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El mundo único: La falsa guerra de la izquierda contra la derecha

(IAR Noticias) 13-Septiembre-2010

Cambian los escenarios, cambian los contenidos ideológicos, cambian los objetivos
estratégicos, cambian las metodologías de lucha, pero la dinámica de los procesos y los
actores son los mismos. La "izquierda" y la "derecha" ya no están en guerra
permanente por la resolución de un orden internacional de bloques enfrentados como
"sistemas " diferenciados (como en la guerra fría URSS-bloque occidental), sino que
disputan por el control de los gobiernos del sistema capitalista vigente como "mundo
único". En términos doctrinarios y estratégicos, la "nueva izquierda" ya no lucha contra
la "derecha" para sustituir al Estado capitalista, sino que lucha para "socializar" el
sistema capitalista desde adentro sin tocar sus estructuras históricas de dominio y de
poder.

Por Manuel Freytas (*)

manuelfreytas@iarnoticias.com
Informe especial

1) La vieja guerra
Ya no se trata de una guerra excluyente por la eliminación del contrario (izquierda comunista
vs. derecha capitalista), sino de una competencia política para imponer proyectos
alternativos dentro del mismo sistema.

Ni la izquierda es "revolucionaria" ni la derecha es "contrarrevolucionaria": Ambas son la


expresión del mismo sistema capitalista sólo diferenciadas por el discurso.

Ya no se utiliza la calificación de "izquierda" entendida en los parámetros de la Guerra Fría


entre el sistema capitalista y el sistema comunista, sino en los términos de "reformar" el
sistema controlado por la "derecha".

De la misma manera se utilizan y califican las posiciones de izquierda (como expresión


de "progresismo y democracia") contra la derecha (como expresión de "retrógrado y
fascista"), en los términos de la inserción de ambas como alternativas dentro del mismo
sistema.

En el marco internacional, se trata de un reposicionamiento de la"Guerra Fría", no ya entre


dos sistemas opuestos (el capitalista y el comunista) sino entre potencias capitalistas que se
disputan la hegemonía del poder mundial.

La antigua "Guerra Fría" de la URSS con EEUU (y el bloque aliado de naciones capitalistas)
era principalmente por áreas de influencia militar y política: el sistema comunista vs. el
sistema capitalista occidental.

Se trataba de una "guerra entre sistemas", económicos, políticos y militares, diferenciados


que se disputaban el planeta dividido en áreas de influencia.

Como consecuencia irradiadora, en el mundo y en los cinco continentes confrontaban" dos


sistemas": la "revolución socialista" por vías del poder armado, o del poder político
(exportada por la URSS), y la "civilización capitalista de libre mercado"(exportada por
EEUU y sus aliados).

El marco operativo y estratégico se definía por el objetivo buscado: La izquierda quería


eliminar de raíz al sistema capitalista (o sea a la "derecha") de la propiedad privada
y sustituirlo por otro sistema de reparto social igualitario y sin explotación del hombre por
el hombre. Y la "derecha" quería lo contrario: destruir a la izquierda para preservar al sistema
capitalista.

Esta guerra de "sistemas", de la "derecha", -el sistema- contra la "izquierda", -el antisistema-
donde se enfrentaban los que querían el "hombre nuevo" de la revolución y los que defendían
el statu quo del "hombre viejo" del sistema capitalista, experimentó un cambio cualitativo,
un salto transformacional histórico, cuando el capitalismo terminó con el sistema socialista
de la URSS en la década del 90.

Con la derrota y desaparición de la URSS (punto de referencia geopolítico y logístico de la


"revolución socialista" y de sus movimientos armados) desaparece el sistema comunista, y el
sistema capitalista occidental de "libre mercado" ingresa al nuevo "orden mundial" convertido
en sistema hegemónico unipolar liderado por EEUU como potencia locomotora.
2) La nueva guerra

Colapsado el sistema socialista de la URSS y el esquema del orden mundial "bipolar", el


sistema capitalista se licuó en un orden internacional "unipolar" con EEUU como potencia
regente. En el vértice del triángulo, terminó la "guerra entre sistemas", y comenzó la era de
la"guerra intersistema"con las potencias mundiales compitiendo entre sí por áreas de
influencia (geopolítica, militar y económica) y sin romper el ordenamiento internacional del
sistema capitalista.

