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TRABAJO DE HISTORIA DEL DERECHO

PREGUNTAS

1) Explique y desarrolle como influye el cristianismo en el derecho romano en cuanto a la


esclavitud
2) Explique y desarrolle como influye el cristianismo en el derecho romano en cuanto al
matrimonio, divorcio y segundas nupcias
3) Explique y desarrolle como influye el cristianismo en el derecho romano en cuanto a la
patria potestad
4) Explique y desarrolle como influye el cristianismo en el derecho romano en cuanto a la
condición jurídica de la mujer

DESARROLLO

1) Esclavitud

El cristianismo tuvo una gran influencia en la legislación de la esclavitud romana, a la que


poco a poco se fue humanizando y también se fue limitando el poder de los amos en los
esclavos, en un principio no había legislación que protegiera al esclavo, los amos podían
decidir libremente sobre los tratos de vida del esclavo.
Se hicieron grandes reformas sobre estos temas en la constitución del año 312 establecida
por Constantino, reformas como la prohibición de la muerte voluntaria al esclavo y los
abusos, se cambiaron también las medidas de Augusto que limitaban la libertad de los
esclavos como la prohibición de hacer manumisiones por testamentos y que al momento
en que estos eran libres, no llegaban a la ciudadanía romana y tenía una libertad limitada
(esto era que Augusto no quería que las legiones se mezclaran con sangre que no fuera
puramente romana)
Constantino concedió la ciudadanía a todos los esclavos que salían libres, pero la
manumisión por testamento se abolió recién con Justiniano y dio total igualdad entre los
ciudadanos que habían sido esclavos, como los que tenían ese origen, sin embargo, la
esclavitud no se abolió hasta muy adelante, recordemos que el derecho indiano de España
que se aplicó en América, todavía se utilizaban esclavos como mano de obra.
2) MATRIMONIO

El matrimonio era el menos solemne de los contratos en el cristianismo, éste se


perfeccionaba con el consentimiento y no necesitaba ninguna ceremonia religiosa ni civil
para su validez, la comunidad aparente de habitación y la posesión del estado, era una
prueba suficiente para su existencia.
Augusto hizo dar a las famosas leyes de Julia Y Papia Poppea, destinadas a alentar el
matrimonio y castigar el celibato (soltería), estas leyes fueron el fruto de un gran sistema
de regeneración de Italia y figuraron de un modo muy importante del derecho romano
hasta Constantino que las alteró por razones tomadas por la política cristiana.
El objetivo de estas leyes fue honrar y favorecer el matrimonio.
Para conseguirlo Augusto se dedicó a conceder prerrogativas al hombre casado: Mayores
prerrogativas al hombre casado que tuviese 2 hijos y mayores aun quien tuviera 3 hijos

El que tenía 3 hijos en Roma, 4 en Italia y 5 en provincias, están exentos de carga personal.
Las leyes decimales consistían en que el esposo podía donarse entre sí la totalidad de sus
bienes si tenían 3 hijos unos de otros, si no los tenían podían recibir la décima parte de la
sucesión a causa del matrimonio (matrimonio nomine), si los hijos eran de otro
matrimonio podían donarse tantas decimas como hijos.

Augusto para desalentar el celibato no podían recibir nada por el testamento de los
extraños y los que tuviesen casados y no tuvieran hijos no recibían si no la mitad de la
disposición y las partes caducas iban a beneficio del fisco.
En fin, el matrimonio consistía en una especulación del tráfico, se casaban y tenían hijos
no para tener herederos sino para tener herencias.

El cristianismo encontró el matrimonio tan degradado por la avaricia, reposando


tranquilamente sobre la base del interés.

El cristianismo según sus principios, el matrimonio es el resultado de una votación libre, la


unión del hombre y la mujer se purifica con el fuego de la gracia, por la asistencia del
espíritu divino y se eleva al cielo por su dignidad.

Las leyes de Augusto debían ser sacrificadas, su derogación debería ser necesaria para la
regeneración del matrimonio.

