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ELEMENTOS PARA COMPLENETAR EL CAPÍTULO 2.

TERRITORIO:
Comprensión del territorio en una triada: en primer lugar, un espacio geográfico, lo territorial,
en el que se da una apropiación, es decir, la territorialización, que crea identidades, las
territorialidades, en el marco de dinámicas cambiantes, que se materializan de formas
diversas que varían en el tiempo (Porto-Gonçalves, 2002).
http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/ar/libros/cecena/porto.pdf

CULTURA.
COSTUMBRE Y TRADICIÓN: LA CULTURA POPULAR ENTRE LA REBELDIA Y EL
CONSERVADURISMO.
Nazareno Bravo
INCIHUSA-CONICET
Stuart Hall define la cultura popular como un conjunto de
“formas y actividades cuyas raíces [están] en las condiciones sociales y materiales de
determinadas clases, que hayan quedado incorporadas a tradiciones y prácticas populares. Lo
que aquí define la cultura popular, son las relaciones en tensión continua (relación, influencia,
antagonismo) con la cultura dominante. Es un concepto de cultura que está polarizado
alrededor de esta dialéctica cultural. Trata el dominio de las formas y actividades culturales
como un campo que cambia constantemente. Luego examina las relaciones que de modo
constante estructuran este campo en formaciones dominantes y subordinadas. Examina el
proceso mediante el cual se articulan relaciones de dominación y subordinación. Los trata
como proceso: el proceso por medio del cual algunas cosas se prefieren activamente con el
fin de poder destronar de otras. Tiene en su centro las cambiantes y desiguales relaciones de
fuerza que definen el campo de la cultura; esto es, la cuestión de la lucha cultural y sus
múltiples formas. Su foco principal de atención es la relación entre cultura y cuestiones de
hegemonía.

ECONOMÍA MORAL DE LA MULTITUD


ECONOMÍA MORAL DE LA MULTITUD. CARLOS ANTONIO AGUIRRE ROJAS.
Enero 2010

la “economía moral de la multitud”, sería que ella es el conjunto de fuerzas y de


mecanismos de regulación y autorregulación que, establecidos a partir de la
ética y de la moral populares, --que no de la ética cristiana, sino desde los
códigos de la vasta y rica cultura popular—fijan la barrera entre lo correcto
y lo incorrecto, entre lo aún aceptable y lo intolerable , para determinar así,
en el momento de la ruptura del pacto social entre clases antagónicas, o en la
situación del quiebre del equilibrio social al interior de las propias clases
populares, los objetivos, la lógica del comportamiento y las formas en
general de las acciones concretas de la multitud, es decir, del conjunto de las
clases, sectores y grupos subalternos de una determinada sociedad.
-Una primera implicación, ya señalada, pero sobre la que es necesario insistir,
es la de que esa “economía moral” no está presente sólo o limitada en su
vigencia al ámbito económico , sino que, por el contrario, hunde sus raíces y
premisas fundamentales, tanto en las estructuras principales de la cultura
plebeya o popular, o subalterna, como también en ese humus vasto y
omnipresente que es el de la costumbre, para luego, y una vez constituida,
desplegar igualmente sus efectos sobre el amplio conjunto del tejido social
en su totalidad.
---Una segunda implicación importante de la redefinición que hemos
propuesto de la economía moral de la multitud, es la de invitarnos a no
confundir la moral popular, vinculada con y derivada de la cultura plebeya,
ni con la moral cristiana de la iglesia, ni tampoco con la moral oficial de las
clases dominantes. Pues más allá de la presión ideológica y del reiterado
esfuerzo de imposición de la ideología y de la moral dominantes, que las
clases hegemónicas llevan a cabo todo el tiempo, es sin embargo un hecho
que las clases subalternas mantienen permanentemente la vigencia de su
propia cultura, la que si bien se ve influida y hasta contaminada en una parte
importante por esa cultura hegemónica, es capaz de preservar, a pesar de
todo, grandes zonas y espacios de autoafirmación autónoma y de clara
independencia.
--una tercera implicación del concepto thompsoniano de la economía moral
de los pobres, según la redefinición que nosotros proponemos, es la de que
la fijación de las fronteras entre lo que es correcto o incorrecto, o legítimo de
un lado e ilegítimo del otro, no tiene nada que ver con los criterios jurídicos
o legales, oficiales y burgueses, de esta misma discriminación. Pues una vez
más, esa discriminación se realiza a partir de la moral popular y de los
códigos de la cultura subalterna y plebeya, lo que implica que muchas veces
una acción popular de la multitud pueda ser a la vez ilegal pero legítima,
igual que ciertas acciones de las clases dominantes pueden ser vividas desde
esa economía moral de la multitud como actos que a pesar de ser
jurídicamente legales, son considerados como verdaderos agravios y ataques
a las clases sometidas, y por ende, son asumidos y respondidos como actos
profundamente ilegítimos.
--Una cuarta implicación de nuestro replanteamiento de lo que es la
economía moral de la multitud, nos lleva a insistir en el hecho de que si la
misma se activa, sobre todo y fundamentalmente, como respuesta a los
agravios, ofensas y acciones intolerables de las clases dominantes, en
ocasiones y a diferencia de esta situación predominante, ella puede también
manifestarse, a veces, en contra de uno de los propios miembros de las clases
subalternas, transformando así las fuerzas y los mecanismos de regulación
de la acción de la protesta popular, en mecanismos de autorregulación del
funcionamiento y acción cotidianos de esos mismos sectores subalternos.
http://conceptos.sociales.unam.mx/conceptos_final/424trabajo.pdf

