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VANGUARDIA MANIFIESTA [DOSSIER]

1/ [TUCUMÁN ARDE / ARGENTINA / 1968]

[1968] Declaración

“A partir del año 1968 comenzaron a producirse dentro del campo de la plástica
argentina, una serie de hechos estéticos que rompían con la pretendida actitud de
vanguardia de los artistas que realizaban su actividad dentro del Instituto Di
Tella, la institución que hasta ese momento se adjudicaba la facultad de legislar
y proponer nuevos modelos de acción, no sólo para los artistas vinculados a ella,
sino para todas las nuevas experiencias plásticas que surgían en el país. [/]
Estos hechos que irrumpieron en la decantada y exquisita atmósfera estetizante de
las falsas experiencias vanguardistas que se producían en las instituciones de la
cultura oficial, fueron connotando incipientemente el lineamiento de una nueva
actitud que conduciría a plantear el fenómeno artístico como una acción positiva
y real, tendiente a ejercer una modificación sobre el medio que lo generaba. [/]
Esta actitud apuntaba a manifestar los contenidos políticos implícitos en toda
obra de arte, y proponerlos como una carga activa y violenta, para que la
producción del artista se incorporara a la realidad con una intención
verdaderamente vanguardista y por ende revolucionaria. Hechos estéticos que
denunciaban la crueldad de la guerra de Vietnam o la radical falsedad de la
política norteamericana indicaban directamente la necesidad de crear no ya una
relación de la obra y el medio, sino un objeto artístico capaz de producir por sí
mismo modificaciones que adquieran la misma eficacia de un hecho político. [/] El
reconocimiento de esta nueva concepción llevó a un grupo de artistas a postular
la creación estética como una acción colectiva y violenta, destruyendo el mito
burgués de la individualidad del artista y del carácter pasivo tradicionalmente
adjudicado al arte. La agresión intencionada llega a ser la forma del nuevo arte.
Violentar es poseer y destruir viejas formas de un arte asentado sobre la base de
la propiedad individual y el goce personal de la obra única. La violencia es,
ahora, una acción creadora de nuevos contenidos: destruye el sistema de la
cultura oficial, oponiéndole una cultura subversiva que integra el proceso
modificador, creando un arte verdaderamente revolucionario. [/] El arte
revolucionario nace de una toma de conciencia de la realidad actual del artista
como individuo en el contexto político y social que lo abarca. [/] El arte
revolucionario propone el hecho estético como núcleo donde se integran y unifican
todos los elementos que conforman la realidad humana: económicos, sociales,
políticos; como una integración de los aportes de las distintas disciplinas,
eliminando la separación entre artistas, intelectuales y técnicos, y como una
acción unitaria de todos ellos dirigida a modificar la totalidad de la estructura
social: es decir, un arte total. [/] El arte revolucionario acciona sobre la
realidad mediante un proceso de captación de los elementos que la componen a
partir de una lúcida concepción ideológica basada en los principios de la
racionalidad materialista. [/] El arte revolucionario, de esta manera, se
presenta como una forma parcial de la realidad que se integra dentro de la
realidad total, destruyendo la separación idealista entre la obra y el mundo, en
la medida en que cumple una verdadera acción transformadora de las estructuras
sociales: es decir, un arte transformador. [/] El arte revolucionario es la
manifestación de aquellos contenidos políticos que luchan por destruir los
caducos esquemas culturales y estéticos de la sociedad burguesa, integrándose con
las fuerzas revolucionarias que combaten las formas de la dependencia económica y
la opresión clasista: es, por lo tanto, un arte social. [/] La obra colectiva que
se realiza se apoya en la situación actual argentina, radicalizada en una de sus
provincias más pobres, Tucumán, sometida a una larga tradición de subdesarrollo y
opresión económica. El actual gobierno argentino, empeñado en una nefasta
política colonizante, ha procedido al cierre de la mayoría de los ingenios
azucareros tucumanos, resorte vital de la economía de la provincia, esparciendo
el hambre y la desocupación, con todas las consecuencias sociales que ésta
acarrea. Un ‘Operativo Tucumán’ elaborado por los economistas del gobierno,
intenta enmascarar esta desembozada agresión a la clase obrera con un falso
desarrollo económico basado en la creación de nuevas o hipotéticas industrias
financiadas por capitalistas norteamericanos. La verdad que se oculta detrás de
este Operativo es la siguiente: se intenta la destrucción de un real y explosivo
gremialismo que abarca el noroeste argentino mediante la disolución de los grupos
obreros, atomizados en pequeñas explotaciones industriales u obligados a emigrar
a otras zonas en busca de ocupación temporaria, mal remunerada y sin estabilidad.
Una de las graves consecuencias que este hecho acarrea, es la disolución del
núcleo familiar obrero, librado a la improvisación y al azar para poder
subsistir. La política económica seguida por el gobierno en la provincia de
Tucumán tiene el carácter de experiencia piloto, con la que se intenta comprobar
el grado de resistencia de la población obrera para que, subsecuentemente a una
neutralización de la oposición gremial, pueda ser trasladada a otras provincias
que presentan características económicas y sociales similares. [/] Este
‘Operativo Tucumán’ se ve reforzado por un ‘operativo silencio’, organizado por
las instituciones del gobierno para confundir, tergiversar y silenciar la grave
situación tucumana, al cual se ha plegado la llamada ‘prensa libre’ por razones
de comunes intereses de clase. [/] Sobre esta situación, y asumiendo su
responsabilidad de artistas comprometidos con la realidad social que los inclure,
los artistas de vanguarda responden a este ‘operativo silencio’ con la
realización de la obra ‘TUCUMÁN ARDE’. [/] La obra consiste en la creación de un
circuito sobreinformacional para evidenciar la solapada deformación que los
hechos producidos en Tucumán sufren a través de los medios de información y
difusión que detentan el poder oficial y la clase burguesa. […]. La información
sobre los hechos producidos en Tucumán vertida por el gobierno y los medios
oficiales tiende a mantener en el silencio el grave problema social desencadenado
por el cierre de los ingenios, y a dar una fala imagen de recuperación económica
de la provincia que los datos reales desmienten escandalosamente. Para recoger
estos datos y poner en evidencia la falaz contradicción del gobierno y de la
clase que lo sustenta, el grupo de artistas de vanguardia viajó a Tucumán,
acompañado de técnicos y especialistas, y procedió a la verificación de la
realidad social que se vive en la provincia. El proceso de acción de los artistas
culminó con una conferencia de prensa, donde hicieron público, y de manera
violenta, su repudio a la actuación de las autoridades oficiales y a la
complicidad de los medios culturales y de difusión que colaboran en el
mantenimiento de un estado social vergonzoso y degradante para la población
obrera tucumana. La acción de los artistas fue realizada en colaboración con los
grupos estudiantiles y obreros, que se integraron así a la materialización de la
obra. [/] Los artistas viajaron a Tucumán con una amplia documentación sobre los
problemas económicos y sociales de la provincia y un conocimiento detallado de
toda la información que los medios habían elaborado sobre los problemas
tucumanos. Este último informe había sido sometido previamente a un análisis
crítico para medir el grado de tergiversación y desvirtuación ejercido sobre los
datos. En una segunda instancia se elaboró la información recogida por los
artistas y técnicos que serviría para la realización de la muestra que se
presenta en las Centrales Obreras. Y finalmente, la información que los medios
han elaborado sobre la actuación de los artistas en Tucumán, integrará el
circuito informacional de la primera etapa. [/] La segunda parte de la obra es la
presentación de toda la información reunida sobre la actuación de los artistas en
Tucumán, parte de la cual será difundida en sindicatos y centros estudiantiles y
culturales, así como la muestra que en forma audiovisual y actuada se realiza en
la CGT de los Argentino regional Rosario y posterior traslado a Buenos Aires. [/]
El circuito sobreinformacional que tiene como intención básica promover un
proceso desalienante de la imagen de la realidad tucumana elaborada por los
medios de comunicación de masas, tendrá su culminación en la tercera y última
etapa al provocar una información de tercer grado que será recogida y formalizada
en una publicación donde constarán todos los procesos de concepción y realización
de la obra y toda la documentación producida junto con la evaluación final. [/]
La posición adoptada por los artistas de vanguardia les exige no incorporar sus
obras a las instituciones oficiales de la cultura burguesa, y les plantea la
necesidad de trasladarse a otro contexto; esta muestra se realiza entonces en la
CGT de los Argentinos, por ser éste el organismo que nuclea a la clase que está a
la vanguardia de una lucha cuyos objetivos últimos comparten los autores de esta
obra”.

(María Teresa Gramuglio y Nicolás Rosa, “Declaración” de la muestra de Tucumán


Arde en Rosario, noviembre de 1968).

[1968] Declaración

“La violencia del régimen es cruda y clara cuando se dirige contra la clase
obrera, es más sutil, en cambio, cuando apunta a artistas e intelectuales. Porque
además de la represión que implica la censura de libros y películas, la clausura
de exposiciones y teatros, está la otra, la permanente represión. Hay que
buscarla en el interior de la forma que asume el arte en estos momentos: un
artículo de consumo elegante para una clase determinada. Ya pueden los artistas
ilusionarse creando obras aparentemente violentas: serán recibidos con
indiferencia y hasta con agrado; serán vendidos y comprados, su virulencia será
un producto más del mercado de compra y venta de prestigio. [/] ¿Y por qué es que
el sistema puede apropiarse y absorber hasta las obras de arte más audaces y
renovadoras? [/] […] Puede hacerlo porque los artistas están aislados de la lucha
y de los reales problemas de la revolución en nuestro país, y sus obras todavía
no dicen lo que hay que decir, no aciertan los medios apropiados para hacerlo, y
no se dirigen a quienes precisan de nuestros mensajes. [/] ¿Cómo haremos entonces
los artistas para no seguir siendo servidores de la burguesía? [/] En el contacto
y la participación junto a los activistas más esclarecidos y combativos, poniendo
nuestra militancia creativa y nuestra creación militante al servicio de la
organización del pueblo para la lucha. [/] Los artistas deberemos contribuir a
crear una verdadera red de información y comunicación por abajo que se oponga a
la red de difusión del sistema. [/] En este proceso nos iremos descubriendo y
decidiéndonos por los medios más eficaces: el cine clandestino, los afiches y
volantes, los folletos, los discos y cintas grabadas, las canciones y consignas,
el teatro de agitación, las nuevas formas de acción y propaganda. [/] Serán obras
que al régimen le costará reprimir porque se fundirán con el pueblo. [/] Serán
obras hermosas y útiles. Señalarán al verdadero enemigo, infundirán odio y
energía para combatirlo. [/] Nunca más los artistas sentiremos que nuestra
capacidad sirve a nuestros enemigos. [/] Se dirá que lo que proponemos no es
arte. ¿Pero qué es arte? [/] ¿Lo son acaso esas formas elitistas de la
experimentación pura? [/] ¿Lo son acaso las creaciones pretendidamente
corrosivas, pero que en realidad satisfacen a los burgueses que las consumen? [/]
¿Son arte acaso las palabras en sus libros y éstos es las bibliotecas? ¿Las
acciones dramáticas en el celuloide y la escena y éstos en los cines y teatros?
¿Las imágenes en los cuadros y éstos en las galerías de arte? Todo quieto, en
orden, en un orden burgués y conformista; todo inútil. [/] Nosotros queremos
restituir las palabras, las acciones dramáticas, las imágenes a los lugares donde
pueden cumplir un papel revolucionario, donde sean útiles, donde se conviertan en
‘armas para la lucha’. [/] Arte es todo lo que moviliza y agita. Arte es lo que
niega radicalmente este modo de vida y dice: hagamos algo para cambiarlo”.

(“Declaración de Buenos Aires”, Plásticos de vanguardia de la Comisión de Acción


Artística de la CGT de los Argentinos, Buenos Aires, noviembre de 1968)
2/ [SITUACIONISMO / FRANCIA / 1957-1969]

[1958] Tesis sobre la revolución cultural

1] El fin tradicional de la estética es hacer sentir, en la privación y en la


ausencia, algunos elementos pasados de la vida que escaparían de la confusión de
las apariencias a través de una mediación artística, siendo por tanto la
apariencia la que sufre el reinado del tiempo. El logro estético se mide por una
belleza que es inseparable de la duración y tiende incluso a reclamar la
eternidad. El fin de los situacionistas es la participación inmediata en una
abundancia pasional de la vida mediante la transformación de momentos efímeros
conscientemente dispuestos. La realización de estos momentos sólo puede darse
como efecto pasajero. Los situacionistas consideran la actividad cultural, desde
el punto de vista de la totalidad, como un método de construcción experimental de
la vida cotidiana que puede desarrollarse permanentemente con la ampliación del
ocio y la desaparición de la división del trabajo (empezando por el trabajo
artístico)

2] El arte puede dejar de ser una relación de sensaciones para convertirse en una
organización directa de sensaciones superiores: se trata de producirnos a
nosotros mismos, y no cosas que no nos sirvan.

3] […] No hay libertad en el empleo del tiempo sin la posesión de los


instrumentos modernos para la construcción de la vida cotidiana. El uso de tales
instrumentos marcará el salto de un arte revolucionario utópico a una arte
revolucionario experimental.

4] Una asociación internacional de situacionistas puede considerarse como una


unión de trabajadores de un sector avanzado de la cultura, o más exactamente de
todos aquellos que reivindican el derecho a un trabajo ahora impedido por las
condiciones sociales. Por lo tanto como un intento de organización de
revolucionarios profesionales de la cultura.

5] Nos hallamos separados en la práctica del control real de los poderes


materiales acumulados en nuestro tiempo. La revolución comunista no ha tenido
lugar y nos encontramos todavía en el marco de la descomposición de las viejas
superestructuras culturales. Henri Lefebvre ve correctamente que esta
contradicción está en el centro de una discordancia específicamente moderna entre
el individuo progresista y el mundo, y llama romántico-revolucionaria a la
tendencia cultura que se funda sobre esta discordancia. El error de la concepción
de Lefebvre consiste n hacer de la simple expresión del desacuerdo un criterio
suficiente para una acción revolucionaria dentro de la cultura. Lefbvre renuncia
de antemano a cualquier experimento que tienda a un cambio cultural profundo, y
queda satisfecho con un contenido: la conciencia del posible-imposible, que puede
expresarse sin importar qué forma adopte dentro del marco de la descomposición.

6] Quienes quieren superar el viejo orden establecido en todos sus aspectos no


pueden ligarse al desorden presente, ni siquiera en la esfera de la cultura.
Deben luchar sin demora, también en el campo cultural, por la aparición concreta
del orden móvil del futuro. Esta posibilidad, presente ya entre nosotros,
desacredita toda expresión dentro de las formas culturales conocidas. Todas las
formas de pseudo-comunicación deben llevarse hasta su completa destrucción, para
llegar un día a la comunicación real y directa (al uso, en nuestra hipótesis, de
medios culturales superiores: la situación construida). La victoria será para
quienes sepan crear el desorden sin amarlo.

7] En el mundo de la descomposición cultural podemos probar nuestras fuerzas,


pero no emplearlas. La tarea práctica de superar nuestro desacuerdo con el mundo,
de vencer la descomposición mediante construcciones más elevadas, no es
romántica. Seremos “revolucionarios románticos”, en el sentido de Lefebvre,
precisamente en la medida en que fracasemos.

(Guy Debord, Internacional Situacionista, 1, junio de 1956)

[1960] Manifiesto

[…]

¿Cuáles deberían ser los rasgos principales de la nueva cultura, sobre todo en
comparación con el arte antiguo? [/] Contra el espectáculo, la cultura
situacionista realizada introduce la participación total. [/] Contra el arte
conservado, es una organización del movimiento vivido directamente. [/] Contra el
arte fragmentario, será una práctica global que contenga a la vez todos los
elementos utilizados. Tiende naturalmente a una producción colectiva y sin duda
anónima (en la medida en que, al no almacenar las obras como mercancías dicha
cultura no estará dominada por la necesidad de dejar huella). Sus experiencias se
proponen, como mínimo, una revolución del comportamiento y un urbanismo unitario
dinámico, susceptible de extenderse a todo el planeta; y de propagarse
seguidamente a todos los planetas habitables. [/] Contra el arte unilateral, la
cultura situacionista será un arte del diálogo, de la interacción. Los artistas –
como toda la cultura visible- han llegado a estar completamente separados de la
sociedad, igual que están separados entre ellos por la concurrencia. Pero antes
incluso de que el capitalismo entrase en este atolladero el arte era
esencialmente unilateral, sin respuesta. Esta era cerrada de su primitivismo se
superará mediante una comunicación completa. [/] Al llegar a ser todo el mundo
artista en un plano superior, es decir, inseparablemente productor-consumidor de
una creación cultural total, se asistirá a la disolución rápida del criterio
lineal de novedad. Al ser todo el mundo situacionista, por decirlo así, se
asistirá a una inflación multidimensional de tendencias, de experiencias, de
“escuelas” radicalmente diferentes, y no ya sucesivamente sino simultáneamente.
[/] Inauguramos ahora lo que será, históricamente, el último de los oficios. El
papel de situacionista, de aficionado-profesional, de anti-especialista, es
todavía una especialización hasta el momento de abundancia económica y mental en
que todo el mundo llegará a ser “artista”, en un sentido que los artistas no han
alcanzado: la construcción de su propia vida. Sin embargo, el último oficio de la
historia está tan próximo a la sociedad sin división permanente del trabajo, que
se le niega generalmente, cuando hace su aparición en la I.S., la cualidad de
oficio. [/] A los que no nos comprendieran bien… les decimos con un irreductible
desprecio: los situacionistas, de quienes os creéis jueces, os juzgarán un día u
otro. Os esperamos en el cambio de sentido que es la inevitable liquidación del
mundo de la escasez en todas sus formas. Estos son nuestros objetivos, y serán
los futuros objetivos de la humanidad.

(17 de mayo de 1960; Internacional Situacionista, 4, junio de 1960)


[1966] La ideología del diálogo

[…] Quienes aceptan una o más variantes del falso diálogo existente se convierten
en defensores de un nuevo tipo de libre cambio en nombre de un derecho abstracto
al diálogo a cualquier precio (a pagar con concesiones declaradas a la mentira (,
y nos reprochan interrumpir el falso diálogo. Es aquí, por tanto, y no en otra
parte, donde podemos ser portadores de la realidad del diálogo. Sobre el problema
de la exclusión, creemos haber hecho progresar con la experimentación el modelo
deseable de organización no jerarquizada con un proyecto común, que no puede
sostenerse más que con la autodisciplina de los individuos, puesta a prueba en la
coherencia de las teorías y de los actos con los que cada uno pretende
comprometer a los demás. […] una asociación libre –“un vínculo y no un poder”- en
la que varios individuos se encuentran sobre una base común no puede ser el
objeto pasivo de un único capricho. Los que no quieren juzgar ni condenar deben
rechazar la conducta de cualquier persona que pretenda comprometerlos. Cuando la
I.S. excluye a alguien, no le pedimos cuentas sobre su vida, sino sobre la
nuestra, sobre el proyecto común que quiere falsificar (por tener objetivos
contrarios o por falta de discernimiento). […] Rechazando a alguien a partir de
las reglas del juego que él mismo creía aceptar o había sido obligado a aceptar
rechazamos nuestra propia dimisión. […] No somos un poder en la sociedad, y
nuestras “exclusiones” no expresan otra cosa que nuestra propia libertad para
distinguirnos del confusionismo alrededor nuestro e incluso entre nosotros, mucho
más próximo al poder social existente y con todas las ventajas. Nunca hemos
querido impedir a nadie expresar sus ideas o hacer lo que quiera (ni hemos
buscado estar en disposición práctica de presionar en este sentido). Únicamente
rechazamos mezclarnos con lo que está en contra de nuestras convicciones y
nuestros gustos. Dese cuenta de que esto es tanto más vital cuanto nosotros no
tenemos casi ninguna libertad para expresar nuestras propias convicciones y
gustos tal y como son realmente, debido a su carácter claramente contracorriente.
Nuestra “intolerancia” nunca es más que una respuesta –muy limitada- a la
intolerancia y la exclusión completamente asentadas que en la práctica
encontramos en todas partes, particularmente en la “inteligencia instalada”
(considerablemente más fuerte que la que el surrealismo pudo encontrar) y que
apenas nos sorprenden. Así como no somos en ningún grado un poder de control en
la sociedad, rechazamos convertirnos un día a favor de cualquier modificación
política (somos en esta cuestión partidarios de la autogestión radical, de los
consejos obreros que abolen todo poder estatal y “teórico” separados), y
rechazamos convertirnos en un poder cualquiera, incluso en la pequeña escala en
que nos estaría actualmente permitido, cuando no aceptamos afiliar discípulos que
nos darían, al mismo tiempo que ese derecho de control sobre ellos, un
reconocimiento social muy grande, pero como vulgar ideología artística o
política. […] en condiciones en que todo el mundo –aunque a través de una
desigualdad fantástica- puede expresar un pensamiento radical –sin querer
suprimir por supuesto esta libertad práctica- debe reivindicar ante todo su
derecho a la existencia […] sin ser “recuperado” y maquillado por el orden que
manifiestamente reina por encima de esta confusión y complejidad abiertas que
resultan visibles, y que poseen finalmente incluso el monopolio de la apariencia
(cf. nuestra crítica del “espectáculo” en la sociedad del consumo de mercancías
abundantes). Finalmente, la “tolerancia” reinante tiene un único sentido, y ello
a escala planetaria a pesar de los antagonismos y de la complejidad de los
diferentes tipos de sociedades de la explotación. Lo que toleran las personas
tolerantes que tienen la palabra es fundamentalmente el poder establecido en
todas partes”.

(Internacional Situacionista, 10, marzo de 1966)


3/ [NADAÍSMO / COLOMBIA / 1958-1976]

