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Maestría en ciencias sociales y Humanidades

Universidad virtual de Quilmes

Materia: Historia de América Latina contemporánea


Docente: Karina Vázquez

Trabajo final
Titulo: “El ultimo Contorno. Pasaje a la política y modelo
intelectual”
Alumno: Ángel Oliva

1
INTRODUCCION

Entre los años 1956 y 1959 el grupo de la revista CONTORNO publica dos números que
se encuentran en los dos extremos del período y dos CUADERNOS, uno en julio del 57 y
el otro en febrero del 58. Mientras que el primer número de este período centra su
atención en la caracterización pos factum del peronismo en el contexto en el que la
llamada Revolución Libertadora se esfuerza en desperonizar la cultura política argentina,
el último está plenamente concentrado en revisar las razones históricas y políticas que
han llevado a lo que los contornistas entienden como “la traición frondicista” y en dejar
explícita la posición en que ha quedado el grupo frente a ella luego de haber alimentado
una moderada esperanza de que la experiencia de gobierno del caudillo intransigente
representara una salida a las antinomias entre peronismo y antiperonismo Las
conclusiones a las que la revista llega en ese extensa caracterización, entre otras cosas,
es que la revista como tal ya no tendrá razón de ser y el abandono, al menos en forma
grupal de la crítica cultural. Todas estas publicaciones pertenecen al pequeño tramo de
tiempo de la revista que Beatriz Sarlo ha caracterizado como “periodo de politización
explícita” 1 . Pero mientras esto asegura coordenadas de análisis que se centran
principalmente en los números anteriores (1953 – 1956) y donde se asegura que “la
política se desplaza hacia la moral y hacia la estética del compromiso” y
“fundamentalmente se radica transformándose en historia”2 , las figuras narrativas y los
modelos intelectuales del período final no son trabajados.

Aceptando la periodización propuesta por Beatriz Sarlo en cuanto a las intensiones y


tratamientos que la revista hace, sin embargo, su artículo prescinde de pensar las
características de los últimos números, guiado, quizá por las problemáticas que limitan a
CONTORNO dentro de la tradición literaria nacional.

Por otra parte en su estimulante libro “Entre la pluma y el fusil. Debates y dilemas del escritor
revolucionario en América latina”, Claudia Gilman ha construido una periodización provisoria para
pensar el proceso de pasaje de lo que ella llama “un intelectual comprometido” a un “intelectual
revolucionario”.3 Figuras generales del intelectual que, si bien absorben otras en su interior,
delimitan posiciones definidas en cuanto a la orientación de las obras y en cuanto al sitio del autor
frente a los fenómenos sociales y políticos latinoamericanos en las dos décadas del 60 y 70. Desde
el punto de vista de los contenidos, ambas figuras refieren a un “intelectual como conciencia
crítica de la sociedad y aun intelectual comprometido orgánicamente con los procesos de

1
Beatriz Sarlo: “Los dos ojos de Contorno” en PUNTO DE VISTA. Revista de cultura Año IV, N 13 Noviembre
de 1981
2
Ibidem, pág 4
3
Clauda Gilman:”Entre la pluma y el fusil. Debates y dilemas del escritor revolucionario en America Latina.”
Siglo XXI Ed., Buenos Aires, 2003

2
transformación social”4, respectivamente; y Gilman propone la fecha inicial de esta primera figura
(la del intelectual comprometido) alrededor de 1966, y su tensión con la posición revolucionaria
por las coyunturas abiertas en 1968. Posición revolucionaria que, finalmente, se agotaría entre
1971 y 1976 con la generalización de regímenes militares que recurren a la represión sistemática
dando condiciones para una recomposición hegemónica de las clases dominantes.
Teniendo en cuenta, entonces, estos dos parámetros textuales, nuestra intención se
centra en pensar qué tipo de texto crítico produce CONTORNO en sus últimos números,
cómo podrían definirse los elementos políticos de la escritura del grupo y, qué tipo de
contenidos revisten estos textos de acuerdo a los parámetros nocionales que según
Gilman, configuran la posición del intelectual comprometido y el revolucionario.

Siguiendo las coordenadas de estas problemáticas, nuestro análisis trasuntará entonces


exclusivamente en la lectura de la escritura contornista tomándola como fuente
explicativa. En este sentido proponemos pensar al CONTORNO de los últimos números
como la productora de un texto centrado en la crítica ideológica que revisa, por medio de
ella los fenómenos políticos y sociales juntamente con sus expresiones en el campo
intelectual de su actualidad, a través de dos núcleos racionales subsidiarios: la
comprensión y explicación de la historia social y el eje de clase. Esta tarea de
desmalezamiento antimítico y crítico de las tradiciones políticas del país permite delimitar
un nosotros que los ubica primeramente en los parámetros del compromiso y sobre el
final, en un sitio nuevo respecto de dichas tradiciones y por tanto, arribar a los lindes del
intelectual revolucionario. Dicho pasaje interno se contornea con tres acontecimientos
decisivos en la política local e internacional: la caída del peronismo, la traición frondicista
y la Revolución Cubana

1 -LEYENDO AL PERONISMO

Los hombres y mujeres de CONTORNO, entre Setiembre de 1955 y Julio de 1956,


periodo en que sale el número 7/8 de la revista, deciden darle un giro temático a la
publicación. Sus artículos y opiniones ya no se centrarán solo en “un programa de
reordenamiento de la tradición intelectual argentina y la construcción de una nueva línea”,
sino que pasarán a una escritura que expresa una “politización explícita”5

Corresponde pensar entonces con qué instrumentos, contra qué adversarios y con qué
disposiciones los contornistas entran en la política siendo que la revista sigue
presentándose en su portada como una publicación de cultura nacional y está lejos de ser
un órgano partidario. CONTORNO sigue siendo un artefacto del campo intelectual aunque
los procesos políticos y las transformaciones en el campo intelectual mismo predisponen

4
Ibidem, pág 144
5
Sarlo, Ibid, pág 4

3
el terreno para dejar atrás esa pertenencia. Ese proceso transitivo repercute
necesariamente en la composición del staff de la revista y va rediseñando, ahora en clave
política el nosotros no en ya clave generacional, sino en clave de estrategia políticas. El
gatillo intelectivo que arranca este proceso es el principio sartreano de contemporaneidad.
Y su contemporaneidad es el peronismo.

