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2017
Análisis comparativo de las técnicas de
creación de normas municipales en los países
del MerCoSur
Análisis Comparativo de las técnicas de creación de normas municipales en los países del
MerCoSur
Venida a menos en comparación con las funciones de los Diputados y Senadores, la función de
los concejales, a menudo, ha resultado pasar inadvertida para muchos ciudadanos que no
vislumbran el valor esencial que tiene este rol legislativo en la vida diaria de sus comunidades.
Desde el momento en que la idea comienza a danzar por la mente del legislador, o del
ciudadano que la propone, hasta convertirse en la norma que el Cuerpo Deliberativo emite, se
pone en marcha un engranaje que debate y analiza todas las aristas, variables e implicancias que
cada decisión tiene para el conjunto de la sociedad. Desde una ordenanza creando un impuesto o
cambiando el nombre de una calle hasta una comunicación pidiendo un informe al Departamento
Ejecutivo, las normas emitidas por los concejales llevan detrás todo un proceso que las hace
indispensables para el funcionamiento cotidiano de los pueblos, ocupando los vacíos que las
legislaciones de jerarquía superior no llegan a cubrir, dando la mirada cercana al ciudadano que las
normativas más generales pierden por la lejanía.
Es que, efectivamente, el concejal es la persona que está cerca del ciudadano común, es el
vecino que todos conocen y la puerta que pueden tocar para reclamar o requerir soluciones,
proponer ideas o debatir proyectos, sobre todo cuando las comunidades son pequeñas.
Todos los países del MerCoSur cuentan con legislación municipal que, con diferentes matices y
jerarquías, a través de esta investigación intentamos mostrar comparativamente, permitiéndonos
este proceso realizar un paseo pintoresco y colorido por las idiosincrasias latinoamericanas para
arribar a la política como eje de construcción de la ciudadanía en cada uno de los casos y eslabón
fundamental de conexión entre la actividad política y las necesidades de los ciudadanos de cada
pueblo.
Pero… ¿ocurre lo mismo en todos estos países? ¿Cómo son los mecanismos por los cuales se
producen las normas municipales en los países del MerCoSur? ¿Llegan los niveles de integración
regional a las normativas municipales? ¿Son similares los mecanismos utilizados como lo son sus
historias y evoluciones?
A lo largo de estas páginas, podrán los lectores encontrar información relacionada con la
temática, así como un recorrido por las instancias de construcción de las fuentes principales de
poder en los municipios y los alcances y limitaciones de la función del CONCEJAL en cada país, la
valoración de este rol en las distintas comunidades y el impacto social que tiene en la actualidad.
Capitulo 1: El proceso Legislativo Municipal en Argentina
“El concejal, edil, regidor – como se lo denomina en algunos ordenamientos jurídicos
comparados – es ante todo el representante político del vecindario, definido este por su
pertenencia a un territorio y al Gobierno del mismo, como tal, electo para canalizar las demandas
de los representados, en un cuerpo colegiado en el que se deciden las políticas locales”
(Pluvirenti,2009).
La función del concejal en nuestro país tiene múltiples facetas de análisis, es legislador
comunal, representante popular, consejero local y nexo irrevocable entre las necesidades de la
comunidad a la que representa y las respuestas que esta necesita. La actualidad política requiere
que se revise el alcance de esta función y se jerarquice su rol ante los ojos de la ciudadanía, para lo
cual se requiere el compromiso conjunto del pleno de los ciudadanos y del pleno de la comunidad
política.
Así, la Ley Orgánica de las Municipalidades de Buenos Aires, en su artículo 77 (Texto según Ley
13101), establece que las disposiciones que adoptará el Concejo se denominarán:
a) Ordenanza, si crea, reforma, suspende o deroga una regla general, cuyo cumplimiento
compete a la Intendencia Municipal. Las Ordenanzas serán consideradas ley en sentido
formal y material.
b) Decreto, si tiene por objeto el rechazo de solicitudes particulares, la adopción de medidas
relativas a la composición u organización interna del Concejo y en general, toda disposición
de carácter imperativo, que no requiera promulgación del Departamento Ejecutivo.
c) Resolución, si tiene por objeto expresar una opinión del Concejo sobre cualquier asunto de
carácter público o privado, o manifestar su voluntad de practicar algún acto en tiempo
determinado.
d) Comunicación, si tiene por objeto contestar, recomendar, pedir o exponer algo.
Mientras que Santiago del Estero, que fue el primer municipio de la república Argentina que
dictó su propia Carta Orgánica en el año 1961, reconoce como disposición máxima del Concejo a
las Ordenanza, dedicando sus arts 50º a 53º a la reglamentación de su formación.
Retomando, y para añadir un ejemplo más, encontramos que el art 33 inc b de la Carta
Orgánica de la Municipalidad de Centenario, provincia de Neuquén, establece que serán
atribuciones del Concejo Deliberante: Sancionar Ordenanzas, Resoluciones, Declaraciones y
Comunicaciones, en todo lo que es materia de competencia municipal.
De este modo, queda claro que las Ordenanzas resultan el atributo legislativo de mayor
envergadura en el orden municipal, y por ello nos concentraremos en el análisis de este tipo de
normativa para modelizar su proceso de formación.
En este punto, debemos aclarar que la naturaleza jurídica de las Ordenanzas cuenta con un
amplio debate respecto de si se trata de actos legislativos, reglamentarios o administrativos.
Mientras vasta jurisprudencia señala que se trata de leyes municipales, como en el caso Telefónica
de Argentina c/Municipalidad de Chascomus en el cual la Corte Suprema de Justica de la Nación
establece que existe un “ámbito de facultades, que por su naturaleza, son propias de los
municipios” (Fallos 320:619, Considerando 10º segundo párrafo), diversas legislaciones
provinciales admiten el tratamiento en el seno contencioso administrativo de recursos contra
odenanzas municipales, como es el caso de la justicia santafesina otorgando de este modo una
naturaleza administrativa a estas normativas.(DOMINGO, H.L y MOSCARIELLO, A.R, 2009).