[1958] Primer manifiesto

[I] [DEFINICIÓN DEL NADAÍSMO] El Nadaísmo, en un concepto muy limitado, es una


revolución en la forma y el contenido del orden espiritual imperante en Colombia.
Para la juventud es un estado esquizofrénico-consciente contra los estados
pasivos del espíritu y la cultura. [/] Ustedes me preguntarán por una definición
más exacta. Yo no sabría decir lo que es, pues toda definición implica un límite.
Su contenido es muy vasto, es un estado del espíritu revolucionario, y excede
toda clase de previsiones y posibilidades. [/] […] Nosotros no queremos trabajar
sobre lo definitivo. El Nadaísmo nace sin sistemas fijos y sin dogmas. Es una
libertad abierta a las posibilidades de la cultura colombiana, con un mínimo de
presupuestos de lucha que evolucionarán con el tiempo hacia una estimación
valorativa del hombre, una forma de belleza nueva, y una aspiración sin
idealismos románticos ni metafísicos hacia una sociedad evolucionada en el orden
cultural y artístico. [/] [II] [CONCEPTO SOBRE EL ARTISTA] Se ha considerado al artista
como un ser más cerca de los dioses que del hombre. A veces como un símbolo que
fluctúa entre la santidad o la locura. [/] Queremos reivindicar al artista
diciendo de él que es un hombre, un simple hombre que nada lo separa de la
condición humana, común a los demás seres humanos. Y que sólo se distingue de
otros por virtud de su oficio y de los elementos específicos con que hace su
destino. [/] Afirmamos nuestra incredulidad en el Genio. El artista no es ningún
Genio. Él es un ser privilegiado con ciertas cualidades excepcionales y
misteriosas con que lo dotó la naturaleza. En el artista hay satanismo, fuerzas
extrañas de la biología, y esfuerzos conscientes de creación mediante intuiciones
emocionales o experiencia de la Historia del pensamiento. [/] Situemos al artista
en su sitio devolviéndole su condición humana y terrestre, sin superioridades
abstractas sobre los demás hombres. Su destino es una simple elección o vocación,
bien irracional, o condicionada por un determinismo Bio-Psíquico-Consciente, que
recae sobre el mundo si es político; sobre la locura si es poeta, o sobre la
trascendencia si es místico. [/] [III] [EL NADAÍSMO Y LA POESÍA] Trataré de definir la
poesía como toda acción del espíritu completamente gratuita y desinteresada de
presupuestos éticos, sociales, políticos o racionales que se formulan los hombres
como programas de felicidad y de justicia. [/] Este ejercicio del espíritu
creador originado en las potencias sensibles, lo limito al campo de una
subjetividad pura, inútil, al acto solitario del Ser. [/] El ejercicio poético
carece de función social o moralizadora. Es un acto que se agota en sí mismo. Que
al producirse pierde su sentido, su trascendencia. La poesía es el acto más
inútil del espíritu creador. Jean Paul Sartre la definió como la elección del
fracaso. [/] La poesía es, en esencia, una aspiración de belleza solitaria. El
más corruptor vicio onanista del espíritu moderno. [/] Sin duda, queda una
posibilidad de belleza viril en la poesía colombiana, de belleza inútil y pura, y
ésta sólo puede ser el producto de la estética Nadaísta. [/] Y la poesía Nadaísta
es la libertad que desordena lo que ha organizado la razón, o sea, la creación
inversa del orden universal y de la Naturaleza. [/] La poesía es por primera vez
en Colombia una rebelión contra las leyes y formas tradicionales, contra los
preceptos estéticos y escolásticos que se han venido disputando infructuosamente
la verdad y la definición de la belleza. [/] André Gide soñaba en Los nuevos
alimentos terrestres con un arte de palabras que no tratara de probar ni definir
nada. [/] Tal adivinación sobre la esencia de la poesía, materializa la fe
creadora del mundo irracional y consciente en la poesía Nadaísta, de la cual se
excluye la polémica, la dialéctica, la lógica, la retórica, el ritmo, la rima, la
belleza clásica, el sentimiento, la razón, para quedar reducida a la simple
intuición de belleza purificada y liberada de la satrapía de las entelequias y de
las formas, y depurada en el simple esquema, la honda víscera, el irresponsable
espíritu creador que produce simultáneamente belleza Consciente-Inconsciente,
Irracional-Conceptual; Onírica-Despierta; o sea belleza pura-nada como un pecado
original. [/] Belleza que es protesta y desobediencia a todas las leyes Ético-
Políticas-Estéticas-Sociales-Religiosas, y es vértigo ante el peligro de lo
prohibido. Porque ser poeta significa aceptar esa pasión culpable y a la vez
redentora derivada de la alegría que produce la destrucción del Orden Universal.
En cuya destrucción se purifica el espíritu de todas sus resignaciones,
conformismos divinos y revelados que traen el mensaje de la perdición y
esclavitud del espíritu. [/] Por la gran causa libre de la poesía no es posible,
ni lícito, ni permitido, hipotecarla en empresas idealistas de orden social o
político. Eso sería asignarle un legítimo carácter bastardo a su género. [/] […]
Al surgir esta nueva forma de belleza Nadaísta toca a su ocaso la belleza
clásica; la belleza medida y calculada; la belleza pulsada e inspirada; el
pasatiempo de la belleza; la enseñada por los profesores de retórica; la belleza
del éxtasis celeste; la belleza lírica; la belleza elegíaca; la belleza épica y
pastoril; el truco abominable de la belleza parnasiana; la que fabrican los
poetas masivos y mesiánicos…, pero sobre todo, la belleza que se hace con olor a
mujer, esa detestable traición a la belleza que es el romanticismo. [/]
Secularmente la poesía colombiana ha extraído su numen de la pestilencia o los
perfumes del sexo femenino, lo que significa una impureza y un impudor contra la
castidad del arte. [/] […] Como la poesía Nadaísta es una revolución frente a la
estética tradicional, eso implica el descubrimiento de una nueva estética que
abrirá todos los controles bajo los cuales ha permanecido oculto un misterioso
mundo poético: el mundo subconsciente que es como del depósito general de un
almacén del espíritu que provee las exigencias de la conciencia reflexiva. [/]
Esos materiales irracionales son como basuras del espíritu moral, los reductos
desechados del puritanismo burgués. Nosotros los Nadaístas vamos a recogerlos y a
consagrarlo como materia de arte, como yacimientos de riqueza inexplorada, con
los cuales vamos a elaborar una belleza pura, sin sometimientos a la dictadura de
la razón y a las prohibiciones de una retórica frígida. [/] La revolución
Surrealista de André Breton intentó esta aventura salvando a la poesía francesa
dek fastidioso academicismo en que estaba detenida, creando bases para la
expresión de una estética libre de sujeciones y preceptos. [/] Breton definía esa
elevada misión reformadora del Surrealismo con la creencia en una “[…] realidad
superior de ciertas formas de asociaciones despreciadas hasta entonces, en el
poder del sueño, en el juego desinteresado del pensamiento […]”. [/] Para
identificar la poesía Nadaísta será necesario que alternen en el poema la razón
frígida de la sensibilidad intuitiva, simultáneamente con la sensibilidad
ardiente de la Razón Pura deductiva. [/] Lo que no sea esto, será bazofia
bizantina, vergonzosos lastres de academicísimo; artificio estéril de retóricas
decadentes; residuos lustrosos de estéticas insepultas pero ya podridas;
cadáveres de belleza disecada y conservada por el mal gusto, los sentidos
atrofiados, y una propensión del espíritu neutro y eunuco del hombre colombiano
para reaccionar positivamente, virilmente, ante los estímulos apremiantes de la
nueva belleza Nadaísta. [/] [IV] [EL NADAÍSMO Y LA PROSA] […] ¿Qué haremos los
Nadaístas con la prosa y sus insospechados recursos de expresión? [/] […] En lo
posible, la utilización Nadaísta de la prosa consistirá en el empleo de elementos
No-Racionales, No-Conceptuales, esos elementos indeterminados, difusos, perdidos
en el mundo sensible, no necesariamente poéticos, no necesariamente intelectivos,
que no son por no ser percibidos, pero que pueden ser intuidos, que pasan
psicológicamente por una invisible pero sentida línea equinoccial del espíritu.
[/] […] En la prosa Nadaísta hay que buscar contrastes de tonos, de colores, de
significados, de expresión: los mismos efectos que buscan las artes plásticas y
la música para producir sensaciones no contenidas en la realidad del mundo
visible y de las formas. [/] La prosa no puede seguir siendo un cuerpo de
palabras organizadas en un conjunto racional y comprensible. Hay que darle una
desvertebración irracional. [/] […] En este sentido, la prosa Nadaísta será la
expresión de lo absurdo, de lo inverosímil. Aspiramos a desvirtuar la realidad
para hacerla participar de sus locas y absurdas posibilidades, para recrear la
realidad mediante la libertad absurda del artista. [/] […] Nuestra misión con la
prosa es esa confrontación entre las realidades existentes acuñadas con los
sellos de la razón y del sentimiento, y de sus posibilidades absurdas. Por eso
creemos en la verdad de lo inverosímil, y en la realidad de lo irreal.
Explotaremos esos elementos con un criterio nuevo y revolucionario: con el
criterio Nadaísta. Que consiste en descrear lo creado. Oponer la libertad
creadora del artista a la de Dios. Y en esa confrontación entre la belleza humana
y la Divina, conformar a un mundo a-Divino que también pudo ser posible. [/] [V]
[EL NADAÍSMO: PRINCIPIO DE DUDA Y DE VERDAD NUEVA] Partimos de la base de que la sociedad
colombiana está urgida de una impostergable transformación en todos sus órdenes
espirituales. [/] […] En nuestro caso colombiano, una imagen, una representación
verdadera de nuestra situación espiritual, sólo es posible si ponemos en duda y
entre paréntesis esa imagen heredada que nos legaron las anteriores generaciones
y que nosotros, nueva generación, no nos hemos preocupado de preguntarnos si es
legítima o bastarda, indestructible o vulnerable. [/] El Nadaísmo, movimiento
revolucionario de una juventud que nada tiene que perder intelectualmente y
materialmente, hará a nombre de esta generación esa importante pregunta. […] [/]
[…] Dentro del actual orden cultural colombiano, toda verdad reconocida
tradicionalmente como verdad, debe ser negada como falsa, al menos en principio.
Por ahora el único sentido de la libertad intelectual, consiste en la negación.
La aceptación sumisa o la indiferencia pasiva significarían claudicación,
resignación o cobardía. Comprometerse en la rebelión y la protesta frente al
orden establecido y las jerarquías dominantes, tendrá el sentido de poner el
ejercicio intelectual al servicio de la justicia, la libertad y la dignidad del
hombre. [/] Esta empresa del espíritu revolucionario de los jóvenes intelectuales
colombianos marginados por el poder excluyente de las clases reaccionarias y
burguesa, es ciertamente muy ambiciosa, pero está lejos de tener el carácter de
un idealismo romántico. [/] Las perspectivas iniciales nos presentan un panorama
difícil, casi impenetrable en la conciencia colombiana, pues toda revolución nace
con fines a la destrucción de los mitos y los dogmas imperantes, que impiden la
objetivación de ese espíritu revolucionario. [/] La lucha será desigual,
considerando el poder concentrado de que disponen nuestros enemigos […]. [/] Ante
empresa de tan grandes proporciones, renunciamos a destruir el orden establecido.
Somos impotentes. La aspiración fundamental del Nadaísmo es desacreditar ese
orden. [/] Este movimiento acaba de nacer en medio de una generación frustrada,
indiferente y solitaria, y en un país de seculares conformismos espirituales. […]
[/] […] rechazados por las clases dirigentes, combatidos y perseguidos, y ante la
indiferencia complaciente y despectiva de nuestros intelectuales consagrados
incapaces de una varonil rectificación a nombre de la libertad del espíritu; y
mientras merecemos el respaldo de una juventud revolucionaria que ha vivido
marginada por falta de oportunidades y próxima a la frustración de sus grandes
poderes creadores, el Nadaísmo estará abierto a todos los inconformismos y todas
las irreverencias de tipo cultural, estético, social y religioso. Esos
inconformismos tendrán una amplia acogida en la revista Nada, órgano del
Movimiento Nadaísta. [/] […] Al pretender desacreditar los dogmas de todo tipo,
no podemos recaer nosotros en un nuevo dogmatismo: en el dogma de la revolución
Nadaísta. Queda, pues, abierto el camino de las controversias. [/] El Nadaísmo no
es, por lo tanto, un sistema centrado e incapaz de evolucionar hacia una cultura
superior. Por el hecho de nacer, implica que comienza a evolucionara y a cumplir
hasta donde sea posible sus fines propuestos. Declinará cuando esos fines den
nacimiento a una nueva cultura para después cerrar su ciclo Negativo-Positivo.
[/] Cesa el Nadaísmo para ser lo otro, lo que vendrá. Ese nuevo espíritu no
aparece estructurado en nuestras previsiones con formas muy visibles, pero será
de todos modos contrario al que ataca la revolución Nadaísta. [/][…] [VI] [EL
NADAÍSMO: LEGÍTIMA REVOLUCIÓN COLOMBIANA] El Movimiento Nadaísta no es una imitación
foránea de Escuelas literarias o revoluciones estéticas anteriores. No sigue
modelos europeos. Él hunde sus raíces en el hombre, en la sociedad y en la
cultura colombiana. [/] Nuestros enemigos van a condenarlo a priori, buscándole
parentescos ilegítimos con movimientos revolucionarios similares, por ejemplo con
el surrealismo, el futurismo, el nihilismo, el existencialismo, etc. [/] […] Los
excesos de la naturaleza americana, su esplendor, su mágica belleza original, la
lírica enajenación del paisaje, sus atributos externos no nos interesan como
materia de arte. Nos importa ante todo la problemática del hombre colombiano, su
situación espiritual. No el decorado ni los escenarios donde se realiza su drama.
[/] […] Detenerse en el pasado con un asombro contemplativo, evidencia el
complejo de América ante un mundo evolucionado que decide su destino y su
supervivencia histórica y biológica, mediante las actuales revoluciones sociales
y conquistas científicas del espacio que se disputan el predominio político de la
Tierra. [/] América no puede anclarse en lo regional, en lo folclórico, en la
tradición mítica. Eso sería un aspecto de su desarrollo intelectual y artístico
pero no puede decidir su destino y su Historia sobre estas formas interiores de
su desarrollo. América debe superar el complejo de su infantilismo espiritual. De
otra manera nos quedaríamos en la Edad de la Rana y la Laguna, en tanto que la
técnica científica ha fijado estrellas en el espacio cósmico. […] [/] […] [VIII]
[EL NADAÍSMO ES UNA POSICIÓN, NO UNA METAFÍSICA] Hemos renunciado a la esperanza de
trascender bajo las promesas de cualquier religión o idealismo filosófico. Nos
basta la experiencia concreta, inmediata en lo infinitamente ilimitado en
posibilidades y valores que ella encierra. [/] […] Nosotros creemos que el
destino del hombre es terrestre y temporal, se realiza en planos concretos, y
sólo un dinamismo creador sobre la materia del mundo da la medida de su misión
espiritual, fijando su pensamiento en la Historia de la cultura humana. [/] […]
El Movimiento Nadaísta es una posición temporal ante el devenir del orden
espiritual imperante en Colombia. Por lo tanto, no es una filosofía ni una
metafísica. […]. [/] Por su carácter esencial sobre ideas irreductibles a la
vida, la especulación pura no nos interesa como aspiración de trascendencia. Pues
nunca esa imagen del mundo que resulta del ejercicio metafísico conduce a
soluciones sociales y terrestres de justicia, perfección o felicidad humana. […].
[/] El Nadaísmo desplaza sus preocupaciones metafísicas y antropológicas hacia
una concepción del hombre social enmarcado dentro de la inmanencia. Su ética será
por es una ética para la tierra, para la Historia, para la existencia en sí. [/]
[IX] [PROHIBIDO SUICIDARSE] A pesar de todo, no vamos a matarnos. El Nadaísmo es un
vitalismo que limita para este tiempo y para este mundo todas nuestras
posibilidades de fijación histórica. Sólo se vive una vez, y sólo una vez se
muere. La existencia es un gran acontecimiento. No vamos a negarla. Esta no es
una filosofía de la desesperación ni dela muerte, sino una conducta de la vida.
[/] […] El Nadaísmo rechaza dentro de su sistema de valores el suicidio, por
considerarlo como un atentado contra la integridad del Ser, el acto negativo de
la existencia. [/] Ninguna desesperación por muy extrema que sea, ningún temor de
terminar aquí, ningún vencimiento moral o material lo justifica. El hecho de
vivir es superior infinitamente a cualquier fracaso, pues en ese fracaso sólo
termina una posibilidad, en tanto que la vida es la aceptación permanente de
posibilidades infinitas. [/] [X] [HACIA UNA NUEVA ÉTICA] Aspiramos como posibilidad, a
que el Escritor-Nadaísta sea un Escritor-Delincuente. […] [/] Su pasión por la
belleza puede conducirlo a su pasión por el delito, sin coacciones ni vestigios
de remordimientos. […] Para nosotros no existen los muros coercitivos del código
penal que oponen a la libertad del artista un mundo de respetos y prohibiciones
burguesas. [/] Reclamamos par nosotros el privilegio de los delitos
extraordinarios, aquellos que no están contemplados en el formulismo legal. Algún
día seremos juzgados, si es que vamos a pecar, por los códigos de la nueva ética
Nadaísta. [/] [XI] [LA SOLEDAD Y LA LIBERTAD] […] Esta elección de sí mismo, en que el
artista se prefiere y se elige contra el mundo y por encima del mundo, lo conduce
inexorablemente a un destino de soledad perpetua. [/] La sociedad burguesa
capitalista ha sido pródiga en la cosecha de esos monstruos platónicos. [/] Esta
soledad equivale en el plano de las relaciones humanas a la inmanencia. El
artista sólo tiene una forma de salvarse, de eludir esa soledad, trascendiendo
mediante la libertad, fijando en el mundo inmediato sus raíces existenciales y
sus compromisos. [/] […] La condición espiritual del artista afronta los peligros
de esa doble tentación solitaria que hunde sus raíces en la búsqueda de valores
trascendentes, y en la propia creación de la belleza. La aspiración de una falsa
belleza inhumana lo traiciona. Elude al hombre y sus compromisos con él, por el
temor de enturbiar en su contacto el producto incorruptible de la belleza
‘ideal’. En su acto onanista, le niega al hombre las posibilidades voluptuosas de
participar en su creación. […] [/] El artista podría perderse si se negara esa
posibilidad, si no da ese paso hacia su propia liberación. Pues la soledad como
sistema de vida y base de valoración de los actos humanos, crea un drama
peligroso para el artista: el drama de la Conciencia-Límite. Porque en esta
Conciencia-Límite no hay nada ni nadie, no están los Otros para uno saber que se
ha elegido libremente frente a ellos. No pasaría de ser un acto gratuito en el
vacío, el espejismo engañoso de una libertad aparente. Y en este fracaso de la
libertad, el artista se hunde en sí mismo, y con él, el mundo movedizo que lo
sostiene. [/] […] La libertad es, en síntesis, un acto que se compromete. No es
un sentimiento, ni una idea, ni una pasión. Es un acto vertido en el mundo de la
Historia. Es, en esencia, la negación de la soledad. [/] […] [/] [XII] [EL NADAÍSMO
Y LOS COCACOLOS] […] Tal es el origen insurgente del Nadaísmo. [/] Porque la juventud
ha sido testigo del oprobio de tiranías políticas, familiares y educativas,
limitada por una moral uniforme que sacrifica sus jerarquías intelectuales y
revolucionarias. [/] Un día se sacudió –el 10 de mayo-, incapaz de resistir más
abominaciones, y demostró su pasión por ciertos ideales para tener conciencia de
su dignidad de seres libres y de su gran poder de decisión histórica. [/] Ese día
aportó su sangre y el sentido heroico del sacrificio para derrumbar una tiranía
castrense que al fin de cuentas fue una vergüenza que defraudó la fe de los
colombianos y cubrió de ignominia la libertad y la cultura. [/] Esta sacudida de
los Cocacolos hizo temblar de la raíz a la altura del engranaje blindado del
gobierno militar que postergaba para nunca la necesidad de una revolución
económica y espiritual que nunca llegó, y que sigue siendo impostergable. [/] Ese
día se hizo respetable y admirable para el país. Pero constituyó, después de
todo, un salto en el vacío, en el que nada ganó históricamente como generación.
[/] […] ¿Podrá ser una generación histórica? [/] Eso depende de su elección. Y su
única posibilidad de salvarse es eligiendo el Nadaísmo como destino espiritual y
misión revolucionaria, al aceptar la rebelión permanente y la pasión destructora
como sistema de acción, de ideas y de vida. […] [/] [XIII] [NO DEJAREMOS UNA FE
INTACTA, NI UN ÍDOLO EN SU SITIO] […] Al proponer a la juventud colombiana este
Movimiento para que se comprometa en una lucha revolucionaria contra el actual
orden espiritual y cultural del país, yo sacrifico, tanto como ella, lo que esa
sociedad podría ofrecernos a cambio de nuestro silencio. [/] En la alternativa de
claudicar para merecer los honores y las recompensas de la sociedad cuya mentira
vamos a combatir, o de renunciar a eso para quedarnos en el martirio, elegimos el
martirio como una vocación, como el acto más puro y desinteresado de nuestra
libertad intelectual. [/] Aceptada esta decisión, la misión es esta: [/] No dejar
una fe intacta, ni un ídolo en su sitio. Todo lo que está consagrado como
adorable por el orden imperante en Colombia, será examinado y revisado. Se
conservará solamente aquello que esté orientado hacia la revolución y que
fundamente, por su consistencia indestructible, los cimientos de la sociedad
nueva. [/] Lo demás será removido y destruido. [/] ¿Hasta dónde llegaremos? El
fin no importa desde el punto de vista de la lucha. Porque no llegar es también
el cumplimiento de un Destino. [GONZALO ARANGO]

[1962] Manifiesto poético

EXPLOSIONES RADIACTIVAS DE LA POESÍA NADAÍSTA.


[/] Vengo del Colegio de los Iluminados a
predicar como si fuera un profeta mudo el salmo de la nueva verdad en la moderna
salvación. [/] Yo soy el profeta. Pero como a los viejos profetas, nadie le cree.
Es que nosotros, los renacidos profetas del Universal Testamento, no incurrimos
en el milagro sino en el misterio. No somos taumaturgos sino padecedores. Somos
una coordenada especial regresada del imperio de lo Absoluto con el proverbio más
absurdo que el Hombre no puede conocer sino oír: ¡Lo Poético! [/] El Imperio de
los Profetas es un espacio mágicamente iluminado por la Oscuridad de lo poético.
En ese absurdo medio vertiginoso no podemos habitar sino los elegidos, los que
hemos sido sellados con la clave del genio y la alucinación. [/] Somos iluminados
caminantes de la oscura realidad en busca de la irrealidad que solamente nosotros
podemos buscar, que podemos encontrar. Esta irrealidad real, y esta realidad
irreal de lo poético. [/] El hombre nunca podrá conocer mi palabra porque es el
verbo sagrado de los altos hornos convulsivos donde fallecen la anémona y el
adulterio; donde se cristaliza la mirada en distintos metales confundidos; donde
la sed permanece en la miseria del horizonte; donde el hombre se transmuta en un
arcángel melancólico, y donde la reputación se transforma en un temblor
multicromático de sidéreos artificiales. [/] El hombre no puede entrar al
subfondo de la Nadería o Habitación de lo poético, porque no ha sido elegido para
buscarse en la realidad monótona de quehaceres turbios que completan las sucias
existencias habitantes bajo un cielo desconocido y sobre una superficie compleja.
[/] Solamente nosotros los Nadaístas tenemos potencia para romper la campana
vitral de la realidad, y elevarnos al subfondo y fondo maravilloso de la Nada o
Poesía, donde el Ser se encuentra ante sí mismo para desleírse en la pura
contemplación de lo alucinante. [/] La alucinación y lo recóndito, el más entre
sí de las cosas y su exteriorización en el tiempo-espacio, su proyección hacia
los extramundos suburbanos de la realidad donde se multiplican de una manera
incognoscible, nos da el sentimiento polifacético de lo no humano. Allí, en el
espacio de la Nada, como querubines estupefactos, recorremos los inconmensurables
corredores de la soledad en la búsqueda de una percepción imposible: [//] que el
ojo atraviese la densidad [/] que el oído anonade la distancia [/] que la lengua
adquiera dimensión [/] que la nariz sintetice los espacios [/] que la piel habite
los volúmenes… [//] El mundo revienta bajo las presiones del acetileno y el
rodio, las ciudades padecen la lepra fugitiva de los fotones, las figuras
infantiles chorrean energía por sus pupilas contractadas, los mares se tiñen de
caídas y regresos de estratosferas, los jefes gimen ante la presión de las
huelgas regionales, las construcciones leucémicas palidecen en la visión de los
termites electrónicos, las organizaciones sociales padecen en masa la
elefantiasis, la psicosis colectiva y el debilitamiento de las guerras; todos los
elementos: agua, tierra, azul, despedida, aire, luz y bulevar padecen la
epilepsis de la descomposición; los rostros son gobernados por un sistema de tics
enfermos; la libertad se ahoga en el pre-destino de las sociedades, y solamente
nosotros los enmarihuanados profetas del mundo gangrenado permanecemos en el
incorruptible espacio de la Nada. [/] La Humanidad vive una época de transición
en la que hemos elegido el ostracismo de lo maravilloso cotidiano para no
contaminarnos con el curso de la Historia. Mientras en el Parlamento discuten la
Ley del Buen Vecino, nosotros discutimos la diferencia entre el azul berilo y el
azul cobalto. Mientras en los simposios los herederos de la terapéutica discuten
cómo prevenir la leucemia, nosotros perpetramos el crimen de un Nadema en la mesa
de un bar turbio escuchando un estridente jazz desesperado. Mientras los comités
diseñan la barbarie atómica y la guerra bacteriológica, nosotros nos preocupamos
de darle un nuevo rostro a los objetos cotidianos y a las cosas independientes.
[/] Los Nadaístas detentamos la herencia de Krishna, de Tutankamón, de Jesús, de
Prometeo, de Confucio, de Rimbaud, de Mahoma, de Kierkegaard y de todos los
cristos que han pasado por el espacio temporal como bólidos de sabiduría y
proyección. Detentamos la Nada o lo poético, la Sabiduría y la Mística;
detentamos los poderes incontaminados y permanecemos en el Nuevo Caos amotinados
como gusanitos padeciendo la sobriedad de la existencia humana. Conservamos el
mensaje aglutinado de todos nuestros hermanos y creamos la constante pura de la
humanidad, y la salvamos de su imperturbable trauma. [/] ¿Qué es esto, la poesía?
[/] En este discurso no quiero participar en la controversia de la poesía. Muchos
de nuestros hermanos han dedicado gran lugar de su existencia a la especulación
de ciertos interrogantes; por ejemplo: ¿Qué es la poesía? ¿Por qué es la poesía?
¿Para quién es la poesía? ¿De dónde parte la poesía para ir a dónde? [/] Algunos
de los poetas, de los cuales somos herederos y hermanos, han gritado que es un
Misterio y que los demás se callen la blasfemia. La blasfemia es la opinión de
que la poesía es el ámbito repercutido de lo humano. Yo estoy de parte de los
primeros. La poesía, o mejor, lo poético, es el Misterio. Lo incognoscible. [/]
El poeta, y hablo del poeta, porque a la vez que soy hombre soy poeta, no
premedita de su misterio, este estalla de un momento a otro: “Donde lo coge a uno
del deseo” –dice Fernando González. Ahí el misterio toma entidad y adquiere
permanencia. Esto es la poesía, el grito inhalado, la controversia detenida, la
fugacidad de los viernes, el estertor de los ácidos, todo: ¡el Misterio! [/]
Vamos ahora revisar algunos conceptos sobre lo Poético y en extensión sobre lo
Literario. Conceptos que no serán contradichos por mí, sino por la herencia de
ellos que tengo, y por los conceptos de poetas y pensadores: [/] Hölderlin: La
poesía es el hecho más inútil e ineficaz. [/] Lenin: La literatura debe
convertirse en parte integral de la labor organizada, planificada y unificada del
Partido. [/] Peret: La poesía es la ceniza de mi cigarrillo. [/] Gonzaloarango:
La poesía es tu mirada de bala inefable, que me abre el cielo negro de tus
piernas. Es tu perfume femme que estalla en mis sienes. [/] Lautréamont: El arte
es el encuentro de un paraguas y de una máquina de coser. [/] Jruschov: El más
elevado propósito social de la literatura y las artes es el de excitar al pueblo
a una lucha por nuevos éxitos en la formación del comunismo. [/] J. Mario
Arbeláez: Para los Nadaístas la literatura no es un oficio, sino un ocio. [/] Yo
agrego que la poesía es contradicción. Todas estas opiniones son el testimonio de
que la poesía es el misterio. Cuando las opiniones universales son una
contradicción, el sujeto es incontrovertible. Los profetas la toman por su parte,
los demás también por su parte. Pero, ¿cuáles tienen más acercamiento al opinar?
Unos la padecen y otros la presienten. Los que la padecen están obnubilados por
su presencia y no pueden pensar. Los que la presienten la desconocen y no pueden
opinar. Pero ninguno se ha dado cuenta de que la poesía no es opinable. Y la
poesía no es opinable porque no está en la coordenada de la Humanidad, sino en
las coordenadas de los suprafondos hasta donde no pueden llegar sino los poetas,
los Iluminados, los Elegidos. [/] La poesía no cabe en el campo de los valores
porque es un ámbito. La valoración está hecha para las cosas humanas y no para
las cosas divinas. Y digo con las cosas divinas del Campo Puro. El Campo Puro es
el concepto divergente donde los entes permanecen en inmanencia. Ahí es el lugar
de la poesía, en la inmanencia. El Misterio o lo Poético solamente son posesiones
de los alucinados, solamente son nuestras posesiones y en ellas nadie, fuera de
nosotros, puede habitar. [/] De tal manera que siendo nosotros los detentores de
la poesía, exigimos en nuestra calidad a los demás hombres guardar profundo
respeto hacia este campo del cosmos al cual no se les ha llamado, ni en el cual
se les ha permitido. De tal modo que nosotros los Nadaístas debemos ser
contemplados por toda la Humanidad como los genios hereditarios de una creación
insospechable. [//] Caso Práctico del Nadema [//] Un hombre sale a la calle. Se
encuentra de manos a boca con la realidad. ¿Y qué es lo que obra en él, cuál es
el fenómeno? No tiene ojos para ver sino el piso asfaltado; a ambos lados una
perspectiva de casas. Y esto es para él la calle, su concepto. [/] Yo salgo a la
calle: un gran Nadafactor. ¿Y qué veo? Veo también las calles con su piso
asfaltado, y la perspectiva de casas. Pero el estado poético me contamina y
encuentro el estallido de la primavera en los árboles inexistentes, un cielo
gastado dirigiendo el tránsito de los automóviles que no han llegado aún a esa
calle, las fornicaciones de los habitantes en las alcobas con ventanas cerradas
al exterior, la alcantarilla en el corazón del piso roncando su vehemencia
desnutrida, los mensajes atravesando como equilibristas por los hilos del
teléfono atados a los muros, y así sucesivamente. [/] El poeta por virtud de ser
poeta convierte la realidad en más realidad. Y la irrealidad en una realidad más
irreal. Es decir, compone todas sus perfecciones de tal modo que él mismo sea el
amasamiento del mundo y su existencia, de sí mismo y la permanencia de los seres,
de él y los otros. El poeta de esta manera pura se convierte no sólo en el centro
del universo sino en el universo mismo, y se descontrola ante los continuos roces
de la realidad donde están los otros. [/] Pero es que la realidad no es un
concepto sino una presencia. Cada cosa es real en la medida en que alguien puede
padecer la realidad. Y el poeta que es el más conocedor de esto es el más irreal
y a la vez el más real. Y por esto la poesía es la contradicción, es el Misterio.
[//] Teoría de la Poesía Fotónica o Poesía FFF [//] FFF es fisio-fusic-fisio. [/]
En el caso poético o Nadema tenemos en primer lugar dos elementos: término y
Nada. De tal modo que el Nadema es binario. Término es aquello por la cual se
pone en existencia la emisión del imperio de lo poético. Más concretamente,
término es: una mezcla de máquina de escribir (recordando que la máquina tiene
teclas y tipos, tabuladores y marca de fábrica), hoja de papel, letras dispuestas
una después de otra formando palabras, palabras y sílabas. Además, diptongos,
triptongos, morfemas y pleremas. Todo esto es el término. Luego, la Nada. La Nada
es lo que los poetas anteriores a mí llamaron el Fondo. Ya tenemos algo: Fondo y
Forma. Pero estos conceptos han sido revalidados por mi genio paranoico y se han
convertido en término y Nada. [/] Ahora el término se divide en cinco lugares:
[/] Proyección Óptica, Proyección Olfativa, Proyección Gustativa, Proyección
Táctil, Proyección Auditiva. [/] De tal modo que un Nadema se puede ver, oír,
oler, gustar y palpar. [/] La Nada se divide en: Proyección Emitida, Proyección
Recibida, Proyección Pre-emitida y Proyección Pre-recibida. [/] La proyección
emitida es la que el poeta pone en término. Proyección recibida es la que los
demás seres reciben de una manera pura, exacta. Proyección pre-emitida es el
conglomerado de signos en el artista, es la síntesis de su vida pasada, de sus
conceptos vitales. Y proyección pre-recibida es lo que de lo dado por el artista
recibe el ser diferente, ya mutilado en su totalidad por los preconceptos ante-
receptivos. Y entre las dos primeras y las dos últimas estalla una síntesis que
es lo Poético, totalmente independiente del artista y del no artista. Y ahí
reside el Misterio. [/] Luego Término y Nada se confabulan. Esto es lo que se
llama Fisio. Inmediatamente sus elementos interiores, o sea, las proyecciones que
equivaldrían a los Fotones, se liberan y así se produce la Fisión y se crea la
Reacción en Cadena Perpetua. [/] Ahora vamos a estallar la primera Bomba o
Nadema. [//] Nadema FFF en un muro [//] teléfono switch puerta switch switch /
picaporte / azul través detrás zócalo cordón timbre / tornillo / citófono
raspadura larga chapa. [//] Tal es el Nadema. [/] Ahora veamos los efectos de la
explosión: [/] La mezcla del color negro del teléfono con el chillido agudo del
switch y a continuación el grito rojo de la puerta, forman el primer fotón que se
fusiona con el segundo switch-picaporte-azul y este fotón con el siguiente, o la
inversa en fisión. [/] De tal modo se produce el Nadema o Bomba Radiactiva
Poética. Las consecuencias pueden ser extrañas tanto como la poesía misma. Las
consecuencias de esta poesía Nuclear y Bacteriológica son el Misterio. [/] Yo soy
el creador de la bomba y ustedes el género humano que recibe sus efectos. Quiero
decirles que a un Nadema se pueden agregar todos los cuerpos radiactivos que se
elijan y en esta forma se producirán nuevas modalidades. Por ahora les presentado
la más primaria de las bombas que fue estallada en la primavera del año pasado.
[AMÍLKAR U.]

