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Algunos de los elementos importantes de los entornos marinos son iguales o muy similares a
los que los ingenieros de diseño deben tener en cuenta para las instalaciones petroleras en
tierra. Sin embargo, la presencia intrínseca del agua en estas actividades, y las fuerzas que ésta
ejerce presenta retos de diseño que no se encuentran en tierra firme.
Rango de Ambientes
Figura 1
Las condiciones normales promedio en el Mar del Norte son siempre más severas que las
condiciones normales promedio en el África occidental y el Golfo de México. Estas condiciones
promedio son significativas para los diseñadores, sobre todo en el cálculo de cómo el entorno
provocará efectos de fatiga de un buque o estructura a lo largo de su vida útil.
Junto con sus condiciones normales promedio, que son las dominantes, los ambientes marinos
experimentan también eventos extremos que los diseñadores deben tener en cuenta, ya que
éstos pondrán a prueba la resistencia final de un buque o estructura.
Eventos Extremos
Los eventos extremos difieren de una región a otra. En el Golfo de México, el evento extremo
es un huracán acompañado de una corriente parásita. En las costas de China es un tifón. En el
Mar del Norte es una tormenta de invierno. En el Océano Índico podría ser el monzón. En
África Occidental, o bien es una tormenta eléctrica o una corriente inusualmente fuerte o un
cambio de dirección de corrientes marinas. En el sudeste de Asia, podría ser una tormenta o
un terremoto, de hecho, para cualquier lugar en alta mar en la costa del Pacífico; un
terremoto sea el evento extremo más probable.
Siempre deben ser consideradas en el diseño de facilidades, un cierto número de fuerzas que
afectan el comportamiento de embarcaciones y estructuras.
Olas y Mareas
Existen dos tipos de olas marinas que afectan las instalaciones offshore: las que son
impulsadas por el viento y las de mar de fondo. En ambientes severos, estos dos tipos de olas
por lo general se presentan juntas y pueden potenciarse mutuamente.
En entornos suaves, es raro el caso en que se produzcan combinaciones de los dos tipos
de ondas. Las condiciones específicas de las olas persisten en un lugar durante distintos
períodos de tiempo y pueden ser de corta duración o estacional. Todas las condiciones de
las olas exhiben cinco parámetros medibles:Frecuencia o el período
Amplitud o altura
Velocidad
Longitud
Dirección
Figura 2
Vientos
Corrientes Marinas
Las corrientes marinas abarcan otro conjunto de parámetros ambientales en la mayoría de las
cuencas offshore e imparte cargas importantes y a tener en cuenta en los buques, sistemas de
amarre, y estructuras. La velocidad de las corrientes se miden fácilmente, pero puede ser
necesaria mediciones durante un largo tiempo para describir completamente el régimen de las
corrientes para un área o ubicación dada. Las corrientes marinas son el factor de diseño
ambiental dominante en unas pocas zonas de condiciones climáticas leves, como partes de
África occidental, donde se han experimentado aceleraciones de la velocidad de las corrientes
y cambios bruscos de dirección. Debido a que las corrientes pueden variar con la profundidad
del agua, es necesario tomar mediciones a diferentes profundidades en aguas más profundas.
Las corrientes pueden crear movimientos resonantes a través de un fenómeno llamado vórtice
de derrame en largas estructuras esbeltas, tubulares o cilíndricas, tales como en los risers de
perforación y producción, líneas de amarre, o tendones en plataformas tipo tensión leg, y
también en plataformas tipo SPAR.
Las mareas afectan prácticamente todas las áreas de producción offshore en mayor o menor
medida, y cuanto mayor es la variación en el nivel de agua de alta a baja más importante es
Direccionalidad
Las fuerzas ambientales frecuentemente actúan con una dirección predominante, al menos
durante una temporada o estación específica. Esto es particularmente cierto respecto a las
corrientes oceánicas, tales como la corriente Norte que fluye a lo largo de la costa Africana
occidental. Las olas y el viento también pueden ser direccionales tal como el viento del
sudoeste de verano en el Golfo de Méjico. La direccionalidad debe ser tenida en cuenta para
todo tipo de instalación offshore, pero puede ser más que crítica para plataformas flotantes.
La direccionalidad y la velocidad de los vientos mes a mes en una locación determinada son
representados frecuentemente con una rosa de los vientos (Figura 3. Departamento de
Agricultura y Servicio de Conservación de los Recursos Naturales de los Estados Unidos),
donde se muestra un diagrama basado en una brújula de 360°.
