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Ansiedad y Burnout: Diferencias de género

María Díaz Castiella

Ane Irune Lezaola Llaguno

Cristina Varela Galán

Metodología de las Ciencias del Comportamiento II - Universidad de Deusto

Nota de autor

Los autores queremos hacer constar que el fin de este manuscrito en formato APA

(2010) es investigar las diferencias de género en la ansiedad y burnout.

La correspondencia se debe dirigir a Maria Diaz, Irune Lezaola y Cristina Varela, de la

Facultad de Psicología y Educación en la Universidad de Deusto, 48015 Vizcaya

(España).

maria.diazc@opendeusto.es

i.lezaola@opendeusto.es

cristina.varela@opendeusto.es

Bilbao, 4 de diciembre de 2017


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ÍNDICE

I- Resumen y abstract

II- Introducción

III- Método

- Participantes

- Instrumentos

- Diseño

- Procedimiento

IV- Resultados

V- Discusión

VI- Referencias bibliográficas

VII- Anexos
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Resumen

El objetivo de este estudio fue establecer la relación entre el burnout y la

ansiedad tanto de rasgo como de estado, empleando en test de STAI y el inventario de

burnout de Maslach (MBI), así como observar las diferencias de género en las tres

subescalas del burnout. Para ello, se empleó un diseño transversal observacional que

constaba de una muestra no equiparada de 50 personas dentro del ámbito sanitario, de

las cuales 25 eran mujeres y 25 hombres. Los resultados de este estudio llevan a afirmar

la relación entre la ansiedad de manera global y el burnout, así como que el burnout se

presenta de manera diferente entre hombres y mujeres.

Palabras Clave: burnout, ansiedad estado, ansiedad rasgo, STAI, MBI,

diferencias de género.

Abstract

The main goal of this study was to see the relationship between burnout and

anxiety as a trait and as a state, using for this the STAI test and the Maslach burnout

inventory (MBI), as well as seeing the gender differences in the three subscales of the

burnout. For that, we used a trasnversal observational design which consisted in a non

equated sample of 50 people within the health field, of whom 25 were women and 25

men. The results of this study leads us to confirm the relationship between global

anxiety and burnout, as well as the burnout appears in a different way between men and

women.

Key words: burnout, state anxiety, trait anxiety, STAI, MBI, gender differences.
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Como consecuencia de satisfacer las necesidades de la economía y sociedad,

cabe caracterizar los últimos años como un periodo de ritmos de vida cambiantes y

precipitados (Buzzeti, 2005). Este ambiente requiere por parte de las personas una

mayor independencia, elasticidad, suficiencia a la hora de generar decisiones,

autoconfianza y capacidad adaptativa ante situaciones nuevas. Son estas incoherencias y

requerimientos los que predisponen a las personas a situaciones estresantes y sus

resultados negativos oportunos (Gonzales, Doval y Pérez, 2002).

Todos los seres humanos en algún momento o circunstancia van a ser víctimas

de este fenómeno, puesto que constituye una condición inherente al ser humano. Es el

estrés, una de las enfermedades globales más comunes entre la humanidad. (Herrera,

Viveros y Brizio, 2013)

El organismo ante cualquier alteración en el ambiente tanto externo como

interno puede producir la respuesta automática de estrés, la cual anticipa al sujeto ante

las posibles amenazas provenientes de la nueva situación (Labrador, 1992). Es por esto,

el estrés no es algo negativo per sé, sino una herramienta que nos facilita la disposición

de recursos y herramientas para hacer frente a situaciones insólitas (Herrera, Viveros y

Brizio, 2013).

Dichas alteraciones benefician la anticipación a los requisitos de cada situación,

así como permiten un procesamiento más veloz de la información, mejoran la búsqueda

de recursos, el desarrollo de pautas conductuales acordes a los requerimientos de cada

circunstancia y orienta al organismo a actuar de manera más eficiente. Como resultado

de activar tantos mecanismos, se produce un desgaste notable. Si éste es transitorio, no

supondrá inconveniente, pues debido a la homeostasis el organismo tiene mecanismos

para recuperarse; si las alteraciones son reiteradas o de gran intensidad y/o duración,

puede desembocar en trastornos psicofisiológicos (Rodríguez, Roque y Moleiro, 2002)


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Tras revisar la literatura a cerca de una de las enfermedades más mundanas

consideramos oportuno relacionarlo con el ámbito de la salud ocupacional, puesto que

pasamos gran parte de nuestros días en nuestros puestos laborales.

