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TITULO:

ASTREINTE ANÁLISIS DAÑOS Y PERJUICIOS


INTRODUCCION

Para hablar de lo que es las astreintes en daños y perjuicios debemos de saber que es, son
condenaciones pecuniarias fijadas por los jueces a razón de tanto por día, semana o mes de
retardo del deudor en el cumplimiento de la sentencia, destinadas a vencer la resistencia
obstinada e injusta del obligado.

También podemos decir que No se encuentra codificado en el Código civil, sino que
enriquece nuestro sistema legal por conducto de la Doctrina y la Jurisprudencia, y constituyen
un reflejo del contenido mismo del código civil, recogiendo la base de todo contrato que es
el cumplimiento de las obligaciones contraídas.
ANTECEDENTES DE LA INVESTIGACIÓN

Es una institución de derecho francés. Llegó a la República Dominicana, según Rafael


Luciano Pichardo, en su obra “De las Astreintes y otros escritos” a finales del siglo XIX,
cuatro (4) años después de la promulgación del Código Civil, es decir en 1888.

En esa época, lo que hoy conocemos como astreinte, recibía el nombre de:

a) Daños y perjuicios por retardo.


b) Constreñimiento.

Hoy, sin embargo, se conoce como la Astreinte o el Astreinte (término ambiguo), que causa
perjuicio al acreedor y es un constreñimiento por parte del juez al deudor para que cumpla.

Y en ese tiempo, la astreinte beneficiaba al deudor, pues si no cumplía con el tiempo


establecido por ambas partes en el contrato, el juez le daba un Plazo de Gracia, para cumplir
con su obligación, que, si no la cumplía, se empezaba a contar el retardo como astreinte.

El astreinte nace con la sentencia dictada por el juez del tribunal competente.

Ejemplo: si Juan Frometa, es Coordinador de Desarrollo Social de la Fundación Visión


Futurista tendrá que pasar balance a su gestión el 28 de julio de 2010, si no lo hace desde el
día 29 tendrá que pagar RD$500 por día de retardo.

Se dice que sólo existe en el ámbito civil, no siendo así en el área penal, aunque en la
actualidad se hace notar en materia laboral, en el artículo 86 del Código de Trabajo, pues si
el empleador no paga en tiempo establecido cada día pagará lo correspondiente al salario por
retardo.

Artículo 86 del Código de Trabajo Dominicano. Las indemnizaciones por omisión del
preaviso y por el auxilio de cesantía no están sujetas al pago del impuesto sobre la renta, ni
son susceptibles de gravamen, embargo, compensación, traspaso o venta, con excepción de
los créditos otorgados o de las obligaciones surgidas con motivo de leyes especiales. Dichas
indemnizaciones deben ser pagadas al trabajador en un plazo de diez días, a contar de la fecha
de la terminación del contrato. En caso de incumplimiento, el empleador debe pagar, en
adición, una suma igual a un día del salario devengado por el trabajador por cada día de
retardo.
JUSTIFICACIÓN

El objetivo de las astreintes es lograr que un deudor cumpla con ejecutar un mandato fijado
por la autoridad judicial, tal mandato suele tratarse de cumplir una obligación jurídica de
hacer.

Puede ocurrir que el obligado retarde el cumplimiento del mandato judicial y para ello el juez
aplica las astreintes como castigo compulsivo y progresivo en el tiempo, aumentando el
monto de las astreintes en proporción al mayor retardo del obligado.

Para el caso de la obligación jurídica de dar un bien, es posible que en el curso del proceso
el acreedor pueda invocar una medida cautelar destinada a lograr el pago mediante el
embargo de un bien del deudor.

No obstante, en el caso de una obligación jurídica de hacer resulta poco eficaz para el
acreedor de aquélla pedir un embargo contra el deudor, pues se busca que éste ejecute un
acto específico y determinado, no que entregue un bien.

Para lograrlo, diversos ordenamientos legales han previsto las astreintes como castigo
pecuniario para el deudor reacio a cumplir las disposiciones del juez. Cuando el deudor
cumple el mandato judicial, quedan sin efecto las astreintes.

Se explica la necesidad de las astreintes por la importancia de preservar la libertad personal


de los individuos participantes de un litigio, de modo que en caso de incumplimiento del
deudor el juez no necesite ordenar el encarcelamiento por desobediencia a la autoridad de
quien elude el cumplimiento del mandato, limitándose el juez a ordenar un menoscabo en el
patrimonio del incumplido.

Tal medida ejerce una compulsión sobre el deudor sin afectar su libertad personal dentro de
un proceso civil.
DESCRIPCIÓN Y SISTEMATIZACIÓN DE PROBLEMA

El astreinte en daños y perjuicios son condenaciones pecuniarias fijadas por los jueces a razón
de tanto por día, semana o mes de retardo del deudor en el cumplimiento de la sentencia,
destinadas a vencer la resistencia obstinada e injusta del obligado.

Sucede con frecuencia que, pese a haber una resolución judicial -sentencia, auto
interlocutorio, providencia- condenando al deudor al cumplimiento de una obligación, éste
se muestra remiso y se obstina en no cumplir, y esta actitud es más grave en las obligaciones
de hacer, en las que no hay ninguna forma de forzar al obligado a ejecutar la actividad debida.

Cuando una resolución judicial firme que impone a una de las partes el cumplimiento de una
obligación, o de un deber de conducta, y la parte no acata ese mandato, los jueces pueden
aplicar las "astreintes", como accesorio de la resolución judicial a fin de lograr el
cumplimiento de esa orden.

Así, sin violencia personal, por virtud del solo riesgo de sufrir un perjuicio económico que
puede llegar a ser cuantioso, el deudor se ve compelido a cumplir la prestación ordenada en
una sentencia. De aquí el carácter de compulsivo de estas sanciones, con las cuales,
castigando el patrimonio del sujeto, se ejerce sobre él una presión psicológica para hacer
cumplir el mandato judicial.