Dentro de la Doctrina que defiende la postura de la ordenanza como ley, podemos citar a:
Horacio Rosatti, quien al distinguir los productos emergentes de la voluntad del Concejo
Municipal, claramente hace las siguientes diferencias:
a) Ordenanzas: Es la Ley local, en sentido material, como norma que establece disposiciones
de carácter general sobre temas de competencia municipal, y así puede regular una situación por
primera vez o reformar, suspender, derogar o abrogar una norma del mismo tipo dictada con
anterioridad
d) Declaración: moción destinada a reafirmar las atribuciones del Concejo, a expresar una
opinión del cuerpo respecto de un asunto de carácter público o privado, o a manifestar su
voluntad de realizar alguna actividad en tiempo determinado.
e) Comunicación: proposición destinada a recomendar, solicitar o requerir una actividad
concreta hacia otro órgano, o a manifestar deseo o aspiración al Concejo. De esta forma el autor,
deja bien en claro la diferencia entre la Ordenanza con el resto de los productos que surgen de la
labor del Concejo municipal.
Teniendo esto en claro, comenzamos analizando el puntapié inicial del mecanismo que es la
INICIATIVA LEGISLATIVA, potestad de los concejales, del Departamento Ejecutivo y del Pueblo en
su conjunto, reconocido en su derecho por la reforma constitucional de 1994 (art 39º CN,
Reglamentado por Ley Nacional 24747) para su aplicación a nivel nacional y provincial, tomado por
numerosas legislaciones municipales.
En efecto, no existe en la República Argentina imposibilidad alguna para los ciudadanos que
deseen presentar una iniciativa de ordenanza ante sus concejos deliberantes. No obstante,
encontramos distritos en los que, específicamente, se prevé que para presentar una iniciativa de
estas características, deberá contarse con la firma de un mínimo del 10% de los electores del
distrito para dar lugar al ingreso de la misma, salvo que fuera canalizada por una entidad de bien
público, a la cual se le reconoce la potestad para presentarla en representación de su comunidad
institucional. ( Art 38, inc. J, subinc.b, COM de Santiago del Estero, arts 182º y 183 COM de
Centenario, Neuquén). En la provincia de Buenos Aires, concretamente en el municipio de General
Alvarado, cualquier ciudadano puede peticionar ante sus autoridades, cumpliendo con el mandato
constitucional, por sí o en representación de vecinos. Esta petición ingresa al Honorable Concejo
Deliberante formando parte de un expediente administrativo que se inicia en la Secretaría del
Cuerpo, que ingresa al tratamiento deliberativo en la primera sesión ordinaria posterior a la
presentación y una vez ingresado (salvo pedido de tratamiento sobre tablas) pasa a las respectivas
comisiones para su debate por parte de los ediles.
Otro mecanismo de iniciativa popular en los municipios es el uso de la “BANCA DEL PUEBLO”
utilizada por ciudadanos en representación propia o de un cierto grupo de vecinos que expone una
problemática al Concejo al inicio de una sesión legislativa, contando con siete minutos de
exposición. La temática expuesta se desgrava y se constituye en un expediente que ingresa a las
comisiones correspondientes no pudiendo ser debatido ni respondido en esa misma sesión.
En cualquier caso, sea iniciativa del Departamento ejecutivo, del legislador comunal o de la
ciudadanía, el procedimiento inicial es el mismo: se formará un expediente con la iniciativa, el
cual tendrá ingreso en sesión deliberativa y podrá ser tratado sobre tablas o ingresará para su
tratamiento en las correspondientes comisiones.
En efecto, existen en el seno de los concejos deliberantes argentinos, una serie de Comisiones
parlamentarias cuyo objetivo es dar tratamiento a los expedientes conformados en base a las
iniciativas legislativas, solicitudes, presentaciones y requerimientos que se presentan
cotidianamente en sus oficinas. En el Consejo Deliberante de General Alvarado se llevan a cabo las
Comisiones de Obras Públicas; Acción Social; Presupuesto y Hacienda; Producción, Turismo y
Empleo; Seguridad; y Legislación. Cada una de ellas cuenta con un Presidente y un relator, quienes
deciden qué expedientes se tratan en cada reunión y realizan los despachos correspondientes
En caso de ser tratado sobre tablas, el expediente será leído en la sesión y debatido por los
concejales, previa aprobación del tratamiento. En tal caso, los concejales aprobarán o rechazarán
el proyecto por mayoría de votos.
En caso de ingresar a las comisiones respectivas, el expediente será analizado y debatido por
los legisladores y de ese debate se emitirá criterio el cual se expresará en un despacho de la
Comisión o Comisiones o en un despacho de los bloques políticos en caso de no haber llegado a un
acuerdo en las mismas. Ante esta circunstancia, los despachos serán leídos en la siguiente sesión y
serán sometidos a votación.
En todos los casos, sea con despacho o sin él, tratado sobre tablas o ingresado a comisiones,
cada proyecto presentado deberá ser tratado en sesión para ser aprobado. En los casos en que la
temática resulte controvertida y se presente un debate entre concejales de diferentes fuerzas
políticas, debemos destacar que el mismo no se realiza en forma de dialogo entre los ediles, sino
dirigiéndose al Presidente del Honorable Concejo Deliberante, quien actúa como moderador ante
las discusiones (PLUVIRENTI, 2009)
Agotado el debate, por moción del Presidente o de alguno de los concejales, el proyecto es
sometido a votación, la cual puede ser a viva voz, la cual se da generalmente cuando hay acuerdo
previo en la aprobación o denegatoria del proyecto; a mano alzada (por señas), donde se
contabilizan los votos a favor y en contra; o votación nominal, en la cual al ser nombrado por el
Secretario del Cuerpo, el concejal emitirá su voto afirmativo o negativo al respecto.
