Вы находитесь на странице: 1из 3

Eduardo Abaroa y la invasión chilena

(Eduardo Abaroa Hidalgo; San Pedro de Atacama, 1838 - Calama, 1879) Patriota
boliviano, héroe de la Guerra del Pacífico (1879-1883) y símbolo en su país del
sacrificio al servicio de la patria.

Eduardo Abaroa

La Guerra del Pacífico se originó en la disputa por la posesión de la región situada


al norte del desierto de Atacama, rica en nitrato de potasio, y enfrentó a Chile con
Bolivia y Perú. Un tratado firmado en 1874 había otorgado esa región a Bolivia,
eximiendo a la vez a las empresas de nitratos chilenas de pagar nuevos impuestos
durante veinitcinco años. Cuando el presidente boliviano Hilarión Daza exigió que
se gravara con un nuevo impuesto a estas empresas en 1878, Chile rompió
relaciones diplomáticas con Bolivia y ocupó el puerto de Antofagasta, en la costa
del Pacífico.

La ocupación de Antofagasta se produjo el 14 de febrero de 1879, dos días


después de que el representante diplomático de Chile en La Paz solicitara sus
pasaportes e informara al gobierno boliviano de la ruptura de relaciones. Al
producirse la toma de la ciudad, de sus 6.000 habitantes más de 5.000 eran
chilenos y sólo unos 600, bolivianos; el resto eran de otras nacionalidades. La
llegada de los navíos chilenos Cochrane y O'Higgins, que se sumaron al Blanco
Encalada, anclado en el puerto desde varios días antes, fue celebrada por la
población chilena.

Del mismo modo, la operación militar fue saludada por los directivos de la
Compañía Salitrera de Antofagasta, manifiestamente antibolivianos, que
recuperaron el control de las propiedades de la empresa. Tanto las autoridades
como el resto de los bolivianos residentes en la ciudad fueron obligados a
abandonarla. Tras controlar Antofagasta, con pocos días de diferencia los chilenos
se hicieron con Mejillones y Caracoles, poblaciones que no pudieron oponer
resistencia alguna debido a que carecían de guarnición.

Lo mismo ocurría en la población de Calama, en el interior del desierto de


Atacama, donde la población boliviana organizó la defensa del territorio nacional
bajo el mando de Ladislao Cabrera. Las tropas chilenas tuvieron que realizar un
gran esfuerzo militar para superar la patriótica resistencia, en la que ofrendó su
vida Eduardo Abaroa, el máximo héroe civil de Bolivia. Abaroa, que se encontraba
en Calama por razones laborales, no había dudado, junto a otros voluntarios, en
alistarse como combatiente.

El 23 de marzo de 1879, para repeler el ataque de más de quinientos soldados


chilenos que procedían de la localidad de Tocopilla, los defensores de Calama,
apoyados por el prefecto de Antofagasta, Severino Zapata, y por una tropa de más
de cien efectivos, se situaron en varios puntos de los alrededores de la población.
Si bien la resistencia boliviana fue difícil de aplastar, la superioridad numérica de
las tropas invasoras determinó la situación.

En un acto de notable arrojo, Eduardo Abaroa intentó defender su posición. Herido


en la garganta, no se sumó a la retirada de las tropas bolivianas, y desde su
precaria situación logró detener el avance de los soldados chilenos hasta que se
quedó sin munición. Las tropas invasoras lo intimaron a rendirse, pero Abaroa se
negó con la ya histórica frase: "¡Que se rinda su abuela, carajo!". Dos disparos
enemigos acabaron con su vida. Los chilenos, en un acto de reconocimiento a su
valor, enterraron su cuerpo en el cementerio de Calama.

Вам также может понравиться