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Asignatura HIDROLOGIA, RIEGO Y DRENAJE

PARTE B: Riego y Drenaje

Tema 1: Requerimientos de Riego: Necesidades de agua. Eficiencias.

Introducción

Podemos decir que en la agricultura de las zonas áridas y semiáridas la función del riego es la de
mantener el suelo con un grado de humedad compatible con el máximo aprovechamiento por
parte de los cultivos, casi siempre en forma artificial (en forma natural en zonas de inundación). Se
trata de asegurar la producción agrícola en las tierras en explotación o potencialmente
explotables.
- el agua y el suelo con los recursos fundamentales del medio ambiente y de la agricultura.
- para lograr niveles de producción acordes con los requerimientos de la economía de una región
o de un país, hay dos opciones:
a) incorporación de nuevas superficies a la agricultura (Nuevos proyectos de riego)
b) asegurar un uso eficiente de los recursos hídricos y la productividad de los suelos(Mejora de
los sistemas y prácticas de riego existentes).
- La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación (FAO) estimó en
1996 que un manejo más adecuado de los recursos hídricos ( a través de la práctica del riego y el
drenaje) representa un aumento más importante en los rendimientos de los diferentes cultivos que
el conjunto de todas las otras prácticas de producción.
- Los Progresos de la Ingeniería Hidráulica hicieron enorme impacto en la planificación, diseño y
construcción de múltiples sistemas de riego. En este siglo el progreso del riego ha sido
impresionante, sobre todo después de la segunda guerra mundial y orientado a la construcción de
estructuras hidráulicas: embalses de acumulación y canales principales de conducción.
- En nuestro país se llegó al millón y medio de hectáreas con riego (4,5 % del área cultivada), el
máximo crecimiento se dio entre 1950 y 1980. Realizando obras de infraestructura se puede
elevar la superficie irrigada a los 6.000.000 Has ya que el 70 % del territorio continental argentino
está constituido por zonas :

Zonas áridas corresponden a aquellas con PMA 250 mm


“ semiáridas “ “ con PMA entre 250 y 500 mm
“ subhúmedas “ “ con PMA entre 500 y 800 mm
“ húmedas “ “ con PMA  800 mm

- En América latina las obras de riego y drenaje son relativamente nuevas y han sido ejecutadas
por el esfuerzo individual y por la empresa privada con apoyo del estado y se ha introducido la
tecnología de riego más moderna coexistiendo con técnicas de riego muy primitivas (desarrolladas
por los indígenas o introducidas por los conquistadores hace más de 500 años)

Requerimientos de riego

La diferencia entre las necesidades de agua y los aportes naturales determina los requerimientos
netos de riego y se calculan como:

RNR = ETc- (Pe + Ss + Alm)


ETc = Evapotranspiración del cultivo (es el indicador de las necesidades de agua)
Pe = Precipitación efectiva (representa el aporte real por lluvias)
Ss = Provisión subsuperficial de agua
Alm= Aportes del almacenamiento de agua en el suelo

Los requerimientos netos de riego representan la cantidad de agua que se deberá derivar hacia el
área de riego para cubrir las necesidades efectivas de agua de los cultivos. Para calcular los
requerimientos totales es necesario tener en cuenta una cantidad adicional indispensable para
mantener un nivel de salinidad adecuado en la solución del suelo . Por lo tanto:

RTR = (RNR) * (1+RL)

RL : Requerimientos de lavado del suelo

La Dotación Volumétrica Unitaria representa el volúmen de agua mensual que se necesita en una
hectárea de un cutivo, para un tipo de suelo y calidad de agua, en un lugar determinado. Se
expresa en m3/Ha :
RTR
DOT(m3/Ha) = ----------- x 10
Ea

donde RTR está expresado en mm . El valor Ea se denomina " eficiencia de aplicación" y


en ella se hallan representadas las pérdidas de agua que se producen en el uso interno por
parte del regante.
A nivel de red de riego la DOT se verá incrementada al considerar un nuevo índice Ec que
representa la eficiencia del sistema en la conducción y distribución del agua.
Se designa como coeficiente característico de riego al valor máximo de la dotación del período
de riego expresado como un caudal continuo unitario:

DOTmáx
qc (lt/s-ha) = ---------------------------
Ec x seg del mes

Veremos como se determina los parámetros que intervienen en el cálculo: ETc, RL, Pe.

