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II.

LAS ORGANIZACIONES CAMPESINAS EN AMERICA


LATINA
1. Tipología de organizaciones campesinas

Las organizaciones campesinas, también llamadas organizaciones locales, comunitarias,


rurales o populares son agrupaciones de base, formales o informales, voluntarias,
democráticas, cuyo fin primario es promover los objetivos económicos o sociales de sus
miembros. Independientemente de su situación jurídica o grado de formalización se
caracterizan por ser grupos de personas que tienen por lo menos un objetivo común. Actúan
conjuntamente ante las autoridades locales asociadas a la idea del desarrollo “de abajo
hacia arriba” y constituyen mecanismos para la obtención de créditos, insumos,
capacitación y otros servicios promoviendo el bienestar de sus miembros.

Los pequeños agricultores, trabajadores rurales, campesinos sin tierra, y otros grupos
desventajados de la población rural no tienen poder de negociación suficiente para lograr
que sus pedidos sean atendidos. De ahí la importancia de agruparse y aunar esfuerzos
para formular ante las autoridades demandas que representen los intereses de la totalidad
de sus miembros.

No obstante el bajo nivel organizativo de los agricultores de la Región se observa que existe
una gran variedad de grupos de autoayuda, que van desde los autóctonos a los consejos
comunales y sociedades cooperativas registradas. Puede intentarse así presentar una
tipología abierta de organizaciones campesinas, dejando la posibilidad que puedan entrar
otros grupos participatorios.

1.1. Comunidades campesinas

Existe en la Región una rica experiencia en organizaciones sociales y de desarrollo


comunitario, con caracteres que les han permitido persistir a través del tiempo y a pesar de
la marginación que han soportado. Esos caracteres son, entre otros, la homogeneidad
étnica y cultural, el trabajo en común, la ayuda mutua y el empleo de tecnologías
vernáculas.

Las comunidades campesinas, difieren según sus características culturales, ecológicas,


evolución histórica, etc., pero todas se caracterizan por tener relaciones de producción
basadas en el trabajo familiar o bajo formas colectivas entre los comuneros. Producen sus
alimentos básicos con sistemas ancestrales y escasa dotación de recursos, siendo los focos
donde se concentra la extrema pobreza.

Las organizaciones comunitarias de base actúan como intermediarias entre los agricultores
de escasos recursos y las instituciones de investigación y extensión externas. Muchas de
ellas se agrupan en federaciones u organizaciones de segundo grado. Como continuidad a
las actividades de intermediación, las federaciones adaptan y difunden tecnología en
programas que ellas mismas controlan y administran y constituyen un grupo de presión
hacia el sector público y las ONG's agrícolas para orientar su actuación a las necesidades
de las familias rurales pobres.

Las comunidades campesinas en Bolivia son el modelo de organización que mejor se


identifica con la realidad cultural (aymará, quechua, guaraní) del país.

En Ecuador la comuna es la forma organizativa histórica principal, legitimada por el Estado,


que la ubica en el último nivel de la división político-administrativa. Está formada por un
grupo social relacionado por lazos familiares y culturales comunes que habitan un espacio
físico determinado y tienen una división de trabajo comunitario. De las 1859 comunas
registradas con cerca de 700.000 habitantes el 80% se hallan en la Sierra (39). Hay
Federaciones de pueblos indígenas de la Sierra y de las Nacionalidades Amazónicas. En
Chimborazo, por ejemplo, las organizaciones de comunidades de habla quechua se
agrupan constituyendo federaciones provinciales de comunidades indígenas (UOCACI y
AOCACH cuentan respectivamente con 29 y 9 organizaciones de base). Otra organización
en el mismo departamento, UNIDAD, construyó una red de organizaciones comunitarias de
habla quechua y ayudó a crear una federación de comunidades indígenas. En respuesta a
la debilidad de los servicios oficiales las federaciones, con el apoyo de ONG's nacionales e
internacionales, iniciaron sus propios programas de investigación y extensión. Como
estrategia importante capacitan indígenas para que actúen luego en sus comunidades
como agentes de extensión (1 y 3).

Las estructuras de las organizaciones indígenas de Guatemala se basan en general en


relaciones interfamiliares de producción, trabajo y distribución integrándose formas de
propiedad colectiva e individual.

En Perú la mayor parte del campesinado está organizado en comunidades campesinas,


que tienen su origen en las culturas preincaicas. Existen aproximadamente 5000 comunas
que controlan el 15% del territorio (la mayor parte en la Sierra) y cuentan con el 20% de la
población nacional. No obstante fueron las que resultaron menos beneficiosas del proceso
de reforma agraria. Son organismos de interés público, con personería jurídica, integradas
por familias que habitan y controlan cierto territorio ligadas por vínculos ancestrales,
sociales, económicos y culturales que se expresan en la propiedad comunitaria de la tierra,
el trabajo comunal, la ayuda mutua, el gobierno democrático y el desarrollo de actividades
multisectoriales (39).

En la República Dominicana hay asociaciones autónomas y flexibles que nuclean a


campesinos sin tierra y pequeños agricultores. Se integran en forma horizontal, mediante
órganos intercomunales y en forma vertical, mediante federaciones y confederaciones.

No obstante los graves problemas que las aquejan las comunidades constituyen en la
actualidad las organizaciones productivas más importantes en ciertas regiones (tribus y
comunidades indígenas andinas, de la cuenca amazónica y de Centroamérica). Los
aymarás en Bolivia, los distintos grupos de mayas de Guatemala, el ejido mexicano, la
organización Ameridian de los quechuas en Perú, confirman el hecho de que el pobre puede
ser partícipe en el desarrollo.
1.2. Cooperativas agrarias

Las cooperativas agrarias, especialmente las que proveen servicios a los agricultores son
la forma más común de organización rural de los productores. En muchos países son las
organizaciones de la población rural con mayor nivel de penetración local que demuestran
alta efectividad en la promoción del progreso socioeconómico de las comunidades rurales
y en la protección de los intereses de los pequeños productores de la Región. Permiten a
sus miembros economías de escala en el acceso a los recursos financieros, proporcionan
un medio institucional para integrar a los pequeños agricultores en la economía nacional.
Además, permiten el intercambio creciente de bienes y servicios entre los sectores
tradicionales y otros subsectores de la economía y contribuyen a que sus miembros se
beneficien con la transferencia de tecnología. En su forma ideal las cooperativas se adaptan
a numerosas actividades económicas y resultan especialmente idóneas para proporcionar
servicios financieros a las comunidades rurales al operar a nivel de base, entre personas
que se conocen bien, requisito fundamental para tener confianza. Con frecuencia suelen
ser las únicas instituciones financieras (u organismos formales) en el área rural
suplementando las fuentes tradicionales, informales de crédito (13).

Factores importantes para el éxito de las cooperativas son, entre otros, el desarrollo
institucional “de abajo hacia arriba”, la capacitación a todos los niveles, la confianza en la
mobilización de ahorros, el seguimiento y la auditoría.

