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DIVINIDAD VS HUMANIDAD: UNA POSIBLE RESPUESTA ONTOLÓGICA

A LA DUALIDAD EN LA NATURALEZA DE CRISTO.

Ruth Hazel Fallas


Escuela de Filosofía/Universidad de Costa Rica, San José, Costa Rica

INTRODUCCIÓN: respuesta contundentemente en contra, detalla-


da en la sección dogmática del Concilio de Nicea
El problema de la naturaleza dual de Cris- (2007, pp. 224-225).
to1,sin duda, es histórico y nebuloso. Tal y como
lo señala Piñero sumariamente, los primeros cris- La estocada final a toda idea heredada
tianismos mantienen la idea de una sola divini- de Arrio (esta vez en voz de Nestorio), será ex-
dad, no es, sino producto de la libre interpretación clamada en el Concilio de Calcedonia, en don-
de grupos posteriores, el suponer la noción del de queda definida, sin ser explicada realmente,
Logos que «mora» o «habita», lo cual, para el ju- la consustancialidad del Hijo/Logos con el Padre,
daísmo en su monoteísmo duro, sería claramen- engendrado por este antes del tiempo y a su vez,
te la sabiduría, palabra o la presencia de Yahvé, con su cuerpo hecho carne consustancial a los
que no es una entidad aparte de este, sino tan seres humanos, como resultado de lo anterior, la
solo una manifestación de la divinidad (2007, p. perfecta, así como simultánea, inconfundible y
224). por tanto unitaria condición de divinidad y huma-
Sin embargo, el paso decisivo sería, sin nidad para Cristo (2007, pp. 257).
duda, «hipostasiar» al Logos, es decir, otorgar- La postura anterior, clara y definitiva en la
le el carácter de esencia, sustancia o persona2, veta canónica, es la que interesará en este escrito,
transformándole en el «Hijo»/Logos, el cual es debido a su potencial problematización filosófica.
verdaderamente una persona divina. De allí en
Se puntuara en el tratamiento que Agustín de Hi-
adelante, se las apañarían para intentar solucio-
pona desarrolló para lograr explicar esta noción,
nar el cómo el Hijo se relaciona con la divinidad,
la elección de dicho autor se justifica mediante
en respuesta: el subordinacionismo y el monar-
quianismo; el cómo adquiere el status filial y la la argumentación de Kerbs, para quien Agustín
posible respuesta: el adopcionismo. Finalmente, es el representante más importante de la patrísti-
retomar el cuándo se hace Hijo, lo que le acarrea- ca, ya que intenta por vez primera entender me-
ría serios problemas a Arrio, al negar la prexisten- diante la razón rigurosa su fe (2014, p. 365), cosa
cia de éste y afirmar su creación a posteriori por que al parecer en los otros cristianismos y sus
el Padre, sostener dicha postura le otorgó una líderes, exceptuando quizá a los gnósticos, no
es predilecta, apuntalando a la sistematización,
1 Remite propiamente esta nominación al per-
coherencia e interés por dilucidar las categorías
sonaje construido por varios cristianismos y consoli- filosóficas heredadas. El presente documento se
dado en la veta canónica «cristocentrista». explaya en tan solo un único apartado intitulado:
2 Nótese el uso indiscriminado de las antiguas ¿Divino y humano?, el cual propone retomar la
categorías griegas, las cuales sí son diferenciadas ta- postura de Agustín y las categorías aristotélicas,
jantemente en la corriente aristotélica, dicho proble- para poder así, esbozar una posible respuesta a
ma es la clave sobre la cual versa este escrito. la dualidad de la naturaleza de Cristo.
¿DIVINO Y HUMANO? del primer principio a partir de lo cual algo
crece (1994, p.213).
Como se ha dicho antes, este escrito reto-
mará el razonamiento que Agustín ha maquinado En una primera aproximación, se podría
para solucionar el problema, tanto de las dos na- suponer un ejercicio ilustrativo, a modo de ensa-
turalezas de Cristo, que ocupa la atención de este yo, para la comprensión del misterio en tratamien-
estudio, así como el misterio de la tercera persona: to y el uso de las categorías: imagínese una mo-
el Espíritu Santo, «quien» termina por completar y neda, imagine a su vez, dos caras que suponen
agregar mayor dificultad a la noción de Trinidad. atributos de textura, color o brillo diferentes, si se