En este nuevo escenario, emergente del fin de la "guerra entre sistemas", la guerra de la
"izquierda" contra la "derecha" también experimentó un salto cualitativo y transformacional.

El teatro de confrontación supervivió, pero su marco cambió de contenido doctrinario y de


objetivo estratégico. La "nueva izquierda" y la "nueva derecha" ya no combaten militarmente
desde polos diferenciados y excluyentes ("sistema" y "antisistema"), sino que disputan
una guerra político-ideológica conviviendo dentro de un mismo sistema.

En el nuevo marco de disputa, "izquierda" y "derecha" ya no son enemigos


excluyentes (revolución vs. contrarrevolución), sino rivales políticos-ideológicos que conviven
y compiten por el control del Estado capitalista. El teatro de confrontación ya no
eseconómico-político-militar, sino ideológico-político-electoral dentro de normas fijadas por
la preservación del sistema dominante.

La polarización ideológica, ya no se define por una guerra por el exterminio de uno u de


otro ("sistema" vs. "antisistema") sino por una competencia establecida dentro del
ordenamiento (y las reglas) de la "gobernabilidad", la "estabilidad" y la "paz social" del sistema
capitalista.

La "izquierda" y la "derecha" ya no pelean su guerra en escenarios clandestinos asimétricos


de la lucha armada, o en marcos sociales de huelgas y conflictos violentos, sino que lo hacen
por medio de movilizaciones pacificas o de procesos electorales enmarcados dentro de
la "legalidad" del sistema

Por lo tanto, a la contradicción fundamental de la "guerra intersistemas" (comunismo vs.


capitalismo) por áreas de influencia y dominio geopolítico-militar, le sucedió la "guerra
intercapitalista"por áreas de influencia y de control de recursos productivos y de mercados,
dentro de un mismo sistema.
Como emergente, los conflictos sociopolíticos ya no se desarrollan en el radio de influencia
de "sistemas diferentes" (comunismo vs. capitalismo) sino como contradicciones económicas,
políticas y sociales de un "sistema único": el capitalismo de libre mercado nivelado como
"única civilización" para todo el planeta.

En consecuencia, y tras la caída de la URSS y de los movimientos revolucionarios armados,


el mundo gira (o lo hacen girar) hacia laderecha del Imperio, o hacia la izquierda del
Imperio.

La nueva "izquierda democrática" post-Guerra Fría ha subvertido el significado histórico y


funcional de la palabra "revolución": Hacer la revolución ya no es cambiar el sistema
capitalista, sino adaptar el discurso revolucionario al sistema capitalista.

Su ideología es "reformista" (comprendida dentro del sistema capitalista) y no revolucionaria.


No es anticapitalista, sino crítica al capitalismo de derecha al que quiere sustituir en el
gerenciamiento de los Estados capitalistas. No lucha para derrocar al sistema capitalista, sino
para derrotar a la "derecha" que administra el sistema capitalista.

La izquierda asimilada plantea una "guerra" no ya en los términos de la Guerra Fría, donde la
izquierda se referenciada en la Unión Soviética y en Cuba y la derecha en EEUU y el bloque
occidental, sino en los términos de la guerra entre un capitalismo "democrático" y un
capitalismo "fascista" y militarista.

Asimilada dentro de la nueva estrategia de dominio "democrático" y del "Estado


trasnacional" exportados por Washington, la "izquierda democrática", sigue los parámetros de
la lucha contra el "militarismo" y la "derecha" de la década del 70, sin los objetivos
concretos de toma del poder que guiaban a la izquierda armada revolucionaria de entonces.

