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1. ¡La reunión empieza a TIEMPO!

2. La agenda es revisada con el equipo.


3. El propósito u objetivo de la reunión son establecidos.
4. Utiliza los primeros minutos para aclarar los puntos fundamentales.
5. La agenda es la base de las discusiones.
6. Un tema es discutido a la vez.
7. Una persona habla a la vez.
8. Todos los participantes tienen oportunidad de dar su opinión.
9. Responsabilidades son asignadas para cada tarea.
10. Se establecen fechas para cada tarea.
11. Fecha, lugar y hora son establecidos para la siguiente reunión.
12. La reunión termina en el tiempo establecido.
13. Todos los participantes terminan la reunión sabiendo los siguientes pasos.
1. Querido Amigo:

Hola, te amo mucho. Como sabrás, nos estamos acercando otra vez a la fecha
en que festejan mi nacimiento.

El año pasado hicieron una gran fiesta en mi honor y me da la impresión que


este año ocurrirá lo mismo. A fin de cuentas ¡llevan meses haciendo compras
para la ocasión y casi todos los días han salido anuncios y avisos sobre lo poco
que falta para que llegue!

La verdad es que se pasan de la raya, pero es agradable saber que por lo menos
un día del año, piensan en mí. Ha transcurrido ya mucho tiempo cuando
comprendían y agradecían de corazón lo mucho que hice por toda la humanidad.

Pero hoy en día, da la impresión de que la mayoría de la gente apenas si sabe


por qué motivo se celebra mi cumpleaños.

Por otra parte, me gusta que la gente se reúna y lo pase bien y me alegra sobre
todo que los niños se diviertan tanto; pero aún así, creo que la mayor parte no
sabe bien de qué se trata. ¿No te parece? Como lo que sucedió, por ejemplo, el
año pasado: al llegar el día de mi cumpleaños, hicieron una gran fiesta, pero
¿Puedes creer que ni siquiera me invitaron? ¡Imagínate! ¡Yo era el invitado de
honor! ¡Pues se olvidaron por completo de mí! Resulta que habían estado
preparándose para las fiestas durante dos meses y cuando llegó el gran día me
dejaron al margen. Ya me ha pasado tantísimas veces que lo cierto es que no
me sorprendió.

Aunque no me invitaron, se me ocurrió colarme sin hacer ruido. Entré y me


quedé en mi rincón. ¿Te imaginas que nadie advirtió siquiera mi presencia, ni se
dieron cuenta de que yo estaba allí? Estaban todos bebiendo, riendo y pasándolo
en grande, cuando de pronto se presentó un hombre gordo vestido de rojo y
barba blanca postiza, gritando: "¡jo, jo, jo!". Parecía que había bebido más de
la cuenta, pero se las arregló para avanzar a tropezones entre los presentes,
mientras todos los felicitaban. Cuando se sentó en un gran sillón, todos los niños,
emocionadísimos, se le acercaron corriendo y diciendo: ¡Santa Clos! ¡Cómo si él
hubiese sido el homenajeado y toda la fiesta fuera en su honor! Aguanté aquella
"fiesta" hasta donde pude, pero al final tuve que irme. Caminando por la calle
me sentí solitario y triste. Lo que más me asombra de cómo celebra la mayoría
de la gente el día de mi cumpleaños es que en vez de hacer regalos a mí, ¡se
obsequian cosas unos a otros! y para colmo, ¡casi siempre son objetos que ni
siquiera les hacen falta! Te voy a hacer una pregunta: ¿A tí no te parecería
extraño que al llegar tu cumpleaños todos tus amigos decidieron celebrarlo
haciéndose regalos unos a otros y no te dieran nada a tí? ¡Pues es lo que me
pasa a mí cada año!

Una vez alguien me dijo: "Es que tú no eres como los demás, a ti no se te ve
nunca; ¿Cómo es que te vamos a hacer regalos?". Ya te imaginarás lo que le
respondí.
Yo siempre he dicho "Pues regala comida y ropa a los pobres, ayuda a quienes
lo necesiten. ¡Ve a visitar a los huérfanos, enfermos y a los que estén en
prisión!". Le dije: "Escucha bien, todo lo que regales a tus semejantes para
aliviar su necesidad, ¡Lo contaré como si me lo hubieras dado a mí
personalmente!" (Mateo 25,34-40). Muchas personas en esta época en vez de
pensar en regalar, hacen bazares o ventas de garaje, donde venden hasta lo que
ni te imaginas con el fin de recaudar hasta el último centavo para sus nuevas
compras de Navidad. Y pensar todo el bien y felicidad que podrían llevar a las
colonias marginadas, a los orfanatorios, asilos, penales o familiares de los
presos. Lamentablemente, cada año que pasa es peor. Llega mi cumpleaños y
sólo piensan en las compras, en las fiestas y en las vacaciones y yo no pinto
para nada en todo esto. Además cada año los regalos de Navidad, pinos y
adornos son más sofisticados y más caros, se gastan verdaderas fortunas
tratando con esto de impresionar a sus amistades.