Figura 3
La composición del suelo del lecho marino varía enormemente entre diferentes regiones de
explotaciones offshore. La dureza y suavidad relativas del fondo marino y la superposición de
capas de suelo con diferentes propiedades afectarán su resistencia a los pilotes y a su poder
de retención, la profundidad de la penetración de cualquier facilidad o equipamiento colocado
sobre el lecho marino, y el poder de agarre de cualquier tipo de anclas. Mientras que las capas
superficiales en la mayoría de las locaciones tiende a ser suave de sedimentos pegajosos, la
composición puede cambiar grandemente más abajo de la superficie. Es crítico contar con el
conocimiento preciso de las propiedades de los suelos de los fondos marinos para el diseño de
sistemas de fundaciones y amarres de cualquier estructura offshore. De no contarse con un
acabado entendimiento de las características del lecho marino, esto puede ocasionar costosas
reparaciones.
Existen otros elementos del ambiente marino que merece consideración para el diseño de
facilidades offshore. Algunos son específicos de cada sitio, mientras que otros aplican con
mayor rigurosidad sobre un tipo de facilidad que sobre otras.
Varias de las locaciones offshore a nivel mundial están sujetas a los efectos de la actividad
tectónica. Los ingenieros de diseño deben considerar la probabilidad de movimientos sísmicos
de varias magnitudes que puedan ocurrir durante la vida proyectada de las instalaciones, y
diseñarla para que sobreviva a un evento de la magnitud pronosticada. La probabilidad de
actividad sísmica también pueden tener influencia en la selección del tipo de plataforma y la
configuración del campo (ejemplo, plataformas fijas versus una plataforma flotante con pozos
submarinos).
Los problemas con la estabilidad del lecho marino surgen en las aguas más profundas de las
pendientes continentales donde pueden ocurrir avalanchas, particularmente si el área es
sísmicamente activa. La estabilidad del lecho marino afectará el diseño de fundaciones para
cualquier tipo de facilidades de plataformas, pero puede ser aún más importante en el trazado
y diseño de ductos.
Corrientes Parásitas
Las áreas de aguas profundas en el Golfo de México están afectadas por corrientes parásitas
que rompen en forma de lazo fluyendo en el golfo desde el Mar Caribe. Las corrientes
parásitas fluyen a velocidades mayores a 5 nudos en un patrón circular que ser de 200 milllas
o más en diámetro y se extiende unos cientos de metros en la profundidad. El agua en las
corrientes parásitas es varios grados de temperatura mayor que la de las aguas del Golfo de
Mexico. Las corrientes parásitas requieren enormes cargas sobre las plataformas fijas y los
sistemas de amarre de facilidades de producción, y plataformas de perforación
En todo ambiente offshore, un factor, o la combinación de varios factores será el que domine
y por lo tanto controle el proceso de diseño de las facilidades en el lado marino. La
determinación del o los factores controlantes es complicado por la necesidad de considerar
tanto efectos de largo término como son los fenómenos de fatiga y los eventos severos que
amenazan con grandes daños o una destrucción total de las instalaciones offshore. La
situación difiere desde los ambientes suaves y moderados hasta los más severos.
Ambientes Suaves
Ambientes Moderados
En ambientes moderados, una tormenta severa puede tener potencial destructivo, como es el
caso de los huracanes en el Golfo de México. Allí, el caso extremo es una combinación de una
ola extrema, con vientos superiores a 160 km/hr (100 millas por hora) y fuertes corrientes
parásitas. Una instalación debe estar diseñada para sobrevivir a la tormenta más severa que
tiene una probabilidad específica de que se produzcan durante su vida útil, a pesar de que una
tormenta de este tipo puede ser de remota ocurrencia.
Las tormentas extremas, debido a las tensiones que imponen a los componentes clave de las
instalaciones, también pueden tener una influencia significativa en los cálculos de fatiga.
Donde la tormenta más severa en un ambiente moderado conlleva la amenazas de daños
importantes, pero no la destrucción, la fatiga puede convertirse en la principal preocupación, y
algunos otros factores, tales como el régimen de olas o corrientes, pueden controlar el diseño.
En estas situaciones, la direccionalidad de las fuerzas de fatiga también será una
consideración.
Ambientes Severos
En entornos severos, los inconvenientes de los fenómenos de fatiga pueden justificar las
mismas consideraciones con una tormenta extrema. Caso arquetípico es el Mar del Norte,
donde las fuerzas de viento y oleaje de una tormenta extrema (y especialmente la ola máxima)
son tan importantes como los huracanes en el Golfo de México. Pero debido a que el régimen
de oleaje persistente en el Mar del Norte es más enérgico que en el Golfo, las cargas que este
constante golpeteo impone a una instalación offshore hacen que el factor de la fatiga casi tan
importante como la tormenta extrema.
Llevar a cabo los diseños en contra de efectos de fatiga de estas magnitudes aumenta
considerablemente los costos de instalación. Aun así, calcular mal los efectos de fatiga,
provocará un acortamiento del a vida útil de las instalaciones offshore o demandará de
costosas reparaciones, es poco probable que resulte en un fracaso catastrófico, ya que el daño
por fatiga es casi seguro que será detectado de antemano.