[19] Terrible 13 Manifiesto Nadaísta

Desde nuestra aparición Nadaísta en el infierno de la sociedad colombiana, ha


crecido una rosada ola de maldad en los espíritus. Una oscuridad terrible se
cierne sobre nuestros corazones que encarnan el peligro de un nuevo amor hacia la
historia. [/] A temprana edad conocimos el gusto de la grandeza y de la fama, y
sin pedirles permiso a los oráculos nos erigimos en los profetas del mal y de la
destrucción. [/] Hemos gozado de la admiración frenética de la juventud, que ve
en nosotros la encarnación de un oscuro heroísmo. [/] Hemos desertado nuestros
amores, credos, fanatismos, esperanzas, recuerdos y felicidades, no por otros
idealismos, sino a cambio de nada, o por una oceánica indiferencia. [/]
Consideramos que era ya demasiado tarde para luchar, para triunfar, pensar, amar,
trascender y ser formales como seminaristas, porque vivimos tiempos de terror y
muerte, y las estrellas del cielo han sido sustituidas por temibles signos
anunciadores de guerras atómicas y aniquilamientos terrestres. [/] Nos
convencimos de que la vida era breve y que no había tiempo sino de vivir y no
complicarnos con las causas de los humanistas y los redentores. [/] Entonces
legitimamos una vez más el sentimiento de que era el hombre la pasión y el centro
del universo, y consagramos nuestra vida a rendirnos una adoración limitante con
la idolatría. [/] A partir de esta reivindicación de nuestras prodigiosas
desilusiones, hemos emborrachado nuestros cuerpos hasta la locura… [/] hemos
crucificado nuestros sexos en las caderas de lolitas y proxenetas… [/] hemos
viajado en alguna dirección huyendo de nosotros mismos, sin rumbo, sin destino,
porque el hombre no tiene sino sus dos pies, sus zapatos rotos, y un camino que
conduce a ninguna parte… [/] hemos ido a reposar en los pinares nocturnos fuera
de la ciudad agobiados por la angustia, la soledad y el aburrimiento… [/] hemos
hecho fogatas en la oscuridad, y asado en la brasa un recuerdo de amor, o un
pedazo de ternera… [/] nos hemos amado sin pasión bajo el fuego trepidante de las
locomotoras, porque lo que verdaderamente amábamos no era digno de nosotros… [/]
nos hemos desvestido bajo el foco de bujías glaciales de luz y mirado nuestro
sexo como un gusanito triste… [/] nos masturbamos con sadismo y brutalidad y a
ese acto solitario consagramos un amor puro y esquizofrénico… [/] hemos dormido
en nuestros cuartos tristes como en las oscuridades del topo, sin importarnos que
el mundo sigue girando movido por un misterioso mecanismo… [/] hemos bailado
danzas locas con negras sudorosas bajo el resplandor de las antorchas en la
selva, o bajo biliosas bujías de prostíbulo… [/] hemos alabado a los pederastas
que se besan a la luz del sol desafiando los sexos y el rubor de los policías que
guardan la moral pública… [/] hemos hecho conspiraciones con el hampa para que
realicen impunemente sus violaciones, sus incendios, sus genocidios, sus
profanaciones, sus asesinatos y sus hurtos… [/] hemos convidado a los garitos a
nuestras amistades reputadas para que los desplumen los tahúres con barajas
marcadas, y luego hemos repartido las ganancias… [/] hemos destruido los
lampararios del templo en la oscuridad límite del alba para esquivar la mirada
iracunda de los dioses dormidos… [/] hemos robado en el comercio lo que
necesitaba el apetito y apedreamos las vitrinas inaccesibles a nuestro deseo… [/]
hemos asaltado en la noche a un transeúnte para conocer el rostro del miedo y
luego lo pusimos en libertad. Nos hemos burlado de su miedo y el orín destilaba
por el pantalón ante la amenaza metafísica de nuestros puñales niquelados,
cortantes como chispas de hielo… [/] hemos blasfemado en el silencio para que
retumbe la voz de los nidos de los rascacielos y golpee con furia las ventanas de
las habitaciones donde se reza o se copula… [/] hemos escarbado los basureros
como gatos famélicos en busca de la suciedad humana y nos ha parecido que el
hombre es el animal más puerco de la zoología… [/] hemos fumado colillas de
cigarrillos recogidas en los escupideros de los teatros, prefiriendo los de
boquilla y los nimbados de colorete… [/] hemos hecho mixturas de sustancias
viscosas y hemos transubstanciado el alcohol en una loca explosión de vértigos…
[/] hemos bebido tragos acerados que quemarían los cinco estómagos de la vaca, y
derretirían las entrañas poderosas del buitre… [/] hemos aluciando el espíritu
con drogas y mezcalinas para que sucumba la razón y flote el subconsciente
tenebroso legendariamente oprimido… [/] hemos engañado a las amantes con votos de
fidelidad, pero las traicionamos con rameras que nos aseguren bajo juramento de
honor las cruces de las sífilis, y una maravillosa colección de blenorragias. En
los lechos podrídos gozamos del amor impuro y de las enfermedades… [/] …nos hemos
cansado de amar en lechos católicos y en lechos mercenarios, y en el colmo del
hastío ensayamos el odio y la indiferencia sádica hacia los sexos. Hemos elegido
en cambio las vulvas de las ranas o el sexo hiriente de las lechuzas por
parecernos de sexualidad más idealista… [/] hemos prometido la desesperación y la
muerte, porque la felicidad y la vida son heredad común de los idiotas y de los
cocheros… [/] creemos enormemente en la santidad del crimen y hemos crucificado
en altares de sangre a nuestras vírgenes para que regresen Atila, Nerón,
Eróstrato, Judas, y todos los asesinos de la historia… [/] hemos deseado
instaurar un gobierno que sea superior en crueldad a todas las tiranías
criminales… [/] hemos deseado que sucumban los débiles, los justos, los
desheredados, los puros de corazón y los imbéciles… [/] hemos añorado en calidad
de hombres libres el retorno implacable de la Inquisición, de las persecuciones y
de las pestes mortíferas que han azotado a la humanidad para que el espíritu sea
ungido por la sangre y el sufrimiento… [/] nos hemos orinado en los asfaltos
calientes para ver ascender el humo en forma de plegaria hasta cielos de
creencias contradictorias… [/] dejamos de creer en los dioses vencidos por la
máquina para revertir nuestro ateísmo militante en la adoración de las
locomotoras y los cohetes de velocidades supersónicas y ultraluminosas… [/] hemos
comulgado, orado sin fe, profanado y blasfemado para desafiar la indignación de
los dioses y para que lo divino penetre en nuestra carne miserable así sea a
través del rayo o del remordimiento… [/] hemos padecido la miseria con un odio a
muerte por El Capital, pero no trabajamos porque el trabajo es atentatorio contra
la poesía y contra la dignidad humana… [/] hemos comido migajas de pan negro y
bebido aguas sucias en las alcantarillas para defender el ocio contra el trabajo
y la inutilidad de toda acción. Pero también nos hemos hartado de menús europeos
en los night clubs con el producto de nuestras actividades anormales… [/] nos
hemos bebido, comido, fumado y acostado a la burguesía que ve en nosotros la
continuación de los valores aristocráticos, pero nos burlamos de su admiración y
de paso nos vomitamos en sus floreros y en la bóveda azul de sus retretes… [/]
hemos abdicado los últimos gramos de amor a cambio de una nota de jazz que
reviente en nuestros oídos como la trompeta del juicio final… [/] hemos
identificado las profecías del Apocalipsis con la guerra atómica, y nos
lamentamos con la cobardía de nuestros jefes de Estado que no se deciden a
matarnos… [/] somos partidarios de las guerras termonucleares y de las armas
radiactivas, y estamos políticamente de parte de la potencia que quiera
destruirnos y estallarnos como una bomba de jabón en un día pálido de la
primavera… [/] hemos dudado de toda fe, de toda verdad revelada y heredada, no
creemos en nada, ni siquiera en nosotros, pero hemos ratificado la bondad de
nuestros instintos insaciables, y la confusión maravillosa de la esperanza… [/]
hemos conservado la sangre fría ante las desgracias innumerables de nuestro
tiempo… [/] hemos predicado la necesidad del suicidio y regalamos la receta de
nuestros venenos letales. Festejamos la muerte de esas víctimas que sucumben ante
la evidencia de nuestras predicaciones malignas, y nos regocijamos porque no
despertarán nunca más en la eternidad… [/] hemos hecho el amor en sitios
prohibidos para prolongar el espasmo y los sacudimientos ante el peligro, y nos
han encarcelado por aplicar la estética en el erotismo. Porque nos hemos amado
bajo los vientres chispeantes de las locomotoras, en los confesionarios, las
tumbas putrefactas, los sanitarios públicos, los ascensores, las terrazas
celestes, los anfiteatros con los muertos, y bajo los semáforos que iluminan
nuestros cuerpos semidesnudos en la semioscuridad acechada por los serenos y las
sirenas de los altos hornos industriales… [/] hemos destruido ídolos de barro y
plomo por el solo placer de destruir y renegar de las tradiciones, de los santos
y de los héroes… [/] hemos hecho una literatura alucinada convocando las
inmundicias, las libertades, las dudas, los furores, las iniquidades, y nos hemos
escandalizado con el poder de nuestro genio negativo… [/] Somos de una raza nueva
que santifica el placer y los instintos, y libra al hombre de los opios de la
razón y de los idealismos trascendentes… [/] Todo lo que tenemos para ofrecerle a
la juventud es la locura, pues es necesario enloquecernos antes que llegue la
guerra atómica. El hombre será aniquilado por el hombre. La humanidad borrará en
un segundo la historia infame que escribió en un millón de años. Nosotros nos
apresuramos a saludar regocijados su desaparición, y nos vomitamos jubilosamente
en su inútil historia de miles de siglos. Estamos asqueados, y nos negamos a
sobrevivir en esa ilustre inmundicia… [/] el sol nace siempre, según su eterna
costumbre, sobre la cima de las cordilleras, pero nunca lo vemos porque nos
levantamos cuando estalla con los últimos arreboles el alba eléctrica de la nueva
noche. [/] Estamos aterrados de nuestra maldad y solicitamos al Estado que abra
para nosotros los manicomios, los presidios y los reformatorios, porque somos
geniales, locos y peligrosos, y no encontramos otros sitios más decentes para
vivir en la sociedad contemporánea. [/] Todavía ustedes los moralistas, los
racionalistas y los estetas se estarán preguntando: “Y más allá de la locura,
¿cuál es realmente el fin del Nadaísmo?” Y nosotros diremos: “El Nadaísmo no
tiene fin, pues si tuviera fin, ya se habría terminado. Nosotros nos contentamos
con progresar devotamente hacia la locura y el suicidio. Hacemos el mal, porque
el bien no sienta a nuestros heroísmo”. [LOS NADAÍSTAS]

4/ [SARDIO / VENEZUELA / 1958-1961]


[1958] Testimonio

Nadie que no sea militante permanente de la libertad puede sentir la portentosa


aventura creadora del espíritu. Ante el peso de una historia singularmente
preñada de inminencias angustiosas, como la de nuestros días, ningún hombre de
pensamiento puede eludir esa militancia sin traicionar su propia, radical
condición. Las hasta hace poco imperantes categorías del esteticismo resultan
demasiado estrechas y asépticas. Ser artista implica tanto una voluntad de estilo
y un ejercicio del alma como una reciedumbre moral y un compromiso ante la vida.
No se vive, ni se deja vivir, impunemente. Es menester quemarse un tanto en el
fuego devorante de la historia. Cuanto revele la huella del hombre ha de ser
responsable de un camino. Y quienes asuman posición en el mundo de la cultura han
de ser sensibles también a las urgentes esperanzas de su época. [/] Sería vana
toda postura idealista para resolver los convulsionados problemas que nos impone
la política. Ya ésta ha dejado de ser tabú o amenazante minotauro, para
convertirse en vasto dominio de la inteligencia y del alma de los pueblos. Todos
los órdenes de la vida humana reciben su influjo, para bien o para mal, pero en
todo caso para determinar su destino. Ser político equivale a tanto como ser
hombre. Toda indolencia es propicia a la esclavitud y a la humillación del
espíritu. Quienes soslayan esta verdad olvidan que ciertas fuerzas oscuras,
desencadenadas un momento dado sobre la historia, quebrantan siempre la dignidad
de toda creación. Por ello es que cultura y tiranía son radicalmente
incompatibles. Las dictaduras son algo más que la ciega imposición del instinto o
de la codicia. Ellas surgen como la fundamental negación de la esencialidad
humana y de la inteligencia. [/] Ante la imperiosa reconstrucción que reclama
nuestro país después de la abismante década de la pasada dictadura, Sardio se
declara solidario irreductible de tales principios. Creemos haber asimilado en
profundidad la invalorable experiencia de los últimos años. Pero si ayer fuimos
militantes y activistas en la excepcional aventura de la Resistencia nacional,
hoy sólo aspiramos, sin abandonar personales compromisos civiles, a asumir
actitud crítica y orientadora en medio de la vertiginosa dinámica de recuperación
que es actualmente la patria. No pretendemos ser políticos dirigentes, pero sí
aceptar nuestra obligante condición de escritores y artistas. Impugnamos la
tradicional demagogia de ciertos intelectuales que aún recurren al
convencionalismo y a la sensiblería para impresionara a desprevenidos y abordar
posiciones influyentes. Todo arribismo es traición a la cultura. La inteligencia
es compromiso más grave y dramático. El intelectual es un ser admonitorio y
polémico, capaz, en ocasiones, de ir contra la corriente a fin de señalar abismos
e injusticias. La política, por otra parte, ha dejado de ser simple juego
proselitista o táctica acomodaticia, y adquiere las dimensiones de una ciencia
lúcida apta para informar de conciencia al pueblo. Toda retórica está hoy en
descrédito. Los mismos partidos políticos se han visto obligados a abandonar
viejos fetichismos y el gregarismo por la simple emotividad, y ya se perfilan
como ideologías actuantes y definidas. Estamos ante una realidad que requiere
estudio y disciplina y no vagas imprecaciones sin sentido. [/] Pero si
reconocemos el advenimiento de un nuevo estilo político en nuestro país, no
queremos dejar de puntualizar ciertos hechos. Declaramos que la libertad no es
puro goce indiscriminado de derechos civiles, sin orientación ni objetivos. Si
ella es la suprema aspiración universal de nuestro tiempo, debe fundarse en una
sólida independencia económica de las naciones. Somos ortodoxos en la creencia de
que un país alcanza el pleno ejercicio de la libertad cuando diversifica y
potencializa su economía y cuando se sustrae de todo servilismo ante naciones
extranjeras. Reclamamos, con plena conciencia, una política económica más audaz y
nacionalista que salve para la patria los grandes recursos de nuestro patrimonio
material. De ello habrá de derivarse la definitiva conquista de nuestra soberanía
en el plano mundial, tantas veces amenazada por el imperialismo del Norte. [/] La
libertad no puede ser tampoco engañosa entelequia a la cual vayan a sacrificarse
imperativos más urgentes y concretos. Si ella debe ser concepto dinámico que
habitúe al hombre al reino de su potencia interior y de su dignidad de ser sobre
la tierra, no puede eludir la felicidad material y social de los pueblos.
Conjugar en un armonioso sistema de coordenadas todos estos planos es el objetivo
determinante de la Democracia. La libertad no se justifica sino en la medida en
que hace realidad esta conjunción. [/] Nos declaramos afiliados también a un
humanismo político de izquierda que lleve a los vastos sectores desasistidos del
país una educación racional y democrática y que incorpores a nuestro pueblo al
goce profundo de los grandes valores del espíritu. La cultura no puede seguir
siendo privilegio de élites ni de clases. Para asumir la gravedad de nuestro
destino histórico requerimos la presencia de un pueblo luminoso y creador,
sensible al imperio de las ideas y de la verdad. [/] Paralelamente a estas
posiciones, Sardio no puede olvidar el compromiso que se ha trazado frente a la
cultura nacional. No seremos demasiado enfáticos, pues todo énfasis revela
vacilación e intolerancia. No confundimos universalidad con cosmopolitismo, pero
se nos hace evidente que el exceso de color local, con todas sus derivantes, ha
viciado de raíz gran parte de nuestras manifestaciones artísticas. Así como
condenamos cualquier esteticismo, condenamos también cualquier nacionalismo
exacerbado y arrogante. Respetamos en el folklore y en nuestras mejores
tradiciones el alma esclarecida del pueblo, pero nos parece que ciertos artistas
han insurgido en una suerte de depredadores irreverentes de ese patrimonio.
Asimismo toda esa literatura de esquemas y de soluciones preconcebidas nos
resulta insustancial. Si la profecía se resiente ya de anacronismo, más
anacrónica se hace esa postura de estetas redentores que algunos, por comodidad,
suelen adoptar. Exaltamos en la literatura y en el arte su propia plenitud
inalienable. La función social y humana la cumplen en tanto que cauces de
creación y nunca como simples escafandras de una conducta parcializada. El hombre
de hoy está volcado hacia una experiencia más vasta y compleja, que sería inútil
simplificar con limitaciones regionales o partidistas, y está urgido por anhelos
profundos de universalidad. Orientados hacia esa gran experiencia es como debemos
tratar los problemas nacionales. Es imperioso elevar a perspectivas más
universales los alucinantes temas de nuestra tierra. La anécdota, el paisajismo,
la visión pintoresca de la realidad, no son más que fraudes a los requerimientos
de la época. Debemos alimentar una firme voluntad de estilo, una vigilante
dedicación al estudio y una ideología más original y moderna. Nuestra cultura
aparece ayuna de ideas y problemas, como si aún viviéramos en una Arcadia de
imperturbables regocijos. Hay que poner de relieve una conciencia más dramática
de la realidad y del hombre. Pero una conciencia rigurosa, estremecida de lucidez
y de exigencias. La ingenuidad y la improvisación deben estar distantes de
nuestros propósitos. Sin hacer alardes de modernidad mal entendida y sin olvidar
a nuestros grandes maestros, nos sentimos asistidos por una nueva visión y una
distinta sensibilidad. No aspiramos a crear escuela de iluminados; sentimos
desprecio por tales pretensiones. Pero sí queremos reiterar el espíritu polémico
que nos anima. Si algo es alarmante entre nosotros es la ausencia de debates
sobre los problemas y motivaciones de la creación, la ausencia de análisis
objetivos al juzgar la obra del artista. Vivimos en medio de prejuicios y
cofradías. Nos falta meditación, trascendencia. Nuestra escala de valores está
regida por la timidez y la complacencia. Pero la cultura es algo más que el juego
deleitoso de gentes que se rinden mutua pleitesía. Ella es la expresión de la
historia, espejo de los júbilos y las tribulaciones del hombre. El reino
inquebrantable de la verdad. (Sardio, 1, mayo-junio de 1958)
[1959] Las constantes de nuestra generación

Acaso esta nueva entrega requiera una definición más radical y exigente de
nuestra revista; pero no una altisonante y pretenciosa formulación de principios,
postura vagamente teórica que no ha dejado de proliferar en nuestra literatura,
sino un lúcido y ya definitivo esclarecimiento de motivaciones, esfuerzos
creadores y tentativas ideológicas que la nutren y definen. El hecho de que sobre
ella –o contra ella- críticos incipientes, pretendidos sociólogos de la cultura y
otros desvaídos representantes de una inteligencia ya destituida o por
derrumbarse, expresa o veladamente, al sombrío rescoldo de sus frustraciones o de
sus eventuales intereses, se hayan prodigado para calificarla con los adjetivos
más contradictorios e inexactos, es ya razón para dilucidar lo que algunos,
obstinadamente, se resisten a comprender: que constituimos una generación
consciente de su destino, poseída por una voluntad de trascendencia, fiel a las
verdaderas y dramáticas constantes del tiempo que le ha tocado vivir y en él
enraizada y comprometida, dispuesta a redimir por ejercicio del espíritu y de la
verdad lo que otras generaciones parecen haber sacrificado por negligencia y las
pequeñas ambiciones; que somos un grupo de escritores y artistas para quienes la
creación es combate con el destino o con la historia y no esa farsa creciente que
es la cultura en nuestro país. Así radicales y obligadamente solitarios, en nada
nos desvela el que se nos califique de sectarios, elistescos o aristocratizantes,
presuntas categorías que sólo revelan la mediocridad irredimible de la crítica y
que en modo alguno pueden neutralizar nuestros propósitos iniciales. Y no por
creernos invulnerables o asistidos de esa gracia que coloca a algunos “más allá
del bien y del mal”, al contrario, por sentirnos muy vivos y actuantes dentro de
la dinámica de las ideas, es por lo que ahora respondemos a esos desventurados
juicios con que se ha pretendido sellarnos o condenarnos. [/] El supuesto
sectarismo de nuestra generación no tiene otro origen que el mismo clima menguado
de la cultura nacional. Ante la lamentable medianía que parece regir nuestra
literatura y nuestro arte, hemos sido radicales y polémicos, sin que en nuestros
juicios y valoraciones hayan intervenido extraños designios o deliberadas
intolerancias. Y al comprometernos con una posición en la historia del país,
hemos puesto de relieve, con ánimo de ser vigilantes, la crisis aparatosa de
nuestra inteligencia. La literatura se nos dio como un arma de combate, como
ejercicio de una personalidad libérrima e incontaminada de requiebros o de
eufemismos. Y el acto de creación ha sido para nosotros algo más que un acto
gratuito, algo más que el alarde de un espíritu desprovisto de compromisos y
exigencias de su tiempo. Y sin aspirar a convertirnos en sepultureros de otras
generaciones, sin negar valores individuales, de esos que la crítica suele
llamar, no sabemos en base a cuáles perspectivas, “valores consagrados”, hemos
afirmado que nuestra cultura padecía la gratuidad de su propia intrascendencia,
que más parecíamos una Arcadia de imperturbables regocijos que un país dominado
por el drama de sus verdaderas motivaciones y apasionantes dilemas y que nuestro
precario sistema de juicios y valores estaba regido por la banalidad, la timidez,
cuando no la complacencia calculada. Y condensábamos nuestro criterio en esta
última frase del testimonio del primer número: “La cultura es algo más que el
juego deleitoso de gentes que se rinden mutua pleitesía. Ella es expresión de la
historia, espejo de los júbilos y de las tribulaciones del hombre. El reino
inquebrantable de la verdad”. [/] Que las pasadas generaciones, como tales y no
como tránsito en ellas de grandes individualidades, abandonaron el mundo de
nuestra cultura a un dudoso juego de intereses personales, de caprichos y de
mistificaciones y que no supieron recrear a plenitud la avasallante u siempre
desasosegada realidad de nuestra existencia o de nuestra historia, lo viene a
demostrar el mismo desarrollo de la vida venezolana en todas sus manifestaciones.
Poseídos por una extraña y nada envidiable capacidad de mimetismo, la mayoría de
nuestros escritores y artistas han rendido fiel tributo a la cortesanía
intelectual o a ese otro devorante minotauro del oportunismo político o del
bienestar egoísta, olvidando lo que debe ser único imperativo del espíritu: una
vasta y penetrante comunicación con el universo, los sueños, la grandeza y aún la
miseria del hombre. Antes que seres requeridos por una vocación o por las
determinantes de la inteligencia, hemos tenido a todo lo largo de nuestra cultura
pequeños aprendices de “mandarines”, extenuados aspirantes de una fama o de una
fortuna que paradójicamente siempre se les ha negado. Con una irresistible
seducción por el prestigio superficial o por una gloria aldeana, se embriagaron
con elogios mutuos y acomodaticios, hasta el punto de que hicieron arte e
institución de esa despreciable y ya proverbial “política literaria”. [/] Pero
hemos sido nosotros, los de la nueva generación, quienes hemos padecido esa
regocijada demagogia que han señoreado en la cultura venezolana. Y, así, con
precarias referencias en el pasado y generalmente privados de la enseñanza de
verdaderos maestros, hemos sido una generación sacudida por el drama de la
soledad y nos hemos sumergido en el abismante mundo de la creación con una
actitud exigente e irreductible, como si nadie o muy pocos nos antecedieran. Y
como nuestras ideas no eran para el simple comercio en apacibles intimidades
burguesas, en las que alegremente se suele destruir obras y esfuerzos auténticos
con el mismo desparpajo con que luego se exaltan e inciensan públicamente, hemos
expresado sin equívocos ni delicuescencias nuestra actitud. No hemos sido
intolerantes ni extremistas por sistema. Si alguna vez hemos querido esclarecer
posiciones, no lo hemos hecho por puro deleite o goce en la destrucción o por
abordar miserables sitiales de dominio. Por el contrario, hemos desterrado tales
escorias morales. El inconformismo y la exigencia han comenzado por nosotros
mismos y jamás hemos claudicado con el intercambio de halagos y requiebros entre
los de nuestra generación. Acaso otros, por parecer estimulantes y generosos,
pero en el fondo por labrarse su deleznable y temerosa seguridad intelectual,
hayan comerciado con alabanzas hipócritas e idolatrías. Una consciente e
insobornable sinceridad ha sellado hasta hoy cuanto hemos escrito y expresado. Y
si hemos sostenido debates alrededor de problemas de nuestra cultura, creemos que
ello más que defecto es rasgo imperioso de personalidad. Pero en un país donde la
inteligencia ha vivido secularmente bajo los signos de lo acomodaticio, hemos
visto con desdén a esos seres que jamás han pronunciado un “no” tajante y
definitivo o que nunca han tenido arrojo de ser sinceros, aunque esa sinceridad
hiera o quebrante instituciones, verdades reveladas, regocijados prestigios y
demás virginidades. [/] Por otra parte, en nuestra revista y en todo cuanto hemos
publicado fuera de ella, hemos exaltado sin mezquindad, pero también sin
complacencia, valores que sentimos como verdaderos e influyentes, como Rómulo
Gallegos, Alejo Carpentier, Vicente Gerbasi. De Pablo Neruda, más allá de
nuestras diferencias, hemos reconocido la dominante grandeza de su poesía en
Residencia en la tierra y Canto General. Así como hemos acogido textos
invalorables de Mariano Picón Salas, Juan Liscano, Miguel Ángel Asturias, Gonzalo
Rojas, e igualmente traducciones de figuras esenciales del pensamiento universal.
Buen testimonio, todo ello, de que nuestro sectarismo ha sido más bien
jerarquización y límites impuestos al arribismo y al fraude intelectual. [/]
Finalmente, quienes pretenden desahuciarnos para la historia o para la militancia
en la vasta y crecientes transformaciones sociales e ideológicas, al calificarnos
de elistescos o de aristocratizantes, premeditadamente olvidan la permanente y
nunca soslayada firmeza cívica con que hemos defendido la soberanía de nuestro
pueblo o la rotunda claridad con que hemos acusado los asfixiantes intereses
colonialistas que se han cernido y se ciernen aún sobre nuestra historia y
nuestra cultura. Y esto que ha sido actitud combativa en el plano nacional, lo
hemos sabido proyectar también a la situación continental y aun mundial.
Sensibles a todos los movimientos en que el hombre ha dejado testimonio
inquebrantable de la libertad de su espíritu o de la grandeza de su sacrificio,
al producirse el triunfo de la Revolución Cubana, enero de este años, la
saludamos como la esperanza más vigorosa de la hoy renaciente democracia
latinoamericana; así como expresamos nuestro enfático repudio a la amenaza de
intervención armada sobre nuestro país por parte del poderío yanqui, en momentos
en que la temeraria visita del Vicepresidente Nixon desencadenaba profunda
respuesta del pueblo venezolano contra el imperialismo del Norte. Y solidarios
con los movimientos de liberación nacional, insertamos en el número 2 de nuestra
revista textos que ninguna otra revista del país se tomó el trabajo de publicar:
los de George Arnaud y Jacques Verges sobre el escalofriante y patético caso de
Djamila Bouhired, la joven combatiente de la resistencia argelina, y el
testimonio no menos elocuente y acusador de Henri Alleg: La Question, grandioso
alegato de otro combatiente al lado de Argel, torturado y escarnecido por los
oficiales del ejército francés. Y, deliberadamente, dejamos de mencionar la
personal actuación que nos tocó jugar a cada uno de nosotros en la resistencia
nacional durante la década de la última dictadura, responsabilidad que acaso no
asumieron muchos de los que aspiran a juzgarnos. [/] He aquí las verdaderas
constantes, la constancia y la tenacidad de nuestra generación. No aparentamos de
intocados ni creemos habernos purificado en aguas lustrales, pero vivimos,
actuamos y creamos a imagen y semejanza de nuestras vidas, con toda la enigmática
y contradictoria grandeza de nuestras vidas. Así comprometidos e incitados,
difícilmente caeremos en ese eclecticismo impotente o en esa conformidad
beatífica a que se nos quiere reducir cuando, con una concepción simplista de la
historia, se promulga que toda rebeldía se desvaneces con el tiempo, que todo se
mueve en una suerte de círculo vicioso en el que los que hoy niegan mañana serán
a su vez negados. Aun ante sobrecogedoras y fatales perspectivas, y como no nos
sentimos simples rebeldes por mocedad o imprevisión, aspiramos a seguir fieles a
nuestra indeclinable actitud original. (Sardio, 5-6, enero-abril de 1959)