Leyendo al peronismo se contornean tres terrenos políticos: el nacionalismo de derecha,


el liberalismo y sus fuerzas auxiliares y las izquierdas tradicionales. Leyendo al peronismo
y la posición de estas tradiciones se dibuja un espacio nuevo, una izquierda nueva que
primeramente parece encontrarse en la UCRI. Leyendo al peronismo y a las
contradicciones en la UCRI se afina un método que parte de pensar las tradiciones
político sociales en términos de historia social y en el marco del marxismo revolucionario y
en esta clave los números que primeramente dilucidan los sustratos ideológicos de los
terrenos político van pasando a una crítica más explícita de las estrategias políticas
coyunturales. Así mismo, las disposiciones previas que refieren a formar parte de la
fracción universitaria del campo intelectual, pero esta vez con la posición de funcionarios,
especialmente en los casos de Ismael Viñas y de ramón Alcalde y en menor medida de
Adolfo prieto y de Noe Jitrik, resultan en recursos decisivos para la construcción de una
estrategia política que se presentará allende el frondicismo y la eficacia de la revista
misma. En julio de 1956 CONTORNO saca un número enteramente dedicado pensar el
peronismo que ha sido desbancado del gobierno. El peronismo en un principio es el
fenómeno social y político ineludible que modula la realidad argentina; hace ver y verse a
todas las manifestaciones culturales y políticas de esa coyuntura en su propio espejo, es
“una revuelta que tomó por común denominador a los hombres, instituciones y actividades
que integraban la nación entera” y es “un cierto tipo de agresividad” que asumía la
“ausencia de toda norma valorativa”, pero principalmente también “es sus elementos
residuales”, es decir aquello que no puede resistírsele sin hacerle alusión6. En resumen el
peronismo es la contemporaneidad del país y lo es porque ha sido desde su origen el
instrumento que completó la politización de la masa. Durante el período en que
CONTORNO construye su programa de relectura de la literatura argentina e intenta
ocupar un terreno propio en el campo intelectual, el proceso social y político del
peronismo en el gobierno había actuado como un background inconfesado respecto de
ese trabajo de relectura y disputa. Esa operación crítica delineada desde la actualidad
política que se expresa sublimada, pero como fuente de impulso revisa cuatro espacios y
la ves referencias de crítica y confrontación así como de afirmación identitaria negativa:
los ensayistas del “ser nacional”: Martínez Estrada, Mallea y Murena con los que discute
principalmente la visión esencialista y mitológica y originalista de la cultura y la lengua
nacional; la actualidad liberal y espiritualista de SUR, especialmente el programa
martinfierrista cuyo modelo intelectual se nutre de la prescindencia s del trabajo literario
respecto de los hechos políticos; los jóvenes espacios de “vanguardia” representados por

6
Adolfo Prieto: “Peronismo y Neutralidad”, revista CONTORNO N 7/8, Julio de 1956, pág 30

4
CERO y LETRA Y LINEA y la reposición surrealista encabezada por Aldo Pellegrini. En un
plano quizá mas expresamente político los escritores del partido comunista7

Ahora bien si bien es cierto que, como dice Sarlo, la conjugación crítica de estos espacios
hace sistema, es decir difícilmente puede hacerse referencia a uno de ellos sin hacer
jugar a los otros, quiero insistir con la idea de que el peronismo y en particular sus
coordenadas condensadas en el ingreso de las masas en la escena política funciona
como un quinto espacio incomprendido y opaco desde donde se realiza la operación de
relectura y competencia. Este fenómeno de fondo pulsa ala politización de esta fracción
del campo intelectual que podríamos llamar el reformismo laico universitario a zonas del
mapa político mas allá de las fronteras universitarias, pero ya no con una actitud que
replica la del reformismo reformista socialista de los años 20, recortada sobre la función
educadora e ilustrada frente ala masa, sino como tensión que se expresa en examen de
conciencia y autocrítica vital. La caída del peronismo en setiembre de 1955 y el agresivo
proceso de desperonización inmediata llevada a cabo por las elites liberales y el gobierno
militar levanta en el grupo contornista lo que, en forma de contradicción pública, había
permanecido soterrado: rever la relación entre intelectual y masa y expresarlo bajo los
parámetros del examen de conciencia. Toda la editorial grupal llamada “El peronismo…¿y
lo otro?, como el artículo de Osiris Troiani llamado expresamente “Examen de conciencia”
transitan esta tensión: Dos líneas conjugadas delimitan la autocrítica del grupo y a la vez
actualizan el tema político del país: la “inepcia” del campo intelectual durante el período
del gobierno peronista y la “invalidez de los esquemas de medida” para comprenderlo en
relación a al complejidad del proceso social y político Por un lado “Los intelectuales
argentinos en su casi totalidad preferimos disfrazar nuestra inepcia con resignados y
lamentosas imputaciones a un sistema que no nos respetaba ni nos admitía”8

Y por otro lado pero relacionado “Debajo de ese esquema político se movía una realidad
social mucho más compleja. Sobre ambos irrumpió el peronismo en momentos en que
todavía nosotros no habíamos superado ese esquema. Nosotros tomamos partido
fácilmente frente al os militares y los nacionalistas hispanizantes. Pronto advertimos la
calidad de algunos aliados que habíamos adoptado y que, si bien las masas estaban casi
unánimemente de un lado, apellidos iguale o parecidos estaban instalados en ambas
márgenes. Fuimos admitiendo la invalides del esquema a medida que el peronismo iba
desarrollándose en respuesta a particulares circunstancias de nuestra realidad”9

Pero si bien esa “invalidez” comprensiva equipara a todo el campo intelectual frente al
fenómeno nuevo, las afinidades atesoradas en la experiencia social y formativa del grupo
estriban en claras diferencias morales respecto de los “aliados” por adopción: “La
ambigüedad fue mayor para nosotros que para los que poseían una técnica del vivir
comprensiva del reposo y exigente del cumplimiento de esquemas claros o cuanto menos

7
Sarlo: Ibid. Pág 3
8
“El peronismo…¿y lo otro?” CONTORNO N 7/8 pág 1
9
Ibidem, pag 1

5
tradicionales; porque lo que quisimos escribir tenía y tiene una inserción específica y
dolorosa en esa realidad que no termina por adquirir una forma de fácil captación”10