NECESIDADES DE AGUA DE LOS CULTIVOS

Las necesidades de riego están determinadas mayormente por la cantidad de agua que precisan
las plantas para cubrir el consumo originado en la evapotranspiración y el agua que incorporan en
la formación de la biomasa. La evapotranspiración incluye el proceso combinado de evaporación
directa de los suelos y la transpiración a través de las plantas.
El agua es uno de los más importantes componentes de todos los organismos vivientes.
Específicamente en las plantas, es el principal constituyente, ya que representa 80% o más del
peso de las plantas herbáceas y alrededor de un 50% de las leñosas. Además de ser una parte
fundamental, constituye el medio de transporte de los nutrientes que provienen del suelo y en el
proceso fotosintético el agua se combina con el dióxido de carbono para constituir la biomasa, es
decir la planta misma.

A pesar de que el agua es parte de la planta coma ya se ha dicho, el consumo mayor de


este elemento no es en la formación de los tejidos vegetales, sino en el proceso de transpiración.
Se estima que en la mayoría de los cultivos el agua evapotranspirada durante su desarrollo
representa más del 95% del consumo de este elemento.
La transpiración de las plantas constituye un importante proceso en su desarrollo, el cual
se puede describir brevemente en la siguiente forma :

El agua en el suelo, dentro de la zona de exploración de las raíces de las plantas, penetra
a estas por los pelillos absorbentes de la raíz, debido a diferencia de potencial hídrico, o diferencia
de presión, la cual generalmente es mayor en el suelo que en la planta. Posteriormente se mueve
por el xilema (tejido conductor) de la planta, también por diferencia de potencial, hasta llegar a las
hojas y sale por los estomas (pequeños orificios que abundan principalmente en el envés), de
donde se evapora por efecto de la energía radiante. Parte del agua almacenada en el suelo, se
evapora directamente de éste, principalmente cuando la cubierta vegetal no lo tapa en su
totalidad, por esta razón se dice que los cultivos evapotranspiran.

La cantidad de agua que evapotranspira un cultivo depende de varios factores, como se


explicará con más detalles en el siguiente capítulo ; sin embargo, se puede adelantar que el flujo
de agua del suelo a la atmósfera depende de la demanda, que por una parte establecen los
factores atmosféricos, como son la radiaciones solar, la temperatura del aire, su contenido de
vapor de agua y la velocidad del viento, y por otra, de la oferta de agua que depende del
contenido de humedad en el suelo, de sus características físicas y de las características
morfológicas y fisiológicas de las plantas. Es conveniente señalar que cuando la velocidad de
salida del agua por las hojas supera a la de entrada por la raíz, la planta toma agua de sus tejidos
y empieza a mostrar signos de marchitamiento, el cual puede ser irreversible si continua este
desbalance ; sin embargo, como defensa a esta situación adversa, reduce la apertura estomatal,
con lo cual se reduce la velocidad de salida del líquido. Cuando sucede esta situación, se dice que
la planta sufre de un déficit de humedad, porque la demanda de agua supera al abastecimiento.

Se ha visto que hay una íntima relación entre el agua que transpiran las plantas y la
cantidad de biomasa que se fotosintetiza. Según una teoría establecida por el profesor Holandés
De Wit (citado por Feddes et al, 1978), la cantidad de bióxido de carbono que entra a la planta
depende de la apertura estomatal, de la cual también depende el agua que sale de la planta en el
proceso de transpiración, de tal manera que hay una relación lineal entre la cantidad de agua
transpirada y la biomasa generada ; es decir, a más transpiración más producción de biomasa o
de materia seca de las plantas.
Se observa que uno de los factores de riesgo más significativos en la agricultura es el clima y
como componente importante de éste, la lluvia que suministra el agua necesaria para el desarrollo
de los cultivos. Raramente la cantidad de agua que la lluvia aporta a los cultivos, es adecuada
para un buen desarrollo ; aún en las zonas húmedas, es común que durante uno o más períodos
de la época de crecimiento de dichos cultivos, el agua precipitada sea insuficiente para satisfacer
su demanda.

Particularmente, en nuestro país la distribución de la lluvia es inadecuada, en tiempo y


espacio para lograr producciones económicamente viables. En efecto, la mayor parte de los
estudios climatológicos concuerdan en el hecho de que tres cuartas partes del país se considera
árido o semiárido ; así, en un 42% del territorio la precipitación pluvial anual es menor de 500 mm,
con el agravante de que en el 80% del área, la lluvia se concentra en cinco meses durante el
verano, y además es común que se presente un período importante de sequía estival a inicios de
primavera.

De lo anterior se infiere que en la mayor parte del territorio nacional el riego es necesario.
Podemos indicar que en un 40% del país el riego es indispensable, en el 40% necesario y en un
10%, puede ser conveniente.