La mayor parte de las ordenanzas requieren mayoría simple para su aprobación, salvo los
casos comprendidos en los lineamientos orgánicos municipales que expresamente requieran de
los dos tercios de los votos para su consolidación, como son los casos de la contratación de
empréstitos, enajenación de bienes o determinar la necesidad de que una sesión sea realizada en
forma secreta (art 213º Constitución de la Provincia de Santiago del Estero; art 33º, 42º,120º,
157º, 175º, COM de Centenario, Neuquen; art 33º, 35º, LOM Dto Ley 6769/58)
Una vez aprobada una ordenanza por la mayoría de los miembros de Honorable Cuerpo, esta
es elevada al Departamento Ejecutivo para su promulgación, salvo decisión de veto por parte de
éste.
En caso de que el Intendente decidiera vetar total o parcialmente una ordenanza, la misma
regresará al legislativo municipal para su reafirmación, la cual requerirá del voto de los dos tercios
de los concejales. Caso contrario será aceptado el veto y la ordenanza será rechazada, no
pudiendo presentarse nuevamente para su tratamiento hasta el año siguiente. (Art 108º, LOM
Pcia Bs. As; art 34º Ley 8102, pcia de Córdoba, arts 42 y 43 COM de Centenario)
Las Ordenanzas que resultan de este proceso tienen fuerza de ley para la jurisdicción
municipal y su cumplimiento es obligatorio por parte de los ciudadanos; que su propuesta,
tratamiento y aprobación o rechazo constituyen la consolidación de la amalgama perfecta entre el
requerimiento observado en una comunidad y su respuesta política, siendo la pieza fundamental
del rol legislativo municipal que da vida al mecanismo democrático, participativo y representativo.
Cada Municipio dicta su propia Carta Orgánica bajo la normativa de la Ley Marco de
Autonomía y Descentralización “Andrés Ibáñez” decretada por el Presidente de la República en
2010 y la Ley nacional de gobiernos autónomos Nº 482.
Bolivia es un Estado Unitario, donde la fuente principal de legislación está constituida por las
atribuciones presidenciales en todo el territorio nacional, estableciéndose en el art 13º de la Ley
482 que la normativa municipal se hallará sujeta a la Constitución Política del estado
correspondiendo al Órgano Legislativo la jerarquía normativa de:
a)Ley Municipal sobre sus facultades, competencias exclusivas y desarrollo de las competencias
compartidas
Los proyectos de Ley, según iniciativa, deben cumplir diferentes requisitos para su
presentación al Concejo Municipal. Las iniciativas legislativas ciudadanas y del propio Concejo
deben contar con una exposición de motivos y la propuesta del texto normativo. Mientras que si la
iniciativa legislativa procede del Órgano Ejecutivo, se requerirá, además del texto normativo y la
exposición de motivos, de un informe técnico-legal de viabilidad requeridos.
Los Proyectos de Ley, cualquiera fuera la iniciativa, deben ser presentados al Concejo
Municipal, el cual recibirá el Proyecto de Ley a través de su directiva y ésta la remitirá a la
comisión correspondiente para su tratamiento. La Directiva del Concejo deberá informar en el
pleno de la Asamblea acerca de la recepción del Proyecto de Ley, su contenido y derivación del
proyecto a la comisión.
Cuando la comisión ha realizado el análisis del Proyecto y evidenciado que el mismo no procede,
emitirá un informe rechazándolo y sugiriendo otro tipo de tratamiento a la problemática
planteada. En ese caso el Órgano Ejecutivo Municipal a través del mecanismo normativo
establecido en su ordenamiento jurídico municipal (decretos o resoluciones) podrá analizar el
Proyecto y establecer su viabilidad si corresponde.
Una vez tratado en el Pleno del Consejo, convocado a Sesion para ello, el proyecto le lee y
debate para ser sometido a aprobación del conjunto del Cuerpo.
En forma previa a su promulgación el ejecutivo municipal podrá observar la Ley Municipal
sancionada y, con las observaciones hechas, deberá devolver la Ley para que el Concejo Municipal
las considere. El Concejo deberá revisar las observaciones hechas por el ejecutivo municipal.
Cumplida esa etapa podrá ajustar la Ley Municipal sancionada con las modificaciones o
complementaciones realizadas y enviarla nuevamente al ejecutivo municipal para su
promulgación. En caso de no encontrar fundamento en las observaciones hechas por el Órgano
Ejecutivo Municipal y ratificando el tenor íntegro de la Ley Municipal sancionada, el presidente del
Concejo Municipal promulgará la norma de acuerdo a lo previsto, dando cumplimiento al
Reglamento Interno del Concejo Municipal.
b) El Proyecto de Ley Municipal contará con un informe técnico-legal cuando sea iniciativa del
Órgano Ejecutivo Municipal.
e) En caso que transcurriesen treinta (30) días calendario, sin que la Comisión o Comisiones
correspondientes, se pronuncien sobre el Proyecto de Ley Municipal, podrá ser considerado por el
Pleno del Concejo Municipal, a solicitud de la Concejala o el Concejal proyectista, o del Órgano
Ejecutivo Municipal.
f) El Proyecto de Ley que hubiera sido rechazado en su tratamiento por el Concejo Municipal,
podrá ser propuesto nuevamente en la legislatura siguiente, siempre y cuando presente nuevos
elementos de discusión o se subsane las observaciones.
h) La Ley sancionada por el Concejo Municipal y remitida al Órgano Ejecutivo Municipal, podrá
ser observada por la Alcaldesa o el Alcalde en el término de diez (10) días calendario desde el
momento de su recepción. Las observaciones del Órgano Ejecutivo Municipal se dirigirán al Concejo
Municipal.
j) En caso de que el Concejo Municipal considere infundadas las observaciones, la Ley Municipal
será promulgada por la Presidenta o el Presidente del Concejo Municipal. Las decisiones del
Concejo Municipal se tomarán por mayoría absoluta del total de sus miembros.
k) La Ley Municipal que no sea observada dentro del plazo correspondiente, será promulgada
por la Alcaldesa o el Alcalde. Las Leyes Municipales no promulgadas por el Órgano Ejecutivo
Municipal en los plazos previstos en los numerales anteriores, serán promulgadas por la Presidenta
o el Presidente del Concejo Municipal.