El plano moral es entonces donde primeramente se expresa esta tensión auto


examinadora entre la tarea de escritura dirigida por el programa del compromiso para con
la actualidad y en especial para con los fenómenos de masa que la delimitan, y los
esquemas de comprensión heredados que se asientan en el reposo esteticista y la
inactividad política. Son las tensiones en la propia escena del compromiso intelectual, en
la relación entre obra y vida, las que se expresan en los dilemas morales que
CONTORNO aquí asume. La esfera crítica del compromiso abre lugar por la vía de la
negatividad auto examinadora, a la esfera militante y de ese modo CONTORNO de algún
modo, participa tempranamente de lo que Gilman ha llamado mito de la transición en
cuanto a que una tarea limitada a la mera intelección de la realidad, la afirmación en la
vida espiritual y teórica y la comprensión crítica de los actores concretos de la escena
política tendía a reproducir el carácter burgués del intelectual. “El mito de la transición
auguraba la posibilidad de dejar atrás ideas y hábitos adquiridos de carácter
burgués… 11 pero también es el pasaje de la figura crítica a la del militante: “Los
intelectuales tienen las mayores oportunidades de comprenderlo todo, pero las menores
para creer en lo que comprenden. Como viven intensamente las inextricables relaciones
en que se mueve lo solamente personal no pueden creer, por ejemplo, en esa lógica de
las infraestructuras de la que hablaba Marx, no pueden tolerar concebir que las cosas se
determinen. Y porque no aceptan esta posibilidad que es su realidad, por eso mismo
aceptan el determinismo: porque se niegan a conocerlo para superarlo, hablan entonces
de infecciones del espíritu.”12

Y lo que en el número 7/8 es la dilucidación de las condiciones morales en que los han
dejado los procesos políticos del país, en el primer cuaderno es la auto justificación de un
pasaje que los convierte en agentes de una política orgánica: tenemos o creemos tener la
evidencia de que los grupitos intelectuales no pueden pasar en el plano político de insistir
en la formación de peñas de teóricos de café, en las que se pueden decir cosas muy
ingeniosas o muy hábiles, y si se quiere las más ruidosas. Por lo mismo que son gratuitas:
Era imprescindible entrar en un movimiento político efectivo y real, no levantar
entelequias.”13

Por su parte Osiris Triani señala expresamente la tensión en la que la emergencia de la


masa bajo la forma del peronismo ha colocado a sus convicciones: “…Deberíamos
renunciar a toda conquista que no fuera también de nuestro pueblo. Y no por razones
sentimentales. Por convicción intelectual. Todo lo que pudiéramos hacer en el mero plano
literario era mentira. La literatura era vida o era una farsa. Las bellas letras no podían ser

10
Ibidem pag 2
11
Gilman, Ibidem pág 156
12
Leon Rozichtner: “Experiencia proletaria y experiencia burguesa” CONTORNO N 7/8 , pág 7
13
Ismael Viñas “Prólogo sobre el país” CUADERNOS DE CONTORNO N 1 , Pag 1

6
sino un ropaje pudoroso para la mentira que nos sofocaba. Sólo la realización concreta de
nuestras ideas podía demostrar su veracidad.”14

Ahora bien, leer la posición intelectual ahora en clave política ideológica supone revisar la
identidad también en clave política, y aquí vale otra vez comparar la operación con la que
los contornistas revelan esa identidad con la de los universitarios socialistas de los años
20, ya que mientras estos hablaban desde una impronta generacional o juvenilista,
CONTORNO habla desde un sector ahora más definido del campo intelectual: “No hablo
en nombre de una generación. En todo caso, es una generación ausente. Somos los que
a) no pudimos aceptar la mistificación peronista; ni b) la restauración oligárquica, su única
alternativa; y que c) fuimos incapaces de organizar una oposición revolucionaria. Vivimos
diez años suspendidos entre el cielo y la tierra. Hemos perdido nuestra juventud y somos
un peso muerto sobre quienes vienen atrás.”15

La cita arroja luces de una identidad que ha llegado a ser más precisa en la elucidación
de un juego de acción – reacción al que la política argentina de la sociedad de masas ha
sometido a la nación toda. Elucidación con la que en términos teóricos se comprenden los
componentes objetivos del drama sin que aún pueda vislumbrarse una resolución
práctica. Esta distancia en la que los contornistas se mueven entre comprensiones
teóricas y dificultades prácticas justifica todavía, la salida de los últimos cuatro números
de la revista, en el sentido de llevar adelante una práctica que va de la crítica ideológica
de las fuerzas políticas a la crítica estratégica de las mismas.

2 -LOS USOS DE LA HISTORIA

La herramienta en ambos casos es el uso de la historia, la historización de los campos de


fuerza. Presente ya tempranamente en los artículos que prácticamente fundan la intención
de la revista, 16la historia estás usada para una doble incisión en la carne de la cultura
argentina. Por un lado intentar discutir las oposiciones absolutas con la que se ha
construido la política cultural del país. Lo colorado y lo celeste, lo liberal y lo nacionalista,
lo democrático y lo dictatorial, el bien absoluto frente al mal absoluto, es decir la
construcción ideológica del maniqueísmo hecho tradición. En segundo lugar la historia en
la escritura contornista hunde su cuchillo bajo la forma crítica ideológica sobre la tradición
de construir mitos de origen, e identidades esencialistas literaria y culturales en la
Argentina. Aún en los autores que se han movido en los márgenes de los grandes
cánones y linajes literarios del país, como Martínez Estrada o Murena 17 , CONTORNO
reprocha la construcción de “destinos” originarios que recubren las contradicciones

14
Osiris Trioani: Examen de conciencia” CONTORNO N 7/8 , pag 9
15
Ibidem, pag. 9
16
Nos referimos a “Los martinfierristas su tiempo y el nuestro” de Sebrelli y a ”La traición de los hombres
honestos” de Ismael Viñas
17
Ver Sarlo, Ibid, pag 4

7
históricas de producción de los intelectuales con barnices míticos. Contra ello la revista
piensa la historia de la literatura argentina desde la historia política de la literatura
argentina, donde las fuerzas sociales de la historia nacional junto con la lógica de las
afinidades grupales redefinen cada vez las líneas críticas y expresivas del campo cultural.
Este procedimiento doble que arroja otra inteligibilidad a lo que permanecía “en estado
teleológico”18ha ido secretando en los intelectuales de CONTORNO un interés por los
anillos programáticos que circundan la literatura nacional y que ahora, hecho patente el
drama a que ha sido sometida la causa proletaria en la coyuntura abierta por la revancha
antiperonista de la Revolución Libertadora, en ausencia del líder, y hecho patente también
la condición de marginalidad y ambigüedad con que los intelectuales progresistas se han
conducido en el proceso, se vuelca expresamente desde y hacia dichos anillos, es decir,
la política misma. Los procedimientos historicistas de desmitificación aplicados a la crítica
literaria se prolongan ahora a la trama objetiva de las fuerzas sociales y políticas porque
dicha trama ha sido la fuente de las formas del lenguaje literario nacional. El procerato
literario es expresión del procerato político, las oposiciones especulares en los linajes
literarios repite las oposiciones partidarias, los mitos de origen de unitarios y federales, de
liberales y nacionalistas, de peronistas y antiperonistas, replican formas opositivas en la
literatura nacional desde Facundo, pasando por El payador de Lugones hasta la partida
retorica entre Boedo y Florida. “Tal vez las luchas entre unitarios y federales hayan
contribuido a iniciar la confusión: el hecho de que existieran caudillos populares en que se
encontraban de algún modo los anhelos de los desposeídos y de que esos caudillos
tengan un peso en nuestra historia, siendo al mismo tiempo enemigos de la cultura y el
progreso – o de la civilización –parece haber depositado para siempre a nuestros
intelectuales y a los partidos políticos y a los partidos que han levantado banderas
progresistas. Aunque no los cesarismos, ni las demagogias son ya hechos oscuros, se
siguen colocando frente a la historia en la posición de los primitivos liberales.
Comprenden aún al déspota con el hecho social que le da base, no han integrado aún su
visión del fenómeno político, hablan todavía de la ignorancia de las masas (…) Así han
llegado a producirse las paradojas de que Mármol sea presentado como un demócrata
liberal progresistas, y de que el Partido Comunistas haya celebrado a todo trapo la figura
de Mitre.”19