La decisión de regar o no regar, en las zonas donde no es indispensable, dependerá de un


estudio económico, que permita analizar la rentabilidad de la inversión en la infraestructura para el
riego. En la actualidad este estudio debe llevarse a cabo en los nuevos proyectos agrícolas, dado
que el agua es un recurso escaso en gran parte del territorio y el costo de la infraestructura para
regar y su posterior operación, representan un importante porcentaje en el costo total del
proyecto, cuya recuperación dependerá del valor de la producción, de la facilidad para su
comercialización y de los costos de producción.
En general, la agricultura de riego es más productiva que la de secano. De acuerdo a las
estadísticas agrícolas internacionales, la productividad media de la tierra en las zonas de riego es
2.8 veces mayor que en las de secano. La razón de esta diferencia es que en las zonas regadas
se obtienen mejores rendimientos en las cosechas y los productos generalmente son de mejor
calidad. En los EE.UU., se notan incrementos substanciales en los rendimientos, en promedio las
áreas con riego son 3.5 veces más productivas que las sin riego.

Las razones por la que los rendimientos aumentan cuando los cultivos se riegan
apropiadamente son varias, entre las que destacan al menos cuatro : (1) seguridad de un buen
desarrollo de los cultivos sin déficit hídricos, (2) pueden crecer más plantas por hectárea, (3) un
uso más eficiente de los fertilizantes, y (4) pueden utilizarse mejores variedades, las cuales se
han desarrollado para la agricultura de riego.

En relación a la primera razón, ya se informó anteriormente la importancia de que las


plantas no padezcan de déficit ; adicionalmente, la nacencia de las plantas se asegura cuando se
siembra en un terreno con la humedad apropiada, sin el temor de que por falta de humedad se
pierda la semilla.
Dado que la ET es un concepto relacionado con las necesidades de riego, vamos a
profundizar sobre su concepto y en los métodos que se utilizan para medirla o estimarla.

Para medir la ET deben determinarse claramente condiciones generales de evaluación


(en términos de características ambientales y de la planta). Se establecen así los conceptos de
evapotranspiración potencial o de referencia (ETo), evapotranspiración de una comunidad vegetal
(ETm) y evapotranspiración real de la misma (ETa).

El grado de cobertura del terreno por la vegetación y la energía con que está disponible el
agua en el suelo, limitan la evapotranspiración potencial y real.

Evapotranspiración Potencial (ETo)

Es un valor de referencia, ya que es la que se produce cuando el suelo no tiene restricción


de la humedad y la cobertura vegetal es completa y ejerce una resistencia mínima al flujo. En
realidad no existe una especie vegetal que presente una resistencia baja, homogénea y
estacionaria al flujo de agua, variará de acuerdo a la intensidad de la demanda atmosférica y
características intrínsecas de la especie.

Con la ETo se trata de representar exclusivamente la demanda atmosférica de


evapotranspiración, por eso se la ha llamado evapotranspiración potencial; pero dado que no es
posible independizarse del material experimental con la que se evalúa, se prefiere denominarla
evapotranspiración de referencia.

Evapotranspiración Máxima (ETm)

La ETm es la máxima evapotranspiración que se puede producir desde una superficie más
o menos cubierta por una especie cualquiera, que se encuentre bien provista de agua. Depende
también de las condiciones meteorológicas, de la especie considerada y de su estado de
desarrollo.

Evapotranspiración Real (ETa)

Es la que se produce en condiciones reales, teniendo en cuenta que la cobertura vegetal


no siempre es completa, y los niveles de humedad en el suelo son variables.
Uso consuntivo.
Es la cantidad de agua absorbida por un cultivo durante un ciclo vegetativo en función de la
transpiración, evaporación de la superficie del suelo y formación de los tejidos celulares.
Ya que el agua usada por las plantas en la formación de tejidos no excede del 1% del total
del agua empleada, se deduce que el uso consuntivo es igual a la evapotranspiración real,
siempre que exista en el suelo una cantidad de agua suficiente para que la función de
transpiración no se sienta restringida. La variabilidad del uso consuntivo depende de muchos
factores en su mayoría determinantes del desarrollo vegetativo de las plantas y del consumo del
agua, ellos son :
 clima : temperatura, precipitación, vientos, calor aprovechable, humedad
ambiente, etc.
 suelo : estructura, textura, fertilidad, salinidad, capacidad de retención de
agua, profundidad, nivel freática.
 cultivo : especie, variedad, ciclo vegetativo, faz de desarrollo, fisiología,
etc.
 agua : disponibilidad, calidad, práctica de riego, eficiencia de aplicación,
etc.

