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Diccionario enciclopédico

ilustrado de Traumatología

FELIPE BASTOS MORA


JOSÉ VALLE BURRIEL
© INSTITUTO MONSA DE EDICIONES SA

© JIMS PRAYMA ediciones S.L.

Primera edición, 2005


Segunda edición, 2007

ISBN 10: 84-96823-19-9


ISBN 13: 978-84-96823-19-8
Depósito Legal: B-28473-2007

Diccionario enciclopédico
ilustrado de Traumatología

FELIPE BASTOS MORA


Toda forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo se puede realizar con JOSÉ VALLE BURRIEL
la autorización de los titulares, excepto lo previsto por la Ley. Para fotocopiar o escanear fragmentos de esta obra, pón-
gase en contacto con CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos) - www.cedro.org
AGRADECIMIENTOS

Como de alguna manera hay que empezar, expresamos nuestro profundo


reconocimiento a los compañeros médicos que han cooperado, en buena medida, en
la consecución de la presente obra, contribuyendo con su colaboración a elevar su
indudable nivel científico.
Entre ellos, destacamos a L. Tresserra Llauradó, E. González Matheu y M.
Tresserra Massé, como autores del artículo “Traumatismos de la cara”, y, en la
misma línea, a Augusto Andrés Trías y Candy Semeraro, por el de “Traumatismos de
las partes blandas de las manos”.
En otro apartado, pero no menos importante, manifestamos nuestro agradeci-
miento a las entidades empresariales que aquí han colaborado de distinta forma.
Unas, al facilitarnos la tarea intelectual, proporcionándonos los materiales solicitados
para completar algunos trabajos pertenecientes a la obra, y otras por su generosa
aportación económica, que ha contribuido de manera significativa a que este diccio-
nario vea la luz en un plazo más breve, y cuya relación de nombres y demás datos
se exponen en página aparte destinada a tal fin.
Y ya, como final (last but not least), hacemos extensivo nuestro franco recono-
cimiento a MONSA PRAYMA, por el interés y desvelo personal evidenciado en nues-
tras relaciones durante el proceso de edición del diccionario, labor ésta para la que
disponen de especialización y experiencia necesarias, así como el rigor técnico
requerido por la complejidad de la obra.
PRÓLOGO

Entre los objetivos de esta obra se halla, principalmente, el que de forma más seleccionadas las personalidades más relevantes en el campo de la especialidad, y,
directa hace referencia a su denominación de diccionario. Es decir, el firme propósi- en especial, aquellos que figuran como epónimos de afecciones, síntomas, trata-
to de facilitar información válida sobre la diversidad y complejidad de los términos mientos, etc. A pesar del interés puesto en la selección, los autores de la obra son
empleados en traumatología, darles el significado preciso para su aplicación prove- conscientes de probables omisiones involuntarias, pero difíciles de justificar. Por anti-
chosa, partiendo de que las palabras son los únicos medios para expresar los con- cipado pedimos disculpas a quienes las detecten o consideren negativamente discri-
ceptos, y, de este modo, contribuir a evitar el desgaste y adulteración del lenguaje minados su país o su escuela, rogándoles que tengan en cuenta que toda selección
científico (vocablos deformados, adaptación inadecuada de voces de otras lenguas, implica, inevitablemente, una discriminación.
etc.), que, por desgracia, amenaza a la medicina de forma general y a la traumatolo- Partiendo de los puntos de vista señalados, los autores de este libro esperan
gía en particular. haber aportado su granito de arena, por pequeño que sea, al acervo de conocimien-
Pero la finalidad de este libro no se agota con su función etimológica como dic- tos que sirven -deben servir- para cimentar una disciplina médica auténticamente
cionario. El calificativo de enciclopédico implica una descripción de los temas abor- científica, muy por encima de una finalidad puramente práctica, basada en la correc-
dados, desde los diversos puntos de vista en que pueden abordarse; etimológico, ta ejecución de unas normas. “Ser traumatólogo es mucho más que saber manejar
semiológico, terapéutico, etc., compatible con el método expositivo más puro emple- adecuadamente placas y tornillos”, decía un venerado maestro de la vieja escuela.
ado en la especialidad. En este sentido de haberse limitado a elaborar un tratado ele- Al logro de este propósito con la presente obra deberá contribuir, por un lado, el matiz
mental de traumatología, disponiendo los temas por orden alfabético, en lugar de enciclopédico de la misma, que le permite abordar cada tema desde un punto de
hacerlo, como parece más lógico y es lo habitual, de acuerdo a la anatomía. vista que rebasa ampliamente la manera de entender la traumatología como pura
A esta posible objeción, los autores se permiten alegar algún argumento a su técnica. Y por otro, las características personales de los autores, desde muchos pun-
favor. En primer lugar, su propósito de facilitar información sobre muchos conceptos tos de vista distintas y divergentes, pero mutua y eficazmente complementarias entre
cuya descripción no es habitual en un tratado convencional sobre la materia, pero sí. Por parte de uno de ellos, la perspectiva que ofrece más de medio siglo de ejer-
que es interesante conocer y acerca de los cuales la presente obra pretende ofrecer cer la especialidad. Por parte del otro, la visión de un hombre joven inmerso de pleno
un acceso directo y fácil de obtener. Tal es el caso, valga como ejemplo, de los nom- en la lucha diaria que exige llevar a la práctica los conocimientos teóricos, hecho éste
bres propios, tan profusamente usados en traumatología, sin facilitar, en cambio, nin- que, como es sabido, se debate en el terreno “donde silban las balas”.
gún dato biográfico acerca de sus poseedores. Y lo mismo podría decirse de muchos Si en la persecución de estos objetivos los autores logran interesar y ser de uti-
otros temas marginales de la especialidad, mencionados, pero no descritos, en los lidad a sus lectores, se verán ampliamente complacidos y compensados de sus
tratados al uso. esfuerzos.
Tal vez sea éste el momento de insistir en el tema de los nombres propios, fun-
damentando en que afecta a personas y no a hechos. En el presente trabajo han sido FELIPE BASTOS MORA
PRÓLOGO

Entre los objetivos de esta obra se halla, principalmente, el que de forma más seleccionadas las personalidades más relevantes en el campo de la especialidad, y,
directa hace referencia a su denominación de diccionario. Es decir, el firme propósi- en especial, aquellos que figuran como epónimos de afecciones, síntomas, trata-
to de facilitar información válida sobre la diversidad y complejidad de los términos mientos, etc. A pesar del interés puesto en la selección, los autores de la obra son
empleados en traumatología, darles el significado preciso para su aplicación prove- conscientes de probables omisiones involuntarias, pero difíciles de justificar. Por anti-
chosa, partiendo de que las palabras son los únicos medios para expresar los con- cipado pedimos disculpas a quienes las detecten o consideren negativamente discri-
ceptos, y, de este modo, contribuir a evitar el desgaste y adulteración del lenguaje minados su país o su escuela, rogándoles que tengan en cuenta que toda selección
científico (vocablos deformados, adaptación inadecuada de voces de otras lenguas, implica, inevitablemente, una discriminación.
etc.), que, por desgracia, amenaza a la medicina de forma general y a la traumatolo- Partiendo de los puntos de vista señalados, los autores de este libro esperan
gía en particular. haber aportado su granito de arena, por pequeño que sea, al acervo de conocimien-
Pero la finalidad de este libro no se agota con su función etimológica como dic- tos que sirven -deben servir- para cimentar una disciplina médica auténticamente
cionario. El calificativo de enciclopédico implica una descripción de los temas abor- científica, muy por encima de una finalidad puramente práctica, basada en la correc-
dados, desde los diversos puntos de vista en que pueden abordarse; etimológico, ta ejecución de unas normas. “Ser traumatólogo es mucho más que saber manejar
semiológico, terapéutico, etc., compatible con el método expositivo más puro emple- adecuadamente placas y tornillos”, decía un venerado maestro de la vieja escuela.
ado en la especialidad. En este sentido de haberse limitado a elaborar un tratado ele- Al logro de este propósito con la presente obra deberá contribuir, por un lado, el matiz
mental de traumatología, disponiendo los temas por orden alfabético, en lugar de enciclopédico de la misma, que le permite abordar cada tema desde un punto de
hacerlo, como parece más lógico y es lo habitual, de acuerdo a la anatomía. vista que rebasa ampliamente la manera de entender la traumatología como pura
A esta posible objeción, los autores se permiten alegar algún argumento a su técnica. Y por otro, las características personales de los autores, desde muchos pun-
favor. En primer lugar, su propósito de facilitar información sobre muchos conceptos tos de vista distintas y divergentes, pero mutua y eficazmente complementarias entre
cuya descripción no es habitual en un tratado convencional sobre la materia, pero sí. Por parte de uno de ellos, la perspectiva que ofrece más de medio siglo de ejer-
que es interesante conocer y acerca de los cuales la presente obra pretende ofrecer cer la especialidad. Por parte del otro, la visión de un hombre joven inmerso de pleno
un acceso directo y fácil de obtener. Tal es el caso, valga como ejemplo, de los nom- en la lucha diaria que exige llevar a la práctica los conocimientos teóricos, hecho éste
bres propios, tan profusamente usados en traumatología, sin facilitar, en cambio, nin- que, como es sabido, se debate en el terreno “donde silban las balas”.
gún dato biográfico acerca de sus poseedores. Y lo mismo podría decirse de muchos Si en la persecución de estos objetivos los autores logran interesar y ser de uti-
otros temas marginales de la especialidad, mencionados, pero no descritos, en los lidad a sus lectores, se verán ampliamente complacidos y compensados de sus
tratados al uso. esfuerzos.
Tal vez sea éste el momento de insistir en el tema de los nombres propios, fun-
damentando en que afecta a personas y no a hechos. En el presente trabajo han sido FELIPE BASTOS MORA
A
AAOS.
AAOS. American Academy of nen muy escasa importancia y apenas 1) La superficie articular de la clavícula,
Orthopaedic Surgery. merecen ocupar un espacio en un tra- ligeramente convexa, está orientada
AAO
AAOT. Asociación Argentina de tado de traumatología. Menos aún lo oblicuamente hacia abajo y afuera, lo
Ortopedia y Traumatología. merecen las luxaciones —o subluxacio- cual facilita que se desplace hacia arri-
abarticular (del lat. ab, separación, y ar- nes— no traumáticas, como por ejem- ba cuando falla el sistema ligamentoso
ticular). Que no afecta una articulación, plo las congénitas, las producidas en la que la mantiene unida al acromion,
o está situado lejos de ella. vejez por alteraciones degenerativas de dando lugar a las luxaciones superiores,
abartrosis (del lat. ab, separación, y del las estructuras articulares o por proce- que son las más frecuentes, con gran di-
gr. arthron, articulación). Diartrosis. sos infecciosos agudos o crónicos, etc. ferencia respecto a las demás (fig. 1).
abducción, fractur
fracturaa por.
por. En general En el presente apartado se hace referen- 2) El sistema de unión entre la clavícula
esta definición se aplica a las fracturas cia exclusiva, por lo tanto, a las luxacio- y la escápula está representado por los
de cuello femoral supuestamente pro- nes agudas traumáticas de la articula- ligamentos acromioclaviculares, supe-
ducidas por un mecanismo de abduc- ción acromioclavicular. Una lesión rior e inferior, y por los ligamentos cora-
ción, con desviación en valgus de los poco frecuente y de escasa importan- coclaviculares, conoide y trapezoide
fragmentos. Pero es igualmente aplica- cia, que apenas amenaza la función del (fig. 2). En términos generales puede ad-
ble a cualquier fractura en que inter- hombro, pero que es necesario cono- mitirse que la rotura aislada de los pri-
venga el mismo mecanismo. cer, diagnosticar, valorar y —aunque no meros produce una luxación con poco
absorciometría.
absorciometría. Véase tomodensito-
tomodensito- siempre— tratar. desplazamiento, o si se prefiere, una
metría ósea en traumatología
traumatología. Principales características anatomo- subluxación. En tanto que la rotura de
acampsia (del gr. a, priv., y kampto, do- funcionales. La unión acromioclavicu- los ligamentos coracoclaviculares da
blar). Imposibilidad de flexionar una ar- lar es una artrodia. Es decir, una articu- lugar a una luxación completa.
ticulación. Rigidez o inflexibilidad de lación de escasa movilidad, formada 3) Los movimientos de esta articulación
un miembro. por dos superficies planas o ligeramen- son difíciles de describir en pocas pala-
acetábulo (del lat. acetabulum, vasito te convexas, cuyas características ana- bras y más aún de dibujar, pero son re-
para el vinagre). Nombre aplicado a las tómicas y funciones condicionan en lativamente fáciles de imaginar, tenien-
cavidades o depresiones de los huesos gran parte las posibilidades de luxación do en cuenta la movilidad general del
que recibían la cabeza de otro hueso. y su tratamiento. Son, principalmente, hombro. En cualquier caso, son movi-
Sin.: cavidad cotiloidea, cotilo. las siguientes: mientos de escasa amplitud, pero impor-
acromioclavicular
acromioclavicular.. Articulación entre el
Menisco Clavícula
acromion y la clavícula.
Luxaciones Ligamento
Definición y contenido del tema. acromioclavicular
No todas las lesiones traumáticas de la superior
articulación acromioclavicular son lu-
xaciones, ni todas las luxaciones son
de origen traumático. Las subluxacio- Acromion
nes o los simples esguinces son entida- Ligamento
des traumatológicas en el más riguroso acromioclavicular
sentido del concepto, y como tales fi- inferior
guran en muchas clasificaciones de es- Menisco
tas lesiones. Sin embargo, y con ánimo
de simplificar, las subluxaciones pue-
den ser descritas como luxaciones de
menor rango y características bien de-
finidas: rotura de los ligamentos acro-
mioclaviculares con integridad de los
coracoclaviculares. Y los esguinces tie- FIG. 1. Principales características anatómicas de la articulación acromioclavicular.
acromioclavicular 2 3 acromioclavicular

Ligamentos Ligamentos Mecanismos de producción. El más Clínica y diagnóstico. La forma de mantener la reducción hasta la cicatri- Ligamento A
trapezoides conoides frecuente —prácticamente el único— manifestarse estas lesiones son las pro- zación de los ligamentos lesionados, acromiocora-
coideo
es el que resulta de una fuerza que ac- pias de todo traumatismo importante empujando el brazo con el hombro ha-
túa desplazando el hombro (escápula y del hombro, con localización preferen- cia arriba y la clavícula hacia abajo.
húmero) hacia abajo, mientras el des- te a nivel de la unión acromioclavicular Para lograrlo se han ideado numerosos
plazamiento de la clavícula en la misma (dolor, impotencia funcional, etc.), a lo medios, desde el simple vendaje blan-
dirección queda limitado por la prime- cual hay que añadir la deformación vi- do, adhesivos o elásticos, hasta los
ra costilla (fig. 4). sible y palpable del hombro, a expensas aparatos ortopédicos más o menos so-
Anatomía patológica y clasificación del saliente o escalón que hace el extre- fisticados, pasando por los vendajes
anatomopatológica. Se admiten gene- mo luxado de la clavícula, así como la escayolados, fijos o amovibles. La ca-
ralmente diversos grados de desplaza- posibilidad de reducirse bajo la presión racterística común a todos ellos es ser-
miento de la clavícula respecto al acro- del dedo y volver a luxarse cuando la vir de muy poco, si es que sirven de
mion, que van desde el esguince a la presión cesa; es el conocido signo de la algo. En cualquier caso, debe optarse
Ligamentos
luxación completa, y que prácticamente tecla de piano. por los procedimientos más sencillos,
acromioclaviculares pueden reducirse a dos: la subluxación, El diagnóstico puede establecerse, por menos engorrosos y más fáciles de so- Ligamento acromiocoracoideo
con pérdida de contacto parcial entre los lo general, con suficiente margen de se- portar (fig. 5), que aparte de mantener la cambiado de inserción
B
dos huesos, y la luxación, con pérdida guridad a base de estos datos clínicos. luxación reducida, sirvan para aliviar el
total de contacto entre ambos. Como ya Pero debe completarse, lógicamente, dolor inicial. En general, no deben
FIG. 2. Principales medios de fijación entre
se ha dicho, la subluxación presupone la con radiografías en proyecciones ade- mantenerse más de dos o tres semanas.
la clavícula y la escápula. Ligamentos acromio- FIG. 4. Mecanismo de producción más fre-
claviculares y coracoclaviculares. rotura de los ligamentos acromioclavicu- cuadas. Entre otras razones, para poner Principales indicaciones del trata-
cuente de las luxaciones acromioclaviculares.
lares, con la integridad de los cleidoco- de relieve posibles lesiones óseas aso- Una fuerza actúa desplazando el hombro hacia
miento quirúrgico:
racoideos, y la luxación la rotura de am- ciadas. abajo. El desplazamiento de la clavícula en este 1) Los pocos casos de luxaciones irre-
tantes, de los cuales no se puede pres- bos. A esta lesión ligamentosa hay que Principios generales de tratamiento. sentido queda detenido por el contacto con la ductibles. En general, luxaciones «atípi-
cindir (fig. 3), lo cual tiene particular in- añadir en algunos casos el desgarro o la Como punto de partida importante para primera costilla. cas» posteriores o inferiores.
terés desde el punto de vista terapéutico, desinserción de las fibras musculares del abordar el tema puede decirse que no 2) Las luxaciones muy inestables con
deltoides o del trapecio. Igual-mente hay ningún tratamiento que resuelva el gran desplazamiento, deformidad visi-
pues significa la imposibilidad de recurrir
debe tomarse en consideración la posibi- problema de las luxaciones acromio- trastornos funcionales, por lo cual los ble pronunciada y probabilidad de crear
a la fijación definitiva de esta articulación dificultades funcionales.
lidad de fracturas asociadas de la propia claviculares de una manera completa resultados de su tratamiento suelen ser,
(artrodesis, osteosíntesis metálicas) y el clavícula, del acromion o del coracoides, desde el punto de vista anatómico. 3) Luxaciones inveteradas o antiguas,
en la mayoría de los casos, satisfacto-
riesgo de que falle cualquier medida de y en particular, los arrancamientos óseos Pero todos ellos juegan con un factor causantes de dolor importante por ar-
rios. La reducción no ofrece por lo re- FIG. 6. Reconstrucción de los ligamentos co-
fijación rígida, aunque sea provisional, en los puntos de inserción de los liga- importante a su favor, y es que estas le- trosis secundaria.
gular ninguna dificultad. Basta con ha- racoclaviculares mediante el ligamento acro-
con clavos, tornillos o placas. mentos coracoclaviculares. siones acarrean, por lo general, pocos Principales recursos quirúrgicos: mioclavicular desinsertado del acromion (A) e
cer presión sobre la clavícula luxada
1) Reducción operatoria. En los casos de incorporado a la inserción clavicular de los li-
para reponerla en su lugar. Lo difícil es luxaciones manualmente irreductibles. gamentos rotos (B). (Método de Neviasev y de
su contención, después de reducida. Abertura del foco, extirpación de los Wever y Dunn.)
Para ello se han propuesto numerosos meniscos, reducción a cielo abierto, su-
recursos, conservadores y quirúrgicos. tura de los ligamentos acromioclavicu-
A B Procedimientos conservadores. To- lares. mentos lesionados (acromioclavicula-
dos ellos tienen como objetivo común 2) Reparación inmediata de los liga- res y coracoclaviculares). En las luxa-
ciones recientes es el procedimiento
mejor, pero lamentablemente no es po-
A B
sible en muchos casos en que los liga-
mentos coracoclaviculares aparecen
deshilachados o rotos muy cerca de una
de sus inserciones, y la reconstrucción
de los acromioclaviculares no es sufi-
ciente para el objetivo propuesto.
3) Fijación rígida entre la clavícula y el
acromion o el coracoides (mediante
agujas de Kirschner introducidas en la
cavidad medular de la clavícula después
de atravesar el acromion, tornillos entre
la clavícula y la coracoides, etc.); artro-
desis acromioclavicular. Ninguno de es-
tos procedimientos puede emplearse
como solución definitiva por interferir en
la necesaria movilidad de la clavícula
respecto a la escápula. A lo sumo, pue-
den emplearse como medida transitoria
de fijación asociada a los procedimien-
FIG. 3. Principales movimientos útiles de la articulación acromioclavicular, dependientes del movimiento de la escápula. A) Movimiento de rotación so- FIG. 5. A) Método sencillo de inmovilización de la clavícula, para evitar el dolor y mantener la re- tos de reparación ligamentosa. Pero in-
bre un eje perpendicular, en los desplazamientos de la escápula en abducción-aducción. B) Movimientos de deslizamientos entre las superficies articula- ducción. B) El mismo vendaje pretende elevar el hombro, con el brazo, y presionar la clavícula ha- cluso de esta forma tiene limitaciones e
res, en los desplazamientos de la escápula en el plano horizontal (movimientos de separación y acercamiento al tronco). cia abajo. inconvenientes serios. La posible emi-
acromioclavicular 2 3 acromioclavicular

Ligamentos Ligamentos Mecanismos de producción. El más Clínica y diagnóstico. La forma de mantener la reducción hasta la cicatri- Ligamento A
trapezoides conoides frecuente —prácticamente el único— manifestarse estas lesiones son las pro- zación de los ligamentos lesionados, acromiocora-
coideo
es el que resulta de una fuerza que ac- pias de todo traumatismo importante empujando el brazo con el hombro ha-
túa desplazando el hombro (escápula y del hombro, con localización preferen- cia arriba y la clavícula hacia abajo.
húmero) hacia abajo, mientras el des- te a nivel de la unión acromioclavicular Para lograrlo se han ideado numerosos
plazamiento de la clavícula en la misma (dolor, impotencia funcional, etc.), a lo medios, desde el simple vendaje blan-
dirección queda limitado por la prime- cual hay que añadir la deformación vi- do, adhesivos o elásticos, hasta los
ra costilla (fig. 4). sible y palpable del hombro, a expensas aparatos ortopédicos más o menos so-
Anatomía patológica y clasificación del saliente o escalón que hace el extre- fisticados, pasando por los vendajes
anatomopatológica. Se admiten gene- mo luxado de la clavícula, así como la escayolados, fijos o amovibles. La ca-
ralmente diversos grados de desplaza- posibilidad de reducirse bajo la presión racterística común a todos ellos es ser-
miento de la clavícula respecto al acro- del dedo y volver a luxarse cuando la vir de muy poco, si es que sirven de
mion, que van desde el esguince a la presión cesa; es el conocido signo de la algo. En cualquier caso, debe optarse
Ligamentos
luxación completa, y que prácticamente tecla de piano. por los procedimientos más sencillos,
acromioclaviculares pueden reducirse a dos: la subluxación, El diagnóstico puede establecerse, por menos engorrosos y más fáciles de so- Ligamento acromiocoracoideo
con pérdida de contacto parcial entre los lo general, con suficiente margen de se- portar (fig. 5), que aparte de mantener la cambiado de inserción
B
dos huesos, y la luxación, con pérdida guridad a base de estos datos clínicos. luxación reducida, sirvan para aliviar el
total de contacto entre ambos. Como ya Pero debe completarse, lógicamente, dolor inicial. En general, no deben
FIG. 2. Principales medios de fijación entre
se ha dicho, la subluxación presupone la con radiografías en proyecciones ade- mantenerse más de dos o tres semanas.
la clavícula y la escápula. Ligamentos acromio- FIG. 4. Mecanismo de producción más fre-
claviculares y coracoclaviculares. rotura de los ligamentos acromioclavicu- cuadas. Entre otras razones, para poner Principales indicaciones del trata-
cuente de las luxaciones acromioclaviculares.
lares, con la integridad de los cleidoco- de relieve posibles lesiones óseas aso- Una fuerza actúa desplazando el hombro hacia
miento quirúrgico:
racoideos, y la luxación la rotura de am- ciadas. abajo. El desplazamiento de la clavícula en este 1) Los pocos casos de luxaciones irre-
tantes, de los cuales no se puede pres- bos. A esta lesión ligamentosa hay que Principios generales de tratamiento. sentido queda detenido por el contacto con la ductibles. En general, luxaciones «atípi-
cindir (fig. 3), lo cual tiene particular in- añadir en algunos casos el desgarro o la Como punto de partida importante para primera costilla. cas» posteriores o inferiores.
terés desde el punto de vista terapéutico, desinserción de las fibras musculares del abordar el tema puede decirse que no 2) Las luxaciones muy inestables con
deltoides o del trapecio. Igual-mente hay ningún tratamiento que resuelva el gran desplazamiento, deformidad visi-
pues significa la imposibilidad de recurrir
debe tomarse en consideración la posibi- problema de las luxaciones acromio- trastornos funcionales, por lo cual los ble pronunciada y probabilidad de crear
a la fijación definitiva de esta articulación dificultades funcionales.
lidad de fracturas asociadas de la propia claviculares de una manera completa resultados de su tratamiento suelen ser,
(artrodesis, osteosíntesis metálicas) y el clavícula, del acromion o del coracoides, desde el punto de vista anatómico. 3) Luxaciones inveteradas o antiguas,
en la mayoría de los casos, satisfacto-
riesgo de que falle cualquier medida de y en particular, los arrancamientos óseos Pero todos ellos juegan con un factor causantes de dolor importante por ar-
rios. La reducción no ofrece por lo re- FIG. 6. Reconstrucción de los ligamentos co-
fijación rígida, aunque sea provisional, en los puntos de inserción de los liga- importante a su favor, y es que estas le- trosis secundaria.
gular ninguna dificultad. Basta con ha- racoclaviculares mediante el ligamento acro-
con clavos, tornillos o placas. mentos coracoclaviculares. siones acarrean, por lo general, pocos Principales recursos quirúrgicos: mioclavicular desinsertado del acromion (A) e
cer presión sobre la clavícula luxada
1) Reducción operatoria. En los casos de incorporado a la inserción clavicular de los li-
para reponerla en su lugar. Lo difícil es luxaciones manualmente irreductibles. gamentos rotos (B). (Método de Neviasev y de
su contención, después de reducida. Abertura del foco, extirpación de los Wever y Dunn.)
Para ello se han propuesto numerosos meniscos, reducción a cielo abierto, su-
recursos, conservadores y quirúrgicos. tura de los ligamentos acromioclavicu-
A B Procedimientos conservadores. To- lares. mentos lesionados (acromioclavicula-
dos ellos tienen como objetivo común 2) Reparación inmediata de los liga- res y coracoclaviculares). En las luxa-
ciones recientes es el procedimiento
mejor, pero lamentablemente no es po-
A B
sible en muchos casos en que los liga-
mentos coracoclaviculares aparecen
deshilachados o rotos muy cerca de una
de sus inserciones, y la reconstrucción
de los acromioclaviculares no es sufi-
ciente para el objetivo propuesto.
3) Fijación rígida entre la clavícula y el
acromion o el coracoides (mediante
agujas de Kirschner introducidas en la
cavidad medular de la clavícula después
de atravesar el acromion, tornillos entre
la clavícula y la coracoides, etc.); artro-
desis acromioclavicular. Ninguno de es-
tos procedimientos puede emplearse
como solución definitiva por interferir en
la necesaria movilidad de la clavícula
respecto a la escápula. A lo sumo, pue-
den emplearse como medida transitoria
de fijación asociada a los procedimien-
FIG. 3. Principales movimientos útiles de la articulación acromioclavicular, dependientes del movimiento de la escápula. A) Movimiento de rotación so- FIG. 5. A) Método sencillo de inmovilización de la clavícula, para evitar el dolor y mantener la re- tos de reparación ligamentosa. Pero in-
bre un eje perpendicular, en los desplazamientos de la escápula en abducción-aducción. B) Movimientos de deslizamientos entre las superficies articula- ducción. B) El mismo vendaje pretende elevar el hombro, con el brazo, y presionar la clavícula ha- cluso de esta forma tiene limitaciones e
res, en los desplazamientos de la escápula en el plano horizontal (movimientos de separación y acercamiento al tronco). cia abajo. inconvenientes serios. La posible emi-
acromion 4 5 André

A garantías ofrecen de resultados defini- aféresis (del gr. apo, de, y aireo, quitar). la rótula, en casos de hipoplasia del los casos de indicación precisa e indis- amputación de Ricard. Desarticulación
tivos (fig. 7). Amputación. cóndilo femoral externo. Consiste en pensable. El cirujano deberá meditar intertibiocalcánea con astragalectomía
5) Extirpación del extremo de la clavícu- agmatología (del gr. agma, agmatos, frac- aumentar el saliente anterior de dicho siempre sobre tres problemas funda- y colocación del calcáneo en la morta-
la. Es probablemente la medida más re- tura, y logos, tratado). Suma de conoci- cóndilo introduciendo un injerto en mentales: salvar la vida, salvar el miem- ja tibioperonea.
solutiva y la más eficaz para suprimir mientos relativos a las fracturas. cuña en su base. (Véase en el artículo bro y salvar la función. Sin.: aféresis. amputación de Ritter.
Ritter. Véase amputa-
amputa-
una deformidad visible particularmente agonista (del gr. agonistes, combatiente). rodilla el apartado luxaciones traumáti- amputación cinemática, cineplástica. ción subperióstica.
escandalosa, y sobre todo para suprimir Músculo encargado del movimiento de cas de la rótula.) Amputación plástica en la cual se deja amputación de Syme. Desarticulación
el dolor, cuando es intenso y persisten- una parte y opuesto por un músculo an- Albee, sierra
sierra de. Sierra utilizada para la de tal modo el muñón que puede utili- de la garganta del pie con aplicación de
te. Encuentra especial indicación, por tagonista. obtención de injertos óseos. zarse como motor de los diferentes ele- colgajo plantar, modificada por Ollier,
este motivo, en los casos antiguos, inve- ahorcado,
ahorcado, fractur
fracturaa del. (En inglés, álgebra
álgebra quirúrgica. Reducción de las mentos del aparato protético. quien agrega al colgajo cutáneo el pe-
terados y con fenómenos de artrosis se- hangman’s fracture.) Descrita por pri- fracturas. Amputación de Vanghetti. riostio subcapsular.
cundaria. No acarrea limitaciones fun- mera vez por Haughton, en 1866, como algospasmo (del gr. algos, dolor, y spas- amputación circular
circular.. Amputación efec- amputación de Valle. Valle. Amputación a
cionales, o muy pocas. lesión propia de los ajusticiados por mos, contracción). Calambre o espasmo tuada por medio de un simple colgajo y la turca o plana, de urgencia, con sec-
acromion, fractur
fracturas.
as. Véase las fracturas ahorcamiento, y vuelta a describir bas- muscular doloroso. por un corte circular en dirección per- ción de todas las partes blandas a la
del acromion en el artículo escápula, tante más tarde, en 1913, por Wood- algostasis (del gr. algos, dolor, y stasis, pendicular al eje del miembro. misma vez.
B fractur
fracturas.
as. Jones, con más precisiones sobre las detención). Término introducido por amputación congénita. Amputación de amputación de Vanghetti.
Vanghetti. Amputación
acropatía amiotrófica. Afección carac- causas de la muerte por este castigo. Verneuil (1866) para designar la cesa- una extremidad fetal in utero causada cineplástica por tunelización, única o
terizada por atrofia muscular localizada Grogono, en 1954, hizo notar las ana- ción de dolor. Se observa en ciertos to- por una brida constrictora. Sin.: ampu- doble, del muñón.
en las extremidades, debido a una le- logías entre las lesiones de los ahorca- xicómanos y en algunos heridos a con- tación intrauterina. amputación de Wilms.
Wilms. Amputación en
sión nerviosa periférica. dos con las encontradas en algunos ac- secuencia del estado conmocional que amputación de Callander.
Callander. Amputación la que se cubre la superficie ósea con
Adair-Dighton,
Adair-Dighton, síndrome de. Véase cidentes de tráfico. Garber, en 1964, la resulta del traumatismo. plástica del fémur, recubriendo el mu- un colgajo tendinoso.
osteogénesis imperfecta. llamó «espondilolistesis traumática del Álvarez
Álvarez Cambras,
Cambras, método de. Método ñón óseo con la rótula. amputación en guillotina. Amputación
Adamkiewicz, arteria de (de Albert axis», y Schneider, en 1965, le dio el para el tratamiento de las seudoartrosis, amputación de Carden. Amputación sin colgajo, en la que se cortan las par-
Adamkiewicz, patólogo polaco, 1850- nombre de hangman’s fracture, con el basado en el empleo de fijadores exter- con un solo colgajo del muslo inmedia- tes blandas y el hueso al mismo nivel.
1921). Principal vía de aporte sanguí- que todavía se la conoce. En realidad, nos con clavos transfixiantes múltiples, tamente por encima de la rodilla. amputación espontánea. Pérdida de
neo al raquis torácico. (Véase en el artí- «hangman», en inglés, no es ahorcado, según el modelo elaborado por este au- amputación de Chopart. Amputación una parte de un miembro ocurrida sin
culo r aquis, traumatismos,
traumatismos, lesiones sino verdugo. Pero quien padece la tor, y con los cuales es posible ejercer mediotarsiana del pie, que conserva el intervención quirúrgica ni por cualquier
neurológicas.)
neurológicas. fractura es el ahorcado, por lo cual la una compresión mutua enérgica y gra- calcáneo y el astrágalo. Sin.: exarticula- otro medio, como, por ejemplo, en la
adaptación, síndrome de. Descrito por traducción generalmente adoptada en duada entre los fragmentos y el trans- ción intertársea posterior. lepra, por la gangrena.
FIG. 7. Método de Bailey para descenso (A) y
fijación (B) de la clavícula mediante los múscu- Selye como respuesta inespecífica del castellano —o en francés, fracture du porte de un segmento diafisario para amputación de Dupuytren. Véase am - amputación intrauterina.
intrauterina. Amputación
los del ramillete coracoideo insertados en ella organismo a diferentes tipos de agresión pendu— parece más acorde con lo que cubrir pérdidas de sustancia. (Véase putación de Lisfranc.
Lisfranc. congénita.
con un fragmento de la coracoides. y entre ellas la traumática o el dolor cau- pretende significar. seudoartrosis tratamiento.)
seudoartrosis, amputación de Far Farabeuf.
abeuf. Amputación amputación may may or.
or. Amputación a tra-
sado por los traumatismos. Se inicia por Aiello, Carlos. Distinguido cirujano or- Allende, Guillermo. Distinguido ciruja- de la pierna en el «lugar de elección» vés de los huesos largos de las extremi-
un aumento de la secreción de la hor- topédico y traumatólogo argentino no ortopédico y traumatólogo argenti- con gran colgajo externo. dades superiores o inferiores.
gración de los clavos intraclaviculares al mona adaptativa (ACTH), que a su vez (1917-1993). Profesor titular de la espe- no, profesor de la Universidad de amputación de Gritti-Stokes. amputación osteoplástica. Aquella en
mediastino, y lo que es más frecuente, la estimula la secreción de otras hormonas cialidad en la Universidad de Buenos Córdoba (Argentina). Falleció en 1973, Amputación osteoplástica supracondí- la que se ponen en contacto dos super-
osteólisis en torno al material metálico, por parte de las suprarrenales. Evolucio- Aires y presidente de la Asociación Ar- después de haber creado una importan- lea, en la que se conserva la rótula para ficies del hueso, seccionadas.
que anula el efecto propuesto con el na, esquemáticamente, en tres fases: 1) gentina de Ortopedia y Traumatología. te Escuela de Especialistas y haber pre- que tome contacto con la superficie de amputación subastragalina.
subastragalina. Véase am-
am-
método y es causa de dolor y otros in- «Reacción de alarma» con taquicardia, aire pendular.
pendular. Trastorno grave de la fun- sidido la Asociación Argentina de sección del fémur. putación de Malgaigne.
convenientes. hipertonía, sudoración, temblores mus- ción respiratoria que consiste en el paso Ortopedia y Traumatología. amputación de Guyon.
Guyon. Amputación de amputación subperióstica. Aquella en
4) Sustitución de los ligamentos cora- culares, mayor concentración hemática de aire de un pulmón al otro con los Allis, maniobr a de (de Oscar la pierna por encima de los maléolos. que la sección ósea se cubre con un
coclaviculares. Para ello se dispone de y aumento de la permeabilidad capilar. movimientos de inspiración y espira- Huntington Allis, cirujano estadouni- amputación de Hancock.
Hancock. Amputación colgajo perióstico. Sus ventajas son: a)
diversos recursos, que dependen princi- 2) «Fase de adaptación», o de resisten- ción, como consecuencia de un volet dense, 1833-1921). Maniobra para la semejante a la de Pirogoff, en la que se cierre rápido del orificio óseo; b) con-
palmente del material de sustitución es- cia, con hiperglucemia, aumento de la costal. (Véase torácicos, traumatis
traumatis-- reducción de la luxación posterior de conserva una parte del astrágalo. serva mejor las inserciones musculares,
cogido: secreción urinaria y eliminación de las mos.)
mos la cadera. Sujeto en decúbito supino, amputación de Le Fort. Fort. Modificación y c) permite una mejor irrigación del ex-
a) Material inerte. Hilos metálicos, seda, hormonas suprarrenales. 3) Si la acción Albee, Fred
Fred Houdlett. Cirujano estado- sobre la mesa o el suelo del quirófa- del método de Pirogoff, en la cual el tremo óseo. Sin.: amputación de Ritter.
carbono, nailon, mersilene, etc. De nin- del estímulo continúa, se llega a la «fase unidense de Nueva York (1876-1945). no. Cadera y rodilla dobladas en án- calcáneo es seccionado horizontalmen- osteoplás-
amputación tibiocalcánea osteoplás-
guno de ellos puede esperarse, a la lar- de agotamiento», que puede conducir a Describió varias operaciones, que hoy gulo recto. Un ayudante sujeta fuerte- te en lugar de transversalmente. tica. Amputación de Pirogoff.
ga, resultados definitivos. la muerte (shock irreversible, en el caso se conocen por su nombre, para el trata- mente la pelvis. El cirujano ejerce amputación de Lisfranc.
Lisfranc. Amputación anarrexis (del gr. ana, de nuevo, y rexis,
b) Material orgánico homoplástico. de los traumatismos). miento de la luxación habitual o recidi- tracción sobre la pierna hacia arriba de Dupuytren; desarticulación de los rotura). Fractura quirúrgica de un hueso
Ten- dones, tiras de fascia lata, etc. Los Addson, pinzas de. Pinzas especiales vante de rótula, la rigidez de rodilla (ar- mientras imprime un movimiento de huesos del metatarso del tarso. Sin.: viciosamente consolidado de una frac-
resultados previsibles no son mucho atraumáticas sin dientes, aconsejadas trólisis con interposición de grasa entre aducción y rotación interna. exarticulación metatársea. tura anterior.
mejores que con los materiales extra- para la reparación de las secciones ten- la patela y el fémur), las fracturas del Allis, signo de. En caso de fractura del amputación de Mackenzie.
Mackenzie. Amputación André Nicolás. Médico francés (1658-
ños. dinosas. (Véase en el artículo mano, cuello del fémur con necrosis de la ca- cuello del fémur, la fascia entre el tro- análoga a la de Syme, en la que el col- 1742). Decano de la Facultad de
c) Ligamentoplastia con material to- traumáticas de los tendo-
lesiones traumáticas tendo- beza, mediante extirpación de la misma cánter mayor y la cresta del coxal apa- gajo se toma del lado interno del tobillo. Medicina de París. Acuñó el término
mado in situ. Colgajo tendinoso toma- nes.)
nes. y osteotomía de apoyo del muñón del rece menos tensa que normalmente. amputación de Malgaigne. Amputación «ortopedia» y fue autor del primer libro
do del «ramillete coracoideo», inverti- aducción, fractur
fractura a por.
por. Definición apli- cuello en la cavidad cotiloidea, artrode- amiotrofia. Véase atrofia muscular.
muscular que conserva el astrágalo en el muñón. dedicado exclusivamente a esta espe-
do y fijado a la clavícula. Utilización cada en general a las fracturas de cuello sis extraarticular de la cadera, artrodesis amputación (del lat. amputare, cortar). Sin.: amputación subastragalina. cialidad, editado en 1741:
del ligamento acromiocoracoideo (fi- femoral supuestamente producidas por de la columna vertebral mediante injer- Separación de un miembro o de parte amputación de Pirogoff. Amputación L’orthopeddie; l’art de prevenir et corri-
gura 6). Trasposición a la clavícula del un mecanismo de aducción, con des- to intraespinoso, etc. del mismo del resto del organismo me- tibiocalcánea osteoplástica. Existen nu- ger dans les enfants les defformities du
extremo de la coracoides con los mús- viación en varo. También es igualmente Albee, operación
operación de (de Fred Houdlett diante la exéresis parcial o total. La ci- merosas modificaciones conocidas con corps, ilustrado con un dibujo represen-
culos insertados en ella. Son, proba- aplicable a cualquier fractura en que in- Albee). Operación para el tratamiento rugía de las amputaciones es mutilado- nombres diversos: amputaciones de tando un árbol joven de tronco retorci-
blemente, los métodos que mayores tervenga el mismo mecanismo. de la luxación recidivante o habitual de ra por definición y debe efectuarse en Guyon, Hancock, Le Fort, Ricard, etc. do, atado a una estaca recta para corre-
acromion 4 5 André

A garantías ofrecen de resultados defini- aféresis (del gr. apo, de, y aireo, quitar). la rótula, en casos de hipoplasia del los casos de indicación precisa e indis- amputación de Ricard. Desarticulación
tivos (fig. 7). Amputación. cóndilo femoral externo. Consiste en pensable. El cirujano deberá meditar intertibiocalcánea con astragalectomía
5) Extirpación del extremo de la clavícu- agmatología (del gr. agma, agmatos, frac- aumentar el saliente anterior de dicho siempre sobre tres problemas funda- y colocación del calcáneo en la morta-
la. Es probablemente la medida más re- tura, y logos, tratado). Suma de conoci- cóndilo introduciendo un injerto en mentales: salvar la vida, salvar el miem- ja tibioperonea.
solutiva y la más eficaz para suprimir mientos relativos a las fracturas. cuña en su base. (Véase en el artículo bro y salvar la función. Sin.: aféresis. amputación de Ritter.
Ritter. Véase amputa-
amputa-
una deformidad visible particularmente agonista (del gr. agonistes, combatiente). rodilla el apartado luxaciones traumáti- amputación cinemática, cineplástica. ción subperióstica.
escandalosa, y sobre todo para suprimir Músculo encargado del movimiento de cas de la rótula.) Amputación plástica en la cual se deja amputación de Syme. Desarticulación
el dolor, cuando es intenso y persisten- una parte y opuesto por un músculo an- Albee, sierra
sierra de. Sierra utilizada para la de tal modo el muñón que puede utili- de la garganta del pie con aplicación de
te. Encuentra especial indicación, por tagonista. obtención de injertos óseos. zarse como motor de los diferentes ele- colgajo plantar, modificada por Ollier,
este motivo, en los casos antiguos, inve- ahorcado,
ahorcado, fractur
fracturaa del. (En inglés, álgebra
álgebra quirúrgica. Reducción de las mentos del aparato protético. quien agrega al colgajo cutáneo el pe-
terados y con fenómenos de artrosis se- hangman’s fracture.) Descrita por pri- fracturas. Amputación de Vanghetti. riostio subcapsular.
cundaria. No acarrea limitaciones fun- mera vez por Haughton, en 1866, como algospasmo (del gr. algos, dolor, y spas- amputación circular
circular.. Amputación efec- amputación de Valle. Valle. Amputación a
cionales, o muy pocas. lesión propia de los ajusticiados por mos, contracción). Calambre o espasmo tuada por medio de un simple colgajo y la turca o plana, de urgencia, con sec-
acromion, fractur
fracturas.
as. Véase las fracturas ahorcamiento, y vuelta a describir bas- muscular doloroso. por un corte circular en dirección per- ción de todas las partes blandas a la
del acromion en el artículo escápula, tante más tarde, en 1913, por Wood- algostasis (del gr. algos, dolor, y stasis, pendicular al eje del miembro. misma vez.
B fractur
fracturas.
as. Jones, con más precisiones sobre las detención). Término introducido por amputación congénita. Amputación de amputación de Vanghetti.
Vanghetti. Amputación
acropatía amiotrófica. Afección carac- causas de la muerte por este castigo. Verneuil (1866) para designar la cesa- una extremidad fetal in utero causada cineplástica por tunelización, única o
terizada por atrofia muscular localizada Grogono, en 1954, hizo notar las ana- ción de dolor. Se observa en ciertos to- por una brida constrictora. Sin.: ampu- doble, del muñón.
en las extremidades, debido a una le- logías entre las lesiones de los ahorca- xicómanos y en algunos heridos a con- tación intrauterina. amputación de Wilms.
Wilms. Amputación en
sión nerviosa periférica. dos con las encontradas en algunos ac- secuencia del estado conmocional que amputación de Callander.
Callander. Amputación la que se cubre la superficie ósea con
Adair-Dighton,
Adair-Dighton, síndrome de. Véase cidentes de tráfico. Garber, en 1964, la resulta del traumatismo. plástica del fémur, recubriendo el mu- un colgajo tendinoso.
osteogénesis imperfecta. llamó «espondilolistesis traumática del Álvarez
Álvarez Cambras,
Cambras, método de. Método ñón óseo con la rótula. amputación en guillotina. Amputación
Adamkiewicz, arteria de (de Albert axis», y Schneider, en 1965, le dio el para el tratamiento de las seudoartrosis, amputación de Carden. Amputación sin colgajo, en la que se cortan las par-
Adamkiewicz, patólogo polaco, 1850- nombre de hangman’s fracture, con el basado en el empleo de fijadores exter- con un solo colgajo del muslo inmedia- tes blandas y el hueso al mismo nivel.
1921). Principal vía de aporte sanguí- que todavía se la conoce. En realidad, nos con clavos transfixiantes múltiples, tamente por encima de la rodilla. amputación espontánea. Pérdida de
neo al raquis torácico. (Véase en el artí- «hangman», en inglés, no es ahorcado, según el modelo elaborado por este au- amputación de Chopart. Amputación una parte de un miembro ocurrida sin
culo r aquis, traumatismos,
traumatismos, lesiones sino verdugo. Pero quien padece la tor, y con los cuales es posible ejercer mediotarsiana del pie, que conserva el intervención quirúrgica ni por cualquier
neurológicas.)
neurológicas. fractura es el ahorcado, por lo cual la una compresión mutua enérgica y gra- calcáneo y el astrágalo. Sin.: exarticula- otro medio, como, por ejemplo, en la
adaptación, síndrome de. Descrito por traducción generalmente adoptada en duada entre los fragmentos y el trans- ción intertársea posterior. lepra, por la gangrena.
FIG. 7. Método de Bailey para descenso (A) y
fijación (B) de la clavícula mediante los múscu- Selye como respuesta inespecífica del castellano —o en francés, fracture du porte de un segmento diafisario para amputación de Dupuytren. Véase am - amputación intrauterina.
intrauterina. Amputación
los del ramillete coracoideo insertados en ella organismo a diferentes tipos de agresión pendu— parece más acorde con lo que cubrir pérdidas de sustancia. (Véase putación de Lisfranc.
Lisfranc. congénita.
con un fragmento de la coracoides. y entre ellas la traumática o el dolor cau- pretende significar. seudoartrosis tratamiento.)
seudoartrosis, amputación de Far Farabeuf.
abeuf. Amputación amputación may may or.
or. Amputación a tra-
sado por los traumatismos. Se inicia por Aiello, Carlos. Distinguido cirujano or- Allende, Guillermo. Distinguido ciruja- de la pierna en el «lugar de elección» vés de los huesos largos de las extremi-
un aumento de la secreción de la hor- topédico y traumatólogo argentino no ortopédico y traumatólogo argenti- con gran colgajo externo. dades superiores o inferiores.
gración de los clavos intraclaviculares al mona adaptativa (ACTH), que a su vez (1917-1993). Profesor titular de la espe- no, profesor de la Universidad de amputación de Gritti-Stokes. amputación osteoplástica. Aquella en
mediastino, y lo que es más frecuente, la estimula la secreción de otras hormonas cialidad en la Universidad de Buenos Córdoba (Argentina). Falleció en 1973, Amputación osteoplástica supracondí- la que se ponen en contacto dos super-
osteólisis en torno al material metálico, por parte de las suprarrenales. Evolucio- Aires y presidente de la Asociación Ar- después de haber creado una importan- lea, en la que se conserva la rótula para ficies del hueso, seccionadas.
que anula el efecto propuesto con el na, esquemáticamente, en tres fases: 1) gentina de Ortopedia y Traumatología. te Escuela de Especialistas y haber pre- que tome contacto con la superficie de amputación subastragalina.
subastragalina. Véase am-
am-
método y es causa de dolor y otros in- «Reacción de alarma» con taquicardia, aire pendular.
pendular. Trastorno grave de la fun- sidido la Asociación Argentina de sección del fémur. putación de Malgaigne.
convenientes. hipertonía, sudoración, temblores mus- ción respiratoria que consiste en el paso Ortopedia y Traumatología. amputación de Guyon.
Guyon. Amputación de amputación subperióstica. Aquella en
4) Sustitución de los ligamentos cora- culares, mayor concentración hemática de aire de un pulmón al otro con los Allis, maniobr a de (de Oscar la pierna por encima de los maléolos. que la sección ósea se cubre con un
coclaviculares. Para ello se dispone de y aumento de la permeabilidad capilar. movimientos de inspiración y espira- Huntington Allis, cirujano estadouni- amputación de Hancock.
Hancock. Amputación colgajo perióstico. Sus ventajas son: a)
diversos recursos, que dependen princi- 2) «Fase de adaptación», o de resisten- ción, como consecuencia de un volet dense, 1833-1921). Maniobra para la semejante a la de Pirogoff, en la que se cierre rápido del orificio óseo; b) con-
palmente del material de sustitución es- cia, con hiperglucemia, aumento de la costal. (Véase torácicos, traumatis
traumatis-- reducción de la luxación posterior de conserva una parte del astrágalo. serva mejor las inserciones musculares,
cogido: secreción urinaria y eliminación de las mos.)
mos la cadera. Sujeto en decúbito supino, amputación de Le Fort. Fort. Modificación y c) permite una mejor irrigación del ex-
a) Material inerte. Hilos metálicos, seda, hormonas suprarrenales. 3) Si la acción Albee, Fred
Fred Houdlett. Cirujano estado- sobre la mesa o el suelo del quirófa- del método de Pirogoff, en la cual el tremo óseo. Sin.: amputación de Ritter.
carbono, nailon, mersilene, etc. De nin- del estímulo continúa, se llega a la «fase unidense de Nueva York (1876-1945). no. Cadera y rodilla dobladas en án- calcáneo es seccionado horizontalmen- osteoplás-
amputación tibiocalcánea osteoplás-
guno de ellos puede esperarse, a la lar- de agotamiento», que puede conducir a Describió varias operaciones, que hoy gulo recto. Un ayudante sujeta fuerte- te en lugar de transversalmente. tica. Amputación de Pirogoff.
ga, resultados definitivos. la muerte (shock irreversible, en el caso se conocen por su nombre, para el trata- mente la pelvis. El cirujano ejerce amputación de Lisfranc.
Lisfranc. Amputación anarrexis (del gr. ana, de nuevo, y rexis,
b) Material orgánico homoplástico. de los traumatismos). miento de la luxación habitual o recidi- tracción sobre la pierna hacia arriba de Dupuytren; desarticulación de los rotura). Fractura quirúrgica de un hueso
Ten- dones, tiras de fascia lata, etc. Los Addson, pinzas de. Pinzas especiales vante de rótula, la rigidez de rodilla (ar- mientras imprime un movimiento de huesos del metatarso del tarso. Sin.: viciosamente consolidado de una frac-
resultados previsibles no son mucho atraumáticas sin dientes, aconsejadas trólisis con interposición de grasa entre aducción y rotación interna. exarticulación metatársea. tura anterior.
mejores que con los materiales extra- para la reparación de las secciones ten- la patela y el fémur), las fracturas del Allis, signo de. En caso de fractura del amputación de Mackenzie.
Mackenzie. Amputación André Nicolás. Médico francés (1658-
ños. dinosas. (Véase en el artículo mano, cuello del fémur con necrosis de la ca- cuello del fémur, la fascia entre el tro- análoga a la de Syme, en la que el col- 1742). Decano de la Facultad de
c) Ligamentoplastia con material to- traumáticas de los tendo-
lesiones traumáticas tendo- beza, mediante extirpación de la misma cánter mayor y la cresta del coxal apa- gajo se toma del lado interno del tobillo. Medicina de París. Acuñó el término
mado in situ. Colgajo tendinoso toma- nes.)
nes. y osteotomía de apoyo del muñón del rece menos tensa que normalmente. amputación de Malgaigne. Amputación «ortopedia» y fue autor del primer libro
do del «ramillete coracoideo», inverti- aducción, fractur
fractura a por.
por. Definición apli- cuello en la cavidad cotiloidea, artrode- amiotrofia. Véase atrofia muscular.
muscular que conserva el astrágalo en el muñón. dedicado exclusivamente a esta espe-
do y fijado a la clavícula. Utilización cada en general a las fracturas de cuello sis extraarticular de la cadera, artrodesis amputación (del lat. amputare, cortar). Sin.: amputación subastragalina. cialidad, editado en 1741:
del ligamento acromiocoracoideo (fi- femoral supuestamente producidas por de la columna vertebral mediante injer- Separación de un miembro o de parte amputación de Pirogoff. Amputación L’orthopeddie; l’art de prevenir et corri-
gura 6). Trasposición a la clavícula del un mecanismo de aducción, con des- to intraespinoso, etc. del mismo del resto del organismo me- tibiocalcánea osteoplástica. Existen nu- ger dans les enfants les defformities du
extremo de la coracoides con los mús- viación en varo. También es igualmente Albee, operación
operación de (de Fred Houdlett diante la exéresis parcial o total. La ci- merosas modificaciones conocidas con corps, ilustrado con un dibujo represen-
culos insertados en ella. Son, proba- aplicable a cualquier fractura en que in- Albee). Operación para el tratamiento rugía de las amputaciones es mutilado- nombres diversos: amputaciones de tando un árbol joven de tronco retorci-
blemente, los métodos que mayores tervenga el mismo mecanismo. de la luxación recidivante o habitual de ra por definición y debe efectuarse en Guyon, Hancock, Le Fort, Ricard, etc. do, atado a una estaca recta para corre-
anestesia 6 7 antebrazo

girlo: consagrado hasta ahora como el cloruro de etilo, óxido nitroso, etc. anestesia raquídea.
raquídea. 1. Anestesia obteni- rior es una articulación trocoide. Estas
emblema de la especialidad. anestesia intra
intrav enosa. Iniciada por Ore da mediante la introducción del líquido articulaciones son aquellas, recuérdese,
anestesia (del gr. an, priv., y aisthesis, sen- en 1872 (con el uso del cloral) y perfec- anestésico dentro del conducto verte- en las que uno de sus componentes —la
sación). Término creado por Oliver cionada por otros autores, ocupa ac- bral. Esta denominación se aplica más cabeza del radio, en este caso— tiene
Wendell Holmes para designar la priva- tualmente un lugar importante en anes- propiamente a la anestesia subaracnoi- Bíceps
una forma cilíndrica y admiten por ello
ción parcial o total de la sensibilidad tesiología gracias al uso de barbitúricos dea, en la cual el anestésico llega al movimientos de rotación alrededor del
general; puede ser debida a estados pa- de acción ultrarrápida, como el pento- espacio aracnoideo. Sin.: anestesia espi- eje longitudinal del hueso, rotación que
tológicos diversos o provocada artificial- tal sódico. nal, anestesia lumbar, raquianestesia. en el caso de la cabeza del radio es algo
mente por agentes llamados anestésicos. anestesia local. La que se confina a una 2. También se considera raquídea la mayor de los 180 grados.
anestesia caudal. Anestesia obtenida parte limitada de superficie, producida anestesia epidural, peridural o extradu- Pronador
La articulación radiocubital inferior tam-
redondo
por inyección de anestésico en el con- por la inyección de anestésicos locales, ral, es decir, aquella en que el anestésico, bién es una trocoide, pero en este caso el
Supinador
ducto sacro. enfriamiento o refrigeración, o por con- aunque introducido en el conducto ver- corto componente cilíndrico está representado
anestesia de base. Estado de narcosis tacto, pincelación, instilación, etc. tebral, sólo alcanza el espacio epidural, por la extremidad inferior del cúbito, al-
producido por una medicación prelimi- anestesia lumbar.
lumbar. Anestesia raquídea. extrameníngeo. La anestesia subaracnoi- rededor de la cual se desliza la extremi-
nar a la anestesia general, con objeto de anestesia por infiltración.
infiltración. Anestesia lo- dea actúa sobre las raíces sensitivas y dad inferior del radio en un movimiento
reducir la cantidad de anestésico inha- cal producida por la inyección de solu- motoras, y sobre las fibras del simpático circular. Por su parte inferior esta articu-
lado. Provoca un estado inconsciente, ciones diluidas de cocaína, morfina, et- y parasimpático contenidas en ambas ra- lación está limitada y separada de la arti-
sin analgesia completa, ni abolición to- cétera, debajo de la piel. íces. Su acción sobre la medula es sólo culación de la muñeca por el ligamento
tal de los reflejos. anestesia por refrigeración.
refrigeración. Anestesia superficial. Las drogas anestésicas más Pronador triangular. La combinación de los dos
anestesia de Kulenkampff.
Kulenkampff. Anestesia producida por enfriamiento de la parte corrientemente empleadas para la anes- cuadrado movimientos en la articulación radiocu-
producida por la inyección del anestési- por medio del éter, cloruro de etilo, tesia raquídea son la novocaína, la pan- bital superior y en la parte inferior per-
co en el plexo braquial. mezclas frigoríficas, etc. tocaína, la meticaína y la percaína. mite que el radio, paralelo al cúbito en la
anestesia espinal. Anestesia raquídea; anestesia potencializada. Nombre con anestesia rectal. Anestesia general pro- supinación, se cruce con él, a modo de
raquianestesia subdural, extradural o que se conoce también el procedimien- ducida por la introducción del agente X, al hacer la pronación (fig. 1).
epidural. to de hibernación artificial basado en el anestésico en el recto. Este método, pre- Factores biodinámicos. Los elemen-
anestesia general. FIG. 2. Principales músculos pronadores y supinadores.
general. La que afecta todo el empleo de sustancias que inhiben el sis- conizado por Pirogoff en 1847, consis- tos activos que intervienen en el movi-
cuerpo o la producida por inhalación tema vegetativo, en forma combinada, y te en inyectar una mezcla de éter y acei- miento de pronosupinación son los si-
de anestésicos. por vía intravenosa en perfusión lenta y te por una sonda intrarrectal. Para los guientes (fig. 2): músculos supinadores
anestesia inhalatoria. Anestesia general prolongada y que permite obtener la niños se emplea la solución al 50 % y parte o región por interrupción de la traria que tienden a neutralizarse en sus (bíceps y supinador corto) y músculos
por respiración de gases o vapores de anestesia con dosis inferiores a las habi- para los adultos al 75 %. conductibilidad nerviosa sensitiva, por efectos. Sin.: antérgico, antistático. pronadores (pronador redondo y cua-
sustancias anestésicas: cloroformo, éter, tuales. anestesia regional. Anestesia de una inyecciones intraneurales o paraneura- antebrazo,
antebrazo, fractur
fracturas
as y luxaciones drado).
les que bloquean el campo operatorio. Definición y delimitación del tema. Se El supinador largo, como se sabe, tiene
aneurisma. Arteriectasis. incluyen bajo esta denominación tanto muy poca acción supinadora o prona-
anfiartrosis (del gr. amphi, alrededor, y las fracturas del cúbito como las del ra- dora, y únicamente a partir de una posi-
A B
arthron, articulación). Articulación se- dio, por entender que ambas lesiones ad- ción inicial opuesta, de pronación o de
mifija, como la sínfisis pubiana. miten una descripción conjunta, más supinación, respectivamente.
anfidiartrosis (del gr. amphi, alrededor, ajustada a la realidad clínica que una di- Obsérvese que los músculos supinado-
por ambos lados, y diartrosis). visión puramente alfabética entre los dos res se insertan en el radio a nivel de su
Articulación que participa del carácter huesos. Por el contrario, no se estudian tercio superior, mientras que los prona-
de una anfiartrosis y una diartrosis, en este apartado las lesiones que afectan dores lo hacen a partir de su tercio me-
como la del maxilar inferior. a los extremos superior o inferior de es- dio. Esto tiene importancia, como se
ángulo esternal. Véase Louis, ángulo tos huesos, cuya descripción correspon- verá, en la génesis de los desplazamien-
de.
de de a los traumatismos del codo o de la tos que habitualmente sufren estas frac-
ángulo sacrov
sacrov ertebral.
ertebral. El ángulo forma- muñeca. De lo que se trata, por lo tanto, turas y en la forma de reducirlos.
do por el sacro y la última vértebra lum- en el presente apartado, es de las fractu- Etiología y mecanismos de producción.
bar. Sin.: promontorio. ras diafisarias o yuxtametafisarias de los Cualquier violencia ejercida sobre el
anillo pericondral.
pericondral. Véase Ranvier
Ranvier,, ani - huesos del antebrazo, así como de las lu- antebrazo —golpe directo, herida de
llo de. xaciones asociadas a las mismas. arma de fuego, accidente de tráfico, et-
anostosis (del gr. an, priv., y osteon, hue- Factores anatomofisiológicos condicio- cétera— puede producir una fractura de
so). Disminución del tejido óseo por la nantes uno o dos de sus huesos. Pero existe un
influencia de trastornos tróficos; atrofia Factores biomecánicos. Ambos hue- mecanismo indirecto de producción
de los huesos. sos del antebrazo, en posición de supi- que es el más habitual: las caídas sobre
anquilosis (del gr. ankyloo, atar). nación, se encuentran paralelos entre sí. la palma de la mano, con el codo ex-
Disminución o imposibilidad de movi- Ambos están ligeramente arqueados, en tendido o semiextendido, en el intento
miento en una articulación normalmen- forma tal que, en supinación, se hallan de parar el golpe, asociadas a un movi-
te móvil, a consecuencia de soldadura separados por su parte media y unidos miento de torsión entre la mano, fija en
anormal de las superficies óseas (anqui- por sus extremos. La membrana inter- el suelo, y el antebrazo que gira con el
losis ósea o verdadera), o de produccio- ósea que los une está constituida por fi- resto del cuerpo (fig. 3).
nes óseas extraarticulares. bras oblicuas dispuestas de tal forma Criterios de clasificación. Es clásica la
antagonista (del gr. anti, contra, y agonis- que siempre se encuentran atirantadas, distinción entre las fracturas de los
tes, combatiente). Persona o cosa opuesta sea cual sea la posición respectiva de los adultos y las de los niños. Por otro lado,
o contraria a otra. Dícese principalmente huesos (en pronación lo mismo que en hay que distinguir entre las fracturas de
FIG. 1. Posiciones respectivas del cúbito y el radio en supinación (A) y en pronación (B) del antebrazo. de los músculos y nervios de acción con- supinación). La unión radiocubital supe- uno u otro de los huesos del antebrazo
anestesia 6 7 antebrazo

girlo: consagrado hasta ahora como el cloruro de etilo, óxido nitroso, etc. anestesia raquídea.
raquídea. 1. Anestesia obteni- rior es una articulación trocoide. Estas
emblema de la especialidad. anestesia intra
intrav enosa. Iniciada por Ore da mediante la introducción del líquido articulaciones son aquellas, recuérdese,
anestesia (del gr. an, priv., y aisthesis, sen- en 1872 (con el uso del cloral) y perfec- anestésico dentro del conducto verte- en las que uno de sus componentes —la
sación). Término creado por Oliver cionada por otros autores, ocupa ac- bral. Esta denominación se aplica más cabeza del radio, en este caso— tiene
Wendell Holmes para designar la priva- tualmente un lugar importante en anes- propiamente a la anestesia subaracnoi- Bíceps
una forma cilíndrica y admiten por ello
ción parcial o total de la sensibilidad tesiología gracias al uso de barbitúricos dea, en la cual el anestésico llega al movimientos de rotación alrededor del
general; puede ser debida a estados pa- de acción ultrarrápida, como el pento- espacio aracnoideo. Sin.: anestesia espi- eje longitudinal del hueso, rotación que
tológicos diversos o provocada artificial- tal sódico. nal, anestesia lumbar, raquianestesia. en el caso de la cabeza del radio es algo
mente por agentes llamados anestésicos. anestesia local. La que se confina a una 2. También se considera raquídea la mayor de los 180 grados.
anestesia caudal. Anestesia obtenida parte limitada de superficie, producida anestesia epidural, peridural o extradu- Pronador
La articulación radiocubital inferior tam-
redondo
por inyección de anestésico en el con- por la inyección de anestésicos locales, ral, es decir, aquella en que el anestésico, bién es una trocoide, pero en este caso el
Supinador
ducto sacro. enfriamiento o refrigeración, o por con- aunque introducido en el conducto ver- corto componente cilíndrico está representado
anestesia de base. Estado de narcosis tacto, pincelación, instilación, etc. tebral, sólo alcanza el espacio epidural, por la extremidad inferior del cúbito, al-
producido por una medicación prelimi- anestesia lumbar.
lumbar. Anestesia raquídea. extrameníngeo. La anestesia subaracnoi- rededor de la cual se desliza la extremi-
nar a la anestesia general, con objeto de anestesia por infiltración.
infiltración. Anestesia lo- dea actúa sobre las raíces sensitivas y dad inferior del radio en un movimiento
reducir la cantidad de anestésico inha- cal producida por la inyección de solu- motoras, y sobre las fibras del simpático circular. Por su parte inferior esta articu-
lado. Provoca un estado inconsciente, ciones diluidas de cocaína, morfina, et- y parasimpático contenidas en ambas ra- lación está limitada y separada de la arti-
sin analgesia completa, ni abolición to- cétera, debajo de la piel. íces. Su acción sobre la medula es sólo culación de la muñeca por el ligamento
tal de los reflejos. anestesia por refrigeración.
refrigeración. Anestesia superficial. Las drogas anestésicas más Pronador triangular. La combinación de los dos
anestesia de Kulenkampff.
Kulenkampff. Anestesia producida por enfriamiento de la parte corrientemente empleadas para la anes- cuadrado movimientos en la articulación radiocu-
producida por la inyección del anestési- por medio del éter, cloruro de etilo, tesia raquídea son la novocaína, la pan- bital superior y en la parte inferior per-
co en el plexo braquial. mezclas frigoríficas, etc. tocaína, la meticaína y la percaína. mite que el radio, paralelo al cúbito en la
anestesia espinal. Anestesia raquídea; anestesia potencializada. Nombre con anestesia rectal. Anestesia general pro- supinación, se cruce con él, a modo de
raquianestesia subdural, extradural o que se conoce también el procedimien- ducida por la introducción del agente X, al hacer la pronación (fig. 1).
epidural. to de hibernación artificial basado en el anestésico en el recto. Este método, pre- Factores biodinámicos. Los elemen-
anestesia general. FIG. 2. Principales músculos pronadores y supinadores.
general. La que afecta todo el empleo de sustancias que inhiben el sis- conizado por Pirogoff en 1847, consis- tos activos que intervienen en el movi-
cuerpo o la producida por inhalación tema vegetativo, en forma combinada, y te en inyectar una mezcla de éter y acei- miento de pronosupinación son los si-
de anestésicos. por vía intravenosa en perfusión lenta y te por una sonda intrarrectal. Para los guientes (fig. 2): músculos supinadores
anestesia inhalatoria. Anestesia general prolongada y que permite obtener la niños se emplea la solución al 50 % y parte o región por interrupción de la traria que tienden a neutralizarse en sus (bíceps y supinador corto) y músculos
por respiración de gases o vapores de anestesia con dosis inferiores a las habi- para los adultos al 75 %. conductibilidad nerviosa sensitiva, por efectos. Sin.: antérgico, antistático. pronadores (pronador redondo y cua-
sustancias anestésicas: cloroformo, éter, tuales. anestesia regional. Anestesia de una inyecciones intraneurales o paraneura- antebrazo,
antebrazo, fractur
fracturas
as y luxaciones drado).
les que bloquean el campo operatorio. Definición y delimitación del tema. Se El supinador largo, como se sabe, tiene
aneurisma. Arteriectasis. incluyen bajo esta denominación tanto muy poca acción supinadora o prona-
anfiartrosis (del gr. amphi, alrededor, y las fracturas del cúbito como las del ra- dora, y únicamente a partir de una posi-
A B
arthron, articulación). Articulación se- dio, por entender que ambas lesiones ad- ción inicial opuesta, de pronación o de
mifija, como la sínfisis pubiana. miten una descripción conjunta, más supinación, respectivamente.
anfidiartrosis (del gr. amphi, alrededor, ajustada a la realidad clínica que una di- Obsérvese que los músculos supinado-
por ambos lados, y diartrosis). visión puramente alfabética entre los dos res se insertan en el radio a nivel de su
Articulación que participa del carácter huesos. Por el contrario, no se estudian tercio superior, mientras que los prona-
de una anfiartrosis y una diartrosis, en este apartado las lesiones que afectan dores lo hacen a partir de su tercio me-
como la del maxilar inferior. a los extremos superior o inferior de es- dio. Esto tiene importancia, como se
ángulo esternal. Véase Louis, ángulo tos huesos, cuya descripción correspon- verá, en la génesis de los desplazamien-
de.
de de a los traumatismos del codo o de la tos que habitualmente sufren estas frac-
ángulo sacrov
sacrov ertebral.
ertebral. El ángulo forma- muñeca. De lo que se trata, por lo tanto, turas y en la forma de reducirlos.
do por el sacro y la última vértebra lum- en el presente apartado, es de las fractu- Etiología y mecanismos de producción.
bar. Sin.: promontorio. ras diafisarias o yuxtametafisarias de los Cualquier violencia ejercida sobre el
anillo pericondral.
pericondral. Véase Ranvier
Ranvier,, ani - huesos del antebrazo, así como de las lu- antebrazo —golpe directo, herida de
llo de. xaciones asociadas a las mismas. arma de fuego, accidente de tráfico, et-
anostosis (del gr. an, priv., y osteon, hue- Factores anatomofisiológicos condicio- cétera— puede producir una fractura de
so). Disminución del tejido óseo por la nantes uno o dos de sus huesos. Pero existe un
influencia de trastornos tróficos; atrofia Factores biomecánicos. Ambos hue- mecanismo indirecto de producción
de los huesos. sos del antebrazo, en posición de supi- que es el más habitual: las caídas sobre
anquilosis (del gr. ankyloo, atar). nación, se encuentran paralelos entre sí. la palma de la mano, con el codo ex-
Disminución o imposibilidad de movi- Ambos están ligeramente arqueados, en tendido o semiextendido, en el intento
miento en una articulación normalmen- forma tal que, en supinación, se hallan de parar el golpe, asociadas a un movi-
te móvil, a consecuencia de soldadura separados por su parte media y unidos miento de torsión entre la mano, fija en
anormal de las superficies óseas (anqui- por sus extremos. La membrana inter- el suelo, y el antebrazo que gira con el
losis ósea o verdadera), o de produccio- ósea que los une está constituida por fi- resto del cuerpo (fig. 3).
nes óseas extraarticulares. bras oblicuas dispuestas de tal forma Criterios de clasificación. Es clásica la
antagonista (del gr. anti, contra, y agonis- que siempre se encuentran atirantadas, distinción entre las fracturas de los
tes, combatiente). Persona o cosa opuesta sea cual sea la posición respectiva de los adultos y las de los niños. Por otro lado,
o contraria a otra. Dícese principalmente huesos (en pronación lo mismo que en hay que distinguir entre las fracturas de
FIG. 1. Posiciones respectivas del cúbito y el radio en supinación (A) y en pronación (B) del antebrazo. de los músculos y nervios de acción con- supinación). La unión radiocubital supe- uno u otro de los huesos del antebrazo
antebrazo 8 9 antebrazo

A B como cualquier tipo de fractura. Estos vilización prolongada hasta la consoli-


objetivos pueden alcanzarse por dos dación no ocasiona problemas de mo-
vías: a cielo cerrado y a cielo abierto. vilidad articular o de déficit muscular,
Reducción a cielo cerrado e inmoviliza- una vez lograda ésta.
ción en yeso. Es el método clásico de Estamos obligados a admitir, sin embar-
tratamiento de estas fracturas, que conti- go, que esta opinión no es compartida
núa teniendo validez en la actualidad a por otros autores, para quienes el temor
pesar de haber tenido que ceder terreno a dichas complicaciones obliga a recu-
al tratamiento operatorio. Responde en rrir a los llamados yesos funcionales, los
ocasiones a indicaciones bien fundadas cuales, para algunos autores de recono-
y precisas, difíciles de discutir, como cida solvencia (De Palma), constituyen
son, por ejemplo, las fracturas de los ni- un método rutinario, sin dejar lugar a
ños y, en general, en las fracturas de un ninguna otra opción, y prácticamente
solo hueso del antebrazo con poco des- son sinónimo del tratamiento ortopédico
plazamiento y fáciles de reducir. de estas fracturas. Si se nos permite se-
Condiciones en las cuales la simple re- guir expresando nuestras opiniones par-
FIG. 7. Una de las modalidades frecuentes ducción manual y el escayolado tradi- ticulares, diremos que, para nosotros, el
de fractura-luxación de Monteggia. cional deben ser tenidos en cuenta, por peligro más importante de la inmoviliza-
lo menos, como cualquier otro de los ción en yeso reside en la posibilidad de
procedimientos hoy día más en boga. que, a pesar de ella, los fragmentos pue-
FIG. 3. Mecanismo más frecuente de produc- Pero tiene importantes limitaciones: la den desplazarse secundariamente, y este
ción de las fracturas diafisarias de los huesos principal de ellas, la dificultad de lograr peligro no se atenúa, sino todo lo contra-
del antebrazo. una reducción mínimamente aceptable rio, con los montajes «funcionales», al
por maniobras de ambos huesos del an- menos en este tipo de fracturas.
tebrazo, con tejidos blandos interpues- Tratamiento quirúrgico. La principal
tos entre los fragmentos, etc., en cuyo indicación de la reducción a cielo abier-
caso no debe dudarse mucho en recu- to se plantea ante la dificultad de lograr-
FIG. 5. Desplazamientos habituales de los fragmentos del radio, debidos a la acción muscular. A) rrir a la reducción a cielo abierto, sin la, en condiciones anatómicas acepta-
Fracturas por debajo de la inserción radial del pronador redondo. Desplazamiento moderado en pro-
prolongar demasiado los intentos de re- bles, a cielo cerrado. La segunda razón
nación. B) Fracturas por encima de dicha inserción. Desplazamiento pronunciado del fragmento pro-
ximal en supinación y del distal en pronación. ducción manual, y obedeciendo al ele- reside en la dificultad de lograr una con-
mental principio de que los tratamien- tención suficientemente estable, con los
tos «incruentos» no son siempre los medios externos de fijación, es decir,
FIG. 4. Fractura en tallo verde, propia de los ños —fracturas en «tallo verde»— (fig. pronadores que actúan, respectiva- menos cruentos. Una prudente medida con los vendajes de escayola. Por otro
niños, sin separación de los fragmentos, y con 4). En el primer caso, con pérdida de mente, sobre el fragmento proximal y práctica aconsejable, cuando se prevén lado, la reducción y fijación operatoria
desviación angular de los mismos. el distal (fig. 5). Son corrientes, tam- estas dificultades, es no disponerse nun- de estas fracturas ofrece ventajas adicio-
contacto entre los fragmentos, que
bién en los niños, las fracturas fisura- ca a reducir manualmente una fractura nales nada despreciables: mayor como-
puede ser importante, particularmente
rias del tercio distal del radio, sin de antebrazo sin tener preparados los didad para el interesado, mayores facili-
o de los dos y las lesiones asociadas que a nivel del radio, por el efecto antagó- desplazamiento ni angulación, mani- medios necesarios —instrumental, per- dades de aseo y de vestido, y sobre todo
imprimen a estas fracturas una fisono- nico entre los músculos supinadores y festadas en las radiografías por el abul- sonal, etc.— para acabar reduciéndola posibilidad de movilidad inmediata o
mía particular. En resumen, los siguien- tamiento en la superficie del hueso que por vía quirúrgica. En cualquier caso, la casi inmediata del codo y de la muñeca.
tes grupos: a) fracturas diafisarias del recuerda los nudos de la caña de bam- reducción manual debe hacerse bajo La reducción operatoria propiamente di-
adulto; b) fracturas diafisarias o yuxta- bú (fig. 6). FIG. 8. Fractura-luxación de Galeazzi. Frac- anestesia profunda y la relajación mus- cha exige, como es lógico, la exposición
metafisarias del niño; c) fracturas de los La fractura-luxación de Monteggia se tura del tercio distal del radio y luxación del cular completa, ejerciendo tracción so- del foco de fractura por la zona más pró-
dos huesos; d) fracturas aisladas del cú- caracteriza, como es sabido, por una cúbito. bre la mano —o preferentemente sobre xima al mismo, y siempre a través de dos
bito; e) fracturas aisladas del radio; f) fractura del tercio superior del cúbito y los dedos, con dediles de tracción— y accesos distintos, cuando se trata de
fracturas del cúbito con luxación de la una luxación de la cabeza del radio. contratracción sobre el brazo con el fracturas de los dos huesos. La fijación
cabeza del radio (fractura de Esta luxación presupone, como es lógi- Clínica y diagnóstico. El dolor intenso, la codo doblado en ángulo recto, asocia- operatoria de los fragmentos puede lo-
Monteggia); g) fractura del radio con lu- co, la rotura o desinserción del liga- impotencia funcional, la tumefacción y da a movimientos de supinación con la grarse, fundamentalmente, por dos pro-
xación de la extremidad distal del cúbi- mento anular y se acompaña, en oca- en ocasiones la deformación del ante- intención de hacer coincidir el frag- cedimientos: el enclavado intramedular
to (fractura de Galeazzi); h) fracturas siones, de una fractura marginal de la brazo son signos inequívocos, la mayoría mento distal del radio, en pronación, o las placas atornilladas de osteosíntesis.
plurisegmentarias (con tercer fragmento cabeza del radio (fig. 7). de veces, de la existencia de una fractu- con el fragmento proximal, en supina- Los clavos intramedulares de diversa ín-
interpuesto de la diáfisis de uno o los En la fractura-luxación de Galeazzi se ra diafisaria que sólo necesita la confir- ción. Todo ello, preferentemente, bajo dole —clavos de Rush, agujas de
dos huesos); i) fracturas abiertas o com- produce una fractura del radio en su mación radiológica, con muy poco mar- el control radioscópico con amplifica- Kirschner o de Steinmann, etc.— permi-
plicadas. tercio distal y una luxación o subluxa- gen de error posible. Con la única dor de imagen. ten una buena (o relativamente buena)
Anatomía patológica. El trazo de frac- ción de la articulación radiocubital in- precaución necesaria de incluir en esta Lograda, cuando se puede, la reduc- alineación de los fragmentos. Pero no
tura, en la gran mayoría de los casos, es ferior, con rotura del aparato capsuloli- exploración la totalidad del esqueleto ción, hay que proceder de inmediato a ofrecen, por lo regular, la estabilidad
transversal. El trazo oblicuo o espiroi- gamentoso de la misma y en especial del antebrazo, incluidos codo y muñeca, la inmovilización en yeso, el cual debe suficiente para poder prescindir de la
deo es excepcional, a pesar de que en del ligamento triangular. El resultado es para no dejar sin diagnóstico posibles le- abarcar desde la mano hasta por enci- sujeción externa adicional con yeso,
el mecanismo de producción intervie- una laxitud de dicha articulación, que siones asociadas a uno u otro nivel. ma del codo, doblado en ángulo recto, que sería una de sus principales venta-
ne muy frecuentemente un elemento FIG. 6. Fractura fisuraria de la extremidad dis- permite el desplazamiento del extremo Normas generales del tratamiento. La manteniéndolo durante un período jas. La otra ventaja importante sería po-
de torsión. El desplazamiento de los tal del radio en los niños, sin desplazamiento y del cúbito hacia el dorso de la muñeca, reducción de los desplazamientos y la aproximado de 8 a 10 semanas, y reno- derlos introducir a cielo cerrado, sin ex-
fragmentos es, en general, «ad latus» si con engrosamiento en caña de bambú debido o, más raramente, hacia la cara palmar inmovilización de los fragmentos son los vado, durante el mismo, cuando sea poner el foco de fractura. Pero esto es
se trata de adultos, o angular, en los ni- al callo perióstico. de la misma (fig. 8). objetivos fundamentales del tratamiento preciso. En nuestra opinión, esta inmo- siempre muy difícil, con frecuencia im-
antebrazo 8 9 antebrazo

A B como cualquier tipo de fractura. Estos vilización prolongada hasta la consoli-


objetivos pueden alcanzarse por dos dación no ocasiona problemas de mo-
vías: a cielo cerrado y a cielo abierto. vilidad articular o de déficit muscular,
Reducción a cielo cerrado e inmoviliza- una vez lograda ésta.
ción en yeso. Es el método clásico de Estamos obligados a admitir, sin embar-
tratamiento de estas fracturas, que conti- go, que esta opinión no es compartida
núa teniendo validez en la actualidad a por otros autores, para quienes el temor
pesar de haber tenido que ceder terreno a dichas complicaciones obliga a recu-
al tratamiento operatorio. Responde en rrir a los llamados yesos funcionales, los
ocasiones a indicaciones bien fundadas cuales, para algunos autores de recono-
y precisas, difíciles de discutir, como cida solvencia (De Palma), constituyen
son, por ejemplo, las fracturas de los ni- un método rutinario, sin dejar lugar a
ños y, en general, en las fracturas de un ninguna otra opción, y prácticamente
solo hueso del antebrazo con poco des- son sinónimo del tratamiento ortopédico
plazamiento y fáciles de reducir. de estas fracturas. Si se nos permite se-
Condiciones en las cuales la simple re- guir expresando nuestras opiniones par-
FIG. 7. Una de las modalidades frecuentes ducción manual y el escayolado tradi- ticulares, diremos que, para nosotros, el
de fractura-luxación de Monteggia. cional deben ser tenidos en cuenta, por peligro más importante de la inmoviliza-
lo menos, como cualquier otro de los ción en yeso reside en la posibilidad de
procedimientos hoy día más en boga. que, a pesar de ella, los fragmentos pue-
FIG. 3. Mecanismo más frecuente de produc- Pero tiene importantes limitaciones: la den desplazarse secundariamente, y este
ción de las fracturas diafisarias de los huesos principal de ellas, la dificultad de lograr peligro no se atenúa, sino todo lo contra-
del antebrazo. una reducción mínimamente aceptable rio, con los montajes «funcionales», al
por maniobras de ambos huesos del an- menos en este tipo de fracturas.
tebrazo, con tejidos blandos interpues- Tratamiento quirúrgico. La principal
tos entre los fragmentos, etc., en cuyo indicación de la reducción a cielo abier-
caso no debe dudarse mucho en recu- to se plantea ante la dificultad de lograr-
FIG. 5. Desplazamientos habituales de los fragmentos del radio, debidos a la acción muscular. A) rrir a la reducción a cielo abierto, sin la, en condiciones anatómicas acepta-
Fracturas por debajo de la inserción radial del pronador redondo. Desplazamiento moderado en pro-
prolongar demasiado los intentos de re- bles, a cielo cerrado. La segunda razón
nación. B) Fracturas por encima de dicha inserción. Desplazamiento pronunciado del fragmento pro-
ximal en supinación y del distal en pronación. ducción manual, y obedeciendo al ele- reside en la dificultad de lograr una con-
mental principio de que los tratamien- tención suficientemente estable, con los
tos «incruentos» no son siempre los medios externos de fijación, es decir,
FIG. 4. Fractura en tallo verde, propia de los ños —fracturas en «tallo verde»— (fig. pronadores que actúan, respectiva- menos cruentos. Una prudente medida con los vendajes de escayola. Por otro
niños, sin separación de los fragmentos, y con 4). En el primer caso, con pérdida de mente, sobre el fragmento proximal y práctica aconsejable, cuando se prevén lado, la reducción y fijación operatoria
desviación angular de los mismos. el distal (fig. 5). Son corrientes, tam- estas dificultades, es no disponerse nun- de estas fracturas ofrece ventajas adicio-
contacto entre los fragmentos, que
bién en los niños, las fracturas fisura- ca a reducir manualmente una fractura nales nada despreciables: mayor como-
puede ser importante, particularmente
rias del tercio distal del radio, sin de antebrazo sin tener preparados los didad para el interesado, mayores facili-
o de los dos y las lesiones asociadas que a nivel del radio, por el efecto antagó- desplazamiento ni angulación, mani- medios necesarios —instrumental, per- dades de aseo y de vestido, y sobre todo
imprimen a estas fracturas una fisono- nico entre los músculos supinadores y festadas en las radiografías por el abul- sonal, etc.— para acabar reduciéndola posibilidad de movilidad inmediata o
mía particular. En resumen, los siguien- tamiento en la superficie del hueso que por vía quirúrgica. En cualquier caso, la casi inmediata del codo y de la muñeca.
tes grupos: a) fracturas diafisarias del recuerda los nudos de la caña de bam- reducción manual debe hacerse bajo La reducción operatoria propiamente di-
adulto; b) fracturas diafisarias o yuxta- bú (fig. 6). FIG. 8. Fractura-luxación de Galeazzi. Frac- anestesia profunda y la relajación mus- cha exige, como es lógico, la exposición
metafisarias del niño; c) fracturas de los La fractura-luxación de Monteggia se tura del tercio distal del radio y luxación del cular completa, ejerciendo tracción so- del foco de fractura por la zona más pró-
dos huesos; d) fracturas aisladas del cú- caracteriza, como es sabido, por una cúbito. bre la mano —o preferentemente sobre xima al mismo, y siempre a través de dos
bito; e) fracturas aisladas del radio; f) fractura del tercio superior del cúbito y los dedos, con dediles de tracción— y accesos distintos, cuando se trata de
fracturas del cúbito con luxación de la una luxación de la cabeza del radio. contratracción sobre el brazo con el fracturas de los dos huesos. La fijación
cabeza del radio (fractura de Esta luxación presupone, como es lógi- Clínica y diagnóstico. El dolor intenso, la codo doblado en ángulo recto, asocia- operatoria de los fragmentos puede lo-
Monteggia); g) fractura del radio con lu- co, la rotura o desinserción del liga- impotencia funcional, la tumefacción y da a movimientos de supinación con la grarse, fundamentalmente, por dos pro-
xación de la extremidad distal del cúbi- mento anular y se acompaña, en oca- en ocasiones la deformación del ante- intención de hacer coincidir el frag- cedimientos: el enclavado intramedular
to (fractura de Galeazzi); h) fracturas siones, de una fractura marginal de la brazo son signos inequívocos, la mayoría mento distal del radio, en pronación, o las placas atornilladas de osteosíntesis.
plurisegmentarias (con tercer fragmento cabeza del radio (fig. 7). de veces, de la existencia de una fractu- con el fragmento proximal, en supina- Los clavos intramedulares de diversa ín-
interpuesto de la diáfisis de uno o los En la fractura-luxación de Galeazzi se ra diafisaria que sólo necesita la confir- ción. Todo ello, preferentemente, bajo dole —clavos de Rush, agujas de
dos huesos); i) fracturas abiertas o com- produce una fractura del radio en su mación radiológica, con muy poco mar- el control radioscópico con amplifica- Kirschner o de Steinmann, etc.— permi-
plicadas. tercio distal y una luxación o subluxa- gen de error posible. Con la única dor de imagen. ten una buena (o relativamente buena)
Anatomía patológica. El trazo de frac- ción de la articulación radiocubital in- precaución necesaria de incluir en esta Lograda, cuando se puede, la reduc- alineación de los fragmentos. Pero no
tura, en la gran mayoría de los casos, es ferior, con rotura del aparato capsuloli- exploración la totalidad del esqueleto ción, hay que proceder de inmediato a ofrecen, por lo regular, la estabilidad
transversal. El trazo oblicuo o espiroi- gamentoso de la misma y en especial del antebrazo, incluidos codo y muñeca, la inmovilización en yeso, el cual debe suficiente para poder prescindir de la
deo es excepcional, a pesar de que en del ligamento triangular. El resultado es para no dejar sin diagnóstico posibles le- abarcar desde la mano hasta por enci- sujeción externa adicional con yeso,
el mecanismo de producción intervie- una laxitud de dicha articulación, que siones asociadas a uno u otro nivel. ma del codo, doblado en ángulo recto, que sería una de sus principales venta-
ne muy frecuentemente un elemento FIG. 6. Fractura fisuraria de la extremidad dis- permite el desplazamiento del extremo Normas generales del tratamiento. La manteniéndolo durante un período jas. La otra ventaja importante sería po-
de torsión. El desplazamiento de los tal del radio en los niños, sin desplazamiento y del cúbito hacia el dorso de la muñeca, reducción de los desplazamientos y la aproximado de 8 a 10 semanas, y reno- derlos introducir a cielo cerrado, sin ex-
fragmentos es, en general, «ad latus» si con engrosamiento en caña de bambú debido o, más raramente, hacia la cara palmar inmovilización de los fragmentos son los vado, durante el mismo, cuando sea poner el foco de fractura. Pero esto es
se trata de adultos, o angular, en los ni- al callo perióstico. de la misma (fig. 8). objetivos fundamentales del tratamiento preciso. En nuestra opinión, esta inmo- siempre muy difícil, con frecuencia im-
antebrazo 10 11 anticoagulantes

posible, por lo mismo que es difícil o mentarias, con interposición de un ter- placas y los detalles de su colocación, con fascia tomada de la aponeurosis del resados (o interesadas), las reacciones antes se creía, sino por los mastocitos o
imposible la reducción manual, con lo cer fragmento de diáfisis, en las cuales, véase el término osteosíntesis (fig. 10). antebrazo. Cuando la cabeza del radio depresivas que pueden provocar la mal- células cebadas (Mastzellen, en alemán)
cual las ventajas del procedimiento se muchas veces, la mejor manera de ali- Métodos de fijación externa. En la está destrozada por una fractura conmi- formación, el deseo de corregirla, etc., presentes en las paredes de los vasos de
reducen casi a cero. near convenientemente los fragmentos práctica corriente tienen indicación ex- nuta o multifragmentaria es preferible son elementos con los que es necesario pequeño calibre. Químicamente es un
A pesar de lo dicho, el enclavado intra- es enhebrándolos unos con otros por clusiva en las fracturas abiertas o infec- su extirpación. contar al ofrecer un tratamiento correc- glucopolisacárido, formado por ácido
medular tiene indicaciones precisas en medio de una aguja o clavo a modo de tadas del antebrazo, y en especial en Fractura-luxación de Galeazzi. Por ra- tor. 3) La sinostosis radiocubital, o las li- glucurónico y un polisacárido sulfura-
un caso concreto: las fracturas aisladas baqueta. Y a un coste inferior en trau- aquellas que se acompañan de extensas zones análogas a las expuestas sobre la mitaciones de la pronosupinación por do. Su acción anticoagulante se ejerce
del cúbito, a nivel de su tercio medio, matismo operatorio del que exigiría, lesiones asociadas de las partes blandas, fractura de Monteggia, se hace necesa- contacto anormal entre los huesos, inhibiendo la transformación de la pro-
en las cuales se puede lograr con el mé- por regla general, una placa doble o tri- que exijan un acceso fácil a la misma rio, en este otro tipo de lesión ósea y ar- plantea un problema de muy difícil so- trombina en trombina y el fibrinógeno
todo una estabilidad suficiente (fig. 9). ple en un mismo hueso. para su vigilancia y cuidado. Y decimos ticular, la fijación lo más estable posible lución ante el cual lo más prudente es en fibrina, aparte de otros efectos se-
La introducción del clavo, a través del Osteosíntesis con placas atornilla- «en la práctica corriente» para dejar de- de los fragmentos radiales con placa abstenerse. El tratamiento quirúrgico de cundarios de menor importancia sobre
olécranon, es sumamente sencilla. La das. Sus ventajas ya han sido señaladas liberadamente al margen la conducta atornillada, preferentemente a compre- este trastorno —el único que, teórica- el fenómeno de la coagulación. La he-
diáfisis cubital, a flor de piel, puede al- al exponer los otros procedimientos: seguida en algunas prestigiosas escuelas sión, como medida más segura de lograr mente, podría resolverlo— proporciona, parina no es absorbida por el tubo di-
canzarse con facilidad a través de una proporcionan —o pueden proporcio- de traumatología, como la de Álvarez la máxima estabilidad de la extremidad en general, resultados nulos o negativos, gestivo. Tiene que ser administrada, por
incisión mínima, mucho más reducida nar— una reducción anatómica perfec- Cambras en La Habana, en las que siste- inferior del cúbito. Pero esta estabilidad limitados, en casi la totalidad de los ca- lo tanto, por vía parenteral; pero no
que la que exige la colocación de una ta y una estabilidad suficiente del mon- máticamente se emplean los procedi- es difícil de lograr en condiciones satis- sos, a cambiar el grado de supinación o por inyección intramuscular, a causa de
placa, pero suficiente para afrontar los taje, en especial cuando se emplean mientos de fijación esquelética externa factorias, incluso operatoriamente, y de pronación preexistente, sin mejorar los hematomas que puede provocar. Por
fragmentos. Teniendo en cuenta estas placas a compresión de seis tornillos. Tie- en todos —o casi todos— los tipos de obliga a contentarse, muchas veces, con en nada los movimientos, y muchas ve- vía intravenosa o subcutánea, su acción
razones, el enclavado intramedular del nen indicación, por lo tanto, en las frac- fracturas, abiertas o cerradas. una reducción semiestable antes de ces empeorándolos. anticoagulante es prácticamente inme-
cúbito puede encontrar igualmente in- turas difíciles de reducir a cielo cerrado Tipos especiales de fracturas del an- aventurarse a intentos de reparación qui- antérgico. Antagonista. diata, pero de poca duración. Cuando
dicación asociada a la osteosíntesis con o difíciles de inmovilizar suficiente- tebrazo. El tratamiento de la fractura-lu- rúrgica, de resultado muy incierto y que antibiograma.
antibiograma. Término muy usado, aun- se administra por vía intravenosa, desa-
placa del radio, en los casos de fractu- mente por medio de vendajes escayola- xación de Monteggia exige, como es fá- añaden un traumatismo operatorio a la que impropiamente, en lugar de anti- parece totalmente al cabo de unas seis
ras dobles. El enclavado intramedular, dos, y por la misma razón está indicada cil suponer, la atención de la fractura articulación de la muñeca con sus más bioticograma. horas. Sin embargo, cuando se adminis-
del cúbito o del radio, encuentra tam- en los casos en que se producen des- del cúbito y de la luxación del radio. La que probables consecuencias negativas: antibioticograma (del gr. anti, contra,
antibioticograma tra por vía subcutánea (heparina cálci-
bién una indicación digna de ser tenida plazamientos secundarios dentro del fractura del cúbito exige, a su vez, ne- limitación dolorosa de los movimientos, bioticos, tocante a la vida, y gramma, ca) su presencia en el torrente circula-
en cuenta, en los casos de fracturas seg- yeso. En cuanto a los diferentes tipos de cesariamente, una síntesis de los frag- pérdida de fuerza prensora de la mano, inscripción). Término propuesto por torio dura más de diez horas. La
mentos suficientemente sólida, no sólo etcétera. Cuando la luxación residual y Lust para designar las pruebas de labo- heparina sódica sólo puede adminis-
para asegurar la consolidación del hue- la inestabilidad de la articulación radio- ratorio destinadas a medir la sensibili- trarse por vía endovenosa. Su efecto te-
so fracturado, sino también para lograr cubital inferior es causa, por sí misma, de dad de los diversos gérmenes a los anti- rapéutico es mayor que el de la hepari-
la máxima estabilidad de la cabeza del las citadas molestias, puede plantearse la bióticos. na cálcica, y por lo tanto su empleo está
radio, después de reducida su luxación. resección secundaria de la extremidad anticoagulantes en traumatología.
traumatología. El indicado para el tratamiento de las
Y este doble objetivo sólo puede conse- distal del cúbito —«operación de Da- empleo de estos agentes encuentra una trombosis ya declaradas. La heparina
guirse, en la práctica, mediante placas rrach»— una vez lograda la consolida- de sus principales indicaciones en ciru- cálcica, en cambio, puede administrar-
atornilladas, preferentemente a com- ción de la fractura radial, pero no antes. gía ortopédica y en traumatología, tan- se por vía subcutánea, y su empleo tie-
presión. En cuanto a la luxación del ra- Complicaciones. Las secuelas definiti- to como medida preventiva de las com- ne especial indicación como medida
dio, es suficiente, muchas veces, la re- vas más frecuentes de las fracturas de plicaciones tromboembólicas como en preventiva de la trombosis venosa. La
ducción manual haciendo presión antebrazo, dejando al margen las com- el tratamiento de las mismas. Y en el dosis adecuada para tal fin suele ser al-
sobre la cabeza luxada y combinándo- plicaciones inmediatas de las mismas caso concreto de la traumatología, tan- rededor de 5.000 a 17.500 UI cada
la con movimientos de flexión —exten- (neurovasculares, infecciosas, etc.), son to en los traumatismos agudos como en doce horas, durante cuatro a diez días o
sión del codo y pronosupinación—, las siguientes: a) Seudoartrosis de uno o el curso posoperatorio de intervencio- hasta que el paciente se integre a una
hasta tener la impresión de que la cabe- los dos huesos del antebrazo. b) Conso- nes realizadas para su tratamiento (os- actividad física parecida a la normal.
za radial ocupa su sitio y no muestra lidación defectuosa, por angulación o teosíntesis, artroplastias, etc.). En cual- Heparina de bajo peso molecular
ninguna (o muy poca) tendencia a salir- incurvación del hueso o los huesos frac- quier caso, dichas indicaciones están (entre 3.500 y 5.500 daltons). Constituye
se en los citados movimientos. Impre- turados. c) Sinostosis radiocubital o supeditadas a los factores de riesgo, ge- la innovación más interesante, por aho-
sión que lógicamente debe confirmarse contacto anormal entre los dos huesos, nerales o locales, que favorecen el fe- ra, en la profilaxis y tratamiento del
con radiografías en varias proyecciones que impide o limita el movimiento de nómeno trombótico: obesidad, diabe- tromboembolismo, con importantes ven-
FIG. 10. Ejemplo de tratamiento de una frac- o por radioscopia con amplificador de pronosupinación. tes, vida sedentaria, largo reposo en tajas prácticas respecto a las heparinas
tura diafisaria de ambos huesos del antebrazo imagen. Cuando la reducción manual Normas generales sobre el trata- cama, inmovilización prolongada en clásicas, tanto cálcicas como sódicas, y
mediante osteosíntesis con placas atornilladas. no es posible, o cuando la cabeza, apa- miento de las complicaciones: yesos, etc., así como también en las lo- con un margen mayor de seguridad y de
rentemente reducida en la radiografía, 1) Sobre el tratamiento de las seudoar- calizaciones particularmente peligro- eficacia. Puede ser administrada por vía
muestra tendencia a reluxarse muy fá- trosis, véase lo expuesto en un apartado sas, como son, por ejemplo, las fractu- subcutánea (una inyección cada 12 ho-
cilmente, hay que suponer la existen- especial bajo la palabra seudoartrosis.
seudoartrosis ras de la pelvis o los traumatismos de la ras), con lo que se evita el riesgo de fle-
cia de obstáculos que se oponen a 2) Los defectos morfológicos por conso- raíz de los miembros inferiores. (Véase bitis que entraña la vía endovenosa.
nuestros propósitos. Lo más probable es lidación defectuosa sólo pueden tratarse trombosis.)
trombosis Los anticoagulantes em- Ofrece menor riesgo de complicaciones,
la interposición del ligamento anular, o por osteotomía, correcta alineación del pleados en cualquiera de estos casos en especial hemorragias o plaquetope-
un colgajo del mismo, entre la cabeza hueso y osteosíntesis. La indicación de pueden ser clasificados en tres grupos nias, que las heparinas no fraccionadas.
del radio y el cúbito (fig. 11). Se impo- tales medidas debe establecerse en principales: la heparina y sus derivados, Apenas incide negativamente sobre los
ne en tales casos la reducción a cielo función de los factores subjetivos que los antivitamínicos K y los antiagregan- test globales de coagulación y no modi-
abierto, la eliminación de los obstácu- entran en juego, partiendo de la base tes plaquetarios. fica la agregación plaquetaria ni la fija-
los interpuestos en la articulación radio- de que, por lo regular, no ocasionan Heparina. Es el anticoagulante más fi- ción del fibrinógeno sobre las plaquetas.
FIG. 9. Fractura de Monteggia. Posibilidad de FIG. 11. Falsa reducción de la luxación radial, cubital —los restos del ligamento anu- más que un defecto morfológico sin nin- siológico, por encontrarse normalmen- Todo ello permite reducir la frecuencia
obtener una reducción estable con varilla intra- en las fracturas de Monteggia, por interposición lar—, y si es posible, la reconstrucción guna —o muy poca— limitación funcio- te en el organismo. Sintetizado no por de los análisis de control y prescindir de
medular de la fractura del cúbito. del ligamento anular. del mismo por simple sutura o plastia nal. Las exigencias estéticas de los inte- el hígado, como sugiere su nombre y monotorización de laboratorio, además
antebrazo 10 11 anticoagulantes

posible, por lo mismo que es difícil o mentarias, con interposición de un ter- placas y los detalles de su colocación, con fascia tomada de la aponeurosis del resados (o interesadas), las reacciones antes se creía, sino por los mastocitos o
imposible la reducción manual, con lo cer fragmento de diáfisis, en las cuales, véase el término osteosíntesis (fig. 10). antebrazo. Cuando la cabeza del radio depresivas que pueden provocar la mal- células cebadas (Mastzellen, en alemán)
cual las ventajas del procedimiento se muchas veces, la mejor manera de ali- Métodos de fijación externa. En la está destrozada por una fractura conmi- formación, el deseo de corregirla, etc., presentes en las paredes de los vasos de
reducen casi a cero. near convenientemente los fragmentos práctica corriente tienen indicación ex- nuta o multifragmentaria es preferible son elementos con los que es necesario pequeño calibre. Químicamente es un
A pesar de lo dicho, el enclavado intra- es enhebrándolos unos con otros por clusiva en las fracturas abiertas o infec- su extirpación. contar al ofrecer un tratamiento correc- glucopolisacárido, formado por ácido
medular tiene indicaciones precisas en medio de una aguja o clavo a modo de tadas del antebrazo, y en especial en Fractura-luxación de Galeazzi. Por ra- tor. 3) La sinostosis radiocubital, o las li- glucurónico y un polisacárido sulfura-
un caso concreto: las fracturas aisladas baqueta. Y a un coste inferior en trau- aquellas que se acompañan de extensas zones análogas a las expuestas sobre la mitaciones de la pronosupinación por do. Su acción anticoagulante se ejerce
del cúbito, a nivel de su tercio medio, matismo operatorio del que exigiría, lesiones asociadas de las partes blandas, fractura de Monteggia, se hace necesa- contacto anormal entre los huesos, inhibiendo la transformación de la pro-
en las cuales se puede lograr con el mé- por regla general, una placa doble o tri- que exijan un acceso fácil a la misma rio, en este otro tipo de lesión ósea y ar- plantea un problema de muy difícil so- trombina en trombina y el fibrinógeno
todo una estabilidad suficiente (fig. 9). ple en un mismo hueso. para su vigilancia y cuidado. Y decimos ticular, la fijación lo más estable posible lución ante el cual lo más prudente es en fibrina, aparte de otros efectos se-
La introducción del clavo, a través del Osteosíntesis con placas atornilla- «en la práctica corriente» para dejar de- de los fragmentos radiales con placa abstenerse. El tratamiento quirúrgico de cundarios de menor importancia sobre
olécranon, es sumamente sencilla. La das. Sus ventajas ya han sido señaladas liberadamente al margen la conducta atornillada, preferentemente a compre- este trastorno —el único que, teórica- el fenómeno de la coagulación. La he-
diáfisis cubital, a flor de piel, puede al- al exponer los otros procedimientos: seguida en algunas prestigiosas escuelas sión, como medida más segura de lograr mente, podría resolverlo— proporciona, parina no es absorbida por el tubo di-
canzarse con facilidad a través de una proporcionan —o pueden proporcio- de traumatología, como la de Álvarez la máxima estabilidad de la extremidad en general, resultados nulos o negativos, gestivo. Tiene que ser administrada, por
incisión mínima, mucho más reducida nar— una reducción anatómica perfec- Cambras en La Habana, en las que siste- inferior del cúbito. Pero esta estabilidad limitados, en casi la totalidad de los ca- lo tanto, por vía parenteral; pero no
que la que exige la colocación de una ta y una estabilidad suficiente del mon- máticamente se emplean los procedi- es difícil de lograr en condiciones satis- sos, a cambiar el grado de supinación o por inyección intramuscular, a causa de
placa, pero suficiente para afrontar los taje, en especial cuando se emplean mientos de fijación esquelética externa factorias, incluso operatoriamente, y de pronación preexistente, sin mejorar los hematomas que puede provocar. Por
fragmentos. Teniendo en cuenta estas placas a compresión de seis tornillos. Tie- en todos —o casi todos— los tipos de obliga a contentarse, muchas veces, con en nada los movimientos, y muchas ve- vía intravenosa o subcutánea, su acción
razones, el enclavado intramedular del nen indicación, por lo tanto, en las frac- fracturas, abiertas o cerradas. una reducción semiestable antes de ces empeorándolos. anticoagulante es prácticamente inme-
cúbito puede encontrar igualmente in- turas difíciles de reducir a cielo cerrado Tipos especiales de fracturas del an- aventurarse a intentos de reparación qui- antérgico. Antagonista. diata, pero de poca duración. Cuando
dicación asociada a la osteosíntesis con o difíciles de inmovilizar suficiente- tebrazo. El tratamiento de la fractura-lu- rúrgica, de resultado muy incierto y que antibiograma.
antibiograma. Término muy usado, aun- se administra por vía intravenosa, desa-
placa del radio, en los casos de fractu- mente por medio de vendajes escayola- xación de Monteggia exige, como es fá- añaden un traumatismo operatorio a la que impropiamente, en lugar de anti- parece totalmente al cabo de unas seis
ras dobles. El enclavado intramedular, dos, y por la misma razón está indicada cil suponer, la atención de la fractura articulación de la muñeca con sus más bioticograma. horas. Sin embargo, cuando se adminis-
del cúbito o del radio, encuentra tam- en los casos en que se producen des- del cúbito y de la luxación del radio. La que probables consecuencias negativas: antibioticograma (del gr. anti, contra,
antibioticograma tra por vía subcutánea (heparina cálci-
bién una indicación digna de ser tenida plazamientos secundarios dentro del fractura del cúbito exige, a su vez, ne- limitación dolorosa de los movimientos, bioticos, tocante a la vida, y gramma, ca) su presencia en el torrente circula-
en cuenta, en los casos de fracturas seg- yeso. En cuanto a los diferentes tipos de cesariamente, una síntesis de los frag- pérdida de fuerza prensora de la mano, inscripción). Término propuesto por torio dura más de diez horas. La
mentos suficientemente sólida, no sólo etcétera. Cuando la luxación residual y Lust para designar las pruebas de labo- heparina sódica sólo puede adminis-
para asegurar la consolidación del hue- la inestabilidad de la articulación radio- ratorio destinadas a medir la sensibili- trarse por vía endovenosa. Su efecto te-
so fracturado, sino también para lograr cubital inferior es causa, por sí misma, de dad de los diversos gérmenes a los anti- rapéutico es mayor que el de la hepari-
la máxima estabilidad de la cabeza del las citadas molestias, puede plantearse la bióticos. na cálcica, y por lo tanto su empleo está
radio, después de reducida su luxación. resección secundaria de la extremidad anticoagulantes en traumatología.
traumatología. El indicado para el tratamiento de las
Y este doble objetivo sólo puede conse- distal del cúbito —«operación de Da- empleo de estos agentes encuentra una trombosis ya declaradas. La heparina
guirse, en la práctica, mediante placas rrach»— una vez lograda la consolida- de sus principales indicaciones en ciru- cálcica, en cambio, puede administrar-
atornilladas, preferentemente a com- ción de la fractura radial, pero no antes. gía ortopédica y en traumatología, tan- se por vía subcutánea, y su empleo tie-
presión. En cuanto a la luxación del ra- Complicaciones. Las secuelas definiti- to como medida preventiva de las com- ne especial indicación como medida
dio, es suficiente, muchas veces, la re- vas más frecuentes de las fracturas de plicaciones tromboembólicas como en preventiva de la trombosis venosa. La
ducción manual haciendo presión antebrazo, dejando al margen las com- el tratamiento de las mismas. Y en el dosis adecuada para tal fin suele ser al-
sobre la cabeza luxada y combinándo- plicaciones inmediatas de las mismas caso concreto de la traumatología, tan- rededor de 5.000 a 17.500 UI cada
la con movimientos de flexión —exten- (neurovasculares, infecciosas, etc.), son to en los traumatismos agudos como en doce horas, durante cuatro a diez días o
sión del codo y pronosupinación—, las siguientes: a) Seudoartrosis de uno o el curso posoperatorio de intervencio- hasta que el paciente se integre a una
hasta tener la impresión de que la cabe- los dos huesos del antebrazo. b) Conso- nes realizadas para su tratamiento (os- actividad física parecida a la normal.
za radial ocupa su sitio y no muestra lidación defectuosa, por angulación o teosíntesis, artroplastias, etc.). En cual- Heparina de bajo peso molecular
ninguna (o muy poca) tendencia a salir- incurvación del hueso o los huesos frac- quier caso, dichas indicaciones están (entre 3.500 y 5.500 daltons). Constituye
se en los citados movimientos. Impre- turados. c) Sinostosis radiocubital o supeditadas a los factores de riesgo, ge- la innovación más interesante, por aho-
sión que lógicamente debe confirmarse contacto anormal entre los dos huesos, nerales o locales, que favorecen el fe- ra, en la profilaxis y tratamiento del
con radiografías en varias proyecciones que impide o limita el movimiento de nómeno trombótico: obesidad, diabe- tromboembolismo, con importantes ven-
FIG. 10. Ejemplo de tratamiento de una frac- o por radioscopia con amplificador de pronosupinación. tes, vida sedentaria, largo reposo en tajas prácticas respecto a las heparinas
tura diafisaria de ambos huesos del antebrazo imagen. Cuando la reducción manual Normas generales sobre el trata- cama, inmovilización prolongada en clásicas, tanto cálcicas como sódicas, y
mediante osteosíntesis con placas atornilladas. no es posible, o cuando la cabeza, apa- miento de las complicaciones: yesos, etc., así como también en las lo- con un margen mayor de seguridad y de
rentemente reducida en la radiografía, 1) Sobre el tratamiento de las seudoar- calizaciones particularmente peligro- eficacia. Puede ser administrada por vía
muestra tendencia a reluxarse muy fá- trosis, véase lo expuesto en un apartado sas, como son, por ejemplo, las fractu- subcutánea (una inyección cada 12 ho-
cilmente, hay que suponer la existen- especial bajo la palabra seudoartrosis.
seudoartrosis ras de la pelvis o los traumatismos de la ras), con lo que se evita el riesgo de fle-
cia de obstáculos que se oponen a 2) Los defectos morfológicos por conso- raíz de los miembros inferiores. (Véase bitis que entraña la vía endovenosa.
nuestros propósitos. Lo más probable es lidación defectuosa sólo pueden tratarse trombosis.)
trombosis Los anticoagulantes em- Ofrece menor riesgo de complicaciones,
la interposición del ligamento anular, o por osteotomía, correcta alineación del pleados en cualquiera de estos casos en especial hemorragias o plaquetope-
un colgajo del mismo, entre la cabeza hueso y osteosíntesis. La indicación de pueden ser clasificados en tres grupos nias, que las heparinas no fraccionadas.
del radio y el cúbito (fig. 11). Se impo- tales medidas debe establecerse en principales: la heparina y sus derivados, Apenas incide negativamente sobre los
ne en tales casos la reducción a cielo función de los factores subjetivos que los antivitamínicos K y los antiagregan- test globales de coagulación y no modi-
abierto, la eliminación de los obstácu- entran en juego, partiendo de la base tes plaquetarios. fica la agregación plaquetaria ni la fija-
los interpuestos en la articulación radio- de que, por lo regular, no ocasionan Heparina. Es el anticoagulante más fi- ción del fibrinógeno sobre las plaquetas.
FIG. 9. Fractura de Monteggia. Posibilidad de FIG. 11. Falsa reducción de la luxación radial, cubital —los restos del ligamento anu- más que un defecto morfológico sin nin- siológico, por encontrarse normalmen- Todo ello permite reducir la frecuencia
obtener una reducción estable con varilla intra- en las fracturas de Monteggia, por interposición lar—, y si es posible, la reconstrucción guna —o muy poca— limitación funcio- te en el organismo. Sintetizado no por de los análisis de control y prescindir de
medular de la fractura del cúbito. del ligamento anular. del mismo por simple sutura o plastia nal. Las exigencias estéticas de los inte- el hígado, como sugiere su nombre y monotorización de laboratorio, además
antistático 12 13 articulación

de hacer posible un tratamiento ambu- varse considerablemente con el empleo región, véase: cuadríceps, desgarros anatomía: «Unión de dos cosas entre sí infecciones particularmente violentas, ra a dentro, por un agente vulnerante
latorio o un alta hospitalaria precoz. Por de anticoagulantes. musculares y roturas del tendón cuadri- para permitir el movimiento entre por lo cual su pronóstico cambió sus- externo, o de dentro a fuera, a cargo de
lo demás, las indicaciones, contraindi- 3) En general, todas las heridas muy cipital;; rótula, fracturas;; rótula, luxa- ellas». Propiedad que comparten, con tancialmente con el empleo de los anti- los elementos óseos, en las fracturas o
caciones y efectos secundarios son pa- sangrantes, con serio riesgo de hemo- ciones;; rotuliano, tendón, roturas y caracteres idénticos, todos los vertebra- bióticos. Lo mismo que su tratamiento, luxaciones. Más importancia tiene la
recidos a las de todo tratamiento hepa- rragia y en las que no resulte fácil ha- desinserciones. dos superiores. Sin embargo, sus ante- en las guerras que precedieron a la era distinción entre las dos modalidades
rínico. cer una hemostasis adecuada. aparato
aparato extensor de reserva.
reserva. (En ale- cedentes filogénicos son más remotos, y antibiótica (guerra de Secesión america- siguientes:
Antivitaminas K. Son los derivados sin- 4) En los politraumatizados, y espe- mán, Resrevestreckapparat.) Nombre se remontan al phylum de los artrópo- na, guerra de los Boers, etc.), la actitud 1) Heridas articulares limitadas a las
téticos de la curamina, un agente quí- cialmente en aquellos en que se sos- dado por los traumatólogos alemanes a dos (insectos, arácnidos, crustáceos), de los cirujanos oscilaba entre la abs- partes blandas: piel, cápsula, ligamen-
mico que actúa inhibiendo el factor II, peche un hemotórax, posible rotura de un haz fibroso que prolonga distalmen- pero con diferencias importantes: en es- tención y la amputación, con un índice tos, sinovial.
necesario para la síntesis de la protrom- bazo, un hematoma retroperitoneal o te el tendón del tríceps a nivel del olé- tos invertebrados —un cangrejo, por de mortalidad que alcanzaba el 50 %. 2) Heridas articulares acompañadas de
bina, así como otros factores de la coa- una desinserción mesentérica. cranon, garantizando la continuidad ejemplo— el movimiento articulado se Durante la primera guerra mundial em- lesión ósea o cartilaginosa: fracturas arti-
gulación (VII, IX y X). Su estructura quí- El peligro mayor en cualquiera de estos del sistema tricipital en las fracturas ole- limita a las extremidades, mientras que pezó a preconizarse la limpieza quirúr- culares, fracturas y luxaciones abiertas.
mica es muy semejante a la de la casos —ya se comprende— es el de he- cranianas y limitando el desplazamien- en el hombre y los demás vertebrados gica de las heridas y el drenaje amplio Principios generales del tratamiento
vitamina K, presente en el hígado y ne- morragia. Cuando se produce, el trata- to de los fragmentos. (Véase olécra olécra - se incluye el esqueleto axial (columna, de las mismas, conducta que prevaleció quirúrgico:
cesaria para la síntesis de los citados miento adecuado, aparte de suprimir la non, fractur
fracturas
as del.)
del A nivel de la cráneo, costillas), aparte de otras dife- durante la guerra civil española y la 1) Insistir una vez más en la necesidad
factores, de manera que actúan por un medicación anticoagulante y las medi- rodilla el aparato extensor de reserva rencias que caracterizan el exoesquele- campaña de Asturias que la precedió, y de una atención urgente. Las perspecti-
antagonismo competitivo entre ambas das locales para cohibir la pérdida de está representado por las fibras longi- to. Sin.: coyuntura, juntura. cuya experiencia fue recogida por Bas- vas de curación por primera intención y
sustancias. Los cumarínicos o sus deri- sangre, o su reposición en caso de he- tudinales del retináculo externo, que li- Clasificación y terminología. La clasifi- tos Ansart en un libro que hizo fortuna: sin complicaciones son considerable-
vados y análogos (derivados de la ina- morragia copiosa, consiste en lo si- mitan —si no se desgarran— el despla- cación de las articulaciones se estable- Algunos aspectos clínicos de las heridas mente mayores cuando el tratamiento se
nadiona) son activos por vía oral, pero guiente: zamiento de los fragmentos en las frac- ce principalmente en función de los de arma de fuego. En el mismo se insis- instaura antes de las 24 primeras horas
tienen un período de latencia largo, por a) En caso de tratamiento con hepa- turas de la rótula. movimientos que permite su configura- tía en unos principios que han prevale- del traumatismo.
lo cual su efecto anticoagulante sólo se rina, antiheparina endovenosa, a la aparatos
aparatos de compresión-distracción.
compresión-distracción. ción anatómica. En primer lugar, los si- cido hasta la era antibiótica: artrotomía 2) El tratamiento debe efectuarse con
manifiesta al cabo de varios días, o en el misma dosis que la heparina, o bien de Véase fijadores externos en trauma trauma-- guientes grupos: amplia, limpieza quirúrgica, drenaje su- todas las reglas exigidas para una inter-
mejor de los casos, de varias horas des- 10 a 20 mg de fitomenadiona por vía tología.
tología 1) Articulaciones fijas. Sinartrosis. ficiente y renuncia en casi la totalidad vención de importacia. Quirófano esté-
pués de iniciada su administración. En oral. apófisis belemnoides. Apófisis estiloi- Ejemplo: las suturas craneales. de los casos al cierre inmediato de la he- ril, anestesia general o regional raquí-
cambio, puede durar también de dos a b) En caso de tratamiento con antivita- des. 2) Articulaciones semifijas. Anfiartrosis, rida. Esta actitud ha cambiado, claro dea, a ser posible hemostasia previa,
tres días. Su principal indicación la minas K, suele ser suficiente la supre- apófisis capitular.
capitular. Apófisis articular de sínfisis, sindesmosis. Ejemplo: la sínfisis está, con los antibióticos. Y lo que más instrumental suficiente, personal adies-
ofrecen los casos graves de trombosis sión del tratamiento. Ante una hemo- las vértebras. pubiana, uniones condrocostales. ha cambiado es la posibilidad de cierre trado, etc.
que exigen un tratamiento enérgico y rragia importante, administración de apófisis estiloides. Prolongación del ex- 3) Articulaciones movibles. Diartrosis, inmediato de la herida, siempre que el 3) La táctica quirúrgica propiamente di-
prolongado. Tanto la administración de vitamina K por vía endovenosa, y en ca- tremo inferior del radio, por su cara ex- articulaciones diartroidales. Provistas estado de los tejidos periarticulares lo cha comporta los siguientes tiempos:
heparina como la de los cumarínicos sos graves transfusión de sangre o plas- terna, y del cúbito, por la interna. Sin.: de sinovial. Ejemplo: codo, rodilla, etc. permita y siempre después de una lim- — Exploración y reconocimiento de
exigen un control biológico sobre el es- ma conteniendo, preferentemente, los apófisis belemnoides. A su vez divididas en los siguientes sub- pieza quirúrgica a fondo de un drenaje las lesiones en toda su extensión y pro-
tado de la coagulación, que consiste, factores inhibidos por el anticoagulan- apótesis (del gr. apo, fuera de, y thesis, grupos: «cerrado» aspirativo. Pero el peligro de fundidad.
principalmente, en la práctica, en la te. posición). Posición en que se coloca un Articulación condílea. Ejemplo, la mu- infección subsiste, sobre todo en los ca- — Limpieza quirúrgica de los bordes
medida periódica del tiempo Quick o Otro peligro, no menos importante que miembro fracturado, después de la re- ñeca. sos que no han sido atendidos oportu- de la herida de partes blandas: piel,
pruebas análogas para medir la tasa de el de la anticoagulación, es el fenóme- ducción y de la aplicación del apósito. Trocleoartrosis. Ejemplo, el codo. namente, con lo cual se refuerza el ar- cápsula, sinovial.
protrombina. no de rebote, cuando se suspende de arteria espinal anterior,
anterior, síndrome de Enartrosis. Ejemplo, la cadera. gumento inicial sobre la necesidad de — Extirpación de todos los cuerpos ex-
Antiagregantes plaquetarios. El más co- una manera brusca, dando paso a una la. Véase en r aquis, lesiones neuro-neuro- Trocoide. Ejemplo, la articulación ra- un tratamiento quirúrgico de urgencia. traños intraarticulares, incluyendo pe-
mún de todos es el ácido acetilsalicílico, fase de hipercoagulabilidad que puede lógicas. diocubital proximal. El otro peligro importante es la pérdida queños fragmentos óseos o cartilagino-
y también uno de los más potentes. Por ser la causa de accidentes tromboem- arteriectasis (de arteria y del gr. ektasis, En silla de montar. Ejemplo, la articula- o limitación de la función articular, sos. En ocasiones, ante destrozos de
ello encuentra su aplicación el trata- bólicos particularmente graves. La me- extensión). Dilatación anormal de una ción trapeciometacarpiana. condicionado, como es fácil compren- cierta importancia o en casos tratados tar-
miento preventivo de la trombosis pos- jor manera de prevenirlos es, lógica- arteria. Sin.: aneurisma. Artrodias. Superficies planas o conve- der, a la gravedad de los destrozos cau- díamente, con serio peligro de infección,
traumática o posoperatoria, aunque su mente, la supresión gradual de la arteriogr afía. Método de visualización xas entre sí. Ejemplo, articulación acro- sados por el traumatismo, en especial deben ser considerados como cuerpos
dosificación y su verdadera eficacia no medicación durante un período de radiológica de las arterias mediante mioclavicular. de los tejidos óseos o articulares, y tam- extraños y extirpadas algunas estructuras
parecen todavía definitivamente esta- tiempo prolongado varios días. la inyección de una sustancia opaca. Traumatismos articulares abiertos. Las bién al tipo de articulación afecta. Las articulares, como los meniscos.
blecidas. antistático. Antagonista. Fue establecido en 1927 por Egas Mo- heridas penetrantes que ponen en co- de los dedos, por ejemplo, acaban — En las fracturas articulares abiertas,
Peligros, complicaciones y contraindi- AO. Siglas de «Arbeitsgemeinschaft Os- niz, quien logró hacer visible por los municación la cavidad articular con el siempre —o casi siempre—, después de con fragmentos óseos de una cierta mag-
caciones de los anticoagulantes en trau- teosynthese». Grupo suizo de trabajo rayos X la circulación cerebral gracias a exterior constituyen un capítulo impor- un traumatismo abierto, por la anquilo- nitud, cuyo desplazamiento comprome-
matología. Aparte de los riesgos debidos para el estudio de la osteosíntesis. la introducción en la carótida de una tante de la traumatología, por dos moti- sis completa. te la arquitectura articular, se impone la
a factores generales (hemofilia, púrpura, aparato
aparato de Hennequin. Aparato de trac- sustancia opaca (yoduro de sodio al vos fundamentales: el primero, por ser Etiología, mecanismos de produc- reducción inmediata durante el acto
fragilidad capilar, úlceras gastrointesti- ción continua, que se emplea para 25 %). lesiones que requieren, en todos los ca- ción y anatomía patológica. No es ne- operatorio. Y según los casos, a pesar del
nales, hipertensión grave, insuficiencia reducir las fracturas complicadas de la arteriorrexis (de arteria y del gr. rhéxis, sos, un tratamiento quirúrgico de urgen- cesario enumerar las múltiples causas riesgo que entraña el empleo de material
renal o hepática, embarazo, etc.), hay pierna. rotura). Rotura de una arteria. cia, y el segundo, por su particular gra- que pueden dar lugar a la penetración metálico, la osteosíntesis inmediata.
traumatismos ante los cuales hay que aparato
aparato de Kirschner
Kirschner.. Aparato emplea- articulación (del lat. articulatio, -onis). vedad, que pone en peligro la función de un agente vulnerante en una articu- — Cierre de la herida por planos, po-
ser particularmente precavidos: do para la tracción esquelética en las Unión entre sí de dos huesos. Anatómi- articular, cuando no el miembro afecto lación: heridas de guerra, accidentes de niendo especial cuidado en la sutura del
1) Los traumatismos craneoencefáli-cos, fracturas de la pierna. ca y funcionalmente, las articulaciones o, incluso, la vida del herido. Consti- tráfico, etc. Ni tampoco las diversas for- plano capsuloligamentoso y de los mús-
por el riesgo a hemorragias intracranea- aparato
aparato de Sayre.
Sayre. Aparato de suspen- sirven para permitir el crecimiento de las tuían una de las causas más importantes mas en que dicho agente puede actuar. culos periarticulares, como medida más
les. sión vertical para la aplicación de un piezas óseas que forman el esqueleto de mortalidad entre los heridos que lle- La clasificación entre heridas punzan- necesaria para aislar la cavidad articular
2) Fracturas de pelvis. Son las de mayor corsé enyesado y para la extensión de la membranoso (cráneo) y para permitir el gaban vivos a los hospitales, en las gue- tes, incisas, inciso-contusas, por aplas- y prevenir la infección secundaria.
riesgo de trombosis, pero también las aquis frac-
columna vertebral. (Véase r aquis, movimiento entre los diferentes segmen- rras del siglo pasado y principios del ac- tamiento, etc., no tienen en nuestra — Cuando no es posible el cierre de
que ofrecen mayor peligro de hemorra- turas.) tos esqueléticos. Este último es el verda- tual. Esta gravedad viene determinada, opinión más que un interés relativo. la piel, hay que limitarse a cerrar lo me-
gia retroperitoneal, muchas veces grave aparato
aparato extensor de la rodilla. Para las dero significado etimológico de la pala- principalmente, por la frecuencia con Bastará con recordar que la abertura de jor posible el plano subyacente, muscu-
y difícil de controlar, que puede agra- lesiones traumáticas en general de esta bra latina articulatio, aplicada a la que las heridas articulares daban paso a la articulación puede producirse de fue- lar y capsuloligamentoso. En caso de
antistático 12 13 articulación

de hacer posible un tratamiento ambu- varse considerablemente con el empleo región, véase: cuadríceps, desgarros anatomía: «Unión de dos cosas entre sí infecciones particularmente violentas, ra a dentro, por un agente vulnerante
latorio o un alta hospitalaria precoz. Por de anticoagulantes. musculares y roturas del tendón cuadri- para permitir el movimiento entre por lo cual su pronóstico cambió sus- externo, o de dentro a fuera, a cargo de
lo demás, las indicaciones, contraindi- 3) En general, todas las heridas muy cipital;; rótula, fracturas;; rótula, luxa- ellas». Propiedad que comparten, con tancialmente con el empleo de los anti- los elementos óseos, en las fracturas o
caciones y efectos secundarios son pa- sangrantes, con serio riesgo de hemo- ciones;; rotuliano, tendón, roturas y caracteres idénticos, todos los vertebra- bióticos. Lo mismo que su tratamiento, luxaciones. Más importancia tiene la
recidos a las de todo tratamiento hepa- rragia y en las que no resulte fácil ha- desinserciones. dos superiores. Sin embargo, sus ante- en las guerras que precedieron a la era distinción entre las dos modalidades
rínico. cer una hemostasis adecuada. aparato
aparato extensor de reserva.
reserva. (En ale- cedentes filogénicos son más remotos, y antibiótica (guerra de Secesión america- siguientes:
Antivitaminas K. Son los derivados sin- 4) En los politraumatizados, y espe- mán, Resrevestreckapparat.) Nombre se remontan al phylum de los artrópo- na, guerra de los Boers, etc.), la actitud 1) Heridas articulares limitadas a las
téticos de la curamina, un agente quí- cialmente en aquellos en que se sos- dado por los traumatólogos alemanes a dos (insectos, arácnidos, crustáceos), de los cirujanos oscilaba entre la abs- partes blandas: piel, cápsula, ligamen-
mico que actúa inhibiendo el factor II, peche un hemotórax, posible rotura de un haz fibroso que prolonga distalmen- pero con diferencias importantes: en es- tención y la amputación, con un índice tos, sinovial.
necesario para la síntesis de la protrom- bazo, un hematoma retroperitoneal o te el tendón del tríceps a nivel del olé- tos invertebrados —un cangrejo, por de mortalidad que alcanzaba el 50 %. 2) Heridas articulares acompañadas de
bina, así como otros factores de la coa- una desinserción mesentérica. cranon, garantizando la continuidad ejemplo— el movimiento articulado se Durante la primera guerra mundial em- lesión ósea o cartilaginosa: fracturas arti-
gulación (VII, IX y X). Su estructura quí- El peligro mayor en cualquiera de estos del sistema tricipital en las fracturas ole- limita a las extremidades, mientras que pezó a preconizarse la limpieza quirúr- culares, fracturas y luxaciones abiertas.
mica es muy semejante a la de la casos —ya se comprende— es el de he- cranianas y limitando el desplazamien- en el hombre y los demás vertebrados gica de las heridas y el drenaje amplio Principios generales del tratamiento
vitamina K, presente en el hígado y ne- morragia. Cuando se produce, el trata- to de los fragmentos. (Véase olécra olécra - se incluye el esqueleto axial (columna, de las mismas, conducta que prevaleció quirúrgico:
cesaria para la síntesis de los citados miento adecuado, aparte de suprimir la non, fractur
fracturas
as del.)
del A nivel de la cráneo, costillas), aparte de otras dife- durante la guerra civil española y la 1) Insistir una vez más en la necesidad
factores, de manera que actúan por un medicación anticoagulante y las medi- rodilla el aparato extensor de reserva rencias que caracterizan el exoesquele- campaña de Asturias que la precedió, y de una atención urgente. Las perspecti-
antagonismo competitivo entre ambas das locales para cohibir la pérdida de está representado por las fibras longi- to. Sin.: coyuntura, juntura. cuya experiencia fue recogida por Bas- vas de curación por primera intención y
sustancias. Los cumarínicos o sus deri- sangre, o su reposición en caso de he- tudinales del retináculo externo, que li- Clasificación y terminología. La clasifi- tos Ansart en un libro que hizo fortuna: sin complicaciones son considerable-
vados y análogos (derivados de la ina- morragia copiosa, consiste en lo si- mitan —si no se desgarran— el despla- cación de las articulaciones se estable- Algunos aspectos clínicos de las heridas mente mayores cuando el tratamiento se
nadiona) son activos por vía oral, pero guiente: zamiento de los fragmentos en las frac- ce principalmente en función de los de arma de fuego. En el mismo se insis- instaura antes de las 24 primeras horas
tienen un período de latencia largo, por a) En caso de tratamiento con hepa- turas de la rótula. movimientos que permite su configura- tía en unos principios que han prevale- del traumatismo.
lo cual su efecto anticoagulante sólo se rina, antiheparina endovenosa, a la aparatos
aparatos de compresión-distracción.
compresión-distracción. ción anatómica. En primer lugar, los si- cido hasta la era antibiótica: artrotomía 2) El tratamiento debe efectuarse con
manifiesta al cabo de varios días, o en el misma dosis que la heparina, o bien de Véase fijadores externos en trauma trauma-- guientes grupos: amplia, limpieza quirúrgica, drenaje su- todas las reglas exigidas para una inter-
mejor de los casos, de varias horas des- 10 a 20 mg de fitomenadiona por vía tología.
tología 1) Articulaciones fijas. Sinartrosis. ficiente y renuncia en casi la totalidad vención de importacia. Quirófano esté-
pués de iniciada su administración. En oral. apófisis belemnoides. Apófisis estiloi- Ejemplo: las suturas craneales. de los casos al cierre inmediato de la he- ril, anestesia general o regional raquí-
cambio, puede durar también de dos a b) En caso de tratamiento con antivita- des. 2) Articulaciones semifijas. Anfiartrosis, rida. Esta actitud ha cambiado, claro dea, a ser posible hemostasia previa,
tres días. Su principal indicación la minas K, suele ser suficiente la supre- apófisis capitular.
capitular. Apófisis articular de sínfisis, sindesmosis. Ejemplo: la sínfisis está, con los antibióticos. Y lo que más instrumental suficiente, personal adies-
ofrecen los casos graves de trombosis sión del tratamiento. Ante una hemo- las vértebras. pubiana, uniones condrocostales. ha cambiado es la posibilidad de cierre trado, etc.
que exigen un tratamiento enérgico y rragia importante, administración de apófisis estiloides. Prolongación del ex- 3) Articulaciones movibles. Diartrosis, inmediato de la herida, siempre que el 3) La táctica quirúrgica propiamente di-
prolongado. Tanto la administración de vitamina K por vía endovenosa, y en ca- tremo inferior del radio, por su cara ex- articulaciones diartroidales. Provistas estado de los tejidos periarticulares lo cha comporta los siguientes tiempos:
heparina como la de los cumarínicos sos graves transfusión de sangre o plas- terna, y del cúbito, por la interna. Sin.: de sinovial. Ejemplo: codo, rodilla, etc. permita y siempre después de una lim- — Exploración y reconocimiento de
exigen un control biológico sobre el es- ma conteniendo, preferentemente, los apófisis belemnoides. A su vez divididas en los siguientes sub- pieza quirúrgica a fondo de un drenaje las lesiones en toda su extensión y pro-
tado de la coagulación, que consiste, factores inhibidos por el anticoagulan- apótesis (del gr. apo, fuera de, y thesis, grupos: «cerrado» aspirativo. Pero el peligro de fundidad.
principalmente, en la práctica, en la te. posición). Posición en que se coloca un Articulación condílea. Ejemplo, la mu- infección subsiste, sobre todo en los ca- — Limpieza quirúrgica de los bordes
medida periódica del tiempo Quick o Otro peligro, no menos importante que miembro fracturado, después de la re- ñeca. sos que no han sido atendidos oportu- de la herida de partes blandas: piel,
pruebas análogas para medir la tasa de el de la anticoagulación, es el fenóme- ducción y de la aplicación del apósito. Trocleoartrosis. Ejemplo, el codo. namente, con lo cual se refuerza el ar- cápsula, sinovial.
protrombina. no de rebote, cuando se suspende de arteria espinal anterior,
anterior, síndrome de Enartrosis. Ejemplo, la cadera. gumento inicial sobre la necesidad de — Extirpación de todos los cuerpos ex-
Antiagregantes plaquetarios. El más co- una manera brusca, dando paso a una la. Véase en r aquis, lesiones neuro-neuro- Trocoide. Ejemplo, la articulación ra- un tratamiento quirúrgico de urgencia. traños intraarticulares, incluyendo pe-
mún de todos es el ácido acetilsalicílico, fase de hipercoagulabilidad que puede lógicas. diocubital proximal. El otro peligro importante es la pérdida queños fragmentos óseos o cartilagino-
y también uno de los más potentes. Por ser la causa de accidentes tromboem- arteriectasis (de arteria y del gr. ektasis, En silla de montar. Ejemplo, la articula- o limitación de la función articular, sos. En ocasiones, ante destrozos de
ello encuentra su aplicación el trata- bólicos particularmente graves. La me- extensión). Dilatación anormal de una ción trapeciometacarpiana. condicionado, como es fácil compren- cierta importancia o en casos tratados tar-
miento preventivo de la trombosis pos- jor manera de prevenirlos es, lógica- arteria. Sin.: aneurisma. Artrodias. Superficies planas o conve- der, a la gravedad de los destrozos cau- díamente, con serio peligro de infección,
traumática o posoperatoria, aunque su mente, la supresión gradual de la arteriogr afía. Método de visualización xas entre sí. Ejemplo, articulación acro- sados por el traumatismo, en especial deben ser considerados como cuerpos
dosificación y su verdadera eficacia no medicación durante un período de radiológica de las arterias mediante mioclavicular. de los tejidos óseos o articulares, y tam- extraños y extirpadas algunas estructuras
parecen todavía definitivamente esta- tiempo prolongado varios días. la inyección de una sustancia opaca. Traumatismos articulares abiertos. Las bién al tipo de articulación afecta. Las articulares, como los meniscos.
blecidas. antistático. Antagonista. Fue establecido en 1927 por Egas Mo- heridas penetrantes que ponen en co- de los dedos, por ejemplo, acaban — En las fracturas articulares abiertas,
Peligros, complicaciones y contraindi- AO. Siglas de «Arbeitsgemeinschaft Os- niz, quien logró hacer visible por los municación la cavidad articular con el siempre —o casi siempre—, después de con fragmentos óseos de una cierta mag-
caciones de los anticoagulantes en trau- teosynthese». Grupo suizo de trabajo rayos X la circulación cerebral gracias a exterior constituyen un capítulo impor- un traumatismo abierto, por la anquilo- nitud, cuyo desplazamiento comprome-
matología. Aparte de los riesgos debidos para el estudio de la osteosíntesis. la introducción en la carótida de una tante de la traumatología, por dos moti- sis completa. te la arquitectura articular, se impone la
a factores generales (hemofilia, púrpura, aparato
aparato de Hennequin. Aparato de trac- sustancia opaca (yoduro de sodio al vos fundamentales: el primero, por ser Etiología, mecanismos de produc- reducción inmediata durante el acto
fragilidad capilar, úlceras gastrointesti- ción continua, que se emplea para 25 %). lesiones que requieren, en todos los ca- ción y anatomía patológica. No es ne- operatorio. Y según los casos, a pesar del
nales, hipertensión grave, insuficiencia reducir las fracturas complicadas de la arteriorrexis (de arteria y del gr. rhéxis, sos, un tratamiento quirúrgico de urgen- cesario enumerar las múltiples causas riesgo que entraña el empleo de material
renal o hepática, embarazo, etc.), hay pierna. rotura). Rotura de una arteria. cia, y el segundo, por su particular gra- que pueden dar lugar a la penetración metálico, la osteosíntesis inmediata.
traumatismos ante los cuales hay que aparato
aparato de Kirschner
Kirschner.. Aparato emplea- articulación (del lat. articulatio, -onis). vedad, que pone en peligro la función de un agente vulnerante en una articu- — Cierre de la herida por planos, po-
ser particularmente precavidos: do para la tracción esquelética en las Unión entre sí de dos huesos. Anatómi- articular, cuando no el miembro afecto lación: heridas de guerra, accidentes de niendo especial cuidado en la sutura del
1) Los traumatismos craneoencefáli-cos, fracturas de la pierna. ca y funcionalmente, las articulaciones o, incluso, la vida del herido. Consti- tráfico, etc. Ni tampoco las diversas for- plano capsuloligamentoso y de los mús-
por el riesgo a hemorragias intracranea- aparato
aparato de Sayre.
Sayre. Aparato de suspen- sirven para permitir el crecimiento de las tuían una de las causas más importantes mas en que dicho agente puede actuar. culos periarticulares, como medida más
les. sión vertical para la aplicación de un piezas óseas que forman el esqueleto de mortalidad entre los heridos que lle- La clasificación entre heridas punzan- necesaria para aislar la cavidad articular
2) Fracturas de pelvis. Son las de mayor corsé enyesado y para la extensión de la membranoso (cráneo) y para permitir el gaban vivos a los hospitales, en las gue- tes, incisas, inciso-contusas, por aplas- y prevenir la infección secundaria.
riesgo de trombosis, pero también las aquis frac-
columna vertebral. (Véase r aquis, movimiento entre los diferentes segmen- rras del siglo pasado y principios del ac- tamiento, etc., no tienen en nuestra — Cuando no es posible el cierre de
que ofrecen mayor peligro de hemorra- turas.) tos esqueléticos. Este último es el verda- tual. Esta gravedad viene determinada, opinión más que un interés relativo. la piel, hay que limitarse a cerrar lo me-
gia retroperitoneal, muchas veces grave aparato
aparato extensor de la rodilla. Para las dero significado etimológico de la pala- principalmente, por la frecuencia con Bastará con recordar que la abertura de jor posible el plano subyacente, muscu-
y difícil de controlar, que puede agra- lesiones traumáticas en general de esta bra latina articulatio, aplicada a la que las heridas articulares daban paso a la articulación puede producirse de fue- lar y capsuloligamentoso. En caso de
artralgia 14 15 artroplastia

duda, siempre es preferible esta medida dolor, limitación dolorosa de los movi- tes blandas y fungosidades, respetando en las que los tejidos articulares (cápsu- miento, hiperemia, hemorragia, etc.) o den prescindirse sin detrimento alguno
que intentar una sutura cutánea a ten- mientos, tumefacción y derrame intra- los extremos articulares. la y sinovial) quedan aplastados entre el proporcionar piezas de biopsia para el para la función y con la ventaja de su-
sión o las plastias cutáneas inmediatas articular, hemático o seroso. artredema (del gr. arthron, articulación, y propio plano óseo y la superficie con- examen anatomopatológico. primir un apoyo doloroso que puede
de acercar los bordes de la piel. Pasado Las consecuencias tardías pueden ser: oidema, edema). Edema de una articu- tundente. Otra, las distorsiones articula- Tratamiento. La medida más importan- ser muy invalidante, o, por razones
el tiempo necesario, la pérdida de sus- a) Persistencia de los síntomas iniciales, lación. res de los dedos de la mano. También, te y más necesaria, en cualquier caso, análogas, en un determinado segmento
tancia cutánea se recubre con injertos dolor, limitación funcional, etc. artrempiesis (del gr. arthron, articula- los movimientos pasivos forzados del es el reposo. Bien sea restringiendo la de la columna vertebral. Pero, como es
de piel, debidamente escogidos y apli- b) Sinovitis traumática; irritabilidad de ción, y pyon, pus). Piartrosis, supura- hombro, que no llegan a producir una actividad normal —reposo en cama, natural, requiere una valoración más
cados con las máximas garantías de la sinovial atribuible a las alteraciones ción en una articulación. luxación, pero distienden violentamen- privación de andar, etc.—, o bien inmo- matizada entre las ventajas y los incon-
buen resultado. vasomotoras causadas por la lesión ini- artritis traumáticas
traumáticas te el aparato capsuloligamentoso. vilizando por medios externos (yesos, venientes cuando se trata de articula-
— Drenaje aspirativo, en especial cial y traducida en derrames persisten- Definición y precisión del concepto. En Anatomía patológica. El término de ar- férulas especiales) la articulación afecta ciones importantes y necesarias para la
cuando se trata de grandes cavidades: tes o repetidos. su sentido más amplio y de acuerdo con tritis traumática es casi superponible al durante el tiempo necesario hasta que función.
cadera, rodilla. c) Atrofia muscular refleja. Se trata de su propia definición, el término sirve de sinovitis traumática. Es, en efecto, en desaparezca el dolor y la reacción arti- Respecto a estas indicaciones, posibili-
— Inmovilización rigurosa en la posi- una atrofia simple (véase atrofia mus-mus- para designar cualquier proceso articu- la sinovial donde se desarrollan princi- cular. Hay que evitar, sobre todo, los dades, limitaciones y técnica quirúrgica
ción adecuada. Es decir, en la posición cular),
cular sin traducción en los exámenes lar de naturaleza inflamatoria causado palmente —y casi exclusivamente— los ejercicios de movilización activa —y en cada articulación particular, véase la
más conveniente teniendo en cuenta la eléctricos o electromiográficos. Puede por un traumatismo. Una herida articu- procesos reaccionales que caracterizan más aún, pasiva— con la pretensión de palabra correspondiente a la misma.
posibilidad de una pérdida o limitación instaurarse muy precozmente (a los po- lar infectada, por ejemplo, es una artri- a la inflamación: vasodilatación, hipere- vencer o evitar la rigidez articular. Pun- artrodesis lumbosacra.
lumbosacra. Véase en es -
del juego articular. Por ejemplo, la in- cos días del traumatismo causal) y es tis traumática en el sentido más riguro- mia, hemorragia, extravasación, infiltra- ciones evacuadoras, cuando el derrame pondilólisis y espondilolistesis de
movilización en extensión de la rodilla siempre —potencialmente— reversible so de esta acepción. Y lo mismo podría ción perivascular, etc. Y secundaria- es muy abundante en las grandes arti- origen traumático.
traumático.
puede hacerse con vendaje escayolado después de curada la lesión causal. decirse de las reacciones inflamatorias mente, en la fase crónica: fibrosis, culaciones; vendajes compresivos y ad- artrodinia (del gr. arthron, articulación, y
o por cualquiera de los métodos de fija- d) Atrofia ósea, o atrofia de Sudeck que por lo regular acompañan a los hialinosis, esclerosis vascular, etc. Los ministración de antiinflamatorios cuando odyne, dolor). Dolor articular. Sin.: ar-
ción externa, cuando las condiciones (véase atrofia ósea dolorosa pos- pos- traumatismos articulares de la más di- demás tejidos articulares (cápsula, liga- no haya contraindicación a su uso. tralgia.
de la herida lo requieren. traumática
traumática). versa índole: fracturas, luxaciones, des- mentos, masas adiposas intraarticula- artro- (del gr. arthron, articulación). Prefi- artroereisis (del gr. arthron, articulación,
Traumatismos articulares cerrados e) Movilidad anormal de la articula- garros capsulares o ligamentosos, rotu- res, meniscos e incluso el cartílago y el jo griego que indica relación con arti- y ereisis, levantar). Limitación por me-
Concepto y clasificación. El concepto ción afecta. Inestabilidad articular. Por ras de meniscos, etc., o que persisten hueso subondral) pueden ser también culación. dios quirúrgicos de un determinado mo-
de traumatismo articular cerrado se defi- rotura o laxitud ligamentosa. como secuela de los mismos. asiento de reacciones inflamatorias o artrocentesis (del gr. arthron, articula- vimiento de una articulación, general-
ne por sí mismo, y puede revestir diver- f) Pérdida total o parcial de la movi- En la práctica clínica habitual, sin em- sus consecuencias (esclerosis, retrac- ción, y kentesis, punción). Punción de mente en caso de parálisis. La fijación
sas modalidades, cada una de las cuales lidad. bargo, el concepto de artritis traumática ción, necrosis, etc.), pero siempre en una articulación. de un pie equino fláccido, para evitar la
constituye un capítulo importante de la g) Luxaciones recidivantes o habituales. se reserva para designar una entidad no- menor grado que el tejido sinovial. El artroclasia (del gr. arthron, articulación, caída de la punta y conservar los demás
traumatología, insertado en algunos de Normas generales de tratamiento. sológica independiente, una de cuyas proceso inflamatorio afecta igualmente y klasis, fractura). Operación para rom- movimientos, es un ejemplo de artro-
los siguientes grupos: 1) Contusiones Hay lesiones articulares cerradas que características principales consiste pre- a las terminaciones nerviosas, dando lu- per una articulación anquilosada. ereisis. Cuando la fijación se hace por
simples. 2) Fracturas intraarticulares. 3) por su propia gravedad exigen una aten- cisamente en presentarse —o poderse gar a la respuesta dolorosa, práctica- artrocleísis (del gr. arthron, articulación, medio de un tendón, el término es sinó-
Lesiones capsuloligamentosas. 4) Lesio- ción inmediata y son tributarias de un presentar— sin el antecedente de una mente constante en el proceso. y kleiein, cerrar). Supresión del movi- nimo de tenodesis o tenopexia.
nes meniscales. 5) Luxaciones y sublu- tratamiento oportuno y adecuado. No lesión articular conocida: fractura, des- Cuadro clínico y diagnóstico. El dolor miento de una articulación. Sin.: artro- artrografía.
artrografía. Radiografía de una articula-
xaciones. es imaginable, por ejemplo, que ante garro ligamentoso, etc. Y por lo tanto, espontáneo, la limitación dolorosa de desis. ción, en la cual se ha inyectado previa-
El tema, considerado globalmente, re- una fractura intraarticular de rodilla o sin los datos clínicos o radiográficos los movimientos —y la contractura mus- artrodesis (del gr. arthron, articulación, y mente un líquido opaco a los rayos X o
sulta demasiado complejo para poderlo una luxación de hombro, se adopte una que permiten su identificación. Esta fal- cular defensiva—, la hinchazón y el de- desis, ligamento). Fijación quirúrgica de un gas esterilizado (aire, oxígeno). Per-
abarcar en una descripción general, lo actitud pasiva o dilatoria. Las medidas ta o escasez de pruebas objetivas es jus- rrame —seroso, serosanguinolento o una articulación. En general, para supri- mite el estudio de los contornos de las
cual obliga a considerarlo por separado necesarias, en cada caso particular, se- tamente lo que confiere a las artritis hemático— son las características prin- mir el dolor, y en ocasiones para dar fir- cavidades articulares, de los meniscos y
en cada uno de sus múltiples aspectos, rán descritas en los apartados corres- traumáticas, como entidad clínica inde- cipales del cuadro clínico. A ello puede meza a los segmentos de un miembro de los ligamentos o tendones intraarti-
bajo el término que les corresponde por pondientes, según el tipo de lesión o su pendiente, su principal interés práctico, añadirse, secundariamente, una atrofia paralizado, en la posición más adecua- culares.
el tipo de lesión (esguince, luxación, et- localización. Hay muchas otras lesio- y la necesidad de conocerlas y tenerlas muscular refleja. Y más tardíamente, la da para la función. La posición fisiológi- artrólisis (del gr. arthron, articulación, y
cétera) o por la localización anatómica nes, en cambio, que por su escasa re- presente como posibilidad diagnóstica, limitación de la movilidad pasiva, obe- ca constituye uno de los recursos más lysis, disolución). Operación que con-
de la misma (rodilla, tobillo, etc.), limi- percusión inmediata pueden ser subes- aun en ausencia de una lesión traumáti- deciendo a fenómenos de retracción antiguos de la ortopedia tradicional, siste en suprimir los elementos que li-
tándonos en el presente apartado a des- timadas inicialmente y dar paso con ca bien definida y claramente objetiva- capsuloligamentosa. Esta última compli- empleado durante largos años en el tra- mitan el movimiento de una articula-
cribir las características generales más ello a complicaciones tardías, a veces ble, ante las múltiples circunstancias en cación tardía es muy frecuente —casi tamiento de la osteoartritis tuberculosa, ción. En general, adherencias fibrosas
elementales. importantes y no siempre fáciles de tra- que surgen problemas de índole reivin- constante— en las pequeñas articula- para suprimir una articulación conde- de la cápsula, cicatrices, etc. Encuen-
Etiología y mecanismos de produc- tar. Tal es el caso frecuente de las torce- dicativa o laboral. ciones de los dedos. nada a su destrucción, con dolor y pér- tra indicación frecuente en trauma-
ción. La causa de un traumatismo arti- duras aparentemente banales del tobi- Etiología. Cualquier forma de traumatis- El diagnóstico debe establecerse sobre dida progresiva de su movilidad y obe- tología para el tratamiento de las
cular cerrado puede ser un impacto di- llo, que son —o pueden ser— el origen mo único y aislado —golpe, torcedura, la base de estos datos clínicos, sin con- deciendo al razonamiento según el cual rigideces producidas por el propio
recto, dando lugar a una contusión de interminables procesos dolorosos y movimientos forzados que exceden los dicionarlo a la comprobación de prue- una articulación fija, pero indolora, es traumatismo (fracturas intraarticulares,
simple o a una fractura intraarticular, o, limitaciones funcionales si no son aten- límites de la movilidad fisiológica arti- bas objetivas (alteraciones radiográfi- preferible a una articulación semifija y heridas penetrantes, infecciones, etc.)
lo que es más frecuente y más impor- didas adecuadamente en los primeros cular, etc.— puede ser el origen de una cas, signos de lesión ligamentosa, dolorosa, o como solución a los fre- o debidas a prolongadas inmoviliza-
tante, un movimiento pasivo forzado momentos. Apenas es necesario enca- artritis traumática. Y también pueden movilidad anormal, etc.) que por lo re- cuentes problemas creados por la po- ciones en yeso.
que sobrepasa los límites normales de recer, ante esta posibilidad, la necesi- serlo los traumatismos repetidos, como, gular suelen estar ausentes o ser poco liomielitis. Sin.: artrocleísis. artroplastia. No es necesario explicar el
movilidad, dando lugar a un esguince, dad de extremar al máximo los medios por ejemplo, la repercusión sobre las manifiestas. Salvo como ya se ha dicho, Ambas indicaciones continúan tenien- significado etimológico del término ni
a una rotura ligamentosa, una luxación, de diagnóstico y no escatimar las medi- articulaciones del carpo de las máqui- el edema articular, el derrame y en oca- do vigencia en traumatología, ante un el uso que hoy día se hace del mismo en
una fractura intraarticular o una lesión das de tratamiento. nas vibratorias manejadas con las ma- siones las alteraciones del líquido sino- destrozo articular irreparable, causante cirugía del aparato locomotor. Tampoco
de las estructuras internas de la articula- artralgia (del gr. arthron, articulación, y
artralgia nos: taladradoras, percutoras, etc. Pero vial: enturbiamiento, aumento de la de dolor e impotencia funcional, con cabe en los márgenes de este libro una
ción (meniscos) o la combinación de algos, dolor). Dolor en una articulación. hay algunas circunstancias particular- concentración de albúmina y aumento poca movilidad útil o en posición de- descripción in extenso del método en
varias de estas lesiones. Sin.: artrodinia. mente favorecedoras de la reacción in- del número de leucocitos y hematíes fectuosa. Esta indicación se plantea con sus múltiples y variados aspectos. Pero
Características clínicas. Las conse- artrectomía (del gr. arthron, articulación, flamatoria articular y del cuadro clínico por milímetro cúbico. La artroscopia escaso margen de dudas en algunas ar- tal vez sea conveniente hacer algunas
cuencias inmediatas en cualquier caso y ektome, escisión). Resección de una de artritis traumática. Una de ellas son puede poner de manifiesto las alteracio- ticulaciones, como las del tarso, de mo- precisiones sobre su utilización en trau-
de los señalados son bien conocidas: articulación, especialmente de sus par- las contusiones directas sobre la rodilla, nes de la superficie articular (enrojeci- vilidad muy reducida, de la cual pue- matología, dando cuenta de sus indica-
artralgia 14 15 artroplastia

duda, siempre es preferible esta medida dolor, limitación dolorosa de los movi- tes blandas y fungosidades, respetando en las que los tejidos articulares (cápsu- miento, hiperemia, hemorragia, etc.) o den prescindirse sin detrimento alguno
que intentar una sutura cutánea a ten- mientos, tumefacción y derrame intra- los extremos articulares. la y sinovial) quedan aplastados entre el proporcionar piezas de biopsia para el para la función y con la ventaja de su-
sión o las plastias cutáneas inmediatas articular, hemático o seroso. artredema (del gr. arthron, articulación, y propio plano óseo y la superficie con- examen anatomopatológico. primir un apoyo doloroso que puede
de acercar los bordes de la piel. Pasado Las consecuencias tardías pueden ser: oidema, edema). Edema de una articu- tundente. Otra, las distorsiones articula- Tratamiento. La medida más importan- ser muy invalidante, o, por razones
el tiempo necesario, la pérdida de sus- a) Persistencia de los síntomas iniciales, lación. res de los dedos de la mano. También, te y más necesaria, en cualquier caso, análogas, en un determinado segmento
tancia cutánea se recubre con injertos dolor, limitación funcional, etc. artrempiesis (del gr. arthron, articula- los movimientos pasivos forzados del es el reposo. Bien sea restringiendo la de la columna vertebral. Pero, como es
de piel, debidamente escogidos y apli- b) Sinovitis traumática; irritabilidad de ción, y pyon, pus). Piartrosis, supura- hombro, que no llegan a producir una actividad normal —reposo en cama, natural, requiere una valoración más
cados con las máximas garantías de la sinovial atribuible a las alteraciones ción en una articulación. luxación, pero distienden violentamen- privación de andar, etc.—, o bien inmo- matizada entre las ventajas y los incon-
buen resultado. vasomotoras causadas por la lesión ini- artritis traumáticas
traumáticas te el aparato capsuloligamentoso. vilizando por medios externos (yesos, venientes cuando se trata de articula-
— Drenaje aspirativo, en especial cial y traducida en derrames persisten- Definición y precisión del concepto. En Anatomía patológica. El término de ar- férulas especiales) la articulación afecta ciones importantes y necesarias para la
cuando se trata de grandes cavidades: tes o repetidos. su sentido más amplio y de acuerdo con tritis traumática es casi superponible al durante el tiempo necesario hasta que función.
cadera, rodilla. c) Atrofia muscular refleja. Se trata de su propia definición, el término sirve de sinovitis traumática. Es, en efecto, en desaparezca el dolor y la reacción arti- Respecto a estas indicaciones, posibili-
— Inmovilización rigurosa en la posi- una atrofia simple (véase atrofia mus-mus- para designar cualquier proceso articu- la sinovial donde se desarrollan princi- cular. Hay que evitar, sobre todo, los dades, limitaciones y técnica quirúrgica
ción adecuada. Es decir, en la posición cular),
cular sin traducción en los exámenes lar de naturaleza inflamatoria causado palmente —y casi exclusivamente— los ejercicios de movilización activa —y en cada articulación particular, véase la
más conveniente teniendo en cuenta la eléctricos o electromiográficos. Puede por un traumatismo. Una herida articu- procesos reaccionales que caracterizan más aún, pasiva— con la pretensión de palabra correspondiente a la misma.
posibilidad de una pérdida o limitación instaurarse muy precozmente (a los po- lar infectada, por ejemplo, es una artri- a la inflamación: vasodilatación, hipere- vencer o evitar la rigidez articular. Pun- artrodesis lumbosacra.
lumbosacra. Véase en es -
del juego articular. Por ejemplo, la in- cos días del traumatismo causal) y es tis traumática en el sentido más riguro- mia, hemorragia, extravasación, infiltra- ciones evacuadoras, cuando el derrame pondilólisis y espondilolistesis de
movilización en extensión de la rodilla siempre —potencialmente— reversible so de esta acepción. Y lo mismo podría ción perivascular, etc. Y secundaria- es muy abundante en las grandes arti- origen traumático.
traumático.
puede hacerse con vendaje escayolado después de curada la lesión causal. decirse de las reacciones inflamatorias mente, en la fase crónica: fibrosis, culaciones; vendajes compresivos y ad- artrodinia (del gr. arthron, articulación, y
o por cualquiera de los métodos de fija- d) Atrofia ósea, o atrofia de Sudeck que por lo regular acompañan a los hialinosis, esclerosis vascular, etc. Los ministración de antiinflamatorios cuando odyne, dolor). Dolor articular. Sin.: ar-
ción externa, cuando las condiciones (véase atrofia ósea dolorosa pos- pos- traumatismos articulares de la más di- demás tejidos articulares (cápsula, liga- no haya contraindicación a su uso. tralgia.
de la herida lo requieren. traumática
traumática). versa índole: fracturas, luxaciones, des- mentos, masas adiposas intraarticula- artro- (del gr. arthron, articulación). Prefi- artroereisis (del gr. arthron, articulación,
Traumatismos articulares cerrados e) Movilidad anormal de la articula- garros capsulares o ligamentosos, rotu- res, meniscos e incluso el cartílago y el jo griego que indica relación con arti- y ereisis, levantar). Limitación por me-
Concepto y clasificación. El concepto ción afecta. Inestabilidad articular. Por ras de meniscos, etc., o que persisten hueso subondral) pueden ser también culación. dios quirúrgicos de un determinado mo-
de traumatismo articular cerrado se defi- rotura o laxitud ligamentosa. como secuela de los mismos. asiento de reacciones inflamatorias o artrocentesis (del gr. arthron, articula- vimiento de una articulación, general-
ne por sí mismo, y puede revestir diver- f) Pérdida total o parcial de la movi- En la práctica clínica habitual, sin em- sus consecuencias (esclerosis, retrac- ción, y kentesis, punción). Punción de mente en caso de parálisis. La fijación
sas modalidades, cada una de las cuales lidad. bargo, el concepto de artritis traumática ción, necrosis, etc.), pero siempre en una articulación. de un pie equino fláccido, para evitar la
constituye un capítulo importante de la g) Luxaciones recidivantes o habituales. se reserva para designar una entidad no- menor grado que el tejido sinovial. El artroclasia (del gr. arthron, articulación, caída de la punta y conservar los demás
traumatología, insertado en algunos de Normas generales de tratamiento. sológica independiente, una de cuyas proceso inflamatorio afecta igualmente y klasis, fractura). Operación para rom- movimientos, es un ejemplo de artro-
los siguientes grupos: 1) Contusiones Hay lesiones articulares cerradas que características principales consiste pre- a las terminaciones nerviosas, dando lu- per una articulación anquilosada. ereisis. Cuando la fijación se hace por
simples. 2) Fracturas intraarticulares. 3) por su propia gravedad exigen una aten- cisamente en presentarse —o poderse gar a la respuesta dolorosa, práctica- artrocleísis (del gr. arthron, articulación, medio de un tendón, el término es sinó-
Lesiones capsuloligamentosas. 4) Lesio- ción inmediata y son tributarias de un presentar— sin el antecedente de una mente constante en el proceso. y kleiein, cerrar). Supresión del movi- nimo de tenodesis o tenopexia.
nes meniscales. 5) Luxaciones y sublu- tratamiento oportuno y adecuado. No lesión articular conocida: fractura, des- Cuadro clínico y diagnóstico. El dolor miento de una articulación. Sin.: artro- artrografía.
artrografía. Radiografía de una articula-
xaciones. es imaginable, por ejemplo, que ante garro ligamentoso, etc. Y por lo tanto, espontáneo, la limitación dolorosa de desis. ción, en la cual se ha inyectado previa-
El tema, considerado globalmente, re- una fractura intraarticular de rodilla o sin los datos clínicos o radiográficos los movimientos —y la contractura mus- artrodesis (del gr. arthron, articulación, y mente un líquido opaco a los rayos X o
sulta demasiado complejo para poderlo una luxación de hombro, se adopte una que permiten su identificación. Esta fal- cular defensiva—, la hinchazón y el de- desis, ligamento). Fijación quirúrgica de un gas esterilizado (aire, oxígeno). Per-
abarcar en una descripción general, lo actitud pasiva o dilatoria. Las medidas ta o escasez de pruebas objetivas es jus- rrame —seroso, serosanguinolento o una articulación. En general, para supri- mite el estudio de los contornos de las
cual obliga a considerarlo por separado necesarias, en cada caso particular, se- tamente lo que confiere a las artritis hemático— son las características prin- mir el dolor, y en ocasiones para dar fir- cavidades articulares, de los meniscos y
en cada uno de sus múltiples aspectos, rán descritas en los apartados corres- traumáticas, como entidad clínica inde- cipales del cuadro clínico. A ello puede meza a los segmentos de un miembro de los ligamentos o tendones intraarti-
bajo el término que les corresponde por pondientes, según el tipo de lesión o su pendiente, su principal interés práctico, añadirse, secundariamente, una atrofia paralizado, en la posición más adecua- culares.
el tipo de lesión (esguince, luxación, et- localización. Hay muchas otras lesio- y la necesidad de conocerlas y tenerlas muscular refleja. Y más tardíamente, la da para la función. La posición fisiológi- artrólisis (del gr. arthron, articulación, y
cétera) o por la localización anatómica nes, en cambio, que por su escasa re- presente como posibilidad diagnóstica, limitación de la movilidad pasiva, obe- ca constituye uno de los recursos más lysis, disolución). Operación que con-
de la misma (rodilla, tobillo, etc.), limi- percusión inmediata pueden ser subes- aun en ausencia de una lesión traumáti- deciendo a fenómenos de retracción antiguos de la ortopedia tradicional, siste en suprimir los elementos que li-
tándonos en el presente apartado a des- timadas inicialmente y dar paso con ca bien definida y claramente objetiva- capsuloligamentosa. Esta última compli- empleado durante largos años en el tra- mitan el movimiento de una articula-
cribir las características generales más ello a complicaciones tardías, a veces ble, ante las múltiples circunstancias en cación tardía es muy frecuente —casi tamiento de la osteoartritis tuberculosa, ción. En general, adherencias fibrosas
elementales. importantes y no siempre fáciles de tra- que surgen problemas de índole reivin- constante— en las pequeñas articula- para suprimir una articulación conde- de la cápsula, cicatrices, etc. Encuen-
Etiología y mecanismos de produc- tar. Tal es el caso frecuente de las torce- dicativa o laboral. ciones de los dedos. nada a su destrucción, con dolor y pér- tra indicación frecuente en trauma-
ción. La causa de un traumatismo arti- duras aparentemente banales del tobi- Etiología. Cualquier forma de traumatis- El diagnóstico debe establecerse sobre dida progresiva de su movilidad y obe- tología para el tratamiento de las
cular cerrado puede ser un impacto di- llo, que son —o pueden ser— el origen mo único y aislado —golpe, torcedura, la base de estos datos clínicos, sin con- deciendo al razonamiento según el cual rigideces producidas por el propio
recto, dando lugar a una contusión de interminables procesos dolorosos y movimientos forzados que exceden los dicionarlo a la comprobación de prue- una articulación fija, pero indolora, es traumatismo (fracturas intraarticulares,
simple o a una fractura intraarticular, o, limitaciones funcionales si no son aten- límites de la movilidad fisiológica arti- bas objetivas (alteraciones radiográfi- preferible a una articulación semifija y heridas penetrantes, infecciones, etc.)
lo que es más frecuente y más impor- didas adecuadamente en los primeros cular, etc.— puede ser el origen de una cas, signos de lesión ligamentosa, dolorosa, o como solución a los fre- o debidas a prolongadas inmoviliza-
tante, un movimiento pasivo forzado momentos. Apenas es necesario enca- artritis traumática. Y también pueden movilidad anormal, etc.) que por lo re- cuentes problemas creados por la po- ciones en yeso.
que sobrepasa los límites normales de recer, ante esta posibilidad, la necesi- serlo los traumatismos repetidos, como, gular suelen estar ausentes o ser poco liomielitis. Sin.: artrocleísis. artroplastia. No es necesario explicar el
movilidad, dando lugar a un esguince, dad de extremar al máximo los medios por ejemplo, la repercusión sobre las manifiestas. Salvo como ya se ha dicho, Ambas indicaciones continúan tenien- significado etimológico del término ni
a una rotura ligamentosa, una luxación, de diagnóstico y no escatimar las medi- articulaciones del carpo de las máqui- el edema articular, el derrame y en oca- do vigencia en traumatología, ante un el uso que hoy día se hace del mismo en
una fractura intraarticular o una lesión das de tratamiento. nas vibratorias manejadas con las ma- siones las alteraciones del líquido sino- destrozo articular irreparable, causante cirugía del aparato locomotor. Tampoco
de las estructuras internas de la articula- artralgia (del gr. arthron, articulación, y
artralgia nos: taladradoras, percutoras, etc. Pero vial: enturbiamiento, aumento de la de dolor e impotencia funcional, con cabe en los márgenes de este libro una
ción (meniscos) o la combinación de algos, dolor). Dolor en una articulación. hay algunas circunstancias particular- concentración de albúmina y aumento poca movilidad útil o en posición de- descripción in extenso del método en
varias de estas lesiones. Sin.: artrodinia. mente favorecedoras de la reacción in- del número de leucocitos y hematíes fectuosa. Esta indicación se plantea con sus múltiples y variados aspectos. Pero
Características clínicas. Las conse- artrectomía (del gr. arthron, articulación, flamatoria articular y del cuadro clínico por milímetro cúbico. La artroscopia escaso margen de dudas en algunas ar- tal vez sea conveniente hacer algunas
cuencias inmediatas en cualquier caso y ektome, escisión). Resección de una de artritis traumática. Una de ellas son puede poner de manifiesto las alteracio- ticulaciones, como las del tarso, de mo- precisiones sobre su utilización en trau-
de los señalados son bien conocidas: articulación, especialmente de sus par- las contusiones directas sobre la rodilla, nes de la superficie articular (enrojeci- vilidad muy reducida, de la cual pue- matología, dando cuenta de sus indica-
artroplastia 16 17 artroscopia

ciones, sus modalidades, su alcance y dolorosas y muy limitantes para el apo- lar, desprotegida, del acetábulo, dando vencionales. Mayores, por lo tanto, que meral, y las prótesis totales, para la sus- res, a nivel de las rodillas, en pacientes
sus limitaciones en este terreno. yo y la marcha. lugar a fenómenos de usura del cartíla- en las totales. Posibilidad de aplicarlas titución de la cabeza y de la glenoides. con hemofilia.
Principales indicaciones de la artroplas- Fracturas transcondíleas de la pelvis. go, emigración de la prótesis por des- sin instrumental especial. Prótesis parciales. El modelo que pa- artroscopia (del gr. arthron, articulación,
tia en traumatología. Lo mismo que en Fracturas con hundimiento del fondo trucción progresiva del techo acetabu- Las indicaciones son las mismas que en rece gozar de mayor predicamento es el y skopein, examinar). El empleo de este
otras subespecialidades, los procedi- acetabular. «Luxaciones centrales de la lar, etc., que se traducen en pérdidas de las prótesis cervicocefálicas: los resulta- de Neer, consistente en una cúpula me- método de diagnóstico y tratamiento de
mientos de artroplastia encuentran su cadera». Estas lesiones dan lugar muy la movilidad y reacciones dolorosas, a dos comparativos con estas últimas son tálica, o segmento de esfera, cuya con- las afecciones articulares en general, y
indicación más frecuente a nivel de la frecuentemente, debido a la incon- veces importantes. difíciles de valorar y dependen de la ex- cavidad se acopla al muñón diafisario, a de los traumatismos en particular, ad-
cadera. Y más concretamente, en las gruencia articular causada por el des- Artroplastias totales. Como alternati- periencia y las preferencias de distintos modo de gorro, y cuya convexidad se quirió, a partir de los años 60, una difu-
fracturas del cuello del fémur o en algu- trozo, a fenómenos secundarios de ar- va a las prótesis cervicocefálicas, las ar- autores. En cualquier caso, hay razones articula con la glenoides. Va provista de sión cada vez mayor que todavía no ha
nas de sus complicaciones, como igual- trosis a veces muy graves, en sujetos troplastias de cadera con prótesis tota- para suponer que son menores que los un vástago largo rectilíneo, que se in- concluido. Difusión que se vio impulsa-
mente en algunas complicaciones de todavía jóvenes, rápidamente evoluti- les ofrecen ventajas indiscutibles en de las prótesis totales. troduce en la cavidad medular del hú- da en gran parte por los adelantos téc-
otros traumatismos de la cadera. Por vas, muy dolorosas y muy invalidantes, todas las fracturas, recientes o antiguas, Artroplastias en los traumatismos del mero y se fija con o sin cemento. En el nicos logrados en el territorio de la óp-
ejemplo, las artrosis secundarias a las cuya única solución, radical y definiti- en las que esté indicado un tratamiento hombro. Fracturas y luxaciones de la modelo Neer II dicho vástago posee a tica: la transmisión de la luz a través de
fracturas transcondíleas de la pelvis. En va, es la artroplastia. sustitutivo. Sus resultados a corto y lar- extremidad superior del húmero. Los su vez unas estrías longitudinales para fibras de vidrio —base de la fibrosco-
una proporción mucho menor, la artro- Principales tipos de artroplastia em- go plazo son siempre más seguros y sus graves destrozos que con frecuencia oponerse a los movimientos de rotación pia— y que permitió iluminar el interior
plastia ha sido empleada en ocasiones pleados en traumatología de la cadera. riesgos no son mayores, excepto en los causan estas lesiones en las estructuras y unos orificios en los que se pueden fi- de una cavidad sin introducir en ella la
para el tratamiento de algunas fracturas, Hay que distinguir, en primer lugar, y casos en los que, por las razones ya ex- articulares del hombro, la dificultad jar, con hilos o alambres, los fragmentos fuente de luz, y por lo tanto, sin au-
recientes o antiguas, de la extremidad como es bien sabido, entre las artro- puestas, dicho riesgo está condicionado para repararla por cualquier medio y el sueltos de la cabeza humeral. mentar la temperatura dentro de la mis-
superior del húmero, o con carácter ex- plastias parciales, o cervicocefálicas, y a factores de índole general. hecho de que la articulación del hom- Prótesis totales. Para su empleo han ma. Las siglas «CL» que figuran en algu-
cepcional, en algunas secuelas —anqui- las artroplastias totales. Principales tipos de artroplastia total. bro no es una articulación de carga pa- sido propuestos diversos modelos, ba- nos modelos significan «cold light», es
losis— de los traumatismos del codo. En Artroplastias parciales. Fueron las Entre los innumerables modelos que rece que son puntos a favor de una ope- sados en principios biomecánicos dis- decir, luz fría. Hoy día constituye un
los traumatismos de la rodilla solamente que se emplearon primero en las frac- han sido descritos conviene señalar dos ración sustitutiva movilizadora, con tintos y en cierto modo contrapuestos, y método imprescindible de trabajo en
cabe hablar de artroplastias como solu- turas del cuello del fémur (1952), según grupos fundamentales: las prótesis ce- perspectivas razonables de buen resul- que resumidos son los siguientes: 1) traumatología. El método se basa, como
ción a problemas secundarios de artrosis los modelos clásicos cuyos nombres re- mentadas y las prótesis sin cementar. tado, pero que la experiencia no ha Doble pieza, humeral y glenoidea, in- es bien sabido, en la distensión de la ca-
o de pérdidas de la movilidad produci- sultan familiares a todos los traumatólo- Sus indicaciones respectivas, ante los confirmado, a pesar de una indicación dependientes y articuladas entre sí por vidad articular por un medio gaseoso
dos por grandes destrozos de las estruc- gos: la prótesis de Moore y la prótesis traumatismos de la cadera, obedecen, bien establecida, una ejecución técnica simple contacto. 2) Unión fija entre las introducido en ella a presión, o por un
turas articulares, o en las artrosis uni- de Thompson, las dos en vitalio. La pri- en líneas generales, a los mismos prin- irreprochable y un tratamiento posope- dos piezas, por medio de bisagra. 3) líquido inerte (suero fisiológico) que
compartimentales por genu varo o valgo mera (la de Moore), consistente en una cipios que rigen otro tipo de patología. ratorio adecuado. Articulación invertida, a base de una distiende sus paredes creando el espa-
postraumático. En las líneas que siguen cabeza femoral del tamaño de la natu- En traumatología es más frecuente el Indicaciones generales: cabeza en la pieza glenoidea y cavidad cio suficiente para explorar el interior
se resumen, esquemáticamente, estas ral, que encaja exactamente en la cavi- uso de los modelos cementados, por el 1) Traumatismos recientes. Destrozos en la humeral, unidas una a otra por en- de la articulación con el ocular del apa-
indicaciones. dad acetabular, provista de unos gran- simple hecho de que, por lo regular, se irreparables de la cabeza humeral, fractu- caje mutuo. Ninguno de estos métodos rato, situado en el extremo de un tubo
Fracturas recientes del cuello del fé- des orificios en el vástago, a través de practican en sujetos de edad avanzada, ras plurifragmentarias, fracturas-luxación parece haber resuelto de forma satisfac- rígido introducido por punción en la ca-
mur. La artroplastia de cadera, en estos los cuales se esperaba que creciesen pero sin excluir la conveniencia de em- irreductibles, que exigen la extirpación toria los problemas biomecánicos del vidad y que permite ver su interior, cuyo
casos, encuentra —o puede encon- puentes óseos que fijasen —o contribu- plear las prótesis sin cementar en suje- de la cabeza humeral, o fracturas muy hombro, debido principalmente a la diámetro oscila, según los modelos, en-
trar— indicación frente a los diversos yesen a fijar— la pieza al fémur. Era, por tos más jóvenes. desplazadas irreductibles o difíciles de complejidad de los movimientos de la tre 1,7 y 6 mm. Otro tubo, introducido
métodos de osteosíntesis en las siguien- lo tanto, sin cementar. La de Thompson, Prótesis biarticulares (sistema bipo- reducir. La indicación de artroplastia pue- articulación glenohumeral, que no son por una punción aparte, sirve para el re-
tes circunstancias: de diseño parecido y basada en los mis- lar endoprotésico de cadera). Consiste de ofrecerse en estos casos como alterna- fáciles de sustituir artificialmente por lleno de la cavidad con gas o con el lí-
Fracturas subcapitales difíciles de fijar mos principios, pero desprovista de los en una combinación entre las endopró- tiva al tratamiento conservador o a los in- una prótesis de unión fija a bisagra ni quido de distensión. En este último caso
mediante osteosíntesis, y muy expues- orificios en el vástago, que no los nece- tesis de baja fricción tipo Charnley y tentos de reconstrucción operatoria. por dos piezas independientes. Por otro es necesaria una tercera punción para
tas a la necrosis de la cabeza del fémur. sita por ser cementada. Posteriormente las prótesis cervicocefálicas de Austin- 2) Traumatismos antiguos con secuelas lado, la implantación de la pieza en- dar salida al líquido, formando una co-
Fracturas subcapitales o transcervicales han sido descritos nuevos modelos que Moore y de Thompson. La cabeza, en definitivas importantes por incongruen- cuentra serias dificultades debido a la rriente de entrada y salida que permite
difíciles de reducir o mal reducidas en no difieren sustancialmente de los origi- polietileno, articula directamente con cia articular, luxaciones inveteradas, ar- escasa masa ósea que para ello le ofre- el lavado de la cavidad articular.
intentos anteriores. nales, todos ellos cementados y la ma- el acetábulo, y a su vez va articulada trosis secundarias, etc., manifestadas por ce la glenoides natural. Tal vez el mo- Indicaciones generales. El método en-
Fracturas inveteradas no reducidas an- yoría en titanio. con la cabeza metálica, de pequeño ta- dolor de intensidad difícil de tolerar y li- delo que resuelva mejor estas dificulta- cuentra su principal indicación a nivel
tes de las 2 o 3 semanas después de pro- La ventaja principal —prácticamente la maño, del componente femoral. Las su- mitación funcional importante. des sea el más sencillo, el Neer II con de la rodilla. Pero es empleado cada
ducirse. única— de las prótesis cervicocefálicas puestas ventajas de este sistema, res- En uno y otro caso, la indicación de un componente glenoideo, el cual consiste vez con más frecuencia en otras articu-
En cualquier tipo de fractura reciente es poder ofrecer una solución rápida y pecto a los otros modelos, son las tratamiento sustitutivo está supeditada a en una pieza metálica, revestida de una laciones, principalmente la del hombro
del cuello femoral en la que, por la con relativamente poco traumatismo siguientes: factores anatomopatológicos locales superficie en polietileno, en forma de y también en el codo, la muñeca, la ca-
edad del paciente, por su estado gene- operatorio a los problemas más apre- 1) Menor erosión del acetábulo a cargo que condicionan los resultados, a car- barca, cuya «quilla» se introduce en dera, el tobillo, e incluso en las peque-
ral o por otras afecciones coexistentes, miantes que plantean los sujetos de de la superficie de polietileno que las go, principalmente, de los tejidos blan- una brecha labrada en la glenoides ñas articulaciones de la mano, con las
interese una solución rápida: levanta- edad muy avanzada, con un estado ge- cabezas metálicas de las prótesis cervi- dos periarticulares: adherencias capsu- ósea, y fijada a la misma con cemento. dificultades y limitaciones —todavía no
miento precoz, apoyo inmediato y re- neral precario, con serias limitaciones cocefálicas convencionales. lares o subacromiales, rotura de la cofia El componente humeral sigue siendo el bien resueltas— que son fáciles de ima-
incorporación lo antes posible a su acti- previas para la marcha, etc., y en los 2) Mayor movilidad, a cuenta de la do- de los rotadores, desinserciones muscu- mismo que en las prótesis parciales de ginar en estos últimos casos.
vidad habitual. cuales lo más importante y lo más in- ble articulación, parte de la cual es asu- lares, parálisis del deltoides, etc. La este modelo. Como método de diagnóstico, propor-
Necrosis de la cabeza femoral. Es la mediato es suprimir el dolor, poderse mida por la articulación interpuesta, en existencia de estas lesiones, cuando no artrorrafia (del gr. arthron, articulación,
artrorrafia ciona —o puede proporcionar— datos
indicación más frecuente de artroplas- movilizar pronto y permitir un apoyo in- descarga de la cefalicoacetabular. son —o no pueden ser— reparadas, sig- y rhaphe, sutura). Sutura de la cápsula muy valiosos en toda clase de afecciones
tia tardía en traumatología de la cadera. mediato. Menor riesgo, por lo tanto, de luxación nifican una contraindicación importan- articular para obtener la limitación de articulares (artritis, osteocondritis, con-
Hoy día puede considerarse como el Entre los inconvenientes pueden ano- o emigración de la cabeza de polietile- te al método. los movimientos en las articulaciones dromatosis, etc.), ofreciendo a la vista las
método de elección y la única medida tarse los de todas las prótesis, y además, no, y menor riesgo, igualmente, de des- Principales tipos de artroplastias del paralíticas o péndulas. lesiones anatomopatológicas y permi-
realmente resolutiva de esta grave com- en el caso particular de las cervicocefá- cementado o aflojamiento del compo- hombro. Lo mismo que en la cadera, artrorragia (del gr. arthron, articulación,
artrorragia tiendo obtener piezas de biopsia. Pero es
plicación. licas, el más importante de todos: los nente femoral. hay que distinguir a nivel del hombro y regnymi, romper). Hemorragia en una particularmente en las lesiones traumáti-
Seudoartrosis. En especial, las seu- efectos del roce y la presión de la cabe- 3) Las mismas facilidades de aplicación entre las prótesis parciales, para la sus- articulación. Son especialmente carac- cas de la rodilla y del hombro donde en-
doartrosis con gran desplazamiento, za metálica contra la superficie articu- que las prótesis cervicocefálicas con- titución únicamente de la cabeza hu- terísticas las hemorragias intraarticula- cuentra su principal indicación.
artroplastia 16 17 artroscopia

ciones, sus modalidades, su alcance y dolorosas y muy limitantes para el apo- lar, desprotegida, del acetábulo, dando vencionales. Mayores, por lo tanto, que meral, y las prótesis totales, para la sus- res, a nivel de las rodillas, en pacientes
sus limitaciones en este terreno. yo y la marcha. lugar a fenómenos de usura del cartíla- en las totales. Posibilidad de aplicarlas titución de la cabeza y de la glenoides. con hemofilia.
Principales indicaciones de la artroplas- Fracturas transcondíleas de la pelvis. go, emigración de la prótesis por des- sin instrumental especial. Prótesis parciales. El modelo que pa- artroscopia (del gr. arthron, articulación,
tia en traumatología. Lo mismo que en Fracturas con hundimiento del fondo trucción progresiva del techo acetabu- Las indicaciones son las mismas que en rece gozar de mayor predicamento es el y skopein, examinar). El empleo de este
otras subespecialidades, los procedi- acetabular. «Luxaciones centrales de la lar, etc., que se traducen en pérdidas de las prótesis cervicocefálicas: los resulta- de Neer, consistente en una cúpula me- método de diagnóstico y tratamiento de
mientos de artroplastia encuentran su cadera». Estas lesiones dan lugar muy la movilidad y reacciones dolorosas, a dos comparativos con estas últimas son tálica, o segmento de esfera, cuya con- las afecciones articulares en general, y
indicación más frecuente a nivel de la frecuentemente, debido a la incon- veces importantes. difíciles de valorar y dependen de la ex- cavidad se acopla al muñón diafisario, a de los traumatismos en particular, ad-
cadera. Y más concretamente, en las gruencia articular causada por el des- Artroplastias totales. Como alternati- periencia y las preferencias de distintos modo de gorro, y cuya convexidad se quirió, a partir de los años 60, una difu-
fracturas del cuello del fémur o en algu- trozo, a fenómenos secundarios de ar- va a las prótesis cervicocefálicas, las ar- autores. En cualquier caso, hay razones articula con la glenoides. Va provista de sión cada vez mayor que todavía no ha
nas de sus complicaciones, como igual- trosis a veces muy graves, en sujetos troplastias de cadera con prótesis tota- para suponer que son menores que los un vástago largo rectilíneo, que se in- concluido. Difusión que se vio impulsa-
mente en algunas complicaciones de todavía jóvenes, rápidamente evoluti- les ofrecen ventajas indiscutibles en de las prótesis totales. troduce en la cavidad medular del hú- da en gran parte por los adelantos téc-
otros traumatismos de la cadera. Por vas, muy dolorosas y muy invalidantes, todas las fracturas, recientes o antiguas, Artroplastias en los traumatismos del mero y se fija con o sin cemento. En el nicos logrados en el territorio de la óp-
ejemplo, las artrosis secundarias a las cuya única solución, radical y definiti- en las que esté indicado un tratamiento hombro. Fracturas y luxaciones de la modelo Neer II dicho vástago posee a tica: la transmisión de la luz a través de
fracturas transcondíleas de la pelvis. En va, es la artroplastia. sustitutivo. Sus resultados a corto y lar- extremidad superior del húmero. Los su vez unas estrías longitudinales para fibras de vidrio —base de la fibrosco-
una proporción mucho menor, la artro- Principales tipos de artroplastia em- go plazo son siempre más seguros y sus graves destrozos que con frecuencia oponerse a los movimientos de rotación pia— y que permitió iluminar el interior
plastia ha sido empleada en ocasiones pleados en traumatología de la cadera. riesgos no son mayores, excepto en los causan estas lesiones en las estructuras y unos orificios en los que se pueden fi- de una cavidad sin introducir en ella la
para el tratamiento de algunas fracturas, Hay que distinguir, en primer lugar, y casos en los que, por las razones ya ex- articulares del hombro, la dificultad jar, con hilos o alambres, los fragmentos fuente de luz, y por lo tanto, sin au-
recientes o antiguas, de la extremidad como es bien sabido, entre las artro- puestas, dicho riesgo está condicionado para repararla por cualquier medio y el sueltos de la cabeza humeral. mentar la temperatura dentro de la mis-
superior del húmero, o con carácter ex- plastias parciales, o cervicocefálicas, y a factores de índole general. hecho de que la articulación del hom- Prótesis totales. Para su empleo han ma. Las siglas «CL» que figuran en algu-
cepcional, en algunas secuelas —anqui- las artroplastias totales. Principales tipos de artroplastia total. bro no es una articulación de carga pa- sido propuestos diversos modelos, ba- nos modelos significan «cold light», es
losis— de los traumatismos del codo. En Artroplastias parciales. Fueron las Entre los innumerables modelos que rece que son puntos a favor de una ope- sados en principios biomecánicos dis- decir, luz fría. Hoy día constituye un
los traumatismos de la rodilla solamente que se emplearon primero en las frac- han sido descritos conviene señalar dos ración sustitutiva movilizadora, con tintos y en cierto modo contrapuestos, y método imprescindible de trabajo en
cabe hablar de artroplastias como solu- turas del cuello del fémur (1952), según grupos fundamentales: las prótesis ce- perspectivas razonables de buen resul- que resumidos son los siguientes: 1) traumatología. El método se basa, como
ción a problemas secundarios de artrosis los modelos clásicos cuyos nombres re- mentadas y las prótesis sin cementar. tado, pero que la experiencia no ha Doble pieza, humeral y glenoidea, in- es bien sabido, en la distensión de la ca-
o de pérdidas de la movilidad produci- sultan familiares a todos los traumatólo- Sus indicaciones respectivas, ante los confirmado, a pesar de una indicación dependientes y articuladas entre sí por vidad articular por un medio gaseoso
dos por grandes destrozos de las estruc- gos: la prótesis de Moore y la prótesis traumatismos de la cadera, obedecen, bien establecida, una ejecución técnica simple contacto. 2) Unión fija entre las introducido en ella a presión, o por un
turas articulares, o en las artrosis uni- de Thompson, las dos en vitalio. La pri- en líneas generales, a los mismos prin- irreprochable y un tratamiento posope- dos piezas, por medio de bisagra. 3) líquido inerte (suero fisiológico) que
compartimentales por genu varo o valgo mera (la de Moore), consistente en una cipios que rigen otro tipo de patología. ratorio adecuado. Articulación invertida, a base de una distiende sus paredes creando el espa-
postraumático. En las líneas que siguen cabeza femoral del tamaño de la natu- En traumatología es más frecuente el Indicaciones generales: cabeza en la pieza glenoidea y cavidad cio suficiente para explorar el interior
se resumen, esquemáticamente, estas ral, que encaja exactamente en la cavi- uso de los modelos cementados, por el 1) Traumatismos recientes. Destrozos en la humeral, unidas una a otra por en- de la articulación con el ocular del apa-
indicaciones. dad acetabular, provista de unos gran- simple hecho de que, por lo regular, se irreparables de la cabeza humeral, fractu- caje mutuo. Ninguno de estos métodos rato, situado en el extremo de un tubo
Fracturas recientes del cuello del fé- des orificios en el vástago, a través de practican en sujetos de edad avanzada, ras plurifragmentarias, fracturas-luxación parece haber resuelto de forma satisfac- rígido introducido por punción en la ca-
mur. La artroplastia de cadera, en estos los cuales se esperaba que creciesen pero sin excluir la conveniencia de em- irreductibles, que exigen la extirpación toria los problemas biomecánicos del vidad y que permite ver su interior, cuyo
casos, encuentra —o puede encon- puentes óseos que fijasen —o contribu- plear las prótesis sin cementar en suje- de la cabeza humeral, o fracturas muy hombro, debido principalmente a la diámetro oscila, según los modelos, en-
trar— indicación frente a los diversos yesen a fijar— la pieza al fémur. Era, por tos más jóvenes. desplazadas irreductibles o difíciles de complejidad de los movimientos de la tre 1,7 y 6 mm. Otro tubo, introducido
métodos de osteosíntesis en las siguien- lo tanto, sin cementar. La de Thompson, Prótesis biarticulares (sistema bipo- reducir. La indicación de artroplastia pue- articulación glenohumeral, que no son por una punción aparte, sirve para el re-
tes circunstancias: de diseño parecido y basada en los mis- lar endoprotésico de cadera). Consiste de ofrecerse en estos casos como alterna- fáciles de sustituir artificialmente por lleno de la cavidad con gas o con el lí-
Fracturas subcapitales difíciles de fijar mos principios, pero desprovista de los en una combinación entre las endopró- tiva al tratamiento conservador o a los in- una prótesis de unión fija a bisagra ni quido de distensión. En este último caso
mediante osteosíntesis, y muy expues- orificios en el vástago, que no los nece- tesis de baja fricción tipo Charnley y tentos de reconstrucción operatoria. por dos piezas independientes. Por otro es necesaria una tercera punción para
tas a la necrosis de la cabeza del fémur. sita por ser cementada. Posteriormente las prótesis cervicocefálicas de Austin- 2) Traumatismos antiguos con secuelas lado, la implantación de la pieza en- dar salida al líquido, formando una co-
Fracturas subcapitales o transcervicales han sido descritos nuevos modelos que Moore y de Thompson. La cabeza, en definitivas importantes por incongruen- cuentra serias dificultades debido a la rriente de entrada y salida que permite
difíciles de reducir o mal reducidas en no difieren sustancialmente de los origi- polietileno, articula directamente con cia articular, luxaciones inveteradas, ar- escasa masa ósea que para ello le ofre- el lavado de la cavidad articular.
intentos anteriores. nales, todos ellos cementados y la ma- el acetábulo, y a su vez va articulada trosis secundarias, etc., manifestadas por ce la glenoides natural. Tal vez el mo- Indicaciones generales. El método en-
Fracturas inveteradas no reducidas an- yoría en titanio. con la cabeza metálica, de pequeño ta- dolor de intensidad difícil de tolerar y li- delo que resuelva mejor estas dificulta- cuentra su principal indicación a nivel
tes de las 2 o 3 semanas después de pro- La ventaja principal —prácticamente la maño, del componente femoral. Las su- mitación funcional importante. des sea el más sencillo, el Neer II con de la rodilla. Pero es empleado cada
ducirse. única— de las prótesis cervicocefálicas puestas ventajas de este sistema, res- En uno y otro caso, la indicación de un componente glenoideo, el cual consiste vez con más frecuencia en otras articu-
En cualquier tipo de fractura reciente es poder ofrecer una solución rápida y pecto a los otros modelos, son las tratamiento sustitutivo está supeditada a en una pieza metálica, revestida de una laciones, principalmente la del hombro
del cuello femoral en la que, por la con relativamente poco traumatismo siguientes: factores anatomopatológicos locales superficie en polietileno, en forma de y también en el codo, la muñeca, la ca-
edad del paciente, por su estado gene- operatorio a los problemas más apre- 1) Menor erosión del acetábulo a cargo que condicionan los resultados, a car- barca, cuya «quilla» se introduce en dera, el tobillo, e incluso en las peque-
ral o por otras afecciones coexistentes, miantes que plantean los sujetos de de la superficie de polietileno que las go, principalmente, de los tejidos blan- una brecha labrada en la glenoides ñas articulaciones de la mano, con las
interese una solución rápida: levanta- edad muy avanzada, con un estado ge- cabezas metálicas de las prótesis cervi- dos periarticulares: adherencias capsu- ósea, y fijada a la misma con cemento. dificultades y limitaciones —todavía no
miento precoz, apoyo inmediato y re- neral precario, con serias limitaciones cocefálicas convencionales. lares o subacromiales, rotura de la cofia El componente humeral sigue siendo el bien resueltas— que son fáciles de ima-
incorporación lo antes posible a su acti- previas para la marcha, etc., y en los 2) Mayor movilidad, a cuenta de la do- de los rotadores, desinserciones muscu- mismo que en las prótesis parciales de ginar en estos últimos casos.
vidad habitual. cuales lo más importante y lo más in- ble articulación, parte de la cual es asu- lares, parálisis del deltoides, etc. La este modelo. Como método de diagnóstico, propor-
Necrosis de la cabeza femoral. Es la mediato es suprimir el dolor, poderse mida por la articulación interpuesta, en existencia de estas lesiones, cuando no artrorrafia (del gr. arthron, articulación,
artrorrafia ciona —o puede proporcionar— datos
indicación más frecuente de artroplas- movilizar pronto y permitir un apoyo in- descarga de la cefalicoacetabular. son —o no pueden ser— reparadas, sig- y rhaphe, sutura). Sutura de la cápsula muy valiosos en toda clase de afecciones
tia tardía en traumatología de la cadera. mediato. Menor riesgo, por lo tanto, de luxación nifican una contraindicación importan- articular para obtener la limitación de articulares (artritis, osteocondritis, con-
Hoy día puede considerarse como el Entre los inconvenientes pueden ano- o emigración de la cabeza de polietile- te al método. los movimientos en las articulaciones dromatosis, etc.), ofreciendo a la vista las
método de elección y la única medida tarse los de todas las prótesis, y además, no, y menor riesgo, igualmente, de des- Principales tipos de artroplastias del paralíticas o péndulas. lesiones anatomopatológicas y permi-
realmente resolutiva de esta grave com- en el caso particular de las cervicocefá- cementado o aflojamiento del compo- hombro. Lo mismo que en la cadera, artrorragia (del gr. arthron, articulación,
artrorragia tiendo obtener piezas de biopsia. Pero es
plicación. licas, el más importante de todos: los nente femoral. hay que distinguir a nivel del hombro y regnymi, romper). Hemorragia en una particularmente en las lesiones traumáti-
Seudoartrosis. En especial, las seu- efectos del roce y la presión de la cabe- 3) Las mismas facilidades de aplicación entre las prótesis parciales, para la sus- articulación. Son especialmente carac- cas de la rodilla y del hombro donde en-
doartrosis con gran desplazamiento, za metálica contra la superficie articu- que las prótesis cervicocefálicas con- titución únicamente de la cabeza hu- terísticas las hemorragias intraarticula- cuentra su principal indicación.
artrotomía 18 19 astrágalo

A nivel de la rodilla permite identificar, artrotomía (del gr. arthron, articulación, y astrágalo (del gr. astragalos, taba). —lo que es mucho más importante— lo
en primer lugar, los diversos tipos de stoma, boca). Abertura quirúrgica de una Principales características anatómi- hace tomando como punto fijo el suelo.
lesiones meniscales, con mucha más fi- articulación con propósito de drenaje. cas. El astrágalo es uno de los ocho De esta segunda forma, el astrágalo
delidad que con cualquier otro de los artrotropía (de artro- y el gr. tropos, vuel- huesos del tarso, que sirve de unión constituye una pieza clave en la fisiopa-
métodos convencionales (exploración ta). Torsión de una articulación. entre la pierna y el pie. Este hecho le tología de la estática y de la marcha,
clínica, radiografía simple, artrografía, Esguince, torcedura. Véase esguince.
esguince confiere, desde el punto de vista ana- participando en las funciones de adap-
artroneumografía), las roturas de los li- Asch, pinza de (de Morris Joseph Asch, la-
Asch, tómico, biomecánico y biodinámico, tación de la planta a las distintas condi-
gamentos cruzados, los desgarros cap- ringólogo estadounidense, 1833-1902). unas características especiales que se ciones del terreno, reacciones estático-
sulares o las lesiones de los cartílagos, Pinza para la reducción de las fracturas reflejan en sus lesiones traumáticas y cinéticas de equilibración, distribución
así como la reacción de la sinovial a los cara , traumatismos.)
nasales. (Véase cara justifican una descripción aparte den- de la carga en las distintas fases de apo-
agentes traumáticos (hemorragia, ede- Asclepíades. 1. Médico griego (128-56 tro del capítulo de las fracturas en ge- yo del pie, así como en la propulsión
ma, hiperemia, etc.) o la identificación a. C.) que vivió en Roma, donde alcan- neral, y las del pie en particular. Tales del paso durante la marcha normal y,
de estructuras intraarticulares anómalas zó gran celebridad. Perteneció a la es- características pueden expresarse en sobre todo, durante el salto y la carrera.
(plicas sinoviales patológicas) cuyas cuela de Alejandría. Fue el primero en los siguientes términos: Fracturas del astrágalo
manifestaciones pueden confundirse dividir las enfermedades psíquicas en Desde el punto de vista anatómico, es Frecuencia y etiología. Los datos esta-
con las de los síndromes meniscales. agudas y crónicas y en diferenciar las clásica la división del astrágalo en tres dísticos registrados en la bibliografía so-
Todo ello encuentra aplicación en los ilusiones de las alucinaciones. partes: el cuerpo, la cabeza y el cuello. bre la incidencia de las fracturas del
traumatismos recientes de la rodilla, Introdujo el empleo de la música y de El hueso no posee ninguna inserción astrágalo son contradictorios. Todos pa-
pero, sobre todo, en las secuelas de los diversas clases de baño para calmar la muscular, y su superficie se halla recu- recen coincidir, sin embargo, en que su
traumatismos antiguos. excitación de los alienados, oponién- bierta, casi totalmente, por catílago arti- frecuencia ha aumentado en estos últi-
A nivel del hombro permite diagnosti- dose al trato duro con ellos. Combatió cular, doble motivo por el cual su vascu- mos tiempos, paralelamente a la de los
car las roturas de la cofia de los rotado- las doctrinas de Hipócrates. 2. Nombre larización es muy precaria, y solamente accidentes de vehículos motorizados,
res, las desinserciones del supraespino- dado a ciertas familias o asociaciones llega al cuerpo del astrágalo por una en especial las motocicletas, así como
so, la rotura del tendón de la porción de médicos, cuyo origen se remontaba zona limitada y muy fácilmente vulnera- FIG. 2. Fractura del cuello debida al esfuerzo cizallante sobre el mismo entre el peso del cuerpo y la en ciertos deportes arriesgados como el
larga del bíceps, la comunicación en la a Asclepios, el Esculapio de los griegos. ble a las fractura del cuello, que son las contrapresión del suelo contra la planta. paracaidismo, el ala delta, etc. Las caí-
bolsa subacromial, las fracturas del ro- Hipócrates era un asclepíade. más frecuentes (fig. 1). das de una cierta altura o la colisión vio-
dete glenoideo o las fracturas margina- asfalita (del gr. asphalos, seguro). Quinta Desde el punto de vista biomécanico, lenta sobre una superficie dura, a lo que
les osteocartilaginosas difíciles de diag- vértebra lumbar. conviene recordar que el astrágalo el doble del peso del cuerpo en la está- ye el tipo de fractura más frecuente de están particularmente expuestos los mo-
nosticar en las radiografías. Ashurst-Bromer,
Ashurst-Bromer, clasificación del. transmite el peso del cuerpo a los demás tica sobre un solo pie, y que puede ser este hueso (fig. 2). tociclistas, son las causas más frecuentes
En cuanto a las demás articulaciones, Clasificación establecida para las frac- huesos del pie, para repartirlo entre los aún mayor ante requerimientos funcio- El astrágalo participa en los movimien- de las fracturas de este hueso. Menos
los problemas técnicos son, como se turas del tobillo. (Véase tobillo.)
tobillo. diferentes puntos de apoyo de la bóveda nales especiales, como es el salto o la tos más importantes del pie: en los de frecuentes que las del calcáneo y más
comprende, considerablemente mayo- ASIF. Siglas inglesas de Association Suisse
ASIF. plantar. Dicho peso del cuerpo no gravi- carrera. Por otro lado, el astrágalo se ha- flexión-extensión y en los de prona- que las de los restantes huesos del pie.
res, por la experiencia actual mucho pour l’étude des Fixations internes. ta directamente sobre el eje de flexión- lla sometido a esfuerzos de cizallamien- ción-supinación. Lo mismo cuando el Clasificación. Formas anatomoclíni-
más reducida, las posibilidades más res- Astley Cooper,
Cooper, método de. Método extensión del pie, sino algo por delante to entre dos fuerzas que actúan en sen- pie se mueve libremente como cuando cas más corrientes. Conviene distinguir
tringidas y las ventajas sobre los méto- creado en 1823 por el cirujano inglés del mismo, ejerciendo un esfuerzo de tido opuesto: por un lado, el peso en primer lugar entre las fracturas com-
dos convencionales son mucho más Astley Paston Cooper (1768-1841) para flexión dorsal que es compensado por la corporal, gravitando de arriba abajo so- pletas y las parciales. Las primeras son
discutibles. las reducciones de las luxaciones del fuerte acción flexora plantar del tríceps. bre el cuerpo del hueso, fuertemente so- aquellas que afectan a la totalidad del
Artroscopia quirúrgica. Hoy día ad- codo, colocando el antebrazo, dobla- Ello supone una carga adicional sobre el lidario con el pilón tibial. Y por otro, la hueso, de lado a lado del mismo. Las
quiere cada vez más predicamento el do, sobre la rodilla del operador. hueso que llega a ser aproximadamente contrapresión del suelo contra la punta, fracturas incompletas parciales o margi-
tratamiento de las lesiones traumáticas actuando de abajo arriba sobre la parte nales (fig. 3), llamadas también osteo-
internas de la rodilla por medio de la ar- móvil del pie. Esta acción cizallante re- condrales, y anteriormente confundidas
troscopia, añadiendo, a los instrumen- Tibial posterior cae principalmente sobre el cuello del con «osteocondritis disecantes», son
tos de la artroscopia diagnóstica, otros: astrágalo, con el resultado de una frac- aquellas limitadas a la superficie del
tijera, bisturí, gancho y pinzas, como tura transversal del mismo, que constitu- hueso, con desprendimiento de un pe-
Tibial anterior
mínimo, de forma y tamaño adecuados queño fragmento de la misma (fig. 4). En
(3 a 5 mm de diámetro), para introdu- este grupo pueden incluirse fracturas
cirlos en la cavidad articular por el mis- apofisarias, y en especial las de las apó-
mo tubo del instrumento óptico (los lla- fisis o tubérculos posteriores del astrága-
mados artroscopios quirúrgicos), o lo lo, dando lugar a una imagen radiográfi-
que es más frecuente, a través de un ca que se confunde con el hueso trígono
tubo de guía independiente o por pun- (fractura de Cloquet-Shepherd, fig. 5).
ción directa de la articulación. Su prin- Dentro del grupo de las fracturas totales
cipal indicación es la meniscectomía o completas (fig. 6), hay que distinguir
total o parcial. Pero también puede re- las siguientes submodalidades:
solver otros problemas operatorios, 1) Fracturas del cuello. Son las más
como sección de las plicas anormales, frecuentes. Pueden ser simples, con
perforación de las úlceras de osteocon- desplazamiento más o menos acusado
dritis, extirpación de pequeños frag- entre los fragmentos, pero conservando
mentos osteocartilaginosos, etc., e in- cada uno sus relaciones normales con
cluso, reparación o sustitución de los los huesos limitantes, o complicadas,
ligamentos cruzados. El procedimiento FIG. 1. Representación esquemática de la vascularización del astrágalo. El aporte arterial al hueso de- por luxación del cuerpo respecto a la
se halla, hoy en día, en período de gran pende casi íntegramente de las arterias que penetran en el mismo a nivel del cuello, procedentes del FIG. 3. Fractura parcial del cuello del astrá- FIG. 4. Fractura marginal de la superficie arti- polea tibioperonea que lo alberga, o su
aceptación. arco anastomótico entre la tibial anterior y la posterior, situado en el sinus tarsi. galo. cular del astrágalo. inversión dentro de la misma (fig. 7).
artrotomía 18 19 astrágalo

A nivel de la rodilla permite identificar, artrotomía (del gr. arthron, articulación, y astrágalo (del gr. astragalos, taba). —lo que es mucho más importante— lo
en primer lugar, los diversos tipos de stoma, boca). Abertura quirúrgica de una Principales características anatómi- hace tomando como punto fijo el suelo.
lesiones meniscales, con mucha más fi- articulación con propósito de drenaje. cas. El astrágalo es uno de los ocho De esta segunda forma, el astrágalo
delidad que con cualquier otro de los artrotropía (de artro- y el gr. tropos, vuel- huesos del tarso, que sirve de unión constituye una pieza clave en la fisiopa-
métodos convencionales (exploración ta). Torsión de una articulación. entre la pierna y el pie. Este hecho le tología de la estática y de la marcha,
clínica, radiografía simple, artrografía, Esguince, torcedura. Véase esguince.
esguince confiere, desde el punto de vista ana- participando en las funciones de adap-
artroneumografía), las roturas de los li- Asch, pinza de (de Morris Joseph Asch, la-
Asch, tómico, biomecánico y biodinámico, tación de la planta a las distintas condi-
gamentos cruzados, los desgarros cap- ringólogo estadounidense, 1833-1902). unas características especiales que se ciones del terreno, reacciones estático-
sulares o las lesiones de los cartílagos, Pinza para la reducción de las fracturas reflejan en sus lesiones traumáticas y cinéticas de equilibración, distribución
así como la reacción de la sinovial a los cara , traumatismos.)
nasales. (Véase cara justifican una descripción aparte den- de la carga en las distintas fases de apo-
agentes traumáticos (hemorragia, ede- Asclepíades. 1. Médico griego (128-56 tro del capítulo de las fracturas en ge- yo del pie, así como en la propulsión
ma, hiperemia, etc.) o la identificación a. C.) que vivió en Roma, donde alcan- neral, y las del pie en particular. Tales del paso durante la marcha normal y,
de estructuras intraarticulares anómalas zó gran celebridad. Perteneció a la es- características pueden expresarse en sobre todo, durante el salto y la carrera.
(plicas sinoviales patológicas) cuyas cuela de Alejandría. Fue el primero en los siguientes términos: Fracturas del astrágalo
manifestaciones pueden confundirse dividir las enfermedades psíquicas en Desde el punto de vista anatómico, es Frecuencia y etiología. Los datos esta-
con las de los síndromes meniscales. agudas y crónicas y en diferenciar las clásica la división del astrágalo en tres dísticos registrados en la bibliografía so-
Todo ello encuentra aplicación en los ilusiones de las alucinaciones. partes: el cuerpo, la cabeza y el cuello. bre la incidencia de las fracturas del
traumatismos recientes de la rodilla, Introdujo el empleo de la música y de El hueso no posee ninguna inserción astrágalo son contradictorios. Todos pa-
pero, sobre todo, en las secuelas de los diversas clases de baño para calmar la muscular, y su superficie se halla recu- recen coincidir, sin embargo, en que su
traumatismos antiguos. excitación de los alienados, oponién- bierta, casi totalmente, por catílago arti- frecuencia ha aumentado en estos últi-
A nivel del hombro permite diagnosti- dose al trato duro con ellos. Combatió cular, doble motivo por el cual su vascu- mos tiempos, paralelamente a la de los
car las roturas de la cofia de los rotado- las doctrinas de Hipócrates. 2. Nombre larización es muy precaria, y solamente accidentes de vehículos motorizados,
res, las desinserciones del supraespino- dado a ciertas familias o asociaciones llega al cuerpo del astrágalo por una en especial las motocicletas, así como
so, la rotura del tendón de la porción de médicos, cuyo origen se remontaba zona limitada y muy fácilmente vulnera- FIG. 2. Fractura del cuello debida al esfuerzo cizallante sobre el mismo entre el peso del cuerpo y la en ciertos deportes arriesgados como el
larga del bíceps, la comunicación en la a Asclepios, el Esculapio de los griegos. ble a las fractura del cuello, que son las contrapresión del suelo contra la planta. paracaidismo, el ala delta, etc. Las caí-
bolsa subacromial, las fracturas del ro- Hipócrates era un asclepíade. más frecuentes (fig. 1). das de una cierta altura o la colisión vio-
dete glenoideo o las fracturas margina- asfalita (del gr. asphalos, seguro). Quinta Desde el punto de vista biomécanico, lenta sobre una superficie dura, a lo que
les osteocartilaginosas difíciles de diag- vértebra lumbar. conviene recordar que el astrágalo el doble del peso del cuerpo en la está- ye el tipo de fractura más frecuente de están particularmente expuestos los mo-
nosticar en las radiografías. Ashurst-Bromer,
Ashurst-Bromer, clasificación del. transmite el peso del cuerpo a los demás tica sobre un solo pie, y que puede ser este hueso (fig. 2). tociclistas, son las causas más frecuentes
En cuanto a las demás articulaciones, Clasificación establecida para las frac- huesos del pie, para repartirlo entre los aún mayor ante requerimientos funcio- El astrágalo participa en los movimien- de las fracturas de este hueso. Menos
los problemas técnicos son, como se turas del tobillo. (Véase tobillo.)
tobillo. diferentes puntos de apoyo de la bóveda nales especiales, como es el salto o la tos más importantes del pie: en los de frecuentes que las del calcáneo y más
comprende, considerablemente mayo- ASIF. Siglas inglesas de Association Suisse
ASIF. plantar. Dicho peso del cuerpo no gravi- carrera. Por otro lado, el astrágalo se ha- flexión-extensión y en los de prona- que las de los restantes huesos del pie.
res, por la experiencia actual mucho pour l’étude des Fixations internes. ta directamente sobre el eje de flexión- lla sometido a esfuerzos de cizallamien- ción-supinación. Lo mismo cuando el Clasificación. Formas anatomoclíni-
más reducida, las posibilidades más res- Astley Cooper,
Cooper, método de. Método extensión del pie, sino algo por delante to entre dos fuerzas que actúan en sen- pie se mueve libremente como cuando cas más corrientes. Conviene distinguir
tringidas y las ventajas sobre los méto- creado en 1823 por el cirujano inglés del mismo, ejerciendo un esfuerzo de tido opuesto: por un lado, el peso en primer lugar entre las fracturas com-
dos convencionales son mucho más Astley Paston Cooper (1768-1841) para flexión dorsal que es compensado por la corporal, gravitando de arriba abajo so- pletas y las parciales. Las primeras son
discutibles. las reducciones de las luxaciones del fuerte acción flexora plantar del tríceps. bre el cuerpo del hueso, fuertemente so- aquellas que afectan a la totalidad del
Artroscopia quirúrgica. Hoy día ad- codo, colocando el antebrazo, dobla- Ello supone una carga adicional sobre el lidario con el pilón tibial. Y por otro, la hueso, de lado a lado del mismo. Las
quiere cada vez más predicamento el do, sobre la rodilla del operador. hueso que llega a ser aproximadamente contrapresión del suelo contra la punta, fracturas incompletas parciales o margi-
tratamiento de las lesiones traumáticas actuando de abajo arriba sobre la parte nales (fig. 3), llamadas también osteo-
internas de la rodilla por medio de la ar- móvil del pie. Esta acción cizallante re- condrales, y anteriormente confundidas
troscopia, añadiendo, a los instrumen- Tibial posterior cae principalmente sobre el cuello del con «osteocondritis disecantes», son
tos de la artroscopia diagnóstica, otros: astrágalo, con el resultado de una frac- aquellas limitadas a la superficie del
tijera, bisturí, gancho y pinzas, como tura transversal del mismo, que constitu- hueso, con desprendimiento de un pe-
Tibial anterior
mínimo, de forma y tamaño adecuados queño fragmento de la misma (fig. 4). En
(3 a 5 mm de diámetro), para introdu- este grupo pueden incluirse fracturas
cirlos en la cavidad articular por el mis- apofisarias, y en especial las de las apó-
mo tubo del instrumento óptico (los lla- fisis o tubérculos posteriores del astrága-
mados artroscopios quirúrgicos), o lo lo, dando lugar a una imagen radiográfi-
que es más frecuente, a través de un ca que se confunde con el hueso trígono
tubo de guía independiente o por pun- (fractura de Cloquet-Shepherd, fig. 5).
ción directa de la articulación. Su prin- Dentro del grupo de las fracturas totales
cipal indicación es la meniscectomía o completas (fig. 6), hay que distinguir
total o parcial. Pero también puede re- las siguientes submodalidades:
solver otros problemas operatorios, 1) Fracturas del cuello. Son las más
como sección de las plicas anormales, frecuentes. Pueden ser simples, con
perforación de las úlceras de osteocon- desplazamiento más o menos acusado
dritis, extirpación de pequeños frag- entre los fragmentos, pero conservando
mentos osteocartilaginosos, etc., e in- cada uno sus relaciones normales con
cluso, reparación o sustitución de los los huesos limitantes, o complicadas,
ligamentos cruzados. El procedimiento FIG. 1. Representación esquemática de la vascularización del astrágalo. El aporte arterial al hueso de- por luxación del cuerpo respecto a la
se halla, hoy en día, en período de gran pende casi íntegramente de las arterias que penetran en el mismo a nivel del cuello, procedentes del FIG. 3. Fractura parcial del cuello del astrá- FIG. 4. Fractura marginal de la superficie arti- polea tibioperonea que lo alberga, o su
aceptación. arco anastomótico entre la tibial anterior y la posterior, situado en el sinus tarsi. galo. cular del astrágalo. inversión dentro de la misma (fig. 7).
astrágalo 20 21 atrofia

2) Fracturas del cuerpo. Pueden ser de ples (no complicadas) la reducción ma- mejor de ellos, deja subsistentes defor- de las fracturas de la extremidad superior sistemas enzimáticos, compuestos de
trazo simple o único, o bien de trazo nual es en principio posible y puede ser maciones importantes de las superficies del fémur, basado en el principio de un alta energía y probablemente el potasio.
múltiple o conminutas. En este último relativamente fácil, así como la inmovi- articulares, incompatibles con un apoyo tornillo de compresión interfragmentaria. También se observa adelgazamiento de
caso pueden producirse verdaderos es- lización en yeso en la posición adecua- indoloro y una función mínimamente atornillado transpedicular
transpedicular.. Método de las fibras musculares y aumento del teji-
tallidos del cuerpo del astrágalo, que da, que en general es la de un equinis- aceptable. Es difícil poder ofrecer medi- fijación metálica empleado en las artro- do graso interfibrilar. Desde el punto de
hacen imposible, o sumamente difícil, mo más o menos pronunciado, para das resolutivas inmediatas ante estas si- desis vertebrales. Véase r aquis, trau
trau - vista clínico, lo importante de estos tipos
su reconstrucción, incluso operatoria. que coincida el fragmento de la cabeza tuaciones. Una forma de actuar, no muy matismos, y espondilólisis y espon-espon- de atrofia, tanto simple como refleja, es
Cuadro clínico y diagnóstico. En las con el del cuerpo. Todas estas manio- brillante, ciertamente, pero en nuestra dilolistesis de origen traumático.
traumático. que nunca conducen a la destrucción o
fracturas completas del hueso la sinto- bras deben hacerse bajo anestesia com- opinión la menos mala, consiste en la in- atrofia muscular.
muscular. El concepto de atrofia degeneración de los elementos contrác-
matología inmediata (dolor, impotencia pleta (general o regional raquídea) y a movilización inmediata del pie en bota muscular, o amiotrofia, abarca diversos tiles de los músculos, y la recuperación
funcional, tumefacción, deformidad) ser posible bajo control radioscópico de escayola durante dos meses aproxi- procesos patológicos, designados todos es siempre, por lo tanto, posible.
deja pocas dudas sobre la existencia de con amplificador de imagen. La inmovi- madamente, con el propósito explícito con el mismo nombre, pero en realidad c) Atrofia muscular por denervación.
una lesión grave a nivel del tobillo que lización debe mantenerse durante 8 a de practicar secundariamente una artro- muy distintos. La característica común a Consecutiva a la interrupción del aporte
requiere atención inmediata, dando la 10 semanas. La reducción manual, sin desis entre la tibia y el calcáneo. todos ellos es la pérdida o disminución nervioso al músculo, por una lesión de
oportunidad a una confirmación radio- embargo, no siempre es fácil y muchas Complicaciones. La más frecuente y del trofismo muscular, manifestado por su nervio motor. En estos casos, la alte-
lógica. En las fracturas parciales o mar- veces es imposible en las fracturas del la más temible es, como se sabe, la ne- la pérdida de volumen de las masas ración anatomopatológica inicial es la
FIG. 5. Fractura de la apófisis posterior del ginales, el cuadro clínico puede ser mu- cuello con inversión o enucleación del crosis avascular del cuerpo del astrága- musculares, la flaccidez de las mismas, misma que en la atrofia simple o refleja,
cuerpo del astrágalo (fractura de Cloquet-Shep- cho menos escandaloso y confundirse cuerpo dentro de la mortaja tibiopero- lo. Su cuadro clínico es característico: la disminución de la fuerza y su res- si bien se producen precozmente —a las
herd). con un simple esguince. Es frecuente nea. Los tratados clásicos —el de Boeh- después de consolidada felizmente la puesta a las pruebas de exploración 30 o 40 horas del traumatismo— cam-
que el enfermo se autodiagnostique de ler, entre ellos— aconsejan insistir en fractura y de un intervalo de relativa eléctrica. Pero las causas conducentes a bios estructurales a nivel de la placa
torcedura banal sin fractura, «porque en las manipulaciones sobre el pie a base normalidad y tendencia a la mejoría, se esta situación, su significado patológico neuromotriz, propios de la denervación
caso contrario no podría andar». Razón de una enérgica tracción transesqueléti- inicia una fase de empeoramiento con y su importancia clínica difieren según y que todavía pueden ser reparados, du-
de peso para poner el máximo cuidado ca sobre el calcáneo y presión manual aumento progresivo de los dolores. Tal el empleo que se haga del término. De rante un largo período, si la corriente
en estas situaciones y extremar los me- sobre el fragmento luxado, y en caso de cambio en la evolución del proceso acuerdo con ello convendrá tener en nerviosa se restablece. Pero al cabo del
dios de exploración (radiología) antes de fracaso, recurrir a la reducción operato- debe poner siempre en guardia frente a cuenta las siguientes precisiones: tiempo —dos años, por término medio,
aceptar un diagnóstico de esta naturale- ria. Si nuestra opinión personal puede la posibilidad de una necrosis y obliga a 1) Por amiotrofia, atrofia o distrofia cuando la denervación es completa e
za. El resultado del examen radiográfico ser de interés para alguien, diremos que emplear los medios necesarios de diag- muscular se designan una serie de pro- irreparable— el tejido muscular dener-
no siempre es fácil de interpretar, dado en los casos de enucleación total o sub- nóstico. La radiografía convencional en cesos musculares, muchas veces de ca- vado degenera, las fibras musculares de-
el reducido tamaño del fragmento mar- total del cuerpo es preferible recurrir de primer lugar, y en caso de resultado ne- rácter progresivo, y en general muy gra- saparecen y son sustituidas por tejido fi-
ginal, su posible confusión con el hueso inmediato a la cirugía, o en cualquier gativo la gammagrafía ósea, que puede ves, que nada tienen que ver con la broadiposo. La recuperación, como se
trígono, etc., todo lo cual exige muchas caso no iniciar nunca las maniobras de detectar el proceso de necrosis en la traumatología. Son las atrofias mielopá- comprende, en esta situación, es impo-
veces placas en diversas proyecciones y reducción manual sin estar preparados fase prerradiológica del mismo. ticas o neuropáticas, en las que la alte- sible, incluso aunque se restituya, des-
FIG. 6. Fracturas completas del cuello (A) y siempre comparativas entre un lado y para continuarlas operatoriamente. El tratamiento apunta hacia dos objeti- ración muscular es secundaria a un pro- pués de los dos años, la conducción ner-
del cuerpo (B) del astrágalo. El acceso quirúrgico al fragmento poste- vos distintos; por un lado, la revascula- ceso medular o nervioso, y las atrofias viosa del tronco lesionado.
otro.
Normas generales de tratamiento. El rior enucleado debe hacerse siempre rización del hueso, o al menos evitar el miopáticas, debidas a una alteración atrofia ósea dolorosa postraumática
postraumática
principio general de reducción e inmo- por vía posterointerna, a través de una hundimiento del mismo bajo el peso primaria del tejido muscular. Concepto y sinonimia. En 1900, Paul
vilización de las fracturas tiene plena incisión paramaleolar. Para disponer de del cuerpo, a expensas de una delimita- 2) Las atrofias musculares que tienen Sudeck presentó, en el Congreso Anual
validez en las del astrágalo. De acuerdo un campo suficientemente amplio es ción del proceso de necrosis, para lo algo que ver con la traumatología son de Cirugía celebrado en Hamburgo, un
con ello, en las fracturas completas sim- necesario, muchas veces, dividir longi- cual algunos autores han propuesto la las siguientes: trabajo sobre la «descalcificación» ob-
tudinalmente el tendón de Aquiles, inmovilización con descarga durante a) Atrofia muscular simple, por inacti- servada en algunos huesos, consecutiva
como aconseja Gomar, y desplazar ha- períodos de tiempo muy prolongados, vidad. Muy frecuente, como conse- a una infección o a un traumatismo.
cia delante, por encima del maléolo in- pero con resultados poco homologa- cuencia de una larga inmovilización Teniendo en cuenta la probable natura-
terno, los tendones paramaleolotibial bles y por desgracia no muy alentado- con yeso. leza inflamatoria del proceso, lo deno-
posterior y flexores largos de los dedos res. Por otro lado, lograr un apoyo indo- b) Atrofia refleja. En respuesta a pro- minó atrofia ósea aguda inflamatoria.
con el paquete vasculonervioso que, loro, aun a costa de sacrificar la cesos articulares dolorosos, como se Hay que señalar que los rayos Roentgen
por razones obvias, es lo que merece movilidad. Es decir, la panartrodesis del observa con mucha frecuencia a nivel habían sido descubiertos sólo cinco
mayores respetos en estas maniobras. tobillo, y preferentemente la panartro- del cuádriceps en las afecciones trau- años antes, por lo cual este autor fue
La reducción del fragmento desplazado desis o artrodesis panastragalina en be- máticas de la rodilla, y que muchas ve- uno de los primeros en documentar sus
del cuerpo exige con frecuencia la utili- neficio del refrescamiento de las super- ces añade sus efectos a los de la atrofia observaciones con datos radiográficos y
zación de instrumentos punzantes (un ficies articuladas con los huesos por inmovilización. describir el rasgo más característico, la
clavo de Steinmann puede servir para vecinos, con lo cual puede lograrse, al En estos dos tipos de atrofia, la altera- «atrofia» ósea, afección que todavía se
ello) clavados en el hueso a fin de po- menos en parte, la revascularización ción anatomopatológica fundamental conoce por su nombre. Poco después
derlo movilizar para colocarlo en su po- del área necrosada, al permitir la pene- no es una disminución del número de fi- de esta aportación inicial, el mismo
sición natural. La fijación entre los frag- tración en la misma de los vasos a través bras musculares, que permanece inva- Sudeck formuló una teoría según la cual
mentos puede hacerse con clavos de de las superficies riable desde la fase del desarrollo fetal, y las alteraciones radiográficas por él
Kirschner o con tornillos. óseas refrescadas y puestas en contacto. es fijo, como se sabe, para cada unidad descritas podían obedecer a un meca-
Fracturas conminutas del cuerpo del En nuestra opinión, es el recurso con motriz, sino una disminución del núme- nismo reflejo como respuesta a estímu-
astrágalo. Constituyen, como es fácil el que hay que contar, inevitablemente, ro de miofibrillas dentro de cada fibra los —principalmente dolorosos— pro-
comprender, la forma más grave y más en caso de necrosis avascular compro- muscular, así como la mioglobina y de- cedentes de la zona afectada. En 1923,
difícil de reparar las fracturas del astrága- bada del cuerpo del astrágalo. más proteínas musculares, y en general, René Leriche subrayó la naturaleza va-
lo. La reconstrucción anatómica, siquie- atornillado dinámico de la cadera.
cadera. Tér- de todos los elementos implicados en el somotora de dicha respuesta, como
ra sea aproximada, resulta imposible en mino para designar un método de osteo- mecanismo energético de la contrac- causa principal del trastorno que desde
FIG. 7. Fractura del cuello del astrágalo con subluxación posterior del cuerpo del hueso. la práctica totalidad de los casos. Y en el síntesis intracervical para el tratamiento ción muscular: mitocondria, glucógeno, entonces se conoce en la bibliografía
astrágalo 20 21 atrofia

2) Fracturas del cuerpo. Pueden ser de ples (no complicadas) la reducción ma- mejor de ellos, deja subsistentes defor- de las fracturas de la extremidad superior sistemas enzimáticos, compuestos de
trazo simple o único, o bien de trazo nual es en principio posible y puede ser maciones importantes de las superficies del fémur, basado en el principio de un alta energía y probablemente el potasio.
múltiple o conminutas. En este último relativamente fácil, así como la inmovi- articulares, incompatibles con un apoyo tornillo de compresión interfragmentaria. También se observa adelgazamiento de
caso pueden producirse verdaderos es- lización en yeso en la posición adecua- indoloro y una función mínimamente atornillado transpedicular
transpedicular.. Método de las fibras musculares y aumento del teji-
tallidos del cuerpo del astrágalo, que da, que en general es la de un equinis- aceptable. Es difícil poder ofrecer medi- fijación metálica empleado en las artro- do graso interfibrilar. Desde el punto de
hacen imposible, o sumamente difícil, mo más o menos pronunciado, para das resolutivas inmediatas ante estas si- desis vertebrales. Véase r aquis, trau
trau - vista clínico, lo importante de estos tipos
su reconstrucción, incluso operatoria. que coincida el fragmento de la cabeza tuaciones. Una forma de actuar, no muy matismos, y espondilólisis y espon-espon- de atrofia, tanto simple como refleja, es
Cuadro clínico y diagnóstico. En las con el del cuerpo. Todas estas manio- brillante, ciertamente, pero en nuestra dilolistesis de origen traumático.
traumático. que nunca conducen a la destrucción o
fracturas completas del hueso la sinto- bras deben hacerse bajo anestesia com- opinión la menos mala, consiste en la in- atrofia muscular.
muscular. El concepto de atrofia degeneración de los elementos contrác-
matología inmediata (dolor, impotencia pleta (general o regional raquídea) y a movilización inmediata del pie en bota muscular, o amiotrofia, abarca diversos tiles de los músculos, y la recuperación
funcional, tumefacción, deformidad) ser posible bajo control radioscópico de escayola durante dos meses aproxi- procesos patológicos, designados todos es siempre, por lo tanto, posible.
deja pocas dudas sobre la existencia de con amplificador de imagen. La inmovi- madamente, con el propósito explícito con el mismo nombre, pero en realidad c) Atrofia muscular por denervación.
una lesión grave a nivel del tobillo que lización debe mantenerse durante 8 a de practicar secundariamente una artro- muy distintos. La característica común a Consecutiva a la interrupción del aporte
requiere atención inmediata, dando la 10 semanas. La reducción manual, sin desis entre la tibia y el calcáneo. todos ellos es la pérdida o disminución nervioso al músculo, por una lesión de
oportunidad a una confirmación radio- embargo, no siempre es fácil y muchas Complicaciones. La más frecuente y del trofismo muscular, manifestado por su nervio motor. En estos casos, la alte-
lógica. En las fracturas parciales o mar- veces es imposible en las fracturas del la más temible es, como se sabe, la ne- la pérdida de volumen de las masas ración anatomopatológica inicial es la
FIG. 5. Fractura de la apófisis posterior del ginales, el cuadro clínico puede ser mu- cuello con inversión o enucleación del crosis avascular del cuerpo del astrága- musculares, la flaccidez de las mismas, misma que en la atrofia simple o refleja,
cuerpo del astrágalo (fractura de Cloquet-Shep- cho menos escandaloso y confundirse cuerpo dentro de la mortaja tibiopero- lo. Su cuadro clínico es característico: la disminución de la fuerza y su res- si bien se producen precozmente —a las
herd). con un simple esguince. Es frecuente nea. Los tratados clásicos —el de Boeh- después de consolidada felizmente la puesta a las pruebas de exploración 30 o 40 horas del traumatismo— cam-
que el enfermo se autodiagnostique de ler, entre ellos— aconsejan insistir en fractura y de un intervalo de relativa eléctrica. Pero las causas conducentes a bios estructurales a nivel de la placa
torcedura banal sin fractura, «porque en las manipulaciones sobre el pie a base normalidad y tendencia a la mejoría, se esta situación, su significado patológico neuromotriz, propios de la denervación
caso contrario no podría andar». Razón de una enérgica tracción transesqueléti- inicia una fase de empeoramiento con y su importancia clínica difieren según y que todavía pueden ser reparados, du-
de peso para poner el máximo cuidado ca sobre el calcáneo y presión manual aumento progresivo de los dolores. Tal el empleo que se haga del término. De rante un largo período, si la corriente
en estas situaciones y extremar los me- sobre el fragmento luxado, y en caso de cambio en la evolución del proceso acuerdo con ello convendrá tener en nerviosa se restablece. Pero al cabo del
dios de exploración (radiología) antes de fracaso, recurrir a la reducción operato- debe poner siempre en guardia frente a cuenta las siguientes precisiones: tiempo —dos años, por término medio,
aceptar un diagnóstico de esta naturale- ria. Si nuestra opinión personal puede la posibilidad de una necrosis y obliga a 1) Por amiotrofia, atrofia o distrofia cuando la denervación es completa e
za. El resultado del examen radiográfico ser de interés para alguien, diremos que emplear los medios necesarios de diag- muscular se designan una serie de pro- irreparable— el tejido muscular dener-
no siempre es fácil de interpretar, dado en los casos de enucleación total o sub- nóstico. La radiografía convencional en cesos musculares, muchas veces de ca- vado degenera, las fibras musculares de-
el reducido tamaño del fragmento mar- total del cuerpo es preferible recurrir de primer lugar, y en caso de resultado ne- rácter progresivo, y en general muy gra- saparecen y son sustituidas por tejido fi-
ginal, su posible confusión con el hueso inmediato a la cirugía, o en cualquier gativo la gammagrafía ósea, que puede ves, que nada tienen que ver con la broadiposo. La recuperación, como se
trígono, etc., todo lo cual exige muchas caso no iniciar nunca las maniobras de detectar el proceso de necrosis en la traumatología. Son las atrofias mielopá- comprende, en esta situación, es impo-
veces placas en diversas proyecciones y reducción manual sin estar preparados fase prerradiológica del mismo. ticas o neuropáticas, en las que la alte- sible, incluso aunque se restituya, des-
FIG. 6. Fracturas completas del cuello (A) y siempre comparativas entre un lado y para continuarlas operatoriamente. El tratamiento apunta hacia dos objeti- ración muscular es secundaria a un pro- pués de los dos años, la conducción ner-
del cuerpo (B) del astrágalo. El acceso quirúrgico al fragmento poste- vos distintos; por un lado, la revascula- ceso medular o nervioso, y las atrofias viosa del tronco lesionado.
otro.
Normas generales de tratamiento. El rior enucleado debe hacerse siempre rización del hueso, o al menos evitar el miopáticas, debidas a una alteración atrofia ósea dolorosa postraumática
postraumática
principio general de reducción e inmo- por vía posterointerna, a través de una hundimiento del mismo bajo el peso primaria del tejido muscular. Concepto y sinonimia. En 1900, Paul
vilización de las fracturas tiene plena incisión paramaleolar. Para disponer de del cuerpo, a expensas de una delimita- 2) Las atrofias musculares que tienen Sudeck presentó, en el Congreso Anual
validez en las del astrágalo. De acuerdo un campo suficientemente amplio es ción del proceso de necrosis, para lo algo que ver con la traumatología son de Cirugía celebrado en Hamburgo, un
con ello, en las fracturas completas sim- necesario, muchas veces, dividir longi- cual algunos autores han propuesto la las siguientes: trabajo sobre la «descalcificación» ob-
tudinalmente el tendón de Aquiles, inmovilización con descarga durante a) Atrofia muscular simple, por inacti- servada en algunos huesos, consecutiva
como aconseja Gomar, y desplazar ha- períodos de tiempo muy prolongados, vidad. Muy frecuente, como conse- a una infección o a un traumatismo.
cia delante, por encima del maléolo in- pero con resultados poco homologa- cuencia de una larga inmovilización Teniendo en cuenta la probable natura-
terno, los tendones paramaleolotibial bles y por desgracia no muy alentado- con yeso. leza inflamatoria del proceso, lo deno-
posterior y flexores largos de los dedos res. Por otro lado, lograr un apoyo indo- b) Atrofia refleja. En respuesta a pro- minó atrofia ósea aguda inflamatoria.
con el paquete vasculonervioso que, loro, aun a costa de sacrificar la cesos articulares dolorosos, como se Hay que señalar que los rayos Roentgen
por razones obvias, es lo que merece movilidad. Es decir, la panartrodesis del observa con mucha frecuencia a nivel habían sido descubiertos sólo cinco
mayores respetos en estas maniobras. tobillo, y preferentemente la panartro- del cuádriceps en las afecciones trau- años antes, por lo cual este autor fue
La reducción del fragmento desplazado desis o artrodesis panastragalina en be- máticas de la rodilla, y que muchas ve- uno de los primeros en documentar sus
del cuerpo exige con frecuencia la utili- neficio del refrescamiento de las super- ces añade sus efectos a los de la atrofia observaciones con datos radiográficos y
zación de instrumentos punzantes (un ficies articuladas con los huesos por inmovilización. describir el rasgo más característico, la
clavo de Steinmann puede servir para vecinos, con lo cual puede lograrse, al En estos dos tipos de atrofia, la altera- «atrofia» ósea, afección que todavía se
ello) clavados en el hueso a fin de po- menos en parte, la revascularización ción anatomopatológica fundamental conoce por su nombre. Poco después
derlo movilizar para colocarlo en su po- del área necrosada, al permitir la pene- no es una disminución del número de fi- de esta aportación inicial, el mismo
sición natural. La fijación entre los frag- tración en la misma de los vasos a través bras musculares, que permanece inva- Sudeck formuló una teoría según la cual
mentos puede hacerse con clavos de de las superficies riable desde la fase del desarrollo fetal, y las alteraciones radiográficas por él
Kirschner o con tornillos. óseas refrescadas y puestas en contacto. es fijo, como se sabe, para cada unidad descritas podían obedecer a un meca-
Fracturas conminutas del cuerpo del En nuestra opinión, es el recurso con motriz, sino una disminución del núme- nismo reflejo como respuesta a estímu-
astrágalo. Constituyen, como es fácil el que hay que contar, inevitablemente, ro de miofibrillas dentro de cada fibra los —principalmente dolorosos— pro-
comprender, la forma más grave y más en caso de necrosis avascular compro- muscular, así como la mioglobina y de- cedentes de la zona afectada. En 1923,
difícil de reparar las fracturas del astrága- bada del cuerpo del astrágalo. más proteínas musculares, y en general, René Leriche subrayó la naturaleza va-
lo. La reconstrucción anatómica, siquie- atornillado dinámico de la cadera.
cadera. Tér- de todos los elementos implicados en el somotora de dicha respuesta, como
ra sea aproximada, resulta imposible en mino para designar un método de osteo- mecanismo energético de la contrac- causa principal del trastorno que desde
FIG. 7. Fractura del cuello del astrágalo con subluxación posterior del cuerpo del hueso. la práctica totalidad de los casos. Y en el síntesis intracervical para el tratamiento ción muscular: mitocondria, glucógeno, entonces se conoce en la bibliografía
Avenzoar 22 23 axonotmesis

francesa con el nombre de enfermedad exploración vascular aportan resultados uno a dos meses la aparición de los pri- (980-1037). Su obra en cinco volúme- Axhausen, signo de. Punto doloroso rálisis de los músculos correspondien-
de Sudeck-Leriche. contradictorios, a favor unas veces de meros signos radiográficos. Los datos nes Canon de Medicina fue durante si- localizado en la superficie de un cóndi- tes al territorio del nervio lesionado.
También se la conoce por muchos otros un mayor flujo sanguíneo y otras de una más precisos los proporciona, sin em- glos una obra clásica. Consideró la reti- lo femoral, explorable con la rodilla fle- Bajo este aspecto no se diferencia, o
nombres, algunos de los cuales expre- disminución del mismo. Pero, en gene- bargo, la densitometría. na como la parte fundamental del ojo xionada, y sintomático de una fractura se diferencia muy poco, de la neuro-
san el esfuerzo de sus autores por asig- ral, en uno u otro sentido, alteraciones Evolución. El proceso tiene tendencia a para la visión, mientras que hasta en- osteocartilaginosa u osteocondritis di- apraxia o de la neurotmesis, por lo
nar al proceso una interpretación pato- importantes en relación con el lado la curación, aunque puede tardar meses tonces se había reconocido como tal al secante. cual su diagnóstico, con toda la carga
génica o alguna de sus principales sano. A nivel del hueso, parece que el y a veces años en alcanzarla, y en algu- cristalino; llamó la atención acerca de axonotmesis (de axón y el griego tmesis, de interés pronóstico que comporta,
características anatomopatológicas o trastorno dominante, al menos al princi- nos casos no se alcanza más que par- la correlación entre las emociones y los acción de cortar). Significa la interrup- debe establecerse por el examen eléc-
clínicas: algodistrofia postraumática pio, es una hipervascularización con cialmente, con persistencia de algunas síntomas físicos; diferenció las diversas ción anatómica o sección del axón, con trico. En el apartado correspondiente
dolorosa, atrofia ósea aguda inflamato- estasis venosa que da lugar a una proli- disfunciones tales como edemas, rigide- formas de ictericia y demostró la trans- conservación de las vainas perineurales a los traumatismos de los nervios peri-
ria de Sudeck, descalcificación doloro- feración de osteoclastos y a un aumen- ces articulares o limitación dolorosa de misión, a través de la placenta, de cier- y endoneurales a través de las cuales féricos se describen los necesarios de-
sa del pie, osteoporosis postraumática, to de los fenómenos locales de reabsor- los movimientos. En general, existe un tas infecciones. Llamó igualmente la pudiera generarse el axón seccionado. talles al respecto. Únicamente convie-
distrofia refleja neurovascular postrau- ción ósea y formación de focos de primer período, que puede durar varios atención sobre el sabor dulce de la ori- La tmesis puede ser incompleta, dejan- ne recordar aquí las características
mática, algodistrofia postraumática, al- osteólisis. meses, durante el cual el dolor permane- na de los diabéticos y recomendó una do paso a algunas fibras nerviosas del principales de la lesión que se está
goneurodistrofia descalcificante, enfer- Cuadro clínico y diagnóstico. La afec- ce invariable o con tendencia a aumen- mezcla prescrita de altramuces, trigone- cilindroeje: axonotmesis parcial. La describiendo:
medad de Sudeck. ción se caracteriza fundamentalmente tar, para dar paso, en una segunda fase, a las y semillas de cedoaria, con la que se axonotmesis es una de las tres varieda- a) Potenciales de denervación.
Etiología, circunstancias de aparición y por dolor y alteración de la estructura una regresión progresiva, hasta la desa- podía, efectivamente, reducir la elimi- des anatomopatológicas de lesión de b) Ausencia de potenciales de uni-
localización. El antecedente traumático ósea, a los que se asocian con frecuen- parición de los síntomas. nación de azúcar en tales pacientes. Su los nervios periféricos en la clasifica- dad motora en los intentos de contrac-
figura siempre entre los antecedentes cia —pero no siempre— fenómenos lo- Tratamiento. La medida más urgente y extraordinaria actividad intelectual le ción de Seddon. Las otras dos son la ción voluntaria. Pueden registrarse al-
del proceso, que por algo se llama pos- calizados de índole vasomotora en las más necesaria es evitar los estímulos hizo cultivar también todas las ramas de neuroapraxia y la neurotmesis. El interés gunos potenciales de unidad motora
traumático, aunque, en general, no partes blandas: edema, cianosis, tume- dolorosos, para lo cual pueden ser de las ciencias, destacando por sus gran- clínico de la axonotmesis radica en la aislados, polifásicos y de escasa ampli-
existe proporción entre la importancia facción, hiperhidrosis, cambios de tem- utilidad los analgésicos de toda índole. des conocimientos. posibilidad de regeneración espontá- tud, en las axonotmesis parciales, co-
del traumatismo y el proceso algodistró- peratura local, etc. El dolor se manfies- Pero, sobre todo, el reposo, más exac- avulsión (del lat. avellere, arrancar). nea, a diferencia de la neuroapraxia, en rrespondientes a fibras musculares no
fico, el cual puede presentarse de forma ta, a veces con gran intensidad, en los tamente la supresión rigurosa de todo Arrancamiento de un órgano o parte del la que dicha regeneración es no sólo denervadas.
imprevisible después de un traumatis- movimientos activos y sobre todo pasi- movimiento que provoque el más mí- mismo. En traumatología esquelética se posible sino segura, y la neurotmesis, c) Reacción de degeneración.
mo de escasa entidad y adecuadamente vos, causando una limitación importan- nimo dolor, compatible con una recu- refiere a los arrancamientos de un frag- en que es imposible. d) Bloqueo total o subtotal de la con-
asistido, pero generalmente más dolo- te a la fuerza de prensión, cuando se peración progresiva de movilidad, a mento óseo por la tracción de un li- Desde el punto de vista clínico, la ducción nerviosa a lo largo del nervio
roso de lo habitual. Y siempre después trata de la mano y de la muñeca, o al base de movimientos activos realiza- gamento o una inserción muscular. axonotmesis se caracteriza por la pa- afectado.
de un período que puede oscilar de dos apoyo sobre el suelo, que puede llegar dos con el máximo cuidado, y movi-
semanas a dos meses a partir del acci- a ser imposible, cuando se trata del pie. mientos pasivos aún más cuidadosos,
dente causal, y muchas veces, cuando Los signos radiológicos de atrofia ósea alternando con largos períodos de des-
la lesión traumática propiamente dicha aparecen más tardíamente, después de canso con la extremidad afecta elevada
(esguince, fractura, etc.) se da ya por cu- una fase prerradiológica, que puede du- sobre el plano horizontal. Supresión de
rada. Puede presentarse en todas las rar de 8 a 10 semanas después de ini- los escayolados o, si son necesarios, re-
edades, pero es más frecuente en suje- ciados los demás síntomas. Se inician ducirlos al mínimo tiempo posible y en
tos de mediana o avanzada edad, y por una osteoporosis difusa manifesta- actitud funcional, evitando posiciones
afecta por igual a hombres y mujeres. da por una mayor transparencia de la anormales o forzadas. Como medidas
En algunos casos es posible invocar fac- parte afecta del esqueleto, seguida de coadyuvantes, sobre todo en los casos
tores coadyuvantes, como diabetes u una osteoporosis lacunar o en manchas, graves, la calcitonina a dosis adecua-
otros trastornos metabólicos, inestabili- con focos de osteólisis que contrastan das (100 UI al día, durante quince o
dad neurovegetativa, etc. Entre los fac- claramente con el dibujo trabecular de veinte días), los vasodilatadores o vaso-
tores etiológicos relacionados con los los huesos sanos. Para apreciar este rreguladores por vía general
traumatismos hay que considerar las in- contraste son imprescindibles las radio- (Hydergina, 5 mg/día) y los betablo-
movilizaciones prolongadas en yeso, grafías comparativas con el lado no queantes a las dosis compatibles con la
las operaciones reparadoras o las movi- afectado. Nunca se produce erosión o función cardíaca y la presión sanguí-
lizaciones pasivas dolorosas con propó- destrucción de las superficies articula- nea normal, parecen haber dado bue-
sitos de rehabilitación. res, o estrechamiento del espacio arti- nos resultados en manos de los autores
La localización más frecuente tiene lu- cular, como es prácticamente la regla que las han empleado.
gar en las porciones distales de los en las artritis o en las osteoartritis. Av enzoar.
enzoar. Médico andalusí, natural de
miembros: manos y pies. Más raramen- El diagnóstico se establece a partir de los Sevilla, muerto en 1161. Fue uno de los
te, en la rodilla o en la cadera. Las le- datos clínicos y radiográficos que han sabios más ilustres del Islam, maestro de
siones más frecuentes son las fracturas sido descritos. Teniendo en cuenta, Averroes. Su obra principal es al-Taysir
de la extremidad inferior del radio y las como ya se ha dicho, que estos últimos (Manual práctico de tratamientos y die-
fracturas o torceduras del pie con lesio- pueden aparecer tardíamente en rela- tas ), compendio de práctica, lleno de
nes del aparato ligamentoso del tobillo. ción a los demás síntomas, con lo cual historias clínicas de gran interés.
Fisiopatogenia. Continúa siendo incier- puede retrasarse el diagnóstico y perder Av erroes. Filósofo y científico andalusí
ta. Parece evidente que en ella intervie- la oportunidad de un tratamiento eficaz. del siglo XII (Córdoba, 1126-1198), con-
ne un trastorno circulatorio local de Otro medio especial de diagnóstico es la siderado uno de los médicos más sabios
naturaleza refleja a través del sistema escintigrafía ósea a base de compuestos de su tiempo.
neurovegetativo: hiperemia, vasocons- fosfatados marcados con tecnecio, cu- Avicena. Médico y filósofo andalusípersa,
tricción de las arteriolas, vasodilatación yos resultados positivos —en general, el más ilustre de los médicos árabes, lla-
capilar, estasis venosa, etc. Algunos es- pero no siempre, una hipercaptación del mado «Príncipe de los médicos», cuyo
tudios fisiopatológicos y métodos de producto radiactivo— pueden preceder nombre es corrupción del de Ibn-Sina
Avenzoar 22 23 axonotmesis

francesa con el nombre de enfermedad exploración vascular aportan resultados uno a dos meses la aparición de los pri- (980-1037). Su obra en cinco volúme- Axhausen, signo de. Punto doloroso rálisis de los músculos correspondien-
de Sudeck-Leriche. contradictorios, a favor unas veces de meros signos radiográficos. Los datos nes Canon de Medicina fue durante si- localizado en la superficie de un cóndi- tes al territorio del nervio lesionado.
También se la conoce por muchos otros un mayor flujo sanguíneo y otras de una más precisos los proporciona, sin em- glos una obra clásica. Consideró la reti- lo femoral, explorable con la rodilla fle- Bajo este aspecto no se diferencia, o
nombres, algunos de los cuales expre- disminución del mismo. Pero, en gene- bargo, la densitometría. na como la parte fundamental del ojo xionada, y sintomático de una fractura se diferencia muy poco, de la neuro-
san el esfuerzo de sus autores por asig- ral, en uno u otro sentido, alteraciones Evolución. El proceso tiene tendencia a para la visión, mientras que hasta en- osteocartilaginosa u osteocondritis di- apraxia o de la neurotmesis, por lo
nar al proceso una interpretación pato- importantes en relación con el lado la curación, aunque puede tardar meses tonces se había reconocido como tal al secante. cual su diagnóstico, con toda la carga
génica o alguna de sus principales sano. A nivel del hueso, parece que el y a veces años en alcanzarla, y en algu- cristalino; llamó la atención acerca de axonotmesis (de axón y el griego tmesis, de interés pronóstico que comporta,
características anatomopatológicas o trastorno dominante, al menos al princi- nos casos no se alcanza más que par- la correlación entre las emociones y los acción de cortar). Significa la interrup- debe establecerse por el examen eléc-
clínicas: algodistrofia postraumática pio, es una hipervascularización con cialmente, con persistencia de algunas síntomas físicos; diferenció las diversas ción anatómica o sección del axón, con trico. En el apartado correspondiente
dolorosa, atrofia ósea aguda inflamato- estasis venosa que da lugar a una proli- disfunciones tales como edemas, rigide- formas de ictericia y demostró la trans- conservación de las vainas perineurales a los traumatismos de los nervios peri-
ria de Sudeck, descalcificación doloro- feración de osteoclastos y a un aumen- ces articulares o limitación dolorosa de misión, a través de la placenta, de cier- y endoneurales a través de las cuales féricos se describen los necesarios de-
sa del pie, osteoporosis postraumática, to de los fenómenos locales de reabsor- los movimientos. En general, existe un tas infecciones. Llamó igualmente la pudiera generarse el axón seccionado. talles al respecto. Únicamente convie-
distrofia refleja neurovascular postrau- ción ósea y formación de focos de primer período, que puede durar varios atención sobre el sabor dulce de la ori- La tmesis puede ser incompleta, dejan- ne recordar aquí las características
mática, algodistrofia postraumática, al- osteólisis. meses, durante el cual el dolor permane- na de los diabéticos y recomendó una do paso a algunas fibras nerviosas del principales de la lesión que se está
goneurodistrofia descalcificante, enfer- Cuadro clínico y diagnóstico. La afec- ce invariable o con tendencia a aumen- mezcla prescrita de altramuces, trigone- cilindroeje: axonotmesis parcial. La describiendo:
medad de Sudeck. ción se caracteriza fundamentalmente tar, para dar paso, en una segunda fase, a las y semillas de cedoaria, con la que se axonotmesis es una de las tres varieda- a) Potenciales de denervación.
Etiología, circunstancias de aparición y por dolor y alteración de la estructura una regresión progresiva, hasta la desa- podía, efectivamente, reducir la elimi- des anatomopatológicas de lesión de b) Ausencia de potenciales de uni-
localización. El antecedente traumático ósea, a los que se asocian con frecuen- parición de los síntomas. nación de azúcar en tales pacientes. Su los nervios periféricos en la clasifica- dad motora en los intentos de contrac-
figura siempre entre los antecedentes cia —pero no siempre— fenómenos lo- Tratamiento. La medida más urgente y extraordinaria actividad intelectual le ción de Seddon. Las otras dos son la ción voluntaria. Pueden registrarse al-
del proceso, que por algo se llama pos- calizados de índole vasomotora en las más necesaria es evitar los estímulos hizo cultivar también todas las ramas de neuroapraxia y la neurotmesis. El interés gunos potenciales de unidad motora
traumático, aunque, en general, no partes blandas: edema, cianosis, tume- dolorosos, para lo cual pueden ser de las ciencias, destacando por sus gran- clínico de la axonotmesis radica en la aislados, polifásicos y de escasa ampli-
existe proporción entre la importancia facción, hiperhidrosis, cambios de tem- utilidad los analgésicos de toda índole. des conocimientos. posibilidad de regeneración espontá- tud, en las axonotmesis parciales, co-
del traumatismo y el proceso algodistró- peratura local, etc. El dolor se manfies- Pero, sobre todo, el reposo, más exac- avulsión (del lat. avellere, arrancar). nea, a diferencia de la neuroapraxia, en rrespondientes a fibras musculares no
fico, el cual puede presentarse de forma ta, a veces con gran intensidad, en los tamente la supresión rigurosa de todo Arrancamiento de un órgano o parte del la que dicha regeneración es no sólo denervadas.
imprevisible después de un traumatis- movimientos activos y sobre todo pasi- movimiento que provoque el más mí- mismo. En traumatología esquelética se posible sino segura, y la neurotmesis, c) Reacción de degeneración.
mo de escasa entidad y adecuadamente vos, causando una limitación importan- nimo dolor, compatible con una recu- refiere a los arrancamientos de un frag- en que es imposible. d) Bloqueo total o subtotal de la con-
asistido, pero generalmente más dolo- te a la fuerza de prensión, cuando se peración progresiva de movilidad, a mento óseo por la tracción de un li- Desde el punto de vista clínico, la ducción nerviosa a lo largo del nervio
roso de lo habitual. Y siempre después trata de la mano y de la muñeca, o al base de movimientos activos realiza- gamento o una inserción muscular. axonotmesis se caracteriza por la pa- afectado.
de un período que puede oscilar de dos apoyo sobre el suelo, que puede llegar dos con el máximo cuidado, y movi-
semanas a dos meses a partir del acci- a ser imposible, cuando se trata del pie. mientos pasivos aún más cuidadosos,
dente causal, y muchas veces, cuando Los signos radiológicos de atrofia ósea alternando con largos períodos de des-
la lesión traumática propiamente dicha aparecen más tardíamente, después de canso con la extremidad afecta elevada
(esguince, fractura, etc.) se da ya por cu- una fase prerradiológica, que puede du- sobre el plano horizontal. Supresión de
rada. Puede presentarse en todas las rar de 8 a 10 semanas después de ini- los escayolados o, si son necesarios, re-
edades, pero es más frecuente en suje- ciados los demás síntomas. Se inician ducirlos al mínimo tiempo posible y en
tos de mediana o avanzada edad, y por una osteoporosis difusa manifesta- actitud funcional, evitando posiciones
afecta por igual a hombres y mujeres. da por una mayor transparencia de la anormales o forzadas. Como medidas
En algunos casos es posible invocar fac- parte afecta del esqueleto, seguida de coadyuvantes, sobre todo en los casos
tores coadyuvantes, como diabetes u una osteoporosis lacunar o en manchas, graves, la calcitonina a dosis adecua-
otros trastornos metabólicos, inestabili- con focos de osteólisis que contrastan das (100 UI al día, durante quince o
dad neurovegetativa, etc. Entre los fac- claramente con el dibujo trabecular de veinte días), los vasodilatadores o vaso-
tores etiológicos relacionados con los los huesos sanos. Para apreciar este rreguladores por vía general
traumatismos hay que considerar las in- contraste son imprescindibles las radio- (Hydergina, 5 mg/día) y los betablo-
movilizaciones prolongadas en yeso, grafías comparativas con el lado no queantes a las dosis compatibles con la
las operaciones reparadoras o las movi- afectado. Nunca se produce erosión o función cardíaca y la presión sanguí-
lizaciones pasivas dolorosas con propó- destrucción de las superficies articula- nea normal, parecen haber dado bue-
sitos de rehabilitación. res, o estrechamiento del espacio arti- nos resultados en manos de los autores
La localización más frecuente tiene lu- cular, como es prácticamente la regla que las han empleado.
gar en las porciones distales de los en las artritis o en las osteoartritis. Av enzoar.
enzoar. Médico andalusí, natural de
miembros: manos y pies. Más raramen- El diagnóstico se establece a partir de los Sevilla, muerto en 1161. Fue uno de los
te, en la rodilla o en la cadera. Las le- datos clínicos y radiográficos que han sabios más ilustres del Islam, maestro de
siones más frecuentes son las fracturas sido descritos. Teniendo en cuenta, Averroes. Su obra principal es al-Taysir
de la extremidad inferior del radio y las como ya se ha dicho, que estos últimos (Manual práctico de tratamientos y die-
fracturas o torceduras del pie con lesio- pueden aparecer tardíamente en rela- tas ), compendio de práctica, lleno de
nes del aparato ligamentoso del tobillo. ción a los demás síntomas, con lo cual historias clínicas de gran interés.
Fisiopatogenia. Continúa siendo incier- puede retrasarse el diagnóstico y perder Av erroes. Filósofo y científico andalusí
ta. Parece evidente que en ella intervie- la oportunidad de un tratamiento eficaz. del siglo XII (Córdoba, 1126-1198), con-
ne un trastorno circulatorio local de Otro medio especial de diagnóstico es la siderado uno de los médicos más sabios
naturaleza refleja a través del sistema escintigrafía ósea a base de compuestos de su tiempo.
neurovegetativo: hiperemia, vasocons- fosfatados marcados con tecnecio, cu- Avicena. Médico y filósofo andalusípersa,
tricción de las arteriolas, vasodilatación yos resultados positivos —en general, el más ilustre de los médicos árabes, lla-
capilar, estasis venosa, etc. Algunos es- pero no siempre, una hipercaptación del mado «Príncipe de los médicos», cuyo
tudios fisiopatológicos y métodos de producto radiactivo— pueden preceder nombre es corrupción del de Ibn-Sina
B
Babinski, Joseph
Joseph FrFr ançois Felix.
Felix. Neu- Estudió medicina en Toronto, donde de- finteriana, escaras por decúbito, y b)
rólogo francés de origen polaco (1857- sarrolló inicialmente su actividad qui- aparición de rigidez y espasticidad con
1932), que alcanzó gran celebridad por rúrgica en el Hospital Infantil (Hospital retorno de los reflejos tendinosos y cu-
sus importantes contribuciones al pro- for Sick Children), trasladándose des- táneos, recuperación del tono muscular
greso de la neurología. pués a la ciudad de London, en Onta- y aparición de reflejos de defensa o de
Babinski-Froment,
Babinski-Froment, síndrome de. Sín- rio, donde se especializó en cirugía automatismo medular.
drome postraumático reflejo caracteri- ortopédica, ocupando el cargo de pro- Bastos Ansart, Manuel. Eminente trau-
zado por paresia, contracturas, hiperre- fesor en el Departamento de Fisiología matólogo y cirujano ortopédico espa-
flexia y atrofia muscular notable a nivel de la Western Ontario Medical School. ñol (1887-1973), autor de numerosas
del miembro traumatizado. Ha sido, hasta ahora, el único especia- obras sobre distintos aspectos de la es-
Bado, José
José Luis. Eminente cirujano orto- lista en ortopedia (aparte, si acaso, de pecialidad y de un Tratado de patología
pédico y traumatólogo uruguayo y una Kocher) que ha recibido el premio No- quirúrgica general que alcanzó gran di-
de las más grandes figuras de la espe- bel de Medicina y Fisiología (1923), fusión en España y en Sudamérica y del
cialidad en Hispanoamérica (1903- compartido con Macleod, pero no por cual se hicieron cuatro ediciones, la úl-
1977). Estudió inicialmente en italia sus aportaciones a esta especialidad tima en 1952 (fig. 1). Cirujano militar
con Putti, de quien se consideraba quirúrgica, sino por el descubrimiento por oposición, inició su larga experien-
como el introductor en América latina. de la insulina en 1922. cia en la gran traumatología de guerra
A su vuelta a Uruguay, fue encargado Bardinet, ligamento de (de Barthélemy durante la campaña de África (1921),
del Servicio de Ortopedia y Traumato- A. Bardinet, médico francés, 1819- continuando seguidamente, hasta el
logía de la Clínica Quirúrgica de Mon- 1874). Cinta anterior del ligamento la- inicio de la guerra civil española, al
tevideo. En 1941 fundó el Instituto de teral interno del codo. (Véase codo,
codo frente del Servicio de Traumatología del
Traumatología en la misma ciudad y en principales características anatomofun-
1948 los Anales de Ortopedia y Trau- cionales.)
matología de Montevideo. Fue uno de Barr, J. S. Véase Mixter, J. W.
Barr,
los mayores impulsores de la Sociedad Barton, John
John Rhea. Cirujano estadouni-
Latinoamericana de Ortopedia y Trau- dense, de Filadelfia (1794-1871). Des-
matología (SLAOT). cribió, en 1838, las fracturas marginales
Bailey,
Bailey, método de. Método para el trata- de la extremidad inferior del radio que
miento quirúrgico de las luxaciones hoy se conocen por su nombre. (Véase
acromioclaviculares mediante la trans- muñeca traumatismos.)
muñeca,
posición de los músculos coracoideos a Barton, compás de. Instrumento en for-
acromioclavicu--
la clavícula. (Véase acromioclavicu ma de compás de puntas cónicas para
lar luxaciones.)
lar, la inmovilización del cráneo y tracción
Bankart, lesión de (de Arthur Sidney craneal, usado especialmente en las
Blundell Bankart, cirujano inglés, 1879- fracturas del raquis cervical. (Véase r a -
1951). Despegamiento del periostio que quis cervical.)
cervical
recubre la cara anterior de la escápula Bastian, síndrome de. Complejo sin-
(despegamiento perióstico de Broca), en tomático debido a una lesión espinal
las luxaciones recidivantes del hombro. transversal completa aguda, por fractu-
Bankart, operación
operación de. Fijación de la ra, herida por arma de fuego o de arma
clavícula con la primera costilla efec- blanca, etc. El cuadro clínico evolucio-
tuada con tiras de fascia lata, para el tra- na en dos etapas sucesivas: a) paraple-
tamiento de las luxaciones esternoclavi- jía y anestesia por debajo del punto de
hombro luxación reci-
culares. (Véase hombro, la lesión con abolición de los reflejos
divante.) tendinosos y cutáneos, retención de
Banting, sir Frederic
Frederick k Grant.
Grant. Cirujano orina con micción por rebosamiento,
ortopédico canadiense (1891-1944). incontinencia fecal por relajación es- FIG. 1. Manuel Bastos Ansart (1887-1973).
Battle 26 27 biocompresión

