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Tema 07 Historia América UNED 2010/2011

Tema 7. El impacto demográfico de la conquista y


colonización americana.
1. Presentación y objetivos.

Los cambios provocados sobre la demografía americana por el impacto de la


Conquista constituyen el objeto de estudio de este tema. Se trata, en primer
lugar, de valorar el inmenso daño provocado por la llegada de los europeos.
También de dar cuenta de los nuevos fenómenos demográficos provocados:
migraciones, trata de negros y mestizaje.

En la primera parte del tema se trata el problema de la drástica pérdida de


población indígena. Se repasan las cifras aportadas por los distintos
historiadores, que hablan de la muerte de millones de personas (más en zonas
de litoral y menos en tierras altas), hasta dejar la población en menos de un diez
por ciento de la existente en 1492 (según las estimaciones intermedias). Se
discuten los factores de la mortalidad, valorando su impacto relativo:
epidemias, guerras de conquista y desorganización político-social y económica
posterior, el peso del trabajo forzoso y la tributación, factores psicológicos por
la destrucción de los sistemas religiosos, simbólicos y morales, etc.

El segundo bloque del tema se refiere a los fenómenos migratorios desatados


tras la conquista. En primer lugar, las migraciones indias: unas forzosas, por el
compulsivo traslado a ciudades, congregaciones o reducciones, a veces por el
reclutamiento para el trabajo forzoso (mita, incluso esclavitud); otras
voluntarias, huyendo del control colonial que imponía tributos, hambre o
trabajo obligatorio. En segundo lugar, aparece la inmigración europea, de la
que se estudian sus cifras generales (en torno a un millón de personas), los
controles establecidos por la administración colonial, tanto en número como en
calidad (prohibiciones diversas) y las características de los inmigrantes (edad,
sexo, condición social, origen geográfico, etc.). En tercer lugar, se introducen
esclavos procedentes de África y, en número mucho más limitado, de Asia:
primero para proteger a los indios, después se convierte mano de obra
indispensable y en un negocio para la Corona (sistema de licencias y asientos).

El tercer bloque estudia el mestizaje, resultado de la mezcla de etnias y sus


consecuencias. Se trata de explicar los factores que lo favorecieron y el grado
de eficacia de la política de separación racial practicada por la Corona.
Porque, además de los fenómenos de aculturación que tuvieron lugar, la
discriminación racial (especialmente aguda cuando había algún componente
negro, con el estigma de la esclavitud) generó una sociedad colonial
estratificada no sólo por estamentos sociales, sino también por el color. Este
asunto será tratado con mayor profundidad en otro de los capítulos del temario.

2. Esquema.

Historia de América 1
Tema 07 Historia América UNED 2010/2011

1. LA CONTRACCIÓN DE LA POBLACIÓN INDÍGENA.

1.1. La discusión historiográfica sobre las cifras de población.

1.2. La población de los factores que explican la altísima mortalidad.

2. LAS MIGRACIONES INDIAS.

2.1. Las migraciones forzosas: el impacto de la urbanización, congregaciones y


reducciones, indios esclavizados, mita.

2.2. Las migraciones voluntarias por razones económicas o para escapar del
control colonial.

3. LA INMIGRACIÓN EUROPEA.

3.1. Las cifras de la inmigración europea.

3.2. El control estatal de la inmigración.

3.3. Las características de los inmigrantes.

4. LA TRATA DE NEGROS.

4.1. El origen de la trata en América.

4.2. Las cifras de la esclavitud.

4.3. El sistema de asiento y licencias.

4.4. Las condiciones de la esclavitud.

5. CRUCES ÉTNICOS Y MESTIZAJE.

5.1. Los factores que favorecieron el mestizaje.

5.2. Aculturación y discriminación. Las consecuencias de la política de


separación racial de la Corona: una sociedad basada en el estamento social y
el color.

5.3. El estigma de la esclavitud.

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3. Conceptos fundamentales.

 Asiento de negros Monopolio sobre la caza de esclavos de África y de la


América hispana que se otorgó a Inglaterra al terminar la Guerra de Sucesión
española (1713) como compensación por la victoria del candidato francés Felipe
V. Con este tratado se fijaba que, anualmente, Inglaterra tenía el derecho de
traficar don 4800 esclavos negros durante un período de treinta años.
 Certificación de limpieza de sangre Fue el mecanismo de discriminación legal
hacia las minorías españolas conversas bajo sospecha de practicar en secreto sus
antiguas religiones. Numerosos edictos figuran en la Recopilación de las Leyes
de Indias, que impedían a los conversos, sus descendientes y a los reconciliados
por la Inquisición, trasladarse a América, esa reiteración repetida se ha
considerado indicio, por algunos autores, de que éstas disposiciones habrían
sido ignoradas muchas veces.
 Mulato Aquel individuo nacido de la unión interracial entre una persona negra
y una persona blanca, en el caso de la colonización americana se trata del hijo
nacido entre un hombre blanco y una mujer negra.
 Pardos. Con el nombre de pardos se designaba a todos los que no eran de raza
pura, es decir, que no eran blancos, indios o negros. A esta casta pertenecían los
mulatos (blanco y negro) mestizos (blanco e indio) y zambos (negro e indio).
Durante el período colonial constituían la mayoría de la población. En 1795, los
pardos fueron admitidos en las milicias y también pudieron comprar su
blancura legal con las cédulas de gracias al sacar. La ley del 10 de febrero de ese
año ofrecía a los pardos la dispensa del estado de infame: los solicitantes que la
obtuvieron fueron autorizados a recibir una educación, a casarse con un blanco,
a tener cargos públicos y a entrar en el sacerdocio. Al proclamarse la
independencia de Venezuela (19 abril 1810) estuvieron representados en el
Cabildo, como clase, por José Félix Ribas y formaron el grueso, tanto de las
fuerzas realistas de Boves y Morales, como de las republicanas de Páez, quien,
al igual que Piar,
 Genocidio Se entiende por genocidio cualquiera de los actos perpetrados con la
intención de destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, étnico, racial,
politico o religioso.
 Congregaciones El término congregación se refiere a la política española de
reorganización espacial de la población indígena en asentamientos más
compactos, y por ende, más manejables económica, política y culturalmente. La
congregación en sus tres modalidades de concentración poblacional,
municipalización, y jerarquización de asentamientos, permite supervisar y
recoger información sobre la aplicación de técnicas de disciplina en las
comunidades indígenas, permite llevar a cabo la individualización de las
personas que son el objeto de estas técnicas, y permite centralizar en la Corona
el control de todo el proceso.
 Reducciones Núcleos de población en la que se debían reasentar los indios en
la América española, separados de las ciudades donde vivían los españoles. La
palabra Reducciones viene del latín “reducti” que significa “llevados”. Los
indígenas, convertidos, eran entonces "llevados" a la fe cristiana. El conjunto de
reducciones incorporadas a la corona recibió el nombre de corregimiento, a cuyo
mando estaba un corregidor. Sin embargo, esto trajo consigo el aumento de la
corrupción, puesto que el cargo de corregidor era comprado y no conllevaba
sueldo, lo que provocó todo tipo de extorsiones.

Historia de América 3
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 Trata de negros Se produjo como consecuencia de la mortandad que hizo


estragos entre los indios a comienzos del s. XVI. América tenía necesidad para
sus plantaciones tropicales de aquella mano de obra tan resistente y desde la
Iglesia a los Reyes de España aprobaron la deportación de los africanos.
Portugal, que desde el Tratado de Tordesillas tenía las manos libres en África,
se convirtió en el primer proveedor. El monopolio de este tráfico le fue
concedido inicialmente por el rey de España, mediante el contrato de asiento
que más tarde sería cerrado con holandeses, franceses e ingleses. En todo el
flanco norte de Europa se amasarían fabulosas fortunas con esta nueva forma
de comercio.
 Plantación Gran latifundio dedicado al cultivo de productos tropicales de
exportación, con mano de obra esclava.

4. Lecturas y material complementario.

- COOK, N. D.: “Epidemias y dinámica geográfica” en Historia General de


América Latina. Ed. UNESCO - Trotta. Madrid, 1999 Vol. II, capítulo 14.

- SANCHEZ ALBORNOZ, Nicolás: “La población de la América colonial


española” en L. BETHELL (ed.): Historia de América Latina. Barcelona, Crítica,
1990, Tomo IV, capítulo I.

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Tema 7: La demografía, la contracción de la población


indígena.

1. LA CONTRACCIÓN DE LA POBLACIÓN INDÍGENA.

1.1. La discusión historiográfica sobre las cifras de población.

El desastre demográfico debió conmocionar todos los aspectos de la vida indígena.


Otros fenómenos también iban a transformar a la población americana.

 Por una parte la llegada de los emigrantes procedentes de la Península


 y por otra parte, la incorporación del continente al tráfico de esclavos
africanos, lo que formó una tercera etnia en el continente.