Determinación de la Evapotranspiración Potencial (ETo)

En el grupo de los métodos directos se encuentran las determinaciones a campo, ya sea


en parcelas experimentales, evapotranspirómetros o lisímetros.
Estos métodos se basan en un balance de agua tomando como punto de referencia el
suelo, que es el reservorio del cual la planta tomará el agua y todos los ingresos y egresos de
agua que en el volumen de suelo considerado se produzcan.
En condiciones de campo y con un relativamente sencillo aislamiento en superficie del área
bajo estudio, se pueden obtener sin mayores complicaciones los términos que representan a
los ingresos por precipitación, riego, escurrimiento superficial y a la variación de la humedad del
suelo. Los valores de aportes subsuperficiales, si los hubiere, así como las salidas por drenaje
natural son sumamente dificultosos de obtener y, salvo casos particulares, no pueden ser
despreciados para obtener la ET por diferencia. Para poder controlar los procesos
subsuperficiales se requiere un aislamiento y control del sistema en profundidad. Esto llevó
directamente a la concepción de los evapotranspirómetros y lisímetros en los cuales por
medición volumétrica o gravimétrica del agua consumida por un sistema suelo-vegetación
completamente controlado en los restantes términos de la ecuación de balance hídrico, se
obtiene directamente la ET.
Estos métodos presentan el inconveniente de que las mediciones se efectúan en un
ambiente más o menos reducido y disturbado, por lo que es de esperar que haya un sesgo en los
valores obtenidos respecto a los que hubieran producido en condiciones extensivas e
indisturbadas.
El evapotranspirómetro de Thornthwaite consiste de un tanque que se ha llenado de tierra
con un cultivo que cubre totalmente la superficie. Un recipiente de abastecimiento de agua
permite mantener en forma continua un nivel freático a 0,50 m de la superficie, de modo tal, que
dicho suelo se puede suponer en las condiciones óptimas de humedad ( sin restricciones). El
control del volumen de agua en el tanque de provisión, permite determinar la evapotranspiración
en función del tiempo y en este caso se trata de ETo dado que no existen condiciones limitantes
de agua ni de cobertura del terreno.
En las estaciones experimentales se usan también los lisímetros, de una gran diversidad
de tamaño y sistemas. Se diferencia del anterior en la forma de abastecimiento de agua y en la
existencia de colector del agua percolada. En el lisímetro se aplica el agua desde la superficie, y
está provisto inferiormente de drenaje para eliminar el agua que pasa debajo del horizonte de
raíces. En el evapotranspirómetro, en cambio el agua asciende por capilaridad a la capa radicular,
desde el plano freático.

Existen también métodos indirectos, siendo los más comúnmente usados basados en
ecuaciones empíricas o semiempíricas desarrolladas para calcular la evapotranspiración
directamente a partir de mediciones meterorológicas sencillas o rutinarias. Muchas de ellas fueron
calibradas para condiciones particulares de clima y/o cultivo, por lo que las constantes de los
términos empíricos han tenido que adaptarse a condiciones diferentes de las originales

Uno de los métodos más adoptados es el de Blaney y Criddle, por la accesibilidad de los
datos que requiere y por los resultados satisfactorios obtenidos en los lugares donde se lo aplicó.
Fue desarrollado para las condiciones del oeste de los EE.UU., es mas adecuado para las zonas
áridas y semiáridas y para períodos que no sean inferiores a un mes. No se recomienda para
regiones elevadas ( donde las temperaturas mínimas diarias son bajas), ni para las regiones en
las cuales la variación diaria de la temperatura es reducida.
La fórmula de cálculo toma en cuenta la temperatura media del período considerado y las
horas de luz expresadas como un porcentaje del total anual de horas de luz, determinando un
factor climático f llamado “factor de uso consuntivo”:

f = (0,457 t + 8,13) p

f : Factor de uso consuntivo promedio mensual [mm/día]


t : Temperatura media mensual [ºC]
p: Factor de duración del día (se obtiene de tablas en función de la latitud)

A partir de f , considerando los datos medidos o estimados sobre la velocidad del viento
diurno (durante las horas de luz únicamente), la humedad relativa mínima y la relación entre el
número de horas de insolación real (n) y el máximo posible de horas de insolación (N) , la FAO
determina el valor correspondiente de ETo en la expresión:

ETo = a + b. f

ETo: evapotranspiración de referencia (mm/día), promedio mensual


a y b : coeficientes de la regresión lineal entre ETo y f (de Tablas de FAO)

