Вы находитесь на странице: 1из 6

ANTECEDENTES

El término Síndrome de Down se tomó del Dr. John Langdon Down, quien describió por vez primera esta condición
en 1866. No fue sino hasta 1959 en que se descubrió la anormalidad cromosómica asociada a este síndrome. El Dr.
Jerome Lejuene encontró que niños con este tipo de l síndrome, poseían material genético adicional en sus células,
usualmente un cromosoma extra. En vez de tener 46 cromosomas en cada célula, las personas con el síndrome
tienen 47 cromosomas con uno adicional asociado al par 21. El término Trisomia 21 es utilizado, por esto para
describir esta configuración de tres cromosomas No.21. Cerca del 95 % de estas personas. En la trisomia 21, el
cromosoma extra proviene usualmente del óvulo, pero se piensa que proviene de la esperma en un 20% de los
casos. Se piensa que en la división celular del óvulo o de la esperma, los dos cromosomas 21 no se separan
apropiadamente y una célula tendrá posteriormente un extra cromosoma 21, dando lugar a esta. Se desconoce la
causa por la que ocurre esa división anormal de la célula. Factores como las infecciones virales, anormalidades
hormonales, rayos x, y algunas drogas, son investigados como posibles factores causantes. Un número pequeño de
casos tienen un origen genético; esto puede ser determinado a través de asesoramiento genético.
El Síndrome de Down (SD) o trisomía 21 es la alteración cromosómica más frecuente observada en la especie
humana, y quizá sea el padecimiento más antiguo relacionado con la discapacidad intelectual, así como la causa
genética más común de minusvalidez vinculada con el desarrollo del hombre.

.Dr. John Langdon Hayden


Down (1828-1896). Fue el primero
en describir el síndrome como entidad
nosológica en 1866. (Tomada de
las Memorias del Programa del Segundo
Simposium Internacional sobre
SD, Fundación John Langdon
Down, A.C. 1997).

