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UNIDAD 7
PROGRAMA
DESARROLLO
HIR/DAIR
Diagnóstico de la hipoacusia por ruido
El principal signo diagnóstico de la hipoacusia por exposición al ruido es el cambio del umbral auditivo,
objetivable por audiometría. Sin embargo, cualquier oído sometido a un sonido de intensidad suficiente
se fatiga y sufre un aumento de dicho umbral que se recupera en un plazo de tiempo entre 12 y 16 h.
(Pérdida transitoria del umbral).
Los cambios tras este periodo de tiempo sin exposición son considerados permanentes.
Una vez iniciada, esta pérdida de audición tiene un patrón audiométrico bastante típico. Los cambios
iniciales suelen verse a 4000 Hz, pero no es inusual que el pico máximo se halle entre 3000 y 6000 Hz.
En los primeros 10 años, el escotoma se hace más profundo y luego se detiene, mientras el defecto se
extiende a las frecuencias más próximas. Si el estímulo no cesa, la muesca se hace más evidente en las
frecuencias más bajas y la curva adquiere un aspecto de «cubeta» que desaparece a medida que
aumenta el umbral para, las frecuencias agudas (Gráfica 1).
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No obstante, en el inicio de la enfermedad o en presencia de focos sonoros especiales, se observan
audiogramas asimétricos. Es un hecho poco frecuente, pero de necesaria consideración.
El Comité de Ruido y Conservación de Audición del American College of Occupational
Medicine (1989) reconoce las siguientes características para la hipoacusia perceptiva por el ruido:
Es siempre una hipoacusia neurosensorial que afecta las células del órgano de Corti;
Es casi siempre bilateral con patrones audiométricos similares para ambos oídos;
Raramente produce pérdida auditiva profunda. (Usualmente los límites para las de baja
frecuencia están alrededor de 40 dB, y en frecuencias altas, 75 dB).
Interrumpida la exposición, no hay progresión significativa en la pérdida auditiva resultante de
exposición al ruido;
La pérdida auditiva previamente inducida por el ruido no lo torna más sensible para futuras
exposiciones;
En la medida que aumenta el umbral de audición, la velocidad de pérdida decrece;
Los daños más precoces del oído interno se reflejan en frecuencias de 3.000, 4.000 y 6.000 Hz.
Siempre hay una pérdida más acentuada en estas frecuencias, que en las frecuencias de 500,
1.000 y 2.000 Hz. La mayor pérdida ocurre en 4.000 Hz. Las frecuencias más altas y más bajas
requieren más tiempo para ser afectadas.
La exposición continua al ruido a lo largo de los años es más perjudicial que exposiciones
interrumpidas, pues estas permiten un período de reposo para el oído.
En condiciones estables de exposición, las pérdidas en 3.000, 4.000 y 6.000 Hz. generalmente
afectarán un nivel máximo en cerca de 10 a 15 años de exposición.
Fase II (de latencia). Se produce después un periodo de latencia donde el déficit en los 4 kHz se
mantiene estable, ampliándose a las frecuencias vecinas en menor intensidad e incrementándose el
umbral entre 40-50 dB, sin comprometer aun la compresión de la palabra pero ya no hay reversibilidad
del daño auditivo. Su descubrimiento reviste importancia en lo concerniente a la profilaxis.
Fase III (de latencia subtotal). Existe no solo afectación de la frecuencia 4 kHz sino también de las
frecuencias vecinas, se produce un incremento del umbral entre 70-80 dB, acarreando por ende la
incapacidad en la compresión de la palabra.
Fase IV (terminal o hipoacusia manifiesta). Déficit auditivo vasto, que afecta todas las frecuencias
agudas, con compromiso de frecuencias graves y un incremento del umbral a 80 dB o más.
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Fases I y II escotoma típico a 4000 Hz, con pérdida de 10 a 15 a 2000 Hz.