Ahora bien, el pasaje a la escritura política de parte del staff contornista en la coyuntura
que va del 55 al 59 se nutre de dos elementos que agregan un matiz rupturista en relación
al primer período. Si bien es cierto, como argumenta Marcela Croce que “a medida que se

18
Unas líneas de Marcela Croce son sugestivas en este sentido: “A Solero y a Kush, colaboradores
simultáneos de SUR y CONTORNO, Warley y Mangone los identifican como introductores de los postulados
de Martínez Estrada en la revista de los jóvenes críticos. Sin Embargo, los contornistas reivindicarán al autor
de Radiografía de la pampa más por su actitud denuncialista que por sus análisis espectrales y su obsesión
patológica”. Ver Marcela Croce “Contexto, compromiso, contestación. Contorno: situación en el mundo
intelectual en Noemí Girbal Blacha y Diana Quatrocchi-Wisson (directoras), Cuando opinar es actuar.
Revistas argentinas del siglo XX, Buenos Aires, Academia Nacional de la Historia, 1999.
19
Ismael Viñas: “Miedos, complejos y malosentendidos” en CONTORNO 7/8, pag 14

8
verifican los cambios políticos de mayor envergadura en el país, la historización de la
cultura se impone como zona de comprensión del presente” y que en el número 7/8 la
política constituye un “dominio único”20, también es cierto que en dicho número la política
no puede comprenderse sin historización, y además, lo que en este número dedicado al
peronismo en su totalidad, se presenta intentando saldar cuentas con los mitos
oposicionales del fenómeno populista, en los números posteriores la historia sirve para
construir un cuadro de situación de las tradiciones políticas que emergen en la coyuntura
pos peronista. Y por tanto, CONTORNO ya no discute tanto fenómenos ideológicos
matriciales, sino estrategias de poder.

En este sentido es primordial recordar que por un lado Ramón Alcalde (cuya figura ha
alcanzado lugares de mayor importancia en este período final de la revista) se
desempeña como secretario de redacción de la revista IMAGO MUNDI que dirige José
Luis Romero para luego ser Ministro de educación de la Provincia de santa Fe con el
triunfo electoral de la UCRI; y que Ismael Viñas es secretario del mismo Romero en su
gestión como rector interventor en la Universidad de Buenos Aires. La figura de Romero
influye en la agenda del último CONTORNO a través de dos líneas decisivas: por un lado
Ismael Viñas, Ramón Alcalde cumplen pasan a la política orgánica e impulsan una
corriente interna dentro de la UCRI, y es verosímil pensar que la experiencia de
concordancias pero también de disidencias junto a Romero, que es un prestigioso
referente del Partido Socialista y una figura destacada del movimiento reformista
universitario, albergue muchos de los elementos de debate político en que la revista se
embarca.21 Pero también Romero influye en la búsqueda que los contornistas tienen de
hacer ingresar explicaciones provenientes de la historia profesional en la revista extraídos
de la joven perspectiva de la historia social y que se expresa concretamente en las
colaboraciones reiteradas en este período de Tulio Halperin Donghi22

También vale la pena recordar que si bien para el primer CONTORNO “…son los cruces,
los encuentros, las tramas, donde la política revela a la literatura y la literatura puede ser
metáfora de la política”23, para el segundo período, la política cobra inteligibilidad y se
desmitifica en la medida en que se expresa como historia social.

20
Marcela Croce. Ibid. Pág 7
21
Romero representa uno de los blancos principales contra los que Viñas polemiza en el primer
CUADERNO) ya que representa una de las fracciones oficiales del partido Socialista (el otro es Gholdi).
Polémica que excede las intenciones de este trabajo pero que está enmarcada en la discusión acalorada de
las diversas agrupaciones del campo progresista en relación a la salida política pos peronista.
22
No parece haberse subrayado suficientemente por parte de la historiografía el dialogo, quizá informal,
que está presente en más de una instancia cultural en el período entre la crítica literaria emergente y la
vasta y variopinta agenda de la historia social. Y no parece aventurado leer un costado importante de la obra
crítica, por ejemplo, de Adolfo Prieto o de Noe Jitrik bajo esta óptica resaltando sus convergencias y
contrastes.
23
Sarlo: Ibid pág 7

9
3-EL EJE CLASISTA

Ahora bien, esa historia que resulta aleccionadora de las tensiones y correlatos militantes
y que coloca a la política en el centro de la tarea intelectual, encuentra en la problemática
clasista su núcleo racional. Es desde este núcleo que CONTORNO leerá hacia atrás la
trama del peronismo histórico y hacia adelante el escenario pos peronista y la posición del
intelectual en ambas perspectivas epocales.