Las Cámaras Municipales de Brasil tienen su origen en las tradicionales Cámaras Municipales
Portuguesas, existentes desde la edad Media. Su historia comienza en 1532, cuando San Vicente
es elevada a la categoría de Villa, sin embargo, regían para todo el territorio las mismas normas
que valáin para el Imperio Portugués. Con la Independencia de Brasil, la autonomía que poseían
las Cámaras Municipales se ve notablemente disminuida y resuardan la función ejecutiva y
legislativa a un mismo tiempo, eligiendo al Presidente de la Cámara como titular del
Departamento Ejecutivo. Con el advenimiento de la república, las Camaras son disueltas y hasta
1905 los gobiernos de los estados nombraran a los concejos de intendencia. Con la Revolución de
1930 se crean las prefecturas, a las cuales serán atribuidas las funciones ejecutivas y las Cámaras
pasaran a tener exclusivamente atribuciones legislativas. Cerradas durante la dictadura militar,
son reabiertas luego para tomar el rol que hoy poseen, sustancialmente alejado del de las cámaras
portuguesas, a pesar de su origen compartido, en cuanto que aquellas aún conservan atribuciones
de poder ejecutivo.
Los municipios en Brasil son autónomos y están autorizados a legislar en todo aquello que no
se oponga a la Cata Magna Nacional y a las leyes estaduales, en consonancia con lo que ocurre en
Argentina.
El ordenamiento jurídico del distrito de Venâncio Aires, por ejemplo reglamenta que “Los
proyectos, con una muestra clara de su objeto, serán articulados según las normas de la técnica
legislativa, redactados de forma clara y precisa, no pudiendo contener artículos con materia en
antagonismo o sin relación entre sí. Ningún proyecto será discutido y votado sin que haya habido
su publicación, por el plazo mínimo de setenta y dos horas, en el Mural del Ayuntamiento, salvo
acuerdo de Líderes” (Art 106º LOM Venâncio Aires, Brasil)
El proceso que convierte al proyecto en un acto normativo, al igual que en las legislaciones
municipales vistas hasta el momento, se inicia con la presentación del proyecto ante el Organo
Legislativo, en este caso, la Mesa de la Cámara Municipal.
Las Leis Ordinárias resultan análogas a las Ordenanzas Municipales y su iniciativa cabe a
cualquier miembro de la Cámara Municipal, una Comisión de la Cámara al Prefeito o a los
ciudadanos con un 5% de respaldo del electorado, de acuerdo a lo normado por las Cartas
Orgánicas de Porto Alegre, Saô Paulo y Venâncio Aires, existiendo casos en los que compete
exclusivamente al Prefeito la presentación del proyecto, como los de creación de empleos, cargos
y funciones públicas en el ejecutivo, aumento de sueldos o del gasto público. (Manual do Prefeito,
2009)
El proyecto de acto normativo, por su parte, está estructurado en tres partes básicas:
a) la parte preliminar, con el epígrafe, el menú, el preámbulo, el enunciado del
objeto y la indicación del ámbito de aplicación de las disposiciones
normativas;
b) la parte normativa, con las normas que regulan el objeto definido en la parte
preliminar;
c) la parte final, con las disposiciones sobre medidas necesarias para la aplicación
de las normas contenidas en la parte normativa, las disposiciones transitorias,
en su caso, la cláusula de vigencia y la cláusula de revocación, cuando
corresponda.
La normativa que rige el país es de carácter general para todos los municipios, sancionada por
el parlamento nacional y es la Ley Orgánica Municipal Nº 3966/2010 que en su art 20º determina
que el gobierno Municipal será ejercido por una Junta Municipal con funciones legislativas y una
Intendencia, con funciones administrativas.
a) Legislación;
b) Hacienda y Presupuesto;
c) Infraestructura Pública y Servicios;
d) Planificación, Urbanismo y Ordenamiento Territorial;
e) Salud, Higiene, Salubridad y Ambiente;
f) Educación, Cultura, Deporte, Turismo y Espectáculos Públicos;
g) Transporte público y Tránsito; y,
h) Desarrollo Productivo, Humano y Social.
La norma jurídica municipal de aplicación general con fuerza obligatoria en todo el municipio,
sancionada por la Junta Municipal y promulgada por la Intendencia Municipal, se denominará
Ordenanza, en tanto que la norma jurídica municipal de aplicación particular se denominará
Resolución (art 37º)
Con cinco días hábiles de antelación a la fecha del plenario para el tratamiento de la iniciativa,
se notificará a la comisión promotora para que asista a través de sus integrantes a la sesión, con
derecho a voz; pero sin voto. Los representantes de la comisión podrán solicitar el uso de la
palabra, exponer los fundamentos de la iniciativa y responder las objeciones y observaciones que
se hubieren planteado, conforme con los reglamentos de las respectivas Juntas.
En caso de veto parcial, si las objeciones fueren total o parcialmente aceptadas, la Junta
Municipal podrá decidir, siempre por mayoría absoluta, la sanción de la parte no objetada de la
norma, en cuyo caso, ésta quedará automáticamente promulgada.
Salvo las ordenanzas que poseen plazos especiales en la Ley, todo veto remitido por el
Intendente Municipal deberá ser tratado por la Junta Municipal en un plazo perentorio de
cuarenta y cinco días corridos. Cumplido este plazo sin que la Junta se pronuncie, el veto total
quedará firme y la Ordenanza o Resolución no será promulgada; si el veto fuere parcial, la
Ordenanza o Resolución quedará promulgada con las modificaciones introducidas.
