Los sistemas de suministro de energía eléctrica están conformados por una
variedad de elementos eléctricos y mecanismos de control y protección, útiles para la generación, transporte, distribución y consumo de la energía eléctrica; y en la actualidad debido al crecimiento económico, dichos sistemas han tenido un crecimiento en expansión infraestructural y tecnológico debido a la demanda energética. Esto implica una proliferación en los controles, en dispositivos electrónicos como los electrodomésticos y por supuesto en las maquinarias industriales con control de estado sólido. Como consecuencia de ello, el sistema de suministro eléctrico, concentrará en sus puntos comunes de acoplamiento (ya sea en el sistema de distribución local o de transmisión regional), cargas con comportamientos no lineales. Las cargas no lineales o de impedancia variable, extraen corrientes del sistema diferentes a las sinusoidales, esto es, son corrientes que además de generar la componente fundamental, contienen otras que son múltiplos de la fundamental, denominadas armónicos. Debido a esto, es importante tratar con el concepto de calidad de energía, que consiste en el proceso de normalización de los parámetros del suministro eléctrico mediante reglas que fijan o estandarizan los niveles de operación de los mismo; como por ejemplo los niveles de tensión, frecuencia eléctrica, niveles de armónicos permisibles e incluso el número de interrupciones. Al aplicar rigurosamente la normalización a los sistemas eléctricos, permite suministrar calidad del voltaje, de la frecuencia, entre otros. Sin embargo, el establecimiento de la calidad de la corriente, depende mutuamente del suministrador y del consumidor; es decir, para que no existan formas de ondas de corriente críticamente distorsionadas, es necesario que tanto el sistema de suministro eléctrico y las cargas acopladas al mismo por parte del usuario, sean lo más lineal posible. Por último, es importante aclarar que el concepto de calidad de la energía difiere respecto del concepto de calidad del servicio, pues el segundo, hace referencia a las prestaciones accesibles a las necesidades, expectativas y deseos del cliente, mientras que calidad de energía va ligado con los factores que funcionamiento del propio sistema.