Esto sucede inclusive en los templos. Y pensar que yo nací en un pesebre,


rodeado de animales porque no había más.

Me agradaría muchísimo más nacer todos los días en el corazón de mis amigos
y que me permitieran morar ahí para ayudarles cada día en todas sus
dificultades, para que puedan palpar el gran amor que siento por todos; porque
no sé si lo sepas, pero hace 2 mil años entregué mi vida para salvarte de la
muerte y mostrarte el gran amor que te tengo.

Por eso lo que pido es que me dejes entrar en tu corazón. Llevo años tratando
de entrar, pero hasta hoy no me has dejado. "Mira yo estoy llamando a la puerta,
si alguien oye mi voz y abre la puerta, entraré en su casa y cenaremos juntos".
Confía en mí, abandónate en mí. Este será el mejor regalo que me puedas dar.
Gracias

Tu amigo

Jesús
1. Todos los días nace el Señor (Una historia
sobre como el Misterio de la Navidad
emblandece el corazón humano)

El pueblo de Israel esperaba al Mesías que Dios había prometido por medio los
profetas, que vendría a liberarlos de la opresión e Isaías lo describe así:

"El pueblo que andaba a oscuras vio una luz grande, los que vivían tierra de
sombras, una luz brilló sobre ellos...Porque un niño nos ha nacido, un hijo se
nos ha dado. Estará el señorío sobre su hombro, y se llamará su nombre
'Maravilla de Consejero', 'Dios Fuerte', 'Siempre Padre', 'Príncipe de Paz'. Grande
es su señorío y la paz no tendrá fin sobre el trono de David y sobre su reino,
para restaurarlo y considerarlo por la equidad y la justicia" (Is 9,1.5-6).

Esperaban, pues, un guerrero, un rey fuerte y poderoso que pueda guiar un gran
ejército y llevarlos a la liberación.

El ángel se lo anuncia así a José: "José, Hijo de David, no temas tomar contigo
a María tu mujer porque lo engendrado en ella es del Espíritu Santo. Dará a luz
un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus
pecados" (Mt 1,20-21). Mateo añade: "Todo esto sucedió para que se cumpliese
el oráculo del Señor por medio del profeta: Ved que la Virgen concebirá y dará
a luz un hijo y le pondrán por nombre Emmanuel, que traducido significa 'Dios
con nosotros'" (Mt 1,22-23).

José y María fueron a censarse a Belén. "Y sucedió que, mientras ellos estaban
allí, se le cumplieron los días del alumbramiento, y dio a luz a su hijo
primogénito, le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre, porque no tenían
sitio en el alojamiento. Había en la misma comarca unos pastores, que dormían
al raso y vigilaban por turno durante la noche su rebaño. Se les presentó el Ángel
del Señor, y la gloria del Señor los envolvió en su luz; y se llenaron de temor.

El ángel les dijo: No temáis, pues os anuncio una gran alegría, que lo será para
todo el pueblo: os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un salvador, que es el
Cristo Señor; y esto os servirá de señal: encontraréis un niño envuelto en
pañales y acostado en un pesebre. Y de pronto se juntó con el ángel una multitud
del ejército celestial, que alababa a Dios diciendo: Gloria a Dios en las alturas y
en la tierra paz a los hombres de buena voluntad" (Lc 2,6-14). Como siempre
Jesús es desconcertante, nos desconcierta porque nos saca de toda lógica
humana, porque su actuar se basa en el amor y siendo de condición divina se
despojó de su rango para compartir nuestra condición humana; lo esperaban
como rico y nació en la pobreza; esperaban un guerrero y sus armas fueron el
perdón y la paz; su revolución se hizo por medio del amor y el signo de su triunfo
está en el madero de la cruz.