Fases III y IV tiende a desaparecer el escotoma, pérdidas de 20 y 25 dB a 250 y 500 Hz (en fase IV)
La hipoacusia inducida por ruido es casi siempre bilateral con patrones audiométricos similares para
ambos oídos,
Considerando las características de bilateralidad y simetría de las HIR, ante la constatación de
características de una HIR en un oído, la presencia de una hipoacusia inculpable (Ej. Mixta) en el oído
contralateral, puede corresponder a una pérdida auditiva también atribuible al ruido la cual se encuentra
enmascarada por un trazado audiométrico no característico del efecto de dicho agente sobre el oído.
En este caso, a los fines de determinar incapacidad se considerar una pérdida igual a la constatada en el
oído que evidencia una HIR.
También corresponde considerar el caso de los trabajadores que utilicen auriculares unilaterales
(operadores telefónicos, etc.), donde resulta esperable evidenciar características audiométricas de una
HIR únicamente en el oído expuesto.
Ante la producción cierta de daño auditivo y con la especial consideración de su carácter irreversible es
necesario asegurar un sistema legal que compense económicamente la disminución de la capacidad
laborativa. No habiendo soluciones medicamentosas, ni quirúrgicas, ni protésicas que permitan
restablecer la función perdida.
El trauma acústico agudo constituye un típico caso de accidente de trabajo y la hipoacusia inducida
por ruido, de enfermedad profesional.
La única referencia existente en la legislación Argentina se encuentra en la ley 9688 de Accidentes de
trabajo y Enfermedades profesionales al fijar un 42% de la Total Obrera para la sordera bilateral y un
12% para la unilateral.
Daño permanente Para la A.M.A. existe un daño permanente cuando hay un descenso del umbral
auditivo permanente de más de 25dB respecto del 0 audiométrico, en cualquiera de las frecuencias
habitualmente investigadas, Es aplicable después de haberse mantenido alejado del ruido a fin de
descartar el DTU (Descenso temporario del umbral).
Desventaja permanente se considera que hay desventaja permanente cuando el desplazamiento del
umbral es mayor de 25dB de promedio en las frecuencias 500-1000-2000 y 4000 Hz.
Incapacidad permanente. Define a una situación caracterizada por la coexistencias de dos conceptos
uno medico. El daño y otro jurídico, las disminución de la capacidad del individuo para ganar su jornal.
Concurren acá factores como la edad, sexo, profesión y se genera la necesidad de reparación
mediante la indemnización monetaria.
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En principio debe quedar claro que no es lo mismo porcentaje de pérdida auditiva y porcentaje de
incapacidad.
El porcentaje de pérdida auditiva es una reducción en la capacidad para percibir sonidos comparándolo
con una persona con audición normal, mientras que el porcentaje de incapacidad es la disminución del
valor obrero total en relación con el porcentaje de pérdida auditiva.
Procedimiento
En cuanto a la determinación del porcentaje de incapacidad, una vez obtenidas las tres audiometrías
tonales se deberán utilizar, conforme lo establecido por el Dto. 659/96 (Tabla de Evaluación de
Incapacidades Laborales), exclusivamente la tabla de la AMA/84 AAO May/79, sumando el resultado de
los umbrales auditivos para tonos puros, por vía aérea, en las frecuencias 500, 1000, 2000 y 4000 Hz, en
aquella audiometría en que se obtuvieron los mejores umbrales audiométricos.
En la tabla se debe buscar en su eje horizontal el mejor oído y en su eje vertical el peor; de la
intersección de ambos ejes surge la pérdida auditiva en porcentajes. Dicho valor multiplicado por 0,42 da
como resultado el porcentaje de incapacidad.
De no contar con la tabla de la AMA se puede utilizar la siguiente fórmula (utilizando la tabla para cálculo
de pérdida monoaural):
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ANEXO: MARCO LEGAL
2013 “Año del Bicentenario de la Asamblea General Constituyente de 1813”
Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social
Superintendencia de Riesgos del Trabajo
Protocolo de evaluación de hipoacusias inducidas por ruido
Comisión Médica Central
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Valores límites en intensidad y duración para la exposición al ruido RES MTSS 295/03
8 horas 85 dBA
4 horas 88 dBA
2 horas 91 dBA
1 hora 94 dBA
30 minutos 97 dBA
15 minutos 100 dBA
1 minuto 112 dBA
Es siempre una hipoacusia neurosensorial que afecta las células del órgano de Corti;
Es casi siempre bilateral con patrones audiométricos similares para ambos oídos;
Raramente produce pérdida auditiva profunda. (Usualmente los límites para las de baja
frecuencia están alrededor de 40 dB, y en frecuencias altas, 75 dB).
