Вы находитесь на странице: 1из 1

Querido Budin,

Hace tiempo que te debo una disculpa. No tengo excusas lo se. Me has acompañado
incondicionalmente durante toda la vida, en silencio, calladito, timido, escondido al fondo de la
cocina cuando cae la tarde,
a veces bajo un trapo, otras mirando por entre los huequitos del espanta mosquitos. Que era
para evitar que tu piel de azucar atraiga los bichos decian. Pero no querido Budin. No era
cierto. Lo cierto es que nunca te hemos valorado, jamas te hemos escrito poemas ni
canciones de amor, nunca te hemos aplaudido en publico ni te hemos levantado en hombros.
En almuerzos, festivales, fiestas, santos, acaso tu eras la estrella? No. Siempre fue el
alfajorcito, el mana, los guargueros, hasta la gelatina tenia mas presencia que tu.
Y ahora que estoy aqui, arrepentido, avergonzado, querido budín, me pregunto porque?
Porque pudo ocurrir tamaña injusticia? Sera porque un dia te usaron en esa expresion que
decia, este es mas pesado que un budín ? O sera porque tu receta siempre acudia a todo
aquello que nadie queria, el pan de ayer, el concho de ron, la mazana feita, el platano
mosqueado. Como si eso fuera algo indigno, algo malo.
Pero tu mas que nadie querido budin sabes que nunca es tarde. Siempre podemos arreglar,
corregir, hacer justicia.
Porque al final es el tiempo el que se encarga de poner todo en su real valor y su real
dimension.
Y hoy, que vivimos tiempos en los que las recetas de la abuela son motivo de aplauso, en que
la sencillez es la virtud, en que el no tirar nada es una accion urgente, de pronto al fin, te
miramos con los ojos que debimos mirarte siempre. Con agradecimiento, con orgullo, con
amor.
Perdon querido Budin. Perdon por no haber correspondido con justicia a todo el amor que nos
has dado a lo largo de nuestra vida. Es tiempo de darte mucho amor de la uica forma que
siempre esperaste de nosotros, cocinandote con amor, disfrutandote con amor.
En una olla viejita de fondo grueso, echamos leche fresca, una rama de canela, una cascarita
de limon y otra de naranja y azucar al gusto de dulce de cada familia. Damos un suave hervor
de unos minutitos y colamos.
Dejamos enfriar y añadimos unos huevos de corral fresquitos.
Batimos y añadimos trozos de pan viejo, el que quieran, cortado en trozos chiquitos. Puede
ser de molde, frances, chancay, baguette, cachitos.
Meclamos bien y añadimos pasas, guindones, damascos, frutos secos favoritos. Añadimos
manzana chiquita y feita por fuera pero sabrosa por dentro que habremos picado y saltado en
mantequilla. Añadimos trozos de platano, ese que nadie se quiere comer por manchadito.
Añadimos el conchito de esa botella de ron que quedaba al fondo o de pisco o de brandy o los
tres.
Mezclamos todo pensando en nuestras abuelitas.
Lo colocamos en un molde que tenga un caramelito al fondo hecho con azucar rubia y chorrito
de agua y gotita de limon. Lo horneamos en baño maria a fuego medio hasta que este cocido.
Lo dejamos reposar, listo.
Por que no dejamos cantidades. Por varios motivos. Porque todos los panes son distintos y
necesitan mas o menos huevo o mas o menos leche. Porque todas las frutas son distintas,
mas humedas, mas secas. Porque cada familia tiene su receta de budin favorita, su punto mas
seco, mas fragil, mas dulce, mas cremoso. Por ello, lo importante es que sigan su instinto de
hacer una masa ni muy liquida ni muy seca, que sintamos nuestro horno, cuanto tiempo
necesita, que vayamos encontrando el punto que nos gusta para que al final, cuando vayamos
creciendo, en nuestra memoria podamos decir, en mi casa, el budin que hacian era el mas
rico, el mejor.

Вам также может понравиться