Dios se hizo hombre, para que aquel que vive en tinieblas y sombras de muerte
pueda vivir en la luz; para que aquel que vive en pecado se levante y
experimentando la misericordia del Señor viva en la gracia; para que aquel que
se siente solo y abatido, sepa que tiene a alguien a su lado; para que aquel que
sufre y llora, tenga consuelo; para que aquel que pasa por la injusticia y la
violencia, experimente la paz; "Dios se hizo hombre, para que el hombre se haga
Dios" (S. Agustín). Si para esto ha venido el Señor, podemos decir que todos los
días nace el Señor, en aquellos corazones que se abren para recibirlo como si
fueran unos pesebres, en aquellos corazones que llenos de gozo no solo cantan
sino que dan gloria a Dios con sus obras y se esfuerzan por mantener la paz
entre los hombres.

Todos los días nace el Señor, en aquellos hogares que son comunidades de vida
y amor, donde los esposos y padres e hijos se esfuerzan por comprenderse y
amarse
Todos los días nace el Señor, en aquellas personas que en los campos, en las
fabricas, en las oficinas, van cumpliendo con su labor cotidiana, si egoísmos ni
envidias, solo pensando que con su trabajo contribuyen al bienestar de la
sociedad. Todos los días nace el Señor, en aquellos hospitales donde el personal
tiene que luchar contra la enfermedad y la muerte, y ponen todo su conocimiento
y esfuerzo al servicio de la vida. Todos los días nace el Señor, en los medios de
comunicación que nos transmiten la verdad sin manipulaciones y sus programas
nos culturizan. Todos los días nace el Señor, en las escuelas donde los maestros
educan y van formando no solo con la palabra sino también con el ejemplo.
Todos los días nace el Señor, en aquellas autoridades que con honestidad buscan
la justicia, el desarrollo y las paz para sus pueblos. Todos los días nace el Señor,
en aquellas personas que consagran su vida a Dios y a la Iglesia y viven con
fidelidad su compromiso, sirviendo a Cristo en sus hermanos.
Zapatos para Jesús (Una historia que enseña
el verdadero valor de las cosas)

Solo faltaban cinco días para la Navidad. Aún no me había atrapado el espíritu
de estas fiestas. Los estacionamientos llenos, y dentro de las tiendas el caos era
mayor. No se podía ni caminar por los pasillos. ¿Porqué vine hoy? Me pregunté.

Me dolían los pies lo mismo que mi cabeza. En mi lista estaban los nombres de
personas que decían no querer nada, pero yo sabía que si no les compraba algo
sé resentirían. Llené rápidamente mi carrito con compras de último minuto y me
dirigí a las colas de las cajas registradoras. Escogí la más corta, calculé que
serían por lo menos 20 minutos de espera. Frente a mí había dos niños, un niño
de 10 años y su hermana de 5 años. Él estaba mal vestido con un abrigo raído,
zapatos deportivos muy grandes, a lo mejor 3 tallas más grande. Los jeans le
quedaban cortos. Llevaba en sus sucias manos unos cuantos billetes arrugados.

Su hermana lucía como él, sólo que su pelo estaba enredado. Ella llevaba un par
de zapatos de mujer dorados y resplandecientes. Los villancicos navideños
resonaban por toda la tienda y yo podía escuchar a la niñita tararearlos. Al llegar
a la caja registradora, la niña le dio los zapatos cuidadosamente a la cajera,
como si se tratara de un tesoro. La cajera les entregó el recibo y dijo: son $6.09.
El niño puso sus arrugados billetes en el contador y empezó a rebuscarse los
bolsillos. Finalmente contó $3.12. Bueno pienso que tendremos que devolverlos,
volveremos otro día y los compráremos, añadió. Ante esto la niña dibujó un
puchero en su rostro y dijo: "Pero a Jesús le hubieran encantado estos zapatos".

Volveremos a casa trabajaremos un poco más y regresaremos por ellos. No


llores, vamos a volver. Sin tardar yo le completé los tres dólares que faltaban a
la cajera. Ellos habían estado esperando en la cola por largo tiempo y después
de todo era Navidad. Y en eso un par de brazitos me rodearon con un tierno
abrazo y una voz me dijo: "Muchas gracias señor".