Existe en la región gran número de cooperativas agrarias, de crédito y pesca (más de


23.000 al servicio de 10.3 millones de miembros según cifras de COPAC en 1987). Cabe
señalar que las mujeres constituyen una proporción muy pequeña del número total de
miembros de las cooperativas agrarias.

En Brasil las cooperativas comercializan el 83% del trigo y el 68% de la leche producida en
el país; en Colombia las cooperativas de pequeños agricultores comercializaron el 35% de
la leche fresca y el 6% de las exportaciones totales de café (32). En Chile la Confederación
de Cooperativas Campesinas (CAMPOCOOP) unificó al movimiento cooperativo.
En Ecuador de las 1750 cooperativas registradas más del 50% están en la Costa (39).

En cuanto a la estructura administrativa de las cooperativas agrícolas, se ha avanzado


mucho en la descentralización disminuyendo la participación de los gobiernos. Con
respecto a las organizaciones de segundo y tercer grado, existen en Costa Rica la
Federación de Cooperativas de Producción Agraria y Servicios Múltiples R.L. (FECOPA) y
la Federación Nacional de Cooperativas de Mercadeo Agropecuario R.L. (FEDEAGRO);
en El Salvador la Confederación de Asociaciones Cooperativas de El Salvador (COACES)
y en Guatemala la Federación de Cooperativas Agrarias (FEDECOAG) y la Confederación
Guatemalteca de Federaciones Cooperativas (CONFECOOP) que agrupa a diez
federaciones (30).

1.3. Formas organizativas creadas en el marco de la reforma agraria

1.3.1. Ejidos

La reforma agraria de México de 1910 dejó un legado organizativo complejo, cuyas


estructuras participatorias, ejidos, permanecen. Los ejidos son instituciones políticas y
económicas a las que el gobierno cede derechos a las tierras mientras mantiene un papel
tutelar. Tienen carácter corporativo, sus decisiones se toman en asamblea de miembros,
que son democráticas pero tienen la supervisión del Gobierno que con frecuencia
interviene.

En la práctica la mayoría de los ejidos depende del equilibrio de poderes entre las fuerzas
internas y externas a ellos, de las élites políticas y económicas. Los ejidos pueden formar
uniones regionales para colaborar en programas de desarrollo agrario. En la práctica la
mayoría de las uniones de ejidos fueron creadas por órdenes del Gobierno o reglamentos
del partido, convirtiéndose en instrumentos de la burocracia estatal.

Sin embargo, la Unión de Ejidos “Lázaro Cárdenas” (UELC) representa una nuevo tipo
de organización de productores regionales mexicanos. Reúne 15 comunidades de reforma
agraria en el Sur de Nazarit, representando a casi la mitad de los campesinos de esa zona.
Tiene más de 4500 familias, cerca de la mitad indígenas. La mayoría son productores de
subsistencia que cultivan maíz y algunos otros cultivos comerciales. La UELC jugó un papel
importante en la formación de la Unión Nacional de Organizaciones Regionales de
Campesinos Autónomos (UNORCA), que reunió en una red nacional a productores de maíz
(mestizos), comunidades (pobres) e indígenas, bajo liderazgo de estos últimos y con poder
para apoyar a las agencias de desarrollo rural del Gobierno.

La inclusión de líderes comunitarios y promotores del Programa de Inversión de Desarrollo


Rural (PIDER) en el movimiento de oposición al Gobierno en 1976 llevó a la UELC a
convertirse en una fuerza política regional. Pero al faltarle líderes a nivel de asamblea de
ejidos (en decir en las bases) resultó vulnerable, sin independencia y sin autoridad frente a
la habilidad del Gobierno para dividir. Se reforzó así el control oficial sobre la UELC no
participando con las bases en el diseño y ejecución de los proyectos de desarrollo (por
ejemplo en la distribución de alimentos).

La Coalición de Ejidos Colectivos de los Valles de Somora de Joaquín y Mayo (CECVJM)


formó una oposición organizada con las comunidades reagrupadas constituyendo un
ejemplo de manejo campesino en la distribución de alimentos. Los líderes ganaron el grado
perdido, y se revitalizaron los esfuerzos de desarrollo económico de la UELC. El liderazgo
paralelo que surgió fue capaz de usar el Consejo Alimentario (contraparte política paralela
clave) como oficina desde donde se confrontaba a la autoridad federal para revitalizar los
proyectos de desarrollo económico autónomo de la UELC. Se creó así un colectivo
campesino de identidad en la región con un nuevo nivel comunitario de participación desde
abajo. Fue un grupo paralelo regional, formado por representantes de la aldea y se convirtió
en oficial para reabrir el espacio político de la UELC.

La UELC creó otros grupos y organizaciones nacionales tradicionales con una estructura
piramidal y liderazgo centralizado. En 1985 lanzó un programa de viviendas comunitarias
rurales con préstamos del Gobierno decidiendo las asambleas de ejidos sobre los
beneficiarios. Fue importante el sistema descentralizado en la toma de decisiones (47).

En 1991 se dispuso un plan de privatización de los ejidos con el fin de reducir las
fragmentaciones de tierras declarando como prioritario la productividad y no la
distribución. En virtud de la enmienda constitucional de 1992 se permite rentar,
vender o hipotecar libremente las tierras de los ejidos. La reforma implantada
estimula la asociación de ejidos con industrias nacionales o extranjeras dispuestas
a aportar capitales que permitan el aumento de la producción.
1.3.2. Organizaciones campesinas productivas creadas por la reforma agraria

Estas organizaciones reciben diferentes nombres según los países pero tienen en común
una estructura administrativa de tipo cooperativo sustentándose en los principios de
participación democrática y trabajo comunitario. Pero en la práctica, su poder de
negociación es escaso, carecen de infraestructura y de servicios de apoyo. En general,
salvo los casos de Cuba y Nicaragua, estas organizaciones, cuando se vieron privadas del
apoyo estatal no pudieron consolidarse como entes autónomos y estables.

En Colombia la reforma agraria formó empresas comunitarias y grupos comunitarios con


la propiedad asociativa de la tierra y la explotación en común. En Chile, de 1973 a 1987
coexistieron diferentes tipos de organizaciones productivas con participación del
campesinado, entre ellas las cooperativas de la reforma agraria y las sociedades de
cooperación agrícola (SOCAS). Las primeras, a pesar de contar con títulos definitivos de
propiedad, decayeron por el interés de los socios en tener parcelas individuales. Las
SOCAS fueron promovidas por el Gobierno y constituyen asociaciones de productores que
administran bienes comunes de los predios del sector reformado luego de la asignación
individual de tierras.

Las reformas agrarias de Ecuador. El Salvador y Honduras crearon cooperativas.


En Honduras la reforma agraria estableció, además, asentamientos (con la propiedad
estatal de la tierra) y empresas asociativas (siendo la tierra propiedad de las asociaciones).
La reforma agraria de Nicaragua en 1981 creó cooperativas de producción en tierras
abandonadas o subutilizadas, existiendo asimismo la Federación de Cooperativas de
la Reforma Agraria (FECORAH). En Panamá la reforma agraria estableció
asentamientos campesinos (propiedad estatal de la tierra) y Juntas Agrarias (propiedad
asociativa de la tierra).