RESISTENCIA CIVIL
La resistencia civil comúnmente es asociada con estrategias planificadas y sólidas que buscan
por parte de las organizaciones luchar por la reivindicación de los derechos y la dignidad
humana. No obstante, la resistencia civil guarda una estrecha relación con la construcción de
ciudadanía, ya que los actores sociales, buscan legitimar un discurso en contra de toda
violación que por acción u omisión el Estado ha generado, así mismo, busca propiciar y
construir espacios de participación ciudadana, construcción de redes y alianzas y el
afianzamiento de una proyección política que los pone en papel de líderes responsables del
cambio y del desarrollo de la comunidad. La resistencia civil hace parte del concepto más
amplio de acción no violenta y ha representado una valiosa alternativa frente a la violencia
del Estado, las ocupaciones extranjeras, el armamentismo y la guerra. Se expresa en una
tradición política, tradicionalmente conocida, y en una dimensión de defensa,
insuficientemente conocida por su origen reciente. (Hernández, 2004, p. 31) De acuerdo con
Randle (1998) la resistencia civil se caracteriza por ser una acción colectiva, organizada que
busca movilizar a la población civil hacia la reivindicación de los derechos, esta acción
colectiva evita cualquier recurso de violencia y sus armas se basan en la protesta y la
desobediencia civil, exigiendo una ética pacifista y las alianzas con terceros para fortalecer
sus objetivos. La resistencia civil es un método de lucha política colectiva basada en la idea
básica de que los gobiernos dependen en último término de la colaboración o por los menos
de la obediencia de la mayoría de la población, y de la lealtad de los militares, la policía y de
los servicios de la seguridad civil; por tanto lo s métodos abarcan desde la protesta, y la
persuasión, hasta la no cooperación social, económica y política, y por último hasta la
intervención no violenta Randle (1998 p.25)
-Así pues, los conceptos de resistencia civil que expone Hernández (2004) basada en trabajo
de Randle (1998) se definen de la siguiente manera: Es un producto organizativo y un
ejercicio de planeación, no es una expresión espontánea y de corta duración. Es una acción
colectiva Es una respuesta a diversas violencias, como la estructural y la directa en su
modalidad política.
* Es una acción colectiva que encuentra su origen en la base social y no es una iniciativa de
gobiernos locales, regionales o nacionales o de actores armados.
* Es una respuesta no violenta, aunque no necesariamente pacifista.
* Es el uso de la no colaboración frente a todos los actores que generan la modalidad de
violencia.
Entre tanto la ciudadanía es un tema que ha sido objeto de estudio por diversos autores que
coinciden en abordarlo desde el campo de la política, por ejemplo Urquijo (2011) nos expresa
que el concepto de ciudadanía es vital si se quiere que la democracia como forma de gobierno
se realice desde sus principios fundamentales, pues la ciudadanía es el motor de toda práctica
democrática (p.11)

