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El español «neutro» de los doblajes:

intenciones y realidades
Lila Petrella
Universidad de Buenos Aires.
Argentina

Caracterización del español neutro


Descripción del español neutro
El español neutro y la traducción
Conclusiones

En el marco de un proyecto de investigación titulado «El español


de Buenos Aires», subvencionado por la Universidad de Buenos
Aires, llevamos a cabo una investigación sobre el español
denominado «neutro» de los doblajes y subtitulados de películas
de ficción.

Objetivos

— Presentar los principales problemas vinculados con la


legislación sobre el español neutro en la Argentina y la influencia
de los requisitos técnicos y limitaciones en la configuración de este
lenguaje.

— Describir sus principales rasgos en los niveles morfosintáctico y


léxico.

— Diferenciar el español de los doblajes y el de los subtitulados.

— Distinguir entre los doblajes argentinos y los no argentinos.


Observar si en estos últimos existe la búsqueda de un español
«neutro», en cuyo caso se procurará caracterizarlo; con este
propósito hemos considerado los doblajes mexicanos,
portorriqueños y venezolanos.

— Determinar la influencia de la traducción sobre este español y


en qué medida inciden en su constitución los presupuestos de los
traductores y los directivos de los centros de doblaje.

— Caracterizar y delimitar esa variedad teniendo en cuenta:

a) la intención de su creación.

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b) la norma lingüística a que se atiene;

c) cuál de los siguientes parámetros lingüísticos incide más en la


esencia del español neutro:

1) el factor lugar o regional (la norma lingüística culta adoptada).


2) el factor social (la aparición o no de variedades sociales en el
español neutro).
3) el registro (la variedad o no de los mismos).

— Determinar el papel de los lingüistas en la delimitación del


concepto.

Metodología y Etapas

Estudiamos bibliografía de lingüística, dialectología,


sociolingüística, semántica, pragmática y de análisis del discurso.
Consultamos diccionarios de americanismos, mexicanismos,
argentinismos y del español en general.

a) Análisis de la ley mencionada.

b) Elaboración de un cuestionario sobre el español de los medios.

c) Aplicación de este cuestionario a traductores y personas


vinculadas con centros de doblaje y medios de comunicación con
el propósito de extraer consideraciones generales sobre problemas
que afectan a la legislación, finalidades e implementación del
concepto.

d) Constitución de un corpus de base mediante el visionado de 600


horas de películas (doblajes y subtítulos realizados desde el inglés
en la Argentina y en los otros países hispanoamericanos ya
señalados). El criterio de selección del corpus fue: contrastivo (los
fenómenos lingüísticos que resultaban extraños o no esperables
para nuestro dialecto) y diferencial (los fenómenos hallados se
cotejaron con el español madrileño, otros dialectos americanos y
peninsulares y el rioplatense).

e) Análisis del corpus elicitado según los distintos niveles


lingüísticos.

f) Análisis del corpus distinguiendo doblajes y subtítulos

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argentinos y no argentinos.

g) A la luz de la bibliografía y análisis de los corpus,


caracterización del español neutro de la Argentina y el español de
los otros países americanos.

h) Confección de un repertorio del léxico del español neutro


contemplando:1) frecuencia de uso, 2) norma lingüística
subyacente, 3) dialecto social, 4) tipos de significado connotativo,
5) registro, 6) sinónimos esperables.

El vocabulario incluido en el repertorio se limitó a aquel que un


hablante nativo del dialecto rioplatense español percibe extraño o
estigmático, porque su elección presupone una toma de posición
respecto de una norma, el registro, un dialecto social, etc, que es lo
que permite caracterizar este idioma. Cabe hacer la salvedad de
que cada centro de doblaje, por otra parte tiene un diccionario real
o virtual que le permite correspondencias entre película y película
y con otros centros.

Los conceptos de americanismo, argentinismo, mexicanismo,


venezolanismo, portorriqueñismo, etc, que subyacen a este trabajo
no se atienen al origen de los términos, sino sólo al uso de
hispanohablantes monolingües de los respectivos países;
procuramos comparar cada una de las variantes léxicas del
diccionario con las distintas variantes de referencia, ateniéndonos
tanto a su significado referencial como a su campo semántico
(quién usa un término, cómo, cuándo, dónde).