Además de constituir un recurso instrumental para lograr el acatamiento de las sentencias


judiciales, la "astreinte" es un eficaz substitutivo de la ya superada prisión por deudas,
rigorismo que revive, en cierta forma.

La expresión “astreinte” no es de uso familiar. Pertenece al lenguaje técnico del abogado en


ejercicio que con frecuencia la utiliza, al igual que el juez, que es realmente a quien
corresponde aplicar. Por eso importa apuntar, a fin de ubicarla en su justo contexto jurídico,
que es ella una creación pretoriana de la práctica y la jurisprudencia francesa de principios
del Siglo XIX y que consagró la ley ya entrado el pasado siglo.
Recientemente nuestro Tribunal Constitucional, siguiendo la orientación tradicional que han
venido confirmando la Corte de Casación francesa y la nuestra, en lo que concierne al
beneficiario económico de este instituto, ha dictado dos decisiones que reflejan su adhesión
a la práctica hasta ese momento invariable, de adjudicar el producto de la astreinte al
demandante y acreedor de la misma. En efecto, en fechas 9 de mayo y 21 de junio del 2012,
mediante sus sentencias 0012/2012 y 0021/2012 el TC acogió los recursos de revisión contra
dos sentencias de la Primera Sala del Tribunal Superior Administrativo de fechas 12 de
diciembre y 27 de diciembre del 2011, respectivamente, y fijó en el dispositivo de esas
decisiones las astreintes siguientes:

A) Cinco mil pesos (RD$5,000.00) a favor de los recurrentes por cada día de retardo en
la ejecución de la sentencia, la primera, y Diez mil pesos (RD$10,000.00) a favor de
L.V., por cada día de retardo en la ejecución de la presente sentencia de parte de la
Junta de Retiro de las Fuerzas Armadas y su representante legal”,
B) La segunda. Como se aprecia, en estos dos fallos se sigue, como ya se ha dicho, el
modelo tradicional que atribuye el beneficio de la astreinte al acreedor.

¿Cuáles personas pueden ser constreñidas por el astreinte?

Las instituciones sin fines de lucro que podrían ser favorecidas por la astreinte que fije el TC
serán las que resulten involucradas cuando se trate de proteger derechos colectivos o difusos,
o que se relacionen con comunidades.
OBJETIVOS DE LA INVESTIGACIÓN:

General

Desarrollar el astreinte y analizar el daños y perjuicio que produce

Especifico

a) Conocer los antecedente sobre el astreinte


b) Mencionar las características del astreinte
c) Analizar la diferencia con la Reparación de Daños y Perjuicios
METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN

En este tema la metodología a utilizar será de carácter descriptiva. La misma trata de la


recopilación de datos reales, conseguidos por medio de leyes, jurisprudencia, abogados del
área laboral, dando así respuestas, ya que este tipo de investigación se ajusta a esta forma de
investigación por lo que se quiere perseguir y lo que se pretende conseguir.

Método descriptivo: Consiste en desarrollar una caracterización de las situaciones y eventos


de cómo se manifiesta el objetivo de investigación, ya que este busca especificar las
propiedades importantes del problema en cuestión.

Método inductivo: Es aquel que considera una serie de fenómenos o conocimientos


particulares para llegar a las conclusiones generales, del análisis de varios casos y objetos
particulares se llega a una conclusión en general. Con este busco partir de lo particular a lo
general, tratando de dar la autenticidad de las conclusiones que existan en esta investigación.

Método deductivo: Es un tipo de razonamiento lógico que hace uso de la deducción por una
conclusión sobre una premisa particular. El término “deducción” se ha registrado en el
diccionario como el acto de deducir, completa o enumeración y detallada de los hechos y
argumentos.

Revisión documental o bibliográfica: es el proceso dinámico que consiste en la recogida,


clasificación, recuperación, y distribución de la información, las cuales se clasifican en
fuentes primarias y fuentes secundarias.

La estaré utilizando, ya que esta nos permite recopilar todas las informaciones existentes en
libros, revistas, web, folletos, monográficos, entre otros, y así desarrollar conceptos de las
habilidades de comunicación interpersonales y el liderazgo y las diversidades de cada uno,
que aportaran enriquecimiento a este trabajo.
ESQUEMA TENTATIVO DE PRESENTACIÓN DE INFORME

De las astreintes y otros escritos, del Autor: Rafael Luciano Pichardo, Editor: Capel
Dominicana S.A. Edición: Santo Domingo, 1996, Páginas: 168, nos deja muchos
conocimientos y que además en esta obra recoge los trabajos que ha publicado el autor en la
prensa diaria y en revistas especializadas, entre ellos un estudio sobre las astreintes y otros
aun inéditos. Entre los temas se encuentran el derecho constitucional y electoral, derecho
penal penitenciario, derecho civil y procedimiento, y derecho bancario y comercial. La
adopción legislativa del astreinte se introdujo por primera vez en el país en la ley 834 del 15
de Julio de 1978 que introdujo reformas en el procedimiento civil.

Nuestra Suprema Corte de Justicia, al referirse a la liquidación de la Astreinte ha establecido


que " la liquidación o revisión de la Astreinte consiste en la operación de fijar el monto
definitivo de ésta en proporción a la resistencia opuesta por la parte condenada al
cumplimiento del mandato de la sentencia, pudiendo el Juez o Tribunal apoderado de la
liquidación, mantenerla íntegramente, si la resistencia a ejecutar es absoluta, reducirla o
igualmente suprimirla si ella "la parte condenada" ha dado ejecución a la sentencia
condenatoria.