En Perú, a partir de la reforma agraria de 1969 se formaron “empresas asociativas”


(cooperativas agrarias de producción (CAPs), sociedades agrícolas de interés social (SAIS)
y empresas rurales de propiedad social (ERPS)) como formas participativas impulsadas por
el Gobierno. La baja productividad y el bajo rendimiento del trabajo demostraron no
garantizar la racionalidad capitalista en la explotación agrícola. Pero se promovió la
participación de los trabajadores socios en la gestión de las empresas y fuera de ellas (a
través de sindicatos, ligas agrarias, por ejemplo la creación de la Confederación Nacional
Agraria (CNA)). En la década de los 80, en un proceso de liberalización del agro, se produce
la parcelación agraria de las empresas asociativas. El “cambio de modelo empresarial”
condujo al sistema de Cooperativas Agrarias de Usuarios (CAUs), régimen en el cual los
productores socios parceleros conducían directamente sus parcelas pero sin beneficiarse
con créditos ante la banca privada debido a que las tierras no eran hipotecables. Las leyes
de 1991 autorizan la compra, hipoteca y alquiler de los bienes fijando ciertos límites de
superficie, que varían si la tierra es de riego o de temporal y si está en el litoral costeño, en
las montañas o en las zonas bajas de la selva.

La reforma agraria en la República Dominicana estableció asentamientos colectivos (con


la propiedad estatal de la tierra) y asentamientos asociativos (con la propiedad asociativa
de la tierra) (42).
1.4. Sindicatos y Federaciones de trabajadores rurales y campesinos

Los campesinos y asalariados agrícolas (estos últimos comprenden cerca del 30% de la
población rural de América Latina, es decir casi 40 millones de personas) (39), en general
no han recibido estímulos para sindicalizarse. No obstante, pueden mencionarse ejemplos
de sindicalización en algunos países.

En Bolivia, donde hay una gran dispersión de campesinos en todo el país, desde 1979
existe la Confederación Sindical Unica de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB).

Un ejemplo de sindicalización en avance se da en Brasil, con la Confederación Nacional


de Trabajadores de la Agricultura (CONTAG) que cuenta con más de 2000 sindicatos y
cerca de 9 millones de socios incorporando a partir 1984 a los trabajadores estacionales
(39).

Los sindicatos de trabajadores agrícolas de Costa Rica están afiliados a la Federación de


Sindicatos Agrarios Nacionales (FESIAN), a la Federación Nacional Campesina (FENAC)
y a la Unión de Pequeños y Medianos Productores Agropecuarios (UPANACIONAL).

En Chile en 1980 la Iglesia y algunas ONG's promovieron asociaciones gremiales


campesinas y sindicatos de trabajadores independientes que agremian temporeros,
pequeños propietarios, arrendatarios y medieros cumpliendo gran amplitud de funciones
con flexibilidad y adaptación a las metas de sus miembros. La Comisión Nacional
Campesina reúne las más importantes confederaciones campesinas. Existen también
asociaciones regionales y federaciones de asociaciones gremiales.

En Ecuador las Asociaciones de Trabajadores Agrarios se reúnen en las uniones de


organizaciones campesinas, con participación provincial, regional e incluso nacional.
Forman parte de estas uniones las comunas y cooperativas. Hay unas 20 uniones que
representan aproximadamente 218 organizaciones de base (39).

El Salvador cuenta con la Central Campesina Salvadoreña (CCS) y la Asociación de


Trabajadores Agropecuarios y Campesinos de El Salvador (ATACES). En Guatemala se
destacan el Movimiento Campesino Independiente (MCI), la Central Nacional Campesina
(CNC), el Sindicato de Trabajadores Bananeros de Izábal, la Unión Nacional Autónoma de
Campesinos (UNAC), el Comité de Unión Sindical (CUS), la Federación Autónoma Sindical
(FASGUA) y la Central de Trabajadores Federados (CTF) (30).

En Honduras la Unión Nacional de Campesinos (UNC) y la Confederación Nacional de


Trabajadores del Campo (CNTC) nuclea ligas de campesinos y comunidades agrarias.
Además existen, entre otros, el Sindicato de Trabajadores de la Compañía Agrícola y
Ganadera de Sula (SITRACOAGS), el Sindicato Unificado de Trabajadores de la Standard
Fruit Company (SUTRAGFCO), el Sindicato de Trabajadores de la Empresa Corporación
Nacional de Desarrollo Forestal (SITRECOHDEFOR) y el Sindicato de Trabajadores
derivados de la madera S.A. (SITRADERI-MASA), afiliados a la Federación Sindical de
Trabajadores Nacionales de Honduras (FISITRANH) (30).

La Confederación Nacional Campesina (CNC) de México, que data de 1935, pudo


incorporar en 1970 a los trabajadores temporeros, luego de una intensa mobilización de
trabajadores agrícolas del norte del país (39).
En Nicaragua la Unión Nacional de Agricultores y Campesinos (UNACG) impulsó formas
de organización productiva, como el Proyecto Tiendas Campesinas que con grupos de
ONG's logró establecer 183 tiendas entre pequeños y medianos productores. Pueden
citarse además la Asociación de Trabajadores del Campo (ATC), la Unión Nacional de
Campesinos (UNC) que forma parte de la Confederación General de Trabajadores (CGT)
(30).

En Paraguay las Ligas Agrarias Cristianas han dado origen en 1980 al Movimiento
Campesino Paraguayo (MCP) y en 1986 a la Organización Nacional Campesina (ONAC)
que actúan en defensa de los intereses gremiales y derechos del campesinado, efectuando
movilizaciones y reclamos de acceso a la tierra. En 1986 nacen la Coordinación Nacional
de Productores Agrícolas (CONAPA) y la Unión Nacional Campesina Oñondivepa,
integradas - como la ONAC - por comités de agricultores y comisiones vecinales. A su vez
la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) nuclea al MCP y a CONAPA. Existen además en
Paraguay organizaciones regionales que abarcan unidades departamentales y coordinan
las acciones de comités locales.