CULTURA E IDENTIDAD
Los conceptos de cultura e identidad son conceptos estrechamente interrelacionados e
indisociables en sociología y antropología. En efecto, nuestra identidad sólo puede consistir
en la apropiación distintiva de ciertos repertorios culturales que se encuentran en nuestro
entorno social, en nuestro grupo o en nuestra sociedad. Lo cual resulta más claro todavía si
se considera que la primera función de la identidad es marcar fronteras entre un nosotros y
los “otros”, y no se ve de qué otra manera podríamos diferenciarnos de los demás si no es a
través de una constelación de rasgos culturales distintivos. Por eso suelo repetir siempre que
la identidad no es más que el lado subjetivo (o, mejor, intersubjetivo) de la cultura, la cultura
interiorizada en forma específica, distintiva y contrastiva por los actores sociales en relación
con otros actores.
-la cultura no debe entenderse nunca como un repertorio homogéneo, estático e inmodificable
de significados. Por el contrario, puede tener a la vez “zonas de estabilidad y persistencia” y
“zonas de movilidad” y cambio. Algunos de sus sectores pueden estar sometidos a fuerzas
centrípetas que le confieran mayor solidez, vigor y vitalidad, mientras que otros sectores
pueden obedecer a tendencia s centrífugas que los tornan, por ejemplo, más cambiantes y
poco estables en las personas, inmotivados, contextualmente limitados y muy poco
compartidos por la gente dentro de una sociedad.
Pero lo importante aquí, como ya señalamos, es tener en cuenta que no todos los repertorios
de significados son culturales, sino sólo aquellos que son compartidos y relativamente
duraderos.
---Por una parte los significados culturales se objetivan en forma de artefactos o
comportamientos observables, llamados también “formas culturales” por John B. Thompson
(1998: 202 y ss), por ejemplo, obras de arte, ritos, danzas... ; y por otra se interiorizan en
forma de “habitus”, de esquemas cognitivos o de representaciones sociales. En el primer caso
tenemos lo que Bourdieu (1985: 86 ss.) llamaba “simbolismo objetivado” y otros “cultura
pública”, mientras que en el último caso tenemos las “formas interiorizadas” o
“incorporadas” de la cultura.
Por supuesto que existe una relación dialéctica e indisociable entre ambas formas de la
cultura. Por una parte, las formas interiorizadas provienen de experiencias comunes y
compartidas, mediadas por las formas objetivadas de la cultura; y por otra, no se podría
interpretar ni leer siguiera las formas culturales exteriorizadas sin los esquemas cognitivos o
“habitus” que nos habilitan para ello. Bourdieu (1985: 86 ss.)
--la cultura es la organización social del sentido, interiorizado de modo relativamente estable
por los su jetos en forma de esquemas o de representaciones compartidas, y objetivado en
“formas simbólicas”, todo ello en contextos históricamente específicos y socialmente
estructurados, porque para nosotros, sociólogos y antropólogos, todos los hechos sociales se
hallan inscritos en un determinado contexto espacio-temporal.
--El siguiente paso es mostrar cómo las identidades se construyen precisamente a partir de la
apropiación, por parte de los actores sociales, de determinados repertorios culturales
considerados simultáneamente como diferenciadores (hacia afuera) y definidores de la propia
unidad y especificidad (hacia adentro). Es decir, la identidad no es más que la cultura
interiorizada por los sujetos, considerada bajo el ángulo de su función diferenciadora y
contrastiva en relación con otros sujetos.
---la identidad se predica en sentido propio solamente de sujetos individuales dotados de
conciencia, memoria y psicología propias, y sólo por analogía de los actores colectivos, como
son los grupos, los movimientos sociales, los partidos políticos, la comunidad nacional y, en
el caso urbano, los vecindarios, los barrios, los municipios y la ciudad en su conjunto.

contribución de Edgar Morin (2001: 69) destaca la importancia de la red personal de


relaciones íntimas (parientes cercanos, amigos, camaradas de generación, novias y novios,
etc.)
http://perio.unlp.edu.ar/teorias2/textos/articulos/gimenez.pdf

