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Formas de estudiar La Doctrina Secreta

CHITTARANJAN SATAPATHY

Secretario Internacional de la Sociedad Teosófica, Adyar.

La Doctrina Secreta es el nombre del libro escrito por HPB, considerado


su magnum opus. Hace referencia a las verdades que ella “hizo públicas
por primera vez” por medio de su libro. En el prefacio del libro, HPB dice:
“Es innecesario explicar que este libro no es La Doctrina Secreta en su
totalidad, sino un número seleccionado de fragmentos de sus principios
fundamentales…” Además agrega: “…lo que está contenido en este
trabajo se puede encontrar disperso en miles de volúmenes que
representan las escrituras de las grandes y antiguas religiones asiáticas y
europeas, oculto por pictogramas y símbolos, y por lo tanto,
inadvertidos… Lo que se intenta ahora es reunir los principios más
antiguos, y hacer de ellos un todo armónico e ininterrumpido”.

Por qué estudiar La Doctrina Secreta

Existen razones convincentes para que los estudiantes de teosofía lean el


libro, el que, de cualquier modo merece ser leído por derecho propio por
cualquiera que esté interesado en saber sobre el cosmos y su lugar en él.
La obra está dedicada “a todos los verdaderos teósofos, en cualquier
país, de cualquier raza, pues ellos la han pedido y para ellos ha sido
escrita”. Ha sido documentado detalladamente cómo fue escrito el libro
por Boris De Zirkoff, en “Introducción histórica” -Vol. I de 1979-Edición
TPH de La Doctrina Secreta- como así también por Michael Gomes en “La
producción de la Doctrina Secreta” -The Theosophist, mayo 1988-. Es
evidente que HPB recibió ayuda de ambos Maestros, los fundadores
internos de la Sociedad Teosófica, al escribir el libro. En una carta
recibida por el Coronel H. S. Olcott el 22 de agosto de 1888 durante su
viaje de Bombay a Londres, uno de los Maestros dijo: “Todo error o
noción equivocada… fue corregido por mí o bajo mi instrucción”. Por
“Reminiscencias de H. P. Blavatsky y La Doctrina Secreta”, de la Condesa
Constance Wachtmeister, sabemos que el Maestro le dio a elegir a HPB,
morir y ser libre del sufrimiento extremo que estaba teniendo, o vivir y
completar el libro, y que ella aceptó el sacrificio por los estudiantes de
teosofía y la Sociedad Teosófica.

El Cnel. H. S. Olcott revisó La Doctrina Secreta tres meses después de su


publicación -The Theosophist, enero 1889-. Dio dos ejemplos para
demostrar la honestidad y exactitud intelectual de la autora. Poco después
que Isis sin Velo se agotara dentro de los diez o quince días posteriores a
su publicación, el editor J. W. Bouton le pidió a HPB que escribiera otro
volumen develando a Isis un poco más. HPB declinó la oferta de $5000
(actualmente equivaldría a un monto superior a $126.000), en un
momento en que ella no tenía dinero para comprar su pasaje a India. Ella
se rehusó debido a que no estaba permitido revelar más de la filosofía
esotérica en ese momento. El segundo ejemplo, se refiere a ella al citar el
poema de Tennyson “Oh Sad No More! O Sweet No More! Oh Strange No
More!...” al comienzo de algo que ella escribió. Dos expertos conocedores
de cada línea escrita por Tennyson, protestaron vehementemente
diciendo que Tennyson jamás había escrito eso. Sin embargo, el Dr. D.
Carter-Blake, después de una búsqueda minuciosa, encontró el verso
escrito por Tennyson en “The Gem”, una revista publicada en
1831, verbatim et literatim, palabra por palabra, y letra por letra, como fue
dado por HPB. Por alguna razón, el poeta no había incluido este poema
en ningún volumen de su obra.