En Perú los gremios representativos de las empresas asociativas nacidas de la reforma


agraria realizaron en 1974 el I Congreso Nacional Agrario (CNA) que agregó en su
estructura como áreas económico-producticas, los comités de productores (81 en total)
garantizando así una sólida participación de los agricultores, siendo disuelto en 1975 al
desmontarse la reforma agraria. La participación de las organizaciones y gremios agrarios
en el período 1980-85 se dirigió a la defensa de la reforma agraria realizando en 1983 el I
Congreso Unitario Nacional Agrario (CUNA) con la participación de 39 organizaciones
agrarias. Las sucesivas políticas de concertación del Gobierno con las organizaciones
agrarias estuvieron acompañadas de inclusiones y exclusiones de las organizaciones y
gremios de campesinos y productores agrarios. La concertación campesina viene dando
pasos importantes mediante la propuesta de concertación desde las bases. Son hitos de
este proceso, entre otros: la creación en 1981 del Frente Unico de Defensa de la
Autogestión (FUDA), integrado por varios gremios y comunidades nativas y al año siguiente
la creación del Frente Unitario de Defensa del Agro Nacional (FUDAN), que buscaron armar
bloque ante la administración estatal para participar y democratizar las decisiones del
Gobierno. Además, se destacan el Sindicato Unico de Trabajadores del Sector Agrario
(SUTSA), la Asociación Nacional de Parceleros (ANAPA), la Federación Nacional de
Campesinos del Perú (FENCAP), la Federación de Trabajadores del Azúcar y la
Confederación de Campesinos del Perú (CCP). La Coordinadora Nacional Campesina y
Nativa (CNCN) está llamada a ser una instancia de convocatoria alrededor de intereses y
objetivos comunes que fortalezcan la capacidad de interlocución campesina nacional ante
otros gremios representativos e instituciones gubernamentales (8).

La 6a. Consulta Gubernamental sobre las Actividades Complementarias de la CMRADR,


efectuada en Cochabamba en 1991, destacó la importancia de los sindicatos en la defensa
de los intereses vitales de los trabajadores (31) (derecho a libre asociación y afiliación) y en
la toma de decisiones sobre la población rural.

1.5. Organizaciones de mujeres rurales

Como se señaló en el Plan de Acción para la Nutrición, las mujeres y las organizaciones
femeninas son a menudo muy eficaces, eficientes y fundamentales para mejorar la
seguridad alimentaria de los hogares (26).
La participación plena de las mujeres en las organizaciones campesinas de América Latina
es limitada. En particular donde existen normas que tienden a reflejar enfoques masculinos
que las excluyen a ser aceptadas como miembros de cooperativas, o por no poseer títulos
sobre la tierra, etc. Son también obstáculos para la organización de las mujeres la estructura
centralizada, la falta de capacitación y de recursos.

No obstante, se advierte progresivamente mayor conciencia e interés de las campesinas


por organizarse habiendo surgido en los últimos años varias agrupaciones de mujeres
rurales, por ejemplo en Bolivia, la Federación Nacional de Mujeres Campesinas.
En Brasil aumentó en la última década la participación femenina rural en sindicatos y
movimientos populares de los “sem terra”. Las campesinas indígenas de Colombiase
agrupan en la Asociación Nacional de Mujeres Campesinas Indígenas (ANMUCIC).
En Cuba se han realizado acciones encaminadas a la integración de las mujeres en
cooperativas habiendo aumentado su participación al establecerse servicios sociales a nivel
de aldea. EnEcuador existe la Unión Popular de Mujeres de Loja.

La movilización campesina en Honduras en los años 70 consolidó dos organizaciones de


mujeres rurales, especialmente en el sector reformado: la Federación de Mujeres del
Campo (FEMUC) y la Secretaría de la Mujer de la Asociación Nacional de Campesinos de
Honduras (ANACH). Ambas cuentan con una membresía de organizaciones de base en
todo el país. En el proyecto sobre “Fortalecimiento de la capacitación campesina en
aspectos de agroforestación y medio ambiente” se destaca el grupo femenino “El esfuerzo”,
incorporándose por primera vez la mujer a un proyecto individual.

En México los ejidos excluyen a las mujeres de los derechos a la tierra excepto las viudas
y algunas madres solteras. A pesar de que las campesinas fueron las actoras principales
en la economía informal, les faltó experiencia organizativa. Las Unidades Agro Industriales
para las Mujeres (UAIM's) tuvieron por objetivo incorporar en la actividad económica del
ejido a las mujeres mayores de 16 años sin dotación de tierras. Para ello deben solicitar la
tierra en un grupo de 15 como mínimo para trabajarla colectivamente. Las UAIM's
teóricamente deberían tener representación en la asamblea de ejidos, pero en la práctica
se politizaron y en su mayoría no funcionan.

En Nicaragua entre 1972 y 1980 se crearon 43 cooperativas agrícolas o de venta al por


menor/manufacturas, con una afiliación femenina de entre el 50 y el 80% y se crearon 15
cooperativas de comercialización con un 90% de afiliación femenina (41). La Reforma
Agraria de 1981 es la primera en la Región que reconoce explícitamente a las mujeres como
beneficiarias de la reforma agraria. Durante el decenio pasado se apoyó la participación y
organización de las mujeres surgiendo la Asociación de Mujeres Nicaragüenses “Luiza
Amanda Espinoza” (AMLAE) y la Asociación de Trabajadoras del Campo (ATC), pero los
problemas sociopolíticos de los últimos años las afectaron decreciendo el números de
afiliadas.

Las mujeres rurales del Perú han participado desde principios del siglo activamente en los
movimientos campesinos y apoyaron los sindicatos agrícolas, pero a pesar de ello las
relaciones patriarcales deficultan su participación.

En República Dominicana la ONG Mujeres en Desarrollo Dominicana (MUDE) que nació


en 1980, trabaja con 257 asociaciones de mujeres campesinas con más de 6000 socias.
Son sus objetivos, entre otros, la integración y fortalecimiento de asociaciones de mujeres
mediante programas, como el de capacitación. En sus relaciones con el Gobierno ha
formalizado acuerdos de cooperación técnica y financiera con la Secretaría de Estado de
Agricultura, el Instituto Agrario Dominicano, el Banco Agrícola, entre otros organismos.

La 6a. Consulta Gubernamental se refirió a la importancia de diseñar metodologías


participatorias que tomen en consideración a las mujeres rurales. Asimismo señaló la
necesidad de estimular la creación de organizaciones de mujeres, fortalecer las existentes
mediante la capacitación de dirigentes y fomentar el surgimiento de nuevos líderes.

1.6. Otras formas de organización local

Existen otras forma organizativas locales muy difundidas en la Región, como las Juntas de
Vecinos y los Centros de Madres de Chile. En muchos países hay clubes de ahorro,
asociaciones de pequeños agricultores para la gestión de los recursos hídricos y
grupos de jóvenes con un ámbito local restringido y en general apoyadas por instituciones
religiosas para la defensa y promoción de sus valores culturales y la capacitación.

Los comités comunales de Guatemala son la forma principal de organización local


careciendo, en general de personalidad jurídica, pero con gran poder de convocatoria al
haber sido creados por los mismos pobladores.

En Perú los estudios de evaluación de impacto encontraron en un proyecto sobre riego en


San Lorenzo que después de cinco años de finalizado el mismo, la consecuencia más
importante había sido el establecimiento de fuentes de organización de agricultores,
especialmente asociaciones de usuarios de agua que asumieron la responsabilidad de la
asignación del recurso y del mantenimiento de canales. Los beneficiarios bien organizados
estuvieron capacitados para hacerse cargo del manejo de las actividades del proyecto (7).