Caracterización del español neutro

El fin principal del español neutro, cuya ley fue sancionada en


mayo de 1986 en Argentina, es comercial. Se procura que el
producto sea exportable a la mayor cantidad de sectores del
mercado y por eso se busca una lengua que prescinda de las
peculiaridades nacionales. Para la elaboración de la ley así como
para su cumplimiento, no se consultó a ningún especialista en
temas lingüísticos.

La ley presupone la existencia de un español neutro y de un


proyecto unificado acerca del mismo. El artículo 1 , (único
dedicado a la consideración del concepto) dice:

«El doblaje deberá ser realizado en idioma castellano neutro, según


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su uso corriente en nuestro país, pero comprensible para todo el
público de la América hispanoahablante».

Una reglamentación dos años posterior amplía así:

«Se entenderá por idioma castellano neutro al hablar puro,


fonética, sintáctica y semánticamente, conocido y aceptado por
todo el público hispanohablante, libre de modismos y expresiones
idiomáticas de sectores».

La lectura de la ley suscita no pocas preguntas: ¿Qué se entiende


por modismos?, ¿qué es el hablar puro? Si se evitan las
expresiones de sectores, ¿a qué sectores y a qué expresiones se
alude?, ¿por qué idiomáticas?

La ley se aplicó en nuestro país a doblajes y subtítulos, dos medios


eficaces para enfrentar la incomprensibilidad. El doblaje es un
procedimiento magnético que consiste en sustituir la banda que
registra la voz en la película original por una grabada en otro
idioma. El subtitulado, a su vez, requiere una impresión de los
subtítulos en un negativo nuevo que posteriormente se superpone a
la película original.[1]

Los traductores cuentan con tres días máximo —a veces menos—


para realizar ambos procedimientos.

La mayoría de las veces deben traducir directamente del audio


original, sin guión, porque eso incrementaría el costo de la película
que compra el distribuidor, con las consiguientes dificultades y
problemas de interpretación. Se supone que los traductores deben
entonces contar con un bagaje cultural suficiente para poder
entender nombres propios, títulos, vocabulario técnico,
literario,etc.

El subtitulado requiere que el espectador mire la imagen y lea de


forma casi simultánea. Cada cuadro dura dos o tres segundos y
puede tener dos líneas. Cada línea un máximo de 32 caracteres
para el cine y 25 para vídeo. Como es evidente que resulta
imposible entonces respetar los tiempos reales de los diálogos, las
frases se sintetizan, se acomodan y se ajustan sacrificando muchas
veces el contenido de diálogos enteros.

El doblaje no tiene este problema, salvo el que surge de hacer


corresponder tan ajustadamente como sea posible las palabras del
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actor con las del doblajista, y esto trae dificultades, según de qué
idioma se trate, ya que, por ejemplo, el inglés es una lengua de
emisión más breve que el español, por lo cual el doblaje toma más
tiempo que el texto original; esto lleva a mutilarlo o a transformar
el español del doblaje en una lengua artificialmente más reducida.
Muchas veces se ejerce censura, o no se respetan las ironías, los
chistes, los juegos de palabras, y eso pasa inadvertido para el
espectador de la película original.[2]

Descripción del español neutro

Rasgos morfosintácticos

— Uso de tú de segunda persona singular con sus correspondientes


formas verbales.

— Ausencia de vosotros y sus formas verbales para la segunda


persona plural.

— Pretérito perfecto compuesto indicativo privilegiado en usos en


los que la variedad rioplatense emplea en contraste el pretérito
perfecto simple.

— Futuro imperfecto indicativo (morfológico) a veces como única


forma de futuro, otras acompañando al perifrástico.

— Uso del condicional en oraciones independientes para expresar


deseo y probabilidad. Ejemplo: Deberías estar acá.

— Frecuente aparición de oraciones en voz pasiva.

— Uso reiterado de perífrasis verbales (como traducción literal del


inglés) de: deber / poder + infinitivo.

— Poco uso de otras perífrasis verbales (progresivas, por ejemplo).


Ejemplo: En lugar de un conveniente Estás viendo las cosas, Ves
las cosas.

