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CONSERVACIÓN DEL
TAPIR ANDINO
Danta de montaña
Danta lanuda
Colombia
Tapir andino
Pinchaque
Bestia negra Perú
Huagra (quechua)
Danta de cordillera
Ecuador
Danta negra
II. TAXONOMÍA
KINGDOM Animalia
PHYLUM Chordata
CLASS Mammalia
ORDER Perissodactyla
FAMILY Tapiridae
SCIENTIFIC NAME Tapirus pinchaque
SPECIES AUTHORITY (Roulin,1829)
III. CARACTERÍSTICAS
El tapir de montaña es el más pequeño de las cuatro especies de tapir. Mide en
promedio 1,8 metros de longitud, y entre 75 y 90 cm. de alzada. Los adultos alcanzan
un peso de 90 a 260 kg.
Los tapires tienen cuerpos largos y grandes, piernas muy cortas y delgadas, un cuello
corto y una cola corta, gruesa, con once vértebras coccígeas. Las orejas son
pequeñas y redondeadas, y permanecen inmóviles, pero le proveen de un agudo
sentido de la audición. En general, tienen una parte delantera y trasera cónica
redondeada, que los adapta perfectamente para el movimiento rápido a través y
alrededor de maleza.
El pelaje es negruzco, a diferencia de las demás especies de tapir, posee un vellón
lanudo muy cerrado (por lo que también se le conoce como «tapir lanudo»), pues
este animal necesita defenderse del frío de su hábitat: las altas cordilleras de los
Andes. Los labios y las puntas de las orejas son blancos; dos características notables
de esta especie. Sus ojos son pequeños, pero están muy desarrollados, son
normalmente de color marrón, pero algunos ejemplares pueden presentar un tono
azulado en los mismos. El tono azulado de los ojos ha sido estudiado recientemente,
y se cree que es causado por la exposición excesiva a la luz solar. Las hembras
presentan un solo par de mamas en las ingles.
Los tapires son animales tímidos y dóciles que se asustan con facilidad. Son
principalmente solitarios, pero a veces se observan en pequeños grupos. Estos
grupos suelen estar formados por una madre con sus crías, pero de vez en cuando
un macho y una hembra pueden emparejarse de por vida. Los tapires son
territoriales, con áreas parcialmente superpuestas. Cuando dos tapires entran en
contacto, se vuelven altamente agresivos hacia el otro. Muestran los dientes y
mueven las orejas hacia adelante para mostrar su hostilidad. Normalmente, es en
este punto que uno de los tapires se retirará. Si se produce una pelea, tratarán de
morderse las patas traseras. Debido a que los tapires poseen incisivos muy afilados,
este tipo de combates a menudo provoca heridas graves.
Les gusta bañarse y a menudo buscan los ríos, arroyos, lodazales y hasta piscinas,
para este propósito. Son nadadores excepcionales, así como escaladores, y pueden
abrir caminos a través de la maleza. Pasan mucho de su tiempo bañándose para
regular la temperatura corporal, y también para escapar de los depredadores.
Pueden permanecer sumergidos durante varios minutos y a menudo se les ve
asomados sobre un tronco en la superficie del agua para respirar. Esto les permite
permanecer ocultos de los cazadores y depredadores.
Se revuelcan en lodazales para cubrir su piel con barro, lo que ayuda a evitar las
picaduras de insectos. También frotan su cuerpo contra los árboles para eliminar las
garrapatas y el pelo suelto. Utilizan el olor como una de sus formas más importantes
de comunicación. Los machos suelen orinar para dejar marcas olfativas que
anuncian las fronteras territoriales.
http://deanimalia.com/montantapirandino.html
http://zoologia.puce.edu.ec/vertebrados/mamiferos/FichaEspecie.aspx?Id=2062
IV. POBLACIÓN
Según la IUCN, la población de Tapir de montaña está fragmentada como resultado
de actividades humanas y se estima que la población total es de menos de 2,500
individuos maduros con un descenso continuo estimado de al menos 20% en las
próximas 2 generaciones (22 años).
V. REPRODUCCIÓN
Por lo general, se aparean justo antes del comienzo de la estación lluviosa, y dan a
luz a principios de la temporada de lluvias del año siguiente. Durante la cópula los
tapires se muerden uno a otro las orejas, los pies y los costados. La hembra da a luz
de pie y las crías nacen de cabeza. Nacen con los ojos abiertos y pueden levantarse
e incluso caminar poco después de nacer. Los machos no participan en la crianza
de los pequeños.