IV. LA PARTICIPACION CAMPESINA Y SUS


POTENCIALIDADES PARA UNA AGRICULTURA
SOSTENIBLE EN AMERICA LATINA
1. Condiciones primarias

1.1. Planificación agropecuaria descentralizada participativa

Las estrategias de desarrollo tradicionales tienden a ver el desarrollo como una serie de
transferencias técnicas con el fin de incrementar la producción, generar la riqueza y mejorar
las condiciones sociales. Los proyectos tradicionales generalmente están dirigidos a los
productores “progresistas” a mediana y gran escala, esperando que los beneficios se
extenderán a los estratos más postergados de la sociedad. No obstante numerosos
estudios han demonstrado que este método con frecuencia lleva a la concentración de
recursos, marginalización de los pequeños agricultores y al aumento de campesinos sin
tierra.
La falla principal en método tradicional es que los campesinos pobres pocas veces son
consultados para la programación y pocas veces se les asigna un papel en las actividades
de desarrollo. Esto occurre porque a los pobres les falta una estructura organizativa que
efectivamente pueda articular sus necesidades y sirva a sus intereses. Aislados y con
frecuencia explotados no tienen medios para ganar un mayor acceso a los recursos y a los
servicios que podrían ayudarles a mejorar sus condiciones de vida. A menos que a los
pobres le sean dados los medios para participar plenamente en el desarrollo, ellos
continuarán siendo excluidos de los beneficios. Como consecuencia, serán incapaces de
contribuir con todo su potencial a la expansión de mercados rurales, ahorros e inversiones,
todos elementos claves en cualquier proceso de desarrollo rural.

Para la promoción efectiva de la participación campesina se requiere el desarrollo de


métodos operativos y mecanismos descentralizados apropiados que faciliten una
participación más amplia de la población rural a través sus propias organizaciones en la
formulación, diseño, ejecución y evaluación de las políticas y programas de desarrollo rural
y en las actividades de proyectos destinados a tal fin (15).

La planificación descentralizada participativa implica un proceso democrático en el que los


grupos y organizaciones que representan a los pequeños agricultores, trabajadores rurales,
campesinos sin tierra, mujeres rurales, indígenas y otros grupos marginados, participan en
la toma de decisiones, dentro de un contexto institucional que permite el diálogo y la
concertación entre el Gobierno y esos grupos, lo que incorpora flexibilidad, eficiencia y
coordinación en el sector público agropecuario. El objetivo principal de la planificación
participatoria a nivel de distrito es apoyar las iniciativas de planificación comunitaria local
incorporándolas en la toma de decisiones y efectuar el seguimiento especialmente a través
de instituciones representativas, por ejemplo, comités de distrito.

La planificación de las actividades agropecuarias en los países latinoamericanos en general


es marcadamente vertical y centralizada, con poca participación de los niveles regionales y
locales y de los agricultores y mucho menos de los grupos más pobres (40).

En Brasil algunos gobiernos estatales y sus autoridades locales han demostrado un


entusiasmo particular en la promoción de la participación de los grupos rurales más pobres,
comunidades rurales, grupos de campesinos, organismos gremiales, etc, pero sin llegar a
formulaciones a nivel de las unidades de planificación agraria. Faltan canales efectivos de
participación de la población como forma de legitimar sus propuestas y concomitantemente
una mayor y más efectiva descentralización.

En Colombia la participación del sector privado en el sistema de planificación está


formalizada mediante la Comisión de Análisis Económico y de Concertación, integrada por
representantes del sector público y privado (empresarios y sindicatos de trabajadores
urbanos y rurales) bajo la coordinación del Jefe del Departamento Nacional de Planificación.
A pesar de existir otras instancias de concertación (representantes de organizaciones
campesinas y gremios integran Comités y Comisiones nacionales y departamentales) ellas
demostraron poca eficacia y la experiencia de descentralización no permitió una
participación directa de los grupos beneficiarios en las Unidades Regionales de
Planificación Agropecuaria (URPAs).

La participación social en la planificación agropecuaria descentralizada en México fue muy


limitada a pesar de la creación del Sistema Nacional de Planeación Democrática. En el nivel
central y estatal la participación quedaba reducida a la consulta de algunos programas
relevantes con la cúpula de la Confederación Nacional Campesina (CNC), una de las tres
ramas del partido gobernante (PRI), y de la cúpula empresarial.

No obstante, cobra vigor la idea de una descentralización que les confiera a las
organizaciones campesinas y a las agrupaciones gremiales de agricultores un papel de
mayor relevancia en la definición de metas, acciones y asignación de recursos, así como
en la ejecución de algunas actividades asumidas por el Estado.

La 5a. Consulta Gubernamental de Guatemala de 1989 recomendó, entre otras medidas,


promover una mayor participación de las organizaciones y federaciones campesinas en la
formulación y ejecución de las políticas de reforma agraria, organizaciones asociativas y
desarrollo rural (37).

1.2. Capacitación campesina en un sistema descentralizado

La investigación sobre la participación popular y sobre la enseñanza y capacitación de los


promotores de dicha participación o de los beneficiarios mismos, tiene que tener en cuenta
las necesidades locales, los niveles de aptitudes y la experiencia de la población rural
interesada (15).

Los agricultores de escasos recursos, campesinos marginados y otros grupos


desfavorecidos actúan a niveles mucho más bajos que su potencial productivo siendo
necesario capacitarlos para crearles conciencia acerca de su propia realidad y de la
insersión que tienen en la comunidad nacional. Los programas de capacitación para líderes
de aldeas, dirigentes y miembros de las organizaciones campesinas y los extensionistas
deben ser reforzados hacia estrategias participativas que permitan el diálogo con el
Gobierno, las organizaciones campesinas y las ONG's promocionales (27).

La Declaración de Santiago, formulada en la Consulta sobre Desarrollo Sostenible y Medio


Ambiente en los Sectores Agrícola, Forestal y Pesquero (Santiago de Chile, 1992), al
determinar la necesidad de intensificar los esfuerzos para facilitar la participación y
organización de los productores rurales señala la necesidad de orientarse hacia el
incremento de la capacitación de la población (18).

En general los gobiernos suelen aplicar métodos para la capacitación y organización de la


población rural que se orientan “de arriba hacia abajo” sin tomar en cuenta las amplias
variedades de las necesidades locales, niveles de capacitación y experiencias a nivel
comunitario.

1.3. Promoción de las organizaciones campesinas

Existen un vinculo conceptual operativo estrecho entre la participación popular y las


organizaciones populares. La participación activa de la población sólo puede ser obtenida
a través de la comunidad local y de las organizaciones autónomas de base cuya finalidad
es lograr los objetivos sociales o económicos de sus miembros. Las organizaciones de la
población son instituciones voluntarias, autónomas y democráticamente controladas e
incluyen consejos de comunidades tradicionales, grupos informales, cooperativas,
organizaciones de trabajadores rurales, uniones de campesinos, asociaciones de mujeres,
etc. Los esfuerzos de los gobiernos deben concentrarse en promover y fortalecer el
crecimiento de estas organizaciones rurales autónomas a través de las cuales pueda
canalizarse la prestación de servicios y puedan participar de manera eficaz en el diseño,
ejecución, seguimiento y evaluación de las actividades de desarrollo (15).