Otro procedimiento sugerido por FAO para estimar la evapotranspiración potencial es el


que utiliza los datos provenientes de tanques de evaporación (el más extendido de los cuales es
el de tipo “A”) .
La evaporación de una superficie de agua libre es una medida que refleja los efectos
integrados del clima (la acción del viento, la radiación, la temperatura, y la humedad relativa).
Existe una íntima relación entre los procesos de evapotranspiración del cultivo y la evaporación
de un tanque. Es necesario introducir un factor empírico que correlacione ambos valores, el
cual dependerá de las condiciones locales que presente el sistema suelo-planta-atmósfera.
La FAO ha obtenido los valores del coeficiente de ajuste a utilizar en este procedimiento,
el que depende de las condiciones del medio que rodean al tanque, de la humedad relativa
media y de la velocidad del viento. La estimación de ETo resulta de:

ETo = Kp . Eo

ETo: evapotranspiración de referencia (mm/día)


Eo : evaporación media diaria del Tanque Clase “A” (mm/día)
Kp : coeficiente de tanque (de Tablas de FAO), para el caso de San Juan los valores
han sido establecidos por el INTA.

Existen otros procedimientos micrometeorológicos que estiman a la ETo a partir de un


balance de energía, el que trata de evaluar la oferta de energía disponible para usar en
evapotranspiración, o bien de transferencia de masa. Ultimamente se han desarrollado métodos
combinados que introducen elementos de los dos anteriores: el balance energético y factores
aerodinámicos , siendo el más recomendado el de Penman- Monteith.
Cálculo de la evapotranspiración máxima de los cultivos

Cada cultivo responde a la demanda climática de manera diversa, de acuerdo con sus
características intrínsecas y a las condiciones del suelo. Normalmente es difícil disponer de datos
experimentales locales para una cantidad de combinaciones de suelo y cultivo, por lo que se hace
necesario poder estimar la ETm que producirá uno o varios cultivos en distintas condiciones a
partir de los datos de ETo, cualquiera sea la forma en que estos se hayan obtenido.

Esto se logra a través de factores empíricos denominados “coeficientes del cultivo” (Kc),
obtenidos comparando al uso consuntivo del cultivo con el de un cultivo de referencia, bajo
condiciones idénticas y teniendo en cuenta las distintas fases de su desarrollo.

Una vez obtenido un Kc de la bibliografía específica o de datos locales de


investigación, la evapotranspiración de un cultivo se calcula como:

ETc = Kc . ETo

CICLO VEGETATIVO y VALORES DE Kc DE CULTIVOS.

Para determinar este período se ha tomado desde la época de brotación hasta la cosecha
si son cultivos perennes y en el caso de los cultivos anuales será desde la época de siembra
hasta la cosecha.

cultivo ene feb mar abr may jun jul ago set oct nov dic
Frut.de carozo
cebolla
tomate
vid
melón
olivo
alfalfa
maíz
<

Los valores de Kc referenciales que se adoptan para nuestra zona son:

cultivo ene feb mar abr may jun jul ago set oct nov dic
Frut. De carozo 0.76 0.62 0.62 - - - - 0.22 0.52 0.72 0.82 0.84
Cebolla 0.82 0.67 - - - - - 0.42 0.64 0.81 0.89 0.90
Tomate 0.99 0.74 0.64 - - - - - 0.37 0.58 0.82 1.02
Vid 0.98 0.87 0.78 0.46 - - - - 0.49 0.72 0.89 0.96
Melón 0.71 0.58 - - - - - 0.21 0.48 0.66 0.76 0.77
Olivo 0.72 0.52 0.34 0.27 0.20 - - 0.18 0.32 0.58 0.76 0.80
Alfalfa 1.15 1.02 0.91 0.76 0.60 - - 0.57 0.83 0.95 1.04 1.10
Maíz 0.76 0.75 - - - - - - - 0.49 0.66 0.88
PRECIPITACIÒN EFECTIVA

La precipitación efectiva tiene dos aspectos para analizar:

- la probabilidad de ocurrencia de la lluvia de diseño


- la efectividad esperable de una pluviometría de esa dimensión

Con respecto a la lluvia probable, la metodología que se adopta es la de considerar aquellos


valores que dejen entre el 75 y 80 % de los años más lluviosos que el valor de diseño. El
procedimiento es suficientemente preciso para los fines del cálculo del RNR.