El resultado de la convivencia entre estas comunidades sería una nueva sociedad


multirracial y compleja cuyo rasgo definidor fue el mestizaje.

La población continental en 1492 podría oscilar entre los 8,4 millones que indica
Kroebe hasta los 100 a 112 millones que dice Dobyns. Pese a que la documentación
conservada en los archivos es inmensa, también es muy irregular. Muchas veces se
dispone sólo del número de varones indios (entre 15 y 50 años) que pagaban tributo
como cabeza de familia.

Para medir la magnitud de la catástrofe demográfica producida, es necesario


establecer con precisión el tamaño de la población originaria antes del inicio de dicho
proceso, es decir, lo que pasó entre finales del siglo XV y mediados del XVI. Es difícil
calcular los habitantes anteriores a 1492, al trabajar con estimaciones y carecer de
documentos escritos. Las cifras son importantes. Cuanto menor o mayor fuera la cifra
de población original en 1492, las consecuencias de la conquista sobre las sociedades
indígenas sería diferente. En la discusión historiográfica sobre las cifras de población,
existen dos tendencias:

 la primera, más conservadora, la fija entre 13 y 15 millones la cifra de


indígenas; estaríamos ante la Leyenda Rosa de la conquista.

 Por el contrario, los estudios de la escuela de Berkeley demuestran que esa


cifra es muy baja, esta es la versión de la Leyenda Negra; sus investigaciones
sobre México calculan que había en 1518, 25’2 millones de nativos con una baja
progresiva y brutal para los años posteriores: 16’8 en 1532; 6’3 en 1548; 1 millón
en 1605 y unos 750.000 en 1622.

Esta cifra supone el 3% de la población inicial, es decir, una contracción del 97%. Si
estas proporciones se hacen extensivas al resto del hemisferio, la población total del
continente podría haber sido de unos 75 millones en 1520, de los cuales, unos 60 ó 65
millones corresponderían a Iberoamérica, concentrados sobre todo en los imperios inca
y azteca.

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De ellos, un siglo más tarde, apenas quedaban 5 millones de habitantes indígenas. En


definitiva, por un lado se hablaba de una contracción de 13’3 millones de habitantes en
1492 a 10 millones en 1650, con una merma del 25% de la población inicial. Del otro
lado, las cifras que se manejan van de 90 a 112 millones de personas en 1492 y 5 a 10
millones a mediados del XVII, es decir, que sólo habrían permanecido con vida entre el
5 y el 10% de la población inicial.

1.2. Los factores que explican la altísima mortalidad.

Para estudiar los factores que explican la altísima mortalidad, los autores manejan
distintas teorías:

Más allá de la “teoría homicídica” o tesis del genocidio, que habla de genocidio por
exterminio de etnias enteras producto de la rapacidad y la violencia europea durante
la conquista, lo cierto es que en este desplome demográfico concurrieron diversas
causas.

 Entre ellas, como insiste Sánchez Albornoz, las epidemias aportadas por los
conquistadores así como el efecto psicológico y socioeconómico de la
conquista.
 A esto se suma la desgana vital, situación de crisis anímica causada por el
choque brutal de ambas culturas.

Otros autores, como S. Cook, destacan que la población americana había llegado al
límite de sus posibilidades de crecimiento en relación con su capacidad de producir
alimentos y con su nivel tecnológico, lo que explicaría el impacto de las epidemias y
de la desestructuración social y económica acarreada por la conquista, de modo que
cualquier influencia extraña podría haber llevado al colapso.

Hasta hace poco se pensaba que la viruela fue la primera epidemia en llegar a América
que, en 1519, se cebó con la mayor parte de la población de la Española, luego con
México – durante el cerco de y de allí pasó a América Central. Sin embargo, hoy
sabemos que en el segundo viaje de Colón la gripe porcina se cebó primero con los
españoles y luego con los nativos para extenderse, más tarde, a Puerto Rico, Cuba y
Bahamas. La primera epidemia de sarampión fue a partir de 1531, en Panamá. Las
sociedades indígenas conocían enfermedades parasitarias como la leishmaniosis o la
sífilis que contagiaron a los europeos.

Sin embargo, pese a la importancia de las epidemias, no hay que menospreciar el


impacto bélico de la conquista. A pesar del escaso poder letal de las armas
empleadas, las guerras causaron una mortalidad significativa sobre todo cuando se
movilizaron ejércitos relativamente numerosos a partir de las tribus indias aliadas a los
españoles; en el sitio de Tenochtitlán, por ejemplo, perecieron unos 200 mil aztecas y
en algunos valles incas la mortandad masculina se elevó al 80% durante los primeros
años de la presencia española.

Sí realizamos un análisis por zonas, observamos como El Caribe presenta mayores


problemas que México, se estima una población de 1 millón de indígenas para 1492, de

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los que, en 1520, quedaban 16.000 1. Un estudio de Frank Moya Pons en La Española
llama la atención que, en 1514, la mayor parte de caciques fueran mujeres, ante la
patente ausencia de hombres.

En América Central observamos que la viruela diseminada a partir de México o del


Caribe se habría cobrado un tercio de la población regional antes de la llegada de los
conquistadores.

En Nicaragua y Honduras existe una


fuerte contracción demográfica, con
cifras cercanas al 98%, debida, entre
otras cosas, a la esclavitud de los
indígenas y su exportación a México,
Perú o Panamá.

En la zona andina sabemos que en


Colombia tras un siglo de ocupación
española, en 1636 sólo quedaban
44.691 personas sobre 232.407 indios
que vivían en 1537, es decir, menos de
la quinta parte del número original. El
caso de Perú es similar, en 1530 había
una población de unos 9 millones que
pasaron a 1’3 en 1570 y bajaron a
600.000 en 1630. En esta zona, a las
causas ya vistas hay que añadir el
estado de guerra permanente que
vivía la zona y que precedió a Pizarro
cobrándose numerosas víctimas.

Al fenómeno bélico y al pandémico


hay que añadir también la tributación colonial, que supuso una dura carga para una
economía de subsistencia como la indígena, fundamentalmente porque era soportada
cada vez entre un menor número de individuos, relegados a las parcelas menos
fértiles y obligados a regímenes de trabajo que les impedía –en muchos casos-
trabajar la tierra propia. Esto suponía un incremento de la mano de obra, a la que hay
que añadir el trabajo forzado en minas, obras o plantaciones.

La recuperación fue lenta e irregular, con importantes variaciones regionales. A lo


largo del siglo XVII la población mejoró su sistema inmunológico por una parte y, por
otra, se incrementó la población blanca, mestiza y negra, que mitigó la demanda de
mano de obra. A mediados del siglo XVI, unos 7 millones de personas poblaban las
Indias de acuerdo a la siguiente proporción:

 Indios: 5 millones (71%)


 Negros: 735.000 (10,5%)
 Blancos: 659.000 (9,5%)
 Mestizos: 400.000 (5,7%)
 Mulatos: 240.000 (3,4%)

2. LAS MIGRACIONES INDIAS


1
Lo que puede explicar la temprana presencia de esclavos negros en las islas.

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La conjunción de invasión e inmigración blanca supuso la retirada y la emigración


nativa. Pero, como sabemos, las poblaciones aztecas e incas tenían limitada su huida
lo que sí podían hacer los grupos menos sedentarizados. Por ello, las migraciones
solían ser forzadas, aunque también existían las voluntarias realizadas generalmente
por los que abandonaban sus comunidades para evitar el pago de tributos.

2.1. Las migraciones forzosas: el impacto de la urbanización, congregaciones y


reducciones, indios esclavizados, mita.

Las migraciones forzosas respondieron a la aspiración española de concentrar a la


población india, con el objeto de velar mejor por su conversión religiosa y
evangelización, protegerla de la explotación de los encomenderos y, de paso,
aprovechar la cada vez más escasa mano de obra indígena en actividades productivas.

De este modo, para los conquistadores la mejor forma de organizar el espacio era
construir ciudades y crear reasentamientos en nuevos núcleos de población donde
concentrar a los indios: reducciones y congregaciones (pueblos de indios).

Esta política se inició en Centro América en 1540; en Yucatán, Méjico central y el Perú
en la década siguiente. En Guatemala fueron los religiosos dominicos, franciscanos o
mercedarios los que reunían a los indios en poblaciones creadas en zonas de fácil
acceso. Así, no tenían que desplazarse para evangelizar, los oficiales de la corona y los
encomenderos podían recolectar sus tributos con comodidad y se podía apelar a la
mano de obra concentrada cuando fuera necesaria. En ocasiones, se destruyeron
poblados para lograr que el traslado de nativos a los nuevos emplazamientos fuera
definitivo.

