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Presión del comprador

Los consumidores que se salen del promedio, en términos de su tamaño o necesidades


nutricionales, también están ejerciendo presión para ver una mejora en los bienes y
servicios del mercado. “La reverencia cultural por el bienestar ha llevado a muchos
consumidores a considerar eso un símbolo de estatus, especialmente a medida que la
importancia de los bienes materiales ha ido declinando como indicador de logros”,
aseveró la experta.

Ello, debido a que los requerimientos de los consumidores se han extendido además a la
poscompra.

“Los más jóvenes tienen una voz que va más allá del poder de fastidiar, como la capacidad
de los niños para presionar a sus padres para que les compren cosas, y representan un rol
más activo en las decisiones de compra”, agregó Daphne Kasriel-Alexander. Igualmente,
considera que los consumidores ‘baby boomers’ (nacidos después de 1945), y conocidos
por su lenguaje directo, están envejeciendo.

El día después

Para que un producto sea conveniente, su promotor debe ir más allá y satisfacer una
necesidad después de la compra.

Los clientes esperan el soporte técnico que viene tras la venta. Los dispositivos inteligentes
les permiten reclamar más allá del tradicional servicio en el mostrador. Como respuesta a
esa necesidad, los negocios han ampliado sus áreas de asesoría, soporte personalizado
y servicio al cliente. En ese entorno, la tercerización es otra de las alternativas.
Privacidad y seguridad

La volatilidad global está causando ansiedad en los consumidores, por lo que es


necesario reforzar, en los mensajes, la seguridad de los seres queridos.

La idea va más allá y significa que las personas vuelvan a sentir que tienen el
control de buena parte de los productos. “No es gratuito, pues, que todo aquel
comprador esté interesado cada vez más en controlar sus bienes por medio
de la tecnología”, explica el informe.

No obstante, en ofertas turísticas quieren visitar destinos donde puedan


desconectarse y ojalá que no sean muy concurridos.

Productos auténticos

Las marcas debe ser reales y ofrecer información local, alimentos naturales y
vacaciones por el mundo físico y no en el virtual.

Para este año, uno de los valores más importantes será la autenticidad de
servicios y productos.

Según Euromonitor, no sorprende que en una era de comunicaciones, la cultura


visual se posicione frente a los debates sobre la autenticidad.

Ante esto, reconocen que las redes sociales y la cultura del selfi han afectado la
inseguridad sobre la apariencia.
Gratificación inmediata, la clave
También hay un cambio en lo que significa ser adulto en términos de estilo de
vida. Los clientes de 50 años y más –entusiastas compradores de productos de
salud y belleza– ahora son más receptivos a la tecnología, la cual comparten con
los ‘millennials’. Otro hallazgo es que el bienestar está relacionado con el estatus,
en la medida en que la importancia de los bienes materiales disminuye como
indicador de metas; por eso marcas ‘premium’ deben esforzarse en la venta final.
Incluso, tienen que responder al auge de las compras rápidas por parte de
consumidores impacientes, con modelos de entrega inmediata en restaurantes,
almacenes y supermercados... Hoy, una máxima de la demanda es: “Yo quiero
lo que quiero cuando lo quiero”.

Búsqueda de identidad
Las personas este año no buscarán identidad en un mundo individual, pues
piensan ahora de manera más colectiva. Por ello, las marcas deben replantear las
audiencias. La diversidad no solo es teórica y las marcas están siendo
forzadas a repensar cuál es realmente su público objetivo y cómo
interactuar con él.

“La naturaleza cambiante de la identidad quizá puede resumirse en el mayor


enfoque que requiere la cantidad de datos que contiene la era digital”, señala el
reporte.

Al mismo tiempo, se ha detectado que muchos consumidores aspiran a ser


globales. Por ello, las marcas universales –como Apple o Nike– son percibidas
por los compradores como una oportunidad para ser un ciudadano del mundo.

Además, la inclinación al altruismo y la disminución del ego, o el “nosotros antes


que yo”, prevalecen entre los jóvenes.
Artículos a la medida
Renglones como viajes, información, ropa y juguetes son personalizados. Esta
tendencia, que no parece tener techo, viene modificando la expectativa que tienen
las personas, las cuales pueden llegar, incluso, a demandar que las marcas
predigan lo que ellos mismos quieren. El concepto ‘a la medida’ liderará el
mercado durante el 2017; allí se incluyen, por ejemplo, servicios enfocados en
cada individuo y no en la masa; esto implica un gasto mayor para los
consumidores.

Los extraordinarios

Los analistas de mercado estiman que se ha llegado a un punto en que los


artículos producidos en masa pierden parte del atractivo.

Y hay más consumidores extraordinarios que acaparan parte del protagonismo y


especifican sus necesidades. “Se trata también de clientes atípicos en términos
de altura, peso, gusto musical o tolerancia a los alimentos, pero son
subconjuntos que están encontrando su voz y demandando más opciones”,
agrega el estudio de la firma Euromonitor.

Crecen canales de expresión

Algo para tener en cuenta es que internet les permite a los clientes comprar
productos y servicios personalizados, exóticos y –lo mejor de todo– discutir
sobre ellos. Por ejemplo, los consumidores de productos nutricionales ejercen
presión para ver una mejora en la satisfacción de sus propias necesidades. Por lo
tanto, los compradores cuentan con más medios para hacer oír su voz y demandar
productos y diseños que les ofrezcan soluciones. Y se expresan más cuando
consideran que sus necesidades no se encuentran satisfechas por los artículos que
adquieren.

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