5/ [EL TECHO DE LA BALLENA / VENEZUELA / 1961-1968]


[1961] Para la restitución del magma

Es necesario restituir el magma la materia en ebullición la lujuria de la lava


colocar una tela al pie de un volcán restituir el mundo de la lujuria de la lava
demostrar que la materia es más lúcida que el color de esta manera lo amorfo
cercenado de la realidad todo lo superfluo que le impide trascenderse supera la
inmediatez de la materia como medio de expresión haciéndola no instrumento
ejecutor pero sí médium actuante que se vuelve estallido impacto la materia se
trasciende las texturas se estremecen los ritmos tienden al vértigo eso que
preside el acto de crear que es violentarse-dejar constancia de que se es porque
hay que restituir el magma en su caída… el informalismo lo reubica en la plena
actividad del crear restablece categorías y relaciones que ya la ciencia
presiente y el informalismo también tiene su hongo el toque de una materia
arbitraria que corre hasta los ojos más incrédulos es una posibilidad de creación
tan evidente y tan real como la tierra y la piedra que configuran las montañas
porque es necesario restituir el magma la materia en ebullición la prótesis de
adán. (Sardio, No. 8, mayo-junio, 1961)

[1961] El gran magma

“bajo toda estructura que pretenda encerrar una dinámica / existe ya un germen de
ruptura / tenemos menos capacidad para organizar esto es evidente que para
vivir vivir es urgente // de ahí que la ballena para vivir no necesita saber de
Zoología // el techo de la ballena está fundado en la plena lucidez incontrolable
del orgasmo que sólo los insomnios verifican porque la ballena es el único
prisma válido es el único prisma que tiene su barbarie // pocas realidades son
tan emocionantes como un hombre que rompe todas las liturgias del lenguaje el
techo de la ballena es más que un hombre // bajo su ligamen todas las cosas
tendrán un punto de unión con lo inasible tal es el sentido que se descubre en
lo que la ballena ha devorado en la piel de la iguana // en la superficie de la
pintura devorada por su propia materia los almanaques no registran todo lo que
puede decirse acerca de la ballena // es el hombre cósmico exigiendo su grito es
un gesto es una actitud el techo de la ballena al igual que los cantantes de
moda gozará de una extraordinaria popularidad // el techo de la ballena es un
animal de piedra que resucita el mundo para bienestar de sus huéspedes / el techo
de la ballena reina entre los amantes frenéticos / dueño de una irreconquistada
materia”. (“El gran magma”, Rayado sobre el Techo, No. 1, marzo de 1961; cadáver
exquisito elaborado en un bar de Catia y en el que colaboraron Carlos
Contramaestre, Gonzalo Castellanos, Caupolicán Ovalles, Juan Calzadilla, Salvador
Garmendia y Edmundo Aray)

[1961] Las instituciones de cultura nos roban el oxígeno

“Pareciera que todo intento de renovación, más bien de búsqueda o de


experimentación, en el arte, tendiera, quiérase o no, a la mención de grupos que
prosperaron a comienzos de este siglo, tales Dadá o el Surrealismo. [/] Si bien
es cierto que tenemos muy en cuenta esas experiencias, al fundar El Techo de la
Ballena, no pretendemos revivir actos ni resucitar gestos a los que el tiempo ha
colocado en el justo sitio que les corresponde en la historia de la literatura y
de las artes contemporáneas. No pretendemos situarnos bajo ningún signo
protector; queremos, eso sí, insuflar vitalidad al plácido ambiente de lo que se
llama la cultura nacional. Para ello no escatimaremos ningún medio que nos sea
propicio. [/] Pero eso sí, no queremos proclamarnos sacerdotes del absurdo y
menos aún de la burla, categorías que todos ya hemos superado. El absurdo y la
burla serán tan sólo medios de expresión y nada más. [/] El arte de nuestro
tiempo es trágico, se devora constantemente a sí mismo, como aquel signo de
serpiente que se devoraba por la cola y que fue uno de los símbolos de la
alquimia. Expresar, sólo expresar, eso queremos. Para lograr ese objeto
primordialísimo renegamos de todo cliché que quiera atribuírsenos; búsquense en
otras fuentes la calidad o la intrascendencia de las formas y de las aspiraciones
que nos animan. No queremos proclamarnos –tan a destiempo- como médiums de ningún
irracionalismo ni de ninguna idea que pueda tener relación con la subconsciencia.
Nos anima, ante todo, la lucidez más absoluta; que no prospere entre nosotros el
absurdo como razón de estado, pues, a fin de cuentas, lo que queremos es
restituir el magma, la materia en ebullición, la lujuria apagada de la lava. [/]
Demostrar que la ballena, para vivir, no necesita saber de zoología, pues toda
vértebra tiene su riesgo y ese riesgo, que todo acto creador incita, será la
única aspiración de la ballena. Percibimos, a riesgo de asfixia, cómo los museos,
las academias y las instituciones de cultura nos roban el pobre ozono y nos
entregan a cambio un aire enrarecido y putrefacto. La ballena quiere restituir la
atmósfera. [/] Tanto nos anima Jarry como Hermes Trimegisto. Reconocemos a Sade y
también a Copérnico, a Einstein y al Marqués de Oliveira, mencionamos a Benjamin
Franklin y al capitán Achab. (La Esfera, 25 de marzo de 1961)

[1962] Investigación de las basuras

“Existe una posibilidad fulminante que justifica el hecho de escribir. Se trata


de un afilado propósito hormonal que hace trizas las placas aceitosas de la
literatura, porque extrae su materia de los fondos viscerales, tan vilipendiados,
donde estamos seguros que brota una posibilidad de resurrección. Pocos podrían
discutirlo, de todos modos, ya que es limitado el acceso a esos bajos lugares en
traje experimental, porque hay el miedo de que la verdad rebote como un mal olor
y toda su pestilencia gloriosa inunde varias leguas a la redonda pobladas de
imbecilidad cívica y poética ciudadana. O más allá aún, de poética metafísica,
tan perfumada de malabares como cualquier soneto de cumpleaños post-mortem, coja,
ahíta de impotencia, a cien grados por debajo de toda posibilidad testicular o
beatamente lanzada en carrera de relevo para no ver la liebre-vagina, que en este
caso viene detrás, invirtiendo el orden de las carreras de perros que, después de
todo, son infinitamente radiosas al lado de los maratones literarios. Hasta ahora
se ha escrito, según el orden de los reglamentos santificados, por ansia de
trascendencia, compromiso social, necesidad óntica o investigación filológica.
Hay quien habla de una búsqueda de Dios, pedantemente parapeteado en la cabeza de
San Anselmo. O quien, más audaz, embarca la nada en su partida de dominó y se
disfraza de tragaleguas de lo ‘existencial profundo’. Y cuando se juega en el
centro, nace una ascética de la palabra, mitad cabeza de San Anselmo, mitad
doblecena de ontología: postura híbrida que, cuando llega a diferenciarse, suelta
los vocablos como elegantes bandejas vacías. Pero, de pronto, se descubre que
alguien, ‘cansado de escribir necedades durante once años’ –buscando no sé qué
‘hermosas combinaciones de frases y palabras’- intenta justificarse en
territorios menos conocidos. Aunque la justificación signifique un entrar en la
serie, implica al menos la seguridad de ofrecernos, por el instante, un aliento
nuevo que ya mañana podrá codificar. Sobre todo, se trata de un rechazo
definitivo de lo encadenante poético, mientras se afirma, ya que no un derecho a
decir, sí a una posibilidad de maldecir. ¡MALDECIR! Costumbre angélica, vieja
como el primer colapso producido por la revuelta de un antiguo líder celestial
llamado Luzbel, continuada por profetas malhumorados y poetas anti-todo y, sin
embargo, salvajemente desoída por los eternos cortesanos del buen juicio, de la
inteligencia y del estar siempre ‘por encima’ o ‘de regreso’”. Y es menester
decirlo de una vez por todas: sí, se ha vociferado mucho, no hay nada nuevo en la
voluntad infamatoria, pero nadie puede negar que muchos, mientras preparan su
carrera de funcionarios del Estado o de la Poesía, tienen taponados los oídos de
música aldeana, de seguridad que nadie les ha donado o de desprecio burgués, que
basta con ser burgués para que anule su posibilidad de competencia. Continuar
manejando palabrotas es, al menos, más saludable que cualquier alimento retórico.
Y ante el dilema, hay algún sector alerta que prefiere lo soez purificante a lo
beato purificado, muéstrese éste como fervor del lenguaje, serenidad profesoral o
explicación de la sociedad. Y no porque se quiera amenazar con el coco a los
burgueses, sino porque se trata de una obligación personal, producida en los
fondos viscerales señalados, y esto se halla al margen de toda discusión. Aunque
no obstante todavía está por probarse si el alegato impuesto al género humano por
Rabelais ha vaciado su contenido. Aún puede preguntarse si los apuestos señores
del buen juicio y la inteligencia, los sacerdotes del verbo, los honorables
profesores o los revolucionarios en pantuflas y picnic de los domingos, pueden
demostrar que han desaparecido las causas que originaron la alianza de Isidore
Ducasse: ‘HE REALIZADO UN PACTO CON LA PROSTITUCIÓN PARA SEMBRAR EL DESORDEN
ENTRE LAS BUENAS FAMILIAS’. Naturalmente que ellos disfrazando su condición de
hijos de buena familia, porque también hay buenas familias poéticas y buenas
familias políticas, se acogerán a la condición extremadamente fácil de quien mira
las cosas objetivamente. Y quien mira así no disfruta de las cosas, pues es una
cosa más. Vale la pena insistir en la proposición de Caupolicán Ovalles,
gallardamente absurda, de que es el cansancio quien lo decide a la acción. Idea
sobresaltada, en cierto modo dentro de la línea de aquel famoso poeta-asesino
Pierre-Francois Lacenaire, ejecutado en 1836, quien justificó su necesidad de
vivir, ejerciendo como teórico del derecho a matar, ‘meditando siniestros
propósitos contra la sociedad’. Y un poco también en empate con esa moral de lo
inmoral de Thomas de Quincey, quien afirmaba, mientras consumía sus raciones de
opio: ‘Generalmente los individuos que han provocado mi disgusto en este mundo
han sido gentes florecientes y de buena reputación. En cuanto a los pícaros que
he conocido, y no han sido pocos, pienso en ellos, en todos sin excepción, con
placer y benevolencia’. En tal orden de inversiones, funciona este libro,
desusadamente adicto al desafío, aprovechando la materia hasta ahora denominada
‘no poética’, en un giro decididamente singular, porque existe una fatiga cuando
se descubre la ineficacia de la palabra tradicional, lo inoportuno del ejercicio
culto, la triste invalidez de lo literario cuando ‘arrecia la enfermedad de
vivir’. Algunos han optado por el silencio. Otros han hablado, como Robert
Desnos, quien, para ampliar la virtud fecundante de sus fantasmas, escribió en
argot contra los nazis, hasta quedar reventado en el campo de Terezine. [/] En el
caso de Caupolicán Ovalles, además del cansancio verbal, existen razones de
fastidio, demasiado concretas, demasiado evidentes en nuestra hora para el ojo
menos alerta, que lo arrastran al abandono de toda preocupación correcta y normal
para el lenguaje. Pero es menester advertir que su actividad vigilante, casi como
por instinto, lo pone a cubierto de la fácil demagogia vertida a través de cierta
poesía llamada social, donde lo subversivo pierde fuerza por el manejo de todos
los lugares comunes del orden burgés que se pretende minar. Además, hay una
certidumbre: este libro no conduce hacia los premios de la revolución, ni a
invitaciones a viajes, ni a las mesas de los ‘rebeldes’ con palacetes y bandas de
ensalzadores. Hay aquí una pura y desinteresada hombría, hecho rotundo contra el
cual se estrellan todas las acusaciones de los aficionados al cartel o las
especulaciones en torno a una pretendida profundidad de lo formal. Es acercarse
en cierto modo al reflejo glandular, no totalmente investigado, que proveyó de
bastimentos a Rimbaud, quien meaba hacia el cielo ‘para honra y beneplácito de
los altos heliotropos’. Y quizás condujo aquel grito de Artaud: ‘¡Oh!, Papa
abyecto, Papa ajeno a la substancia del alma, déjanos nadar en nuestros cuerpos;
no necesitamos tu cuchillo de claridades’. Porque –para traer a cuentas un último
testigo- ‘de nada sirve ponerse guantes de goma’, según la afirmación de Henry
Miller. ‘Todo lo que puede ser fría e intelectualmente manipulado pertenece al
caparazón, y un hombre con ansia de crea busca siempre abajo, en la herida
abierta, en el horror obsceno y ulcerante. Conecta su dínamo a las partes más
tiernas: si no sale más que sangre y pus, ya es algo. [/] Caupolicán Ovalles, con
un agudo sentido de la provocación, propone en este libro una continuidad de ese
ejercicio del desafueron como instrumento de investigación humana. Pero añade
algo má, o mucho más, como es la evidencia de que se encara a una expresión que
no tiene nada en común con las razones aducidas hasta ahora para legitimar el
hecho de escribir. Se trata de una poesía que se da como una necesidad cotidiana,
sin preparaciones, regodeos o perturbaciones de la existencia. Se da así,
simplemente, deshonestamente poética, como quien se dispone a ingerir alimentos o
a defecar. Curioso elemento este de la efectividad expresiva, pero mucho menos
aleatorio y resbaladizo que buscar posibles enlaces entre palabras desnudas o la
vacía petulancia de los realismos ofrecidos hasta ahora”. (Adriano González León,
“Investigación de las basuras”, prólogo a ¿Duerme usted señor Presidente?, de
Caupolicán Ovalles, mayo de 1962)
[1962] Homenaje a la necrofilia

Siempre se habló del amor, aun fuera de la mira romántica, como hecho que
traspasa el existir cotidiano. Terrible jugarreta o invención sacrosanta, pero
hasta los naturalistas más empecinados quisieron inscribir su reclamo pasional en
el ‘más allá’. ¿Necesidad de comunión absoluta, miedo a esta pobre vida diaria,
gesto únicamente gratuito? Se ignora. Sólo hay una certidumbre: no existe una
sola pareja que, en los instantes de efusión, no proponga la continuidad de su
peripecia amorosa hasta la muerte. […] Sin embargo, hay una aventura rotunda de
otra dimensión: en lugar de ser hasta la muerte, es dentro de la muerte donde
funciona el amor, en un gesto más definitivo, sin trayecto ni dilación. Los
necrófilos toman el amor como un hecho postergado, para asumirlo en su totalidad.
Todo lo que en vida fue negación, soledad, fuego inhibido, adquiere una radiación
incuestionable, de revancha, al lado del catafalco o de la tumba. […] Pero hay
una categoría de gentes, quizás la mayoría, a quienes se nos pretende negar
cualquier forma de encuentro, postergación o búsqueda de la propia muerte y el
propio amor. La actividad de los amantes limitada por las Ligas de las Buenas
Costumbres. La acción del necrófilo ofendida en su limpidez rectificadora, porque
una muerte cotidiana, fabricada en los laboratorios policiales, asedia
constantemente nuestra voluntad de elección. Y ante los gendarmes que disparan,
los grandes barcos que bloquean, los hongos que se abren hasta el cielo, el
pintor Carlos Contramaestre se transa por reivindicar las categorías de una forma
de amar y de morir, donde cada cópula y cada hueso recuerdan, aún más allá de la
vida, un acto soberano del hombre. Tripas, mortajas, untos, cierres relámpagos,
abestina o caucho en polvo, desparramados sobre cartones y trozos de madera,
configuran un empaste violento y el cuadro deja de ser un bello objeto de
coleccionista o un orgullo de museo para transformarse en una persecución ardida
de la materia humana, justamente en el corazón mismo de la sordidez, porque se
hace menester rescatar tripas y heces fecales, al lado de una dulce conjunción de
pantaletas y resitex, en un intento por ganarle la partida a tanta finura
acobardada, a tanta buena realización, que andan de brazo con el asesinato, sea
producido por ametralladoras o con aparatos de tortura. Y más aún: toda una
alineación de pestilencias informes, donde una belleza nueva asoma en cada
repliegue del cuerpo y las vísceras de los carneros sacrificados, que no pasará
inadvertida porque al menos provoca la repugnancia de las personas decentes o la
sonrisa desdeñosa del que se piensa ya corrido en arte, con una tal ceguera y una
tristeza mentales, que le impiden pronunciar otras palabras de defensa que no
sean ‘dadaísmo’ o ‘infantilismo’. Con eso, por encima y a pesar de eso, aquí
están estos golpes provocadores de Carlos Contramaestre, lúcido, alienado,
médico, no enajenable, inscrito en al gran órbita de quienes prefieren probar y
experimentar ‘todas las quintaesencias’ a quedar paralizados de perfección
premiada, de seguridad comercial o de tarjetas de acceso a los salones de damas y
pinturas. Su intento de recobrar ciertos territorios cargados de descrédito, lo
sitúan en una atmósfera de audacia y valentía, donde todas las viejas claves de
la plástica importan poco y hasta se hacen añicos ante esta confrontación desnuda
de la muerte y el amor”. (Adriano González León, introducción al catálogo de la
muestra: Caracas, noviembre de 1962)

[1963] Dos años de la ballena


“En este mes se cumplen dos años de la fundación de El Techo de la Ballena. Sus
miembros preparan una serie de exposiciones y conferencias, en la continuidad de
uno de los movimientos de mayor fuerza combativa en nuestro arte y nuestra
literatura. Lo que en principio pareció a los eternos mantenedores del orden un
simple juego de niños rabiosos, a dos años de trabajo, se muestra al país como
uno de los esfuerzos mayores de revisión verdadera sobre nuestro aletargado mundo
cultural, y que en última instancia, si no mostrara otros valores efectivos,
cuenta en su labor el haber propuesto las más firmes investigaciones polémicas
sobre el arte, la literatura y la crítica venezolanos. [/] En las artes
plásticas, cuando el abstraccionismo geométrico parecía llevar la pintura
nacional a una especie de callejón oscuro, por causa de un nuevo academicismo y
de la complacencia comercial, los pintores de la Ballena propusieron la apertura
hacia el arte nuevo, donde la experimentación, la fuerza inventiva y el riesgo,
abrían cauces más candentes con que revitalizar las dormidas paredes de museos y
galerías. [Con] igual reacción se levantaban contra un falso realismo que hacía
trampas con imágenes de cloacas y de cerros, para complacer gustos pequeño-
burgueses, traicionando la altivez del compromiso que se decía asumir en aras de
un pobre conformismo y poniéndose a cubierto de una posible rigidez, los
balleneros mismos anunciaban en sus manifiestos su desconfianza sobre cualquier
camino elegido, si éste se convertía en código y murallón cerrado. Una actitud
semejante produjo la más alta llama explosiva en el Homenaje a la Necrofilia,
donde un pintor se jugó su propia carrera en la búsqueda afanosa, a través del
humor, del desprecio absoluto a los cánones, en busca de una contaminación
conflictiva. Se puso en tela de juicio el buen gusto, la llamada
‘responsabilidad’ del artista, que en otros términos en nuestro país quiere decir
ser egresado de la Escuela de Artes Plásticas, pintar exclusivamente para
concurrir a los salones y cenar de vez en cuando con los buenos compradores. […]
‘Responsabilidad’ que en fin de cuentas, aún con una obra cumplida, sólo conduce
al artista a la huera satisfacción de ‘haber llegado’ y halagarse las orejas
(¡pobre oreja de Van Gogh!), cuando un grupo de jovencitos puede llamarlo
maestro. La otra, la verdadera, la de jugarse el todo por el todo, la de romperse
el alma investigando la unidad de sus huesos y su sangre con lo que se pueda
crear, es otra cosa. [/] El Techo de la Ballena tiene en su travesía esa
proposición fundamental, para cualquier artista dispuesto a ser honrado en su
compromiso con el mundo. Es la misma planteada por los escritores del grupo para
el caso de nuestra literatura, sobre todo la poesía, sometida al lagrimeo
sentimental y patriótico, con esa falsa popularidad de las obras de caridad, de
Andrés Eloy Blanco, en torno al cual sensiblerías ajenas a lo poético han
impedido una real ubicación. Toda una aldeanería de agua, miel y juegos florales,
versos delicuescentes a lo Lozada, lo González, lo Medina o lo Pastori, llevan la
poesía exclusivamente hacia los bombos oficiales. Empresa parecida en la que un
grupo inicialmente creador, Contrapunto, comprometió sus fuegos, para concluir en
la burocracia, las celebraciones sociales y las relaciones públicas. [/] Es ante
un espectáculo semejante que los poetas balleneros, en la necesidad de investigar
un territorio negado a nuestro exceso de cordura, no ha vacilado en proponer las
más difíciles confrontaciones sin que nunca se haya pretendido hacer un código de
ello, porque ciertas zonas y materias de la realidad no habían sido tocadas, en
virtud de la pacatería y el ruralismo mental de nuestros llamados poetas. De allí
el desconcierto producido entre aevistas, gacetilleros, funcionarios que escriben
los días de fiesta, profesores humanistas y otros especímenes. […] Estos dos años
de El Techo de la Ballena implican la existencia de una fuerza creadora, de una
responsabilidad verdadera, y si se quiere, de un juego peligroso. Pero no hay que
olvidar que los juegos peligrosos conducen a la cárcel o al exilio”. (Clarín, 8
de marzo de 1963, p. 9)

[1963] Segundo manifiesto


“A dos años de existencia, El Techo de la Ballena, reo de putrefacción, se
declara incontaminable, o mejor, su propia putrefacción es el antídoto que se
requiere para repeler el asalto de tantos gérmenes que lesionan el derecho a
gritar y a ponerse panza al sol en los 912.050 kilómetros cuadrados venezolanos.
Y a los dos años es inútil pensar que la Ballena tome otra ruta que no sea la del
rechazo constante –hasta que su vigilancia cetácea lo considere necesario- de
toda la banal cortesía y abaniqueo de señoritas que ha sido el rostro de nuestras
letras y nuestra pintura. [/] Desde los 3 m por 5 de los garajes donde nos hemos
refugiado, se ha expandido una grasa plástica (óleum magnae) según decía Tircio,
o residuos de X-100 y Esso-Motor-Oil, encantador patrimonio que nos otorgan las
compañías explotadoras para embadurnar bellas costumbres de nuestra pintura,
comenzando por todo el paisajismo tradicional con el que señores gotosos paseaban
desde sus habitaciones del Country o Valle Arriba por el Cerro del Ávila, hasta
pasar por un realismo barato de muchachitos barrigones con latas de agua o
‘revolucionarios’ empuñando un fusil parecidos a policías, que alegran igualmente
el candor cristiano de los señores del Country y del gobierno, dispuestos a
comprar esos cuadros como se tratara de una labor de Cháritas o de Fe y Alegría.
Así, hasta llegar a los rezagados de la geometría, dándose golpes contra los
muros de la ciudad y buscando rápidamente asilo en las tajadas de la
consagración, cosa que según ellos podía permitirles administrar premios, ser
bien pagados o viajar a París. Estas tres posiciones lesionadas por la grasa
ballenera, no disfrutan por sí solas de los golpes del cachalote: hay una cuarta
categoría de pintores sueltos, danzando en la cuerda floja de amistades
influyentes y grupos de café, avanzando rápidamente hacia un academismo astroso y
que pretenden justificar su individualismo insustancial en frases odiosamente
hechas como lo que cuenta es la obra realizada’, ‘hay que hacer un trabajo
concreto’, ‘esta exposición es mi mensaje y no las payasadas de grupo’. [/]
Hacemos un aparte, porque este último sector es el que ayuda a la Ballena a
precisar su natación. Los otros bandos están demasiado señalados, adornados con
flores como el señor López Méndez, atestados de demagogia como el Taller de Arte
Realista o confundidos como Alejandro Otero, quien desvirtúa su gran tensión
creadora en un gesto a ultranza de incorporación del objeto, con el propósito de
alarmar, cuando ya en nuestro país, después de Contramaestre, para lograrlo sería
necesario presentar un hombre apuñalado contra un cuadro. Volvemos al último
bando, para afirmar frente a él la necesidad de la investigación y la
experimentación, el único camino que puede mantener en una permanente vitalidad
nuestro provinciano universo plástico, sobre todo cuando cuatro o seis galardones
bastan para dejar fuera de ruta muchas vocaciones que se hubieran hecho más
fructíferas mediante una permanente reinvención de su trabajo creador. Sentirse
satisfecho por un premio oficial o por lograr la concurrencia a representaciones
internacionales, es un pobre alimento que aniquila la tarea del artista, cuando
no la vida. [/] Es ingresar en ese trágico desfile de cadáveres vivientes que ya
han formado nuestros escritores, desquiciados en su mayor parte por la burocracia
como en el caso de Viernes, aletargados por las relaciones públicas como es el
caso de Contrapunto, domesticados por un compromiso absurdo como en el caso de
los escritores oficialistas. ‘La poesía es una hecatombe, un sálvese quien
pueda’, decía Breton. Por ello la responsabilidad es de vida o muerte hasta
extraer las consecuencias últimas. Utilizarla para convertirse en hijo predilecto
de un pueblo del interior es un caso que oscila entre la ingenuidad y la
traición. Hacer de la creación novelística, aún con la solvencia del dominio
sobre el instrumento, como en el caso de Gallegos, una especie de muro de
protección contra los requerimientos de una narrativa más ágil y renovada, no es
sino sucumbir en un pobre magisterio del cual se aprovechan los políticos
oficialistas para provocar las lágrimas. Y manejar los cánones de ciertos
dogmatismos ideológicos, agitar todas las minucias de una preceptiva tiñosa, como
en el caso de Crítica contemporánea, es ahogar el empuje revolucionario en una
sospechosa serenidad profesoral. [/] El Techo de la Ballena cree necesario
ratificar su militancia en una peripecia donde el artista y el hombre se juegan
su destino hasta el fin. Si para ello ha sido necesario rastrear en las basuras,
ello no es sino consecuencia de utilizar los materiales que un medio ambiente,
expresado en términos de democracia constitucional, nos ofrece. [/] Nuestras
respuestas y nuestras acciones surgen de la misma naturaleza de las cosas y de
los acontecimientos, como claro ejercicio de la libertad, clave para la
transformación de la vida y la sociedad que aún en un estadio superior no puede
detenerse y a cuya protección o hundimiento también continuaríamos contribuyendo.
De allí que no funcionen imposiciones de ningún género y no es por azar que la
violencia estalle en el terreno social como en el artístico para responder a una
vieja violencia enmascarada por las instituciones y leyes sólo benéficas para el
grupo las elaboró. De allí los desplazamientos de la Ballena. Como los hombres
que a esta hora se juegan a fusilazo limpio su destino en la Sierra, nosotros
insistimos en jugarnos nuestra existencia de escritores y artistas a coletazos y
mordiscos”. (Segundo Manifiesto, Rayado sobre el Techo, No. 2, Caracas, mayo de
1963)

[1964] Tercer manifiesto / ¿Por qué la ballena?