— Traducción literal del inglés go home por a casa, sin aparición


del posesivo aún cuando lo requiera.

— Vasta presencia del proverbo hacer. Ejemplo: Sí, lo hice.

— Empleo como verbos no pronominales de algunos que sí lo son


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en algunos dialectos, por ejemplo el argentino. Ejemplo: Ríe por
todo.

— Escaso uso de tiempos compuestos.

— Escasa presencia de conectores extraoracionales.

— Uso del alomorfo de diminutivo -ito, aunque con mucha


frecuencia aparece -illo.

— Las oraciones poseen estructuras sintácticas simples y esto


determina una menor presencia de elementos coordinantes
interiores y encabezadores proposicionales.

— Imperfecto de Subjuntivo con valor de pretérito perfecto simple


o pluscuamperfecto Indicativo. Ejemplo: No creo que falleciera.

— Traducción de sujeto no enfático. Ejemplo: Piensa usted eso?


Pase usted.

— Orden de oraciones imperativas e interrogativas: verbo + sujeto


+ objeto (Pase usted o ¿Trajo usted esto? ).

— Leísmo a veces (No le he visto).

— Loísmo a veces ( Pensé en robarlo <a alguien >).

— Falta de concordancia nominal y verbal, y conjugación del


verbo haber en construcción impersonal (Hubieron problemas) .

En el subtitulado los rasgos son básicamente los mismos. La


necesidad de concisión lleva a un énfasis mayor en la ausencia de
tiempos compuestos, frases verbales, conectores, simplicidad en
las oraciones. Existen muchas incorrecciones gramaticales (más
que en los doblajes) y también ortográficas.

Rasgos léxicos

Es posible constituir un diccionario con el léxico frecuente en el


español neutro cuya nota más saliente es acaso el carácter reducido
de su vocabulario.

En este plano la norma predominante es la culta madrileña:

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Por ejemplo: periódico (diario), recordar (acordarse de ), empacar
(hacer la valija), maleta (valija), piscina (pileta), nevera (heladera),
gafas (anteojos), enfadarse (enojarse), patata (papa), grifo
(canilla), fregadero (pileta de la cocina), lavabo (lavatorio), sortija
(anillo), cartera (billetera), darse prisa / apresurarse (apurarse),
reportero (periodista), escaparate (vidriera), astuto (vivo),
gasolina (nafta),cómo no (por supuesto), qué va (negación).

Pero a veces encontramos una norma culta hispanoamericana,


sobre todo mexicana: bistec (mexicana), junto a filete (madrileña)
y no bife (argentina); aguacate (palta), cacahuete (maní), cajuela
(baúl), coyote (zorro); venezolana: plagio junto a secuestro;
apartamento (piso en España), departamento (en México y
Argentina); balacera (tiroteo).

Desde el punto de vista de los préstamos hay cierta presencia de


calcos en los doblajes extranjeros: perros calientes (hotdogs),
pluma (fountain pen), ejecutivo (executive), rascacielos
(skycraepers), platillos voladores (flying saucers), estación de
servicio (service station), concreto (concret ‘hormigón armado’),
aparcar / aparcamiento (park / parking). En los argentinos, no
todos estos aparecen.

En cuanto a los crudos, en los doblajes no argentinos hay muy


pocos : jersey, jeep, chofer, ticket.

Y en los argentinos, casi ninguno.

En los subtitulados el respeto por un léxico standard es sólo un 20


por ciento menor. Por ejemplo, puede no encontrarse nevera,
grifo, fragadero, etc, y en su lugar el término que se manifiesta
responde a la norma culta argentina, y hay una mayor amplitud de
vocabulario.

Los traductores procuran obviar los regionalismos, pero algunos


aparecen reiteradamente y no dan razón del por qué la película
original.

Tampoco hay una posición clara sobre los préstamos. Parece


responderse a la convención tácita de que no deben incluirse pero
aparecen algunos sin criterio.

En los doblajes se evitan las malas palabras. En su lugar es de rigor


el empleo de insultos bastante eufemísticos que responden a
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normas lingüísticas hispanoamericanas no argentinas: bastardo,
maldito, perra, etc. Y aparecen también expresiones interjectivas
ajenas a la norma culta argentina como: rayos, demonios, diablos,
por todos los cielos, etc.