Hospital Militar de Carabanchel. Con y refuerzo de la misma mediante teno- mente, en sujetos de edad avanzada, en embargo, su indicación es relativa y dis- método que experimentó en sí mismo y lor en las operaciones era una quimera
ocasión de la sublevación de Asturias, plastia, para el tratamiento de la luxa- los que se supone que se han producido cutible en la mayoría de los casos, te- en su ayudante Hildebrandt. Propuso en la que valía más no pensar.
amplió y actualizó la experiencia ad- ción recidivante del hombro. las alteraciones degenerativas citadas. La niendo en cuenta que por lo general se igualmente el tratamiento de las supura- Bigelow
Bigelow, ligamento de (de Henry Jacob
quirida en contiendas anteriores, plas- Bertin, ligamento de (de Exupère Joseph rotura en sujetos jóvenes, como resulta- trata de personas de edad, con una ac- ciones crónicas por hiperemia venosa Bigelow, cirujano estadounidense, 1818-
mándola en una monografía que hizo Bertin, anatomista francés, 1712-1781). do de un esfuerzo deportivo violento, tividad física o deportiva muy reducida, provocada por un manguito constrictivo. 1890). Denominación que también se
fortuna: Las heridas por arma de fuego Ligamento iliofemoral, entre el ilíaco, frecuentes en otros tendones, como el de y que la lesión causa pocas molestias y Bigelow
Bigelow, Henry Jacob.
Jacob. Cirujano nortea- da al ligamento iliofemoral.
(1936), en la cual preconizaba y descri- nivel de la espina ilíaca anteroinferior y Aquiles, no se produce nunca, práctica- escaso déficit funcional. Por otro lado, mericano (1818-1890), interesado en las Bigelow
Bigelow, maniobra
maniobra de. 1. Procedimien-
bía la técnica del tratamiento oclusivo la línea intertrocantérea del fémur. De mente, a nivel del bíceps. la reparación del tendón a nivel de su hermanas menores de la cirugía mayor, to desarrollado en 1869 por Bigelow
de las heridas y fracturas abiertas, mu- forma triangular, cubre la parte anterior Cuadro clínico y diagnóstico. En gene- interrupción, por sutura de los cabos la ortopedia y la traumatología. En 1869 para la reducción de la luxación poste-
cho antes por consiguiente de que el de la cabeza y cuello del fémur. (Véase ral, la rotura puede producirse con muy tendinosos entre sí, es en general difícil (mucho antes, por lo tanto, del descubri- rior de la cadera. Con el sujeto en de-
método se difundiera con motivo de la cadera , principales características ana-
cadera pocas manifestaciones inmediatas. Con y muchas veces imposible, debido a la miento de la radiología) escribió un trata- cúbito supino, se ejerce fuerte tracción
Segunda Guerra Mundial —e incluso tomofuncionales.) frecuencia el sujeto sólo se entera de retracción de la porción distal del ten- do sobre The mechanism of dislocation sobre el muslo flexionado en ángulo
antes de la guerra civil española— con bíceps haberla padecido cuando acude al mé- dón roto, que literalmente «se esconde» and fracture of the hip. Pero el hecho más recto, lo mismo que la rodilla, mientras
el nombre de «método español» para el Roturas del tendón de la porción larga. dico por molestias a nivel del hombro. en el muñón muscular, y de resultados memorable de su carrera es probable- se le imprime un fuerte movimiento de
tratamiento de las heridas de guerra. Es una lesión relativamente frecuente y El dolor del hombro, en efecto, y la li- en cualquier caso poco seguros dadas mente haber convencido a su colega rotación externa. 2. Maniobra para la
Battle, signo de (de William Henry Bat- de características bien definidas que per- mitación dolorosa de los movimientos las alteraciones degenerativas de los ex- Warren para efectuar una operación bajo reducción de las luxaciones anteriores
tle, cirujano inglés, 1855-1936). Hema- miten, en general, su fácil identificación. del brazo son, en general, los síntomas tremos del tendón roto. Una solución anestesia etérea, administrada por el pro- de la cadera. El mismo proceder que en
toma retroauricular que se observa en En su génesis intervienen casi constante- dominantes en el cuadro clínico, el cual más fácil, más segura y equivalente des- pio Morton el 16 de octubre de 1846, fe- las luxaciones posteriores, pero impri-
las hemorragias extradurales de la fosa mente factores degenerativos que facili- reviste por lo regular la forma habitual y de el punto de vista funcional, es la sim- cha que todavía se recuerda en el Hospi- miendo al muslo un movimiento de ro-
posterior. (Véase craneoencefálicos
craneoencefálicos, tan la rotura, en ocasiones espontánea o bien conocida de «periartritis escapu- ple sutura laterolateral de la porción tal General de Massachussetts como el tación interna.
traumatismos.)
traumatismos.) semiespontánea. Sin embargo, los facto- lohumeral», dolor a la presión sobre la distal a la porción proximal del bíceps. Ether Day. Muy poco tiempo después, biocompresión
Bauer,
Bauer, Göran
Göran Carl Harald
Harald (1923-1994). res traumáticos juegan un doble papel en cabeza humeral, en su cara anterior, co- Bier,
Bier, August
August Karl Gustav
Gustav. Cirujano ale- por lo tanto, de que Morton extrajera, por Principio y técnica en el tratamiento de
Distinguido especialista e investigador la etiología del proceso. Por un lado, los rrespondiendo al trayecto del tendón mán (1861-1949). En 1898 propuso la in- primera vez en la historia, una muela sin las fracturas. El término biocompresión
sueco, profesor honorario de ortopedia microtraumatismos a que está expuesto roto. En la cara anterior del antebrazo, yección de cocaína en el espacio sub- dolor y poco después de que Velpeau ha sido introducido en el léxico trauma-
en la Universidad de Lund. Sus trabajos el tendón de la porción larga en su tra- sobre el relieve normal del bíceps, apa- aracnoideo lumbar, con fines anestésicos, afirmara en París que la supresión del do- tológico por J. Lazo Zbikowski y su es-
sobre isótopos radiactivos en patología yecto proximal y relativamente superfi- rece un abultamiento globuloso que co-
del esqueleto le convirtieron en uno de cial alrededor de la cabeza del húmero, rresponde a la masa de la porción larga
los iniciadores de la escintigrafía ósea. tanto por parte de agentes externos del bíceps retraída sobre la porción del
N N
Bauer,
Bauer, operación
operación de (de Karl Heinz —golpes sobre el hombro— como por mismo músculo. Hay, lógicamente, una
Bauer, cirujano alemán, 1890-1978). roces anormales con el acromion. Por disminución de la fuerza flexora del an-
Modificación de la técnica de Kirschner otro lado, los efectos de una contracción tebrazo, pero que en general no produ-
para el tratamiento de las seudoartrosis particularmente intensa del músculo ce incapacidad ni apenas déficit motor
con escisión del tejido cicatricial inter- contra una resistencia, que somete al de importancia. El diagnóstico se impo- A A
puesto entre los fragmentos y relleno tendón a tracción superior a la que pue- ne por sí mismo ante estos datos (fig. 2).
entre los mismos con astillas tomadas de resistir. Por razones fáciles de com- Tratamiento. La única medida eficaz A’
A’
de sus extremos. prender, la lesión sólo se da, práctica- posible es la reparación quirúrgica. Sin
Bay er,
Bay er, operación
operación de. Intervención para
el tratamiento de las seudoartrosis en
las fracturas del cuello del fémur. Con-
siste en efectuar una osteotomía extra-
articular subtrocantérea. (Véase fémur,
fémur
fracturas de la extremidad proximal.) C C
BDGF. (Siglas inglesas de bone derivated
BDGF.
growth factor.) Polipéptidos sintetiza-
dos en diversas partes del organismo,
que tienen la propiedad de influir en los
procesos de reparación, como es la cu-
ración de las heridas o la consolidación
de las fracturas. (Véase fractur
fracturasas, ge- B’ B’
neralidades.)
Beck, método de (de Alfred Beck, ciruja-
Beck,
no alemán, nacido en 1889). Tratamien- B B
to de las seudoartrosis mediante perfora-
ciones del foco a cielo abierto o cerrado.
Bennet, Edw Hallaran. Cirujano ir-
Edw ard Hallaran.
landés (1837-1907). Describió la fractu- FIG. 1. Enclavado sin fresado de la tibia. La FIG. 2. Representación esquemática de la fi- FIG. 3. Representación esquemática de la fi-
ra-luxación de la base del primer meta- implantación de tornillos transversales para jación externa por el método de Ilizaroff o si- jación externa con barras deslizantes. Al cesar
carpiano, conocida hoy con su nombre. evitar los desplazamientos rotatorios convier- milares (Burny, Monticelli, etc.). La elasticidad la fuerza N, los clavos A y B vuelven a su po-
te el enclavado en un montaje totalmente rígi- de los clavos permite la compresión a nivel sición inicial por la propia elasticidad del ca-
mano traumatismos de la mano
(Véase mano,
do en el que es imposible la biocompresión. llo (C), sin intervención de fuerzas extrañas.
del foco (C) cuando se aplica una fuerza (N)
y de los dedos.) en sentido axial. Pero el retroceso a la posi- (Según Lazo y cols.)
Bennet, George Ellit. Cirujano estado- FIG. 2. Rotura del tendón de la porción larga del bíceps, a nivel del hombro. Abultamiento globu- ción inicial se efectúa por la elasticidad de los
unidense, de Baltimore, nacido en 1885. loso correspondiente a la parte desinsertada y retraída del músculo, claramente puesto de manifies- mismos clavos, no por la del callo. (Según
Describió (1926) un método de cápsula to en la flexión activa del codo. Lazo y cols.)
Battle 26 27 biocompresión

Hospital Militar de Carabanchel. Con y refuerzo de la misma mediante teno- mente, en sujetos de edad avanzada, en embargo, su indicación es relativa y dis- método que experimentó en sí mismo y lor en las operaciones era una quimera
ocasión de la sublevación de Asturias, plastia, para el tratamiento de la luxa- los que se supone que se han producido cutible en la mayoría de los casos, te- en su ayudante Hildebrandt. Propuso en la que valía más no pensar.
amplió y actualizó la experiencia ad- ción recidivante del hombro. las alteraciones degenerativas citadas. La niendo en cuenta que por lo general se igualmente el tratamiento de las supura- Bigelow
Bigelow, ligamento de (de Henry Jacob
quirida en contiendas anteriores, plas- Bertin, ligamento de (de Exupère Joseph rotura en sujetos jóvenes, como resulta- trata de personas de edad, con una ac- ciones crónicas por hiperemia venosa Bigelow, cirujano estadounidense, 1818-
mándola en una monografía que hizo Bertin, anatomista francés, 1712-1781). do de un esfuerzo deportivo violento, tividad física o deportiva muy reducida, provocada por un manguito constrictivo. 1890). Denominación que también se
fortuna: Las heridas por arma de fuego Ligamento iliofemoral, entre el ilíaco, frecuentes en otros tendones, como el de y que la lesión causa pocas molestias y Bigelow
Bigelow, Henry Jacob.
Jacob. Cirujano nortea- da al ligamento iliofemoral.
(1936), en la cual preconizaba y descri- nivel de la espina ilíaca anteroinferior y Aquiles, no se produce nunca, práctica- escaso déficit funcional. Por otro lado, mericano (1818-1890), interesado en las Bigelow
Bigelow, maniobra
maniobra de. 1. Procedimien-
bía la técnica del tratamiento oclusivo la línea intertrocantérea del fémur. De mente, a nivel del bíceps. la reparación del tendón a nivel de su hermanas menores de la cirugía mayor, to desarrollado en 1869 por Bigelow
de las heridas y fracturas abiertas, mu- forma triangular, cubre la parte anterior Cuadro clínico y diagnóstico. En gene- interrupción, por sutura de los cabos la ortopedia y la traumatología. En 1869 para la reducción de la luxación poste-
cho antes por consiguiente de que el de la cabeza y cuello del fémur. (Véase ral, la rotura puede producirse con muy tendinosos entre sí, es en general difícil (mucho antes, por lo tanto, del descubri- rior de la cadera. Con el sujeto en de-
método se difundiera con motivo de la cadera , principales características ana-
cadera pocas manifestaciones inmediatas. Con y muchas veces imposible, debido a la miento de la radiología) escribió un trata- cúbito supino, se ejerce fuerte tracción
Segunda Guerra Mundial —e incluso tomofuncionales.) frecuencia el sujeto sólo se entera de retracción de la porción distal del ten- do sobre The mechanism of dislocation sobre el muslo flexionado en ángulo
antes de la guerra civil española— con bíceps haberla padecido cuando acude al mé- dón roto, que literalmente «se esconde» and fracture of the hip. Pero el hecho más recto, lo mismo que la rodilla, mientras
el nombre de «método español» para el Roturas del tendón de la porción larga. dico por molestias a nivel del hombro. en el muñón muscular, y de resultados memorable de su carrera es probable- se le imprime un fuerte movimiento de
tratamiento de las heridas de guerra. Es una lesión relativamente frecuente y El dolor del hombro, en efecto, y la li- en cualquier caso poco seguros dadas mente haber convencido a su colega rotación externa. 2. Maniobra para la
Battle, signo de (de William Henry Bat- de características bien definidas que per- mitación dolorosa de los movimientos las alteraciones degenerativas de los ex- Warren para efectuar una operación bajo reducción de las luxaciones anteriores
tle, cirujano inglés, 1855-1936). Hema- miten, en general, su fácil identificación. del brazo son, en general, los síntomas tremos del tendón roto. Una solución anestesia etérea, administrada por el pro- de la cadera. El mismo proceder que en
toma retroauricular que se observa en En su génesis intervienen casi constante- dominantes en el cuadro clínico, el cual más fácil, más segura y equivalente des- pio Morton el 16 de octubre de 1846, fe- las luxaciones posteriores, pero impri-
las hemorragias extradurales de la fosa mente factores degenerativos que facili- reviste por lo regular la forma habitual y de el punto de vista funcional, es la sim- cha que todavía se recuerda en el Hospi- miendo al muslo un movimiento de ro-
posterior. (Véase craneoencefálicos
craneoencefálicos, tan la rotura, en ocasiones espontánea o bien conocida de «periartritis escapu- ple sutura laterolateral de la porción tal General de Massachussetts como el tación interna.
traumatismos.)
traumatismos.) semiespontánea. Sin embargo, los facto- lohumeral», dolor a la presión sobre la distal a la porción proximal del bíceps. Ether Day. Muy poco tiempo después, biocompresión
Bauer,
Bauer, Göran
Göran Carl Harald
Harald (1923-1994). res traumáticos juegan un doble papel en cabeza humeral, en su cara anterior, co- Bier,
Bier, August
August Karl Gustav
Gustav. Cirujano ale- por lo tanto, de que Morton extrajera, por Principio y técnica en el tratamiento de
Distinguido especialista e investigador la etiología del proceso. Por un lado, los rrespondiendo al trayecto del tendón mán (1861-1949). En 1898 propuso la in- primera vez en la historia, una muela sin las fracturas. El término biocompresión
sueco, profesor honorario de ortopedia microtraumatismos a que está expuesto roto. En la cara anterior del antebrazo, yección de cocaína en el espacio sub- dolor y poco después de que Velpeau ha sido introducido en el léxico trauma-
en la Universidad de Lund. Sus trabajos el tendón de la porción larga en su tra- sobre el relieve normal del bíceps, apa- aracnoideo lumbar, con fines anestésicos, afirmara en París que la supresión del do- tológico por J. Lazo Zbikowski y su es-
sobre isótopos radiactivos en patología yecto proximal y relativamente superfi- rece un abultamiento globuloso que co-
del esqueleto le convirtieron en uno de cial alrededor de la cabeza del húmero, rresponde a la masa de la porción larga
los iniciadores de la escintigrafía ósea. tanto por parte de agentes externos del bíceps retraída sobre la porción del
N N
Bauer,
Bauer, operación
operación de (de Karl Heinz —golpes sobre el hombro— como por mismo músculo. Hay, lógicamente, una
Bauer, cirujano alemán, 1890-1978). roces anormales con el acromion. Por disminución de la fuerza flexora del an-
Modificación de la técnica de Kirschner otro lado, los efectos de una contracción tebrazo, pero que en general no produ-
para el tratamiento de las seudoartrosis particularmente intensa del músculo ce incapacidad ni apenas déficit motor
con escisión del tejido cicatricial inter- contra una resistencia, que somete al de importancia. El diagnóstico se impo- A A
puesto entre los fragmentos y relleno tendón a tracción superior a la que pue- ne por sí mismo ante estos datos (fig. 2).
entre los mismos con astillas tomadas de resistir. Por razones fáciles de com- Tratamiento. La única medida eficaz A’
A’
de sus extremos. prender, la lesión sólo se da, práctica- posible es la reparación quirúrgica. Sin
Bay er,
Bay er, operación
operación de. Intervención para
el tratamiento de las seudoartrosis en
las fracturas del cuello del fémur. Con-
siste en efectuar una osteotomía extra-
articular subtrocantérea. (Véase fémur,
fémur
fracturas de la extremidad proximal.) C C
BDGF. (Siglas inglesas de bone derivated
BDGF.
growth factor.) Polipéptidos sintetiza-
dos en diversas partes del organismo,
que tienen la propiedad de influir en los
procesos de reparación, como es la cu-
ración de las heridas o la consolidación
de las fracturas. (Véase fractur
fracturasas, ge- B’ B’
neralidades.)
Beck, método de (de Alfred Beck, ciruja-
Beck,
no alemán, nacido en 1889). Tratamien- B B
to de las seudoartrosis mediante perfora-
ciones del foco a cielo abierto o cerrado.
Bennet, Edw Hallaran. Cirujano ir-
Edw ard Hallaran.
landés (1837-1907). Describió la fractu- FIG. 1. Enclavado sin fresado de la tibia. La FIG. 2. Representación esquemática de la fi- FIG. 3. Representación esquemática de la fi-
ra-luxación de la base del primer meta- implantación de tornillos transversales para jación externa por el método de Ilizaroff o si- jación externa con barras deslizantes. Al cesar
carpiano, conocida hoy con su nombre. evitar los desplazamientos rotatorios convier- milares (Burny, Monticelli, etc.). La elasticidad la fuerza N, los clavos A y B vuelven a su po-
te el enclavado en un montaje totalmente rígi- de los clavos permite la compresión a nivel sición inicial por la propia elasticidad del ca-
mano traumatismos de la mano
(Véase mano,
do en el que es imposible la biocompresión. llo (C), sin intervención de fuerzas extrañas.
del foco (C) cuando se aplica una fuerza (N)
y de los dedos.) en sentido axial. Pero el retroceso a la posi- (Según Lazo y cols.)
Bennet, George Ellit. Cirujano estado- FIG. 2. Rotura del tendón de la porción larga del bíceps, a nivel del hombro. Abultamiento globu- ción inicial se efectúa por la elasticidad de los
unidense, de Baltimore, nacido en 1885. loso correspondiente a la parte desinsertada y retraída del músculo, claramente puesto de manifies- mismos clavos, no por la del callo. (Según
Describió (1926) un método de cápsula to en la flexión activa del codo. Lazo y cols.)
biocompresión 28 29 Böhler

cuela sevillana* para designar, según sus que gozan de mayor predicamento ac- currir a los ejemplos que acaban de ser A B C D
propias palabras, «el conjunto de solici- tualmente entre los traumatólogos. citados: el enclavado endomedular per-
taciones mecánicas fisiológicas a que Cualquier procedimiento basado en la mite la compresión axial entre los frag-
habitualmente está sometida una diáfisis implantación de un puente metálico to- mentos, por acercamiento de sus extre-
esquelética», o dicho de otra manera, talmente rígido entre los fragmentos, lo mos, bajo el efecto de la carga, pero no
las fuerzas que actúan sobre un hueso mismo si es una placa de osteosíntesis permite en cambio el retroceso o sepa-
largo, principalmente los de la extremi- que una fijación externa suficientemen- ración subsiguiente de los extremos a
dad inferior (carga axial, contracción te sólida, anula necesariamente la bio- expensas de la respuesta elástica del ca-
muscular y resistencia a la flexión cuan- compresión elástica a nivel del callo y llo; o si lo permite es porque existe una
do actúan como brazo de palanca), y a sus posibles efectos beneficiosos. Pero holgura excesiva entre las paredes
las cuales el tejido óseo es capaz de no de todos los procedimientos puede óseas y el clavo, en cuyo caso este últi-
oponer una respuesta elástica. Tales decirse lo mismo. En realidad, muchos mo no cumple adecuadamente con su
fuerzas biocompresivas condicionan en de los métodos empleados corriente- cometido. Cuando, para evitar los mo-
parte la morfología y la estructura del mente en el tratamiento de las fracturas vimientos de rotación, se fija el clavo a
hueso (el grosor de su diáfisis, orienta- cumplen sin un propósito premeditado la diáfisis, por debajo y encima del
ción y distribución de las trabéculas, re- y de una manera más o menos perfecta foco, mediante clavijas transfixiantes, el
fuerzo de las zonas de máxima carga, et- con los fines de la biocompresión. El enclavado se convierte en un montaje
cétera) a través de un proceso biológico simple vendaje de yeso, suficientemen- totalmente rígido en el que no es posi-
adaptativo a cargo de los osteoblastos y te ajustado, pretende evitar los movi- ble la biocompresión (fig. 1). El fijador
osteoclastos y de acuerdo a unas leyes mientos nocivos, permitiendo en cam- externo de Ilizaroff permite ciertamente
hace tiempo formuladas. Y es de supo- bio los desplazamientos axiales a nivel un movimiento de aproximación y de
ner que estas mismas fuerzas —y estas del foco, como resultado de la carga, al separación o retroceso entre los frag-
mismas leyes— intervengan o puedan andar, sobre la extremidad fracturada. mentos en beneficio de la elasticidad FiG. 5. Posibilidades de los métodos de distracción-compresión con los fijadores externos de biocompresión. A) Fractura de tibia y peroné tratada por
intervenir igualmente en la formación Y lo mismo, o muy parecido, podría de- que proporcionan los clavos transfixian- osteosíntesis intramedular, con resultado de seudoartrosis infectada y acortamiento de 4 cm. B) El mismo caso después de retirado el material intramedu-
lar, sometido a un alargamiento progresivo de 1 mm por día, hasta alcanzar los 4 cm y el cierre de fístulas. C) Efecto de la biocompresión subsiguiente.
del callo óseo, que en esencia no se di- cirse de otros recursos técnicos, como tes de calibre muy pequeño. Pero se tra-
D) Resultado definitivo. (Caso de J. Lazo Sbikowski.)
ferencia en nada, desde el punto de vis- por ejemplo, el enclavado endomedu- ta en este caso de un retroceso elástico
ta biológico, del proceso de osteogéne- lar, o los procedimientos de fijación ex- forzado, a cargo del clavo y no del pro-
sis o de remodelación ósea normal. terna semielástica, como es el fijador pio callo (fig. 2). Distinto, por lo tanto, racterística de su simplicidad. Se basa en mayoría de los casos, los resultados de- en los tejidos blandos (músculo) en de-
De acuerdo con este supuesto, cual- externo de Ilizaroff o cualquiera de sus del que es deseable y que se logra con el uso de fijadores externos que garanti- seados. Pero cabe preguntarse si una terminadas condiciones. (Véase fractu
fractu--
quier método de tratamiento de las frac- modificaciones. las técnicas de biocompresión propues- cen suficientemente la sujeción a cada innovación, como la expuesta en este as generalidades.)
r as,
turas que permita ejercer la biocompre- Existen, sin embargo, diferencias impor- tas por Lazo Zbikowski y sus colabora- uno de los fragmentos por los procedi- apartado, basada en un principio ple- Body-Griffin,
Body-Griffin, clasificación de. Orde-
sión sobre el foco de fractura ofrece, o tantes entre cualquiera de estos proce- dores. mientos que son de uso común. Clavos namente racional y fácilmente defendi- nación establecida para las fracturas del
debe ofrecer, mejores perspectivas de dimientos y la técnica de biocompre- La solución a estos problemas, propues- rígidos transfixiantes o de implantación ble, significa una mejoría sustancial en macizo trocantéreo del fémur, clasifi-
consolidación que los demás métodos sión tal como la entiende Lazo y su ta por la escuela sevillana, comparte lateral, que neutralicen las fuerzas noci- el conjunto de los resultados globales, cadas en cuatro grupos. I) Fracturas in-
convencionales, basados fundamental- escuela. Bastará, para demostrarlo, re- con muchas otras ideas geniales la ca- vas de rotación, flexión y cizallamiento, considerados estadísticamente o, lo tertrocantéreas de trazo único. II) Frac-
mente en la inmovilización rigurosa en- pero que permitan los desplazamientos que es más importante, en los casos di- turas intertrocantéreas de trazo múlti-
tre los fragmentos. «Ejercer la biocom- en sentido axial, tanto de aproximación fíciles: fracturas complicadas, fracasos ple. III) Fracturas subtrocantéreas. IV)
presión sobre el foco» quiere decir, en A B como de retroceso elástico, para lo cual de otros tratamientos, seudoartrosis, et- Fracturas intersubtrocantéreas.
la práctica, eliminar los movimientos se sustituyen las barras rígidas de unión cétera. La experiencia clínica aportada Böhler,
Böhler, Lorenz. Traumatólogo austríaco
nocivos entre los fragmentos (flexión, entre los clavos por barras telescópicas, por Lazo y sus colaboradores parece (1885-1973). Ningún traumatólogo ac-
rotación y cizallamiento), permitiendo, deslizantes o colapsables. El retroceso, responder afirmativamente a esta pre- tual ignora este nombre, por su ingente
en cambio, los que se producen en sen- de esta forma, corre a cargo de la propia gunta (figs. 4 y 5). labor al frente del «Unfallkrankenhaus»
tido axial («en la dirección del eje diafi- elasticidad de los tejidos del foco, sin in- Blackburn, compás de. Instrumento en
Blackburn, de Viena, su conocido libro sobre el tra-
sario», en palabras de Lazo), que es la tervención de una fuerza extraña (fig. 3). forma de compás para la inmoviliza- tamiento de las fracturas y todas sus
dirección en que actúa normalmente la Este sistema de fijación ofrece las mis- ción del cráneo y tracción craneal, de aportaciones a la traumatología, difícil
biocompresión sobre los huesos largos mas posibilidades de estabilidad que uso en las fracturas del raquis cervical. de resumir en unas líneas. Muchos trau-
de la extremidad inferior. Pero para que cualquier otro sistema de fijación exter- (Véase r aquis cervical.)
cervical. matólogos españoles tuvieron la feliz
la compresión axial cumpla plenamen- na. Es compatible, por lo tanto, con el bloqueo articular.
articular. Limitación del movi- oportunidad de verlo y oírlo personal-
te con su cometido biológico (la esti- apoyo precoz y la marcha, si las condi- miento completo de flexión o de exten- mente cuando disertó en uno de los «Fi-
mulación de la osteogénesis), es nece- ciones de la fractura lo permiten. Y tiene sión de la rodilla, consecutiva a una nes de Semana Traumatológicos» de
sario que el hueso, a nivel del callo, sea la importante ventaja de permitir una rodilla le-
fractura de menisco. (Véase rodilla, 1968, invitado por el profesor Palacios y
capaz de dar una respuesta elástica, carga progresiva, autocontrolada, por siones meniscales traumáticas.) Carvajal.
proporcionada al esfuerzo recibido. los estímulos propioceptivos proceden- «blow-out».
«blow-out». Expresión inglesa empleada Böhler,
Böhler, ángulo de. Ángulo para medir el
La biocompresión, entendida en estos tes del propio callo. De esta forma el su- en las fracturas del suelo de la órbita. grado de hundimiento en las fracturas
términos, no puede ser ejercida por mu- jeto recupera la posibilidad de andar por cara , traumatismos.)
(Véase cara calcáneo fractu-
del calcáneo. (Véase calcáneo,
chos de los procedimientos convencio- sí mismo, sin necesidad de intervencio- BMP. (Siglas inglesas de bone morphoge-
BMP. ras.)
nales de estabilización de la fracturas, y nes ajenas ni períodos de tratamiento netic protein.) Factor inductor de la os- Böhler,
Böhler, compresor de calcáneo de.
en especial por aquellos, precisamente, preestablecidos. teogénesis capaz de influir en el proce- Aparato de compresión lateral acciona-
Sería arriesgado a estas alturas propo- so de morfogénesis que conduce (según do a rosca para la reducción de los frag-
ner un método de tratamiento de las Urist) a la formación y modelación del mentos en las fracturas desplazadas del
(*) F. Aguilar, F. Mozo, R. González Buendía,
A. Baquerizo, y J. M. Lazo. Departamento de Trau-
fracturas como alternativa a todos los callo de fractura. Tiene la interesante calcáneo y en las de algunos otros hue-
matología y Cirugía Ortopédica de la Ciudad Sani- FIG. 4. Fijadores externos de biocompresión, de Lazo Zbikowski y cols. A) Primer modelo (FEB). demás, con los cuales nadie puede po- propiedad de inducir la formación de sos (extremo superior de la tibia, etc.).
taria Virgen del Rocío, Sevilla. B) Modelo más avanzado, con barra de compresión por rodamiento (barra Biorroll). ner en duda que se logran, en la gran hueso heterotópico cuando se inyecta (Véase calcáneo, fracturas.)
biocompresión 28 29 Böhler

cuela sevillana* para designar, según sus que gozan de mayor predicamento ac- currir a los ejemplos que acaban de ser A B C D
propias palabras, «el conjunto de solici- tualmente entre los traumatólogos. citados: el enclavado endomedular per-
taciones mecánicas fisiológicas a que Cualquier procedimiento basado en la mite la compresión axial entre los frag-
habitualmente está sometida una diáfisis implantación de un puente metálico to- mentos, por acercamiento de sus extre-
esquelética», o dicho de otra manera, talmente rígido entre los fragmentos, lo mos, bajo el efecto de la carga, pero no
las fuerzas que actúan sobre un hueso mismo si es una placa de osteosíntesis permite en cambio el retroceso o sepa-
largo, principalmente los de la extremi- que una fijación externa suficientemen- ración subsiguiente de los extremos a
dad inferior (carga axial, contracción te sólida, anula necesariamente la bio- expensas de la respuesta elástica del ca-
muscular y resistencia a la flexión cuan- compresión elástica a nivel del callo y llo; o si lo permite es porque existe una
do actúan como brazo de palanca), y a sus posibles efectos beneficiosos. Pero holgura excesiva entre las paredes
las cuales el tejido óseo es capaz de no de todos los procedimientos puede óseas y el clavo, en cuyo caso este últi-
oponer una respuesta elástica. Tales decirse lo mismo. En realidad, muchos mo no cumple adecuadamente con su
fuerzas biocompresivas condicionan en de los métodos empleados corriente- cometido. Cuando, para evitar los mo-
parte la morfología y la estructura del mente en el tratamiento de las fracturas vimientos de rotación, se fija el clavo a
hueso (el grosor de su diáfisis, orienta- cumplen sin un propósito premeditado la diáfisis, por debajo y encima del
ción y distribución de las trabéculas, re- y de una manera más o menos perfecta foco, mediante clavijas transfixiantes, el
fuerzo de las zonas de máxima carga, et- con los fines de la biocompresión. El enclavado se convierte en un montaje
cétera) a través de un proceso biológico simple vendaje de yeso, suficientemen- totalmente rígido en el que no es posi-
adaptativo a cargo de los osteoblastos y te ajustado, pretende evitar los movi- ble la biocompresión (fig. 1). El fijador
osteoclastos y de acuerdo a unas leyes mientos nocivos, permitiendo en cam- externo de Ilizaroff permite ciertamente
hace tiempo formuladas. Y es de supo- bio los desplazamientos axiales a nivel un movimiento de aproximación y de
ner que estas mismas fuerzas —y estas del foco, como resultado de la carga, al separación o retroceso entre los frag-
mismas leyes— intervengan o puedan andar, sobre la extremidad fracturada. mentos en beneficio de la elasticidad FiG. 5. Posibilidades de los métodos de distracción-compresión con los fijadores externos de biocompresión. A) Fractura de tibia y peroné tratada por
intervenir igualmente en la formación Y lo mismo, o muy parecido, podría de- que proporcionan los clavos transfixian- osteosíntesis intramedular, con resultado de seudoartrosis infectada y acortamiento de 4 cm. B) El mismo caso después de retirado el material intramedu-
lar, sometido a un alargamiento progresivo de 1 mm por día, hasta alcanzar los 4 cm y el cierre de fístulas. C) Efecto de la biocompresión subsiguiente.
del callo óseo, que en esencia no se di- cirse de otros recursos técnicos, como tes de calibre muy pequeño. Pero se tra-
D) Resultado definitivo. (Caso de J. Lazo Sbikowski.)
ferencia en nada, desde el punto de vis- por ejemplo, el enclavado endomedu- ta en este caso de un retroceso elástico
ta biológico, del proceso de osteogéne- lar, o los procedimientos de fijación ex- forzado, a cargo del clavo y no del pro-
sis o de remodelación ósea normal. terna semielástica, como es el fijador pio callo (fig. 2). Distinto, por lo tanto, racterística de su simplicidad. Se basa en mayoría de los casos, los resultados de- en los tejidos blandos (músculo) en de-
De acuerdo con este supuesto, cual- externo de Ilizaroff o cualquiera de sus del que es deseable y que se logra con el uso de fijadores externos que garanti- seados. Pero cabe preguntarse si una terminadas condiciones. (Véase fractu
fractu--
quier método de tratamiento de las frac- modificaciones. las técnicas de biocompresión propues- cen suficientemente la sujeción a cada innovación, como la expuesta en este as generalidades.)
r as,
turas que permita ejercer la biocompre- Existen, sin embargo, diferencias impor- tas por Lazo Zbikowski y sus colabora- uno de los fragmentos por los procedi- apartado, basada en un principio ple- Body-Griffin,
Body-Griffin, clasificación de. Orde-
sión sobre el foco de fractura ofrece, o tantes entre cualquiera de estos proce- dores. mientos que son de uso común. Clavos namente racional y fácilmente defendi- nación establecida para las fracturas del
debe ofrecer, mejores perspectivas de dimientos y la técnica de biocompre- La solución a estos problemas, propues- rígidos transfixiantes o de implantación ble, significa una mejoría sustancial en macizo trocantéreo del fémur, clasifi-
consolidación que los demás métodos sión tal como la entiende Lazo y su ta por la escuela sevillana, comparte lateral, que neutralicen las fuerzas noci- el conjunto de los resultados globales, cadas en cuatro grupos. I) Fracturas in-
convencionales, basados fundamental- escuela. Bastará, para demostrarlo, re- con muchas otras ideas geniales la ca- vas de rotación, flexión y cizallamiento, considerados estadísticamente o, lo tertrocantéreas de trazo único. II) Frac-
mente en la inmovilización rigurosa en- pero que permitan los desplazamientos que es más importante, en los casos di- turas intertrocantéreas de trazo múlti-
tre los fragmentos. «Ejercer la biocom- en sentido axial, tanto de aproximación fíciles: fracturas complicadas, fracasos ple. III) Fracturas subtrocantéreas. IV)
presión sobre el foco» quiere decir, en A B como de retroceso elástico, para lo cual de otros tratamientos, seudoartrosis, et- Fracturas intersubtrocantéreas.
la práctica, eliminar los movimientos se sustituyen las barras rígidas de unión cétera. La experiencia clínica aportada Böhler,
Böhler, Lorenz. Traumatólogo austríaco
nocivos entre los fragmentos (flexión, entre los clavos por barras telescópicas, por Lazo y sus colaboradores parece (1885-1973). Ningún traumatólogo ac-
rotación y cizallamiento), permitiendo, deslizantes o colapsables. El retroceso, responder afirmativamente a esta pre- tual ignora este nombre, por su ingente
en cambio, los que se producen en sen- de esta forma, corre a cargo de la propia gunta (figs. 4 y 5). labor al frente del «Unfallkrankenhaus»
tido axial («en la dirección del eje diafi- elasticidad de los tejidos del foco, sin in- Blackburn, compás de. Instrumento en
Blackburn, de Viena, su conocido libro sobre el tra-
sario», en palabras de Lazo), que es la tervención de una fuerza extraña (fig. 3). forma de compás para la inmoviliza- tamiento de las fracturas y todas sus
dirección en que actúa normalmente la Este sistema de fijación ofrece las mis- ción del cráneo y tracción craneal, de aportaciones a la traumatología, difícil
biocompresión sobre los huesos largos mas posibilidades de estabilidad que uso en las fracturas del raquis cervical. de resumir en unas líneas. Muchos trau-
de la extremidad inferior. Pero para que cualquier otro sistema de fijación exter- (Véase r aquis cervical.)
cervical. matólogos españoles tuvieron la feliz
la compresión axial cumpla plenamen- na. Es compatible, por lo tanto, con el bloqueo articular.
articular. Limitación del movi- oportunidad de verlo y oírlo personal-
te con su cometido biológico (la esti- apoyo precoz y la marcha, si las condi- miento completo de flexión o de exten- mente cuando disertó en uno de los «Fi-
mulación de la osteogénesis), es nece- ciones de la fractura lo permiten. Y tiene sión de la rodilla, consecutiva a una nes de Semana Traumatológicos» de
sario que el hueso, a nivel del callo, sea la importante ventaja de permitir una rodilla le-
fractura de menisco. (Véase rodilla, 1968, invitado por el profesor Palacios y
capaz de dar una respuesta elástica, carga progresiva, autocontrolada, por siones meniscales traumáticas.) Carvajal.
proporcionada al esfuerzo recibido. los estímulos propioceptivos proceden- «blow-out».
«blow-out». Expresión inglesa empleada Böhler,
Böhler, ángulo de. Ángulo para medir el
La biocompresión, entendida en estos tes del propio callo. De esta forma el su- en las fracturas del suelo de la órbita. grado de hundimiento en las fracturas
términos, no puede ser ejercida por mu- jeto recupera la posibilidad de andar por cara , traumatismos.)
(Véase cara calcáneo fractu-
del calcáneo. (Véase calcáneo,
chos de los procedimientos convencio- sí mismo, sin necesidad de intervencio- BMP. (Siglas inglesas de bone morphoge-
BMP. ras.)
nales de estabilización de la fracturas, y nes ajenas ni períodos de tratamiento netic protein.) Factor inductor de la os- Böhler,
Böhler, compresor de calcáneo de.
en especial por aquellos, precisamente, preestablecidos. teogénesis capaz de influir en el proce- Aparato de compresión lateral acciona-
Sería arriesgado a estas alturas propo- so de morfogénesis que conduce (según do a rosca para la reducción de los frag-
ner un método de tratamiento de las Urist) a la formación y modelación del mentos en las fracturas desplazadas del
(*) F. Aguilar, F. Mozo, R. González Buendía,
A. Baquerizo, y J. M. Lazo. Departamento de Trau-
fracturas como alternativa a todos los callo de fractura. Tiene la interesante calcáneo y en las de algunos otros hue-
matología y Cirugía Ortopédica de la Ciudad Sani- FIG. 4. Fijadores externos de biocompresión, de Lazo Zbikowski y cols. A) Primer modelo (FEB). demás, con los cuales nadie puede po- propiedad de inducir la formación de sos (extremo superior de la tibia, etc.).
taria Virgen del Rocío, Sevilla. B) Modelo más avanzado, con barra de compresión por rodamiento (barra Biorroll). ner en duda que se logran, en la gran hueso heterotópico cuando se inyecta (Véase calcáneo, fracturas.)
Böhler 30 31 Busch

Böhler,
Böhler, maniobra
maniobra de. Procedimiento Booth, operación
operación de. Fijación de la cla- tamiento de la luxación recidivante del Burrows,
Burrows, operación
operación de. Fijación de la rosas, en reemplazo de higroma, que sig- adherencias, depósitos calcáreos, atrofia
para la reducción de las luxaciones pos- vícula a la primera costilla utilizando el hombro. (Véase hombro.)
hombro. Se basa en la clavícula a la primera costilla utilizando nifica en realidad colección serosa en- muscular, etc. La infiltración con corti-
teriores de la cadera. Con el sujeto en tendón del esternocleidomastoideo para transposición de la coracoides con par- el tendón del músculo subclavio, para quistada. Las causas más comunes son: coides suele dar excelentes resultados.
decúbito supino, el operador ejerce una el tratamiento de las luxaciones esterno- te de sus inserciones musculares al cue- el tratamiento de las luxaciones ester- traumas, sífilis, tuberculosis, gota, etc. Busch,
Busch, fractur
fractura a de. Fractura por arran-
fuerte tracción sobre el muslo, cargan- claviculares. llo de la glenoides para creación de un noclaviculares. Puede ser aguda, con dolor localizado, camiento de la inserción del tendón ex-
do la pierna, con la rodilla doblada, so- Bosw
Bosw orth, fractur
fracturaa de. Fractura-luxa- tope preglenoideo. bursitis (del lat. bursa, bolsa, y el sufijo tumefacción, limitación de ciertos movi- tensor en la tercera falange de los dedos
bre su hombro. ción posterior del tobillo en la que el Broca, despegamiento perióstico de itis). Nombre propuesto por Lejars para mientos y derrame seroso, raramente he- de la mano. (Véase traumatismos de los
Böhler,
Böhler, método de. Actuación para el fragmento distal del peroné se sitúa de- (de Pierre Paul Broca, médico francés, designar la inflamación de las bolsas se- morrágico, o crónica, con formación de dedos, en el artículo mano.)
mano
tratamiento conservador de las fracturas trás de la tibia, merced a una desviación 1824-1880). Despegamiento del pe-
de la extremidad inferior del fémur del pie en rotación externa muy pro- riostio de la superficie anterior de la
(1936), basado en la reducción por trac- tobillo fracturas.)
nunciada. (Véase tobillo, escápula en las luxaciones recidivan-
ción transesquelética (clavo de Stein- Bosw
Bosw orth, operación
operación de. 1. Atornillado tes escapulohumerales. Constituye la
mann y estribo) sobre la tibia e inmovi- de la clavícula a la apófisis coracoides base anatómica de la lesión de Ban-
lización en férula de Braun. (Véase para el tratamiento de la luxación acro- kart. (Véase Bankart, lesión de.)de.
fémur fracturas del extremo distal.)
fémur, mioclavicular. La operación, según su Bryant, triángulo de (de Thomas Bryant,
Bryant,
Böhler,
Böhler, operación
operación de. Intervención para autor, puede realizarse con anestesia lo- cirujano inglés, 1828-1914). Triángulo
el tratamiento de las seudoartrosis en cal, y en forma percutánea bajo control formado por las líneas que unen el tro-
las fracturas del cuello del fémur. Se co- con amplificador de imágenes. 2. Artro- cánter mayor, la horizontal que pasa
locan dos clavos de Steinmann, uno en desis lumbosacra mediante injerto colo- por la espina ilíaca anterosuperior y la
el trocánter mayor, y otro en la diáfisis a cado entre la espina de la cuarta vérte- línea que une estos dos puntos. Sirve
8 cm por debajo del primero; entre am- bra lumbar y el sacro. 3. Sustitución o para medir el desplazamiento hacia
bos, y a la altura del trocánter menor, se refuerzo del ligamento lateral interno arriba de la extremidad superior del fé-
realiza una osteotomía. Luego se des- de la rodilla con el tendón del semi- cadera , principales carac-
mur. (Véase cadera
ciende el clavo superior de modo que membranoso. terísticas anatomofuncionales.)
se restablezca la relación normal entre Bousquet, Gilles (1936-1996). Distin- Buck, operación de (de Gurdon Buck,
Buck, operación
la cabeza y la diáfisis y se aplican los guido traumatólogo francés, discípulo cirujano estadounidense, 1807-1877)..
tornillos de fijación, reuniendo los cla- de Trillat en el Hospital Edouard He- Intervención para el tratamiento de las
vos en el ángulo deseado. (Véase fé - rriot, de Lión, y profesor universitario espondilólisis por atornillado simple
mur fracturas de la extremidad proxi-
mur, jefe del Servicio del Hospital Bellevue, del istmo raquídeo. (Véase r aquis lum-
lum-
mal.) de Saint-Etienne. Una de sus principales bosacro.)
bosacro.
Böhler,
Böhler, signo de. Dolor provocado en la aportaciones al campo de la traumato- Bulau, drenaje de (de Gotthard Bulau,
interlínea externa o interna de la rodilla logía fueron sus estudios sobre la rotura médico alemán, 1835-1900).. Método
al desviar la pierna en valgo o en varo de los ligamentos cruzados de la rodi- para la evacuación del neumotórax, por
en las lesiones del menisco externo o lla, en particular como precursor, entre punción conectada con el exterior a tra-
interno, respectivamente. 1972 y 1973, de las técnicas de sustitu- vés de un frasco semivacío de líquido,
Bona, operación
operación de. Desarticulación ción del cruzado anterior por ligamen- que permite la salida pero no la entrada
conjunta del escafoides y del cuneifor- tos sintéticos de dracón. torácicos traumatis
de aire. (Véase torácicos, traumatis--
me. Sin.: extrarticulación intertásea an- Bousquet, método de. Modificación de mos.)
terior. la técnica de Lindemann. (Véase rodi - bulbocav
bulbocav ernosos, reflejos. Véase r a -
Boni, Mario. Eminente cirujano ortopé- lla lesiones ligamentosas.)
lla, quis traumatismos y lesiones neuroló-
quis,
dico italiano, catedrático de Clínica Or- boxeador,
boxeador, fractur
fracturaa del. Fractura de la gicas.
topédica de la Universidad de Pavía y cabeza de los metatarsianos, general- Bunnell, Sterling. Cirujano estadouni-
presidente, al morir en 1986, de la So- mente del IV o del V, producida por un dense, de San Francisco (1882-1957).
ciedad Italiana de Cirugía Ortopédica y golpe directo sobre los nudillos (puñe- Su principal aportación al progreso de
Traumatología. Menos de un mes antes tazo). (Véase fracturas y luxaciones de la traumatología reside en sus innova-
de su muerte en junio, a finales de los dedos, en el artículo mano.)
mano ciones técnicas en cirugía de la mano y
mayo, estando ya gravemente enfermo, Bo yd, método de (de Harold Buhalts en el perfeccionamiento de las suturas
organizó y presidió con notable éxito Boyd, cirujano estadounidense, naci- tendinosas. A él se debe el concepto de
una importante reunión científica italo- do en 1904). Tratamiento de las seu- no man’s land en el trayecto digital de
norteamericana, dando pruebas de una doartrosis de tibia mediante injerto rí- los tendones flexores de los dedos. Pro-
gigantesca fuerza de voluntad y capaci- gido atornillado y relleno del espacio puso diversos procedimientos de plastia
dad para sobreponerse a la adversidad y interfragmentario con injertos de es- musculotendinosa sustitutiva para el
a un fin muy próximo del que era ple- ponjosa. tratamiento de la parálisis de la oposi-
namente consciente. Bragard, signo de (de Karl Bragard, ciru-
Bragard, ción del primer dedo.
Bonnet, Amédée. Cirujano francés de jano alemán, 1890-1973). Bragard I: operación de. Intervención
Bunnell, operación
Lyon (1802-1858). Introdujo en la prácti- Dolor provocado por la flexión de la ro- (1948) para el tratamiento de las luxa-
ca traumatológica una férula de alambre, dilla y rotación externa de la pierna en ciones inveteradas radiocubitales infe-
acanalada y almohadillada (férula de las lesiones de menisco interno. Bra- riores mediante ligamentoplastia con
Bonnet), para el traslado de los fractura- gard II: Dolor a la presión sobre la in- una tira de fascia lata. (Véase muñeca,
muñeca
dos del fémur o de la pelvis. Propuso una terlínea de la rodilla en las lesiones del traumatismos.).
posición de máxima relajación de la ca- menisco. Burns, espacio de (de Allan Burns, mé-
dera, en flexión-abducción y rotación Bristow-Ma
Bristow-May y, operación
operación de. Procedi- dico inglés, 1781-1813). Véase espa -
externa, en casos de artritis supurada. miento establecido en 1970 para el tra- cio supraesternal
supraesternal.
Böhler 30 31 Busch

Böhler,
Böhler, maniobra
maniobra de. Procedimiento Booth, operación
operación de. Fijación de la cla- tamiento de la luxación recidivante del Burrows,
Burrows, operación
operación de. Fijación de la rosas, en reemplazo de higroma, que sig- adherencias, depósitos calcáreos, atrofia
para la reducción de las luxaciones pos- vícula a la primera costilla utilizando el hombro. (Véase hombro.)
hombro. Se basa en la clavícula a la primera costilla utilizando nifica en realidad colección serosa en- muscular, etc. La infiltración con corti-
teriores de la cadera. Con el sujeto en tendón del esternocleidomastoideo para transposición de la coracoides con par- el tendón del músculo subclavio, para quistada. Las causas más comunes son: coides suele dar excelentes resultados.
decúbito supino, el operador ejerce una el tratamiento de las luxaciones esterno- te de sus inserciones musculares al cue- el tratamiento de las luxaciones ester- traumas, sífilis, tuberculosis, gota, etc. Busch,
Busch, fractur
fractura a de. Fractura por arran-
fuerte tracción sobre el muslo, cargan- claviculares. llo de la glenoides para creación de un noclaviculares. Puede ser aguda, con dolor localizado, camiento de la inserción del tendón ex-
do la pierna, con la rodilla doblada, so- Bosw
Bosw orth, fractur
fracturaa de. Fractura-luxa- tope preglenoideo. bursitis (del lat. bursa, bolsa, y el sufijo tumefacción, limitación de ciertos movi- tensor en la tercera falange de los dedos
bre su hombro. ción posterior del tobillo en la que el Broca, despegamiento perióstico de itis). Nombre propuesto por Lejars para mientos y derrame seroso, raramente he- de la mano. (Véase traumatismos de los
Böhler,
Böhler, método de. Actuación para el fragmento distal del peroné se sitúa de- (de Pierre Paul Broca, médico francés, designar la inflamación de las bolsas se- morrágico, o crónica, con formación de dedos, en el artículo mano.)
mano
tratamiento conservador de las fracturas trás de la tibia, merced a una desviación 1824-1880). Despegamiento del pe-
de la extremidad inferior del fémur del pie en rotación externa muy pro- riostio de la superficie anterior de la
(1936), basado en la reducción por trac- tobillo fracturas.)
nunciada. (Véase tobillo, escápula en las luxaciones recidivan-
ción transesquelética (clavo de Stein- Bosw
Bosw orth, operación
operación de. 1. Atornillado tes escapulohumerales. Constituye la
mann y estribo) sobre la tibia e inmovi- de la clavícula a la apófisis coracoides base anatómica de la lesión de Ban-
lización en férula de Braun. (Véase para el tratamiento de la luxación acro- kart. (Véase Bankart, lesión de.)de.
fémur fracturas del extremo distal.)
fémur, mioclavicular. La operación, según su Bryant, triángulo de (de Thomas Bryant,
Bryant,
Böhler,
Böhler, operación
operación de. Intervención para autor, puede realizarse con anestesia lo- cirujano inglés, 1828-1914). Triángulo
el tratamiento de las seudoartrosis en cal, y en forma percutánea bajo control formado por las líneas que unen el tro-
las fracturas del cuello del fémur. Se co- con amplificador de imágenes. 2. Artro- cánter mayor, la horizontal que pasa
locan dos clavos de Steinmann, uno en desis lumbosacra mediante injerto colo- por la espina ilíaca anterosuperior y la
el trocánter mayor, y otro en la diáfisis a cado entre la espina de la cuarta vérte- línea que une estos dos puntos. Sirve
8 cm por debajo del primero; entre am- bra lumbar y el sacro. 3. Sustitución o para medir el desplazamiento hacia
bos, y a la altura del trocánter menor, se refuerzo del ligamento lateral interno arriba de la extremidad superior del fé-
realiza una osteotomía. Luego se des- de la rodilla con el tendón del semi- cadera , principales carac-
mur. (Véase cadera
ciende el clavo superior de modo que membranoso. terísticas anatomofuncionales.)
se restablezca la relación normal entre Bousquet, Gilles (1936-1996). Distin- Buck, operación de (de Gurdon Buck,
Buck, operación
la cabeza y la diáfisis y se aplican los guido traumatólogo francés, discípulo cirujano estadounidense, 1807-1877)..
tornillos de fijación, reuniendo los cla- de Trillat en el Hospital Edouard He- Intervención para el tratamiento de las
vos en el ángulo deseado. (Véase fé - rriot, de Lión, y profesor universitario espondilólisis por atornillado simple
mur fracturas de la extremidad proxi-
mur, jefe del Servicio del Hospital Bellevue, del istmo raquídeo. (Véase r aquis lum-
lum-
mal.) de Saint-Etienne. Una de sus principales bosacro.)
bosacro.
Böhler,
Böhler, signo de. Dolor provocado en la aportaciones al campo de la traumato- Bulau, drenaje de (de Gotthard Bulau,
interlínea externa o interna de la rodilla logía fueron sus estudios sobre la rotura médico alemán, 1835-1900).. Método
al desviar la pierna en valgo o en varo de los ligamentos cruzados de la rodi- para la evacuación del neumotórax, por
en las lesiones del menisco externo o lla, en particular como precursor, entre punción conectada con el exterior a tra-
interno, respectivamente. 1972 y 1973, de las técnicas de sustitu- vés de un frasco semivacío de líquido,
Bona, operación
operación de. Desarticulación ción del cruzado anterior por ligamen- que permite la salida pero no la entrada
conjunta del escafoides y del cuneifor- tos sintéticos de dracón. torácicos traumatis
de aire. (Véase torácicos, traumatis--
me. Sin.: extrarticulación intertásea an- Bousquet, método de. Modificación de mos.)
terior. la técnica de Lindemann. (Véase rodi - bulbocav
bulbocav ernosos, reflejos. Véase r a -
Boni, Mario. Eminente cirujano ortopé- lla lesiones ligamentosas.)
lla, quis traumatismos y lesiones neuroló-
quis,
dico italiano, catedrático de Clínica Or- boxeador,
boxeador, fractur
fracturaa del. Fractura de la gicas.
topédica de la Universidad de Pavía y cabeza de los metatarsianos, general- Bunnell, Sterling. Cirujano estadouni-
presidente, al morir en 1986, de la So- mente del IV o del V, producida por un dense, de San Francisco (1882-1957).
ciedad Italiana de Cirugía Ortopédica y golpe directo sobre los nudillos (puñe- Su principal aportación al progreso de
Traumatología. Menos de un mes antes tazo). (Véase fracturas y luxaciones de la traumatología reside en sus innova-
de su muerte en junio, a finales de los dedos, en el artículo mano.)
mano ciones técnicas en cirugía de la mano y
mayo, estando ya gravemente enfermo, Bo yd, método de (de Harold Buhalts en el perfeccionamiento de las suturas
organizó y presidió con notable éxito Boyd, cirujano estadounidense, naci- tendinosas. A él se debe el concepto de
una importante reunión científica italo- do en 1904). Tratamiento de las seu- no man’s land en el trayecto digital de
norteamericana, dando pruebas de una doartrosis de tibia mediante injerto rí- los tendones flexores de los dedos. Pro-
gigantesca fuerza de voluntad y capaci- gido atornillado y relleno del espacio puso diversos procedimientos de plastia
dad para sobreponerse a la adversidad y interfragmentario con injertos de es- musculotendinosa sustitutiva para el
a un fin muy próximo del que era ple- ponjosa. tratamiento de la parálisis de la oposi-
namente consciente. Bragard, signo de (de Karl Bragard, ciru-
Bragard, ción del primer dedo.
Bonnet, Amédée. Cirujano francés de jano alemán, 1890-1973). Bragard I: operación de. Intervención
Bunnell, operación
Lyon (1802-1858). Introdujo en la prácti- Dolor provocado por la flexión de la ro- (1948) para el tratamiento de las luxa-
ca traumatológica una férula de alambre, dilla y rotación externa de la pierna en ciones inveteradas radiocubitales infe-
acanalada y almohadillada (férula de las lesiones de menisco interno. Bra- riores mediante ligamentoplastia con
Bonnet), para el traslado de los fractura- gard II: Dolor a la presión sobre la in- una tira de fascia lata. (Véase muñeca,
muñeca
dos del fémur o de la pelvis. Propuso una terlínea de la rodilla en las lesiones del traumatismos.).
posición de máxima relajación de la ca- menisco. Burns, espacio de (de Allan Burns, mé-
dera, en flexión-abducción y rotación Bristow-Ma
Bristow-May y, operación
operación de. Procedi- dico inglés, 1781-1813). Véase espa -
externa, en casos de artritis supurada. miento establecido en 1970 para el tra- cio supraesternal
supraesternal.
C
cabestrillo. Pieza de lienzo o de cual- quedan reflejados en las figuras 1 y 2. hacia la cabeza del fémur en línea rec-
quier tela o cuero destinada a sostener Una característica anatómica particu- ta a lo largo del cuello y adosadas al
el antebrazo y a inmovilizarlo. larmente importante desde el punto de plano óseo, por debajo de la sinovial.
cabestro. Denominación que se aplica vista traumatológico es la vasculariza- De ellas, son más abundantes las que
también al vendaje más conocido con ción del cuello y la cabeza del fémur. emergen de la circunfleja posterior (fig.
el nombre de fronda, destinado a man- Dicha vascularización corre a cargo, en 4). De esta forma, el aporte sanguíneo
tener reducidas las fracturas o luxacio- el adulto, de las dos arterias circunfle- a la cabeza corre a cargo casi exclusi-
nes del maxilar inferior. jas: la interna, o posterior, rama de la vamente de este sistema retinacular,
Cabot Boix, Joaquín.
Joaquín. Eminente trauma- femoral común, y la externa, o anterior, que fácilmente queda —o puede que-
tólogo y cirujano ortopédico español rama de la femoral profunda (fig. 3). dar— interrumpido en las fracturas de
(1916-1979). Jefe del Servicio de Ciru- Una y otra se anastomosan entre sí des- cuello. La cabeza femoral recibe tam-
gía Ortopédica y Traumatología del pués de haber rodeado el cuello del fé- bién aporte sanguíneo a través del liga-
Hospital «Príncipes de España», de Bar- mur, formando un círculo arterial, del mento redondo, por ramos que proce-
celona, y presidente de la Sociedad Es- cual parten los ramos destinados a la den de la arteria obturatriz y que
pañola de Cirugía Ortopédica y Trau- cabeza. Son las arterias retinaculares, penetran en la articulación por la esco-
matología entre 1972 y 1974. las cuales perforan la cápsula muy cer- tadura acetabular (fig. 5). Este segundo
Contribuyó con importantes aportacio- ca de su inserción femoral, y se dirigen aporte arterial tiene importancia para la
nes al progreso de la traumatología en
España, en todos los aspectos de la
Tendón del recto anterior
misma y principalmente en el de la ro- (seccionado y rebatido)
dilla.
Cabot, placa autorreductora.
autorreductora. Véase
placa en mariposa.
cadera. fémur fracturas
cadera. Véase también fémur,
de la extremidad proximal, y pelvis,
pelvis Ligamento

{
Fascículo superior
fracturas acetabulares. iliofemoral
(o ligamento
Principales características anatomo- de Bertin) Fascículo inferior
funcionales. La cadera es una enartro-
sis. Es decir, una diartrosis formada por
una cabeza encajada dentro de una ca-
vidad y que se mueve en todos los sen-
tidos. En este caso, la cavidad ósea —
cavidad cotiloidea o acetabulum—,
completada en su reborde óseo, o ceja
cotiloidea, por un rodete fibrocartilagi-
noso o labrum, que tiene la forma de
una semiesfera en la cual quedan fuer-
temente encajados los dos tercios de
esfera que forman la cabeza del fémur.
Este fuerte encaje queda reforzado,
además, por la cápsula y por un siste-
ma de ligamentos particularmente re- Ligamento pubofemoral
sistentes, que en su conjunto confieren
a la cadera unas características anató-
micas importantes frente a las agresio-
nes traumáticas. Los detalles al respec- FIG. 1. Principales ligamentos de la cadera. Cara anterior. Ligamento iliofemoral (ligamento de Ber-
to, aparte de ser bien conocidos, tin) y pubofemoral.
C
cabestrillo. Pieza de lienzo o de cual- quedan reflejados en las figuras 1 y 2. hacia la cabeza del fémur en línea rec-
quier tela o cuero destinada a sostener Una característica anatómica particu- ta a lo largo del cuello y adosadas al
el antebrazo y a inmovilizarlo. larmente importante desde el punto de plano óseo, por debajo de la sinovial.
cabestro. Denominación que se aplica vista traumatológico es la vasculariza- De ellas, son más abundantes las que
también al vendaje más conocido con ción del cuello y la cabeza del fémur. emergen de la circunfleja posterior (fig.
el nombre de fronda, destinado a man- Dicha vascularización corre a cargo, en 4). De esta forma, el aporte sanguíneo
tener reducidas las fracturas o luxacio- el adulto, de las dos arterias circunfle- a la cabeza corre a cargo casi exclusi-
nes del maxilar inferior. jas: la interna, o posterior, rama de la vamente de este sistema retinacular,
Cabot Boix, Joaquín.
Joaquín. Eminente trauma- femoral común, y la externa, o anterior, que fácilmente queda —o puede que-
tólogo y cirujano ortopédico español rama de la femoral profunda (fig. 3). dar— interrumpido en las fracturas de
(1916-1979). Jefe del Servicio de Ciru- Una y otra se anastomosan entre sí des- cuello. La cabeza femoral recibe tam-
gía Ortopédica y Traumatología del pués de haber rodeado el cuello del fé- bién aporte sanguíneo a través del liga-
Hospital «Príncipes de España», de Bar- mur, formando un círculo arterial, del mento redondo, por ramos que proce-
celona, y presidente de la Sociedad Es- cual parten los ramos destinados a la den de la arteria obturatriz y que
pañola de Cirugía Ortopédica y Trau- cabeza. Son las arterias retinaculares, penetran en la articulación por la esco-
matología entre 1972 y 1974. las cuales perforan la cápsula muy cer- tadura acetabular (fig. 5). Este segundo
Contribuyó con importantes aportacio- ca de su inserción femoral, y se dirigen aporte arterial tiene importancia para la
nes al progreso de la traumatología en
España, en todos los aspectos de la
Tendón del recto anterior
misma y principalmente en el de la ro- (seccionado y rebatido)
dilla.
Cabot, placa autorreductora.
autorreductora. Véase
placa en mariposa.
cadera. fémur fracturas
cadera. Véase también fémur,
de la extremidad proximal, y pelvis,
pelvis Ligamento

{
Fascículo superior
fracturas acetabulares. iliofemoral
(o ligamento
Principales características anatomo- de Bertin) Fascículo inferior
funcionales. La cadera es una enartro-
sis. Es decir, una diartrosis formada por
una cabeza encajada dentro de una ca-
vidad y que se mueve en todos los sen-
tidos. En este caso, la cavidad ósea —
cavidad cotiloidea o acetabulum—,
completada en su reborde óseo, o ceja
cotiloidea, por un rodete fibrocartilagi-
noso o labrum, que tiene la forma de
una semiesfera en la cual quedan fuer-
temente encajados los dos tercios de
esfera que forman la cabeza del fémur.
Este fuerte encaje queda reforzado,
además, por la cápsula y por un siste-
ma de ligamentos particularmente re- Ligamento pubofemoral
sistentes, que en su conjunto confieren
a la cadera unas características anató-
micas importantes frente a las agresio-
nes traumáticas. Los detalles al respec- FIG. 1. Principales ligamentos de la cadera. Cara anterior. Ligamento iliofemoral (ligamento de Ber-
to, aparte de ser bien conocidos, tin) y pubofemoral.
cadera 34 35 cadera

nutrición de la epífisis femoral superior rior del cuello y el borde inferior del perior. Con el muslo flexionado unos 45
Ligamento antes de su fusión definitiva con el res- pubis (fig. 6). Esta línea se «rompe» grados, el punto más saliente del tro-
isquiofemoral
to del hueso. Pero carece prácticamen- cuando, por cualquier motivo (subluxa- cánter debe coincidir con esta línea o
te de significado, o en todo caso éste es ción, fractura, epifisiólisis), el cuello fe- situarse ligeramente por debajo de ella.
muy secundario una vez cerrada la lí- moral se desplaza hacia arriba. Una situación por encima de la misma
nea epifisaria, es decir, a partir de los Posición del núcleo epifisario de la ca- significa una elevación anormal del tro-
16 años. En el adulto joven y sobre beza. Normalmente, la sombra radio- cánter (fractura del cuello del fémur, lu-
todo en el viejo, la vascularización de gráfica de la epífisis debe quedar a la xación, coxa vara, etc.) (fig. 9).
la cabeza femoral corre a cargo, casi altura del cartílago «en Y» o un poco Línea de Shoemaker. La prolongación
exclusivamente, del sistema retinacular por debajo del mismo; en cualquier de la línea que une el punto más salien-
antes descrito. caso, por debajo de una línea horizon- te del trocánter con la espina ilíaca an-
Puntos de referencias topográficas tal tangente al punto más bajo de la terosuperior debe pasar algo por enci-
normales entre los huesos de la cade- parte osificada del ilíaco (fig. 7). La po- ma del ombligo. Cuando pasa
ra: sición por encima de dicha línea es lige-ramente algo por debajo del ombli-
Línea de Shenton o de Ménard. Es una siempre un signo patológico, indicativo FIG. 7. Esquema mostrando la posición normal go revela una elevación anormal de la
del núcleo epifisario de la cabeza femoral, res-
línea arqueada imaginaria, apreciable de una luxación o subluxación de la extremidad proximal del fémur (fig. 10).
pecto a la horizontal que pasa por el cartílago
FIG. 2. Principales ligamentos de la cadera. en la radiografía anteroposterior, forma- cabeza femoral en niños de corta edad. en Y, en un niño de pocos meses. Triángulo de Bryant. Formado por la
Cara posterior. Ligamento isquiofemoral. da por la prolongación del borde infe- Ángulo de Wiberg. Indica el grado vertical que pasa por el punto más sa-
liente del trocánter, la horizontal que
o pasa por la espina ilíaca anterosuperior
Arteria del ligamento redondo Arteria circunfleja posterior 30
Arteria circunfleja y la línea que une estos dos puntos. En
anterior
las elevaciones anormales del trocánter,
el triángulo se deforma como indica la
FIG. 10. Línea de Shoemaker.
figura 11.
de cubrimiento de la cabeza femoral Signo de Lange. Traduce la elevación
por el techo acetabular. Está forma- del trocánter por el acortamiento relati-
do por una vertical que pasa por el cen- vo de la distancia que separa la hori-
tro de la cabeza femoral y otra línea zontal tangente a las crestas ilíacas y la
que une dicho centro con el borde su- horizontal que pasa por el punto más
Arteria femoral perior del acetábulo, en las radiografías elevado del trocánter, en un lado y otro
en proyección anteroposterior (fig. 8). (fig. 12).
Arteria femoral Una disminución de dicho ángulo indi-
Arteria circunfleja posterior
ca una menor estabilidad de la cadera. Luxaciones.
Línea de Nélaton-Roser. Línea que une Circunstancias generales de
FIG. 8. Ángulo de Wiberg en una cadera nor- el isquion con la espina ilíaca anterosu- producción. Las luxaciones de la cade-
Arteria femoral profunda
mal, en un niño de pocos meses.
Arteria circunfleja
Arteria femoral profunda anterior
Arteria circunfleja posterior

FIG. 3. Vascularización arterial de la cadera, vista por su cara anterior. FIG. 4. Vascularización arterial de la cadera, vista por su cara posterior.

A Arteria femoral profunda B Arteria femoral profunda

Arteria del
ligamento
redondo

Arteria del
ligamento Arteria
Arterias nutricias redondo obturatriz

FIG. 5. A y B. Aporte arterial a la cadera en un niño de pocos meses. FIG. 6. Línea de Shenton o de Ménard. FIG. 9. Línea de Nélaton-Roser. FIG. 11. Triángulo de Bryant.
cadera 34 35 cadera

nutrición de la epífisis femoral superior rior del cuello y el borde inferior del perior. Con el muslo flexionado unos 45
Ligamento antes de su fusión definitiva con el res- pubis (fig. 6). Esta línea se «rompe» grados, el punto más saliente del tro-
isquiofemoral
to del hueso. Pero carece prácticamen- cuando, por cualquier motivo (subluxa- cánter debe coincidir con esta línea o
te de significado, o en todo caso éste es ción, fractura, epifisiólisis), el cuello fe- situarse ligeramente por debajo de ella.
muy secundario una vez cerrada la lí- moral se desplaza hacia arriba. Una situación por encima de la misma
nea epifisaria, es decir, a partir de los Posición del núcleo epifisario de la ca- significa una elevación anormal del tro-
16 años. En el adulto joven y sobre beza. Normalmente, la sombra radio- cánter (fractura del cuello del fémur, lu-
todo en el viejo, la vascularización de gráfica de la epífisis debe quedar a la xación, coxa vara, etc.) (fig. 9).
la cabeza femoral corre a cargo, casi altura del cartílago «en Y» o un poco Línea de Shoemaker. La prolongación
exclusivamente, del sistema retinacular por debajo del mismo; en cualquier de la línea que une el punto más salien-
antes descrito. caso, por debajo de una línea horizon- te del trocánter con la espina ilíaca an-
Puntos de referencias topográficas tal tangente al punto más bajo de la terosuperior debe pasar algo por enci-
normales entre los huesos de la cade- parte osificada del ilíaco (fig. 7). La po- ma del ombligo. Cuando pasa
ra: sición por encima de dicha línea es lige-ramente algo por debajo del ombli-
Línea de Shenton o de Ménard. Es una siempre un signo patológico, indicativo FIG. 7. Esquema mostrando la posición normal go revela una elevación anormal de la
del núcleo epifisario de la cabeza femoral, res-
línea arqueada imaginaria, apreciable de una luxación o subluxación de la extremidad proximal del fémur (fig. 10).
pecto a la horizontal que pasa por el cartílago
FIG. 2. Principales ligamentos de la cadera. en la radiografía anteroposterior, forma- cabeza femoral en niños de corta edad. en Y, en un niño de pocos meses. Triángulo de Bryant. Formado por la
Cara posterior. Ligamento isquiofemoral. da por la prolongación del borde infe- Ángulo de Wiberg. Indica el grado vertical que pasa por el punto más sa-
liente del trocánter, la horizontal que
o pasa por la espina ilíaca anterosuperior
Arteria del ligamento redondo Arteria circunfleja posterior 30
Arteria circunfleja y la línea que une estos dos puntos. En
anterior
las elevaciones anormales del trocánter,
el triángulo se deforma como indica la
FIG. 10. Línea de Shoemaker.
figura 11.
de cubrimiento de la cabeza femoral Signo de Lange. Traduce la elevación
por el techo acetabular. Está forma- del trocánter por el acortamiento relati-
do por una vertical que pasa por el cen- vo de la distancia que separa la hori-
tro de la cabeza femoral y otra línea zontal tangente a las crestas ilíacas y la
que une dicho centro con el borde su- horizontal que pasa por el punto más
Arteria femoral perior del acetábulo, en las radiografías elevado del trocánter, en un lado y otro
en proyección anteroposterior (fig. 8). (fig. 12).
Arteria femoral Una disminución de dicho ángulo indi-
Arteria circunfleja posterior
ca una menor estabilidad de la cadera. Luxaciones.
Línea de Nélaton-Roser. Línea que une Circunstancias generales de
FIG. 8. Ángulo de Wiberg en una cadera nor- el isquion con la espina ilíaca anterosu- producción. Las luxaciones de la cade-
Arteria femoral profunda
mal, en un niño de pocos meses.
Arteria circunfleja
Arteria femoral profunda anterior
Arteria circunfleja posterior

FIG. 3. Vascularización arterial de la cadera, vista por su cara anterior. FIG. 4. Vascularización arterial de la cadera, vista por su cara posterior.

A Arteria femoral profunda B Arteria femoral profunda

Arteria del
ligamento
redondo

Arteria del
ligamento Arteria
Arterias nutricias redondo obturatriz

FIG. 5. A y B. Aporte arterial a la cadera en un niño de pocos meses. FIG. 6. Línea de Shenton o de Ménard. FIG. 9. Línea de Nélaton-Roser. FIG. 11. Triángulo de Bryant.
cadera 36 37 cadera

ra no son frecuentes ni se producen del ligamento iliofemoral o ligamento el territorio correspondiente. Pero pue-
con facilidad. Se necesita una fuerza de Bertin, que condiciona en gran parte den producirse también verdaderas ro-
particularmente violenta o una posi- las relaciones entre la cabeza luxada y turas de la pared arterial o de la adven-
ción forzada del muslo —o ambos fac- el coxal. Pero este potente ligamento ticia, seguidas en ocasiones de
tores a la vez— para que la cabeza fe- puede también romperse, dando lugar trombosis arteriales o venosas.
moral abandone la cavidad acetabular a una forma poco frecuente de luxa- Fracturas diafisarias del fémur. Merecen
saltando por encima del reborde coti- ción anterior: una mención especial, pues constitu-
loideo o rompiéndolo. Ello se debe al c) Luxación perineal (fig. 15). yen una dificultad insuperable para la
fuerte encaje mutuo entre las dos su- Por otro lado, es preciso distinguir entre reducción incruenta y una indicación
perficies esféricas que forman la enar- las luxaciones puras (sin fractura) y las prácticamente absoluta de tratamiento
trosis coxofemoral y los potentes liga- fracturas-luxaciones, las cuales, a su operatorio.
mentos que refuerzan la cápsula vez, pueden dividirse en varios subgru- Entre las lesiones secundarias o tardías,
propiamente dicha y mantienen sólida- pos, de acuerdo con el tipo de lesión hay que contar con la posibilidad de
mente unidos entre sí a los dos huesos fracturaria que acompaña a la luxación: una necrosis avascular de la cabeza fe-
(véase el apartado de las características a) Fractura del reborde cotiloideo (fi- moral y las osificaciones periarticula-
anatomofuncionales). Sin embargo, hay gura 16). res, de mayor incidencia en las fractu-
una zona de la articulación en que la b) Fractura transcotiloidea. ras-luxaciones que en las luxaciones
unión entre los dos huesos es más débil c) Fractura de la cabeza femoral. puras.
y en consecuencia más fácilmente vul- Por último, debe citarse la luxación Sintomatología y diagnóstico. En los su-
nerable. Esta zona corresponde al cua- central o transacetabular de la cabeza jetos conscientes, la sintomatología a
FIG. 12. Signo de Lange. drante posteroinferior de la cavidad femoral, cuyo estudio corresponde al nivel de la cadera es lo suficientemente
acetabular, en la que el reborde cotiloi- apartado de las fracturas de la pelvis. escandalosa para dejar muy pocas du-
B
deo es menos pronunciado y cubre en Posibles lesiones asociadas y complica- das sobre la existencia de una lesión
A
menor extensión la superficie esférica ciones más frecuentes: grave: dolor intenso, situación en extre-
FIG. 15. Luxación perineal.
de la cabeza. Esta zona coincide ade- Lesiones nerviosas del ciático mayor, mo inconfortable e incapacidad funcio-
más con la parte más débil de la cápsu- particularmente frecuentes en las luxa- nal completa. A ello se une, en todos
la, situada entre el ligamento isquiofe- pos: ciones posteriores, por atirantamiento los casos, una posición sumamente
moral, por encima, y el ligamento 1) Luxaciones posteriores (fig. 13). del tronco nervioso a cargo de la cabe- anómala de la extremidad que es reve-
pubofemoral, por debajo. a) Luxación isquiática. za femoral, desplazada hacia atrás. ladora, además, del tipo anatómico de
Por otro lado, es la zona del cotilo que b) Luxación ilíaca. Las lesiones vasculares son menos fre- luxación padecida (véanse las figuras
sufre el impacto de la cabeza en los 2) Luxaciones anteriores (fig. 14). cuentes, pero pueden producirse a ni- 13, 14 y 15). Las únicas dudas diagnós-
golpes recibidos sobre la rodilla y trans- a) Luxación obturatriz. vel de la femoral, a su salida de la arca- ticas en estos casos pueden surgir entre
mitidos a lo largo del eje del fémur, es- b) Luxación púbica. da crural, en las luxaciones anteriores. una luxación pura o una luxación-frac-
tando el muslo en flexión de más de 90 Una característica importante común a En algunos casos se limitan a simples tura, dudas que en general son acla-
grados y en aducción. Son los típicos todas estas formas es la conservación fenómenos transitorios de espasmo en radas sin dificultad por la exploración
rodillazos sobre el «tablier» de los cho-
ques frontales en los accidentes de au-
tomóvil, dando lugar a las luxaciones
posteriores, que son las más frecuentes
(75-80 % del total de las luxaciones).
Pero no son éstas las únicas. También
FIG. 13. Luxaciones posteriores. A) Luxación isquiática. B) Luxación ilíaca. pueden producirse luxaciones anterio-
res (25 % del total), en las que la cabe-
za femoral franquea el borde anterior
A B
de la cavidad y que obedecen a una
violencia externa de cierta entidad que
actúa forzando el movimiento de ab-
ducción del muslo más allá de los lími-
tes normales del mismo. En cualquier
caso, se producen siempre en trauma-
tismos de una cierta violencia, obser-
vándose muy frecuentemente en poli-
traumatizados o en sujetos
inconscientes por traumatismo craneo-
encefálico asociado. Y son casi exclusi-
vas de sujetos jóvenes, dado que en los
viejos es más fácil que el mismo trau-
matismo produzca una fractura de la
extremidad superior del fémur.
Anatomía patológica y formas anato-
moclínicas. Es clásica la división ya se-
ñalada entre luxaciones posteriores y FIG. 16. Tipo más frecuente de luxación posterior con fractura de la FIG. 17. Fijación con tornillos de fragmento posterior de la ceja cotiloi-
FIG. 14. Luxaciones anteriores. A) Luxación obturatriz. B) Luxación púbica. anteriores, con los siguientes subgru- ceja acetabular. dea, después de la reducción de la luxación asociada.
cadera 36 37 cadera

ra no son frecuentes ni se producen del ligamento iliofemoral o ligamento el territorio correspondiente. Pero pue-
con facilidad. Se necesita una fuerza de Bertin, que condiciona en gran parte den producirse también verdaderas ro-
particularmente violenta o una posi- las relaciones entre la cabeza luxada y turas de la pared arterial o de la adven-
ción forzada del muslo —o ambos fac- el coxal. Pero este potente ligamento ticia, seguidas en ocasiones de
tores a la vez— para que la cabeza fe- puede también romperse, dando lugar trombosis arteriales o venosas.
moral abandone la cavidad acetabular a una forma poco frecuente de luxa- Fracturas diafisarias del fémur. Merecen
saltando por encima del reborde coti- ción anterior: una mención especial, pues constitu-
loideo o rompiéndolo. Ello se debe al c) Luxación perineal (fig. 15). yen una dificultad insuperable para la
fuerte encaje mutuo entre las dos su- Por otro lado, es preciso distinguir entre reducción incruenta y una indicación
perficies esféricas que forman la enar- las luxaciones puras (sin fractura) y las prácticamente absoluta de tratamiento
trosis coxofemoral y los potentes liga- fracturas-luxaciones, las cuales, a su operatorio.
mentos que refuerzan la cápsula vez, pueden dividirse en varios subgru- Entre las lesiones secundarias o tardías,
propiamente dicha y mantienen sólida- pos, de acuerdo con el tipo de lesión hay que contar con la posibilidad de
mente unidos entre sí a los dos huesos fracturaria que acompaña a la luxación: una necrosis avascular de la cabeza fe-
(véase el apartado de las características a) Fractura del reborde cotiloideo (fi- moral y las osificaciones periarticula-
anatomofuncionales). Sin embargo, hay gura 16). res, de mayor incidencia en las fractu-
una zona de la articulación en que la b) Fractura transcotiloidea. ras-luxaciones que en las luxaciones
unión entre los dos huesos es más débil c) Fractura de la cabeza femoral. puras.
y en consecuencia más fácilmente vul- Por último, debe citarse la luxación Sintomatología y diagnóstico. En los su-
nerable. Esta zona corresponde al cua- central o transacetabular de la cabeza jetos conscientes, la sintomatología a
FIG. 12. Signo de Lange. drante posteroinferior de la cavidad femoral, cuyo estudio corresponde al nivel de la cadera es lo suficientemente
acetabular, en la que el reborde cotiloi- apartado de las fracturas de la pelvis. escandalosa para dejar muy pocas du-
B
deo es menos pronunciado y cubre en Posibles lesiones asociadas y complica- das sobre la existencia de una lesión
A
menor extensión la superficie esférica ciones más frecuentes: grave: dolor intenso, situación en extre-
FIG. 15. Luxación perineal.
de la cabeza. Esta zona coincide ade- Lesiones nerviosas del ciático mayor, mo inconfortable e incapacidad funcio-
más con la parte más débil de la cápsu- particularmente frecuentes en las luxa- nal completa. A ello se une, en todos
la, situada entre el ligamento isquiofe- pos: ciones posteriores, por atirantamiento los casos, una posición sumamente
moral, por encima, y el ligamento 1) Luxaciones posteriores (fig. 13). del tronco nervioso a cargo de la cabe- anómala de la extremidad que es reve-
pubofemoral, por debajo. a) Luxación isquiática. za femoral, desplazada hacia atrás. ladora, además, del tipo anatómico de
Por otro lado, es la zona del cotilo que b) Luxación ilíaca. Las lesiones vasculares son menos fre- luxación padecida (véanse las figuras
sufre el impacto de la cabeza en los 2) Luxaciones anteriores (fig. 14). cuentes, pero pueden producirse a ni- 13, 14 y 15). Las únicas dudas diagnós-
golpes recibidos sobre la rodilla y trans- a) Luxación obturatriz. vel de la femoral, a su salida de la arca- ticas en estos casos pueden surgir entre
mitidos a lo largo del eje del fémur, es- b) Luxación púbica. da crural, en las luxaciones anteriores. una luxación pura o una luxación-frac-
tando el muslo en flexión de más de 90 Una característica importante común a En algunos casos se limitan a simples tura, dudas que en general son acla-
grados y en aducción. Son los típicos todas estas formas es la conservación fenómenos transitorios de espasmo en radas sin dificultad por la exploración
rodillazos sobre el «tablier» de los cho-
ques frontales en los accidentes de au-
tomóvil, dando lugar a las luxaciones
posteriores, que son las más frecuentes
(75-80 % del total de las luxaciones).
Pero no son éstas las únicas. También
FIG. 13. Luxaciones posteriores. A) Luxación isquiática. B) Luxación ilíaca. pueden producirse luxaciones anterio-
res (25 % del total), en las que la cabe-
za femoral franquea el borde anterior
A B
de la cavidad y que obedecen a una
violencia externa de cierta entidad que
actúa forzando el movimiento de ab-
ducción del muslo más allá de los lími-
tes normales del mismo. En cualquier
caso, se producen siempre en trauma-
tismos de una cierta violencia, obser-
vándose muy frecuentemente en poli-
traumatizados o en sujetos
inconscientes por traumatismo craneo-
encefálico asociado. Y son casi exclusi-
vas de sujetos jóvenes, dado que en los
viejos es más fácil que el mismo trau-
matismo produzca una fractura de la
extremidad superior del fémur.
Anatomía patológica y formas anato-
moclínicas. Es clásica la división ya se-
ñalada entre luxaciones posteriores y FIG. 16. Tipo más frecuente de luxación posterior con fractura de la FIG. 17. Fijación con tornillos de fragmento posterior de la ceja cotiloi-
FIG. 14. Luxaciones anteriores. A) Luxación obturatriz. B) Luxación púbica. anteriores, con los siguientes subgru- ceja acetabular. dea, después de la reducción de la luxación asociada.
cajón 38 39 calcáneo

radiográfica. Igualmente pueden plan- 1) Tracción enérgica en el sentido de la diáfisis femoral, que hace imposi- el calcáneo recibe la mayor parte del
tearse problemas de diagnóstico en los axial sobre la extremidad. ble la manipulación sobre el muslo peso del cuerpo en la estación de pie
politraumatizados, por no prestar la de- 2) Contratracción sobre el tronco y la para las maniobras de reducción. y la transmite al punto de apoyo del
bida atención a lo que pasa a nivel de pelvis. cajón, signo del. Maniobra que se prac- hueso sobre el suelo. Desde el punto
la cadera, y, sobre todo, en los acciden- 3) Movimiento de rotación externa o tica en las lesiones de los ligamentos de vista traumatológico, es muy impor-
tados inconscientes, en los cuales, ob- interna y aducción o abducción, simul- rodilla lesiones liga-
cruzados. (Véase rodilla, tante señalar que dicho punto de apoyo
viamente, los síntomas por parte de la táneo a la tracción axial y en el sentido mentosas.) no se halla situado en la vertical de la
cadera —incluso la posición anómala opuesto a la actitud adoptada espontá- calcáneo (del lat. calcaneum, hueso cal- fuerza de gravedad ejercida por el peso
de la extremidad— son poco revelado- neamente por el miembro a conse- cis, o hueso del talón).. Uno de los del cuerpo, sino algo por detrás y por
res. En cualquiera de estos dos casos, la cuencia de la luxación. Lo más impor- ocho huesos del tarso, que forma el pi- fuera de la misma. Como consecuencia
inexcusable exploración radiológica de tante de estas maniobras es realizarlas lar posterior de la bóveda plantar y so- de ello, en las caídas de pie, que es el
la pelvis es lo que permite confirmar o con una clara imagen previa del tipo porta, en la posición de pie, la mayor mecanismo prácticamente único de las
descartar una posible luxación. de luxación de que se trata y de las re- parte del peso del cuerpo. fracturas del calcáneo, este hueso se
Normas generales de tratamiento. Ante laciones en que se encuentra la cabeza Anatomía. De forma alargada y más halla sometido a un efecto cizallante FIG. 3. Principales modalidades anatomopatológicas de fracturas extraarticulares de la tuberosidad
toda luxación confirmada radiográfica- luxada respecto a la cavidad. o menos cruadrangular, presenta cuatro entre dos fuerzas paralelas entre sí, del calcáneo.
mente es necesario actuar de acuerdo a 4) En ocasiones es preciso completar caras o superficies: superior, inferior, in- pero no coincidentes en la misma línea
los siguientes principios fundamentales: las maniobras descritas con la presión terna y externa. Desde el punto de vista (fig. 2).
1) Atención urgente, incluso en los ejercida directamente sobre el macizo traumatológico es interesante recordar Fracturas del calcáneo. Las fracturas
casos de politraumatizados graves o en trocantéreo sobre el muslo para obligar algunos detalles anatómicos cuyos del calcáneo constituyen un capítulo
sujetos inconscientes, una vez superada a la cabeza a franquear el borde de la nombres se manejan abundantemente importante de la traumatología, y no de
la fase de gravedad inmediata. Pasadas cavidad. en la descripción de las fracturas. La los más fáciles de glosar a modo de
las primeras horas, una reducción que Complicaciones y fracasos de la reduc- mitad posterior, o tuberosidad del cal- exégesis. Debido, por un lado, a la
puede ser relativamente fácil en los pri- ción incruenta. La más frecuente es la cáneo, desprovista de superficies arti- complejidad anatomopatológica, difícil
meros momentos puede resultar impo- interposición o incarceración de un culares; en ella se inserta el tendón de de interpretar, que ofrecen por lo gene-
sible de lograr por medios incruentos. fragmento óseo desprendido de la ceja Aquiles. En su cara superior hay dos ca- ral tales fracturas, y por otro al desa-
2) Anestesia general y relajación pro- cotiloidea, el cual puede ser causa de rillas articulares que sirven de unión cuerdo que existe sobre aspectos tan
funda. Es la única manera de lograr una irreductibilidad de la luxación o, lo que con el astrágalo; la posterior, es el tála- importantes de las mismas como su
reducción ortopédica. es más frecuente, de una inestabilidad mo. La anterior, más pequeña y despla- clasificación y, sobre todo, su trata-
3) Intentar en todos los casos de luxa- de la reducción, una vez lograda, con zada hacia dentro respecto a la línea miento. Este último varía, según los di-
ciones puras de fracturas simples de la tendencia fácil a la reluxación. media, está situada sobre la apófisis versos autores que se han ocupado del
ceja cotiloidea la reducción incruenta, Indicaciones del tratamiento operato- menor del calcáneo o sustentaculum tema, desde no hacer nada para redu- FIG. 4. Fractura talámica simple (de trazo único) (fracture separation, de los franceses), también lla-
cirlas o inmovilizarlas, a reducirlas y fi- mada fractura de Warvick y Bremmer.
por ser la que ofrece las mejores pers- rio: tali. Entre una u otra de estas carillas se
pectivas de evolucionar sin complica- 1) Cuando, por cualquier motivo, no marca una hendidura, el surco del cal- jarlas operatoriamente en todos o casi
ciones. se logra la reducción manual. cáneo, que unido a un surco semejante todos los casos.
Técnica de la reducción incruenta. Se 2) En las fracturas asociadas que exi- al del astrágalo forma el seno del tarso. Frecuencia, etiología y mecanismos de
han descrito numerosos procedimien- gen una fijación por osteosíntesis del El extremo anterior del hueso, termina- producción. En lo que sí están de
tos que figuran en la bibliografía con fragmento (fig. 17). do en la carilla articular de unión con acuerdo todos los autores es en que las
nombres propios, pero que difieren 3) En los casos de incarceración del el cuboides, es la apófisis mayor del fracturas del calcáneo son las más fre-
únicamente entre sí en la manera de lo- fragmento de fractura. calcáneo (fig. 1). cuentes de las fracturas de los huesos
grar los siguiente objetivos: 4) En los casos de fractura asociada Biomecánica. Según se ha afirmado, del pie y en que se producen práctica-
mente siempre por una caída sobre los
pies desde una determinada altura. Por
Apófisis menor Apófisis mayor este motivo es muy frecuente que sean
o sustentaculum tali bilaterales y que se acompañen muchas
veces de lesiones de otras partes del es-
queleto (especialmente la columna ver-
tebral) producidas por el mismo acci-
dente. La caída sobre los pies y el
impacto sobre la planta ejerce sobre el
Tálamo calcáneo dos efectos distintos causan- FIG. 5. Fractura talámica de trazo doble (fractura de Essex-Lopresti).
tes de su fractura. Por un lado, un efec-
to cizallante, por el mecanismo que ha mos en la génesis de las fracturas, se- sus detalles.
sido señalado al describir la biomecá- gún la caída sorprenda al pie en una u Clasificación anatomopatológica. Hay
nica del calcáneo como elemento de otra posición, tratando de establecer que distinguir fundamentalmente dos
transmisión del peso corporal, y por tipos de fracturas de calcáneo, según su
una relación entre el tipo anatomopato-
otro un efecto de hundimiento, de anatomía patológica: las fracturas extra-
lógico de la lesión padecida y dicha
compresión contra el suelo o de aplas- articulares o extratalámicas y las intra-
Tuberosidad
tamiento (tassement, le llaman los fran- posición del pie: fracturas por eversión,
Surco del calcáneo articulares o talámicas.
ceses), el cual tiende a empotrar el as- por caída sobre el talón, sobre la punta,
Fracturas extraarticulares. Se llaman así
trágalo contra el calcáneo. En muchos etc. En nuestra opinión, tal proligidad porque su trazo no afecta a las superfi-
de los tratados sobre el tema se descri- no es necesaria y contribuye a aumen- cies articulares de unión con el astrága-
FIG. 1. Principales características anatómicas del calcáneo, visto por su FIG. 2. Efecto cizallante de la fuerza de la gravedad sobre el calcáneo y be con minuciosidad la diversa forma tar la confusión de un tema de por sí ya lo, y en particular al tálamo, o carilla
cara superior. de la contrapresión del suelo contra la planta. que tienen de actuar ambos mecanis- bastante confuso y difícil de retener en
cajón 38 39 calcáneo

radiográfica. Igualmente pueden plan- 1) Tracción enérgica en el sentido de la diáfisis femoral, que hace imposi- el calcáneo recibe la mayor parte del
tearse problemas de diagnóstico en los axial sobre la extremidad. ble la manipulación sobre el muslo peso del cuerpo en la estación de pie
politraumatizados, por no prestar la de- 2) Contratracción sobre el tronco y la para las maniobras de reducción. y la transmite al punto de apoyo del
bida atención a lo que pasa a nivel de pelvis. cajón, signo del. Maniobra que se prac- hueso sobre el suelo. Desde el punto
la cadera, y, sobre todo, en los acciden- 3) Movimiento de rotación externa o tica en las lesiones de los ligamentos de vista traumatológico, es muy impor-
tados inconscientes, en los cuales, ob- interna y aducción o abducción, simul- rodilla lesiones liga-
cruzados. (Véase rodilla, tante señalar que dicho punto de apoyo
viamente, los síntomas por parte de la táneo a la tracción axial y en el sentido mentosas.) no se halla situado en la vertical de la
cadera —incluso la posición anómala opuesto a la actitud adoptada espontá- calcáneo (del lat. calcaneum, hueso cal- fuerza de gravedad ejercida por el peso
de la extremidad— son poco revelado- neamente por el miembro a conse- cis, o hueso del talón).. Uno de los del cuerpo, sino algo por detrás y por
res. En cualquiera de estos dos casos, la cuencia de la luxación. Lo más impor- ocho huesos del tarso, que forma el pi- fuera de la misma. Como consecuencia
inexcusable exploración radiológica de tante de estas maniobras es realizarlas lar posterior de la bóveda plantar y so- de ello, en las caídas de pie, que es el
la pelvis es lo que permite confirmar o con una clara imagen previa del tipo porta, en la posición de pie, la mayor mecanismo prácticamente único de las
descartar una posible luxación. de luxación de que se trata y de las re- parte del peso del cuerpo. fracturas del calcáneo, este hueso se
Normas generales de tratamiento. Ante laciones en que se encuentra la cabeza Anatomía. De forma alargada y más halla sometido a un efecto cizallante FIG. 3. Principales modalidades anatomopatológicas de fracturas extraarticulares de la tuberosidad
toda luxación confirmada radiográfica- luxada respecto a la cavidad. o menos cruadrangular, presenta cuatro entre dos fuerzas paralelas entre sí, del calcáneo.
mente es necesario actuar de acuerdo a 4) En ocasiones es preciso completar caras o superficies: superior, inferior, in- pero no coincidentes en la misma línea
los siguientes principios fundamentales: las maniobras descritas con la presión terna y externa. Desde el punto de vista (fig. 2).
1) Atención urgente, incluso en los ejercida directamente sobre el macizo traumatológico es interesante recordar Fracturas del calcáneo. Las fracturas
casos de politraumatizados graves o en trocantéreo sobre el muslo para obligar algunos detalles anatómicos cuyos del calcáneo constituyen un capítulo
sujetos inconscientes, una vez superada a la cabeza a franquear el borde de la nombres se manejan abundantemente importante de la traumatología, y no de
la fase de gravedad inmediata. Pasadas cavidad. en la descripción de las fracturas. La los más fáciles de glosar a modo de
las primeras horas, una reducción que Complicaciones y fracasos de la reduc- mitad posterior, o tuberosidad del cal- exégesis. Debido, por un lado, a la
puede ser relativamente fácil en los pri- ción incruenta. La más frecuente es la cáneo, desprovista de superficies arti- complejidad anatomopatológica, difícil
meros momentos puede resultar impo- interposición o incarceración de un culares; en ella se inserta el tendón de de interpretar, que ofrecen por lo gene-
sible de lograr por medios incruentos. fragmento óseo desprendido de la ceja Aquiles. En su cara superior hay dos ca- ral tales fracturas, y por otro al desa-
2) Anestesia general y relajación pro- cotiloidea, el cual puede ser causa de rillas articulares que sirven de unión cuerdo que existe sobre aspectos tan
funda. Es la única manera de lograr una irreductibilidad de la luxación o, lo que con el astrágalo; la posterior, es el tála- importantes de las mismas como su
reducción ortopédica. es más frecuente, de una inestabilidad mo. La anterior, más pequeña y despla- clasificación y, sobre todo, su trata-
3) Intentar en todos los casos de luxa- de la reducción, una vez lograda, con zada hacia dentro respecto a la línea miento. Este último varía, según los di-
ciones puras de fracturas simples de la tendencia fácil a la reluxación. media, está situada sobre la apófisis versos autores que se han ocupado del
ceja cotiloidea la reducción incruenta, Indicaciones del tratamiento operato- menor del calcáneo o sustentaculum tema, desde no hacer nada para redu- FIG. 4. Fractura talámica simple (de trazo único) (fracture separation, de los franceses), también lla-
cirlas o inmovilizarlas, a reducirlas y fi- mada fractura de Warvick y Bremmer.
por ser la que ofrece las mejores pers- rio: tali. Entre una u otra de estas carillas se
pectivas de evolucionar sin complica- 1) Cuando, por cualquier motivo, no marca una hendidura, el surco del cal- jarlas operatoriamente en todos o casi
ciones. se logra la reducción manual. cáneo, que unido a un surco semejante todos los casos.
Técnica de la reducción incruenta. Se 2) En las fracturas asociadas que exi- al del astrágalo forma el seno del tarso. Frecuencia, etiología y mecanismos de
han descrito numerosos procedimien- gen una fijación por osteosíntesis del El extremo anterior del hueso, termina- producción. En lo que sí están de
tos que figuran en la bibliografía con fragmento (fig. 17). do en la carilla articular de unión con acuerdo todos los autores es en que las
nombres propios, pero que difieren 3) En los casos de incarceración del el cuboides, es la apófisis mayor del fracturas del calcáneo son las más fre-
únicamente entre sí en la manera de lo- fragmento de fractura. calcáneo (fig. 1). cuentes de las fracturas de los huesos
grar los siguiente objetivos: 4) En los casos de fractura asociada Biomecánica. Según se ha afirmado, del pie y en que se producen práctica-
mente siempre por una caída sobre los
pies desde una determinada altura. Por
Apófisis menor Apófisis mayor este motivo es muy frecuente que sean
o sustentaculum tali bilaterales y que se acompañen muchas
veces de lesiones de otras partes del es-
queleto (especialmente la columna ver-
tebral) producidas por el mismo acci-
dente. La caída sobre los pies y el
impacto sobre la planta ejerce sobre el
Tálamo calcáneo dos efectos distintos causan- FIG. 5. Fractura talámica de trazo doble (fractura de Essex-Lopresti).
tes de su fractura. Por un lado, un efec-
to cizallante, por el mecanismo que ha mos en la génesis de las fracturas, se- sus detalles.
sido señalado al describir la biomecá- gún la caída sorprenda al pie en una u Clasificación anatomopatológica. Hay
nica del calcáneo como elemento de otra posición, tratando de establecer que distinguir fundamentalmente dos
transmisión del peso corporal, y por tipos de fracturas de calcáneo, según su
una relación entre el tipo anatomopato-
otro un efecto de hundimiento, de anatomía patológica: las fracturas extra-
lógico de la lesión padecida y dicha
compresión contra el suelo o de aplas- articulares o extratalámicas y las intra-
Tuberosidad
tamiento (tassement, le llaman los fran- posición del pie: fracturas por eversión,
Surco del calcáneo articulares o talámicas.
ceses), el cual tiende a empotrar el as- por caída sobre el talón, sobre la punta,
Fracturas extraarticulares. Se llaman así
trágalo contra el calcáneo. En muchos etc. En nuestra opinión, tal proligidad porque su trazo no afecta a las superfi-
de los tratados sobre el tema se descri- no es necesaria y contribuye a aumen- cies articulares de unión con el astrága-
FIG. 1. Principales características anatómicas del calcáneo, visto por su FIG. 2. Efecto cizallante de la fuerza de la gravedad sobre el calcáneo y be con minuciosidad la diversa forma tar la confusión de un tema de por sí ya lo, y en particular al tálamo, o carilla
cara superior. de la contrapresión del suelo contra la planta. que tienen de actuar ambos mecanis- bastante confuso y difícil de retener en
calcáneo 40 41 calcáneo

En ellas el trazo de fractura divide al tá- sos en que el resto de la sintomología y


lamo, o faceta articular posterior; son, el examen radiográfico son menos re-
por lo tanto, intraarticulares. Mucho velantes, en los que tales casos pueden
más frecuentes que las extraarticulares, inducir a graves errores de diagnóstico,
en una proporción aproximada de 3 a si no se extreman los medios de efec-
1, según un cómputo global de diversas tuarlo, como a continuación se descri-
estadísticas, siendo más graves y más be.
difíciles de tratar. Sus diversas modali- Diagnóstico. El antecedente de una caí-
dades anatomoclínicas, así como su da de pies, el dolor y la impotencia
gravedad, dependen de la orientación funcional, y los demás signos caracte-
de la línea —o líneas— de fracturas y rísticos de estas lesiones, ponen gene-
del número de fragmentos y, sobre ralmente sobre la pista de una fractura
todo, del hundimiento del fragmento importante del pie, y probablemente
superior, solidario con el astrágalo. Di- del calcáneo, que el examen radiográfi-
chas modalidades pueden ser en extre- co no hace más que confirmar, en la
mo variadas, pero pueden clasificarse mayoría de los casos, aunque no siem-
FIG. 6. Fractura conminuta o talámica compleja.
en los siguientes grupos principales: pre. En ocasiones, la impotencia fun-
FIG. 9. Fractura de la tuberosidad, sin despla- FIG. 11. Imagen radiográfica obtenida en la 1) Fracturas simples, de trazo único, cional es relativa, como ya se ha dicho,
zamiento, claramente apreciable en la radio- posición oblicua interna, en la que se aprecia en general vertical e inclinado, que di- y el enfermo acude a la consulta an-
grafía en proyección axial. claramente una fractura de la apófisis menor, vide al calcáneo en dos fragmentos dando por su propio pie. Las radiografí-
difícilmente visible en las proyecciones con- principales: uno anterointerno y otro as en las proyecciones convencionales
vencionales. posteroexterno, con hundimiento más pueden dejar pasar por alto algunas
o menos pronunciado del anterointer- fracturas cuyos trazos quedan enmasca-
no. Son las «fracturas separación» de rados por la superposición de las som-
los autores franceses (fig. 4). bras óseas normales. Ante esta eventua-
2) Fracturas complejas de trazo múlti- lidad se imponen siempre tres
ple. Se trata, en el caso más corriente, principios elementales de diagnóstico:
de una fractura simple (como la descri- tener siempre presente la posibilidad de
ta en el párrafo anterior), a la que se una fractura poco manifiesta, las radio-
añade un trazo de fractura más o me- grafías comparativas de los dos lados y
45° nos oblicuo respecto al plano horizon- las proyecciones radiográficas especia-
45°
tal y dirigido de delante atrás (fig. 5). En les.
general con hundimiento pronunciado. Proyecciones radiográficas especiales.
3) Fracturas plurifragmentarias o con- Aparte de las proyecciones covencio-
minutas, de trazo múltiple e irregular, nales, anteroposterior y lateral, son ne-
varios fragmentos, hundimiento muy cesarias, para apurar el diagnóstico ra-
pronunciado y gran separación o dias- diográfico, las siguientes proyecciones:
FIG. 7. Deformidad del tobillo, visto por su cara posterior, en las fracturas con hundimiento del PLACA tasis entre los fragmentos solidarios con axial, oblicua interna, oblicua externa y
calcáneo. Ensanchamiento a nivel inframaleolar con desaparición de los contornos normales. Des- el astrágalo y el resto del calcáneo (fig. dorsoplantar. Es muy necesario, por
censo relativo de los maléolos. PLACA 6 ) . otro lado, obtener estas radiografías
FIG. 12. Proyección radiográfica oblicua ex-
terna. Sintomatología. El dolor es el síntoma guiándose por un examen radioscópico
FIG. 10. Proyección radiográfica oblicua in- constante, sobre todo el dolor al apoyo previo con amplificador de imagen, a
terna. sobre el suelo, que hace difícil, y a ve- fin de poder seleccionar la incidencia
articular posterior. Son fracturas de la ces imposible, la marcha. La tumefac- más adecuada para la imagen que se
tuberosidad del calcáneo, del sustenta- ción y la deformidad del pie ofrecen un busca, y al mismo tiempo calibrar el
culum tali o de la apófisis mayor. Den- aspecto muy característico. El tobillo, grado necesario de penetración.
tro del primero de estos grupos —frac- visto por detrás —que es como siempre Radiografía axial (fig. 8). Proporciona
turas de la tuberosidad— existen debe inspeccionarse— aparece ensan- una imagen del calcáneo como visto
diversas modalidades, según el trazo de chado lateralmente, con los salientes y por su cara superior y precisa detalles a
fractura (fig. 3): entrantes normales borrados. En ocasio- nivel de la tuberosidad y de la apófisis
45° a) Fracturas de trazo vertical u obli- nes puede apreciarse un descenso mayor y menor (fig. 9).
c u o . anormal de los maléolos, o menor dis- Radiografía oblicua interna (fig. 10).
b) Fracturas de trazo horizontal, «en tancia entre la punta de los mismos y el Proporciona imágenes muy claras sobre
pico de pato», por arrancamiento a car- suelo, que traduce el hundimiento de el tálamo, la articulación calcaneoas-
go del tendón de Aquiles. los fragmentos (fig. 7). La equimosis de tragalina anterior y el sustentaculum tali
c) Fracturas de trazo transversal o la planta es otro signo característico, (fig. 11).
f r o n t a l . pero no constante. La impotencia fun- Radiografía oblicua externa (fig. 12).
Todas estas fracturas extraarticulares cional es manifiesta, y el sujeto se halla Proporciona imágenes muy precisas so-
son, en general, menos graves que las incapacitado para andar en gran núme- bre la articulación calcaneoastragalina
articulares, siendo más fáciles de tratar FIG. 13. Imagen del calcáneo obtenida en la ro de casos, pero no en todos. Algunas posterior (fig. 13).
PLACA
y de mejor pronóstico. También son proyección oblicua externa. Particularmente fracturas con poco desplazamiento son Radiografía dorsoplantar (fig. 14). Esco-
FIG. 8. Posición del pie e incidencia de los rayos para la radiografía del calcáneo en proyección menos frecuentes. útil para explorar la articulación calcaneoas- compatibles con una marcha dolorosa, giendo bien con el amplificador de
axial. Fracturas intraarticulares o talámicas. tragalina posterior. pero posible. Son precisamente los ca- imagen la incidencia adecuada de los
calcáneo 40 41 calcáneo

En ellas el trazo de fractura divide al tá- sos en que el resto de la sintomología y


lamo, o faceta articular posterior; son, el examen radiográfico son menos re-
por lo tanto, intraarticulares. Mucho velantes, en los que tales casos pueden
más frecuentes que las extraarticulares, inducir a graves errores de diagnóstico,
en una proporción aproximada de 3 a si no se extreman los medios de efec-
1, según un cómputo global de diversas tuarlo, como a continuación se descri-
estadísticas, siendo más graves y más be.
difíciles de tratar. Sus diversas modali- Diagnóstico. El antecedente de una caí-
dades anatomoclínicas, así como su da de pies, el dolor y la impotencia
gravedad, dependen de la orientación funcional, y los demás signos caracte-
de la línea —o líneas— de fracturas y rísticos de estas lesiones, ponen gene-
del número de fragmentos y, sobre ralmente sobre la pista de una fractura
todo, del hundimiento del fragmento importante del pie, y probablemente
superior, solidario con el astrágalo. Di- del calcáneo, que el examen radiográfi-
chas modalidades pueden ser en extre- co no hace más que confirmar, en la
mo variadas, pero pueden clasificarse mayoría de los casos, aunque no siem-
FIG. 6. Fractura conminuta o talámica compleja.
en los siguientes grupos principales: pre. En ocasiones, la impotencia fun-
FIG. 9. Fractura de la tuberosidad, sin despla- FIG. 11. Imagen radiográfica obtenida en la 1) Fracturas simples, de trazo único, cional es relativa, como ya se ha dicho,
zamiento, claramente apreciable en la radio- posición oblicua interna, en la que se aprecia en general vertical e inclinado, que di- y el enfermo acude a la consulta an-
grafía en proyección axial. claramente una fractura de la apófisis menor, vide al calcáneo en dos fragmentos dando por su propio pie. Las radiografí-
difícilmente visible en las proyecciones con- principales: uno anterointerno y otro as en las proyecciones convencionales
vencionales. posteroexterno, con hundimiento más pueden dejar pasar por alto algunas
o menos pronunciado del anterointer- fracturas cuyos trazos quedan enmasca-
no. Son las «fracturas separación» de rados por la superposición de las som-
los autores franceses (fig. 4). bras óseas normales. Ante esta eventua-
2) Fracturas complejas de trazo múlti- lidad se imponen siempre tres
ple. Se trata, en el caso más corriente, principios elementales de diagnóstico:
de una fractura simple (como la descri- tener siempre presente la posibilidad de
ta en el párrafo anterior), a la que se una fractura poco manifiesta, las radio-
añade un trazo de fractura más o me- grafías comparativas de los dos lados y
45° nos oblicuo respecto al plano horizon- las proyecciones radiográficas especia-
45°
tal y dirigido de delante atrás (fig. 5). En les.
general con hundimiento pronunciado. Proyecciones radiográficas especiales.
3) Fracturas plurifragmentarias o con- Aparte de las proyecciones covencio-
minutas, de trazo múltiple e irregular, nales, anteroposterior y lateral, son ne-
varios fragmentos, hundimiento muy cesarias, para apurar el diagnóstico ra-
pronunciado y gran separación o dias- diográfico, las siguientes proyecciones:
FIG. 7. Deformidad del tobillo, visto por su cara posterior, en las fracturas con hundimiento del PLACA tasis entre los fragmentos solidarios con axial, oblicua interna, oblicua externa y
calcáneo. Ensanchamiento a nivel inframaleolar con desaparición de los contornos normales. Des- el astrágalo y el resto del calcáneo (fig. dorsoplantar. Es muy necesario, por
censo relativo de los maléolos. PLACA 6 ) . otro lado, obtener estas radiografías
FIG. 12. Proyección radiográfica oblicua ex-
terna. Sintomatología. El dolor es el síntoma guiándose por un examen radioscópico
FIG. 10. Proyección radiográfica oblicua in- constante, sobre todo el dolor al apoyo previo con amplificador de imagen, a
terna. sobre el suelo, que hace difícil, y a ve- fin de poder seleccionar la incidencia
articular posterior. Son fracturas de la ces imposible, la marcha. La tumefac- más adecuada para la imagen que se
tuberosidad del calcáneo, del sustenta- ción y la deformidad del pie ofrecen un busca, y al mismo tiempo calibrar el
culum tali o de la apófisis mayor. Den- aspecto muy característico. El tobillo, grado necesario de penetración.
tro del primero de estos grupos —frac- visto por detrás —que es como siempre Radiografía axial (fig. 8). Proporciona
turas de la tuberosidad— existen debe inspeccionarse— aparece ensan- una imagen del calcáneo como visto
diversas modalidades, según el trazo de chado lateralmente, con los salientes y por su cara superior y precisa detalles a
fractura (fig. 3): entrantes normales borrados. En ocasio- nivel de la tuberosidad y de la apófisis
45° a) Fracturas de trazo vertical u obli- nes puede apreciarse un descenso mayor y menor (fig. 9).
c u o . anormal de los maléolos, o menor dis- Radiografía oblicua interna (fig. 10).
b) Fracturas de trazo horizontal, «en tancia entre la punta de los mismos y el Proporciona imágenes muy claras sobre
pico de pato», por arrancamiento a car- suelo, que traduce el hundimiento de el tálamo, la articulación calcaneoas-
go del tendón de Aquiles. los fragmentos (fig. 7). La equimosis de tragalina anterior y el sustentaculum tali
c) Fracturas de trazo transversal o la planta es otro signo característico, (fig. 11).
f r o n t a l . pero no constante. La impotencia fun- Radiografía oblicua externa (fig. 12).
Todas estas fracturas extraarticulares cional es manifiesta, y el sujeto se halla Proporciona imágenes muy precisas so-
son, en general, menos graves que las incapacitado para andar en gran núme- bre la articulación calcaneoastragalina
articulares, siendo más fáciles de tratar FIG. 13. Imagen del calcáneo obtenida en la ro de casos, pero no en todos. Algunas posterior (fig. 13).
PLACA
y de mejor pronóstico. También son proyección oblicua externa. Particularmente fracturas con poco desplazamiento son Radiografía dorsoplantar (fig. 14). Esco-
FIG. 8. Posición del pie e incidencia de los rayos para la radiografía del calcáneo en proyección menos frecuentes. útil para explorar la articulación calcaneoas- compatibles con una marcha dolorosa, giendo bien con el amplificador de
axial. Fracturas intraarticulares o talámicas. tragalina posterior. pero posible. Son precisamente los ca- imagen la incidencia adecuada de los
calcáneo 42 43 cara

lógica, pero no a las demás. Ello exige, Para ello es necesario la marcha sin cida posible a la normal, lo cual no es ción, y tercero, que una vez más puede
por lo tanto, como medida previa a apoyo durante el tiempo que dura la ciertamente fácil de conseguir en todos invocarse el viejo principio según el
cualquier actuación, un criterio selecti- consolidación (mínimo, seis semanas) y los casos, a pesar de intentarlo a cielo cual es preferible un pie fijo sin dolor a
vo de las indicaciones y una correla- hasta que se logra un apoyo indoloro abierto. Se han descrito para ello diver- un pie semifijo doloroso.
ción lo más ajustada posible entre los del pie. Es por lo menos materia discu- sos recursos tácticos, de los cuales sólo Callander,
Callander, amputación de (de C. Lati-
objetivos propuestos y los medios dis- tible si, para llegar a este resultado, no cabe mencionar los principios más im- mer Callander, cirujano estadouniden-
ponibles para alcanzarlos. Partiendo de es preferible y más seguro el uso de ye- portantes: se, 1892-1947).. Véase en
esta base, y para tomar contacto de al- sos de marcha con apoyo precoz y pro- a) La vía de acceso debe ser por la amputación.
amputación
guna manera con el tema, pueden esta- gresivo. El procedimiento puede estar cara externa del pie, y preferentemente callo óseo. Véase en fractur as, proceso
fracturas
blecerse los siguientes grupos de lesio- justificado en las fracturas del grupo 1 a través de un incisión transversal (de de curación de las fracturas.
nes: anteriormente descrito, aunque algunos atrás a delante) inframaleolar. cama de Fisc
Fischer
her.. Cama para la suspen-
1) Fracturas que no requieren necesa- autores extienden las indicaciones a b) La reducción propiamente dicha sión espinal en caso de lesiones de la
riamente reducción ni inmovilización. otros tipos de lesiones. puede hacerse obligando a bajar el columna.
Tales son, en general, las fracturas ex- 2) Inmovilización en bota de yeso, fragmento posterior del calcáneo, a be- Campbell, Willis
Willis Cohoon. Cirujano es-
traarticulares, en especial aquellas sin sin reducción previa. Tiene por objeto, neficio de la tracción transesquelética tadounidense de Menphis, Tennessee
PLACA desplazamiento o con desplazamiento como acaba de exponerse, lograr un sobre el mismo, apalancando los frag- (1880-1940). Famoso por sus numero-
mínimo entre los fragmentos. Fracturas apoyo precoz indoloro del pie, facili- mentos con instrumentos introducidos sas innovaciones técnicas en ortopedia.
de la tuberosidad, de la apófisis mayor tando con ello la recuperación progre- en la brecha de la fractura para reducir- Entre sus principales aportaciones a la
FIG. 14. Proyección dorsoplantar.
o del sustentaculum tali. siva de la marcha. Conlleva la ventaja los. La habilidad del cirujano y sus do- traumatología figuran las siguientes: 1)
rayos próxima a la vertical, pueden ob- 2) Fracturas que pueden ser reducidas adicional de prevenir, dentro de lo po- tes de improvisación en cada caso par- Osteotomía del radio e implantación
tenerse imágenes excelentes de la apó- por medios ortopédicos. Fracturas de la sible, la atrofia ósea postraumática del ticular juegan un papel más decisivo de un injerto tomado del cúbito, para el
fisis mayor del calcáneo y de la articu- tuberosidad con desplazamiento de los pie, que constituye una complicación para el logro de los objetivos propues- tratamiento de las fracturas mal conso-
lación calcaneocuboidea (fig. 15). fragmentos, en especial los desplaza- nada despreciable de estas lesiones. El tos que las normas previamente dicta- lidadas del primero. 2) Fijación de las
Medición del ángulo de Böhler. Es el mientos hacia arriba del fragmento tu- método encuentra indicación en las das. apófisis espinosas de la IV y V lumba-
formado por dos líneas, una de ellas berositario posteroexterno. Fracturas ta- fracturas extraarticulares poco despla- c) Es bastante probable que al des- res al sacro, para el tratamiento de la
tangencial al borde superior de la gran lámicas de trazo simple —o zadas. cender uno de los fragmentos, por la espondilolistesis. 3) Artrodesis de la ca-
tuberosidad, y la otra tangencial a los relativamente simple— y hundimiento 3) Reducción ortopédica, manual o tracción, y elevar el otro con la palan- dera con dos clavos transcervicales in-
puntos más elevados de las carillas arti- talámico no muy pronunciado. instrumental, bajo anestesia, e inmovili- ca, quede entre ambos un espacio que troducidos hasta la cavidad cotiloidea,
3) Fracturas que sólo pueden ser re- zación en yeso. Puede hacerse em- es necesario rellenar, para lo cual se a través de la cabeza femoral, para el
culares de la superficie superior del
ducidas quirúrgicamente. Fracturas in- puñando simplemente, con fuerza, el aconseja la introducción de un injerto tratamiento de las fracturas inveteradas
hueso. Se mide en las radiografías de
traarticulares complejas y con hundi- retropié, para colocar el fragmento des- óseo, de cortical o esponjosa, tomado del cuello femoral con necrosis de la
perfil. Normalmente es (su complemen-
miento talámico pronunciado. plazado en su posición natural, lo cual de la tibia, de la cresta ilíaca o proce- cabeza. Autor de un conocido libro
tario) de 35 grados. Su disminución tra-
4) Fracturas que no pueden ser redu- —apenas es necesario decirlo— sólo se dente de banco. (Operative Orthopaedics), publicado
duce el hundimiento del calcáneo (fig. cidas por ningún procedimiento en gra-
16 A y B). consigue en muy pocos casos por ma- d) La operación puede completarse en 1939, y uno de los miembros funda-
do mínimamente suficiente. Fracturas niobras manuales. Ello justifica el em- con la osteosíntesis de los fragmentos dores de la American Academy of Ort-
Tratamiento. El tratamiento de las frac- intraarticulares plurifragmentarias o pleo de instrumentos especiales de re- mediante tornillo, alambre de Kirsch- hopaedics Surgeons.
turas del calcáneo plantea uno de los conminutas. ducción, de los cuales el más conocido ner, etc. También en este aspecto hay Campbell, operación
operación de (de Willis Co-
problemas más difíciles y todavía no re- Principales métodos propuestos de tra- y empleado es el tornillo de presión la- que confiar en la destreza del cirujano hoon Campbell).. Procedimiento para la
sueltos de la traumatología, a pesar de tamiento: teral de Böhler. para actuar de acuerdo con las posibili- reconstrucción del ligamento cruzado
FIG. 15. Fractura fisuraria de la apófisis ma- los incontables recursos, de la más di- 1) Método «funcional» o movilizador. 4) Reducción asistida con material dades de cada caso. anterior, mediante una tira del tendón
yor, visible en la proyección dorsoplantar se- versa índole, puestos en juego para re- Con él se renuncia tanto a la reducción
mioblicua. (Placa obtenida previa determina- metálico transfixiante. En primer lugar, 6) Artrodesis subastragalina. Constitu- rotuliano.
solverlos. Estos recursos —y no todos— como a la inmovilización. Su principal cara.*
cara.*
ción exacta del plano de incidencia de los las agujas de Kirschner o clavos de ye un recurso necesario en todos los
ofrecen únicamente soluciones parcia- objetivo consiste en conservar lo máxi- Traumatismos
rayos, mediante escopia con amplificador de Steinmann atravesando la tuberosidad casos —muy frecuentes— en que la in-
imágenes.) les (cuando las ofrecen) a una determi- mo posible la movilidad del pie, inclu- del calcáneo, para poder ejercer una congruencia de las articulaciones cal- Introducción. Desde el momento en
nada variedad de lesión anatomopato- yendo la articulación subastragalina. tracción transesquelética sobre el mis- caneoastragalinas es incompatible con que el lactante se mantiene de pie está
mo y lograr el descenso del fragmento una movilidad lateral y un apoyo indo- expuesto a un traumatismo facial. La
A B
principal, es un recurso muy empleado loro del pie. Por razones fáciles de probabilidad del accidente aumenta
en sus diversas modalidades (tracción comprender, la indicación de esta me- con la edad, en especial a partir de los
continua o en un solo tiempo, tracción dida suele plantearse secundariamente, 3 años, momento en que el niño em-
combinada sobre otras partes del es- cuando la fractura propiamente dicha pieza a verse involucrado de forma es-
queleto del pie, etc.). En segundo lugar, está ya curada, y persiste, en cambio, el tadísticamente significativa en el tráfi-
a’ los clavos introducidos por vía subcutá- dolor, muchas veces con tendencia a co. La cara es una zona muy expuesta
a nea en uno de los fragmentos, con ob- acentuarse por los fenómenos de artro- del cuerpo humano, y por ello es fre-
20°
jeto de poderlo movilizar desde fuera y sis secundaria. Se ha argumentado en cuentemente el lugar elegido por el
35°
reducirlo, objetivo no siempre fácil de contra del procedimiento el sacrificio agente traumático.
b’
conseguir, debido al reducido tamaño que exige de uno de los movimientos Para valorar la importancia y repercu-
del fragmento, en unos casos, y a la es- del pie. Argumento en nuestra opinión sión que puede tener una lesión facial,
b
casa consistencia que ofrece el tejido poco consistente si se tiene en cuenta: es conveniente recordar cuáles son las
esponjoso del mismo, en otros. primero, que este movimiento está ya funciones de la cara. En la cara se cru-
5) Reducción operatoria, con o sin prácticamente perdido a causa de la
osteosíntesis asociada. Tiene por objeto propia lesión; segundo, que es un mo-
(*) Los autores de este artículo han sido
lograr una reconstrucción anatómica vimiento del cual se puede prescindir L. Tresserra Llauradó, E. González Matheu y
FIG. 16. Ángulo de Böhler: A) normal, y B) en una fractura tuberositaria con ligero hundimiento del tarso en relación a la tuberosidad. de la forma del calcáneo, lo más pare- sin detrimento importante de la fun- M. Tresserra Massé.
calcáneo 42 43 cara

lógica, pero no a las demás. Ello exige, Para ello es necesario la marcha sin cida posible a la normal, lo cual no es ción, y tercero, que una vez más puede
por lo tanto, como medida previa a apoyo durante el tiempo que dura la ciertamente fácil de conseguir en todos invocarse el viejo principio según el
cualquier actuación, un criterio selecti- consolidación (mínimo, seis semanas) y los casos, a pesar de intentarlo a cielo cual es preferible un pie fijo sin dolor a
vo de las indicaciones y una correla- hasta que se logra un apoyo indoloro abierto. Se han descrito para ello diver- un pie semifijo doloroso.
ción lo más ajustada posible entre los del pie. Es por lo menos materia discu- sos recursos tácticos, de los cuales sólo Callander,
Callander, amputación de (de C. Lati-
objetivos propuestos y los medios dis- tible si, para llegar a este resultado, no cabe mencionar los principios más im- mer Callander, cirujano estadouniden-
ponibles para alcanzarlos. Partiendo de es preferible y más seguro el uso de ye- portantes: se, 1892-1947).. Véase en
esta base, y para tomar contacto de al- sos de marcha con apoyo precoz y pro- a) La vía de acceso debe ser por la amputación.
amputación
guna manera con el tema, pueden esta- gresivo. El procedimiento puede estar cara externa del pie, y preferentemente callo óseo. Véase en fractur as, proceso
fracturas
blecerse los siguientes grupos de lesio- justificado en las fracturas del grupo 1 a través de un incisión transversal (de de curación de las fracturas.
nes: anteriormente descrito, aunque algunos atrás a delante) inframaleolar. cama de Fisc
Fischer
her.. Cama para la suspen-
1) Fracturas que no requieren necesa- autores extienden las indicaciones a b) La reducción propiamente dicha sión espinal en caso de lesiones de la
riamente reducción ni inmovilización. otros tipos de lesiones. puede hacerse obligando a bajar el columna.
Tales son, en general, las fracturas ex- 2) Inmovilización en bota de yeso, fragmento posterior del calcáneo, a be- Campbell, Willis
Willis Cohoon. Cirujano es-
traarticulares, en especial aquellas sin sin reducción previa. Tiene por objeto, neficio de la tracción transesquelética tadounidense de Menphis, Tennessee
PLACA desplazamiento o con desplazamiento como acaba de exponerse, lograr un sobre el mismo, apalancando los frag- (1880-1940). Famoso por sus numero-
mínimo entre los fragmentos. Fracturas apoyo precoz indoloro del pie, facili- mentos con instrumentos introducidos sas innovaciones técnicas en ortopedia.
de la tuberosidad, de la apófisis mayor tando con ello la recuperación progre- en la brecha de la fractura para reducir- Entre sus principales aportaciones a la
FIG. 14. Proyección dorsoplantar.
o del sustentaculum tali. siva de la marcha. Conlleva la ventaja los. La habilidad del cirujano y sus do- traumatología figuran las siguientes: 1)
rayos próxima a la vertical, pueden ob- 2) Fracturas que pueden ser reducidas adicional de prevenir, dentro de lo po- tes de improvisación en cada caso par- Osteotomía del radio e implantación
tenerse imágenes excelentes de la apó- por medios ortopédicos. Fracturas de la sible, la atrofia ósea postraumática del ticular juegan un papel más decisivo de un injerto tomado del cúbito, para el
fisis mayor del calcáneo y de la articu- tuberosidad con desplazamiento de los pie, que constituye una complicación para el logro de los objetivos propues- tratamiento de las fracturas mal conso-
lación calcaneocuboidea (fig. 15). fragmentos, en especial los desplaza- nada despreciable de estas lesiones. El tos que las normas previamente dicta- lidadas del primero. 2) Fijación de las
Medición del ángulo de Böhler. Es el mientos hacia arriba del fragmento tu- método encuentra indicación en las das. apófisis espinosas de la IV y V lumba-
formado por dos líneas, una de ellas berositario posteroexterno. Fracturas ta- fracturas extraarticulares poco despla- c) Es bastante probable que al des- res al sacro, para el tratamiento de la
tangencial al borde superior de la gran lámicas de trazo simple —o zadas. cender uno de los fragmentos, por la espondilolistesis. 3) Artrodesis de la ca-
tuberosidad, y la otra tangencial a los relativamente simple— y hundimiento 3) Reducción ortopédica, manual o tracción, y elevar el otro con la palan- dera con dos clavos transcervicales in-
puntos más elevados de las carillas arti- talámico no muy pronunciado. instrumental, bajo anestesia, e inmovili- ca, quede entre ambos un espacio que troducidos hasta la cavidad cotiloidea,
3) Fracturas que sólo pueden ser re- zación en yeso. Puede hacerse em- es necesario rellenar, para lo cual se a través de la cabeza femoral, para el
culares de la superficie superior del
ducidas quirúrgicamente. Fracturas in- puñando simplemente, con fuerza, el aconseja la introducción de un injerto tratamiento de las fracturas inveteradas
hueso. Se mide en las radiografías de
traarticulares complejas y con hundi- retropié, para colocar el fragmento des- óseo, de cortical o esponjosa, tomado del cuello femoral con necrosis de la
perfil. Normalmente es (su complemen-
miento talámico pronunciado. plazado en su posición natural, lo cual de la tibia, de la cresta ilíaca o proce- cabeza. Autor de un conocido libro
tario) de 35 grados. Su disminución tra-
4) Fracturas que no pueden ser redu- —apenas es necesario decirlo— sólo se dente de banco. (Operative Orthopaedics), publicado
duce el hundimiento del calcáneo (fig. cidas por ningún procedimiento en gra-
16 A y B). consigue en muy pocos casos por ma- d) La operación puede completarse en 1939, y uno de los miembros funda-
do mínimamente suficiente. Fracturas niobras manuales. Ello justifica el em- con la osteosíntesis de los fragmentos dores de la American Academy of Ort-
Tratamiento. El tratamiento de las frac- intraarticulares plurifragmentarias o pleo de instrumentos especiales de re- mediante tornillo, alambre de Kirsch- hopaedics Surgeons.
turas del calcáneo plantea uno de los conminutas. ducción, de los cuales el más conocido ner, etc. También en este aspecto hay Campbell, operación
operación de (de Willis Co-
problemas más difíciles y todavía no re- Principales métodos propuestos de tra- y empleado es el tornillo de presión la- que confiar en la destreza del cirujano hoon Campbell).. Procedimiento para la
sueltos de la traumatología, a pesar de tamiento: teral de Böhler. para actuar de acuerdo con las posibili- reconstrucción del ligamento cruzado
FIG. 15. Fractura fisuraria de la apófisis ma- los incontables recursos, de la más di- 1) Método «funcional» o movilizador. 4) Reducción asistida con material dades de cada caso. anterior, mediante una tira del tendón
yor, visible en la proyección dorsoplantar se- versa índole, puestos en juego para re- Con él se renuncia tanto a la reducción
mioblicua. (Placa obtenida previa determina- metálico transfixiante. En primer lugar, 6) Artrodesis subastragalina. Constitu- rotuliano.
solverlos. Estos recursos —y no todos— como a la inmovilización. Su principal cara.*
cara.*
ción exacta del plano de incidencia de los las agujas de Kirschner o clavos de ye un recurso necesario en todos los
ofrecen únicamente soluciones parcia- objetivo consiste en conservar lo máxi- Traumatismos
rayos, mediante escopia con amplificador de Steinmann atravesando la tuberosidad casos —muy frecuentes— en que la in-
imágenes.) les (cuando las ofrecen) a una determi- mo posible la movilidad del pie, inclu- del calcáneo, para poder ejercer una congruencia de las articulaciones cal- Introducción. Desde el momento en
nada variedad de lesión anatomopato- yendo la articulación subastragalina. tracción transesquelética sobre el mis- caneoastragalinas es incompatible con que el lactante se mantiene de pie está
mo y lograr el descenso del fragmento una movilidad lateral y un apoyo indo- expuesto a un traumatismo facial. La
A B
principal, es un recurso muy empleado loro del pie. Por razones fáciles de probabilidad del accidente aumenta
en sus diversas modalidades (tracción comprender, la indicación de esta me- con la edad, en especial a partir de los
continua o en un solo tiempo, tracción dida suele plantearse secundariamente, 3 años, momento en que el niño em-
combinada sobre otras partes del es- cuando la fractura propiamente dicha pieza a verse involucrado de forma es-
queleto del pie, etc.). En segundo lugar, está ya curada, y persiste, en cambio, el tadísticamente significativa en el tráfi-
a’ los clavos introducidos por vía subcutá- dolor, muchas veces con tendencia a co. La cara es una zona muy expuesta
a nea en uno de los fragmentos, con ob- acentuarse por los fenómenos de artro- del cuerpo humano, y por ello es fre-
20°
jeto de poderlo movilizar desde fuera y sis secundaria. Se ha argumentado en cuentemente el lugar elegido por el
35°
reducirlo, objetivo no siempre fácil de contra del procedimiento el sacrificio agente traumático.
b’
conseguir, debido al reducido tamaño que exige de uno de los movimientos Para valorar la importancia y repercu-
del fragmento, en unos casos, y a la es- del pie. Argumento en nuestra opinión sión que puede tener una lesión facial,
b
casa consistencia que ofrece el tejido poco consistente si se tiene en cuenta: es conveniente recordar cuáles son las
esponjoso del mismo, en otros. primero, que este movimiento está ya funciones de la cara. En la cara se cru-
5) Reducción operatoria, con o sin prácticamente perdido a causa de la
osteosíntesis asociada. Tiene por objeto propia lesión; segundo, que es un mo-
(*) Los autores de este artículo han sido
lograr una reconstrucción anatómica vimiento del cual se puede prescindir L. Tresserra Llauradó, E. González Matheu y
FIG. 16. Ángulo de Böhler: A) normal, y B) en una fractura tuberositaria con ligero hundimiento del tarso en relación a la tuberosidad. de la forma del calcáneo, lo más pare- sin detrimento importante de la fun- M. Tresserra Massé.
cara 44 45 cara

zan dos vías tan fundamentales como mente se procederá a la evaluación de estudio y tratamiento de los traumatis- ción de los movimientos de abertura y
la respiratoria y la digestiva. La permea- sus vías respiratorias, existencia de he- mos maxilofaciales, debido a su com- cierre, que al ser dolorosos dificultan la
bilidad de la vía respiratoria es abso-lu- morragias, shock y otras lesiones aso- plejidad, no se pueden estudiar conjun- masticación, la deglución y la fona-
tamente necesaria para sobrevivir. La ciadas. Una vez controlado el estado tamente. Por ello, este capítulo lo ción. Intraoralmente puede haber des-
permeabilidad de las vías respiratorias, general del paciente, se procede a ex- hemos dividido en los siguientes apar- garros de la encía, y lo más importante
a menudo comprometida por un trau- plorar meticulosamente sus lesiones fa- tados: es la alteración de la oclusión dentaria.
matismo, tiene absoluta prioridad tera- ciales de la siguiente forma: I) Tratamiento de urgencia. La palpación suave extraoral puede evi-
péutica. Además, la cara es portadora a) Inspección de los tejidos superfi- II) Tratamiento de las lesiones de par- denciar la alteración del contorno, ade-
de los órganos de los sentidos y la ciales: tes blandas. más de la tumefacción, el dolor y la
puerta de entrada de la vía digestiva. 1.o Estado de las partes blandas, de- III) Tratamiento de los traumatismos crepitación del punto de fractura. Intra-
Y por fin, también es la parte más ex- tectando la existencia de edemas, ero- alveolodentarios. FIG. 1. Localización anatómica de las fractu-
oralmente puede apreciarse la movili-
presiva del cuerpo humano en lo que a siones, heridas, etc. IV) Fracturas del maxilar inferior. ras del maxilar inferior. dad de los fragmentos. Las radiografías
belleza se refiere. El tratamiento de las 2.o Existencia y procedencia de las V) Fracturas del maxilar superior. en proyección anteroposterior, lateral y
lesiones del macizo facial ha de tener hemorragias, ya sea en tejidos superfi- VI) Fracturas del malar y arco cigomá- oblicuas, y en especial la ortopantomo-
presente cada una de estas funciones ciales, nariz u oídos. tico. grafía, ayudan a confirmar el diagnósti-
de la cara. Con ello se hará ordenada- 3.o Asimetrías faciales o dificultad y VII) Fracturas nasales. co. Hay que tener presente que en los
mente un buen tratamiento global. limitación de los movimientos de la I) Tratamiento de urgencia. La trau- niños la línea de fractura puede estar
Causas. En nuestros tiempos, pode- mandíbula que nos pone sobre la pista matología moderna está caracterizada, enmascarada por la presencia de gér-
mos decir que la «velocidad» (acciden- de una fractura ósea. cada vez más, por lesiones múltiples FIG. 3. Bloqueo intermaxilar total. menes dentarios.
tes de tráfico) es la causa más frecuente b) Inspección intrabucal: asociadas de una gravedad particular. Las fracturas condíleas pueden pre-sen-
del traumatismo facial. Sin embargo, La inspección intrabucal nos facilitará Por ello, el traumatizado facial acos- tar, como datos especiales, un con-duc-
son incontables los agentes y circuns- datos muy importantes para la evolu- tumbra ser un enfermo grave y debe ser curan con reposo. En todos los casos, el to auditivo externo doloroso. Si la frac-
tancias que eligen la cara como lugar ción de los traumatismos faciales. La trasladado rápidamente a un servicio odontólogo debe determinar la vitali- tura de cóndilo es unilateral, el
de agresión. Entre las causas más fre- existencia de heridas o desgarros en la de urgencias. La atención debe con- dad del diente, ya que si el nervio está principal síntoma es la desviación de la
cuentes que hemos tenido oportunidad mucosa bucal y encía nos facilita la centrarse al principio en los trastornos dañado debe desvitalizarlo (pulpecto- oclusión hacia el lado de la lesión, «el
de observar, en los niños destaca la caí- comprensión de la sintomatología de que ponen en peligro la vida. Sólo des- mía). En las luxaciones parciales la mentón mira a la lesión», lo que nos
FIG. 2 Ferulización maxilar. Se coloca una simple reposición digital acostumbra
da con bicicleta, motivo por el que a estos pacientes y la dirección de las lí- pués de haber alejado este peligro vital férula fijada a los dientes con alambres.
permite el diagnóstico diferencial con
menudo vemos fracturas dentarias y al- neas de fractura de los maxilares. La inmediato es cuando podemos comen- ser la solución. Cuando el diente está las luxaciones en las que el mentón
veolodentarias. En el adulto, las causas asimetría o colapso de las arcadas den- zar el tratamiento de las lesiones loca- impactado (incluido) en su alveolo a «mira al lado sano». Al faltar, además,
más frecuentes son los accidentes de tarias, junto con el estado de la oclu- les, de las partes blandas y de los hue- nes y heridas de las partes blandas de causa del traumatismo, la mejor con- el tope que normalmente ejerce el cón-
trabajo o del deporte, peleas, armas de sión dental o relación intermaxilar, son sos de la cara. Así pues, cuando el la región facial debe de atenerse a una ducta es mantenerse a la expectativa, dilo, los músculos temporal, masetero y
fuego (incluyendo el intento de suici- signos de un valor considerable y pri- paciente llega al servicio de urgencias, serie de normas generales: ya que generalmente el diente acaba pterigoideo interno elevan el cuerpo de
dio), etc. mordial para el diagnóstico y trata- el médico que lo atiende debe proce- 1.o Limpieza de la herida, lavando erupcionando por sí solo, buscando de la mandíbula, con lo que hay un con-
Clasificación. La complejidad y va- miento de las fracturas de los maxila- der de la siguiente manera: bien la piel con agua y jabón antisépti- nuevo su oclusión. En la mayor parte tacto prematuro a nivel de los molares,
riedad de los huesos que componen el res. 1.o Tratar la posible obstrucción res- co. Retirar los cuerpos extraños. Irrigar de los casos de contusión, luxación o lo que determina la mordida abierta
macizo facial, especialmente en su ter- Valoración radiológica general. Ante piratoria: con solución salina y desinfectar con fracturas a nivel de la raíz dentaria pue- (open bite, de los ingleses) de la región
cio superior, hace extremadamente difí- la sospecha de fractura maxilofacial, la a) Colocación del paciente en posi- povidona yodada. de estar indicada la contención o suje- anterior. Las fracturas bilaterales de
cil que las fracturas se produzcan aisla- exploración radiológica es fundamental ción decúbito lateral. 2.o Resección. A diferencia de otras ción del diente o dientes afectados por cóndilo suelen cursar con oclusión
das. Sin embargo, para su mejor para establecer un diagnós-tico correc- b) Limpiar la boca y la nariz de san- zonas del cuerpo, en la cara la resec- mediación de una ligadura de alambre céntrica, ya que en ningún lado existe
compresión y enfoque terapéutico, las to. La exploración radio- lógica espe- gre, moco u otros cuerpos extraños. ción de los márgenes de la herida (Frie- o férula que los inmoviliza. predominio muscular, pero lo que sí se
vamos a estudiar dividiéndolas en cua- cializada se basa fundamentalmente c) Traccionar la lengua y el maxilar drich) debe de ser la mínima. Las fracturas alveolodentarias son aque- observa es una retroposición (discreta)
tro apartados: en: inferior hacia delante. 3.o La sutura no debe estar a tensión a llas en las que se desprenden uno o va- con mordida abierta.
1) Maxilar inferior. 1) Radiografía del cráneo de frente y d) Si a pesar de estos cuidados persis- nivel de la piel. Hay que suturar bien rios dientes junto con su soporte óseo. Una vez diagnosticada la fractura, he-
2) Maxilar superior y tercio medio fa- de perfil (telerradiografías) que incluyen te la dificultad respiratoria, hay que co- los planos profundos y afrontar lo me- Este tipo de fractura casi siempre va mos de precisar bien su localización.
cial. los maxilares. locar un tubo orofaríngeo o nasofarín- jor posible los planos superficiales. Para acompañada de heridas en la encía, la- Anatómicamente, la fractura del maxi-
3) Malar y arco cigomático. 2) Ortopantomografía. geo o bien realizar una traqueotomía. la piel, usaremos agujas atraumáticas bios o mejilla. El tratamiento debe ha- lar inferior puede estar localizada en
4) Fracturas nasales. 3) Radiografía del cráneo naso-men- 2.o Detener la hemorragia, pinzando de seda o nilón de 5-6 ceros. cerse cuanto antes, reduciendo ma- las siguientes zonas (fig. 1): a) sínfisis;
Valoración clínica general. Ante un to-placa (Waters). o ligando vasos o bien colocando tapo- 4.o Retirar los puntos precozmente nualmente el fragmento óseo b) rama horizontal (parasinfisaria si es a
traumatizado facial, a veces por trau- 4) Radiografía del cráneo occipito- namientos o vendajes compresivos. (entre el 4.o y 6.o días). fracturado, inmovilizando con ligadu- nivel medial del canino); c) ángulo; d)
matismo violento, es necesario ante mento-placa (Hirs). 3.o Instaurar tratamiento antishock. III) Tratamiento de los traumatismos ras alámbricas interdentarias y suturan- rama ascendente; e) cóndilo.
todo detectar la posible existencia de 5) Tomografías simples. 4.o Limpieza de heridas y protección alveolodentarios. El agente traumático, do las heridas que puedan observarse. Como sea que dichas fracturas pueden
lesiones graves que pueden comprome- 6) Tomografía axial computarizada. antitetánica. a nivel dentario, puede producir las si- IV) Fracturas del maxilar inferior. El ser unilaterales o bilaterales, múltiples,
ter su vida y que necesiten un trata- Es muy importante el estudio radiológi- 5.o Exploración general y petición de guientes lesiones: diagnóstico de las fracturas del maxilar combinadas entre sí o con otros huesos
miento urgente. Por ello, lo primero co, ya que con gran frecuencia el ede- radiografías de cráneo y maxilares. 1) Contusión, que produce una infla- inferior no suele ofrecer dificultades, faciales, para su estudio, mejor com-
será obtener una buena información ma facial que aparece en estos pacien- Ante la confirmación y sospecha de le- mación dolorosa de las fibras de sostén siempre que se realice una exploración prensión y enfoque terapéutico, las he-
(bien por el mismo enfermo o por las tes a las pocas horas del traumatismo sión o fractura, el jefe del servicio de del diente. clínica detenida. En la anamnesis existe mos clasificado en seis grupos:
personas que le acompañan) de las cir- nos impide hacer un diagnóstico exac- guardia dará orden de que sea llamado 2) Luxación, que es el desplazamien- el antecedente de un trauma facial im- a) Única.
cunstancias y hora del accidente, si to guiados solamente por la explora- a consulta el cirujano maxilofacial, el to del diente dentro de su alveolo. portante, por ejemplo una contusión, b) Simétrica bilateral.
hubo o no pérdida de conocimiento, ción clínica y la palpación. cual, después de determinar la locali- 3) Fractura, o solución de continui- abrasión o herida en el lugar del golpe c) Condilar asociada a otra fractura
existencia de hemorragias, rotura de Estudio y tratamiento de los trauma- zación y gravedad de la lesión, proce- dad de la pieza dentaria, que puede directo, que en general es el cuerpo de maxilar inferior.
cristales, si hubo caída y altura de la tismos maxilofaciales según su locali- derá a su tratamiento. darse a todos los niveles. mandibular. Estos signos se acompañan d) Rama horizontal asociada a ángulo
misma, si se deslizó sobre una superfi- zación anatómica. Tal como hemos di- II) Tratamiento de las lesiones de par- En general, las contusiones y de edema, equimosis o hematoma so- o rama ascendente.
cie lisa, arenosa, sucia, etc. Inmediata- cho en el apartado de clasificación, el tes blandas. El tratamiento de las lesio- luxaciones, si no son muy importantes, bre el foco de la fractura, con limita- e) Maxilar inferior y maxilar superior.
cara 44 45 cara

zan dos vías tan fundamentales como mente se procederá a la evaluación de estudio y tratamiento de los traumatis- ción de los movimientos de abertura y
la respiratoria y la digestiva. La permea- sus vías respiratorias, existencia de he- mos maxilofaciales, debido a su com- cierre, que al ser dolorosos dificultan la
bilidad de la vía respiratoria es abso-lu- morragias, shock y otras lesiones aso- plejidad, no se pueden estudiar conjun- masticación, la deglución y la fona-
tamente necesaria para sobrevivir. La ciadas. Una vez controlado el estado tamente. Por ello, este capítulo lo ción. Intraoralmente puede haber des-
permeabilidad de las vías respiratorias, general del paciente, se procede a ex- hemos dividido en los siguientes apar- garros de la encía, y lo más importante
a menudo comprometida por un trau- plorar meticulosamente sus lesiones fa- tados: es la alteración de la oclusión dentaria.
matismo, tiene absoluta prioridad tera- ciales de la siguiente forma: I) Tratamiento de urgencia. La palpación suave extraoral puede evi-
péutica. Además, la cara es portadora a) Inspección de los tejidos superfi- II) Tratamiento de las lesiones de par- denciar la alteración del contorno, ade-
de los órganos de los sentidos y la ciales: tes blandas. más de la tumefacción, el dolor y la
puerta de entrada de la vía digestiva. 1.o Estado de las partes blandas, de- III) Tratamiento de los traumatismos crepitación del punto de fractura. Intra-
Y por fin, también es la parte más ex- tectando la existencia de edemas, ero- alveolodentarios. FIG. 1. Localización anatómica de las fractu-
oralmente puede apreciarse la movili-
presiva del cuerpo humano en lo que a siones, heridas, etc. IV) Fracturas del maxilar inferior. ras del maxilar inferior. dad de los fragmentos. Las radiografías
belleza se refiere. El tratamiento de las 2.o Existencia y procedencia de las V) Fracturas del maxilar superior. en proyección anteroposterior, lateral y
lesiones del macizo facial ha de tener hemorragias, ya sea en tejidos superfi- VI) Fracturas del malar y arco cigomá- oblicuas, y en especial la ortopantomo-
presente cada una de estas funciones ciales, nariz u oídos. tico. grafía, ayudan a confirmar el diagnósti-
de la cara. Con ello se hará ordenada- 3.o Asimetrías faciales o dificultad y VII) Fracturas nasales. co. Hay que tener presente que en los
mente un buen tratamiento global. limitación de los movimientos de la I) Tratamiento de urgencia. La trau- niños la línea de fractura puede estar
Causas. En nuestros tiempos, pode- mandíbula que nos pone sobre la pista matología moderna está caracterizada, enmascarada por la presencia de gér-
mos decir que la «velocidad» (acciden- de una fractura ósea. cada vez más, por lesiones múltiples FIG. 3. Bloqueo intermaxilar total. menes dentarios.
tes de tráfico) es la causa más frecuente b) Inspección intrabucal: asociadas de una gravedad particular. Las fracturas condíleas pueden pre-sen-
del traumatismo facial. Sin embargo, La inspección intrabucal nos facilitará Por ello, el traumatizado facial acos- tar, como datos especiales, un con-duc-
son incontables los agentes y circuns- datos muy importantes para la evolu- tumbra ser un enfermo grave y debe ser curan con reposo. En todos los casos, el to auditivo externo doloroso. Si la frac-
tancias que eligen la cara como lugar ción de los traumatismos faciales. La trasladado rápidamente a un servicio odontólogo debe determinar la vitali- tura de cóndilo es unilateral, el
de agresión. Entre las causas más fre- existencia de heridas o desgarros en la de urgencias. La atención debe con- dad del diente, ya que si el nervio está principal síntoma es la desviación de la
cuentes que hemos tenido oportunidad mucosa bucal y encía nos facilita la centrarse al principio en los trastornos dañado debe desvitalizarlo (pulpecto- oclusión hacia el lado de la lesión, «el
de observar, en los niños destaca la caí- comprensión de la sintomatología de que ponen en peligro la vida. Sólo des- mía). En las luxaciones parciales la mentón mira a la lesión», lo que nos
FIG. 2 Ferulización maxilar. Se coloca una simple reposición digital acostumbra
da con bicicleta, motivo por el que a estos pacientes y la dirección de las lí- pués de haber alejado este peligro vital férula fijada a los dientes con alambres.
permite el diagnóstico diferencial con
menudo vemos fracturas dentarias y al- neas de fractura de los maxilares. La inmediato es cuando podemos comen- ser la solución. Cuando el diente está las luxaciones en las que el mentón
veolodentarias. En el adulto, las causas asimetría o colapso de las arcadas den- zar el tratamiento de las lesiones loca- impactado (incluido) en su alveolo a «mira al lado sano». Al faltar, además,
más frecuentes son los accidentes de tarias, junto con el estado de la oclu- les, de las partes blandas y de los hue- nes y heridas de las partes blandas de causa del traumatismo, la mejor con- el tope que normalmente ejerce el cón-
trabajo o del deporte, peleas, armas de sión dental o relación intermaxilar, son sos de la cara. Así pues, cuando el la región facial debe de atenerse a una ducta es mantenerse a la expectativa, dilo, los músculos temporal, masetero y
fuego (incluyendo el intento de suici- signos de un valor considerable y pri- paciente llega al servicio de urgencias, serie de normas generales: ya que generalmente el diente acaba pterigoideo interno elevan el cuerpo de
dio), etc. mordial para el diagnóstico y trata- el médico que lo atiende debe proce- 1.o Limpieza de la herida, lavando erupcionando por sí solo, buscando de la mandíbula, con lo que hay un con-
Clasificación. La complejidad y va- miento de las fracturas de los maxila- der de la siguiente manera: bien la piel con agua y jabón antisépti- nuevo su oclusión. En la mayor parte tacto prematuro a nivel de los molares,
riedad de los huesos que componen el res. 1.o Tratar la posible obstrucción res- co. Retirar los cuerpos extraños. Irrigar de los casos de contusión, luxación o lo que determina la mordida abierta
macizo facial, especialmente en su ter- Valoración radiológica general. Ante piratoria: con solución salina y desinfectar con fracturas a nivel de la raíz dentaria pue- (open bite, de los ingleses) de la región
cio superior, hace extremadamente difí- la sospecha de fractura maxilofacial, la a) Colocación del paciente en posi- povidona yodada. de estar indicada la contención o suje- anterior. Las fracturas bilaterales de
cil que las fracturas se produzcan aisla- exploración radiológica es fundamental ción decúbito lateral. 2.o Resección. A diferencia de otras ción del diente o dientes afectados por cóndilo suelen cursar con oclusión
das. Sin embargo, para su mejor para establecer un diagnós-tico correc- b) Limpiar la boca y la nariz de san- zonas del cuerpo, en la cara la resec- mediación de una ligadura de alambre céntrica, ya que en ningún lado existe
compresión y enfoque terapéutico, las to. La exploración radio- lógica espe- gre, moco u otros cuerpos extraños. ción de los márgenes de la herida (Frie- o férula que los inmoviliza. predominio muscular, pero lo que sí se
vamos a estudiar dividiéndolas en cua- cializada se basa fundamentalmente c) Traccionar la lengua y el maxilar drich) debe de ser la mínima. Las fracturas alveolodentarias son aque- observa es una retroposición (discreta)
tro apartados: en: inferior hacia delante. 3.o La sutura no debe estar a tensión a llas en las que se desprenden uno o va- con mordida abierta.
1) Maxilar inferior. 1) Radiografía del cráneo de frente y d) Si a pesar de estos cuidados persis- nivel de la piel. Hay que suturar bien rios dientes junto con su soporte óseo. Una vez diagnosticada la fractura, he-
2) Maxilar superior y tercio medio fa- de perfil (telerradiografías) que incluyen te la dificultad respiratoria, hay que co- los planos profundos y afrontar lo me- Este tipo de fractura casi siempre va mos de precisar bien su localización.
cial. los maxilares. locar un tubo orofaríngeo o nasofarín- jor posible los planos superficiales. Para acompañada de heridas en la encía, la- Anatómicamente, la fractura del maxi-
3) Malar y arco cigomático. 2) Ortopantomografía. geo o bien realizar una traqueotomía. la piel, usaremos agujas atraumáticas bios o mejilla. El tratamiento debe ha- lar inferior puede estar localizada en
4) Fracturas nasales. 3) Radiografía del cráneo naso-men- 2.o Detener la hemorragia, pinzando de seda o nilón de 5-6 ceros. cerse cuanto antes, reduciendo ma- las siguientes zonas (fig. 1): a) sínfisis;
Valoración clínica general. Ante un to-placa (Waters). o ligando vasos o bien colocando tapo- 4.o Retirar los puntos precozmente nualmente el fragmento óseo b) rama horizontal (parasinfisaria si es a
traumatizado facial, a veces por trau- 4) Radiografía del cráneo occipito- namientos o vendajes compresivos. (entre el 4.o y 6.o días). fracturado, inmovilizando con ligadu- nivel medial del canino); c) ángulo; d)
matismo violento, es necesario ante mento-placa (Hirs). 3.o Instaurar tratamiento antishock. III) Tratamiento de los traumatismos ras alámbricas interdentarias y suturan- rama ascendente; e) cóndilo.
todo detectar la posible existencia de 5) Tomografías simples. 4.o Limpieza de heridas y protección alveolodentarios. El agente traumático, do las heridas que puedan observarse. Como sea que dichas fracturas pueden
lesiones graves que pueden comprome- 6) Tomografía axial computarizada. antitetánica. a nivel dentario, puede producir las si- IV) Fracturas del maxilar inferior. El ser unilaterales o bilaterales, múltiples,
ter su vida y que necesiten un trata- Es muy importante el estudio radiológi- 5.o Exploración general y petición de guientes lesiones: diagnóstico de las fracturas del maxilar combinadas entre sí o con otros huesos
miento urgente. Por ello, lo primero co, ya que con gran frecuencia el ede- radiografías de cráneo y maxilares. 1) Contusión, que produce una infla- inferior no suele ofrecer dificultades, faciales, para su estudio, mejor com-
será obtener una buena información ma facial que aparece en estos pacien- Ante la confirmación y sospecha de le- mación dolorosa de las fibras de sostén siempre que se realice una exploración prensión y enfoque terapéutico, las he-
(bien por el mismo enfermo o por las tes a las pocas horas del traumatismo sión o fractura, el jefe del servicio de del diente. clínica detenida. En la anamnesis existe mos clasificado en seis grupos:
personas que le acompañan) de las cir- nos impide hacer un diagnóstico exac- guardia dará orden de que sea llamado 2) Luxación, que es el desplazamien- el antecedente de un trauma facial im- a) Única.
cunstancias y hora del accidente, si to guiados solamente por la explora- a consulta el cirujano maxilofacial, el to del diente dentro de su alveolo. portante, por ejemplo una contusión, b) Simétrica bilateral.
hubo o no pérdida de conocimiento, ción clínica y la palpación. cual, después de determinar la locali- 3) Fractura, o solución de continui- abrasión o herida en el lugar del golpe c) Condilar asociada a otra fractura
existencia de hemorragias, rotura de Estudio y tratamiento de los trauma- zación y gravedad de la lesión, proce- dad de la pieza dentaria, que puede directo, que en general es el cuerpo de maxilar inferior.
cristales, si hubo caída y altura de la tismos maxilofaciales según su locali- derá a su tratamiento. darse a todos los niveles. mandibular. Estos signos se acompañan d) Rama horizontal asociada a ángulo
misma, si se deslizó sobre una superfi- zación anatómica. Tal como hemos di- II) Tratamiento de las lesiones de par- En general, las contusiones y de edema, equimosis o hematoma so- o rama ascendente.
cie lisa, arenosa, sucia, etc. Inmediata- cho en el apartado de clasificación, el tes blandas. El tratamiento de las lesio- luxaciones, si no son muy importantes, bre el foco de la fractura, con limita- e) Maxilar inferior y maxilar superior.
cara 46 47 cara

FIG. 5. Osteosíntesis por miniplacas en la zona parasinfisaria del maxilar


FIG. 4. Osteosíntesis alámbrica en el ángulo del maxilar inferior. inferior. FIG. 6. Fracturas de Le Fort: A) Le Fort I. B) Le Fort II. C) Le Fort III.

f) Del recién nacido y del lactante. a) Fracturas de sínfisis o rama hori- lateral según la dislocación o excesiva según las pautas establecidas para cada ello que preferimos hablar de fracturas inmovilizarla.
Tratamiento de las fracturas del maxilar zontal. Procedemos a la ferulización bi- angulación afecte a uno o a ambos tipo de fractura. En todos los casos se del macizo facial superior o tercio me- 1) Prevención de la infección median-
inferior. Para tratar la fracturas de maxi- maxilar y bloqueo elástico intermaxilar c ó n d i l o s . indicará un bloqueo intermaxilar desti- dio de la cara. Los desplazamientos te la adecuada antisepsia y antibiotera-
lar disponemos de una serie de medi- total de una duración entre cuatro y Las fracturas de cóndilo sin desplaza- nado a conseguir una buena relación que se producen en las fracturas del pia.
das terapéuticas que pueden emplearse seis semanas, según las características miento y las intracapsulares normal- entre ambos maxilares (superior o infe- tercio facial medio son debidas exclusi- 2) La reducción debe ser manual o
aisladas o combinadas entre sí, según de la fractura y la edad del paciente mente no las inmovilizamos, sino que rior) a través de una oclusión dentaria vamente al trauma, no a la acción mus- con la ayuda de las pinzas de Rowe.
el tipo de fracturas y características de (cuanto más joven, más rápida es la nos limitamos a aconsejar dieta blanda correcta y estable. cular, como ocurre en el maxilar infe- 3) Fijación buscando a ser posible un
la misma. Las posibilidades de trata- consolidación). y masticación por el lado de la lesión 5) Fracturas del recién nacido y del rior. Aparte de la pérdida de oclusión punto de apoyo fijo (fijación interna),
miento son las siguientes: b) Fracturas de ángulo o rama ascen- (en las formas unilaterales). lactante. En el recién nacido o lactante dentaria, los síntomas clínicos que nos en arco cigomático (Le Fort I y Le Fort
A) Ferulización maxilar, que consiste dente. Ferulización bimaxilar y blo- 2) Fracturas de cóndilo asociadas a cuyos dientes no han erupcionado o llevan al diagnóstico son: el edema, II) o apófisis frontomalar (Le Fort III) (fig.
en la colocación de una férula que se queo elástico intermaxilar total durante otras fracturas de maxilar inferior. Siem- son todavía insuficientes para fijar un presencia de hematomas, equimosis, 7). Si no tenemos la posibilidad de un
fija a los dientes por mediación de cuatro o seis semanas. Si la fractura no pre que una fractura de cóndilo, unila- bloqueo, utilizaremos preferente y ex- diplopía, epistaxis, rinorrea y la movili- punto de apoyo por fracturas asociadas
alambres, en una o ambas arcadas (fig. es estable y está desviada, después de teral o bilateral, esté asociada a otra clusivamente técnicas de osteosíntesis. dad de los fragmentos fracturados con de arco cigomático y bóveda craneal,
2). reducir la contención, se asegurará con fractura de maxilar, ya sea a nivel de Debido a la gran resistencia del perios- crepitación en el foco de fractura. recurriremos a la capelina de yeso (fija-
B) Bloqueo intermaxilar total, consis- un punto de osteosíntesis. Pensemos sínfisis, rama horizontal, ángulo o rama tio, en los casos de fracturas con poco En el niño, esta región es proporcional- ción externa). Si el desplazamiento es
tente en la unión de ambas férulas ma- que a este nivel (zona sin dientes), la ascendente, hacemos la osteosíntesis o sin desplazamiento no instauraremos mente mucho más reducida que en el muy importante y la reducción no es
xilares mediante elásticos de goma o férula no reduce ni contiene directa- de la fractura asociada con bloqueo ningún tratamiento, dejando que la adulto. El maxilar superior está repleto estable, para asegurar la fijación emple-
alambres, de forma que quede total- mente la fractura. elástico funcional. La finalidad y moti- consolidación se realice de una manera de gérmenes dentarios. Las suturas óse- aremos técnicas de os-teosíntesis. Los
mente impedida la abertura bucal (fig. c) Fracturas de cóndilo (unilaterales o vación de la osteosíntesis es poder mo- espontánea. Si la fractura del lactante as no están completamente formadas, y lugares de elección para realizar dichas
3). bilaterales). Las fracturas aisladas de vilizar precozmente la articulación es condílea y bilateral, en vez de reali- el no experto puede confundirlas con osteosíntesis serán la zona glabelar, el
C) Bloqueo intermaxilar funcional; la cóndilo en general las tratamos in- temporomaxilar (prevención de la an- zar la osteosíntesis de ambos cóndilos, fracturas. Todos estos motivos hacen reborde orbitario inferior y especial-
unión intermaxilar se realiza con elásti- cruentamente, mediante bloqueo elásti- quilosis), asegurando la inmovilización podemos recurrir a la reducción me- que en los niños las fracturas clásicas mente la apófisis frontomalar.
cos de goma, que permiten los movi- co intermaxilar total durante 10 días de la fractura asociada. diante tracción externa continua del Le Fort I, II y III sean poco frecuentes. 4) La inmovilización se obtendrá, na-
mientos de abertura y cierre bucal, (formación del callo fibroso), pasando a 3) Fracturas combinadas de rama ho- maxilar inferior (retruido), apoyados a En general, las fracturas se limitan a la turalmente, por mediación del bloqueo
pero impiden los movimientos de late- continuación al bloqueo elástico fun- rizontal con ángulo o rama ascendente. una capelina de yeso. zona de actuación del agente traumáti- intermaxilar total, procurando conse-
ralización. cional (movilización precoz para profi- Las trataremos según las normas gene- V) Fracturas del maxilar superior. Clá- co. guir una correcta oclusión dentaria. Si-
D) Osteosíntesis, que es la unión di- laxis de la anquilosis). La distribución rales de ferulización bimaxilar seguida sicamente, las fracturas del maxilar su- Tratamiento de las fracturas del maxilar multáneamente (en el mismo acto ope-
recta de los bordes óseos de la fractura de las gomas se hará de tal manera que de bloqueo elástico intermaxilar total y perior y tercio medio facial se clasifican superior. Ante todo paciente con trau- ratorio) trataremos (si existen) las
por medio de un punto de seda, alam- permitiendo una progresiva abertura osteosíntesis a nivel de ángulo o rama en tres tipos, dependiendo de las típi- ma facial, y especialmente trauma fa- fracturas asociadas del maxilar inferior.
bre o placa con tornillos (figs. 4 y 5). El bucal, ésta se realice de forma céntrica ascendente, siempre que la desviación cas líneas de fractura descritas por Le cial superior, hemos de pensar que VI) Fracturas del malar y del arco ci-
material de osteosíntesis no se retira a (corregir e impedir las desviaciones). El o inestabilidad de la fractura lo requie- Fort (fig. 6): puede tener otras lesiones asociadas, gomático.
menos que aparezcan complicaciones. bloqueo funcional se mantiene unas ran. En ocasiones, la decisión de reali- a) Le Fort I. Fractura maxilar transver- por lo que hay que proceder rápida- A) Fracturas del malar. En las frac-
Teniendo en cuenta la clasificación por cuatro o seis semanas. zar o no osteosíntesis se debe tomar en sal baja (fractura de Guerin). mente a un examen físico que nos pon- turas del hueso malar, el diagnóstico
grupos previamente establecida y dis- Las fracturas de cóndilo con disloca- el mismo acto operatorio, haciendo b) Le Fort II. Fractura mediofacial cen- ga en evidencia cualquier trastorno: clínico debe establecerse mediante ex-
poniendo de estas posibilidades tera- ción (el cóndilo fracturado se desplaza control radiológico de la reducción ob- tral subcigomática. Se extiende entre obstrucción respiratoria, hemorragia, ploración-palpación combinada de am-
péuticas, seguiremos las siguientes pau- perdiendo su relación con la cavidad tenida después de colocar el bloqueo los nasales y el maxilar. lesión o edema cerebral, shock, otras bas órbitas (por vía externa y vía intrao-
tas de tratamiento: glenoidea) o con una angulación entre elástico. c) Le Fort III. Fractura alta. Supracigo- fracturas faciales, etc. Sólo cuando el ral). Clínicamente, en los traumatismos
1) Fracturas únicas y fracturas bilate- el cuello y la rama mandibular por en- 4) Fracturas de maxilar inferior com- mática. Se extiende a través de la órbita estado general del paciente lo permita de órbita destacan el edema y la tume-
rales simétricas. El tratamiento a seguir cima de los 90°, las tratamos mediante binadas con fracturas del macizo facial y región nasofrontal. iniciaremos el tratamiento definitivo de facción, que son las causas principales
es el mismo para las fracturas únicas osteosíntesis y bloqueo elástico inter- superior (Lefort I, II o III). Se tratarán in- Las últimas estadísticas revelan que su fractura facial superior. Dicho trata- de la dificultad de exploración. Los
que para las bilaterales simétricas; es maxilar total que pasamos a funcional dependientemente (aunque en el mis- cada vez es menos frecuente observar miento debe reunir los siguientes requi- otros síntomas propios de las fracturas
por ello que las estudiamos conjunta- a partir del décimo día del posoperato- mo acto operatorio) las fracturas del estas fracturas puras. Lo más frecuente sitos: 1) prevenir la infección; 2) redu- orbitarias son muy variados. Entre ellos
mente. rio. La osteosíntesis será unilateral o bi- tercio inferior y las del tercio superior, es verlas combinadas entre sí. Es por cir la fractura; 3) fijarla; 4) destacan:
cara 46 47 cara

FIG. 5. Osteosíntesis por miniplacas en la zona parasinfisaria del maxilar


FIG. 4. Osteosíntesis alámbrica en el ángulo del maxilar inferior. inferior. FIG. 6. Fracturas de Le Fort: A) Le Fort I. B) Le Fort II. C) Le Fort III.

f) Del recién nacido y del lactante. a) Fracturas de sínfisis o rama hori- lateral según la dislocación o excesiva según las pautas establecidas para cada ello que preferimos hablar de fracturas inmovilizarla.
Tratamiento de las fracturas del maxilar zontal. Procedemos a la ferulización bi- angulación afecte a uno o a ambos tipo de fractura. En todos los casos se del macizo facial superior o tercio me- 1) Prevención de la infección median-
inferior. Para tratar la fracturas de maxi- maxilar y bloqueo elástico intermaxilar c ó n d i l o s . indicará un bloqueo intermaxilar desti- dio de la cara. Los desplazamientos te la adecuada antisepsia y antibiotera-
lar disponemos de una serie de medi- total de una duración entre cuatro y Las fracturas de cóndilo sin desplaza- nado a conseguir una buena relación que se producen en las fracturas del pia.
das terapéuticas que pueden emplearse seis semanas, según las características miento y las intracapsulares normal- entre ambos maxilares (superior o infe- tercio facial medio son debidas exclusi- 2) La reducción debe ser manual o
aisladas o combinadas entre sí, según de la fractura y la edad del paciente mente no las inmovilizamos, sino que rior) a través de una oclusión dentaria vamente al trauma, no a la acción mus- con la ayuda de las pinzas de Rowe.
el tipo de fracturas y características de (cuanto más joven, más rápida es la nos limitamos a aconsejar dieta blanda correcta y estable. cular, como ocurre en el maxilar infe- 3) Fijación buscando a ser posible un
la misma. Las posibilidades de trata- consolidación). y masticación por el lado de la lesión 5) Fracturas del recién nacido y del rior. Aparte de la pérdida de oclusión punto de apoyo fijo (fijación interna),
miento son las siguientes: b) Fracturas de ángulo o rama ascen- (en las formas unilaterales). lactante. En el recién nacido o lactante dentaria, los síntomas clínicos que nos en arco cigomático (Le Fort I y Le Fort
A) Ferulización maxilar, que consiste dente. Ferulización bimaxilar y blo- 2) Fracturas de cóndilo asociadas a cuyos dientes no han erupcionado o llevan al diagnóstico son: el edema, II) o apófisis frontomalar (Le Fort III) (fig.
en la colocación de una férula que se queo elástico intermaxilar total durante otras fracturas de maxilar inferior. Siem- son todavía insuficientes para fijar un presencia de hematomas, equimosis, 7). Si no tenemos la posibilidad de un
fija a los dientes por mediación de cuatro o seis semanas. Si la fractura no pre que una fractura de cóndilo, unila- bloqueo, utilizaremos preferente y ex- diplopía, epistaxis, rinorrea y la movili- punto de apoyo por fracturas asociadas
alambres, en una o ambas arcadas (fig. es estable y está desviada, después de teral o bilateral, esté asociada a otra clusivamente técnicas de osteosíntesis. dad de los fragmentos fracturados con de arco cigomático y bóveda craneal,
2). reducir la contención, se asegurará con fractura de maxilar, ya sea a nivel de Debido a la gran resistencia del perios- crepitación en el foco de fractura. recurriremos a la capelina de yeso (fija-
B) Bloqueo intermaxilar total, consis- un punto de osteosíntesis. Pensemos sínfisis, rama horizontal, ángulo o rama tio, en los casos de fracturas con poco En el niño, esta región es proporcional- ción externa). Si el desplazamiento es
tente en la unión de ambas férulas ma- que a este nivel (zona sin dientes), la ascendente, hacemos la osteosíntesis o sin desplazamiento no instauraremos mente mucho más reducida que en el muy importante y la reducción no es
xilares mediante elásticos de goma o férula no reduce ni contiene directa- de la fractura asociada con bloqueo ningún tratamiento, dejando que la adulto. El maxilar superior está repleto estable, para asegurar la fijación emple-
alambres, de forma que quede total- mente la fractura. elástico funcional. La finalidad y moti- consolidación se realice de una manera de gérmenes dentarios. Las suturas óse- aremos técnicas de os-teosíntesis. Los
mente impedida la abertura bucal (fig. c) Fracturas de cóndilo (unilaterales o vación de la osteosíntesis es poder mo- espontánea. Si la fractura del lactante as no están completamente formadas, y lugares de elección para realizar dichas
3). bilaterales). Las fracturas aisladas de vilizar precozmente la articulación es condílea y bilateral, en vez de reali- el no experto puede confundirlas con osteosíntesis serán la zona glabelar, el
C) Bloqueo intermaxilar funcional; la cóndilo en general las tratamos in- temporomaxilar (prevención de la an- zar la osteosíntesis de ambos cóndilos, fracturas. Todos estos motivos hacen reborde orbitario inferior y especial-
unión intermaxilar se realiza con elásti- cruentamente, mediante bloqueo elásti- quilosis), asegurando la inmovilización podemos recurrir a la reducción me- que en los niños las fracturas clásicas mente la apófisis frontomalar.
cos de goma, que permiten los movi- co intermaxilar total durante 10 días de la fractura asociada. diante tracción externa continua del Le Fort I, II y III sean poco frecuentes. 4) La inmovilización se obtendrá, na-
mientos de abertura y cierre bucal, (formación del callo fibroso), pasando a 3) Fracturas combinadas de rama ho- maxilar inferior (retruido), apoyados a En general, las fracturas se limitan a la turalmente, por mediación del bloqueo
pero impiden los movimientos de late- continuación al bloqueo elástico fun- rizontal con ángulo o rama ascendente. una capelina de yeso. zona de actuación del agente traumáti- intermaxilar total, procurando conse-
ralización. cional (movilización precoz para profi- Las trataremos según las normas gene- V) Fracturas del maxilar superior. Clá- co. guir una correcta oclusión dentaria. Si-
D) Osteosíntesis, que es la unión di- laxis de la anquilosis). La distribución rales de ferulización bimaxilar seguida sicamente, las fracturas del maxilar su- Tratamiento de las fracturas del maxilar multáneamente (en el mismo acto ope-
recta de los bordes óseos de la fractura de las gomas se hará de tal manera que de bloqueo elástico intermaxilar total y perior y tercio medio facial se clasifican superior. Ante todo paciente con trau- ratorio) trataremos (si existen) las
por medio de un punto de seda, alam- permitiendo una progresiva abertura osteosíntesis a nivel de ángulo o rama en tres tipos, dependiendo de las típi- ma facial, y especialmente trauma fa- fracturas asociadas del maxilar inferior.
bre o placa con tornillos (figs. 4 y 5). El bucal, ésta se realice de forma céntrica ascendente, siempre que la desviación cas líneas de fractura descritas por Le cial superior, hemos de pensar que VI) Fracturas del malar y del arco ci-
material de osteosíntesis no se retira a (corregir e impedir las desviaciones). El o inestabilidad de la fractura lo requie- Fort (fig. 6): puede tener otras lesiones asociadas, gomático.
menos que aparezcan complicaciones. bloqueo funcional se mantiene unas ran. En ocasiones, la decisión de reali- a) Le Fort I. Fractura maxilar transver- por lo que hay que proceder rápida- A) Fracturas del malar. En las frac-
Teniendo en cuenta la clasificación por cuatro o seis semanas. zar o no osteosíntesis se debe tomar en sal baja (fractura de Guerin). mente a un examen físico que nos pon- turas del hueso malar, el diagnóstico
grupos previamente establecida y dis- Las fracturas de cóndilo con disloca- el mismo acto operatorio, haciendo b) Le Fort II. Fractura mediofacial cen- ga en evidencia cualquier trastorno: clínico debe establecerse mediante ex-
poniendo de estas posibilidades tera- ción (el cóndilo fracturado se desplaza control radiológico de la reducción ob- tral subcigomática. Se extiende entre obstrucción respiratoria, hemorragia, ploración-palpación combinada de am-
péuticas, seguiremos las siguientes pau- perdiendo su relación con la cavidad tenida después de colocar el bloqueo los nasales y el maxilar. lesión o edema cerebral, shock, otras bas órbitas (por vía externa y vía intrao-
tas de tratamiento: glenoidea) o con una angulación entre elástico. c) Le Fort III. Fractura alta. Supracigo- fracturas faciales, etc. Sólo cuando el ral). Clínicamente, en los traumatismos
1) Fracturas únicas y fracturas bilate- el cuello y la rama mandibular por en- 4) Fracturas de maxilar inferior com- mática. Se extiende a través de la órbita estado general del paciente lo permita de órbita destacan el edema y la tume-
rales simétricas. El tratamiento a seguir cima de los 90°, las tratamos mediante binadas con fracturas del macizo facial y región nasofrontal. iniciaremos el tratamiento definitivo de facción, que son las causas principales
es el mismo para las fracturas únicas osteosíntesis y bloqueo elástico inter- superior (Lefort I, II o III). Se tratarán in- Las últimas estadísticas revelan que su fractura facial superior. Dicho trata- de la dificultad de exploración. Los
que para las bilaterales simétricas; es maxilar total que pasamos a funcional dependientemente (aunque en el mis- cada vez es menos frecuente observar miento debe reunir los siguientes requi- otros síntomas propios de las fracturas
por ello que las estudiamos conjunta- a partir del décimo día del posoperato- mo acto operatorio) las fracturas del estas fracturas puras. Lo más frecuente sitos: 1) prevenir la infección; 2) redu- orbitarias son muy variados. Entre ellos
mente. rio. La osteosíntesis será unilateral o bi- tercio inferior y las del tercio superior, es verlas combinadas entre sí. Es por cir la fractura; 3) fijarla; 4) destacan:
cara 48 49 Carrel

edema disminuya, lo cual facilita la ex- ción mediante agujas.


ploración y el acto quirúrgico. Según el Los métodos quirúrgicos directos con-
momento operatorio, el tratamiento sisten en abordar directamente el foco
puede ser clasificado como: a) precoz o focos de fractura y fijarlos con osteo-
(durante las primeras 24 horas); b) dife- síntesis. Dicha osteosíntesis puede ser
rido (entre los días 1 al 14); c) interme- alámbrica, con seda o bien utilizando
dio (entre 2 y 6 meses, o sea, durante el miniplacas con tornillos. Es importante
período de fibrosis y fijación de los que la reducción sea anatómica y no
fragmentos); d) tardío (a partir de los 6 haya tensión entre los fragmentos frac-
meses del trauma). En términos genera- turados; para ello nos podemos ayudar
les, el momento operatorio ideal es en- con el gancho de Ginestet para la re-
tre la primera semana y los 10 días des- ducción del malar a cielo abierto.
pués del traumatismo. B) Fracturas del arco cigomático. En
La estabilidad de la fractura. En las frac- estas fracturas, clínicamente se observa
turas de malar, para enfocar el trata- edema en la zona del arco cigomático,
miento, es muy importante determinar depresión en la zona central del arco
previamente la estabilidad o inestabili- cigomático y limitación, en ocasiones
dad de la fractura, ya que de ello de- severa, del movimiento mandibular.
penderá en gran parte la actitud tera- Tratamiento. Si la fractura es estable, la
FIG. 7. Fijación interna en una fractura tipo FIG. 9. Reducción ortopédica de una fractura FIG. 10. Reducción a cielo cerrado de una
péutica a tomar. Así pues, según su podemos reducir traccionando con el
Le Fort III. FIG. 8. Fractura maxilomalar. de malar. fractura de nasales.
estabilidad, hemos dividido las fractu- gancho de Ginestet. Como método de
ras de malar en: a) fracturas estables, y contención es útil la fijación sobre pla-
— Hematoma periorbital y palpebral. músculo afectado es el oblicuo inferior, b) fracturas inestables. ca externa. Si la fractura es inestable o de hacerse: a) a cielo cerrado; b) a cie- mantienen 8 días. Si la fractura es con-
— Párpados cerrados. la motilidad está limitada al dirigir la Las fracturas estables se dividen a su conminuta, recurriremos a técnicas de lo abierto. minuta e inestable, colocando dos pla-
— Inclinación de la hendidura palpe- mirada hacia adentro. vez en: a) las fracturas sin desplaza- osteosíntesis a cielo abierto por vía de a) Reducción a cielo cerrado. La ma- cas de plomo (fabricadas por nosotros
bral externa hacia abajo (posición anti- La fractura más frecuente a nivel orbito- miento; b) las fracturas del arco cigo- abordaje hemicoronal. yoría de las fracturas nasales, especial- mismos con las protecciones de las pla-
mongólica del canto externo), frecuen- malar es la denominada maxilomalar mático del malar; c) las fracturas de VII) Fracturas nasales. Las fracturas mente las de desplazamiento lateral, se cas radiográficas) transfixionadas con
temente asociada a seudoptosis (fig. 8), que tiene sus puntos o focos de malar con rotación alrededor del eje nasales son bastante frecuentes. En su pueden reducir a cielo cerrado. Dicha alambre, ferulizamos y mantenemos el
palpebral. fractura en: a) la apófisis frontomalar; b) vertical interno; d) las fracturas de ma- mayoría se producen por impacto di- reducción se logra con instrumentos ro- dorso nasal. Estas placas se retiran nor-
— Enoftalmía. el borde inferior de la órbita; c) el arco lar con rotación alrededor del eje verti- recto. Su alta incidencia se debe a la si- mos como los fórceps de Walsham o malmente a las 2-3 semanas. Para obte-
— Quemosis (edema de la conjuntiva). cigomático, y d) la pared lateral del cal externo; e) las fracturas de malar tuación prominente de la pirámide na- por manipulación digital (fig. 10). ner una buena reducción y fijación es-
— Irregularidades óseas a nivel del re- seno maxilar, a pocos milímetros por con rotación alrededor del eje longitu- sal respecto a las demás estructuras de b) Reducción a cielo abierto. La ope- table, las fracturas nasales deben
borde orbitario. fuera de la sutura cigomática. dinal, con desplazamiento hacia la lí- la cara. El diagnóstico nos lo da la clí- ración a cielo abierto puede ser necesa- tratarse lo más precozmente posible. Si
— Epistaxis (frecuente en las fracturas La fractura exclusiva y aislada del cuer- nea media. nica, aunque una buena historia y la ra- ria en las fracturas conminutas con gran diferimos el tratamiento, el propio ede-
de la pared interna). po del malar no ocurre prácticamente Las fracturas inestables se dividen a su diología son indispensables. inestabilidad de los huesos nasales, en ma dificulta la reducción. Si cuando
— En ocasiones se aprecia anestesia o nunca. Generalmente están implicadas vez en: a) las fracturas de malar con ro- Clínicamente se observa: equimosis pe- las grandes impactaciones de fragmen- llega a nosotros la fractura ya está con-
hipoestesia de mejilla y hemilabio su- las paredes orbitarias, ya sea la inferior tación alrededor del eje longitudinal y riorbitaria, epistaxis más o menos tos o en los tratamientos tar-díos. Si solidada en malposición, tendremos
perior que se extiende a los dos incisi- (como la descrita), la externa, la interna desplazamiento lateral; b) el desplaza- abundante (en ocasiones mezclada con existe una herida a consecuencia del que recurrir a técnicas de rinoplastia se-
vos y al canino debido a la lesión del o la superior. También podemos obser- miento del malar en bloque hacia la lí- líquido cefalorraquídeo), edema y de- traumatismo la aprovecharemos como cundaria para su reducción y conten-
nervio infraorbitario. var fracturas aisladas del suelo de la ór- nea media; c) el desplazamiento del formidad de la pirámide nasal (nariz posible vía de abordaje. Otras vías son ción.
— Equimosis en el vestíbulo bucal. bita (blow-out, de los ingleses) y fractu- malar en bloque hacia abajo; d) el des- desviada o aplanada). Intranasalmente la cutánea, la intranasal o a través del carbonarcosis.
carbonarcosis. Inhibición de los centros
— Limitación de la abertura bucal por ras del vértice de la órbita. plazamiento del malar en bloque late- podemos observar desgarros de muco- vestíbulo oral. En las fracturas muy bulbares y protuberanciales, que nor-
choque de la apófisis coronoides del Tratamiento de las fracturas del malar. ralmente (raro); e) las fracturas aisladas sa, edema y hematoma submucoso, así complejas la vía coronal permite obte- malmente registran un aumento en la
maxilar inferior con la pared posterior El enfoque terapéutico de las fracturas del suelo de la órbita; f) las fracturas como desviaciones del tabique. En la ner una buena visión del foco de frac- concentración sanguínea de CO2, pro-
del malar o del arco cigomático. orbitomalares está basado en: a) la abs- aisladas del reborde orbitario; g) las palpación externa apreciamos movili- tura. Si el tabique está desviado utiliza- vocando, en respuesta a la misma, una
— Al ceder la infiltración tegumenta- tención; b) las técnicas ortopédicas, y fracturas conminutas. dad, crepitación y dolor. El estudio ra- remos la pinza de Asch (similar a la de hiperventilación. Cuando la concentra-
ria, el paciente puede referir la existen- c) los métodos quirúrgicos. b) Técnicas ortopédicas. Indicadas en diológico debe buscar las líneas de Walsham) para reducirlo. Si ambos, ción de CO2 pasa de cierto límite (9
cia de una diplopía, la cual puede ser a) Abstención. La abstención vendrá las fracturas estables. Con las técnicas fractura de la pirámide nasal, mostrar huesos propios y tabique, están fractu- %), dichos centros, en lugar de estimu-
debida a tres causas: a) Dislocación del determinada por la ausencia de un des- ortopédicas, la reducción de los frag- hundimientos anteroposteriores, des- rados, reduciremos primero los huesos larse, se deprimen. La respuesta a la as-
globo ocular (por desplazamiento pro- plazamiento importante y con perfecto mentos óseos desplazados se efectúa plazamientos laterales; lesiones del propios y después el tabique. Como fixia, en estas condiciones, queda a
nunciado del malar). b) Alteraciones funcionalismo ocular. Ante un caso con mediante un instrumento elevador septum y detectar posibles prolonga- norma general, la inmovilización la ha- cargo exclusivamente de los quimiorre-
neurógenas de la motilidad (por lesión defecto estético pero sin afectación (gancho tipo Ginestet o Dingman), in- ciones de las líneas de fractura al et- cemos mediante una contención inter- ceptores del glomo carotídeo y del ca-
de los pares craneales VI y III). c) Lesio- funcional (ocular o maxilar), la deci- troducido a través de las partes blandas moides y a los maxilares superiores. na (taponamiento intranasal) y una yado aórtico, sensibles a la falta de oxí-
nes de los músculos externos del ojo sión de abstención o intervención de- (fig. 9). Tratamiento. Siempre que vayamos a contrapresión y contención externa. El geno. La administración de oxígeno en
(especialmente el recto y oblicuo infe- berá tomarla el propio paciente. En los c) Métodos quirúrgicos. Están indica- tratar una fractura de nasales hemos de taponamiento se hace introduciendo esta situación puede provocar una inhi-
rior). casos en que decidamos intervenir, ha- dos en las fracturas inestables. Estos pensar que la corrección debe ir enca- gasa orillada impregnada de una poma- bición peligrosa, incluso mortal, de la
— La lesión de los músculos externos brá que determinar el momento opera- métodos los dividimos en: a) indirectos minada a obtener un buen resultado da antibiótica en ambas fosas nasales. respiración, si no se dispone de un sis-
del ojo da lugar a otro síntoma muy im- torio y valorar el grado de estabilidad y b) directos. tanto desde el punto de vista funcional La contención externa se hace colocan- tema de respiración asistida.
portante, cual es la limitación o trastor- de la fractura. Los métodos quirúrgicos indirectos son como estético. do una férula (preferentemente de yeso) Carothers, sistema de. Clasificación de
nos de la motilidad ocular. Lo más fre- El momento operatorio. Si no hay com- los siguientes: a) tracción a distancia Una vez conseguida la hemostasia y que modela y protege el dorso nasal. las epifisiólisis traumáticas de la extre-
cuente es la limitación del movimiento plicaciones oftálmicas o craneales, es (polea con peso); b) tracción sobre apo- limpieza de las fosas nasales, procede- Entre la piel y la férula se coloca un pe- midad distal de la tibia, según su meca-
del ojo hacia arriba cuando está lesio- aconsejable posponer la intervención yo craneal (capelina de yeso); c) fija- remos a la reducción y reconstrucción queño apósito lubrificado tipo linitul. nismo de producción. (Véase tobillo,
tobillo
nado el músculo recto inferior. Si el de 3 a 5 días para dar tiempo a que el ción directa sobre placa externa; d) fija- de la fractura nasal. La reducción pue- La férula dorsal y el taponamiento se fracturas de los niños y adolescentes.)
cara 48 49 Carrel

edema disminuya, lo cual facilita la ex- ción mediante agujas.


ploración y el acto quirúrgico. Según el Los métodos quirúrgicos directos con-
momento operatorio, el tratamiento sisten en abordar directamente el foco
puede ser clasificado como: a) precoz o focos de fractura y fijarlos con osteo-
(durante las primeras 24 horas); b) dife- síntesis. Dicha osteosíntesis puede ser
rido (entre los días 1 al 14); c) interme- alámbrica, con seda o bien utilizando
dio (entre 2 y 6 meses, o sea, durante el miniplacas con tornillos. Es importante
período de fibrosis y fijación de los que la reducción sea anatómica y no
fragmentos); d) tardío (a partir de los 6 haya tensión entre los fragmentos frac-
meses del trauma). En términos genera- turados; para ello nos podemos ayudar
les, el momento operatorio ideal es en- con el gancho de Ginestet para la re-
tre la primera semana y los 10 días des- ducción del malar a cielo abierto.
pués del traumatismo. B) Fracturas del arco cigomático. En
La estabilidad de la fractura. En las frac- estas fracturas, clínicamente se observa
turas de malar, para enfocar el trata- edema en la zona del arco cigomático,
miento, es muy importante determinar depresión en la zona central del arco
previamente la estabilidad o inestabili- cigomático y limitación, en ocasiones
dad de la fractura, ya que de ello de- severa, del movimiento mandibular.
penderá en gran parte la actitud tera- Tratamiento. Si la fractura es estable, la
FIG. 7. Fijación interna en una fractura tipo FIG. 9. Reducción ortopédica de una fractura FIG. 10. Reducción a cielo cerrado de una
péutica a tomar. Así pues, según su podemos reducir traccionando con el
Le Fort III. FIG. 8. Fractura maxilomalar. de malar. fractura de nasales.
estabilidad, hemos dividido las fractu- gancho de Ginestet. Como método de
ras de malar en: a) fracturas estables, y contención es útil la fijación sobre pla-
— Hematoma periorbital y palpebral. músculo afectado es el oblicuo inferior, b) fracturas inestables. ca externa. Si la fractura es inestable o de hacerse: a) a cielo cerrado; b) a cie- mantienen 8 días. Si la fractura es con-
— Párpados cerrados. la motilidad está limitada al dirigir la Las fracturas estables se dividen a su conminuta, recurriremos a técnicas de lo abierto. minuta e inestable, colocando dos pla-
— Inclinación de la hendidura palpe- mirada hacia adentro. vez en: a) las fracturas sin desplaza- osteosíntesis a cielo abierto por vía de a) Reducción a cielo cerrado. La ma- cas de plomo (fabricadas por nosotros
bral externa hacia abajo (posición anti- La fractura más frecuente a nivel orbito- miento; b) las fracturas del arco cigo- abordaje hemicoronal. yoría de las fracturas nasales, especial- mismos con las protecciones de las pla-
mongólica del canto externo), frecuen- malar es la denominada maxilomalar mático del malar; c) las fracturas de VII) Fracturas nasales. Las fracturas mente las de desplazamiento lateral, se cas radiográficas) transfixionadas con
temente asociada a seudoptosis (fig. 8), que tiene sus puntos o focos de malar con rotación alrededor del eje nasales son bastante frecuentes. En su pueden reducir a cielo cerrado. Dicha alambre, ferulizamos y mantenemos el
palpebral. fractura en: a) la apófisis frontomalar; b) vertical interno; d) las fracturas de ma- mayoría se producen por impacto di- reducción se logra con instrumentos ro- dorso nasal. Estas placas se retiran nor-
— Enoftalmía. el borde inferior de la órbita; c) el arco lar con rotación alrededor del eje verti- recto. Su alta incidencia se debe a la si- mos como los fórceps de Walsham o malmente a las 2-3 semanas. Para obte-
— Quemosis (edema de la conjuntiva). cigomático, y d) la pared lateral del cal externo; e) las fracturas de malar tuación prominente de la pirámide na- por manipulación digital (fig. 10). ner una buena reducción y fijación es-
— Irregularidades óseas a nivel del re- seno maxilar, a pocos milímetros por con rotación alrededor del eje longitu- sal respecto a las demás estructuras de b) Reducción a cielo abierto. La ope- table, las fracturas nasales deben
borde orbitario. fuera de la sutura cigomática. dinal, con desplazamiento hacia la lí- la cara. El diagnóstico nos lo da la clí- ración a cielo abierto puede ser necesa- tratarse lo más precozmente posible. Si
— Epistaxis (frecuente en las fracturas La fractura exclusiva y aislada del cuer- nea media. nica, aunque una buena historia y la ra- ria en las fracturas conminutas con gran diferimos el tratamiento, el propio ede-
de la pared interna). po del malar no ocurre prácticamente Las fracturas inestables se dividen a su diología son indispensables. inestabilidad de los huesos nasales, en ma dificulta la reducción. Si cuando
— En ocasiones se aprecia anestesia o nunca. Generalmente están implicadas vez en: a) las fracturas de malar con ro- Clínicamente se observa: equimosis pe- las grandes impactaciones de fragmen- llega a nosotros la fractura ya está con-
hipoestesia de mejilla y hemilabio su- las paredes orbitarias, ya sea la inferior tación alrededor del eje longitudinal y riorbitaria, epistaxis más o menos tos o en los tratamientos tar-díos. Si solidada en malposición, tendremos
perior que se extiende a los dos incisi- (como la descrita), la externa, la interna desplazamiento lateral; b) el desplaza- abundante (en ocasiones mezclada con existe una herida a consecuencia del que recurrir a técnicas de rinoplastia se-
vos y al canino debido a la lesión del o la superior. También podemos obser- miento del malar en bloque hacia la lí- líquido cefalorraquídeo), edema y de- traumatismo la aprovecharemos como cundaria para su reducción y conten-
nervio infraorbitario. var fracturas aisladas del suelo de la ór- nea media; c) el desplazamiento del formidad de la pirámide nasal (nariz posible vía de abordaje. Otras vías son ción.
— Equimosis en el vestíbulo bucal. bita (blow-out, de los ingleses) y fractu- malar en bloque hacia abajo; d) el des- desviada o aplanada). Intranasalmente la cutánea, la intranasal o a través del carbonarcosis.
carbonarcosis. Inhibición de los centros
— Limitación de la abertura bucal por ras del vértice de la órbita. plazamiento del malar en bloque late- podemos observar desgarros de muco- vestíbulo oral. En las fracturas muy bulbares y protuberanciales, que nor-
choque de la apófisis coronoides del Tratamiento de las fracturas del malar. ralmente (raro); e) las fracturas aisladas sa, edema y hematoma submucoso, así complejas la vía coronal permite obte- malmente registran un aumento en la
maxilar inferior con la pared posterior El enfoque terapéutico de las fracturas del suelo de la órbita; f) las fracturas como desviaciones del tabique. En la ner una buena visión del foco de frac- concentración sanguínea de CO2, pro-
del malar o del arco cigomático. orbitomalares está basado en: a) la abs- aisladas del reborde orbitario; g) las palpación externa apreciamos movili- tura. Si el tabique está desviado utiliza- vocando, en respuesta a la misma, una
— Al ceder la infiltración tegumenta- tención; b) las técnicas ortopédicas, y fracturas conminutas. dad, crepitación y dolor. El estudio ra- remos la pinza de Asch (similar a la de hiperventilación. Cuando la concentra-
ria, el paciente puede referir la existen- c) los métodos quirúrgicos. b) Técnicas ortopédicas. Indicadas en diológico debe buscar las líneas de Walsham) para reducirlo. Si ambos, ción de CO2 pasa de cierto límite (9
cia de una diplopía, la cual puede ser a) Abstención. La abstención vendrá las fracturas estables. Con las técnicas fractura de la pirámide nasal, mostrar huesos propios y tabique, están fractu- %), dichos centros, en lugar de estimu-
debida a tres causas: a) Dislocación del determinada por la ausencia de un des- ortopédicas, la reducción de los frag- hundimientos anteroposteriores, des- rados, reduciremos primero los huesos larse, se deprimen. La respuesta a la as-
globo ocular (por desplazamiento pro- plazamiento importante y con perfecto mentos óseos desplazados se efectúa plazamientos laterales; lesiones del propios y después el tabique. Como fixia, en estas condiciones, queda a
nunciado del malar). b) Alteraciones funcionalismo ocular. Ante un caso con mediante un instrumento elevador septum y detectar posibles prolonga- norma general, la inmovilización la ha- cargo exclusivamente de los quimiorre-
neurógenas de la motilidad (por lesión defecto estético pero sin afectación (gancho tipo Ginestet o Dingman), in- ciones de las líneas de fractura al et- cemos mediante una contención inter- ceptores del glomo carotídeo y del ca-
de los pares craneales VI y III). c) Lesio- funcional (ocular o maxilar), la deci- troducido a través de las partes blandas moides y a los maxilares superiores. na (taponamiento intranasal) y una yado aórtico, sensibles a la falta de oxí-
nes de los músculos externos del ojo sión de abstención o intervención de- (fig. 9). Tratamiento. Siempre que vayamos a contrapresión y contención externa. El geno. La administración de oxígeno en
(especialmente el recto y oblicuo infe- berá tomarla el propio paciente. En los c) Métodos quirúrgicos. Están indica- tratar una fractura de nasales hemos de taponamiento se hace introduciendo esta situación puede provocar una inhi-
rior). casos en que decidamos intervenir, ha- dos en las fracturas inestables. Estos pensar que la corrección debe ir enca- gasa orillada impregnada de una poma- bición peligrosa, incluso mortal, de la
— La lesión de los músculos externos brá que determinar el momento opera- métodos los dividimos en: a) indirectos minada a obtener un buen resultado da antibiótica en ambas fosas nasales. respiración, si no se dispone de un sis-
del ojo da lugar a otro síntoma muy im- torio y valorar el grado de estabilidad y b) directos. tanto desde el punto de vista funcional La contención externa se hace colocan- tema de respiración asistida.
portante, cual es la limitación o trastor- de la fractura. Los métodos quirúrgicos indirectos son como estético. do una férula (preferentemente de yeso) Carothers, sistema de. Clasificación de
nos de la motilidad ocular. Lo más fre- El momento operatorio. Si no hay com- los siguientes: a) tracción a distancia Una vez conseguida la hemostasia y que modela y protege el dorso nasal. las epifisiólisis traumáticas de la extre-
cuente es la limitación del movimiento plicaciones oftálmicas o craneales, es (polea con peso); b) tracción sobre apo- limpieza de las fosas nasales, procede- Entre la piel y la férula se coloca un pe- midad distal de la tibia, según su meca-
del ojo hacia arriba cuando está lesio- aconsejable posponer la intervención yo craneal (capelina de yeso); c) fija- remos a la reducción y reconstrucción queño apósito lubrificado tipo linitul. nismo de producción. (Véase tobillo,
tobillo
nado el músculo recto inferior. Si el de 3 a 5 días para dar tiempo a que el ción directa sobre placa externa; d) fija- de la fractura nasal. La reducción pue- La férula dorsal y el taponamiento se fracturas de los niños y adolescentes.)
Carrel 50 51 cartílago

carpo (del gr. karpos, muñeca).. Parte de Consideraciones generales. Las le- punto de vista traumatológico: del sistema perióstico. A su cargo corre
Arteria nutricia
la mano que se articula con el ante-bra- siones traumáticas de las zonas de cre- 1) La capa donde se produce el ver- la irrigación de los procesos de osifica-
zo; muñeca. Consta de ocho huesos: cimiento óseo constituyen por sí mis- dadero crecimiento óseo es la llamada Vaso perióstico ción.
escafoides, semilunar, piramidal, pisi- mas una entidad nosológica de capa proliferativa, en la cual las células Arteria nutricia
Lesiones traumáticas
forme, trapecio, trapezoides, hueso características propias por varias razo- cartilaginosas se ordenan en columnas Mecanismos de producción. El más fre-
grande y hueso ganchoso. (Véase mu- nes: longitudinales y se hallan sometidas a cuente es el desplazamiento angular
ñeca.) 1) Por la edad en que se producen, un intenso proceso de multiplicación. Zona de osificación del eje del miembro, cuyo punto de in-
Carrel, Alexis. Famoso fisiólogo y ciru- que necesariamente queda limitada a Cada división celular equivale a un au- flexión coincide con el cartílago de
jano francés (1873-1944). Demostró la época del desarrollo esquelético; por mento de longitud de la columna co- crecimiento (fig. 4). Este mecanismo se
Arteria pericondral
que los vasos sanguíneos podían sutu- lo tanto, exclusiva de la infancia y de la rrespondiente, y todas ellas en conjun- Zona hipertrófica traduce por una distracción sobre la
rarse como cualquier víscera hueca, y adolescencia, con dos períodos de má- to al crecimiento del hueso. Esta zona convexidad de la parte angulada, y
propuso un tipo de sutura vascular lla- xima incidencia, en los que el cartílago es muy activa, además, desde el punto como resultado de la misma un arran-
mada sutura de Carrel. Propuso tam- de crecimiento es particularmente vul- de vista químico. camiento o separación entre la fisis y la
bién un método de injertos venosos nerable a las agresiones: al nacimiento, Es también la zona mejor Zona proliferativa metáfisis. El mismo desplazamiento an-
conservados. por la exposición a los traumatismos vascularizada, como corresponde a su gular produce —o puede producir—
operación de (de Alexis Carrel)..
Carrel, operación obstétricos, y durante la pubertad, por actividad proliferativa y metabólica. Su una compresión del otro lado, el cón-
Sustitución del ligamento lateral interno el aumento de la actividad proliferativa vascularización depende de los vasos Arteria epifisaria cavo, y en consecuencia un aplasta-
Arteria epifisaria
de la rodilla por una tira de fascia lata. en el seno de la línea fisaria a costa de epifisarios (fig. 2). Por tanto, no está miento de las estructuras fisarias. Exis-
Vaso sanguíneo
cartílago (del lat. cartilago). Tejido con- su resistencia. afectada ni su crecimiento interrumpi- ten otros mecanismos posibles, como
juntivo duro y elástico, semiopaco, de 2) Por las dificultades de diagnóstico do en las lesiones que asientan a nive- es fácil comprender: cizallamiento, gol-
FIG. 2. Esquema representando la irrigación del cartílago de crecimiento.
color azulado, blancuzco o amarillen- radiológico, debido a la transparencia les más bajos (más cercanos a la metá- pe directo, etc.
to, adherido a las superficies articulares de las zonas lesionadas y, en conse- fisis) y que son los habituales en las Anatomía patológica. En las lesiones
óseas, o como elemento de sostén de cuencia, a las dificultades de tratamien- agresiones traumáticas. los vasos pertenecientes al sistema nu- por arrancamiento, el plano de fractura
ciertas estructuras. Carece de vasos. to y control de la reducción. 2) La zona hipertrófica, situada inme- tricio y perióstico-metafisario. o de separación pasa, como se ha di-
Está compuesto de células alojadas en 3) Por las alteraciones del crecimien- diatamente por debajo de la anterior, y 5) Alrededor del cartílago fisario se cho, por el punto más débil de la fisis:
cavidades (cápsulas) en medio de una to del hueso afecto que pueden ocasio- que incluye las capas de maduración halla el anillo pericondral, o anillo de la zona de tejido esponjoso primario,
sustancia intercelular homogénea. Por n a r . y de degeneración, se caracterizan por Ranvier, que es una prolongación, a ni- dejando intacta, y del lado de la epífi-
ebullición da condrina. Se conocen tres Principales características estructu- un aumento de volumen y vacuoliza- vel fisario, del periostio diafisario. Rico sis, la zona proliferativa, y con ella el
en células y provisto de abundantes fi- potencial de crecimiento del cartílago
variedades de cartílago: hialino, elásti- rales y evolutivas del cartílago de cre- ción de las células que forman las co-
bras colágenas en parte longitudinales fisario. La osificación se interrumpe
co y fibroso. El hialino forma el esque- cimiento. El cartílago de conjunción, o lumnas. Este aumento de volumen se
y en parte circulares a las que corres- temporalmente, pero se recupera a las
leto embrionario, y en el adulto los car- cartílago fisario, es una estructura histo- hace a expensas del adelgazamiento de
ponde un papel importante en la fija- dos o tres semanas. Y si el fragmento
tílagos costales, articulares, anulares de lógica interpuesta entre la epífisis y la los tabiques de sustancia fundamental
ción de la epífisis a la metáfisis. Este desplazado ha sido restituido en su po-
la tráquea y de los bronquios, etcétera. metáfisis durante el período de creci- que los separa, y por consiguiente con
anillo pericondral está muy ricamente sición normal, el crecimiento en longi-
El elástico se encuentra en el pabellón miento óseo. Está formado por varias una disminución de su resistencia a los
vascularizado (figs. 1 y 2). tud del hueso no queda afectado. Por el
de la oreja, epiglotis, etc. El cartílago fi- capas superpuestas de tejido cartilagi- agentes físicos. Es también, como la an-
6) La fijación de la epífisis a la metáfi- contrario, las lesiones por compresión
broso forma los discos intervertebrales noso altamente diferenciado, cuyas ca- terior, la zona del cartílago fisario me-
sis está asegurada, además, por un sis- afectan a la totalidad de las estructuras
y constituye el tejido de unión de la racterísticas son bien conocidas y se nos vascularizada.
tema de fibras colágenas que atraviesan fisarias, y con ellas a la zona proliferati-
sínfisis. hallan representadas en la figura 1, 3) La zona siguiente es la de degene-
el cartílago fisario en varias direccio- va, con lo cual el crecimiento óseo
cartílago de crecimiento pero a las que conviene añadir algunas ración de las células cartilaginosas, de
nes; de arriba abajo, radialmente y en
Traumatismos particularidades de interés desde el la ordenación en columnas y del inicio
FIG. 3. Zona del tejido esponjoso primario, a
forma circular. Tales fibras, lo mismo
través de la cual se producen con más frecuen- que las del anillo de Ranvier, cumplen
cia los desprendimientos epifisarios. una función particularmente importan-
A B METÁFISIS

{
te para la unión suficientemente sólida
Tejido esponjoso de la epífisis a la metáfisis, y por lo tan-
secundario to para su resistencia a los traumatis-
de calcificación de la sustancia funda-
mental intercelular. Es la zona del teji- mos. Función que no podría ser asumi-
do esponjoso primario, particularmente da por la sustancia fundamental
Tejido esponjoso
primario { R vulnerable a los agentes físicos. Es a
través de ella, en efecto, por donde se
cartilaginosa.
7) La vascularización del cartílago fi-
Zona hipertrófica { producen habitualmente los desprendi- sario tiene varios orígenes y comprende
ZA mientos epifisarios (fig. 3). tres zonas, parcialmente anastomosa-

{
Anillo y surco
de Ranvier 4) En la capa siguiente se consuma el das entre sí, pero funcionalmente inde-
Zona proliferativa proceso de degeneración de las células pendientes: 1.a, los vasos epifisarios,
cartilaginosas hipertróficas y la forma- responsables de la irrigación del núcleo
ción de columnas huecas, en las que epifisario de osificación y de la capa
penetran los vasos procedentes de la proliferativa del cartílago de
Cartílago hialino
epífisis
{ metáfisis, a cargo de los cuales se pro-
duce, primero, la calcificación de los
restos de sustancia fundamental cartila-
ginosa, y segundo, la sustitución por te-
conjunción; 2.a, los vasos del anillo pe-
ricondral, procedentes en parte del sis-
tema metafisario y en parte del epifisa-
rio; 3.a, los vasos metafisarios,
FIG. 4. Mecanismo de producción más fre-
cuente de las lesiones del cartílago fisario, por
desplazamiento angular del eje del miembro,
que se traduce por una fuerza de compresión
FIG. 1. Representación esquemática del cartílago de crecimiento de un hueso largo: A) en un corte macroscópico, y B) en el corte miscroscópico co- jido osificado. Esta zona vuelve a estar procedentes en su mayor parte de la ar- en el lado cóncavo de la angulación y por una
rrespondiente a la zona ZA. ricamente vascularizada por medio de teria nutricia, y en menor proporción fuerza de distracción en el lado convexo.
Carrel 50 51 cartílago

carpo (del gr. karpos, muñeca).. Parte de Consideraciones generales. Las le- punto de vista traumatológico: del sistema perióstico. A su cargo corre
Arteria nutricia
la mano que se articula con el ante-bra- siones traumáticas de las zonas de cre- 1) La capa donde se produce el ver- la irrigación de los procesos de osifica-
zo; muñeca. Consta de ocho huesos: cimiento óseo constituyen por sí mis- dadero crecimiento óseo es la llamada Vaso perióstico ción.
escafoides, semilunar, piramidal, pisi- mas una entidad nosológica de capa proliferativa, en la cual las células Arteria nutricia
Lesiones traumáticas
forme, trapecio, trapezoides, hueso características propias por varias razo- cartilaginosas se ordenan en columnas Mecanismos de producción. El más fre-
grande y hueso ganchoso. (Véase mu- nes: longitudinales y se hallan sometidas a cuente es el desplazamiento angular
ñeca.) 1) Por la edad en que se producen, un intenso proceso de multiplicación. Zona de osificación del eje del miembro, cuyo punto de in-
Carrel, Alexis. Famoso fisiólogo y ciru- que necesariamente queda limitada a Cada división celular equivale a un au- flexión coincide con el cartílago de
jano francés (1873-1944). Demostró la época del desarrollo esquelético; por mento de longitud de la columna co- crecimiento (fig. 4). Este mecanismo se
Arteria pericondral
que los vasos sanguíneos podían sutu- lo tanto, exclusiva de la infancia y de la rrespondiente, y todas ellas en conjun- Zona hipertrófica traduce por una distracción sobre la
rarse como cualquier víscera hueca, y adolescencia, con dos períodos de má- to al crecimiento del hueso. Esta zona convexidad de la parte angulada, y
propuso un tipo de sutura vascular lla- xima incidencia, en los que el cartílago es muy activa, además, desde el punto como resultado de la misma un arran-
mada sutura de Carrel. Propuso tam- de crecimiento es particularmente vul- de vista químico. camiento o separación entre la fisis y la
bién un método de injertos venosos nerable a las agresiones: al nacimiento, Es también la zona mejor Zona proliferativa metáfisis. El mismo desplazamiento an-
conservados. por la exposición a los traumatismos vascularizada, como corresponde a su gular produce —o puede producir—
operación de (de Alexis Carrel)..
Carrel, operación obstétricos, y durante la pubertad, por actividad proliferativa y metabólica. Su una compresión del otro lado, el cón-
Sustitución del ligamento lateral interno el aumento de la actividad proliferativa vascularización depende de los vasos Arteria epifisaria cavo, y en consecuencia un aplasta-
Arteria epifisaria
de la rodilla por una tira de fascia lata. en el seno de la línea fisaria a costa de epifisarios (fig. 2). Por tanto, no está miento de las estructuras fisarias. Exis-
Vaso sanguíneo
cartílago (del lat. cartilago). Tejido con- su resistencia. afectada ni su crecimiento interrumpi- ten otros mecanismos posibles, como
juntivo duro y elástico, semiopaco, de 2) Por las dificultades de diagnóstico do en las lesiones que asientan a nive- es fácil comprender: cizallamiento, gol-
FIG. 2. Esquema representando la irrigación del cartílago de crecimiento.
color azulado, blancuzco o amarillen- radiológico, debido a la transparencia les más bajos (más cercanos a la metá- pe directo, etc.
to, adherido a las superficies articulares de las zonas lesionadas y, en conse- fisis) y que son los habituales en las Anatomía patológica. En las lesiones
óseas, o como elemento de sostén de cuencia, a las dificultades de tratamien- agresiones traumáticas. los vasos pertenecientes al sistema nu- por arrancamiento, el plano de fractura
ciertas estructuras. Carece de vasos. to y control de la reducción. 2) La zona hipertrófica, situada inme- tricio y perióstico-metafisario. o de separación pasa, como se ha di-
Está compuesto de células alojadas en 3) Por las alteraciones del crecimien- diatamente por debajo de la anterior, y 5) Alrededor del cartílago fisario se cho, por el punto más débil de la fisis:
cavidades (cápsulas) en medio de una to del hueso afecto que pueden ocasio- que incluye las capas de maduración halla el anillo pericondral, o anillo de la zona de tejido esponjoso primario,
sustancia intercelular homogénea. Por n a r . y de degeneración, se caracterizan por Ranvier, que es una prolongación, a ni- dejando intacta, y del lado de la epífi-
ebullición da condrina. Se conocen tres Principales características estructu- un aumento de volumen y vacuoliza- vel fisario, del periostio diafisario. Rico sis, la zona proliferativa, y con ella el
en células y provisto de abundantes fi- potencial de crecimiento del cartílago
variedades de cartílago: hialino, elásti- rales y evolutivas del cartílago de cre- ción de las células que forman las co-
bras colágenas en parte longitudinales fisario. La osificación se interrumpe
co y fibroso. El hialino forma el esque- cimiento. El cartílago de conjunción, o lumnas. Este aumento de volumen se
y en parte circulares a las que corres- temporalmente, pero se recupera a las
leto embrionario, y en el adulto los car- cartílago fisario, es una estructura histo- hace a expensas del adelgazamiento de
ponde un papel importante en la fija- dos o tres semanas. Y si el fragmento
tílagos costales, articulares, anulares de lógica interpuesta entre la epífisis y la los tabiques de sustancia fundamental
ción de la epífisis a la metáfisis. Este desplazado ha sido restituido en su po-
la tráquea y de los bronquios, etcétera. metáfisis durante el período de creci- que los separa, y por consiguiente con
anillo pericondral está muy ricamente sición normal, el crecimiento en longi-
El elástico se encuentra en el pabellón miento óseo. Está formado por varias una disminución de su resistencia a los
vascularizado (figs. 1 y 2). tud del hueso no queda afectado. Por el
de la oreja, epiglotis, etc. El cartílago fi- capas superpuestas de tejido cartilagi- agentes físicos. Es también, como la an-
6) La fijación de la epífisis a la metáfi- contrario, las lesiones por compresión
broso forma los discos intervertebrales noso altamente diferenciado, cuyas ca- terior, la zona del cartílago fisario me-
sis está asegurada, además, por un sis- afectan a la totalidad de las estructuras
y constituye el tejido de unión de la racterísticas son bien conocidas y se nos vascularizada.
tema de fibras colágenas que atraviesan fisarias, y con ellas a la zona proliferati-
sínfisis. hallan representadas en la figura 1, 3) La zona siguiente es la de degene-
el cartílago fisario en varias direccio- va, con lo cual el crecimiento óseo
cartílago de crecimiento pero a las que conviene añadir algunas ración de las células cartilaginosas, de
nes; de arriba abajo, radialmente y en
Traumatismos particularidades de interés desde el la ordenación en columnas y del inicio
FIG. 3. Zona del tejido esponjoso primario, a
forma circular. Tales fibras, lo mismo
través de la cual se producen con más frecuen- que las del anillo de Ranvier, cumplen
cia los desprendimientos epifisarios. una función particularmente importan-
A B METÁFISIS

{
te para la unión suficientemente sólida
Tejido esponjoso de la epífisis a la metáfisis, y por lo tan-
secundario to para su resistencia a los traumatis-
de calcificación de la sustancia funda-
mental intercelular. Es la zona del teji- mos. Función que no podría ser asumi-
do esponjoso primario, particularmente da por la sustancia fundamental
Tejido esponjoso
primario { R vulnerable a los agentes físicos. Es a
través de ella, en efecto, por donde se
cartilaginosa.
7) La vascularización del cartílago fi-
Zona hipertrófica { producen habitualmente los desprendi- sario tiene varios orígenes y comprende
ZA mientos epifisarios (fig. 3). tres zonas, parcialmente anastomosa-

{
Anillo y surco
de Ranvier 4) En la capa siguiente se consuma el das entre sí, pero funcionalmente inde-
Zona proliferativa proceso de degeneración de las células pendientes: 1.a, los vasos epifisarios,
cartilaginosas hipertróficas y la forma- responsables de la irrigación del núcleo
ción de columnas huecas, en las que epifisario de osificación y de la capa
penetran los vasos procedentes de la proliferativa del cartílago de
Cartílago hialino
epífisis
{ metáfisis, a cargo de los cuales se pro-
duce, primero, la calcificación de los
restos de sustancia fundamental cartila-
ginosa, y segundo, la sustitución por te-
conjunción; 2.a, los vasos del anillo pe-
ricondral, procedentes en parte del sis-
tema metafisario y en parte del epifisa-
rio; 3.a, los vasos metafisarios,
FIG. 4. Mecanismo de producción más fre-
cuente de las lesiones del cartílago fisario, por
desplazamiento angular del eje del miembro,
que se traduce por una fuerza de compresión
FIG. 1. Representación esquemática del cartílago de crecimiento de un hueso largo: A) en un corte macroscópico, y B) en el corte miscroscópico co- jido osificado. Esta zona vuelve a estar procedentes en su mayor parte de la ar- en el lado cóncavo de la angulación y por una
rrespondiente a la zona ZA. ricamente vascularizada por medio de teria nutricia, y en menor proporción fuerza de distracción en el lado convexo.
cartílago 52 53 Clancy

Tipo I Tipo II Tipo III Tipo IV Tipo V datos seguros, debido a la transparen- cefalohidrocele. Colección de líquido anterior, basada en el empleo del ten-
cia de las zonas cartilaginosas. En cual- cefalorraquídeo debajo del cuero cabe- dón del semitendinoso, conservando su
quier caso deben practicarse radiogra- lludo, producido por heridas puntifor- inserción distal y pasado por tuneliza-
fías comparativas de los dos lados. En mes penetrantes (clavos, flechas, etc.) ción del platillo tibial interno y cóndilo
cuanto a los síntomas particulares de del cráneo que llegan a atravesar la du- femoral externo.
cada localización, véanse los aparta- ramadre. Más frecuente en los niños. choque traumático.
traumático. Véase shock shock trau
trau--
dos correpondientes según su situación célula cartilaginosa. Condrocito. mático.
mático
anatómica. centelleografía. Sinónimo de escintigra-
centelleografía. Christman-Snook, operación
operación de. Inter-
Principios generales del tratamiento fía o gammagrafía. Término muy poco vención para la reparación de los liga-
1) Intentar por todos los medios posi- usado en otros idiomas, aparte del in- mentos externos del tobillo, usando el
bles, como medida previa muy necesa- glés americano. Veáse gammagrafía
gammagrafía. tendón del peroneo lateral corto a
ria, hacerse cargo del tipo de lesión cerclaje (del gr. kyklos, círculo). Procedi-
cerclaje tobillo le-
modo de tenodesis. (Véase tobillo,
anatómica que hay que tratar: modo en miento para tratar las fracturas óseas, siones ligamentosas.)
que se ha producido el traumatismo, especialmente de la rótula, que consis- cianosis. Coloración azulada de la piel o
alteraciones visibles en la forma o eje te en rodear el hueso con un alambre de las mucosas, que se pone de mani-
FIG. 5. Clasificación de Harris y Salter de las lesiones de los cartílagos de crecimiento. del miembro afecto, radiografías cuida- para mantener unidos los fragmentos. fiesto cuando la sangre contiene más
dosas, repetidas, siempre comparativas Chance, fractur
fracturaa de. Véase en fractu
fractu-- de 5 g de hemoglobina reducida, más
puede quedar afectado de una manera tivamente detenido el crecimiento óseo Principalmente como traumatismo obs- de los dos lados y preferentemente bajo lumbar traumatismos.
r as y en r aquis lumbar, de 1,5 g de metahemoglobina o más de
definitiva. Estas lesiones, que corres- en la zona comprimida. Son lesiones tétrico o como epifisiólisis de los ado- control radioscópico con amplificador Charnley,
Charnley, sir John.
John. Famoso cirujano or- 0,5 g de sulfohemoglobina por cada
ponden al tipo V de la clasificación de muy difíciles de diagnosticar ya que no lescentes. de imagen. topédico y traumatólogo inglés (1911- 100 ml de sangre.
Harris y Salter (véase más adelante), presentan alteraciones radiográficas, o 4) Extremidad distal del fémur. Como 2) Intentar la reducción por manio- 1982), cuyo nombre ocupa un lugar ciclo anóxico. Círculo vicioso por el
son por ello las más graves. Por otro muy pocas, y son de pronóstico desfa- traumatismo obstétrico o en niños ma- bras manuales, que incluyen la presión importante en la historia de la especia- que la anoxia cerebral aumenta la per-
lado, el crecimiento en longitud de la vorable por la detención, total o par- yores de un año, generalmente asocia- directa sobre los fragmentos desplaza- lidad como introductor e impulsor de meabilidad capilar y el edema, y éste a
fisis, o más frecuentemente, de una cial, del crecimiento fisario. da a fracturas epifisometafisarias. (Véa- dos, siempre bajo anestesia general. la artroplastia de cadera y por el avance su vez hace aumentar la anoxia. (Véa-
parte de ella, puede quedar interrumpi- La repercusión sobre el crecimiento fémur fracturas de la extremidad
se fémur, 3) En algunos casos especiales (des- que supuso, desde el punto de vista se craneoencefálicos,
craneoencefálicos,
do por la formación de puentes óseos óseo no depende solamente del tipo distal.) prendimiento de la cabeza del fémur) biomecánico, el sistema de baja fric- traumatismos
traumatismos.)
entre la metáfisis y la epífisis, al conso- anatómico de la lesión, sino que está 5) Extremidad proximal de la tibia. puede estar indicada la reducción me- ción entre el metal y un teflón de alta cifosis (del gr. kyphos, encorvado).. De-
lidar las fracturas transfisarias (lesiones condicionada a dos factores importan- Frecuente en niños de algunos años, diante tracción continua de la extremi- densidad. Discípulo de sir Henry Platt y formidad de la columna vertebral de
tipos II y IV de Harris y Salter). tes: por un mecanismo de hiperextensión. dad afecta, durante dos a cuatro sema- profesor de cirugía ortopédica de la convexidad posterior que da al dorso
Clasificación anatomopatológica de 1) La edad. Cuanto más joven es el Asociada a veces a fracturas epifisarias. nas. Universidad de Manchester en 1970. un aspecto encorvado. Sus causas prin-
Harris y Salter. Está basada en las diver- sujeto mayores son, lógicamente, las tibia fracturas.)
(Véase tibia, 4) En los desplazamientos irreducti- En 1950 publicó un primer libro de cipales son las espondilitis tuberculosas
sas posibilidades que puede adoptar el consecuencias de la detención del cre- 6) Cabeza del radio. Generalmente, bles manualmente, y sobre todo en las traumatología: The closed treatment of (mal de Pott) y las fracturas traumáticas
trazo de fractura. De acuerdo con ello cimiento o del crecimiento asimétrico a en niños de más de un año. lesiones tipo II, III y IV, reducción ope- common fractures. o patológicas (convulsiones epilépticas,
se establecen los siguientes tipos de le- nivel fisario. 7) Extremidad distal del radio. Niños ratoria y fijación de los fragmentos con Charnley,
Charnley, método de. Procedimiento tetánicas, cáncer, reumatismos verte-
siones (fig. 5): 2) La fertilidad de la fisis afectada. Es de más de 6 años. Asociada frecuente- grapas o simples agujas de Kirschner para el tratamiento de las fracturas su- brales, etc.). Sin.: gibosidad.
Tipo I) Desprendimiento epifisario decir, el grado que le corresponde en el mente a fracturas metafisarias. (fig. 6). pracondíleas de la extremidad inferior cimoplastina. Tromboplastina.
por separación de la zona de tejido es- crecimiento global del hueso. Como es Clínica y diagnóstico. El dolor es el sín- 5) Inmovilización tras la reducción del fémur (1947), basado en la tracción cinematización. Procedimiento quirúr-
ponjoso primario, descrita anteriormen- sabido, las «fisis fértiles» (fémur y tibia) toma más constante, más llamativo y, con yesos en la posición adecuada o fija transesquelética sobre la tibia, con gico que consiste en tunelizar los mu-
te y frecuente en los traumas obstétri- de la extremidad inferior están a nivel en general, más orientativo, tanto el do- vendajes blandos que cumplan con es- clavo de Steinmann, sujeto a una férula ñones musculares en las amputaciones,
cos. Es de pronóstico muy favorable, de la rodilla, contribuyendo en un 60 lor espontáneo como el provocado por tas finalidades. de Thomas. mediante colgajos cutáneos en forma
por las razones que han sido expuestas, % al crecimiento total en longitud, la presión sobre la zona afectada. Tam- En cuanto al tratamiento en los casos Chatcart, prótesis de. Para el tratamien- de tubos, a fin de poder aprovechar las
siempre que se restituya la epífisis des- mientras que en la extremidad superior bién puede observarse tumefacción, particulares, véanse los apartados co- to sustitutivo de las fracturas del cuello contracciones para el movimiento de
prendida en su lugar. esta proporción corresponde al hombro impotencia funcional, etc. El examen rrespondientes. del fémur. Prótesis cervicocefálica ce- las prótesis. Sin.: cine-plastia.
Tipo II) La más frecuente en el niño y y a la muñeca. radiográfico no siempre proporciona Castaign, operación
operación de. Técnica para mentada parecida a la de Thompson, cineplastia. Cinematización.
en el adolescente. En el fragmento epi- Localización preferente de las lesiones el tratamiento de las fracturas de la ex- de vástago más corto y ancho. cineprótesis (del gr. kinesis, movimiento,
fisario queda incluido un fragmento del cartílago de crecimiento. Teórica- tremidad inferior del radio por transfi- Chiari, Karl. Cirujano ortopédico aus- y protithemi, colocar en su sitio).. Próte-
óseo de la metáfisis. El pronóstico tras mente, cualquier zona epifisaria del es- xión mediante aguja de Kirschner. Se triaco (1912-1982). Fue jefe de la Clíni- sis cuyo aparato se adapta a un muñón
la reducción sigue siendo bueno. queleto puede ser asiento de una lesión basa en el mismo principio que la ope- ca Ortopédica Universitaria de Viena a que ha sido sometido a la cinematiza-
Tipo III) Trazo longitudinal que divide del cartílago de crecimiento. Sin em- ración de De Palma. (Véase muñeca,muñeca partir de 1962. Nombrado, en 1969, ción.
la epífisis en dos fragmentos, uno de los bargo, hay zonas de localización prefe- traumatismos.) presidente de la Sociedad Alemana de cinesalgia (del gr. kinesis, movimiento, y
cuales se desprende de la metáfisis. rente en las que las lesiones se repiten cauda equina, síndrome de la. Véase Ortopedia y Traumatología. De acuer- algos, dolor). Dolor muscular causado
Pronóstico favorable tras la reducción. con un cierto grado de uniformidad: aquis traumatismos, lesiones neuroló-
r aquis, do con la tradición de la escuela de Lo- por el movimiento.
Tipo IV) El trazo, longitudinal, divide 1) Extremidad proximal del húmero. gicas. renz, dedicó una particular atención al cinesiterapia (del gr. kinesis, movimien-
cinesiterapia
en dos la epífisis, atraviesa la fisis y Frecuente en los traumatismos obstétri- cavidad
cavidad cotiloidea. Acetábulo. estudio de la displasia congénita de la to, y therapeia, curación).. Método cu-
continúa a lo largo de la metáfisis. El cos, pero puede observarse igualmente Cearnes, método de. Técnica para la cadera y publicó, en 1953, su conoci- rativo basado en el ejercicio corporal.
pronóstico, en cuanto al crecimiento a partir de los 6 años. reducción de las luxaciones escapu- do método de osteotomía de la pelvis. Comprende la masoterapia, la movili-
óseo, no es desfavorable, pero puede 2) Extremidad distal del húmero. lohumerales. Es una variante del méto- operación de (de John Chiene,
Chiene, operación zación, la mecanoterapia, la gimnasia
quedar una incongruencia articular si Como desprendimiento completo sólo do de Hipócrates (véase Hipócrates,
Hipócrates, cirujano inglés, 1843-1923). Resección médica y la reeducación.
no se reduce bien. en los traumatismos obstétricos. Parcial- método de),de consistente en emplear el de una porción cuneiforme del cóndilo cinturón de seguridad, fractur fracturas
as por
Tipo V) Equivalen a un aplastamiento mente, asociado a fracturas del cóndilo puño del operador, introducido en la interno del fémur en la cura del genu el. Sinonimia de fractura de Chance.
parcial de la fisis, que afecta principal- húmero fractu-
o de la tróclea. (Véase húmero, FIG. 6. Ejemplos de reducción y fijación ope- axila del paciente en lugar del pie. valgum. Véase en fractur
fracturasas.
mente a la zona proliferativa, con lo ras de la extremidad distal.) ratoria de los fragmentos óseos desplazados, cefalohematoma. Véase en craneoen craneoen-- Cho, método de. Técnica (1975) para la citoquinas. También llamadas factores
cual queda —o puede quedar— defini- 3) Extremidad proximal del fémur. interesando los cartílagos fisarios. cefálicos, traumatismos
traumatismos. reconstrucción del ligamento cruzado de crecimiento y hormonas locales.
cartílago 52 53 Clancy

Tipo I Tipo II Tipo III Tipo IV Tipo V datos seguros, debido a la transparen- cefalohidrocele. Colección de líquido anterior, basada en el empleo del ten-
cia de las zonas cartilaginosas. En cual- cefalorraquídeo debajo del cuero cabe- dón del semitendinoso, conservando su
quier caso deben practicarse radiogra- lludo, producido por heridas puntifor- inserción distal y pasado por tuneliza-
fías comparativas de los dos lados. En mes penetrantes (clavos, flechas, etc.) ción del platillo tibial interno y cóndilo
cuanto a los síntomas particulares de del cráneo que llegan a atravesar la du- femoral externo.
cada localización, véanse los aparta- ramadre. Más frecuente en los niños. choque traumático.
traumático. Véase shock shock trau
trau--
dos correpondientes según su situación célula cartilaginosa. Condrocito. mático.
mático
anatómica. centelleografía. Sinónimo de escintigra-
centelleografía. Christman-Snook, operación
operación de. Inter-
Principios generales del tratamiento fía o gammagrafía. Término muy poco vención para la reparación de los liga-
1) Intentar por todos los medios posi- usado en otros idiomas, aparte del in- mentos externos del tobillo, usando el
bles, como medida previa muy necesa- glés americano. Veáse gammagrafía
gammagrafía. tendón del peroneo lateral corto a
ria, hacerse cargo del tipo de lesión cerclaje (del gr. kyklos, círculo). Procedi-
cerclaje tobillo le-
modo de tenodesis. (Véase tobillo,
anatómica que hay que tratar: modo en miento para tratar las fracturas óseas, siones ligamentosas.)
que se ha producido el traumatismo, especialmente de la rótula, que consis- cianosis. Coloración azulada de la piel o
alteraciones visibles en la forma o eje te en rodear el hueso con un alambre de las mucosas, que se pone de mani-
FIG. 5. Clasificación de Harris y Salter de las lesiones de los cartílagos de crecimiento. del miembro afecto, radiografías cuida- para mantener unidos los fragmentos. fiesto cuando la sangre contiene más
dosas, repetidas, siempre comparativas Chance, fractur
fracturaa de. Véase en fractu
fractu-- de 5 g de hemoglobina reducida, más
puede quedar afectado de una manera tivamente detenido el crecimiento óseo Principalmente como traumatismo obs- de los dos lados y preferentemente bajo lumbar traumatismos.
r as y en r aquis lumbar, de 1,5 g de metahemoglobina o más de
definitiva. Estas lesiones, que corres- en la zona comprimida. Son lesiones tétrico o como epifisiólisis de los ado- control radioscópico con amplificador Charnley,
Charnley, sir John.
John. Famoso cirujano or- 0,5 g de sulfohemoglobina por cada
ponden al tipo V de la clasificación de muy difíciles de diagnosticar ya que no lescentes. de imagen. topédico y traumatólogo inglés (1911- 100 ml de sangre.
Harris y Salter (véase más adelante), presentan alteraciones radiográficas, o 4) Extremidad distal del fémur. Como 2) Intentar la reducción por manio- 1982), cuyo nombre ocupa un lugar ciclo anóxico. Círculo vicioso por el
son por ello las más graves. Por otro muy pocas, y son de pronóstico desfa- traumatismo obstétrico o en niños ma- bras manuales, que incluyen la presión importante en la historia de la especia- que la anoxia cerebral aumenta la per-
lado, el crecimiento en longitud de la vorable por la detención, total o par- yores de un año, generalmente asocia- directa sobre los fragmentos desplaza- lidad como introductor e impulsor de meabilidad capilar y el edema, y éste a
fisis, o más frecuentemente, de una cial, del crecimiento fisario. da a fracturas epifisometafisarias. (Véa- dos, siempre bajo anestesia general. la artroplastia de cadera y por el avance su vez hace aumentar la anoxia. (Véa-
parte de ella, puede quedar interrumpi- La repercusión sobre el crecimiento fémur fracturas de la extremidad
se fémur, 3) En algunos casos especiales (des- que supuso, desde el punto de vista se craneoencefálicos,
craneoencefálicos,
do por la formación de puentes óseos óseo no depende solamente del tipo distal.) prendimiento de la cabeza del fémur) biomecánico, el sistema de baja fric- traumatismos
traumatismos.)
entre la metáfisis y la epífisis, al conso- anatómico de la lesión, sino que está 5) Extremidad proximal de la tibia. puede estar indicada la reducción me- ción entre el metal y un teflón de alta cifosis (del gr. kyphos, encorvado).. De-
lidar las fracturas transfisarias (lesiones condicionada a dos factores importan- Frecuente en niños de algunos años, diante tracción continua de la extremi- densidad. Discípulo de sir Henry Platt y formidad de la columna vertebral de
tipos II y IV de Harris y Salter). tes: por un mecanismo de hiperextensión. dad afecta, durante dos a cuatro sema- profesor de cirugía ortopédica de la convexidad posterior que da al dorso
Clasificación anatomopatológica de 1) La edad. Cuanto más joven es el Asociada a veces a fracturas epifisarias. nas. Universidad de Manchester en 1970. un aspecto encorvado. Sus causas prin-
Harris y Salter. Está basada en las diver- sujeto mayores son, lógicamente, las tibia fracturas.)
(Véase tibia, 4) En los desplazamientos irreducti- En 1950 publicó un primer libro de cipales son las espondilitis tuberculosas
sas posibilidades que puede adoptar el consecuencias de la detención del cre- 6) Cabeza del radio. Generalmente, bles manualmente, y sobre todo en las traumatología: The closed treatment of (mal de Pott) y las fracturas traumáticas
trazo de fractura. De acuerdo con ello cimiento o del crecimiento asimétrico a en niños de más de un año. lesiones tipo II, III y IV, reducción ope- common fractures. o patológicas (convulsiones epilépticas,
se establecen los siguientes tipos de le- nivel fisario. 7) Extremidad distal del radio. Niños ratoria y fijación de los fragmentos con Charnley,
Charnley, método de. Procedimiento tetánicas, cáncer, reumatismos verte-
siones (fig. 5): 2) La fertilidad de la fisis afectada. Es de más de 6 años. Asociada frecuente- grapas o simples agujas de Kirschner para el tratamiento de las fracturas su- brales, etc.). Sin.: gibosidad.
Tipo I) Desprendimiento epifisario decir, el grado que le corresponde en el mente a fracturas metafisarias. (fig. 6). pracondíleas de la extremidad inferior cimoplastina. Tromboplastina.
por separación de la zona de tejido es- crecimiento global del hueso. Como es Clínica y diagnóstico. El dolor es el sín- 5) Inmovilización tras la reducción del fémur (1947), basado en la tracción cinematización. Procedimiento quirúr-
ponjoso primario, descrita anteriormen- sabido, las «fisis fértiles» (fémur y tibia) toma más constante, más llamativo y, con yesos en la posición adecuada o fija transesquelética sobre la tibia, con gico que consiste en tunelizar los mu-
te y frecuente en los traumas obstétri- de la extremidad inferior están a nivel en general, más orientativo, tanto el do- vendajes blandos que cumplan con es- clavo de Steinmann, sujeto a una férula ñones musculares en las amputaciones,
cos. Es de pronóstico muy favorable, de la rodilla, contribuyendo en un 60 lor espontáneo como el provocado por tas finalidades. de Thomas. mediante colgajos cutáneos en forma
por las razones que han sido expuestas, % al crecimiento total en longitud, la presión sobre la zona afectada. Tam- En cuanto al tratamiento en los casos Chatcart, prótesis de. Para el tratamien- de tubos, a fin de poder aprovechar las
siempre que se restituya la epífisis des- mientras que en la extremidad superior bién puede observarse tumefacción, particulares, véanse los apartados co- to sustitutivo de las fracturas del cuello contracciones para el movimiento de
prendida en su lugar. esta proporción corresponde al hombro impotencia funcional, etc. El examen rrespondientes. del fémur. Prótesis cervicocefálica ce- las prótesis. Sin.: cine-plastia.
Tipo II) La más frecuente en el niño y y a la muñeca. radiográfico no siempre proporciona Castaign, operación
operación de. Técnica para mentada parecida a la de Thompson, cineplastia. Cinematización.
en el adolescente. En el fragmento epi- Localización preferente de las lesiones el tratamiento de las fracturas de la ex- de vástago más corto y ancho. cineprótesis (del gr. kinesis, movimiento,
fisario queda incluido un fragmento del cartílago de crecimiento. Teórica- tremidad inferior del radio por transfi- Chiari, Karl. Cirujano ortopédico aus- y protithemi, colocar en su sitio).. Próte-
óseo de la metáfisis. El pronóstico tras mente, cualquier zona epifisaria del es- xión mediante aguja de Kirschner. Se triaco (1912-1982). Fue jefe de la Clíni- sis cuyo aparato se adapta a un muñón
la reducción sigue siendo bueno. queleto puede ser asiento de una lesión basa en el mismo principio que la ope- ca Ortopédica Universitaria de Viena a que ha sido sometido a la cinematiza-
Tipo III) Trazo longitudinal que divide del cartílago de crecimiento. Sin em- ración de De Palma. (Véase muñeca,muñeca partir de 1962. Nombrado, en 1969, ción.
la epífisis en dos fragmentos, uno de los bargo, hay zonas de localización prefe- traumatismos.) presidente de la Sociedad Alemana de cinesalgia (del gr. kinesis, movimiento, y
cuales se desprende de la metáfisis. rente en las que las lesiones se repiten cauda equina, síndrome de la. Véase Ortopedia y Traumatología. De acuer- algos, dolor). Dolor muscular causado
Pronóstico favorable tras la reducción. con un cierto grado de uniformidad: aquis traumatismos, lesiones neuroló-
r aquis, do con la tradición de la escuela de Lo- por el movimiento.
Tipo IV) El trazo, longitudinal, divide 1) Extremidad proximal del húmero. gicas. renz, dedicó una particular atención al cinesiterapia (del gr. kinesis, movimien-
cinesiterapia
en dos la epífisis, atraviesa la fisis y Frecuente en los traumatismos obstétri- cavidad
cavidad cotiloidea. Acetábulo. estudio de la displasia congénita de la to, y therapeia, curación).. Método cu-
continúa a lo largo de la metáfisis. El cos, pero puede observarse igualmente Cearnes, método de. Técnica para la cadera y publicó, en 1953, su conoci- rativo basado en el ejercicio corporal.
pronóstico, en cuanto al crecimiento a partir de los 6 años. reducción de las luxaciones escapu- do método de osteotomía de la pelvis. Comprende la masoterapia, la movili-
óseo, no es desfavorable, pero puede 2) Extremidad distal del húmero. lohumerales. Es una variante del méto- operación de (de John Chiene,
Chiene, operación zación, la mecanoterapia, la gimnasia
quedar una incongruencia articular si Como desprendimiento completo sólo do de Hipócrates (véase Hipócrates,
Hipócrates, cirujano inglés, 1843-1923). Resección médica y la reeducación.
no se reduce bien. en los traumatismos obstétricos. Parcial- método de),de consistente en emplear el de una porción cuneiforme del cóndilo cinturón de seguridad, fractur fracturas
as por
Tipo V) Equivalen a un aplastamiento mente, asociado a fracturas del cóndilo puño del operador, introducido en la interno del fémur en la cura del genu el. Sinonimia de fractura de Chance.
parcial de la fisis, que afecta principal- húmero fractu-
o de la tróclea. (Véase húmero, FIG. 6. Ejemplos de reducción y fijación ope- axila del paciente en lugar del pie. valgum. Véase en fractur
fracturasas.
mente a la zona proliferativa, con lo ras de la extremidad distal.) ratoria de los fragmentos óseos desplazados, cefalohematoma. Véase en craneoen craneoen-- Cho, método de. Técnica (1975) para la citoquinas. También llamadas factores
cual queda —o puede quedar— defini- 3) Extremidad proximal del fémur. interesando los cartílagos fisarios. cefálicos, traumatismos
traumatismos. reconstrucción del ligamento cruzado de crecimiento y hormonas locales.
clavícula 54 55 clavícula

Sustancias biológicamente activas, en 2 trazo de fractura queda por fuera de es- de la zona, así como la actitud típica tenga. El recurso rutinariamente emple-
general polipéptidos, que intervienen tos ligamentos, el fragmento principal del sujeto, evitando los movimientos ado para lograrlo —el conocido venda-
1
en el proceso de consolidación de las puede desplazarse hacia arriba, como del brazo y sujetándolo con la mano je «en 8»— es incómodo, difícil de so-
fracturas. (Véase fractur as, generali-
fracturas en las fracturas del tercio medio. Lo del otro lado. En ocasiones (fracturas portar, puede producir enojosas
dades.) 3 mismo sucede cuando los citados liga- desplazadas) puede apreciarse una asi- compresiones de los elementos vascu-
Clancy
Clancy, método de. Procedimiento mentos se rompen. El problema del metría de los hombros, con el del lado lonerviosos y no es suficiente, en casi
(1982) para la reconstrucción del liga- desplazamiento es parecido, en este úl- afecto ligeramente descendido y des- la totalidad de los casos, para evitar el
Ligamentos
mento cruzado anterior, con una tira timo caso, al de las luxaciones acro- plazado hacia delante, y el saliente vi- mínimo movimiento del hombro que se
costoclaviculares
del tendón rotuliano, siguiendo una mioclaviculares (fig. 3). Las fracturas sible y palpable debajo de la piel, co- necesita para que los fragmentos vuel-
modificación de la técnica de Jones. Ligamentos del tercio interno tienen muy poca ten- rrespondiente al extremo del fragmento van a desplazarse. El mismo efecto (o
(Véase J ones, Kenneth
Kenneth G.).
G. coracoclaviculares dencia al desplazamiento, debido a la proximal desplazado (fig. 4). Cuando muy parecido) puede lograrse con un
clavícula
clavícula presencia de los ligamentos costoclavi- coexisten lesiones vasculonerviosas, a vendaje de Velpeau (especialmente en
Fracturas culares. las manifestaciones descritas se aña- niños y sujetos muy jóvenes) o simple-
Las fracturas de la clavícula son relati- Complicaciones y peligros den, lógicamente, los trastornos corres- mente con un cabestrillo triangular que
vamente frecuentes. Representan apro- Trastornos de la consolidación. Dada su pondientes a las mismas en el territorio incluya el codo. Y sobre todo, evitando
ximadamente el 1 % del total de las marcada tendencia a consolidar, las periférico de la extremidad: debilidad o los movimientos activos o pasivos de
fracturas del esqueleto humano. Pue- seudoartrosis de la clavícula son poco desaparición del pulso radial, frialdad, abducción del brazo, durante un perío-
den presentarse en todas las edades, in- frecuentes, pero pueden producirse en cianosis, edema de la mano, etc., así do aproximado de tres semanas, ini-
cluso en los recién nacidos, como con- las fracturas muy desplazadas y tratadas como tumefacción importante a nivel ciándolos seguidamente en forma muy
secuencia de traumatimos obstétricos. insuficientemente. Más frecuentes son local a causa del hematoma, o bien al- suave y progresiva, contando siempre
No revisten gravedad, en general, y los callos viciosos como resultado de la teraciones sensitivomotoras en el terri- con el buen pronóstico de estas fractu-
muestran una gran tendencia a la con- consolidación en posición defectuosa, torio de las ramas del plexo. ras y la posibilidad de consolidar sin
solidación, por lo cual el tratamiento, FIG. 1. Tipos anatomopatológicos de fracturas de clavícula, según su localización. Por orden de con la consecuencia de un defecto es- El diagnóstico puede hacerse en la ma- secuelas con los desplazamientos de
por lo regular, no ofrece problemas se- frecuencia: 1, fractura del tercio medio; 2, del tercio externo, y 3, del tercio interno. tético y, en algunos casos, una compre- yoría de los casos a base de los datos escasa entidad.
rios. Sin embargo, pueden dar lugar a sión tardía o secundaria de las ramas clínicos con amplio margen de seguri- Indicaciones del tratamiento operatorio.
complicaciones, a veces desagradables. del plexo. dad. En cualquier caso debe confirmar- 1) Las fracturas del tercio medio muy
Mecanismos de producción. El más cuentes, con gran diferencia respecto a plazadas son las del tercio medio. Se Complicaciones vasculonerviosas. Tam- se por radiografía anteroposterior, siem- desplazadas e inestables, o desplazadas
frecuente es el indirecto, por golpes re- las demás, son las del tercio medio, trata, en general, de un desplazamiento bién pueden producirse lesiones prima- pre de los dos lados, y en ocasiones en en grado incompatible con las exigen-
cibidos en el hombro, o transmitidos a comprendiendo casi el 90 % del total ad latus del fragmento proximal hacia rias asociadas de estos mismos troncos proyecciones anteroposteriores obli- cias estéticas de la persona interesada
lo largo del húmero, y que se traducen de las fracturas de este hueso. arriba, debido a la acción del esterno- nerviosos como consecuencia directa cuas, preferentemente bajo control pre- (mujeres jóvenes) o el tipo de actividad
por un esfuerzo de flexión sobre la cla- El trazo de fractura casi siempre es úni- cleidomastoideo (fig. 2), que puede del traumatismo y de su vecindad con vio con amplificador de imagen. física, laboral o deportiva. 2) Las fractu-
vícula. Sin embargo, y dada su situa- co y transversal respecto al eje del hue- asociarse a un desplazamiento angular, el foco de fractura, en las lesiones del Principios generales del tratamiento. ras del tercio medio o del tercio exter-
ción superficial, puede fracturarse tam- so. En general afecta a todo el contorno o a un acabalgamiento entre los frag- tercio medio, así como lesiones de la Se halla ampliamente difundido un mé- no, con rotura de los ligamentos cora-
bién por la acción de un traumatismo del hueso (fracturas completas), con mentos. Las fracturas incompletas o en arteria subclavia por el mismo motivo. todo de reducción y contención de es- coclaviculares, y por lo tanto muy
directo (golpe, objeto contundente, et- separación total entre los fragmentos, tallo verde no se desplazan o sólo lo Clínica y diagnóstico. Los síntomas tas fracturas, conocido por todos y desplazadas. 3) Las fracturas abiertas
cétera) sobre el propio hueso. pero puede afectar a una sola cortical, hacen en forma angular. Las fracturas locales (dolor, tumefacción, impotencia aceptado, en general, con categoría de «de dentro afuera», por la necesidad de
dando lugar a fracturas incompletas o del tercio externo tienen poca tenden- funcional) no se diferencian sustancial- dogma, y que con alguna posible va- reducirlas bien y por la po-sibilidad de
Anatomía patológica y clasificación
en tallo verde, con una incidencia más cia a desplazarse, debido a la fijación mente de los de cualquier lesión riante consiste fundamentalmente en lo emplear la misma herida para la fija-
anatomopatológica. Es clásico distin-
guir entre las fracturas del tercio exter- frecuente en los niños. que proporcionan los ligamentos cora- siguiente: anestesia local del foco, atra- ción quirúrgica.
er fuertemente los hombros hacia atrás La técnica operatoria más sencilla con-
no, medio e interno (fig. 1). Las más fre- Desplazamiento. Las fracturas más des- coclaviculares. Solamente cuando el
con el sujeto sentado y la rodilla del ci- siste en «enhebrar» los fragmentos con
rujano apoyada en la espalda e inmovi- una aguja de Kirschner intramedular,
lización en vendaje «en 8». Es por lo introducida por vía retrógrada, a partir
menos discutible si las verdaderas ven- del foco y a través de una minúscula
tajas del método justifican el predica- incisión, en el fragmento externo, hasta
mento de que goza, y su aplicación sis- hacerla emerger por el extremo del
temática en todos —o casi todos— los mismo, y reintroducirla seguidamente
casos de fracturas de clavícula. Cabe haciéndola penetrar por la medular del
decir, en primer lugar, que el procedi- fragmento interno (fig. 5). El procedi-
miento resulta innecesario en algunos miento tiene algunos peligros, siendo el
tipos de fracturas claviculares, princi- principal de ellos la posible emigración
palmente las fracturas del tercio inter- de la aguja hacia el mediastino. Para
no, o las del tercio medio y externo evitarlo, se han propuesto algunos mo-
poco desplazadas. Y en otros resulta in- delos especiales de fijadores intrame-
suficiente para cumplir con su propio dulares, como los llamados clavos de
objetivo. Tal ocurre en las fracturas del Knowles provistos de rosca en un extre-
tercio medio muy desplazadas, o en las mo y un tope en el otro, para evitar su
del tercio externo con rotura de los li- total penetración en el espacio medular
FIG. 4. Manifestaciones externas típicas de las gamentos coracoclaviculares. En la ma- de la clavícula. El mismo efecto puede
fracturas recientes desplazadas de la clavícula.
yoría de estos casos resulta difícil, por lograrse doblando en ángulo recto el
Hombro descendido y desplazado hacia delan-
FIG. 2. Desplazamiento hacia arriba del fragmento interno en las fractu- FIG. 3. Desplazamiento pronunciado del fragmento interno en las fractu- te, actitud de protección con la otra mano, sa- las maniobras descritas, obtener un gra- extremo externo emergente de la sim-
ras del tercio medio de la clavícula, por la acción del esternocleidomas- ras del tercio externo, debido a la rotura de los ligamentos cleidocoracoi- liente del fragmento clavicular sobre el relieve do aceptable de reducción, pero es ple aguja de Kirschner empleada. En las
toideo. deos. del hombro. mucho más difícil lograr que se man- fracturas muy desplazadas e inestables,
clavícula 54 55 clavícula

