Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
Aspectos como estos en los que se evidencia el uso de la piedra, los sistemas de
canalización de aguas para organizar el riego y evitar la erosión, la generosidad de los espacios
comunes, la articulación entre viviendas, las terrazas para el cultivo y la limpieza de los
caminos, nos hablan de un grado de desarrollo importante en estos poblados y sobre todo, de un
modelo propio de organización de la vida colectiva. Buena parte de las construcciones eran
habitadas solamente en épocas de cosecha, especialmente en los climas templado y
cálido, mientras que otras, preferencialmente las de clima frío, eran lugar de residencia más
permanente.
Las construcciones más
importantes se
localizaban en el lugar
de residencia del Zipa
en Bacatá , en torno a la
vivienda del Zaque en
Hunza y allí donde
pernoctaba el gran
sacerdote
Sugamuxi, heredero de
Bochica, en el Templo
del Sol localizado en el
sector Mochacá de la
actual ciudad de
Sogamoso. De hecho, la
primera fundación
española de la Ciudad de Santa Fe, se verificó en el lugar donde se levantaba una de las casa de
descanso del Zipa, sitio que años más tarde sería conocido como el Chorro del Padre
Quevedo. En particular, el respeto por la topografía y el entorno, deberían ser pautas a tener en
cuenta.
El proyecto urbano promovido por los españoles para la ciudad colonial en tierras
americanas, tenía cuatro características básicas:
3. Las casas tenían a su interior huerto y solar y el centro de las viviendas estaba dado
por un patio igualmente rectangular, circundado por un corredor
4. La separación entre las razas de blancos españoles católicos, por un lado, e indios sin
alma, por el otro, debía ser estricta del todo, habitando unos y otros en espacios diferentes.
Los espacios naturales que rodean la ciudad, al estar por fuera del control de las recién
instaladas autoridades, son considerados como escenarios del pecado. Lo incontrolable y lo
desconocido que estaba en el río y el monte se aproxima al infierno, mientras que lo controlado
y conocido dentro del ámbito cuadriculado y militarizado de la ciudad, merece todas las
bendiciones del cielo.
A pesar de lo anterior, o precisamente por ello, desde los primeros años de la colonia se
hacen repetitivas las ordenanzas del cabildo, llamando a los ciudadanos para que impidan la
vagancia de sus cerdos y mulas por calles y plazas, limpien las acequias de los acueductos y
observen comportamientos más pulcros en el espacio público. Estos llamados al civismo, fueron
sistemáticamente incumplidos, tornándose de esa manera en monótono sonido que llovía inútil
sobre las recogidas e indolentes conciencias. En el período colonial la iglesia y la cruz serían de
tal importancia simbólica, que todo desarrollo urbano las tendría como punto de referencia
indispensable.
Para mantener la separación de nativos y españoles, se estableció que los primeros
deberían quedar recluidos en los Pueblos de Indios en los que aprenderán la doctrina cristiana,
mientas que los segundos, como hidalgos y buenos cristianos, habitarían en las Muy Nobles y
Leales Ciudades de Españoles.
Al comparar la organización general de las ciudades nobles de españoles (Popayán,
Pasto, Bogotá) , con la de las villas de vecinos libres (Sabanalarga, Barranquilla, Sincelejo), y
los pueblos de indios (de “doctrina” o “reducción”), observamos que:
La estructura física de la ciudad está determinada, entre otros elementos, por los usos
del suelo, las centralidades, los símbolos, y los ejes. La forma como se distribuyen y relacionan
esos usos en cada sector de la ciudad, y en la ciudad en general, influyen notablemente en los
niveles de orden y desorden ciudadanos, y en el tipo de conflictos que se desarrollan entre los
habitantes. Por ejemplo, cuando un uso residencial se ve agredido por usos comerciales que
alteran la tranquilidad, el medio ambiente urbano, y las circulaciones por el espacio público, se
generan fuertes conflictos.
Las centralidades
son áreas de la ciudad en
las cuales se concentran
de forma notable las
ofertas de bienes y
servicios comerciales,
culturales, educativos,
recreacionales, etc. A las
centralidades acuden
masivamente los
habitantes para acceder a
esos bienes y servicios,
dándose así una alta
presencia de población
flotante.
Los ejes son los
corredores viales,
peatonales, ciclísticos, o
ambientales, que existen para desplazarnos por la ciudad o disfrutar de ella. Ninguna ciudad
puede vivir y progresar, sin los cuatro elementos mencionados. Cuando los usos del suelo están
distribuidos de forma ordenada, las centralidades bien organizadas, los símbolos preservados y
exaltados, y los ejes bien construidos y localizados para que sirvan de conectores entre usos,
centralidades, y símbolos, decimos que tenemos una ciudad físicamente bien estructurada.
Cuando se dan situaciones contrarias, decimos que tenemos una ciudad físicamente
desestructurada. La estructuración física de la ciudad contribuye, sin ser el único factor, al
desarrollo de relaciones sociales constructivas. Y la estructura de las relaciones socioculturales
está determinada, en primer lugar, por las valoraciones compartidas que los habitantes tengan
con respecto a los componentes de la estructura física, y en segundo lugar, por la protección,
distribución y acceso democráticos que los habitantes tengan a los bienes públicos que
conforman la urbe.
https://laoriginalidadesvolveralorigen.files.wordpress.com/201
5/07/servicios_publicos.jpg
http://1.bp.blogspot.com/-
ImPYOXdW0a8/UPlzoDOrUXI/AAAAAAAAgN8/Pt_yMkU
pHnA/s400/Carnaval,+collage.jpg
http://hablemosdeculturas.com/wp-
content/uploads/2017/10/cultura-colombiana-2.jpg
http://2.bp.blogspot.com/-
RjbbeTNLyUg/USaXOKq1XYI/AAAAAAAAABI/vRbtkzqtJ
K8/s1600/beto.jpg