Aproveché la oportunidad para preguntarle que había querido decir cuando dijo
que a Jesús le encantarían esos zapatos. Y la niña con sus grandes ojos redondos
me respondió: "Mi mamá está enferma y yéndose al cielo. Mi papá nos dijo que
se iría antes de Navidad para estar con Jesús. Mi maestra de catecismo dice que
las calles del cielo son de oro reluciente tal como estos zapatos. ¿No se le verá
a mi mamá hermosa caminando por esas calles con estos zapatos?" Mis ojos se
inundaron al ver una lágrima bajar por su rostro radiante. Por supuesto que sí,
le respondí. Y en silencio le di gracias a Dios por usar a estos niños para
recordarme el verdadero valor de las cosas.
La tienda del cielo (Una historia que nos enseña
cuanto nos ama Dios)

Con motivo de la Navidad fui de compras buscando cuales serían los regalos que
necesitaba adquirir para mis seres queridos. Buscaba algo diferente este año.

Un regalo que al recibirlo les causara alegría, satisfacción y que pudieran utilizar
por toda su vida. Finalmente, después de varios días de estar buscando vi un
letrero que decía "La tienda del cielo", me fui acercando y la puerta se fue
abriendo. Cuando me di cuenta ya estaba adentro.

Me recibió un Angel dándome una canasta y me dijo "compra con cuidado", todo
lo que un cristiano necesita, estaba en aquella tienda.

Y agregó el Angel: "lo que no puedas llevar ahora, lo podrás llevar después".
Primero compré paciencia, también el amor, estaba en la última estantería, más
abajo estaba el gozo, para estar siempre alegre.

Compre dos cajas de paz para mantenerme tranquilo y dos bolsas repletas de fe
para los retos de próximo año. Recordé que necesitaba mostrar benignidad,
bondad y mansedumbre con mis semejantes; así mismo, no podía olvidarme la
templanza necesaria para controlar mi temperamento en todo momento de
modo que compre una de cada una.

Llegué por fin a la salida y le pregunté al Angel: "¿Cuánto le debo?". Él me sonrió


y me respondió: "Hijo Mío, ¡JESÚS pagó tu deuda hace mucho tiempo!"

Hijo, tu eres la tienda y puedes abrirla todos los días, el Angel soy Yo, el Espíritu
Divino que mora dentro de ti, y los regalos son el fruto del Espíritu. Antes que
despiertes de tu sueño quiero compartirte el verdadero sentido de la Navidad.

Escucha con cuidado. Estos regalos son especiales para esta ocasión, pero si los
abres durante todo el año, te producirán gran gozo a tí y a los que se los
compartas.

Más importante aún. Te has dado cuenta que tu hijo (a) hace más caso de lo
que le enseñas con el ejemplo de que lo que le dices que haga. Bueno, si tu
empiezas abrir estos regalos durante todo el año, él (ella) te va empezar a imitar
y así sus hijos y los hijos de sus hijos. Cuando despiertes, ¡comparte este sueño
con todas las personas que puedas!.
EL sueño de María (Una historia que cuestiona el olvido de Dios)

Tuve un sueño, José.... no lo pude comprender, realmente no, pero creo que se trataba del
nacimiento de nuestro Hijo; creo que si era acerca de eso.

La gente estaba haciendo los preparativos con seis semanas de anticipación. Decoraban las
casas y compraban ropa nueva.

Salían de compras muchas veces y adquirían elaborados regalos. Era muy peculiar, ya que
todos los regalos no eran para nuestro Hijo. Los envolvían con hermosos papeles y los ataban
con preciosos moños, todo lo colocaban debajo de un árbol. Si, un árbol, José, dentro de una
casa.

Esta gente estaba decorando el árbol también. Las ramas llenas de esferas y adornos que
brillaban. ¡Había una figura en lo alto del árbol, me parecía ver una estrella o un ángel, oh! Era
verdaderamente hermoso.

Toda la gente estaba feliz y sonriente. Todos estaban emocionados por los regalos; se los
intercambiaban unos con otros José, pero, no quedó alguno para nuestro Hijo.

Sabes, creo que ni siquiera lo conocen, pues nunca mencionaron su nombre; ¿no te parece
extraño que la gente se meta en tantos problemas para celebrar el cumpleaños de alguien que
ni siquiera conocen? Tuve la extraña sensación de que, si nuestro Hijo hubiera estado en la
celebración, hubiese sido un intruso solamente. Todo estaba tan hermoso José y todos tan
felices, pero yo sentí enormes ganas de llorar.

Que tristeza para Jesús no querer ser deseado en su propia fiesta de cumpleaños. Estoy
contenta porque sólo fue un sueño, pero que terrible José, si esto hubiera sido realidad.

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