Las organizaciones campesinas son instrumentos de promoción de los campesinos que


presentan ventajas por los factores siguientes:

- tienen capacidad de organización de grupos de agricultores pobres y marginados para


trabajar en forma comunitaria en la identificación y solución de problemas comunes;

- comportan un cambio en la estructura del poder al convertirse en vehículos que facilitan


la participación de la población rural pobre en el proceso de desarrollo;

- los grupos pequeños generalmente son más efectivos para asistir a los miembros más
pobres de las comunidades rurales porque mobilizan y comparten recursos en lugares
donde raramente llega el sector público de investigación y extensión;

- por trabajar a nivel de región conocen la situación socio-económica y ambiental del lugar
donde actúan y los problema básicos, situación que las pone en una posición extraordinaria
frente a funcionarios y planificadores, para diseñar proyectos y colaborar con otras
organizaciones, compartir conocimientos, etc.;

- son activas adaptadoras y difusoras de tecnologías agrícolas locales y facilitan el


intercambio de experiencias y prácticas ecológicas en el manejo de los recursos naturales
con los conocimientos de la tecnología moderna;

- en las regiones donde hay gran cantidad de organizaciones locales, especialmente donde
se encuentran las comunidades étnicas, resulta no sólo necesario sino posible la
colaboración entre ellas dando una gran oportunidad para la multiplicación de
organizaciones de base más allá del marco de un proyecto;

- inciden en programas innovativos y en la posibilidad de que puedan afectar a un gran


número de usuarios potenciales dentro de la región;

- tienen costo operativo más bajoy constituyen canales de promoción económica y


desarrollo social contribuyendo a la democratización en lo económico, social y político.

Actualmente se observa una recuperación del interés en la acción colectiva aumentando la


evidencia de que el trabajo con y a través de organizaciones campesinas de base puede
producir un mejoramiento de los niveles de producción. Al respecto la mayoría de los países
elaboran programas para la promoción de organizaciones de pequeños agricultores (53).
En Honduras por ejemplo, el apoyo asumió distintas formas, entre ellas capacitación,
crédito, cese de intervención gubernamental en el funcionamiento de las organizaciones
campesinas.
2. Otras condiciones

2.1. Reorientación institucional. Descentralización del Estado

La promoción de la participación popular depende en gran medida de que la


responsabilidad de la adopción de decisiones, inclusive la recaudación de ingresos, y los
gastos, se delegue en organismos locales (15).

El reforzamiento de la capacidad local para el desarrollo rural implica el mayor alcance y


poder de: oficinas y representantes locales del gobierno central; gobiernos locales;
organizaciones locales (organizaciones campesinas, sindicatos, etc.); organizaciones
políticas y empresas privadas a nivel local (54).

La descentralización estatal - proceso administrativo interno - y la participación popular -


proceso de carácter político - se relacionan estrechamente en la medida que ambas
producen un aumento de la capacidad de las instituciones locales para prestar asistencia a
los pobres rurales (22 y 43).

El sector público agropecuario en los países de la Región en general afronta una crisis
institucional expresada en el agotamiento de las formas tradicionales de intervención
estatal. Falta coordinación horizontal y cooperación mutua a distintos niveles, dando lugar
a cantidad de instituciones con duplicidad de funciones, en parte por la estructura de control
exclusivamente vertical y en parte por la insuficiencia de servicios de comunicación.

Resulta difícil para un gobierno centralizado, dados sus limitados recursos, responder a las
demandas locales de la población pobre y marginada. En general existe consenso en la
Región de que es necesario elevar al municipio (principal órgano con el que se relaciona la
población rural pobre) al nivel que le corresponde como célula básica para impulsar el
desarrollo local, regional y nacional, propiciando su autonomía mediante la más amplia y
real participación democrática de sus habitantes en los procesos de planificación y toma de
decisiones (39).

Se estudian mecanismos multiinstitucionales a niveles nacional y descentralizado para un


diálogo y colaboración con las ONG's promocionales, el Gobierno y las organizaciones
campesinas para el diseño y ejecución de proyectos de desarrollo rural participativo.

Si bien los gobiernos plantean la descentralización como uno de sus objetivos, tanto ésta
como la delegación hacia los niveles regionales y locales es débil sea por deficiencia
institucional o porque los aparatos burocráticos son reticentes en compartir un proceso de
toma de decisiones lo que incide negativamente en la participación social (35).

En diversos países se están llevando a cabo programas de desconcentración y


descentralización agropecuaria y a pesar de algunos avances y de la creación de órganos
regionales, la delegación de funciones en órganos administrativos autónomos condujo a
agravar la descoordinación institucional. Hasta ahora se han trasladado funciones del
gobierno central a organismos estatales inferiores (regiones y estados) habiendo pocos
casos de descentralización hasta los niveles de microrregión, municipio o proyecto o hasta
nivel de pequeñas comunidades campesinas.
En Bolivia desde 1987 se realiza un proceso de descentralización que ayuda a la
organización de la población rural para convertirse en contraparte fuerte y válida y lograr la
sostenibilidad (Proyecto de Planificación Regional Cordech/Cotesu (PLAREG)). El proyecto
comenzó dividiendo el Departamento de Chuquisaca en Subregiones formándose a partir
de 1990 consejos departamentales (de desarrollo social, agropecuario, de ciencia y
tecnología, del medio ambiente) bajo la administración de la Prefectura, que constituyen
plataformas de coordinación entre las instituciones estatales y las ONG's. Pero para poder
ayudar a la población rural a organizarse en el marco de la descentralización se hizo
necesario trabajar a nivel de provincias creándose consejos provinciales (con
representantes de los cantones, de las organizaciones campesinas, sindicatos y población
rural en general). Resta un próximo paso, el de la formación de mecanismos cantonales o
micro-regionales que permita a la población organizarse dentro de la esfera de la
descentralización (por ejemplo mediante consejos o comités cantonales).

En los distritos de desarrollo rural de México se permite la participación de las centrales


campesinas y organismos empresariales agrarios, pero no se ha generalizado esta práctica.
El Gobierno ha elaborado el Programa Nacional de Modernización del Campo (1990-94)
con énfasis en la participación de las organizaciones campesinas. A su vez, la Secretaría
de Agricultura y Recursos Hidráulicos (SARH) está proponiendo avanzar en otra modalidad
de la descentralización: la transferencia de funciones hacia las organizaciones de
productores agropecuarios y de campesinos.

En Perú con la reforma agraria los espacios regionales quedaron liberados de la


hegemonía de los grandes terratenientes, sobre todo en la Sierra. Al no haber una fuerza
social en su reemplazo el Estado asume la conducción del desarrollo agrario mediante la
planificación regional del país. Desaparece el Departamento (como demarcación político-
administrativa) y el Gobierno Regional participa con los demás gobiernos regionales,
ministerios y organismos centrales en el proceso de formulación y evaluación de los planes
nacionales de desarrollo. Se implanta así el Sistema Nacional de Planificación con Oficinas
Regionales de Planificación dependientes del Instituto Nacional de Planificación (INP). En
el IV Congreso Nacional Ordinario del SUTSA de 1990 en Huachipa, Lima se trató la
centralización y regionalización y la simplificación administrativa (49).