Interrumpida la exposición, no hay progresión significativa en la pérdida auditiva resultante de
exposición al ruido;
La pérdida auditiva previamente inducida por el ruido no lo torna más sensible para futuras
exposiciones;
En la medida que aumenta el umbral de audición, la velocidad de pérdida decrece;
Los daños más precoces del oído interno se reflejan en frecuencias de 3.000, 4.000 y 6.000 Hz.
Siempre hay una pérdida más acentuada en estas frecuencias, que en las frecuencias de 500,
1.000 y 2.000 Hz. La mayor pérdida ocurre en 4.000 Hz. Las frecuencias más altas y más bajas
requieren más tiempo para ser afectadas.
La exposición continua al ruido a lo largo de los años es más perjudicial que exposiciones
interrumpidas, pues estas permiten un período de reposo para el oído.
En condiciones estables de exposición, las pérdidas en 3.000, 4.000 y 6.000 Hz. generalmente
afectarán un nivel máximo en cerca de 10 a 15 años de exposición.
El principal signo diagnóstico de la hipoacusia por exposición al ruido es el cambio del Umbral auditivo,
objetivable por audiometría tonal. Sin embargo, cualquier oído sometido a un sonido de intensidad
suficiente se fatiga y sufre un aumento de dicho umbral que se recupera en un plazo de tiempo entre 12
y 16 h. (Pérdida transitoria del umbral). Los cambios tras este periodo de tiempo sin exposición son
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considerados permanentes. Una vez iniciada, esta pérdida de audición tiene un patrón audiométrico
bastante típico, encuadrado en la siguiente clasificación:
DIAGNOSTICO DIFERENCIAL
Traumatismo de cráneo
Es preciso tener en cuenta al traumatismo craneano. Un golpe grave en la cabeza equivale a una
explosión y puede producir el mismo tipo de lesión auditiva.
En ambos casos el estribo se desplazaría súbitamente hacia el vestíbulo, originando una intensa "onda
viajera" que por su amplitud causaría lesiones mecánicas en los elementos transductores y/o de sostén.
El trauma acústico consecuencia de un trauma craneano estará generado fundamentalmente por el
movimiento en las estructuras óseas y membranosas que el impacto provoca a nivel de:
Oído medio
Membrana timpánica
Puede estar integra o perforada.
Cuando por el golpe se desencajan los huesos en sus cisuras o en su estructura suelen quedar
fuera de escuadra.
Si está involucrado el marco timpánico, veremos un arrugamiento de la membrana con pliegues
que se extienden por lo general desde el mango del martillo hasta el marco timpánico
propiamente dicho.
Es posible que también veamos una perforación la cual estará en relación al tipo e intensidad del
impacto.
La otorragia es frecuente y la otorrea corresponde a la infección secundaria de la caja timpánica.
Cadena osicular
Los huesecillos pueden sufrir alteraciones como consecuencia del trauma. Las lesiones pueden
ser luxaciones, fijaciones a las paredes modificadas en su ubicación y/o interrupciones.
Oído interno
Las lesiones en el oído interno pueden ser causadas por:
Variación brusca positiva y/o negativa de la presión en los líquidos laberínticos como
consecuencia de la movilidad de la platina del estribo.
Alteración directa de los tejidos blandos por transmisión de la vibración de la cápsula ótica a los
tejidos transductores.
Pérdida de líquido perilaberíntico por alteración de la cápsula ótica o fístulas en ventana redonda
u oval
El patrón audiométrico cuando no exista afección a nivel del oído medio será idéntico al de la hipoacusia
inducida por ruido, mientras que si existe afección del oído medio el patrón será de una hipoacusia mixta
y más raramente conductiva pura.