Aun cuando al final de su tratado sobre este pro- mira de frente se tiene una cara completamente
blema, tras haber inspeccionado minuciosamente distinta a la trasera, sin embargo, no se puede
la relación de las tres personas, el origen, manifes- mirar simultáneamente ambas caras, inclusive
tación y dotes de las mismas, declara lo «inefable mirando desde arriba o debajo de la moneda, se
que le resulta la ciencia» de esa «tri-naturaleza» vería tan solo un delgado filo. Ahora bien, supón-
en una sola entidad (1956, p. 939). gase que cada cara tiene una naturaleza distinta,
una es de oro y la otra de plata, pero han sido uni-
Sin embargo, para iniciar este análisis, a das de tal forma que accidentalmente pareciesen
diferencia del modus operandi de Agustín3, se ser lo mismo.
deben esclarecer las categorías fundamentales
del problema, que como se ha mencionado con La pregunta sería, entonces, ¿es realmen-
anterioridad, son empleadas indiscriminadamen- te la moneda con caras de géneros y naturalezas
te para tratar este asunto, para dilucidarlas se to- distintas entre sí, una misma entidad? En efec-
mará como punto de partida la noción aristotélica to, se puede decir primeramente que sí, puesto
de las mismas: que es por accidente que distinguimos las caras
erróneamente como entidades distintas, sin em-
bargo, cuando se habla de la moneda, es esta la
• Entidad: en la cuarta acepción, la entidad sustancia o entidad unitaria que contiene las dos
es equiparable a la esencia, así mismo caras, las cuales, en esencia, no tendrían natura-
su enunciación es definición (Aristóteles, lezas distintas, pues en principio si se mira más
1994, p.226). También se puede traducir agudamente hay un único género al que el oro y
como sustancia, además como aclara en la plata se alinean, ambos son metales, finalmen-
el capítulo séptimo, es el sentido funda- te tienen la misma naturaleza metálica.
mental del Ser. El primer inconveniente de emplear el ejer-
• Género: en una primera acepción, la ge- cicio anterior es que Cristo, la moneda, entidad
neración ininterrumpida de individuos de o sustancia, la cual es, debería tener accidental-
la misma especie. En segundo término, de mente una cara divina y una cara humana, sin
aquel del cual proceden o son generados embargo, el principal problema que ya advirtió
(1994, pp.258-59). Agustín, es que la naturaleza de una cara y la
otra es tan disímil, en tanto una se puede agrupar
• Lo mismo: dos cosas son lo mismo en en materia y especie, pues es humana y la res-
una primera acepción accidentalmente tante no, pues es divina, no sensible. Sería este
(por atributos) (1994, p.227), en una se- un ejemplo extremo de la diversidad a la que re-
gunda acepción se habla de la pluralidad fiere Aristóteles, es imposible enunciar entonces,
que mantiene la unidad de ser, en su enti- que ambas naturalezas sean lo mismo.
dad, aun habiendo numerosidad del ente.
Lo contrario es la diversidad, en donde la Volviendo otra vez a Agustín, en su solu-
especie o materia de la entidad es más ción, al final del tratado, reconoce que existen
de una. «Diferentes» son las cosas que atributos diferentes para cada persona. El Hijo
son diversas, pero tienen algo en común nunca puede ser Padre, ya que siempre tendrá
(1994, p.228). la condición de engendrado4 (1956, p. 940), dis-
tinguiendo tajantemente nacimiento y procesión
• Naturaleza: por esto cuando se entienden (sucesión), además del punto clave: la relación
dos naturalezas, se tiene en la segunda entre cuerpo y alma (1956, p. 941), esto último
acepción del término, como la inmanencia es en verdad (aunque el autor no prosiga y de
3 Principalmente la búsqueda de evidencia por indescifrable el asunto), parte de la solución
bíblica. 4 Más arriba en el libro, apunta dudas respecto
2
al problema, el cual, llegándose a este punto, es y este al primero5, puesto que, siguiendo la pre-
intratable mediante las categorías aristotélicas, misa ontológica, no se puede aprehender al ser
que evidentemente han sido deformadas radical- sin el ente, solo en la mostración del mismo, se
mente. comprende la posibilidad del Ser.
Una última vez, al retomar la analogía con
una moneda y el caso que se trata; si se visua-