Suelen tener una cría cada dos años. Los gemelos son raros. Al nacer, el becerro
pesa alrededor de 4-7 kg. Los jóvenes permanecen en un lugar bien protegido, pero
después de una semana comienzan a seguir a su madre. Los ejemplares jóvenes
presentan un patrón de pelaje diferente al de los adultos. Es de color marrón rojizo
oscuro con rayas y manchas de color amarillo y blanco. Este patrón se pierde
normalmente alrededor de los 6 meses. Los tapires alcanzan la madurez sexual
aproximadamente a los 3-4 años de edad. La gestación dura 393 días, la cría
permanece con la madre cerca de un año, y es cuidada por ésta los seis primeros
meses. Se les estima un promedio de vida de 28,5 años.
La IUCN cataloga esta especie como En Peligro (EN) (Fig. 1). Se encuentra en CITES
en el Apéndice I.
Una de las causantes principales de la extinción de la esta especie es por la pérdida
de hábitat progresiva que se puede ver representada en la tabla (Fig. 2).
Localmente no es común, y las densidades de población son muy reducidas. Se ha
visto extinguido en muchas regiones por la caza excesiva. También es usado con
fines medicinales (sus patas se usan para aliviar la epilepsia y enfermedades del
corazón).
Los tapires de montaña son de vital importancia para la conservación debido a que
cumplen un papel en la dispersión de semillas de plantas alto andinas, y, por lo tanto,
un componente importante para el mantenimiento de la estructura de los
ecosistemas de alta montaña de Sur América.
Nativo:
Colombia; Ecuador; Perú
Regionalmente extinto:
Venezuela, Bolivia
El tapir de montaña (Tapirus pinchaque) es conocido en el área andina de
Colombia, Ecuador y el norte del Perú. En este último se han adquirido nuevos
registros del depresivo del sur de Huancabanba. En Ecuador, nuevos registros han
demostrado que los Tapires de Montaña ocurren en áreas que anteriormente se
consideraban desconectadas, como en la parte sur del Parque Nacional Sangay
hacia el Parque Nacional Podocarpus. También hay nuevos registros en los Andes
occidentales ecuatorianos. T. pinchaque se encuentra en los Andes Centrales al sur
del Parque Nacional Nevados (05º00'N) y en los Andes Orientales, al sur de Paramo
de Sumapaz (04º30'N) en Bogotá. En Colombia, no hay tapires en la Cordillera
Occidental, la parte norte de las Cordilleras Central y Oriental, Sierra Nevada de
Santa Marta, Serranía de la Macarena y Cerro Tacarcuna.
Se realizó un estudio del tapir Andino, en tres localidades del Corredor Llanganates-
Sangay (Fig. 4), entre los años del 2008 y2009. Este mamífero se alimenta de plantas
silvestres en los bosques nublados y páramos de los andes, y viene siendo
amenazado de extinción gravemente debido a la pérdida del hábitat. En este
trabajo, mediante una metodología de observaciones directas y colecciones
botánicas de las plantas que presentaban signos de ramoneo, en senderos junto a
huellas y fecas de tapir.
En cada localidad se consideraron dos tipos de hábitat, de las cuales e muestrearon
transectos de 50 x 2 metros, además se complementó el estudio con un análisis
cuantitativo de muestras fecales. La danta de montaña es un herbívoro ramoneador
que tiene preferencia por los brotes y hojas jóvenes de hierbas, árboles y arbustos.
En el presente trabajo, se registraron 141 especies de plantas consumidas de las tres
localidades en total, de las cuales pertenecen a 40 familias y 78 géneros (Fig. 5). La
familia más abundante fue Asteraceae, seguida por Solamaceae, Urticaceae,
Fabaceae, Gunmeraceae y Melastomataceae. El hábitat con mayor diversidad de
especies consumidas fue el bosque de neblina montano, seguido del bosque
siempre verde montano alto y por último el páramo herbáceo.
Fig. 4: Tres localidades del corredor ecológico Llanganantes- Sangay
Al igual que lo que ocurre con otras especies herbívoras las dietas del tapir en vida
libre han sido abundantemente estudiadas como se muestra en los dos primeras
investigaciones; sin embargo, la implementación de dietas similares en el manejo en
cautiverio no es una tarea sencilla debido a que se tienen que considerar diversos
factores que varían al no estar en su ambiente natural, como lo es el tiempo de
alimentación y las actividades que realizan, por otro lado también hay que tomar
en cuenta los requerimiento que tenga el tapir de acuerdo a su estado fisiológico.