En lo que a la efectividad de la lluvia se refiere, es sabido que en eventos intensos no toda el agua
precipitada resulta aprovechable, produciéndose pérdidas por escurrimiento y por percolación
profunda. Las pérdidas por escurrimiento depende de la tasa de infiltración del suelo, de la
pendiente del terreno, del contenido de humedad del suelo ( en el momento de la precipitación),
de la rugosidad superficial, de la cobertura vegetal y de la intensidad de la lluvia. Las pérdidas por
percolación dependen de la tasa de infiltración, del contenido previo de humedad y de la
profundidad de suelo que explora el cultivo.
Hay varios métodos propuestos para estimar la lluvia efectiva, todos son empíricos. El
procedimiento más utilizado es el de aplicar un factor fijo de corrección que se aplica a los
registros de pluviometría media mensual. Si no se tienen coeficiente locales, se adopta un valor
que oscila de 0.7 a 0.8
Para cálculos más ciertos, el Servicio de Conservación de Suelos del Dpto. de Agricultura de los
EEUU provee tablas para calcular la lluvia efectiva en base al registro y al nivel de ET o que se
presenta en el período considerado (generalmente mensual) . También propone correcciones
para distintas capacidades de almacenaje de agua en el suelo.
El posible aporte proveniente de agua almacenada se debe estimar en base a algún balance
preliminar, o bien debido a su escasa incidencia no se tiene en consideración.
Los aportes subsuperficiales pueden ser importantes cuando la capa de agua está cercana a la
superficie. Cuando está ubicada a más de 1 metro por debajo de la profundidad de las raíces, el
aporte es insignificante para casi cualquier tipo de suelo. Como valor referencial se toma un valor
de 2 a 4 mm/día cuando la capa se ubica entre 50 cm y 1 m por debajo de las raíces. Si se
encuentra por encima de los 50 cm puede cubrir totalmente la ETc, pero pueden surgir otros
problemas como la asfixia radicular.

REQUERIMIENTOS DE LAVADO

A fin mantener un nivel de salinidad adecuado en la solución del suelo, se deben agregar
volúmenes extra de agua de riego para producir el lavado de las sales solubles. El cálculo de las
necesidades de lavado se basan en considerar el contenido de sales del agua de riego y el nivel
salino que sea conveniente mantener en la solución del suelo a saturación.

Se han deducido expresiones para el cálculo del RL. Para métodos de riego superficiales
y aspersión convencional se puede aplicar la siguiente fórmula:

RL= [CEi / (5.CEe- CEi)]. (1/EL)

Para métodos de alta frecuencia como aspersión mecanizada, goteo y microaspersión se


aconseja el cálculo a través de la siguiente relación:

RL= [CEi / (2.CEemax)]. (1/EL)

CEi= Conductividad eléctrica del agua de riego


CEe= Conductividad eléctrica en la solución saturada
EL = Eficiencia del proceso de lavado, varía en función del tipo de suelo
El valor de CEe se fija en función de la tolerancia de los cultivos al efecto de la salinidad
del suelo sobre el rendimiento y es un valor inherente a cada tipo. Mientras que CE emáx
representa el límite del tenor salino que cada uno de ellos tolera. Estos valores se puede
obtener de tablas preparadas a través de información experimental.
Los requerimientos de lavado (RL) varían entre 0,10 con aguas ligeramente salinas a 0,35
con aguas muy salinas. Si los RL superan este último valor en general resultará económicamente
inconveniente el planteo estudiado, debiéndose buscar especies que resistan mejor la salinidad
permitiendo, en consecuencia mantener niveles más altos de salinidad en el suelo.

EFICIENCIA DE RIEGO

El proceso de conducción y distribución del agua en un sistema de riego hasta llegar a


incorporarla al suelo se realiza con diferente nivel de eficacia. El parámetro que refleja tal grado
de desempeño se denomina “ eficiencia de riego”.
Jensen (1974) define a la eficiencia como “ La relación entre el volumen de agua
efectivamente utilizada en forma provechosa en un área regada específica , con respecto al
volumen de agua derivado para tal área”.
Es uno de los valores que resulta más impreciso en establecer y la experiencia obtenida
en regadíos de diversas partes del mundo permiten estimar valores suficientemente aceptables
para el proyectista.

En el proceso de conducción y derivación del agua hacia la red de distribución se


producen pérdidas de tipo estructural (filtraciones, fugas, evaporación) y otras de tipo
operacional (excedentes en canales, inadecuado manejo y asignación del agua). Para indicar el
nivel de rendimiento de esta fase se usa el concepto de “eficiencia de conducción”(Ec).
También en la distribución del agua, a nivel de canales comuneros y acequias
internas, se deben considerar pérdidas similares al sector anterior del sistema, las que se
evalúan a través de la “ eficiencia de distribución “ (Ed).
Durante la aplicación del agua a campo se producen pérdidas de agua por
escurrimiento o percolación profunda debidas a las condiciones del terreno, manejo del agua y a
condiciones propias del método utilizado; las que son representadas mediante la “ eficiencia de
aplicación” (Ea).
La Eficiencia Global de un sistema de riego(Eg) resulta del efecto combinado de los tres
índices definidos anteriormente.