Constantino suprimió las penas contra los celibatos, sustituyó el sistema pagano, fundado
en el interés pecuniario, el sistema cristiano y verdaderamente moral de libertad de
matrimonio, Constantino recibió doble resultados, por una parte, daba satisfacción a la
vida solitaria y mortificada y por otra parte purificaba la causa misma del matrimonio.
Al volver la libertad Constantino le colocaba bajo el sello de vocación divina.
Constantino por temor a las caricias conyugales no tocó a las leyes decimarías que
regulaban la extensión de las donaciones entre los esposos por número de hijos, Teodosio
el joven las derogó y dejó al efecto de los cónyuges su independencia convencido de
mejorar el matrimonio.

SEGUNDAS NUPCIAS

Las segundas nupcias Augusto las protegió conservando, sin embargo, los reglamentos
que castigaban con la infamia a la mujer que contraía nuevos lazos dentro de los 10 meses
de su luto, pero el cristianismo no había condenado las segundas nupcias, no obstante, las
dudas aparecieron entre espíritus rígidos conocido por el nombre CATHAROS o PUROS,
que miraban como excomulgado que pasaban al segundo matrimonio.

Los puros fueron desterrados de la iglesia y mirados como herejes y los más grandes
doctores como San Agustín proclamaron la legitimidad de las 2º, 3º, 4º y 5º nupcias.
Los que se volverían a casar se les miraba como débiles, aunque exento de pecado y su
ardor se templaba con penitencias públicas, así se desvaneció el pensamiento político que
Augusto trasmitió a sus seguidores y que éstos guardaron severamente para el bien del
imperio. El antiguo espíritu declinaba otras tendencias que iban a rejuvenecer en la
sociedad y abrir la ancha senda de una civilización más avanzada.
Las 2º nupcias no son proscritas, pero no serán tampoco un medio de hacer la corte al
emperador y de ganar sucesiones, cada uno es libre de seguir sus afecciones temporales o
religiosas convicciones.
Al sistema de Augusto fue multiplicar la familia y la conservación de la familia existente,
asegurándole su patrimonio y preservándole de las turbulencias que hacen nacer las
querellas de interés entre los deferentes tálamos (lecho que recibe los desposados).
Teodosio siguiendo los consejos de los obispos reunidos en el concilio de Constantinopla,
extendió hasta 1 año, el plazo dentro del cual le prohibía a la mujer volver a casarse y
confirmo la pena de infamia con que los edictos del pretor (magistrado romano),
castigaban la vida que no guardaba la religión de duelo (religión en luctus), pero la infamia
añadió una nueva pena, la mujer perdía cuanto podía haber obtenido de su primer
matrimonio no podía dar al segundo marido más que la tercera parte de los bienes, era
incapaz de heredar a un extraño, no podía suceder a sus propios parientes más allá del
tercer grado.
Teodosio decidió que la mujer que se volvería a casar, teniendo hijos del primer lecho,
perdía la propiedad de todas las donaciones y ventajas que había proporcionado el 1º
matrimonio, con cualquier título que fuese y que éstos bienes se aplicaban
irrevocablemente y con garantía hipotecaria a estos mismos hijos, salvo el usufructo de la
madre, más tarde, Teodosio II y Valentiniano II extendieron estas disposiciones al padre
que contraía nuevo enlace, y no fue decretada tan solo para el caso de muerte natural
ésta conversión de propiedad de usufructo. Justiniano quiso que tuviese lugar en el caso
de divorcio.
Era preciso prever el caso en que un viudo o viuda, teniendo hijos del primer matrimonio y
poseyendo bienes propios, se despojasen a favor de un segundo enlace, las leyes de
Augusto explotaron el interés privado para llegar a su fin.
Divorcio fue motivo de grande oposición entre el derecho romano y el cristianismo, en los
tiempos heroicos, cuando el poder del mando se extendía hasta el derecho de vida y
muerte sobre la esposa que estaban bajo la potestad del marido, la mujer no era
verdaderamente, sino una cosa que el marido tenía la propiedad, si no era permitido