Sustancias biológicamente activas, en 2 trazo de fractura queda por fuera de es- de la zona, así como la actitud típica tenga. El recurso rutinariamente emple-
general polipéptidos, que intervienen tos ligamentos, el fragmento principal del sujeto, evitando los movimientos ado para lograrlo —el conocido venda-
1
en el proceso de consolidación de las puede desplazarse hacia arriba, como del brazo y sujetándolo con la mano je «en 8»— es incómodo, difícil de so-
fracturas. (Véase fractur as, generali-
fracturas en las fracturas del tercio medio. Lo del otro lado. En ocasiones (fracturas portar, puede producir enojosas
dades.) 3 mismo sucede cuando los citados liga- desplazadas) puede apreciarse una asi- compresiones de los elementos vascu-
Clancy
Clancy, método de. Procedimiento mentos se rompen. El problema del metría de los hombros, con el del lado lonerviosos y no es suficiente, en casi
(1982) para la reconstrucción del liga- desplazamiento es parecido, en este úl- afecto ligeramente descendido y des- la totalidad de los casos, para evitar el
Ligamentos
mento cruzado anterior, con una tira timo caso, al de las luxaciones acro- plazado hacia delante, y el saliente vi- mínimo movimiento del hombro que se
costoclaviculares
del tendón rotuliano, siguiendo una mioclaviculares (fig. 3). Las fracturas sible y palpable debajo de la piel, co- necesita para que los fragmentos vuel-
modificación de la técnica de Jones. Ligamentos del tercio interno tienen muy poca ten- rrespondiente al extremo del fragmento van a desplazarse. El mismo efecto (o
(Véase J ones, Kenneth
Kenneth G.).
G. coracoclaviculares dencia al desplazamiento, debido a la proximal desplazado (fig. 4). Cuando muy parecido) puede lograrse con un
clavícula
clavícula presencia de los ligamentos costoclavi- coexisten lesiones vasculonerviosas, a vendaje de Velpeau (especialmente en
Fracturas culares. las manifestaciones descritas se aña- niños y sujetos muy jóvenes) o simple-
Las fracturas de la clavícula son relati- Complicaciones y peligros den, lógicamente, los trastornos corres- mente con un cabestrillo triangular que
vamente frecuentes. Representan apro- Trastornos de la consolidación. Dada su pondientes a las mismas en el territorio incluya el codo. Y sobre todo, evitando
ximadamente el 1 % del total de las marcada tendencia a consolidar, las periférico de la extremidad: debilidad o los movimientos activos o pasivos de
fracturas del esqueleto humano. Pue- seudoartrosis de la clavícula son poco desaparición del pulso radial, frialdad, abducción del brazo, durante un perío-
den presentarse en todas las edades, in- frecuentes, pero pueden producirse en cianosis, edema de la mano, etc., así do aproximado de tres semanas, ini-
cluso en los recién nacidos, como con- las fracturas muy desplazadas y tratadas como tumefacción importante a nivel ciándolos seguidamente en forma muy
secuencia de traumatimos obstétricos. insuficientemente. Más frecuentes son local a causa del hematoma, o bien al- suave y progresiva, contando siempre
No revisten gravedad, en general, y los callos viciosos como resultado de la teraciones sensitivomotoras en el terri- con el buen pronóstico de estas fractu-
muestran una gran tendencia a la con- consolidación en posición defectuosa, torio de las ramas del plexo. ras y la posibilidad de consolidar sin
solidación, por lo cual el tratamiento, FIG. 1. Tipos anatomopatológicos de fracturas de clavícula, según su localización. Por orden de con la consecuencia de un defecto es- El diagnóstico puede hacerse en la ma- secuelas con los desplazamientos de
por lo regular, no ofrece problemas se- frecuencia: 1, fractura del tercio medio; 2, del tercio externo, y 3, del tercio interno. tético y, en algunos casos, una compre- yoría de los casos a base de los datos escasa entidad.
rios. Sin embargo, pueden dar lugar a sión tardía o secundaria de las ramas clínicos con amplio margen de seguri- Indicaciones del tratamiento operatorio.
complicaciones, a veces desagradables. del plexo. dad. En cualquier caso debe confirmar- 1) Las fracturas del tercio medio muy
Mecanismos de producción. El más cuentes, con gran diferencia respecto a plazadas son las del tercio medio. Se Complicaciones vasculonerviosas. Tam- se por radiografía anteroposterior, siem- desplazadas e inestables, o desplazadas
frecuente es el indirecto, por golpes re- las demás, son las del tercio medio, trata, en general, de un desplazamiento bién pueden producirse lesiones prima- pre de los dos lados, y en ocasiones en en grado incompatible con las exigen-
cibidos en el hombro, o transmitidos a comprendiendo casi el 90 % del total ad latus del fragmento proximal hacia rias asociadas de estos mismos troncos proyecciones anteroposteriores obli- cias estéticas de la persona interesada
lo largo del húmero, y que se traducen de las fracturas de este hueso. arriba, debido a la acción del esterno- nerviosos como consecuencia directa cuas, preferentemente bajo control pre- (mujeres jóvenes) o el tipo de actividad
por un esfuerzo de flexión sobre la cla- El trazo de fractura casi siempre es úni- cleidomastoideo (fig. 2), que puede del traumatismo y de su vecindad con vio con amplificador de imagen. física, laboral o deportiva. 2) Las fractu-
vícula. Sin embargo, y dada su situa- co y transversal respecto al eje del hue- asociarse a un desplazamiento angular, el foco de fractura, en las lesiones del Principios generales del tratamiento. ras del tercio medio o del tercio exter-
ción superficial, puede fracturarse tam- so. En general afecta a todo el contorno o a un acabalgamiento entre los frag- tercio medio, así como lesiones de la Se halla ampliamente difundido un mé- no, con rotura de los ligamentos cora-
bién por la acción de un traumatismo del hueso (fracturas completas), con mentos. Las fracturas incompletas o en arteria subclavia por el mismo motivo. todo de reducción y contención de es- coclaviculares, y por lo tanto muy
directo (golpe, objeto contundente, et- separación total entre los fragmentos, tallo verde no se desplazan o sólo lo Clínica y diagnóstico. Los síntomas tas fracturas, conocido por todos y desplazadas. 3) Las fracturas abiertas
cétera) sobre el propio hueso. pero puede afectar a una sola cortical, hacen en forma angular. Las fracturas locales (dolor, tumefacción, impotencia aceptado, en general, con categoría de «de dentro afuera», por la necesidad de
dando lugar a fracturas incompletas o del tercio externo tienen poca tenden- funcional) no se diferencian sustancial- dogma, y que con alguna posible va- reducirlas bien y por la po-sibilidad de
Anatomía patológica y clasificación
en tallo verde, con una incidencia más cia a desplazarse, debido a la fijación mente de los de cualquier lesión riante consiste fundamentalmente en lo emplear la misma herida para la fija-
anatomopatológica. Es clásico distin-
guir entre las fracturas del tercio exter- frecuente en los niños. que proporcionan los ligamentos cora- siguiente: anestesia local del foco, atra- ción quirúrgica.
er fuertemente los hombros hacia atrás La técnica operatoria más sencilla con-
no, medio e interno (fig. 1). Las más fre- Desplazamiento. Las fracturas más des- coclaviculares. Solamente cuando el
con el sujeto sentado y la rodilla del ci- siste en «enhebrar» los fragmentos con
rujano apoyada en la espalda e inmovi- una aguja de Kirschner intramedular,
lización en vendaje «en 8». Es por lo introducida por vía retrógrada, a partir
menos discutible si las verdaderas ven- del foco y a través de una minúscula
tajas del método justifican el predica- incisión, en el fragmento externo, hasta
mento de que goza, y su aplicación sis- hacerla emerger por el extremo del
temática en todos —o casi todos— los mismo, y reintroducirla seguidamente
casos de fracturas de clavícula. Cabe haciéndola penetrar por la medular del
decir, en primer lugar, que el procedi- fragmento interno (fig. 5). El procedi-
miento resulta innecesario en algunos miento tiene algunos peligros, siendo el
tipos de fracturas claviculares, princi- principal de ellos la posible emigración
palmente las fracturas del tercio inter- de la aguja hacia el mediastino. Para
no, o las del tercio medio y externo evitarlo, se han propuesto algunos mo-
poco desplazadas. Y en otros resulta in- delos especiales de fijadores intrame-
suficiente para cumplir con su propio dulares, como los llamados clavos de
objetivo. Tal ocurre en las fracturas del Knowles provistos de rosca en un extre-
tercio medio muy desplazadas, o en las mo y un tope en el otro, para evitar su
del tercio externo con rotura de los li- total penetración en el espacio medular
FIG. 4. Manifestaciones externas típicas de las gamentos coracoclaviculares. En la ma- de la clavícula. El mismo efecto puede
fracturas recientes desplazadas de la clavícula.
yoría de estos casos resulta difícil, por lograrse doblando en ángulo recto el
Hombro descendido y desplazado hacia delan-
FIG. 2. Desplazamiento hacia arriba del fragmento interno en las fractu- FIG. 3. Desplazamiento pronunciado del fragmento interno en las fractu- te, actitud de protección con la otra mano, sa- las maniobras descritas, obtener un gra- extremo externo emergente de la sim-
ras del tercio medio de la clavícula, por la acción del esternocleidomas- ras del tercio externo, debido a la rotura de los ligamentos cleidocoracoi- liente del fragmento clavicular sobre el relieve do aceptable de reducción, pero es ple aguja de Kirschner empleada. En las
toideo. deos. del hombro. mucho más difícil lograr que se man- fracturas muy desplazadas e inestables,
clavo 56 57 codo

A B anteroposterior, el eje del antebrazo en cualquier posición, garantizando la


tampoco se halla en línea recta respec- estabilidad lateral del antebrazo y el
to al eje del brazo, sino que forma con acoplamiento mutuo del húmero con el
el mismo un ángulo abierto hacia fuera cúbito y el radio (fig. 3). Estos ligamen-
que varía de 10 a 15 grados en los tos juegan un papel muy importante en
hombres y de 20 a 25 grados en las la modalidad anatomopatológica de las
mujeres. Se trata, por tanto, de un cúbi- lesiones traumáticas del codo, en la
to valgo fisiológico (fig. 2). gravedad de las mismas y en los resul-
Las tres articulaciones del codo presen- tados del tratamiento.
tan una sinovial única. Su cara anterior El cúbito y el radio, por su parte, se ha-
y posterior se halla recubierta por una llan fuertemente unidos a nivel de su
cápsula muy laxa, que se arruga o se extremo proximal mediante el ligamen-
atiranta en los movimientos de flexión to anular, formando uno de los ejem-
FIG. 5. Tratamiento quirúrgico de las fracturas desplazadas del tercio medio, mediante aguja endomedular introducida primero por el foco en el frag- y extensión del antebrazo. Por su lado plos más característicos de articulación
mento externo (A) y reintroducida en sentido contrario en el interno (B), con el extremo del clavo doblado para evitar su penetración secundaria en la
interno y externo está reforzada por trocoides o gínglimo lateral que permite
clavícula y facilitar su extracción. 15-25o
unos potentes ligamentos colaterales, los movimientos de pronosupinación
que permiten la realización de dicho (fig. 4). Es importante, desde el punto
en las que haya motivos para sospechar ilíaca. que forman con la citada línea un án- FIG. 2. Ángulo normal (cúbito valgo fisiológi- movimiento manteniéndose atirantados de vista traumatológico, conocer los
la rotura de los ligamentos coracoclavi- cóccix (del gr. kokkyx, cuclillo, cuco).. gulo de 45 grados, según se expresa en co) entre los ejes del brazo y del antebrazo.
culares, las indicaciones y los medios Hueso que constituye el extremo cau- la figura 1. Esta angulación es lo que
de reparación son superponibles a los dal de la columna vertebral en el hom- permite el movimiento de flexión máxi-
descritos en las luxaciones acromiocla- bre, semejante al pico del cuclillo. ma del antebrazo, que alcanza normal-
viculares. (Véase acromioclavicular.) Codivilla,
Codivilla, Alessandro. Célebre cirujano mente los 180 grados, pero es lo que A B
Tratamiento de las seudoartrosis. En es- ortopédico y traumatólogo italiano condiciona, por otro lado, el mecanis-
tas lesiones no resulta suficiente, por lo (1861-1912). Fue director del Instituto
mo de producción de las lesiones trau-
regular, la fijación intramedular con Rizzoli, de Bolonia. Preconizó, entre
máticas más frecuentes a nivel de esta Cápsula anterior
clavo o aguja. Es necesaria la osteosín- muchos otros procedimientos para el
tesis con placa atornillada, preferente- tratamiento de las fracturas, la fijación articulación, concretamente las que se Cápsula posterior
mente a compresión. También es nece- del pie mediante clavo transfixiante a producen por transmisión a lo largo de Ligamento anular
sario este procedimiento en los casos través del calcáneo, incorporado al los huesos del antebrazo, de los golpes
de pérdida de sustancia o extremos de yeso, así como una técnica de trasplan- recibidos sobre la mano con el antebra-
los fragmentos muy afilados y en la in- te de tendones para el tratamiento de la zo en extensión. Visto en proyección
terposición de un fragmento óseo entre parálisis infantil. Describió la operación
los fragmentos, previo su refrescamien- llamada de Colona-Codivilla, consisten-
to con extirpación del tejido de seudo- te en la reposición de una cadera luxa-

{
Cinta posterior
artrosis. da irreductible mediante osteotomía va- Ligamento
clavo de Zinkel. Sistema de osteosíntesis
clav rizante del fémur a nivel trocantéreo e lateral Cinta media
para el tratamiento de las fracturas dia- interposición de la propia cápsula. interno
fisarias del fémur asociadas a una frac- codo Cinta anterior (ligamento de Bardinet) Ligamento lateral externo
tura del cuello del mismo hueso. Está Anatomía
formado por dos clavos, uno intrame- Principales características anatomofun- FIG. 3. Ligamentos colaterales del codo, vistos por su cara interna (A) y externa (B).
dular y otro intracervical, que permite cionales. El codo es una diartrosis, o ar-
la síntesis simultánea de ambas fractu- ticulación movible, provista de sino- Cavidad sigmoidea
«Incisura troclearis»
ras. vial. Está formado en realidad por tres
clav
clavos condilocefálicos. Véase condi- condi- articulaciones: la humerocubital, que
locefálicos, clav
clavos.
os es una trocleoartrosis; la humerorradial, 45°
fractura
Cloquet-Shepherd, fractur a de (de Ju- que es una condiloartrosis, y la radio-
45°
les Germain Cloquet, cirujano francés, cubital superior, que es una trocoide.
1790-1883, y Francis John Shepherd, En el movimiento de flexión y exten-
cirujano canadiense, 1851-1929). Véa- sión del codo intervienen únicamente
se en fractur
fracturas astrágalo fractu-
as y en astrágalo, las dos primeras, la humerocubital y la
r a s . humerorradial. El movimiento de pro-
Clovis-V ❊b
Clovis-Vincens,
incens, síndrome de. Parálisis no-supinación corre a cargo, en cam- Articulación
radiocubital
del nervio motor ocular común de un bio, de la humerorradial, la radiocubi- a ❊
lado, unida a signos motores de espas- tal superior y la radiocubital inferior.
ticidad en el opuesto. (Véase en crane
crane-- Visto en proyección lateral y en exten- Ligamento anular
traumatismos.)
oencefálicos, traumatismos sión completa, el eje del húmero y el
Clow
Cloward, método de. Método de ar- del cúbito se hallan en una misma lí- Cabeza del radio

trodesis intersomática cervical consis- nea. Sin embargo, los extremos articu- «Caput radiii» c
Cuello del radio
tente en la extracción de un cilindro lares de estos dos huesos (la tróclea hu- «Collum radii»
FIG. 1. Orientación de los extremos articula-
óseo del cuerpo de dos vértebras con- meral por un lado, y la cavidad res del húmero y del cúbito en plano sagital, FIG. 5. Puntos óseos de referencia en la cara
tiguas y su sustitución por un injerto sigmoidea del cúbito por otro) no se con una angulación de 45 grados respecto al FIG. 4. Esquema representando la articulación radiocubital proximal y su medio de unión o liga- posterior del codo: ab, línea de Hütter; abc,
de forma análoga obtenido de la cresta hallan alineados con dichos ejes, sino eje longitudinal de ambos huesos. mento anular. triángulo de Nélaton.
clavo 56 57 codo

A B anteroposterior, el eje del antebrazo en cualquier posición, garantizando la


tampoco se halla en línea recta respec- estabilidad lateral del antebrazo y el
to al eje del brazo, sino que forma con acoplamiento mutuo del húmero con el
el mismo un ángulo abierto hacia fuera cúbito y el radio (fig. 3). Estos ligamen-
que varía de 10 a 15 grados en los tos juegan un papel muy importante en
hombres y de 20 a 25 grados en las la modalidad anatomopatológica de las
mujeres. Se trata, por tanto, de un cúbi- lesiones traumáticas del codo, en la
to valgo fisiológico (fig. 2). gravedad de las mismas y en los resul-
Las tres articulaciones del codo presen- tados del tratamiento.
tan una sinovial única. Su cara anterior El cúbito y el radio, por su parte, se ha-
y posterior se halla recubierta por una llan fuertemente unidos a nivel de su
cápsula muy laxa, que se arruga o se extremo proximal mediante el ligamen-
atiranta en los movimientos de flexión to anular, formando uno de los ejem-
FIG. 5. Tratamiento quirúrgico de las fracturas desplazadas del tercio medio, mediante aguja endomedular introducida primero por el foco en el frag- y extensión del antebrazo. Por su lado plos más característicos de articulación
mento externo (A) y reintroducida en sentido contrario en el interno (B), con el extremo del clavo doblado para evitar su penetración secundaria en la
interno y externo está reforzada por trocoides o gínglimo lateral que permite
clavícula y facilitar su extracción. 15-25o
unos potentes ligamentos colaterales, los movimientos de pronosupinación
que permiten la realización de dicho (fig. 4). Es importante, desde el punto
en las que haya motivos para sospechar ilíaca. que forman con la citada línea un án- FIG. 2. Ángulo normal (cúbito valgo fisiológi- movimiento manteniéndose atirantados de vista traumatológico, conocer los
la rotura de los ligamentos coracoclavi- cóccix (del gr. kokkyx, cuclillo, cuco).. gulo de 45 grados, según se expresa en co) entre los ejes del brazo y del antebrazo.
culares, las indicaciones y los medios Hueso que constituye el extremo cau- la figura 1. Esta angulación es lo que
de reparación son superponibles a los dal de la columna vertebral en el hom- permite el movimiento de flexión máxi-
descritos en las luxaciones acromiocla- bre, semejante al pico del cuclillo. ma del antebrazo, que alcanza normal-
viculares. (Véase acromioclavicular.) Codivilla,
Codivilla, Alessandro. Célebre cirujano mente los 180 grados, pero es lo que A B
Tratamiento de las seudoartrosis. En es- ortopédico y traumatólogo italiano condiciona, por otro lado, el mecanis-
tas lesiones no resulta suficiente, por lo (1861-1912). Fue director del Instituto
mo de producción de las lesiones trau-
regular, la fijación intramedular con Rizzoli, de Bolonia. Preconizó, entre
máticas más frecuentes a nivel de esta Cápsula anterior
clavo o aguja. Es necesaria la osteosín- muchos otros procedimientos para el
tesis con placa atornillada, preferente- tratamiento de las fracturas, la fijación articulación, concretamente las que se Cápsula posterior
mente a compresión. También es nece- del pie mediante clavo transfixiante a producen por transmisión a lo largo de Ligamento anular
sario este procedimiento en los casos través del calcáneo, incorporado al los huesos del antebrazo, de los golpes
de pérdida de sustancia o extremos de yeso, así como una técnica de trasplan- recibidos sobre la mano con el antebra-
los fragmentos muy afilados y en la in- te de tendones para el tratamiento de la zo en extensión. Visto en proyección
terposición de un fragmento óseo entre parálisis infantil. Describió la operación
los fragmentos, previo su refrescamien- llamada de Colona-Codivilla, consisten-
to con extirpación del tejido de seudo- te en la reposición de una cadera luxa-

{
Cinta posterior
artrosis. da irreductible mediante osteotomía va- Ligamento
clavo de Zinkel. Sistema de osteosíntesis
clav rizante del fémur a nivel trocantéreo e lateral Cinta media
para el tratamiento de las fracturas dia- interposición de la propia cápsula. interno
fisarias del fémur asociadas a una frac- codo Cinta anterior (ligamento de Bardinet) Ligamento lateral externo
tura del cuello del mismo hueso. Está Anatomía
formado por dos clavos, uno intrame- Principales características anatomofun- FIG. 3. Ligamentos colaterales del codo, vistos por su cara interna (A) y externa (B).
dular y otro intracervical, que permite cionales. El codo es una diartrosis, o ar-
la síntesis simultánea de ambas fractu- ticulación movible, provista de sino- Cavidad sigmoidea
«Incisura troclearis»
ras. vial. Está formado en realidad por tres
clav
clavos condilocefálicos. Véase condi- condi- articulaciones: la humerocubital, que
locefálicos, clav
clavos.
os es una trocleoartrosis; la humerorradial, 45°
fractura
Cloquet-Shepherd, fractur a de (de Ju- que es una condiloartrosis, y la radio-
45°
les Germain Cloquet, cirujano francés, cubital superior, que es una trocoide.
1790-1883, y Francis John Shepherd, En el movimiento de flexión y exten-
cirujano canadiense, 1851-1929). Véa- sión del codo intervienen únicamente
se en fractur
fracturas astrágalo fractu-
as y en astrágalo, las dos primeras, la humerocubital y la
r a s . humerorradial. El movimiento de pro-
Clovis-V ❊b
Clovis-Vincens,
incens, síndrome de. Parálisis no-supinación corre a cargo, en cam- Articulación
radiocubital
del nervio motor ocular común de un bio, de la humerorradial, la radiocubi- a ❊
lado, unida a signos motores de espas- tal superior y la radiocubital inferior.
ticidad en el opuesto. (Véase en crane
crane-- Visto en proyección lateral y en exten- Ligamento anular
traumatismos.)
oencefálicos, traumatismos sión completa, el eje del húmero y el
Clow
Cloward, método de. Método de ar- del cúbito se hallan en una misma lí- Cabeza del radio

trodesis intersomática cervical consis- nea. Sin embargo, los extremos articu- «Caput radiii» c
Cuello del radio
tente en la extracción de un cilindro lares de estos dos huesos (la tróclea hu- «Collum radii»
FIG. 1. Orientación de los extremos articula-
óseo del cuerpo de dos vértebras con- meral por un lado, y la cavidad res del húmero y del cúbito en plano sagital, FIG. 5. Puntos óseos de referencia en la cara
tiguas y su sustitución por un injerto sigmoidea del cúbito por otro) no se con una angulación de 45 grados respecto al FIG. 4. Esquema representando la articulación radiocubital proximal y su medio de unión o liga- posterior del codo: ab, línea de Hütter; abc,
de forma análoga obtenido de la cresta hallan alineados con dichos ejes, sino eje longitudinal de ambos huesos. mento anular. triángulo de Nélaton.
codo 58 59 codo

A
Fracturas A B C D E
Consideraciones generales y contenido
del tema. Las fracturas del codo pueden
producirse en cualquiera de los tres
huesos que forman la articulación: ex-
tremo distal del húmero o extremo pro-
ximal del cúbito o del radio. Sin embar-
go, es poco frecuente que la fractura
Recién nacido 6 años afecte a varios de ellos, en el mismo
2 años codo, lo cual autoriza a estudiarlas por
separado en los correspondientes apar-
tados. A pesar de que todas ellas pre-
sentan, como es fácil suponer, caracte-
res comunes y muy semejantes desde
el punto de vista clínico (dolor, tume- FIG. 7. Distintas modalidades posibles de luxación del codo: A) luxación posterior (forma más frecuente); B) luxación externa; C) luxación interna; D)
facción, impotencia funcional, limita- luxación anterior; E) luxación divergente.
ción dolorosa de los movimientos, et-
cétera), y plantean problemas parecidos
de los dos huesos del antebrazo y luxa- mencionadas las fracturas que acompa-
en cuanto a su diagnóstico radiográfi-
ciones aisladas de cada uno de ellos, y ñan con frecuencia a las luxaciones del
co, pero no en cuanto a su tratamiento,
11 años 15 años dentro de las primeras, luxaciones pos- codo, cuyo estudio y tratamiento perte-
que debe ajustarse a las características teriores, anteriores, internas, externas y necen a otro apartado. Conviene recor-
B particulares de cada hueso. De acuerdo divergentes (fig. 7). A ellas hay que aña- dar aquí, sin embargo, que estas lesio-
con ello, para una información com- dir las luxaciones inveteradas, las reci- nes fracturarias asociadas constituyen
pleta acerca del tema, véanse los si- divantes, las luxaciones con fractura y uno de los factores más corrientes de
guientes términos: cóndilo humeral
humeral, las luxaciones asociadas a otras com- inestabilidad después de la reducción.
fracturas; coronoides,
coronoides fracturas de la plicaciones, las luxaciones estables y Son también frecuentes, en general im-
apófisis; epitróclea,
epitróclea fracturas; las inestables. Todas estas divisiones y portantes y muchas veces graves, las le-
húmero fracturas de la extremidad dis-
húmero, subdivisiones no reflejan, sin embargo, siones vasculonerviosas que acompa-
olécranon, fracturas; r adio,
tal; olécranon adio fractu- la realidad clínica, o sólo la reflejan en ñan a la luxación, así como los
ras del extremo proximal. parte, porque la realidad clínica es que desgarros musculares en el vientre del
Recién nacido 5 años 13 años Luxaciones las luxaciones más frecuentes —prácti- braquial anterior, y que predisponen a
Consideraciones generales. Las luxacio- camente las únicas— son las luxaciones una de las complicaciones secundarias
nes del codo pueden producirse como posteriores o posteroexternas de los dos más desagradables, la miositis osifican-
C una lesión aislada, o, lo que es más fre- huesos del antebrazo, en cuyo estudio te.
cuente, como lesión asociada a las hay que incluir algunas de las caracte- Factores de estabilidad e inestabilidad.
fracturas de los huesos que componen rísticas particulares que pueden presen- En primer lugar, las lesiones ligamento-
esta articulación. En tal caso, su estudio tar, como es la estabilidad o inestabili- sas que han sido anteriormente señala-
y su tratamiento forma parte de la des- dad, las lesiones asociadas, etc. La das. Más concretamente, la integridad
cripción de este tipo de fracturas. descripción independiente de cada uno o rotura de los ligamentos laterales del
Como lesión aislada merece un estudio de los otros grupos rebasa la finalidad codo, cuya misión fisiológica consiste
aparte, por plantear problemas muy principal de un estudio general del pro- en permitir el movimiento de flexión-
distintos, sobre todo desde el punto de blema, cuya solución, por otro lado — extensión, pero manteniendo fuerte- FIG. 8. Luxación posterior con y sin desgarro
Recién nacido 6 años 9 años vista terapéutico. Es relativamente fre- es decir, su tratamiento—, no difiere mente acoplados los huesos del ante- de los ligamentos laterales internos.
cuente en adolescentes y sujetos jóve- sustancialmente entre unas formas ana- brazo con el húmero. En segundo lugar,
nes, rara en los viejos y excepcional en tomopatológicas y otras. las fracturas asociadas, producidas por
FIG. 6. Centros de osificación apofisarios y epifisarios del húmero (A), del cúbito (B) y del radio (C) niños por debajo de los 8 o 9 años. Se Fracturas posteriores o posteroexternas dos motivos importantes: uno de ellos, olécranon en la cara posterior del codo
a lo largo del desarrollo esquelético infantil. produce, en la mayoría de los casos, de los dos huesos del antebrazo. Se por fallar la sujeción que normalmente y el relieve del húmero en la anterior.
por un mecanismo de hiperextensión producen por el mecanismo que ha ejercen los salientes óseos que habi- El sujeto se halla particularmente incó-
forzada del antebrazo que obliga a sido anteriormente descrito, y en virtud tualmente se rompen, como es el caso modo y se resiste a cualquier intento de
principales puntos de referencia de las producen, aunque en grado mínimo, «saltar» a la coronoides por encima de del cual la extremidad superior del cú- de la fractura de la coronoides, que fa- movimiento o exploración (fig. 10). El
relaciones de los huesos componentes movimientos accesorios de abducción la tróclea humeral, colocándose detrás bito y la del radio quedan detrás —o cilita la luxación posterior del cúbito edema y la tumefacción aparecen muy
de la articulación del codo entre sí, la y aducción del antebrazo respecto al de ella. El accidente causal típico es la detrás y algo desplazados hacia fuera— (fig. 9), y el otro, la posibilidad de in- pronto y ocultan las irregularidades de
llamada línea de Hütter y el triángulo eje del húmero. Tales movimientos caída sobre la mano con el codo en hi- respecto a la tróclea humeral. Este des- carceración de un fragmento óseo en la los relieves óseos. La radiografía confir-
de Nélaton (fig. 5), así como las etapas acompañan a los de pronación y supi- perextensión, pero, como es fácil supo- plazamiento hacia atrás exige el desga- cavidad articular al hacer la reducción. ma el diagnóstico y permite comprobar
de la osificación epifisaria y apofisaria nación, en el sentido de la abducción o ner, pueden intervenir otros mecanis- rro de la cápsula anterior del codo, a la El ejemplo más corriente lo ofrece la el tipo anatomopatológico de luxación
en el período infantil, a fin de poder in- de la aducción, respectivamente. Por mos, en especial los desplazamientos cual puede añadirse, cuando se trata de interposición de un fragmento despren- y la existencia o ausencia de lesiones
terpretar adecuadamente las imágenes otro lado, con el codo totalmente ex- forzados del antebrazo hacia su lado luxaciones con gran desplazamiento o dido por arrancamiento de la epitró- óseas asociadas. Es muy interesante, en
radiográficas de los niños (fig. 6). tendido, es posible detectar (sobre todo cubital o radial. de luxaciones posterolaterales, el des- epitróclea fracturas.)
clea. (Véase epitróclea, esta fase del reconocimiento, tener
Los movimientos normales del codo en los niños) un cierto grado de movili- Anatomía patológica y grupos anato- garro o la desinserción de los ligamen- Clínica y diagnóstico. Es característica muy en cuenta la posibilidad de lesio-
—no es necesario recordarlo— son los dad lateral pasiva del antebrazo, que moclínicos. En el terreno rigurosamente tos laterales del codo, en especial del la actitud del codo en semiflexión, muy nes asociadas, en particular las de ín-
de flexión-extensión y los de prono-su- no conviene confundir con la inestabi- teórico hay que tomar en consideración ligamento lateral interno en las luxacio- dolorido y deformado. Antes de que se dole vascular (ausencia de pulso radial,
pinación. Sin embargo, es interesante lidad lateral que se observa en algunas una amplia gama de posibilidades que nes posteroexternas (fig. 8). produzca el inevitable edema y la hin- edema de la mano, cianosis, frialdad,
tener en cuenta que normalmente se lesiones traumáticas del codo. tiene el codo para luxarse: luxaciones Otras lesiones asociadas. Ya han sido chazón, puede palparse el saliente del etc.).
codo 58 59 codo

A
Fracturas A B C D E
Consideraciones generales y contenido
del tema. Las fracturas del codo pueden
producirse en cualquiera de los tres
huesos que forman la articulación: ex-
tremo distal del húmero o extremo pro-
ximal del cúbito o del radio. Sin embar-
go, es poco frecuente que la fractura
Recién nacido 6 años afecte a varios de ellos, en el mismo
2 años codo, lo cual autoriza a estudiarlas por
separado en los correspondientes apar-
tados. A pesar de que todas ellas pre-
sentan, como es fácil suponer, caracte-
res comunes y muy semejantes desde
el punto de vista clínico (dolor, tume- FIG. 7. Distintas modalidades posibles de luxación del codo: A) luxación posterior (forma más frecuente); B) luxación externa; C) luxación interna; D)
facción, impotencia funcional, limita- luxación anterior; E) luxación divergente.
ción dolorosa de los movimientos, et-
cétera), y plantean problemas parecidos
de los dos huesos del antebrazo y luxa- mencionadas las fracturas que acompa-
en cuanto a su diagnóstico radiográfi-
ciones aisladas de cada uno de ellos, y ñan con frecuencia a las luxaciones del
co, pero no en cuanto a su tratamiento,
11 años 15 años dentro de las primeras, luxaciones pos- codo, cuyo estudio y tratamiento perte-
que debe ajustarse a las características teriores, anteriores, internas, externas y necen a otro apartado. Conviene recor-
B particulares de cada hueso. De acuerdo divergentes (fig. 7). A ellas hay que aña- dar aquí, sin embargo, que estas lesio-
con ello, para una información com- dir las luxaciones inveteradas, las reci- nes fracturarias asociadas constituyen
pleta acerca del tema, véanse los si- divantes, las luxaciones con fractura y uno de los factores más corrientes de
guientes términos: cóndilo humeral
humeral, las luxaciones asociadas a otras com- inestabilidad después de la reducción.
fracturas; coronoides,
coronoides fracturas de la plicaciones, las luxaciones estables y Son también frecuentes, en general im-
apófisis; epitróclea,
epitróclea fracturas; las inestables. Todas estas divisiones y portantes y muchas veces graves, las le-
húmero fracturas de la extremidad dis-
húmero, subdivisiones no reflejan, sin embargo, siones vasculonerviosas que acompa-
olécranon, fracturas; r adio,
tal; olécranon adio fractu- la realidad clínica, o sólo la reflejan en ñan a la luxación, así como los
ras del extremo proximal. parte, porque la realidad clínica es que desgarros musculares en el vientre del
Recién nacido 5 años 13 años Luxaciones las luxaciones más frecuentes —prácti- braquial anterior, y que predisponen a
Consideraciones generales. Las luxacio- camente las únicas— son las luxaciones una de las complicaciones secundarias
nes del codo pueden producirse como posteriores o posteroexternas de los dos más desagradables, la miositis osifican-
C una lesión aislada, o, lo que es más fre- huesos del antebrazo, en cuyo estudio te.
cuente, como lesión asociada a las hay que incluir algunas de las caracte- Factores de estabilidad e inestabilidad.
fracturas de los huesos que componen rísticas particulares que pueden presen- En primer lugar, las lesiones ligamento-
esta articulación. En tal caso, su estudio tar, como es la estabilidad o inestabili- sas que han sido anteriormente señala-
y su tratamiento forma parte de la des- dad, las lesiones asociadas, etc. La das. Más concretamente, la integridad
cripción de este tipo de fracturas. descripción independiente de cada uno o rotura de los ligamentos laterales del
Como lesión aislada merece un estudio de los otros grupos rebasa la finalidad codo, cuya misión fisiológica consiste
aparte, por plantear problemas muy principal de un estudio general del pro- en permitir el movimiento de flexión-
distintos, sobre todo desde el punto de blema, cuya solución, por otro lado — extensión, pero manteniendo fuerte- FIG. 8. Luxación posterior con y sin desgarro
Recién nacido 6 años 9 años vista terapéutico. Es relativamente fre- es decir, su tratamiento—, no difiere mente acoplados los huesos del ante- de los ligamentos laterales internos.
cuente en adolescentes y sujetos jóve- sustancialmente entre unas formas ana- brazo con el húmero. En segundo lugar,
nes, rara en los viejos y excepcional en tomopatológicas y otras. las fracturas asociadas, producidas por
FIG. 6. Centros de osificación apofisarios y epifisarios del húmero (A), del cúbito (B) y del radio (C) niños por debajo de los 8 o 9 años. Se Fracturas posteriores o posteroexternas dos motivos importantes: uno de ellos, olécranon en la cara posterior del codo
a lo largo del desarrollo esquelético infantil. produce, en la mayoría de los casos, de los dos huesos del antebrazo. Se por fallar la sujeción que normalmente y el relieve del húmero en la anterior.
por un mecanismo de hiperextensión producen por el mecanismo que ha ejercen los salientes óseos que habi- El sujeto se halla particularmente incó-
forzada del antebrazo que obliga a sido anteriormente descrito, y en virtud tualmente se rompen, como es el caso modo y se resiste a cualquier intento de
principales puntos de referencia de las producen, aunque en grado mínimo, «saltar» a la coronoides por encima de del cual la extremidad superior del cú- de la fractura de la coronoides, que fa- movimiento o exploración (fig. 10). El
relaciones de los huesos componentes movimientos accesorios de abducción la tróclea humeral, colocándose detrás bito y la del radio quedan detrás —o cilita la luxación posterior del cúbito edema y la tumefacción aparecen muy
de la articulación del codo entre sí, la y aducción del antebrazo respecto al de ella. El accidente causal típico es la detrás y algo desplazados hacia fuera— (fig. 9), y el otro, la posibilidad de in- pronto y ocultan las irregularidades de
llamada línea de Hütter y el triángulo eje del húmero. Tales movimientos caída sobre la mano con el codo en hi- respecto a la tróclea humeral. Este des- carceración de un fragmento óseo en la los relieves óseos. La radiografía confir-
de Nélaton (fig. 5), así como las etapas acompañan a los de pronación y supi- perextensión, pero, como es fácil supo- plazamiento hacia atrás exige el desga- cavidad articular al hacer la reducción. ma el diagnóstico y permite comprobar
de la osificación epifisaria y apofisaria nación, en el sentido de la abducción o ner, pueden intervenir otros mecanis- rro de la cápsula anterior del codo, a la El ejemplo más corriente lo ofrece la el tipo anatomopatológico de luxación
en el período infantil, a fin de poder in- de la aducción, respectivamente. Por mos, en especial los desplazamientos cual puede añadirse, cuando se trata de interposición de un fragmento despren- y la existencia o ausencia de lesiones
terpretar adecuadamente las imágenes otro lado, con el codo totalmente ex- forzados del antebrazo hacia su lado luxaciones con gran desplazamiento o dido por arrancamiento de la epitró- óseas asociadas. Es muy interesante, en
radiográficas de los niños (fig. 6). tendido, es posible detectar (sobre todo cubital o radial. de luxaciones posterolaterales, el des- epitróclea fracturas.)
clea. (Véase epitróclea, esta fase del reconocimiento, tener
Los movimientos normales del codo en los niños) un cierto grado de movili- Anatomía patológica y grupos anato- garro o la desinserción de los ligamen- Clínica y diagnóstico. Es característica muy en cuenta la posibilidad de lesio-
—no es necesario recordarlo— son los dad lateral pasiva del antebrazo, que moclínicos. En el terreno rigurosamente tos laterales del codo, en especial del la actitud del codo en semiflexión, muy nes asociadas, en particular las de ín-
de flexión-extensión y los de prono-su- no conviene confundir con la inestabi- teórico hay que tomar en consideración ligamento lateral interno en las luxacio- dolorido y deformado. Antes de que se dole vascular (ausencia de pulso radial,
pinación. Sin embargo, es interesante lidad lateral que se observa en algunas una amplia gama de posibilidades que nes posteroexternas (fig. 8). produzca el inevitable edema y la hin- edema de la mano, cianosis, frialdad,
tener en cuenta que normalmente se lesiones traumáticas del codo. tiene el codo para luxarse: luxaciones Otras lesiones asociadas. Ya han sido chazón, puede palparse el saliente del etc.).
codo 60 61 cóndilo

po, con un trasplante pediculado de cedente. autores de habla inglesa. Para algunos
piel sana (colgajos cutáneos) o de piel Colona-Codivilla,
Colona-Codivilla, operación
operación de. Inter- designa los traumatismos craneoencefá-
y músculo (colgajos musculocutáneos). vención consistente en la reposición de licos menores, con pérdida transitoria
colgajo arterial. Colgajo axial. una cadera luxada irreductible median- de consciencia de escasa duración y
colgajo axial. Colgajo que conserva su te osteotomía varizante del fémur a ni- amnesia anterógrada y/o retrógada resi-
irrigación a través del pedículo por un vel trocantéreo e interposición de la dual. Para la mayoría, sin embargo, sig-
paquete vascular bien individualizado. propia cápsula. nifica en cualquier caso traumatismo
Sin.: colgajo arterial. columna vertebr
vertebral.
al. Raquis; conjunto craneoencefálico con pérdida de cons-
colgajo cruzado de los dedos. Colgajo óseo formado por las vértebras cervica- ciencia, sea cual fuere su duración y
tomado de un dedo para cubrir el de- les, dorsales, lumbares, sacro y cóccix. sus consecuencias.
fecto de un dedo vecino. Véase mano,
mano (Véase r aquis.)
aquis cóndilo humeral,
humeral, fractur
fracturas
as del. Las
lesiones de partes blandas. compás de tracción
tracción craneal.
craneal. Sistema fracturas del cóndilo humeral son me-
colgajo de av avance. Colgajo adyacente a del cráneo mediante un dispositivo a nos frecuentes que las fracturas supra-
la zona que debe ser cubierta, hacia la modo de compás o de separación va- condíleas (un 20 % aproximadamente
cual se le hace avanzar en beneficio de riable entre sus ramas, cuyos extremos de todas las fracturas de la extremidad
FIG. 9. Luxación posterior del codo, con reducción inestable, debida a la fractura de la base de la FIG. 10. Actitud típica de las luxaciones pos- la elasticidad de la piel o el despliegue están provistos de unas puntas que se inferior del húmero en el niño), propias
coronoides. teriores recientes del codo. de sus arrugas naturales (por ejemplo, clavan en el cráneo, a través de la tabla de la edad infantil, pero pueden pre-
en la cara palmar del pulgar). externa del mismo. De uso principal- sentarse con mucha menos frecuencia
colgajo en bolsillo. Colgajo con una in- mente en las fracturas del raquis cervi- en el adulto.
Normas generales de tratamiento. Las nes inestables), al alcanzar un cierto El tratamiento es prácticamente el mis- cisión única rectilínea, que sirve para cal o cervicotorácico. Existen numero- Mecanismos de producción. Obede-
luxaciones posteriores del codo pueden grado de extensión (aproximadamente mo que el de las luxaciones posterio- introducir la mano debajo de la piel sos modelos (Crutschfield, cen a las mismas causas —o muy pare-
reducirse «en caliente» con relativa fa- los 110-130 grados) el codo se luxa es- res, con la única diferencia de insistir desplegada a modo de bolsillo, gene- Gardner-Wells, Barton, Vinke, Black- cidas— que las fracturas supracondí-
cilidad y sin anestesia. Puede bastar pontáneamente o se tiene la sensación en la presión lateral sobre los huesos ralmente de la pared abdominal. burn, etcétera). (Véanse estos nombres leas. Es decir, una caída sobre la palma
para ello un poco de decisión, actuar de que sería muy fácil luxarlo. Apenas luxados para reducirlos. La luxación colgajo en isla. Colgajo que permanece cervical fracturas.)
y r aquis cervical, de la mano, con el codo extendido, o
con rapidez, sorprender al sujeto para es necesario añadir que en este segun- aislada del radio se observa muy fre- unido al lecho por una o más arterias o compresión-distracción
compresión-distracción (aparatos).
(aparatos). un golpe directo sobre el olécranon, es-
evitar la contracción muscular defensi- do caso es inexcusable prolongar por cuentemente asociada a la fractura del venas, sin pedículo de piel. Véa-se fijadores externos en trau trau-- tando el codo flexionado. En el primer
va y realizar los movimientos instintivos más tiempo el período habitual de in- cúbito (fractura de Monteggia), pero es colgajo en solapa. El formado por una m a t o - caso, para que se produzca una fractu-
de tracción sobre el antebrazo y flexión movilización en flexión, la vigilancia excepcional como lesión aislada. Su re- superficie de piel separada del lecho, logía.
logía ra del cóndilo y no una supracondílea,
del mismo, percibiendo un chasquido del caso y las precauciones al reiniciar ducción manual (a juzgar por la exigua de forma rectangular o angular, con un compresión, síndrome de. Síndrome se supone que la caída debe sorprender
inconfundible seguido de una inmedia- los movimientos. En los casos corrien- experiencia que registra la bibliografía) ancho pedículo. reconocido primeramente durante el te- al antebrazo en una posición de ligero
ta sensación de alivio por parte del in- tes —reducciones estables— basta por puede ser difícil y a veces imposible, colgajo en V o Y. Y. Colgajo de forma rremoto de Messina (1909) y observado valgo.
teresado. Sin embargo, en esta relativa lo general un período de inmoviliza- debido a la interposición del ligamento triangular, en el segmento distal del frecuentemente con ocasión de los Anatomía patológica. El trazo de
facilidad reside uno de los peligros ma- ción en flexión de tres a cuatro sema- anular, y sólo puede lograrse a cielo dedo, que se desplaza más distalmente grandes bombardeos de la segunda fractura sigue siempre una dirección
yores de estas medidas de urgencia nas. En las reducciones inestables, este abierto. Algunos autores aconsejan y que al suturarlo forma una Y. conflagración mundial («crush syndro- oblicua hacia abajo y hacia la línea
aplicadas sobre el terreno: la de con- período puede prolongarse hasta seis u completar la reducción operatoria con colgajo libre. Es un colgajo en isla en el me», de los autores anglosajones). Es media del codo. El fragmento condíleo
fundir una luxación verdadera con una ocho semanas. En cualquier caso, la re- la reconstrucción del ligamento anular, cual se secciona el pedículo vascular debido generalmente a la compresión puede estar más o menos desplazado,
fractura supracondílea, que lógicamen- cuperación de la movilidad activa debe mediante plastia tomada de las estruc- para anastomosarlo con los vasos de la violenta de un muslo por espacio de lo cual condiciona el tipo clínico de
te no puede resolverse en forma tan ex- hacerse espontánea y progresivamente, turas tendinosas o aponeuróticas veci- zona receptora. dos horas, por lo menos, con o sin esta- fractura, su importancia y su tratamien-
peditiva, lo cual obliga a actuar con confiándola al propio interesado o a nas. collar cervical tipo Filadelfia.
Filadelfia. Disposi- do de choque concomitante. Se carac- to. Las distintas posibilidades son las
más cautela, en un ambiente apropiado sus familiares más próximos, evitando codo de tenis. Véase tenis, codo de. de tivo ortésico con apoyo occipitomento- teriza por enrojecimiento de la piel de que se representan esquemáticamente
y después de un control radiográfico, y de la forma más absoluta y rigurosa las cola de caballo, síndrome de la. Afec- niano y en el esternón para inmoviliza- la zona dañada, que aparece caliente y en la figura 1. La forma más grave,
bajo anestesia general, con resolución movilizaciones pasivas forzadas con la ción de las raíces lumbares y sacras ción del cuello. (Véase r aquis brillante, y por fenómenos graves de camo es fácil comprender, la ofrecen
muscular completa. En estas condicio- pretensión de lograr antes la amplitud cuando, unidas, recorren la parte final cervical traumatismos.)
cervical, choque. Transcurridas de venticuatro a las fracturas con desplazamiento e in-
nes, la reducción manual no ofrece, normal de los movimientos o «evitar la del conducto raquídeo, desde la segun- Colles, Abraham
Abraham (1773-1843). Cirujano treinta y seis horas, aparece oliguria versión del fragmento condíleo. En oca-
por lo regular, ninguna dificultad. Suje- rigidez del codo». da vértebra lumbar hacia abajo y que irlandés, profesor del Colegio de Ciru- progresiva con emisión de orina san- siones, dicho desplazamiento puede ir
tando el brazo fuertemente, se ejerce Formas anatomoclínicas excepcionales es debida a compresiones traumáticas janos de Dublín, que ha dejado su guinolenta que contiene cilindros par- acompañado de una pérdida de con-
sobre el antebrazo una tracción, prime- de luxación del codo. Las más corrien- o tumorales. Consta de anestesia en si- nombre inscrito en el léxico de la trau- dos y negruzcos en su sedimento. Este tacto completa de la cabeza del radio
ro en sentido axial, seguida de un mo- tes, dentro de su rareza, son las luxa- lla de montar y en la cara posterior de matología actual como epónimo de la fenómeno ha sido atribuido a la acción con el cóndilo, en cuyo caso se produ-
vimiento de flexión, sin abandonar la ciones laterales, internas o externas, en los muslos y piernas; parálisis fláccida fractura de la extremidad distal del ra- de la mioglobina, del potasio o de otras ce una desviación del antebrazo fuera,
tracción, y completado, si es necesario, especial estas últimas, como una varie- de los miembros inferiores con atrofia dio. Si alguien cree insuficiente motivo sustancias liberadas por la destrucción un cúbito valgo más o menos pronun-
con la presión directa sobre el olécra- dad de las luxaciones posteroexternas, muscular y con reacciones de degene- la descripción de una fractura para per- muscular sobre los túbulos renales, ciado.
non mediante los dedos pulgares, hasta en las que el componente externo es ración; trastornos esfinterianos y genita- petuar un nombre, convendrá recordar- aunque las lesiones no aparecen limita- Clínica y diagnóstico. El dolor es-
percibir el chasquido inconfundible más pronunciado. La luxaciones inter- les, arreflexia profunda y dolores radi- le que lo que hoy entendemos por das al epitelio tubular de la porción dis- pontáneo y la hinchazón del codo, en
que acompaña a la reducción. A partir nas puras —sin fractura— son una rare- culares, glúteos y ciáticos sumamente «fractura de Colles» era considerada tal del nefrón. Se ha sugerido un meca- especial en su cara externa, nunca fal-
de este momento, los movimientos pa- za bibliográfica. La sintomatología se intensos. desde Hipócrates como una luxación nismo alérgico para explicar su tan en la fase inmediata al traumatismo.
sivos de flexión-extensión se realizan confunde con la de las luxaciones pos- colgajo. En su sentido más amplio, tejido del carpo y que en tiempos de Colles aparición. La amputación no impide la El dolor a la presión puede localizarse
con normalidad y sin resitencia alguna. teriores, con la única diferencia (no o parte del cuerpo incompletamente no se disponía de rayos X para rectificar instalación de una uremia progresiva, de forma muy selectiva sobre el epi-
Es importante comprobar, en esta fase siempre fácil de apreciar) de que pre- separada del mismo y unida a él por un este error. Sin embargo, Colles no fue el frecuentemente de consecuencias mor- cóndilo, en contraste con la falta de do-
del tratamiento, la estabilidad de la re- domina el ensanchamiento en la defor- pedículo, como algo que cuelga. En primero en rectificarlo, sino que antes tales. lor, o el poco dolor, a la presión sobre
ducción. Cuando ésta es suficiente, el mación del codo. La exploración radio- forma más restringida el término se que él, en 1783, Claude Pouteau des- concusión. Tiene el mismo significado la epitróclea. La radiografía confirmará
antebrazo puede extenderse totalmente gráfica sorprende con el aplica principalmente a los procedi- cribió estas supuestas luxaciones como —o muy parecido— que el de conmo- el diagnóstico, con la advertencia im-
sin que se aprecie ninguna tendencia a desplazamiento de los huesos del ante- mientos que sirven para cubrir una verdaderas fracturas, aunque Colles, ción cerebral. Empleado generalmente, portante, una vez más, de contar con
reluxarse. En caso contrario (reduccio- brazo hacia el lado cubital del mismo. zona cruenta de la superficie del cuer- probablemente, desconocía este ante- en sustitución de este último, entre los las dificultades de interpretación debi-
codo 60 61 cóndilo

po, con un trasplante pediculado de cedente. autores de habla inglesa. Para algunos
piel sana (colgajos cutáneos) o de piel Colona-Codivilla,
Colona-Codivilla, operación
operación de. Inter- designa los traumatismos craneoencefá-
y músculo (colgajos musculocutáneos). vención consistente en la reposición de licos menores, con pérdida transitoria
colgajo arterial. Colgajo axial. una cadera luxada irreductible median- de consciencia de escasa duración y
colgajo axial. Colgajo que conserva su te osteotomía varizante del fémur a ni- amnesia anterógrada y/o retrógada resi-
irrigación a través del pedículo por un vel trocantéreo e interposición de la dual. Para la mayoría, sin embargo, sig-
paquete vascular bien individualizado. propia cápsula. nifica en cualquier caso traumatismo
Sin.: colgajo arterial. columna vertebr
vertebral.
al. Raquis; conjunto craneoencefálico con pérdida de cons-
colgajo cruzado de los dedos. Colgajo óseo formado por las vértebras cervica- ciencia, sea cual fuere su duración y
tomado de un dedo para cubrir el de- les, dorsales, lumbares, sacro y cóccix. sus consecuencias.
fecto de un dedo vecino. Véase mano,
mano (Véase r aquis.)
aquis cóndilo humeral,
humeral, fractur
fracturas
as del. Las
lesiones de partes blandas. compás de tracción
tracción craneal.
craneal. Sistema fracturas del cóndilo humeral son me-
colgajo de av avance. Colgajo adyacente a del cráneo mediante un dispositivo a nos frecuentes que las fracturas supra-
la zona que debe ser cubierta, hacia la modo de compás o de separación va- condíleas (un 20 % aproximadamente
cual se le hace avanzar en beneficio de riable entre sus ramas, cuyos extremos de todas las fracturas de la extremidad
FIG. 9. Luxación posterior del codo, con reducción inestable, debida a la fractura de la base de la FIG. 10. Actitud típica de las luxaciones pos- la elasticidad de la piel o el despliegue están provistos de unas puntas que se inferior del húmero en el niño), propias
coronoides. teriores recientes del codo. de sus arrugas naturales (por ejemplo, clavan en el cráneo, a través de la tabla de la edad infantil, pero pueden pre-
en la cara palmar del pulgar). externa del mismo. De uso principal- sentarse con mucha menos frecuencia
colgajo en bolsillo. Colgajo con una in- mente en las fracturas del raquis cervi- en el adulto.
Normas generales de tratamiento. Las nes inestables), al alcanzar un cierto El tratamiento es prácticamente el mis- cisión única rectilínea, que sirve para cal o cervicotorácico. Existen numero- Mecanismos de producción. Obede-
luxaciones posteriores del codo pueden grado de extensión (aproximadamente mo que el de las luxaciones posterio- introducir la mano debajo de la piel sos modelos (Crutschfield, cen a las mismas causas —o muy pare-
reducirse «en caliente» con relativa fa- los 110-130 grados) el codo se luxa es- res, con la única diferencia de insistir desplegada a modo de bolsillo, gene- Gardner-Wells, Barton, Vinke, Black- cidas— que las fracturas supracondí-
cilidad y sin anestesia. Puede bastar pontáneamente o se tiene la sensación en la presión lateral sobre los huesos ralmente de la pared abdominal. burn, etcétera). (Véanse estos nombres leas. Es decir, una caída sobre la palma
para ello un poco de decisión, actuar de que sería muy fácil luxarlo. Apenas luxados para reducirlos. La luxación colgajo en isla. Colgajo que permanece cervical fracturas.)
y r aquis cervical, de la mano, con el codo extendido, o
con rapidez, sorprender al sujeto para es necesario añadir que en este segun- aislada del radio se observa muy fre- unido al lecho por una o más arterias o compresión-distracción
compresión-distracción (aparatos).
(aparatos). un golpe directo sobre el olécranon, es-
evitar la contracción muscular defensi- do caso es inexcusable prolongar por cuentemente asociada a la fractura del venas, sin pedículo de piel. Véa-se fijadores externos en trau trau-- tando el codo flexionado. En el primer
va y realizar los movimientos instintivos más tiempo el período habitual de in- cúbito (fractura de Monteggia), pero es colgajo en solapa. El formado por una m a t o - caso, para que se produzca una fractu-
de tracción sobre el antebrazo y flexión movilización en flexión, la vigilancia excepcional como lesión aislada. Su re- superficie de piel separada del lecho, logía.
logía ra del cóndilo y no una supracondílea,
del mismo, percibiendo un chasquido del caso y las precauciones al reiniciar ducción manual (a juzgar por la exigua de forma rectangular o angular, con un compresión, síndrome de. Síndrome se supone que la caída debe sorprender
inconfundible seguido de una inmedia- los movimientos. En los casos corrien- experiencia que registra la bibliografía) ancho pedículo. reconocido primeramente durante el te- al antebrazo en una posición de ligero
ta sensación de alivio por parte del in- tes —reducciones estables— basta por puede ser difícil y a veces imposible, colgajo en V o Y. Y. Colgajo de forma rremoto de Messina (1909) y observado valgo.
teresado. Sin embargo, en esta relativa lo general un período de inmoviliza- debido a la interposición del ligamento triangular, en el segmento distal del frecuentemente con ocasión de los Anatomía patológica. El trazo de
facilidad reside uno de los peligros ma- ción en flexión de tres a cuatro sema- anular, y sólo puede lograrse a cielo dedo, que se desplaza más distalmente grandes bombardeos de la segunda fractura sigue siempre una dirección
yores de estas medidas de urgencia nas. En las reducciones inestables, este abierto. Algunos autores aconsejan y que al suturarlo forma una Y. conflagración mundial («crush syndro- oblicua hacia abajo y hacia la línea
aplicadas sobre el terreno: la de con- período puede prolongarse hasta seis u completar la reducción operatoria con colgajo libre. Es un colgajo en isla en el me», de los autores anglosajones). Es media del codo. El fragmento condíleo
fundir una luxación verdadera con una ocho semanas. En cualquier caso, la re- la reconstrucción del ligamento anular, cual se secciona el pedículo vascular debido generalmente a la compresión puede estar más o menos desplazado,
fractura supracondílea, que lógicamen- cuperación de la movilidad activa debe mediante plastia tomada de las estruc- para anastomosarlo con los vasos de la violenta de un muslo por espacio de lo cual condiciona el tipo clínico de
te no puede resolverse en forma tan ex- hacerse espontánea y progresivamente, turas tendinosas o aponeuróticas veci- zona receptora. dos horas, por lo menos, con o sin esta- fractura, su importancia y su tratamien-
peditiva, lo cual obliga a actuar con confiándola al propio interesado o a nas. collar cervical tipo Filadelfia.
Filadelfia. Disposi- do de choque concomitante. Se carac- to. Las distintas posibilidades son las
más cautela, en un ambiente apropiado sus familiares más próximos, evitando codo de tenis. Véase tenis, codo de. de tivo ortésico con apoyo occipitomento- teriza por enrojecimiento de la piel de que se representan esquemáticamente
y después de un control radiográfico, y de la forma más absoluta y rigurosa las cola de caballo, síndrome de la. Afec- niano y en el esternón para inmoviliza- la zona dañada, que aparece caliente y en la figura 1. La forma más grave,
bajo anestesia general, con resolución movilizaciones pasivas forzadas con la ción de las raíces lumbares y sacras ción del cuello. (Véase r aquis brillante, y por fenómenos graves de camo es fácil comprender, la ofrecen
muscular completa. En estas condicio- pretensión de lograr antes la amplitud cuando, unidas, recorren la parte final cervical traumatismos.)
cervical, choque. Transcurridas de venticuatro a las fracturas con desplazamiento e in-
nes, la reducción manual no ofrece, normal de los movimientos o «evitar la del conducto raquídeo, desde la segun- Colles, Abraham
Abraham (1773-1843). Cirujano treinta y seis horas, aparece oliguria versión del fragmento condíleo. En oca-
por lo regular, ninguna dificultad. Suje- rigidez del codo». da vértebra lumbar hacia abajo y que irlandés, profesor del Colegio de Ciru- progresiva con emisión de orina san- siones, dicho desplazamiento puede ir
tando el brazo fuertemente, se ejerce Formas anatomoclínicas excepcionales es debida a compresiones traumáticas janos de Dublín, que ha dejado su guinolenta que contiene cilindros par- acompañado de una pérdida de con-
sobre el antebrazo una tracción, prime- de luxación del codo. Las más corrien- o tumorales. Consta de anestesia en si- nombre inscrito en el léxico de la trau- dos y negruzcos en su sedimento. Este tacto completa de la cabeza del radio
ro en sentido axial, seguida de un mo- tes, dentro de su rareza, son las luxa- lla de montar y en la cara posterior de matología actual como epónimo de la fenómeno ha sido atribuido a la acción con el cóndilo, en cuyo caso se produ-
vimiento de flexión, sin abandonar la ciones laterales, internas o externas, en los muslos y piernas; parálisis fláccida fractura de la extremidad distal del ra- de la mioglobina, del potasio o de otras ce una desviación del antebrazo fuera,
tracción, y completado, si es necesario, especial estas últimas, como una varie- de los miembros inferiores con atrofia dio. Si alguien cree insuficiente motivo sustancias liberadas por la destrucción un cúbito valgo más o menos pronun-
con la presión directa sobre el olécra- dad de las luxaciones posteroexternas, muscular y con reacciones de degene- la descripción de una fractura para per- muscular sobre los túbulos renales, ciado.
non mediante los dedos pulgares, hasta en las que el componente externo es ración; trastornos esfinterianos y genita- petuar un nombre, convendrá recordar- aunque las lesiones no aparecen limita- Clínica y diagnóstico. El dolor es-
percibir el chasquido inconfundible más pronunciado. La luxaciones inter- les, arreflexia profunda y dolores radi- le que lo que hoy entendemos por das al epitelio tubular de la porción dis- pontáneo y la hinchazón del codo, en
que acompaña a la reducción. A partir nas puras —sin fractura— son una rare- culares, glúteos y ciáticos sumamente «fractura de Colles» era considerada tal del nefrón. Se ha sugerido un meca- especial en su cara externa, nunca fal-
de este momento, los movimientos pa- za bibliográfica. La sintomatología se intensos. desde Hipócrates como una luxación nismo alérgico para explicar su tan en la fase inmediata al traumatismo.
sivos de flexión-extensión se realizan confunde con la de las luxaciones pos- colgajo. En su sentido más amplio, tejido del carpo y que en tiempos de Colles aparición. La amputación no impide la El dolor a la presión puede localizarse
con normalidad y sin resitencia alguna. teriores, con la única diferencia (no o parte del cuerpo incompletamente no se disponía de rayos X para rectificar instalación de una uremia progresiva, de forma muy selectiva sobre el epi-
Es importante comprobar, en esta fase siempre fácil de apreciar) de que pre- separada del mismo y unida a él por un este error. Sin embargo, Colles no fue el frecuentemente de consecuencias mor- cóndilo, en contraste con la falta de do-
del tratamiento, la estabilidad de la re- domina el ensanchamiento en la defor- pedículo, como algo que cuelga. En primero en rectificarlo, sino que antes tales. lor, o el poco dolor, a la presión sobre
ducción. Cuando ésta es suficiente, el mación del codo. La exploración radio- forma más restringida el término se que él, en 1783, Claude Pouteau des- concusión. Tiene el mismo significado la epitróclea. La radiografía confirmará
antebrazo puede extenderse totalmente gráfica sorprende con el aplica principalmente a los procedi- cribió estas supuestas luxaciones como —o muy parecido— que el de conmo- el diagnóstico, con la advertencia im-
sin que se aprecie ninguna tendencia a desplazamiento de los huesos del ante- mientos que sirven para cubrir una verdaderas fracturas, aunque Colles, ción cerebral. Empleado generalmente, portante, una vez más, de contar con
reluxarse. En caso contrario (reduccio- brazo hacia el lado cubital del mismo. zona cruenta de la superficie del cuer- probablemente, desconocía este ante- en sustitución de este último, entre los las dificultades de interpretación debi-
condilocefálicos 62 63 contractura

A B C con la misma facilidad en su posición la cara anterior del antebrazo, atribuido los casos intervengan varios de estos
natural y fijarse al húmero con agujas a la isquemia producida por la compre- factores potenciándose o agravándose
de Kirschner, como en el caso anterior. sión de un vendaje de yeso excesiva- mutuamente. La estasis venosa acentúa
condilocefálicos, clavclavos. Sistema para mente ajustado.* Poco más tarde, sin la compresión, que a su vez agrava la
el tratamiento de las fracturas basicervi- embargo, fueron descritos otros casos isquemia, etc. El resultado es siempre
cales y pertrocantéreas del fémur, basa- análogos, en los que no se había apli- —o casi siempre— un grave trastorno
do en la introducción de unos clavos cado ningún yeso. Todos ellos compar- de irrigación en el territorio muscular
en la cavidad medular del hueso a ni- tían la característica común de afectar a antebraquial, con sus consecuencias
vel de la rodilla a través de una peque- niños que habían sufrido una fractura adicionales (necrosis del tejido contrác-
ña incisión, hasta alcanzar y sobrepasar supracondílea del codo acompañada til, aumento local de la permeabilidad
el nivel del foco fracturario. Indicados de un trastorno importante de la vascu- capilar, infiltración leucocitaria, hiper-
por el escaso efecto traumatizante de larización. Posteriormente, el mismo plasia cicatricial, etc.).
su colocación en sujetos de edad avan- nombre ha sido aplicado ocasional- Patogenia. Los trastornos vasculares
zada o mal estado general. (Véase fé- fé- mente a procesos análogos en otros te- descritos parecen ser suficientes para FIG. 1. Posible lesión de la humeral a nivel
mur fracturas de la extremidad proxi-
mur, rritorios musculares: «Volkmann de la explicar la génesis del proceso, a pesar del foco, en las fracturas supracondíleas del
mal.) pierna» o «del muslo». A pesar de ello, de lo cual no han dejado de invocarse, húmero por hiperextensión.

FIG. 1. Modalidades anatomopatológicas más frecuentes de fractura del cóndilo humeral. A) Sin des-
condrocito (del gr. chondros, cartílago, y el nombre de contractura isquémica de en el curso de su larga historia, otros
plazamiento o escasamente desplazada. B) Con desplazamiento importante del fragmento condí- kytos, célula).. Células esféricas, aplana- Volkmann, sin otras precisiones, debe factores patogénicos. Leriche, por mitación de los movimientos, etc. Pero
leo. C) Con inversión del fragmento condíleo. das o angulares, según su ubicación to- reservarse para designar la forma más ejem-plo, fiel a su doctrina sobre la im- pronto estos síntomas iniciales se dife-
pográfica. Las células ocupan por com- habitual de miopatía isquémica (98 % portancia del sistema simpático, invoca rencian de los de una fractura corrien-
pleto la cavidad en que se alojan. No de los casos) que afecta a los flexores la vasoconstricción refleja en el territo-
te. El hematoma fracturario y la hincha-
poseen prolongaciones y, por esta ra- del antebrazo y que es la consecuencia rio vascular infralesional como causa
zón, pueden salir si se abre la cavidad. de una fractura supracondílea infantil. importante del trastorno. Es poco pro- zón continúan aumentando y
El citoplasma contiene mitocondrias Etiología y factores condicionantes. bable que hoy día tenga utilidad alguna extendiéndose por la cara anterior del
alargadas, vacuolas, gotas de grasa y Como ha sido dicho y de acuerdo con entrar en discusión sobre ésta u otras antebrazo, y se acompañan de trastor-
clucógeno. Durante la fijación se retra- las descripciones originales, el cuadro teorías análogas frente al papel, difícil- nos más o menos alarmantes de la cir-
en con mucha facilidad. El núcleo con- afecta exclusivamente a niños por de- mente rebatible, que juega el factor is-
tiene uno o más nucléolos esféricos. En bajo (o poco más) de los 10 años, des- quémico, compresivo o de estasis.
el adulto no se encuentran mitosis. Los pués de sufrir una fractura supracondí- Principales características clínicas, A
condrocitos forman grupos redondea- lea del húmero, acompañados, por lo morfológicas y funcionales. El trastorno
dos o columnas de células aplanadas, general, de un trastorno vascular grave consiste fundamentalmente en una re-
en fila única. La sustancia intercelular en el territorio antebraquial de la hu- tracción de los músculos de la cara an-
puede desaparecer por compresión o meral. Dicho trastorno vascular puede terior del antebrazo, que da lugar a una
aparece como un armazón de finas ba- obedecer a diversas causas, que con- contractura en flexión de la mano y de
rras entrecruzadas, que rodean las cavi- viene tener presente, dado que la ma- los dedos, de características bien cono-
dades cartilaginosas (condroplastos); yor parte de ellas pueden evitarse o co- cidas (fig. 2). Es frecuente la atrofia de
más a menudo, forma una masa sólida rregirse y constituyen, por tanto, la musculatura antebraquial. A ello
FIG. 2. Método simple de fijación con agujas transcutáneas de las fracturas condíleas no desplaza- que separa a las células y grupos celu- recursos inexcusables de la profilaxia y pueden asociarse otros trastornos de
das o reducidas. lares. Las capas adyacentes a las cavi- el tratamiento. tipo vascular (edema de la mano, cia-
dades celulares presentan una estria- a) Una compresión o desgarro de la nosis, frialdad, etc.), así como una pa-
ción concéntrica (cápsula arteria humeral a cargo del «pico diafi- rálisis motora y trastornos sensitivos en
do a la falta de osificación epifisaria en varo o del valgo, así como los de pro- cartilaginosa). Sin.: célula cartilaginosa. sario» del fragmento humeral desplaza- el territorio del mediano, cubital y ra-
los niños, y la necesidad, por consi- nación y supinación, pueden facilitar la conmoción cerebral.
cerebral. Estado provocado do hacia delante en las fracturas por hi- dial, y en algunos casos graves un retra-
guiente, de hacer radiografías compara- reducción del fragmento desplazado. por traumatismos craneoencefálicos perextensión (fig. 1). so del crecimiento de los huesos del
tivas de los dos lados. La fijación del fragmento, una vez lo- violentos, caracterizado principalmente b) La misma compresión arterial pro- antebrazo con acortamiento del mismo B
Normas generales de tratamiento. grada su reducción, puede hacerse me- por pérdida de consciencia. Sin.: con- vocada o agravada por la flexión del an- (fig. 3). Como es fácil suponer, los mús-
Puede ajustarse a la siguiente pauta: diante el vendaje de escayola o (en cusión. (Véase craneoencefálicos,
craneoencefálicos, tebrazo sobre el brazo, en las manio- culos afectados presentan alteraciones
1) Las fracturas no desplazadas, o con caso de pocas seguridades en cuanto a traumatismos
traumatismos.) bras de reducción o de inmovilización. importantes de su estructura: pérdida
poco desplazamiento, pueden tratarse la estabilidad de la reducción conse- cono medular,
medular, síndrome del. Véase c) La compresión ejercida por un de la estriación (degeneración cérea),
por la simple inmovilización con yeso, guida) mediante agujas de Kirschner in- aquis traumatismos, lesiones neuroló-
r aquis, vendaje de escayola. edema interfibrilar y disociación de las
que en muchos casos puede aplicarse troducidas por vía subcutánea, a través gicas. d) La compresión de las venas a nivel fibras musculares, infiltración celular
incluso sin anestesia, y con la elemen- del epicóndilo y siempre bajo control contractura
contractur a isquémica de Volkmann.
Volkmann. del codo y la estasis venosa en el terri- de los espacios interfibrilares y, en la
tal precaución de abrirlo o, en todo radioscópico (fig. 2). Sinonimia: síndrome o enfermedad de torio antebraquial. fase de contractura definitiva, intensa
caso, extremar al máximo la vigilancia 3) En los casos con gran desplaza- Volkmann, retracción isquémica de e) La compresión arteriovenosa a ni- hiperplasia del tejido conectivo que
para evitar fenómenos de compresión. miento, cuando el fragmento condíleo Volkmann. vel del foco de fractura, como conse- ahoga los restos de fibras musculares
2) Las fracturas desplazadas, pero sin está invertido, o cuando no se ha logra- Definición y concepto. En 1872, Ri- cuencia de un gran hematoma a ten- (fig. 4).
inversión del fragmento condíleo, pue- do la reducción por medios ortopédi- chard von Volkmann describió un cua- sión, agravado por la inextensibilidad Evolución del cuadro clínico. Es clásica
den reducirse manualmente, o por lo cos, es necesario recurrir a la reducción dro de contractura de los músculos de de la aponeurosis antebraquial. la división del proceso en tres fases
menos intentarlo; en este caso, siempre quirúrgica a cielo abierto. Una incisión f) Aunque en menor grado, y en for- evolutivas:
Fig. 2. Típica disfunción en garra de la mano
bajo anestesia general. Los movimien- sobre la cara externa del codo, y sobre ma no tan convincente, la vasoconstric- 1.a fase o aguda. Los síntomas inicia-
por acortamiento anatómico de los flexores
tos pasivos imprimidos al antebrazo, el relieve que forma el epicóndilo, pro- (*) La primera publicación apareció en el ción refleja de la red arterial antebra- les se confunden, en un principio, con
apartado sobre Orthopaedische Chirurgie, escrito del carpo y de los flexores largos de los dedos:
bajo control radioscópico con amplifi- porciona un acceso fácil al fragmento por Volkmann, en la obra de Erlange, Handbuch
quial. los del traumatismo causante: dolor, A) en reposo; B) en el intento de extensión
cador de imágenes, en el sentido del desplazado, el cual puede colocarse der Chirurgie, de 1872. Es muy problabe que en la mayoría de hinchazón difusa de toda la región, li-
condilocefálicos 62 63 contractura

A B C con la misma facilidad en su posición la cara anterior del antebrazo, atribuido los casos intervengan varios de estos
natural y fijarse al húmero con agujas a la isquemia producida por la compre- factores potenciándose o agravándose
de Kirschner, como en el caso anterior. sión de un vendaje de yeso excesiva- mutuamente. La estasis venosa acentúa
condilocefálicos, clavclavos. Sistema para mente ajustado.* Poco más tarde, sin la compresión, que a su vez agrava la
el tratamiento de las fracturas basicervi- embargo, fueron descritos otros casos isquemia, etc. El resultado es siempre
cales y pertrocantéreas del fémur, basa- análogos, en los que no se había apli- —o casi siempre— un grave trastorno
do en la introducción de unos clavos cado ningún yeso. Todos ellos compar- de irrigación en el territorio muscular
en la cavidad medular del hueso a ni- tían la característica común de afectar a antebraquial, con sus consecuencias
vel de la rodilla a través de una peque- niños que habían sufrido una fractura adicionales (necrosis del tejido contrác-
ña incisión, hasta alcanzar y sobrepasar supracondílea del codo acompañada til, aumento local de la permeabilidad
el nivel del foco fracturario. Indicados de un trastorno importante de la vascu- capilar, infiltración leucocitaria, hiper-
por el escaso efecto traumatizante de larización. Posteriormente, el mismo plasia cicatricial, etc.).
su colocación en sujetos de edad avan- nombre ha sido aplicado ocasional- Patogenia. Los trastornos vasculares
zada o mal estado general. (Véase fé- fé- mente a procesos análogos en otros te- descritos parecen ser suficientes para FIG. 1. Posible lesión de la humeral a nivel
mur fracturas de la extremidad proxi-
mur, rritorios musculares: «Volkmann de la explicar la génesis del proceso, a pesar del foco, en las fracturas supracondíleas del
mal.) pierna» o «del muslo». A pesar de ello, de lo cual no han dejado de invocarse, húmero por hiperextensión.

FIG. 1. Modalidades anatomopatológicas más frecuentes de fractura del cóndilo humeral. A) Sin des-
condrocito (del gr. chondros, cartílago, y el nombre de contractura isquémica de en el curso de su larga historia, otros
plazamiento o escasamente desplazada. B) Con desplazamiento importante del fragmento condí- kytos, célula).. Células esféricas, aplana- Volkmann, sin otras precisiones, debe factores patogénicos. Leriche, por mitación de los movimientos, etc. Pero
leo. C) Con inversión del fragmento condíleo. das o angulares, según su ubicación to- reservarse para designar la forma más ejem-plo, fiel a su doctrina sobre la im- pronto estos síntomas iniciales se dife-
pográfica. Las células ocupan por com- habitual de miopatía isquémica (98 % portancia del sistema simpático, invoca rencian de los de una fractura corrien-
pleto la cavidad en que se alojan. No de los casos) que afecta a los flexores la vasoconstricción refleja en el territo-
te. El hematoma fracturario y la hincha-
poseen prolongaciones y, por esta ra- del antebrazo y que es la consecuencia rio vascular infralesional como causa
zón, pueden salir si se abre la cavidad. de una fractura supracondílea infantil. importante del trastorno. Es poco pro- zón continúan aumentando y
El citoplasma contiene mitocondrias Etiología y factores condicionantes. bable que hoy día tenga utilidad alguna extendiéndose por la cara anterior del
alargadas, vacuolas, gotas de grasa y Como ha sido dicho y de acuerdo con entrar en discusión sobre ésta u otras antebrazo, y se acompañan de trastor-
clucógeno. Durante la fijación se retra- las descripciones originales, el cuadro teorías análogas frente al papel, difícil- nos más o menos alarmantes de la cir-
en con mucha facilidad. El núcleo con- afecta exclusivamente a niños por de- mente rebatible, que juega el factor is-
tiene uno o más nucléolos esféricos. En bajo (o poco más) de los 10 años, des- quémico, compresivo o de estasis.
el adulto no se encuentran mitosis. Los pués de sufrir una fractura supracondí- Principales características clínicas, A
condrocitos forman grupos redondea- lea del húmero, acompañados, por lo morfológicas y funcionales. El trastorno
dos o columnas de células aplanadas, general, de un trastorno vascular grave consiste fundamentalmente en una re-
en fila única. La sustancia intercelular en el territorio antebraquial de la hu- tracción de los músculos de la cara an-
puede desaparecer por compresión o meral. Dicho trastorno vascular puede terior del antebrazo, que da lugar a una
aparece como un armazón de finas ba- obedecer a diversas causas, que con- contractura en flexión de la mano y de
rras entrecruzadas, que rodean las cavi- viene tener presente, dado que la ma- los dedos, de características bien cono-
dades cartilaginosas (condroplastos); yor parte de ellas pueden evitarse o co- cidas (fig. 2). Es frecuente la atrofia de
más a menudo, forma una masa sólida rregirse y constituyen, por tanto, la musculatura antebraquial. A ello
FIG. 2. Método simple de fijación con agujas transcutáneas de las fracturas condíleas no desplaza- que separa a las células y grupos celu- recursos inexcusables de la profilaxia y pueden asociarse otros trastornos de
das o reducidas. lares. Las capas adyacentes a las cavi- el tratamiento. tipo vascular (edema de la mano, cia-
dades celulares presentan una estria- a) Una compresión o desgarro de la nosis, frialdad, etc.), así como una pa-
ción concéntrica (cápsula arteria humeral a cargo del «pico diafi- rálisis motora y trastornos sensitivos en
do a la falta de osificación epifisaria en varo o del valgo, así como los de pro- cartilaginosa). Sin.: célula cartilaginosa. sario» del fragmento humeral desplaza- el territorio del mediano, cubital y ra-
los niños, y la necesidad, por consi- nación y supinación, pueden facilitar la conmoción cerebral.
cerebral. Estado provocado do hacia delante en las fracturas por hi- dial, y en algunos casos graves un retra-
guiente, de hacer radiografías compara- reducción del fragmento desplazado. por traumatismos craneoencefálicos perextensión (fig. 1). so del crecimiento de los huesos del
tivas de los dos lados. La fijación del fragmento, una vez lo- violentos, caracterizado principalmente b) La misma compresión arterial pro- antebrazo con acortamiento del mismo B
Normas generales de tratamiento. grada su reducción, puede hacerse me- por pérdida de consciencia. Sin.: con- vocada o agravada por la flexión del an- (fig. 3). Como es fácil suponer, los mús-
Puede ajustarse a la siguiente pauta: diante el vendaje de escayola o (en cusión. (Véase craneoencefálicos,
craneoencefálicos, tebrazo sobre el brazo, en las manio- culos afectados presentan alteraciones
1) Las fracturas no desplazadas, o con caso de pocas seguridades en cuanto a traumatismos
traumatismos.) bras de reducción o de inmovilización. importantes de su estructura: pérdida
poco desplazamiento, pueden tratarse la estabilidad de la reducción conse- cono medular,
medular, síndrome del. Véase c) La compresión ejercida por un de la estriación (degeneración cérea),
por la simple inmovilización con yeso, guida) mediante agujas de Kirschner in- aquis traumatismos, lesiones neuroló-
r aquis, vendaje de escayola. edema interfibrilar y disociación de las
que en muchos casos puede aplicarse troducidas por vía subcutánea, a través gicas. d) La compresión de las venas a nivel fibras musculares, infiltración celular
incluso sin anestesia, y con la elemen- del epicóndilo y siempre bajo control contractura
contractur a isquémica de Volkmann.
Volkmann. del codo y la estasis venosa en el terri- de los espacios interfibrilares y, en la
tal precaución de abrirlo o, en todo radioscópico (fig. 2). Sinonimia: síndrome o enfermedad de torio antebraquial. fase de contractura definitiva, intensa
caso, extremar al máximo la vigilancia 3) En los casos con gran desplaza- Volkmann, retracción isquémica de e) La compresión arteriovenosa a ni- hiperplasia del tejido conectivo que
para evitar fenómenos de compresión. miento, cuando el fragmento condíleo Volkmann. vel del foco de fractura, como conse- ahoga los restos de fibras musculares
2) Las fracturas desplazadas, pero sin está invertido, o cuando no se ha logra- Definición y concepto. En 1872, Ri- cuencia de un gran hematoma a ten- (fig. 4).
inversión del fragmento condíleo, pue- do la reducción por medios ortopédi- chard von Volkmann describió un cua- sión, agravado por la inextensibilidad Evolución del cuadro clínico. Es clásica
den reducirse manualmente, o por lo cos, es necesario recurrir a la reducción dro de contractura de los músculos de de la aponeurosis antebraquial. la división del proceso en tres fases
menos intentarlo; en este caso, siempre quirúrgica a cielo abierto. Una incisión f) Aunque en menor grado, y en for- evolutivas:
Fig. 2. Típica disfunción en garra de la mano
bajo anestesia general. Los movimien- sobre la cara externa del codo, y sobre ma no tan convincente, la vasoconstric- 1.a fase o aguda. Los síntomas inicia-
por acortamiento anatómico de los flexores
tos pasivos imprimidos al antebrazo, el relieve que forma el epicóndilo, pro- (*) La primera publicación apareció en el ción refleja de la red arterial antebra- les se confunden, en un principio, con
apartado sobre Orthopaedische Chirurgie, escrito del carpo y de los flexores largos de los dedos:
bajo control radioscópico con amplifi- porciona un acceso fácil al fragmento por Volkmann, en la obra de Erlange, Handbuch
quial. los del traumatismo causante: dolor, A) en reposo; B) en el intento de extensión
cador de imágenes, en el sentido del desplazado, el cual puede colocarse der Chirurgie, de 1872. Es muy problabe que en la mayoría de hinchazón difusa de toda la región, li-
contractura 64 65 contractura

de esta medida es evidente: suprimir la ración tropieza, sin embargo, con una
compresión dentro de la vaina aponeu- limitación importante difícil de superar:
rótica inextensible donde se alojan los el englobamiento de los diferentes fas-
músculos de la cara anterior del ante- cículos musculares en una misma masa
brazo. Puede encontrar indicación cicatricial que hace imposible el movi-
como recurso añadido a los otros, pero miento aislado de los dedos, y en oca-
no como medida única o alternativa a siones, incluso, la acción aislada del
cualquiera de ellos. En cualquier caso flexor superficial y del profundo. En es-
es necesario efectuar una incisión am- tas condiciones, el alargamiento uno a
plia del tabique aponeurótico antebra- uno de todos los tendones retraídos re-
quial, desde el codo hasta la muñeca.
sulta un esfuerzo inútil y expuesto a
Es, por tanto, una herida operatoria im-
crear nuevas adherencias y entorpeci-
portante en un terreno poco propicio FIG. 5. Acortamiento muy pronunciado del antebrazo, en un caso tratado por medio de la opera- mientos de la función.
(edematoso, con estancamiento veno- ción de Henle, a pesar de la cual subsiste la contractura en flexión de la mano. (Según Bastos Mora,
so, propenso a hemorragias difíciles de loc. cit.)
FIG. 3. Tres casos graves de contractura isquémica tratados con plastias musculotendinosas, en los controlar, etc.).
que se aprecia muy claramente la atrofia y el acortamiento del antebrazo afecto. (Según Bastos Fase 2.a, subaguda o de lesiones evolu- Flexor profundo A Flexor profundo B
Mora, en Contractura isquémica de Volkmann, J. Janés, Ed., Barcelona, 1953.) de los dedos
tivas. El tratamiento debe consistir fun- de los dedos
damentalmente en oponerse, en lo po-
sible, a la retracción y al acortamiento
de los músculos por medidas posturales
externas (moldes de yeso con la mano
y los dedos en buena posición, disposi-
tivos ortopédicos, aparatos de tracción
elástica progresiva, etc.), y en la misma
dirección los masajes, fisioterapia, ejer-
Flexor superficial Flexor superficial
cicios de extensión activa, estimulación de los dedos de los dedos
eléctrica de los extensores, etc.
A B Tratamiento en la 3.a fase. Principales FIG. 6. Representación esquemática de la operación de Juriasti. Transposición en masa de los tendones del flexor superficial de los dedos a los del pro-
métodos propuestos para corregir el fundo, seccionados a distinto nivel.
FIG. 4. Alteraciones anatomopatológicas de la musculatura. A) Fase subaguda. Lesiones por estan-
acortamiento de los flexores:
camiento venoso e isquemia. Intensa proliferación celular interfibrilar. Fibras disociadas y degenera- 1) Acortamiento de los huesos del an-
das. B) Fase de estado. Intensa proliferación cicatricial interfibrilar. (Según Bastos Mora, loc. cit.) tebrazo. Para corregir el acortamiento A
relativo de los músculos flexores res-
pecto al esqueleto. Operación propues-
culación: ausencia del pulso radial, a) Reducción inmediata de la
ta por Henle en 1896 y que ha encon-
frialdad de la mano, cianosis, etc.; con fractura, evitando maniobras violentas.
trado más eco entre algunos autores
frecuencia, trastornos sensitivos. b) Vigilancia atenta de la vasculariza-
modernos (Merle d’Aubigné, Fontaine,
2.a fase. Es la fase subaguda o de lesio- ción, una vez reducida la fractura: pul- Coquet, etc.) de lo que podría esperar-
nes evolutivas. Entre los dos días a las so radial, coloración de la piel de la se. Sus limitaciones e inconvenientes
dos semanas después del traumatismo mano, calor local. superan con mucho sus más que discu-
se inicia una tendencia a la flexión del c) Evitar la flexión acentuada del ante- tibles ventajas, al margen de las dificul-
carpo y de los dedos y una resistencia brazo contra el brazo, para mantener la tades y riesgos que entraña una osteo-
cada vez mayor a la extensión activa o reducción. En caso de observar altera- tomía de los dos huesos del antebrazo,
pasiva. Es el período en el que se inicia ciones del pulso radial en esta posi- pues es insuficiente para corregir una
y aumenta progresivamente la retrac- ción, suprimirla inmediatamente. contractura de cierta entidad. Equivale
ción muscular. d) Evitar (apenas es necesario adver- a un alargamiento no sólo de los flexo-
3.a fase. Fase de estado o de las secue- tirlo) toda posibilidad de compresión res retraídos, sino también de los exten- B
las definitivas. La contractura se estable- externa adicional a cargo de un yeso sores, que en modo alguno conviene
ce de una manera definitiva e irreducti- circular cerrado u otro vendaje inexten- alargar, y acentúa el acortamiento pre-
ble, dando lugar a la conocida mano sible. A la menor sospecha de su exis- vio —a veces importante— del antebra-
en garra (fig. 2), acompañada de los de- tencia, abrir el vendaje sin la menor di- zo, causado por la afección (fig. 5). Si
más síntomas que han sido descritos lación. vale la pena citar todavía el método es
(atrofia muscular, acortamiento del an- e) Reparación quirúrgica de la hume- para desaconsejarlo.
tebrazo, trastornos deficitarios motores, ral, a nivel del foco de fractura, cuando 2) Alargamiento de los tendones de
etc.). existe evidencia o sospecha fundada de los flexores. Parece el método más ra-
Normas generales de tratamiento una lesión arterial, por rotura o desga- cional, o al menos el más claramente
En la primera fase. El mejor tratamiento rro (persistencia de los síntomas vascu- orientado a suprimir el acortamiento de
del trastorno es el profiláctico. Es decir, lares a pesar de la medidas anterior- los músculos retraídos.
las medidas encaminadas a evitar esta mente citadas, aumento progresivo del Asociado, en ocasiones, a otras plastias
temible complicación. Éstas pueden re- hematoma, arteriografía, etc.). musculotendinosas, como el refuerzo
sumirse en las siguientes líneas elemen- f) Aponeurectomía del compartimien- de los extensores por trasplantación FIG. 7. A) y B). Representación esquemática de la operación de Page-Scaglietti. Desprendimiento y descenso de la inserción proximal de los músculos
tales de conducta: to anterior del antebrazo. La finalidad tendinosa, etc. El resultado de esta ope- retraídos.
contractura 64 65 contractura

de esta medida es evidente: suprimir la ración tropieza, sin embargo, con una
compresión dentro de la vaina aponeu- limitación importante difícil de superar:
rótica inextensible donde se alojan los el englobamiento de los diferentes fas-
músculos de la cara anterior del ante- cículos musculares en una misma masa
brazo. Puede encontrar indicación cicatricial que hace imposible el movi-
como recurso añadido a los otros, pero miento aislado de los dedos, y en oca-
no como medida única o alternativa a siones, incluso, la acción aislada del
cualquiera de ellos. En cualquier caso flexor superficial y del profundo. En es-
es necesario efectuar una incisión am- tas condiciones, el alargamiento uno a
plia del tabique aponeurótico antebra- uno de todos los tendones retraídos re-
quial, desde el codo hasta la muñeca.
sulta un esfuerzo inútil y expuesto a
Es, por tanto, una herida operatoria im-
crear nuevas adherencias y entorpeci-
portante en un terreno poco propicio FIG. 5. Acortamiento muy pronunciado del antebrazo, en un caso tratado por medio de la opera- mientos de la función.
(edematoso, con estancamiento veno- ción de Henle, a pesar de la cual subsiste la contractura en flexión de la mano. (Según Bastos Mora,
so, propenso a hemorragias difíciles de loc. cit.)
FIG. 3. Tres casos graves de contractura isquémica tratados con plastias musculotendinosas, en los controlar, etc.).
que se aprecia muy claramente la atrofia y el acortamiento del antebrazo afecto. (Según Bastos Fase 2.a, subaguda o de lesiones evolu- Flexor profundo A Flexor profundo B
Mora, en Contractura isquémica de Volkmann, J. Janés, Ed., Barcelona, 1953.) de los dedos
tivas. El tratamiento debe consistir fun- de los dedos
damentalmente en oponerse, en lo po-
sible, a la retracción y al acortamiento
de los músculos por medidas posturales
externas (moldes de yeso con la mano
y los dedos en buena posición, disposi-
tivos ortopédicos, aparatos de tracción
elástica progresiva, etc.), y en la misma
dirección los masajes, fisioterapia, ejer-
Flexor superficial Flexor superficial
cicios de extensión activa, estimulación de los dedos de los dedos
eléctrica de los extensores, etc.
A B Tratamiento en la 3.a fase. Principales FIG. 6. Representación esquemática de la operación de Juriasti. Transposición en masa de los tendones del flexor superficial de los dedos a los del pro-
métodos propuestos para corregir el fundo, seccionados a distinto nivel.
FIG. 4. Alteraciones anatomopatológicas de la musculatura. A) Fase subaguda. Lesiones por estan-
acortamiento de los flexores:
camiento venoso e isquemia. Intensa proliferación celular interfibrilar. Fibras disociadas y degenera- 1) Acortamiento de los huesos del an-
das. B) Fase de estado. Intensa proliferación cicatricial interfibrilar. (Según Bastos Mora, loc. cit.) tebrazo. Para corregir el acortamiento A
relativo de los músculos flexores res-
pecto al esqueleto. Operación propues-
culación: ausencia del pulso radial, a) Reducción inmediata de la
ta por Henle en 1896 y que ha encon-
frialdad de la mano, cianosis, etc.; con fractura, evitando maniobras violentas.
trado más eco entre algunos autores
frecuencia, trastornos sensitivos. b) Vigilancia atenta de la vasculariza-
modernos (Merle d’Aubigné, Fontaine,
2.a fase. Es la fase subaguda o de lesio- ción, una vez reducida la fractura: pul- Coquet, etc.) de lo que podría esperar-
nes evolutivas. Entre los dos días a las so radial, coloración de la piel de la se. Sus limitaciones e inconvenientes
dos semanas después del traumatismo mano, calor local. superan con mucho sus más que discu-
se inicia una tendencia a la flexión del c) Evitar la flexión acentuada del ante- tibles ventajas, al margen de las dificul-
carpo y de los dedos y una resistencia brazo contra el brazo, para mantener la tades y riesgos que entraña una osteo-
cada vez mayor a la extensión activa o reducción. En caso de observar altera- tomía de los dos huesos del antebrazo,
pasiva. Es el período en el que se inicia ciones del pulso radial en esta posi- pues es insuficiente para corregir una
y aumenta progresivamente la retrac- ción, suprimirla inmediatamente. contractura de cierta entidad. Equivale
ción muscular. d) Evitar (apenas es necesario adver- a un alargamiento no sólo de los flexo-
3.a fase. Fase de estado o de las secue- tirlo) toda posibilidad de compresión res retraídos, sino también de los exten- B
las definitivas. La contractura se estable- externa adicional a cargo de un yeso sores, que en modo alguno conviene
ce de una manera definitiva e irreducti- circular cerrado u otro vendaje inexten- alargar, y acentúa el acortamiento pre-
ble, dando lugar a la conocida mano sible. A la menor sospecha de su exis- vio —a veces importante— del antebra-
en garra (fig. 2), acompañada de los de- tencia, abrir el vendaje sin la menor di- zo, causado por la afección (fig. 5). Si
más síntomas que han sido descritos lación. vale la pena citar todavía el método es
(atrofia muscular, acortamiento del an- e) Reparación quirúrgica de la hume- para desaconsejarlo.
tebrazo, trastornos deficitarios motores, ral, a nivel del foco de fractura, cuando 2) Alargamiento de los tendones de
etc.). existe evidencia o sospecha fundada de los flexores. Parece el método más ra-
Normas generales de tratamiento una lesión arterial, por rotura o desga- cional, o al menos el más claramente
En la primera fase. El mejor tratamiento rro (persistencia de los síntomas vascu- orientado a suprimir el acortamiento de
del trastorno es el profiláctico. Es decir, lares a pesar de la medidas anterior- los músculos retraídos.
las medidas encaminadas a evitar esta mente citadas, aumento progresivo del Asociado, en ocasiones, a otras plastias
temible complicación. Éstas pueden re- hematoma, arteriografía, etc.). musculotendinosas, como el refuerzo
sumirse en las siguientes líneas elemen- f) Aponeurectomía del compartimien- de los extensores por trasplantación FIG. 7. A) y B). Representación esquemática de la operación de Page-Scaglietti. Desprendimiento y descenso de la inserción proximal de los músculos
tales de conducta: to anterior del antebrazo. La finalidad tendinosa, etc. El resultado de esta ope- retraídos.
contraextensión 66 67 costillas

3) Transposición de los tendones del vasos y de alveolos, hemorragia inters- posterointerna, para evitar las dificulta- ganos internos (pulmón o pleura) es
flexor superficial a los del profundo. ticial y reacción inflamatoria consecuti- des, los riesgos y los inconvenientes de con carácter excepcional. Éstas son las
Ante la situación antedicha hay que va con edema intersticial. (Véase torá-
torá- la vía anterior. Por la cara posterointer- fracturas que se describen en el presen-
contentarse muchas veces con resulta- cicos, traumatismos
traumatismos.) na del cúbito, manteniéndose adosado te apartado. Por otro lado están las frac-
dos más modestos, como suprimir la Cooper,
Cooper, fractur
fractura
a de (de Astley Paston al plano óseo, y después de identificar turas costales múltiples, que compro-
garra en flexión, conservando, dentro Cooper, anatomista y cirujano inglés, y separar el nervio cubital, puede lle- meten la rigidez de la pared torácica,
de lo posible, un movimiento en masa 1768-1841).. Véase en fractur
fracturas
as. garse hasta el foco de la fractura, al me- afectando —o pudiendo afectar— muy
de los cuatro últimos dedos, compati- Cooper,
Cooper, método de. Técnica para la re- nos con la punta del dedo y en la me- seriamente la ventilación pulmonar y la
ble con un grado mínimo de función ducción de la luxación escapulohume- dida suficiente para poder reconocer función respiratoria. Pueden asociarse a
prensora. Para ello puede ser eficaz la ral. Es una modificación del método de por el tacto el fragmento desplazado y fracturas del esternón. Son debidas a
operación propuesta por Juriasti, con- Hipócrates. (Véase Hipócrates,
Hipócrates, méto-
méto- apretarlo contra la superficie corres- traumatismos violentos y por lo mismo
sistente en seccionar los tendones del do de.)
de. pondiente del cúbito. La fijación se suelen ir asociadas a otras lesiones gra-
flexor superficial y los del profundo a Coopernail, signo de (de Georges Peter hace mediante un tornillo introducido ves intratorácicas (pulmonares, pleura-
diferente nivel y anastomosar el extre- Coopernail, cirujano estadounidense por la cara posterior del olécranon y di- les, diafragmáticas, traqueobronquiales,
nacido en 1876).. Equimosis del peri- FIG. 3. La fractura de la coronoides como fac- cardía- cas, esofágicas, mediastínicas),
mo proximal del primero con el extre- rigido hacia el fragmento coronoideo,
tor de inestabilidad en las luxaciones del codo. extratorácicas (craneoencefálicas, ab-
mo distal del segundo (fig. 6), lo cual neo y partes adyacentes en las fracturas mediante control radioscópico con in-
equivale a un alargamiento a gran esca- de pelvis. tensificador de imagen (fig. 4). dominales, raquídeas, polifracturas) o
la. Suprime la acción de los tendones coronoides Corpus Hippocraticus. generales (shock, pérdidas hemáticas,
FIG. 1. Mecanismo más frecuente de pro- Hippocraticus. Conjunto de es-
del flexor superficial, pero conservando Fracturas de la apófisis ducción de las fracturas de la apófisis coro- critos atribuidos a Hipócrates y sus dis- colapso circulatorio). Estas graves lesio-
la del profundo, que es la más necesa- Características generales. Las fractu- noides. nes cons- tituyen un capítulo importan-
cípulos, reunidos después de su muerte
ria y suficiente. Los vientres de ambos ras de la coronoides, como lesión es- te de la traumatología que será desarro-
por su yerno, hijos y nietos, para la bi-
músculos (superficial y profundo) de- quelética aislada, son poco fracuentes. serción del braquial anterior, y no sufre, llado bajo el epigrafe torácicos,
torácicos
blioteca de Alejandría. Es una de las
ben anastomosarse lado a lado, para Afectan casi exclusivamente a los adul- por lo tanto, las consecuencias de su traumatismos.
traumatismos.
obras que mayor influencia ha ejercido
aprovechar la fuerza de ambos. La ope- tos y son excepcionales en los niños. contracción. Mientras que en las de la Fracturas simples —no complica-
sobre el pensar médico y la evolución
ración debe completarse con el alarga- Con mucha frecuencia se presentan base, es precisamente en el fragmento das— de una o pocas costillas
de la medicina.
miento de los flexores del carpo y largo como lesión asociada a las luxaciones coronoideo donde se inserta el tendón Etiología y mecanismos de produc-ción.
costillas Pueden ser debidas a traumatismos di-
del pulgar. posteriores del codo. En ambos casos, de este músculo, cuya contracción tien- Fracturas
4) Desprendimiento y descenso de la el mecanismo de producción es el mis- de a separarlo del resto del hueso (fig. 2 rectos por impacto circunscrito o pun-
Planteamiento y contenido del tema. tual sobre la pared torácica (caídas de
inserción proximal de los músculos re- mo. Un golpe transmitido por el cúbito, B). Sin embargo, este efecto dinámico Desde el punto de vista clínico y, sobre
traídos (operación de Page, 1923, y de en sentido axial —puede ser una caída sobre los fragmentos está limitado, en FIG. 4. Osteosíntesis de la coronoides me- costado sobre un canto duro, bastona-
diante tornillo introducido por la cara posterior todo, desde el punto de vista de su gra- zo, etc.), o por mecanismos indirectos,
Scaglietti, 1966). Equivale a un alarga- sobre la mano, hacia delante, con el la mayoría de los casos, por la integri- del olécranon. vedad, hay que considerar dos situacio-
miento de las unidades motoras acorta- codo semiextendido— y que luxa o dad del potente aparato capsuloliga- de los cuales el más frecuente es la pre-
nes muy distintas. Por un lado, las frac- sión sobre el tórax que aumenta la cur-
das, en la medida en que su inserción tiende a luxar este hueso hacia atrás mentoso que rodea a la articulación del turas de una o pocas costillas, dando
proximal puede despegarse del plano (fig. 1). codo. Más importante que la separa- vatura de los arcos costales más de lo
una indicación (a veces inexcusable) lugar a cuadros muy dolorosos, a veces que permite su elasticidad (fig. 1). Este
esquelético y desplazarse en sentido Anatomía patológica y formas ana- ción entre los fragmentos es la inestabi- de soluciones operatorias. muy escandalosos, pero en general de
tomoclínicas. Es clásica la distinción lidad del codo y la tendencia a la luxa- mecanismo puede estar favorecido por
distal, con lo cual pueden obtenerse Tratamiento. En las fracturas de la poca o ninguna gravedad. No compro-
entre las fracturas de la punta de la co- ción posterior, al fallar el apoyo que factores etiológicos predisponentes, de
correcciones muy eficaces (aunque no punta y en la mayoría de las fracturas meten la integridad de la pared toráci-
ronoides y las de la base (fig. 2 A). La los cuales el más frecuente es la osteo-
siempre completas) de la contractura proporciona la coronoides contra la estables de la base, no desplazadas, o ca ni la función respiratoria. Son produ- porosis. Un simple abrazo, la fuerza
en flexión de la mano y de los dedos. diferencia más importante entre unas tróclea humeral, cuando se trata de poco desplazadas, es suficiente la in- cidas por traumatismos en general de ejercida para ayudar a un anciano a le-
La desinserción de los músculos epitro- y otras reside en el hecho de que las fracturas de la base con gran fragmento movilización con el codo flexionado poca entidad, y aunque pueden aso- vantarse o cambiar de posición y hasta
cleares incluye también la del pronador primeras no muestran ninguna tenden- de la coronoides (fig. 3), circunstancia mediante un yeso abierto o una simple ciarse a lesiones importantes de los ór-
redondo, lo cual permite actuar eficaz- cia al desplazamiento del fragmento que hay que tener muy en cuenta al férula posterior de escayola, mantenida
mente sobre el componente de prona- apical, que queda por detrás de la in- plantear el tratamiento y que constituye de cuatro a seis semanas. En algunos
ción del trastorno. Es tal vez la inter- casos, es necesario completar las ma-
vención que en la actualidad goza de niobras de reducción con una modera-
A B
mayor predicamento (fig. 7). da presión manual sobre la propia apó-
contraextensión. Primer tiempo de la
contraextensión. fisis coronoides, antes de colocar el
reducción de una fractura; consiste en codo en flexión y siempre bajo aneste-
hacer fijar por un ayudante el fragmen- sia general. Estas medidas ortopédicas
to superior en una posición determina- son las más sencillas y las más desea-
da de antemano. bles, toda vez que la alternativa a las
contusión (del lat. contundere).. Atrición mismas (la reducción y fijación por vía
de los tejidos provocada por un golpe o operatoria) es difícil y no exenta de DIRECTO INDIRECTO
una presión enérgica, sin solución de riesgos.
continuidad de la piel. Tratamiento quirúrgico. Encuentra in-
contusión cerebral.
cerebral. Lesión circunscrita dicación en las fracturas de la base
de una parte del cerebro, consecutiva a muy desplazadas, y sobre todo en las
un traumatismo craneoencefálico. (Vé- fracturas muy inestables, con tendencia
craneoencefálicos, traumatis-
ase craneoencefálicos a la luxación posterior del cúbito, y en
mos.) las que no es posible lograr una aproxi-
contusión pulmonar.
pulmonar. Lesión traumática mación de los fragmentos por las ma-
de un área circunscrita del pulmón, FIG. 2. Variedades anatomopatológicas de fracturas de la coronoides. Fracturas de la punta (A) y niobras anteriormente descritas. La vía
producida por la rotura de pequeños fracturas de la base (B). de acceso tiene que ser posterior, o FIG. 1. Mecanismo directo e indirecto de producción de las fracturas costales.
contraextensión 66 67 costillas

3) Transposición de los tendones del vasos y de alveolos, hemorragia inters- posterointerna, para evitar las dificulta- ganos internos (pulmón o pleura) es
flexor superficial a los del profundo. ticial y reacción inflamatoria consecuti- des, los riesgos y los inconvenientes de con carácter excepcional. Éstas son las
Ante la situación antedicha hay que va con edema intersticial. (Véase torá-
torá- la vía anterior. Por la cara posterointer- fracturas que se describen en el presen-
contentarse muchas veces con resulta- cicos, traumatismos
traumatismos.) na del cúbito, manteniéndose adosado te apartado. Por otro lado están las frac-
dos más modestos, como suprimir la Cooper,
Cooper, fractur
fractura
a de (de Astley Paston al plano óseo, y después de identificar turas costales múltiples, que compro-
garra en flexión, conservando, dentro Cooper, anatomista y cirujano inglés, y separar el nervio cubital, puede lle- meten la rigidez de la pared torácica,
de lo posible, un movimiento en masa 1768-1841).. Véase en fractur
fracturas
as. garse hasta el foco de la fractura, al me- afectando —o pudiendo afectar— muy
de los cuatro últimos dedos, compati- Cooper,
Cooper, método de. Técnica para la re- nos con la punta del dedo y en la me- seriamente la ventilación pulmonar y la
ble con un grado mínimo de función ducción de la luxación escapulohume- dida suficiente para poder reconocer función respiratoria. Pueden asociarse a
prensora. Para ello puede ser eficaz la ral. Es una modificación del método de por el tacto el fragmento desplazado y fracturas del esternón. Son debidas a
operación propuesta por Juriasti, con- Hipócrates. (Véase Hipócrates,
Hipócrates, méto-
méto- apretarlo contra la superficie corres- traumatismos violentos y por lo mismo
sistente en seccionar los tendones del do de.)
de. pondiente del cúbito. La fijación se suelen ir asociadas a otras lesiones gra-
flexor superficial y los del profundo a Coopernail, signo de (de Georges Peter hace mediante un tornillo introducido ves intratorácicas (pulmonares, pleura-
diferente nivel y anastomosar el extre- Coopernail, cirujano estadounidense por la cara posterior del olécranon y di- les, diafragmáticas, traqueobronquiales,
nacido en 1876).. Equimosis del peri- FIG. 3. La fractura de la coronoides como fac- cardía- cas, esofágicas, mediastínicas),
mo proximal del primero con el extre- rigido hacia el fragmento coronoideo,
tor de inestabilidad en las luxaciones del codo. extratorácicas (craneoencefálicas, ab-
mo distal del segundo (fig. 6), lo cual neo y partes adyacentes en las fracturas mediante control radioscópico con in-
equivale a un alargamiento a gran esca- de pelvis. tensificador de imagen (fig. 4). dominales, raquídeas, polifracturas) o
la. Suprime la acción de los tendones coronoides Corpus Hippocraticus. generales (shock, pérdidas hemáticas,
FIG. 1. Mecanismo más frecuente de pro- Hippocraticus. Conjunto de es-
del flexor superficial, pero conservando Fracturas de la apófisis ducción de las fracturas de la apófisis coro- critos atribuidos a Hipócrates y sus dis- colapso circulatorio). Estas graves lesio-
la del profundo, que es la más necesa- Características generales. Las fractu- noides. nes cons- tituyen un capítulo importan-
cípulos, reunidos después de su muerte
ria y suficiente. Los vientres de ambos ras de la coronoides, como lesión es- te de la traumatología que será desarro-
por su yerno, hijos y nietos, para la bi-
músculos (superficial y profundo) de- quelética aislada, son poco fracuentes. serción del braquial anterior, y no sufre, llado bajo el epigrafe torácicos,
torácicos
blioteca de Alejandría. Es una de las
ben anastomosarse lado a lado, para Afectan casi exclusivamente a los adul- por lo tanto, las consecuencias de su traumatismos.
traumatismos.
obras que mayor influencia ha ejercido
aprovechar la fuerza de ambos. La ope- tos y son excepcionales en los niños. contracción. Mientras que en las de la Fracturas simples —no complica-
sobre el pensar médico y la evolución
ración debe completarse con el alarga- Con mucha frecuencia se presentan base, es precisamente en el fragmento das— de una o pocas costillas
de la medicina.
miento de los flexores del carpo y largo como lesión asociada a las luxaciones coronoideo donde se inserta el tendón Etiología y mecanismos de produc-ción.
costillas Pueden ser debidas a traumatismos di-
del pulgar. posteriores del codo. En ambos casos, de este músculo, cuya contracción tien- Fracturas
4) Desprendimiento y descenso de la el mecanismo de producción es el mis- de a separarlo del resto del hueso (fig. 2 rectos por impacto circunscrito o pun-
Planteamiento y contenido del tema. tual sobre la pared torácica (caídas de
inserción proximal de los músculos re- mo. Un golpe transmitido por el cúbito, B). Sin embargo, este efecto dinámico Desde el punto de vista clínico y, sobre
traídos (operación de Page, 1923, y de en sentido axial —puede ser una caída sobre los fragmentos está limitado, en FIG. 4. Osteosíntesis de la coronoides me- costado sobre un canto duro, bastona-
diante tornillo introducido por la cara posterior todo, desde el punto de vista de su gra- zo, etc.), o por mecanismos indirectos,
Scaglietti, 1966). Equivale a un alarga- sobre la mano, hacia delante, con el la mayoría de los casos, por la integri- del olécranon. vedad, hay que considerar dos situacio-
miento de las unidades motoras acorta- codo semiextendido— y que luxa o dad del potente aparato capsuloliga- de los cuales el más frecuente es la pre-
nes muy distintas. Por un lado, las frac- sión sobre el tórax que aumenta la cur-
das, en la medida en que su inserción tiende a luxar este hueso hacia atrás mentoso que rodea a la articulación del turas de una o pocas costillas, dando
proximal puede despegarse del plano (fig. 1). codo. Más importante que la separa- vatura de los arcos costales más de lo
una indicación (a veces inexcusable) lugar a cuadros muy dolorosos, a veces que permite su elasticidad (fig. 1). Este
esquelético y desplazarse en sentido Anatomía patológica y formas ana- ción entre los fragmentos es la inestabi- de soluciones operatorias. muy escandalosos, pero en general de
tomoclínicas. Es clásica la distinción lidad del codo y la tendencia a la luxa- mecanismo puede estar favorecido por
distal, con lo cual pueden obtenerse Tratamiento. En las fracturas de la poca o ninguna gravedad. No compro-
entre las fracturas de la punta de la co- ción posterior, al fallar el apoyo que factores etiológicos predisponentes, de
correcciones muy eficaces (aunque no punta y en la mayoría de las fracturas meten la integridad de la pared toráci-
ronoides y las de la base (fig. 2 A). La los cuales el más frecuente es la osteo-
siempre completas) de la contractura proporciona la coronoides contra la estables de la base, no desplazadas, o ca ni la función respiratoria. Son produ- porosis. Un simple abrazo, la fuerza
en flexión de la mano y de los dedos. diferencia más importante entre unas tróclea humeral, cuando se trata de poco desplazadas, es suficiente la in- cidas por traumatismos en general de ejercida para ayudar a un anciano a le-
La desinserción de los músculos epitro- y otras reside en el hecho de que las fracturas de la base con gran fragmento movilización con el codo flexionado poca entidad, y aunque pueden aso- vantarse o cambiar de posición y hasta
cleares incluye también la del pronador primeras no muestran ninguna tenden- de la coronoides (fig. 3), circunstancia mediante un yeso abierto o una simple ciarse a lesiones importantes de los ór-
redondo, lo cual permite actuar eficaz- cia al desplazamiento del fragmento que hay que tener muy en cuenta al férula posterior de escayola, mantenida
mente sobre el componente de prona- apical, que queda por detrás de la in- plantear el tratamiento y que constituye de cuatro a seis semanas. En algunos
ción del trastorno. Es tal vez la inter- casos, es necesario completar las ma-
vención que en la actualidad goza de niobras de reducción con una modera-
A B
mayor predicamento (fig. 7). da presión manual sobre la propia apó-
contraextensión. Primer tiempo de la
contraextensión. fisis coronoides, antes de colocar el
reducción de una fractura; consiste en codo en flexión y siempre bajo aneste-
hacer fijar por un ayudante el fragmen- sia general. Estas medidas ortopédicas
to superior en una posición determina- son las más sencillas y las más desea-
da de antemano. bles, toda vez que la alternativa a las
contusión (del lat. contundere).. Atrición mismas (la reducción y fijación por vía
de los tejidos provocada por un golpe o operatoria) es difícil y no exenta de DIRECTO INDIRECTO
una presión enérgica, sin solución de riesgos.
continuidad de la piel. Tratamiento quirúrgico. Encuentra in-
contusión cerebral.
cerebral. Lesión circunscrita dicación en las fracturas de la base
de una parte del cerebro, consecutiva a muy desplazadas, y sobre todo en las
un traumatismo craneoencefálico. (Vé- fracturas muy inestables, con tendencia
craneoencefálicos, traumatis-
ase craneoencefálicos a la luxación posterior del cúbito, y en
mos.) las que no es posible lograr una aproxi-
contusión pulmonar.
pulmonar. Lesión traumática mación de los fragmentos por las ma-
de un área circunscrita del pulmón, FIG. 2. Variedades anatomopatológicas de fracturas de la coronoides. Fracturas de la punta (A) y niobras anteriormente descritas. La vía
producida por la rotura de pequeños fracturas de la base (B). de acceso tiene que ser posterior, o FIG. 1. Mecanismo directo e indirecto de producción de las fracturas costales.
costotomía 68 69 craneoencefálicos

un golpe de tos algo violento puede dar ciente, permiten establecer un diagnós- tirla varias veces al día. A contra la cabeza o de ésta contra un lesión focal que sólo afecta a una parte
lugar, en estos casos, a una fractura tico de suposición con bastantes proba- costotomía. Sección o resección de una objeto fijo, masa del objeto agresor, del cerebro, al menos que la afecta más
costal. bilidades de acertar, que en general o varias costillas. aplastamiento, aceleración angular de profundamente que al resto. Se trata,
Anatomía patológica. La fractura puede puede ser confirmado por simple pal- costótomo. Cuchilla o cizalla para cortar la cabeza moviéndose libremente, etc.). pues, de una lesión localizada en con-
limitarse a una sola costilla, a dos o ex- pación, que pone de relieve un dolor a las costillas. Algunos de estos conceptos necesitan traposición a la lesión supuestamente
cepcionalmente a tres o más. En cual- la presión particularmente localizado cotilo. Acetábulo. ser ampliados para su mejor compren- generalizada, o conmoción, aunque
quier caso, la pared torácica conserva en una costilla y en un punto de la mis- Cotrel-Dubousset, método de. Proce- sión y para su correcta utilización en la una contusión cerebral puede ir acom-
su rigidez necesaria para cumplir con ma. La presión sobre la pared torácica, dimiento de osteosíntesis vertebral me- práctica, lo cual va a ser el objeto de pañada —como ocurre regularmente—
su función inspiradora y espiradora. El en una zona apartada de este punto, diante tornillos transpediculares unidos los siguientes apartados. de un cuadro conmocional. La contu-
trazo, siempre único en cada costilla, despierta igualmente un vivo dolor a entre sí por vástagos. (Véase espondi-
espondi- 1) Principales alteraciones endocra- sión puede localizarse en la zona del
es casi siempre transversal y asienta por nivel del mismo, al aumentar la curva- lólisis y espondilolistesis de origen neales. Se describen bajo este epígrafe impacto cuando éste es debido a un
lo regular en la línea axilar anterior o tura de los arcos costales. La imprescin- traumático.
traumático.) las siguientes consecuencias posibles agente vulnerable agudo, de poca masa
posterior, es decir, en las zonas de má- dible radiografía no siempre permite Cotton, Frederic
Frederic JaJay. Cirujano estado- —y frecuentes— de todo traumatismo pero de gran velocidad (una pedrada,
xima curvatura. La fractura puede ser comprobar la existencia de la fractura, unidense, de Boston. Describió, entre craneoencefálico: conmoción cerebral, un martillazo, etc.). Pero puede tam-
completa, con separación más o menos a menos que esté suficientemente des- otros temas, la fractura trimaleolar del contusión cerebral, hemorragia intrace- bién localizarse en la zona del cerebro
pronunciada de los extremos, o incom- plazada. Una radiografía negativa, por tobillo, generalmente asociada a luxa- B rebral, laceración cerebral, edema ce- opuesta al impacto («lesión a distan-
pleta (en «tallo verde»). Las costillas lo tanto, no excluye el diagnóstico de ción posterior del astrágalo (1912). (Vé- rebral, hemorragia intracerebral e hi- cia») por un mecanismo de «contragol-
más frecuentemente afectadas son las fractura costal. ase en tobillo, fractur
fracturasas.) pertensión endocraneana. pe» al chocar la cabeza, movible, con-
de la zona media (de Tratamiento. El objetivo principal Cotton, operación
operación de (de Frederic Jay Conmoción cerebral. En términos abs- tra un obstáculo fijo (fig. 1). La
la número II a la X). Las fracturas de la —casi único— del mismo es evitar el Cotton). 1. Operación para la repara- tractos y rigurosamente etimológicos contusión cerebral, lesión focal o loca-
primera costilla o de las dos últimas son dolor. Para ello puede recurrirse a tres ción quirúrgica del ligamento lateral podría designar cualquier movimiento lizada, puede dar lugar a signos clínicos
mucho menos frecuentes. Las primeras tipos de medidas: externo de la rodilla con plastia de fas- violento, agitación o sacudida del cere- de focalidad. Por ejemplo, una parálisis
sólo pueden producirse por un trauma- 1) Analgésicos corrientes por vía ge- cia. 2. Osteotomía oblicua del calcá- bro. En la terminología traumatológica o paresia en el territorio muscular co-
tismo particularmente violento, por lo neral. Alivian el dolor y aumentan la neo para el tratamiento del pie plano. habitual, el término sirve, sin embargo, rrespondiente a la zona contundida, al-
cual suelen asociarse a lesiones graves profundidad de los movimientos respi- Cotton, posición de. Posición en ligera para designar concretamente una pérdi- teraciones del lenguaje, ataques con-
traqueales o esofágicas. Su estudio co- ratorios. Deben ser administrados larga flexión e inclinación cubital de la da de conciencia causada por un trau- vulsivos, etc. Aunque también puede
rresponde al de los traumatismos toráci- manu mientras no haya una contraindi- mano para el tratamiento de las fractu- matismo craneoencefálico. Pérdida de afectar a zonas silenciosas del cerebro,
cos. Las de las últimas costillas suelen cación especial. ras del radio. conciencia que puede ser mínima y fu- y en tal caso no manifestarse por nin-
ser producidas por traumatismos tora- 2) Inmovilización del foco de coxa (del lat. coxa). Cadera o articulación gaz, manifestada únicamente por una gún signo clínico de esta índole. Los
coabdominales de una cierta entidad, y fractura. Sería el tratamiento ideal si no de la cadera. ligera amnesia, o grave y definitiva, en términos de contusión cerebral, lesión
suelen acompañarse de lesiones dia- obligase a suprimir los movimientos coxal (del lat. coxa, cadera).. Relativo a la forma de coma mortal. En cualquier focal o localizada y signos de focalidad
fragmáticas o de los órganos abdomina- respiratorios. Una medida sencilla, ne- cadera o al hueso ilíaco. caso, el término indica una consecuen- expresan un concepto anatomopatoló-
les. También son estudiados en el cita- cesaria y relativamente eficaz que sirve coyuntur
coyuntura. a. Articulación. FIG. 1. Focos contusivos en la superficie del cia del traumatismo, independiente- gico o anatomoclínico muy preciso y
cerebro. A) Por impacto directo. B) Por con- mente de cómo se haya producido, es bien definido. Y no deben ser emplea-
do apartado. para esta finalidad es aconsejar al inte- Cramer
Cramer,, Friedric
Friedrich.
h. Cirujano alemán, de tragolpe. Lesión de cavitación producida por el
Complicaciones más frecuentes. Las resado el decúbito sobre el lado afecto Wiesbaden (1847-1903). Describió una decir, si ha sido una «sacudida» (sinó- dos para describir otras manifestaciones
desplazamiento de la masa cerebral dentro del nimo de conmoción) o por cualquier clínicas u otros datos de exploración.
fracturas simples de costillas pueden durante el reposo en cama, a fin de li- técnica de artroereisis del tobillo, por cráneo.
acompañarse de lesiones internas mitar los movimientos respiratorios en medio de un injerto óseo tomado de la otro tipo de agresión. Algunos tratados Hemorragia intracerebral. No debe
(pleu- ropulmonares, principalmente). dicho lado. Por el contrario, las fajas o tibia e introducido en el calcáneo, para definen la conmoción como una «le- confundirse con el concepto de hemo-
Lo más frecuente es por desgarro de la vendajes de compresión circular, gene- el tratamiento del pie equino paralítico. sión cerebral generalizada difusa» en rragia intracraneal (extradural, subdural
4) Traumatismo craneoencefálico
contraposición a lo que es una lesión o subaracnoidea). Significa el derrama-
pleura, a cargo del extremo óseo de la ralmente tan prodigadas, sólo alivian Pero su nombre suena todavía en los abier- to y cerrado.
localizada, focal o «contusión» cere- miento de sangre en el espesor de la
costilla fracturada, desplazado hacia el parcialmente el dolor a costa de limitar ambientes traumatológicos por su co- 5) Tendencia evolutiva.
bral. masa cerebral. Constituye una lesión
interior de la cavidad torácica, o bien a la amplitud respiratoria, con el consi- nocida férula. 6) Traumatismos craneoencefálicos
Contusión cerebral. Quiere decir una anatomopatológica de los focos contu-
causa de una rotura de la arteria inter- guiente acúmulo de secreciones en el craneoencefálicos,
craneoencefálicos, traumatismos
traumatismos con o sin alteraciones del estado gene-
costal con derrame sanguíneo en la ca- árbol bronquial, hipoventilación alveo- Consideraciones generales y defini- ral y de las funciones vitales (shock, de-
vidad pleural. En cualquiera de éstos o lar, peligro de atelectasia, etc. El mismo ción de conceptos. No es necesario de- presión cardiorrespiratoria, agitación, A B
análogos casos dejan de ser simples y efecto sobre el dolor, con menos incon- finir lo que se entiende por traumatis- alteraciones de la conducta).
deben ser consideradas desde otro pun- venientes de los descritos, puede lo- mo craneoencefálico, pero es muy 7) Traumatismos craneoencefálicos
to de vista, bajo el cual la lesión costal grarse con la inmovilización unilateral conveniente distinguir claramente entre con o sin lesiones asociadas en otras
propiamente dicha ocupa un lugar se- del tórax, mediante vendas adhesivas sus múltiples variedades y servirse con partes del cuerpo (fracturas de los
cundario en importancia (véase toráci-
toráci- aplicadas desde la línea media anterior precisión de los términos habitualmen- miembros, del raquis, de la pelvis o de
cos,
cos traumatismos
traumatismos). del tórax a la línea media posterior, de- te empleados para describirlas. Para la cara).
Clínica y diagnóstico. El síntoma jando libre, por consiguiente, los movi- ello, y como punto de partida para una Es conveniente, asimismo, en la des-
principal de las fracturas de costillas es mientos del otro hemitórax. Aun así, la definición más completa de cada caso cripción de cada caso particular (diag-
el dolor, que puede ser de gran intensi- inmovilización del tórax debe reservar- particular, convendrá empezar por dis- nóstico, historia clínica, informe médi-
dad. Se acentúa con los movimientos se para los casos de dolor particular- tinguir las siguientes posibilidades: co, parte judicial, etc.), tener en cuenta
respiratorios y, sobre todo, con la inspi- mente intenso y mantenerse el menor 1) Traumatismos craneoencefálico los siguientes extremos: a) Factores
ración profunda o con la tos, obligando tiempo posible. con o sin alteraciones encefálicas (con- etiológicos dependientes del sujeto:
a una respiración superficial que con 3) Infiltración anestésica del nervio o moción, en primer lugar). edad, en primer lugar; posibles alte-
frecuencia el interesado manifiesta los nervios intercostales. Es un procedi- 2) Traumatismos craneoencefálicos raciones patológicas previas (alcoho-
como una «falta de aire», sin que exis- miento sencillo, eficaz e inocuo de su- con o sin fractura del cráneo. lismo, drogadicción, epilepsia, etc.). b)
tan, realmente, problemas de ventila- primir o aliviar el dolor, con el único 3) Traumatismos craneoencefálicos Causa del traumatismo (accidente de
ción pulmonar. Estas manifestaciones, inconveniente de que la duración de su con o sin lesiones de las partes blan- trá-fico, atropello, caída, etc.) y tipo de
como resultado de un traumatismo re- efecto es muy limitada y hay que repe- das. agresión sufrida (golpe de un objeto FIG. 2. Hemorragia intracerebral (A) e intracraneal (B).
costotomía 68 69 craneoencefálicos

un golpe de tos algo violento puede dar ciente, permiten establecer un diagnós- tirla varias veces al día. A contra la cabeza o de ésta contra un lesión focal que sólo afecta a una parte
lugar, en estos casos, a una fractura tico de suposición con bastantes proba- costotomía. Sección o resección de una objeto fijo, masa del objeto agresor, del cerebro, al menos que la afecta más
costal. bilidades de acertar, que en general o varias costillas. aplastamiento, aceleración angular de profundamente que al resto. Se trata,
Anatomía patológica. La fractura puede puede ser confirmado por simple pal- costótomo. Cuchilla o cizalla para cortar la cabeza moviéndose libremente, etc.). pues, de una lesión localizada en con-
limitarse a una sola costilla, a dos o ex- pación, que pone de relieve un dolor a las costillas. Algunos de estos conceptos necesitan traposición a la lesión supuestamente
cepcionalmente a tres o más. En cual- la presión particularmente localizado cotilo. Acetábulo. ser ampliados para su mejor compren- generalizada, o conmoción, aunque
quier caso, la pared torácica conserva en una costilla y en un punto de la mis- Cotrel-Dubousset, método de. Proce- sión y para su correcta utilización en la una contusión cerebral puede ir acom-
su rigidez necesaria para cumplir con ma. La presión sobre la pared torácica, dimiento de osteosíntesis vertebral me- práctica, lo cual va a ser el objeto de pañada —como ocurre regularmente—
su función inspiradora y espiradora. El en una zona apartada de este punto, diante tornillos transpediculares unidos los siguientes apartados. de un cuadro conmocional. La contu-
trazo, siempre único en cada costilla, despierta igualmente un vivo dolor a entre sí por vástagos. (Véase espondi-
espondi- 1) Principales alteraciones endocra- sión puede localizarse en la zona del
es casi siempre transversal y asienta por nivel del mismo, al aumentar la curva- lólisis y espondilolistesis de origen neales. Se describen bajo este epígrafe impacto cuando éste es debido a un
lo regular en la línea axilar anterior o tura de los arcos costales. La imprescin- traumático.
traumático.) las siguientes consecuencias posibles agente vulnerable agudo, de poca masa
posterior, es decir, en las zonas de má- dible radiografía no siempre permite Cotton, Frederic
Frederic JaJay. Cirujano estado- —y frecuentes— de todo traumatismo pero de gran velocidad (una pedrada,
xima curvatura. La fractura puede ser comprobar la existencia de la fractura, unidense, de Boston. Describió, entre craneoencefálico: conmoción cerebral, un martillazo, etc.). Pero puede tam-
completa, con separación más o menos a menos que esté suficientemente des- otros temas, la fractura trimaleolar del contusión cerebral, hemorragia intrace- bién localizarse en la zona del cerebro
pronunciada de los extremos, o incom- plazada. Una radiografía negativa, por tobillo, generalmente asociada a luxa- B rebral, laceración cerebral, edema ce- opuesta al impacto («lesión a distan-
pleta (en «tallo verde»). Las costillas lo tanto, no excluye el diagnóstico de ción posterior del astrágalo (1912). (Vé- rebral, hemorragia intracerebral e hi- cia») por un mecanismo de «contragol-
más frecuentemente afectadas son las fractura costal. ase en tobillo, fractur
fracturasas.) pertensión endocraneana. pe» al chocar la cabeza, movible, con-
de la zona media (de Tratamiento. El objetivo principal Cotton, operación
operación de (de Frederic Jay Conmoción cerebral. En términos abs- tra un obstáculo fijo (fig. 1). La
la número II a la X). Las fracturas de la —casi único— del mismo es evitar el Cotton). 1. Operación para la repara- tractos y rigurosamente etimológicos contusión cerebral, lesión focal o loca-
primera costilla o de las dos últimas son dolor. Para ello puede recurrirse a tres ción quirúrgica del ligamento lateral podría designar cualquier movimiento lizada, puede dar lugar a signos clínicos
mucho menos frecuentes. Las primeras tipos de medidas: externo de la rodilla con plastia de fas- violento, agitación o sacudida del cere- de focalidad. Por ejemplo, una parálisis
sólo pueden producirse por un trauma- 1) Analgésicos corrientes por vía ge- cia. 2. Osteotomía oblicua del calcá- bro. En la terminología traumatológica o paresia en el territorio muscular co-
tismo particularmente violento, por lo neral. Alivian el dolor y aumentan la neo para el tratamiento del pie plano. habitual, el término sirve, sin embargo, rrespondiente a la zona contundida, al-
cual suelen asociarse a lesiones graves profundidad de los movimientos respi- Cotton, posición de. Posición en ligera para designar concretamente una pérdi- teraciones del lenguaje, ataques con-
traqueales o esofágicas. Su estudio co- ratorios. Deben ser administrados larga flexión e inclinación cubital de la da de conciencia causada por un trau- vulsivos, etc. Aunque también puede
rresponde al de los traumatismos toráci- manu mientras no haya una contraindi- mano para el tratamiento de las fractu- matismo craneoencefálico. Pérdida de afectar a zonas silenciosas del cerebro,
cos. Las de las últimas costillas suelen cación especial. ras del radio. conciencia que puede ser mínima y fu- y en tal caso no manifestarse por nin-
ser producidas por traumatismos tora- 2) Inmovilización del foco de coxa (del lat. coxa). Cadera o articulación gaz, manifestada únicamente por una gún signo clínico de esta índole. Los
coabdominales de una cierta entidad, y fractura. Sería el tratamiento ideal si no de la cadera. ligera amnesia, o grave y definitiva, en términos de contusión cerebral, lesión
suelen acompañarse de lesiones dia- obligase a suprimir los movimientos coxal (del lat. coxa, cadera).. Relativo a la forma de coma mortal. En cualquier focal o localizada y signos de focalidad
fragmáticas o de los órganos abdomina- respiratorios. Una medida sencilla, ne- cadera o al hueso ilíaco. caso, el término indica una consecuen- expresan un concepto anatomopatoló-
les. También son estudiados en el cita- cesaria y relativamente eficaz que sirve coyuntur
coyuntura. a. Articulación. FIG. 1. Focos contusivos en la superficie del cia del traumatismo, independiente- gico o anatomoclínico muy preciso y
cerebro. A) Por impacto directo. B) Por con- mente de cómo se haya producido, es bien definido. Y no deben ser emplea-
do apartado. para esta finalidad es aconsejar al inte- Cramer
Cramer,, Friedric
Friedrich.
h. Cirujano alemán, de tragolpe. Lesión de cavitación producida por el
Complicaciones más frecuentes. Las resado el decúbito sobre el lado afecto Wiesbaden (1847-1903). Describió una decir, si ha sido una «sacudida» (sinó- dos para describir otras manifestaciones
desplazamiento de la masa cerebral dentro del nimo de conmoción) o por cualquier clínicas u otros datos de exploración.
fracturas simples de costillas pueden durante el reposo en cama, a fin de li- técnica de artroereisis del tobillo, por cráneo.
acompañarse de lesiones internas mitar los movimientos respiratorios en medio de un injerto óseo tomado de la otro tipo de agresión. Algunos tratados Hemorragia intracerebral. No debe
(pleu- ropulmonares, principalmente). dicho lado. Por el contrario, las fajas o tibia e introducido en el calcáneo, para definen la conmoción como una «le- confundirse con el concepto de hemo-
Lo más frecuente es por desgarro de la vendajes de compresión circular, gene- el tratamiento del pie equino paralítico. sión cerebral generalizada difusa» en rragia intracraneal (extradural, subdural
4) Traumatismo craneoencefálico
contraposición a lo que es una lesión o subaracnoidea). Significa el derrama-
pleura, a cargo del extremo óseo de la ralmente tan prodigadas, sólo alivian Pero su nombre suena todavía en los abier- to y cerrado.
localizada, focal o «contusión» cere- miento de sangre en el espesor de la
costilla fracturada, desplazado hacia el parcialmente el dolor a costa de limitar ambientes traumatológicos por su co- 5) Tendencia evolutiva.
bral. masa cerebral. Constituye una lesión
interior de la cavidad torácica, o bien a la amplitud respiratoria, con el consi- nocida férula. 6) Traumatismos craneoencefálicos
Contusión cerebral. Quiere decir una anatomopatológica de los focos contu-
causa de una rotura de la arteria inter- guiente acúmulo de secreciones en el craneoencefálicos,
craneoencefálicos, traumatismos
traumatismos con o sin alteraciones del estado gene-
costal con derrame sanguíneo en la ca- árbol bronquial, hipoventilación alveo- Consideraciones generales y defini- ral y de las funciones vitales (shock, de-
vidad pleural. En cualquiera de éstos o lar, peligro de atelectasia, etc. El mismo ción de conceptos. No es necesario de- presión cardiorrespiratoria, agitación, A B
análogos casos dejan de ser simples y efecto sobre el dolor, con menos incon- finir lo que se entiende por traumatis- alteraciones de la conducta).
deben ser consideradas desde otro pun- venientes de los descritos, puede lo- mo craneoencefálico, pero es muy 7) Traumatismos craneoencefálicos
to de vista, bajo el cual la lesión costal grarse con la inmovilización unilateral conveniente distinguir claramente entre con o sin lesiones asociadas en otras
propiamente dicha ocupa un lugar se- del tórax, mediante vendas adhesivas sus múltiples variedades y servirse con partes del cuerpo (fracturas de los
cundario en importancia (véase toráci-
toráci- aplicadas desde la línea media anterior precisión de los términos habitualmen- miembros, del raquis, de la pelvis o de
cos,
cos traumatismos
traumatismos). del tórax a la línea media posterior, de- te empleados para describirlas. Para la cara).
Clínica y diagnóstico. El síntoma jando libre, por consiguiente, los movi- ello, y como punto de partida para una Es conveniente, asimismo, en la des-
principal de las fracturas de costillas es mientos del otro hemitórax. Aun así, la definición más completa de cada caso cripción de cada caso particular (diag-
el dolor, que puede ser de gran intensi- inmovilización del tórax debe reservar- particular, convendrá empezar por dis- nóstico, historia clínica, informe médi-
dad. Se acentúa con los movimientos se para los casos de dolor particular- tinguir las siguientes posibilidades: co, parte judicial, etc.), tener en cuenta
respiratorios y, sobre todo, con la inspi- mente intenso y mantenerse el menor 1) Traumatismos craneoencefálico los siguientes extremos: a) Factores
ración profunda o con la tos, obligando tiempo posible. con o sin alteraciones encefálicas (con- etiológicos dependientes del sujeto:
a una respiración superficial que con 3) Infiltración anestésica del nervio o moción, en primer lugar). edad, en primer lugar; posibles alte-
frecuencia el interesado manifiesta los nervios intercostales. Es un procedi- 2) Traumatismos craneoencefálicos raciones patológicas previas (alcoho-
como una «falta de aire», sin que exis- miento sencillo, eficaz e inocuo de su- con o sin fractura del cráneo. lismo, drogadicción, epilepsia, etc.). b)
tan, realmente, problemas de ventila- primir o aliviar el dolor, con el único 3) Traumatismos craneoencefálicos Causa del traumatismo (accidente de
ción pulmonar. Estas manifestaciones, inconveniente de que la duración de su con o sin lesiones de las partes blan- trá-fico, atropello, caída, etc.) y tipo de
como resultado de un traumatismo re- efecto es muy limitada y hay que repe- das. agresión sufrida (golpe de un objeto FIG. 2. Hemorragia intracerebral (A) e intracraneal (B).
craneoencefálicos 70 71 craneoencefálicos

Tentorium Tentorium 2 A). «intoxicación hídrica». Se trata enton- tado de un conflicto de espacio entre la tal (hernia de la amígdala cerebelosa,
Laceración cerebral. Lo mismo que la ces de un edema intracelular. En ambos caja craneana y su contenido. Por lo fig. 5) con compresión del bulbo y con-
hemorragia intracerebral, y confundién- casos, el edema significa un aumento tanto, puede ser producido por cual- secuencias más graves: pará-lisis de los
dose con ella, constituye la alteración del volumen de la masa cerebral, y por quier proceso que «ocupe espacio» en centros bulbares de la respiración y la
anatomopatológica propia de los focos lo tanto un conflicto de espacio con el el interior del cráneo. Por ejemplo, un circulación.
contusivos, que producen una destruc- continente óseo. Ello puede ser la cau- tumor, o en el caso de los traumatismos b) Isquemia cerebral total, o «muerte
ción localizada pero muy acusada de sa de una mayor anoxia, por dificultad craneoencefálicos, el ede- ma cerebral del cerebro». Significa la detención de
la estructura nerviosa (papilla cerebral). y enlentecimiento de la circulación ce- o las hemorragias endocraneanas. El la circulación cerebral, debida a la gran
Edema cerebral. Es conveniente tener rebral. Y la anoxia, a su vez, puede ser término es sinónimo de compresión ce- presión intracraneal, mientras se con-
una idea clara de este concepto por va- causa de una mayor permeabilidad ca- rebral empleado por algunos autores. serva vivo el resto del organismo en be-
rios motivos. En primer lugar, por ser pilar y por lo tanto de edema. Con ello La hipertensión endocraneana o la neficio de la respiración asistida. Si se
una complicación frecuente de los se cierra el círculo vicioso anteriormen- compresión cerebral da lugar a unos hace una arteriografía carotídea en es-
traumatismos craneoencefálicos, y a su te aludido y que se designa con el síntomas característicos que constitu- tas condiciones se observará la falta de
vez un factor de empeoramiento de los nombre de ciclo anóxico. Más adelante yen en conjunto el llamado síndrome repleción de los vasos cerebrales, y el
mismos, con lo cual puede dar lugar a se estudiarán con mayor detalle los fac- de hipertensión endocraneal, que es electroencefalograma demostrará la au-
un círculo vicioso que conduzca a las tores patogénicos que determinan o común a cualquiera de las causas que sencia de actividad eléctrica del cere-
peores consecuencias. En segundo lu- agravan el edema cerebral, las diversas FIG. 6. Tipos más frecuentes de fracturas de la acaban de ser descritas, y cuyos rasgos bro (electroencefalograma a plano).
Compresión del tallo cerebral por
la hernia del lóbulo temporal gar, por ser la carta más importante, y a complicaciones a que pueden dar lugar bóveda. fundamentales son los siguientes: a) ce- 2) Fracturas del cráneo. No es nece-
veces la única, que puede jugarse en el y la manera de tratarlo. falea; b) alteraciones del ritmo cardía- sario definir lo que es una fractura del
FIG. 3. Hernia del lóbulo temporal del cerebro terreno terapéutico durante los prime- De momento conviene dejar claramen- co; por lo general, bradicardia, aunque cráneo, pero conviene precisar algunas
a través del orificio del tentorium, debida a la ros momentos y cuando apenas hay te establecido el concepto de edema en ocasiones taquicardia o taquiarrit- de sus características y modalidades
hipertensión endocraneal producida por una he- otras cosas que hacer. Aunque con al- cerebral como una complicación posi- FOSA ANTERIOR mia; c) vómitos de carácter central, no anatomoclínicas más importantes, con-
morragia extradural. El mismo fenómeno puede gunas diferencias de matiz, que de mo- ble e incluso frecuente de los traumatis- Rinorrea líquido cefalorra- alimenticios; d) alteraciones del ritmo tenidas en los siguientes conceptos: a)
producirse por cualquier hemorragia intracrane- mento no interesan, el término es equi- mos craneoencefálicos de una cierta quídeo
respiratorio; e) edema papilar. fracturas de la bóveda y fracturas de la
al o por el edema cerebral. valente al de tumefacción cerebral. El entidad que puede ser causa de un Anosmia
Meningitis La hipertensión endocraneana, si es de base del cráneo; b) principales varieda-
edema cerebral responde fundamental- agravamiento de los síntomas clínicos, Lesión del nervio óptico carácter progresivo, lo mismo que si es des anatomopatológicas según el trazo
mente a dos causas. Una de ellas, el principalmente del estado de concien- producida por un edema o por una he- de fractura; c) fracturas abiertas y cerra-
sivos, y se localiza de preferencia en las aumento de agua, electrólitos, proteí- cia, y dar lugar a un cuadro de hiper- morragia endocraneana, puede dar lu- das; d) fracturas simples y complicadas.
zonas corticales o subcorticales del ce- nas y otros solutos en el espacio ex-tra- tensión endocraneana, descrito más FOSA MEDIA
gar a situaciones de mayor gravedad, Fracturas de la bóveda. Son la conse-
Sordera
rebro. Es la causa de un edema perifo- celular del cerebro. Es el llamado ede- adelante. debidas a dos tipos de fenómenos aña- cuencia de un impacto recibido sobre
Vértigo
ma extracelular. Y se debe a un Hemorragia intracraneal. No debe con- didos: el desplazamiento de la masa esta parte del cráneo. El agente contun-
cal que puede extenderse al resto del Zumbido de oídos
aumento de la permeabilidad capilar fundirse con la hemorragia intracere- Otorrea líquido cefalorra- encefálica dentro del cráneo y la isque- dente aplana la superficie convexa de
cerebro, dando lugar, como es fácil que permite el paso de estas sustancias bral. Significa el derramamiento de san- quídeo mia cerebral. la bóveda, y cuando este aplanamiento
comprender, a un hematoma intracere- a los espacios extracelulares. La otra gre en los espacios libres intracranea- Parálisis facial
a) Desplazamiento de la masa encefá- supera los límites de elasticidad del te-
bral, y en una fase más avanzada, a una causa es un aumento del H2O en las les, es decir, en el espacio extradural, Hemorragia meníngea
lica. Se produce como consecuencia de jido óseo se produce la fractura. En ge-
media
zona de reblandecimiento cerebral (fig. células de la astroglia, debido a una subdural o subaracnoideo (fig. 2 B). un proceso expansivo (hemorragia) que neral, y en comparación con las fractu-
FOSA POSTERIOR «empuja» la masa del cerebro, obligán- ras de la base, se necesita relativamente
Hernia del Parálisis nervios cranea- dola, si la presión es acentuada, a her- poca fuerza para romper la bóveda cra-
lóbulo temoporal les inferiores
Hematoma fosa posterior
niarse a través del orificio del tentorio neana (fig. 6). Por este último motivo,
(hernias del lóbulo temporal, fig. 3), lo las fracturas de la bóveda pueden ser
Tentorium cual da lugar, a su vez, a una compre- de menos gravedad, sin olvidar que al-
Fascículo
FIG. 7. Tipos más frecuentes de fracturas de sión del tallo cerebral manifestada prin- gunas de ellas pueden irradiarse hacia
piramidal
la base del cráneo y principales signos corres- cipalmente por los siguientes síntomas: la base, y que otras, aparentemente de
Motor ocular común pondientes a las fracturas de las tres fosas. empeoramiento del estado de concien- escasa entidad anatomopatológica
cia, alteraciones generales del tono (fracturas lineales de la pared temporo-
muscular, parálisis del III par por com- parietal), pueden ir acompañadas de
Blefaroptosis Debe ser considerada como una lesión presión a nivel peduncular (midriasis hemorragias importantes de la menín-
primaria de las más frecuentes de los unilateral, caída del párpado superior y gea media.
traumatismos craneoencefálicos. Y al estrabismo divergente). Fracturas de la base. Son debidas a
Midriasis Tentorium
mismo tiempo como una complicación Por otro lado, la compresión a cargo de traumas de una gran violencia, necesa-
secundaria y un factor importante de la masa herniada puede afectar a las ria para romper la base del cráneo. En
empeoramiento de los síntomas inicia- vías piramidales antes de su decusa- general, por el choque de la cabeza
Estrabismo divergente les, en especial del estado de concien- ción bulbar, dando lugar a una hemi- movible contra una superficie fija. En
cia, empeoramiento que puede sobre- plejía espástica contralateral (hiperto- consecuencia, estas fracturas suelen ir
venir una vez superada la gravedad nía, hiperreflexia, signo de Babinski, asociadas a lesiones encefálicas graves.
inmediata, e incluso después de una etcétera), que caracteriza el llamado En la figura 7 están representados los
Hernia de
Piramidalismo contralateral
la amígdala fase más o menos larga (de horas o de síndrome de Clovis-Vincens (parálisis trazos más frecuentes de estas fracturas,
cerebelosa días) de mejoría progresiva y de haber homolateral del III par y parálisis espás- su localización en la fosa anterior, me-
recuperado la lucidez. De acuerdo con tica contralateral, fig. 4). dia y posterior, así como las principales
ello, las hemorragias endocraneanas Cuando la presión intracraneal sobre la complicaciones que corresponden a
FIG. 5. Hernia de la amígdala cerebelosa a través del orificio occipital,
FIG. 4. Síndrome de Clovis-Vincens producido por la presión del lóbulo consecutiva a una hernia del lóbulo temporal a través del orificio del ten- son estudiadas más adelante en el apar- masa encefálica se hace más intensa, cada una de ellas.
temporal herniado sobre el tallo cerebral. Compresión del motor ocular torium, debido, a su vez, a la fuerte presión endocraneal producida por tado de las complicaciones. puede producirse además la herniación Principales variedades anatomopatoló-
común y del fascículo piramidal a nivel peduncular. un hematoma extradural. Hipertensión endocraneana. Es el resul- del cerebelo a través del orificio occipi- gicas, según el trazo de fractura (fig. 8).
craneoencefálicos 70 71 craneoencefálicos

Tentorium Tentorium 2 A). «intoxicación hídrica». Se trata enton- tado de un conflicto de espacio entre la tal (hernia de la amígdala cerebelosa,
Laceración cerebral. Lo mismo que la ces de un edema intracelular. En ambos caja craneana y su contenido. Por lo fig. 5) con compresión del bulbo y con-
hemorragia intracerebral, y confundién- casos, el edema significa un aumento tanto, puede ser producido por cual- secuencias más graves: pará-lisis de los
dose con ella, constituye la alteración del volumen de la masa cerebral, y por quier proceso que «ocupe espacio» en centros bulbares de la respiración y la
anatomopatológica propia de los focos lo tanto un conflicto de espacio con el el interior del cráneo. Por ejemplo, un circulación.
contusivos, que producen una destruc- continente óseo. Ello puede ser la cau- tumor, o en el caso de los traumatismos b) Isquemia cerebral total, o «muerte
ción localizada pero muy acusada de sa de una mayor anoxia, por dificultad craneoencefálicos, el ede- ma cerebral del cerebro». Significa la detención de
la estructura nerviosa (papilla cerebral). y enlentecimiento de la circulación ce- o las hemorragias endocraneanas. El la circulación cerebral, debida a la gran
Edema cerebral. Es conveniente tener rebral. Y la anoxia, a su vez, puede ser término es sinónimo de compresión ce- presión intracraneal, mientras se con-
una idea clara de este concepto por va- causa de una mayor permeabilidad ca- rebral empleado por algunos autores. serva vivo el resto del organismo en be-
rios motivos. En primer lugar, por ser pilar y por lo tanto de edema. Con ello La hipertensión endocraneana o la neficio de la respiración asistida. Si se
una complicación frecuente de los se cierra el círculo vicioso anteriormen- compresión cerebral da lugar a unos hace una arteriografía carotídea en es-
traumatismos craneoencefálicos, y a su te aludido y que se designa con el síntomas característicos que constitu- tas condiciones se observará la falta de
vez un factor de empeoramiento de los nombre de ciclo anóxico. Más adelante yen en conjunto el llamado síndrome repleción de los vasos cerebrales, y el
mismos, con lo cual puede dar lugar a se estudiarán con mayor detalle los fac- de hipertensión endocraneal, que es electroencefalograma demostrará la au-
un círculo vicioso que conduzca a las tores patogénicos que determinan o común a cualquiera de las causas que sencia de actividad eléctrica del cere-
peores consecuencias. En segundo lu- agravan el edema cerebral, las diversas FIG. 6. Tipos más frecuentes de fracturas de la acaban de ser descritas, y cuyos rasgos bro (electroencefalograma a plano).
Compresión del tallo cerebral por
la hernia del lóbulo temporal gar, por ser la carta más importante, y a complicaciones a que pueden dar lugar bóveda. fundamentales son los siguientes: a) ce- 2) Fracturas del cráneo. No es nece-
veces la única, que puede jugarse en el y la manera de tratarlo. falea; b) alteraciones del ritmo cardía- sario definir lo que es una fractura del
FIG. 3. Hernia del lóbulo temporal del cerebro terreno terapéutico durante los prime- De momento conviene dejar claramen- co; por lo general, bradicardia, aunque cráneo, pero conviene precisar algunas
a través del orificio del tentorium, debida a la ros momentos y cuando apenas hay te establecido el concepto de edema en ocasiones taquicardia o taquiarrit- de sus características y modalidades
hipertensión endocraneal producida por una he- otras cosas que hacer. Aunque con al- cerebral como una complicación posi- FOSA ANTERIOR mia; c) vómitos de carácter central, no anatomoclínicas más importantes, con-
morragia extradural. El mismo fenómeno puede gunas diferencias de matiz, que de mo- ble e incluso frecuente de los traumatis- Rinorrea líquido cefalorra- alimenticios; d) alteraciones del ritmo tenidas en los siguientes conceptos: a)
producirse por cualquier hemorragia intracrane- mento no interesan, el término es equi- mos craneoencefálicos de una cierta quídeo
respiratorio; e) edema papilar. fracturas de la bóveda y fracturas de la
al o por el edema cerebral. valente al de tumefacción cerebral. El entidad que puede ser causa de un Anosmia
Meningitis La hipertensión endocraneana, si es de base del cráneo; b) principales varieda-
edema cerebral responde fundamental- agravamiento de los síntomas clínicos, Lesión del nervio óptico carácter progresivo, lo mismo que si es des anatomopatológicas según el trazo
mente a dos causas. Una de ellas, el principalmente del estado de concien- producida por un edema o por una he- de fractura; c) fracturas abiertas y cerra-
sivos, y se localiza de preferencia en las aumento de agua, electrólitos, proteí- cia, y dar lugar a un cuadro de hiper- morragia endocraneana, puede dar lu- das; d) fracturas simples y complicadas.
zonas corticales o subcorticales del ce- nas y otros solutos en el espacio ex-tra- tensión endocraneana, descrito más FOSA MEDIA
gar a situaciones de mayor gravedad, Fracturas de la bóveda. Son la conse-
Sordera
rebro. Es la causa de un edema perifo- celular del cerebro. Es el llamado ede- adelante. debidas a dos tipos de fenómenos aña- cuencia de un impacto recibido sobre
Vértigo
ma extracelular. Y se debe a un Hemorragia intracraneal. No debe con- didos: el desplazamiento de la masa esta parte del cráneo. El agente contun-
cal que puede extenderse al resto del Zumbido de oídos
aumento de la permeabilidad capilar fundirse con la hemorragia intracere- Otorrea líquido cefalorra- encefálica dentro del cráneo y la isque- dente aplana la superficie convexa de
cerebro, dando lugar, como es fácil que permite el paso de estas sustancias bral. Significa el derramamiento de san- quídeo mia cerebral. la bóveda, y cuando este aplanamiento
comprender, a un hematoma intracere- a los espacios extracelulares. La otra gre en los espacios libres intracranea- Parálisis facial
a) Desplazamiento de la masa encefá- supera los límites de elasticidad del te-
bral, y en una fase más avanzada, a una causa es un aumento del H2O en las les, es decir, en el espacio extradural, Hemorragia meníngea
lica. Se produce como consecuencia de jido óseo se produce la fractura. En ge-
media
zona de reblandecimiento cerebral (fig. células de la astroglia, debido a una subdural o subaracnoideo (fig. 2 B). un proceso expansivo (hemorragia) que neral, y en comparación con las fractu-
FOSA POSTERIOR «empuja» la masa del cerebro, obligán- ras de la base, se necesita relativamente
Hernia del Parálisis nervios cranea- dola, si la presión es acentuada, a her- poca fuerza para romper la bóveda cra-
lóbulo temoporal les inferiores
Hematoma fosa posterior
niarse a través del orificio del tentorio neana (fig. 6). Por este último motivo,
(hernias del lóbulo temporal, fig. 3), lo las fracturas de la bóveda pueden ser
Tentorium cual da lugar, a su vez, a una compre- de menos gravedad, sin olvidar que al-
Fascículo
FIG. 7. Tipos más frecuentes de fracturas de sión del tallo cerebral manifestada prin- gunas de ellas pueden irradiarse hacia
piramidal
la base del cráneo y principales signos corres- cipalmente por los siguientes síntomas: la base, y que otras, aparentemente de
Motor ocular común pondientes a las fracturas de las tres fosas. empeoramiento del estado de concien- escasa entidad anatomopatológica
cia, alteraciones generales del tono (fracturas lineales de la pared temporo-
muscular, parálisis del III par por com- parietal), pueden ir acompañadas de
Blefaroptosis Debe ser considerada como una lesión presión a nivel peduncular (midriasis hemorragias importantes de la menín-
primaria de las más frecuentes de los unilateral, caída del párpado superior y gea media.
traumatismos craneoencefálicos. Y al estrabismo divergente). Fracturas de la base. Son debidas a
Midriasis Tentorium
mismo tiempo como una complicación Por otro lado, la compresión a cargo de traumas de una gran violencia, necesa-
secundaria y un factor importante de la masa herniada puede afectar a las ria para romper la base del cráneo. En
empeoramiento de los síntomas inicia- vías piramidales antes de su decusa- general, por el choque de la cabeza
Estrabismo divergente les, en especial del estado de concien- ción bulbar, dando lugar a una hemi- movible contra una superficie fija. En
cia, empeoramiento que puede sobre- plejía espástica contralateral (hiperto- consecuencia, estas fracturas suelen ir
venir una vez superada la gravedad nía, hiperreflexia, signo de Babinski, asociadas a lesiones encefálicas graves.
inmediata, e incluso después de una etcétera), que caracteriza el llamado En la figura 7 están representados los
Hernia de
Piramidalismo contralateral
la amígdala fase más o menos larga (de horas o de síndrome de Clovis-Vincens (parálisis trazos más frecuentes de estas fracturas,
cerebelosa días) de mejoría progresiva y de haber homolateral del III par y parálisis espás- su localización en la fosa anterior, me-
recuperado la lucidez. De acuerdo con tica contralateral, fig. 4). dia y posterior, así como las principales
ello, las hemorragias endocraneanas Cuando la presión intracraneal sobre la complicaciones que corresponden a
FIG. 5. Hernia de la amígdala cerebelosa a través del orificio occipital,
FIG. 4. Síndrome de Clovis-Vincens producido por la presión del lóbulo consecutiva a una hernia del lóbulo temporal a través del orificio del ten- son estudiadas más adelante en el apar- masa encefálica se hace más intensa, cada una de ellas.
temporal herniado sobre el tallo cerebral. Compresión del motor ocular torium, debido, a su vez, a la fuerte presión endocraneal producida por tado de las complicaciones. puede producirse además la herniación Principales variedades anatomopatoló-
común y del fascículo piramidal a nivel peduncular. un hematoma extradural. Hipertensión endocraneana. Es el resul- del cerebelo a través del orificio occipi- gicas, según el trazo de fractura (fig. 8).
craneoencefálicos 72 73 craneoencefálicos

continuidad. Pueden ser las siguientes tes al traumatismo lo que principalmen- líquido cefalorraquídeo; otorragia; oto- hacia la gravedad, es necesario requerir
B
modalidades: te determina su verdadera importancia, rrea de líquido cefalorraquídeo; hemo- los siguientes estudios analíticos: a) He-
a) Heridas perforantes. Causadas por su pronóstico y en gran medida su tra- rragia conjuntival. mograma. Concentración de hemoglo-
clavos, armas arrojadizas, proyectiles, tamiento. Y la que obliga a repetir las 5) Exploración radiográfica. Radiogra- bina y hematocrito. b) Ionograma. Prin-
etcétera. exploraciones sucesivas en espacios fía del cráneo de frente y de perfil; ra- cipalmente, natremia. c) pO2 y pCO2,
b) Laceración. O «heridas contusas breves de tiempo y a registrar escrupu- diografía de la columna cervical; radio- en sangre venosa y arterial. d) Proteínas
de la bóveda, con rotura de la piel». losamente toda modificación observa- grafía del resto del cuerpo donde se totales en plasma. Uremia. e) Orina.
Conviene recordar que este tipo de le- da, con especial atención a los «signos sospechen posibles fracturas; tomogra- Cantidad en 24 horas, densidad, reac-
D siones externas puede ir acompañado de alarma», a los que se hará referencia fía axial computarizada o resonancia ción, cloruro sódico.
A de fracturas de la bóveda, por lo cual al estudiar las complicaciones. magnética nuclear. 10) Punción lumbar. Puede aportar
es necesaria siempre la exploración Metódica exploratoria 6) Inspección del resto del cuerpo. datos de interés, por ejemplo sobre la
tanto radiográfica como quirúrgica. En el primer contacto con un traumati- A través de ella se determinará si exis- presencia de sangre en los espacios
c) Abrasión. Producida por impactos zado de cráneo que llega al servicio de ten o no: fracturas del tronco, extremi- sub- aracnoideos, y como tal puede ser
tangenciales que producen un desgarro urgencia deben tenerse en cuenta, in- dades o raquis cervical; lesiones torá- un elemento de diagnóstico y de pro-
irregular de la piel y del cuero cabellu- dagarse y registrarse todos los datos de cicas (radiografía de tórax); lesiones nóstico de mucho valor. Por ejemplo,
do. información que permitan establecer abdominales (punción intraperitoneal); de una hemorragia masiva subaracnoi-
d) Despegamientos totales o parciales un primer diagnóstico correcto y lo lesiones urinarias (sonda uretral). dea, de evolución rápidamente mortal.
del cuero cabelludo. Consisten en el más completo posible, y de acuerdo 7) Exploración neurológica funda- Sin embargo, estos datos de informa-
arrancamiento parcial, a modo de col- con el mismo instaurar un plan de ac- mental. a) Movilidad espontánea, pro- ción no justifican nunca —o casi nun-
gajo, del cuero cabelludo, o un arran- tuación y formalizar un pronóstico. Este vocada por estímulos dolorosos, o ca— los serios peligros que ofrece la
C
camiento total del mismo a modo de acopio de información inicial deberá como respuesta a órdenes verbales. b) punción lumbar, sobre todo en los pri-
escalp. ajustarse a los siguientes puntos: Tono muscular, hipertonía o hipotonía, meros momentos, en los casos graves y
4) Traumatismo craneoencefálico 1) Datos anamnésicos. Solicitados al comprobada por la resistencia a los en los enfermos inconscientes. Por tal
abier- to y cerrado. Es importante utilizar propio interesado si está consciente o a movimientos pasivos, y en caso de hi- motivo, la punción lumbar explorato-
FIG. 8. Clasificación anatomopatológica de las fracturas de la bóveda por las características de su
trazo. A) Fractura lineal. B) Fractura estrellada. C) Fractura cerrada. D) Fractura conminuta abierta con propiedad estos términos. Por trau- sus acompañantes: a) Cuándo ocurrió pertonía o hipotonía, distribución de la ria, como medida de urgencia ante
con hundimiento de los fragmentos. matismo craneoencefálico cerrado debe el accidente. b) Cómo fue (caída, atro- misma. c) Actividad refleja: reflejos cualquier traumatismo craneoencefáli-
entenderse cualquier tipo de lesión no pello, golpe agudo, etc.). c) Cómo se musculotendinosos (existentes o no co gra- ve, no debe practicarse.
penetrante en el interior del cráneo. encontraba el accidentado en el mo- existentes, exaltados, distribución de 11) Tomografía axial computarizada y
Las fracturas pueden ser lineales, de tra- 3) Lesiones de las partes blandas. Son Y por abierto, por lo contrario. De mento de ser asistido: ¿aparentemente las anomalías); reflejos fundamentales resonancia magnética nuclear. Estas
zo único o múltiple (fracturas en las lesiones de los planos superficiales acuerdo con ello, una herida del cuero muerto?, ¿inconsciente?, ¿sangrando o (tos, deglución y corneal); reflejos anor- técnicas son actualmente exploraciones
estrella), conminutas o con hundimien- que cubren el cráneo (piel y cuero ca- cabelludo no puede clasificarse como con signos de haber perdido sangre?, males (Babinski). d) Signos pupilares: casi rutinarias en los traumatismos cra-
to (de la bóveda craneana) y posible belludo). Conviene distinguir entre es- traumatismo craneoencefálico abierto ¿agitado? d) Circunstancias previas del pupila de tamaño anormal, midriasis o neoencefálicos, habiendo desplazado a
desgarro de la dura o penetración de tos dos grupos: si no va acompañada de una fractura accidentado, posiblemente relaciona- miosis, unilateral o bilateral, irregulari- la ecografía y a la arteriografía.
fragmentos en el espesor de la masa ce- 1.o Lesiones externas sin solución de subyacente que la comunique con el das con el accidente o sus consecuen- dad de la pupila; reflejo foto- motor en Valoración de los datos clínicos y su
rebral. Las fracturas de la base son casi continuidad. Impacto sobre el cráneo interior del cráneo, y deberá conside- cias. Principalmente: ¿estaba ebrio?, cada uno de los ojos. evolución
siempre lineales. que no produce la rotura de la piel rarse por lo tanto como traumatismo ¿hay sospechas de trastornos cerebrales 8) Estado de consciencia. Es de suma Advertencia previa. Valorar los datos
Fracturas abiertas y cerradas. Son abier- pero sí el derrame de sangre debajo de cerrado. Por el contrario, una fractura anteriores (epilepsia, ictus, demencia)? importancia consignar los siguientes clínicos obtenidos por la exploración
tas todas las fracturas que comunican el la misma. En consecuencia, se pueden de la base del cráneo, aunque no exista 2) Reconocimiento de la situación ge- datos: a) Si el estado de consciencia quiere decir no solamente constatar su
interior del cráneo con el exterior. La producir las siguientes lesiones: herida de los planos superficiales, pero neral. En una primera inspección gene- puede considerarse normal o está alte- presencia y registrarla, sino también
comunicación puede establecerse por a) Contusión simple. cuyo trazo alcance los senos frontales o ral del caso debe apreciarse y consig- rado. b) En este último caso, será nece- comprobar su forma de evolucionar,
dos vías: 1) A través de la herida de las b) Hematoma subcutáneo. Sangre el oído medio, debe ser considerado narse si existe o no: muerte aparente, sario precisar el nivel de consciencia hacia la mejoría o el empeoramiento, y
partes blandas superficiales. Fracturas alojada debajo de la piel. La palpación como un traumatismo craneoencefálico shock, dificultades respiratorias, ciano- de acuerdo a la pauta que se establece- el ritmo de su evolución, el momento
de la bóveda con efracción del cuero de esta lesión simple y sin importancia abierto, pues permite una comunica- sis, hemorragia o signos de haber san- rá más adelante al estudiar la valora- en que aparecen, la velocidad a que se
cabelludo (fig. 8 D). 2) A través de las produce o puede producir —especial- ción entre el exterior y el interior del grado copiosamente, inconsciencia, ción de los signos clínicos. c) Si ha modifican, la forma en que se suceden
cavidades de la base. Fracturas de la mente en los niños— la misma sensa- cráneo a través de la línea de fractura, y agitación, vómitos. existido o no pérdida de consciencia unos a otros, etc. Por ejemplo, una mi-
base del cráneo en comunicación con ción que las fracturas con hundimiento significa, entre otras cosas, el peligro de 3) Signos vitales de importancia. Se inicial y cuánto ha durado. d) Si existe driasis constatada inmediatamente des-
el oído medio, el espacio nasofaríngeo de la bóveda, mucho más graves, dan- una infección meníngea. De acuerdo comprobará asimismo y se consignarán o no amnesia retrógrada, anterógrada o pués del accidente puede tener escaso
o los senos. do lugar a una confusión que sólo pue- con lo dicho, todo traumatismo craneo- los siguientes datos: pulso (perceptible lacunar. valor como síntoma de gravedad, pero
Fracturas simples o complicadas. Las de resolverse con la radiografía. encefálico abierto requiere necesaria- o no, frecuencia, ritmo regular o irregu- 9) Exámenes de laboratorio. Pueden una midriasis que persiste tiene un sig-
primeras son aquellas que no causan c) Hematoma subgaleal. La extravasa- mente la existencia de una fractura. lar); presión sanguínea (máxima y míni- proporcionar información de interés nificado más grave, y una midriasis que
otros trastornos que los de la propia le- ción sanguínea tiene lugar debajo de la Pero no toda fractura es un traumatismo ma); respiración (espontánea o no, su- desde dos puntos de vista: a) Como se presenta secundariamente suele ser
sión ósea (dolor, hematoma, etc.). El aponeurosis epicránea. Estos hemato- craneoencefálico abierto (fig. 8). perficial o normal, regular o irregular); dato de un trastorno de posible grave- gravísima.
curso clínico en estos casos evoluciona mas tienen poca tendencia a coagular- 5) Tendencia evolutiva. La presencia temperatura; coloración de la piel y dad inmediata. Por ejemplo, una ane- 1) Valoración de los signos vitales. In-
—o puede evolucionar— como si no se. inmediata, a raíz de traumatismo, de mucosas (color grisáceo, lividez, pali- mia aguda o una concentración anor- mediatamente después del accidente,
hubiese habido fractura. Las segundas d) Hematoma subperióstico o cefalo- síntomas o signos considerados de gra- dez, cianosis o normal). malmente baja del oxígeno en sangre. las funciones vitales (respiración, pulso,
son aquellas en las que la lesión ósea hematoma. Son típicos y casi exclusi- vedad (un estado de conciencia fuerte- 4) Inspección externa del cráneo y de b) Como dato inicial de un proceso que tensión arterial, circulación periférica)
es causa directa de un trastorno añadi- vos de los traumatismos obstétricos. mente deprimido o una midriasis bila- la cara. Se apreciará y se consignará si requiera ulteriores comprobaciones pueden estar notablemente deprimidas.
do: ceguera, sordera, parálisis del fa- e) Cefalohidrocele. Consiste en la teral, valgan como ejemplo) no tienen existen o no: lesiones externas de las para control de su evolución. Por ejem- El pulso es impalpable, la respiración
cial, rinorrea de líquido cefalorraquí- acu- mulación, debajo de la aponeuro- un significado tan serio como su em- capas superficiales del cráneo o de la plo, la concentración de sodio en la apenas perceptible, la piel fría y grisá-
deo, otorrea, posibilidad de meningitis, sis epicránea, de líquido cefalorraquí- peoramiento o su aparición en el curso cara, que pueden ser sin solución de sangre. cea. Todo ello es señal de la pérdida de
etcétera Y, lo que es más frecuente, le- deo exteriorizado a través de una pe- de una mejoría inicial. Es por tanto la continuidad (contusiones, hematomas), De acuerdo con ello, y ante todo trau- consciencia, la falta de movimientos
sión vascular con hemorragia extradu- queña fractura de la bóveda. tendencia evolutiva del proceso en los o con solución de continuidad (heridas, matismo craneoencefálico grave o en el espontáneos y las reacciones de defen-
ral. 2.o Lesiones externas con solución de primeros minutos, horas o días siguien- abrasiones, etc.); epistaxis; rinorrea de cual se prevea una posible evolución sa, de los reflejos y el tono muscular; la
craneoencefálicos 72 73 craneoencefálicos

continuidad. Pueden ser las siguientes tes al traumatismo lo que principalmen- líquido cefalorraquídeo; otorragia; oto- hacia la gravedad, es necesario requerir
B
modalidades: te determina su verdadera importancia, rrea de líquido cefalorraquídeo; hemo- los siguientes estudios analíticos: a) He-
a) Heridas perforantes. Causadas por su pronóstico y en gran medida su tra- rragia conjuntival. mograma. Concentración de hemoglo-
clavos, armas arrojadizas, proyectiles, tamiento. Y la que obliga a repetir las 5) Exploración radiográfica. Radiogra- bina y hematocrito. b) Ionograma. Prin-
etcétera. exploraciones sucesivas en espacios fía del cráneo de frente y de perfil; ra- cipalmente, natremia. c) pO2 y pCO2,
b) Laceración. O «heridas contusas breves de tiempo y a registrar escrupu- diografía de la columna cervical; radio- en sangre venosa y arterial. d) Proteínas
de la bóveda, con rotura de la piel». losamente toda modificación observa- grafía del resto del cuerpo donde se totales en plasma. Uremia. e) Orina.
Conviene recordar que este tipo de le- da, con especial atención a los «signos sospechen posibles fracturas; tomogra- Cantidad en 24 horas, densidad, reac-
D siones externas puede ir acompañado de alarma», a los que se hará referencia fía axial computarizada o resonancia ción, cloruro sódico.
A de fracturas de la bóveda, por lo cual al estudiar las complicaciones. magnética nuclear. 10) Punción lumbar. Puede aportar
es necesaria siempre la exploración Metódica exploratoria 6) Inspección del resto del cuerpo. datos de interés, por ejemplo sobre la
tanto radiográfica como quirúrgica. En el primer contacto con un traumati- A través de ella se determinará si exis- presencia de sangre en los espacios
c) Abrasión. Producida por impactos zado de cráneo que llega al servicio de ten o no: fracturas del tronco, extremi- sub- aracnoideos, y como tal puede ser
tangenciales que producen un desgarro urgencia deben tenerse en cuenta, in- dades o raquis cervical; lesiones torá- un elemento de diagnóstico y de pro-
irregular de la piel y del cuero cabellu- dagarse y registrarse todos los datos de cicas (radiografía de tórax); lesiones nóstico de mucho valor. Por ejemplo,
do. información que permitan establecer abdominales (punción intraperitoneal); de una hemorragia masiva subaracnoi-
d) Despegamientos totales o parciales un primer diagnóstico correcto y lo lesiones urinarias (sonda uretral). dea, de evolución rápidamente mortal.
del cuero cabelludo. Consisten en el más completo posible, y de acuerdo 7) Exploración neurológica funda- Sin embargo, estos datos de informa-
arrancamiento parcial, a modo de col- con el mismo instaurar un plan de ac- mental. a) Movilidad espontánea, pro- ción no justifican nunca —o casi nun-
gajo, del cuero cabelludo, o un arran- tuación y formalizar un pronóstico. Este vocada por estímulos dolorosos, o ca— los serios peligros que ofrece la
C
camiento total del mismo a modo de acopio de información inicial deberá como respuesta a órdenes verbales. b) punción lumbar, sobre todo en los pri-
escalp. ajustarse a los siguientes puntos: Tono muscular, hipertonía o hipotonía, meros momentos, en los casos graves y
4) Traumatismo craneoencefálico 1) Datos anamnésicos. Solicitados al comprobada por la resistencia a los en los enfermos inconscientes. Por tal
abier- to y cerrado. Es importante utilizar propio interesado si está consciente o a movimientos pasivos, y en caso de hi- motivo, la punción lumbar explorato-
FIG. 8. Clasificación anatomopatológica de las fracturas de la bóveda por las características de su
trazo. A) Fractura lineal. B) Fractura estrellada. C) Fractura cerrada. D) Fractura conminuta abierta con propiedad estos términos. Por trau- sus acompañantes: a) Cuándo ocurrió pertonía o hipotonía, distribución de la ria, como medida de urgencia ante
con hundimiento de los fragmentos. matismo craneoencefálico cerrado debe el accidente. b) Cómo fue (caída, atro- misma. c) Actividad refleja: reflejos cualquier traumatismo craneoencefáli-
entenderse cualquier tipo de lesión no pello, golpe agudo, etc.). c) Cómo se musculotendinosos (existentes o no co gra- ve, no debe practicarse.
penetrante en el interior del cráneo. encontraba el accidentado en el mo- existentes, exaltados, distribución de 11) Tomografía axial computarizada y
Las fracturas pueden ser lineales, de tra- 3) Lesiones de las partes blandas. Son Y por abierto, por lo contrario. De mento de ser asistido: ¿aparentemente las anomalías); reflejos fundamentales resonancia magnética nuclear. Estas
zo único o múltiple (fracturas en las lesiones de los planos superficiales acuerdo con ello, una herida del cuero muerto?, ¿inconsciente?, ¿sangrando o (tos, deglución y corneal); reflejos anor- técnicas son actualmente exploraciones
estrella), conminutas o con hundimien- que cubren el cráneo (piel y cuero ca- cabelludo no puede clasificarse como con signos de haber perdido sangre?, males (Babinski). d) Signos pupilares: casi rutinarias en los traumatismos cra-
to (de la bóveda craneana) y posible belludo). Conviene distinguir entre es- traumatismo craneoencefálico abierto ¿agitado? d) Circunstancias previas del pupila de tamaño anormal, midriasis o neoencefálicos, habiendo desplazado a
desgarro de la dura o penetración de tos dos grupos: si no va acompañada de una fractura accidentado, posiblemente relaciona- miosis, unilateral o bilateral, irregulari- la ecografía y a la arteriografía.
fragmentos en el espesor de la masa ce- 1.o Lesiones externas sin solución de subyacente que la comunique con el das con el accidente o sus consecuen- dad de la pupila; reflejo foto- motor en Valoración de los datos clínicos y su
rebral. Las fracturas de la base son casi continuidad. Impacto sobre el cráneo interior del cráneo, y deberá conside- cias. Principalmente: ¿estaba ebrio?, cada uno de los ojos. evolución
siempre lineales. que no produce la rotura de la piel rarse por lo tanto como traumatismo ¿hay sospechas de trastornos cerebrales 8) Estado de consciencia. Es de suma Advertencia previa. Valorar los datos
Fracturas abiertas y cerradas. Son abier- pero sí el derrame de sangre debajo de cerrado. Por el contrario, una fractura anteriores (epilepsia, ictus, demencia)? importancia consignar los siguientes clínicos obtenidos por la exploración
tas todas las fracturas que comunican el la misma. En consecuencia, se pueden de la base del cráneo, aunque no exista 2) Reconocimiento de la situación ge- datos: a) Si el estado de consciencia quiere decir no solamente constatar su
interior del cráneo con el exterior. La producir las siguientes lesiones: herida de los planos superficiales, pero neral. En una primera inspección gene- puede considerarse normal o está alte- presencia y registrarla, sino también
comunicación puede establecerse por a) Contusión simple. cuyo trazo alcance los senos frontales o ral del caso debe apreciarse y consig- rado. b) En este último caso, será nece- comprobar su forma de evolucionar,
dos vías: 1) A través de la herida de las b) Hematoma subcutáneo. Sangre el oído medio, debe ser considerado narse si existe o no: muerte aparente, sario precisar el nivel de consciencia hacia la mejoría o el empeoramiento, y
partes blandas superficiales. Fracturas alojada debajo de la piel. La palpación como un traumatismo craneoencefálico shock, dificultades respiratorias, ciano- de acuerdo a la pauta que se establece- el ritmo de su evolución, el momento
de la bóveda con efracción del cuero de esta lesión simple y sin importancia abierto, pues permite una comunica- sis, hemorragia o signos de haber san- rá más adelante al estudiar la valora- en que aparecen, la velocidad a que se
cabelludo (fig. 8 D). 2) A través de las produce o puede producir —especial- ción entre el exterior y el interior del grado copiosamente, inconsciencia, ción de los signos clínicos. c) Si ha modifican, la forma en que se suceden
cavidades de la base. Fracturas de la mente en los niños— la misma sensa- cráneo a través de la línea de fractura, y agitación, vómitos. existido o no pérdida de consciencia unos a otros, etc. Por ejemplo, una mi-
base del cráneo en comunicación con ción que las fracturas con hundimiento significa, entre otras cosas, el peligro de 3) Signos vitales de importancia. Se inicial y cuánto ha durado. d) Si existe driasis constatada inmediatamente des-
el oído medio, el espacio nasofaríngeo de la bóveda, mucho más graves, dan- una infección meníngea. De acuerdo comprobará asimismo y se consignarán o no amnesia retrógrada, anterógrada o pués del accidente puede tener escaso
o los senos. do lugar a una confusión que sólo pue- con lo dicho, todo traumatismo craneo- los siguientes datos: pulso (perceptible lacunar. valor como síntoma de gravedad, pero
Fracturas simples o complicadas. Las de resolverse con la radiografía. encefálico abierto requiere necesaria- o no, frecuencia, ritmo regular o irregu- 9) Exámenes de laboratorio. Pueden una midriasis que persiste tiene un sig-
primeras son aquellas que no causan c) Hematoma subgaleal. La extravasa- mente la existencia de una fractura. lar); presión sanguínea (máxima y míni- proporcionar información de interés nificado más grave, y una midriasis que
otros trastornos que los de la propia le- ción sanguínea tiene lugar debajo de la Pero no toda fractura es un traumatismo ma); respiración (espontánea o no, su- desde dos puntos de vista: a) Como se presenta secundariamente suele ser
sión ósea (dolor, hematoma, etc.). El aponeurosis epicránea. Estos hemato- craneoencefálico abierto (fig. 8). perficial o normal, regular o irregular); dato de un trastorno de posible grave- gravísima.
curso clínico en estos casos evoluciona mas tienen poca tendencia a coagular- 5) Tendencia evolutiva. La presencia temperatura; coloración de la piel y dad inmediata. Por ejemplo, una ane- 1) Valoración de los signos vitales. In-
—o puede evolucionar— como si no se. inmediata, a raíz de traumatismo, de mucosas (color grisáceo, lividez, pali- mia aguda o una concentración anor- mediatamente después del accidente,
hubiese habido fractura. Las segundas d) Hematoma subperióstico o cefalo- síntomas o signos considerados de gra- dez, cianosis o normal). malmente baja del oxígeno en sangre. las funciones vitales (respiración, pulso,
son aquellas en las que la lesión ósea hematoma. Son típicos y casi exclusi- vedad (un estado de conciencia fuerte- 4) Inspección externa del cráneo y de b) Como dato inicial de un proceso que tensión arterial, circulación periférica)
es causa directa de un trastorno añadi- vos de los traumatismos obstétricos. mente deprimido o una midriasis bila- la cara. Se apreciará y se consignará si requiera ulteriores comprobaciones pueden estar notablemente deprimidas.
do: ceguera, sordera, parálisis del fa- e) Cefalohidrocele. Consiste en la teral, valgan como ejemplo) no tienen existen o no: lesiones externas de las para control de su evolución. Por ejem- El pulso es impalpable, la respiración
cial, rinorrea de líquido cefalorraquí- acu- mulación, debajo de la aponeuro- un significado tan serio como su em- capas superficiales del cráneo o de la plo, la concentración de sodio en la apenas perceptible, la piel fría y grisá-
deo, otorrea, posibilidad de meningitis, sis epicránea, de líquido cefalorraquí- peoramiento o su aparición en el curso cara, que pueden ser sin solución de sangre. cea. Todo ello es señal de la pérdida de
etcétera Y, lo que es más frecuente, le- deo exteriorizado a través de una pe- de una mejoría inicial. Es por tanto la continuidad (contusiones, hematomas), De acuerdo con ello, y ante todo trau- consciencia, la falta de movimientos
sión vascular con hemorragia extradu- queña fractura de la bóveda. tendencia evolutiva del proceso en los o con solución de continuidad (heridas, matismo craneoencefálico grave o en el espontáneos y las reacciones de defen-
ral. 2.o Lesiones externas con solución de primeros minutos, horas o días siguien- abrasiones, etc.); epistaxis; rinorrea de cual se prevea una posible evolución sa, de los reflejos y el tono muscular; la
craneoencefálicos 74 75 craneoencefálicos

a) Respuesta a los estímulos ópticos extrema gravedad, incompatible con la siempre, con la evolución de los demás consciencia. Y permite suponer que,
(parpadeo a la amenaza). b) Respuesta vida. trastornos de origen encefálico y en tanto unas como otras, responden prin-
a los estímulos acústicos (movimiento 3) Tono muscular. Las alteraciones particular los de la consciencia. Re- cipalmente a lesiones situadas a nivel
de la cabeza al llamar al enfermo por del tono muscular y su evolución du- cuérdese, en primer lugar, que los cen- del tallo cerebral. Tal es el caso de los
su nombre, a la palmada, etc.). rante la primera fase del proceso pos- tros reguladores del tono muscular se traumatismos por hiperflexión de la ca-
Grupo II. Pertenecen a este grupo los traumático, proporcionan información hallan situados en el tallo cerebral, lo beza, en los que se produce un atiran-
siguientes: a) Respuesta motora a los muy valiosa sobre la gravedad de la si- mismo que los centros reguladores de tamiento de la región cervicomedular
estímulos dolorosos. b) Reflejos muscu- tuación, su pronóstico e incluso —has- la vigilia y el sueño. Por ello se explica (fig. 9), o la compresión del fallo cere-
lotendinosos. c) Tiempo cortical del re- ta un cierto punto— la localización de que las graves alteraciones del tono bral por el borde del tentorio en golpes
flejo de la deglución (movimiento de las lesiones cerebrales y la naturaleza suelen ir acompañadas de alteraciones, transversales de la cabeza (fig. 10).
deglución provocado por el simple de las mismas. En concordancia, casi también importantes, del estado de Las principales alteraciones del tono
contacto de un líquido con los labios). son las siguientes:
La ausencia de estos reflejos, mientras a) Flaccidez completa. Recuérdese
estén conservados los del grupo 3.o y que todo traumatismo grave comporta
4.o, significa una situación grave pero en los primeros momentos una relaja-
probablemente reversible. ción muscular completa. Esta situación
Grupo III. En tercer lugar, y en orden dura poco tiempo si la evolución es fa-
creciente de gravedad, hay que situar la vorable. A los pocos minutos, en los
ausencia de los siguientes reflejos: a) casos de intensidad mediana, o a las
FIG. 9. Lesión del tallo cerebral producida por mecanismo de distracción debido a una hiperfle- Reflejo corneal. b) Reflejo fotomotor. c) pocas horas en los casos más graves, el
xión forzada del cuello. Respuesta vegetativa a los estímulos do- tono muscular se restablece, coinci-
lorosos (aumento de la frecuencia del diendo, en general, con la reaparición
pulso, alteración del ritmo respiratorio, de la motilidad espontánea o provoca-
persona puede parecer muerta. Si no lo obstrucción de las vías respiratorias, la etc., al provocar un dolor). La ausencia da, así como los reflejos nociceptivos y
está realmente, y si las lesiones cere- hemorragia en cualquier otra parte del de estos reflejos significa una situación musculotendinosos. Una atonía genera-
brales sufridas no son necesariamente cuerpo y el shock traumático. de extrema gravedad, pero todavía re- lizada, en los primeros momentos, es
FIG. 11. Rigidez de descerebración. Probable plano de transección correspondiente al nivel 2 de la
mortales, o si no existen otros factores 2) Actividad refleja. En los traumatis- versible, a menos que se prolongue du- síntoma de gravedad, pero no de una
figura 12. Predominio de los impulsos procedentes del núcleo vestibular y de la formación reticula-
asociados de gravedad inmediata mos craneoencefálicos de una cierta rante muchas horas. da bulbar sobre todo el grupo extensor de la musculatura. situación irreversible. Una atonía per-
(shock, obstrucción de las vías respira- entidad, una de las funciones que desa- Grupo IV. Reflejos basales. Son los últi- sistente, en cambio, al cabo de unas
torias, hemorragia copiosa en otras par- pararecen son los reflejos, es decir, la mos que se pierden y los primeros que horas es síntoma de mucha gravedad.
tes del cuerpo, etc.), sobreviene —o capacidad de responder a los estímu- se recuperan. Son los siguientes: a) Re- CM Flexión (miembro superior) + Obliga a pensar en una lesión encefáli-
debe sobrevenir— a los pocos minutos los. Por lo tanto, es una de las funcio- flejo de la tos. b) Tiempo bulbar del re- ca irreversible. Y una atonía generaliza-
la superación de esta fase inicial. Lo nes que se recuperan cuando el proce- flejo de la deglución (movimiento de da que se instaura secundariamente,
primero que se restablece son las fun- so evoluciona a la recuperación. No deglución que provoca al dejar caer después de un período más o menos
ciones vitales de circulación y respira- todos los reflejos son, sin embargo, unas gotas de líquido en el fondo de la largo de normotonicidad, es síntoma
ción. El pulso se hace perceptible. La igualmente vulnerables a los traumatis- boca o en la base de la lengua, a dife- casi inequívoco de una complicación
respiración es más profunda, al princi- mos craneoencefálicos, y por lo tanto, rencia del «tiempo cortical», en que la grave, sobre todo si se acompaña de un
pio irregular pero luego regular y rítmi- no todos los traumatismos craneoence- misma respuesta se provoca por simple empeoramiento paralelo del estado de
ca. Mejora algo la frialdad de la piel, y fálicos afectan por igual a los diversos contacto del líquido con los labios). La consciencia.
aunque persista la palidez profunda, grados de respuesta. Existe una cierta ausencia de estos reflejos, pasados los b) Rigidez de descerebración. Se ca-
desaparece el color grisáceo de la cara. gradación en el orden de afectación de primeros minutos después del acciden- racteriza por un cuadro de hiperexten-
Será el primer paso observado hacia la estas respuestas de acuerdo a la impor- te, traduce una situación irreversible de sión rígida del cuello, del tronco y de
recuperación, aunque persistan todavía tancia del trauma. Así, la pérdida de los las cuatro extremidades, exceptuando
la inconsciencia, la falta de movimien- llamados «reflejos fundamentales» (tos, las muñecas, que se hallan flexionadas.
tos espontáneos de reflejos y de tono corneal, deglución) traducen un trau- 1 Se acompaña siempre de una altera-

{
Flexión (miembro superior) +
muscular. matismo de mayor entidad que la pér- ción profunda del estado de conscien-
NR cia y otras manifestaciones de gravedad
Por lo expuesto se deducen algunas dida, por ejemplo, de los llamados «re-
2 Extensión (miembro superior) –
conclusiones importantes sobre la evo- flejos corticales» o «integrados a nivel (trastornos oculomotores, depresión
lución de los datos clínicos en estas pri- cortical», como, por ejemplo, el parpa- car- diorrespiratoria, etc.) (fig. 11). Es
meras fases:
a) La persistencia, pasados los prime-
ros minutos, de los síntomas de depre-
deo a la amenaza, el movimiento de la
cabeza al oír una voz, etc.
De acuerdo con ello y aunque sea de
FRP { { Flexión –
siempre un síntoma de extrema grave-
dad, con muy poca tendencia a la re-
gresión, en los casos de aparición in-
Extensión +
sión circulatoria y respiratoria, es un una forma solo aproximada, pueden es- mediata a raíz del traumatismo. Pero
NV
dato de extrema gravedad, que hace tablecerse los siguientes cuatro grupos cuando se instaura tardíamente, tras un
prever una muerte inevitable a corto de respuesta: período de normotonicidad que puede
plazo. Aún es más grave, como se com- Grupo I. Respuestas a los estímulos óp- durar varias horas, o incluso días, su
{
Flexión –
prende, el empeoramiento de estos sín- ticos y acústicos. Son los primeros que FRB gravedad es aún mayor, como expre-
tomas a partir del cuadro inicial. desaparecen y los últimos que se recu- Extensión – sión de una complicación particular-
b) Es muy importante descartar otros peran. Su ausencia, por lo tanto, tiene mente seria, que exige una actuación
FIG. 10. Lesión del tallo cerebral por un me- 3
posibles factores extracerebrales (mu- un significado de gravedad menor que de urgencia. Casi siempre una hemo-
canismo de cizallamiento a cargo del tento-
chos de ellos solucionables) causantes la ausencia del resto de la actividad re- rium, producida a su vez por un desplazamien- rragia secundaria o un aumento del
del cuadro descrito, de su persistencia fleja. Los principales reflejos correspon- to de la masa encefálica dentro del cráneo. FIG. 12. Esquema mostrando los distintos niveles probables de transección del encéfalo: 1, plano edema, causantes, en uno y otro caso,
o de su agravación. Principalmente, la dientes a este grupo son los siguientes: (Según Hooper.) de decorticación; 2, plano de descerebración. (Según Gullot y Karevel, modificado.) de una fuerte presión de la masa ence-
craneoencefálicos 74 75 craneoencefálicos

a) Respuesta a los estímulos ópticos extrema gravedad, incompatible con la siempre, con la evolución de los demás consciencia. Y permite suponer que,
(parpadeo a la amenaza). b) Respuesta vida. trastornos de origen encefálico y en tanto unas como otras, responden prin-
a los estímulos acústicos (movimiento 3) Tono muscular. Las alteraciones particular los de la consciencia. Re- cipalmente a lesiones situadas a nivel
de la cabeza al llamar al enfermo por del tono muscular y su evolución du- cuérdese, en primer lugar, que los cen- del tallo cerebral. Tal es el caso de los
su nombre, a la palmada, etc.). rante la primera fase del proceso pos- tros reguladores del tono muscular se traumatismos por hiperflexión de la ca-
Grupo II. Pertenecen a este grupo los traumático, proporcionan información hallan situados en el tallo cerebral, lo beza, en los que se produce un atiran-
siguientes: a) Respuesta motora a los muy valiosa sobre la gravedad de la si- mismo que los centros reguladores de tamiento de la región cervicomedular
estímulos dolorosos. b) Reflejos muscu- tuación, su pronóstico e incluso —has- la vigilia y el sueño. Por ello se explica (fig. 9), o la compresión del fallo cere-
lotendinosos. c) Tiempo cortical del re- ta un cierto punto— la localización de que las graves alteraciones del tono bral por el borde del tentorio en golpes
flejo de la deglución (movimiento de las lesiones cerebrales y la naturaleza suelen ir acompañadas de alteraciones, transversales de la cabeza (fig. 10).
deglución provocado por el simple de las mismas. En concordancia, casi también importantes, del estado de Las principales alteraciones del tono
contacto de un líquido con los labios). son las siguientes:
La ausencia de estos reflejos, mientras a) Flaccidez completa. Recuérdese
estén conservados los del grupo 3.o y que todo traumatismo grave comporta
4.o, significa una situación grave pero en los primeros momentos una relaja-
probablemente reversible. ción muscular completa. Esta situación
Grupo III. En tercer lugar, y en orden dura poco tiempo si la evolución es fa-
creciente de gravedad, hay que situar la vorable. A los pocos minutos, en los
ausencia de los siguientes reflejos: a) casos de intensidad mediana, o a las
FIG. 9. Lesión del tallo cerebral producida por mecanismo de distracción debido a una hiperfle- Reflejo corneal. b) Reflejo fotomotor. c) pocas horas en los casos más graves, el
xión forzada del cuello. Respuesta vegetativa a los estímulos do- tono muscular se restablece, coinci-
lorosos (aumento de la frecuencia del diendo, en general, con la reaparición
pulso, alteración del ritmo respiratorio, de la motilidad espontánea o provoca-
persona puede parecer muerta. Si no lo obstrucción de las vías respiratorias, la etc., al provocar un dolor). La ausencia da, así como los reflejos nociceptivos y
está realmente, y si las lesiones cere- hemorragia en cualquier otra parte del de estos reflejos significa una situación musculotendinosos. Una atonía genera-
brales sufridas no son necesariamente cuerpo y el shock traumático. de extrema gravedad, pero todavía re- lizada, en los primeros momentos, es
FIG. 11. Rigidez de descerebración. Probable plano de transección correspondiente al nivel 2 de la
mortales, o si no existen otros factores 2) Actividad refleja. En los traumatis- versible, a menos que se prolongue du- síntoma de gravedad, pero no de una
figura 12. Predominio de los impulsos procedentes del núcleo vestibular y de la formación reticula-
asociados de gravedad inmediata mos craneoencefálicos de una cierta rante muchas horas. da bulbar sobre todo el grupo extensor de la musculatura. situación irreversible. Una atonía per-
(shock, obstrucción de las vías respira- entidad, una de las funciones que desa- Grupo IV. Reflejos basales. Son los últi- sistente, en cambio, al cabo de unas
torias, hemorragia copiosa en otras par- pararecen son los reflejos, es decir, la mos que se pierden y los primeros que horas es síntoma de mucha gravedad.
tes del cuerpo, etc.), sobreviene —o capacidad de responder a los estímu- se recuperan. Son los siguientes: a) Re- CM Flexión (miembro superior) + Obliga a pensar en una lesión encefáli-
debe sobrevenir— a los pocos minutos los. Por lo tanto, es una de las funcio- flejo de la tos. b) Tiempo bulbar del re- ca irreversible. Y una atonía generaliza-
la superación de esta fase inicial. Lo nes que se recuperan cuando el proce- flejo de la deglución (movimiento de da que se instaura secundariamente,
primero que se restablece son las fun- so evoluciona a la recuperación. No deglución que provoca al dejar caer después de un período más o menos
ciones vitales de circulación y respira- todos los reflejos son, sin embargo, unas gotas de líquido en el fondo de la largo de normotonicidad, es síntoma
ción. El pulso se hace perceptible. La igualmente vulnerables a los traumatis- boca o en la base de la lengua, a dife- casi inequívoco de una complicación
respiración es más profunda, al princi- mos craneoencefálicos, y por lo tanto, rencia del «tiempo cortical», en que la grave, sobre todo si se acompaña de un
pio irregular pero luego regular y rítmi- no todos los traumatismos craneoence- misma respuesta se provoca por simple empeoramiento paralelo del estado de
ca. Mejora algo la frialdad de la piel, y fálicos afectan por igual a los diversos contacto del líquido con los labios). La consciencia.
aunque persista la palidez profunda, grados de respuesta. Existe una cierta ausencia de estos reflejos, pasados los b) Rigidez de descerebración. Se ca-
desaparece el color grisáceo de la cara. gradación en el orden de afectación de primeros minutos después del acciden- racteriza por un cuadro de hiperexten-
Será el primer paso observado hacia la estas respuestas de acuerdo a la impor- te, traduce una situación irreversible de sión rígida del cuello, del tronco y de
recuperación, aunque persistan todavía tancia del trauma. Así, la pérdida de los las cuatro extremidades, exceptuando
la inconsciencia, la falta de movimien- llamados «reflejos fundamentales» (tos, las muñecas, que se hallan flexionadas.
tos espontáneos de reflejos y de tono corneal, deglución) traducen un trau- 1 Se acompaña siempre de una altera-

{
Flexión (miembro superior) +
muscular. matismo de mayor entidad que la pér- ción profunda del estado de conscien-
NR cia y otras manifestaciones de gravedad
Por lo expuesto se deducen algunas dida, por ejemplo, de los llamados «re-
2 Extensión (miembro superior) –
conclusiones importantes sobre la evo- flejos corticales» o «integrados a nivel (trastornos oculomotores, depresión
lución de los datos clínicos en estas pri- cortical», como, por ejemplo, el parpa- car- diorrespiratoria, etc.) (fig. 11). Es
meras fases:
a) La persistencia, pasados los prime-
ros minutos, de los síntomas de depre-
deo a la amenaza, el movimiento de la
cabeza al oír una voz, etc.
De acuerdo con ello y aunque sea de
FRP { { Flexión –
siempre un síntoma de extrema grave-
dad, con muy poca tendencia a la re-
gresión, en los casos de aparición in-
Extensión +
sión circulatoria y respiratoria, es un una forma solo aproximada, pueden es- mediata a raíz del traumatismo. Pero
NV
dato de extrema gravedad, que hace tablecerse los siguientes cuatro grupos cuando se instaura tardíamente, tras un
prever una muerte inevitable a corto de respuesta: período de normotonicidad que puede
plazo. Aún es más grave, como se com- Grupo I. Respuestas a los estímulos óp- durar varias horas, o incluso días, su
{
Flexión –
prende, el empeoramiento de estos sín- ticos y acústicos. Son los primeros que FRB gravedad es aún mayor, como expre-
tomas a partir del cuadro inicial. desaparecen y los últimos que se recu- Extensión – sión de una complicación particular-
b) Es muy importante descartar otros peran. Su ausencia, por lo tanto, tiene mente seria, que exige una actuación
FIG. 10. Lesión del tallo cerebral por un me- 3
posibles factores extracerebrales (mu- un significado de gravedad menor que de urgencia. Casi siempre una hemo-
canismo de cizallamiento a cargo del tento-
chos de ellos solucionables) causantes la ausencia del resto de la actividad re- rium, producida a su vez por un desplazamien- rragia secundaria o un aumento del
del cuadro descrito, de su persistencia fleja. Los principales reflejos correspon- to de la masa encefálica dentro del cráneo. FIG. 12. Esquema mostrando los distintos niveles probables de transección del encéfalo: 1, plano edema, causantes, en uno y otro caso,
o de su agravación. Principalmente, la dientes a este grupo son los siguientes: (Según Hooper.) de decorticación; 2, plano de descerebración. (Según Gullot y Karevel, modificado.) de una fuerte presión de la masa ence-
craneoencefálicos 76 77 craneoencefálicos

fálica que empuja el lóbulo temporal, mo. Con menos frecuencia, tar-díamen- tinción puede hacerse teniendo en formas diversas y en grados muy varia-
haciendo que se hernie por el orificio te. Es también un síntoma de gravedad. cuenta el esquema de la figura 15. dos de complejidad. En otras palabras,
del tentorium. El lóbulo temporal her- Su persistencia, pasadas las primeras e) Una midriasis unilateral de apari- quiere decir «darse cuenta» de lo que
niado es lo que comprime el tallo cere- horas, revela casi siempre una situación ción tardía, sobre todo si va acompaña- vemos, lo que oímos, lo que se nos
bral, dando lugar al cuadro de rigidez irreversible. da de otros signos de afectación del ter- pregunta o lo que se nos ordena, res-
descerebrada (figs. 3, 11 y 12). 4) Midriasis y reflejo fotomotor. Con- cer par (blefaroptosis, etc.) es casi pondiendo en forma adecuada. Por
c) Rigidez de decorticación. Se carac- viene tener una idea lo más precisa po- patognomónica y una complicación ejemplo, cuando se dice a un sujeto
teriza, como es sabido, por la extensión sible de la información que proporcio- grave. Concretamente, una hemorragia que saque la lengua y éste la saca. Se
de las extremidades inferiores y la fle- nan estos datos, por lo mismo que son endocraneana, y con mucha probabili- supone que este tipo de respuestas es-
recogidos en una de las exploraciones dad de una hemorragia extradural de la tán integradas a nivel cortical, o por lo
xión de las superiores (fig. 13). Puede
más frecuentes, casi rutinarias, de todo meníngea media. Es la pupila de Hut- menos a un nivel superior. Por ello se
ser unilateral y puede acompañarse
traumatismo craneoencefálico (fig. 14), chinson de las descripciones clásicas. estima que la perceptividad es una for-
—pero no necesariamente— de una
y que permite definir las siguientes si- Cuando la pupila de Hutchinson se ma superior de la actividad cerebral.
FIG. 13. Rigidez de decorticación. Probable transección del neuroeje a nivel de plano 1 de la figu- profunda depresión del estado de cons-
ra 12. Predominio de los impulsos tonicoactivadores sobre la musculatura flexora de las extremida- tuaciones: acompaña de hemiparesia de los miem- Existe una gama muy extensa de res-
ciencia. En general, el cuadro aparece a) Una midriasis bilateral inmediata al bros contralaterales se completa el lla- puestas que pertenecen a la esfera de la
des superiores y la extensora de las inferiores.
inmediatamente a partir del traumatis- traumatismo tiene poco valor. Puede mado síndrome de Clovis-Vin-cens, ca- perceptividad. Desde la más simple —
ser un síntoma de estado conmocional racterístico de los hematomas el parpadeo a la amenaza— a la más
Ganglio oftálmico reversible. No tiene que ser necesaria- extradurales de la meníngea media con compleja, como podría ser, por ejem-
mente paralítica. Recordemos que todo hernia del lóbulo temporal por el orifi- plo, responder a la siguiente pregunta:
traumatismo craneoencefálico de una cio del tentorium (figs. 3 y 4). «¿Cuál es la raíz cúbica de...?)» Pero en
Fibras aferentes cierta entidad cursa en los primeros 5) Valoración del estado de conscien- el terreno práctico puede reducirse la
Tubérculo cuadrigémino
Nervio óptico momentos, entre otras cosas, con una cia. Las alteraciones de la consciencia exploración de la perceptividad a muy
anterior
Nervios ciliares midriasis bilateral y arreflexia pupilar. contituyen, como es sabido, la manifes- pocas pruebas escalonadas, cada una
III b) Una midriasis bilateral de aparición tación más frecuente de todo traumatis- de las cuales responde a cierto nivel de
tardía o persistente es siempre un signo mo craneoencefálico y también la más consciencia:
Núcleo de Edinger Fibras eferentes
de gravedad. Si se acompaña de arrefle- importante. Su valoración, a través de 1.a Respuesta por parpadeo a la ame-
Iridoconstrictores
del III par xia pupilar y deformación excéntrica de datos objetivos lo más exactos posibles, naza.
la pupila puede considerarse como un constituye uno de los recursos funda- 2.a Respuesta a órdenes verbales
signo premortal. mentales de que dispone el clínico como «saque la lengua», etc.
c) Una midriasis unilateral inmediata para hacerse cargo del daño que sufre 3.a Respuesta a órdenes escritas.
Rama de la musculatura puede tener poca importancia, cuando el cerebro y poder formular un pronós- 4.a Recuerdo de nombres (de perso-
Ramos simpáticos
iridodilatadores
extrínseca del III par acompaña un traumatismo directo del tico y una pauta de tratamiento. Con- nas, flores, marcas de coches, etc.).
globo ocular. Ello, por regla general, viene decir que dicha valoración no 5.a Orientación en el tiempo o en el
suele dar lugar a una dilatación transi- siempre es fácil de establecer. Los datos espacio («¿dónde está?», «¿qué día es
toria de la pupila, a veces con parálisis objetivos están con frecuencia condi- hoy?», etc.).
fotomotora o reacción perezosa a la cionados a apreciaciones subjetivas, no 6.a Cálculos sencillos («¿cuánto son
Carótida interna luz, pero siempre de carácter pasajero. siempre coincidentes y codificables de cinco y cuatro?»).
d) Una midrisasis unilateral inmediata acuerdo a un criterio unánime de clasi- Estos grupos tienen utilidad para deter-
y en ausencia de todo traumatismo di- ficación y cuantificación. Las cosas se minar en qué grado se encuentra afec-
recto sobre el globo ocular, presupone complican aún más cuando se introdu- tada la consciencia en un individuo
una lesión traumática del nervio óptico cen conceptos tales como «perceptivi- consciente o semiconsciente. Aunque
o del tercer par (fig. 15 A y B). Pueden dad» o «reactividad» y todas las combi- sobre esto caben matices distintos de
FIG. 14. Representación esquemática de las vías del reflejo fotomotor y del sistema iridoconstrictor, a cargo del motor ocular común, y del sistema iri- estar ausentes o ser muy poco manifies- naciones que con ellos se pueden opinión, una clasificación aceptable y
dodilatador, a cargo de fibras procedentes del simpático e incorporadas al III par (nervios ciliares) a nivel del ganglio oftálmico. tos, al menos en un principio, los otros barajar: «estado disperceptivo y normo- que se ajusta bastante a la realidad,
signos indicativos de parálisis del tercer rreactivo, aperceptivo y disreactivo», et- puede ser la siguiente:
A B C D par (blefaroptosis, falta de reflejo foto- cétera. Para los fines exclusivamente a) No responde —o responde inade-
motor, falta de reflejo de acomodación, prácticos que se persiguen en este tra- cuadamente— a las pruebas del tercer
estrabismo divergente). Pero cuando es- bajo, es preferible prescindir de clasifi- grupo: confusión y obnubilación.
tos signos están presentes, el diagnósti- caciones en exceso prolijas y atenerse b) No responde tampoco —o respon-
co de parálisis del motor ocular común en cambio a unos cuantos conceptos, de inadecuadamente— a las órdenes
se impone con toda evidencia (fig. 15 muy pocos, pero claramente compren- verbales del segundo grupo: estupor.
C y D). En los primeros momentos, la didos. A tal fin conviene empezar por c) No responde a ninguno de los gru-
midriasis paralítica (tanto por lesión del precisar el significado de los términos pos; no hay perceptividad; individuo
nervio óptico como del tercer par) cur- perceptividad y reactividad. Toda alte- «aperceptivo», inconsciente o en coma.
sa con parálisis fotomotora, pero más ración de la consciencia implica un Reactividad. Un individuo puede no
tarde el reflejo fotomotor puede apare- trastorno de la perceptividad o de la re- percibir, en cuyo caso se dice que está
cer. Y su exploración en uno y otro ojo actividad, o de ambas a la vez, por lo inconsciente, que está en coma. Pero
puede ser muy útil para diferenciar las cual resulta interesante precisar en qué puede seguir reaccionando de alguna
lesiones del nervio óptico de las del ter- consisten estas funciones y la manera manera a ciertos estímulos externos,
FIG. 15. Comportamiento del reflejo fotomotor, directo y consensual, en las lesiones del nervio y del motor ocular común. (Copiado de Gomar.) A) Le- cer par. Suponiendo, claro está, que se de explorarlas y valorarlas. por ejemplo los estímulos dolorosos.
sión del nervio óptico. Ausencia del reflejo directo y del consensual, en el lado de la lesión. B) Lesión del nervio óptico. Reflejo directo y consensual en trate de un enfermo inconsciente o se- Perceptividad. Significa «percibir» los Aunque la reacción en este caso no sea
el lado opuesto al de la lesión. C) Lesión del III par. Ausencia de reflejo directo en el lado de la lesión y presencia del reflejo consensual. D) Lesión del miinconsciente, que no pueda precisar estímulos procedentes del mundo cir- consciente y no se integre a nivel corti-
III par. Reflejo directo en el lado opuesto al de la lesión y ausencia de reflejo consensual. si ve o no con uno de los ojos. Esta dis- cundante y que llega a los sentidos en cal, sino a un nivel más bajo.
craneoencefálicos 76 77 craneoencefálicos

fálica que empuja el lóbulo temporal, mo. Con menos frecuencia, tar-díamen- tinción puede hacerse teniendo en formas diversas y en grados muy varia-
haciendo que se hernie por el orificio te. Es también un síntoma de gravedad. cuenta el esquema de la figura 15. dos de complejidad. En otras palabras,
del tentorium. El lóbulo temporal her- Su persistencia, pasadas las primeras e) Una midriasis unilateral de apari- quiere decir «darse cuenta» de lo que
niado es lo que comprime el tallo cere- horas, revela casi siempre una situación ción tardía, sobre todo si va acompaña- vemos, lo que oímos, lo que se nos
bral, dando lugar al cuadro de rigidez irreversible. da de otros signos de afectación del ter- pregunta o lo que se nos ordena, res-
descerebrada (figs. 3, 11 y 12). 4) Midriasis y reflejo fotomotor. Con- cer par (blefaroptosis, etc.) es casi pondiendo en forma adecuada. Por
c) Rigidez de decorticación. Se carac- viene tener una idea lo más precisa po- patognomónica y una complicación ejemplo, cuando se dice a un sujeto
teriza, como es sabido, por la extensión sible de la información que proporcio- grave. Concretamente, una hemorragia que saque la lengua y éste la saca. Se
de las extremidades inferiores y la fle- nan estos datos, por lo mismo que son endocraneana, y con mucha probabili- supone que este tipo de respuestas es-
recogidos en una de las exploraciones dad de una hemorragia extradural de la tán integradas a nivel cortical, o por lo
xión de las superiores (fig. 13). Puede
más frecuentes, casi rutinarias, de todo meníngea media. Es la pupila de Hut- menos a un nivel superior. Por ello se
ser unilateral y puede acompañarse
traumatismo craneoencefálico (fig. 14), chinson de las descripciones clásicas. estima que la perceptividad es una for-
—pero no necesariamente— de una
y que permite definir las siguientes si- Cuando la pupila de Hutchinson se ma superior de la actividad cerebral.
FIG. 13. Rigidez de decorticación. Probable transección del neuroeje a nivel de plano 1 de la figu- profunda depresión del estado de cons-
ra 12. Predominio de los impulsos tonicoactivadores sobre la musculatura flexora de las extremida- tuaciones: acompaña de hemiparesia de los miem- Existe una gama muy extensa de res-
ciencia. En general, el cuadro aparece a) Una midriasis bilateral inmediata al bros contralaterales se completa el lla- puestas que pertenecen a la esfera de la
des superiores y la extensora de las inferiores.
inmediatamente a partir del traumatis- traumatismo tiene poco valor. Puede mado síndrome de Clovis-Vin-cens, ca- perceptividad. Desde la más simple —
ser un síntoma de estado conmocional racterístico de los hematomas el parpadeo a la amenaza— a la más
Ganglio oftálmico reversible. No tiene que ser necesaria- extradurales de la meníngea media con compleja, como podría ser, por ejem-
mente paralítica. Recordemos que todo hernia del lóbulo temporal por el orifi- plo, responder a la siguiente pregunta:
traumatismo craneoencefálico de una cio del tentorium (figs. 3 y 4). «¿Cuál es la raíz cúbica de...?)» Pero en
Fibras aferentes cierta entidad cursa en los primeros 5) Valoración del estado de conscien- el terreno práctico puede reducirse la
Tubérculo cuadrigémino
Nervio óptico momentos, entre otras cosas, con una cia. Las alteraciones de la consciencia exploración de la perceptividad a muy
anterior
Nervios ciliares midriasis bilateral y arreflexia pupilar. contituyen, como es sabido, la manifes- pocas pruebas escalonadas, cada una
III b) Una midriasis bilateral de aparición tación más frecuente de todo traumatis- de las cuales responde a cierto nivel de
tardía o persistente es siempre un signo mo craneoencefálico y también la más consciencia:
Núcleo de Edinger Fibras eferentes
de gravedad. Si se acompaña de arrefle- importante. Su valoración, a través de 1.a Respuesta por parpadeo a la ame-
Iridoconstrictores
del III par xia pupilar y deformación excéntrica de datos objetivos lo más exactos posibles, naza.
la pupila puede considerarse como un constituye uno de los recursos funda- 2.a Respuesta a órdenes verbales
signo premortal. mentales de que dispone el clínico como «saque la lengua», etc.
c) Una midriasis unilateral inmediata para hacerse cargo del daño que sufre 3.a Respuesta a órdenes escritas.
Rama de la musculatura puede tener poca importancia, cuando el cerebro y poder formular un pronós- 4.a Recuerdo de nombres (de perso-
Ramos simpáticos
iridodilatadores
extrínseca del III par acompaña un traumatismo directo del tico y una pauta de tratamiento. Con- nas, flores, marcas de coches, etc.).
globo ocular. Ello, por regla general, viene decir que dicha valoración no 5.a Orientación en el tiempo o en el
suele dar lugar a una dilatación transi- siempre es fácil de establecer. Los datos espacio («¿dónde está?», «¿qué día es
toria de la pupila, a veces con parálisis objetivos están con frecuencia condi- hoy?», etc.).
fotomotora o reacción perezosa a la cionados a apreciaciones subjetivas, no 6.a Cálculos sencillos («¿cuánto son
Carótida interna luz, pero siempre de carácter pasajero. siempre coincidentes y codificables de cinco y cuatro?»).
d) Una midrisasis unilateral inmediata acuerdo a un criterio unánime de clasi- Estos grupos tienen utilidad para deter-
y en ausencia de todo traumatismo di- ficación y cuantificación. Las cosas se minar en qué grado se encuentra afec-
recto sobre el globo ocular, presupone complican aún más cuando se introdu- tada la consciencia en un individuo
una lesión traumática del nervio óptico cen conceptos tales como «perceptivi- consciente o semiconsciente. Aunque
o del tercer par (fig. 15 A y B). Pueden dad» o «reactividad» y todas las combi- sobre esto caben matices distintos de
FIG. 14. Representación esquemática de las vías del reflejo fotomotor y del sistema iridoconstrictor, a cargo del motor ocular común, y del sistema iri- estar ausentes o ser muy poco manifies- naciones que con ellos se pueden opinión, una clasificación aceptable y
dodilatador, a cargo de fibras procedentes del simpático e incorporadas al III par (nervios ciliares) a nivel del ganglio oftálmico. tos, al menos en un principio, los otros barajar: «estado disperceptivo y normo- que se ajusta bastante a la realidad,
signos indicativos de parálisis del tercer rreactivo, aperceptivo y disreactivo», et- puede ser la siguiente:
A B C D par (blefaroptosis, falta de reflejo foto- cétera. Para los fines exclusivamente a) No responde —o responde inade-
motor, falta de reflejo de acomodación, prácticos que se persiguen en este tra- cuadamente— a las pruebas del tercer
estrabismo divergente). Pero cuando es- bajo, es preferible prescindir de clasifi- grupo: confusión y obnubilación.
tos signos están presentes, el diagnósti- caciones en exceso prolijas y atenerse b) No responde tampoco —o respon-
co de parálisis del motor ocular común en cambio a unos cuantos conceptos, de inadecuadamente— a las órdenes
se impone con toda evidencia (fig. 15 muy pocos, pero claramente compren- verbales del segundo grupo: estupor.
C y D). En los primeros momentos, la didos. A tal fin conviene empezar por c) No responde a ninguno de los gru-
midriasis paralítica (tanto por lesión del precisar el significado de los términos pos; no hay perceptividad; individuo
nervio óptico como del tercer par) cur- perceptividad y reactividad. Toda alte- «aperceptivo», inconsciente o en coma.
sa con parálisis fotomotora, pero más ración de la consciencia implica un Reactividad. Un individuo puede no
tarde el reflejo fotomotor puede apare- trastorno de la perceptividad o de la re- percibir, en cuyo caso se dice que está
cer. Y su exploración en uno y otro ojo actividad, o de ambas a la vez, por lo inconsciente, que está en coma. Pero
puede ser muy útil para diferenciar las cual resulta interesante precisar en qué puede seguir reaccionando de alguna
lesiones del nervio óptico de las del ter- consisten estas funciones y la manera manera a ciertos estímulos externos,
FIG. 15. Comportamiento del reflejo fotomotor, directo y consensual, en las lesiones del nervio y del motor ocular común. (Copiado de Gomar.) A) Le- cer par. Suponiendo, claro está, que se de explorarlas y valorarlas. por ejemplo los estímulos dolorosos.
sión del nervio óptico. Ausencia del reflejo directo y del consensual, en el lado de la lesión. B) Lesión del nervio óptico. Reflejo directo y consensual en trate de un enfermo inconsciente o se- Perceptividad. Significa «percibir» los Aunque la reacción en este caso no sea
el lado opuesto al de la lesión. C) Lesión del III par. Ausencia de reflejo directo en el lado de la lesión y presencia del reflejo consensual. D) Lesión del miinconsciente, que no pueda precisar estímulos procedentes del mundo cir- consciente y no se integre a nivel corti-
III par. Reflejo directo en el lado opuesto al de la lesión y ausencia de reflejo consensual. si ve o no con uno de los ojos. Esta dis- cundante y que llega a los sentidos en cal, sino a un nivel más bajo.
craneoencefálicos 78 79 craneoencefálicos

A esta manera inconsciente de reaccio- recupera a partir del cuadro inicial son caciones secundarias que van a ser des- estrabismo divergente, blefaroptosis). da inmediata de consciencia. En gene- tornos del tono muscular (por lesión
nar se le llama «reactividad». Y puede las funciones vitales: el pulso se hace critas en el apartado siguiente. Complicaciones más frecuentes. El ral, se trata de traumatismos cerrados, del tallo cerebral); atonía o hipertonía
estar alterada en mayor o menor gra- más tenso y perceptible, la respiración 3.a Empeoramiento secundario a par- término complicación, tal como se em- por impacto romo, sobre la superficie de tipo descerebrado o decorticado;
do, según la profundidad del coma, lo más profunda y regular. Seguidamente tir de una mejoría inicial. Estas formas plea en este apartado, debe ser enten- del cráneo, como golpes sobre la fren- hemiparesia facial y signos piramidales
cual permite establecer diversos grados aparecen los reflejos basales, tales evolutivas revisten una particular im- dido con precisión y con algunas res- te, sobre el occipucio o, lo más fre- en los miembros del lado opuesto (he-
de inconsciencia o diversos grados de como el corneal, de la tos y de la de- portancia por ofrecer posibilidades de tricciones. Se refiere exclusivamente a cuente, sobre la región temporoparie- morragias de la fosa media); la hemipa-
coma. glución. En tercer lugar, la respuesta a tratamiento que puede ser —con mu- las modificaciones que pueden surgir tal. Hasta tal punto que ante cualquier resia, unida a la midriasis paralítica,
Coma I («coma vigil» o «coma superfi- los estímulos dolorosos, y paralelamen- chas probabilidades— salvador. Se trata en el curso evolutivo de las lesiones golpe recibido sobre la pared lateral del constituye el llamado signo de Clovis-
cial»): El individuo, inconsciente, reac- te el reflejo pupilar y la movilidad es- de traumatizados que no perdieron ini- craneoencefálicas propiamente dichas, cráneo debe tenerse en cuenta la posi- Vincens, anteriormente descrito y que
ciona a la llamada, girando levemente pontánea. Seguidamente, al cabo de un cialmente la consciencia o la recupera- y que lo pueden alterar desfavorable- bilidad de un hematoma extradu-ral. se considera como patognomónico de
la cabeza o abriendo los ojos (reacción tiempo más o menos prolongado, el ron al cabo de algún tiempo más o me- mente. Dejando al margen, por lo tan- No es necesario que exista fractura de hematoma extradural de la fosa media.
de despertar). tono muscular y la consciencia, pasan- nos largo, iniciando un curso to, las complicaciones del traumatismo cráneo para que se produzca una he- e) Signos de irritación cortical: con-
Coma grado II («coma tipo»): No reac- do del estado de coma al de estupor. progresivo hacia la mejoría, hasta que, causal, que afectan a otras partes del morragia extradural. Sin embargo, ésta vulsiones; tics.
ciona a la llamada, pero reacciona a En esta fase de recuperación de la en un momento dado, se presentan sín- organismo, como puede ser, por ejem- es más frecuente en los casos de fractu- Variedades anatomoclínicas según la lo-
los estímulos dolorosos con movimien- consciencia pueden presentarse trastor- tomas de signo inverso con nueva pér- plo, una neumonía postraumática, una ra, principalmente en fracturas de la calización. Existen tres localizaciones
tos (reacción motora al dolor). nos de la conducta (agitación, agresivi- dida de consciencia y otras alteraciones embolia pulmonar, etc. Entendidas de bóveda o irradiadas hacia la bóveda. preferentes del hematoma extradural
Coma grado III («coma cavus»): Sólo dad, etc.), así como trastornos emocio- que, de no poner el oportuno remedio, esta forma, las principales complicacio- Cuadro clínico. Ya se dijo que lo más que dependen directamente de la zona
responde a los estímulos dolorosos con nales (tensión, exteriorización excesiva tienen serias probabilidades de condu- nes son las siguientes: a) hemorragias significativo del mismo es el empeora- que recibe el impacto (caras anterior,
modificaciones de las funciones vegeta- del sufrimiento, etc.), o de carácter (ac- cir a un fin fatal. Este giro de 180 gra- endocraneanas; b) infecciones secun- miento secundario, a partir de una fase lateral o posterior del cráneo) y que
tivas, como cambios de ritmo en el pul- cesos de cólera, irritabilidad, inhibi- dos en el curso evolutivo del proceso darias de las fracturas abiertas (osteo- inicial de relativa normalidad o tenden- muestran algunas características clíni-
so, de la respiración, etc. (respuesta ve- ción, etc.). En la fase siguiente, las reac- debe interpretarse como la consecuen- mielitis fracturaria, meningitis, absceso cia a la mejoría. Deben tenerse en cas y particulares.
getativa al dolor). ciones físicas y psíquicas se cia de una complicación más frecuente extradural, absceso cerebral, trombosis cuenta como signos iniciales de alar- Hematoma extradural de la fosa ante-
Coma grado IV («coma profundo»): No normalizan, los movimientos se hacen —pero no la única—, una hemorragia endocraneana); c) agravación de las le- ma, los siguientes: rior. Se produce casi siempre por im-
hay ninguna reacción a los estímulos más suaves y adaptados a un fin deter- intracraneal. Y tiene un nombre consa- siones cerebrales por causas extracra- a) Signos de hipertensión endocrane- pactos recibidos sobre la zona frontal.
dolorosos. minado. Puede persistir durante algún grado en la terminología clásica: es el neales (anoxia, shock, respuesta meta- ana: cefaleas; vómitos; bradicardia; Suelen ser reconocibles por las lesiones
Coma grado V («coma depassé»): No tiempo el estado de confusión con de- intervalo libre, llamado también por Pe- bólica desfavorable). bradipnea y otros trastornos del ritmo externas localizadas en esta zona, prin-
hay reacción de ninguna clase, además sorientación temporoespacial, dificul- tit, hace más de 200 años, intervalo lú- 1) Hemorragias endocraneanas. respiratorio; edema papilar. cipalmente por un gran hematoma or-
de otras profundas alteraciones que se- tad para concentrarse, fatiga mental, cido. Constituyen una de las complicaciones b) Empeoramiento progresivo del es- bitario y por la hemorragia subconjunti-
rán estudiadas más adelante. Es el bradipsiquia, etc., hasta alcanzar la cu- Principales signos de alarma indicativos más frecuentes y más temibles de los tado de consciencia (somnolencia, tor- val en «media luna». La característica
coma irreversible o muerte del cerebro. ración. «Curación» no es siempre sinó- de probable complicación. Pueden re- traumatismos craneoencefálicos, que es peza mental, confusión, estupor). más importante de estos hematomas de
El esquema que acaba de ser trazado es nimo de «normalidad». En el esquema sumirse en los siguientes grupos. una de las causas más importantes, por c) Signos neurológicos y oculares: mi- la fosa anterior es que pueden evolu-
en extremo simple, por lo tanto, nece- evolutivo que acaba de ser trazado 1.o Síntomas de hipertensión endo- lo tanto, de empeoramiento secundario driasis unilateral paralítica («pupila de cionar sin producir síntomas piramida-
sariamente incompleto. Pero por lo me- cabe la posibilidad de secuelas residua- craneal: a) Cefalea (o empeoramiento y una de las indicaciones más intere- Hutchinson»); parálisis unilateral del III les. Ante un golpe frontal, por tanto, no
nos se ajusta a una realidad y resulta les de tipo físico, como por ejemplo de la misma si ya existía). b) Vómitos. santes e inexcusables de tratamiento par (además de la midriasis paralítica, hay que esperar a que aparezcan signos
útil como punto de partida para hacer- una hemiplejía o una hemiparesia, o c) Trastornos del pulso y de la respira- quirúrgico que puede ser decisorio en- parálisis palpebral y estrabismo diver- deficitarios motores en la cara o en el
se cargo y definir la situación y los psíquicos, constitutivos del llamado sín- ción (bradicardia —en ocasiones taqui- tre la vida y la muerte del accidentado. gente). lado opuesto del cuerpo para formular
cambios evolutivos observados en la drome posconmocional: amnesia, bra- cardia—, irregularidades del ritmo res- Tipos de hemorragia endocraneana: a) d) Signos neurológicos motores: tras- la sospecha de un hematoma extradural
misma. Como se comprende con facili- dipsiquia, falta de concentración, o al- piratorio). d) Edema papilar. hemorragia extradural; b) hemorragia (fig. 17).
dad, esta valoración debe incluir otras teraciones de la conducta. 2.o Empeoramiento del estado de subdural; c) hemorragia subaracnoidea; Hematoma de la fosa posterior. Se pro-
determinaciones de importancia, algu- 2.a Tendencia a persistir y a agravarse consciencia: a) En el enfermo vigil. d) hemorragia intracerebral. La diferen- Seno longitudinal superior
duce por impactos recibidos en el occi-
nas de las cuales han sido ya estudia- los síntomas iniciales. Se trata siempre Somnolencia, torpeza mental, frases in- cia entre los distintos tipos no es exclu- Meníngea pucio, generalmente por caídas de es-
das: funciones vitales, tono muscular, de casos de extrema gravedad inmedia- coherentes, confusión, trastornos de la sivamente topográfica, como se expresa anterior palda. Su característica más destacada
actividad refleja, pupila y reflejos pupi- ta, producidos por lesiones traumáticas perceptividad. b) En el enfermo incons- claramente en su denominación, sino son las cefaleas muy intensas y la rigi-
lares, etc. irreparables, siendo por tanto de evolu- ciente. Aumento de la profundidad del que cada uno ofrece una importancia dez de nuca, así como la ausencia de
c) Posibilidades evolutivas: Recupera- ción fatal en un plazo más o menos lar- coma; pérdida progresiva de la reactivi- clínica que interesa conocer y que será síntomas piramidales (fig. 18).
ción, muerte, complicaciones. En térmi- go, que a veces puede prolongarse du- dad (a los estímulos acústicos, a los do- brevemente expuesta a continuación. Hematomas de la fosa media. Son los
Seno
nos generales, y de una manera muy rante semanas. Lo característico pues lorosos, etc.). Hemorragia extradural. Supone, como lateral más frecuentes (aproximadamente el
esquemática, puede decirse que a par- de estas formas irreparables es que no 3.o Trastornos neurológicos: a) Cam- su nombre indica, el derrame de sangre 75 % de todos los hematomas extradu-
tir del traumatismo el proceso puede se presenta ninguno de los signos de bios cuantitativos del tono muscular entre la pared interna del cráneo y la rales), y se producen principalmente
seguir estas tres posibilidades evoluti- recuperación que han sido descritos en (hipertonía o hipotonía). b) Distribu- superficie externa de la duramadre. Esta por golpes sobre la pared lateral del
vas: el apartado anterior. Si acaso, sólo se ción anormal del tono muscular. c) Al- sangre puede provenir de los vasos del cráneo (región temporoparietal), pero
1.a Tendencia a la mejoría, a partir de establecen en los primeros momentos teración de la movilidad espontánea o diploe, en las fracturas del cráneo, o también por impactos recibidos en la
un cuadro inicial más o menos grave. las funciones vitales, el pulso y la respi- provocada; pérdida o disminución de más frecuentemente, de los vasos me- región frontal. Su característica clínica
Son los casos que, al decir de los profa- ración, pero persiste el coma profundo, los movimientos, generalizada o asimé- níngeos que transcurren por el espacio Meníngea posterior más importante, en relación a las otras
nos, «se salvan porque tenían que sal- la falta de reflejos, la relajación muscu- trica. d) Pérdida de los reflejos muscu- extradural (fig. 16). localizaciones, es dar lugar con facili-
varse». Es decir, por presentar lesiones lar y la midriasis bilateral paralítica. En lotendinosos o asimetría de los mismos Factores etiológicos. Es característica de dad a síntomas motores deficitarios (pa-
iniciales compatibles con la supervi- los casos extremos (coma grado V o entre las extremidades de los adultos jóvenes. Más rara en el niño rálisis facial, parálisis de los miembros
vencia, y que espontáneamente o gra- muerte cerebral) falta incluso la respira- los dos lados; aparición de reflejos y en el viejo. Meníngea media del lado opuesto) o irritación (convul-
cias a un tratamiento bien aplicado ción espontánea y la vida es mantenida anormales (Babinski en uno o en los Naturaleza del traumatismo. No es ne- siones, tics) (fig. 19).
FIG. 16. Proyección sobre la superficie exter-
evolucionan hacia la normalidad, sin gracias a una respiración asistida. El dos lados). cesaria una gran violencia para que se Hemorragia subdural. De acuerdo con
na del cráneo de las principales vías arteriales
que se presenten complicaciones se- empeoramiento progresivo, hasta la 4.o Signos oftalmológicos: a) Midriasis produzca una hemorragia extradural. y senos venosos, como origen más frecuente
su denominación, consiste en la acu-
cundarias que interrumpan o inviertan muerte, sobreviene sin necesidad de unilateral. b) Parálisis fotomotora. c) Lo más frecuente son golpes de intensi- de las hemorragias extradurales. (Copiado de mulación de sangre entre la duramadre
este curso evolutivo. Lo primero que se que aparezcan ninguna de las compli- Oftalmoplejía (parálisis del tercer par, dad mediana, muchas veces sin pérdi- Barberá Alacreu.) y la aracnoides. Esta sangre puede tener
craneoencefálicos 78 79 craneoencefálicos

A esta manera inconsciente de reaccio- recupera a partir del cuadro inicial son caciones secundarias que van a ser des- estrabismo divergente, blefaroptosis). da inmediata de consciencia. En gene- tornos del tono muscular (por lesión
nar se le llama «reactividad». Y puede las funciones vitales: el pulso se hace critas en el apartado siguiente. Complicaciones más frecuentes. El ral, se trata de traumatismos cerrados, del tallo cerebral); atonía o hipertonía
estar alterada en mayor o menor gra- más tenso y perceptible, la respiración 3.a Empeoramiento secundario a par- término complicación, tal como se em- por impacto romo, sobre la superficie de tipo descerebrado o decorticado;
do, según la profundidad del coma, lo más profunda y regular. Seguidamente tir de una mejoría inicial. Estas formas plea en este apartado, debe ser enten- del cráneo, como golpes sobre la fren- hemiparesia facial y signos piramidales
cual permite establecer diversos grados aparecen los reflejos basales, tales evolutivas revisten una particular im- dido con precisión y con algunas res- te, sobre el occipucio o, lo más fre- en los miembros del lado opuesto (he-
de inconsciencia o diversos grados de como el corneal, de la tos y de la de- portancia por ofrecer posibilidades de tricciones. Se refiere exclusivamente a cuente, sobre la región temporoparie- morragias de la fosa media); la hemipa-
coma. glución. En tercer lugar, la respuesta a tratamiento que puede ser —con mu- las modificaciones que pueden surgir tal. Hasta tal punto que ante cualquier resia, unida a la midriasis paralítica,
Coma I («coma vigil» o «coma superfi- los estímulos dolorosos, y paralelamen- chas probabilidades— salvador. Se trata en el curso evolutivo de las lesiones golpe recibido sobre la pared lateral del constituye el llamado signo de Clovis-
cial»): El individuo, inconsciente, reac- te el reflejo pupilar y la movilidad es- de traumatizados que no perdieron ini- craneoencefálicas propiamente dichas, cráneo debe tenerse en cuenta la posi- Vincens, anteriormente descrito y que
ciona a la llamada, girando levemente pontánea. Seguidamente, al cabo de un cialmente la consciencia o la recupera- y que lo pueden alterar desfavorable- bilidad de un hematoma extradu-ral. se considera como patognomónico de
la cabeza o abriendo los ojos (reacción tiempo más o menos prolongado, el ron al cabo de algún tiempo más o me- mente. Dejando al margen, por lo tan- No es necesario que exista fractura de hematoma extradural de la fosa media.
de despertar). tono muscular y la consciencia, pasan- nos largo, iniciando un curso to, las complicaciones del traumatismo cráneo para que se produzca una he- e) Signos de irritación cortical: con-
Coma grado II («coma tipo»): No reac- do del estado de coma al de estupor. progresivo hacia la mejoría, hasta que, causal, que afectan a otras partes del morragia extradural. Sin embargo, ésta vulsiones; tics.
ciona a la llamada, pero reacciona a En esta fase de recuperación de la en un momento dado, se presentan sín- organismo, como puede ser, por ejem- es más frecuente en los casos de fractu- Variedades anatomoclínicas según la lo-
los estímulos dolorosos con movimien- consciencia pueden presentarse trastor- tomas de signo inverso con nueva pér- plo, una neumonía postraumática, una ra, principalmente en fracturas de la calización. Existen tres localizaciones
tos (reacción motora al dolor). nos de la conducta (agitación, agresivi- dida de consciencia y otras alteraciones embolia pulmonar, etc. Entendidas de bóveda o irradiadas hacia la bóveda. preferentes del hematoma extradural
Coma grado III («coma cavus»): Sólo dad, etc.), así como trastornos emocio- que, de no poner el oportuno remedio, esta forma, las principales complicacio- Cuadro clínico. Ya se dijo que lo más que dependen directamente de la zona
responde a los estímulos dolorosos con nales (tensión, exteriorización excesiva tienen serias probabilidades de condu- nes son las siguientes: a) hemorragias significativo del mismo es el empeora- que recibe el impacto (caras anterior,
modificaciones de las funciones vegeta- del sufrimiento, etc.), o de carácter (ac- cir a un fin fatal. Este giro de 180 gra- endocraneanas; b) infecciones secun- miento secundario, a partir de una fase lateral o posterior del cráneo) y que
tivas, como cambios de ritmo en el pul- cesos de cólera, irritabilidad, inhibi- dos en el curso evolutivo del proceso darias de las fracturas abiertas (osteo- inicial de relativa normalidad o tenden- muestran algunas características clíni-
so, de la respiración, etc. (respuesta ve- ción, etc.). En la fase siguiente, las reac- debe interpretarse como la consecuen- mielitis fracturaria, meningitis, absceso cia a la mejoría. Deben tenerse en cas y particulares.
getativa al dolor). ciones físicas y psíquicas se cia de una complicación más frecuente extradural, absceso cerebral, trombosis cuenta como signos iniciales de alar- Hematoma extradural de la fosa ante-
Coma grado IV («coma profundo»): No normalizan, los movimientos se hacen —pero no la única—, una hemorragia endocraneana); c) agravación de las le- ma, los siguientes: rior. Se produce casi siempre por im-
hay ninguna reacción a los estímulos más suaves y adaptados a un fin deter- intracraneal. Y tiene un nombre consa- siones cerebrales por causas extracra- a) Signos de hipertensión endocrane- pactos recibidos sobre la zona frontal.
dolorosos. minado. Puede persistir durante algún grado en la terminología clásica: es el neales (anoxia, shock, respuesta meta- ana: cefaleas; vómitos; bradicardia; Suelen ser reconocibles por las lesiones
Coma grado V («coma depassé»): No tiempo el estado de confusión con de- intervalo libre, llamado también por Pe- bólica desfavorable). bradipnea y otros trastornos del ritmo externas localizadas en esta zona, prin-
hay reacción de ninguna clase, además sorientación temporoespacial, dificul- tit, hace más de 200 años, intervalo lú- 1) Hemorragias endocraneanas. respiratorio; edema papilar. cipalmente por un gran hematoma or-
de otras profundas alteraciones que se- tad para concentrarse, fatiga mental, cido. Constituyen una de las complicaciones b) Empeoramiento progresivo del es- bitario y por la hemorragia subconjunti-
rán estudiadas más adelante. Es el bradipsiquia, etc., hasta alcanzar la cu- Principales signos de alarma indicativos más frecuentes y más temibles de los tado de consciencia (somnolencia, tor- val en «media luna». La característica
coma irreversible o muerte del cerebro. ración. «Curación» no es siempre sinó- de probable complicación. Pueden re- traumatismos craneoencefálicos, que es peza mental, confusión, estupor). más importante de estos hematomas de
El esquema que acaba de ser trazado es nimo de «normalidad». En el esquema sumirse en los siguientes grupos. una de las causas más importantes, por c) Signos neurológicos y oculares: mi- la fosa anterior es que pueden evolu-
en extremo simple, por lo tanto, nece- evolutivo que acaba de ser trazado 1.o Síntomas de hipertensión endo- lo tanto, de empeoramiento secundario driasis unilateral paralítica («pupila de cionar sin producir síntomas piramida-
sariamente incompleto. Pero por lo me- cabe la posibilidad de secuelas residua- craneal: a) Cefalea (o empeoramiento y una de las indicaciones más intere- Hutchinson»); parálisis unilateral del III les. Ante un golpe frontal, por tanto, no
nos se ajusta a una realidad y resulta les de tipo físico, como por ejemplo de la misma si ya existía). b) Vómitos. santes e inexcusables de tratamiento par (además de la midriasis paralítica, hay que esperar a que aparezcan signos
útil como punto de partida para hacer- una hemiplejía o una hemiparesia, o c) Trastornos del pulso y de la respira- quirúrgico que puede ser decisorio en- parálisis palpebral y estrabismo diver- deficitarios motores en la cara o en el
se cargo y definir la situación y los psíquicos, constitutivos del llamado sín- ción (bradicardia —en ocasiones taqui- tre la vida y la muerte del accidentado. gente). lado opuesto del cuerpo para formular
cambios evolutivos observados en la drome posconmocional: amnesia, bra- cardia—, irregularidades del ritmo res- Tipos de hemorragia endocraneana: a) d) Signos neurológicos motores: tras- la sospecha de un hematoma extradural
misma. Como se comprende con facili- dipsiquia, falta de concentración, o al- piratorio). d) Edema papilar. hemorragia extradural; b) hemorragia (fig. 17).
dad, esta valoración debe incluir otras teraciones de la conducta. 2.o Empeoramiento del estado de subdural; c) hemorragia subaracnoidea; Hematoma de la fosa posterior. Se pro-
determinaciones de importancia, algu- 2.a Tendencia a persistir y a agravarse consciencia: a) En el enfermo vigil. d) hemorragia intracerebral. La diferen- Seno longitudinal superior
duce por impactos recibidos en el occi-
nas de las cuales han sido ya estudia- los síntomas iniciales. Se trata siempre Somnolencia, torpeza mental, frases in- cia entre los distintos tipos no es exclu- Meníngea pucio, generalmente por caídas de es-
das: funciones vitales, tono muscular, de casos de extrema gravedad inmedia- coherentes, confusión, trastornos de la sivamente topográfica, como se expresa anterior palda. Su característica más destacada
actividad refleja, pupila y reflejos pupi- ta, producidos por lesiones traumáticas perceptividad. b) En el enfermo incons- claramente en su denominación, sino son las cefaleas muy intensas y la rigi-
lares, etc. irreparables, siendo por tanto de evolu- ciente. Aumento de la profundidad del que cada uno ofrece una importancia dez de nuca, así como la ausencia de
c) Posibilidades evolutivas: Recupera- ción fatal en un plazo más o menos lar- coma; pérdida progresiva de la reactivi- clínica que interesa conocer y que será síntomas piramidales (fig. 18).
ción, muerte, complicaciones. En térmi- go, que a veces puede prolongarse du- dad (a los estímulos acústicos, a los do- brevemente expuesta a continuación. Hematomas de la fosa media. Son los
Seno
nos generales, y de una manera muy rante semanas. Lo característico pues lorosos, etc.). Hemorragia extradural. Supone, como lateral más frecuentes (aproximadamente el
esquemática, puede decirse que a par- de estas formas irreparables es que no 3.o Trastornos neurológicos: a) Cam- su nombre indica, el derrame de sangre 75 % de todos los hematomas extradu-
tir del traumatismo el proceso puede se presenta ninguno de los signos de bios cuantitativos del tono muscular entre la pared interna del cráneo y la rales), y se producen principalmente
seguir estas tres posibilidades evoluti- recuperación que han sido descritos en (hipertonía o hipotonía). b) Distribu- superficie externa de la duramadre. Esta por golpes sobre la pared lateral del
vas: el apartado anterior. Si acaso, sólo se ción anormal del tono muscular. c) Al- sangre puede provenir de los vasos del cráneo (región temporoparietal), pero
1.a Tendencia a la mejoría, a partir de establecen en los primeros momentos teración de la movilidad espontánea o diploe, en las fracturas del cráneo, o también por impactos recibidos en la
un cuadro inicial más o menos grave. las funciones vitales, el pulso y la respi- provocada; pérdida o disminución de más frecuentemente, de los vasos me- región frontal. Su característica clínica
Son los casos que, al decir de los profa- ración, pero persiste el coma profundo, los movimientos, generalizada o asimé- níngeos que transcurren por el espacio Meníngea posterior más importante, en relación a las otras
nos, «se salvan porque tenían que sal- la falta de reflejos, la relajación muscu- trica. d) Pérdida de los reflejos muscu- extradural (fig. 16). localizaciones, es dar lugar con facili-
varse». Es decir, por presentar lesiones lar y la midriasis bilateral paralítica. En lotendinosos o asimetría de los mismos Factores etiológicos. Es característica de dad a síntomas motores deficitarios (pa-
iniciales compatibles con la supervi- los casos extremos (coma grado V o entre las extremidades de los adultos jóvenes. Más rara en el niño rálisis facial, parálisis de los miembros
vencia, y que espontáneamente o gra- muerte cerebral) falta incluso la respira- los dos lados; aparición de reflejos y en el viejo. Meníngea media del lado opuesto) o irritación (convul-
cias a un tratamiento bien aplicado ción espontánea y la vida es mantenida anormales (Babinski en uno o en los Naturaleza del traumatismo. No es ne- siones, tics) (fig. 19).
FIG. 16. Proyección sobre la superficie exter-
evolucionan hacia la normalidad, sin gracias a una respiración asistida. El dos lados). cesaria una gran violencia para que se Hemorragia subdural. De acuerdo con
na del cráneo de las principales vías arteriales
que se presenten complicaciones se- empeoramiento progresivo, hasta la 4.o Signos oftalmológicos: a) Midriasis produzca una hemorragia extradural. y senos venosos, como origen más frecuente
su denominación, consiste en la acu-
cundarias que interrumpan o inviertan muerte, sobreviene sin necesidad de unilateral. b) Parálisis fotomotora. c) Lo más frecuente son golpes de intensi- de las hemorragias extradurales. (Copiado de mulación de sangre entre la duramadre
este curso evolutivo. Lo primero que se que aparezcan ninguna de las compli- Oftalmoplejía (parálisis del tercer par, dad mediana, muchas veces sin pérdi- Barberá Alacreu.) y la aracnoides. Esta sangre puede tener
craneoencefálicos 80 81 craneoencefálicos

A B C D A sis, transformándose en una masa líqui-


da de alta concentración, que la con-
vierte en un sistema hiperosmolar, el
cual, por lo mismo, tiene tendencia a
absorber líquido hacia su interior y,
consecutivamente, a aumentar de ta-
maño. Se crea de esta forma un proce-
so expansivo endocraneal con manifes-
taciones clínicas y manera de
evolucionar que son idénticas o muy
parecidas a las de los tumores endocra-
neales (fig. 23).
FIG. 17. Hematoma extradural de la fosa anterior. A) Mecanismo de producción más frecuente y principales signos externos. B) Hematoma Exploraciones diagnósticas complemen-
periorbitario. C) «Ojos de oso panda» o de «mapache». D) Hematoma subconjuntival en media luna.
B tarias. Ante la sospecha de un hemato-
ma endocraneal (extradural o subdural)
se hace imprescindible completar el
varios orígenes: trata, pues, en este caso, de un hemato- lares graves de hematomas subdurales diagnóstico con exploraciones especia-
a) Por desgarro de los «puentes veno- ma intracerebral acompañado de he- agudos que afectan principalmente a les. Si estas exploraciones no pueden
sos», que, partiendo de la superficie del morragia subdural. las edades extremas de la vida: el re- hacerse en el servicio de traumatología
córtex, atraviesan el espacio sub-arac- Factores etiológicos. Lo mismo que en cién nacido y los ancianos de más de general, donde el paciente es recibido,
noideo y subdural para ir a abocar a los el hematoma extradural, no es necesa- 70 años. En ambos casos, se produce debe ser remitido a un servicio de neu-
senos. Estos vasos son cizallados en los rio un traumatismo de gran entidad una hemorragia muy copiosa, suma- rocirugía. Las exploraciones a que se
FIG. 20. Posible mecanismo indirecto de pro-
desplazamientos de la masa cerebral para que se produzca un hematoma mente grave y de evolución muy rápi- hace referencia son principalmente las
ducción de los hematomas subdurales, por ciza-
dentro del cráneo por un mecanismo subdural. Por las razones antes expues- da. llamiento de las venas corticomeníngeas en los siguientes: a) tomografía axial computa-
de aceleración angular (fig. 20). tas (cizallamiento de los puentes veno- Cuadro clínico. Es muy parecido, en lí- desplazamientos de la masa encefálica dentro rizada (figs. 24 y 25); b) resonancia
b) Por desgarro de los numerosos va- sos que atraviesan el espacio subdural), neas generales, al del hematoma extra- de la caja craneana, debidos a un traumatismo magnética nuclear (fig. 26); c) arterio-
sos de la corteza, en los casos de con- son más frecuentes en los traumatismos dural, con matices de diferencia que por aceleración angular de la cabeza, sin golpe grafía carotídea; d) ecografía (fig. 27); e)
tusión cerebral, con localización corti- con efecto rotatorio sobre la cabeza tienen poca importancia para el diag- directo sobre el cráneo. neumoencefalografía; f) trepanaciones
cal y desgarro de la aracnoides, que (mecanismo de aceleración angular). nóstico, el pronóstico y el tratamiento. exploradoras.
permite el paso de la sangre proceden- Puede producirse en cualquier edad. En cambio, es muy conveniente cono- Hemorragia subaracnoidea. Toda he-
te del cerebro al espacio subdural. Se Sin embargo, hay unas formas particu- cer las diversas variedades evolutivas morragia extradural y sobre todo hemo-
del hematoma subdural. Es decir, la for- rragia subdural puede ir acompañada
ma aguda, subaguda y crónica del mis- —aunque no necesariamente— de una
A B C mo. efusión mayor o menor de sangre den-
a) Hematoma subdural agudo. Co- tro del espacio subaracnoideo. Y por lo
rresponde a las formas graves de evolu- tanto, de un líquido cefalorraquídeo
ción rápidamente fatal que ya han sido más o menos intensamente teñido de
descritas: el hematoma subdural del re- rojo, según la gravedad de la hemorra-
cién nacido y el del anciano. Pero pue- gia.
de presentarse en cualquier edad, con Características clínicas y evolución. Las
ocasión de un traumatismo de cierta hemorragias subaracnoideas importan-
entidad. En el recién nacido conduce tes, en las que la punción lumbar pro-
con fecuencia a la muerte inmediata o porciona un líquido fuertemente teñido
a los pocos días de nacer (fig. 21). En de sangre, corresponden a lesiones
FIG. 22. Hematoma subdural del recién naci-
los casos de supervivencia es una de do, como causa frecuente de parálisis cerebral muy graves, de fases evolutivas muy rá-
las causas de parálisis cerebral (fig. 22). infantil en los casos no mortales (A). En el pidas; coma profundo, alteraciones del
FIG. 18. Hematoma extradural de la fosa posterior. Forma frecuente de producción (A) y hemato-
FIG. 21. Hematoma subdural grave del recién ejemplo de la figura B, diplejía espástica de ritmo respiratorio y paro cardiorrespira-
ma retroauricular (B). Signo de Battle (C).
nacido, extendido sobre toda la superficie con- origen cerebral por lesión de los lóbulos para- torio. Las hemorragias subaracnoideas
vexa de un hemisferio y seguido de muerte in- centrales en un caso de hemorragia en la hoz de poca intensidad, en las que el líqui-
A B C D mediata o a los pocos días de nacer. del cerebro. do de punción sale sólo teñido ligera-
mente de rosa, son compatibles con la
supervivencia, la recuperación e inclu-
b) Hematoma subdural subagudo. Su za a manifestar «rarezas», cambios de so con un estado de consciencia nor-
sintomatología y forma de evolucionar carácter, pereza mental, cefaleas, vérti- mal o casi normal, y se manifiestan clí-
son en líneas generales superponibles a gos, etc., hasta que se declaran los sín- nicamente por un esta-
la del hematoma extradural. Si acaso, tomas, ya descritos anteriormente, ca- do de irritación meníngea: cefalea, fo-
la diferencia principal es la posibilidad racterísticos del hematoma extradural. tofobia, irritabilidad, rigidez de nuca y
de una evolución más lenta, dando lu- c) Hematoma subdural crónico. Se fiebre.
gar a la instauración de síntomas de trata de una forma evolutiva muy espe- Hemorragia intracerebral. Como ya se
significado poco preciso. Es el caso del cial. La hemorragia se detiene y la co- ha dicho anteriormente, se trata de una
individuo que después de abandonar el lección hemática inicial queda encap- lesión propia de un foco contusivo lo-
FIG. 19. Hematoma extradural de la fosa media. Forma frecuente de producción (A); fractura temporoparietal (B); localización sobre la pared externa
hospital aparentemente curado empie- sulada dentro de una cubierta de tejido calizado, que produce una laceración
del cráneo (C), y parálisis del III par (ptosis palpebral, midriasis, ausencia de reflejo fotomotor y estrabismo divergente, D). conectivo. Sufre un proceso de fibróli- del cerebro y una hemorragia de las ar-
craneoencefálicos 80 81 craneoencefálicos

A B C D A sis, transformándose en una masa líqui-


da de alta concentración, que la con-
vierte en un sistema hiperosmolar, el
cual, por lo mismo, tiene tendencia a
absorber líquido hacia su interior y,
consecutivamente, a aumentar de ta-
maño. Se crea de esta forma un proce-
so expansivo endocraneal con manifes-
taciones clínicas y manera de
evolucionar que son idénticas o muy
parecidas a las de los tumores endocra-
neales (fig. 23).
FIG. 17. Hematoma extradural de la fosa anterior. A) Mecanismo de producción más frecuente y principales signos externos. B) Hematoma Exploraciones diagnósticas complemen-
periorbitario. C) «Ojos de oso panda» o de «mapache». D) Hematoma subconjuntival en media luna.
B tarias. Ante la sospecha de un hemato-
ma endocraneal (extradural o subdural)
se hace imprescindible completar el
varios orígenes: trata, pues, en este caso, de un hemato- lares graves de hematomas subdurales diagnóstico con exploraciones especia-
a) Por desgarro de los «puentes veno- ma intracerebral acompañado de he- agudos que afectan principalmente a les. Si estas exploraciones no pueden
sos», que, partiendo de la superficie del morragia subdural. las edades extremas de la vida: el re- hacerse en el servicio de traumatología
córtex, atraviesan el espacio sub-arac- Factores etiológicos. Lo mismo que en cién nacido y los ancianos de más de general, donde el paciente es recibido,
noideo y subdural para ir a abocar a los el hematoma extradural, no es necesa- 70 años. En ambos casos, se produce debe ser remitido a un servicio de neu-
senos. Estos vasos son cizallados en los rio un traumatismo de gran entidad una hemorragia muy copiosa, suma- rocirugía. Las exploraciones a que se
FIG. 20. Posible mecanismo indirecto de pro-
desplazamientos de la masa cerebral para que se produzca un hematoma mente grave y de evolución muy rápi- hace referencia son principalmente las
ducción de los hematomas subdurales, por ciza-
dentro del cráneo por un mecanismo subdural. Por las razones antes expues- da. llamiento de las venas corticomeníngeas en los siguientes: a) tomografía axial computa-
de aceleración angular (fig. 20). tas (cizallamiento de los puentes veno- Cuadro clínico. Es muy parecido, en lí- desplazamientos de la masa encefálica dentro rizada (figs. 24 y 25); b) resonancia
b) Por desgarro de los numerosos va- sos que atraviesan el espacio subdural), neas generales, al del hematoma extra- de la caja craneana, debidos a un traumatismo magnética nuclear (fig. 26); c) arterio-
sos de la corteza, en los casos de con- son más frecuentes en los traumatismos dural, con matices de diferencia que por aceleración angular de la cabeza, sin golpe grafía carotídea; d) ecografía (fig. 27); e)
tusión cerebral, con localización corti- con efecto rotatorio sobre la cabeza tienen poca importancia para el diag- directo sobre el cráneo. neumoencefalografía; f) trepanaciones
cal y desgarro de la aracnoides, que (mecanismo de aceleración angular). nóstico, el pronóstico y el tratamiento. exploradoras.
permite el paso de la sangre proceden- Puede producirse en cualquier edad. En cambio, es muy conveniente cono- Hemorragia subaracnoidea. Toda he-
te del cerebro al espacio subdural. Se Sin embargo, hay unas formas particu- cer las diversas variedades evolutivas morragia extradural y sobre todo hemo-
del hematoma subdural. Es decir, la for- rragia subdural puede ir acompañada
ma aguda, subaguda y crónica del mis- —aunque no necesariamente— de una
A B C mo. efusión mayor o menor de sangre den-
a) Hematoma subdural agudo. Co- tro del espacio subaracnoideo. Y por lo
rresponde a las formas graves de evolu- tanto, de un líquido cefalorraquídeo
ción rápidamente fatal que ya han sido más o menos intensamente teñido de
descritas: el hematoma subdural del re- rojo, según la gravedad de la hemorra-
cién nacido y el del anciano. Pero pue- gia.
de presentarse en cualquier edad, con Características clínicas y evolución. Las
ocasión de un traumatismo de cierta hemorragias subaracnoideas importan-
entidad. En el recién nacido conduce tes, en las que la punción lumbar pro-
con fecuencia a la muerte inmediata o porciona un líquido fuertemente teñido
a los pocos días de nacer (fig. 21). En de sangre, corresponden a lesiones
FIG. 22. Hematoma subdural del recién naci-
los casos de supervivencia es una de do, como causa frecuente de parálisis cerebral muy graves, de fases evolutivas muy rá-
las causas de parálisis cerebral (fig. 22). infantil en los casos no mortales (A). En el pidas; coma profundo, alteraciones del
FIG. 18. Hematoma extradural de la fosa posterior. Forma frecuente de producción (A) y hemato-
FIG. 21. Hematoma subdural grave del recién ejemplo de la figura B, diplejía espástica de ritmo respiratorio y paro cardiorrespira-
ma retroauricular (B). Signo de Battle (C).
nacido, extendido sobre toda la superficie con- origen cerebral por lesión de los lóbulos para- torio. Las hemorragias subaracnoideas
vexa de un hemisferio y seguido de muerte in- centrales en un caso de hemorragia en la hoz de poca intensidad, en las que el líqui-
A B C D mediata o a los pocos días de nacer. del cerebro. do de punción sale sólo teñido ligera-
mente de rosa, son compatibles con la
supervivencia, la recuperación e inclu-
b) Hematoma subdural subagudo. Su za a manifestar «rarezas», cambios de so con un estado de consciencia nor-
sintomatología y forma de evolucionar carácter, pereza mental, cefaleas, vérti- mal o casi normal, y se manifiestan clí-
son en líneas generales superponibles a gos, etc., hasta que se declaran los sín- nicamente por un esta-
la del hematoma extradural. Si acaso, tomas, ya descritos anteriormente, ca- do de irritación meníngea: cefalea, fo-
la diferencia principal es la posibilidad racterísticos del hematoma extradural. tofobia, irritabilidad, rigidez de nuca y
de una evolución más lenta, dando lu- c) Hematoma subdural crónico. Se fiebre.
gar a la instauración de síntomas de trata de una forma evolutiva muy espe- Hemorragia intracerebral. Como ya se
significado poco preciso. Es el caso del cial. La hemorragia se detiene y la co- ha dicho anteriormente, se trata de una
individuo que después de abandonar el lección hemática inicial queda encap- lesión propia de un foco contusivo lo-
FIG. 19. Hematoma extradural de la fosa media. Forma frecuente de producción (A); fractura temporoparietal (B); localización sobre la pared externa
hospital aparentemente curado empie- sulada dentro de una cubierta de tejido calizado, que produce una laceración
del cráneo (C), y parálisis del III par (ptosis palpebral, midriasis, ausencia de reflejo fotomotor y estrabismo divergente, D). conectivo. Sufre un proceso de fibróli- del cerebro y una hemorragia de las ar-
craneoencefálicos 82 83 craneoencefálicos