León Rozichtner, quien por su recorrido personal, es quien más ha absorbido los debates
teórico políticos del campo intelectual en Francia, es el encargado , con un lenguaje
fenomenológico que recuerda los primeros trabajos de Claude Lefort y de Cornelius
Castoriadis en Socialismo o Barbarie, pero también al Sartre que debate con ellos y cuyo
cause llevará a los argumentos de Crítica de la razón dialéctica; de pensarlas tramas
ideológicas que se traban en las experiencias del proletariado y de la burguesía. Una
condición experiencial sistémica será primordial mente necesaria, desde el punto de vista
metodológico, para luego ingresar esas “experiencias” en la especificidad del
peronismo.”La burguesía pudiendo ser libre frente a lo natural, se hace natural, y aniquila
su libertad. El proletariado, siendo natural, determinado, pretende hacerse libre. Y libre
concretamente en su primer paso. Y su concreción significa entonces ¨ser libre ante la
burguesía¨ ¿Qué importa plegarse a Perón o a quien fuese, si mediante esa entrega se
cumple la liberación?24 Y más aún “ Hay en el proletariado una conciencia, aunque vaga,
una sensibilidad, aunque embotada de los fines que tienden a su propia superación” –
dice Rozichtner repitiendo casi las mismas palabras de Lefort en La experiencia proletaria
de 1952, e inaugurando así una interpretación política de la clase obrera en relación al
peronismo que evita tanto la versión clásica de la manipulación absoluta de parte del líder
frente a una masa pasiva e infantil, aunque sentimental (como la veía en parte Ramos
Mejía y que se replicará en la sociología de Gino Germani); como de aquella que por la
vía mítica subraya la simbiosis de las masas con el líder producto de la racionalidad
destacada de este.la interpretación de Rozitchner, al hacer hincapié en el concepto
fenomenológico de experiencia evita la caracterización del peronismo y la masas como
excepción o anomalía de un curso teleológico.

Del mismo modo, el núcleo de clase, reenviado ahora, al foco de la caracterización del
fenómeno peronista como régimen, presenta también matices respecto de las
caracterizaciones tradicionales que recuerdan sólo sus rasgos autoritarios y
manipuladores:” Él peronismo no es un fenómeno de miseria económica solamente, es
también un fenómeno de miseria cultural. Porque la burguesía es un fenómeno social total
y segrega tanto lo uno como a lo otro, ese abandono social total sin superación en el cual
las masas no pueden solas, más que revolverse en la ignorancia y en la mentira, que una
vez más emana como un fenómeno de la propia burguesía. Por eso el peronismo no es

24
Leon Rozichtner: “Experiencia proletaria y experiencia burguesa” CONTORNO N 7/8, pág 3

10
un fenómeno originario de las masas, sino que se origina en la consiente miseria a la que
la burguesía reduce una parte del país, hacia la que solo tiene desprecio”.25

Como resumen, la valoración se eleva por sobre las miradas que ven por derecha en el
peronismo solo una falta de libertad abstracta y por izquierda le asignan a las masas una
libertad también abstracta: “¿Se ve, entonces lo inútil de la simple prédica ideológica de la
burguesía izquierdista cuando los pretende libres, cuando apela a una libertad que sólo
los burgueses conocen y que el proletariado ignora? Para el proletariado fue una
liberación la que prometió Perón: conseguir oponérsele al patrón en el taller, y que éste le
temiera. Esto fue una transformación concreta, aunque prestada, que al patrón no le
costaba mucho porque era él quien seguía acumulando la riqueza. Se ve también que la
clase patronal “idealista” prefirió sufrir la merma de su prestigio “moral” en sus relaciones
con los subordinados para no perder la ganancia material”26

El eje de clase entonces supone hacer hincapié primeramente en las fuentes explicativas
del accionar de las masas en relación siempre con el accionar atribuyente y constriñente
de la clase antagónica. Una razón de ser del sujeto colectivo con independencia de las
valoraciones tradicionales del fenómeno de masa se encuentra, prosiguiendo con la
caracterización que CONTORNO hace de los procesos inmediatamente pasados, en la
pluma de Rodolfo Pandolfi que, restándole quizá, cierto vértigo al aspecto
fenomenológico, piensa el 17 de Octubre de 1945, sin embargo, también, desde la
perspectiva relacional de la masa: “Las masas que hicieron el 17 de Octubre abrieron una
nueva etapa política. La masa trabajadora pasó a ser una fuerza de la que ya no se puede
prescindir. El 17 de Octubre señala la ruptura definitiva con el pasado, no solo porque
terminó con la influencia que las viejas soluciones políticas seguían temiendo en el
pueblo, sino porque terminó también con el 4 de Julio, declaró agotado el breve
experimento clerical – falangista, del que sólo aparentemente fue su culminación,
constituyendo, en realidad su contradicción. Las masas obreras en la calle destruyeron lo
que algunos sociólogos llaman jerarquía de los modelos y de los símbolos, no porque
dejaran de apelar a ellos sino porque anularon lo que efectivamente eran al modificar sus
significaciones, al inventarlos nuevamente en función de combinaciones inéditas”27

Una lógica bifronte encuadra a la mayoría de los artículos que CONTORNO dedica al
peronismo y que se nuclean en la problemática de clase: revisar críticamente el régimen
pasado y criticar las coordenadas en que se traza la coyuntura inmediatamente posterior
a su caída. CONTORNO dialectiza estos dos momentos, los confronta al juego de los
develamientos que suponen pensar desde la actividad de las clases y así les confiere sus
dignificaciones políticas. Es en este juego, en el que opera aún la pregunta por el lugar del
intelectual comprometido respecto de una doble experiencia opositiva de carácter social y
política, en el que la revista hará su última gran crítica a SUR y a través de ella al conjunto

25
Ibidem. Pag 3
26
Ibidem pag 4
27
Rodolfo Mario Pandolfi:”17 de octubre, trampa y salida” CONTORNO 7/8 pág. 26

11
de las actitudes de la intelectualidad burguesa en relación con la nueva situación. Las
diferencias verbales con respecto a las matrices críticas de los números anteriores se
centran en que aquí, en el artículo que escribe Oscar Masotta respecto de los decires del
número especial (N° 237) que la revista de Victoria Ocampo le dedica a los
acontecimientos inmediatamente pasados, los fenómenos literarios como sublimación de
los fenómenos políticos dejan paso casi exclusivamente a la crítica directa a una posición
filosófico moral que oculta mal la identidad burguesa de sus mentores. Muñido del
concepto lucacksiano de decadencia que hunde sus raíces en la metáfora naturalista y
cíclica de la saga de Spengler, Masotta apunta contra la pretensión espiritualista de SUR,
entendida como espacio que la cultura debiera preservar para la actividad pleno del gusto
estético. Solo que ahora con la inapelable presencia en la escena política argentina de las
masas organizadas, y ante la patente realidad de un régimen que dirige de manera
explícita sus medidas restrictivas y represoras sobre contra la identidad política y
organizativa de esas masas, esta apelación de SUR, no puede medos que justificar que
dicha preservación de la tarea libre del escritor es indefectiblemente una justificación
dirigida a “salvar al as elites de la irrupción de las masas en la historia” bajo el argumento
de claro cuño decadente, de que dicha tarea es prerrogativa, por tradición y mérito, de
“personas especialmente calificadas”28