Huizingy col. han estudiado clínicamente que en casos que la pérdida funcional esté confinada solo a la
frecuencia 2 KHz, con reclutamiento positivo, es muy factible que la etiología corresponda a un trauma
por golpe.
Otra hipoacusia que puede simular a la inducida por ruido es, la hipoacusia bilateral hereditaria
progresiva, que se presenta en las frecuencias altas.
En sus estadios intermedios, esta hipoacusia puede resultar indistinguible por completo del trauma
acústico, solamente por el hecho de que la pérdida es más amplia y abarca todas las frecuencias por
encima del 4 KHz.
Otras causas que pueden simular el trauma acústico antes mencionado son la exposición a productos
químicos industriales. Lenhardt sostiene que el benceno y el bisulfuro de carbono son con mayor
frecuencia los productores de hipoacusias sensoriales de origen químico. Las anilinas generarían una
pérdida secundaria a la anemia mientras que el monóxido de carbono también produce perdidas en los
tonos agudos pero probablemente retrococleares.
(Ver otros agentes Ototóxicos al final del anexo)
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Lenhardt también se refiere a las hipoacusias causadas por la indicación de medicamentos ototóxicos en
los casos de disentería, tifus exantemático y fiebre maculosa de las Montañas Rocosa.
(Ver medicamentos ototóxicos al final del anexo)
Procedimiento
En cuanto a la determinación del porcentaje de incapacidad, una vez obtenidas las tres audiometrías
tonales se deberán utilizar, conforme lo establecido por el Dto. 659/96 (Tabla de Evaluación de
Incapacidades Laborales), exclusivamente la tabla de la AMA/84 AAO May/79, sumando el resultado de
los umbrales auditivos para tonos puros, por vía aérea, en las frecuencias 500, 1000, 2000 y 4000 Hz, en
aquella audiometría en que se obtuvieron los mejores umbrales audiométricos.
En la tabla se debe buscar en su eje horizontal el mejor oído y en su eje vertical el peor; de la
intersección de ambos ejes surge la pérdida auditiva en porcentajes. Dicho valor multiplicado por 0,42 da
como resultado el porcentaje de incapacidad.
De no contar con la tabla de la AMA se puede utilizar la siguiente fórmula (utilizando la tabla para cálculo
de pérdida monoaural):
Factores de ponderación
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En factor de ponderación “tipo de actividad” expresa el grado de dificultad que le ocasiona la incapacidad
al individuo para la realización de sus tareas habituales. En este aspecto cabe destacar que el sentido de
la audición resulta indispensable para el desarrollo de toda actividad laboral atento a la dificultad para la
comunicación con terceros, interpretación de órdenes, señales de alarma, etc.
En el caso de las HIR a diferencia de otras lesiones, el trabajador afectado por dicha enfermedad
profesional probablemente mantenga su “aptitud” para la realización de su tarea específica, a manera de
ejemplo consideramos un operario que utilice exclusivamente sus manos. Sin embargo como
expresamos la disminución de la audición, de cierta magnitud, afectará su desempeño general.
Por lo dicho en aquellas HIR que generen una incapacidad laboral igual o mayor al 15%, según el Dto.
659/96 correspondería considerar una dificultad para la tarea de grado intermedio o alto según la pérdida
constatada. Este valor (15%) surge de considerar que tomando en cuenta la clasificación evolutiva de las
HIR (ver gráfico), estaremos ante una HIR Fase III o IV donde se ven comprometidas las frecuencias
correspondientes a la palabra hablada (500 a 2000 Hz).
Finalmente ante un trabajador que presente incapacidad incremental relacionada con HIR deberá
indicarse la recalificación con la finalidad de interrumpir la progresión de la afección.
En todos casos se indicara la adopción de medidas tendientes a disminuir el NSCE en el ambiente de
trabajo. Incapacidad Incremental.