A B C terias del córtex, en el espesor de la sión cerebral primaria. No hay que es- festaciones de este trastorno y su evolu-
propia masa cerebral. Como también forzarse mucho, ante esta posibilidad, ción tienen una marcada semejanza
se dijo, estas hemorragias intracerebra- para comprender la importancia que con las de una hemorragia intracra-
les se acompañan con mucha frecuen- tiene en el tratamiento de los traumatis- neal, principalmente por el aumento
cia de hemorragias subaracnoideas o mos craneoencefálicos, restablecer la progresivo de los signos de hiperten-
de hematomas subdurales. permeabilidad de las vías respiratorias sión endocraneana y el empeoramiento
2) Infecciones secundarias consecuti- y la posibilidad de una ven- tilación también progresivo del estado de cons-
vas a fracturas abiertas. Esta complica- pulmonar suficiente. ciencia. No es necesario esforzarse mu-
ción es en la actualidad poco frecuen- 2.a Pérdida volumétrica de sangre. cho, por tanto, en comprender la im-
te, debido al tratamiento preven- tivo Shock. Es otra causa extracraneal im- portancia que tiene no olvidar esta
con los antibióticos. Pero puede pre- portante que puede agravar la evolu- posibilidad ante cualquier caso en que
sentarse en algunos casos y es preciso ción de las lesiones cerebrales prima- existan motivos para sospechar una
tenerla en cuenta. Las diversas modali- rias, retrasando o impidiendo su complicación hemorrágica, y la necesi-
dades anatomoclínicas que pueden recuperación. De ahí la necesidad de dad de extremar al máximo las posibili-
adoptar estas complicaciones son las vigilar y tratar esta complicación aso- dades de un diagnóstico diferencial.
siguientes: ciada al traumatismo craneoencefálico, Normas generales sobre el trata-
FIG. 23. Evolución de un hematoma subdural crónico. A) Fase inicial. B) Formación de una curbierta de tejido conjuntivo que aísla la masa líquida. a) Osteomielitis fracturaria. reparar la cantidad de sangre perdida y miento
Clarificación progresiva de la misma. C) Aumento de volumen de la masa líquida inicial y transformación de la misma en líquido transparente (aproxi- b) Meningitis. El diagnótico de sospe- las demás medidas para el tratamiento Planteamiento general del tema. El tra-
madamente a las tres o cuatro semanas después del accidente). cha se establece por lo que hemos lla- del shock. tamiento de los traumatismos craneo-
mado «síntomas de alarma de compli- 3.a Respuesta metabólica desfavorable: encefálicos es competencia casi exclu-
cación secundaria». En segundo lugar, a) Deshidratación con retención sali- siva de los especialistas en neuro-
A B por fiebre. Y tercero, por los síntomas na. Puede ser la consecuencia de una cirugía, lo cual no exime, sin embargo,
de irritación meníngea: rigidez de ingestión insuficiente de líquidos o la al traumatólogo general o al médico de
nuca, fotofobia, etc. El diagnóstico de administración de un exceso de suero un servicio de urgencias de la necesi-
certeza se establece por la punción salino hipertónico, así como de la ad- dad de conocer sus características más
lumbar. ministración de urea o de alimentos hi- elementales y de tomar las decisiones
c) Absceso extradural. perproteicos. Se manifiesta principal- oportunas en cada momento. Tal nece-
d) Absceso cerebral. mente por los siguientes síntomas: agra- sidad se plantea con carácter inexcusa-
e) Trombosis endocraneana. vación del estado de consciencia; sig- ble en todos los casos en que el acci-
Es importante recordar que estas graves nos de deshidratación (sequedad de la dentado es atendido en un centro que
complicaciones secundarias pueden boca, globo ocular depresible, etc.); no dispone de un servicio de neuroci-
producirse después de un trauma en disminución de la secreción urinaria; rugía. Las normas que se describen en
apariencia insignificante y que apenas fiebre; pérdida de peso; aumento del el presente apartado responden única-
produce lesiones cerebrales primarias. nitrógreno en sangre. mente al propósito de facilitar una in-
Por lo tanto, sin pérdida de consciencia b) Hiperhidratación («intoxicación formación útil a los traumatólogos ge-
inicial o con una pérdida muy ligera y por agua»). Es debida inicialmente a nerales que puedan encontrarse en
rápidamente restablecida. una ingestión excesiva y no controlada dicha situación, sin pretensión alguna
El ejemplo más corriente lo ofrecen los de líquidos por vía oral. Y secundaria- de ofrecer soluciones a los graves pro-
FIG. 24. Tomografía computarizada mostrando una fractura parietal con hundimiento del fragmento casos en que se acude a los dispensa- men- te, a una inhibición de la secre- blemas que se plantean, debiendo ser
óseo. (Según F. A. Eleta y O. Velán: Diagnóstico por imágenes, Ed. JIMS, Barcelona, 1984.) FIG. 26. Imagen obtenida por resonancia
magnética mostrando un hematoma intracere- rios por una herida del cuero cabellu- ción de aldosterona por parte de las su- resueltos en otras especialidades: cui-
bral subagudo en un caso de traumatismo de do, que es reparada bajo anestesia lo- prarrenales que aumentan la excreción dados intensivos y neurocirugía.
la región parietal. cal sin necesidad de ingreso, y sin urinaria de sodio y con ello la hipona- Primeras medidas. Reconocimiento,
A B comprobación radiológica o quirúrgica tremia. Se establece de este modo una cla- sificación y destino inmediato del
de la existencia de una fractura subya- situación en que hay un exceso de accidentado. El reconocimiento general
cente. Al cabo de uno o varios días agua y un defecto de sodio en el suero del caso debe hacerse siempre de
aparece fiebre, tumefacción local, cefa- y en los líquidos extracelulares. Pero lo acuerdo a las normas que son habitua-
lea, etc., desencadenándose un cuadro más importante de esta situación es les en cualquier servicio de urgencia de
que de no adoptar las oportunas medi- que la hiponatremia no afecta a los lí- un hospital bien equipado: sala espe-
das puede tener las consecuencias más quidos cerebrales, los cuales, protegi- cial, con buena luz y el máximo de
graves. dos por la barrera hematoencefálica, tranquilidad posible, evitando la pre-
Agravación de las lesiones cerebrales relativamente impermeable a las sales sencia de familiares o acompañantes.
primarias por causas extracraneales: del sodio, conservan una concentra- El enfermo debe colocarse desnudo so-
1.a Anoxia. Ésta es la más importante de ción elevada de las mismas, en contras- bre la mesa de exploración, y el des-
dichas causas, debida a dificultades te con el resto de los líquidos orgáni- vestido debe hacerse siempre con tije-
respiratorias (obstrucción de las vías al- cos. Esta diferencia de concentración ras, evitando maniobras violentas
tas, lesiones concomitantes de la pared salina a favor de los líquidos cerebrales innecesarias y peligrosas. Y por supues-
torácica, etc.). Como ya se ha descrito determina una «llamada» de agua al in- to, el reconocimiento debe ser general
oportunamente, la anoxia puede ser terior del cerebro, con el consiguiente y lo más completo posible. Una de las
causa de que se establezca un círculo aumento del edema cerebral. Lo más primeras medidas que corresponde
FIG. 27. Imagen obtenida por ecografía en un
FIG. 25. Tomografía computarizada mostrando una fractura de la calota sin hundimiento (A) y he- caso de hematoma subdural en un niño. Corte vicioso que tiende a agravar progresiva- importante, desde el punto de vista clí- adoptar al traumatólogo de un servicio
matoma epidural en forma característica de lente biconvexa (B) en el lado del impacto y hemorra- coronal a través de la fontanela anterior. (Por mente el edema y la tumefacción cere- nico, y desde el punto de vista del de urgencia —donde no se disponga de
gia subdural en el lado opuesto, por contragolpe. (Según F. A. Eleta y O. Velán: Diagnóstico por cortesía del Dr. García Conesa, del Hospital bral, y puede conducir a un desenlace diagnóstico diferencial con otras posi- un servicio de neurocirugía— es la de
imágenes, Ed. JIMS, Barcelona, 1984.) 12 de Octubre, Madrid.) que no se hubiera producido por la le- bles complicaciones, es que las mani- decidir sobre el destino inmediato del
craneoencefálicos 82 83 craneoencefálicos

A B C terias del córtex, en el espesor de la sión cerebral primaria. No hay que es- festaciones de este trastorno y su evolu-
propia masa cerebral. Como también forzarse mucho, ante esta posibilidad, ción tienen una marcada semejanza
se dijo, estas hemorragias intracerebra- para comprender la importancia que con las de una hemorragia intracra-
les se acompañan con mucha frecuen- tiene en el tratamiento de los traumatis- neal, principalmente por el aumento
cia de hemorragias subaracnoideas o mos craneoencefálicos, restablecer la progresivo de los signos de hiperten-
de hematomas subdurales. permeabilidad de las vías respiratorias sión endocraneana y el empeoramiento
2) Infecciones secundarias consecuti- y la posibilidad de una ven- tilación también progresivo del estado de cons-
vas a fracturas abiertas. Esta complica- pulmonar suficiente. ciencia. No es necesario esforzarse mu-
ción es en la actualidad poco frecuen- 2.a Pérdida volumétrica de sangre. cho, por tanto, en comprender la im-
te, debido al tratamiento preven- tivo Shock. Es otra causa extracraneal im- portancia que tiene no olvidar esta
con los antibióticos. Pero puede pre- portante que puede agravar la evolu- posibilidad ante cualquier caso en que
sentarse en algunos casos y es preciso ción de las lesiones cerebrales prima- existan motivos para sospechar una
tenerla en cuenta. Las diversas modali- rias, retrasando o impidiendo su complicación hemorrágica, y la necesi-
dades anatomoclínicas que pueden recuperación. De ahí la necesidad de dad de extremar al máximo las posibili-
adoptar estas complicaciones son las vigilar y tratar esta complicación aso- dades de un diagnóstico diferencial.
siguientes: ciada al traumatismo craneoencefálico, Normas generales sobre el trata-
FIG. 23. Evolución de un hematoma subdural crónico. A) Fase inicial. B) Formación de una curbierta de tejido conjuntivo que aísla la masa líquida. a) Osteomielitis fracturaria. reparar la cantidad de sangre perdida y miento
Clarificación progresiva de la misma. C) Aumento de volumen de la masa líquida inicial y transformación de la misma en líquido transparente (aproxi- b) Meningitis. El diagnótico de sospe- las demás medidas para el tratamiento Planteamiento general del tema. El tra-
madamente a las tres o cuatro semanas después del accidente). cha se establece por lo que hemos lla- del shock. tamiento de los traumatismos craneo-
mado «síntomas de alarma de compli- 3.a Respuesta metabólica desfavorable: encefálicos es competencia casi exclu-
cación secundaria». En segundo lugar, a) Deshidratación con retención sali- siva de los especialistas en neuro-
A B por fiebre. Y tercero, por los síntomas na. Puede ser la consecuencia de una cirugía, lo cual no exime, sin embargo,
de irritación meníngea: rigidez de ingestión insuficiente de líquidos o la al traumatólogo general o al médico de
nuca, fotofobia, etc. El diagnóstico de administración de un exceso de suero un servicio de urgencias de la necesi-
certeza se establece por la punción salino hipertónico, así como de la ad- dad de conocer sus características más
lumbar. ministración de urea o de alimentos hi- elementales y de tomar las decisiones
c) Absceso extradural. perproteicos. Se manifiesta principal- oportunas en cada momento. Tal nece-
d) Absceso cerebral. mente por los siguientes síntomas: agra- sidad se plantea con carácter inexcusa-
e) Trombosis endocraneana. vación del estado de consciencia; sig- ble en todos los casos en que el acci-
Es importante recordar que estas graves nos de deshidratación (sequedad de la dentado es atendido en un centro que
complicaciones secundarias pueden boca, globo ocular depresible, etc.); no dispone de un servicio de neuroci-
producirse después de un trauma en disminución de la secreción urinaria; rugía. Las normas que se describen en
apariencia insignificante y que apenas fiebre; pérdida de peso; aumento del el presente apartado responden única-
produce lesiones cerebrales primarias. nitrógreno en sangre. mente al propósito de facilitar una in-
Por lo tanto, sin pérdida de consciencia b) Hiperhidratación («intoxicación formación útil a los traumatólogos ge-
inicial o con una pérdida muy ligera y por agua»). Es debida inicialmente a nerales que puedan encontrarse en
rápidamente restablecida. una ingestión excesiva y no controlada dicha situación, sin pretensión alguna
El ejemplo más corriente lo ofrecen los de líquidos por vía oral. Y secundaria- de ofrecer soluciones a los graves pro-
FIG. 24. Tomografía computarizada mostrando una fractura parietal con hundimiento del fragmento casos en que se acude a los dispensa- men- te, a una inhibición de la secre- blemas que se plantean, debiendo ser
óseo. (Según F. A. Eleta y O. Velán: Diagnóstico por imágenes, Ed. JIMS, Barcelona, 1984.) FIG. 26. Imagen obtenida por resonancia
magnética mostrando un hematoma intracere- rios por una herida del cuero cabellu- ción de aldosterona por parte de las su- resueltos en otras especialidades: cui-
bral subagudo en un caso de traumatismo de do, que es reparada bajo anestesia lo- prarrenales que aumentan la excreción dados intensivos y neurocirugía.
la región parietal. cal sin necesidad de ingreso, y sin urinaria de sodio y con ello la hipona- Primeras medidas. Reconocimiento,
A B comprobación radiológica o quirúrgica tremia. Se establece de este modo una cla- sificación y destino inmediato del
de la existencia de una fractura subya- situación en que hay un exceso de accidentado. El reconocimiento general
cente. Al cabo de uno o varios días agua y un defecto de sodio en el suero del caso debe hacerse siempre de
aparece fiebre, tumefacción local, cefa- y en los líquidos extracelulares. Pero lo acuerdo a las normas que son habitua-
lea, etc., desencadenándose un cuadro más importante de esta situación es les en cualquier servicio de urgencia de
que de no adoptar las oportunas medi- que la hiponatremia no afecta a los lí- un hospital bien equipado: sala espe-
das puede tener las consecuencias más quidos cerebrales, los cuales, protegi- cial, con buena luz y el máximo de
graves. dos por la barrera hematoencefálica, tranquilidad posible, evitando la pre-
Agravación de las lesiones cerebrales relativamente impermeable a las sales sencia de familiares o acompañantes.
primarias por causas extracraneales: del sodio, conservan una concentra- El enfermo debe colocarse desnudo so-
1.a Anoxia. Ésta es la más importante de ción elevada de las mismas, en contras- bre la mesa de exploración, y el des-
dichas causas, debida a dificultades te con el resto de los líquidos orgáni- vestido debe hacerse siempre con tije-
respiratorias (obstrucción de las vías al- cos. Esta diferencia de concentración ras, evitando maniobras violentas
tas, lesiones concomitantes de la pared salina a favor de los líquidos cerebrales innecesarias y peligrosas. Y por supues-
torácica, etc.). Como ya se ha descrito determina una «llamada» de agua al in- to, el reconocimiento debe ser general
oportunamente, la anoxia puede ser terior del cerebro, con el consiguiente y lo más completo posible. Una de las
causa de que se establezca un círculo aumento del edema cerebral. Lo más primeras medidas que corresponde
FIG. 27. Imagen obtenida por ecografía en un
FIG. 25. Tomografía computarizada mostrando una fractura de la calota sin hundimiento (A) y he- caso de hematoma subdural en un niño. Corte vicioso que tiende a agravar progresiva- importante, desde el punto de vista clí- adoptar al traumatólogo de un servicio
matoma epidural en forma característica de lente biconvexa (B) en el lado del impacto y hemorra- coronal a través de la fontanela anterior. (Por mente el edema y la tumefacción cere- nico, y desde el punto de vista del de urgencia —donde no se disponga de
gia subdural en el lado opuesto, por contragolpe. (Según F. A. Eleta y O. Velán: Diagnóstico por cortesía del Dr. García Conesa, del Hospital bral, y puede conducir a un desenlace diagnóstico diferencial con otras posi- un servicio de neurocirugía— es la de
imágenes, Ed. JIMS, Barcelona, 1984.) 12 de Octubre, Madrid.) que no se hubiera producido por la le- bles complicaciones, es que las mani- decidir sobre el destino inmediato del
craneoencefálicos 84 85 craneoencefálicos

accidentado. Es decir, incluirlo en uno c) Accidentados que deben ser eva- tocicleta, atropello, caída desde cierta la situación general del accidentado o pañuelo. dios para ello. El oxígeno puede admi-
de los siguientes grupos: a) accidenta- cuados inmediatamente a un servicio altura, acción contundente sobre el crá- (vómitos, agitación, manifestaciones de f) Aspiración con sonda de las secre- nistrarse a través de una mascarilla, de
dos que pueden ser tratados ambulato- de neurocirugía. En las fracturas cerra- neo, etc.). c) Mecanismo presumible de dolor, etc.). ciones, vómitos y sangre del espacio la- una sonda nasal o nasogástrica, o mez-
riamente; b) accidentados que deban das con hundimiento de los fragmentos producción. Por aceleración lineal o 6) Medidas para mantener la ventila- ríngeo superior y faríngeo. clado con el aire insuflado con la respi-
ser ingresados en el propio hospital y posibilidad de lesión de la duramadre angular, por acción contundente locali- ción pulmonar. Los trastornos de la fun- g) Si la obstrucción es más profunda (y ración artificial. Su finalidad es obvia:
para su observación y tratamiento; c) o del propio cerebro. En toda fractura zada (pedrada, bastonazo, etc.), por ción respiratoria pueden ser —lo son si se dispone de los medios necesarios), aumentar la presión parcial de O2 en
accidentados que deban ser evacuados abierta del cráneo. En los impactos gra- compresión, herida penetrante, etc. d) con frecuencia— la causa de muerte aspiración endotraqueal o bronquial con los alveolos y consecutivamente en la
inmediatamente a un servicio de neu- ves sobre la región temporoparietal, Datos anamnésicos sobre la situación inmediata en los traumatizados craneo- laringoscopio o broncoscopio. sangre arterial, y con ello combatir la
rocirugía. con o sin fractura, en los que existe gra- inmediata. Cómo se encontraba el acci- encefálicos. Y sin que las cosas lleguen h) Intubación endotraqueal en todos hipoxia general y, sobre todo, la peli-
a) Accidentados que pueden ser trata- ve riesgo de hemorragia de la menín- dentado al ser recogido (en estado de a tal extremo, constituyen con mucha aquellos casos en que los medios ante- grosa hipoxia cerebral. Es una medida
dos ambulatoriamente. Corresponden, gea media, cuyo diagnóstico, control y muerte aparente, consciente o incons- frecuencia un factor de gravedad y cau- riores no permitan garantizar con sufi- casi rutinaria en todo traumatismo cra-
lógicamente, a los traumatismos cra- tratamiento deben efectuarse en un ciente, manifestando dolor, capaz de sa de empeoramiento de las lesiones ciente seguridad ni la permeabilidad de neoencefálico grave con problemas res-
neo- encefálicos de escasa entidad y en centro especializado. levantarse por sí mismo, etc.), y forma encefálicas primarias. Recuérdese que las vías aéreas superiores ni el vacia- piratorios. Tal medida tiene, sin embar-
los que no hay motivo alguno para sos- El traslado, en estos casos, debe efec- de evolucionar estas manifestaciones la anoxia es una causa importante de miento por aspiración de las secrecio- go, importantes limitaciones y no está
pechar una posible complicación. Aun tuarse después de adoptadas las nece- durante el traslado. e) Cómo se ha veri- agravación del edema y de la tumefac- nes que ocupan la tráquea y los bron- exenta de riesgos o efectos negativos,
en este caso, es necesario advertir al sarias medidas: 1) Control de las posi- ficado este último y si se ha tomado al- ción cerebral, a través del círculo vicio- quios principales (encharcamiento cuando se utiliza como tratamiento de
propio interesado o a sus familiares, bles hemorragias en cualquier parte del guna medida inmediata. so —«el ciclo anóxico»— en el que la traqueobronquial). la depresión respiratoria de origen cen-
verbalmente y por escrito, sobre la po- cuerpo. 2) Control del shock primario. 2) Medidas contra los vómitos. a) Po- anoxia aumenta el edema y el edema i) La traqueotomía está indicada en tral, y ello por los motivos que se anali-
sibilidad de una complicación secun- 3) Control de los trastornos respirato- sición en decúbito lateral o semiprono, aumenta la anoxia. Pueden darse, ha- todos los casos en que no se puede o zan a continuación.
daria, y por lo tanto sobre la necesidad rios. 4) Contra los vómitos y posible in- en la camilla, en la mesa de reconoci- blando en términos generales y esque- no conviene hacer una intubación en- La consecuencia más grave de la hipo-
de acudir urgentemente al mismo u halación de los mismos. 5) Inmoviliza- miento o en la cama. Con las extremi- máticos, tres situaciones primarias en dotraqueal. Por ejemplo, cuando existe ventilación pulmonar, o por lo menos
otro centro en caso de cualquier alte- ción, siquiera sea somera y provisional, dades del lado superior semiflexiona- las que la función respiratoria se halle una fractura del raquis cervical que la primera que se produce como conse-
ración observada. Simplemente, ante de las fracturas de los miembros. 6) Re- das y la cabeza descansando sobre un seriamente comprometida a conse- haga peligrosa las maniobras de intuba- cuencia de una disminución de los mo-
cualquier sospecha o duda sobre la conocimiento de posibles fracturas ver- lado de la cara. Preferiblemente, con el cuencia de un traumatismo craneoen- ción. Y como sustitución de un tubo vimientos respiratorios, es una elimina-
misma, y principalmente ante la apari- tebrales asociadas, especialmente de la tronco ligeramente más elevado que la cefálico de una cierta entidad: 1) La endotraqueal cuando éste tiene que ción insuficiente del CO2 antes que una
ción de cefalea, vómitos o columna cervical, y medidas oportunas cabeza. Es la posición más adecuada obstrucción mecánica de las vías respi- mantenerse más de 48 horas seguidas, disminución del O2. Por lo tanto, una
somnolencia. En este grupo se inclu- en caso de comprobarlas. 7) Aplicación para evitar el grave peligro de aspira- ratorias. 2) La depresión central (cese o así como en los casos en que el enfer- hipercapnia con acidosis antes que una
yen, por lo tanto: 1) Los traumatizados de sonda vesical. ción de los vómitos o de sangre. b) As- disminución) de los movimientos respi- mo está semiinconsciente y soporta hipoxemia. En estas condiciones, la ad-
que se encuentran plenamente cons- Una vez decidido el traslado, y toma- piración de la cavidad bucofaríngea. c) ratorios. 3) Los trastornos periféricos de peor el tubo endotraqueal que la cánu- ministración aislada de O2 sin aumen-
cientes en el momento del reconoci- das todas la medidas pertinentes, aún Sonda nasogástrica, en caso de vómitos la mecánica respiratoria por traumatis- la de traqueotomía. tar la ventilación pulmonar no resuelve
miento, aunque hayan perdido momen- le queda al traumatólogo un importante persistentes o repetidos. mos torácicos (neumotórax, hemotórax, 2.o Depresión respiratoria central. la necesaria eliminación del CO2. Por
táneamente la consciencia, así como trámite que cumplir: redactar un infor- 3) Sondeo vesical. Es muy importante volet costal, etc.). Todo traumatismo craneoencefálico otro lado, la administración aislada de
los que presentan buen estado general me, lo más detallado posible, sobre los por varios motivos: 1.o, para comprobar 1.o Obstrucción mecánica de las vías grave cursa —o puede cursar— con oxígeno no resuelve tampoco por sí
y exploración neurológica negativa, y siguientes extremos: a) Motivo del tras- o descartar la presencia de sangre en la respiratorias. Puede ser debida al vómi- una depresión más o menos profunda y sola la depresión respiratoria central, y
en los que no existe ningún motivo para lado. b) Condiciones en que debe efec- orina y, en consecuencia, una lesión to, a la sangre, a las secreciones tra- más o menos duradera de los movi- en algunas circunstancias puede empe-
sospechar una lesión encefálica o una tuarse y medidas adoptadas al respecto. asociada de las vías urinarias; 2.o, para queo- bronquiales o a la oclusión de la mientos respiratorios. En los casos ex- orarla. Así ocurre —o puede ocurrir—
complicación. 2) Heridas superficiales c) Situación del sujeto al ser reconoci- control ulterior de la diuresis, así como laringe por la caída hacia atrás de la tremos, esta situación equivale a un en el caso muy probable de que la pa-
del cuero cabelludo, sin fracturas, que do o durante el período inicial de ob- para la obtención de muestras de orina lengua. Está condicionada a la falta de paro respiratorio que de no poner re- rálisis de los movimientos respiratorios
pueden ser tratadas por simple refresca- servación. d) Existencia de otras lesio- para los análisis sucesivos. reflejo tusígeno, y por tanto es propia medio adecuado y urgente conduce a esté condicionada a la falta de respues-
miento de los bordes y sutura inmedia- nes (fracturas de los miembros, etc.) y 4) Cateterismo venoso. a) Para garan- de una lesión cerebral con conmoción la muerte en poco tiempo; corresponde tas de los mecanismos centrales regula-
ta, bajo anestesia local. medidas adoptadas acerca de las mis- tizar la vía de entrada de líquidos (san- grave. Exige, como es lógico, la remo- a los casos de «muerte cerebral» o dores de la respiración. Recuérdese a
b) Accidentados que deben ser ingre- mas. gre o sueros). b) Para control de la pre- ción urgente de los obstáculos mecáni- «coma sobrepasado». En los traumatis- este respecto que existen dos sistemas
sados en el propio hospital para su ob- Normas generales de asistencia urgente sión venosa (sonda en la aurícula cos que obstruyen el paso del aire, a mos menos graves se traduce por una capaces de registrar los cambios quími-
servación y tratamiento. Lógicamente, al enfermo hospitalizado. La normativa derecha). (Véase más adelante el apar- base de las siguientes medidas: respiración superficial que supone una cos de la sangre (contenido en O2, en
todos los que llegan en estado de in- que debe seguirse en todo enfermo tado de Restablecimiento, manteni- a) Cambio de posición de la cabeza. ventilación alveolar insuficiente, y por CO2 y pH), y de regular, a través de
consciencia o semiinconsciencia. Los hospitalizado ha de atenerse a los si- miento y control del estado circulato- Basta muchas veces con colocar el cue- tanto existe el peligro de anoxia hipóxi- ellos, los movimientos respiratorios.
que aun estando plenamente conscien- guientes postulados: a) obtención y re- rio.) llo en una ligera extensión para resta- ca. Uno de estos sistemas lo constituyen
tes en el momento de ser reconocidos, gistro de datos sobre el accidente; b) 5) Vigilancia y control de la blecer la abertura entre la cavidad oral a) Respiración asistida. En cualquier los quimiorreceptores centrales, situa-
hayan sufrido un golpe serio con pérdi- medidas contra los vómitos; c) sondeo evolución. Debe comportar las siguien- y la tráquea. caso, la medida más importante, más dos en el mesencéfalo, y particular-
da de consciencia de alguna duración. vesical; d) cateterismo venoso; e) vigi- tes medidas: a) Control horario de las b) Desplazamiento de la mandíbula urgente y más necesaria es la de au- mente sensibles al aumento de la pre-
Los que presentan cualquier alteración lancia y control de la evolución; f) me- constantes vitales (presión, pulso, respi- hacia delante para evitar que la base de mentar la ventilación pulmonar, que sión parcial del CO2. El otro está
del estado general (shock, agitación, didas para mantener la ventilación pul- ración y temperatura). b) Control y ano- la lengua se aplique a la pared faríngea debe efectuarse por los medios disponi- representado por los quimiorreceptores
vómitos, hemorragias, etc.) y, obvia- monar; g) restablecimiento, tación rigurosa de las cantidades de lí- y obstruya la glotis. bles en cada momento y que pueden periféricos, situados en la carótida y en
mente, todos los que presentan otros mantenimiento y control del estado cir- quido administradas, y de la orina c) Colocación de la cabeza en posi- enumerarse en el siguiente orden: 1) la aorta, y particularmente sensibles a
traumatismos asociados (fracturas de culatorio; h) prevención y tratamiento excretada. c) Control y anotación rigu- ción de decúbito semiprono, con la respiración boca a boca; 2) respiración la disminución de la pO2 en la sangre
los miembros, etc.) o sospecha de lesio- del edema cerebral; i) control, restable- rosa de toda la medicación administra- boca hacia abajo, para permitir fácil- asistida con mascarilla o sonda nasofa- arterial. Recuérdese igualmente que los
nes desconocidas (abdominales, toráci- cimiento y mantenimiento de las cons- da. d) Control del estado de conscien- mente la evacuación de los vómitos y ríngea conectada a un insuflador ma- traumatismos craneoencefálicos afectan
cas, etc.) que requieran por sí mismas tantes metabólicas; j) control y trata- cia. En el enfermo semiconsciente, en de la sangre. nual; 3) tubo endotraqueal o cánula de de una manera preferente a los centros
hospitalización. Todas las fracturas de miento de la agitación. que se sospecha el peligro de un empe- d) Colocación de una cánula oral traqueotomía conectada a un respira- mesencefálicos (reguladores del estado
cráneo que no requieran un traslado in- 1) Obtención y registro de datos so- oramiento del estado de consciencia, (tubo de Mayo) o sonda nasofaríngea dor automático. de consciencia y del tono muscular). Y
mediato. Todos los accidentados que bre el accidente. a) Lugar y hora en que debe despertársele cada dos horas y (tubo de Wende). b) Administración de O2. Es otra me- es fácil, por tanto, que afecten también
requieran una intervención inmediata se ha producido. b) Tipo de accidente anotar el tipo de reacción observada. e) e) Desobstrucción manual de la larin- dida a la que resulta casi inexcusable a los quimiorreceptores centrales, en
bajo anestesia general. (de coche, por choque, por vuelco, mo- Anotación de cualquier incidencia en ge, con un dedo envuelto en una gasa acudir cuando se dispone de los me- forma tal que no reaccionen a la hiper-
craneoencefálicos 84 85 craneoencefálicos

accidentado. Es decir, incluirlo en uno c) Accidentados que deben ser eva- tocicleta, atropello, caída desde cierta la situación general del accidentado o pañuelo. dios para ello. El oxígeno puede admi-
de los siguientes grupos: a) accidenta- cuados inmediatamente a un servicio altura, acción contundente sobre el crá- (vómitos, agitación, manifestaciones de f) Aspiración con sonda de las secre- nistrarse a través de una mascarilla, de
dos que pueden ser tratados ambulato- de neurocirugía. En las fracturas cerra- neo, etc.). c) Mecanismo presumible de dolor, etc.). ciones, vómitos y sangre del espacio la- una sonda nasal o nasogástrica, o mez-
riamente; b) accidentados que deban das con hundimiento de los fragmentos producción. Por aceleración lineal o 6) Medidas para mantener la ventila- ríngeo superior y faríngeo. clado con el aire insuflado con la respi-
ser ingresados en el propio hospital y posibilidad de lesión de la duramadre angular, por acción contundente locali- ción pulmonar. Los trastornos de la fun- g) Si la obstrucción es más profunda (y ración artificial. Su finalidad es obvia:
para su observación y tratamiento; c) o del propio cerebro. En toda fractura zada (pedrada, bastonazo, etc.), por ción respiratoria pueden ser —lo son si se dispone de los medios necesarios), aumentar la presión parcial de O2 en
accidentados que deban ser evacuados abierta del cráneo. En los impactos gra- compresión, herida penetrante, etc. d) con frecuencia— la causa de muerte aspiración endotraqueal o bronquial con los alveolos y consecutivamente en la
inmediatamente a un servicio de neu- ves sobre la región temporoparietal, Datos anamnésicos sobre la situación inmediata en los traumatizados craneo- laringoscopio o broncoscopio. sangre arterial, y con ello combatir la
rocirugía. con o sin fractura, en los que existe gra- inmediata. Cómo se encontraba el acci- encefálicos. Y sin que las cosas lleguen h) Intubación endotraqueal en todos hipoxia general y, sobre todo, la peli-
a) Accidentados que pueden ser trata- ve riesgo de hemorragia de la menín- dentado al ser recogido (en estado de a tal extremo, constituyen con mucha aquellos casos en que los medios ante- grosa hipoxia cerebral. Es una medida
dos ambulatoriamente. Corresponden, gea media, cuyo diagnóstico, control y muerte aparente, consciente o incons- frecuencia un factor de gravedad y cau- riores no permitan garantizar con sufi- casi rutinaria en todo traumatismo cra-
lógicamente, a los traumatismos cra- tratamiento deben efectuarse en un ciente, manifestando dolor, capaz de sa de empeoramiento de las lesiones ciente seguridad ni la permeabilidad de neoencefálico grave con problemas res-
neo- encefálicos de escasa entidad y en centro especializado. levantarse por sí mismo, etc.), y forma encefálicas primarias. Recuérdese que las vías aéreas superiores ni el vacia- piratorios. Tal medida tiene, sin embar-
los que no hay motivo alguno para sos- El traslado, en estos casos, debe efec- de evolucionar estas manifestaciones la anoxia es una causa importante de miento por aspiración de las secrecio- go, importantes limitaciones y no está
pechar una posible complicación. Aun tuarse después de adoptadas las nece- durante el traslado. e) Cómo se ha veri- agravación del edema y de la tumefac- nes que ocupan la tráquea y los bron- exenta de riesgos o efectos negativos,
en este caso, es necesario advertir al sarias medidas: 1) Control de las posi- ficado este último y si se ha tomado al- ción cerebral, a través del círculo vicio- quios principales (encharcamiento cuando se utiliza como tratamiento de
propio interesado o a sus familiares, bles hemorragias en cualquier parte del guna medida inmediata. so —«el ciclo anóxico»— en el que la traqueobronquial). la depresión respiratoria de origen cen-
verbalmente y por escrito, sobre la po- cuerpo. 2) Control del shock primario. 2) Medidas contra los vómitos. a) Po- anoxia aumenta el edema y el edema i) La traqueotomía está indicada en tral, y ello por los motivos que se anali-
sibilidad de una complicación secun- 3) Control de los trastornos respirato- sición en decúbito lateral o semiprono, aumenta la anoxia. Pueden darse, ha- todos los casos en que no se puede o zan a continuación.
daria, y por lo tanto sobre la necesidad rios. 4) Contra los vómitos y posible in- en la camilla, en la mesa de reconoci- blando en términos generales y esque- no conviene hacer una intubación en- La consecuencia más grave de la hipo-
de acudir urgentemente al mismo u halación de los mismos. 5) Inmoviliza- miento o en la cama. Con las extremi- máticos, tres situaciones primarias en dotraqueal. Por ejemplo, cuando existe ventilación pulmonar, o por lo menos
otro centro en caso de cualquier alte- ción, siquiera sea somera y provisional, dades del lado superior semiflexiona- las que la función respiratoria se halle una fractura del raquis cervical que la primera que se produce como conse-
ración observada. Simplemente, ante de las fracturas de los miembros. 6) Re- das y la cabeza descansando sobre un seriamente comprometida a conse- haga peligrosa las maniobras de intuba- cuencia de una disminución de los mo-
cualquier sospecha o duda sobre la conocimiento de posibles fracturas ver- lado de la cara. Preferiblemente, con el cuencia de un traumatismo craneoen- ción. Y como sustitución de un tubo vimientos respiratorios, es una elimina-
misma, y principalmente ante la apari- tebrales asociadas, especialmente de la tronco ligeramente más elevado que la cefálico de una cierta entidad: 1) La endotraqueal cuando éste tiene que ción insuficiente del CO2 antes que una
ción de cefalea, vómitos o columna cervical, y medidas oportunas cabeza. Es la posición más adecuada obstrucción mecánica de las vías respi- mantenerse más de 48 horas seguidas, disminución del O2. Por lo tanto, una
somnolencia. En este grupo se inclu- en caso de comprobarlas. 7) Aplicación para evitar el grave peligro de aspira- ratorias. 2) La depresión central (cese o así como en los casos en que el enfer- hipercapnia con acidosis antes que una
yen, por lo tanto: 1) Los traumatizados de sonda vesical. ción de los vómitos o de sangre. b) As- disminución) de los movimientos respi- mo está semiinconsciente y soporta hipoxemia. En estas condiciones, la ad-
que se encuentran plenamente cons- Una vez decidido el traslado, y toma- piración de la cavidad bucofaríngea. c) ratorios. 3) Los trastornos periféricos de peor el tubo endotraqueal que la cánu- ministración aislada de O2 sin aumen-
cientes en el momento del reconoci- das todas la medidas pertinentes, aún Sonda nasogástrica, en caso de vómitos la mecánica respiratoria por traumatis- la de traqueotomía. tar la ventilación pulmonar no resuelve
miento, aunque hayan perdido momen- le queda al traumatólogo un importante persistentes o repetidos. mos torácicos (neumotórax, hemotórax, 2.o Depresión respiratoria central. la necesaria eliminación del CO2. Por
táneamente la consciencia, así como trámite que cumplir: redactar un infor- 3) Sondeo vesical. Es muy importante volet costal, etc.). Todo traumatismo craneoencefálico otro lado, la administración aislada de
los que presentan buen estado general me, lo más detallado posible, sobre los por varios motivos: 1.o, para comprobar 1.o Obstrucción mecánica de las vías grave cursa —o puede cursar— con oxígeno no resuelve tampoco por sí
y exploración neurológica negativa, y siguientes extremos: a) Motivo del tras- o descartar la presencia de sangre en la respiratorias. Puede ser debida al vómi- una depresión más o menos profunda y sola la depresión respiratoria central, y
en los que no existe ningún motivo para lado. b) Condiciones en que debe efec- orina y, en consecuencia, una lesión to, a la sangre, a las secreciones tra- más o menos duradera de los movi- en algunas circunstancias puede empe-
sospechar una lesión encefálica o una tuarse y medidas adoptadas al respecto. asociada de las vías urinarias; 2.o, para queo- bronquiales o a la oclusión de la mientos respiratorios. En los casos ex- orarla. Así ocurre —o puede ocurrir—
complicación. 2) Heridas superficiales c) Situación del sujeto al ser reconoci- control ulterior de la diuresis, así como laringe por la caída hacia atrás de la tremos, esta situación equivale a un en el caso muy probable de que la pa-
del cuero cabelludo, sin fracturas, que do o durante el período inicial de ob- para la obtención de muestras de orina lengua. Está condicionada a la falta de paro respiratorio que de no poner re- rálisis de los movimientos respiratorios
pueden ser tratadas por simple refresca- servación. d) Existencia de otras lesio- para los análisis sucesivos. reflejo tusígeno, y por tanto es propia medio adecuado y urgente conduce a esté condicionada a la falta de respues-
miento de los bordes y sutura inmedia- nes (fracturas de los miembros, etc.) y 4) Cateterismo venoso. a) Para garan- de una lesión cerebral con conmoción la muerte en poco tiempo; corresponde tas de los mecanismos centrales regula-
ta, bajo anestesia local. medidas adoptadas acerca de las mis- tizar la vía de entrada de líquidos (san- grave. Exige, como es lógico, la remo- a los casos de «muerte cerebral» o dores de la respiración. Recuérdese a
b) Accidentados que deben ser ingre- mas. gre o sueros). b) Para control de la pre- ción urgente de los obstáculos mecáni- «coma sobrepasado». En los traumatis- este respecto que existen dos sistemas
sados en el propio hospital para su ob- Normas generales de asistencia urgente sión venosa (sonda en la aurícula cos que obstruyen el paso del aire, a mos menos graves se traduce por una capaces de registrar los cambios quími-
servación y tratamiento. Lógicamente, al enfermo hospitalizado. La normativa derecha). (Véase más adelante el apar- base de las siguientes medidas: respiración superficial que supone una cos de la sangre (contenido en O2, en
todos los que llegan en estado de in- que debe seguirse en todo enfermo tado de Restablecimiento, manteni- a) Cambio de posición de la cabeza. ventilación alveolar insuficiente, y por CO2 y pH), y de regular, a través de
consciencia o semiinconsciencia. Los hospitalizado ha de atenerse a los si- miento y control del estado circulato- Basta muchas veces con colocar el cue- tanto existe el peligro de anoxia hipóxi- ellos, los movimientos respiratorios.
que aun estando plenamente conscien- guientes postulados: a) obtención y re- rio.) llo en una ligera extensión para resta- ca. Uno de estos sistemas lo constituyen
tes en el momento de ser reconocidos, gistro de datos sobre el accidente; b) 5) Vigilancia y control de la blecer la abertura entre la cavidad oral a) Respiración asistida. En cualquier los quimiorreceptores centrales, situa-
hayan sufrido un golpe serio con pérdi- medidas contra los vómitos; c) sondeo evolución. Debe comportar las siguien- y la tráquea. caso, la medida más importante, más dos en el mesencéfalo, y particular-
da de consciencia de alguna duración. vesical; d) cateterismo venoso; e) vigi- tes medidas: a) Control horario de las b) Desplazamiento de la mandíbula urgente y más necesaria es la de au- mente sensibles al aumento de la pre-
Los que presentan cualquier alteración lancia y control de la evolución; f) me- constantes vitales (presión, pulso, respi- hacia delante para evitar que la base de mentar la ventilación pulmonar, que sión parcial del CO2. El otro está
del estado general (shock, agitación, didas para mantener la ventilación pul- ración y temperatura). b) Control y ano- la lengua se aplique a la pared faríngea debe efectuarse por los medios disponi- representado por los quimiorreceptores
vómitos, hemorragias, etc.) y, obvia- monar; g) restablecimiento, tación rigurosa de las cantidades de lí- y obstruya la glotis. bles en cada momento y que pueden periféricos, situados en la carótida y en
mente, todos los que presentan otros mantenimiento y control del estado cir- quido administradas, y de la orina c) Colocación de la cabeza en posi- enumerarse en el siguiente orden: 1) la aorta, y particularmente sensibles a
traumatismos asociados (fracturas de culatorio; h) prevención y tratamiento excretada. c) Control y anotación rigu- ción de decúbito semiprono, con la respiración boca a boca; 2) respiración la disminución de la pO2 en la sangre
los miembros, etc.) o sospecha de lesio- del edema cerebral; i) control, restable- rosa de toda la medicación administra- boca hacia abajo, para permitir fácil- asistida con mascarilla o sonda nasofa- arterial. Recuérdese igualmente que los
nes desconocidas (abdominales, toráci- cimiento y mantenimiento de las cons- da. d) Control del estado de conscien- mente la evacuación de los vómitos y ríngea conectada a un insuflador ma- traumatismos craneoencefálicos afectan
cas, etc.) que requieran por sí mismas tantes metabólicas; j) control y trata- cia. En el enfermo semiconsciente, en de la sangre. nual; 3) tubo endotraqueal o cánula de de una manera preferente a los centros
hospitalización. Todas las fracturas de miento de la agitación. que se sospecha el peligro de un empe- d) Colocación de una cánula oral traqueotomía conectada a un respira- mesencefálicos (reguladores del estado
cráneo que no requieran un traslado in- 1) Obtención y registro de datos so- oramiento del estado de consciencia, (tubo de Mayo) o sonda nasofaríngea dor automático. de consciencia y del tono muscular). Y
mediato. Todos los accidentados que bre el accidente. a) Lugar y hora en que debe despertársele cada dos horas y (tubo de Wende). b) Administración de O2. Es otra me- es fácil, por tanto, que afecten también
requieran una intervención inmediata se ha producido. b) Tipo de accidente anotar el tipo de reacción observada. e) e) Desobstrucción manual de la larin- dida a la que resulta casi inexcusable a los quimiorreceptores centrales, en
bajo anestesia general. (de coche, por choque, por vuelco, mo- Anotación de cualquier incidencia en ge, con un dedo envuelto en una gasa acudir cuando se dispone de los me- forma tal que no reaccionen a la hiper-
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capnia y a la acidosis respiratoria. La toda la atención que se merece. En suma, pues, la prevención y el trata- lugar. convulsiones que a veces se producen ción de líquidos, tanto por vía oral
respuesta a la depresión respiratoria Normas generales de tratamiento. Como miento del edema cerebral incluye la a) Urea endovenosa. Puede adminis- —o pueden producirse— en el curso como por vía intravenosa, especial-
queda a cargo exclusivamente de los medidas elementales de tipo práctico adopción de las siguientes medidas: trarse en soluciones al 30 % y en dosis de la inducción a la hipotermia. Pre- mente cuando el cuadro humoral
quimiorreceptores periféricos, sensibles deben ser recordadas las siguientes: 1.o Evitar la anoxia cerebral por los equivalentes a un gramo por kilogramo cauciones especiales: debe controlarse, muestra las características señaladas de
a la disminución de la pO2 en la sangre a) Tratamiento de la hemorragia. procedimientos que ya conocemos de peso y por día. En perfusión gota a como es natural, la temperatura corpo- hipotonía plasmática.
arterial. La administración aislada de b) Cateterización de una o varias ve- para garantizar una ventilación pulmo- gota administrada lentamente (una gota ral, que no debe descender por debajo b) Retención de sodio (Na). Comien-
O2 (sin respiración asistida) en estas cir- nas para garantizar la «vía venosa de en- nar suficiente y adecuada. por segundo). Precauciones especiales: de los 35 °C, y la tensión sanguínea, za también el primer día, y se debe
cunstancias contribuye a disminuir o a trada» (transfusiones, plasmas o sueros). 2.o Evitar la isquemia cerebral por las evitar la irritación de la pared venosa, que no debe descender por debajo de fundamentalmente a una baja elimina-
anular dicha respuesta, y con ello pue- c) Regularización del volumen sanguí- medidas que también conocemos para empleando preferentemente sondas de los 100 mm de mercurio. ción del Na por parte del riñón, siendo
de agravarse, en lugar de mejorar, la neo (transfusión, plasma o sueros). el restablecimiento y mantenimiento polietileno introducidas profundamente 6.o Administración de corticosteroi- por tanto una hiponatruria. Esta hipona-
depresión respiratoria (carbonarcosis). d) Inmovilización analgésica de las del estado circulatorio. en el tronco venoso, en lugar de agujas; des. Constituye una indicación casi ru- truria no se acompaña, como cabría es-
En resumen, pues, puede decirse que fracturas; procurar posturas cómodas 3.o Evitar la estasis venosa en el terri- control diario de la uremia. tinaria de todo traumatismo craneoen- perar, por una hipernatremia, sino, por
en todos los casos de depresión respira- en la cama; cambios de posición com- torio de la circulación cerebral. Para b) Suero glucosado hipertónico en so- cefálico de cierta entidad, en el que se el contrario, y como acaba de señalarse
toria central debe administrarse oxíge- patibles con la existencia de fracturas. ello, hay que evitar todas las posibles lución al 30 %, 80 cc en una sola in- tema o se sospeche la existencia de un en el párrafo anterior, por una hipona-
no. Pero no como una medida aislada, e) Ambiente cálido y abrigo suficien- causas que pueden producirlo. Aumen- yección, repetida dos veces al día. edema cerebral. El medicamento de tremia, o más exactamente, por una hi-
sino asociada siempre a la respiración tes. Salvo en caso de hipertermia, o en to de la presión venosa central, aumen- c) Manitol. Su administración consti- elección es la dexametasona a la dosis ponatremia relativa debida a la reten-
asistida, que debe hacerse con las debi- aquellos en que por cualquier motivo to de la presión intratorácica, etcétera. tuye el tratamiento de elección del ede- media de 12 mg por día (una inyección ción simultánea de agua. De manera
das precauciones de humidificación. Y se considera necesario aplicar medidas Posición ligeramente elevada de la ca- ma cerebral, como agente deshidratan- intramuscular de 4 mg cada 8 horas); que hay, paradójicamente, una reten-
que en caso de prolongarse su adminis- terapéuticas de hipotermia. Temperatu- beza, colocando la cama en una incli- te. Tiene las siguientes ventajas: 1) No esta dosis puede elevarse en caso nece- ción de sodio con hiponatremia, lo cual
tración deben controlarse sus efectos ra ambiental moderada y constante, nación de entre 15 a 20 grados. Tal in- ser tóxico. 2) No alterar las constantes sario. se conoce con el nombre de la «para-
con las mediciones repetidas de la pre- evitando el sudor. clinación puede favorecer el drenaje sanguíneas (glucemia, uremia, etc.). 3) 9) Control, restablecimiento y man- doja del sodio» en los traumatismos
sión parcial del O2 y del CO2 en la san- f) Control horario de las constantes venoso del territorio cerebral; una incli- Ser un diurético eficaz. Puede adminis- tenimiento de las constantes metabó- craneoencefálicos. Tal paradoja puede
gre arterial. más importantes relacionadas con el nación mayor puede ser, sin embargo, trarse en perfusión gota a gota, en solu- licas. Casi todos los tratados y publica- explicarse por dos mecanismos: 1) Uno
3.o Trastornos periféricos de la mecá- estado circulatorio: presión arterial, peligrosa, por aumentar la isquemia del ciones al 20 % y a la dosis de 1-1,5 g ciones sobre traumatismos craneoence- de ellos, la dilución del plasma debida
nica respiratoria, o lesión asociada del presión venosa central, presión capilar cerebro. por kilogramo de peso. Precauciones fálicos están de acuerdo en afirmar que a la retención simultánea de agua,
tórax (neumotórax, hemotórax, volet y frecuencia del pulso. 4.o Régimen de deshidratación. Tiene especiales: enfermos con insuficiencia una de las causas importantes que pro- como acaba de ser señalado.
costal, etc.). La superación de las difi- g) Control suficiente de las constantes como finalidad evitar un desequilibrio renal. voca o agrava el desorden metabólico 2) Otro, el paso del ion Na de los espa-
cultades respiratorias, en este caso, de- sanguíneas más importantes: hemato- osmolar entre los líquidos intracelulares Agentes deshidratantes por vía oral o de los traumatizados, y en especial el cios extracelulares a los intracelulares,
penderá directamente, como es natural, crito, natremia, gasometría, pH sanguí- del cerebro y los líquidos circulantes, o por intubación nasogástrica. equilibrio hidrosalino, es la mala admi- como parece haber sido demostrado
de la actuación adecuada sobre dichas neo, etc. en otras palabras, evitar los peligros de a) Urea, 15 a 20 g, en una sola toma, nistración de líquidos y alimentos. Por por el empleo del Na marcado. Sea por
lesiones torácicas. Es interesante tener h) No administrar vasoconstrictores. Es- la hiperhidratación, que ya ha sido se- repetida dos o tres veces al día, con otro lado, este desorden del equilibrio la causa que fuere, esta retención de
presente que en la situación tos medicamentos pueden producir un ñalada en otros apartados como causa agua o zumo de frutas. hidrosalino puede ser uno de los facto- Na, en las primeras fases de los trauma-
—frecuente, angustiosa y urgente— del aumento favorable pasajero de la pre- importante del edema cerebral. Esta fi- b) Glicerina, disuelta en suero salino, res importantes de agravación de las le- tismos craneoencefálicos, unida a una
volet costal, e independientemente de sión arterial, pero pueden también ser nalidad puede conseguirse por varios a la dosis de 10 cc, 3 veces al día. siones cerebrales primarias. Recuérdese hiponatruria, tiene consecuencias im-
las medidas que se consideran oportu- peligrosos por la vasoconstricción cere- procedimientos: 5.o Hipotermia como tratamiento del lo expuesto en relación al edema cere- portantes para la interpretación y trata-
nas sobre las fracturas costales, la más bral. En caso necesario, cortisona o sus a) Limitación de la ingestión y perfu- edema cerebral. El efecto que se persi- bral y las causas que influyen desfavo- miento de estos trastornos. Primero,
perentoria y de efectos inmediatos, que derivados, como analéptico cardiovas- sión de líquidos isotónicos e hipotóni- gue con este método es disminuir la ac- rablemente sobre el mismo, ya sean de- que una hiponatremia plasmática (baja
pueden ser salvadores, es la intubación cular. cos. Es la forma más simple de evitar la tividad metabólica del encéfalo y por bidas a una restricción excesiva de concentración de iones Na en el plas-
endotraqueal y la respiración asistida. 8) Prevención y tratamiento del ede- hiperhidratación y lograr una ligera tanto sus necesidades de oxígeno, así líquidos o, por el contrario, a una so- ma) no debe interpretarse como un dé-
7) Restablecimiento, mantenimiento ma cerebral. Ya han sido descritos algu- deshidratación. Como término medio como el de disminuir el flujo sanguíneo brecarga hídrica. En líneas muy genera- ficit o un balance negativo de Na. Se-
y control del estado circulatorio. El nos de los factores que pueden deter- puede decirse que una administración al cerebro, y a través de estos mecanis- les, puede decirse que los traumatiza- gundo, que tal hiponatremia no debe
shock representa, como es de suponer, minar o agravar el edema cerebral, y de líquidos que no superen los 1.500 mos disminuir el edema cerebral. Apar- dos de cráneo de una cierta entidad ser tratada por la administración de so-
una complicación inmediata seria y fre- por tanto lo que debe hacerse para evi- centímetros cúbicos diarios ya es de te, claro está, de los demás efectos que están expuestos a las siguientes altera- dio. La retención de iones de sodio
cuente de los traumatismos craneoen- tarlo. Tales factores son fundamental- por sí deshidratante. Y el efecto de la la hipotermia generalizada tiene sobre ciones metabólicas: 1) Retención de puede durar de dos a cinco días, y pue-
cefálicos. Constituye por sí mismo un mente los siguientes: 1) La anoxia cere- deshidratación puede expresarse por el organismo. La hipotermia moderada, agua. 2) Retención de sodio (Na). 3) de traducirse, pasados estos días, en un
factor de gravedad inmediata, como en bral, consecutiva a una ventilación una emisión diaria de orina inferior a que debe mantenerse aproximadamen- Aumento de las necesidades calóricas. fenómeno inverso de pérdida de Na,
cualquier traumatismo de importancia. pulmonar insuficiente o defectuosa. 2) los 600 centímetros cúbicos. te durante 48 horas, puede conseguirse 4) Catabolismo proteico; pérdida de expresada por una hipernatriuria. En
Y es causa, además, del empeoramien- La isquemia cerebral, consecutiva al b) Administración de agentes deshi- por los siguientes medios: nitrógeno y balance nitrogenado ne-ga- este caso, y en esta segunda etapa evo-
to de las lesiones primarias cerebrales, shock, como causa adicional de anoxia dratantes. Pueden administrarse por vía a) Por refrigeración corporal. En pri- tivo. lutiva —pero no antes— puede ser ne-
debido a la isquemia del cerebro, pro- cerebral. 3) La estasis venosa en el terri- endovenosa o por vía enteral (oral o mer lugar, refrigeración del ambiente a) Retención de agua. Comienza el cesario un mayor aporte terapéutico de
ducida por la hipotensión y la hipovo- torio de la cava superior. 4) La hiperhi- sonda nasogástrica). El efecto que se (abrir las ventanas, suprimir calefac- primer día. Es una consecuencia de la sales de sodio. Como es fácil compren-
lemia. De acuerdo con ello, es muy im- dratación o «intoxicación por el agua», pretende con estos agentes es obvio: ción, etc.). Después, aplicación de pa- oliguria, la cual, probablemente, se der, este tipo de decisiones, en los pri-
portante tener presente que una debida a la administración excesiva e aumentar la presión osmótica de los lí- ños fríos o de bolsas de hielo sobre la debe a una liberación excesiva de la meros días que suceden al traumatismo
profunda alteración del estado circula- incontrolada de líquidos isotónicos o quidos circulantes y con ello sustraer superficie del cuerpo. hormona antidiurética, y conduce a un causal, deben ser compartidas por los
torio, si no se corrige pronto y adecua- hipotónicos por vía endovenosa. La agua de los tejidos que se encuentran b) Hipotermia farmacodinámica. A síndrome humoral de hipotonía plas- intensivistas que se hagan cargo del
damente, puede impedir que se recu- prevención y el tratamiento del edema al otro lado de la barrera hematoence- base fundamentalmente de administra- mática (hiponatremia, hipocloremia, hi- caso.
peren lesiones cerebrales primarias que cerebral comportará, por lo tanto, la fálica. ción de neuropléjicos, y en especial la poproteinemia, baja reserva alcalina y c) Aumento de las necesidades calóri-
por sí mismas no serían irreversibles, y atención a estos factores evitando que Agentes deshidratantes por vía endove- clorpromacina, a la dosis de 25 mg en bajo hematocrito). Puede durar, en los cas. La fiebre, y sobre todo la hiperter-
conducir a un fin fatal que pudiera no se produzcan, o corrigiéndolos después nosa. Urea, suero glucosado hipertóni- inyección, repetida a las 4 o 6 horas, y casos graves, de dos a cinco días. Des- mia, probablemente algunos otros fac-
ser una consecuencia inevitable de ta- de producirse. Aparte de otras medidas co, manitol. No deben administrarse seguidamente a la dosis de 25 mg (por de el punto de vista terapéutico, este fe- tores de origen central, así como la
les lesiones. No es necesario, por tanto, adicionales, como por ejemplo la hipo- sueros salinos hipertónicos por vía en- vía oral, rectal o inyectable) una o dos nómeno de la retención acuosa exige agitación motora, son las causas de un
insistir en la necesidad inexcusable de termia o la administración de corticos- dovenosa, para evitar las graves altera- veces al día. Uno de los efectos impor- decisiones importantes en los primeros aumento del metabolismo basal, y por
conceder a este aspecto del problema teroides. ciones electrolíticas a que pueden dar tantes de la clorpromacina es evitar las momentos. Entre ellas destaca la restric- tanto de un mayor consumo energético,
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capnia y a la acidosis respiratoria. La toda la atención que se merece. En suma, pues, la prevención y el trata- lugar. convulsiones que a veces se producen ción de líquidos, tanto por vía oral
respuesta a la depresión respiratoria Normas generales de tratamiento. Como miento del edema cerebral incluye la a) Urea endovenosa. Puede adminis- —o pueden producirse— en el curso como por vía intravenosa, especial-
queda a cargo exclusivamente de los medidas elementales de tipo práctico adopción de las siguientes medidas: trarse en soluciones al 30 % y en dosis de la inducción a la hipotermia. Pre- mente cuando el cuadro humoral
quimiorreceptores periféricos, sensibles deben ser recordadas las siguientes: 1.o Evitar la anoxia cerebral por los equivalentes a un gramo por kilogramo cauciones especiales: debe controlarse, muestra las características señaladas de
a la disminución de la pO2 en la sangre a) Tratamiento de la hemorragia. procedimientos que ya conocemos de peso y por día. En perfusión gota a como es natural, la temperatura corpo- hipotonía plasmática.
arterial. La administración aislada de b) Cateterización de una o varias ve- para garantizar una ventilación pulmo- gota administrada lentamente (una gota ral, que no debe descender por debajo b) Retención de sodio (Na). Comien-
O2 (sin respiración asistida) en estas cir- nas para garantizar la «vía venosa de en- nar suficiente y adecuada. por segundo). Precauciones especiales: de los 35 °C, y la tensión sanguínea, za también el primer día, y se debe
cunstancias contribuye a disminuir o a trada» (transfusiones, plasmas o sueros). 2.o Evitar la isquemia cerebral por las evitar la irritación de la pared venosa, que no debe descender por debajo de fundamentalmente a una baja elimina-
anular dicha respuesta, y con ello pue- c) Regularización del volumen sanguí- medidas que también conocemos para empleando preferentemente sondas de los 100 mm de mercurio. ción del Na por parte del riñón, siendo
de agravarse, en lugar de mejorar, la neo (transfusión, plasma o sueros). el restablecimiento y mantenimiento polietileno introducidas profundamente 6.o Administración de corticosteroi- por tanto una hiponatruria. Esta hipona-
depresión respiratoria (carbonarcosis). d) Inmovilización analgésica de las del estado circulatorio. en el tronco venoso, en lugar de agujas; des. Constituye una indicación casi ru- truria no se acompaña, como cabría es-
En resumen, pues, puede decirse que fracturas; procurar posturas cómodas 3.o Evitar la estasis venosa en el terri- control diario de la uremia. tinaria de todo traumatismo craneoen- perar, por una hipernatremia, sino, por
en todos los casos de depresión respira- en la cama; cambios de posición com- torio de la circulación cerebral. Para b) Suero glucosado hipertónico en so- cefálico de cierta entidad, en el que se el contrario, y como acaba de señalarse
toria central debe administrarse oxíge- patibles con la existencia de fracturas. ello, hay que evitar todas las posibles lución al 30 %, 80 cc en una sola in- tema o se sospeche la existencia de un en el párrafo anterior, por una hipona-
no. Pero no como una medida aislada, e) Ambiente cálido y abrigo suficien- causas que pueden producirlo. Aumen- yección, repetida dos veces al día. edema cerebral. El medicamento de tremia, o más exactamente, por una hi-
sino asociada siempre a la respiración tes. Salvo en caso de hipertermia, o en to de la presión venosa central, aumen- c) Manitol. Su administración consti- elección es la dexametasona a la dosis ponatremia relativa debida a la reten-
asistida, que debe hacerse con las debi- aquellos en que por cualquier motivo to de la presión intratorácica, etcétera. tuye el tratamiento de elección del ede- media de 12 mg por día (una inyección ción simultánea de agua. De manera
das precauciones de humidificación. Y se considera necesario aplicar medidas Posición ligeramente elevada de la ca- ma cerebral, como agente deshidratan- intramuscular de 4 mg cada 8 horas); que hay, paradójicamente, una reten-
que en caso de prolongarse su adminis- terapéuticas de hipotermia. Temperatu- beza, colocando la cama en una incli- te. Tiene las siguientes ventajas: 1) No esta dosis puede elevarse en caso nece- ción de sodio con hiponatremia, lo cual
tración deben controlarse sus efectos ra ambiental moderada y constante, nación de entre 15 a 20 grados. Tal in- ser tóxico. 2) No alterar las constantes sario. se conoce con el nombre de la «para-
con las mediciones repetidas de la pre- evitando el sudor. clinación puede favorecer el drenaje sanguíneas (glucemia, uremia, etc.). 3) 9) Control, restablecimiento y man- doja del sodio» en los traumatismos
sión parcial del O2 y del CO2 en la san- f) Control horario de las constantes venoso del territorio cerebral; una incli- Ser un diurético eficaz. Puede adminis- tenimiento de las constantes metabó- craneoencefálicos. Tal paradoja puede
gre arterial. más importantes relacionadas con el nación mayor puede ser, sin embargo, trarse en perfusión gota a gota, en solu- licas. Casi todos los tratados y publica- explicarse por dos mecanismos: 1) Uno
3.o Trastornos periféricos de la mecá- estado circulatorio: presión arterial, peligrosa, por aumentar la isquemia del ciones al 20 % y a la dosis de 1-1,5 g ciones sobre traumatismos craneoence- de ellos, la dilución del plasma debida
nica respiratoria, o lesión asociada del presión venosa central, presión capilar cerebro. por kilogramo de peso. Precauciones fálicos están de acuerdo en afirmar que a la retención simultánea de agua,
tórax (neumotórax, hemotórax, volet y frecuencia del pulso. 4.o Régimen de deshidratación. Tiene especiales: enfermos con insuficiencia una de las causas importantes que pro- como acaba de ser señalado.
costal, etc.). La superación de las difi- g) Control suficiente de las constantes como finalidad evitar un desequilibrio renal. voca o agrava el desorden metabólico 2) Otro, el paso del ion Na de los espa-
cultades respiratorias, en este caso, de- sanguíneas más importantes: hemato- osmolar entre los líquidos intracelulares Agentes deshidratantes por vía oral o de los traumatizados, y en especial el cios extracelulares a los intracelulares,
penderá directamente, como es natural, crito, natremia, gasometría, pH sanguí- del cerebro y los líquidos circulantes, o por intubación nasogástrica. equilibrio hidrosalino, es la mala admi- como parece haber sido demostrado
de la actuación adecuada sobre dichas neo, etc. en otras palabras, evitar los peligros de a) Urea, 15 a 20 g, en una sola toma, nistración de líquidos y alimentos. Por por el empleo del Na marcado. Sea por
lesiones torácicas. Es interesante tener h) No administrar vasoconstrictores. Es- la hiperhidratación, que ya ha sido se- repetida dos o tres veces al día, con otro lado, este desorden del equilibrio la causa que fuere, esta retención de
presente que en la situación tos medicamentos pueden producir un ñalada en otros apartados como causa agua o zumo de frutas. hidrosalino puede ser uno de los facto- Na, en las primeras fases de los trauma-
—frecuente, angustiosa y urgente— del aumento favorable pasajero de la pre- importante del edema cerebral. Esta fi- b) Glicerina, disuelta en suero salino, res importantes de agravación de las le- tismos craneoencefálicos, unida a una
volet costal, e independientemente de sión arterial, pero pueden también ser nalidad puede conseguirse por varios a la dosis de 10 cc, 3 veces al día. siones cerebrales primarias. Recuérdese hiponatruria, tiene consecuencias im-
las medidas que se consideran oportu- peligrosos por la vasoconstricción cere- procedimientos: 5.o Hipotermia como tratamiento del lo expuesto en relación al edema cere- portantes para la interpretación y trata-
nas sobre las fracturas costales, la más bral. En caso necesario, cortisona o sus a) Limitación de la ingestión y perfu- edema cerebral. El efecto que se persi- bral y las causas que influyen desfavo- miento de estos trastornos. Primero,
perentoria y de efectos inmediatos, que derivados, como analéptico cardiovas- sión de líquidos isotónicos e hipotóni- gue con este método es disminuir la ac- rablemente sobre el mismo, ya sean de- que una hiponatremia plasmática (baja
pueden ser salvadores, es la intubación cular. cos. Es la forma más simple de evitar la tividad metabólica del encéfalo y por bidas a una restricción excesiva de concentración de iones Na en el plas-
endotraqueal y la respiración asistida. 8) Prevención y tratamiento del ede- hiperhidratación y lograr una ligera tanto sus necesidades de oxígeno, así líquidos o, por el contrario, a una so- ma) no debe interpretarse como un dé-
7) Restablecimiento, mantenimiento ma cerebral. Ya han sido descritos algu- deshidratación. Como término medio como el de disminuir el flujo sanguíneo brecarga hídrica. En líneas muy genera- ficit o un balance negativo de Na. Se-
y control del estado circulatorio. El nos de los factores que pueden deter- puede decirse que una administración al cerebro, y a través de estos mecanis- les, puede decirse que los traumatiza- gundo, que tal hiponatremia no debe
shock representa, como es de suponer, minar o agravar el edema cerebral, y de líquidos que no superen los 1.500 mos disminuir el edema cerebral. Apar- dos de cráneo de una cierta entidad ser tratada por la administración de so-
una complicación inmediata seria y fre- por tanto lo que debe hacerse para evi- centímetros cúbicos diarios ya es de te, claro está, de los demás efectos que están expuestos a las siguientes altera- dio. La retención de iones de sodio
cuente de los traumatismos craneoen- tarlo. Tales factores son fundamental- por sí deshidratante. Y el efecto de la la hipotermia generalizada tiene sobre ciones metabólicas: 1) Retención de puede durar de dos a cinco días, y pue-
cefálicos. Constituye por sí mismo un mente los siguientes: 1) La anoxia cere- deshidratación puede expresarse por el organismo. La hipotermia moderada, agua. 2) Retención de sodio (Na). 3) de traducirse, pasados estos días, en un
factor de gravedad inmediata, como en bral, consecutiva a una ventilación una emisión diaria de orina inferior a que debe mantenerse aproximadamen- Aumento de las necesidades calóricas. fenómeno inverso de pérdida de Na,
cualquier traumatismo de importancia. pulmonar insuficiente o defectuosa. 2) los 600 centímetros cúbicos. te durante 48 horas, puede conseguirse 4) Catabolismo proteico; pérdida de expresada por una hipernatriuria. En
Y es causa, además, del empeoramien- La isquemia cerebral, consecutiva al b) Administración de agentes deshi- por los siguientes medios: nitrógeno y balance nitrogenado ne-ga- este caso, y en esta segunda etapa evo-
to de las lesiones primarias cerebrales, shock, como causa adicional de anoxia dratantes. Pueden administrarse por vía a) Por refrigeración corporal. En pri- tivo. lutiva —pero no antes— puede ser ne-
debido a la isquemia del cerebro, pro- cerebral. 3) La estasis venosa en el terri- endovenosa o por vía enteral (oral o mer lugar, refrigeración del ambiente a) Retención de agua. Comienza el cesario un mayor aporte terapéutico de
ducida por la hipotensión y la hipovo- torio de la cava superior. 4) La hiperhi- sonda nasogástrica). El efecto que se (abrir las ventanas, suprimir calefac- primer día. Es una consecuencia de la sales de sodio. Como es fácil compren-
lemia. De acuerdo con ello, es muy im- dratación o «intoxicación por el agua», pretende con estos agentes es obvio: ción, etc.). Después, aplicación de pa- oliguria, la cual, probablemente, se der, este tipo de decisiones, en los pri-
portante tener presente que una debida a la administración excesiva e aumentar la presión osmótica de los lí- ños fríos o de bolsas de hielo sobre la debe a una liberación excesiva de la meros días que suceden al traumatismo
profunda alteración del estado circula- incontrolada de líquidos isotónicos o quidos circulantes y con ello sustraer superficie del cuerpo. hormona antidiurética, y conduce a un causal, deben ser compartidas por los
torio, si no se corrige pronto y adecua- hipotónicos por vía endovenosa. La agua de los tejidos que se encuentran b) Hipotermia farmacodinámica. A síndrome humoral de hipotonía plas- intensivistas que se hagan cargo del
damente, puede impedir que se recu- prevención y el tratamiento del edema al otro lado de la barrera hematoence- base fundamentalmente de administra- mática (hiponatremia, hipocloremia, hi- caso.
peren lesiones cerebrales primarias que cerebral comportará, por lo tanto, la fálica. ción de neuropléjicos, y en especial la poproteinemia, baja reserva alcalina y c) Aumento de las necesidades calóri-
por sí mismas no serían irreversibles, y atención a estos factores evitando que Agentes deshidratantes por vía endove- clorpromacina, a la dosis de 25 mg en bajo hematocrito). Puede durar, en los cas. La fiebre, y sobre todo la hiperter-
conducir a un fin fatal que pudiera no se produzcan, o corrigiéndolos después nosa. Urea, suero glucosado hipertóni- inyección, repetida a las 4 o 6 horas, y casos graves, de dos a cinco días. Des- mia, probablemente algunos otros fac-
ser una consecuencia inevitable de ta- de producirse. Aparte de otras medidas co, manitol. No deben administrarse seguidamente a la dosis de 25 mg (por de el punto de vista terapéutico, este fe- tores de origen central, así como la
les lesiones. No es necesario, por tanto, adicionales, como por ejemplo la hipo- sueros salinos hipertónicos por vía en- vía oral, rectal o inyectable) una o dos nómeno de la retención acuosa exige agitación motora, son las causas de un
insistir en la necesidad inexcusable de termia o la administración de corticos- dovenosa, para evitar las graves altera- veces al día. Uno de los efectos impor- decisiones importantes en los primeros aumento del metabolismo basal, y por
conceder a este aspecto del problema teroides. ciones electrolíticas a que pueden dar tantes de la clorpromacina es evitar las momentos. Entre ellas destaca la restric- tanto de un mayor consumo energético,
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muy frecuente —casi constante— en pretar y de tratar. Ello es debido, en pri- dad, gritos o palabras incoherentes, pro- diacepam (Valium) (5 mg). No deben no ser posible, debido a las siguientes que incluyan la galea y la piel.
los traumatismos craneales de cierta mer lugar, a que las mismas —o muy nunciadas espontáneamente sin que darse nunca, en cambio, hipnóticos, razones: a) máxima urgencia de la in- c) Recursos técnicos para cubrir las
entidad. parecidas— manifestaciones de agita- exista ningún estímulo aparente que las por el efecto profundamente de opre- tervención, como por ejemplo en algu- pérdidas de sustancia del cuero cabe-
d) Catabolismo proteico y balance ción pueden obedecer a causas muy provoque, contracciones musculares de sión que tienen precisamente los trau- nos casos de hemorragia endocraneana lludo. Ocurre con frecuencia que los
negativo del nitrógeno. Ambos fenóme- distintas y que requieren medidas tera- tipo clónico (opistótonos, etc.). Todo matizados del cráneo sobre las funcio- de rápida evolución, que no admite de- bordes de la herida del cuero cabellu-
nos son una consecuencia directa del péuticas no sólo diferentes, sino en ello asociado a un estado de sopor pro- nes respiratorias y sobre la profundidad mora alguna; b) mal estado general del do no pueden aproximarse, o solamen-
aumento del consumo energético y del cierto modo opuestas. Por ejemplo, una fundo. En general, esta situación se tra- del coma. accidentado, que hace particularmente te pueden ser aproximados con una
ingreso insuficiente de alimentos, con agitación psicomotora en un traumati- duce en una irritación meníngea provo- Normas generales sobre el trata- peligroso el traslado; c) asociación de gran tensión, lo cual puede dar lugar a
lo cual el organismo consume sus pro- zado de mediana gravedad, consciente cada por una hemorragia miento quirúrgico otras lesiones traumáticas graves extra- una situación embarazosa y no siempre
pias proteínas, que pueden llegar a la o semiconsciente, motivada por dolor, subaracnoidea. 1) Principales indicaciones de la ciru- craneales, o que exijan inmovilización fácil de solucionar. La solución adecua-
pérdida de 300 g diarios de tejido mus- ansiedad, irritabilidad y confusión, se Tratamiento. En cualquiera de los tres gía en los traumatismos craneoencefáli- en la misma cama, como por ejemplo, da debe buscarse en los recursos de la
cular. Ello se traduce por un adelgaza- parece mucho a la agitación debida a casos, la situación de agitación requie- cos. las fracturas de los miembros tratadas cirugía plástica para cubrir las pérdidas
miento rápido del traumatizado incons- una intoxicación alcohólica aguda, re algunas medidas elementales: 1.o Indicaciones de tratamiento qui- por los métodos de tracción-suspen- de sustancia cutánea, y que son en ex-
ciente, con un balance negativo de previa al traumatismo. En el primer a) Evitar que la agitación produzca rúrgico inmediato. Se plantean en los sión, las fracturas de la columna verte- tremo variados. Pero el traumatólogo
nitrógeno, que suele oscilar alrededor caso, el tratamiento con determinados daños adicionales. Es decir, sujetar a siguientes casos: a) Heridas de las par- bral o de la pelvis, las lesiones del tórax del servicio de urgencia debe conocer
de los 10 g por día. La consecuencia medicamentos sedantes (los derivados los pacientes, evitar que se golpeen, tes blandas, asociadas o no a lesiones con compromiso respiratorio serio, etc. al menos los más corrientes y los de
terapéutica más inmediata de estos fe- de la clorprometacina) pueden tener que se caigan de la cama, etc., tenien- subyacentes (fracturas del cráneo, lesio- En cualquiera de estos casos, el proble- mayor utilidad, como son los siguien-
nómenos es la conveniencia de admi- efectos sedativos muy beneficiosos y do siempre presente que en ocasiones nes de la duramadre o del cerebro). b) ma quirúrgico debe resolverse en el tes: 1.o) Despegar y movilizar la capa
nistrar tan pronto como se pueda, y en está claramente indicado. En el segun- lo mejor que puede hacerse para que Las fracturas complicadas, sobre todo mismo centro donde se halla ingresado profunda del cuero cabelludo a ambos
caso necesario a través de la sonda na- do caso, por el contrario, pueden ser un enfermo agitado se tranquilice es las fracturas con hundimiento de frag- el sujeto, y ateniéndose a las normas lados de la herida en la extensión sufi-
sogástrica, una dieta rica en calorías, en contraproducentes e incluso peligrosos. precisamente no sujetarlo, sin dejar de mentos y posible penetración a través generales que se detallan a continua- ciente para poder aproximar sus bor-
aminoácidos y en proteínas. Conviene, pues, empezar por distinguir, observar, como es natural, las debidas de la duramadre o en la masa del cere- ción. des. 2.o) Levantar un colgajo «en V», de
Deshidratación. Representa un tipo de aunque sea en líneas generales, entre precauciones que acaban de ser seña- bro. c) La sospecha de hemorragia en- 3) Normas generales de táctica ope- forma que permita la movilización de
respuesta metabólica opuesta a la que los diversos tipos de agitación que pue- ladas. docraneal (véase más adelante). ratoria. una gran superficie de cuero cabelludo
ha sido descrita anteriormente como re- de presentar un traumatizado de crá- b) Evitar el dolor o todo lo que pueda 2.o Indicaciones de tratamiento qui- A) Lesiones del cuero cabelludo sin y su desplazamiento por un movimien-
tención de agua. Da lugar por tanto a neo en los primeros momentos: ser motivo de inquietud o de incomodi- rúrgico diferido. Todas las complicacio- fractura complicada. Las normas ge- to de rotación sobre sí mismo. 3.o) Tra-
una hipertonía plasmática, en lugar de 1.o Agitación psicomotora sin altera- dad (inmovilización de fracturas, bus- nes secundarias o tardías de los trauma- nerales de tratamiento en estas lesiones zado de una incisión en arco y despe-
la hipotonía, y puede ser debida a di- ción o con alteración superficial de la car —o permitir— posiciones cómodas tismos craneoencefálicos, muchas de superficiales de la cabeza son bien co- gamiento de un colgajo de cuero
versos factores: a) Por administraciones consciencia. El enfermo está consciente en la cama, evitar la distensión vesical las cuales aparecen cuando ya ha sido nocidas y de aplicación corriente en cabelludo que permita el desplaza-
insuficientes de líquidos. b) Por admi- o semiconsciente. Confuso y desorien- de la orina, etc.). superada la fase inicial de gravedad, y cualquier servicio de urgencia (limpie- miento adecuado para cubrir la pérdida
nistración excesiva de sueros hipertóni- tado, «no sabe bien, todavía, lo que le c) En los estados de agitación del pri- en ocasiones cuando el accidentado ha za, rasurado, anestesia, recorte y regu- de sustancia causada por la herida.
cos. c) Por administración de una dieta pasa», pero responde a estímulos ver- mer grupo, o los que han sido definidos sido dado de alta hospitalaria. Son larización de los bordes de la herida, B) Fracturas complicadas en la bóve-
hiperproteica. d) Por acción directa del bales o a órdenes elementales. La agita- como consecuencia de una fuerte reac- principalmente las siguientes: a) Las in- escisión de los tejidos necrosados, ex- da, con o sin lesión del cuero cabellu-
traumatismo sobre la región talamohi- ción se manifiesta por ansiedad, cam- ción emotiva, están indicados los se- fecciones óseas localizadas (osteítis tirpación de cuerpos extraños y sutura). do. Pueden presentarse los siguientes
pofisaria y consecutivamente disminu- bios constantes de posición, actos dantes. Principalmente, los derivados fracturarias tardías). b) Las meningitis y No es necesario por lo tanto describir- casos, que requieren una intervención
ción en la producción de la hormona motores de clara intencionalidad (qui- de la clorpromacina (Largactil), por vía otras infecciones endocranea-les (abs- los. Pero tal vez sean convenientes al- quirúrgica: a) Fracturas con hundimien-
antidiurética, con un resultado compa- tarse de encima la ropa, intentar sentar- intramuscular, a dosis de 30-50 mg, re- cesos). c) Rinorrea u otorrea de líquido gunas notas importantes acerca de la to no penetrante, es decir, sin lesión de
rable al de la diabetes insípida. e) Por se, retirar la mano que le sujeta, etc.), petidas en espacios de 4 o 6 horas has- cefalorraquídeo. d) Neuma- reparación de estas heridas y de los la duramadre. b) Fracturas con hundi-
administración excesiva de urea por vía movimientos de rotación de la cabeza, ta que ceda la agitación. Este medica- tocele traumático. e) Hematomas sub- problemas que pueden presentar. miento de fragmentos y desgarro de la
endovenosa. La deshidratación se tra- irritabilidad (reacciones violentas a mento tiene efectos muy favorables durales crónicos. La indicación opera- a) Necesidad de explorar el fondo de duramadre. c) Fracturas con hundi-
duce por síntomas ya conocidos: se- cualquier cosa que le moleste), gritos y como sedante. Produce, entre otras co- toria en cualquiera de estos casos se la herida. Es decir, de reconocer el pla- miento, desgarro de la duramadre y pe-
quedad de la piel, hipotonía de los glo- agresividad. Todas estas manifestacio- sas, una disminución de la reactividad a plantea con carácter tardío. Y la deci- no óseo, partiendo de la posibilidad de netración de fragmentos en el espesor
bos oculares, oliguria, uremia, nes son expresión de una reacción los estímulos externos, un estado de in- sión y la forma de llevarla a cabo es encontrar una fractura complicada con de la masa cerebral.
hiperproteinemia, hipernatremia y —lo emotiva intensa, provocada por la ines- diferencia y una disminución de las re- competencia exclusiva de los cirujanos hundimiento de fragmentos, no diag- Estas posibilidades obligan a tomar en
que es particularmente importante en perada y violenta experiencia sufrida, y acciones agresivas. Disminuye la activi- especializados. nosticada previamente, y en tal caso, la consideración dos normas de trata-
los traumatismos craneoencefálicos— agravada por el dolor, la incomodidad dad motriz y es ansiolítico sin afectar el 2) Normas generales de actuación necesidad de explorar hasta el plano miento operatorio: 1.o, tratamiento de
tendencia al sopor y al coma; en algu- y la confusión. estado vigil. Además, es hipotermizante ante las indicaciones de tratamiento dural en busca de un posible desgarro las lesiones óseas; 2.o, reparación de
nos casos, convulsiones. 2.o Agitación por intoxicación alcohó- y su margen de tolerancia es muy ele- quirúrgico. En principio puede aceptar- de la duramadre o penetración de frag- las lesiones durales.
El tratamiento, tanto preventivo como lica previa. Se manifiesta en forma muy vado. Pertenece a los llamados «neuro- se que toda operación craneoencefálica mentos. Las normas de táctica operato- 1.o Tratamiento de las lesiones óseas.
del trastorno ya establecido, debe con- parecida a la anterior y a veces muy di- lépticos de seguridad». Tiene en cam- debe efectuarse en un servicio de neu- ria de estas situaciones serán descritas Las fracturas con hundimiento de la bó-
sistir, básicamente, en el cuidado en la fícil de diferenciar de ella. Un examen bio el inconveniente de que rocirugía. De acuerdo con ello, debería más adelante en el apartado correspon- veda —a menos que el hundimiento
administración de agentes deshidratan- atento del caso puede despertar la sos- potencializa los efectos centrales del al- ser evacuada de un hospital que carez- diente a las fracturas complicadas con sea muy ligero—, y sobre todo las frac-
tes (urea y manitol) y sueros salinos hi- pecha de embriaguez: palabras incohe- cohol, y está contraindicado, por este ca de tal servicio toda lesión traumática hundimiento y la reparación de las le- turas con hundimiento en las que se
pertónicos. Y en la sustitución del agua rentes, dificultad de articularlas, etc., motivo, en los casos de alcoholismo del cráneo que requiera tratamiento siones durales. sospeche la penetración de fragmentos
perdida, siempre bajo riguroso control no concordantes con la profundidad de agudo. Como todos los neurolépticos, quirúrgico y que sea algo más que una b) Necesidad de suturar la galea, es y desgarros de la duramadre, deben ser
del equilibrio electrolítico y de la os- la inconsciencia. La inyección de las puede agravar los síntomas neurológi- simple herida superficial del cuero ca- decir, el plano profundo del cuero ca- tratadas de acuerdo con las siguientes
molaridad. La colaboración con los in- conjuntivas, la midriasis bilateral, la fal- cos centrales, entre ellos el coma de belludo. El traslado del accidentado, belludo, además de la piel. En otras pa- normas:
tensivistas en la toma de decisiones es ta o pereza del reflejo pupilar y, sobre origen traumático cerebral. Por todos sin embargo, puede no ser la solución labras, no contentarse con la simple a) Una vez exploradas y reconocidas
imprescindible en la práctica habitual. todo, el olor del aliento, pueden ser estos motivos está contraindicado en adecuada en todos los casos, por varios aproximación y sutura del plano cutá- a través de la incisión operatoria del
10) Control y tratamiento de la agita- confirmación de tal sospecha. los estados de agitación pertenecientes motivos. Primero, por no ser necesaria, neo, sino efectuar la sutura del cuero cuero cabelludo, o a través de la propia
ción. La agitación, en un traumatismo 3.o Agitación motora asociada a in- al segundo y tercer grupo que acaban como es el caso de las heridas superfi- cabelludo en doble plano, por lo me- herida de los planos superficiales, se
craneoencefálico reciente, puede cons- consciencia. Se manifiesta por un movi- de ser descritos. Otro sedante posible, ciales de partes blandas o fracturas li- nos, y si se hace en un solo plano, apli- impone levantar los fragmentos
tituir un problema serio, difícil de inter- miento de poca o ninguna intencionali- en los casos de agitación extrema, es el neales no complicadas. Segundo, por car los puntos de sutura de tal forma óseos hundidos de la bóveda. Si la frac-
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muy frecuente —casi constante— en pretar y de tratar. Ello es debido, en pri- dad, gritos o palabras incoherentes, pro- diacepam (Valium) (5 mg). No deben no ser posible, debido a las siguientes que incluyan la galea y la piel.
los traumatismos craneales de cierta mer lugar, a que las mismas —o muy nunciadas espontáneamente sin que darse nunca, en cambio, hipnóticos, razones: a) máxima urgencia de la in- c) Recursos técnicos para cubrir las
entidad. parecidas— manifestaciones de agita- exista ningún estímulo aparente que las por el efecto profundamente de opre- tervención, como por ejemplo en algu- pérdidas de sustancia del cuero cabe-
d) Catabolismo proteico y balance ción pueden obedecer a causas muy provoque, contracciones musculares de sión que tienen precisamente los trau- nos casos de hemorragia endocraneana lludo. Ocurre con frecuencia que los
negativo del nitrógeno. Ambos fenóme- distintas y que requieren medidas tera- tipo clónico (opistótonos, etc.). Todo matizados del cráneo sobre las funcio- de rápida evolución, que no admite de- bordes de la herida del cuero cabellu-
nos son una consecuencia directa del péuticas no sólo diferentes, sino en ello asociado a un estado de sopor pro- nes respiratorias y sobre la profundidad mora alguna; b) mal estado general del do no pueden aproximarse, o solamen-
aumento del consumo energético y del cierto modo opuestas. Por ejemplo, una fundo. En general, esta situación se tra- del coma. accidentado, que hace particularmente te pueden ser aproximados con una
ingreso insuficiente de alimentos, con agitación psicomotora en un traumati- duce en una irritación meníngea provo- Normas generales sobre el trata- peligroso el traslado; c) asociación de gran tensión, lo cual puede dar lugar a
lo cual el organismo consume sus pro- zado de mediana gravedad, consciente cada por una hemorragia miento quirúrgico otras lesiones traumáticas graves extra- una situación embarazosa y no siempre
pias proteínas, que pueden llegar a la o semiconsciente, motivada por dolor, subaracnoidea. 1) Principales indicaciones de la ciru- craneales, o que exijan inmovilización fácil de solucionar. La solución adecua-
pérdida de 300 g diarios de tejido mus- ansiedad, irritabilidad y confusión, se Tratamiento. En cualquiera de los tres gía en los traumatismos craneoencefáli- en la misma cama, como por ejemplo, da debe buscarse en los recursos de la
cular. Ello se traduce por un adelgaza- parece mucho a la agitación debida a casos, la situación de agitación requie- cos. las fracturas de los miembros tratadas cirugía plástica para cubrir las pérdidas
miento rápido del traumatizado incons- una intoxicación alcohólica aguda, re algunas medidas elementales: 1.o Indicaciones de tratamiento qui- por los métodos de tracción-suspen- de sustancia cutánea, y que son en ex-
ciente, con un balance negativo de previa al traumatismo. En el primer a) Evitar que la agitación produzca rúrgico inmediato. Se plantean en los sión, las fracturas de la columna verte- tremo variados. Pero el traumatólogo
nitrógeno, que suele oscilar alrededor caso, el tratamiento con determinados daños adicionales. Es decir, sujetar a siguientes casos: a) Heridas de las par- bral o de la pelvis, las lesiones del tórax del servicio de urgencia debe conocer
de los 10 g por día. La consecuencia medicamentos sedantes (los derivados los pacientes, evitar que se golpeen, tes blandas, asociadas o no a lesiones con compromiso respiratorio serio, etc. al menos los más corrientes y los de
terapéutica más inmediata de estos fe- de la clorprometacina) pueden tener que se caigan de la cama, etc., tenien- subyacentes (fracturas del cráneo, lesio- En cualquiera de estos casos, el proble- mayor utilidad, como son los siguien-
nómenos es la conveniencia de admi- efectos sedativos muy beneficiosos y do siempre presente que en ocasiones nes de la duramadre o del cerebro). b) ma quirúrgico debe resolverse en el tes: 1.o) Despegar y movilizar la capa
nistrar tan pronto como se pueda, y en está claramente indicado. En el segun- lo mejor que puede hacerse para que Las fracturas complicadas, sobre todo mismo centro donde se halla ingresado profunda del cuero cabelludo a ambos
caso necesario a través de la sonda na- do caso, por el contrario, pueden ser un enfermo agitado se tranquilice es las fracturas con hundimiento de frag- el sujeto, y ateniéndose a las normas lados de la herida en la extensión sufi-
sogástrica, una dieta rica en calorías, en contraproducentes e incluso peligrosos. precisamente no sujetarlo, sin dejar de mentos y posible penetración a través generales que se detallan a continua- ciente para poder aproximar sus bor-
aminoácidos y en proteínas. Conviene, pues, empezar por distinguir, observar, como es natural, las debidas de la duramadre o en la masa del cere- ción. des. 2.o) Levantar un colgajo «en V», de
Deshidratación. Representa un tipo de aunque sea en líneas generales, entre precauciones que acaban de ser seña- bro. c) La sospecha de hemorragia en- 3) Normas generales de táctica ope- forma que permita la movilización de
respuesta metabólica opuesta a la que los diversos tipos de agitación que pue- ladas. docraneal (véase más adelante). ratoria. una gran superficie de cuero cabelludo
ha sido descrita anteriormente como re- de presentar un traumatizado de crá- b) Evitar el dolor o todo lo que pueda 2.o Indicaciones de tratamiento qui- A) Lesiones del cuero cabelludo sin y su desplazamiento por un movimien-
tención de agua. Da lugar por tanto a neo en los primeros momentos: ser motivo de inquietud o de incomodi- rúrgico diferido. Todas las complicacio- fractura complicada. Las normas ge- to de rotación sobre sí mismo. 3.o) Tra-
una hipertonía plasmática, en lugar de 1.o Agitación psicomotora sin altera- dad (inmovilización de fracturas, bus- nes secundarias o tardías de los trauma- nerales de tratamiento en estas lesiones zado de una incisión en arco y despe-
la hipotonía, y puede ser debida a di- ción o con alteración superficial de la car —o permitir— posiciones cómodas tismos craneoencefálicos, muchas de superficiales de la cabeza son bien co- gamiento de un colgajo de cuero
versos factores: a) Por administraciones consciencia. El enfermo está consciente en la cama, evitar la distensión vesical las cuales aparecen cuando ya ha sido nocidas y de aplicación corriente en cabelludo que permita el desplaza-
insuficientes de líquidos. b) Por admi- o semiconsciente. Confuso y desorien- de la orina, etc.). superada la fase inicial de gravedad, y cualquier servicio de urgencia (limpie- miento adecuado para cubrir la pérdida
nistración excesiva de sueros hipertóni- tado, «no sabe bien, todavía, lo que le c) En los estados de agitación del pri- en ocasiones cuando el accidentado ha za, rasurado, anestesia, recorte y regu- de sustancia causada por la herida.
cos. c) Por administración de una dieta pasa», pero responde a estímulos ver- mer grupo, o los que han sido definidos sido dado de alta hospitalaria. Son larización de los bordes de la herida, B) Fracturas complicadas en la bóve-
hiperproteica. d) Por acción directa del bales o a órdenes elementales. La agita- como consecuencia de una fuerte reac- principalmente las siguientes: a) Las in- escisión de los tejidos necrosados, ex- da, con o sin lesión del cuero cabellu-
traumatismo sobre la región talamohi- ción se manifiesta por ansiedad, cam- ción emotiva, están indicados los se- fecciones óseas localizadas (osteítis tirpación de cuerpos extraños y sutura). do. Pueden presentarse los siguientes
pofisaria y consecutivamente disminu- bios constantes de posición, actos dantes. Principalmente, los derivados fracturarias tardías). b) Las meningitis y No es necesario por lo tanto describir- casos, que requieren una intervención
ción en la producción de la hormona motores de clara intencionalidad (qui- de la clorpromacina (Largactil), por vía otras infecciones endocranea-les (abs- los. Pero tal vez sean convenientes al- quirúrgica: a) Fracturas con hundimien-
antidiurética, con un resultado compa- tarse de encima la ropa, intentar sentar- intramuscular, a dosis de 30-50 mg, re- cesos). c) Rinorrea u otorrea de líquido gunas notas importantes acerca de la to no penetrante, es decir, sin lesión de
rable al de la diabetes insípida. e) Por se, retirar la mano que le sujeta, etc.), petidas en espacios de 4 o 6 horas has- cefalorraquídeo. d) Neuma- reparación de estas heridas y de los la duramadre. b) Fracturas con hundi-
administración excesiva de urea por vía movimientos de rotación de la cabeza, ta que ceda la agitación. Este medica- tocele traumático. e) Hematomas sub- problemas que pueden presentar. miento de fragmentos y desgarro de la
endovenosa. La deshidratación se tra- irritabilidad (reacciones violentas a mento tiene efectos muy favorables durales crónicos. La indicación opera- a) Necesidad de explorar el fondo de duramadre. c) Fracturas con hundi-
duce por síntomas ya conocidos: se- cualquier cosa que le moleste), gritos y como sedante. Produce, entre otras co- toria en cualquiera de estos casos se la herida. Es decir, de reconocer el pla- miento, desgarro de la duramadre y pe-
quedad de la piel, hipotonía de los glo- agresividad. Todas estas manifestacio- sas, una disminución de la reactividad a plantea con carácter tardío. Y la deci- no óseo, partiendo de la posibilidad de netración de fragmentos en el espesor
bos oculares, oliguria, uremia, nes son expresión de una reacción los estímulos externos, un estado de in- sión y la forma de llevarla a cabo es encontrar una fractura complicada con de la masa cerebral.
hiperproteinemia, hipernatremia y —lo emotiva intensa, provocada por la ines- diferencia y una disminución de las re- competencia exclusiva de los cirujanos hundimiento de fragmentos, no diag- Estas posibilidades obligan a tomar en
que es particularmente importante en perada y violenta experiencia sufrida, y acciones agresivas. Disminuye la activi- especializados. nosticada previamente, y en tal caso, la consideración dos normas de trata-
los traumatismos craneoencefálicos— agravada por el dolor, la incomodidad dad motriz y es ansiolítico sin afectar el 2) Normas generales de actuación necesidad de explorar hasta el plano miento operatorio: 1.o, tratamiento de
tendencia al sopor y al coma; en algu- y la confusión. estado vigil. Además, es hipotermizante ante las indicaciones de tratamiento dural en busca de un posible desgarro las lesiones óseas; 2.o, reparación de
nos casos, convulsiones. 2.o Agitación por intoxicación alcohó- y su margen de tolerancia es muy ele- quirúrgico. En principio puede aceptar- de la duramadre o penetración de frag- las lesiones durales.
El tratamiento, tanto preventivo como lica previa. Se manifiesta en forma muy vado. Pertenece a los llamados «neuro- se que toda operación craneoencefálica mentos. Las normas de táctica operato- 1.o Tratamiento de las lesiones óseas.
del trastorno ya establecido, debe con- parecida a la anterior y a veces muy di- lépticos de seguridad». Tiene en cam- debe efectuarse en un servicio de neu- ria de estas situaciones serán descritas Las fracturas con hundimiento de la bó-
sistir, básicamente, en el cuidado en la fícil de diferenciar de ella. Un examen bio el inconveniente de que rocirugía. De acuerdo con ello, debería más adelante en el apartado correspon- veda —a menos que el hundimiento
administración de agentes deshidratan- atento del caso puede despertar la sos- potencializa los efectos centrales del al- ser evacuada de un hospital que carez- diente a las fracturas complicadas con sea muy ligero—, y sobre todo las frac-
tes (urea y manitol) y sueros salinos hi- pecha de embriaguez: palabras incohe- cohol, y está contraindicado, por este ca de tal servicio toda lesión traumática hundimiento y la reparación de las le- turas con hundimiento en las que se
pertónicos. Y en la sustitución del agua rentes, dificultad de articularlas, etc., motivo, en los casos de alcoholismo del cráneo que requiera tratamiento siones durales. sospeche la penetración de fragmentos
perdida, siempre bajo riguroso control no concordantes con la profundidad de agudo. Como todos los neurolépticos, quirúrgico y que sea algo más que una b) Necesidad de suturar la galea, es y desgarros de la duramadre, deben ser
del equilibrio electrolítico y de la os- la inconsciencia. La inyección de las puede agravar los síntomas neurológi- simple herida superficial del cuero ca- decir, el plano profundo del cuero ca- tratadas de acuerdo con las siguientes
molaridad. La colaboración con los in- conjuntivas, la midriasis bilateral, la fal- cos centrales, entre ellos el coma de belludo. El traslado del accidentado, belludo, además de la piel. En otras pa- normas:
tensivistas en la toma de decisiones es ta o pereza del reflejo pupilar y, sobre origen traumático cerebral. Por todos sin embargo, puede no ser la solución labras, no contentarse con la simple a) Una vez exploradas y reconocidas
imprescindible en la práctica habitual. todo, el olor del aliento, pueden ser estos motivos está contraindicado en adecuada en todos los casos, por varios aproximación y sutura del plano cutá- a través de la incisión operatoria del
10) Control y tratamiento de la agita- confirmación de tal sospecha. los estados de agitación pertenecientes motivos. Primero, por no ser necesaria, neo, sino efectuar la sutura del cuero cuero cabelludo, o a través de la propia
ción. La agitación, en un traumatismo 3.o Agitación motora asociada a in- al segundo y tercer grupo que acaban como es el caso de las heridas superfi- cabelludo en doble plano, por lo me- herida de los planos superficiales, se
craneoencefálico reciente, puede cons- consciencia. Se manifiesta por un movi- de ser descritos. Otro sedante posible, ciales de partes blandas o fracturas li- nos, y si se hace en un solo plano, apli- impone levantar los fragmentos
tituir un problema serio, difícil de inter- miento de poca o ninguna intencionali- en los casos de agitación extrema, es el neales no complicadas. Segundo, por car los puntos de sutura de tal forma óseos hundidos de la bóveda. Si la frac-
craneoencefálicos 90 91 cuádriceps

tura es plurifragmentaria, y los fragmen- de la duramadre, y remitir al accidenta- probada por rayos X y cuya localiza- sobre puntos determinados de la bóve- primida o, por el contrario, si está Crutchfield,
Crutchfield, compás de. Instrumento
tos no están impactados, esta maniobra do en cuanto sea posible a un servicio ción coincide con la del supuesto he- da y en el orden siguiente: a) región abombada o es de color violáceo. Es en forma de compás para inmovilizar el
resulta muy fácil valiéndose simple- de neurocirugía con el informe corres- matoma. temporal; b) región occipitoparietal; c) decir, si existe o no un hematoma sub- cráneo y tracción craneal, empleado
mente de un instrumento afilado (esco- pondiente de las lesiones y la forma Ante estos datos de sospecha, y en caso región occipital; d) región frontoparie- dural asociado. En caso negativo (dura- principalmente en las fracturas del ra-
plo, periostótomo) apoyado sobre el como las ha tratado. de duda justificada sobre la probable tal. A través de estos puntos se explora madre de color normal ligeramente de- quis cervical o cervicotorácico.
borde de la fractura a modo de palan- 4) Normas generales de conducta existencia de un hematoma intracrane- prácticamente toda posibilidad de loca- primida), y una vez asegurada la cuádriceps
ca. En ocasiones, es necesario extirpar ante la sospecha de una hemorragia in- al de evolución rápida, y cuando el su- lización de un hematoma, con muy hemostasia, sólo faltará cerrar la herida Desgarros musculares y roturas del
los fragmentos pequeños que aparecen tracraneal. Algunas hemorragias pue- jeto no pueda ser trasladado, conviene poco margen de una exploración falsa de partes blandas suturando los bordes tendón cuadricipital
sueltos, lo cual facilita aún más la ma- den instaurarse de forma relativamente tener en cuenta que es más peligroso negativa. del colgajo. En el caso de aparecer la Se trata en ambos casos de lesiones del
niobra del desabollado. Cuando los lenta, después de una fase de aparente abstenerse —o simplemente «espe- 2.o Datos obtenidos por la trepano- duramadre desgarrada, abombada o aparato extensor de la rodilla a nivel o
fragmentos están muy impactados y mejoría, y con un cierto margen de rar»— que actuar quirúrgicamente. No punción exploradora y conductas subsi- violácea, la conducta operatoria será la un poco por encima de la misma, y res-
son difíciles de movilizar, es preciso ex- tiempo para tomar las decisiones opor- debe por lo tanto vacilarse mucho en guientes. Hay que contar con las tres misma o muy parecida que cuando se ponden, por lo general, al mismo me-
tirpar parte de ellos, o hacer pequeñas tunas, de las cuales, la más prudente es llevar al sujeto al quirófano y disponer eventualidades siguientes: trepanopun- diagnostica un hematoma subdural a canismo de producción —una contrac-
trepanaciones que permitan introducir remitir el accidentado a un centro que de todo lo necesario para una actua- ción negativa, hematoma extradural y través de la trepanopunción explorado- ción enérgica del cuádriceps contra
un instrumento por debajo del diploe. disponga de los medios adecuados de ción inmediata, con todos los requisitos hematoma subdural (con o sin hemato- ra, que se describe a continuación. una resistencia, casi siempre el propio
b) En las fracturas con penetración de diagnóstico y tratamiento. Sin embargo, que exige una operación seria. Garanti- ma extradural asociado), debiendo c) La trepanopunción exploradora no peso del cuerpo—. Pero su significado
fragmentos es necesaria la extirpación esta solución no siempre es posible, zar la vía aérea, administrar oxígeno, ajus- tarse la conducta subsiguiente a permite comprobar la presencia de san- clínico y, en particular, su tratamiento,
completa y cuidadosa de los fragmen- por los motivos que ya han sido ex- determinación del grupo sanguíneo, las siguientes normas: gre en el espacio extradural. Pero en difieren en un caso y en otro, lo cual
tos penetrantes, especialmente los que puestos, y la necesidad de actuar pue- asegurar las vías venosas de entrada, a) Trepanopunción negativa. En nin- uno de los puntos de trepanación apa- justifica su estudio por separado.
atraviesan la duramadre y se incrustan de plantearse con carácter perentorio y cateterismo para control de la presión guno de los puntos trepanados aparece rece la duramadre abombada y violá- Desgarros musculares. Se producen
en la masa cerebral. Como es fácil de con muy escaso margen de tiempo venosa central, sonda vesical, etcétera. sangre acumulada debajo del diploe. cea. Hay que presumir la existencia de en general a nivel de la inserción mus-
comprender, la búsqueda y la extirpa- para la toma de decisiones. Ante esta 3.o Anestesia. Dado que se trata siem- La duramadre ofrece un aspecto nor- un hematoma subdural. Se impone en culotendinosa, y en respuesta, según se
ción de esquirlas óseas perdidas en el situación lo primero que debe hacerse pre (o casi siempre) de enfermos en es- mal. No está abombada ni amoratada. tal caso una conducta parecida a las ha dicho, a una contracción muy enér-
interior del cerebro puede resultar una es confirmar o descartar la sospecha de tado de inconsciencia, la punción tre- La exploración ha resultado negativa y descritas en el caso anterior, basada en gica del músculo, pero raras veces por
operación enojosa para quien no tenga hemorragia endocraneal y su probable panadora puede hacerse sin anestesia o lo único que queda por hacer es cerrar las siguientes normas: 1.a) Ampliar la un traumatismo directo sobre el mismo.
el necesario hábito. Y no es necesario localización por todos los medios dis- con simple anestesia local. Sin embar- las pequeñas incisiones operatorias de ventana de trepanación como en el Afecta a un número mayor o menor de
añadir que debe realizarse con la máxi- ponibles, debiendo basarse, a falta de go, deben tenerse en cuenta dos he- partes blandas. caso de los hematomas extradurales, fibras musculares o musculotendinosas,
ma suavidad y respeto, utilizando ins- otros recursos (ecografía, arteriografía, chos importantes: Primero, que es ne- b) Hematoma extradural. En algunos hasta obtener un acceso suficiente a la pero muy pocas veces a la totalidad de
trumentos romos, lavados frecuentes tomografía axial computarizada, reso- cesario garantizar la ventilación de los orificios de trepanación aparece superficie dural. 2.a) Seccionar la dura- ellas, por lo cual la continuidad del
con suero fisiológico, aspiraciones muy nancia magnética nuclear), en la ade- pulmonar, siendo por ello muchas ve- sangre acumulada debajo del diploe. madre mediante una «incisión en cru- aparato extensor no está nunca —o
suaves y penetración con sumo cuida- cuada valoración de los datos etiológi- ces precisa la intubación traqueal, que Se trata, pues, de un hematoma extra- ce» o «en estrella». Evacuación muy casi nunca— comprometida seriamen-
do a través de las propias heridas de la cos, clínicos y evolutivos, que son puede exigir algún tipo de anestesia ge- dural. En este caso se proponen tres co- cuidadosa, por aspiración suave, de la te. Puede presentarse en cualquier
superficie cerebral, sin abrir, en ningún principalmente, recuérdese, los si- neral. Segundo, que el sujeto puede sas importantes: Primera, evacuación sangre acumulada sobre la superficie edad, y no es excepcional observarla
caso, nuevas vías de penetración. Debe guientes: despertar y empezar a agitarse una vez de los coágulos. Segunda, localización del cerebro. Más cuidadosa aún en el como accidente deportivo.
tenerse un cuidado muy especial con 1.o Datos etiológicos: a) Localización evacuado el hematoma, bajo el efecto y hemostasia del vaso sangrante. Terce- caso —muy probable— de que exista Sintomatología. El dolor intenso en la
las fracturas hundidas próximas al tra- del impacto. Los impactos sobre la par- beneficioso de la descompresión. ra, revisar la superficie dural. Ninguno también una hemorragia cerebral subsi- zona afectada es el primer síntoma y el
yecto de los senos venosos. La extirpa- te posterior del cráneo dan lugar prefe- 5) Táctica operatoria. La operación de estos requisitos puede cumplirse guiente y la sangre se mezcle con papi- más manifiesto. Aumenta con la con-
ción o la simple movilización de los rentemente a hemorragias subdurales consiste en practicar trepanaciones ex- adecuadamente a través del simple ori- lla cerebral. Hemostasia lo más com- tracción activa del músculo contra re-
fragmentos en estos casos pueden ser de la fosa posterior, en tanto que los ploradoras para confirmar la existencia ficio de trepanación explorada, por lo pleta posible. Reposición de los sistencia. Se acompaña de tumefacción
causa de hemorragias sumamente gra- impactos sobre la zona frontoparietal del hematoma y determinar su localiza- que se hace necesario ampliarlo, «co- colgajos de la duramadre sin suturar. dolorosa localizada, y en ocasiones,
ves y difíciles de eliminar. dan lugar preferentemente a hemorra- ción, y eventualmente, en caso de re- miendo» simplemente sus bordes con 3.a) Cierre de las partes blandas (mús- cuando la rotura afecta a fibras profun-
2.o Reparación de las lesiones dura- gias extradurales de la meníngea media. sultado positivo, ampliar la ventana de pinza gubia o con craneótomo, hasta culo temporal y cuero cabelludo), das del crural, de una hemorragia intra-
les. La herida de la duramadre debe ser b) Edad del paciente. Los hematomas trepanación para completar la evacua- disponer del campo suficiente para como en el caso de los hematomas ex- articular. En general, no produce impo-
suturada borde a borde siempre que se subdurales son más frecuentes en los ción del hematoma, localizar el vaso efectuar las maniobras que a continua- tradurales. tencia funcional muy acusada. El sujeto
pueda, lo cual, como es fácil de com- individuos de edad avanzada. Y por el sangrante y practicar la oportuna he- ción se detallan y que responden a los crepitación (del lat. crepitare). Sensación es capaz de andar e incluso de exten-
prender, no ocurre en todos los casos. contrario, los hematomas extradurales mostasia, reparar las lesiones de la du- objetivos que acaban de ser señalados. producida por un cuerpo que se arruga der activamente la rodilla, encontrando
Cuando ello no sea posible y el desga- lo son en los sujetos jóvenes. Aunque, ramadre, etc. La técnica propiamente Primero. La evacuación de los coágulos con la presión o por dos cuerpos que únicamente dificultades para subir o
rro dural no sea muy grande, debe cu- naturalmente, este dato —lo mismo dicha de la trepanación se reduce a y la sangre alojados en el espacio extra- frotan uno contra otro y que producen bajar escaleras, salvo en los casos ex-
brirse la pérdida de sustancia meníngea que el anterior— no tiene más valor una simple incisión de los planos su- dural debe hacerse mediante aspiración pequeños crujidos. Puede recordar el cepcionales de rotura de todas —o casi
por medio de un colgajo de pericráneo, que el puramente orientativo o de pro- perficiales en el punto escogido, y la muy cuidadosa, ayudándose con gasas sonido que se hace restregando los ca- todas— las fibras de la zona musculo-
obtenido de la periferia de la herida babilidad. perforación de la pared craneal con un húmedas y con lavados de suero fisio- bellos entre los dedos cerca del oído o tendinosa.
ósea, o un colgajo de la aponeurosis 2.o Valoración de los signos clínicos y trépano accionado a mano hasta tener lógico. Segundo. La localización del echando sal al fuego. Se observa en el Tratamiento. En los casos leves puede
del temporal suturado sobre el desgarro evolutivos de hemorragia intracra-neal. la seguridad de haber atravesado el di- vaso sangrante puede hacerse por sim- enfisema pulmonar subcutáneo, en las ser suficiente el reposo, evitando du-
dural. Cuando el desgarro sea grande, Los más significativos son los siguien- ploe. ple inspección visual del espacio extra- fracturas óseas, hidrartrosis, neumonía, rante unas tres semanas la carga del
hay que emplear procedimientos sofis- tes: a) Empeoramiento del estado de 1.o Localización. La trepanación de- dural, una vez vacío de coágulos y lim- etc. cuerpo sobre la extremidad afecta con
ticados de plastia dural por medio de consciencia. b) Aumento o persistencia berá hacerse, lógicamente, sobre la pio. La hemostasia puede hacerse por crisis de enclav
enclavamiento. Episodios la rodilla flexionada; bastones de codo
membranas artificiales de material sin- de la flaccidez. c) Alteraciones del rit- zona en que se presuma la localización coagulación o mediante lañas metáli- bruscos en forma de «chasquidos» do- para ayudarse a andar, etc. En algunos
tético, lo cual es competencia práctica- mo respiratorio. d) Midriasis bilateral. del hematoma, a juzgar por los datos cas. Tercero. La exploración subsi- lorosos de la rodilla que obligan a inte- casos algo más pronunciados, inmovili-
mente exclusiva de los neurocirujanos. e) Parálisis del III par (ptosis palpebral, disponibles: localización del impacto guiente del campo permitirá compro- rrumpir el movimiento que se estaba zación de la pierna con la rodilla en
El traumatólogo de urgencia, ante la midriasis unilateral con ausencia del re- por las lesiones externas, localización bar en primer lugar si la duramadre está realizando. Característico de las lesio- extensión. Solamente en las lesiones
imposibilidad de cerrar o de cubrir un flejo fotomotor, estrabismo divergente). radiográfica de la fractura, etc. Cuando intacta o desgarra-da. Y en el caso pri- nes meniscales. (Véase lesiones me- musculares muy extensas puede encon-
desgarro dural, debe contentarse con f) Hemiparesia facial (no constante ni no se disponga de estos datos, las tre- mero, si ésta ofrece una superficie de niscales traumáticas, en el artículo ro-
ro- trar indicación la reparación quirúrgica
suturar la galea por encima de la herida frecuente). g) Fractura del cráneo com- panaciones deberán hacerse «a ciegas» aspecto normal, si está ligeramente de- dilla.)
dilla. mediante sutura de la pared desgarra-
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tura es plurifragmentaria, y los fragmen- de la duramadre, y remitir al accidenta- probada por rayos X y cuya localiza- sobre puntos determinados de la bóve- primida o, por el contrario, si está Crutchfield,
Crutchfield, compás de. Instrumento
tos no están impactados, esta maniobra do en cuanto sea posible a un servicio ción coincide con la del supuesto he- da y en el orden siguiente: a) región abombada o es de color violáceo. Es en forma de compás para inmovilizar el
resulta muy fácil valiéndose simple- de neurocirugía con el informe corres- matoma. temporal; b) región occipitoparietal; c) decir, si existe o no un hematoma sub- cráneo y tracción craneal, empleado
mente de un instrumento afilado (esco- pondiente de las lesiones y la forma Ante estos datos de sospecha, y en caso región occipital; d) región frontoparie- dural asociado. En caso negativo (dura- principalmente en las fracturas del ra-
plo, periostótomo) apoyado sobre el como las ha tratado. de duda justificada sobre la probable tal. A través de estos puntos se explora madre de color normal ligeramente de- quis cervical o cervicotorácico.
borde de la fractura a modo de palan- 4) Normas generales de conducta existencia de un hematoma intracrane- prácticamente toda posibilidad de loca- primida), y una vez asegurada la cuádriceps
ca. En ocasiones, es necesario extirpar ante la sospecha de una hemorragia in- al de evolución rápida, y cuando el su- lización de un hematoma, con muy hemostasia, sólo faltará cerrar la herida Desgarros musculares y roturas del
los fragmentos pequeños que aparecen tracraneal. Algunas hemorragias pue- jeto no pueda ser trasladado, conviene poco margen de una exploración falsa de partes blandas suturando los bordes tendón cuadricipital
sueltos, lo cual facilita aún más la ma- den instaurarse de forma relativamente tener en cuenta que es más peligroso negativa. del colgajo. En el caso de aparecer la Se trata en ambos casos de lesiones del
niobra del desabollado. Cuando los lenta, después de una fase de aparente abstenerse —o simplemente «espe- 2.o Datos obtenidos por la trepano- duramadre desgarrada, abombada o aparato extensor de la rodilla a nivel o
fragmentos están muy impactados y mejoría, y con un cierto margen de rar»— que actuar quirúrgicamente. No punción exploradora y conductas subsi- violácea, la conducta operatoria será la un poco por encima de la misma, y res-
son difíciles de movilizar, es preciso ex- tiempo para tomar las decisiones opor- debe por lo tanto vacilarse mucho en guientes. Hay que contar con las tres misma o muy parecida que cuando se ponden, por lo general, al mismo me-
tirpar parte de ellos, o hacer pequeñas tunas, de las cuales, la más prudente es llevar al sujeto al quirófano y disponer eventualidades siguientes: trepanopun- diagnostica un hematoma subdural a canismo de producción —una contrac-
trepanaciones que permitan introducir remitir el accidentado a un centro que de todo lo necesario para una actua- ción negativa, hematoma extradural y través de la trepanopunción explorado- ción enérgica del cuádriceps contra
un instrumento por debajo del diploe. disponga de los medios adecuados de ción inmediata, con todos los requisitos hematoma subdural (con o sin hemato- ra, que se describe a continuación. una resistencia, casi siempre el propio
b) En las fracturas con penetración de diagnóstico y tratamiento. Sin embargo, que exige una operación seria. Garanti- ma extradural asociado), debiendo c) La trepanopunción exploradora no peso del cuerpo—. Pero su significado
fragmentos es necesaria la extirpación esta solución no siempre es posible, zar la vía aérea, administrar oxígeno, ajus- tarse la conducta subsiguiente a permite comprobar la presencia de san- clínico y, en particular, su tratamiento,
completa y cuidadosa de los fragmen- por los motivos que ya han sido ex- determinación del grupo sanguíneo, las siguientes normas: gre en el espacio extradural. Pero en difieren en un caso y en otro, lo cual
tos penetrantes, especialmente los que puestos, y la necesidad de actuar pue- asegurar las vías venosas de entrada, a) Trepanopunción negativa. En nin- uno de los puntos de trepanación apa- justifica su estudio por separado.
atraviesan la duramadre y se incrustan de plantearse con carácter perentorio y cateterismo para control de la presión guno de los puntos trepanados aparece rece la duramadre abombada y violá- Desgarros musculares. Se producen
en la masa cerebral. Como es fácil de con muy escaso margen de tiempo venosa central, sonda vesical, etcétera. sangre acumulada debajo del diploe. cea. Hay que presumir la existencia de en general a nivel de la inserción mus-
comprender, la búsqueda y la extirpa- para la toma de decisiones. Ante esta 3.o Anestesia. Dado que se trata siem- La duramadre ofrece un aspecto nor- un hematoma subdural. Se impone en culotendinosa, y en respuesta, según se
ción de esquirlas óseas perdidas en el situación lo primero que debe hacerse pre (o casi siempre) de enfermos en es- mal. No está abombada ni amoratada. tal caso una conducta parecida a las ha dicho, a una contracción muy enér-
interior del cerebro puede resultar una es confirmar o descartar la sospecha de tado de inconsciencia, la punción tre- La exploración ha resultado negativa y descritas en el caso anterior, basada en gica del músculo, pero raras veces por
operación enojosa para quien no tenga hemorragia endocraneal y su probable panadora puede hacerse sin anestesia o lo único que queda por hacer es cerrar las siguientes normas: 1.a) Ampliar la un traumatismo directo sobre el mismo.
el necesario hábito. Y no es necesario localización por todos los medios dis- con simple anestesia local. Sin embar- las pequeñas incisiones operatorias de ventana de trepanación como en el Afecta a un número mayor o menor de
añadir que debe realizarse con la máxi- ponibles, debiendo basarse, a falta de go, deben tenerse en cuenta dos he- partes blandas. caso de los hematomas extradurales, fibras musculares o musculotendinosas,
ma suavidad y respeto, utilizando ins- otros recursos (ecografía, arteriografía, chos importantes: Primero, que es ne- b) Hematoma extradural. En algunos hasta obtener un acceso suficiente a la pero muy pocas veces a la totalidad de
trumentos romos, lavados frecuentes tomografía axial computarizada, reso- cesario garantizar la ventilación de los orificios de trepanación aparece superficie dural. 2.a) Seccionar la dura- ellas, por lo cual la continuidad del
con suero fisiológico, aspiraciones muy nancia magnética nuclear), en la ade- pulmonar, siendo por ello muchas ve- sangre acumulada debajo del diploe. madre mediante una «incisión en cru- aparato extensor no está nunca —o
suaves y penetración con sumo cuida- cuada valoración de los datos etiológi- ces precisa la intubación traqueal, que Se trata, pues, de un hematoma extra- ce» o «en estrella». Evacuación muy casi nunca— comprometida seriamen-
do a través de las propias heridas de la cos, clínicos y evolutivos, que son puede exigir algún tipo de anestesia ge- dural. En este caso se proponen tres co- cuidadosa, por aspiración suave, de la te. Puede presentarse en cualquier
superficie cerebral, sin abrir, en ningún principalmente, recuérdese, los si- neral. Segundo, que el sujeto puede sas importantes: Primera, evacuación sangre acumulada sobre la superficie edad, y no es excepcional observarla
caso, nuevas vías de penetración. Debe guientes: despertar y empezar a agitarse una vez de los coágulos. Segunda, localización del cerebro. Más cuidadosa aún en el como accidente deportivo.
tenerse un cuidado muy especial con 1.o Datos etiológicos: a) Localización evacuado el hematoma, bajo el efecto y hemostasia del vaso sangrante. Terce- caso —muy probable— de que exista Sintomatología. El dolor intenso en la
las fracturas hundidas próximas al tra- del impacto. Los impactos sobre la par- beneficioso de la descompresión. ra, revisar la superficie dural. Ninguno también una hemorragia cerebral subsi- zona afectada es el primer síntoma y el
yecto de los senos venosos. La extirpa- te posterior del cráneo dan lugar prefe- 5) Táctica operatoria. La operación de estos requisitos puede cumplirse guiente y la sangre se mezcle con papi- más manifiesto. Aumenta con la con-
ción o la simple movilización de los rentemente a hemorragias subdurales consiste en practicar trepanaciones ex- adecuadamente a través del simple ori- lla cerebral. Hemostasia lo más com- tracción activa del músculo contra re-
fragmentos en estos casos pueden ser de la fosa posterior, en tanto que los ploradoras para confirmar la existencia ficio de trepanación explorada, por lo pleta posible. Reposición de los sistencia. Se acompaña de tumefacción
causa de hemorragias sumamente gra- impactos sobre la zona frontoparietal del hematoma y determinar su localiza- que se hace necesario ampliarlo, «co- colgajos de la duramadre sin suturar. dolorosa localizada, y en ocasiones,
ves y difíciles de eliminar. dan lugar preferentemente a hemorra- ción, y eventualmente, en caso de re- miendo» simplemente sus bordes con 3.a) Cierre de las partes blandas (mús- cuando la rotura afecta a fibras profun-
2.o Reparación de las lesiones dura- gias extradurales de la meníngea media. sultado positivo, ampliar la ventana de pinza gubia o con craneótomo, hasta culo temporal y cuero cabelludo), das del crural, de una hemorragia intra-
les. La herida de la duramadre debe ser b) Edad del paciente. Los hematomas trepanación para completar la evacua- disponer del campo suficiente para como en el caso de los hematomas ex- articular. En general, no produce impo-
suturada borde a borde siempre que se subdurales son más frecuentes en los ción del hematoma, localizar el vaso efectuar las maniobras que a continua- tradurales. tencia funcional muy acusada. El sujeto
pueda, lo cual, como es fácil de com- individuos de edad avanzada. Y por el sangrante y practicar la oportuna he- ción se detallan y que responden a los crepitación (del lat. crepitare). Sensación es capaz de andar e incluso de exten-
prender, no ocurre en todos los casos. contrario, los hematomas extradurales mostasia, reparar las lesiones de la du- objetivos que acaban de ser señalados. producida por un cuerpo que se arruga der activamente la rodilla, encontrando
Cuando ello no sea posible y el desga- lo son en los sujetos jóvenes. Aunque, ramadre, etc. La técnica propiamente Primero. La evacuación de los coágulos con la presión o por dos cuerpos que únicamente dificultades para subir o
rro dural no sea muy grande, debe cu- naturalmente, este dato —lo mismo dicha de la trepanación se reduce a y la sangre alojados en el espacio extra- frotan uno contra otro y que producen bajar escaleras, salvo en los casos ex-
brirse la pérdida de sustancia meníngea que el anterior— no tiene más valor una simple incisión de los planos su- dural debe hacerse mediante aspiración pequeños crujidos. Puede recordar el cepcionales de rotura de todas —o casi
por medio de un colgajo de pericráneo, que el puramente orientativo o de pro- perficiales en el punto escogido, y la muy cuidadosa, ayudándose con gasas sonido que se hace restregando los ca- todas— las fibras de la zona musculo-
obtenido de la periferia de la herida babilidad. perforación de la pared craneal con un húmedas y con lavados de suero fisio- bellos entre los dedos cerca del oído o tendinosa.
ósea, o un colgajo de la aponeurosis 2.o Valoración de los signos clínicos y trépano accionado a mano hasta tener lógico. Segundo. La localización del echando sal al fuego. Se observa en el Tratamiento. En los casos leves puede
del temporal suturado sobre el desgarro evolutivos de hemorragia intracra-neal. la seguridad de haber atravesado el di- vaso sangrante puede hacerse por sim- enfisema pulmonar subcutáneo, en las ser suficiente el reposo, evitando du-
dural. Cuando el desgarro sea grande, Los más significativos son los siguien- ploe. ple inspección visual del espacio extra- fracturas óseas, hidrartrosis, neumonía, rante unas tres semanas la carga del
hay que emplear procedimientos sofis- tes: a) Empeoramiento del estado de 1.o Localización. La trepanación de- dural, una vez vacío de coágulos y lim- etc. cuerpo sobre la extremidad afecta con
ticados de plastia dural por medio de consciencia. b) Aumento o persistencia berá hacerse, lógicamente, sobre la pio. La hemostasia puede hacerse por crisis de enclav
enclavamiento. Episodios la rodilla flexionada; bastones de codo
membranas artificiales de material sin- de la flaccidez. c) Alteraciones del rit- zona en que se presuma la localización coagulación o mediante lañas metáli- bruscos en forma de «chasquidos» do- para ayudarse a andar, etc. En algunos
tético, lo cual es competencia práctica- mo respiratorio. d) Midriasis bilateral. del hematoma, a juzgar por los datos cas. Tercero. La exploración subsi- lorosos de la rodilla que obligan a inte- casos algo más pronunciados, inmovili-
mente exclusiva de los neurocirujanos. e) Parálisis del III par (ptosis palpebral, disponibles: localización del impacto guiente del campo permitirá compro- rrumpir el movimiento que se estaba zación de la pierna con la rodilla en
El traumatólogo de urgencia, ante la midriasis unilateral con ausencia del re- por las lesiones externas, localización bar en primer lugar si la duramadre está realizando. Característico de las lesio- extensión. Solamente en las lesiones
imposibilidad de cerrar o de cubrir un flejo fotomotor, estrabismo divergente). radiográfica de la fractura, etc. Cuando intacta o desgarra-da. Y en el caso pri- nes meniscales. (Véase lesiones me- musculares muy extensas puede encon-
desgarro dural, debe contentarse con f) Hemiparesia facial (no constante ni no se disponga de estos datos, las tre- mero, si ésta ofrece una superficie de niscales traumáticas, en el artículo ro-
ro- trar indicación la reparación quirúrgica
suturar la galea por encima de la herida frecuente). g) Fractura del cráneo com- panaciones deberán hacerse «a ciegas» aspecto normal, si está ligeramente de- dilla.)
dilla. mediante sutura de la pared desgarra-
cúbito 92 93 curación

da. Igualmente es necesario el trata- las mismas. Las fracturas de la extremi- «método español» del tratamiento de
miento quirúrgico en los desgarros de dad proximal del hueso tienen persona- las heridas de guerra. El método tiene
la aponeurosis externa del muslo, para lidad propia y son descritas aisladamen- antecedentes lejanos. Según J. Moral
evitar la hernia muscular a través de los te. Las luxaciones cubitohumerales Torres, había sido empleado, en forma
mismos. Para ello puede bastar, en mu- pertenecen a las luxaciones del codo. parecida a la reciente, por Ollier en
chos casos, según Gomar, ampliar el Y en cuanto a las fracturas y luxaciones 1872, y por Pirogoff en la guerra de
desgarro aponeurótico en vez de pre- del extremo distal, de muy escaso sig- Crimea (1854-1855). Por otro lado, un
tender cerrarlo, para evitar la incarcera- nificado clínico, su estudio se engloba cirujano alemán, Friedrich, demostró,
ción de la masa muscular. en el de las lesiones del carpo. En con- en 1898, que la contaminación de las
Roturas del tendón cuadricipital. Es secuencia, para una información com- heridas no sobrepasaban los planos su-
siempre consecuencia de una contrac- pleta sobre el tema, véanse los siguien- perficiales hasta pasadas las seis u ocho
ción particularmente enérgica del mús- antebrazo, fracturas;
tes términos: antebrazo primeras horas, ofreciendo la oportuni-
culo contra la resistencia que ofrece el codo luxaciones; coronoides,
codo, coronoides fractu- dad de evitar, durante ese tiempo, el
propio peso del cuerpo. Casi siempre ras de la apófisis; olécranon
olécranon, fracturas, peligro de infección con la exéresis de
como respuesta refleja para evitar una FIG. 2. Depresión suprarrotuliana correspon- y fractura y luxaciones del carpo, en el los bordes y la superficie de la herida, o
diente a la rotura con diastasis del tendón cua- artículo muñeca.
muñeca lo que dio en llamarse la limpieza qui-
caída. No requiere, por lo general, un
dricipital (signo del hachazo). cúbito varo
varo y valgo.
valgo. Desviación del eje rúrgica de la misma. Al final de la Pri-
traumatismo importante. Puede produ-
del antebrazo hacia dentro o hacia mera Guerra Mundial (1914-1918), un
cirse, por ejemplo, al bajar un escalón.
FIG. 4. Sutura con hilo irreabsorbible o alam-
afuera, respecto al eje del brazo, en las cirujano norteamericano, Winett Orr,
Afecta casi exclusivamente a sujetos de
del aparato extensor, la cual puede bre del tendón cuadricipital. Puntos de colcho- fracturas de codo o de la extremidad preconizó el método que hoy día aún
edad avanzada.
quedar asegurada simplemente por los nero en la parte tendinosa y tunelización de la inferior del húmero. lleva su nombre y que consistía funda-
Anatomía patológica. La rotura se pro-
alerones rotulianos (fig. 1). rótula para la aproximación a tensión de los ex- cuerpos libres intraarticulares.
intraarticulares. Rato- mentalmente en la inmovilización de
duce generalmente a nivel de la inser- tremos separados del tendón. nes articulares, artrolitos o corpus libe- las heridas o las fracturas abiertas, lim-
Sintomalogía. El dolor intenso brusca-
ción tendinosa en la rótula, o más rara- rum de las articulaciones. Pueden ser pieza quirúrgica de las mismas, relleno FIG. 1. Figura tomada del libro de Bastos An-
mente percibido en el momento de la
mente un poco por encima de la bio, suele ser sólo relativa. El sujeto es debidos a muchas causas (osteocondri- con gasa vaselinada y vendaje cerrado sart, Las heridas por arma de fuego (1936), mos-
rotura, persistente a continuación y par-
misma (fig. 1). En general da lugar a capaz de continuar andando en terreno trando un herido tratado por cura oclusiva. El
ticularmente acentuado en cualquier tis disecante, condromatosis articular, de yeso. Fue años más tarde y en Espa-
una desinserción completa del cuádri- pie del original dice exactamente: «Fractura de
intento de extensión de la pierna contra llano y en condiciones normales, pero etcétera), pero también a traumatismos ña donde el método empezó a emple- guerra de antebrazo, tratado por el método
ceps, equivalente a una solución com- resistencia, es un síntoma que nunca se pone claramente de manifiesto al su- de diversa índole, recientes o antiguos. arse con asiduidad y buenos resultados. oclusivo. El apósito escayolado muestra la man-
pleta o casi completa de la continuidad falta. La impotencia funcional, en cam- bir o bajar escaleras o al pretender ex- Dan lugar con frecuencia a crisis de en- Fue durante la sublevación de Asturias cha producida por las secreciones retenidas.»
tender activamente la rodilla. La hemar- clavamiento iguales o muy parecidas a de 1934, con ocasión de la cual la ma-
trosis es casi constante. Y con las de las lesiones meniscales. yor parte de los heridos eran evacuados
Tendón Vasto frecuencia es posible apreciar externa- Cuneo-Picot, fractur
fracturaa de. Véase en al Hospital Militar de Carabanchel, y sep Trueta, a quien corresponde el mé-
cuadricipital interno mente la lesión tendinosa por la depre- fractur
fracturas tobillo fracturas.
as y en tobillo, concretamente al servicio dirigido por rito de haberlo sistematizado, dado a
sión del muslo en la zona suprarrotulia- cura
cura oclusiv
oclusiva de las heridas y fractu
fractu-- Bastos Ansart, donde gran parte de conocer y difundido entre los cirujanos
na (fig. 2). r as abiertas. (Sin.: Tratamiento oclusi- ellos fueron tratados por el procedi- de los ejércitos aliados, desde el inicio
Tratamiento. A diferencia de los des- vo, método español del tratamiento de miento que se está describiendo: inmo- de la Segunda Guerra Mundial a través
garros musculares, en las roturas del las heridas de guerra, método de Orr- vilización de la fractura, limpieza qui- principalmente de su obra Treatment of
tendón cuadricipital el tratamiento es Bastos Trueta.) Ésta es probablemente rúrgica de la herida, desbridamiento war wound and fractures (1939). En
siempre quirúrgico. Consiste, en líneas la aportación más importante de Espa- amplio de la misma en caso necesario 1944 y en 1945 (según datos de Moral
generales, en abordar la lesión median- ña al tratamiento de los heridos durante para evitar retenciones y yeso cerrado, Torres), en la Academia de Cirugía de
Retináculo
te una incisión pararrotuliana externa la Segunda Guerra Mundial. Al final de que no se abría ni se retiraba a menos París se presentaron algunos trabajos en
interno
longitudinal (incisión de Kocher, fig. 3) y en reparar la guerra civil española, los cirujanos que apareciesen síntomas de intoleran- los que se valoraban los resultados de
la solución de continuidad tendinosa franceses que atendieron a los heridos cia (retención, fiebre, etc.). La técnica la cura oclusiva, que a partir de enton-
mediante aproximación y sutura de los españoles que cruzaron la frontera, se del método fue descrita con todo deta- ces empezó a llamarse método
bordes del desgarro, empleando para mostraron sorprendidos —casi siempre lle por Bastos Ansart en una monogra- español.
ello hilo no reabsorbible o alambre, y desfavorablemente— al encontrarse fía sobre Las heridas por arma de fuego curación
curación por primeraprimera intención.
asegurando su fijación por tunelización con heridos portadores de un yeso ce- (fig. 1) que, dadas las trágicas circuns- Unión inmediata borde a borde de una
Retináculo de la rótula y puntos de colchonero en rrado encima de heridas supurantes o tancias que sobrevinieron poco des- herida o una fractura sin tejido de gra-
interno fracturas abiertas, atribuyéndolo a una pués en España, encontró amplio eco nulación interpuesto.
su cabo proximal (fig. 4). En algunos
transversal mala asistencia o a las trágicas circuns- en la cirugía de campaña y permitió curación
curación por segunda intención. La
casos es necesario reforzar la sutura
tancias del momento. No se dieron una gran difusión del método oclusivo. efectuada con interposición de tejido
con la incorporación de tiras aponeuró-
cuenta que respondía a un propósito Algo más tarde el método encontró de granulación entre sus bordes, o en el
ticas tomadas de la fascia lata. Inmovi-
deliberado de tratamiento, que pronto nueva y dilatada oportunidad de volver caso de las fracturas, con formación de
lización en extensión de tres a cuatro
iba a ser aplicado en gran escala en los a ser empleado, y en esta tercera oca- callo provisional de hueso fibrilar, por
semanas.
ejércitos aliados: la cura oclusiva o sión fue otro gran cirujano español, Jo- metalaxia del tejido de granulación.
cúbito
Fracturas y luxaciones
Tendón rotuliano Consideraciones generales y conte-
nido del tema. Las fracturas del cúbito
pueden ser diafisarias, de su extremidad
FIG. 1. Representación esquemática de la ro-
tura del tendón cuadricipital algo por encima
superior, o de la inferior. Las primeras
de su insección rotuliana, y desgarro de las fi- FIG. 3. Incisión pararrotuliana externa (inci- entran dentro del grupo nosográfico de
bras longitudinales del retináculo. Vistos por sión de Kocher) para el acceso a las lesiones las fracturas del antebrazo, y son estu-
la cara interna de la rodilla. traumáticas del tendón cuadricipital. diadas en el apartado correspondiente a
cúbito 92 93 curación

da. Igualmente es necesario el trata- las mismas. Las fracturas de la extremi- «método español» del tratamiento de
miento quirúrgico en los desgarros de dad proximal del hueso tienen persona- las heridas de guerra. El método tiene
la aponeurosis externa del muslo, para lidad propia y son descritas aisladamen- antecedentes lejanos. Según J. Moral
evitar la hernia muscular a través de los te. Las luxaciones cubitohumerales Torres, había sido empleado, en forma
mismos. Para ello puede bastar, en mu- pertenecen a las luxaciones del codo. parecida a la reciente, por Ollier en
chos casos, según Gomar, ampliar el Y en cuanto a las fracturas y luxaciones 1872, y por Pirogoff en la guerra de
desgarro aponeurótico en vez de pre- del extremo distal, de muy escaso sig- Crimea (1854-1855). Por otro lado, un
tender cerrarlo, para evitar la incarcera- nificado clínico, su estudio se engloba cirujano alemán, Friedrich, demostró,
ción de la masa muscular. en el de las lesiones del carpo. En con- en 1898, que la contaminación de las
Roturas del tendón cuadricipital. Es secuencia, para una información com- heridas no sobrepasaban los planos su-
siempre consecuencia de una contrac- pleta sobre el tema, véanse los siguien- perficiales hasta pasadas las seis u ocho
ción particularmente enérgica del mús- antebrazo, fracturas;
tes términos: antebrazo primeras horas, ofreciendo la oportuni-
culo contra la resistencia que ofrece el codo luxaciones; coronoides,
codo, coronoides fractu- dad de evitar, durante ese tiempo, el
propio peso del cuerpo. Casi siempre ras de la apófisis; olécranon
olécranon, fracturas, peligro de infección con la exéresis de
como respuesta refleja para evitar una FIG. 2. Depresión suprarrotuliana correspon- y fractura y luxaciones del carpo, en el los bordes y la superficie de la herida, o
diente a la rotura con diastasis del tendón cua- artículo muñeca.
muñeca lo que dio en llamarse la limpieza qui-
caída. No requiere, por lo general, un
dricipital (signo del hachazo). cúbito varo
varo y valgo.
valgo. Desviación del eje rúrgica de la misma. Al final de la Pri-
traumatismo importante. Puede produ-
del antebrazo hacia dentro o hacia mera Guerra Mundial (1914-1918), un
cirse, por ejemplo, al bajar un escalón.
FIG. 4. Sutura con hilo irreabsorbible o alam-
afuera, respecto al eje del brazo, en las cirujano norteamericano, Winett Orr,
Afecta casi exclusivamente a sujetos de
del aparato extensor, la cual puede bre del tendón cuadricipital. Puntos de colcho- fracturas de codo o de la extremidad preconizó el método que hoy día aún
edad avanzada.
quedar asegurada simplemente por los nero en la parte tendinosa y tunelización de la inferior del húmero. lleva su nombre y que consistía funda-
Anatomía patológica. La rotura se pro-
alerones rotulianos (fig. 1). rótula para la aproximación a tensión de los ex- cuerpos libres intraarticulares.
intraarticulares. Rato- mentalmente en la inmovilización de
duce generalmente a nivel de la inser- tremos separados del tendón. nes articulares, artrolitos o corpus libe- las heridas o las fracturas abiertas, lim-
Sintomalogía. El dolor intenso brusca-
ción tendinosa en la rótula, o más rara- rum de las articulaciones. Pueden ser pieza quirúrgica de las mismas, relleno FIG. 1. Figura tomada del libro de Bastos An-
mente percibido en el momento de la
mente un poco por encima de la bio, suele ser sólo relativa. El sujeto es debidos a muchas causas (osteocondri- con gasa vaselinada y vendaje cerrado sart, Las heridas por arma de fuego (1936), mos-
rotura, persistente a continuación y par-
misma (fig. 1). En general da lugar a capaz de continuar andando en terreno trando un herido tratado por cura oclusiva. El
ticularmente acentuado en cualquier tis disecante, condromatosis articular, de yeso. Fue años más tarde y en Espa-
una desinserción completa del cuádri- pie del original dice exactamente: «Fractura de
intento de extensión de la pierna contra llano y en condiciones normales, pero etcétera), pero también a traumatismos ña donde el método empezó a emple- guerra de antebrazo, tratado por el método
ceps, equivalente a una solución com- resistencia, es un síntoma que nunca se pone claramente de manifiesto al su- de diversa índole, recientes o antiguos. arse con asiduidad y buenos resultados. oclusivo. El apósito escayolado muestra la man-
pleta o casi completa de la continuidad falta. La impotencia funcional, en cam- bir o bajar escaleras o al pretender ex- Dan lugar con frecuencia a crisis de en- Fue durante la sublevación de Asturias cha producida por las secreciones retenidas.»
tender activamente la rodilla. La hemar- clavamiento iguales o muy parecidas a de 1934, con ocasión de la cual la ma-
trosis es casi constante. Y con las de las lesiones meniscales. yor parte de los heridos eran evacuados
Tendón Vasto frecuencia es posible apreciar externa- Cuneo-Picot, fractur
fracturaa de. Véase en al Hospital Militar de Carabanchel, y sep Trueta, a quien corresponde el mé-
cuadricipital interno mente la lesión tendinosa por la depre- fractur
fracturas tobillo fracturas.
as y en tobillo, concretamente al servicio dirigido por rito de haberlo sistematizado, dado a
sión del muslo en la zona suprarrotulia- cura
cura oclusiv
oclusiva de las heridas y fractu
fractu-- Bastos Ansart, donde gran parte de conocer y difundido entre los cirujanos
na (fig. 2). r as abiertas. (Sin.: Tratamiento oclusi- ellos fueron tratados por el procedi- de los ejércitos aliados, desde el inicio
Tratamiento. A diferencia de los des- vo, método español del tratamiento de miento que se está describiendo: inmo- de la Segunda Guerra Mundial a través
garros musculares, en las roturas del las heridas de guerra, método de Orr- vilización de la fractura, limpieza qui- principalmente de su obra Treatment of
tendón cuadricipital el tratamiento es Bastos Trueta.) Ésta es probablemente rúrgica de la herida, desbridamiento war wound and fractures (1939). En
siempre quirúrgico. Consiste, en líneas la aportación más importante de Espa- amplio de la misma en caso necesario 1944 y en 1945 (según datos de Moral
generales, en abordar la lesión median- ña al tratamiento de los heridos durante para evitar retenciones y yeso cerrado, Torres), en la Academia de Cirugía de
Retináculo
te una incisión pararrotuliana externa la Segunda Guerra Mundial. Al final de que no se abría ni se retiraba a menos París se presentaron algunos trabajos en
interno
longitudinal (incisión de Kocher, fig. 3) y en reparar la guerra civil española, los cirujanos que apareciesen síntomas de intoleran- los que se valoraban los resultados de
la solución de continuidad tendinosa franceses que atendieron a los heridos cia (retención, fiebre, etc.). La técnica la cura oclusiva, que a partir de enton-
mediante aproximación y sutura de los españoles que cruzaron la frontera, se del método fue descrita con todo deta- ces empezó a llamarse método
bordes del desgarro, empleando para mostraron sorprendidos —casi siempre lle por Bastos Ansart en una monogra- español.
ello hilo no reabsorbible o alambre, y desfavorablemente— al encontrarse fía sobre Las heridas por arma de fuego curación
curación por primeraprimera intención.
asegurando su fijación por tunelización con heridos portadores de un yeso ce- (fig. 1) que, dadas las trágicas circuns- Unión inmediata borde a borde de una
Retináculo de la rótula y puntos de colchonero en rrado encima de heridas supurantes o tancias que sobrevinieron poco des- herida o una fractura sin tejido de gra-
interno fracturas abiertas, atribuyéndolo a una pués en España, encontró amplio eco nulación interpuesto.
su cabo proximal (fig. 4). En algunos
transversal mala asistencia o a las trágicas circuns- en la cirugía de campaña y permitió curación
curación por segunda intención. La
casos es necesario reforzar la sutura
tancias del momento. No se dieron una gran difusión del método oclusivo. efectuada con interposición de tejido
con la incorporación de tiras aponeuró-
cuenta que respondía a un propósito Algo más tarde el método encontró de granulación entre sus bordes, o en el
ticas tomadas de la fascia lata. Inmovi-
deliberado de tratamiento, que pronto nueva y dilatada oportunidad de volver caso de las fracturas, con formación de
lización en extensión de tres a cuatro
iba a ser aplicado en gran escala en los a ser empleado, y en esta tercera oca- callo provisional de hueso fibrilar, por
semanas.
ejércitos aliados: la cura oclusiva o sión fue otro gran cirujano español, Jo- metalaxia del tejido de granulación.
cúbito
Fracturas y luxaciones
Tendón rotuliano Consideraciones generales y conte-
nido del tema. Las fracturas del cúbito
pueden ser diafisarias, de su extremidad
FIG. 1. Representación esquemática de la ro-
tura del tendón cuadricipital algo por encima
superior, o de la inferior. Las primeras
de su insección rotuliana, y desgarro de las fi- FIG. 3. Incisión pararrotuliana externa (inci- entran dentro del grupo nosográfico de
bras longitudinales del retináculo. Vistos por sión de Kocher) para el acceso a las lesiones las fracturas del antebrazo, y son estu-
la cara interna de la rodilla. traumáticas del tendón cuadricipital. diadas en el apartado correspondiente a
D
Dakin, líquido de (de Henry Drisdale Dawbarn,
Dawbarn, signo de. Dolor provocado siderado el decano de la ortopedia en
Dakin, químico estadounidense, 1880- en el hombro por el movimiento de ab- su país. Discípulo de los maestros euro-
1952).. Solución de cloruro y bicarbo- ducción del brazo, al contactar la parte peos más importantes, como Lorenz,
nato de sodio para irrigación de las he- lesionada del manguito de los rotado- Ombredanne y Putti, propagó sus cono-
ridas. Sin.: solución de Dakin-Carrel. res con el acromion en los casos de cimientos a través de la Sociedad Brasi-
Danis, clasificación de. Clasificación «periartritis escapulohumeral» o síndro- leña de Ortopedia, de la cual fue uno
de las fracturas de tobillo. (Véase tobi-
tobi- me subacromial. (Véase este término.) de sus miembros fundadores.
llo fracturas.)
llo, Debeyre, JeanJean (1910-1996). Distingui- Dega, Wiktor
Wiktor (1896-1995). Eminente ci-
Danis, Robert. Traumatólogo belga do cirujano ortopédico y traumatólogo rujano ortopédico y traumatólogo po-
(1880-1962), discípulo de Lambotte y francés. Miembro de numerosas socie- laco, cofundador de la Sociedad Polaca
profesor de Cirugía en la Universidad dades francesas y extranjeras y presi- de Ortopedia y Traumatología, y profe-
de Bruselas a partir de 1921. Dedicó dente, entre otras, de la Société Fran- sor de la especialidad en la Univer-
una gran parte de su actividad al estu- çaise d’Orthopedie et Traumatologie y sidad de Poznañ, aparte muchos otros
dio del tratamiento operatorio de las de la Acedémie de Chirurgie. Promotor títulos polacos e internacionales. Crea-
fracturas. En 1949 se publicó en París su de la cirugía vertebral por vía anterior dor de numerosas técnicas propias para
libro Theorie et practique de l’ostheo- y de la artrodesis intersomética, así el tratamiento de diversas afecciones
synthèse, en el cual se abogaba —entre como en el tratamiento de la espondi- del esqueleto (pie zambo, escoliosis,
muchas otras cosas— por la absoluta ri- lolistesis. Igualmente hay que destacar espondilolistesis, etc.) o secuelas de
gidez de la unión instrumental entre los sus innovaciones en las técnicas de re- traumatismos, como la retracción is-
fragmentos y su mutua compresión me- paración de la cofia de los rotadores. quémica de Volkmann.
diante el uso de material química y dedo en martillo. Véase martillo, «degloving
«degloving injury». Término inglés con
eléctricamente inerte como factores de- dedo en.en la significación de lesión por «desen-
cisivos de la consilidación. Entusiasta Define, Domingo. Cirujano brasileño guantado», en que la piel de un dedo,
del tratamiento de las fracturas a cielo (1895-1985), natural de Sao Paulo, con- casi siempre el anular, es arrancada en
abierto, tuvo sus dudas en aplicarlo so- toda su circunferencia y en mayor o
bre sí mismo al romperse el húmero en menor extensión, generalmente por la
una ocasión. «¿Estáis locos?», fue la res- acción de un anillo. (Véase mano, le-
puesta a sus colaboradores cuando le siones de partes blandas.)
propusieron una operación. «¡Ponedme Delbet, aparato
aparato de (de Pierre Louis Er-
un vendaje de Velpeau!» Organizó un nest Delbet, cirujano francés, 1861-
banco de huesos en una época en que 1925). 1. Férula metálica para el tra-
estaba prohibido en Bélgica. Después tamiento de las fracturas del húmero,
de retirarse, se dedicó a pintar y a com- con un arco apoyado en la axila y una
poner música (fig. 1). barra unida al antebrazo. 2. Férula de
Darder,
Darder, aparato
aparato de. Aparato empleado marcha con descarga y extensión con-
para la reducción de las fracturas diafi- tinua sobre el pie, para el tratamiento
tibia fracturas
sarias de la tibia. (Véase tibia, de algunas fracturas distales o supra-
diafisarias.) maleolares de la pierna.
Darrac
Darrack,k, operación
operación de. Resección de Delbet, maniobra
maniobra de. Técnica para la
la extremidad inferior del cúbito para reducción de las luxaciones laterales
el tratamiento de algunas fracturas de de la rodilla, consistente en la presión
la extremidad inferior del radio o luxa- sobre la tibia en sentido lateral, opues-
ciones radiocubitales inferiores invete- to al de la luxación, con la rodilla fle-
muñeca traumatismos.)
radas. (Véase muñeca, rodilla lu-
xionada 90 grados. (Véase rodilla,
De Anquin, operación
operación de. Procedi- xaciones femorotibiales.)
miento para el tratamiento de la luxa- Delbet, operación
operación de. 1. Enclavado
ción escapulohumeral recidivante. (Véa- FIG. 1. Danis, Robert. Autorretrato (1880- transcervical con agujas introducidas a
hombro luxación recidivante.)
se hombro, 1962). través del trocánter mayor, para el trata-
D
Dakin, líquido de (de Henry Drisdale Dawbarn,
Dawbarn, signo de. Dolor provocado siderado el decano de la ortopedia en
Dakin, químico estadounidense, 1880- en el hombro por el movimiento de ab- su país. Discípulo de los maestros euro-
1952).. Solución de cloruro y bicarbo- ducción del brazo, al contactar la parte peos más importantes, como Lorenz,
nato de sodio para irrigación de las he- lesionada del manguito de los rotado- Ombredanne y Putti, propagó sus cono-
ridas. Sin.: solución de Dakin-Carrel. res con el acromion en los casos de cimientos a través de la Sociedad Brasi-
Danis, clasificación de. Clasificación «periartritis escapulohumeral» o síndro- leña de Ortopedia, de la cual fue uno
de las fracturas de tobillo. (Véase tobi-
tobi- me subacromial. (Véase este término.) de sus miembros fundadores.
llo fracturas.)
llo, Debeyre, JeanJean (1910-1996). Distingui- Dega, Wiktor
Wiktor (1896-1995). Eminente ci-
Danis, Robert. Traumatólogo belga do cirujano ortopédico y traumatólogo rujano ortopédico y traumatólogo po-
(1880-1962), discípulo de Lambotte y francés. Miembro de numerosas socie- laco, cofundador de la Sociedad Polaca
profesor de Cirugía en la Universidad dades francesas y extranjeras y presi- de Ortopedia y Traumatología, y profe-
de Bruselas a partir de 1921. Dedicó dente, entre otras, de la Société Fran- sor de la especialidad en la Univer-
una gran parte de su actividad al estu- çaise d’Orthopedie et Traumatologie y sidad de Poznañ, aparte muchos otros
dio del tratamiento operatorio de las de la Acedémie de Chirurgie. Promotor títulos polacos e internacionales. Crea-
fracturas. En 1949 se publicó en París su de la cirugía vertebral por vía anterior dor de numerosas técnicas propias para
libro Theorie et practique de l’ostheo- y de la artrodesis intersomética, así el tratamiento de diversas afecciones
synthèse, en el cual se abogaba —entre como en el tratamiento de la espondi- del esqueleto (pie zambo, escoliosis,
muchas otras cosas— por la absoluta ri- lolistesis. Igualmente hay que destacar espondilolistesis, etc.) o secuelas de
gidez de la unión instrumental entre los sus innovaciones en las técnicas de re- traumatismos, como la retracción is-
fragmentos y su mutua compresión me- paración de la cofia de los rotadores. quémica de Volkmann.
diante el uso de material química y dedo en martillo. Véase martillo, «degloving
«degloving injury». Término inglés con
eléctricamente inerte como factores de- dedo en.en la significación de lesión por «desen-
cisivos de la consilidación. Entusiasta Define, Domingo. Cirujano brasileño guantado», en que la piel de un dedo,
del tratamiento de las fracturas a cielo (1895-1985), natural de Sao Paulo, con- casi siempre el anular, es arrancada en
abierto, tuvo sus dudas en aplicarlo so- toda su circunferencia y en mayor o
bre sí mismo al romperse el húmero en menor extensión, generalmente por la
una ocasión. «¿Estáis locos?», fue la res- acción de un anillo. (Véase mano, le-
puesta a sus colaboradores cuando le siones de partes blandas.)
propusieron una operación. «¡Ponedme Delbet, aparato
aparato de (de Pierre Louis Er-
un vendaje de Velpeau!» Organizó un nest Delbet, cirujano francés, 1861-
banco de huesos en una época en que 1925). 1. Férula metálica para el tra-
estaba prohibido en Bélgica. Después tamiento de las fracturas del húmero,
de retirarse, se dedicó a pintar y a com- con un arco apoyado en la axila y una
poner música (fig. 1). barra unida al antebrazo. 2. Férula de
Darder,
Darder, aparato
aparato de. Aparato empleado marcha con descarga y extensión con-
para la reducción de las fracturas diafi- tinua sobre el pie, para el tratamiento
tibia fracturas
sarias de la tibia. (Véase tibia, de algunas fracturas distales o supra-
diafisarias.) maleolares de la pierna.
Darrac
Darrack,k, operación
operación de. Resección de Delbet, maniobra
maniobra de. Técnica para la
la extremidad inferior del cúbito para reducción de las luxaciones laterales
el tratamiento de algunas fracturas de de la rodilla, consistente en la presión
la extremidad inferior del radio o luxa- sobre la tibia en sentido lateral, opues-
ciones radiocubitales inferiores invete- to al de la luxación, con la rodilla fle-
muñeca traumatismos.)
radas. (Véase muñeca, rodilla lu-
xionada 90 grados. (Véase rodilla,
De Anquin, operación
operación de. Procedi- xaciones femorotibiales.)
miento para el tratamiento de la luxa- Delbet, operación
operación de. 1. Enclavado
ción escapulohumeral recidivante. (Véa- FIG. 1. Danis, Robert. Autorretrato (1880- transcervical con agujas introducidas a
hombro luxación recidivante.)
se hombro, 1962). través del trocánter mayor, para el trata-
Delchef 96 97 Duverney

miento de las fracturas del cuello femo- Delpech,


Delpech, Jaques-Mathieu.
Jaques-Mathieu. Cirujano de te del hombro (véase hombro). Es una dislocación cum contraccione.
contraccione. Despla- mano sobre el hombro del lado opues- la cadera (1826). Clasificó las quema-
ral. 2. Cerclaje con alambre para el tra- Montpelier, nacido en Toulouse (1777- modificación de la operación de Ban- zamiento de los fragmentos de fractura to mientras el codo permanece apoya- duras (1832). La retracción de la apo-
tamiento de las luxaciones acromiocla- 1832). Adquirió experiencia como trau- kart (véase), basada en el empleo de por acabalgamiento. do contra el pecho en los casos de lu- neurosis palmar es conocida también
viculares. matólogo tratando en el Hospital St grapas para la fijación del rodete y la distrofia muscular.
muscular. Véase atrofia mus- xación escapulohumeral. como contractura de Dupuytren.
Delchef,
Delchef, J ean. Eminente cirujano orto- Eliot de Montpelier a los heridos fran- cápsula. cular.
cular. Dupuytren (Guillaume). Cirujano fran- Dupuytren, fractur
fractura
a de (de Guillaume
pédico belga (1882-1962), fundador ceses procedentes de España al final de Deutschländer
Deutschländer,, enfermedad de (de Karl diving
diving fractures.
fractures. Locución inglesa del cés, de París (1777-1835). El más famo- Dupuytren). Véase en el artículo frac
frac -
de la Sociedad Belga de Ortopedia la guerra de la Independencia (1812). Ernst Deutschländer, cirujano alemán, término fracturas por zambullida. (Véa- so cirujano de su tiempo. Describió la tura
tura .
(1925) y primer secretario de la SI- Tal vez su mayor contribución a la trau- 1872-1942). Dolor brusco, hinchazón se en el artículo fractur
fractura.
a.) fractura de la extremidad inferior del Duverney
Duverney,, fractur
fracturaa de (de Joseph Gui-
COT. matología y a la cirugía en general haya e imposibilidad de la marcha, por frac- Dugas, signo de (de Louis Alexander peroné (1819), llamada fractura de Du- chard Duverney, anatomista y cirujano
delirio traumático.
traumático. Cuadro posconmo- sido haber delatado, mucho antes que tura de uno o varios metatarsianos. Dugas, médico estadounidense, 1806- puytren. Realizó la primera descripción francés, 1648-1730). Véase en el artí-
cional en los traumatismos craneoen- Semmelweis, la posibilidad de conta- (Véase en fractur
fracturaa y en metatarso, 1884). Imposibilidad de colocar la adecuada de la luxación congénita de culo fractur
fracturaa.
cefálicos, caracterizado por amnesia, minación de las heridas por la sucie- fracturas y luxaciones.)
estupor, confusión y frecuentemente dad de las manos o de la ropa y el peli- Deutschländer
Deutschländer,, fractur
fractura a de. Véase en
por irritabilidad, conducta irracional y gro de las infecciones hospitalarias. En el artículo fractur
fractura.a.
accesos impulsivos. 1815 publicó, acerca del tema, una DHS (siglas inglesas de dynamic hip
Delitala, Fr Fr ancesco. Cirujano italia- Mémoire sur la complication des plaies screw). Placa-tornillo a compresión, ba-
no (1883-1983). Decano de la cirugía et des ulcères connue sous le nom de sado en el principio del clavo deslizan-
ortopédica y traumatología italiana. pourriture d’hôpital. Murió asesinado te, modelo Synthes, para el tratamiento
Quien se haya fijado en las fechas de por un paciente descontento y vengati- de las fracturas del cuello del fémur.
su nacimiento y de su muerte, se ha- vo, al que había operado de varicocele. diaplasis (del gr. diaplasis, reducción).
brá dado cuenta que falleció a los 100 densitometría ósea. Véase tomodensi-
tomodensi- Reducción de una fractura o de una lu-
años cumplidos. Inició su larga carrera tometría ósea en traumatología.
traumatología. xación.
profesional en el Instituto Rizzoli, al Denucé (Jean
(Jean Henri Maurice). Ciru- diartrosis. Abartrosis.
lado de los grandes maestros Codivilla jano francés (1859-1924). Ideó un pro- Didier,
Didier, Arnoldo. Eminente cirujano or-
y Putti. Fue jefe de Servicio del Hospi- cedimiento para la reducción de la lu- topédico y traumatólogo argentino
tal Marítimo de Venecia y posterior- xación congénita de las caderas en los (1915-1992), profesor de la Universi-
mente, en 1940, dirigió la primera Cá- niños. dad de Rosario y presidente de la Aso-
tedra de Ortopedia y Traumatología de De Palma,
Palma, método de. Técnica para el ciación Argentina de Ortopedia y Trau-
Nápoles. En 1941 fue nombrado direc- tratamiento de las fracturas de la extre- matología.
tor del Instituto Rizzoli, sucediendo así midad inferior del radio mediante fija- DIGOT. Siglas de Deutsche Gessellschaft
DIGOT
a sus antiguos maestros. Presidente de ción del fragmento distal por transfi- Orthopädie und Traumatologie (Socie-
la Sociedad Italiana de Cirugía Orto- xión con aguja de Kirschner. (Véase dad Alemana de Ortopedia y Traumato-
pédica y Traumatología y miembro de muñeca, traumatismos.) logía).
honor de la Sociedad Española (SE- De Quervain,
Quervain, Fritz.
Fritz. Cirujano suizo, de Dingman, gancho
gancho de. Instrumento ele-
COT). Entre sus numerosas aportacio- Berna (1868-1940). Describió la luxa- vador empleado para la reducción de
nes a la traumatología, podrían citarse ción perilunar acompañada de fractura las fracturas del malar y del arco cigo-
sus trabajos sobre osteosíntesis intra- del escafoides, por caída sobre la cara , traumatismos.)
mático. (Véase cara
medular (los clavos de Delitala), los fi- mano en flexión dorsal. disco intervertebr
intervertebral,al, síndrome del.
jadores de pequeños fragmentos, el dermanaplastia (del gr. derma, piel, y Dolor repentino de la zona lumbar
estudio anatomopatológico de la luxa- anaplassein, hacer de nuevo). Injerto después de la hiperextensión forzada,
ción recidivante del hombro, etc. Fue cutáneo. con tendencia a las lumbalgias reci-
un notable precursor de las endopróte- Desault, Pierre Joseph.
Joseph. Cirujano fran- divantes durante meses o años, hasta
sis actuales, con un modelo construido cés, de París (1744-1795). Describió un que la presión sobre la raíz nerviosa
en acero inoxidable en los talleres del vendaje para mantener el brazo pegado origina una ciática con propagación
Instituto Rizzoli (fig. 1). al cuerpo y empujado hacia arriba, dolorosa por la cara posterior o lateral
para reducción e inmovilización de las de la pierna al pie. (Véase lumbalgias
fracturas de clavícula, con un propósito y lumbociáticas de origen traumá traumá--
muy parecido al que responden los tico.)
vendajes o hamacas empleados actual- disco articular.
articular. Ligamento triangular
mente en algunas lesiones del hombro. radiocubital. (Véase en muñeca, trau-
desenguantado, lesión por. por. Véase «de- matismos.)
gloving injury». dislocación (del lat. dis, negativo, y loca-
desmorrexis (del gr. desmos, ligamen- re, colocar). Luxación.
tos, y regnemy, romper). Rotura de li- dislocación ad latum. Desplazamiento
gamentos. lateral de los fragmentos en las fractu-
desmotomía (del gr. desmos, ligamento, y ras de los huesos largos.
tome, corte). Sección de un ligamento. dislocación ad rotationem. Desplaza-
Destot, fractur
fractura
a de. Fractura del rebor- miento en rotación de un fragmento
de posterior del pilón tibial, llamado respecto al otro sobre el eje longitudi-
por este autor tercer maleolo (1937). nal del hueso.
(Véase en el artículo fractur
fracturaa .) dislocación cum axis. Desplazamiento
De Tott,
Tott, técnica de. Intervención para angular de los fragmentos en las fractu-
FIG. 1. Francesco Delitala (1883-1983). el tratamiento de la luxación recidivan- ras de los huesos largos.
Delchef 96 97 Duverney

miento de las fracturas del cuello femo- Delpech,


Delpech, Jaques-Mathieu.
Jaques-Mathieu. Cirujano de te del hombro (véase hombro). Es una dislocación cum contraccione.
contraccione. Despla- mano sobre el hombro del lado opues- la cadera (1826). Clasificó las quema-
ral. 2. Cerclaje con alambre para el tra- Montpelier, nacido en Toulouse (1777- modificación de la operación de Ban- zamiento de los fragmentos de fractura to mientras el codo permanece apoya- duras (1832). La retracción de la apo-
tamiento de las luxaciones acromiocla- 1832). Adquirió experiencia como trau- kart (véase), basada en el empleo de por acabalgamiento. do contra el pecho en los casos de lu- neurosis palmar es conocida también
viculares. matólogo tratando en el Hospital St grapas para la fijación del rodete y la distrofia muscular.
muscular. Véase atrofia mus- xación escapulohumeral. como contractura de Dupuytren.
Delchef,
Delchef, J ean. Eminente cirujano orto- Eliot de Montpelier a los heridos fran- cápsula. cular.
cular. Dupuytren (Guillaume). Cirujano fran- Dupuytren, fractur
fractura
a de (de Guillaume
pédico belga (1882-1962), fundador ceses procedentes de España al final de Deutschländer
Deutschländer,, enfermedad de (de Karl diving
diving fractures.
fractures. Locución inglesa del cés, de París (1777-1835). El más famo- Dupuytren). Véase en el artículo frac
frac -
de la Sociedad Belga de Ortopedia la guerra de la Independencia (1812). Ernst Deutschländer, cirujano alemán, término fracturas por zambullida. (Véa- so cirujano de su tiempo. Describió la tura
tura .
(1925) y primer secretario de la SI- Tal vez su mayor contribución a la trau- 1872-1942). Dolor brusco, hinchazón se en el artículo fractur
fractura.
a.) fractura de la extremidad inferior del Duverney
Duverney,, fractur
fracturaa de (de Joseph Gui-
COT. matología y a la cirugía en general haya e imposibilidad de la marcha, por frac- Dugas, signo de (de Louis Alexander peroné (1819), llamada fractura de Du- chard Duverney, anatomista y cirujano
delirio traumático.
traumático. Cuadro posconmo- sido haber delatado, mucho antes que tura de uno o varios metatarsianos. Dugas, médico estadounidense, 1806- puytren. Realizó la primera descripción francés, 1648-1730). Véase en el artí-
cional en los traumatismos craneoen- Semmelweis, la posibilidad de conta- (Véase en fractur
fracturaa y en metatarso, 1884). Imposibilidad de colocar la adecuada de la luxación congénita de culo fractur
fracturaa.
cefálicos, caracterizado por amnesia, minación de las heridas por la sucie- fracturas y luxaciones.)
estupor, confusión y frecuentemente dad de las manos o de la ropa y el peli- Deutschländer
Deutschländer,, fractur
fractura a de. Véase en
por irritabilidad, conducta irracional y gro de las infecciones hospitalarias. En el artículo fractur
fractura.a.
accesos impulsivos. 1815 publicó, acerca del tema, una DHS (siglas inglesas de dynamic hip
Delitala, Fr Fr ancesco. Cirujano italia- Mémoire sur la complication des plaies screw). Placa-tornillo a compresión, ba-
no (1883-1983). Decano de la cirugía et des ulcères connue sous le nom de sado en el principio del clavo deslizan-
ortopédica y traumatología italiana. pourriture d’hôpital. Murió asesinado te, modelo Synthes, para el tratamiento
Quien se haya fijado en las fechas de por un paciente descontento y vengati- de las fracturas del cuello del fémur.
su nacimiento y de su muerte, se ha- vo, al que había operado de varicocele. diaplasis (del gr. diaplasis, reducción).
brá dado cuenta que falleció a los 100 densitometría ósea. Véase tomodensi-
tomodensi- Reducción de una fractura o de una lu-
años cumplidos. Inició su larga carrera tometría ósea en traumatología.
traumatología. xación.
profesional en el Instituto Rizzoli, al Denucé (Jean
(Jean Henri Maurice). Ciru- diartrosis. Abartrosis.
lado de los grandes maestros Codivilla jano francés (1859-1924). Ideó un pro- Didier,
Didier, Arnoldo. Eminente cirujano or-
y Putti. Fue jefe de Servicio del Hospi- cedimiento para la reducción de la lu- topédico y traumatólogo argentino
tal Marítimo de Venecia y posterior- xación congénita de las caderas en los (1915-1992), profesor de la Universi-
mente, en 1940, dirigió la primera Cá- niños. dad de Rosario y presidente de la Aso-
tedra de Ortopedia y Traumatología de De Palma,
Palma, método de. Técnica para el ciación Argentina de Ortopedia y Trau-
Nápoles. En 1941 fue nombrado direc- tratamiento de las fracturas de la extre- matología.
tor del Instituto Rizzoli, sucediendo así midad inferior del radio mediante fija- DIGOT. Siglas de Deutsche Gessellschaft
DIGOT
a sus antiguos maestros. Presidente de ción del fragmento distal por transfi- Orthopädie und Traumatologie (Socie-
la Sociedad Italiana de Cirugía Orto- xión con aguja de Kirschner. (Véase dad Alemana de Ortopedia y Traumato-
pédica y Traumatología y miembro de muñeca, traumatismos.) logía).
honor de la Sociedad Española (SE- De Quervain,
Quervain, Fritz.
Fritz. Cirujano suizo, de Dingman, gancho
gancho de. Instrumento ele-
COT). Entre sus numerosas aportacio- Berna (1868-1940). Describió la luxa- vador empleado para la reducción de
nes a la traumatología, podrían citarse ción perilunar acompañada de fractura las fracturas del malar y del arco cigo-
sus trabajos sobre osteosíntesis intra- del escafoides, por caída sobre la cara , traumatismos.)
mático. (Véase cara
medular (los clavos de Delitala), los fi- mano en flexión dorsal. disco intervertebr
intervertebral,al, síndrome del.
jadores de pequeños fragmentos, el dermanaplastia (del gr. derma, piel, y Dolor repentino de la zona lumbar
estudio anatomopatológico de la luxa- anaplassein, hacer de nuevo). Injerto después de la hiperextensión forzada,
ción recidivante del hombro, etc. Fue cutáneo. con tendencia a las lumbalgias reci-
un notable precursor de las endopróte- Desault, Pierre Joseph.
Joseph. Cirujano fran- divantes durante meses o años, hasta
sis actuales, con un modelo construido cés, de París (1744-1795). Describió un que la presión sobre la raíz nerviosa
en acero inoxidable en los talleres del vendaje para mantener el brazo pegado origina una ciática con propagación
Instituto Rizzoli (fig. 1). al cuerpo y empujado hacia arriba, dolorosa por la cara posterior o lateral
para reducción e inmovilización de las de la pierna al pie. (Véase lumbalgias
fracturas de clavícula, con un propósito y lumbociáticas de origen traumá traumá--
muy parecido al que responden los tico.)
vendajes o hamacas empleados actual- disco articular.
articular. Ligamento triangular
mente en algunas lesiones del hombro. radiocubital. (Véase en muñeca, trau-
desenguantado, lesión por. por. Véase «de- matismos.)
gloving injury». dislocación (del lat. dis, negativo, y loca-
desmorrexis (del gr. desmos, ligamen- re, colocar). Luxación.
tos, y regnemy, romper). Rotura de li- dislocación ad latum. Desplazamiento
gamentos. lateral de los fragmentos en las fractu-
desmotomía (del gr. desmos, ligamento, y ras de los huesos largos.
tome, corte). Sección de un ligamento. dislocación ad rotationem. Desplaza-
Destot, fractur
fractura
a de. Fractura del rebor- miento en rotación de un fragmento
de posterior del pilón tibial, llamado respecto al otro sobre el eje longitudi-
por este autor tercer maleolo (1937). nal del hueso.
(Véase en el artículo fractur
fracturaa .) dislocación cum axis. Desplazamiento
De Tott,
Tott, técnica de. Intervención para angular de los fragmentos en las fractu-
FIG. 1. Francesco Delitala (1883-1983). el tratamiento de la luxación recidivan- ras de los huesos largos.
E
Eden, operación
operación de. Intervención prac- ción, transfusiones sanguíneas, quema- Patogenia. Constituye el problema
ticada para el tratamiento de la luxa- duras, trasplantación renal, etc. más controvertido del síndrome, sobre
ción recidivante del hombro. Parece ser Incidencia y factores etiológicos. Es el que todavía no se ha formulado una
el primer intento (1918) de evitar la re- difícil establecer la relación exacta en- opinión unánime ni se ha encontrado
luxación creando un tope óseo pregle- tre traumatismos y el síndrome que se una solución. Y es poco probable que
noideo. está describiendo, debido a la diversi- sea en estas líneas donde se encuentre.
efecto de leva.
leva. Mecanismo por el cual se dad de criterios subjetivos con que se Habrá que contentarse, por lo tanto, con
producen algunas luxaciones recidivan- formula su diagnóstico. Parece ser que ofrecer en ellas un esquema global, tra-
tes del hombro, debido al encaje de la la presencia de grasa en la sangre, pro- zado en líneas generales, sobre su plan-
entalladura posterior de la cabeza con cedente de la medula ósea, es práctica- teamiento y las principales explicacio-
el borde anterior de la glenoides. (Véa- mente constante en todas las fracturas nes propuestas para resolverlo. En líneas
se hombro, luxación recidivante.) de los huesos largos, y que en algunas de generales, de una forma muy esquemá-
Effendi, método de. Método (1982) para ellas da lugar a un cuadro subclínico tica y por lo tanto necesariamente in-
la clasificación de las fracturas del anillo de embolia grasa, pero sólo se manifies- completa, puede decirse que existen bá-
del axis (fracturas del ahorcado). (Véase ta clínicamente en un 0,5 a un 2 % de sicamente dos teorías para explicar la
en fractur
fractura,a, y también fracturas del axis las fracturas únicas de los huesos largos, patogenia del síndrome embólico. Por
en el apartado r aquis cervical.)
cervical. y en un 10 % de las fracturas múltiples un lado, la teoría mecánica (la más sen-
Ehalt, Walther
Walther.. Cirujano alemán, de o en las fracturas inestables de la pelvis cilla), según la cual las gotas de grasa
Graz (1902-1976). Introdujo un trata- (Gossling y Pellegrini).. Estos datos se re- circulantes en la sangre, procedentes de
miento de las fracturas del calcáneo fieren a sujetos adultos. En los niños, la la medula ósea, son detenidas a nivel de
mediante elevación del fragmento ex- incidencia es mucho más baja (unas un vaso cuyo calibre no permite su paso,
terno y artrodesis calcaneoastragalina 100 veces menor), indudablemente re- o sea, de forma parecida a lo que ocurre
con un injerto óseo en forma de cuña, y lacionado con el menor contenido en con el tromboembolismo pulmonar.
una reducción a cielo abierto de las medula grasa de los huesos largos in- Hay que apresurarse a decir que esta ex-
fracturas de la cabeza del radio. fantiles. plicación, como causa única del embo-
embolia grasa,
grasa, síndrome postraumá
postraumá-- Entre los factores predisponentes cabe lismo graso, no satisface hoy día a nadie
tico de la. El síndrome de la embolia citar la mielodisplasia, las enfermedades ni es mínimamente aceptable. Sin em-
grasa es una causa importante de mor- del colágeno, la osteoporosis y las in- bargo, tampoco puede ser rechazada en
bilidad y de mortalidad consecutivas a movilizaciones muy prolongadas en su totalidad, desde el momento en que
una fractura ósea, particularmente en cama, previas al traumatismo, y como es se acepta que el origen de la grasa cau-
casos de traumatismos graves y en poli- fácil suponer, las causas de embolia gra- sante del embolismo procede de la que
traumatizados. Por otro lado, las fractu- sa citadas anteriormente (diabetes, neo- existe en la medula ósea, y la estructura
ras, y en especial las fracturas de los plasias, etc.). Como posibles causas de- química de una y otra es en algunos as-
huesos largos, son la causa más fre- terminantes (aparte de las fracturas en sí pectos (pero no en todos) la misma. Por
cuente —aunque no la única— del cua- mismas) se ha descrito el fresado de la otro lado, la teoría fisicoquímica busca
dro descrito con este nombre. No es por cavidad medular para la aplicación de la explicación en las alteraciones quí-
casualidad que el primero en formular clavos endomedulares y las prótesis de micas que sufre la sustancia grasa
un diagnóstico clínico (premortem) del cadera para el tratamiento de la extremi- como consecuencia del trauma, y que
mismo fuese Von Bergmann, en 1873, dad superior del fémur, opinión con la unidas a los cambios que sufre la co-
como consecuencia precisamente de cual no están de acuerdo actualmente la rriente sanguínea en la microcircula-
una fractura conminuta diafisaria del fé- mayoría de traumatólogos, para los cua- ción pulmonar dan origen a perturba-
mur, en un sujeto de 39 años. La causa les la fijación endomedular de las frac- ciones de la perfusión y
más frecuente, como se ha dicho, pero turas diafisarias no solamente no au- consecutivamente a la hipoxia tisular.
no la única, puede tener origen en mu- menta el riesgo de embolia grasa, sino Argumentando en esta línea, Peltier sos-
chos otros procesos que poco tienen que lo disminuye por el efecto profilác- tuvo la hipótesis de que la grasa liberada
que ver con los traumatismos y menos tico que se logra con la fijación de los a nivel del hueso fracturado se degrada
con las fracturas: diabetes, infecciones fragmentos. Sobre este importante tema a través de sucesivas transformaciones
graves, neoplasias, anestesia por inhala- se insistirá más adelante. que no es necesario recordar en detalle,
E
Eden, operación
operación de. Intervención prac- ción, transfusiones sanguíneas, quema- Patogenia. Constituye el problema
ticada para el tratamiento de la luxa- duras, trasplantación renal, etc. más controvertido del síndrome, sobre
ción recidivante del hombro. Parece ser Incidencia y factores etiológicos. Es el que todavía no se ha formulado una
el primer intento (1918) de evitar la re- difícil establecer la relación exacta en- opinión unánime ni se ha encontrado
luxación creando un tope óseo pregle- tre traumatismos y el síndrome que se una solución. Y es poco probable que
noideo. está describiendo, debido a la diversi- sea en estas líneas donde se encuentre.
efecto de leva.
leva. Mecanismo por el cual se dad de criterios subjetivos con que se Habrá que contentarse, por lo tanto, con
producen algunas luxaciones recidivan- formula su diagnóstico. Parece ser que ofrecer en ellas un esquema global, tra-
tes del hombro, debido al encaje de la la presencia de grasa en la sangre, pro- zado en líneas generales, sobre su plan-
entalladura posterior de la cabeza con cedente de la medula ósea, es práctica- teamiento y las principales explicacio-
el borde anterior de la glenoides. (Véa- mente constante en todas las fracturas nes propuestas para resolverlo. En líneas
se hombro, luxación recidivante.) de los huesos largos, y que en algunas de generales, de una forma muy esquemá-
Effendi, método de. Método (1982) para ellas da lugar a un cuadro subclínico tica y por lo tanto necesariamente in-
la clasificación de las fracturas del anillo de embolia grasa, pero sólo se manifies- completa, puede decirse que existen bá-
del axis (fracturas del ahorcado). (Véase ta clínicamente en un 0,5 a un 2 % de sicamente dos teorías para explicar la
en fractur
fractura,a, y también fracturas del axis las fracturas únicas de los huesos largos, patogenia del síndrome embólico. Por
en el apartado r aquis cervical.)
cervical. y en un 10 % de las fracturas múltiples un lado, la teoría mecánica (la más sen-
Ehalt, Walther
Walther.. Cirujano alemán, de o en las fracturas inestables de la pelvis cilla), según la cual las gotas de grasa
Graz (1902-1976). Introdujo un trata- (Gossling y Pellegrini).. Estos datos se re- circulantes en la sangre, procedentes de
miento de las fracturas del calcáneo fieren a sujetos adultos. En los niños, la la medula ósea, son detenidas a nivel de
mediante elevación del fragmento ex- incidencia es mucho más baja (unas un vaso cuyo calibre no permite su paso,
terno y artrodesis calcaneoastragalina 100 veces menor), indudablemente re- o sea, de forma parecida a lo que ocurre
con un injerto óseo en forma de cuña, y lacionado con el menor contenido en con el tromboembolismo pulmonar.
una reducción a cielo abierto de las medula grasa de los huesos largos in- Hay que apresurarse a decir que esta ex-
fracturas de la cabeza del radio. fantiles. plicación, como causa única del embo-
embolia grasa,
grasa, síndrome postraumá
postraumá-- Entre los factores predisponentes cabe lismo graso, no satisface hoy día a nadie
tico de la. El síndrome de la embolia citar la mielodisplasia, las enfermedades ni es mínimamente aceptable. Sin em-
grasa es una causa importante de mor- del colágeno, la osteoporosis y las in- bargo, tampoco puede ser rechazada en
bilidad y de mortalidad consecutivas a movilizaciones muy prolongadas en su totalidad, desde el momento en que
una fractura ósea, particularmente en cama, previas al traumatismo, y como es se acepta que el origen de la grasa cau-
casos de traumatismos graves y en poli- fácil suponer, las causas de embolia gra- sante del embolismo procede de la que
traumatizados. Por otro lado, las fractu- sa citadas anteriormente (diabetes, neo- existe en la medula ósea, y la estructura
ras, y en especial las fracturas de los plasias, etc.). Como posibles causas de- química de una y otra es en algunos as-
huesos largos, son la causa más fre- terminantes (aparte de las fracturas en sí pectos (pero no en todos) la misma. Por
cuente —aunque no la única— del cua- mismas) se ha descrito el fresado de la otro lado, la teoría fisicoquímica busca
dro descrito con este nombre. No es por cavidad medular para la aplicación de la explicación en las alteraciones quí-
casualidad que el primero en formular clavos endomedulares y las prótesis de micas que sufre la sustancia grasa
un diagnóstico clínico (premortem) del cadera para el tratamiento de la extremi- como consecuencia del trauma, y que
mismo fuese Von Bergmann, en 1873, dad superior del fémur, opinión con la unidas a los cambios que sufre la co-
como consecuencia precisamente de cual no están de acuerdo actualmente la rriente sanguínea en la microcircula-
una fractura conminuta diafisaria del fé- mayoría de traumatólogos, para los cua- ción pulmonar dan origen a perturba-
mur, en un sujeto de 39 años. La causa les la fijación endomedular de las frac- ciones de la perfusión y
más frecuente, como se ha dicho, pero turas diafisarias no solamente no au- consecutivamente a la hipoxia tisular.
no la única, puede tener origen en mu- menta el riesgo de embolia grasa, sino Argumentando en esta línea, Peltier sos-
chos otros procesos que poco tienen que lo disminuye por el efecto profilác- tuvo la hipótesis de que la grasa liberada
que ver con los traumatismos y menos tico que se logra con la fijación de los a nivel del hueso fracturado se degrada
con las fracturas: diabetes, infecciones fragmentos. Sobre este importante tema a través de sucesivas transformaciones
graves, neoplasias, anestesia por inhala- se insistirá más adelante. que no es necesario recordar en detalle,
enclavamiento 100 101 epitróclea

hasta dar lugar a la formación de ácidos cuadro descrito aparecen petequias, lo- nico, las ventajas que proporciona una fémur, fracturas de
clavo-placas. (Véase fémur, mediastínico), debido al escape de aire bién pueden observarse, con menos fre-
grasos tóxicos, capaces de producir le- calizadas en forma muy característica y inmovilización inmediata de los frag- la extemidad proximal.) Utilizados poste- a través de un desgarro de la pleura pa- cuencia, pero con características pare-
siones en el endotelio de los vasos pul- simétrica en la parte superior del tórax, mentos superan ampliamente las su- riormente en el tratamiento de otras frac- rietal, coincidente con una sinequia cidas, en los adultos. Pueden presentarse
monares. Pero tampoco esta explicación base del cuello, axilas y conjuntivas. El puestas desventajas, como medida de turas diafisarias y metafisarias de los hue- pleural, o de la rotura de la tráquea o de como una lesión aislada o asociada a una
original de Peltier, o sus muchas modifi- examen del fondo de ojo pone a veces prevención del síndrome. sos largos, especialmente el fémur. un bronquio importante. (Véase toráci-
toráci- luxación posterior del codo.
caciones ulteriores, gozan de una acep- de relieve microinfartos retinianos que Otras medidas profilácticas: fémur fracturas diafisarias y frac-
(Véase fémur, cos, traumatismos.
traumatismos.) Mecanismo de producción. Práctica-
tación unánime. Es bastante probable pueden dejar trastornos permanentes de a) Alcohol endovenoso. Varios auto- turas de la extremidad distal.) entlasis (del gr. en, dentro, y thlasis, frac- mente la totalidad de estas lesiones se
que los factores patogénicos del embo- la visión. res han coincidido en la curiosa obser- enfisema (del gr. en, dentro, y physa, so- tura).. Fractura con hundimiento. producen por arrancamiento como con-
lismo graso sean múltiples, sin ser nin- Datos de laboratorio. El más significati- vación de que los fracturados en estado plo).. Infiltración gaseosa, especialmen- entorsis. Lesión traumática de una articu- secuencia de la fuerte tracción ejercida
guno excluyente de los demás. El factor vo y más constante es el descenso de la de embriaguez ofrecen menos probabi- te aire, en el tejido celular subcutáneo o lación, que resulta de su distensión brus- sobre la epitróclea por los músculos que
puramente mecánico es imprescindible pO2 en la sangre arterial. Este descenso, lidades de embolismo graso que los su- pulmonar. ca, con arrancamiento de los ligamentos en ella se insertan, o por los ligamentos
para provocar el síndrome, dado que la dentro de ciertos límites, se observa con jetos sobrios, con fracturas análogas. enfisema mediastínico. Presencia de aire y sin que haya desplazamiento perma- colaterales internos, en los desplaza-
grasa circulante procede indiscutible- frecuencia en los traumatizados graves, Suponiendo con ello que el alcohol ac- en el espacio mediastínico, como con- nente de las superficies articulares. mientos violentos del antebrazo hacia
mente del foco de fractura, desde donde sin manifestaciones de embolismo gra- túa como emulsionante de la grasa y su- secuencia de la rotura de la tráquea o epifisiólisis. Desprendimiento de la epí- fuera. Cuando se trata de niños, como es
es transportada hasta los pulmones. Pero so. Los síntomas respiratorios aparecen giriendo su perfusión endovenosa como de un bronquio principal en los trauma- fisis de un hueso. lo más frecuente, puede considerarse
no sería suficiente por sí solo si no se cuando alcanza valores por debajo de medida profiláctica del embolismo gra- tismos graves del tórax. (Véase toráci-
toráci- epifisiólisis traumática
traumática de la tibia. Véa- como un verdadero desprendimiento
añadiesen los factores fisicoquímicos los 60 mg de mercurio. La trombocito- so, sin que la práctica haya confirmado cos, traumatismos.
traumatismos.) se en el artículo tobillo el apartado apofisario que afecta al núcleo de osifi-
someramente esbozados en líneas ante- penia es otro de los datos que propor- de una manera mínimamente convin- enfisema subcutáneo traumático.
traumático. Pre- fracturas de los niños y adolescentes. cación epitroclear, el cual aparece a los
riores (lentificación de la corriente san- ciona el análisis de sangre. Algunas téc- cente esta suposición. sencia de aire en el tejido subcutáneo, episternón. Manubrio del esternón. 9 años y no se fusiona definitivamente
guínea microvascular, alteraciones de la nicas de laboratorio, más complicadas b) Análogos efectos —y análogos re- procedente de una rotura traqueobron- epistrófeo (del gr. epistropheus, que gira con el resto de la metáfisis humeral has-
coagulabilidad, productos tóxicos de y específicas, permiten detectar la pre- sultados— se lograrían mediante la per- quial o de un hemotórax por presión, en sobre un pivote).. Segunda vértebra cer- ta los 10 años (fig. 1).
degradación, liberación de sustancias sencia de grasa en la sangre circulante. fusión endovenosa con albúminas, so- algunos traumatismos graves del tórax. vical o axis. Anatomía patológica. Principales for-
vasoactivas, etc.), cuyo resultado final es Tratamiento bre las cuales se fija el 99 % de los (Véase torácicos, traumatismos. mas anatomoclínicas y clasificación. El
traumatismos.) epitróclea. Fr Fr acturas.
acturas. Algo menos fre-
un aumento de la permeabilidad vascu- Medidas inmediatas de asistencia al ac- ácidos grasos libres circulantes, elimi- enfisema traumático. trazo de la fractura es siempre vertical,
traumático. Infiltración ga- cuentes que las del cóndilo, represen-
lar, y con ella la hipoxia tisular, que cidentado. Como en todo traumatismo nándose del torrente circulatorio prácti- el fragmento epitroclear puede ser más
seosa de los espacios subcutáneos o en tan un 15 % aproximadamente de todas
afecta no sólo a los pulmones, sino tam- grave, pero particularmente ante la camente en su totalidad, procedimiento o menos grande, y su desplazamiento
el mediastino (enfisema subcutáneo o las fracturas del codo en los niños. Tam-
bién a otros órganos: cerebro, riñón, etc. amenaza de un embolismo graso, es muy discutido que ha logrado poco puede ser más o menos acentuado, lo
Cuadro clínico. Las primeras manifes- muy importante evitar todo movimiento arraigo en la práctica traumatológica. El que determina los tipos de fractura más
taciones clínicas del síndrome pueden innecesario, inmovilizando los miem- dextrán de bajo peso molecular actua- frecuentes:
aparecer muy precozmente, dentro de bros lesionados antes del transporte. Al ría disminuyendo la viscosidad sanguí- 1) Fracturas sin desplazamiento o con
las primeras 12 horas después del acci- ingreso, lo más urgente es asegurar la nea y facilitando con ello la microcircu- A B desplazamiento mínimo.
dente o la operación. También pueden permeabilidad de las vías respiratorias y lación pulmonar, pero tampoco se ha 2) Desplazamientos importantes (1 cm
hacerlo algo más tarde, pero siempre (o la ventilación pulmonar, si es preciso acreditado como un método mínima- o más) con pérdida parcial o total de
casi siempre) dentro de las primeras 48 con respiración asistida, así como resti- mente seguro de evitar o disminuir el contacto entre los fragmentos.
horas. Su característica más importante tuir el volumen sanguíneo y el balance peligro de embolismo graso. 3) Interposición del fragmento epitro-
es la brusquedad de su aparición y la rá- electrolítico. Tratamiento curativo. Una vez estable- clear en la articulación humerocubital
pida instauración de un cuadro respira- Tratamiento profiláctico. Estabilización cido y diagnosticado el síndrome de la (fig. 2).
torio sumamente aparatoso: taquipnea, de las fracturas. Es la medida profilácti- embolia grasa, la medida más urgente y La fractura epitroclear puede ser, por
cianosis, tos, expectoración hemoptoica ca más eficaz para sortear el riesgo de más importante es la oxigenación del otro lado, simple o aislada, o bien aso-
y signos auscultatorios de edema pul- una embolia grasa, y la primera que paciente mediante respiración asisistida ciada a otras fracturas del codo: supra-
monar. En la radiografía, focos disemi- debe ser tomada en consideración por si es necesario, y oxigenoterapia, segui- condílea, coronoidea, del cóndilo, del
nados de opacidad en los dos pulmones. parte del traumatólogo, una vez estabi- da de la restitución del volumen sanguí- FIG. 1. Imagen de la línea de crecimiento apofisario de la epitróclea, en un niño de 10 años (A), fá- olécranon o de la cabeza del radio.
En la sangre, un descenso importante de lizado el estado general y superado el neo y demás medidas habituales contra cil de confundir con una fractura epitroclear (B). Como ya se ha dicho, es una complica-
la pO2. Este cuadro respiratorio agudo e peligro inmediato de un desenlace fatal. el shock hipovolémico. Como medidas ción frecuente de las luxaciones del
importante se acompaña pronto de otros La experiencia clínica acumulada des- coadyuvantes se ha recomendado la ad- codo.
síntomas no menos alarmantes: de aproximadamente los años 70 con- ministración de corticosteroides, suero Clínica y diagnóstico. El dolor espon-
a) Fiebre, que puede ser elevada (39- firman plenamente este aserto. Las esta- glucosado hipertónico y heparina, con táneo y la hinchazón sobre la región
41 oC). dísticas comparadas entre series de resultados difíciles de valorar y cuya epitroclear son síntomas constantes que
b) Trastornos psíquicos y de la con- casos tratados ortopédicamente (en ge- aplicación y dosificación es más com- ponen sobre la pista de la posible frac-
ducta: agitación e irritabilidad, que hace neral con extensión-suspensión) y los petencia de los intensivistas o neumató- tura de epitróclea. Cuando la palpación
difícilmente controlable al paciente; tratados de inmediato con fijación inter- logos que de los traumatólogos. es posible, puede apreciarse, aparte del
confusión, que en los casos graves pue- na de las fracturas, arroja un balance enclav
enclavamiento. Penetración de un frag- dolor a la presión sobre la epitróclea,
de conducir al estupor y al coma. claramente positivo a favor de esta últi- mento de fractura en otro. un cambio de posición de la misma en
c) Incontinencia vesical, que puede ma. El aserto es igualmente válido para Ender, clavos de (de Joseph E. Ender, ciru-
Ender, clav relación a los otros salientes óseos veci-
aparecer precozmente y ser el síntoma las fracturas de los huesos largos tratado jano austriaco, nacido en 1915).. Clavos nos (fig. 3). La radiografía no siempre es
precursor del síndrome, en un curso con enclavado endomedular, con o sin elásticos, de pequeño calibre, propuestos concluyente, debido a la fácil confusión
evolutivo postraumático aparentemente fresado previo de la cavidad, en contra inicialmente por su autor en 1969 para el de la línea de fractura con la línea de
normal. Una incontinencia urinaria en de lo que inicialmente se suponía, y en tratamiento de las fracturas de la región crecimiento apofisario, presente, según
un sujeto joven fracturado, en los pri- contra de la idea simplista según la cual trocantérea por enclavado a cielo cerrado se ha dicho, hasta los 16 o 17 años. Una
meros días después del traumatismo, es el embolismo estaría provocado por el y múltiple (enclavado fasciculado de En- vez más hay que insistir en la necesidad
un anuncio casi inequívoco de un sín- paso a la sangre de grasas neutras movi- der). Tienen la ventaja de necesitar una de practicar siempre radiografías com-
drome de embolia grasa inminente. lizadas por el enclavado. Aun contando operación mínima y ofrecer una sujeción FIG. 2. Fractura por avulsión de la epitróclea en las subluxaciones del codo, e interposición del frag- parativas de los dos lados.
Al segundo o tercer día de iniciado el con la posibilidad de este factor patogé- con brazo de palanca más corto que los mento en la articulación después de la reducción. Normas generales de tratamiento
enclavamiento 100 101 epitróclea

hasta dar lugar a la formación de ácidos cuadro descrito aparecen petequias, lo- nico, las ventajas que proporciona una fémur, fracturas de
clavo-placas. (Véase fémur, mediastínico), debido al escape de aire bién pueden observarse, con menos fre-
grasos tóxicos, capaces de producir le- calizadas en forma muy característica y inmovilización inmediata de los frag- la extemidad proximal.) Utilizados poste- a través de un desgarro de la pleura pa- cuencia, pero con características pare-
siones en el endotelio de los vasos pul- simétrica en la parte superior del tórax, mentos superan ampliamente las su- riormente en el tratamiento de otras frac- rietal, coincidente con una sinequia cidas, en los adultos. Pueden presentarse
monares. Pero tampoco esta explicación base del cuello, axilas y conjuntivas. El puestas desventajas, como medida de turas diafisarias y metafisarias de los hue- pleural, o de la rotura de la tráquea o de como una lesión aislada o asociada a una
original de Peltier, o sus muchas modifi- examen del fondo de ojo pone a veces prevención del síndrome. sos largos, especialmente el fémur. un bronquio importante. (Véase toráci-
toráci- luxación posterior del codo.
caciones ulteriores, gozan de una acep- de relieve microinfartos retinianos que Otras medidas profilácticas: fémur fracturas diafisarias y frac-
(Véase fémur, cos, traumatismos.
traumatismos.) Mecanismo de producción. Práctica-
tación unánime. Es bastante probable pueden dejar trastornos permanentes de a) Alcohol endovenoso. Varios auto- turas de la extremidad distal.) entlasis (del gr. en, dentro, y thlasis, frac- mente la totalidad de estas lesiones se
que los factores patogénicos del embo- la visión. res han coincidido en la curiosa obser- enfisema (del gr. en, dentro, y physa, so- tura).. Fractura con hundimiento. producen por arrancamiento como con-
lismo graso sean múltiples, sin ser nin- Datos de laboratorio. El más significati- vación de que los fracturados en estado plo).. Infiltración gaseosa, especialmen- entorsis. Lesión traumática de una articu- secuencia de la fuerte tracción ejercida
guno excluyente de los demás. El factor vo y más constante es el descenso de la de embriaguez ofrecen menos probabi- te aire, en el tejido celular subcutáneo o lación, que resulta de su distensión brus- sobre la epitróclea por los músculos que
puramente mecánico es imprescindible pO2 en la sangre arterial. Este descenso, lidades de embolismo graso que los su- pulmonar. ca, con arrancamiento de los ligamentos en ella se insertan, o por los ligamentos
para provocar el síndrome, dado que la dentro de ciertos límites, se observa con jetos sobrios, con fracturas análogas. enfisema mediastínico. Presencia de aire y sin que haya desplazamiento perma- colaterales internos, en los desplaza-
grasa circulante procede indiscutible- frecuencia en los traumatizados graves, Suponiendo con ello que el alcohol ac- en el espacio mediastínico, como con- nente de las superficies articulares. mientos violentos del antebrazo hacia
mente del foco de fractura, desde donde sin manifestaciones de embolismo gra- túa como emulsionante de la grasa y su- secuencia de la rotura de la tráquea o epifisiólisis. Desprendimiento de la epí- fuera. Cuando se trata de niños, como es
es transportada hasta los pulmones. Pero so. Los síntomas respiratorios aparecen giriendo su perfusión endovenosa como de un bronquio principal en los trauma- fisis de un hueso. lo más frecuente, puede considerarse
no sería suficiente por sí solo si no se cuando alcanza valores por debajo de medida profiláctica del embolismo gra- tismos graves del tórax. (Véase toráci-
toráci- epifisiólisis traumática
traumática de la tibia. Véa- como un verdadero desprendimiento
añadiesen los factores fisicoquímicos los 60 mg de mercurio. La trombocito- so, sin que la práctica haya confirmado cos, traumatismos.
traumatismos.) se en el artículo tobillo el apartado apofisario que afecta al núcleo de osifi-
someramente esbozados en líneas ante- penia es otro de los datos que propor- de una manera mínimamente convin- enfisema subcutáneo traumático.
traumático. Pre- fracturas de los niños y adolescentes. cación epitroclear, el cual aparece a los
riores (lentificación de la corriente san- ciona el análisis de sangre. Algunas téc- cente esta suposición. sencia de aire en el tejido subcutáneo, episternón. Manubrio del esternón. 9 años y no se fusiona definitivamente
guínea microvascular, alteraciones de la nicas de laboratorio, más complicadas b) Análogos efectos —y análogos re- procedente de una rotura traqueobron- epistrófeo (del gr. epistropheus, que gira con el resto de la metáfisis humeral has-
coagulabilidad, productos tóxicos de y específicas, permiten detectar la pre- sultados— se lograrían mediante la per- quial o de un hemotórax por presión, en sobre un pivote).. Segunda vértebra cer- ta los 10 años (fig. 1).
degradación, liberación de sustancias sencia de grasa en la sangre circulante. fusión endovenosa con albúminas, so- algunos traumatismos graves del tórax. vical o axis. Anatomía patológica. Principales for-
vasoactivas, etc.), cuyo resultado final es Tratamiento bre las cuales se fija el 99 % de los (Véase torácicos, traumatismos. mas anatomoclínicas y clasificación. El
traumatismos.) epitróclea. Fr Fr acturas.
acturas. Algo menos fre-
un aumento de la permeabilidad vascu- Medidas inmediatas de asistencia al ac- ácidos grasos libres circulantes, elimi- enfisema traumático. trazo de la fractura es siempre vertical,
traumático. Infiltración ga- cuentes que las del cóndilo, represen-
lar, y con ella la hipoxia tisular, que cidentado. Como en todo traumatismo nándose del torrente circulatorio prácti- el fragmento epitroclear puede ser más
seosa de los espacios subcutáneos o en tan un 15 % aproximadamente de todas
afecta no sólo a los pulmones, sino tam- grave, pero particularmente ante la camente en su totalidad, procedimiento o menos grande, y su desplazamiento
el mediastino (enfisema subcutáneo o las fracturas del codo en los niños. Tam-
bién a otros órganos: cerebro, riñón, etc. amenaza de un embolismo graso, es muy discutido que ha logrado poco puede ser más o menos acentuado, lo
Cuadro clínico. Las primeras manifes- muy importante evitar todo movimiento arraigo en la práctica traumatológica. El que determina los tipos de fractura más
taciones clínicas del síndrome pueden innecesario, inmovilizando los miem- dextrán de bajo peso molecular actua- frecuentes:
aparecer muy precozmente, dentro de bros lesionados antes del transporte. Al ría disminuyendo la viscosidad sanguí- 1) Fracturas sin desplazamiento o con
las primeras 12 horas después del acci- ingreso, lo más urgente es asegurar la nea y facilitando con ello la microcircu- A B desplazamiento mínimo.
dente o la operación. También pueden permeabilidad de las vías respiratorias y lación pulmonar, pero tampoco se ha 2) Desplazamientos importantes (1 cm
hacerlo algo más tarde, pero siempre (o la ventilación pulmonar, si es preciso acreditado como un método mínima- o más) con pérdida parcial o total de
casi siempre) dentro de las primeras 48 con respiración asistida, así como resti- mente seguro de evitar o disminuir el contacto entre los fragmentos.
horas. Su característica más importante tuir el volumen sanguíneo y el balance peligro de embolismo graso. 3) Interposición del fragmento epitro-
es la brusquedad de su aparición y la rá- electrolítico. Tratamiento curativo. Una vez estable- clear en la articulación humerocubital
pida instauración de un cuadro respira- Tratamiento profiláctico. Estabilización cido y diagnosticado el síndrome de la (fig. 2).
torio sumamente aparatoso: taquipnea, de las fracturas. Es la medida profilácti- embolia grasa, la medida más urgente y La fractura epitroclear puede ser, por
cianosis, tos, expectoración hemoptoica ca más eficaz para sortear el riesgo de más importante es la oxigenación del otro lado, simple o aislada, o bien aso-
y signos auscultatorios de edema pul- una embolia grasa, y la primera que paciente mediante respiración asisistida ciada a otras fracturas del codo: supra-
monar. En la radiografía, focos disemi- debe ser tomada en consideración por si es necesario, y oxigenoterapia, segui- condílea, coronoidea, del cóndilo, del
nados de opacidad en los dos pulmones. parte del traumatólogo, una vez estabi- da de la restitución del volumen sanguí- FIG. 1. Imagen de la línea de crecimiento apofisario de la epitróclea, en un niño de 10 años (A), fá- olécranon o de la cabeza del radio.
En la sangre, un descenso importante de lizado el estado general y superado el neo y demás medidas habituales contra cil de confundir con una fractura epitroclear (B). Como ya se ha dicho, es una complica-
la pO2. Este cuadro respiratorio agudo e peligro inmediato de un desenlace fatal. el shock hipovolémico. Como medidas ción frecuente de las luxaciones del
importante se acompaña pronto de otros La experiencia clínica acumulada des- coadyuvantes se ha recomendado la ad- codo.
síntomas no menos alarmantes: de aproximadamente los años 70 con- ministración de corticosteroides, suero Clínica y diagnóstico. El dolor espon-
a) Fiebre, que puede ser elevada (39- firman plenamente este aserto. Las esta- glucosado hipertónico y heparina, con táneo y la hinchazón sobre la región
41 oC). dísticas comparadas entre series de resultados difíciles de valorar y cuya epitroclear son síntomas constantes que
b) Trastornos psíquicos y de la con- casos tratados ortopédicamente (en ge- aplicación y dosificación es más com- ponen sobre la pista de la posible frac-
ducta: agitación e irritabilidad, que hace neral con extensión-suspensión) y los petencia de los intensivistas o neumató- tura de epitróclea. Cuando la palpación
difícilmente controlable al paciente; tratados de inmediato con fijación inter- logos que de los traumatólogos. es posible, puede apreciarse, aparte del
confusión, que en los casos graves pue- na de las fracturas, arroja un balance enclav
enclavamiento. Penetración de un frag- dolor a la presión sobre la epitróclea,
de conducir al estupor y al coma. claramente positivo a favor de esta últi- mento de fractura en otro. un cambio de posición de la misma en
c) Incontinencia vesical, que puede ma. El aserto es igualmente válido para Ender, clavos de (de Joseph E. Ender, ciru-
Ender, clav relación a los otros salientes óseos veci-
aparecer precozmente y ser el síntoma las fracturas de los huesos largos tratado jano austriaco, nacido en 1915).. Clavos nos (fig. 3). La radiografía no siempre es
precursor del síndrome, en un curso con enclavado endomedular, con o sin elásticos, de pequeño calibre, propuestos concluyente, debido a la fácil confusión
evolutivo postraumático aparentemente fresado previo de la cavidad, en contra inicialmente por su autor en 1969 para el de la línea de fractura con la línea de
normal. Una incontinencia urinaria en de lo que inicialmente se suponía, y en tratamiento de las fracturas de la región crecimiento apofisario, presente, según
un sujeto joven fracturado, en los pri- contra de la idea simplista según la cual trocantérea por enclavado a cielo cerrado se ha dicho, hasta los 16 o 17 años. Una
meros días después del traumatismo, es el embolismo estaría provocado por el y múltiple (enclavado fasciculado de En- vez más hay que insistir en la necesidad
un anuncio casi inequívoco de un sín- paso a la sangre de grasas neutras movi- der). Tienen la ventaja de necesitar una de practicar siempre radiografías com-
drome de embolia grasa inminente. lizadas por el enclavado. Aun contando operación mínima y ofrecer una sujeción FIG. 2. Fractura por avulsión de la epitróclea en las subluxaciones del codo, e interposición del frag- parativas de los dos lados.
Al segundo o tercer día de iniciado el con la posibilidad de este factor patogé- con brazo de palanca más corto que los mento en la articulación después de la reducción. Normas generales de tratamiento
Erb-Duchenne 102 103 escápula

sobre la cara interna del codo ofrece un so son, por tanto, poco frecuentes y en
fácil acceso a la epitróclea, cuya super- general de escasa gravedad.
ficie de fractura puede ser afrontada sin Variedades anatomoclínicas (fig. 1).
dificultad a la superficie correspondien- Fracturas del cuerpo de la escápula.
te de la metáfisis humeral. La fijación Sólo pueden producirse por un trauma-
puede hacerse por medio de alambres tismo directo de cierta violencia sobre
de Kirschner, o preferiblemente median- la región escapular. Puede asociarse,
te un tornillo de osteosíntesis (fig. 4). debido a ello, a otras lesiones torácicas
Erb-Duchenne,
Erb-Duchenne, parálisis de (de Wil- o de la extremidad superior, que en ge-
helm Heinrich Erb, médico alemán, neral revisten más importancia que la
1840-1921, y Guillaume Benjamin A. propia lesión escapular. También se
Duchenne, neurólogo francés, 1806- acompañan con frecuencia de hemato-
1875).. Parálisis del plexo braquial cau- mas importantes que pueden repercutir
FIG. 3. Relación entre los puntos óseos de re- sada por traumatismo obstétrico de sus seriamente sobre el estado general del
ferencia en las fracturas desplazadas de la epi- ramas superiores. (Véase plexo bra bra - accidentado y dar más que hacer que la
tróclea. quial, traumatismos.) propia lesión ósea. El tratamiento, apar- FIG. 5. Fractura del acromion. Lesión frecuente en las luxaciones superiores de la cabeza humeral.
Erb, Wilhelm
Wilhelm Heinrich
Heinrich (1840-1921).
( te de atender a la pérdida de sangre y a
Neurólogo alemán, de Heidelberg, que las otras lesiones asociadas, no requiere
describió en 1877 el tipo de parálisis más que reposo y un vendaje blando li- tua presión del húmero contra el acro- lación luxaciones y subluxaciones.)
lación,
obstétrica del plexo branquial de hoy se geramente inmovilizador. mion. La tracción continua sobre el bra- Anatomía patológica. El trazo de las frac-
conoce también como «parálisis de Fracturas del cuello de la glenoides. zo, colocado en ángulo recto respecto al turas transglenoideas es en general único
Erb». Curiosamente, sólo uno de sus Se producen siempre por un mecanis- tronco, según recomiendan algunos au- y no tiene una dirección preferente, pero
cinco casos descritos en su trabajo ori- mo indirecto, debido a golpes transmiti- tores, es difícil de mantener en la prácti- puede ser múltiple, dando lugar a un es-
ginal correspondía a una lesión por dos a través del húmero, bien sea por ca y lograr que cumpla su objetivo. La tallido o fractura conminuta de la glenoi-
FIG. 2. Mecanismo de producción y despla-
traumatismo obstétrico. Los demás eran golpes laterales sobre el hombro o reducción operatoria, únicamente justi- des. En general, los fragmentos no están
zamiento de las fracturas del cuello de la gle-
consecuencia de afecciones vertebrales por caídas sobre la mano o el codo con noides. ficada en casos de desplazamiento muy muy desplazados entre sí. Sin embargo,
o de tumores de Pancoast. el brazo en abducción (fig. 2). pronunciados e irreductibles, se plantea hay que señalar que un desplazamiento,
Erichsen (John Eric).
Erichsen (John Eric) Cirujano inglés Anatomía patológica. El trazo de la frac- muy excepcionalmente. aunque no sea muy pronunciado, puede
(1818-1896). Describió un cortejo sin- tura, siempre vertical, coincide con el más constantes, más acusados y en ge- Fracturas de la cavidad glenoidea. dar lugar a una incongruencia articular y
tomático que se observa a veces des- cuello de la glenoides. El fragmento gle- neral los únicos. En ocasiones puede Pueden ser fracturas transglenoideas, fenómenos secundarios de artrosis. Esto
pués de accidentes y que puede adop- noideo, con la cabeza humeral y la co- apreciarse por palpación externa el des- cuyo trazo divide la glenoides en dos o constituye quizás el elemento más grave
tar formas clínicas diversas: racoides, tiende a desplazarse hacia censo de la cabeza humeral y su sepa- más fragmentos de gran tamaño, o frac- de estas lesiones. Por lo demás, y debido
neurasténica, histérica, hipocondríaca, abajo por el peso del brazo. Pero en ge- ración del acromion. La radiografía per- turas marginales, con un pequeño des- a la violencia del traumatismo que las
etc. (enfermedad de Erichsen). Observó neral este desplazamiento es poco acu- mite establecer el diagnóstico con poco prendimiento del reborde glenoideo produce, suelen asociarse a otras lesiones
FIG. 4. Ejemplo de osteosíntesis con tornillo sado, debido a la fuerte unión de la co-
el dolor determinado a nivel de la inter- margen de dudas. (fig. 3). Las primeras obedecen a los mis- de las partes óseas o blandas de la región.
de esponjosa para la fijación del fragmento des
línea sacroilíaca en la sacrocoxalgia, racoides con la clavícula y el acromion. Tratamiento. Basta, con frecuencia, em- mos mecanismos que producen las frac- Clínica y diagnóstico. Los síntomas clí-
prendido de la epitróclea.
por la aproximación de los huesos ilía- Clínica y diagnóstico. El dolor y la im- pujar hacia arriba el brazo, haciendo al turas del cuello (fig. 4). Las segundas se nicos no difieren sustancialmente de los
cos, apoyando bruscamente las manos potencia funcional son los síntomas mismo tiempo presión hacia abajo so- asocian con frecuencia a las luxaciones de todas las lesiones traumáticas graves
1) Las fracturas no desplazadas, o con sobre las espinas ilíacas anteriores y su- bre el acromion, para reducir el despla- glenohumerales y son descritas en el del hombro: dolor, impotencia funcio-
desplazamiento mínimo, pueden inmo- periores (signo de Erichsen). zamiento existente. En tales casos, es su- apartado correspondiente a estas lesio- nal, etc. El diagnóstico radiográfico pue-
vilizarse mediante vendaje de escayola escafoides (del gr. skaphe, barca, y eidos, Fractura ficiente la inmovilización con vendaje nes. (Véase escapulohumeral,
escapulohumeral, articu-
articu- de ser difícil por la superposición de
aplicado sin anestesia, con la precau- aspecto). Hueso más externo y mayor del blando o adhesivo que mantenga la mu- planos, que enmascara —o puede
ción de inmovilizar la mano para evitar de la primera fila del carpo. Para las acromion enmascarar— la línea de fractura. Son
las contracciones de los músculos fle- fracturas, necrosis y seudoartrosis de Fractura de necesarias a veces radiografías compa-
xores del carpo y pronadores, que pue- este hueso, véase fracturas del escafoi- la coronoides rativas de los dos lados, en diversas
den ocasionar desplazamientos secun- des en el apartado muñeca. proyecciones (anteroposterior, obli-
darios debajo del yeso. grande, síndrome del. Frac-
escafoides grande, cuas, axiales y transtorácicas), y prefe-
2) Las fracturas poco desplazadas tura asociada del escafoides y del hue- Fractura
rentemente bajo control previo con am-
pueden reducirse a veces en beneficio so grande, motivo de una artritis trau- de la plificador de imagen para poder
de movimientos imprimidos al antebra- mática dolorosa crónica, cuando no es glenoides visualizar la línea de fractura o el des-
zo, colocación del mismo en prona- tratada adecuadamente. plazamiento.
ción, para relajar el pronador redondo, escalp. Despegamiento total o parcial del M Tratamiento. En general, se limita al
y presión manual sobre el fragmento cuero cabelludo en los traumatismos simple reposo e inmovilización con
epitroclear. Cuando la reducción se ha del cráneo. (Véase craneoencefáli
craneoencefáli-- TG vendaje blando, hasta que la desapa-
conseguido, el fragmento puede fijarse cos, traumatismos.) Fractura rición del dolor permite iniciar una
mediante un yeso, con las precauciones escápula. FrFracturas.
acturas. La escápula es poco del cuello prudente movilización del brazo. La re-
antedichas, o con agujas de Kirschner vulnerable a los traumatismos directos, ducción por maniobras externas es
introducidas a través de la piel, bajo por ocupar una situación relativamente prácticamente imposible. La extensión
Fractura del
control radioscópico. profunda y estar protegida por una grue- cuerpo
continua no resuelve nada. La reduc-
3) En las fracturas muy desplazadas o sa cubierta muscular, y a los traumatis- ción quirúrgica se plantea excepcional-
con inclusión del fragmento en la línea mos indirectos por su propia movilidad, FIG. 1. Principales variedades anatomopatoló- FIG. 3. Modalidades más frecuentes de fracturas mente en sujetos jóvenes y en los des-
articular es casi inevitable la reducción que amortigua los golpes transmitidos gicas de fracturas de la escápula, según la loca- de la glenoides: TG, transglenoideas; M, mar- FIG. 4. Mecanismo habitual de producción de plazamientos pronunciados, que hacen
quirúrgica a cielo abierto. Una incisión por el húmero. Las fracturas de este hue- lización de su trazo. ginales. las fracturas transglenoideas. prever una incongruencia articular im-
Erb-Duchenne 102 103 escápula

sobre la cara interna del codo ofrece un so son, por tanto, poco frecuentes y en
fácil acceso a la epitróclea, cuya super- general de escasa gravedad.
ficie de fractura puede ser afrontada sin Variedades anatomoclínicas (fig. 1).
dificultad a la superficie correspondien- Fracturas del cuerpo de la escápula.
te de la metáfisis humeral. La fijación Sólo pueden producirse por un trauma-
puede hacerse por medio de alambres tismo directo de cierta violencia sobre
de Kirschner, o preferiblemente median- la región escapular. Puede asociarse,
te un tornillo de osteosíntesis (fig. 4). debido a ello, a otras lesiones torácicas
Erb-Duchenne,
Erb-Duchenne, parálisis de (de Wil- o de la extremidad superior, que en ge-
helm Heinrich Erb, médico alemán, neral revisten más importancia que la
1840-1921, y Guillaume Benjamin A. propia lesión escapular. También se
Duchenne, neurólogo francés, 1806- acompañan con frecuencia de hemato-
1875).. Parálisis del plexo braquial cau- mas importantes que pueden repercutir
FIG. 3. Relación entre los puntos óseos de re- sada por traumatismo obstétrico de sus seriamente sobre el estado general del
ferencia en las fracturas desplazadas de la epi- ramas superiores. (Véase plexo bra bra - accidentado y dar más que hacer que la
tróclea. quial, traumatismos.) propia lesión ósea. El tratamiento, apar- FIG. 5. Fractura del acromion. Lesión frecuente en las luxaciones superiores de la cabeza humeral.
Erb, Wilhelm
Wilhelm Heinrich
Heinrich (1840-1921).
( te de atender a la pérdida de sangre y a
Neurólogo alemán, de Heidelberg, que las otras lesiones asociadas, no requiere
describió en 1877 el tipo de parálisis más que reposo y un vendaje blando li- tua presión del húmero contra el acro- lación luxaciones y subluxaciones.)
lación,
obstétrica del plexo branquial de hoy se geramente inmovilizador. mion. La tracción continua sobre el bra- Anatomía patológica. El trazo de las frac-
conoce también como «parálisis de Fracturas del cuello de la glenoides. zo, colocado en ángulo recto respecto al turas transglenoideas es en general único
Erb». Curiosamente, sólo uno de sus Se producen siempre por un mecanis- tronco, según recomiendan algunos au- y no tiene una dirección preferente, pero
cinco casos descritos en su trabajo ori- mo indirecto, debido a golpes transmiti- tores, es difícil de mantener en la prácti- puede ser múltiple, dando lugar a un es-
ginal correspondía a una lesión por dos a través del húmero, bien sea por ca y lograr que cumpla su objetivo. La tallido o fractura conminuta de la glenoi-
FIG. 2. Mecanismo de producción y despla-
traumatismo obstétrico. Los demás eran golpes laterales sobre el hombro o reducción operatoria, únicamente justi- des. En general, los fragmentos no están
zamiento de las fracturas del cuello de la gle-
consecuencia de afecciones vertebrales por caídas sobre la mano o el codo con noides. ficada en casos de desplazamiento muy muy desplazados entre sí. Sin embargo,
o de tumores de Pancoast. el brazo en abducción (fig. 2). pronunciados e irreductibles, se plantea hay que señalar que un desplazamiento,
Erichsen (John Eric).
Erichsen (John Eric) Cirujano inglés Anatomía patológica. El trazo de la frac- muy excepcionalmente. aunque no sea muy pronunciado, puede
(1818-1896). Describió un cortejo sin- tura, siempre vertical, coincide con el más constantes, más acusados y en ge- Fracturas de la cavidad glenoidea. dar lugar a una incongruencia articular y
tomático que se observa a veces des- cuello de la glenoides. El fragmento gle- neral los únicos. En ocasiones puede Pueden ser fracturas transglenoideas, fenómenos secundarios de artrosis. Esto
pués de accidentes y que puede adop- noideo, con la cabeza humeral y la co- apreciarse por palpación externa el des- cuyo trazo divide la glenoides en dos o constituye quizás el elemento más grave
tar formas clínicas diversas: racoides, tiende a desplazarse hacia censo de la cabeza humeral y su sepa- más fragmentos de gran tamaño, o frac- de estas lesiones. Por lo demás, y debido
neurasténica, histérica, hipocondríaca, abajo por el peso del brazo. Pero en ge- ración del acromion. La radiografía per- turas marginales, con un pequeño des- a la violencia del traumatismo que las
etc. (enfermedad de Erichsen). Observó neral este desplazamiento es poco acu- mite establecer el diagnóstico con poco prendimiento del reborde glenoideo produce, suelen asociarse a otras lesiones
FIG. 4. Ejemplo de osteosíntesis con tornillo sado, debido a la fuerte unión de la co-
el dolor determinado a nivel de la inter- margen de dudas. (fig. 3). Las primeras obedecen a los mis- de las partes óseas o blandas de la región.
de esponjosa para la fijación del fragmento des
línea sacroilíaca en la sacrocoxalgia, racoides con la clavícula y el acromion. Tratamiento. Basta, con frecuencia, em- mos mecanismos que producen las frac- Clínica y diagnóstico. Los síntomas clí-
prendido de la epitróclea.
por la aproximación de los huesos ilía- Clínica y diagnóstico. El dolor y la im- pujar hacia arriba el brazo, haciendo al turas del cuello (fig. 4). Las segundas se nicos no difieren sustancialmente de los
cos, apoyando bruscamente las manos potencia funcional son los síntomas mismo tiempo presión hacia abajo so- asocian con frecuencia a las luxaciones de todas las lesiones traumáticas graves
1) Las fracturas no desplazadas, o con sobre las espinas ilíacas anteriores y su- bre el acromion, para reducir el despla- glenohumerales y son descritas en el del hombro: dolor, impotencia funcio-
desplazamiento mínimo, pueden inmo- periores (signo de Erichsen). zamiento existente. En tales casos, es su- apartado correspondiente a estas lesio- nal, etc. El diagnóstico radiográfico pue-
vilizarse mediante vendaje de escayola escafoides (del gr. skaphe, barca, y eidos, Fractura ficiente la inmovilización con vendaje nes. (Véase escapulohumeral,
escapulohumeral, articu-
articu- de ser difícil por la superposición de
aplicado sin anestesia, con la precau- aspecto). Hueso más externo y mayor del blando o adhesivo que mantenga la mu- planos, que enmascara —o puede
ción de inmovilizar la mano para evitar de la primera fila del carpo. Para las acromion enmascarar— la línea de fractura. Son
las contracciones de los músculos fle- fracturas, necrosis y seudoartrosis de Fractura de necesarias a veces radiografías compa-
xores del carpo y pronadores, que pue- este hueso, véase fracturas del escafoi- la coronoides rativas de los dos lados, en diversas
den ocasionar desplazamientos secun- des en el apartado muñeca. proyecciones (anteroposterior, obli-
darios debajo del yeso. grande, síndrome del. Frac-
escafoides grande, cuas, axiales y transtorácicas), y prefe-
2) Las fracturas poco desplazadas tura asociada del escafoides y del hue- Fractura
rentemente bajo control previo con am-
pueden reducirse a veces en beneficio so grande, motivo de una artritis trau- de la plificador de imagen para poder
de movimientos imprimidos al antebra- mática dolorosa crónica, cuando no es glenoides visualizar la línea de fractura o el des-
zo, colocación del mismo en prona- tratada adecuadamente. plazamiento.
ción, para relajar el pronador redondo, escalp. Despegamiento total o parcial del M Tratamiento. En general, se limita al
y presión manual sobre el fragmento cuero cabelludo en los traumatismos simple reposo e inmovilización con
epitroclear. Cuando la reducción se ha del cráneo. (Véase craneoencefáli
craneoencefáli-- TG vendaje blando, hasta que la desapa-
conseguido, el fragmento puede fijarse cos, traumatismos.) Fractura rición del dolor permite iniciar una
mediante un yeso, con las precauciones escápula. FrFracturas.
acturas. La escápula es poco del cuello prudente movilización del brazo. La re-
antedichas, o con agujas de Kirschner vulnerable a los traumatismos directos, ducción por maniobras externas es
introducidas a través de la piel, bajo por ocupar una situación relativamente prácticamente imposible. La extensión
Fractura del
control radioscópico. profunda y estar protegida por una grue- cuerpo
continua no resuelve nada. La reduc-
3) En las fracturas muy desplazadas o sa cubierta muscular, y a los traumatis- ción quirúrgica se plantea excepcional-
con inclusión del fragmento en la línea mos indirectos por su propia movilidad, FIG. 1. Principales variedades anatomopatoló- FIG. 3. Modalidades más frecuentes de fracturas mente en sujetos jóvenes y en los des-
articular es casi inevitable la reducción que amortigua los golpes transmitidos gicas de fracturas de la escápula, según la loca- de la glenoides: TG, transglenoideas; M, mar- FIG. 4. Mecanismo habitual de producción de plazamientos pronunciados, que hacen
quirúrgica a cielo abierto. Una incisión por el húmero. Las fracturas de este hue- lización de su trazo. ginales. las fracturas transglenoideas. prever una incongruencia articular im-
escapulohumeral 104 105 escapulohumeral

portante. dad de la articulación glenohumeral y dos ellos representados en la figura 1.


Fracturas del acromion (fig. 5). Son, su relativa inestabilidad están condicio- 5) Los ligamentos activos, o refuerzos
en general, fracturas marginales, de es- nadas a factores anatomofuncionales musculotendinosos, están representados
casa entidad clínica. Se producen con que le son propios y que conviene re- en primer lugar por las unidades que in-
cierta frecuencia en las luxaciones pos- cordar: tegran la cofia de los rotadores: subesca-
teriores de la cabeza humeral. Sólo pue- 1) La superficie articular del húmero pular por delante, supraespinoso por en-
den diagnosticarse, generalmente, en es cuatro veces más extensa que la de la cima e infraespinosos y redondo menor 1
las radiografías axiales. No requieren glenoides. En consecuencia, la zona de por detrás. Los demás músculos de la re-
más tratamiento que el reposo hasta contacto entre los dos huesos es relati- gión, deltoides redondo mayor y por- 3 1 2 2
que la desaparación del dolor permite vamente muy reducida. ción larga del bíceps, juegan un papel
iniciar la movilidad activa. 2) La superficie apenas excavada de muy secundario como elementos de fi-
escapulohumeral,
escapulohumeral, articulación. Luxa- la glenoides, a pesar de aumentar su jación, si es que juegan alguno.
ciones y subluxaciones concavidad a expensas del rodete o la- 6) Este sistema de sujeción, activa y
Consideraciones generales. La articula- brum glenoideo, no ejerce por sí misma pasiva, tiene sus puntos débiles, en los
ción escapulohumeral, o glenohume-ral, ninguna sujeción sobre la cabeza hu- cuales la cápsula no está reforzada o lo
es la enartrosis más movible del cuerpo meral, a diferencia de lo que ocurre a está muy poco. Uno de ellos es el espa-
humano. Esto le confiere la posibilidad nivel de la cadera. cio triangular situado entre el ligamento
de responder adecuadamente a sus exi- 3) La sujeción de la cabeza del húme- glenohumeral superior y el medio (fora-
gencias funcionales —el movimiento ro a la glenoides corre por tanto a cargo men de Weitbrecht, en la nómina ana- FIG. 3. Luxaciones anteriores más frecuentes: 1) FIG. 4. Luxaciones posteriores: 1) Subacro- FIG. 5. Luxación subclavicular.
del brazo—, pero, al mismo tiempo, es únicamente de las partes blandas que tómica francesa), a través del cual el in- Subcoracoidea. 2) Paracoracoidea anterointena. mial. 2) Infraespinosa.
una unión escasamente estable entre sus rodean la articulación. La cápsula está terior de la cavidad articular se 3) Paracoracoidea anteroexterna.
componentes, y en consecuencia, pre- reforzada por el sistema ligamentoso es- comunica —a veces— con la bolsa se-
senta una mayor facilidad de luxarse. capulohumeral formado por los liga- rosasubcoracoidea. Este espacio se si-
Las luxaciones de esta articulación son, mentos pasivos y los refuerzos muscu- túa a veces justamente por encima del manguito capsular donde la cápsula no reluxación y ser causa importante de las ción larga del tríceps. Según la posición
en efecto, más frecuentes que la totali- lotendinosos que constituyen lo que borde superior del subescapular, en se halla protegida por ningún músculo y luxaciones recidivantes. Igualmente se definitiva que adopta la cabeza luxada
dad de las demás luxaciones reunidas algunos llaman ligamentos activos de la cuyo caso no queda protegido por el donde se sitúa el punto más débil de la producen con frecuencia fracturas mar- respecto a la coracoides suele dividirse
del cuerpo humano. De ahí su especial articulación. mismo y constituye uno de los puntos misma. Es la zona del «receso axilar» ginales del reborde óseo de la glenoides entre los siguientes subgrupos: subcora-
importancia en traumatología. 4) Los ligamentos pasivos son, princi- débiles por los cuales puede luxarse la (fig. 2). Esta zona está cruzada por el po- o fracturas del acromion (luxaciones coidea, paracoracoidea externa y para-
Características anatómicas y funciona- palmente, el ligamento coracohumeral, cabeza humeral (fig. 2). Pero es princi- tente tendón de la porción larga del trí- posterosuperiores), así como otras lesio- coracoidea interna,* subdivisión que no
les más importantes. Esta gran movili- y los tres ligamentos glenohumerales, to- palmente en el cuadrante inferior del ceps, en forma tal que obliga a la cabe- nes asociadas del esqueleto (fracturas tiene ninguna —o muy poca— impor-
za humeral a luxarse (cuando se luxa) de la cabeza humeral, fracturas-luxa- tancia práctica (fig. 3).
por detrás o, más frecuentemente, por ciones del hombro) o de las partes blan- 2) Luxaciones poco frecuentes:
Ligamento Ligamento Músculo supraespinoso Ligamento acromiocoracoideo delante del mismo, dando lugar, en das (lesiones nerviosas del plexo bra- a) Luxaciones posteriores. Constitu-
acromiocoracoideo glenohumeral superior cada caso, a las luxaciones posteriores o quial o sus ramas, lesiones vasculares, yen aproximadamente el 5 % de las lu-
Acromion
Ligamento anteriores (fig. 2). rotura de la cofia de los rotadores). xaciones del hombro. Se producen a
glenohumeral Etiología y mecanismos de produc- Clasificación según el grado de despla- través del cuadrante inferior del man-
superior ción. Dejando al margen los casos poco zamiento de la cabeza humeral. Es co- guito capsular, pero por detrás de la in-
comunes de luxaciones patológicas no rriente distinguir las subluxaciones de serción del tríceps. Según el alojamien-
Ligamento
humerocoracoideo
Músculo traumáticas (parálisis de la musculatura las luxaciones completas. El primero de to definitivo que adopta la cabeza, se
infraespinoso
del hombro, malformaciones congéni- estos términos es aplicable principal- subdividen en luxaciones subacromia-
tas raras, siringomielia), prácticamente mente a ciertos estados patológicos, les y luxaciones infraespinosas. Subdivi-
Tendón del 4 3 Apófisis la totalidad de las luxaciones del hom- como, por ejemplo, la subluxación infe- sión tan artificiosa y poco útil como la
subescapular coracoides bro son debidas a un traumatismo di- rior que se observa con frecuencia en de las luxaciones anteriores (fig. 4).
Foramen de recto transmitido a lo largo del húmero, las parálisis del hombro o en algunas le- b) Luxaciones anterosuperiores. Cons-
Weitbrecht o a un movimiento forzado del brazo, siones traumáticas de la cofia de los ro- tituyen menos del 5 % de las luxaciones
que actúa a modo de palanca sobre la tadores. Pero en realidad tiene poco de del hombro. Se producen a través del
Ligamento cabeza humeral. En general, un movi- común con las luxaciones traumáticas
hiato de Weitbrecht, y la cabeza se sitúa
2 1 glenohumeral miento de abducción y rotación exter- verdaderas o completas.
por encima de la coracoides. También
Tendón del medio na. En casos excepcionales puede ser Clasificación según la emigración de la
se conocen como supracoracoideas o
tríceps producida por un mecanismo indirecto cabeza humeral y la frecuencia relativa.
Músculo intraclaviculares (fig. 5).
a cargo de una contracción muscular, 1) Formas más frecuentes:
redondo 3) Luxaciones excepcionales:
particularmente enérgica en condicio- Luxaciones anteriores. Constituyen el
menor a) Posterosuperiores. Constituyen me-
nes poco habituales (electroshock, ata- 90 % aproximadamente del total de las
nos del 5 % de las luxaciones del hom-
Músculo subescapular que epiléptico, etc.). luxaciones traumáticas del hombro. Es
bro. La cabeza se luxa a través del re-
Anatomía patológica y clasificación decir, casi la totalidad. Es a ellas a las
Ligamento glenohumeral inferior anatómica. La salida de la cabeza hu- que se hace referencia tácitamente fuerzo musculotendinoso formado por
Cavidad
meral a través del manguito capsular siempre que se habla de «luxaciones el infraespinoso y el redondo menor,
glenoidea Porción larga del tríceps
exige necesariamente, en mayor o me- traumáticas del hombro» sin más espe-
nor grado, el desgarro de sus fibras. cificaciones. Se producen a través del
FIG. 2. Superficie glenoidea mostrando los principales elementos (seccio- (*) Llamadas también por algunos, inade-
Ligamento Ligamento
nados) de unión activa y pasiva con la cabeza humeral, y puntos por donde
También puede producirse, en mayor o cuadrante inferior del manguito capsu- cuadamente, extracoracoideas e intracoracoideas,
glenohumeral medio glenohumeral inferior
se producen las luxaciones glenohumerales: 1) Luxaciones anteroinferio- menor extensión, un desprendimiento lar, que carece, como se dijo, del re- para significar que la cabeza se halla por fuera o
del rodete glenoideo, lesión que tiene fuerzo muscular o ligamentos activos, y por dentro de la coracoides, y no en el exterior o el
res o axilares. 2) Luxaciones posteroinferiores. 3) Luxaciones anterosupe- interior de la misma, como parece sugerir el califi-
FIG. 1. Sistema ligamentoso escapulohumeral. Cara anterior. riores. 4) Luxaciones posterosuperiores. particular importancia por favorecer la por delante de la inserción de la por- cativo.
escapulohumeral 104 105 escapulohumeral

portante. dad de la articulación glenohumeral y dos ellos representados en la figura 1.