Cabe reconocer como uno de los fenómenos más significativos de la era

moderna las múltiples dificultades que surgen a partir de los conflictos en las relaciones

que tienen las personas con su trabajo, Maslach y Schaufeli (2001) denominaron a este

tipo de conflictos “Burn-Out”. El Burnout se caracteriza por una fatiga extrema y la

pérdida de idealismo y motivación por el trabajo (Maslach y Schaufeli, 2001).

Trasladándolo al ámbito sanitario Herrera, Viveros y Brizio (2013) identificaron un

grado notablemente alto de burnout, siendo la plantilla de enfermería más afectada por

el burnout que los médicos.

Considerando la ansiedad como una respuesta emocional paradigmática que ha

contribuido a la investigación en el ámbito emocional, el interés por este fenómeno ha

aumentado desde las primeras décadas del siglo XX. Debido al uso equiparado de los

fenómenos ansiedad y estrés, hay una gran controversia entre su uso diferenciado

(Sierra, Ortega y Zubeidat, 2003).

Algunos autores como Endler (1997) argumentan que el estrés superpone a la

ansiedad; así como tras su investigación con enfermos crónicos ilustró que el estrés, la

ansiedad y la manera en que hacemos frente a estos fenómenos interactúan unas con las

otras (Endler, 1997). De ahí nuestra hipótesis sobre la relación entre ambos fenómenos,

considerando la ansiedad como estado símil del estrés.

En función de la valoración que una persona hace de sí misma; es decir, de su

autoestima y autoeficacia, surgen reacciones dispares a los elementos estresores que

condicionan su manera de percibir estrés (Ramírez y Hernández, 2008).

Consecuentemente, consideramos la variable sexo indispensable para la compresión de


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dicho fenómeno ya que considerando la condición de tener empleo o no, las mujeres

tienen una puntuación menor en autoestima y realización personal (Sánchez López,

Aparicio García y Dresch, 2006).

El hecho de relacionar factores como estrés y ansiedad como estado se ve

fundamentado por investigaciones que hicieron Van Eck, Berkhof, Nicolson y Soulon

en la que argumentaron que los eventos estresantes estaban asociados con un aumento

de la secreción de cortisol, en la que se aprecia una variación en función de si la

circunstancia es habitual o similar o si alguna vez ha ocurrido anteriormente.

Su inminente papel en la sociedad actual justifica el interés de nuestra

investigación, puesto que no saber afrontar los problemas o tener un comportamiento

erróneo frente a la vida, puede generar determinados cambios en los procesos químicos

del cerebro que destruyan nuestra homeostasis.

Por todo esto, se hipotetizó que existía una relación entre la ansiedad como

estado y como rasgo y el burnout. Por otro lado, se estimó que las mujeres puntuarían

más alto en la subescala de cansancio emocional y despersonalización del burnout,

mientras que los hombres obtendrían una mayor puntuación en la subescala de

realización personal.
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Método

Participantes

Se accedió a una muestra de 100 trabajadores y trabajadoras del ámbito

sanitario Osakidetza. De los cuales se seleccionaron 50 trabajadores y trabajadoras

mediante un muestreo aleatorio sistemático, la mitad de ellos eran mujeres y la otra

mitad hombres. Es decir, nuestra muestra estuvo compuesta por 7 enfermeros, 18

enfermeras y por 18 doctoras y 7 doctoras. Al estar todos en activo se asumió que no

presentaban ningún trastorno psicológico o riesgo de padecerlos. Todos los

encuestados pertenecen al rango exigido por test STAI y por el inventario Malasch

burnout inventory (40-65), siendo la media de los participantes de M=51,22 con una

desviación típica de DT=5,92.