Por el contrario, en los subtítulos se usan malas palabras pero en


número muy limitado y de modo contradictorio, sin que resulte
posible establecer los parámetros que determinan su inclusión o su
ausencia.

En los doblajes se usan vocativos extraños a veces a nuestra


norma: amigo, cariño, cielo, encanto. En los subtítulos se los
emplea sólo con valor enfático.

Rasgos semánticos

Uno de los rasgos más destacados del español neutro es la


neutralización del campo semántico , ya que cada término tiene un
significado conceptual (sentido) pero no significados
asociativos[3], [4] y [5], que nos den información pragmática
acerca de la situación social, temporal, regional del hablante, así
como del registro lingüístico empleado. El léxico es atemporal,
perteneciente a un registro formal, y responde a una norma culta de
distintas procedencias.

Tampoco encontramos el significado temático de G. Leech por el


cual se pueden enfatizar o enfocar distintos aspectos de una
oración según el orden de los términos o construcciones, el orden
es más bien fijo y no responde a intenciones lingüísticas sino a la
rapidez del trabajo y a la influencia de la traducción.

Por otro lado, citando a Halliday «al producirse conmutaciones


dialectales (regionales o sociales), éstas simbolizan conmutaciones
de registro». Y como en el caso del español neutro las variaciones
de dialecto regional responden a normas lingüísticas cultas
extañas, pueden simbolizar un registro equivocado. Esto se ve
claramente en expresiones como ¡diablos!, ¡demonios! y las que
para la Argentina simbolizan un registro formal y culto, y
corresponden en cambio a un insulto del inglés en el texto original.

Lo mismo ocurre en expresiones como: Por todos los Cielos! que


parala Argentina pertenece a un registro formal y a un cronolecto
arcaico y, sin embargo, en el texto original es una expresión actual

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en un registro coloquial, casi familiar.

Diferencias entre doblajes argentinos e hispanoamericanos no


argentinos

Los rasgos morfosintácticos establecidos para la Argentina son


válidos para los demás países estudiados, pero hay que sumarles
los siguientes:

— Uso frecuente de : qué tan + adjetivo / adverbio ? qué tanto /


qué hay de + sustantivo?

— Uso del diminutivo -illo / -a. Ejemplo: mantequilla, platillo.

— Preposición hasta con dos valores:

a) Ejemplo: Hasta después de 4 años me embarazo (Recién


después...)

b) Ejemplo: Viene hasta mañana . (No viene...)

Éstos, según Lope Blancha película original,[6] son fenómenos


típicos del dialecto mexicano.

— Uso de que (a la manera de est-ce que francés) que aparece


antes del subordinante si.

Ejemplo: Preguntó que si no podrías..., o encabezando una


interrogativa parcial. Ejemplo: Que Haidy y tú no tienen amigos?
Éstos también son fenómenos mexicanos.[7]

— Oler y lucir en impersonal y conjugado. Ejemplo: Luces bien.


Huele mal.

— Tardar como verbo pronominal.Ejemplo: No te tardes.

El diccionario léxico postulado para el español «neutro» de la


Argentina, es absolutamente aplicable a el de los otros países, pero
pueden incluirse en él otros términos que no se usan en la
Argentina: da / tener pena (vergüenza), botar (tirar), guapo
(atractivo), jalar (tirar), quitarse (irse), banquete (fiesta),
calcetas / calcetines (medias), excusado (baño), genio (carácter),
voltear (darse vuelta), latoso (pesado), regadera (ducha),
comportarse (portarse bien), coyote (zorro), etc.
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Estos responden en su mayoría a la norma madrileña pero hay
algunos de la hispanoamericana. Es interesante notar que en
doblajes realizados en México podemos encontrar palabras de una
norma méxicana que señala dialecto social. Ejemplo: latoso. Lo
mismo en los doblajes venezolanos, por ejemplo: lana (dinero),
pelarse (huir).