En los casos en que corresponda evaluar incapacidad incremental por patología auditiva, se procederá
de la siguiente manera:
Se evaluará la incapacidad actual y se restará la incapacidad anterior pura, es decir sin factores.
Ejemplo: si un trabajador fue evaluado en oportunidad anterior, resultando una incapacidad del 5 %, y en
la actualidad se determina el 6%, corresponde efectuar la resta directa entre ambas incapacidades sin
incluir los factores, es decir que en este caso tendrá una incapacidad incremental del 1%.
2) La Norma Internacional ISO 1999:1990, define que nivel umbral de audición (a veces referido
simplemente como umbral de audición) es el mínimo nivel de audición que un individuo es capaz
de escuchar a cada frecuencia. Por consiguiente al elegir la audiometría mejor estaríamos
considerando el valor más cercano al nivel umbral de audición.
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3) De Marco, Racca, Tato (h) y Augspach, en su libro Guía para evaluar la discapacidad auditiva y
del equilibrio. (Ed. De Marco, Racca y Tato (h) Buenos Aires, Julio 1990, pág. 41) dicen
textualmente en el anexo I, Normas para peritar incapacidad auditiva “La incapacidad auditiva se
fijará en base a 2 (dos) audiometrías tonales practicadas con intervalo de una semana entre
cada una de ellas. Se elegirá para calcular la incapacidad la audiometría que indique mejores
umbrales auditivos.”
4) Como es sabido hasta hoy la audiometría tonal clásica es la más económica y la mejor prueba
para obtener umbrales auditivos, no obstante ello, también es sabido que factores extramédicos
hacen difícil y hasta conflictiva la valoración biológica correcta. El más corriente de estos factores
es el comportamiento del examinado, el que voluntaria o involuntariamente puede incidir en lo
obtención de los umbrales, por lo que luce lógico que de tres audiometrías se escoja la que
registre mejor performance, dado que no es esperable que alguien simulara en contra de sí
mismo.
PROCEDIMIENTOS DIAGNÓSTICOS
DIAPASONES
IMPEDANCIOMETRÍA
IMPEDANCIA DINÁMICA
IMPEDANCIOMETRÍA ESTÁTICA
ESTUDIO DEL REFLEJO ESTAPEDIANO O ACUSTICOFACIAL
UMBRAL ESTAPEDIANO
OTOEMISIONES ACÚSTICAS
PRUEBAS SUPRALIMINARES: Test de Fowler, Prueba de S.I.S.I., Test de Watson y Tolan
PRUEBAS DE DESPISTAJE: Test de Harris, Prueba de Lombard, Prueba de Carhart
FÁRMACOS OTOTÓXICOS
EXPOSICIÓN COMBINADA A RUIDO Y A AGENTES OTOTÓXICOS
Además del ruido, las hipoacusias pueden estar producidas por otros factores de riesgo, como lo son la
exposición a productos químicos y que a su vez dañan al nervio auditivo.
Algunos ejemplos de ellos son:
Disolventes orgánicos como tolueno, xireno, estireno, tricloroetileno, que afectan la cóclea y el
nervio auditivo.
Metales como mercurio, manganeso, plomo y arsénico, que afectan el nervio auditivo.
Gases como el monóxido de carbono y el cianuro de hidrógeno que afectan el nervio auditivo.
Sales como los cianuros que afectan el córtex.
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TERAPÉUTICA AUDIOLÓGICA
UNIDAD 8
PROGRAMA
DESARROLLO
Pruebas subjetivas:
Nunca nos debemos conformar con una prueba de simulación, sino que por lo menos hay que obtener
dos que sean positivas para tener la certeza que no se trata de un simulador.
Prueba de Lombard:
Está basada en el reflejo cocleofonatorio, o sea en la regulación de la propia voz que obtenemos por la
apreciación del volumen que se establece al hablar. La técnica es muy fácil de realizar. Puede hacerse
para la simulación unilateral o bilateral, para la primera sólo hay que ensordecer el oído preciso, para la
segunda se necesitan dos canales pero la técnica es la misma.
