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La denominación de "Felices Años Veinte" o "Años Locos" corresponde al

periodo de prosperidad económica que tiene


Estados Unidos desde 1922 hasta 1929.

Esta prosperidad beneficia a toda la sociedad e hizo que la economía siguiera creciendo a un ritmo
que no se había dado antes.

Pero esta prosperidad durara un corto periodo que finalizaría el 24 de Octubre de 1929, conocido
como el Jueves Negro, y con la llegada del "Crack del 29"que culminaría finalmente con el
advenimiento de la Gran Depresión.

Estados Unidos sale muy beneficiado de la Primera Guerra Mundial. Al terminar la


guerra, Estados Unidos se ha convertido en la primera potencia económica mundial.

Su producción agrícola es muy elevada y la industrial representaba el 44,8% de la producción


mundial.

Además, muchos países de Europa están endeudados con Estados Unidos como consecuencia
de los préstamos de guerra. La guerra ha empobrecido a Europa.

El crecimiento americano se prolonga durante los diez años posteriores a la guerra: fue la década
de la “prosperidad” y de la consolidación de un modo de vida basado en el consumismo.
Quizá el más significativo sea que EE.UU. ha emergido como la gran potencia y que se ha
convertido en el primer acreedor mundial.

El mundo parece hallarse en su mejor momento. La inversión crece, el empleo aumenta y el mundo
parece no sólo recuperar la tranquilidad sino avanza hacia un bienestar incomparable.

Se comienza a hablar de unos felices años veinte en los que a los sonidos del charlestón se
sumaron los de los primeros automóviles

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En la década de 1920, tras el final de la Primera Guerra Mundial, se instituyó la Sociedad de


Naciones, que nació con el fin de evitar que un conflicto de esa magnitud volviese a repetirse.

El Imperio ruso se convirtió en la Unión Soviética que, con la ideología marxista de Lenin, fue
la primera nación del mundo gobernada por el "proletariado".

Estados Unidos prosiguió su rápido desarrollo económico que, sin embargo, se vio perturbado
por la Gran depresión de 1929.

Alemania, asfixiada por las onerosas disposiciones del Tratado de Versalles, tenía su sistema
financiero en la crisis más grande que conoció ese siglo, mientras trataba de lograr una
estabilidad democrática con la República de Weimar de la que Paul von Hindenburg era
presidente. La situación en Francia no era mucho mejor, lo que propició el descontento social
que se traduciría en una inestabilidad política permanente.

Japón extendía su presencia en Asia: primero se apoderó de Corea y luego se anexionó u


ocupó regiones enteras de China. Además el Imperio de Japón se apoderó de
las colonias que Alemania tenía en el Pacífico.

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La crisis de posguerra (1920-1924)

Concluida la guerra los antiguos contendientes emprendieron la


reconstrucción de sus respectivas economías. 1919 fue un año de relativo
crecimiento debido a la demanda de bienes de consumo doméstico y al positivo
efecto ejercido por los créditos norteamericanos.

Pero las secuelas de la guerra (inflación, desmovilización de tropas, falta de puestos de trabajo,
condujeron a una recesión que se inició en
endeudamiento, disloca miento financiero, etc.)
1920 y no se superó hasta 1924. Este retroceso obedeció a causas relacionadas
con las dificultades en la reconversión de una economía bélica a otra de paz y a
desajustes entre la oferta y la demanda. Ésta última se estancó tras el
momentáneo tirón que supuso la adquisición de efectos domésticos, aplazada
hasta la consecución de la paz.

Alimentaron la crisis dos problemas fundamentales: el de


las deudas contraídas durante la contienda, y el de las reparaciones de
guerra que Alemania estaba obligada a pagar a los
vencedores (Versalles). La relación entre ambos fue estrecha, y el papel
que jugaron los créditos americanos en su solución, fundamental.

Alemania, la peor parada, debía desembolsar la cantidad de 6.000 millones de


libras con un pago inicial de 1.000 millones. Su economía no estaba
preparada para semejante esfuerzo y no pudo hacer frente a las entregas.
Como medida de presión para hacer pagar a Alemania el ejército francés ocupó
la zona industrial del Ruhr en enero de 1923. El marco, -unidad monetaria
alemana- perdió gran parte de su valor, se devaluó y provocó una
desbocada hiperinflación que disparó los precios, desencadenando altos niveles
de desempleo.

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