Otras veces, en las regiones sin recursos, los propios indios se convertían en preciosa
mercancía. Si había en las proximidades algún centro económico, los indios eran
apresados como esclavos y vendidos a estos mercados. En otras ocasiones, los indios
de las tierras centroamericanas del interior eran obligados a traslados estacionales
hacia las plantaciones costeras de añil o de cacao en El Salvador actual. Pero no sólo la
esclavitud motivaba desplazamientos, lo mismo ocurría con la encomienda de servicio
o la mita2.

2.2. Las migraciones voluntarias por razones económicas o para escapar del
control colonial.

Los movimientos de emigración voluntaria se produjeron huyendo de los tributos, del


trabajo obligatorio, de las epidemias o del hambre. Unas veces marchaban a las
ciudades, los centros mineros o las plantaciones. En otras ocasiones, hacia regiones
fuera del control colonial para evitar la mita y el pago de tributo.

2
Del quechua mita: turno, semana de trabajo. Era un sistema tributario del trabajo
personal, aplicado por los españoles y usado por los que no pertenecían a una
encomienda, de modo que los indígenas debían prestar obligatoriamente una parte
de su población para el trabajo (especialmente en las minas).

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Como consecuencia de estos movimientos fue el abandono del hábitat de origen y el


progresivo enraizamiento en las nuevas ciudades del modelo español.

3. LA INMIGRACIÓN EUROPEA

Los viajes de exploración y las primeras conquistas arrastraron a un puñado de


marineros, soldados, funcionarios y clérigos. Al embarcarse, pocos pensaban
establecerse en el Nuevo Mundo. Vivos o muertos, muchos permanecieron, sin
embargo, allí para siempre. Estos hombres constituyen la avanzada de una oleada que
a lo largo de siglos atraería a millones de europeos a América.

Espontánea en un principio, la corriente fue pronto regulada. La corona castellana


prohibió la entrada en Indias de ciertas categorías de personas a fin de mantener la
integridad ideológica en las tierras conquistadas. Moros, judíos, gitanos y condenados
por la Inquisición vieron así cerrado el paso. La ley impidió también el embarque de
extranjeros e incluso en un principio de los naturales de la corona de Aragón. El
principio era reservar el derecho a la emigración a América para los súbditos de la
corona de Castilla.

3.1. Las cifras de la inmigración europea.

En contraste con el descenso indígena, las cifras de emigrantes europeos experimentó


un crecimiento progresivo desde los primeros viajes; pero, debido a las deficiencias de
las fuentes, existen muchas dificultades para saber el número de españoles y
portugueses que llegaron. A mediados del siglo XX se estimaba que durante el XVI
viajaron unos 200.000 españoles (unos 1.500 al año). Desde ese momento la proporción
anual aumentó y hacia 1690 se habían trasladado a América 480.000, con un promedio
anual de 4.000 personas. A principios del XVIII dada la fuerte natalidad europea, la
población española en el nuevo mundo podría haber alcanzado la cifra de casi 800.000
personas, incluyendo a los criollos, de los que más de un tercio debió instalarse en
Méjico.

En la primera mitad del siglo XVI el ritmo de salidas dependía de la llegada de


noticias de nuevas conquistas, especialmente de territorios que prometían la
obtención de riquezas fáciles, por lo que se puede hablar de oleadas migratorias. Así
ocurrió, por ejemplo, tras la conquista de México, o las oportunidades que ofrecía el
Perú durante el periodo de 1540 a 1549.

3.2. El control estatal de la inmigración.

A partir de los primeros momentos existió un control estatal de la emigración.


Efectivamente, ya desde el segundo viaje colombino, todas las personas que viajaban
a ultramar, debían inscribirse en un registro y disponer de una licencia o permiso para
embarcar. Primero la Casa de Contratación y después el Consejo de Indias, fueron los
organismos encargados de supervisar estos trámites. Además de la cantidad, la
monarquía quiso fiscalizar la “calidad” de los españoles que llegaban a dichas tierras. Se
prohibió emigrar a gitanos, judíos, morisco, a cualquier condenado por la Inquisición
e incluso cristianos nuevos y personas de dudosa calaña.

Excepto en los primeros años en que se concedieron indultos a quienes pasaran a


trabajar en las Antillas, no existieron colonias penitenciarias. La ley limitaba el paso

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de extranjeros y, en un principio, de los súbditos de la Corona de Aragón que debían


solicitar licencia a la Casa de Contratación si querían emigrar al Nuevo Mundo. La
prohibición no alcanzaba a los naturalizados españoles, así como a los artesanos o
técnicos especializados que lograban una dispensa.

3.3 Características de los emigrantes.

Legalmente, el traslado a Indias requería la autorización oficial. Gracias a las


matrices de las licencias copiosamente preservadas en el Archivo de Indias de Sevilla,
cabe hacer una primera aproximación al número de inmigrantes y a sus principales
características. El Catálogo de pasajeros a Indias publicado abarca solamente de 1509 a
1559." En tres tomos da noticia de 15.000 nombres, cifra escasamente significativa de la
emigración total del período. Faltan parte de los legajos; aún más, el embarque sin
papeles o la deserción de marineros fue bastante corriente. P. Boyd-Bowman ha
seguido, pues, un procedimiento diferente para completar la lista. Además de los
incluidos en el Catálogo, expurgó de toda la documentación pública o privada impresa
cuantos nombres halló de españoles residentes en el Nuevo Mundo hasta finales del
siglo xvi. Su índice geobiográfico, aunque también incompleto, alcanza ya a unas 45.000
entradas. El total de emigrantes durante todo el siglo XVI ascendería, según él, a unos
200.000, es decir, un par de miles por año como promedio.

Esta última cantidad ha sido aumentada por M. Mórner. Habida cuenta de la


capacidad creciente de los barcos que cruzaron el Atlántico, asigna a cada viaje un
promedio de pasajeros que varía según los períodos. Los 15 viajeros de los años 1506-
1540 se elevan a 20 durante los dos decenios siguientes y a 30 de 1562 a 1625, para
alcanzar los 40 entre 1626 y 1650. Multiplicados tales coeficientes por el número de
barcos despachados conforme al registro editado por Huguette y Pierre Chaunu,"
obtiene montos parciales y promedios anuales del número de emigrantes. Mórner
concluye así que los españoles que emigraron a Indias a lo largo del siglo XVI fueron
alrededor de 243.000; 195.000 los que hicieron otro tanto durante la primera mitad del
siglo siguiente. Por año salieron, pues, 2.600 en el primer siglo y 3.900 en la mitad
siguiente. Los cálculos de Boyd-Bowman y de Mórner son, por tanto, bastante
similares, llegando ambos a magnitudes que, dadas las dimensiones de la población
española de entonces, resultan modestas y no pueden compararse con las migraciones
masivas europeas de los siglos xix y xx.'"

Insuficientes para dar una cuenta cumplida del volumen de los desplazamientos,
el Catálogo y el índice brindan en cambio muestras representativas de la población
emigrante. El sexo masculino predomina, por supuesto, en ella. Sólo el 10 por 100 de
las licencias de embarque fueron concedidas a mujeres, según el Catálogo. P. Boyd-
Bowman distingue varias etapas en el proceso migratorio. En la primera, la
proporción de mujeres fue muy baja, pero a mediados del siglo xvi aumentó
notoriamente, y hacia los años sesenta superó la cuarta parte del total. En destino, la
impresión que se recoge de las escasas calas hechas hasta ahora en la población
española es, sin embargo, que el desequilibrio fue menor que el registrado en los
barcos. La crecida mortalidad de los hombres en las Indias, junto con su mayor
dispersión geográfica, tal vez expliquen la discrepancia. Las mujeres españolas
siempre fueron, de cualquier manera, bastante más escasas que los hombres de su
estirpe en América.

Los primeros grupos eran de hombres jóvenes generalmente urbanos y con


espíritu aventurero. Poco a poco llegaron familias de artesanos, labradores, clérigos,

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funcionarios, mujeres y niños. Durante los primeros años procedían todos del sur
(andaluces y extremeños suponían algo más del 50%). A partir de mediados del XVI
los emigrantes castellano-leoneses superaron a los andaluces y finalmente a lo largo
del XVIII gallegos, asturianos, santanderinos, vascos y navarros tomaron su lugar. La
emigración femenina fue muy débil y desde 1530 estuvo prohibido viajar a los
casados sin la esposa.

Por otra parte, se asume rápidamente que la mayoría de los conquistadores eran
jóvenes aventureros movidos por la codicia. Pero, si analizamos con detalle la
composición de las huestes conquistadoras, observamos que a medida que avanzan
las campañas encontramos a numerosos veteranos con gran experiencia a sus
espaldas. Es decir, a medida que la sociedad hispánica se asentaba en América, la
sociedad envejecía y eran los nuevos contingentes los que contrarrestaban ese efecto.