Las organizaciones ciudadanas podrán solicitar a la Junta Municipal un espacio para efectuar
alguna exposición verbal ante las Comisiones Asesoras de la Junta Municipal que guarde relación
con algún punto del orden del día o bien tenga un interés relevante para su organización y para la
población en general. La participación en las Comisiones Asesoras se regirá por el reglamento
aprobado por la respectiva Junta Municipal. (art 72º)
Todo este proceso conjunto motiva la participación comunitaria en líneas generales dentro del
proceso normativo municipal constituyendo a los ciudadanos no como espectadores sino como
partícipes del procedimiento legislativo que les incumbe en relación a las mejoras de la calidad de
vida de sus ciudades. No obstante ello, de acuerdo al criterio expresado por la Profesora Sara
Villalba Portillo en su ponencia en el 9º Congreso Latinoamericano de Ciencia Política, organizado
por la Asociación Latinoamericana de Ciencia Política, lo normado no cuenta con un correlato
directo en la realidad del país y “desde la implementación de los mecanismos de democracia
directa consagrados como derechos políticos en la Constitución del Paraguay, aprobada en 1992,
hasta el momento ninguna ley en este país ha sido fruto de la iniciativa legislativa popular y se ha
realizado un único referéndum en un periodo de más de 70 años”.
Artículo 23.- Se denomina Ordenanza a toda norma jurídica municipal sancionada por la Junta
Municipal y promulgada por el Intendente. Las demás normas jurídicas municipales dictadas por
sus autoridades en el ejercicio de su competencia se denominarán resoluciones.
Artículo 25.- Aprobado un proyecto de Ordenanza por la Junta Municipal el mismo quedará
sancionado y, si el Intendente Municipal le prestara su aprobación, lo promulgará como Ordenanza
en el plazo de diez días hábiles de recibido. Si dentro de dicho plazo improrrogable, el Intendente
Municipal no lo objetare, la Ordenanza quedará automáticamente promulgada.
Artículo 26.- El Intendente Municipal podrá objetar total o parcialmente la Ordenanza expresando
sus fundamentos. Para el tratamiento de las objeciones, la Junta Municipal y la Intendencia
Municipal se ceñirán a lo establecido en los artículos 208 y 209 de la Constitución y las leyes
vigentes en la materia.
Artículo 27.- Las Ordenanzas promulgadas serán remitidas trimestralmente por el Intendente al
Gobierno Departamental correspondiente. El Gobierno Departamental deberá publicar
semestralmente una gaceta informativa con las Ordenanzas Municipales y Departamentales.
Artículo 28.- Las Ordenanzas tendrán fuerza obligatoria desde el día siguiente de su publicación
por la Municipalidad respectiva, si la misma no establece otro plazo. La Ordenanza reglamentará
la forma de publicación.
Artículo 29.- Los proyectos de Ordenanzas remitidos a la Junta Municipal por el Intendente serán
sancionados en un plazo de sesenta días corridos, sin contar el período de receso, salvo que hayan
sido devueltos por falta de tiempo para considerarlos. En caso contrario, se reputará que fueron
sancionados, y el Intendente los promulgará como Ordenanza.
Artículo 30.- Para modificar o revocar una Ordenanza, se observará el mismo procedimiento
establecido para su sanción.
Capitulo 5: El proceso Legislativo Municipal en Uruguay
La República Oriental del Uruguay se halla subdividida en 19 Departamentos, regidos por un
Intendente elegido por los ciudadanos mediante sufragio universal por un período de cinco años y
una Junta departamental de 31 miembros, llamados ediles, que actúa como poder legislativo
departamental. Dentro de cada departamento se constituyen municipios, en localidades de mas
de dos mil habitantes, los cuales hasta el año 2009 carecían de autonomía legislativa,
dependiendo de las Intendencias.
El gobierno de los municipios es ejercido por órganos de cinco miembros cuyo presidente
recibe el nombre de “alcalde” y los demás miembros de “concejales”, éstos se eligen por voto
directo de la ciudadanía en la misma oportunidad en la que se eligen Intendentes y Juntas
Departamentales.
El 15% (quince por ciento) de los ciudadanos inscriptos en una localidad o circunscripción
tendrá el derecho de iniciativa ante el Gobierno Departamental en los asuntos de su competencia.
Las firmas serán presentadas ante la Junta Departamental y posteriormente enviadas por ésta a la
Corte Electoral para su validación (art 16 Ley 19.272).
Una vez ingresado un proyecto de decreto o resolución, cuya facultad de iniciativa es casi
privativa de los ediles y el Intendente, el mismo es tratado en el seno de la Junta Departamental
para su resolución sin requerir paso por comisiones internas de cuya existencia no da cuentas la
legislación consultada.
Los decretos que sancione la Junta Departamental requieren para entrar en vigencia, la previa
promulgación por el Intendente. Este podrá observar aquéllos que tenga por inconvenientes,
pudiendo la Junta Departamental insistir por dos tercios de votos del total de sus componentes, y
en ese caso entrarán inmediatamente en vigencia.
Se debe tener en cuenta que en una misma jurisdicción, dadas las características
gubernamentales del país, pueden coexistir competencias de niveles nacional, departamental y
municipal.
La norma jurídica por excelencia emanada del Concejo Municipal en cumplimiento de sus
funciones se denomina Ordenanza.
El ordenamiento jurídico local que rige para todos los muniicpaios es la Ley Orgánica del Poder
Público Municipal (LOPPM), que en su art 75 establece que: “El Poder Público Municipal se ejerce a
través de cuatro funciones: la función ejecutiva, desarrollada por el alcalde o alcaldesa a quien
corresponde el gobierno y la administración; la función deliberante que corresponde al Concejo
Municipal, integrado por concejales y concejalas. La función de control fiscal corresponderá a la
Contraloría Municipal, en los términos establecidos en la ley y su ordenanza; y la función de
planificación, que será ejercida en corresponsabilidad con el Consejo Local de Planificación Pública.
Los órganos del poder público municipal, en el ejercicio de sus funciones incorporarán la
participación ciudadana en el proceso de definición y ejecución de la gestión pública y en el control
y evaluación de sus resultados, en forma efectiva, suficiente y oportuna, para lo cual deberán crear
los mecanismos que la garanticen”.