Procedimiento:
Se coloca al sujeto con los auriculares del audiómetro aplicados y se le ofrece un libro, ordenándole que
lea en voz alta con entonación e intensidad uniformes.
A medida que va leyendo se aumenta la intensidad del masking de 10 en 10 dB, hasta que el examinado
comienza a levantar la voz. En este momento anotamos la intensidad alcanzada, que será
aproximadamente el nivel de audición verdadera.
Interpretación de los resultados:
Al aumentar la intensidad del tono enmascarante, inconscientemente se eleva la voz por el arco reflejo
cóclea-corteza-aparato fonatorio. Si el sujeto es sordo no levanta la voz, en caso contrario será muy
difícil, por no decir imposible, establecer un nivel de volumen fonatorio pues al no oírse uno mismo se
pierde el punto de referencia teniendo que aumentar la intensidad inconscientemente.
Prueba de Stenger:
Este test está basado en el ensordecimiento interaural y sirve para investigar hipoacusias unilaterales.
Cuando dos tonos de una misma frecuencia e intensidad se presentan a dos oídos normales, el sonido
será percibido como si fuese oído en el centro de la cabeza. Si el tono para un oído se aumenta en 5 dB,
la percepción del sonido se localiza en éste. Si el tono se aumenta en 10 dB, el sonido a menudo será
imposible de percibir en el oído opuesto. Con un aumento de 15 dB el paciente pretenderá, en la mayoría
de los casos, que no oye ningún sonido con el oído opuesto, en el que se presenta el tono de intensidad
inferior, ha sido enmascarado por el otro.
La condición para esta prueba es contar con un audiómetro con dos controles de volumen, de manera
que se pueda variar independientemente la intensidad de los dos tonos para los dos oídos. Es
importante que los dos tonos sean presentados simultáneamente, lo cual quiere decir que deben ser
dirigidos mediante un mismo interruptor.
Procedimiento:
Se colocan los auriculares y se aplica momentáneamente una intensidad de 10 dB sobre el umbral del
oído que consideramos sano, se presenta entonces simultáneamente 10 dB y se le pide al paciente que
nos diga por donde lo oye.
El normo oyente contestará que el tono se oye en el centro de la cabeza.
En una segunda presentación se dan simultáneamente un tono de 10 dB por el oído sano y 20 dB por el
supuestamente hipoacúsico. El normo oyente lo oirá por el oído sano.
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En una tercera presentación se dan simultáneamente 10 dB por el oído sano y 30 dB por el supuesto
hipoacúsico. El normo oyente lo oirá por el oído sano. Una persona que pretenda no tener la audición
normal, no estará dispuesto a admitir que el tono se oye por el oído de mayor intensidad estimulatoria,
llegará un momento en que dice que no oye por ningún lado, lo que pasa es que la audición pasa al oído
simulado, por lo cual niega toda clase de audición. Pero al reconocer que el tono ha desaparecido en el
oído sano, ha admitido también sin darse cuenta, que oye con su oído supuestamente hipoacúsico.
Prueba de Carhart:
Es un test de comparación entre la audiometría convencional y la audiometría vocal.
Procedimiento:
Se saca una curva de audiometría común.
A continuación se toma una logoaudiometría, comenzando por pasar la lista de palabras balanceadas
con bastante intensidad por encima del umbral del sujeto; de manera rápida se va descendiendo d 5 en 5
dB a medida que se continua la prueba, hasta que el sujeto no responda debidamente.
En el sordo las dos curva audiométricas, la tonal y la logoaudiométrica, estarán en relación lógica, en
cambio el simulador no se da cuenta de que la intensidad desciende, porque sigue respondiendo las
palabras de la lista correctamente; luego existe una disparidad entre las dos audiometrías, resultando
mucho mejor el nivel de captación de la palabra que el umbral mínimo de audición tonal, cosa totalmente
lógica.
Prueba de Azzi:
Se basa en la utilización de la propia voz del enfermo como ruido enmascarante. Es una prueba muy
buena pero tiene el inconveniente de necesitar un aditamento especial en el audiómetro común.