La nueva izquierda vive mentalmente en la "guerra fría", en el escenario ideológico de los


militares de la "doctrina de seguridad nacional", mientras Washington (en un claro desfasaje
histórico) ya no domina con los militares sino con elecciones, políticos y un orden blindado
basado en el respeto al "orden constitucional".

La izquierda (asimilada a la filosofía del "único mundo posible") ya no piensa el mundo en


función de la guerra a muerte para terminar con el sistema capitalista (el dueño del mundo),
sino en función determinar con la "derecha" dentro del marco del mismo sistema.
3) La integración de los opuestos

Vaciada de su contenido "antisistema", hoy la izquierda sigue en guerra contra la "derecha",


no ya para destruir al Estado capitalista sino para gerenciarlo en su lugar. La "nueva
izquierda" revirtió el marco ideológico-doctrinario: Ya no pelea estructuralmente contra la
"derecha" para destruir al sistema capitalista, sino para "transformarlo" (reformarlo sin tocar la
substancia esencial del sistema de la propiedad privada y de la dominación del hombre por el
hombre).

En su tesis teórica liminar, la "nueva izquierda" (como expresa Chávez) plantea "socializar"
el capitalismo sin guerra militar ni toma del poder, con la misma herramienta (el Estado) que
utiliza el capitalismo para hacer lo contrario: Concentrar riqueza y propiedad privada en pocas
manos y expulsar a las mayorías a la pobreza y a la exclusión social.

Esta teoría presupone que el sistema capitalista (cuya esencia histórica es la concentración
de riqueza en pocas manos) podría de pronto reconvertirse en "socialista" con los
multimillonarios renunciando pasivamente a sus fortunas y las corporaciones y bancos
trasnacionales repartiendo sus activos y estructuras empresariales entre los que menos
tienen.

Y esto implicaría también que EEUU renunciaría a la hegemonía del dólar, clausuraría el
templo financiero de Wall Stret y convertiría a sus arsenales, sus bases militares y flotas
nucleares en santuarios pacifistas entregándoles el poder a los que quieren transformar el
capitalismo en socialismo sin disparar un solo tiro.

En términos doctrinarios y estratégicos, la "nueva izquierda" (en su expresión gubernamental)


ya no lucha contra la "derecha" para sustituir al Estado capitalista, sino que lucha contra la
"derecha" para "socializar" el sistema capitalista desde adentro sin tocar sus estructuras
históricas de dominio y de poder.

En otras palabras, competir con la "derecha" por el gerenciamiento político sin destruir el
"ordenamiento económico" (sistema económico-productivo controlado por el capital privado),
el "ordenamiento político" (Estado capitalista controlado por los grupos y las corporaciones
capitalistas) , y el "ordenamiento social" (valores basados en el individualismo y la sociedad
de consumo).
Por lo tanto, la nueva izquierda y sus teóricos carecen de una visión totalizada y actualizada
de la estrategia de dominio (y del control de la "gobernabilidad") que utiliza el Imperio
capitalista para concretar sus objetivos de conquista de mercados y de apoderamiento de
recursos vitales a escala global.

En un momento en que el sistema capitalista (exceptuando unos pocos países donde aplica la
ocupación militar) controla el mundo con el "sistema democrático" (el control político), con
la sociedad de consumo (la ideología y los valores consumistas impuestos como máxima
creencia social), y con los medios de comunicación(los nuevos represores y controladores
sociales sin uso de las armas), la izquierda asimilada al sistema sigue identificando al "viejo
orden" (los militares y la "derecha militarista" de la Guerra Fría) como el principal enemigo
estratégico a derrotar.

En resumen, la izquierda "antimilitarista" rechaza los movimientos "fascistas" como el golpe


militar-institucional de Honduras (expresión modificada y actualizada de los golpes
setentistas), pero acepta y apoya golpes "democrático-institucionales", como el ejecutado en
Ecuador contra Lucio Gutiérrez que finalmente culminó en el gobierno "izquierdista" de Rafael
Correa.