Eg = Ec. Ed. Ea

La estimación de los valores de eficiencia se basa en ponderar el efecto de los factores


que la afectan.

Las Ec y Ed están directamente relacionadas con las características de la red: si es revestida o


no y con las condiciones hidráulicas: Caudal, velocidad, geometría etc. Asimismo tiene
importancia la modalidad operativa, esto es la permanencia de los caudales en el tiempo, el
procedimiento de reparto de agua aplicado etc. De acuerdo a los antecedentes que se disponen,
los valores que se determinan tienen una confiabilidad bastante aceptable.
El dato de la Ea, en tanto, es de gran incidencia y de bastante más difícil determinación, ya que
los factores de los que depende tienen una gran variabilidad espacial y temporal. Existen
tablas experimentales que permiten definir este índice teniendo en cuenta uno o varios
parámetros que la condicionan, y el grado de aplicación estará en función de la información que
se disponga del área bajo riego.
Determinación de pérdidas en conducción y distribución

Los principales factores que influyen en la magnitud de estas pérdidas en un tramo de la


conducción son:
 la longitud del tramo
 la permeabilidad del cauce
 la altura del tirante de agua
 el perímetro mojado
 la cantidad y tipo de sedimentos del agua
 velocidad del agua
 tiempo de explotación
 revestidos: envejecimiento

Procedimientos para valorar las pérdidas por infiltración:

a) con el ábaco del USBR que permite calcularlas como porcentaje del caudal conducido por
Km. de longitud (válido para canales revestidos y en tierra)

b) a partir del coeficiente de infiltración unitaria [I] expresado en m3/m2-día.


Las pérdidas serán:
P [m3/día] = I. Pm. L

I = Infiltración unitaria (m3/m2-día)


L = Longitud de la conducción (m)
Pm = Perímetro mojado (m)

Para obtener un valor de la infiltración unitaria puede recurrirse a:


 datos experimentales determinado en sistemas de riego en explotación por FAO, Dpto.
Agricultura de EEUU, ASCE.
 a través de fórmulas empíricas
- en canales no revestidos:
C .3 d
Davis y Wilson I(m3 /m2 - día)
102.88 0.3094 V
d = tirante de agua medio (m)

V = velocidad media (m/s)


limoso 16
C coeficiente función de la naturaleza del cauce:
limo-arenoso 24
arenoso medio 50
arenoso grueso 70

- en canales con revestimiento en hormigón


Según Worstell se recomienda el empleo de I = 0,075 m3/m2-día
o calcularla con la expresión de Davis y Wilson con C = 10

En lo que concierne a las pérdidas por evaporación y transpiración son


comparativamente poco importantes; teniendo en cuenta información y referencias se toma
como valores razonables los siguientes:

- canales en tierra: 3 % del caudal de conducción


- canales con revestimiento del hormigón: 1 % del caudal conducido

Otras pérdidas importantes son las que se producen durante la operación de la red y
provocadas por: desequilibrios entre oferta y demanda de agua (desbordamientos) y por
desperfectos o deterioros en las conducciones y en las estructuras de control. La valoración de
las pérdidas de explotación por las propias características de estas, presenta dificultades. La
información disponible indica que estas pérdidas se encuentran entre el 5 y el 10 % para
sistemas de tamaño medio (superficie menor de 10000 Has).
En la red de distribución también adquieren relevancia este tipo de pérdidas ya que, de
acuerdo a la modalidad aplicada en la entrega de agua a los usuarios habrán mayores o
menores efectos sobre el rendimiento en el uso. Es razonable esperar valores superiores al 10 %
creciendo exponencialmente con el grado de parcelación de la zona (es decir con la reducción en
la extensión media de la propiedad).