venderla, era permitido por lo menos no solamente separase de ella por medio de
divorcio, sino lo que es más, cederla a un amigo o rival que codiciaba su mano, para dar un
colorido de su honestidad a este vergonzoso comercio, hizo una ficción extravagante
tomase prestados a la patria de potestad sus santas prerrogativas y supuso que el marido,
padre adoptado de la mujer disponía de su mano, como el padre que da a su hijo una dote
o un esposo.
Según los historiadores el divorcio, aunque permitido en roma, no comenzaría estar en
práctica hasta el año 533.
Como el marido ganaba la dote (conjunto de bienes y derechos aportado por la mujer)
cuando tenía lugar el divorcio por desarreglos de la mujer, sucedían a los que querían
hacer fortuna, tomaban por esposas a mujeres impúdicas con tal que tuvieran bienes a fin
de repudiarlas bajo protestos de sus es censos.
Por su parte, las mujeres viendo que no eran protegidas ni por su virtud, ni su cariño, se
entregaban sin reservas a los más espantosos desordenes, esto es la frecuencia del
divorcio conduce a la mujer al adulterio, se las veía entregarse las mismas licencias que los
hombres.
Augusto que se había aprovechado por sí mismo del divorcio, conocía como emperador la
necesidad de contenerlo dentro de lo justo límites y así lo asigno de ciertas formas
solemnes, estableció penas contra el esposo que daba lugar al divorcio, por malas
costumbres, la mujer perdía parte de su dote, el marido estaba obligado a entregarla todo
en un plazo perentorio cuando era el delincuente.
Las libertas que se había casado con sus patrones no tenían derecho a divorcio, pero había
sobre las leyes y la filosofía una potencia que venía a tender la mano a la humanidad
degradada, esta era el cristianismo, en él está la fuerza que regenera y el valor que
emprende.
L a política de Constantino sobre el repudio en una prueba terminable, cualquiera que
fuera su decisión por la fe cristiana, no se atrevió a poner a sus pueblos tan distintos de
origen, de religión y de costumbre, la prohibición absoluta del divorcio, conoció y había
almas débiles, espíritus dudosos, que no convenía desalentar ni alejar por los principios
demasiados severos, cuando un poder quiere obrar por vías de ficción, debe dirigirse a
todas las conciencias y gobernarlas por medio del temperamento.
Selden y Godofredo han creído que Constantino al dar su constitución de 331 sobre las
causas del divorcio, siguió los consejos de los obispos, he aquí el resumen de la
constitución, el emperador quita a los esposos todos los protestos frívolos de repudio.
Que no esté el arbitrio de la mujer romper el más santo de los contratos y que el marido
no crea en derecho de rechazar a su esposa por cualquier motivo, sólo 3 causas son
admitidas para el divorcio:
1º contra el marido si es homicida
2º mágico
3º violador de tumbas
Fuera de estos los que se divorcien perderán su dote de joyas y será deportada a una isla,
contra las mujeres si es adultera dada a maleficios entonces el marido ganará el dote y
podrá volverse a casar, pero si la mujer aprueba su inocencia, tendrá derecho a
apoderarse de todos los bienes del marido y aun del dote de la segunda esposa.
En efecto, el divorcio entablado injustamente por el marido o por la mujer a su riesgo o
peligro disolvía el matrimonio.
La mujer repudiaba, sin respecto a las prohibiciones, podía casarse después de 1 año, el
marido que abandonaba a su mujer manifestándole que se divorciaba, tenía libertad de
contraer inmediatamente matrimonio.
En el caso del divorcio, era permitido el segundo enlace del marido a quien se obligaba su
misma esposa a que la repudiase, la mujer tenía razones legales para provocar el divorcio,
podía volver a casarse 5 años después de prueba.
La legislación civil repudiaba el divorcio, lo consideraba como un mal y lo intimidaba con
restricciones y penas, la ley divina no pronuncia penas, pero quiere que el vínculo subsista.
Teodosio el joven la derogó y puso en vigor el derecho de los prudentes, restableció el
divorcio por mutuo consentimiento.