La 5a Consulta Gubernamental consideró la importancia de la descentralización para dar


mayor participación al poder local y a los beneficiarios mismos debiendo apoyarse las
actividades de las ONG's en ese mejoramiento institucional (37). La descentralización
también se recomendó en la 6a. Consulta para efectos de lograr una reducción del aparato
estatal y optimizar los servicios públicos fortaleciendo los procesos de planificación y
ejecución regional. Asimismo la Declaración de Santiago ya citada señala la necesidad de
orientar los esfuerzos hacia la descentralización y la desconcentración del Estado (18).

2.2. Revitalización e integración de organizaciones campesinas

En algunos países las ONG's han establecido ciertos mecanismos de colaboración con
organizaciones campesinas. Se trata, por ejemplo, de organizaciones o coaliciones de
carácter más amplio que agrupan a organismos profesionales voluntarios internacionales y
nacionales para el desarrollo, ONG's donantes y organizaciones populares (15).

Los esquemas de revitalización e integración constituyen una forma de reforzar la


representatividad y el peso económico de las estructuras campesinas. Cuando se integran
horizontalmente por la acción de auténticos promotores o cuando la integración con otras
organizaciones campesinas y sindicatos agrícolas es vertical, pueden obtener un poder
social y económico propio.

La Declaración de Santiago indica la necesidad de orientar los esfuerzos hacia el


fortalecimiento de las organizaciones campesinas (18).

Rol de las ONG's promocionales:

- proveen estructuras y mecanismos que ayudan a conceptualizar y formular proyectos que


respondan a las necesidades específicas de las comunidades;

- promueven efectivamente la participación de los campesinos pobres y marginados


(mobilización de recursos locales), confiriéndoles poder, es decir, creándoles conciencia de
sus facultades para dirigir sus propios problemas;

- cuando son vistas como partes y no como competidoras los gobiernos pueden recibir sus
insumos para el proceso de toma de decisiones;

- pueden servir como canales adicionales para la mobilización de recursos de fuentes


externas (a través de ONG's donantes, filantrópicas, de caridad, etc.);

- desarrollan servicios con costos bajos, son autónomas, independientes y flexibles lo que
les permite eliminar trámites burocráticos y tomar decisiones en forma rápida y eficiente
trabajando estrechamente con los grupos beneficiarios;

- cuentan con recursos humanos con alto grado de compromiso con el grupo y el trabajo
que desarrollan, a pesar de sus limitaciones financieras para pagar sueldos acordes con la
capacidad profesional de su personal;

- son en general multidisciplinarias comportándose con amplitud de perspectivas y pueden


realizar importantes aportaciones en transferencia de tecnologías, considerando su trabajo
directo con los grupos de pobres rurales;

- constituyen una alternativa en la Región para revertir los patrones de control centralizado.

2.3. Definición del papel de las ONG's en el diálogo


campesinos/Gobierno

Muchos gobiernos intentan lograr una colaboración entre todas las partes en el desarrollo
participativo a nivel local, fomentando el intercambio de información y el diálogo con las
ONG's (15).

Al demostrar los gobiernos su capacidad limitada para responder a las necesidades reales
y a las demandas de los grupos locales se plantea la importancia de las ONG's como
“centros alternativos” en la realización de iniciativas de desarrollo, en particular bajo la
perspectiva de una mayor participación de los pobres rurales.
Entre las formas de manifestarse las relaciones ONG's-Gobierno en la Región se encuentra
la de apoyo y colaboración. Esas relaciones en los diversos países estuvieron
determinadas, entre otros factores, por las características del tipo de régimen político y
gubernamental nacional y por los principios e ideología de las ONG's de cada país.

Para algunos la colaboración ONG's-Gobierno representa la pérdida de la autonomía y del


carácter “alternativo”. Para otros, la vinculación de las ONG's con las bases, su flexibilidad,
versatilidad y familiaridad con las condiciones locales, indican la importancia para los
gobiernos de establecer relaciones de cooperación con ellas. Pero ambas posiciones
parecen concordar en que se hace necesaria una reflexión sobre las posibles formas de
trabajo conjunto ONG's-Gobierno (37).

En Ecuador CESA, una ONG con más de 20 años de trabajo con organismos del Estado
(ministerios, municipios, consejos provinciales, Instituto Nacional de Investigaciones
Agropecuarias, bancos, etc.), ha logrado tomar en cuenta a campesinos pobres,
tradicionalmente marginados de la acción estatal; ha sensibilizado a ciertos sectores de
funcionarios, técnicos y burócratas para que entiendan y acepten a los campesinos y sus
problemas, así como sus aportes en la formación y ejecución de proyectos y ha posibilitado
el acercamiento de los campesinos a los organismos estatales, con un nivel creciente de
autogestión.

El Gobierno del Perú buscó apoyarse en las ONG's para responder a las demandas
planteadas por los sectores populares. Esta convocatoria, entre otros resultados, determinó
la creación de un fondo para investigación social, con el objeto de identificar y priorizar las
tareas para el desarrollo integral. Diversos proyectos en Perú son ejecutados por ONG's
(por ejemplo proyectos sobre tecnología alternativa para el procesamiento de alimentos en
tres áreas rurales; instalación de molinos de viento para el aprovechamiento integral del
recurso hídrico y mejoramiento de la calidad de vida de las familias campesinas en Pisco;
desarrollo de comunidades nativas Shipubo/Coimbo del río Ucayali y afluentes; desarrollo
agropecuario Huatepe. Tierras del Sol; apoyo a las plantaciones forestales con fines
energéticos y para el desarrollo de comunidades rurales de la Sierra Peruana; producción
de alimentos a nivel comunitario de la Sierra).

El Plan Sierra (programa amplio de recuperación y desarrollo en lo relativo a deforestación,


cultivo en laderas, sobretalajes, etc.) en laRepública Dominicana, constituye un ejemplo
de estrategia de desarrollo iniciada en el área de las ONG's (Asociación para el Desarrollo
formada por el Obispo de la Diócesis de Santiago, el “Grupo de Santiago”, el Instituto
Superior de Agricultura y la Universidad Católica Madre y Maestra). El Plan, que tuvo el
apoyo de organismos estatales (Secretaría de Estado de Agricultura), fue elaborado por
equipos inter-institucionales y posteriormente incorporado como entidad jurídica
independiente.

La 5a. Consulta Gubernamental puso de relieve el papel importante de las ONG's en la


Región y señaló que para una coordinación adecuada entre Gobierno/ONG's es necesaria
la armonización con las orientaciones políticas y planes de desarrollo del Estado. Se
destacó la importancia de favorecer una especialización progresiva y una comunicación
continua entre las ONG's que permita a los gobiernos delegarles acciones y programas sin
que representen una duplicación de trabajo que realiza el Estado (37). La 6a. Consulta
reiteró la importancia de las ONG's en la solución de los graves problemas de pobreza.
3. Limitaciones para la participación campesina

3.1. Limitaciones de las organizaciones campesinas

En general el pequeño agricultor y el campesino pobre y marginado actúan en forma


dispersa y manifiestan escaso desarrollo organizativo. Estimaciones preliminares indican
que sólo alrededor del 10% de los productores están asociados a cooperativas agrícolas o
a formas asociativas similares (28). Esta situación les impide participar en las actividades
de desarrollo rural y combatir su marginalidad.