Instrumentos

Los participantes fueron sometidos al cuestionario de ansiedad y rasgo STAI de

Spielberger, Gorsuch y Lushene (1982). Éste, mediante 40 ítems mide los aspectos

diferenciados de la ansiedad como estado (A/E) y la ansiedad como rasgo (A/R). Del

mismo modo, incluye 2 dimensiones: Estado (10 ítems:

1,2,3,4,5,6,7,8,9,10,11,12,13,17,18,19,20) y Rasgo (10

ítems:21,22,23,24,25,26,27,28,29,30). La escala de ansiedad psicológica de STAI-E

está compuesta por 20 ítems con un formato de respuesta tipo Likert de cuatro

alternativas, desde 0 Nada, 1 Algo, 2 Bastante 3 Mucho. Por otro lado, la escala de

ansiedad psicológica de STAI-R está compuesta por 20 ítems con un formato que su

precedente con cuatro alternativas, desde 0 Casi Nunca, 1 A veces, 2 A menudo, 3

Casi Siempre. Las puntuaciones A/E y A/R pueden estar comprendidas entre un
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mínimo de 0 puntos hasta un máximo de 60 puntos. En la elaboración del STAI se han

utilizado escalas directas e invertidas con el objetivo de combatir el sesgo de

deseabilidad social. En la parte A/E hay 10 ítems de escala directa y otros 10 de escala

invertida. Los elementos de escala invertida para A/E son: 1,2,5,8,10,11,15,17,19,20.

En la parte A/R hay 13 ítems de escala directa y 7 de escala invertida. Los elementos

de escala invertida para A/R son: 21,26,27,30,33,36,39.

También, fueron sometidos al cuestionario de burnout de Malasch Burnout

Inventory. Éste, mediante 22 ítems mide el desgaste profesional. Del mismo modo,

incluye 3 dimensiones: Subescala de agotamiento emocional (9 ítems:

1,2,3,6,8,13,14,16,20) Subescala de despersonalización (5 items: 5,10,11,15,22) y

Subescala de realización personal (8 ítems: 4,7,9,12,17,18,19,21). La escala está

compuesta por 22 ítems con un formato de respuesta tipo Likert de 7 alternativas de

respuesta ( 0= Nunca, 1= Pocas veces al año o menos, 2= Una vez al mes o menos, 3=

Unas pocas veces al mes o menos, 4= Una vez a la semana, 5= pocas veces a la

semana, 6 = Todos los días). Puntuaciones altas en las subescalas de

despersonalización y de agotamiento emocional y alta en la subescala de realización

personal definen el síndrome de Burnout. La subescala de agotamiento emocional

valora la vivencia de estar exhausto emocionalmente por las demandas del trabajo, la

puntuación máxima que se puede obtener es de 54. La subescala de despersonalización

valora el grado en que cada uno reconoce actitudes de frialdad y distanciamiento la

puntuación máxima que se puede obtener es de 30. Por último, en cuanto a la

subescala de realización personal evalúa los sentimientos de autoeficacia y realización

personal en el trabajo la puntuación. Una puntuación de 48 a 168 se considera bajo

riesgo de sufrir burnout, puntuaciones entre 169 a 312 se considera riesgo moderado de
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sufrir burnout por último puntuaciones de más de 313 existe alto riesgo de sufrir

burnout.

El Maslach Burnout Inventory tiene un buen nivel de validez y de confianza (de

Lange, Constant, López y Eugenia, 2012; Gil- Monte, 2002). Aunque encontramos en

investigaciones que cuestionan la utilidad del ítem 1 proponiendo su eliminación (de

Lange, Constant, López y Eugenia, 2012)

Diseño

El diseño empleado en nuestro estudio ha sido transversal de tipo observacional.

Procedimiento

Durante las dos últimas semanas de septiembre se convocaron a las 50

autónomas/ autónomos y enfermeras/enfermeros. En primer lugar, se presentó el

consentimiento informado mediante el cual cercioramos el anonimato y

voluntariedad del estudio. Seguidamente, se procedió a la resolución de los test de

forma autoadministrada. Se les indico unas breves y simples instrucciones,

recordándoles que lo resolvieran de la manera más sincera y honesta posible.

Asimismo, se les volvió a especificar el carácter anónimo de sus respuestas una vez

iniciada la tarea con el fin de fomentar la sinceridad para así poder minimizar la

posible distorsión en las respuestas. Cabe destacar el consentimiento informado de

los participantes, el cual lo logramos mediante su voluntariedad. Anexo 1

Análisis estadístico

Con el fin de contrastar nuestras hipótesis se llevaron a cabo varias pruebas

estadísticas a través del programa IBM SPSS Statistics 24.0. En cuanto a nuestra
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primera hipótesis, se realizó una correlación de Pearson para ver en qué medida la

ansiedad tanto de rasgo como de estado se relacionaba con el burnout. Por otro lado,

fueron realizadas diversas t de Student para comparar las diferencias entre género en las

subescalas del test de burnout.