3) PATRIA POTESTAD

El cristianismo naciente movió el espíritu de la juventud y por medio de ella esparció el


espanto entre los defensores de las instituciones existentes, se acusa a los misioneros del
evangelio ser los misioneros del desorden , de aconsejar a los hijos la rebelión en contra
de los padres y preceptores, los padres que habían sufrido pacientemente las
desobediencias de sus hijos los desheredaban sin piedad, la familia se encontraba dividida
en 2 partidos, de un lado estaba el padre atrincherado en las antiguas preocupaciones y
armado con la patria de potestad que las protegía , del otro lado estaba la esposa, los hijos
y los esclavos oponiendo una resignación firme a esta autoridad, pero desde la revolución
imperial perdían cada día sus fuerzas, las ásperas tradiciones de antigüedad, por una lado
de derecho de la vida y muerte se avenía mal con la nueva forma constitucional, que
tendrá que centralizar todos los poderes en la manos del emperador y por otro costumbre
más suaves rechazaban con horror el ejercicio de una autoridad, atropellando los más
tiernos sentimientos de la naturaleza.
Constantino prestó un brillante homenaje al sentimiento de la naturaleza, por su
constitución que castigaba con sus penas de parricidio al padre que mataba a su hijo de
cualquier modo que lo hiciera.
En medio del decaimiento de la justicia paternal se insinuó el cristianismo en la familia,
Constantino quiso dar un ensanche más energético al culto que protegía, modificando con
sus leyes la constitución, alterada por la patria potestad, quedó el padre siendo jefe
respetado de toda su descendencia, no se le privó del derecho de imponer pruebas
moderadas y aún caso más grave, llevar sus quejas al magistrado y dictarle sentencia
severa que reclamaba la disciplina doméstica, la exheredación quedó intacta entre sus
manos, pero estos medios que no habían impedido el adelanto de las ideas bajo un poder
hostil, eran menos temibles bajo un gobierno protector.
Constantino por este medio quiso hacer más independiente la posesión de los hijos, se
sabe que el origen del hijo pertenecía al padre con todos sus bienes, pero por
consecuencia de la equitativa tendencia que la época del imperio infundió en los espíritus,
Augusto, Nerva y Trajano concedieron al hijo de familia la propiedad de los bienes
adquiridos por él en el servicio militar (peculium castrense), si el hijo moría sin disponer de
este peculio se reputaba haber pertenecido siempre al padre, en virtud de la patria de
potestad, aún más, el hijo no podía disponer de él, sino durante el servicio militar.
Pero Adriano extendió la disposición a los hijos de familia retirados de la carrera de armas,
tal era el estado de cosas, cuando Constantino por una constitución de 321, igualó el
peculio castrense, los bienes del hijo de familia adquiría en los empleos de palacio del
príncipe.
Sus sucesores hallaron ingeniosa esta idea y bajo el título de CUASI CASTRENSE se
aumentó el peculio de los hijos, con los bienes adquiridos como asesores, abogados, como
oficiales del prefecto de pretorio, como obispos, diáconos, eclesiástico, en fin como
funcionario público.
El peculio castrense y cuasi castrense del hijo muerto abintestato según Justiniano, ya no
aprovechaba el padre por derecho de patria de potestad y no era sino un heredero que
ocupaba su puesto a su vez y cuando la ley lo llamaba.
Constantino dio al hijo constituido en la patria potestad, la propiedad de bienes dejados
por la madre, el padre le concedían solamente el simple usufructo durante su vida, si
volvía a casarse no conservaba el usufructo, sino mientras durase la minoridad del hijo.
En el caso en que desde el momento de la apertura de la sucesión materna emancipase
(liberación de patria potestad) a su hijo, tenía derecho a recompensa de este beneficio, no
sólo al usufructo, sino a la tercera parte de los bienes en plena propiedad.
Valentiniano III, quitó al padre la propiedad de los bienes adquiridos para el hijo en
potestad, por causa de su matrimonio, sin embargo, en cuanto a los otros bienes
adventicios, siempre subsistía el antiguo derecho.
Justiniano generalizando la idea de Constantino, dio a los hijos la propiedad de todo
cuando entraba sin distinción en su peculio adventicio, el padre no tuvo más que el
usufructo y en caso de emancipación el usufructo de la mitad.
El padre tenía derecho a vender sus hijos e incluso de matarlos recién nacidos, el que ha
recogido un esposito (recién nacido abandonado o expuesto), se hace propietario de el,
nadie ni el mismo padre puede reclamarlo, este padre es privado de la patria de potestad,
todos los lazos se rompen entre él y su prole y se le impondrían penas, si viene a inquietar
en la propiedad al que ha recogido y alimentado al hijo infortunado, éste continuará y
tratando al esposito como su hijo o esclavo, según lo que haya expresado en un acta que
se forma antes testigos o firmada por el obispo, por lo mismo será en el caso en que el
padre haya vendido a su hijo, el comprador quedara propietario de él, sin embargo, puede
el padre reclamarlo pagando el precio al comprador, retener al hijo y tratarlo como hijo o
esclavo.
Constantino después de haber ofrecido a los padres el cebo de los socorros públicos, quiso
obrar sobre sus corazones e intimidarlos con la pérdida de la patria de potestad.
Valentiniano I entró en una carrera lógica al considerar como homicida al padre que
exponía a su hijo.
Teodosio el grande se admiró, movido por la suerte de los hijos reducidos a la esclavitud
por la miseria de sus padres se apoderó de las ideas de Trajano y creyó deber modificar el
sistema preventivo de Constantino, autorizando al hijo recobrar su libertad, sin estar
obligado de indemnizar al comprador.
Con Justiniano la libertad del hijo prevaleció definitivamente.