Fracturas del acromion (fig. 5). Son, su relativa inestabilidad están condicio- 5) Los ligamentos activos, o refuerzos
en general, fracturas marginales, de es- nadas a factores anatomofuncionales musculotendinosos, están representados
casa entidad clínica. Se producen con que le son propios y que conviene re- en primer lugar por las unidades que in-
cierta frecuencia en las luxaciones pos- cordar: tegran la cofia de los rotadores: subesca-
teriores de la cabeza humeral. Sólo pue- 1) La superficie articular del húmero pular por delante, supraespinoso por en-
den diagnosticarse, generalmente, en es cuatro veces más extensa que la de la cima e infraespinosos y redondo menor 1
las radiografías axiales. No requieren glenoides. En consecuencia, la zona de por detrás. Los demás músculos de la re-
más tratamiento que el reposo hasta contacto entre los dos huesos es relati- gión, deltoides redondo mayor y por- 3 1 2 2
que la desaparación del dolor permite vamente muy reducida. ción larga del bíceps, juegan un papel
iniciar la movilidad activa. 2) La superficie apenas excavada de muy secundario como elementos de fi-
escapulohumeral,
escapulohumeral, articulación. Luxa- la glenoides, a pesar de aumentar su jación, si es que juegan alguno.
ciones y subluxaciones concavidad a expensas del rodete o la- 6) Este sistema de sujeción, activa y
Consideraciones generales. La articula- brum glenoideo, no ejerce por sí misma pasiva, tiene sus puntos débiles, en los
ción escapulohumeral, o glenohume-ral, ninguna sujeción sobre la cabeza hu- cuales la cápsula no está reforzada o lo
es la enartrosis más movible del cuerpo meral, a diferencia de lo que ocurre a está muy poco. Uno de ellos es el espa-
humano. Esto le confiere la posibilidad nivel de la cadera. cio triangular situado entre el ligamento
de responder adecuadamente a sus exi- 3) La sujeción de la cabeza del húme- glenohumeral superior y el medio (fora-
gencias funcionales —el movimiento ro a la glenoides corre por tanto a cargo men de Weitbrecht, en la nómina ana- FIG. 3. Luxaciones anteriores más frecuentes: 1) FIG. 4. Luxaciones posteriores: 1) Subacro- FIG. 5. Luxación subclavicular.
del brazo—, pero, al mismo tiempo, es únicamente de las partes blandas que tómica francesa), a través del cual el in- Subcoracoidea. 2) Paracoracoidea anterointena. mial. 2) Infraespinosa.
una unión escasamente estable entre sus rodean la articulación. La cápsula está terior de la cavidad articular se 3) Paracoracoidea anteroexterna.
componentes, y en consecuencia, pre- reforzada por el sistema ligamentoso es- comunica —a veces— con la bolsa se-
senta una mayor facilidad de luxarse. capulohumeral formado por los liga- rosasubcoracoidea. Este espacio se si-
Las luxaciones de esta articulación son, mentos pasivos y los refuerzos muscu- túa a veces justamente por encima del manguito capsular donde la cápsula no reluxación y ser causa importante de las ción larga del tríceps. Según la posición
en efecto, más frecuentes que la totali- lotendinosos que constituyen lo que borde superior del subescapular, en se halla protegida por ningún músculo y luxaciones recidivantes. Igualmente se definitiva que adopta la cabeza luxada
dad de las demás luxaciones reunidas algunos llaman ligamentos activos de la cuyo caso no queda protegido por el donde se sitúa el punto más débil de la producen con frecuencia fracturas mar- respecto a la coracoides suele dividirse
del cuerpo humano. De ahí su especial articulación. mismo y constituye uno de los puntos misma. Es la zona del «receso axilar» ginales del reborde óseo de la glenoides entre los siguientes subgrupos: subcora-
importancia en traumatología. 4) Los ligamentos pasivos son, princi- débiles por los cuales puede luxarse la (fig. 2). Esta zona está cruzada por el po- o fracturas del acromion (luxaciones coidea, paracoracoidea externa y para-
Características anatómicas y funciona- palmente, el ligamento coracohumeral, cabeza humeral (fig. 2). Pero es princi- tente tendón de la porción larga del trí- posterosuperiores), así como otras lesio- coracoidea interna,* subdivisión que no
les más importantes. Esta gran movili- y los tres ligamentos glenohumerales, to- palmente en el cuadrante inferior del ceps, en forma tal que obliga a la cabe- nes asociadas del esqueleto (fracturas tiene ninguna —o muy poca— impor-
za humeral a luxarse (cuando se luxa) de la cabeza humeral, fracturas-luxa- tancia práctica (fig. 3).
por detrás o, más frecuentemente, por ciones del hombro) o de las partes blan- 2) Luxaciones poco frecuentes:
Ligamento Ligamento Músculo supraespinoso Ligamento acromiocoracoideo delante del mismo, dando lugar, en das (lesiones nerviosas del plexo bra- a) Luxaciones posteriores. Constitu-
acromiocoracoideo glenohumeral superior cada caso, a las luxaciones posteriores o quial o sus ramas, lesiones vasculares, yen aproximadamente el 5 % de las lu-
Acromion
Ligamento anteriores (fig. 2). rotura de la cofia de los rotadores). xaciones del hombro. Se producen a
glenohumeral Etiología y mecanismos de produc- Clasificación según el grado de despla- través del cuadrante inferior del man-
superior ción. Dejando al margen los casos poco zamiento de la cabeza humeral. Es co- guito capsular, pero por detrás de la in-
comunes de luxaciones patológicas no rriente distinguir las subluxaciones de serción del tríceps. Según el alojamien-
Ligamento
humerocoracoideo
Músculo traumáticas (parálisis de la musculatura las luxaciones completas. El primero de to definitivo que adopta la cabeza, se
infraespinoso
del hombro, malformaciones congéni- estos términos es aplicable principal- subdividen en luxaciones subacromia-
tas raras, siringomielia), prácticamente mente a ciertos estados patológicos, les y luxaciones infraespinosas. Subdivi-
Tendón del 4 3 Apófisis la totalidad de las luxaciones del hom- como, por ejemplo, la subluxación infe- sión tan artificiosa y poco útil como la
subescapular coracoides bro son debidas a un traumatismo di- rior que se observa con frecuencia en de las luxaciones anteriores (fig. 4).
Foramen de recto transmitido a lo largo del húmero, las parálisis del hombro o en algunas le- b) Luxaciones anterosuperiores. Cons-
Weitbrecht o a un movimiento forzado del brazo, siones traumáticas de la cofia de los ro- tituyen menos del 5 % de las luxaciones
que actúa a modo de palanca sobre la tadores. Pero en realidad tiene poco de del hombro. Se producen a través del
Ligamento cabeza humeral. En general, un movi- común con las luxaciones traumáticas
hiato de Weitbrecht, y la cabeza se sitúa
2 1 glenohumeral miento de abducción y rotación exter- verdaderas o completas.
por encima de la coracoides. También
Tendón del medio na. En casos excepcionales puede ser Clasificación según la emigración de la
se conocen como supracoracoideas o
tríceps producida por un mecanismo indirecto cabeza humeral y la frecuencia relativa.
Músculo intraclaviculares (fig. 5).
a cargo de una contracción muscular, 1) Formas más frecuentes:
redondo 3) Luxaciones excepcionales:
particularmente enérgica en condicio- Luxaciones anteriores. Constituyen el
menor a) Posterosuperiores. Constituyen me-
nes poco habituales (electroshock, ata- 90 % aproximadamente del total de las
nos del 5 % de las luxaciones del hom-
Músculo subescapular que epiléptico, etc.). luxaciones traumáticas del hombro. Es
bro. La cabeza se luxa a través del re-
Anatomía patológica y clasificación decir, casi la totalidad. Es a ellas a las
Ligamento glenohumeral inferior anatómica. La salida de la cabeza hu- que se hace referencia tácitamente fuerzo musculotendinoso formado por
Cavidad
meral a través del manguito capsular siempre que se habla de «luxaciones el infraespinoso y el redondo menor,
glenoidea Porción larga del tríceps
exige necesariamente, en mayor o me- traumáticas del hombro» sin más espe-
nor grado, el desgarro de sus fibras. cificaciones. Se producen a través del
FIG. 2. Superficie glenoidea mostrando los principales elementos (seccio- (*) Llamadas también por algunos, inade-
Ligamento Ligamento
nados) de unión activa y pasiva con la cabeza humeral, y puntos por donde
También puede producirse, en mayor o cuadrante inferior del manguito capsu- cuadamente, extracoracoideas e intracoracoideas,
glenohumeral medio glenohumeral inferior
se producen las luxaciones glenohumerales: 1) Luxaciones anteroinferio- menor extensión, un desprendimiento lar, que carece, como se dijo, del re- para significar que la cabeza se halla por fuera o
del rodete glenoideo, lesión que tiene fuerzo muscular o ligamentos activos, y por dentro de la coracoides, y no en el exterior o el
res o axilares. 2) Luxaciones posteroinferiores. 3) Luxaciones anterosupe- interior de la misma, como parece sugerir el califi-
FIG. 1. Sistema ligamentoso escapulohumeral. Cara anterior. riores. 4) Luxaciones posterosuperiores. particular importancia por favorecer la por delante de la inserción de la por- cativo.
escapulohumeral 106 107 espacio

do y decidido de rotación interna, con


el cual se consigue —se debe conse-
guir— la reducción.
Medidas subsiguientes a la reducción.
En el período posanestésico es prudente
una inmovilización con vendaje blando
que mantenga el brazo pegado al cuer-
po para evitar movimientos arriesgados
mientras el sujeto está inconsciente o
semiinconsciente. A continuación suele
ser suficiente un simple cabestrillo y el
consejo de evitar movimientos doloro-
sos, en particular las movilizaciones pa-
sivas con el ánimo de «recuperar» la
función del hombro. Únicamente las lu-
xaciones posteriores muestran una cier-
ta tendencia a la inestabilidad y a la re-
luxación, especialmente con el
enfermo anestesiado o semiinconscien-
te, pero en ocasiones incluso despierto,
FIG. 10. Actitud característica de las luxaciones anteroinferiores. lo cual obliga a extremar los cuidados
FIG. 6. Luxación escapulohumeral posterosu- FIG. 7. Luxación subglenoidea o axilar. FIG. 8. Luxación erecta (subglenoidea por hi- tras la reducción. Esto justifica el uso de
perior. perabducción). vendajes inmovilizadores, aconsejados
fía. Pero esta favorable y excepcional cir- de la forma de actuar es más útil que la por algunos, en posiciones determina-
cunstancia no autoriza en modo alguno adopción indiscriminada y rutinaria de das y difíciles de soportar, como por
desgarrando necesariamente sus fibras puesto no se palpa la cabeza en la región mentales de carácter general y aplicables a adoptarla como norma habitual de cualquiera de los métodos propuestos. ejemplo con el antebrazo detrás de la
y con frecuencia rompiendo el acro- anterior del hombro. En las inhabituales a todos los métodos. Tales normas son conducta. Solamente en casos excepcio- 4) En cuanto a la adopción del méto- cintura, y a las que, en consecuencia,
mion, siendo muy poco frecuentes por luxaciones erectas, o por hiperabduc- principalmente las siguientes: nales puede aceptarse un intento, o a lo do adecuado de reducción propiamente sólo cabe recurrir en casos de gran ines-
este motivo (fig. 6). ción, la posición del brazo es particular- 1) Actuar siempre bajo anestesia gene- sumo dos, de reducción sin anestesia, dicha, tal vez sea oportuno repetir que tabilidad.
b) Inferiores o axilares. En éstas la ca- mente escandalosa, dirigido hacia arriba ral. No existe ningún método, de todos actuando en caliente (inmediatamente casi todos son buenos, con tal de ate- Indicaciones de la reducción operato-
beza se luxa por el cuadrante inferior en abducción muy pronunciada e irre- los descritos, que pueda ofrecerse como después de la luxación), por maniobras nerse a las normas generales señaladas. ria. Queda reservada para los casos ex-
del manguito capsular, pero en lugar de ductible (fig. 9). En las luxaciones axila- alternativa al empleo de esta medida, lo racionalmente planeadas y hábilmente Pero que no hay un «método de elec- cepcionales en que no se logre, en las
desplazarse hacia arriba, queda alojada res, la cabeza humeral se palpa fácil- cual no quiere decir que algunas luxa- efectuadas, sorprendiendo al interesado ción» que resuelva todos los problemas, condiciones antedichas, la reducción
debajo de la glenoides. Se subdividen mente en el hueco de la axila (fig. 10). ciones no puedan reducirse con el suje- en un momento desprevenido y suficien- y que hay métodos que no deben utili- incruenta, y muy en especial en los ca-
en luxaciones subglenoideas (fig. 7) y lu- El diagnóstico puede hacerse, en la ma- to despierto o que alguien lo haya logra- temente relajado. En ningún caso, sin zarse nunca. Son los métodos basados sos de luxación inveterada (véase este
xaciones erectas o por hiperabducción yoría de las veces, sólo con estos datos y do con alguno de los métodos embargo, estos intentos deben prolon- en ejercer una fuerte presión sobre la apartado) o de fractura-luxación de la
(fig. 8). con suficiente margen de seguridad. Sin pródigamente descritos en la bibliogra- garse obstinadamente o repetirse des- axila, y en particular el conocido «mé- extremidad superior del húmero (véase
Clínica y diagnóstico. No falta nunca embargo, la radiografía en distintas pro- pués del primer —o a lo sumo del se- todo hipocrático», por el grave peligro en húmero, fracturas de la extremidad
la referencia a una violencia causal (caí- yecciones (anteroposterior, axial y lateral gundo— fracaso. Ni menos aún ir que entraña para los elementos vasculo- superior).
da, golpe o movimiento forzado), a par- transtorácica) es inexcusable en cual- probando sucesivamente diversos méto- nerviosos de la región. Puede admitirse escay
escay ola. Véase y eso.
tir de la cual se instaura un dolor cada quier caso, principalmente ante la posi- dos. Pocas cosas hay en traumatología la genialidad del método y su eficacia escelalgia (del gr. skelos, pierna, y algos,
vez más intenso y una sensación particu- bilidad de lesiones óseas asociadas (frac- tan deplorables y tan censurables como en la época en que fue ideado, pero des- dolor). Dolor de la pierna.
larmente inconfortable que obliga al in- turas de la cabeza del húmero o de la el triste espectáculo de un cirujano lu- de que existe la anestesia general es más escintigrafía.
escintigrafía. Véase gammagrafía.
gammagrafía.
teresado a buscar ayuda urgente, mu- escápula). chando materialmente con el accidenta- que discutible si está justificado recurrir escintilografía.
escintilografía. Véase gammagrafía.
gammagrafía.
chas veces con la sensación subjetiva Normas generales de tratamiento. La do, colocado primero sobre la mesa de a tan zafia manera de actuar. Esculapio. Dios mitológico de la medici-
evidente de que «el hombro se ha salido reducción incruenta de la luxación esca- reconocimiento, seguidamente sentado 5) El procedimiento que sigue tenien- na, hijo de Apolo y de Hygea.
de su sitio». La exploración elemental pulohumeral no es generalmente difícil, en una silla con el brazo colgando del do mayor validez, aunque no le faltan esguince (del gr. schizein, rasgar).. Des-
del caso permite comprobarlo con muy y puede lograrse por cualquiera —o por respaldo, a continuación en el suelo para detractores, es el procedimiento de re- plazamiento momentáneo de las super-
poco margen de dudas en la mayoría de muchos— de los casi innumerables pro- aplicarle el pie en la axila... ducción de Kocher, bien conocido, por ficies de contacto de una articulación,
los casos. La posición del brazo en lige- cedimientos descritos. Pero en esta mis- 2) Practicar siempre las necesarias ra- lo menos en las luxaciones anteroinfe- resultante de un movimiento de ésta
ra abducción y rotación interna, su ma facilidad y en la variedad de opcio- diografías previas. No sólo para confir- riores, que son, con gran diferencia, las que ha excedido los límites fisiológicos.
orientación anormal respecto al tronco, nes disponibles reside uno de sus mar el diagnóstico, sino por la posibili- más frecuentes. Este método tiene la Se caracteriza por dolor, tumefacción
la impotencia funcional, la depresión del mayores peligros, por poder dar lugar a dad de fracturas asociadas que pueden ventaja de que puede hacerse con el rápida e incapacidad para efectuar mo-
hombro por debajo del acromion y la suponer que los resultados dependen condicionar el tratamiento. enfermo sentado, si se juzga prudente vimientos. Sin.: torcedura, artrotropia.
palpación de la cabeza humeral en la re- fundamentalmente de la elección del 3) Actuar siempre con un conocimiento intentar la reducción con el sujeto des- Johann Fiedric
Esmarch, Johann
Esmarc Fiedrichh August
August von.
von.
gión infraclavicular proporciona datos método adecuado y la manera de apli- preciso de la situación, principalmente pierto. Pero puede hacerse también en Cirujano alemán, de Kiel (1823-1908).
prácticamente patognomónicos. En al- carlo, lo cual es algo bastante apartado en lo que se refiere a la posición de la ca- la posición normal de decúbito supino, Dio nombre al método de hemostasia,
gunas luxaciones atípicas, estos datos, y de la realidad. Real- mente, todos los beza luxada, de acuerdo a la cual deben y por tanto con el sujeto anestesiado. La bien conocido y universalmente aplica-
en especial los que se refieren a la posi- métodos son —o pueden ser— buenos, planearse las maniobras de reducción técnica del método propiamente dicha do en las heridas o en las operaciones de
ción anormal del brazo, pueden ser dis- excepto algunos que son por principio adecuadas, es decir, la dirección de la consiste en los siguientes tiempos: 1) ro- las extremidades. Describió igualmente
tintos. Por ejemplo, en las luxaciones desechables, y ninguno de ellos puede tracción sobre el brazo, la presión sobre la tación externa del brazo; 2) aducción una mascarilla para anestesia gota a
posterosuperiores, el brazo adopta una ofrecerse como solución idónea, a me- cabeza luxada y el movimiento adecuado del brazo manteniendo la rotación ex- gota y una pinza para tracción de la len-
posición parecida a la normal, y por su- nos que se atenga a algunas normas ele- FIG. 9. Actitud típica en las luxaciones erectas. para reducirla. Este planteamiento previo terna pronunciada; 3) movimiento rápi- gua y evitar la obstrucción de la glotis
escapulohumeral 106 107 espacio

do y decidido de rotación interna, con


el cual se consigue —se debe conse-
guir— la reducción.
Medidas subsiguientes a la reducción.
En el período posanestésico es prudente
una inmovilización con vendaje blando
que mantenga el brazo pegado al cuer-
po para evitar movimientos arriesgados
mientras el sujeto está inconsciente o
semiinconsciente. A continuación suele
ser suficiente un simple cabestrillo y el
consejo de evitar movimientos doloro-
sos, en particular las movilizaciones pa-
sivas con el ánimo de «recuperar» la
función del hombro. Únicamente las lu-
xaciones posteriores muestran una cier-
ta tendencia a la inestabilidad y a la re-
luxación, especialmente con el
enfermo anestesiado o semiinconscien-
te, pero en ocasiones incluso despierto,
FIG. 10. Actitud característica de las luxaciones anteroinferiores. lo cual obliga a extremar los cuidados
FIG. 6. Luxación escapulohumeral posterosu- FIG. 7. Luxación subglenoidea o axilar. FIG. 8. Luxación erecta (subglenoidea por hi- tras la reducción. Esto justifica el uso de
perior. perabducción). vendajes inmovilizadores, aconsejados
fía. Pero esta favorable y excepcional cir- de la forma de actuar es más útil que la por algunos, en posiciones determina-
cunstancia no autoriza en modo alguno adopción indiscriminada y rutinaria de das y difíciles de soportar, como por
desgarrando necesariamente sus fibras puesto no se palpa la cabeza en la región mentales de carácter general y aplicables a adoptarla como norma habitual de cualquiera de los métodos propuestos. ejemplo con el antebrazo detrás de la
y con frecuencia rompiendo el acro- anterior del hombro. En las inhabituales a todos los métodos. Tales normas son conducta. Solamente en casos excepcio- 4) En cuanto a la adopción del méto- cintura, y a las que, en consecuencia,
mion, siendo muy poco frecuentes por luxaciones erectas, o por hiperabduc- principalmente las siguientes: nales puede aceptarse un intento, o a lo do adecuado de reducción propiamente sólo cabe recurrir en casos de gran ines-
este motivo (fig. 6). ción, la posición del brazo es particular- 1) Actuar siempre bajo anestesia gene- sumo dos, de reducción sin anestesia, dicha, tal vez sea oportuno repetir que tabilidad.
b) Inferiores o axilares. En éstas la ca- mente escandalosa, dirigido hacia arriba ral. No existe ningún método, de todos actuando en caliente (inmediatamente casi todos son buenos, con tal de ate- Indicaciones de la reducción operato-
beza se luxa por el cuadrante inferior en abducción muy pronunciada e irre- los descritos, que pueda ofrecerse como después de la luxación), por maniobras nerse a las normas generales señaladas. ria. Queda reservada para los casos ex-
del manguito capsular, pero en lugar de ductible (fig. 9). En las luxaciones axila- alternativa al empleo de esta medida, lo racionalmente planeadas y hábilmente Pero que no hay un «método de elec- cepcionales en que no se logre, en las
desplazarse hacia arriba, queda alojada res, la cabeza humeral se palpa fácil- cual no quiere decir que algunas luxa- efectuadas, sorprendiendo al interesado ción» que resuelva todos los problemas, condiciones antedichas, la reducción
debajo de la glenoides. Se subdividen mente en el hueco de la axila (fig. 10). ciones no puedan reducirse con el suje- en un momento desprevenido y suficien- y que hay métodos que no deben utili- incruenta, y muy en especial en los ca-
en luxaciones subglenoideas (fig. 7) y lu- El diagnóstico puede hacerse, en la ma- to despierto o que alguien lo haya logra- temente relajado. En ningún caso, sin zarse nunca. Son los métodos basados sos de luxación inveterada (véase este
xaciones erectas o por hiperabducción yoría de las veces, sólo con estos datos y do con alguno de los métodos embargo, estos intentos deben prolon- en ejercer una fuerte presión sobre la apartado) o de fractura-luxación de la
(fig. 8). con suficiente margen de seguridad. Sin pródigamente descritos en la bibliogra- garse obstinadamente o repetirse des- axila, y en particular el conocido «mé- extremidad superior del húmero (véase
Clínica y diagnóstico. No falta nunca embargo, la radiografía en distintas pro- pués del primer —o a lo sumo del se- todo hipocrático», por el grave peligro en húmero, fracturas de la extremidad
la referencia a una violencia causal (caí- yecciones (anteroposterior, axial y lateral gundo— fracaso. Ni menos aún ir que entraña para los elementos vasculo- superior).
da, golpe o movimiento forzado), a par- transtorácica) es inexcusable en cual- probando sucesivamente diversos méto- nerviosos de la región. Puede admitirse escay
escay ola. Véase y eso.
tir de la cual se instaura un dolor cada quier caso, principalmente ante la posi- dos. Pocas cosas hay en traumatología la genialidad del método y su eficacia escelalgia (del gr. skelos, pierna, y algos,
vez más intenso y una sensación particu- bilidad de lesiones óseas asociadas (frac- tan deplorables y tan censurables como en la época en que fue ideado, pero des- dolor). Dolor de la pierna.
larmente inconfortable que obliga al in- turas de la cabeza del húmero o de la el triste espectáculo de un cirujano lu- de que existe la anestesia general es más escintigrafía.
escintigrafía. Véase gammagrafía.
gammagrafía.
teresado a buscar ayuda urgente, mu- escápula). chando materialmente con el accidenta- que discutible si está justificado recurrir escintilografía.
escintilografía. Véase gammagrafía.
gammagrafía.
chas veces con la sensación subjetiva Normas generales de tratamiento. La do, colocado primero sobre la mesa de a tan zafia manera de actuar. Esculapio. Dios mitológico de la medici-
evidente de que «el hombro se ha salido reducción incruenta de la luxación esca- reconocimiento, seguidamente sentado 5) El procedimiento que sigue tenien- na, hijo de Apolo y de Hygea.
de su sitio». La exploración elemental pulohumeral no es generalmente difícil, en una silla con el brazo colgando del do mayor validez, aunque no le faltan esguince (del gr. schizein, rasgar).. Des-
del caso permite comprobarlo con muy y puede lograrse por cualquiera —o por respaldo, a continuación en el suelo para detractores, es el procedimiento de re- plazamiento momentáneo de las super-
poco margen de dudas en la mayoría de muchos— de los casi innumerables pro- aplicarle el pie en la axila... ducción de Kocher, bien conocido, por ficies de contacto de una articulación,
los casos. La posición del brazo en lige- cedimientos descritos. Pero en esta mis- 2) Practicar siempre las necesarias ra- lo menos en las luxaciones anteroinfe- resultante de un movimiento de ésta
ra abducción y rotación interna, su ma facilidad y en la variedad de opcio- diografías previas. No sólo para confir- riores, que son, con gran diferencia, las que ha excedido los límites fisiológicos.
orientación anormal respecto al tronco, nes disponibles reside uno de sus mar el diagnóstico, sino por la posibili- más frecuentes. Este método tiene la Se caracteriza por dolor, tumefacción
la impotencia funcional, la depresión del mayores peligros, por poder dar lugar a dad de fracturas asociadas que pueden ventaja de que puede hacerse con el rápida e incapacidad para efectuar mo-
hombro por debajo del acromion y la suponer que los resultados dependen condicionar el tratamiento. enfermo sentado, si se juzga prudente vimientos. Sin.: torcedura, artrotropia.
palpación de la cabeza humeral en la re- fundamentalmente de la elección del 3) Actuar siempre con un conocimiento intentar la reducción con el sujeto des- Johann Fiedric
Esmarch, Johann
Esmarc Fiedrichh August
August von.
von.
gión infraclavicular proporciona datos método adecuado y la manera de apli- preciso de la situación, principalmente pierto. Pero puede hacerse también en Cirujano alemán, de Kiel (1823-1908).
prácticamente patognomónicos. En al- carlo, lo cual es algo bastante apartado en lo que se refiere a la posición de la ca- la posición normal de decúbito supino, Dio nombre al método de hemostasia,
gunas luxaciones atípicas, estos datos, y de la realidad. Real- mente, todos los beza luxada, de acuerdo a la cual deben y por tanto con el sujeto anestesiado. La bien conocido y universalmente aplica-
en especial los que se refieren a la posi- métodos son —o pueden ser— buenos, planearse las maniobras de reducción técnica del método propiamente dicha do en las heridas o en las operaciones de
ción anormal del brazo, pueden ser dis- excepto algunos que son por principio adecuadas, es decir, la dirección de la consiste en los siguientes tiempos: 1) ro- las extremidades. Describió igualmente
tintos. Por ejemplo, en las luxaciones desechables, y ninguno de ellos puede tracción sobre el brazo, la presión sobre la tación externa del brazo; 2) aducción una mascarilla para anestesia gota a
posterosuperiores, el brazo adopta una ofrecerse como solución idónea, a me- cabeza luxada y el movimiento adecuado del brazo manteniendo la rotación ex- gota y una pinza para tracción de la len-
posición parecida a la normal, y por su- nos que se atenga a algunas normas ele- FIG. 9. Actitud típica en las luxaciones erectas. para reducirla. Este planteamiento previo terna pronunciada; 3) movimiento rápi- gua y evitar la obstrucción de la glotis
espondilitis 108 109 espondilólisis

por caída de la misma hacia atrás en los


casos de anestesia profunda o coma.
espacio supraesternal.
supraesternal. Espacio situado
por encima de la horquilla esternal, for-
mado por el desdoblamiento de la apo-
neurosis cervical superficial. Sin.: espa-
cio de Burns.
espondilitis cervical, síndrome de.
Véase Rust, síndrome de.
espóndilo (del gr. spondylos, vértebra).
Vértebra.
espondilodesis.
espondilodesis Operación para inmovi-
lizar dos o más vértebras por medio de
un injerto óseo implantado en las apófi-
sis espinosas.
espondilodinia (del gr. spondylos, vérte-
bra, y odyne, dolor). Dolor vertebral. FIG. 3. Limitación de la flexión de la cadera (no necesariamente dolorosa) por retracción de los is- FIG. 4. Posibilidades evolutivas de una espon-
espondilólisis y espondilolistesis de quiocrurales en las espondilólisis juveniles, puesta de manifiesto al explorar el signo de Lasègue. Con dilolistesis a partir de una espondilólisis. Diver-
frecuencia bilateral. sos grados de desplazamiento, detectables en
traumático. Definición y preci-
origen traumático.
las radiografías de perfil.
sión de conceptos. Por espondilólisis se
entiende, como es bien sabido, la frac- FIG. 1. Probable mecanismo de fractura del istmo de la L-5 por hiperextensión forzada del
tura o solución de continuidad del ist- tronco.
quiocrurales de ambos lados (común a Indicaciones quirúrgicas. Se plantean
mo o pars interarticularis de una vérte- todos los procesos dolorosos lumbosa- con carácter inexcusable en todos aque-
bra por espondilolistesis (a nivel cros en sujetos jóvenes), que se mani- llos casos en los que los controles suce-
lumbosacro), el deslizamiento de la L-5 recta de la lisis podría ser, como se ha más significativos del diagnóstico clíni- fiesta por una limitación de la flexión de sivos permiten comprobar un aumento
sobre el sacro o, en su caso, de la L-4 supuesto durante algún tiempo, la com- co son los siguientes: la cadera con las rodillas extendidas, al de la olistesis, en particular en sujetos

I
sobre la L-5. Las espondilolistesis verda- presión del istmo a cargo de las articu- a) Dolor a la presión sobre la espina explorar el signo de Lasègue. No siem- muy jóvenes con largas perspectivas de
deras son aquellas que se producen por laciones de las vértebras contiguas, ac- pre acompañado de dolor (fig. 3). vida y por lo tanto de empeoramiento.
de la L-5.
la lisis ístmica, en contraposición a las tuando a modo de pinza en la actitud Diagnóstico radiográfico. La proyec- Con carácter relativo en los casos de do-
b) Dolor intenso provocado por la
degenerativas o seudoespondilolistesis, de máxima lordosis, pero parece más ción de perfil pone de manifiesto la lor intenso, persistente e incapacitante,
en las que no existe espondilolistesis. probable la producción de microfractu- maniobra de hiperextensión del tronco.
existencia de una espondilolistesis y el con tendencia al empeoramiento o in-
Las espondilolistesis traumáticas son ras trabeculares causadas por el esfuer- c) La comprobación de una insufi- grado de la misma (fig. 4). Las radiogra- compatible con las actividades norma-
siempre verdaderas. Las espondiloliste- zo de hiperextensión soportado por el ciencia pasiva o retracción de los is- fías oblicuas (fig. 5) revelan la existen- les y necesarias del interesado.
sis ístmicas o verdaderas se atribuyen en istmo. Así lo ha demostrado brillante- cia de una espondilólisis, por la cono- Objetivos fundamentales y recursos

D
general a factores congénitos, genéticos mente, entre nosotros, Roca Burniol a cida imagen del perrito de La Chapelle, generales del tratamiento quirúrgico-
o raciales, dada su particular incidencia través de estudios anatómicos fotoelas- degollado o con collar (figs. 6 y 7). La ortopédico 45o
en ciertos grupos étnicos (esquimales) o tométricos de la pars interarticularis. tomografia axial computarizada o la re- Principales objetivos.
FIG. 5. Proyección oblicua para la explora-
su presencia en madres e hijas con ca- Factores etiológicos y circunstanciales sonancia magnética nuclear pueden 1.o Supresión del dolor. ción de la pars interarticularis y el diagnóstico
racteres idénticos o muy parecidos. de aparición. La lesión descrita se ob- ser útiles para confirmar el diagnóstico 2.o Estabilización mecánica del seg- de la espondilólisis. (Del lado izquierdo, en el
Pero también pueden atribuirse a facto- serva principalmente, como se ha di- (fig. 8). mento lumbosacro como elemento de caso de la figura.)
res traumáticos, como obliga a suponer cho, en sujetos muy jóvenes del sexo fe- Normas generales de tratamiento. La soporte.
su mayor frecuencia en atletas y en gim- menino, obligados por su actividad primera y más inmediata es suspender 3.o Estabilización evolutiva para evi-
nastas, y sobre todo la constatación de deportiva a efectuar repetidos movi- la actividad deportiva y, en especial, los tar que la olistesis se produzca o se pro-
estas lesiones en algunos de ellos, des- mientos de hiperextensión del tronco, ejercicios de hiperextensión del tronco. nuncie.
pués de practicar estas actividades, según ha demostrado, también entre Adopción de posiciones en ligera fle- 4.o Corrección (en la medida de lo
cuando se dispone de pruebas radiográ- nosotros, Balius. Pero puede también xión del tronco, principalmente durante posible) de la olistesis ya producida.
ficas que antes no existían. Así como observarse, con menos frecuencia, en el reposo en decúbito. En principio, Principales recursos. Para cubrir estos
la posibilidad de curación, con el trata- varones o en deportistas de más edad. ejercicios para corregir la hiperlordosis objetivos se dispone de una extensa
miento adecuado, mediante un callo Es excepcional en casos de vida seden- lumbar, a base de fortalecer la muscula- gama de posibilidades, de las cuales in-
óseo comprobable en radiografía. taria o en la práctica moderada de de- tura abdominal, que en la práctica y en teresa particularmente señalar aquellas
Mecanismos de producción. La frac- portes (fig. 2) la mayoría de los casos, tratándose de que responden al tratamiento de las es-
tura del istmo no se produce nunca —o Clínica y diagnóstico. La espondilóli- deportistas jóvenes, necesita muy poco pondilólisis y espondilolistesis de ori-
prácticamente nunca— como conse- sis se manifiesta principalmente (y casi ser fortalecida. Las fajas, lumbostatos y gen traumático y que hoy día gozan de
cuencia de un traumatismo único y di- exclusivamente) por dolor lumbar, el demás medios externos de fijación, res- mayor aceptación.
recto. En cambio, hay razones para su- cual se acentúa en la hiperextensión del ponden a una finalidad bastante lógica, 1) Extirpación del arco superior movi-
poner que son la consecuencia de tronco y se alivia con la flexión. Cuan- pero en la práctica sirven de muy poco, ble de la L-5 (operación de Gill, 1955).
microtraumatismos repetidos capaces do además de la espondilólisis se pro- cuando sirven para algo. Por lo regular Puede ser eficaz para suprimir el dolor
de producir fracturas por sobrecarga. El duce una espondilolistesis, al dolor lo- suele ser suficiente una faja blanda de causado por el roce de los fragmentos
mecanismo de producción, en tal caso, calizado en la región lumbar puede compresión elástica circular, apretada óseos del istmo. Permite explorar el
FIG. 2. Espondilolistesis de la VL de presumi-
serían los esfuerzos repetidos de hiper- añadirse un dolor irradiado en el territo- ble origen traumático, en una antigua gimnasta sobre la parte inferior del tronco. Es conducto raquídeo y eliminar posibles FIG. 6. Imagen del «perrito degollado» de
extensión muy pronunciada, como los rio del ciático (generalmente bilateral) de alta competición, obligada en su juventud a muy importante la observación periódi- causas de compresión radicular. Pero La Chapelle, en las proyecciones oblicuas de
efectuados por las gimnastas de compe- por compresión o cizallamiento de las realizar violentos y reiterados ejercicios de hi- ca del caso y las radiografías de control deja subsistente, como es lógico, la po- la columna lumbar, correspondiente a una li-
tición muy jóvenes (fig. 1). La causa di- raíces del nervio. Los datos objetivos perextensión del tronco. repetidas. sibilidad de producirse o pronunciarse sis del istmo.
espondilitis 108 109 espondilólisis

por caída de la misma hacia atrás en los


casos de anestesia profunda o coma.
espacio supraesternal.
supraesternal. Espacio situado
por encima de la horquilla esternal, for-
mado por el desdoblamiento de la apo-
neurosis cervical superficial. Sin.: espa-
cio de Burns.
espondilitis cervical, síndrome de.
Véase Rust, síndrome de.
espóndilo (del gr. spondylos, vértebra).
Vértebra.
espondilodesis.
espondilodesis Operación para inmovi-
lizar dos o más vértebras por medio de
un injerto óseo implantado en las apófi-
sis espinosas.
espondilodinia (del gr. spondylos, vérte-
bra, y odyne, dolor). Dolor vertebral. FIG. 3. Limitación de la flexión de la cadera (no necesariamente dolorosa) por retracción de los is- FIG. 4. Posibilidades evolutivas de una espon-
espondilólisis y espondilolistesis de quiocrurales en las espondilólisis juveniles, puesta de manifiesto al explorar el signo de Lasègue. Con dilolistesis a partir de una espondilólisis. Diver-
frecuencia bilateral. sos grados de desplazamiento, detectables en
traumático. Definición y preci-
origen traumático.
las radiografías de perfil.
sión de conceptos. Por espondilólisis se
entiende, como es bien sabido, la frac- FIG. 1. Probable mecanismo de fractura del istmo de la L-5 por hiperextensión forzada del
tura o solución de continuidad del ist- tronco.
quiocrurales de ambos lados (común a Indicaciones quirúrgicas. Se plantean
mo o pars interarticularis de una vérte- todos los procesos dolorosos lumbosa- con carácter inexcusable en todos aque-
bra por espondilolistesis (a nivel cros en sujetos jóvenes), que se mani- llos casos en los que los controles suce-
lumbosacro), el deslizamiento de la L-5 recta de la lisis podría ser, como se ha más significativos del diagnóstico clíni- fiesta por una limitación de la flexión de sivos permiten comprobar un aumento
sobre el sacro o, en su caso, de la L-4 supuesto durante algún tiempo, la com- co son los siguientes: la cadera con las rodillas extendidas, al de la olistesis, en particular en sujetos

I
sobre la L-5. Las espondilolistesis verda- presión del istmo a cargo de las articu- a) Dolor a la presión sobre la espina explorar el signo de Lasègue. No siem- muy jóvenes con largas perspectivas de
deras son aquellas que se producen por laciones de las vértebras contiguas, ac- pre acompañado de dolor (fig. 3). vida y por lo tanto de empeoramiento.
de la L-5.
la lisis ístmica, en contraposición a las tuando a modo de pinza en la actitud Diagnóstico radiográfico. La proyec- Con carácter relativo en los casos de do-
b) Dolor intenso provocado por la
degenerativas o seudoespondilolistesis, de máxima lordosis, pero parece más ción de perfil pone de manifiesto la lor intenso, persistente e incapacitante,
en las que no existe espondilolistesis. probable la producción de microfractu- maniobra de hiperextensión del tronco.
existencia de una espondilolistesis y el con tendencia al empeoramiento o in-
Las espondilolistesis traumáticas son ras trabeculares causadas por el esfuer- c) La comprobación de una insufi- grado de la misma (fig. 4). Las radiogra- compatible con las actividades norma-
siempre verdaderas. Las espondiloliste- zo de hiperextensión soportado por el ciencia pasiva o retracción de los is- fías oblicuas (fig. 5) revelan la existen- les y necesarias del interesado.
sis ístmicas o verdaderas se atribuyen en istmo. Así lo ha demostrado brillante- cia de una espondilólisis, por la cono- Objetivos fundamentales y recursos

D
general a factores congénitos, genéticos mente, entre nosotros, Roca Burniol a cida imagen del perrito de La Chapelle, generales del tratamiento quirúrgico-
o raciales, dada su particular incidencia través de estudios anatómicos fotoelas- degollado o con collar (figs. 6 y 7). La ortopédico 45o
en ciertos grupos étnicos (esquimales) o tométricos de la pars interarticularis. tomografia axial computarizada o la re- Principales objetivos.
FIG. 5. Proyección oblicua para la explora-
su presencia en madres e hijas con ca- Factores etiológicos y circunstanciales sonancia magnética nuclear pueden 1.o Supresión del dolor. ción de la pars interarticularis y el diagnóstico
racteres idénticos o muy parecidos. de aparición. La lesión descrita se ob- ser útiles para confirmar el diagnóstico 2.o Estabilización mecánica del seg- de la espondilólisis. (Del lado izquierdo, en el
Pero también pueden atribuirse a facto- serva principalmente, como se ha di- (fig. 8). mento lumbosacro como elemento de caso de la figura.)
res traumáticos, como obliga a suponer cho, en sujetos muy jóvenes del sexo fe- Normas generales de tratamiento. La soporte.
su mayor frecuencia en atletas y en gim- menino, obligados por su actividad primera y más inmediata es suspender 3.o Estabilización evolutiva para evi-
nastas, y sobre todo la constatación de deportiva a efectuar repetidos movi- la actividad deportiva y, en especial, los tar que la olistesis se produzca o se pro-
estas lesiones en algunos de ellos, des- mientos de hiperextensión del tronco, ejercicios de hiperextensión del tronco. nuncie.
pués de practicar estas actividades, según ha demostrado, también entre Adopción de posiciones en ligera fle- 4.o Corrección (en la medida de lo
cuando se dispone de pruebas radiográ- nosotros, Balius. Pero puede también xión del tronco, principalmente durante posible) de la olistesis ya producida.
ficas que antes no existían. Así como observarse, con menos frecuencia, en el reposo en decúbito. En principio, Principales recursos. Para cubrir estos
la posibilidad de curación, con el trata- varones o en deportistas de más edad. ejercicios para corregir la hiperlordosis objetivos se dispone de una extensa
miento adecuado, mediante un callo Es excepcional en casos de vida seden- lumbar, a base de fortalecer la muscula- gama de posibilidades, de las cuales in-
óseo comprobable en radiografía. taria o en la práctica moderada de de- tura abdominal, que en la práctica y en teresa particularmente señalar aquellas
Mecanismos de producción. La frac- portes (fig. 2) la mayoría de los casos, tratándose de que responden al tratamiento de las es-
tura del istmo no se produce nunca —o Clínica y diagnóstico. La espondilóli- deportistas jóvenes, necesita muy poco pondilólisis y espondilolistesis de ori-
prácticamente nunca— como conse- sis se manifiesta principalmente (y casi ser fortalecida. Las fajas, lumbostatos y gen traumático y que hoy día gozan de
cuencia de un traumatismo único y di- exclusivamente) por dolor lumbar, el demás medios externos de fijación, res- mayor aceptación.
recto. En cambio, hay razones para su- cual se acentúa en la hiperextensión del ponden a una finalidad bastante lógica, 1) Extirpación del arco superior movi-
poner que son la consecuencia de tronco y se alivia con la flexión. Cuan- pero en la práctica sirven de muy poco, ble de la L-5 (operación de Gill, 1955).
microtraumatismos repetidos capaces do además de la espondilólisis se pro- cuando sirven para algo. Por lo regular Puede ser eficaz para suprimir el dolor
de producir fracturas por sobrecarga. El duce una espondilolistesis, al dolor lo- suele ser suficiente una faja blanda de causado por el roce de los fragmentos
mecanismo de producción, en tal caso, calizado en la región lumbar puede compresión elástica circular, apretada óseos del istmo. Permite explorar el
FIG. 2. Espondilolistesis de la VL de presumi-
serían los esfuerzos repetidos de hiper- añadirse un dolor irradiado en el territo- ble origen traumático, en una antigua gimnasta sobre la parte inferior del tronco. Es conducto raquídeo y eliminar posibles FIG. 6. Imagen del «perrito degollado» de
extensión muy pronunciada, como los rio del ciático (generalmente bilateral) de alta competición, obligada en su juventud a muy importante la observación periódi- causas de compresión radicular. Pero La Chapelle, en las proyecciones oblicuas de
efectuados por las gimnastas de compe- por compresión o cizallamiento de las realizar violentos y reiterados ejercicios de hi- ca del caso y las radiografías de control deja subsistente, como es lógico, la po- la columna lumbar, correspondiente a una li-
tición muy jóvenes (fig. 1). La causa di- raíces del nervio. Los datos objetivos perextensión del tronco. repetidas. sibilidad de producirse o pronunciarse sis del istmo.
espondilólisis 110 111 espondilolistesis

la olistesis. Es compatible con otras in- Pedículo Articulación superior


tervenciones, como la artrodesis poste-
rolateral.
2) Osteosíntesis de la fractura ístmica Apófisis espinosa
por simple atornillado del istmo o pars
interarticularis (operación de Buck, 1970;
fig. 9). Encuentra —o puede encon-
trar— indicación en las espondilólisis
aisladas, sin espondilolistesis. Algunos
autores (Louis, 1988) añaden un injerto
óseo para asegurar al máximo la conso- Articulación inferior
lidación de la lisis. del lado opuesto
al explorado
3) Artrodesis lumbosacra. La fijación
de un segmento vertebral mediante injer-
Apófisis espinosa
tos aplicados sobre arcos posteriores es Articulación inferior
una de las operaciones de más rancio Istmo del lado explorado
abolengo en cirugía ósea, y sigue tenien- FIG. 10. Atornillado transpedicular sobre
do validez a otros niveles de la columna. FIG. 7. Interpretación de la imagen del «perrito» de las vértebras lumbares en proyecciones de 45 placa.
Pero encuentra serias dificultades y limi- grados.
taciones en el segmento lumbosacro, so-
bre todo para el tratamiento de la espon-
dilólisis, debido precisamente a la falta FIG. 11. Ejemplo de espondilolistesis de la VL
tratada mediante artrodesis lumbosacra con
de unión del arco posterior con el cuer-
tornillos transpediculares sobre la placa.
po vertebral, lo cual obliga a prolongar la FIG. 12. Imagen obtenida por tomografía
fijación por lo menos hasta la L-4. La ar- axial en el caso de la figura anterior.
trodesis posterolateral o transversosacra
permite (aparte de otras ventajas mecáni-
cas) soslayar este inconveniente. Pero
tampoco ofrece demasiadas seguridades
de lograr el objetivo propuesto, debido,
entre otras cosas, al exiguo lecho que
ofrece la apófisis transversa de la L-5. Las
artrodesis intersomáticas (por vía anterior
o posterior) pueden ser una alternativa
válida en algunos casos y en centros par-
ticularmente especializados, pero no
como medida sistemática en la práctica
FIG. 8. Espondilólisis de la L-5 claramente vi- FIG. 9. Osteosíntesis de la lisis ístmica por
habitual.
sible en la tomografía axial computarizada. atornillado simple de la pars interarticularis
En la actualidad, todos estos métodos (operación de Buck, según Roca Burniol). FIG. 13. Ejemplo de osteosíntesis transpedicu-
han sido superados por los procedi- lar sobre placa entre la L-4 y el sacro, por me-
mientos combinados de injertos óseos y dio de la placa de Steffee.
osteosíntesis metálica. Son los que ofre- razones obvias, a nivel L-5. Por otro y 13), o directamente y en forma inde-
cen mayores seguridades en cuanto al lado, la fijación a nivel del sacro es pendiente sobre cada uno de los pedí-
resultado, con menor tiempo de conso- yendo hacia atrás el cuerpo de la L-5 a
también difícil, exige el uso de barras culos, uniéndolas después entre sí por
lidación y de inmovilidad posoperato- medida que se accionan los tornillos fi-
adicionales de apoyo entre los ilíacos medio de vástagos longitudinales (Co-
ria, con la importante ventaja adicional jados a la misma a través de sus pedí-
(Harrington, 1962), la prolongación en trel-Dubousset), los cuales, a su vez,
de que algunos de ellos (y en algunos culos, por un mecanismo que los fran-
forma de L de las barras laterales de Lu- pueden unirse por medio de vástagos
casos) permiten una reducción de la ceses comparan con el sacacorchos
que (1977), etc. transversales que confieren al montaje
olistesis. Los métodos propuestos en este («vis tire-bouchon», de Roy Camille)
terreno son muy numerosos (casi ina- 2) Sistemas de osteosíntesis transpedi- una gran estabilidad (fig. 14).
(fig. 15).
barcables), lo mismo que la variedad de cular. Por atornillado a través de los pe- Reducción quirúrgica de la olistesis por
espondilolistesis (del gr. spondylos, vér-
modelos que ofrece el mercado. Pero dículos (fig. 10). Es el método hoy día vía posterior. El atornillado transpedicu- tebra, y olisthesis, deslizamiento). Tér-
pueden catalogarse, de una manera glo- más aceptado. Propuesto inicialmente lar sobre la placa tiene la ventaja adi- mino de Kilian (1854) para designar el
bal, en los dos siguientes grupos: por Roy Camille en 1970, ha sido adop- cional, anteriormente aludida, de per- deslizamiento de un segmento de la co-
1) Sistema de fijación y apoyo en las tado posteriormente por muchos otros mitir no solamente contener la olistesis lumna vertebral sobre el segmento infe-
láminas (osteosíntesis laminar). Casi to- cirujanos. Incluso Harrington, en 1976, de la L-5, sino también de reducirla. Al rior, usualmente de la quinta lumbar so-
dos estos procedimientos se basaron y Luque, en 1986, han modificado su menos en algunos casos y en condicio- bre el cuerpo del sacro en sentido FIG. 14 Ejemplo de osteosíntesis lumbosacra
inicialmente en aplicar a nivel lumbo- instrumentación original para adaptarla nes favorables: desplazamientos no anterosposterior. Cuando esta afección montada sobre vástagos. Tornillos transpedicu-
al sistema de fijación mediante tornillos muy pronunciados, sujetos preferen- lares fijados directamente sobre hueso y unidos
sacro los métodos empleados para el sobreviene a nivel de la última vértebra
entre sí mediante vástagos longitudinales a
tratamiento de la escoliosis (Harrington, pediculares. El atornillado puede hacer- temente jóvenes, olistesis no estructu- lumbar, va seguida de una deformidad cada lado y vástagos transversales de refuerzo. FIG. 15. Representación esquemática de las
1962; Luque, 1977; Hartshill, etc.). Tie- se sobre placas adosadas a la superficie rada, etc. La reducción se obtiene con importante a nivel de la excavación pel- Principio basado en la técnica original de Co- posibilidades de reducción de la olistesis por el
ne inconvenientes importantes. La fija- de los arcos posteriores (placas de Roy una placa rígida apoyada sobre el sacro viana y la pelvis está, entonces, viciada, trel-Dubousset. (Modelo PNW, por cortesía de atornillado progresivo sobre la L-5 y apoyo de
ción en la lámina no puede hacerse, por Camille, Louis, Steffee, etc.) (figs. 11, 12 y sobre la L-4 (o más arriba), y atra- desde el punto de vista obstétrico. Se la casa Orto-Implant, de Barcelona.) la placa en la L-4 y en el sacro.
espondilólisis 110 111 espondilolistesis

la olistesis. Es compatible con otras in- Pedículo Articulación superior


tervenciones, como la artrodesis poste-
rolateral.
2) Osteosíntesis de la fractura ístmica Apófisis espinosa
por simple atornillado del istmo o pars
interarticularis (operación de Buck, 1970;
fig. 9). Encuentra —o puede encon-
trar— indicación en las espondilólisis
aisladas, sin espondilolistesis. Algunos
autores (Louis, 1988) añaden un injerto
óseo para asegurar al máximo la conso- Articulación inferior
lidación de la lisis. del lado opuesto
al explorado
3) Artrodesis lumbosacra. La fijación
de un segmento vertebral mediante injer-
Apófisis espinosa
tos aplicados sobre arcos posteriores es Articulación inferior
una de las operaciones de más rancio Istmo del lado explorado
abolengo en cirugía ósea, y sigue tenien- FIG. 10. Atornillado transpedicular sobre
do validez a otros niveles de la columna. FIG. 7. Interpretación de la imagen del «perrito» de las vértebras lumbares en proyecciones de 45 placa.
Pero encuentra serias dificultades y limi- grados.
taciones en el segmento lumbosacro, so-
bre todo para el tratamiento de la espon-
dilólisis, debido precisamente a la falta FIG. 11. Ejemplo de espondilolistesis de la VL
tratada mediante artrodesis lumbosacra con
de unión del arco posterior con el cuer-
tornillos transpediculares sobre la placa.
po vertebral, lo cual obliga a prolongar la FIG. 12. Imagen obtenida por tomografía
fijación por lo menos hasta la L-4. La ar- axial en el caso de la figura anterior.
trodesis posterolateral o transversosacra
permite (aparte de otras ventajas mecáni-
cas) soslayar este inconveniente. Pero
tampoco ofrece demasiadas seguridades
de lograr el objetivo propuesto, debido,
entre otras cosas, al exiguo lecho que
ofrece la apófisis transversa de la L-5. Las
artrodesis intersomáticas (por vía anterior
o posterior) pueden ser una alternativa
válida en algunos casos y en centros par-
ticularmente especializados, pero no
como medida sistemática en la práctica
FIG. 8. Espondilólisis de la L-5 claramente vi- FIG. 9. Osteosíntesis de la lisis ístmica por
habitual.
sible en la tomografía axial computarizada. atornillado simple de la pars interarticularis
En la actualidad, todos estos métodos (operación de Buck, según Roca Burniol). FIG. 13. Ejemplo de osteosíntesis transpedicu-
han sido superados por los procedi- lar sobre placa entre la L-4 y el sacro, por me-
mientos combinados de injertos óseos y dio de la placa de Steffee.
osteosíntesis metálica. Son los que ofre- razones obvias, a nivel L-5. Por otro y 13), o directamente y en forma inde-
cen mayores seguridades en cuanto al lado, la fijación a nivel del sacro es pendiente sobre cada uno de los pedí-
resultado, con menor tiempo de conso- yendo hacia atrás el cuerpo de la L-5 a
también difícil, exige el uso de barras culos, uniéndolas después entre sí por
lidación y de inmovilidad posoperato- medida que se accionan los tornillos fi-
adicionales de apoyo entre los ilíacos medio de vástagos longitudinales (Co-
ria, con la importante ventaja adicional jados a la misma a través de sus pedí-
(Harrington, 1962), la prolongación en trel-Dubousset), los cuales, a su vez,
de que algunos de ellos (y en algunos culos, por un mecanismo que los fran-
forma de L de las barras laterales de Lu- pueden unirse por medio de vástagos
casos) permiten una reducción de la ceses comparan con el sacacorchos
que (1977), etc. transversales que confieren al montaje
olistesis. Los métodos propuestos en este («vis tire-bouchon», de Roy Camille)
terreno son muy numerosos (casi ina- 2) Sistemas de osteosíntesis transpedi- una gran estabilidad (fig. 14).
(fig. 15).
barcables), lo mismo que la variedad de cular. Por atornillado a través de los pe- Reducción quirúrgica de la olistesis por
espondilolistesis (del gr. spondylos, vér-
modelos que ofrece el mercado. Pero dículos (fig. 10). Es el método hoy día vía posterior. El atornillado transpedicu- tebra, y olisthesis, deslizamiento). Tér-
pueden catalogarse, de una manera glo- más aceptado. Propuesto inicialmente lar sobre la placa tiene la ventaja adi- mino de Kilian (1854) para designar el
bal, en los dos siguientes grupos: por Roy Camille en 1970, ha sido adop- cional, anteriormente aludida, de per- deslizamiento de un segmento de la co-
1) Sistema de fijación y apoyo en las tado posteriormente por muchos otros mitir no solamente contener la olistesis lumna vertebral sobre el segmento infe-
láminas (osteosíntesis laminar). Casi to- cirujanos. Incluso Harrington, en 1976, de la L-5, sino también de reducirla. Al rior, usualmente de la quinta lumbar so-
dos estos procedimientos se basaron y Luque, en 1986, han modificado su menos en algunos casos y en condicio- bre el cuerpo del sacro en sentido FIG. 14 Ejemplo de osteosíntesis lumbosacra
inicialmente en aplicar a nivel lumbo- instrumentación original para adaptarla nes favorables: desplazamientos no anterosposterior. Cuando esta afección montada sobre vástagos. Tornillos transpedicu-
al sistema de fijación mediante tornillos muy pronunciados, sujetos preferen- lares fijados directamente sobre hueso y unidos
sacro los métodos empleados para el sobreviene a nivel de la última vértebra
entre sí mediante vástagos longitudinales a
tratamiento de la escoliosis (Harrington, pediculares. El atornillado puede hacer- temente jóvenes, olistesis no estructu- lumbar, va seguida de una deformidad cada lado y vástagos transversales de refuerzo. FIG. 15. Representación esquemática de las
1962; Luque, 1977; Hartshill, etc.). Tie- se sobre placas adosadas a la superficie rada, etc. La reducción se obtiene con importante a nivel de la excavación pel- Principio basado en la técnica original de Co- posibilidades de reducción de la olistesis por el
ne inconvenientes importantes. La fija- de los arcos posteriores (placas de Roy una placa rígida apoyada sobre el sacro viana y la pelvis está, entonces, viciada, trel-Dubousset. (Modelo PNW, por cortesía de atornillado progresivo sobre la L-5 y apoyo de
ción en la lámina no puede hacerse, por Camille, Louis, Steffee, etc.) (figs. 11, 12 y sobre la L-4 (o más arriba), y atra- desde el punto de vista obstétrico. Se la casa Orto-Implant, de Barcelona.) la placa en la L-4 y en el sacro.
espondiloptosis 112 113 extracto

caracteriza clínicamente por exagera- Ligamento esternoclavicular anterior Ligamento interclavicular A B C


ción de la lordosis normal, acentuados Disco articular
pliegues cutáneos en la región lumbar y
signos radiológicos característicos. (Véa-
se r aquis lumbosacro.)
lumbosacro
espondiloptosis (del gr. spondylos, vérte-
bra, y ptosis, caída).. Grado extremo de
espondilolistesis, en la que la columna
Articulación del
vertebral cae en la cavidad pelviana. disco clavicular
(Véase r aquis lumbosacro.)
lumbosacro. Membrana
esquiador,
esquiador, lesión del. Esguince de la ar- del esternón
Articulación del
disco esternal
ticulación metacarpofalángica del pri-
mer dedo, supuestamente producido
por una abducción forzada del pulgar. FIG. 2. Principales modalidades anatomoclínicas de luxación esternoclavicular: A) anterior (la más frecuente), B) posterior, y C) superior.
(Véase fracturas y luxaciones de los de-
dos, en el apartado mano.)
mano
Essex-Lopresti, fractur
fracturaa de. Véase en el po con las puntas introducidas subcu- la misma y, a veces, resalte subcutáneo atravesando los dos fragmentos.
Sincondrosis táneamente, abrazando la diáfisis y de los fragmentos desplazados. La radio- estipa (del gr. stype, estopa). Compresa,
artículo fractur
fractura.a. Ligamento esternocostal Arteria esternocostal costoesternal
esternoclavicular
esternoclavicular,, luxación. La luxa- permitiendo tirar de ella hacia delante. grafía de perfil puede confirmar el diag- tapón de gasa o algodón.
ción de la articulación esternoclavicu- Tratamiento operatorio. Encuentra nóstico. Evans, oper ación de. Tratamiento qui-
Evans,
FIG. 1. Relaciones normales y principales medios de unión del extremo interno de la clavícula con
lar es una lesión rara. Su frecuencia re- indicación en las luxaciones irreducti- Tratamiento. Calmar el dolor (anal- rúrgico para la reparación de las lesio-
el esternón y la primera costilla. (Según Lanz-Wachsmuth.)
lativa puede cifrarse aproximadamente bles manualmente o en las luxaciones gésicos, infiltraciones anestésicas del nes de los ligamentos externos del
en el 1,5 % del total de luxaciones inveteradas, principalmente en las pos- foco), facilitar la expectoración (bron- tobillo, utilizando el tendón del pe-
Anatomía patológica y clasificación diagnóstico de confirmación por medio
traumáticas del organismo humano. Es teriores. La solución quirúrgica más codilatadores, fluidificantes) y reposo. roneo lateral corto a modo de tenode-
anatomopatológica. Es corriente distin- de la radiografía no siempre es fácil.
la menos frecuente de las lesiones trau- ventajosa, en estos casos, es la resec- En general es lo suficiente, siempre que tobillo lesiones ligamen-
sis. (Véase tobillo,
guir entre las subluxaciones y las luxa- Exige proyecciones especiales (inci-
máticas de la clavícula, es decir, las ción del extremo esternal de la clavícu- no existan complicaciones pulmonares tosas.)
ciones completas. Las primeras se pro- dencia de los rayos con 40 grados de la. Es el método más expeditivo, más
fracturas de este hueso y las luxaciones o pleurales asociadas. exaragma (del gr. ex-aragma, fractura).
exaragma
ducen por una rotura de los ligamentos inclinación hacia arriba y hacia atrás), sencillo, más seguro y más rápido, cu- Reducción de la fractura. En general no Fractura con avulsión.
acromioclaviculares. No tiene por sí esternoclaviculares con integridad, al preferentemente con ayuda del ampli-
misma demasiada importancia, pero yos resultados funcionales no difieren es necesaria si el desplazamiento no es exarticulación. Desarticulación; ampu-
menos parcial, del costoclavicular. La ficador de imagen, y mejor aún por sustancialmente de los de la reducción muy pronunciado. Suele bastar con el tación realizada a nivel de una articula-
puede dar lugar a complicaciones gra- luxación completa equivale a una rotu- medio de la tomografía axial computa-
ves por parte de los órganos compro- quirúrgica propiamente dicha. simple reposo en decúbito supino y en ción.
ra total de este último. El disco articular, rizada en cortes a nivel del manubrio esternón. Fr
metidos del cuello o retroesternales. Fr acturas.
acturas. Se trata de una le- extensión completa del raquis dorsal. exarticulación intertársea anterior.
anterior.
en las luxaciones completas, suele que- esternal. Véase Bona, operación
Mecanismos de producción. Se debe sión poco frecuente pero no excepcio- Los «vendajes en 8» tan prodigados, no operación de.
dar unido a la clavícula. Según sea el Principios generales de tratamiento. exarticulación intertársea posterior.
casi siempre a traumatismos de una nal. Muy relacionada, en general, con resuelven nada y son muy difíciles de to- posterior.
desplazamiento de la clavícula respecto Las subluxaciones no requieren por lo los accidentes de tráfico, siendo su prin- lerar. En caso de desplazamientos pro- Amputación de Chopart.
cierta violencia, en los cuales ambos al esternón, las luxaciones completas general más tratamiento que una ligera cipal causa los golpes del volante con- nunciados que justifiquen una reduc- exarticulación metatársea. Amputa-
hombros son comprimidos, uno contra pueden clasificarse en los siguientes inmovilización para evitar el dolor y tra el pecho, en los choques frontales de ción, puede intentarse lograrla por pre- ción de Lisfranc.
otro, en el plano frontal. Por ejemplo, al subgrupos (fig. 2): medidas antiálgicas. Las luxaciones automóvil. siones suaves sobre el fragmento inferior, exartrosis (del gr. ex, fuera de, y arthron,
ser aplastado un jugador de «rugby» 1) Luxación anterior o preesternal. Es completas deben ser reducidas. En la Anatomía patológica. El trazo de frac- con el enfermo en decúbito supino y má- articulación). Luxación de huesos arti-
contra el suelo, en decúbito lateral, por la más frecuente. forma más corriente —la luxación ante- tura es casi siempre transversal, asienta xima extensión del raquis dorsal y cervi- culados.
los otros jugadores que le caen encima. 2) Luxación superior, anterosuperior o rior— la reducción ofrece pocas difi- sobre el tercio superior-medio del hue- codorsal. Cuando no se consigue —y no extensión (del lat. extendere). 1. Movi-
Principales características anatómi- supraesternal. Muy poco frecuente. El cultades. Debe hacerse siempre bajo so, y abarca de un lado al otro del mis- se consigue muchas veces— hay que re- miento por el cual dos segmentos de un
cas. La articulación esternoclavicular es extremo luxado de la clavícula, alojado anestesia general. En estas condiciones mo. En general, el fragmento superior currir a medidas quirúrgicas. Clásica- miembro se apartan y disponen en línea
una artrodia, formada por dos superfi- en el cuello, puede armenazar a los ór- y con el sujeto colocado en decúbito está hundido respecto al inferior. mente se describen procedimientos de recta; opuesto a flexión. 2. Operación
cies articulares, de las cuales una de ganos vitales del mismo (laringe, trá- supino, suele bastar la tracción sobre el Sintomatología y diagnóstico. El do- tracción sobre el fragmento hundido a quirúrgica, manual o instrumental, que
ellas (la del esternón) es casi plana y la quea, nervio vago). brazo en abducción y la presión direc- lor intenso en la región esternal y la res- base de estribos y dispositivos análogos tiende a colocar en línea recta los ex-
otra ligeramente convexa. No tendrían 3) Luxación posterior o retroesternal. ta sobre la extremidad luxada de la cla- piración superficial por esta misma que hacen presa sobre dicho fragmento tremos de un hueso fracturado o luxa-
ninguna tendencia, por consiguiente, a También muy poco frecuente, pero im- vícula para que se reintroduzca en su causa. Si no existen otras lesiones aso- y se apoyan en el propio tórax. Son pro- do. Representa el segundo tiempo de la
mantenerse en contacto si no fuese por portante por la amenaza que supone sitio con un chasquido inconfundible. ciadas (fractura de costillas y «volet» cedimientos en el mejor caso engorrosos reducción de una fractura. Consiste,
un potente sistema ligamentoso de para las estructuras retroesternales, prin- Una vez reducida, tiene poca tenden- anterior, neumotórax, etc.), la función y de resultados poco seguros. Mucho una vez comenzada la contraextensión,
unión, los ligamentos esternoclavicula- cipalmente los grandes vasos de la re- cia a volverse a luxar. Las luxaciones respiratoria está poco o nada compro- más sencillo es abordar directamente el en hacer tracciones sobre el segmento
res anterior y posterior, el ligamento in- gión (carótida primitiva, arteria y venas superiores también pueden reducirse metida, aparte de la hipoventilación foco, apalancar los fragmentos entre sí inferior para colocarlo a nivel o algo por
terclavicular y el ligamento costoclavi- subclavias, tronco venoso braquiocefá- en forma parecida con una cierta facili- causada por la inhibición dolorosa. La mediante un escoplo y engranarlos mu- debajo del fragmento superior. En cier-
cular (fig. 1). Entre la superficie articular lico), así como el esófago y la tráquea. dad, aunque con más peligro por la ve- inspección pone de manifiesto la equi- tuamente. Si el engranaje no parece se- tas fracturas (fémur) la extensión puede
del esternón y la de la clavícula se en- Clínica y diagnóstico. El dolor a nivel cindad de los órganos del cuello. Las mosis o el hematoma en la región con- guro, hay que completar la fijación me- ser permanente.
cuentra un menisco discoideo, o discus de la articulación luxada es el síntoma dificultades mayores —y los mayores tundida, dolor intenso a la presión sobre diante simples alambres de Kirschner extracto
extracto tisular.
tisular. Tromboplastina.
articularis, que divide la cavidad articu- más constante. Aumenta claramente peligros— las ofrecen las luxaciones
lar en dos compartimientos. Un detalle por la presión lateral sobre el hombro. posteriores o retroesternales, en las
anatómico que conviene recordar es la A ello se une la tumefacción local, la al- cuales, lógicamente, no puede hacerse
presencia de una zona epifisaria en el teración de los relieves óseos normales, presión manual de atrás a delante sobre
extremo proximal de la clavicula, cuyo la impotencia funcional y en ocasiones la clavícula. Puede a veces lograrse el
centro de osificación no aparece hasta una ligera asimetría de los hombros. Es- mismo efecto traccionando sobre la
los 18 años y no se suelda con el resto tos síntomas suelen ser suficientes, en clavícula, asida fuertemente con los
del hueso hasta los 25 años. general, para diagnosticar la lesión. El dedos o incluso con una pinza de cam-
espondiloptosis 112 113 extracto

caracteriza clínicamente por exagera- Ligamento esternoclavicular anterior Ligamento interclavicular A B C


ción de la lordosis normal, acentuados Disco articular
pliegues cutáneos en la región lumbar y
signos radiológicos característicos. (Véa-
se r aquis lumbosacro.)
lumbosacro
espondiloptosis (del gr. spondylos, vérte-
bra, y ptosis, caída).. Grado extremo de
espondilolistesis, en la que la columna
Articulación del
vertebral cae en la cavidad pelviana. disco clavicular
(Véase r aquis lumbosacro.)
lumbosacro. Membrana
esquiador,
esquiador, lesión del. Esguince de la ar- del esternón
Articulación del
disco esternal
ticulación metacarpofalángica del pri-
mer dedo, supuestamente producido
por una abducción forzada del pulgar. FIG. 2. Principales modalidades anatomoclínicas de luxación esternoclavicular: A) anterior (la más frecuente), B) posterior, y C) superior.
(Véase fracturas y luxaciones de los de-
dos, en el apartado mano.)
mano
Essex-Lopresti, fractur
fracturaa de. Véase en el po con las puntas introducidas subcu- la misma y, a veces, resalte subcutáneo atravesando los dos fragmentos.
Sincondrosis táneamente, abrazando la diáfisis y de los fragmentos desplazados. La radio- estipa (del gr. stype, estopa). Compresa,
artículo fractur
fractura.a. Ligamento esternocostal Arteria esternocostal costoesternal
esternoclavicular
esternoclavicular,, luxación. La luxa- permitiendo tirar de ella hacia delante. grafía de perfil puede confirmar el diag- tapón de gasa o algodón.
ción de la articulación esternoclavicu- Tratamiento operatorio. Encuentra nóstico. Evans, oper ación de. Tratamiento qui-
Evans,
FIG. 1. Relaciones normales y principales medios de unión del extremo interno de la clavícula con
lar es una lesión rara. Su frecuencia re- indicación en las luxaciones irreducti- Tratamiento. Calmar el dolor (anal- rúrgico para la reparación de las lesio-
el esternón y la primera costilla. (Según Lanz-Wachsmuth.)
lativa puede cifrarse aproximadamente bles manualmente o en las luxaciones gésicos, infiltraciones anestésicas del nes de los ligamentos externos del
en el 1,5 % del total de luxaciones inveteradas, principalmente en las pos- foco), facilitar la expectoración (bron- tobillo, utilizando el tendón del pe-
Anatomía patológica y clasificación diagnóstico de confirmación por medio
traumáticas del organismo humano. Es teriores. La solución quirúrgica más codilatadores, fluidificantes) y reposo. roneo lateral corto a modo de tenode-
anatomopatológica. Es corriente distin- de la radiografía no siempre es fácil.
la menos frecuente de las lesiones trau- ventajosa, en estos casos, es la resec- En general es lo suficiente, siempre que tobillo lesiones ligamen-
sis. (Véase tobillo,
guir entre las subluxaciones y las luxa- Exige proyecciones especiales (inci-
máticas de la clavícula, es decir, las ción del extremo esternal de la clavícu- no existan complicaciones pulmonares tosas.)
ciones completas. Las primeras se pro- dencia de los rayos con 40 grados de la. Es el método más expeditivo, más
fracturas de este hueso y las luxaciones o pleurales asociadas. exaragma (del gr. ex-aragma, fractura).
exaragma
ducen por una rotura de los ligamentos inclinación hacia arriba y hacia atrás), sencillo, más seguro y más rápido, cu- Reducción de la fractura. En general no Fractura con avulsión.
acromioclaviculares. No tiene por sí esternoclaviculares con integridad, al preferentemente con ayuda del ampli-
misma demasiada importancia, pero yos resultados funcionales no difieren es necesaria si el desplazamiento no es exarticulación. Desarticulación; ampu-
menos parcial, del costoclavicular. La ficador de imagen, y mejor aún por sustancialmente de los de la reducción muy pronunciado. Suele bastar con el tación realizada a nivel de una articula-
puede dar lugar a complicaciones gra- luxación completa equivale a una rotu- medio de la tomografía axial computa-
ves por parte de los órganos compro- quirúrgica propiamente dicha. simple reposo en decúbito supino y en ción.
ra total de este último. El disco articular, rizada en cortes a nivel del manubrio esternón. Fr
metidos del cuello o retroesternales. Fr acturas.
acturas. Se trata de una le- extensión completa del raquis dorsal. exarticulación intertársea anterior.
anterior.
en las luxaciones completas, suele que- esternal. Véase Bona, operación
Mecanismos de producción. Se debe sión poco frecuente pero no excepcio- Los «vendajes en 8» tan prodigados, no operación de.
dar unido a la clavícula. Según sea el Principios generales de tratamiento. exarticulación intertársea posterior.
casi siempre a traumatismos de una nal. Muy relacionada, en general, con resuelven nada y son muy difíciles de to- posterior.
desplazamiento de la clavícula respecto Las subluxaciones no requieren por lo los accidentes de tráfico, siendo su prin- lerar. En caso de desplazamientos pro- Amputación de Chopart.
cierta violencia, en los cuales ambos al esternón, las luxaciones completas general más tratamiento que una ligera cipal causa los golpes del volante con- nunciados que justifiquen una reduc- exarticulación metatársea. Amputa-
hombros son comprimidos, uno contra pueden clasificarse en los siguientes inmovilización para evitar el dolor y tra el pecho, en los choques frontales de ción, puede intentarse lograrla por pre- ción de Lisfranc.
otro, en el plano frontal. Por ejemplo, al subgrupos (fig. 2): medidas antiálgicas. Las luxaciones automóvil. siones suaves sobre el fragmento inferior, exartrosis (del gr. ex, fuera de, y arthron,
ser aplastado un jugador de «rugby» 1) Luxación anterior o preesternal. Es completas deben ser reducidas. En la Anatomía patológica. El trazo de frac- con el enfermo en decúbito supino y má- articulación). Luxación de huesos arti-
contra el suelo, en decúbito lateral, por la más frecuente. forma más corriente —la luxación ante- tura es casi siempre transversal, asienta xima extensión del raquis dorsal y cervi- culados.
los otros jugadores que le caen encima. 2) Luxación superior, anterosuperior o rior— la reducción ofrece pocas difi- sobre el tercio superior-medio del hue- codorsal. Cuando no se consigue —y no extensión (del lat. extendere). 1. Movi-
Principales características anatómi- supraesternal. Muy poco frecuente. El cultades. Debe hacerse siempre bajo so, y abarca de un lado al otro del mis- se consigue muchas veces— hay que re- miento por el cual dos segmentos de un
cas. La articulación esternoclavicular es extremo luxado de la clavícula, alojado anestesia general. En estas condiciones mo. En general, el fragmento superior currir a medidas quirúrgicas. Clásica- miembro se apartan y disponen en línea
una artrodia, formada por dos superfi- en el cuello, puede armenazar a los ór- y con el sujeto colocado en decúbito está hundido respecto al inferior. mente se describen procedimientos de recta; opuesto a flexión. 2. Operación
cies articulares, de las cuales una de ganos vitales del mismo (laringe, trá- supino, suele bastar la tracción sobre el Sintomatología y diagnóstico. El do- tracción sobre el fragmento hundido a quirúrgica, manual o instrumental, que
ellas (la del esternón) es casi plana y la quea, nervio vago). brazo en abducción y la presión direc- lor intenso en la región esternal y la res- base de estribos y dispositivos análogos tiende a colocar en línea recta los ex-
otra ligeramente convexa. No tendrían 3) Luxación posterior o retroesternal. ta sobre la extremidad luxada de la cla- piración superficial por esta misma que hacen presa sobre dicho fragmento tremos de un hueso fracturado o luxa-
ninguna tendencia, por consiguiente, a También muy poco frecuente, pero im- vícula para que se reintroduzca en su causa. Si no existen otras lesiones aso- y se apoyan en el propio tórax. Son pro- do. Representa el segundo tiempo de la
mantenerse en contacto si no fuese por portante por la amenaza que supone sitio con un chasquido inconfundible. ciadas (fractura de costillas y «volet» cedimientos en el mejor caso engorrosos reducción de una fractura. Consiste,
un potente sistema ligamentoso de para las estructuras retroesternales, prin- Una vez reducida, tiene poca tenden- anterior, neumotórax, etc.), la función y de resultados poco seguros. Mucho una vez comenzada la contraextensión,
unión, los ligamentos esternoclavicula- cipalmente los grandes vasos de la re- cia a volverse a luxar. Las luxaciones respiratoria está poco o nada compro- más sencillo es abordar directamente el en hacer tracciones sobre el segmento
res anterior y posterior, el ligamento in- gión (carótida primitiva, arteria y venas superiores también pueden reducirse metida, aparte de la hipoventilación foco, apalancar los fragmentos entre sí inferior para colocarlo a nivel o algo por
terclavicular y el ligamento costoclavi- subclavias, tronco venoso braquiocefá- en forma parecida con una cierta facili- causada por la inhibición dolorosa. La mediante un escoplo y engranarlos mu- debajo del fragmento superior. En cier-
cular (fig. 1). Entre la superficie articular lico), así como el esófago y la tráquea. dad, aunque con más peligro por la ve- inspección pone de manifiesto la equi- tuamente. Si el engranaje no parece se- tas fracturas (fémur) la extensión puede
del esternón y la de la clavícula se en- Clínica y diagnóstico. El dolor a nivel cindad de los órganos del cuello. Las mosis o el hematoma en la región con- guro, hay que completar la fijación me- ser permanente.
cuentra un menisco discoideo, o discus de la articulación luxada es el síntoma dificultades mayores —y los mayores tundida, dolor intenso a la presión sobre diante simples alambres de Kirschner extracto
extracto tisular.
tisular. Tromboplastina.
articularis, que divide la cavidad articu- más constante. Aumenta claramente peligros— las ofrecen las luxaciones
lar en dos compartimientos. Un detalle por la presión lateral sobre el hombro. posteriores o retroesternales, en las
anatómico que conviene recordar es la A ello se une la tumefacción local, la al- cuales, lógicamente, no puede hacerse
presencia de una zona epifisaria en el teración de los relieves óseos normales, presión manual de atrás a delante sobre
extremo proximal de la clavicula, cuyo la impotencia funcional y en ocasiones la clavícula. Puede a veces lograrse el
centro de osificación no aparece hasta una ligera asimetría de los hombros. Es- mismo efecto traccionando sobre la
los 18 años y no se suelda con el resto tos síntomas suelen ser suficientes, en clavícula, asida fuertemente con los
del hueso hasta los 25 años. general, para diagnosticar la lesión. El dedos o incluso con una pinza de cam-
F
fabela (del lat. fabella, dim. de faba, Roentgen. Según Farril, en el siglo XVI ya interna de una cierta entidad, que en
haba). Fibrocartílago sesamoideo que se realizaban en México operaciones ocasiones puede alcanzar o sebrepasar
se desarrolla en los músculos gemelos y de los huesos y de los miembros en los dos litros, dando lugar con frecuen-
sóleo. Es visible en las radiografías condiciones de una relativa analgesia cia a cuadros alarmantes de shock hi-
como una pequeña sombra ósea. bajo la acción de la mandrágora, co- povolémico que puede alcanzar pro-
factor cimoplástico. Tromboplastina. existiendo con una vasta experiencia porciones peligrosas.
factores de crecimiento. Citoquinas. en el tratamiento de las fracturas. El 3) Como consecuencia de la violen-
Fairbank, signo de. Dolor provocado al mismo Farril puede ser considerado cia del traumatismo causal y de la enér-
desplazar la rótula hacia fuera, en el —con Velasco Zimbron— como un cla- gica acción de la potente musculatura
sentido de reproducir la luxación ex- ro exponente, en los tiempos modernos, del muslo, se producen por lo regular,
terna, como prueba diagnóstica de ha- de esta ilustre tradición y de los avances en estas fracturas, importantes despla-
berse producido y con posibilidad de logrados con su empuje en el campo de zamientos. En especial, por acabalga-
repetirse. (Véase rótula, luxaciones la cirugía osteoarticular, que elevó al miento entre los fragmentos, que exige
traumáticas.) más alto nivel internacional. Un gran medidas especiales de reducción.
arabeuf (Louis Hubert). Cirujano fran-
Farabeuf maestro, dentro y fuera de su país, y un 4) A pesar de los factores desfavora-
cés (1841-1910). Describió diversos gran impulsor de la Sociedad Latinoa- bles y de afectar a una pieza esqueléti-
procedimientos quirúrgicos conocidos mericana de Cirugía Ortopédica y Trau- ca clave para el soporte del cuerpo, las
como operaciones de Farabeuf. Dio matológica (SLAOT) y presidente del fracturas diafisarias de fémur suelen
nombre a una amputación de la pierna Congreso que esta sociedad celebró en mostrar una marcada tendencia a la cu-
y a la desarticulación subastragaloidea. Acapulco en 1948.
El triángulo formado por la vena yugu- fascia (del lat. fascis, fascículo). Vaina de
lar interna, la vena facial y el nervio hi- tejido fibroso que envuelve el cuerpo
pogloso (base) es conocido con el nom- por debajo de la piel. Aponeurosis o ex-
bre de triángulo de Farabeuf. pansión aponeurótica.
Farabeuf,
arabeuf, luxación de. Luxación meta- femorocalcáneo. Músculo plantar del-
carpofalánginca del pulgar. (Véase mano, gado.
fracturas y luxaciones de los dedos.) fémur
Farabeuf,
arabeuf, pinza de. Pinza para la suje- Fracturas diafisarias del fémur
ción del pulgar a nivel de su falange ba- Características generales más impor-
sal, y tracción sobre el mismo, emplea- tantes
da en la reducción de las luxaciones 1) Las fracturas diafisarias del fémur, a
metacarpofalángicas del primer dedo diferencia de las de la extremidad pro-
(luxaciones de Farabeuf). (Véase mano, ximal de este mismo hueso, son por lo
fracturas y luxaciones de los dedos.) regular consecuencia de traumatismos
Farril, Juan
Juan (1902-1973).. La medicina en graves. Más frecuentes, por este motivo,
general, y la cirugía de los miembros, en sujetos jóvenes, y acompañadas con
en particular, gozan de un rancio abo- frecuencia de otras lesiones asociadas
lengo en México. El propio Cortés del mismo fémur (fracturas y luxaciones
(1524) fundó el primer hospital en el de la cadera), de otras partes del esque-
continente americano, y en 1536 se leto o de otras regiones del organismo
fundó el Colegio de Santa Cruz de Tlal- (traumatismos craneoencefálicos, verte-
telolco, donde se impartió la enseñanza bromedulares, torácicos, etc.).
de la Medicina por primera vez en el 2) Debido a la vecindad de vasos im-
continente americano. En 1845 se prac- portantes (femoral profunda), a la rica
ticó en México la primera transfusión vascularización del propio fémur y a las
sanguínea realizada en América, y en lesiones concomitantes de la muscula-
FIG. 1. Corte esquemático del fémur mostran-
1896 la primera radiografía pocos me- tura del muslo, estas fracturas se acom- do el calibre de la cavidad medular a diferentes
ses después del descubrimiento de pañan por lo regular de una hemorragia niveles.
F
fabela (del lat. fabella, dim. de faba, Roentgen. Según Farril, en el siglo XVI ya interna de una cierta entidad, que en
haba). Fibrocartílago sesamoideo que se realizaban en México operaciones ocasiones puede alcanzar o sebrepasar
se desarrolla en los músculos gemelos y de los huesos y de los miembros en los dos litros, dando lugar con frecuen-
sóleo. Es visible en las radiografías condiciones de una relativa analgesia cia a cuadros alarmantes de shock hi-
como una pequeña sombra ósea. bajo la acción de la mandrágora, co- povolémico que puede alcanzar pro-
factor cimoplástico. Tromboplastina. existiendo con una vasta experiencia porciones peligrosas.
factores de crecimiento. Citoquinas. en el tratamiento de las fracturas. El 3) Como consecuencia de la violen-
Fairbank, signo de. Dolor provocado al mismo Farril puede ser considerado cia del traumatismo causal y de la enér-
desplazar la rótula hacia fuera, en el —con Velasco Zimbron— como un cla- gica acción de la potente musculatura
sentido de reproducir la luxación ex- ro exponente, en los tiempos modernos, del muslo, se producen por lo regular,
terna, como prueba diagnóstica de ha- de esta ilustre tradición y de los avances en estas fracturas, importantes despla-
berse producido y con posibilidad de logrados con su empuje en el campo de zamientos. En especial, por acabalga-
repetirse. (Véase rótula, luxaciones la cirugía osteoarticular, que elevó al miento entre los fragmentos, que exige
traumáticas.) más alto nivel internacional. Un gran medidas especiales de reducción.
arabeuf (Louis Hubert). Cirujano fran-
Farabeuf maestro, dentro y fuera de su país, y un 4) A pesar de los factores desfavora-
cés (1841-1910). Describió diversos gran impulsor de la Sociedad Latinoa- bles y de afectar a una pieza esqueléti-
procedimientos quirúrgicos conocidos mericana de Cirugía Ortopédica y Trau- ca clave para el soporte del cuerpo, las
como operaciones de Farabeuf. Dio matológica (SLAOT) y presidente del fracturas diafisarias de fémur suelen
nombre a una amputación de la pierna Congreso que esta sociedad celebró en mostrar una marcada tendencia a la cu-
y a la desarticulación subastragaloidea. Acapulco en 1948.
El triángulo formado por la vena yugu- fascia (del lat. fascis, fascículo). Vaina de
lar interna, la vena facial y el nervio hi- tejido fibroso que envuelve el cuerpo
pogloso (base) es conocido con el nom- por debajo de la piel. Aponeurosis o ex-
bre de triángulo de Farabeuf. pansión aponeurótica.
Farabeuf,
arabeuf, luxación de. Luxación meta- femorocalcáneo. Músculo plantar del-
carpofalánginca del pulgar. (Véase mano, gado.
fracturas y luxaciones de los dedos.) fémur
Farabeuf,
arabeuf, pinza de. Pinza para la suje- Fracturas diafisarias del fémur
ción del pulgar a nivel de su falange ba- Características generales más impor-
sal, y tracción sobre el mismo, emplea- tantes
da en la reducción de las luxaciones 1) Las fracturas diafisarias del fémur, a
metacarpofalángicas del primer dedo diferencia de las de la extremidad pro-
(luxaciones de Farabeuf). (Véase mano, ximal de este mismo hueso, son por lo
fracturas y luxaciones de los dedos.) regular consecuencia de traumatismos
Farril, Juan
Juan (1902-1973).. La medicina en graves. Más frecuentes, por este motivo,
general, y la cirugía de los miembros, en sujetos jóvenes, y acompañadas con
en particular, gozan de un rancio abo- frecuencia de otras lesiones asociadas
lengo en México. El propio Cortés del mismo fémur (fracturas y luxaciones
(1524) fundó el primer hospital en el de la cadera), de otras partes del esque-
continente americano, y en 1536 se leto o de otras regiones del organismo
fundó el Colegio de Santa Cruz de Tlal- (traumatismos craneoencefálicos, verte-
telolco, donde se impartió la enseñanza bromedulares, torácicos, etc.).
de la Medicina por primera vez en el 2) Debido a la vecindad de vasos im-
continente americano. En 1845 se prac- portantes (femoral profunda), a la rica
ticó en México la primera transfusión vascularización del propio fémur y a las
sanguínea realizada en América, y en lesiones concomitantes de la muscula-
FIG. 1. Corte esquemático del fémur mostran-
1896 la primera radiografía pocos me- tura del muslo, estas fracturas se acom- do el calibre de la cavidad medular a diferentes
ses después del descubrimiento de pañan por lo regular de una hemorragia niveles.
fémur 116 117 fémur

Lesiones asociadas del mismo fémur. Las El desplazamiento de los fragmentos es mur, por las razones que han sido ex-
más frecuentes, las luxaciones de la ca- con mucha frecuencia importante por puestas, se asocian con frecuencia a
dera, las fracturas de la extremidad pro- las razones que ya han sido señaladas. trastornos graves del estado general que
ximal del hueso y las fracturas o fractu- Suele ser particularmente pronunciado requieren la atención más inmediata y
ras-luxación de la pelvis. Las fracturas y casi constante el acabalgamiento de urgente. Principalmente, el shock hipo-
diafisarias del tercio inferior se confun- un fragmento sobre otro, debido a la volémico, debido al gran hematoma
den muchas veces, como es fácil com- enérgica contractura muscular refleja en fracturario, que puede poner en peligro
prender, con las fracturas supracondí- respuesta al intenso dolor. Pero pueden la vida del accidentado, así como la
leas del fémur, o se asocian a ellas. Es producirse igualmente otros desplaza- existencia de otras lesiones asociadas,
frecuente la existencia de una hemartro- mientos ad latus o angulares, como con- traumatismos craneoencefálicos, torá-
sis a nivel de la rodilla. secuencia de la acción que ejercen so- cicos, etc., que pueden ocupar inicial-
Otras lesiones asociadas. Son relativa- bre el fémur los potentes músculos que mente el primer plano en las priorida- FIG. 5. Maniobra de reducción manual de
mente frecuentes las lesiones vasculares en él se insertan (figs. 3 y 4). des del tratamiento. En términos ge- una fractura del tercio inferior escasamente
de la femoral profunda y de otros vasos Clínica y diagnóstico. Las manifesta- nerales, puede decirse que superada desplazada.
de importancia secundaria que explican ciones iniciales de una fractura diafisa- la fase de gravedad general —shock,
el voluminoso hematoma en el foco de ria del fémur son suficientemente ex- trastornos cardiorrespiratorios, etc.—,
fractura, lo mismo que los extensos des- presivas para hacer sospechar su exis- la asociación de otras lesiones traumáti-
garros musculares que con frecuencia se tencia con muy escaso margen de duda. cas —cráneo, tórax, fracturas de otros A
producen. Las lesiones de la femoral su- El antecedente inmediato de un acci- huesos, etc.— no debe ser un obstáculo
FIG. 2. Variedades anatomopatológicas de fracturas diafisarias del fémur: transversal, espiroidea, perficial son, en cambio, más raras, y las dente importante, el dolor intenso, la para aplicar las medidas necesarias que
con tercer fragmento, en ala de mariposa, conminuta. del ciático, excepcionales, salvo cuando completa impotencia funcional, la de- exige la fractura del fémur, y que son
coexiste una luxación o luxación-fractu- formidad del muslo, el acortamiento del (o pueden ser) indispensables para lo-
ra posterior de la cabeza del fémur, que mismo y, con frecuencia, la seria reper- grar la estabilización del cuadro clínico
ración, atribuible principalmente a la habituales de osteosíntesis —y muy es- amenaza directamente al tronco del ner- cusión sobre el estado general, obligan general.
rica vascularización del hueso. Las seu- pecialmente por las técnicas de encla- vio. La posibilidad de lesiones asociadas en cualquer caso a considerar la grave- Tratamiento de la fractura propiamente
doartrosis de la diáfisis femoral son me- vado endomedular— son distintas en de otros órganos o sistemas ya ha sido dad de la situación y a obrar en conse- dicha. Los principios básicos que rigen
nos frecuentes que las de la tibia o las unos niveles que en otros, por lo que es mencionada. cuencia. La radiografía del fémur con- el tratamiento de toda fractura, reduc-
del húmero, y el período de consolida- preciso distinguir entre las fracturas del firma en todos los casos el diagnóstico, ción e inmovilización, tienen plena vali- B
ción, en general, es más corto. tercio superior (o subtrocantéreas), las con muy pocas posibilidades de error, dez en el caso de las fracturas diafisarias
Anatomía patológica y clasificación del tercio medio y las del tercio inferior aunque con una importante salvedad: del fémur, y pueden lograrse por cami-
anatomopatológica o supracondíleas. la de dejar sin diagnosticar una posible nos muy diversos. Si el desplazamiento
Según su localización. Las fracturas dia- Según el número de fragmentos. Fractu- lesión asociada a nivel de la cadera, si entre los fragmentos (y sobre todo el
fisarias del fémur son más frecuentes a ras simples o plurifragmentarias, y entre no se tiene la precaución de incluir esta acabalgamiento) no es muy pronuncia-
nivel del tercio superior o inferior de la estas últimas fracturas con un tercer zona del esqueleto en el estudio radio- do, la reducción puede lograrse por
diáfisis que en su tercio medio. Ello es fragmento, fracturas en ala de mariposa, gráfico del caso. simples maniobras externas, a base de
debido a que en dichas zonas la cavi- fracturas con segmento intermedio o a Normas generales de tratamiento. ejercer manualmente una tracción so-
dad medular tiende a ensancharse, «a dos niveles y fracturas de trazo múltiple 1) Medidas inmediatas de urgencia. bre la pierna en sentido axial, acompa-
modo de embudo o trompeta», a ex- o conminutas (fig. 2). La primera de estas medidas surge ante ñada de los necesarios movimientos la- FIG. 6. Efectos propuestos con la tracción
la necesidad de recoger y trasladar al terales o de rotación (fig. 5). Es la continua transesquelética: reducción de la des-
pensas del adelgazamiento de la corti- Por el trazo de fractura. De trazo trans- viación (A), e inmovilización del foco con reab-
accidentado en las mejores condicio- medida a que se recurre habitualmente
cal (fig. 1). Por este mismo motivo las versal (las más frecuentes), oblicuo o es- sorción del hematoma (B).
nes posibles para no agravar la lesión como paso previo e inmediato a la fija-
condiciones de fijación por los métodos piroideo (fracturas por torsión) (fig. 2).
fracturaria del fémur, lo cual equivale a ción de los fragmentos, siempre que
hacerlo evitando al máximo los despla- —conviene repetirlo— el grado del des-
zamientos o movimientos del miembro plazamiento permita lograr con ella el jetivo primordial pueden añadirse otros
A B fracturado. Para ello hay que valerse del objetivo propuesto. El mismo objetivo, no menos importantes, que reseñamos
dispositivo que se tenga a mano de los es decir, la reducción de los fragmentos a continuación.
muchos que se han ideado para tal fin: previa a la fijación quirúrgica de los b) Mantener el reposo de la extremi-
férulas e inmovilización de diversa ín- mismos, se logra en muchos casos por dad hasta que se reabsorba el hematoma
dole, fundas neumáticas hinchables, los la tracción axial aplicada al miembro fracturario, desaparezca la tumefacción
«MAST» («military anti-shock trousers») en la misma mesa ortopédica, unida a de los tejidos blandos o se estabilice el
o pantalones hinchables, etc. Y si no se las oportunas maniobras de moviliza- estado general lo suficiente como para
dispone de otro medio mejor, una sim- ción de los fragmentos para hacerlos permitir la fijación operatoria (fig. 6).
ple barra rígida o tabla de madera, con- coincidir antes de fijarlos. c) El método está igualmente indicado
venientemente almohadillada, vendada Reducción por tracción continua. Prin- en los casos de fracturas ampliamente
o atada al miembro con un vendaje, cipales objetivos del método. expuestas o en infecciones graves que
desde la cintura hasta la pierna, o más a) La finalidad más importante de la impidan otras medidas de tratamiento o
sencillo aún, solidarizando mediante el tracción continua en las fracturas diafi- exijan una vigilancia directa y constan-
vendaje la extremidad fracturada a la sarias del fémur es la de lograr la reduc- te de los tejidos dañados.
otra. Y por supuesto, poniendo el máxi- ción del acabalgamiento, venciendo la d) Durante largos años, la tracción
mo cuidado en las maniobras necesa- resistencia de la contracción muscular continua fue utilizada como procedi-
FIG. 3. Desplazamiento habitual en las fracturas diafisarias del fémur, debido a la acción muscular. FIG. 4. Desplazamiento hacia atrás del frag- rias para colocar al sujeto en la camilla que se opone a la misma, cuando no miento único para el tratamiento de las
A) A nivel del tercio superior: desplazamiento del fragmento proximal en abducción-rotación exter- mento distal en las fracturas del tercio inferior y o pasarlo de ésta a la mesa de recono- puede lograrse por los procedimientos fracturas diafisarias del fémur hasta lo-
na, y del distal en aducción. B) A nivel del tercio medio inferior: fragmento distal en aducción. supracondíleas por la acción de los gemelos. cimiento. Las fracturas diafisarias del fé- anteriormente descritos. Pero a este ob- grar la consolidación. Esta manera de
fémur 116 117 fémur

Lesiones asociadas del mismo fémur. Las El desplazamiento de los fragmentos es mur, por las razones que han sido ex-
más frecuentes, las luxaciones de la ca- con mucha frecuencia importante por puestas, se asocian con frecuencia a
dera, las fracturas de la extremidad pro- las razones que ya han sido señaladas. trastornos graves del estado general que
ximal del hueso y las fracturas o fractu- Suele ser particularmente pronunciado requieren la atención más inmediata y
ras-luxación de la pelvis. Las fracturas y casi constante el acabalgamiento de urgente. Principalmente, el shock hipo-
diafisarias del tercio inferior se confun- un fragmento sobre otro, debido a la volémico, debido al gran hematoma
den muchas veces, como es fácil com- enérgica contractura muscular refleja en fracturario, que puede poner en peligro
prender, con las fracturas supracondí- respuesta al intenso dolor. Pero pueden la vida del accidentado, así como la
leas del fémur, o se asocian a ellas. Es producirse igualmente otros desplaza- existencia de otras lesiones asociadas,
frecuente la existencia de una hemartro- mientos ad latus o angulares, como con- traumatismos craneoencefálicos, torá-
sis a nivel de la rodilla. secuencia de la acción que ejercen so- cicos, etc., que pueden ocupar inicial-
Otras lesiones asociadas. Son relativa- bre el fémur los potentes músculos que mente el primer plano en las priorida- FIG. 5. Maniobra de reducción manual de
mente frecuentes las lesiones vasculares en él se insertan (figs. 3 y 4). des del tratamiento. En términos ge- una fractura del tercio inferior escasamente
de la femoral profunda y de otros vasos Clínica y diagnóstico. Las manifesta- nerales, puede decirse que superada desplazada.
de importancia secundaria que explican ciones iniciales de una fractura diafisa- la fase de gravedad general —shock,
el voluminoso hematoma en el foco de ria del fémur son suficientemente ex- trastornos cardiorrespiratorios, etc.—,
fractura, lo mismo que los extensos des- presivas para hacer sospechar su exis- la asociación de otras lesiones traumáti-
garros musculares que con frecuencia se tencia con muy escaso margen de duda. cas —cráneo, tórax, fracturas de otros A
producen. Las lesiones de la femoral su- El antecedente inmediato de un acci- huesos, etc.— no debe ser un obstáculo
FIG. 2. Variedades anatomopatológicas de fracturas diafisarias del fémur: transversal, espiroidea, perficial son, en cambio, más raras, y las dente importante, el dolor intenso, la para aplicar las medidas necesarias que
con tercer fragmento, en ala de mariposa, conminuta. del ciático, excepcionales, salvo cuando completa impotencia funcional, la de- exige la fractura del fémur, y que son
coexiste una luxación o luxación-fractu- formidad del muslo, el acortamiento del (o pueden ser) indispensables para lo-
ra posterior de la cabeza del fémur, que mismo y, con frecuencia, la seria reper- grar la estabilización del cuadro clínico
ración, atribuible principalmente a la habituales de osteosíntesis —y muy es- amenaza directamente al tronco del ner- cusión sobre el estado general, obligan general.
rica vascularización del hueso. Las seu- pecialmente por las técnicas de encla- vio. La posibilidad de lesiones asociadas en cualquer caso a considerar la grave- Tratamiento de la fractura propiamente
doartrosis de la diáfisis femoral son me- vado endomedular— son distintas en de otros órganos o sistemas ya ha sido dad de la situación y a obrar en conse- dicha. Los principios básicos que rigen
nos frecuentes que las de la tibia o las unos niveles que en otros, por lo que es mencionada. cuencia. La radiografía del fémur con- el tratamiento de toda fractura, reduc-
del húmero, y el período de consolida- preciso distinguir entre las fracturas del firma en todos los casos el diagnóstico, ción e inmovilización, tienen plena vali- B
ción, en general, es más corto. tercio superior (o subtrocantéreas), las con muy pocas posibilidades de error, dez en el caso de las fracturas diafisarias
Anatomía patológica y clasificación del tercio medio y las del tercio inferior aunque con una importante salvedad: del fémur, y pueden lograrse por cami-
anatomopatológica o supracondíleas. la de dejar sin diagnosticar una posible nos muy diversos. Si el desplazamiento
Según su localización. Las fracturas dia- Según el número de fragmentos. Fractu- lesión asociada a nivel de la cadera, si entre los fragmentos (y sobre todo el
fisarias del fémur son más frecuentes a ras simples o plurifragmentarias, y entre no se tiene la precaución de incluir esta acabalgamiento) no es muy pronuncia-
nivel del tercio superior o inferior de la estas últimas fracturas con un tercer zona del esqueleto en el estudio radio- do, la reducción puede lograrse por
diáfisis que en su tercio medio. Ello es fragmento, fracturas en ala de mariposa, gráfico del caso. simples maniobras externas, a base de
debido a que en dichas zonas la cavi- fracturas con segmento intermedio o a Normas generales de tratamiento. ejercer manualmente una tracción so-
dad medular tiende a ensancharse, «a dos niveles y fracturas de trazo múltiple 1) Medidas inmediatas de urgencia. bre la pierna en sentido axial, acompa-
modo de embudo o trompeta», a ex- o conminutas (fig. 2). La primera de estas medidas surge ante ñada de los necesarios movimientos la- FIG. 6. Efectos propuestos con la tracción
la necesidad de recoger y trasladar al terales o de rotación (fig. 5). Es la continua transesquelética: reducción de la des-
pensas del adelgazamiento de la corti- Por el trazo de fractura. De trazo trans- viación (A), e inmovilización del foco con reab-
accidentado en las mejores condicio- medida a que se recurre habitualmente
cal (fig. 1). Por este mismo motivo las versal (las más frecuentes), oblicuo o es- sorción del hematoma (B).
nes posibles para no agravar la lesión como paso previo e inmediato a la fija-
condiciones de fijación por los métodos piroideo (fracturas por torsión) (fig. 2).
fracturaria del fémur, lo cual equivale a ción de los fragmentos, siempre que
hacerlo evitando al máximo los despla- —conviene repetirlo— el grado del des-
zamientos o movimientos del miembro plazamiento permita lograr con ella el jetivo primordial pueden añadirse otros
A B fracturado. Para ello hay que valerse del objetivo propuesto. El mismo objetivo, no menos importantes, que reseñamos
dispositivo que se tenga a mano de los es decir, la reducción de los fragmentos a continuación.
muchos que se han ideado para tal fin: previa a la fijación quirúrgica de los b) Mantener el reposo de la extremi-
férulas e inmovilización de diversa ín- mismos, se logra en muchos casos por dad hasta que se reabsorba el hematoma
dole, fundas neumáticas hinchables, los la tracción axial aplicada al miembro fracturario, desaparezca la tumefacción
«MAST» («military anti-shock trousers») en la misma mesa ortopédica, unida a de los tejidos blandos o se estabilice el
o pantalones hinchables, etc. Y si no se las oportunas maniobras de moviliza- estado general lo suficiente como para
dispone de otro medio mejor, una sim- ción de los fragmentos para hacerlos permitir la fijación operatoria (fig. 6).
ple barra rígida o tabla de madera, con- coincidir antes de fijarlos. c) El método está igualmente indicado
venientemente almohadillada, vendada Reducción por tracción continua. Prin- en los casos de fracturas ampliamente
o atada al miembro con un vendaje, cipales objetivos del método. expuestas o en infecciones graves que
desde la cintura hasta la pierna, o más a) La finalidad más importante de la impidan otras medidas de tratamiento o
sencillo aún, solidarizando mediante el tracción continua en las fracturas diafi- exijan una vigilancia directa y constan-
vendaje la extremidad fracturada a la sarias del fémur es la de lograr la reduc- te de los tejidos dañados.
otra. Y por supuesto, poniendo el máxi- ción del acabalgamiento, venciendo la d) Durante largos años, la tracción
mo cuidado en las maniobras necesa- resistencia de la contracción muscular continua fue utilizada como procedi-
FIG. 3. Desplazamiento habitual en las fracturas diafisarias del fémur, debido a la acción muscular. FIG. 4. Desplazamiento hacia atrás del frag- rias para colocar al sujeto en la camilla que se opone a la misma, cuando no miento único para el tratamiento de las
A) A nivel del tercio superior: desplazamiento del fragmento proximal en abducción-rotación exter- mento distal en las fracturas del tercio inferior y o pasarlo de ésta a la mesa de recono- puede lograrse por los procedimientos fracturas diafisarias del fémur hasta lo-
na, y del distal en aducción. B) A nivel del tercio medio inferior: fragmento distal en aducción. supracondíleas por la acción de los gemelos. cimiento. Las fracturas diafisarias del fé- anteriormente descritos. Pero a este ob- grar la consolidación. Esta manera de
fémur 118 119 fémur

actuar tiene —tenía— serios inconve- de una artritis supurada en caso de in- fémur, que precede a la osteosíntesis ve riesgo de desviaciones secundarias si la consolidación de la fractura o has-
nientes: 1) no garantizaba una fijación fección —aunque sea mínima— intro- propiamente dicha. Pero debe tenerse se autoriza la marcha con apoyo, y en ta que el foco adquiere la suficiente co-
suficientemente estable a nivel del foco; ducida con el clavo. en cuenta la conveniencia de evitarla caso contrario (marcha con bastones de hesión entre los fragmentos para poder
2) exigía un largo período de reposo en La tracción sobre la tibia tiene el incon- en todos los casos en los que la reduc- descarga) someten al foco a los efectos sustituirla por un vendaje de escayola.
cama y, por lo tanto, de hospitalización; veniente ya señalado de ejercerse a tra- ción incruenta previa no es necesaria de una presión negativa, favorecida por Procedimientos de fijación interna.
3) resultaba incómoda y difícil de so- vés de los elementos capsuloligamento- (por ser el desplazamiento muy peque- el propio peso del apósito, que a su vez Constituyen hoy día el método de elec-
portar por parte de los interesados, y 4) sos de la rodilla, y limitar, por otro lado, ño) o no es posible por no ser supera- favorece la formación de una seudoar- ción en el tratamiento de las fracturas
la más importante, la tracción continua, los movimientos de la misma. Pero tiene bles los obstáculos que se oponen a trosis. En los sujetos de edad avanzada, diafisarias del fémur, mientras no exista
mantenida más tiempo del necesario y la ventaja de atravesar el esqueleto en ella. En este último caso, tales obstácu- o en los obesos, constituyen un factor una contraindicación especial a su em-
una vez logrado reducir el acabalga- una zona muy resistente y apartada de la los pueden ser igualmente difíciles de predisponente a accidentes graves, como pleo. Los recursos disponibles para lle-
miento, actúa como factor de presión articulación. En general, es el procedi- superar por vía operatoria, obligando a por ejemplo los tromboembolismos. varlo a cabo son los que a continuación
negativa entre los fragmentos, interfi- miento de elección. En uno y otro caso recurrir a toda clase de instrumentos Hoy día encuentra indicación única- se describen:
riendo desfavorablemente en el proceso la tracción debe hacerse, lógicamente, (pinzas de hueso, palancas, etc.) para mente en los casos especiales a que se 1.o Enclavado intramedular (método
de consolidación. Hoy día, el empleo con el enfermo en decúbito supino y con lograrla. A tal fin puede ser de gran uti- hace referencia a continuación. de Küntscher). Es probablemente, el
prolongado de la tracción continua sólo el miembro descansando sobre un lecho lidad el distractor del fémur de la AO, Indicaciones especiales del tratamiento método más empleado en la actualidad.
encuentra indicación en los casos de o soporte adecuado, para lo cual se han propuesto por Müller y colaboradores, conservador. A pesar de lo dicho hasta Por medio de los clavos originales de
obligado tratamiento conservador a que descrito innumerables sistemas (férulas que permite una reducción del acabal- ahora, los métodos incruentos de trata- Küntscher o cualquiera de sus modifica-
se hace referencia más adelante. de toda índole, aparatos fijos o movibles gamiento y una estabilización del foco, miento de estas fracturas, a base de ex- ciones (clavos AO, Schneider, etc.) pro-
Requisitos técnicos del método. Como de suspensión, etc.) que no tiene espe- facilitando en gran manera los tiempos tensión continua prolongada, vendaje porciona —o puede proporcionar—
es bien conocido, la tracción continua cial interés recordar. La elección entre siguientes de fijación con placa y torni- de escayola o —lo que es más frecuen- una fijación muy firme de los fragmen-
puede aplicarse de forma percutánea o uno u otro podría tener importancia en llos (fig. 7). te— la combinación de ambos proce- tos con todas las ventajas que ello re-
transesquelética. El primero de estos la época en que todo el tratamiento de 2) Tratamiento definitivo de la fractu- dimientos, encuentran una indicación porta: levantamiento precoz, posibili-
procedimientos tiene serios inconve- estas fracturas se efectuaba bajo el régi- ra. Procedimientos de inmovilización y FIG. 8. Indicación óptima del enclavado en- prácticamente inexcusable en los si- dad de mover sin riesgo la cadera y la
nientes y limitaciones: intolerancia de men de tracción continua. Hoy en día, fijación. La fijación de los fragmentos domedular. Fracturas del tercio medio diafisa- guientes casos: 1) en los niños de cor- rodilla, etc. Encuentra su principal indi-
la piel, fuerza muy limitada de tracción, las diferencias que puede haber entre en las fracturas diafisarias del fémur es, rio de trazo transversal. ta edad (véase más adelante), 2) en las cación en las fracturas de trazo transver-
y en general mayores molestias e inco- ellos es, prácticamente, intrascendente. hoy día, un problema esencialmente fracturas conminutas de los adultos, sal del tercio medio del fémur, donde la
modidades para el interesado. Hoy día Quien tenga interés por conocerlos en quirúrgico. Pero no siempre ha sido así, con gran destrozo y multiplicidad de cavidad medular es uniformemente más
apenas encuentra indicación más que detalle puede recurrir a la excelente ni lo es, todavía, en algunos casos. casos, engorroso y en extremo molesto fragmentos, en las que la reconstruc- estrecha (fig. 8), y puede ser muy útil
en las fracturas del fémur en los niños obra de traumatología de F. Gomar y su Hubo un tiempo en que estas fracturas ción quirúrgica resulta imposible o para la alineación de las fracturas con
para los interesados. Obliga a inmovili-
de corta edad. En cuanto a la tracción escuela, donde encontrará una prolija se trataban por procedimientos conser- muy difícil. En este último caso, el tra- un tercer fragmento interpuesto (fig. 9).
transesquelética puede ejercerse, como descripción de estos dispositivos y sus vadores, bien sea prolongando la trac- zar una parte importante del cuerpo sin tamiento se inicia por lo regular por Por el contrario, ofrece pocas segurida-
igualmente es bien sabido, sobre el ex- múltiples modificaciones. La tracción ción continua hasta la consolidación o garantizar en cambio la suficiente in- medio de la extensión continua o la ex- des de sujeción en las fracturas del ter-
tremo distal del fémur o sobre el proxi- continua debe ejercerse, lógicamente, bien mediante apósitos enyesados. Aún movilización del foco. Suponen un gra- tensión-suspensión, prolongándola hasta cio distal del fémur (fig. 10), o en las
mal de la tibia. en sentido axial respecto al eje del en la actualidad hay autores de renom-
La tracción sobre el fémur tiene la ven- miembro, y debe calcularse aproxima- bre (De Palma) para los que «la mayoría
taja de que deja libre la rodilla y no se damente entre 1/7 y 1/10 del peso del de las fracturas femorales pueden tratar-
ejerce sobre los elementos blandos cuerpo, con la posibilidad de reducirla se por inmovilización en soportes de
(cápsula y ligamentos) de esta articula- en la medida en que ceda la resistencia yeso, con resultados similares o mejores
ción. Pero como contrapartida tiene la muscular y se vaya logrando reducir el que los que se obtienen con la fijación
desventaja de ejercerse sobre unas cor- acabalgamiento. Salvo en casos excep- interna», con la única concesión a la
ticales (las de la extremidad inferior del cionales que exijan lo contrario, no modernidad de la sustitución —escasa-
fémur) relativamente poco resistentes, y debe prolongarse, como ha sido dicho, mente convincente— de los antiguos
de obligar a pasar la aguja de transfi- más de lo necesario. apósitos escayolados por los llamados
xión muy cerca del fondo de saco sub- Reducción a cielo abierto. Es, como se «yesos funcionales». El tratamiento de
cuadricipital, con riesgo de penetrar en comprende, el primer tiempo del trata- estas fracturas por medio de yesos (fun-
la cavidad articular, y ser causa posible miento operatorio de las fracturas del cionales o no) resulta, en el mejor de los

FIG. 9. Alineación correcta de una fractura


FIG. 7. Distractor AO de Müller para reducción a cielo abierto de las fracturas diafisarias del fémur e inmovilización del foco como medida previa a la diafisaria con fragmento interpuesto mediante FIG. 10. Fijación insuficiente del clavo intramedular en una fractura del tercio inferior del fémur, de-
osteosíntesis. clavo intramedular. bido al ensanchamiento de la cavidad medular a este nivel.
fémur 118 119 fémur

actuar tiene —tenía— serios inconve- de una artritis supurada en caso de in- fémur, que precede a la osteosíntesis ve riesgo de desviaciones secundarias si la consolidación de la fractura o has-
nientes: 1) no garantizaba una fijación fección —aunque sea mínima— intro- propiamente dicha. Pero debe tenerse se autoriza la marcha con apoyo, y en ta que el foco adquiere la suficiente co-
suficientemente estable a nivel del foco; ducida con el clavo. en cuenta la conveniencia de evitarla caso contrario (marcha con bastones de hesión entre los fragmentos para poder
2) exigía un largo período de reposo en La tracción sobre la tibia tiene el incon- en todos los casos en los que la reduc- descarga) someten al foco a los efectos sustituirla por un vendaje de escayola.
cama y, por lo tanto, de hospitalización; veniente ya señalado de ejercerse a tra- ción incruenta previa no es necesaria de una presión negativa, favorecida por Procedimientos de fijación interna.
3) resultaba incómoda y difícil de so- vés de los elementos capsuloligamento- (por ser el desplazamiento muy peque- el propio peso del apósito, que a su vez Constituyen hoy día el método de elec-
portar por parte de los interesados, y 4) sos de la rodilla, y limitar, por otro lado, ño) o no es posible por no ser supera- favorece la formación de una seudoar- ción en el tratamiento de las fracturas
la más importante, la tracción continua, los movimientos de la misma. Pero tiene bles los obstáculos que se oponen a trosis. En los sujetos de edad avanzada, diafisarias del fémur, mientras no exista
mantenida más tiempo del necesario y la ventaja de atravesar el esqueleto en ella. En este último caso, tales obstácu- o en los obesos, constituyen un factor una contraindicación especial a su em-
una vez logrado reducir el acabalga- una zona muy resistente y apartada de la los pueden ser igualmente difíciles de predisponente a accidentes graves, como pleo. Los recursos disponibles para lle-
miento, actúa como factor de presión articulación. En general, es el procedi- superar por vía operatoria, obligando a por ejemplo los tromboembolismos. varlo a cabo son los que a continuación
negativa entre los fragmentos, interfi- miento de elección. En uno y otro caso recurrir a toda clase de instrumentos Hoy día encuentra indicación única- se describen:
riendo desfavorablemente en el proceso la tracción debe hacerse, lógicamente, (pinzas de hueso, palancas, etc.) para mente en los casos especiales a que se 1.o Enclavado intramedular (método
de consolidación. Hoy día, el empleo con el enfermo en decúbito supino y con lograrla. A tal fin puede ser de gran uti- hace referencia a continuación. de Küntscher). Es probablemente, el
prolongado de la tracción continua sólo el miembro descansando sobre un lecho lidad el distractor del fémur de la AO, Indicaciones especiales del tratamiento método más empleado en la actualidad.
encuentra indicación en los casos de o soporte adecuado, para lo cual se han propuesto por Müller y colaboradores, conservador. A pesar de lo dicho hasta Por medio de los clavos originales de
obligado tratamiento conservador a que descrito innumerables sistemas (férulas que permite una reducción del acabal- ahora, los métodos incruentos de trata- Küntscher o cualquiera de sus modifica-
se hace referencia más adelante. de toda índole, aparatos fijos o movibles gamiento y una estabilización del foco, miento de estas fracturas, a base de ex- ciones (clavos AO, Schneider, etc.) pro-
Requisitos técnicos del método. Como de suspensión, etc.) que no tiene espe- facilitando en gran manera los tiempos tensión continua prolongada, vendaje porciona —o puede proporcionar—
es bien conocido, la tracción continua cial interés recordar. La elección entre siguientes de fijación con placa y torni- de escayola o —lo que es más frecuen- una fijación muy firme de los fragmen-
puede aplicarse de forma percutánea o uno u otro podría tener importancia en llos (fig. 7). te— la combinación de ambos proce- tos con todas las ventajas que ello re-
transesquelética. El primero de estos la época en que todo el tratamiento de 2) Tratamiento definitivo de la fractu- dimientos, encuentran una indicación porta: levantamiento precoz, posibili-
procedimientos tiene serios inconve- estas fracturas se efectuaba bajo el régi- ra. Procedimientos de inmovilización y FIG. 8. Indicación óptima del enclavado en- prácticamente inexcusable en los si- dad de mover sin riesgo la cadera y la
nientes y limitaciones: intolerancia de men de tracción continua. Hoy en día, fijación. La fijación de los fragmentos domedular. Fracturas del tercio medio diafisa- guientes casos: 1) en los niños de cor- rodilla, etc. Encuentra su principal indi-
la piel, fuerza muy limitada de tracción, las diferencias que puede haber entre en las fracturas diafisarias del fémur es, rio de trazo transversal. ta edad (véase más adelante), 2) en las cación en las fracturas de trazo transver-
y en general mayores molestias e inco- ellos es, prácticamente, intrascendente. hoy día, un problema esencialmente fracturas conminutas de los adultos, sal del tercio medio del fémur, donde la
modidades para el interesado. Hoy día Quien tenga interés por conocerlos en quirúrgico. Pero no siempre ha sido así, con gran destrozo y multiplicidad de cavidad medular es uniformemente más
apenas encuentra indicación más que detalle puede recurrir a la excelente ni lo es, todavía, en algunos casos. casos, engorroso y en extremo molesto fragmentos, en las que la reconstruc- estrecha (fig. 8), y puede ser muy útil
en las fracturas del fémur en los niños obra de traumatología de F. Gomar y su Hubo un tiempo en que estas fracturas ción quirúrgica resulta imposible o para la alineación de las fracturas con
para los interesados. Obliga a inmovili-
de corta edad. En cuanto a la tracción escuela, donde encontrará una prolija se trataban por procedimientos conser- muy difícil. En este último caso, el tra- un tercer fragmento interpuesto (fig. 9).
transesquelética puede ejercerse, como descripción de estos dispositivos y sus vadores, bien sea prolongando la trac- zar una parte importante del cuerpo sin tamiento se inicia por lo regular por Por el contrario, ofrece pocas segurida-
igualmente es bien sabido, sobre el ex- múltiples modificaciones. La tracción ción continua hasta la consolidación o garantizar en cambio la suficiente in- medio de la extensión continua o la ex- des de sujeción en las fracturas del ter-
tremo distal del fémur o sobre el proxi- continua debe ejercerse, lógicamente, bien mediante apósitos enyesados. Aún movilización del foco. Suponen un gra- tensión-suspensión, prolongándola hasta cio distal del fémur (fig. 10), o en las
mal de la tibia. en sentido axial respecto al eje del en la actualidad hay autores de renom-
La tracción sobre el fémur tiene la ven- miembro, y debe calcularse aproxima- bre (De Palma) para los que «la mayoría
taja de que deja libre la rodilla y no se damente entre 1/7 y 1/10 del peso del de las fracturas femorales pueden tratar-
ejerce sobre los elementos blandos cuerpo, con la posibilidad de reducirla se por inmovilización en soportes de
(cápsula y ligamentos) de esta articula- en la medida en que ceda la resistencia yeso, con resultados similares o mejores
ción. Pero como contrapartida tiene la muscular y se vaya logrando reducir el que los que se obtienen con la fijación
desventaja de ejercerse sobre unas cor- acabalgamiento. Salvo en casos excep- interna», con la única concesión a la
ticales (las de la extremidad inferior del cionales que exijan lo contrario, no modernidad de la sustitución —escasa-
fémur) relativamente poco resistentes, y debe prolongarse, como ha sido dicho, mente convincente— de los antiguos
de obligar a pasar la aguja de transfi- más de lo necesario. apósitos escayolados por los llamados
xión muy cerca del fondo de saco sub- Reducción a cielo abierto. Es, como se «yesos funcionales». El tratamiento de
cuadricipital, con riesgo de penetrar en comprende, el primer tiempo del trata- estas fracturas por medio de yesos (fun-
la cavidad articular, y ser causa posible miento operatorio de las fracturas del cionales o no) resulta, en el mejor de los

FIG. 9. Alineación correcta de una fractura


FIG. 7. Distractor AO de Müller para reducción a cielo abierto de las fracturas diafisarias del fémur e inmovilización del foco como medida previa a la diafisaria con fragmento interpuesto mediante FIG. 10. Fijación insuficiente del clavo intramedular en una fractura del tercio inferior del fémur, de-
osteosíntesis. clavo intramedular. bido al ensanchamiento de la cavidad medular a este nivel.
fémur 120 121 fémur

A Vasos nutricios B importantes de la traumatología de to-


superiores dos los tiempos y que más ha evolucio-
nado en los últimos decenios en lo que
concierne a su tratamiento y pronósti-
co. Independiente, por otro lado, de las
Arteria otras fracturas de este mismo hueso, si-
circunfleja
de la rama
tuadas a distintos niveles: fracturas dia-
anterior fisarias y de la extremidad inferior del
fémur. Entendiendo por «extremidad
superior» la parte del hueso situada por
encima de la línea subtrocantérea.
Consideraciones anatómicas y bio-
mecánicas. La predisposición a estas
fracturas, los recursos disponibles para
Vasos nutricios su tratamiento y sus posibilidades de
Arteria femoral anteriores curación o de complicaciones, están
condicionadas fundamentalmente a las
Arteria circunfleja tres características anatómicas siguien-
Arteria femoral de la rama anterior
profunda tes propias de esta parte del esqueleto:
1) La vascularización de la cabeza y el
FIG. 15. Vascularización del cuello y de la cabeza vista por su cara anterior. A) En condiciones nor- cuello femorales. Descrita con motivo
males. B) En caso de fractura transcervical. de las luxaciones de la cadera (véanse
en el artículo cadera
cadera ) y cuya particula-
ridad más importante, desde el punto
concebidos inicialmente para el trata- tremos del hueso (fracturas metafisarias), de vista traumatológico, es la de poder
miento de las fracturas de la extremidad y fijar suficientemente los fragmentos se- quedar fácilmente interrumpida en las
superior del fémur (fracturas pertrocan- parados por un trazo oblicuo o espiroi- fracturas del cuello femoral propiamen-
FIG. 11. Fijación insuficiente del clavo endo- FIG. 12. Osteosíntesis con placa angulada FIG. 13. Osteosíntesis defectuosa de una frac- téreas o cervicales) han sido empleados deo. Existe también la posibilidad de te dichas. Es decir, las fracturas subcapi-
medular en una fractura diafisaria del tercio atornillada que inmoviliza eficazmente las tura del tercio inferior del fémur, con placa de con frecuencia para el tratamiento de combinación con otros procedimientos tales o transcervicales (fig. 15).
medio de trazo muy oblicuo. fracturas del tercio inferior de la diáfisis del osteosíntesis demasiado corta. algunas fracturas diafisarias. En especial de fijación, como los alambres circula- 2) La situación intracapsular de una
fémur. las fracturas del tercio inferior, en las res o los injertos óseos de diversa índole, parte importante de la extremidad supe-
fracturas del tercio medio de trazo muy que, por las razones ya conocidas, los y la posibilidad de ejercer una compre- rior del fémur, desprovista por lo tanto
amplificador de imagen, etc.). En oca-
oblicuo (fig. 11). Como es bien sabido, clavos rígidos ofrecen pocas garantías sión interfragmentaria (fig. 12). de periostio, motivo por el cual no pue-
siones, y a pesar de estos medios, la re- de sujeción. En tales casos, pueden ser b) Sus desventajas más importantes
el enclavado endomedular puede ha- de contarse con la formación de un ca-
ducción de la fractura y el afrontamien- sustituidos ventajosamente por los cla- respecto al enclavado intramedular son llo perióstico en las fracturas que afec-
cerse a cielo abierto o cerrado, y con o to mutuo de los fragmentos para pasar
sin fresado previo de la cavidad medu- vos elásticos múltiples divergentes, a los siguientes: la menor seguridad de tan a esta zona del hueso (fig. 16).
la guía y el clavo no es siempre fácil y a modo de «torre de Eiffel», introducidos sujeción que ofrecen los tornillos, so- 3) La arquitectura del sistema trabecu-
lar. Cualquiera de estos métodos ofrece veces es imposible.
sus ventajas y tiene sus limitaciones: a cielo cerrado por vía trocantérea. El metidos a los esfuerzos de flexión que lar de la extremidad superior del fémur,
c) El fresado previo de la cavidad me- procedimiento no ofrece tampoco las normalmente actúan sobre la diáfisis (a formada, como es bien conocido, por
a) El método abierto, con la introduc- dular responde a una finalidad que ape-
ción del clavo por vía retrógrada o «en deseables seguridades de estabilidad, y menos de emplear placas de gran longi- tres haces de trabéculas coincidentes
nas necesita ser explicada. Obtener un debe reservarse, por tanto, como medi- tud y más orificios; figs. 13 y 14), y la con las líneas de máxima resistencia a la
ida y vuelta», obliga necesariamente a
calibre uniforme de todo (o casi todo) el da para salir del paso en los casos en necesidad de una gran herida operato- carga, pero que limitan entre sí una
abrir el foco, con todos sus inconve-
trayecto del conducto medular e intro- que la edad o el estado general del trau- ria, con el riesgo subsiguiente de desvi- zona triangular (zona o triángulo de
nientes y posibles riesgos. Pero tiene en
ducir un clavo del máximo grosor ajus- matizado desaconsejen operaciones de talizar alguno de los fragmentos y otras Ward) con muy escasa densidad de tra-
cambio la ventaja de ser más sencillo y
tado al mismo, con las ventajas que mayor entidad. posibles complicaciones. béculas y en la cual la resistencia a la
requerir un equipo de quirófano menos
tampoco necesitan ser descritas: máxi- 2.o Osteosíntesis con placas y torni- 3.o Procedimientos de fijación exter- carga es mínima. Esta zona de menor re-
especializado (no es necesario, por
ma estabilidad, apoyo precoz con el llos. Como norma general puede de- na. Encuentran su principal indica- sistencia aumenta en la edad avanzada y
ejemplo, el amplificador de imágenes).
Permite la inspección visual del foco, fa- efecto estimulante que ejerce sobre la cirse que encuentra indicación en los ción a nivel del fémur, como en cual- constituye un factor anatómico predis-
cilita la reducción de los fragmentos y la formación del callo, etc., tiene también casos que no pueden resolverse satis- quier otra localización, en las fracturas ponente importante en las fracturas
eliminación de los fragmentos de hueso sus inconvenientes y limitaciones. Re- factoriamente por medio del enclavado expuestas o infectadas, así como en transcervicales de los ancianos (fig. 17).
sueltos o tejidos blandos interpuestos. quiere un instrumental adecuado y un intramedular. Es decir, las fracturas de aquellas en que existen lesiones impor- Otros factores predisponentes. El más
b) El método cerrado con introduc- personal adiestrado, a pesar de los cua- los tercios distales de la diáfisis, las tantes de las partes blandas (atrición, importante es la osteoporosis, sea cual
ción del clavo por el trocánter mayor es, les puede presentar dificultades no fáci- fracturas plurifragmentarias y las de tra- pérdidas de sustancia cutánea, quema- sea su origen (osteoporosis senil, pos-
en principio, el preferible. Permite ac- les de superar. Y no está exento de ries- zo muy oblicuo o espiroideo. duras, etc.) que desaconsejan cual- menopáusica, por inactividad, reuma-
tuar a través de una herida insignifican- gos, como es el estallido del extremo de a) Las ventajas del método consisten quier intento quirúrgico de fijación in- tismos, procesos inflamatorios a nivel
te alejada del foco y, lo que es más im- uno de los fragmentos o la posibilidad fundamentalmente en la posibilidad de terna. Los sistemas disponibles para de la cadera, corticoterapia prolongada,
portante, respeta la vascularización de arrastrar un tercer fragmento hacién- reconstruir la continuidad de la diáfisis este fin son múltiples, como se sabe, y etcétera). El cuello del fémur constituye,
externa o perióstica a nivel del mismo. dolo girar con la fresa y causando des- por medio de tornillos y placas, adecua- su elección depende en gran medida en efecto, una de las zonas esqueléticas
Su principal desventaja es la mayor difi- trozos en los tejidos blandos circun- damente aplicados en las fracturas pluri- de las preferencias o los hábitos de de máximo riesgo de fractura en cual-
cultad técnica de su ejecución, y la ne- dantes. Está contraindicado, por este FIG. 14. Necesidad frecuente de utilizar pla-
fragmentarias, así como solidarizar la cada traumatólogo. quiera de estos procesos, detectable hoy
cesidad de disponer de un equipamien- motivo, en las fracturas conminutas. cas de gran longitud para lograr una osteosínte- diáfisis con la epífisis, mediante el em- Fracturas de la extremidad proximal día con un alto grado de exactitud por
to de quirófano más completo y mejor Otros métodos de enclavado intrame- sis suficientemente estable de algunas fracturas pleo de clavos-placas o placas angula- del fémur los procedimientos de densitometría
dotado (mesa ortopédica adecuada, dular. Los clavos elásticos de Ender, diafisarias del fémur. das, en las fracturas próximas a los ex- Constituyen uno de los capítulos más ósea. Otro factor predisponente impor-
fémur 120 121 fémur

A Vasos nutricios B importantes de la traumatología de to-


superiores dos los tiempos y que más ha evolucio-
nado en los últimos decenios en lo que
concierne a su tratamiento y pronósti-
co. Independiente, por otro lado, de las
Arteria otras fracturas de este mismo hueso, si-
circunfleja
de la rama
tuadas a distintos niveles: fracturas dia-
anterior fisarias y de la extremidad inferior del
fémur. Entendiendo por «extremidad
superior» la parte del hueso situada por
encima de la línea subtrocantérea.
Consideraciones anatómicas y bio-
mecánicas. La predisposición a estas
fracturas, los recursos disponibles para
Vasos nutricios su tratamiento y sus posibilidades de
Arteria femoral anteriores curación o de complicaciones, están
condicionadas fundamentalmente a las
Arteria circunfleja tres características anatómicas siguien-
Arteria femoral de la rama anterior
profunda tes propias de esta parte del esqueleto:
1) La vascularización de la cabeza y el
FIG. 15. Vascularización del cuello y de la cabeza vista por su cara anterior. A) En condiciones nor- cuello femorales. Descrita con motivo
males. B) En caso de fractura transcervical. de las luxaciones de la cadera (véanse
en el artículo cadera
cadera ) y cuya particula-
ridad más importante, desde el punto
concebidos inicialmente para el trata- tremos del hueso (fracturas metafisarias), de vista traumatológico, es la de poder
miento de las fracturas de la extremidad y fijar suficientemente los fragmentos se- quedar fácilmente interrumpida en las
superior del fémur (fracturas pertrocan- parados por un trazo oblicuo o espiroi- fracturas del cuello femoral propiamen-
FIG. 11. Fijación insuficiente del clavo endo- FIG. 12. Osteosíntesis con placa angulada FIG. 13. Osteosíntesis defectuosa de una frac- téreas o cervicales) han sido empleados deo. Existe también la posibilidad de te dichas. Es decir, las fracturas subcapi-
medular en una fractura diafisaria del tercio atornillada que inmoviliza eficazmente las tura del tercio inferior del fémur, con placa de con frecuencia para el tratamiento de combinación con otros procedimientos tales o transcervicales (fig. 15).
medio de trazo muy oblicuo. fracturas del tercio inferior de la diáfisis del osteosíntesis demasiado corta. algunas fracturas diafisarias. En especial de fijación, como los alambres circula- 2) La situación intracapsular de una
fémur. las fracturas del tercio inferior, en las res o los injertos óseos de diversa índole, parte importante de la extremidad supe-
fracturas del tercio medio de trazo muy que, por las razones ya conocidas, los y la posibilidad de ejercer una compre- rior del fémur, desprovista por lo tanto
amplificador de imagen, etc.). En oca-
oblicuo (fig. 11). Como es bien sabido, clavos rígidos ofrecen pocas garantías sión interfragmentaria (fig. 12). de periostio, motivo por el cual no pue-
siones, y a pesar de estos medios, la re- de sujeción. En tales casos, pueden ser b) Sus desventajas más importantes
el enclavado endomedular puede ha- de contarse con la formación de un ca-
ducción de la fractura y el afrontamien- sustituidos ventajosamente por los cla- respecto al enclavado intramedular son llo perióstico en las fracturas que afec-
cerse a cielo abierto o cerrado, y con o to mutuo de los fragmentos para pasar
sin fresado previo de la cavidad medu- vos elásticos múltiples divergentes, a los siguientes: la menor seguridad de tan a esta zona del hueso (fig. 16).
la guía y el clavo no es siempre fácil y a modo de «torre de Eiffel», introducidos sujeción que ofrecen los tornillos, so- 3) La arquitectura del sistema trabecu-
lar. Cualquiera de estos métodos ofrece veces es imposible.
sus ventajas y tiene sus limitaciones: a cielo cerrado por vía trocantérea. El metidos a los esfuerzos de flexión que lar de la extremidad superior del fémur,
c) El fresado previo de la cavidad me- procedimiento no ofrece tampoco las normalmente actúan sobre la diáfisis (a formada, como es bien conocido, por
a) El método abierto, con la introduc- dular responde a una finalidad que ape-
ción del clavo por vía retrógrada o «en deseables seguridades de estabilidad, y menos de emplear placas de gran longi- tres haces de trabéculas coincidentes
nas necesita ser explicada. Obtener un debe reservarse, por tanto, como medi- tud y más orificios; figs. 13 y 14), y la con las líneas de máxima resistencia a la
ida y vuelta», obliga necesariamente a
calibre uniforme de todo (o casi todo) el da para salir del paso en los casos en necesidad de una gran herida operato- carga, pero que limitan entre sí una
abrir el foco, con todos sus inconve-
trayecto del conducto medular e intro- que la edad o el estado general del trau- ria, con el riesgo subsiguiente de desvi- zona triangular (zona o triángulo de
nientes y posibles riesgos. Pero tiene en
ducir un clavo del máximo grosor ajus- matizado desaconsejen operaciones de talizar alguno de los fragmentos y otras Ward) con muy escasa densidad de tra-
cambio la ventaja de ser más sencillo y
tado al mismo, con las ventajas que mayor entidad. posibles complicaciones. béculas y en la cual la resistencia a la
requerir un equipo de quirófano menos
tampoco necesitan ser descritas: máxi- 2.o Osteosíntesis con placas y torni- 3.o Procedimientos de fijación exter- carga es mínima. Esta zona de menor re-
especializado (no es necesario, por
ma estabilidad, apoyo precoz con el llos. Como norma general puede de- na. Encuentran su principal indica- sistencia aumenta en la edad avanzada y
ejemplo, el amplificador de imágenes).
Permite la inspección visual del foco, fa- efecto estimulante que ejerce sobre la cirse que encuentra indicación en los ción a nivel del fémur, como en cual- constituye un factor anatómico predis-
cilita la reducción de los fragmentos y la formación del callo, etc., tiene también casos que no pueden resolverse satis- quier otra localización, en las fracturas ponente importante en las fracturas
eliminación de los fragmentos de hueso sus inconvenientes y limitaciones. Re- factoriamente por medio del enclavado expuestas o infectadas, así como en transcervicales de los ancianos (fig. 17).
sueltos o tejidos blandos interpuestos. quiere un instrumental adecuado y un intramedular. Es decir, las fracturas de aquellas en que existen lesiones impor- Otros factores predisponentes. El más
b) El método cerrado con introduc- personal adiestrado, a pesar de los cua- los tercios distales de la diáfisis, las tantes de las partes blandas (atrición, importante es la osteoporosis, sea cual
ción del clavo por el trocánter mayor es, les puede presentar dificultades no fáci- fracturas plurifragmentarias y las de tra- pérdidas de sustancia cutánea, quema- sea su origen (osteoporosis senil, pos-
en principio, el preferible. Permite ac- les de superar. Y no está exento de ries- zo muy oblicuo o espiroideo. duras, etc.) que desaconsejan cual- menopáusica, por inactividad, reuma-
tuar a través de una herida insignifican- gos, como es el estallido del extremo de a) Las ventajas del método consisten quier intento quirúrgico de fijación in- tismos, procesos inflamatorios a nivel
te alejada del foco y, lo que es más im- uno de los fragmentos o la posibilidad fundamentalmente en la posibilidad de terna. Los sistemas disponibles para de la cadera, corticoterapia prolongada,
portante, respeta la vascularización de arrastrar un tercer fragmento hacién- reconstruir la continuidad de la diáfisis este fin son múltiples, como se sabe, y etcétera). El cuello del fémur constituye,
externa o perióstica a nivel del mismo. dolo girar con la fresa y causando des- por medio de tornillos y placas, adecua- su elección depende en gran medida en efecto, una de las zonas esqueléticas
Su principal desventaja es la mayor difi- trozos en los tejidos blandos circun- damente aplicados en las fracturas pluri- de las preferencias o los hábitos de de máximo riesgo de fractura en cual-
cultad técnica de su ejecución, y la ne- dantes. Está contraindicado, por este FIG. 14. Necesidad frecuente de utilizar pla-
fragmentarias, así como solidarizar la cada traumatólogo. quiera de estos procesos, detectable hoy
cesidad de disponer de un equipamien- motivo, en las fracturas conminutas. cas de gran longitud para lograr una osteosínte- diáfisis con la epífisis, mediante el em- Fracturas de la extremidad proximal día con un alto grado de exactitud por
to de quirófano más completo y mejor Otros métodos de enclavado intrame- sis suficientemente estable de algunas fracturas pleo de clavos-placas o placas angula- del fémur los procedimientos de densitometría
dotado (mesa ortopédica adecuada, dular. Los clavos elásticos de Ender, diafisarias del fémur. das, en las fracturas próximas a los ex- Constituyen uno de los capítulos más ósea. Otro factor predisponente impor-
fémur 122 123 fémur

Tipo I Tipo II Tipo III Tipo IV


Sistema
trabecular
interno
Sistema
trabecular
externo

Cápsula

Fóvea trocanteriana Calcar

Triángulo de Ward

Sistema FIG. 20. Modalidades anatomopatológicas de fracturas del cuello, según las relaciones mutuas entre los fragmentos: enclavadas, sin desplazamiento, des-
trabecular plazadas y con pérdida de contacto interfragmentario.
arciforme

Anatomía patológica y clasificación


anatomopatológica. Es clásica la clasifi-
Línea de cación de estas lesiones, según el trazo
insercción de Cápsula de fractura, en los grupos representados
la cápsula
en el fémur
en la figura 18, de los cuales las fractu-
ras transcervicales y subcapitales son in-
traarticulares y el resto extraarticulares
FIG. 16. Esquema representando la parte intracapsular y extracapsular de FIG. 17. Representación esquemática y simplificada de los sistemas tra (fig. 16). Es conveniente, asimismo, dis-
la extremidad proximal del fémur y su relación topográfica con los dife- beculares de la extremidad proximal del fémur. tinguir entre las fracturas de trazo sim-
rentes tipos de fracturas. ple y las de trazo múltiple o polifrag-
mentarias, de las cuales las más
frecuentes son las fracturas intertrocan-
tante es la edad, con la osteoporosis que les, en tanto que estas últimas son ex- miento del muslo, son las causas habi- téreas con componente subtrocantéreo
habitualmente conlleva, como es bien cepcionales en los sujetos jóvenes. tuales de este tipo de fracturas. Sin em- o fracturas intersubtrocantéreas (fig.
sabido, y que condiciona la localización Factores etiológicos. Los traumatismos bargo, no son excepcionales las fracturas 19). Por lo que respecta a las relaciones
del trazo de fractura en la extremidad su- de toda índole, y en especial los golpes semiespontáneas de los ancianos, produ- mutuas entre los fragmentos cabe dis-
tinguir entre las fracturas empotradas,
perior del fémur. De acuerdo con ello, en directos sobre la región trocantérea, los cidas por una violencia mínima (un pe-
no desplazadas, desplazadas y con pér-
los sujetos ancianos pueden presentarse golpes recibidos a nivel de la rodilla y queño salto, un golpe insignificante, un
dida de contacto entre los fragmentos
toda clase de fracturas a este nivel, pero transmitidos a lo largo del fémur o las mal paso), o las fracturas por estrés, so- (fig. 20). Por último, en cuanto a la des-
con preferencia por las fracturas cervica- simples caídas que fuerzan el desplaza- brevenidas sin causa conocida. viación angular de los fragmentos en el
plano frontal (fig. 21) hay que distinguir
entre las angulaciones en valgo, supues-
tamente debidas a un movimiento for- FIG. 21. Desplazamiento en el plano horizontal.
zado de abducción y las angulaciones
en varo, supuestamente producidas por
el movimiento opuesto, llamadas tam- A B
bién fracturas por abducción o por
aducción, respectivamente, según una
Fractura subcapital terminología clásica que hoy día goza
Fractura transcervical
de escasa aceptación (fig. 22).
Clínica y diagnóstico. El dolor, la im-
Fractura basicervical potencia funcional, la deformidad del
muslo y la desviación de la extremidad
son, en general, rasgos inconfundibles
Fractura pertrocantérea
de estas fracturas. El cuadro clásico de la
Fractura subtrocantérea persona de edad avanzada que después
de una caída permanece en cama muy
dolorida, con una extremidad acortada
y desviada en rotación externa y abduc-
ción, deja muy pocas dudas respecto al
diagnóstico, aunque puede haber ex-
FIG. 18. Modalidales anatomopatológicas de fracturas de la extremidad FIG. 19. Fractura intersubtrocantérea, ejemplo de fractura compleja o cepciones. Una fractura enclavada en FIG. 22. Desviación angular en las fracturas del cuello. A) Desviación en varo o «fractura por aduc-
proximal del fémur, según su localización. plurifragmentaria. valgo puede ser escasamente dolorosa, ción» según la terminología antigua. B) Desviación en valgo o «fractura por abducción».
fémur 122 123 fémur

Tipo I Tipo II Tipo III Tipo IV


Sistema
trabecular
interno
Sistema
trabecular
externo

Cápsula

Fóvea trocanteriana Calcar

Triángulo de Ward

Sistema FIG. 20. Modalidades anatomopatológicas de fracturas del cuello, según las relaciones mutuas entre los fragmentos: enclavadas, sin desplazamiento, des-
trabecular plazadas y con pérdida de contacto interfragmentario.
arciforme

Anatomía patológica y clasificación


anatomopatológica. Es clásica la clasifi-
Línea de cación de estas lesiones, según el trazo
insercción de Cápsula de fractura, en los grupos representados
la cápsula
en el fémur
en la figura 18, de los cuales las fractu-
ras transcervicales y subcapitales son in-
traarticulares y el resto extraarticulares
FIG. 16. Esquema representando la parte intracapsular y extracapsular de FIG. 17. Representación esquemática y simplificada de los sistemas tra (fig. 16). Es conveniente, asimismo, dis-
la extremidad proximal del fémur y su relación topográfica con los dife- beculares de la extremidad proximal del fémur. tinguir entre las fracturas de trazo sim-
rentes tipos de fracturas. ple y las de trazo múltiple o polifrag-
mentarias, de las cuales las más
frecuentes son las fracturas intertrocan-
tante es la edad, con la osteoporosis que les, en tanto que estas últimas son ex- miento del muslo, son las causas habi- téreas con componente subtrocantéreo
habitualmente conlleva, como es bien cepcionales en los sujetos jóvenes. tuales de este tipo de fracturas. Sin em- o fracturas intersubtrocantéreas (fig.
sabido, y que condiciona la localización Factores etiológicos. Los traumatismos bargo, no son excepcionales las fracturas 19). Por lo que respecta a las relaciones
del trazo de fractura en la extremidad su- de toda índole, y en especial los golpes semiespontáneas de los ancianos, produ- mutuas entre los fragmentos cabe dis-
tinguir entre las fracturas empotradas,
perior del fémur. De acuerdo con ello, en directos sobre la región trocantérea, los cidas por una violencia mínima (un pe-
no desplazadas, desplazadas y con pér-
los sujetos ancianos pueden presentarse golpes recibidos a nivel de la rodilla y queño salto, un golpe insignificante, un
dida de contacto entre los fragmentos
toda clase de fracturas a este nivel, pero transmitidos a lo largo del fémur o las mal paso), o las fracturas por estrés, so- (fig. 20). Por último, en cuanto a la des-
con preferencia por las fracturas cervica- simples caídas que fuerzan el desplaza- brevenidas sin causa conocida. viación angular de los fragmentos en el
plano frontal (fig. 21) hay que distinguir
entre las angulaciones en valgo, supues-
tamente debidas a un movimiento for- FIG. 21. Desplazamiento en el plano horizontal.
zado de abducción y las angulaciones
en varo, supuestamente producidas por
el movimiento opuesto, llamadas tam- A B
bién fracturas por abducción o por
aducción, respectivamente, según una
Fractura subcapital terminología clásica que hoy día goza
Fractura transcervical
de escasa aceptación (fig. 22).
Clínica y diagnóstico. El dolor, la im-
Fractura basicervical potencia funcional, la deformidad del
muslo y la desviación de la extremidad
son, en general, rasgos inconfundibles
Fractura pertrocantérea
de estas fracturas. El cuadro clásico de la
Fractura subtrocantérea persona de edad avanzada que después
de una caída permanece en cama muy
dolorida, con una extremidad acortada
y desviada en rotación externa y abduc-
ción, deja muy pocas dudas respecto al
diagnóstico, aunque puede haber ex-
FIG. 18. Modalidales anatomopatológicas de fracturas de la extremidad FIG. 19. Fractura intersubtrocantérea, ejemplo de fractura compleja o cepciones. Una fractura enclavada en FIG. 22. Desviación angular en las fracturas del cuello. A) Desviación en varo o «fractura por aduc-
proximal del fémur, según su localización. plurifragmentaria. valgo puede ser escasamente dolorosa, ción» según la terminología antigua. B) Desviación en valgo o «fractura por abducción».
fémur 124 125 fémur

A B de intensidad creciente al apoyo, sin gunas fracturas polifragmentarias, pero


causa conocida que lo justifique, o con- con menos frecuencia en las transcervi-
secutivo a un traumatismo de escasa en- cales y casi nunca en las subcapitales.
tidad. La ausencia de lesiones radiográ- Osteosíntesis condilocefálicas. Origina-
ficas durante la fase inicial del proceso riamente este tipo de osteosíntesis se
no permite descartar el diagnóstico de practicó con clavos rígidos, convenien-
este tipo de fractura, por las razones que temente incurvados para poder ser intro-
han sido expuestas anteriormente. En ta- ducidos en el cuello femoral desde el
les casos, y durante la fase prerradioló- cóndilo interno del fémur, y lógicamen-
gica del proceso, puede proporcionar te de la longitud adecuada a cada tama-
datos decisivos para el diagnóstico la ño del fémur (fig. 26). La principal ven-
gammagrafía ósea con polifosfatos mar- taja del método reside en la posibilidad
cados con tecnecio, que ofrece, en caso de aplicarlo a través de una pequeña he-
de fractura, una imagen de hipercapta- rida a nivel de la rodilla y con un míni-
ción a nivel de la misma. mo de traumatismo operatorio. Encon-
Normas generales de tratamiento. El traba su indicación, por tanto, en los
tratamiento de las fracturas de la extre- sujetos de edad avanzada con estado ge-
midad superior del fémur es siempre — neral precario o con osteoporosis pro-
FIG. 23. Tratamiento de las fracturas cervicales por atornillado del cuello. A) Fractura subcapital.
o casi siempre— quirúrgico. Solamente nunciada, que desaconsejaba cualquier
Doble atornillado por la técnica de Garden. B) Fractura transcervical. Doble atornillado a com- en algunos casos excepcionales (fractu- intento de atornillar una placa sobre una
presión. ras enclavadas en valgo) cabe optar por cortical poco consistente. El método tie-
un tratamiento conservador, confiando ne también algunas desventajas impor-
en la fijación que proporciona el encla- tantes, siendo la principal de ellas la de
presentar poca desviación, permitir el cepción de las fracturas por estrés, en la vado. Pero incluso en estos casos y sal- ofrecer escasa estabilidad de la osteo-
movimiento activo de la extremidad e fase prerradiológica, que puede durar vo en situaciones especiales (sujetos de síntesis intracervical, con compromiso
incluso, en algunos casos, dar algunos dos o más semanas. Apenas es necesario mucha edad, estado general muy preca- de la consolidación y riesgo en autorizar
pasos con más o menos dolor. Tampoco añadir que todo examen radiográfico rio, etc.) adquiere cada vez más predi- la carga, incluso con bastones.
es necesario comprobar una desviación debe hacerse en las dos proyecciones camento la tendencia a tra-tarlas quirúr- Otra desventaja digna de ser tenida en
muy acusada del muslo para sospechar estándar, anteroposterior y axial, a fin de gicamente mediante osteo-síntesis por cuenta era la posibilidad, relativamente
la existencia de una fractura pertrocan- precisar no solamente la existencia de la varias razones: por ser la mejor manera
térea poco desplazada. En cualquier fractura, sino también el grado de des- de evitar el dolor, para evitar el despla-
caso, el examen radiográfico permite plazamiento de la misma en los dos pla- zamiento secundario y por ser la forma FIG. 25. Placa con tornillo compresivo de deslizamiento, modelo Richards.
confirmar o descartar el diagnóstico en nos principales. En cuanto a las fracturas más segura de obtener un buen resulta-
la generalidad de los casos, con muy es- por estrés, habrá motivo para sospechar do. En términos generales, cabe decir
caso margen de duda, con la única ex- su existencia ante un dolor persistente y que existen dos modalidades de trata-
los más empleados hasta hace poco chas variantes y modificaciones, todas
miento quirúrgico: 1) los métodos de re-
fueron el clavo trilaminar de Smith-Pe- ellas basadas en el mismo principio: ob-
ducción y osteosíntesis; 2) los métodos
tersen, o el de Sven-Johanson, dotado tener una acción compresiva enérgica
de sustitución artroplástica.
A B de una perforación central que permitía entre los fragmentos al efectuar el en-
1) Métodos de reducción y osteosín-
su introducción por mediación de una roscado por el beneficio del desliza-
tesis.
aguja-guía, hoy día prácticamente aban- miento del clavo portador del tornillo
Reducción. Es la condición previa im-
prescindible de todo tratamiento, y donados a favor de otros procedimien- dentro de un tubo solidario con la pla-
puede lograrse en la generalidad de los tos de fijación más estable. ca. Es el método que proporciona os-
casos por métodos incruentos, manipu- b) Tornillos intracervicales, con los teosíntesis más estables (fig. 25).
lando adecuadamente la extremidad cuales a la fijación de los fragmentos se Todos los métodos de osteosíntesis in-
sobre la mesa ortopédica y bajo control añade la compresión entre los mismos a tracervical con clavo o tornillo-placa
radioscópico. Las dificultades pueden beneficio del atornillado (fig. 23). proporcionan por lo general —o pue-
surgir en algunas fracturas plurifragmen- c) Clavos-placa, o placas anguladas, den proporcionar— fijaciones suma-
tarias, en las que algún fragmento que- que permiten la fijación por atornillado mente estables que permiten el levanta-
de desplazado e insolidario con los mo- de la placa a la diáfisis del fémur, pro- miento precoz de los traumatizados, la
vimientos imprimidos a la extremidad. porcionando con ello una estabilidad movilidad inmediata de la extremidad e
Solamente en estos casos puede plante- mucho mayor que los métodos exclusi- incluso la marcha con carga parcial,
arse, excepcionalmente, la reduc- ción vamente intracervicales. Continúa sien- pero a condición de que el fragmento
a cielo abierto. do un método muy empleado (fig. 24). proximal o capital ofrezca tamaño sufi-
Osteosíntesis intracervicales. Se han des- d) Tornillos intracervicales montados ciente para albergar el extremo del cla-
crito innumerables técnicas y modifica- sobre placas, basados en el mismo prin- vo o del tornillo. En caso contrario (frac-
ciones personales de cada una de ellas, cipio que los clavos-placa, pero con la turas subcapitales), la fijación de dicho
difícilmente abarcables en una visión de posibilidad de un efecto compresivo fragmento proximal puede ser muy pre-
conjunto del problema, pero que en sín- entre los fragmentos por el beneficio del caria y comprometer toda la estabilidad
tesis pueden resumirse en los siguientes atornillado. del sistema. Estos métodos encuentran
procedimientos generales de fijación: e) Tornillo-placa de compresión por su principal indicación, por tanto, en
FIG. 24. Tratamiento de las fracturas basicervicales con clavo-placa atornillada (A) o con pla- a) Clavos intracervicales simples, apli- clavo deslizante, según el modelo origi- las fracturas basicervicales, pertrocanté-
ca angulada de la AO, según Müller y cols. (B). cados por vía extraarticular. Los mode- nal de Pug. Existen en la actualidad mu- reas y subtrocantéreas, así como en al- FIG. 26. Clavo condilocefálico.
fémur 124 125 fémur

A B de intensidad creciente al apoyo, sin gunas fracturas polifragmentarias, pero


causa conocida que lo justifique, o con- con menos frecuencia en las transcervi-
secutivo a un traumatismo de escasa en- cales y casi nunca en las subcapitales.
tidad. La ausencia de lesiones radiográ- Osteosíntesis condilocefálicas. Origina-
ficas durante la fase inicial del proceso riamente este tipo de osteosíntesis se
no permite descartar el diagnóstico de practicó con clavos rígidos, convenien-
este tipo de fractura, por las razones que temente incurvados para poder ser intro-
han sido expuestas anteriormente. En ta- ducidos en el cuello femoral desde el
les casos, y durante la fase prerradioló- cóndilo interno del fémur, y lógicamen-
gica del proceso, puede proporcionar te de la longitud adecuada a cada tama-
datos decisivos para el diagnóstico la ño del fémur (fig. 26). La principal ven-
gammagrafía ósea con polifosfatos mar- taja del método reside en la posibilidad
cados con tecnecio, que ofrece, en caso de aplicarlo a través de una pequeña he-
de fractura, una imagen de hipercapta- rida a nivel de la rodilla y con un míni-
ción a nivel de la misma. mo de traumatismo operatorio. Encon-
Normas generales de tratamiento. El traba su indicación, por tanto, en los
tratamiento de las fracturas de la extre- sujetos de edad avanzada con estado ge-
midad superior del fémur es siempre — neral precario o con osteoporosis pro-
FIG. 23. Tratamiento de las fracturas cervicales por atornillado del cuello. A) Fractura subcapital.
o casi siempre— quirúrgico. Solamente nunciada, que desaconsejaba cualquier
Doble atornillado por la técnica de Garden. B) Fractura transcervical. Doble atornillado a com- en algunos casos excepcionales (fractu- intento de atornillar una placa sobre una
presión. ras enclavadas en valgo) cabe optar por cortical poco consistente. El método tie-
un tratamiento conservador, confiando ne también algunas desventajas impor-
en la fijación que proporciona el encla- tantes, siendo la principal de ellas la de
presentar poca desviación, permitir el cepción de las fracturas por estrés, en la vado. Pero incluso en estos casos y sal- ofrecer escasa estabilidad de la osteo-
movimiento activo de la extremidad e fase prerradiológica, que puede durar vo en situaciones especiales (sujetos de síntesis intracervical, con compromiso
incluso, en algunos casos, dar algunos dos o más semanas. Apenas es necesario mucha edad, estado general muy preca- de la consolidación y riesgo en autorizar
pasos con más o menos dolor. Tampoco añadir que todo examen radiográfico rio, etc.) adquiere cada vez más predi- la carga, incluso con bastones.
es necesario comprobar una desviación debe hacerse en las dos proyecciones camento la tendencia a tra-tarlas quirúr- Otra desventaja digna de ser tenida en
muy acusada del muslo para sospechar estándar, anteroposterior y axial, a fin de gicamente mediante osteo-síntesis por cuenta era la posibilidad, relativamente
la existencia de una fractura pertrocan- precisar no solamente la existencia de la varias razones: por ser la mejor manera
térea poco desplazada. En cualquier fractura, sino también el grado de des- de evitar el dolor, para evitar el despla-
caso, el examen radiográfico permite plazamiento de la misma en los dos pla- zamiento secundario y por ser la forma FIG. 25. Placa con tornillo compresivo de deslizamiento, modelo Richards.
confirmar o descartar el diagnóstico en nos principales. En cuanto a las fracturas más segura de obtener un buen resulta-
la generalidad de los casos, con muy es- por estrés, habrá motivo para sospechar do. En términos generales, cabe decir
caso margen de duda, con la única ex- su existencia ante un dolor persistente y que existen dos modalidades de trata-
los más empleados hasta hace poco chas variantes y modificaciones, todas
miento quirúrgico: 1) los métodos de re-
fueron el clavo trilaminar de Smith-Pe- ellas basadas en el mismo principio: ob-
ducción y osteosíntesis; 2) los métodos
tersen, o el de Sven-Johanson, dotado tener una acción compresiva enérgica
de sustitución artroplástica.
A B de una perforación central que permitía entre los fragmentos al efectuar el en-
1) Métodos de reducción y osteosín-
su introducción por mediación de una roscado por el beneficio del desliza-
tesis.
aguja-guía, hoy día prácticamente aban- miento del clavo portador del tornillo
Reducción. Es la condición previa im-
prescindible de todo tratamiento, y donados a favor de otros procedimien- dentro de un tubo solidario con la pla-
puede lograrse en la generalidad de los tos de fijación más estable. ca. Es el método que proporciona os-
casos por métodos incruentos, manipu- b) Tornillos intracervicales, con los teosíntesis más estables (fig. 25).
lando adecuadamente la extremidad cuales a la fijación de los fragmentos se Todos los métodos de osteosíntesis in-
sobre la mesa ortopédica y bajo control añade la compresión entre los mismos a tracervical con clavo o tornillo-placa
radioscópico. Las dificultades pueden beneficio del atornillado (fig. 23). proporcionan por lo general —o pue-
surgir en algunas fracturas plurifragmen- c) Clavos-placa, o placas anguladas, den proporcionar— fijaciones suma-
tarias, en las que algún fragmento que- que permiten la fijación por atornillado mente estables que permiten el levanta-
de desplazado e insolidario con los mo- de la placa a la diáfisis del fémur, pro- miento precoz de los traumatizados, la
vimientos imprimidos a la extremidad. porcionando con ello una estabilidad movilidad inmediata de la extremidad e
Solamente en estos casos puede plante- mucho mayor que los métodos exclusi- incluso la marcha con carga parcial,
arse, excepcionalmente, la reduc- ción vamente intracervicales. Continúa sien- pero a condición de que el fragmento
a cielo abierto. do un método muy empleado (fig. 24). proximal o capital ofrezca tamaño sufi-
Osteosíntesis intracervicales. Se han des- d) Tornillos intracervicales montados ciente para albergar el extremo del cla-
crito innumerables técnicas y modifica- sobre placas, basados en el mismo prin- vo o del tornillo. En caso contrario (frac-
ciones personales de cada una de ellas, cipio que los clavos-placa, pero con la turas subcapitales), la fijación de dicho
difícilmente abarcables en una visión de posibilidad de un efecto compresivo fragmento proximal puede ser muy pre-
conjunto del problema, pero que en sín- entre los fragmentos por el beneficio del caria y comprometer toda la estabilidad
tesis pueden resumirse en los siguientes atornillado. del sistema. Estos métodos encuentran
procedimientos generales de fijación: e) Tornillo-placa de compresión por su principal indicación, por tanto, en
FIG. 24. Tratamiento de las fracturas basicervicales con clavo-placa atornillada (A) o con pla- a) Clavos intracervicales simples, apli- clavo deslizante, según el modelo origi- las fracturas basicervicales, pertrocanté-
ca angulada de la AO, según Müller y cols. (B). cados por vía extraarticular. Los mode- nal de Pug. Existen en la actualidad mu- reas y subtrocantéreas, así como en al- FIG. 26. Clavo condilocefálico.
fémur 126 127 fémur

tiempo de intervención relativamente


corto. Sirven por tanto como recurso
para salir del paso en situaciones que no
admiten operaciones de mayor entidad:
sujetos de mucha edad, mal estado ge-
neral y escasas perspectivas de vida. Tie-
A B ne el serio inconveniente de poder ser
causa de dolor y, a la larga, de un dete-
rioro que puede ser importante de la ca-
vidad acetabular, a cargo de la acción
erosiva de la cabeza metálica en con-
tacto directo con la superficie articular
del acetábulo.
b) Las prótesis totales: cualquiera de
los numerosos modelos disponibles en
el mercado. Sus ventajas, a corto y largo
plazo, sobre las prótesis parciales son
indiscutibles, con la única desventaja de
FIG. 27. Complicación posible y no excepcional de los clavos condilocefálicos. exigir una operación más importante.
c) Las prótesis biarticulares (fig. 32),
FIG. 30. Posibilidad de distribuir el extremo FIG. 31. Modelos tradicionales de prótesis ce- basadas en un sistema bipolar endopro-
frecuente con el uso de clavos rígidos, ción del clavo condilocefálico único y rí- superior de los clavos Ender entre el fragmento fálicas para el tratamiento sustitutivo de las tésico de artroplastia de cadera (véase el
de perforar o romper secundariamente gido, los clavos de Ender, elásticos y múl- trocantéreo y el cefálico, en el tratamiento de fracturas del cuello femoral: A) de Moore y término artroplastia),
artroplastia pretenden reunir
la cortical superior del cuello dando sa- tiples, más fáciles de introducir en nú- las fracturas basicervicales y subtrocantéreas. B) de Thompson. las ventajas de otros dos tipos de próte-
lida al extremo del clavo (figu- ra 27). Y mero de tres o cuatro, que sis sin sus inconvenientes: facilidad de
por supuesto, el mismo inconveniente proporcionaban una mayor estabilidad de los clavos hacia el trocánter mayor, en habitual. 2) Fracturas subcapitales en aplicación, escasa erosión del acetábu-
de todas las osteosíntesis intracervica- al montaje y con menos riesgo —debido los casos en que el mismo forma parte las que existen motivos fundados para lo, debida a la cabeza en polietileno que
les cuando se trata de fragmentos capi- a su elasticidad— de perforar la cortical del fragmento proximal (fig. 30), mejo- temer una necrosis de la cabeza y en las articula directamente con la cavidad
tales de reducido tamaño. Posterior- superior del cuello (figs. 28 y 29). A ello rando de esta forma las condiciones de ósea y, a su vez, va articulada con una
que el tamaño del fragmento capital no
mente fueron introducidos en la puede añadirse una ventaja adicional estabilidad. Las limitaciones del método, cabeza metálica, de pequeño tamaño,
permite una síntesis interna suficiente-
práctica traumatológica, y en sustitu- consistente en poder orientar uno o dos FIG. 28. Clavos de Ender. impuestas por el tamaño del fragmento del componente femoral, y suficiente
mente estable.
capital, son las mismas —o muy pareci- movilidad debida al sistema biarticular.
Los tipos de prótesis empleados que
das— que las del clavo rígido. Los resultados comparativos con los
pueden escogerse para la sustitución y otros tipos de prótesis son difíciles de va-
2) Métodos de sustitución artroplásti-
sus respectivas indicaciones son igual- lorar; tal vez podrían resumirse diciendo
ca. Su aplicación en el tratamiento de
las fracturas del cuello del fémur res- mente conocidos en todo ambiente trau- que son mejores que los de las prótesis
ponden a indicaciones bien conocidas matológico, y bastará únicamente con parciales y peores que los de las totales.
y bastante precisas. 1) Sujetos de edad recordarlos: Complicaciones. Las más frecuentes
avanzada o estado general precario, en a) Las prótesis cervicocefálicas, mode- son la seudoartrosis del cuello y la ne-
los que el principal objetivo del trata- lo Moore o Thompson (fig. 31). Su prin- crosis de la cabeza femoral.
miento consiste en poder abandonar cipal —y prácticamente única— ventaja Seudoartrosis del cuello del fémur.
cuanto antes el reposo obligado en reside en el hecho de poder aplicarlas Frecuencia. En la actualidad oscila alre-
cama e incorporación a una actividad con reducido traumatismo operatorio y dedor del 5 % de la totalidad de las frac-
turas de la extremidad superior del fémur.
Factores etiológicos: a) Reducción de-
fectuosa o inmovilización insuficiente.
b) Situación del trazo de fractura. En
consecuencia, las fracturas subcapitales
o transcervicales son las que con más fre-
cuencia dan lugar a esta complicación,
entre otras razones por la dificultad pu-
ramente mecánica de fijar suficiente-
mente el fragmento capital, debido a sus
reducidas dimensiones. c) Orientación
del trazo de fractura. La verticalidad del
mismo es uno de los factores, por razo-
nes igualmente mecánicas, que se tra-
ducen por esfuerzos de cizallamiento
sobre el foco bajo los efectos de la car-
ga. d) Necrosis del fragmento capital.
Clínica y diagnóstico. La impotencia
funcional por insuficiencia para la car-
FIG. 29. Ejemplo de fractura basicervical del cuello del fémur, tratada con clavos Ender, con clavija antirrotatoria en el extremo distal. FIG. 32. Modelo de prótesis biarticular. ga y el desplazamiento secundario bajo
fémur 126 127 fémur

tiempo de intervención relativamente


corto. Sirven por tanto como recurso
para salir del paso en situaciones que no
admiten operaciones de mayor entidad:
sujetos de mucha edad, mal estado ge-
neral y escasas perspectivas de vida. Tie-
A B ne el serio inconveniente de poder ser
causa de dolor y, a la larga, de un dete-
rioro que puede ser importante de la ca-
vidad acetabular, a cargo de la acción
erosiva de la cabeza metálica en con-
tacto directo con la superficie articular
del acetábulo.
b) Las prótesis totales: cualquiera de
los numerosos modelos disponibles en
el mercado. Sus ventajas, a corto y largo
plazo, sobre las prótesis parciales son
indiscutibles, con la única desventaja de
FIG. 27. Complicación posible y no excepcional de los clavos condilocefálicos. exigir una operación más importante.
c) Las prótesis biarticulares (fig. 32),
FIG. 30. Posibilidad de distribuir el extremo FIG. 31. Modelos tradicionales de prótesis ce- basadas en un sistema bipolar endopro-
frecuente con el uso de clavos rígidos, ción del clavo condilocefálico único y rí- superior de los clavos Ender entre el fragmento fálicas para el tratamiento sustitutivo de las tésico de artroplastia de cadera (véase el
de perforar o romper secundariamente gido, los clavos de Ender, elásticos y múl- trocantéreo y el cefálico, en el tratamiento de fracturas del cuello femoral: A) de Moore y término artroplastia),
artroplastia pretenden reunir
la cortical superior del cuello dando sa- tiples, más fáciles de introducir en nú- las fracturas basicervicales y subtrocantéreas. B) de Thompson. las ventajas de otros dos tipos de próte-
lida al extremo del clavo (figu- ra 27). Y mero de tres o cuatro, que sis sin sus inconvenientes: facilidad de
por supuesto, el mismo inconveniente proporcionaban una mayor estabilidad de los clavos hacia el trocánter mayor, en habitual. 2) Fracturas subcapitales en aplicación, escasa erosión del acetábu-
de todas las osteosíntesis intracervica- al montaje y con menos riesgo —debido los casos en que el mismo forma parte las que existen motivos fundados para lo, debida a la cabeza en polietileno que
les cuando se trata de fragmentos capi- a su elasticidad— de perforar la cortical del fragmento proximal (fig. 30), mejo- temer una necrosis de la cabeza y en las articula directamente con la cavidad
tales de reducido tamaño. Posterior- superior del cuello (figs. 28 y 29). A ello rando de esta forma las condiciones de ósea y, a su vez, va articulada con una
que el tamaño del fragmento capital no
mente fueron introducidos en la puede añadirse una ventaja adicional estabilidad. Las limitaciones del método, cabeza metálica, de pequeño tamaño,
permite una síntesis interna suficiente-
práctica traumatológica, y en sustitu- consistente en poder orientar uno o dos FIG. 28. Clavos de Ender. impuestas por el tamaño del fragmento del componente femoral, y suficiente
mente estable.
capital, son las mismas —o muy pareci- movilidad debida al sistema biarticular.
Los tipos de prótesis empleados que
das— que las del clavo rígido. Los resultados comparativos con los
pueden escogerse para la sustitución y otros tipos de prótesis son difíciles de va-
2) Métodos de sustitución artroplásti-
sus respectivas indicaciones son igual- lorar; tal vez podrían resumirse diciendo
ca. Su aplicación en el tratamiento de
las fracturas del cuello del fémur res- mente conocidos en todo ambiente trau- que son mejores que los de las prótesis
ponden a indicaciones bien conocidas matológico, y bastará únicamente con parciales y peores que los de las totales.
y bastante precisas. 1) Sujetos de edad recordarlos: Complicaciones. Las más frecuentes
avanzada o estado general precario, en a) Las prótesis cervicocefálicas, mode- son la seudoartrosis del cuello y la ne-
los que el principal objetivo del trata- lo Moore o Thompson (fig. 31). Su prin- crosis de la cabeza femoral.
miento consiste en poder abandonar cipal —y prácticamente única— ventaja Seudoartrosis del cuello del fémur.
cuanto antes el reposo obligado en reside en el hecho de poder aplicarlas Frecuencia. En la actualidad oscila alre-
cama e incorporación a una actividad con reducido traumatismo operatorio y dedor del 5 % de la totalidad de las frac-
turas de la extremidad superior del fémur.
Factores etiológicos: a) Reducción de-
fectuosa o inmovilización insuficiente.
b) Situación del trazo de fractura. En
consecuencia, las fracturas subcapitales
o transcervicales son las que con más fre-
cuencia dan lugar a esta complicación,
entre otras razones por la dificultad pu-
ramente mecánica de fijar suficiente-
mente el fragmento capital, debido a sus
reducidas dimensiones. c) Orientación
del trazo de fractura. La verticalidad del
mismo es uno de los factores, por razo-
nes igualmente mecánicas, que se tra-
ducen por esfuerzos de cizallamiento
sobre el foco bajo los efectos de la car-
ga. d) Necrosis del fragmento capital.
Clínica y diagnóstico. La impotencia
funcional por insuficiencia para la car-
FIG. 29. Ejemplo de fractura basicervical del cuello del fémur, tratada con clavos Ender, con clavija antirrotatoria en el extremo distal. FIG. 32. Modelo de prótesis biarticular. ga y el desplazamiento secundario bajo
fémur 128 129 fémur

ración con el lado sano. las artroplastias de cadera. Clínicamen- que presentan problemas comunes de
3) El colapso del polo superior de la te se traducen por un dolor en la región evolución y de tratamiento. De acuerdo
cabeza femoral y deformidad con apla- trocantérea en la fase de apoyo de la con ello, es decir, según la localización
namiento subsiguiente de la superficie marcha y en la abducción activa del y las características del trazo de fractu-
esférica. En los casos avanzados, con muslo, con incapacidad más o menos ra, pueden clasificarse en los siguientes
hundimiento masivo de toda la cabeza, acentuada para realizar este movimien- grupos (fig. 34):
conservándose durante largo tiempo la to. Las fracturas aisladas del trocánter 1) Fracturas diafisometafisoepifisarias.
integridad de la línea articular. menor casi únicamente pueden produ- Fracturas del tercio inferior del fémur
La gammagrafía ósea con compuestos cirse por un mecanismo de avulsión, a cuyo trazo se propaga hasta la metáfisis
fosfatados marcados con tecnecio cons- cuenta de la contracción del psoas ilía- o epífisis del hueso. En general, pluri-
tituye el medio idóneo de diagnóstico co, principalmente en sujetos jóvenes fragmentarias o conminutas (fig. 34 A).
de necrosis en la fase prerradiológi- antes de los 18 años, debido a la exis- 2) Fracturas supracondíleas o metafi-
ca del proceso, con un margen eleva- tencia del cartílago apofisario. Pueden sarias, de trazo más o menos tranversal,
do de seguridad en los resultados. Los presentarse como lesión asociada en al- que separa la diáfisis de la epífisis (figu-
datos positivos preceden en dos sema- gunas luxaciones de la cadera, y por su- ra 34 B).
nas a dos meses a la aparición de los pri- puesto en las fracturas de la extremidad 3) Fracturas unicondíleas, de trazo sa-
1 2 3 meros síntomas radiológicos, y consis- superior del fémur, en cuyo caso dejan gital o anteroposterior y de trazo frontal
ten, primero, en una fase inicial y muy de ser «fracturas aisladas del trocánter posterior («fractura de Hoffa», fig. 35).
FIG. 33. Evolución radiográfica de una necrosis de la cabeza del fémur: 1, aparición de un doble contorno en el polo superior de la cabeza; 2, zona de
breve de hipocaptación en la zona afec- menor». Clínicamente se manifiestan 4) Fractura supraintercondílea, de tra-
opacidad ósea correspondiente a la parte necrosada; 3, aplastamiento y deformidad de la cabeza. tada, seguida por una segunda fase de por un dolor en la flexión activa del zo en T o en Y que separa los dos cón-
hipercaptación mucho más larga y más muslo, o una incapacidad más o menos dilos entre sí y ambos de la metáfisis
evidente, que puede prolongarse hasta completa para realizar este movimien- (fig. 36).
los efectos de la misma son los princi- Frecuencia. Se estima aproximadamen- los cinco, según algunos autores. Desde tres años. to. En general, estas fracturas no requie- Las fracturas supracondíleas pueden ser
pales elementos que caracterizan a es- te entre el 30 y el 40 % del total de las el punto de vista clínico, la manifesta- Tratamiento. Puede decirse, sin temor ren más tratamiento que el reposo ne- extraarticulares o intraarticulares, según
tas complicaciones desde el punto de fracturas de esta parte del fémur. ción más característica es la reaparación a torpes simplificaciones, que en la cesario para que desaparezca el dolor o la línea de fractura siente por encima o
vista clínico y evolutivo. Factores etiológicos. Se trata de una ne- del dolor, al apoyo y a los movimientos, práctica el único tratamiento posible se haga fácilmente soportable, seguido por debajo de la inserción capsular en
Tratamiento. Es exclusivamente quirúr- crosis avascular, cuya causa fundamen- en fracturas que habían sido dadas por de una necrosis establecida y diagnos- de una marcha con apoyo en las manos el fémur. Todas las demás son intraarti-
gico y puede resumirse en dos normas tal, por tanto, es la interrupción del curadas. A partir de su inicio, estas mo- ticada de la cabeza femoral es la artro- hasta la desaparición completa de los culares.
principales de actuación: aporte sanguíneo al fragmento proxi- lestias tienen tendencia progresiva a au- plastia con prótesis parcial o total. En síntomas. Solamente en raras ocasiones Características generales. Se trata en
1) Artroplastia de la cadera con pró- mal. Esta circunstancia está favorecida mentar, dificultando o llegando a hacer las fases iniciales del proceso, o cuan- es necesaria la fijación del fragmento general de lesiones graves, casi siempre
tesis cervicocefálica o, preferiblemen- por los siguientes factores: a) Situación imposible la marcha. Una vez iniciado y do el diagnóstico no se halla estableci- trocanteriano por medio de alambres, de difícil tratamiento y de resultados
te, prótesis total. Este tratamiento tiene del trazo fracturario. Las fracturas sub- establecido el proceso necrótico, las po- do de una manera segura, puede inten- clavos o tornillos. frecuentemente malos, debido a las ra-
una indicación inexcusable siempre capitales o transcervicales son las más sibilidades de revascularización espon- tarse el tratamiento conservador a base Fracturas de la extremidad distal del zones siguientes:
que existe una necrosis del fragmento expuestas a la lesión de los vasos reti- tánea o favorecida por el tratamiento de descarga —marcha con bastones—, fémur 1) Por ser casi siempre intraarticulares
capital, y una indicación relativa en naculares y a la isquemia del fragmen- son mínimas. confiando en la posibilidad de una re- Definición, anatomía patológica y y afectar seriamente a la superficie arti-
caso contrario, es decir, cuando dicho to proximal. b) Desplazamiento entre Diagnóstico. Como es bien sabido, en vascularización espontánea. Pero en la clasificación. Son fracturas situadas a cular del fémur en condiciones difíciles
fragmento conserva su vitalidad. En tal los fragmentos. Las fracturas más des- las fases iniciales del proceso de necro- mayoría de los casos, con muy pocas
nivel metafisario o epifisario, pero cu- de reparar.
caso, la opción del tratamiento susti- plazadas son, lógicamente, las más ex- sis la exploración radiográfica no pro- perspectivas de lograrlo. Los procedi-
yos límites superiores se confunden con 2) Por la complejidad del trazo de
tutivo responde a dos razones funda- puestas a la interrupción de los vasos porciona datos positivos. Una radiogra- mientos quirúrgicos de revasculariza-
las fracturas diafisarias del tercio infe- fractura, la multiplicidad de fragmentos
mentales: una de ellas, de carácter que transcurren a lo largo del cuello y fía normal, durante este período, no ción, por cualquiera de los medios pro-
rior del hueso (fracturas diafisometafisa- y la separación o dispersión entre los
local, la dificultad para fijar suficien- las que más dificultades ofrecen para el excluye por lo tanto el diagnóstico de puestos para tal fin (perforación o
rias o diafisometafisoepifisarias) con las mismos, que hace difícil muchas veces
temente el fragmento capital debido restablecimiento de la circulación in- necrosis. Los primeros signos radiológi- tunelización del cuello, injertos óseos
a su reducido tamaño o la verticalidad terfragmentaria. c) La reducción incom- cos aparecen, por lo regular, al cabo de intracervicales, injertos pediculados, et-
de la línea de fractura; la otra, de carác- pleta o diferida, por los mismos moti- dos o tres meses de haberse iniciado los cétera), proporcionan resultados muy A B
ter general, la conveniencia de abando- vos que acaban de exponerse. d) Las síntomas dolorosos, y son principal- aleatorios e inseguros, si es que propor-
nar el reposo en cama y reanudar cuan- maniobras violentas de reducción pue- mente y por orden de aparición los si- cionan alguno. Una alternativa quirúr-
to antes una actividad parecida a la den significar un factor añadido de le- guientes (fig. 33): gica a la artroplastia es la artrodesis
habitual. De este último factor depen- sión vascular. 1) Una duplicación del contorno de la coxofemoral, con las ventajas y los in-
de, como es fácil comprender, la elec- Anatomía patológica. Las lesiones de cabeza en la zona afectada, no cons- convenientes que son bien conocidos,
ción entre una prótesis parcial o una necrosis pueden afectar globalmente a tante ni fácil de apreciar en todos los y que pocas veces pueden hacer incli-
total. todo el fragmento capital, o pueden casos. Cuando se aprecia con claridad nar a su favor las decisiones del trata-
2) Osteotomía valguizante subtrocan- quedar limitadas al cuadrante superior (en algunas proyecciones y preferente- miento.
térea, asociada, preferentemente, a una de la cabeza, afectando a un segmento mente por comparación con el lado Fracturas aisladas de los trocánteres
síntesis con clavo-placa que permita, al de esfera triangular o cónico que coin- sano) constituye el primer signo radio- Son poco frecuentes y revisten desde el
mismo tiempo, fijar la osteotomía y la cide precisamente con la zona de máxi- lógico inconfundible de necrosis. Se punto de vista clínico una importancia
seudoartrosis, a ser posible, con torni- ma carga. En este último caso se produ- asocia en esta fase, y como dato dife- incomparablemente menor que las frac-
llos de compresión por deslizamiento. ce, secundariamente, un hundimiento o rencial importante con la artrosis, a la turas completas o con separación del
El efecto mecánico perseguido con la colapso de la zona necrosada. integridad del espacio articular que fragmento capital. La fractura aislada
osteotomía es el de horizontalizar la lí- Clínica y evolución. La necrosis puede conserva su altura normal. del trocánter mayor puede ser debida a
nea de fractura y convertir los esfuerzos manifestarse clínicamente mucho des- 2) La opacidad relativa de la zona ne- un traumatismo directo o a un mecanis-
de cizallamiento en fuerzas de compre- pués de consolidada la fractura, casi crosada, que contrasta a veces con la mo de avulsión, por contracción de los
sión interfragmentaria. siempre entre uno y dos años más tarde, osteoporosis del resto de la zona, y que músculos pelvitrocantéreos. Puede pro- FIG. 34. Variedades anatomopatológicas de fracturas de la extremidad distal del fémur. A) Fractura
Necrosis de la cabeza femoral. y en ocasiones a los tres años o incluso a se parecía preferentemente por compa- ducirse como accidente operatorio en diafiso-metafiso-epifisaria conminuta. B) Fractura supracondílea.
fémur 128 129 fémur

ración con el lado sano. las artroplastias de cadera. Clínicamen- que presentan problemas comunes de
3) El colapso del polo superior de la te se traducen por un dolor en la región evolución y de tratamiento. De acuerdo
cabeza femoral y deformidad con apla- trocantérea en la fase de apoyo de la con ello, es decir, según la localización
namiento subsiguiente de la superficie marcha y en la abducción activa del y las características del trazo de fractu-
esférica. En los casos avanzados, con muslo, con incapacidad más o menos ra, pueden clasificarse en los siguientes
hundimiento masivo de toda la cabeza, acentuada para realizar este movimien- grupos (fig. 34):
conservándose durante largo tiempo la to. Las fracturas aisladas del trocánter 1) Fracturas diafisometafisoepifisarias.
integridad de la línea articular. menor casi únicamente pueden produ- Fracturas del tercio inferior del fémur
La gammagrafía ósea con compuestos cirse por un mecanismo de avulsión, a cuyo trazo se propaga hasta la metáfisis
fosfatados marcados con tecnecio cons- cuenta de la contracción del psoas ilía- o epífisis del hueso. En general, pluri-
tituye el medio idóneo de diagnóstico co, principalmente en sujetos jóvenes fragmentarias o conminutas (fig. 34 A).
de necrosis en la fase prerradiológi- antes de los 18 años, debido a la exis- 2) Fracturas supracondíleas o metafi-
ca del proceso, con un margen eleva- tencia del cartílago apofisario. Pueden sarias, de trazo más o menos tranversal,
do de seguridad en los resultados. Los presentarse como lesión asociada en al- que separa la diáfisis de la epífisis (figu-
datos positivos preceden en dos sema- gunas luxaciones de la cadera, y por su- ra 34 B).
nas a dos meses a la aparición de los pri- puesto en las fracturas de la extremidad 3) Fracturas unicondíleas, de trazo sa-
1 2 3 meros síntomas radiológicos, y consis- superior del fémur, en cuyo caso dejan gital o anteroposterior y de trazo frontal
ten, primero, en una fase inicial y muy de ser «fracturas aisladas del trocánter posterior («fractura de Hoffa», fig. 35).
FIG. 33. Evolución radiográfica de una necrosis de la cabeza del fémur: 1, aparición de un doble contorno en el polo superior de la cabeza; 2, zona de
breve de hipocaptación en la zona afec- menor». Clínicamente se manifiestan 4) Fractura supraintercondílea, de tra-
opacidad ósea correspondiente a la parte necrosada; 3, aplastamiento y deformidad de la cabeza. tada, seguida por una segunda fase de por un dolor en la flexión activa del zo en T o en Y que separa los dos cón-
hipercaptación mucho más larga y más muslo, o una incapacidad más o menos dilos entre sí y ambos de la metáfisis
evidente, que puede prolongarse hasta completa para realizar este movimien- (fig. 36).
los efectos de la misma son los princi- Frecuencia. Se estima aproximadamen- los cinco, según algunos autores. Desde tres años. to. En general, estas fracturas no requie- Las fracturas supracondíleas pueden ser
pales elementos que caracterizan a es- te entre el 30 y el 40 % del total de las el punto de vista clínico, la manifesta- Tratamiento. Puede decirse, sin temor ren más tratamiento que el reposo ne- extraarticulares o intraarticulares, según
tas complicaciones desde el punto de fracturas de esta parte del fémur. ción más característica es la reaparación a torpes simplificaciones, que en la cesario para que desaparezca el dolor o la línea de fractura siente por encima o
vista clínico y evolutivo. Factores etiológicos. Se trata de una ne- del dolor, al apoyo y a los movimientos, práctica el único tratamiento posible se haga fácilmente soportable, seguido por debajo de la inserción capsular en
Tratamiento. Es exclusivamente quirúr- crosis avascular, cuya causa fundamen- en fracturas que habían sido dadas por de una necrosis establecida y diagnos- de una marcha con apoyo en las manos el fémur. Todas las demás son intraarti-
gico y puede resumirse en dos normas tal, por tanto, es la interrupción del curadas. A partir de su inicio, estas mo- ticada de la cabeza femoral es la artro- hasta la desaparición completa de los culares.
principales de actuación: aporte sanguíneo al fragmento proxi- lestias tienen tendencia progresiva a au- plastia con prótesis parcial o total. En síntomas. Solamente en raras ocasiones Características generales. Se trata en
1) Artroplastia de la cadera con pró- mal. Esta circunstancia está favorecida mentar, dificultando o llegando a hacer las fases iniciales del proceso, o cuan- es necesaria la fijación del fragmento general de lesiones graves, casi siempre
tesis cervicocefálica o, preferiblemen- por los siguientes factores: a) Situación imposible la marcha. Una vez iniciado y do el diagnóstico no se halla estableci- trocanteriano por medio de alambres, de difícil tratamiento y de resultados
te, prótesis total. Este tratamiento tiene del trazo fracturario. Las fracturas sub- establecido el proceso necrótico, las po- do de una manera segura, puede inten- clavos o tornillos. frecuentemente malos, debido a las ra-
una indicación inexcusable siempre capitales o transcervicales son las más sibilidades de revascularización espon- tarse el tratamiento conservador a base Fracturas de la extremidad distal del zones siguientes:
que existe una necrosis del fragmento expuestas a la lesión de los vasos reti- tánea o favorecida por el tratamiento de descarga —marcha con bastones—, fémur 1) Por ser casi siempre intraarticulares
capital, y una indicación relativa en naculares y a la isquemia del fragmen- son mínimas. confiando en la posibilidad de una re- Definición, anatomía patológica y y afectar seriamente a la superficie arti-
caso contrario, es decir, cuando dicho to proximal. b) Desplazamiento entre Diagnóstico. Como es bien sabido, en vascularización espontánea. Pero en la clasificación. Son fracturas situadas a cular del fémur en condiciones difíciles
fragmento conserva su vitalidad. En tal los fragmentos. Las fracturas más des- las fases iniciales del proceso de necro- mayoría de los casos, con muy pocas
nivel metafisario o epifisario, pero cu- de reparar.
caso, la opción del tratamiento susti- plazadas son, lógicamente, las más ex- sis la exploración radiográfica no pro- perspectivas de lograrlo. Los procedi-
yos límites superiores se confunden con 2) Por la complejidad del trazo de
tutivo responde a dos razones funda- puestas a la interrupción de los vasos porciona datos positivos. Una radiogra- mientos quirúrgicos de revasculariza-
las fracturas diafisarias del tercio infe- fractura, la multiplicidad de fragmentos
mentales: una de ellas, de carácter que transcurren a lo largo del cuello y fía normal, durante este período, no ción, por cualquiera de los medios pro-
rior del hueso (fracturas diafisometafisa- y la separación o dispersión entre los
local, la dificultad para fijar suficien- las que más dificultades ofrecen para el excluye por lo tanto el diagnóstico de puestos para tal fin (perforación o
rias o diafisometafisoepifisarias) con las mismos, que hace difícil muchas veces
temente el fragmento capital debido restablecimiento de la circulación in- necrosis. Los primeros signos radiológi- tunelización del cuello, injertos óseos
a su reducido tamaño o la verticalidad terfragmentaria. c) La reducción incom- cos aparecen, por lo regular, al cabo de intracervicales, injertos pediculados, et-
de la línea de fractura; la otra, de carác- pleta o diferida, por los mismos moti- dos o tres meses de haberse iniciado los cétera), proporcionan resultados muy A B
ter general, la conveniencia de abando- vos que acaban de exponerse. d) Las síntomas dolorosos, y son principal- aleatorios e inseguros, si es que propor-
nar el reposo en cama y reanudar cuan- maniobras violentas de reducción pue- mente y por orden de aparición los si- cionan alguno. Una alternativa quirúr-
to antes una actividad parecida a la den significar un factor añadido de le- guientes (fig. 33): gica a la artroplastia es la artrodesis
habitual. De este último factor depen- sión vascular. 1) Una duplicación del contorno de la coxofemoral, con las ventajas y los in-
de, como es fácil comprender, la elec- Anatomía patológica. Las lesiones de cabeza en la zona afectada, no cons- convenientes que son bien conocidos,
ción entre una prótesis parcial o una necrosis pueden afectar globalmente a tante ni fácil de apreciar en todos los y que pocas veces pueden hacer incli-
total. todo el fragmento capital, o pueden casos. Cuando se aprecia con claridad nar a su favor las decisiones del trata-
2) Osteotomía valguizante subtrocan- quedar limitadas al cuadrante superior (en algunas proyecciones y preferente- miento.
térea, asociada, preferentemente, a una de la cabeza, afectando a un segmento mente por comparación con el lado Fracturas aisladas de los trocánteres
síntesis con clavo-placa que permita, al de esfera triangular o cónico que coin- sano) constituye el primer signo radio- Son poco frecuentes y revisten desde el
mismo tiempo, fijar la osteotomía y la cide precisamente con la zona de máxi- lógico inconfundible de necrosis. Se punto de vista clínico una importancia
seudoartrosis, a ser posible, con torni- ma carga. En este último caso se produ- asocia en esta fase, y como dato dife- incomparablemente menor que las frac-
llos de compresión por deslizamiento. ce, secundariamente, un hundimiento o rencial importante con la artrosis, a la turas completas o con separación del
El efecto mecánico perseguido con la colapso de la zona necrosada. integridad del espacio articular que fragmento capital. La fractura aislada
osteotomía es el de horizontalizar la lí- Clínica y evolución. La necrosis puede conserva su altura normal. del trocánter mayor puede ser debida a
nea de fractura y convertir los esfuerzos manifestarse clínicamente mucho des- 2) La opacidad relativa de la zona ne- un traumatismo directo o a un mecanis-
de cizallamiento en fuerzas de compre- pués de consolidada la fractura, casi crosada, que contrasta a veces con la mo de avulsión, por contracción de los
sión interfragmentaria. siempre entre uno y dos años más tarde, osteoporosis del resto de la zona, y que músculos pelvitrocantéreos. Puede pro- FIG. 34. Variedades anatomopatológicas de fracturas de la extremidad distal del fémur. A) Fractura
Necrosis de la cabeza femoral. y en ocasiones a los tres años o incluso a se parecía preferentemente por compa- ducirse como accidente operatorio en diafiso-metafiso-epifisaria conminuta. B) Fractura supracondílea.
fémur 130 131 fémur

A su reposición en condiciones mínima- A B C


mente parecidas a la normalidad.
3) Por las características anatómicas
de la región, que no permiten una úni-
ca vía de acceso a todos los fragmentos.
4) Por las dificultades de una osteo-
síntesis suficientemente estable cuando
se trata de fragmentos múltiples, de pe-
queño tamaño, o de corticales muy del-
gadas, como es lo habitual en los viejos.
5) Por la frecuencia de complicacio-
nes secundarias de la rodilla (rigidez,
dolor), no siempre fáciles de evitar.
Complicaciones inmediatas más fre-
cuentes. Se trata, en general, de lesiones
óseas que sangran abundantemente y
exponen, por tanto, a una pérdida he-
mática de importancia, sobre todo si se
trata de fracturas abiertas. En las fractu- D E
B
ras cerradas da lugar a una hemartrosis
con tensión a veces considerable de la
rodilla, que a su vez constituye un obs-
táculo para la circulación de retorno,
ocasionando un gran edema de la pier-
na y favoreciendo los accidentes trom-
boembólicos. Las fracturas supracondí-
leas, de trazo oblicuo, constituyen una
amenaza para los vasos poplíteos, a car-
go del borde cortante del fragmento dis-
tal, desplazado hacia atrás por la acción
de los gemelos (fig. 37). La isquemia en
el territorio periférico de la extremidad
FIG. 37. Relaciones anatómicas del foco de constituye por lo tanto una de las com-
fractura con la arteria poplítea, y posibilidad de plicaciones inmediatas de este tipo de
lesión de la misma a cargo del fragmento distal, fracturas, tanto si es por lesión directa
desplazado hacia atrás, de una fractura supra- de los vasos del hueco poplíteo como
condílea. por trombosis endoarterial o simple-
mente por la acción compresiva de la
FIG. 39. Ejemplos de osteosíntesis estable por
hemartrosis y el hematoma. Los nervios medio de placas anguladas, placas atornilladas
FIG. 35. Fracturas unicondíleas. A) De trazo de la región se hallan igualmente ame- y tornillos sueltos.
sagital o anteroposterior. B) De trazo frontal nazados por las mismas causas. Sin em-
(fractura de Hoffa). bargo, las complicaciones nerviosas in-
mediatas son menos frecuentes que las na soluciones sencillas que no convie- mente en la osteosíntesis mediante pla- marcha. Sólo puede ser tratada quirúr-
vasculares y, en general, menos graves. ne en modo alguno despreciar. En otros ca diafisometafisaria y clavo o tornillos gicamente por medio de operaciones
Normas generales de tratamiento casos, el tratamiento quirúrgico es im- epifisarios, combinados en forma que en general importantes y no siempre fá-
Tratamiento conservador. Es una opi- posible o muy difícil. Así ocurre en frac- permitan la unión de la diáfisis con el ciles de realizar. En cambio, son relati-
nión actualmente casi unánime que el turas muy conminutas, con múltiples fragmento —o los fragmentos— dista- vamente fáciles de evitar si se conocen
mejor tratamiento de estas fracturas es fragmentos irregulares y de pequeño ta- les o condíleos, y la unión de éstos en- sus causas más frecuentes y se toman
el quirúrgico. Sin embargo, no es el úni- maño, verdaderos estallidos metaepifi- tre sí (figs. 38, 39 y 40). Los recursos las oportunas medidas en el curso del
co aplicable en todos los casos, por dos sarios, en los que la reconstrucción y la técnicos propuestos para tal fin son tratamiento de la fractura.
razones fundamentales: una de ellas, por- osteosíntesis ofrezcan serias dificulta- muy numerosos. Todos responden a la Factores etiológicos más frecuentes
que no siempre es necesario; la otra, des técnicas, con mal estado general, misma finalidad fundamental, y la elec- 1) La gravedad misma de la lesión
porque no siempre es posible. El trata- compromiso circulatorio local, etc. ción entre uno u otro dependen, princi- ósea. Las fracturas con pérdida de sus-
miento quirúrgico no es necesario en Puede ser una aconsejable medida de palmente, de las preferencias o hábitos tancia o conminuciones muy extensas,
algunas fracturas de la extremidad distal prudencia no aventurarse a tentativas de cada cirujano. Lo importante es con múltiples esquirlas, que equivalen
del fémur con muy poco desplazamien- quirúrgicas y limitarse a una reducción- plantearse en cada caso la finalidad prácticamente a lo mismo.
to o muy fáciles de reducir, como es fre- inmovilización con tracción continua perseguida con el montaje y el medio 2) Las fracturas abiertas, y sobre todo
cuente en las fracturas de los niños. En transesquelética tibial, hasta que el es- más adecuado para lograrla (fig. 41). las infectadas, que dan lugar a necrosis
tales casos, el tratamiento conservador, tado local de las lesiones permita colo- Seudoartrosis diafisarias del fémur y pérdida de algunos fragmentos, impi-
a base de la reducción manual, o por car un apósito enyesado cruropédico. La falta de consolidación de una fractu- den o limitan la posibilidad de aplicar
FIG. 38. Fijación de una fractura supracondí- tracción continua, seguida de la aplica- Tratamiento quirúrgico. Es el que goza ra diafisaria del fémur es incompatible osteosíntesis internas u obligan a retirar
FIG. 36. Fractura supracondílea e intercon- lea con clavos de Ender divergentes, intro- ción de un yeso cruropédico con la ro- hoy día de mayor predicamento, como con la función de apoyo sobre la extre- el material ya aplicado.
dílea. ducidos por el trocánter mayor. dilla ligeramente flexionada, proporcio- ya se ha dicho, y consiste fundamental- midad fracturada y por lo tanto con la 3) La fracción continua excesiva o
fémur 130 131 fémur

A su reposición en condiciones mínima- A B C


mente parecidas a la normalidad.
3) Por las características anatómicas
de la región, que no permiten una úni-
ca vía de acceso a todos los fragmentos.
4) Por las dificultades de una osteo-
síntesis suficientemente estable cuando
se trata de fragmentos múltiples, de pe-
queño tamaño, o de corticales muy del-
gadas, como es lo habitual en los viejos.
5) Por la frecuencia de complicacio-
nes secundarias de la rodilla (rigidez,
dolor), no siempre fáciles de evitar.
Complicaciones inmediatas más fre-
cuentes. Se trata, en general, de lesiones
óseas que sangran abundantemente y
exponen, por tanto, a una pérdida he-
mática de importancia, sobre todo si se
trata de fracturas abiertas. En las fractu- D E
B
ras cerradas da lugar a una hemartrosis
con tensión a veces considerable de la
rodilla, que a su vez constituye un obs-
táculo para la circulación de retorno,
ocasionando un gran edema de la pier-
na y favoreciendo los accidentes trom-
boembólicos. Las fracturas supracondí-
leas, de trazo oblicuo, constituyen una
amenaza para los vasos poplíteos, a car-
go del borde cortante del fragmento dis-
tal, desplazado hacia atrás por la acción
de los gemelos (fig. 37). La isquemia en
el territorio periférico de la extremidad
FIG. 37. Relaciones anatómicas del foco de constituye por lo tanto una de las com-
fractura con la arteria poplítea, y posibilidad de plicaciones inmediatas de este tipo de
lesión de la misma a cargo del fragmento distal, fracturas, tanto si es por lesión directa
desplazado hacia atrás, de una fractura supra- de los vasos del hueco poplíteo como
condílea. por trombosis endoarterial o simple-
mente por la acción compresiva de la
FIG. 39. Ejemplos de osteosíntesis estable por
hemartrosis y el hematoma. Los nervios medio de placas anguladas, placas atornilladas
FIG. 35. Fracturas unicondíleas. A) De trazo de la región se hallan igualmente ame- y tornillos sueltos.
sagital o anteroposterior. B) De trazo frontal nazados por las mismas causas. Sin em-
(fractura de Hoffa). bargo, las complicaciones nerviosas in-
mediatas son menos frecuentes que las na soluciones sencillas que no convie- mente en la osteosíntesis mediante pla- marcha. Sólo puede ser tratada quirúr-
vasculares y, en general, menos graves. ne en modo alguno despreciar. En otros ca diafisometafisaria y clavo o tornillos gicamente por medio de operaciones
Normas generales de tratamiento casos, el tratamiento quirúrgico es im- epifisarios, combinados en forma que en general importantes y no siempre fá-
Tratamiento conservador. Es una opi- posible o muy difícil. Así ocurre en frac- permitan la unión de la diáfisis con el ciles de realizar. En cambio, son relati-
nión actualmente casi unánime que el turas muy conminutas, con múltiples fragmento —o los fragmentos— dista- vamente fáciles de evitar si se conocen
mejor tratamiento de estas fracturas es fragmentos irregulares y de pequeño ta- les o condíleos, y la unión de éstos en- sus causas más frecuentes y se toman
el quirúrgico. Sin embargo, no es el úni- maño, verdaderos estallidos metaepifi- tre sí (figs. 38, 39 y 40). Los recursos las oportunas medidas en el curso del
co aplicable en todos los casos, por dos sarios, en los que la reconstrucción y la técnicos propuestos para tal fin son tratamiento de la fractura.
razones fundamentales: una de ellas, por- osteosíntesis ofrezcan serias dificulta- muy numerosos. Todos responden a la Factores etiológicos más frecuentes
que no siempre es necesario; la otra, des técnicas, con mal estado general, misma finalidad fundamental, y la elec- 1) La gravedad misma de la lesión
porque no siempre es posible. El trata- compromiso circulatorio local, etc. ción entre uno u otro dependen, princi- ósea. Las fracturas con pérdida de sus-
miento quirúrgico no es necesario en Puede ser una aconsejable medida de palmente, de las preferencias o hábitos tancia o conminuciones muy extensas,
algunas fracturas de la extremidad distal prudencia no aventurarse a tentativas de cada cirujano. Lo importante es con múltiples esquirlas, que equivalen
del fémur con muy poco desplazamien- quirúrgicas y limitarse a una reducción- plantearse en cada caso la finalidad prácticamente a lo mismo.
to o muy fáciles de reducir, como es fre- inmovilización con tracción continua perseguida con el montaje y el medio 2) Las fracturas abiertas, y sobre todo
cuente en las fracturas de los niños. En transesquelética tibial, hasta que el es- más adecuado para lograrla (fig. 41). las infectadas, que dan lugar a necrosis
tales casos, el tratamiento conservador, tado local de las lesiones permita colo- Seudoartrosis diafisarias del fémur y pérdida de algunos fragmentos, impi-
a base de la reducción manual, o por car un apósito enyesado cruropédico. La falta de consolidación de una fractu- den o limitan la posibilidad de aplicar
FIG. 38. Fijación de una fractura supracondí- tracción continua, seguida de la aplica- Tratamiento quirúrgico. Es el que goza ra diafisaria del fémur es incompatible osteosíntesis internas u obligan a retirar
FIG. 36. Fractura supracondílea e intercon- lea con clavos de Ender divergentes, intro- ción de un yeso cruropédico con la ro- hoy día de mayor predicamento, como con la función de apoyo sobre la extre- el material ya aplicado.
dílea. ducidos por el trocánter mayor. dilla ligeramente flexionada, proporcio- ya se ha dicho, y consiste fundamental- midad fracturada y por lo tanto con la 3) La fracción continua excesiva o
fémur 132 133 férula

trosis de huesos largos (y entre ellas las zadas, este aumento en longitud no so- peligro de desplazamiento secundario
A
del fémur), han sido descritos reciente- brepasa, en general el centímetro o cen- es, en cualquier caso, menor que el de
mente (1992), entre otros, por Martí Ga- tímetro y medio, y no constituye por sí mantener un apósito mal tolerado.
rín y colaboradores. mismo un problema importante, como Fernández Iruegas, Darío. Eminente
4) En las seudoartrosis infectadas se parece deducirse de algunas publica- traumatólogo y cirujano ortopédico es-
plantea, a nivel del fémur, la misma dis- ciones. pañol, presidente de la Sociedad Espa-
yuntiva que en cualquier otra localiza- Normas generales de tratamiento. ñola de Cirugía Ortopédica y Traumato-
ción entre la conveniencia de emplear Por las razones que han sido expuestas, logía entre 1941 y 1951.
o no material extraño (incluyendo los el tratamiento de estas fracturas se limi- Fernández, Luis Leoncio. Uno de los
injertos óseos) para lograr, prioritaria- ta, en general, a medidas muy simples más destacados y respetados cirujanos
mente, la consolidación, o dar prefe- con amplias seguridades de buen resul- ortopédicos y traumatólogos argentinos
rencia a la eliminación de la infección. tado. En las fracturas poco o nada des- (1908-1992). La Asociación Argentina
Una opción al respecto, que parece ra- plazadas puede bastar la aplicación de de Ortopedia y Traumatología, de la
zonable y que probablemente compar- un vendaje de yeso incluyendo la pelvis que fue uno de los más ilustres presi-
ten la mayoría de cirujanos, es procurar y hasta debajo de la rodilla, aplicado en dentes, le otorgó el honroso título de
resolver el problema de la lesión ósea la misma sala de reconocimiento, mu- «Cirujano Maestro». Fue discípulo pre-
B propiamente dicha mediante los méto- chas veces sin necesidad de anestesia, y dilecto de Ricardo Finochieto y conti-
dos de fijación externa. según los casos mediante maniobras nuador de su depurada escuela de téc-
Fracturas diafisarias del fémur en los muy sencillas de reducción previa bajo nica operatoria, de la que hizo gala a lo
niños anestesia ligera. En las fracturas despla- largo de su dilatada vida profesional y
Estas lesiones merecen ser consideradas zadas, y sobre todo con acabalgamiento de su intensa labor docente. Fue uno de
como una entidad traumatológica espe- entre los fragmentos, puede ser necesa- los pioneros, a nivel mundial, de la ci-
cial por varias características que las dis- ria una tracción continua transcutánea, rugía de la columna vertebral y uno de
tinguen de las fracturas de los adultos: como medida única de tratamiento has- los precusores, desde 1944, de las ope-
1) Son relativamente frecuentes, y ta la consolidación en lactantes o niños raciones sobre los discos intervertebra-
pueden producirse tanto en el recién por debajo de los dos años), o preferen- les a nivel lumbar y cervical.
nacido (fracturas obstétricas) como en temente durante el tiempo necesario Ferré, Rodolfo Distinguido cirujano or-
niños de más edad, hasta pasados los para obtener la reducción y como medi- topédico argentino fallecido en 1975.
10 años, con su máxima incidencia en- da previa a la colocación de un yeso una Fue presidente de la Asociación Argen-
tre los 3 y los 5 años. vez conseguida. En los niños muy pe- tina de Ortopedia y Traumatología.
2) Se trata, en general, de fracturas queños (por debajo de los cuatro años) férula (del gr. phero, llevar). Tablilla de
FIG. 41. Fijación con tornillos de una frac- completas, con pérdida de contacto en- la tracción transcutánea puede hacerse madera, hierro, cartón, alambre, yeso,
tura de Hoffa, introducidos (A) por vía ante- tre los fragmentos, y de trazo transversal «al cenit», y sobre las dos extremidades etcétera, rígida o flexible, que se aplica
FIG. 40. Fractura plurifragmentaria, supracondílea e intercondílea, con desviación de la pier- rior (técnica AO, Rieunau) y (B) por vía pos-
o espiroideo. Pero pueden presentarse por el llamado método de Bryant, con para mantener en su posición partes
na en valgo, tratada con osteosíntesis tipo Richards. terior (técnica de De Palma, Gomar, etc.).
también como fracturas incompletas, un peso aproximado de 1-2 kg para movibles o desplazadas, especialmente
sin desplazamiento, subperiósticas o en cada extremidad, suficiente para mante- huesos fracturados o luxados, y en arti-
«tallo verde», más frecuentes en el re- ner las nalgas del niño ligeramente se- culaciones inflamadas.
prolongada más tiempo del necesario. externa provistos de los dispositivos ne- procedimiento más adecuado de llegar cién nacido o en el lactante. Las fractu- paradas del plano de la cama. En los ni- férula de abducción. Férula de alambre
4) Las inmovilizaciones insuficientes cesarios para ejercer la compresión en- al mismo es la decorticación. ras plurifragmentarias, y más las conmi- ños de más de 4 años es preferible la o de madera que se utiliza en especial
mediante vendajes de yeso, o la carga tre los fragmentos diafisarios. c) Los injertos, como es sabido, pue- nutas, son muy poco frecuentes. tracción en dirección oblicua respecto para el tratamiento de las fracturas de la
permitida en condiciones precarias de 3) Aplicación de injertos óseos para cu- den ser de diverso tipo y distinto origen. 3) Tienen una gran tendencia a curar. al eje del cuerpo sobre un solo miembro, extremidad superior del húmero; tiene
contención. brir las pérdidas de sustancia o rellenar Hasta ahora han gozado de mayor Y curan, prácticamente, en la totalidad por cualquiera de los métodos propues- por objeto mantener el brazo en la po-
5) Las osteosíntesis internas o externas las zonas debilitadas de la diáfisis, debi- aceptación los injertos autólogos fres- de los casos, con un tratamiento con- tos para tal fin (Böhler, Boppe, Russell, sición media de reposo más favorable
insuficientemente estables. Es la causa das a la conminución o a la eliminación cos, esponjosos o corticoesponjosos servador (tracción continua transcutá- férula de Thomas, etc.), o simplemente, para la consolidación ósea, al mismo
más frecuente de seudoartrosis, o al me- de algunos fragmentos, o en las llamadas múltiples y de reducido tamaño, preco- nea o yeso). Es excepcional tener que ejerciéndola sobre el mismo plano de la tiempo que llevar el segmento inferior
nos la más difícilmente excusable. «seudoartrosis atróficas o arreactivas», nizados por la AO, por cumplir más fá- recurrir a medidas quirúrgicas. También cama, con sus patas anteriores ligera- al grado de abducción necesario para
Normas generales de tratamiento. con los extremos óseos afilados (frecuen- cilmente con la función primordial de son excepcionales las seudoartrosis. mente elevadas o con la extremidad des- hacerlo coincidir con el fragmento su-
Pueden plantearse en los siguientes tér- tes en fracturas que han estado infecta- relleno o sustitución de la falta de sus- 4) No son tan excepcionales, en cam- cansando sobre unos cojines para man- perior desviado por la acción prepon-
minos: das). El empleo de injertos óseos requie- tancia ósea, y por estimar que son los bio, las consolidaciones defectuosas, tenerla en ligera inclinación hacia arriba. derante ejercida por los músculos del
1) Siempre que sea posible, efectuar re algunos comentarios adicionales: que ofrecen mejores condiciones de fu- con desviaciones angulares, derrotación En cualquier caso, la tracción transcutá- hombro. Sin.: férula en aeroplano.
una osteosíntesis suficientemente esta- a) En el caso de la diáfisis femoral, los sión con el huésped. Más recientemen- o acabalgamiento entre los fragmentos. nea debe vigilarse muy cuidadosamente férula de abducción de Argüelles. Mo-
ble, sustituyendo, si es preciso, la pre- injertos óseos, de cualquier tipo que te, sin embargo, han sido introducidos Pero con la interesante particularidad para evitar las posibles y muy frecuentes dificación de la férula de abducción de
viamente aplicada, bien sea por medio sean, no son suficientes por sí mismos en la práctica de la especialidad el em- de que tales desviaciones (incluyendo lesiones de la piel, a veces importantes, Böhler, en la que el soporte de apoyo del
de placas atornilladas, por enclavado como tratamiento único de la seudoar- pleo de injertos homólogos procedentes el acortamiento por acabalgamiento) causadas por las vendas adherentes. Una brazo está dispuesto para que se pueda
endomedular o fijación externa. trosis, como es —o puede ser— el caso, de banco, y concretamente aloinjertos tienen una marcada tendencia a corre- medida de tipo práctico, pero que pue- llevar a una abducción de 45o, anteposi-
2) Lograr la compresión interfragmen- por ejemplo, de la tibia y otros huesos crioconservados, partiendo del concep- girse espontáneamente con el desarro- de ser muy útil en este sentido, es la de ción de 30 a 40o y ligera rotación exter-
taria, sea cual sea el método de osteo- largos. Su utilización en el fémur debe to actual de que los injertos homólogos llo ulterior. no ser remisos en reti- na, de acuerdo con el concepto de este
síntesis empleado. Placas a compresión asociarse siempre a un medio de osteo- conservados en debidas condiciones 5) Otra particularidad interesante es rar completamente el vendaje adhesivo, autor de que la abducción de 45o repre-
estática o dinámica resistentes, o clavos síntesis metálica, preferentemente a ofrecen las mismas posibilidades de in- la del hipercrecimiento en longitud del para revisar la piel, cuando se trata de ni- senta la posición media de reposo del
endomedulares colocados previo fresa- compresión. tegración que los autólogos. (Véase el fémur fracturado, que sirve para com- ños de corta edad que lloran persistente- brazo, y que, salvo raras excepciones,
do y suficientemente estables para po- b) Los injertos deben colocarse prefe- apartado injertos.)
injertos. En España, los fun- pensar muchas veces el acortamiento mente al cabo de unos días de haberlo la desviación del extremo superior de la
der permitir la carga axial, al menos rentemente sobre un lecho bien vascu- damentos del método y su empleo, con inicial. En los casos bien reducidos ini- colocado, sin temor a los perjuicios que fractura no es mayor de 45o.
parcial, o bien los sistemas de fijación larizado del huésped, para lo cual el buenos resultados en casos de seudoar- cialmente, o en las fracturas no despla- con ello se pueda causar a la fractura. El férula de abducción de Böhler.
Böhler. Férula
fémur 132 133 férula

trosis de huesos largos (y entre ellas las zadas, este aumento en longitud no so- peligro de desplazamiento secundario
A
del fémur), han sido descritos reciente- brepasa, en general el centímetro o cen- es, en cualquier caso, menor que el de
mente (1992), entre otros, por Martí Ga- tímetro y medio, y no constituye por sí mantener un apósito mal tolerado.
rín y colaboradores. mismo un problema importante, como Fernández Iruegas, Darío. Eminente
4) En las seudoartrosis infectadas se parece deducirse de algunas publica- traumatólogo y cirujano ortopédico es-
plantea, a nivel del fémur, la misma dis- ciones. pañol, presidente de la Sociedad Espa-
yuntiva que en cualquier otra localiza- Normas generales de tratamiento. ñola de Cirugía Ortopédica y Traumato-
ción entre la conveniencia de emplear Por las razones que han sido expuestas, logía entre 1941 y 1951.
o no material extraño (incluyendo los el tratamiento de estas fracturas se limi- Fernández, Luis Leoncio. Uno de los
injertos óseos) para lograr, prioritaria- ta, en general, a medidas muy simples más destacados y respetados cirujanos
mente, la consolidación, o dar prefe- con amplias seguridades de buen resul- ortopédicos y traumatólogos argentinos
rencia a la eliminación de la infección. tado. En las fracturas poco o nada des- (1908-1992). La Asociación Argentina
Una opción al respecto, que parece ra- plazadas puede bastar la aplicación de de Ortopedia y Traumatología, de la
zonable y que probablemente compar- un vendaje de yeso incluyendo la pelvis que fue uno de los más ilustres presi-
ten la mayoría de cirujanos, es procurar y hasta debajo de la rodilla, aplicado en dentes, le otorgó el honroso título de
resolver el problema de la lesión ósea la misma sala de reconocimiento, mu- «Cirujano Maestro». Fue discípulo pre-
B propiamente dicha mediante los méto- chas veces sin necesidad de anestesia, y dilecto de Ricardo Finochieto y conti-
dos de fijación externa. según los casos mediante maniobras nuador de su depurada escuela de téc-
Fracturas diafisarias del fémur en los muy sencillas de reducción previa bajo nica operatoria, de la que hizo gala a lo
niños anestesia ligera. En las fracturas despla- largo de su dilatada vida profesional y
Estas lesiones merecen ser consideradas zadas, y sobre todo con acabalgamiento de su intensa labor docente. Fue uno de
como una entidad traumatológica espe- entre los fragmentos, puede ser necesa- los pioneros, a nivel mundial, de la ci-
cial por varias características que las dis- ria una tracción continua transcutánea, rugía de la columna vertebral y uno de
tinguen de las fracturas de los adultos: como medida única de tratamiento has- los precusores, desde 1944, de las ope-
1) Son relativamente frecuentes, y ta la consolidación en lactantes o niños raciones sobre los discos intervertebra-
pueden producirse tanto en el recién por debajo de los dos años), o preferen- les a nivel lumbar y cervical.
nacido (fracturas obstétricas) como en temente durante el tiempo necesario Ferré, Rodolfo Distinguido cirujano or-
niños de más edad, hasta pasados los para obtener la reducción y como medi- topédico argentino fallecido en 1975.
10 años, con su máxima incidencia en- da previa a la colocación de un yeso una Fue presidente de la Asociación Argen-
tre los 3 y los 5 años. vez conseguida. En los niños muy pe- tina de Ortopedia y Traumatología.
2) Se trata, en general, de fracturas queños (por debajo de los cuatro años) férula (del gr. phero, llevar). Tablilla de
FIG. 41. Fijación con tornillos de una frac- completas, con pérdida de contacto en- la tracción transcutánea puede hacerse madera, hierro, cartón, alambre, yeso,
tura de Hoffa, introducidos (A) por vía ante- tre los fragmentos, y de trazo transversal «al cenit», y sobre las dos extremidades etcétera, rígida o flexible, que se aplica
FIG. 40. Fractura plurifragmentaria, supracondílea e intercondílea, con desviación de la pier- rior (técnica AO, Rieunau) y (B) por vía pos-
o espiroideo. Pero pueden presentarse por el llamado método de Bryant, con para mantener en su posición partes
na en valgo, tratada con osteosíntesis tipo Richards. terior (técnica de De Palma, Gomar, etc.).
también como fracturas incompletas, un peso aproximado de 1-2 kg para movibles o desplazadas, especialmente
sin desplazamiento, subperiósticas o en cada extremidad, suficiente para mante- huesos fracturados o luxados, y en arti-
«tallo verde», más frecuentes en el re- ner las nalgas del niño ligeramente se- culaciones inflamadas.
prolongada más tiempo del necesario. externa provistos de los dispositivos ne- procedimiento más adecuado de llegar cién nacido o en el lactante. Las fractu- paradas del plano de la cama. En los ni- férula de abducción. Férula de alambre
4) Las inmovilizaciones insuficientes cesarios para ejercer la compresión en- al mismo es la decorticación. ras plurifragmentarias, y más las conmi- ños de más de 4 años es preferible la o de madera que se utiliza en especial
mediante vendajes de yeso, o la carga tre los fragmentos diafisarios. c) Los injertos, como es sabido, pue- nutas, son muy poco frecuentes. tracción en dirección oblicua respecto para el tratamiento de las fracturas de la
permitida en condiciones precarias de 3) Aplicación de injertos óseos para cu- den ser de diverso tipo y distinto origen. 3) Tienen una gran tendencia a curar. al eje del cuerpo sobre un solo miembro, extremidad superior del húmero; tiene
contención. brir las pérdidas de sustancia o rellenar Hasta ahora han gozado de mayor Y curan, prácticamente, en la totalidad por cualquiera de los métodos propues- por objeto mantener el brazo en la po-
5) Las osteosíntesis internas o externas las zonas debilitadas de la diáfisis, debi- aceptación los injertos autólogos fres- de los casos, con un tratamiento con- tos para tal fin (Böhler, Boppe, Russell, sición media de reposo más favorable
insuficientemente estables. Es la causa das a la conminución o a la eliminación cos, esponjosos o corticoesponjosos servador (tracción continua transcutá- férula de Thomas, etc.), o simplemente, para la consolidación ósea, al mismo
más frecuente de seudoartrosis, o al me- de algunos fragmentos, o en las llamadas múltiples y de reducido tamaño, preco- nea o yeso). Es excepcional tener que ejerciéndola sobre el mismo plano de la tiempo que llevar el segmento inferior
nos la más difícilmente excusable. «seudoartrosis atróficas o arreactivas», nizados por la AO, por cumplir más fá- recurrir a medidas quirúrgicas. También cama, con sus patas anteriores ligera- al grado de abducción necesario para
Normas generales de tratamiento. con los extremos óseos afilados (frecuen- cilmente con la función primordial de son excepcionales las seudoartrosis. mente elevadas o con la extremidad des- hacerlo coincidir con el fragmento su-
Pueden plantearse en los siguientes tér- tes en fracturas que han estado infecta- relleno o sustitución de la falta de sus- 4) No son tan excepcionales, en cam- cansando sobre unos cojines para man- perior desviado por la acción prepon-
minos: das). El empleo de injertos óseos requie- tancia ósea, y por estimar que son los bio, las consolidaciones defectuosas, tenerla en ligera inclinación hacia arriba. derante ejercida por los músculos del
1) Siempre que sea posible, efectuar re algunos comentarios adicionales: que ofrecen mejores condiciones de fu- con desviaciones angulares, derrotación En cualquier caso, la tracción transcutá- hombro. Sin.: férula en aeroplano.
una osteosíntesis suficientemente esta- a) En el caso de la diáfisis femoral, los sión con el huésped. Más recientemen- o acabalgamiento entre los fragmentos. nea debe vigilarse muy cuidadosamente férula de abducción de Argüelles. Mo-
ble, sustituyendo, si es preciso, la pre- injertos óseos, de cualquier tipo que te, sin embargo, han sido introducidos Pero con la interesante particularidad para evitar las posibles y muy frecuentes dificación de la férula de abducción de
viamente aplicada, bien sea por medio sean, no son suficientes por sí mismos en la práctica de la especialidad el em- de que tales desviaciones (incluyendo lesiones de la piel, a veces importantes, Böhler, en la que el soporte de apoyo del
de placas atornilladas, por enclavado como tratamiento único de la seudoar- pleo de injertos homólogos procedentes el acortamiento por acabalgamiento) causadas por las vendas adherentes. Una brazo está dispuesto para que se pueda
endomedular o fijación externa. trosis, como es —o puede ser— el caso, de banco, y concretamente aloinjertos tienen una marcada tendencia a corre- medida de tipo práctico, pero que pue- llevar a una abducción de 45o, anteposi-
2) Lograr la compresión interfragmen- por ejemplo, de la tibia y otros huesos crioconservados, partiendo del concep- girse espontáneamente con el desarro- de ser muy útil en este sentido, es la de ción de 30 a 40o y ligera rotación exter-
taria, sea cual sea el método de osteo- largos. Su utilización en el fémur debe to actual de que los injertos homólogos llo ulterior. no ser remisos en reti- na, de acuerdo con el concepto de este
síntesis empleado. Placas a compresión asociarse siempre a un medio de osteo- conservados en debidas condiciones 5) Otra particularidad interesante es rar completamente el vendaje adhesivo, autor de que la abducción de 45o repre-
estática o dinámica resistentes, o clavos síntesis metálica, preferentemente a ofrecen las mismas posibilidades de in- la del hipercrecimiento en longitud del para revisar la piel, cuando se trata de ni- senta la posición media de reposo del
endomedulares colocados previo fresa- compresión. tegración que los autólogos. (Véase el fémur fracturado, que sirve para com- ños de corta edad que lloran persistente- brazo, y que, salvo raras excepciones,
do y suficientemente estables para po- b) Los injertos deben colocarse prefe- apartado injertos.)
injertos. En España, los fun- pensar muchas veces el acortamiento mente al cabo de unos días de haberlo la desviación del extremo superior de la
der permitir la carga axial, al menos rentemente sobre un lecho bien vascu- damentos del método y su empleo, con inicial. En los casos bien reducidos ini- colocado, sin temor a los perjuicios que fractura no es mayor de 45o.
parcial, o bien los sistemas de fijación larizado del huésped, para lo cual el buenos resultados en casos de seudoar- cialmente, o en las fracturas no despla- con ello se pueda causar a la fractura. El férula de abducción de Böhler.
Böhler. Férula
férula 134 135 fijadores

para el tratamiento de las fracturas de la deado encaja en la axila; de la parte in- posterior. Es un tratamiento ambulato- en sus extremos en forma de H. Su apli- miembro y forme estribo en su extremi- con poder extraordinario para curar he-
extremidad superior del húmero. Se ferior del borde anterior parte un listón rio, pues el enfermo comienza la mar- cación incluye los tiempos siguientes: a) dad. Se completa con una venda de tar- ridas y chichones, del cual, según decía
compone de tres listones de madera que para apoyo de la mano. Está provisto de cha entre el segundo y tercer día; debe reducir mediante la extensión, que se latana enyesada, posterior para la pier- Alonso Quijano, bastaba con beber so-
forma un triángulo: uno vertical, que se aros metálicos que lo adaptan al tronco, dejarse de cinco a seis semanas. realiza con una venda cruzada a nivel na y externa para el brazo, sujetándose los dos tragos para quedar más sano
aplica al tórax (al que va sujeto por dos al que se fija por cinturones y tirantes, férula de Delbet, para
para fractur
fracturas
as de fé-
fé- del pliegue del codo y que lleva a cada por medio de vueltas circulares. que una manzana después de haberse
aros metálicos); otro horizontal, que de los cuales el que pasa por el hombro mur.
mur. Se compone de dos piezas sepa- extremo un peso de 2 a 3 kg, mientras el férula de Ollier.
Ollier. Férula enyesada pelvi- partido el cuerpo por medio y juntado
parte del extremo superior del anterior y sano mantiene el aparato y el que pasa radas por tres tallos rígidos con resortes antebrazo se mantiene en flexión de dorsopédica para el tratamiento de frac- bonitamente las dos mitades antes que
sirve de apoyo al brazo, el cual queda por el hombro afectado reduce la des- espirales; la pieza superior es un arco 90o, y de la contraextensión, con una turas de fémur; abarca la pelvis del lado la sangre se yele. Desgraciadamente se
de este modo colocado en abducción viación del fragmento interno. metálico que abraza la raíz del muslo, y venda que pasa por debajo de la axila y sano y continúa por el miembro afecta- desconoce hoy día la fórmula de tan
de 90o; el tercer listón parte del extremo férula de Bond. Férula especial para las toma punto de apoyo por delante en la va a sujetarse en un punto de apoyo su- do hasta la articulación de los dedos del prodigioso remedio.
inferior del listón vertical y termina cer- fracturas del extremo inferior del radio. rama isquiopubiana y por detrás en el perior cualquiera; b) aplicar la férula pie. Se combina con tracción continua fijadores externos en traumatología
traumatología..
ca del extremo libre del listón horizon- férula de Bonnet. Gotiera para la inmo- isquion; la pieza inferior está formada recientemente enyesada, adaptando la desde una tablilla agujereada, que se Sinonimia: osteotaxis, osteosíntesis ex-
tal. Además, el listón horizontal está vilización del fémur en las fracturas del por tres tallos machos que enchufan en parte central a la cara interna del brazo coloca en la planta del pie. trafocal, aparatos de compresión-dis-
provisto de una tablilla que se separa de cuello de buen pronóstico o inopera- los tres tallos hembras superiores y fijos, y cruzando las dos ramas más cortas de férula de Thomas.
Thomas. Férula que constituyó tracción. El empleo de los fijadores ex-
él en ángulo recto y que sirve de apoyo bles por el estado del enfermo. formando cuerpo por medio de peque- la H sobre el hombro y las dos ramas lar- el tipo inicial de los aparatos de exten- ternos en el tratamiento de las fracturas
al antebrazo y mano. férula de Braun.
Braun. Férula metálica para el ñas aletas en un anillo enyesado que se gas inferiores alrededor del antebrazo. sión continua y que se usó mucho du- constituye, junto a los métodos de osteo-
férula de abducción de Pouliquen.
Pouliquen. Se tratamiento de las fracturas del miembro apoya en los cóndilos femorales. Es un férula de Hennequin, para para fractur
fracturas
as rante la guerra de 1914-1918; se com- síntesis interna, el enclavado endome-
compone de tres soportes de madera inferior, que esquemáticamente consta aparato de extensión ambulatoria, pues de Pouteau-Colles.
Pouteau-Colles. Se extiende desde pone de dos tallos laterales de hierro; dular y las endoprótesis articulares, uno
reunidos formando un triángulo: uno in- de dos planos: uno inclinado de atrás permite la marcha ya desde el tercero al el codo a la cabeza de los metacarpia- en su parte superior los reúne un anillo de los métodos más avanzados de la
terno, vertical, aplicado al tórax por in- hacia delante y de abajo hacia arriba, quinto día. nos, contorneando la base del pulgar y en elipse; en su extremidad inferior se traumatología moderna, objeto de cons-
termedio de una gotiera de hojalata; otro para el apoyo del muslo, y otro horizon- férula de Delbet, para
para fractur
fracturas
as de hú-
hú- dejando en amplia libertad los movi- fijan los lazos de tracción en el pie; la tantes innovaciones técnicas y perfec-
externo, oblicuo, que sostiene el brazo; tal hacia delante, que se continúa con el mero. Es un aparato de extensión axil mientos de los dedos, en forma de canal contraextensión está asegurada por el cionamientos que contribuyen a facilitar
el soporte que forma el tercer lado del anterior y que sirve para el apoyo de la con dos puntos de apoyo: uno axilar, que moldea sobre el antebrazo y la apoyo del anillo algodonado sobre el is- su uso, ampliar sus indicaciones y mejo-
triángulo rige la separación del soporte pierna. Lleva adosado un sistema de po- que se adapta a la axila por un arco me- mano, sin cerrar completamente. Se co- quion y la rama isquiopubiana. rar sus resultados. La idea, sin embargo,
braquial. Sobre el externo se desliza, en leas para realizar la tracción continua tálico; otro inferior, que se apoya sobre loca exagerando la flexión de la mano. férula de Tillaux.
Tillaux. Para el tratamiento de no es nueva. Y quienes hoy día recurren
ángulo recto, un larguero que sostiene el esquelética. el antebrazo flexionado por una placa férula de Hodgen.
Hodgen Férula metálica para las fracturas de fémur con extensión a ella como uno de los avances de últi-
antebrazo y lleva en su extremidad infe- férula de Broca. Férula especial para el en forma de medio brazalete; cada pie- el tratamiento de las fracturas del fémur. rectilínea. Se cortan tres tiras de colo- ma hora, tal vez se sorprendan al saber
rior un gancho destinado a la extensión tratamiento de las fracturas supracondí- za lleva a un tallo vertical que se enchu- férula de Lardennois. Para el tratamien- plasto de unos 3 cm de ancho y bastan- que fue aplicada por Malgaigne entre
mediante un tubo de caucho. Sin.: férula leas del húmero en el niño; consta de fa el uno en el otro. La fuerza de exten- to de las fracturas del fémur; se compo- te largas, para ser aplicadas a cada lado 1845 y 1850 para el tratamiento de una
en aeroplano de Pouliquen. un canal enyesado que sigue la cara sión está asegurada por un resorte de ne de dos tallos laterales de hierro; en del miembro hasta el nivel de la fractu- fractura de rótula con una especie de
férula de Böhler,
Böhler, enyeny esada dorsal-
dorsal- posterior del miembro desde el hombro muelle en espiral cuya tensión tiende a su extremidad se fijan los lazos de trac- ra y para formar asa en el pie; se aplican ganchos metálicos, introducidos a través
mente. Férula para el tratamiento de la a la articulación metacarpofalángica, dejar los puntos de apoyo rigiendo la se- ción que toman apoyo en el pie; en su longitudinalmente pegadas a la piel, y de la piel, según consta en su Traité des
fractura de Pouteau-Colles, que se ex- inmovilizando el antebrazo en flexión paración de ambos tallos. parte superior se encuentran reunidos servirán de asas de tracción, se fijan por fractures et luxations (París, 1855). Poco
tiende desde el codo hasta la cabeza de aguda sobre el brazo. Se fija con vendas férula de Esmarc
Esmarch. Férula acoplada cons- por un anillo cortado en dos semicírcu- unas tiras arrolladas circularmente en después (1852), Chasin, también de Pa-
los metacarpianos y que se completa con que unen el brazo al antebrazo. tituida por láminas u hojas de madera los que pueden abrise. forma de brazaletes a nivel de los pun- rís, describía un nouveau procédé para
vendas enyesadas circulares que, al lle- férula de Cramer
Cramer.. Parrilla flexible com- delgada, pegadas con silicato de pota- férula de Le Dentu. Para el tratamiento tos de aplicación de la fuerza extensora el tratamiento de las fracturas de la cla-
gar a la mano, contornean la base del puesta de gruesos alambres paralelos sio y separadas por espacios intercala- de las fracturas de clavícula; se realiza (tobillos, vientre de la pantorrilla, cón- vícula, parecido al de Malgaigne. Años
pulgar, de modo que deja a éste y a todos entre los que se disponen otros alam- res de 5 a 10 mm, dispuestas entre dos con tres vendas de yeso: la primera ro- dilo femoral); la extensión se verifica más tarde, hacia 1870, Bonnet describió
los dedos en completa libertad de ac- bres más delgados a modo de peldaños piezas de lienzo. Antes de colocarse dea el tercio superior del brazo y la es- por medio de una cuerda fija en las asas un método de fijación de las fracturas
ción. El antebrazo se coloca en flexión de de una escalera. Por su gran flexibilidad debe acolcharse el miembro con algo- palda y termina en el surco subpectoral plantares y que se refleja sobre una po- diafisarias mediante tornillos transcutá-
90o y posición intermedia de pronación y puede adoptar diversas formas y combi- dón, lana, crin, o con almohadillas es- del lado sano (rota el brazo hacia fuera lea colocada a los pies de la cama, de la neos introducidos en los fragmentos y fi-
supinación; la mano se coloca en ligera nando varias de ellas se pueden impro- peciales; como lazos de unión se usan y lo lleva hacia atrás); la segunda se ex- cual pende un peso. jados entre sí mediante placas coloca-
flexión e inclinación cubital de 15o. visar diversos aparatos de contención. vendas arrolladas o trozos de venda ata- tiende desde debajo del codo del lado férula de Volkmann.
Volkmann. Gotiera usada para das fuera de la piel. Cabe considerarlo
férula de Böhler,
Böhler, para
para clavícula,
clavícula, mo - férula de Delbet, para para fractur
fracturas
as de dos de trecho en trecho. enfermo al hombro sano, pasando por las fracturas del miembro inferior. como el primer intento de fijación exter-
dificada por Argüelles. La parte des- ambos huesos de la pierna. Se com- Fox. Aparato para mantener la
férula de Fox. delante del tórax (mantiene el hombro férula de Whitman. Gran vendaje enye- na de las fracturas en la forma que ac-
tinada a sustentar el brazo está situada pone de piezas de tarlatana enyesada: reducción en la fractura de clavícula. elevado), y la tercera va desde la muñe- sado que se extiende desde las costillas tualmente es concebida. Estos primeros
en el plano frontal y no en anteposi- de férulas laterales, un collar tibial y un férula de Gordon. Férula lateral para el ca del lado afectado al hombro corres- hasta los dedos del pie, para el trata- escarceos no pasaron de ser, como es fá-
ción, y está unida a la parte adosada al collar maleolar. Se aplican primero las brazo y mano en las fracturas de Pou- pondiente (sostiene la mano y compri- miento ortopédico de las fracturas del cil suponer, tentativas aisladas, hasta fi-
tórax, no en su extremo superior, sino dos férulas laterales, una en el lado in- teau-Colles. me los fragmentos). cuello del fémur. nales del pasado siglo y principios del
unos 6 cm por debajo, dejando un re- terno y otra en el lado externo de la Hacher.. Férula en triángulo for-
férula de Hacher férula de Maisonneuve.
Maisonneuve. Para el trata- férula de Zuppinger.
Zuppinger. Férula palmar elás- presente, en que aparecieron los prime-
borde libre que se almohadilla bien pierna, las que deben descender a cada mando un cuatro invertido, con un trazo miento de fracturas de pierna o brazo, tica para el tratamiento de las fracturas ros trabajos serios sobre el tema, a cargo
para ajustar en la axila. Además, fija el lado hasta 1 cm por encima de la plan- vertical largo que apoya sobre la cara con escaso desplazamiento. Se pliega de metacarpianos y falanges. Se coloca de diversos autores: Parkhill (1898),
aparato sobre un corsé de yeso, previa- ta del pie, con lo que se evitan los mo- externa del tórax y cuyo ángulo superior una pieza de tarlatana en varios doble- con la mano extendida, y después de Lambotte (1907), Ombrédanne (1913),
mente realizado, para darle un punto vimientos de aducción y abducción del calza bien en la axila; un brazo oblicuo ces (de ocho a doce hojas para el miem- ser fijada por una venda, se lleva a la Chalier (1917) y algunos otros. De todos
firme de apoyo. La reducción se man- pie que podrían acarrear desviación de para apoyar el brazo y otro brazo hori- bro superior y de doce a dieciséis para posición de flexión. ellos, el que alcanzó más difusión fue el
tiene con una cincha que, montando los fragmentos. El collar superior se zontal para el antebrazo. Puede impro- el inferior), formando de este modo una férula en aeroplano. Véase férula de que todavía se designa como método de
sobre el hombro, va a abrochar con la aplica a la altura de la corva y el collar visarse con cartón fuerte. Se fija bien al venda cuya anchura corresponda a las abducción. Lambotte (fig. 1). La fijación externa de
presión deseada a una hebilla fija en la inferior se aplica a la altura de los ma- cuerpo con vendas anchas. Se usa para dimensiones de las caras laterales del férula en aeroplano de Pouliquen.
Pouliquen. Véa- las fracturas empezó a tener arraigo a
parte posterior del vendaje. léolos; su borde superior llega a la altu- el tratamiento de fracturas de la diáfisis miembro, y cuya longitud sea doble de se férula de abducción de Pouli Pouli-- partir de los años 30, gracias principal-
para fractur
Böhler, para
férula de Böhler, as de
fracturas ra de la depresión supramaleolar; por humeral sin tendencia a la desviación. la de este miembro. Se impregna de pa- quen. mente a los trabajos de Andersen
clavícula.
clavícula. Se compone de un taco de detrás abraza el talón, y las lengüetas se férula de Hennequin, para para fractur
fracturas
as pilla de yeso, se alisa y se coloca plega- ierabrás, bálsamo de (de Fierabrás, gi-
F ierabrás, (1932), Stader (1937 y 1939), Haynes
madera de 30 cm de alto, 15 de ancho cruzan por delante lo más arriba posi- de húmero. Férula de tarlatana de die- da en dos mitades, de modo que abrace gante que figura en los antiguos libros (1939), y sobre todo por Hoffmann
y 5 de grosor; el borde superior redon- ble para dejar libre el tendón del tibial ciséis vueltas de espesor, que se recorta como una cincha las caras laterales del de caballería).. Famoso medicamento (1938). Es curioso recordar que Stader,
férula 134 135 fijadores

para el tratamiento de las fracturas de la deado encaja en la axila; de la parte in- posterior. Es un tratamiento ambulato- en sus extremos en forma de H. Su apli- miembro y forme estribo en su extremi- con poder extraordinario para curar he-
extremidad superior del húmero. Se ferior del borde anterior parte un listón rio, pues el enfermo comienza la mar- cación incluye los tiempos siguientes: a) dad. Se completa con una venda de tar- ridas y chichones, del cual, según decía
compone de tres listones de madera que para apoyo de la mano. Está provisto de cha entre el segundo y tercer día; debe reducir mediante la extensión, que se latana enyesada, posterior para la pier- Alonso Quijano, bastaba con beber so-
forma un triángulo: uno vertical, que se aros metálicos que lo adaptan al tronco, dejarse de cinco a seis semanas. realiza con una venda cruzada a nivel na y externa para el brazo, sujetándose los dos tragos para quedar más sano
aplica al tórax (al que va sujeto por dos al que se fija por cinturones y tirantes, férula de Delbet, para
para fractur
fracturas
as de fé-
fé- del pliegue del codo y que lleva a cada por medio de vueltas circulares. que una manzana después de haberse
aros metálicos); otro horizontal, que de los cuales el que pasa por el hombro mur.
mur. Se compone de dos piezas sepa- extremo un peso de 2 a 3 kg, mientras el férula de Ollier.
Ollier. Férula enyesada pelvi- partido el cuerpo por medio y juntado
parte del extremo superior del anterior y sano mantiene el aparato y el que pasa radas por tres tallos rígidos con resortes antebrazo se mantiene en flexión de dorsopédica para el tratamiento de frac- bonitamente las dos mitades antes que
sirve de apoyo al brazo, el cual queda por el hombro afectado reduce la des- espirales; la pieza superior es un arco 90o, y de la contraextensión, con una turas de fémur; abarca la pelvis del lado la sangre se yele. Desgraciadamente se
de este modo colocado en abducción viación del fragmento interno. metálico que abraza la raíz del muslo, y venda que pasa por debajo de la axila y sano y continúa por el miembro afecta- desconoce hoy día la fórmula de tan
de 90o; el tercer listón parte del extremo férula de Bond. Férula especial para las toma punto de apoyo por delante en la va a sujetarse en un punto de apoyo su- do hasta la articulación de los dedos del prodigioso remedio.
inferior del listón vertical y termina cer- fracturas del extremo inferior del radio. rama isquiopubiana y por detrás en el perior cualquiera; b) aplicar la férula pie. Se combina con tracción continua fijadores externos en traumatología
traumatología..
ca del extremo libre del listón horizon- férula de Bonnet. Gotiera para la inmo- isquion; la pieza inferior está formada recientemente enyesada, adaptando la desde una tablilla agujereada, que se Sinonimia: osteotaxis, osteosíntesis ex-
tal. Además, el listón horizontal está vilización del fémur en las fracturas del por tres tallos machos que enchufan en parte central a la cara interna del brazo coloca en la planta del pie. trafocal, aparatos de compresión-dis-
provisto de una tablilla que se separa de cuello de buen pronóstico o inopera- los tres tallos hembras superiores y fijos, y cruzando las dos ramas más cortas de férula de Thomas.
Thomas. Férula que constituyó tracción. El empleo de los fijadores ex-
él en ángulo recto y que sirve de apoyo bles por el estado del enfermo. formando cuerpo por medio de peque- la H sobre el hombro y las dos ramas lar- el tipo inicial de los aparatos de exten- ternos en el tratamiento de las fracturas
al antebrazo y mano. férula de Braun.
Braun. Férula metálica para el ñas aletas en un anillo enyesado que se gas inferiores alrededor del antebrazo. sión continua y que se usó mucho du- constituye, junto a los métodos de osteo-
férula de abducción de Pouliquen.
Pouliquen. Se tratamiento de las fracturas del miembro apoya en los cóndilos femorales. Es un férula de Hennequin, para para fractur
fracturas
as rante la guerra de 1914-1918; se com- síntesis interna, el enclavado endome-
compone de tres soportes de madera inferior, que esquemáticamente consta aparato de extensión ambulatoria, pues de Pouteau-Colles.
Pouteau-Colles. Se extiende desde pone de dos tallos laterales de hierro; dular y las endoprótesis articulares, uno
reunidos formando un triángulo: uno in- de dos planos: uno inclinado de atrás permite la marcha ya desde el tercero al el codo a la cabeza de los metacarpia- en su parte superior los reúne un anillo de los métodos más avanzados de la
terno, vertical, aplicado al tórax por in- hacia delante y de abajo hacia arriba, quinto día. nos, contorneando la base del pulgar y en elipse; en su extremidad inferior se traumatología moderna, objeto de cons-
termedio de una gotiera de hojalata; otro para el apoyo del muslo, y otro horizon- férula de Delbet, para
para fractur
fracturas
as de hú-
hú- dejando en amplia libertad los movi- fijan los lazos de tracción en el pie; la tantes innovaciones técnicas y perfec-
externo, oblicuo, que sostiene el brazo; tal hacia delante, que se continúa con el mero. Es un aparato de extensión axil mientos de los dedos, en forma de canal contraextensión está asegurada por el cionamientos que contribuyen a facilitar
el soporte que forma el tercer lado del anterior y que sirve para el apoyo de la con dos puntos de apoyo: uno axilar, que moldea sobre el antebrazo y la apoyo del anillo algodonado sobre el is- su uso, ampliar sus indicaciones y mejo-
triángulo rige la separación del soporte pierna. Lleva adosado un sistema de po- que se adapta a la axila por un arco me- mano, sin cerrar completamente. Se co- quion y la rama isquiopubiana. rar sus resultados. La idea, sin embargo,
braquial. Sobre el externo se desliza, en leas para realizar la tracción continua tálico; otro inferior, que se apoya sobre loca exagerando la flexión de la mano. férula de Tillaux.
Tillaux. Para el tratamiento de no es nueva. Y quienes hoy día recurren
ángulo recto, un larguero que sostiene el esquelética. el antebrazo flexionado por una placa férula de Hodgen.
Hodgen Férula metálica para las fracturas de fémur con extensión a ella como uno de los avances de últi-
antebrazo y lleva en su extremidad infe- férula de Broca. Férula especial para el en forma de medio brazalete; cada pie- el tratamiento de las fracturas del fémur. rectilínea. Se cortan tres tiras de colo- ma hora, tal vez se sorprendan al saber
rior un gancho destinado a la extensión tratamiento de las fracturas supracondí- za lleva a un tallo vertical que se enchu- férula de Lardennois. Para el tratamien- plasto de unos 3 cm de ancho y bastan- que fue aplicada por Malgaigne entre
mediante un tubo de caucho. Sin.: férula leas del húmero en el niño; consta de fa el uno en el otro. La fuerza de exten- to de las fracturas del fémur; se compo- te largas, para ser aplicadas a cada lado 1845 y 1850 para el tratamiento de una
en aeroplano de Pouliquen. un canal enyesado que sigue la cara sión está asegurada por un resorte de ne de dos tallos laterales de hierro; en del miembro hasta el nivel de la fractu- fractura de rótula con una especie de
férula de Böhler,
Böhler, enyeny esada dorsal-
dorsal- posterior del miembro desde el hombro muelle en espiral cuya tensión tiende a su extremidad se fijan los lazos de trac- ra y para formar asa en el pie; se aplican ganchos metálicos, introducidos a través
mente. Férula para el tratamiento de la a la articulación metacarpofalángica, dejar los puntos de apoyo rigiendo la se- ción que toman apoyo en el pie; en su longitudinalmente pegadas a la piel, y de la piel, según consta en su Traité des
fractura de Pouteau-Colles, que se ex- inmovilizando el antebrazo en flexión paración de ambos tallos. parte superior se encuentran reunidos servirán de asas de tracción, se fijan por fractures et luxations (París, 1855). Poco
tiende desde el codo hasta la cabeza de aguda sobre el brazo. Se fija con vendas férula de Esmarc
Esmarch. Férula acoplada cons- por un anillo cortado en dos semicírcu- unas tiras arrolladas circularmente en después (1852), Chasin, también de Pa-
los metacarpianos y que se completa con que unen el brazo al antebrazo. tituida por láminas u hojas de madera los que pueden abrise. forma de brazaletes a nivel de los pun- rís, describía un nouveau procédé para
vendas enyesadas circulares que, al lle- férula de Cramer
Cramer.. Parrilla flexible com- delgada, pegadas con silicato de pota- férula de Le Dentu. Para el tratamiento tos de aplicación de la fuerza extensora el tratamiento de las fracturas de la cla-
gar a la mano, contornean la base del puesta de gruesos alambres paralelos sio y separadas por espacios intercala- de las fracturas de clavícula; se realiza (tobillos, vientre de la pantorrilla, cón- vícula, parecido al de Malgaigne. Años
pulgar, de modo que deja a éste y a todos entre los que se disponen otros alam- res de 5 a 10 mm, dispuestas entre dos con tres vendas de yeso: la primera ro- dilo femoral); la extensión se verifica más tarde, hacia 1870, Bonnet describió
los dedos en completa libertad de ac- bres más delgados a modo de peldaños piezas de lienzo. Antes de colocarse dea el tercio superior del brazo y la es- por medio de una cuerda fija en las asas un método de fijación de las fracturas
ción. El antebrazo se coloca en flexión de de una escalera. Por su gran flexibilidad debe acolcharse el miembro con algo- palda y termina en el surco subpectoral plantares y que se refleja sobre una po- diafisarias mediante tornillos transcutá-
90o y posición intermedia de pronación y puede adoptar diversas formas y combi- dón, lana, crin, o con almohadillas es- del lado sano (rota el brazo hacia fuera lea colocada a los pies de la cama, de la neos introducidos en los fragmentos y fi-
supinación; la mano se coloca en ligera nando varias de ellas se pueden impro- peciales; como lazos de unión se usan y lo lleva hacia atrás); la segunda se ex- cual pende un peso. jados entre sí mediante placas coloca-
flexión e inclinación cubital de 15o. visar diversos aparatos de contención. vendas arrolladas o trozos de venda ata- tiende desde debajo del codo del lado férula de Volkmann.
Volkmann. Gotiera usada para das fuera de la piel. Cabe considerarlo
férula de Böhler,
Böhler, para
para clavícula,
clavícula, mo - férula de Delbet, para para fractur
fracturas
as de dos de trecho en trecho. enfermo al hombro sano, pasando por las fracturas del miembro inferior. como el primer intento de fijación exter-
dificada por Argüelles. La parte des- ambos huesos de la pierna. Se com- Fox. Aparato para mantener la
férula de Fox. delante del tórax (mantiene el hombro férula de Whitman. Gran vendaje enye- na de las fracturas en la forma que ac-
tinada a sustentar el brazo está situada pone de piezas de tarlatana enyesada: reducción en la fractura de clavícula. elevado), y la tercera va desde la muñe- sado que se extiende desde las costillas tualmente es concebida. Estos primeros
en el plano frontal y no en anteposi- de férulas laterales, un collar tibial y un férula de Gordon. Férula lateral para el ca del lado afectado al hombro corres- hasta los dedos del pie, para el trata- escarceos no pasaron de ser, como es fá-
ción, y está unida a la parte adosada al collar maleolar. Se aplican primero las brazo y mano en las fracturas de Pou- pondiente (sostiene la mano y compri- miento ortopédico de las fracturas del cil suponer, tentativas aisladas, hasta fi-
tórax, no en su extremo superior, sino dos férulas laterales, una en el lado in- teau-Colles. me los fragmentos). cuello del fémur. nales del pasado siglo y principios del
unos 6 cm por debajo, dejando un re- terno y otra en el lado externo de la Hacher.. Férula en triángulo for-
férula de Hacher férula de Maisonneuve.
Maisonneuve. Para el trata- férula de Zuppinger.
Zuppinger. Férula palmar elás- presente, en que aparecieron los prime-
borde libre que se almohadilla bien pierna, las que deben descender a cada mando un cuatro invertido, con un trazo miento de fracturas de pierna o brazo, tica para el tratamiento de las fracturas ros trabajos serios sobre el tema, a cargo
para ajustar en la axila. Además, fija el lado hasta 1 cm por encima de la plan- vertical largo que apoya sobre la cara con escaso desplazamiento. Se pliega de metacarpianos y falanges. Se coloca de diversos autores: Parkhill (1898),
aparato sobre un corsé de yeso, previa- ta del pie, con lo que se evitan los mo- externa del tórax y cuyo ángulo superior una pieza de tarlatana en varios doble- con la mano extendida, y después de Lambotte (1907), Ombrédanne (1913),
mente realizado, para darle un punto vimientos de aducción y abducción del calza bien en la axila; un brazo oblicuo ces (de ocho a doce hojas para el miem- ser fijada por una venda, se lleva a la Chalier (1917) y algunos otros. De todos
firme de apoyo. La reducción se man- pie que podrían acarrear desviación de para apoyar el brazo y otro brazo hori- bro superior y de doce a dieciséis para posición de flexión. ellos, el que alcanzó más difusión fue el
tiene con una cincha que, montando los fragmentos. El collar superior se zontal para el antebrazo. Puede impro- el inferior), formando de este modo una férula en aeroplano. Véase férula de que todavía se designa como método de
sobre el hombro, va a abrochar con la aplica a la altura de la corva y el collar visarse con cartón fuerte. Se fija bien al venda cuya anchura corresponda a las abducción. Lambotte (fig. 1). La fijación externa de
presión deseada a una hebilla fija en la inferior se aplica a la altura de los ma- cuerpo con vendas anchas. Se usa para dimensiones de las caras laterales del férula en aeroplano de Pouliquen.
Pouliquen. Véa- las fracturas empezó a tener arraigo a
parte posterior del vendaje. léolos; su borde superior llega a la altu- el tratamiento de fracturas de la diáfisis miembro, y cuya longitud sea doble de se férula de abducción de Pouli Pouli-- partir de los años 30, gracias principal-
para fractur
Böhler, para
férula de Böhler, as de
fracturas ra de la depresión supramaleolar; por humeral sin tendencia a la desviación. la de este miembro. Se impregna de pa- quen. mente a los trabajos de Andersen
clavícula.
clavícula. Se compone de un taco de detrás abraza el talón, y las lengüetas se férula de Hennequin, para para fractur
fracturas
as pilla de yeso, se alisa y se coloca plega- ierabrás, bálsamo de (de Fierabrás, gi-
F ierabrás, (1932), Stader (1937 y 1939), Haynes
madera de 30 cm de alto, 15 de ancho cruzan por delante lo más arriba posi- de húmero. Férula de tarlatana de die- da en dos mitades, de modo que abrace gante que figura en los antiguos libros (1939), y sobre todo por Hoffmann
y 5 de grosor; el borde superior redon- ble para dejar libre el tendón del tibial ciséis vueltas de espesor, que se recorta como una cincha las caras laterales del de caballería).. Famoso medicamento (1938). Es curioso recordar que Stader,
fijadores 136 137 fijadores

FIG. 5. Aparato de fijación-compresión en


cuadro, de Charnley.
FIG. 2. Monotubo LC. Modelo de fijador externo de Lazo Zbiwoski y colaboradores, que permi-
te la neutralización, distracción, compresión y biocompresión regulable a voluntad entre los frag-
FIG. 1. Aparato de Lambotte. mentos.

uno de los principales impulsores del res obtenidos con el aparato de Ander- siguientes variedades:
método, era veterinario y concibió su son, los americanos, que lo adoptaron 1) Fijadores lineales monolaterales.
B
conocido aparato para el tratamiento inicialmente en la campaña del norte de Los tornillos —no transfixiantes— son
de las fracturas en los perros. Poco más África y en la de Italia, daban pronto a co- insertados en línea recta sobre el hueso
tarde (1944), el mismo aparato fue in- nocer unas conclusiones opuestas, y diafisario y fijados externamente entre
troducido en clínica humana por Shaar cuando su ejército entró en Francia, el sí por medio de una pieza igualmente FIG. 4. Fijador lineal doble, con clavos atornillados situados en dos planos convergentes, modelo
y sus colaboradores del Hospital Naval uso de los fijadores externos estaba prohi- lineal y rígida. Es el sistema más senci- Shaar, de Thackray (cortesía de Orto-Implant). A) Esquema del aparato montado. B) Ángulo de con-
de Filadelfia. bido en los hospitales militares. Estos re- llo y también el más antiguo (como el vergencia de los clavos.
La Segunda Guerra Mundial ofreció am- sultados negativos fueron confirmados de Lambotte) pero no caducado. Algu-
plias oportunidades para ensayar el mé- por los propios americanos en la práctica nos sistemas modernos, como el fijador
todo a gran escala, pero con resultados civil, y el procedimiento obtuvo muy de Wagner, el Monotubo LC de How- externo de múltiples planos de Álvarez dad afecta. Y unión entre los aros me-
contradictorios. Mientras los cirujanos in- poco impulso —si es que tuvo alguno— medica o el aparato de Lazo-Cañadell, Cambras (fig. 7). diante barras paralelas al eje del miem-
gleses comunicaban resultados alentado- con ocasión de tan larga y dilatada expe- están basados en el mismo principio, 5) Fijadores de geometría variable. bro (fig. 8).
riencia. El auge del método se inició más con la única diferencia importante de Su principal característica consiste en la Funciones más importantes de los fi-
tarde, a mediados de los años 70, al di- poder variar a conveniencia la longitud posibilidad de modificar los planos de jadores externos
vulgarse en Occidente las posibilidades de la barra externa o tubo, en los ejem- inserción de los clavos o tornillos, así 1) Inmovilización de los fragmentos.
del mismo a través de los trabajos de los plos citados (fig. 3). como la alineación de los soportes exter- 2) Alineación de los mismos, con FIG. 6. Aparato de fijación externa de AO, em-
cirujanos soviéticos (Ilizarov, Sivash, Vol- 2) Fijadores lineales en dos planos nos, adaptándolos a las características posibilidad de modificación o correc- pleado, en el caso de la figura, para el trata-
miento de una seudoartrosis infectada de tibia
kov y Oganesian, etc.), y a beneficio de los convergentes. Los tornillos se insertan anatómicas de cada caso. La mayoría de ción.
con aplicación de injertos en el foco. (Según
perfeccionamientos técnicos introduci- en el hueso en dos planos, que forman los modelos actuales responden a esta 3) Compresión interfragmentaria. Müller y cols.)
dos en la confección de los nuevos apa- entre sí un ángulo de 60 grados (con al- característica. Los ejemplos que ofrece el 4) En caso necesario, distracción,
ratos, y su versatilidad para ser aplicados gunas variaciones). Como ejemplo, el mercado son casi innumerables. compresión-distracción o transporte de
en diferentes tipos de fracturas (fig. 2). sistema Shaar (fig. 4). 6) Sistema de Ilizarov de fijación ex- un fragmento.
Principales sistemas generales de fi- 3) Fijadores en cuadro. Los clavos o terna. Las principales características del 5) Posibilidad de aplicar los siste-
jación externa. Todos los procedimien- tornillos son transfixiantes, y se fijan a la método son las siguientes: a) Utiliza- mas de biocompresión (véase), adap-
tos de fijación externa se basan, en lí- estructura externa en cada uno de sus ción de alambres finos (2 mm de sec- tando a ello los sistemas de unión entre
neas generales, en el mismo principio. extremos, a un lado y a otro del hueso ción), flexibles, en lugar de los clavos los clavos o tornillos.
Clavos, tornillos o alambres incorpora- fracturado, pero siempre en el mismo de Steinmann o barras atornilladas rígi- Principales indicaciones de los fija-
dos a los fragmentos óseos a través de la plano. Los primitivos sistemas de com- das. b) Colocación de dichos alambres dores externos en traumatología
piel y unidos entre sí por medio de un presión de Charnley (fig. 5), o algunos a fuerte tensión entre sus extremos, para a) Fracturas abiertas de grado II y III
andamiaje externo. Las diferencias en- más modernos de la AO (fig. 6), respon- proporcionarles la necesaria rigidez. c) o infectadas.
tre unos y otros residen en la forma de den a este principio. Transfixión del hueso en dos planos per- b) Fracturas con lesiones de partes
aplicar este principio, lo cual ha dado 4) Fijadores en cuadro en planos pendiculares entre sí. Es decir, con los blandas (quemaduras, etc.) que consti-
lugar a distintas variantes y modelos, en distintos. Lo mismo que los anteriores, alambres colocados en cruz, o en ángu- tuyen un obstáculo para la aplicación FIG. 7. Aparato de Álvarez Cambras. Fijación
un número difícil de abarcar en su tota- pero con la posibilidad de modificar el lo muy abierto. d) Unión entre los ex- de yesos o que cierran el paso a una in- en cuadro con clavos múltiples en cada frag-
FIG. 3. Aparato de Lazo-Cañadell. (Según lidad e incluso de catalogar. De una plano de inserción de los clavos o torni- tremos libres de los alambres mediante tervención para osteosíntesis interna. mento, en planos orientados entre sí en ángulo
manera general, pueden distinguirse las llos. Tenemos como ejemplo el fijador aros o semiaros en torno a la extremi- c) Fracturas en las que es necesario
fijadores 136 137 fijadores

FIG. 5. Aparato de fijación-compresión en


cuadro, de Charnley.
FIG. 2. Monotubo LC. Modelo de fijador externo de Lazo Zbiwoski y colaboradores, que permi-
te la neutralización, distracción, compresión y biocompresión regulable a voluntad entre los frag-
FIG. 1. Aparato de Lambotte. mentos.