Resultados

En cuanto a nuestra primera hipótesis, tal y como se observa en la Tabla 1.

existe una correlación de r=.750 entre la ansiedad estado y el burnout, siendo la

significación de p≤.001 Por otro lado, observamos así mismo una correlación de r=.694

y significación de p≤.001 en lo que respecta la ansiedad como rasgo y el burnout. Por

todo ello, podemos asumir nuestra hipótesis alternativa y admitir que la ansiedad se

relaciona con el burnout.

Tabla 1. Correlación ansiedad estado y rasgo y burnout.

Burnout
r p

Estado .750 .000

Rasgo .694 .000

Notas.- r= r de Pearson; p= valor de significación.

En lo que respecta nuestra segunda hipótesis, los resultados obtenidos de la

prueba t de Student se muestran en la Tabla 2. Las mujeres presentan una media de

M=39.96 y una DT=2.81 en cansancio emocional mientras que los hombres una media

de M=30.48 con una DT=3.04. La prueba de Levene no nos permite asumir varianzas

iguales dado que existe una significación de p=.862, el valor t es de t (47.69) =11.451

con una significación bilateral de p≤.001. Por otro lado, en lo referente a la


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despersonalización, las mujeres muestran una M=23.72 y DT=1.43 mientras que los

hombres tienen una media de M=17.08 y DT=2.23. No pueden asumirse varianzas

iguales dado que la significación es de p=.070. El valor de t es de t (40.82) =12.516 y es

estadísticamente significativo puesto que el valor p es de p≤.001. Por todo ello,

podemos asumir nuestra tercera hipótesis, ya que los resultados demuestran que las

mujeres presentan mayor cansancio emocional y despersonalización que los hombres.

Los resultados de la t de Student realizada para contrastar nuestra tercera

hipótesis se muestran en la Tabla 2. La media de las mujeres es de M=13.24 y una

DT=1.854, los hombres por otro lado tienen una media de M=41.96 y una DT=1.72. La

prueba de Levene nos indica que no podemos asumir varianzas iguales debido a que el

valor p es de p=.602. El valor t es de t (47.73) =-56.78 y presenta una significación de

p≤.001. Por tanto, los resultados nos llevan a afirmar nuestra hipótesis, los hombres

presentan mayor realización personal que las mujeres.

Tabla 2. Comparación de las puntuaciones de hombres y mujeres en cansancio emocional,


despersonalización y realización personal.
Mujeres Hombres Prueba estadística
(n=25) (n=25)
M DT M DT T gl p
Cansancio 39.96 2,81 30,48 3,04 11.451 47.69 .000
Emocional

Despersonaliz 23.72 1.43 17.08 2.23 12.526 40.82 .000


ación

Realización 13.24 1.854 41.96 1.72 -56.78 47.73 .000


Personal

Notas.- M= Media; DT= Desviación Típica; t= prueba t de Student; gl= grados de libertad;
p= valor de significación
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Discusión:

Tras realizar la correspondiente búsqueda bibliográfica, propusimos tres

hipótesis. La primera sostiene que existe una relación entre la ansiedad como estado y

rasgo y el fenómeno burnout. Asimismo, hipotetizamos empleando el test de burnout

de Maslach que las mujeres puntuarán más alto en la subescala de cansancio

emocional y despersonalización y más bajo en realización personal que los hombres, lo

que concluye que las mujeres presentarán mayor burnout que los hombres. Después de

haber realizado las correspondientes pruebas estadísticas, podemos concluir que

nuestras tres hipótesis alternativas se ven cumplidas.

En primer lugar, en lo referente a nuestra primera hipótesis, se encontró una

relación significativa de r=.694 entre la ansiedad como rasgo y el burnout, lo que

indica una dirección positiva. Por otro lado, existe una relación alta y significativa de

r=.750 entre la ansiedad estado y el burnout, lo que confirma nuestra hipótesis que

sostiene que, a mayor burnout, mayor ansiedad tanto estado como de rasgo y

viceversa, una mayor ansiedad como de estado o de rasgo predecirá un mayor burnout.

Estos mismos resultados se encuentran en estudios como el de Turnipseed (1998) en el

que se encontró una relación significativa entre el burnout y la ansiedad estado y rasgo.