La honestidad y exactitud intelectual de HPB como escritora tienen gran


importancia para una persona que estudie La Doctrina Secreta. Ella
escribió que el átomo es divisible: “Toda la ciencia del Ocultismo está
construida sobre la doctrina de la naturaleza ilusoria de la materia y la
infinita divisibilidad del átomo” (I:520). Desde la época de Demócrito hasta
que La Doctrina Secreta se escribió, los filósofos y también los científicos
creían firmemente que el átomo era indivisible. Lo que HPB escribió se
probó posteriormente con el descubrimiento de los electrones, hecho por
J. J. Thomson en 1897, los experimentos de E. Rutherford en 1911 que
mostraron las partículas constituyentes del átomo, el modelo del átomo de
Niels Bohr en 1913 y otros descubrimientos de muchas otras partículas y
constituyentes de partículas (Jerry Hejka-Ekins -“La Doctrina Secreta a la
luz del pensamiento del siglo XX - Informe científico leído en el Congreso
del Centenario de La Doctrina Secreta”- llevado a cabo en la ciudad
Culver, California, en agosto 6-7 de 1988).
HPB también afirma en La Doctrina Secreta que la Luna fue anterior a la
Tierra. Hasta ahora no tenemos una teoría satisfactoria del origen de la
Luna en Astronomía. Lo que sí sabemos es que la Tierra tiene un enorme
centro de hierro, y la Luna no tiene hierro. La densidad de la tierra es de
5.5gms/cc, y la densidad de la Luna es de 3.3gms/cc, lo que elimina
cualquier posibilidad de que la Luna haya tenido su origen en la tierra.
HPB hace referencia a la evolución en La Doctrina Secreta, pero discrepa
con Darwin. Según ella, la evolución del hombre tuvo lugar de forma
independiente de los monos, y los monos evolucionaron en una línea
lateral. Otras investigaciones científicas en el futuro puede que
demuestren que es así como está escrito en La Doctrina Secreta, como
ocurrió en el caso de la divisibilidad de los átomos.

Cómo está organizada La Doctrina Secreta

El libro consta de dos volúmenes: el primero se titula Cosmogénesis,


sobre el origen del Universo, y el segundo volumen se titula
Antropogénesis, acerca de la evolución del hombre. Como C.
Jinarâjadâsa puntualiza: con esta división HPB nos da una pista:
“Investiguen la Realidad última que es el Cosmos, e investiguen al
hombre que contiene esa Realidad dentro de sí mismo”. Dicho sea de
paso, cuando él tenía sólo dieciséis años escribió un artículo en varias
partes titulado “Un bosquejo de La Doctrina Secreta” en The Theosophist,
de diciembre de 1891 a febrero 1892. Esto es un claro ejemplo de que se
puede comenzar a estudiar La Doctrina Secreta incluso siendo joven.

Ambos volúmenes de La Doctrina Secreta tienen tres partes cada uno. La


primera parte del Volumen I provee los textos del primer Libro de las siete
Stanzas del Dzyan y los comentarios sobre cada verso de estas siete
Stanzas, incluyendo comentarios sobre algunos de los versos omitidos
(Stanza VI: versos entre 4 y 5). La primera parte del Volumen II provee los
textos del segundo Libro de las doce Stanzas del Dzyan y los comentarios
sobre cada verso de estas doce Stanzas. La Segunda Parte en cada
volumen trata del simbolismo con referencia a varias tradiciones y
religiones. La Parte III de cada volumen contrasta las teorías y
descubrimientos científicos con La Doctrina Secreta.

El libro comienza con el Proemio (un preludio), el Volumen II comienza


con las Notas Preliminares y ambos volúmenes terminan con las
conclusiones. Anteriormente, La Doctrina Secreta fue publicada en seis
volúmenes, ahora está disponible en dos grandes volúmenes (con el
Índice y la Bibliografía en un tercer volumen). Estos volúmenes lucen
formidables; los textos están impresos en letra pequeña en
aproximadamente 1500 páginas. En una primera mirada, el libro puede
parecer casi incomprensible y desconcertante para muchos estudiantes,
aunque Ernesto Wood dice: “Me resulta difícil mencionar cualquier otro
escritor que pueda hacer comentarios sobre verdades metafísicas con
una claridad y simplicidad mayor que ella (HPB) lo hace en estas páginas”
–The Theosophist, octubre y noviembre 1931. También observa que HPB
nunca cansa a sus lectores con verborrea, con comentarios largos y
aburridores.

Modos de estudiar La Doctrina Secreta

Al contestar la pregunta de cómo estudiar La Doctrina Secreta, es casi


una práctica común referirnos a las notas del Comandante Robert Bowen,
que tomó en una clase que dio HPB misma. Estas notas se publicaron
primero en enero-marzo 1932 de Theosophy in Ireland, cuarenta años
después que se escribieran. Algunos puntos importantes de estas notas
son:

1. Leer La Doctrina Secreta página por página como uno lee cualquier
otro libro sólo terminará en confusión.

2. Lo primero que se debe hacer es obtener cierta comprensión de las


“Tres Proposiciones Fundamentales”, dadas en el Proemio (Vol. I p.
79 a 83).