Procedimiento:
Colocados los auriculares, se le hace leer al examinado un texto de un libro cualquiera con voz fuerte. La
voz del propio sujeto es captada por un micrófono, el aparato la retarda durante unas fracciones de
segundo y la vuelve a enviar al oído del presunto sordo con la intensidad deseada.
Si se trata de un sordo verdadero, esta vuelta al oído de su propia voz retrasada no le impide seguir
leyendo, pues no la escucha hasta que pase el umbral, en cambio al simulador le es absolutamente
imposible continuar la lectura ya que le ensordecen sus propias palabras.
CONTAMINACIÓN ACÚSTICA
Se llama contaminación acústica o contaminación sonora al exceso de sonido que altera las
condiciones normales del ambiente en una determinada zona. Si bien el ruido no se acumula, traslada o
mantiene en el tiempo como las otras contaminaciones, también puede causar grandes daños en la
calidad de vida de las personas si no se controla bien o adecuadamente.
El término "contaminación acústica" hace referencia al ruido (entendido como sonido excesivo y
molesto), provocado por las actividades humanas (tráfico, industrias, locales de ocio, aviones, barcos,
entre otros.) que produce efectos negativos sobre la salud auditiva, física y mental de los seres vivos.
Este término está estrechamente relacionado con el ruido debido a que esta se da cuando el ruido es
considerado como un contaminante, es decir, un sonido molesto que puede producir efectos nocivos
fisiológicos y psicológicos para una persona o grupo de personas.
Las principales causas de la contaminación acústica son aquellas relacionadas con las actividades
humanas como el transporte, la construcción de edificios, obras públicas y las industrias, entre otras.
Se ha dicho por organismos internacionales, que se corre el riesgo de una disminución importante en la
capacidad auditiva, así como la posibilidad de trastornos que van desde lo psicológico (paranoia,
perversión) hasta lo fisiológico por la excesiva exposición a la contaminación sónica.
Un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), considera los 70 dB (a), como el límite
superior deseable.
Efectos auditivos
El sistema auditivo se resiente ante una exposición prolongada a la fuente de un sonido, aunque esta
sea de bajo nivel.
El efecto auditivo provocado por el ruido ambiental se llama socioacusia. Cuando una persona se expone
de forma prolongada a un nivel de sonido excesivo, nota un silbido en el oído, esta es una señal de
alerta. Inicialmente, los daños producidos por una exposición prolongada no son permanentes, sobre los
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10 días desaparecen. Sin embargo, si la exposición a la fuente no cesa, las lesiones serán definitivas. La
audición se irá perdiendo, hasta convertirse en sordera.
No solo el ruido prolongado es perjudicial, un sonido repentino de 160 dBs, como el de una explosión o
un disparo, pueden llegar a perforar el tímpano o causar otras lesiones irreversibles. Citando
puntualmente las afecciones auditivas que produce el ruido tenemos: Desplazamiento Temporal y
Permanente del umbral de audición.
Efectos no auditivos
Con el paso de los años, la contaminación sonora se ha convertido en un problema para la salud. Es por
ello, que la industria ha aumentado sus esfuerzos para disminuir la emisión de ruido en fuentes
específicas. Una opción para facilitar esta determinación de ruido en dichas fuentes, es localizando el
punto de dicha fuente donde se genera mayor cantidad de energía sonora. La contaminación acústica,
además de afectar al oído puede provocar efectos psicológicos negativos y otros efectos fisiopatológicos.
Por supuesto, el ruido y sus efectos negativos no auditivos sobre el comportamiento y la salud mental y
física dependen de las características personales, al parecer el estrés generado por el ruido se modula
en función de cada individuo y de cada situación.
Efectos psicopatológicos
1. A más de 60 .
1. Dilatación de las pupilas y parpadeo acelerado.
2. Agitación respiratoria, aceleración del pulso y taquicardias.
3. Aumento de la presión arterial y dolor de cabeza.
4. Menor irrigación sanguínea y mayor actividad muscular. Los músculos se ponen tensos y
dolorosos, sobre todo los del cuello y espalda.
