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Estimada Comunidad UC

El pasado martes 27 de marzo, Josefina Canales, presidenta electa de la FEUC 2018, presentó ante
el estudiantado su renuncia al cargo. El motivo de esta, comunicado por ella misma, es una
depresión que actualmente aqueja su estado de salud. De la misma forma, nuestra compañera
reflexiono sobre como a veces el trato que sostenemos entre compañeros en política se vuelve
inadecuado. Sobre esto, creemos necesaria una reflexión.

En primer lugar, entendemos lo que le ocurrió a Josefina no como algo aislado, sino como la
expresión de un fenómeno estructural y cada vez más visible que está presente en nuestra
universidad. No es casualidad que teniendo uno de los sistemas de atención psicológica con mayor
capacidad, comparativamente con otras universidades, este se encuentre saturado por la cantidad
de compañeros aquejados por diversos problemas de salud mental. Esto hace necesario una
denuncia y tratamiento adecuado de la temática. Llamamos a darle el peso que realmente tiene la
salud mental y a nunca menospreciar ni subestimar el carácter de estas enfermedades.

En torno a lo mismo, el caso hace alusión a nuestros espacios de participación política, y


demuestra de manera elocuente como las maneras en que actuamos al interior de estos espacios
pueden convertirse en una forma de agresión hacia nuestros compañeros y compañeras. Esto
amerita de nuestra parte un examen de nuestras conductas al hacer política, a la vez que un
cuidado entre nosotros y a nosotros mismos.

Un desafío de este tipo se encuentra en directa conexión con una perspectiva feminista de
concebir la política. Estas agresiones de las que hablamos no están disociadas de lo que
entendemos por machismo. Vemos en los espacios políticos lógicas propias de una masculinidad
dominante, la cual es capaz de clausurar la discusión solo entre aquellos que la ejerzan. La
concepción de una política enraizada en el matonaje, no es más que un síntoma de lo anterior. De
la misma forma, interrumpir, insultar y levantar la voz de manera innecesaria, son elementos que
todos debemos examinar en nosotros mismos, tanto en el contexto universitario general, como
particularmente en nuestra carrera. La asamblea, el consejo de delegados, las vocalías y cualquier
espacio en el que se haga política, exigen un comportamiento fraterno y constructivo entre
compañer@s. Creemos que es también parte de la lucha feminista reorganizar nuestra política,
para hacerla apta para todas y todos.

Por último, quisiéramos distanciar esta reflexión de cualquier discurso que tenga como objetivo
despolitizar. No estamos deslegitimando nuestros espacios de participación política ni negándole
la importancia a las discusiones que en ellos de desarrollen. Creemos relevante evidenciar el
matiz, hacer entender que el problema no es de la política en sí, sino de las maneras contingentes
en que la estructuramos. El desafío es grande y multifacético, pero su existencia nos hace
consientes de algo que a veces olvidamos: somos nosotros, estudiantes de la UC y miembros de
esta comunidad, los que producimos y reproducimos las formas en las que nos relacionamos
dentro de ella.

Atte
Centro de Estudiantes de Sociología UC

Consejería Académica Sociología UC

Vocalía de Género Sociología UC

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