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FACTORES ENTRE LA FAMILIA

Los factores familiares son de extraordinaria importancia en la génesis del abuso de


sustancias. En el hábito del tabaquismo, por ejemplo, con sólo un miembro del hogar
que fume se dobla la probabilidad de que el adolescente empiece a fumar. Asimismo,
cuando hay un padre o un hermano alcohólico se incrementa el riesgo de alcoholismo
y abuso de otras drogas en el adolescente (pero también puede compensar el buen
ejemplo del hermano mayor, neutralizando el modelo parental de drogadicción: los
hermanos mayores y los amigos tienen mayor influencia que los padres, tanto en el
uso como en el no uso de sustancias). La pérdida o la inconsistencia de las normas
educativas familiares, la falta de disciplina, o bien la excesiva implicación educacional
de un padre conjuntamente con el distanciamiento y permisividad del otro, son todos
ellos factores de riesgo para el consumo de drogas.

Es interesante constatar aquí que las técnicas maternales de control son más
importantes que las técnicas que utiliza el padre en la vigilancia del uso de marihuana
por parte del hijo adolescente. Específicamente, las formas de control materno que
incluyen sentar claro la conducta responsable que se espera de los hijos, conducen a
un menor uso de marihuana, mientras que la actitud de las madres que utilizan el
sentimiento de culpa o de
delito en sus formas de control de los hijos, se corresponde con un mayor consumo de
drogas.

En general, está demostrado que la actitud parental de no dirigir a los hijos o de ser
extremadamente permisivos, contribuye a más altos niveles de consumo de drogas.
Hay unas características comunes de las familias con adolescentes drogadictos, como
son las formas negativas de comunicación (críticas continuas, culpabilización, pérdida
de confianza), la aplicación de límites de conducta inconsistentes o poco claros y unas
expectativas parentales poco realistas del hijo. Obviamente, hay una estrecha relación
entre los niveles de uso de drogas de los padres y los de los hijos.

Cuando los lazos afectivos familiares son débiles también se incrementa el riesgo de
consumo de drogas. Esto es evidente en los casos de ruptura familiar (broken homes)
con discordia marital, donde se presenta el más alto riesgo de delincuencia y de uso
de drogas; sin embargo, no parece existir una directa e independiente contribución de
las rupturas familiares a la conducta delincuente: la conflictividad entre los miembros
de la familia parece ser más importante en la predicción de la delincuencia que la
estructura familiar por sí misma. Estudios de psiquiatría han puesto en evidencia que
una situación parental conflictiva se asocia con conductas antisociales en los hijos aun
cuando no haya ruptura familiar.

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