2. A más de 85 .
1. Disminución de la secreción gástrica, gastritis o colitis.
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2. Aumento del colesterol y de los triglicéridos, con el consiguiente riesgo cardiovascular.
En enfermos con problemas cardiovasculares, arteriosclerosis o problemas coronarios,
los ruidos fuertes y súbitos pueden llegar a causar hasta un infarto.
3. Aumenta la glucosa en sangre. En los enfermos de diabetes, la elevación de la glucemia
de manera continuada puede ocasionar complicaciones médicas a largo plazo.
Efectos psicológicos
1. Insomnio y dificultad para conciliar el sueño.
2. Fatiga.
3. Estrés (por el aumento de las hormonas relacionadas con el estrés como la adrenalina),
depresión y ansiedad.
4. Irritabilidad y agresividad.
5. Histeria y neurosis.
6. Aislamiento laboral.
Todos los efectos psicológicos están íntimamente relacionados, por ejemplo:
El aislamiento conduce a la depresión.
El insomnio produce fatiga. La fatiga, falta de concentración. La falta de concentración a la poca
productividad y la falta de productividad al estrés.
Efectos en la memoria
En aquellas tareas en donde se utiliza la memoria se ha demostrado que existe un mayor rendimiento en
aquellos individuos que no están sometidos al ruido, debido a que este produce crecimiento en la
activación del sujeto y esto en relación con el rendimiento en cierto tipo de tareas, produce una sobre
activación traducida en el descenso del rendimiento. El ruido hace que la articulación en una tarea de
repaso sea más lenta, especialmente cuando se tratan palabras desconocidas o de mayor longitud, es
decir, en condiciones de ruido, el individuo se desgasta psicológicamente para mantener su nivel de
rendimiento.
Por supuesto que todos los efectos son directamente proporcionales al tiempo de exposición de la
persona.
Efectos en la atención
El ruido hace que la atención no se localice en una actividad específica, haciendo que esta se pierda en
otros. Perdiendo así la concentración de la actividad.
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Efectos en el embarazo
Se ha observado que las madres embarazadas que han estado desde comienzos de su embarazo en
zonas muy ruidosas, tienen niños que no sufren alteraciones, pero si la exposición ocurre después de los
5 o 6 meses de gestación, después del parto los niños no soportan el ruido, lloran cuando lo sienten, y al
nacer tienen un tamaño inferior al normal.
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TERAPÉUTICA AUDIOLÓGICA
UNIDAD 9
PROGRAMA
DESARROLLO
La formula De Sabine y Fowler sirvió durante años como sistema para el cálculo de las
incapacidades auditivas.
El método contempla los siguientes pasos:
Se buscan en la tabla los valores correspondientes a las frecuencias 500, 1000, 2000 y 4000 Hz.
Se suman los índices para cada oído por separado.
Se aplica la fórmula para las pérdidas biaurales.
En 1979 la A.M.A. publicó una modificación tendiendo a simplificar el método por recomendación de
A.A.O. (Academia Americana de Otorrinolaringología).
Las características fundamentales consisten:
Reconocimiento de una desventaja de 25dB (ISO)
Desaparición de los índices, suplantados por el promedio de las frecuencias 500, 1000, 2000 y
4000 Hz
Para mayor accesibilidad al método se introdujo una tabla en la cual en la intersección de la suma de la
pérdida del mejor oído con la suma del peor, se obtiene directamente el valor de la incapacidad
funcional, Este valor tiene que ser referido al 42% de la total obrera.
Con la tabla de doble entrada el resultado se obtiene de buscar el oído mejor en el eje horizontal y el
oído peor en el eje vertical. En dicha intersección se obtiene el valor.
Acumetría fónica:
Voz cuchicheada 30 dB
Voz normal 45 dB
Voz fuerte 60 dB
Examen audiométrico:
Tanto para la audiometría tonal como para la logoaudiometría podemos expresar la incapacidad auditiva
en porcentaje o en decibeles:
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