MANDEL, Ernest. - El Lugar Del Marxismo en La Historia - en Mandel, Ernest. Escritos de Ernest Mandel, Madrid, Viento Sur, 2005, Págs. 39 - 1221383155731350681880330409 PDF
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MANDEL, Ernest. _El lugar del marxismo en la historia_ en Mandel, Ernest. Escritos de Ernest Mandel, Madrid, Viento Sur, 2005, págs. 39 _ 1221383155731350681880330409.pdf
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MANDEL, Ernest. - El Lugar Del Marxismo en La Historia - en Mandel, Ernest. Escritos de Ernest Mandel, Madrid, Viento Sur, 2005, Págs. 39 - 1221383155731350681880330409 PDF
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VIENTO
Escritos de Ernest Mandel
EL LUGAR DEL MARXISMO EN LA HISTORIA
Y OTROS TEXTOS
ere ear nr)PROLOGO, de Miguel Romero 9
IN MEMORIAM: ERNEST MANDEL, por Robin Blackbur 23
ENTREVISTA DE TARIQ ALI A ERNEST MANDEL:
LOCURAS DE JUVENTUD 31
‘suicameloamanu EL LUGAR DEL MARXISMO EN LA HISTORIA 39
1, Eleontexto histérico general 39
2. Las caracteristicas fundamentales
del marxismo 46
3, Latransformacién de las ciencias sociales
por el marxismo 49
Labaparclsn ae cain 46
5+ Latransformacién proletaria de la accién
yla organizacién revolucionarias 8
6. Lafusién del movimiento obrero real
y del socialismo cientifico 94
7. Elitinerario personal de Marxy de Engels 103
8. Recepeién y difusién del marxismo
enel mundo 111OCTUBRE DE 1917: ,GOLPE DE ESTADO 0
REVOLUCION SOCIAL? 123
1 Octubre de 1917: Golpe de Estado o revolueién social?
Lalegitimidad de la Revolucién Rusa 123
2, Laapuesta internacional 132
3. Laapuesta nacional 145
4. Laapuesta politica 154
5, la orientacién bolchevique: un anilisiseritico 164,
6. Las concepeiones organizativas de Lenin 176
7. Laapuesta estratégica 189
8. Amanera de conclusién 203
9. Cronologia 209
LISTA DE ABREVIATURAS 222
‘PROLOGO
ERNEST MANDEL: LA MISION DEL ENLACE
{Bstd viva la obra de Mandel en este primer curso del siglo XXI, tan_
diferente del futuro que orient6 sus luchas y sus suefios? ;Qué pue-
den encontrar en ella quienes, coincidiendo 0 no con la corriente
politica en la que Mandel milit6, buscan ahora respuestas a los
desafios de la emancipacién humana, de la revolucién socialista,
‘que constituyeron la energia y el horizonte de su vida y su obra?
‘Cuando se eumplen diez afos de la muerte de Ernest Mandel,
‘el homenaje, por justificado que sea. debe ceder el lugar al debate,
yleera Mandel es la condicién para un debate serio sobre sus ideas.
Lareedicién eneste libro de dos de sas dltimos textos es una buena
“noticia para quienes ereemos que. efectivamente, Ernest Mandel es
un pensador revolucionario vivo. Estas notas quieren ser una invi~
tacién asu lectura,
No existe, afortunadamente, un "mandelismo” canénico,
" mérito que hay que atribuir en primer lugar al propio Mandel, que
“detestaba el patético caudillismo de tantas organizaciones de
jinquierda. Hay, pues, motivaciones y razones muy distintas entre
quienes pensamos que Mandel sigue siendo una imprescindible
‘referencia intelectual
Yolo veo como un enlace entre dos Jay
Si scgecttcvsns theaccincrceapecneus te
‘corrientes revolucionarias de nuestra época, a la que Daniel
9que habia zonas de deseonectaban durante la manana para poder
hacer los cambios de guardia en las torretas de vigilancia. Asi que,
simplemente, salté la alambrada. Tenia guantes, pero estaba total~
‘mente loco, totalmente loco,
TDA: El tipo de locura que te salvé la vida.
EM. En cierto sentido. Habia um riesgo terrible de ser captu-
rado y ejecutado en el acto. De hecho, por desgracia, me pillaron.