Por otro lado, un fallo estructural causado por una combinación de un problema constructivo
(por ejemplo, una mala soldadura), la fatiga, y las fuerzas ambientales ha provocado fallos
catastróficos de al menos una plataforma semisumergible en el Mar del Norte a saber, la
antigua plataforma de perforación Alexander Keilland, que fue servir de plataforma hotel al
campo Ekofisk en 1980 se derrumbó y se hundió en vientos huracanados con la pérdida de 123
vidas1.
En febrero de 1982, el “Titanic” de la flota mundial de perforación de ese momento, la
plataforma semisumergible Ocean Ranger de las más altísimas especificaciones, naufragó y se
hundió con la pérdida de los 84 pasajeros de la tripulación. El clima severo - vientos de 160
kilómetros por hora y olas de 30 m (100 pies) fue sin duda la principal causa de la catástrofe.
Pero el equipo de perforación fue diseñado para sobrevivir a tales condiciones; De hecho, un
equipo de perforación de menor especificación en el área inmediata sobrevivió a la tormenta.
Una ola extrema rompió sobre la cubierta de la plataforma de perforación y se estrelló un ojo
de buey en la sala de control de lastre, dañando el panel de control de los tanques lastre. El
oficial de control de lastre carecía de experiencia suficiente para responder a los daños, y
nadie más a bordo podría operar el sistema. El Ocean Ranger se hundió en una tormenta que
podría haber sobrevivido sin la desgracia de un ojo de buey roto y un oficial de control de
lastre sin experiencia2.
1
Videoreferencias
Naufragio de la Alexander Keilland (00:03:17) https://www.youtube.com/watch?v=fNI6_8JQXzQ
Falla Simulada en la Alexander Keilland (00:02:39) https://www.youtube.com/watch?v=7QVn3NUW_aQ
2
Videoreferencias:
El Desastre de la Ocean Ranger (00:04:47) - https://www.youtube.com/watch?v=e-1m1og8Iqo
Ocean Ranger en las noticias (00:07:20) - https://www.youtube.com/watch?v=npPMoHz7Rgg
Documental 1/6 National Geographic (00:09:22) - https://www.youtube.com/watch?v=Zc-gEtByAV4
Documental 2/6 National Geographic (00:09:33) - https://www.youtube.com/watch?v=EdThd9tXU5w
Documental 3/6 National Geographic (00:08:01) - https://www.youtube.com/watch?v=fS2PU9Ohd2s
Documental 4/6 National Geographic (00:09:48) - https://www.youtube.com/watch?v=6hRZHEWntN0
Las Instalaciones offshore están diseñadas para resistir o sobrevivir fuerzas ambientales
extremas de una magnitud determinada. Las magnitudes de las fuerzas extremas, o los
criterios de diseño, se determinan mediante el cálculo de la probabilidad de ocurrencia
durante la vida útil o la duración de despliegue de la instalación. Las agencias reguladoras y
asociaciones industriales definen o recomiendan los criterios de diseño, que se refiere
típicamente como la "tormenta de diseño" o "ola de diseño", a partir del análisis de los datos
históricos. Por lo tanto, las instalaciones de producción en el Golfo de México que estarán
vigentes durante un tiempo considerable se han diseñado para resistir una tormenta con la
probabilidad de que ocurra una vez cada 100 años. Las instalaciones que estarán vigentes
durante un tiempo más corto pueden ser diseñadas para una tormenta de 50 años de
ocurrencia. Esta metodología se aplica en la mayoría, si no todas, las áreas de explotación
offshore de gas y petróleo.
La experiencia con los huracanes en el Golfo de México durante los últimos 10 -15 años ha
suscitado dudas sobre la adecuación de los criterios de diseño actuales. Las áreas de aguas
profundas del Golfo de México, aparentemente experimentaron dos tormentas de categoría 5
o mayores a los criterios de diseño de 100 años, durante el verano de 2005 (Figura 4. Huracán
Katrina, Golfo de México, 2005. Departamento de Comercio de los EE.UU., Administración
Nacional Oceánica y Atmosférica). Tanto Katrina y Rita, que absorbieron la energía de las
cálidas aguas de las corrientes parásitas, alcanzaron velocidades de viento de 265 km/hr (164
mph cuando estaban a varios cientos de kilómetros de la costa y atravesaron las zonas de
producción en aguas profundas. El huracán Andrew en 1992 también fue un huracán de
categoría 5 que dañó muchas plataformas en aguas menos profundas, mientras que el
huracán Iván en 2004, causó daños considerables a las instalaciones en alta mar, al parecer
llegó a través del Golfo como una tormenta de categoría 3.
Figura 4