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símbolo de la psique. El cuadrado es un símbolo de materia terrenal, del cuerpo y de la realidad.” “La
frecuencia con que aparecen el cuadrado y el círculo no debe desdeñarse. Esas formas aparecen, a veces,
como si fuesen gérmenes de un nuevo crecimiento”. (anónimo)
1 – ¿QUE SON? ¡Lo único que se necesita para comprender los Mandalas es originalidad y un poco de
tranquilidad¡ Un mandala es básicamente un círculo, es la forma perfecta, y por ello nos representa el
símbolo del cosmos y de la eternidad. Nos representa la creación, el mundo, el Dios, el ser humano, la
vida. Podríamos decir que todo en nuestra vida posee las formas del círculo, del ciclo. Desde el universo;
el sol, la luna, los planetas, hasta el esquema de toda nuestra naturaleza; los árboles, las flores, entre
otros; todos siguen una línea circular. ¿Y qué decir del átomo o la célula? Todo lo que nos rodea tiene la
forma de círculo. Que al mismo tiempo nos representan los ciclos infinitos de la vida. Y si observamos
nuestro cuerpo, nos daremos cuenta que todas nuestras formas son redondeadas, esto nos recuerda que
somos sistemas dentro de sistemas, pertenecemos al Absoluto y el Absoluto está en nosotros. Cuando
nosotros trabajamos con los Mandalas, es decir, si los dibujamos, si los pintamos, si caminamos o
bailamos sobre ellos u otro, esto puede asemejar un viaje hacia nuestra esencia, iluminando zonas del
camino que hasta entonces habían permanecido obscuras y hasta ese momento ocultas, permitiendo que
brote la sabiduría de nuestro inconsciente. El Mandala es una puerta hacia la institución más íntima del
ser humano. Representa la condensación ordenante del universo. Mediante su diseño, contemplación y
meditación, permite al ser humano el acceso a lo espiritual y se hace parte del todo armonioso,
trascendiendo sus limitaciones presentes y las ataduras a su mundo material y conceptual. Este es un
círculo “mágico”, con efectos relajantes, que actúa sobre nosotros armonizando nuestro mundo interior
con el exterior. Estos efectos se consiguen a través de la meditación mandálica o bien a través del dibujo
de mandalas personales, donde además se da rienda suelta a la creatividad. Los mandalas están
inspirados en la naturaleza, en la Creación que nos rodea, reproducen sus simetrías, su geometría y sus
colores en una estructura con forma de círculo, el patrón mandala por excelencia. Es la forma geométrica
más perfecta, usada durante milenios para ilustrar la totalidad y la verdad. Se puede decir, que hay tantos
mandalas como individuos en el mundo y, sin embargo, en esencia, todos son lo mismo. El mandala es un
instrumento de aquietamiento de la mente y de meditación. Es también una forma de arte-terapia. Sus
virtudes terapéuticas permiten recobrar el equilibrio (recentrage), el conocimiento de si mismo (intuición
creativa e interpretación de sus propias creaciones), el sosiego y la calma interna. Concentración y visión
adecuada sobre los problemas, necesarios para vivir en armonía. El mandala es un símbolo que en las
distintas culturas y épocas alude al camino hacia la unidad del ser. No representa una realidad formal
cerrada sino que está presente tanto en la naturaleza como en los productos de las diversas culturas y
diferentes épocas. Es así como lo encontramos en los átomos y células de nuestro cuerpo, las telas de
arañas, en las danzas tribales. El Mandala es experiencia. El Mandala es curación. El Mandala es
movimiento. El Mandala es estructura universal y un símbolo milenario. El Mandala es convergencia y
divergencia. El Mandala es meditación, medi-tación, gira alrededor del medio. Es Herramienta de
reestructuración, sencilla, concreta, eficaz y al alcance de todos. El Mandala es creación. El Mandala es
concimiento. El Mandala es un círculo mágico. Si somos buenos observadores podremos percibir en todo
objeto, elemento, estructura, o sea un mandala. En el mundo vegetal: las flores (rosa, girasol, pasiflora),
los árboles, las verduras (pepino, pimiento, tomate), las frutas (manzana, cereza, kiwi). En el mundo
animal: arañas, mariposas, erizos de mar, peces, aves, mamíferos. En el cosmos: sistema solar, las
estrellas y sus satélites, las galaxias. El mandala es una representación organizada alrededor de un
centro. Está presente en todas las culturas, sintetiza de forma simbólica la estructura de la vida misma.
2 – HISTORIA: Mandala significa “círculo” en sánscrito, algunos lo llaman “el laberinto de los círculos”.