En cautiverio, los grandes herbívoros son alimentados con una serie de ingredientes
como alimentos comerciales concentrados para equinos, frutas, vegetales, heno o
forraje en distintas cantidades; no obstante, las recomendaciones para la ración de
herbívoros, indican que deben poseer bajas cantidades de carbohidratos
rápidamente fermentables, como azúcares o almidones contenidos en frutas
comerciales y granos, incluyendo el pan y alimentos balanceados a base de granos,
ya que este tipo de alimentos pueden afectar su proceso de digestión que se basa
principalmente en la fermentación. La fracción de forraje puede incluir arbustos,
árboles, corteza, vainas y tallos que pueden ser utilizados como suplemento de
nutrientes e insumos de enriquecimiento conductual. En algunas especies, como el
tapir, la provisión de cantidades suficientes de forraje se considera fundamental
para su manejo alimenticio en cautiverio.
Teniendo en cuanta lo mencionado previamente, las recomendaciones sugeridas
por el autor, para la formulación de dietas de tapires en cautiverio (adulto,
mantenimiento) deberán procurar ofrecer los siguientes niveles de inclusión:
Heno de gramíneas (pastos) o leguminosas (alfalfa, treboles, trifolios, vicias,
soya, guar, etc.), y/o ramas jóvenes de árboles o arbustivas de la región
(Árboles o arbustos previamente identificados y analizados químicamente) –
60%
Alimentos comerciales (≥12% PC en base seca, <5% almidones) – 15-20%
Frutas, Verduras, Hortalizas (preferentemente verdes. Utilizar estos insumos
principalmente para el manejo rutinario de revisión médica y/o
entrenamiento.) – 20-25%
En cuanto a los programas de conservación mencionados podemos observar que
ya se presenta un panorama más claro de lo que se debe realizar y cuánto tiempo
tomará. El tapir de montaña, T. pinchaque, es una especie de distribución limitada
cuya población se encuentra amenazada principalmente por el efecto de las
actividad de origen antrópico sobre su hábitat. El impacto que generen estas
amenazas determina el riesgo de extinción de las poblaciones direccionando
respuestas de adaptación, desplazamiento o extinción local. Actividades como la
cacería y alteración del hábitat pueden provocar a corto plazo la rápida
disminución del tamaño poblacional, aumentando la posibilidad de endogamia y
deterioro de la diversidad genética. Aunque el flujo génico sucede entre las
poblaciones de tapires de montaña y no existe un aislamiento por distancia, de no
mantenerse la integridad de los corredores que conectan las áreas donde existen
tapires de montaña, este flujo puede verse deteriorado y por ende deteriorar la
viabilidad de las poblaciones a largo plazo. Adicionalmente, la planeación de
estrategias de conservación debe realizarse con una visión regional y generar una
reacción en cadena de las actividades realizadas en Colombia hacia Ecuador y
viceversa. Los agentes tomadores de decisiones tanto a nivel local como regional
que guían acciones para la conservación de la especie, debemos hacer uso de las
herramientas que proporcionan las políticas públicas a favor de la conservación de
la biodiversidad, así como para reclamar su protección en lugares en donde las
políticas públicas no tienen acción o su efectividad es nula.
Es importante realizar estudios que contribuyan al conocimiento de las poblaciones
de las cuales no hay información suficiente o cuyos últimos reportes de avistamiento
de individuos son de varios años atrás en donde la probabilidad de extinción local
haya sucedido recientemente, como son las poblaciones reportadas sobre la
Cordillera Occidental.
Sgún Bernal (2015), disciplinas como la genética de la conservación, fisiología
animal y vegetal, biología de poblaciones, salud animal y ecología, enriquecen el
conocimiento de la situación actual de las poblaciones de tapires y por ende, el
desarrollo de investigaciones de este tipo, provee herramientas claves para la
conservación de las especies. El tapir de montaña juega un papel importante en el
mantenimiento de funciones ecológicas de gran importancia para el
mantenimiento de los páramos y de las especies de fauna y flora que allí habitan
mediante la dispersión de semillas; componente importante para la dinámica de los
bosques que afecta su densidad, distribución espacial, y la diversidad genética de
las especies vegetales
XII. BIBLIOGRAFÍA
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