[…] jugando pomposamente, profesoralmente o con falsa ingenuidad, en medio del


vacío, con el quehacer de los demás. […] En el disparadero mental de nuestra
cultura, en medio de esta salsa musgosa de país sometido y vejado, en esta
especie de muladar de los grandes consorcios, es quizás lo menos esperar
actitudes semejantes. Ante la revelación de la propia impotencia, de la
inutilidad creadora o de la falta de audacia para cortar un camino, refugiarse en
los tradicionales mecanismos del pensamiento, balbucear como aldeano cuando se
pretende ser universal, gastar las malas mañas del burgués cuando se quiere ser
revolucionario, no es ni siquiera sorpresivo sino más bien un acomodo dentro del
mentidero general en que nos hemos debatido. [/] De allí que cualquier empresa
riesgosa aparezca sin ajuste en los astilleros de una lógica aburridamente
cotidiana. De allí que alguien pregunte por qué la ballena, elemento austral o
boreal, y no un caimán, tan vivo y bien criadito e nuestros paraísos tropicales.
Esto para el teórico, que desea que la realidad sea la realidad, aunque se niegue
a buscarla por todos sus costados. Pero también, y con el mismo espíritu de
mediatización, para el ama de casa a quien le es mucho más fácil echar a freír en
la sartén un pargo que un cachalote. [/] No vamos […]. Siempre hemos odiado la
voracidad de los interrogatorios, y un examen es un examen, llévese a cabo en el
aula, en el café o en la Dirección General de Policía. A la manera de los
torturados provistos de coraje y hombría -¡tantos hubo en estos últimos años!- no
vamos a cantar. Y a la manera de los malos alumnos, ante la maliciosa pobreza del
cuestionario nos vamos a copiar: uno puede reconstruirse a sí mismo, ingerir el
agua de su propio surtidor. Solamente esa onda que ha ido quedando detrás de
nuestro Techo durante estos tres años de difícil y activa natatoria, puede rendir
testimonio. Si se desea saber algo, allí está la ruta marcada, con el insinuante
misterio de los fuegos de San Telmo, la solitaria instancia de matar a que provee
el albatros o los pedazos todavía brillantes de cualquier huracán por las aguas
del Caribe. [/] Sobre la superficie, en la huella de esa peripecia, está ardiendo
aún la mecha de un dispositivo polémico, colocado a veces con métodos
terroristas, como jamás se había hecho en la pacífica y respetuosa fábrica de
nuestras artes y nuestra literatura. Para tanta seguridad ponzoñosa, para tantos
tejes y manejes, para el esteticismo anquilosador que sólo admite la ‘obra
realizada’, o para la seguridad tapizada de los dogmáticos, fue necesario, en un
momento dado, la estrategia del sabotaje. Ello volvió locos a los pescadores
razonables. El golpe de aleta que trastocó el curso tradicional de la pelea,
desmembró viejas armazones a las que no se les había desnudado con suficiente
fiereza y desorientó a los que con vocación para el cambio, manejaban, para
lograrlo, métodos ya aletargados por el orden que se pretendía minar. Y es que en
la tarea de cambiar la vida y transformar la sociedad, el uso mecánico de las
recetas nada podía conseguir porque justamente se trataba de una cuestión
dialéctica: para un determinado momento y un determinado país, los recursos de la
lucha obedecen a una necesidad. [/] Necesidad de la acción: de una poesía y una
pintura de acción. Poblar, despoblar, declararse en huelga, santificar los
niples, tirar las cosas a la calle. Una aventura en la cual el propio riesgo de
la consumición del artista es en sí valedero como quehacer estético y humano.
Actividad y pasión al rojo vivo, porque el trabajo paciente y el llamado buen
juicio sólo ha servido para conducir a la academia, a los decanatos, a la
administración o al disfrute del buen padre de familia. No afirmaríamos, sin
embargo, que en el camino recorrido hemos apresado toda la verdad. Ello sería
justamente negar los propósitos iniciales de El Techo de la Ballena. Nadie puede
manipular fría y groseramente el patrimonio de lo cierto. Pero emprender su
búsqueda con temor a las aguas malas, sin sentirse tentado por la carga de
hallazgos y nuevas riquezas que ofrece un extravío, es moverse protegido por
salvavidas y deseo de aprehender las cosas por la sola mitad. [/] Una simple
navegación por el agua botada o los desechos dejados por la Ballena, significa,
al menos para nosotros, el encuentro con una certidumbre: la pintura y la poesía
en nuestro país no podrán seguir siendo un manso escalonamiento de honores, que
se obtienen impunemente, pues no hay vías pacíficas que permitan el llamado
disfrute de la consagración. Todos los títulos, los documentos, los apellidos,
las influencias, los conciliábulos, los premios, prodúzcanse ellos en las
escuelas universitarias, en los museos o en las casas de los mecenas, no
adquieren por eso su única solvencia y están sometidos a una vigilante línea de
fuego. De este soplo perturbador introducido en un medio beato y conformista, de
no haber otras realizaciones, El Techo de la Ballena extrae su orgullo vital. Y
de allí parte una posibilidad aproximativa hacia un mundo más amplio como el de
América Latina. Sometidos por igual al fraude, al robo y a la alienación,
igualmente hostigados por los infantes de marina y las compañías petroleras o
bananeras, en todos los países se cumple por igual un proceso de imbecilización y
la trampa a la cultura, del cual son culpables los entreguistas y los serviles,
por sobradas razones, y aquellos que han creído en la fuerza intocable de los
dogmas. [/] Atento a las transformaciones ideológicas operadas en el mundo,
arremetiendo al mismo tiempo contra los tradicionalistas y los sectarios, El
Techo de la Ballena se ha plegado a una actividad más atenta al hombre: esa
actividad que aún produciéndose en el mundo capitalista o en el mundo del
subdesarrollo, implique un golpe abierto de rechazo o denuncia, una exigencia de
transformación. El Techo de la Ballena reconoce en las bases de su cargamento
frecuentes y agresivos animales marinos prestados a Dadá y al Surrealismo. Así
como existen en sus vigas señales de esa avalancha acusadora de los poetas de
California. O como habita en los palos de su armazón un atento material de los
postulados dialécticos para impulsar el cambio. Ello es precisamente la razón de
estar en pie, persiguiendo vendavales. [/] Pero igualmente advierte que en toda
la estructura y el andamiaje priva una circunstancia venezolana, desmelenada,
impaciente acaso, pero provista del coraje requerido en la necesidad de
afirmarse. Acá, por especiales razones, como en toda América Latina, nada de lo
que en letras y artes nuevas se ha realizado nos puede resultar extraño. Los
métodos de trabajo, la ampliación de fronteras, las vigorosas empresas cumplidas
en otras latitudes, nos prestan, como en la ciencia o la política, un amplio
escenario de investigación en el cual se cumplan afirmaciones o rechazos de
acuerdo con nuestras evidencias. Ponerse de espaldas es pura y simplemente jugar
al avestruz. Entrar con nuestros propios ropajes, para vigorizarnos, en la gran
ola universal, es dotar a nuestra condición de artistas y escritores de la única
veta que puede provocar la trascendencia: saberse cultivadores de una tierra, con
hojas y frutos venenosos o insólitos, pero no ya un producto servil de imitadores
de huertos bien cuidados en Europa… o pobres parceleros de verduras a quienes las
plagas, los desinfectantes folklóricos o el arado con bueyes les han clavado el
subdesarrollo en el alma. [/] ¿Por qué la ballena? Por eso justamente. Porque
hubiera sido fácil elegir el caimán. O porque hubiera sido de señoritos estetas
elegir el hipocampo. Y también porque la ballena está en el medio de la bondad y
el horror, sujeta a todas las solicitudes del mundo y del cielo, con su vientre
dignísimo que se ríe de Jonás y se engulle un tanquero de petróleo, toda
extendida de uno a otro extremo de la tierra, que casi es la tierra misma o es el
pájaro minúsculo que picotea su diente cariado en el cual nadan los peces. Esa
amplitud natatoria, ese deslizarse frenético, que nos permite negarnos en un
comienzo a contestar, y concluir contestando, porque, a pesar del odio
inquisidor, teníamos suficientes respuestas para anular su deleznable pregunta.
Ese empuje hacia lo desconocido que puede acrecentarnos la razón de vivir y
contaminar los instrumentos de una substancia corrosiva que cambie la vida y
transforme la sociedad”. (Adriano González León, Rayado sobre El Techo, No. 3,
Caracas, agosto de 1964).

[1967] La ballena ante


“De repetidos, el lenguaje y la vida se han hecho ininteligibles, apresados por
la racionalidad cartesiana que en nuestro entendimiento significa racionalidad
burguesa. [/] El sistema exige la racionalidad colectiva para contrarrestar la
anarquía productiva. De allí que toda ebriedad colectiva –la transformación
violenta de la sociedad, el arte hecho por todos, el amor, por ilegal, un acto
purificante y corrosivo- aterra a los capataces y a la propia maquinaria
instalada del sistema. Dentro de este orden de cosas se fragua el símbolo como
instrumento mediatizador, se establecen pautas y se norma la acción hasta
convertirla en sometimiento. ‘Una civilización creada por taxidermistas y
reducida, por lo tanto, a sus más sórdidas convenciones, minó la entrada que
conducía hacia la Ballena-Jonás o hacia Jonás Ballena. No ha bastado que los
jonases-ballenas, llámense Rimbaud o Apollinaire o Antonin Artaud o Rosamel del
Valle, pidieran una desorganización de todos los sentidos o un pensamiento en
acción para volver a recuperar el acto jonasiano’. Entendido el hecho, la ballena
ratifica a uno de sus tantos balleneros cuando precisa que ‘la literatura es una
forma de insurrección permanente y ella no admite las camisas de fuerza’, y se
ratifica a sí misma cuando exige ‘una aventura en la cual el propio riesgo de la
consumición del artista es en sí valedero como quehacer estético y humano’. Y
justamente, en este momento, cuando un grupo numeroso de creadores se han
convertido en ‘una masa corchosa utilizable según las circunstancias’. [/] Por
otra parte –no hay lugar para elusiones- la ballena es testigo de hecho: no deja
de serle preocupante la aparición, en quien la haya habitado, de tumorales
anunciadores de cadáveres succionantes. Claro que comprende –pero no protege- esa
manera de convertirse en símbolo, en creador que envejece rápidamente, despide a
sus fantasmas y se sienta en el escritorio de todos los días para asegurarse con
trabajada paciencia el puesto correspondiente en la jerarquía intelectual del
país! Renunciantes, por hijos del Rey Midas, a su posible condición de jonases-
ballenas. Taxidermistas a quien la sociedad debe respeto y admiración. [/] En el
segundo manifiesto comprendíamos ‘ese trágico desfile de cadáveres vivientes que
ya han formado nuestros escritores’. Hoy levantamos nuestro chorro vaporoso al
contemplar a denunciadores y combatientes de entonces dulcemente arrellanados en
su silla eléctrica democrática. Que ya no puedan quemar los fusibles, lo
lamentamos. Para ellos un canto luctuoso, sin pasión necrofílica. [/] Dámaso Ogaz
escribe de la ballena y lo majamámico: más que una postura, un conducta. Golpea
lo que, de racional, perturbó al surrealismo, y proclama la permanente sucesión
de estados libres y la acción ilegal como la única vía para alterar los patrones
mentales y subvertir una sociedad donde el individuo –y en consecuencia la
colectividad- ha dejado de ser un fin válido. Por ahora sólo es mera fracción.
[/] Cuando Ogaz señala que ‘el proceso de aniquilación progresiva que vemos y
sufrimos en el habitante de esta zona del continente, da por resultado una apatía
radical, un dejarse atar’, la ballena comprende que no alude a otros seres que a
los taxidermistas y a ciertos escritores y artistas latinoamericanos, no a la
gran población en propósitos subversivos, en la ‘búsqueda de una realidad ilegal
que cruje bajo la red de piedra que nos envuelve’”. (Edmundo Aray, “La ballena
ante”, prólogo al libro de Dámaso Ogaz, La ballena, Jonás y lo majamámico,
Caracas, El Techo de la Ballena, 1967)
6/ [TZÁNTZICOS / ECUADOR / 1962-1968]

[1962] Primer manifiesto

“Como llegando a los restos de un gran naufragio, llegamos a esto. Llegamos y


vimos que, por el contrario, el barco recién se estaba construyendo y que la
escoria que existía se debía tan sólo a una falta de conciencia de los
constructores. [/] Llegamos y empezamos a pensar en las razones por las que la
Poesía se había desbandado ya en femeninas divagaciones alrededor del amor, (que
terminaban en pulidos barquitos de papel) ya en pilas de palabras insustanciales
para llenar un suplemento dominical, ya en ‘obritas’ para obtener la sonrisa y el
‘cocktail’ del Presidente. [/] Mientras pensábamos nuestra vista topó a todo lado
de ese pedazo de tierra con bocas hambrientas, dividido necia y ambiciosamente
por alambres. Llantos y desolación y, a la vez, fertilidad y riqueza había. [/]
Estaba claro –no somos extraños como para contentarnos con enunciar que Quito
tiene un rosario de mendigos ni que Guayaquil afronta el más grave problema de
vivienda de la América, no-. Decidimos hacer algo, ¿por qué? Quizá porque nunca
hemos tenido un estudio con paredes revestidas de corcho para evadirnos de esa
miseria circundante al arte por el arte; o quizá porque lo tuvimos y a pesar de
todo algo nos gritaba, algo nos llamaba en forma urgente: ¿un llanto, una
esperanza de redención, un fusil? Quién sabe. [/]Hoy, simplemente acudimos y –con
nuestro arte- luchamos. Hemos sentido la necesidad de reducir muchas cabezas, (la
única manera de quitar la podredumbre). Cabezas y cabezas caerán y con ellas
himnos a la virgen, panfletos y gritos fascistas, sonetos a la amada que se fue,
cuadros pintados con escuadra y vacíos de contenido, twists USA, etc., etc. [/]
No decimos que encima de esos restos nos alzaremos nosotros. No. Se alzará por
primera vez la conciencia del pueblo, una conciencia nacida de vislumbre
magnífica del arte. Será el momento en que el obrero llegue a la Poesía, el
instante en que todos sintamos una sangre roja y caliente en nuestras venas de
indoamericanos con necesidad de soltar, de combatir y abrir una verídica brecha
de esperanza. [/] Sabemos que un poco se ha hecho: que una obra de lamento
indígena ha sido traducida y leída en varios idiomas, que un poeta trabaja por
hacer, en poesía, la trágica historia del Ecuador; que se empieza a pensar en una
música realmente nuestra. Lo sabemos. Pero frente a eso, -lo que prueba que no se
ha dado un grito de rebeldía y ruptura- se sigue alabando obras en las que se
trata como animal al indio, porque tienen un ‘estilo impecable’; se sigue
haciendo patrañas de esnob o trabajando con el estómago para que el
‘excelentísimo Embajador’ compre un cuadro. [/] Sobre esto, encima y bajo los
púlpitos se cacarea. A escondidas o con desplantes se dice ‘yo soy comunista’.
Negativos, los que tendrían la misión de orientar las masas, se pierden entre el
ensueño de un liberalismo caduco, el fanatismo de una religión inútil y la
espectacularidad de una doctrina mal entendida. [/] El arte, la Poesía es quien
descubre lo esencial de cada pueblo. Nuestro arte quiere descubrir de este
pueblo, (que en nada se diferencia de muchos otros de América). Y saltar es cosa
del arte. Saltar por encima de los montes con una luz auténtica, de auténtica
revolución: y con una pica sosteniendo muchas cabezas reducidas. [/] El mundo hay
que transformarlo. Nuestro paso sobre la tierra no será inútil mientras
amanezcamos del otro lado de la podredumbre, con verdadera decisión de ser
hombres aquí y ahora”. (Pucuna, No. 1, octubre de 1962).

[1963] Manifiesto

Es verdad, se ha esperado mucho. El camino ha sido hasta aquí confuso, cargante,


miserable. Dueños tan sólo del canto con que los prisioneros y los condenados a
muerte vociferan en las mazmorras, no se ha conocido la rebeldía con la cual los
hombres se levantan y llenan la tierra propia y el cielo propio con su ira y su
esperanza. [/] ¿Eh? Poeta solitario en nuestra época. ¿Qué haces? No estás al
tanto de la política, de la economía, de los movimientos sindicales, de la lucha
campesina. ¿Qué haces? […] [/] Poeta que así vives, te pareces al burgués. El
burgués vive y pulula en el mundo, su condición es la soledad, no encuentra
sentido en lo colectivo; es defensor del arte por el arte y del libre cambio; es
urbano, viaje en los medios de transporte más rápido, conoce a Freud y entiende
el cubismo. Es desdichado, pero tú eres más, puesto que te paras a mirar el aire.
[/] Es verdad, hemos esperado mucho. Ahora el único camino que queda es el de la
rebeldía. Más acá, allí y más allá de ésta, lo que hemos entendido es que debemos
[…] dar la más grande importancia al trabajador y al lenguaje, puesto que
dependerá de ello la alegría del mundo. [/] Es el trabajo y la palabra lo que
asegura el camino de la creación. (Pukuna, No. 3, julio de 1963)

[1963] Editorial

Presenciamos el diario banquete de la carroña; pretendieron hacernos partícipes,


nos tentaron a que integráramos la ronda canibalesca, nos dijeron que podríamos
convertirnos en buenos devoradores, mas, ante nuestra respuesta de que
aportaríamos con las tzantzas de los comensales, nos rechazaron escandalizados.
[/] Desde entonces, henos aquí, labrando pacientemente el duro arte de la
reducción de cabezas. Nada hay de arbitrario en la tarea emprendida, la selección
de testas –feas o bellas- la hacemos ciñéndonos al más puro de los rituales:
miramos dentro de los cerebros y cuando los advertimos vacíos encontramos la
materia prima de nuestro arte. Ocurre, sin embargo, que gracias al olvido de
lustros y más lustros, existe una majestuosa proliferación de candidatos al
proceso reductivo, razón decisiva para que elijamos, en todo caso, a aquellos de
mayor lustre, con lo cual reducimos de un solo golpe a éstos y a sus secuaces.
[/] Confiamos que pronto esta simpática e ingrata faena toque a su fin; empero,
mientras se continúe homenajeando y condecorando a monos y cotorras, mientras se
siga invocando hipócritamente la verdad y la justicia, mantendremos inflexibles
nuestras posiciones. [/] En lo que nos concierne, más allá de los límites de la
purificación, proclamamos el aniquilamiento de la creación lamentosa; fuera de
nosotros la amargura, fuera de nosotros los abortos del yoísmo. Marchamos sin
rencor ni petulancia, confundidos con la buena gente, con aquella que ha merecido
el eterno menosprecio de los arcángeles del arte. En este transitar reside
nuestra fuerza, ahí sentimos el arte humanizado, exuberante y legítimo; ahí
refrescamos la fe y aprendemos el lenguaje cierto de las lágrimas y las sonrisas.
No decimos que ‘duele el tránsito’ ni que ‘el camino es pedregoso y áspero’,
decimos sencillamente que vamos, que habrá un sereno descanso tras la siembra.
[/] No creemos en los ‘elegidos’ y nos declaramos anti-solos, negamos la tristeza
y la debilidad y afirmamos el torrente que triza la monotonía de los cantos
llorosos. Somos los hombres de la piel de todos, siempre diremos: ‘estamos en
camino’; allá, del otro lado de las fauces, nos espera el coro alborozado”.
(Pukuna, No. 3, julio de 1963)

[1964] Manifiesto

“Hay una voz en Indoamérica que busca ser voz conjunta. Hay cien voces en
Indoamérica que buscan hacer un acto coral. Son las voces de los Poetas. De lado
a lado arman disturbios en las mentes detenidas; de ancho en ancho empujar pies
por una nueva rebeldía; sitio a sitio imponen conciencia y paz. Los Poetas han
dejado de estar reducidos a su buhardilla, y no se ensueñan ni evaden, ya no se
tranquilizan con la muerte. Ahora los poetas existen entre las multitudes, re-
hacen las alegrías de los hombres, viven con el sonido de la vida y se entregan a
él. Indoamérica empieza a madurar en los Poetas. Dentro de poco los Poetas habrán
reducido todas las cabezas de quienes han desintegrado Origen y Tradición en
garras de Mentira y Falacia”. (Pukuna, No. 4, abril de 1964)

[1964] Manifiesto

“Estamos buscando saber qué hay en nosotros. Nosotros, los pueblos colonizados
del Tercer Mundo. Asia, África y Latinoamérica convulsionadas, una sola llamarada
que se lanza. Nos descubrimos mediante la negación radical de lo que han hecho
con cada una de nuestras vidas, de lo que pretenden que seamos. Abrimos paso.
Queremos dejar al fin nuestra enajenada serenidad de piedras. Soberanía, no
servidumbre; eso exigimos. Fuimos llagados, vamos a llagar porque se acaben las
llagas” (Pukuna, No. 5, agosto de 1964)
[1967] Cinco años tzántzicos

“Decíamos que llegar a esto, a meternos en nuestra realidad, era como encontrar
los restos de un gran naufragio. Sabíamos que al menos uno de nuestros dedos
estaba entrando en la historia. Existiendo concebíamos parte del testimonio de la
tierra y los pueblos, deducidos directamente de este país, pero extendido hacia
toda la acción quebrantadora de sistemas de la época que nos toca vivir. [/]
Conociéndonos productos de padres de precaria ideología, entendemos que el
descubrir y el actuar nos darían significado primero como habitantes del planeta
y luego como artistas. [/] Cinco años han sido una larga bofetada a la poesía
tradicional. Cinco años han sido como levantar el mantel de la mesa y tirar todos
los platos a la cara de los comensales conciudadanos. La palabra, el símbolo ha
tomado distinto cuerpo, por eso lo que hemos hecho en conjunto no ha sido ni
recital ni teatro ni discurso, sino ‘acto tzántzico’, representación reducidora
de cabezas. [/] ¿Y, qué cabezas hemos reducido? No nos han visto por las calles
colgando jíbaramente de la cintura las testas magras de un Zaldumbide o de un
Tobar o de un Carrera Andrade. No. El empeño no ha sido personal, ni anárquico,
ni surrealista ni existencialista, ha sido real, ha sido la gestación de un
suceso social que al transmutarse de aquella necesidad de los primeros
espectadores de ‘tirarnos agua hirviendo’ a una respuesta muda y reflexiva,
paralizante pero conciencial de nuestro último público, ha escindido hondamente,
ha separado mucho del artificial conformismo y aceptación mayoritaria de los
órdenes imperantes. [/] Conciencia y Realidad. Abarcar todos los planos de la
percepción, todas las aristas del complejo problema pre-revolucionario que
transcurrimos. Martillar en la búsqueda de la palabra más auténtica y creadora.
[/] Acabar con la expresión enferma y sumisa de los abusivos ‘poetas’. Arremeter
en todos los planos de la crítica y exigirnos (camino arduo y prolongado) una
modalidad que encuentre como luz el lenguaje y al mismo tiempo la circunstancia
que acciones, dé motivaciones e induzca a la gente. [/] En otras palabras, nos
hemos dinamizado para encontrar en nosotros la ideología. Y ésta es la del
cambio, la fraternal, profunda y sin límites de los requerimientos populares. En
donde no siendo los ‘realistas’ de la pasada generación que colgados de los
techos ‘observaban’ lo que sucedía con los indios frente a la minoría burócrata-
feudal-explotadora, nos pusimos más abiertos con el eslogan ‘descender a las
masas’, que obliga a un simulacro de ‘desclasamiento intelectual’. Queremos
movilidad pero no populismo. Claridad pero no trivialidad condescendiente. Y
claridad es abarcar todos los planos de conciencia social, aprender lo más
posible el ser de lo que nos rodea, de lo que nos autentifica y nos hace decir
(en poema, cuento, teatro, cartel, grito pelado o lo que sea), nos hace hablar al
mundo. [/] Por eso, los reducidores de cabezas no constituyen un grupo
‘literario’, son un movimiento que conoce las armas y las mañas de los opositores
y quiere develarlas ante la conciencia de los oprimidos. [/] En el empeño nos
sirve la dialéctica materialista, la economía política, la sociología, la
antropología, el folklore y más. [/] Emergemos de un aislamiento íntimo y social
producto del estrato al que pertenecemos. A brazo partido estamos luchando contra
los depredadores del sentido del pueblo. No nos deslumbramos con frases
conformadas, creemos en la transformación, lo que quiere decir que para
proyectarnos en la acción, nos introducimos en un justo baño de ‘verdad’, de esa
verdad que no está en nada de lo que desde niños nos obligaron a tocar, percibir
y confiar, sino en lo que aprendemos a conocer, en lo que la herencia indígena ha
rescatado y el actual conglomerado humano mestizo ha decantado de lo más vital de
las comunidades. Estamos limpiando a nuestros progenitores del luto de oprobio de
la servidumbre para esclarecernos y esclarecer a los hijos. Y luego bregar,
luchar, morir, todos juntos por el nuevo mundo”. (Pukuna, No. 7, marzo de 1967)

[1967] ¿Quién consagra a quién?