4) CONDICIÓN DE LA MUJER

La constitución primitiva de roma colocaba a la mujer, aunque fuera mayor, bajo la tutela
perpetua de sus agnados o parientes por masculinidad, creada esta tutela en el interés
aristocrático tenía por objeto separar a la mujer de movimiento de los negocios tanto
públicos, como privados, encadenada bajo a los lazos de la agnación, bajo la superioridad
de los varones y retener dentro de cierto limite el elemento en que se pierde la familia.
Por lo tanto, se asignaba un tutor legal, heredero más próximo a la mujer y por
consecuencia interesado en neutralizar su actividad civil, se le colocaba junto a ella y podía
impedirle que pasase a la potestad de otro con su patrimonio por medio de COEMPTION o
de la USUCAPION, sus bienes Mancipi estaban incapacitado que no podían ser revelados,
sino por autoridad del tutor. Jamás intervenían en el gobierno de la familia, ni en las
empresas industriales o comerciales, ni tenían capacidad de averiguar que leyes se
discutían en ese senado, ni que emociones agitaban los foros, un tribunal compuestos por
sus parientes y aun podrían castigar con las rigurosas penas.
El vacío de las existencias a que se encontraban condenadas a las romanas, las impedía en
general a procurar un incentivo a su actividad en los lujos, en el vano adorno, en los
festines y placeres, cuando las leyes suntuarias pusieron freno a este fasto, formaron las
mujeres sus juntas tumultuarias y motines a fin de recuperar la libertad de lujo, la única
que podían aspirar estas trabas y desconfianzas no trajo sino una reacción de licencias y
corrupción.
Las personas que tenían sobre las mujeres patria de potestad o marital, podían separar la
tutela legal del agnado más próximo dando a la mujer un tutor testamentario, también
permitían a la mujer escoger a ellas misma el tutor, a veces queriendo recompensar los
servicios de alguna romana por ley excepcional se le concedía este enviado privilegio,
estos no ejercerá autoridad sobre la mujer, ella más bien regirá la tutela, esto lo hicieron
para esquivar el freno de las leyes, llegando estos tutores a ser tan inútiles, las mujeres
llegaron a eludirla a través de un rodeo legal, es decir, en ventas ficticias que la libraban de
la tutela legítima, colocaban bajo la nominal de un tutor fiduciario.
Bajo el reinado de Claudio sufrió otro golpe más grave a todas las demás, una ley exime a
las ingenuas de la tutela legítima de los agnados, no dejando de subsistir, sino de los
patronos sobre las libertas, la tutela quedó sin embargo no solo como auxiliar de la
aristocracia de la familia, sino como salvaguardia de la contra debilidad de la mujer,
continuaron las mujeres en la necesidad de un tutor para los principales actos de la vida
civil, como para obrar en justicia, obligarse, enajenar sus bienes RES MANCIPI.
Constantino abolió en 321 y dio a las mujeres mayores derechos iguales a lo de los
hombres IN OMNIHUS CONTRACTIBUS JUS TALE HABEANT QUALE VIRUS.