La característica más común del colonizador era la de un hombre joven –en torno a los
20 años-. Los artesanos o con cierta instrucción (profesional o funcionario de la
administración colonial) eran mayores de 30 años. La mayoría de edad se alcanzaba a
los 25 años y sólo con ella se podía acceder a puestos de responsabilidad y/o prestigio.

La sociedad hispanoamericana estaba dominada por hombres solteros y jóvenes,


dado el déficit de mujeres europeas; esta ausencia se intentó paliar con mujeres indias
que, en algunos casos, dio lugar a situaciones de poligamia. Hasta 1540, las mujeres
sólo representaban el 5% de los europeos. Pese a ser una minoría, el papel de las
mujeres fue superior al que se desprende de su número: su sola presencia evitó que la
sociedad colonial adquiriera los valores de las sociedades indígenas. Por este motivo,
la Corona estimuló la partida de familias completas y el traslado de mujeres para
reunirse con sus maridos.

Otra característica de la sociedad colonial era la convivencia de analfabetos y


doctores con una pléyade de sectores intermedios. Con el tiempo, los profesionales se
convirtieron en verdaderos sectores medios de la sociedad colonial: por encima se
encontraban los encomenderos y el alto funcionariado colonial y, por debajo, los
mercaderes y artesanos.

Es también característica la preferencia urbana de los europeos, siendo las ciudades


los focos de irradiación de la dominación española. La ciudad era el foco de atracción
para los emigrantes, hasta tal punto que los campesinos se reconvertían fácilmente en
otras labores, algo que también funcionó para mestizos e indígenas.

4. LA TRATA DE NEGROS

4.1. El origen de la trata en América.

La introducción de africanos en América se debió a la tradición esclavista europea


que se había mantenido durante la Edad Media y nunca abolida. A fines del siglo XV
entraban en la Península unos 500 esclavos anuales; hacia 1492 existían unos 100.000
esclavos negros o berberiscos, como consecuencia de las campañas contra los
musulmanes. Tal grupo estuvo ya presente en las primeras incursiones americanas de
conquista como siervos de los expedicionarios e incluso, en ocasiones, como hombres
libres.

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La muerte de los indígenas en las islas del Caribe desembocó en la llegada de


esclavos de la corona española para trabajar en las factorías reales (primeros años del
siglo XVI). La rápida desaparición de la población de las Antillas fue la que llevó a
reemplazar la mano de obra indígena con esclavos africanos, que eran usados como
mano de obra minera, agrícola o en obras públicas.

Tras la breve oposición de Cisneros, mientras fue regente de Castilla, se permitió la


introducción de esclavos previo pago de una licencia por cada negro introducido: una
nueva fuente de ingresos para la monarquía. A veces las licencias se concedieron
como privilegio o recompensa a conquistadores y funcionarios. La Corona estableció
un sistema de contratos en régimen de monopolio –asientos3-, gracias a los cuales
comerciantes extranjeros proporcionaban los esclavos.

4.2. Las cifras de la esclavitud.

Es difícil calcular el número exacto de esclavos llevados a América, ya que es


imposible saber la cantidad de “piezas”4 que pudieron ser desembarcadas sin licencia
o de contrabando.

La Corona española concedió más de 120.000 licencias a los largo del XVI y, sólo entre
1595 y 1600, entraron más de 25.000 esclavos en Hispanoamérica. Al final del siglo
habían llegado unos 400.000.

En Brasil, donde no existían las limitaciones de asientos, el ritmo fue más intenso
introduciendo en las colonias portuguesas más de 300.000 esclavos entre 1550 y 1650.
Se considera que hasta 1810 pudieron entrar en la América española un millón de
esclavos, cifra que llegaría a dos millones y medio para Brasil.

Desde principios del siglo XVIII España cambió su política negrera y firmó un
asiento con la francesa Compañía de Guinea que, tras el Tratado de Utrecht, se cedió a
la inglesa Compañía del Mar del Sur; correspondiendo el monopolio, en ambos casos,
a estas privilegiadas compañías durante 30 años a razón de 4.800 esclavos anuales. En
dicho tratado también se autorizaba la introducción de las mercancías necesarias para
el sustento de estos hombres, lo que generó un grave conflicto anglo-español que
derivó en la guerra de la Oreja de Jenkins.

En 1765 se creó la Compañía Gaditana de Negros y en 1789 se liberalizó la trata y se


eliminaron los impuestos en las zonas donde se necesitaba mayor mano de obra:
Antillas, Cuba y Puerto Rico. Para evitar expandir el islamismo y como forma de
cristianizar a los esclavos, se prohibió (1526) el envío de esclavos negros –negros
ladinos- que hubiesen vivido más de un año en la Península, excepción hecha de los
esclavos domésticos que constituían todo un símbolo de status social para el amo.
Desde entonces sólo se permitió llevar africanos recién importados – negros bozales-
3
Recordemos que los asientos de negros era un monopolio de introducción de
esclavos africanos en la América española. En 1517, Carlos I, realizó la primera
concesión a una compañía genovesa, aunque sólo a partir de 1528 la trata con
destino a las Indias comenzó a ser importante, siendo los portugueses los más se
beneficiaron de este privilegio. Por medio del asiento, el rey exigía el pago de una
licencia para la introducción y venta de esclavos en sus colonias, limitando la cifra a
75.000 personas anuales.
4
Así se denominaba a los varones africanos jóvenes y sanos o a su equivalente
en trabajo, ya que las mujeres, niños y ancianos contaban como una fracción de
pieza.

Historia de América 12
Tema 07 Historia América UNED 2010/2011

procedentes de la zona de Costa de Oro y el golfo de Guinea. El número de mujeres


negras fue muy inferior, lo que fomentaba el mestizaje.

Los esclavos fueron más numerosos en la zona caribeña y en zonas costeras donde el
clima era tropical, más parecido al de sus tierras de origen; donde trabajaban en las
plantaciones de azúcar, tabaco o algodón, así como en las plantaciones de cacao
venezolanas y en los yacimientos de oro colombianos, en Lima y costa de Perú o en
las ciudades del Río de la Plata.

También hay que señalar la presencia de población oriental. Con el Galeón de Manila
llegaron a Acapulco filipinos, chinos e indonesios que eran vendidos en América.

Los africanos participaron como esclavos en los primeros viajes y expediciones al


Nuevo Mundo. Sin embargo, hasta el último cuarto del siglo xvi, ante una numerosa,
aunque ya en declive, población nativa americana a la que explotar, la demanda de
trabajo esclavo africano en Hispanoamérica fue modesta, excepto, hasta cierto punto,
en las islas del Caribe y las costas tropicales del continente, de las cuales los indios
desaparecieron virtualmente durante las primeras etapas de la colonización.

 Para el período de 1521 a 1550, el cálculo más fiable, el de Philip D. Curtin,


ofrece un total de 15.000 negros desembarcados en Hispanoamérica (un
promedio anual de 500),

 y para los años que van de 1551 a 1595, la cifra se eleva sólo a 36.300 individuos
(un promedio anual de 810).'

Sería una temeridad calificar a los esclavos africanos de artículo de lujo en este
período —los esclavos lavaban oro, trabajaban en las plantaciones (principalmente de
azúcar) y también en el servicio doméstico—, pues los negros estaban regularmente
distribuidos y, hasta entonces, ninguna región en particular dependía de la esclavitud
como institución laboral. No obstante, hacia finales del siglo xvi, mientras la población
india en los principales centros del imperio español, México y Perú, iba declinando con
rapidez, colonos y funcionarios del gobierno elevaron a la corona un número cada vez
mayor de peticiones exigiendo un acopio de mano de obra adicional, y la fuente
indiscutible era África.

Nunca se sabrá el volumen preciso del comercio de esclavos a Hispanoamérica durante


el período colonial, pero aceptamos aquí el cálculo de Curtin, según el cual algo menos
de un millón de africanos fueron importados entre la conquista y los primeros años
del siglo XIX.

4.4. Las condiciones de la esclavitud.

Sería simplista presentar el esclavismo negro en las colonias españolas de América, o


en alguna otra parte, como una condición uniforme de servidumbre de trabajo manual,
pues muchos esclavos se convirtieron en sirvientes domésticos, artesanos, capataces,
pequeños comerciantes y tenderos. Otros dependieron de sus experiencias y atributos
culturales anteriores a la esclavitud en África. Los campesinos podrían haber quedado

Historia de América 13
Tema 07 Historia América UNED 2010/2011

como campesinos, pero algunas gentes de las ciudades y artesanos de África pudieron
aprovechar las oportunidades del Nuevo Mundo. La manumisión fue normal.
Algunos esclavos desempeñaron oficios remunerativos y acumularon el precio de su
libertad. Los amos liberaron esclavos por una amplia variedad de motivos, que iban
desde la vejez, sentimiento de culpabilidad y gratitud, hasta los que estaban
relacionados con períodos difíciles. En épocas de tensión económica, los propietarios
esclavistas los liberaban, deshaciéndose de ellos literalmente, en lugar de alimentarlos
y vestirlos. Los amos sin ningún tipo de escrúpulo, algunas veces daban la libertad a la
gente mayor o a los enfermos.