“Desde el primer grito, insulto o patada que dio nuestro movimiento, estuvimos
contra los consagradores, y los que se dejan consagrar, contra las
consagraciones. Porque vimos que la ‘intelectualidad’ tenía una posición
oscilantes, que se definía en veces por la consagración, en veces por el
oportunismo, en veces por la traición. Mírense si no a sí mismos los ‘artistas’,
sean pintores, novelistas, cuentistas, poetas o beatas. Mírense en un espejo y
éste les vomitará. Nunca creímos que existiesen ‘abismos’ entre el artista y el
pueblo, y muchas cosas se han dicho a ese respecto, infames o equivocadas. Los
más variados pretextos se han levantado para crear ese abismo de que hablan, las
más elaboradas teorías. Todas, charlatanería burguesa o pequeño-burguesa; es
decir, una posición de clase. Nosotros, sin pretender ser la última palabra, y
conociendo el valor de una autocrítica auténtica, persistimos y seguiremos en
nuestro lugar, en nuestras posiciones, en nuestras búsquedas, junto con el
pueblo, hombro a hombro para conocernos mejor, para salir juntos, para golpear
juntos. Preferimos leer nuestros poemas, nuestros cuentos en un sindicato de 100
trabajadores y ocultar esos mismos poemas a la publicación oficial, de
consagración, sea de cualquier consagrador que fuese. La fuerza de nuestro
movimiento reside en que no traicionamos ni lo haremos nunca. Y en que
continuamente resolveremos por la discusión lo que haremos en el futuro, en el
próximo sindicato, riéndonos de los ‘abismos’ entre los escritores y el pueblo,
de los abismos estúpidos. Buscamos la crítica de trabajadores, de jóvenes de
barrios, colegios, sindicatos, antes que la crítica de consagración, de enjuague.
Sabemos de la angustia y desorientación que existe en el pueblo y estamos,
precisamente por eso, ahí: ‘para organizar todos los actos desesperados’ como
señala Fanon. Creemos, pues, en la Revolución, y que ésta la va a hacer el
pueblo”. (Pukuna, No. 8, octubre de 1967)

[1968] Manifiesto

“Ante los últimos sucesos que han llevado a la Casa de la Cultura Ecuatoriana a
convertirse en una institución dependiente, demostrando su inexistente autonomía;
frente a declaraciones y actitudes contradictorias de quienes dirigían la Casa,
pretendiéndose revolucionarios, descubriendo ahora su ser íntimo. Ante el fracaso
del llamado ‘movimiento de renovación’, que en 1966 constituyera una esperanza
para poder llevar la cultura al pueblo. Frente a la debilidad, engaño e incluso
oportunismo de intelectuales que aceptaron, apoyaron e incitaron el retroceso de
un posible comienzo de integración entre el artista y el hombre del pueblo,
honesta y revolucionariamente. Y, ante la necesidad actual de un cambio de
estructuras, en donde los intelectuales jueguen un papel importante, nosotros,
tzántzicos, planteamos el qué hacer: [/] El intelectual no puede eludir una
respuesta sobre la política nacional y mundial, tiene que hacer efectiva su
actitud de integración popular, aún a costa de su tiempo, su tranquilidad, su
vida. La condición de un escritor o artista tiene que evidenciarse en su
capacidad de lucha contra el orden imperante. [/] Integrarse al FRENTE CULTURAL.
Frente que, dentro de sus capacidades, comunicará poesía, música, danza, cine,
pintura, teatro para recibir del campesino y del obrero crítica y aporte
creativo. Luego de recibir, los intelectuales podrán reconstruir un Lenguaje con
verdadera raíz, propiedad, humanidad. [/] Se debe combatir todo tipo de
oficialismo. Evitar todo vínculo con las Instituciones y Organizaciones
Oficiales. Entender que apoyar SU cultura es colaborar con SU explotación. [/]
Exigir del intelectual una obra despojada de subjetivismo, es decir, si
artepurismo ni autocomplacencias. [/] Expresase afuera, al aire libre. Saber que
la llamada ‘lucha desde adentro’ es arma de doble filo, resulta ser más de
justificación que de lucha verdadera. Lo sucedido en la Casa de la Cultura es un
ejemplo. [/] Extirpar todo tipo de halagos, complacencias, entendimiento con el
enemigo. [/] Repudiar actos sociales como la Primera Bienal de Quito. [/] Señalar
en forma definitiva que el único arte válido es el arte revolucionario”. (Pukuna,
No. 9, febrero de 1968)
7/ [TRÓPICO UNO / VENEZUELA / 1964-1965]

[1964] Editorial

1. TRÓPICO UNO entiende que la poesía no se fabrica de acuerdo a fórmulas


deliciosas, rigurosamente aprendidas en las Escuelas de Letras. [/] 2. MIENTRAS más
capaces e idóneos sean los profesores, menos creemos en la obra de sus alumnos.
[/] 3. TRÓPICO UNO considera que no hay nada tan sospechoso en el terreno de la
literatura como una revista literaria y además provinciana. [/] 4. FRENTE a este
hecho objetivo nada tenemos que aducir en nuestra defensa, pero tampoco nos
declaramos culpables. [/] 5. POR OTRA PARTE todo intento de defensa nos haría aún
más sospechosos. [/] 6. SOBRE TODO si se considera que no creemos en la Literatura.
[/] 7. TRÓPICO UNO no aparece por necesidad ni para llenar ningún vacío. [/] 8. NI EN
FUNCIÓN de renovar nada. [/] 9. TRÓPICO UNO no se ha gestado. NACE. [Trópico Uno, 1,
julio, 1964]

[1964] Editorial

1. DEBIDAMENTE establecidos los contactos TRÓPICO UNO afirma su furiosa intransigencia


a favor de crear la atmósfera subversiva que, hoy por hoy, el hecho poético
reclama en nuestro país. [/] 2. NO se trata de solazar a los Culpables con fuegos
de artificio verbales. [/] 3. NI mucho menos determinar supuestas zonas francas
del espíritu cuando lo que se requiere son territorios libres de prevaricadores y
de augures de la entrega abominable. [/] 4. DESCALIFICADA como está la vida
exclusivamente literaria y la existencia gratuita. [/] 5. EN un mundo que nada
tiene de gratuito. [/] 6. TRÓPICO UNO rechaza el simulacro de autoridad artística,
literaria u otra, al cual supuestamente debemos estar sometidos. [/] 7. LA
irrupción flagrante de TRÓPICO UNO coincide con un período de fermentación y de
descomposición, de desgarramiento y de desprecio. [/] 8. BAJO tales influjos se
legitima nuestra precaria condición. [/] 9. Y se exalta la necesidad de ser cada
vez más agresivos. [Trópico Uno, 2, septiembre-octubre, 1964]

[1965] Rugido de bisagras

“1. EN ESTA década conmovida por la subversión, la poesía anuncia su entrada a la


sala con un sonoro rugido de bisagras. Salimos a recibirla con los pelados por la
temperatura. El cuerpo que abrazaremos tiembla con magníficos chisporroteos, la
boca que besaremos está preparada para la arenga y para el susurro. [/] Sabemos
que hoy no nos sirven, pura y llanamente, los versos, al diablo los versos. No
nos sirve la historia de siempre, amantes lanzándose de cabeza desde un onceavo
piso. [/] Nos sirve el poema monolítico y redondo sólo después de largo
entrenamiento al fuego y únicamente luego de prolongado aburrimiento crónico en
la sociedad cristiana. [/] Contra la estrechez y la monotonía oponemos el
infinito y los bailes de plaza pública. [/] Rechazamos un orden de valores en
evidente estado de precariedad. [/] Rechazamos la fuerza individual, a menos que
esté encajada en la carne de la fuerza colectiva como un largo tornillo. [//] 2.
PERO LOS VIEJOS poetas han obtenido control apreciable sobre los medios de
producción, gracias a sus antiguas posiciones renovadoras. Como dispone de
suficiente armamento y malgastan tanta pólvora, es menester declararles guerra
prolongada, mellando sus bien fortificadas trincheras con mechas de puro coraje y
fuegos de salva y plomo, al paso que se saluda el advenimiento de un tiempo
mejor. [/] Un enorme detonante debe ser colocado en las fosas nasales de la vieja
poesía. [/] No hay semáforo que pueda detener el paso de este increíble auto
cargado no de flores sino de percutores. [/] No hay puerta que resista uno solo
de sus soplidos. [/] Quienes se decían jóvenes eran más tímidos que ratas. [/] No
supieron aprovechar la esclusa abierta y dejaron vaciar el tanque. [/] Pero la
antiguamente protozoaria poesía, hoy turbamulta, había salido a vengarse. [/] De
pronto se descubrió una realidad de pipotes y en el registro apareció la bastante
maltrecha cartelera de imágenes en llamas. A partir de allí se inicia el cordel
del papagayo, de cuya cola comienzan a desprenderse tizones. [/] Los viejos
poetas se sienten en el aire. La ley de la gravitación universal no les emociona
en lo más mínimo. [/] Los nuevos poetas están en la tierra y la realidad les
hurga los oídos con palillos chinos. [//] 3. YA NO NOS SIRVE el individualismo de
medio siglo, y a nadie importa el asunto de su cigarro. [/] El ritmo, la rima, la
frase oscura y el fondillo interno son animales prehistóricos cuyas osamentas
reconstruyen en los museos: sus espacios intercostales están llenos de vacío, y
desde su interior se mira el mundo como desde la cárcel. [/] La aventura poética
es hoy más aventura que ayer, porque hoy se ha planteado por primera vez en la
raquítica historia de este país una salida inmediata, una vía no de escape sino
de conquista, cubierta con clavos al rojo, por donde, necesariamente, todos
tendremos que pegar la Gran Carrera. [/] Es un problema de señalamiento y de
mordisco. No nos vamos a morder nosotros mismos. [/] Hay mordiscos inofensivos y
hay mordiscos mortales. [/] Un mordisco inofensivo es el de un novio a una novia
cuando la besa. [/] NOSOTROS PEDIMOS ADEMÁS OTRO TIPO DE MORDISCO. [/] Pedimos que la
estrofa invada la calle, mezclándose entre la multitud. [/] Pero no entre una
multitud de aguardentosos. [/] Hay una multitud que cabalga bajo los postes del
alumbrado con los ojos pelados de hambre. [/] Hay una multitud de hombres justos
sobre la tierra de nuestro país, bien diferenciados por la sonrisa mesiánica y el
pelo revuelto. [/] Nosotros pedimos que el poema deje de cantar el asunto
tradicional, que el asunto tradicional deje en paz a los poetas, que los poetas
dejen en paz al asunto nacional. [/] Pedimos que la jarra de cerveza sea cambiada
por una de sesos. [/] ‘A mí no me gusta la poesía sin alma’, Maiakovski. [/] Hay
que vomitar el veneno interior que han depositado en nosotros el sistema y la
clase. [/] 4. LOS POETAS con melena no nos sirven, no nos sirven los habladores de
paja de monte. [/] Nos sirven los poetas afiebrados y serenos, locos pero
conscientes, tímidos pero valientes, batalladores pero vencedores, peleadores y
pacíficos, estudiosos y disciplinados. Carpinteros. Albañiles. Mecánicos.
Tractoristas. Zapateros. Estibadores. [/] Nos sirven los poetas pobres, pobres y
zarrapastrosos, porque entienden el peso de la nada. [/] Nos sirven los poetas
hambrientos porque digieran hasta lo imaginativo. [/] La comodidad y la poesía
han reñido. [/] Los clásicos no nos sirven. [/] Los neoclásicos no nos sirven.
[/] Los superclásicos tampoco. [/] No nos sirve más que el clasicismo de la
sangre. [/] Aquellos que proclamaban el abandono de las viejas fórmulas, ¿qué se
han hecho? ¿Nos han cambiado viejas fórmulas por viejas fórmulas? ¿Dónde están
los copiadores de la Biblia? ¿Encerrados en la bañera del Palacio Episcopal? [/]
Las leyes de la libertad no han sido hechas para escribirlas sino para
conquistarlas. [/] 5. ‘LA POESÍA siempre ha vencido a los poetas, pero nunca ha
logrado desembarazarse de sus parásitos, los críticos que relacionan todo con las
más pequeñas necesidades artísticas y sentimentales. Se trata de la conservación
de una élite directamente interesada en evitar, retardar o disimular el
nacimiento o la existencia de valores nuevos, subversivos por definición’,
Eluard. [/] La poesía busca el acercamiento visceral entre los hombres. Ninguna
otra cosa en el mundo posee tan desproporcionadamente el sentido de su propia
inutilidad práctica. [/] Un rugido de bisagras saluda su organismo desarticulado
y un millón de versificadores se sienten atraídos por su aparente cursilería. [/]
La verdadera poesía no puede escribirse. [/] Debemos contentarnos con una
aproximación pancreática. El lenguaje es tanto más ruin cuanto más esfuerzo haga
el poeta para permitirle expresar otra cosa que no sea pancreatismo. [/] La única
poesía que aceptamos es la hecha con el páncreas. [/] Porque es la que más nos
aproxima al fin. [/] Es decir, a la liberación. [/] Cada uno de los mil
significados de la palabra sólo revelará cada una de las mil cualidades del
páncreas. La transformación en poesía debe hacerse con el páncreas. [/] Los
viejos poetas utilizan el corazón para contraponerlo a lo demás, creyendo con
este método efectista ponerse a salvo. Pero la poesía, a partir de su propia
coraza, salvo su olor, no da señal alguna de existencia. Se figura que el moho
sobre los ojos la ahoga. Se figura que sale despedida, oliendo malo, porque la
carne de un viejo poeta no huele a flamboyán. [/] La poesía es algo más que
frescura, cosa agradable, papel para limpiar lugares atrasados. Es algo más que
poner pies en polvorosa, más que fregar el parque, más que construcción de adobe,
más que excremento cerebral sacado con pinzas de hule, y más y mucho más que
vómito. Es revelación, pura revelación. [/] Es el descubrimiento de lo
inesperado. Es la carne de gallina. La sorpresa mayúscula. Es la dignidad al
servicio de todos. [/] 6. CUANDO TODOS los poetas hayan perecido, la poesía seguirá
viva. Pues ‘poesía es aquello que, sin esfuerzo, mueve cielo y tierra y suscita
la piedad de los demonios y dioses invisibles; es aquello que endulza los
vínculos entre hombres y mujeres, y aquello que puede confortar el corazón de los
feroces guerreros”, Kino Surayuri (950 D.C.). [/] 7. BASTA DE TONTERÍAS. Basta de
tirar el dinero. Basta de acomodar las frutas podridas. Basta de bucear adentro,
si el alma está pelada y seca. Basta de anonadamiento. Hay que echar afuera todo.
Es absolutamente necesario agarrar la palabra hasta arrancarle aullidos. La
inutilidad práctica del poema debe contribuir a minar la inutilidad ontológica
del sistema. [/] ¿Quién dijo miedo a la palabra? [/] ¿Quién levantó un puente
entre las buenas costumbres y la poesía? [/] Los nuevos poetas le abrirán a la
poesía paso a tiro limpio por entre lugares comunes y espejos, y conquistarán
definitivamente para ella la libertad, y para nosotros la libertad”. (Gustavo
Pereira, Trópico Uno, 3, febrero-marzo, 1965)

8/ [HORA ZERO / PERÚ / 1970-1977]


[1970] Palabras urgentes

“En esta época llena de desfallecimientos y omisiones la toma de situación y de


conciencia es ineludible. Y esto se edita a consecuencia de la necesidad de
manifestarnos como hombres libres y como escritores con una nueva
responsabilidad, con una nueva actitud ante el acto creador, ante los hechos
derivados de una realidad con la que no estamos de acuerdo. [/] Hora Zero quiere
significar este punto crucial y culminante que vivimos. Y es también un punto de
partida. Desde aquí empezamos a deslindar las situaciones literario-políticas del
país. [/] Hemos nacido en el Perú, país latinoamericano, subdesarrollado, hemos
encontrado ágiles ruinas, valores enclenques, una incertidumbre fabulosa y la
mierda extendiéndose vertiginosamente. [/] De un lado, los jaleos políticos,
domésticos, con sus líderes torpes e ignorantes, y de otro lado, la sucia y
poderosa mano del imperialismo norteamericano manejando a éstos y desquiciando la
voluntad de un pueblo. [/] Todo aquello ha hecho la hora irrespirable, ha
sofocado a muchos hombres, ha hecho cómplices a otros de muertes innecesarias. Y
ha convertido este lugar en un país de culpables. Se nos ha entregado mucho para
construir, pero la medida de nuestra construcción está dada por la cantidad de
escombros que podamos aniquilar. [/] Ante esto, compartimos plenamente los
postulados del marxismo-leninismo, celebramos la revolución cubana. Estamos
atentos a lo que se está haciendo en el país. [/] Queremos cambios profundos,
conscientes de que todo lo que viene es irreversible porque el curso de la
historia es incontenible y América Latina y los países del Tercer Mundo se
encaminan hacia su total liberación. [/] Que se cojan entonces las segadoras, que
se limpien los escombros. [/] De otra parte, en lo que respecta a la otra labor
que nos corresponde, fundamentalmente nos preocupa lo que ocurre a un hombre solo
y las cosas que les ocurren a todos los hombres juntos. [/] Creemos impostergable
el deber de expresar las circunstancias presentes sin contemplaciones, porque es
hermosa y ardua la tarea que abarca ser sincero con uno mismo. Siempre ha sido
fácil establecerse en lo que hoy está hecho, en plan de observador indiferente
que se omite. Pero ahora es preciso propiciar los hechos participando en su
realización. […] [/] La poesía en el Perú después de Vallejo sólo sido un hábil
remedo, trasplante de otras literaturas. Sin embargo, es necesario decir que en
muchos casos los viejos poetas acompañaron la danza de los monigotes ocasionales,
escribiendo literatura de toda laya para el consumo de una espantosa clientela de
cretinos. [/] Sabiendo todo esto –y ya es necesario que alguien lo diga- es
posible entender la deserción por parte de varios poetas de la generación del 50
(W. Delgado, Eielson, etc., etc.) y del 60, como los jóvenes que llenan los cafés
de Lima o inflan la burocracia. Y también explicarse la opinión de otros, que
sostienen que la poesía no cumple ningún papel en el cambio: Sologuren, A.
Cisneros, etc., etc. […] [/] Todo esto nos lleva a una conclusión: ellos no
escribieron nada auténtico, no emprendieron ninguna investigación, no
descubrieron ni renovaron nada. No hubo creación. [/] La poesía mal denominada
social fue practicada hasta la fatiga por una ruma de histéricos insustanciales,
perdidos en gritos inconsecuentes, y negada totalmente por sus formas de vida,
influenciados por Blas de Otero, Rafael Alberti y los poetas de la guerra civil
española, influenciados éstos a su vez por Vallejo. Se produce aquí la vuelta a
América del poeta de Poemas humanos, mal digerido, mal imitado a través de esa
masa de irresponsables. [/] Martín Adán, su tenaz hermetismo y su vuelta a las
formas clásicas no tiene ninguna justificación histórica, ni tampoco se ajusta a
estos tiempos ni a esta realidad la manera como trata los elementos con que
elabora su poesía. [/] Belli, siguiendo intermitentemente en un círculo formal,
sólo ha encontrado un esquema al que retorna infatigablemente. Sin embargo, no
hay tampoco ninguna justificación histórica para su retorno a las fuentes
españolas de los siglos pretéritos cercanos al Siglo de Oro. [/] Heraud entregó
convincentes muestras de talento en pleno despegue. Un creador auténtico detenido
por la violencia irracional e injusta del sistema. [/] Nuestra respuesta ante
esto es afirmar que sólo una gran poesía, una poesía que no invite a la
conciliación ni al pacto con las fuerzas negativas, una creación absoluta,
contrarrestará la debacle de la poesía peruana contemporánea. [/] Actualmente un
solo poema auténtico se atrae abajo un libro o la obra de poeta vivo o muerto.
[/] Y es aquí donde los nuevos clásicos nacerán. Aquí en los países
sudamericanos. [/] Nuestra sólida respuesta a las omisiones y a la farsa es
afirmar que la literatura, en especial la poesía, consolida la posibilidad de
comunicación entre los hombres y fundamentalmente en estas épocas su papel más
honesto y más responsable es proponer, esclarecer e ‘infundir la fuerza y la
alegría’. [/] Frente a esto nosotros proponemos una poesía viviente. No queremos
que escape nada a nuestro trayecto de hombres momentáneos den la vida. Todo lo
que late y se agita tiene derecho al rastro. No queremos que se pierda nada de lo
vivo. Proponemos una poesía ‘fresca’, que se enfrente con nosotros. [/] Y además
para la labor poética proponemos orgías de trabajo. No se puede hacer poesía en
este tiempo sin poseer una nueva responsabilidad frente a la creación, porque el
estudio es inevitable, intenso y serio. Creemos también que el acto creador exige
una inmolación de todos los días, porque definitivamente ha terminado la poesía
como ocupación o hobby de días domingos o feriados, o el libro para completar el
currículo. Definitivamente terminaron también los poetas místicos, bohemios,
inocentones, engreídos, locos o cojudos. [/] A todos ellos les decimos que el
poeta defeca y tiene que comer para escribir. [/] Necesario es, pues, dejar las
nubes en su sitio. Si somos iracundos es porque esto tiene dimensión de tragedia.
A nosotros se nos ha entregado una catástrofe para poetizarla. Se nos ha dado
esta coyuntura para culminar una etapa lamentable y para inaugurar otra más
justa, más luminosa. [/] Y somos jóvenes, pero tenemos los testículos y la
lucidez que no tuvieron los viejos. Tenemos también un poderoso deseo de
permanecer libres, con una libertad sin alternativas, que no vacile en ir más
allá, para que esto siga siendo lo que es: un solitario y franco proceso de
ruptura”. (Jorge Pimentel y Juan Ramírez Ruiz)

[1970] Poesía integral

“La vastedad y complejidad de la experiencia humana de este tiempo es tal que no


puede ser registrada cabalmente por una poesía estrictamente lírica. Sólo una
poesía que integre y totalice puede incorporar y ofrecer un válido registro de la
experiencia en este tiempo sacudido por todo tipo de conmociones. [/] […] La
poesía integral aspira a una totalización, donde se amalgame el todo individual
con el todo universal. […] [/] Un poema integral intentará el entroncamiento de
las reminiscencias y lo viviente en la particularidad proyectada a una
generalización en base a una experiencia compartida a nivel de clase. La poesía
integral hará aparecer la vida como es y como debe ser: ciclo continuo y
totalidad indivisible que viene, va y se prolonga. Es decir, comenzar abriendo al
poema y dejarlo abierto es consignar la Realidad. […] [/] La ruptura en el plano
lingüístico es fundamental, se trata de ubicar al lenguaje sencillo, popular,
directo, duro y sano en la capacidad de expresar toda la energía de una
experiencia latinoamericana en un lenguaje latinoamericano. […] [/] La nueva
poesía latinoamericana debe ser instrumento de lucha contra los medios masivos de
comunicación alienante que extravían y enajenan la identidad lingüística
latinoamericana. […] [/] Y en esta época, un lenguaje, un arte auténtico es aquel
que logra transmitir una intensidad desalienante, que fortalezca y posibilite
transformaciones. [/] […] Las palabras, los poemas se han escapado de los
estantes, de los libros, de las habitaciones; ahora caminan, viven en la calle,
gritan, sudan, se caen de nuestra boca, aparecen al momento de nuestras
relaciones, en el acontecimiento que estalla sobre una avenida a las tres de la
tarde con mucha gente o en el suceso de las 12 de la noche con dos personas en un
parque. A cada momento acontece un poema. [/] […] El poema integral estará
escrito con palabras vivas, capaces de abandonar el papel y sumarse a la historia
individual de cada uno y mejorarnos. [/] […] Todas las actividades de un poeta en
su relación con los seres humanos debe ser la prolongación del acto creador,
porque es necesario hacer de la vida una obra de arte y de la obra de arte un
ente vivo generador de alegrías y fuerza constructiva. Un auténtico escritor que
trabaje en poesía deberá escribir con toda su vida. […] [/] Y cuidado con el
subjetivismo, la complacencia […]. Porque siendo la experiencia de clase la que
aportará el material y el campo de acción para el trabajo de un poeta, es
necesario evitar la poesía de habitación, la que exprese problemáticas referidas
a individualidades, a círculos amicales y familiares. Y caminar, caminar por las
calles, las calles tienen un alarido permanente, es necesario escucharlo. [/] […]
De otro lado, la experiencia latinoamericana del escritor latinoamericano no
puede ser expresada en palabras que vienen huecas de otras literaturas ni aun con
palabras vivas que sirven para expresar otras realidades. […] [/] Hagamos hoy la
poesía que escupa y estrangule a todo lo que obstruye e impide la realización
total de un ser humano. [/] Y hagamos la poesía que apuntale esa realización. [/]
[…] La poesía es de más de uno y de todo un pueblo. [/] La poesía es de más de
uno y de todo un pueblo. [/] La poesía se hace en contacto. Fuerte, poderosa y
rebosante de energía que exprese la violencia y la rebase posibilitando un
cambio, una transformación: así queremos la poesía. [/] Una poesía que sea el
canto objetivo-subjetivo vital, así la queremos. [/] Se trata ahora de escribir
la poesía de la vida del pueblo en los términos justos en que se da esa vida, es
decir vitalmente: vivaz, vital y dinámica, con un ritmo ágil y fluyente y con un
lenguaje directo, sencillo, duro y sano; así queremos la poesía que hará posible
una nueva y auténtica comunicación que imponga ‘tensiones y rupturas y no
coincidencias pasivas’. [/] […] El primer desafío de esta circunstancia histórica
es concretizar la idea de REVOLUCIÓN. Todo lo demás está por debajo. No nos
engañemos. [/] La idea más perfecta es estúpida y absolutamente innecesaria si no
se concretiza. Y la medida de liberación de un hombre está dada por la asunción
de la acción como única salida y por la encarnación de la apremiante necesidad
del cambio que se manifestará con acciones que socaven lo establecido. [/] Dentro
de una vieja sociedad la toma de situación y de conciencia por parte de un grupo
de individuos es el Primer Acto Cultural de una Sociedad. Y ese acto primero será
acechado, mediatizado, confundido, desvirtuado ante los ojos de todos por parte
de los enemigos de la nueva ética, mantenerlo y orientarse hacia una amplitud más
dinámica es otro desafío. [/] Porque definitivamente toda una nueva actitud para
que no se convierta en antihistórica requiere necesariamente de una nueva moral y
una praxis. [/] El avance del sub-hombre hacia el Hombre Real, y de éste al
Hombre Nuevo se hará a través de esquemas, ideologías y sistemas que son y
deberían ser siempre vías y nunca metas u objetivos finales. [/] […] Los poemas
deben tener el olor del mundo y deben respirar como un ser vivo, un poema
integral es siempre un operativo cultural”. (Juan Ramírez Ruiz, “Poesía integral.
Primeros apuntes sobre la estética del Movimiento Hora Zero”, 1970; epílogo de Un
par de vueltas por la realidad, 1971)