Conforme a la legislación civil, artículos 2108 y 2109, el daño implica pérdida o menoscabo
sufrido en el patrimonio, por falta de cumplimiento de una obligación, y el perjuicio la
privación de cualquier ganancia lícita, que debiera haberse obtenido con el cumplimiento de
la obligación. Lo cierto es que jurídicamente, tanto el daño como el perjuicio, implican lesión
al patrimonio, pues según la connotación que al término daño asigna Escriche en su
Diccionario de Legislación y Jurisprudencia: es el detrimento, perjuicio o menoscabo que se
recibe por culpa de otro en la hacienda o la persona.

En general, todo daño puede causarse por dolo o malicia, por culpa o por caso
fortuito; importando mucho en cualquier evento, saber el modo para arreglar la
responsabilidad que debe exigirse.
CAPITULO I:

MARCO TEÓRICO

1.1 Definición de astreinte

La astreinte, es una condena pecuniaria. Es donde el deudor tendrá que pagar intereses por la
demora del cumplimiento de su obligación.

Son condenas pecuniarias ordenadas con el fin de vencer la injusta resistencia del deudor a
cumplir su compromiso.

También se denominan "intereses de demora", entendiéndose como condenas pecuniarias


dictadas a razón de determinada cantidad por cada día de retraso o por cualquiera otra unidad
de tiempo apropiada a las circunstancias, destinadas a obtener del deudor el cumplimiento de
una obligación de hacer, por la amenaza de una pena considerable, susceptible de aumentar
indefinidamente.

1.2 Concepto de astreinte

Se denomina como astreintes a las sanciones valuadas en dinero contra el deudor que demora
el cumplimiento de una orden judicial, y que son requeridas por el juez a razón de una suma
de dinero por cada día, cada semana o cada mes en que un deudor retarda el cumplimiento
de una obligación determinada mediante una resolución judicial (la cual, según cada
ordenamiento legal, puede ser una sentencia judicial, un auto, un decreto, etcétera).

A diferencia de la multa simple, las astreintes tienen como característica un incremento


periódico según el tiempo de retardo en que incurre el deudor, mientras la multa determina
el pago de una suma fija no aumentable en el tiempo.

n la Jurisdicción Inmobiliaria el astreinte está contemplado en el Artículo 106 del reglamento,


cuando establece que “el Juez o Tribunal de la Jurisdicción Inmobiliaria del cual emane una
decisión conocerá de todos los asuntos derivados de la inejecución o incumplimiento de la
misma y podrá condenar, a petición de parte interesada, al pago de las indemnizaciones
correspondientes, o de una astreinte a quien resulte responsable por su inejecución”.
Podemos notar que el artículo 106 no hace distinción de lo que es una astreinte y la
indemnización, por los que es oportuno precisar que Existe una diferencia esencial entre El
astreinte y La Indemnización, ya que la primera pretende obligar al deudor cumplir con una
obligación material, de hacer o no hacer; por otro lado La Indemnización, persigue además,
el resarcimiento del incumplimiento de una obligación contractual, el daño moral o material
ocasionado por el incumplimiento.

En definitiva, la Astreinte es una amenaza para los bienes del deudor, es eventual e
independiente del perjuicio causado y la indemnización busca solo el pago o reparación de
los daños ocasionados.

1.2.1 Características:

a) Un modo de reparación al perjuicio causado por el retardo


b) Es una coerción ejercida sobre los bienes del deudor
c) Es una forma de cumplir con sentencias establecidas
d) Puede ser provisional o definitiva (sujeta a liquidación)

1.2.2 Requisitos de Validez

a) El acreedor debe poseer un título suficiente


b) La falta comprobada del deudor
c) Que esa comprobación sea resultado de la puesta en mora
d) Que se haya finalizado el plazo estipulado en el contrato
e) Que cause un perjuicio al acreedor

Competencia de la Jurisdicción Inmobiliaria para conocer de las Astreintes.

Para hablar de la competencia de las astreintes, por ante la jurisdicción inmobiliaria, se hace
necesario conocer el concepto y su origen; la astreintes es una creación de la jurisprudencia
francesa.

La jurisprudencia dominicana define la astreinte como la condenación pecuniaria, accesoria


y condicional que se agrega a instancia del acreedor con un derecho o de una obligación, a la
condena principal, con la finalidad de asegurar la ejecución de la misma; que el importe de
esa astreinte es proporcional al retraso o renuncia que ponga el deudor en el cumplimiento y
la ejecución de la condena principal. Cas. 20 junio del 2001, B.J No.1087, vol. 11. pag. 619.

Algunos tratadistas definen la astreinte como una condenación pecuniaria, conminatoria,


accesoria, eventual e independiente del perjuicio causado, pronunciada con el fin de asegurar
la ejecución de una condena principal.

La aplicación de la astreinte por ante la jurisdicción inmobiliaria le viene dada por el artículo
106, del Reglamento de los Tribunales de la jurisdicción inmobiliaria el cual establece lo
siguiente: el Juez o Tribunal de la Jurisdicción Inmobiliaria del cual emane una decisión
conocerá de todos los asuntos derivados de la inejecución o incumplimiento de la misma y
podrá condenar, a petición de parte interesada, al pago de las indemnizaciones
correspondientes, o de una astreinte a quien resulte responsable por su inejecución.

Que en relación a la competencia de la jurisdicción inmobiliaria para conocer de la astreinte,


Suprema Corte de Justicia mantiene el criterio de la competencia de la jurisdicción, cas. 29
de septiembre de 1976, B . J 790, pag. 1616, ha dicho lo siguiente: Que con motivo de una
decisión del Tribunal de Tierras de Jurisdicción Original de fecha 22 de Enero del 1974,
confirmada por el Tribunal Superior de Tierras, admitió una demanda bajo astreinte de que
unos aparatos de aire acondicionado fueren retirados del lugar ajeno.