Los libertos, en la América española, se añadieron a los grandes grupos de castas


amorfas, que no eran ni esclavos ni exactamente libres. Éstos fueron especialmente
importantes en las islas del Caribe durante el siglo XVIII, creando las bases de lo que
podría ser descrito como un estrato articulador de las sociedades locales. Ellos fueron
corredores, artesanos, comerciantes locales, transportistas de mercancías y
abastecedores de artículos y servicios menospreciados por las élites blancas, por otra
parte, no permitidos a la mayoría de esclavos. De este grupo, a fines del siglo xviii
surgieron los líderes de la rebelión haitiana: Toussaint L'Ouverture y Henry
Cristophe, Alexander Pétion y Jean-Pierre Boyer.'

Los esclavos se reprodujeron mal. Aparte de la dureza de sus condiciones de vida y de


trabajo, causantes de su deterioro físico y de su alta mortalidad, los sexos no estaban
proporcionadamente distribuidos. Disposiciones reales obligaron a cargar en los
buques negreros al menos un tercio de mujeres, medida que ni aplicada hubiera
corregido el déficit. El negro, sin embargo, contribuyó a su manera a la mezcla de razas
en América. De su cruce con india nació el zambo, y la unión del blanco con la negra
produjo el mulato

5. CRUCES ÉTNICOS Y MESTIZAJE

5.1. Los factores que favorecieron el mestizaje.

5.2. Aculturación y discriminación. Las consecuencias de la política de


separación racial de la Corona: una sociedad basada en el estamento social y
el color.

5.3. El estigma de la esclavitud.

La trascendencia del fenómeno del mestizaje radica en dos procesos sociales


fundamentales: la aculturización y la asimilación que tuvo lugar a partir del choque
entre culturas y poblaciones tan distintas como la europea, la indígena y, poco
después, la negra. Si hoy la palabra mestizo define cualquier cruce interétnico, durante
el Imperio tuvo un significado mucho más concreto. La nomenclatura de la época
consideraba mestizo al descendiente de español e india. De la misma forma que los
cruces con los otros tipos puros eran llamados mulato y pardo, frutos de la unión entre
individuos de las étnicas blancas y negra, el primero y negra e india el segundo.

Existieron elementos que favorecieron el mestizaje. El escaso nº de mujeres que


embarcó en la Península durante los primeros decenios de la aventura americana hubo
de ser tan importante como la falta de prejuicios raciales de los conquistadores. La
violencia estuvo presente en los primeros contactos. A la “apropiación de las mujeres”
por violación o rapto, se añadieron otras formas: mujeres ofrecidas como regalo, en

Historia de América 14
Tema 07 Historia América UNED 2010/2011

prenda de hospitalidad o las adquiridas a modo de botín de guerra, durante los años
en que la esclavitud india estuvo permitida.

Otras veces las relaciones fueron más o menos voluntarias por parte de las nativas,
toda vez que podían servir para mejorar su condición social y la de su familia. El
concubinato fue una práctica generalizada y supuso un acusado relajo de la
monogamia exigida por la moral católica peninsular, si bien la barraganía había sido
una práctica habitual en el medievo y estaba recogida en la legislación.

Estas formas de convivencia suscitaron la preocupación de la Iglesia y, por extensión,


de la corona castellana, de ahí la temprana recomendación de matrimonios
interraciales con la finalidad de sacramentar las relaciones. En 1503 una orden
recomienda los matrimonios con hijas de los príncipes y caciques a fin de consolidar
las buenas relaciones con los indígenas.

Simultáneamente, se fuerza a los casados en España a reunirse con sus familias o, en


el caso de los encomenderos, se promulgan decretos que fuerzan a contraer
matrimonio en el plazo de tres años, también para conseguir la legalización de algunas
parejas. Incluso se otorgaba preferencia a los casados en el reparto de mercedes de
tierra o cargos civiles y se les hacía rebaja en algunos impuestos (almojarifazgo).

El nacido mestizo (fuera legítimo o no) era considerado español siempre que fuera
educado junto al padre –entenado- e indio si se formaba con los indios. Los procesos
de legitimación fueron numerosos. Los hijos mestizos de los conquistadores llegaron
a desempeñar puestos destacados en la nueva sociedad. Sin embargo, conforme pasó
el tiempo, muchos españoles rechazaron a sus parejas indias para casarse con una
española y evitar dañar la limpieza de sangre, el linaje. Por ello, cuando el número de
mestizos creció comenzaron a constituir un grupo aparte y se constituyeron más en
una categoría social que étnica.

Los matrimonios mixtos con negros, sin estar nunca prohibidos, tampoco fueron
incentivados. Primero el temor al Islam y siempre el estigma de la esclavitud explican
la ley (1541) que recomendaba el casamiento de parejas de la misma raza. La
convivencia con esclavas domésticas dio lugar al nacimiento de los mulatos,
doblemente discriminados por ser a la vez ilegítimos y esclavos.

La lucha contra el concubinato afro-indio fue muy cruel y contempló en algún


período las penas de castración. La política de separación racial practicada por la
corona se vio superada por la realidad, porque la población mestiza continuó
creciendo5. En el XVII van a constituir un grupo social distinto, en una sociedad
colonial cada vez más estratificada, donde estamento social y color conformaron las
coordenadas que determinaban la posición social de los individuos.

Al concluir el período colonial, la población de Hispanoamérica formaba, pues,


un rico mosaico étnico.
 Los indígenas, tronco principal de la estructura demográfica, representaban
alrededor del 45 por 100. Aunque la población indígena se había resarcido
parcialmente de la larga catástrofe demográfica, no había recuperado
todavía el volumen que ostentaba a fines del período precolombino. De

5
Si en 1600 la población mestiza constituía un 2%, en 1800 suponía un 32% de la
población americana

Historia de América 15
Tema 07 Historia América UNED 2010/2011

algunas zonas había desaparecido por completo o quedaban leves rastros


en la sangre de mestizos o zambos. En otras, constituían sólo una fracción,
no siempre la más importante, sino una minoría en retroceso a la que poco
faltaba para su total asimilación. Ahí donde aún prevalecían, aferrándose
tenazmente a sus tierras y a sus lenguas —en los valles y montañas del
México central, entre el istmo de Tehuante-pec y Costa Rica, al sur de Nueva
Granada (especialmente en Quito), y a lo largo de los Andes peruanos y el
altiplano boliviano— su crecimiento fue generalmente bajo. La prole de los
conquistadores y de los inmigrantes subsiguientes seguía siendo minoría. A
pesar de haberse multiplicado rápidamente, la población blanca no llegaba a
ser la quinta parte de la población total.
 os mestizos de uno y otro tipo, y de uno y otro color, superaban
escasamente la tercera parte.
 Los negros tan sólo eran el 4 por 100.
 En las regiones de población predominantemente indígena, la comunidad
hispana, compuesto por españoles y criollos —blancos o mestizos, puesto
que no siempre se distinguen las categorías en los censos— quedaba
reducida a las grandes ciudades o pueblos y a las grandes fincas. La
población hispana predominaba a su vez entre la población diseminada
del Río de la Plata y también en el Chile central, en las regiones costeras
del sur y centro de Perú, en el valle occidental de Nueva Granada, y en los
Andes venezolanos. Fuera de la América del Sur, se hallaban
concentraciones de blancos en Costa Rica, en el norte de la Nueva España,
donde los americanos autóctonos nunca habían sido numerosos, y también
en ciertas zonas de Santo Domingo, Cuba y Puerto Rico.

Hacia 1800, Hispanoamérica contaba con una población cercana a los 13,5 millones
de habitantes, según las valoraciones de los censos de la época, una vez sumados,
ajustados y redondeados. Es una valoración aproximada que, además, se queda
seguramente corta. No corrige, en efecto, el subregistro por defectos del re-levamiento
censal o por omisión voluntaria debida a diversas razones —fiscales, militares u otras
—. Tampoco contempla los indígenas insumisos, ocupantes de territorios bajo
jurisdicción, que no serían incorporados de manera efectiva hasta años después. La
propia España tenía por aquella época una población de 10,5 millones.