También puede traducirse como “rueda” o “totalidad”. Representa la integridad y el todo, y
espiritualmente está considerado como un centro de energía, equilibrio y purificación que ayuda a
transformar el cuerpo y la mente. Los mandalas son utilizados desde tiempos remotos en la India y desde
allí se propagaron a otras culturas. Incluso los encontramos en la cultura aborigen de Australia. En la
prehistoria, el círculo ya tenía carácter sagrado y se ha repetido con frecuencia en las primeras
construcciones del hombre. Aunque hay muchos ejemplos, el círculo megalítico de Stonehenge en
Inglaterra es quizás la manifestación más conocida. Desde entonces se ha venido repitiendo en otras
muchas manifestaciones artísticas, culturales y arquitectónicas como por ejemplo el calendario de piedra
inca, el azteca o el popular símbolo chino del ying y el yang. Al mismo tiempo, el círculo también es la
forma predominante del reino animal, y desde los átomos a los planetas se viene repitiendo
incansablemente desde el principio de los tiempos hasta la inmensidad del universo.
3 – ORIGEN: El principio del mandala es central para diferentes tradiciones místicas de la humanidad y
aparece en la literatura y en las artes plásticas de muchas civilizaciones. Para explicar este hecho, no hay
necesidad de establecer vínculos genéticos entre distintas tradiciones y civilizaciones. Sin embargo,
tampoco hay necesidad de excluir los posibles vínculos genéticos entre distintas tradiciones. De hecho, en
la evolución misma del mandala parecen haber intervenido varias de las tradiciones íntimamente
relacionadas entre sí de la amplia región Euroasiatcica. Los sumerios, cuya religión y cuya cultura
compartían las mismas características que las de los otros pueblos preindoeuropeos y presemíticos de
Eurasia, desarrollaron los monumentos llamados zigurat, que eran unas estructuras, en cierta medida
similares a una pirámide, constituidas por un centro, una zona intermedia y una periferia. En tibetano, lo
que en sánscrito se conoce como mandala se llama khil-khor: khil significa “centro” y khor significa
“periferia.” De hecho, según Ananda Coomaraswamy, el famoso estudioso del arte y la estética
característicos de las religiones orientales, el zigurat prefigura el mandala que más adelante, a raíz de la
aparición de las distintas variantes del tantrismo, se va a desarrollar en el Centro de Asia, en la India y en
el Tíbet. También se encuentran representaciones geométricas simbólicas en otras culturas como las de
los indígenas de América (aztecas, incas, navajos, hopis). Son figuras que se basan en el reflejo de la
Creación y que percibieron los primeros chamanes, a través de la contemplación e intuición,
transmitiendo de ese modo la esencia espiritual del mandala. Para los Occidentales la reintroducción
popular del mandala se inicia con Carl G. Jung, quien redescubrió el mandala como un recurso
estructural básico en la tradición alquímica del Oeste, y como una forma artística terapéutica integrativa
creada por los pacientes en su propia búsqueda de individuación. Jung afirmaba que los mandalas
representan el mundo y la totalidad de la mente, incluyendo su parte consciente y subconsciente. Su
primer mandala lo pintó en 1916 y llegó a dibujar uno diariamente, para reflejar el significado de sus
sueños y “la situación interna del momento.
7 – SIGNIFICADO DE COLORES: Un mandala siempre va a ser positivo sea cual sea su color, pero
resulta doblemente útil, cuando nosotros ya hemos localizado algún problema, y queremos abordarlo,
entonces podríamos ayudarnos eligiendo algún color determinado, el cual actuaría de manera directa,
acelerando el proceso de curación. A continuación sigue una lista de los puntos que toca cada color. Los
mandalas también pueden usase junto con la meditación sobre los “chakras”, dependiendo el chakra que
quieras trabajar será el color del mandala que elijas.
Rojo: Primer Chakra. Es el color del amor, la pasión, la sensualidad, la fuerza, resistencia, independencia,
conquista, impulsividad, ira, y odio. Impulsa la fuerza vital a todo el cuerpo. Incrementa la confianza y
seguridad en si mismo, permite controlar la agresividad y evitar querer dominar a los demás. En el
aspecto físico proyecta energía la parte inferior del cuerpo, suministra fuerza a los órganos reproductores.
Esencia de supervivencia.
Naranja: Segundo Chakra. Energía, optimismo, ambición, actividad, valor, confianza en si mismo, afán
de prestigio, frivolidad. Fomenta la tolerancia para socializar y proyectarse con toda la gente. Incrementa
la autoestima, ayuda a enfrentar todos los retos para la evolución de la persona. Enseña a utilizar los
éxitos o fracasos como experiencias y aprendizajes. Propicia energía positiva para llevar a cabo los
proyectos o las metas. En el aspecto físico proyecta energía al intestino delgado y colon, todos los
procesos metabólicos y los ganglios linfáticos inferiores.
Amarillo: Tercer Chakra. Es la luz, el sol, alegría entendimiento, liberación, crecimiento, sabiduría,
fantasía, anhelo de libertad, envidia, superficialidad. Ayuda liberar los miedos internos. Permite manejar
con balance el ego, las desilusiones, todo lo que afecta emocionalmente. Ayuda a canalizar mejor la
intelectualidad. En el aspecto físico proyecta energía al aparato digestivo, hígado, vesícula, páncreas,
bazo, y riñones.