Medidas que pueden dar motivo para solicitar las Astreintes por ante la Jurisdicción
Inmobiliaria

Cuando en el curso de una litis sobre derechos registrados como demanda principal se adhiere
un pedimento accesorio a la misma, que es relacionada con un desalojo de un ocupante ilegal
y dicho desalojo lo haya ordenado la Jurisdicción Inmobiliaria, si la parte demandante, que
persigue la ejecución de la decisión, propone la imposición de una astreiten como medida
conminatoria a fin de asegurar la ejecución de la sentencia que ordena el desalojo.

En caso de que este no lo desocupe en el plazo que le ha otorgado la Jurisdicción Inmobiliaria,


para que abandone el mismo, imponiéndole en consecuencia una suma de dinero a pagar por
cada día de retraso en el cumplimiento de la decisión.

En la demanda en desalojo intentada por ante los Tribunales de la Jurisdicción Inmobiliaria,


los cuales tienen competencia para conocer de esta acción por la vía principal, a dicha
demanda se le puede adherir un pedimento relativo a la astreinte, para asegurar la ejecución
de la sentencia que ordena el desalojo.

Cuando en el curso de una litis sobre derechos registrado se ordena un secuestro judicial,
con el fin de evitar que una de las partes obtenga ventaja frente a la otra o pueda evitar que
el inmueble objeto de la litis pueda devaluarse o desaparecer y el Juez ordena el secuestro y
puede en la misma sentencia y por vía accesoria ordenar una astreinte que condene a la parte
contra la cual se le opone una suma de dinero en caso de no hacer entrega al secuestrario
judicial ordenado por la Jurisdicción Inmobiliaria en el plazo establecido.

En una demanda en referimiento que se esté conociendo por ante los Tribunales de la
Jurisdicción Inmobiliaria, los cuales están apoderado de una demanda principal, a pedimento
de parte y para asegurar la ejecución de la ordenanza en referimiento, el tribunal puede
establecer una astreinte, ya que esto pueden conocer en referimiento de toda medida urgente
y de carácter provisional que se deba tomar respecto al inmueble artículos 50 y 51 de la Ley
108-2005 de Registro Inmobiliario y 107 de la Ley 834 del 1978

1.3 Liquidación de las Astreintes

La astreinte, como hemos dicho, es una medida, que en primera fase es provisional, no se
encuentra plasmada en la ley, sino que ha sido adoptada por vía de la Jurisprudencia, la
doctrina y más recientemente por la vía reglamentaria como hemos podido apreciar en
artículo 106, del Reglamento de los Tribunales de la Jurisdicción Inmobiliaria y consiste en
condenaciones pecuniarias cuyo monto se acumula en la medida que el deudor no acate el
cumplimiento de las obligaciones contenidas en la decisión del juez que la impuso.

La liquidación de astreinte, consiste en fijar un monto definitivo en forma proporcional a la


resistencia opuesta a la parte condenada, la cual se realiza por medio de una operación
puramente matemática, es decir simple multiplicación. El Tribunal competente para conocer
de la liquidación de las astreintes lo es el tribunal donde se produjo la condenación. La
Jurisdicción Inmobiliaria es la competente para la liquidación de las astringes acordadas
como consecuencia de la inejecución de una sentencia u ordenanza dictada por las jueces de
la Jurisdicción Inmobiliaria. En virtud del Artículo 106 del reglamento.
CAPITULO II

2.1 Caracteres del astreinte

Los hermanos Mazeaud puntualizaron las características más importantes al momento de


surgir un astreinte, y en sí lo que significa.

A) Es un modo de reparación al perjuicio causado por el retardo. (Que no se confunda


con indemnización)
B) Es una coacción ejercida sobre los bienes del deudor.
C) Es una forma de cumplir con las sentencias establecidas. (No habrá astreinte antes
del fallo del juez).

Es una amenaza, que puede ser presentada por:

A) Astreinte Provisional.
B) Astreinte definitiva
C) Otro tipo de astreinte.

2.2 El astreinte provisional

Es aquel donde el juez no fija un monto definitivo y está sujeto a revisión y modificación.
Cuando el deudor quiera liquidar, lo presenta ante el juez y éste tomará la decisión del monto
a pagar.

2.3 El astreinte definitivo

Es cuando el juez condena al deudor a pagar intereses por su demora fijamente, no sujeta a
modificaciones ni revisiones. La misma

Otro tipo de astreinte

Es menos usado, en donde sólo se podrá cumplir con lo perjudicado en el retardo. Por ejemplo
si José Rodríguez tiene que pintar un cuadro en dos semanas, en unos RD$800, el mismo
tendrá que pagar cada dos semanas RD$800 hasta que cumpla con su obligación.

2.4 Requisitos para la validez del astreinte

1- Que el acreedor posea un título suficiente.


2- Que se compruebe la falta del deudor.
3- Que esa comprobación sea como resultado de su puesta en mora.
4- Que se haya finalizado el plazo estipulado en el contrato.
5- Que cause un perjuicio al acreedor, especialmente económico.

Cuando el acreedor ha buscado todos los medios para recibir el pago por parte de su deudor,
o en su defecto, el cumplimiento de la obligación y ha tenido, inclusive daños sobre el mismo
acude a la justicia para constreñir a que cumpla y mientras eso ocurre irá pagando intereses
por retardo, diarios o mensuales.

La jurisdicción competente son todos los tribunales civiles o de comercio, jueces de paz,
árbitros, tribunales represivos para las condenas civiles.

2.5 Personas que intervienen en el astreinte

1- El deudor: es quien está obligado y no ha cumplido.


2- El acreedor: es quien se perjudica por el incumplimiento del deudor.
3- El juez: es la persona capacitada para asignarle al deudor el monto y la fecha a pagar
por retardo.