La escasa organización de los campesinos y su falta de interés en la formación de


asociaciones que los representen se debe entre otros factores a:

- falta de legislación adecuada;

- falta de incentivos y de acceso a recursos del sector público;

- centralización administrativa excesiva;

- falta de dirigentes verdaderamente representativos y auténticos, sin interferencias políticas


o de ventajas personales (la llamada “ley de hierro de la oligarquía”) (47);

- escasez de recursos para remunerar a los extensionistas agrícolas, que por lo tanto, no
pueden dedicarse por completo a las tareas de extensión.

3.2. Limitaciones de las relaciones campesinos/ONG's promocionales

En un estudio preparado para la FAO (ESHA) sobre los problemas claves para promover la
colaboración de la FAO con organizaciones de la población rural y otros tipos de ONG's se
señala que, con frecuencia las ONG's presentan los siguientes obstáculos:

- les falta coordinación y dirección para cumplir sus esfuerzos de desarrollo nacional;

- suelen estar en competencia con otras ONG's sin tener mucho entusiasmo en establecer
redes entre ellas mismas y trabajar juntas;

- tienen sus propios objetivos o los de sus donantes enfrentándose a los programas y
políticas del Gobierno;

- adolecen de grandes burocracias en su personal (21)

Otras limitaciones observadas en las ONG's promocionales para la colaboración con las
organizaciones campesinas son:
- dependencia del financiamiento exterior para su subsistencia, lo que condiciona su
capacidad para sustentar proyectos;

- deficiente evaluación de resultados e impactos de sus proyectos;


- problemas en la rendición de cuentas a sus “electores” o miembros de las organizaciones
de base, al Gobierno, a los donantes, etc.;

- posición ideológica marcada en algunas ONG's.

3.3. Falta de mecanismos para el diálogo entre


Gobierno/ONG's/organizaciones campesinas

Resulta de interés señalar los problemas más comunes encontrados en el diálogo de las
organizaciones campesinas y ONG's con el Gobierno y viceversa conforme al Taller
Nacional sobre “Formulación de Proyectos sobre Participación de la Población en
Actividades de Desarrollo Rural”, efectuado en Tagaytay (Filipinas) en 1990, por ser de
aplicación en Latinoamérica:

- falta de políticas, mecanismos institucionales y pautas de actuación definidas sobre la


colaboración Gobierno/ONG's;

- representación limitada de las ONG's/organizaciones campesinas en la formulación de


políticas;

- demora en la emisión de fondos de proyectos;

- número creciente de ONG's y organizaciones campesinas relacionadas lo que puede


dificultar la actuación de los gobiernos;

- falta de conocimiento y comprensión acerca de las ONG's no sólo en los organismos del
Gobierno sino también en el público en general;

- falta de comprensión/lógica para un entendimiento efectivo entre organismos del Gobierno


y ONG's (12).

Es importante también señalar los resultados del Taller-Consulta organizado por el Consejo
Peruano para la Autogestión (COPPA) en 1991 en Huaral y en Lima (Perú), con el auspicio
del Ministerio de Agricultura del Perú y de la FAO, y la participación de la CNCN y de
representantes de la Comisión de Agricultura del Parlamento, de las ONG's y de la
Cooperación Técnica Internacional. El objetivo central fue la búsqueda de formas de
colaboración entre los representantes de organizaciones campesinas, trabajadores rurales,
ONG's, entidades gubernamentales y cooperación técnica internacional en la planificación
del desarrollo rural y la concertación agraria.

Los obstáculos identificados para el desarrollo del pequeño agricultor fueron:

- vínculos débiles entre los programas agrarios de las universidades y las necesidades de
los pequeños agricultores;

- falta de participación de los pequeños agricultores en el proceso de toma de decisiones a


nivel descentralizado y nacional;
- necesidad de fortalecer la capacidad de manejo interior de las organizaciones de
pequeños agricultores y organizaciones de trabajadores rurales;

- falta de información más detallada acerca de las actividades de las ONG's que se dedican
a agricultura.

Entre las varias propuestas y acuerdos, figuran:


- avanzar en la unidad del movimiento campesino desde las bases para el fortalecimiento
de la CNCN y de cada uno de sus gremios, respetando sus autonomías y centralizando sus
luchas;

- consolidar las organizaciones representativas de los parceleros y otras organizaciones


gremiales y de base;

- consolidar y fortalecer la CNCN como organización de centralización campesina con


proyección y capacidad de convocatoria hacia la conformación del Frente Nacional Agrario
(FNA);

El Taller-Consulta recomendó:
- con respecto a las políticas de seguridad alimentaria: priorizar, entre otras actividades, la
producción nacional de alimentos mediante la mejora de la productividad y capacidad
empresarial de los pequeños agricultores incluyendo comunidades campesinas de los
Andes y comunidades nativas de la región Amazónica;

- a las universidades nacionales y regionales: adaptar sus programas agrícolas para


responder mejor a las condiciones ecológicas regionales y satisfacer las necesidades de
los pequeños agricultores locales y establecer escuelas agrícolas locales con actividades
orientadas a las prácticas de campo, (se destacó la importancia de elaborar un documento
actualizado sobre las ONG's activas en agricultura y desarrollo rural que podrían asistir en
la capacitación y provisión de servicios técnicos a pequeños agricultores, trabajadores
rurales y comunidades nativas);

- mejorar el diálogo y colaboración entre ONG's y organizaciones de pequeños agricultores


a través de redes y el establecimiento de un mecanismo en particular a niveles regional y
local;

- a los gobiernos y agencias de desarrollo técnico: facilitar a las organizaciones de pequeños


agricultores y de trabajadores rurales fortalecer sus actividades mediante redes y la
capacitación en autogestión;

- comenzar de inmediato la consultación;

- fortalecer financiera y técnicamente el proceso de descentralización para promover la


participación popular en agricultura y desarrollo rural; (las agencias de desarrollo podrán
asistir al Gobierno en el desarrollo de pautas políticas, capacitación técnica y
establecimiento de mecanismos institucionales para el diálogo y colaboración
Gobierno/representantes de los pequeños agricultores y trabajadores rurales/ONG's a nivel
regional y local) (8).
El Taller-Consulta reconoció el papel valioso de la FAO en la promoción de la participación
popular en agricultura y desarrollo rural invitándola a participar en esas actividades.

Los resultados del evento se presentaron a las autoridades gubernamentales, regionales y


nacionales, a las organizaciones campesinas de base, ONG's y organismos de cooperación
internacional, en miras a la planificación del desarrollo agrario con autogestión.

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