[1977] Contragolpe al viento


“HORA ZERO reaparece siete años después de haber divulgado su primer Manifiesto
considerando que es necesario e ineludible reafirmar con NUEVAS RESPUESTAS el
sentido de su existencia, de su lucha y de sus logros, con la madurez y la
responsabilidad que este tiempo ha significado para cada uno de sus miembros,
individual y colectivamente. [/] HZ confiesa que asume esta actitud porque
observa con profunda decepción que a siete años de su aparición (tiempo en el
cual el país ha sido testigo de una nueva forma de lucha del proletariado en su
marcha hacia el socialismo), la poesía peruana sigue tan caduca y tan
reaccionaria como cuando HZ insurgió contra ella, consecuentemente promocionada
en diarios, revistas, universidades y otras instituciones de la cultura oficial
burguesa, incapaz aún (en siete años) de poder comprender el verdadero fin de la
creación poética, que no es otro que el de exigir un estilo revolucionario e
inaugurador en un escenario cuya historia ha sido la historia del plagio, del
facilismo y de la ignorancia deliberada de nuestra realidad, vale decir, la
historia de los totales fracasos. [/] […] HZ considera que desde el año 68 hasta
el 75 se origina en el país un gobierno militar de carácter reformista burgués
con ciertas manifestaciones aparentemente antiimperialistas, el cual fue
conducido por Juan Velasco Alvarado. [/] En esta coyuntura, los miembros de HZ,
individualmente y no como movimiento, trabajaron en diferentes instituciones que
se crearon a propósito de ciertas reformas. Esta intervención no tuvo carácter
incondicional, porque todos trabajaron como simples trabajadores sin poder de
decisión y sin influencia en las cúpulas políticas de entonces, como un obrero
que trabaja en una fábrica que no es la suya. [/] El velasquismo, en esencia, no
significó una ruptura real con el imperialismo, razón por la cual no tuvo un
programa revolucionario ni confió en las clases trabajadoras, las que pese al
número de veces en que trataron de ser controlada por el aparato estatal […],
siempre respondieron revolucionariamente. Es fundamental remarcar este hecho para
comprender la actitud de los miembros de HZ, ya que, cuando las contradicciones
en el poder llegaron a su punto culminante (1975), también sufrieron con la clase
trabajadora el peso de la represión por ser considerados como infiltrados en el
proceso velasquista –en lo que estamos de acuerdo. [/] HZ considera asimismo que
el actual gobierno dictatorial de Morales Bermúdez surge como una tendencia aún
más antinacional, antisocialista y, por consiguiente, más servil al imperialismo
yanqui, con la intención de frenar las reformas introducidas durante el
velasquismo, atentatorias en parte para la burguesía exportadora e industrial y
para los remanentes del sistema feudal que imperaba en el sector rural. En razón
de lo cual este gobierno, en los dos últimos años ha reprimido, encarcelado y
destituido de sus puestos de trabajo a cientos de representantes de las
organizaciones populares y miles de trabajadores, instituyendo un régimen de
terror (toque de queda) que difícilmente olvidaremos. [/] HZ afirma que
dictaduras como la actual, que quiere instalar una sociedad fúnebre pregonando la
armonía donde germina, crece y se reproduce la descomposición, encontrará en sus
miembtos a la avanzada cultural de la Sociedad Revolucionaria que habrá en el
Perú dentro de algunos años, asumiendo una posición que provocará la ira de los
explotadores y oportunistas y un apoyo indesmayable de quienes quieren consolidar
el socialismo. [/] HZ manifiesta también que frente a la coyuntura política que
la dictadura ofrece al país (Constituyente, Elecciones) suscribirá lo que la
mayoría del proletariado decida, pero sin olvidar que aceptar las reglas de juego
de la burguesía puede llevar a las organizaciones populares al trágico y todavía
cercano ejemplo de Chile; pues HZ entiende que toda Revolución Socialista es
producto de la lucha armada y de la independencia del Proletariado en sus
decisiones de clase. [/] Por todo lo anteriormente mencionado, HZ se reconoce
como un MOVIMIENTO CULTURAL REVOLUCIONARIO MARXISTA-LENINISTA Y VANGUARDIA –en el
campo de la cultura- DEL PROLETARIADO, CAMPESINADO Y DE TODAS LAS CAPAS OPRIMIDAS
DEL PUEBLO PERUANO. [/] HZ acepta incondicionalmente las decisiones de las masas
oprimidas y recibe con profunda e inmensa alegría todas las críticas –por más
duras que sean- provenientes de los Partidos y Movimientos Proletarios Marxistas
del Perú. Al mismo tiempo, HZ se levanta y responde, golpe por golpe, a todas las
agresiones de la burguesía y del imperialismo. [/] HZ apoya a la Revolución
Cubana por su permanente conducta internacionalista en América Latina, Asia y
África, y condena la política exterior de China por mostrarse reticente a
comprender que el revisionismo no es el enemigo fundamental, sino secundario,
mientras el imperialismo no desaparezca del escenario mundial. [/] HZ reconoce
que la Lucha de Clases es el motor de la historia y que ésta no es, de ninguna
manera, una lucha abstracta, sino que se da en la vida real y todos los días.
Igualmente, HZ plantea que la Lucha de Clases se da en todos los campos de la
vida práctica y social, y que la práctica social está constituida por todas las
manifestaciones del hombre. [/] HZ plantea que la Lucha de Clases en el terreno
de la cultura es también un factor primordial de la Revolución Proletaria
Peruana. Asimismo, que la vida social es una totalidad y que la literatura no es
más que una manifestación de esa totalidad. [/] HZ reconoce que la literatura es
una práctica social y un trabajo. En consecuencia, HZ está contra la concepción
académica del oportunismo burgués que trata de castrar y aislar la lucha del
pueblo peruano en el campo de la cultura. [/] Esta concepción del oportunismo
burgués dice: ‘La Lucha de Clases es La Lucha de Clases’ (esto es, la Lucha de
Clases no es nada, según el Principio Metafísico de Identidad, o: ‘una rosa es
una rosa’) y que por ello la literatura no participa de la Lucha de Clases. [/]
Contra la concepción del oportunismo burgués, HZ, Vanguardia Proletaria en el
campo de la cultura, afirma: [/] 1) La Lucha de Clases se da en la literatura; 2)
la literatura es una manifestación de la Lucha de Clases; 3) no hay Lucha de
Clases sin literatura ni literatura sin Lucha de Clases; 4) la Lucha de Clases en
el campo cultural se da como un proceso dialéctico en continuo movimiento entre
lo viejo y lo nuevo, en la forma de generaciones decadentes y generaciones
progresistas, y que esta lucha es incesante y sólo desaparece con la eliminación
de las generaciones decadentes. [/] […] HZ afirma que la literatura peruana fue,
es y será una lucha entre lo viejo (encarnado por la literatura burguesa, por un
lado) y lo nuevo (encarnado por la literatura proletaria, por otro lado), esto
quiere decir que HZ reconoce una tradición Cultural Revolucionaria en el Perú de
la que HZ no es más que su resultado cualitativo. Esta Tradición comienza con
Mariano Melgar, poeta y patriota arequipeño alzado contra el poder colonial
español que trae un nuevo lenguaje a la poesía peruana, como bien lo reconoció
José Carlos Mariátegui. Este nuevo lenguaje es la ‘Sintaxis Callejera’ que la
burguesía trata por todos los medios de combatir en sus academias y periódicos, y
que no es más que el de nuestro pueblo para oponerse al burgués que lo explota y
que nosotros reivindicamos a través de nuestros propios textos. [/] […] HZ
arranca del olvido y para siempre el nombre glorioso de uno de nuestros poetas
más escarnecidos, más olvidados, más silenciados por la burguesía ‘intelectual’
peruana: Alberto Hidalgo, cuya obra en su totalidad es fundamental para el
desarrollo de la poesía peruana y latinoamericana y, por lo mismo, reconoce en
Juana Parra del Riego y Carlos Oquendo de Amat, conjuntamente con Alberto
Hidalgo, a la tríada que apoya la aún solitaria poesía de César Vallejo. […] HZ
se reconoce en César Vallejo y afirma que su poesía permanece viva, fresca y
dinámica, y está en contra de todos aquellos que la intentan convertir en mito y
en ícono inofensivo escudándose en él sin haber profundizado en su obra para, de
este modo, convertirlo en un ente alejado de las masas. [/] HZ afirma que César
Vallejo anuncia el fracaso de la poesía peruana hasta fines del 60 y que, de este
modo, predice el surgimiento de la generación del 70, cuyo impulso es HZ como lo
nuevo en la literatura peruana. [/] […] HZ afirma que Vallejo es, en cuanto
expresión poética, un punto culminante de la poesía peruana y latinoamericana
[…]. [/] HZ reconoce en Javier Heraud y Edgardo Tello otros puntos culminantes de
la poesía revolucionaria peruana por su compromiso con la lucha del proletariado
por la toma del poder, y denuncia a quienes quieren mantenerles en el olvido o
restarles la importancia que tienen […]. [/] HZ reconoce también a Isaac Rupay y
María Elena Cornejo, jóvenes creadores muertos prematuramente, aniquilados por
este sistema por traer una nueva poesía a una sensibilidad caduca. [/] HZ
reconoce en José Martí, Vicente Huidobro, Pablo de Rohka, Raúl González Tuñón,
Carlos Drummond de Andrade, Efraín Huerta, Nicolás Guillén, Jorge Enrique Adoum,
Pablo Neruda, en unión con los poetas peruanos mencionados, a los fundadores de
la Tradición Poética Revolucionaria de América Latina, y denuncia a todas las
culturas burguesas de Chile, Argentina, Brasil, México y Ecuador por haber
intentado silenciar la vida, condición y trabajo de estos poetas. [/] Asimismo,
HZ reivindica para sí el Movimiento Surrealista Francés y el Futurismo Ruso por
haber mantenido una actitud consecuente al proponer una alternativa
revolucionario en el campo de la cultura y complementaria de los Movimientos
Revolucionario de sus respectivos países, y condena, en el primer caso, la
tergiversación y utilización mal intencionada de que ha sido objeto por la
burguesía internacional y, en el segundo caso, la política cultural represiva del
Estalinismo que fue intolerante con la crítica revolucionaria de los miembros del
Futurismo. [/] HZ reivindica el nombre de Bertolt Brecht como el único
representante revolucionario del Expresionismo Alemán, por ser uno de los más
altos y lúcidos de un arte proletario al servicio de la Revolución Mundial. [/]
[…] HZ trae al escenario de la literatura peruana el lenguaje del proletariado y
campesinado que se manifiesta en los poemas a través de la ‘Sintaxis Callejera’ y
de la recuperación de los valores culturales de estas clases sociales (danzas,
mitos, folklore, religión, magia, slang, etc.), los que han sido marginados,
silenciados y condenados a la extinción por parte de la burguesía. [/] […] HZ
reconoce el método de Poesía Conversacional como una de las formas colectivas y
revolucionarias de elaborar un texto. [/] HZ afirma que los logros técnicos
descubiertos en el campo del arte (al igual que el desarrollo de la ciencia,
según ha escrito Lenin), no es patente de ninguna clase, sino de la humanidad
entera. En consecuencia, HZ exige de cada uno de sus miembros el estudio riguroso
de todas formas poéticas para llevar la poesía a puntos inéditos, bajo la tesis
de ‘Orgías de Trabajo’. [/] HZ afirma, empero, que el trabajo y la
experimentación técnica sólo se justifican si están encaminados a señalar más
clara y permanentemente culpables (la burguesía, el capitalismo y el
imperialismo) y opciones (el proletariado y la revolución socialista). [/] HZ
afirma que todo sistema capitalista sostiene una cultura etnocentrista y de
opresión a las culturas populares que mantienen y crean el Proletariado y el
Campesinado. HZ propone, por tanto, una nueva cultura socialista surgida del
Proletariado y Campesinado, paralela y contrapuesta a la cultura burguesa
institucionalizada en diarios, revistas, salas de exposición, bibliotecas,
institutos culturales y otros medio de difusión, y hace un llamado a TODOS LOS
JÓVENES ARTISTAS PERUANOS Y LATINOAMERICANOS para que se nucleen alrededor de
nuestro Movimiento en la lucha por la creación de esta cultura que culminará
cuando el Proletariado y Campesinado hayan conseguido apoderarse del poder
inaugurando en la historia de nuestro continente una nueva etapa: el socialismo.
[/] […] En esta lucha por la reivindicación de la mujer en la literatura, HZ hace
un llamado a todas las escritoras peruanas y latinoamericana para nuclearse en
torno al Movimiento y las saluda expresándoles que en este momento no tienen nada
que perder y sí ganar todo un mundo lleno de experiencias cara a su propio
despertar como compañeras de primera línea en la Revolución Proletaria. [/] […]
Al reasumir su puesto de lucha, el Movimiento HORA ZERO advierte a sus miembros y
a aquellos que posteriormente se integrarán en sus filas, que ésta no será una
lucha fácil, cómodo y rentable, sino que, por el contrario, al condenar a la
burguesía en el campo de la cultura y hacerle frente a todos sus niveles, hasta
lograr su destrucción como clase, ésta se defenderá con todo el poder y odio de
su aparato montado en largos años de oprobio, siempre bajo la fúnebre capa del
capital imperialista. [/] Esta lucha es a muerte y el triunfo es de nosotros
porque la historia ha madurado y estamos a las puertas del parto de la era
socialista. [/] […] El movimiento HORA ZERO hace una vez más un llamado a TODOS
LOS JÓVENES ESCRITORES Y ARTISTAS LATINOAMERICANOS para nuclearse en torno a
nuestro Movimiento y saluda a los nuevos compañeros Roberto Bolaño, Bruno Montané
(chilenos), Mario Santiago y Mara Larosa (mexicanos), ex-miembros del movimiento
Infrarrealista que ahora, desde HORA ZERO, combaten desde diferente lugares por
el mismo objetivo: cual es [el] de condenar a la cultura capitalista a la
extinción que la historia le ha deparado en política por la consolidación del
socialismo. [/] […] La contrarrevolución y todas esas carnicerías querrán vernos
desaparecer pero estamos aquí, ubicándonos con nuestros actos en un franco
proceso de ruptura. Y NO ES LA MUERTE LO QUE PREGONAMOS SINO LA VIGENCIA DE LA
VIDA […]”.

9/ [INFRARREALISMO / MÉXICO / 1975-1977]


[1975] Por un arte de vitalidad sin límites

“Belleza y arte. [/]La belleza construida en el presente con justificaciones


seniles ha nacido irremediablemente muerta, y se encuentra en un ambiente de
farándula burguesa que la convierte en un objeto meramente suntuario. [/] Esa
belleza se ha asfixiado entre sus numerosos adornos: extensas disertaciones sobre
la pureza de las formas, teorías sobre el color o las palabras “buenas” y “malas”
que nada tienen que ver con el ser humano, innumerables panegíricos para los
artistas vacuos, ediciones de poesía limitada con la firma del autor en cada
ejemplar, cultismo confuso con información tan libresca que las computadores se
mueren de envidia. [/] Y con la muerte de esa señora, toda producción de
seudoarte cómplice ha sido afectada. Nunca se habían dado tantos artistas y
críticos cuya cobardía clama por el viejo tiempo del presente, y que se arrojan
desesperadamente sobre la calavera de la belleza para darle algunos toques de
maquillaje, cuya supuesta calidad es atestiguada por los tenebrosos cubículos de
las academias, o le cuelgan algunos artefactos de la joyería Morlock... [/]
Tomando en cuenta lo antes dicho, nosotros nos negamos seguir el juego
institucional de la ‘CUL —¿cul no es un prefijo de origen francés?— TURA’ que
implica la teoría y práctica de los grupúsculos academicistas y sectas
reduccionistas que bregan en el poder editorial y que con sus esquemas se
vanaglorian de una absoluta corrección sobre lo que ‘la belleza debe ser’. [/] Y
nosotros no decimos que ‘la belleza debe ser’ sino que LA BELLEZA ES, EXISTE EN
EL PRESENTE, está en la vida misma sin restricciones, sin esquemas apriorísticos,
sin límites, y por todo esto, INDEPENDIENTE de las instituciones y fuera de los
consejos vejestorios y epígonos anatematizantes. [//] Situación presente. [/]
Esta es la gravedad de nuestro siglo: LA GENTE ESTÁ ENFERMA DE CORDURA Y
SENSATEZ. [/] Todos los conformistas sufren de cordura y sensatez. [/] La cordura
y la sensatez destruyen la imaginación del ser humano y lo reducen a un plano
objetual en el que permanece cotidianamente reproduciendo una vida miserable; el
individuo es aplastado por su propia impotencia y conformismo para hacer nada:
[/] —los hambrientos dejan pasar el pan frente a sus narices; [/] —los artistas
piensan que el arte se termina cuando los publican o exponen sus obras; [/] —los
amantes se niegan a aventurarse buscando nuevas respuestas al amor; [/] —los
“pensadores” se dedican todo el tiempo a buscar epítetos con los cuales denigrar
sus detractores; [/] —las corrientes políticas se consideran “Demiurgos” con sus
teorías inmediatistas, apráxicas, ante la realidad social; [/] —y un millón-por-
segundo de etcéteras más. [/] Nuestros contemporáneos en los tiempos que corren
se tratan como seres cosificados. [/] Los individuos se abandonan a una
autocomplacencia pasiva buscando una tranquilidad que nunca existirá, siendo que
el ser humano siempre será el producto de luchas internalizadas e históricas que
engloban a toda la sociedad... La mayoría de la gente se refugia en la
ideologización y se abandonan a quienes les quitan lo más preciado que tiene el
individuo: SU HUMANIDAD... Sólo asumiéndose a sí mismos es que los individuos
pueden romper en la práctica a todo sistema manipulador que trate de “regularles”
la vida. Todo ser humano que se estime a sí mismo se opondrá a todo control
externo, venga de donde venga: religión, “ciencia”, partido político, Estado,
psiquiatría, psicología, psicoanálisis, etc. [/] Los individuos que reducen la
vida a su propia simplicidad y pragmatismo no ven más allá de las paredes
artificiales que ellos mismos han levantado, este es uno de los modos en que la
imaginación creativa es asesinada, sin considerar que esa imaginación es otra
prerrogativa de la humanidad de la persona. Por todo lo dicho, los artistas sin
límites son necesarios en los tiempos de miseria como el presente. [/] DEBEMOS
ROMPER TODOS NUESTROS NERVIOS porque ya están desgastados, totalmente
inservibles, insensibles, y sólo nos mantienen en una situación degradante en la
que todos nuestros actos pierden el sentido delo humano. [/] EL REINO DE LA
FELICIDAD ESTÁ AQUÍ Y AHORA en todo individuo que realiza una praxis humana en la
que se reconoce sujeto/objeto, masculino/femenino, negativo/positivo,
bueno/malo; praxis en la que ama y lucha, donde crearse a sí mismo significa
hacerse y deshacerse en una esencia vital... [/] Tenemos que actuar en todos los
frentes posibles e imposibles de la vida humana. TODA REDENCIÓN ABSOLUTA E
HIPOSTASIADA ES FALSA. [//] Infrarrealismo e infrarrealistas. [/] El
infrarrealismo es la espontánea e inesperada aparición de la clave determinante
que asalta y destruye todas las reglas que constriñen y retrasan al ser humano y
sus manifestaciones. Así, el infrarrealismo es la contingencia que lidia con los
significados y cambios que nunca pueden ser previstos por el racionalismo ni
siquiera con la ayuda de toneladas de equipos de precisión. El infrarrealismo
está aquí, todo lo penetra y viaja en el vehículo de lo inmediato. [/] Para ser
infrarrealista hay que vivir desde ahora en las galaxias de los hoyos negros lo
que significa estar en la vida misma que se comporta y expresa como esas
galaxias, donde lo extraordinario sucede cotidianamente, lo imposible es posible
y los actos inciden en maravillas inesperadas. Esas galaxias son vistas por los
ojos que captan los asombros, son tocadas por las manos que captan delicias y
deleitan desplazándose por las texturas vivas de los cuerpos humanos; son
vivibles por los movimientos que luchan por la libertad, son una danza en las
estrellas; son percibidas por el coraje de vivir, cueste lo que cueste, cada
instante auténticamente; se encuentran en todos los combates individuales y
sociales que crean las metamorfosis de la vida humana; se oyen en todas las
voces, músicas, gruñidos, canciones, sonidos que se configuran en los caminos de
las almas anhelantes; son alucinadas en las mentes verdaderas que penetran lo
impenetrable con el arte. Quienes las buscan, entran en esas galaxias; el nombre
inmediato con el que son designadas no es importante, puesto que dichos nombres
son sólo las múltiples formas de nombrar la HUMANIZACIÓN que hacen del
individuo un ser completo. [/] —El infrarrealismo es la multitud de cuerdas que
ayudaron a derribar estatuas de opresores como el zar Pedro o Stalin. [/] —El
infrarrealismo es la pistola de Sergei Esenine cuyos disparos recitaron su poema
para los Estados Unidos. [/] —El infrarrealismo es una mandarina cuya cáscara es
pelada con los dientes mientras se sigue saboreando. [/] -Gerard de Nerval es
infrarrealista caminando por las calles de París mientras jala con un cordón una
langosta. [/] —Un acto infrarrealista es don Quijote de la Mancha derribando al
farsante Caballero de los Espejos. [/] —El infrarrealismo canta y gruñe, tiene
miedo y es valiente, ama y odia, atina y desatina, gana y pierde, se compone y se
descompone, se aflige y se serena, ríe y llora, aprueba y desaprueba, pero
siempre se conmueve con sus contradicciones, para bien o para mal. [/] —El
infrarrealismo no tiene acciones en fábricas ni en instituciones bancarias y, por
lo mismo, no se acongoja cuando los obreros hacen huelga o los bancos son
asaltados. [/] —El infrarrealismo ama sin reservas y no cree en el matrimonio. Le
gusta ser aventurero en todo y piensa que las cosas no están hechas sino
haciéndose (incluso piensa que muchas cosas están malhechas). [/] —El
infrarrealismo se burla de las alternativas capitalistas que siempre son: ‘¿coca-
cola o pepsi-cola?’. [/] —El infrarrealismo le saca la lengua a la etiqueta, se
muere de risa en las conferencias de los letrados, respira al aire libre y no
tiene mamá ni papá y es andrógino. [/] —El infrarrealismo piensa que el llamado
“oficio de escritor” es una invención de los literatos que han querido vivir
confortablemente del arte, lo que significa un indecoroso comercio de la vida.
[/] —El infrarrealismo es epicúreo, sodomita, hereclitiano, hedonista,
narcisista, kantiano, hegeliano, marxista, anarquista, metafísico, patafísico,
utópico, existencialista; simultáneamente todo esto y nada a la vez; pero rechaza
la reproducción de sectas de il corpore fascista. [/] —El infrarrealismo no es
secta de ningún tipo, no distribuye membresías ni boletos y no elige a sus
miembros por ningún mecanismo de mayorías ni de minorías porque para ser
infrarrealista basta con ser infrarrealista. [/] —El grupo de los poetas
infrarrealistas no tiene estatutos ni reglas de conducta, puesto que formamos un
grupo nogrupo. [/] —Para el infrarrealismo más vale lamentar que prevenir. [/] EL
INFRARREALISMO EXISTE Y NO EXISTE. (José Vicente Anaya)

[1976] Manifiesto
¿QUE PROPONEMOS? [/] NO HACER UN OFICIO DEL ARTE [/] MOSTRAR QUE TODO ES ARTE Y
QUE TODO MUNDO PUEDE HACERLO [/] OCUPARSE DE COSAS “INSIGNIFICANTES” / SIN VALOR
INSTITUCIONAL / [/] JUGAR / EL ARTE DEBE SER ILIMITADO EN CANTIDAD, ACCESIBLE [/]
A TODOS, Y SI ES POSIBLE FABRICADO POR TODOS [/] ¡!!!!!!!!!!!!!!!!!!! [/]
IMPUGNAR EL ARTE / IMPUGNAR LA VIDA COTIDIANA (DUCHAMP) EN UN [/] TIEMPO QUE
APARECE CASI ABSOLUTAMENTE BLOQUEADO PARA LOS [/] OPTIMISTAS PROFESIONALES
TRANSFORMAR EL ARTE / TRANSFORMAR LA VIDA COTIDIANA (NOSOTROS) [/] CREATIVIDAD /
VIDA DESALINEADA A TODA COSTA [/] (MOVERLE LAS CADERAS AL PRESENTE CON LOS OJOS
PESTAÑEANDO [/] DESDE LOS AEROPUERTOS DEL FUTURO) [/] EN UN TIEMPO EN QUE LOS
ASESINATOS LOS HAN ESTADO DISFRAZANDO [/] DE SUICIDIOS [/] $$$$$$$$$$$$ [/]
CONVERTIR LAS SALAS DE CONFERENCIAS EN STANDS DE TIRO [/] (FERIA DENTRO DE LA
FERIA / ¿DIRÍA DEBRAY? [/] %%%%%%%%%%%%% [/] BEETHOVEN, RACINE & MIGUEL ÁNGEL
DEJARON DE SER LO MÁS ÚTIL [/] LO MÁS ANFETAMÍNICO, LO MÁS ALIMENTICIO: LAS
BARRERAS DEL [/] SONIDO LOS LABERINTOS DE LA VELOCIDAD (¡OH JAMES DEAN!) SE ESTÁN
[/] ROMPIENDO EN OTRA PARTE [/] “”””””””””””””” [/] SACAR A LA GENTE DE SU
DEPENDENCIA & PASIVIDAD [/] BUSCAR MEDIOS INÉDITOS DE INTERVENCIÓN & DE DECISIÓN
EN EL MUNDO [/] DESMITIFICAR / CONVERTIRSE EN AGITADORES [/] NADA HUMANO NOS ES
AJENO (BIEN) NADA UTÓPICO NOS ES AJENO [/] (SUPERBIEN) [/] ++++++++++++++ [/] EN
ESTA HORA MÁS QUE ANTERIORMENTE, EL PROBLEMA ARTÍSTICO NO [/] PUEDE SER
CONSIDERADO COMO UNA LUCHA INTERNA DE TENDENCIAS / [/] SINO SOBRE TODO COMO UNA
LUCHA TÁCITA (CASI DECLARADA) ENTRE [/] QUIENES DE MANERA CONSCIENTE O NO ESTÁN
CON EL SISTEMA Y [/] PRETENDEN CONSERVARLO PROLONGARLO / Y QUIENES TAMBIÉN DE
MANERA [/] CONSCIENTE O NO QUIEREN HACERLO ESTALLAR [/] ………………………………… [/] EL ARTE
EN ESTE PAÍS NO HA IDO MÁS ALLÁ DE UN CURSILLO TÉCNICO [/] PARA EJERCER LA
MEDIOCRIDAD DECORATIVAMENTE [/] $$$$$$$$$$$$$ [/] “SOLAMENTE HOMBRES LIBRES DE
TODA ATADURA PODRÁN LLEVAR EL FUEGO LO BASTANTE LEJOS” ANDRÉ BRETON [/]
¡!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! [/]
DEVOLVERLE AL ARTE LA NOCIÓN DE UNA VIDA APASIONADA & CONVULSIVA [/] LA CULTURA
NO ESTÁ EN LOS LIBROS NI EN LAS PINTURAS NI EN LAS [/] ESTATUAS ESTÁ EN LOS
NERVIOS / EN LA FLUIDEZ DE LOS NERVIOS [/] PROPOSICIÓN MÁS CLARA: UNA CULTURA
ENCARNADA / UNA CULTURA EN [/] CARNE, EN SENSIBILIDAD (ESTE VIEJO SUEÑO DE
ANTONIN ARTAUD) [/] 555555555555555 [/] TODO LO QUE EXISTE: [/] EL CAMPO DE
NUESTRA ACTIVIDAD / Y LA BÚSQUEDA FRENÉTICA DE LO [/] QUE AÚN NO EXISTE [/]
……………………… [/] NUESTRA FINALIDAD ES (LA VERDAD) LA SUBVERSIÓN PRÁCTICA [/]
&&&&&&&&&& [/] EJEMPLO DE ARTE TOTAL [/] ESCULTURA TOTAL (Y CON MOVIMIENTO): UNA
MANIFESTACIÓN DE 10,000 [/] A 20,000 GENTES APOYANDO LA HUELGA DE LA TENDENCIA
DEMOCRÁTICA [/] DEL SUTERM [/] MÚSICA TOTAL: UN VIAJE EN HONGO POR LA SIERRA
MAZATECA [/] PINTURA TOTAL: CLAUDIA KERIK AL DERECHO & AL REVÉS / INSISTO: [/] AL
DERECHO & AL REVÉS [/] POESÍA TOTAL: ESTA ENTREVISTA DIFUNDIDA POR TELEPATÍA O
CON EL [/] SOLO MOVIMIENTO DE MI PELO (DE LEÓN AFRICANO) Y TODA SU DESCARGA [/]
ELÉCTRICA [/] 33333333333333333333333333333333333333 [/] MUNDOS ONDAS GENTE QUE
ME INTERESA: [/] NICANOR PARRA CATULO QUEVEDO LATRÉAMONT MAGRITTE CHIRICO ARTAUD
[/] VACHÉ JARRY BRETON BORIS VIAN BURROUGHS GINSBERG KEROUAC KAFKA [/] BAKUNIN
CHAPLIN GODARD FASSBINDER ALAI TANNER FRANCIS BACON [/] DUBUFFET GEORGE SEGAL
JUAN RAMÍREZ RUÍZ VALLEJO EL CHÉ GUEVARA [/] ENGELS “ESE MAESTRO DEL SARCASMO” LA
COMUNA DE PARÍS LA [/] INTERNACIONAL SITUACIONISTA LA EPOPEYA DE LOS NAUFRAGOS
DEL GRANMA (SE ME OLVIDABA) : HIERONYMUS BOSCH (EL INFALTABLE) [/] WILHELM
REICH LA APORNOGRAFÍA MÍSTICA DE CHARLES MAGNUS LA [/] ERÓTICA MULTICOLOR DE TOM
WESSELMAN JOHN CAGE JULIAN BECK JUDITH [/] MALINA & SU LEAVING THEATRE (Y PARA
FINALIZAR) EL MARQUÉS DE [/] SADE HECTOR APOLINAR ROBERTO BOLAÑO JOSÉ REVUELTAS
(Y SU [/] DESCUBRIMIENTO DE QUE LA DIÁLECTICA A VECES TAMBIÉN ANDA COMO [/]
CANGREJO) JUDITH GARCÍA CLAUDIA SOL (Y HASTA EN DÍAS NUBLADOS) [/] CLAUDIA SOL
[/] %%%%%%%%%%%%%%%%%%% [/] PODEMOS DISPARAR 2 REVOLVERES A LA VEZ / DIJO MÁS DE
UNA VEZ [/] BUFFALO BILL [/] LA ESTUPIDEZ NO ES NUESTRO FUERTE [/] (ALFRED JARRY
DIXIT). (Mario Santiago)