Fija el monto de la astreinte al momento cuando él las pronuncia.

Él toma en cuenta la situación económica del deudor.

En el astreinte, el juez puede:

1- Anular el astreinte (cuando un asunto de fuerza mayor le prohíbe al deudor cumplir


con su obligación).
2- Reducir el astreinte (se da en los casos de Astreinte Provisional y es donde el juez
busca equidad entre las partes).
3- Deja igual el astreinte (tal cual y se realiza mayormente en la Astreinte Definitiva).

2.6 El código civil y el astreinte

El astreinte no está codificado en el código civil dominicano. Lo conocemos por medio de la


jurisprudencia y la doctrina; sin embargo es en el código civil donde se encuentra la base de
todo contrato y para poder reclamar un cumplimiento de una obligación por medio de un
astreinte, han tenido que contratar libremente antes.

Citamos el artículo 1134 el cual nos dice: “Las convenciones legalmente formadas tienen
fuerza de ley para aquellos que las han hecho. No pueden ser revocadas, sino por su mutuo
consentimiento, o por las causas que están autorizadas por la ley. Debe llevarse a ejecución
de buena fe”.

2.6 La voluntad de las partes hace el contrato.

El otro artículo es el 1142, que estipula: “Toda obligación de hacer o de no hacer, se resuelve
en indemnización de daños y perjuicios, en caso de falta de cumplimiento del deudor”, para
algunos autores e investigadores de Derecho, los legisladores de la época fueron muy
flexibles para con el deudor y se muestra en este párrafo, ya que no presiona al solvens (quien
debe) para cumplir con su obligación, pero la jurisprudencia y la doctrina la han abordado de
manera amplia.

El artículo 1145 del mismo Código Civil expresa que: “Si la obligación consiste en no hacer,
el contraventor debe daños y perjuicios, por el solo hecho de la contravención”.

La Oferta Real de Pago, es un procedimiento que realiza el deudor, cuando el acreedor se


niega a recibir el pago y la astreinte es un procedimiento que realiza el acreedor ante el juez,
para obligar a su deudor a que cumpla con su obligación.

¿Cuáles personas pueden ser constreñidas por el astreinte?

Todas las personas físicas o morales que deban ante una determinada persona, exceptuando
a las entidades públicas, según el artículo 45 de la ley 1494.

El Articulo 45 de la Ley No. 1494 que instituye la Jurisdicción Contencioso-Administrativa


G.O. Nª 6673, del 9 de Agosto de 1947 nos expresa que: En ningún caso, sin embargo, las
entidades públicas podrán ser objetos de embargos, secuestros o compensaciones forzosas,
ni el Tribunal podrá dictar medidas administrativas en ejecución de sus propias sentencias.
2.7 Consenso y astreinte

1- Se realiza normalmente el contrato, aunque debe de estipular la fecha de entrega.


2- Se comprometen ambas partes (Según lo dispuesto en el Artículo 1134 Código Civil)
3- El deudor no cumple con su obligación.
4- El acreedor demanda por perjuicios ocasionados por el retardo.
5- Los jueces tienen la capacidad de ordenar el monto y la fecha. (Dependiendo el tipo
de astreinte).
6- Si la astreinte es definitiva, el juez realiza una operación matemática multiplicando
la suma fijada por los días de retardo incurridos.
7- Si el deudor no cumple, se hace un embargo, como garantía para el acreedor.
CAPITULO III

3.1 Diferencia con la Reparación de Daños y Perjuicios:

La Astreinte guarda una notable diferencia con la condenación en daños y perjuicios, ya que
la primera va destinada a que el condenado cumpla con la condenación impuesta por el juez,
y la segunda consiste en la reparación del daño causado al solicitante.

El Astreinte, también puede ser acordado por el Juez de Los Referimientos, según lo
establece el artículo 170 de la Ley 834 del 1978.

El daño es el hecho que se constata y el perjuicio la consecuencia que se deriva del daño para
la víctima del mismo. Una sentencia colombiana de la Corte Suprema de Justicia en 1943
considera al daño como la lesión, la herida, la enfermedad, el dolor, el detrimento ocasionado
a una persona en su cuerpo, en su espíritu o en su patrimonio.

Al perjuicio como el menoscabo patrimonial que resulta como consecuencia del daño, y a la
indemnización como el resarcimiento, la reparación, la satisfacción o pago del perjuicio que
el daño ocasionó. El patrimonio no sufre daño sino perjuicio por aquel. Solo se indemniza el
perjuicio proveniente del daño.

Corolario de esta diferenciación es poder explicar que la posibilidad de obtener


indemnización no radica solo en la cabeza del ser humano de manera individual sino también
como titular de derechos colectivos. Habitualmente y con fines prácticos, se utilizan los
términos daño o perjuicio de manera indistinta.

La responsabilidad civil trata de reparar un perjuicio y si éste no existe, o no queda


demostrado, no existirá acto ilícito civil. El incumplimiento por sí solo no implica ni supone
la existencia de perjuicios, estos deben ser probados, o tratarse de un daño demostrado o
reconocido.

En general, en sentido objetivo, por daño hemos de entender todo menoscabo que a
consecuencia de un acaecimiento o evento determinado sufre una persona, ya en sus bienes,
ya en su propiedad, o en su patrimonio, y del cual haya de responder otro.
Tanto el daño como el perjuicio pueden considerarse como los menoscabos materiales o
morales causados contraviniendo una norma jurídica. Resulta difícil concretar la idea de
perjuicio, pudiendo partirse de su sentido gramatical: ganancia lícita que deja de obtenerse o
los gastos que se ocasionan por acto u omisión de otro, y que éste debe indemnizar, además
del daño causado de modo directo. Esta idea de perjuicio coincide con la de ganancia
frustrada, y ha de reconocerse que en la práctica es éste el sentido que casi siempre tienen los
perjuicios.