Por otro lado, un estudio de Corrigan, Holmes, Luchins, Buican, Basit y Parks

(1994) encontró que la ansiedad como estado se relacionaba positivamente con el

burnout. Estudios más recientes como el de McInerney, Rowan y Lawlor (2012)

encontraron una relación significativa entre la ansiedad como rasgo y el burnout. De la

misma manera, el estudio de Queiros, Borges, Abreu, Baptista, Felli y Mosteiro (2016)

obtienen resultados que indican que la ansiedad como rasgo predice mejor el burnout

que la ansiedad estado o transitoria. Por ello, según nuestros resultados y la revisión de

la literatura podríamos afirmar que la ansiedad predice el burnout, es decir, el


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padecimiento de la ansiedad especialmente en su manifestación como rasgo sería un

factor de vulnerabilidad para el burnout.

En lo referente a la segunda hipótesis, existe una diferencia significativa entre

las medias de hombres y mujeres en el cansancio emocional, presentando éstas un

mayor cansancio que los hombres. En la despersonalización se encuentran del mismo

modo diferencias de medias entre mujeres y hombres, aunque algo menores que en la

anterior variable dependiente. Por ello, podríamos asumir que las mujeres presentan

mayor cansancio emocional y despersonalización que los hombres. Maslach (2001) en

su artículo sobre burnout ocupacional exhibe que los estudios siguen una tendencia

general con objeto de encontrar que las mujeres puntúan más alto en cansancio

emocional que los hombres. Por otro lado, la literatura indica, tal y como hacen

estudios como el de Purnanova y Muros (2010) y Innstrand, Langballe, Falkum y

Aasland (2011) que las mujeres puntúan más alto en el cansancio emocional, sin

embargo, lo que contradicen nuestros resultados, los hombres lo hacen en cuanto a la

despersonalización. De la misma manera, Gil-Monte (2002) encontró que los hombres

tenían mayor puntuación en la despersonalización que las mujeres. A pesar de ello,

cabe destacar que la diferencia de medias entre mujeres y hombres encontrada en este

estudio en lo que respecta la despersonalización podría deberse a variables extrañas no

controladas.

En cuanto a la realización personal, podemos decir que existe una gran

diferencia de medias entre mujeres y hombres siendo esta de M= 13.24 y M= 41.96

respectivamente. La t de Student por su parte es elevada, siendo de t= -56.78. La

literatura ante este fenómeno se encuentra dividida, existen investigaciones que apoyan

nuestros resultados afirmando así, que las mujeres poseen escasos niveles de

reconocimiento y altos niveles de incompetencia en el trabajo (López et al., 2011).


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Esto se ve reflejado en nuestros resultados, a lo que encontramos como explicación el

hecho de que ejerzan como enfermeras más mujeres que hombres y de manera

contraria en los doctores; en el País Vasco la brecha salarial entre ambas profesiones

llega a las cifras de 24.910 euros según los datos de la consultora Addeco (2017). En

cambio, otras investigaciones encuentran que las mujeres poseen mayores índices de

realización que los hombres (Ramírez Pérez y Lee Maturana, 2011; Sloane y Williams,

2000). La investigación de Ramírez Pérez y Lee Maturana (2011) asume que las

mujeres están satisfechas con sus sueldos, promociones y cargo que desempeñan

dentro de la empresa. Por la misma línea de investigación, Sloane y Williams (2000)

concluye que las mujeres poseen mayor realización que los hombres puesto que éstas,

tienen menores expectativas.

El hecho de que algunos nuestros resultados contradigan en cierto modo a la

literatura referente nos hace pensar que esto puede deberse a limitaciones por parte de

nuestro estudio.

En lo que a la validez externa concierne, podemos encontrar limitaciones como

que la muestra no es representativa puesto que sólo se ha incidido en el ámbito

sanitario de una comunidad autónoma, lo que nos impide generalizar. Por otro lado, el

tamaño de la muestra elegidos puede dar a errores estadísticos. En cuanto a la validez

interna, no podemos asumir que todos los cambios no se deban a terceras variables, ya

que vemos que la literatura contradice muchos de nuestros resultados; una

representación de ésto puede ser que no hayamos contado con que las personas

previamente puntuaron alto en neuroticismo y ansiedad

Para futuras replicaciones del estudio sería conveniente tener en cuenta las

siguientes recomendaciones: en primer lugar, la muestra debería ser más amplia y de

mayor extensión geográfica. Del mismo modo, sería conveniente que la muestra
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estuviera equiparada puesto que así el sesgo de las diferencias de géneros en

realización personal se distribuiría. Otra recomendación podría hacer referencia al

diseño, puesto que se llevó a cabo un estudio transversal y con un estudio longitudinal

podríamos cerciorarnos de que las puntuaciones no son momentáneas.