El español neutro y la traducción

A partir de la encuesta realizada a los traductores y personas


vinculadas con centros de doblajes estamos en condiciones de
proponer algunas conclusiones:

1. Estos profesionales tienen poca conciencia y formación


lingüísticas: hablan de términos como regionalismos, modismos,
localismos sin precisar sus límites y los parámetros o no para
incluirlos. Tampoco manifiestan una posición clara repecto del uso
de los préstamos y las malas palabras, que dejan librados al
«sentido común». No advierten el matiz expresivo que puede haber
en las frases verbales o en el uso de tiempos compuestos.

2. En su desempeño manifiestan una desvalorización de la lengua


en uso, ya eluden que todo lo que pueda ser considerado expresión
de nuestro dialecto.

3. Introducen a veces inconcientemente, anglicismos influidos por


el inglés.

4. Se debaten entre la búsqueda de una traducción literal que se


entienda y una libre que no cambie el texto. Al pretender hacer una
recreación[8] quedan librados a su bajaje cultural y su capacidad
autoral.

5. No prestan atención a la significativa diferencia que separa una


traducción comercial y una literaria.

6. Por eso no toman en cuenta lo que afirma el traductor inglés


Tim Parks[9]: «se puede mantener la fidelidad a la intención del
texto [...] y en algunas circunstancias, ser fiel a la intención del
texto implica una mayor atención al registro y a otros elementos
estilísticos que al sentido semántico exacto».

Estos conceptos son útiles para la traducción de textos comerciales


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porque la intención de éstos es clara. Esto sucede con las películas
que son de mero entretenimiento (best sellers, por ejemplo), pero
hay otras, el valor literario de cuyo guión es mayor y presentan
más dificultades para el traductor. En ese caso, éste debe
familiarizarse con los significantes de connotación que adopta el
autor para destacar registro, foco, intenciones, información sobre
los personajes y la situación. Siguiendo a Parks, cabe considerar
que el principal motivo para apartarse del original debería ser que
«el traductor no se siente satisfecho con los resultados en su propio
idioma».

Conclusiones

El español neutro, como dijimos , fue creado con un propósito


comercial, y para conseguirlo se procuró sistematizar un conjunto
de rasgos lingüísticos en los distintos niveles.[10] y [11] Pero éstos
no responden a una sola norma, sino a diferentes normas
dialectales yuxtapuestas que no se atienen al uso, es decir, no
contemplan la difusión de los fenómenos lingüísticos en áreas
mayores con una norma panamericana subyacente. A estos
problemas lingüísticos hay que sumarles los de la traducción
mencionados.

Por otro lado, si el español «neutro» se emplea en películas de


ficción, nos encontramos con su aspecto más objetable: la
neutralización de los planos semántico y pragmático. Pero es lícito
notar que si en un doblaje o subtitulado se intenta marcar estas
diferencias, se debe recurrir a diferentes expresiones dialectales
(las diferencias de registro y las variedades sociales cambian de
dialecto en dialecto). Entonces, su aspecto negativo resulta
inmodificable.

Si, en cambio, el español «neutro» se emplea en películas,


documentales o noticiarios. En tanto se cumpla con la búsqueda de
la norma panamericana de uso más difundido, será útil a los fines
de la comprensión deseada.

Pero si nos atenemos a analizar el interés por lograr la


comprensión de los textos en la mayor cantidad de áreas posibles,
podemos agregar que en el español neutro se pierde de vista la
distinción entre el núcleo común productivo de dos o más
dialectos, y el receptivo. Siguiendo a Hockett[12] definimos el
núcleo común como la intersección que abarca los rasgos
compartidos por esos dialectos, pero el núcleo común puede ser
productivo (cuando los rasgos son producidos por los hablantes de
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los dialectos en cuestión) o receptivo (cuando los rasgos pueden
ser sólo comprendidos por los hablantes de los otros dialectos,
pero no producidos).

Para lograr el tipo de comunicación que se pretende al exportar


una película, no es necesario buscar rasgos presentes
productivamente en áreas del español, sino sólo considerar rasgos
pertenecientes al núcleo común receptivo de estas zonas, es decir,
a los fenómenos lingüísticos que han ido nivelando las zonas
hispanohablantes.

Por eso creemos que la participación de los lingüistas en la


reacomodación del español «neutro» para hacerlo más real, menos
contradictorio y menos neutralizado, es necesaria.

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