Estuve en libertad durante tres dias, que fueron embriagadores,
muy estimulantes. Por primera ver desde que me encarcelaron,
‘obtuve algo de fruta fresea. Una mujeralemana me dio peras y manza-
nas, lo que me hizo feliz. Conocia el camino a la frontera, cerca de
‘Aachen. Pero me cogieron en los bosques, a la tercera noche. De
‘nuevo, tuve mucha suerte. Comencé a hablarle al guarda forestal que
‘me habia detenido. Le dije: “Eseucha, zhas leido los periédicos? Los
aliados estin ya en Bruselas y pronto estardn en Aache. Si me matas
ahora, pronto tendrés tn gran problema. Mejor, déjame en la céreel y
ahdrrate ios", Entendi® y hasta fue simpstico.
‘TTA: Ya entonces. Ernest, eras capaz de convencer al diablo.
EM. Bueno, si quieres decirlo asf, Incluso me dio un pedazo
de pan. No quiero presumir. Lo que hice era algo elemental. Por
‘suputesto, les di un nombre falso. Tampoco les diel nombre correc
to del campo del que me habia escapado, asf que me llevaron a otra
cércel. Pero finalmente se enteraron y durante dos semanas me
encerraron en una celda de castigo, esposado y con grilletes, por-
que sabfan que me habia escapado del campo. Pero a pesar de ello,
estaba mas seguru alli: El Comandante del campo del que me habia
escapado vino a verme ala cércel —una pequeia celda oscura—y me
dijo: "Eres un péjaro Taro. Sabes que si te hubieran devuelto te
‘hubiéramos colgado inmediatamente?”. Le dije que si. Se me
quedé mirando, totalmente asombrado, Pero claro, en esta eércel
no podia colgarme. Ya me habian condenado, asi que me tuvieron
en Eich desde octubre de 1944 hasta comienzos de marzo de 1945,
Después me transfirieron a otro campo, en donde estuve tres
semanas, ya final demes me liberaron.
'* Traduceién d¢G- Buster. anteriormente publicada en Viento Sur n? 23, octubre
de1995.
EL LUGAR DEL MARXISMO EN LA HISTORIA
1. ELCONTEXTO HISTORICO GENERAL
El marxismo es, en iltima instancia, el producto de la aparicién del
_ teams ese ‘Alemania, Bohemia y
Catalunya), sobre la base del cual surge una sociedad burguesa que
domina progresivamente la vida social en todas las esferas de la acti-
vvidad humana. El modo de produccién capitalista se funda en la
“apropiacién privada de los grandes medios de produccién y subsis-
tencia (instrumentos de trabajo, tierra y viveres) por los eapitalictas
(es decir, propietarios de importantes sumas de dinero). Estos utili-~
an una parte de su capital para comprar la fuerza de trabajo de wua
clase social, el proletariado, obligado a vender esta fuerza de trabajo
Puesto que ya no tiene acceso a los medios de produccién para
generar su manutencién. En esta relacién antagonica entre el
Capital y el Trabajo asalariado, posibilitada por la generalizacién de
la produccién mereantil (la transformacién de los medios de pro-
duccién y de la fuerza de trabajo en mercancias), se funda el nuevo
modo de produccién.
Este surge en medio de una sociedad ~la sociedad feudal—,
cuya lenta descomposicién abre una fase de transicién larga y
39contradictoria, que se extiende en algunas de las regiones de
Europa occidental arriba citadas entre los siglos XIII a XVI. incluso
hasta el XVIII, pero cuyos aspectos continian en actividad mucho
as tiempo. A menudo se designa esta fase con el término de socie~
dad semifeudal. Se funda en la pequefia produccién mercantil, en la
que los principales productores —los campesinos y los artesanos~
‘son productores libres y no siervos, que disponen de sus propios
‘medios de produccién. £1 modo de produccién capitalista no apare-
ce sino cuando estos productores libres son despojados progresiva-
mente de sus medios de produeci6n y del libre acceso ala tierra.
El modo de produccin capitalista surge inicialmente bajo la
forma de empresa agricola comercial, industria a domicilio y
manufactura, En la primera, el productor (campesino) es despo-
jado de sus herramientas de trabajo (la tierra, sus animales, sus
instrumentos) y enganchado como obrero agricola o doméstico
de hacienda por un hacendado-empresario que produce para el
‘mercado, En la segunda, el productor igualmente despojado, pro-
‘duce para un comandatario capitalista. En la tercera, los produc-
tores desposefdos son concentrados ya en gran mimero bajo un
mismo techo. Hacendados, comerciantes y empresarios, asi como
‘sus asalariados, comienzan a constituir un mercado interno para
las mercancias (alimento, textiles, herramientas, bienes de con-
sumo).