1. Cabildos abiertos.
2. Asambleas ciudadanas.
3. Consultas públicas.
4. Iniciativa popular.
5. Presupuesto participativo.
6. Control social.
7. Referendos.
8. Iniciativa legislativa.
9. Medios de comunicación social alternativos.
10.Instancias de atención ciudadana.
11.Autogestión.
12.Cogestión.
Por su parte, el art 265º insta al Concejo Municipal a abrir espacios de discusión e intercambio
con los ciudadanos para considerar los temas de interés social y comunitario. Para hacerlo, la
temática deberá estar detallada en el Orden del Día de la sesión correspondiente y en la misma, el
público asistente podrá formular preguntas, emitir opiniones y hacer proposiciones. El Concejo
Municipal deberá dar a los vecinos respuesta oportuna y razones a sus planteamientos y
solicitudes. También prevé que para la celebración de estas sesiones se convoque a organizaciones
de la comunidad de acuerdo a una ordenanza que habrá de emitirse para regular el procedimiento
que efectivice el ejercicio de este “deber legal” conforme lo determina el artículo.
Asimismo, el art 266º indica que “El Concejo Municipal deberá consultar a los ciudadanos y
ciudadanas y a la sociedad organizada, durante el proceso de discusión y aprobación de los
proyectos de ordenanzas, a los fines de promover la incorporación de sus propuestas. Esta consulta
se hará a través de diversas modalidades de participación, que garanticen una consulta abierta a
los efectos de aprobar su contenido, todo de acuerdo con lo establecido en su Reglamento Interior
y de Debates, y demás normativas relativas a la materia de participación. El incumplimiento de
este requisito será causal para la nulidad del respectivo instrumento jurídico”.
La iniciativa legislativa está reglamentada por el art 275º , el cual indica que “los ciudadanos y
ciudadanas, en un porcentaje no menor al cero coma uno por ciento (0,1%) de los electores del
Municipio, podrán presentar proyectos de ordenanzas o de modificación de las ya vigentes. Estos
proyectos de ordenanzas deberán ser sometidos a la consideración del Concejo Municipal para su
admisión o rechazo; previamente, el Concejo Municipal deberá fijar una reunión con los
presentadores de la iniciativa legislativa a fin de discutir su contenido. Una vez examinado el
proyecto, el Concejo Municipal deberá pronunciarse sobre su admisión o rechazo dentro de los
treinta días siguientes a su presentación. Admitido el proyecto, el debate del mismo deberá
iniciarse en un lapso de treinta días siguientes. Si el debate no se inicia dentro del lapso antes
señalado, el proyecto se someterá a consulta popular de conformidad con lo establecido en la
legislación electoral. El Concejo Municipal deberá motivar el rechazo a la iniciativa cuando sea el
caso”.
Al decir de Servio Paredes “Para la legislación local, se tienen que cumplir las fases de toda ley,
vale decir: Iniciativa legislativa, admisión del proyecto o anteproyecto, dos discusiones al menos y
en días diferentes, sanción, promulgación y publicación en gaceta oficial del municipio. Todo lo que
corresponde al régimen parlamentario, en aras de la elaboración de la ley municipal u ordenanza,
será fijado en el reglamento interior y de debates correspondiente, siempre con la participación
activa y protagónica del pueblo, para asegurar el parlamentarismo de calle y la consecuente
seguridad jurídica”(PAREDES, 2013)
El Tribunal Supremo de Justicia, en sentencias Nº 928, 2353, ambas del año 2001; en las
proferidas con Nº 246 y 254, ambas del año 2002, concluyó que el rango de las ordenanzas
siempre es el de una ley, dado que el poder del Municipio para dictarlas deriva de la Constitución
de la República Bolivariana de Venezuela, debiendo entenderse a las ordenanzas como ejecución
directa de ésta resultando éstas actos que sanciona el concejo municipal para establecer normas
de carácter de ley municipal, de aplicación general sobre asuntos específicos de interés local.
(LARA SALAZAR,2013)
Tanto el Texto Fundamental como la Ley Orgánica del Poder Público Municipal reconocen el
derecho de los ciudadanos a elevar peticiones y obtener respuesta pertinente.
Una vez que ha sido recibido por el concejo municipal, éste deberá fijar una oportunidad para
reunirse (audiencia) con los ciudadanos para discutir su contenido, lo que conllevaría a manifestar
por el órgano legislativo su admisión o no, debiendo producirse dentro de los treinta (30) días
siguientes a su presentación. La norma no indica si se trata de días hábiles o calendarios.
En caso de que sea negada la admisión, se pueden ejercer acciones judiciales ante la
jurisdicción correspondiente.
El rechazo por parte del concejo municipal acerca del proyecto deberá ser motivado
expresamente.
Admitido el proyecto el debate deberá iniciarse en un lapso no mayor de treinta (30) días
siguientes. De no ocurrir, el proyecto ha de someterse a consulta popular de conformidad con lo
previsto por la legislación electoral (nacional).
Las ordenanzas independientemente de quien las inició, para su aprobación, deberán recibir
dos discusiones, como mínimo y en días diferentes; se suelen tomar las normas constitucionales
establecidas para el Poder Legislativo Nacional para regular el proceso parlamentario local como
parámetros, al igual que las normas establecidos por el texto que regula el funcionamiento interno
de los concejos municipales, que suele denominarse como Reglamento de Interior y Debates.
(LARA SALAZAR,2013)
Este medio de participación ciudadana permite una estrecha vinculación entre ciudadanos-
funcionarios municipales lo que permite una mejor gestión, no solamente por aquello del principio
de corresponsabilidad, sino también profundiza la descentralización.
La Ley Orgánica del Poder Público Municipal permite al alcalde presentar proyectos de
ordenanzas con sus respectivas exposiciones de motivos.
La Constitución Nacional del país, establece que en los tres niveles políticos territoriales, es
decir, República, estados y municipios; los ciudadanos y algunas autoridades definidas pueden
elevar proyectos legislativos para su discusión por el órgano parlamentario, atendiendo el
principio de colaboración entre los poderes públicos para alcanzar los fines del Estado.