En el año 321, consagrado por Constantino a dar el cristianismo tantas pruebas de su
adhesión y memorable sobre todo por su ley sobre la manumisiones, dio este príncipe a
las madres el derecho general de tomar parte de la sucesión de los hijos, la mujer
contrabalancea los derechos dados al parentesco masculino y que rinde a la naturaleza
una de sus más sagrados prerrogativas, el cristianismo ha dado a la mujer un papel
interesante, ellas tomaron un papel en la vida activa, una posición que nunca tuvieron
bajo el dominio del patriciado romano, ni bajo los primeros Césares, la religión cristiana se
valía principalmente de las influencias de las mujeres, para penetrar en un mundo pagano
y llegar hasta el hogar doméstico.
En el sistema del cristianismo tiene la mujer una misión que llenar, debe trabajar como el
hombre, para el servicio del señor, tiene la misma dignidad que el hombre y si le es
inferior en fuerza la aventaja la fe y el amor, la nueva doctrina la obliga a exhortar a obrar,
asiste al foro, al pretorio, cerrados antes a su sexo, porque era preciso que sepa hablar,
defenderse y arrostrar (resistir, hacer cara)la según de la justicia pagana, arrojada a la vida
militante debe conservar su puesto.
El primer emperador cristiano fue el primero en proclamar la igualdad de la mujer, hubo
mujeres que sostuvieron imperios, otras que los convirtieron, las hubo para la cultura de
las letras, etc.
Sin embargo, las mujeres habían salido de la tutela, pero no habían llegado a la capacidad
general de ser tutoras legales de sus hijos a no ser de un permiso especial, la tutela seguía
considerándose como una carga civil (VIRILE MUNUS) que no podía caer según el derecho
en manos de mujeres.
Justiniano fue el que dio la tutela legal y de pleno derecho a la madre y a la abuela, en el
derecho primitivo romano, era que los hijos del matrimonio no estaban en la familia de la
madre, si no eran hijos del padre, la madre no era capaz de potestad, ni aun con respecto
de sus hijos naturales.
San Agustín no lo exige, sino para las hijas que no han llegado a una edad bastante
avanzada para guiarse por sí mismas, en cuanto aquella edad es suficiente indicio de
prudencia y discernimiento, las reconoce San Agustín una libertad absoluta para elegir
esposo.
La potestad marital, se sabe entre los romanos no era este poder una consecuencia del
matrimonio, la mujer no entraba bajo la potestad de su marido, sino cuando ella o sus
autores lo consentían la potestad marital era un derecho de propiedad sobre la mujer y de
sus bienes, un derecho de vida o muerte.
Sucedió que el poder marital se perdió con las formas civiles que emanara, las mujeres
llegaron a un grao de libertad desconocido de la mayor parte de los sistemas de
legislación, podían disponer de sus bienes sin autorización del marido y fueron
enteramente independiente de esta autoridad.

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