Hay que subrayar, sin embargo. que esta forma inicial del
modo de produecién capitalista, del siglo XIII a principios del XVIII,
zno ee hegem#niea, ni ve encuentra consolidada. En esta etapa del
desarrollo hist6rico, la burguesia no conquisté en ninguna parte el
‘poder politico, salvo en los Paises Bajos del Norte y en algunas ciu~
dades como Ginebra, y ain alli con su fraccién més aristocratica, la
burguesia de los banqueros y de los grandes comerciantes.
EL Estado sigue siendo un Estado semifeudal (a menudo una
‘monarquia absoluta). La mayoria de los privilegios de la nobleza y
del clero se conservaron, aunque estas clases dominantes de la
sociedad feudal se empobrecieron progresivamente en relacién
con la burguesia y se descompusieron lentamente. En particular,
los asalariados propiamente dichos, no constituyen sino una
pequefia minoria entre los productores. que son, en su gran
ry
-ELLUGAR DEL MARDISHO EN LA ISTORUA
mayoria, campesinos libres (pequeios productores comercian-
tes) 0 parcialmente sujetos a los restos de la servidumbre.
Esa partir de la revolucién industrial, que se produce en la
segunda mitad del siglo XVIII, cuando se consolidard ¢ impondré
definitivamente 1 nuevo modo de produccién capitalista. Con el
sistema de la fabrica basado en el maquinismo se extenderé a tra~
vvés del mundo y pondré de relieve plenamente todas sus caracte-
rristicas fundamentales. Es solamente a partir de este momento
‘cuando podra ser plenamente comprendido, y sus leyes de desarro-
Mo (su logica y su dialéctica internas) podran ser
El maquinismo, que es la base de la fabrica capitalista moder-
na, es el resultado de una lenta transformacién de las herramientas
de trabajo artesanales/industriales a partir del siglo XIII (molinos de
‘agua, téenicas de cultivo y de ganaderia, téenicas mineras, ete.) que
desemboca finalmente en el empleo de una nueva fuente de ener-
gia en la produccién: la fuerza del vapor. Esta transformacion es
de estos progresos de
las ciencias aplicadas es la difusidn de la ciencia de la navegacién y
de laconstruceién naval. Estatdifusién hace posible las grandes expe-
diciones de descubrimiento y pillaje desde Europa hacia Africa del Sur
_ydel Este, Asiay las Américas del siglo XVI (1492; “descubrimiento" de
América por Cristobal Colén), que pone en funcionamiento una
‘mientras que el mercado de alimentos se extiende a toda Europa
“seguido més tarde por el de los productos manufacturados, Este
‘mundial
pproletariado moderno. Por lo demés, no deja de influir tam-
‘asectores de las masas rurales, por lo menos en algunos paises.
o1a sociedad feudal se caracterizaba esencialmente por ving
gran estabilidad de la existencia humana, Cada quien “tenia yy
lugar” y “permanecia en su lugar”. Los hijos de los siervos eran
siervos. Los de la nobleza eran nobles o pertenecian al clero. Log
hijos de artesanos legaban a ser artesanos. Habia una ideologig
religiosa no menos inalterable, la rligién catélica consolidada por
la escoléstica, encubria, racionalizaba y justificaba esta sociedad
fuertemente jerarquizada.