Una vez aprobada la ordenanza, el alcalde tiene capacidad de veto, salvo que la misma haya
sido producida mediante referéndum, en cuyo caso no existe posibilidad alguna de veto a la
norma.
Como hemos visto, existen algunas diferencias marcadas entre los ordenamientos jurídicos
municipales de los países del MerCoSur e incluso al interior de los mismos. Sin embargo, en el
análisis comparativo podemos encontrar una serie de elementos comunes que constituyen el
cuerpo del procedimiento de creación de normas municipales que podemos resumir en el
siguiente esquema:
De este modo, encontramos que en los municipios de los seis países, la ordenanza resulta ser
el instrumento jurídico de mayor jerarquía (salvo el caso de Uruguay donde toma el nombre de
decreto- ley de orden municipal).
Producida la aprobación de la norma, en todos los países, el ejecutivo municipal cuenta con
facultad de veto, resultando éste, el único punto en común sin excepciones en los municipios de
los seis países. Para ser rechazado ese veto, se requiere de un nuevo tratamiento en el seno del
Concejo y la reafirmación de la ordenanza por el voto de los 2/3 de los ediles; esto a excepción de
Bolivia y Brasil donde el Presidente del Concejo Deliberante tiene facultad de promulgación.
Conocer la idiosincrasia de cada comunidad sin dudas brinda un plus a los legisladores
municipales a la hora de elaborar los proyectos de ordenanzas que habrán de plasmar en sus
comunidades en un ordenamiento jurídico de base.
Coincidiendo con esta frase de Alexis de Tocqueville expresada en el clásico “La Democracia en
América”, estamos convencidos de que el pilar fundamental de la construcción democrática son
los municipios y dentro de ella los organismos legislativos, expresión máxima de la representación
democrática dentro de la jurisdicción comunal.
Cada país cuenta con características propias en el entramado legislativo municipal, pero todos
ellos comparten una característica esencial: la de contar con personas comprometidas con la tarea
política de representar a sus vecinos cercanos de manera responsable y articulada con la realidad
que les toca a diario, que los conmueve, contiene y da forma y contenido a su función.
En nuestro país, a esta labor primordial, que constituye un honor político y social, le falta el
acompañamiento de la comunidad, el compromiso solidario de cada uno de esos vecinos a los que
representa, quienes, en una era donde la actividad política se halla devaluada a manos del
pragmatismo y las prácticas mercenarias que la han convertido en un negocio más que una
vocación, no ven en sus concejales a aquellos ciudadanos que han sido elegidos para
representarlos sino a empleados que deben cumplir sus requerimientos sin importar cuáles sean.
El alto desconocimiento del rol del concejo deliberante y su función de ordenador jurídico local y
eslabón de enlace parlamentario entre la comunidad y las respuestas a sus necesidades hace que
se los considere únicamente como los receptores de todas las peticiones que la comunidad no
puede satisfacer ante otros ámbitos sociales o políticos. Es ahí donde el edil debe convertirse un
poco en maestro, psicólogo o abogado, y darles la respuesta que cada uno de ellos esta
esperando.
Tarea difícil y poco reconocida, pero fascinante, implica todo un desafío para quienes eligen
llevarla adelante con convicción, sin dejar de lado la pasión y el compromiso social que requiere.
Con coincidencias y diferencias, los países del MerCoSur expresan a través de sus municipios el
impacto de la actividad política en cada uno de ellos desde el contacto directo con sus
representantes.
Habiendo investigado este tema como piedra fundamental del ejercicio democrático, no
podemos dejar de observar que muchos de los cambios producidos en la legislación de los países
analizados, respecto de las autonomías municipales y la participación ciudadana, se dieron
alrededor del año 2009 (en Bolivia, Paraguay y Venezuela, por ejemplo), época coincidente con
una apertura de las comunidades del MerCoSur a política macro de integración que
evidentemente repercutieron en mejoras legislativas a este nivel las cuales apuntaron a otorgar
mayor descentralización a los municipios y marcado protagonismo a los ciudadanos, en la
búsqueda de la consolidación de un mecanismo de integración que avance, más allá de un
acuerdo económico, hacia la estructuración de un proceso de integración latinoamericana que
fortalezca las identidades de los países y sus comunidades en un proyecto común.
Este proceso, sin embargo, fue congelado desde el dos mil quince, frente al avance de políticas
de corte neoliberal en la región que entibiaron las iniciativas de profundización de un proceso real
de integración que incluya a los municipios de la región.
Como hemos visto en el recorrido realizado por las legislaciones municipales comparadas de
nuestros pueblos, hallamos un procedimiento estándar que apunta a fortalecer la autonomía de
los municipios, el rol de los ediles en cada comunidad y la participación de los ciudadanos como
fuente primordial del poder legislativo y contralor del ejercicio de los órganos municipales de
gobierno.
Fortalecer la idea de participación es el gran desafío que nos convoca, desde cada rincón de la
región, con el fin de obtener ese ingrediente indispensable en momentos en los que la actividad
política se encuentra en el ojo de la tormenta, víctima de la descalificación que, por accionar de
muchos actores políticos en la historia de nuestras comunidades y reforzada por estereotipos
sociales y mediáticos, la convierten en la actualidad en una función negativa antes que de mejora
sustancial y herramienta de transformación de la realidad por excelencia.
Este análisis espera ser un aporte a la construcción de ese proyecto integrador y de desarrollo
regional, que esperamos algún día se pueda consolidar verdaderamente.
Anexos
Provincia de Catamarca
Andalgalá (2005), Belén (2005), Fray Mamerto Esquiú (2004), Recreo (1995), San Fernando del
Valle de Catamarca (1993), Santa María (1995), Tinogasta (2005), Valle Viejo (1995).
Requiere un mínimo de 20 000 habitantes para dictar una carta orgánica (municipio de
primera categoría).