En lo substancial (y aunque se proponga "anticapitalista" en el discurso), la izquierda


asimilada identifica como enemigo al imperialismo "político-militar" de la Guerra Fría, en un
escenario en que el sistema capitalista ha girado hacia el dominio "politico-democrático".

Las nuevas estrategias de control con el "poder blando" ya no están dirigidas a la supresión o
al control físico de sus enemigos, sino que utiliza técnicas psicológicas orientadas
a controlar los cerebros mediante la manipulación con el "pacifismo" y la "democracia"
como factores integradores al sistema.

En consecuencia, los descendientes de la izquierda setentista "democratizada", ya no pelean


contra la depredación del sistema capitalista, no pelean contra las columnas vertebrales de la
nueva dominación (políticos, medios de comunicación y sociedad de consumo) sino que
pelean contra los que infringen o ponen en peligro el sistema de gobernabilidad
democrático.

Como resultante, izquierda y derecha son complementarias (dentro de las estrategias de


control del sistema capitalista) y se articulan como una "alternativa" dentro de lo mismo.

Por lo tanto, la única diferencia existente entre un "gobierno de izquierda" y otro de "derecha",
es el discurso cargado de "ideología" (desfasada de la realidad) y sin aplicación práctica en el
presente.
4) La alternativa dentro de lo mismo

Al abandonar sus postulados setentistas de "toma del poder" y adoptar los esquemas de la
democracia burguesa y el parlamentarismo como única opción para acceder a posiciones de
gobierno, la "nueva izquierda" se convirtió en una opción válida para gerenciar el "Estado
trasnacional" del capitalismo en cualquier país de América Latina y del mundo.

Precisamente, ese "orden" establecido estaba amenazado por la "izquierda antisistema"


militarizada de la "guerra fría", y la respuesta a su accionar eran los golpes militares de la
"derecha" apoyados por EEUU.

En este nuevo marco de enfrentamiento (fijado por la guerra político-electoral), la "nueva


izquierda" (a diferencia de la izquierda de la "guerra fría") ya no lucha contra el Imperio
capitalista como totalidad estratégica y funcional, sino que lucha para convertirse
enalternativa a la "derecha" de ese mismo sistema.

En resumen, el sistema capitalista unipolar (con EEUU como potencia regente) no solamente
terminó con el conflicto "entre sistemas" a nivel internacional, sino que también terminó con la
"izquierda antisistema" integrándola como alternativa de gobierno a sus estructuras de
dominación planetaria.

Y ya hay laboratorios experimentales de procesos sociales y políticos con experiencia de


gestión de la "nueva izquierda" al frente del Estado capitalista.

Dentro de este nuevo esquema de polarización "izquierda" vs. "derecha", la guerra ya no se


define por la "destrucción mutua" asegurada, sino por la búsqueda de una posición
dominante dentro del mismo orden económico, político, militar y social establecido.

Terminada la guerra político-electoral, la "izquierda", tanto como la derecha", defienden los


mismos valores institucionales del sistema capitalista: "orden democrático", "estado de
derecho" y "paz social", como sustentos básicos de la preservación del Estado y de la
sociedad capitalista de la propiedad privada.

La asociación beneficiosa entre la "izquierda civilizada" y el establishment del poder capitalista


es obvia: El sistema (por medio de la izquierda) crea una "alternativa de gobernabilidad" a
la "derecha neoliberal", y la izquierda (y los izquierdistas) pueden acceder al control
administrativo del Estado burgués sin haber hecho ninguna revolución.
Y nació el distintivo axiomático que guía a los gobiernos "progresistas" en la región: hacer
discursos con la izquierda y gobernar (con y) para los intereses de la derecha.

Cualquier "tercera posición" frente a esta alternativa dualista es descalificada


inmediatamente como "conspirativa - infantilista": Fuera del espacio de la "izquierda" o de
la "derecha" (la antitesis oficial aceptada) sólo existe la crítica "sin propuestas y sin trinchera",
como califican los teóricos "progresistas" a la posición de los que definen a la izquierda y a la
derecha como alternativas de lo mismo dentro del sistema capitalista.