En años pasados solo existían investigaciones que se interesaban en los niños que presentaban problemas
genéticos y con discapacidad intelectual, donde La alta prevalencia de infecciones y mal nutrición opacaban a otras
entidades patológicas. Era muy elevada la mortalidad que predominaba a mediados del siglo XIX, ya que sólo
sobrevivía el 58% de las madres que habían alcanzado los 35 años, así como también la frecuente mortalidad de
muchos niños que verdaderamente habían nacido con Síndrome de Down (SD) y los cuales probablemente fallecían
durante los primeros meses de vida. La primera descripción de un niño que presumiblemente tenía SD, según
Séguin ,describió a un paciente con rasgos sugestivos del síndrome, designando a este padecimiento como idiocia
furfurácea o cretinismo. Scheerenberger relata que Duncan en 1866 describió textualmente el siguiente caso: “una
niña de pequeña cabeza, redondeada, con ojos achinados que dejaba colgar la lengua y sólo sabía decir unas
cuantas palabras”. En el mismo año, el médico inglés John Langdon Down siendo el director del Asilo para
Retrasados Mentales de Earlswood en Surrey, Inglaterra, estudió a sus pacientes minuciosamente, midió todos los
diámetros de sus cabezas, tomó fotografías y analizó todos los datos.
Es así como publicó en London Hospital Reports, un artículo de tres y media páginas en las que presentaba una
descripción minuciosa de un grupo de pacientes con discapacidad intelectual que mostraban características físicas
muy semejantes.
En el reporte clínico titulado: Observaciones en un grupo étnico de idiotas., describió las características faciales, la
coordinación neuromuscular anormal, las dificultades que enfrentaban con el lenguaje oral, así como la asombrosa
facilidad que tenían los pacientes para imitar las actitudes de los médicos, además de su gran sentido del humor. Al
igual que muchos otros investigadores contemporáneos de la mitad del siglo XIX, Down se vio influenciado por el
libro de Charles Darwin: .El origen de las especies .. De acuerdo con la teoría de Darwin, Down creyó que la entidad
que hoy se conoce como SD era un retroceso hacía un tipo racial más primitivo, una forma de regresión al estado
primario del hombre. Se impresionó por el aspecto oriental de los ojos y pensó que sus pacientes parecían
mongoles, personas nómadas procedentes de la región central del reino de Mongolia y que él consideraba como una
raza primitiva y poco evolucionada. de ahí surge el término .idiocia mongólica o mongolismo., clasificándola en
diversos tipos de idiocia mongólica, tales como etíope, malayo e indioamericano.
Asimismo, consideró en un principio que ciertas enfermedades en los padres podían originar este síndrome y
mencionó en reportes posteriores que la tuberculosis, durante el embarazo podía romper la .barrera de las razas y
ocasionar que padres europeos tuvieran hijos orientales. Por todo lo anteriormente expuesto, debe otorgarse a Down
el crédito de describir magistralmente algunos de los rasgos característicos de esta entidad nosológica, con la que
diferenciaba a estos niños de otros con discapacidad intelectual, muy en particular de los que cursaban con
cretinismo (malformación tiroidea congénita). Por lo tanto, la mayor contribución que aportó el científico, fue el
reconocimiento de las características físicas y la descripción del SD como una entidad diferente e independiente;
aunque la clasificación étnica de los niños con este síndrome está actualmente descartada por la ciencia, no deja de
reconocerse el progreso que significó, en su tiempo, el hecho de que él buscaba una explicación natural y no
teológica para las anomalías congénitas. Sin embargo, en estos estudios nunca estableció científicamente las
causas o factores que provocaban esta entidad.
Es así que durante casi un siglo se consideró al SD como una forma de regresión en la evolución del hombre hacia
.un tipo filogenético más primitivo o bien la representación de una interrupción del desarrollo en alguna etapa de la
evolución. En el libro The Mongol in our midst. Publicado en Gran Bretaña alrededor de 1924 por Crooshank, como
lo refieren Cunningham17 y Slater y Cowie, se argumentaba que la condición de estos pacientes con idiocia
