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El Estado1

Origen y evolución del concepto de Estado[editar]


En los Diálogos de Platón, se narra la estructura del Estado ideal, pero
es Maquiavelo quien introdujo la palabra Estado en su célebre obra El
Príncipe: usando el término de la lengua italiana «Stato», evolución de la
palabra «Status» del idioma latín.
Los Estados y soberanías que han tenido y tienen autoridad sobre los hombres,
fueron y son, o repúblicas o principados.
Maquiavelo, El Príncipe.
Si bien puede considerarse que el deseo de mandar es innato, el ser humano ha
civilizado el instinto de dominación, transformándolo en la autoridad. Y ha
creado el Estado para legitimarla.
Las sociedades humanas, desde que se tiene noticia, se han organizado
políticamente. Tal organización puede llamarse Estado, en tanto y en cuanto
corresponde a la agregación de personas y territorio en torno a una autoridad,
no siendo, sin embargo, acertado entender la noción de estado como única y
permanente a través de la historia.
De una manera general, entonces, puede definírsele como la organización en
la que confluyen tres elementos, la autoridad, la población y el territorio. Pero,
esta noción ambigua obliga a dejar constancia de que si bien el Estado ha
existido desde la antigüedad, sólo puede ser definido con precisión teniendo
en cuenta el momento histórico.
Del estado de la Antigüedad no es predicable la noción de legitimidad, por
cuanto surgía del hecho de que un determinado jefe (rey, tirano, príncipe) se
apoderase de cierto territorio, muchas veces mal determinado, sin importar el
sentimiento de vinculación de la población, generalmente invocando una
investidura divina y contando con la lealtad de jefes y jefezuelos regionales.
Así fueron los imperios de la antigüedad, el egipcio y el persa, entre ellos.
La civilización griega aportó una nueva noción de estado. Dado que la forma
de organización política que la caracterizó correspondía a la ciudad, la polis,
se acordaba a la población una participación vinculante, más allá del
sentimiento religioso y sin poderes señoriales intermedios. Además, estando
cada ciudad dotada de un pequeño territorio, su defensa concernía a todos los
ciudadanos, que se ocupaban de lo que hoy se llama el interés nacional.
En el régimen feudal prevalecieron los vínculos de orden personal,
desapareciendo tanto la delimitación estricta del territorio como la noción de
interés general. El poder central era legítimo pero débil y los jefes locales
fuertes, al punto que éstos ejercían atributos propios del príncipe, como
administrar justicia, recaudar impuestos, acuñar moneda y reclutar ejércitos.
Y, finalmente, el estado moderno incorpora a la legitimidad, heredada del
feudal, la noción de soberanía, un concepto revolucionario, tal como señala
Jacques Huntzinger,6 quien atribuye el paso histórico de una sociedad
desagregada y desmigajada, pero cimentada en la religión, a una sociedad de
estados organizados e independientes unos de otros.
Pero, este estado moderno, surgido de la aspiración de los reyes a
desembarazarse de los lazos feudales y de la jerarquía eclesiástica, el estado –
nación, la unión de un poder central, un territorio y una población alrededor
del concepto revolucionario de la soberanía, habría de conocer dos formas,
dos definiciones diferentes, la primera, el estado principesco y la segunda, el
estado democrático.
El estado principesco, se caracterizó por el poder personal ejercido
uniformemente sobre un territorio estrictamente delimitado. El príncipe era el
soberano, con atribuciones internas y externas. Dentro de su territorio, cobraba
impuestos y producía leyes de carácter general, aplicadas coercitivamente,
mediante el monopolio de la fuerza pública. Internacionalmente, representaba
y obligaba a su Estado.
Y el estado democrático, surgido de las revoluciones inglesa, norteamericana
y francesa, trasladó la soberanía del príncipe a la nación. Sus poderes fueron
asumidos por organismos surgidos de consultas a la población, mediante
reglas de juego previa y claramente definidas. Y al igual que en las polis
griegas, el sentimiento patriótico se desarrolló y con él los de pertenencia,
civismo e interés nacional.
Sea que se practique la democracia o sólo se adhiera verbalmente a ella, el
proceso histórico descrito ha llevado a la extensión del estado - nación como
forma política. Los principios desarrollados en Europa y Norteamérica se
propagaron con la descolonización producida durante el siglo XX y así, tal
como afirma Huntzinger, se “ha llegado a universalizar el modelo de estado –
nación de tal modo que el planeta, ahora, se encuentra poblado de estados.”
es la organización política, dotada de atribuciones soberanas e independiente,
que integra la población de un país.1 Hace referencia a la organización
social política, coactiva, coercitiva y económica, conformada por un conjunto
de instituciones, que tienen la atribución de regular la vida en sociedad.
Como término polisémico, designa también a todo
aquel país soberano, reconocido como tal en el orden internacional, así como
al conjunto de atribuciones y órganos de gobierno de dicho país.1
Todo Estado está dotado de territorio, población y soberanía.