uno de los principales impulsores del res obtenidos con el aparato de Ander- siguientes variedades:
método, era veterinario y concibió su son, los americanos, que lo adoptaron 1) Fijadores lineales monolaterales.
B
conocido aparato para el tratamiento inicialmente en la campaña del norte de Los tornillos —no transfixiantes— son
de las fracturas en los perros. Poco más África y en la de Italia, daban pronto a co- insertados en línea recta sobre el hueso
tarde (1944), el mismo aparato fue in- nocer unas conclusiones opuestas, y diafisario y fijados externamente entre
troducido en clínica humana por Shaar cuando su ejército entró en Francia, el sí por medio de una pieza igualmente FIG. 4. Fijador lineal doble, con clavos atornillados situados en dos planos convergentes, modelo
y sus colaboradores del Hospital Naval uso de los fijadores externos estaba prohi- lineal y rígida. Es el sistema más senci- Shaar, de Thackray (cortesía de Orto-Implant). A) Esquema del aparato montado. B) Ángulo de con-
de Filadelfia. bido en los hospitales militares. Estos re- llo y también el más antiguo (como el vergencia de los clavos.
La Segunda Guerra Mundial ofreció am- sultados negativos fueron confirmados de Lambotte) pero no caducado. Algu-
plias oportunidades para ensayar el mé- por los propios americanos en la práctica nos sistemas modernos, como el fijador
todo a gran escala, pero con resultados civil, y el procedimiento obtuvo muy de Wagner, el Monotubo LC de How- externo de múltiples planos de Álvarez dad afecta. Y unión entre los aros me-
contradictorios. Mientras los cirujanos in- poco impulso —si es que tuvo alguno— medica o el aparato de Lazo-Cañadell, Cambras (fig. 7). diante barras paralelas al eje del miem-
gleses comunicaban resultados alentado- con ocasión de tan larga y dilatada expe- están basados en el mismo principio, 5) Fijadores de geometría variable. bro (fig. 8).
riencia. El auge del método se inició más con la única diferencia importante de Su principal característica consiste en la Funciones más importantes de los fi-
tarde, a mediados de los años 70, al di- poder variar a conveniencia la longitud posibilidad de modificar los planos de jadores externos
vulgarse en Occidente las posibilidades de la barra externa o tubo, en los ejem- inserción de los clavos o tornillos, así 1) Inmovilización de los fragmentos.
del mismo a través de los trabajos de los plos citados (fig. 3). como la alineación de los soportes exter- 2) Alineación de los mismos, con FIG. 6. Aparato de fijación externa de AO, em-
cirujanos soviéticos (Ilizarov, Sivash, Vol- 2) Fijadores lineales en dos planos nos, adaptándolos a las características posibilidad de modificación o correc- pleado, en el caso de la figura, para el trata-
miento de una seudoartrosis infectada de tibia
kov y Oganesian, etc.), y a beneficio de los convergentes. Los tornillos se insertan anatómicas de cada caso. La mayoría de ción.
con aplicación de injertos en el foco. (Según
perfeccionamientos técnicos introduci- en el hueso en dos planos, que forman los modelos actuales responden a esta 3) Compresión interfragmentaria. Müller y cols.)
dos en la confección de los nuevos apa- entre sí un ángulo de 60 grados (con al- característica. Los ejemplos que ofrece el 4) En caso necesario, distracción,
ratos, y su versatilidad para ser aplicados gunas variaciones). Como ejemplo, el mercado son casi innumerables. compresión-distracción o transporte de
en diferentes tipos de fracturas (fig. 2). sistema Shaar (fig. 4). 6) Sistema de Ilizarov de fijación ex- un fragmento.
Principales sistemas generales de fi- 3) Fijadores en cuadro. Los clavos o terna. Las principales características del 5) Posibilidad de aplicar los siste-
jación externa. Todos los procedimien- tornillos son transfixiantes, y se fijan a la método son las siguientes: a) Utiliza- mas de biocompresión (véase), adap-
tos de fijación externa se basan, en lí- estructura externa en cada uno de sus ción de alambres finos (2 mm de sec- tando a ello los sistemas de unión entre
neas generales, en el mismo principio. extremos, a un lado y a otro del hueso ción), flexibles, en lugar de los clavos los clavos o tornillos.
Clavos, tornillos o alambres incorpora- fracturado, pero siempre en el mismo de Steinmann o barras atornilladas rígi- Principales indicaciones de los fija-
dos a los fragmentos óseos a través de la plano. Los primitivos sistemas de com- das. b) Colocación de dichos alambres dores externos en traumatología
piel y unidos entre sí por medio de un presión de Charnley (fig. 5), o algunos a fuerte tensión entre sus extremos, para a) Fracturas abiertas de grado II y III
andamiaje externo. Las diferencias en- más modernos de la AO (fig. 6), respon- proporcionarles la necesaria rigidez. c) o infectadas.
tre unos y otros residen en la forma de den a este principio. Transfixión del hueso en dos planos per- b) Fracturas con lesiones de partes
aplicar este principio, lo cual ha dado 4) Fijadores en cuadro en planos pendiculares entre sí. Es decir, con los blandas (quemaduras, etc.) que consti-
lugar a distintas variantes y modelos, en distintos. Lo mismo que los anteriores, alambres colocados en cruz, o en ángu- tuyen un obstáculo para la aplicación FIG. 7. Aparato de Álvarez Cambras. Fijación
un número difícil de abarcar en su tota- pero con la posibilidad de modificar el lo muy abierto. d) Unión entre los ex- de yesos o que cierran el paso a una in- en cuadro con clavos múltiples en cada frag-
FIG. 3. Aparato de Lazo-Cañadell. (Según lidad e incluso de catalogar. De una plano de inserción de los clavos o torni- tremos libres de los alambres mediante tervención para osteosíntesis interna. mento, en planos orientados entre sí en ángulo
manera general, pueden distinguirse las llos. Tenemos como ejemplo el fijador aros o semiaros en torno a la extremi- c) Fracturas en las que es necesario
Finocchieto 138 139 fractura

no y uno de los grandes precursores de por el seno longitudinal superior y las reproduce muy lentamente (signo de llaux. que algunas veces se conoce la fractura
la cirugía ortopédica y de la traumatolo- últimas por la hoz del cerebelo. Laugier). Si no hay penetración, impo- fractur
fracturaa de Baraldi.
Baraldi. Fractura de la extre- de Colles. La fractura suele estar ubica-
gía en su país (1881-1946). Durante la fosa olecraneana.
olecraneana. Depresión supraarti- tencia funcional absoluta, rotación ex- midad superior del húmero, entre la in- da a unos 15 mm por encima de la arti-
primera Guerra Mundial prestó sus ser- cular en la porción inferior de la cara terna fácilmente corregible y reproduci- serción del pectoral mayor y la V deltoi- culación. El cuadro clínico de esta
vicios como traumatólogo en el Hospi- posterior del húmero, por encima de la ble, acortamiento pequeño al principio dea, común en niños y adolescentes. El fractura comprende: a) tumefacción;
tal Argentino de París, adquiriendo me- tróclea, que aloja el extremo libre del que aumenta los días siguientes. El sig- fragmento superior se coloca en abduc- b) dolor localizado; c) signo de Lau-
recida fama, entre otras cosas, por su olécranon del cúbito. no de Laugier desaparece al corregir la ción de 30o a 45o, anteposición y rota- gier; d) limitación de los movimientos
destreza quirúrgica y su depurada técni- fosa palatina. Porción superior de la rotación externa. En ambos casos, as- ción interna por acción de los músculos de pronación y supinación; e) signo de
ca operatoria, que transmitió a sus ayu- boca o bóveda del paladar, que tiene censo del trocánter mayor (signo de del hombro; el inferior es atraído por el la cuerda de los radiales o signo de Vel-
dantes y discípulos, entre ellos Leoncio forma de herradura. fémur, fracturas de la ex-
Allis). (Véase fémur, deltoides que lo coloca en abducción. peau. Este autor francés fue quien hizo
Fernández. fosa supraespinosa.
supraespinosa. Porción superior de tremidad proximal.) La sintomatología y tratamiento son si- la primera descripción de la deformidad
flexión (del lat. flexio, acción de doblar). la cara posterior del omoplato por enci- fractur
fractura a completa. Aquella en que la lí- milares a los del cuello quirúrgico del característica «en forma de tenedor». La
Movimiento por el cual una parte de un ma de la espina de este hueso, ocupada nea de fractura interesa la totalidad del húmero. Sin.: fractura interdeltopectoral fractura de Colles afecta al 5 % de las
miembro se dobla sobre otra situada por por el músculo supraespinoso. hueso. o del segundo espacio libre. mujeres mayores de 60 años y al 15 %
encima de ella; opuesto a extensión. fosa trocantérea. Cavidad digital en la fractur
fractura a complicada. Fractura con lesio- fractur
fracturaa de Barton. Fractura marginal de las mujeres octogenarias. Se ha se-
fosa. Excavación ancha y más o menos parte posterior de la cara interna del tro- nes de partes blandas, vasos o nervios o posterior de la extremidad inferior del ñalado su relación etiopatogénica con
profunda; cavidad, hueco, depresión. cánter mayor del fémur, en la que se in- con infección sobreagregada. radio. El fragmento del reborde poste- la osteoporosis, afección predominante
fosa coronoidea. Fosita supraarticular de sertan los dos músculos obturadores y fractur
fractura a con «décalage». Fractura con rior se desplaza cubriendo con un pe- en mujeres después de transcurrida la
la extremidad inferior del húmero que los dos músculos géminos. disarmonía en el grado de rotación de queño alero la redondez del carpo. Sín- menopausia. Sin.: fractura de Pouteau-
recibe la apófisis coronoides del cúbito. fractur
fractura.a. Rotura de un hueso por un trau- los fragmentos; por ejemplo, fragmento tomas: tumefacción, hemartrosis, dolor Colles, fractura en bayoneta, fractura en
fosa craneal
craneal.. Cada una de las excavacio- matismo, contracción muscular brusca superior en supinación e inferior en pro- en el reborde marginal; si hay luxación, dorso de tenedor.
nes en el suelo del cráneo donde se alo- o distensión ligamentosa. Sin.: osteo- nación. Si la fractura consolida en esta que es lo más frecuente, gran deformi- fractur
fractura a de Cooper.
Cooper. Fractura marginal
jan los lóbulos del cerebro y cerebelo, rrexis. posición, resulta fatal para la movilidad dad en dorso de tenedor. El fragmento anteroexterna del reborde del maléolo
que se distinguen en anteriores, medias fractur
fractura a abierta. El foco de fractura co- del segmento. levanta a veces los tendones extensores. tibial. Se desprende un fragmento en
y posteriores. munica con el exterior por lesión de las fractur
fractura a con depresión. Fractura del La línea biestiloidea no se modifica. cuña que se desvía hacia delante, arriba
fosa esfenotemporal.
esfenotemporal. Cada una de las partes blandas que lo recubren. Des- cráneo en la cual los fragmentos han fractur
fracturaa de Bennett. Fractura con luxa- y afuera. Como fractura aislada es rara;
dos excavaciones profundas que se en- pués de un lapso de seis horas son con- sido desplazados hacia la profundidad, ción de la base del primer metacarpia- generalmente se asocia a la fractura de
cuentran a los lados en la fosa media sideradas y tratadas como infectadas. quedando limitado el hundimiento por no, producida por caída sobre el pulgar Dupuytren.
craneal y que alojan el polo anterior del Pueden ser primitivas y secundarias. Las un reborde óseo, que permite diferen- en abducción. Se produce un fragmen- fractur
fractura a de Cotton. Véase fractur
fracturaa tri -
lóbulo temporal del cerebro. primeras se producen concomitante- ciarla del hematoma. Puede ser central to anterointerno que no se desplaza, maleolar del tobillo.
FIG. 8. Aparato de Ilizarov. fosa etmoidal. Canal en la lámina cribo- mente con la fractura y las segundas son o periférica. mientras que el metacarpiano se desvía fractur
fractura a de Cuneo-Picot. Fractura del
sa del etmoides que aloja el bulbo olfa- posteriores al trauma. Sin.: fractura ex- fractur
fractura a con desviación. Existe despla- hacia atrás y afuera, subluxándose. Tra- maléolo interno, del margen posterior de
torio y por cuyos orificios pasan los file- puesta. zamiento de los fragmentos, por la ac- tamiento: reducción por extensión y la tibia y del borde externo de la misma,
una compresión variable o en las que tes nerviosos. fractur
fractura a apofisaria. Fractura de las apó- ción directa del trauma o bien por la contraextensión del pulgar. La conten- a nivel de la articulación tibioperonea
es previsible una rectificación de la ali- fosa ilíaca externa. Ancha depresión en fisis óseas producida por mecanismo de contracción de las masas musculares y, ción es difícil: vendaje de yeso durante anterior, llamada también fractura en se-
neación. la cara externa del hueso ilíaco, por en- arrancamiento a nivel de una inserción a veces, por la oblicuidad del trazo que un mes. mianillo. (Véase tobillo, fracturas.)
d) Fracturas plurifragmentarias o cima de la cavidad cotiloidea, dividida muscular o tendinosa. permite que se deslicen. La desviación fractur
fracturaa de BoswBosw orth. Fractura-luxa- fractur
fractura a de Destot. Fracturas marginales
conminutas en las que es imposible o en tres zonas para la inserción de los fractur
fractura a articular.
articular. Fractura en la cual el puede ser transversal, angular, por rota- ción posterior del tobillo en la que el posteriores o del reborde posterior del
muy difícil la reconstrucción del hueso músculos glúteos. trazo afecta la cavidad articular. ción o por acabalgamiento. fragmento distal del peroné se sitúa de- maléolo tibial. Síntomas: no hay despla-
fracturado mediante síntesis interna. fosa ilíaca interna. Ancha depresión en fractur
fractura a bimaleolar.
bimaleolar. Fractura de ambos fractur
fractura a condílea. Fractura de los cóndi- trás de la tibia, merced a una desviación zamiento; por contracción del tríceps
e) Fracturas que por sus caracterís- la porción superior de la cara interna maléolos. Primero se fractura uno, los interno o externo de la extremidad del pie en rotación externa muy pro- sural el pie se coloca en equinismo; in-
ticas anatómicas resultan muy difíciles del hueso ilíaco, por encima de la línea pero al seguir actuando el trauma, lo inferior de húmero y fémur. (Véase fé - nunciada. (Véase tobillo, fracturas.) tenso dolor en el canal retromaleolar in-
o imposibles de inmovilizar suficiente- innominada, ocupada por el músculo hace el otro por estallido. Producida mur, fracturas de la extermidad distal.)
mur, fractur
fracturaa de Busch.
Busch. Fractura por arranca- terno.
mente por otros medios. Por ejemplo, ilíaco. por movimientos de aducción o abduc- fractur
fractura a condílea en T. T. Fractura en tres miento de la inserción del tendón ex- fractur
fractura a de Deutschländer
Deutschländer.. También
las fracturas de la pelvis. fosa iliopectínea. Depresión entre los ción forzados. En el primer caso tienen fragmentos de la cabeza de la primera tensor en la tercera falange de los dedos conocida como fractura de los reclutas,
Principales ventajas de la fijación ex- músculos psoas y pectíneo, en el centro buen pronóstico; en el segundo, con- falange de los dedos de la mano. (Véa- de la mano. (Véase fracturas y luxacio- de marcha o de fatiga. Fractura de uno
terna del triángulo de Scarpa que aloja los va- solidan mal, con trastornos funcionales se fracturas y luxaciones de los dedos, nes de los dedos, en el apartado mano.)
mano. o más metatarsianos, producida en au-
a) Permite ejercer una compresión sos femorales. y desviaciones del pie, sobre todo en en el apartado mano.)
mano. fractur
fracturaa de Chance. Fractura propia del sencia de todo traumatismo. Casi siem-
graduada y modificable entre los frag- fosa infracla
infraclavicular
vicular.. Depresión triangu- valgo. fractur
fractura a con empotramiento.
empotramiento. Fractura raquis lumbar, también llamada fractura pre se produce como consecuencia de
mentos. lar deltoideopectoral, situada por deba- fractur
fractura a cerrada.
cerrada. Sin comunicación con con penetración de un segmento en el por el cinturón de seguridad. (Véase en marchas prolongadas; por este motivo
b) Permite rectificar la alineación jo de la clavícula. Sin.: fosa de Mohren- el exterior. otro. En esta fractura no hay desviación r aquis lumbar.
lumbar. ) es frecuente entre los reclutas, según la
de la fractura en caso necesario. heim. fractur
fractura a cervicotrocantérea. Fractura de fragmentos. Sin.: fractura con encla- fractur
fracturaa de Cloquet. Véase fractur
fractura a de descripción original de Deutschländer.
c) Permite la movilidad inmediata fosa infraespinosa.
infraespinosa. Porción inferior de la del cuello del fémur, extraarticular. La vamiento. Shepherd. (Véase metatarso, fracturas y luxacio-
o precoz de las articulaciones limitantes cara posterior del omoplato, por debajo línea de fractura pasa entre cuello y tro- fractur
fractura a con enclav
enclavamiento. Véase fractur
fracturaa de Colles. Fractura de observa- nes.)
con la lesión ósea. de la espina de este hueso, que está cánteres. En la mayoría de los casos hay fractura
fractur empotramiento.
a con empotramiento. ción clínica frecuente que afecta la por- fractura
fractur a de Dupuytren. Para algunos
d) Permite la vigilancia y el cuida- ocupada por el músculo infraespinoso. penetración; impotencia funcional va- fractur
fractura a conminuta. Fractura multifrag- ción yuxtaarticular de la extremidad in- autores, especialmente franceses, es
do de las lesiones de partes blandas. fosa occipital. Cada una de las cuatro riable; miembro en extensión, rotación mentaria con numerosas esquirlas muy ferior del radio. Se produce por un equivalente a fractura bimaleolar del
e) Permite la aplicación de sistemas depresiones, dos superiores y dos infe- externa y abducción con ligera flexión pequeñas. mecanismo de tijera, pudiendo el frag- tobillo. Sin embargo, la descripción ori-
de biocompresión. riores, que se encuentran en la cara an- de la rodilla; acortamiento importante fractur
fractura a con tercer
tercer fragmento
fragmento tibial. mento inferior de la fractura sufrir un ginal de Dupuytren (1819) parece refe-
f) Evita la aplicación permanente terosuperior del occipital en relación que no aumenta en días subsiguientes; Fractura que se carateriza por asociar a desplazamiento hacia atrás y hacia den- rirse concretamente a las fracturas por
de materiales extraños a las estructuras con los lóbulos occipitales del cerebro actitud fija, no modificable. La correc- la fractura del peroné y del maléolo ti- tro en ambos sentidos, desplazamientos eversión del pie (rotación externa, pro-
óseas. y los hemisferios cerebelosos, respecti- ción de la rotación externa es muy difí- bial el arrancamiento de un fragmento que justifican los nombres de fractura nación y abducción). En cualquier
inocchieto, Enrique. Eminente ciruja-
Finocchieto, vamente, separadas las dos primeras cil y dolorosa si hay penetración, y se externo de la tibia. Sin.: fractura de Ti- en bayoneta o en dorso de tenedor con caso, esta misma fractura había sido
Finocchieto 138 139 fractura

no y uno de los grandes precursores de por el seno longitudinal superior y las reproduce muy lentamente (signo de llaux. que algunas veces se conoce la fractura
la cirugía ortopédica y de la traumatolo- últimas por la hoz del cerebelo. Laugier). Si no hay penetración, impo- fractur
fracturaa de Baraldi.
Baraldi. Fractura de la extre- de Colles. La fractura suele estar ubica-
gía en su país (1881-1946). Durante la fosa olecraneana.
olecraneana. Depresión supraarti- tencia funcional absoluta, rotación ex- midad superior del húmero, entre la in- da a unos 15 mm por encima de la arti-
primera Guerra Mundial prestó sus ser- cular en la porción inferior de la cara terna fácilmente corregible y reproduci- serción del pectoral mayor y la V deltoi- culación. El cuadro clínico de esta
vicios como traumatólogo en el Hospi- posterior del húmero, por encima de la ble, acortamiento pequeño al principio dea, común en niños y adolescentes. El fractura comprende: a) tumefacción;
tal Argentino de París, adquiriendo me- tróclea, que aloja el extremo libre del que aumenta los días siguientes. El sig- fragmento superior se coloca en abduc- b) dolor localizado; c) signo de Lau-
recida fama, entre otras cosas, por su olécranon del cúbito. no de Laugier desaparece al corregir la ción de 30o a 45o, anteposición y rota- gier; d) limitación de los movimientos
destreza quirúrgica y su depurada técni- fosa palatina. Porción superior de la rotación externa. En ambos casos, as- ción interna por acción de los músculos de pronación y supinación; e) signo de
ca operatoria, que transmitió a sus ayu- boca o bóveda del paladar, que tiene censo del trocánter mayor (signo de del hombro; el inferior es atraído por el la cuerda de los radiales o signo de Vel-
dantes y discípulos, entre ellos Leoncio forma de herradura. fémur, fracturas de la ex-
Allis). (Véase fémur, deltoides que lo coloca en abducción. peau. Este autor francés fue quien hizo
Fernández. fosa supraespinosa.
supraespinosa. Porción superior de tremidad proximal.) La sintomatología y tratamiento son si- la primera descripción de la deformidad
flexión (del lat. flexio, acción de doblar). la cara posterior del omoplato por enci- fractur
fractura a completa. Aquella en que la lí- milares a los del cuello quirúrgico del característica «en forma de tenedor». La
Movimiento por el cual una parte de un ma de la espina de este hueso, ocupada nea de fractura interesa la totalidad del húmero. Sin.: fractura interdeltopectoral fractura de Colles afecta al 5 % de las
miembro se dobla sobre otra situada por por el músculo supraespinoso. hueso. o del segundo espacio libre. mujeres mayores de 60 años y al 15 %
encima de ella; opuesto a extensión. fosa trocantérea. Cavidad digital en la fractur
fractura a complicada. Fractura con lesio- fractur
fracturaa de Barton. Fractura marginal de las mujeres octogenarias. Se ha se-
fosa. Excavación ancha y más o menos parte posterior de la cara interna del tro- nes de partes blandas, vasos o nervios o posterior de la extremidad inferior del ñalado su relación etiopatogénica con
profunda; cavidad, hueco, depresión. cánter mayor del fémur, en la que se in- con infección sobreagregada. radio. El fragmento del reborde poste- la osteoporosis, afección predominante
fosa coronoidea. Fosita supraarticular de sertan los dos músculos obturadores y fractur
fractura a con «décalage». Fractura con rior se desplaza cubriendo con un pe- en mujeres después de transcurrida la
la extremidad inferior del húmero que los dos músculos géminos. disarmonía en el grado de rotación de queño alero la redondez del carpo. Sín- menopausia. Sin.: fractura de Pouteau-
recibe la apófisis coronoides del cúbito. fractur
fractura.a. Rotura de un hueso por un trau- los fragmentos; por ejemplo, fragmento tomas: tumefacción, hemartrosis, dolor Colles, fractura en bayoneta, fractura en
fosa craneal
craneal.. Cada una de las excavacio- matismo, contracción muscular brusca superior en supinación e inferior en pro- en el reborde marginal; si hay luxación, dorso de tenedor.
nes en el suelo del cráneo donde se alo- o distensión ligamentosa. Sin.: osteo- nación. Si la fractura consolida en esta que es lo más frecuente, gran deformi- fractur
fractura a de Cooper.
Cooper. Fractura marginal
jan los lóbulos del cerebro y cerebelo, rrexis. posición, resulta fatal para la movilidad dad en dorso de tenedor. El fragmento anteroexterna del reborde del maléolo
que se distinguen en anteriores, medias fractur
fractura a abierta. El foco de fractura co- del segmento. levanta a veces los tendones extensores. tibial. Se desprende un fragmento en
y posteriores. munica con el exterior por lesión de las fractur
fractura a con depresión. Fractura del La línea biestiloidea no se modifica. cuña que se desvía hacia delante, arriba
fosa esfenotemporal.
esfenotemporal. Cada una de las partes blandas que lo recubren. Des- cráneo en la cual los fragmentos han fractur
fracturaa de Bennett. Fractura con luxa- y afuera. Como fractura aislada es rara;
dos excavaciones profundas que se en- pués de un lapso de seis horas son con- sido desplazados hacia la profundidad, ción de la base del primer metacarpia- generalmente se asocia a la fractura de
cuentran a los lados en la fosa media sideradas y tratadas como infectadas. quedando limitado el hundimiento por no, producida por caída sobre el pulgar Dupuytren.
craneal y que alojan el polo anterior del Pueden ser primitivas y secundarias. Las un reborde óseo, que permite diferen- en abducción. Se produce un fragmen- fractur
fractura a de Cotton. Véase fractur
fracturaa tri -
lóbulo temporal del cerebro. primeras se producen concomitante- ciarla del hematoma. Puede ser central to anterointerno que no se desplaza, maleolar del tobillo.
FIG. 8. Aparato de Ilizarov. fosa etmoidal. Canal en la lámina cribo- mente con la fractura y las segundas son o periférica. mientras que el metacarpiano se desvía fractur
fractura a de Cuneo-Picot. Fractura del
sa del etmoides que aloja el bulbo olfa- posteriores al trauma. Sin.: fractura ex- fractur
fractura a con desviación. Existe despla- hacia atrás y afuera, subluxándose. Tra- maléolo interno, del margen posterior de
torio y por cuyos orificios pasan los file- puesta. zamiento de los fragmentos, por la ac- tamiento: reducción por extensión y la tibia y del borde externo de la misma,
una compresión variable o en las que tes nerviosos. fractur
fractura a apofisaria. Fractura de las apó- ción directa del trauma o bien por la contraextensión del pulgar. La conten- a nivel de la articulación tibioperonea
es previsible una rectificación de la ali- fosa ilíaca externa. Ancha depresión en fisis óseas producida por mecanismo de contracción de las masas musculares y, ción es difícil: vendaje de yeso durante anterior, llamada también fractura en se-
neación. la cara externa del hueso ilíaco, por en- arrancamiento a nivel de una inserción a veces, por la oblicuidad del trazo que un mes. mianillo. (Véase tobillo, fracturas.)
d) Fracturas plurifragmentarias o cima de la cavidad cotiloidea, dividida muscular o tendinosa. permite que se deslicen. La desviación fractur
fracturaa de BoswBosw orth. Fractura-luxa- fractur
fractura a de Destot. Fracturas marginales
conminutas en las que es imposible o en tres zonas para la inserción de los fractur
fractura a articular.
articular. Fractura en la cual el puede ser transversal, angular, por rota- ción posterior del tobillo en la que el posteriores o del reborde posterior del
muy difícil la reconstrucción del hueso músculos glúteos. trazo afecta la cavidad articular. ción o por acabalgamiento. fragmento distal del peroné se sitúa de- maléolo tibial. Síntomas: no hay despla-
fracturado mediante síntesis interna. fosa ilíaca interna. Ancha depresión en fractur
fractura a bimaleolar.
bimaleolar. Fractura de ambos fractur
fractura a condílea. Fractura de los cóndi- trás de la tibia, merced a una desviación zamiento; por contracción del tríceps
e) Fracturas que por sus caracterís- la porción superior de la cara interna maléolos. Primero se fractura uno, los interno o externo de la extremidad del pie en rotación externa muy pro- sural el pie se coloca en equinismo; in-
ticas anatómicas resultan muy difíciles del hueso ilíaco, por encima de la línea pero al seguir actuando el trauma, lo inferior de húmero y fémur. (Véase fé - nunciada. (Véase tobillo, fracturas.) tenso dolor en el canal retromaleolar in-
o imposibles de inmovilizar suficiente- innominada, ocupada por el músculo hace el otro por estallido. Producida mur, fracturas de la extermidad distal.)
mur, fractur
fracturaa de Busch.
Busch. Fractura por arranca- terno.
mente por otros medios. Por ejemplo, ilíaco. por movimientos de aducción o abduc- fractur
fractura a condílea en T. T. Fractura en tres miento de la inserción del tendón ex- fractur
fractura a de Deutschländer
Deutschländer.. También
las fracturas de la pelvis. fosa iliopectínea. Depresión entre los ción forzados. En el primer caso tienen fragmentos de la cabeza de la primera tensor en la tercera falange de los dedos conocida como fractura de los reclutas,
Principales ventajas de la fijación ex- músculos psoas y pectíneo, en el centro buen pronóstico; en el segundo, con- falange de los dedos de la mano. (Véa- de la mano. (Véase fracturas y luxacio- de marcha o de fatiga. Fractura de uno
terna del triángulo de Scarpa que aloja los va- solidan mal, con trastornos funcionales se fracturas y luxaciones de los dedos, nes de los dedos, en el apartado mano.)
mano. o más metatarsianos, producida en au-
a) Permite ejercer una compresión sos femorales. y desviaciones del pie, sobre todo en en el apartado mano.)
mano. fractur
fracturaa de Chance. Fractura propia del sencia de todo traumatismo. Casi siem-
graduada y modificable entre los frag- fosa infracla
infraclavicular
vicular.. Depresión triangu- valgo. fractur
fractura a con empotramiento.
empotramiento. Fractura raquis lumbar, también llamada fractura pre se produce como consecuencia de
mentos. lar deltoideopectoral, situada por deba- fractur
fractura a cerrada.
cerrada. Sin comunicación con con penetración de un segmento en el por el cinturón de seguridad. (Véase en marchas prolongadas; por este motivo
b) Permite rectificar la alineación jo de la clavícula. Sin.: fosa de Mohren- el exterior. otro. En esta fractura no hay desviación r aquis lumbar.
lumbar. ) es frecuente entre los reclutas, según la
de la fractura en caso necesario. heim. fractur
fractura a cervicotrocantérea. Fractura de fragmentos. Sin.: fractura con encla- fractur
fracturaa de Cloquet. Véase fractur
fractura a de descripción original de Deutschländer.
c) Permite la movilidad inmediata fosa infraespinosa.
infraespinosa. Porción inferior de la del cuello del fémur, extraarticular. La vamiento. Shepherd. (Véase metatarso, fracturas y luxacio-
o precoz de las articulaciones limitantes cara posterior del omoplato, por debajo línea de fractura pasa entre cuello y tro- fractur
fractura a con enclav
enclavamiento. Véase fractur
fracturaa de Colles. Fractura de observa- nes.)
con la lesión ósea. de la espina de este hueso, que está cánteres. En la mayoría de los casos hay fractura
fractur empotramiento.
a con empotramiento. ción clínica frecuente que afecta la por- fractura
fractur a de Dupuytren. Para algunos
d) Permite la vigilancia y el cuida- ocupada por el músculo infraespinoso. penetración; impotencia funcional va- fractur
fractura a conminuta. Fractura multifrag- ción yuxtaarticular de la extremidad in- autores, especialmente franceses, es
do de las lesiones de partes blandas. fosa occipital. Cada una de las cuatro riable; miembro en extensión, rotación mentaria con numerosas esquirlas muy ferior del radio. Se produce por un equivalente a fractura bimaleolar del
e) Permite la aplicación de sistemas depresiones, dos superiores y dos infe- externa y abducción con ligera flexión pequeñas. mecanismo de tijera, pudiendo el frag- tobillo. Sin embargo, la descripción ori-
de biocompresión. riores, que se encuentran en la cara an- de la rodilla; acortamiento importante fractur
fractura a con tercer
tercer fragmento
fragmento tibial. mento inferior de la fractura sufrir un ginal de Dupuytren (1819) parece refe-
f) Evita la aplicación permanente terosuperior del occipital en relación que no aumenta en días subsiguientes; Fractura que se carateriza por asociar a desplazamiento hacia atrás y hacia den- rirse concretamente a las fracturas por
de materiales extraños a las estructuras con los lóbulos occipitales del cerebro actitud fija, no modificable. La correc- la fractura del peroné y del maléolo ti- tro en ambos sentidos, desplazamientos eversión del pie (rotación externa, pro-
óseas. y los hemisferios cerebelosos, respecti- ción de la rotación externa es muy difí- bial el arrancamiento de un fragmento que justifican los nombres de fractura nación y abducción). En cualquier
inocchieto, Enrique. Eminente ciruja-
Finocchieto, vamente, separadas las dos primeras cil y dolorosa si hay penetración, y se externo de la tibia. Sin.: fractura de Ti- en bayoneta o en dorso de tenedor con caso, esta misma fractura había sido
fractura 140 141 fractura

descrita con anterioridad por Pott. (Véa- mento distal. (Véase codo, fracturas.) r a de Deutschländer
Deutschländer.. arriba y atrás, que a veces se continúa tura talámica del calcáneo de trazo úni- cuencia con fractura de éste. El pronós-
se Pott, Per
Perci val, y tobillo, fracturas.)
civ fractur
fractura a de la base del cráneo. Produ- fractur
fracturaa del primer espacio libre. en plena epífisis tibial. Síntomas: dolor, co, también llamada fractura separada tico es reservado. Suelen consolidar
fractur
fractura a de Duverney
Duverney.. Fractura aislada cida por acción directa sobre un punto Fractura de la extremidad superior del impotencia funcional, tumefacción de —fracture séparation, por los autores mal, dejando impotencia funcional de la
que interesa una porción de la pelvis sin o por compresión sobre los dos polos húmero, comprendida entre las tubero- la parte anterior de la rodilla. Trata- franceses—. (Véase calcáneo, fractu- muñeca.
interrumpir la continuidad del cinturón de un eje. En el primer caso se trata de sidades y la inserción del pectoral ma- miento: si es parcial, vendaje compresi- ras.) fractur
fractura a en lágrima. (Teardrop fracture,
pelviano, producida por mecanismo di- una fractura de la bóveda irradiada a la yor. El fragmento superior se coloca en vo; si es total, enclavijamiento por tor- fractur
fractura a de Werenkoeld.
Werenkoeld. Véase fractu
fractu-- en inglés.) Fractura del cuerpo de una
recto. La línea de fractura va desde una base con irradiaciones muy típicas. En el abducción de 30 a 45 grados y en rota- nillo, inmovilizando la pierna diez días r a de McFarland.
McFarland. vértebra cervical en dos o más fragmen-
escotadura situada por debajo de la es- segundo, comienza en la base, originan- ción externa y ligera anteposición ante- en extensión. fractur
fractura a diafisaria. Fractura de la diáfisis tos. Uno de ellos (a veces muy pequeño
pina ilíaca anterosuperior, hacia atrás, do trazos que recorren varios comparti- rior por obra de los músculos abducto- fractur
fractura a de Shepherd. Fractura del tu- de los huesos largos. y de forma triangular) desplazado hacia
por encima de la espina posterosuperior. mientos. Síntomas: equimosis tardías, res del brazo; el inferior, hacia dentro bérculo posterior interno del astrágalo, fractur
fractura a directa. Aquella en que el hue- delante y destacando sobre la cara an-
Se comprueba movilidad de la cresta salida de sangre y líquido cefalorraquí- por acción del pectoral mayor y hacia fácilmente confundible con el hueso trí- so se rompe en el lugar de acción del terior de la columna en las radiografías
ilíaca. Tratamiento: reposo, con el mus- deo por nariz u oído, y lesiones de ner- arriba por el bíceps, tríceps y coraco- gono. Síntomas: dolor vivo entre el ma- trauma. La mayoría de las veces se pro- de perfil, en forma que recuerda, muy
lo en abducción para relajar los múscu- vios craneales. El pronóstico es grave braquial. Sin.: fractura extracapsular del léolo interno y el tendón de Aquiles; la duce por grandes traumatismos, gene- vagamente, una lágrima deslizándose
los que pueden desviar el fragmento. por el peligro de la conmoción cere- cuello anatómico, del cuello del húme- flexión del dedo gordo es muy doloro- ralmente con alteración de partes blan- por el rostro. La denominación fue su-
fractur
fractura a de Essex-Lopresti. Fractura ta- bral, de la hipertensión endocraneal y ro o subtrocantérea. (Véase húmero, sa. Sin.: fractura de Cloquet. das. También comprende las producidas gerida por Schneider en 1956. Por ex-
lámica del calcáneo, de trazo doble, la infección de las meninges y el cere- fracturas de la extremidad proximal.) fractur
fractura a de Sherk. Fractura del arco pos- por el mecanismo de tijera. tensión suele aplicarse a todas las frac-
llamada también fractura en lengua. bro. Tratamiento: reposo, antibióticos, fractur
fracturaa del segundo espacio libre. terior del atlas. (Véase raquis cervical.)
cervical. fractur
fractura a doble. La que posee dos trazos turas plurifragmentarias de los cuerpos
(Véase calcáneo, fracturas.) punciones lumbares, inyección de so- Véase fractur
fractura a de Baraldi.
Baraldi. fractur
fractura a de Smith. Fractura de la extremi- fracturarios. de las vértebras cervicales, como las
fractur
fractura a de fatiga. Véase fractur
fracturaa de luciones hipertónicas y restricción de fractur
fracturaa del tálamo. Fractura del cuer- dad distal del radio con desplazamiento fractur
fractura a doble del anillo pelviano. fracturas por estallido o por compre-
Deutschländer
Deutschländer.. líquidos. (Véase craneoencefálicos,
craneoencefálicos, po del calcáneo por caída sobre la plan- palmar del fragmento distal («fracturas Véase fractur
fracturaa de Vollemir
Vollemir.. sión. (Véase r aquis cervical.)
cervical.
fractur
fractura a de Gerdy
Gerdy. Véase fractur
fracturaa he-
he- traumatismos.
traumatismos.) ta de los pies. (Véase cálcáneo, fracturas de hiperflexión»). fractur
fractura a doble de Tanton.
Tanton. Es una frac- fractur
fractura a en lengua. Véase fractur
fractura a de
licoidal. fractur
fractura a de la bóveda
bóveda craneal.
craneal. Fractu- del.) fractur
fractura a de Stieda. Fractura por arranca- tura de Malgaigne bilateral, o de las dos Essex-Lopresti.
fractur
fractura a de Gosselin. Véase fracturfracturaa ra producida por traumatismos sobre fractur
fracturaa de Maisonneuve.
Maisonneuve. Véase en miento del cóndilo interno del fémur hemipelvis. Particularmente grave, se fractur
fractura a en mariposa. Fractura produci-
helicoidal. una superficie del cráneo más o menos Maisonneuve,
Maisonneuve, fractur
fracturaa de. que presta inserción al músculo aductor produce principalmente por caídas so- da por proyectil de arma de fuego; la
fractur
fractura a de Guérin. Fractura del maxilar circunscrita, originándose una fractura fractur
fracturaa de Malgaigne. Fractura del mayor. Síntomas: tumefacción, dolor lo- bre los pies, en posición sentada sobre bala, animada de escasa fuerza, choca
superior que pasa por el borde inferior fisuraria o multifragmentaria. Si es sim- ilíaco, de trazo vertical, en las proximi- calizado, hematoma y falta de movi- los isquiones o a horcajadas. contra una diáfisis, determinando la for-
de la abertura nasal, sigue horizontal- ple, sólo existe seguridad diagnóstica dades de la articulación sacroilíaca, y mientos de lateralidad. fractur
fractura a doble vertical
vertical de Malgaigne. mación de dos fisuras que, divergiendo
mente hacia atrás y rompe las apófisis con la radiografía. En caso de hundi- fractura de las dos ramas del pubis. fractur
fractura a de Tillaux.
Tillaux. Véase fractur a con
fractura Fractura del anillo pelviano producida en X a partir del punto de choque, ro-
pterigoides. Es producida por grandes miento existe depresión con reborde (Véase en pelvis, fracturas del anillo tercer
tercer fragmento
fragmento tibial. por mecanismo indirecto, por causa de dean al cilindro óseo y van a reunirse
traumatismos. Síntomas: hemorragia bu- óseo. El pronóstico depende de las pelviano.) fractur
fractura a de Vollemir
Vollemir.. Fractura doble del traumas considerables. La pelvis se rom- por detrás a una fisura longitudinal si-
cal o nasal; si el seno maxilar ha sido complicaciones: conmoción y contu- fractur
fracturaa de marc
marc ha. Véase fractur
fracturaa de anillo pelviano, con un foco anterior en pe en puntos determinados o lugares métrica. Se limitan cuatro fragmentos:
abierto, enfisema subcutáneo; movilidad sión cerebral, hipertensión endocraneal, Deutschländer
Deutschländer.. el pubis y otro posterior. Es parecida a la débiles. En la parte anterior se rompe a uno superior y otro inferior en pico de
anormal, dolor en la presión en la línea infección de meninges y encéfalo en las fractur
fracturaa de Marmor.
Marmor. Fractura del tobillo fractura de Malgaigne, de la cual se di- nivel de la rama horizontal del pubis y flauta, cuneiforme, y dos esquirlas trian-
de fractura, sobre la arcada dental y a ni- fracturas abiertas. (Véase cr aneoence - en tres planos (fractura triplana), por ferencia en que el trazo de fractura pos- de la rama isquiopubiana; hacia atrás, gulares opuestas por el vértice.
vel del gancho de la apófisis pterigoides. fálicos traumatismos.)
fálicos, epifisiólisis del extremo distal de la ti- terior se sitúa en el sacro y no en el ala los ilíacos tienden a aproximarse, los li- fractur
fractura a en rodaja. (En inglés, slice frac-
También se la conoce como fractura de fractur
fractura a de la garganta del pie. Véase bia. (Véase tobillo, fracturas.) ilíaca. (Véase pelvis, fracturas del anillo gamentos se ponen tensos, y si resisten, ture.) Fractura del cuerpo vertebral de
cara, traumatismos.)
Lefort. (Véase cara, fractur
fracturaa maleolar.
maleolar. fractur
fracturaa de McCarthy
McCarthy y Von Von Demark. pelviano.) lo que es más frecuente, el ilíaco es trazo generalmente horizonal, paralelo
fractur
fractura a de Hennequin. Variedad rara de fractur
fractura a del ahorcado.
ahorcado. Véase en ahor - Fractura de fatiga o por sobrecarga de fractur
fractura a de Wagstaffe.
Wagstaffe. Fractura del ma- arrancado según una línea vertical. Los a la plataforma discal superior y próxi-
fractura transtrocantérea del fémur en cado, fractur
fracturaa del. la rama isquiopubiana. (Véase pelvis, léolo peroneo producida por un mo- síntomas son: choque; impotencia fun- mo a la misma. (Véase raquis toraco-
que el trazo es transversal y pasa entre el fractur
fractura a del anillo del atlas. Véase fracturas marginales.) vimiento forzado de aducción. El liga- cional más o menos completa; dolor es- lumbar.)
gran trocánter y el pequeño trocánter. fractur
fracturaa de Jefferson.
Jefferson. fractur
fracturaa de McFarland.
McFarland. Fractura transfi- mento tibioperoneo inferior resiste sin pontáneo y por la presión; signos de fractur
fractura a en semianillo. Véase fractur
fracturaa
fractur
fractura a de Hoffa. Fractura unicondílea fractur
fractura a del anillo pelviano. Véase saria del maléolo interno (1932). Sin.: romperse y termina por producir el arran- Verneuil, de Larrey y de Gosselin; de Cuneo-Picot.
de la extremidad distal del fémur, de tra- fractur
fracturaa de Malgaigne. fractura de Werenkoeld. (Véase tobi- tobi- camiento de su borde anterior. El trazo miembro en extensión y rotación exter- fractur
fractura a en tallo verde.
verde. Fractura con
zo en el plano frontal. Sin.: fractura uni- fractur
fractura a del cuello del fémur.
fémur. Véase llo, fracturas.) de fractura es vertical. Existe dolor en el na con acortamiento aparente por la desplazamiento angular de los fragmen-
fémur, fracturas de la
condílea. (Véase fémur, fractura
fractur a cervicotrocantérea. fractura
fractur a de Monteggia. Fractura del ter- borde anterior del maléolo, tumefacción elevación del fragmento externo por tos, sin separación de los mismos, pro-
extremidad distal.) fractur
fractura a del cuello del húmero. Véase cio superior del cúbito acompañada de premaleolar externa, aumento de los contracción muscular. Son frecuentes pia de los niños. (Véase antebrazo,
antebrazo,
fractura
fractur a de Hulten. Fractura por hundi- fractura
fractur a del primer espacio libre. luxación del radio. Comunes en los ni- diámetros transversal y anteroposterior, las heridas de vejiga o uretra. El pronós- fracturas y luxaciones.)
miento de la meseta tibial. (Véase tibia, fractur
fractura a de Le Fort.
Fort. Fracturas tipo I, II y ños. Los fragmentos del cúbito se des- equimosis en el dorso y garganta del pie. tico depende de la intensidad del shock fractur
fractura a epifisaria. Aquella en la cual el
fracturas de la extremidad superior.) III del maxilar inferior combinadas con vían formando un ángulo abierto hacia Es de buen pronóstico. y de las lesiones concomitantes. Trata- trazo de fractura interesa el tejido espon-
fractur
fractura a de Hutchinson.
Hutchinson. Fractura de la fracturas del macizo facial superior, atrás y adentro; la cabeza radial queda Walther.. Fractura total del
fr actur a de Walther miento: tratar el shock, investigar las le- joso de la extremidad de los huesos lar-
apófisis estiloides del radio. también conocida como fractura de por fuera del cóndilo externo del húme- isquion que se produce por una caída siones urinarias, colocar el miembro en gos. Puede ser articular o extraarticular.
fractur
fractura a de Jefferson.
Jefferson. Fractura del anillo Guérin. (Véase cara,
cara, traumatismos.) ro. (Véase codo, traumatismos.) sobre el costado. Es oblicua hacia de- una férula de Braun en extensión conti- fractur
fractura a espinocondilar.
espinocondilar. Véase fractufractu--
del atlas. (Véase en raquis cervical.) f r actura
actura de los boxeadores. Fractura fractur
fracturaa de Pott.
Pott. Véase fractur
fracturaa de lante y abajo, pasa por el borde infe- nua, etc. r a espinotuberositaria
fractur
fractura a de Jones.
Jones. Véase en J ones, diafisaria del segundo, tercer, cuarto o Dupuytren. rior de la cavidad cotiloidea y se con- fractur
fractura a en bay
bay oneta. Véase fractur
fractura a fractur
fractura a espinoglenoidea. Véase frac frac -
fractura
fractur a de. quinto metacarpiano. Son relativamen- fractura
fractur Pouteau-Colles. Véase
a de Pouteau-Colles. tinúa hasta la rama isquiopubiana. Sín- de Colles. tura espinotuberositaria.
tura
fractur
fractura a de Keigler
Keigler.. Fractura de la extre- te frecuentes. Si hay deformidad, es an- fractur
fracturaa de Colles. tomas: dolor, que se exacerba por el fractur
fractura a en dorso de tenedor.
tenedor. Véase fractur
fractura a espinotuberositaria. Fractura
midad distal de la tibia interesando la lí- gular hacia el dorso de la mano. Trata- fractur
fracturaa de repetición. Véase fractur
fracturaa tacto rectal y por la percusión del tro- fractur
fractura a de Colles. de la extremidad superior de la tibia, de
nea fisaria. (Véase tobillo, fracturas.) miento: si hay poca desviación, férula iterati
iterativ
va. cánter; impotencia funcional; tumefac- f r actura
actura en espolón. Fractura de la extre- trazo oblicuo entre la espina de la tibia
fractur
fractura a de Koc
Kocher
her.. Véase fractur
fracturaa por enyesada dorsal; si es grande, exten- fractur
fracturaa de Rhea Barton. Véase fractu- ción; equimosis; resalto óseo entre los midad inferior del radio, siempre articu- y la cara externa o interna del hueso.
flexión de Koc her..
Kocher sión continua desde el pulpejo del dedo. ra de Barton. dos extremos de la fractura; movilidad lar, producida por un choque de los hue- Sin.: fractura espinocondilar, fractura
fractur
fractura a de Koc
Kocher
her-Lorenz.
-Lorenz. Fractura de (Véase fracturas del metacarpo, en el fractur
fracturaa de Schlatter
Schlatter.. Fractura de la tu- del isquion. Tratamiento: inmoviliza- sos del carpo. En el espacio abierto se espinoglenoidea. (Véase tibia, fracturas
la extremidad inferior del húmero, con apartado mano.)
mano. berosidad anterior de la tibia producida ción durante seis semanas. empotran uno o varios huesos, general- de la extremidad superior.)
desplazamiento hacia atrás del frag- fractur
fractura a de los reclutas. Véase fractu
fractu-- por arrancamiento. Línea oblicua hacia fractur
fractura a de Warvic
Warvick k y Bremmer.
Bremmer. Frac- mente el escafoides. Se asocia con fre- fractur
fractura a estrellada. Fractura en la cual
fractura 140 141 fractura

descrita con anterioridad por Pott. (Véa- mento distal. (Véase codo, fracturas.) r a de Deutschländer
Deutschländer.. arriba y atrás, que a veces se continúa tura talámica del calcáneo de trazo úni- cuencia con fractura de éste. El pronós-
se Pott, Per
Perci val, y tobillo, fracturas.)
civ fractur
fractura a de la base del cráneo. Produ- fractur
fracturaa del primer espacio libre. en plena epífisis tibial. Síntomas: dolor, co, también llamada fractura separada tico es reservado. Suelen consolidar
fractur
fractura a de Duverney
Duverney.. Fractura aislada cida por acción directa sobre un punto Fractura de la extremidad superior del impotencia funcional, tumefacción de —fracture séparation, por los autores mal, dejando impotencia funcional de la
que interesa una porción de la pelvis sin o por compresión sobre los dos polos húmero, comprendida entre las tubero- la parte anterior de la rodilla. Trata- franceses—. (Véase calcáneo, fractu- muñeca.
interrumpir la continuidad del cinturón de un eje. En el primer caso se trata de sidades y la inserción del pectoral ma- miento: si es parcial, vendaje compresi- ras.) fractur
fractura a en lágrima. (Teardrop fracture,
pelviano, producida por mecanismo di- una fractura de la bóveda irradiada a la yor. El fragmento superior se coloca en vo; si es total, enclavijamiento por tor- fractur
fractura a de Werenkoeld.
Werenkoeld. Véase fractu
fractu-- en inglés.) Fractura del cuerpo de una
recto. La línea de fractura va desde una base con irradiaciones muy típicas. En el abducción de 30 a 45 grados y en rota- nillo, inmovilizando la pierna diez días r a de McFarland.
McFarland. vértebra cervical en dos o más fragmen-
escotadura situada por debajo de la es- segundo, comienza en la base, originan- ción externa y ligera anteposición ante- en extensión. fractur
fractura a diafisaria. Fractura de la diáfisis tos. Uno de ellos (a veces muy pequeño
pina ilíaca anterosuperior, hacia atrás, do trazos que recorren varios comparti- rior por obra de los músculos abducto- fractur
fractura a de Shepherd. Fractura del tu- de los huesos largos. y de forma triangular) desplazado hacia
por encima de la espina posterosuperior. mientos. Síntomas: equimosis tardías, res del brazo; el inferior, hacia dentro bérculo posterior interno del astrágalo, fractur
fractura a directa. Aquella en que el hue- delante y destacando sobre la cara an-
Se comprueba movilidad de la cresta salida de sangre y líquido cefalorraquí- por acción del pectoral mayor y hacia fácilmente confundible con el hueso trí- so se rompe en el lugar de acción del terior de la columna en las radiografías
ilíaca. Tratamiento: reposo, con el mus- deo por nariz u oído, y lesiones de ner- arriba por el bíceps, tríceps y coraco- gono. Síntomas: dolor vivo entre el ma- trauma. La mayoría de las veces se pro- de perfil, en forma que recuerda, muy
lo en abducción para relajar los múscu- vios craneales. El pronóstico es grave braquial. Sin.: fractura extracapsular del léolo interno y el tendón de Aquiles; la duce por grandes traumatismos, gene- vagamente, una lágrima deslizándose
los que pueden desviar el fragmento. por el peligro de la conmoción cere- cuello anatómico, del cuello del húme- flexión del dedo gordo es muy doloro- ralmente con alteración de partes blan- por el rostro. La denominación fue su-
fractur
fractura a de Essex-Lopresti. Fractura ta- bral, de la hipertensión endocraneal y ro o subtrocantérea. (Véase húmero, sa. Sin.: fractura de Cloquet. das. También comprende las producidas gerida por Schneider en 1956. Por ex-
lámica del calcáneo, de trazo doble, la infección de las meninges y el cere- fracturas de la extremidad proximal.) fractur
fractura a de Sherk. Fractura del arco pos- por el mecanismo de tijera. tensión suele aplicarse a todas las frac-
llamada también fractura en lengua. bro. Tratamiento: reposo, antibióticos, fractur
fracturaa del segundo espacio libre. terior del atlas. (Véase raquis cervical.)
cervical. fractur
fractura a doble. La que posee dos trazos turas plurifragmentarias de los cuerpos
(Véase calcáneo, fracturas.) punciones lumbares, inyección de so- Véase fractur
fractura a de Baraldi.
Baraldi. fractur
fractura a de Smith. Fractura de la extremi- fracturarios. de las vértebras cervicales, como las
fractur
fractura a de fatiga. Véase fractur
fracturaa de luciones hipertónicas y restricción de fractur
fracturaa del tálamo. Fractura del cuer- dad distal del radio con desplazamiento fractur
fractura a doble del anillo pelviano. fracturas por estallido o por compre-
Deutschländer
Deutschländer.. líquidos. (Véase craneoencefálicos,
craneoencefálicos, po del calcáneo por caída sobre la plan- palmar del fragmento distal («fracturas Véase fractur
fracturaa de Vollemir
Vollemir.. sión. (Véase r aquis cervical.)
cervical.
fractur
fractura a de Gerdy
Gerdy. Véase fractur
fracturaa he-
he- traumatismos.
traumatismos.) ta de los pies. (Véase cálcáneo, fracturas de hiperflexión»). fractur
fractura a doble de Tanton.
Tanton. Es una frac- fractur
fractura a en lengua. Véase fractur
fractura a de
licoidal. fractur
fractura a de la bóveda
bóveda craneal.
craneal. Fractu- del.) fractur
fractura a de Stieda. Fractura por arranca- tura de Malgaigne bilateral, o de las dos Essex-Lopresti.
fractur
fractura a de Gosselin. Véase fracturfracturaa ra producida por traumatismos sobre fractur
fracturaa de Maisonneuve.
Maisonneuve. Véase en miento del cóndilo interno del fémur hemipelvis. Particularmente grave, se fractur
fractura a en mariposa. Fractura produci-
helicoidal. una superficie del cráneo más o menos Maisonneuve,
Maisonneuve, fractur
fracturaa de. que presta inserción al músculo aductor produce principalmente por caídas so- da por proyectil de arma de fuego; la
fractur
fractura a de Guérin. Fractura del maxilar circunscrita, originándose una fractura fractur
fracturaa de Malgaigne. Fractura del mayor. Síntomas: tumefacción, dolor lo- bre los pies, en posición sentada sobre bala, animada de escasa fuerza, choca
superior que pasa por el borde inferior fisuraria o multifragmentaria. Si es sim- ilíaco, de trazo vertical, en las proximi- calizado, hematoma y falta de movi- los isquiones o a horcajadas. contra una diáfisis, determinando la for-
de la abertura nasal, sigue horizontal- ple, sólo existe seguridad diagnóstica dades de la articulación sacroilíaca, y mientos de lateralidad. fractur
fractura a doble vertical
vertical de Malgaigne. mación de dos fisuras que, divergiendo
mente hacia atrás y rompe las apófisis con la radiografía. En caso de hundi- fractura de las dos ramas del pubis. fractur
fractura a de Tillaux.
Tillaux. Véase fractur a con
fractura Fractura del anillo pelviano producida en X a partir del punto de choque, ro-
pterigoides. Es producida por grandes miento existe depresión con reborde (Véase en pelvis, fracturas del anillo tercer
tercer fragmento
fragmento tibial. por mecanismo indirecto, por causa de dean al cilindro óseo y van a reunirse
traumatismos. Síntomas: hemorragia bu- óseo. El pronóstico depende de las pelviano.) fractur
fractura a de Vollemir
Vollemir.. Fractura doble del traumas considerables. La pelvis se rom- por detrás a una fisura longitudinal si-
cal o nasal; si el seno maxilar ha sido complicaciones: conmoción y contu- fractur
fracturaa de marc
marc ha. Véase fractur
fracturaa de anillo pelviano, con un foco anterior en pe en puntos determinados o lugares métrica. Se limitan cuatro fragmentos:
abierto, enfisema subcutáneo; movilidad sión cerebral, hipertensión endocraneal, Deutschländer
Deutschländer.. el pubis y otro posterior. Es parecida a la débiles. En la parte anterior se rompe a uno superior y otro inferior en pico de
anormal, dolor en la presión en la línea infección de meninges y encéfalo en las fractur
fracturaa de Marmor.
Marmor. Fractura del tobillo fractura de Malgaigne, de la cual se di- nivel de la rama horizontal del pubis y flauta, cuneiforme, y dos esquirlas trian-
de fractura, sobre la arcada dental y a ni- fracturas abiertas. (Véase cr aneoence - en tres planos (fractura triplana), por ferencia en que el trazo de fractura pos- de la rama isquiopubiana; hacia atrás, gulares opuestas por el vértice.
vel del gancho de la apófisis pterigoides. fálicos traumatismos.)
fálicos, epifisiólisis del extremo distal de la ti- terior se sitúa en el sacro y no en el ala los ilíacos tienden a aproximarse, los li- fractur
fractura a en rodaja. (En inglés, slice frac-
También se la conoce como fractura de fractur
fractura a de la garganta del pie. Véase bia. (Véase tobillo, fracturas.) ilíaca. (Véase pelvis, fracturas del anillo gamentos se ponen tensos, y si resisten, ture.) Fractura del cuerpo vertebral de
cara, traumatismos.)
Lefort. (Véase cara, fractur
fracturaa maleolar.
maleolar. fractur
fracturaa de McCarthy
McCarthy y Von Von Demark. pelviano.) lo que es más frecuente, el ilíaco es trazo generalmente horizonal, paralelo
fractur
fractura a de Hennequin. Variedad rara de fractur
fractura a del ahorcado.
ahorcado. Véase en ahor - Fractura de fatiga o por sobrecarga de fractur
fractura a de Wagstaffe.
Wagstaffe. Fractura del ma- arrancado según una línea vertical. Los a la plataforma discal superior y próxi-
fractura transtrocantérea del fémur en cado, fractur
fracturaa del. la rama isquiopubiana. (Véase pelvis, léolo peroneo producida por un mo- síntomas son: choque; impotencia fun- mo a la misma. (Véase raquis toraco-
que el trazo es transversal y pasa entre el fractur
fractura a del anillo del atlas. Véase fracturas marginales.) vimiento forzado de aducción. El liga- cional más o menos completa; dolor es- lumbar.)
gran trocánter y el pequeño trocánter. fractur
fracturaa de Jefferson.
Jefferson. fractur
fracturaa de McFarland.
McFarland. Fractura transfi- mento tibioperoneo inferior resiste sin pontáneo y por la presión; signos de fractur
fractura a en semianillo. Véase fractur
fracturaa
fractur
fractura a de Hoffa. Fractura unicondílea fractur
fractura a del anillo pelviano. Véase saria del maléolo interno (1932). Sin.: romperse y termina por producir el arran- Verneuil, de Larrey y de Gosselin; de Cuneo-Picot.
de la extremidad distal del fémur, de tra- fractur
fracturaa de Malgaigne. fractura de Werenkoeld. (Véase tobi- tobi- camiento de su borde anterior. El trazo miembro en extensión y rotación exter- fractur
fractura a en tallo verde.
verde. Fractura con
zo en el plano frontal. Sin.: fractura uni- fractur
fractura a del cuello del fémur.
fémur. Véase llo, fracturas.) de fractura es vertical. Existe dolor en el na con acortamiento aparente por la desplazamiento angular de los fragmen-
fémur, fracturas de la
condílea. (Véase fémur, fractura
fractur a cervicotrocantérea. fractura
fractur a de Monteggia. Fractura del ter- borde anterior del maléolo, tumefacción elevación del fragmento externo por tos, sin separación de los mismos, pro-
extremidad distal.) fractur
fractura a del cuello del húmero. Véase cio superior del cúbito acompañada de premaleolar externa, aumento de los contracción muscular. Son frecuentes pia de los niños. (Véase antebrazo,
antebrazo,
fractura
fractur a de Hulten. Fractura por hundi- fractura
fractur a del primer espacio libre. luxación del radio. Comunes en los ni- diámetros transversal y anteroposterior, las heridas de vejiga o uretra. El pronós- fracturas y luxaciones.)
miento de la meseta tibial. (Véase tibia, fractur
fractura a de Le Fort.
Fort. Fracturas tipo I, II y ños. Los fragmentos del cúbito se des- equimosis en el dorso y garganta del pie. tico depende de la intensidad del shock fractur
fractura a epifisaria. Aquella en la cual el
fracturas de la extremidad superior.) III del maxilar inferior combinadas con vían formando un ángulo abierto hacia Es de buen pronóstico. y de las lesiones concomitantes. Trata- trazo de fractura interesa el tejido espon-
fractur
fractura a de Hutchinson.
Hutchinson. Fractura de la fracturas del macizo facial superior, atrás y adentro; la cabeza radial queda Walther.. Fractura total del
fr actur a de Walther miento: tratar el shock, investigar las le- joso de la extremidad de los huesos lar-
apófisis estiloides del radio. también conocida como fractura de por fuera del cóndilo externo del húme- isquion que se produce por una caída siones urinarias, colocar el miembro en gos. Puede ser articular o extraarticular.
fractur
fractura a de Jefferson.
Jefferson. Fractura del anillo Guérin. (Véase cara,
cara, traumatismos.) ro. (Véase codo, traumatismos.) sobre el costado. Es oblicua hacia de- una férula de Braun en extensión conti- fractur
fractura a espinocondilar.
espinocondilar. Véase fractufractu--
del atlas. (Véase en raquis cervical.) f r actura
actura de los boxeadores. Fractura fractur
fracturaa de Pott.
Pott. Véase fractur
fracturaa de lante y abajo, pasa por el borde infe- nua, etc. r a espinotuberositaria
fractur
fractura a de Jones.
Jones. Véase en J ones, diafisaria del segundo, tercer, cuarto o Dupuytren. rior de la cavidad cotiloidea y se con- fractur
fractura a en bay
bay oneta. Véase fractur
fractura a fractur
fractura a espinoglenoidea. Véase frac frac -
fractura
fractur a de. quinto metacarpiano. Son relativamen- fractura
fractur Pouteau-Colles. Véase
a de Pouteau-Colles. tinúa hasta la rama isquiopubiana. Sín- de Colles. tura espinotuberositaria.
tura
fractur
fractura a de Keigler
Keigler.. Fractura de la extre- te frecuentes. Si hay deformidad, es an- fractur
fracturaa de Colles. tomas: dolor, que se exacerba por el fractur
fractura a en dorso de tenedor.
tenedor. Véase fractur
fractura a espinotuberositaria. Fractura
midad distal de la tibia interesando la lí- gular hacia el dorso de la mano. Trata- fractur
fracturaa de repetición. Véase fractur
fracturaa tacto rectal y por la percusión del tro- fractur
fractura a de Colles. de la extremidad superior de la tibia, de
nea fisaria. (Véase tobillo, fracturas.) miento: si hay poca desviación, férula iterati
iterativ
va. cánter; impotencia funcional; tumefac- f r actura
actura en espolón. Fractura de la extre- trazo oblicuo entre la espina de la tibia
fractur
fractura a de Koc
Kocher
her.. Véase fractur
fracturaa por enyesada dorsal; si es grande, exten- fractur
fracturaa de Rhea Barton. Véase fractu- ción; equimosis; resalto óseo entre los midad inferior del radio, siempre articu- y la cara externa o interna del hueso.
flexión de Koc her..
Kocher sión continua desde el pulpejo del dedo. ra de Barton. dos extremos de la fractura; movilidad lar, producida por un choque de los hue- Sin.: fractura espinocondilar, fractura
fractur
fractura a de Koc
Kocher
her-Lorenz.
-Lorenz. Fractura de (Véase fracturas del metacarpo, en el fractur
fracturaa de Schlatter
Schlatter.. Fractura de la tu- del isquion. Tratamiento: inmoviliza- sos del carpo. En el espacio abierto se espinoglenoidea. (Véase tibia, fracturas
la extremidad inferior del húmero, con apartado mano.)
mano. berosidad anterior de la tibia producida ción durante seis semanas. empotran uno o varios huesos, general- de la extremidad superior.)
desplazamiento hacia atrás del frag- fractur
fractura a de los reclutas. Véase fractu
fractu-- por arrancamiento. Línea oblicua hacia fractur
fractura a de Warvic
Warvick k y Bremmer.
Bremmer. Frac- mente el escafoides. Se asocia con fre- fractur
fractura a estrellada. Fractura en la cual
fractura 142 143 fracturas

los trazos divergen desde un punto cen- miento del reborde anterior o posterior fluencia de factores mecánicos persis- bras cervicales, producidas por un me- Fractura yuxtaepifisaria de tibia y pero- de Hoffa.
tral, como los radios de una estrella. de la extremidad inferior del radio o de tentes o repetidos. canismo de compresión axial sobre el né. Es frecuente y se produce por un me- fractur
fracturasas
fractur
fractura a extracapsular
extracapsular del cuello ana- ana- la tibia. fractur
fractura a por extensión. Mecanismo muy cráneo, causadas lo más frecuentemen- canismo indirecto: caída con el pie en Generalidades
tómico. Véase fractur
fracturaa del primer fractur
fractura a parcial.
parcial. Véase fractura incom- común de las fracturas supracondíleas te por zambullidas en aguas poco pro- ángulo recto. Trazo transversal que afec- Nomenclatura y clasificación
espacio libre. pleta. del húmero frecuentes en los niños. La fundas. ta tibia y peroné a 3 cm de la interlínea 1) Según su relación con el exterior.
fractur
fractura a fisuraria.
fisuraria. Fractura incompleta fractur
fractura a patológica. Dícese de las frac- línea fracturaria es oblicua hacia abajo fractur
fractura a separada.
separada. Véase fractur
fractura a de tobillo traumatismos.)
articular. (Véase tobillo, Fracturas cerradas y abiertas o expuestas.
lineal de la diáfisis de los huesos largos turas que se producen por traumatismos y adelante. El fragmento inferior, por ac- Warvick
arvick y Bremmer.
Bremmer. fractur
fractura a tibioperonea alta. Véase frac
frac - Estas últimas divididas a su vez en frac-
o de los del cráneo, en la que apenas poco importantes, debido a la disminu- ción del tríceps, es llevado hacia atrás y fractur
fractura a sin desviación. Los fragmentos tura
tura de Maisonneuve.
Maisonneuve. turas abiertas de fuera adentro, cuando
existe separación de los bordes. ción de la resistencia mecánica de los arriba, quedando el superior colocado permanecen en contacto sin ninguna fractur
fractura a transcervical.
transcervical. Fractura del cue- son debidas a la acción del agente vul-
fractur
fractura a glenoidea. Véase en escápula, huesos; son secundarios a procesos os- abajo y adelante. clase de desplazamiento. llo del fémur que pasa por la parte me- nerante externo, y fracturas abiertas de
fracturas. teopénicos. fractur
fractura a por flexión. Mecanismo indi- fractur
fractura a subtrocantérea. Véase fractu
fractu-- fémur, fracturas
dia del mismo. (Véase fémur, dentro afuera cuando son los propios
fractur
fractura a helicoidal. Fractura en la cual fractur
fractura a por abducción. En general se recto de la mayoría de las fracturas. Dos r a del primer espacio libre. de la extremidad proximal.) fragmentos óseos los que abren la comu-
la solución de continuidad rodea el aplica esta definición a las fracturas de fuerzas de igual dirección y sentido ac- fractur
fractura a supracondílea
supracondílea del fémur.
fémur. Frac- fractur
fractura a trimaleolar del tobillo. Frac- nicación con el exterior.
cuerpo del hueso en espiral más o me- cuello femoral supuestamente produci- túan sobre las extremidades de un hue- tura de la extremidad inferior del fémur. tura de los dos maléolos, interno y ex- 2) Según el número de fragmentos.
nos alargada. Se produce por un meca- das por un mecanismo de abducción, so largo, tratando de exagerar o rectifi- fractur
fractura a supracondílea
supracondílea del húmero. terno, y del reborde posterior de la tibia Fracturas simples, de solo dos fragmen-
nismo de torsión. Sin.: fractura de Gerdy con desviación en valgo de los fragmen- car su curvatura. En el primer caso, la Fractura transversal de la extremidad (tercer maléolo), casi siempre con sub- tos, plurifragmentarias y conminutas. En
o de Gosselin. tos. Pero es igualmente aplicable a cual- fractura comienza por la parte convexa superior del húmero, cuyo trazo pasa luxación posterior del astrágalo. (Véase esta categoría se incluyen igualmente
fractur
fractura a incompleta. Afecta sólo parte quier fractura en que intervenga el mis- para tomar después la parte cóncava. En por arriba del cartílago de conjunción. tobillo, fracturas.) las llamadas fracturas segmentarias, con
del hueso. Comprende las curvaturas mo mecanismo. el segundo, sucede a la inversa. fractur
fractura a suprainter
supraintercondílea.
condílea. Fractura fractur
fractura a trocantérea. Fractura cuyo tra- un tercer fragmento interpuesto forma-
temporales, las debidas a efracción, fi- fractur
fractura a por aducción. Definición apli- fractur
fractura a por flexión de KocKocher
her.. Meca- del fémur con trazo en Y o en T. (Véase zo interesa solamente uno de los maci- do por un segmento diafisario.
suras, depresiones o hundimientos y los cada en general a las fracturas de cuello nismo poco frecuente de producción de
fémur, fracturas de la extremidad dis-
fémur, zos trocantéreos del húmero o del fé- 3) Según su localización en el hueso
surcos, canales y perforaciones. Las de femoral supuestamente producidas por las fracturas supracondíleas del húme-
tal.) mur. afecto. Epifisarias, metafisarias, diafisa-
inflexión y efracción son muy comunes un mecanismo de aducción, con des- ro, generalmente por causa directa; más
fractur
fractura a supramaleolar
supramaleolar de Malgaigne. fractur
fractura a unicondílea. Véase fractur
fractura a rias, apofisarias, intraarticulares o extraar-
en los huesos largos de los niños, por su viación en varo. También es igualmente común en los adultos. La línea de frac-
elasticidad; muchas veces son subpe- aplicable a cualquier fractura en que in- tura va de arriba abajo y de adelante
riósticas. Sin.: fractura parcial. tervenga el mismo mecanismo. atrás. El fragmento inferior se desvía ha-
A B C
fractur
fractura a indirecta. La que se produce en fractur
fractura a por arrancamiento.
arrancamiento. Fractura a cia arriba y adelante y el superior hacia
un punto distante del lugar del trauma- nivel de la inserción de un músculo o atrás y abajo. Sin.: fractura de Kocher.
tismo. Sin.: fractura por contragolpe. tendón, producida por una contracción fractur
fractura a por inflexión. Fractura incom-
fractur
fractura a interdeltopectoral.
interdeltopectoral. Véase frac-
frac- muscular o por un movimiento brusco pleta en tallo verde, muy común en los
tura
tura de Baraldi.
Baraldi. que pone en tensión forzada un liga- niños por la mayor elasticidad de sus
fractur
fractura a intertrocantérea. Fractura de la mento. huesos.
extremidad superior del fémur. El trazo de fractur
fractura a por compresión. Mecanismo fractur
fractura a por mecanismo de tijera.
tijera. Me-
fractura pasa a través del macizo trocan- general de producción de las fracturas canismo de fractura directa, que se pro-
téreo. La sintomatología es semejante a la en la columna vertebral, al caer sobre duce en el plano de encuentro de dos
de las cervicotrocantéreas. El diagnóstico los pies desde cierta altura, a la que se fuerzas de dirección paralela y sentido
diferencial se hace por la radiografía. agrega un componente de flexión. Sín- opuesto, perpendicular al plano de ac-
fractur
fractura a intracapsular
intracapsular de Malgaigne. tomas: gibosidad angular (el vértice co- ción de las fuerzas. Como en la mayoría
D
Antigua denominación de las fracturas del rresponde a la vértebra situada por enci- de los casos termina por predominar una
cuello anatómico y cabeza del húmero. ma); diastasis de las apófisis espinosas; de las dos, rara vez son puras, sino que se
fractur
fractura a iterati
iterativ
va. Fractura de repeti- dolor espontáneo y en la presión; con- combinan con un componente de flexión.
ción; frecuente en la rótula. Se atribuye tractura muscular; impotencia funcio- fractur
fractura a por sobrecarga. Son fracturas
a mala consolidación por callo fibroso. nal. La medula rara vez es comprometi- óseas espontáneas de un hueso normal,
fractur
fractura-luxación
a-luxación de Galeazzi. Frac- da. (Véase r aquis, traumatismos.) sin antecedentes de un traumatismo di-
tura del tercio inferior del radio con lu- fractura
fractur a por contragolpe.
contragolpe. Véase frac
frac-- recto considerable, que aparecen como
xación de la extremidad distal del cúbi- tura
tura indirecta. consecuencia de una hiperfunción, un
antebrazo, fracturas y luxa-
to. (Véase antebrazo, fractura
fractur a por decapitación. Fractura de trabajo excesivo del hueso más allá
ciones.) la cabeza del fémur a nivel del rodete de sus posibilidades mecánicas nor-
fractur
fractura a maleolar.
maleolar. Fractura de la garganta cotiloideo, producida por un mecanis- males.
del pie. Unimaleolar o bimaleolar. Por lo mo puro de tijera en caídas sobre los fractur
fractura a por torsión. Fractura helicoi-
E F
general se produce en forma indirecta, pies, con pierna y muslo rígidos. dal, indirecta, producida por un esfuer-
por un movimiento de torsión e inclina- fractur
fractura a por efracción.
efracción. Fractura incom- zo en rosca.
ción lateral del pie, por mecanismo de pleta con empotramiento parcial de diá- fractur
fractura a por tracción.
tracción. Fractura indirec-
arrancamiento o estallido. El primero re- fisis en epífisis, muy común en niños. ta en que la fuerza actúa sobre el hueso
presenta el límite de la tolerancia a la dis- fractura
fractur a por el cinturón de seguridad. por distensión. Son fracturas por con-
tensión de los ligamentos laterales, que Véase fractur
fractura a de Chance. tracción muscular brusca o por violenta
producen el arrancamiento en la parte fractur
fractura a por estallido. Fractura del crá- distensión de un ligamento, que produ-
superior, puesto que ahí se insertan en neo en la cual el trauma produce una cen el arrancamiento de una apófisis o
FIG. 1. Diversos tipos anatomopatológicos de
forma de cinta única. El segundo es se- deformación que excede los límites de del punto de inserción de los tendones
fracturas según su mecanismo indirecto de pro-
cundario a la rotura de la mortaja que elasticidad. o ligamentos. ducción. A) Por un esfuerzo de flexión. B) Por
contiene el astrágalo, que choca contra fractur
fractura a por estrés. Fracturas óseas de fractur
fractura a por zambullida. (En inglés, di- desviación angular de un segmento del miem-
uno de los maléolos, fracturándolo. tipo fisurario, que se producen sin un ving fracture.) Fracturas por estallido del bro. C) Por torsión. D) Por impactación. E) Por
fractur
fractura a marginal. Fractura por astilla- traumatismo determinado, bajo la in- atlas o del cuerpo de las restantes vérte-
fractura 142 143 fracturas

los trazos divergen desde un punto cen- miento del reborde anterior o posterior fluencia de factores mecánicos persis- bras cervicales, producidas por un me- Fractura yuxtaepifisaria de tibia y pero- de Hoffa.
tral, como los radios de una estrella. de la extremidad inferior del radio o de tentes o repetidos. canismo de compresión axial sobre el né. Es frecuente y se produce por un me- fractur
fracturasas
fractur
fractura a extracapsular
extracapsular del cuello ana- ana- la tibia. fractur
fractura a por extensión. Mecanismo muy cráneo, causadas lo más frecuentemen- canismo indirecto: caída con el pie en Generalidades
tómico. Véase fractur
fracturaa del primer fractur
fractura a parcial.
parcial. Véase fractura incom- común de las fracturas supracondíleas te por zambullidas en aguas poco pro- ángulo recto. Trazo transversal que afec- Nomenclatura y clasificación
espacio libre. pleta. del húmero frecuentes en los niños. La fundas. ta tibia y peroné a 3 cm de la interlínea 1) Según su relación con el exterior.
fractur
fractura a fisuraria.
fisuraria. Fractura incompleta fractur
fractura a patológica. Dícese de las frac- línea fracturaria es oblicua hacia abajo fractur
fractura a separada.
separada. Véase fractur
fractura a de tobillo traumatismos.)
articular. (Véase tobillo, Fracturas cerradas y abiertas o expuestas.
lineal de la diáfisis de los huesos largos turas que se producen por traumatismos y adelante. El fragmento inferior, por ac- Warvick
arvick y Bremmer.
Bremmer. fractur
fractura a tibioperonea alta. Véase frac
frac - Estas últimas divididas a su vez en frac-
o de los del cráneo, en la que apenas poco importantes, debido a la disminu- ción del tríceps, es llevado hacia atrás y fractur
fractura a sin desviación. Los fragmentos tura
tura de Maisonneuve.
Maisonneuve. turas abiertas de fuera adentro, cuando
existe separación de los bordes. ción de la resistencia mecánica de los arriba, quedando el superior colocado permanecen en contacto sin ninguna fractur
fractura a transcervical.
transcervical. Fractura del cue- son debidas a la acción del agente vul-
fractur
fractura a glenoidea. Véase en escápula, huesos; son secundarios a procesos os- abajo y adelante. clase de desplazamiento. llo del fémur que pasa por la parte me- nerante externo, y fracturas abiertas de
fracturas. teopénicos. fractur
fractura a por flexión. Mecanismo indi- fractur
fractura a subtrocantérea. Véase fractu
fractu-- fémur, fracturas
dia del mismo. (Véase fémur, dentro afuera cuando son los propios
fractur
fractura a helicoidal. Fractura en la cual fractur
fractura a por abducción. En general se recto de la mayoría de las fracturas. Dos r a del primer espacio libre. de la extremidad proximal.) fragmentos óseos los que abren la comu-
la solución de continuidad rodea el aplica esta definición a las fracturas de fuerzas de igual dirección y sentido ac- fractur
fractura a supracondílea
supracondílea del fémur.
fémur. Frac- fractur
fractura a trimaleolar del tobillo. Frac- nicación con el exterior.
cuerpo del hueso en espiral más o me- cuello femoral supuestamente produci- túan sobre las extremidades de un hue- tura de la extremidad inferior del fémur. tura de los dos maléolos, interno y ex- 2) Según el número de fragmentos.
nos alargada. Se produce por un meca- das por un mecanismo de abducción, so largo, tratando de exagerar o rectifi- fractur
fractura a supracondílea
supracondílea del húmero. terno, y del reborde posterior de la tibia Fracturas simples, de solo dos fragmen-
nismo de torsión. Sin.: fractura de Gerdy con desviación en valgo de los fragmen- car su curvatura. En el primer caso, la Fractura transversal de la extremidad (tercer maléolo), casi siempre con sub- tos, plurifragmentarias y conminutas. En
o de Gosselin. tos. Pero es igualmente aplicable a cual- fractura comienza por la parte convexa superior del húmero, cuyo trazo pasa luxación posterior del astrágalo. (Véase esta categoría se incluyen igualmente
fractur
fractura a incompleta. Afecta sólo parte quier fractura en que intervenga el mis- para tomar después la parte cóncava. En por arriba del cartílago de conjunción. tobillo, fracturas.) las llamadas fracturas segmentarias, con
del hueso. Comprende las curvaturas mo mecanismo. el segundo, sucede a la inversa. fractur
fractura a suprainter
supraintercondílea.
condílea. Fractura fractur
fractura a trocantérea. Fractura cuyo tra- un tercer fragmento interpuesto forma-
temporales, las debidas a efracción, fi- fractur
fractura a por aducción. Definición apli- fractur
fractura a por flexión de KocKocher
her.. Meca- del fémur con trazo en Y o en T. (Véase zo interesa solamente uno de los maci- do por un segmento diafisario.
suras, depresiones o hundimientos y los cada en general a las fracturas de cuello nismo poco frecuente de producción de
fémur, fracturas de la extremidad dis-
fémur, zos trocantéreos del húmero o del fé- 3) Según su localización en el hueso
surcos, canales y perforaciones. Las de femoral supuestamente producidas por las fracturas supracondíleas del húme-
tal.) mur. afecto. Epifisarias, metafisarias, diafisa-
inflexión y efracción son muy comunes un mecanismo de aducción, con des- ro, generalmente por causa directa; más
fractur
fractura a supramaleolar
supramaleolar de Malgaigne. fractur
fractura a unicondílea. Véase fractur
fractura a rias, apofisarias, intraarticulares o extraar-
en los huesos largos de los niños, por su viación en varo. También es igualmente común en los adultos. La línea de frac-
elasticidad; muchas veces son subpe- aplicable a cualquier fractura en que in- tura va de arriba abajo y de adelante
riósticas. Sin.: fractura parcial. tervenga el mismo mecanismo. atrás. El fragmento inferior se desvía ha-
A B C
fractur
fractura a indirecta. La que se produce en fractur
fractura a por arrancamiento.
arrancamiento. Fractura a cia arriba y adelante y el superior hacia
un punto distante del lugar del trauma- nivel de la inserción de un músculo o atrás y abajo. Sin.: fractura de Kocher.
tismo. Sin.: fractura por contragolpe. tendón, producida por una contracción fractur
fractura a por inflexión. Fractura incom-
fractur
fractura a interdeltopectoral.
interdeltopectoral. Véase frac-
frac- muscular o por un movimiento brusco pleta en tallo verde, muy común en los
tura
tura de Baraldi.
Baraldi. que pone en tensión forzada un liga- niños por la mayor elasticidad de sus
fractur
fractura a intertrocantérea. Fractura de la mento. huesos.
extremidad superior del fémur. El trazo de fractur
fractura a por compresión. Mecanismo fractur
fractura a por mecanismo de tijera.
tijera. Me-
fractura pasa a través del macizo trocan- general de producción de las fracturas canismo de fractura directa, que se pro-
téreo. La sintomatología es semejante a la en la columna vertebral, al caer sobre duce en el plano de encuentro de dos
de las cervicotrocantéreas. El diagnóstico los pies desde cierta altura, a la que se fuerzas de dirección paralela y sentido
diferencial se hace por la radiografía. agrega un componente de flexión. Sín- opuesto, perpendicular al plano de ac-
fractur
fractura a intracapsular
intracapsular de Malgaigne. tomas: gibosidad angular (el vértice co- ción de las fuerzas. Como en la mayoría
D
Antigua denominación de las fracturas del rresponde a la vértebra situada por enci- de los casos termina por predominar una
cuello anatómico y cabeza del húmero. ma); diastasis de las apófisis espinosas; de las dos, rara vez son puras, sino que se
fractur
fractura a iterati
iterativ
va. Fractura de repeti- dolor espontáneo y en la presión; con- combinan con un componente de flexión.
ción; frecuente en la rótula. Se atribuye tractura muscular; impotencia funcio- fractur
fractura a por sobrecarga. Son fracturas
a mala consolidación por callo fibroso. nal. La medula rara vez es comprometi- óseas espontáneas de un hueso normal,
fractur
fractura-luxación
a-luxación de Galeazzi. Frac- da. (Véase r aquis, traumatismos.) sin antecedentes de un traumatismo di-
tura del tercio inferior del radio con lu- fractura
fractur a por contragolpe.
contragolpe. Véase frac
frac-- recto considerable, que aparecen como
xación de la extremidad distal del cúbi- tura
tura indirecta. consecuencia de una hiperfunción, un
antebrazo, fracturas y luxa-
to. (Véase antebrazo, fractura
fractur a por decapitación. Fractura de trabajo excesivo del hueso más allá
ciones.) la cabeza del fémur a nivel del rodete de sus posibilidades mecánicas nor-
fractur
fractura a maleolar.
maleolar. Fractura de la garganta cotiloideo, producida por un mecanis- males.
del pie. Unimaleolar o bimaleolar. Por lo mo puro de tijera en caídas sobre los fractur
fractura a por torsión. Fractura helicoi-
E F
general se produce en forma indirecta, pies, con pierna y muslo rígidos. dal, indirecta, producida por un esfuer-
por un movimiento de torsión e inclina- fractur
fractura a por efracción.
efracción. Fractura incom- zo en rosca.
ción lateral del pie, por mecanismo de pleta con empotramiento parcial de diá- fractur
fractura a por tracción.
tracción. Fractura indirec-
arrancamiento o estallido. El primero re- fisis en epífisis, muy común en niños. ta en que la fuerza actúa sobre el hueso
presenta el límite de la tolerancia a la dis- fractura
fractur a por el cinturón de seguridad. por distensión. Son fracturas por con-
tensión de los ligamentos laterales, que Véase fractur
fractura a de Chance. tracción muscular brusca o por violenta
producen el arrancamiento en la parte fractur
fractura a por estallido. Fractura del crá- distensión de un ligamento, que produ-
superior, puesto que ahí se insertan en neo en la cual el trauma produce una cen el arrancamiento de una apófisis o
FIG. 1. Diversos tipos anatomopatológicos de
forma de cinta única. El segundo es se- deformación que excede los límites de del punto de inserción de los tendones
fracturas según su mecanismo indirecto de pro-
cundario a la rotura de la mortaja que elasticidad. o ligamentos. ducción. A) Por un esfuerzo de flexión. B) Por
contiene el astrágalo, que choca contra fractur
fractura a por estrés. Fracturas óseas de fractur
fractura a por zambullida. (En inglés, di- desviación angular de un segmento del miem-
uno de los maléolos, fracturándolo. tipo fisurario, que se producen sin un ving fracture.) Fracturas por estallido del bro. C) Por torsión. D) Por impactación. E) Por
fractur
fractura a marginal. Fractura por astilla- traumatismo determinado, bajo la in- atlas o del cuerpo de las restantes vérte-
fracturas 144 145 fracturas

las fracturas espontáneas o patológicas, recta sobre la matriz ósea, o bien indi-
igualmente de la competencia del trau- rectamente a través de un proceso os-
matólogo, entre otras razones por su tra- teoporótico provocado por la medica-
tamiento. Entre ellas hay que considerar ción. Por último, interesa recordar las
las fracturas semiespontáneas o causa- fracturas de esfuerzo, por sobrecarga,
das por un traumatismo de escasa enti- de esfuerzo o estrés, entre las que se
dad sobre un terreno previamente afec- encuentran, principalmente, las frac-
FIG. 2. Fractura en tallo verde, propia de los tado por un factor etiológico de menos turas de los metatarsianos (enferme-
niños, con gran angulación entre los fragmen-
resistencia, que puede ser congénito (os- dad de Deutschländer), las del cuello
tos, pero con conservación de la continuidad
del periostio, que mantiene el contacto entre teogénesis imperfecta en primer lugar, y del fémur en los ancianos y las del pe-
sus extremos. la osteopetrosis condensante de Albers- roné en los niños (fig. 6).
Schonberg) o adquirido (osteoporosis, 8) Según el número de fracturas en
tumores primitivos o metastásicos, quis- el mismo individuo. Las fracturas pue-
tes óseos, enfermedad de Paget, hiper- den ser únicas o múltiples. Entre estas
paratiroidismo, osteomalacia). últimas se incluyen los polifracturados o
Otros factores etiológicos no determi- politraumatizados, que constituyen por
nantes, pero favorecedores de las frac- sí mismos un capítulo aparte y muy im-
turas y más discutibles que los ante- portante de la traumatología.
riormente citados, son los tratamientos Anatomía patológica. No es necesa-
prolongados con corticoides o con he- ria una descripción del foco de fractura,
parina, ya sea por una repercusión di- cuyas características generales ya han
FIG. 5. Ejemplo de fractura con pérdida im- FIG. 6. Dos tipos relativamente frecuentes de fracturas por fatiga o sobreesfuerzo. Fractura del pe-
portante de sustancia. roné en un niño y del cuello de un metatarsiano (fractura de marcha o de Deutschländer).

A B
sido señaladas en líneas anteriores, y ducen el mecanismo de la lesión. Al otra forma de osteopenia, véase el artí-
cuyas particularidades, en sus distintas dolor acompaña, por lo general, la im- culo osteoporosis.
osteoporosis
localizaciones anatómicas, serán consi- potencia funcional y los signos locales Proceso de curación de las fracturas.
deradas en los correspondientes aparta- de un traumatismo de cierta importan- Formación y evolución del callo óseo.
dos. Tampoco se necesita hacer más cia: edema, equimosis, tumefacción, et- La consolidación de las fracturas óseas
que recordar las lesiones asociadas que cétera. En algunos casos, una deforma- es un proceso histofisiológico perfecta-
FIG. 3. Ejemplo de fractura impactada. con mucha frecuencia —casi constan- ción visible o palpable del miembro o mente conocido y descrito desde la épo-
temente— acompañan a las lesiones de la zona correspondiente al hueso ca de Dupuytren (1836) en sus líneas
fracturarias propiamente dichas: atri- fracturado (por ejemplo, de la zona cla- más generales, y que constituyen la
ticulares, marginales. ción o desgarro de las partes blandas, vicular). Y en ocasiones, la crepitación, base empírica de muchos de los trata-
4) Según el mecanismo supuesto de hematomas, equimosis, derrames arti- citada en todos los tratados clásicos mientos todavía empleados. Pero sigue
producción. Por un mecanismo directo culares, lesiones vasculonerviosas, le- como signo inconfundible de fractura planteando, en el terreno biológico,
o indirecto. Y en este último caso pue- siones ligamentosas, atrofia muscular, o ósea. En cualquier caso el diagnóstico problemas aún no del todo resueltos
den obedecer a un esfuerzo de flexión, participación de órganos internos (pleu- —apenas es necesario decirlo— tiene («envueltos en misterio», según frase de
abducción, aducción, torsión, compre- ropulmonares, principalmente) o de la que ser confirmado por el examen ra- Merle d’Aubigné) que son objeto de in-
sión, impactación, por arrancamiento o médula espinal (fracturas del raquis), diográfico, y en algunos casos excep- cesantes estudios a la luz de los nuevos
avulsión (de una inserción muscular o li- cuyo estudio particular, en cada caso, cionales por otros medios más sofistica- y cada vez más perfeccionados medios
gamentosa, etc.), o por aplastamiento se aborda también en los apartados co- dos de diagnóstico por la imagen, como de investigación científica, cuyo objeti-
(de un cuerpo vertebral) (fig. 1). C D rrespondientes. la tomografía axial computarizada o la vo rebasa el interés puramente teórico
5) Según el trazo de fractura. Trans- Sintomatología general y diagnósti- resonancia magnética nuclear. Algunas para apuntar hacia la búsqueda de re-
versal, oblicua, espiroidea, de trazo múl- co. El dolor espontáneo es la manifes- fracturas espontáneas por sobrecarga o sultados prácticos que permitan mejo-
tiple (lo mismo que plurifragmentaria), tacion más constante y más llamativa de fracturas de estrés pueden ser diagnosti- rar las posibilidades del tratamiento,
marginal. toda fractura, aunque no siempre en cadas precozmente, durante el período acortar el período de consolidación y
6) Según la relación de los fragmen- proporción a la gravedad de la lesión. prerradiológico, por medio de la gam- evitar al máximo las complicaciones.
tos entre sí. Fracturas completas, con total Una fractura enclavada de un hueso im- magrafía ósea, cuyos datos positivos Para comprender adecuadamente el
separación entre los fragmentos, e in- portante, por ejemplo, puede ser menos preceden, según quienes la han practi- planteamiento de dichos problemas y el
completas, fisurarias o en tallo verde, lla- dolorosa que una fractura insignificante cado, en dos a tres semanas a los prime- alcance práctico de sus posibles solu-
madas también subperiósticas (fig. 2), fisuraria o incompleta, o incluso que ros signos radiográficos. Este mismo mé- ciones, es necesario empezar por recor-
empotradas o impactadas (fig. 3), despla- una contusión simple de un hueso su- todo puede servir igualmente (siempre dar un hecho particularmente impor-
zadas o no desplazadas. Los desplaza- perficial (tibia, maléolos, etc.). En todo según sus admonitores) para controlar la tante: la unión entre los fragmentos de
mientos pueden ser angulares, «ad latus», caso, el dolor espontáneo no constituye evolución del callo óseo y para estable- un hueso fracturado exige la interven-
por acabalgamiento o por distracción o un dato suficientemente seguro para cer un diagnóstico diferencial entre las ción de fenómenos de metaplasia tisu-
separación lineal (fig. 4). Igualmente hay formular el diagnóstico de fractura. Más seudoartrosis establecidas y los simples lar iguales o muy parecidos a los que
que considerar en este orden las fracturas significado tiene, en este sentido, el do- retrasos de consolidación (véase el ar- tienen lugar en el esqueleto embriona-
con pérdida de sustancia (fig. 5). lor provocado a la presión sobre el foco tículo seudoartrosis).
seudoartrosis En cuanto al rio o en las zonas de crecimiento óseo,
7) Según la etiología. Fracturas trau- o el que se produce por la movilización empleo de la densitometría para deter- pero ausentes en otras zonas o en el
máticas, que son las que principalmente FIG. 4. Desviaciones más frecuentes de los fragmentos de fractura: A) angular; B) ad latus; pasiva del hueso fracturado, especial- minar el riesgo de fractura, ante la sos- hueso adulto. No se trata, por tanto, de
constituyen el objeto de este estudio, y mente por los movimientos que repro- pecha de una osteoporosis o cualquier una simple cicatrización, como se afir-
fracturas 144 145 fracturas

las fracturas espontáneas o patológicas, recta sobre la matriz ósea, o bien indi-
igualmente de la competencia del trau- rectamente a través de un proceso os-
matólogo, entre otras razones por su tra- teoporótico provocado por la medica-
tamiento. Entre ellas hay que considerar ción. Por último, interesa recordar las
las fracturas semiespontáneas o causa- fracturas de esfuerzo, por sobrecarga,
das por un traumatismo de escasa enti- de esfuerzo o estrés, entre las que se
dad sobre un terreno previamente afec- encuentran, principalmente, las frac-
FIG. 2. Fractura en tallo verde, propia de los tado por un factor etiológico de menos turas de los metatarsianos (enferme-
niños, con gran angulación entre los fragmen-
resistencia, que puede ser congénito (os- dad de Deutschländer), las del cuello
tos, pero con conservación de la continuidad
del periostio, que mantiene el contacto entre teogénesis imperfecta en primer lugar, y del fémur en los ancianos y las del pe-
sus extremos. la osteopetrosis condensante de Albers- roné en los niños (fig. 6).
Schonberg) o adquirido (osteoporosis, 8) Según el número de fracturas en
tumores primitivos o metastásicos, quis- el mismo individuo. Las fracturas pue-
tes óseos, enfermedad de Paget, hiper- den ser únicas o múltiples. Entre estas
paratiroidismo, osteomalacia). últimas se incluyen los polifracturados o
Otros factores etiológicos no determi- politraumatizados, que constituyen por
nantes, pero favorecedores de las frac- sí mismos un capítulo aparte y muy im-
turas y más discutibles que los ante- portante de la traumatología.
riormente citados, son los tratamientos Anatomía patológica. No es necesa-
prolongados con corticoides o con he- ria una descripción del foco de fractura,
parina, ya sea por una repercusión di- cuyas características generales ya han
FIG. 5. Ejemplo de fractura con pérdida im- FIG. 6. Dos tipos relativamente frecuentes de fracturas por fatiga o sobreesfuerzo. Fractura del pe-
portante de sustancia. roné en un niño y del cuello de un metatarsiano (fractura de marcha o de Deutschländer).

A B
sido señaladas en líneas anteriores, y ducen el mecanismo de la lesión. Al otra forma de osteopenia, véase el artí-
cuyas particularidades, en sus distintas dolor acompaña, por lo general, la im- culo osteoporosis.
osteoporosis
localizaciones anatómicas, serán consi- potencia funcional y los signos locales Proceso de curación de las fracturas.
deradas en los correspondientes aparta- de un traumatismo de cierta importan- Formación y evolución del callo óseo.
dos. Tampoco se necesita hacer más cia: edema, equimosis, tumefacción, et- La consolidación de las fracturas óseas
que recordar las lesiones asociadas que cétera. En algunos casos, una deforma- es un proceso histofisiológico perfecta-
FIG. 3. Ejemplo de fractura impactada. con mucha frecuencia —casi constan- ción visible o palpable del miembro o mente conocido y descrito desde la épo-
temente— acompañan a las lesiones de la zona correspondiente al hueso ca de Dupuytren (1836) en sus líneas
fracturarias propiamente dichas: atri- fracturado (por ejemplo, de la zona cla- más generales, y que constituyen la
ticulares, marginales. ción o desgarro de las partes blandas, vicular). Y en ocasiones, la crepitación, base empírica de muchos de los trata-
4) Según el mecanismo supuesto de hematomas, equimosis, derrames arti- citada en todos los tratados clásicos mientos todavía empleados. Pero sigue
producción. Por un mecanismo directo culares, lesiones vasculonerviosas, le- como signo inconfundible de fractura planteando, en el terreno biológico,
o indirecto. Y en este último caso pue- siones ligamentosas, atrofia muscular, o ósea. En cualquier caso el diagnóstico problemas aún no del todo resueltos
den obedecer a un esfuerzo de flexión, participación de órganos internos (pleu- —apenas es necesario decirlo— tiene («envueltos en misterio», según frase de
abducción, aducción, torsión, compre- ropulmonares, principalmente) o de la que ser confirmado por el examen ra- Merle d’Aubigné) que son objeto de in-
sión, impactación, por arrancamiento o médula espinal (fracturas del raquis), diográfico, y en algunos casos excep- cesantes estudios a la luz de los nuevos
avulsión (de una inserción muscular o li- cuyo estudio particular, en cada caso, cionales por otros medios más sofistica- y cada vez más perfeccionados medios
gamentosa, etc.), o por aplastamiento se aborda también en los apartados co- dos de diagnóstico por la imagen, como de investigación científica, cuyo objeti-
(de un cuerpo vertebral) (fig. 1). C D rrespondientes. la tomografía axial computarizada o la vo rebasa el interés puramente teórico
5) Según el trazo de fractura. Trans- Sintomatología general y diagnósti- resonancia magnética nuclear. Algunas para apuntar hacia la búsqueda de re-
versal, oblicua, espiroidea, de trazo múl- co. El dolor espontáneo es la manifes- fracturas espontáneas por sobrecarga o sultados prácticos que permitan mejo-
tiple (lo mismo que plurifragmentaria), tacion más constante y más llamativa de fracturas de estrés pueden ser diagnosti- rar las posibilidades del tratamiento,
marginal. toda fractura, aunque no siempre en cadas precozmente, durante el período acortar el período de consolidación y
6) Según la relación de los fragmen- proporción a la gravedad de la lesión. prerradiológico, por medio de la gam- evitar al máximo las complicaciones.
tos entre sí. Fracturas completas, con total Una fractura enclavada de un hueso im- magrafía ósea, cuyos datos positivos Para comprender adecuadamente el
separación entre los fragmentos, e in- portante, por ejemplo, puede ser menos preceden, según quienes la han practi- planteamiento de dichos problemas y el
completas, fisurarias o en tallo verde, lla- dolorosa que una fractura insignificante cado, en dos a tres semanas a los prime- alcance práctico de sus posibles solu-
madas también subperiósticas (fig. 2), fisuraria o incompleta, o incluso que ros signos radiográficos. Este mismo mé- ciones, es necesario empezar por recor-
empotradas o impactadas (fig. 3), despla- una contusión simple de un hueso su- todo puede servir igualmente (siempre dar un hecho particularmente impor-
zadas o no desplazadas. Los desplaza- perficial (tibia, maléolos, etc.). En todo según sus admonitores) para controlar la tante: la unión entre los fragmentos de
mientos pueden ser angulares, «ad latus», caso, el dolor espontáneo no constituye evolución del callo óseo y para estable- un hueso fracturado exige la interven-
por acabalgamiento o por distracción o un dato suficientemente seguro para cer un diagnóstico diferencial entre las ción de fenómenos de metaplasia tisu-
separación lineal (fig. 4). Igualmente hay formular el diagnóstico de fractura. Más seudoartrosis establecidas y los simples lar iguales o muy parecidos a los que
que considerar en este orden las fracturas significado tiene, en este sentido, el do- retrasos de consolidación (véase el ar- tienen lugar en el esqueleto embriona-
con pérdida de sustancia (fig. 5). lor provocado a la presión sobre el foco tículo seudoartrosis).
seudoartrosis En cuanto al rio o en las zonas de crecimiento óseo,
7) Según la etiología. Fracturas trau- o el que se produce por la movilización empleo de la densitometría para deter- pero ausentes en otras zonas o en el
máticas, que son las que principalmente FIG. 4. Desviaciones más frecuentes de los fragmentos de fractura: A) angular; B) ad latus; pasiva del hueso fracturado, especial- minar el riesgo de fractura, ante la sos- hueso adulto. No se trata, por tanto, de
constituyen el objeto de este estudio, y mente por los movimientos que repro- pecha de una osteoporosis o cualquier una simple cicatrización, como se afir-
fracturas 146 147 fracturas

maba en la época de Dupuytren, sino como consecuencia de una fractura ce- los extremos de los fragmentos (fig. 7). ción ósea no se limita al periostio, sino cionados con la reparación biológica morfológica entre las células mesenqui-
de la renovación de una capacidad de rrada. La circulación venosa corre a car- 2) Fase de reacción inflamatoria ines- que se produce también, simultánea- de las fracturas. En líneas muy genera- males indiferenciadas —pericitos— y
osteogénesis latente a cargo de las célu- go de un sistema de venas satélites del pecífica. Está caracterizada por una mente, en el interior de la cavidad me- les y de forma esquemática pueden re- los osteoblastos maduros, así como su
las que participan en la formación del sistema arterial, intramedular, periósti- mayor afluencia de sangre al foco, va- dular, dando lugar al callo endóstico o ducirse a los siguientes aspectos todavía abundante presencia en la periferia de
callo. De dónde proceden estas células co y metafisario, y está favorecida por la sodilatación, exudación de plasma, neo- interno, corrientemente en menor pro- no resueltos de una manera satisfactoria los vasos de neoformación que invaden
y cuáles son los factores biológicos que acción de bomba ejercida por la mus- vascularización, infiltración leucocita- porción que el callo perióstico. Sin em- y definitiva: 1.o, origen de las células el callo de fractura (Hernández Gil de
ponen en marcha su actividad osteogé- culatura circundante. Se admite en ge- ria, formación de tejido de granulación, bargo, en algunas circunstancias, como con actividad osteogénica, es decir, de Tejada, Robles Marín y Smith Agreda).
nica o condicionan su desarrollo es neral que la corriente circulatoria en un etcétera. Es decir, todos los fenómenos por ejemplo en las fracturas rigurosamen- los osteoblastos, y 2.o, cuál es el factor Otra, la presencia de actividad de la fos-
algo de lo que hoy día se sigue discu- hueso largo transcurre normalmente en propios de la reacción inflamatoria in- te inmovilizadas desde el principio o tra- inductor a cuyo estímulo las células os- fatasa alcalina tanto en la membrana de
tiendo a nivel científico. Antes que sentido centrífugo, es decir, desde el in- mediata. En esta fase se inicia también tadas mediante osteosíntesis con placas, teogénicas responden con la neoforma- los osteoblastos maduros como en las
nada, y como punto de partida necesa- terior de la cavidad medular hacia el el proceso de limpieza o fagocitosis de la participación endostal en la formación ción ósea. supuestas células mesenquimatosas
rio para una toma de contacto con estos sistema externo de vasos periósticos y los detritos tisulares, a cargo de células del callo provisional puede ser superior a Origen de las células osteogénicas u os- precursoras, de estructura semejante
problemas, es conveniente una descrip- musculares. Cuando se produce una polimorfas que hacen su aparición en el la del periostio. teoformadoras. Dos teorías se enfren- (Díaz Flores y López Alonso, entre
ción, siquiera sea esquemática y resu- fractura diafisaria, este sentido de la co- foco, los histiocitos, y a las que está re- Desde el punto de vista estructural, el ca- tan en relación a este problema: otros). Es bastante probable que en el
mida, de los fenómenos ya conocidos y rriente se invierte, convirtiéndose en servado un papel importante, como llo provisional está formado por hueso in- 1) Según una de ellas, estas células proceso de osteogénesis reparadora de
definitivamente establecidos acerca de centrípeto. Hay que suponer, por tanto, pronto se verá, en las fases sucesivas. maduro o fibrilar (el woven bone de los tendrían una existencia previa a la las fracturas intervengan los dos grupos
la evolución del callo óseo y los facto- que con la fractura aumenta considera- 3) Formación del callo provisional. Con anglosajones) dispuesto en trabéculas o fractura. Serían algo así como osteo- de células aludidos en las citadas teo-
res anatomofisiológicos que la condi- blemente el estado de congestión veno- ella empieza la fase de consolidación tabiques perpendiculares a la superficie blastos inactivos o «células preprogra- rías. A las células predeterminadas del
cionan a través de sus sucesivas fases, sa a nivel del foco, que sólo es aliviada propiamente dicha, osteogénica o espe- del hueso. En el callo se encuentran —o madas», «predeterminadas» o «predi- estroma medular, del periostio y del en-
tomando como ejemplo la fractura de por la actividad de los músculos circun- cífica del proceso reparador, es decir, la pueden encontrarse— islotes de tejido ferenciadas», que no necesitarían más dostio correspondería el inicio de la re-
un hueso largo diafisario. dantes. El sentido centrífugo normal de formación de tejido óseo, la cual tiene lu- cartilaginoso que a su vez está sometido que un estímulo activador de naturale- generación en respuesta a estímulos lo-
Vascularización de un hueso diafisario. la circulación en el interior del hueso se gar principalmente, pero no exclusiva- a un proceso de osificación encondral za todavía no precisada para entrar en cales producidos por la misma lesión
El aporte arterial corre a cargo normal- restablece al formarse el callo periósti- mente, a nivel del periostio. Por lo cual, el que tiende a sustituirlo por hueso inma- actividad y comportarse como verda- (Urist), mientras que las células mesen-
mente de la arteria nutricia, las arterias co o provisional. callo que se forma, el callo provisional, duro de neoformación. En general se ad- deros osteoblastos. A favor de esta in- quimatosas o pericitos serían las encar-
epifisarias y de la red arterial perióstica, Fases de la consolidación: se conoce también habitualmente con el mite que la formación de cartílago en el terpretación está el hecho difícilmente gadas de continuar este proceso hasta
todas ellas anastomosadas entre sí, de 1) Hematoma fracturario. La rotura del nombre de callo perióstico, y de hecho, seno del callo de fractura está condicio- rebatible de la actividad osteogénica completarlo.
tal modo que la interrupción de estos hueso conlleva necesariamente la de los estudios autorradiográficos con timi- nado a la movilidad del foco y es tanto que muestran las células preexisten- Estímulos inductores o activadores de la
vasos arteriales a consecuencia de una los vasos que transcurren a lo largo del dina marcada han demostrado que esta mayor cuanto menor sea la presión local tes del cambio perióstico, del endos- actividad osteoblástica. Han sido aisla-
fractura no deja nunca sin vasculariza- mismo, y en consecuencia, a la forma- actividad osteogénica inicial tiene lugar de oxígeno, es decir, cuanto más pobre tio, del estroma medular y de los con- das numerosas sustancias orgánicas que
ción el hueso afecto, salvo en algunas ción de un hematoma en el seno del principalmente en la capa profunda o sea la circulación en la zona. La forma- ductos de Havers. intervienen en los procesos de forma-
zonas muy determinadas, como la ca- foco de fractura. En esta primera fase se cambio del periostio, a un lado y otro de ción de tejido fibroso en el seno del callo 2) Según la otra teoría, los osteoblas- ción y remodelación ósea y que juegan
beza del fémur o el cuerpo del astrága- produce también un despegamiento del la línea de fractura, en la zona de despe- traduce una circulación aún más pobre o tos que actúan a nivel fracturario son un papel importante en el metabolismo
lo. La necrosis avascular de la diáfisis de periostio en las zonas próximas a la lí- gamiento del periostio (fig. 8). Sin embar- nula, y tiene un significado inequívoca- elementos derivados de otras células no óseo y en el intercambio del calcio, y
un hueso largo no se produce nunca nea de fractura, y una necrosis ósea de go, y como ya se ha dicho, la neoforma- mente desfavorable. La fase de formación diferenciadas y capaces por lo mismo por lo tanto también en el proceso de
del callo provisional, coincidente con la de sufrir una diferenciación que las formación y remodelación del callo
curación clínica de la fractura, se com- transforma en osteoblastos, o las puede óseo. Sus efectos son múltiples y muy
Hueso fibrilar pleta hacia la sexta u octava semana de transformar en condroblastos. Estas cé- variados, facilitando (a veces inhibien-
Hueso vivo neoformado producirse la lesión, y se prolonga hasta lulas progenitoras serían «importadas» do) la neovascularización, la síntesis
8 o 10 meses, en que el callo provisional al foco de fractura por los capilares de del colágeno y otras proteínas no colá-
es sustituido por el callo definitivo. neoformación. Para algunos, como genas, el aumento del ADN y por lo
F 4) Formación del callo definitivo. Trueta, formando parte del endotelio tanto la proliferación celular, la activi-
A partir del octavo mes después de la capilar; para otros —la mayoría—, for- dad local de la fosfatasa alcalina, etc.
T fractura se inicia la sustitución del hue- mando parte de las células mesenqui- Son las citoquinas o factores de creci-
so fibrilar por hueso laminar o haversia- matosas o pericitos que rodean a los miento, llamadas también hormonas lo-
C
no. Este proceso se realiza a expensas neocapilares. En cualquiera de los dos cales. Han sido descubiertas y estudia-
de la remodelación del callo a cargo de casos, se trataría de elementos «induci- das hasta la fecha multitud de tales
HN los osteoclastos y osteoblastos de acuer- dos» a diferenciarse como osteoblastos citoquinas, que unidas a las que se si-
do con unas pautas de transformación con ocasión de la fractura, bajo la in- guen descubriendo y estudiando for-
histológica que son bien conocidas y fluencia de un estímulo inductor apro- man una lista casi inabarcable y prácti-
HV comunes a todo proceso de remodela- piado.* camente imposible de retener en la
ción ósea. Tanto las trabéculas de hue- Posiblemente, el origen de estas células memoria. Todas ellas se las designa ha-
so inmaduro como los restos de hueso hubiera podido determinarse con ma- bitualmente por siglas, que correspon-
EN M necrótico en los extremos de los frag- yor precisión de haberse podido marcar den a sus principales características o al
CS
mentos son invadidos por mamelones los elementos de la serie osteogénica. tejido del cual proceden, expresadas en
vasculares o conos de penetración, la- Pero esto no ha sido posible hasta fecha inglés (por ejemplo, el BDGF o «bone
brados por los osteoclastos y portadores relativamente reciente (1993), y hay derivated growth factor» y muchos otros
FIG. 7. Representación esquemática de las de nuevos vasos y de osteoblastos. De que contentarse con pruebas menos di- más). Desde el punto de vista químico,
alteraciones histopatológicas iniciales en la esta forma, y en el transcurso de varios rectas a favor de su origen mesenqui- todas ellas son polipéptidos y tienen en
cortical de un hueso diafisario fracturado. HV,
Trabécula de hueso Extremos necrosados Hueso fibrilar meses más, se reconstruye —o tiende a matoso. Una de ellas, la semejanza común la particularidad de poder ser
zona de hueso vivo normal; HN, zona de hue-
so necrosado; CS, coágulo sanguíneo; M, ca- neoformado intramedular de la cortical neoformado reconstruirse— la estructura, el contor- sintetizadas en muy diversos tejidos or-
vidad medular; EN, endostio; F, capa fibrosa no externo y la «medulización» del gánicos para ejercer su influencia local-
* El término «inducción» se emplea en embrio-
del periostio; T, inserción de un tendón. FIG. 8. Reproducción esquemática de una microfotografía de un callo de fractura en fase de con- hueso definitivo. logía para designar el efecto ejercido sobre un teji- mente en los procesos de reparación,
Principales problemas actuales rela- como es la curación de las heridas y la
fracturas 146 147 fracturas

maba en la época de Dupuytren, sino como consecuencia de una fractura ce- los extremos de los fragmentos (fig. 7). ción ósea no se limita al periostio, sino cionados con la reparación biológica morfológica entre las células mesenqui-
de la renovación de una capacidad de rrada. La circulación venosa corre a car- 2) Fase de reacción inflamatoria ines- que se produce también, simultánea- de las fracturas. En líneas muy genera- males indiferenciadas —pericitos— y
osteogénesis latente a cargo de las célu- go de un sistema de venas satélites del pecífica. Está caracterizada por una mente, en el interior de la cavidad me- les y de forma esquemática pueden re- los osteoblastos maduros, así como su
las que participan en la formación del sistema arterial, intramedular, periósti- mayor afluencia de sangre al foco, va- dular, dando lugar al callo endóstico o ducirse a los siguientes aspectos todavía abundante presencia en la periferia de
callo. De dónde proceden estas células co y metafisario, y está favorecida por la sodilatación, exudación de plasma, neo- interno, corrientemente en menor pro- no resueltos de una manera satisfactoria los vasos de neoformación que invaden
y cuáles son los factores biológicos que acción de bomba ejercida por la mus- vascularización, infiltración leucocita- porción que el callo perióstico. Sin em- y definitiva: 1.o, origen de las células el callo de fractura (Hernández Gil de
ponen en marcha su actividad osteogé- culatura circundante. Se admite en ge- ria, formación de tejido de granulación, bargo, en algunas circunstancias, como con actividad osteogénica, es decir, de Tejada, Robles Marín y Smith Agreda).
nica o condicionan su desarrollo es neral que la corriente circulatoria en un etcétera. Es decir, todos los fenómenos por ejemplo en las fracturas rigurosamen- los osteoblastos, y 2.o, cuál es el factor Otra, la presencia de actividad de la fos-
algo de lo que hoy día se sigue discu- hueso largo transcurre normalmente en propios de la reacción inflamatoria in- te inmovilizadas desde el principio o tra- inductor a cuyo estímulo las células os- fatasa alcalina tanto en la membrana de
tiendo a nivel científico. Antes que sentido centrífugo, es decir, desde el in- mediata. En esta fase se inicia también tadas mediante osteosíntesis con placas, teogénicas responden con la neoforma- los osteoblastos maduros como en las
nada, y como punto de partida necesa- terior de la cavidad medular hacia el el proceso de limpieza o fagocitosis de la participación endostal en la formación ción ósea. supuestas células mesenquimatosas
rio para una toma de contacto con estos sistema externo de vasos periósticos y los detritos tisulares, a cargo de células del callo provisional puede ser superior a Origen de las células osteogénicas u os- precursoras, de estructura semejante
problemas, es conveniente una descrip- musculares. Cuando se produce una polimorfas que hacen su aparición en el la del periostio. teoformadoras. Dos teorías se enfren- (Díaz Flores y López Alonso, entre
ción, siquiera sea esquemática y resu- fractura diafisaria, este sentido de la co- foco, los histiocitos, y a las que está re- Desde el punto de vista estructural, el ca- tan en relación a este problema: otros). Es bastante probable que en el
mida, de los fenómenos ya conocidos y rriente se invierte, convirtiéndose en servado un papel importante, como llo provisional está formado por hueso in- 1) Según una de ellas, estas células proceso de osteogénesis reparadora de
definitivamente establecidos acerca de centrípeto. Hay que suponer, por tanto, pronto se verá, en las fases sucesivas. maduro o fibrilar (el woven bone de los tendrían una existencia previa a la las fracturas intervengan los dos grupos
la evolución del callo óseo y los facto- que con la fractura aumenta considera- 3) Formación del callo provisional. Con anglosajones) dispuesto en trabéculas o fractura. Serían algo así como osteo- de células aludidos en las citadas teo-
res anatomofisiológicos que la condi- blemente el estado de congestión veno- ella empieza la fase de consolidación tabiques perpendiculares a la superficie blastos inactivos o «células preprogra- rías. A las células predeterminadas del
cionan a través de sus sucesivas fases, sa a nivel del foco, que sólo es aliviada propiamente dicha, osteogénica o espe- del hueso. En el callo se encuentran —o madas», «predeterminadas» o «predi- estroma medular, del periostio y del en-
tomando como ejemplo la fractura de por la actividad de los músculos circun- cífica del proceso reparador, es decir, la pueden encontrarse— islotes de tejido ferenciadas», que no necesitarían más dostio correspondería el inicio de la re-
un hueso largo diafisario. dantes. El sentido centrífugo normal de formación de tejido óseo, la cual tiene lu- cartilaginoso que a su vez está sometido que un estímulo activador de naturale- generación en respuesta a estímulos lo-
Vascularización de un hueso diafisario. la circulación en el interior del hueso se gar principalmente, pero no exclusiva- a un proceso de osificación encondral za todavía no precisada para entrar en cales producidos por la misma lesión
El aporte arterial corre a cargo normal- restablece al formarse el callo periósti- mente, a nivel del periostio. Por lo cual, el que tiende a sustituirlo por hueso inma- actividad y comportarse como verda- (Urist), mientras que las células mesen-
mente de la arteria nutricia, las arterias co o provisional. callo que se forma, el callo provisional, duro de neoformación. En general se ad- deros osteoblastos. A favor de esta in- quimatosas o pericitos serían las encar-
epifisarias y de la red arterial perióstica, Fases de la consolidación: se conoce también habitualmente con el mite que la formación de cartílago en el terpretación está el hecho difícilmente gadas de continuar este proceso hasta
todas ellas anastomosadas entre sí, de 1) Hematoma fracturario. La rotura del nombre de callo perióstico, y de hecho, seno del callo de fractura está condicio- rebatible de la actividad osteogénica completarlo.
tal modo que la interrupción de estos hueso conlleva necesariamente la de los estudios autorradiográficos con timi- nado a la movilidad del foco y es tanto que muestran las células preexisten- Estímulos inductores o activadores de la
vasos arteriales a consecuencia de una los vasos que transcurren a lo largo del dina marcada han demostrado que esta mayor cuanto menor sea la presión local tes del cambio perióstico, del endos- actividad osteoblástica. Han sido aisla-
fractura no deja nunca sin vasculariza- mismo, y en consecuencia, a la forma- actividad osteogénica inicial tiene lugar de oxígeno, es decir, cuanto más pobre tio, del estroma medular y de los con- das numerosas sustancias orgánicas que
ción el hueso afecto, salvo en algunas ción de un hematoma en el seno del principalmente en la capa profunda o sea la circulación en la zona. La forma- ductos de Havers. intervienen en los procesos de forma-
zonas muy determinadas, como la ca- foco de fractura. En esta primera fase se cambio del periostio, a un lado y otro de ción de tejido fibroso en el seno del callo 2) Según la otra teoría, los osteoblas- ción y remodelación ósea y que juegan
beza del fémur o el cuerpo del astrága- produce también un despegamiento del la línea de fractura, en la zona de despe- traduce una circulación aún más pobre o tos que actúan a nivel fracturario son un papel importante en el metabolismo
lo. La necrosis avascular de la diáfisis de periostio en las zonas próximas a la lí- gamiento del periostio (fig. 8). Sin embar- nula, y tiene un significado inequívoca- elementos derivados de otras células no óseo y en el intercambio del calcio, y
un hueso largo no se produce nunca nea de fractura, y una necrosis ósea de go, y como ya se ha dicho, la neoforma- mente desfavorable. La fase de formación diferenciadas y capaces por lo mismo por lo tanto también en el proceso de
del callo provisional, coincidente con la de sufrir una diferenciación que las formación y remodelación del callo
curación clínica de la fractura, se com- transforma en osteoblastos, o las puede óseo. Sus efectos son múltiples y muy
Hueso fibrilar pleta hacia la sexta u octava semana de transformar en condroblastos. Estas cé- variados, facilitando (a veces inhibien-
Hueso vivo neoformado producirse la lesión, y se prolonga hasta lulas progenitoras serían «importadas» do) la neovascularización, la síntesis
8 o 10 meses, en que el callo provisional al foco de fractura por los capilares de del colágeno y otras proteínas no colá-
es sustituido por el callo definitivo. neoformación. Para algunos, como genas, el aumento del ADN y por lo
F 4) Formación del callo definitivo. Trueta, formando parte del endotelio tanto la proliferación celular, la activi-
A partir del octavo mes después de la capilar; para otros —la mayoría—, for- dad local de la fosfatasa alcalina, etc.
T fractura se inicia la sustitución del hue- mando parte de las células mesenqui- Son las citoquinas o factores de creci-
so fibrilar por hueso laminar o haversia- matosas o pericitos que rodean a los miento, llamadas también hormonas lo-
C
no. Este proceso se realiza a expensas neocapilares. En cualquiera de los dos cales. Han sido descubiertas y estudia-
de la remodelación del callo a cargo de casos, se trataría de elementos «induci- das hasta la fecha multitud de tales
HN los osteoclastos y osteoblastos de acuer- dos» a diferenciarse como osteoblastos citoquinas, que unidas a las que se si-
do con unas pautas de transformación con ocasión de la fractura, bajo la in- guen descubriendo y estudiando for-
histológica que son bien conocidas y fluencia de un estímulo inductor apro- man una lista casi inabarcable y prácti-
HV comunes a todo proceso de remodela- piado.* camente imposible de retener en la
ción ósea. Tanto las trabéculas de hue- Posiblemente, el origen de estas células memoria. Todas ellas se las designa ha-
so inmaduro como los restos de hueso hubiera podido determinarse con ma- bitualmente por siglas, que correspon-
EN M necrótico en los extremos de los frag- yor precisión de haberse podido marcar den a sus principales características o al
CS
mentos son invadidos por mamelones los elementos de la serie osteogénica. tejido del cual proceden, expresadas en
vasculares o conos de penetración, la- Pero esto no ha sido posible hasta fecha inglés (por ejemplo, el BDGF o «bone
brados por los osteoclastos y portadores relativamente reciente (1993), y hay derivated growth factor» y muchos otros
FIG. 7. Representación esquemática de las de nuevos vasos y de osteoblastos. De que contentarse con pruebas menos di- más). Desde el punto de vista químico,
alteraciones histopatológicas iniciales en la esta forma, y en el transcurso de varios rectas a favor de su origen mesenqui- todas ellas son polipéptidos y tienen en
cortical de un hueso diafisario fracturado. HV,
Trabécula de hueso Extremos necrosados Hueso fibrilar meses más, se reconstruye —o tiende a matoso. Una de ellas, la semejanza común la particularidad de poder ser
zona de hueso vivo normal; HN, zona de hue-
so necrosado; CS, coágulo sanguíneo; M, ca- neoformado intramedular de la cortical neoformado reconstruirse— la estructura, el contor- sintetizadas en muy diversos tejidos or-
vidad medular; EN, endostio; F, capa fibrosa no externo y la «medulización» del gánicos para ejercer su influencia local-
* El término «inducción» se emplea en embrio-
del periostio; T, inserción de un tendón. FIG. 8. Reproducción esquemática de una microfotografía de un callo de fractura en fase de con- hueso definitivo. logía para designar el efecto ejercido sobre un teji- mente en los procesos de reparación,
Principales problemas actuales rela- como es la curación de las heridas y la
fracturas 148 149 fracturas

consolidación de las fracturas. Existen osteogénica del individuo: a niveles re- entre los fragmentos, su buena alinea- no puedan ser reducidas por maniobras general, a las indicaciones que fueron coaptación de las superficies de fractu-
también otras sustancias sintetizadas en lativamente altos en los niños y en es- ción y su reposición anatómica consti- manuales ni quirúrgicas; por ejemplo, expuestas al tratar de la reducción. Tie- ra mediante uno o varios tornillos trans-
el organismo que sin ser polipéptidos pecial en los casos de osteosarcomas, y tuyen la condición previa precisa de la algunas fracturas de la pelvis, «luxacio- ne el importante inconveniente (aparte fixiantes (preferentemente un mínimo
ejercen sobre el tejido óseo una acción a niveles inferiores en los adultos y en consolidación. Sin embargo, no todas nes centrales» o intrapelvianas de la ca- de la incomodidad, reposo en cama de tres), y también en las fracturas de
comparable a la de las citoquinas, especial en los casos de osteoporosis. las fracturas exigen este requisito en la dera, etc. obligado, etc.) de que la inmovilización trazo múltiple, con un tercer fragmento
como por ejemplo las prostaglandinas, Su acción se ejerce, según Urist y su es- misma medida. Hay fracturas en las que e) Fracturas acabalgadas a cuenta de del foco es, en general, muy precaria y «en ala de mariposa». El atornillado
algunas sustancias sintetizadas en los cuela, sobre los pericitos, los cuales son la reducción no es necesaria, otras en una contractura muscular particular- muchas veces insuficiente. simple es uno de los recursos que se
cultivos de células de los sarcomas óse- «activados» o inducidos para desarro- que no necesita ser irrepochable y otras mente intensa; por ejemplo, algunas 4) Métodos operatorios. Osteosíntesis emplean en las fracturas —preferente-
os, o un factor prostático estimulador llar su capacidad osteogénica, es decir, en que puede ser perjudicial. Ejemplo fracturas diafisarias del fémur en adul- interna. Constituyen el tiempo comple- mente antiguas— del escafoides carpia-
de los osteoblastos y que probablemen- diferenciándose en osteoblastos. La pro- de ello son los siguientes casos: tos jóvenes. mentario obligado de los procedimien- no. Igualmente se emplea el atornillado
te juega un papel importante en la for- teína parece tener, en cambio, una acti- 1) Las fracturas no desplazadas no ne- 3) Reducción a cielo abierto. Su prin- tos de reducción operatoria anterior- simple con tornillos de esponjosa para
mación de las metástasis osteoplásticas vidad mitógena relativamente baja, por cesitan, lógicamente, ser reducidas. cipal indicación la ofrecen, lógica- mente señalados, y encuentra sus la fijación de fragmentos epifisarios; por
en los carcinomas de próstata (Rico lo cual para la producción de hueso (al 2) Las fracturas muy poco desplaza- mente, todas las fracturas que por su principales indicaciones en los siguien- ejemplo, las fracturas unicondilares de
Lenza). Todas estas «hormonas locales» menos en el hombre y animales supe- das, con desviaciones «ad latus» de los índole anatómica no se puedan o no tes casos: a) Fracturas muy inestables, la extremidad inferior del fémur y las
o «factores de crecimiento» han demos- riores) necesita la participación de los fragmentos sin pérdida de contacto en- sean fáciles de reducir por los otros en las que no es posible mantener la fracturas de la epitróclea.
trado principalmente sus propiedades factores de crecimiento o de las sustan- tre los mismos, o con desplazamientos procedimientos: fracturas diafisarias reducción por los métodos de fijación 4) Fijación con clavos metálicos («pins»,
como activadoras y reguladoras de la cias presentes en las estructuras óseas. angulares de poca magnitud, o acabal- muy desplazadas, con tejidos blandos externa. Por ejemplo, las fracturas de agujas de Kirschner, etc.). Indicada para
mitosis en los cultivos celulares, pero De hecho, su aplicación en clínica hu- gamientos de menos de 2 cm, pueden (músculos) interpuestos; fracturas de la ambos huesos del antebrazo. b) Fractu- la fijación de pequeños fragmentos de
sus funciones en el animal vivo no son mana va siempre acompañada de tras- ser inmovilizadas directamente sin el rótula, con separación de los fragmen- ras sometidas a esfuerzos musculares los extremos de los huesos largos que
tan evidentes, y en especial el papel plantes de hueso autógeno u homólogo. trámite previo de la reducción. Tal es el tos; fracturas del olécranon en las mis- que tienden a desplazarlas. Por ejem- no requieran una estabilidad muy rigu-
que pueden desempeñar, desde el pun- En estas condiciones, los estudios clíni- caso de algunas fracturas diafisarias de mas condiciones, etc. plo, las fracturas de rótula por avulsión. rosa. Fracturas de epitróclea, algunas
to de vista clínico, en el proceso de cu- cos realizados hasta el presente parecen los niños. B) La inmovilización. Necesaria en c) Fracturas en las que, por cualquier fracturas supracondíleas, fracturas ma-
ración de las fracturas está todavía por demostrar de una manera inequívoca 3) Algunas fracturas que por expe- condiciones de máxima rigidez, en la motivo, convenga evitar inmovilizacio- leolares, etc.
demostrar. que la BMP asociada a diversas formas riencia se sabe que consolidan bien y mayoría de los casos, pero no en todos. nes prolongadas de un segmento im- 5) Placas atornilladas. Es uno de los
Una sustancia orgánica que ocupa un de injertos óseos (de médula o de es- sin detrimento funcional, a pesar de En algunos puede ser suficiente una in- portante del miembro. Por ejemplo, métodos de osteosíntesis más usados en
lugar especial entre los factores induc- ponjosa), tanto autógenos como homó- desplazamientos que no podrían acep- movilización relativa, con vendaje blan- fracturas diafisarias del húmero que el tratamiento de las fracturas diafisarias
tores de la osteogénesis, tanto desde el logos, ha conducido a la consolidación tarse en otros huesos. Por ejemplo, las do, hamacas de suspensión, cabestrillo, sólo puedan ser inmovilizadas externa- y en algunas fracturas de huesos planos,
punto de vista experimental como el de de seudoartrosis o de importantes pér- fracturas de la clavícula. etcétera, o simplemente con reposo. Por mente mediante voluminosos yesos to- como los de la pelvis. Proporciona una
sus posibles aplicaciones clínicas es la didas de sustancias en las que habían 4) En algunas fracturas empotradas, o ejemplo: racobraquiales. fijación muy sólida de los fragmentos y
llamada proteína morfogenética o BMP fracasado repetidamente los demás con los fragmentos mutuamente encla- 1) Algunas fracturas, como las de la Métodos generales de fijación interna: garantiza, por tanto, una inmoviliza-
(bone morphogenetic protein). Su pro- procedimientos empleados previamen- vados, la reducción a base de «desen- clavícula, que tienen una gran tenden- 1) Anudado circular con alambre. ción rigurosa. Tiene la ventaja adicional
pio nombre, expresado en estas siglas, te. La importancia de estos hechos no clavar» dichos fragmentos no sólo es cia a consolidar a pesar de no inmovili- Probablemente es el más antiguo de los de que no limita —o limita muy poco—
indica ya sus caracteres más importan- necesita ser encarecida, y de confir- innecesaria, sino que puede ser perjudi- zarse. métodos empleados de osteosíntesis, la movilidad del miembro afectado du-
tes que la distinguen de los factores de marse en lo sucesivo abre insospecha- cial, por suprimir un elemento muy fa- 2) Las fracturas de la escápula. pero goza en la actualidad de escaso rante el período de consolidación. El
crecimiento. Es una proteína y no un das perspectivas a la cirugía ósea repa- vorable de inmovilización, o peligrosa 3) Las fracturas enclavadas del cuello predicamento. «De su nocividad ya ha uso de las placas de osteosíntesis tiene
polipéptido, y es morfogenética, lo cual radora. Según el propio Urist, «la BMP por el riesgo de provocar un desplaza- quirúrgico del húmero en las personas sido dicho todo», según palabras de también limitaciones, inconvenientes y
quiere decir que su actividad no consis- está destinada a encontrarse en todos miento secundario. Tal es el caso de de edad avanzada. Algunas fracturas Rieunau. Y de lo peor que se ha dicho peligros. Es peligroso usarla, por ejem-
te en activar la mitosis y el crecimiento los quirófanos del mundo en la década muchas fracturas del cuello quirúrgico enclavadas del cuello del fémur. del mismo es el peligro de infección, plo, en las fracturas abiertas. Obliga a
celular, sino que dirige el proceso de de los 90». del húmero en personas de edad avan- 4) Fracturas no desplazadas de los las dificultades para rodear el hueso abrir el foco de fractura y con ello una
morfogénesis que conduce a la forma- Tratamiento. Principios generales. El zada. metacarpianos, metatarsianos o falan- fracturado, la necesidad de desperios- posible vía de infección. Puede —al
ción de hueso maduro. Fue descubierta tratamiento de las fracturas se basa fun- Procedimientos generales de reducción. ges de los dedos de la mano o del pie. tar la diáfisis y —sobre todo— la preca- menos en teoría y según la técnica ope-
por Urist en 1965 y ampliamente estu- damentalmente en aprovechar el proce- Son bien conocidos y pueden resumirse 5) Fracturas de las costillas. ria fijación que proporciona. A pesar de ratoria empleada— repercutir sobre la
diada desde entonces por este autor y so natural de consolidación, evitando en los siguientes grupos: 6) Algunas fracturas de la columna todo ello continúa siendo empleado y vascularización perióstica, así como
su grupo de trabajo. Esta proteína se en- los obstáculos que pueden anularlo o 1) Reducción «ortopédica» o manual, vertebral. respondiendo a algunas indicaciones también puede producir destrozos im-
cuentra, dentro del hueso, en las células entorpecerlo, así como las complicacio- a base de maniobras externas. Es, en Procedimientos generales de inmovili- excepcionales. Por ejemplo, fracturas portantes en huesos de pequeño tama-
óseas, en la matriz extracelular y en el nes o las uniones defectuosas, con el principio, el método de elección siem- zación: plurifragmentarias de trazos muy obli- ño o reacciones locales desfavorables a
componente mineral. Tiene la particu- máximo de seguridades y el mínimo de pre que sea posible, sobre todo en las 1) Vendaje blando, vendaje adhesivo, cuos, o aquellas en las que no sea posi- la presencia del material metálico.
laridad importante de que induce la for- molestias y de tiempo, logrando con ello fracturas simples y no complicadas (de cabestrillos, hamacas de suspensión del ble otro medio de fijación interna, 6) Placas de osteosíntesis a compre-
mación de hueso heterotópico cuando una reconstrucción anatómica y funcio- dos fragmentos y cerradas). miembro superior, etc. Encuentra su como estallidos de la cortical en torno sión. Ya sea ejercida sobre uno de sus
se inyecta en determinadas condiciones nal lo más parecida posible a la normal. 2) Por tracción continua, que puede aplicación en los casos anteriormente al vástago de una prótesis de cadera, extremos (compresión en el extremo de
en los tejidos blandos (cuádriceps) de Para ello debe responder a dos requisitos ser transesquelética o sobre partes blan- citados en los que no es necesario —o tercer fragmento «en ala de mariposa» la placa) mediante instrumental adicio-
los animales de experimentación. No se elementales: la reducción y la inmovili- das, con el miembro sobre una férula no es fácil de lograr— una inmoviliza- en fracturas diafisarias de fémur trata- nal apropiado (tensor o tenaza de com-
trata, entiéndase bien, de una simple zación, unánimemente admitidos como adecuada o suspendido («tracción-sus- ción rigurosa. das con clavo intramedular, etc. presión) o bien por un dispositivo de au-
calcificación en el seno de dichos teji- norma general de todo tratamiento, cuya pensión»), ejercida en una dirección 2) Vendaje de escayola. Es el procedi- 2) Sutura ósea con alambre. Es el pro- tocompresión. El objetivo, en ambos
dos, como se había obtenido por otros aplicación, sin embargo, en cada caso única (axial) o combinada con traccio- miento más antiguo desde que fue in- cedimiento habitual en las fracturas de casos, es el mismo: hacer más firme la
medios, sino de la elaboración de un particular y sobre todo en la forma de nes en otras direcciones (laterales, al troducido por Mathysen en la práctica rótula por avulsión. Encuentra igual- fijación entre los fragmentos y obtener
osículo o esfera ósea formada por una aplicarla se traduce en innumerables op- cenit). Tiene especial indicación en los habitual de la traumatología a me- mente indicación en algunas fracturas dentro de los límites de lo posible la
cubierta de tejido óseo laminar maduro ciones, sumamente variadas y no siem- siguientes casos: diados del siglo pasado (véase el artícu- del olécranon, como alternativa a otros consolidación «por primera intención».
que rodea una cavidad llena de tejido pre coincidentes, difíciles de resumir, a) Fracturas abiertas de los miembros. lo y eso),
eso y es todavía el más prodigado medios de fijación interna. Lo que equivale a favorecer la forma-
medular. Ha podido ser demostrada su por tanto, en un esquema global, pero b) Fracturas de la columna cervical. y más difícil de sustituir por otros me- 3) Atornillado simple de las corticales. ción de hueso maduro haversiano entre
existencia en el suero humano en pro- que pueden expresarse en los térmi- c) Fracturas diafisarias del fémur en dios en una proporción importante de Encuentra especial indicación en las los extremos óseos de la cortical, sin pa-
porciones siempre muy reducidas, pero nos que exponemos a continuación. los niños de corta edad. casos. fracturas simples de trazo muy oblicuo sar por la fase previa de hueso inmadu-
que varían en relación a la capacidad A) La reducción. El contacto mutuo d) Fracturas que por su localización 3) Tracción continua. Responde, en o espiroideo, en las que es posible la ro o callo perióstico. Algo más adelante
fracturas 148 149 fracturas

consolidación de las fracturas. Existen osteogénica del individuo: a niveles re- entre los fragmentos, su buena alinea- no puedan ser reducidas por maniobras general, a las indicaciones que fueron coaptación de las superficies de fractu-
también otras sustancias sintetizadas en lativamente altos en los niños y en es- ción y su reposición anatómica consti- manuales ni quirúrgicas; por ejemplo, expuestas al tratar de la reducción. Tie- ra mediante uno o varios tornillos trans-
el organismo que sin ser polipéptidos pecial en los casos de osteosarcomas, y tuyen la condición previa precisa de la algunas fracturas de la pelvis, «luxacio- ne el importante inconveniente (aparte fixiantes (preferentemente un mínimo
ejercen sobre el tejido óseo una acción a niveles inferiores en los adultos y en consolidación. Sin embargo, no todas nes centrales» o intrapelvianas de la ca- de la incomodidad, reposo en cama de tres), y también en las fracturas de
comparable a la de las citoquinas, especial en los casos de osteoporosis. las fracturas exigen este requisito en la dera, etc. obligado, etc.) de que la inmovilización trazo múltiple, con un tercer fragmento
como por ejemplo las prostaglandinas, Su acción se ejerce, según Urist y su es- misma medida. Hay fracturas en las que e) Fracturas acabalgadas a cuenta de del foco es, en general, muy precaria y «en ala de mariposa». El atornillado
algunas sustancias sintetizadas en los cuela, sobre los pericitos, los cuales son la reducción no es necesaria, otras en una contractura muscular particular- muchas veces insuficiente. simple es uno de los recursos que se
cultivos de células de los sarcomas óse- «activados» o inducidos para desarro- que no necesita ser irrepochable y otras mente intensa; por ejemplo, algunas 4) Métodos operatorios. Osteosíntesis emplean en las fracturas —preferente-
os, o un factor prostático estimulador llar su capacidad osteogénica, es decir, en que puede ser perjudicial. Ejemplo fracturas diafisarias del fémur en adul- interna. Constituyen el tiempo comple- mente antiguas— del escafoides carpia-
de los osteoblastos y que probablemen- diferenciándose en osteoblastos. La pro- de ello son los siguientes casos: tos jóvenes. mentario obligado de los procedimien- no. Igualmente se emplea el atornillado
te juega un papel importante en la for- teína parece tener, en cambio, una acti- 1) Las fracturas no desplazadas no ne- 3) Reducción a cielo abierto. Su prin- tos de reducción operatoria anterior- simple con tornillos de esponjosa para
mación de las metástasis osteoplásticas vidad mitógena relativamente baja, por cesitan, lógicamente, ser reducidas. cipal indicación la ofrecen, lógica- mente señalados, y encuentra sus la fijación de fragmentos epifisarios; por
en los carcinomas de próstata (Rico lo cual para la producción de hueso (al 2) Las fracturas muy poco desplaza- mente, todas las fracturas que por su principales indicaciones en los siguien- ejemplo, las fracturas unicondilares de
Lenza). Todas estas «hormonas locales» menos en el hombre y animales supe- das, con desviaciones «ad latus» de los índole anatómica no se puedan o no tes casos: a) Fracturas muy inestables, la extremidad inferior del fémur y las
o «factores de crecimiento» han demos- riores) necesita la participación de los fragmentos sin pérdida de contacto en- sean fáciles de reducir por los otros en las que no es posible mantener la fracturas de la epitróclea.
trado principalmente sus propiedades factores de crecimiento o de las sustan- tre los mismos, o con desplazamientos procedimientos: fracturas diafisarias reducción por los métodos de fijación 4) Fijación con clavos metálicos («pins»,
como activadoras y reguladoras de la cias presentes en las estructuras óseas. angulares de poca magnitud, o acabal- muy desplazadas, con tejidos blandos externa. Por ejemplo, las fracturas de agujas de Kirschner, etc.). Indicada para
mitosis en los cultivos celulares, pero De hecho, su aplicación en clínica hu- gamientos de menos de 2 cm, pueden (músculos) interpuestos; fracturas de la ambos huesos del antebrazo. b) Fractu- la fijación de pequeños fragmentos de
sus funciones en el animal vivo no son mana va siempre acompañada de tras- ser inmovilizadas directamente sin el rótula, con separación de los fragmen- ras sometidas a esfuerzos musculares los extremos de los huesos largos que
tan evidentes, y en especial el papel plantes de hueso autógeno u homólogo. trámite previo de la reducción. Tal es el tos; fracturas del olécranon en las mis- que tienden a desplazarlas. Por ejem- no requieran una estabilidad muy rigu-
que pueden desempeñar, desde el pun- En estas condiciones, los estudios clíni- caso de algunas fracturas diafisarias de mas condiciones, etc. plo, las fracturas de rótula por avulsión. rosa. Fracturas de epitróclea, algunas
to de vista clínico, en el proceso de cu- cos realizados hasta el presente parecen los niños. B) La inmovilización. Necesaria en c) Fracturas en las que, por cualquier fracturas supracondíleas, fracturas ma-
ración de las fracturas está todavía por demostrar de una manera inequívoca 3) Algunas fracturas que por expe- condiciones de máxima rigidez, en la motivo, convenga evitar inmovilizacio- leolares, etc.
demostrar. que la BMP asociada a diversas formas riencia se sabe que consolidan bien y mayoría de los casos, pero no en todos. nes prolongadas de un segmento im- 5) Placas atornilladas. Es uno de los
Una sustancia orgánica que ocupa un de injertos óseos (de médula o de es- sin detrimento funcional, a pesar de En algunos puede ser suficiente una in- portante del miembro. Por ejemplo, métodos de osteosíntesis más usados en
lugar especial entre los factores induc- ponjosa), tanto autógenos como homó- desplazamientos que no podrían acep- movilización relativa, con vendaje blan- fracturas diafisarias del húmero que el tratamiento de las fracturas diafisarias
tores de la osteogénesis, tanto desde el logos, ha conducido a la consolidación tarse en otros huesos. Por ejemplo, las do, hamacas de suspensión, cabestrillo, sólo puedan ser inmovilizadas externa- y en algunas fracturas de huesos planos,
punto de vista experimental como el de de seudoartrosis o de importantes pér- fracturas de la clavícula. etcétera, o simplemente con reposo. Por mente mediante voluminosos yesos to- como los de la pelvis. Proporciona una
sus posibles aplicaciones clínicas es la didas de sustancias en las que habían 4) En algunas fracturas empotradas, o ejemplo: racobraquiales. fijación muy sólida de los fragmentos y
llamada proteína morfogenética o BMP fracasado repetidamente los demás con los fragmentos mutuamente encla- 1) Algunas fracturas, como las de la Métodos generales de fijación interna: garantiza, por tanto, una inmoviliza-
(bone morphogenetic protein). Su pro- procedimientos empleados previamen- vados, la reducción a base de «desen- clavícula, que tienen una gran tenden- 1) Anudado circular con alambre. ción rigurosa. Tiene la ventaja adicional
pio nombre, expresado en estas siglas, te. La importancia de estos hechos no clavar» dichos fragmentos no sólo es cia a consolidar a pesar de no inmovili- Probablemente es el más antiguo de los de que no limita —o limita muy poco—
indica ya sus caracteres más importan- necesita ser encarecida, y de confir- innecesaria, sino que puede ser perjudi- zarse. métodos empleados de osteosíntesis, la movilidad del miembro afectado du-
tes que la distinguen de los factores de marse en lo sucesivo abre insospecha- cial, por suprimir un elemento muy fa- 2) Las fracturas de la escápula. pero goza en la actualidad de escaso rante el período de consolidación. El
crecimiento. Es una proteína y no un das perspectivas a la cirugía ósea repa- vorable de inmovilización, o peligrosa 3) Las fracturas enclavadas del cuello predicamento. «De su nocividad ya ha uso de las placas de osteosíntesis tiene
polipéptido, y es morfogenética, lo cual radora. Según el propio Urist, «la BMP por el riesgo de provocar un desplaza- quirúrgico del húmero en las personas sido dicho todo», según palabras de también limitaciones, inconvenientes y
quiere decir que su actividad no consis- está destinada a encontrarse en todos miento secundario. Tal es el caso de de edad avanzada. Algunas fracturas Rieunau. Y de lo peor que se ha dicho peligros. Es peligroso usarla, por ejem-
te en activar la mitosis y el crecimiento los quirófanos del mundo en la década muchas fracturas del cuello quirúrgico enclavadas del cuello del fémur. del mismo es el peligro de infección, plo, en las fracturas abiertas. Obliga a
celular, sino que dirige el proceso de de los 90». del húmero en personas de edad avan- 4) Fracturas no desplazadas de los las dificultades para rodear el hueso abrir el foco de fractura y con ello una
morfogénesis que conduce a la forma- Tratamiento. Principios generales. El zada. metacarpianos, metatarsianos o falan- fracturado, la necesidad de desperios- posible vía de infección. Puede —al
ción de hueso maduro. Fue descubierta tratamiento de las fracturas se basa fun- Procedimientos generales de reducción. ges de los dedos de la mano o del pie. tar la diáfisis y —sobre todo— la preca- menos en teoría y según la técnica ope-
por Urist en 1965 y ampliamente estu- damentalmente en aprovechar el proce- Son bien conocidos y pueden resumirse 5) Fracturas de las costillas. ria fijación que proporciona. A pesar de ratoria empleada— repercutir sobre la
diada desde entonces por este autor y so natural de consolidación, evitando en los siguientes grupos: 6) Algunas fracturas de la columna todo ello continúa siendo empleado y vascularización perióstica, así como
su grupo de trabajo. Esta proteína se en- los obstáculos que pueden anularlo o 1) Reducción «ortopédica» o manual, vertebral. respondiendo a algunas indicaciones también puede producir destrozos im-
cuentra, dentro del hueso, en las células entorpecerlo, así como las complicacio- a base de maniobras externas. Es, en Procedimientos generales de inmovili- excepcionales. Por ejemplo, fracturas portantes en huesos de pequeño tama-
óseas, en la matriz extracelular y en el nes o las uniones defectuosas, con el principio, el método de elección siem- zación: plurifragmentarias de trazos muy obli- ño o reacciones locales desfavorables a
componente mineral. Tiene la particu- máximo de seguridades y el mínimo de pre que sea posible, sobre todo en las 1) Vendaje blando, vendaje adhesivo, cuos, o aquellas en las que no sea posi- la presencia del material metálico.
laridad importante de que induce la for- molestias y de tiempo, logrando con ello fracturas simples y no complicadas (de cabestrillos, hamacas de suspensión del ble otro medio de fijación interna, 6) Placas de osteosíntesis a compre-
mación de hueso heterotópico cuando una reconstrucción anatómica y funcio- dos fragmentos y cerradas). miembro superior, etc. Encuentra su como estallidos de la cortical en torno sión. Ya sea ejercida sobre uno de sus
se inyecta en determinadas condiciones nal lo más parecida posible a la normal. 2) Por tracción continua, que puede aplicación en los casos anteriormente al vástago de una prótesis de cadera, extremos (compresión en el extremo de
en los tejidos blandos (cuádriceps) de Para ello debe responder a dos requisitos ser transesquelética o sobre partes blan- citados en los que no es necesario —o tercer fragmento «en ala de mariposa» la placa) mediante instrumental adicio-
los animales de experimentación. No se elementales: la reducción y la inmovili- das, con el miembro sobre una férula no es fácil de lograr— una inmoviliza- en fracturas diafisarias de fémur trata- nal apropiado (tensor o tenaza de com-
trata, entiéndase bien, de una simple zación, unánimemente admitidos como adecuada o suspendido («tracción-sus- ción rigurosa. das con clavo intramedular, etc. presión) o bien por un dispositivo de au-
calcificación en el seno de dichos teji- norma general de todo tratamiento, cuya pensión»), ejercida en una dirección 2) Vendaje de escayola. Es el procedi- 2) Sutura ósea con alambre. Es el pro- tocompresión. El objetivo, en ambos
dos, como se había obtenido por otros aplicación, sin embargo, en cada caso única (axial) o combinada con traccio- miento más antiguo desde que fue in- cedimiento habitual en las fracturas de casos, es el mismo: hacer más firme la
medios, sino de la elaboración de un particular y sobre todo en la forma de nes en otras direcciones (laterales, al troducido por Mathysen en la práctica rótula por avulsión. Encuentra igual- fijación entre los fragmentos y obtener
osículo o esfera ósea formada por una aplicarla se traduce en innumerables op- cenit). Tiene especial indicación en los habitual de la traumatología a me- mente indicación en algunas fracturas dentro de los límites de lo posible la
cubierta de tejido óseo laminar maduro ciones, sumamente variadas y no siem- siguientes casos: diados del siglo pasado (véase el artícu- del olécranon, como alternativa a otros consolidación «por primera intención».
que rodea una cavidad llena de tejido pre coincidentes, difíciles de resumir, a) Fracturas abiertas de los miembros. lo y eso),
eso y es todavía el más prodigado medios de fijación interna. Lo que equivale a favorecer la forma-
medular. Ha podido ser demostrada su por tanto, en un esquema global, pero b) Fracturas de la columna cervical. y más difícil de sustituir por otros me- 3) Atornillado simple de las corticales. ción de hueso maduro haversiano entre
existencia en el suero humano en pro- que pueden expresarse en los térmi- c) Fracturas diafisarias del fémur en dios en una proporción importante de Encuentra especial indicación en las los extremos óseos de la cortical, sin pa-
porciones siempre muy reducidas, pero nos que exponemos a continuación. los niños de corta edad. casos. fracturas simples de trazo muy oblicuo sar por la fase previa de hueso inmadu-
que varían en relación a la capacidad A) La reducción. El contacto mutuo d) Fracturas que por su localización 3) Tracción continua. Responde, en o espiroideo, en las que es posible la ro o callo perióstico. Algo más adelante
fracturas 150 151 fracturas

se analiza el alcance verdadero de esta troducir el clavo afecta gravemente tan- suficientemente por medio de yesos o plicación, de esta misión estabilizadora ción. Por su propia definición, en estos
segunda finalidad biológica. to a la consolidación endostal como a por los métodos de fijación interna y en inmediata o precoz entre los fragmen- trastornos el proceso de consolidación,
7) Clavos-placas y placas anguladas. la perióstica, y debe ser proscrito. Para las que convenga aplicar un método su- tos por las placas de osteosíntesis. El ca- aunque lento, permanece activo, y las
Constituyen también uno de los recur- muchos otros, en cambio (los de la AO, ficientemente seguro de estabilización llo perióstico no se formaría por no ser posibilidades de curación no se hallan
sos más empleados en el tratamiento De Palma, etc.), el método abierto («in- extrafocal que admita las necesarias necesario. De acuerdo con ello, las pla- agotadas. Ante esta situación, la solución
quirúrgico de las fracturas, y encuen- troducción retrógrada» o «en va y ven») rectificaciones en el curso del trata- cas que más sólidamente fijan los frag- más sencilla consiste en prolongar el pe-
tran su indicación en todos los casos en sigue teniendo validez e incluso venta- miento. También están indicados en el mentos entre sí (las placas a compre- ríodo de inmovilización hasta lograr el
que es preciso combinar la fijación de jas sobre el cerrado por su reducción tratamiento de las seudoartrosis. sión) y que al mismo tiempo suprimen resultado propuesto, lo cual puede ser
la placa a la diáfisis del hueso fractura- más exacta, mejor control del fresado, Efecto biológico de los diversos medios —o pretenden suprimir— todo espacio eficaz en muchos casos, pero no deja de
do y la fijación de los fragmentos entre vaciamiento de la papilla ósea después de sujeción interna sobre el callo de interfragmentario, al coaptar fuertemen- tener serios inconvenientes. El primero, y
sí mediante la acción del clavo. Por del mismo, etc. Tal vez la conclusión fractura. Se sabe que las fracturas diafi- te entre sí los extremos del hueso frac- tal vez el más importante, es la dificultad
ejemplo, en las fracturas de la extremi- más útil que pueda sacarse de esta dis- sarias tratadas con placas de osteosín- turado, cumplirían con una finalidad —y muchas veces la imposibilidad— de
dad superior del fémur o las fracturas crepancia es que los dos métodos son tesis consolidan sin formación de callo pe- biológica del tratamiento, aparte de la predecir el resultado a que puede con-
supracondíleas de este mismo hueso. aplicables y muy valiosos. Igualmente rióstico, o en todo caso con un callo puramente mecánica o estabilizadora, ducir este nuevo sacrificio exigido a los
Algunos clavos —o tornillos— de estos es sabido que el enclavado intramedu- menor que las tratadas por otros proce- como es la de permitir la formación di- interesados. El segundo, las repercusio-
clavos-placas están dotados de un siste- lar puede ser con o sin previo fresado dimientos de fijación interna. Aparen- recta del callo definitivo entre las corti- nes que puede tener una inmovilización
ma de compresión entre los fragmentos de la cavidad. Las ventajas del fresado y temente, este hecho podría atribuirse a cales coaptadas (la curación «por pri- prolongada en yeso sobre las articulacio-
que aumenta su coaptación mutua con la introducción a cielo cerrado son (al la afectación de la circulación periósti- mera intención» a que se ha aludido nes incluidas en el mismo, así como la
los mismos propósitos y efectos que las margen de posibles dificultades técni- ca causada por la operación, y en par- anteriormente) sin pasar por la fase de osteoporosis, atrofia muscular y demás
placas compresivas diafisarias anterior- cas) suficientemente evidentes y cono- ticular por el necesario despegue del callo provisional, y acortando, por tan- consecuencias desfavorables de la inac-
mente citadas. Tal es el caso de los lla- cidas para poderse ahorrar su descrip- periostio, y así se ha supuesto durante to, el período de consolidación. No hay tividad. Cuando se trata de fracturas de
mados «clavos o tornillos autodeslizan- ción. La limitación más importante de largo tiempo. Sin embargo, no parece pruebas suficientemente convincentes las extremidades inferiores, los retrasos
tes», empleados en las fracturas del uno y otro método la ofrecen las fractu- ser ésta la única causa del fenómeno, ni de haber logrado este objetivo biológi- de consolidación plantean un tercer pro-
cuello de fémur, según el modelo origi- ras a nivel del ensanchamiento metafi- siquiera la más importante. La mayor o co con las placas a compresión, entre blema: el de autorizar o no autorizar la
nal de Pugh o algunos modelos más re- sario de los huesos largos o en las pro- menor producción de callo perióstico otras razones porque no siempre se marcha, con o sin apoyo. La marcha sin
cientes. ximidades del mismo (tercio inferior del parece más bien relacionarse con el consigue con ellas una coaptación apoyo (con muletas o bastones de des-
8) Osteosíntesis por enclavado endo- fémur, principalmente), dentro del cual mayor o menor grado de inmovilidad exacta entre las superficies fracturadas carga) se traduce —o puede traducirse—
medular. Su empleo en traumatología los clavos intramedulares «bailan» sin del foco. Es un hecho comprobado que y suprimir el espacio interfragmentario por una presión negativa sobre el foco,
actual es bien conocido y muy divul- ejercer la sujeción que se espera de cuanto más rigurosa es dicha inmovili- que impide la consolidación «per pri- ejercida por el propio peso de la extre-
FIG. 9. Aparato para estimulación eléctrica de
gado, en especial para el tratamiento ellos. En lo que respecta a la técnica de dad tanto menor es la participación del man» entre las corticales y debe ser ne- midad y del apósito de escayola, con
la osteogénesis, modelo Ortho Pak II. (Cortesía
de las fracturas diafisarias de los hue- aplicación de estos clavos en los casos periostio en la formación del callo, cesariamente salvado por la formación efectos muy desfavorables sobre el pro- de la casa MBA.)
sos largos, aunque también puede res- particulares de fractura, véase en el artí- como también se sabe que las placas provisional de hueso inmaduro. Tam- ceso de osteogénesis, aparte de ser fati-
ponder a otras indicaciones, como las culo correspondiente. que inmovilizan insuficientemente dan poco existen pruebas evidentes de que gosa e insegura. La marcha con apoyo
fracturas de cuello de fémur mediante 9) Fijadores externos. Hoy día consti- lugar a la formación de callos periféri- con ello se haya logrado un acorta- completa o parcial sobre la extremidad currir cuando la inmovilización se pro-
los llamados «clavos condilocefálicos». tuyen un recurso imprescindible en ci- cos tan exuberantes como los que se miento sustancial en el período de con- fracturada no elimina totalmente la pre- longa más de lo razonable o cuando las
Corrientemente, el término enclavado rugía osteoarticular, y muy particular- observan —o pueden observarse— con solidación. El principal interés clínico sión negativa durante la fase oscilante perspectivas de lograr con ella la con-
endomedular se emplea como sinóni- mente en el tratamiento de las fracturas. cualquier otro método de fijación. de las placas a compresión (como de del paso, pero es compensada por una solidación son muy escasas o nulas. Los
mo de método de Kuntscher, por haber Permiten no sólo la fijación de los frag- Prueba bastante convincente de que no todas las placas de osteosíntesis en ge- presión positiva durante la fase de apoyo, recursos disponibles para tal fin son en
sido este autor el primero en perfeccio- mentos, sino también ejercer diversas es el desperiostado operatorio, sino la neral) sigue siendo su efecto biome- con efectos estimulantes muy beneficio- principio los mismos que en las seudoar-
narlo y divulgarlo a partir de la expe- acciones mecánicas sobre el foco, en el movilidad del foco lo que condiciona cánico o estabilizador. Estos mismos sos sobre la formación del callo, siempre trosis confirmadas (véase seudoartro-
seudoartro-
riencia adquirida en la Segunda Guerra sentido de la compresión y la distrac- el grado de reacción perióstica. En el principios son aplicables a las fracturas a condición de que la fractura se halle sis principios generales de tratamiento),
sis,
Mundial, y por ser el procedimiento ción, tanto simétricas en dirección axial terreno clínico, este hecho parece sufi- tratadas con clavos intramedulares o suficientemente inmovilizada. En caso pero deben responder fundamentalmen-
más empleado en la actualidad. Pero no como asimétricas, la rectificación de las cientemente comprobado, pero su ex- por osteotaxis. En ellas sigue siendo vá- contrario, puede dar lugar a movimien- te a la necesidad primordial de ejercer
es el único tipo de clavo que merezca desviaciones de los fragmentos y las co- plicación, en el terreno biológico, no lida la ley biológica según la cual la tos que entorpecen la consolidación o a una presión positiva entre los fragmen-
este nombre. También son clavos endo- rrecciones necesarias durante el perío- resulta ser demasiado clara. ¿Qué es, formación del callo perióstico está en desplazamientos secundarios de los frag- tos, a cargo de las placas compresivas de
medulares los de Hackental, Roger, En- do de consolidación. También permiten en efecto, lo que hace que el callo pe- relación inversa al grado de inmoviliza- mentos. Los autores de la AO se oponen osteosíntesis o cualquier otro medio que
der, Rush, AO, etc., e igualmente res- los cambios convenientes entre la esta- riférico aumente con la movilidad del ción del foco, y constituye por lo tanto totalmente a esta medida, a la que atribu- cumpla con la misma finalidad.
ponden a esta denominación, en su bilización neutra y la compresión o dis- foco o disminuya con la inmovilidad? un índice válido sobre la eficacia del yen gran parte de los males que ace-chan 3) Métodos adicionales de estimula-
sentido más riguroso, los «clavos intra- tracción sobre el foco, aparte de otras Parece que de momento habrá que con- método empleado, desde el punto de a las fracturas de las extremidades infe- ción de la osteogénesis: a) Estimulación
cervicales» para el tratamiento de las posibilidades interesantes desde el pun- tentarse con una explicación teleológi- vista mecánico, sin que apenas puedan riores. Por si nuestra modesta opinión al eléctrica o electromagnética, mediante
fracturas del cuello del fémur. Los cla- to de vista ortopédico, como es el alar- ca para responder a esta pregunta. Es adjudicársele otras influencias (positi- respecto puede interesar a alguien, nos dispositivos que permiten la inducción
vos endomedulares para el tratamiento gamiento de los huesos o la traslación decir, una respuesta basada en la finali- vas o negativas) sobre la evolución bio- permitiremos añadir que tal actitud nos en el foco de fractura de una corriente dé-
de las fracturas diafisarias, y en particu- de un fragmento óseo diafisario. En dad curativa del proceso, pasando por lógica del callo. Ni siquiera, como ha parece, cuando menos, exagerada. Per- bil, aproximadamente de 5 V y 60 KHz.
lar los de Kuntscher, pueden aplicarse, traumatología encuentran su principal alto, de momento, las causas que lo sido dicho anteriormente, la supuesta mitir la marcha con apoyo total o parcial, Esta finalidad puede conseguirse, en la
como es sabido de todos, a cielo abier- indicación en el tratamiento de las frac- provocan. El callo perióstico, según agresión a la circulación endostal y pe- no solamente responde a una conve- actualidad, empleando, como fuente de
to y a cielo cerrado. Es decir, introdu- turas abiertas, las fracturas infectadas o esta explicación, cumpliría con la im- rióstica por los clavos endomedulares a niencia de tipo práctico, para hacer más energía, aparatos portátiles de poco
ciéndolos a través del propio foco de las fracturas cerradas acompañadas de portante misión de inmovilizar rápida, través del foco tiene consecuencias soportable un tratamiento prolongado, peso y tamaño (fig. 9) sujetos con ven-
fractura o por uno de los extremos del alteraciones importantes de los tejidos rigurosa y provisionalmente el foco de prácticas de verdadera consideración. sino que es un factor importante de esti- das al propio miembro fracturado, y
hueso fracturado. Ambos procedimien- blandos o de la piel. Por ejemplo, las fractura, como condición previa indis- Retrasos de consolidación. Normas mulación del callo, por las razones que electrodos aplicados sobre la piel (figu-
tos tienen sus partidarios y sus detracto- quemaduras. Pero pueden estar igual- pensable para la formación (mucho generales de actuación. El tratamiento, ya han sido señaladas, y siempre que se ra 10). Con la ventaja de poder seguir el
res entre los autores de más reconocida mente indicados en fracturas conminu- más lenta) del callo definitivo a base de ante este problema, debe ajustarse a las cumplan las debidas condiciones. tratamiento en régimen ambulatorio y
autoridad. Para algunos (Taylor, Orengo tas, plurifragmentarias o con gran des- hueso haversiano o laminar. El callo pe- siguientes posibilidades de solución: 2) Tratamiento operatorio. Es la solu- prolongado durante todas las horas ne-
y Zahlaoui), la abertura del foco para in- trozo óseo, difíciles de estabilizar rióstico sería «relevado», según esta ex- 1) Prolongar el período de inmoviliza- ción a que necesariamente hay que re- cesarias del día y de la noche. Su efica-
fracturas 150 151 fracturas

se analiza el alcance verdadero de esta troducir el clavo afecta gravemente tan- suficientemente por medio de yesos o plicación, de esta misión estabilizadora ción. Por su propia definición, en estos
segunda finalidad biológica. to a la consolidación endostal como a por los métodos de fijación interna y en inmediata o precoz entre los fragmen- trastornos el proceso de consolidación,
7) Clavos-placas y placas anguladas. la perióstica, y debe ser proscrito. Para las que convenga aplicar un método su- tos por las placas de osteosíntesis. El ca- aunque lento, permanece activo, y las
Constituyen también uno de los recur- muchos otros, en cambio (los de la AO, ficientemente seguro de estabilización llo perióstico no se formaría por no ser posibilidades de curación no se hallan
sos más empleados en el tratamiento De Palma, etc.), el método abierto («in- extrafocal que admita las necesarias necesario. De acuerdo con ello, las pla- agotadas. Ante esta situación, la solución
quirúrgico de las fracturas, y encuen- troducción retrógrada» o «en va y ven») rectificaciones en el curso del trata- cas que más sólidamente fijan los frag- más sencilla consiste en prolongar el pe-
tran su indicación en todos los casos en sigue teniendo validez e incluso venta- miento. También están indicados en el mentos entre sí (las placas a compre- ríodo de inmovilización hasta lograr el
que es preciso combinar la fijación de jas sobre el cerrado por su reducción tratamiento de las seudoartrosis. sión) y que al mismo tiempo suprimen resultado propuesto, lo cual puede ser
la placa a la diáfisis del hueso fractura- más exacta, mejor control del fresado, Efecto biológico de los diversos medios —o pretenden suprimir— todo espacio eficaz en muchos casos, pero no deja de
do y la fijación de los fragmentos entre vaciamiento de la papilla ósea después de sujeción interna sobre el callo de interfragmentario, al coaptar fuertemen- tener serios inconvenientes. El primero, y
sí mediante la acción del clavo. Por del mismo, etc. Tal vez la conclusión fractura. Se sabe que las fracturas diafi- te entre sí los extremos del hueso frac- tal vez el más importante, es la dificultad
ejemplo, en las fracturas de la extremi- más útil que pueda sacarse de esta dis- sarias tratadas con placas de osteosín- turado, cumplirían con una finalidad —y muchas veces la imposibilidad— de
dad superior del fémur o las fracturas crepancia es que los dos métodos son tesis consolidan sin formación de callo pe- biológica del tratamiento, aparte de la predecir el resultado a que puede con-
supracondíleas de este mismo hueso. aplicables y muy valiosos. Igualmente rióstico, o en todo caso con un callo puramente mecánica o estabilizadora, ducir este nuevo sacrificio exigido a los
Algunos clavos —o tornillos— de estos es sabido que el enclavado intramedu- menor que las tratadas por otros proce- como es la de permitir la formación di- interesados. El segundo, las repercusio-
clavos-placas están dotados de un siste- lar puede ser con o sin previo fresado dimientos de fijación interna. Aparen- recta del callo definitivo entre las corti- nes que puede tener una inmovilización
ma de compresión entre los fragmentos de la cavidad. Las ventajas del fresado y temente, este hecho podría atribuirse a cales coaptadas (la curación «por pri- prolongada en yeso sobre las articulacio-
que aumenta su coaptación mutua con la introducción a cielo cerrado son (al la afectación de la circulación periósti- mera intención» a que se ha aludido nes incluidas en el mismo, así como la
los mismos propósitos y efectos que las margen de posibles dificultades técni- ca causada por la operación, y en par- anteriormente) sin pasar por la fase de osteoporosis, atrofia muscular y demás
placas compresivas diafisarias anterior- cas) suficientemente evidentes y cono- ticular por el necesario despegue del callo provisional, y acortando, por tan- consecuencias desfavorables de la inac-
mente citadas. Tal es el caso de los lla- cidas para poderse ahorrar su descrip- periostio, y así se ha supuesto durante to, el período de consolidación. No hay tividad. Cuando se trata de fracturas de
mados «clavos o tornillos autodeslizan- ción. La limitación más importante de largo tiempo. Sin embargo, no parece pruebas suficientemente convincentes las extremidades inferiores, los retrasos
tes», empleados en las fracturas del uno y otro método la ofrecen las fractu- ser ésta la única causa del fenómeno, ni de haber logrado este objetivo biológi- de consolidación plantean un tercer pro-
cuello de fémur, según el modelo origi- ras a nivel del ensanchamiento metafi- siquiera la más importante. La mayor o co con las placas a compresión, entre blema: el de autorizar o no autorizar la
nal de Pugh o algunos modelos más re- sario de los huesos largos o en las pro- menor producción de callo perióstico otras razones porque no siempre se marcha, con o sin apoyo. La marcha sin
cientes. ximidades del mismo (tercio inferior del parece más bien relacionarse con el consigue con ellas una coaptación apoyo (con muletas o bastones de des-
8) Osteosíntesis por enclavado endo- fémur, principalmente), dentro del cual mayor o menor grado de inmovilidad exacta entre las superficies fracturadas carga) se traduce —o puede traducirse—
medular. Su empleo en traumatología los clavos intramedulares «bailan» sin del foco. Es un hecho comprobado que y suprimir el espacio interfragmentario por una presión negativa sobre el foco,
actual es bien conocido y muy divul- ejercer la sujeción que se espera de cuanto más rigurosa es dicha inmovili- que impide la consolidación «per pri- ejercida por el propio peso de la extre-
FIG. 9. Aparato para estimulación eléctrica de
gado, en especial para el tratamiento ellos. En lo que respecta a la técnica de dad tanto menor es la participación del man» entre las corticales y debe ser ne- midad y del apósito de escayola, con
la osteogénesis, modelo Ortho Pak II. (Cortesía
de las fracturas diafisarias de los hue- aplicación de estos clavos en los casos periostio en la formación del callo, cesariamente salvado por la formación efectos muy desfavorables sobre el pro- de la casa MBA.)
sos largos, aunque también puede res- particulares de fractura, véase en el artí- como también se sabe que las placas provisional de hueso inmaduro. Tam- ceso de osteogénesis, aparte de ser fati-
ponder a otras indicaciones, como las culo correspondiente. que inmovilizan insuficientemente dan poco existen pruebas evidentes de que gosa e insegura. La marcha con apoyo
fracturas de cuello de fémur mediante 9) Fijadores externos. Hoy día consti- lugar a la formación de callos periféri- con ello se haya logrado un acorta- completa o parcial sobre la extremidad currir cuando la inmovilización se pro-
los llamados «clavos condilocefálicos». tuyen un recurso imprescindible en ci- cos tan exuberantes como los que se miento sustancial en el período de con- fracturada no elimina totalmente la pre- longa más de lo razonable o cuando las
Corrientemente, el término enclavado rugía osteoarticular, y muy particular- observan —o pueden observarse— con solidación. El principal interés clínico sión negativa durante la fase oscilante perspectivas de lograr con ella la con-
endomedular se emplea como sinóni- mente en el tratamiento de las fracturas. cualquier otro método de fijación. de las placas a compresión (como de del paso, pero es compensada por una solidación son muy escasas o nulas. Los
mo de método de Kuntscher, por haber Permiten no sólo la fijación de los frag- Prueba bastante convincente de que no todas las placas de osteosíntesis en ge- presión positiva durante la fase de apoyo, recursos disponibles para tal fin son en
sido este autor el primero en perfeccio- mentos, sino también ejercer diversas es el desperiostado operatorio, sino la neral) sigue siendo su efecto biome- con efectos estimulantes muy beneficio- principio los mismos que en las seudoar-
narlo y divulgarlo a partir de la expe- acciones mecánicas sobre el foco, en el movilidad del foco lo que condiciona cánico o estabilizador. Estos mismos sos sobre la formación del callo, siempre trosis confirmadas (véase seudoartro-
seudoartro-
riencia adquirida en la Segunda Guerra sentido de la compresión y la distrac- el grado de reacción perióstica. En el principios son aplicables a las fracturas a condición de que la fractura se halle sis principios generales de tratamiento),
sis,
Mundial, y por ser el procedimiento ción, tanto simétricas en dirección axial terreno clínico, este hecho parece sufi- tratadas con clavos intramedulares o suficientemente inmovilizada. En caso pero deben responder fundamentalmen-
más empleado en la actualidad. Pero no como asimétricas, la rectificación de las cientemente comprobado, pero su ex- por osteotaxis. En ellas sigue siendo vá- contrario, puede dar lugar a movimien- te a la necesidad primordial de ejercer
es el único tipo de clavo que merezca desviaciones de los fragmentos y las co- plicación, en el terreno biológico, no lida la ley biológica según la cual la tos que entorpecen la consolidación o a una presión positiva entre los fragmen-
este nombre. También son clavos endo- rrecciones necesarias durante el perío- resulta ser demasiado clara. ¿Qué es, formación del callo perióstico está en desplazamientos secundarios de los frag- tos, a cargo de las placas compresivas de
medulares los de Hackental, Roger, En- do de consolidación. También permiten en efecto, lo que hace que el callo pe- relación inversa al grado de inmoviliza- mentos. Los autores de la AO se oponen osteosíntesis o cualquier otro medio que
der, Rush, AO, etc., e igualmente res- los cambios convenientes entre la esta- riférico aumente con la movilidad del ción del foco, y constituye por lo tanto totalmente a esta medida, a la que atribu- cumpla con la misma finalidad.
ponden a esta denominación, en su bilización neutra y la compresión o dis- foco o disminuya con la inmovilidad? un índice válido sobre la eficacia del yen gran parte de los males que ace-chan 3) Métodos adicionales de estimula-
sentido más riguroso, los «clavos intra- tracción sobre el foco, aparte de otras Parece que de momento habrá que con- método empleado, desde el punto de a las fracturas de las extremidades infe- ción de la osteogénesis: a) Estimulación
cervicales» para el tratamiento de las posibilidades interesantes desde el pun- tentarse con una explicación teleológi- vista mecánico, sin que apenas puedan riores. Por si nuestra modesta opinión al eléctrica o electromagnética, mediante
fracturas del cuello del fémur. Los cla- to de vista ortopédico, como es el alar- ca para responder a esta pregunta. Es adjudicársele otras influencias (positi- respecto puede interesar a alguien, nos dispositivos que permiten la inducción
vos endomedulares para el tratamiento gamiento de los huesos o la traslación decir, una respuesta basada en la finali- vas o negativas) sobre la evolución bio- permitiremos añadir que tal actitud nos en el foco de fractura de una corriente dé-
de las fracturas diafisarias, y en particu- de un fragmento óseo diafisario. En dad curativa del proceso, pasando por lógica del callo. Ni siquiera, como ha parece, cuando menos, exagerada. Per- bil, aproximadamente de 5 V y 60 KHz.
lar los de Kuntscher, pueden aplicarse, traumatología encuentran su principal alto, de momento, las causas que lo sido dicho anteriormente, la supuesta mitir la marcha con apoyo total o parcial, Esta finalidad puede conseguirse, en la
como es sabido de todos, a cielo abier- indicación en el tratamiento de las frac- provocan. El callo perióstico, según agresión a la circulación endostal y pe- no solamente responde a una conve- actualidad, empleando, como fuente de
to y a cielo cerrado. Es decir, introdu- turas abiertas, las fracturas infectadas o esta explicación, cumpliría con la im- rióstica por los clavos endomedulares a niencia de tipo práctico, para hacer más energía, aparatos portátiles de poco
ciéndolos a través del propio foco de las fracturas cerradas acompañadas de portante misión de inmovilizar rápida, través del foco tiene consecuencias soportable un tratamiento prolongado, peso y tamaño (fig. 9) sujetos con ven-
fractura o por uno de los extremos del alteraciones importantes de los tejidos rigurosa y provisionalmente el foco de prácticas de verdadera consideración. sino que es un factor importante de esti- das al propio miembro fracturado, y
hueso fracturado. Ambos procedimien- blandos o de la piel. Por ejemplo, las fractura, como condición previa indis- Retrasos de consolidación. Normas mulación del callo, por las razones que electrodos aplicados sobre la piel (figu-
tos tienen sus partidarios y sus detracto- quemaduras. Pero pueden estar igual- pensable para la formación (mucho generales de actuación. El tratamiento, ya han sido señaladas, y siempre que se ra 10). Con la ventaja de poder seguir el
res entre los autores de más reconocida mente indicados en fracturas conminu- más lenta) del callo definitivo a base de ante este problema, debe ajustarse a las cumplan las debidas condiciones. tratamiento en régimen ambulatorio y
autoridad. Para algunos (Taylor, Orengo tas, plurifragmentarias o con gran des- hueso haversiano o laminar. El callo pe- siguientes posibilidades de solución: 2) Tratamiento operatorio. Es la solu- prolongado durante todas las horas ne-
y Zahlaoui), la abertura del foco para in- trozo óseo, difíciles de estabilizar rióstico sería «relevado», según esta ex- 1) Prolongar el período de inmoviliza- ción a que necesariamente hay que re- cesarias del día y de la noche. Su efica-
fracturas 152 153 fracturas

Fuente de
alimentación

Cavidad medular

Periostio

Hueso esponjoso

Cables de los Cortical cerrando


electrodos la cavidad medular
Cartílago
Seudocavidad
articular (mucina)
Fibrocartílago
Cartílago
Placas de
Cortical
condensador
Tejido fibroso
Hueso esponjoso

FIG. 10. Dibujos que muestran la aplicación del sistema de estimulación eléctrica Ortho Pak II, con FIG. 11. Retraso de consolidación de una
fuente de alimentación fijada al muslo y electrodos o placas de condensador de acero inoxidable fractura de tibia a los cuatro meses de produ-
en contacto con la piel a través de ventanas de yeso. (Según Carl T. Brighton y Salomon R. Po- cirse. Ausencia de callo perióstico. Consolida-
llack.) ción completa del peroné.
FIG. 12. Dibujo semiesquemático de una seudoartrosis antigua. (Copiado de Urist y cols.) FIG. 13. Seudoartrosis «hipertrófica» de tibia.

cia, según los valedores del método, se a) Seudoartrosis. siguientes datos:


traduce en la consolidación de fracturas b) Consolidaciones viciosas. Deforma- Características clínicas. Tanto en la seu-
en las que han fracasado los demás me- ciones secundarias. doartrosis establecida como en los retra- de seudoartrosis. Como es fácil com- contrario, afilados a modo de punta de
dios de tratamiento. b) Fijación externa c) Necrosis isquémica. sos de consolidación la característica clí- prender, este dato no tiene valor absolu- lápiz (fig. 14)
semirrígida o elástica. (Véase biocom-
biocom- d) Infección. nica común es una impotencia funcional to y debe ser matizado en cada caso, 3) Obliteración del conducto medu-
presión.)
presión 2) Complicaciones menos frecuentes: más o menos acusada, que se traduce, pero conserva su validez como elemen- lar a nivel de los extremos óseos.
Complicaciones más frecuentes. Véa- a) Algodistrofia de Sudeck (véase atro- en la extremidad inferior, por una impo- to orientativo del diagnóstico diferencial. 4) Reacción perióstica muy acusada,
se también embolia grasa, seudoar-
grasa, seudoar- fia ósea dolorosa traumática
traumática). sibilidad o limitación en la capacidad de Características radiológicas. En uno y a veces en forma de callo exuberante,
trosis y trombosis venosa.
venosa. b) Rigidez articular. Artritis traumáti- sostén (incapacidad de andar, asimetría otro caso se observa la persistencia de que sugiere el intento de la naturaleza
Consideraciones generales. Es conve- cas (véase este término). del paso, dificultad para mantenerse so- la línea de fractura y la ausencia de con- por aportar el material óseo necesario
niente distinguir entre las complicacio- c) Miositis osificante (véase este término). bre la extremidad fracturada, para el sal- tinuidad ósea entre los fragmentos. Pero para lograr la unión.
nes de las fracturas propiamente dichas, d) Flebotrombosis y tromboembolis- to sobre la misma, etc.), y en la extremi- en los retrasos de consolidación, este Características gammagráficas. La gam-
o más concretamente de su proceso de venosa).
mo (véase trombosis venosa dad superior, por una imposibilidad o dato apenas se acompaña de otras mo- magrafía ósea con difosfanatos marca-
curación y resultado definitivo del mis- e) Embolia grasa (véase este término). limitación de sostener un peso con la dificaciones radiológicas a nivel del dos con tecnecio constituye actualmen-
mo, y las complicaciones debidas al Seudoartrosis. No es necesario precisar mano en determinadas posiciones (con foco. Los extremos óseos pueden pre- te un método valioso para controlar la
traumatismo causal, es decir, las lesiones el significado de este término, pero sí el brazo en abducción y en rotación neu- sentar una transparencia normal o lige- evolución de una fractura, y es útil, en-
o alteraciones asociadas, tanto generales puede ser conveniente recordar las dife- tra, etc.). En los casos extremos, estas ramente aumentada, y la reacción pe- tre otras cosas, para diferenciar un sim-
como locales: shock traumático, lesio- rencias que existen entre seudoartrosis pruebas pueden poner de manifiesto una rióstica es nula o muy escasa. Se diría, ple retraso de consolidación de una
nes de los órganos internos, torácicos o establecida y los simples retrasos de incurvación o angulación del miembro a por la imagen radiográfica, que se trata seudoartrosis definitiva, mostrando, en
abdominales, del sistema nervioso cen- consolidación. En el primer caso, el pro- nivel del foco de fractura. La diferencia de una fractura reciente (fig. 11). En las el primer caso, una hipercaptación a ni-
tral, de los vasos, de los nervios, del sis- ceso de reparación ha terminado y la clínica diferencial más importante entre seudoartrosis, por el contrario, las alte- vel del foco, que desaparece o tiende a
tema musculotendinoso, de los ligamen- consolidación es imposible si no es con los retrasos de consolidación y las seu- raciones que acompañan a la falta de desaparecer al irse estableciendo la
tos o de la piel. En el presente apartado una intervención quirúrgica. En el se- doartrosis es el dolor, presente en el pri- continuidad ósea entre los fragmentos seudoartrosis. (Véase gammagrafía
gammagrafía.)
sólo se hace referencia a las primeras. gundo, el proceso sigue activo aunque mer caso y ausente, por lo general, en el son —o pueden ser— muy patentes y Factores condicionantes de los retardos
Las lesiones asociadas son descritas más lento de lo habitual, y la curación segundo. Una antigua máxima de la significativas, y reflejan con bastente fi- de consolidación y las seudoartrosis.
bajo el nombre de cada una de ellas o es todavía posible siguiendo el mismo traumatología clásica establecía que delidad las alteraciones anatomopato- 1) Localización de las fracturas. Hay
en los apartados correspondientes a las tratamiento o introduciendo en el mis- mientras una fractura duela (espontánea- lógicas (figs. 12 y 13). zonas del esqueleto más propensas que
diferentes localizaciones. mo algunas modificaciones. La diferen- mente, a la presión, a los movimientos) 1) Esclerosis de los extremos óseos. el resto de los huesos a consolidar con di-
Complicaciones de las fracturas propia- cia entre uno y otro tiene por tanto un significa que el proceso de consolida- 2) Deformación de los mismos. Re- ficultad y a dar lugar a una seudoartrosis.
mente dichas. interés práctico nada despreciable y ción continúa en actividad y que por tan- dondeados en unos casos (imitando una Estas zonas son las siguientes (fig. 15): FIG. 14. Seudoatrosis «atrófica» del fémur. (Re-
1) Complicaciones más frecuentes: puede establecerse de acuerdo con los to no se ha alcanzado todavía el grado seudoarticulación diartroidal) o, por el a) Diáfisis del húmero (dificultades de producido de una pieza anatómica de Matzen.)
fracturas 152 153 fracturas

Fuente de
alimentación

Cavidad medular

Periostio

Hueso esponjoso

Cables de los Cortical cerrando


electrodos la cavidad medular
Cartílago
Seudocavidad
articular (mucina)
Fibrocartílago
Cartílago
Placas de
Cortical
condensador
Tejido fibroso
Hueso esponjoso

FIG. 10. Dibujos que muestran la aplicación del sistema de estimulación eléctrica Ortho Pak II, con FIG. 11. Retraso de consolidación de una
fuente de alimentación fijada al muslo y electrodos o placas de condensador de acero inoxidable fractura de tibia a los cuatro meses de produ-
en contacto con la piel a través de ventanas de yeso. (Según Carl T. Brighton y Salomon R. Po- cirse. Ausencia de callo perióstico. Consolida-
llack.) ción completa del peroné.
FIG. 12. Dibujo semiesquemático de una seudoartrosis antigua. (Copiado de Urist y cols.) FIG. 13. Seudoartrosis «hipertrófica» de tibia.

cia, según los valedores del método, se a) Seudoartrosis. siguientes datos:


traduce en la consolidación de fracturas b) Consolidaciones viciosas. Deforma- Características clínicas. Tanto en la seu-
en las que han fracasado los demás me- ciones secundarias. doartrosis establecida como en los retra- de seudoartrosis. Como es fácil com- contrario, afilados a modo de punta de
dios de tratamiento. b) Fijación externa c) Necrosis isquémica. sos de consolidación la característica clí- prender, este dato no tiene valor absolu- lápiz (fig. 14)
semirrígida o elástica. (Véase biocom-
biocom- d) Infección. nica común es una impotencia funcional to y debe ser matizado en cada caso, 3) Obliteración del conducto medu-
presión.)
presión 2) Complicaciones menos frecuentes: más o menos acusada, que se traduce, pero conserva su validez como elemen- lar a nivel de los extremos óseos.
Complicaciones más frecuentes. Véa- a) Algodistrofia de Sudeck (véase atro- en la extremidad inferior, por una impo- to orientativo del diagnóstico diferencial. 4) Reacción perióstica muy acusada,
se también embolia grasa, seudoar-
grasa, seudoar- fia ósea dolorosa traumática
traumática). sibilidad o limitación en la capacidad de Características radiológicas. En uno y a veces en forma de callo exuberante,
trosis y trombosis venosa.
venosa. b) Rigidez articular. Artritis traumáti- sostén (incapacidad de andar, asimetría otro caso se observa la persistencia de que sugiere el intento de la naturaleza
Consideraciones generales. Es conve- cas (véase este término). del paso, dificultad para mantenerse so- la línea de fractura y la ausencia de con- por aportar el material óseo necesario
niente distinguir entre las complicacio- c) Miositis osificante (véase este término). bre la extremidad fracturada, para el sal- tinuidad ósea entre los fragmentos. Pero para lograr la unión.
nes de las fracturas propiamente dichas, d) Flebotrombosis y tromboembolis- to sobre la misma, etc.), y en la extremi- en los retrasos de consolidación, este Características gammagráficas. La gam-
o más concretamente de su proceso de venosa).
mo (véase trombosis venosa dad superior, por una imposibilidad o dato apenas se acompaña de otras mo- magrafía ósea con difosfanatos marca-
curación y resultado definitivo del mis- e) Embolia grasa (véase este término). limitación de sostener un peso con la dificaciones radiológicas a nivel del dos con tecnecio constituye actualmen-
mo, y las complicaciones debidas al Seudoartrosis. No es necesario precisar mano en determinadas posiciones (con foco. Los extremos óseos pueden pre- te un método valioso para controlar la
traumatismo causal, es decir, las lesiones el significado de este término, pero sí el brazo en abducción y en rotación neu- sentar una transparencia normal o lige- evolución de una fractura, y es útil, en-
o alteraciones asociadas, tanto generales puede ser conveniente recordar las dife- tra, etc.). En los casos extremos, estas ramente aumentada, y la reacción pe- tre otras cosas, para diferenciar un sim-
como locales: shock traumático, lesio- rencias que existen entre seudoartrosis pruebas pueden poner de manifiesto una rióstica es nula o muy escasa. Se diría, ple retraso de consolidación de una
nes de los órganos internos, torácicos o establecida y los simples retrasos de incurvación o angulación del miembro a por la imagen radiográfica, que se trata seudoartrosis definitiva, mostrando, en
abdominales, del sistema nervioso cen- consolidación. En el primer caso, el pro- nivel del foco de fractura. La diferencia de una fractura reciente (fig. 11). En las el primer caso, una hipercaptación a ni-
tral, de los vasos, de los nervios, del sis- ceso de reparación ha terminado y la clínica diferencial más importante entre seudoartrosis, por el contrario, las alte- vel del foco, que desaparece o tiende a
tema musculotendinoso, de los ligamen- consolidación es imposible si no es con los retrasos de consolidación y las seu- raciones que acompañan a la falta de desaparecer al irse estableciendo la
tos o de la piel. En el presente apartado una intervención quirúrgica. En el se- doartrosis es el dolor, presente en el pri- continuidad ósea entre los fragmentos seudoartrosis. (Véase gammagrafía
gammagrafía.)
sólo se hace referencia a las primeras. gundo, el proceso sigue activo aunque mer caso y ausente, por lo general, en el son —o pueden ser— muy patentes y Factores condicionantes de los retardos
Las lesiones asociadas son descritas más lento de lo habitual, y la curación segundo. Una antigua máxima de la significativas, y reflejan con bastente fi- de consolidación y las seudoartrosis.
bajo el nombre de cada una de ellas o es todavía posible siguiendo el mismo traumatología clásica establecía que delidad las alteraciones anatomopato- 1) Localización de las fracturas. Hay
en los apartados correspondientes a las tratamiento o introduciendo en el mis- mientras una fractura duela (espontánea- lógicas (figs. 12 y 13). zonas del esqueleto más propensas que
diferentes localizaciones. mo algunas modificaciones. La diferen- mente, a la presión, a los movimientos) 1) Esclerosis de los extremos óseos. el resto de los huesos a consolidar con di-
Complicaciones de las fracturas propia- cia entre uno y otro tiene por tanto un significa que el proceso de consolida- 2) Deformación de los mismos. Re- ficultad y a dar lugar a una seudoartrosis.
mente dichas. interés práctico nada despreciable y ción continúa en actividad y que por tan- dondeados en unos casos (imitando una Estas zonas son las siguientes (fig. 15): FIG. 14. Seudoatrosis «atrófica» del fémur. (Re-
1) Complicaciones más frecuentes: puede establecerse de acuerdo con los to no se ha alcanzado todavía el grado seudoarticulación diartroidal) o, por el a) Diáfisis del húmero (dificultades de producido de una pieza anatómica de Matzen.)
fracturas 154 155 fracturas

masas musculares. Es un elemento im- tituyen una modalidad de «callo vicio-


portante que interfiere en el proceso de so» no incluida en las descripciones
consolidación, llegando a impedirla en precedentes cuyo significado queda su-
algunos casos. ficientemente explícito en su propia de-
6) Infección del foco de fractura. Es finición, pero cuyos límites entre lo
quizá la causa más importante, o al me- «normal» y lo «patológico» no siempre
nos la más frecuente, de seudoartrosis, son fáciles de establecer. En cualquier
debido a los procesos destructivos (ne- caso, los callos de tamaño superior al
crosis ósea, osteólisis, formación de se- que se puede considerar como «nor-
cuestros, etc.) que tienen lugar en el seno mal» son debidos a una reacción pe-
del foco. rióstica exagerada que puede obedecer
Tratamiento. Véase seudoartrosis y re- re- a las siguientes causas:
trasos consolidación Tratamiento
trasos de consolidación. 1) Inmovilización insuficiente entre
y los apartados correspondientes a las los fragmentos. Por razones que fueron
distintas localizaciones. expuestas al descubrir el proceso de
Consolidaciones viciosas. Deformacio- consolidación y que pueden interpre-
nes secundarias. Una fractura puede tarse como un intento compensador de
consolidar a pesar de no estar anatómi- la naturaleza por alcanzar la inmovili-
camente reducida y presentar desvia- dad necesaria para la formación del ca-
ciones entre los fragmentos, o bien tales llo definitivo. En esta categoría y por los
desviaciones pueden producirse des- mismos motivos cabe incluir los callos
pués de una reducción inicial correcta, exuberantes de las fracturas patológi-
durante el período de inmovilización. cas, principalmente las de los metatar-
En ambos casos el resultado es una de- sianos y del peroné por el hecho de no
formidad angular o incurvación del hue- ser habitualmente diagnósticas —ni,
so fracturado, o un acortamiento del por tanto, inmovilizadas— hasta tiempo
mismo, cuando se trate de un desplaza- después de haberse producido.
miento inicial por acabalgamiento en- 2) Reducciones corregidas o rectifica-
tre los fragmentos. En algunos casos das secundariamente en el curso de la
puede producirse igualmente y por mo- consolidación. Tal es el caso de algunas
tivos análogos una desviación rotatoria fracturas reducidas e inmovilizadas ini-
del eje del miembro. Las desviaciones o cialmente con un cierto grado de des-
deformidades de los huesos fracturados viación, que es corregida al cabo de dos
pueden producirse también secundaria- o tres semanas de haber iniciado el tra-
mente por lesiones del cartílago fisario tamiento. Los factores etiopatogénicos
en fracturas parecidas a nivel del mismo que conducen a la hipertrofia del callo
durante la época del crecimiento es- perióstico en estos casos son los mis-
FIG. 15. Localizaciones más frecuentes de las seudoartrosis.
quelético. (Véase cartílago de creci - mos, o parecidos, a los que intervienen FIG. 16. Ejemplos de desviaciones más corrientes de los miembros por consolidación viciosa de las
inmovilización suficiente por procedi- tendencia a sufrir fracturas repetidas con miento, traumatismos.) Entre las defor- en las fracturas insuficientemente inmo- fracturas de sus huesos. Coxa vara, mano zamba cubital, muñeca en «dorso de tenedor», genu va-
mientos no quirúrgicos). traumatismos mínimos, pero su consoli- maciones más frecuentes producidas vilizadas. Es decir, un traumatismo aña- rum, cúbito valgo.
b) Tercio inferior de la tibia (despro- dación no difiere en nada de la de un por una consolidación viciosa figuran dido que produce nuevas lesiones en el
vista de inserciones musculares y de cir- hueso sano, y lo mismo, o muy pareci- las siguientes (fig. 16): seno del callo en formación y obliga a
culación precaria). do, puede decirse de las diferentes for- 1) Coxa vara por fractura del cuello una mayor producción de hueso inma- con un tercer fragmento interpuesto, turas del cuello de este hueso.
c) Cuello del fémur (fractura intracap- mas de osteoporosis y osteomalacia. del fémur. duro para repararlas y cumplir con su que por razones anatómicas queda par- 3) El semilunar del carpo en las frac-
sular; alteraciones de la vasculariza- 3) Inmovilización insuficiente. Es una 2) Genu valgo o varo por fractura de cometido. ticularmente expuesto a los efectos de turas y luxaciones de la muñeca.
ción). de las causas más frecuentes de seudo- la metáfisis tibial superior o de la extre- 3) Infección del foco de fractura, a la lesión vascular. Las necrosis en tales 4) El fragmento proximal en las fractu-
d) Escafoides carpiano (por trastornos artrosis. A este respecto es útil recordar midad inferior del fémur, o bien por le- cuenta de la cual se produce una reac- casos afecta —y no siempre— a frag- ras del escafoides carpiano.
de la irrigación, causados por la fractu- que no todos los huesos requieren el sión de los cartílagos fisarios a nivel de ción perióstica exagerada de carácter mentos completamente desprendidos En los apartados correspondientes a
ra). (Véase muñeca, traumatismos.) mismo grado de inmovilización para la rodilla en los niños. inflamatorio, que se traduce —o puede del resto del hueso. Por ejemplo, algu- cada una de estas localizaciones será
e) Huesos del antebrazo (tercio dis- consolidar normalmente después de 3) Cúbito valgo o varo por fractura su- traducirse— por un callo más volumi- nos fragmentos «en ala de mariposa» de estudiada esta complicación, con espe-
tal del cúbito, principalmente por las fracturarse (véase lo expuesto anterior- pracondílea del húmero o por fracturas noso del que se hubiera producido sin huesos diafisarios (fig. 17). Sin embar- cial referencia a su forma de manifestar-
mismas razones que el tercio inferior de mente en relación al proceso de conso- epifisarias de la extremidad inferior del la infección. go, la necrosis isquémica consecutiva a se, su diagnóstico, sus consecuencias y
la tibia). lidación). húmero en los niños. Necrosis isquémica. Toda fractura ósea la lesión arterial fracturaria se presenta sus posibilidades de tratamiento.
2) Factores generales. La edad es el 4) Desplazamientos importantes, pér- 4) Mano zamba radial («muñeca en comporta, en mayor o menor grado, un con relativa frecuencia en algunos hue- Diagnóstico general de las necrosis is-
más importante y prácticamente el úni- dida de contacto entre los fragmentos, bayoneta» o en «dorso de tenedor») por compromiso de la vascularización del sos determinados, particularmente vul- quémicas posfracturarias:
co. En los niños las seudoartrosis son pérdidas de sustancia ósea. Es un factor fractura de la extremidad distal del ra- hueso, por las lesiones de los vasos nerables, por particulares razones ana- Diagnóstico clínico. La manifestación
mucho más raras que en los adultos jó- importante en la génesis de las seudoar- dio, con empotramiento pronunciado periósticos, nutricios o metafisarios. A tómicas, a los fenómenos de isquemia más importante y más constante de una
venes o en los viejos. Por el contrario, trosis, por el simple hecho de crear un entre los fragmentos. pesar de ello, el aporte sanguíneo al por interrupción de su aporte arterial. necrosis ósea es el dolor, con una parti-
las alteraciones generales del esqueleto obstáculo insuperable —o difícil de su- Sobre el significado clínico de estas de- hueso fracturado raras veces da lugar a Tales huesos son lo siguientes (fig. 18): cularidad en su presentación y evolu-
tienen poca influencia, si es que tienen perar— a la formación de puentes óseos formidades y su posible tratamiento, véa- un trastorno grave de su irrigación. Las 1) La cabeza del fémur en las fractu- ción que es muy significativa. Se trata,
alguna, en el proceso de consolidación. entre los fragmentos. se el término correspondiente a la locali- necrosis diafisarias, por ejemplo, en las ras del cuello subcapitales o transcervi- con frecuencia, de fracturas en aparien-
Una osteogénesis imperfecta, para citar 5) Interposición de tejidos blandos zación anatómica de la lesión causal. fracturas de los huesos largos, es excep- cales. cia bien curadas, a beneficio de una
un caso extremo, muestra una marcada entre los fragmentos. Principalmente Callos hipertróficos o exuberantes. Cons- cional, incluso en las fracturas dobles 2) El cuerpo del astrágalo en las frac- consolidación ósea comprobada radio-
fracturas 154 155 fracturas

masas musculares. Es un elemento im- tituyen una modalidad de «callo vicio-


portante que interfiere en el proceso de so» no incluida en las descripciones
consolidación, llegando a impedirla en precedentes cuyo significado queda su-
algunos casos. ficientemente explícito en su propia de-
6) Infección del foco de fractura. Es finición, pero cuyos límites entre lo
quizá la causa más importante, o al me- «normal» y lo «patológico» no siempre
nos la más frecuente, de seudoartrosis, son fáciles de establecer. En cualquier
debido a los procesos destructivos (ne- caso, los callos de tamaño superior al
crosis ósea, osteólisis, formación de se- que se puede considerar como «nor-
cuestros, etc.) que tienen lugar en el seno mal» son debidos a una reacción pe-
del foco. rióstica exagerada que puede obedecer
Tratamiento. Véase seudoartrosis y re- re- a las siguientes causas:
trasos consolidación Tratamiento
trasos de consolidación. 1) Inmovilización insuficiente entre
y los apartados correspondientes a las los fragmentos. Por razones que fueron
distintas localizaciones. expuestas al descubrir el proceso de
Consolidaciones viciosas. Deformacio- consolidación y que pueden interpre-
nes secundarias. Una fractura puede tarse como un intento compensador de
consolidar a pesar de no estar anatómi- la naturaleza por alcanzar la inmovili-
camente reducida y presentar desvia- dad necesaria para la formación del ca-
ciones entre los fragmentos, o bien tales llo definitivo. En esta categoría y por los
desviaciones pueden producirse des- mismos motivos cabe incluir los callos
pués de una reducción inicial correcta, exuberantes de las fracturas patológi-
durante el período de inmovilización. cas, principalmente las de los metatar-
En ambos casos el resultado es una de- sianos y del peroné por el hecho de no
formidad angular o incurvación del hue- ser habitualmente diagnósticas —ni,
so fracturado, o un acortamiento del por tanto, inmovilizadas— hasta tiempo
mismo, cuando se trate de un desplaza- después de haberse producido.
miento inicial por acabalgamiento en- 2) Reducciones corregidas o rectifica-
tre los fragmentos. En algunos casos das secundariamente en el curso de la
puede producirse igualmente y por mo- consolidación. Tal es el caso de algunas
tivos análogos una desviación rotatoria fracturas reducidas e inmovilizadas ini-
del eje del miembro. Las desviaciones o cialmente con un cierto grado de des-
deformidades de los huesos fracturados viación, que es corregida al cabo de dos
pueden producirse también secundaria- o tres semanas de haber iniciado el tra-
mente por lesiones del cartílago fisario tamiento. Los factores etiopatogénicos
en fracturas parecidas a nivel del mismo que conducen a la hipertrofia del callo
durante la época del crecimiento es- perióstico en estos casos son los mis-
FIG. 15. Localizaciones más frecuentes de las seudoartrosis.
quelético. (Véase cartílago de creci - mos, o parecidos, a los que intervienen FIG. 16. Ejemplos de desviaciones más corrientes de los miembros por consolidación viciosa de las
inmovilización suficiente por procedi- tendencia a sufrir fracturas repetidas con miento, traumatismos.) Entre las defor- en las fracturas insuficientemente inmo- fracturas de sus huesos. Coxa vara, mano zamba cubital, muñeca en «dorso de tenedor», genu va-
mientos no quirúrgicos). traumatismos mínimos, pero su consoli- maciones más frecuentes producidas vilizadas. Es decir, un traumatismo aña- rum, cúbito valgo.
b) Tercio inferior de la tibia (despro- dación no difiere en nada de la de un por una consolidación viciosa figuran dido que produce nuevas lesiones en el
vista de inserciones musculares y de cir- hueso sano, y lo mismo, o muy pareci- las siguientes (fig. 16): seno del callo en formación y obliga a
culación precaria). do, puede decirse de las diferentes for- 1) Coxa vara por fractura del cuello una mayor producción de hueso inma- con un tercer fragmento interpuesto, turas del cuello de este hueso.
c) Cuello del fémur (fractura intracap- mas de osteoporosis y osteomalacia. del fémur. duro para repararlas y cumplir con su que por razones anatómicas queda par- 3) El semilunar del carpo en las frac-
sular; alteraciones de la vasculariza- 3) Inmovilización insuficiente. Es una 2) Genu valgo o varo por fractura de cometido. ticularmente expuesto a los efectos de turas y luxaciones de la muñeca.
ción). de las causas más frecuentes de seudo- la metáfisis tibial superior o de la extre- 3) Infección del foco de fractura, a la lesión vascular. Las necrosis en tales 4) El fragmento proximal en las fractu-
d) Escafoides carpiano (por trastornos artrosis. A este respecto es útil recordar midad inferior del fémur, o bien por le- cuenta de la cual se produce una reac- casos afecta —y no siempre— a frag- ras del escafoides carpiano.
de la irrigación, causados por la fractu- que no todos los huesos requieren el sión de los cartílagos fisarios a nivel de ción perióstica exagerada de carácter mentos completamente desprendidos En los apartados correspondientes a
ra). (Véase muñeca, traumatismos.) mismo grado de inmovilización para la rodilla en los niños. inflamatorio, que se traduce —o puede del resto del hueso. Por ejemplo, algu- cada una de estas localizaciones será
e) Huesos del antebrazo (tercio dis- consolidar normalmente después de 3) Cúbito valgo o varo por fractura su- traducirse— por un callo más volumi- nos fragmentos «en ala de mariposa» de estudiada esta complicación, con espe-
tal del cúbito, principalmente por las fracturarse (véase lo expuesto anterior- pracondílea del húmero o por fracturas noso del que se hubiera producido sin huesos diafisarios (fig. 17). Sin embar- cial referencia a su forma de manifestar-
mismas razones que el tercio inferior de mente en relación al proceso de conso- epifisarias de la extremidad inferior del la infección. go, la necrosis isquémica consecutiva a se, su diagnóstico, sus consecuencias y
la tibia). lidación). húmero en los niños. Necrosis isquémica. Toda fractura ósea la lesión arterial fracturaria se presenta sus posibilidades de tratamiento.
2) Factores generales. La edad es el 4) Desplazamientos importantes, pér- 4) Mano zamba radial («muñeca en comporta, en mayor o menor grado, un con relativa frecuencia en algunos hue- Diagnóstico general de las necrosis is-
más importante y prácticamente el úni- dida de contacto entre los fragmentos, bayoneta» o en «dorso de tenedor») por compromiso de la vascularización del sos determinados, particularmente vul- quémicas posfracturarias:
co. En los niños las seudoartrosis son pérdidas de sustancia ósea. Es un factor fractura de la extremidad distal del ra- hueso, por las lesiones de los vasos nerables, por particulares razones ana- Diagnóstico clínico. La manifestación
mucho más raras que en los adultos jó- importante en la génesis de las seudoar- dio, con empotramiento pronunciado periósticos, nutricios o metafisarios. A tómicas, a los fenómenos de isquemia más importante y más constante de una
venes o en los viejos. Por el contrario, trosis, por el simple hecho de crear un entre los fragmentos. pesar de ello, el aporte sanguíneo al por interrupción de su aporte arterial. necrosis ósea es el dolor, con una parti-
las alteraciones generales del esqueleto obstáculo insuperable —o difícil de su- Sobre el significado clínico de estas de- hueso fracturado raras veces da lugar a Tales huesos son lo siguientes (fig. 18): cularidad en su presentación y evolu-
tienen poca influencia, si es que tienen perar— a la formación de puentes óseos formidades y su posible tratamiento, véa- un trastorno grave de su irrigación. Las 1) La cabeza del fémur en las fractu- ción que es muy significativa. Se trata,
alguna, en el proceso de consolidación. entre los fragmentos. se el término correspondiente a la locali- necrosis diafisarias, por ejemplo, en las ras del cuello subcapitales o transcervi- con frecuencia, de fracturas en aparien-
Una osteogénesis imperfecta, para citar 5) Interposición de tejidos blandos zación anatómica de la lesión causal. fracturas de los huesos largos, es excep- cales. cia bien curadas, a beneficio de una
un caso extremo, muestra una marcada entre los fragmentos. Principalmente Callos hipertróficos o exuberantes. Cons- cional, incluso en las fracturas dobles 2) El cuerpo del astrágalo en las frac- consolidación ósea comprobada radio-
fracturas 156 157 fracturas

equivale a decir que una radiografía crean para la aplicación de algunos mé- a) Tratamiento con yesos cerrados. Es
negativa ante la sospecha fundada de todos habituales de inmovilización de el método de cura oclusiva que ha sido
necrosis ósea isquémica no excluye en los fragmentos. En especial, los apósitos descrito en otro apartado (véase este
modo alguno este diagnóstico durante enyesados y las osteosíntesis metálicas término). Hoy día goza de escaso predi-
el largo período prerradiológico que internas. camento, suplantado por otros medios
precede a las manifestaciones visibles Etiología y mecanismos de producción. más modernos, pero tuvo su gran mo-
en las placas, y que puede durar, según La comunicación del foco fracturario mento, como se sabe, en la guerra civil
los casos, de dos a cuatro meses. En los con el exterior puede producirse de española y al inicio de la Segunda Gue-
apartados correspondientes a las diver- dentro afuera, a cargo de un fragmento rra Mundial, en un época (recuérdese)
sas localizaciones se describen con más del hueso fracturado, que se abre paso en la que no existían antibióticos. El tra-
detalle estas características radiológicas hacia el exterior. O de fuera a dentro, tamiento responde a principios que to-
en cada caso particular de necrosis frac- debido a la penetración del agente vul- davía gozan de plena validez: propor-
turaria. nerante a través de los tejidos blandos ciona una buena inmovilización de los
Gammagrafía ósea. Constituye un méto- antes de alcanzar el hueso (todas las fragmentos; suprime, o disminuye, la
do particularmente valioso de diagnósti- fracturas por herida de bala o de metra- efusión sanguínea a nivel del foco, y
co de necrosis ósea isquémica, práctica- lla responden a esta modalidad) o por la con ello la presencia del hematoma fa-
mente inexcusable en todos los casos en solución de continuidad en las superfi- vorable al cultivo de gérmenes; supri-
que se sospeche esta complicación. Por cies que recubren el mismo. me, con el mismo efecto, o disminuye,
ejemplo, ante un dolor persistente y de Anatomía patológica. Viene determina- la estasis linfática y el edema de los te-
intensidad creciente a nivel de la cadera da por la índole de la propia lesión ósea jidos blandos, y atenúa el peligro de
en una fractura de cuello de fémur apa- (fractura de trazo único o múltiple, des- contaminación secundaria por la reno-
rentemente bien curada, o un dolor en plazada, conminuta, etc.) y de las partes vación frecuente de los apósitos. En-
el tobillo meses después de haber pade- blandas afectadas (herida, contusión, ne- cuentra una indicación muy defendible
cido una fractura de astrágalo, etc. La crosis o despegamiento de la piel, desga- como medio de inmovilización después
gammagrafía con tecnecio proporciona rro de las fascias, magullamiento muscu- del cierre quirúrgico de la herida.
datos positivos en tales casos, que pre- lar, trombosis venosa, sección de vasos o b) Métodos de fijación externa. Cons-
ceden varias semanas o meses a las pri- nervios, zonas desvitalizadas, etc.). tituyen el recurso mejor y más seguro de
meras manifestaciones radiográficas. Clasificación. Es clásica y generalmente alinear e inmovilizar los fragmentos sin
Tales datos son, en una primera fase pre- admitida la distinción en tres grados de emplear material extraño a nivel del
coz, una hipocaptación en la zona ne- fractura abierta. propio foco de fractura. Es aplicable en
crosada propiamente dicha, seguida en Grado 1: Perforación limpia de la piel, las fracturas abiertas de cualquier gra-
una fase más tardía de una hipercapta- de menos de 1 cm de longitud. Suele do, y permite el cuidado de las partes
ción en toda la zona circundante a la identificarse con las fracturas abiertas de blandas en las de grado 3, cuando no es
misma, hipercaptación que puede per- dentro afuera, producidas por la emer- posible el cierre primario de la herida.
sistir durante dos o más años. gencia de un extremo óseo punzante. En términos generales, puede decirse
Tratamiento de las necrosis isquémicas Pero puede obedecer también a causas que es el método de elección en el tra-
fracturarias. Véase lo expuesto en cada externas. tamiento de estas lesiones.
una de las diferentes localizaciones. Grado 2: Con herida de piel y de par- c) Métodos de tracción continua.
fractur
fracturasas abiertas o expuestas. Se de- tes blandas de más de 1 cm, de bordes Combinados o no con los de suspen-
FIG. 17. Necrosis aislada de un fragmento signan con este nombre todas las fractu- limpios o escasamente alterados. sión, que permitan la vigilancia y el cui-
suelto y desvascularizado de una fractura dia- ras óseas en las cuales se produce una Grado 3: Con heridas importantes de dado de las heridas, renovación de los
FIG. 18. Ejemplos de localizaciones más frecuentes de las necrosis óseas como complicación de
fisaria. solución de continuidad de la piel y los partes blandas, de bordes irregulares, apósitos, etc. Constituyen una alternati-
una fractura. Cabeza del fémur en las fracturas subcapitales, fragmento proximal en las fracturas de
tejidos blandos que cubren el hueso, a extensas pérdidas de sustancia, magu- escafoides, semilunar (en las luxaciones del carpo), cuerpo del astrágalo. va a los procedimientos de fijación ex-
gráficamente y una desaparición progre- través de la cual se establece una co- llamiento muscular, etc. terna, en los casos en que ésta no sea
siva del dolor y demás molestias, pero municación del foco con el exterior. La Peligro de contaminación. Es, como se factible o aconsejable
que, secundariamente, este curso evolu- importancia de estas fracturas y su prin- ha dicho, la complicación más temible fractur
fracturas
as expuestas. Véase fractur
fracturas as
tivo hacia la mejoría se interrumpe dan- blandas. No difiere sustancialmente del 2) Estabilización de la fractura. Evitar
cipal diferencia con las fracturas cerra- y más frecuente. Por razones obvias abiertas o expuestas.
do paso a un dolor cada vez más inten- empleado en cualquier herida: necesi- el empleo de material extraño de osteo-
das se debe a tres factores: este peligro es mínimo en las fracturas fractur
fracturas
as fisarias del tobillo. Véase en
so después de un período de aparente dad de una actuación quirúrgica urgen- síntesis, o reducirlo al mínimo indis-
1) La posibilidad de contaminación abiertas del grupo 1 y máximo en las el artículo tobillo el apartado fracturas
curación. El dolor espontáneo a los mo- te, máximas precauciones de asepsia, pensable. Salvo en los casos en que
del foco, que las convierte en fracturas del grupo 3. Pero depende de muchos de los niños y adolescentes.
vimientos, al apoyo, aparece cuando se infectadas. De hecho, no todas las frac- desbridamiento, extracción de los cuer- existan motivos razonables para confiar fractur
otros factores. En primer lugar, del fracturas
as infectadas
trata de la extremidad inferior o por la turas abiertas son necesariamente frac- tiempo transcurrido desde el accidente pos extraños y de las esquirlas óseas, re- en una falta de contaminación del foco: Osteítis y osteomielitis fracturarias
presión sobre la zona de fractura. turas infectadas. Pero todas —o prácti- hasta el cierre de la herida. Se estima, gularización de los bordes de la herida lesionados atendidos en las primeras Etiología. Prácticamente la totalidad de
Diagnóstico radiológico. Las radiogra- camente todas— las fracturas infectadas en líneas generales, que pasadas las pri- cutánea y sutura de la piel sin tensión. horas, fracturas abiertas de primer o se- las fracturas infectadas son la conse-
fías convencionales ponen de manifies- son o han sido fracturas abiertas. meras 8 o 10 horas, la contaminación En términos generales puede decirse gundo grado, con bordes limpios, sin cuencia, en primer lugar, de fracturas
to, primero, una condensación de la 2) Las lesiones asociadas de las partes es prácticamente inevitable. Depende que el objetivo primordial de esta parte desvitalizar, etc. En cualquier caso, de- abiertas. Y en segundo lugar, y con me-
zona necrótica del hueso, y después, un blandas (contusión, aplastamiento, des- también de la penetración del material del tratamiento consiste en convertir ben evitarse (o aplicarse con extrema nos frecuencia, de fracturas cerradas
hundimiento o deformación del contor- vascularización, rotura de vasos o ner- extraño, de la virulencia de los gérme- la fractura abierta en cerrada. Siempre precaución) los métodos de enclavado tratadas operatoriamente. Los agentes
no del hueso en la parte afectada. Sin vios, etc.) que añaden un elemento de nes introducidos con el mismo y, en que ello sea posible, es decir, siempre que endomedular, por el grave peligro de más habituales son los gérmenes pióge-
embargo, estos rasgos radiográficos son gravedad a la lesión ósea y que pueden gran medida, de las medidas terapéuti- no exista un grave riesgo de contamina- extender la infección a toda la diáfisis. nos más corrientes (estafilococos, es-
de aparición tardía. Pueden revelarse interferir en el proceso de consolida- cas adoptadas (véase más adelante). ción, o que la superficie cutánea no Como alternativa a los métodos de oste- treptococos, Pseudomonas, algunos gam-
varios meses después de haberse inicia- ción. Normas generales de tratamiento. pueda cerrarse sin tensión, en cuyo caso osíntesis internas deben tenerse en negativos, etc.). En algunos casos parti-
do la sintomatología clínica, lo cual 3) La dificultad que dichas lesiones 1) Tratamiento de la herida de partes es preferible dejar la fractura abierta. cuenta las siguientes posibilidades: cularmente desgraciados, por fortuna
fracturas 156 157 fracturas

equivale a decir que una radiografía crean para la aplicación de algunos mé- a) Tratamiento con yesos cerrados. Es
negativa ante la sospecha fundada de todos habituales de inmovilización de el método de cura oclusiva que ha sido
necrosis ósea isquémica no excluye en los fragmentos. En especial, los apósitos descrito en otro apartado (véase este
modo alguno este diagnóstico durante enyesados y las osteosíntesis metálicas término). Hoy día goza de escaso predi-
el largo período prerradiológico que internas. camento, suplantado por otros medios
precede a las manifestaciones visibles Etiología y mecanismos de producción. más modernos, pero tuvo su gran mo-
en las placas, y que puede durar, según La comunicación del foco fracturario mento, como se sabe, en la guerra civil
los casos, de dos a cuatro meses. En los con el exterior puede producirse de española y al inicio de la Segunda Gue-
apartados correspondientes a las diver- dentro afuera, a cargo de un fragmento rra Mundial, en un época (recuérdese)
sas localizaciones se describen con más del hueso fracturado, que se abre paso en la que no existían antibióticos. El tra-
detalle estas características radiológicas hacia el exterior. O de fuera a dentro, tamiento responde a principios que to-
en cada caso particular de necrosis frac- debido a la penetración del agente vul- davía gozan de plena validez: propor-
turaria. nerante a través de los tejidos blandos ciona una buena inmovilización de los
Gammagrafía ósea. Constituye un méto- antes de alcanzar el hueso (todas las fragmentos; suprime, o disminuye, la
do particularmente valioso de diagnósti- fracturas por herida de bala o de metra- efusión sanguínea a nivel del foco, y
co de necrosis ósea isquémica, práctica- lla responden a esta modalidad) o por la con ello la presencia del hematoma fa-
mente inexcusable en todos los casos en solución de continuidad en las superfi- vorable al cultivo de gérmenes; supri-
que se sospeche esta complicación. Por cies que recubren el mismo. me, con el mismo efecto, o disminuye,
ejemplo, ante un dolor persistente y de Anatomía patológica. Viene determina- la estasis linfática y el edema de los te-
intensidad creciente a nivel de la cadera da por la índole de la propia lesión ósea jidos blandos, y atenúa el peligro de
en una fractura de cuello de fémur apa- (fractura de trazo único o múltiple, des- contaminación secundaria por la reno-
rentemente bien curada, o un dolor en plazada, conminuta, etc.) y de las partes vación frecuente de los apósitos. En-
el tobillo meses después de haber pade- blandas afectadas (herida, contusión, ne- cuentra una indicación muy defendible
cido una fractura de astrágalo, etc. La crosis o despegamiento de la piel, desga- como medio de inmovilización después
gammagrafía con tecnecio proporciona rro de las fascias, magullamiento muscu- del cierre quirúrgico de la herida.
datos positivos en tales casos, que pre- lar, trombosis venosa, sección de vasos o b) Métodos de fijación externa. Cons-
ceden varias semanas o meses a las pri- nervios, zonas desvitalizadas, etc.). tituyen el recurso mejor y más seguro de
meras manifestaciones radiográficas. Clasificación. Es clásica y generalmente alinear e inmovilizar los fragmentos sin
Tales datos son, en una primera fase pre- admitida la distinción en tres grados de emplear material extraño a nivel del
coz, una hipocaptación en la zona ne- fractura abierta. propio foco de fractura. Es aplicable en
crosada propiamente dicha, seguida en Grado 1: Perforación limpia de la piel, las fracturas abiertas de cualquier gra-
una fase más tardía de una hipercapta- de menos de 1 cm de longitud. Suele do, y permite el cuidado de las partes
ción en toda la zona circundante a la identificarse con las fracturas abiertas de blandas en las de grado 3, cuando no es
misma, hipercaptación que puede per- dentro afuera, producidas por la emer- posible el cierre primario de la herida.
sistir durante dos o más años. gencia de un extremo óseo punzante. En términos generales, puede decirse
Tratamiento de las necrosis isquémicas Pero puede obedecer también a causas que es el método de elección en el tra-
fracturarias. Véase lo expuesto en cada externas. tamiento de estas lesiones.
una de las diferentes localizaciones. Grado 2: Con herida de piel y de par- c) Métodos de tracción continua.
fractur
fracturasas abiertas o expuestas. Se de- tes blandas de más de 1 cm, de bordes Combinados o no con los de suspen-
FIG. 17. Necrosis aislada de un fragmento signan con este nombre todas las fractu- limpios o escasamente alterados. sión, que permitan la vigilancia y el cui-
suelto y desvascularizado de una fractura dia- ras óseas en las cuales se produce una Grado 3: Con heridas importantes de dado de las heridas, renovación de los
FIG. 18. Ejemplos de localizaciones más frecuentes de las necrosis óseas como complicación de
fisaria. solución de continuidad de la piel y los partes blandas, de bordes irregulares, apósitos, etc. Constituyen una alternati-
una fractura. Cabeza del fémur en las fracturas subcapitales, fragmento proximal en las fracturas de
tejidos blandos que cubren el hueso, a extensas pérdidas de sustancia, magu- escafoides, semilunar (en las luxaciones del carpo), cuerpo del astrágalo. va a los procedimientos de fijación ex-
gráficamente y una desaparición progre- través de la cual se establece una co- llamiento muscular, etc. terna, en los casos en que ésta no sea
siva del dolor y demás molestias, pero municación del foco con el exterior. La Peligro de contaminación. Es, como se factible o aconsejable
que, secundariamente, este curso evolu- importancia de estas fracturas y su prin- ha dicho, la complicación más temible fractur
fracturas
as expuestas. Véase fractur
fracturas as
tivo hacia la mejoría se interrumpe dan- blandas. No difiere sustancialmente del 2) Estabilización de la fractura. Evitar
cipal diferencia con las fracturas cerra- y más frecuente. Por razones obvias abiertas o expuestas.
do paso a un dolor cada vez más inten- empleado en cualquier herida: necesi- el empleo de material extraño de osteo-
das se debe a tres factores: este peligro es mínimo en las fracturas fractur
fracturas
as fisarias del tobillo. Véase en
so después de un período de aparente dad de una actuación quirúrgica urgen- síntesis, o reducirlo al mínimo indis-
1) La posibilidad de contaminación abiertas del grupo 1 y máximo en las el artículo tobillo el apartado fracturas
curación. El dolor espontáneo a los mo- te, máximas precauciones de asepsia, pensable. Salvo en los casos en que
del foco, que las convierte en fracturas del grupo 3. Pero depende de muchos de los niños y adolescentes.
vimientos, al apoyo, aparece cuando se infectadas. De hecho, no todas las frac- desbridamiento, extracción de los cuer- existan motivos razonables para confiar fractur
otros factores. En primer lugar, del fracturas
as infectadas
trata de la extremidad inferior o por la turas abiertas son necesariamente frac- tiempo transcurrido desde el accidente pos extraños y de las esquirlas óseas, re- en una falta de contaminación del foco: Osteítis y osteomielitis fracturarias
presión sobre la zona de fractura. turas infectadas. Pero todas —o prácti- hasta el cierre de la herida. Se estima, gularización de los bordes de la herida lesionados atendidos en las primeras Etiología. Prácticamente la totalidad de
Diagnóstico radiológico. Las radiogra- camente todas— las fracturas infectadas en líneas generales, que pasadas las pri- cutánea y sutura de la piel sin tensión. horas, fracturas abiertas de primer o se- las fracturas infectadas son la conse-
fías convencionales ponen de manifies- son o han sido fracturas abiertas. meras 8 o 10 horas, la contaminación En términos generales puede decirse gundo grado, con bordes limpios, sin cuencia, en primer lugar, de fracturas
to, primero, una condensación de la 2) Las lesiones asociadas de las partes es prácticamente inevitable. Depende que el objetivo primordial de esta parte desvitalizar, etc. En cualquier caso, de- abiertas. Y en segundo lugar, y con me-
zona necrótica del hueso, y después, un blandas (contusión, aplastamiento, des- también de la penetración del material del tratamiento consiste en convertir ben evitarse (o aplicarse con extrema nos frecuencia, de fracturas cerradas
hundimiento o deformación del contor- vascularización, rotura de vasos o ner- extraño, de la virulencia de los gérme- la fractura abierta en cerrada. Siempre precaución) los métodos de enclavado tratadas operatoriamente. Los agentes
no del hueso en la parte afectada. Sin vios, etc.) que añaden un elemento de nes introducidos con el mismo y, en que ello sea posible, es decir, siempre que endomedular, por el grave peligro de más habituales son los gérmenes pióge-
embargo, estos rasgos radiográficos son gravedad a la lesión ósea y que pueden gran medida, de las medidas terapéuti- no exista un grave riesgo de contamina- extender la infección a toda la diáfisis. nos más corrientes (estafilococos, es-
de aparición tardía. Pueden revelarse interferir en el proceso de consolida- cas adoptadas (véase más adelante). ción, o que la superficie cutánea no Como alternativa a los métodos de oste- treptococos, Pseudomonas, algunos gam-
varios meses después de haberse inicia- ción. Normas generales de tratamiento. pueda cerrarse sin tensión, en cuyo caso osíntesis internas deben tenerse en negativos, etc.). En algunos casos parti-
do la sintomatología clínica, lo cual 3) La dificultad que dichas lesiones 1) Tratamiento de la herida de partes es preferible dejar la fractura abierta. cuenta las siguientes posibilidades: cularmente desgraciados, por fortuna
Francillon 158

menos frecuentes, los responsables son atribuir la fiebre a otras causas distintas que interese emplear) sea una osteo-
gérmenes del género Clostridium o el a las de la herida. El aumento del dolor síntesis interna, con la presencia, por
bacilo de Nicolaier (Clostridium tetani), local, la hinchazón, etc., suelen confir- tanto, de material extraño en el foco de
dando lugar a complicaciones mucho mar la sospecha. La evolución ulterior infección, que, como se ha dicho, cons-
más graves (gangrena gaseosa o tétanos) tiene mucho en común con la de cual-
tituye un factor importante (muchas ve-
en un terreno que rebasa el específica- quier infección local y depende de su
mente traumatológico. gravedad, de la oportunidad del trata- ces el único) en el mantenimiento de la
Factores determinantes y predisponen- miento aplicado y de la respuesta a los supuración crónica y la fistulización.
tes. En las fracturas abiertas, el peligro antibióticos, etc. Son una característica De acuerdo con ello, la cuestión pre-
de contaminación depende fundamen- propia de las infecciones óseas y que senta un doble aspecto:
talmente de dos factores: condiciona el pronóstico de las mismas Primero: Cuando la infección se ha
1.o Del grado de exposición del foco. y sobre todo las medidas terapéuticas producido antes de iniciar el tratamien-
Mínimo, por tanto, en las fracturas ex- locales: la tendencia a la supuración to inmovilizador (o cuando existe un
puestas de grado 1, y máximo en las de crónica y a la fistulización, mantenida alto riesgo de que se produzca) es pre-
grado 3. (Véase fractur
fracturas
as abiertas.)
abiertas. principalmente por la presencia de ma-
ferible renunciar a la osteosíntesis inter-
2.o Del tiempo transcurrido entre el terial extraño en el seno del foco.
accidente y el cierre operatorio de la Normas generales de tratamiento. Des- na, dando prioridad a la osteosíntesis
herida. Se estima que en las primeras 8- de el punto de vista general es poco lo extrafocal, a los fijadores externos o a la
10 horas puede no haberse producido que puede decirse de las infecciones actuación sobre el foco de fractura.
la contaminación y la lesión ósea evo- fracturarias distinto de lo de cualquier Segundo: La decisión no es tan fácil
luciona como una fractura cerrada. Pa- otra infección, particularmente en lo cuando la infección sobreviene sobre
sadas las 10 horas, la contaminación es que respecta a la administración de an- una osteosíntesis ya practicada o un en-
casi inevitable. En las fracturas opera- tibióticos, la elección adecuada de los clavado endomedular. El tratamiento de
das, el riesgo depende principalmente mismos, la conveniencia de identificar
la infección propiamente dicha exige la
de la duración de la operación y del el germen y establecer su grado de sen-
traumatismo operatorio (despegamien- sibilidad a la medicación, etc. En cuan- retirada del material extraño, de acuer-
to de partes blandas, magullamiento to al tratamiento local, son precisas al- do con un precepto quirúrgico que ha
muscular, etc.). Pero existen otros fac- gunas consideraciones importantes: prevalecido durante largo tiempo. Pero
tores predisponentes, algunos loca- 1) Necesidad de abrir la herida y eva- ello es a costa de suprimir la inmoviliza-
les, como la presencia de tejidos con- cuar las secreciones purulentas tan ción entre los fragmentos, comprome-
tundidos, desvitalizados o necróticos pronto como se compruebe la existen- tiendo la consolidación y entorpecien-
en el seno de la herida, hematomas eva- cia de supuración. do, en cierta medida, las condiciones de
cuados insuficientemente, y muy espe- 2) Eliminación de los tejidos necrosa- curación de la propia infección. De
cialmente cuerpos extraños introduci- dos, y en particular de los secuestros
acuerdo con ello, algunos autores mo-
dos con el agente vulnerante (tierra, óseos o fragmentos sueltos de hueso.
trozos de tela, etc.). También el edema Y por supuesto de los cuerpos extraños dernos, especialmente los de la AO, son
por estasis venosa, cuando se trata de que accidentalmente hayan podido partidarios de mantener la fijación y no
las extremidades inferiores, así como la quedar en el interior de la herida. retirarla hasta lograr la consolidación,
existencia de lesiones cutáneas superfi- 3) El lavado continuo de la herida dando una importancia secundaria a la
ciales (flictenas, abrasiones, quema- combinado con el drenaje aspirativo no persistencia de las fístulas hasta que el
duras, etc.), en el área de la incisión parece haber resuelto demasiados pro- material pueda ser retirado.
operatoria, en el caso de las heridas blemas. Fr ancillon, operación
operación de. Método ope-
quirúrgicas. Y otros generales, como 4) Puede ser útil la antibioticoterapia
ratorio para la reparación de los liga-
son los tratamientos inmunodepresivos local mediante sustancias especialmen-
y la diabetes, así como las enfermeda- te preparadas para la difusión gradual y mentos externos del tobillo mediante el
des emaciantes o los estados de hiper- prolongada del medicamento en el tendón del peroneo lateral corto. (Véa-
coagulabilidad sanguínea. seno de la herida. Existen en el merca- se tobillo, lesiones ligamentosas.)
Principales características clínicas. La do algunos preparados concebidos con Freiberg, Albert Henry.
Henry. Cirujano norte-
aparición de fiebre a los pocos días del esta finalidad (Gentamicynkugeln, bo- americano (1868-1940). Describió la
traumatismo sufrido o de la operación las de Gentalline). osteocondrosis de la epífisis en los ado-
practicada, más aún en forma de aguja, 5) Un extremo importante del trata- lescentes, llamada enfermedad de Frei-
y sobre todo después de una fase inicial miento local de estas fracturas es la ne- berg.
afebril, debe interpretarse siempre como cesidad de inmovilizar los fragmentos,
Friedrich,
riedrich, Paul
Paul Leopold. Cirujano ale-
un signo de alarma. «Los heridos no tie- no sólo para lograr la consolidación,
nen derecho a padecer anginas», solía sino también como medida contra la in- mán (1864-1916). Describió el método
decir Bastos Ansart a los colaboradores fección, lo cual plantea muchas veces de limpieza quirúrgica de las heridas
de sus servicios de traumatología, signi- un dilema de difícil solución cuando el mediante resección de sus bordes, antes
ficando con ello la importancia de no medio de inmovilización empleado (o de suturarlas.
G
Galeazzi, fractur
fractura-luxación
a-luxación de (de mente en las fracturas del raquis cervi- movilización del cráneo y tracción so-
Riccardo Galeazzi, cirujano italiano, cal y cervicotorácico. (Véase r aquis bre la columna cervical, de uso en las
1866-1952).. Véase en fractur
fractura.
a. cervical y r aquis torácico.)
torácico. fracturas de este segmento vertebral.
Galeno, Claudius. Cirujano griego de Gebauer,
Gebauer, Teodoro.
Teodoro. Uno de los más emi- (Véase r aquis cervical.)
cervical.
Pérgamo (hacia 130-210), cuando esta nentes traumatólogos de Chile, director Gluck,
Gluck, Themistokles.
Themistokles. Cirujano alemán,
provincia postalejandrina era colonia ro- a partir de 1937 del Instituto de Trau- de Berlín (1853-1942). Propuso un mé-
mana. Fue médico personal de los empe- matología de Santiago, donde desarro- todo para cubrir las pérdidas de sustan-
radores Marco Aurelio, Comodo y Septi- lló una intensa labor asistencial, docen- cia tendinosa mediante hilos de catgut
mio Severo. Aparte de sus numerosas y te, social y organizativa. trenzado o seda tratada por vaporiza-
bien conocidas aportaciones a la ana- genu (término latino). Rodilla. ción.
tomía y a la medicina, describió la que Gerdy
Gerdy, Pierre Nicolas. Médico francés Godoy-Moreir
Godoy-Moreira, a, Fr
Fr ancisco de (1899-
aún se conoce con el nombre de luxación (1797-1856). Describió un tubérculo si- 1987). Uno de los más notables ciru-
de Galeno, o luxación acromioclavicular, tuado en la prominencia del borde su- janos ortopédicos y traumatólogos del
padecida en su propio cuerpo. perior de la tibia, que lleva su nombre, Brasil, o al menos uno de los más co-
Gallié-Le Mesurier,
Mesurier, operación
operación de. In- y la fractura espiroidea de la tibia pro- nocidos internacionalmente, y uno de
tervención para el tratamiento de la lu- ducida por torsión llamada también los más decisivos impulsores y renova-
xación recidivante del hombro (véase fractura de Gerdy o de Gosselin y frac- dores de la traumatología en su país. En
este término) mediante la fijación de la tura helicoidal. 1934 fundó el Instituto Ortopédico e
cabeza humeral a la coracoides con ti- Gibney (Virgil).
(Virgil). Cirujano estadouniden- Clinica de Fracturas. Entre otras aporta-
ras de fascia lata. se (1847-1927). Ideó un vendaje que ciones al tratamiento de las fracturas,
gammagrafía.
gammagrafía. Método de exploración lleva su nombre para la inmovilización destaca su contribución a la osteosínte-
para el estudio de órganos, basado en el del tobillo. sis del cuello del fémur mediante cla-
registro de las radiaciones gamma emiti- gibosidad.
gibosidad Cifosis. vos atornillados.
das por isótopos radiactivos administra- Gigli, Leonardo. Ginecólogo italiano, Godo y Moreir a, oper ación de. Méto-
dos con tal fin. El centelleo producido de Florencia (1863-1908). La sierra que do quirúrgico (1957) para el trata-
por dichas radiaciones se hace visible en se conoce por su nombre y que toda- miento de las fracturas del cuello del
un aparato registrador adecuado (conta- vía se utiliza con frecuencia, fue ideada fémur mediante injertos y tornillos a
dor de centelleos). Sin.: escintilografía, para la sección del pubis en los partos. compresión introducidos por vía tro-
escintigrafía, centelleografía. Gilchrist,
Gilchrist, vendaje
vendaje de (de Thomas Gas- cantérea.
Garden, clasificación de. Clasificación par Gilchrist, médico estadounidense, Goldthwait,
Goldthwait, JoelJoel (1867-1961). Célebre
de las fracturas del cuello del fémur en 1862-1927). Método inmovilizador del cirujano ortopédico de Boston, jefe del
cuatro grupos, según sea el grado de brazo y del hombro, mediante una ma- departamento de Ortopedia del Massa-
desplazamiento: grupo I, sin desplaza- lla tubular que fija el brazo al tronco y chusetts General Hospital. Particular-
miento y enclavadas; grupo II, sin des- al mismo tiempo hace de cabestrillo. mente conocido por haber propuesto,
plazamiento no enclavadas; grupo III, operación de (de Arthur Bruce Gill,
Gill, operación en 1911 y en un artículo famoso publi-
desplazadas con contacto parcial entre cirujano ortopedista estadounidense, cado en el Boston Med. Surg. J., el
los fragmentos; grupo IV, desplazadas 1876-1965). Resección del arco poste- tratamiento quirúrgico de los prolapsos
sin contacto entre los fragmentos. rior de la L-5 en el tratamiento de las es- del disco intervertebral con afectación
Garden, método de. Tratamiento de las pondilolistesis. (Véase espondilólisis y neurológica. En dicho artículo se des-
fracturas del cuello del fémur. Consiste espondilolistesis de origen traumá
traumá - cribe el caso de un hombre que, a raíz
en introducir dos tornillos intracervica- tico.)
tico de un esfuerzo de extensión del tronco
les a niveles distintos y convergentes en para levantar un peso, sufrió una ciática
la punta a nivel de la cabeza femoral. bilateral y fue operado de laminectomía
(Véase por Cushing. Más tarde, en 1934, esta
interpretación patogénica de la ciática y
ells, compás de. Compás Glisson, fronda de (de Francis Glisson, su tratamiento quirúrgico fueron más
para la inmovilización del cráneo y médico inglés, 1597-1677). Método de ampliamente desarrollados por Mixter
tracción craneal empleado principal- tracción occipitomentoniana, para in- (véase) y Barr.
Goldthwait 160

Goldthwait,
Goldthwait, operación
operación de (de Joel Ernest matología de la Casa de Salud de Val- fractura de la extremidad inferior del ra-
Goldthwait, cirujano estadounidense, decilla, también de Santander. Al ini- dio, con desviación de los fragmentos,
nacido en 1866). Operación para el tra- ciarse la guerra civil, fue nombrado jefe en sentido contrario a la de Colles.
tamiento de luxación recidivante de la de Sanidad de la Armada, desarrollan- Goyr
Goyrand,
and, lesión de (de Jean Gaspard
rótula, consistente en la alineación de do una intensa labor como cirujano es- Blaise Goyrand). Véase pronación do -
la misma por trasposición hacia dentro pecializado durante la guerra. Al fi- lorosa, síndrome de la.
de la inserción de la mitad externa del nalizar la contienda (1939), se exilió a Grisel, enfermedad de. Tortícolis brusco
tendón rotuliano. (Véase rótula, luxa- Argentina, donde fue nombrado profe- con enucleación del atlas en posición de
ciones traumáticas.) sor de la Universidad de Córdoba. luxación-rotación, debido a una contrac-
Gomar,
Gomar, técnica de. Método aplicado Gosselin, Léon Athanase. Cirujano tura inflamatoria de los músculos prever-
para la osteosíntesis de las fracturas uni- francés, de París (1815-1887). Descri- tebrales, secundaria a infecciones de la
condíleas de la extremidad inferior del bió una fractura supramaleolar «en V» nasofaringe y del espacio retrofaríngeo.
fémur, con tornillo introducido por vía con trazo hasta la articulación del tobi- Grov
Groves, operación
operación de. Intervención para
fémur, fracturas del ex-
posterior. (Véase fémur, llo, llamada también fractura de Gerdy el tratamiento de la rotura de ligamen-
tremo distal.) y fractura helicoidal. tos cruzados de la articulación de la ro-
Gomar-Darder
Gomar-Darder,, método de. Técnica Gosset, operación
operación de. Intervención dilla. Consiste en reemplazar el liga-
para el tratamiento cerrado de las frac- para el tratamiento de la luxación reci- mento cruzado anterior por una tira
turas diafisarias de tibia. (Véase tibia, divante del hombro (véase), consistente sacada de la fascia lata que se introdu-
fracturas diafisarias.) en crear un tope óseo preglenoideo me- ce en la articulación según la dirección
gonalgia (del gr. gony, rodilla, y algos, diante un injerto a modo de puente en- de las inserciones anatómicas del liga-
dolor).. Dolor en la rodilla. tre la coracoides y el reborde de la gle- mento en cuestión, a través de un túnel
González Aguilar,
Aguilar, Juan.
Juan. Eminente ciru- noides. oblicuo excavado de fuera adentro por
jano ortopédico y traumatólogo espa- gotiera (del francés gouttière, canal).
gotiera rodilla lesio-
el fémur y la tibia. (Véase rodilla,
ñol (1897-1952). Nació en Murcia y fa- Aparato destinado a inmovilizar un seg- nes ligamentosas.)
lleció en Córdoba (Argentina). Inició su mento de miembro o cualquier otra par- gubia (del céltico gruuf, barra de hierro)..
especialización con Cardenal, primero, te del cuerpo que ha sufrido una fractu- Instrumento quirúrgico en forma de cin-
y con Bastos Ansart seguidamente. En ra. La gotiera puede ser de alambre, cel vaciado semiesférico y tallado en bi-
1933 ganó por oposición el cargo de aluminio o cinc. Se busca en ella la ri- sel, para la remoción de hueso u otras
director del Sanatorio Marítimo Nacio- gidez, la solidez y la ligereza. También estructuras duras.
nal de Pedrosa (Santander) y simultá- se la puede acolchar, según los casos. Guérin, fractur
fractura
a de (de Alphonse Fran-
neamente tomó posesión como jefe del Goyr
Goyrand,
and, Jean
Jean Gaspard Blaise. Ciruja- çois Marie Guérin, cirujano francés,
Servicio de Cirugía Ortopédica y Trau- no francés (1803-1866). Describió la 1816-1895). Véase en fractur
fractura.
a.
H
Hackenbroc
Hackenbroch, h, Matthias. Cirujano ale- liosis pero empleadas frecuentemente nares, mediastínicas o de la mamaria
mán (1884-1979). Fallecido a la avan- para la estabilización de las fracturas interna. (Véase torácicos, traumatis-
zada edad de 85 años a consecuencia vertebrales. (Véase raquis, traumatis- mos.)
de una operación de la vesícula biliar. mos.) Henchen,
Henchen, operación
operación de. Ligamento-
Nacido en Colonia, fue nombrado jefe Harrington, métodos de. Técnicas para plastia (1958) para la fijación del cúbito
del Hospital Ortopédico de la Universi- el tratamiento de la espondilolistesis al radio mediante tendón del cubital an-
dad de su ciudad natal a la edad de 35 por oleosíntesis lumbosacra. (Véase es - terior para el tratamiento de las luxacio-
años, sucediendo a Cramer. Fue presi- pondilólisis y espondilolistesis de nes inveteradas radiocubitales inferio-
dente de la Sociedad Alemana de Orto- origen traumático.
traumático.) res. (Véase muñeca, traumatismos.)
pedia y Traumatología en 1935 y en Harris y Salter.
Salter Clasificación de las le- Henle, oper ación de (de Adolf Richard
1957, y de la Sociedad Internacional de siones del cartílago de crecimiento. Henle, cirujano alemán, 1864-1936).
Cirugía Ortopédica de 1963 a 1966. (Véase cartílago de crecimiento, trau- Acortamiento de los huesos del ante-
halistéresis (del gr. hals, cal, y steresis, matismos.) brazo, para el tratamiento de la con-
privación). Disminución del contenido Hartschill,
Hartschill, operación
operación de. Intervención tractura isquémica de Volkmann. (Véa-
en calcio en el tejido óseo, sin disminu- para el tratamiento de la espondilólisis se contr actur a isquémica de Volk- Volk-
ción del número de trabéculas por uni- y espondilolistesis de la L-5 por medio mann.)
mann.
dad de volumen. Sin intervención, por de barras metálicas fijadas a las lámi- Hennequin (Jules).
(Jules). Cirujano francés
lo tanto, de los osteoclastos, y diferente nas. (Véase espondilólisis y espondi - contemporáneo. Ideó un aparato des-
de la osteoporosis. lolistesis de origen traumático.
traumático.) tinado a reducir las fracturas del fémur
hallux. Nombre latino del dedo gordo hemartrosis (del gr. haima, sangre, y ar- y a mantener el miembro en buena po-
del pie. thron, articulación). Derrame de sangre sición con la ayuda de la tracción con-
halo. Sistema de inmovilización y trac- en una articulación, generalmente de tinua.
ción de la cabeza, empleado principal- origen traumático. Su asiento más fre- Hennequin, posición de. Consiste en
mente en las fracturas del raquis cervi- cuente es la rodilla. Es especialmente una fuerte flexión palmar e inclinación
cal, como alternativa a otros procedi- frecuente en los hemofílicos. cubital de la mano en el tratamiento de
mientos, como son la fronda de Glisson hematoma retroperitoneal. Complica- las fracturas de la extremidad del radio
(véase este nombre) o los compases de ción frecuente y en general grave de las por hiperextensión, fracturas de Colles.
tracción craneal Crutchfield, Gardner- fracturas de la columna lumbar, lumbo- (Véase muñeca, traumatismos.)
Wells (véase estos nombres) y similares. sacra y de la pelvis (véanse estos térmi- Hernández Ros Codorniu, Antonio. Ciru-
El halo consiste, conforme a su denomi- nos). Es una de las causas importantes jano traumatólogo español (1897-1982).
nación, en un arco colocado alrededor del shock hipovolémico de los trauma- Inició su larga vida profesional como jefe
del cráneo y fijado al mismo por cuatro tizados de esta parte del organismo, y del Servicio de Traumatología y Ortope-
puntas clavadas a través de la tabla ex- de los politraumatizados en general, así dia del Hospital Provincial de Murcia, y
terna del cráneo. (Véase r aquis cervi-
cervi- como del íleo paralítico y de la disten- más adelante, en 1957, como profesor
cal, traumatismos.) Existen diversos mo- sión abdominal con que frecuentemen- jefe del Servicio de Cirugía Ortopédica y
delos (Nickel, Stryker, Perry y Garret, te se manifiestan. Traumatología del Gran Hospital del Es-
etcétera). hemorragia
hemorragia intrapulmonar
intrapulmonar.. Extravasa- tado de Madrid. Fue delegado nacional
Hamilton, prueba de (de Frank Has- ción sanguínea en el seno del tejido en la Sociedad Internacional de Cirugía
tings Hamilton, cirujano estadouniden- pulmonar, producida por un traumatis- Ortopédica y Traumatología y presidente
se, 1813-1886). Posibilidad de unir mo de importancia. (Véase torácicos, de la Sociedad Española (SECOT) de
mediante una regla el acromion con el traumatismos.) 1955 a 1958. Creador de numerosas téc-
pericóndilo; positiva en la luxación del hemotórax traumático.
hemotórax traumático. Presencia de nicas y aparatos de la especialidad, desa-
hombro. sangre en la cavidad pleural a conse- rrolló una importante labor asistencial y
Harrington, instrumentación de. Ba- cuencia de un traumatismo de tórax. docente en el campo de la traumatología.
rras de compresión o distracción provis- Con frecuencia procedente de una arte- interver -
hernia del disco. Véase disco interver
tas en sus extremos de ganchos subla- ria intercostal desgarrada con ocasión tebral,
tebral, síndrome del.
minares para la sujeción a las vértebras, de una fractura de costilla, pero puede hernia discal. Véase en lumbalgias y
ideadas para el tratamiento de la esco- proceder también de las arterias pulmo- lumbociáticas de origen traumático.
traumático.
heteroinjerto 162 163 hombro

heteroinjerto. Injerto tomado de un ani- tampoco necesitan ser definidos y que de la cabeza, cuyo papel en el meca- externa que ha sido descrita antes y que
A B C
mal de distinta especie que la del re- constituyen entidades nosológicas en nismo de la luxación es estudiado más es una causa importante de reluxación
ceptor. Dícese también xenoinjerto. cierto modo distintas, en particular des- adelante. (fig. 2).
Hey Grov
Grov es, operación
operación de. Plastia bio- de el punto de vista terapéutico. Partes blandas periarticulares. Debili- Partes blandas. Desgarro, rotura, lacera-
lógica de la rodilla para la sustitución o Factores etiológicos y condicionan- dad o hiperlaxitud de los elementos ción, etc., del manguito capsuloliga-
refuerzo del ligamento cruzado anterior tes. Una parte importante de las luxa- capsuloligamentosos, en especial de los mentoso, que puede asociarse a lesio-
con una tira del tracto iliotibial, pasado ciones traumáticas agudas muestran ligamentos glenohumerales anteriores, nes análogas del subescapular.
por el cóndilo externo del fémur y por tendencia a repetirse y a convertirse en entre los cuales el manguito capsular se Importancia del traumatismo causante
el platillo tibial interno (1917). recidivantes. Ello está condicionado, dilata formando recesos en los que tien- de la luxación o luxaciones previas y
hidrartrosis (del gr. hydor, agua, y arthron,
hidrartrosis sin embargo, a factores de diversa índo- de a albergarse la cabeza humeral. De- su tratamiento. En términos generales
—pero no absolutos— puede decirse FIG. 2. Fractura por hundimiento de la cabeza femoral, en las luxaciones traumáticas del hombro,
articulación). Derrame seroso en la ca- le, algunos de los cuales se relacionan bilidad, atrofia, hipotonía o laxitud de producida por la presión contra el reborde glenoideo y que deja como secuela un aumento de la en-
vidad de una articulación de causa trau- con la primera luxación, mientras que los elementos musculares o ligamentos que cuanto más fácilmente se produce
talladura o muesca posteroexterna. Factor favorecedor, a su vez, de nuevas luxaciones. A) Antes de
mática. otros son previos a la misma. Interesa activos de la articulación glenohume- la primera luxación y más sencillamen- la luxación. B) Cabeza luxada. C) Lesiones residuales en la cabeza.
hieralgia.
hieralgia. Dolor en la región sacra; sa- conocer unos y otros. ral, en especial a cargo del subescapu- te se reduce, con más facilidad se vuel-
cralgia. Factores etiológicos anteriores a la pri- lar. Algunos trastornos deficitarios mo- ve a repetir, lo cual significa, lógica- de reducción, hasta convertirse, en los derar dos circunstancias muy distintas
hiperporosis (del gr. hyper, sobre, y po- mera luxación tores de origen neuropático, como las mente, que la disposición inicial que casos extremos, en luxaciones habitua- entre sí por las cuales la cabeza hume-
ros, callo). Excesiva formación de callo 1) Edad. La posibilidad de recidiva, siringomielias, son particularmente pro- encuentra la cabeza humeral para en- les o voluntarias. Menos importancia ral puede luxarse. Cada una de ellas
después de una fractura ósea. después de una luxación aguda, depen- pensos a la inestabilidad de la articula- trar y salir se debe a una inestabilidad tiene, en cambio, como factor de reci- comporta un tipo de tratamiento funda-
Hipócrates.
Hipócrates. El más famoso médico de la de, en gran medida de la edad del suje- ción glenohumeral. que facilita el camino para nuevas sali- diva, el tratamiento aplicado en la pri- mentalmente distinto.
antigüedad y de todos los tiempos nació to y está en razón inversa a la misma. Factores condicionados por las luxacio- das. Hecha la salvedad anterior, debe mera luxación. Según una experiencia 1) Los golpes directos sobre el hombro
460 años antes de C. en la isla griega de Muy frecuentes antes de los 20 años (del nes previas a su tratamiento tenerse en cuenta la posibilidad contra- bastante generalizada, el tiempo de in- o los movimientos forzados del brazo. En
Kos, y murió el 375 en Larisa. Descri- 80 al 90 %, según un cómputo global de Escápula. Lesiones del rodete glenoi- ria. Es decir, que un traumatismo de movilización después de la reducción ambos casos, el mecanismo de luxación
bió, entre muchas otras cosas, los méto- las estadísticas publicadas), menos entre deo (rotura, desgarro, desinserción, et- gran violencia produzca desgarros cap- no condiciona en nada —o muy poco— es una fuerte presión de la cabeza hu-
dos de reducción de las luxaciones, al- los 20 y los 40 años (del 60 al 70 %), cétera). No parecen jugar un papel deci- suloligamentosos y otras lesiones que la posibilidad de nuevas luxaciones. meral contra los elementos capsulares,
gunos de los cuales todavía se emplean menos aún después de los 40 años (15 sivo, por sí mismas, en la génesis de las predispongan a ulteriores luxaciones. Por el contrario, las movilizaciones ligamentosos y musculares de conten-
ocasionalmente, como el de la luxación %) y excepcionales en el viejo. recidivas. Pueden asociarse a fracturas Tanto en un caso como en otro resulta forzadas o los ejercicios de cinesitera- ción más allá de su límite de resistencia.
glenohumeral. 2) Factores anatómicos de inestabili- marginales del borde de la glenoides. difícil, en la práctica, hacer pronósticos pia iniciados muy precozmente, con Es probablemente el más habitual.
Hipócrates,
Hipócrates, método de. Método para la dad articular. Mucho mayor importancia que las lesio- sobre futuras recidivas, basados en las objeto de acelerar la recuperación fun- 2) El encaje de la entalladura o surco
reducción de las luxaciones escapu- Escápula. Orientación defectuosa de la nes aisladas del rodete tiene su arranca- particularidades del traumatismo ini- cional, pueden interferir desfavorable- posterosuperior de la cabeza humeral
lohumerales. Consiste en combinar la cial. Con más seguridad puede preverse mente en los procesos de reparación en el borde anterior de la glenoides, al
superficie glenoidea (hacia delante, fa- miento de la glenoides junto a la des-
tracción sobre el brazo con la presión el hecho, frecuentemente observado, cicatricial y facilitar el camino a nue- hacer un movimiento de rotación exter-
voreciendo las luxaciones anteriores, o inserción de la cápsula en la zona co-
sobre la axila mediante el pie descalzo del aumento de la facilidad y la fre- vas luxaciones. na en ligera abducción. Tal encaje im-
hacia atrás, favoreciendo las posterio- rrespondiente y el despegamiento del
del operador, preferentemente con el cuencia de las recidivas con las sucesi- Mecanismos de producción. Sin entrar pide que la cabeza gire sobre sí misma
res). Excesivo aplanamiento de la mis- periostio que recubre la cara anterior del
paciente tendido en el suelo. vas luxaciones, así como de la facilidad en detalles innecesarios hay que consi- en sentido contrario, al efectuar el mo-
ma. Alteraciones del reborde glenoi- omóplato: la llamada lesión de Bankart,
hiponartecia (del gr. hypo, debajo, y nar- deo, anterior o posterior. que equivale a una verdadera bolsa pre-
thex, férula). Tratamiento de las fractu- Cabeza humeral. La más importante, escapular en la que la cabeza humeral
ras por la suspensión del miembro. como posible causa de la luxación reci- encuentra facilidad para alojarse (fig. 1).
Hirs, proy
proy ección de. Proyección radio- divante, es la entalladura o muesca pos- Cabeza humeral. La fractura por hundi- 1 2 3
gráfica occipito-mento-placa para la ex- terior de la cabeza, asentada en sentido miento de su cara posterior produce o
ploración de los traumatismos de la vertical en el cuadrante posterosuperior agrava la entalladura o muesca postero-
cara. (Véase cara, traumatismos.)
Hoffa, fractur
fractura a de (de Albert Hoffa, ci-
Rodete intacto
rujano alemán, 1859-1907). Véase en
Despegamiento perióstico de Broca
el artículo fractur
fractura.a.
Hoffmann, método de. Técnica de fija-
ción externa, uno de los primeros pro-
puestos y que mayor difusión alcanza-
ron, y que ha servido de base a
numerosas modificaciones y adapta-
ciones, todavía ampliamente empleado
en su forma original para el tratamiento
de las fracturas complicadas y en las
seudoartrosis. (Véase seudoartrosis.)
seudoartrosis.
hombro, luxación recidivrecidivante del. Si-
nonimia: luxación recidivante glenohu-
Músculo subescapular
meral o escapulohumeral.
Definición y concepto. El término re-
cidivante, aplicado a la luxación del
Rodete desprendido
hombro, queda bien definido por sí mis-
mo sin más precisiones necesarias que FIG. 1. Corte esquemático del hombro en el plano horizontal, mostrando las principales lesiones
distinguirlo claramente de la luxación anatomopatológicas de la luxación recidivante. Despegamiento del periostio de la cara anterior de la
habitual o voluntaria y de la luxación in- escápula (lesión de Bankart), desprendimiento del rodete glenoideo anterior, fractura del reborde FIG. 3. Mecanismo de la luxación por efecto de leva. 1) Posición neutra del brazo. 2) Movimiento de rotación externa que permite el encaje de la en-
veterada, o no reducida, conceptos que óseo anterior de la glenoides y desplazamiento de la cabeza. talladura de la cabeza en el reborde glenoideo anterior. 3) Luxación producida al recuperar la posición inicial.
heteroinjerto 162 163 hombro

heteroinjerto. Injerto tomado de un ani- tampoco necesitan ser definidos y que de la cabeza, cuyo papel en el meca- externa que ha sido descrita antes y que
A B C
mal de distinta especie que la del re- constituyen entidades nosológicas en nismo de la luxación es estudiado más es una causa importante de reluxación
ceptor. Dícese también xenoinjerto. cierto modo distintas, en particular des- adelante. (fig. 2).
Hey Grov
Grov es, operación
operación de. Plastia bio- de el punto de vista terapéutico. Partes blandas periarticulares. Debili- Partes blandas. Desgarro, rotura, lacera-
lógica de la rodilla para la sustitución o Factores etiológicos y condicionan- dad o hiperlaxitud de los elementos ción, etc., del manguito capsuloliga-
refuerzo del ligamento cruzado anterior tes. Una parte importante de las luxa- capsuloligamentosos, en especial de los mentoso, que puede asociarse a lesio-
con una tira del tracto iliotibial, pasado ciones traumáticas agudas muestran ligamentos glenohumerales anteriores, nes análogas del subescapular.
por el cóndilo externo del fémur y por tendencia a repetirse y a convertirse en entre los cuales el manguito capsular se Importancia del traumatismo causante
el platillo tibial interno (1917). recidivantes. Ello está condicionado, dilata formando recesos en los que tien- de la luxación o luxaciones previas y
hidrartrosis (del gr. hydor, agua, y arthron,
hidrartrosis sin embargo, a factores de diversa índo- de a albergarse la cabeza humeral. De- su tratamiento. En términos generales
—pero no absolutos— puede decirse FIG. 2. Fractura por hundimiento de la cabeza femoral, en las luxaciones traumáticas del hombro,
articulación). Derrame seroso en la ca- le, algunos de los cuales se relacionan bilidad, atrofia, hipotonía o laxitud de producida por la presión contra el reborde glenoideo y que deja como secuela un aumento de la en-
vidad de una articulación de causa trau- con la primera luxación, mientras que los elementos musculares o ligamentos que cuanto más fácilmente se produce
talladura o muesca posteroexterna. Factor favorecedor, a su vez, de nuevas luxaciones. A) Antes de
mática. otros son previos a la misma. Interesa activos de la articulación glenohume- la primera luxación y más sencillamen- la luxación. B) Cabeza luxada. C) Lesiones residuales en la cabeza.
hieralgia.
hieralgia. Dolor en la región sacra; sa- conocer unos y otros. ral, en especial a cargo del subescapu- te se reduce, con más facilidad se vuel-
cralgia. Factores etiológicos anteriores a la pri- lar. Algunos trastornos deficitarios mo- ve a repetir, lo cual significa, lógica- de reducción, hasta convertirse, en los derar dos circunstancias muy distintas
hiperporosis (del gr. hyper, sobre, y po- mera luxación tores de origen neuropático, como las mente, que la disposición inicial que casos extremos, en luxaciones habitua- entre sí por las cuales la cabeza hume-
ros, callo). Excesiva formación de callo 1) Edad. La posibilidad de recidiva, siringomielias, son particularmente pro- encuentra la cabeza humeral para en- les o voluntarias. Menos importancia ral puede luxarse. Cada una de ellas
después de una fractura ósea. después de una luxación aguda, depen- pensos a la inestabilidad de la articula- trar y salir se debe a una inestabilidad tiene, en cambio, como factor de reci- comporta un tipo de tratamiento funda-
Hipócrates.
Hipócrates. El más famoso médico de la de, en gran medida de la edad del suje- ción glenohumeral. que facilita el camino para nuevas sali- diva, el tratamiento aplicado en la pri- mentalmente distinto.
antigüedad y de todos los tiempos nació to y está en razón inversa a la misma. Factores condicionados por las luxacio- das. Hecha la salvedad anterior, debe mera luxación. Según una experiencia 1) Los golpes directos sobre el hombro
460 años antes de C. en la isla griega de Muy frecuentes antes de los 20 años (del nes previas a su tratamiento tenerse en cuenta la posibilidad contra- bastante generalizada, el tiempo de in- o los movimientos forzados del brazo. En
Kos, y murió el 375 en Larisa. Descri- 80 al 90 %, según un cómputo global de Escápula. Lesiones del rodete glenoi- ria. Es decir, que un traumatismo de movilización después de la reducción ambos casos, el mecanismo de luxación
bió, entre muchas otras cosas, los méto- las estadísticas publicadas), menos entre deo (rotura, desgarro, desinserción, et- gran violencia produzca desgarros cap- no condiciona en nada —o muy poco— es una fuerte presión de la cabeza hu-
dos de reducción de las luxaciones, al- los 20 y los 40 años (del 60 al 70 %), cétera). No parecen jugar un papel deci- suloligamentosos y otras lesiones que la posibilidad de nuevas luxaciones. meral contra los elementos capsulares,
gunos de los cuales todavía se emplean menos aún después de los 40 años (15 sivo, por sí mismas, en la génesis de las predispongan a ulteriores luxaciones. Por el contrario, las movilizaciones ligamentosos y musculares de conten-
ocasionalmente, como el de la luxación %) y excepcionales en el viejo. recidivas. Pueden asociarse a fracturas Tanto en un caso como en otro resulta forzadas o los ejercicios de cinesitera- ción más allá de su límite de resistencia.
glenohumeral. 2) Factores anatómicos de inestabili- marginales del borde de la glenoides. difícil, en la práctica, hacer pronósticos pia iniciados muy precozmente, con Es probablemente el más habitual.
Hipócrates,
Hipócrates, método de. Método para la dad articular. Mucho mayor importancia que las lesio- sobre futuras recidivas, basados en las objeto de acelerar la recuperación fun- 2) El encaje de la entalladura o surco
reducción de las luxaciones escapu- Escápula. Orientación defectuosa de la nes aisladas del rodete tiene su arranca- particularidades del traumatismo ini- cional, pueden interferir desfavorable- posterosuperior de la cabeza humeral
lohumerales. Consiste en combinar la cial. Con más seguridad puede preverse mente en los procesos de reparación en el borde anterior de la glenoides, al
superficie glenoidea (hacia delante, fa- miento de la glenoides junto a la des-
tracción sobre el brazo con la presión el hecho, frecuentemente observado, cicatricial y facilitar el camino a nue- hacer un movimiento de rotación exter-
voreciendo las luxaciones anteriores, o inserción de la cápsula en la zona co-
sobre la axila mediante el pie descalzo del aumento de la facilidad y la fre- vas luxaciones. na en ligera abducción. Tal encaje im-
hacia atrás, favoreciendo las posterio- rrespondiente y el despegamiento del
del operador, preferentemente con el cuencia de las recidivas con las sucesi- Mecanismos de producción. Sin entrar pide que la cabeza gire sobre sí misma
res). Excesivo aplanamiento de la mis- periostio que recubre la cara anterior del
paciente tendido en el suelo. vas luxaciones, así como de la facilidad en detalles innecesarios hay que consi- en sentido contrario, al efectuar el mo-
ma. Alteraciones del reborde glenoi- omóplato: la llamada lesión de Bankart,
hiponartecia (del gr. hypo, debajo, y nar- deo, anterior o posterior. que equivale a una verdadera bolsa pre-
thex, férula). Tratamiento de las fractu- Cabeza humeral. La más importante, escapular en la que la cabeza humeral
ras por la suspensión del miembro. como posible causa de la luxación reci- encuentra facilidad para alojarse (fig. 1).
Hirs, proy
proy ección de. Proyección radio- divante, es la entalladura o muesca pos- Cabeza humeral. La fractura por hundi- 1 2 3
gráfica occipito-mento-placa para la ex- terior de la cabeza, asentada en sentido miento de su cara posterior produce o
ploración de los traumatismos de la vertical en el cuadrante posterosuperior agrava la entalladura o muesca postero-
cara. (Véase cara, traumatismos.)
Hoffa, fractur
fractura a de (de Albert Hoffa, ci-
Rodete intacto
rujano alemán, 1859-1907). Véase en
Despegamiento perióstico de Broca
el artículo fractur
fractura.a.
Hoffmann, método de. Técnica de fija-
ción externa, uno de los primeros pro-
puestos y que mayor difusión alcanza-
ron, y que ha servido de base a
numerosas modificaciones y adapta-
ciones, todavía ampliamente empleado
en su forma original para el tratamiento
de las fracturas complicadas y en las
seudoartrosis. (Véase seudoartrosis.)
seudoartrosis.
hombro, luxación recidivrecidivante del. Si-
nonimia: luxación recidivante glenohu-
Músculo subescapular
meral o escapulohumeral.
Definición y concepto. El término re-
cidivante, aplicado a la luxación del
Rodete desprendido
hombro, queda bien definido por sí mis-
mo sin más precisiones necesarias que FIG. 1. Corte esquemático del hombro en el plano horizontal, mostrando las principales lesiones
distinguirlo claramente de la luxación anatomopatológicas de la luxación recidivante. Despegamiento del periostio de la cara anterior de la
habitual o voluntaria y de la luxación in- escápula (lesión de Bankart), desprendimiento del rodete glenoideo anterior, fractura del reborde FIG. 3. Mecanismo de la luxación por efecto de leva. 1) Posición neutra del brazo. 2) Movimiento de rotación externa que permite el encaje de la en-
veterada, o no reducida, conceptos que óseo anterior de la glenoides y desplazamiento de la cabeza. talladura de la cabeza en el reborde glenoideo anterior. 3) Luxación producida al recuperar la posición inicial.
hombro 164 165 hombro

vimiento opuesto, obligándola a luxar- terior de la cabeza y «entalladura» pos- 2) Métodos de reparación o refuerzo A B C
se (fig. 3). Es el efecto de leva (o effet terosuperior; c) otras fracturas asociadas del sistema de retención capsuloliga-
came de los autores franceses). Este se- de la cabeza humeral. mentoso y muscular. A este grupo per-
gundo mecanismo es probablemente Artrografías con contraste opaco o ga- tenecen muchas de las intervenciones
mucho menos frecuente que el anterior, seosas. Artrotomografías. Son —o eran— actualmente más en boga, siendo las
y para muchos autores incluso inexis- útiles principalmente para poner de relie- operaciones de Putti-Plat, Bankart, Mag-
tente. Pero conviene tenerlo presente, ve la rotura de la cofia de los rotadores. nuson de las más conocidas. Su finali-
pues en caso de existir no puede corre- En la actualidad, este medio ha sido su- dad es obvia y su indicación parece co-
girse con los procedimientos quirúrgi- perado por la tomografía axial computa- rrectamente fundada en todos los casos
cos más corrientemente empleados, ba- rizada y la resonancia magnética nuclear. en que la causa favorecedora de la relu-
sados en el refuerzo del sistema de Tomografía axial computarizada y reso- xación es la lesión (desgarro, laxitud o
contención. nancia magnética nuclear. Ambos mé- despegamiento) de dicho sistema de re-
Anatomía patológica y clasificación ana- todos de exploración proporcionan una tención. El mejor alegato que puede
tomopatológica. La mayoría de las luxa- excelente información, en los cortes aducirse a su favor es la posibilidad de
ciones recidivantes del hombro (95 %) axiales, sobre las relaciones relativas de escoger entre una u otra según la índo-
son luxaciones anteriores, y en general la cabeza y la glenoides y sobre la exis- le de las citadas lesiones, o en caso ne-
subcoracoideas o paracoracoideas (ex- tencia de lesiones adicionales en una y cesario combinar una con otra. De FIG. 5. Operación de Magnuson. A) Laxitud del tendón del subescapular. B) Sección del mismo. C) Reinserción en el cuello humeral por fuera del ten-
ternas o internas). Solamente el 5 % en la otra que favorezcan la reluxación, acuerdo con ello, es conveniente preci- dón de la porción larga del bíceps.
aproximado son luxaciones posteriores. imposibles (o muy difíciles) de recono- sar los siguientes puntos:
En cuanto a las lesiones de los tejidos cer por la exploración radiológica: frac-
articulares y periarticulares, véase lo ex- turas marginales del reborde anterior de a) La operación de Putti-Plat consiste sa que le ofrece el periostio despegado, la glenoides y la coracoides (método de
puesto anteriormente como factores la glenoides, aplanamiento de su cavi- A en la sección de la pared capsuloliga- en cuyo caso la única solución viable Gosset). Su principal desventaja es la
anatómicos de inestabilidad articular. dad, etc., y muy particularmente, las mentosa anterior, en sentido vertical exige la fijación del rodete con la inser- de que raramente cumplen con su co-
Clínica y diagnóstico. Los episodios muescas o entalladuras sobre la cara (de arriba abajo), y su reconstrucción ción capsular en el reborde óseo de la metido, en parte porque se reabsorben,
recidivantes de luxación no se diferen- posterior de la cabeza, responsables, en forma de chaqueta cruzada, es de- glenoides. En esto consiste, básicamen- se desprenden, se reducen de tamaño o
cian sustancialmente de las luxaciones como ya ha sido expuesto, de las luxa- cir, superponiendo uno a otro los dos te, la operación de Bankart (fig. 6). La fi- no ofrecen suficiente resistencia al em-
aisladas, salvo, en todo caso, de la faci- ciones por efecto de leva, que pueden colgajos capsulares al hacer la sutura jación del rodete y del manguito capsu- puje de la cabeza, y en parte porque la
lidad de producirse en los casos muy re- ser determinantes del tipo de tratamien- (fig. 4). De esta forma la pared capsulo- lar al reborde óseo de la glenoides cabeza sigue luxándose pasando por
petidos. Por otro lado, los intervalos en- to quirúrgico indicado. Hoy día estas ex- ligamentosa anterior queda reforzada y requiere, lógicamente, poder asegurar encima o por debajo del tope inter-
tre las luxaciones son prácticamente ploraciones resultan casi inexcusables tensada. los hilos de sutura sobre dicho reborde, puesto. Más seguridades ofrecen los
asintomáticos. Solamente en algunos ante todo planteamiento operatorio. b) La operación de Magnuson consis- lo cual ofrece algunas dificultades téc- procedimientos basados en la trasposi-
casos refieren los interesados una sen- Principios generales sobre el trata- te en trasladar la inserción humeral del nicas no del todo fáciles de superar. En ción de la coracoides con las insercio-
sación subjetiva de inminencia de luxa- miento. El único tratamiento posible de subescapular a un punto más externo el procedimiento original de Bankart se nes del bíceps y del coracobraquial.
ción, o de inseguridad, que puede con- la luxación recidivante del hombro es el B del húmero, fijándola a una muesca consigue a base de unas perforaciones Este procedimiento tiene evidentes ven-
firmarse en ocasiones objetivamente quirúrgico, y el número de procedi- previamente labrada en la superficie del previamente labradas en el tejido óseo. tajas sobre el empleo de trasplantes li-
por una facilidad para desplazarse la mientos técnicos propuestos para apli- hueso (fig. 5), con lo cual aumenta la Para ello han sido ideados algunos re- bres. Se trata de injertos bien vasculari-
cabeza humeral bajo la presión de los carlo es prácticamente inabarcable. tensión de este ligamento activo y con cursos instrumentales como, por ejem- zados y por lo tanto más fáciles de
dedos del explorador, que en el lado in- Prueba suficiente de que ninguno de ello su posibilidad de contención sobre plo, las pinzas-perforadoras de Merle incorporarse a su nueva función. Y la la-
demne. En cualquier caso, se trata de ellos puede ofrecerse como solución la cabeza. Al mismo tiempo se limita d’Aubigné que facilitan considerable- bor de contención es compartida por
manifestaciones muy poco relevantes. única y completa del problema, ni está algo la amplitud de la rotación externa mente la labor. Otros autores fijan los los músculos del ramillete coracoideo,
En cuanto al diagnóstico, se establece exento de limitaciones y posibilidades del brazo y con ello uno de los meca- hilos mediante una pequeña placa me- que precisamente se atirantan en el mo-
por sí mismo ante la repetición de una de fracaso. Muchos de ellos no merecen nismos de reluxación. Esta intervención tálica aplicada junto al borde de la gle-
luxación en el mismo lado, a pesar de más que un recuerdo histórico. En tér- puede combinarse (y de hecho se com- noides (variante de Moseley) o de sim-
lo cual los medios actuales de diagnós- minos generales, y para tomar contacto bina casi siempre) con la de Putti-Plat ples tornillos o grapas, con el fin de
tico por la imagen ofrecen un interés de alguna manera con el tema, puede anteriormente descrita. evitar la transfixión ósea (fig. 7).
nada despreciable por la posibilidad de decirse que todos —o la mayoría— de c) La operación de Bankart. Los pro- 3) Métodos de contención con topes
revelar alteraciones anatómicas que los procedimientos descritos y las innu- cedimientos descritos de retensado de óseos preglenoideos. Su objetivo se
condicionan el pronóstico de nuevas merables variedades y modificaciones C la pared anterior capsuloligamentosa comprende fácilmente: oponerse a la
luxaciones, el tratamiento adecuado de cada uno de ellos están basados en (como cualquiera de sus variantes o de salida de la cabeza por medio de un in-
para evitarlas y sus resultados. Tales me- los principios siguientes: cualquier otro procedimiento basado jerto óseo colocado en el sitio por don-
dios son, principalmente, los que referi- 1) Métodos de suspensión o de fijación en el mismo principio) parten del su- de habitualmente se sale. Tales proce-
mos a continuación. de la cabeza humeral a la escápula por puesto que el manguito capsuloliga- dimientos tienen una indicación casi
Radiografía convencional. Es preciso re- medio de plastias ligamentosas o tendi- mentoso se halla debidamente inserta- inexcusable, o al menos muy justifica-
alizarla en diversas proyecciones (ante- nosas más o menos ingeniosamente con- do, a nivel escapular, sobre el reborde ble, en los casos en que la luxación se
roposterior normal, oblicua anteropos- cebidas. El ejemplo más conocido que glenoideo, y que el rodete no se halla produce por el «efecto de leva» que ha
terior tangencial a la cavidad glenoidea, puede citarse es el de la operación de Ni- desprendido. Que no exista, en una pa- sido descrito anteriormente, y sobre el
axial y oblicua de arriba abajo en ángu- cola, basada en la fijación a cargo del labra, la lesión de Bankart o, si se pre- cual carecen de eficacia los métodos
lo de 30 grados), siempre comparativa tendón de la porción larga del bíceps, pa- FIG. 4. Representación esquemática de la ope- fiere, el despegamiento de Broca. Cuan- de refuerzo capsulomuscular. Algunos de
ración de Putti-Plat. A) Laxitud de la cápsula
de los dos lados y preferentemente con sado por un túnel practicado en la cabe- do la lesión de Bankart está presente, el estos procedimientos se basan en la uti-
anterior y del músculo subescapular. B) Sutura
ayuda del amplificador de imágenes. za. Éste y otros procedimientos análogos en un primer plano, profundo, de la cápsula. retensado de la cápsula o del subesca- lización de un injerto libre fijado al re-
Puede poner de relieve: de retención con tiras de fascia lata, liga- C) Sutura de un segundo plano, superpuesto al pular difícilmente pueden responder a borde glenoideo por medio de tornillos, FIG. 6. Representación esquemática de la
a) fractura del reborde glenoideo; b) mentos artificiales, etc., pertenecen al anterior, a modo de chaqueta cruzada de la cáp- su propósito de contener la salida de la agujas o sistemas más o menos ingenio- operación de Bankart. Fijación de la cápsula al
fractura por hundimiento de la cara pos- apartado de los antecedentes históricos. sula y del tendón del subescapular. cabeza humeral para alojarse en la bol- sos, o tendidos a modo de puente entre borde anterior de la glenoides.
hombro 164 165 hombro

vimiento opuesto, obligándola a luxar- terior de la cabeza y «entalladura» pos- 2) Métodos de reparación o refuerzo A B C
se (fig. 3). Es el efecto de leva (o effet terosuperior; c) otras fracturas asociadas del sistema de retención capsuloliga-
came de los autores franceses). Este se- de la cabeza humeral. mentoso y muscular. A este grupo per-
gundo mecanismo es probablemente Artrografías con contraste opaco o ga- tenecen muchas de las intervenciones
mucho menos frecuente que el anterior, seosas. Artrotomografías. Son —o eran— actualmente más en boga, siendo las
y para muchos autores incluso inexis- útiles principalmente para poner de relie- operaciones de Putti-Plat, Bankart, Mag-
tente. Pero conviene tenerlo presente, ve la rotura de la cofia de los rotadores. nuson de las más conocidas. Su finali-
pues en caso de existir no puede corre- En la actualidad, este medio ha sido su- dad es obvia y su indicación parece co-
girse con los procedimientos quirúrgi- perado por la tomografía axial computa- rrectamente fundada en todos los casos
cos más corrientemente empleados, ba- rizada y la resonancia magnética nuclear. en que la causa favorecedora de la relu-
sados en el refuerzo del sistema de Tomografía axial computarizada y reso- xación es la lesión (desgarro, laxitud o
contención. nancia magnética nuclear. Ambos mé- despegamiento) de dicho sistema de re-
Anatomía patológica y clasificación ana- todos de exploración proporcionan una tención. El mejor alegato que puede
tomopatológica. La mayoría de las luxa- excelente información, en los cortes aducirse a su favor es la posibilidad de
ciones recidivantes del hombro (95 %) axiales, sobre las relaciones relativas de escoger entre una u otra según la índo-
son luxaciones anteriores, y en general la cabeza y la glenoides y sobre la exis- le de las citadas lesiones, o en caso ne-
subcoracoideas o paracoracoideas (ex- tencia de lesiones adicionales en una y cesario combinar una con otra. De FIG. 5. Operación de Magnuson. A) Laxitud del tendón del subescapular. B) Sección del mismo. C) Reinserción en el cuello humeral por fuera del ten-
ternas o internas). Solamente el 5 % en la otra que favorezcan la reluxación, acuerdo con ello, es conveniente preci- dón de la porción larga del bíceps.
aproximado son luxaciones posteriores. imposibles (o muy difíciles) de recono- sar los siguientes puntos:
En cuanto a las lesiones de los tejidos cer por la exploración radiológica: frac-
articulares y periarticulares, véase lo ex- turas marginales del reborde anterior de a) La operación de Putti-Plat consiste sa que le ofrece el periostio despegado, la glenoides y la coracoides (método de
puesto anteriormente como factores la glenoides, aplanamiento de su cavi- A en la sección de la pared capsuloliga- en cuyo caso la única solución viable Gosset). Su principal desventaja es la
anatómicos de inestabilidad articular. dad, etc., y muy particularmente, las mentosa anterior, en sentido vertical exige la fijación del rodete con la inser- de que raramente cumplen con su co-
Clínica y diagnóstico. Los episodios muescas o entalladuras sobre la cara (de arriba abajo), y su reconstrucción ción capsular en el reborde óseo de la metido, en parte porque se reabsorben,
recidivantes de luxación no se diferen- posterior de la cabeza, responsables, en forma de chaqueta cruzada, es de- glenoides. En esto consiste, básicamen- se desprenden, se reducen de tamaño o
cian sustancialmente de las luxaciones como ya ha sido expuesto, de las luxa- cir, superponiendo uno a otro los dos te, la operación de Bankart (fig. 6). La fi- no ofrecen suficiente resistencia al em-
aisladas, salvo, en todo caso, de la faci- ciones por efecto de leva, que pueden colgajos capsulares al hacer la sutura jación del rodete y del manguito capsu- puje de la cabeza, y en parte porque la
lidad de producirse en los casos muy re- ser determinantes del tipo de tratamien- (fig. 4). De esta forma la pared capsulo- lar al reborde óseo de la glenoides cabeza sigue luxándose pasando por
petidos. Por otro lado, los intervalos en- to quirúrgico indicado. Hoy día estas ex- ligamentosa anterior queda reforzada y requiere, lógicamente, poder asegurar encima o por debajo del tope inter-
tre las luxaciones son prácticamente ploraciones resultan casi inexcusables tensada. los hilos de sutura sobre dicho reborde, puesto. Más seguridades ofrecen los
asintomáticos. Solamente en algunos ante todo planteamiento operatorio. b) La operación de Magnuson consis- lo cual ofrece algunas dificultades téc- procedimientos basados en la trasposi-
casos refieren los interesados una sen- Principios generales sobre el trata- te en trasladar la inserción humeral del nicas no del todo fáciles de superar. En ción de la coracoides con las insercio-
sación subjetiva de inminencia de luxa- miento. El único tratamiento posible de subescapular a un punto más externo el procedimiento original de Bankart se nes del bíceps y del coracobraquial.
ción, o de inseguridad, que puede con- la luxación recidivante del hombro es el B del húmero, fijándola a una muesca consigue a base de unas perforaciones Este procedimiento tiene evidentes ven-
firmarse en ocasiones objetivamente quirúrgico, y el número de procedi- previamente labrada en la superficie del previamente labradas en el tejido óseo. tajas sobre el empleo de trasplantes li-
por una facilidad para desplazarse la mientos técnicos propuestos para apli- hueso (fig. 5), con lo cual aumenta la Para ello han sido ideados algunos re- bres. Se trata de injertos bien vasculari-
cabeza humeral bajo la presión de los carlo es prácticamente inabarcable. tensión de este ligamento activo y con cursos instrumentales como, por ejem- zados y por lo tanto más fáciles de
dedos del explorador, que en el lado in- Prueba suficiente de que ninguno de ello su posibilidad de contención sobre plo, las pinzas-perforadoras de Merle incorporarse a su nueva función. Y la la-
demne. En cualquier caso, se trata de ellos puede ofrecerse como solución la cabeza. Al mismo tiempo se limita d’Aubigné que facilitan considerable- bor de contención es compartida por
manifestaciones muy poco relevantes. única y completa del problema, ni está algo la amplitud de la rotación externa mente la labor. Otros autores fijan los los músculos del ramillete coracoideo,
En cuanto al diagnóstico, se establece exento de limitaciones y posibilidades del brazo y con ello uno de los meca- hilos mediante una pequeña placa me- que precisamente se atirantan en el mo-
por sí mismo ante la repetición de una de fracaso. Muchos de ellos no merecen nismos de reluxación. Esta intervención tálica aplicada junto al borde de la gle-
luxación en el mismo lado, a pesar de más que un recuerdo histórico. En tér- puede combinarse (y de hecho se com- noides (variante de Moseley) o de sim-
lo cual los medios actuales de diagnós- minos generales, y para tomar contacto bina casi siempre) con la de Putti-Plat ples tornillos o grapas, con el fin de
tico por la imagen ofrecen un interés de alguna manera con el tema, puede anteriormente descrita. evitar la transfixión ósea (fig. 7).
nada despreciable por la posibilidad de decirse que todos —o la mayoría— de c) La operación de Bankart. Los pro- 3) Métodos de contención con topes
revelar alteraciones anatómicas que los procedimientos descritos y las innu- cedimientos descritos de retensado de óseos preglenoideos. Su objetivo se
condicionan el pronóstico de nuevas merables variedades y modificaciones C la pared anterior capsuloligamentosa comprende fácilmente: oponerse a la
luxaciones, el tratamiento adecuado de cada uno de ellos están basados en (como cualquiera de sus variantes o de salida de la cabeza por medio de un in-
para evitarlas y sus resultados. Tales me- los principios siguientes: cualquier otro procedimiento basado jerto óseo colocado en el sitio por don-
dios son, principalmente, los que referi- 1) Métodos de suspensión o de fijación en el mismo principio) parten del su- de habitualmente se sale. Tales proce-
mos a continuación. de la cabeza humeral a la escápula por puesto que el manguito capsuloliga- dimientos tienen una indicación casi
Radiografía convencional. Es preciso re- medio de plastias ligamentosas o tendi- mentoso se halla debidamente inserta- inexcusable, o al menos muy justifica-
alizarla en diversas proyecciones (ante- nosas más o menos ingeniosamente con- do, a nivel escapular, sobre el reborde ble, en los casos en que la luxación se
roposterior normal, oblicua anteropos- cebidas. El ejemplo más conocido que glenoideo, y que el rodete no se halla produce por el «efecto de leva» que ha
terior tangencial a la cavidad glenoidea, puede citarse es el de la operación de Ni- desprendido. Que no exista, en una pa- sido descrito anteriormente, y sobre el
axial y oblicua de arriba abajo en ángu- cola, basada en la fijación a cargo del labra, la lesión de Bankart o, si se pre- cual carecen de eficacia los métodos
lo de 30 grados), siempre comparativa tendón de la porción larga del bíceps, pa- FIG. 4. Representación esquemática de la ope- fiere, el despegamiento de Broca. Cuan- de refuerzo capsulomuscular. Algunos de
ración de Putti-Plat. A) Laxitud de la cápsula
de los dos lados y preferentemente con sado por un túnel practicado en la cabe- do la lesión de Bankart está presente, el estos procedimientos se basan en la uti-
anterior y del músculo subescapular. B) Sutura
ayuda del amplificador de imágenes. za. Éste y otros procedimientos análogos en un primer plano, profundo, de la cápsula. retensado de la cápsula o del subesca- lización de un injerto libre fijado al re-
Puede poner de relieve: de retención con tiras de fascia lata, liga- C) Sutura de un segundo plano, superpuesto al pular difícilmente pueden responder a borde glenoideo por medio de tornillos, FIG. 6. Representación esquemática de la
a) fractura del reborde glenoideo; b) mentos artificiales, etc., pertenecen al anterior, a modo de chaqueta cruzada de la cáp- su propósito de contener la salida de la agujas o sistemas más o menos ingenio- operación de Bankart. Fijación de la cápsula al
fractura por hundimiento de la cara pos- apartado de los antecedentes históricos. sula y del tendón del subescapular. cabeza humeral para alojarse en la bol- sos, o tendidos a modo de puente entre borde anterior de la glenoides.
hombro 166 167 húmero