mongólica se debía a un atavismo, sugiriendo que las personas afectadas por el síndrome descendían de
antecesores de raza mongólica y que los signos que mostraban indicaban una regresión hacía el orangután.
La primera comunicación médica sobre el SD se presentó en un congreso efectuado en Edimburgo en 1876. En ella,
refiere Bearn que Fraser y Mitchell hicieron mención sobre la vida corta de los portadores del SD, la marcada
tendencia a presentar braquicefalia y la influencia del orden de nacimiento, ya que los niños con SD eran los últimos
hijos en nacer. Mitchell denominó a esta entidad como idiocia calmuca. Como lo describe Armendares, en 1909
Shuttleworth realizó un estudio etiológico de 350 casos, en el cual hizo énfasis sobre la edad materna durante la
gestación como factor de riesgo para que se manifestara el SD, así como en el hecho de que en familias numerosas,
los portadores del síndrome eran casos, en el cual hizo énfasis sobre la edad materna durante la gestación como
factor de riesgo para que se manifestara el SD, así como en el hecho de que en familias numerosas, los portadores
del síndrome eran con frecuencia los hijos de madres en la proximidad del climaterio. El mismo autor negó la
participación de la sífilis como factor etiológico del síndrome y concluyó que el trastorno obedecía a una disminución
de la capacidad reproductora. La expresión utilizada por Shuttleworth para describir el SD fue la de .niño no
terminado o incompleto.
No obstante, poco se comentaba acerca de la probable etiología como refiere Carnevale, no es sino hasta 1932
cuando Waardenburg sugirió que la causa probable residía en un reparto anormal de los cromosomas. Nora
menciona que esta anomalía no pudo ser demostrada sino hasta 1956 cuando Tjio y Levan establecieron que el
número de cromosomas que se encuentra en el ser humano, en condiciones normales, es de 46. Según lo cita
Vilchis-Huerta, en 1959 Lejeune, Gautrier y Turpin descubrieron que los pacientes con SD tenían 47 cromosomas en
lugar de 46. Esto se determinó mediante el análisis del cariotipo de niños con SD en fibroblastos humanos cultivados
y se estableció así el origen genético. Poco tiempo después se identificó que el cromosoma adicional, pequeño y
acrocéntrico, correspondía al par 21, ubicado en el grupo .G., según la clasificación del cariotipo humano de Denver.
A mediados de la década de los cincuenta fue posible el diagnóstico prenatal, entre las 14 y 17 semanas de
gestación, mediante la técnica de amniocentesis. En 1961, un grupo de científicos, entre los cuales se encontraba un
familiar de Langdon Down, decidió cambiar los términos de mongol, mongólico y mongolismo por el de síndrome de
Down, ya que los vocablos utilizados en tal forma eran molestos, ofensivos y peyorativos debido a la implicación
racial y la connotación étnica. Además, el uso de esta terminología podía comprometer la posibilidad de aceptación
social de estos niños. Otra designación para este síndrome fue propuesta por Lejeune quién recomendó el de
síndrome de trisomía 21. La última fue realizada por Yunis y Hoock, como síndrome de Trisomía G-1.
Existe la gran interrogante de cuando apareció el SD, ya que no se sabe si, desde el inicio de la civilización, la
humanidad es portadora del síndrome o bien si surgió en épocas más recientes. Como Pueschel lo refiere, el dato
antropológico más antiguo que se conoce del SD tiene su origen en el hallazgo de un cráneo sajón que se remonta
al siglo VII D.C. En él se observan alteraciones en la estructura ósea, idénticas a las que suelen presentar las
personas con SD. De igual forma, el mismo autor señala que en el pasado existieron posibles representaciones
esculturales de esta alteración, tal es el caso de las figurillas de barro y de las colosales cabezas realizadas en
piedra, pertenecientes a la cultura olmeca, que datan de hace aproximadamente 3,000 años; sin embargo, no hay
datos suficientes que apoyen esta hipótesis.
A pesar de todas estas conjeturas, antes del siglo XIX no se publicaron informes bien documentados sobre esta
entidad, probablemente porque se disponía de escasas publicaciones médicas. En aquel tiempo eran pocas o nulas.