La crítica en los números anteriores se resolvía sobre la textura interna de los contrastes
entre texto literario y nación y arrojaba resultados que valoraban las obras y los autores
que habían de transitar por los bordes de canon de la literatura argentina; ahora radica
centralmente en un juicio a la actividad solapadamente clasista de la constelación liberal
de la revista, donde se subraya el carácter orgánico existente entre la expresión estética
de los autores de SUR y su inocultable condición de clase. Si no veamos este trazo
argumentativo de Masotta: “¿Es Victoria Ocampo burguesa? Seguramente: por su
posición social y por la actitud que mantiene frente a la clase de origen. Pero en cambio
sería mas difícil que ella aceptara reconocerse como tal. Los escritores de hoy, apoyados
en la tradición de la literatura, tienen de sí mismos una concepción que no encajaría en lo
que ellos entienden por burguesía. Escribir – se escriba lo que se escriba – ha pasado a
ser hoy –para los escritores burgueses- sinónimo de no burguesía. Debemos entonces
encontrar una imagen de Victoria Ocampo, extensiva en lo posible a los colaboradores de
SUR, en la que ellos puedan reconocerse”29

Concediendo la posibilidad de encontrar el carácter burgués de toda la actividad práctica y


nocional de una escritura como la de Victoria Ocampo en una “imagen” en la que alguien
como ella también “pueda reconocerse”, Masotta, en un giro que recoge al Sartre del
Genet como un espejo ideal de integración límite entre escritura y vida, busca los puntos
constitutivos de la espiritualidad burguesa para probar en la figura de Victoria Ocampo, lo
que dicha espiritualidad oculta y expone de si. Si dichas fuentes radican en que el espíritu

28
Oscar Masotta:”Sur o el antiperonismo colonialista” CONTORNOP 7/8 pág. 40
29
Ibidem pág 41

12
burgués resalta el talento adquirido al tiempo que oculta una condición de nacimiento, si
por al vía proyectiva, el espíritu burgués expone meritos por capacidades mientras en
verdad repudia linajes impropios e innobles, la imagen que el escritor burgués tiene de sí,
incluye lo que proyecta de sí negativamente. Esta tensión que incluye la presencia de los
monstruoso no reconocido como fuente oculta de su condición resulta entonces, en tanto
expresión, en la construcción ahistórica de absolutos, la verdad absoluta, la libertad
absoluta, el bien absoluto, el mal absoluto. Aquí llegamos al centro del argumento que
Sartre expuso para enfocar a Genet contra la sociedad burguesa y que Masotta usa para
confrontar a SUR: Genet encarna en su misma persona todos los elementos que la
sociedad burguesa proyecta en la figura absoluta del mal, pero en la medida en que están
encarnados en una vida, queda al descubierto el mecanismo de proyección social (es
decir sus deseos oscuros reprimidos)que la sociedad hace sobre sus componentes
particulares. Todas las cualidades negativas que las elites proyectan en Perón hasta
convertirlo en el mal absoluto, no son más que sus propios deseos sociales proyectados y
recubiertos de una autoimagen de alma abstracta y bella: Y mientras el carácter histórico
de Perón permanezca incomprendido, por esta monumental proyección, el gobierno que
se presenta como destinado a acabar con ese Mal, representaré, necesariamente el bien
posible, que permita a esa espiritualidad, por fin, preservar su dignidad vocacional,
expresar en términos prácticos la libertad y decir sin restricciones la verdad. La crítica
mordaz de Masotta todavía aquí se acomoda bien al nuevo signo de la revista destinado a
erigir un registro ideológico propio surfeando en la polaridad peronismo – antiperonismo
centrado en la historia y la problemática de clase. Cuando CONTORNO, dé el paso
siguiente, dirigido a una crítica de las estrategias políticas del país pos peronista y
concluya en el apoyo crítico a Frondizi, Masotta (y también Sebrelli y antes Correa) no
podrá seguirlos, aún con el riesgo de que la dinámica especular con que ha criticado al
espiritualismo burgués, pueda consumirlo.

El eje de clase delinea también la posición política dentro de la constelación de la


izquierda: Entre la opción por la clase trabajadora y la hipótesis revolucionaria de la salida
política, media un tipo de conexión que fundada en experiencias históricas cercanas y
objetivas presenta una expresión subjetiva: esto es el nacionalismo. Beatriz Sarlo ha
querido inscribir flexión esencial de CONTORNO de la coyuntura pos peronista en la
tradición que ella llama “nacional – democrática del radicalismo, es decir el reformismo del
18, FORJA, el Irigoyen ismo personalista, etc.30 Nosotros pensamos que esa forma de
intelección de las elecciones políticas de los contornistas prescinde de un hecho central
que radica torsión que realizan leyendo al peronismo que consisten en centrar la rítmica
de la política local y regional ya no en el horizonte plebeyo de la nación, sino en el
horizonte obrero bajo el signo de una caracterización que ya no justifica los signos del
movimiento real sólo desde las expresiones político culturales sino desde las condiciones

30
Sarlo, Ibidem pág 4. Ver también “Nosotros y ellos. David Viñas habla sobre Contorno” Entrevista
realizada a David Viñas por Beatriz Sarlo y Carlos Altamirano en Abril de 1981 en PUNTO DE VISTA Revista
de cultura, Año IV , N° 13, Noviembre de 1981

13
económico sociales de las clases. Pero esta constatación, a diferencia del nacionalismo
plebeyo de los años 30 tiene como condición esencial la mayoría de las masas obreras en
la escena política en forma organizada durante el peronismo.. El paso entonces se
afianza menos en una tradición como en las fuerzas emergentes de la nueva coyuntura:
“Por eso la experiencia política la constituimos cuando experimentamos nuestra
penetración dentro de la estructura del país. Es decir, cuando profundizamos en la
realidad hasta encontrar el momento genuino de la nación que se proyecta hacia el futuro
con el sentido que nosotros leemos en la historia. En otras palabras: cuando
reencontramos prácticamente el máximo de izquierda esbozado en la realidad”31

Tenemos allí todo el basamento metodológico con el cual los contornistas intentan
justificar sus diferencias con la izquierda tradicional y por la cual optan por la UCRI como
espacio político de prueba: o un modelo teórico proyectado a la lucha de clases o una
experiencia práctica de la lucha de clases que produce conclusiones teóricas. En la falta
de cambio en el “método de verificación”
, creen ver los contornistas los “fracasos de la izquierda”: un partido comunista ha
proyectado la lectura de las experiencias nacionalistas dictatoriales europeas en el
escenario local por mandato soviético, teniendo como consecuencia un alejamiento
crucial respecto de la clase y “que los ha conducido a oscilar entre los grandes planteos
de la historia universal – totalmente fuera de su alcance – o el munúsculo problema de las
tuberías vecinales”. Un partido Socialista que, llevando al extremo la tesis según la cual
los obreros solo adquieren su conciencia en el seno del partido educador y mientras tanto
solo son un fragmento inorgánico de la conciencia burguesa, divide de forma impotente
sus argumentos entre la posición mayoritaria que repite la relación de PS con la clase es
centralmente pedagógica y pastoral y otra que vive la indiferencia de los obreros respecto
del partido como “el drama argentino”32