lizará la persona-Cristo como aparentemente la CONCLUSIONES:
entidad única (moneda), pero sus dos caras, una • La enunciación de una doble naturaleza en
el cuerpo material y la otra su alma, se podrían Cristo parece desprenderse de una re-sig-
interpretar ambas como «entidades» separadas, nificación de los vocablos griegos, que han
puesto que son de naturalezas completamente sido deformados al punto de ser oscuros
distintas, solo que al emplear dicho termino se y completamente ajenos a la tesitura del
confunde «entidad» como parte, sin embargo, el problema en el cristianismo canónico. Por
error no es tal, puesto que el género de ambas en- esto para abordar el problema, parece que
tidades-partes es completamente diferenciable, no se pueden emplear estrictamente di-
pero no puede ser simultáneamente observable, chas categorías.
sí se mira el cuerpo material-Hijo-Cristo-huma-
nidad no resplandece el alma-Padre-Dios-divini- • La posible solución para el dilema supo-
dad. ne entender que no aplica la misma ca-
racterización para entidades materiales y
Nótese que son inválidas las categorías sus relaciones entre sí, cuando se trata el
aristotélicas estrictas, en el último caso, puesto caso de la relación de una entidad divina
que no se trata de una entidad sensible o mate- y una humana. En dicha situación podría
rial, en donde su inmanencia queda reconocida requerirse hablar de una simultaneidad de
al entender la naturaleza, género o especie, por- entidades para quienes su sentido radica
que de lo contrario sí se trata de hablar de hasta en la posibilidad, así como la mostración
tres entidades simultaneas en un mismo cuerpo, sensible para una y para la otra la no mos-
se caería en un error lógico, como bien establece tración, que a su vez condiciona la posibi-
Aristóteles en el libro I, o se designaría que existe lidad de que la entidad material sea. Por lo
mismidad por accidente como en el ejercicio de tanto, la única posibilidad de homologación
la moneda con caras distintas. Pero la posible sería mediante una vía ontológica6 de aná-
solución a este dilema, es que no se está contem- lisis, imposible debido al desconocimiento
plando que la clave de esto es que la temporali- de las características de una «naturaleza
dad funcione completamente diferente al unirse divina», abusando nuevamente del siste-
dos naturalezas por esencia o entidad distintas, y ma de categorías aristotélicas.
que aun cuando solo se muestre una cara, la otra
este presente condicionando la mismidad de la
que se muestra.
Una analogía útil a esta última propuesta,
es la mostración del ente y la no mostración del
Ser que posibilita la existencia del primero; Cristo 5 Nótese, que esto no contraria la tesis de
vendría a ser un ente sensible, una entidad úni- Agustín, no se está hablando aquí de la generación
ca, pero su condición para serlo, es de alguna de uno primero sobre el otro, sino más bien de la
forma, vincularse simultáneamente con el Padre, mostración, la cual permite hablar de que una cosa sea
el cual es de naturaleza divina, no sensible. Es o no. De allí que la consustancialidad, sea traducida
decir, cooriginariamente el Padre posibilita al Hijo aquí más bien como una dependencia de mostración
simultánea.
a la posible inferioridad del Hijo (1956, p. 203), y el 6 Entendida en este caso en su acepción exis-
Padre como el único capaz de enjuiciar. tencial, como lo atiente al Ser.

3
BIBLIOGRAFÍA: Kerbs, R. (2014). El problema de la identidad bí-

blica del cristianismo. Las presuposiciones


Aristóteles. (1994). Metafísica. (Introducción, tra-
filosóficas de la teología cristiana: desde
ducción y notas Tomás Calvo Martínez).
los presocráticos hasta el protestantismo.
Madrid: Gredos.
Libertador San Martín: Universidad Adven-

Agustín de Hipona. (1956). (2 Ed.). Obras de San tista del Plata.

Agustín. Tomo V. Tratado sobre la santí- Piñero, A. (2007). Los cristianismos derrotados.

sima trinidad. (Introducción, traducción y ¿Cuál fue el pensamiento de los primeros

notas Fr. Luis Arias). Madrid: La Editorial cristianos heréticos y heterodoxos? Ma-

Católica. drid: EDAF.

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