Por cierto, estas rigideces no eran absolutas, Al igual que la téo-
nica, el pensamiento y el cuestionamiento social experimentaron
rogresos significativos en la sociedad feudal en Europa (sobre todo
enel siglo XIL1). Hubo avances en el campo filoséfico; la “izquierda
aviceniana”, de origen islémico, por ejemplo, se acered al materia
lismo. La extensién del comerecio internacional estimulé précticas
intelectuales (jla contabilidad!) generadoras del pensamiento
racionalista, Sin embargo, todos estos progresos fueron lentos, con
tradictorios, sujetos a mareadas recaidas havia el control religioso
(cl surgimiento de la Inquisicién) y el oscurantismo, sobre todo en
el siglo XV. ligadas a una crisis generalizada de la sociedad feudal
‘Apartir del siglo XVLy de la aparicién del modo de produccién
capitalista, el clima ideolégico y cultural se modifica, en conexién
{intima con la modifieacién radical de la vida cotidiana y de las
mentalidades de las poblaciones urbanas. El sentimiento de que
todo cambia répidamente sustituye al sentimiento de que hay un
orden fijo eterno, La duda, el cuestionamiento de los "valores esta-
blecidos”, el examen critico de las pretendidas "leyes divinas”, asi
como de las instituciones humanas, se generaliza progresivamente
Los dogmas religiosos son los primeros sometidos a una revisién,
bajo el efecto combinado de las conquistas de las ciencias natura~
les, de la propagacién del espiritu erftico y de las rebeliones contra
los abusos, los privilegios y la corrupeién del clero. Ast, se desarro-
an paralelamente el humanismo casi ateo, la Reforma (luteranismo,
anglicanismo, calvinismo, puritanismo) y la filosofia racionalista-
naturalista (Galileo, Descartes, Spinoza).
En Gltima instancia, estos movimientos ideoldgicos expresan
las aspiraciones de las nuevas clases urbanas y rurales que se desa-
rrollan con el modo de produccién capitalista: la burguesia, la
2
[EL LUGAR DEL MARNISMOEN LA HISTORIA
a de funcionarios ¢ ideélogos (maestros, sabios,
unado independiente, el pre-proletariado (asala-
‘del afto solamente), los hacendados-empresarios.
0 total o parcialmente en una de las variantes
ligidny en las nuevas corrientes filoséficas.
ideolégica adquiri6 esencialmente una forma reli-
‘explica por el papel de la religién como ideologia
sociedad feudal, ideologia dela que todas las cla-
mente impregnadas por la educacién y en la vida
de lo que se trata es en realidad de una ver~
e clases, como lo demuestran los grandes combates
‘en los que desembocaron estos conflictos reli-
que llegan hasta guerras civiles y verdaderas revo-
‘rebelidn de los husitas en Bohemia en el siglo XV; la
, campesinos en Alemania, la revolucién de los Paises
i Rares hei henna abdorinte Hier
Jos anabaptistas) en el siglo XVI; las guerras de
er senetiipengnasttieaylienae Jo cual
ena revolucién inglesa de 1640-1688,
ia Ia debilidad relativa de 1a burguesia en los siglos XVI
‘movimientos resultan sélo parcialmente victoriosos.
, desembocan en derretas. La Contrarreforma, triunfan-
jesuitas en Italia, Espafia los Paises Bajos del Sur, Austria
‘de Alemania, sucede a la Reforma, Enel terreno politi-
‘monarquia absoluta la que st extiende y no la reptiblica
Muchas secuelas de la Edad Media ~la servidumbre, la
riedad judicial, incluida la Inquisicién y la tortura, lacensu-
-eolocacién en el index de libros “sediciosos"— subsisten.
0 se ve obligado a confesar piblicamente que se equivocd
-demostr6, contrariamente a la opinién de la Biblia, que es
aque gira alrededor del Sol yno a la inversa.
noes y retrocesos se combinan en todas partes del mundo.
nizacién europea desemboca en la exterminacién de los
de América. El capitalismo comercial organiza la trata de
os, devasta Africa y extiende plantaciones y manufacturas en
ca con ayuda de millones de esclavos y no de proletarios
8‘ERNEST MANDEL
No es sino con el advenimiento del capitalismo industrial
egunda mitad XVIII que el progreso y el optim
‘ante . Bajo la direccién de la burguesia
la revolucién burguesa de 1789. Este movimie
somo baryon Amtscn ation rineipln dal
desigual los paises.
ae arie nastemcseancemegceebenmieonntosisie
‘un eambio radical de las rel
ria, en la lucha politica. Llevada por io :
ciones de fuerea entre la burguesia por una parte, yla monarquia,
4
| LUGAR DEL MARDOSMO EN LA HISTORA
opiniones reaccionarias, como Balzat, ¢ ide6logos conservadores.
Esta toma de conciencia va ‘una nueva préctica social:
la lucha de clases de los obreros-artesanos, los preproletarios y los
proletarios contra los capitalists, Asiva a surgir el "cuarto estado”,
que se enfrenta progresivamente contra el "tercer estado", contra la
do en la interpretacién més radical de les principios de la democracia.