[1976] Déjenlo todo, nuevamente


“‘Hasta los confines del sistema solar hay cuatro horas-luz; hasta la estrella
más cercana, cuatro años-luz. Un desmedido océano de vacío. ¿Pero estamos
realmente seguros de que solo haya un vacío? Únicamente sabemos que en este
espacio no hay estrellas luminosas; de existir, serían visibles. ¿Y si existiesen
cuerpos no luminosos u oscuros? ¿No podría suceder en los mapas celestes, al
igual que en los de la Tierra, que estén indicadas las estrellas-ciudades y
omitidas las estrellas-pueblos?’. [/] –Escritores soviéticos de ciencia-ficción
arañándose el rostro a medianoche. –Los Infrasoles (Drummond diría los alegres
muchachos proletarios). –Peguero y Boris solitarios en un cuarto lumpen
presintiendo a la maravilla detrás de la puerta. –Free Money. [/] ¿Quién ha
atravesado la ciudad y por única música sólo ha tenido los silbidos de sus
semejantes, sus propias palabras de asombro y rabia? El tipo hermoso que no sabía
que el orgasmo de las chavas es clitoral (Busquen, no solamente en los Museos hay
mierda) (Un proceso de museificación individual) (Certeza de que todo está
nombrado, develado) (Miedo a descubrir) (Miedo a los desequilibrios no previstos)
Nuestros parientes más cercanos: los francotiradores, los llaneros solitarios que
asolan los cafés chinos de Latinoamérica, los destazados en supermarkets, en sus
tremendas disyuntivas individuo-colectividad; la impotencia de la acción y la
búsqueda (a niveles individuales o bien enfangados en contradicciones estéticas)
de la acción poética. [/] –Pequeñitas estrellas luminosas guiñándonos eternamente
un ojo desde un lugar del universo llamado Los Laberintos –Dancing-Club de la
miseria. –Pepito Tequila sollozando su amor por Lisa Underground. –Chúpaselo,
chúpatelo, chupémoselo. –Y el Horror. [/] Cortinas de agua, cemento o lata,
separan una maquinaria cultural a la que lo mismo le da servir de conciencia o
culo de la clase dominante, de un acontecer cultural vivo, fregado, en constante
muerte y nacimiento, ignorante de gran parte de la historia y las bellas artes
(creador cotidiano de su loquísima istoria y de su alucinante vellas hartes),
cuerpo que por lo pronto experimenta en sí mismo al cagadero o a la revolución.
‘Nuevas formas, raras formas’, como decía entre curioso y risueño el viejo
Brecht. [/] Las sensaciones no surgen de la nada (obviedad de obviedades), sino
de la realidad condicionada, de mil maneras, a un constante fluir. –Realidad
múltiple, nos marcas! Así, es posible que por una parte se nazca y por otra
estemos en las primeras butacas de los últimos coletazos. Formas de vida y formas
de muerte se pasean cotidianamente por la retina. Su choque constante da vida a
las formas infrarrealistas. EL OJO DE LA TRANSICIÓN. [/] ¿Y la buena cultura
burguesa? ¿Y la academia y los incendiarios? ¿Y las vanguardias y sus
retaguardias? ¿Y ciertas concepciones del amor, el buen paisaje, la Colt precisa
y multinacional? Como me dijo Saint-Just en un sueño que tuve hace tiempo: Hasta
las cabezas de los aristócratas nos pueden servir de armas. [/] –Una buena parte
del mundo va naciendo y otra buena parte muriendo, y todos sabemos que todos
tenemos que vivir o todos morir: en esto no hay término medio. Chirico dice: Es
necesario que el pensamiento se aleje de todo lo que se llama lógica y buen
sentido, que se aleje de todas las trabas humanas de modo tal que las cosas le
aparezcan bajo un nuevo aspecto, como iluminadas por una constelación aparecida
por primera vez. Los infrarrealistas dicen: Vamos a meternos de cabeza en todas
las trabas humanas, de modo tal que las cosas empiecen a moverse dentro de uno
mismo, una visión alucinante del hombre. [/] La constelación del Bello Pájaro. –
Los infrarrealistas proponen al mundo el indigenismo: un indio loco y tímido. –Un
nuevo lirismo, que en América Latina comienza a crecer, a sustentarse en modos
que no dejan de maravillarnos. La entrada en materia es ya la entrada en
aventura: el poema como un viaje y el poeta como un héroe develador de héroes. La
ternura como un ejercicio de velocidad. Respiración y calor. La experiencia
disparada, estructuras que se van devorando a sí mismas, contradicciones locas.
Si el poeta está inmiscuido, el lector tendrá que inmiscuirse. ‘Libros eróticos
sin ortografía’. [/] Nos anteceden las MIL VANGUARDIAS DESCUARTIZADAS EN LOS
SESENTAS Las 99 flores abiertas como una cabeza abierta Las matanzas, los nuevos
campos de concentración Los blancos ríos subterráneos, los vientos violetas [/]
Son tiempos duros para la poesía, dicen algunos, tomando té, escuchando música en
sus departamentos, hablando (escuchando) a los viejos maestros. Son tiempos duros
para el hombre, decimos nosotros, volviendo a nuestras barricadas después de una
jornada llena de mierda y gases lacrimógenos, descubriendo/creando música hasta
en los departamentos, mirando largamente los cementerios-que-se-expanden, donde
toman desesperadamente una taza de té o se emborrachan de pura rabia o inercia
los viejos maestros. Nos antecede Hora Zero ((Cría zambos y te picarán los
callos)) Aún estamos en la era cuaternaria. ¿Aún estamos en la era cuaternaria?
[/] Pepito Tequila besa los pezones fosforescentes de Lisa Underground y la ve
alejarse por una playa en donde brotan pirámides negras. [/] Repito: el poeta
como héroe develador de héroes, como el árbol rojo caído que anuncia el principio
del bosque. –Los intentos de una ética-estética consecuente están empedrados de
traiciones o sobrevivencias patéticas. [/] –Y es que el individuo podrá andar mil
kilómetros pero a la larga el camino se lo come. [/] –Nuestra ética es la
Revolución; nuestra estética la Vida: una-sola-cosa. [/] Los burgueses y los
pequeñoburgueses se las pasan en fiestas. Todos los fines de semana tienen una.
El proletariado no tiene fiestas. Sólo funerales con ritmo. Esto va a cambiar.
Los explotados tendrán una gran fiesta. Memoria y guillotinas. Intuirla, actuarla
ciertas noches, inventarle aristas y rincones húmedos, es como acariciar los ojos
ácidos del nuevo espíritu. [/] Desplazamiento del poema a través de las
estaciones de los motines: la poesía produciendo poetas produciendo poemas
produciendo poesía. NO un callejón eléctrico / el poeta con los brazos separados
del cuerpo / el poema desplazándose lentamente de su Visión a su Revolución. El
callejón es un punto múltiple. ‘Vamos a inventar para descubrir su contradicción,
sus formas invisibles de negarse, hasta aclararlo’. Desplazamiento del acto de
escribir por zonas nada propicias para el acto de escribir. [/] Rimbaud, ¡vuelve
a casa! Subvertir la realidad cotidiana de la poesía actual. Los encadenamientos
que conducen a una realidad circular del poema. Una buena referencia: el loco
Kurt Schwitters. Lanke trr gll, o upa kupa arggg, devienen en línea oficial,
investigadores fonéticos codificando el aullido. Los puentes del Ñoba Express son
anticodificantes: déjenlo que grite, déjenlo que grite (por favor no vayan a
sacar un lápiz ni un papelito, ni lo graben, si quieren participar griten
también), así que déjenlo que grite, a ver qué cara pone cuando acabe, a qué otra
cosa increíble pasamos. [/] Nuestros puentes hacia las estaciones ignoradas. El
poema interrelacionando realidad e irrealidad. Convulsivamente. ¿Qué le puedo
pedir a la actual pintura latinoamericana? ¿Qué le puedo pedir al teatro? Más
revelador y plástico es pararse en un parque demolido por el smog y ver a la
gente cruzar en grupos (que se comprimen y se expanden) las avenidas, cuando
tanto a los automovilistas como a los peatones les urge llegar a sus covachas, y
es la hora en que los asesinos salen y las víctimas los siguen. -¿Realmente qué
historias me cuentan los pintores? El vacío interesante, la forma y el color
fijos, en el mejor de los casos la parodia de movimiento. Lienzos que sólo
servirán de anuncios luminosos en las salas de los ingenieros y médicos que
coleccionan. El pintor se acomoda en una sociedad que cada día es más ‘pintor’
que él mismo, y ahí es donde se encuentra desarmado y se inscribe de payaso. [/]
Si un cuadro de X es encontrado en alguna calle por Mara, ese cuadro adquiere
categoría de cosa divertida y comunicante; en un salón es tan decorativo como los
sillones de fierro del jardín del burgués / ¿cuestión de retina? / sí y no / pero
mejor sería encontrar (y por un tiempo sistematizar azarosamente) el factor
detonante, clasista, cien por ciento propositivo de la obra, en yuxtaposición a
los valores de ‘obra’ que la estén precediendo y condicionando. [/] –El pintor
deja el estudio y CUALQUIER status quo y se mete de cabeza en la maravilla / o se
pone a jugar ajedrez con Duchamp / Una pintura didáctica para la misma pintura /
Y una pintura de la pobreza, gratis o bastante barata, inacabada, de
participación, de cuestionamiento en la participación, de extensiones físicas y
espirituales ilimitadas. –La mejor puntura de América Latina es la que aún se
hace a niveles inconscientes, el juego, la fiesta, el experimento que nos da una
real visión de lo que somos y nos abre lo que podemos ser. La mejor pintura de
América Latina es la que pintamos con verdes y rojos y azules sobre nuestros
rostros, para reconocernos en la creación incesante de la tribu. [/] Prueben a
dejarlo todo diariamente. [/] Que los arquitectos dejen de construir escenarios
hacia adentro y que abran las manos (o que las empuñen, depende del lugar) hacia
ese espacio de afuera. Un muro y un techo adquieren utilidad cuando no sólo
sirven para dormir o evitar lluvias sino cuando establecen, a partir, por
ejemplo, del acto cotidiano del sueño, puentes conscientes entre el hombre y sus
creaciones, o la imposibilidad momentánea de éstas. [/] Para la arquitectura y la
escultura los infrarrealistas partimos de dos puntos: la barricada y el lecho. La
verdadera imaginación es aquella que dinamita, elucida, inyecta microbios
esmeraldas en otras imaginaciones. En poesía y en lo que sea, la entrada en
materia tiene que ser ya la entrada en aventura. Crear las herramientas de la
subversión cotidiana. Las estaciones subjetivas del ser humano, con sus bellos
árboles gigantescos y obscenos, como laboratorios de experimentación. [/] Fijar,
entrever situaciones paralelas y tan desgarradoras como un gran arañazo en el
pecho, en el rostro. Analogía sin fin de los gestos. Son tantos que cuando
aparecen los nuevos ni nos damos cuenta, aunque los estemos haciendo/mirando
frente a un espejo. Noches de tormenta. La percepción se abre mediante una ética-
estética llevada hasta lo último. [/] Las galaxias del amor están apareciendo en
la palma de nuestras manos. [/] Poetas, suéltense las trenzas (si tienen) [/] –
Quemen sus porquerías y empiecen a amar hasta que lleguen a los poemas
incalculables [/] –No queremos pinturas cinéticas, sino enormes atardeceres
cinéticos [/] –Caballos corriendo a 500 kilómetros por hora [/] –Ardillas de
fuego saltando por árboles de fuego [/] –Una apuesta para ver quién pestañea
primero, entre el nervio y la pastilla somnífera. [/] El riesgo siempre está en
otra parte. El verdadero poeta es el que siempre está abandonándose. Nunca
demasiado tiempo en un mismo lugar, como los guerrilleros, como los ovnis, como
los ojos blancos de los prisioneros a cadena perpetua. Fusión y explosión de dos
orillas: la creación como un grafiti resuelto y abierto por un niño loco. Nada
mecánico. Las escalas del asombro. Alguien, tal vez el Bosco, rompe el acuario
del amor. Dinero gratis. Dulce hermana. Visiones livianas como cadáveres. Little
boys tasajeando de besos a diciembre. [/] A las dos de la mañana, después de
haber estado en casa de Mara, escuchamos (Mario Santiago y algunos de nosotros)
risas que salían del penthouse de un edificio de 9 pisos. No paraban, se reían y
se reían mientras nosotros abajo nos dormíamos apoyados en varias casetas
telefónicas. Llegó un momento en que sólo Mario seguía prestando atención a las
risas (el penthouse es un bar gay o algo parecido y Darío Galicia nos había
contado que siempre está vigilado por policías). Nosotros hacíamos llamadas
telefónicas pero las monedas se hacían de agua. Las risas continuaban. Después de
que nos fuimos de esa colonia Mario me contó que realmente nadie se había reído,
eran risas grabadas y allá arriba, en el penthouse, un grupo reducido, o quizás
un solo homosexual, había escuchado en silencio su disco y nos lo había hecho
escuchar. [/] –La muerte del cisne, el último canto del cisne, el último canto
del cisne negro, NO ESTÁN en el Bolshoi sino en el dolor de cabeza y la belleza
insoportable de las calles. [/] –Un arcoíris que principia en un cine de mala
muerte y que termina en una fábrica en huelga. [/] –Que la amnesia nunca nos bese
la boca. Que nunca nos bese. [/] –Soñamos con Utopía y nos despertamos gritando.
[/] –Un pobre vaquero solitario que regresa a su casa, que es la maravilla. [/]
Hacer aparecer las nuevas sensaciones –Subvertir la cotidianidad. [/] OK [/]
DÉJENLO TODO, NUEVAMENTE [/] LÁNCENSE A LOS CAMINOS”. (Roberto Bolaño)

[1977] Rasgar el tambor, la placenta

“Sin ella quererlo, la Contrarrevolución ha apresurado nuestro crecimiento, ha


quemado nuestras casas, nos ha dejado huérfanos en más de un sentido. Bien. Ahora
podremos elegir a nuestros padres. […] Nos convertimos en poetas porque así no
nos moriríamos. De la soledad de los teléfonos clandestinos, de los nervios
tensos, hemos salido con una sola certeza poética, y es que la vida –sufrida,
vivida, gozada- era cada vez más diferente de los intentos de reflejarla, de
cambiarla mediante versos e imágenes que atraparan la columna vertebral de ese
fuego desde afuera. [/] Nosotros estamos adentro. Somos los amateurs. Cada una de
nuestras uñas tiene un nombre propio. La infancia premeditada fue nuestro primer
estadio de lucha en contra de la Cotidianidad Brutal que los estados burgueses y
fascistas quisieran colgarnos del cuello. [/] Hemos perdido durante la Represión
–dice la carta- lo más débil de nuestra Tradición Artística. A partir de allí
encontramos nuestra Tradición Nerviosa, esas manchas de miles de colores que se
estructuran y desestructuran, buscando siempre una corrosiva coherencia entre la
realidad objetiva y nuestras subjetividades, entre nuestro ser concreto y las
corrientes subjetivas de una cultura (de un arte) que se expande, muy lejos de
nosotros, muy cerca de nosotros. [/] Hasta el momento la historia del lenguaje ha
sido la historia de la lucha de clases. [/] Nos adherimos (y cómo podríamos no
hacerlo si somos, querámoslo o no, parte de ese proceso) a la ofensiva por una
nueva poesía. Por la realidad a reivindicar para un continente, por las
potencialidades a desarrollar de Cultura a Vida, recorriendo proposiciones y
denuncias de realidades distintas, pero que se tocan para desarrollarse
dialécticamente, para ser Historia. [/] Nuestra posición frente al texto y con la
obra misma es la de su consideración como momento en un devenir social y
sociológico que se debe a su autor, a la vez que éste se debe a la sociedad, a su
clase. De estas luchas, puntas que se tocan, contradicciones evolucionando hacia
algo, brota una reflexión que es propuesta, grano de arena para una cultura
identificada con el descubrimiento de realidades perdidas en tanto que oprimidas,
y con las potenciales realidades que se han visto castradas por el silenciamiento
que se ha ejercido sobre su naciente desarrollo. [/] La Contrarrevolución no sólo
ha aplastado las incipientes formas de poder popular, no sólo ha creado campos de
concentración para los proletarios americanos, también ha destruido los sueños,
los épicos amores de barrio, las utopías. El deber, por tanto, del hombre y la
mujer americanos para con la imaginación ha llegado ya, ineludiblemente, a ese
cruce de caminos en donde se entronca, para siempre, con el deber de la
Revolución. [/] Allí sí tenemos una tradición. Una tradición que se remonta, que
zigzaguea, que salta y brinca VIVA, desde Martí hasta Roque Dalton, desde
Alfonsina Storni hasta Violeta Parra. Nervios fosforescentes en la noche. [/] Es
por eso (y cómo podríamos evitarlo) que tomamos partido por una conciencia de
imaginación, trizaduras a repasar, gritos nuevos que decir, contenidos y formas
frescos, en permanente trasgresión de sí mismos, en crisis de enriquecimiento
frente a la realidad cambiante que es discurso mismo y lo que él recrea. [/]
Contra el academicismo antidialéctico, contra la ortodoxia que no exiende las
posibilidades de análisis; contra los que hacen del arte un fin con tal de lucir
la profesión (esa castración sonriente que es el ‘oficio de escritor’, negación
de miles de conductos, llanuras, peripecias hacia la Vida Misma). Contra nuestra
propia ceguera”. (Roberto Bolaño y Bruno Montané, Barcelona)

10/ [TRÁFICO / VENEZUELA / 1981-1983]


[1981] Sí, manifiesto

Sí, Manifiesto [//] Venimos de la noche y hacia la calle vamos. Queremos oponer a
los estereotipos de la poesía nocturna, extraviada en su oficio chamánico de
convocar a los fantasmas de la psique o de lanzar hasta la náusea el golpe de
dados del lenguaje, una poesía de la higiene solar, dentro de la cual el poeta
regrese al mundo de la historia, al universo diurno de la vida concretísima de
los hombres, en cuyo orbe cotidiano ningún fantasma enfermo moviliza más fuerza
que el horror o la belleza encontrables en una acera cualquiera, y ningún
aristocrático golpe de dados del verbo podrá abolir jamás el sabor sanguíneo de
todas las palabras de la tribu. [//] Sí, Manifiesto [//] Representa una postura
que, por inaudita que parezca en esta Venezuela de 1981 –donde la individualidad
y la disgregación son el imperio sustentador de ese otro imperio, el real:
económico, político, cultural-, quiere asumir la responsabilidad de ser la
expresión del movimiento Tráfico. ¿Qué buscamos?: poesía. Y aquí está el dilema:
inmersos en un ámbito cultural donde el poeta, lo poético, la poesía y el
poetizar tienen una caracterización determinada, y por lo tanto normativa, lo que
proponemos, no estando identificados con los parámetros de la estética imperante
es –desde el punto de vista de nuestro contexto histórico inmediato- una nueva
manera de entender la poesía. [/] Con Tráfico salimos del esencialismo y, como
hemos dicho, nos reconocemos en la historia: menos mal que nadie puede calificar
de “esencial” el tráfico; pasajeros, somos poetas de transición, como toda poesía
es de transición, sólo que algunos siguen aspirando a esa especie de galardón que
significa conquistar, con la palabra esencial, la salida de la historia, el
supuesto hallazgo de la eternidad. Pasajeros transitorios, diurnos, poetas:
nuestra propuesta nace de una necesidad poética –política- histórica, la
necesidad que atraviesa nuestra Venezuela de hoy, confundida entre el marasmo y
el derroche, entre el lujo fastuoso y las carencias apremiantes de la capa
marginal. El silencio y el juego textualista no pueden ser una respuesta crítica
a nuestro medio, en última instancia constituyen posturas que, si no de manera
consciente, al menos en forma disfrazadamente ideológica, le hacen el juego a
nuestra democracia petrolera. [/] La poesía que propugnamos servirá, en cambio,
de percusión para enseñarle a la “Armonía” la inclemencia de la súplica en los
botiquines del centro. Se trata de fundirle la caja en el Gran Prix de Caricuao,
hacer estallar los radiadores de las letras a 250 Km. p/h. Reclamarle al
cinetismo textual la burguesía óptica con la que pretende erigirse “críticamente”
sobre una ciudad que se divierte, desde las mesas de Sabana Grande, con la
ingeniosa geometría de los cultos. Nuestra calle no se complace en estos juegos
de la noche ni tampoco en el silencio. [/] Los trapecistas de la imaginación
suspiran por mantenerse en la “realidad” descrita por la ruta de sus acrobacias,
en la medida en que se olvidan de la portentosa capa de la historia bajo la cual
se desplazan. En el circo el mago es rey: basta un esotérico gesto para que
proliferen los pañuelos (los duendes, la súbita aparición de los espíritus). [/]
Pero, magos: ¿hasta cuando el engaño? Frente a ustedes surge nuestra mirada
realista (no es un realismo inocente, de ojo adánico, de “inocencia objetual” y
cosas por el estilo). Una mirada para la cual el poema traduce los olores más
intensos de la calle. Un realismo, sí, pero realismo crítico. No queremos
desobjetivar nuestras palabras, desdibujar nuestro paisaje, nuestra circunstancia
histórica concreta, por cansados aquelarres. Además, ya lo sabemos todos: cuando
se han ido los espectadores, cuando la carpa se hace alta, no hay hechizo: el
elefante es elefante, los conejos son conejos, el trapecista es español, el mago
vuelve al camerino. Los circos cierran a las 6. [/] Si hemos hablado de una nueva
manera de entender la poesía, nos referimos también a otro tipo de poeta. Para
nosotros ser poetas representa salir, en éxodo consciente, del monólogo dentro
del cual quiere encerrarse buena parte de nuestros compañeros de generación.
Creemos que en poesía no es la rotación de los signos en el texto lo que
constituye la clave estética del poema, sino la forma en la que accede al oído de
los otros la voz de una experiencia humana. Estamos hartos de combinatorias
infinitas de palabras que se frotan para arrancarse chispas que no pasan de ser
un fuego fatuo (sí, infatuado en su aspiración de hacernos creer que es el
Fuego). Repetimos: contra el signo, el craso signo icónico del texto, optamos por
la voz, por la interlocución que pone a circular el poema en el circuito de un
diálogo concreto, no con un lector sin rostro, sino con los hombres y mujeres que
en la fábrica y el rancho, la escuela y el cuartel, la universidad o la oficina,
han perdido la costumbre (costumbre secular que extravió el rumbo) de escucharse
a sí mismos en el vértice unánime de la voz del poeta. Este último siempre fue,
antes de que la modernidad nos dejara hablando solos, el intérprete de vivencias
colectivas, aquel cuya palabra congregaba los ecos de la ciudad y los caminos. En
América Latina, sobre todo, ¿qué escandalosa “profesionalización” del oficio
poético quiere separarnos ahora de la más entrañable tradición moral de nuestras
letras: la que concibe la palabra como quería Martí, echándose a la suerte de
compartir su canto con los oprimidos de la tierra? [/] A una poesía que se ufana
en la “gloriosa inutilidad”, en la “casta ineficacia” que demasiados hombres
confunden con la naturaleza misma del espíritu, deseamos oponer también, sin
miedo al barro impuro del cual sale toda la epopeya espiritual de los hombres, la
exigencia de una poesía que sirva, repleta de una contundente eficacia, la misma
que ostentan un vaso, un arma o un automóvil, porque el arte empieza allí donde
los hombres necesitan responder desde la plenitud de su conciencia a las
exigencias de la situación particular, y no después, allí donde la cotidianidad
dicen que termina y nace el reino abstracto –mármol y alabastro- de una
trascendencia “noble” dentro de la cual sólo cabe una “gratuidad” que ya no
acompaña a nadie en la tarea diaria de vivir, que ya no formaliza las
experiencias del hombre común, que ya no constituye sino un vasto silencio donde
bostezan el vacío o la “oquedad metafísica”. Nos empeñamos, así, en promover una
poesía necesaria, que nuestros interlocutores perciban como palabra de uso y
compartida, palabra para la cual toda trascendencia anémica, dispéptica, se
disuelve ante el poder de convocación que sube, por ejemplo, de las rockolas de
los bares, palabra que tiene mucho que aprender de la imponencia con la que la
línea exactísima de un hit congrega el gozo del stadium, haciendo levantar un eco
humano que, en el fondo de los fondos, se parece al llanto o a la risa que
todavía allá, en pleno siglo XII, podían recoger de su auditorio los versos de
Berceo. [/] Por eso mismo, frente a la lírica de la subjetividad absoluta, y en
este sentido cada vez más abstracta, lírica que tanto le debe a la racionalidad
burguesa de Occidente, lírica cerebral de un eterno laboratorio de palabras en
las que la situacionalidad y la carnalidad afectiva son mero vidrio de probeta –
irreconocibles ya para sí mismas-, levantamos la causa de una poética que se
atreva a explorar a fondo, sin batas ni guantes de químico incontaminado, pero
también sin flux y sin corbata, la sentimentalidad que exhibimos frente al mundo
nosotros, los bastardos latinoamericanos, los salvajes periféricos de Occidente:
nuestra sentimentalidad de telenovela y de ranchera, nuestro viejo bolero
emocional, nuestro tango impenitente, el patetismo que nos brota en procesión de
Viernes Santo o en reyerta de taberna, la cursilería que se entreteje con la red
social de nuestra manera específica de vivir el afecto. De este modo, asumimos el
horror que siente la poesía tradicional frente a nuestro sentimentalismo híbrido,
mestizo de puro guaguancó o quena indígena, con la ironía desdeñosa que nos
inspira toda la discreción burguesa, quirúrgicamente fría para sentir relaciones
viscerales con el mundo pero implacablemente “racional” a la hora de expoliar lo
que no siente. [/] Contra la mampostería intelectualista que sostiene el mito del
poeta solitario, tan caro a una modernidad que no sabemos por qué debe ostentar
para nosotros el carácter de un paradigma único, insurgimos con nuestra apuesta
por una poesía solidaria, repleta de humanidad latinoamericanísima, gozosa o
doliente, una poesía que no teme subirse al último sector del cerro donde termina
el barrio y no llega jamás la policía, así tenga que pagar peaje al pie de la
escalera, como corresponde; una poesía que no se asustará ante la tarea de
embadurnarse de salsa y de cerveza en al afinque; una poesía que buscará a los
hombres de San Fernando o El Callao donde estén y como estén, sin exigirles que
se presenten a la cita del poema con el traje “primitivo”, “telurista”, o ya
neciamente “mágico” con el cual los disfrazaron las poéticas que sólo se veían a
sí mismas cuando pretendieron mirar de frente a aquellos hombres; una poesía que
intentando recuperar, como después de un largo entumecimiento gestual, los
hábitos del habla y los ademanes concretos de las muchedumbres que nos rodean,
opta por los grandes espacios donde todo narcisismo verbalista se revela pigmeo
de la inteligencia y de la sensibilidad y del lenguaje: los espacios por los que
la poesía puede oxigenarse de disonancias y de miseria irreductible, de
sociología y de política, de economía y de historiografía, de giro de lengua oral
y de estribillo musical, de estadística y argot de suburbio. Poesía, entonces,
situada en el centro hirviente de la vida social y no en los desiertos
ontológicos donde proliferan “breviarios de la podredumbre” (ah, el Cioran que
hoy tanto acaricia el masoquismo de la pequeña burguesía intelectual) y ojerosas
“culturas del desengaño” para las cuales la esperanza es un compañero cadavérico,
muerto de bruces en una calle cualquiera a finales de los sesenta. [/] Nosotros
creemos que la vieja consigna de Vallejo se mantiene: si el cadáver, ay, sigue
hoy muriendo ante nuestros ojos impotentes, sólo será la masa compacta de los
expoliados lo que lo resucite desde el único lugar donde es posible concebir el
vértigo radical de las transformaciones: desde abajo, desde la base. Cuando
Lázaro se levante otra vez de su sepulcro para movilizar, como hace dos décadas,
las aspiraciones populares del país, nosotros sabremos que la poesía, la poesía
concreta y no la virtuosista de los textos, estará gobernando la insurgencia.
Mientras tanto, en esta hora incolora, a menudo nauseabunda, de la democracia
petrolera, sólo nos queda sincerar al máximo la relación del poeta con Venezuela.
Y es que sucede que, en épocas inmediatamente anteriores (allí tenemos a la
generación de 1958, por ejemplo), el trabajo poético en nuestro país actuó sobre
el fondo de un distinguido camuflaje. Poetas que en sus actitudes públicas
mostraban un franco compromiso ético con la exigencia del cambio social,
eligieron, sin embargo, para la voz de sus poemas las modulaciones más
esencialistas de la lírica de la modernidad: la lírica que, nacida en parte como
respuesta esteticista al mundo comercializado y banal de la burguesía, trabajaba
no obstante secretamente a su favor, porque hablaba desde su marco gnoseológico
profundo y con sus categorías. Se dio así el caso de que una peligrosa confusión,
una trampa ideologizante vino a ocultar las verdaderas cartas con las que el
poeta apostaba su palabra en el juego social de la cultura: Mallarmé fingió darle
la mano a Marx, la opción rimbaudiana de “cambiar la vida” se olvidó de la matriz
elitesca de la que había salido (y dentro de la cual aún pernoctaba su nostalgia
de transformación) y pretendió que su causa poética podía conjugarse, sin más,
con los paradigmas sociales y políticos de aquella marea de obreros,
desempleados, liceístas, universitarios medios, marginales, que se enfrentaba a
la represión gubernamental en las calles y avenidas. El lenguaje de esa élite
poética había pagado demasiado tributo al idioma de una modernidad por esencia
aristocratizante: la pequeña burguesía intelectual radicalizada que entonces
quiere contribuir a la toma del poder por las masas no se sincera como tal ante
esas mismas masas en el desamparo del poema. Disfraza su equivocidad, la
artificialidad de su intento de integrar el arte y la vida sobre la base de la
trampa modernizante, universalista y elitesca, con la magnificencia de su barco
ebrio que zarpa al viaje sin regreso de la alquimia del verbo y la magnetización
recíproca de todas las vocales, al final del cual, ya lo sabemos, espera la
Abisinia donde el poeta convertido en comerciante hace el saldo de su asimilación
definitiva al universo burgués. Nosotros no queremos, pese a la aparente magnitud
que representa formular esta herejía, el destino de Rimbaud: no queremos que
nuestra intervención en la Comuna –la cual, a pesar de todas las derrotas, nos
sigue convocando- sea una simple escaramuza pequeño burguesa que termine en viaje
de negrero, en escepticismo contante y sonante, en ebriedad que ya no ostenta el
arma de los anticonvencionalismos sino que deviene ocasión de confraternidad con
el Poder. Queremos para nosotros, para la vocación poética en Venezuela, un
resultado diferente; por eso, elegimos sincerar desde ahora mismo la voz de
nuestros poemas y decimos que, no pudiendo asumir como nuestro –porque sonaría a
eterna impostación en nuestro textos- el timbre vocal de un proletariado, de un
campesinado, de una población marginal de los que nos separó la sociedad clasista
a través de familia, colegios y universidades, queremos y debemos hablar en
nuestra obra como lo que efectivamente somos: hijos de una clase media cuyos
paradigmas vivimos mitad como cómplices y mitad como renegados. [//] Venimos de
la noche y hacia la calle vamos. (Zona Franca, III época, No. 25, julio-agosto de
1981)

[RAFAEL CASTILLO ZAPATA / LETRAS / UCV / VANGUARDIA MANIFIESTA]

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