En resumen, los que no toman partido por la "izquierda" o por la "derecha" (aunque combatan
y denuncien al sistema capitalista) son "conspirativos" y están (como los marginales y
expulsados del sistema capitalista) excluidos del mercado de las ideas y creencias
aceptadas.

¿Es malo ser de "izquierda" y proponer un capitalismo asistencialista de rostro más


"humanizado?.

Para nada: Lo malo es pertenecer a la izquierda asimilada al capitalismo (el "progresismo"


democrático capitalista), y simular una pertenencia a la izquierda anticapitalista
revolucionaria(enemiga excluyente del sistema capitalista).

Lo alienante (y más allá de las posibilidades de existencia que hoy tendría) es hablar de
una "revolución de izquierda", cuando claramente la izquierda (salvo excepciones
minoritarias) se ha convertido en la más férrea defensora de la "democracia", la "paz"y
el "orden constitucional", los pilares esenciales de la "gobernabilidad" del sistema
capitalista.

Lo alienante (y engañoso), es hablar con el discurso de izquierda, y ejecutar a rajatabla los


programas operativos (económicos, políticos, militares y sociales) del Imperio capitalista como
hace la "izquierda gubernamental" en América Latina y en el resto del mundo.

5) El "enemigo de paja"

¿Y para qué le sirve a Washington esta izquierda asimilada en América Latina?


Reorientemos la pregunta:¿Porqué el Imperio capitalista estadounidense (no obstante la
inserción probada de la izquierda dentro del "sistema") sigue considerando a la izquierda
como el "enemigo número uno" de su sistema de dominio en América Latina?.

Hay un precepto estratégico (de naturaleza maquiavélica) que sostiene que para evitar que
surja un enemigo real que ponga en peligro el sistema de poder vigente, es preciso
inventar un"enemigo de paja", controlable e inofensivo, al que se presentará como si fuese
el enemigo real, o la "principal amenaza" al sistema.

En el actual sistema de poder capitalista imperialista controlado por Washington, la estrategia


con el "enemigo de paja" tiene como objetivo principal el de "desactivar" los conflictos
sociales y las luchas populares (naturalmente violentos y "antisistema") y encauzarlos por
caminos "pacíficos" y meramente "reclamativos", a través de su inserción en el "sistema
democrático" controlado por Washington y el establishment económico en la región.

Ese es el rol concreto que cumplen los gobiernos "revolucionarios" integrados al capitalismo,
cuya función principal es la de ajustar a las reglas "democráticas" los conflictos
sociales que, de otra manera, romperían el orden vigente y pondrían en peligro los negocios
(hoy en "paz") de las transnacionales y bancos capitalistas en América Latina.

Con el axioma de la izquierda "políticamente correcta" el Imperio alienta un enemigo falso,


inofensivo y controlable, para que opaque y reste protagonismo al enemigo real que puede
presentarse en cualquier momento.

Lavar a la izquierda de su cara anticapitalista y revolucionaria,desviar las luchas y


conflictos sociales por caminos pacíficos y "reclamativos", integrar los reclamos del dominado
al "sistema democrático", y evitar que grupos de resistencia revolucionaria (el enemigo real)
amenacen y pongan en peligro al sistema, es lamisión esencial del "enemigo de paja" del
Imperio en América Latina.

Y ésa es la función principal que cumple la "izquierda democrática", en guerra permanente


contra la "derecha fascista", dentro de los marcos legitimados de la gobernabilidad capitalista.

(*) Manuel Freytas es periodista, investigador, analista de estructuras del poder, especialista en
inteligencia y comunicación estratégica. Es uno de los autores más difundidos y referenciados en la Web.
Ver sus trabajos en Google y en IAR Noticias

Antony Sutton El Wall Street y los Bolcheviques

Todavía hay gente que piensa que los Comunistas, no son los socios
ideales del capitalismo. Felipe Torrealba

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