RESUMEN

El síndrome de Down es una enfermedad genética resultante de la trisomía del par 21 por la no
disyunción meiótica, mitótica o una translocación desequilibrada de dicho par, que se presenta con una
frecuencia de 1 en 800.000 habitantes, incrementándose con la edad materna.

Los signos clínicos generales que caracterizan a este cuadro son: deficiencia mental, braquicefalia,
eritema facial continuo, microtia, manchas de Brushfield, anomalías cardiacas congénitas, displasia de
la segunda falange del quinto dedo, manos pequeñas, facies mongólica, hipotonía, además de retraso
en el desarrollo físico y psíquico. Sin embargo, la presencia de retraso mental en estos pacientes puede
ser variable, encontrándose afecciones leves que permiten a estos pacientes realizar labores cotidianas
con mucha facilidad.

No existe tratamiento para el síndrome de Down, por lo que las medidas de rehabilitación mediante
técnicas especiales fisioterapéuticas, fonoaudiológicas y psicotécnicas juegan un papel importante, en
pacientes con compromiso mental severo,permitiéndoles en la mayoría de las veces una adecuada
reinserción social.
Trisomía
Esquema del genoma tras una mutación, en este caso una trisomía del cromosoma 21.

En genética, una trisomía es la existencia de un cromosoma extra en un organismo diploide: en vez de un par
homólogo de cromosomas es un triplete (2n + 1 cromosomas).
Los efectos de las trisomías van en paralelo a los de las monosomías. La adición de un cromosoma extra da
lugar a individuos algo más viables que en el caso de la pérdida de un cromosoma. La variación de los
cromosomas sexuales del tipo trisomía tiene un efecto menos grave en el fenotipo que las variaciones
autosómicas. En la especie humana, la adición de un cromosoma extra X o Y a una mujer o un varón da lugar a
individuos viables que presentan diversos síndromes (como el síndrome de Klinefelter, el síndrome del triple X o
el síndrome del XYY). La adición de un autosoma grande a la dotación diploide tiene graves efectos y
normalmente es letal durante su desarrollo.
Tanto en vegetales como en animales, las trisomías se pueden detectar mediante observación citológica de la
división meiótica. Ya que hay tres copias de uno de los cromosomas, las configuraciones de apareamiento son
normalmente irregulares. En una región dada a lo largo del cromosoma sólo dos de los tres homólogos pueden
establecer sinapsis, aunque regiones diferentes del trío pueden estar apareadas. Cuando están en sinapsis tres
copias de un cromosoma, la configuración se denomina trivalente. En algunos casos, en lugar de un trivalente
se puede encontrar un bivalente y un univalente (un cromosoma no emparejado) en la primera división meiótica.
Así, la meiosis produce gametos con una composición cromosómica de (n + 1), que puede perpetuar la
situación trisómica.

Índice
[ocultar]

 1Síndrome de Down
 2Síndrome de Patau
 3Síndrome de Edwards
 4Viabilidad de las aneuploidías en la especie humana
 5Referencias

Síndrome de Down[editar]
La única trisomía autosómica de la especie humana de la que sobrevive un número significativo de individuos
más allá del año después del nacimiento fue descubierta por John Langdon Haydon Down en 1866.1 El
síndrome es consecuencia de la trisomía del cromosoma 21, perteneciente al grupo G de los grupos
cromosómicos del cariotipo humano, y se llama síndrome de Down (o «trisomía del 21»).
Las personas con esta condición presentan estatura baja, cabeza redondeada, frente alta y aplanada, y lengua
y labios secos y fisurados. Presentan epicanto, pliegue de piel en la esquina interna de los ojos. Las palmas de
las manos muestran un único pliegue transversal, y las plantas de los pies presentan un pliegue desde el talón
hasta el primer espacio interdigital (entre los dos primeros dedos). En muchos casos padecen cardiopatías
congénitas y tienden a desarrollar leucemia.2 El cociente de inteligencia varía desde 20 hasta 60 pero bajo un
programa de intervención y de estimulación temprana estos individuos pueden alcanzar un desarrollo cognitivo
significativo.
La incidencia global del síndrome de Down se aproxima a 1 de cada 700 nacimientos, pero el riesgo varía de
acuerdo con la edad de la madre. La incidencia en madres de 25 años es de 1 cada 1250 nacidos vivos; en
madres de 30 años es de 1 por 1000; en madres de 35 años es de 1 por 400; en madres de 40 años es de 1
por 100; en madres de 45 años es de 1 por 30.34 Para detectar la anormalidad cromosómica durante el periodo
prenatal se pueden emplear la amniocentesis y la biopsia de vellosidades coriónicas. Algunas alteraciones
sanguíneas maternas pueden sugerir la gestación de un hijo con síndrome de Down: niveles bajos de alfa-
fetoproteína y niveles anormales de estriol no conjugado y gonadotropina coriónica humana.
La anomalía cromosómica causante de la mayoría de los casos de síndrome de Down (95 %) es la trisomía 21
libre, la cual presenta tres copias de este cromosoma. Por tanto, los pacientes presentan 47 cromosomas en
vez de 46 (cifra normal del genoma humano) en todas sus células. Esta anomalía es consecuencia de la falla
en la separación de los cromosomas durante la división celular. En un tipo menos frecuente de síndrome de
Down, producido por translocación, parte del material genético de uno de los cromosomas 21 se queda
adherido a otro cromosoma (generalmente el 14). En otro tipo de síndrome de Down menos frecuente, los
individuos presentan alteraciones cromosómicas solo en algunas células de su organismo, no en todas; en este
caso se dice que presentan mosaicismo.