 Nueva España, incluidas las remotas «provincias internas» y las dos


CaUfor-nias, albergaba la mayor proporción. Sus 6 millones representaban
el 44 por 100 de la población total de Hispanoamérica; de ellos, cerca de
nueve décimas partes se concentraban en el centro y sur del país. En algunos
distritos, la población exhibía densidades relativamente elevadas:
Guanajuato, por ejemplo, contaba con 36 habitantes por kilómetro cuadrado.
 Las Antillas y la capitanía general de Venezuela reunían cada una unos
800.000 habitantes, que en total sumaban el 12 por 100 de la población
hispanoamericana; la mayoría se concentraba en Cuba y en la región
circundante de Caracas.
 Con 1.110.000 habitantes, Centroamérica —de Chia-pas a Panamá—
alojaba al 8 por 100, dándose en Guatemala la ocupación humana más
intensiva.
 Los Andes, de la costa neogranadina al vasto altiplano peruano,
concentraban 3,5 millones, aproximadamente el 26 por 100 del total:
1.100.000 neogra-nadinos (sin contar a los panameños), 500.000 quiteños —
contando tanto a los serranos como a los costeños—, 1.300.000 peruanos, y

Historia de América 16
Tema 07 Historia América UNED 2010/2011

600.000 habitantes del altiplano. Área montañosa principalmente, la


población se distribuía en ella por altitud, cobijando valles y costas a la
mayoría de la población.
 La zona austral templada de Chile y del Río de la Plata —incluidos aquí la
Banda Oriental (hoy Uruguay) y Paraguay con sus decrépitas misiones—,
donde el valle central de Chile era el más densamente poblado, concentraba
a 1.300.000 habitantes a uno y otro lado de los Andes: algo más del 10 por
100 del total de la población hispanoamericana.

Bibliografía:
– MALAMUD, C., y otros: “Historia de América”. Ed. Universitas. 2004, Madrid.
– MALAMUD, C.: “Historia de América”. Alianza Editorial. 2006, Madrid

Historia de América 17
Tema 07 Historia América UNED 2010/2011

¿Fue funcional la esclavitud en la América Española para la


sociedad y economía coloniales?

1. El esclavismo indígena

Las áreas con población densa relativa algunas veces atrajeron a un pequeño sector de
los colonos españoles, pero tales áreas después de la Conquista también fueron, a
menudo, las más desafortunadas. Si éstas se encontraban bastante cerca de las zonas
que habían atraído a los españoles, pero carecían de mano de obra, entonces la
exportación de indios esclavos pasaba a ser la principal industria. En el segundo cuarto
del siglo xvi se enviaron muchos nicaragüenses al Perú, y, sobre todo, a Panamá; una
vez en estas tierras los utilizaban como esclavos. En una dirección similar, los nativos
de Trinidad, Las Bahamas, Florida, Panuco y del golfo de Honduras fueron usados
para repoblar las islas del Caribe. Quizás el caso más notorio fue el de las islas perleras
de la costa venezolana. Las islas Margarita y Cubagua atrajeron la atención de los
españoles al descubrirse los bancos de ostras perleras en la costa. Los empresarios
perleros importaron indios de Trinidad, la menor de las Antillas, y de otros puntos a lo
largo de Tierra Firme. La intensa explotación que se llevó a cabo pronto agotó los
bancos de ostras, y los indios de las islas perleras pasaron a ser ellos mismos
«mercancía» exportable, y así, los encontramos en Panamá y en las Antillas mayores.
La versión más amplia de este fenómeno fue el comercio europeo de esclavos desde
África a América, que se usó también como medio de reposición de la población
cuando desaparecieron los grupos aborígenes. El esclavismo fue así el primer sistema
laboral en casi todas las colonias, pero en la mayoría de las regiones pronto se tendió a
contener este proceso.

Podemos concluir pues que el primer esclavismo, fundamentalmente el de indígenas


caribeños, no fue funcional ni siquiera a medio plazo, dado el "agotamiento" del
mismo, las cuestiones morales y políticas y la dureza de ciertos trabajos.

2. El esclavismo africano. Algunas cifras-

Los africanos participaron como esclavos en los primeros viajes y expediciones al Nuevo
Mundo. Sin embargo, hasta el último cuarto del siglo xvi, ante una numerosa, aunque
ya en declive, población nativa americana a la que explotar, la demanda de trabajo
esclavo africano en Hispanoamérica fue modesta, excepto, hasta cierto punto, en las
islas del Caribe y las costas tropicales del continente, de las cuales los indios
desaparecieron virtualmente durante las primeras etapas de la colonización. Para el
período de 1521 a 1550, el cálculo más fiable, el de Philip D. Curtin, ofrece un total de
15.000 negros desembarcados en Hispanoamérica (un promedio anual de 500), y para
los años que van de 1551 a 1595, la cifra se eleva sólo a 36.300 individuos (un promedio
anual de 810).'

Sería una temeridad calificar a los esclavos africanos de artículo de lujo en este
período —los esclavos lavaban oro, trabajaban en las plantaciones (principalmente de
azúcar) y también en el servicio doméstico—, pues los negros estaban regularmente
distribuidos y, hasta entonces, ninguna región en particular dependía de la esclavitud
como institución laboral. No obstante, hacia finales del siglo xvi, mientras la población
india en los principales centros del imperio español, México y Perú, iba declinando con
rapidez, colonos y funcionarios del gobierno elevaron a la corona un número cada vez

Historia de América 18
Tema 07 Historia América UNED 2010/2011

mayor de peticiones exigiendo un acopio de mano de obra adicional, y la fuente


indiscutible era África.

Nunca se sabrá el volumen preciso del comercio de esclavos a Hispanoamérica durante


el período colonial, pero aceptamos aquí el cálculo de Curtin, según el cual algo menos
de un millón de africanos fueron importados entre la conquista y los primeros años
del siglo XIX.

3. La funcionalidad económica del esclavismo negro.

Parece ser que fue elevada, pero desigual. Para la comprensión de la importancia del
esclavo africano en Hispanoamérica es más importante la actuación de los esclavos en
la actitud económica de sus diversas regiones, que su simple cómputo. En el subsuelo
de las minas de plata en el Alto Perú (la moderna Bolivia) y México, el esclavo
africano tuvo una importancia marginal. Tras la inicial veta mineral, los márgenes de
beneficio fueron mucho más bajos que lo que algunos esperaban, el índice de
accidentes laborales fue alto y en las gélidas altitudes de las regiones de minería de
plata, el terrible índice de mortalidad se creía resultado de que los esclavos de África
tropical no podían adaptarse al clima, aunque las enfermedades tenían tanta o mayor
culpa. Como reacción, los propietarios mineros tendieron a confiar en el mercado de
trabajo libre en el caso de México y en la mita en el caso de Perú, en lugar de comprar
costosos esclavos de mortalidad incierta.

En las zonas de minería de oro de Nueva Granada —^Antioquía, Popayán y el


Chocó— la situación era muy diferente. En el siglo XVIII eran necesarios esclavos para
sustituir a una población nativa diezmada por las enfermedades y hostil por
añadidura, y los negros constituían una inversión relativamente segura, pues se
encontró oro en los depósitos de aluvión, lo cual entrañaba escasos riesgos durante la
extracción. Como estos yacimientos se agotaban rápidamente, los amos y su grupo de
esclavos (tanto hombres como mujeres) vagaban de un filón a otro y fundaban pocos
establecimientos permanentes. Según el censo de 1778, el 60 por 100 de la población
esclava de Nueva Granada, de un total de unos 70,000 individuos, estaba implicada en
la extracción de oro.'

En la agricultura, el trabajo negro fue de vital importancia. Las dos colonias más ricas
de Hispanoamérica, México y Perú, proporcionan quizás los ejemplos más interesantes
de los variados modos de utilizar a los esclavos. La mano de obra empleada en la muy
dispersa industria azucarera mexicana era predominantemente negra, debido, al
menos en parte, a que el gobierno era reacio a autorizar el empleo de indios en una
ocupación tan ardua.

En las prósperas provincias agrícolas de México central, zonas donde la producción


estaba menos especializada, se dio un modelo diferente. Los hacendados mantuvieron
un equipo de mano de obra negra para colaborar durante todo el año, y durante las
temporadas álgidas del año contrataban trabajadores indios y mestizos temporeros
para ayudarles en el cultivo, la siembra y la recolección. El litoral de Perú ofrece otro
aspecto. Allí, tras haber diezmado la población indígena en el siglo xvi, el trabajo
esclavo determinaba prácticamente todas las ocupaciones agrícolas, sobre todo en la
producción de vino, azúcar y trigo, y en la horticultura de mercado. En el siglo xvii, el
virrey del Perú explicaba que no existía «otro servicio más que el de ellos [los
esclavos]», y así fue hasta el final del dominio colonial, aunque la importancia del

Historia de América 19
Tema 07 Historia América UNED 2010/2011

trabajo esclavo en México declinó a medida que avanzaba el siglo xviii. Se estimaba
que en 1793 México tenía sólo 10.000 esclavos, mientras que en 1812 Perú tenía 89.241.