La entidad del resarcimiento de daños y perjuicios alcanza a todo el menoscabo económico


sufrido por el perjudicado consistente en la diferencia que existe entre la situación del
patrimonio que sufrió el agravio y la que tendría de no haberse realizado el hecho dañoso,
bien por disminución efectiva del activo, bien por la ganancia perdida o frustrada, pero
siempre comprendiendo en su plenitud las consecuencias del acto lesivo.

Son requisitos de la indemnización de daños y perjuicios:

a) La existencia real de los daños o perjuicios causados.


b) La relación de causa a efecto entre el incumplimiento y el daño o perjuicio, de modo
que éste sea consecuencia de aquél
c) Que los daños o perjuicios reales se acrediten.
d) Que sean ciertos, no dudosos, o posibles.
e) Por último, cabe concluir que se trata de una cuestión de hecho sometida a la
apreciación del juzgador de instancia.

3.2 Clases de daños

Los daños podrán ser tanto los materiales, como los personales e incluso los morales.

Los daños patrimoniales son los que producen un menoscabo valorable en dinero sobre
intereses del perjudicado.

Los no patrimoniales, en principio, son aquellos en los que su valoración en dinero no tiene
una base de equivalencia, por cuanto afecta a elementos o intereses de difícil valoración
pecuniaria.
Los daños morales son los que no afectan al patrimonio del perjudicado; los morales
impropios son aquéllos que a través de la lesión de intereses inmateriales transcienden a
valores del patrimonio.

La responsabilidad por el acto ilícito civil o por un riesgo, se ha de entender como la carga
económica que la ley impone al causante, obligándole a responder del daño sufrido. De
ordinario se suele hablar de "daños y perjuicios", así aparece en el Código Civil en cuanto a
la responsabilidad contractual, artículos 1101, 1106, 1107 y 1108 CC; y en los artículos 1902
a 1910 CC referidos a la responsabilidad extracontractual, unas veces se habla de daño y
otras de perjuicios, con un mismo sentido. En la práctica se suele considerar a los "daños"
como los directos, y a los "perjuicios" como los indirectos.

Ahora bien, producido el daño, el perjudicado pretenderá que la indemnización cubra todo el
interés que el menoscabo le ha producido, por el contrario, el autor del daño pretenderá que
la indemnización se corresponda con el desmerecimiento objetivo que se ha producido. Por
lo que se deberá de averiguar si ha de prevalecer el interés subjetivo del perjudicado o la
valoración objetiva del menoscabo ocasionado.

El artículo 1902 del Código Civil no contiene ninguna regla valorativa del daño, ni se refiere
al momento que ha de tenerse en cuenta para su valoración, por lo que la doctrina y la
jurisprudencia entienden que ha de aplicarse el criterio del interés del artículo 1106 del
Código Civil al disponer que "la indemnización de daños y perjuicios comprende, no sólo el
valor de la pérdida que hayan sufrido, sino también el de la ganancia que haya dejado de
obtener el acreedor". Los daños a los que hace referencia el precitado precepto, comprenden
no solo los daños materiales, o económicos, en su doble modalidad de daño emergente y
lucro cesante sino también los daños morales.

3.3 Daño emergente

Viene determinado, de conformidad al artículo 1106 del Código Civil, por el valor de la
pérdida que haya sufrido el perjudicado; es decir, el perjuicio sufrido en el patrimonio del
perjudicado, los daños efectivos.

En consecuencia, el daño emergente es una pérdida real y efectiva.


3.4 Lucro cesante

Como señala la doctrina, en los daños patrimoniales no sólo se han de computar las
disminuciones que sufra el perjudicado en sus bienes patrimoniales existentes, sino también
las ganancias dejadas de obtener: lucro cesante.

Viene recogido en el artículo 1106 del Código Civil por cuanto en la indemnización se ha de
incluir "la ganancia que haya dejado de obtener". El principio básico para determinar el lucro
cesante es el que éste se delimite por un juicio de probabilidad. Por cuanto si en el daño
emergente el daño es real y efectivo, por el contrario, el lucro cesante se apoya en la
presunción de cómo se habrían sucedido los acontecimientos en el supuesto de no haber
tenido lugar el hecho dañoso.

El lucro cesante tiene una significación económica; se trata de obtener la reparación de la


pérdida de ganancias dejadas de percibir, concepto distinto del de los daños materiales, cuya
indemnización por ambos conceptos debe cubrir todo el quebranto patrimonial sufrido por el
perjudicado. El lucro cesante, como el daño emergente, debe ser probado; la dificultad que
presenta el primero es que solo cabe incluir en este concepto los beneficios cubiertos,
concretos, no incluye los hipotéticos beneficios o imaginarios sueños de fortuna.

Al perjudicado no se le puede exigir que acredite de una manera absoluta las ganancias
esperadas, pero tampoco es suficiente que se trate de supuestos inseguros e inciertos. Las
ganancias que pueden reclamarse son aquellas en las que concurre verosimilitud suficiente
para poder ser reputadas como muy probables.

Por ello, el criterio restrictivo para apreciar el lucro cesante; pero lo verdaderamente cierto,
más que rigor o criterio restrictivo, es que se ha de probar, como en todo caso debe probarse
el hecho con cuya base se reclama una indemnización; se ha de probar el nexo causal entre
el acto ilícito y el beneficio dejado de percibir -lucro cesante- y la realidad de éste.