Síndrome de Patau[editar]
Klaus Patau y sus colaboradores (1960) observaron un niño con graves malformaciones del desarrollo y un
cariotipo de 47 cromosomas.5 El cromosoma extra tenía un tamaño medio, uno de los acrocéntricos del grupo
D, que ahora se denomina cromosoma 13. La trisomía del 13, que se denomina síndrome de Patau (47, +13).
Los niños tienen una característica fisura labio-palatina y polidactilia. Las autopsias han revelado
malformaciones congénitas en muchos sistemas orgánicos, indicativas del desarrollo anormal que se produce a
las cinco o seis semanas de gestación. El promedio de supervivencia de estos niños es de unos tres meses. La
edad promedio de los padres de niños afectados es mayor que la de los padres de los niños normales, pero no
es tan alta como la edad promedio materna en los casos del síndrome de Down. Este caso sólo ocurre en 1 de
cada 19 000 nacimientos.

Síndrome de Edwards[editar]
John H. Edwards y sus colaboradores publicaron en 1960 el caso de un niño trisómico para un cromosoma del
grupo E,6 que ahora se sabe es el cromosoma 18. Esta trisomía (47, +18) actualmente se denomina síndrome
de Edwards en reconocimiento a su descubridor.
El fenotipo de estos niños ilustra que la presencia de un autosoma extra produce malformaciones congénitas y
una menor esperanza de vida. Estos niños son más pequeños de lo normal. Sus cráneos están alargados
según el eje antero-posterior y sus orejas son deformes y situadas más bajo de lo normal, presentan el cuello
ancho, dislocación congénita de la cadera y el mentón deprimido. El promedio de supervivencia es menos de
cuatro meses. La muerte se produce normalmente por neumonía o fallo cardíaco. La edad media materna es
alta, los bebés con el síndrome de Edwards son preponderantemente mujeres.

Viabilidad de las aneuploidías en la especie humana[editar]


La viabilidad reducida de los individuos diagnosticados con monosomías y trisomías sugiere que podrían
aparecer muchas otras aneuploidías, pero los fetos afectados no llegan a término en la mayoría de los casos.
Los gametos que carecen de un cromosoma son tan anormales funcionalmente que o bien no participan en la
fecundación o bien los embriones monosómicos mueren tan tempranamente que su recuperación es muy poco
frecuente. Ciertos estudios revelaban algunos datos estadísticos llamativos[cita requerida]. En la especie humana se
estimó que entre el 15% y el 20% de todas las concepciones terminan con abortos debido alguna forma de
anomalía cromosómica. Por ejemplo, se estima que un 1% de los embarazos se producen trisomías en el 16,
no llegando a ser viables en su mayoría los individuos que la portan.7Un 6% de todos los embarazos se inician
con un número anormal de cromosomas. Muchos de estos terminan antes del nacimiento. Se estima ahora que
entre el 10% y el 30% de todos los óvulos fecundados tiene algún error en el número de cromosomas[cita requerida].
El mayor porcentaje de anomalías cromosómicas son aneuploidías. Una aneuploidía con una de las incidencias
más altas entre abortos es la situación 45, x, que da lugar a niñas con el síndrome de Turner si el feto
sobrevive. Entre el 70 % y el 80 % de los abortos y de los nacidos vivos con el síndrome de Turner llevan el
cromosoma X materno.[cita requerida]El error meiótico que da lugar a este síndrome se produce en
la espermatogénesis.
Estas observaciones apoyan la hipótesis de que el desarrollo embrionario normal requiere un dotación exacta
de cromosomas, que mantienen un delicado equilibrio de la expresión de la información genética. La mortalidad
prenatal de la mayoría de las aneuploidías es una barrera contra la introducción en las poblaciones humanas de
una serie de anomalías cromosómicas.

Вам также может понравиться