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Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia

Facultad de Ciencias de la Educación


Escuela de Filosofía y Humanidades
Epistemología
Profesor: Roberto Ávila
Presentado por: Daniel Humberto Virviescas. Cód.: 201311653

El siguiente texto desarrollará dos problemas propuestos por Popper, que además tienen
su historia en la ciencia y la filosofía. El primer problema hacer referencia a la inducción
y el segundo es el problema de la demarcación.
Si en algo se inscribe como problema dentro del método inductivo de la ciencia es el que
tienen las hipótesis generales a partir de la experiencia o la evidencia empírica. El
enunciado de una ley nunca, en palabras de Born, sacar un infinito de repeticiones
experimentales por más extensas que se hagan. Popper plantea tres principios de la
inducción: “1) el descubrimiento de Hume de que es imposible justificar una ley mediante
la observación (…) 2) el hecho de que la ciencia propone y utiliza leyes (…) es decir, los
pocos casos observados en que la ley puede fundamentarse. 3) el principio del empirismo,
que asevera que, en la ciencia, sólo la observación y la experimentación pueden decidir
sobre la aceptación o el rechazo de los enunciados científicos, incluyendo las leyes y las
teorías.” El choque entre estos principios es lo que constituye el “problema lógico de la
inducción”1 La oposición de estos principios no es tan completa pues se puede advertir
que “la aceptación por parte de la ciencia de una ley o de una teoría es sólo tentativa,” -
es decir- que sus leyes son conjeturas o hipótesis tentativas.
Popper afirma que el principio tres puede mantenerse como teoría algo mientras sea
aceptado o rechazado mediante la observación y la experimentación. Así “Solo la falsedad
de una teoría puede inferirse de la evidencia empírica, y esta inferencia es puramente
deductiva”. Se puede refutar una teoría por las afirmaciones que en la experiencia se
hacen pero no se puede inferir teorías con afirmaciones de las observaciones.
En las formulaciones tradicionales del problema de la inducción, lo que propone Popper
es que el problema de la mala formulación de los problemas inductivos en la tradición
filosófica por los términos de inferencias deductivas. Inferir deducciones permite, de
forma pragmática, crea un tupo de predicción en la inferencia. Pero también se dice que
no se necesita ninguna justificación para una inferencia. Por lo tanto Popper afirma que
“La inferencia inductiva es inductivamente válida, así como la inferencia deductiva es
deductivamente válida.” Pero esta manera de proceder no es más que un error porque lo
que se hace es un método de prueba y eliminación, afirma el autor. Lo que existe como
modelo para conocer es la falibilidad general del conocimiento humano o, como él lo
llama “el carácter conjetural del conocimiento humano”. Su principio básico de la
ciencia es que, es, esencialmente conjetural o hipotético. Popper plantea pues, su tesis
central, y es que “en cuanto nos damos cuenta cabal de las implicaciones de la índole
conjetural del conocimiento humano, el problema de la inducción cambia radicalmente
de aspecto (...)” Ya no se necesita una validez de las repetidas observaciones.

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Dos problemas, en resumen, plantea Hume sobre la inducción: 1) el problema lógico: ¿Se
puede concluir estancias de las que tuvimos experiencias a nuevas estancias que nunca
tengamos alguna experiencia? Responde Popper “Las instancias de las que hemos tenido
experiencia no nos permiten razonar ni argumentar acerca de la probabilidad de
instancias de la que no hayamos tenido experiencia, ni tampoco acerca de la certeza o
certidumbre de tales instancias.” Y por otro lado, 2) la pregunta psicológica: ¿Cuál es el
tipo de relación, de conexión existen entre las instancias anteriores vividas y las que no
han tenido experiencia? Hume responde que una respuesta psicológica, el del hábito y la
costumbre. Popper resuelve estos dos problemas de la siguiente manera. Los termines
utilizados dentro de la obra de Hume, Popper lo crítica: instancia es uno que no es tan
fácil de concepción que, siendo la instancia de algo ahí, no define el lugar o espacio donde
se encuentran las leyes y las regularidades. En segundo lugar, debemos ampliar el alcance
de los razonamientos de instancias a leyes para que también podamos tomar en cuenta las
contradicciones. Se responde pues, desde el texto de Hume, que “en verdad no estamos
justificados al razonar a partir de una instancia hacia la búsqueda de la veracidad de la ley
correspondiente”. Quiere decir, en otras palabras que la inducción es lógicamente
inválida. No se llega a resultados definitivos sino provisionales, porque una teoría es
verdadera mientras no se comprueba lo contrario.

Así, la lógica inductiva no es posible, tiene su fallo porque no tiene un criterio de


demarcación apropiado. Como se ha visto, los conceptos y las nociones de la inducción
no son sustentables para la creación de normas o leyes. Tampoco lo es para aquel paso
psicológico que tenemos para hacer la inducción. Si esta corriente de la inducción tiene
su problema en la verificabilidad de sus enunciados con la realidad, lo que se debe utilizar,
en la conclusión de Popper, es el de la falsabilidad. Cambia sus criterios de veracidad,
pues en el concepto de falsabilidad lo que se plantea es crear conjeturas o hipótesis más
cercanas a la realidad, menos falsas que las anteriores.

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