El Estado y su importancia
Estado es un territorio y la población de un país o nación, y funciona a través
de un sistema de organización social, que procura mantener la paz y reducir
las desigualdades entre los ciudadanos, mediante el conjunto de poderes
públicos que están regidos por una Constitución y las leyes existentes. Para la
economía de un país es importante el estudio de las funciones del Estado y de
sus instituciones gubernamentales, que forman parte del convivir nacional, sin
embargo, el exceso de autoridad ha demostrado altos niveles de corrupción y
una administración poco eficiente de los recursos públicos. Es vital el estudio
del Estado y sus funciones con el mercado de bienes y servicios del sector
privado, para analizar las políticas económicas y los problemas institucionales,
evitando el déficit fiscal y los desequilibrios macroeconómicos en la
Administración Pública. El conocimiento sobre el funcionamiento del Estado
y de sus instituciones permite diseñar políticas públicas de calidad y resolver
sus problemas nacionales, para facilitar el desarrollo económico de un país y
su bienestar ciudadano. Para que se cumpla con las metas y objetivos
establecidos por la Administración Pública, es necesario que en un país se
respete y se cumpla con la Constitución y las leyes creadas para un orden
constituido. ¿El estudio de las funciones del Estado y de sus instituciones
mejora la situación económica y política de un país? ¿El respeto y
cumplimiento de la Constitución y de las leyes garantiza el bienestar
ciudadano?

Origen del Derecho


El origen del Derecho se basa en la necesidad impuesta por la condición social
del ser humano. La palabra Derecho se originó en el vocablo latino
“derectum” que significa recto, referido al fiel de la balanza, que mantiene en
equilibrio a ambos platillos, tratando de lograr un equilibrio entre los derechos
contrapuestos.

En toda comunidad surgen conflictos, y las normas que conforman el Derecho


tienen el objetivo de solucionarlos, por lo cual desde las más primitivas
sociedades humanas se requirió de ellas, para establecer jerarquías, división de
funciones, regulación de la vida sexual, resolución de disputas por bienes,
etcétera, hasta consolidar modelos de Estado como por ejemplo, la protección
de la protección privada en el capitalismo.

El sistema de normas, incluye los usos, las costumbres, las normas morales,
las religiosas, y las jurídicas, requiriéndose en este último caso, órganos
públicos encargados de su elaboración, aplicación y sanción.

Las primeras normas se transmitieron oralmente y conformaron el Derecho


Consuetudinario, para luego plasmarse en leyes escritas más seguras con gran
influencia de la religión, como las leyes de Moisés; y la moral (Ulpiano
nombra verdaderos preceptos morales integrando el concepto de Derecho:
Vivir en forma honesta, dar a cada cual lo que le corresponde y no producir
daño a los demás).