3. Luego estudiar la Recapitulación, los 6 puntos numerados en el


Resumen, (Vol. I, p.283 a 294), Parte I.

4. Luego estudiar las Notas Preliminares (Vol. III, p.19 a 28) y la


Conclusión (Vol. II, p. 358 a 365), y

5. Sin tener en cuenta lo que uno pueda estudiar en La Doctrina


Secreta, la mente debería recordar las siguientes ideas básicas:

a. La unidad fundamental de toda la existencia.

b. No existe materia muerta.

c. El hombre es el Microcosmos.

d. Como es arriba, así es abajo; hay sólo Una Vida y Una Ley. Estas
ideas se han expuesto juntas en un pequeño libro
titulado Fundamentos de la Filosofía Esotérica de Lanthe H. Hoskins
y publicado por la TPH.

Geoffrey A. Barborka tiene otra visión de cómo estudiar La Doctrina


Secreta -“Métodos de enfoques para el Estudio de La Doctrina Secreta” -
The American Theosophist, diciembre 1956. Él sugiere tres métodos de
estudio de La Doctrina Secreta:

1. Todos los pasajes en el libro relacionados con cada una de las


enseñanzas claves de la Sabiduría Antigua, pueden estudiarse en
profundidad durante varios días.

2. Las Stanzas pueden estudiarse examinando cada verso en detalle


con referencia al comentario.

3. El tercer método sería leer página por página, o aún mejor línea por
línea del texto con las debidas pausas. Recomienda enérgicamente
que uno debería estudiar Antropogénesis primero antes de empezar
con Cosmogénesis, porque según él considera, el Vol III es
fácilmente comprensible. También recomienda que después de
estudiar el Vol. III (Antropogénesis) uno debería comenzar en las
páginas 184 a 307 del Vol. I, después de lo cual uno puede ir al
comienzo del Vol. I.

¿Existe algún otro modo de estudiar La Doctrina Secreta además de las


indicadas por el Comandante Robert Bowen y Geoffrey A. Barborka?
Sería buena idea para un estudiante de teosofía obtener primero una
rápida comprensión de todo el libro, de un resumen simplificado escrito
por Elizabeth W. Preston. Su libro se titula The Story of Creation (La
Historia de la Creación) que tiene dos partes, la segunda es la Historia del
Hombre. La introducción explica los cuatro propósitos para los que se
escribió y publicó La Doctrina Secreta, y traza el origen de La Doctrina
Secreta en los Libros del Dzyan. The Story of Creation tiene siete
capítulos cortos, un capítulo para cada una de las siete Stanzas del primer
Libro del Dzyan. La segunda parte que trata de la Historia del Hombre,
tiene doce capítulos cortos, cada capítulo considera una Stanza del
segundo Libro del Dzyan. Además, Elizabeth W. Preston y Christmas
Humphreys son co-autores de una versión resumida de La Doctrina
Secreta.

A los estudiantes de teosofía que tengan una mente poética les gustará
mucho un libro de poesía titulado “O Lanoo!, La Doctrina Secreta sin
Velos”, de Harvey Tordoff. Harvey abandonó una carrera exitosa
en finanzas internacionales para vivir una vida de relativa reclusión con su
esposa, en un acantilado junto a un lago en el norte de Inglaterra. Su
esposa le regaló un juego de La Doctrina Secreta el que estudió
profundamente y con gran entendimiento. Uno encuentra en este libro, la
esencia de las Stanzas del Dzyan y el comentario de HPB en poesía
moderna.

Los libros de Elizabeth W. Preston y Harvey Tordoff le brindan al


principiante una visión más amplia. Como Edward L. Gardner expresa en
su libro titulado “Wider View” (Una visión más amplia), “cierta comprensión
del majestuoso movimiento circular de los ciclos planetarios y una visión
más amplia obtenida de ello, calma los nervios, da equilibrio, e imparte
una seguridad rebosante en medio de cualquier hecho presente en el día,
y en todos ellos”. Sin embargo, obtener una visión más amplia de un
resumen de La Doctrina Secreta es una cosa, y comprender las
enseñanzas esotéricas contenidas en La Doctrina Secreta es otra.

