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La música elemento de nuestra vida personal.

“Casi podríamos decir que la música no es un algo hasta que reflexionando y analizando sobre

ella la convertimos en uno. “

En la época de Beethoven y a lo largo de todo el siglo, la única música que podría


escucharse era la música en vivo, es decir la que se producía en el momento. La llegada del
fonógrafo por el año de 1780 genero un cambio en la sociedad, ya que con la ayuda de este
aparato podían escuchar música grabada, esto genero también una gran industria, ahora ya
se podía grabar la música y venderla a la sociedad, exactamente es lo que pasa en el mundo
de ahora.

Recientemente tuve la oportunidad de participar en una grabación con la Orquesta Juvenil


Universitaria Eduardo Mata, bajo la Dirección del maestro Enrique Barrios, ¿Cuál será el
objetivo de esta grabación? ¿O por qué hacer esta grabación con una Orquesta Juvenil?
¿Sera que tiene un mejor impacto en la sociedad? Con las tecnologías que ahora existen,
todos esos aparatos electrónicos, los cuales pueden corregir los errores de notas, alguna
desafinación, es tanto que ahora existe que se puede obtener una grabación muy profesional
y perfecta, pero también es algo problemático. Han existido algunos grupos los cuales
podría decirse que no son sinceros a su público, a sus fans, incluso con ellos mismos, un
claro ejemplo es el grupo de pop Pet Shops Boys, ellos realizaron su primer gira a finales
de los años ochenta, una época donde sus grabaciones ya habían reportado éxito y fama
internacional, el guitarrista del grupo confeso “La verdad es que me gusta demostrar que no
podemos hacerlo en vivo” supongo gran parte de los artistas de la música grabada les
sucede lo mismo que a los Pet Shop Boys, es decir les falta autenticidad

Quiero hacer mención sobre lo que el musicólogo Nicholas Cook dice.


“Los anuncios de las compañías de discos no vende en general Beethoven o Mahler como
tales; al igual que los fabricantes de coches (cuyos anuncios tratan de estilo personal porque
sus productos son prácticamente indistinguibles), las compañías de discos se ocupan
fundamentalmente de vender marcas. Así lo que venden es la visión interpretativa del
músico excepcional y carismático, Pollini interpretando a Beethoven o Rattle interpretando
a Mahler. En otras palabras se comercializa con los intérpretes como si fueran estrellas,
exactamente igual que en la música pop, y de hecho , algunos de los ejemplos más
llamativos lo aportan artistas clásicos que se han introducido en el mercado pop” (Cook
Nicholas, De Madona al canto gregoriano, Alianza Editorial, 1998. P. 26-27)
Lo que nos plantea Cook es que a la hora de comprar un disco, nos fijamos principalmente
en el intérprete, es lo que nos venden las compañías de discos, es más importante el
intérprete que el compositor, y claro está que la música clásica no hizo nada más que hacer
lo mismo que los artistas de pop, adoptar la manera en que puede ser vendida la música
clásica.

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Ritual Rito

Musica
Funciones Comercio Producto
Sociales

Intelectual Ciencia

Una de las funciones sociales de la música es la que aborde en el inicio del texto, la función
comercial, la cual genera un producto que se vende a alguna persona sin importar si es
músico o no. Tengo entendido que todo esto comenzó desde Beethoven, puede verse en la
insistencia de Beethoven al escribir la música que quería cuando quería escribirla, el inicio
con este negocio de la música, comenzó a vender su propia música, sus partituras. La gente
de la época de Beethoven no conocía la música grabada, es decir, toda la música que se
escuchaba era la que se tocaba en vivo, ya fuera en una sala de conciertos pública o en el
salón de una casa privada, ahora la tenemos tan ceca de nosotros, solo basta con ingresar a
alguna página web como ROCK AROUND THE WORD o al YouTube, además de tener
prácticamente en el bolsillo una variedad de músicas. Lo que hacia este compositor después
de sus conciertos era vender sus partituras a quienes habían sido público de sus conciertos
donde se tocaban sus obras, la gente muy maravillada y entusiasmada compraba esas
partituras, pero la mayoría de las veces la gente no sabía de música o tocar algún
instrumento, entonces Beethoven se ofrecía a dar clases a esa gente que le compraba sus
partituras a cambio de dinero; todo esto de lo que ahora es la música clásica, ese gran
negocio podríamos decir que quien comenzó con todo esto fue este gran compositor. Un
acontecimiento que siguió después de esto, fue la fabricación de pianos verticales, lo
bastante que pequeños para caber en las casas de la clase media, fue una de las industrias de
mayor crecimiento, desde mediados del siglo XIX hasta la primera guerra mundial, al igual
que la publicación de partituras. Actualmente es como si el museo de la música estuviera
rodeándonos por completo, podemos estar escuchando grandes ópera o alguna sinfonía de
Mahler sentados cómodamente en un sillón, o en el carro cuando vamos de viaje o al

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trabajo, ahora es parte de nuestra vida cotidiana, se convierte en parte de nuestro estilo de
vida, ahora decidimos si escuchamos a Mozart, al Rock, al Jazz, Pop o algún otro género
de música, es lo mismo que hacemos con la ropa que utilizamos, o lo que comemos.
“Nos enfrentamos a una paradoja, por un lado, la tecnología moderna le ha dado a la
música la autonomía que los músicos y los teóricos de la estética reclamaban para ella,
(pero en un cierto sentido, de modo fraudulento, porque en realidad la música pura estaba
confinada al ámbito de la sala de concierto y los hogares de la clase media), por otro lado
ha puesto patas arriba muchos de los supuestos básicos de la cultura musical del siglo XIX”
(Op. Cit. P. 59)
N. Cook dice que ahora nos estamos enfrentando en una paradoja, por una parte la
tecnología moderna que ha dado una estética a la música, como la trasformación del sonido
digital nos otorgan tantas posibilidades creativas, favorables y peligrosas para el artista,
también para el ingeniero de audio y para el productor. Pero aquí interviene algo más
complejo que una creencia anacrónica, en que la música debería producirse natural y no
artificialmente, que ha de ser producto de la sinceridad personal y no de la sagacidad de la
industria.
Los compositores son como dueños de restaurantes lujosos, donde cada quien produce su
música como si fuera comida que después la sacan al mundo para ser vendida, como
mencione antes, al final siempre nos finamos en los intérpretes como si fueran estrellas del
pop, nos importa más el interprete que el propio compositor, al final nosotros decidimos
que escuchar, se ha convertido en una elección personal, en un estilo de vida, basta ver en
alguna familia de cualquier razón social, religión o nacionalidad, todos tienen gustos por la
música muy distintos, al mismo tiempo podemos decir que la música que escuchamos es
parte de un símbolo de identidad, nos identificamos con alguna música, al igual que si nos
identificáramos con nuestra nacionalidad. La música se ha convertido en un elemento de
nuestra vida personal, decidimos que escuchar como si decidiéramos que ropa ponernos o
que perfume usar, las grabaciones han hecho una culturalización de músicas, a las cuales
tenemos acceso desde un teléfono inteligente, o un modem, esto ha llegado a que existan
gustos muy distintos por la música en cada persona.

Biografía.
Cook Nicholas, De Madona al canto gregoriano, Alianza Editorial. 1998.
Igor Stravinski, Poetique Musicale, traducción Eduardo Grau.

Marco Antonio Conejo Pérez

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