Los primeros códigos de leyes pertenecen a los sumerios, con asombrosa


sistematización. En Babilonia es especialmente importante por su antigüedad
y por mostrar el extremo rigorismo, propio de una civilización antigua y
vengativa, el Código de Hammurabi.
Sin embargo, será el Derecho Romano el que ofrezca una elaboración de
normas de Derecho privado, tan evolucionada y progresiva, que es sin duda la
gran fuente de los códigos civiles modernos.
La Ciencia Jurídica tiene una base por excelencia en la justicia, el derecho, y
las virtudes que la regulan. Justicia (virtud y esencia) y derecho
(hechos, normas, existencia) son nociones que están desde que el Derecho
como Ente (ciencia o disciplina jurídica) ) pudo haber nacido, y no hay más
diferencia entre ellos en el sentido de que ambos (justicia y derecho) forman
un solo Ente, indivisible y ontológico, "Derecho".
Así, mientras la Justicia es la esencia del Derecho; el derecho (normas y
hechos) es la existencia del Derecho."
La noción de Esencia, en latín "essentia", es uno de los fundamentos
primarios o básicos estudiados por aquella ciencia denominada Ontología.
Hablar de esencia, es hablar de aquello que todo Ente o Ser posee. De por sí,
es propiamente trascendental, pues nada puede darse, ni en la realidad ni en la
mente, si no posee alguna esencia.
Ahora bien, haciendo una evaluación impecable de la Naturaleza Ontológica
del Derecho, resulta necesario y a la vez complejo el poder determinar aquello
que pueda ser llamado "Esencia del Derecho", en latín "essentia iuris", esto
es, la unidad primordial del Derecho, el núcleo central o básico, el quid, el
meollo profundo sin el cual el Derecho no podría ser lo que es.
A través de una prudente investigación y búsqueda de tal essentia iuris, ha
sido posible determinar que efectivamente existe una noción universal en
donde se engloban todas las manifestaciones de lo jurídico que supone una
base indiscutible del sentido ontológico del Derecho.
Este principio esencial, el cual abarca dentro de sí todos los derechos que han
habido y son en el mundo, se llama "Justicia".
La Justicia es el principio fundamental de la moralidad, virtud entendida como
la aplicación escrupulosa de las normas que regulan las relaciones de los
individuos o grupos de individuos en cuanto partes del todo social. Ahora
bien, esta virtud tiene como objeto el Derecho.
El derecho objetivo supone un derecho subjetivo de la persona o sociedad a
quien se debe y que implica en los demás, la obligación moral a acatarlo.
Finalmente, el derecho natural y la ley natural son las que confieren el
derecho objetivo y subjetivo. La virtud de la Justicia, entonces inclina de un
modo permanente a las personas a dar a cada uno su derecho.
Cuando las distintas formas de Justicia cumplen su objeto, dando a cada uno –
personas, familias, sociedades intermedias y comunidad política- lo que le es
debido, su derecho, todos los sectores del Estado cumplen su misión y están
orgánica y jerárquicamente ubicados en el cuerpo social y, por eso mismo, se
logra el bien de la comunidad: el Bien Común.
El orden logrado por la Justicia, el orden justo de la sociedad y el bien común
son lo mismo, son denominaciones distintas que indican una misma realidad:
el orden logrado en la sociedad para conseguir su fin, el mismo fin que ostenta
el Derecho como disciplina jurídica.
Todo cuanto hay de verdadero, de noble, de justo, de puro, de amable, de
honorable, todo cuanto sea virtud y cosa digna de elogio, todo eso tenedlo en
cuenta (Sagradas Escrituras. Filipenses 4, 8). Aquello que es puro, virtud, no
es sino una esencia, la cual es materializada por su existencia, que se traduce
en actos y hechos.