Ahora bien, la integración del lucro cesante como elemento indemnizatorio debe moverse
bajo los dos polos de su delimitación, esto es, sin que quepa incluir eventos de futuro rayanos
"en los sueños de ganancia", pero tampoco, por ello, habrá de referirse a acontecimientos
reales, existiendo una posición intermedia cuando se comprendan en ese lucro cesante
eventos determinantes de una aportación de medios o recursos que, aunque dependiendo del
porvenir, sin embargo, se han visto truncados por la realización del ilícito, es obvio, que
aquellos requieren la prueba indiscutible de que generaren ese monto económico, el cual, ya
totalmente predeterminado, sólo le falta su real materialización.

3.5 Daño moral

Sobre el daño moral se ha pronunciado en numerosas ocasiones la jurisprudencia diciendo


entre otras cosas:

a) Que, aunque no se encuentre específicamente recogido en el Código Civil,


tradicionalmente se ha entendido que tiene su encuadre en la expresión genérica de
reparar el daño causado.
b) Que no obstante el daño moral constituye una noción dificultosa relativa e imprecisa
que consiste en un sufrimiento o padecimiento psíquico al que se ha referido la
reciente Jurisprudencia, considerando como tales situaciones de impacto emocional,
quebranto o sufrimiento psíquico o espiritual, impotencia, zozobra, ansiedad,
angustia, inquietud, pesadumbre, temor o presagio de incertidumbre, y trastorno de
ansiedad, adoptándose una orientación cada vez más amplia, con clara superación de
los criterios restrictivos que limitaban su aplicación.
c) Que en todo caso resulta preciso acreditarlos y a tal efecto la jurisprudencia viene
señalando que no son necesarias pruebas objetivas, sobre todo en su aspecto
económico, sino que ha de estarse a las circunstancias concurrentes y a tal efecto la
Sentencia del Tribunal Supremo de 31 de mayo de 2000 expone que la doctrina
general sobre la carga de la prueba del daño, presenta ciertas peculiaridades, sobre
todo por la variedad de circunstancias, situaciones o formas con que puede
presentarse el daño moral en la realidad práctica. Lo normal es que no sean precisas
pruebas de tipo objetivo, sobre todo en relación con su traducción económica, y que
haya de estarse a las circunstancias concurrentes. Cuando el daño moral emane de un
daño material, o resulte de unos datos singulares de carácter fáctico, es preciso
acreditar la realidad que le sirve de soporte, pero cuando depende de un juicio de
valor consecuencia de la propia realidad litigiosa, o cuando se da una situación de
notoriedad, no es exigible una concreta actividad probatoria.

En nuestro Derecho positivo, cabe señalar el artículo 9.3 de la Ley Orgánica 1/1982 de 5
Mayo, sobre protección del derecho al honor, a la intimidad y a la propia imagen, que dispone
que "La existencia de perjuicio se presumirá siempre que se acredite la intromisión ilegítima.

La indemnización se extenderá al daño moral, que se valorará atendiendo a las circunstancias


del caso y a la gravedad de la lesión efectivamente producida, para lo que se tendrá en cuenta,
en su caso, la difusión o audiencia del medio a través del que se haya producido.", y asimismo
se contempla la indemnización por daños morales, en el sistema para la valoración de los
daños y perjuicios causados a las personas en accidentes de circulación que recoge el Texto
Refundido de la Ley sobre responsabilidad civil y seguro en la circulación de vehículos a
motor, aprobado por el Real Decreto Legislativo 8/2004, de 29 de octubre.
CAPITULO IV

4.1 La relación causal

La declaración de responsabilidad civil exige como uno de sus elementos esenciales la


relación o nexo causal entre el hecho que se estima productor del daño y éste, o lo que es lo
mismo, que haya una relación de causa a efecto entre uno y otro. En todo caso, para que
proceda la indemnización no basta que exista el nexo causal, sino que, a su vez, el mismo ha
de probarse.

El nexo causal es un requisito que se deriva del artículo 1902 del Código Civil"..causa daño",
es decir, la relación causa a efecto entre la acción u omisión y el daño (resultado).

La relación de causalidad, cada vez con una mayor importancia, sobre todo con base a la
evolución de responsabilidad objetiva, se ha de examinar en cada caso en concreto, y si bien
es cierto que tal relación puede ser clara, por cuanto la relación entre la acción u omisión y
el resultado no deja lugar a dudas; sin embargo, en la práctica, en los distintos y variados
supuestos que se pueden plantear, la relación de causalidad puede plantear dificultades bien
por no constar la causa que ha originado el daño, o bien porque el daño ha podido ser
producido por distintas causas, por lo que la doctrina y la jurisprudencia han dado diversas
teorías, que se pueden sintetizar en las de la teoría de la equivalencia y la teoría de la
adecuación.

En cuanto a la teoría de la equivalencia es causa toda condición que ha contribuido al


resultado, de forma que éste no se hubiera producido si la condición no se hubiera dado. Por
lo tanto, para esta teoría la causa radica en todas y cada una de las condiciones que han
concurrido para producir el resultado, pues sin el concurso de todas ellas el resultado no se
hubiera producido.

Para la teoría de la adecuación se producirá la relación causal cuando el acto era el apropiado
o adecuado para la producción del resultado; en consecuencia, para esta doctrina lo que se
plantea es determinar si la conducta del individuo era la apropiada para la producción del
resultado producido. La contestación a tal planteamiento sólo podrá darse previa una
valoración objetiva, atendiendo a las circunstancias que concurran en cada caso.
La doctrina moderna, e incluso la jurisprudencia, consideran la causalidad por omisión, por
cuanto el acto omisivo puede merecer desde el punto de vista jurídico el concepto de causa
del daño.

Para que la omisión de la conducta debida pueda considerarse como causa se requiere:

a) Que con verosimilitud, rayana en seguridad, se hubiera evitado el daño de haberse


realizado la conducta omitida.
b) Que para evitar el resultado hubiera un deber jurídico de obrar.