Reborde glenoideo durante los movimientos. Se acompaña general, a fracturas de trazo transversal y A B C D E F
de limitación en los movimientos arti- en ocasiones a fracturas polifragmenta-
culares y aumento progresivo de la re- rias (con tercer fragmento) o conminutas.
sistencia a los movimientos pasivos. Es 2) Indirectos, que a su vez pueden ser
más frecuente después de los treinta por inflexión (fracturas de trazo trans-
años de edad. El examen radiológico y versal) o por torsión (fracturas espiroi-
los datos de laboratorio suelen ser nor- deas).
males en estos pacientes. 3) Por contracción muscular «asincró-
homoinjerto. Injerto que procede de un nica» entre los músculos que participan
individuo de la misma especie que aquel en esfuerzos particularmente violentos,
sobre el que se implanta. Dícese también como, por ejemplo, los lanzamientos
injerto isoplástico. deportivos (peso, jabalina, etc.).
hormonas locales. Citoquinas. 4) Fracturas espontáneas o semies-
Hughston, incisión de. Vía de acceso a pontáneas, por la presencia de forma-
las estructuras ligamentosas posteroin- ciones tumorales osteolíticas, muy fre-
ternas de la rodilla (ligamento oblicuo y cuentes en el húmero. El ejemplo más
ligamento lateral interno e inserción ti- corriente son los quistes óseos solitarios
bial del ligamento cruzado posterior) a del tercio mediosuperior del hueso.
través de una incisión en S sobre la par- Anatomía patológica y clasificación
te posterior de su cara interna. Según el trazo de fractura, pueden ser:
Músculo subescapular Cápsula
Hughston, operación
operación de. Técnica ope- transversales oblicuas, espiroideas, en
Rodete glenoideo ratoria para la reparación del ligamento «ala de mariposa», plurifragmentarias
oblicuo y lateral interno de la rodilla. (con el tercer fragmento interpuesto) o
Cápsula Cápsula (Véase rodilla, lesiones ligamentosas.) conminutas (fig. 1). El desplazamiento de
Hughston, prueba de. Prueba para el los fragmentos puede ser, como en toda
diagnóstico de las lesiones del ángulo fractura diafisaria: angular, «ad latus»,
posteroexterno de la cápsula articular con acabalgamiento o en rotación (figu-
de la rodilla. Hiperextensión en rota- ra 2). En el desplazamiento juegan un
ción interna de la pierna al elevarla pa- papel importante, como ya se ha dicho, FIG. 1. Diversos tipos anatomopatológicos de fracturas, según el trazo de la misma. A) Transver-
sal. B) Oblicua. C) Espiroidea (por torsión). D) Con fragmento «en ala de mariposa». E) Con ter-
sivamente sobre el plano de la cama. los músculos insertados en la diáfisis hu-
cer fragmento interpuesto. F) Conminutas.
Hulten, fractur
fracturaa de. Véase en fractur
fractura.a. meral, principalmente el supraespinoso,
húmero Fracturas diafisarias
húmero. el pectoral mayor y los flexores-extenso-
Características generales. Se definen res del codo (fig. 3 A y B).
como tales las fracturas que afectan al hú- Lesiones asociadas. La más frecuente y A B C D
mero desde el borde del pectoral mayor, la más importante, después de los des-
por arriba, hasta la inserción del supina- garros vasculares graves, es la lesión del
dor largo, por abajo. Relativamente fre- nervio radial con parálisis consecutiva
Músculo subescapular cuentes, pueden presentarse en cualquier en todo su territorio periférico.
edad, incluso en recién nacidos, por trau- Las lesiones de los vasos humerales pue-
FIG. 7. Técnica de la operación de Bankart. El borde de la cápsula seccionada se fija al reborde an- matismo obstétrico. Se trata en cualquier den revestir una extrema gravedad in-
terior de la glenoides, con unos puntos de sutura pasados por unos orificios previamente practicados caso de una lesión importante, incompa- mediata, pero son mucho menos fre-
en el mismo. tible con la función mínimamente acep- cuentes que las lesiones nerviosas.
table de la extremidad superior, y que Sintomatología y diagnóstico. En gene-
exige por tanto la consolidación comple- ral, toda fractura de la diáfisis humeral
vimiento de abducción y rotación ex- cientes para oponerse a dicho efecto de ta como resultado del tratamiento, lo cual se manifiesta con un cuadro clínico
terna, es decir, la posición más habitual leva. Son completamente inútiles en no ocurre siempre, dado que estas fractu- muy aparatoso que deja pocas dudas
de luxación. De estos procedimientos, cualquier otro caso. El relleno propia- ras son una causa particularmente fre- respecto a la existencia de una lesión
uno de los que más predicamento goza mente dicho de la entalladura puede cuente de seudoartrosis. importante y que obliga a tomar medi-
es el llamado de Latarjet, pero existen hacerse con un trasplante óseo libre, o Principales características anatómicas. das inmediatas: dolor, impotencia fun-
numerosas modificaciones y variantes mejor aún mediante un colgajo del in- Los factores más importantes, desde el cional completa que obliga a sujetarse
basadas en el mismo principio (Bristow- fraespinoso que incluya un fragmento punto de vista anatómico, que condi- la extremidad con la otra mano, hin-
May, Trillat, Patte-Debeyre, etc.). óseo de su inserción en el troquíter cionan la modalidad de estas fracturas, chazón, deformidad del brazo y a veces
4) Procedimientos de relleno de la en- (operación de Rowe, McLaughlin, De su importancia, la posibilidad de com- acortamiento. En ocasiones, puede pre-
talladura o brecha cefálica. Encuentran Anquin, etc.). Es una indicación excep- plicaciones y el tipo de tratamiento son, sentarse un cuadro circulatorio impor-
su única indicación en los casos en que cional, o muy poco frecuente, en las lu- por un lado, la inserción de potentes tante a nivel de la mano (ausencia del
el mecanismo de luxación se debe al xaciones recidivantes anteriores. grupos musculares, responsables en pulso radial, edema intenso, cianosis,
«efecto de leva» descrito en líneas an- hombro doloroso, síndrome del. gran parte del desplazamiento entre los frialdad), o más frecuentemente, como
teriores, que no puede ser corregido Cuadro doloroso de origen traumático o fragmentos, y por otro, de la vecindad se ha dicho, una parálisis en el territorio
por los procedimientos de refuerzo cap- inflamatorio a nivel de la región gle- del nervio radial y su trayecto adosado del radial.
suloligamentoso o muscular. También nohumeral y escapulotorácica. Se ca- a la cara posterior del hueso. El examen radiográfico confirma, prácti-
como alternativa a los métodos de con- racteriza por dolor durante el reposo Mecanismos de producción camente en la totalidad de los casos, la
tención con tope óseo preglenoideo, (por compresión del nervio supraesca- 1) Directos, por impacto sobre el hú- existencia de la fractura y el tipo anató- FIG. 2. Desplazamientos más frecuentes en las fracturas diafisarias del húmero. A) Desplazamien-
cuando se suponga que resulten insufi- pular en la escotadura coracoidea) y mero (golpe o proyectil). Dan lugar, en mico de la misma. to mínimo. B) Angular. C) Ad latus. D) Acabalgamiento.
hombro 166 167 húmero

Reborde glenoideo durante los movimientos. Se acompaña general, a fracturas de trazo transversal y A B C D E F
de limitación en los movimientos arti- en ocasiones a fracturas polifragmenta-
culares y aumento progresivo de la re- rias (con tercer fragmento) o conminutas.
sistencia a los movimientos pasivos. Es 2) Indirectos, que a su vez pueden ser
más frecuente después de los treinta por inflexión (fracturas de trazo trans-
años de edad. El examen radiológico y versal) o por torsión (fracturas espiroi-
los datos de laboratorio suelen ser nor- deas).
males en estos pacientes. 3) Por contracción muscular «asincró-
homoinjerto. Injerto que procede de un nica» entre los músculos que participan
individuo de la misma especie que aquel en esfuerzos particularmente violentos,
sobre el que se implanta. Dícese también como, por ejemplo, los lanzamientos
injerto isoplástico. deportivos (peso, jabalina, etc.).
hormonas locales. Citoquinas. 4) Fracturas espontáneas o semies-
Hughston, incisión de. Vía de acceso a pontáneas, por la presencia de forma-
las estructuras ligamentosas posteroin- ciones tumorales osteolíticas, muy fre-
ternas de la rodilla (ligamento oblicuo y cuentes en el húmero. El ejemplo más
ligamento lateral interno e inserción ti- corriente son los quistes óseos solitarios
bial del ligamento cruzado posterior) a del tercio mediosuperior del hueso.
través de una incisión en S sobre la par- Anatomía patológica y clasificación
te posterior de su cara interna. Según el trazo de fractura, pueden ser:
Músculo subescapular Cápsula
Hughston, operación
operación de. Técnica ope- transversales oblicuas, espiroideas, en
Rodete glenoideo ratoria para la reparación del ligamento «ala de mariposa», plurifragmentarias
oblicuo y lateral interno de la rodilla. (con el tercer fragmento interpuesto) o
Cápsula Cápsula (Véase rodilla, lesiones ligamentosas.) conminutas (fig. 1). El desplazamiento de
Hughston, prueba de. Prueba para el los fragmentos puede ser, como en toda
diagnóstico de las lesiones del ángulo fractura diafisaria: angular, «ad latus»,
posteroexterno de la cápsula articular con acabalgamiento o en rotación (figu-
de la rodilla. Hiperextensión en rota- ra 2). En el desplazamiento juegan un
ción interna de la pierna al elevarla pa- papel importante, como ya se ha dicho, FIG. 1. Diversos tipos anatomopatológicos de fracturas, según el trazo de la misma. A) Transver-
sal. B) Oblicua. C) Espiroidea (por torsión). D) Con fragmento «en ala de mariposa». E) Con ter-
sivamente sobre el plano de la cama. los músculos insertados en la diáfisis hu-
cer fragmento interpuesto. F) Conminutas.
Hulten, fractur
fracturaa de. Véase en fractur
fractura.a. meral, principalmente el supraespinoso,
húmero Fracturas diafisarias
húmero. el pectoral mayor y los flexores-extenso-
Características generales. Se definen res del codo (fig. 3 A y B).
como tales las fracturas que afectan al hú- Lesiones asociadas. La más frecuente y A B C D
mero desde el borde del pectoral mayor, la más importante, después de los des-
por arriba, hasta la inserción del supina- garros vasculares graves, es la lesión del
dor largo, por abajo. Relativamente fre- nervio radial con parálisis consecutiva
Músculo subescapular cuentes, pueden presentarse en cualquier en todo su territorio periférico.
edad, incluso en recién nacidos, por trau- Las lesiones de los vasos humerales pue-
FIG. 7. Técnica de la operación de Bankart. El borde de la cápsula seccionada se fija al reborde an- matismo obstétrico. Se trata en cualquier den revestir una extrema gravedad in-
terior de la glenoides, con unos puntos de sutura pasados por unos orificios previamente practicados caso de una lesión importante, incompa- mediata, pero son mucho menos fre-
en el mismo. tible con la función mínimamente acep- cuentes que las lesiones nerviosas.
table de la extremidad superior, y que Sintomatología y diagnóstico. En gene-
exige por tanto la consolidación comple- ral, toda fractura de la diáfisis humeral
vimiento de abducción y rotación ex- cientes para oponerse a dicho efecto de ta como resultado del tratamiento, lo cual se manifiesta con un cuadro clínico
terna, es decir, la posición más habitual leva. Son completamente inútiles en no ocurre siempre, dado que estas fractu- muy aparatoso que deja pocas dudas
de luxación. De estos procedimientos, cualquier otro caso. El relleno propia- ras son una causa particularmente fre- respecto a la existencia de una lesión
uno de los que más predicamento goza mente dicho de la entalladura puede cuente de seudoartrosis. importante y que obliga a tomar medi-
es el llamado de Latarjet, pero existen hacerse con un trasplante óseo libre, o Principales características anatómicas. das inmediatas: dolor, impotencia fun-
numerosas modificaciones y variantes mejor aún mediante un colgajo del in- Los factores más importantes, desde el cional completa que obliga a sujetarse
basadas en el mismo principio (Bristow- fraespinoso que incluya un fragmento punto de vista anatómico, que condi- la extremidad con la otra mano, hin-
May, Trillat, Patte-Debeyre, etc.). óseo de su inserción en el troquíter cionan la modalidad de estas fracturas, chazón, deformidad del brazo y a veces
4) Procedimientos de relleno de la en- (operación de Rowe, McLaughlin, De su importancia, la posibilidad de com- acortamiento. En ocasiones, puede pre-
talladura o brecha cefálica. Encuentran Anquin, etc.). Es una indicación excep- plicaciones y el tipo de tratamiento son, sentarse un cuadro circulatorio impor-
su única indicación en los casos en que cional, o muy poco frecuente, en las lu- por un lado, la inserción de potentes tante a nivel de la mano (ausencia del
el mecanismo de luxación se debe al xaciones recidivantes anteriores. grupos musculares, responsables en pulso radial, edema intenso, cianosis,
«efecto de leva» descrito en líneas an- hombro doloroso, síndrome del. gran parte del desplazamiento entre los frialdad), o más frecuentemente, como
teriores, que no puede ser corregido Cuadro doloroso de origen traumático o fragmentos, y por otro, de la vecindad se ha dicho, una parálisis en el territorio
por los procedimientos de refuerzo cap- inflamatorio a nivel de la región gle- del nervio radial y su trayecto adosado del radial.
suloligamentoso o muscular. También nohumeral y escapulotorácica. Se ca- a la cara posterior del hueso. El examen radiográfico confirma, prácti-
como alternativa a los métodos de con- racteriza por dolor durante el reposo Mecanismos de producción camente en la totalidad de los casos, la
tención con tope óseo preglenoideo, (por compresión del nervio supraesca- 1) Directos, por impacto sobre el hú- existencia de la fractura y el tipo anató- FIG. 2. Desplazamientos más frecuentes en las fracturas diafisarias del húmero. A) Desplazamien-
cuando se suponga que resulten insufi- pular en la escotadura coracoidea) y mero (golpe o proyectil). Dan lugar, en mico de la misma. to mínimo. B) Angular. C) Ad latus. D) Acabalgamiento.
húmero 168 169 húmero

A B do el traumatismo operatorio a las meno- A B C


res proporciones posibles (figs. 5 y 5 bis).
Los procedimientos de tracción conti-
nua al cenit sólo encuentran indicación,
como medios de reducción y de inmo-
vilización, en los casos en que no pueda
hacerse otra cosa, principalmente por la
concomitancia con otras lesiones trau-
máticas graves (politraumatizados).
Los métodos de fijación externa que-
dan reservados para las fracturas abier-
tas y principalmente las infectadas.
Fracturas de la extremidad proximal
Definición y características generales.
Por «extremidad proximal del húmero»
se entiende la parte de este hueso situa-
da por encima de la inserción de los
músculos toracobraquiales, pectoral
mayor, dorsal ancho y redondo mayor
(fig. 6). Las fracturas en esta zona son
frecuentes, en todas las edades, con
FIG. 3. Efecto de la musculatura sobre el desplazamiento de los fragmentos en las fracturas del ter- FIG. 4. Osteosíntesis con placa atornillada. mayor incidencia después de los 60
cio proximal de la diáfisis humeral. A) Línea de fractura situada por debajo de dicha inserción. FIG. 5. Diversos medios de osteosíntesis endomedular. A) Con clavos de Hackental. B) Con clavo
años. Pueden presentar multitud de va-
de Küntscher introducido a nivel metafisario inferior. C) Clavo de Küntscher introducido por la ca-
riedades anatomoclínicas que hacen di- beza humeral.
fícil su clasificación, y pueden ser trata-
Normas generales de tratamiento chos autores (entre los que figura el que cipalmente, en la generalidad de los ca- das de muy diversas maneras, lo que
1) Las fracturas no desplazadas pue- escribe estas líneas) los inconvenientes y sos, a factores negativos señalados en lí- impide formular normas aplicables a to-
den ser tratadas por inmovilización in- riesgos de estos procedimientos no justi- neas precedentes de los procedimientos dos los casos.
mediata, por los procedimientos ortopé- fican —y menos superan— sus discuti- conservadores de inmovilización. Y en Etiología y mecanismos de producción.
dicos que serán descritos más adelante, bles ventajas («conservar la función» del segundo lugar, a la necesidad o conve- Cualquier traumatismo, directo o indirec-
o por osteosíntesis. hombro mientras dura el tratamiento). niencia de una reducción operatoria to, sobre el hombro, puede traducirse por
2) Las fracturas desplazadas tienen, 2) Procedimientos de inmovilización cuando resulte imposible o difícil de lo- una fractura de la extremidad superior del
necesariamente, que ser reducidas. La que incluyen el hombro, con los venda- grar por vía conservadora. Son los que húmero, pero es interesante recordar,
reducción puede lograrse por manipu- jes de Velpeau y similares y los llamados proporcionan una mayor estabilidad de para los fines prácticos del diagnóstico,
lación a cielo cerrado u operatoriamen- aparatos de abducción y los yesos tora- la reducción y casi siempre los que me- que no es necesario un traumatismo gra-
te como medida previa a una osteosín- cobraquiales. Los vendajes blandos, con jor se toleran por parte de los interesa- ve (accidente de tráfico, caída de una
tesis programada. la extremidad adosada al cuerpo (Vel- dos, y permiten una movilidad inmedia- cierta altura, etc.) para que se produzcan
Medidas ortopédicas de inmovilización. peau y similares) proporcionan una in- ta o casi inmediata de las articulaciones estas lesiones. La mayor parte de las ve-
Pueden clasificarse en los dos grupos si- movilidad superior a los procedimientos del hombro y del codo. Los recursos del ces una simple caída, en apariencia sin
guientes: anteriormente citados y muchas veces tratamiento operatorio son principal- importancia, puede ser la causa de una
1) Procedimientos de inmovilización suficiente. Tienen el inconveniente de mente osteosíntesis con placas atornilla- fractura de este tipo, especialmente,
sin inclusión del hombro. A este grupo no ser fáciles de soportar durante todo el das y el enclavamiento endomedular. como se ha dicho, en los sujetos de edad
pertenecen los yesos colgantes, las féru- tiempo que requiere la consolidación, Las placas atornilladas, con o sin com- avanzada. En cuanto a los mecanismos
las «en U» de De Palma y los yesos fun- en especial por intolerancia de la piel de presión interfragmentaria, y con o sin in- más frecuentes de producción se trata, en
cionales. El principal inconveniente de la axila, y de crear dificultades ulteriores jertos óseos añadidos, constituyen el mé- general, de traumatismos indirectos ac-
cualquiera de estas medidas es que pro- a la función del hombro, no por la in- todo más seguro. Puede considerarse tuando sobre el hombro. En especial, las
porcionan una inmovilización muy pre- movilidad del mismo, pero sí por la como el tratamiento de elección en las caídas sobre la mano o sobre el codo, o
caria, con grave riesgo de desplaza- posición mantenida de aducción. Los fracturas diafisarias del húmero, mientras los movimientos forzados del brazo, prin-
mientos secundarios y evolución hacia aparatos de abducción y los yesos tora- no lo impidan las condiciones locales cipalmente los de retropulsión (en ab-
la seudoartrosis. Pueden proporcionar, cobraquiales (en especial estos últimos) (fracturas conminutas o de trazo múlti- ducción y hacia atrás), que dan lugar a le-
indiscutiblemente, buenos resultados. proporcionan la inmovilidad necesaria ple, de difícil reconstrucción, fracturas siones particularmente graves: fracturas,
Pero siempre que se trate de casos favo- de los fragmentos, y por tanto las mejo- abiertas, lesiones importantes de la piel, luxaciones del hombro, fracturas despla-
rables, con escasas posibilidades de des- res condiciones de consolidación, sien- etcétera) o generales (mal estado general, zadas y complicaciones neurovasculares
plazamiento y clara tendencia a la con- do muchas veces los más fáciles de so- otras lesiones traumáticas graves, sujetos añadidas.
solidación (fracturas de trazo oblicuo o portar, siempre que se trate de sujetos de edad muy avanzada, etc.) (fig. 4). Anatomía patológica y criterios de clasi-
espiroideo, escasamente desplazadas, delgados, jóvenes y preferentemente del Los procedimientos de osteosíntesis ficación. La bibliografía sobre el tema
sujetos muy jóvenes, localización baja sexo masculino. En caso contrario (obe- endomedular (con clavos de Küntscher, ofrece una amplia diversidad de clasifi-
en el húmero, etc.). Otras desventajas sos, mujeres con gran desarrollo mama- Hackental, Rush, etc.) encuentran su caciones propuestas por diferentes au-
son las dificultades para adaptarse a las rio, sujetos de edad), la inmovilidad del principal indicación en los casos que, tores o escuelas, la mayoría de ellas de
diversas posiciones del cuerpo, decúbi- foco puede resultar seriamente compro- por las razones antedichas, no sean prac- una excesiva complejidad y dudosa uti-
to dorsal o lateral, etc. La necesidad de metida, aparte de los inconvenientes ticables las osteosíntesis con placas. Pue- lidad práctica. Ninguna de ellas ha lo-
controles repetidos o los cambios fre- y engorros que estos medios ocasionan. den ser aplicados por vía subcutánea o a grado un grado mínimo de aceptación FIG. 5 bis. Ejemplo de fractura diafisaria de húmero con tercer fragmento, tratada mediante
cuentes de yeso, etc. En opinión de mu- Indicaciones quirúrgicas. Obedecen prin- través de una incisión mínima, reducien- unánime. Tal vez la más generalizada (y osteosíntesis endomedular con clavos de Hackental.
húmero 168 169 húmero

A B do el traumatismo operatorio a las meno- A B C


res proporciones posibles (figs. 5 y 5 bis).
Los procedimientos de tracción conti-
nua al cenit sólo encuentran indicación,
como medios de reducción y de inmo-
vilización, en los casos en que no pueda
hacerse otra cosa, principalmente por la
concomitancia con otras lesiones trau-
máticas graves (politraumatizados).
Los métodos de fijación externa que-
dan reservados para las fracturas abier-
tas y principalmente las infectadas.
Fracturas de la extremidad proximal
Definición y características generales.
Por «extremidad proximal del húmero»
se entiende la parte de este hueso situa-
da por encima de la inserción de los
músculos toracobraquiales, pectoral
mayor, dorsal ancho y redondo mayor
(fig. 6). Las fracturas en esta zona son
frecuentes, en todas las edades, con
FIG. 3. Efecto de la musculatura sobre el desplazamiento de los fragmentos en las fracturas del ter- FIG. 4. Osteosíntesis con placa atornillada. mayor incidencia después de los 60
cio proximal de la diáfisis humeral. A) Línea de fractura situada por debajo de dicha inserción. FIG. 5. Diversos medios de osteosíntesis endomedular. A) Con clavos de Hackental. B) Con clavo
años. Pueden presentar multitud de va-
de Küntscher introducido a nivel metafisario inferior. C) Clavo de Küntscher introducido por la ca-
riedades anatomoclínicas que hacen di- beza humeral.
fícil su clasificación, y pueden ser trata-
Normas generales de tratamiento chos autores (entre los que figura el que cipalmente, en la generalidad de los ca- das de muy diversas maneras, lo que
1) Las fracturas no desplazadas pue- escribe estas líneas) los inconvenientes y sos, a factores negativos señalados en lí- impide formular normas aplicables a to-
den ser tratadas por inmovilización in- riesgos de estos procedimientos no justi- neas precedentes de los procedimientos dos los casos.
mediata, por los procedimientos ortopé- fican —y menos superan— sus discuti- conservadores de inmovilización. Y en Etiología y mecanismos de producción.
dicos que serán descritos más adelante, bles ventajas («conservar la función» del segundo lugar, a la necesidad o conve- Cualquier traumatismo, directo o indirec-
o por osteosíntesis. hombro mientras dura el tratamiento). niencia de una reducción operatoria to, sobre el hombro, puede traducirse por
2) Las fracturas desplazadas tienen, 2) Procedimientos de inmovilización cuando resulte imposible o difícil de lo- una fractura de la extremidad superior del
necesariamente, que ser reducidas. La que incluyen el hombro, con los venda- grar por vía conservadora. Son los que húmero, pero es interesante recordar,
reducción puede lograrse por manipu- jes de Velpeau y similares y los llamados proporcionan una mayor estabilidad de para los fines prácticos del diagnóstico,
lación a cielo cerrado u operatoriamen- aparatos de abducción y los yesos tora- la reducción y casi siempre los que me- que no es necesario un traumatismo gra-
te como medida previa a una osteosín- cobraquiales. Los vendajes blandos, con jor se toleran por parte de los interesa- ve (accidente de tráfico, caída de una
tesis programada. la extremidad adosada al cuerpo (Vel- dos, y permiten una movilidad inmedia- cierta altura, etc.) para que se produzcan
Medidas ortopédicas de inmovilización. peau y similares) proporcionan una in- ta o casi inmediata de las articulaciones estas lesiones. La mayor parte de las ve-
Pueden clasificarse en los dos grupos si- movilidad superior a los procedimientos del hombro y del codo. Los recursos del ces una simple caída, en apariencia sin
guientes: anteriormente citados y muchas veces tratamiento operatorio son principal- importancia, puede ser la causa de una
1) Procedimientos de inmovilización suficiente. Tienen el inconveniente de mente osteosíntesis con placas atornilla- fractura de este tipo, especialmente,
sin inclusión del hombro. A este grupo no ser fáciles de soportar durante todo el das y el enclavamiento endomedular. como se ha dicho, en los sujetos de edad
pertenecen los yesos colgantes, las féru- tiempo que requiere la consolidación, Las placas atornilladas, con o sin com- avanzada. En cuanto a los mecanismos
las «en U» de De Palma y los yesos fun- en especial por intolerancia de la piel de presión interfragmentaria, y con o sin in- más frecuentes de producción se trata, en
cionales. El principal inconveniente de la axila, y de crear dificultades ulteriores jertos óseos añadidos, constituyen el mé- general, de traumatismos indirectos ac-
cualquiera de estas medidas es que pro- a la función del hombro, no por la in- todo más seguro. Puede considerarse tuando sobre el hombro. En especial, las
porcionan una inmovilización muy pre- movilidad del mismo, pero sí por la como el tratamiento de elección en las caídas sobre la mano o sobre el codo, o
caria, con grave riesgo de desplaza- posición mantenida de aducción. Los fracturas diafisarias del húmero, mientras los movimientos forzados del brazo, prin-
mientos secundarios y evolución hacia aparatos de abducción y los yesos tora- no lo impidan las condiciones locales cipalmente los de retropulsión (en ab-
la seudoartrosis. Pueden proporcionar, cobraquiales (en especial estos últimos) (fracturas conminutas o de trazo múlti- ducción y hacia atrás), que dan lugar a le-
indiscutiblemente, buenos resultados. proporcionan la inmovilidad necesaria ple, de difícil reconstrucción, fracturas siones particularmente graves: fracturas,
Pero siempre que se trate de casos favo- de los fragmentos, y por tanto las mejo- abiertas, lesiones importantes de la piel, luxaciones del hombro, fracturas despla-
rables, con escasas posibilidades de des- res condiciones de consolidación, sien- etcétera) o generales (mal estado general, zadas y complicaciones neurovasculares
plazamiento y clara tendencia a la con- do muchas veces los más fáciles de so- otras lesiones traumáticas graves, sujetos añadidas.
solidación (fracturas de trazo oblicuo o portar, siempre que se trate de sujetos de edad muy avanzada, etc.) (fig. 4). Anatomía patológica y criterios de clasi-
espiroideo, escasamente desplazadas, delgados, jóvenes y preferentemente del Los procedimientos de osteosíntesis ficación. La bibliografía sobre el tema
sujetos muy jóvenes, localización baja sexo masculino. En caso contrario (obe- endomedular (con clavos de Küntscher, ofrece una amplia diversidad de clasifi-
en el húmero, etc.). Otras desventajas sos, mujeres con gran desarrollo mama- Hackental, Rush, etc.) encuentran su caciones propuestas por diferentes au-
son las dificultades para adaptarse a las rio, sujetos de edad), la inmovilidad del principal indicación en los casos que, tores o escuelas, la mayoría de ellas de
diversas posiciones del cuerpo, decúbi- foco puede resultar seriamente compro- por las razones antedichas, no sean prac- una excesiva complejidad y dudosa uti-
to dorsal o lateral, etc. La necesidad de metida, aparte de los inconvenientes ticables las osteosíntesis con placas. Pue- lidad práctica. Ninguna de ellas ha lo-
controles repetidos o los cambios fre- y engorros que estos medios ocasionan. den ser aplicados por vía subcutánea o a grado un grado mínimo de aceptación FIG. 5 bis. Ejemplo de fractura diafisaria de húmero con tercer fragmento, tratada mediante
cuentes de yeso, etc. En opinión de mu- Indicaciones quirúrgicas. Obedecen prin- través de una incisión mínima, reducien- unánime. Tal vez la más generalizada (y osteosíntesis endomedular con clavos de Hackental.
húmero 170 171 húmero

Cuello anatómico d) simples o complicadas (fracturas- A A


luxaciones, con lesiones asociadas, vas-
culonerviosas, etc.; fig. 10);
e) epifisiólisis y fracturas de los niños
Troquíter (fracturas obstétricas, etc.; fig. 11).
(tuberosidad mayor) Lesiones asociadas más frecuentes:
— Luxación de la cabeza humeral.
Corredera bicipital
Existen dos formas anatomopatológicas
de esta lesión, muy distintas en cuanto
a su gravedad y dificultades de trata-
miento:
1) Las luxaciones asociadas a una fractu-
ra del troquíter, que son las menos gra-
Cuello quirúrgico ves y pueden ser tratadas como una lu-
Troquín xación simple, es decir, por reducción
(tuberosidad menor) incruenta (fig. 12).
B B
2) Las fracturas-luxaciones propiamen-
te dichas, o fracturas del cuello quirúrgi-
Inserción del dorsal ancho co con luxación del fragmento capital.
FIG. 10. Luxación glenoidea de la extremidad
Plantean un problema serio de trata-
proximal del húmero con fractura del troquíter.
Inserción del miento, que en general sólo puede ser
pectoral mayor Inserción del redondo mayor resuelto por vía quirúrgica, y expuesto a
complicaciones secundarias (necrosis de
la cabeza) (fig. 13).
— Lesiones de las estructuras capsulo-
FIG. 6. Extremidad proximal del húmero vista por su cara anterior. Principales detalles anatómicos. tendinosas periarticulares («cofia de los
rotadores»). La más frecuente es la ro-
tura, total o parcial, del tendón del su-
praespinoso. Asociada con frecuencia a
Fractura del la fractura del troquíter y producida por
cuello anatómico el mismo mecanismo patogénico que
Fractura marginal
de la cabeza
da lugar al arrancamiento de la inser-
ción humeral de este músculo. La im-
Fractura tuberositaria portancia de estas lesiones y su trata-
(troquíter) miento son diferentes, por razones
fáciles de comprender, en las roturas
parciales y en las completas. La distin-
ción entre unas y otras no es siempre fá- FIG. 9. Dos formas anatomopatológicas muy
cil de establecer por el examen clínico distintas en cuanto a su gravedad y posibilidad
o la radiografía simple, pero puede de- FIG. 8. A) Fractura simple o de trazo único del de tratamiento del cuello quirúrgico del húmero.
terminarse con la necesaria precisión cuello quirúrgico del húmero. B) Ejemplo de A) No desplazada y engranada. B) Desplazada
mediante ecografía o, mejor aún, por fractura plurifragmentaria o de trazo múltiple. con pérdida de contacto entre los fragmentos. FIG. 11. Epifisiólisis de la cabeza del húmero.
resonancia magnética. Por otro lado, la
cicatrización de estas lesiones capsulo-
tendinosas puede dar lugar a reacciones cuente de las fracturas-luxaciones de la características anatomopatológicas. nes necesarias (anteroposterior normal,
Fractura del fibrosas hipertróficas de una cierta enti- cabeza humeral, producidas por un mo- Muy intenso en las fracturas desplaza- anteroposterior oblicua, axial y lateral
cuello quirúrgico dad, que constituyen un obstáculo al vimiento forzado de retropulsión (des- das, con un cuadro clínico muy apara- transtorácica) para descubrir fracturas a
deslizamiento de la cabeza humeral por plazamiento del brazo hacia atrás en toso, puede ser en cambio de poca in- veces poco aparentes.
Fractura tuberositaria debajo del acromion en el movimiento abducción), y puede atribuirse al ati- tensidad en las fracturas engranadas o Principios generales del tratamiento:
(troquín) de abducción del brazo. (Véase síndro- rantamiento de los elementos del pa- empotradas. Si a ello se añade que estas 1) Las fracturas enclavadas o engrana-
me subacromial.) quete, a su compresión por la cabeza lu- últimas pueden producirse por trauma- das (fractura típica de los ancianos) no
— Lesiones del nervio circunflejo. Se xada, o a su sección por el reborde óseo tismos de escasa entidad (sujetos de necesitan ser reducidas ni requieren ape-
FIG. 7. Principales tipos anatomopatológicos de fracturas según el trazo de las mismas. producen principalmente en las fractu- del fragmento diafisario. edad avanzada, osteoporosis) el diag- nas tratamiento. El simple reposo o los
ras del cuello quirúrgico del húmero. — Interposición del tendón de la por- nóstico exclusivamente clínico puede medios más elementales de inmoviliza-
la más sencilla, y por ello, la más útil) es Para mayor precisión, en cada caso parti- No es una lesión frecuente. ción larga del bíceps entre los fragmen- ser difícil y en muchos casos erróneo. Lo ción relativa (cabestrillo) pueden ser sufi-
la propuesta por Merle d’Aubigné y se- cular, pueden añadirse los rasgos anato- — Lesión del paquete vasculonervioso tos en las fracturas del cuello del húme- mismo o muy parecido puede decirse de cientes en la mayoría de los casos.
guida por la escuela francesa, que com- mopatológicos que permiten definirla des- axilar. Es una lesión particularmente gra- ro. Es una complicación engorrosa por la hinchazón, deformidad y demás sín- 2) Las fracturas sin desplazamiento o
prende, básicamente, los siguientes de el punto de vista clínico-terapéutico: ve, como se comprende fácilmente, tan- las dificultades que comporta para lo- tomas locales, que varían considerable- escasamente desplazadas no requieren
grupos (fig. 7): a) localización; to por sus consecuencias inmediatas (is- grar una reducción estable. mente de unos casos a otros, todo lo tampoco reducción. Puede bastar una
a) fracturas del cuello quirúrgico; b) de trazo único o múltiple (sencillas, quemia o trombosis en el territorio de la Clínica y diagnóstico. El dolor y la impo- cual obliga, ante el menor signo de sos- inmovilización algo más rigurosa que en
b) fracturas del cuello anatómico, y plurifragmentarias o conminutas; fig. 8); axila) como tardías (parálisis más o me- tencia funcional son síntomas práctica- pecha o ante cualquier accidente en el caso anterior, a base de vendajes ade-
c) fracturas parcelarias (tuberositarias c) desplazadas, no desplazadas o en- nos completa) del plexo braquial. mente constantes en cualquiera de estas apariencia sin importancia, recurrir al cuados (Velpeau, muñequera colgante
o marginales). granadas (fig. 9); Es una complicación relativamente fre- fracturas, pero muy variable según sus examen radiográfico en las proyeccio- del cuello, etc.), y en algunos casos fé-
húmero 170 171 húmero

Cuello anatómico d) simples o complicadas (fracturas- A A


luxaciones, con lesiones asociadas, vas-
culonerviosas, etc.; fig. 10);
e) epifisiólisis y fracturas de los niños
Troquíter (fracturas obstétricas, etc.; fig. 11).
(tuberosidad mayor) Lesiones asociadas más frecuentes:
— Luxación de la cabeza humeral.
Corredera bicipital
Existen dos formas anatomopatológicas
de esta lesión, muy distintas en cuanto
a su gravedad y dificultades de trata-
miento:
1) Las luxaciones asociadas a una fractu-
ra del troquíter, que son las menos gra-
Cuello quirúrgico ves y pueden ser tratadas como una lu-
Troquín xación simple, es decir, por reducción
(tuberosidad menor) incruenta (fig. 12).
B B
2) Las fracturas-luxaciones propiamen-
te dichas, o fracturas del cuello quirúrgi-
Inserción del dorsal ancho co con luxación del fragmento capital.
FIG. 10. Luxación glenoidea de la extremidad
Plantean un problema serio de trata-
proximal del húmero con fractura del troquíter.
Inserción del miento, que en general sólo puede ser
pectoral mayor Inserción del redondo mayor resuelto por vía quirúrgica, y expuesto a
complicaciones secundarias (necrosis de
la cabeza) (fig. 13).
— Lesiones de las estructuras capsulo-
FIG. 6. Extremidad proximal del húmero vista por su cara anterior. Principales detalles anatómicos. tendinosas periarticulares («cofia de los
rotadores»). La más frecuente es la ro-
tura, total o parcial, del tendón del su-
praespinoso. Asociada con frecuencia a
Fractura del la fractura del troquíter y producida por
cuello anatómico el mismo mecanismo patogénico que
Fractura marginal
de la cabeza
da lugar al arrancamiento de la inser-
ción humeral de este músculo. La im-
Fractura tuberositaria portancia de estas lesiones y su trata-
(troquíter) miento son diferentes, por razones
fáciles de comprender, en las roturas
parciales y en las completas. La distin-
ción entre unas y otras no es siempre fá- FIG. 9. Dos formas anatomopatológicas muy
cil de establecer por el examen clínico distintas en cuanto a su gravedad y posibilidad
o la radiografía simple, pero puede de- FIG. 8. A) Fractura simple o de trazo único del de tratamiento del cuello quirúrgico del húmero.
terminarse con la necesaria precisión cuello quirúrgico del húmero. B) Ejemplo de A) No desplazada y engranada. B) Desplazada
mediante ecografía o, mejor aún, por fractura plurifragmentaria o de trazo múltiple. con pérdida de contacto entre los fragmentos. FIG. 11. Epifisiólisis de la cabeza del húmero.
resonancia magnética. Por otro lado, la
cicatrización de estas lesiones capsulo-
tendinosas puede dar lugar a reacciones cuente de las fracturas-luxaciones de la características anatomopatológicas. nes necesarias (anteroposterior normal,
Fractura del fibrosas hipertróficas de una cierta enti- cabeza humeral, producidas por un mo- Muy intenso en las fracturas desplaza- anteroposterior oblicua, axial y lateral
cuello quirúrgico dad, que constituyen un obstáculo al vimiento forzado de retropulsión (des- das, con un cuadro clínico muy apara- transtorácica) para descubrir fracturas a
deslizamiento de la cabeza humeral por plazamiento del brazo hacia atrás en toso, puede ser en cambio de poca in- veces poco aparentes.
Fractura tuberositaria debajo del acromion en el movimiento abducción), y puede atribuirse al ati- tensidad en las fracturas engranadas o Principios generales del tratamiento:
(troquín) de abducción del brazo. (Véase síndro- rantamiento de los elementos del pa- empotradas. Si a ello se añade que estas 1) Las fracturas enclavadas o engrana-
me subacromial.) quete, a su compresión por la cabeza lu- últimas pueden producirse por trauma- das (fractura típica de los ancianos) no
— Lesiones del nervio circunflejo. Se xada, o a su sección por el reborde óseo tismos de escasa entidad (sujetos de necesitan ser reducidas ni requieren ape-
FIG. 7. Principales tipos anatomopatológicos de fracturas según el trazo de las mismas. producen principalmente en las fractu- del fragmento diafisario. edad avanzada, osteoporosis) el diag- nas tratamiento. El simple reposo o los
ras del cuello quirúrgico del húmero. — Interposición del tendón de la por- nóstico exclusivamente clínico puede medios más elementales de inmoviliza-
la más sencilla, y por ello, la más útil) es Para mayor precisión, en cada caso parti- No es una lesión frecuente. ción larga del bíceps entre los fragmen- ser difícil y en muchos casos erróneo. Lo ción relativa (cabestrillo) pueden ser sufi-
la propuesta por Merle d’Aubigné y se- cular, pueden añadirse los rasgos anato- — Lesión del paquete vasculonervioso tos en las fracturas del cuello del húme- mismo o muy parecido puede decirse de cientes en la mayoría de los casos.
guida por la escuela francesa, que com- mopatológicos que permiten definirla des- axilar. Es una lesión particularmente gra- ro. Es una complicación engorrosa por la hinchazón, deformidad y demás sín- 2) Las fracturas sin desplazamiento o
prende, básicamente, los siguientes de el punto de vista clínico-terapéutico: ve, como se comprende fácilmente, tan- las dificultades que comporta para lo- tomas locales, que varían considerable- escasamente desplazadas no requieren
grupos (fig. 7): a) localización; to por sus consecuencias inmediatas (is- grar una reducción estable. mente de unos casos a otros, todo lo tampoco reducción. Puede bastar una
a) fracturas del cuello quirúrgico; b) de trazo único o múltiple (sencillas, quemia o trombosis en el territorio de la Clínica y diagnóstico. El dolor y la impo- cual obliga, ante el menor signo de sos- inmovilización algo más rigurosa que en
b) fracturas del cuello anatómico, y plurifragmentarias o conminutas; fig. 8); axila) como tardías (parálisis más o me- tencia funcional son síntomas práctica- pecha o ante cualquier accidente en el caso anterior, a base de vendajes ade-
c) fracturas parcelarias (tuberositarias c) desplazadas, no desplazadas o en- nos completa) del plexo braquial. mente constantes en cualquiera de estas apariencia sin importancia, recurrir al cuados (Velpeau, muñequera colgante
o marginales). granadas (fig. 9); Es una complicación relativamente fre- fracturas, pero muy variable según sus examen radiográfico en las proyeccio- del cuello, etc.), y en algunos casos fé-
húmero 172 173 húmero

A B

FIG. 12. Fractura desplazada del troquíter con


tendencia a introducirse en el fragmento tube-
rositario debajo del acromion por la acción del FIG. 16. A) Posibilidad de fijación del fragmento capital en una fractura del cuello anatómico. B) Ejemplo de reconstrucción y fijación de una fractura
supraespinoso. plurifragmentaria de la extremidad proximal del húmero.

FIG. 13. Luxación-fractura propiamente di- FIG. 15. Diversas posibilidades de fijación operatoria de las fracturas del cuello quirúrgico del hú-
cha. mero.
FIG. 16 bis. Prótesis para artroplastia total de
hombro, modelo Neer II. (Cortesía de Orto-im- FIG. 17. Fractura conminuta de la extremidad superior del húmero, prácticamente imposible de re-
plant.) parar anatómicamente. Artroplastia con prótesis Neer II.
rulas de abducción o yeso toracobra- tuberositarias en las que el troquíter se
quial (sujetos jóvenes y delgados). Los introduzca o amenace introducirse de-
«yesos colgantes», muy prodigados, tie- bajo del acromion (fig. 13). La reduc-
nen más inconvenientes que ventajas ción puede lograrse en forma incruenta, 4) Las fracturas-luxación deben ser medio de clavos, tornillos, alambre o fin propuesto, son condiciones impres-
para muchos autores, entre los que se bajo anestesia y por maniobras adecua- tratadas, regularmente, por reducción a simples suturas de las partes blandas ad- cindibles que no pueden ser sustituidas
cuenta el que escribe estas líneas. No das, sobre el brazo, ejerciendo tracción cielo abierto, tanto de la luxación como yacentes (fig. 14). Pero es mucho más di- por normas dictadas de actuación (figu-
proporcionan mayor inmovilización sobre el mismo y orientando debida- de la fractura. En ocasiones, cuando la fícil de lograr en grado suficiente, y mu- ra 16 A y B). La sustitución de la extre-
del foco que los simples vendajes antes mente el muñón diafisario «en busca» reducción es muy difícil (formas invete- cho más expuesta a fracasos o a efectos midad superior del húmero por una pró-
señalados, son engorrosos y pueden del fragmento proximal. Cuando la re- radas) o el fragmento capital es muy pe- indeseados en las fracturas del cuello tesis parcial o total (fig. 16 bis) es un
aumentar la separación entre los frag- ducción manual de estas fracturas no es queño, reducido a poco más que una anatómico o quirúrgico, y sobre todo en recurso operatorio que no puede dejar
mentos, con el grave riesgo de «desen- posible o resulta muy difícil y excesiva- cáscara cartilaginosa con algo de hueso las fracturas polifragmentarias. Los pro- de mencionarse en la lista de los trata-
clavar» fracturas medianamente engra- mente laboriosa y traumatizante, debe (fracturas del cuello anatómico con lu- cedimientos descritos para tal fin son mientos posibles de estas fracturas, pero
nadas. recurrirse a la reducción a cielo abierto, xación en sujetos de edad) y grave ries- numerosos y diversos (fig. 15) sin que que debe reservarse para casos de gran
3) Las fracturas muy desplazadas de reconociendo y afrontando los frag- go de necrosis es preferible su extirpa- ninguno de ellos pueda recomendarse destrozo óseo imposibles o difíciles de
cualquier tipo, y sobre todo las fracturas mentos, eliminando los obstáculos que ción quirúrgica inmediata. como tratamiento de elección. La inicia- reparar anatómicamente (fig. 17).
FIG. 14. Fijación del fragmento tuberositario del cuello anatómico o quirúrgico en se oponen entre ellos y eventualmente 5) La fijación operatoria de los frag- tiva del cirujano, la imaginación y la Fracturas de la extremidad distal
mediante tornillo en un caso de fractura del tro- las que existe pérdida de contacto entre fijándolos por medio de osteosíntesis mentos resulta relativamente fácil en versatilidad táctica para adoptar en cada Características anatómicas más impor-
quíter. los fragmentos, así como las fracturas (véase más adelante). los desprendimientos tuberositarios, por caso el recurso que mejor responda al tantes. El húmero, a nivel de su extremo
húmero 172 173 húmero

A B

FIG. 12. Fractura desplazada del troquíter con


tendencia a introducirse en el fragmento tube-
rositario debajo del acromion por la acción del FIG. 16. A) Posibilidad de fijación del fragmento capital en una fractura del cuello anatómico. B) Ejemplo de reconstrucción y fijación de una fractura
supraespinoso. plurifragmentaria de la extremidad proximal del húmero.

FIG. 13. Luxación-fractura propiamente di- FIG. 15. Diversas posibilidades de fijación operatoria de las fracturas del cuello quirúrgico del hú-
cha. mero.
FIG. 16 bis. Prótesis para artroplastia total de
hombro, modelo Neer II. (Cortesía de Orto-im- FIG. 17. Fractura conminuta de la extremidad superior del húmero, prácticamente imposible de re-
plant.) parar anatómicamente. Artroplastia con prótesis Neer II.
rulas de abducción o yeso toracobra- tuberositarias en las que el troquíter se
quial (sujetos jóvenes y delgados). Los introduzca o amenace introducirse de-
«yesos colgantes», muy prodigados, tie- bajo del acromion (fig. 13). La reduc-
nen más inconvenientes que ventajas ción puede lograrse en forma incruenta, 4) Las fracturas-luxación deben ser medio de clavos, tornillos, alambre o fin propuesto, son condiciones impres-
para muchos autores, entre los que se bajo anestesia y por maniobras adecua- tratadas, regularmente, por reducción a simples suturas de las partes blandas ad- cindibles que no pueden ser sustituidas
cuenta el que escribe estas líneas. No das, sobre el brazo, ejerciendo tracción cielo abierto, tanto de la luxación como yacentes (fig. 14). Pero es mucho más di- por normas dictadas de actuación (figu-
proporcionan mayor inmovilización sobre el mismo y orientando debida- de la fractura. En ocasiones, cuando la fícil de lograr en grado suficiente, y mu- ra 16 A y B). La sustitución de la extre-
del foco que los simples vendajes antes mente el muñón diafisario «en busca» reducción es muy difícil (formas invete- cho más expuesta a fracasos o a efectos midad superior del húmero por una pró-
señalados, son engorrosos y pueden del fragmento proximal. Cuando la re- radas) o el fragmento capital es muy pe- indeseados en las fracturas del cuello tesis parcial o total (fig. 16 bis) es un
aumentar la separación entre los frag- ducción manual de estas fracturas no es queño, reducido a poco más que una anatómico o quirúrgico, y sobre todo en recurso operatorio que no puede dejar
mentos, con el grave riesgo de «desen- posible o resulta muy difícil y excesiva- cáscara cartilaginosa con algo de hueso las fracturas polifragmentarias. Los pro- de mencionarse en la lista de los trata-
clavar» fracturas medianamente engra- mente laboriosa y traumatizante, debe (fracturas del cuello anatómico con lu- cedimientos descritos para tal fin son mientos posibles de estas fracturas, pero
nadas. recurrirse a la reducción a cielo abierto, xación en sujetos de edad) y grave ries- numerosos y diversos (fig. 15) sin que que debe reservarse para casos de gran
3) Las fracturas muy desplazadas de reconociendo y afrontando los frag- go de necrosis es preferible su extirpa- ninguno de ellos pueda recomendarse destrozo óseo imposibles o difíciles de
cualquier tipo, y sobre todo las fracturas mentos, eliminando los obstáculos que ción quirúrgica inmediata. como tratamiento de elección. La inicia- reparar anatómicamente (fig. 17).
FIG. 14. Fijación del fragmento tuberositario del cuello anatómico o quirúrgico en se oponen entre ellos y eventualmente 5) La fijación operatoria de los frag- tiva del cirujano, la imaginación y la Fracturas de la extremidad distal
mediante tornillo en un caso de fractura del tro- las que existe pérdida de contacto entre fijándolos por medio de osteosíntesis mentos resulta relativamente fácil en versatilidad táctica para adoptar en cada Características anatómicas más impor-
quíter. los fragmentos, así como las fracturas (véase más adelante). los desprendimientos tuberositarios, por caso el recurso que mejor responda al tantes. El húmero, a nivel de su extremo
húmero 174 175 húmero

ción inmediata, el estado de circulación ceps, mediante una incisión transtricipi-


de la mano, observando si existe frial- tal o bien por desinserción provisional
A del músculo a nivel del olécranon. La fi-
dad o cianosis y palpar el pulso radial.
Dentro de lo posible, en los primeros jación de los fragmentos puede hacerse
momentos de mayor agudeza, compro- de dos maneras. Una de ellas, mediante
bar si existe o no déficit muscular en el vendaje escayolado. Aplicado en fle-
territorio del mediano. Basta para ello xión de 90 grados, cuando se trata de
con invitar al sujeto a realizar movi- fracturas por extensión, o en extensión
mientos de oposición con el pulgar. completa del antebrazo en las fracturas
Normas generales de tratamiento. En por flexión, con la precaución impor-
primer lugar, asegurarse de que no exis- tante de no dejar cerrado el yeso al apli-
te un compromiso vascular que ponga carlo inmediatamente a raíz del trauma-
en peligro la circulación del antebrazo tismo, para evitar el serio peligro de
y de la mano. En caso de que exista, in- compresión circular y los graves trastor-
tentar suprimirlo por todos los medios. nos circulatorios que puede ocasionar.
Basta, en ocasiones, con modificar lige- El otro procedimiento de fijación, hoy
ramente y con toda la prudencia nece- día muy en boga, es la osteosíntesis
saria, el ángulo de flexión del antebrazo transcutánea mediante agujas de Kirsch-
B
o reducir la fractura para que el pulso ner introducidas por el epicóndilo y la
FIG. 20. Desplazamiento angular de los frag- radial se restablezca, o al menos que epitróclea, a través de la piel, en cada
mentos en el plano frontal, en las fracturas in- disminuya —o no aumente— la frialdad uno de los pilares que forman la paleta
fantiles de la extremidad distal del húmero, con y cianosis de la mano, y que puedan re- humeral, hasta cruzarse uno con otro a
desviación secundaria del antebrazo en cúbito
gistrarse señales en el pletismógrafo di- la altura de la diáfisis por encima de la
varo.
gital. Cuando esto no se consigue, hay línea de fractura. Este mismo procedi-
que plantearse muy en serio la necesi- miento de fijación es el que suele usar-
dad de una intervención urgente para se, generalmente, tras la reducción a
res, a veces importantes y de conse- reparar el vaso lesionado. (Véase a este cielo abierto (fig. 21).
cuencias desagradables, afectan princi- propósito el apartado sobre vasos san - Complicaciones más frecuentes de las
palmente al braquial anterior y corren a guíneos, traumatismos.) fracturas supracondíleas de los niños
cargo del «pico diafisario» desplazado Reducción de la fractura. Puede hacerse Consolidaciones en posición defectuosa.
FIG. 19. Desplazamiento de los fragmentos
hacia la cara anterior del brazo, seccio- manualmente por tracción sobre el ante- Los desplazamientos anteriores del frag-
FIG. 18. Mecanismos más frecuentes de producción de las fracturas supracondíleas en extensión y en las fracturas supracondíleas en extensión (A)
en flexión de los niños. y en flexión (B) de los niños. nando o dislacerando las fibras del mús- brazo combinada con la maniobra de mento diafisario pueden ser motivo de
culo. Las lesiones de partes blandas más empujar hacia delante el olécranon, con una limitación del movimiento de fle-
temibles son, como se comprende, las el fragmento distal, en las fracturas por xión, por contacto con la apófisis coro-
inferior, se aplana y se ensancha, for- ben estos tipos de fracturas de la extre- Anatomía patológica. En las fracturas de los vasos y nervios que transcurren extensión, y en sentido opuesto en las
mando la paleta humeral. La diáfisis se midad distal del húmero. En apartados por extensión, el trazo de fractura es por la cara anterior del codo, arteria hu- de flexión. En cualquier caso, bajo con-
bifurca en dos pilares o columnas, una distintos y por separado se describen oblicuo hacia delante y abajo, y el frag- meral y nervio mediano, los cuales pue- trol radioscópico con amplificador de
interna y otra externa, que limitan dos otras variedades que si bien correspon- mento distal con el codo se desplaza den sufrir los efectos de la compresión, imagen y radiografías de comprobación.
cavidades o fosetas, una posterior y otra den a la misma región anatómica, por hacia atrás. En las fracturas por flexión, el atirantamiento o incluso el desgarro Una alternativa a la reducción manual
anterior: la foseta olecraniana y la fose- su frecuencia, importancia y caracterís- por el contrario, el trazo de fractura es producido por el fragmento diafisario es la reducción por tracción transesque-
ta coronoidea. En su porción más distal, ticas clínicas, justifican una descripción oblicuo en el sentido opuesto y el des- desplazado hacia delante. lética sobre el olécranon, con el brazo
el húmero presenta la parte articular de aparte. Véanse al respecto los siguientes plazamiento del fragmento distal es ha- Clínica y diagnóstico. El dolor espontá- en dirección «al cenit», mantenida du-
la epífisis, formada por la tróclea y el términos: fracturas de la epitróclea; cia delante (fig. 19). Aparte de estos neo a nivel del codo, la impotencia fun- rante unos días hasta que el fragmento
cóndilo. fracturas del cóndilo humeral; epifisióli- desplazamientos en el plano sagital, el cional, la tumefacción y el edema, la ac- distal se alinee con el proximal, tratán-
Formas clínicas y clasificación. Es clási- sis traumática de la extremidad distal fragmento distal puede desplazarse en titud de la extremidad en semiflexión, el dose de fracturas por extensión con des-
ca la distinción entre las fracturas de los del húmero. el plano frontal, hacia dentro o hacia dolor acusado a la presión un poco por plazamiento hacia atrás del fragmento
niños y las de los adultos, basada, apar- Fracturas de los niños fuera, es decir, en sentido del varo o del encima del codo y, en ocasiones, la de- distal. La reducción quirúrgica, a cielo
te de en la edad, en la anatomía patoló- Fracturas supracondíleas. Son las más valgo (fig. 20). También puede produ- formidad externa con el olécranon ha- abierto, es excepcional en los niños, por
gica de cada uno de estos grupos, y en frecuentes de todas las fracturas de la ex- cirse un desplazamiento angular o, con ciendo prominencia en la cara posterior no ser necesaria, en la mayoría de los
la frecuencia relativa de las lesiones tremidad inferior del húmero. Afectan menor frecuencia y en menor grado, un del brazo, todo ello en un niño de 5 a 13 casos, y por los inconvenientes que re-
óseas en uno y en otro, lo cual permite casi exclusivamente a niños entre 5 y 13 acabalgamiento entre los fragmentos. años, debe hacer pensar en una fractura porta —o puede reportar—, especial-
establecer una primera división impor- años. En cualquiera de las formas antedichas, supracondílea. Diagnóstico que acaba mente el peligro de mayores rigideces
tante en su clasificación. Mecanismo de producción. En su forma el desplazamiento puede revestir diver- de confirmar el examen radiográfico, secundarias. Solamente en los casos con
1) Fracturas de los niños. Representa- más frecuente (75 % de los casos) se pro- sos grados, desde nulo, o mínimo, has- con la advertencia importante de que en gran desplazamiento, que no pueda re-
das principalmente por las fracturas su- duce por una caída sobre la palma de ta la pérdida total de contacto entre los los niños de esta edad, dicho examen ducirse de otra forma, o en las fracturas
pracondíleas. la mano, con el codo en extensión (frac- fragmentos. puede dar lugar a errores o confusiones inveteradas, el procedimiento operato-
2) Fracturas del adulto. Comprenden turas por extensión), pero pueden pro- Lesiones asociadas de las partes blan- debido a la falta de osificación definiti- rio puede encontrar indicación justifica-
las siguientes modalidades anatomoclí- ducirse también por un golpe sobre el das. El periostio es despegado y desga- va de la epífisis humeral, razón por la da y, en raras ocasiones, inexcusable. La
nicas: olécranon, estando el codo flexionado rrado en mayor o menor grado, según la cual deben hacerse siempre radiografías vía de acceso, en tales casos, varía se-
a) Fracturas supracondíleas y trans- (fracturas por flexión). En ambos casos, es importancia del desplazamiento, o pue- comparativas de los dos lados. Es impor- gún las preferencias de cada cirujano,
condíleas, y b) fracturas de la tróclea. el cúbito el que transmite la fuerza del de conservarse íntegro, en la cara ante- tante, igualmente, tener en cuenta la po- pero muchos parecen coincidir en que FIG. 21. Fijación transcutánea con alambres
En el presente apartado, y bajo el epí- impacto a la paleta humeral, que es la rior del hueso y en los desplazamientos sibilidad de lesiones vasculonerviosas la que proporciona mejor campo opera- de Kirschner de las fracturas supracondíleas de
grafe que figura en su título, se descri- que sufre las consecuencias (fig. 18). angulares simples. Las lesiones muscula- asociadas. Comprobar, en la explora- torio es la vía posterior, a través del trí- los niños.
húmero 174 175 húmero

ción inmediata, el estado de circulación ceps, mediante una incisión transtricipi-


de la mano, observando si existe frial- tal o bien por desinserción provisional
A del músculo a nivel del olécranon. La fi-
dad o cianosis y palpar el pulso radial.
Dentro de lo posible, en los primeros jación de los fragmentos puede hacerse
momentos de mayor agudeza, compro- de dos maneras. Una de ellas, mediante
bar si existe o no déficit muscular en el vendaje escayolado. Aplicado en fle-
territorio del mediano. Basta para ello xión de 90 grados, cuando se trata de
con invitar al sujeto a realizar movi- fracturas por extensión, o en extensión
mientos de oposición con el pulgar. completa del antebrazo en las fracturas
Normas generales de tratamiento. En por flexión, con la precaución impor-
primer lugar, asegurarse de que no exis- tante de no dejar cerrado el yeso al apli-
te un compromiso vascular que ponga carlo inmediatamente a raíz del trauma-
en peligro la circulación del antebrazo tismo, para evitar el serio peligro de
y de la mano. En caso de que exista, in- compresión circular y los graves trastor-
tentar suprimirlo por todos los medios. nos circulatorios que puede ocasionar.
Basta, en ocasiones, con modificar lige- El otro procedimiento de fijación, hoy
ramente y con toda la prudencia nece- día muy en boga, es la osteosíntesis
saria, el ángulo de flexión del antebrazo transcutánea mediante agujas de Kirsch-
B
o reducir la fractura para que el pulso ner introducidas por el epicóndilo y la
FIG. 20. Desplazamiento angular de los frag- radial se restablezca, o al menos que epitróclea, a través de la piel, en cada
mentos en el plano frontal, en las fracturas in- disminuya —o no aumente— la frialdad uno de los pilares que forman la paleta
fantiles de la extremidad distal del húmero, con y cianosis de la mano, y que puedan re- humeral, hasta cruzarse uno con otro a
desviación secundaria del antebrazo en cúbito
gistrarse señales en el pletismógrafo di- la altura de la diáfisis por encima de la
varo.
gital. Cuando esto no se consigue, hay línea de fractura. Este mismo procedi-
que plantearse muy en serio la necesi- miento de fijación es el que suele usar-
dad de una intervención urgente para se, generalmente, tras la reducción a
res, a veces importantes y de conse- reparar el vaso lesionado. (Véase a este cielo abierto (fig. 21).
cuencias desagradables, afectan princi- propósito el apartado sobre vasos san - Complicaciones más frecuentes de las
palmente al braquial anterior y corren a guíneos, traumatismos.) fracturas supracondíleas de los niños
cargo del «pico diafisario» desplazado Reducción de la fractura. Puede hacerse Consolidaciones en posición defectuosa.
FIG. 19. Desplazamiento de los fragmentos
hacia la cara anterior del brazo, seccio- manualmente por tracción sobre el ante- Los desplazamientos anteriores del frag-
FIG. 18. Mecanismos más frecuentes de producción de las fracturas supracondíleas en extensión y en las fracturas supracondíleas en extensión (A)
en flexión de los niños. y en flexión (B) de los niños. nando o dislacerando las fibras del mús- brazo combinada con la maniobra de mento diafisario pueden ser motivo de
culo. Las lesiones de partes blandas más empujar hacia delante el olécranon, con una limitación del movimiento de fle-
temibles son, como se comprende, las el fragmento distal, en las fracturas por xión, por contacto con la apófisis coro-
inferior, se aplana y se ensancha, for- ben estos tipos de fracturas de la extre- Anatomía patológica. En las fracturas de los vasos y nervios que transcurren extensión, y en sentido opuesto en las
mando la paleta humeral. La diáfisis se midad distal del húmero. En apartados por extensión, el trazo de fractura es por la cara anterior del codo, arteria hu- de flexión. En cualquier caso, bajo con-
bifurca en dos pilares o columnas, una distintos y por separado se describen oblicuo hacia delante y abajo, y el frag- meral y nervio mediano, los cuales pue- trol radioscópico con amplificador de
interna y otra externa, que limitan dos otras variedades que si bien correspon- mento distal con el codo se desplaza den sufrir los efectos de la compresión, imagen y radiografías de comprobación.
cavidades o fosetas, una posterior y otra den a la misma región anatómica, por hacia atrás. En las fracturas por flexión, el atirantamiento o incluso el desgarro Una alternativa a la reducción manual
anterior: la foseta olecraniana y la fose- su frecuencia, importancia y caracterís- por el contrario, el trazo de fractura es producido por el fragmento diafisario es la reducción por tracción transesque-
ta coronoidea. En su porción más distal, ticas clínicas, justifican una descripción oblicuo en el sentido opuesto y el des- desplazado hacia delante. lética sobre el olécranon, con el brazo
el húmero presenta la parte articular de aparte. Véanse al respecto los siguientes plazamiento del fragmento distal es ha- Clínica y diagnóstico. El dolor espontá- en dirección «al cenit», mantenida du-
la epífisis, formada por la tróclea y el términos: fracturas de la epitróclea; cia delante (fig. 19). Aparte de estos neo a nivel del codo, la impotencia fun- rante unos días hasta que el fragmento
cóndilo. fracturas del cóndilo humeral; epifisióli- desplazamientos en el plano sagital, el cional, la tumefacción y el edema, la ac- distal se alinee con el proximal, tratán-
Formas clínicas y clasificación. Es clási- sis traumática de la extremidad distal fragmento distal puede desplazarse en titud de la extremidad en semiflexión, el dose de fracturas por extensión con des-
ca la distinción entre las fracturas de los del húmero. el plano frontal, hacia dentro o hacia dolor acusado a la presión un poco por plazamiento hacia atrás del fragmento
niños y las de los adultos, basada, apar- Fracturas de los niños fuera, es decir, en sentido del varo o del encima del codo y, en ocasiones, la de- distal. La reducción quirúrgica, a cielo
te de en la edad, en la anatomía patoló- Fracturas supracondíleas. Son las más valgo (fig. 20). También puede produ- formidad externa con el olécranon ha- abierto, es excepcional en los niños, por
gica de cada uno de estos grupos, y en frecuentes de todas las fracturas de la ex- cirse un desplazamiento angular o, con ciendo prominencia en la cara posterior no ser necesaria, en la mayoría de los
la frecuencia relativa de las lesiones tremidad inferior del húmero. Afectan menor frecuencia y en menor grado, un del brazo, todo ello en un niño de 5 a 13 casos, y por los inconvenientes que re-
óseas en uno y en otro, lo cual permite casi exclusivamente a niños entre 5 y 13 acabalgamiento entre los fragmentos. años, debe hacer pensar en una fractura porta —o puede reportar—, especial-
establecer una primera división impor- años. En cualquiera de las formas antedichas, supracondílea. Diagnóstico que acaba mente el peligro de mayores rigideces
tante en su clasificación. Mecanismo de producción. En su forma el desplazamiento puede revestir diver- de confirmar el examen radiográfico, secundarias. Solamente en los casos con
1) Fracturas de los niños. Representa- más frecuente (75 % de los casos) se pro- sos grados, desde nulo, o mínimo, has- con la advertencia importante de que en gran desplazamiento, que no pueda re-
das principalmente por las fracturas su- duce por una caída sobre la palma de ta la pérdida total de contacto entre los los niños de esta edad, dicho examen ducirse de otra forma, o en las fracturas
pracondíleas. la mano, con el codo en extensión (frac- fragmentos. puede dar lugar a errores o confusiones inveteradas, el procedimiento operato-
2) Fracturas del adulto. Comprenden turas por extensión), pero pueden pro- Lesiones asociadas de las partes blan- debido a la falta de osificación definiti- rio puede encontrar indicación justifica-
las siguientes modalidades anatomoclí- ducirse también por un golpe sobre el das. El periostio es despegado y desga- va de la epífisis humeral, razón por la da y, en raras ocasiones, inexcusable. La
nicas: olécranon, estando el codo flexionado rrado en mayor o menor grado, según la cual deben hacerse siempre radiografías vía de acceso, en tales casos, varía se-
a) Fracturas supracondíleas y trans- (fracturas por flexión). En ambos casos, es importancia del desplazamiento, o pue- comparativas de los dos lados. Es impor- gún las preferencias de cada cirujano,
condíleas, y b) fracturas de la tróclea. el cúbito el que transmite la fuerza del de conservarse íntegro, en la cara ante- tante, igualmente, tener en cuenta la po- pero muchos parecen coincidir en que FIG. 21. Fijación transcutánea con alambres
En el presente apartado, y bajo el epí- impacto a la paleta humeral, que es la rior del hueso y en los desplazamientos sibilidad de lesiones vasculonerviosas la que proporciona mejor campo opera- de Kirschner de las fracturas supracondíleas de
grafe que figura en su título, se descri- que sufre las consecuencias (fig. 18). angulares simples. Las lesiones muscula- asociadas. Comprobar, en la explora- torio es la vía posterior, a través del trí- los niños.
húmero 176 177 húmero

noides del cúbito (fig. 22). El tratamiento


preventivo de esta complicación es,
como se comprende, evitar tales despla-
zamientos con una reducción adecuada,
y en caso de haberse ya producido, la
única corrección posible es la resección
del saliente diafisario que actúa como
tope del movimiento, con resultados no
siempre satisfactorios y, en el mejor caso,
parciales. Más frecuentes son las desvia-
ciones angulares del fragmento distal en
el plano frontal, hacia el lado externo o
el interno, dando lugar a una desviación En «T» En «Y» En «V»
del antebrazo hacia fuera o hacia dentro,
o en otras palabras, a un cúbito valgo o FIG. 25. Diversas modalidades anatomopatológicas de fractura supraintercondílea según el trazo de la misma.
varo (fig. 20). Se trata en ambos casos de
un defecto morfológico más o menos es-
candaloso, que sólo se pone de mani-
fiesto con el codo en extensión, y que no FIG. 22. Limitación de la flexión del codo por
comporta, en general, trastorno funcio- contacto de la apófisis coronoides con el sa-
liente óseo diafisario, en un caso de fractura
nal alguno. El único tratamiento posible
supracondílea por extensión mal reducida.
consiste en la osteotomía metafisaria del
húmero, con resección de una pequeña
cuña, interna o externa, según los casos,
en el borde correspondiente del húmero.
La osteotomía correctora del cúbito val-
go o varo no ofrece, en sí misma, dificul-
tad alguna, como puede comprenderse.
Las dificultades surgen cuando se trata
de fijar los fragmentos de la osteotomía,
Tipo I Tipo II Tipo III
lo mismo si es por procedimientos exter-
nos (yesos) que internos (osteosíntesis de
cualquier índole). Posiblemente la mejor FIG. 26. Clasificación anatomopatológica de las fracturas supraintercondíleas del adulto.
solución a este problema la ofrezcan los
medios de fijación externa a base de dos bién puede observarse en otros trauma- disección posible respecto a los tejidos Anatomía patológica, formas anatomo-
clavos transfixiantes colocados transver- tismos que afectan a dicho músculo, circundantes, pero contando siempre clínicas y clasificación. Los trazos de
salmente respecto al eje del húmero, y como por ejemplo las luxaciones del con el riesgo, altamente probable, de fractura tienen la disposición que define
que unidos al dispositivo de osteotaxis, codo. En su génesis intervienen, como nuevas osificaciones posoperatorias. a este tipo de fracturas, en «Y», en «T»
distractor o constrictor, permiten graduar factores coadyuvantes de primer orden, Fracturas del adulto o más raramente en «V», vistas de de-
a voluntad el grado de corrección tanto las movilizaciones pasivas violentas o Fracturas supracondíleas e intercondí- lante atrás (fig. 25). Lo que determina
en sentido lateral como rotatorio, clavos forzadas del codo con el propósito de leas. Son fracturas en disposición en «Y» principalmente su importancia y su tra-
que pueden ser incorporados a la esca- vencer su rigidez, o las medidas que tan o en «T». tamiento, y lo que permite su clasifica-
yola una vez logrado el grado de correc- desafortunadamente se aconsejan a ve- Definición. Como su nombre indica, ción, es el grado y la índole del despla-
ción deseada. ces con el mismo objetivo, tales como son fracturas en las que al trazo supra- zamiento de los fragmentos. De
Complicaciones vasculares. La mejor llevar pesos en la mano con el brazo col- condíleo, más o menos horizontal, o de acuerdo con ello, casi todos los autores
manera de evitarlas —cuando pueden FIG. 23. Mecanismo directo de producción FIG. 24. Mecanismo indirecto de producción gante, cubos cada vez más llenos de lado a lado del húmero, se une un trazo están de acuerdo en distinguir los tres
evitarse— es, como ya se ha dicho, la re- de las fracturas supraintercondíleas del adulto, de las fracturas supraintercondíleas, por caída agua, ruedas y demás aparatos moviliza- longitudinal que divide la epífisis hu- grupos siguientes (fig. 26): Tipo I, sin
ducción inmediata de la fractura o al por golpe recibido sobre el codo, con el ante- sobre la mano con el antebrazo en extensión. dores, etc. El mejor tratamiento de esta meral en dos fragmentos. Es el tipo más desplazamiento o con desplazamiento
menos los cambios de posición que brazo flexionado. complicación es, por tanto, el preventi- frecuente de fractura en el adulto, pero mínimo. Tipo II, con separación de los
pueden suprimir o aliviar el factor com- vo, a base de una reducción precoz, una menos frecuente que las supracondíleas fragmentos entre sí, pero sin cambios
presivo sobre los vasos arteriales o veno- inmovilización correcta y suficiente- de los niños. En estos últimos es excep- significativos en su orientación respecto
sos. Y cuando esto no es suficiente, del antebrazo, en los magullamientos de un yeso circular apretado. En caso de mente prolongada y, por encima de cional. al eje del húmero. Tipo III, con despla-
abordar quirúrgicamente el paquete vas- musculares del mismo, en las lesiones que se produzca, suprimir lo antes posi- todo, abstenerse de forma absoluta de Mecanismo. En general se producen por zamiento angular de los fragmentos epi-
cular por los procedimientos que serán vasculares aisladas, etc. Por lo que res- ble tales causas, modificando la posi- toda movilización o fuerza ejercida pasi- el «efecto de cuña» que el olécranon fisarios, es decir, con rotación de los
oportunamente descritos. (Véase vasos vamente sobre el codo para «recuperar» ejerce sobre la tróclea, transmitiendo mismos hacia delante.
pecta al caso particular de las fracturas ción de inmovilización o abriendo am-
sanguíneos, traumatismos.) el movimiento. Cuando la miositis ya se un fuerte impacto recibido por el cúbi- Clínica y diagnóstico. Los síntomas lo-
supracondíleas, interesa recordar que pliamente el vendaje.
Retracción isquémica de Volkmann. Es ha establecido, y como es corriente oca- to (fig. 23). Casi siempre se produce es- cales son, en general, muy escandalo-
una complicación corrientemente asig- el mejor tratamiento de esta complica- Miositis osificante. Es debida, principal- siona una seria limitación del movi- tando el codo flexionado y actuando el sos, con una gran tumefacción dolorosa
nada a las fracturas supracondíleas de ción es prevenirla y evitarla, impidien- mente, a una osificación del hematoma miento, el único tratamiento posible es golpe directamente sobre el propio olé- del codo, como corresponde a un trau-
los niños, por ser su causa más frecuen- do toda posibilidad de compromiso fraguado en el seno del músculo bra- la extirpación quirúrgica de la masa cranon, más raramente en las caídas so- matismo grave. Cuando la palpación es
te, pero no la única. También puede vascular, debido a una flexión excesiva- quial anterior. La causa más frecuente, ósea, lo cual no debe hacerse hasta que bre la mano, con el codo en extensión, posible puede apreciarse el ensancha-
presentarse, con los mismos caracteres, mente pronunciada del codo, o bien por tanto, son las fracturas supracondí- la misma haya adquirido el tamaño y los y transmitiéndose el golpe a lo largo del miento anormal entre la epitróclea y el
en las fracturas diafisarias de los huesos —lo que es más frecuente—, por medio leas de los niños, pero no la única. Tam- límites definitivos que permitan la mejor cúbito (fig. 24). epicóndilo (línea de Hütter) y la altera-
húmero 176 177 húmero

noides del cúbito (fig. 22). El tratamiento


preventivo de esta complicación es,
como se comprende, evitar tales despla-
zamientos con una reducción adecuada,
y en caso de haberse ya producido, la
única corrección posible es la resección
del saliente diafisario que actúa como
tope del movimiento, con resultados no
siempre satisfactorios y, en el mejor caso,
parciales. Más frecuentes son las desvia-
ciones angulares del fragmento distal en
el plano frontal, hacia el lado externo o
el interno, dando lugar a una desviación En «T» En «Y» En «V»
del antebrazo hacia fuera o hacia dentro,
o en otras palabras, a un cúbito valgo o FIG. 25. Diversas modalidades anatomopatológicas de fractura supraintercondílea según el trazo de la misma.
varo (fig. 20). Se trata en ambos casos de
un defecto morfológico más o menos es-
candaloso, que sólo se pone de mani-
fiesto con el codo en extensión, y que no FIG. 22. Limitación de la flexión del codo por
comporta, en general, trastorno funcio- contacto de la apófisis coronoides con el sa-
liente óseo diafisario, en un caso de fractura
nal alguno. El único tratamiento posible
supracondílea por extensión mal reducida.
consiste en la osteotomía metafisaria del
húmero, con resección de una pequeña
cuña, interna o externa, según los casos,
en el borde correspondiente del húmero.
La osteotomía correctora del cúbito val-
go o varo no ofrece, en sí misma, dificul-
tad alguna, como puede comprenderse.
Las dificultades surgen cuando se trata
de fijar los fragmentos de la osteotomía,
Tipo I Tipo II Tipo III
lo mismo si es por procedimientos exter-
nos (yesos) que internos (osteosíntesis de
cualquier índole). Posiblemente la mejor FIG. 26. Clasificación anatomopatológica de las fracturas supraintercondíleas del adulto.
solución a este problema la ofrezcan los
medios de fijación externa a base de dos bién puede observarse en otros trauma- disección posible respecto a los tejidos Anatomía patológica, formas anatomo-
clavos transfixiantes colocados transver- tismos que afectan a dicho músculo, circundantes, pero contando siempre clínicas y clasificación. Los trazos de
salmente respecto al eje del húmero, y como por ejemplo las luxaciones del con el riesgo, altamente probable, de fractura tienen la disposición que define
que unidos al dispositivo de osteotaxis, codo. En su génesis intervienen, como nuevas osificaciones posoperatorias. a este tipo de fracturas, en «Y», en «T»
distractor o constrictor, permiten graduar factores coadyuvantes de primer orden, Fracturas del adulto o más raramente en «V», vistas de de-
a voluntad el grado de corrección tanto las movilizaciones pasivas violentas o Fracturas supracondíleas e intercondí- lante atrás (fig. 25). Lo que determina
en sentido lateral como rotatorio, clavos forzadas del codo con el propósito de leas. Son fracturas en disposición en «Y» principalmente su importancia y su tra-
que pueden ser incorporados a la esca- vencer su rigidez, o las medidas que tan o en «T». tamiento, y lo que permite su clasifica-
yola una vez logrado el grado de correc- desafortunadamente se aconsejan a ve- Definición. Como su nombre indica, ción, es el grado y la índole del despla-
ción deseada. ces con el mismo objetivo, tales como son fracturas en las que al trazo supra- zamiento de los fragmentos. De
Complicaciones vasculares. La mejor llevar pesos en la mano con el brazo col- condíleo, más o menos horizontal, o de acuerdo con ello, casi todos los autores
manera de evitarlas —cuando pueden FIG. 23. Mecanismo directo de producción FIG. 24. Mecanismo indirecto de producción gante, cubos cada vez más llenos de lado a lado del húmero, se une un trazo están de acuerdo en distinguir los tres
evitarse— es, como ya se ha dicho, la re- de las fracturas supraintercondíleas del adulto, de las fracturas supraintercondíleas, por caída agua, ruedas y demás aparatos moviliza- longitudinal que divide la epífisis hu- grupos siguientes (fig. 26): Tipo I, sin
ducción inmediata de la fractura o al por golpe recibido sobre el codo, con el ante- sobre la mano con el antebrazo en extensión. dores, etc. El mejor tratamiento de esta meral en dos fragmentos. Es el tipo más desplazamiento o con desplazamiento
menos los cambios de posición que brazo flexionado. complicación es, por tanto, el preventi- frecuente de fractura en el adulto, pero mínimo. Tipo II, con separación de los
pueden suprimir o aliviar el factor com- vo, a base de una reducción precoz, una menos frecuente que las supracondíleas fragmentos entre sí, pero sin cambios
presivo sobre los vasos arteriales o veno- inmovilización correcta y suficiente- de los niños. En estos últimos es excep- significativos en su orientación respecto
sos. Y cuando esto no es suficiente, del antebrazo, en los magullamientos de un yeso circular apretado. En caso de mente prolongada y, por encima de cional. al eje del húmero. Tipo III, con despla-
abordar quirúrgicamente el paquete vas- musculares del mismo, en las lesiones que se produzca, suprimir lo antes posi- todo, abstenerse de forma absoluta de Mecanismo. En general se producen por zamiento angular de los fragmentos epi-
cular por los procedimientos que serán vasculares aisladas, etc. Por lo que res- ble tales causas, modificando la posi- toda movilización o fuerza ejercida pasi- el «efecto de cuña» que el olécranon fisarios, es decir, con rotación de los
oportunamente descritos. (Véase vasos vamente sobre el codo para «recuperar» ejerce sobre la tróclea, transmitiendo mismos hacia delante.
pecta al caso particular de las fracturas ción de inmovilización o abriendo am-
sanguíneos, traumatismos.) el movimiento. Cuando la miositis ya se un fuerte impacto recibido por el cúbi- Clínica y diagnóstico. Los síntomas lo-
supracondíleas, interesa recordar que pliamente el vendaje.
Retracción isquémica de Volkmann. Es ha establecido, y como es corriente oca- to (fig. 23). Casi siempre se produce es- cales son, en general, muy escandalo-
una complicación corrientemente asig- el mejor tratamiento de esta complica- Miositis osificante. Es debida, principal- siona una seria limitación del movi- tando el codo flexionado y actuando el sos, con una gran tumefacción dolorosa
nada a las fracturas supracondíleas de ción es prevenirla y evitarla, impidien- mente, a una osificación del hematoma miento, el único tratamiento posible es golpe directamente sobre el propio olé- del codo, como corresponde a un trau-
los niños, por ser su causa más frecuen- do toda posibilidad de compromiso fraguado en el seno del músculo bra- la extirpación quirúrgica de la masa cranon, más raramente en las caídas so- matismo grave. Cuando la palpación es
te, pero no la única. También puede vascular, debido a una flexión excesiva- quial anterior. La causa más frecuente, ósea, lo cual no debe hacerse hasta que bre la mano, con el codo en extensión, posible puede apreciarse el ensancha-
presentarse, con los mismos caracteres, mente pronunciada del codo, o bien por tanto, son las fracturas supracondí- la misma haya adquirido el tamaño y los y transmitiéndose el golpe a lo largo del miento anormal entre la epitróclea y el
en las fracturas diafisarias de los huesos —lo que es más frecuente—, por medio leas de los niños, pero no la única. Tam- límites definitivos que permitan la mejor cúbito (fig. 24). epicóndilo (línea de Hütter) y la altera-
húmero 178 179 húmero

A todos están de acuerdo en ajustar las in-


dicaciones a las siguientes normas:
1) Fracturas del tipo I. Inmovilización
sin anestesia y sin reducción, mediante
un yeso abierto o en forma de valva so-
bre la cara dorsal del brazo y antebrazo.
2) Fracturas del tipo II. Reducción ma-
nual, por tracción ejercida sobre el ante-
brazo y presión lateral sobre los frag-
mentos epifisarios para aproximarlos
entre sí. En casos de gran desplazamien-
to, o difíciles de reducir manualmente,
a b tracción transolecraniana al cenit, com-
binada con suspensión del antebrazo.
3) Fracturas del tipo III. Es casi inevi-
table la reducción a cielo abierto para
restituir los fragmentos, separados entre
sí y rotados, a su posición natural.
Principios generales de técnica opera-
c toria:
Incisión y vía de acceso al foco de frac-
B
tura. Han sido propuestas diversas téc-
nicas al respecto, de las cuales la que
parece responder más adecuadamente
a la necesidad de una exposición sufi- FIG. 29. Fractura de la tróclea con gran FIG. 32. Mecanismo de producción de la epi-
cientemente amplia de las lesiones es la desplazamiento del fragmento interno hacia FIG. 30. Ejemplo de osteosíntesis en las frac- fisiólisis distal del húmero por hiperextensión
arriba. turas aisladas de la tróclea. forzada del antebrazo.
vía posterior, por incisión longitudinal
ligeramente incurvada, y sección provi-
sional de la punta del olécranon con las
inserciones del tríceps, para poder le- tad, y en general con muy poco margen 1) En las fracturas no desplazadas, in- Mecanismos de producción. En los re-
vantar este músculo y actuar por delan- de duda. movilización con el codo en ángulo cién nacidos puede producirse por una
te del mismo. El fragmento olecraniano Tratamiento. Como en todas las fractu- recto, sin reducción. maniobra obstétrica de tracción o de
desprendido se vuelve a fijar, al final de ras de la extremidad inferior del húme- 2) En las fracturas desplazadas, aun- torsión del antebrazo. En los niños de
la intervención, por cualquiera de los ro, el tratamiento depende principal- que el desplazamiento sea mínimo, re- más edad, por un mecanismo de hiper-
procedimientos empleados en las frac- mente del grado de desplazamiento y ducción quirúrgica a cielo abierto y fi- extensión forzada del codo (fig. 32), o
b
turas del olécranon. de las posibilidades de corregirlo por jación del fragmento con uno o dos por un golpe sobre la cara posterior del
a
Fijación de los fragmentos. Puede ha- maniobras externas. Conviene recordar, tornillos. Por otro lado, y a favor de esta brazo estando el codo flexionado y la
cerse mediante tornillos interfragmenta- sin embargo, que en el caso particular segunda solución, debe tenerse en mano apoyada sobre una base firme
rios o por placas atornilladas, o por la de las fracturas de tróclea, por ser intra- cuenta que la técnica quirúrgica es su- (fig. 33). También puede producirse, en
combinación de ambos procedimientos articulares, es muy necesaria una co- mamente sencilla. Una incisión interna los lactantes y niños de corta edad, por
c (fig. 28). rrección anatómica perfecta, para evitar sobre el saliente de la epitróclea permi- un mecanismo de tracción violenta y de
Fracturas de la tróclea. Poco frecuentes las consecuencias de un «escalón» en te abordar directamente el fragmento y torsión del antebrazo.
en el adulto y excepcionales en el niño, la tróclea humeral, y que la reducción el borde interno del húmero. Hacer la Anatomía patológica. La lesión fisaria
son fracturas del pilar interno de la pale- manual es siempre difícil de lograr en reducción y la osteosíntesis a la vista, y corresponde, en prácticamente la totali-
FIG. 27. Modificaciones de la forma del codo, ta humeral, cuyo trazo se extiende hasta este tipo de fracturas. De acuerdo con si es preciso con ayuda del amplifica- dad de los casos, a los tipos I y II de la
visto por detrás, tomando como puntos de refe- la tróclea entre las dos vertientes de la ello, las normas de tratamiento pueden dor de imágenes (fig. 30). Pero con la clasificación de Salter y Harris (véanse
rencia los salientes óseos: ab, línea de Hütter misma. Son por tanto fracturas intraarti- ajustarse al siguiente esquema: única precaución importante de no le- los traumatismos de los cartílagos de
(entre epitróclea y epicóndilo); abc, triángulo culares. Se producen generalmente por sionar el nervio cubital, que para ello crecimiento) (fig. 34). El desplazamiento
de Nélaton. A) Normal. B) Fractura suprain- FIG. 28. Ejemplos de osteosíntesis con placa y
tercondílea muy desplazada.
golpes directos sobre la región olecra- debe ser identificado, aislado, rodeado del fragmento epifisario con la extremi-
tornillos de las fracturas supraintercondíleas.
niana, con el codo flexionado, y que son con una cinta y apartado ligeramente dad superior del cúbito y del radio se
transmitidos a la tróclea por la «cuña» del campo. produce casi siempre hacia atrás y hacia
ción de sus relaciones normales con la cipal de la discusión se centra en la del cúbito. El desplazamiento del frag- Epifisiólisis del extremo distal dentro (fig. 35).
punta del olécranon (triángulo de Néla- elección entre el tratamiento conserva- mento interno se hace siempre hacia Características generales. Es una lesión Clínica y diagnóstico. Las manifestacio-
ton) (fig. 27). La exploración radiográfi- dor y el operatorio. La tendencia actual arriba, determinando un cúbito varo propia de los recién nacidos o de la pri- nes clínicas son parecidas a las de una
ca no deja la menor duda en cuanto al propende, como es lógico, a favor de más o menos pronunciado (fig. 29). mera infancia, hasta los cuatro años, pe- fractura supracondílea por el dolor, la
diagnóstico. este último, pero son muchos los auto- Clínica y diagnóstico. Aparte de los sín- ríodo durante el cual la extremidad infe- tumefacción, la impotencia funcional,
Normas generales sobre el tratamiento. res —y algunos altamente calificados— tomas comunes a toda fractura del rior del húmero está formada por una etcétera, y a una luxación posterior del
La inmovilización sin reducción, la re- para los que, reconociendo que la re- codo (dolor, tumefacción, impotencia masa cartilaginosa única en la que apa- codo por la deformidad visible del codo
ducción manual, la reducción con trac- ducción a cielo abierto permite una me- funcional, etc.), la fractura de la tróclea recen sucesivamente los distintos cen- o por la imagen radiográfica. Es muy fá-
ción transolecraniana, o la reducción jor reparación anatómica, sus resulta- se manifiesta en ocasiones por la des- A los 18 meses A los 3 años tros de osificación. El primero de ellos, cil confundirla con una o con otra, has-
quirúrgica, son los recursos sobre los dos funcionales son peores, en especial viación antedicha del antebrazo hacia recuérdese, el del cóndilo humeral, es ta el punto de que todo diagnóstico de
que todavía se discute al plantear las in- en lo que respecta a la movilidad futura dentro o en cúbito varo. El diagnóstico FIG. 31. Osificación de la epífisis distal del visible en la radiografía hacia los dos fractura o de luxación del codo en un
dicaciones de tratamiento. El tema prin- del codo. En términos generales, casi radiográfico no ofrece ninguna dificul- húmero en el niño de corta edad. años (fig. 31). niño de menos de cuatro años debe ha-
húmero 178 179 húmero

A todos están de acuerdo en ajustar las in-


dicaciones a las siguientes normas:
1) Fracturas del tipo I. Inmovilización
sin anestesia y sin reducción, mediante
un yeso abierto o en forma de valva so-
bre la cara dorsal del brazo y antebrazo.
2) Fracturas del tipo II. Reducción ma-
nual, por tracción ejercida sobre el ante-
brazo y presión lateral sobre los frag-
mentos epifisarios para aproximarlos
entre sí. En casos de gran desplazamien-
to, o difíciles de reducir manualmente,
a b tracción transolecraniana al cenit, com-
binada con suspensión del antebrazo.
3) Fracturas del tipo III. Es casi inevi-
table la reducción a cielo abierto para
restituir los fragmentos, separados entre
sí y rotados, a su posición natural.
Principios generales de técnica opera-
c toria:
Incisión y vía de acceso al foco de frac-
B
tura. Han sido propuestas diversas téc-
nicas al respecto, de las cuales la que
parece responder más adecuadamente
a la necesidad de una exposición sufi- FIG. 29. Fractura de la tróclea con gran FIG. 32. Mecanismo de producción de la epi-
cientemente amplia de las lesiones es la desplazamiento del fragmento interno hacia FIG. 30. Ejemplo de osteosíntesis en las frac- fisiólisis distal del húmero por hiperextensión
arriba. turas aisladas de la tróclea. forzada del antebrazo.
vía posterior, por incisión longitudinal
ligeramente incurvada, y sección provi-
sional de la punta del olécranon con las
inserciones del tríceps, para poder le- tad, y en general con muy poco margen 1) En las fracturas no desplazadas, in- Mecanismos de producción. En los re-
vantar este músculo y actuar por delan- de duda. movilización con el codo en ángulo cién nacidos puede producirse por una
te del mismo. El fragmento olecraniano Tratamiento. Como en todas las fractu- recto, sin reducción. maniobra obstétrica de tracción o de
desprendido se vuelve a fijar, al final de ras de la extremidad inferior del húme- 2) En las fracturas desplazadas, aun- torsión del antebrazo. En los niños de
la intervención, por cualquiera de los ro, el tratamiento depende principal- que el desplazamiento sea mínimo, re- más edad, por un mecanismo de hiper-
procedimientos empleados en las frac- mente del grado de desplazamiento y ducción quirúrgica a cielo abierto y fi- extensión forzada del codo (fig. 32), o
b
turas del olécranon. de las posibilidades de corregirlo por jación del fragmento con uno o dos por un golpe sobre la cara posterior del
a
Fijación de los fragmentos. Puede ha- maniobras externas. Conviene recordar, tornillos. Por otro lado, y a favor de esta brazo estando el codo flexionado y la
cerse mediante tornillos interfragmenta- sin embargo, que en el caso particular segunda solución, debe tenerse en mano apoyada sobre una base firme
rios o por placas atornilladas, o por la de las fracturas de tróclea, por ser intra- cuenta que la técnica quirúrgica es su- (fig. 33). También puede producirse, en
combinación de ambos procedimientos articulares, es muy necesaria una co- mamente sencilla. Una incisión interna los lactantes y niños de corta edad, por
c (fig. 28). rrección anatómica perfecta, para evitar sobre el saliente de la epitróclea permi- un mecanismo de tracción violenta y de
Fracturas de la tróclea. Poco frecuentes las consecuencias de un «escalón» en te abordar directamente el fragmento y torsión del antebrazo.
en el adulto y excepcionales en el niño, la tróclea humeral, y que la reducción el borde interno del húmero. Hacer la Anatomía patológica. La lesión fisaria
son fracturas del pilar interno de la pale- manual es siempre difícil de lograr en reducción y la osteosíntesis a la vista, y corresponde, en prácticamente la totali-
FIG. 27. Modificaciones de la forma del codo, ta humeral, cuyo trazo se extiende hasta este tipo de fracturas. De acuerdo con si es preciso con ayuda del amplifica- dad de los casos, a los tipos I y II de la
visto por detrás, tomando como puntos de refe- la tróclea entre las dos vertientes de la ello, las normas de tratamiento pueden dor de imágenes (fig. 30). Pero con la clasificación de Salter y Harris (véanse
rencia los salientes óseos: ab, línea de Hütter misma. Son por tanto fracturas intraarti- ajustarse al siguiente esquema: única precaución importante de no le- los traumatismos de los cartílagos de
(entre epitróclea y epicóndilo); abc, triángulo culares. Se producen generalmente por sionar el nervio cubital, que para ello crecimiento) (fig. 34). El desplazamiento
de Nélaton. A) Normal. B) Fractura suprain- FIG. 28. Ejemplos de osteosíntesis con placa y
tercondílea muy desplazada.
golpes directos sobre la región olecra- debe ser identificado, aislado, rodeado del fragmento epifisario con la extremi-
tornillos de las fracturas supraintercondíleas.
niana, con el codo flexionado, y que son con una cinta y apartado ligeramente dad superior del cúbito y del radio se
transmitidos a la tróclea por la «cuña» del campo. produce casi siempre hacia atrás y hacia
ción de sus relaciones normales con la cipal de la discusión se centra en la del cúbito. El desplazamiento del frag- Epifisiólisis del extremo distal dentro (fig. 35).
punta del olécranon (triángulo de Néla- elección entre el tratamiento conserva- mento interno se hace siempre hacia Características generales. Es una lesión Clínica y diagnóstico. Las manifestacio-
ton) (fig. 27). La exploración radiográfi- dor y el operatorio. La tendencia actual arriba, determinando un cúbito varo propia de los recién nacidos o de la pri- nes clínicas son parecidas a las de una
ca no deja la menor duda en cuanto al propende, como es lógico, a favor de más o menos pronunciado (fig. 29). mera infancia, hasta los cuatro años, pe- fractura supracondílea por el dolor, la
diagnóstico. este último, pero son muchos los auto- Clínica y diagnóstico. Aparte de los sín- ríodo durante el cual la extremidad infe- tumefacción, la impotencia funcional,
Normas generales sobre el tratamiento. res —y algunos altamente calificados— tomas comunes a toda fractura del rior del húmero está formada por una etcétera, y a una luxación posterior del
La inmovilización sin reducción, la re- para los que, reconociendo que la re- codo (dolor, tumefacción, impotencia masa cartilaginosa única en la que apa- codo por la deformidad visible del codo
ducción manual, la reducción con trac- ducción a cielo abierto permite una me- funcional, etc.), la fractura de la tróclea recen sucesivamente los distintos cen- o por la imagen radiográfica. Es muy fá-
ción transolecraniana, o la reducción jor reparación anatómica, sus resulta- se manifiesta en ocasiones por la des- A los 18 meses A los 3 años tros de osificación. El primero de ellos, cil confundirla con una o con otra, has-
quirúrgica, son los recursos sobre los dos funcionales son peores, en especial viación antedicha del antebrazo hacia recuérdese, el del cóndilo humeral, es ta el punto de que todo diagnóstico de
que todavía se discute al plantear las in- en lo que respecta a la movilidad futura dentro o en cúbito varo. El diagnóstico FIG. 31. Osificación de la epífisis distal del visible en la radiografía hacia los dos fractura o de luxación del codo en un
dicaciones de tratamiento. El tema prin- del codo. En términos generales, casi radiográfico no ofrece ninguna dificul- húmero en el niño de corta edad. años (fig. 31). niño de menos de cuatro años debe ha-
Humphry 180

cerse con la reserva de una posible epi-


fisiólisis. El diagnóstico de certeza es di-
fícil de establecer, incluso por radiogra-
fía, dado que la epífisis desprendida es
cartilaginosa y no da imagen en la pla-
ca salvo cuando se acompaña de un pe-
queño fragmento óseo arrancado de la
metáfisis (lesiones tipo II de Salter y Ha-
rris), o bien cuando ya es visible el nú-
cleo de osificación del cóndilo, poco
antes de los dos años. En cualquier
caso, el diagnóstico de epifisiólisis no
puede establecerse por datos radiográfi-
cos directos, sino por la alteración de
las relaciones normales y la orientación
respectiva de los huesos del antebrazo
con el húmero, y, una vez más, por el
examen comparativo con el otro lado.
FIG. 33. Mecanismo de producción de la epifisiólisis distal del húmero por transmisión de un im- Tratamiento. Debe ser incruento en to-
pacto sobre la mano. dos los casos, a base de reducción e in-
movilización, y debe instaurarse lo antes
posible para que resulte eficaz. La reduc-
ción se logra generalmente sin dificultad
Tipo I Tipo II por maniobras de tracción sobre el ante-
brazo, alineación del mismo con el eje
del brazo, corrigiendo la desviación en
varo y por presión lateral, con los dedos,
sobre la epífisis desplazada. La inmovili-
zación puede hacerse mediante una sim-
ple valva de yeso, que incluya el brazo y
el antebrazo, con el codo en flexión de
algo más de 90 grados, mantenida du-
rante unas tres semanas.
Humphry,
Humphry, George Murra Murray. Anatómico y
cirujano inglés, de Cambridge (1820-
1896). Describió un ligamento (no cons-
tante) de la rodilla, con inserción en el
borde anterior del ligamento cruzado
posterior.
FIG. 34. Modalidades más frecuentes de epifisiólisis del extremo distal del húmero. Humphry,
Humphry, ligamento de. Ligamento que
une el cuerno posterior del menisco in-
terno de la rodilla al cóndilo interno del
fémur, adosado al ligamento cruzado
posterior. (Véase rodilla, lesiones me-
niscales traumáticas.)
Hutchinson,
Hutchinson, Jonathan.
Jonathan. Cirujano inglés
(1828-1913). Describió la fractura de la
apófisis estiloides del radio que hoy se
conoce por su nombre. (Véase muñe -
ca traumatismos.)
ca,
Hutchinson,
Hutchinson, fractur a de. Véase en el ar-
fractura
tículo fractur
fractura.a.
Hutchinson,
Hutchinson, pupila de. Midriasis conse-
cutiva a los traumatismos del cráneo.
(Véase craneoencefálicos,
craneoencefálicos, traumatis-
mos.)
Hütter, línea de (de Karl Albrecht Hüt-
Hütter,
FIG. 35. Desplazamiento habitual del fragmento epifisario, hacia el lado interno y hacia atrás res- ter, cirujano alemán, 1838-1882). Véa-
pecto al eje del húmero. se en húmero (fig. 27).
I
Ilizarof, método de. Método de fijación cutáneo. En 1986, el doctor Howard- con la zona por reparar una sola uni-
externa con clavos transfixiantes elásti- Green, de la Universidad de Harvard dad, momento en que se procede a la
cos y de pequeño calibre, fuertemente (Estados Unidos), ideó y desarrolló una supresión del pedículo. Sin.: injerto pe-
atirantados e incorporados a aros o ani- técnica de injerto de piel, basada en el diculado.
llos. Su principal aplicación en trauma- cultivo y reproducción in vitro de célu- injerto de colgajo libre. Injerto que pier-
tología se encuentra en el tratamiento las de epitelio, para ser injertadas, lue- de todo contacto con el tejido de donde
de las seudoartrosis en general, a base go, en la superficie cutánea del receptor, se tomó, sin mantener con él ninguna
de compresión enérgica y graduada en- generalmente víctima de un accidente conexión vascular ni nerviosa. Tiene la
tre los fragmentos, en las seudoartrosis con quemaduras extensas que compro- finalidad de proporcionar a una herida
infectadas y en las seudoartrosis con meten la vida del sujeto. La técnica con- la manera más rápida y anatómica de
gran pérdida de sustancia. (Véase seu - siste en la fragmentación mecánica y llegar a su tapizamiento epidérmico. Se
doartrosis.)
doartrosis. luego química, del trozo de piel que se aplica sobre la superficie cruenta o le-
Inclán, Alberto. Cirujano ortopédico y quiere cultivar hasta obtener un gran nú- cho en plena granulación aséptica (ocho
traumatólogo cubano (1888-1965) gra- mero de células epiteliales aisladas. Una días más o menos). La zona dadora
duado en La Habana en 1910 e iniciado solución de tripsina termina la separa- ideal es la cara anteroexterna del muslo
como especialisma en el Royal Whitman ción de las células entre sí. Estas células o del brazo; cerca de su raíz. Pueden ser,
de Nueva York. Primer profesor de ciru- epiteliales vivas son cultivadas en pe- según su espesor, delgados, medianos o
gía ortopédica de La Habana, fundador queños montoncitos en el fondo de una gruesos. Sin.: injerto libre.
de la Sociedad Cubana de Ortopedia y solución nutritiva estéril (suero fetal bo- injerto de Davis.
Davis. Injerto de piel total en
presidente de la Sociedad Latinoameri- vino, entre otros componentes). Des- pequeños trozos. Deja cicatrices de as-
cana de Ortopedia y Traumatología. Se pués de cinco semanas se forma un ta- pecto desagradable.
interesó particularmente en el desarrollo piz continuo sobre el fondo del injerto de Dragstedt.
Dragstedt. Véase injerto en
de los bancos de hueso en Cuba, en una recipiente de hasta 3 o 4 capas de célu- acordeón.
época en que apenas eran conocidos en las de espesor. El injerto se coloca sobre injerto de enclavijamiento.
enclavijamiento. Véase in- in-
ningún país. la superficie a tratar en un armazón de jerto intramedular
intramedular..
injerto alogeneico. Injerto efectuado gasa envaselinada para remediar la fra- injerto de Ivanissevic
Ivanissevich. h. Véase injerto
entre dos individuos pertenecientes a la gilidad del injerto. Sin.: dermanaplastia. argentino.
misma especie, con distintos antígenos injerto de Albee. Injerto óseo integral Injerto de Ollier,
Ollier, Alclav
Alclav e y Davis.
Davis. Pro-
de histocompatibilidad. que comprende periostio, tejido com- cedimiento de injerto de colgajo libre
injerto animal. Injerto de tejido proce- pacto y medula, en la longitud de 10 a delgado, que introduce sobre la superfi-
dente de un animal inferior al hombre. 12 cm y de 1 a 2 cm de ancho; se em- cie cruenta receptora, después de haber
injerto argentino. Técnica de injerto de potra sólidamente sobre un surco exca- hecho un hueco apropiado en la mis-
colgajo fijo o pediculado que utiliza un vado con sierra doble eléctrica en el ma, estampillas dermoepidérmicas dis-
órgano para trasladarlo desde el lecho hueso receptor, de modo que forme una continuas tomadas de la zona dadora.
dador al receptor; es, pues, un procedi- verdadera férula. Se utiliza, por ejem- injerto de Ollier-T
Ollier-Thiersc
hiersch. h. Véase in-
in-
miento migratorio pero sin pedicula- plo, en la columna vertebral, para pro- jerto de Thiersc
Thiersch.h.
ción sostenida. Sin.: injerto de Ivanisse- vocar la anquilosis de un segmento, injerto de pedículo doble. Procedi-
vich. colocando un injerto tibial entre las miento de injerto pediculado italiano,
injerto autólogo. Injerto practicado a un apófisis espinosas, previamente hendi- indicado para plastias del antebrazo,
individuo usando sus propios tejidos. das en dirección paralela a su eje, de muñeca o mano en su cara dorsal. Pue-
injerto autoplástico. Se dice especial- modo que constituya un puente sólido de ser en puente o en manguito.
mente del injerto que tiene por objeto que fije varias vértebras entre sí. injerto de pedículo único. Procedi-
llenar o reparar una pérdida de sustan- injerto de Celso. Véase injerto francés.
francés. miento de injerto pediculado italiano
cia mediante un colgajo fijo o pedicula- injerto de colgajo fijo. Se dice del in- que libera un colgajo de la zona dado-
do tomado de una zona próxima. jerto que conserva una unión directa ra elegida hasta la base, creando así un
injerto cutáneo. Injerto realizado con un con el tejido o zona de donde proviene pedículo temporal, y lo une a la zona
fragmento de piel del que se ha elimina- y mantiene conexión con su fuente de receptora por medio de puntos sepa-
do la epidermis y el tejido celular sub- origen, la cual lo nutre hasta que forme rados.
injerto 182 183 Iselin

injerto de Reverdin.
Reverdin. Procedimiento de injerto heterólogo. Dícese de un injerto tado. El de Weber, en fin, utiliza dos injerto óseo. Procedimiento de osteosín- injerto tendinoso. Procedimiento de teria o vena del mismo individuo, por
injerto libre, dermoepidérmico, que procedente de un animal de distinta es- colgajos curvos laterales a la zona re- tesis que se utiliza en caso se seudoar- síntesis tendinosa en caso de que la ejemplo de la safena (autoplastia), o de
consiste en obtener de la zona donante pecie. Sin.: heteroinjerto. ceptora, pero continuados entre sí. trosis y fracturas. coaptación entre los dos cabos del ten- especie diferente (heteroplastia).
islotes pequeños y diseminados, de no injerto homólogo. Dícese del injerto injerto intramedular
intramedular.. Procedimiento de injerto pediculado. Véase injerto de dón seccionado resulte difícil. Consiste injerto xenogeneico. Injerto entre dos
más de 0,5 cm de diámetro y en núme- que se lleva a cabo sobre un animal de osteosíntesis por medio de un injerto colgajo fijo. en trasplantar entre los dos extremos un individuos pertenecientes a dos espe-
ro hasta de 20. Se usa poco, pues pren- la misma especie. Sería destruido por óseo que se aplica en el interior de la injerto perióstico. Operación de cubrir fragmento de tendón tomado del mis- cies biológicas diferentes.
de raramente y deja cicatriz retráctil. Se un proceso inmunológico. cavidad medular del hueso receptor. Se con periostio la superficie denudada de mo individuo (autoplastia), de un suje- inmovilización.
inmovilización. Supresión temporal de
aplica para cubrir quemaduras granu- injerto homoplástico. Véase homoin - vacía con cucharilla la medula en un un hueso; utilizado para la consolida- to de la misma especie (homoplastia), toda clase de movimiento de una parte,
lantes y acelerar su curación. jerto. trecho suficiente, en ambos extremos ción en algunos tipos de fractura, y para de un animal (heteroplastia), o bien un de los huesos fracturados o articulacio-
injerto dermoepidérmico. Se dice de injerto homostático. Término propues- del hueso por unir; se coloca el injerto la formación de un buen muñón en am- trozo de tendón de animal muerto y nes en particular.
los injertos finos que toman en su espe- to por Langmire (1953) para designar o clavija en uno de ellos y se manipula putaciones a nivel óseo. conservado en alcohol (técnica de Na- Insall, operación
operación de. Técnica operatoria
sor la epidermis hasta la capa superfi- aquellos injertos que sólo sirven como este segmento hasta lograr introducir to- injerto por deslizamiento marginal. geotte y Sencert). Se denomina también (1981) para la sustitución o refuerzo del
cial de la dermis. estructuras de soporte (cartílagos, hue- talmente el injerto en la cavidad medu- Técnica francesa de injerto de colgajo injerto o trasplante tendinoso el proce- ligamento cruzado anterior de la rodilla
injerto de Thiersc
Thiersch.h. Procedimiento de sos, vasos sanguíneos, córnea). En el lar del otro; se suturan los planos super- fijo o pediculado; se emplea con fre- dimiento que se utiliza para restaurar el con un colgajo del tracto iliotibial, se-
injerto, dermoepidérmico, libre, que caso de los vasos sanguíneos, las célu- ficiales y se inmovilizan con yeso. Sin.: cuencia en los traumatismos recientes equilibrio de una articulación cuyos gún modificación técnica original de
consiste en obtener de la zona dadora las del injerto desaparecen en tres se- injerto de enclavijamiento. que han producido pérdida de piel o músculos están paralizados, y que con- Hey Groves. (Véase Hey Grov
Grov es, ope-
ope-
colgajos amplios a modo de tiras. El in- manas; en cambio, el tejido elástico injerto isogénico. Véase injerto singé-
singé- para eliminar las arrugas en cirugía es- siste en llevar el tendón de un músculo r ación de.)
de.
jerto se obtiene manteniendo bien fija persiste dos años o más. Las células pro- nico. tética. sano vecino, por canalización subcutá- intervalo
intervalo lúcido o libre. Fase de nor-
la piel de la zona previamente lubrica- pias del injerto mueren en un plazo va- injerto isólogo. Véase injerto singé- injerto por deslizamiento perpendi-
perpendi- nea, hasta la zona de inserción del malidad de la consciencia, o de ten-
da con aceite de oliva, y cortando las riable de una a cinco semanas y son re- nico. cular. Técnica francesa de injerto de
cular. músculo inutilizado, donde se le fija dencia a su recuperación, después de
lonjas con bisturí o navaja de hoja an- emplazadas por las células del receptor. injerto isoplástico. Véase injerto ho- ho- colgajo fijo, que libera la piel en todo el subperiósticamente. un traumatismo craneoencefálico y an-
cha, desde la parte distal a la proximal; injerto homovital.
homovital. Denominación pro- mólogo. perímetro de una herida; se logra por injerto tubular interrumpido. Procedi- tes del empeoramiento subsiguiente.
éstas se disponen sobre el lecho recep- puesta por Langmire (1953) para los in- injerto italiano. Técnica de injerto de medio de incisiones longitudinales pa- miento de injerto cutáneo semejante al (Veáse craneoencefálicos
craneoencefálicos, traumatis-
tor según su eje longitudinal, unas al jertos en los cuales la supervivencia ce- colgajo fijo o pediculado, traído desde ralelas a los labios de la herida, que se tubular cutáneo, del cual se diferencia mos.)
lado de las otras. Prenden con facilidad lular es una condición indispensable una zona alejada del sitio por reparar. suturan luego con puntos perpendicula- porque, necesitándose un colgajo lar- Iselin, Marc
Marc Henri. Cirujano francés na-
por su poco espesor. Sin.: injerto de para lograr los resultados deseados Está indicado en caso de plásticas ex- res a los de la sutura principal, a fin de go, se hacen dos tubos cutáneos, uno a cido en 1898. Célebre principalmente
Ollier-Thiersch. (piel, riñón, glándulas endocrinas). tensas sobre un miembro en zonas ex- obtener un trazo horizontal. continuación del otro, dejando entre por sus aportaciones a la cirugía de la
injerto de Wolfe-Kr ause. Procedimien-
Wolfe-Krause. injerto indiano. Técnica de injerto de puestas a roces y presiones. Puede ser injerto por incrustación. Injerto óseo ellos un puente de piel por lo menos mano, y entre ellas a la reparación de
to de injerto libre, grueso, que incluye colgajo fijo (autoplastia), llevado por de pedículo único o de pedículo doble que se aplica sobre la diáfisis en casos durante veinte días, en que se secciona, las lesiones traumáticas de los tendones
todo el espesor de la piel. torsión de cerca de 100 grados, o por in- (en puente o en manguito). de seudoartrosis. lográndose de este modo un solo tubo por métodos originales que se conocen
injerto en acordeón. Injerto cutáneo en clinación lateral desde la zona donante injerto libre. Véase injerto de colgajo injerto singénico. Injerto que se efectúa que servirá de pedículo. hoy día por su nombre. Describió un
el que se han practicado hendiduras a la receptora. Se ha usado especial- libre. entre miembros de una misma cepa en- injerto vascular
vascular.. Procedimiento de sínte- procedimiento de reducción espontá-
múltiples en zigzag, para poder estirar- mente para plástica de nariz, tomando injerto mediano. Injerto de colgajo libre dogámica. Los injertos singénicos son sis vascular en caso de que la separación nea de las luxaciones del hombro, ba-
lo y cubrir así mayor espacio de área la piel de la frente, pudiendo en caso de que incluye en su espesor la epidermis genéticamente idénticos. Sin.: injerto de los extremos del vaso seccionado sea sado en un movimiento activo del tron-
cruenta. Sin.: injerto de Dragstedt. necesidad incluirse en el colgajo la ta- y la dermis hasta la capa capilar; se ob- iso-génico, injerto isólogo, isoinjerto, demasiado grande para permitir la sutu- co del paciente con el brazo luxado
aloinjerto. ra circular. Se utiliza un fragmento de ar- firmemente sujeto.
injerto en manguito. Véase injerto de bla externa del frontal para reconstruir tiene con tijera, generalmente, según la
pedículo doble. la nariz. Puede también realizarse por técnica de Blair.
injerto en oruga. Procedimiento de in- simple flexión, liberándose un colgajo injerto nervioso. Procedimiento de sín-
jerto de colgajo fijo, tubular, migratorio, en la región inmediata y volviéndolo tesis cuando la pérdida de sustancia o
en que éste se va haciendo progresar como la hoja de un libro (generalmente separación de los dos extremos del ner-
desde su origen a distancias dos y tres en ángulo de 180 grados), de modo que vio seccionado impide la coaptación de
veces mayores que su propia extensión, quede sobre el lecho receptor la parte los mismos. Puede ser:
implantándolo sobre lechos cruentos superficial de la piel del injerto y su su- a) Autoplástico, resecando un nervio
que se van labrando sucesivamente y perficie cruenta al descubierto; esta úl- superficial del mismo sujeto, o por des-
reemplazando unos a otros una vez tima se cierra a la vez con un injerto cu- doblamiento del cabo inferior del ner-
prendido el injerto (por ejemplo, de táneo, o bien seccionando el pedículo y vio lesionado.
muslo a mano, luego de mano a rostro). haciéndolo girar de modo que la cubra. b) Homoplástico, usando segmentos
injerto en puente. Véase injerto de pe- pe- Se usa generalmente para reparar super- de nervios humanos mantenidos esté-
dículo doble. ficies cavitarias de modo que la piel riles.
injerto epidérmico. Injerto libre fino o quede mirando hacia dentro y tapiza la c) Heteroplástico, con elementos ani-
delgado. cavidad (boca, cavidad nasal, etc.). En males. Puede usarse también el proce-
injerto francés.
francés. Injerto fijo o pediculado el procedimiento de inclinación lateral dimiento de heteroinjerto muerto de
que toma el colgajo de los tegumentos se conocen varias técnicas. El de Dief- Nageotte y Sencert, trasplantando un
vecinos disecados y movilizados por fenbach se usa para cubrir lechos más o fragmento de ciático de ternero, muerto
deslizamiento. Sin.: injerto de Celso. menos triangulares: se hacen uno o dos y conservado en alcohol, o bien un tro-
injerto grueso. Se dice de los injertos colgajos laterales a la zona receptora, zo de medula espinal de gato, perro,
de colgajo libre que toman de la zona de modo que liberándolos ampliamen- conejo, etc., que se conserva mucho
dadora todo el espesor de la piel y, a ve- te puedan deslizarse y cubrir ambos le- tiempo en alcohol de 90 grados, des-
ces, planos más profundos. Pueden rea- chos cruentos, del receptor y del dador, pués de repetidos pasajes por formol y
lizarse según la técnica de Wolfe-Krau- para lo que es suficiente una sola cica- alcohol. Todos estos injertos sirven de
se, que toma toda la piel, o según la de triz. El de Hasner se emplea para cubrir tutores, permitiendo el rápido creci-
Hirchsberg, que incluye el plano subcu- zonas de forma elíptica por medio de miento y avance de los cilindroejes del
táneo. dos colgajos curvos invertidos a su cos- extremo central del nervio seccionado.
injerto 182 183 Iselin

injerto de Reverdin.
Reverdin. Procedimiento de injerto heterólogo. Dícese de un injerto tado. El de Weber, en fin, utiliza dos injerto óseo. Procedimiento de osteosín- injerto tendinoso. Procedimiento de teria o vena del mismo individuo, por
injerto libre, dermoepidérmico, que procedente de un animal de distinta es- colgajos curvos laterales a la zona re- tesis que se utiliza en caso se seudoar- síntesis tendinosa en caso de que la ejemplo de la safena (autoplastia), o de
consiste en obtener de la zona donante pecie. Sin.: heteroinjerto. ceptora, pero continuados entre sí. trosis y fracturas. coaptación entre los dos cabos del ten- especie diferente (heteroplastia).
islotes pequeños y diseminados, de no injerto homólogo. Dícese del injerto injerto intramedular
intramedular.. Procedimiento de injerto pediculado. Véase injerto de dón seccionado resulte difícil. Consiste injerto xenogeneico. Injerto entre dos
más de 0,5 cm de diámetro y en núme- que se lleva a cabo sobre un animal de osteosíntesis por medio de un injerto colgajo fijo. en trasplantar entre los dos extremos un individuos pertenecientes a dos espe-
ro hasta de 20. Se usa poco, pues pren- la misma especie. Sería destruido por óseo que se aplica en el interior de la injerto perióstico. Operación de cubrir fragmento de tendón tomado del mis- cies biológicas diferentes.
de raramente y deja cicatriz retráctil. Se un proceso inmunológico. cavidad medular del hueso receptor. Se con periostio la superficie denudada de mo individuo (autoplastia), de un suje- inmovilización.
inmovilización. Supresión temporal de
aplica para cubrir quemaduras granu- injerto homoplástico. Véase homoin - vacía con cucharilla la medula en un un hueso; utilizado para la consolida- to de la misma especie (homoplastia), toda clase de movimiento de una parte,
lantes y acelerar su curación. jerto. trecho suficiente, en ambos extremos ción en algunos tipos de fractura, y para de un animal (heteroplastia), o bien un de los huesos fracturados o articulacio-
injerto dermoepidérmico. Se dice de injerto homostático. Término propues- del hueso por unir; se coloca el injerto la formación de un buen muñón en am- trozo de tendón de animal muerto y nes en particular.
los injertos finos que toman en su espe- to por Langmire (1953) para designar o clavija en uno de ellos y se manipula putaciones a nivel óseo. conservado en alcohol (técnica de Na- Insall, operación
operación de. Técnica operatoria
sor la epidermis hasta la capa superfi- aquellos injertos que sólo sirven como este segmento hasta lograr introducir to- injerto por deslizamiento marginal. geotte y Sencert). Se denomina también (1981) para la sustitución o refuerzo del
cial de la dermis. estructuras de soporte (cartílagos, hue- talmente el injerto en la cavidad medu- Técnica francesa de injerto de colgajo injerto o trasplante tendinoso el proce- ligamento cruzado anterior de la rodilla
injerto de Thiersc
Thiersch.h. Procedimiento de sos, vasos sanguíneos, córnea). En el lar del otro; se suturan los planos super- fijo o pediculado; se emplea con fre- dimiento que se utiliza para restaurar el con un colgajo del tracto iliotibial, se-
injerto, dermoepidérmico, libre, que caso de los vasos sanguíneos, las célu- ficiales y se inmovilizan con yeso. Sin.: cuencia en los traumatismos recientes equilibrio de una articulación cuyos gún modificación técnica original de
consiste en obtener de la zona dadora las del injerto desaparecen en tres se- injerto de enclavijamiento. que han producido pérdida de piel o músculos están paralizados, y que con- Hey Groves. (Véase Hey Grov
Grov es, ope-
ope-
colgajos amplios a modo de tiras. El in- manas; en cambio, el tejido elástico injerto isogénico. Véase injerto singé-
singé- para eliminar las arrugas en cirugía es- siste en llevar el tendón de un músculo r ación de.)
de.
jerto se obtiene manteniendo bien fija persiste dos años o más. Las células pro- nico. tética. sano vecino, por canalización subcutá- intervalo
intervalo lúcido o libre. Fase de nor-
la piel de la zona previamente lubrica- pias del injerto mueren en un plazo va- injerto isólogo. Véase injerto singé- injerto por deslizamiento perpendi-
perpendi- nea, hasta la zona de inserción del malidad de la consciencia, o de ten-
da con aceite de oliva, y cortando las riable de una a cinco semanas y son re- nico. cular. Técnica francesa de injerto de
cular. músculo inutilizado, donde se le fija dencia a su recuperación, después de
lonjas con bisturí o navaja de hoja an- emplazadas por las células del receptor. injerto isoplástico. Véase injerto ho- ho- colgajo fijo, que libera la piel en todo el subperiósticamente. un traumatismo craneoencefálico y an-
cha, desde la parte distal a la proximal; injerto homovital.
homovital. Denominación pro- mólogo. perímetro de una herida; se logra por injerto tubular interrumpido. Procedi- tes del empeoramiento subsiguiente.
éstas se disponen sobre el lecho recep- puesta por Langmire (1953) para los in- injerto italiano. Técnica de injerto de medio de incisiones longitudinales pa- miento de injerto cutáneo semejante al (Veáse craneoencefálicos
craneoencefálicos, traumatis-
tor según su eje longitudinal, unas al jertos en los cuales la supervivencia ce- colgajo fijo o pediculado, traído desde ralelas a los labios de la herida, que se tubular cutáneo, del cual se diferencia mos.)
lado de las otras. Prenden con facilidad lular es una condición indispensable una zona alejada del sitio por reparar. suturan luego con puntos perpendicula- porque, necesitándose un colgajo lar- Iselin, Marc
Marc Henri. Cirujano francés na-
por su poco espesor. Sin.: injerto de para lograr los resultados deseados Está indicado en caso de plásticas ex- res a los de la sutura principal, a fin de go, se hacen dos tubos cutáneos, uno a cido en 1898. Célebre principalmente
Ollier-Thiersch. (piel, riñón, glándulas endocrinas). tensas sobre un miembro en zonas ex- obtener un trazo horizontal. continuación del otro, dejando entre por sus aportaciones a la cirugía de la
injerto de Wolfe-Kr ause. Procedimien-
Wolfe-Krause. injerto indiano. Técnica de injerto de puestas a roces y presiones. Puede ser injerto por incrustación. Injerto óseo ellos un puente de piel por lo menos mano, y entre ellas a la reparación de
to de injerto libre, grueso, que incluye colgajo fijo (autoplastia), llevado por de pedículo único o de pedículo doble que se aplica sobre la diáfisis en casos durante veinte días, en que se secciona, las lesiones traumáticas de los tendones
todo el espesor de la piel. torsión de cerca de 100 grados, o por in- (en puente o en manguito). de seudoartrosis. lográndose de este modo un solo tubo por métodos originales que se conocen
injerto en acordeón. Injerto cutáneo en clinación lateral desde la zona donante injerto libre. Véase injerto de colgajo injerto singénico. Injerto que se efectúa que servirá de pedículo. hoy día por su nombre. Describió un
el que se han practicado hendiduras a la receptora. Se ha usado especial- libre. entre miembros de una misma cepa en- injerto vascular
vascular.. Procedimiento de sínte- procedimiento de reducción espontá-
múltiples en zigzag, para poder estirar- mente para plástica de nariz, tomando injerto mediano. Injerto de colgajo libre dogámica. Los injertos singénicos son sis vascular en caso de que la separación nea de las luxaciones del hombro, ba-
lo y cubrir así mayor espacio de área la piel de la frente, pudiendo en caso de que incluye en su espesor la epidermis genéticamente idénticos. Sin.: injerto de los extremos del vaso seccionado sea sado en un movimiento activo del tron-
cruenta. Sin.: injerto de Dragstedt. necesidad incluirse en el colgajo la ta- y la dermis hasta la capa capilar; se ob- iso-génico, injerto isólogo, isoinjerto, demasiado grande para permitir la sutu- co del paciente con el brazo luxado
aloinjerto. ra circular. Se utiliza un fragmento de ar- firmemente sujeto.
injerto en manguito. Véase injerto de bla externa del frontal para reconstruir tiene con tijera, generalmente, según la
pedículo doble. la nariz. Puede también realizarse por técnica de Blair.
injerto en oruga. Procedimiento de in- simple flexión, liberándose un colgajo injerto nervioso. Procedimiento de sín-
jerto de colgajo fijo, tubular, migratorio, en la región inmediata y volviéndolo tesis cuando la pérdida de sustancia o
en que éste se va haciendo progresar como la hoja de un libro (generalmente separación de los dos extremos del ner-
desde su origen a distancias dos y tres en ángulo de 180 grados), de modo que vio seccionado impide la coaptación de
veces mayores que su propia extensión, quede sobre el lecho receptor la parte los mismos. Puede ser:
implantándolo sobre lechos cruentos superficial de la piel del injerto y su su- a) Autoplástico, resecando un nervio
que se van labrando sucesivamente y perficie cruenta al descubierto; esta úl- superficial del mismo sujeto, o por des-
reemplazando unos a otros una vez tima se cierra a la vez con un injerto cu- doblamiento del cabo inferior del ner-
prendido el injerto (por ejemplo, de táneo, o bien seccionando el pedículo y vio lesionado.
muslo a mano, luego de mano a rostro). haciéndolo girar de modo que la cubra. b) Homoplástico, usando segmentos
injerto en puente. Véase injerto de pe- pe- Se usa generalmente para reparar super- de nervios humanos mantenidos esté-
dículo doble. ficies cavitarias de modo que la piel riles.
injerto epidérmico. Injerto libre fino o quede mirando hacia dentro y tapiza la c) Heteroplástico, con elementos ani-
delgado. cavidad (boca, cavidad nasal, etc.). En males. Puede usarse también el proce-
injerto francés.
francés. Injerto fijo o pediculado el procedimiento de inclinación lateral dimiento de heteroinjerto muerto de
que toma el colgajo de los tegumentos se conocen varias técnicas. El de Dief- Nageotte y Sencert, trasplantando un
vecinos disecados y movilizados por fenbach se usa para cubrir lechos más o fragmento de ciático de ternero, muerto
deslizamiento. Sin.: injerto de Celso. menos triangulares: se hacen uno o dos y conservado en alcohol, o bien un tro-
injerto grueso. Se dice de los injertos colgajos laterales a la zona receptora, zo de medula espinal de gato, perro,
de colgajo libre que toman de la zona de modo que liberándolos ampliamen- conejo, etc., que se conserva mucho
dadora todo el espesor de la piel y, a ve- te puedan deslizarse y cubrir ambos le- tiempo en alcohol de 90 grados, des-
ces, planos más profundos. Pueden rea- chos cruentos, del receptor y del dador, pués de repetidos pasajes por formol y
lizarse según la técnica de Wolfe-Krau- para lo que es suficiente una sola cica- alcohol. Todos estos injertos sirven de
se, que toma toda la piel, o según la de triz. El de Hasner se emplea para cubrir tutores, permitiendo el rápido creci-
Hirchsberg, que incluye el plano subcu- zonas de forma elíptica por medio de miento y avance de los cilindroejes del
táneo. dos colgajos curvos invertidos a su cos- extremo central del nervio seccionado.
J
Jackson,
ackson, Charles Thomas.
Thomas. Químico y presidente de la Sociedad Española de tarsiano o apófisis estiloides de este
fisiólogo estadounidense (1805-1880). Cirugía Ortopédica y Traumatología du- hueso. Es la verdadera fractura de Jones
Recomendó a su discípulo, el dentista rante los años 1956 a 1958. según la padeció y la describió este au-
William T. G. Morton (véase), el empleo Johansson, Sven
Sven Christian. Famoso ciru- tor. La otra es la fractura metafisaria o
del éter sulfúrico como anestésico (1846). jano sueco, nacido en 1880 en Göte- subtuberositaria, propia de los deportis-
J acobs, barras
barras de. Barras AO para la es- borg. Su principal contribución a la trau- tas jóvenes (fig. 2).
tabilización de la columna, modifica- matología fue la modificación, en 1932, Cuadro clínico. Nunca falta el antece-
ción de las barras de Harrington (véase del clavo trilaminar de Smith-Petersen dente de una «torcedura» de tobillo más
este nombre), consistente en un mayor (véase) para el tratamiento de las fractu- o menos violenta, con un dolor selectivo
diámetro y un dispositivo en sus extre- ras del cuello del fémur dotándole de un a la presión sobre la base del quinto me-
mos, a modo de doble gancho, que per- conducto en su eje central para el paso tatarsiano, dolor que igualmente puede
mite una mejor fijación a las láminas, de una aguja de Kirschner previamente provocarse instando al sujeto a oponerse
así como una curvatura que permite introducida en el cuello a modo de guía, activamente al movimiento pasivo de su-
una mejor adaptación a la lordosis nor- permitiendo de este modo el enclavado pinación del pie. La radiografía confirma
mal del raquis lumbar o lumbosacro. extraarticular de la fractura. el diagnóstico sin ningún margen de
(Véase el tratamiento quirúrgico de los J ones, Robert. Célebre cirujano ortopédi- duda y con la única precaución de no
traumatismos en el artículo r aquis.)
aquis. co inglés, de Liverpool (1855-1933), so- confundir el trazo de fractura con la lí-
J arjav
arjavay, Jean
Jean Fr
Fr ançois. Anatómico y ci- brino y sucesor en la Clínica Ortopédica nea fisaria del crecimiento, cuando se
rujano francés, de París (1815-1868). de esta ciudad de Hugh Owen Thomas
Describió una fractura del hueso y tabi- y antecesor de Watson Jones. Describió
que nasal con luxación entre la parte y padeció personalmente, en 1920, la
cartilaginosa del mismo y el vómer. fractura por avulsión del quinto metatar-
J efferson, fractur
fracturaa de. Véase en el artí- siano («fractura de Jones»; véase). Con-
culo fractura. tribuyó en gran medida a divulgar el tra-
J ewett, ortesis de (de Eugene Lyon Je- tamiento de las fracturas utilizando los
wett, cirujano estadounidense, nacido dos grandes avances técnicos apareci-
en 1900). Dispositivo para la sujeción dos en el transcurso de su vida: la anes-
del tronco en extensión, con apoyo en el tesia y los rayos Roentgen. Durante la
sacro y en el esternón, en el tratamiento Primera Guerra Mundial (1914-1918)
de las lesiones de la columna vertebral. fue jefe de los servicios ortopédicos de
(Véase r aquis torácico, traumatismos.) las fuerzas británicas, y sus aportacio-
Jimeno Vidal,
Vidal, FrFrancisco. Célebre trau- nes a la gran traumatología de campaña
matólogo español, de Barcelona (1906- fueron aceptadas no sólo por los ingle-
1978). Inició su dedicación a la trauma- ses, sino también por los demás aliados,
tología en el «Unfallkrankenhaus» de en especial los americanos.
Viena con el profesor Lorenz Böhler, y J ones, fractur
fracturaa de (de Robert Jones).
seguidamente en la cátedra del profesor Fractura por avulsión de la base del
J. Trías Pujol hasta la guerra civil españo- quinto metatarsiano, debida a la con-
la, durante la cual desarrolló una intensa tracción del peroneo lateral corto, in-
labor en la asistencia a los heridos en sertado en la misma.
campaña. Al inicio de la Segunda Gue- Mecanismo de producción. Es siem-
rra Mundial volvió a Viena, donde tuvo pre un movimiento de inversión del pie,
ocasión de aplicar su gran experiencia que motiva una respuesta enérgica del
adquirida en la contienda española. En peroneo lateral corto, para oponerse al
FIG. 1. Mecanismo de producción de las fractu-
el año 1945 retornó a España, donde in- mismo (fig. 1).
ras por avulsión de la base del quinto metatarsia-
trodujo el método, hasta entonces poco Anatomía patológica. Existen dos va- no. Movimiento de inversión del pie, que es con-
conocido fuera de Alemania, del encla- riedades: una de ellas es la fractura par- trarrestado por una contracción refleja enérgica
vado endomedular de Küntscher. Fue cial de la tuberosidad del quinto meta- del peroneo lateral corto.
Jones 186

A
B

FIG. 2. Dos modalidades anatomopatológicas de fracturas de la base del quinto metatarsiano. A) Fractura avulsiva de la tuberosidad por arrancamiento
de la inserción del peroneo lateral corto (verdadera fractura de Jones, según la descripción original de este autor). B) Fractura metafisaria de la base, no
necesariamente debida a un mecanismo de avulsión.

J uaristi, operación
operación de. Trasplante de los vipédico de Whitman para el tratamien-
tendones del flexor superficial de los de- to de las fracturas de la extremidad su-
dos a los del profundo, seccionados a perior del fémur, y más recientemente
distinto nivel, para el tratamiento de la su método de decorticación en el trata-
contractura isquémica de Volkmann. miento de las seudoartrosis y retardos
(Véase contractur
contractura a isquémica de de consolidación. Fue, junto a su her-
Volkmann.)
olkmann. mano, un precursor de los actuales mé-
J ude, Jean
Jean (1905-1995). Célebre cirujano todos de artroplastia de la cadera con su
ortopédico y traumatólogo francés, her- prótesis de metacrilato (fig. 1).
mano de Robert, con quien colaboró J udet-Letournel, modelo de. Clasifica-
estrechamente durante la vida de este ción de las fracturas acetabulares. (Véa-
FIG. 3. Fijación con tornillo de una fractura último en los numerosos trabajos cientí- se pelvis, traumatismos.)
tuberositaria desplazada del quinto metatarsia- ficos que dieron merecida fama al ape- J udet-Letournel, vía de. Vía de acceso
no, con el principal objetivo de reinsertar el llido. «Monsieur Jean» dedicó, durante ilioinguinal para el tratamiento quirúr-
tendón del peroneo lateral corto. su larga vida, una especial atención a la gico de las fracturas acetabulares. (Véa-
ortopedia y a la traumatología infantil. se pelvis, traumatismos.)
En 1958 publicó, junto a Jean Lagrange, juntura.
juntura. Articulación.
trata de sujetos muy jóvenes, para lo un libro sobre el tratamiento de las frac-
cual basta con efectuar radiografías turas de los miembros en los niños, que
comparativas de los dos pies. ha sido durante muchos años libro de
Tratamiento. En la casi totalidad de consulta obligado en los servicios de ur-
los casos es suficiente la inmoviliza- gencia franceses y que todavía no ha
ción mediante una bota de yeso, sin perdido actualidad. Presidente en 1965
necesidad de reducción y carga pre- de la Société Française de Orthopedie
coz. En algunos casos de fracturas sub- et Traumatologie, miembro durante lar-
tuberositarias muy desplazadas, puede gos años del comité de redacción de la
estar indicada la fijación del fragmento revista de esta sociedad, y presidente en
avulsionado mediante atornillado (fig. 1986 de la Académie de Chirurgie,
3) como alternativa al escayolado y aparte de muchos otros cargos, honores
con un amplio margen de opción per- y distinciones.
sonal entre uno y otro de estos dos tra- J udet, Robert. Insigne cirujano ortopédi-
tamientos. co y traumatólogo francés (1909-1980),
operación de (de Kenneth G. Jo-
J ones, operación hermano de Jean, no menos insigne,
nes).. Técnica quirúrgica para la recons- con el cual desarrolló una importante
trucción del ligamento cruzado anterior labor técnica y científica difícil de resu-
usando un colgajo del tendón rotuliano mir en pocas líneas, pero de la que pue-
rodilla lesiones liga-
(1963). (Véase rodilla, de destacarse, entre sus aportaciones
mentosas.) iniciales, la modificación del yeso pel- FIG. 1. Robert Judet.
K
Kallio, Kalle Emil. Eminente cirujano fi- miliar. Se caracteriza por condensacio- Klumpke-Déjerine, parálisis de. Paráli-
landés (1901-1986), fundador de la Es- nes marmóreas acompañadas de dolor y sis del plexo braquial causada por trau-
cuela de Ortopedia Finlandesa. Nombra- rigidez. matismo obstétrico de sus ramas infe-
do profesor de Cirugía General de la kinesiterapia.
kinesiterapia. Cinesiterapia. riores. (Véase plexo braquial,
Universidad de Helsinki, su afición a la King, operación
operación de (de Brien Thaxton traumatismos.)
ortopedia y a la traumatología le impul- King, cirujano estadounidense, nacido Kocher
ocher,, Emil Theodor
Theodor.. Famoso cirujano
só, en 1961, a transformar su cátedra en en 1886).. Operación para el tratamien- suizo, de Berna (1841-1917), premio
una cátedra de esta especialidad. El úni- to de la luxación posterior recidivante Nobel de Medicina en 1909. Introduc-
co servicio universitario de ortopedia de del codo, mediante fijación a la coro- tor de numerosas técnicas e instrumen-
Finlandia. noides del tendón del bíceps (1939). tos (pinzas de Kocher) en cirugía abdo-
Kapell, operación
operación de. Tenodesis doble, Kirmisson, Édouard. Cirujano francés minal, cervical y urogenital. Autor del
con una tira tomada del tendón del bí- (1848-1927). Introdujo una modifica- procedimiento de reducción de las lu-
ceps y otra del tríceps, cruzadas entre sí ción a la operación de Phelps para la xaciones del hombro (véase este térmi-
a través de una ventana labrada en la corrección del pie de piña. Describió no), de la técnica de la hemipelvecto-
fosa olecraniana del húmero y fijadas la la equimosis transversal a nivel del plie- mía y de las amputaciones altas del
del bíceps en el olécranon y la del trí- gue del codo, en caso de fractura de la muslo y del brazo (fig. 1).
ceps en la coronoides (1951). Para el extremidad inferior del húmero, con Kocher
ocher,, método de. Técnica de reduc-
tratamiento de la luxación recidivante desplazamiento del fragmento superior ción de las luxaciones del hombro.
del codo. hacia delante (signo de Kirmisson). escapulohumeral, luxaciones
(Véase escapulohumeral,
Kassab, Mohamed. Cirujano ortopédico Kirschner
Kirschner,, Martin. Célebre profesor ale- y subluxaciones.)
y traumatólogo tunecino (1926-1987), mán de cirugía en la Universidad de Kocher
ocher-Langenbec
-Langenbeck, k, vía de. Vía de ac-
pero formado en Francia, donde pasó Heidelberg (1879-1942). Autor de nu- ceso posterolateral para el tratamiento
15 años trabajando en los hospitales de merosas innovaciones técnicas en ciru- quirúrgico de las fracturas acetabulares.
París. Puede ser considerado como el gía general, contribuyó igualmente con (Véase pelvis, traumatismos.)
creador de la especialidad en Túnez, importantes aportaciones a la traumato- Kocher
ocher-Lorenz,
-Lorenz, fractur
fracturaa de. Véase en
donde realizó una intensa labor asisten- logía. Los alambres que llevan su nom- el artículo fractur
fracturaa.
cial y científica. Su nombre merece ser bre son utilizados universalmente con
recordado, además, por su generosa múltiples aplicaciones en el tratamiento
ayuda al desarrollo de la traumatología de las fracturas. Su procedimiento de
y ortopedia en los países africanos me- «astillado subperióstico» (Knochenaufs-
nos favorecidos. Consagrado a esta la- plitterung) (1923), para estimular la for-
bor, la muerte le sorprendió en Níger, mación del callo en las seudoartrosis,
donde se hallaba organizando un cen- constituye un precedente al método de
tro de cirugía ortopédica. decorticación preconizado más tarde
Keen, signo de (de William Williams con el mismo fin por los hermanos Ju-
Keen, cirujano estadounidense, 1837- det. Propuso un tipo de férula para el tra-
1932). Ensanchamiento del tobillo en tamiento de las fracturas y fue uno de los
caso de fractura maleolar. primeros en utilizar la hemostasia previa
Keigler,
eigler, fractur
fracturaa de. Véase en el artícu- mediante manguito hinchable en cirugía
lo fractura. de las extremidades.
Kienböck,
Kienböck, Robert. Radiólogo austríaco, Kleinert, plastia de. Método de recons-
de Viena (1871-1953). Aparte de la le- trucción del muñón en las amputaciones
sión del semilunar, conocida con su distales de los dedos de la mano, me-
nombre, describió una luxación aislada diante plastias de avanzamiento. (Véase
de este hueso (luxación de Kienböck). mano, lesiones de las partes blandas.)
Kienböck,
Kienböck, enfermedad de. Osteocon- Kleinert, sutura
sutura de. Sutura para la unión
drosis del semilunar que se observa en de los tendones seccionados. (Véase
adultos jóvenes, a veces con carácter fa- mano, lesiones tendinosas.) FIG. 1. Emil Theodor Kocher.
Kowles 188

Ko wles, tornillos de. Para la fijación y y desplome del tronco hacia delante, la
compresión interfragmentaria en las llamada (y no admitida por todos) en-
fracturas pertrocantéreas y del cuello fermedad de Kümmell o espondilopatía
del fémur, principalmente en los niños. traumática (1895).
Krogius, operación
operación de. Técnica quirúr- Kümmell-Verneuil,
Kümmell-Verneuil, síndrome de. Espon-
gica para el tratamiento de la luxación dilopatía traumática con osteítis verte-
recidivante de la rótula, consistente en bral, dolor, rigidez del dorso, cifosis in-
la transposición de la inserción rotulia- constante y fenómenos derivados de
na del vasto interno al borde externo de la compresión de la medula espinal.
la rótula, para desplazar ésta hacia el Es la consecuencia de una hernia intra-
lado interno de la articulación. (Véase esponjosa del núcleo pulposo de los dis-
rótula, luxaciones traumáticas.) cos intervertebrales. Los cuerpos verte-
Krukenberg, Hermann. Cirujano ale- brales aparecen aplastados en cola de
mán, de Elberfeld (1863-1935). Descri- pescado, en cuña o bizcocho, etc.
bió la técnica para creación de una pin- Küntscher
Küntscher,, Gerhard. Famoso cirujano
za entre los extremos del radio y del alemán (1900-1972). Probablemente no
cúbito, útil para la presión, en los casos hay ningún traumatólogo en el mundo
de amputación de la mano, recurso con que no conozca este nombre y lo asocie
gran eficacia práctica, especialmente al método de tratamiento de las fractu-
en los amputados dobles, y que fue am- ras diafisarias, de todos conocido.
pliamente utilizado en Alemania con Tal vez algunos no sepan que fue direc-
los mutilados de la Primera Guerra tor del «Hafenkrankenhau» (el hospital FIG. 1. Gerhard Küntscher.
Mundial. En España fue igualmente em- portuario) de Hamburgo, y muy pocos
pleado y difundido por Manuel Bastos los que sabrán que estuvo algún tiempo
Ansart entre los mutilados de la campa- trabajando en España, concretamente crito de la segunda edición de su libro
ña de África. en la provincia de Barcelona, después Praxis der Marknagelung, editado por
Kulenkampff, Dietrich.
Dietrich. Cirujano ale- de su jubilación. En enero de 1970, mu- primera vez en 1962. El texto de esta
mán, nacido en 1880. Describió, en chos traumatólogos españoles tuvieron primera edición, con todas las correc-
1912, la técnica de la anestesia del ple- ocasión de verle y oírle con motivo de ciones, tachaduras, añadidos y notas al
xo braquial, para las intervenciones de su participación en los «Fines de sema- margen de la mano de Küntscher, ha
la extremidad superior, conocida hoy na traumatológicos» invitado por su or- sido editado en forma facsimilar en
día por su nombre. ganizador, José de Palacios y Carvajal. 1986 (fig. 1).
Kümmell, Hermann. Cirujano alemán, Murió estando solo, en su residencia Kutler,
utler, método de. Técnica para la re-
de Hamburgo (1852-1937). Describió de Gluksburg, y su cuerpo sin vida fue construcción por plastia de avanza-
(con Verneuil) un cuadro doloroso pos- encontrado, al ir a visitarle, por su ami- miento de los muñones de amputación
traumático por fractura de la columna go y seguidor el doctor Wolfers. Junto a distal de los dedos. (Véase mano, le-
dorsolumbar, con tendencia a la cifosis él, sobre el sofá, se hallaba el manus- siones de las partes blandas.)
L
laceración
laceración cerebral.
cerebral. Es la alteración ciones combatió eficazmente el mayor Lanthier,
Lanthier, método de. Técnica para el
anatomopatológica propia de los focos peligro que ofrecían en aquel tiempo estas tratamiento de las fracturas diafisometa-
contusivos, con destrucción de la es- intervenciones: el de la infección. (Véase fisarias de la extremidad inferior del fé-
tructura nerviosa («papilla cerebral»). fijadores externos en traumatología
traumatología.) mur (1950), basada en la aplicación de
(Véase craneoencefálicos,
craneoencefálicos, trauma trauma-- laminectomía. Resección de láminas ver- clavos flexibles introducidos en la cavi-
tismos.)
tismos tebrales en caso de compresión o tumor dad medular por ambos cóndilos femo-
Lachmnn-T
Lachmnn-Trillat,
rillat, prueba de. Técnica medular, o con objeto de enderezar la rales.
para el diagnóstico de las lesiones del columna vertebral en el mal de Pott. Lasègue, Ernest Charles. Médico fran-
ligamento cruzado anterior. (Véase ro - Lane, William
William Arbuthnot. Cirujano y fi- cés (1816-1883), de París, conocido
dilla, lesiones ligamentosas.) siólogo inglés (1856-1943), de Londres. universalmente por su descripción del
Lachapelle,
Lachapelle, perritos de, o imagen de Su principal contribución a la traumato- signo para el diagnóstico de la ciática
los perritos de. Imagen que aparece logía fueron los diferentes modelos de que hoy lleva su nombre.
en las radiografías oblicuas del raquis instrumentos y placas de osteosíntesis Lasègue, signo de. Dolor provocado por
lumbosacro revelando la existencia de (placas de Lane). la flexión de la cadera sobre la pelvis,
una espondilólisis. (Véase r aquis lum-lum- Lange, Fritz.
Fritz. Cirujano ortopédico ale- combinada con la extensión de la pier-
bosacro, traumatismos.) Véase en es - mán (1864-1952), jefe de la Clínica Or- na sobre la cadera; el movimiento es
pondilólisis y espondilolistesis de topédica de Munich. Sus principales pronto detenido por el vivo dolor que
origen traumático.
traumático. aportaciones a la cirugía especializada siente el enfermo a nivel de la nalga. Se
Lagoria, signo de. Relajamiento de los se centran en el terreno de la ortopedia observa en la ciática y es debido al esti-
extensores y de la fascia lata, en caso de y concretamente en el tratamiento de ramiento del nervio afectado.
fractura del cuello del fémur. los trastornos motores y las deformida- Latarjet, operación
operación de. Procedimiento
Lambotte, Albin. Eminente cirujano bel- des. Su contribución a la traumatología quirúrgico para el tratamiento de la lu-
ga, de Amberes (1866-1955). Contribu- es por ello marginal (aparatos correcto- xación recidivante del hombro (véase
yó en gran medida al desarrollo de la os- res o de sujeción, osteotomías, etc.). este término), basada en la transposición
teosíntesis para el tratamiento de las Lange, Max. Cirujano ortopédico alemán, de la coracoides, con las inserciones
fracturas con nuevos métodos e instru- jefe de la Clínica Ortopédica de Munich, musculares del bíceps y el coracobra-
mentos. Su sistema de fijación externa a partir de 1952, sucediendo a Fritz Lan-
(1907) se conoce todavía en los tratados ge. Sus principales aportaciones al cam-
clásicos como método de Lambotte. De- po de la traumatología fueron, como las
sarrolló una intensa labor en todos los de su antecesor, orientadas a la correc-
campos de la patología quirúrgica y téc- ción de secuelas y defectos.
nica operatoria. Destacó muy pronto a Lange, signo de (de Fritz Lange).. Acorta-
partir de 1900 en el tratamiento a cielo miento de la separación entre el trocán-
abierto de las fracturas. Describió uno de ter mayor y la horizontal tangente a las
los primeros aparatos de fijación externa crestas ilíacas, que traduce la elevación
y una técnica particular de osteosíntesis de la extremidad superior del fémur.
con la creación de instrumentos y mate- (Véase cadera, principales característi-
rial de fijación (cintas, tornillos, placas, cas anatomofuncionales.)
etcétera), que hasta hace muy poco Langenbeck,
Langenbeck, Bernhard Rudolph Kon Kon -
figuraban todavía con su nombre en algu- r ad von.
von. Cirujano alemán (1810-
nos catálogos. Era particularmente escru- 1887), jefe de la Clínica Universitaria
puloso en la ejecución de las interven- de Berlín. Su contribución a la trauma-
ciones y un precursor de lo que más tología se debe principalmente a las
adelante se divulgó como «notouch tech- vías de acceso propuestas para las ope-
nique». Operaba con guantes blancos, raciones de cadera y de rodilla, así
en el sentido literal del término, procu- como por la difusión del vendaje esca-
rando acabar la intervención sin que se yolado para la inmovilización de las FIG. 1. Bernhard Rudolf Konrad von Lan-
mancharan de sangre. Con tales precau- fracturas y de las osteotomías (fig.1). genbeck (1810-1897).
latigazo 190 191 ligamento

quial al borde anterior de la glenoides. de París (1875-1948). Ideó un método terior de esta apófisis y se continúan en puente por delante del músculo cuadra- aplanada y delgada, que se extiende de mamente fuerte, tensa y resistente, que
latigazo, síndrome del (en inglés, whi- de reducción a cielo abierto de las frac- la línea media con los homólogos del do de los lomos. Es una dependencia la base de la apófisis coracoides a la se extiende desde la espina ilíaca ante-
plash syndrome). Lesión de la columna turas con hundimiento del calcáneo, lado opuesto. del ligamento lumbocostal de Henle y parte superior y posterior de la escota- rior a la espina del pubis, cubriendo a
vertebral cervical producida por un me- consistente en el relleno de injertos en- ligamento amarillo. Cada una de las for- refuerza, a este nivel, la aponeurosis del dura coracoidea, convirtiéndola así en manera de puente todas las formacio-
canismo de aceleración y desacelera- tre los fragmentos después de la reduc- maciones anchas y gruesas, de natura- cuadrado lumbar. un orificio osteofibroso que pone en co- nes que a este nivel pasan desde la ca-
ción. (Véase r aquis cervical, trauma- ción. leza elástica, que completan por detrás ligamento arqueado (ligamento arcua- municación la fosa supraespinosa con vidad abdominal al muslo. No es otra
tismos.) Leriche,
Leriche, René. Famoso cirujano francés el cierre del conducto raquídeo, llenan- tum). Formación ligamentosa que refuer- la subescapular y por el cual pasan el cosa que la porción de la aponeurosis
Lauge-Hansen, clasificación de. Clasi- (1879-1955), de Lyon, París y Estrasbur- do el hiato que separa las láminas ver- za la cápsula posteroexterna de la rodilla, nervio supraescapular y algunas venas. de inserción del oblicuo mayor corres-
ficación (1942) de las fracturas del tobi- go, universalmente conocido. En 1923 tebrales. entre el fémur y la cabeza del peroné, por ligamento costoclavicular
costoclavicular.. Véase liga-
liga- pondiente al borde anterior del hueso
llo. (Véase este término.) confirmó la naturaleza vasomotora de ligamento anular.
anular. Ligamento de la arti- detrás del ligamento lateral externo. (Véa- mento romboideo. coxal. Topográficamente queda deter-
Laugier,
Laugier, Stanislas. Cirujano francés las alteraciones radiográficas descritas culacion radiocubital superior, que se se rodilla, lesiones ligamentosas.) ligamento cruciforme. Conjunto liga- minado sobre la superficie externa de la
(1799-1872). Describió una variedad por Paul Sudeck en la por él denomina- inserta por sus dos extremos por delan- ligamento arqueado subpubiano. Véa- mentoso retroodontoideo dispuesto en región por el pliegue de la ingle. Sin.: li-
rara de hernia crural a través de una da atrofia ósea dolorosa postraumática. te y por detrás de la cavidad sigmoidea se ligamento subpubiano.
subpubiano forma de cruz y formado por los liga- gamento de Poupart.
abertura del ligamento de Gimbernat (Véase este artículo.) menor del cúbito y rodea por su parte ligamento calcaneocuboideo. Ligamen- mentos transverso, transversoaxoideo y ligamento de Far Farabeuf.
abeuf. Véase liga- liga-
(hernia de Laugier). Con el nombre de Letournel, técnicas de. Técnicas de os- media la extremidad superior del radio; tos que se hallan en las caras superior e transversooccipital. mento glenohumeral
glenohumeral inferior,
inferior, me-me-
signo de Laugier se conoce la situación teosíntesis de las fracturas acetabulares. desempeña la doble función de ensan- inferior de la articulación del calcáneo ligamento cruzado. Cada uno de los dio y superior,
superior, y ligamento isquio-isquio-
de la apófisis estiloides del radio y del (Véase en pelvis, fracturas acetabulares.) chamiento y de contención. con el cuboides. dos ligamentos de la articulación de la femoral
femoral.
cúbito a un mismo nivel, en caso de ley de Serres. Todo hueso que ocupa la ligamento anular anterior del carpo. ligamento capsular.
capsular. Manguito fibroso pe- rodilla que se hallan situados profunda- ligamento de GerdyGerdy. Véase ligamento
fractura de la extremidad inferior del ra- línea media es primitivamente doble Cinta fibrosa, condensación inferior de riférico o cápsula articular, que reúne las mente en la escotadura intercondílea. suspensorio de la axila.
dio, por ascenso de este último. (ley de simetría). la aponeurosis de la región anterior de extremidades articulares de los huesos Se trata, en realidad, de formaciones ligamento de Lauth. Véase ligamento
Lazo-Cañadell, aparato
aparato de. Aparato li- ley de Stokes. El músculo subyacente a la muñeca, que se extiende transversal- en las articulaciones movibles o diartro- extraarticulares. transv
transverso
erso del occipital.
neal monolateral (no transfixiante) de fi- una membrana serosa inflamada se mente desde uno a otro borde del car- sis, fijándose fuertemente por ambas cir- ligamento cuadrado.
cuadrado. Lámina fibrosa cua- ligamento deltoideo. Capa superficial
jación externa, con barra externa de lon- afecta a menudo de parálisis. po. Por su cara profunda envía un tabi- cunferencias en las piezas esqueléticas drilátera de la articulación radiocubital del ligamento lateral interno de la arti-
gitud variable, con posibilidades de ley de Teev
Teevan.
an. La fractura de cráneo ocu- que fibroso sagital que se fija en la cara correspondientes. superior, que se extiende desde el borde culación tibiotarsiana, que se inserta en
biocompresión o dinamización elástica rre en la línea de expansión y no en la anterior del escafoides y trapecio, de ligamento cervical posterior.
posterior. Lámina inferior de la cavidad sigmoidea menor todo el borde inferior del maléolo inter-
y de aplicación en el alargamiento de de compresión. modo que quedan configuradas dos co- fibrosa triangular, cuyo vértice inferior del cúbito a la parte correspondiente del no y desciende hasta el tarso en forma
los miembros. (Véase fijadores exter-
exter- ley de Wolff.
Wolff. Todo cambio en el uso o re- rrederas osteofibrosas, una externa, se inserta en la apófisis espinosa de la cuello del radio. Limita los movimientos de abanico, terminando por un lado en
nos en traumatología.
traumatología.) laciones estáticas de un hueso lleva no para el paso del tendón del palmar ma- sexta o séptima vértebra cervical y cuya de pronación y supinación del antebra- el tubérculo de la cara interna del astrá-
Lecene, operación
operación de. Técnica quirúr- sólo a un cambio en su estructura inter- yor, y otra interna, para el nervio me- base corresponde a la protuberancia zo. Sin.: ligamento de Denucé. galo situado por dentro del conducto
gica para el tratamiento de la luxación na y arquitectura, sino también a un diano y todos los tendones flexores y occipital externa y a la cresta media que ligamento de Arnold. Véase ligamento del flexor propio del dedo gordo, y por
recidivante de la rótula, consistente en cambio en su conformación exterior y sus vainas sinoviales. la continúa; su borde anterior se fija só- lateral
lateral inferior.
inferior. otro en la parte interna del cuello del
la sección del alerón rotuliano externo función. ligamento anular anterior del tarso. lidamente en el vértice de las apófisis ligamento de Bardinet. Fascículo poste- astrágalo, en la cara superior del esca-
y transposición de la inserción rotuliana ligamento (del lat. ligamentum, banda).. Cinta fibrosa que refuerza la aponeuro- espinosas de las vértebras subyacentes; rior del ligamento lateral interno de la foides y en la apófisis menor del calcá-
del vasto interno al lado externo de la 1. Banda de tejido conjuntivo fibroso sis de la región anterior de la garganta su borde posterior, libre, se confunde articulación del codo, que se inserta por neo.
rótula, con el fin de desplazar ésta hacia blanco, denso y flexible, muy resistente del pie, extendiéndose transversalmen- con las fibras tendinosas de los múscu- su vértice en la parte posterior e inferior ligamento de Luchska
Luchska . Véase ligamen -
el lado interno de la articulación. (Véa- y casi inextensible, que une las piezas te por delante de la articulación tibio- los trapecios, y sus dos caras, derecha e de la epitróclea y se dirige luego obli- to yugal.
se rótula, luxaciones traumáticas.) esqueléticas que entran en la constitu- tarsiana. izquierda, corresponden a las masas cuamente hacia abajo y hacia atrás, en ligamento de Maissiat. Véase ligamen -
Le Coeur,
Coeur, PolPol (1869-1951). Célebre ciru- ción de una articulación. 2. Pliegues ligamento anular de Weber Weber.. Fascículo musculares de la región. Órgano rudi- abanico, para fijarse por su base semi- to iliotibial.
jano ortopédico infantil, conocido prin- serosos o láminas que unen los órganos curvo, visible en la parte posterior e in- mentario en el hombre, representa la lunar en la parte interna del olécranon. ligamento de Poupart.
Poupart. Véase ligamen -
cipalmente por su contribución al estu- abdominales entre sí o a las paredes ab- ferior de la articulación coxofemoral, porción cervical del ligamento supraes- ligamento de Bigelow
Bigelow. Véase ligamen - to de Falopio.
Falopio.
dio y tratamiento de las afecciones dominales. formado por el reforzamiento a ese ni- pinoso; está muy desarrollado en los to iliofemoral.
iliofemoral. ligamento de Retzius. Véase ligamen -
neurológicas de la infancia, en especial ligamento adiposo. Repliegue de la si- vel de las fibras circulares de la cápsula, cuadrúpedos, pues en ellos tiene como ligamento de Brodie. Véase ligamento to en banda.
la poliomielitis, y no tanto por su apor- novial de la articulación de la rodilla, que rodean el cuello a modo de collar. función sostener la cabeza y el cuello. humeral
humeral transv
transverso.
erso. ligamento de WeberWeber.. Ligamento anular
tación específica en el campo de la que prolonga en forma de cordón del- Sin.: ligamento de Weber. ligamento coccígeo. Prolongación del ligamento de Cooper.
Cooper. 1. Grueso cor- de Weber.
traumatología. Sin embargo, su breve gado, a menudo filiforme, el paquete ligamento anular posterior del carpo. fondo del saco dural que envuelve el fi- dón fibroso aplicado sobre la arista Weitbrecht.
ligamento de Weitbrec ht. Cinta fibrosa
actuación como traumatólogo merece adiposo anterior situado por detrás del Engrosamiento inferior de la aponeuro- lum terminale de la medula espinal a cortante de la cresta pectínea, desde la mal diferenciada situada por encima de la
un especial recuerdo por parte de los ligamento rotuliano, hasta la parte ante- sis posterior de la muñeca, que en forma manera de vaina, desciende con él al espina del pubis a la eminencia iliopec- membrana interósea del antebrazo y ex-
españoles: en 1939, apenas terminado rior de la escotadura intercondílea. de cinta transversal se extiende por de- conducto sacro y va a insertarse en la tínea. 2. Fascículos arciformes que, tendida desde la base de la apófisis coro-
su internado, acudió como voluntario a ligamento alar.
alar. Cada uno de los dos re- trás de la articulación radiocarpiana base del cóccix. en la articulación del codo, van de la noides a la cara anterior del radio, un poco
Perpignan para asistir a los numerosos pliegues falciformes que forma la sino- desde uno a otro borde del carpo, de- ligamento conoide. Ligamento costo- base del olécranon hasta la base de por debajo de la tuberosidad bicipital.
heridos de nuestra guerra civil refugia- vial de la rodilla a cada lado; partiendo sempeñando el papel de aparato de clavicular posterointerno; tabique trian- la apófisis coronoides, describiendo una ligamento de Winslo
Winslow w. Ligamento pos-
dos en Francia. de los bordes laterales de la rótula, se contención para los tendones extenso- gular perpendicular al ligamento trape- ligera curva de concavidad superior. 3. terior de la articulación de la rodilla.
Le Fort,
Fort, fractur
fractura a de (de Emile Le Fort, ci- dirigen oblicuamente hacia abajo, atrás res. De su cara profunda parten tabiques zoide. Su extremidad inferior o vértice Hojillas conjuntivas que se desprenden ligamento de Zaglas. Fascículo corto del
rujano francés, 1869-1951). Véase en el y adentro, para terminar en la parte me- verticales que se fijan en los bordes de se inserta en la base de la apófisis cora- de la cara profunda de la dermis y se fi- plano superficial del ligamento sacroi-
fractura.
artículo fractur a. dia del ligamento adiposo. los canales óseos del radio y del cúbito, coides y, desplegándose a la manera de jan en el borde cortante de las crestas fi- líaco posterior, que se extiende desde la
legra.
legra. Instrumento cortante que se emplea ligamento alar de la odontoides. Cada formando una serie de correderas osteo- un abanico, va a fijarse por su ancha broglandulares de Duret, en el tejido ce- espina ilíaca posterior y superior al se-
en cirugía para desprender el periostio y uno de los dos ligamentos occipito- fibrosas para los tendones extensores. base en el borde posterior de la clavícu- luloadiposo de la región mamaria. gundo tubérculo conjugado del sacro.
raspar la superficie ósea, y en odontolo- odontoideos laterales que, desde la cara ligamento arciforme
arciforme del diafragma.
diafragma. la, inmediatamente por detrás del liga- ligamento de Cowper
Cowper.. Porción de la fas- ligamento en banda. Plano profundo
gía para limpiar el sarro de los dientes. interna de los cóndilos occipitales, se Fibras aponeuróticas que se extienden mento trapezoide. cia lata que se inserta en la cresta del del ligamento anular del tarso. Sin.: li-
sutura de. Método de sutura
Lengemann, sutura dirigen hacia abajo y adentro, para ter- del borde inferior de la duodécima cos- ligamento coracocla vicular.. Ligamen-
coracoclavicular pubis. gamento de Retzius.
tendinosa atraumática, mediante alam- minar a los lados de la mitad superior tilla a la cara anterior y borde superior to que une la apófisis coracoides con la ligamento de Denucé. Véase ligamen - ligamento en V. V. Véase ligamento en Y. Y
bre provisional, extirpable. de la odontoides, mientras que los ma- de la apófisis transversa de la segunda clavícula. to cuadrado.
cuadrado. ligamento en Y. Y. Ligamento común a las
Lenormant, Charles. Cirujano francés, nojos más elevados ganan la cara pos- vértebra lumbar, pasando a manera de ligamento coracoideo.
coracoideo. Cinta fibrosa, ligamento de Falopio.
Falopio. Cinta fibrosa, su- articulaciones astragaloescafoidea y cal-
latigazo 190 191 ligamento

quial al borde anterior de la glenoides. de París (1875-1948). Ideó un método terior de esta apófisis y se continúan en puente por delante del músculo cuadra- aplanada y delgada, que se extiende de mamente fuerte, tensa y resistente, que
latigazo, síndrome del (en inglés, whi- de reducción a cielo abierto de las frac- la línea media con los homólogos del do de los lomos. Es una dependencia la base de la apófisis coracoides a la se extiende desde la espina ilíaca ante-
plash syndrome). Lesión de la columna turas con hundimiento del calcáneo, lado opuesto. del ligamento lumbocostal de Henle y parte superior y posterior de la escota- rior a la espina del pubis, cubriendo a
vertebral cervical producida por un me- consistente en el relleno de injertos en- ligamento amarillo. Cada una de las for- refuerza, a este nivel, la aponeurosis del dura coracoidea, convirtiéndola así en manera de puente todas las formacio-
canismo de aceleración y desacelera- tre los fragmentos después de la reduc- maciones anchas y gruesas, de natura- cuadrado lumbar. un orificio osteofibroso que pone en co- nes que a este nivel pasan desde la ca-
ción. (Véase r aquis cervical, trauma- ción. leza elástica, que completan por detrás ligamento arqueado (ligamento arcua- municación la fosa supraespinosa con vidad abdominal al muslo. No es otra
tismos.) Leriche,
Leriche, René. Famoso cirujano francés el cierre del conducto raquídeo, llenan- tum). Formación ligamentosa que refuer- la subescapular y por el cual pasan el cosa que la porción de la aponeurosis
Lauge-Hansen, clasificación de. Clasi- (1879-1955), de Lyon, París y Estrasbur- do el hiato que separa las láminas ver- za la cápsula posteroexterna de la rodilla, nervio supraescapular y algunas venas. de inserción del oblicuo mayor corres-
ficación (1942) de las fracturas del tobi- go, universalmente conocido. En 1923 tebrales. entre el fémur y la cabeza del peroné, por ligamento costoclavicular
costoclavicular.. Véase liga-
liga- pondiente al borde anterior del hueso
llo. (Véase este término.) confirmó la naturaleza vasomotora de ligamento anular.
anular. Ligamento de la arti- detrás del ligamento lateral externo. (Véa- mento romboideo. coxal. Topográficamente queda deter-
Laugier,
Laugier, Stanislas. Cirujano francés las alteraciones radiográficas descritas culacion radiocubital superior, que se se rodilla, lesiones ligamentosas.) ligamento cruciforme. Conjunto liga- minado sobre la superficie externa de la
(1799-1872). Describió una variedad por Paul Sudeck en la por él denomina- inserta por sus dos extremos por delan- ligamento arqueado subpubiano. Véa- mentoso retroodontoideo dispuesto en región por el pliegue de la ingle. Sin.: li-
rara de hernia crural a través de una da atrofia ósea dolorosa postraumática. te y por detrás de la cavidad sigmoidea se ligamento subpubiano.
subpubiano forma de cruz y formado por los liga- gamento de Poupart.
abertura del ligamento de Gimbernat (Véase este artículo.) menor del cúbito y rodea por su parte ligamento calcaneocuboideo. Ligamen- mentos transverso, transversoaxoideo y ligamento de Far Farabeuf.
abeuf. Véase liga- liga-
(hernia de Laugier). Con el nombre de Letournel, técnicas de. Técnicas de os- media la extremidad superior del radio; tos que se hallan en las caras superior e transversooccipital. mento glenohumeral
glenohumeral inferior,
inferior, me-me-
signo de Laugier se conoce la situación teosíntesis de las fracturas acetabulares. desempeña la doble función de ensan- inferior de la articulación del calcáneo ligamento cruzado. Cada uno de los dio y superior,
superior, y ligamento isquio-isquio-
de la apófisis estiloides del radio y del (Véase en pelvis, fracturas acetabulares.) chamiento y de contención. con el cuboides. dos ligamentos de la articulación de la femoral
femoral.
cúbito a un mismo nivel, en caso de ley de Serres. Todo hueso que ocupa la ligamento anular anterior del carpo. ligamento capsular.
capsular. Manguito fibroso pe- rodilla que se hallan situados profunda- ligamento de GerdyGerdy. Véase ligamento
fractura de la extremidad inferior del ra- línea media es primitivamente doble Cinta fibrosa, condensación inferior de riférico o cápsula articular, que reúne las mente en la escotadura intercondílea. suspensorio de la axila.
dio, por ascenso de este último. (ley de simetría). la aponeurosis de la región anterior de extremidades articulares de los huesos Se trata, en realidad, de formaciones ligamento de Lauth. Véase ligamento
Lazo-Cañadell, aparato
aparato de. Aparato li- ley de Stokes. El músculo subyacente a la muñeca, que se extiende transversal- en las articulaciones movibles o diartro- extraarticulares. transv
transverso
erso del occipital.
neal monolateral (no transfixiante) de fi- una membrana serosa inflamada se mente desde uno a otro borde del car- sis, fijándose fuertemente por ambas cir- ligamento cuadrado.
cuadrado. Lámina fibrosa cua- ligamento deltoideo. Capa superficial
jación externa, con barra externa de lon- afecta a menudo de parálisis. po. Por su cara profunda envía un tabi- cunferencias en las piezas esqueléticas drilátera de la articulación radiocubital del ligamento lateral interno de la arti-
gitud variable, con posibilidades de ley de Teev
Teevan.
an. La fractura de cráneo ocu- que fibroso sagital que se fija en la cara correspondientes. superior, que se extiende desde el borde culación tibiotarsiana, que se inserta en
biocompresión o dinamización elástica rre en la línea de expansión y no en la anterior del escafoides y trapecio, de ligamento cervical posterior.
posterior. Lámina inferior de la cavidad sigmoidea menor todo el borde inferior del maléolo inter-
y de aplicación en el alargamiento de de compresión. modo que quedan configuradas dos co- fibrosa triangular, cuyo vértice inferior del cúbito a la parte correspondiente del no y desciende hasta el tarso en forma
los miembros. (Véase fijadores exter-
exter- ley de Wolff.
Wolff. Todo cambio en el uso o re- rrederas osteofibrosas, una externa, se inserta en la apófisis espinosa de la cuello del radio. Limita los movimientos de abanico, terminando por un lado en
nos en traumatología.
traumatología.) laciones estáticas de un hueso lleva no para el paso del tendón del palmar ma- sexta o séptima vértebra cervical y cuya de pronación y supinación del antebra- el tubérculo de la cara interna del astrá-
Lecene, operación
operación de. Técnica quirúr- sólo a un cambio en su estructura inter- yor, y otra interna, para el nervio me- base corresponde a la protuberancia zo. Sin.: ligamento de Denucé. galo situado por dentro del conducto
gica para el tratamiento de la luxación na y arquitectura, sino también a un diano y todos los tendones flexores y occipital externa y a la cresta media que ligamento de Arnold. Véase ligamento del flexor propio del dedo gordo, y por
recidivante de la rótula, consistente en cambio en su conformación exterior y sus vainas sinoviales. la continúa; su borde anterior se fija só- lateral
lateral inferior.
inferior. otro en la parte interna del cuello del
la sección del alerón rotuliano externo función. ligamento anular anterior del tarso. lidamente en el vértice de las apófisis ligamento de Bardinet. Fascículo poste- astrágalo, en la cara superior del esca-
y transposición de la inserción rotuliana ligamento (del lat. ligamentum, banda).. Cinta fibrosa que refuerza la aponeuro- espinosas de las vértebras subyacentes; rior del ligamento lateral interno de la foides y en la apófisis menor del calcá-
del vasto interno al lado externo de la 1. Banda de tejido conjuntivo fibroso sis de la región anterior de la garganta su borde posterior, libre, se confunde articulación del codo, que se inserta por neo.
rótula, con el fin de desplazar ésta hacia blanco, denso y flexible, muy resistente del pie, extendiéndose transversalmen- con las fibras tendinosas de los múscu- su vértice en la parte posterior e inferior ligamento de Luchska
Luchska . Véase ligamen -
el lado interno de la articulación. (Véa- y casi inextensible, que une las piezas te por delante de la articulación tibio- los trapecios, y sus dos caras, derecha e de la epitróclea y se dirige luego obli- to yugal.
se rótula, luxaciones traumáticas.) esqueléticas que entran en la constitu- tarsiana. izquierda, corresponden a las masas cuamente hacia abajo y hacia atrás, en ligamento de Maissiat. Véase ligamen -
Le Coeur,
Coeur, PolPol (1869-1951). Célebre ciru- ción de una articulación. 2. Pliegues ligamento anular de Weber Weber.. Fascículo musculares de la región. Órgano rudi- abanico, para fijarse por su base semi- to iliotibial.
jano ortopédico infantil, conocido prin- serosos o láminas que unen los órganos curvo, visible en la parte posterior e in- mentario en el hombre, representa la lunar en la parte interna del olécranon. ligamento de Poupart.
Poupart. Véase ligamen -
cipalmente por su contribución al estu- abdominales entre sí o a las paredes ab- ferior de la articulación coxofemoral, porción cervical del ligamento supraes- ligamento de Bigelow
Bigelow. Véase ligamen - to de Falopio.
Falopio.
dio y tratamiento de las afecciones dominales. formado por el reforzamiento a ese ni- pinoso; está muy desarrollado en los to iliofemoral.
iliofemoral. ligamento de Retzius. Véase ligamen -
neurológicas de la infancia, en especial ligamento adiposo. Repliegue de la si- vel de las fibras circulares de la cápsula, cuadrúpedos, pues en ellos tiene como ligamento de Brodie. Véase ligamento to en banda.
la poliomielitis, y no tanto por su apor- novial de la articulación de la rodilla, que rodean el cuello a modo de collar. función sostener la cabeza y el cuello. humeral
humeral transv
transverso.
erso. ligamento de WeberWeber.. Ligamento anular
tación específica en el campo de la que prolonga en forma de cordón del- Sin.: ligamento de Weber. ligamento coccígeo. Prolongación del ligamento de Cooper.
Cooper. 1. Grueso cor- de Weber.
traumatología. Sin embargo, su breve gado, a menudo filiforme, el paquete ligamento anular posterior del carpo. fondo del saco dural que envuelve el fi- dón fibroso aplicado sobre la arista Weitbrecht.
ligamento de Weitbrec ht. Cinta fibrosa
actuación como traumatólogo merece adiposo anterior situado por detrás del Engrosamiento inferior de la aponeuro- lum terminale de la medula espinal a cortante de la cresta pectínea, desde la mal diferenciada situada por encima de la
un especial recuerdo por parte de los ligamento rotuliano, hasta la parte ante- sis posterior de la muñeca, que en forma manera de vaina, desciende con él al espina del pubis a la eminencia iliopec- membrana interósea del antebrazo y ex-
españoles: en 1939, apenas terminado rior de la escotadura intercondílea. de cinta transversal se extiende por de- conducto sacro y va a insertarse en la tínea. 2. Fascículos arciformes que, tendida desde la base de la apófisis coro-
su internado, acudió como voluntario a ligamento alar.
alar. Cada uno de los dos re- trás de la articulación radiocarpiana base del cóccix. en la articulación del codo, van de la noides a la cara anterior del radio, un poco
Perpignan para asistir a los numerosos pliegues falciformes que forma la sino- desde uno a otro borde del carpo, de- ligamento conoide. Ligamento costo- base del olécranon hasta la base de por debajo de la tuberosidad bicipital.
heridos de nuestra guerra civil refugia- vial de la rodilla a cada lado; partiendo sempeñando el papel de aparato de clavicular posterointerno; tabique trian- la apófisis coronoides, describiendo una ligamento de Winslo
Winslow w. Ligamento pos-
dos en Francia. de los bordes laterales de la rótula, se contención para los tendones extenso- gular perpendicular al ligamento trape- ligera curva de concavidad superior. 3. terior de la articulación de la rodilla.
Le Fort,
Fort, fractur
fractura a de (de Emile Le Fort, ci- dirigen oblicuamente hacia abajo, atrás res. De su cara profunda parten tabiques zoide. Su extremidad inferior o vértice Hojillas conjuntivas que se desprenden ligamento de Zaglas. Fascículo corto del
rujano francés, 1869-1951). Véase en el y adentro, para terminar en la parte me- verticales que se fijan en los bordes de se inserta en la base de la apófisis cora- de la cara profunda de la dermis y se fi- plano superficial del ligamento sacroi-
fractura.
artículo fractur a. dia del ligamento adiposo. los canales óseos del radio y del cúbito, coides y, desplegándose a la manera de jan en el borde cortante de las crestas fi- líaco posterior, que se extiende desde la
legra.
legra. Instrumento cortante que se emplea ligamento alar de la odontoides. Cada formando una serie de correderas osteo- un abanico, va a fijarse por su ancha broglandulares de Duret, en el tejido ce- espina ilíaca posterior y superior al se-
en cirugía para desprender el periostio y uno de los dos ligamentos occipito- fibrosas para los tendones extensores. base en el borde posterior de la clavícu- luloadiposo de la región mamaria. gundo tubérculo conjugado del sacro.
raspar la superficie ósea, y en odontolo- odontoideos laterales que, desde la cara ligamento arciforme
arciforme del diafragma.
diafragma. la, inmediatamente por detrás del liga- ligamento de Cowper
Cowper.. Porción de la fas- ligamento en banda. Plano profundo
gía para limpiar el sarro de los dientes. interna de los cóndilos occipitales, se Fibras aponeuróticas que se extienden mento trapezoide. cia lata que se inserta en la cresta del del ligamento anular del tarso. Sin.: li-
sutura de. Método de sutura
Lengemann, sutura dirigen hacia abajo y adentro, para ter- del borde inferior de la duodécima cos- ligamento coracocla vicular.. Ligamen-
coracoclavicular pubis. gamento de Retzius.
tendinosa atraumática, mediante alam- minar a los lados de la mitad superior tilla a la cara anterior y borde superior to que une la apófisis coracoides con la ligamento de Denucé. Véase ligamen - ligamento en V. V. Véase ligamento en Y. Y
bre provisional, extirpable. de la odontoides, mientras que los ma- de la apófisis transversa de la segunda clavícula. to cuadrado.
cuadrado. ligamento en Y. Y. Ligamento común a las
Lenormant, Charles. Cirujano francés, nojos más elevados ganan la cara pos- vértebra lumbar, pasando a manera de ligamento coracoideo.
coracoideo. Cinta fibrosa, ligamento de Falopio.
Falopio. Cinta fibrosa, su- articulaciones astragaloescafoidea y cal-
ligamento 192 193 ligamento

caneocuboidea, que es considerado la dose a manera de abanico para termi- ligamento lateral
lateral de la rótula. Véase ligamento pubofemoral.
pubofemoral. Ligamento de por debajo de la sínfisis pubiana, a la cribiendo una curva de concavidad an-
llave de la articulación de Chopart. Tie- nar en la línea oblicua del fémur. Sin.: li- ligamento propio de la rótula. la articulación coxofemoral que nace cual prolonga hacia abajo y atrás. Tiene terior que abraza la apófisis odontoidea
ne forma de tabique longitudinal situado gamento de Bigelow. ligamento lateral
lateral inferior.
inferior. Manojo fi- por delante en la eminencia iliopectínea, forma de media luna de concavidad de modo que cierra, junto con el arco
de canto entre ambas articulaciones; se ligamento iliolumbar.
iliolumbar. Fascículos fibro- broso dependiente del ligamento occi- cresta pectínea, rama horizontal y cuer- posteroinferior. Sus dos extremos se in- anterior del atlas, el anillo osteofibroso
inserta por detrás en la apófisis mayor sos que desde el vértice y borde inferior pitoaxoideo lateral que, de la cara pos- po del pubis y termina en la fosita pre- sertan a cada lado sobre la parte interna de la articulación atloideodontoidea.
del calcáneo, y por delante se divide en de la apófisis transversa de la quinta terior del cuerpo del axis, se dirige trocantérea. Actúa limitando el movi- de la rama ascendente del pubis; su 2. Fascículo inferior del ligamento poste-
dos fascículos, de los cuales el interno vértebra lumbar se dirigen transversal- oblicuamente hacia arriba y afuera para miento de abducción. borde superior convexo está íntima- rior de la articulación peroneotibial infe-
se inserta en la parte superoexterna del mente hacia fuera a la porción corres- fijarse en las masas laterales del atlas. ligamento redondo del fémur. fémur. Cinta fi- mente adherido al fibrocartílago inter- rior, notable por su grosor y resistencia.
escafoides y el externo en la cara dorsal pondiente de la cresta ilíaca. Ocupa el Sin.: ligamento de Arnold. brosa de 30 mm de largo situada en el óseo, y su borde inferior, cóncavo, sua- Ensancha por detrás la mortaja tibiope-
del cuboides. Sin.: ligamento en V. espacio angular que separa la columna ligamento lumbocostal. Expansión fi- interior de la articulación coxofemoral. viza el ángulo de unión de los dos pubis ronea, tomando así parte en la constitu-
ligamento estilomaxilar.
estilomaxilar. Ligamento que vertebral de la cresta ilíaca, completan- brosa gruesa y resistente que se extien- Se inserta, por un lado, en la fosita de la formando el arco pubiano de los tocó- ción de la articulación tibiotarsiana.
une el vértice de la apófisis estiloidea do en su parte posterosuperior la pared de desde el vértice de las apófisis trans- cabeza femoral, y por el otro lado en el logos, sobre el cual gira la cabeza del ligamento transv
transverso
erso del metacarpo.
con el borde parotídeo del maxilar infe- de la pelvis menor. versas de las dos primeras vértebras ligamento transverso del acetábulo, en feto al desprenderse del anillo vulvar. Cinta fibrosa transversal que une la ex-
rior, un poco por encima del ángulo in- ligamento iliotibial. Fibras tendinosas lumbares hasta el borde inferior de la los dos bordes de la escotadura isquio- Sin.: ligamento arqueado subpubiano. tremidad distal de los metacarpianos se-
ferior. Representa uno de los ligamentos del músculo tensor de la fascia lata, que duodécima costilla. pubiana y en la cavidad cotiloidea. ligamento supraespinoso.
supraespinoso. Largo cordón gundo, tercero, cuarto y quinto, y que
accesorios de la articulación temporo- se fusionan con la aponeurosis femoral y ligamento may may or de la planta. Liga- ligamento romboideo. Fibras que se ex- fibroso, impar y medio, que descansa es una dependencia de las articulacio-
maxilar. refuerzan en la parte externa de la re- mento calcaneocuboideo inferior que tienden entre la cara inferior de la claví- sobre el vértice de las apófisis espinosas, nes metacarpofalángicas.
ligamento glenohumeral
glenohumeral inferior.
inferior. Li- gión rotuliana la aponeurosis de la rodi- se extiende desde las tuberosidades del cula y la primera costilla. Sin.: ligamen- desde una extremidad a otra de la co- ligamento transv
transverso
erso del metatarso.
gamento de la articulación escapulohu- lla; forman así en la parte externa del calcáneo al cuboides o hasta la extre- to costoclavicular. lumna vertebral y adhiriéndose íntima- Cinta fibrosa que reúne la extremidad
meral, que nace en la parte media del muslo una tirilla longitudinal muy resis- midad posterior de los metacarpianos. ligamento rotuliano. Porción infrarrotu- mente a dichos vértices. Su mayor desa- anterior o digital de los metatarsianos,
reborde glenoideo y en la parte corres- tente que contribuye a mantener el equi- Sin.: ligamento gran plantar. liana del tendón del cuádriceps, que se rrollo corresponde a la región cervical, pasando por debajo de las cinco articu-
pondiente del cuello del omóplato y se librio en la estación sobre un solo pie. ligamento oblicuo. Parte posterointerna extiende desde la extremidad anterior donde forma el ligamento cervical pos- laciones metatarsofalángicas.
inserta por fuera en la parte anterior e Sin.: ligamento de Maissiat. de la cápsula articular de la rodilla, que de la rótula hasta la parte media e infe- terior. ligamento transv
transverso
erso del occipital. Pe-
inferior del cuello quirúrgico, en el es- ligamento intercla
interclavicular
vicular.. Fibras largas recubre el polo posterior del cóndilo fe- rior de la tuberosidad anterior de la tibia. ligamento supraglenoprehumer
supraglenoprehumeral al de queño cordón ansiforme, de concavidad
pacio comprendido entre la inserción que partiendo de la parte superior del moral interno. Se desgarra con frecuencia ligamento rotuliano accesorio. Cada arabeuf. Véase ligamento glenohu-
Farabeuf. glenohu- superior, que se extiende de un lado a
del músculo subescapular y la del re- extremo interno de una clavícula des- en las lesiones del ligamento lateral inter- una de las dos cintillas fibrosas que unen meral
meral medio. otro del occipital pasando por detrás de
dondo menor. Es el más ancho, largo y cienden hasta la horquilla esternal, a la no, exigiendo su reparación quirúgica. la parte inferior del borde lateral de la ró- ligamento supraglenosupr
supraglenosuprahumer
ahumeral al de la apófisis odontoides, y que representa
fuerte de los tres ligamentos glenohu- cual se adhieren íntimamente por el bor- (Véase rodilla, lesiones ligamentosas.) tula a la tuberosidad tibial correspon- arabeuf. Véase ligamento glenohu-
Farabeuf. glenohu- los manojos más elevados de los liga-
merales. Sin.: ligamento preglenosub- de inferior salvo en la parte media, cru- ligamento occipitoodontoideo. Liga- diente. meral
meral superior.
superior. mentos occipitoatloideos laterales. Sin.:
humeral inferior de Farabeuf. zan la línea media del esternón y suben mentos que en sus tres variantes, uno ligamento sacrociático may mayor.
or. Manojo ligamento suprapubiano.
suprapubiano. Fascículos de ligamento de Lauth.
ligamento glenohumeral
glenohumeral medio. Liga- a la clavícula del lado opuesto. medio y dos laterales, conforman la fibroso grueso, ancho y resistente, que la inserción inferior de la línea blanca ligamento trapezoide.
trapezoide. Ligamento cora-
mento de la articulación escapulohu- ligamento interespinoso. Tabique fibro- unión de la apófisis odontoidea al hue- nace de las dos espinas ilíacas posteriores abdominal; forman en su conjunto una coclavicular anteroexterno, que se in-
meral, que nace en la parte superior del so vertical y medio que llena exacta- so occipital. (Véase ligamento alar de y de los bordes del sacro y cóccix y se di- lámina triangular fuerte y resistente que serta por abajo en la parte posterior del
rodete glenoideo y la superficie ósea mente el intervalo que existe entre una la odontoides y ligamento suspen- suspen- rige hacia abajo, afuera y adelante para termina en el labio posterior del borde borde interno de la apófisis coracoides
vecina y se extiende hasta la base de la apófisis espinosa y otra, a lo largo de la sorio de la odontoides.) insertarse en la tuberosidad del isquion. superior del pubis y envía una prolon- y se dirige oblicuamente hacia arriba y
tuberosidad menor del húmero, donde columna vertebral. ligamento poplíteo arqueado. Fibras Desempeña un papel muy importante en gación al ligamento de Cooper y a la afuera para terminar cerca de la extre-
se confunde con el tendón del subesca- ligamento interóseo. Ligamento dispues- propias de la parte media del ligamento el armazón de la pelvis, contribuyendo, cara posterior de la rama horizontal del midad externa de la clavícula. Adopta
pular. Sin.: ligamento supraglenoprehu- to en el intervalo entre un hueso y otro. posterior de la articulación de la rodilla; junto con el ligamento sacrociático me- pubis hasta alcanzar el orificio interno la forma de una lámina cuadrilátera y
meral de Farabeuf. Generalmente son cortos y resistentes; se compone de dos fascículos que des- nor, a formar las escotaduras ciáticas ma- del conducto subpubiano. está orientado en el plano sagital per-
ligamento glenohumeral
glenohumeral superior.
superior. Li- están por fuera de la cavidad articular o prendiéndose, uno de la cabeza del pe- yor y menor que establecen amplia co- ligamento suspensorio de la axila. pendicular al ligamento coronoide.
gamento de la articulación escapulohu- separados de ella por la sinovial. roné y otro de la tuberosidad externa de municación entre la cavidad pelviana y la Porción última de la aponeurosis clavi- ligamento triangular.
triangular. Fibrocartílago in-
meral que, desde la parte superior del ligamento intertransv
intertransverso.
erso. Cada una de la tibia, convergen hacia arriba unién- región glútea y que son atravesados por coracoaxilar o pectoral profunda que, teróseo de la articulación radiocubital
rodete glenoideo y la superficie ósea las formaciones fibrosas que unen las dose y formando una especie de arco importantes órganos vasculares, nervio- desde el borde inferior del músculo inferior, que se extiende horizontalmen-
vecina, se dirige a la muesca excavada apófisis transversas de las vértebras espi- bajo el cual pasa el músculo poplíteo. sos y musculares. pectoral menor, desciende verticalmen- te entre la cabeza del cúbito y la prime-
en el cuello anatómico entre la cabeza nales entre sí; estos ligamentos están ligamento poplíteo oblicuo. Ancha ex- ligamento sacrociático menor. menor. Lámina te para terminar en parte en la aponeu- ra fila del carpo. Se fija por la base en el
y la tuberosidad menor del húmero. más desarrollados en la región lumbar. pansión triangular que contribuye a for- triangular situada por delante del liga- rosis y piel del hueco axilar (originando borde inferior de la cavidad sigmoidea,
Sin.: ligamento supraglenosuprahume- isquiofemoral de Barrow
ligamento isquiofemoral Barrow. mar la parte media del ligamento poste- mento sacrociático mayor, cuya base, su concavidad característica), y en par- y por el vértice en la ranura que separa
ral de Farabeuf. Ligamento de la articulación coxofe- rior de la articulación de la rodilla. Se dirigida hacia abajo, se inserta en el te en la aponeurosis braquial a nivel del la cabeza del cúbito de su apófisis esti-
ligamento gran
gran plantar.
plantar. Véase ligamen-
ligamen- moral situado en la región posterior e desprende del tendón del semimembra- borde correspondiente del sacro y del coracobraquial y braquial anterior. Sin.: loides.
mayor de la planta.
to may inferior de aquélla. Se origina en el ca- noso y se dirige oblicuamente hacia cóccix y cuyo vértice se fija en la espi- ligamento de Gerdy. ligamento vertebr al común anterior.
vertebral anterior.
ligamento humeral
humeral transv
transverso.
erso. Con- nal subcotiloideo y la porción de la arriba y afuera para terminar sobre la na ciática. Divide el espacio que separa ligamento suspensorio de la odontoi- odontoi- Larga cinta nacarada adaptada a la cara
junto de fascículos transversales o más ceja cotiloidea situada por encima y se cáscara fibrosa del cóndilo externo y el borde posterior del hueso coxal del des. Ligamento occipitoodontoideo im- anterior de la columna vertebral, desde
o menos oblicuos que cerca de la inser- dirige oblicuamente hacia fuera y arri- sobre el fémur mismo, en el espacio ligamento sacrociático mayor en dos par y medio, que se extiende desde la el axis a la parte superior del sacro; se
ción externa del ligamento glenohume- ba para terminar en el borde anterior de comprendido entre los dos cóndilos. orificios: uno superior, mayor (escota- parte anterior del agujero occipital al adhiere íntimamente por su cara poste-
ral superior lo unen al ligamento cora- la cavidad digital del trocánter mayor. preglenosubhumeral infe -
ligamento preglenosubhumeral dura ciática mayor), y otro inferior, mu- vértice de la apófisis odontoidea. Es, en rior a los cuerpos vertebrales y a los dis-
cohumeral, yendo de una tuberosidad a Es un verdadero ligamento suspensorio rior de FarFarabeuf.
abeuf. Véase ligamento cho más pequeño (escotadura ciática realidad, un seudoligamento, y repre- cos intervertebrales que los separan.
otra del húmero y pasando a manera de de la pelvis en la bipedestación; limita glenohumeral
glenohumeral inferior.
inferior. menor), por los cuales se establece am- senta al disco intervertebral que une la ligamento vertebr
vertebral
al común posterior.
posterior.
puente sobre la corredera bicipital. Sin.: los movimientos de rotación del fémur ligamento propio de la rótula. Fibras plia comunicación entre la cavidad pel- última vértebra cefálica a la primera Cinta fibrosa que corre en pleno con-
ligamento de Brodie. hacia dentro. Sin.: ligamento de Fara- transversales que van desde los bordes viana y la región glútea, y que son atra- cervical o atlas, cuyo cuerpo es la apó- ducto raquídeo, aplicada a la cara pos-
iliofemoral. Ligamento de la
ligamento iliofemoral. beuf. de la rótula al cóndilo correspondiente, vesados por importantes órganos vascu- fisis mencionada. terior de los cuerpos vertebrales, desde
articulación coxofemoral, que nace por ligamento isquiosupracervical
isquiosupracervical de Fa Fa - cubriendo las partes laterales de la sino- lares, nerviosos y musculares. ligamento transv
transverso.
erso. 1. Cinta fibrosa el occipital al sacro. Ancha a nivel de
debajo de la espina ilíaca anteroinferior r abeuf. Véase ligamento isquiofe-
isquiofe- vial de la rodilla. Sin.: ligamento lateral ligamento subpubiano. Lámina fibrosa que se extiende transversalmente de los discos intervertebrales, se estrecha a
y se dirige hacia abajo y afuera abrién- moral
moral de Barrow
Barrow. de la rótula. muy resistente, situada inmediatamente una masa lateral del atlas a la otra, des- nivel de las vértebras, de modo que sus
ligamento 192 193 ligamento

caneocuboidea, que es considerado la dose a manera de abanico para termi- ligamento lateral
lateral de la rótula. Véase ligamento pubofemoral.
pubofemoral. Ligamento de por debajo de la sínfisis pubiana, a la cribiendo una curva de concavidad an-
llave de la articulación de Chopart. Tie- nar en la línea oblicua del fémur. Sin.: li- ligamento propio de la rótula. la articulación coxofemoral que nace cual prolonga hacia abajo y atrás. Tiene terior que abraza la apófisis odontoidea
ne forma de tabique longitudinal situado gamento de Bigelow. ligamento lateral
lateral inferior.
inferior. Manojo fi- por delante en la eminencia iliopectínea, forma de media luna de concavidad de modo que cierra, junto con el arco
de canto entre ambas articulaciones; se ligamento iliolumbar.
iliolumbar. Fascículos fibro- broso dependiente del ligamento occi- cresta pectínea, rama horizontal y cuer- posteroinferior. Sus dos extremos se in- anterior del atlas, el anillo osteofibroso
inserta por detrás en la apófisis mayor sos que desde el vértice y borde inferior pitoaxoideo lateral que, de la cara pos- po del pubis y termina en la fosita pre- sertan a cada lado sobre la parte interna de la articulación atloideodontoidea.
del calcáneo, y por delante se divide en de la apófisis transversa de la quinta terior del cuerpo del axis, se dirige trocantérea. Actúa limitando el movi- de la rama ascendente del pubis; su 2. Fascículo inferior del ligamento poste-
dos fascículos, de los cuales el interno vértebra lumbar se dirigen transversal- oblicuamente hacia arriba y afuera para miento de abducción. borde superior convexo está íntima- rior de la articulación peroneotibial infe-
se inserta en la parte superoexterna del mente hacia fuera a la porción corres- fijarse en las masas laterales del atlas. ligamento redondo del fémur. fémur. Cinta fi- mente adherido al fibrocartílago inter- rior, notable por su grosor y resistencia.
escafoides y el externo en la cara dorsal pondiente de la cresta ilíaca. Ocupa el Sin.: ligamento de Arnold. brosa de 30 mm de largo situada en el óseo, y su borde inferior, cóncavo, sua- Ensancha por detrás la mortaja tibiope-
del cuboides. Sin.: ligamento en V. espacio angular que separa la columna ligamento lumbocostal. Expansión fi- interior de la articulación coxofemoral. viza el ángulo de unión de los dos pubis ronea, tomando así parte en la constitu-
ligamento estilomaxilar.
estilomaxilar. Ligamento que vertebral de la cresta ilíaca, completan- brosa gruesa y resistente que se extien- Se inserta, por un lado, en la fosita de la formando el arco pubiano de los tocó- ción de la articulación tibiotarsiana.
une el vértice de la apófisis estiloidea do en su parte posterosuperior la pared de desde el vértice de las apófisis trans- cabeza femoral, y por el otro lado en el logos, sobre el cual gira la cabeza del ligamento transv
transverso
erso del metacarpo.
con el borde parotídeo del maxilar infe- de la pelvis menor. versas de las dos primeras vértebras ligamento transverso del acetábulo, en feto al desprenderse del anillo vulvar. Cinta fibrosa transversal que une la ex-
rior, un poco por encima del ángulo in- ligamento iliotibial. Fibras tendinosas lumbares hasta el borde inferior de la los dos bordes de la escotadura isquio- Sin.: ligamento arqueado subpubiano. tremidad distal de los metacarpianos se-
ferior. Representa uno de los ligamentos del músculo tensor de la fascia lata, que duodécima costilla. pubiana y en la cavidad cotiloidea. ligamento supraespinoso.
supraespinoso. Largo cordón gundo, tercero, cuarto y quinto, y que
accesorios de la articulación temporo- se fusionan con la aponeurosis femoral y ligamento may may or de la planta. Liga- ligamento romboideo. Fibras que se ex- fibroso, impar y medio, que descansa es una dependencia de las articulacio-
maxilar. refuerzan en la parte externa de la re- mento calcaneocuboideo inferior que tienden entre la cara inferior de la claví- sobre el vértice de las apófisis espinosas, nes metacarpofalángicas.
ligamento glenohumeral
glenohumeral inferior.
inferior. Li- gión rotuliana la aponeurosis de la rodi- se extiende desde las tuberosidades del cula y la primera costilla. Sin.: ligamen- desde una extremidad a otra de la co- ligamento transv
transverso
erso del metatarso.
gamento de la articulación escapulohu- lla; forman así en la parte externa del calcáneo al cuboides o hasta la extre- to costoclavicular. lumna vertebral y adhiriéndose íntima- Cinta fibrosa que reúne la extremidad
meral, que nace en la parte media del muslo una tirilla longitudinal muy resis- midad posterior de los metacarpianos. ligamento rotuliano. Porción infrarrotu- mente a dichos vértices. Su mayor desa- anterior o digital de los metatarsianos,
reborde glenoideo y en la parte corres- tente que contribuye a mantener el equi- Sin.: ligamento gran plantar. liana del tendón del cuádriceps, que se rrollo corresponde a la región cervical, pasando por debajo de las cinco articu-
pondiente del cuello del omóplato y se librio en la estación sobre un solo pie. ligamento oblicuo. Parte posterointerna extiende desde la extremidad anterior donde forma el ligamento cervical pos- laciones metatarsofalángicas.
inserta por fuera en la parte anterior e Sin.: ligamento de Maissiat. de la cápsula articular de la rodilla, que de la rótula hasta la parte media e infe- terior. ligamento transv
transverso
erso del occipital. Pe-
inferior del cuello quirúrgico, en el es- ligamento intercla
interclavicular
vicular.. Fibras largas recubre el polo posterior del cóndilo fe- rior de la tuberosidad anterior de la tibia. ligamento supraglenoprehumer
supraglenoprehumeral al de queño cordón ansiforme, de concavidad
pacio comprendido entre la inserción que partiendo de la parte superior del moral interno. Se desgarra con frecuencia ligamento rotuliano accesorio. Cada arabeuf. Véase ligamento glenohu-
Farabeuf. glenohu- superior, que se extiende de un lado a
del músculo subescapular y la del re- extremo interno de una clavícula des- en las lesiones del ligamento lateral inter- una de las dos cintillas fibrosas que unen meral
meral medio. otro del occipital pasando por detrás de
dondo menor. Es el más ancho, largo y cienden hasta la horquilla esternal, a la no, exigiendo su reparación quirúgica. la parte inferior del borde lateral de la ró- ligamento supraglenosupr
supraglenosuprahumer
ahumeral al de la apófisis odontoides, y que representa
fuerte de los tres ligamentos glenohu- cual se adhieren íntimamente por el bor- (Véase rodilla, lesiones ligamentosas.) tula a la tuberosidad tibial correspon- arabeuf. Véase ligamento glenohu-
Farabeuf. glenohu- los manojos más elevados de los liga-
merales. Sin.: ligamento preglenosub- de inferior salvo en la parte media, cru- ligamento occipitoodontoideo. Liga- diente. meral
meral superior.
superior. mentos occipitoatloideos laterales. Sin.:
humeral inferior de Farabeuf. zan la línea media del esternón y suben mentos que en sus tres variantes, uno ligamento sacrociático may mayor.
or. Manojo ligamento suprapubiano.
suprapubiano. Fascículos de ligamento de Lauth.
ligamento glenohumeral
glenohumeral medio. Liga- a la clavícula del lado opuesto. medio y dos laterales, conforman la fibroso grueso, ancho y resistente, que la inserción inferior de la línea blanca ligamento trapezoide.
trapezoide. Ligamento cora-
mento de la articulación escapulohu- ligamento interespinoso. Tabique fibro- unión de la apófisis odontoidea al hue- nace de las dos espinas ilíacas posteriores abdominal; forman en su conjunto una coclavicular anteroexterno, que se in-
meral, que nace en la parte superior del so vertical y medio que llena exacta- so occipital. (Véase ligamento alar de y de los bordes del sacro y cóccix y se di- lámina triangular fuerte y resistente que serta por abajo en la parte posterior del
rodete glenoideo y la superficie ósea mente el intervalo que existe entre una la odontoides y ligamento suspen- suspen- rige hacia abajo, afuera y adelante para termina en el labio posterior del borde borde interno de la apófisis coracoides
vecina y se extiende hasta la base de la apófisis espinosa y otra, a lo largo de la sorio de la odontoides.) insertarse en la tuberosidad del isquion. superior del pubis y envía una prolon- y se dirige oblicuamente hacia arriba y
tuberosidad menor del húmero, donde columna vertebral. ligamento poplíteo arqueado. Fibras Desempeña un papel muy importante en gación al ligamento de Cooper y a la afuera para terminar cerca de la extre-
se confunde con el tendón del subesca- ligamento interóseo. Ligamento dispues- propias de la parte media del ligamento el armazón de la pelvis, contribuyendo, cara posterior de la rama horizontal del midad externa de la clavícula. Adopta
pular. Sin.: ligamento supraglenoprehu- to en el intervalo entre un hueso y otro. posterior de la articulación de la rodilla; junto con el ligamento sacrociático me- pubis hasta alcanzar el orificio interno la forma de una lámina cuadrilátera y
meral de Farabeuf. Generalmente son cortos y resistentes; se compone de dos fascículos que des- nor, a formar las escotaduras ciáticas ma- del conducto subpubiano. está orientado en el plano sagital per-
ligamento glenohumeral
glenohumeral superior.
superior. Li- están por fuera de la cavidad articular o prendiéndose, uno de la cabeza del pe- yor y menor que establecen amplia co- ligamento suspensorio de la axila. pendicular al ligamento coronoide.
gamento de la articulación escapulohu- separados de ella por la sinovial. roné y otro de la tuberosidad externa de municación entre la cavidad pelviana y la Porción última de la aponeurosis clavi- ligamento triangular.
triangular. Fibrocartílago in-
meral que, desde la parte superior del ligamento intertransv
intertransverso.
erso. Cada una de la tibia, convergen hacia arriba unién- región glútea y que son atravesados por coracoaxilar o pectoral profunda que, teróseo de la articulación radiocubital
rodete glenoideo y la superficie ósea las formaciones fibrosas que unen las dose y formando una especie de arco importantes órganos vasculares, nervio- desde el borde inferior del músculo inferior, que se extiende horizontalmen-
vecina, se dirige a la muesca excavada apófisis transversas de las vértebras espi- bajo el cual pasa el músculo poplíteo. sos y musculares. pectoral menor, desciende verticalmen- te entre la cabeza del cúbito y la prime-
en el cuello anatómico entre la cabeza nales entre sí; estos ligamentos están ligamento poplíteo oblicuo. Ancha ex- ligamento sacrociático menor. menor. Lámina te para terminar en parte en la aponeu- ra fila del carpo. Se fija por la base en el
y la tuberosidad menor del húmero. más desarrollados en la región lumbar. pansión triangular que contribuye a for- triangular situada por delante del liga- rosis y piel del hueco axilar (originando borde inferior de la cavidad sigmoidea,
Sin.: ligamento supraglenosuprahume- isquiofemoral de Barrow
ligamento isquiofemoral Barrow. mar la parte media del ligamento poste- mento sacrociático mayor, cuya base, su concavidad característica), y en par- y por el vértice en la ranura que separa
ral de Farabeuf. Ligamento de la articulación coxofe- rior de la articulación de la rodilla. Se dirigida hacia abajo, se inserta en el te en la aponeurosis braquial a nivel del la cabeza del cúbito de su apófisis esti-
ligamento gran
gran plantar.
plantar. Véase ligamen-
ligamen- moral situado en la región posterior e desprende del tendón del semimembra- borde correspondiente del sacro y del coracobraquial y braquial anterior. Sin.: loides.
mayor de la planta.
to may inferior de aquélla. Se origina en el ca- noso y se dirige oblicuamente hacia cóccix y cuyo vértice se fija en la espi- ligamento de Gerdy. ligamento vertebr al común anterior.
vertebral anterior.
ligamento humeral
humeral transv
transverso.
erso. Con- nal subcotiloideo y la porción de la arriba y afuera para terminar sobre la na ciática. Divide el espacio que separa ligamento suspensorio de la odontoi- odontoi- Larga cinta nacarada adaptada a la cara
junto de fascículos transversales o más ceja cotiloidea situada por encima y se cáscara fibrosa del cóndilo externo y el borde posterior del hueso coxal del des. Ligamento occipitoodontoideo im- anterior de la columna vertebral, desde
o menos oblicuos que cerca de la inser- dirige oblicuamente hacia fuera y arri- sobre el fémur mismo, en el espacio ligamento sacrociático mayor en dos par y medio, que se extiende desde la el axis a la parte superior del sacro; se
ción externa del ligamento glenohume- ba para terminar en el borde anterior de comprendido entre los dos cóndilos. orificios: uno superior, mayor (escota- parte anterior del agujero occipital al adhiere íntimamente por su cara poste-
ral superior lo unen al ligamento cora- la cavidad digital del trocánter mayor. preglenosubhumeral infe -
ligamento preglenosubhumeral dura ciática mayor), y otro inferior, mu- vértice de la apófisis odontoidea. Es, en rior a los cuerpos vertebrales y a los dis-
cohumeral, yendo de una tuberosidad a Es un verdadero ligamento suspensorio rior de FarFarabeuf.
abeuf. Véase ligamento cho más pequeño (escotadura ciática realidad, un seudoligamento, y repre- cos intervertebrales que los separan.
otra del húmero y pasando a manera de de la pelvis en la bipedestación; limita glenohumeral
glenohumeral inferior.
inferior. menor), por los cuales se establece am- senta al disco intervertebral que une la ligamento vertebr
vertebral
al común posterior.
posterior.
puente sobre la corredera bicipital. Sin.: los movimientos de rotación del fémur ligamento propio de la rótula. Fibras plia comunicación entre la cavidad pel- última vértebra cefálica a la primera Cinta fibrosa que corre en pleno con-
ligamento de Brodie. hacia dentro. Sin.: ligamento de Fara- transversales que van desde los bordes viana y la región glútea, y que son atra- cervical o atlas, cuyo cuerpo es la apó- ducto raquídeo, aplicada a la cara pos-
iliofemoral. Ligamento de la
ligamento iliofemoral. beuf. de la rótula al cóndilo correspondiente, vesados por importantes órganos vascu- fisis mencionada. terior de los cuerpos vertebrales, desde
articulación coxofemoral, que nace por ligamento isquiosupracervical
isquiosupracervical de Fa Fa - cubriendo las partes laterales de la sino- lares, nerviosos y musculares. ligamento transv
transverso.
erso. 1. Cinta fibrosa el occipital al sacro. Ancha a nivel de
debajo de la espina ilíaca anteroinferior r abeuf. Véase ligamento isquiofe-
isquiofe- vial de la rodilla. Sin.: ligamento lateral ligamento subpubiano. Lámina fibrosa que se extiende transversalmente de los discos intervertebrales, se estrecha a
y se dirige hacia abajo y afuera abrién- moral
moral de Barrow
Barrow. de la rótula. muy resistente, situada inmediatamente una masa lateral del atlas a la otra, des- nivel de las vértebras, de modo que sus
ligamento 194 195 lumbalgias

bordes resultan festoneados; los dientes la tuberosidad isquiática, cuando el fé- de la articulación coxofemoral, que si- Louis, ángulo de (de Pierre Charles Ale- los traumatismos, lo cual equivale a re- que pueden plantearse en el terreno le-
o picos que circunscriben las ondas se mur está flexionado en un ángulo de 45 gue el contorno superior del cuello de xandre Louis, médico francés, 1787- ferirse principalmente (y casi exclusi- gal o laboral y que el traumatólogo muy
extienden lateralmente hasta la cara in- grados sobre la pelvis. Es normalmente la extremidad superior del fémur y se 1872). Dícese del ángulo formado entre vamente) a los procesos dolorosos de frecuentemente tiene que afrontar.
terna de los pedículos, donde se fijan. tangente al borde superior del trocánter continúa con el contorno externo del el manubrio y el cuerpo del esternón. origen discal, los cuales no constituyen Etiopatogenia y mecanismos de produc-
ligamento xifoideo. Fascículos verticales mayor y divide la cavidad cotiloidea en íleon, sin quebraduras ni dislocaciones. Sin.: ángulo esternal, ángulo de Ludwig. un tema genuinamente traumatológico. ción. Las lesiones discales no se produ-
del extremo superior de la línea blanca dos partes iguales. En muchos casos pa- Patológicamente, tal como en casos de Louis, método de. Procedimiento de re- Por otro lado, los casos supuestamente cen nunca por traumatismos directos
abdominal, que se insertan en la punta y tológicos (luxación de cadera, fractura luxación de cadera, por ejemplo, esta ducción y fijación de las espondilolistesis provocados o agravados por un trauma- sobre la región lumbosacra, y difícil-
cara inferior del apéndice xifoides. del cuello del fémur), el trocánter mayor línea aparece quebrada. por vía anterior. (Véase raquis lumbosa-
lumbosa- tismo apenas se diferencian, en cuanto mente pueden producirse en los trau-
ligamento yugal. Ligamento transversal se encuentra por encima de esta línea y lingismo. Cinesiterapia. cro, traumatismos, y espondilólisis y es-
es-
a su clínica, diagnóstico y tratamiento, matismos de mayor entidad que indi-
que une en la parte anterior los dos me- la longitud en que la rebasa da bastante Lisfranc,
Lisfranc, Jacques.
Jacques. Cirujano francés pondilolistesis de origen traumático.
traumático.)
de los de cualquier otro origen. Su prin- rectamente repercuten sobre la misma
niscos de la articulación de la rodilla. exactamente la medida de la disloca- (1790-1847). Se conoce con su nombre Lov
Lov e, operación
operación de. Intervención para
Sin.: ligamento de Luchska. ción. Sin.: línea de Robson. la amputación parcial del pie, entre el el tratamiento de hernias del disco in- cipal interés, desde el punto de vista (caídas de una cierta altura, accidente
Lindemann I y II, método de (de Au- línea de Neugebauer.
Neugebauer. Línea que une el tarso y el metatarso. tervertebral. Extirpación del ligamento traumatológico, reside en los problemas de tráfico, aplastamientos, etc.). En
gust Lindemann, cirujano alemán, naci- borde superior del trocánter mayor a la Liston, Robert. Cirujano escocés (1794- amarillo y resección de una pequeña
do en 1880).. Método para la recons- cresta ilíaca; normalmente se cruza con 1847). Introdujo la anestesia etérea en porción de los bordes de las láminas ve- A
trucción del ligamento cruzado anterior la del lado opuesto por encima de la ca- Europa (1846) y describió unos cuchi- cinas, lo que permite llegar al disco pro-
(I) o del posterior (II), basado en el em- beza y en la línea media. Su determina- llos especiales de amputación conoci- pulsado. Extirpación total del disco con
pleo del tendón del semitendinoso sec- ción tiene una considerable importan- dos con su nombre. curetaje de la parte interior necrosada,
cionado distalmente y pasado por el cia obstétrica para el estudio de las Littré, Alexis. Anatomista y cirujano fran- de modo que se logre la fusión comple-
cóndilo femoral externo y el platillo ti- malformaciones de la pelvis. cés (1658-1726), célebre por la descrip- ta de ambas caras vertebrales refresca-
bial interno (1950). (Véase rodilla, le- línea de Ombrédanne. Líneas que se ción de las glándulas de la uretra mascu- das, o sea, la artrodesis vertebral.
siones ligamentosas.) marcan sobre la placa radiográfica de la lina que hoy llevan su nombre, y de otras Lucas-Championniere, Just. Just. Cirujano
línea (del lat. linea).. Estría, señal, surco o articulación coxofemoral antes de su aportaciones a la cirugía general. En el francés (1843-1913), con todos los de-
borde largo y estrecho. osificación, y que determinan el clásico campo de la traumatología es digno de rechos de ser considerado como un pre-
línea biestiloidea. Línea que une el vér- esquema de Putti para la ubicación de recordar por su famosa autopsia (1705) a cusor del tratamiento funcional de las
tice de las apófisis estiloideas del cúbi- la posición de la cabeza femoral, muy un malechor, condenado a suplicio y fracturas. Radicalmente opuesto a los
to y del radio; tiene importancia en el importante en el diagnóstico de luxa- que optó por suicidarse arrojándose de métodos ortodoxos de inmovilización
diagnóstico de las fracturas de la región. ción congénita de cadera. Son dos, una cabeza contra la pared. Al levantar la ca- de los fragmentos, preconizaba la movi-
línea de Albanese. Líneas que se marcan horizontal, que pasa a nivel del borde lota, Littré se encontró que el cerebro no lización precoz de los miembros fractu-
sobre la placa radiográfica de la articu- superior del cuello femoral y fisiológi- presentaba lesiones visibles y su estado rados como medio de estimular la con-
lación coxofemoral y sirven para deli- camente alcanza a ambos cotilos a ni- era «natural y perfectamente sano». Des- solidación, evitar la atrofia muscular y
mitar el triángulo de Albanese, fisiológi- vel de la cisura isquiopubiana, y otra, de entonces, y durante dos siglos y me- prevenir la rigidez articular.
camente simétrico en uno y otro lado. vertical, que baja de la espina ilíaca an- dio, el término conmoción o contusión Ludloff, Karl. Cirujano alemán (1864-
Son tres: la primera es la línea media es- teroinferior y pasa por el borde interno cerebral hacía referencia a esta discor- 1954), de Breslau. Describió una fractu-
pinalpubiana; la segunda es horizontal, del cuello femoral, alcanzando fisioló- dancia entre las manifestaciones clínicas ra vertical del ala del sacro por meca-
tangente a la cabeza femoral y perpen- gicamente el techo del cotilo en su par- de los traumatismos craneoencefálicos y nismo de compresión lateral de la
dicular a la línea media; la tercera parte te media. la falta o escasez de alteraciones anato- pelvis, y del signo que lleva su nombre.
del punto más alto de la epífisis femoral línea de Robson. Véase línea de Néla - mopatológicas en algunos de ellos. Ludloff, signo de. Imposibilidad de fle-
y rasando el punto más alto del cartíla- ton-Roser.
ton-Roser. Lloyd-Roberts,
Lloyd-Roberts, operación
operación de. Recons- xionar activamente el muslo desde la B
go en Y llega a la línea media. Tienen línea de Schoemaker
Schoemaker.. Línea que parte trucción del ligamento anular del cúbito posición sentada, en las fracturas del
importancia para el diagnóstico de la del ángulo anterosuperior del trocánter para la estabilización de las luxaciones trocánter menor, pudiéndolo hacer, en
luxación congénita de la cadera. mayor, pasa por la espina ilíaca antero- de la cabeza radial, mediante colgajo de cambio, en decúbito dorsal, a cargo del
línea de Boeckel.
Boeckel. Línea que prolonga la superior y se prolonga hacia arriba en fascia tomado del tendón del tríceps. tensor de la fascia lata. Equimosis a ni-
cara palmar del pulgar colocado en ab- busca de la línea media, entrecruzán- López Trigo,
Trigo, Tomás.
Tomás. Eminente cirujano vel del triángulo de Scarpa, en la misma
ducción forzada hasta el borde cubital dose con la del lado opuesto por enci- español, nacido en Valencia, presiden- fractura.
de la mano, y que divide la palma en ma del ombligo. En estado patológico, te de la Sociedad Española de Cirugía Ludwig, ángulo de (de Daniel Ludwig,
Ludwig,
dos zonas: una inferior o zona poco pe- cuando existe elevación de un trocán- Ortopédica y Traumatología entre 1953 anatomista alemán, 1625-1680). Véase
ligrosa, y otra superior o zona peligrosa, ter, el entrecruzamiento se efectúa por y 1955. Louis, ángulo de. de
en la cual se encuentran todos los órga- debajo del ombligo y por fuera de la lí- Lorenz, Adolf. Famoso cirujano ortopédi- lumbalgias y lumbociáticas de origen
nos importantes (vainas sinoviales, ar- nea media. co austríaco (1854-1946), de Viena. Au- traumático
traumático
cos palmares, ramas nerviosas). línea de Shenton. Línea curva que se tor de numerosas técnicas para el trata- Precisión y delimitación del concepto.
línea cementada. Línea refringente que determina en las radiografías de la arti- miento de las fracturas y reposición de El dolor lumbar, asociado o no al dolor
delimita los sistemas de Havers del res- culación coxofemoral siguiendo el las luxaciones (método de Lorenz de re- irradiado en el territorio del ciático, es
to de la sustancia ósea en las secciones contorno inferior del cuello del fémur y ducción de las luxaciones del hombro), un síntoma frecuente de los traumatis-
transversales de la diáfisis de los huesos el contorno superior del agujero obtu- de yesos en posiciones adecuadas (por mos de la región lumbosacra, sea cual
largos. rador, y que fisiológicamente no debe ejemplo, el lecho de reclinación en lor- sea su origen y naturaleza, en cuyo caso
línea de Hütter.
Hütter. Línea que señala la dis- tener quebraduras ni dislocaciones. Pa- dosis para el tratamiento de las fracturas se trata de una manifestación más o de
tancia entre el saliente de la epitróclea tológicamente, en caso de luxación del raquis), y una osteotomía transversal una complicación de las lesiones des-
y el epicóndilo. (Véase codo, fracturas congénita de la cadera, este arco apa- subtrocantérea con desplazamiento ha- critas en otro lugar de esta obra y bajo
y luxaciones.) rece quebrado. Sin.: línea de Skinner. cia dentro («Medialisierung») del frag- distinto epígrafe. Lo que en este aparta-
FIG. 1. Efecto de la posición del tronco sobre los discos del segmento lumbar bajo, en el movimiento
línea de Nélaton-Roser.
Nélaton-Roser. Línea iliois- línea de Skinner.
Skinner. Véase línea de Shenton. mento diafisario, para el tratamiento de do se pretende abordar es el problema libre de flexión y extensión. A) En la flexión los espacios discales se abren por detrás y se cierran por
quiática que une la espina ilíaca ante- línea iliotrocantérea. Línea en U acos- las seudoartrosis del cuello femoral (ope- de las lumbociáticas como entidad in- delante. El núcleo pulposo se desplaza ligeramente hacia atrás. B) En la extensión se producen los
rosuperior con el punto más saliente de tada, determinable en las radiografías ración de Lorenz-Putti). dependiente y su posible relación con efectos contrarios.
ligamento 194 195 lumbalgias

bordes resultan festoneados; los dientes la tuberosidad isquiática, cuando el fé- de la articulación coxofemoral, que si- Louis, ángulo de (de Pierre Charles Ale- los traumatismos, lo cual equivale a re- que pueden plantearse en el terreno le-
o picos que circunscriben las ondas se mur está flexionado en un ángulo de 45 gue el contorno superior del cuello de xandre Louis, médico francés, 1787- ferirse principalmente (y casi exclusi- gal o laboral y que el traumatólogo muy
extienden lateralmente hasta la cara in- grados sobre la pelvis. Es normalmente la extremidad superior del fémur y se 1872). Dícese del ángulo formado entre vamente) a los procesos dolorosos de frecuentemente tiene que afrontar.
terna de los pedículos, donde se fijan. tangente al borde superior del trocánter continúa con el contorno externo del el manubrio y el cuerpo del esternón. origen discal, los cuales no constituyen Etiopatogenia y mecanismos de produc-
ligamento xifoideo. Fascículos verticales mayor y divide la cavidad cotiloidea en íleon, sin quebraduras ni dislocaciones. Sin.: ángulo esternal, ángulo de Ludwig. un tema genuinamente traumatológico. ción. Las lesiones discales no se produ-
del extremo superior de la línea blanca dos partes iguales. En muchos casos pa- Patológicamente, tal como en casos de Louis, método de. Procedimiento de re- Por otro lado, los casos supuestamente cen nunca por traumatismos directos
abdominal, que se insertan en la punta y tológicos (luxación de cadera, fractura luxación de cadera, por ejemplo, esta ducción y fijación de las espondilolistesis provocados o agravados por un trauma- sobre la región lumbosacra, y difícil-
cara inferior del apéndice xifoides. del cuello del fémur), el trocánter mayor línea aparece quebrada. por vía anterior. (Véase raquis lumbosa-
lumbosa- tismo apenas se diferencian, en cuanto mente pueden producirse en los trau-
ligamento yugal. Ligamento transversal se encuentra por encima de esta línea y lingismo. Cinesiterapia. cro, traumatismos, y espondilólisis y es-
es-
a su clínica, diagnóstico y tratamiento, matismos de mayor entidad que indi-
que une en la parte anterior los dos me- la longitud en que la rebasa da bastante Lisfranc,
Lisfranc, Jacques.
Jacques. Cirujano francés pondilolistesis de origen traumático.
traumático.)
de los de cualquier otro origen. Su prin- rectamente repercuten sobre la misma
niscos de la articulación de la rodilla. exactamente la medida de la disloca- (1790-1847). Se conoce con su nombre Lov
Lov e, operación
operación de. Intervención para
Sin.: ligamento de Luchska. ción. Sin.: línea de Robson. la amputación parcial del pie, entre el el tratamiento de hernias del disco in- cipal interés, desde el punto de vista (caídas de una cierta altura, accidente
Lindemann I y II, método de (de Au- línea de Neugebauer.
Neugebauer. Línea que une el tarso y el metatarso. tervertebral. Extirpación del ligamento traumatológico, reside en los problemas de tráfico, aplastamientos, etc.). En
gust Lindemann, cirujano alemán, naci- borde superior del trocánter mayor a la Liston, Robert. Cirujano escocés (1794- amarillo y resección de una pequeña
do en 1880).. Método para la recons- cresta ilíaca; normalmente se cruza con 1847). Introdujo la anestesia etérea en porción de los bordes de las láminas ve- A
trucción del ligamento cruzado anterior la del lado opuesto por encima de la ca- Europa (1846) y describió unos cuchi- cinas, lo que permite llegar al disco pro-
(I) o del posterior (II), basado en el em- beza y en la línea media. Su determina- llos especiales de amputación conoci- pulsado. Extirpación total del disco con
pleo del tendón del semitendinoso sec- ción tiene una considerable importan- dos con su nombre. curetaje de la parte interior necrosada,
cionado distalmente y pasado por el cia obstétrica para el estudio de las Littré, Alexis. Anatomista y cirujano fran- de modo que se logre la fusión comple-
cóndilo femoral externo y el platillo ti- malformaciones de la pelvis. cés (1658-1726), célebre por la descrip- ta de ambas caras vertebrales refresca-
bial interno (1950). (Véase rodilla, le- línea de Ombrédanne. Líneas que se ción de las glándulas de la uretra mascu- das, o sea, la artrodesis vertebral.
siones ligamentosas.) marcan sobre la placa radiográfica de la lina que hoy llevan su nombre, y de otras Lucas-Championniere, Just. Just. Cirujano
línea (del lat. linea).. Estría, señal, surco o articulación coxofemoral antes de su aportaciones a la cirugía general. En el francés (1843-1913), con todos los de-
borde largo y estrecho. osificación, y que determinan el clásico campo de la traumatología es digno de rechos de ser considerado como un pre-
línea biestiloidea. Línea que une el vér- esquema de Putti para la ubicación de recordar por su famosa autopsia (1705) a cusor del tratamiento funcional de las
tice de las apófisis estiloideas del cúbi- la posición de la cabeza femoral, muy un malechor, condenado a suplicio y fracturas. Radicalmente opuesto a los
to y del radio; tiene importancia en el importante en el diagnóstico de luxa- que optó por suicidarse arrojándose de métodos ortodoxos de inmovilización
diagnóstico de las fracturas de la región. ción congénita de cadera. Son dos, una cabeza contra la pared. Al levantar la ca- de los fragmentos, preconizaba la movi-
línea de Albanese. Líneas que se marcan horizontal, que pasa a nivel del borde lota, Littré se encontró que el cerebro no lización precoz de los miembros fractu-
sobre la placa radiográfica de la articu- superior del cuello femoral y fisiológi- presentaba lesiones visibles y su estado rados como medio de estimular la con-
lación coxofemoral y sirven para deli- camente alcanza a ambos cotilos a ni- era «natural y perfectamente sano». Des- solidación, evitar la atrofia muscular y
mitar el triángulo de Albanese, fisiológi- vel de la cisura isquiopubiana, y otra, de entonces, y durante dos siglos y me- prevenir la rigidez articular.
camente simétrico en uno y otro lado. vertical, que baja de la espina ilíaca an- dio, el término conmoción o contusión Ludloff, Karl. Cirujano alemán (1864-
Son tres: la primera es la línea media es- teroinferior y pasa por el borde interno cerebral hacía referencia a esta discor- 1954), de Breslau. Describió una fractu-
pinalpubiana; la segunda es horizontal, del cuello femoral, alcanzando fisioló- dancia entre las manifestaciones clínicas ra vertical del ala del sacro por meca-
tangente a la cabeza femoral y perpen- gicamente el techo del cotilo en su par- de los traumatismos craneoencefálicos y nismo de compresión lateral de la
dicular a la línea media; la tercera parte te media. la falta o escasez de alteraciones anato- pelvis, y del signo que lleva su nombre.
del punto más alto de la epífisis femoral línea de Robson. Véase línea de Néla - mopatológicas en algunos de ellos. Ludloff, signo de. Imposibilidad de fle-
y rasando el punto más alto del cartíla- ton-Roser.
ton-Roser. Lloyd-Roberts,
Lloyd-Roberts, operación
operación de. Recons- xionar activamente el muslo desde la B
go en Y llega a la línea media. Tienen línea de Schoemaker
Schoemaker.. Línea que parte trucción del ligamento anular del cúbito posición sentada, en las fracturas del
importancia para el diagnóstico de la del ángulo anterosuperior del trocánter para la estabilización de las luxaciones trocánter menor, pudiéndolo hacer, en
luxación congénita de la cadera. mayor, pasa por la espina ilíaca antero- de la cabeza radial, mediante colgajo de cambio, en decúbito dorsal, a cargo del
línea de Boeckel.
Boeckel. Línea que prolonga la superior y se prolonga hacia arriba en fascia tomado del tendón del tríceps. tensor de la fascia lata. Equimosis a ni-
cara palmar del pulgar colocado en ab- busca de la línea media, entrecruzán- López Trigo,
Trigo, Tomás.
Tomás. Eminente cirujano vel del triángulo de Scarpa, en la misma
ducción forzada hasta el borde cubital dose con la del lado opuesto por enci- español, nacido en Valencia, presiden- fractura.
de la mano, y que divide la palma en ma del ombligo. En estado patológico, te de la Sociedad Española de Cirugía Ludwig, ángulo de (de Daniel Ludwig,
Ludwig,
dos zonas: una inferior o zona poco pe- cuando existe elevación de un trocán- Ortopédica y Traumatología entre 1953 anatomista alemán, 1625-1680). Véase
ligrosa, y otra superior o zona peligrosa, ter, el entrecruzamiento se efectúa por y 1955. Louis, ángulo de. de
en la cual se encuentran todos los órga- debajo del ombligo y por fuera de la lí- Lorenz, Adolf. Famoso cirujano ortopédi- lumbalgias y lumbociáticas de origen
nos importantes (vainas sinoviales, ar- nea media. co austríaco (1854-1946), de Viena. Au- traumático
traumático
cos palmares, ramas nerviosas). línea de Shenton. Línea curva que se tor de numerosas técnicas para el trata- Precisión y delimitación del concepto.
línea cementada. Línea refringente que determina en las radiografías de la arti- miento de las fracturas y reposición de El dolor lumbar, asociado o no al dolor
delimita los sistemas de Havers del res- culación coxofemoral siguiendo el las luxaciones (método de Lorenz de re- irradiado en el territorio del ciático, es
to de la sustancia ósea en las secciones contorno inferior del cuello del fémur y ducción de las luxaciones del hombro), un síntoma frecuente de los traumatis-
transversales de la diáfisis de los huesos el contorno superior del agujero obtu- de yesos en posiciones adecuadas (por mos de la región lumbosacra, sea cual
largos. rador, y que fisiológicamente no debe ejemplo, el lecho de reclinación en lor- sea su origen y naturaleza, en cuyo caso
línea de Hütter.
Hütter. Línea que señala la dis- tener quebraduras ni dislocaciones. Pa- dosis para el tratamiento de las fracturas se trata de una manifestación más o de
tancia entre el saliente de la epitróclea tológicamente, en caso de luxación del raquis), y una osteotomía transversal una complicación de las lesiones des-
y el epicóndilo. (Véase codo, fracturas congénita de la cadera, este arco apa- subtrocantérea con desplazamiento ha- critas en otro lugar de esta obra y bajo
y luxaciones.) rece quebrado. Sin.: línea de Skinner. cia dentro («Medialisierung») del frag- distinto epígrafe. Lo que en este aparta-
FIG. 1. Efecto de la posición del tronco sobre los discos del segmento lumbar bajo, en el movimiento
línea de Nélaton-Roser.
Nélaton-Roser. Línea iliois- línea de Skinner.
Skinner. Véase línea de Shenton. mento diafisario, para el tratamiento de do se pretende abordar es el problema libre de flexión y extensión. A) En la flexión los espacios discales se abren por detrás y se cierran por
quiática que une la espina ilíaca ante- línea iliotrocantérea. Línea en U acos- las seudoartrosis del cuello femoral (ope- de las lumbociáticas como entidad in- delante. El núcleo pulposo se desplaza ligeramente hacia atrás. B) En la extensión se producen los
rosuperior con el punto más saliente de tada, determinable en las radiografías ración de Lorenz-Putti). dependiente y su posible relación con efectos contrarios.
lumbalgias 196 197 luxación

particular, el disco, el ligamento común de las que rigen en toda lumbalgia o


vertebral posterior, la raíz posterior y el lumbociática de origen discal. Con la
Anulus
nervio sinovertebral o de Luschka. Este única salvedad de acentuar la impor-
último es el que recoge, a través de sus tancia del reposo y evitar, en particu-
terminaciones amielínicas, toda la sen- lar, la repetición de las presumibles
sibilidad de las estructuras vertebrales. Ligamento
causas desencadenantes de la primera
Es el principal responsable, por tanto, común Nervio crisis, con las medidas adecuadas so-
del dolor lumbar. Sus terminaciones, vertebral senovertebral bre la actividad laboral: cambios del
o de Luschka
como ha demostrado Lang (Lang, J.: posterior puesto de trabajo, evitar movimientos
«Morphologie und funktionelle Anato- repetidos de flexión y extensión del
mie der Lendenwirbel säule und des be- Raíz tronco, posiciones violentas del mis-
nachbarten Nervensystem». En Neuro- posterior mo, permanecer sentados sobre bases
orthopädie 2, Springer, ed., 1984), se trepidantes y, sobre todo, levantar
introducen normalmente entre el anulus grandes pesos.
y el ligamento común vertebral poste- Luque, métodos de. Técnicas para el tra-
rior (fig. 3). En una primera fase, de pro- tamiento de la espondilólisis y espondi-
lapso o de hernia preligamentosa, tales lolistesis por osteosíntesis lumbosacra.
terminaciones quedan fuertemente com- FIG. 3. Representación esquemática de las relaciones normales entre el disco, el ligamento común (Véase espondilólisis y espondilolis-
espondilolis-
primidas entre el disco prolapsado y el vertebral posterior y el nervio sinuvertebral situado entre los dos. tesis de origen traumático.)
traumático.)
ligamento común vertebral posterior, in- Luschka,
Luschka, nervio de (de Hubert von
tacto. La lesión se traduce por una lum- Luschka, manatomista alemán, 1820-
balgia de gran intensidad, sin que la raíz 1875). Descrito por este autor en 1850.
FIG. 2. Efecto de la extensión activa del tronco contra una resistencia. Los espacios discales se cie-
haya sido alcanzada, y por tanto sin irra- Rama de la raíz posterior, destacada de
rran por detrás sin abrirse por delante y el núcleo pulposo es comprimido contra la parte posterior del
anulus.
diación ciática (fig. 4). La tomografía Prolapso discal la misma poco después de su emergen-
preligamentoso
axial computarizada y la resonancia cia del agujero de conjunción, en el
magnética nuclear, en esta fase, pueden que vuelve a penetrar siguiendo un tra-
ser negativas o muy poco expresivas. En yecto recurrente para distribuirse entre
cambio, es relativamente fácil que se Cuadro clínico. Es idéntico o muy pare- una fase más avanzada, el anulus se las estructuras del interior del conducto
produzcan —o se agraven— con deter- cido al de todas las lumbociáticas de rompe. El ligamento común vertebral raquídeo. Recoge y transmite todos los
minados esfuerzos, posiciones o movi- origen discal (bien conocido y descrito posterior se rompe igualmente o es sor- estímulos dolorosos que se localizan en
mientos del tronco, aparentemente ino- en numerosos tratados), salvo en la ma- teado por la masa herniaria. La compre- dichas estructuras y juega un papel muy
cuos: movimientos repetidos de flexión nera de producirse y, hasta un cierto sión del nervio sinovertebral disminuye Ligamento importante en la patogenia del dolor
y con ella el dolor lumbar propiamente común lumbar y lumbosacro. Sin.: nervio sinu-
y extensión, vibraciones y sacudidas punto, en su manera de evolucionar a
vertebral
que repercuten sobre esta parte de la partir del accidente causal. Interesa por dicho, dando paso en cambio al dolor posterior vertebral, nervio meníngeo. (Véase
columna (motocicleta, equitación, má- tanto recordar estas características que ciático, por compresión de la raíz poste- lumbalgias y lumbociáticas de ori- ori-
quinas taladradoras, tractores, etc.) y, permiten identificar (o al menos admitir) rior (fig. 5). La lesión herniaria, en esta gen traumático.)
traumático.)
sobre todo, los esfuerzos activos de ex- el origen traumático del dolor. En la for- fase, es fácilmente identificable por la luxación (del lat. luxare, dislocar).. Dislo-
tensión contra una resistencia (levantar ma más frecuente y más característica, tomografía axial computarizada o la re- FIG. 4. Esquema representando la compresión del nervio sinuvertebral entre el disco prolapsado y el cación o desplazamiento anormal y
un peso del suelo). Este último meca- ya señalada anteriormente, la acción sonancia magnética nuclear. Esta evolu- ligamento común vertebral posterior. Corresponde a la fase inicial de lumbago, en el cual la raíz no ha permanente de los extremos óseos de
nismo es con mucho el más frecuente y traumática se produce al intentar levan- ción, esquemáticamente trazada, de sido alcanzada y no existe irradiación ciática. En esta fase, la tomografía axial computarizada o la re- una articulación, perdiendo las superfi-
sonancia magnética nuclear pueden ser negativas o muy poco expresivas.
el que mejor permite establecer desde tar un peso del suelo, con las rodillas ex- proceso anatomoclínico a partir del es- cies de contacto su relación recíproca.
el punto de vista patogénico, una rela- tendidas y el tronco inclinado hacia de- fuerzo inicial, es necesaria cuando hay Por extensión, se denominan luxaciones
ción lógica entre el traumatismo y sus lante. Con frecuencia, el sujeto percibe que resolver el espinoso problema de si ciertos cambios de lugar de algunos ór-
consecuencias. En el movimiento libre bruscamente un «chasquido» intensa- se trata o no de un accidente de trabajo, ganos, como el cristalino. Suele tomar
de extensión del tronco, los espacios mente doloroso que le obliga a suspen- o de aconsejar un cambio de ocupa- el nombre del hueso más distante del
discales tienden a abrirse por delante y der el intento. A partir de ese momento ción. La desaparación de los dolores ini- centro (en los miembros), el de
a cerrarse por detrás, como resultado se instala un cuadro de lumbalgia agu- ciales no significan siempre la curación la nueva región ocupada por el hueso
de la potente acción de los músculos da, intensa e invalidante, que puede te- del proceso, por las razones que han luxado, o bien el de la articulación lu-
extensores, lo cual permite al núcleo ner tendencia a disminuir e incluso a de- sido expuestas, ni su desconexión con xada. Las luxacio-nes pueden ser: con-
pulposo desplazarse ligeramente hacia saparecer en los días sucesivos, pero las secuelas dolorosas que puedan apa- Hernia discal génitas o adquiridas, completas o in-
delante (fig. 1). Cuando el movimiento que vuelve a producirse con motivo de recer más adelante, a veces después de Raíz posterior completas, recidivantes, expuestas, etc.
de extensión se realiza contra una re- un nuevo esfuerzo o movimiento pareci- largo tiempo. Del mismo modo, no comprimida La lesión principal consiste en el des-
Ligamento común
sistencia (levantar un peso), la acción do. Y con tendencia, en las crisis sucesi- debe olvidarse que la ausencia, en las vertebral posterior
garro capsular, con conservación (por lo
de los extensores está contrarrestada vas, a lateralizarse y a irradiarse en el te- fases iniciales del proceso, de datos ob- general) de los ligamentos princi-
por una fuerza opuesta representada rritorio del ciático; a «bajar», suelen jetivos de la exploración, incluso en la pales.
por el peso del cuerpo que se pretende decir los propios interesados. tomografía axial computarizada y en luxación erecta. Luxación escapulohu-
levantar, con lo cual el espacio discal Interpretación anatomopatológica de la resonancia magnética nuclear no se meral inferior o subglenoidea por ab-
se cierra por detrás, sin abrirse por de- los síntomas y su evolución. Conviene excluye la posibilidad de haberse pro- ducción, en la que el brazo queda diri-
lante, y el núcleo pulposo es compri- tener presente, para interpretar adecua- ducido lesiones que más adelante pue- gido verticalmente hacia arriba. (Véase
mido y empujado hacia atrás, por un damente el cuadro clínico desde el pun- den manifestarse en forma incompatible escapulohumeral, articulación.)
escapulohumeral, articulación.
FIG. 5. Esquema representando el disco herniado, tras la rotura del anulus. El ligamento común ver- luxación escafolunar.
efecto mecánico que algunos autores to de vista anatomopatológico, las rela- con determinados trabajos. escafolunar. Separación anor-
tebral posterior ha sido también roto o sorteado por la masa herniaria. La compresión del nervio si-
franceses comparan al del cascanueces ciones entre las fases descritas del Normas generales de tratamiento. No nuvertebral puede disminuir y con ella el dolor lumbar propiamente dicho, dando paso a un dolor en
mal entre el semilunar y el escafoides,
(fig. 2). proceso y las estructuras lesionadas. En se diferencian en nada —o muy poco— el territorio del ciático, por compresión de la raíz. consecutiva a la rotura de los ligamen-
lumbalgias 196 197 luxación

particular, el disco, el ligamento común de las que rigen en toda lumbalgia o


vertebral posterior, la raíz posterior y el lumbociática de origen discal. Con la
Anulus
nervio sinovertebral o de Luschka. Este única salvedad de acentuar la impor-
último es el que recoge, a través de sus tancia del reposo y evitar, en particu-
terminaciones amielínicas, toda la sen- lar, la repetición de las presumibles
sibilidad de las estructuras vertebrales. Ligamento
causas desencadenantes de la primera
Es el principal responsable, por tanto, común Nervio crisis, con las medidas adecuadas so-
del dolor lumbar. Sus terminaciones, vertebral senovertebral bre la actividad laboral: cambios del
o de Luschka
como ha demostrado Lang (Lang, J.: posterior puesto de trabajo, evitar movimientos
«Morphologie und funktionelle Anato- repetidos de flexión y extensión del
mie der Lendenwirbel säule und des be- Raíz tronco, posiciones violentas del mis-
nachbarten Nervensystem». En Neuro- posterior mo, permanecer sentados sobre bases
orthopädie 2, Springer, ed., 1984), se trepidantes y, sobre todo, levantar
introducen normalmente entre el anulus grandes pesos.
y el ligamento común vertebral poste- Luque, métodos de. Técnicas para el tra-
rior (fig. 3). En una primera fase, de pro- tamiento de la espondilólisis y espondi-
lapso o de hernia preligamentosa, tales lolistesis por osteosíntesis lumbosacra.
terminaciones quedan fuertemente com- FIG. 3. Representación esquemática de las relaciones normales entre el disco, el ligamento común (Véase espondilólisis y espondilolis-
espondilolis-
primidas entre el disco prolapsado y el vertebral posterior y el nervio sinuvertebral situado entre los dos. tesis de origen traumático.)
traumático.)
ligamento común vertebral posterior, in- Luschka,
Luschka, nervio de (de Hubert von
tacto. La lesión se traduce por una lum- Luschka, manatomista alemán, 1820-
balgia de gran intensidad, sin que la raíz 1875). Descrito por este autor en 1850.
FIG. 2. Efecto de la extensión activa del tronco contra una resistencia. Los espacios discales se cie-
haya sido alcanzada, y por tanto sin irra- Rama de la raíz posterior, destacada de
rran por detrás sin abrirse por delante y el núcleo pulposo es comprimido contra la parte posterior del
anulus.
diación ciática (fig. 4). La tomografía Prolapso discal la misma poco después de su emergen-
preligamentoso
axial computarizada y la resonancia cia del agujero de conjunción, en el
magnética nuclear, en esta fase, pueden que vuelve a penetrar siguiendo un tra-
ser negativas o muy poco expresivas. En yecto recurrente para distribuirse entre
cambio, es relativamente fácil que se Cuadro clínico. Es idéntico o muy pare- una fase más avanzada, el anulus se las estructuras del interior del conducto
produzcan —o se agraven— con deter- cido al de todas las lumbociáticas de rompe. El ligamento común vertebral raquídeo. Recoge y transmite todos los
minados esfuerzos, posiciones o movi- origen discal (bien conocido y descrito posterior se rompe igualmente o es sor- estímulos dolorosos que se localizan en
mientos del tronco, aparentemente ino- en numerosos tratados), salvo en la ma- teado por la masa herniaria. La compre- dichas estructuras y juega un papel muy
cuos: movimientos repetidos de flexión nera de producirse y, hasta un cierto sión del nervio sinovertebral disminuye Ligamento importante en la patogenia del dolor
y con ella el dolor lumbar propiamente común lumbar y lumbosacro. Sin.: nervio sinu-
y extensión, vibraciones y sacudidas punto, en su manera de evolucionar a
vertebral
que repercuten sobre esta parte de la partir del accidente causal. Interesa por dicho, dando paso en cambio al dolor posterior vertebral, nervio meníngeo. (Véase
columna (motocicleta, equitación, má- tanto recordar estas características que ciático, por compresión de la raíz poste- lumbalgias y lumbociáticas de ori- ori-
quinas taladradoras, tractores, etc.) y, permiten identificar (o al menos admitir) rior (fig. 5). La lesión herniaria, en esta gen traumático.)
traumático.)
sobre todo, los esfuerzos activos de ex- el origen traumático del dolor. En la for- fase, es fácilmente identificable por la luxación (del lat. luxare, dislocar).. Dislo-
tensión contra una resistencia (levantar ma más frecuente y más característica, tomografía axial computarizada o la re- FIG. 4. Esquema representando la compresión del nervio sinuvertebral entre el disco prolapsado y el cación o desplazamiento anormal y
un peso del suelo). Este último meca- ya señalada anteriormente, la acción sonancia magnética nuclear. Esta evolu- ligamento común vertebral posterior. Corresponde a la fase inicial de lumbago, en el cual la raíz no ha permanente de los extremos óseos de
nismo es con mucho el más frecuente y traumática se produce al intentar levan- ción, esquemáticamente trazada, de sido alcanzada y no existe irradiación ciática. En esta fase, la tomografía axial computarizada o la re- una articulación, perdiendo las superfi-
sonancia magnética nuclear pueden ser negativas o muy poco expresivas.
el que mejor permite establecer desde tar un peso del suelo, con las rodillas ex- proceso anatomoclínico a partir del es- cies de contacto su relación recíproca.
el punto de vista patogénico, una rela- tendidas y el tronco inclinado hacia de- fuerzo inicial, es necesaria cuando hay Por extensión, se denominan luxaciones
ción lógica entre el traumatismo y sus lante. Con frecuencia, el sujeto percibe que resolver el espinoso problema de si ciertos cambios de lugar de algunos ór-
consecuencias. En el movimiento libre bruscamente un «chasquido» intensa- se trata o no de un accidente de trabajo, ganos, como el cristalino. Suele tomar
de extensión del tronco, los espacios mente doloroso que le obliga a suspen- o de aconsejar un cambio de ocupa- el nombre del hueso más distante del
discales tienden a abrirse por delante y der el intento. A partir de ese momento ción. La desaparación de los dolores ini- centro (en los miembros), el de
a cerrarse por detrás, como resultado se instala un cuadro de lumbalgia agu- ciales no significan siempre la curación la nueva región ocupada por el hueso
de la potente acción de los músculos da, intensa e invalidante, que puede te- del proceso, por las razones que han luxado, o bien el de la articulación lu-
extensores, lo cual permite al núcleo ner tendencia a disminuir e incluso a de- sido expuestas, ni su desconexión con xada. Las luxacio-nes pueden ser: con-
pulposo desplazarse ligeramente hacia saparecer en los días sucesivos, pero las secuelas dolorosas que puedan apa- Hernia discal génitas o adquiridas, completas o in-
delante (fig. 1). Cuando el movimiento que vuelve a producirse con motivo de recer más adelante, a veces después de Raíz posterior completas, recidivantes, expuestas, etc.
de extensión se realiza contra una re- un nuevo esfuerzo o movimiento pareci- largo tiempo. Del mismo modo, no comprimida La lesión principal consiste en el des-
Ligamento común
sistencia (levantar un peso), la acción do. Y con tendencia, en las crisis sucesi- debe olvidarse que la ausencia, en las vertebral posterior
garro capsular, con conservación (por lo
de los extensores está contrarrestada vas, a lateralizarse y a irradiarse en el te- fases iniciales del proceso, de datos ob- general) de los ligamentos princi-
por una fuerza opuesta representada rritorio del ciático; a «bajar», suelen jetivos de la exploración, incluso en la pales.
por el peso del cuerpo que se pretende decir los propios interesados. tomografía axial computarizada y en luxación erecta. Luxación escapulohu-
levantar, con lo cual el espacio discal Interpretación anatomopatológica de la resonancia magnética nuclear no se meral inferior o subglenoidea por ab-
se cierra por detrás, sin abrirse por de- los síntomas y su evolución. Conviene excluye la posibilidad de haberse pro- ducción, en la que el brazo queda diri-
lante, y el núcleo pulposo es compri- tener presente, para interpretar adecua- ducido lesiones que más adelante pue- gido verticalmente hacia arriba. (Véase
mido y empujado hacia atrás, por un damente el cuadro clínico desde el pun- den manifestarse en forma incompatible escapulohumeral, articulación.)
escapulohumeral, articulación.
FIG. 5. Esquema representando el disco herniado, tras la rotura del anulus. El ligamento común ver- luxación escafolunar.
efecto mecánico que algunos autores to de vista anatomopatológico, las rela- con determinados trabajos. escafolunar. Separación anor-
tebral posterior ha sido también roto o sorteado por la masa herniaria. La compresión del nervio si-
franceses comparan al del cascanueces ciones entre las fases descritas del Normas generales de tratamiento. No nuvertebral puede disminuir y con ella el dolor lumbar propiamente dicho, dando paso a un dolor en
mal entre el semilunar y el escafoides,
(fig. 2). proceso y las estructuras lesionadas. En se diferencian en nada —o muy poco— el territorio del ciático, por compresión de la raíz. consecutiva a la rotura de los ligamen-
luxación 198

tos escafosemilunares. (Véase muñeca, ximal queda unido al semilunar. (Véase xación periescafolunar. (Véase muñe -
traumatismos.) muñeca, traumatismos.) ca, traumatismos.)
luxación periescafolunar. Véase luxación luxación recidiv
recidivante escapulohume-
escapulohume-
retroescafoperilunar. r al. Véase hombro, luxación recidi-
recidi- luxación semilunar.
semilunar. Luxación aislada
luxación perilunar del carpo. Luxa- vante del. del semilunar. (Véase muñeca, trauma-
ción de la totalidad de los huesos del luxación recidiv
recidivante glenohumeral.
glenohumeral.
tismos.)
carpo, excepto el semilunar, que per- Véase hombro, luxación recidiv
recidivan-
manece unido al radio. (Véase muñe - te del. luxación semilunar transescafoidea.
transescafoidea.
ca, traumatismos.) luxación retroescafoperilunar.
retroescafoperilunar. Luxa- Luxación del semilunar con el fragmen-
luxación perilunar transescafoidea.
transescafoidea. ción de todos los huesos del carpo, ex-
Luxación perilunar asociada a una frac- cepto el semilunar y el escafoides, que to proximal del escafoides fracturado.
tura del escafoides, cuyo fragmento pro- permanecen solidarios al radio. Sin.: lu- (Véase muñeca, traumatismos.)
M
Maatz, Richard.
Richard. Cirujano alemán, de la fractura del peroné a nivel de su tercio capacidad para el apoyo y la marcha,
Berlín, nacido en 1905. Método de os- superior y la rotura ligamentosa a nivel hinchazón, hematoma, etc. A ello se
teosíntesis a compresión elástica inter- del tobillo, que afecta principalmente a la une, pero no siempre en forma muy ma-
fragmentaria mediante tornillos o mue- sindesmosis tibioperonea inferior. Se tra- nifiesta, el dolor a nivel del tercio supe-
lles intramedulares, para el tratamiento ta de una entidad nosológica bien defini- rior de la pierna, correspondiente a la
de las fracturas y luxaciones paraarticu- da que se repite habitualmente con ca- fractura del peroné.
lares. racteres uniformes y bien definidos, por Diagnóstico. Se afirma con frecuencia
Magerl, fijador de. Fijador externo e in- lo cual merece una descripción aparte. que la fractura de Maisonneuve puede
terno AO para la unión de los tornillos Mecanismos de producción. Se trata pasar inadvertida. En realidad, lo que
transpediculares en las osteosíntesis sa- siempre de un movimiento forzado de
crolumbares. (Véase espondilólisis y rotación externa del pie respecto a la
espondilolistesis traumáticas.
traumáticas.) pierna, que tiende a desplazar hacia
Magnus, Georg. Cirujano y traumatólogo atrás el maléolo peroneo y pone a prue-
alemán (1883-1942), de Bochum, Mu- ba la resistencia de los ligamentos que
nich. Fue el primero —o uno de los pri- se oponen al citado movimiento, en par-
meros— en preconizar el tratamiento ticular el ligamento tibioperoneo ante-
funcional de las fracturas vertebrales no rior y el ligamento deltoideo. El despla-
complicadas, a base de reposo en cama zamiento hacia atrás del peroné, en su
y cinesiterapia activa, prescindiendo de extremo inferior, se traduce por la frac-
los intentos de reducción, según los mé- tura de su diáfisis a nivel del tercio supe- Fractura
del peroné
todos tradicionales, y sobre todo de los rior y el desgarro de la membrana inte- Desgarro de
la membrana
corsés ortopédicos (véase r aquis torá-
torá- rósea (fig. 1).
interósea
cico, traumatismos). También describió Anatomía patológica. Son constantes
un método de osteosíntesis por alambra- las lesiones descritas con el mecanismo
do circular de los fragmentos y sistema de producción. A saber: la fractura del
de tensado con un dispositivo especial. peroné en su tercio superior, la rotura
Magnuson, Paul
Paul Budd (1884-1968). Au- del ligamento tibioperoneo inferior y
tor de uno de los métodos más conoci- anterior y los ligamentos de la cara in-
dos y frecuentemente empleados en el terna del tobillo (ligamento deltoideo).
tratamiento de la luxación recidivante Puede afectarse también otra estructura
del hombro. Nació en Minnesota en el ligamentosa: el ligamento tibioperoneo
seno de una familia de origen sueco y posterior e inferior. También pueden Rotura del
fue un traumatólogo de gran experien- producirse una fractura por avulsión del ligamento
tibioperoneo
cia. Profesor de cirugía y director del maléolo interno, correspondiente a la
Departamento de Bone and Joint Sur- inserción del ligamento del deltoideo, y
Rotura del
gery de la North-Western University. Au- una fractura marginal de la tuberosidad ligamento
tor de un libro: Fracturas. posterior de la tibia por la fuerte presión deltoideo
Magnuson, operación
operación de. Método qui- del astrágalo contra la misma. Como
rúrgico para el tratamiento de la luxación consecuencia de la rotura de los liga-
recidivante escapulohumeral. (Véase mentos de la sindesmosis tibioperonea
hombro, luxación recidivante del.) inferior se produce con frecuencia una
Maisonneuve,
Maisonneuve, Jacques
Jacques Gilles Thomas
Thomas diastasis de la mortaja astragalina, que FIG. 1. Mecanismo de producción de la frac-
François. Cirujano francés (1809-1897). constituye uno de los elementos más tura de Maisonneuve por rotación externa for-
Describió la fractura del peroné asocia- importantes y de mayores consecuen- zada del pie. Lesiones anatomopatológicas
constantes: fractura del peroné en su tercio
da a lesiones ligamentosas del tobillo, cias funcionales del proceso (fig. 2).
superior, desgarro de la membrana y rotura del
conocida hoy día con su nombre. Cuadro clínico. Corresponde, en lí- ligamento tibioperoneo, rotura del ligamento
Maisonneuve,
Maisonneuve, fractur
fracturaa de. Lesión trau- neas generales, al de todas las afeccio- tibioperoneo anterior y del ligamento
mática compleja de la pierna que incluye nes ligamentosas del tobillo: dolor, in- deltoideo.
Maisonneuve 200 201 mano