La Justicia es la virtud básica de la convivencia social, y al decir que es una


virtud, nos estamos refiriendo a aquella pureza esencial que no tiene valor en
sí misma, sin
su existencia o materialización (hechos, normas). Esencia y Existencia forman
una unidad, inseparable, pues esencia y existencia no son dos "cosas", sino
dos "principios" de una sola cosa, "el Derecho", y están entre sí estrechamente
compenetrados.
El ente, cada ente, es unidad de esencia y existencia; pues
ninguna esencia puede darse en la realidad sin que tenga ser; sin que exista, ni
tampoco cabe que algo que realmente existe no tenga esencia alguna, no
consista en algo determinado.
El hombre es por naturaleza un ser social, que necesita de la sociedad para
alcanzar la perfección, tanto material como espiritual. Para que la sociedad
preste al hombre esta ayuda es necesaria la virtud de la justicia que regula las
relaciones humanas en la convivencia social, impera a cumplir los propios
deberes, a respetar los derechos ajenos y garantizar los propios.
La Ciencia Jurídica tiene una base por excelencia en la justicia, el derecho, y
las virtudes que la regulan. Justicia (virtud y esencia) y derecho (hechos,
normas, existencia) son nociones que están desde que
el Derecho como Ente (ciencia o disciplina jurídica) ) pudo haber nacido, y no
hay más diferencia entre ellos en el sentido de que ambos (justicia y derecho)
forman un solo Ente, indivisible y ontológico, "Derecho". Así, mientras
la Justicia es la esencia del Derecho; el derecho (normas y hechos) es la
existencia del Derecho.
El ámbito de la Justicia es la vida comunitaria; por eso es la gran ordenadora
de las relaciones sociales. Su misión es regular la reciprocidad de derechos y
deberes entre los hombres. La Justicia protege y garantiza los derechos y
deberes fundamentales, pues es su esencia, observa y juzga las condiciones
que afectan a los diversos sectores de la sociedad, vigila y guía la disparidad
de oportunidades económicas y orienta las circunstancias sociales de modo
que favorezcan la convivencia pacífica de los pueblos.
La Justicia Social sólo puede ser conseguida sobre la base del respeto de
la dignidad trascendente del hombre. La persona representa el fin último de la
sociedad, que está ordenada al hombre.
La Justicia es aquella esencia que nos lleva a comprometernos con el otro y
otros y que busca que la convivencia sea ecuánime y pacífica, donde juntos y
solos a la vez busquemos el bien común, la equidad y coherencia en la
sociedad, anhelo perenne del Derecho.
Seamos hombres con essentia iuris, pues el hombre justo se distingue por la
rectitud habitual de sus pensamientos y de su conducta con el prójimo
(Sagradas Escrituras. Levíticos 19, 15). "Siendo juez no hagas injusticia, ni
por favor del pobre, ni por respeto al grande, con justicia juzgarás al
prójimo"
Fuentes del derecho[editar]
Artículo principal: Fuentes del derecho

Primera página de la edición original del Código Civil Francés de 1804.


La expresión «fuentes del derecho» alude a los hechos de donde surge el
contenido del derecho vigente en un espacio y momento determinado. Son los
«espacios» a los cuales se debe acudir para establecer el derecho aplicable a
una situación jurídica concreta. Son el «alma» del derecho, son fundamentos e
ideas que ayudan al derecho a realizar su fin.28
La palabra fuente deriva del latín fons y en sentido figurado se emplea para
significar el «principio, fundamento u origen de las cosas materiales o
intramateriales», o como dice Villoro Toranzo, «sugiere que hay que
investigar los orígenes del derecho».12
En este sentido entendemos por fuente del derecho como todo aquello, objeto,
actos o hechos que producen, crean u originan el surgimiento del derecho, es
decir, de las entrañas o profundidades de la propia sociedad. Ahora bien, las
fuentes del derecho se clasifican por su estudio en:

 Fuentes históricas: son el conjunto de documentos o textos antiguos entre


libros, textos o papiros que encierran el contenido de una ley, por ejemplo
el Código de Hammurabi.
 Fuentes reales o materiales: conjunto de factores históricos, políticos,
sociales, económicos, culturales, éticos o religiosos que influyen en la
creación de la norma jurídica.29 Por ejemplo, a partir de un escándalo
político se crea la ley que regula el lobby; o a partir de un terremoto se crea
la ley que otorga beneficios a las zonas afectadas.

 Fuentes formales: conjunto de actos o hechos que realiza el Estado, la


sociedad, el individuo para la creación de una ley, ejemplo: El poder
legislativo. Esta fuente contiene:
 La costumbre.
 La doctrina.
 La jurisprudencia.
 Los principios generales del derecho.
 Los tratados internacionales.
 La legislación o la ley.

El derecho occidental (en el sistema romano germánico o sistema de derecho


continental) tiende a entender como fuentes las siguientes:

 La constitución: es la norma fundamental, escrita o no, de un Estado


soberano, establecida o aceptada para regirlo.
 La ley: es una norma jurídica dictada por el legislador. Es decir, un
precepto establecido por la autoridad competente, en que se manda,
prohíbe o permite algo en consonancia con la justicia y para el bien de los
gobernados.
 La jurisprudencia: se refiere a las reiteradas interpretaciones que de las
normas jurídicas hacen los tribunales de justicia en sus resoluciones, y
puede constituir una de las fuentes del derecho, según el país.
 La costumbre: es una práctica social arraigada, en sí una repetición
continua y uniforme de un acto al que se quiere otorgar valor normativo,
sin que forme parte del derecho positivo.
 El acto jurídico: es el acto de autonomía privada de contenido preceptivo
con reconocimiento y tutela por parte del orden jurídico.
 Los principios generales del derecho: son los enunciados normativos más
generales que, sin haber sido integrados al ordenamiento jurídico en virtud
de procedimientos formales, se entienden formar parte de él, porque le
sirven de fundamento a otros enunciados normativos particulares o recogen
de manera abstracta el contenido de un grupo de ellos.
 La doctrina: se entiende por doctrina a la opinión de los juristas
prestigiosos sobre una materia concreta, la que queda materializada en
ensayos, tesis o memorias, manuales, tratados, revistas científicas y
charlas.
Asimismo en el marco del derecho internacional, el Estatuto de la Corte
Internacional de Justicia en su artículo 38, enumera como fuentes:

 Los tratados
 La costumbre internacional
 Los principios generales de derecho
 Las opiniones de la doctrina y la jurisprudencia de los tribunales
internacionales, como fuentes auxiliares.
 Se reserva, a pedido de parte, la posibilidad de fallar «ex aequo et bono»
(según lo bueno y lo equitativo).
El sistema de fuentes aplicable a cada caso varía en función de la materia y el
supuesto de hecho concreto sobre el que aplicar una solución jurídica. Así, en
España, el sistema de fuentes para relaciones jurídicas en materia civil viene
recogido en el Código Civil y el sistema de fuentes para relaciones laborales
(que, por ejemplo, incluyen los convenios colectivos, como fuente de derecho
específica de las relaciones laborales) viene recogido en el Estatuto de los
Trabajadores.3

Concepto de fuente
Fuente es aquello que es origen de otra cosa, su causa, o de donde surge.
Así, un manantial es una fuente de agua, la pobreza es fuente de injusticias,
la ignorancia es la fuente de todos los males, las noticias se basan en distintas
fuentes de información, o sea que surgen de ellas. En los espacios públicos es
frecuente ver fuentes de donde brota agua, llamadas así pues de ellas emana el
líquido.
Se denominan fuentes en derecho aquellos hechos o actos que dan origen a las
normas jurídicas. Así hablamos de la fuente principal que es la ley, y de sus
fuentes complementarias, como la costumbre, la doctrina y la jurisprudencia,
que sirven sobre todo para la interpretación normativa. En los países del
Common Law, donde no hay derecho escrito la jurisprudencia es creadora, o
sea fuente directa de normas.
Las fuentes de las obligaciones en derecho, son aquellos hechos que hacen
nacer un vínculo obligacional (relación entre deudor y acreedor) por el cual el
acreedor puede exigir mediante una acción el cumplimiento de
la prestación debida. Esas fuentes son: las leyes, los contratos, los delitos, los
cuasicontratos y los cuasi delitos. Algunos autores incluyen como fuente, las
relaciones de familia, aunque otros las consideran incluidas dentro de la ley.
En Ciencias Naturales podemos hablar de fuentes de energía, para referirnos al
mismo significado, o sea de donde surge dicha energía siendo la más
abundante la energía solar. Fuente de electricidades aquello de donde ella
surge, alimentando a los aparatos eléctricos.
Se llaman fuentes bibliográficas, las referencias de textos, que se han tomado
en cuenta para elaborar un trabajo de investigación o monográfico, o un libro
o tratado.
En tipografía se llama fuentes a los diversos tipos de letra, diferenciados por
sus caracteres gráficos.

Otra acepción es como bandeja o plato de dimensiones un poco más grandes,


que se utiliza para servir el alimento a varias personas.

Las clases de fuentes, encuentran su regulación en el Código Civil.