Determinación de las pérdidas en aplicación del agua de riego

Estas son provocadas en la unidad de riego, durante su incorporación al suelo y resultan


ser de tres efectos posibles:
 escorrentía superficial
 percolación en el subsuelo
 evaporación durante el riego

La experiencia obtenida en regadíos de diversas partes del mundo y algunas


determinaciones regionales, han permitido conocer datos de eficiencia total al nivel de finca,
necesarios para el proyectista. Algunas de las experiencias se presentan seguidamente:
Resultados de trabajos de evaluación de riego superficiales, realizados por Israelsen
(1950) y otros por Blaney (1962), vinculan la eficiencia de riego, y las pérdidas que la afectan,
con el tipo de suelo, tal como lo señalan los siguientes datos:

SUELOS
Pérdidas (%) Livianos Medios Pesados
1. distribución interna 10 8 2
2. escurrimiento 2 10 30
3. percolación profunda 40 10 5
TOTAL 52 28 37
Eficiencia (%) 48 72 63
Fuente: Irrigation principles and practices.- Israelsen-

Eficiencia (%) 52 75 65
Fuente: Agricultural Research Service.-U.S.D.A- Blaney y Criddle-

Ambos autores asignan a las pérdidas por percolación valores mayores en los suelos
ligeros que en los pesados y a la inversa en cuanto a las pérdidas por escorrentía. A los suelos
medios en los dos casos se les asignan valores intermedios de los dos tipos de pérdidas y en
conjunto dan lugar a una mayor eficiencia.
Si se trata de considerar entre las distintas variantes que se utilizan en riego por
superficie, podemos utilizar la información de Bos y Nutgeren (1974) obtenida de 91 zonas de
riego en explotación:
Eficiencia (%)
Escurrimiento Surcos Inundación
53 57 58

Teniendo en cuenta dos parámetros textura del suelo y condiciones superficiales del
terreno, Keller y Mc Culloch (1962) tabularon eficiencias de riego en métodos de superficie ,
con valores extremos que van desde el 20 al 75 %, los que se dan en la siguiente tabla:

Textura del suelo y Sistema de Riego


Topografía Escurrimiento Surcos Inundación(*)
Arenoso
Bien nivelado 60 40-50 70
Nivelación imperfecta 40-50 35 -
Deficiente(quebrado o - 20-30 -
en pendiente)
Medio
Bien nivelado 65 57 70
Nivelación imperfecta 45-55 40-55 -
Deficiente - 30-35 -

Pesado
Bien nivelado 60 65 60
Nivelación imperfecta 40-50 55 -
Deficiente - 35-45 -

(*) en esta variante de riego las condiciones de nivelación son en general adecuadas

En términos generales puede lograrse una eficiencia razonablemente buena, de 65 a


70 % cuando se riega por superficie, con una adecuada selección, diseño y operación del
sistema.
En lo que hace al riego presurizado, las pérdidas de explotación en redes de riego a
presión se valoran en un 5 %. Aunque, conviene señalar que este valor seguramente es
conservador y si las condiciones de operación son adecuadas, lo que es frecuente en los
modernos proyectos de riego colectivo a presión, se deberá reducir.
Las pérdidas en la red de distribución de los proyectos de riego a presión, que son
conducciones cerradas, son de diferente naturaleza que las que se producen en las, redes
abiertas de riego por gravedad.
No hay en ellas pérdidas por infiltración a través de las paredes de la conducción ni por
evaporación o transpiración. Hay que considerar no obstante las que se producen en las fugas
permanentes, generalmente de pequeña importancia relativa, en las roturas, en los vaciados etc.
En cualquier caso, estas pérdidas son, salvo que se den circunstancias muy especiales,
sensiblemente inferiores a las que se producen en las redes de distribución por gravedad.
En encuestas realizadas por la Comisión Internacional de Riego y Drenaje se obtuvieron
valores de pérdidas entre el 5 y el 20 % para proyectos de riego colectivo por aspersión a la
demanda.
Teniendo en cuenta los valores de distintas referencias se pueden establecer ciertas
diferencias que, dada la naturaleza de las pérdidas, deben basarse en la capacidad de
mantenimiento de la red. La valoración que se propone es la siguiente:

Nivel de mantenimiento Ed (%)

Bueno 92
Medio 87
Inadecuado 80

En riegos presurizados, a efectos de valoración de Ea, se han considerado las tres


variantes de utilización más común: 1) riego por aspersión convencional 2) riego por aspersión
mecanizado y 3) riegos localizados.
Dentro de los métodos de riego por aspersión convencionales la información que se utiliza
como referencial es la preparada por Keller y McCullock en función de la lámina de riego (dosis
neta), la ETo, y la velocidad media del viento:

El riego por aspersión con equipos mecanizados de movimiento continuo permite obtener
eficiencias mayores con respecto a los anteriores debido a que el riego es más uniforme que en
ellos. Así se consignan valores que varían desde el 75 al 90 %, para diversas condiciones de
funcionamiento-.

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