En cuanto a la relación entre el burnout y la ansiedad nuestro estudio ha

contribuido a reforzar la afirmación que relaciona las variables. Por otro lado, como

nuestros resultados no corresponden con la literatura existente cabe profundizar en

investigaciones futuras.

El ser humano pasa la mayor parte de la vida desarrollando su actividad

laboral. Esta es una interacción que mantiene el personal sanitario con su entorno,

dicha relación puede traer consecuencias de crecimiento personal y satisfacción en la

vida; pero también, puede provocar el efecto burnout. Esto no afecta solo a la persona

de manera individual sino también a las organizaciones (Ramírez Pérez y Lee

Maturana, 2011). Por ello, es necesario que las organizaciones se aseguren de tener a

sus empleados motivados en sus empresas, de este modo, se obtendrían mayores

niveles de rendimiento y consecuentemente una mayor satisfacción en sus clientes

(Medina Giacomozzi, Gallegos Muñoz y Lara Hadi 2008).

No se puede hablar de eficiencia sin considerar el bienestar de los trabajadores,

por ello es conveniente considerar como Latorre y Montañes (2004) señalan, la

correlación positiva entre la baja ansiedad como rasgo y la baja inteligencia emocional.

Es por ello que podemos asumir que las personas con mayor inteligencia emocional

gestionan mejor los eventos que producen ansiedad, así como que las personas con

altas puntuaciones en ansiedad tienen problemas para manejar sus emociones

(Fernandez-Berrocal, Alcaide, Extremera y Pizarro, 2006). Por lo tanto, sería

conveniente trabajar la inteligencia emocional con el personal sanitario.


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Anexos

CONSENTIMIENTO INFORMADO

El objetivo de este consentimiento es proporcionar a los participantes de esta

investigación una clara explicación de la naturaleza de la misma, así como del papel que

cumplen en ella al participar.

La investigación presente se llevará a cabo en el 2017 y será conducida por

María Díaz, Ane Irune Lezaola y Cristina Varela, estudiantes de segundo de Psicología

de la Universidad de Deusto, situada en Bilbao.

Usted ha sido invitado/a a ser partícipe del estudio, el cual se le explicará

brevemente antes de que usted confirme su disposición a colaborar con la

investigación. La investigación contará con una prueba que no le llevarán más de 15

minutos en total.

Queremos destacar que su participación es completamente voluntaria, por lo que

no está obligado/a de ninguna manera a participar en este estudio. Si accede a participar,

puede dejar de hacerlo en cualquier momento del estudio, sin que tenga que dar

explicación alguna al equipo de investigación.

Es importante que usted sepa que su anonimato está garantizado. El equipo de

investigación mantendrá su total confidencialidad con respecto a cualquier información

obtenida en este estudio, ya que su nombre no aparecerá en ningún documento ni en las

bases individualmente.

Debe saber que su colaboración en este estudio no conlleva ningún riesgo. Los

datos obtenidos serán empleados exclusivamente para los fines de la presente

investigación y serán analizados de manera agregada, es decir, no modos, si tiene alguna

pregunta sobre su participación, puede acercarse en cualquier momento a la persona

encargada para aclarar sus dudas, las que serán tratadas por privado. Asimismo, si le
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surgen preguntas después del esclarecimiento del estudio (que recibirá por correo

electrónico), no dude en contactar con los responsables del estudio por vía electrónica y

será atendido resolviendo así sus dudas.

Por último, el equipo de investigación que conforma este estudio quiere

agradecerles el tiempo dedicado al mismo y pedir disculpas por las molestias que

supone.

Acepto participar voluntariamente en esta investigación, conducida por María Díaz,

Ane Irune Lezaola y Cristina Varela.

Reconozco que la información que yo provea en el curso de esta investigación

es estrictamente confidencial y no será usada para ningún otro propósito fuera de los

de este estudio sin mi consentimiento. He sido informado de que puedo hacer

preguntas sobre el proyecto en cualquier momento y que puedo retirarme del mismo

cuando así lo decida, sin que esto acarree perjuicio alguno para mi persona.

Entiendo que una copia de esta ficha de consentimiento me será entregada, y

que puedo pedir información sobre los resultados de este estudio cuando éste haya

concluido.

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Nombre y apellidos del Participante Firma del Participante Fecha actual

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