Señala el artículo 1 del mismo:
1. Las fuentes del ordenamiento jurídico español son la ley, la costumbre
y los principios generales del Derecho.
2. Carecerán de validez las disposiciones que contradigan otra de rango
superior
3. La costumbre solo regirá en defecto de ley aplicable, siempre que no
sea contraria a la moral o al orden público y que resulte probada. Los
usos jurídicos que no sean meramente interpretativos de una declaración
de voluntad tendrán la consideración de costumbre.
4. Los principios generales del Derecho se aplicarán en defecto de ley o
costumbre, sin perjuicio de su carácter informador del ordenamiento
jurídico.
5. Las normas jurídicas contenidas en los tratados internacionales no
serán de aplicación directa en España en tanto no hayan pasado a formar
parte del ordenamiento interno mediante su publicación íntegra en el
B.O.E.
6. La jurisprudencia complementará el ordenamiento jurídico con la doctrina
que, de modo reiterado, establezca el Tribunal Supremo al interpretar y aplicar
la ley, la costumbre y los principios generales del Derecho.
Por tanto, clasificamos las fuentes de la siguiente forma:
FUENTES DIRECTAS
- La Ley
- La costumbre
- Los Principios Generales del Derecho
FUENTES INDIRECTAS
- La Jurisprudencia
- Los Tratados Internacionales
Esta tradicional clasificación de las fuentes que hace el Código Civil no se
corresponde, sin embargo, con la realidad del ordenamiento, entre otras razones
porque no se cita siquiera una fuente tan importante como son los reglamentos,
aunque se puede entender una alusión al hablar de disposiciones que
contradigan otras de rango superior. Por ello hay que entender el término “ley”
en el sentido de norma escrita, cualquiera que sea el órgano de que emane.
Por otro lado, el sistema de fuentes es hoy mucho más complejo que cuando se
redactó el Código Civil, complejidad que deriva no sólo del valor de la
Constitución como norma jurídica, sino también de la aparición de dos nuevas
clases de leyes, desconocidas hasta la Constitución de 1978: la Ley orgánica,
que se aplica para regular ciertas materias por su importancia, y la Ley de las
Comunidades Autónomas, que surge de haberse reconocido en ellas otra
instancia soberana de producción de Derecho. Por si esto fuera poco, la entrada
de nuestro país en las Comunidades Europeas ha supuesto la aplicación de un
nuevo ordenamiento conforme al cuál, a parte del valor de los tratados
internacionales, aparecen los reglamentos comunitarios, con vigencia directa e
inmediata en el Derecho español e incluso con valor superior al de nuestras
leyes, a las que derogan.
Un sistema de fuentes, de otro lado, supone la existencia de unas normas sobre
las mismas fuentes, que las ordenen o jerarquicen, asignando a cada su posición
dentro del conjunto. Esta función la cumplen los principios de jerarquía
normativa y el de competencia.
Según el primero de ellos, recogido en el artículo 9.3 Constitución, la norma
superior deroga a la inferior y la inferior es nula cuando contradice la superior.
El principio de competencia significa la atribución a un órgano concreto de la
potestad de regular materias o de dictar cierto tipo de normas con exclusión de
los demás órganos.
Por tanto, podemos establecer después de estas aclaraciones que el sistema real
de fuentes del derecho en nuestro país es el siguiente:
FUENTES DIRECTAS
- Primarias-
- La Constitución
- Ordenamiento comunitario
- Estatutos de Autonomía y Leyes Orgánicas
- Leyes ordinarias del Estado y de las Comunidades Autónomas;
Decretos leyes y Decretos legislativos
- Reales Decretos y Decretos autonómicos
- Órdenes de las Comisiones Delegadas del Gobierno
- Órdenes Ministeriales
- Disposiciones de Autoridades inferiores
- Secundarias-
- Costumbre
- Principios Generales del Derecho
FUENTES INDIRECTAS
- Tratados Internacionales
- Jurisprudencia

Fuentes reales. Las fuentes reales son aquellas que determinan el contenido
de las normas jurídicas. Estas fuentes están vinculadas con el abuso patronal,
de allí que los jus-laboristas hayan considerado como fuentes reales:

a) Las necesidades de la clase laborante.

b) La equidad.

No obstante lo anterior, Baltazar Cavazos Flores opina que tal clasificación es


un tanto incompleta, pues: deben considerarse como tales no sólo las
necesidades de los trabajadores y la equidad, sino también las “aspiraciones”
de los trabajadores y agregaríamos igualmente las “necesidades” de la clase
empresarial.

Fuentes históricas. Las fuentes históricas son aquellas que están integradas
por los documentos o libros que encierran el texto de una Ley o conjunto de
leyes, como por ejemplo: Las Institutas, el Digesto, etcétera.

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