En los siglos XVII y xviii, los esclavos negros jugaron un papel importante en la
producción de cacao en Venezuela y Quito, y destacaron en el cultivo de trigo, el
cuidado de ganado y la elaboración de vinos en las regiones argentinas de Tücumán,
Córdoba y Mendoza.En las economías de pastoreo de Uruguay y Paraguay, y en el
Chile triguero, los negros no constituían una cifra insignificante, aunque (a excepción
de Panamá), no ocurría lo mismo en las economías domésticas de América central.

4. Funcionalidad social de la esclavitud negra.

Parece que esta fue elevada, fundamentalmente en las ciudades.La esclavitud en


Hispanoamérica también era en gran medida una institución urbana. Entre las
familias con pretensiones de respetabilidad, la posesión de criados negros
proporcionaba cierta distinción social: mujeres para hacer la limpieza, cocinar, cuidar y
vigilar a los niños; hombres para atender el huerto, pulir los objetos de bronce, cepillar
los caballos y conducir el carruaje. En efecto, en algunas ocasiones los funcionarios
gubernamentales temieron la agitación esclava que se podía producir por el número
excesivo de sirvientes domésticos negros, a pesar de lo cual los mantuvieron a veces
más por ostentación que por utilidad.

Sin embargo, los esclavos urbanos no sólo eran útiles por una cuestión de prestigio.
Para beneficio de sus amos, los esclavos se convirtieron en vendedores de fruta y
quincallería; eran trabajadores no cualificados, por ejemplo acarreaban ladrillos, pero
no sabían cómo colocarlos; o eran trabajadores en los famosos talleres textiles (obrajes)
que salpicaban el paisaje allí donde se podía disponer de algodón o lana para el
vestuario. Si creemos en el testimonio de los observadores, a menudo las mujeres eran
obligadas a prostituirse, pagando una cuota fija de dinero a sus amos. Con suerte y,
por lo general, bajo asesoramiento español, los negros esclavos (y libres) se
convirtieron en artesanos especializados: hacían vestidos, zapatos, tejas, objetos de
hierro y muebles. Cualquiera que fuese su ocupación, está claro que los negros de las
ciudades formaban una parte esencial de la economía. Quizás al adaptarse a la vida
urbana con mayor facilidad que los indios, dependían de los trabajos que era necesario
hacer, pero que los hombres blancos despreciaban. Aunque la mención de Perú evoca
la imagen de una sociedad india, a mediados del siglo xvii, más de la mitad de la
población de Lima era negra y (entre otras cosas) la belleza de las iglesias que han
sobrevivido es en gran medida un tributo de su industria y su artesanía. Lima y
Ciudad de México contaban con las mayores concentraciones de negros del hemisferio
occidental. Y las cifras de otras ciudades y pueblos de la Hispanoamérica colonial, a
veces cómputos supuestamente precisos pero a menudo impresiones casuales de
sagaces observadores, indican grandes poblaciones negras.

4. Funcionalidad social de la esclavitud negra (sigue y acaba...)

Sería simplista presentar el esclavismo negro en las colonias españolas de América, o


en alguna otra parte, como una condición uniforme de servidumbre de trabajo manual,
pues muchos esclavos se convirtieron en sirvientes domésticos, artesanos, capataces,
pequeños comerciantes y tenderos. Otros dependieron de sus experiencias y atributos
culturales anteriores a la esclavitud en África. Los campesinos podrían haber quedado
como campesinos, pero algunas gentes de las ciudades y artesanos de África pudieron
aprovechar las oportunidades del Nuevo Mundo. La manumisión fue normal. Algunos

Historia de América 20
Tema 07 Historia América UNED 2010/2011

esclavos desempeñaron oficios remunerativos y acumularon el precio de su libertad.


Los amos liberaron esclavos por una amplia variedad de motivos, que iban desde la
vejez, sentimiento de culpabilidad y gratitud, hasta los que estaban relacionados con
períodos difíciles. En épocas de tensión económica, los propietarios esclavistas los
liberaban, deshaciéndose de ellos literalmente, en lugar de alimentarlos y vestirlos. Los
amos sin ningún tipo de escrúpulo, algunas veces daban la libertad a la gente mayor o
a los enfermos.

Los libertos, en la América española, se añadieron a los grandes grupos de castas


amorfas, que no eran ni esclavos ni exactamente libres. Éstos fueron especialmente
importantes en las islas del Caribe durante el siglo XVIII, creando las bases de lo que
podría ser descrito como un estrato articulador de las sociedades locales. Ellos fueron
corredores, artesanos, comerciantes locales, transportistas de mercancías y
abastecedores de artículos y servicios menospreciados por las élites blancas, por otra
parte, no permitidos a la mayoría de esclavos. De este grupo, a fines del siglo xviii
surgieron los líderes de la rebelión haitiana: Toussaint L'Ouverture y Henry
Cristophe, Alexander Pétion y Jean-Pierre Boyer.'

A principios del siglo xix, en las batallas por la independencia de Hispanoamérica,


los esclavos eran, en general, meros reclutas, luchando por los realistas o por los
llamados patriotas con más o menos la misma falta de entusiasmo, probablemente
movidos por las promesas de libertad a cambio de lealtad. Aunque estaba predispuesto
hacia la emancipación de los esclavos, hacia el fin de su vida, Bolívar escribió con
horror sobre la «enemistad natural de los colores» y temió el día «en que la gente de
color se alzase y pusiera fin a todo». A medida que el dominio español se derrumbaba,
la esclavitud negra era abolida en zonas como Argentina y Chile, donde nunca había
gozado de una vital importancia, y en América Central y México, donde la población
india y mestiza había sido durante mucho tiempo privada de su lugar y su función
económica. En las naciones recién independizadas, como Venezuela y Perú, donde la
esclavitud estaba fuertemente arraigada, la emancipación de los negros encontró más
resistencia y no se consiguió hasta mediados del siglo XIX, cuando la esclavitud
africana en la Hispanoamérica continental dejó de existir.

Historia de América 21
Tema 07 Historia América UNED 2010/2011

¿Se puede hablar de “genocidio” en lo relativo a la


contracción de la población indígena tras la conquista
europea?
La Real Academia Española de la Lengua define genocidio como "exterminio o eliminación
sistemática de un grupo social por motivo de raza, de etnia, de religión, de política o de
nacionalidad" .

Mi primera respuesta a la pregunta ha sido No, porque no estimo que de forma consciente tanto
conquistadores como colonos actuaran de forma sistemática para exterminar a los indígenas.
No existía, de forma general, ningún motivo, ninguna idea premeditada que llevara a los
españoles a acabar con los indígenas. Pero, el que sus actuaciones no hubieran sido de forma
consciente no implica que sus hechos no provocaran una drástica disminución de la población
americana desde su llegada a las Indias. Se podría hablar de genocidio inconsciente, porque es
innegable que los españoles, egoístamente, necesitaban de los indios y no es probable que
conscientemente procuraran su exterminio. Exterminio, por otra parte, que se produjo al menos
respecto a los indígenas de las islas del Caribe, donde las estimaciones suponen 1.000.000 de
indígenas en 1492 de los que únicamente quedaban en 1520, 16.000. Una brusquísima pérdida
poblacional que no creo buscada por los invasores europeos ni explicarse por una actuación
genocida consciente por parte de conquistadores y colonos.

Estando claro que hubo una contracción demográfica indígena tras la conquista europea, sería
importante poder cuantificar esa contracción demográfica para una vez conocido el dato poder
establecer qué porcentaje de esa disminución es achacable a cada uno de los diferentes motivos
por los que esa disminución se produjo.

Para ello es indispensable establecer dos parámetros: uno, el de número de habitantes de las
tierras americanas antes de 1492; y otro, el número de indígenas en esas tierras años después de
la conquista.

Establecer el segundo parámetro no es difícil porque existen métodos para conocer con
exactitud el tamaño de la población local. Los primeros registros son los transmitidos por
algunos clérigos y colonizadores y pronto, la corona, necesitó por razones fiscales un censo de
sus súbditos americanos. Mediante esos censos se han obtenido cifras que van entre los 5 a 10
millones de habitantes indígenas para mediados del siglo XVII.

Establecer el primer parámetro es más difícil y, al carecer de documentos escritos, únicamente


puede realizarse con estimaciones. Estimaciones que serán distintas según se quiera, más o
menos, responsabilizar a la conquista de la caída poblacional.

Si se quiere llegar a la conclusión de que la llegada de los europeos no tuvo grandes


consecuencias sobre las sociedades indígenas, barajaremos cifras pequeñas. Es la versión de la
llamada Leyenda Rosa de la conquista, donde se ofrecen cifras para antes de 1492 de 13,3
millones y para 1650 de 10 millones, una merma, por tanto, de la población original del 25 % en
siglo y medio (Rosenblat).

