
Escobar-, organización que luego 2010; se registraron 221.213 vícti- moria de las víctimas, sus historias y
de la derrota de Escobar asumió el mas de desplazamiento forzado, de la responsabilidad por su victimiza-
nombre de Oficina de Envigado, para ellas 6.024 son víctimas del desplaza- ción, denominado Colombia Nunca
luego unirse a los grupos parami- miento intraurbano en hechos ocu- Más, así como las acciones empren-
litares bajo denominaciones tales rridos en la ciudad desde el 2004. didas por organismos como la Red
como Bloque Metro, Bloque Cacique Esto sin contar con estadísticas sobre de iniciativas ciudadanas por la paz
Nutibara y Héroes de Granada, los otras modalidades de victimización y contra la guerra –Redepaz–, y la
cuales se unieron a las Autodefensas como las torturas, la desaparición Ruta Pacífica de las Mujeres, entre
Unidas de Colombia. Una parte de forzada, el reclutamiento y vincula- otras. También desde el Estado se
sus integrantes dejaron sus armas en ción de menores de edad en las filas han producido acciones de esclare-
dos actos de desmovilización el 25 de de los grupos armados, y la violencia cimiento de la verdad y recuperación
noviembre de 2003 y el 1 de agosto sexual, entre otras. de la memoria histórica como la Co-

60
familiares de víctimas de secuestro
y desaparición forzada, así como el
capítulo regional del Movimiento
de Víctimas de Crímenes de Estado
MOVICE, cuentan con un amplio
repertorio de actividades de preser-
vación de la memoria histórica y
lucha contra el olvido, tales como
las galerías de la memoria, estrategia
de construcción de sábanas de foto-
grafías ilustradas con imágenes de
las víctimas de hechos de violencia
como por ejemplo de los operativos
Jim Amaral - Mujer con brazo continuo, Escultura en bronce - 1994

conjuntos entre fuerza pública y gru-


pos paramilitares en la comuna 13
en el año 2002, y la realización de
performances en las vías públicas,
marchas y recorridos por lugares de
la ciudad que han sido escenario de
violación a los derechos humanos.

Es destacable la existencia del Pro-


grama de la Alcaldía de Medellín para
la Atención a Víctimas, el cual cuenta
con un área de memoria histórica
que en alianza con la Comisión Na-
cional de Reparación y Reconcilia-
ción y especialmente con el grupo
de memoria histórica, liderado por
el historiador Gonzalo Sánchez, ha
trabajado en estrategias para la pre-
servación de la memoria histórica en
misión interinstitucional constituida sociales que buscan impedir que el la ciudad, impulsando acciones como
a mediados de los años 90 para tratar recuerdo de lo padecido por sus seres El Túnel de la Memoria, propuesta
el tema de la violencia en Urabá, y queridos caiga en el olvido. En la educativa, interactiva e itinerante
las diferentes comisiones que han reciente publicación: “Imágenes que cuyo propósito es la presentación
investigado la toma del palacio de tienen memoria” (2010) del progra- y divulgación de la memoria histó-
Justicia por el grupo guerrillero ma de atención a víctimas de la vio- rica de las violencias y el conflicto,
M-19 en 1985. lencia, de la Alcaldía de Medellín, se teniendo como eje principal la voz
reseñan iniciativas de construcción de las víctimas, la construcción de
En los últimos años, en el marco de un Banco de Testimonios, definido
de lugares de memoria y preserva-
las discusiones sobre el proceso de como un ejercicio deliberado por es-
ción que se expresan mediante mu-
paz con los grupos paramilitares, se cuchar a las víctimas a través de sus
rales, esculturas, altares y diversas
ha fortalecido el trabajo por los dere- historias individuales y a partir de
formas estéticas, que conviven junto
chos de las víctimas y se multiplican ellas, realizar un trabajo de recons-
a iniciativas más institucionales.
las actividades de recuperación de la trucción de la memoria histórica. A
memoria histórica y preservación En la ciudad, muchas organizaciones esto se suma la publicación de libros
de la verdad con un carácter local, sociales, como las diferentes corrien- con testimonios cuyos títulos son:
originadas en comunidades y grupos tes de las Madres de la Candelaria, “Me gustaba mucho tu sonrisa”,

61
“Donde pisé aún crece la hierba”, tradicción entre justicia y paz, sin pobreza y la indigencia en el país, o
“El cielo no me abandona” y “Jamás sacrificar, en medio del pragmatismo incluso, que su responsabilidad en el
olvidaré tu nombre”. Finalmente, de algunos decisores políticos, los diseño y ejecución de políticas públi-
cómo no nombrar una iniciativa que derechos de las víctimas, sus memo- cas para este sector de la población,
será clave en el futuro en la ciudad, rias, reivindicaciones y demandas. es una labor de solidaridad y no una
la construcción del Museo Casa de la responsabilidad.
Memoria, que bajo el lema “recordar Hoy en día, en la sociedad colom-
biana hay varios debates sobre la El mayor reto hoy para la sociedad
para no repetir” se estructura como
forma más adecuada de resolver colombiana es saber enfrentar la
una propuesta de museo activo y en
esta contradicción. Uno es el que se amenaza de una nueva oleada de
continua construcción, que recono-
expresa entre quienes promueven la violencia paramilitar, impulsada por
ce la condición de las violencias y
necesidad de reconstruir la memoria los mismos sectores que la promo-
del conflicto histórico de la ciudad
histórica de las víctimas, como un vieron en el pasado: los enemigos
y la imperiosa necesidad de cons- asunto fundamental para avanzar
truir procesos de verdad, justicia y de la construcción de una sociedad
en una perspectiva democrática de democrática, moderna y respetuo-
reparación. reconciliación; mientras otras posi- sa de los derechos humanos. Para
ciones consideran que los derechos estos actores, las demandas de las
A MODO DE CONCLUSIÓN. de las víctimas son un ejercicio de víctimas deben ser silenciadas tal y
venganza y lo que se debe hacer es
El enorme acumulado de iniciativas como lo intentan mediante acciones
instaurar un orden basado en una
y acciones sociales e institucionales de violencia e intimidación contra las
versión minimalista y confesional
realizadas para preservar la memoria organizaciones que encarnan estas
del perdón, la reconciliación forzada
histórica de las víctimas en nuestro iniciativas y sus líderes. Colombia,
y el olvido de lo que pasó.
país y, aunque parezca paradójico, como sociedad, deberá comprome-
el proceso de desmovilización de los En medio de esta discusión, emergen terse con la reconstrucción de la na-
grupos paramilitares colombianos las pretensiones de entidades estata- ción desde una perspectiva democrá-
que ha dejado tantas frustraciones, les y algunos sectores de la sociedad, tica y en ese proceso, la recuperación
generan una ventana de oportunidad de entender que las víctimas son, de de la memoria histórica, el castigo a
para que las víctimas y sus derechos alguna manera, responsables de lo los culpables, la dignificación de las
se posicionen en la opinión públi- que les pasó, que deben ser atendidas víctimas, y la preservación de sus or-
ca, para que la sociedad colombiana como damnificadas de un desastre ganizaciones e integrantes, es clave
acometa la discusión sobre el cami- natural, que el Estado debe tratarles para dejar atrás tantos años de vio-
no a seguir, desde una perspectiva como si fueran parte del numeroso lencia y guerra. La paz no se puede
democrática, para resolver la con- grupo de personas que viven en la hacer sobre el olvido y la impunidad.

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63

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