Las Stanzas del Dzyan constituyen las enseñanzas centrales contenidas


en La Doctrina Secreta. Como lo señaló Sri Krishna Prem y Madhava
Ashish en la introducción a su libro “El Hombre, la medida de todas las
cosas”: “Estas Stanzas se hicieron conocer primero al mundo moderno
como las Stanzas del Dzyan de H. P. Blavatsky en su libro, La Doctrina
Secreta”. No se sabe quién puede haber sido el extraordinario autor de
estas Stanzas, pero las enseñanzas contenidas en ellas son importantes.
Además, dado que las Stanzas se escribieron usando símbolos ocultos,
se puede leer lo mismo de modos diferentes. HPB misma dice que las
Stanzas se pueden leer usando siete claves y ella las ha leído usando tres
o cuatro claves. Algunas de estas claves se describen de formas
diferentes, como metafísica, astronómica, fisiológica, psicológica, psico-
metafísica, mística, intuitiva, etc.

Muchos escritores, tanto miembros como no-miembros de la Sociedad


Teosófica, tales como Sri Krishna Prem y Madhava Ashish, B. P. Wadia,
Ernesto Wood, Joy Mills -para mencionar sólo unos pocos, observaron
que las enseñanzas contenidas en las Stanzas del Dzyan y La Doctrina
Secreta son esotéricas, sagradas y místicas. Éstas no se pueden
comprender por medio de la lectura de La Doctrina Secreta como
cualquier otro libro o tratar de comprenderla meramente desde un punto
de vista metafísico. El texto parece complejo para alguien que intente una
comprensión intelectual del mismo. Con seguridad, la complejidad de La
Doctrina Secreta no es debida a la falta de familiaridad de HPB con el
idioma inglés, a pesar de su comentario modesto de que no era su lengua
materna. Cualquiera que haya leído sus historias o su libro, La Clave de la
Teosofía, sabrá que era perfectamente capaz de escribir en un inglés
lúcido e inteligible. El estilo que ella adoptó al escribir La Doctrina
Secreta es tal vez deliberado y con un propósito. B. P. Wadia en “Algunas
Observaciones sobre el Estudio de La Doctrina Secreta de H. P.
Blavatsky”, expresa:

Los libros comunes se pueden leer y comprender con la mente inferior. Los
libros metafísicos, matemáticos y filosóficos se comprenden con la Mente
Superior. Pero La Doctrina Secreta se puede comprender por medio de la
facultad de la intuición que es superior a la Mente Superior… La facultad de la
intuición debe ser desarrollada, y HPB tuvo eso en mente al escribir La Doctrina
Secreta.

Geoffrey A. Barborka sugiere que La Doctrina Secreta fue presentada


desde un punto de vista platónico más que el común punto de vista
aristotélico. En el sistema aristotélico, se presentan los factores conocidos
para intentar obtener una imagen total. En el sistema platónico esto es a
la inversa, y toda la imagen se le presenta al estudiante, quien debe
comprender lo mismo usando su habilidad para relacionar hechos y ver
cómo se ajustan a la imagen.

Recientemente se sugirió escribir una versión de La Doctrina Secreta para


mentes infantiles. En respuesta a esto, Leila Becquer dice que eso sería
contraproducente, ya que La Doctrina Secreta no tiene un propósito
intelectual sino que es un entrenamiento espiritual. Ella además agrega,
que la forma en que HPB la escribió es un método antiguo, sobre el cual I.
Shah escribió en referencia al método de escritura Sufi. Ibn Arabi también
escribió sobre esto respecto a su doctrina central (wahdah ul wujud), que
su enseñanza más importante no está en un lugar, sino en toda la obra; a
esto se le llama escritura dispersa, con porciones de un tema en muchos
lugares que construyen en la mente del lector el significado, desde
diferentes puntos de vista.