Verde: Cuarto Chakra. Equilibrio, crecimiento, esperanza, perseverancia, voluntad, curación, integridad,
bienestar, tenacidad, prestigio. Falta de sinceridad, ambición, poder. Proyecta tranquilidad y balance en
lo sentimental. Permite expresar los sentimientos más libremente. Expande el amor interno hacia uno
mismo y los demás. Ayuda a liberarse del apego a las posesiones o las falsas excusas. Es el filtro del
equilibrio en todo el cuerpo. Ayuda a controlar el sentido de posesión y los celos. En el aspecto físico,
proyecta energía vital al sistema circulatorio, cardiovascular, corazón.
Azul: Quinto Chakra. Calma, paz, serenidad, seguridad, aburrimiento, paralización ingenuidad, vacío.
Ayuda a exteriorizar lo que se lleva por dentro, permitiendo evolucionar a medida que se van dando
cambios en la vida de la persona. Evita la frustración y la resistencia para comunicarse la gente, permite
tener tolerancia a los pensamientos de los demás. En el aspecto físico proyecta energía a los pulmones,
garganta, tráquea, ganglios linfáticos superiores y ayuda a evitar las alérgicas y padecimientos de la piel.
Indigo: Sexto Chakra. Ayuda a comunicarse con el ser interno, abriendo la intuición. Permite aprender a
dejar fluir los mensajes del cerebro, conectando directamente a la inteligencia de la conciencia cósmica.
Fomenta el control mental y expande los canales de recepción para percibir la verdad en cualquier cosa o
nivel de vida. Estimula la confianza en ser guiado por su propio sentido interior. En el aspecto físico,
proyecta energía vital al cerebro, sistema nervioso, sistema muscular y óseo.
Violeta: Séptimo Chakra. Mística, magia, espiritualidad, transformación, inspiración. Pena, renuncia,
melancolía. Proyecta el contacto del espíritu con la conciencia profunda del cosmos. Expande al poder
creativo desde cualquier ángulo, música, pintura, poesía, arte, permitiendo a la persona expresar su
visión de la realidad y su contacto con la fuente primordial, el creador del universo. Ayuda a no ser
extremista o absolutista, con el fin de expandirse explorando las dimensiones de la imaginación y el
conocimiento. Rosa. Amistad, sociabilidad, comunicación, imaginación, humor, encanto, egoísmo,
necesidad de reconocimiento. Envía estímulos de equilibrio total en todos los niveles. Amor universal,
bondad. Paz interna, autovaloración. Equilibra las emociones, ayuda a liberar los resentimientos, el
enojo, la culpa, los celos. Si lo combinas con el verde o el azul, te ayudará a equilibrar el extremo
feminismo y la cursilería. En el aspecto físico, proyecta energía al corazón y te ofrece una curación
completa en todos los niveles a través del rayo rosa.
El uso de los colores está relacionado con el estado de ánimo de quien dibuja. Estas son algunas claves
para la interpretación de los mandalas.
8 – TECNICA Si nosotros queremos construir un mandala, debemos tener en cuenta su esquema básico:
Un círculo o centro, cuatro puntos cardinales, el cielo (arriba) y la tierra (abajo).. Obviamente esta no es
una regla estricta que no se pueda romper, también puede ser que en lugar de que su base sea un círculo
puede ser un triángulo, un cuadrado, o un octágono, como se represente en los “Yantra” A partir de ahí
podemos diseñar nuestro mandala y esto es cuestión de creatividad. Puedes decorarlo con imágenes
místicas como el símbolo del ying-yang, una cruz, la estrella de David, lunas, estrellas, el sol, flores, aves,
paisajes, nubes, figuras geométricas… en fin, busca los diseños que te proyecten paz y tranquilidad.
Como pintarlos: Busca un lugar tranquilo, y observa detenidamente tu mandala, aun sin colorear,
concéntrate en el, si después de observarlo por un largo rato notas que se mueve ¡es la energía que está en
movimiento! Es conveniente empezar a pintarlo de afuera hacia adentro, esto nos representa el
autoconocimiento de lo externo hacia nuestro centro, hacia nuestro interior. Decide la dirección en que
vas a pintarlo y trata de mantenerla. Al elegir los colores puedes hacerlo de manera intuitiva, no importa
que no combinen, de esta manera podrá descifrar tu estado de ánimo. También podrás hacerlo eligiendo
los colores y trata de cambiar tu estado de ánimo de ésta manera. Tal vez te de sueño en el proceso, si
estabas tenso, el mandala está cumpliendo con la relajación, es normal, en este caso es preferible dejarlo
¡y disponte a dormir! Si no terminaste el mandala en ese momento, déjalo así, la próxima vez que quieras
pintar uno, elige uno nuevo, con colores que vayan más acorde con tu estado de ánimo en ese momento.
Si quieres que el mandala te guíe para el auto-conocimiento, no pienses en formas ni colores, deja que
solo te vaya guiando, haciendo lo que en ese momento de manera intuitiva te nazca. El mandala
constituye una representación del universo y el orador ha de introducirse, concentrándose de forma
paulatina en cada uno de sus estados y absorbiendo la lógica de su forma, de fuera hacia dentro.
Fuentes: Germán Silva Magister en Orientación – Psicopedagogo- Rehabilitador Para “Parque Laberintos
y Mandalas”