Ahora bien, si el eje de clase (junto con la noción de totalidad que veremos mas adelante)
permite una intelección tanto de la condición objetiva de los sectores sociales, asi como
de la patologización ideológica de cada una de ellas en la experiencia histórica, y también
de la demarcación de las estrategias políticas, no produce garantías para poder salir del
drama inscripto en una práctica intelectual que dirigiéndose ahora de manera explícita a la
necesidad de compromiso con las masas emergentes, aún, en términos prácticos
constituyen una existencia visiblemente lejana respecto de dicha práctica. “Entre el
proletariado y nosotros hay un abismo” decía Rozitchner en 1956 haciendo hincapié no
solo en que el público que receptaría los términos de la revista estaba lejos de ser
proletario, sino también en referencia a la constatación de que ahora, hacer política hacia,
desde y en el proletariado no constituye todavía en el grupo intelectual otra cosa que un
aprendizaje.”Sin embargo nuestro mundo, nuestro pobre mundo pierde, hace agua y
miseria por todos lados, y es en vano que intentemos un postrer calafateo, cerrarnos aún

31
Leon Rozichtner: “Lucha de clases, verificación del laicisismo” CUADERNOS DE COBNTORNO N° 1, pág. 15
32
Ismael Viñas: Ibidem, CUADERNOS DE CONTORNO N°1 pág. 2

14
mas, hacernos herméticos a las otras pasiones porque no coinciden con las nuestras,
porque saben mal, porque huelen, porque ofenden: este olor alo desconocido, esta costra
impenetrable, esta ofensa a la dignidad herida nos sitúa en una seriedad a la que nada,
fuera de nuestra soberbia, nos autoriza. La cultura se hace en nosotros cada vez mas
naturaleza y perdemos de vista el dinamismo que la conforma”33 Y si la intelección que
otorga el núcleo de clase evita la posición de los intelectuales que “siguen susurrándoles
(a las masas), en cambio, nuevamente la existencia en el mundo de lo bello, de la verdad,
del amor y del bien como si estuviera todo hecho, como si estuviera al alcance de la
mano”; aún resulta infinitamente escaso , examen de conciencia de por medio para saldar
el abismo. Aquí, en este punto, y dada esta tensión, el texto de Rozichtner solo puede a la
textura verbal del sartrismo y ensayar con ella formas futuras de comunicación de las
cuales no alcanza ni la figura de la vocería o la guía de cuño socialista, ni la
representatividad electoral, ni la palabra crítica como mediación de la burguesía: pero no
hay un punto de pasaje entre nosotros y ellos, no existe mediación, la cultura en la cual
nos movemos los ha ignorado y aislado. Se trata de crear ahora los puentes más allá de
la abstracta disquisición que establece la necesidad política de actuar con ellos, y mucho
más allá de la mascarada obrero electoralista que se disputa ahora su dominio. La
posibilidad de diálogo no puede ser simplemente política, de la cual, ahora, y con razón,
desconfían. Se trata de hacer nacer entre nosotros una corriente concreta que los
englobe, una totalidad que no los excluya: Redescubrir nuestra situación política a partir
de una formulación total significará no dejar afuera de nuestra labor, como innecesaria
para lo inmediato o como un exceso prescindible, esa dimensión personal que de sentido
a todas las otras...”34

Pero si, por último, el pasaje a la política tiene como móvil la integración de la agenda del
compromiso con los correlatos prácticos de la auto conciencia de la propia situación;

¿Qué significa esa formulación total que subraya Rozitchner y que parece completar el
conjunto de móviles que iluminando la situación, los empuja a la práctica orgánica?.

Combinando al Sartre que conjuga la doble experiencia de la guerra y de la pos guerra


para constituir la demarcación practica de una ética del compromiso, con el Luckacs que
piensa la totalidad como sustrato teórico de las experiencias sociales antagónicas en
relación, el grupo contornista presenta la experiencia proletaria y la experiencia de los
intelectuales durante el peronismo y durante el pos peronismo como una totalidad
dialéctica. “Pero nosotros no podemos alegar ahora falta de conocimiento concreto de la
realidad. Hemos pasado el peronismo, momento en el cual descubrimos vívidamente una
realidad: fue el test Perón, el test del proletariado. Pero estamos viviendo ahora el test
burgués, que también nos descubre vívidamente otra. Hemos cerrado el circuito de una
percepción totalizadora mínima, tenemos la vivencia de dos de sus integrantes caudales,
estamos frente a un mundo social que ha mostrado sus extremos fuera de los cuales ya

33
Leon Rozitchner Ibidem, CONTORNO 7/8 pág. 7
34
Ibidem pág. 8

15
nada existe, a no ser la complacencia en una virtualidad de semejantes, hechos a la
imagen que nos damos al multiplicar la nuestra”.35 Este movimiento dialéctico basado en
la integración de los opuestos en una totalidad experiencial nos es ajeno al primer
CONTORNO. Ha sido el modelo heurístico argumentativo para “superar” las formas
maniqueas con la que se presenta la expresión literaria de los acontecimientos políticos.
Por un lado entonces el conocimiento vívido de la doble experiencia opositiva en la que el
país de debate conforma el sustrato político moral de la totalidad. Pero si aquella doble
experiencia que en el texto de Rozitchner se resuelve dialécticamente en una condición
moral que aun se encuentra radicada en los contornos del compromiso sartreano, en el
artículo que escribe para el primer CUADERNO DE CONTORNO, dicha resolución adopta
el lenguaje de la política estratégica. Este cambio de textura en la escritura es producto de
algo más que de una esgrima retorica, se condice con las condiciones escriturarias que se
entremezclan entre lo que los contornistas entienden que es el sentido del movimiento
real y su expresión crítica: “…Y nosotros debemos escoger ¿Cómo conciliar el presente,
pasado y futuro del proletariado argentino, como afirmar concretamente la lucha de clases
que le dé sentido? La situación es seria: no hay en la Argentina un partido que sea
concretamente el partido de la clase trabajadora. Aquel que reivindique junto con una
definición frente al poder económico, una definición frente al poder cultural. No nos
complacemos en esta evidencia, actualmente no existe un partido que mantenga una
dialéctica viva con la clase trabajadora. ¿Cómo escoger y escoger a favor de la clase
trabajadora?. Aquí es donde aparece para nosotros la necesidad de una verdadera
experiencia política que busque donde se encuentra concretamente ese sentido de la
izquierda que ningún partido de la izquierda contiene”.36