El estudiante de La Doctrina Secreta no debe estar interesado en una


comprensión intelectual del texto, sino en obtener una percepción intuitiva.
Lo incognoscible no se puede conocer por medio de esfuerzos
intelectuales en el plano mental. HPB nos da La Doctrina Secreta para
elevar nuestra consciencia al plano búdico, al igual que las enseñanzas
de J. Krishnamurti. Normalmente, comprendemos las cosas utilizando la
lógica y la racionalidad al usar la Ley Aristotélica de Identidad, la Ley del
Medio Excluido y la Ley de Contradicción. Para comprender la Realidad,
este sistema de lógica es totalmente inadecuado porque ofrece un punto
de vista limitado. En el sistema budista de lógica conocido como
Chatushkoti, hay cuatro formas diferentes de mirar la Realidad. El modo
de mirar No-Aristotélico/Budista nos acerca a la Realidad. El estudio de
textos tales como La Doctrina Secreta y las enseñanzas de Krishnamurti,
requieren de un enfoque y visualización no-Aristotélico, más que una
mera comprensión y locución intelectual. En las Stanzas del Dzyan, nos
encontramos con expresiones como las siguientes:

La Realidad Una que es tanto el Ser Absoluto como el No Ser…. El universo…


estaba sumido en una dicha suprema, para ser exhalado por aquello que es, y
sin embargo, no es. (Stanza I. I. 6)…

lo visible que fue y lo Invisible que es, permanecían en Eterno No ser, el Único
Ser. (Stanza I. I. 7)

No había ni silencio ni sonido (Stanza II. 2)

Tales textos requieren de un modo de estudio totalmente diferente a la


actividad intelectual común, tal vez los modos de estudio místico e
intuitivo son más apropiados. Joy Mills en An Approach to the Study of
The Secret Doctrine - TSA (Un Acercamiento al Estudio de La Doctrina
Secreta), sugiere que la mente debe serenarse, la práctica de la
meditación es útil para elevar la consciencia del nivel mental al intuitivo; el
estudiante, literalmente, debe enamorarse de la obra, y el auto-
desenvolvimiento debería acompañar al estudio. Ella también manifiesta
que el estudio de La Doctrina Secreta es de poco valor permanente a
menos que se aplique a la vida individual, y que nuestro conocimiento se
use para ayudar a otros. Como B. P. Wadia lo expresa, “El libro está
escrito, sin ninguna duda, para el crecimiento espiritual del estudiante,
pero este crecimiento es posible sólo cuando las enseñanzas se
utilizan para la ayuda espiritual de otros”. En un artículo reciente titulado
“La Doctrina Secreta como Práctica Espiritual” – Theosophy in Australia,
marzo 2013, Pablo Sender muestra cómo las tres proposiciones
fundamentales se pueden usar en la práctica espiritual.

La Doctrina Secreta no es un libro que podamos leer de principio a fin y


decir que está terminado. Éste es un libro con el que deberíamos estar
ansiosos de vivir, y zambullirnos en él cuando nos sintamos inclinados a
hacerlo. Su estudio requiere de un enfoque intuitivo y perceptivo, más que
de un enfoque intelectual que incluya la memoria y el pensamiento.
Estudiar La Doctrina Secreta implica ver las verdades contenidas en el
libro y ser conducidos en la dirección de la Verdad final a la cual señala.
Torre Whorf, en su artículo en The American Theosophist, setiembre
1950, titulado “La Inspiración de La Doctrina Secreta” expresó:

En una primera mirada el libro puede parecer casi incomprensible, así de


cósmico es en su enfoque. Las palabras puede que desconcierten y confundan
a muchos lectores, pero si persisten en sus esfuerzos, al usar su intuición y
buscar el significado detrás de las palabras, si van más allá de esas palabras
hasta la realidad que las inspiró, entonces descubrirán que este libro puede
abrir nuevas puertas hacia un mundo claro e impersonal de luz resplandeciente
que los inspire con su gloria y resplandor. Es esta belleza interna la que me
inspira, y la que espero que los inspire.

El estudio de La Doctrina Secreta ciertamente requiere de una mente


intuitiva e ir más allá de las palabras para buscar aquello hacia lo cual las
palabras apuntan.

El Universo, con cada una de las cosas que


contiene es llamado Mâyâ, porque todo en él es
temporal, desde la vida efímera de una luciérnaga,
hasta la del sol. Comparado con la eterna
inmutabilidad del UNO y con la inmutabilidad de
aquel Principio, el Universo con sus formas
efímeras en cambio perpetuo, no debe ser
necesariamente para la inteligencia de un filósofo
más que un fuego fatuo. Sin embargo, el Universo
es lo suficientemente real para los seres
conscientes que en él residen, los cuales son tan
ilusorios como lo es él mismo.
LDS,
Vol. I, p. 287

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