En el derecho español la relación causal se exige, como hemos visto, en el artículo 1902 en
cuanto a la responsabilidad extracontractual, y en el artículo 1107 en cuanto a la contractual.

El principio general es que entre el evento culposo (incumplimiento de la obligación o acción


u omisión extracontractual) y el daño a indemnizar ha de mediar una relación de causa a
efecto.

Ese criterio de la integridad de la reparación no es sin embargo absoluto, admitiéndose la


posibilidad de reducir la indemnización que haya de corresponder al perjudicado en
determinados casos, como la concurrencia de culpa de la víctima, o en los que ésta tiene legal
o convencionalmente el deber de mitigar el daño.

4.2 El caso fortuito y la fuerza mayor.

En ambos casos se rompe el nexo causal, por cuanto la acción u omisión humana no es la
causa apropiada para la producción del daño, por cuanto la causa del daño viene dada por
una fuerza mayor o un caso fortuito.

Entre las causas que rompen o interfieren el nexo causal merece especial mención el caso
fortuito y la fuerza mayor. Conforme al artículo 1105 CC nadie responderá de aquellos
sucesos que no hubieran podido preverse o que previstos fueran inevitables, y estas causas
externas son el caso fortuito y la fuerza mayor.

En ambos casos se tratará de un acontecimiento que no se podrá imputar al sujeto y que es


inevitable o imprevisible. Ahora bien, ambos conceptos se han de distinguir, así por el grado
de evitabilidad del suceso: según el criterio subjetivo, el caso fortuito es un suceso que no
pudo preverse, pero de haberse previsto se hubiera podido evitar; y la fuerza mayor es un
suceso inevitable, aunque se hubiera previsto. En cuanto al criterio objetivo, el caso fortuito
se produce en el círculo interno de la obligación, mientras que la fuerza mayor es un suceso
totalmente extraño a la actividad ordinaria, ajeno al círculo de la obligación; aunque, en
ambos casos, se tratará de un suceso imprevisible o inevitable.

La "fuerza mayor" ha de consistir en una fuerza superior a todo control y previsión, y para
ponderar su concurrencia habrá de estarse a la normal y razonable previsión que las
circunstancias exijan adoptar en cada supuesto concreto, o inevitabilidad en una posibilidad
de orden práctico.

La carga de la prueba de una situación de caso fortuito o fuerza mayor corresponde a quien
la opone como causa de exoneración de responsabilidad, la imprevisibilidad y la
inevitabilidad exige una prueba cumplida de parte de quien la alega.

Acción que proviene de un tercero, hecho ilícito ajeno que romperá la relación de causalidad
con relación al presunto causante.

La acción del propio perjudicado. En los casos en que en la relación causal entre el acto u
omisión del agente se interfiere una acción u omisión culposa de la propia víctima, se plantea
el problema de lo que la doctrina ha denominado compensación de culpas, aunque como dice
el Tribunal Supremo, lo que en realidad se opera es una concurrencia de culpas en la
producción del resultado dañoso, por lo que debe hablarse de compensación de
responsabilidades o compensación de consecuencias reparadoras.

La doctrina y jurisprudencia entienden que la obligación de reparar debe verse disminuida en


su intensidad o cuantía si concurre culpa del propio perjudicado, y ello en base al artículo
1103 del Código Civil que faculta a los Tribunales para moderar la responsabilidad
procedente de culpa, y así cuando en la producción de un daño concurren varias causas, debe
acompasarse la cuantía de la responsabilidad al grado y naturaleza de la culpabilidad, de
manera que si no se produce culpa exclusiva de la víctima y es compartida por el culpable
debe distribuirse la cuantía de la reparación, siendo la moderación de responsabilidad
prevenida en el artículo 1103 facultad discrecional del juzgador, dependiendo de las
circunstancias del caso.
Esta posibilidad de moderar que recoge el artículo 1103 del Código Civil se basa y
fundamenta en la aplicación de la equidad, aunque en el precepto no se mencione ni incluya
el término "equidad".

Cabe concluir que en todo caso el resarcimiento de perjuicios tiende a colocar el patrimonio
del perjudicado en la situación que correspondía de no existir el hecho dañoso, y por ello no
puede suponer un enriquecimiento.
CONCUSION

Al concluir este trabajo puedo decir que he adquirido conocimiento sobre lo que es el
astreintes en daños y perjuicio en la republica dominicana y también podemos decir que en
la Jurisdicción Inmobiliaria el astreinte está contemplado en el Artículo 106 del reglamento,
cuando establece que “el Juez o Tribunal de la Jurisdicción Inmobiliaria del cual emane una
decisión conocerá de todos los asuntos derivados de la inejecución o incumplimiento de la
misma y podrá condenar, a petición de parte interesada, al pago de las indemnizaciones
correspondientes, o de una astreinte a quien resulte responsable por su inejecución”.

Podemos notar que el artículo 106 no hace distinción de lo que es una astreinte y la
indemnización, por los que es oportuno precisar que existe una diferencia esencial entre el
astreinte y La Indemnización, ya que la primera pretende obligar al deudor cumplir con una
obligación material, de hacer o no hacer.

Por otro lado, La Indemnización, persigue además, el resarcimiento del incumplimiento de


una obligación contractual, el daño moral o material ocasionado por el incumplimiento.

En definitiva, la Astreinte es una amenaza para los bienes del deudor, es eventual e
independiente del perjuicio causado y la indemnización busca solo el pago o reparación de
los daños ocasionados.
BIBLIOGRAFÍA

Título: De Las Astreintes y Otros Escritos Volumen 13 de Colección Derecho.

Autor: Rafael Luciano Pichardo.

Editor: BPR Publisher, 1996.

www.robertexto.com/archivo14/astreintes.htm

www.drleyes.com/page/.../Jurisprudencia:--Liquidación-de-Astreinte

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