El estudio de la totalidad como experiencia social y como eje dialectico se ha vuelto


situación y con ella estrategia. Todas las categorías fenomenológicas que se encontraban
al principio en una corporeidad moral, ahora vueltas a la agenda política de la situación,
se convierten en nociones estratégico-políticas. Se vuelven categorías para la lectura del
juego de fuerza de la coyuntura fundadas en una convicción que delinea la tipología
específica de la revolución en el país. Los dos CUADERNOS DE CONTORNO y el largo
excurso escrito por Ismael Viñas en el último de la revista llamado Análisis del
Frondizismo abrazan una noción de totalidad que aun cuando mantiene su carozo
nocional en la idea de una experiencia antagónica centra más bien sus sentido en el
análisis coyuntural de las fuerzas sociales y políticas. Pero con ello CONTORNO tal como
lo delinearon sus perspectivas a lo largo de diez años ya no tiene razón de ser. La
tracción hacia los lindes del intelectual revolucionario reclama otro modelo de intervención
pública. Más aun cuando aquella primaria experiencia política - nacional a la que la
oficialidad contornista se aferra, no sin reparos y advertencias, resulta en una “traición”
para afianzar así las tendencias de salida “no reformista” de las fuerzas populares, así
como la necesidad de los INTELECTUALES DE CONTORNO de constituir su propia

35
Ibidem Pag. 6
36
León Rozitchner Ibidem Cuaderno de Contorno N1, pág. 18

16
experiencia orgánica. La tercera pata que comporta este cuadro junto con los dilemas
peronismo/antiperonismo y dicha “traición”, para este nuevo modelo intelectual y la
constatación de dichas tendencias sociales, será un fenómeno ya no nacional sino
internacional y decisivo: la revolución cubana.

CONCLUSION

El grupo de intelectuales que conformó en la primera mitad de los años cincuenta la


revista CONTORNO tomo una orientación sensiblemente distinta a partir de su número
7/8. Los procesos sociales y políticos que inaugura la Revolución Libertadora en dirección
a desperonizar el país y contener en base a un marco represivo las conquistas de la clase
obrera adquirida en la etapa anterior conduce a los miembros de la revista, provenientes
de la fracción universitaria del campo intelectual a pasar a la política explícita. Esta nueva
posición requiere primeramente para el grupo una relectura crítica y autocrítica del
fenómeno peronista mirado ahora desde la nueva situación. En ella CONTORNO
construye un andamiaje crítico que supone aprovechar las formas escriturarias e
interpretativas que en la etapa anterior utilizó para leer la literatura nacional. Lo que en los
títulos anteriores funcionó como una lectura de la literatura nacional a través de los
acontecimientos políticos del país, ahora es una lectura crítica de los procesos sociales y
políticos centrados en la marca del peronismo. Pero a la vez esa lectura del peronismo los
obliga a resituar su condición de intelectuales bajo la agenda del compromiso con los
sectores populares, ante la constatación de que el peronismo ha sido el fenómeno que ha
completado la maduración de la integración de las masas a la política. Todo lo cual los
compele a un examen de conciencia centrado en la ineludible tensión entre obra y vida,
que los aleja moral e ideológicamente de la mayoría de las posiciones intelectuales del
campo ubicados en la constelación liberal respecto del autor y su obra cuyo centro radica
en el espiritualismo y la prescindencia respecto de los sucesos políticos del país. Los
CONTORNISTAS transitan esta agenda crítica y autocrítica portando dos herramientas
heurísticas y metodológicas que les son familiares, el uso de la historia social y el eje
clasista como núcleo racional de la misma. De este modo y apoyados sobre los
acontecimientos que van desde la opción frondicista como salida política a la crisis abierta
luego del pos peronismo, a la que apoyan no sin reservas, hasta la llamada “traición” por
parte del caudillo intransigente, el grupo utiliza esos ejes primeramente para reubicar y
reubicarse en una historia política que se ha trazado con fuertes linajes míticos y a través
de oposiciones maniqueas. Pero en la medida en dicho pasaje del grupo a la política se
profundiza la escritura contornista va pasando de las lecturas históricas a los análisis de
coyuntura en clave de estrategias de poder. Este último tópico de la escritura crítica de
CONTORNO, dejará por lo menos al grupo oficial de la revista tempranamente respecto

17
de otros fenómenos similares en América Latina, en los lindes de lo que Gilman ha
llamado el pasaje a un intelectual revolucionario y volverá imposible su continuidad. Este
agotamiento de la experiencia contornista tendrá su confirmación con la emergencia de la
Revolución Cubana que pondrá, pero a un nivel continental en juicio el papel meramente
comprometido y testimonial del intelectual para reclamar formas mas definidas de
intervención pública.

BIBLIOGRAFIA

 CRIVELI, Miriam y Khoan, Martin : “Cultura política en al revsita argentina.


Contorno (1953 – 1959) In America: Cahier du CRICCAL, N° 9 – 10, 1992 “Le
discours culturel dans les revues latino – americaines, 1940 – 1970.”
 CROCE, Marcela “Contexto, compromiso, contestación. Contorno: situación en el
mundo intelectual en Noemí Girbal Blacha y Diana Quatrocchi-Wisson (directoras),
Cuando opinar es actuar. Revistas argentinas del siglo XX, Buenos Aires,
Academia Nacional de la Historia, 1999.
 GILMAN, Claudia:”Entre la pluma y el fusil. Debates y dilemas del escritor
revolucionario en America Latina.” Siglo XXI Ed., Buenos Aires, 2003
 SARLO, Beatriz: “Los dos ojos de Contorno” en PUNTO DE VISTA. Revista de
cultura Año IV, N 13 Noviembre de 1981
 “Nosotros y ellos. David Viñas habla sobre Contorno” Entrevista realizada a David
Viñas por Beatriz Sarlo y Carlos Altamirano en Abril de 1981 en PUNTO DE
VISTA Revista de cultura, Año IV , N° 13, Noviembre de 1981

NUMEROS DE CONTORNO

 CONTORNO N° 7/8, julio de 1956


 CUADERNOS DE CONTORNO N° 1, Julio de 1957
 CUADERNOS DE CONTORNO N° 2, Febrero de 1958
 CONTORNO N° 9/10, Abril de 1959

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