Si, por otro lado, se quieren cargar las tintas sobre la destrucción y aniquilación llevada a cabo
por los europeos se deben ofrecer cifras mayores para la población indígena previa al
descubrimiento. La llamada Leyenda Negra ofrece esta versión. Cifras de entre 90 y 112
millones para el primer parámetro y de entre 5 y 10 millones para el segundo; de donde se
concluye una merma del 90-95 % de la población original (Borah y Cook).

Existe, además, una tercera corriente, llamémosla alcista moderada, representada por Sapper o
Donovan cuyas estimaciones ofrecen un total de población previo a la conquista de entre 40 a 60
millones de habitantes lo que daría lugar a una merma de alrededor del 75 %.
Aunque tengamos en cuenta cualquiera de las tres corrientes, es evidente que la conquista

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significó para los indígenas una general, marcada y mantenida tendencia a la baja de sus
efectivos humanos. ¿Cuáles fueron las causas? Muy diversas, muy interrelacionadas entre sí y
coincidentes en espacio y en tiempo. Citémoslas de corrido: Guerras de conquista, Epidemias,
Desorganización político-social y la consiguiente fractura psicológica, Malos tratos por trabajos
forzosos y exigencia de tributación, Migraciones, etc.

Debemos tener en cuenta también que no todo el territorio se vio afectado con la misma
intensidad. Las zonas de mayor impacto coinciden con las áreas más pobladas, de mayor
incidencia conquistadora y, aún en estas zonas, suele haber mayor descenso de población en
áreas litorales que en las serranas. En las áreas de costa baja, húmedas y calientes, con
condiciones semejantes a las caribeñas las pérdidas fueron dramáticas. En La Española, además
de intensísima, la caída poblacional fue muy precoz, tanto, que ya en época temprana fue
necesaria la introducción de mano de obra esclava negra africana para mantener la producción.
Las áreas periféricas, con menor contacto europeo, sufrieron, en cambio, menor regresión
poblacional. En las planicies o serranías de los extremos N y S, es decir, en el Méjico
septentrional y la Pampa o la Patagonia, vagaban indios dispersos que permanecieron largo
tiempo fuera del área de la dominación efectivas y por ende, padecieron menos sus
consecuencias en el orden demográfico.

Actualmente se considera que, sin desdeñar la influencia en la contracción demográfica de las


guerras de conquista y los malos tratos, otros dos factores actuaron más profunda y
permanentemente sobre la sociedad indígena: uno externo, el contagio de enfermedades
transmitidas por los europeos y otro interno, la fractura cultural y existencial que experimentó
el mundo indígena. Ambos, muy relacionados entre sí.

 Factor epidemiológico:

Los americanos carecían dentro de su organismo de las respuestas necesarias frente a las nuevas
enfermedades llegadas de Europa: viruela, gripe, sarampión, fiebre amarilla, tifus, parotiditis,
difteria. Además, añadidas, las crisis de subsistencia y la desmoralización provocadas por la
modificación de sus modos de vida, alimentación y trabajo de los indígenas tras la conquista
hicieron que el impacto de esas nuevas enfermedades fuera mayor. Y por si esto fuera poco,
como las epidemias se repitieron en intervalos cortos de tiempo, afectaron con más intensidad a
poblaciones ya debilitadas.

La primera epidemia fue originada por la gripe y se inició en La Española después del segundo
viaje de Colón, 1494 y casi termina con los arawaks, los nativos de la isla. De ahí se extendió al
resto de las Antillas mayores.

En 1519, la viruela afectó a La Española, a México durante el cerco de Cortés a Tenochtitlan y de


ahí paso a América Central. Se vincula esta epidemia al brote de viruela que llegó a Perú en
1524 y que quizá fuera la causa de la muerte del Inca Huayna Capac, padre de Atahualpa y
Huáscar.
Se estima que los niveles de mortandad originados por las distintas epidemias varía entre el 35
% de la primera pandemia de viruela de 1519 y el 10% de las pandemias de sarampión y tifus
de principios del siglo XVII.

 El Desmoronamiento del mundo indígena

La población indígena vivió el trauma de la conquista como el fin de su mundo, como la


destrucción de sus sistemas religioso, simbólico y moral, provocándose un desmoronamiento
de su concepción del mundo y de la vida, de sus sistemas de valores y creencias. Sus dioses les
habían abandonado al permitir que todo se desmoronara. Desmoronamiento, brusco e
imprevisto, que originó como respuesta una auténtica frustración colectiva, un retraimiento
ante la existencia y cierta desgana vital manifestada en forma de desarraigo, de huida, de
aborrecimiento, de desesperación, de autodestrucción y de muerte, llegando incluso hasta el

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suicidio.

Pero también se produjo un cambio radical de sus sistemas económicos al establecerse en el


territorio americano, además de las contribuciones tributarias, dos economías yuxtapuestas: una
indígena, de producción decreciente basada en la pequeña propiedad incapaz de responder a
sus necesidades y otra española de producción creciente basada en las grandes haciendas, con
los mejores suelos y con numerosa y barata mano de obra indígena. La introducción de nuevos
cultivos y nuevas especies animales no ayudó mucho tampoco. Tanto la suplantación del maíz
por el trigo como la proliferación de vacas y caballos y la consiguiente destrucción de
sementeras indígenas no ayudaron en nada a paliar el hambre. Únicamente el ganado menor
(cerdos y ovejas castellanas) se incorporó sin violencia a la economía indígena.
También participó en el desmoronamiento del mundo indígena la política poblacionista de la
corona y las consiguientes migraciones forzosas que respondían a la necesidad española de
concentrar a la población indígena para favorecer la conversión y evangelización, protegerla de
la explotación de los encomenderos y aprovechar la decreciente mano de obra. Para ello, los
indios fueron concentrados en reducciones y congregaciones. Incluso, en algunos casos, se
llegaron a destruir los viejos poblados para que el traslado fuera definitivo (virrey Toledo en
Perú).

Asimismo, el desarraigo indígena se vio favorecido por los desplazamientos forzosos por
motivos de trabajo, como la encomienda de servicio o la mita en el Perú.

Debemos reseñar que la situación económica y social derivada de la conquista y colonización


contribuyó en gran medida a la pérdida poblacional por favorecer la propagación de las
epidemias ya comentadas en el punto anterior.

He dejado para el final los otros dos factores apuntados también como causas de contracción
demográfica más polémicos:

 Guerras de conquista y Política de malos tratos y excesivas cargas laborales y


fiscales.

Es evidente que la conquista fue una guerra de invasión en la que hubo batallas con ejércitos
numerosos en las que murió mucha gente. Pero, si hacia 1550 la etapa de las grandes conquistas
ya había terminado, ¿por qué el declive poblacional se mantuvo durante 100 años más? Si
consideramos que se estima que un grupo humano compensa sus bajas de guerra en
aproximadamente una generación debemos llegar a la conclusión de que aunque, por supuesto,
las guerras de conquista influyeron en la contracción demográfica, esta influencia debe ser
temprana, de corta duración y no tanta numéricamente como para ser el único factor causante
del derrumbe demográfico.

Más importancia a lo largo del tiempo y con connotaciones que nos llevarían a interrelacionar
este factor con el del desmoronamiento del mundo indígena, debió de ser la continuada política
de malos tratos y las exigencias laborales y fiscales sufridas por la población indígena a manos
de los conquistadores. Exigencias que debieron ser más brutales que las impuestas a muchos
pueblos americanos por sus conquistadores aztecas e incas: esclavitud, trabajos forzados y
exigencias tributarias.

Resumiendo:

 Existe una innegable contracción demográfica en los territorios americanos tras la


llegada de los europeos debida a la interrelación de cuatro factores fundamentales
coincidentes en el espacio y en el tiempo.

Ninguno de ellos, por sí solo, es capaz de explicar el declive poblacional.
Actualmente se consideran más responsables de ese declive el contagio de nuevas
enfermedades y la desestructuración del mundo indígena que las guerras de conquista.

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No puede atribuirse del todo a los conquistadores una acción deliberada que condujera
a esa disminución de la población indígena.

De ahí mi conclusión al calificar el resultado de la conquista y colonización americana por los


españoles de genocidio inconsciente, ya que, creo, falta la necesaria intención de destruir para
poder definir ese resultado como genocidio a secas.

En su artículo II, el Convenio para la prevención y la sanción del delito de genocidio, aprobado por la
Asamblea General de las Naciones Unidas el 9 de diciembre de 1948, entiende por genocidio cualquiera de
los actos mencionados a continuación, perpetrados con la intención de destruir total o parcialmente, a un
grupo nacional, étnico, racial o religioso:

- Matanza de miembros del grupo


- Lesión grave a la integridad física o mental de los miembros del grupo.
- Sometimiento intencional del grupo a condiciones de existencia que hayan de acarrear su destrucción
física, total o parcial.
- Medidas destinadas a impedir los nacimientos en el seno de grupo.
- Traslado por fuerza de niños del grupo a otro grupo.

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