Comodoro Rivadavia (1999), Puerto Madryn (2010), Rawson (2005), Trelew (2002).
Provincia de Córdoba
Almafuerte (1996), Alta Gracia (1999), Arroyito (1998), Bell Ville (1994), Colonia
Caroya (2008), Córdoba (1995), Coronel Moldes (1995), Corral de Bustos-Ifflinger (1995), General
Cabrera (1995), Hernando (1995), Laboulaye (1996), La Falda (1995), Las Varillas (1995), Marcos
Juárez (2004), Morteros (1995), Río Ceballos (1995), Río Cuarto (1996), Río Tercero (2007), Villa
Allende (1995), Villa Carlos Paz (2007), Villa Dolores (1996), Villa María (1996), Villa Nueva (1995).
Provincia de Corrientes
Alvear (1996), Bella Vista (2010), Berón de Astrada (2011), Bonpland (2012), Caá Catí
(2010), Colonia Liebig (2013), Concepción del Yaguareté Corá (2012), Corrientes (1994), Cruz de los
Milagros (2012), Curuzú Cuatiá (1994), Empedrado (2010), Esquina (1994), Felipe
Yofre (2012), Garruchos (2012), Gobernador Ingeniero Valentín Virasoro (1994), Goya (2009), Itá
Ibaté (2012), Itatí (2010), Ituzaingó (2006), La Cruz (2007), Lavalle (2012), Lomas de
Vallejos (2008), Mburucuyá (2012), Mercedes (2008), Mocoretá (2012), Monte
Caseros (1994), Nueve de Julio (2012), Paso de la Patria, (2009), Paso de los Libres (1993), Pedro R.
Fernández (2008), Perugorría (2012), Saladas (2006), San Cosme (2009), San Luis del
Palmar (2008), Santa Ana de los Guácaras (2012), Santa Lucía (2008), Santa Rosa (2012), Santo
Tomé (1994), Sauce (2008), Tabay (2010), Villa Olivari (2008), Yapeyú (2012), Yatay Tí Calle (2012)
San Antonio Isla Apipé Grande dictó su carta orgánica en 2008 y fue suspendida por orden
judicial. La convención de San Carlos finalizó su trabajo en 2012 sin dictar una carta orgánica. Las
cartas orgánicas de Palmar Grande, y Ramada Paso no se pusieron en vigencia al no ser
terminadas en 2012. Colonia Libertad tuvo convención constituyente en 2008 y no se puso en
vigencia.
Requiere un mínimo de 10 000 habitantes estables para dictar una carta orgánica.
Provincia de Formosa
Requiere un mínimo de 1000 habitantes y que el Concejo Deliberante haya aprobado un plan
regular para dictar una carta orgánica.
Provincia de Jujuy
Libertador General San Martín (1988), Palpalá (1988), Perico (1988), San Pedro de
Jujuy (1988), San Salvador de Jujuy (1988).
Provincia de La Rioja
Establece que todos sus municipios deben tener una carta orgánica. La reforma de la
constitución provincial en 1998 anuló las cartas orgánicas existentes (la de Chilecito fue dictada en
1987), lo que se hizo efectivo al publicarse la ley Orgánica Municipal Transitoria Nº 6843 el 10 de
enero de 2000.
Provincia de Misiones
Requiere un mínimo de 10 000 habitantes para dictar una carta orgánica (municipio de
primera categoría).
Apóstoles (2010), Aristóbulo del Valle (2013), Eldorado (1990), El Soberbio (1990), Leandro N.
Alem (2001), Montecarlo (1994), Oberá (2013), Posadas (1988), Puerto Iguazú(1994), Puerto
Rico (2010), San Vicente.
Requiere un mínimo de 5000 habitantes para dictar una carta orgánica (municipio de primera
categoría).
Centenario (1996), Chos Malal (1995), Cutral Có (1995), Junín de los Andes (1998), Ciudad de
Neuquén (1995), Plaza Huincul (1988), Plottier (1995), Rincón de los Sauces (1998), San Martín de
los Andes (1989), San Patricio del Chañar (2004), Villa la Angostura (2009), Zapala (1994).
Requiere un mínimo de 2000 habitantes para crear un municipio, todos los cuales pueden
dictar una carta orgánica.
Allen (1989), CampoGrande (1998), Catriel (1991), Cervantes (2004), Chichinales (1991), Chimp
ay (1994), ChoeleChoel (2010), CincoSaltos (1991), Cipolletti (2001), Comallo(2002), Contralmirant
e Cordero (1996), Dina Huapi (2013), El Bolsón (2006), General Conesa (1990), General Fernández
Oro (1997), General Roca (1988), Ingeniero Luis A. Huergo (1990), Ingeniero Jacobacci
(1991), Lamarque (1992), Luis Beltrán (1991), Mainqué (1991), Maquinchao (1990), Ministro
Ramos Mexía (2012), Río Colorado (1990), San Antonio Oeste (1989), San Carlos de
Bariloche (1986), Sierra Grande (2006), Valcheta (1991), Viedma (1989), Villa Regina (1996).
Provincia de Salta
Requiere un mínimo de 30 000 habitantes para dictar una carta orgánica (municipio de
primera categoría).
Capital (1992), Caucete (2007), Chimbas (1992), Pocito (1996), Rawson (2006), Rivadavia (1992
), Santa Lucía (1992).
Requiere un mínimo de 1000 habitantes para crear un municipio, todos los cuales puden
dictar una carta orgánica.
Requiere un mínimo de 20 000 habitantes para dictar una carta orgánica (municipio de
primera categoría)
Añatuya (2007), Frías (1998), La Banda (2006), Santiago del Estero (1961), Termas de Río
Hondo (1992).
Requiere un mínimo de 10 000 habitantes estables para dictar una carta orgánica.
Provincia de Tucumán
Requiere un mínimo de 5000 habitantes estables en no más de 250 hectáreas y mínimo de 300
propiedades privadas para crear un municipio, todos los cuales pueden dictar una carta orgánica
(reforma constitucional de 2006).
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