‘La igualdad entre los individuos debe aplicarse a los sexos. Ast, apare-
«i6 la "Declaracién de los derechos dle la mujer y de Ia ciudadanta’ en
plena Revolucin Francesa. Ella no debe permitir discriminacion de
asta o raza: también se inician a emaneipacién de los judios; el movi-
‘miento por la abolicion de la esclavitud, a extensin del sufragio uni-
versal. Finalmente, implica la igualdad entre las naciones ysu derecho
alaautodeterminacién, de all el surgimiento de movimientos demo-
critioos nacionales, particularmente-en Irlanda, Italia y Alemania,
‘Una realidad econémica y una prictica socio-politica nuevas
cengendran as{una interrogante cientifica nueva, acompafiada de ideo-
Jogias nuevas. {Debe limitarse la emaneipacién al “ciudadano”, alos
derechos juridicos y politicos del hombre? ;No debiera extendesse al
productor, alexplotado, al "hombre (ya mujer) econémicos"? Asi
l final del Siglo de as Luces surge la cuestién social, el problema de la
‘emancipacién econémica, y oon ella, el socialismo como corriente de
‘ideas y movimiento real que actia por esta emancipacién.
Del surgimiento del modo de produccién capitalista al maqui-
xnismo la fébrica moderna; del surgimiento del proletariado concen-
‘rado en las fabricas a la lucha de clases parlamentaria elemental, de
Jas resistencias de pueblos colonizados contra las nuevas formas de
cexplotacién eapitalistas alos movimientos de independlencia radica-
Jes (América Latina, Irlanda, ete.); dela sparicién, en el punto culmi-
xnante de las grandes reveluciones burguesas, de revolucionarios que
ano se sitian exclusivamente en relacién a los objetivos de la bur-
uesia revolucionaria, a un principio de articulacion de objetivos
45‘socialistas en favor del joven proletariado; del racionaliamo burgués
del "orden social” en general (es decir a sociedad dividida en clases
aantag6nicas, de la propiedad privada) sin limitarse a la critica del
orden semifeudal: he ahf la evolucin y el contexto histérico que
hacen posible el nacimiento del marxismo,
ocialismo, la idea de un “regreso ala edad de oro", es decir,
una sociedad sin clases, es mucho més viejo que el capitalismo
industrial. Son practicamente tan viejos como la propia divisién de
lasociedad en-clases. Encontramos ecos de ella en la antigua poesia
‘griega, en los profetas hebreos. en los primeros padres de la Iglesia
‘catélica, en numerosos pensadores de la China clasica y del islam.
Durante la Edad Media y en los grandes movimientos ideol6gicos a
partirdel siglo XV, esta tradiciénse extiende cada vez més. También
8 reforzada por la existencia de sociedades relativamente igualita-
ras encontradas por los europeos durante viajes de descubrimien-
tos 0 campaias de conquista.
El marxismo se sitta sin ninguna duda en la huella de esa vieja
y venerable tradicidn de suefio y combates de emancipacién de los
pobres, explotados y oprimidos. Comparte con ellos interrogantes,
reocupaciones, rebeliones. Pero todo lo que es espeei-
fico del marxismo no se explica, en iltima instancia, sino porlo que
‘es nuevo a partir del siglo XVIII, y que esta intimamente ligado ala
consolidacién del modo de produccién capitalista por la revolucién
‘industrial: la aparicién definitiva del proletariado como clase social
fundada en el trabajo asalariado; la toma de conciencia radical dela
““cuestién social” nacida del nuevo antagonismo social: el del capi-
taly el trabajo asalariado,
2. LAS CARACTERISTICAS FUNDAMENTALES.
DEL MARXISMO
El marxismo aparece a la vez como una transformacién revolucio-
naria y una unificacién progresiva: de las ciencias humanas, més
exactamente de las ciencias sociales; del movimiento politico de
46
filantropicas fundaciGn de las primens eolonias "coraunistas");
i ee eee
“Bn el terreno de las ciencias sociales, la apropiacién ertica
n sobre todo'a la filosofia elésica alemana, In economia
és radicales de las organiziciones que, contra el absolu-
o, quieren instaurarla repablicademocritica en Italia, Irlanda
fa. Abolir la esclavitud de Estados Unidos. Brasil y en las