CULTURA
"La cultura consiste en pautas de comportamiento, explícitas o implícitas,
adquiridas y transmitidas mediante símbolos y constituye el patrimonio
singularizador de los grupos humanos, incluida su plasmación en objetos; el
núcleo esencial de la cultura son las ideas tradicionales (es decir, históricamente
generadas y seleccionadas) y, especialmente, los valores vinculados a ellas; los
sistemas de culturas, pueden ser considerados, por una parte, como productos
de la acción, y por otra, como elementos condicionantes de la acción futura)" 22
Clifford Geertz "...

la cultura se comprende mejor no como complejos de esquemas concretos de


conducta --costumbres, usanzas, tradiciones, conjuntos de hábitos-- como ha
ocurrido en general hasta ahora, sino como una serie de mecanismos de control
--planes, recetas, fórmulas, reglas, instrucciones (lo que los ingenieros de
computación llaman "programas"-- que gobiernan la conducta") 34
http://www.estudiosindigenas.cl/educacion/compcult.pdf

¿?????
"La cultura no es meramente un orden abstracto de signos o relaciones entre signos. Ni es la
simple suma de prácticas habituales. No es ni puro lenguaje ni puro habla, nunca constituye
un sistema cerrado o enteramente coherente. Por el contrario: la cultura siempre contiene
dentro de sí mensajes, imágenes y acciones polivalentes y potencialmente contestables , es
en breve, un conjunto de significantes en acción, significantes a la vez materiales y
simbólicos, sociales y estéticos, históricamente situados e históricamente desplegados y
dentro de ellos, hay momentos estrechamente integrados con cosmovisiones explícitas y
otros que pueden ser duramente contestados en un conjunto de contraideologías y
subculturas; mientras que otros pueden llegar a ser más o menos imprecisos, evanescentes e
indeterminados en su valor y significado”.

RESISTENCIA CIVIL.
SOBRE EL CONCEPTO DE RESISTENCIA CIVIL EN CIANCIA POLÍTICA.
Julio Quiñones Páez
La resistencia civil es una forma de acción política consistente en la ejecución de estrategias
que no conllevan violencia contra el adversario con el que se sostiene un conflicto, sino que
se orientan a seducir a la opinión pública amplia para que voluntariamente decida no seguir
depositando su obediencia y cooperación respecto del poder controlado por dicho adversario.
Además de haber sido puesta en práctica por movimientos sociales y de liberación nacional
a lo largo de los últimos dos siglos, una de sus aplicaciones concretas es pasar a constituirse
en componente central de una política de defensa. En este caso, la resistencia civil hará
referencia a la negativa de los ciudadanos a obedecer o cooperar con las fuerzas de invasión,
ocupación, usurpación interna, golpismo de Estado o similares.

VIOLENCIA
En el presente texto asumimos la noción de violencia en los dos primeros sentidos, es decir,
como el ejercicio de fuerza física y/o como la amenaza de su ejercicio; en tal virtud, entendemos
la no violencia como la característica propia de una forma de acción política en la que están
ausentes la agresión física sobre personas y cosas, y la amenaza de ejercicio de la misma.
Aunque los elementos culturales y estructurales antes aludidos tienen una gran importancia a
la hora de la acción política, los entendemos más como componentes propios de una teoría del
poder que de la violencia. Ello por cuanto partimos de considerar la violencia como una
expresión particular del poder y no como su equivalente; y una expresión, además, proveniente
de agentes concretos y no de circunstancias impersonales, así la actuación de dichos agentes no
pueda ser cabalmente comprendida si se soslayan las determinaciones estructurales.

En el marco del conflicto político, la noción de resistencia alude al ejercicio de una acción de
oposición, es decir, a un negarse a ceder ante las expresiones de la dominación, al margen de
las características que estas últimas tengan. En tal sentido, toda resistencia implica un
componente de desobediencia, sin que ello signifique que, por ejemplo, resistencia civil y
desobediencia civil sean lo mismo, según se verá más adelante. Entendida en un sentido
general, la resistencia no excluye la apelación a la violencia; pero cuando se habla de manera
más restringida de resistencia civil, se alude a la práctica de una oposición no militar o, más
genéricamente, no violenta. En esa dirección, el ejercicio de la resistencia civil conlleva la puesta
en ejecución de una serie de formas de acción no violentas.
2006

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