A B C Estas fracturas pueden afectar tanto a la


6 diáfisis como a la base, el cuello o la ca-
beza de los metacarpianos, lo cual per-
mite ya una primera clasificación, impor-
4 tante desde el punto de vista clínico y
3 terapéutico (fig. 1). Por orden de frecuen-
cia, estas lesiones afectan, en primer lugar
a la base del primer metacarpiano, segui-
2 5
das de la diáfisis del cuarto y del quinto y
del cuello del quinto (fig. 1). Pueden ser
únicas o múltiples; es decir, pueden afec-
1
tar a uno o más metacarpianos. Cualquie-
ra de ellas puede ser desplazada o no y
estable o inestable, y como toda fractura,
puede ser intraarticular o extraarticular,
abierta o cerrada y simple o complicada
(por lesiones asociadas de las partes blan-
FIG. 3. Fractura diafisaria del quinto metacar-
Ligamento
piano, con desplazamiento angular palmar y
das o de los vasos y nervios).
tibioperoneo a) Fracturas diafisarias de los metacar-
posterior saliente óseo en el dorso de la mano.
pianos.
Clasificación anatomopatológica. Por el
FIG. 2. Posibles lesiones frecuentemente asociadas: fractura por avulsión del maléolo interno (A), fractura del pilón posterior de la tibia y subluxación trazo de fractura se distinguen las moda-
posterior del astrágalo (B), diastasis de la mortaja por rotura de los ligamentos tibioperoneos (C). FIG. 1. Diversos tipos de fracturas del meta-
carpo por orden de frecuencia: 1) de la base lidades que se detallan en la figura 2.
del primer metacarpiano; 2) diafisarias del Características comunes. Las fracturas
cuarto y del quinto metacarpianos; 3) del cue- de uno o dos metacarpianos son, por lo
puede pasar inadvertido es la fractura puede apelarse a los recursos quirúrgi- llo del quinto metacarpiano; 4) de la diáfisis general, poco desplazadas y estables,
del peroné, ante una sintomatología cla- cos para la fijación de un fragmento del segundo y del tercer metacarpianos; 5) de debido principalmente a la solidaridad
ramente dominante a nivel del tobillo. avulsionado del maléolo interno. la diáfisis del primer metacarpiano; 6) de la ca- con los otros metacarpianos indemnes.
Por ello es conveniente tener en cuenta Maisonneuve,
Maisonneuve, signo de. Hiperextensibili- beza. El desplazamiento, cuando se produce,
tal posibilidad y practicar una radiogra- dad de la mano en las fracturas de Colles. A B es de escasa entidad, angular, y de con-
fía alta de la pierna siempre que haya Malgaigne, Joseph
Joseph Fr
François. Cirujano cavidad palmar y saliente dorsal (fig. 3).
motivos para sospechar la lesión del pe- francés (1806-1865), de París. Autor de Las fracturas múltiples, por el contrario,
roné (dolor espontáneo o a la presión so- un Traité des fractures et luxations (París, pueden estar más desplazadas y presen-
bre la cara externa de la pierna en su ter- 1855) en el que se describió el primer in- tar mayores problemas de estabilidad al
cio superior). Igualmente es necesario, tento de fijación externa aplicado a una faltar la sujeción mutua entre los meta-
para formular un diagnóstico radiográfi- fractura de rótula. Particularmente inte- carpianos afectados, y por tratarse, en
co correcto de las lesiones, tener en resado en la ortopedia, a la que conside- general, de traumatismos importantes
cuenta la posibilidad de una fractura de raba como «una rama de la cirugía», del (aplastamientos de la mano, compresio-
la tuberosidad posterior de la tibia, y una mismo modo que consideraba la trau- nes violentas sobre el dorso, etc.). Los
diastasis de la mortaja tibioastragalina. matología como una parte imprescindi- síntomas clínicos más destacables son
Normas generales de tratamiento. La ble de la ortopedia. En uno y otro caso, el dolor y el edema del dorso de la
mayor parte de estas fracturas pueden competencia exclusiva de cirujanos mano, y en ocasiones una deformidad
ser tratadas eficazmente por medios científicamente formados y no de «em- apreciable externamente de la angula-
conservadores de inmovilización en píricos» o «practicones», como había ción dorsal a nivel del foco (fig. 3).
vendaje de escayola, que incluya la ro- sido hasta entonces. Dedicó una gran FIG. 4. Inmovilización de una fractura diafisa- Normas generales de tratamiento. Las
dilla y el pie, mantenido durante tres a parte de su interés al tratamiento de las C D ria estable del cuarto metacarpiano en vendaje fracturas no desplazadas —o escasa-
cinco semanas. El tratamiento quirúrgi- fracturas y sus complicaciones, descri- de yeso que incluye la muñeca, el cuarto y el mente desplazadas— y estables deben
quinto dedo, dejando totalmente libres los de-
co está justificado en algunos casos, biendo la contractura isquémica del an- ser tratadas siempre por medios conser-
más dedos.
principalmente para reparar la sindes- tebrazo 34 años antes de Volkmann. Fue FIG. 1. Joseph-François Malgaigne (1806- vadores: reducción de la angulación, en
mosis tibioperonea inferior cuando exis- el primero, en Francia, en operar bajo 1865), según una caricatura de la época. caso necesario, por maniobras externas
te una diastasis importante de la morta- anestesia general (enero de 1847), sólo No sólo por su frecuencia, sino también sencillas para alinear los fragmentos y
ja, que compromete la estabilidad del tres meses después de haberlo hecho bre la muñeca o el antebrazo. Utiliza- por su complejidad y por las consecuen- suprimir la angulación dorsal; inmovili-
astrágalo. La reparación debe hacerse Morton en Boston. Persona de una gran dos principalmente para las maniobras cias que pueden tener para un órgano zación en vendaje de escayola que in-
por sutura directa de los ligamentos des- erudición, parece ser que no poseía una tan altamente diferenciado. Su estudio cluya la muñeca y el dedo correspon-
de tracción en la reducción de fracturas
garrados, por los procedimientos descri- especial destreza manual. Uno de sus completo incluye los siguientes temas: diente al metacarpiano fracturado y, en
de la muñeca o de los huesos del ante-
tos con las lesiones ligamentosas del to- detractores decía de él «que tenía dos 1) Lesiones osteoarticulares, de las cua- ocasiones, al vecino; en posición de li-
brazo.
billo, evitando en cambio la tentadora manos izquierdas» (fig. 1). les se estudian las del metacarpo y de los gera flexión (fig. 4). Es muy necesario
solución fácil de fijar con un tornillo Malgaigne, fractur
fracturaa de. Véase en el ar- «mallet finger» (inglés). Véase martillo, dedos. tener en cuenta la posibilidad de un
ambos maléolos, con lo cual se com- tículo fractura. dedo en. 2) Lesiones de las partes blandas. edema importante del dorso de la
promete seriamente la participación de tracción integral.
mallas de tracción integral. Dispositi- mano 3) Lesiones tendinosas. mano, que puede obligar a retrasar al-
FIG. 2. Formas anatomopatológicas de las frac-
esta articulación en los movimientos vos en forma de dedos, tejidos en malla, Traumatismos en general. Los trau- turas diafisarias de los metacarpianos: A) trans- Fracturas del metacarpo gunos días la aplicación de un vendaje
de flexión y extensión del pie (véase to-to- que sirven para ejercer fuerte tracción matismos de la mano constituyen un ca- versal; B) oblicua; C) espiroidea; D) conminu- Fracturas de los metacarpianos I al V. escayolado, durante los cuales se debe-
billo, lesiones ligamentosas). También sobre los dedos, y a través de éstos so- pítulo importante de la traumatología. ta o polifragmentaria. Características generales y clasificación. rá procurar mantener la mano suspen-
Maisonneuve 200 201 mano

A B C Estas fracturas pueden afectar tanto a la


6 diáfisis como a la base, el cuello o la ca-
beza de los metacarpianos, lo cual per-
mite ya una primera clasificación, impor-
4 tante desde el punto de vista clínico y
3 terapéutico (fig. 1). Por orden de frecuen-
cia, estas lesiones afectan, en primer lugar
a la base del primer metacarpiano, segui-
2 5
das de la diáfisis del cuarto y del quinto y
del cuello del quinto (fig. 1). Pueden ser
únicas o múltiples; es decir, pueden afec-
1
tar a uno o más metacarpianos. Cualquie-
ra de ellas puede ser desplazada o no y
estable o inestable, y como toda fractura,
puede ser intraarticular o extraarticular,
abierta o cerrada y simple o complicada
(por lesiones asociadas de las partes blan-
FIG. 3. Fractura diafisaria del quinto metacar-
Ligamento
piano, con desplazamiento angular palmar y
das o de los vasos y nervios).
tibioperoneo a) Fracturas diafisarias de los metacar-
posterior saliente óseo en el dorso de la mano.
pianos.
Clasificación anatomopatológica. Por el
FIG. 2. Posibles lesiones frecuentemente asociadas: fractura por avulsión del maléolo interno (A), fractura del pilón posterior de la tibia y subluxación trazo de fractura se distinguen las moda-
posterior del astrágalo (B), diastasis de la mortaja por rotura de los ligamentos tibioperoneos (C). FIG. 1. Diversos tipos de fracturas del meta-
carpo por orden de frecuencia: 1) de la base lidades que se detallan en la figura 2.
del primer metacarpiano; 2) diafisarias del Características comunes. Las fracturas
cuarto y del quinto metacarpianos; 3) del cue- de uno o dos metacarpianos son, por lo
puede pasar inadvertido es la fractura puede apelarse a los recursos quirúrgi- llo del quinto metacarpiano; 4) de la diáfisis general, poco desplazadas y estables,
del peroné, ante una sintomatología cla- cos para la fijación de un fragmento del segundo y del tercer metacarpianos; 5) de debido principalmente a la solidaridad
ramente dominante a nivel del tobillo. avulsionado del maléolo interno. la diáfisis del primer metacarpiano; 6) de la ca- con los otros metacarpianos indemnes.
Por ello es conveniente tener en cuenta Maisonneuve,
Maisonneuve, signo de. Hiperextensibili- beza. El desplazamiento, cuando se produce,
tal posibilidad y practicar una radiogra- dad de la mano en las fracturas de Colles. A B es de escasa entidad, angular, y de con-
fía alta de la pierna siempre que haya Malgaigne, Joseph
Joseph Fr
François. Cirujano cavidad palmar y saliente dorsal (fig. 3).
motivos para sospechar la lesión del pe- francés (1806-1865), de París. Autor de Las fracturas múltiples, por el contrario,
roné (dolor espontáneo o a la presión so- un Traité des fractures et luxations (París, pueden estar más desplazadas y presen-
bre la cara externa de la pierna en su ter- 1855) en el que se describió el primer in- tar mayores problemas de estabilidad al
cio superior). Igualmente es necesario, tento de fijación externa aplicado a una faltar la sujeción mutua entre los meta-
para formular un diagnóstico radiográfi- fractura de rótula. Particularmente inte- carpianos afectados, y por tratarse, en
co correcto de las lesiones, tener en resado en la ortopedia, a la que conside- general, de traumatismos importantes
cuenta la posibilidad de una fractura de raba como «una rama de la cirugía», del (aplastamientos de la mano, compresio-
la tuberosidad posterior de la tibia, y una mismo modo que consideraba la trau- nes violentas sobre el dorso, etc.). Los
diastasis de la mortaja tibioastragalina. matología como una parte imprescindi- síntomas clínicos más destacables son
Normas generales de tratamiento. La ble de la ortopedia. En uno y otro caso, el dolor y el edema del dorso de la
mayor parte de estas fracturas pueden competencia exclusiva de cirujanos mano, y en ocasiones una deformidad
ser tratadas eficazmente por medios científicamente formados y no de «em- apreciable externamente de la angula-
conservadores de inmovilización en píricos» o «practicones», como había ción dorsal a nivel del foco (fig. 3).
vendaje de escayola, que incluya la ro- sido hasta entonces. Dedicó una gran FIG. 4. Inmovilización de una fractura diafisa- Normas generales de tratamiento. Las
dilla y el pie, mantenido durante tres a parte de su interés al tratamiento de las C D ria estable del cuarto metacarpiano en vendaje fracturas no desplazadas —o escasa-
cinco semanas. El tratamiento quirúrgi- fracturas y sus complicaciones, descri- de yeso que incluye la muñeca, el cuarto y el mente desplazadas— y estables deben
quinto dedo, dejando totalmente libres los de-
co está justificado en algunos casos, biendo la contractura isquémica del an- ser tratadas siempre por medios conser-
más dedos.
principalmente para reparar la sindes- tebrazo 34 años antes de Volkmann. Fue FIG. 1. Joseph-François Malgaigne (1806- vadores: reducción de la angulación, en
mosis tibioperonea inferior cuando exis- el primero, en Francia, en operar bajo 1865), según una caricatura de la época. caso necesario, por maniobras externas
te una diastasis importante de la morta- anestesia general (enero de 1847), sólo No sólo por su frecuencia, sino también sencillas para alinear los fragmentos y
ja, que compromete la estabilidad del tres meses después de haberlo hecho bre la muñeca o el antebrazo. Utiliza- por su complejidad y por las consecuen- suprimir la angulación dorsal; inmovili-
astrágalo. La reparación debe hacerse Morton en Boston. Persona de una gran dos principalmente para las maniobras cias que pueden tener para un órgano zación en vendaje de escayola que in-
por sutura directa de los ligamentos des- erudición, parece ser que no poseía una tan altamente diferenciado. Su estudio cluya la muñeca y el dedo correspon-
de tracción en la reducción de fracturas
garrados, por los procedimientos descri- especial destreza manual. Uno de sus completo incluye los siguientes temas: diente al metacarpiano fracturado y, en
de la muñeca o de los huesos del ante-
tos con las lesiones ligamentosas del to- detractores decía de él «que tenía dos 1) Lesiones osteoarticulares, de las cua- ocasiones, al vecino; en posición de li-
brazo.
billo, evitando en cambio la tentadora manos izquierdas» (fig. 1). les se estudian las del metacarpo y de los gera flexión (fig. 4). Es muy necesario
solución fácil de fijar con un tornillo Malgaigne, fractur
fracturaa de. Véase en el ar- «mallet finger» (inglés). Véase martillo, dedos. tener en cuenta la posibilidad de un
ambos maléolos, con lo cual se com- tículo fractura. dedo en. 2) Lesiones de las partes blandas. edema importante del dorso de la
promete seriamente la participación de tracción integral.
mallas de tracción integral. Dispositi- mano 3) Lesiones tendinosas. mano, que puede obligar a retrasar al-
FIG. 2. Formas anatomopatológicas de las frac-
esta articulación en los movimientos vos en forma de dedos, tejidos en malla, Traumatismos en general. Los trau- turas diafisarias de los metacarpianos: A) trans- Fracturas del metacarpo gunos días la aplicación de un vendaje
de flexión y extensión del pie (véase to-to- que sirven para ejercer fuerte tracción matismos de la mano constituyen un ca- versal; B) oblicua; C) espiroidea; D) conminu- Fracturas de los metacarpianos I al V. escayolado, durante los cuales se debe-
billo, lesiones ligamentosas). También sobre los dedos, y a través de éstos so- pítulo importante de la traumatología. ta o polifragmentaria. Características generales y clasificación. rá procurar mantener la mano suspen-
mano 202 203 mano

FIG. 7. Fractura del cuello del quinto meta-


carpiano por golpe directo con el puño cerrado
FIG. 5. Reducción manual de una fractura («fractura del boxeador»). Desplazamiento ha- FIG. 9. Inmovilización del quinto dedo en las FIG. 10. Tratamiento de las fracturas de la FIG. 11. Mecanismo generalmente admitido
diafisaria del metacarpiano y osteosíntesis con bitual hacia delante del fragmento distal. Desa- FIG. 8. Maniobra de reducción de la fractura fracturas del cuello de su metacarpiano, en fé- cabeza de los metacarpianos mediante fija- de producción de las fracturas-luxación de la
aguja intramedular transcutánea. parición del relieve del «nudillo». del cuello del quinto metacarpiano. rula del flexión de 70-80 grados, dejando el ción interna con tornillo de pequeños frag- base del primer metacarpiano (fractura de Ben-
resto de los dedos libres. mentos. net) por abducción forzada del pulgar.

dida en alto y provista de un vendaje tratamiento operatorio a los medios de b) La fractura de la base de los meta-
blando compresivo. fijación interna extrafocal (fig. 5). La fi- carpianos es una lesión casi exclusiva pe directo sobre los nudillos, con el fragmento capital y al riesgo de causar piano y sus distintas modalidades anato-
Tratamiento quirúrgico. Encuentra su jación interna de los fragmentos puede —y muy frecuente— del primer dedo y puño cerrado («fractura del boxeador») lesiones adicionales a la articulación moclínicas (fracturas con y sin luxación).
indicación en las fracturas diafisarias hacerse de muchas maneras, todas ellas excepcional en los demás. Será estudia- (fig. 7). El desplazamiento es caracterís- metacarpofalángica. b) Fracturas y luxación-fracturas de la
igualmente válidas, por regla general, y da con las lesiones propias del pulgar tico, con angulación del fragmento dis- Lesiones propias del pulgar. Caracte- base del primer metacarpiano. Se trata
muy desplazadas, inestables o difíciles
con ventajas e inconvenientes de unas (véase más adelante). tal hacia la palma. Se trata, en general, rísticas generales y clasificación. El inte- de una lesión relativamente frecuente y
de reducir. Consiste básicamente en la
respecto a las otras, sobre los cuales no c) Fractura del cuello de los metacar- de una fractura bastante estable. El sín- rés particular de estas lesiones de la que puede afectar seriamente a la fun-
reducción a cielo abierto y la fijación
tiene demasiada utilidad pormenorizar. pianos. Es una lesión casi exclusiva y re- toma característico de la misma es la mano y las razones de estudiarlas en un ción del pulgar, dando lugar a una artri-
interna de los fragmentos. La reducción Su elección depende en gran parte de lativamente frecuente del quinto dedo, desaparación del nudillo del dedo co- capítulo aparte se justifica por varios mo- tis traumática dolorosa trapeciometa-
a cielo abierto no siempre es necesaria; las preferencias personales de cada ci- aunque también puede afectar al cuar- rrespondiente. El tratamiento es casi tivos: 1) por las particularidades anato- carpiana y a una limitación importante
basta en muchos casos la alineación rujano o cada escuela (fig. 6). to. Se produce, en general, por un gol- siempre conservador: reducción colo- mofuncionales del pulgar, distintas de las de la capacidad prensora de la mano.
manual de los fragmentos y limitar el cando el dedo en pronunciada flexión de los demás dedos; 2) por la frecuencia Obedece, en general, a violencias de
palmar a nivel de la articulación meta- de algunas de ellas, en especial las que una cierta entidad que se ejercen for-
carpofalángica y empujándolo contra la afectan la base del primer metacarpiano, zando el movimiento de abducción del
A B C D E F cabeza del metacarpiano (fig. 8); inmo- y 3) por las características que les son pulgar más allá de sus límites normales
vilización en yeso que incluye la muñe- propias y que les confieren una fisono- (fig. 11), pero pueden producirse tam-
ca, el dedo de la fractura y el vecino; mía clínica y terapéutica independiente. bién por el mecanismo opuesto, es de-
flexión de 70 grados a nivel de la arti- Tales lesiones pueden clasificarse en los cir, un movimiento forzado y exagerado
culación basal y semiflexión de las de- siguientes grupos: a) fracturas de la diáfi- por una fuerza externa, de aducción y
más (fig. 9). sis del primer metacarpiano; b) fracturas flexión del primer dedo (fig. 12).
d) Fracturas de la cabeza de los me- y luxación-fracturas de la base del primer Clínica y diagnóstico. Con frecuencia,
tacarpianos. También son más frecuen- metacarpiano. (Véase también más ade- la forma de producirse el accidente es
tes a nivel del cuarto y del quinto. Son lante fracturas y luxaciones de los dedos.) ya un dato orientador para interpretar la
fracturas intraarticulares, cuyo despla- a) Las fracturas de la diáfisis del primer sintomatología, la cual está dominada
zamiento, aun siendo mínimo, puede metacarpiano plantean problemas super- por un dolor de gran intensidad que
dar lugar a enojosas desviaciones del ponibles, con escasas diferencias, a las obliga al interesado a buscar una aten-
dedo correspondiente. Difíciles de re- del resto del metacarpo, y han sido estu- ción urgente. El más mínimo intento de
ducir manualmente, en muchas ocasio- diadas en el apartado correspondiente. movilización activa o pasiva del dedo
nes hay que contentarse con alinear el Las luxaciones metacarpofalángicas, las resulta intolerable, y el dolor a la pre-
dedo respecto al metacarpiano de la fracturas de las falanges y las luxaciones sión, sumamente acentuado, permite
mejor manera posible, o recurrir a la fi- interfalángicas del pulgar serán estudia- presumir la localización de la lesión y
jación operatoria con tornillos de los das junto a las lesiones de los dedos. El su probable diagnóstico, el cual tiene
FIG. 6. Diversa posibilidad de fijación interna de las fracturas diafisarias de los metacarpianos: A) mediante atornillado simple, en las fracturas de trazo pequeños fragmentos (fig. 10). Este pro- presente apartado se circunscribe por que ser confirmado, en todos los casos,
oblicuo; B) mediante placa atornillada; C) agujas de Kirschner intramedulares, cruzadas (enclavado en X); D) con aguja intramedular enroscable; E) en- ceder no es siempre fácil de efectuar consiguiente al estudio de las lesiones por el examen radiográfico.
clavado intramedular en fracturas múltiples e inestables; F) fijación a un metacarpiano vecino con agujas enroscadas. debido a las exiguas dimensiones del que afectan a la base del primer metacar- Principales variedades anatomoclínicas:
mano 202 203 mano

FIG. 7. Fractura del cuello del quinto meta-


carpiano por golpe directo con el puño cerrado
FIG. 5. Reducción manual de una fractura («fractura del boxeador»). Desplazamiento ha- FIG. 9. Inmovilización del quinto dedo en las FIG. 10. Tratamiento de las fracturas de la FIG. 11. Mecanismo generalmente admitido
diafisaria del metacarpiano y osteosíntesis con bitual hacia delante del fragmento distal. Desa- FIG. 8. Maniobra de reducción de la fractura fracturas del cuello de su metacarpiano, en fé- cabeza de los metacarpianos mediante fija- de producción de las fracturas-luxación de la
aguja intramedular transcutánea. parición del relieve del «nudillo». del cuello del quinto metacarpiano. rula del flexión de 70-80 grados, dejando el ción interna con tornillo de pequeños frag- base del primer metacarpiano (fractura de Ben-
resto de los dedos libres. mentos. net) por abducción forzada del pulgar.

dida en alto y provista de un vendaje tratamiento operatorio a los medios de b) La fractura de la base de los meta-
blando compresivo. fijación interna extrafocal (fig. 5). La fi- carpianos es una lesión casi exclusiva pe directo sobre los nudillos, con el fragmento capital y al riesgo de causar piano y sus distintas modalidades anato-
Tratamiento quirúrgico. Encuentra su jación interna de los fragmentos puede —y muy frecuente— del primer dedo y puño cerrado («fractura del boxeador») lesiones adicionales a la articulación moclínicas (fracturas con y sin luxación).
indicación en las fracturas diafisarias hacerse de muchas maneras, todas ellas excepcional en los demás. Será estudia- (fig. 7). El desplazamiento es caracterís- metacarpofalángica. b) Fracturas y luxación-fracturas de la
igualmente válidas, por regla general, y da con las lesiones propias del pulgar tico, con angulación del fragmento dis- Lesiones propias del pulgar. Caracte- base del primer metacarpiano. Se trata
muy desplazadas, inestables o difíciles
con ventajas e inconvenientes de unas (véase más adelante). tal hacia la palma. Se trata, en general, rísticas generales y clasificación. El inte- de una lesión relativamente frecuente y
de reducir. Consiste básicamente en la
respecto a las otras, sobre los cuales no c) Fractura del cuello de los metacar- de una fractura bastante estable. El sín- rés particular de estas lesiones de la que puede afectar seriamente a la fun-
reducción a cielo abierto y la fijación
tiene demasiada utilidad pormenorizar. pianos. Es una lesión casi exclusiva y re- toma característico de la misma es la mano y las razones de estudiarlas en un ción del pulgar, dando lugar a una artri-
interna de los fragmentos. La reducción Su elección depende en gran parte de lativamente frecuente del quinto dedo, desaparación del nudillo del dedo co- capítulo aparte se justifica por varios mo- tis traumática dolorosa trapeciometa-
a cielo abierto no siempre es necesaria; las preferencias personales de cada ci- aunque también puede afectar al cuar- rrespondiente. El tratamiento es casi tivos: 1) por las particularidades anato- carpiana y a una limitación importante
basta en muchos casos la alineación rujano o cada escuela (fig. 6). to. Se produce, en general, por un gol- siempre conservador: reducción colo- mofuncionales del pulgar, distintas de las de la capacidad prensora de la mano.
manual de los fragmentos y limitar el cando el dedo en pronunciada flexión de los demás dedos; 2) por la frecuencia Obedece, en general, a violencias de
palmar a nivel de la articulación meta- de algunas de ellas, en especial las que una cierta entidad que se ejercen for-
carpofalángica y empujándolo contra la afectan la base del primer metacarpiano, zando el movimiento de abducción del
A B C D E F cabeza del metacarpiano (fig. 8); inmo- y 3) por las características que les son pulgar más allá de sus límites normales
vilización en yeso que incluye la muñe- propias y que les confieren una fisono- (fig. 11), pero pueden producirse tam-
ca, el dedo de la fractura y el vecino; mía clínica y terapéutica independiente. bién por el mecanismo opuesto, es de-
flexión de 70 grados a nivel de la arti- Tales lesiones pueden clasificarse en los cir, un movimiento forzado y exagerado
culación basal y semiflexión de las de- siguientes grupos: a) fracturas de la diáfi- por una fuerza externa, de aducción y
más (fig. 9). sis del primer metacarpiano; b) fracturas flexión del primer dedo (fig. 12).
d) Fracturas de la cabeza de los me- y luxación-fracturas de la base del primer Clínica y diagnóstico. Con frecuencia,
tacarpianos. También son más frecuen- metacarpiano. (Véase también más ade- la forma de producirse el accidente es
tes a nivel del cuarto y del quinto. Son lante fracturas y luxaciones de los dedos.) ya un dato orientador para interpretar la
fracturas intraarticulares, cuyo despla- a) Las fracturas de la diáfisis del primer sintomatología, la cual está dominada
zamiento, aun siendo mínimo, puede metacarpiano plantean problemas super- por un dolor de gran intensidad que
dar lugar a enojosas desviaciones del ponibles, con escasas diferencias, a las obliga al interesado a buscar una aten-
dedo correspondiente. Difíciles de re- del resto del metacarpo, y han sido estu- ción urgente. El más mínimo intento de
ducir manualmente, en muchas ocasio- diadas en el apartado correspondiente. movilización activa o pasiva del dedo
nes hay que contentarse con alinear el Las luxaciones metacarpofalángicas, las resulta intolerable, y el dolor a la pre-
dedo respecto al metacarpiano de la fracturas de las falanges y las luxaciones sión, sumamente acentuado, permite
mejor manera posible, o recurrir a la fi- interfalángicas del pulgar serán estudia- presumir la localización de la lesión y
jación operatoria con tornillos de los das junto a las lesiones de los dedos. El su probable diagnóstico, el cual tiene
FIG. 6. Diversa posibilidad de fijación interna de las fracturas diafisarias de los metacarpianos: A) mediante atornillado simple, en las fracturas de trazo pequeños fragmentos (fig. 10). Este pro- presente apartado se circunscribe por que ser confirmado, en todos los casos,
oblicuo; B) mediante placa atornillada; C) agujas de Kirschner intramedulares, cruzadas (enclavado en X); D) con aguja intramedular enroscable; E) en- ceder no es siempre fácil de efectuar consiguiente al estudio de las lesiones por el examen radiográfico.
clavado intramedular en fracturas múltiples e inestables; F) fijación a un metacarpiano vecino con agujas enroscadas. debido a las exiguas dimensiones del que afectan a la base del primer metacar- Principales variedades anatomoclínicas:
mano 204 205 mano

que puede hacerse en la mayoría de los


casos. Puede bastar para ello un simple
yeso, con el pulgar en posición «funcio-
nal», o un alambre transfixiante entre el
metacarpiano y el trapecio, como en el
caso anterior (fig. 19). Conviene prever
la posibilidad de una artrodesis secun-
daria trapeciometacarpiana, en el caso
probable de una limitación dolorosa
persistente de los movimientos y la fun-
ción del pulgar.
3) Las fracturas extraarticulares de la
base del metacarpiano requieren medi-
das distintas de tratamiento, según se
trate de fracturas estables o inestables.
FIG. 16. Maniobra de reducción de las frac- En el primer caso (fracturas estables, de
turas de Bennet. trazo transversal) puede ser suficiente
una reducción, aunque no sea perfecta,
por maniobras externas de alineación de
la diáfisis e inmovilización en vendaje
escayolado que incluya la muñeca y el
FIG. 19. Fijación de una fractura de Rolando pulgar. No es necesaria, en la generali-
con alambre de Kirschner para alineación del dad de los casos, la fijación interna de
fragmento diafisario. Aplastamiento de los frag- los fragmentos. En el segundo caso (frac-
FIG. 12. Mecanismo probable de producción mentos de fractura contra el trapecio. turas inestables, de trazo oblicuo) sólo
de las fracturas-luxación de la base del primer FIG. 13. Fractura intraarticular de la base del FIG. 14. Fractura conminuta o plurifragmenta-
metacarpiano (fractura de Bennet) por aduc- primer metacarpiano, de un solo trazo (fractura ria de la base del primer metacarpiano (frac- puede lograrse, por lo general, la nece-
ción forzada del pulgar. de Bennet). tura de Rolando). saria estabilidad mediante la fijación
temporal del fragmento diafisario con
el trapecio con alambre de Kirschner,
no. Fractura de Rolando, con o sin luxa- como en las fracturas de Bennet, o el
ción del metacarpiano, pero siempre atornillado de los fragmentos cuando el
A B con gran destrozo articular, que la con- tamaño del proximal lo permite (fig. 20).
vierte en una lesión grave en cuanto al Fracturas y luxaciones de los dedos
pronóstico funcional (fig. 14). Principales entidades anatomoclínicas.
c) Fractura extraarticular de la base del Con fines puramente descriptivos con-
metacarpiano, más o menos desplazada viene distinguir los siguientes grupos:
según los casos y más o menos estable, 1) lesiones de las articulaciones meta-
pero sin luxación trapeciometacarpiana carpofalángicas;
FIG. 17. Fijación de una fractura de Bennet por
del fragmento proximal (fig. 15 A). transfixión temporal con alambre de Kirschner 2) lesiones de las articulaciones inter-
El desplazamiento y la estabilidad de atravesando el fragmento diafisario y clava- falángicas;
estas fracturas depende en gran parte do en el trapecio. 3) fracturas de las falanges.
de la orientación del trazo de las mis- Cualquiera de estas lesiones puede
mas. Las de trazo transversal son, por lo afectar a cualquier dedo. Pero adquie-
general, poco desplazadas y estables. ren mayor interés clínico a nivel del pul-
Las de trazo oblicuo, por el contrario, gar, no sólo por ser su localización más
muestran marcada tendencia al despla- frecuente, sino también por las especia-
zamiento y son por ello poco estables les particularidades anatomofunciona-
FIG. 20. Osteosíntesis con tornillo de peque-
(fig. 15 B). les del primer dedo y el papel altamente
ños fragmentos para estabilización de una frac-
Normas generales de tratamiento: tura extraarticular inestable de la base del diferenciado que le corresponde en el
1) Las fracturas-luxación tipo Bennet primer metacarpiano. uso de la mano. Sin embargo, todas ellas
FIG. 15. Fractura extraarticular de la base del primer metacarpiano: A) transversal, escasamente son, en general, muy fáciles de reducir presentan rasgos comunes que permiten
desplazada y estable; B) oblicua, desplazada e inestable. pero muy difíciles de estabilizar o con- tacarpiano con el trapecio (fig. 17), o un estudio conjunto aplicable a todos
tener por medios externos de fijación. bien mediante osteosíntesis a tornillos, los dedos, con alguna mención adicio-
De acuerdo con ello, la reducción pue- cuando lo permite el tamaño del frag- nal en algún caso particular, evitando de
a) Fractura-luxación. Fractura intraarti- intraarticular; pequeño fragmento inter- de lograrse con relativa facilidad acen- mento pequeño (fig. 18). este modo enojosas repeticiones y des-
cular de la base del primer metacarpia- no, triangular, de la base del metacarpia- tuando pasivamente la abducción del 2) La fractura plurifragmentaria de Ro- cripciones en exceso pormenorizadas.
no (fractura de Bennet; fig. 13). Ocupa no, unido al trapecio y no desplazado primer dedo, con su metacarpiano, lando es imposible de reponer en con- Lesiones de las articulaciones meta-
un lugar preferente, tanto por su fre- respecto al mismo; luxación externa del para hacer contactar los fragmentos diciones anatómicas que se parezcan carpofalángicas. Principales característi-
cuencia como por su importancia, entre resto del metacarpiano, respecto al tra- (fig. 16). La contención sólo puede lo- algo a las normales. Sin embargo, tiene cas anatomofuncionales. Las articulacio-
los traumatismos de la mano, de carac- pecio, y pérdida de contacto con el frag- grarse, en la mayoría de los casos, por escasa tendencia a la luxación del frag- nes metacarpofalángicas —lo mismo
terísticas anatomicopatológicas bien de- mento interno. medio de la fijación interna, bien sea mento diafisario, y en general es relati- que las interfalángicas— pertenecen al
finidas y prácticamente constantes en to- b) Fractura conminuta o plurifragmen- con aguja de Kirschner transfixiante, FIG. 18. Osteosíntesis de una fractura de Ben- vamente fácil lograr y mantener su ali- grupo de las trocleoartrosis o articulacio-
dos los casos: trazo de fractura oblicuo, taria de la base del primer metacarpia- que solidariza temporalmente al me- net con tornillo de pequeños fragmentos. neación con el trapecio, que es lo único nes ginglimoangulares, lo cual quiere
mano 204 205 mano

que puede hacerse en la mayoría de los


casos. Puede bastar para ello un simple
yeso, con el pulgar en posición «funcio-
nal», o un alambre transfixiante entre el
metacarpiano y el trapecio, como en el
caso anterior (fig. 19). Conviene prever
la posibilidad de una artrodesis secun-
daria trapeciometacarpiana, en el caso
probable de una limitación dolorosa
persistente de los movimientos y la fun-
ción del pulgar.
3) Las fracturas extraarticulares de la
base del metacarpiano requieren medi-
das distintas de tratamiento, según se
trate de fracturas estables o inestables.
FIG. 16. Maniobra de reducción de las frac- En el primer caso (fracturas estables, de
turas de Bennet. trazo transversal) puede ser suficiente
una reducción, aunque no sea perfecta,
por maniobras externas de alineación de
la diáfisis e inmovilización en vendaje
escayolado que incluya la muñeca y el
FIG. 19. Fijación de una fractura de Rolando pulgar. No es necesaria, en la generali-
con alambre de Kirschner para alineación del dad de los casos, la fijación interna de
fragmento diafisario. Aplastamiento de los frag- los fragmentos. En el segundo caso (frac-
FIG. 12. Mecanismo probable de producción mentos de fractura contra el trapecio. turas inestables, de trazo oblicuo) sólo
de las fracturas-luxación de la base del primer FIG. 13. Fractura intraarticular de la base del FIG. 14. Fractura conminuta o plurifragmenta-
metacarpiano (fractura de Bennet) por aduc- primer metacarpiano, de un solo trazo (fractura ria de la base del primer metacarpiano (frac- puede lograrse, por lo general, la nece-
ción forzada del pulgar. de Bennet). tura de Rolando). saria estabilidad mediante la fijación
temporal del fragmento diafisario con
el trapecio con alambre de Kirschner,
no. Fractura de Rolando, con o sin luxa- como en las fracturas de Bennet, o el
ción del metacarpiano, pero siempre atornillado de los fragmentos cuando el
A B con gran destrozo articular, que la con- tamaño del proximal lo permite (fig. 20).
vierte en una lesión grave en cuanto al Fracturas y luxaciones de los dedos
pronóstico funcional (fig. 14). Principales entidades anatomoclínicas.
c) Fractura extraarticular de la base del Con fines puramente descriptivos con-
metacarpiano, más o menos desplazada viene distinguir los siguientes grupos:
según los casos y más o menos estable, 1) lesiones de las articulaciones meta-
pero sin luxación trapeciometacarpiana carpofalángicas;
FIG. 17. Fijación de una fractura de Bennet por
del fragmento proximal (fig. 15 A). transfixión temporal con alambre de Kirschner 2) lesiones de las articulaciones inter-
El desplazamiento y la estabilidad de atravesando el fragmento diafisario y clava- falángicas;
estas fracturas depende en gran parte do en el trapecio. 3) fracturas de las falanges.
de la orientación del trazo de las mis- Cualquiera de estas lesiones puede
mas. Las de trazo transversal son, por lo afectar a cualquier dedo. Pero adquie-
general, poco desplazadas y estables. ren mayor interés clínico a nivel del pul-
Las de trazo oblicuo, por el contrario, gar, no sólo por ser su localización más
muestran marcada tendencia al despla- frecuente, sino también por las especia-
zamiento y son por ello poco estables les particularidades anatomofunciona-
FIG. 20. Osteosíntesis con tornillo de peque-
(fig. 15 B). les del primer dedo y el papel altamente
ños fragmentos para estabilización de una frac-
Normas generales de tratamiento: tura extraarticular inestable de la base del diferenciado que le corresponde en el
1) Las fracturas-luxación tipo Bennet primer metacarpiano. uso de la mano. Sin embargo, todas ellas
FIG. 15. Fractura extraarticular de la base del primer metacarpiano: A) transversal, escasamente son, en general, muy fáciles de reducir presentan rasgos comunes que permiten
desplazada y estable; B) oblicua, desplazada e inestable. pero muy difíciles de estabilizar o con- tacarpiano con el trapecio (fig. 17), o un estudio conjunto aplicable a todos
tener por medios externos de fijación. bien mediante osteosíntesis a tornillos, los dedos, con alguna mención adicio-
De acuerdo con ello, la reducción pue- cuando lo permite el tamaño del frag- nal en algún caso particular, evitando de
a) Fractura-luxación. Fractura intraarti- intraarticular; pequeño fragmento inter- de lograrse con relativa facilidad acen- mento pequeño (fig. 18). este modo enojosas repeticiones y des-
cular de la base del primer metacarpia- no, triangular, de la base del metacarpia- tuando pasivamente la abducción del 2) La fractura plurifragmentaria de Ro- cripciones en exceso pormenorizadas.
no (fractura de Bennet; fig. 13). Ocupa no, unido al trapecio y no desplazado primer dedo, con su metacarpiano, lando es imposible de reponer en con- Lesiones de las articulaciones meta-
un lugar preferente, tanto por su fre- respecto al mismo; luxación externa del para hacer contactar los fragmentos diciones anatómicas que se parezcan carpofalángicas. Principales característi-
cuencia como por su importancia, entre resto del metacarpiano, respecto al tra- (fig. 16). La contención sólo puede lo- algo a las normales. Sin embargo, tiene cas anatomofuncionales. Las articulacio-
los traumatismos de la mano, de carac- pecio, y pérdida de contacto con el frag- grarse, en la mayoría de los casos, por escasa tendencia a la luxación del frag- nes metacarpofalángicas —lo mismo
terísticas anatomicopatológicas bien de- mento interno. medio de la fijación interna, bien sea mento diafisario, y en general es relati- que las interfalángicas— pertenecen al
finidas y prácticamente constantes en to- b) Fractura conminuta o plurifragmen- con aguja de Kirschner transfixiante, FIG. 18. Osteosíntesis de una fractura de Ben- vamente fácil lograr y mantener su ali- grupo de las trocleoartrosis o articulacio-
dos los casos: trazo de fractura oblicuo, taria de la base del primer metacarpia- que solidariza temporalmente al me- net con tornillo de pequeños fragmentos. neación con el trapecio, que es lo único nes ginglimoangulares, lo cual quiere
mano 206 207 mano

Fibrocartílago Ligamentos transversos


de los metacarpianos
Pars fláccida
de la cápsula

Fibrocartílago

Ligamento vaginal
Ligamento
colateral

Tendón del flexor

Tendón del flexor

Ligamentos colaterales
FIG. 21. Vista lateral de las principales carac- FIG. 24. Repercusión funcional de la rotura
terísticas anatómicas de la articulación meta- FIG. 22. Representación esquemática de las principales características anatómicas de las articula- del ligamento colateral interno de la articula-
carpofalángica. ciones metacarpofalángicas, vistas por su cara palmar. ción metacarpofalángica del pulgar, sobre la FIG. 25. Férula de yeso «en silla de montar» para la inmovilización de la base del primer dedo, adap-
pinza de presión entre este dedo y el índice. tada al primer espacio interóseo y sujeta con venda blanda normal (no representada en la figura).

decir que permiten movimientos de una está cerrado por su parte anterior por una
gran amplitud en un solo plano, el de la formación ligamentosa (ligamentum va- desgarros incompletos y en fase aguda
flexoextensión, si bien a nivel de las me- ginale) que lo convierte en un conducto, es suficiente la inmovilización del pul-
tacarpofalángicas son posibles también parte de la vaina tendinosa (vagina fibro- gar mediante vendaje simple semirrígi-
unos movimientos menos amplios de la- sa tendinae), por la cual transcurren los do (esparadrapo, tensoplast), muñeque-
teralidad cuando se hallan en extensión tendones flexores largos de los dedos ra de yeso o, mejor aún, férula amovible
completa, pero no cuando están en fle- (fig. 22). Por último, el fibrocartílago de «en silla de montar» aplicada al primer
xión. En cualquier caso, estos movimien- cada dedo (exceptuando el pulgar) se ha- espacio interóseo y sujeta con venda
tos de lateralidad son casi inexistentes en lla unido al del dedo vecino por otra for- blanda (fig. 25). Este último procedi-
el pulgar, o de mucho menor amplitud mación ligamentosa: el ligamento trans- miento tiene la ventaja práctica de que
que en los demás dedos. La unión entre verso intermetacarpiano (fig. 22). permite prescindir de él progresivamen-
la cabeza del metacarpiano y la base de Lesiones más frecuentes de la articula- te, en fases sucesivas, por tanteos repeti-
la primera falange se establece en primer ción metacarpofalángica: dos y en la medida que desaparece el
lugar por los ligamentos colaterales, uno 1) Esguinces o roturas capsuloliga- dolor.
externo y otro interno, de cada articula- mentosas. Son lesiones prácticamente Tratamiento operatorio. En los desgarros
ción (fig. 21). Tales ligamentos se en- exclusivas del pulgar y excepcionales de mayor entidad, con gran inestabili-
cuentran relativamente relajados en la en los demás dedos. Se producen por dad lateral, o en los casos antiguos en
extensión completa de la articulación y un movimiento forzado de lateralidad que subsista limitación importante de la
atirantados al máximo en la flexión, lo de la falange basal que sobrepasa los lí- pinza prensora, puede encontrar indica-
cual explica la existencia de los movi- mites normales del mismo, producien- ción la sutura del desgarro capsuloliga-
mientos de lateralidad antes menciona- do la distensión o la rotura del ligamen- FIG. 23. Mecanismo de producción de los es- mentoso, a través de una incisión sobre FIG. 27. Representación esquemática de una
dos, cuando la articulación está extendi- to colateral interno de la articulación guinces de la articulación metacarpofalángica la cara interna de la articulación. Con- luxación «simple» de la articulación metacar-
da, y que desaparezcan cuando está (fig. 23). Recuérdese al respecto que el del pulgar. viene recordar que la articulación a este FIG. 26. Mecanismo de producción de las lu- pofalángica, sin desplazamiento de la placa fi-
flexionada. La cápsula articular tiene una pulgar es el dedo que menos movilidad nivel se halla cubierta por el tendón del xaciones metacarpofalángicas del primer dedo. brocartilaginosa.
de una simple distensión a la rotura aductor del pulgar, el cual tiene que ser
importante particularidad. En su parte lateral presenta a nivel de la articula-
completa de sus fibras. seccionado provisionalmente para tener
anterior presenta un engrosamiento en ción metacarpofalángica, lo cual sirve
forma de semicanal y de consistencia para explicar la mayor frecuencia de es- Sintomatología. El dolor y la movilidad acceso a la cápsula y al ligamento late- ejercida sobre su cara palmar (fig. 26). carpiano, es un factor condicionante de
dura que sirve para alojar los tendones tas lesiones en el primer dedo, a nivel lateral anormal de la primera falange (au- ral interno. Anatomía patológica. Es característico la importancia de la lesión, de las posi-
del flexor común profundo y el flexor del cual se la conoce también como sente, recuérdese, o muy escasa en el pri- 2) Luxación metacarpofalángica. Tam- de las luxaciones la conservación de los bilidades de su tratamiento y de su divi-
propio. Es el fibrocartílago palmar «placa «esguince del esquiador». mer dedo) son las manifestaciones más bién es una lesión casi exclusiva del pul-
características de las lesiones recientes. ligamentos colaterales y la rotura de la sión en dos modalidades anatomopato-
fibrocartilaginosa» o fibrocartilagines vo- Anatomía patológica. Lo que define gar, aunque también puede afectar, con
En las lesiones antiguas no curadas el sín- cápsula anterior, a nivel de su pars flac- lógicas claramente diferenciadas: las
laris (fig. 21). El borde inferior de la placa principalmente el «esguince del esquia- mucha menos frecuencia, al segundo
toma principal es la inestabilidad lateral cida; es decir, de las conexiones del fi- luxaciones simples y las complejas. En
fibrocartilaginosa se halla fuertemente dor» es la ausencia de luxación o de dedo y al quinto. Es excepcional en los
unido por su extremo distal a la base de fractura de la base de la primera falan- de la articulación metacarpofalángica, y otros dos. La forma más corriente es la brocartílago con el metacarpiano, mien- las luxaciones simples, el fibrocartílago
la primera falange, mientras que su ex- ge, y la limitación de las lesiones, por consecutivamente la falta de fuerza o la luxación posterior o dorsal. Las luxacio- tras se sigue manteniendo fuertemente no se luxa. Permanece delante de la ca-
tremo proximal se une al metacarpiano tanto, a los elementos capsuloligamen- limitación dolorosa de la presión en for- nes anteriores o palmares son la excep- unido a la falange. El comportamiento beza del metacarpiano, lo cual obliga a
por una parte muy débil y laxa (pars flac- tosos de la articulación metacarpofa- ma de pinza entre el pulgar y el índice ción. El mecanismo de producción en las del fibrocartílago, unido a la falange lu- la falange a adoptar una dirección per-
cida) de la cápsula (fig. 21). El semicanal lángica. Concretamente, del ligamento (fig. 24). luxaciones dorsales es una hiperexten- xada y acompañándola en su desplaza- pendicular al metacarpiano (fig. 27). Es-
que forma cada placa fibrocartilaginosa lateral interno, el cual puede sufrir des- Tratamiento. En los esguinces o en los sión forzada del dedo, por una violencia miento respecto a la cabeza del meta- tas luxaciones son fáciles de reducir. En
mano 206 207 mano

Fibrocartílago Ligamentos transversos


de los metacarpianos
Pars fláccida
de la cápsula

Fibrocartílago

Ligamento vaginal
Ligamento
colateral

Tendón del flexor

Tendón del flexor

Ligamentos colaterales
FIG. 21. Vista lateral de las principales carac- FIG. 24. Repercusión funcional de la rotura
terísticas anatómicas de la articulación meta- FIG. 22. Representación esquemática de las principales características anatómicas de las articula- del ligamento colateral interno de la articula-
carpofalángica. ciones metacarpofalángicas, vistas por su cara palmar. ción metacarpofalángica del pulgar, sobre la FIG. 25. Férula de yeso «en silla de montar» para la inmovilización de la base del primer dedo, adap-
pinza de presión entre este dedo y el índice. tada al primer espacio interóseo y sujeta con venda blanda normal (no representada en la figura).

decir que permiten movimientos de una está cerrado por su parte anterior por una
gran amplitud en un solo plano, el de la formación ligamentosa (ligamentum va- desgarros incompletos y en fase aguda
flexoextensión, si bien a nivel de las me- ginale) que lo convierte en un conducto, es suficiente la inmovilización del pul-
tacarpofalángicas son posibles también parte de la vaina tendinosa (vagina fibro- gar mediante vendaje simple semirrígi-
unos movimientos menos amplios de la- sa tendinae), por la cual transcurren los do (esparadrapo, tensoplast), muñeque-
teralidad cuando se hallan en extensión tendones flexores largos de los dedos ra de yeso o, mejor aún, férula amovible
completa, pero no cuando están en fle- (fig. 22). Por último, el fibrocartílago de «en silla de montar» aplicada al primer
xión. En cualquier caso, estos movimien- cada dedo (exceptuando el pulgar) se ha- espacio interóseo y sujeta con venda
tos de lateralidad son casi inexistentes en lla unido al del dedo vecino por otra for- blanda (fig. 25). Este último procedi-
el pulgar, o de mucho menor amplitud mación ligamentosa: el ligamento trans- miento tiene la ventaja práctica de que
que en los demás dedos. La unión entre verso intermetacarpiano (fig. 22). permite prescindir de él progresivamen-
la cabeza del metacarpiano y la base de Lesiones más frecuentes de la articula- te, en fases sucesivas, por tanteos repeti-
la primera falange se establece en primer ción metacarpofalángica: dos y en la medida que desaparece el
lugar por los ligamentos colaterales, uno 1) Esguinces o roturas capsuloliga- dolor.
externo y otro interno, de cada articula- mentosas. Son lesiones prácticamente Tratamiento operatorio. En los desgarros
ción (fig. 21). Tales ligamentos se en- exclusivas del pulgar y excepcionales de mayor entidad, con gran inestabili-
cuentran relativamente relajados en la en los demás dedos. Se producen por dad lateral, o en los casos antiguos en
extensión completa de la articulación y un movimiento forzado de lateralidad que subsista limitación importante de la
atirantados al máximo en la flexión, lo de la falange basal que sobrepasa los lí- pinza prensora, puede encontrar indica-
cual explica la existencia de los movi- mites normales del mismo, producien- ción la sutura del desgarro capsuloliga-
mientos de lateralidad antes menciona- do la distensión o la rotura del ligamen- FIG. 23. Mecanismo de producción de los es- mentoso, a través de una incisión sobre FIG. 27. Representación esquemática de una
dos, cuando la articulación está extendi- to colateral interno de la articulación guinces de la articulación metacarpofalángica la cara interna de la articulación. Con- luxación «simple» de la articulación metacar-
da, y que desaparezcan cuando está (fig. 23). Recuérdese al respecto que el del pulgar. viene recordar que la articulación a este FIG. 26. Mecanismo de producción de las lu- pofalángica, sin desplazamiento de la placa fi-
flexionada. La cápsula articular tiene una pulgar es el dedo que menos movilidad nivel se halla cubierta por el tendón del xaciones metacarpofalángicas del primer dedo. brocartilaginosa.
de una simple distensión a la rotura aductor del pulgar, el cual tiene que ser
importante particularidad. En su parte lateral presenta a nivel de la articula-
completa de sus fibras. seccionado provisionalmente para tener
anterior presenta un engrosamiento en ción metacarpofalángica, lo cual sirve
forma de semicanal y de consistencia para explicar la mayor frecuencia de es- Sintomatología. El dolor y la movilidad acceso a la cápsula y al ligamento late- ejercida sobre su cara palmar (fig. 26). carpiano, es un factor condicionante de
dura que sirve para alojar los tendones tas lesiones en el primer dedo, a nivel lateral anormal de la primera falange (au- ral interno. Anatomía patológica. Es característico la importancia de la lesión, de las posi-
del flexor común profundo y el flexor del cual se la conoce también como sente, recuérdese, o muy escasa en el pri- 2) Luxación metacarpofalángica. Tam- de las luxaciones la conservación de los bilidades de su tratamiento y de su divi-
propio. Es el fibrocartílago palmar «placa «esguince del esquiador». mer dedo) son las manifestaciones más bién es una lesión casi exclusiva del pul-
características de las lesiones recientes. ligamentos colaterales y la rotura de la sión en dos modalidades anatomopato-
fibrocartilaginosa» o fibrocartilagines vo- Anatomía patológica. Lo que define gar, aunque también puede afectar, con
En las lesiones antiguas no curadas el sín- cápsula anterior, a nivel de su pars flac- lógicas claramente diferenciadas: las
laris (fig. 21). El borde inferior de la placa principalmente el «esguince del esquia- mucha menos frecuencia, al segundo
toma principal es la inestabilidad lateral cida; es decir, de las conexiones del fi- luxaciones simples y las complejas. En
fibrocartilaginosa se halla fuertemente dor» es la ausencia de luxación o de dedo y al quinto. Es excepcional en los
unido por su extremo distal a la base de fractura de la base de la primera falan- de la articulación metacarpofalángica, y otros dos. La forma más corriente es la brocartílago con el metacarpiano, mien- las luxaciones simples, el fibrocartílago
la primera falange, mientras que su ex- ge, y la limitación de las lesiones, por consecutivamente la falta de fuerza o la luxación posterior o dorsal. Las luxacio- tras se sigue manteniendo fuertemente no se luxa. Permanece delante de la ca-
tremo proximal se une al metacarpiano tanto, a los elementos capsuloligamen- limitación dolorosa de la presión en for- nes anteriores o palmares son la excep- unido a la falange. El comportamiento beza del metacarpiano, lo cual obliga a
por una parte muy débil y laxa (pars flac- tosos de la articulación metacarpofa- ma de pinza entre el pulgar y el índice ción. El mecanismo de producción en las del fibrocartílago, unido a la falange lu- la falange a adoptar una dirección per-
cida) de la cápsula (fig. 21). El semicanal lángica. Concretamente, del ligamento (fig. 24). luxaciones dorsales es una hiperexten- xada y acompañándola en su desplaza- pendicular al metacarpiano (fig. 27). Es-
que forma cada placa fibrocartilaginosa lateral interno, el cual puede sufrir des- Tratamiento. En los esguinces o en los sión forzada del dedo, por una violencia miento respecto a la cabeza del meta- tas luxaciones son fáciles de reducir. En
mano 208 209 mano

FIG. 28. Representación esquemática de una


luxación metacarpofalángica «compleja» con
desplazamiento dorsal de la placa fibrocartila-
ginosa. 2

A B
1
3
2

FIG. 33. Maniobras de reducción de las luxaciones metacarpofalángicas simples del pulgar: (1)
FIG. 29. Luxación-fractura metacarpofalángica del pulgar y del segundo dedo.
tracción sobre el dedo, hasta lograr (2) la separación suficiente entre la base de la falange y la cabe-
za del metacarpiano, y (3) flexión del dedo sin ceder la tracción axial sobre el mismo.

ridad respecto al eje del dedo. El diag-


b nóstico se impone por sí mismo sin nin- el metacarpiano, sin dejar de ejercer tiendo una luxación compleja en una lu-
FIG. 30. Deformaciones propias de las luxa- gún margen de duda y sin necesidad si- la fuerte tracción axial sobre el dedo e xación simple. Una vez logrado este pri-
ciones metacarpofalángicas del pulgar: A) lu- quiera de radiografía (fig. 30). En las incluso acentuándola todo lo posible mer requisito, la reposición de la falange
xación simple; B) luxación compleja. a luxaciones complejas, por el contrario, (fig. 34). luxada en su sitio no ofrece ninguna difi-
el dedo conserva su alineación con el Estas maniobras deben hacerse siempre cultad. El tratamiento posoperatorio con-
metacarpiano. La única deformación ex- bajo anestesia profunda (preferentemen- siste en una moderada inmovilización
terna reveladora de la lesión es un ligero te general) y relajación muscular com- del pulgar, lo mismo que después de la
acortamiento, apenas apreciable, del pleta. La reducción no siempre se consi- reducción manual, durante unas dos se-
dedo afecto, una ligera desviación late- gue al primer intento, y no es prudente manas.
3
ral del mismo (fig. 31) y en algunos casos repetirlo demasiadas veces, en caso de Lesiones de las articulaciones interfa-
FIG. 32. Deformaciones propias de las luxacio-
nes metacarpofalángicas del índice, vistas por su una depresión a nivel metacarpofalángi- no lograrlo a la segunda o a la tercera lángicas. Características generales y clasi-
lado externo: a) depresión palmar, y b) saliente co por el lado palmar y un saliente al tentativa. Una medida prudente de or- ficación. Son lesiones relativamente fre-
dorsal a nivel de la articulación luxada. mismo nivel por el lado dorsal (fig. 32). den práctico, ante esta eventualidad, es cuentes. A pesar de su escasa entidad
Estas luxaciones son difíciles de diag- iniciar la anestesia teniendo preparado antómica pueden producir trastornos im- FIG. 34. Maniobras de reducción de una lu-
nosticar, incluso radiográficamente. Son lo necesario para continuar de inmedia- portantes para la función prensora de la xación metacarpofalángica compleja: 1) Trac-
tílago, y muchas veces tiene que ser tra- necesarias, para lograrlo, radiografías en to a la reducción a cielo abierto. mano, si no son bien conocidas y tratadas ción enérgica axial sobre el dedo. 2) Movi-
tada por métodos operatorios. Es relati- distintas proyecciones y siempre compa- Tratamiento quirúrgico. Encuentra su adecuadamente. Son debidas, casi siem- miento de flexión dorsal del mismo, sin ceder
vamente frecuente la presencia de frac- rativas entre las dos manos. indicación en las siguientes circunstan- pre, a traumatismos indirectos sobre los la tracción. 3) Movimiento de flexión palmar,
turas marginales de la base de la falange Tratamiento. Las luxaciones simples son cias: dedos que actúan forzando la articula- manteniendo igualmente la tracción, y presión
luxada, con un pequeño fragmento de en general fáciles de reducir por manio- 1) En las luxaciones complejas difíci- ción en el sentido de la hiperextensión o digital sobre la base de la falange luxada.
su reborde de forma triangular (fig. 29). bras intuitivas, realizadas muchas veces les de reducir manualmente, según aca- su desplazamiento lateral, excepcional-
Tales fracturas, o luxación-fracturas, se por el propio interesado o algún profa- ba de exponerse. mente en el de la hiperflexión (fig. 36).
producen por un movimiento de latera- no presente en el accidente (fig. 33). 2) En las luxaciones inveteradas, pasa- Pueden afectar tanto a la articulación in-
lización del dedo, asociado al de hiper- Una vez reducidas no requieren otro das dos semanas después de producirse. terfalángica proximal como a la distal,
extensión, que pone a prueba la resis- tratamiento que una ligera inmoviliza- 3) En algunos casos de fractura-luxa- siendo más frecuentes las primeras. De
FIG. 31. Deformaciones características del ín-
dice en las luxaciones metacarpofalángicas de tencia del ligamento colateral. Se trata ción durante unas dos semanas, en ven- ción en que esté indicada la extirpación, acuerdo con sus diversas maneras de pro-
este dedo, vistas por su cara dorsal. Acorta- en general de fracturas por avulsión, por daje blando, o mejor con la férula de o la fijación por atornillado del pequeño ducirse, las luxaciones pueden ser dorsa-
miento y desviación lateral. arrancamiento de la inserción en la fa- yeso «en silla de montar». Las luxacio- fragmento avulsionado (fig. 35). El acce- les, laterales o palmares. Las dorsales son
lange de dicho ligamento. nes complejas exigen unas maniobras so quirúrgico debe hacerse por la cara con mucho las más frecuentes y también
Sintomatología y diagnóstico. Aparte de de reducción manual algo mejor pla- palmar, en el caso de luxaciones irreduc- las de pronóstico más serio por dar lugar
las luxaciones complejas, el fibrocartíla- dolor, la impotencia funcional y los de- neadas: tibles, o por vía laterodorsal para la fija- a rigideces dolorosas crónicas del dedo
go se luxa con la base de la falange ha- más signos propios de toda lesión trau- 1) Tracción enérgica sobre el dedo, ción del fragmento desplazado de la fa- afecto (fig. 37). Las luxaciones dorsales
mática de la región, es característica la en sentido de su eje longitudinal, con lange basal. La reducción propiamente pueden ser simples o complejas, lo mis-
cia el lado dorsal del primer metacar-
deformación del dedo afectado, muy objeto de suprimir el acabalgamiento dicha, por vía operatoria, exige necesa- mo que las luxaciones metacarpofalángi-
piano, haciendo que la falange adopte
distinta en las luxaciones simples y en entre los dos huesos. riamente desalojar el fibrocartílago de su cas y por las mismas causas. Es decir, se-
una dirección paralela al metacarpiano las complejas. En las luxaciones simples, 2) Extensión pronunciada del dedo, posición en el dorso del metacarpiano, gún el comportamiento de la placa
(fig. 28). Esta modalidad es difícil de el dedo se mantiene en una posición su- sin ceder la tracción sobre el mismo. trasladándolo a su posición normal en la fibrocartilaginosa palmar. Sin desplazar, FIG. 35. Osteosíntesis por atornillado de una
reducir por la interposición del fibrocar- mamente escandalosa de perpendicula- 3) Flexión de la falange luxada sobre cara palmar del mismo. Es decir, convir- en las luxaciones simples y luxada con la fractura-luxación de la base de la primera falange.
mano 208 209 mano

FIG. 28. Representación esquemática de una


luxación metacarpofalángica «compleja» con
desplazamiento dorsal de la placa fibrocartila-
ginosa. 2

A B
1
3
2

FIG. 33. Maniobras de reducción de las luxaciones metacarpofalángicas simples del pulgar: (1)
FIG. 29. Luxación-fractura metacarpofalángica del pulgar y del segundo dedo.
tracción sobre el dedo, hasta lograr (2) la separación suficiente entre la base de la falange y la cabe-
za del metacarpiano, y (3) flexión del dedo sin ceder la tracción axial sobre el mismo.

ridad respecto al eje del dedo. El diag-


b nóstico se impone por sí mismo sin nin- el metacarpiano, sin dejar de ejercer tiendo una luxación compleja en una lu-
FIG. 30. Deformaciones propias de las luxa- gún margen de duda y sin necesidad si- la fuerte tracción axial sobre el dedo e xación simple. Una vez logrado este pri-
ciones metacarpofalángicas del pulgar: A) lu- quiera de radiografía (fig. 30). En las incluso acentuándola todo lo posible mer requisito, la reposición de la falange
xación simple; B) luxación compleja. a luxaciones complejas, por el contrario, (fig. 34). luxada en su sitio no ofrece ninguna difi-
el dedo conserva su alineación con el Estas maniobras deben hacerse siempre cultad. El tratamiento posoperatorio con-
metacarpiano. La única deformación ex- bajo anestesia profunda (preferentemen- siste en una moderada inmovilización
terna reveladora de la lesión es un ligero te general) y relajación muscular com- del pulgar, lo mismo que después de la
acortamiento, apenas apreciable, del pleta. La reducción no siempre se consi- reducción manual, durante unas dos se-
dedo afecto, una ligera desviación late- gue al primer intento, y no es prudente manas.
3
ral del mismo (fig. 31) y en algunos casos repetirlo demasiadas veces, en caso de Lesiones de las articulaciones interfa-
FIG. 32. Deformaciones propias de las luxacio-
nes metacarpofalángicas del índice, vistas por su una depresión a nivel metacarpofalángi- no lograrlo a la segunda o a la tercera lángicas. Características generales y clasi-
lado externo: a) depresión palmar, y b) saliente co por el lado palmar y un saliente al tentativa. Una medida prudente de or- ficación. Son lesiones relativamente fre-
dorsal a nivel de la articulación luxada. mismo nivel por el lado dorsal (fig. 32). den práctico, ante esta eventualidad, es cuentes. A pesar de su escasa entidad
Estas luxaciones son difíciles de diag- iniciar la anestesia teniendo preparado antómica pueden producir trastornos im- FIG. 34. Maniobras de reducción de una lu-
nosticar, incluso radiográficamente. Son lo necesario para continuar de inmedia- portantes para la función prensora de la xación metacarpofalángica compleja: 1) Trac-
tílago, y muchas veces tiene que ser tra- necesarias, para lograrlo, radiografías en to a la reducción a cielo abierto. mano, si no son bien conocidas y tratadas ción enérgica axial sobre el dedo. 2) Movi-
tada por métodos operatorios. Es relati- distintas proyecciones y siempre compa- Tratamiento quirúrgico. Encuentra su adecuadamente. Son debidas, casi siem- miento de flexión dorsal del mismo, sin ceder
vamente frecuente la presencia de frac- rativas entre las dos manos. indicación en las siguientes circunstan- pre, a traumatismos indirectos sobre los la tracción. 3) Movimiento de flexión palmar,
turas marginales de la base de la falange Tratamiento. Las luxaciones simples son cias: dedos que actúan forzando la articula- manteniendo igualmente la tracción, y presión
luxada, con un pequeño fragmento de en general fáciles de reducir por manio- 1) En las luxaciones complejas difíci- ción en el sentido de la hiperextensión o digital sobre la base de la falange luxada.
su reborde de forma triangular (fig. 29). bras intuitivas, realizadas muchas veces les de reducir manualmente, según aca- su desplazamiento lateral, excepcional-
Tales fracturas, o luxación-fracturas, se por el propio interesado o algún profa- ba de exponerse. mente en el de la hiperflexión (fig. 36).
producen por un movimiento de latera- no presente en el accidente (fig. 33). 2) En las luxaciones inveteradas, pasa- Pueden afectar tanto a la articulación in-
lización del dedo, asociado al de hiper- Una vez reducidas no requieren otro das dos semanas después de producirse. terfalángica proximal como a la distal,
extensión, que pone a prueba la resis- tratamiento que una ligera inmoviliza- 3) En algunos casos de fractura-luxa- siendo más frecuentes las primeras. De
FIG. 31. Deformaciones características del ín-
dice en las luxaciones metacarpofalángicas de tencia del ligamento colateral. Se trata ción durante unas dos semanas, en ven- ción en que esté indicada la extirpación, acuerdo con sus diversas maneras de pro-
este dedo, vistas por su cara dorsal. Acorta- en general de fracturas por avulsión, por daje blando, o mejor con la férula de o la fijación por atornillado del pequeño ducirse, las luxaciones pueden ser dorsa-
miento y desviación lateral. arrancamiento de la inserción en la fa- yeso «en silla de montar». Las luxacio- fragmento avulsionado (fig. 35). El acce- les, laterales o palmares. Las dorsales son
lange de dicho ligamento. nes complejas exigen unas maniobras so quirúrgico debe hacerse por la cara con mucho las más frecuentes y también
Sintomatología y diagnóstico. Aparte de de reducción manual algo mejor pla- palmar, en el caso de luxaciones irreduc- las de pronóstico más serio por dar lugar
las luxaciones complejas, el fibrocartíla- dolor, la impotencia funcional y los de- neadas: tibles, o por vía laterodorsal para la fija- a rigideces dolorosas crónicas del dedo
go se luxa con la base de la falange ha- más signos propios de toda lesión trau- 1) Tracción enérgica sobre el dedo, ción del fragmento desplazado de la fa- afecto (fig. 37). Las luxaciones dorsales
mática de la región, es característica la en sentido de su eje longitudinal, con lange basal. La reducción propiamente pueden ser simples o complejas, lo mis-
cia el lado dorsal del primer metacar-
deformación del dedo afectado, muy objeto de suprimir el acabalgamiento dicha, por vía operatoria, exige necesa- mo que las luxaciones metacarpofalángi-
piano, haciendo que la falange adopte
distinta en las luxaciones simples y en entre los dos huesos. riamente desalojar el fibrocartílago de su cas y por las mismas causas. Es decir, se-
una dirección paralela al metacarpiano las complejas. En las luxaciones simples, 2) Extensión pronunciada del dedo, posición en el dorso del metacarpiano, gún el comportamiento de la placa
(fig. 28). Esta modalidad es difícil de el dedo se mantiene en una posición su- sin ceder la tracción sobre el mismo. trasladándolo a su posición normal en la fibrocartilaginosa palmar. Sin desplazar, FIG. 35. Osteosíntesis por atornillado de una
reducir por la interposición del fibrocar- mamente escandalosa de perpendicula- 3) Flexión de la falange luxada sobre cara palmar del mismo. Es decir, convir- en las luxaciones simples y luxada con la fractura-luxación de la base de la primera falange.
mano 210 211 mano

A B mecanismo causal más habitual (golpe


directo, aplastamiento, etc.), es frecuen-
te que estas fracturas se asocien a lesio-
A nes, muchas veces importantes, de las
partes blandas (fracturas abiertas, heri-
das contusas, pérdida de sustancia cutá-
nea, etc.).
Según su localización, estas fracturas
pueden clasificarse en los siguientes
grupos:
1) Formas más comunes: fracturas dia-
fisarias, fracturas de la base, fracturas de
la extremidad distal.
FIG. 36. Mecanismo habitual de la produc- 2) Formas especiales: fracturas condí-
ción de las luxaciones interfalángicas dorsales FIG. 38. Imagen radiográfica de una luxación dorsal interfalángica del pulgar: A) proyección dor- C leas en T de la falange proximal, fractu-
y palmares. sopalmar; B) proyección de perfil. ras impactadas de la base de la primera
falange, fracturas por avulsión de las in-
semanas, mediante una férula digital o serciones del flexor o del extensor largo
A solidarizándolo con el dedo vecino me- en la falange distal (fig. 40).
diante esparadrapo. Según el trazo de la fractura estas lesiones
Tratamiento operatorio. Encuentra indi- B pueden ser: transversales, oblicuas, espi-
cación en muy pocos casos. En algunas roideas, marginales de los extremos y
fracturas complejas, difíciles de reducir, plurifragmentarias o conminutas. Pueden
así como en algunas fracturas-luxación FIG. 40. Modalidades anatomopatológicas especiales de las fracturas de las falanges; A) Fractura ser fracturas no desplazadas y estables o
con un gran fragmento basal y muy ines- impactada de la base de la primera falange, en un niño. B) Fractura condílea en T de la cabeza de la desplazadas. En este segundo caso es im-
tables. Es decir, con gran tendencia al primera falange. C) Fracturas por avulsión de la tercera falange. portante tener en cuenta las posibilidades
desplazamiento secundario después de más frecuentes de desplazamiento o la
B reducidas, y también en algunas luxacio- tendencia a desplazarse secundariamen-
nes inveteradas después de dos semanas Tendón del extensor te. Las fracturas diafisarias de la primera
FIG. 39. Mecanismo de producción de las de producirse. En las fracturas complejas falange se desplazan, casi la totalidad de
fracturas impactadas de la base de la primera el tratamiento quirúrgico consiste funda- los casos, en angulación hacia la cara
Interóseo
falange. mentalmente en la artrotomía por vía pal- palmar, debido a la acción de la muscu-
mar, como en las luxaciones metacarpo- latura intrínseca sobre los fragmentos
falángicas y el desalojo del fibrocartílago (fig. 41). Las fracturas impactadas de la
ples, la falange luxada se sitúa más o luxado e interpuesto entre las dos falan- base de la primera falange presentan tam-
menos perpendicularmente al eje del ges, que constituye el obstáculo principal bién, por lo regular, un desplazamiento
dedo; en las complejas se desplaza pa- a la reducción. En algunas fracturas-luxa- Tendón del angular hacia el dorso, obedeciendo a los
flexor profundo
ralelamente al mismo. El diagnóstico, ción el acceso a la lesión debe hacerse mecanismos que habitualmente produ-
Tendón del
ante la presencia de estas alteraciones, siempre por el camino más corto al frag- Músculo cen estas lesiones. Las fracturas de la se-
Tendón del flexor superficial
se impone por sí mismo en muchos ca- mento basal, casi siempre por vía lateral. flexor profundo lumbrical gunda falange pueden angularse hacia la
sos, pero no en todos. En las luxaciones La fijación se hace mediante tornillos de cara palmar o la dorsal, según la situa-
C D laterales o en las complejas, en las que pequeños fragmentos (fig. 35). FIG. 41. Desplazamiento habitual de las fracturas diafisarias de la primera falange, debido a la ac- ción del trazo de fractura en relación a la
la deformidad del dedo no es muy pa- Fracturas de las falanges. Característi- ción de los músculos intrínsecos (representados en la figura por los lumbricales). inserción del flexor superficial de los de-
tente, el diagnóstico preciso sólo puede cas generales y clasificación. Son las le- dos. Cuando el trazo asienta proximal-
establecerse —y no siempre con facili- siones más frecuentes de la mano. mente respecto a dicha inserción, el frag-
FIG. 37. Clasificación de las luxaciones inter- dad— mediante una adecuada explora- A pesar de su escasa entidad anatómica mento distal es desviado hacia la palma
falángicas según el desplazamiento de la falan-
ción radiográfica. Radiografías compa- y de su tratamiento relativamente senci- por la acción del flexor superficial y se
ge luxada: A) dorsales; B) palmares; C) latera-
les; D) fractura-luxación. rativas de las dos manos, en proyección llo pueden ser causa de secuelas funcio- produce una angulación palmar (fig. 42
dorsopalmar y lateral. Este examen tam- nales serias de la mano (rigideces, des- A). Cuando asienta distalmente a la ci-
bién es el único que permite constatar viaciones de los dedos) si no se conoce tada inserción, es el fragmento proximal
la presencia de una fractura marginal A
falange correspondiente en las complejas suficientemente su patología y no se las el que se desvía hacia la palma, y se pro-
(véase figs. 27 y 28). Lo mismo que las lu- asociada (fig. 38). trata adecuadamente. Estas fracturas se duce una angulación en sentido opuesto
Normas generales de tratamiento. La producen principalmente por traumatis- (fig. 42 B). Es particularmente importante
xaciones metacarpofalángicas, las inter-
mayor parte de las luxaciones interfa- mos directos de los dedos (aplastamien- tener presente el desplazamiento en sen-
falángicas se asocian con frecuencia a lángicas se reducen con facilidad por tos, martillazos, aprisionamiento en una tido de la rotación entre los fragmentos,
fracturas marginales de la base de la fa- una maniobra intuitiva de tracción y ali- puerta, etc.), pero pueden producirse especialmente en las fracturas de la fa-
lange luxada, clasificándose en el grupo neación de la falange luxada con el eje también por arrancamiento de las inser- B lange proximal o media, no siempre fácil
de las fracturas-luxaciones de los dedos. del dedo, muchas veces realizada por el ciones tendinosas (fracturas por avul- de diagnosticar y que puede dar lugar a
Clínica y diagnóstico. El dolor, la hin- propio interesado en el momento de sión) o por un movimiento forzado de un cambio en la orientación del segmen-
chazón, la deformación del dedo y la producirse, o por las personas presentes los dedos en hiperextensión. Tal es el to distal del dedo afectado (fig. 43). Las
inestabilidad o movilidad anormal del en el accidente. En tal caso, el trata- caso de las fracturas por impactación de fracturas por avulsión de la falange distal
FIG. 42. Desplazamiento habitual de los fragmentos en las fracturas de la segunda falange, según la
mismo, son los síntomas característicos miento ulterior se limita a la simple in- la base de la primera falange propias de presentan problemas especiales de des-
situación de la línea de fractura respecto a la inserción del flexor superficial: A) situación proximal:
de estas lesiones. En las luxaciones sim- movilización del dedo durante unas dos los niños (fig. 39). De acuerdo con el angulación palmar; B) situación distal: angulación dorsal. plazamiento. Cuando es un arrancamien-
mano 210 211 mano

A B mecanismo causal más habitual (golpe


directo, aplastamiento, etc.), es frecuen-
te que estas fracturas se asocien a lesio-
A nes, muchas veces importantes, de las
partes blandas (fracturas abiertas, heri-
das contusas, pérdida de sustancia cutá-
nea, etc.).
Según su localización, estas fracturas
pueden clasificarse en los siguientes
grupos:
1) Formas más comunes: fracturas dia-
fisarias, fracturas de la base, fracturas de
la extremidad distal.
FIG. 36. Mecanismo habitual de la produc- 2) Formas especiales: fracturas condí-
ción de las luxaciones interfalángicas dorsales FIG. 38. Imagen radiográfica de una luxación dorsal interfalángica del pulgar: A) proyección dor- C leas en T de la falange proximal, fractu-
y palmares. sopalmar; B) proyección de perfil. ras impactadas de la base de la primera
falange, fracturas por avulsión de las in-
semanas, mediante una férula digital o serciones del flexor o del extensor largo
A solidarizándolo con el dedo vecino me- en la falange distal (fig. 40).
diante esparadrapo. Según el trazo de la fractura estas lesiones
Tratamiento operatorio. Encuentra indi- B pueden ser: transversales, oblicuas, espi-
cación en muy pocos casos. En algunas roideas, marginales de los extremos y
fracturas complejas, difíciles de reducir, plurifragmentarias o conminutas. Pueden
así como en algunas fracturas-luxación FIG. 40. Modalidades anatomopatológicas especiales de las fracturas de las falanges; A) Fractura ser fracturas no desplazadas y estables o
con un gran fragmento basal y muy ines- impactada de la base de la primera falange, en un niño. B) Fractura condílea en T de la cabeza de la desplazadas. En este segundo caso es im-
tables. Es decir, con gran tendencia al primera falange. C) Fracturas por avulsión de la tercera falange. portante tener en cuenta las posibilidades
desplazamiento secundario después de más frecuentes de desplazamiento o la
B reducidas, y también en algunas luxacio- tendencia a desplazarse secundariamen-
nes inveteradas después de dos semanas Tendón del extensor te. Las fracturas diafisarias de la primera
FIG. 39. Mecanismo de producción de las de producirse. En las fracturas complejas falange se desplazan, casi la totalidad de
fracturas impactadas de la base de la primera el tratamiento quirúrgico consiste funda- los casos, en angulación hacia la cara
Interóseo
falange. mentalmente en la artrotomía por vía pal- palmar, debido a la acción de la muscu-
mar, como en las luxaciones metacarpo- latura intrínseca sobre los fragmentos
falángicas y el desalojo del fibrocartílago (fig. 41). Las fracturas impactadas de la
ples, la falange luxada se sitúa más o luxado e interpuesto entre las dos falan- base de la primera falange presentan tam-
menos perpendicularmente al eje del ges, que constituye el obstáculo principal bién, por lo regular, un desplazamiento
dedo; en las complejas se desplaza pa- a la reducción. En algunas fracturas-luxa- Tendón del angular hacia el dorso, obedeciendo a los
flexor profundo
ralelamente al mismo. El diagnóstico, ción el acceso a la lesión debe hacerse mecanismos que habitualmente produ-
Tendón del
ante la presencia de estas alteraciones, siempre por el camino más corto al frag- Músculo cen estas lesiones. Las fracturas de la se-
Tendón del flexor superficial
se impone por sí mismo en muchos ca- mento basal, casi siempre por vía lateral. flexor profundo lumbrical gunda falange pueden angularse hacia la
sos, pero no en todos. En las luxaciones La fijación se hace mediante tornillos de cara palmar o la dorsal, según la situa-
C D laterales o en las complejas, en las que pequeños fragmentos (fig. 35). FIG. 41. Desplazamiento habitual de las fracturas diafisarias de la primera falange, debido a la ac- ción del trazo de fractura en relación a la
la deformidad del dedo no es muy pa- Fracturas de las falanges. Característi- ción de los músculos intrínsecos (representados en la figura por los lumbricales). inserción del flexor superficial de los de-
tente, el diagnóstico preciso sólo puede cas generales y clasificación. Son las le- dos. Cuando el trazo asienta proximal-
establecerse —y no siempre con facili- siones más frecuentes de la mano. mente respecto a dicha inserción, el frag-
FIG. 37. Clasificación de las luxaciones inter- dad— mediante una adecuada explora- A pesar de su escasa entidad anatómica mento distal es desviado hacia la palma
falángicas según el desplazamiento de la falan-
ción radiográfica. Radiografías compa- y de su tratamiento relativamente senci- por la acción del flexor superficial y se
ge luxada: A) dorsales; B) palmares; C) latera-
les; D) fractura-luxación. rativas de las dos manos, en proyección llo pueden ser causa de secuelas funcio- produce una angulación palmar (fig. 42
dorsopalmar y lateral. Este examen tam- nales serias de la mano (rigideces, des- A). Cuando asienta distalmente a la ci-
bién es el único que permite constatar viaciones de los dedos) si no se conoce tada inserción, es el fragmento proximal
la presencia de una fractura marginal A
falange correspondiente en las complejas suficientemente su patología y no se las el que se desvía hacia la palma, y se pro-
(véase figs. 27 y 28). Lo mismo que las lu- asociada (fig. 38). trata adecuadamente. Estas fracturas se duce una angulación en sentido opuesto
Normas generales de tratamiento. La producen principalmente por traumatis- (fig. 42 B). Es particularmente importante
xaciones metacarpofalángicas, las inter-
mayor parte de las luxaciones interfa- mos directos de los dedos (aplastamien- tener presente el desplazamiento en sen-
falángicas se asocian con frecuencia a lángicas se reducen con facilidad por tos, martillazos, aprisionamiento en una tido de la rotación entre los fragmentos,
fracturas marginales de la base de la fa- una maniobra intuitiva de tracción y ali- puerta, etc.), pero pueden producirse especialmente en las fracturas de la fa-
lange luxada, clasificándose en el grupo neación de la falange luxada con el eje también por arrancamiento de las inser- B lange proximal o media, no siempre fácil
de las fracturas-luxaciones de los dedos. del dedo, muchas veces realizada por el ciones tendinosas (fracturas por avul- de diagnosticar y que puede dar lugar a
Clínica y diagnóstico. El dolor, la hin- propio interesado en el momento de sión) o por un movimiento forzado de un cambio en la orientación del segmen-
chazón, la deformación del dedo y la producirse, o por las personas presentes los dedos en hiperextensión. Tal es el to distal del dedo afectado (fig. 43). Las
inestabilidad o movilidad anormal del en el accidente. En tal caso, el trata- caso de las fracturas por impactación de fracturas por avulsión de la falange distal
FIG. 42. Desplazamiento habitual de los fragmentos en las fracturas de la segunda falange, según la
mismo, son los síntomas característicos miento ulterior se limita a la simple in- la base de la primera falange propias de presentan problemas especiales de des-
situación de la línea de fractura respecto a la inserción del flexor superficial: A) situación proximal:
de estas lesiones. En las luxaciones sim- movilización del dedo durante unas dos los niños (fig. 39). De acuerdo con el angulación palmar; B) situación distal: angulación dorsal. plazamiento. Cuando es un arrancamien-
mano 212 213 mano

A B A B A B

FIG. 48. A) Posición anatómica o funcional de la mano, en la cual ésta debe ser inmovilizada me-
diante férulas o dispositivos externos, para evitar la tendencia a la posición viciosa en flexión (B) que
tiende a adoptar en las heridas de las partes blandas.

mentario) y tratadas en consecuencia. ra cutánea debe ser lo más inerte posi-


Tratamiento de las lesiones de partes ble, siendo el nailón el más recomen-
blandas: dable. En el dorso de la mano pueden
1) Limpieza de la mano. Valoración aplicarse suturas subcutáneas de ácido
del aporte vascular y de lesiones ner- poliglicólico para disminuir la tensión
FIG. 43. A) Orientación normal de los dedos en flexión coincidente en el tubérculo del escafoides. FIG. 44. «Dedo en martillo» debido a una viosas y desbridamiento de tejidos ne- cutánea, cerrando la piel sin tensión
B) Desviación del cuarto dedo debida al desplazamiento en rotación de una fractura de su primera fractura por arrancamiento del flexor largo, a cróticos o inviables. mediante puntos de nailón. Las suturas
falange. nivel de la tercera falange. 2) Cierre primario. continuas no son aconsejables ya que
3) Cierre por segunda intención. es posible la necesidad posterior de li-
C
4) Cierre diferido. berar algún punto para permitir la eva-
to del tendón del extensor la falange dis- en una flexión próxima a los 90 grados 5) Injertos. cuación de alguna colección. Es acon-
tal se desplaza hacia la palma, dando lu- para relajar al máximo los músculos in- 6) Colgajos de cobertura cutánea. sejable la revisión de las heridas cada
gar a una deformación muy frecuente en trínsecos de la mano. 7) Colgajos libres. 24 horas y practicar una cobertura anti-
traumatología de la mano, el «dedo en c) En el dedo en martillo, la inmoviliza- 8) Z-plastias. biótica.
martillo» (fig. 44). Por el contrario, el ción debe hacerse en hiperextensión de 1) Limpieza de la herida. La mayoría 3) Cierre por segunda intención. El
arrancamiento de la inserción del flexor la falange distal, mediante una férula di- de las lesiones traumáticas de la mano cierre por segunda intención sólo debe-
largo da lugar a la pérdida de flexión ac- gital dorsal (fig. 46). Cuando la avulsión son consecuencia de accidentes labora- rá ser utilizado en pequeñas heridas
tiva de la falange distal, que se pone de es a cargo del tendón del flexor, y hay la les o de tráfico, por lo que es necesaria cuya cicatrización por segunda inten-
manifiesto al cerrar el puño (fig. 45). oportunidad de inmovilizar precozmente una profunda limpieza de las mismas, re- ción no provoque rigideces o retraccio-
Normas generales de tratamiento. La el dedo, la inmovilización debe hacerse tirando los restos de sustancias (grasas, nes cicatriciales importantes. Es posible
mayor parte de estas fracturas pueden mediante férula o yeso en flexión pro- productos químicos, asfalto, etc.) y cuer- en pequeñas pérdidas de sustancia en el
ser tratadas eficazmente por medios nunciada de todo el dedo, para relajar al pos extraños. Después de suprimida la pulpejo de los dedos, en el dorso de la
conservadores de reducción manual e máximo el flexor largo. FIG. 47. Diferentes tipos de osteosíntesis de hemostasia previa, verificaremos la cir- mano y en la zona tenar, pero nunca en
inmovilización externa. En las fracturas Tratamiento quirúrgico. Debe reservar- las falanges: A) Fractura diafisaria oblicua o es- culación y viabilidad de los tejidos, ex- superficies articulares o zona de flexión
no desplazadas y estables, no es nece- se para los siguientes casos: piroidea. B) Fractura condílea en T de la pri- tirpando todos aquellos que sean invia- y extensión.
saria siquiera la reducción. Basta con 1) Fracturas diafisarias muy oblicuas o mera falange. C) Fractura por avulsión del ten- bles. El desbridamiento de la piel debe 4) Cierre diferido. Frecuentemente el
inmovilizarlas de inmediato por los pro- espiroideas en las que resulte relativa- dón del flexor largo. Fijación del fragmento ser el mínimo necesario. En las heridas estado de la mano traumática aconseja
cedimientos que se describen más ade- mente fácil la osteosíntesis con tornillos avulsionado con aguja enroscable. con gran contaminación o suciedad, diferir el cierre de las zonas cruentas
lante. La mayor parte de las fracturas de pequeños fragmentos como el mejor consideraremos la necesidad de un se- para delimitar mejor las heridas y per-
desplazadas pueden ser reducidas ma- medio de evitar el componente de rota- gundo desbridamiento. La reparación de mitir una mejor limpieza de las mismas,
nualmente, por simples maniobras de ción del desplazamiento (fig. 47 A). sujetan, pasados por una tunelización de los tendones o nervios sólo se practicará con menor riesgo de infecciones, per-
tracción sobre el segmento distal del 2) Fracturas condíleas en T de la pri- la falange distal y anudados en la cara pal- en este momento y si es posible un cierre mitiendo efectuar a la vez las reparacio-
FIG. 45. Imposibilidad de flexionar la tercera dedo fracturado y alineación de los mera falange, mediante reducción a mar de la misma sobre un botón, según la primario de la herida. Si se considera un nes tendinosas y nerviosas y la cobertu-
falange del cuarto dedo, en el cierre completo fragmentos, poniendo especial cuidado cielo abierto y fijación con placa ator- técnica de Bunnell (véase el apartado Le- cierre por segunda intención o diferido, ra cutánea.
del puño, debido a una fractura por avulsión en evitar el componente rotatorio del nillada (fig. 47 B). siones traumáticas de los tendones). podemos aplicar en las heridas desbrida- 5) Injertos. Para la cobertura cutánea
del flexor largo. desplazamiento. La inmovilización por 3 Algunas fracturas por avulsión en las dores enzimáticos, o apósitos húmedos, de la mano utilizaremos siempre injer-
Lesiones traumáticas de las partes blan-
medios externos de fijación puede ajus- que no pueda lograrse la restitución de la das (por Augusto Andrés Trías y Candy para evitar la desecación de tejidos. El tos de espesor total o intermedio que
tarse a la siguiente pauta general: continuidad tendinosa por medios con- Semeraro) apósito debe ser oclusivo, con revisión pueden ser tomados de la cara interna
a) En las fracturas suficientemente esta- servadores. Esta eventualidad se presen- Criterios básicos en la reconstruc- de la herida cada doce horas; la mano del brazo o de regiones inguinales por
bles, después de reducidas basta muchas ta con especial frecuencia en los arran- ción de partes blandas de la mano. La debe ser inmovilizada con férulas anató- la ausencia de pelo en ambas regiones;
veces con solidarizar el dedo fracturado camientos del tendón flexor. La fijación mano es un complejo e importante ór- micas (fig. 48). aunque la cara externa del brazo es asi-
con el vecino, mediante tiras de espara- del tendón desinsertado, en estos casos, gano funcional y, por tanto, en el trata- 2) Cierre primario. El cierre primario mismo una buena zona dadora. Los in-
drapo, sin necesidad de impedir los mo- puede hacerse por varios procedimien- miento de las lesiones de la misma debe de las heridas debe consistir en aproxi- jertos retraen de forma inversamente
vimientos a nivel metacarpofalángico. tos, entre ellos los siguientes: valorarse cuidadosamente su recupera- mar los tejidos sanos sin tensión. Las su- proporcional a su espesor, es decir, a
b) Si la fractura es inestable se hace a) Fijación del fragmento óseo des- ción, evitando que la preocupación por turas subcutáneas no son recomenda- mayor espesor, menor retracción; por
necesaria la inmovilización en yeso in- prendido mediante aguja de Kirschner la cobertura cutánea pueda conducir a bles en la zona palmar; solamente se tanto, los de piel total serán de utiliza-
FIG. 46. Férula de hiperextensión de la falan- cluyendo el dedo fracturado y la muñe- (fig. 47 C). una mano rígida. Las lesiones de la utilizarán materiales de sutura reabsor- ción obligada en la cara palmar y los de
ge distal, para el tratamiento del «dedo en mar- ca, ambos en semiflexión, y en general b) Fijación del extremo desprendido del mano deben ser valoradas en su con- bibles para reparar aponeurosis o es- espesor intermedio en la cara dorsal de
tillo». con la articulación metacarpofalángica extensor mediante hilos de sutura que lo junto (óseo, vasculonervioso y tegu- tructuras profundas. El material de sutu- la mano. El injerto se nutre por imbibi-
mano 212 213 mano

A B A B A B

FIG. 48. A) Posición anatómica o funcional de la mano, en la cual ésta debe ser inmovilizada me-
diante férulas o dispositivos externos, para evitar la tendencia a la posición viciosa en flexión (B) que
tiende a adoptar en las heridas de las partes blandas.

mentario) y tratadas en consecuencia. ra cutánea debe ser lo más inerte posi-


Tratamiento de las lesiones de partes ble, siendo el nailón el más recomen-
blandas: dable. En el dorso de la mano pueden
1) Limpieza de la mano. Valoración aplicarse suturas subcutáneas de ácido
del aporte vascular y de lesiones ner- poliglicólico para disminuir la tensión
FIG. 43. A) Orientación normal de los dedos en flexión coincidente en el tubérculo del escafoides. FIG. 44. «Dedo en martillo» debido a una viosas y desbridamiento de tejidos ne- cutánea, cerrando la piel sin tensión
B) Desviación del cuarto dedo debida al desplazamiento en rotación de una fractura de su primera fractura por arrancamiento del flexor largo, a cróticos o inviables. mediante puntos de nailón. Las suturas
falange. nivel de la tercera falange. 2) Cierre primario. continuas no son aconsejables ya que
3) Cierre por segunda intención. es posible la necesidad posterior de li-
C
4) Cierre diferido. berar algún punto para permitir la eva-
to del tendón del extensor la falange dis- en una flexión próxima a los 90 grados 5) Injertos. cuación de alguna colección. Es acon-
tal se desplaza hacia la palma, dando lu- para relajar al máximo los músculos in- 6) Colgajos de cobertura cutánea. sejable la revisión de las heridas cada
gar a una deformación muy frecuente en trínsecos de la mano. 7) Colgajos libres. 24 horas y practicar una cobertura anti-
traumatología de la mano, el «dedo en c) En el dedo en martillo, la inmoviliza- 8) Z-plastias. biótica.
martillo» (fig. 44). Por el contrario, el ción debe hacerse en hiperextensión de 1) Limpieza de la herida. La mayoría 3) Cierre por segunda intención. El
arrancamiento de la inserción del flexor la falange distal, mediante una férula di- de las lesiones traumáticas de la mano cierre por segunda intención sólo debe-
largo da lugar a la pérdida de flexión ac- gital dorsal (fig. 46). Cuando la avulsión son consecuencia de accidentes labora- rá ser utilizado en pequeñas heridas
tiva de la falange distal, que se pone de es a cargo del tendón del flexor, y hay la les o de tráfico, por lo que es necesaria cuya cicatrización por segunda inten-
manifiesto al cerrar el puño (fig. 45). oportunidad de inmovilizar precozmente una profunda limpieza de las mismas, re- ción no provoque rigideces o retraccio-
Normas generales de tratamiento. La el dedo, la inmovilización debe hacerse tirando los restos de sustancias (grasas, nes cicatriciales importantes. Es posible
mayor parte de estas fracturas pueden mediante férula o yeso en flexión pro- productos químicos, asfalto, etc.) y cuer- en pequeñas pérdidas de sustancia en el
ser tratadas eficazmente por medios nunciada de todo el dedo, para relajar al pos extraños. Después de suprimida la pulpejo de los dedos, en el dorso de la
conservadores de reducción manual e máximo el flexor largo. FIG. 47. Diferentes tipos de osteosíntesis de hemostasia previa, verificaremos la cir- mano y en la zona tenar, pero nunca en
inmovilización externa. En las fracturas Tratamiento quirúrgico. Debe reservar- las falanges: A) Fractura diafisaria oblicua o es- culación y viabilidad de los tejidos, ex- superficies articulares o zona de flexión
no desplazadas y estables, no es nece- se para los siguientes casos: piroidea. B) Fractura condílea en T de la pri- tirpando todos aquellos que sean invia- y extensión.
saria siquiera la reducción. Basta con 1) Fracturas diafisarias muy oblicuas o mera falange. C) Fractura por avulsión del ten- bles. El desbridamiento de la piel debe 4) Cierre diferido. Frecuentemente el
inmovilizarlas de inmediato por los pro- espiroideas en las que resulte relativa- dón del flexor largo. Fijación del fragmento ser el mínimo necesario. En las heridas estado de la mano traumática aconseja
cedimientos que se describen más ade- mente fácil la osteosíntesis con tornillos avulsionado con aguja enroscable. con gran contaminación o suciedad, diferir el cierre de las zonas cruentas
lante. La mayor parte de las fracturas de pequeños fragmentos como el mejor consideraremos la necesidad de un se- para delimitar mejor las heridas y per-
desplazadas pueden ser reducidas ma- medio de evitar el componente de rota- gundo desbridamiento. La reparación de mitir una mejor limpieza de las mismas,
nualmente, por simples maniobras de ción del desplazamiento (fig. 47 A). sujetan, pasados por una tunelización de los tendones o nervios sólo se practicará con menor riesgo de infecciones, per-
tracción sobre el segmento distal del 2) Fracturas condíleas en T de la pri- la falange distal y anudados en la cara pal- en este momento y si es posible un cierre mitiendo efectuar a la vez las reparacio-
FIG. 45. Imposibilidad de flexionar la tercera dedo fracturado y alineación de los mera falange, mediante reducción a mar de la misma sobre un botón, según la primario de la herida. Si se considera un nes tendinosas y nerviosas y la cobertu-
falange del cuarto dedo, en el cierre completo fragmentos, poniendo especial cuidado cielo abierto y fijación con placa ator- técnica de Bunnell (véase el apartado Le- cierre por segunda intención o diferido, ra cutánea.
del puño, debido a una fractura por avulsión en evitar el componente rotatorio del nillada (fig. 47 B). siones traumáticas de los tendones). podemos aplicar en las heridas desbrida- 5) Injertos. Para la cobertura cutánea
del flexor largo. desplazamiento. La inmovilización por 3 Algunas fracturas por avulsión en las dores enzimáticos, o apósitos húmedos, de la mano utilizaremos siempre injer-
Lesiones traumáticas de las partes blan-
medios externos de fijación puede ajus- que no pueda lograrse la restitución de la das (por Augusto Andrés Trías y Candy para evitar la desecación de tejidos. El tos de espesor total o intermedio que
tarse a la siguiente pauta general: continuidad tendinosa por medios con- Semeraro) apósito debe ser oclusivo, con revisión pueden ser tomados de la cara interna
a) En las fracturas suficientemente esta- servadores. Esta eventualidad se presen- Criterios básicos en la reconstruc- de la herida cada doce horas; la mano del brazo o de regiones inguinales por
bles, después de reducidas basta muchas ta con especial frecuencia en los arran- ción de partes blandas de la mano. La debe ser inmovilizada con férulas anató- la ausencia de pelo en ambas regiones;
veces con solidarizar el dedo fracturado camientos del tendón flexor. La fijación mano es un complejo e importante ór- micas (fig. 48). aunque la cara externa del brazo es asi-
con el vecino, mediante tiras de espara- del tendón desinsertado, en estos casos, gano funcional y, por tanto, en el trata- 2) Cierre primario. El cierre primario mismo una buena zona dadora. Los in-
drapo, sin necesidad de impedir los mo- puede hacerse por varios procedimien- miento de las lesiones de la misma debe de las heridas debe consistir en aproxi- jertos retraen de forma inversamente
vimientos a nivel metacarpofalángico. tos, entre ellos los siguientes: valorarse cuidadosamente su recupera- mar los tejidos sanos sin tensión. Las su- proporcional a su espesor, es decir, a
b) Si la fractura es inestable se hace a) Fijación del fragmento óseo des- ción, evitando que la preocupación por turas subcutáneas no son recomenda- mayor espesor, menor retracción; por
necesaria la inmovilización en yeso in- prendido mediante aguja de Kirschner la cobertura cutánea pueda conducir a bles en la zona palmar; solamente se tanto, los de piel total serán de utiliza-
FIG. 46. Férula de hiperextensión de la falan- cluyendo el dedo fracturado y la muñe- (fig. 47 C). una mano rígida. Las lesiones de la utilizarán materiales de sutura reabsor- ción obligada en la cara palmar y los de
ge distal, para el tratamiento del «dedo en mar- ca, ambos en semiflexión, y en general b) Fijación del extremo desprendido del mano deben ser valoradas en su con- bibles para reparar aponeurosis o es- espesor intermedio en la cara dorsal de
tillo». con la articulación metacarpofalángica extensor mediante hilos de sutura que lo junto (óseo, vasculonervioso y tegu- tructuras profundas. El material de sutu- la mano. El injerto se nutre por imbibi-
mano 214 215 mano

A B C A B C

FIG. 51. Colgajo torácico. A) Extensa pérdida de sustancia cutánea del dorso de la mano y muñeca. B) Incisión del colgajo torácico. C) El colgajo
Arteria Arteria aplicado sobre la lesión y suturado a los bordes de la piel. D) Resultado definitivo.
cubital cubital

A B C

Músculo Músculo
sartorio sartorio Arteria femoral
FIG. 49. Colgajo cubital para cobertura de una herida de la cara palmar. A) Diseño de la incisión y su relación con la arteria cubital. B) Colgajo levan-
Arteria circunfleja
tado. C) El colgajo aplicado sobre la zona receptora. La zona dadora debe recubrirse con injerto laminar. Arteria ilíaca ilíaca superficial
circunfleja superficial

A B das cutáneas debe recurrirse a los col-


gajos más generosos que ofrezcan una D
buena cobertura cutánea. Con la evolu-
ción de la microcirugía vascular, la co-
bertura cutánea de la mano ha experi- Arteria
mentado notables avances, pero, sin femoral
embargo, los colgajos abdominales y
torácicos siguen manteniendo su utili-
dad en la reconstrucción de la mano.
C Los colgajos tomados del brazo opues-
to son de gran utilidad hoy en día, ya
que la piel que ofrecen es de textura si-
milar a la de la mano, pero presentan E
como inconveniente la incapacidad de
ambos brazos durante un período de FIG. 52. Colgajo inguinal. A) Herida del bor-
tres semanas. Sin embargo, el método de cubital de la mano, con pérdida importante
es satisfactorio desde el punto de vista de sustancia cutánea. B) Diseño del colgajo in-
funcional y estético, no requiriendo de- guinal y principales relaciones anatómicas del
mismo. C) Colgajo levantado con su vaso nu-
sengrasado o adelgazamiento posterior.
tricio, rama de la femoral. D) Cobertura de
Colgajo cubital. El colgajo cubital, basa- la mano. E) Resultado final.
do en la arteria cubital, permite formar
FIG. 50. Colgajo abdominal. A) Herida con pérdida de sustancia cutánea del dorso de la mano. B) El una isla cutánea para recubrir el borde
colgajo «en solapa» cubriendo el dorso de la mano. C) Variante «en bolsillo» del colgajo abdominal. cubital de la mano. El colgajo debe dise- diseña en la zona infraumbilical, procu- ciente no pueda traccionar el colgajo, la sección del colgajo. En los colgajos
ñarse con medidas que no excedan de rando que la posición de la mano sea lo para permitir una buena cicatrización «en bolsillo» (fig. 50 C) es necesario, en
7 3 5 cm, con borde cubital antebra- más confortable posible para las tres o de la herida. Tres o cuatro semanas des- un segundo tiempo, cubrir el plano apo-
ción del lecho durante las primeras ho- ra presión sobre el lecho; a las 24 horas quial. El pedículo vasculoadiposo se di- cuatro semanas que durará el primer pués, según la importancia del panículo neurótico del campo dador con un in-
ras, hasta que se inicia una vasculariza- debe ser inspeccionado para evacuar seca hasta la articulación cubitocarpiana tiempo del tratamiento. El diseño del adiposo, se procede a la sección del pe- jerto laminar.
ción a través de los vasa vasorum. Por posibles hematomas o colecciones que a nivel del hueso pisciforme, permitien- colgajo puede ser en solapa o en bolsi- dículo a base del colgajo, acomodándo- Colgajos torácicos (fig. 51). El colgajo to-
tanto, sólo será útil si el lecho ofrece impidieran su integración. Los injertos do esto un arco de giro que a su vez per- llo. En el primer caso, se levanta un col- lo a la zona receptora. El desgrasado del rácico es útil para la cobertura de defec-
buenas posibilidades de vasculariza- pueden ser utilizados como apósito bio- mite cubrir el borde cubital de la mano, gajo de base amplia y de todo el espesor colgajo no debe realizarse antes de seis tos de la mano, del antebrazo y, en oca-
ción. No está indicado sobre un tendón lógico en las reconstrucciones diferi- tanto dorsalmente como del lado palmar. de la piel abdominal, cubriendo la apo- meses del segundo tiempo. En los casos siones, del brazo. Este colgajo está
sin vaina ni sobre superficies articula- das. La zona dadora se recubre mediante in- neurosis con un injerto laminar. El col- de mano catastrófica, el colgajo abdo- basado en la arteria torácica inferior.
res; tampoco es recomendable en la co- 6) Colgajos de cobertura cutánea de jerto laminar de piel (fig. 49). gajo de base, siempre superior, se aplica minal debe cubrir toda la mano y al li- También es muy útil el colgajo delto-
misura del pulgar por la tendencia a la la mano. Si bien las pérdidas cutáneas Colgajos abdominales (fig. 50). Los col- sobre la superficie cruenta del dorso de berar el colgajo debe quedar una mano pectoral de Brakamjian vascularizado
retracción. El injerto de piel total debe de los dedos pueden ser cubiertas en la gajos abdominales ofrecen una excelen- la mano, fijándolo por sus tres bordes a con sindactilia o en manopla. La separa- por los vasos mamarios internos. Estos
ser cuidadosamente desgrasado antes mayoría de los casos con colgajos loca- te cobertura para las lesiones del dorso los bordes de la herida dorsal, e inmovi- ción de los dedos deberá efectuarse es- colgajos, al igual que el abdominal o in-
de su aplicación y sometido a una lige- les o de vecindad, en las grandes pérdi- de la mano y de los dedos. El colgajo se lizando el brazo de manera que el pa- calonadamente tres semanas después de guinal (fig. 52), mantendrán la mano in-
mano 214 215 mano

A B C A B C

FIG. 51. Colgajo torácico. A) Extensa pérdida de sustancia cutánea del dorso de la mano y muñeca. B) Incisión del colgajo torácico. C) El colgajo
Arteria Arteria aplicado sobre la lesión y suturado a los bordes de la piel. D) Resultado definitivo.
cubital cubital

A B C

Músculo Músculo
sartorio sartorio Arteria femoral
FIG. 49. Colgajo cubital para cobertura de una herida de la cara palmar. A) Diseño de la incisión y su relación con la arteria cubital. B) Colgajo levan-
Arteria circunfleja
tado. C) El colgajo aplicado sobre la zona receptora. La zona dadora debe recubrirse con injerto laminar. Arteria ilíaca ilíaca superficial
circunfleja superficial

A B das cutáneas debe recurrirse a los col-


gajos más generosos que ofrezcan una D
buena cobertura cutánea. Con la evolu-
ción de la microcirugía vascular, la co-
bertura cutánea de la mano ha experi- Arteria
mentado notables avances, pero, sin femoral
embargo, los colgajos abdominales y
torácicos siguen manteniendo su utili-
dad en la reconstrucción de la mano.
C Los colgajos tomados del brazo opues-
to son de gran utilidad hoy en día, ya
que la piel que ofrecen es de textura si-
milar a la de la mano, pero presentan E
como inconveniente la incapacidad de
ambos brazos durante un período de FIG. 52. Colgajo inguinal. A) Herida del bor-
tres semanas. Sin embargo, el método de cubital de la mano, con pérdida importante
es satisfactorio desde el punto de vista de sustancia cutánea. B) Diseño del colgajo in-
funcional y estético, no requiriendo de- guinal y principales relaciones anatómicas del
mismo. C) Colgajo levantado con su vaso nu-
sengrasado o adelgazamiento posterior.
tricio, rama de la femoral. D) Cobertura de
Colgajo cubital. El colgajo cubital, basa- la mano. E) Resultado final.
do en la arteria cubital, permite formar
FIG. 50. Colgajo abdominal. A) Herida con pérdida de sustancia cutánea del dorso de la mano. B) El una isla cutánea para recubrir el borde
colgajo «en solapa» cubriendo el dorso de la mano. C) Variante «en bolsillo» del colgajo abdominal. cubital de la mano. El colgajo debe dise- diseña en la zona infraumbilical, procu- ciente no pueda traccionar el colgajo, la sección del colgajo. En los colgajos
ñarse con medidas que no excedan de rando que la posición de la mano sea lo para permitir una buena cicatrización «en bolsillo» (fig. 50 C) es necesario, en
7 3 5 cm, con borde cubital antebra- más confortable posible para las tres o de la herida. Tres o cuatro semanas des- un segundo tiempo, cubrir el plano apo-
ción del lecho durante las primeras ho- ra presión sobre el lecho; a las 24 horas quial. El pedículo vasculoadiposo se di- cuatro semanas que durará el primer pués, según la importancia del panículo neurótico del campo dador con un in-
ras, hasta que se inicia una vasculariza- debe ser inspeccionado para evacuar seca hasta la articulación cubitocarpiana tiempo del tratamiento. El diseño del adiposo, se procede a la sección del pe- jerto laminar.
ción a través de los vasa vasorum. Por posibles hematomas o colecciones que a nivel del hueso pisciforme, permitien- colgajo puede ser en solapa o en bolsi- dículo a base del colgajo, acomodándo- Colgajos torácicos (fig. 51). El colgajo to-
tanto, sólo será útil si el lecho ofrece impidieran su integración. Los injertos do esto un arco de giro que a su vez per- llo. En el primer caso, se levanta un col- lo a la zona receptora. El desgrasado del rácico es útil para la cobertura de defec-
buenas posibilidades de vasculariza- pueden ser utilizados como apósito bio- mite cubrir el borde cubital de la mano, gajo de base amplia y de todo el espesor colgajo no debe realizarse antes de seis tos de la mano, del antebrazo y, en oca-
ción. No está indicado sobre un tendón lógico en las reconstrucciones diferi- tanto dorsalmente como del lado palmar. de la piel abdominal, cubriendo la apo- meses del segundo tiempo. En los casos siones, del brazo. Este colgajo está
sin vaina ni sobre superficies articula- das. La zona dadora se recubre mediante in- neurosis con un injerto laminar. El col- de mano catastrófica, el colgajo abdo- basado en la arteria torácica inferior.
res; tampoco es recomendable en la co- 6) Colgajos de cobertura cutánea de jerto laminar de piel (fig. 49). gajo de base, siempre superior, se aplica minal debe cubrir toda la mano y al li- También es muy útil el colgajo delto-
misura del pulgar por la tendencia a la la mano. Si bien las pérdidas cutáneas Colgajos abdominales (fig. 50). Los col- sobre la superficie cruenta del dorso de berar el colgajo debe quedar una mano pectoral de Brakamjian vascularizado
retracción. El injerto de piel total debe de los dedos pueden ser cubiertas en la gajos abdominales ofrecen una excelen- la mano, fijándolo por sus tres bordes a con sindactilia o en manopla. La separa- por los vasos mamarios internos. Estos
ser cuidadosamente desgrasado antes mayoría de los casos con colgajos loca- te cobertura para las lesiones del dorso los bordes de la herida dorsal, e inmovi- ción de los dedos deberá efectuarse es- colgajos, al igual que el abdominal o in-
de su aplicación y sometido a una lige- les o de vecindad, en las grandes pérdi- de la mano y de los dedos. El colgajo se lizando el brazo de manera que el pa- calonadamente tres semanas después de guinal (fig. 52), mantendrán la mano in-
mano 216 217 mano

movilizada durante tres o cuatro sema- dedos caso deberá incluir la fijación ósea me-
nas hasta que se pueda liberar la base A) Lesiones de la punta A B C diante una aguja fina y la sutura de las
del colgajo y moldear la zona receptora. 1) Lecho ungueal. Las lesiones del le- partes blandas; sin embargo, si éstas son
Colgajo del brazo opuesto. La cara in- cho ungueal deben ser reparadas para superiores a un centímetro, la viabili-
terna del brazo es una excelente zona evitar, en lo posible, las deformaciones dad es mínima. La reposición de extre-
dadora para la cobertura cutánea de la posteriores de la uña. La causa más fre- mos distales en adultos y fumadores no
mano por la delgadez y textura de la cuente suelen ser las contusiones, con o es recomendable por el gran porcentaje
piel así como por la ausencia de pelo. El sin fractura de falange, con el consi- de necrosis.
inconveniente es que inmovilizan am- guiente hematoma y levantamiento de Amputaciones incompletas. En las am-
bas extremidades por un período de tres la uña. La reparación debe consistir en putaciones incompletas, que incluyan
semanas, permitiendo sólo el movi- retirar la uña levantada y reparar la ma- parte ósea, deberemos comprobar, en
miento del antebrazo (fig. 53). triz, íntimamente unida a la falange dis- primer lugar, que el colgajo formado
7) Colgajos libres. El colgajo «chino» tal, con sutura fina, entre 6 y 8 ceros, de por la lesión es viable, verificando, por
del antebrazo, basado en la arteria radial ácido poliglicocólico tipo «dexon». En el sangrado del mismo, su vasculariza-
y sus venas satélites, es útil como colga- los casos en que el levantamiento de la ción; en estos casos deberá fijarse el
jo axial para la cobertura cutánea de la uña no presenta compromiso por dis- hueso mediante agujas finas y después
mano. Popularizado por Song y cols. en continuidad con la matriz, puede ser proceder a la sutura de las partes blan-
1982, puede utilizarse como colgajo li- suficiente una perforación de la uña das. La cobertura con antibióticos y el
bre o axial. Su principal inconveniente para evacuar el hematoma. El lecho un- control frecuente de las heridas com-
es la gran cicatriz que deja en el ante- gueal debe ser cuidadosamente repara- pletarán el tratamiento (fig. 56).
brazo (fig. 54). do mediante el cierre de las heridas con 3) Colgajos locales en la reconstruc-
FIG. 53. Colgajo del brazo opuesto. FIG. 56. A) Amputación incompleta de un dedo, interesando el esqueleto, con pedículo conserva-
Colgajo dorsal del pie. El colgajo dorsal sutura de 6 a 8 ceros reabsorbible. Re- do. B) Fijación de la falange fracturada mediante aguja endomedular. C) Sutura de partes blandas.
ción de la punta. Estos colgajos tienen
del pie, basado en la arteria pedia y sus parados el lecho y la matriz, se puede como misión la cobertura del muñón de
venas satélites, es, junto con el colgajo reaplicar la uña, después de un cuida- amputación con hueso expuesto, evi-
radial, la mejor opción de colgajo libre doso lavado de la misma, practicando tando aumentar el acortamiento del
de la reconstrucción de la mano. El dor- una perforación para permitir el eva- dedo y dando una buena cobertura cu-
sal del pie puede tomarse como colgajo cuado de hematomas y fijándola al plie- tánea. Los colgajos descritos y con ma-
compuesto, incluyendo tendones exten- gue distal. En los casos de avulsión de la yor garantía son: colgajo en filete, col-
sores, para reconstrucciones complejas. uña y lecho ungueal, deberá reinjertar- gajos laterales en V-Y, colgajos en V-Y
Como inconveniente presenta la gran ci- se el conjunto; si parte del lecho un- de la cara palmar, colgajo palmar de
catriz en el dorso del pie, así como la li- gueal se ha perdido, debe tomarse un in- avance, colgajo tenar y colgajo cruzado
mitación funcional del pie cuando se le- jerto de espesor parcial del lecho un- de dedos en las lesiones de la punta.
vanta junto con tendones (fig. 55). gueal subyacente o de un dedo del pie. Colgajo en filete. Indicado para la co-
Otros colgajos libres utilizados en la re- Si la matriz germinativa ha desapareci- bertura de la punta del dedo en ampu-
construcción de la mano son: do, es posible tomar un injerto de la taciones parciales del mismo, consiste
a) Colgajo interno del brazo, basado misma con espesor total, también de un en el despegamiento cuidadoso del bor-
Diseño de
la incisión
en la arteria colateral interna superior dedo del pie. de sano y el avance en arco del mismo
(rama de la humeral). 2) Partes blandas y lesiones comple- para reconstruir la punta (fig. 57).
Arteria y
Nervio b) Colgajo externo del brazo, irrigado jas. Las lesiones que afecten solamente Colgajos laterales en V-Y. Adecuados
vena FIG. 57. Colgajo en filete, para cobertura de amputaciones de la punta.
mediano por la arteria colateral radial inferior. al pulpejo de la falange distal, sin expo- para la reconstrucción de las amputa-
radiales
c) Colgajo aponeurótico temporopa- sición de hueso o periostio, pueden ser ciones distales con hueso expuesto; se
rietal, basado en la arteria temporal su- tratadas con injertos libres de piel, de B C D diseñan colgajos triangulares de ambos
FIG. 54. Colgajo radial del antebrazo. Diseño
perficial. espesor intermedio, o, si la extensión no lados que se avanzan a la línea media,
de la incisión y sus relaciones con los vasos y
nervios de la región.
d) Colgajos escapulares y paraesca- es importante y no afecta a la comisura, cerrando la herida en Y (fig. 58).
pulares, basados en la arteria escapular pueden dejarse para cura por segunda A Colgajos en V-Y de la cara palmar. Téc-
cutánea. intención; la limpieza o desbridamiento nica útil para las amputaciones trans-
Los colgajos libres sólo deben ser utili- de los dedos macerados y la utilización versales que afectan a la mitad de la
zados cuando no existe otra posibilidad de desbridadores enzimáticos facilita- uña; se diseña un colgajo triangular de
de tratamiento, debido a su alto riesgo rán el cierre secundario. Es posible rein- la cara palmar, que se libera con cuida-
de fracaso, incluso los realizados con jertar la parte del pulpejo amputada si dosa disección del hueso y la vaina ten-
las técnicas más irreprochables y por la recuperamos; se lava cuidadosamen- dinosa, traccionándolo suavemente para
los cirujanos más experimentados. te y se desengrasa, se la fija con puntos suturarlo sin tensión en Y. El resultado
8) Z-plastias. Permiten el alargamiento de nailón de 3 ceros, dejando los extre- es, generalmente, bueno, pero puede
de la cicatriz a la vez que evitan las cica- mos largos para fijar el apósito. La pun- presentar molestias a los cambios de
trizaciones retráctiles. Por tanto, son de ta del dedo también puede ser reinjerta- temperatura (fig. 59).
utilidad y obligadas en zonas de pliegues, da si no existe compromiso óseo, o éste Colgajo palmar de avance. Técnica que
para no limitar el movimiento de exten- es mínimo; la técnica será la misma que requiere una amplia disección palmar
sión de los segmentos correspondientes. para el pulpejo, resecando tejido graso de todos los tejidos blandos, con su pe-
Las z-plastias múltiples, descritas por Mir y eliminando el pequeño fragmento dículo vasculonervioso, a nivel de la
y Mir, permiten mayor alargamiento de la óseo, en caso de que lo haya, y también FIG. 58. Colgajo en V-Y lateral. A) Amputación de la punta y trazado de la incisión en V, en cada
vaina del tendón flexor. El colgajo per-
FIG. 55. Zona dadora del colgajo libre dorsal cicatriz, con un resultado estético y fun- aplicaremos un apósito atado. En las uno de los lados del dedo. B) Despegamiento y avance en sentido distal de los colgajos triangulares mite un avance máximo de un centíme-
del pie, basado en la arteria pedia y sus venas cional satisfactorio. amputaciones de punta compleja, es laterales. C) Vista anterior (algo lateralizada) del mismo dedo mostrando los dos colgajos coinci- tro y medio. Está indicado solamente
satélites. Lesiones de las partes blandas de los posible la reimplantanción, que en este diendo en la línea media. D) Sutura definitiva en Y. para el dedo pulgar (fig. 60).
mano 216 217 mano

movilizada durante tres o cuatro sema- dedos caso deberá incluir la fijación ósea me-
nas hasta que se pueda liberar la base A) Lesiones de la punta A B C diante una aguja fina y la sutura de las
del colgajo y moldear la zona receptora. 1) Lecho ungueal. Las lesiones del le- partes blandas; sin embargo, si éstas son
Colgajo del brazo opuesto. La cara in- cho ungueal deben ser reparadas para superiores a un centímetro, la viabili-
terna del brazo es una excelente zona evitar, en lo posible, las deformaciones dad es mínima. La reposición de extre-
dadora para la cobertura cutánea de la posteriores de la uña. La causa más fre- mos distales en adultos y fumadores no
mano por la delgadez y textura de la cuente suelen ser las contusiones, con o es recomendable por el gran porcentaje
piel así como por la ausencia de pelo. El sin fractura de falange, con el consi- de necrosis.
inconveniente es que inmovilizan am- guiente hematoma y levantamiento de Amputaciones incompletas. En las am-
bas extremidades por un período de tres la uña. La reparación debe consistir en putaciones incompletas, que incluyan
semanas, permitiendo sólo el movi- retirar la uña levantada y reparar la ma- parte ósea, deberemos comprobar, en
miento del antebrazo (fig. 53). triz, íntimamente unida a la falange dis- primer lugar, que el colgajo formado
7) Colgajos libres. El colgajo «chino» tal, con sutura fina, entre 6 y 8 ceros, de por la lesión es viable, verificando, por
del antebrazo, basado en la arteria radial ácido poliglicocólico tipo «dexon». En el sangrado del mismo, su vasculariza-
y sus venas satélites, es útil como colga- los casos en que el levantamiento de la ción; en estos casos deberá fijarse el
jo axial para la cobertura cutánea de la uña no presenta compromiso por dis- hueso mediante agujas finas y después
mano. Popularizado por Song y cols. en continuidad con la matriz, puede ser proceder a la sutura de las partes blan-
1982, puede utilizarse como colgajo li- suficiente una perforación de la uña das. La cobertura con antibióticos y el
bre o axial. Su principal inconveniente para evacuar el hematoma. El lecho un- control frecuente de las heridas com-
es la gran cicatriz que deja en el ante- gueal debe ser cuidadosamente repara- pletarán el tratamiento (fig. 56).
brazo (fig. 54). do mediante el cierre de las heridas con 3) Colgajos locales en la reconstruc-
FIG. 53. Colgajo del brazo opuesto. FIG. 56. A) Amputación incompleta de un dedo, interesando el esqueleto, con pedículo conserva-
Colgajo dorsal del pie. El colgajo dorsal sutura de 6 a 8 ceros reabsorbible. Re- do. B) Fijación de la falange fracturada mediante aguja endomedular. C) Sutura de partes blandas.
ción de la punta. Estos colgajos tienen
del pie, basado en la arteria pedia y sus parados el lecho y la matriz, se puede como misión la cobertura del muñón de
venas satélites, es, junto con el colgajo reaplicar la uña, después de un cuida- amputación con hueso expuesto, evi-
radial, la mejor opción de colgajo libre doso lavado de la misma, practicando tando aumentar el acortamiento del
de la reconstrucción de la mano. El dor- una perforación para permitir el eva- dedo y dando una buena cobertura cu-
sal del pie puede tomarse como colgajo cuado de hematomas y fijándola al plie- tánea. Los colgajos descritos y con ma-
compuesto, incluyendo tendones exten- gue distal. En los casos de avulsión de la yor garantía son: colgajo en filete, col-
sores, para reconstrucciones complejas. uña y lecho ungueal, deberá reinjertar- gajos laterales en V-Y, colgajos en V-Y
Como inconveniente presenta la gran ci- se el conjunto; si parte del lecho un- de la cara palmar, colgajo palmar de
catriz en el dorso del pie, así como la li- gueal se ha perdido, debe tomarse un in- avance, colgajo tenar y colgajo cruzado
mitación funcional del pie cuando se le- jerto de espesor parcial del lecho un- de dedos en las lesiones de la punta.
vanta junto con tendones (fig. 55). gueal subyacente o de un dedo del pie. Colgajo en filete. Indicado para la co-
Otros colgajos libres utilizados en la re- Si la matriz germinativa ha desapareci- bertura de la punta del dedo en ampu-
construcción de la mano son: do, es posible tomar un injerto de la taciones parciales del mismo, consiste
a) Colgajo interno del brazo, basado misma con espesor total, también de un en el despegamiento cuidadoso del bor-
Diseño de
la incisión
en la arteria colateral interna superior dedo del pie. de sano y el avance en arco del mismo
(rama de la humeral). 2) Partes blandas y lesiones comple- para reconstruir la punta (fig. 57).
Arteria y
Nervio b) Colgajo externo del brazo, irrigado jas. Las lesiones que afecten solamente Colgajos laterales en V-Y. Adecuados
vena FIG. 57. Colgajo en filete, para cobertura de amputaciones de la punta.
mediano por la arteria colateral radial inferior. al pulpejo de la falange distal, sin expo- para la reconstrucción de las amputa-
radiales
c) Colgajo aponeurótico temporopa- sición de hueso o periostio, pueden ser ciones distales con hueso expuesto; se
rietal, basado en la arteria temporal su- tratadas con injertos libres de piel, de B C D diseñan colgajos triangulares de ambos
FIG. 54. Colgajo radial del antebrazo. Diseño
perficial. espesor intermedio, o, si la extensión no lados que se avanzan a la línea media,
de la incisión y sus relaciones con los vasos y
nervios de la región.
d) Colgajos escapulares y paraesca- es importante y no afecta a la comisura, cerrando la herida en Y (fig. 58).
pulares, basados en la arteria escapular pueden dejarse para cura por segunda A Colgajos en V-Y de la cara palmar. Téc-
cutánea. intención; la limpieza o desbridamiento nica útil para las amputaciones trans-
Los colgajos libres sólo deben ser utili- de los dedos macerados y la utilización versales que afectan a la mitad de la
zados cuando no existe otra posibilidad de desbridadores enzimáticos facilita- uña; se diseña un colgajo triangular de
de tratamiento, debido a su alto riesgo rán el cierre secundario. Es posible rein- la cara palmar, que se libera con cuida-
de fracaso, incluso los realizados con jertar la parte del pulpejo amputada si dosa disección del hueso y la vaina ten-
las técnicas más irreprochables y por la recuperamos; se lava cuidadosamen- dinosa, traccionándolo suavemente para
los cirujanos más experimentados. te y se desengrasa, se la fija con puntos suturarlo sin tensión en Y. El resultado
8) Z-plastias. Permiten el alargamiento de nailón de 3 ceros, dejando los extre- es, generalmente, bueno, pero puede
de la cicatriz a la vez que evitan las cica- mos largos para fijar el apósito. La pun- presentar molestias a los cambios de
trizaciones retráctiles. Por tanto, son de ta del dedo también puede ser reinjerta- temperatura (fig. 59).
utilidad y obligadas en zonas de pliegues, da si no existe compromiso óseo, o éste Colgajo palmar de avance. Técnica que
para no limitar el movimiento de exten- es mínimo; la técnica será la misma que requiere una amplia disección palmar
sión de los segmentos correspondientes. para el pulpejo, resecando tejido graso de todos los tejidos blandos, con su pe-
Las z-plastias múltiples, descritas por Mir y eliminando el pequeño fragmento dículo vasculonervioso, a nivel de la
y Mir, permiten mayor alargamiento de la óseo, en caso de que lo haya, y también FIG. 58. Colgajo en V-Y lateral. A) Amputación de la punta y trazado de la incisión en V, en cada
vaina del tendón flexor. El colgajo per-
FIG. 55. Zona dadora del colgajo libre dorsal cicatriz, con un resultado estético y fun- aplicaremos un apósito atado. En las uno de los lados del dedo. B) Despegamiento y avance en sentido distal de los colgajos triangulares mite un avance máximo de un centíme-
del pie, basado en la arteria pedia y sus venas cional satisfactorio. amputaciones de punta compleja, es laterales. C) Vista anterior (algo lateralizada) del mismo dedo mostrando los dos colgajos coinci- tro y medio. Está indicado solamente
satélites. Lesiones de las partes blandas de los posible la reimplantanción, que en este diendo en la línea media. D) Sutura definitiva en Y. para el dedo pulgar (fig. 60).
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A B C A B C

FIG. 59. Colgajo en V-Y palmar. A) Amputación de la punta y trazado del colgajo en V. B) Despega-
miento y levantamiento del colgajo triangular palmar. C) Sutura definitiva en Y. Vista palmar y lateral. FIG. 60. Colgajo palmar de avance. FIG. 63. Colgajo cruzado de los dedos para la cobertura de las lesiones de la cara dorsal. A) Lesión del dedo índice. Colgajo levantado de la cara dorsal
del dedo medio. B) Cobertura de la lesión. C) Resultado final, después de cubrir el campo dador con injerto laminar.

Colgajo tenar. Utilizado para la recons-


A B
trucción de la punta de los dedos medios
A B diéndose a cubrir con un injerto de es-
e índice. Se levanta un colgajo de piel de pesor parcial tanto el dorso del colgajo
la eminencia tenar y se sutura al borde como la superficie cruenta del dedo ad-
Lesión Injerto laminar
dorsal de la amputación, flexionando el Colgajo yacente.
sobre zona dadora
dedo y manteniéndolo tres semanas. La A las tres semanas se procederá a la sec-
Colgajo
zona cruenta resultante del levantamien- ción del colgajo y reajuste de la misma
levantado
to del colgajo puede ser cerrada median- a la zona receptora (fig. 63).
te injerto de piel total o mediante cierre Colgajos arterializados. Útil cuando no
directo. A las tres semanas se secciona el es posible el colgajo cruzado de dedos.
borde distal del colgajo que es suturado El colgajo se toma de la superficie pal-
en el borde palmar de la herida. A los mar-lateral del dedo lesionado. La inci-
sión se inicia en el pliegue de la super-
siete días de la sección del colgajo debe-
ficie anterolateral del mismo, a nivel del
rán iniciarse ejercicios de recuperación
pliegue interfalángico, hasta la mem-
funcional del dedo para recuperar la ple-
brana del espacio interdigital. El colga-
na extensión (fig. 61).
jo se levanta con una arteria digital,
Colgajo cruzado de dedos en las lesio-
pero preservando el nervio, y se rota ha-
nes de la punta. El colgajo cruzado de
cia la cara dorsal para cubrir el defecto.
dedos es más útil para la reconstrucción
La zona cruenta creada se recubre con
FIG. 61. Colgajo tenar, para la reconstrucción del dedo medio. A) Levantamiento del colgajo.
de las lesiones digitales dorsales, pero FIG. 64. Colgajo arterializado, para la cobertura de defecto dorsal sobre la articulación interfalán-
un injerto de espesor total. El resultado
puede ser empleado también en las re- gica. A) Colgajo levantado, con la arteria digital, pero respetando el nervio. B) Colgajo cubriendo el
B) Cierre directo de la zona dadora. de la técnica es, en general, excelente,
construcciones de la punta. Consiste en defecto dorsal y campo dador cubierto con injerto laminar.
manteniendo la sensibilidad del dedo
A el levantamiento de un colgajo dorsal de (fig. 64).
la segunda falange del dedo vecino que (mano catastrófica). Para estos casos será Injertos. Los injertos en el dorso de los
dedos sólo son útiles cuando la avul-
se sutura al borde dorsal de la segunda necesaria la utilización de colgajos ab-
sión de los tejidos respeta la vaina ten-
B falange. La zona cruenta resultante se dominales, torácicos o del brazo contra-
dinosa y no deja expuesta ninguna es-
cierra mediante un injerto de espesor to- lateral (véase anteriormente el apartado
tructura ósea. Para el dorso de los dedos
tal o intermedio. Tres semanas después Colgajos de cobertura cutánea de la
es siempre preferible la utilización de
se secciona el pedículo del colgajo y se mano). Para la reconstrucción del dorso injertos de espesor total, por la menor
ajusta a la punta amputada. La flexión de los dedos disponemos de dos tipos retracción de los mismos.
prolongada del dedo receptor obligará a de colgajos (colgajos cruzados de dedo, C) «Degloving injury» (lesión por «de-
la recuperación funcional del dedo, que colgajos arterializados) y de injertos. senguantado») de los dedos. Consiste en
deberá iniciarse a los seis días de la sec- Colgajos cruzados de dedo. Consisten, la avulsión circunferencial proximodistal
ción del pedículo (fig. 62). como ya se ha descrito anteriormente, o distoproximal de la piel del dedo con
B) Lesiones del dorso de los dedos. en el levantamiento de un colgajo dorsal afectación mayor o menor del paquete
Las lesiones por avulsión de las partes del dedo adyacente, pero en este caso vasculonervioso. Estas heridas son pro-
blandas del dorso de los dedos afectan deberá ser desepidermizado para girarlo ducidas generalmente por anillo. En ellas
FIG. 62. Colgajo cruzado de los dedos para cobertura de las lesiones de la punta. Colgajo levantado y cierre directo de la herida del campo dador. B) Co- frecuentemente a más de un dedo y, en 180 grados, de manera que la zona des- debe valorarse la viabilidad de la piel y
bertura de la punta del índice. ocasiones, a todo el dorso de la mano epidermizada cubra la lesión, proce- suturar sin tensión. En caso que produz-
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A B C A B C

FIG. 59. Colgajo en V-Y palmar. A) Amputación de la punta y trazado del colgajo en V. B) Despega-
miento y levantamiento del colgajo triangular palmar. C) Sutura definitiva en Y. Vista palmar y lateral. FIG. 60. Colgajo palmar de avance. FIG. 63. Colgajo cruzado de los dedos para la cobertura de las lesiones de la cara dorsal. A) Lesión del dedo índice. Colgajo levantado de la cara dorsal
del dedo medio. B) Cobertura de la lesión. C) Resultado final, después de cubrir el campo dador con injerto laminar.

Colgajo tenar. Utilizado para la recons-


A B
trucción de la punta de los dedos medios
A B diéndose a cubrir con un injerto de es-
e índice. Se levanta un colgajo de piel de pesor parcial tanto el dorso del colgajo
la eminencia tenar y se sutura al borde como la superficie cruenta del dedo ad-
Lesión Injerto laminar
dorsal de la amputación, flexionando el Colgajo yacente.
sobre zona dadora
dedo y manteniéndolo tres semanas. La A las tres semanas se procederá a la sec-
Colgajo
zona cruenta resultante del levantamien- ción del colgajo y reajuste de la misma
levantado
to del colgajo puede ser cerrada median- a la zona receptora (fig. 63).
te injerto de piel total o mediante cierre Colgajos arterializados. Útil cuando no
directo. A las tres semanas se secciona el es posible el colgajo cruzado de dedos.
borde distal del colgajo que es suturado El colgajo se toma de la superficie pal-
en el borde palmar de la herida. A los mar-lateral del dedo lesionado. La inci-
sión se inicia en el pliegue de la super-
siete días de la sección del colgajo debe-
ficie anterolateral del mismo, a nivel del
rán iniciarse ejercicios de recuperación
pliegue interfalángico, hasta la mem-
funcional del dedo para recuperar la ple-
brana del espacio interdigital. El colga-
na extensión (fig. 61).
jo se levanta con una arteria digital,
Colgajo cruzado de dedos en las lesio-
pero preservando el nervio, y se rota ha-
nes de la punta. El colgajo cruzado de
cia la cara dorsal para cubrir el defecto.
dedos es más útil para la reconstrucción
La zona cruenta creada se recubre con
FIG. 61. Colgajo tenar, para la reconstrucción del dedo medio. A) Levantamiento del colgajo.
de las lesiones digitales dorsales, pero FIG. 64. Colgajo arterializado, para la cobertura de defecto dorsal sobre la articulación interfalán-
un injerto de espesor total. El resultado
puede ser empleado también en las re- gica. A) Colgajo levantado, con la arteria digital, pero respetando el nervio. B) Colgajo cubriendo el
B) Cierre directo de la zona dadora. de la técnica es, en general, excelente,
construcciones de la punta. Consiste en defecto dorsal y campo dador cubierto con injerto laminar.
manteniendo la sensibilidad del dedo
A el levantamiento de un colgajo dorsal de (fig. 64).
la segunda falange del dedo vecino que (mano catastrófica). Para estos casos será Injertos. Los injertos en el dorso de los
dedos sólo son útiles cuando la avul-
se sutura al borde dorsal de la segunda necesaria la utilización de colgajos ab-
sión de los tejidos respeta la vaina ten-
B falange. La zona cruenta resultante se dominales, torácicos o del brazo contra-
dinosa y no deja expuesta ninguna es-
cierra mediante un injerto de espesor to- lateral (véase anteriormente el apartado
tructura ósea. Para el dorso de los dedos
tal o intermedio. Tres semanas después Colgajos de cobertura cutánea de la
es siempre preferible la utilización de
se secciona el pedículo del colgajo y se mano). Para la reconstrucción del dorso injertos de espesor total, por la menor
ajusta a la punta amputada. La flexión de los dedos disponemos de dos tipos retracción de los mismos.
prolongada del dedo receptor obligará a de colgajos (colgajos cruzados de dedo, C) «Degloving injury» (lesión por «de-
la recuperación funcional del dedo, que colgajos arterializados) y de injertos. senguantado») de los dedos. Consiste en
deberá iniciarse a los seis días de la sec- Colgajos cruzados de dedo. Consisten, la avulsión circunferencial proximodistal
ción del pedículo (fig. 62). como ya se ha descrito anteriormente, o distoproximal de la piel del dedo con
B) Lesiones del dorso de los dedos. en el levantamiento de un colgajo dorsal afectación mayor o menor del paquete
Las lesiones por avulsión de las partes del dedo adyacente, pero en este caso vasculonervioso. Estas heridas son pro-
blandas del dorso de los dedos afectan deberá ser desepidermizado para girarlo ducidas generalmente por anillo. En ellas
FIG. 62. Colgajo cruzado de los dedos para cobertura de las lesiones de la punta. Colgajo levantado y cierre directo de la herida del campo dador. B) Co- frecuentemente a más de un dedo y, en 180 grados, de manera que la zona des- debe valorarse la viabilidad de la piel y
bertura de la punta del índice. ocasiones, a todo el dorso de la mano epidermizada cubra la lesión, proce- suturar sin tensión. En caso que produz-
mano 220 221 MAST

A B rior a 40 grados indica que hay una ro- cutánea, si es posible aproximando los en cuenta en esta zona que normal-
tura completa del aparato extensor, por bordes, o mediante un injerto por rota- mente una lesión tendinosa va acompa-
tanto el tratamiento adecuado es una ción, y si esta última eventualidad no ñada de lesión también de las estructu-
Tendón reparación quirúrgica suturando el ten- fuera posible, entonces con un injerto ras vasculonerviosas.
del flexor dón e inmovilizando la interfalángica pediculado, abdominal, torácico, del Zona IV. En esta zona no son frecuen-
distal con una aguja de Kirschner. otro brazo, etc. No dejar nunca los ten- tes las lesiones tendinosas por la pro-
b) Si la pérdida de extensión es menor dones extensores al descubierto ni cu- tección que supone el retináculo flexor.
a 40 grados, indica que no hay una ro- brirlos con un injerto de piel parcial. In- Siempre van acompañadas de lesiones
tura completa del aparato extensor, por movilización en extensión de los dedos del nervio mediano. La técnica quirúr-
lo que se puede efectuar un tratamiento durante cuatro semanas. gica es la descrita anteriormente.
conservador, con inmovilización du- B) Lesiones de los tendones flexo- Zona V. En esta zona las lesiones ten-
rante cinco semanas. res. Antes de especificar el tratamiento dinosas pueden ser múltiples y normal-
c) Si existe un arrancamiento óseo y el de las lesiones de los flexores es impor- mente se acompañan de lesiones vas-
fragmento es superior a un tercio de la tante conocer las zonas en las que divi- culares y nerviosas. Siempre se ha de
Tendón del
superficie articular se debe reponer ana- dimos la mano y los principios genera- intentar reconstruir todas las estructuras
extensor
tómicamente por métodos quirúrgicos. les de su tratamiento. Se considera lesionadas.
2) A nivel de la articulación interfalán- dividida la palma de la mano en las si- Inmovilización. Dependerá de la zona
gica proximal. Si hay una lesión del apa- guientes zonas (figs. 66 y 67). lesionada y de la técnica quirúrgica que
rato extensor producida por una herida Zona I. Desde la inserción del flexor hayamos utilizado. Normalmente utili-
FIG. 65. «Degloving injury» (lesión por «desenguantado») o denudado circular del dedo anular, incisa, se procede a la sutura primaria profundo a nivel de la falange distal zamos la técnica preconizada por Klei-
producida habitualmente por avulsión a cargo de un anillo. del tendón con monofilamento de 4 o 5 hasta la inserción del flexor superficial a FIG. 68. Sutura tendinosa según la técnica de nert durante cinco semanas, teniendo
ceros y sutura primaria de la piel. Se in- nivel de la falange media. Kleinert. en cuenta la colaboración y personali-
movilizará la articulación en extensión Zona II. «No man’s-land» de Bunnell. dad de cada paciente, ya que es fre-
durante cuatro semanas. Si la lesión es Desde la inserción del flexor superficial 5 En el momento en que los cabos cuente que se produzcan dehiscencias
producida por heridas contusas o por hasta el inicio de la polea flexora a ni- tendinosos han sido abocados por la de la sutura.
roce, se producen auténticas quemadu- vel de la metacarpofalángica. herida se ha de procurar manipular lo Marmor,
Marmor, fractur
fracturaa de. Véase en frac-frac-
ras y por tanto se ha de proceder a una Zona III. Corresponde a la palma de menos posible, para lo cual se pueden tura.
tura.
limpieza cuidadosa, reparación del ten- la mano, desde la polea flexora de la fijar los cabos con dos agujas. Marshall, operación
operación de. Método quirúr-
dón si es posible, extirpación de la piel metacarpofalángica al retináculo flexor 6) La sutura que se recomienda sobre gico (1979) para la reconstrucción del
necrótica y cobertura con un injerto de a nivel de la muñeca. todo en la zona II es la sutura tipo Klei- ligamento cruzado anterior, usando una
piel total. Se inmovilizará la articulación Zona IV. Corresponde al retináculo fle- nert (fig. 68). tira del tendón rotuliano, según una
en extensión durante cuatro semanas. Si xor (muñeca). Tratamiento de las lesiones de los ten- modificación de la técnica original de
se produjera un auténtico «boutonniè- Zona V. A nivel del antebrazo en un dones flexores según su zona: Jones. (Véase J ones, Kenneth
Kenneth G.,
re», la conducta será la misma, pero es trayecto proximal respecto a la zona an- Zona I. En esta zona se halla única- operación
operación de.)
de.
aconsejable fijar la articulación interfa- terior. mente el flexor profundo; por tanto, si la martillo, dedo en. (En inglés, mallet fin-
lángica con una aguja de Kirschner du- Principios generales de la reparación rotura está muy próxima a la inserción ger.) Deformación en flexión de la fa-
rante cuatro semanas. quirúrgica de los tendones flexores. He- en la falange distal se procederá a una lange distal de los dedos, debida a una
3) A nivel de la articulación metacar- mos de tener en cuenta que el potencial sutura tipo «pull-out». Si la lesión está fractura por arrancamiento de la inser-
pofalángica. Si la lesión es producida de reparación intrínseco de los tendo- más proximal se practicará una sutura ción del extensor. (Véase fracturas de
por una herida incisa se revisará cuida- nes es mínimo, y se produce por inva- término-terminal tipo Bunnell. En pa- las falanges, en el artículo mano.)
mano
dosamente la herida y se procederá a sión fibroblástica; por tanto la técnica cientes de edad superior a los cuarenta Martínez García,
García, José.
José. Distinguido trau-
la reconstrucción del aparato extensor ha de ser extremadamente cuidadosa años hay que valorar si procede la repa- matólogo y cirujano ortopédico español
FIG. 66. Representación esquemática de las
cinco zonas topográficas de la palma de la mano
con monofilamento de 4 o 5 ceros. Se para evitar adherencias. Como normas ración tendinosa o si se efectúa una te- (1924-1989). Dedicó gran parte de su in-
que atraviesan los tendones flexores, distintas en inmovilizará la articulación metacarpo- generales vamos a citar las siguientes: nodesis, excepción hecha del pulgar y tensa vida profesional a la colaboración
cuanto a la gravedad de sus lesiones y las posi- falángica en extensión y discreta flexión 1) No introducir pinzas tipo mosquito del meñique. con la Sociedad Española de Cirugía Or-
bilidades de reparación quirúrgica (explicación de las interfalángicas durante cuatro se- en el interior de la vaina para intentar Zona II. En esta zona existen tres ten- topédica y Traumatología, en la que de-
en el texto). Las zonas PI, PII y PIII corresponden FIG. 67. Las mismas zonas de la figura ante- manas. Si la lesión es producida por localizar el cabo proximal. dones: el flexor profundo y las dos ban- sempeñó numerosos cargos, todos ellos
al trayecto del flexor largo del pulgar. rior, en una proyección de perfil. una herida contusa se procederá a la 2) Tener en cuenta que dependiendo deletas del flexor superficial. La sutura con dedicación y eficacia. Fue jefe del
limpieza quirúrgica de la herida, extir- de la posición en que se halle el dedo en esta zona debe estar muy bien he- Servicio de Traumatología y Ortopedia
lángica distal. Las roturas a este nivel del pación de la piel necrótica, reconstruc- en el momento de la herida, el cabo dis- cha y el éxito dependerá fundamental- del Hospital «La Paz», de Madrid, donde
ca una denudación total del hueso debe- aparato extensor darán lugar al denomi- ción del aparato extensor y cobertura tal puede estar alejado de la misma. mente de la meticulosidad con la que desarrolló una intensa labor asistencial y
rá valorarse la amputación (fig. 65). nado «dedo en martillo». Si ha existido de la pérdida de sustancia con injerto 3) El cabo proximal se retrae siempre, efectuemos la cirugía. Normalmente se docente.
Lesiones traumáticas de los tendones una herida que ha producido una sec- de piel total. por tanto hay que intentar abocarlo por han de suturar todas las estructuras le- Martínez Mosquera,
Mosquera, Valentín.
Valentín. Eminen-
(por José Valle Buriel) ción del tendón extensor, se procederá 4) A nivel de los metacarpianos. Si la la herida colocando la muñeca en fle- sionadas, incluido si es posible la vai- te cirujano ortopédico y traumatólogo
A) Lesiones de los tendones exten- a la sutura primaria con material irreab- lesión es producida por una herida in- xión y haciendo un masaje suave; si aun na, aunque si sospechamos que la su- argentino (1919-1991). Profesor titular
sores. Hemos dividido el aparato ex- sorbible de 5 o 6 ceros, a la inmoviliza- cisa, se procederá a la localización así no aparece, hay que buscarlo a dis- tura de la vaina va a ser motivo de de la especialidad en la Universidad de
tensor de los dedos en diferentes zonas ción de la interfalángica distal a 10 gra- de los tendones seccionados y suturas de tancia. adherencias es preferible resecarla en- Buenos Aires y presidente de la Asocia-
y describiremos brevemente las lesio- dos de hiperextensión y de la los mismos con monofilamento de 3 4) Se deben utilizar pinzas sin dientes tre dos poleas. Si solamente existe una ción Argentina de Ortopedia y Trauma-
nes en cada nivel junto con el trata- interfalángica proximal a 40 grados de o 4 ceros. Si es producida por heridas tipo Addson, procurando no deshilachar sección del flexor profundo se tratará tología, de la cual fue, además, uno de
miento y los cuidados posoperatorios. flexión. Si el traumatismo ha sido cerra- contusas, se procederá a la limpieza de los cabos tendinosos. Si éstos se encon- como en la zona I. sus más destacados impulsores.
Estas zonas son las que detallamos a do, nos podemos encontrar con las si- la zona, extirpación de los tejidos ne- traran deshilachados, se deben cortar Zona III. En esta zona se han de sutu- masoterapia (del gr. masseo, amasar, y
masoterapia
continuación. guientes eventualidades: cróticos y sutura de los tendones. Siem- unos milímetros con una hoja tipo Gi- rar los dos tendones siguiendo la técni- therapeia, curación).. Procedimiento te-
1) A nivel de la articulación interfa- a) Si la pérdida de extensión es supe- pre se ha de proceder a la cobertura llette, no con bisturí. ca descrita en la zona II. Hay que tener rapéutico que emplea el masaje, solo o
mano 220 221 MAST

A B rior a 40 grados indica que hay una ro- cutánea, si es posible aproximando los en cuenta en esta zona que normal-
tura completa del aparato extensor, por bordes, o mediante un injerto por rota- mente una lesión tendinosa va acompa-
tanto el tratamiento adecuado es una ción, y si esta última eventualidad no ñada de lesión también de las estructu-
Tendón reparación quirúrgica suturando el ten- fuera posible, entonces con un injerto ras vasculonerviosas.
del flexor dón e inmovilizando la interfalángica pediculado, abdominal, torácico, del Zona IV. En esta zona no son frecuen-
distal con una aguja de Kirschner. otro brazo, etc. No dejar nunca los ten- tes las lesiones tendinosas por la pro-
b) Si la pérdida de extensión es menor dones extensores al descubierto ni cu- tección que supone el retináculo flexor.
a 40 grados, indica que no hay una ro- brirlos con un injerto de piel parcial. In- Siempre van acompañadas de lesiones
tura completa del aparato extensor, por movilización en extensión de los dedos del nervio mediano. La técnica quirúr-
lo que se puede efectuar un tratamiento durante cuatro semanas. gica es la descrita anteriormente.
conservador, con inmovilización du- B) Lesiones de los tendones flexo- Zona V. En esta zona las lesiones ten-
rante cinco semanas. res. Antes de especificar el tratamiento dinosas pueden ser múltiples y normal-
c) Si existe un arrancamiento óseo y el de las lesiones de los flexores es impor- mente se acompañan de lesiones vas-
fragmento es superior a un tercio de la tante conocer las zonas en las que divi- culares y nerviosas. Siempre se ha de
Tendón del
superficie articular se debe reponer ana- dimos la mano y los principios genera- intentar reconstruir todas las estructuras
extensor
tómicamente por métodos quirúrgicos. les de su tratamiento. Se considera lesionadas.
2) A nivel de la articulación interfalán- dividida la palma de la mano en las si- Inmovilización. Dependerá de la zona
gica proximal. Si hay una lesión del apa- guientes zonas (figs. 66 y 67). lesionada y de la técnica quirúrgica que
rato extensor producida por una herida Zona I. Desde la inserción del flexor hayamos utilizado. Normalmente utili-
FIG. 65. «Degloving injury» (lesión por «desenguantado») o denudado circular del dedo anular, incisa, se procede a la sutura primaria profundo a nivel de la falange distal zamos la técnica preconizada por Klei-
producida habitualmente por avulsión a cargo de un anillo. del tendón con monofilamento de 4 o 5 hasta la inserción del flexor superficial a FIG. 68. Sutura tendinosa según la técnica de nert durante cinco semanas, teniendo
ceros y sutura primaria de la piel. Se in- nivel de la falange media. Kleinert. en cuenta la colaboración y personali-
movilizará la articulación en extensión Zona II. «No man’s-land» de Bunnell. dad de cada paciente, ya que es fre-
durante cuatro semanas. Si la lesión es Desde la inserción del flexor superficial 5 En el momento en que los cabos cuente que se produzcan dehiscencias
producida por heridas contusas o por hasta el inicio de la polea flexora a ni- tendinosos han sido abocados por la de la sutura.
roce, se producen auténticas quemadu- vel de la metacarpofalángica. herida se ha de procurar manipular lo Marmor,
Marmor, fractur
fracturaa de. Véase en frac-frac-
ras y por tanto se ha de proceder a una Zona III. Corresponde a la palma de menos posible, para lo cual se pueden tura.
tura.
limpieza cuidadosa, reparación del ten- la mano, desde la polea flexora de la fijar los cabos con dos agujas. Marshall, operación
operación de. Método quirúr-
dón si es posible, extirpación de la piel metacarpofalángica al retináculo flexor 6) La sutura que se recomienda sobre gico (1979) para la reconstrucción del
necrótica y cobertura con un injerto de a nivel de la muñeca. todo en la zona II es la sutura tipo Klei- ligamento cruzado anterior, usando una
piel total. Se inmovilizará la articulación Zona IV. Corresponde al retináculo fle- nert (fig. 68). tira del tendón rotuliano, según una
en extensión durante cuatro semanas. Si xor (muñeca). Tratamiento de las lesiones de los ten- modificación de la técnica original de
se produjera un auténtico «boutonniè- Zona V. A nivel del antebrazo en un dones flexores según su zona: Jones. (Véase J ones, Kenneth
Kenneth G.,
re», la conducta será la misma, pero es trayecto proximal respecto a la zona an- Zona I. En esta zona se halla única- operación
operación de.)
de.
aconsejable fijar la articulación interfa- terior. mente el flexor profundo; por tanto, si la martillo, dedo en. (En inglés, mallet fin-
lángica con una aguja de Kirschner du- Principios generales de la reparación rotura está muy próxima a la inserción ger.) Deformación en flexión de la fa-
rante cuatro semanas. quirúrgica de los tendones flexores. He- en la falange distal se procederá a una lange distal de los dedos, debida a una
3) A nivel de la articulación metacar- mos de tener en cuenta que el potencial sutura tipo «pull-out». Si la lesión está fractura por arrancamiento de la inser-
pofalángica. Si la lesión es producida de reparación intrínseco de los tendo- más proximal se practicará una sutura ción del extensor. (Véase fracturas de
por una herida incisa se revisará cuida- nes es mínimo, y se produce por inva- término-terminal tipo Bunnell. En pa- las falanges, en el artículo mano.)
mano
dosamente la herida y se procederá a sión fibroblástica; por tanto la técnica cientes de edad superior a los cuarenta Martínez García,
García, José.
José. Distinguido trau-
la reconstrucción del aparato extensor ha de ser extremadamente cuidadosa años hay que valorar si procede la repa- matólogo y cirujano ortopédico español
FIG. 66. Representación esquemática de las
cinco zonas topográficas de la palma de la mano
con monofilamento de 4 o 5 ceros. Se para evitar adherencias. Como normas ración tendinosa o si se efectúa una te- (1924-1989). Dedicó gran parte de su in-
que atraviesan los tendones flexores, distintas en inmovilizará la articulación metacarpo- generales vamos a citar las siguientes: nodesis, excepción hecha del pulgar y tensa vida profesional a la colaboración
cuanto a la gravedad de sus lesiones y las posi- falángica en extensión y discreta flexión 1) No introducir pinzas tipo mosquito del meñique. con la Sociedad Española de Cirugía Or-
bilidades de reparación quirúrgica (explicación de las interfalángicas durante cuatro se- en el interior de la vaina para intentar Zona II. En esta zona existen tres ten- topédica y Traumatología, en la que de-
en el texto). Las zonas PI, PII y PIII corresponden FIG. 67. Las mismas zonas de la figura ante- manas. Si la lesión es producida por localizar el cabo proximal. dones: el flexor profundo y las dos ban- sempeñó numerosos cargos, todos ellos
al trayecto del flexor largo del pulgar. rior, en una proyección de perfil. una herida contusa se procederá a la 2) Tener en cuenta que dependiendo deletas del flexor superficial. La sutura con dedicación y eficacia. Fue jefe del
limpieza quirúrgica de la herida, extir- de la posición en que se halle el dedo en esta zona debe estar muy bien he- Servicio de Traumatología y Ortopedia
lángica distal. Las roturas a este nivel del pación de la piel necrótica, reconstruc- en el momento de la herida, el cabo dis- cha y el éxito dependerá fundamental- del Hospital «La Paz», de Madrid, donde
ca una denudación total del hueso debe- aparato extensor darán lugar al denomi- ción del aparato extensor y cobertura tal puede estar alejado de la misma. mente de la meticulosidad con la que desarrolló una intensa labor asistencial y
rá valorarse la amputación (fig. 65). nado «dedo en martillo». Si ha existido de la pérdida de sustancia con injerto 3) El cabo proximal se retrae siempre, efectuemos la cirugía. Normalmente se docente.
Lesiones traumáticas de los tendones una herida que ha producido una sec- de piel total. por tanto hay que intentar abocarlo por han de suturar todas las estructuras le- Martínez Mosquera,
Mosquera, Valentín.
Valentín. Eminen-
(por José Valle Buriel) ción del tendón extensor, se procederá 4) A nivel de los metacarpianos. Si la la herida colocando la muñeca en fle- sionadas, incluido si es posible la vai- te cirujano ortopédico y traumatólogo
A) Lesiones de los tendones exten- a la sutura primaria con material irreab- lesión es producida por una herida in- xión y haciendo un masaje suave; si aun na, aunque si sospechamos que la su- argentino (1919-1991). Profesor titular
sores. Hemos dividido el aparato ex- sorbible de 5 o 6 ceros, a la inmoviliza- cisa, se procederá a la localización así no aparece, hay que buscarlo a dis- tura de la vaina va a ser motivo de de la especialidad en la Universidad de
tensor de los dedos en diferentes zonas ción de la interfalángica distal a 10 gra- de los tendones seccionados y suturas de tancia. adherencias es preferible resecarla en- Buenos Aires y presidente de la Asocia-
y describiremos brevemente las lesio- dos de hiperextensión y de la los mismos con monofilamento de 3 4) Se deben utilizar pinzas sin dientes tre dos poleas. Si solamente existe una ción Argentina de Ortopedia y Trauma-
nes en cada nivel junto con el trata- interfalángica proximal a 40 grados de o 4 ceros. Si es producida por heridas tipo Addson, procurando no deshilachar sección del flexor profundo se tratará tología, de la cual fue, además, uno de
miento y los cuidados posoperatorios. flexión. Si el traumatismo ha sido cerra- contusas, se procederá a la limpieza de los cabos tendinosos. Si éstos se encon- como en la zona I. sus más destacados impulsores.
Estas zonas son las que detallamos a do, nos podemos encontrar con las si- la zona, extirpación de los tejidos ne- traran deshilachados, se deben cortar Zona III. En esta zona se han de sutu- masoterapia (del gr. masseo, amasar, y
masoterapia
continuación. guientes eventualidades: cróticos y sutura de los tendones. Siem- unos milímetros con una hoja tipo Gi- rar los dos tendones siguiendo la técni- therapeia, curación).. Procedimiento te-
1) A nivel de la articulación interfa- a) Si la pérdida de extensión es supe- pre se ha de proceder a la cobertura llette, no con bisturí. ca descrita en la zona II. Hay que tener rapéutico que emplea el masaje, solo o
masurio 222 223 metatarso

asociado a otro modo de tratamiento. luxación recidivante del.) A


Puede ser sedante o estimulante. McMurra
McMurray, operación
operación de (de Thomas
MAST (siglas inglesas de military anti- Porter McMurray, cirujano inglés, 1887-
shock trouser). Pantalón hinchable que 1949). Operación para el tratamiento de
permite una cierta inmovilización de las seudoartrosis del cuello del fémur.
las fracturas de la pelvis y de la extremi- (Véase Pauwels, operación
operación de.)
de
dad inferior y, sobre todo, deriva la san- McMurra
McMurray, signo de. Signo de dolor pro-
gre de esta parte del cuerpo hacia la cir- vocado por la rotación externa de la
culación central actuando a modo de pierna en las fracturas del cuerno poste-
b
«autotransfusión» para combatir el rior del menisco interno, acompañado
shock. (Véase en pelvis, fracturas del en ocasiones de un chasquido percepti- a
anillo pelviano.) ble al oído o a la palpación. (Véase ro-
ro-
masurio. Tecnecio. dilla, lesiones meniscales.) a
Mathysen,
Mathysen, Antonio. Cirujano militar ho- mecanoterapia (del gr. mechane, máqui-
mecanoterapia
landés (1805-1878), verdadero inicia- na, y therapeio, cuidar). Método de tra- d FIG. 3. Fractura de los metatarsianos 3.o, 4.o y
c
5.o con desviación angular hacia la planta.
dor y difusor de la inmovilización en tamiento que consiste en hacer ejecutar
yeso para el tratamiento de las fracturas, a las articulaciones movimientos acti-
a través de un opúsculo publicado en vos o pasivos por medio de aparatos es- B
1852 bajo el título Nuevo método de peciales (Bonnet, 1848).
aplicación de los vendajes enyesados en melosalgia (del gr. melos, extremidades
las fracturas. Una contribución a la ciru- inferiores, y algos, dolor). Dolor a nivel FIG. 1. Merle d’Aubigné, Robert.
gía militar. de los miembros inferiores.
Matti, Herman. Cirujano suizo (1879- Merle d’Aubigné,
d’Aubigné, Robert. Figura señera FIG. 1. Diversas modalidades anatomopatoló-
1941), de Berna. Describió un méto- de la cirugía ortopédica y la traumato- Fracturas de los metatarsianos gicas de fracturas de los metatarsianos: a) frac-
do de tratamiento de las seudoartrosis logía moderna, no sólo en Francia sino tura diafisaria del trazo oblicuo del primero y
Características generales. Son lesiones
del cuarto; b) fractura de marcha o de fatiga,
por medio de injertos óseos de espon- en el mundo entero. Sucesor de Mat- relativamente frecuentes. Obedecen, en de trazo transversal del cuello; c) fractura de la
josa aplicados en torno al foco o re- hieu en el hospital Cochin de París, sus general, a traumatismos directos sobre base del segundo; d) fractura por avulsión de
llenando los espacios huecos («plom- aportaciones al campo de la especiali- el dorso del pie, que lo aplastan contra la base del quinto, o fractura de Jones.
bage»). dad resultan casi imposible de exponer el suelo. Para que un mecanismo pro-
Mays-Neufield,
Mays-Neufield, método de. Técnica —ni siquiera de enumerar— en un bre- duzca una fractura, la fuerza vulnerante
para el tratamiento de las fracturas dia- ve resumen. En 1982 publicó un intere- tiene que ser de una cierta entidad (caí-
fisarias del fémur por medio de trac- sante trabajo en el que describe la re- da de un objeto pesado sobre el pie, rue-
ción transesquelética combinada con ciente historia de la cirugía ortopédica da de un vehículo, etc.). Sin embargo,
posibilidad de movimientos de flexión francesa, vista a través de su larga y fe- curiosamente estos huesos también pue- FIG. 4. Fractura diafisaria del primer metatar- FIG. 5. Ejemplos de recursos quirúrgicos para
a nivel de la cadera y la rodilla, llama- cunda vida profesional: Surfing de den fracturarse, más que ningún otro, siano con desviación angular hacia el dorso, inmovilización o estabilización de las fracturas
do también tracción esquelética diná- wave: 50 years in the growth of french sin necesidad de traumatismo alguno aplanamiento de la bóveda del pie y posibili- de los metatarsianos. A) Por osteosíntesis con
mica. orthopaedics. (Clin. Orthop., 171, 3.) (por sobrecarga, estrés o fatiga), dando dad de presión dolorosa sobre la angulación al placa atornillada. B) Por alineación transitoria
McCarthy
McCarthy y VonVon Demark, fractur
fracturaa de. (fig. 1). lugar a las llamadas «fracturas de mar- apoyo plantar. mediante agujas intramedulares.
Véase en fractur
fracturaa. Merle d’Aubigné,
d’Aubigné, operación
operación de. 1. Opera- cha» o de Deutschländer. O bien se frac-
McFarland,
McFarland, fractur
fracturaa de. Véase en frac
frac-- ción para el tratamiento de la luxación turan por la acción de la propia muscu-
tura.
tura. acromioclavicular. Sustitución de los li- latura, como ocurre en las fracturas por sión del pie que tienden a aplanar la Tratamiento. Muchas de estas fracturas
McIntosh, método de. de Técnica para la gamentos coracoclaviculares desgarra- avulsión de la base del V metatarsiano, bóveda. Este tipo de desplazamiento no necesitan siquiera ser reducidas.
reinserción femoral del ligamento cru- dos por el tendón del plantar delgado. debidas a la contracción del peroneo la- puede tener consecuencias desagrada- Basta la inmovilización en una bota es-
zado anterior (1972), abordado por vía 2. Técnica para el tratamiento de la lu- teral corto, o «fractura de Jones» (fig. 1). bles si no se reduce, por dar lugar a una cayolada de marcha durante 4-5 sema-
posterior y suturado simplemente a los xación recidivante del hombro (véase). Anatomía patológica. La lesión puede compresión dolorosa del vértice de la nas. Cuando se trata de fracturas muy
tejidos blandos de la parte posterior del Consiste en una modificación de la téc- afectar a uno o varios metatarsianos. angulación contra el suelo al apoyo de desplazadas y de varios metatarsianos,
cóndilo externo. nica de Bankart (véase), basada princi- Puede localizarse en la base (general- la planta (fig. 4). la reducción lógicamente es necesaria.
McLaughlin, clav
clavo-placa de. Placa para palmente en la utilización de un instru- mente asociada a la luxación tarsome- Cuadro clínico. No hay mucho que de- Pero no siempre es fácil, y menos aún
el tratamiento de las fracturas de la ex- mental especial para perforar el reborde tatarsiana; véase más adelante), en la cir acerca del mismo. El dolor puede ser la contención suficientemente estable
tremidad superior del fémur, utilizada a óseo de la glenoides. parte central de la diáfisis o en el cue- FIG. 2. Fractura múltiple del metatarso, con
moderado, permitiendo un apoyo que por medios externos de fijación (esca-
desviación ad latus de los fragmentos.
veces también para las de la extremidad metalosis. Reacción local a los metales llo o tercio distal de la misma. Esta últi- se parece al normal. En particular, en las yola). En tales casos se impone muchas
inferior de este mismo hueso. Consiste empleados en los implantes óseos (os- ma localización es la más frecuente, fracturas por sobrecarga, las de un solo veces la reducción y fijación operato-
en una placa que se atornilla a la diáfisis teosíntesis, endoprótesis), bien sea por por el doble motivo de ser la parte más los huesos vecinos, y puede ser impor- metatarsiano o las de Jones, hasta el ria, bien sea una fijación transitoria
unida a un clavo intracervical que se acción mecánica de los mismos (pre- fina del hueso y la más expuesta, por tante cuando son todos o la mayoría los punto que muchas veces estas lesiones con agujas intramedulares de alinea-
hace pasar por el orificio de uno de sus sión, roce, etc.) o, lo que es más fre- razones geométricas, a las fuerzas metatarsianos fracturados (fig. 2). Se sólo son diagnosticadas al cabo de al- ción, o por osteosíntesis con placas y
extremos. cuente, por las alteraciones químicas del compresivas que actúan sobre el dorso gún tiempo de haberse producido y tornillos de los pequeños fragmentos,
trata, con frecuencia, de un desplaza-
McLaughlin, operación
operación de. Operación propio metal (oxidación, corrosión, gal- del pie y tienden a aplanar la bóveda. ante la persistencia de un dolor difícil como aconsejan los de la AO (figs. 5 y
miento angular hacia la planta, debido
para el tratamiento de la luxación reci- vanización, etcétera), en general con El trazo puede ser transversal u oblicuo de interpretar. La radiografía, en tales 6), particularmente en las fracturas de
divante del hombro. Relleno del hueco desprendimiento de partículas ioniza- (fig. 1). El desplazamiento puede variar a la acción de la musculatura intrínse- casos, suele aclarar el diagnóstico, con los metatarsianos I y V. Procedimiento
que queda por el hundimiento de la ca- das que comprometen la vitalidad celu- mucho de unos casos a otros. En las ca del pie (fig. 3). Pero también puede la salvedad de que las fracturas por so- más seguro, en cuanto a la inmovilidad
beza humeral con el troquíter despren- lar y dan lugar a una proliferación reac- fracturas por fatiga es nulo. En las de un producirse una angulación dorsal, con brecarga pueden no verse hasta que la de los fragmentos, pero también más
dido del húmero junto a la inserción del tiva, inflamación y necrosis. solo metatarsiano, puede ser mínimo, el vértice dirigido hacia la planta, espe- sombra de un callo las pone de mani- complicado y no siempre necesario, y
infraespinoso. (Véase también hombro, metatarso. FrFr acturas
acturas y luxaciones debido a la fijación que proporcionan cialmente en las fracturas por compre- fiesto. que no evita, en la mayoría de los ca-
masurio 222 223 metatarso

asociado a otro modo de tratamiento. luxación recidivante del.) A


Puede ser sedante o estimulante. McMurra
McMurray, operación
operación de (de Thomas
MAST (siglas inglesas de military anti- Porter McMurray, cirujano inglés, 1887-
shock trouser). Pantalón hinchable que 1949). Operación para el tratamiento de
permite una cierta inmovilización de las seudoartrosis del cuello del fémur.
las fracturas de la pelvis y de la extremi- (Véase Pauwels, operación
operación de.)
de
dad inferior y, sobre todo, deriva la san- McMurra
McMurray, signo de. Signo de dolor pro-
gre de esta parte del cuerpo hacia la cir- vocado por la rotación externa de la
culación central actuando a modo de pierna en las fracturas del cuerno poste-
b
«autotransfusión» para combatir el rior del menisco interno, acompañado
shock. (Véase en pelvis, fracturas del en ocasiones de un chasquido percepti- a
anillo pelviano.) ble al oído o a la palpación. (Véase ro-
ro-
masurio. Tecnecio. dilla, lesiones meniscales.) a
Mathysen,
Mathysen, Antonio. Cirujano militar ho- mecanoterapia (del gr. mechane, máqui-
mecanoterapia
landés (1805-1878), verdadero inicia- na, y therapeio, cuidar). Método de tra- d FIG. 3. Fractura de los metatarsianos 3.o, 4.o y
c
5.o con desviación angular hacia la planta.
dor y difusor de la inmovilización en tamiento que consiste en hacer ejecutar
yeso para el tratamiento de las fracturas, a las articulaciones movimientos acti-
a través de un opúsculo publicado en vos o pasivos por medio de aparatos es- B
1852 bajo el título Nuevo método de peciales (Bonnet, 1848).
aplicación de los vendajes enyesados en melosalgia (del gr. melos, extremidades
las fracturas. Una contribución a la ciru- inferiores, y algos, dolor). Dolor a nivel FIG. 1. Merle d’Aubigné, Robert.
gía militar. de los miembros inferiores.
Matti, Herman. Cirujano suizo (1879- Merle d’Aubigné,
d’Aubigné, Robert. Figura señera FIG. 1. Diversas modalidades anatomopatoló-
1941), de Berna. Describió un méto- de la cirugía ortopédica y la traumato- Fracturas de los metatarsianos gicas de fracturas de los metatarsianos: a) frac-
do de tratamiento de las seudoartrosis logía moderna, no sólo en Francia sino tura diafisaria del trazo oblicuo del primero y
Características generales. Son lesiones
del cuarto; b) fractura de marcha o de fatiga,
por medio de injertos óseos de espon- en el mundo entero. Sucesor de Mat- relativamente frecuentes. Obedecen, en de trazo transversal del cuello; c) fractura de la
josa aplicados en torno al foco o re- hieu en el hospital Cochin de París, sus general, a traumatismos directos sobre base del segundo; d) fractura por avulsión de
llenando los espacios huecos («plom- aportaciones al campo de la especiali- el dorso del pie, que lo aplastan contra la base del quinto, o fractura de Jones.
bage»). dad resultan casi imposible de exponer el suelo. Para que un mecanismo pro-
Mays-Neufield,
Mays-Neufield, método de. Técnica —ni siquiera de enumerar— en un bre- duzca una fractura, la fuerza vulnerante
para el tratamiento de las fracturas dia- ve resumen. En 1982 publicó un intere- tiene que ser de una cierta entidad (caí-
fisarias del fémur por medio de trac- sante trabajo en el que describe la re- da de un objeto pesado sobre el pie, rue-
ción transesquelética combinada con ciente historia de la cirugía ortopédica da de un vehículo, etc.). Sin embargo,
posibilidad de movimientos de flexión francesa, vista a través de su larga y fe- curiosamente estos huesos también pue- FIG. 4. Fractura diafisaria del primer metatar- FIG. 5. Ejemplos de recursos quirúrgicos para
a nivel de la cadera y la rodilla, llama- cunda vida profesional: Surfing de den fracturarse, más que ningún otro, siano con desviación angular hacia el dorso, inmovilización o estabilización de las fracturas
do también tracción esquelética diná- wave: 50 years in the growth of french sin necesidad de traumatismo alguno aplanamiento de la bóveda del pie y posibili- de los metatarsianos. A) Por osteosíntesis con
mica. orthopaedics. (Clin. Orthop., 171, 3.) (por sobrecarga, estrés o fatiga), dando dad de presión dolorosa sobre la angulación al placa atornillada. B) Por alineación transitoria
McCarthy
McCarthy y VonVon Demark, fractur
fracturaa de. (fig. 1). lugar a las llamadas «fracturas de mar- apoyo plantar. mediante agujas intramedulares.
Véase en fractur
fracturaa. Merle d’Aubigné,
d’Aubigné, operación
operación de. 1. Opera- cha» o de Deutschländer. O bien se frac-
McFarland,
McFarland, fractur
fracturaa de. Véase en frac
frac-- ción para el tratamiento de la luxación turan por la acción de la propia muscu-
tura.
tura. acromioclavicular. Sustitución de los li- latura, como ocurre en las fracturas por sión del pie que tienden a aplanar la Tratamiento. Muchas de estas fracturas
McIntosh, método de. de Técnica para la gamentos coracoclaviculares desgarra- avulsión de la base del V metatarsiano, bóveda. Este tipo de desplazamiento no necesitan siquiera ser reducidas.
reinserción femoral del ligamento cru- dos por el tendón del plantar delgado. debidas a la contracción del peroneo la- puede tener consecuencias desagrada- Basta la inmovilización en una bota es-
zado anterior (1972), abordado por vía 2. Técnica para el tratamiento de la lu- teral corto, o «fractura de Jones» (fig. 1). bles si no se reduce, por dar lugar a una cayolada de marcha durante 4-5 sema-
posterior y suturado simplemente a los xación recidivante del hombro (véase). Anatomía patológica. La lesión puede compresión dolorosa del vértice de la nas. Cuando se trata de fracturas muy
tejidos blandos de la parte posterior del Consiste en una modificación de la téc- afectar a uno o varios metatarsianos. angulación contra el suelo al apoyo de desplazadas y de varios metatarsianos,
cóndilo externo. nica de Bankart (véase), basada princi- Puede localizarse en la base (general- la planta (fig. 4). la reducción lógicamente es necesaria.
McLaughlin, clav
clavo-placa de. Placa para palmente en la utilización de un instru- mente asociada a la luxación tarsome- Cuadro clínico. No hay mucho que de- Pero no siempre es fácil, y menos aún
el tratamiento de las fracturas de la ex- mental especial para perforar el reborde tatarsiana; véase más adelante), en la cir acerca del mismo. El dolor puede ser la contención suficientemente estable
tremidad superior del fémur, utilizada a óseo de la glenoides. parte central de la diáfisis o en el cue- FIG. 2. Fractura múltiple del metatarso, con
moderado, permitiendo un apoyo que por medios externos de fijación (esca-
desviación ad latus de los fragmentos.
veces también para las de la extremidad metalosis. Reacción local a los metales llo o tercio distal de la misma. Esta últi- se parece al normal. En particular, en las yola). En tales casos se impone muchas
inferior de este mismo hueso. Consiste empleados en los implantes óseos (os- ma localización es la más frecuente, fracturas por sobrecarga, las de un solo veces la reducción y fijación operato-
en una placa que se atornilla a la diáfisis teosíntesis, endoprótesis), bien sea por por el doble motivo de ser la parte más los huesos vecinos, y puede ser impor- metatarsiano o las de Jones, hasta el ria, bien sea una fijación transitoria
unida a un clavo intracervical que se acción mecánica de los mismos (pre- fina del hueso y la más expuesta, por tante cuando son todos o la mayoría los punto que muchas veces estas lesiones con agujas intramedulares de alinea-
hace pasar por el orificio de uno de sus sión, roce, etc.) o, lo que es más fre- razones geométricas, a las fuerzas metatarsianos fracturados (fig. 2). Se sólo son diagnosticadas al cabo de al- ción, o por osteosíntesis con placas y
extremos. cuente, por las alteraciones químicas del compresivas que actúan sobre el dorso gún tiempo de haberse producido y tornillos de los pequeños fragmentos,
trata, con frecuencia, de un desplaza-
McLaughlin, operación
operación de. Operación propio metal (oxidación, corrosión, gal- del pie y tienden a aplanar la bóveda. ante la persistencia de un dolor difícil como aconsejan los de la AO (figs. 5 y
miento angular hacia la planta, debido
para el tratamiento de la luxación reci- vanización, etcétera), en general con El trazo puede ser transversal u oblicuo de interpretar. La radiografía, en tales 6), particularmente en las fracturas de
divante del hombro. Relleno del hueco desprendimiento de partículas ioniza- (fig. 1). El desplazamiento puede variar a la acción de la musculatura intrínse- casos, suele aclarar el diagnóstico, con los metatarsianos I y V. Procedimiento
que queda por el hundimiento de la ca- das que comprometen la vitalidad celu- mucho de unos casos a otros. En las ca del pie (fig. 3). Pero también puede la salvedad de que las fracturas por so- más seguro, en cuanto a la inmovilidad
beza humeral con el troquíter despren- lar y dan lugar a una proliferación reac- fracturas por fatiga es nulo. En las de un producirse una angulación dorsal, con brecarga pueden no verse hasta que la de los fragmentos, pero también más
dido del húmero junto a la inserción del tiva, inflamación y necrosis. solo metatarsiano, puede ser mínimo, el vértice dirigido hacia la planta, espe- sombra de un callo las pone de mani- complicado y no siempre necesario, y
infraespinoso. (Véase también hombro, metatarso. FrFr acturas
acturas y luxaciones debido a la fijación que proporcionan cialmente en las fracturas por compre- fiesto. que no evita, en la mayoría de los ca-
masurio 224 225 metatarso

A Ligamentos B A B C D
intermetatarsianos Ligamentos
intermetatarsianos

Ligamentos Ligamentos
FIG. 10. Principales modalidades anatomopatológicas de luxación tarsometatarsiana. A) Luxación total. B) Luxación parcial columnar (del primer me-
FIG. 6. Técnica del enclavado intramedular tarsometatarsianos CARA PLANTAR tarsometatarsianos CARA DORSAL
tatarsiano o columna). C) Luxación parcial espatular (de los otros cuatro o espátula). D) Luxación total divergente.
con aguja para reducción a cielo abierto y es-
tabilización de una fractura diafisaria del pri- FIG. 7. Disposición anatómica de los ligamentos tarsometatarsianos, vistos por la cara plantar y dor-
mer metatarsiano. sal del pie. A B

sos, el empleo pos-operatorio de yeso doble unión ligamentosa con la primera


si se quiere permitir una carga precoz. cuña y con la segunda (fig. 8). Por esta
Para la fractura por avulsión de la base doble causa es frecuente que la luxación
del V metatarsiano, véase J ones, frac frac - carpometatarsiana se produzca a expen-
tur a de. sas de la fractura del segundo metatar-
Luxaciones y fracturas-luxaciones siano, cuya base permenece fuertemen-
tarsometatarsianas (luxaciones de la te unida a las cuñas, mientras el resto de
articulación de Lisfranc) hueso se desplaza con los otros metatar-
Principales características anatomofun- sianos (fig. 9).
cionales. La articulación de Lisfranc Mecanismos de producción. Se trata,
presenta unas particularidades anató- por lo general, de traumatismos impor-
micas que condicionan en gran medida tantes, en los cuales el antepié es des-
las posibilidades de luxación de los me- plazado violentamente respecto al resto
tatarsianos, su asociación con otras le- del pie. Parece ser que una de las cau-
siones óseas (fracturas de los propios sas de tales traumatismos es —era— las
metatarsianos o de los huesos vecinos) caídas de caballo en las que el pie que-
y sus distintas modalidades anatomopa- daba aprisionado y retorcido bajo el
tológicas. Estas características son fun- peso del propio jinete o del caballo, fre-
FIG. 8. Representación esquemática de las re- damentalmente las siguientes: cuentes en traumatología de guerra en FIG. 11. Estabilización de la reducción me-
laciones de unión entre el metatarso y los meta- 1) La unión ligamentosa entre el tarso y la época de Lisfranc. diante agujas o clavos provisionales entre los FIG. 12. Ejemplo de fractura (de la primera cuña en este caso) asociada a una luxación tarsometa-
tarsianos, mostradas en la figura anterior y vistas la base de los metatarsianos y entre los Anatomía patológica. Es clásica la dis- metatarsianos y el tarso. tarsiana (A), y fijación por atornillado de los fragmentos (B).
por la cara dorsal. Puede verse: 1.0, la falta de li- metatarsianos entre sí es distinta a nivel tinción entre luxaciones (o fracturas-lu-
gamento transverso entre el primero y el segun- fracturas, tanto de los propios metatar- debe hacerse con carácter urgente 1) Cuando por el motivo citado ante-
del primero y de los demás. El primero se xaciones) parciales y totales, y dentro
do metatarsiano; 2.0, el fuerte encaje de la base sianos, y en particular de la base del se- dentro de las primeras horas y siempre riormente (luxaciones divergentes) o por
del segundo entre la primera y tercera cuña, y halla unido por su base únicamente a la de estas últimas, las convergentes y las
primera cuña, en tanto que los otros cua- divergentes (fig. 10). Las luxaciones to- gundo, por las razones anteriormente bajo anestesia profunda y relajación cualquier otro (interposición de tendo-
3.0, la existencia de una doble unión ligamento-
sa entre dicha cabeza y las dos primeras cuñas. tro, además de estar unidos a las otras cu- tales son aquellas en las que se luxan to- expuestas, como del escafoides y del muscular completa. En general, puede nes o de otras partes blandas) la reduc-
ñas y al cuboides, se hallan unidos unos dos los metatarsianos, y parciales aque- cuboides (fig. 12). lograrse una reducción satisfactoria ción manual no sea posible.
a otros, en sus bases, por los ligamentos llas en que solamente se luxan algunos, Cuadro clínico. El dolor es siempre muy por medios conservadores de tracción 2) Cuando después de lograda no que-
intermetatarsianos basales, dorsales y que en general son el primero (luxacio- intenso a nivel del medio pie, con inca- enérgica sobre el antepié y desplaza- de suficientemente estable.
plantares (ligg. basium ossium metatarsi nes columnares) o los otros cuatro con- pacidad para el apoyo total o casi total. miento del mismo en el sentido opues- 3) Cuando existan fracturas asocia-
dorsalia et plantaria) (fig. 7). Esta disposi- juntamente (luxaciones espatulares). El pie aparece (o puede aparecer) defor- to al de la luxación. Esta maniobra das con gran desplazamiento de los
ción permite que el primer metatarsiano Son luxaciones convergentes aquellas mado por desviación del antepié, o resulta relativamente fácil en las luxa- fragmentos, imposibles de reducir y de
pueda luxarse independientemente de en las que todos los metatarsianos (el acortado. El edema y el hematoma no ciones parciales o en las totales conver- estabilizar por maniobras externas, se
los demás, mientras que éstos se luxan, primero y los demás) se luxan hacia el tardan en aparecer. gentes, en las que todos los metatarsia- impone en tales casos el acceso a los
en general, conjuntamente. mismo lado (casi siempre el externo) Normas generales de tratamiento. La nos luxados es hacia el mismo lado, huesos luxados o fracturados por vía
2) La unión más firme entre el tarso y del pie, y divergentes aquellas en las reducción es la medida más necesaria pero puede ser considerablemente más dorsal, superointerna o superoexterna,
el metatarso se establece a nivel del se- que el primer metatarsiano se luxa ha- y más inmediata en todos los casos. La difícil en las divergentes por la razón según los casos, y la reducción a la vis-
FIG. 9. Fractura de la base del segundo meta- gundo. En primer lugar, por el encaje de cia el lado interno y los demás hacia el forma de lograrla y, sobre todo, la for- contraria. ta. La estabilización puede lograrse
tarsiano, en un caso de luxación múltiple, de- su base entre la primera cuña y la terce- lado externo del pie (fig. 10). En las le- ma de estabilizarla puede ser distinta Tratamiento quirúrgico. Encuentra indi- mediante fijación provisional con
bido a la fuerte unión de su base con las cuñas. ra. Y segundo, por la existencia de una siones asociadas son muy frecuentes las en unos y en otros. En cualquier caso, cación en los siguientes casos: alambres de Kirschner transcutáneos,
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A Ligamentos B A B C D
intermetatarsianos Ligamentos
intermetatarsianos

Ligamentos Ligamentos
FIG. 10. Principales modalidades anatomopatológicas de luxación tarsometatarsiana. A) Luxación total. B) Luxación parcial columnar (del primer me-
FIG. 6. Técnica del enclavado intramedular tarsometatarsianos CARA PLANTAR tarsometatarsianos CARA DORSAL
tatarsiano o columna). C) Luxación parcial espatular (de los otros cuatro o espátula). D) Luxación total divergente.
con aguja para reducción a cielo abierto y es-
tabilización de una fractura diafisaria del pri- FIG. 7. Disposición anatómica de los ligamentos tarsometatarsianos, vistos por la cara plantar y dor-
mer metatarsiano. sal del pie. A B

sos, el empleo pos-operatorio de yeso doble unión ligamentosa con la primera


si se quiere permitir una carga precoz. cuña y con la segunda (fig. 8). Por esta
Para la fractura por avulsión de la base doble causa es frecuente que la luxación
del V metatarsiano, véase J ones, frac frac - carpometatarsiana se produzca a expen-
tur a de. sas de la fractura del segundo metatar-
Luxaciones y fracturas-luxaciones siano, cuya base permenece fuertemen-
tarsometatarsianas (luxaciones de la te unida a las cuñas, mientras el resto de
articulación de Lisfranc) hueso se desplaza con los otros metatar-
Principales características anatomofun- sianos (fig. 9).
cionales. La articulación de Lisfranc Mecanismos de producción. Se trata,
presenta unas particularidades anató- por lo general, de traumatismos impor-
micas que condicionan en gran medida tantes, en los cuales el antepié es des-
las posibilidades de luxación de los me- plazado violentamente respecto al resto
tatarsianos, su asociación con otras le- del pie. Parece ser que una de las cau-
siones óseas (fracturas de los propios sas de tales traumatismos es —era— las
metatarsianos o de los huesos vecinos) caídas de caballo en las que el pie que-
y sus distintas modalidades anatomopa- daba aprisionado y retorcido bajo el
tológicas. Estas características son fun- peso del propio jinete o del caballo, fre-
FIG. 8. Representación esquemática de las re- damentalmente las siguientes: cuentes en traumatología de guerra en FIG. 11. Estabilización de la reducción me-
laciones de unión entre el metatarso y los meta- 1) La unión ligamentosa entre el tarso y la época de Lisfranc. diante agujas o clavos provisionales entre los FIG. 12. Ejemplo de fractura (de la primera cuña en este caso) asociada a una luxación tarsometa-
tarsianos, mostradas en la figura anterior y vistas la base de los metatarsianos y entre los Anatomía patológica. Es clásica la dis- metatarsianos y el tarso. tarsiana (A), y fijación por atornillado de los fragmentos (B).
por la cara dorsal. Puede verse: 1.0, la falta de li- metatarsianos entre sí es distinta a nivel tinción entre luxaciones (o fracturas-lu-
gamento transverso entre el primero y el segun- fracturas, tanto de los propios metatar- debe hacerse con carácter urgente 1) Cuando por el motivo citado ante-
del primero y de los demás. El primero se xaciones) parciales y totales, y dentro
do metatarsiano; 2.0, el fuerte encaje de la base sianos, y en particular de la base del se- dentro de las primeras horas y siempre riormente (luxaciones divergentes) o por
del segundo entre la primera y tercera cuña, y halla unido por su base únicamente a la de estas últimas, las convergentes y las
primera cuña, en tanto que los otros cua- divergentes (fig. 10). Las luxaciones to- gundo, por las razones anteriormente bajo anestesia profunda y relajación cualquier otro (interposición de tendo-
3.0, la existencia de una doble unión ligamento-
sa entre dicha cabeza y las dos primeras cuñas. tro, además de estar unidos a las otras cu- tales son aquellas en las que se luxan to- expuestas, como del escafoides y del muscular completa. En general, puede nes o de otras partes blandas) la reduc-
ñas y al cuboides, se hallan unidos unos dos los metatarsianos, y parciales aque- cuboides (fig. 12). lograrse una reducción satisfactoria ción manual no sea posible.
a otros, en sus bases, por los ligamentos llas en que solamente se luxan algunos, Cuadro clínico. El dolor es siempre muy por medios conservadores de tracción 2) Cuando después de lograda no que-
intermetatarsianos basales, dorsales y que en general son el primero (luxacio- intenso a nivel del medio pie, con inca- enérgica sobre el antepié y desplaza- de suficientemente estable.
plantares (ligg. basium ossium metatarsi nes columnares) o los otros cuatro con- pacidad para el apoyo total o casi total. miento del mismo en el sentido opues- 3) Cuando existan fracturas asocia-
dorsalia et plantaria) (fig. 7). Esta disposi- juntamente (luxaciones espatulares). El pie aparece (o puede aparecer) defor- to al de la luxación. Esta maniobra das con gran desplazamiento de los
ción permite que el primer metatarsiano Son luxaciones convergentes aquellas mado por desviación del antepié, o resulta relativamente fácil en las luxa- fragmentos, imposibles de reducir y de
pueda luxarse independientemente de en las que todos los metatarsianos (el acortado. El edema y el hematoma no ciones parciales o en las totales conver- estabilizar por maniobras externas, se
los demás, mientras que éstos se luxan, primero y los demás) se luxan hacia el tardan en aparecer. gentes, en las que todos los metatarsia- impone en tales casos el acceso a los
en general, conjuntamente. mismo lado (casi siempre el externo) Normas generales de tratamiento. La nos luxados es hacia el mismo lado, huesos luxados o fracturados por vía
2) La unión más firme entre el tarso y del pie, y divergentes aquellas en las reducción es la medida más necesaria pero puede ser considerablemente más dorsal, superointerna o superoexterna,
el metatarso se establece a nivel del se- que el primer metatarsiano se luxa ha- y más inmediata en todos los casos. La difícil en las divergentes por la razón según los casos, y la reducción a la vis-
FIG. 9. Fractura de la base del segundo meta- gundo. En primer lugar, por el encaje de cia el lado interno y los demás hacia el forma de lograrla y, sobre todo, la for- contraria. ta. La estabilización puede lograrse
tarsiano, en un caso de luxación múltiple, de- su base entre la primera cuña y la terce- lado externo del pie (fig. 10). En las le- ma de estabilizarla puede ser distinta Tratamiento quirúrgico. Encuentra indi- mediante fijación provisional con
bido a la fuerte unión de su base con las cuñas. ra. Y segundo, por la existencia de una siones asociadas son muy frecuentes las en unos y en otros. En cualquier caso, cación en los siguientes casos: alambres de Kirschner transcutáneos,
Meurign 226 227 muñeca

entre los metatarsianos luxados y el tar- por Kütter en una monografía con el A su movilidad o gran parte de la misma. da de luxación de la cabeza del radio te del hombro. (Véase hombro, luxa-
so, o mediante tornillos, cuando las nombre de myositis ossificans circuns- Tratamiento. Lo mejor que puede ha- hacia delante, especialmente frecuente ción recidivante del, y Bankart, ope- ope-
fracturas asociadas ofrezcan condicio- cripta. En un sentido más restringido, el cerse para evitar la evolución descrita es en los niños (fractura de Monteggia). r ación de.)
de 2. Técnica quirúrgica para
nes favorables para su aplicación (figu- nombre de miositis osificante responde abstenerse totalmente de toda violencia (Véase en el artículo fractur
fracturaa y en an - el tratamiento de la luxación acromio-
ras 11 y 12). casi exclusivamente a procesos de origen externa, incluso la ejercida por el propio tebrazo, fracturas y luxaciones.)
tebrazo, clavicular. Sustitución de los ligamentos
Meurign-Williams,
Meurign-Williams, placas de. Placas traumático, que lo hacen prácticamente interesado con la otra mano, así como Montoza, sistema de. Sistema de clasifi- coracoclaviculares desgarrados por un
atornilladas a las apófisis espinosas para sinónimo del de miositis osificante trau- los masajes sobre la masa muscular cación (1992) de las epifisiólisis de la colgajo libre de fascia lata.
osteosíntesis interespinosa y estabiliza- mática, la cual es, con gran diferencia, la afectada. El reposo, el calor local mode- extremidad distal de la tibia según los Mothe, método de. Técnica para la re-
ción de las fracturas vertebrales. (Véase forma más frecuente de todas las descri- rado, los baños calientes y las corrientes factores de riesgo. (Véase tobillo, frac- ducción de la luxación escapulohume-
toracolumbar,, traumatismos.)
r aquis toracolumbar tas por Kütter en su monografía. Como tal con microondas o similares son recursos turas de los niños y adolescentes.) ral, consistente en ejercer fuerte tracción
MGH. Siglas de Massachusset General constituye la respuesta a traumatismos de casi obligados, aunque de alcance casi Moore, Austin
Austin Talley
Talley.. Cirujano estado- sobre el brazo colocado en abducción,
Hospital. diversa índole, en general cerrados y ro- siempre limitado. Los medicamentos de unidense, nacido en 1899, de Colum- y contratracción, al mismo tiempo, so-
midriasis. Dilatación de la pupila como mos, como por ejemplo los magulla- pretendida acción osteolítica, como la bia, Carolina del Sur. Describió un cla- bre el tronco.
signo de gravedad y de pronóstico en los mientos musculares. Una forma descrita hialuronidasa o los corticoides, son de voplaca para el tratamiento de las muñeca, traumatismos
traumatismos
traumatismos craneoencefálicos. (Véase repetidamente en los tratados clásicos es dudosa eficacia. La extirpación quirúrgi- fracturas pertrocantéreas, algunos tipos Definición y contenido del tema. La
B
craneoencefálicos,
craneoencefálicos, traumatismos.) la osificación del cuádriceps como con- ca de la masa osificada ofrece el serio de placas para osteosíntesis y un méto- palabra «muñeca» (wrist, poignet o
mieloplaxa. Osteoclasto. secuencia de una coz recibida en la cara peligro de recidiva y de agravar el pro- do de artrodesis vertebral con injertos Handwurzel) hace referencia a una re-
Milch,
Milch, operación
operación de. 1. Ligamentoplastia anterior del muslo. Existe, sin embargo, blema, o al menos de no resolverlo. So- óseos de cortical fijados con hilos de gión anatómica que sirve de articula-
con una tira de fascia lata para la fijación una localización del proceso osificante lamente está justificada en los casos an- sutura a las apófisis espinosas. Pero es ción entre la mano y el antebrazo y que
de la cabeza del cúbito al radio en el tra- que es la más frecuente y que restringe tiguos, con una masa ósea claramente principalmente conocido hoy día por su está formada por la extremidad distal de
tamiento de las luxaciones radiocubitales aún más el significado del término, redu- definida y bien limitada, y ante una si- prótesis cefálica para el tratamiento de los huesos del antebrazo y el carpo.
inferiores inveteradas (1926). (Véase mu-mu- ciéndolo prácticamente a un tipo de le- tuación de inmovilidad completa o casi las fracturas de la cabeza y cuello fe- Comprende tres articulaciones: la radio-
ñeca, traumatismos.) 2. Aplicación de un sión traumática: la osificación del bra- completa del codo, en la cual haya poco morales. carpiana, la mediocarpiana y la radiocu-
injerto óseo, a modo de tope, sobre la quial anterior, como consecuencia de las que perder, sobre todo cuando se trata Moragas,
Moragas, prueba de. Prueba para el diag- bital inferior. Los traumatismos localiza-
apófisis coronoides del cúbito, para trata- fracturas supracondíleas del húmero en de una inmovilidad particularmente an- nóstico de las lesiones del ligamento la- dos en esta zona afectan —o pueden
miento de las luxaciones recidivantes del los niños, o de las luxaciones del codo en tifuncional en extensión o semiexten- teral externo de la rodilla. Por palpación afectar— tanto al esqueleto del antebra-
codo (1936). los adultos, que no sólo es la forma más sión del antebrazo. En esta situación, el se aprecia la ausencia de dicho ligamen- zo como al de la mano. Unos y otros tie-
minerva (del lat. Minerva, diosa de la sa-
minerva frecuente de miositis osificante, sino tam- resultado de la intervención puede ser, to explorando al enfermo en decúbito nen en común entre sí, aparte de la ve-
biduría). 1. Nombre dado en cirugía or- bién la más importante por su significado en el peor de los casos, crear una actitud supino, con el pie de la extremidad afec- cindad, su forma de producirse y de
topédica a los aparatos destinados a clínico y sus consecuencias funcionales. más funcional del codo, en algo menos ta sobre la rodilla del otro lado y hacien- manifestarse, lo cual justifica englobar
mantener la cabeza en buena posición Principales factores etiológicos, pre- de 90 grados. do fuerte presión hacia abajo sobre la ro- su estudio bajo el mismo epígrafe, en
en caso de tortícolis muscular perma- disponentes o determinantes. Como aca- Mixter,
Mixter, J. W.W. Cirujano norteamericano dilla del lado explorado. vez de incluirlos artificiosamente entre
nente o de artritis de las articulaciones ba de exponerse, las fracturas o luxacio- del Massachusetts General Hospital, Moragas-Cabot,
Moragas-Cabot, signo o maniobra
maniobra de. los traumatismos del antebrazo por un
FIG. 1. Miositis osificante del braquial ante-
vertebrales. 2. Corsé confeccionado nes del codo constituyen la causa más rior en un paciente de 19 años, consecutiva a
que con J. S. Barr, del mismo hospital, Técnica para la exploración de las le- lado y los de la mano por otro. De
con yeso, que puede abarcar desde la frecuente y prácticamente la única de una luxación posterior del codo. A) Imagen ra- puede ser considerado el primero, o siones meniscales. (Véase rodilla, lesio- acuerdo con este punto de vista, el estu-
cresta ilíaca hasta el mentón y la cabe- las miositis osificantes, en respuesta a diográfica a las tres semanas del accidente. uno de los primeros, en describir las nes meniscales traumáticas.) dio de los traumatismos de la muñeca
za, indicado en las fracturas vertebrales. factores preexistentes o sobreañadidos Sombra inicial de osificación de escasa opaci- hernias del disco intervertebral como Morel-Lavalee, absceso de. Colección
Morel-Lav comprende los siguientes apartados:
miocele (del gr. mys, músculo, y kele, her- que condicionan su aparición en deter- dad y contornos poco precisos. B) El mismo causa de lumbociática en un famoso de líquido linfático en el espacio sub- 1) Fracturas de la extremidad inferior del
nia). Hernia de las fibras musculares a minados casos y no en otros. Tales fac- caso a los tres meses del traumatismo. La som- artículo en el New England J. Med. en cutáneo, producido por deslizamiento radio. 2) Luxaciones de la articulación
través de la aponeurosis de un músculo. tores son solamente conocidos en parte. bra se ha hecho mucho más densa, de forma 1934 con el título Rupture of the inter- de la piel sobre un plano profundo radiocubital inferior. 3) Fracturas y luxa-
alargada característica y de contornos lineales
miodiastasis (del gr. mys, músculo, y Se sabe, por ejemplo, que existe una verbral disc with involmement of the duro, con degüello de vasos linfáticos. ciones de los huesos del carpo.
bien definidos.
diastasis, distensión). Alargamiento sin cierta relación entre la violencia del spinal canal. En el mismo se afirma que Morestin, mancha
mancha equimótica de. Equi- Fracturas de la extremidad inferior
rotura de las fibras musculares, a conse- traumatismo o su repetición (luxaciones su experiencia, basada en 19 casos mosis de la cara que se producen como del radio
cuencia de un esfuerzo. recidivantes del codo) y la aparición del ción de los movimientos del codo, y con operados, «ha demostrado que un sor- consecuencia de la estasis de la circula- Principales características generales.
miorrafia (del gr. mys, músculo, y raphe,
miorrafia fenómeno osificante. Pero, en general, resultado, como se comprende, diame- prendente elevado número de estas le- ción de retorno en el territorio de la cava Son lesiones muy frecuentes (aproxima-
sutura). Sutura muscular. es poco lo que sabemos sobre las cau- tralmente contrario al propuesto. siones, clasificadas como condromas, superior. Se presenta en las lesiones trau- damente el 30 % de la totalidad de las
miositis osificante. En su sentido más am- sas del proceso, y menos aún la forma Clínica y diagnóstico. La manifesta- no son en realidad tumores cartilagino- máticas graves como síntoma de aumen- fracturas), que se observan en todas las
plio, el término sirve para designar todo de influir sobre las mismas. Una causa, ción inicial es siempre una limitación sos, sino prolapsos del núcleo pulposo to de la presión intratorácica. edades —sin excluir a los niños—, con
tipo de osificación heterotópica localiza- sin embargo, está bien establecida y ge- dolorosa de los movimientos del codo. por rotura del ánulus». Estos mismos au- Morton, William
William Thomas
Thomas Green. Den- una mayor incidencia después de los 60
da que tiene lugar en el espesor del tejido neralmente admitida, sobre la cual no En ocasiones, un hematoma en la cara tores resaltaron el papel de la mielogra- tista estadounidense (1819-1868). Des- años. La causa más frecuente de las
muscular, y que puede reconocer diver- solamente es posible actuar, sino que la anterior del brazo, algo por encima de la fía con lipiodol en el diagnóstico de es- cubrió las propiedades anestésicas del mismas son las caídas sobre la mano en
sos orígenes, no todos ellos de naturaleza actuación del traumatólogo es clara- flexura del codo, que sorprende por su tas lesiones. éter sulfúrico, y por consejo de su maes- el intento de parar el golpe con la mis-
traumática, siendo en la mayoría de los mente decisiva y proyecta sobre el mis- magnitud, y con frecuencia un dolor miotomía (del gr. mys, músculo, y tonos, tro, Charles Thomas Jackson, demos- ma, aunque también son característicos
casos de dudoso carácter inflamatorio, mo una gran responsabilidad. Es la mio- persistente en la misma zona. Radiográ- tensión). 1. Sección quirúrgica de un mús- tró su valor en odontología. Después otros mecanismos, como por ejemplo el
como parece sugerir el término miositis. sitis osificante del braquial anterior, en ficamente, el cuadro se inicia por una culo. 2. Anatomía de los músculos. disputó tenazmente la paternidad del retroceso de la manivela de puesta en
Puede observarse, por ejemplo, en algu- las lesiones del codo, que se produce sombra difusa, de contornos imprecisos Mock,
Mock, punto de. Corresponde a la inser- descubrimiento con su antiguo maes- marcha de los motores de explosión
nas neuropatías crónicas, como la tabes, en la mayoría de los casos, o al menos y de escasa opacidad sobre la misma ción femoral del ligamento lateral inter- tro, no habiéndose dilucidado hasta el («fractura de los chóferes»). Todas estas
paraplejía, siringomielia, etc., y excep- se agrava, como respuesta a violencias zona, sombra que se hace cada vez más no de la rodilla y un síntoma claro de le- presente el derecho de prioridad del fracturas tienen inicialmente formas
cionalmente, en algunos procesos articu- ejercidas con fines terapéuticos. Tanto densa, adquiriendo contornos lineales y sión del mismo cuando es doloroso a la descubrimiento de la narcosis por inha- muy parecidas de manifestarse: dolor
lares de naturaleza reumática o degene- en las maniobras de reducción, como, forma alargada, dando lugar a una ima- presión. lación. intenso, impotencia funcional, hincha-
rativa (miositis osificante paraartrítica). El sobre todo, en las intempestivas movili- gen sumamente característica e incon- Monteggia, GiovGiovanni Battista. Ciruja- Moseley,
Moseley, operación
operación de. 1. Modificación zón y en muchos casos deformación vi-
cuadro, con estas características genera- zaciones pasivas subsiguientes, realiza- fundible (fig. 1). En esta fase definitiva, el no italiano (1762-1815). Describió la técnica de la operación de Bankart para sible, cuyas características dependen
les, fue descrito por primera vez en 1910 das con la finalidad de vencer la limita- codo puede llegar a perder totalmente fractura de la diáfisis cubital acompaña- el tratamiento de la luxación recidivan- del tipo de lesión anatomopatológica.
Meurign 226 227 muñeca

entre los metatarsianos luxados y el tar- por Kütter en una monografía con el A su movilidad o gran parte de la misma. da de luxación de la cabeza del radio te del hombro. (Véase hombro, luxa-
so, o mediante tornillos, cuando las nombre de myositis ossificans circuns- Tratamiento. Lo mejor que puede ha- hacia delante, especialmente frecuente ción recidivante del, y Bankart, ope- ope-
fracturas asociadas ofrezcan condicio- cripta. En un sentido más restringido, el cerse para evitar la evolución descrita es en los niños (fractura de Monteggia). r ación de.)
de 2. Técnica quirúrgica para
nes favorables para su aplicación (figu- nombre de miositis osificante responde abstenerse totalmente de toda violencia (Véase en el artículo fractur
fracturaa y en an - el tratamiento de la luxación acromio-
ras 11 y 12). casi exclusivamente a procesos de origen externa, incluso la ejercida por el propio tebrazo, fracturas y luxaciones.)
tebrazo, clavicular. Sustitución de los ligamentos
Meurign-Williams,
Meurign-Williams, placas de. Placas traumático, que lo hacen prácticamente interesado con la otra mano, así como Montoza, sistema de. Sistema de clasifi- coracoclaviculares desgarrados por un
atornilladas a las apófisis espinosas para sinónimo del de miositis osificante trau- los masajes sobre la masa muscular cación (1992) de las epifisiólisis de la colgajo libre de fascia lata.
osteosíntesis interespinosa y estabiliza- mática, la cual es, con gran diferencia, la afectada. El reposo, el calor local mode- extremidad distal de la tibia según los Mothe, método de. Técnica para la re-
ción de las fracturas vertebrales. (Véase forma más frecuente de todas las descri- rado, los baños calientes y las corrientes factores de riesgo. (Véase tobillo, frac- ducción de la luxación escapulohume-
toracolumbar,, traumatismos.)
r aquis toracolumbar tas por Kütter en su monografía. Como tal con microondas o similares son recursos turas de los niños y adolescentes.) ral, consistente en ejercer fuerte tracción
MGH. Siglas de Massachusset General constituye la respuesta a traumatismos de casi obligados, aunque de alcance casi Moore, Austin
Austin Talley
Talley.. Cirujano estado- sobre el brazo colocado en abducción,
Hospital. diversa índole, en general cerrados y ro- siempre limitado. Los medicamentos de unidense, nacido en 1899, de Colum- y contratracción, al mismo tiempo, so-
midriasis. Dilatación de la pupila como mos, como por ejemplo los magulla- pretendida acción osteolítica, como la bia, Carolina del Sur. Describió un cla- bre el tronco.
signo de gravedad y de pronóstico en los mientos musculares. Una forma descrita hialuronidasa o los corticoides, son de voplaca para el tratamiento de las muñeca, traumatismos
traumatismos
traumatismos craneoencefálicos. (Véase repetidamente en los tratados clásicos es dudosa eficacia. La extirpación quirúrgi- fracturas pertrocantéreas, algunos tipos Definición y contenido del tema. La
B
craneoencefálicos,
craneoencefálicos, traumatismos.) la osificación del cuádriceps como con- ca de la masa osificada ofrece el serio de placas para osteosíntesis y un méto- palabra «muñeca» (wrist, poignet o
mieloplaxa. Osteoclasto. secuencia de una coz recibida en la cara peligro de recidiva y de agravar el pro- do de artrodesis vertebral con injertos Handwurzel) hace referencia a una re-
Milch,
Milch, operación
operación de. 1. Ligamentoplastia anterior del muslo. Existe, sin embargo, blema, o al menos de no resolverlo. So- óseos de cortical fijados con hilos de gión anatómica que sirve de articula-
con una tira de fascia lata para la fijación una localización del proceso osificante lamente está justificada en los casos an- sutura a las apófisis espinosas. Pero es ción entre la mano y el antebrazo y que
de la cabeza del cúbito al radio en el tra- que es la más frecuente y que restringe tiguos, con una masa ósea claramente principalmente conocido hoy día por su está formada por la extremidad distal de
tamiento de las luxaciones radiocubitales aún más el significado del término, redu- definida y bien limitada, y ante una si- prótesis cefálica para el tratamiento de los huesos del antebrazo y el carpo.
inferiores inveteradas (1926). (Véase mu-mu- ciéndolo prácticamente a un tipo de le- tuación de inmovilidad completa o casi las fracturas de la cabeza y cuello fe- Comprende tres articulaciones: la radio-
ñeca, traumatismos.) 2. Aplicación de un sión traumática: la osificación del bra- completa del codo, en la cual haya poco morales. carpiana, la mediocarpiana y la radiocu-
injerto óseo, a modo de tope, sobre la quial anterior, como consecuencia de las que perder, sobre todo cuando se trata Moragas,
Moragas, prueba de. Prueba para el diag- bital inferior. Los traumatismos localiza-
apófisis coronoides del cúbito, para trata- fracturas supracondíleas del húmero en de una inmovilidad particularmente an- nóstico de las lesiones del ligamento la- dos en esta zona afectan —o pueden
miento de las luxaciones recidivantes del los niños, o de las luxaciones del codo en tifuncional en extensión o semiexten- teral externo de la rodilla. Por palpación afectar— tanto al esqueleto del antebra-
codo (1936). los adultos, que no sólo es la forma más sión del antebrazo. En esta situación, el se aprecia la ausencia de dicho ligamen- zo como al de la mano. Unos y otros tie-
minerva (del lat. Minerva, diosa de la sa-
minerva frecuente de miositis osificante, sino tam- resultado de la intervención puede ser, to explorando al enfermo en decúbito nen en común entre sí, aparte de la ve-
biduría). 1. Nombre dado en cirugía or- bién la más importante por su significado en el peor de los casos, crear una actitud supino, con el pie de la extremidad afec- cindad, su forma de producirse y de
topédica a los aparatos destinados a clínico y sus consecuencias funcionales. más funcional del codo, en algo menos ta sobre la rodilla del otro lado y hacien- manifestarse, lo cual justifica englobar
mantener la cabeza en buena posición Principales factores etiológicos, pre- de 90 grados. do fuerte presión hacia abajo sobre la ro- su estudio bajo el mismo epígrafe, en
en caso de tortícolis muscular perma- disponentes o determinantes. Como aca- Mixter,
Mixter, J. W.W. Cirujano norteamericano dilla del lado explorado. vez de incluirlos artificiosamente entre
nente o de artritis de las articulaciones ba de exponerse, las fracturas o luxacio- del Massachusetts General Hospital, Moragas-Cabot,
Moragas-Cabot, signo o maniobra
maniobra de. los traumatismos del antebrazo por un
FIG. 1. Miositis osificante del braquial ante-
vertebrales. 2. Corsé confeccionado nes del codo constituyen la causa más rior en un paciente de 19 años, consecutiva a
que con J. S. Barr, del mismo hospital, Técnica para la exploración de las le- lado y los de la mano por otro. De
con yeso, que puede abarcar desde la frecuente y prácticamente la única de una luxación posterior del codo. A) Imagen ra- puede ser considerado el primero, o siones meniscales. (Véase rodilla, lesio- acuerdo con este punto de vista, el estu-
cresta ilíaca hasta el mentón y la cabe- las miositis osificantes, en respuesta a diográfica a las tres semanas del accidente. uno de los primeros, en describir las nes meniscales traumáticas.) dio de los traumatismos de la muñeca
za, indicado en las fracturas vertebrales. factores preexistentes o sobreañadidos Sombra inicial de osificación de escasa opaci- hernias del disco intervertebral como Morel-Lavalee, absceso de. Colección
Morel-Lav comprende los siguientes apartados:
miocele (del gr. mys, músculo, y kele, her- que condicionan su aparición en deter- dad y contornos poco precisos. B) El mismo causa de lumbociática en un famoso de líquido linfático en el espacio sub- 1) Fracturas de la extremidad inferior del
nia). Hernia de las fibras musculares a minados casos y no en otros. Tales fac- caso a los tres meses del traumatismo. La som- artículo en el New England J. Med. en cutáneo, producido por deslizamiento radio. 2) Luxaciones de la articulación
través de la aponeurosis de un músculo. tores son solamente conocidos en parte. bra se ha hecho mucho más densa, de forma 1934 con el título Rupture of the inter- de la piel sobre un plano profundo radiocubital inferior. 3) Fracturas y luxa-
alargada característica y de contornos lineales
miodiastasis (del gr. mys, músculo, y Se sabe, por ejemplo, que existe una verbral disc with involmement of the duro, con degüello de vasos linfáticos. ciones de los huesos del carpo.
bien definidos.
diastasis, distensión). Alargamiento sin cierta relación entre la violencia del spinal canal. En el mismo se afirma que Morestin, mancha
mancha equimótica de. Equi- Fracturas de la extremidad inferior
rotura de las fibras musculares, a conse- traumatismo o su repetición (luxaciones su experiencia, basada en 19 casos mosis de la cara que se producen como del radio
cuencia de un esfuerzo. recidivantes del codo) y la aparición del ción de los movimientos del codo, y con operados, «ha demostrado que un sor- consecuencia de la estasis de la circula- Principales características generales.
miorrafia (del gr. mys, músculo, y raphe,
miorrafia fenómeno osificante. Pero, en general, resultado, como se comprende, diame- prendente elevado número de estas le- ción de retorno en el territorio de la cava Son lesiones muy frecuentes (aproxima-
sutura). Sutura muscular. es poco lo que sabemos sobre las cau- tralmente contrario al propuesto. siones, clasificadas como condromas, superior. Se presenta en las lesiones trau- damente el 30 % de la totalidad de las
miositis osificante. En su sentido más am- sas del proceso, y menos aún la forma Clínica y diagnóstico. La manifesta- no son en realidad tumores cartilagino- máticas graves como síntoma de aumen- fracturas), que se observan en todas las
plio, el término sirve para designar todo de influir sobre las mismas. Una causa, ción inicial es siempre una limitación sos, sino prolapsos del núcleo pulposo to de la presión intratorácica. edades —sin excluir a los niños—, con
tipo de osificación heterotópica localiza- sin embargo, está bien establecida y ge- dolorosa de los movimientos del codo. por rotura del ánulus». Estos mismos au- Morton, William
William Thomas
Thomas Green. Den- una mayor incidencia después de los 60
da que tiene lugar en el espesor del tejido neralmente admitida, sobre la cual no En ocasiones, un hematoma en la cara tores resaltaron el papel de la mielogra- tista estadounidense (1819-1868). Des- años. La causa más frecuente de las
muscular, y que puede reconocer diver- solamente es posible actuar, sino que la anterior del brazo, algo por encima de la fía con lipiodol en el diagnóstico de es- cubrió las propiedades anestésicas del mismas son las caídas sobre la mano en
sos orígenes, no todos ellos de naturaleza actuación del traumatólogo es clara- flexura del codo, que sorprende por su tas lesiones. éter sulfúrico, y por consejo de su maes- el intento de parar el golpe con la mis-
traumática, siendo en la mayoría de los mente decisiva y proyecta sobre el mis- magnitud, y con frecuencia un dolor miotomía (del gr. mys, músculo, y tonos, tro, Charles Thomas Jackson, demos- ma, aunque también son característicos
casos de dudoso carácter inflamatorio, mo una gran responsabilidad. Es la mio- persistente en la misma zona. Radiográ- tensión). 1. Sección quirúrgica de un mús- tró su valor en odontología. Después otros mecanismos, como por ejemplo el
como parece sugerir el término miositis. sitis osificante del braquial anterior, en ficamente, el cuadro se inicia por una culo. 2. Anatomía de los músculos. disputó tenazmente la paternidad del retroceso de la manivela de puesta en
Puede observarse, por ejemplo, en algu- las lesiones del codo, que se produce sombra difusa, de contornos imprecisos Mock,
Mock, punto de. Corresponde a la inser- descubrimiento con su antiguo maes- marcha de los motores de explosión
nas neuropatías crónicas, como la tabes, en la mayoría de los casos, o al menos y de escasa opacidad sobre la misma ción femoral del ligamento lateral inter- tro, no habiéndose dilucidado hasta el («fractura de los chóferes»). Todas estas
paraplejía, siringomielia, etc., y excep- se agrava, como respuesta a violencias zona, sombra que se hace cada vez más no de la rodilla y un síntoma claro de le- presente el derecho de prioridad del fracturas tienen inicialmente formas
cionalmente, en algunos procesos articu- ejercidas con fines terapéuticos. Tanto densa, adquiriendo contornos lineales y sión del mismo cuando es doloroso a la descubrimiento de la narcosis por inha- muy parecidas de manifestarse: dolor
lares de naturaleza reumática o degene- en las maniobras de reducción, como, forma alargada, dando lugar a una ima- presión. lación. intenso, impotencia funcional, hincha-
rativa (miositis osificante paraartrítica). El sobre todo, en las intempestivas movili- gen sumamente característica e incon- Monteggia, GiovGiovanni Battista. Ciruja- Moseley,
Moseley, operación
operación de. 1. Modificación zón y en muchos casos deformación vi-
cuadro, con estas características genera- zaciones pasivas subsiguientes, realiza- fundible (fig. 1). En esta fase definitiva, el no italiano (1762-1815). Describió la técnica de la operación de Bankart para sible, cuyas características dependen
les, fue descrito por primera vez en 1910 das con la finalidad de vencer la limita- codo puede llegar a perder totalmente fractura de la diáfisis cubital acompaña- el tratamiento de la luxación recidivan- del tipo de lesión anatomopatológica.
muñeca 228 229 muñeca

A B contacto con el diafisario (fig. 5). En


ocasiones, la combinación de estas di-
versas modalidades.
Normas generales de tratamiento.
Como en la casi totalidad de las fractu-
ras, se basan en dos objetivos primor-
diales: la reducción y la contención. La
reducción puede lograrse, en la mayo-
ría de los casos, por simples maniobras
externas: tracción sobre la mano y so-
bre el dedo pulgar en dirección axial;
contratracción sobre el brazo con el
codo flexionado; desimpactación, apa-
C lancamiento y presión digital sobre el
fragmento desplazado en el sentido
D
contrario a la dirección del desplaza-
miento. Siempre bajo anestesia, prefe-
rentemente general, por ser la que ga-
rantiza un mayor grado de analgesia y,
sobre todo, de relajación muscular. So-
lamente en caso de estar contraindica-
da, o simplemente por razones de tipo
práctico (tratamientos ambulatorios),
FIG. 3. Fractura polifragmentaria «en T» de la FIG. 6. Fijación por osteotaxis de una fractura encuentra justificación la anestesia lo-
extremidad distal del radio. de la extremidad distal del radio. cal o regional. La contención se obtiene
habitualmente mediante vendaje enye-
sado, con la mano en alineación con el
eje del antebrazo o en flexión e inclina-
ción cubital. Según el grado de inesta-
bilidad de la fractura es necesario in-
cluir en el yeso la base del primer dedo
(con la primera falange) o el codo, en
FIG. 1. Principales formas anatomoclínicas de la fractura de la extremidad distal del radio. A) Fractura de Colles. B) Fractura de Smith. C) Fractura de flexión de 90 grados para evitar los mo-
Barton. D) Fractura de Hutchinson. vimientos de pronosupinación, y en ac-
titud de supinación de la mano, para
evitar la tirantez del supinador largo.
Cualquier intento de movilidad, activa c) fractura marginal de la superficie Siempre se debe dejar libre el movi-
o pasiva tanto de flexoextensión de la articular del radio, o fractura de Barton miento de flexión de los cuatro últimos
mano como de pronosupinación, lo (o de Rhea-Barton) (fig. 1 C); dedos. Solamente en casos excepciona-
mismo que hacer fuerza de prensión d) fractura de la apófisis estiloide ra- les, con gran tendencia al desplaza-
con los dedos, es evitado cuidadosa- dial, o fractura de Hutchinson (fig. 1 D). miento secundario, encuentran indica-
mente por el interesado. El cuadro, en a) Fractura de Colles. Es la más fre- ción los métodos de transfixión ósea de
general, deja pocas dudas sobre la exis- cuente de todas la fracturas de la muñe- los metacarpianos y de los huesos del
FIG. 7. Fijación por atornillado de los fragmen- antebrazo, con clavos de Steinmann o
tencia de un traumatismo importante de ca (aproximadamente el 20 % de las
FIG. 4. Fractura de Colles no desplazada. tos epifisarios entre sí en una fractura «en T».
la muñeca que reclama una asistencia fracturas de todo el esqueleto), con má- agujas de Kirschner, que se incorporan
urgente. Su tratamiento, sin embargo, xima incidencia en las edades avan- al vendaje enyesado. En la actualidad
depende del tipo anatomopatológico zadas. pecto al del antebrazo, en el plano fron- adquieren cada vez mayor difusión los
de la fractura, que sólo puede precisar- Mecanismo de producción. Casi en to- tal (fig. 2). El trazo de fractura suele ser métodos de osteotaxis por medio de fi-
se por el examen radiográfico, y que dos los casos es el impacto recibido so- único y orientado transversalmente jaciones externas a base de agujas in-
obliga a distinguir las variedades que a bre la palma, en el intento de parar el (fracturas de Colles simple, extraarticu- troducidas por un lado en los metacar-
continuación se describen. golpe de la caída con la mano extendi- lar), pero puede ser múltiple, con un pianos y por otro en los huesos del
Clasificación anatomopatológica. Las da, según ha sido dicho anteriormente. segmento en dirección longitudinal, antebrazo.
modalidades anatomoclínicas más fre- Anatomía patológica. Lo más caracterís- que llega hasta la articulación (fracturas Fijación quirúrgica del foco. Encuentra
cuentes y que es necesario estudiar por tico desde este punto de vista es la des- complejas, plurifragmentarias, intraarti- indicación en fracturas irreductibles, de
separado son las siguientes: viación del fragmento distal hacia la culares o «en T» (fig. 3), o puede dar lu- difícil contención o fracturas plurifrag-
a) fractura de Colles (o de Pouteau- cara dorsal del antebrazo, y la deforma- gar a verdaderos estallidos de la epífisis mentarias «en T», y en general tratán-
Colles) con desviación del fragmento ción típica «en dorso de tenedor» de la radial, en forma de fracturas conminu- dose de sujetos jóvenes. Puede recu-
distal hacia el lado dorsal, o «fractura muñeca (fig. 1 A). Es también frecuente tas. El desplazamiento entre los frag- rrirse en tales casos a los siguientes
por hiperextensión» (fig. 1 A); el empotramiento del fragmento diafisa- mentos puede ser de diverso orden: mí- medios: 1) Transfixión transcutánea
b) fractura de Smith (o de Goyrand- rio en el fragmento distal, dando lugar a FIG. 2. Fractura de Colles empotrada. Acorta- nimo (fig. 4), empotramiento mutuo, con clavo de Steinmann introducido
Smith), con desplazamiento del frag- un acortamiento relativo del radio, y la miento relativo del radio respecto al cúbito. desviación angular sin pérdida de con- oblicuamente a través del fragmento
mento distal hacia la cara palmar, o deformidad, también muy característica Desviación «en bayoneta» del eje de la mano FIG. 5. Fractura de Colles muy desplazada, tacto (fig. 1 A), o luxación posterior del distal, por la apófisis estiloides del ra-
«fractura por hiperflexión» (fig. 1 B); «en bayoneta», del eje de la mano res- respecto al del antebrazo. con pérdida de contacto entre los fragmentos. fragmento distal con pérdida total de dio y clavado en la cortical opuesta del
muñeca 228 229 muñeca

A B contacto con el diafisario (fig. 5). En


ocasiones, la combinación de estas di-
versas modalidades.
Normas generales de tratamiento.
Como en la casi totalidad de las fractu-
ras, se basan en dos objetivos primor-
diales: la reducción y la contención. La
reducción puede lograrse, en la mayo-
ría de los casos, por simples maniobras
externas: tracción sobre la mano y so-
bre el dedo pulgar en dirección axial;
contratracción sobre el brazo con el
codo flexionado; desimpactación, apa-
C lancamiento y presión digital sobre el
fragmento desplazado en el sentido
D
contrario a la dirección del desplaza-
miento. Siempre bajo anestesia, prefe-
rentemente general, por ser la que ga-
rantiza un mayor grado de analgesia y,
sobre todo, de relajación muscular. So-
lamente en caso de estar contraindica-
da, o simplemente por razones de tipo
práctico (tratamientos ambulatorios),
FIG. 3. Fractura polifragmentaria «en T» de la FIG. 6. Fijación por osteotaxis de una fractura encuentra justificación la anestesia lo-
extremidad distal del radio. de la extremidad distal del radio. cal o regional. La contención se obtiene
habitualmente mediante vendaje enye-
sado, con la mano en alineación con el
eje del antebrazo o en flexión e inclina-
ción cubital. Según el grado de inesta-
bilidad de la fractura es necesario in-
cluir en el yeso la base del primer dedo
(con la primera falange) o el codo, en
FIG. 1. Principales formas anatomoclínicas de la fractura de la extremidad distal del radio. A) Fractura de Colles. B) Fractura de Smith. C) Fractura de flexión de 90 grados para evitar los mo-
Barton. D) Fractura de Hutchinson. vimientos de pronosupinación, y en ac-
titud de supinación de la mano, para
evitar la tirantez del supinador largo.
Cualquier intento de movilidad, activa c) fractura marginal de la superficie Siempre se debe dejar libre el movi-
o pasiva tanto de flexoextensión de la articular del radio, o fractura de Barton miento de flexión de los cuatro últimos
mano como de pronosupinación, lo (o de Rhea-Barton) (fig. 1 C); dedos. Solamente en casos excepciona-
mismo que hacer fuerza de prensión d) fractura de la apófisis estiloide ra- les, con gran tendencia al desplaza-
con los dedos, es evitado cuidadosa- dial, o fractura de Hutchinson (fig. 1 D). miento secundario, encuentran indica-
mente por el interesado. El cuadro, en a) Fractura de Colles. Es la más fre- ción los métodos de transfixión ósea de
general, deja pocas dudas sobre la exis- cuente de todas la fracturas de la muñe- los metacarpianos y de los huesos del
FIG. 7. Fijación por atornillado de los fragmen- antebrazo, con clavos de Steinmann o
tencia de un traumatismo importante de ca (aproximadamente el 20 % de las
FIG. 4. Fractura de Colles no desplazada. tos epifisarios entre sí en una fractura «en T».
la muñeca que reclama una asistencia fracturas de todo el esqueleto), con má- agujas de Kirschner, que se incorporan
urgente. Su tratamiento, sin embargo, xima incidencia en las edades avan- al vendaje enyesado. En la actualidad
depende del tipo anatomopatológico zadas. pecto al del antebrazo, en el plano fron- adquieren cada vez mayor difusión los
de la fractura, que sólo puede precisar- Mecanismo de producción. Casi en to- tal (fig. 2). El trazo de fractura suele ser métodos de osteotaxis por medio de fi-
se por el examen radiográfico, y que dos los casos es el impacto recibido so- único y orientado transversalmente jaciones externas a base de agujas in-
obliga a distinguir las variedades que a bre la palma, en el intento de parar el (fracturas de Colles simple, extraarticu- troducidas por un lado en los metacar-
continuación se describen. golpe de la caída con la mano extendi- lar), pero puede ser múltiple, con un pianos y por otro en los huesos del
Clasificación anatomopatológica. Las da, según ha sido dicho anteriormente. segmento en dirección longitudinal, antebrazo.
modalidades anatomoclínicas más fre- Anatomía patológica. Lo más caracterís- que llega hasta la articulación (fracturas Fijación quirúrgica del foco. Encuentra
cuentes y que es necesario estudiar por tico desde este punto de vista es la des- complejas, plurifragmentarias, intraarti- indicación en fracturas irreductibles, de
separado son las siguientes: viación del fragmento distal hacia la culares o «en T» (fig. 3), o puede dar lu- difícil contención o fracturas plurifrag-
a) fractura de Colles (o de Pouteau- cara dorsal del antebrazo, y la deforma- gar a verdaderos estallidos de la epífisis mentarias «en T», y en general tratán-
Colles) con desviación del fragmento ción típica «en dorso de tenedor» de la radial, en forma de fracturas conminu- dose de sujetos jóvenes. Puede recu-
distal hacia el lado dorsal, o «fractura muñeca (fig. 1 A). Es también frecuente tas. El desplazamiento entre los frag- rrirse en tales casos a los siguientes
por hiperextensión» (fig. 1 A); el empotramiento del fragmento diafisa- mentos puede ser de diverso orden: mí- medios: 1) Transfixión transcutánea
b) fractura de Smith (o de Goyrand- rio en el fragmento distal, dando lugar a FIG. 2. Fractura de Colles empotrada. Acorta- nimo (fig. 4), empotramiento mutuo, con clavo de Steinmann introducido
Smith), con desplazamiento del frag- un acortamiento relativo del radio, y la miento relativo del radio respecto al cúbito. desviación angular sin pérdida de con- oblicuamente a través del fragmento
mento distal hacia la cara palmar, o deformidad, también muy característica Desviación «en bayoneta» del eje de la mano FIG. 5. Fractura de Colles muy desplazada, tacto (fig. 1 A), o luxación posterior del distal, por la apófisis estiloides del ra-
«fractura por hiperflexión» (fig. 1 B); «en bayoneta», del eje de la mano res- respecto al del antebrazo. con pérdida de contacto entre los fragmentos. fragmento distal con pérdida total de dio y clavado en la cortical opuesta del
muñeca 230 231 muñeca

A B duce, a nivel de la muñeca, por un es- con ella la reducción de los fragmentos,
fuerzo cizallante de atrás adelante, que a base simplemente de colocar la mano
desplaza el fragmento distal del radio, en la posición adecuada, en la cual la
junto a la mano, hacia la cara palmar del primera fila del carpo se apoya sobre la
antebrazo (fig. 9). Anatomía patológica. zona conservada de la superficie articu-
La principal característica anatomopato- lar del radio. Algunas fracturas margina-
lógica de estas fracturas, y la que las les anteriores, parecidas a las de Smith,
identifica, es la que ya se ha dicho: el y como ellas difíciles de contener, de-
desplazamiento hacia la cara palmar del ben ser tratadas por medio de una placa
fragmento distal. El trazo de fractura es atornillada aplicada por vía palmar
casi siempre transversal, aunque tam- (fig. 11).
bién puede ser oblicuo, y en ocasiones d) Fractura de la apófisis estiloides del
llegar hasta la línea articular. También radio o fractura de Hutchinson (fig. 1 D).
puede ser múltiple, como en las fractu- Llamada también «fractura de los chó-
FIG. 11. Fijación del fragmento palmar mediante placa en T atornillada y aplicada por la cara pal-
ras de Colles. El desplazamiento de los feres», por producirse frecuentemente
mar, según los principios de la AO, en una fractura marginal anterior desplazada.
fragmentos es, en general, menos pro- por el retroceso de la manivela al poner
nunciado que en el de Colles, y pocas en marcha el motor de los coches anti-
veces llega a una pérdida completa de guos, aunque, lógicamente, puede pro-
contacto entre los mismos, pero en ge- ducirla igualmente cualquier golpe
neral es, sin embargo, peor tolerado. seco sobre el talón de la mano. Sus ca-
Normas generales de tratamiento. La re- racterísticas anatomopatológicas que-
FIG. 8. Osteosíntesis AO de una fractura de Colles plurifragmentaria mediante placa en T atornillada. ducción se efectúa por maniobras de dan incluidas en su misma definición.
tracción, contratracción, apalancamien- El tamaño del fragmento de la apófisis
fragmento diafisario (De Palma, 1952) tremidad inferior del radio por hiperfle- to y presión digital sobre los fragmentos estiloides radial fracturado puede variar
xión. Menos frecuente que la fractura de desplazados, en forma análoga a la re- de unos casos a otros, lo mismo que su
Colles (aproximadamente el 7 % de to- ducción del Colles. En cuanto a la con- desplazamiento respecto al radio. En
das las fracturas de la extremidad infe- tención rigen los mismos principios —o fracturas con gran fragmento desplaza-
rior del radio), con mayor incidencia en muy parecidos— a los de las fracturas do puede producirse una luxación o sub-
niños y adultos jóvenes. Se diferencia por hiperextensión. Con una diferencia luxación lateral del carpo (fig. 12). Las
principalmente de ellas en que el frag- importante: en las fracturas de Smith tie- manifestaciones clínicas (el dolor y de-
mento distal se desplaza hacia el lado nen más cabida, a juzgar por la biblio- más síntomas locales) pueden ser de es-
palmar del antebrazo. La deformación grafía, los procedimientos de osteosínte- casa entidad y confundirse inicialmente FIG. 12. Fractura de la apófisis estiloides del radio muy desplazada, con subluxación lateral del car-
de la muñeca es la contraria, por tanto, sis con placa atornillada, aplicada por con simples «esguinces» de la muñeca. po y fijación del fragmento estiloideo mediante agujas de Kirschner transfixiantes.
FIG. 9. Mecanismo de producción de las frac- de la que se observa en la fractura de vía palmar, que en otras fracturas de la Este error es fácil de evitar teniendo en
turas «por hiperflexión» o de Smith. La mano Colles (fig. 1 B). extremidad inferior del radio. Probable- cuenta el tipo de traumatismo causal, y
mente por ser más difícil la contención recordando que estas fracturas se pro- inferior del radio. La más temible, y por los casos tratados ambulatoriamente, pre-
queda fijada al suelo en la caída, mientras el Mecanismo de producción. El desplaza-
cuerpo es proyectado hacia delante. con yeso y evitar con ella los desplaza- ducen siempre por un mecanismo di- desgracia una de las más frecuentes, es venir insistentemente a los interesados so-
miento hacia la cara palmar parece su-
gerir un mecanismo de flexión forzada mientos secundarios, y ser éstos, como recto (golpe de una cierta violencia) y la compresión a cargo de un yeso exce- bre el riesgo de una compresión del yeso
de la muñeca, por una violencia ejerci- se ha dicho, peor tolerados. nunca por el movimiento forzado que sivamente apretado, y los trastornos y la necesidad de actuar con urgencia en
da sobre el dorso de la mano, como cau- c) Fracturas marginales o fracturas de provocan los esguinces. En cualquier consiguientes de la circulación arterial caso de presentarse.
sa de estas fracturas, que por algo se lla- Barton. Son fracturas del margen ante- caso, la radiografía permite establecer y, sobre todo, venosa: edema de la Luxaciones de la articulación radio-
man «de hiperflexión». Así es posible rior o posterior de la superficie articular el diagnóstico con muy poco margen de mano y de los dedos, frialdad, cianosis. cubital inferior. Es una lesión relativa-
que ocurra con los golpes directos reci- del radio, acompañadas de la luxación o error. El tratamiento puede limitarse, en Las consecuencias tardías de este la- mente frecuente en asociación a otras
bidos sobre el dorso de la mano en al- subluxación del carpo junto al fragmen- los casos de un fragmento pequeño o mentable descuido en el tratamiento lesiones del esqueleto de la muñeca,
gunos traumatismos graves. Pero para to marginal desprendido, siendo, por no desplazado, con la simple inmovili- son la distrofia ósea tipo Sudeck, la rigi- pero más bien rara como lesión aislada.
aplicar esta misma explicación a las tanto, luxación-fracturas (fig. 10). El me- zación en muñequera escayolada. dez dolorosa de los dedos y la dificultad Sin embargo, la mayoría de autores pa-
simples caídas al suelo (que es la causa canismo de producción es el mismo, o Cuando el desplazamiento es mayor, la o imposibilidad de lograr el cierre com- recen coincidir en la opinión de que
más frecuente de estas fracturas) habría muy parecido, al de las fraturas de Co- reduccion puede obtenerse por manio- pleto del puño, cuando no ocurren co- probablemente es más frecuente de lo
FIG. 10. Fractura de Barton, con fragmento sas peores (síndrome isquémico, retrac- que registran, habitualmente, las esta-
que suponer que el golpe se recibe so- lles o las de Smith. Es decir, caídas sobre bras de tracción sobre la mano, inclina-
marginal anterior muy desplazado y subluxa- ción de Volkmann). Otra complicación dísticas, debido a que no todos los ca-
ción palmar del carpo. bre el dorso de la mano. Y así lo suponía la mano en las que actúa un componen- ción cubital de la misma y presión digi-
el propio Smith en la primera descrip- te dinámico de impulso del cuerpo ha- tal sobre el fragmento de la estiloides, precoz con la que hay que contar es el sos son diagnosticados.
ción de las fracturas que hoy llevan su cia delante, quedando la mano fija al seguida igualmente de un yeso antebra- desplazamiento secundario de los frag- Mecanismo de producción. No está sufi-
nombre, en 1854. Sin embargo, la caída suelo. quial. En los casos de un gran fragmen- mentos dentro del yeso, después de una cientemente claro, si bien parece que
(fig. 6). Vendaje de yeso adicional. Re- al suelo parando el golpe con el dorso Principales formas anatomopatológicas. to desplazado que comprometa la esta- reducción satisfactoriamente lograda, con puede atribuirse, al menos en la mayoría
tirada del clavo a los dos meses. 2) Os- de la mano no es la forma más habitual La fractura marginal (y con ella la luxa- bilidad del carpo y amenace con una la consecuencia ulterior, si no se reme- de los casos, a un movimiento forzado de
teosíntesis mediante tornillo para la fi- de caerse, y hay que admitir por tanto ción del carpo) puede ser posterior o an- luxación lateral del mismo, la conten- dian oportunamente, de callos viciosos, supinación y, sobre todo, de pronación,
jación entre sí de los dos fragmentos otra explicación más verosímil. La otra terior. Esta última es muy parecida a la ción debe hacerse mediante una o dos deformidad y defectos de alineación de la que sobrepasa los límites normales de
epifisarios, en las fracturas «en T» (fig. 7). explicación más verosímil —y más sen- fractura de Smith, y de hecho muchos agujas de Kirschner introducidas percu- mano, etc. La manera de evitar estas com- este movimiento (figs. 13 y 14).
3) Osteosíntesis mediante placas en T cilla— presupone la caída sobre la autores utilizan indistintamente un táneamente, atravesando el fragmento plicaciones es, como se comprende, la Anatomía patológica. Se admite en ge-
entre los fragmentos epifisarios y la diá- mano extendida, fijando la palma en el nombre u otro para definirlas. Normas estiloideo y fijándolo a la metáfisis del cuidadosa vigilancia del caso, las radio- neral que existen dos formas de luxa-
fisis, según técnica preconizada por la suelo mientras el cuerpo es proyectado generales de tratamiento. La reducción radio (fig. 12). grafías de control repetidas y frecuentes, y ción radiocubital inferior. La luxación
AO (fig. 8). hacia delante, como es lo habitual en las manual de la luxación del carpo se logra Posibles complicaciones en el trata- en caso necesario la modificación del dorsal y la palmar, según la cabeza del
b) Fractura de Smith, fractura de la ex- caídas producidas al correr, y que se tra- siempre, o casi siempre, sin dificultad, y miento de las fracturas de la extremidad yeso o incluso del tipo de tratamiento. En cúbito se desplace hacia atrás o hacia
muñeca 230 231 muñeca

A B duce, a nivel de la muñeca, por un es- con ella la reducción de los fragmentos,
fuerzo cizallante de atrás adelante, que a base simplemente de colocar la mano
desplaza el fragmento distal del radio, en la posición adecuada, en la cual la
junto a la mano, hacia la cara palmar del primera fila del carpo se apoya sobre la
antebrazo (fig. 9). Anatomía patológica. zona conservada de la superficie articu-
La principal característica anatomopato- lar del radio. Algunas fracturas margina-
lógica de estas fracturas, y la que las les anteriores, parecidas a las de Smith,
identifica, es la que ya se ha dicho: el y como ellas difíciles de contener, de-
desplazamiento hacia la cara palmar del ben ser tratadas por medio de una placa
fragmento distal. El trazo de fractura es atornillada aplicada por vía palmar
casi siempre transversal, aunque tam- (fig. 11).
bién puede ser oblicuo, y en ocasiones d) Fractura de la apófisis estiloides del
llegar hasta la línea articular. También radio o fractura de Hutchinson (fig. 1 D).
puede ser múltiple, como en las fractu- Llamada también «fractura de los chó-
FIG. 11. Fijación del fragmento palmar mediante placa en T atornillada y aplicada por la cara pal-
ras de Colles. El desplazamiento de los feres», por producirse frecuentemente
mar, según los principios de la AO, en una fractura marginal anterior desplazada.
fragmentos es, en general, menos pro- por el retroceso de la manivela al poner
nunciado que en el de Colles, y pocas en marcha el motor de los coches anti-
veces llega a una pérdida completa de guos, aunque, lógicamente, puede pro-
contacto entre los mismos, pero en ge- ducirla igualmente cualquier golpe
neral es, sin embargo, peor tolerado. seco sobre el talón de la mano. Sus ca-
Normas generales de tratamiento. La re- racterísticas anatomopatológicas que-
FIG. 8. Osteosíntesis AO de una fractura de Colles plurifragmentaria mediante placa en T atornillada. ducción se efectúa por maniobras de dan incluidas en su misma definición.
tracción, contratracción, apalancamien- El tamaño del fragmento de la apófisis
fragmento diafisario (De Palma, 1952) tremidad inferior del radio por hiperfle- to y presión digital sobre los fragmentos estiloides radial fracturado puede variar
xión. Menos frecuente que la fractura de desplazados, en forma análoga a la re- de unos casos a otros, lo mismo que su
Colles (aproximadamente el 7 % de to- ducción del Colles. En cuanto a la con- desplazamiento respecto al radio. En
das las fracturas de la extremidad infe- tención rigen los mismos principios —o fracturas con gran fragmento desplaza-
rior del radio), con mayor incidencia en muy parecidos— a los de las fracturas do puede producirse una luxación o sub-
niños y adultos jóvenes. Se diferencia por hiperextensión. Con una diferencia luxación lateral del carpo (fig. 12). Las
principalmente de ellas en que el frag- importante: en las fracturas de Smith tie- manifestaciones clínicas (el dolor y de-
mento distal se desplaza hacia el lado nen más cabida, a juzgar por la biblio- más síntomas locales) pueden ser de es-
palmar del antebrazo. La deformación grafía, los procedimientos de osteosínte- casa entidad y confundirse inicialmente FIG. 12. Fractura de la apófisis estiloides del radio muy desplazada, con subluxación lateral del car-
de la muñeca es la contraria, por tanto, sis con placa atornillada, aplicada por con simples «esguinces» de la muñeca. po y fijación del fragmento estiloideo mediante agujas de Kirschner transfixiantes.
FIG. 9. Mecanismo de producción de las frac- de la que se observa en la fractura de vía palmar, que en otras fracturas de la Este error es fácil de evitar teniendo en
turas «por hiperflexión» o de Smith. La mano Colles (fig. 1 B). extremidad inferior del radio. Probable- cuenta el tipo de traumatismo causal, y
mente por ser más difícil la contención recordando que estas fracturas se pro- inferior del radio. La más temible, y por los casos tratados ambulatoriamente, pre-
queda fijada al suelo en la caída, mientras el Mecanismo de producción. El desplaza-
cuerpo es proyectado hacia delante. con yeso y evitar con ella los desplaza- ducen siempre por un mecanismo di- desgracia una de las más frecuentes, es venir insistentemente a los interesados so-
miento hacia la cara palmar parece su-
gerir un mecanismo de flexión forzada mientos secundarios, y ser éstos, como recto (golpe de una cierta violencia) y la compresión a cargo de un yeso exce- bre el riesgo de una compresión del yeso
de la muñeca, por una violencia ejerci- se ha dicho, peor tolerados. nunca por el movimiento forzado que sivamente apretado, y los trastornos y la necesidad de actuar con urgencia en
da sobre el dorso de la mano, como cau- c) Fracturas marginales o fracturas de provocan los esguinces. En cualquier consiguientes de la circulación arterial caso de presentarse.
sa de estas fracturas, que por algo se lla- Barton. Son fracturas del margen ante- caso, la radiografía permite establecer y, sobre todo, venosa: edema de la Luxaciones de la articulación radio-
man «de hiperflexión». Así es posible rior o posterior de la superficie articular el diagnóstico con muy poco margen de mano y de los dedos, frialdad, cianosis. cubital inferior. Es una lesión relativa-
que ocurra con los golpes directos reci- del radio, acompañadas de la luxación o error. El tratamiento puede limitarse, en Las consecuencias tardías de este la- mente frecuente en asociación a otras
bidos sobre el dorso de la mano en al- subluxación del carpo junto al fragmen- los casos de un fragmento pequeño o mentable descuido en el tratamiento lesiones del esqueleto de la muñeca,
gunos traumatismos graves. Pero para to marginal desprendido, siendo, por no desplazado, con la simple inmovili- son la distrofia ósea tipo Sudeck, la rigi- pero más bien rara como lesión aislada.
aplicar esta misma explicación a las tanto, luxación-fracturas (fig. 10). El me- zación en muñequera escayolada. dez dolorosa de los dedos y la dificultad Sin embargo, la mayoría de autores pa-
simples caídas al suelo (que es la causa canismo de producción es el mismo, o Cuando el desplazamiento es mayor, la o imposibilidad de lograr el cierre com- recen coincidir en la opinión de que
más frecuente de estas fracturas) habría muy parecido, al de las fraturas de Co- reduccion puede obtenerse por manio- pleto del puño, cuando no ocurren co- probablemente es más frecuente de lo
FIG. 10. Fractura de Barton, con fragmento sas peores (síndrome isquémico, retrac- que registran, habitualmente, las esta-
que suponer que el golpe se recibe so- lles o las de Smith. Es decir, caídas sobre bras de tracción sobre la mano, inclina-
marginal anterior muy desplazado y subluxa- ción de Volkmann). Otra complicación dísticas, debido a que no todos los ca-
ción palmar del carpo. bre el dorso de la mano. Y así lo suponía la mano en las que actúa un componen- ción cubital de la misma y presión digi-
el propio Smith en la primera descrip- te dinámico de impulso del cuerpo ha- tal sobre el fragmento de la estiloides, precoz con la que hay que contar es el sos son diagnosticados.
ción de las fracturas que hoy llevan su cia delante, quedando la mano fija al seguida igualmente de un yeso antebra- desplazamiento secundario de los frag- Mecanismo de producción. No está sufi-
nombre, en 1854. Sin embargo, la caída suelo. quial. En los casos de un gran fragmen- mentos dentro del yeso, después de una cientemente claro, si bien parece que
(fig. 6). Vendaje de yeso adicional. Re- al suelo parando el golpe con el dorso Principales formas anatomopatológicas. to desplazado que comprometa la esta- reducción satisfactoriamente lograda, con puede atribuirse, al menos en la mayoría
tirada del clavo a los dos meses. 2) Os- de la mano no es la forma más habitual La fractura marginal (y con ella la luxa- bilidad del carpo y amenace con una la consecuencia ulterior, si no se reme- de los casos, a un movimiento forzado de
teosíntesis mediante tornillo para la fi- de caerse, y hay que admitir por tanto ción del carpo) puede ser posterior o an- luxación lateral del mismo, la conten- dian oportunamente, de callos viciosos, supinación y, sobre todo, de pronación,
jación entre sí de los dos fragmentos otra explicación más verosímil. La otra terior. Esta última es muy parecida a la ción debe hacerse mediante una o dos deformidad y defectos de alineación de la que sobrepasa los límites normales de
epifisarios, en las fracturas «en T» (fig. 7). explicación más verosímil —y más sen- fractura de Smith, y de hecho muchos agujas de Kirschner introducidas percu- mano, etc. La manera de evitar estas com- este movimiento (figs. 13 y 14).
3) Osteosíntesis mediante placas en T cilla— presupone la caída sobre la autores utilizan indistintamente un táneamente, atravesando el fragmento plicaciones es, como se comprende, la Anatomía patológica. Se admite en ge-
entre los fragmentos epifisarios y la diá- mano extendida, fijando la palma en el nombre u otro para definirlas. Normas estiloideo y fijándolo a la metáfisis del cuidadosa vigilancia del caso, las radio- neral que existen dos formas de luxa-
fisis, según técnica preconizada por la suelo mientras el cuerpo es proyectado generales de tratamiento. La reducción radio (fig. 12). grafías de control repetidas y frecuentes, y ción radiocubital inferior. La luxación
AO (fig. 8). hacia delante, como es lo habitual en las manual de la luxación del carpo se logra Posibles complicaciones en el trata- en caso necesario la modificación del dorsal y la palmar, según la cabeza del
b) Fractura de Smith, fractura de la ex- caídas producidas al correr, y que se tra- siempre, o casi siempre, sin dificultad, y miento de las fracturas de la extremidad yeso o incluso del tipo de tratamiento. En cúbito se desplace hacia atrás o hacia
muñeca 232 233 muñeca

Semilunar 7 %

Pisiforme 1 %
Escafoides 65 %

Piramidal 20 % Trapecio 3 %

Hueso ganchoso 1 %

Hueso grande 2 %
Trapezoides 1 %

FIG. 17. Mecanismo de producción de las


fracturas del escafoides por efecto flexor sobre
FIG. 16. Frecuencia relativa de las fracturas de los distintos huesos del carpo (datos aproximados). el mismo.

SUPINACIÓN PRONACIÓN
Ligamento toria como única medida resolutiva. Sin en los adultos jóvenes varones, con clara un traumatismo de muñeca, aunque
Ligamento
radiocubital anterior
radiocubital posterior
embargo, la conveniencia de llevarla o preferencia por la mano derecha. Las for- en apariencia sea insignificante. Es ne-
no a cabo debe supeditarse a la impor- mas bilaterales son excepcionales. cesario tener presente que el diagnósti-
tancia de las molestias que causa y a las Mecanismo de producción. El más fre- co radiográfico no siempre es fácil de es-
exigencias funcionales del interesado: cuente es la caída sobre la mano en tablecer, y la fractura puede no ser
los métodos operatorios son fundamen- extensión, como en la mayoría de los detectada en las radiografías practicadas
talmente dos: traumatismos de la muñeca. Pueden pro- en las dos proyecciones convenciona-
1) La fijación de la extremidad inferior ducirse también por otros mecanismos, les, anteroposterior y perfil. Ello exige,
del cúbito mediante plastias ligamento- como por ejemplo el golpe del mango de en primer lugar, hacer siempre radiogra-
Cartílago sas de diversa índole, casi todas basadas una raqueta o un bate de béisbol, recibi- fías comparativas de las dos muñecas, y
Ligamento triangular Ligamento
radiocubital posterior radiocubital anterior en el empleo del tendón de uno de los do sobre el talón de la mano. segundo, recurrir a proyecciones espe-
FIG. 14. Presumibles lesiones ligamentosas de músculos cubitales. Estas operaciones Anatomía patológica. La fractura de un ciales: anteroposterior palmar, dorsal y
FIG. 13. Representación esquemática de los movimientos normales de pronosupinación, mostran- la articulación radiocubital inferior en las luxa- tienen el serio inconveniente de ser, por hueso del carpo puede presentarse como oblicuas, así como de perfil, oblicuas,
do las relaciones entre sí de las extremidades distales del cúbito y del radio, así como la participación ciones producidas por mecanismo de prona- lo general, de una complejidad despro- una lesión aislada. Lo más frecuente, sin en posición neutra de la mano y en ex-
en los mismos de los ligamentos radiocubitales. ción forzada. porcionada a la escasa entidad clínica embargo, es que se asocie a otras lesio- tensión, flexión e inclinación lateral de
del proceso, y por lo mismo muy ex- nes, principalmente las luxaciones del la misma. Es muy conveniente realizar
puestas al fracaso. carpo (véase más adelante). esta exploración mediante radioscopia
delante respecto al radio. Sin embargo, cúbito en el dorso de la muñeca. 2) La resección de la extremidad lu- Sintomatología. El dolor es el síntoma previa en pantalla fluorescente, por ser
de estas dos formas la más frecuente y la Tratamiento. Las luxaciones dorsales xada del cúbito, mediante osteotomía más importante y el que pone, en gene- lo único que permite, muchas veces, ha-
que por ello reviste un interés clínico es agudas completas, cuando son diagnos- en bisel. Operación en extremo sencilla ral, sobre la pista de una posible lesión cer coincidir el plano de incidencia de
la dorsal. Este tipo de luxación parece ticadas a tiempo, deben ser reducidas y de resultados que pueden considerar- fracturaria de la muñeca. Sin embargo, los rayos con el de la fractura.
responder a un mecanismo de prona- por maniobras adecuadas. Consisten se seguros. No requiere ninguna medi- en muchas fracturas de estos huesos el Fracturas del escafoides. Son las más fre-
ción forzada (fig. 14). Para que se pro- fundamentalmente en realizar una pre- da de inmovilización posoperatoria. dolor puede ser de poca entidad, hasta cuentes de todas las fracturas del carpo.
duzca la luxación es necesario que se sión digital enérgica (bajo anestesia, Fracturas y luxaciones de los huesos el punto de que algunas de ellas pueden Son también las más importantes, desde
desgarren, al menos en parte, los liga- preferentemente general) sobre el ex- del carpo quedar inicialmente sin diagnosticar, y el punto de vista clínico, por la posibili-
Ligamento
mentos de esta articulación, que son, tremo luxado del cúbito, seguida de in- Generalidades. Principales caracteres co- sólo son descubiertas tardíamente, al dad de secuelas crónicas (necrosis del
radiocubital
anterior recuérdese, el cartílago triangular y los mediato, sin dejar de presionar sobre el munes. Todos los huesos del carpo pue- buscar la causa de una persistente limi- fragmento proximal o seudoartrosis) que
ligamentos radiocubitales, anterior y cúbito, de un movimiento de supina- den fracturarse como consecuencia de tación dolorosa de los movimientos de limitan la función de la muñeca y la uti-
posterior (figs. 14 y 15). ción igualmente enérgico. La reducción un traumatismo de muñeca. La fractura la muñeca. En ocasiones, pero no siem- lización normal de la mano. Pueden
Sintomatología. En general, es poco lla- debe percibirse por un chasquido muy más frecuente, y la de mayor significado pre, es posible identificar el hueso frac- producirse en todas la edades, con má-
mativa, lo que concuerda con el hecho claro, y debe ir seguida de la aplicación clínico, es la del escafoides (aproximada- turado por el dolor localizado a la pal- xima incidencia en los adultos jóvenes
de que muchas de estas lesiones que- de una muñequera escayolada durante mente un 70 % de todas las fracturas del pación. La hinchazón, las actitudes varones y en la mano derecha.
den sin diagnosticar y sin tratar. En al- un período mínimo de cuatro semanas, carpo, según un cómputo global de las antiálgicas, la deformación de la muñe- Mecanismos de producción. El más fre-
gunos casos es motivo de dolor en los para evitar posibles recidivas, dada la estadísticas publicadas), seguida de la pi- ca, etc., son —o pueden ser— síntomas cuente es la caída parando el golpe con
movimientos de la muñeca (en especial probabilidad de que existan lesiones li- ramidal, que viene a sumar un 20 % del acompañantes del dolor y de la limita- la mano extendida. En estas condiciones,
Cartílago
triangular
los de pronación o supinación) y al ha- gamentosas importantes. En los casos total de las fracturas carpianas. Las de los ción dolorosa de la movilidad. el escafoides es sometido a un esfuerzo
cer fuerza prensora con la mano. En las antiguos o inveterados no es posible, ló- demás huesos del carpo son mucho más Diagnóstico. Sólo puede establecerse flexor entre su porción proximal, solida-
FIG. 15. Medios de unión entre la extremidad luxaciones dorsales de una cierta enti- gicamente, lograr una reducción esta- raras. Su frecuencia relativa queda refle- con la necesaria seguridad y precisión ria al radio, y su porción distal, solidaria
distal del radio y la del cúbito, vistos por su cara dad resulta muy aparente el relieve de ble por maniobras externas, y se plantea jada (con datos aproximados) en la figu- mediante la exploración radiográfica, a la segunda fila del carpo, quebrándose
anterior. la extremidad inferior desplazada del la indicación de una reducción opera- ra 16. Su máxima incidencia se observa la cual no debe omitirse nunca ante por su parte más estrecha, porción cen-
muñeca 232 233 muñeca

Semilunar 7 %

Pisiforme 1 %
Escafoides 65 %

Piramidal 20 % Trapecio 3 %

Hueso ganchoso 1 %

Hueso grande 2 %
Trapezoides 1 %

FIG. 17. Mecanismo de producción de las


fracturas del escafoides por efecto flexor sobre
FIG. 16. Frecuencia relativa de las fracturas de los distintos huesos del carpo (datos aproximados). el mismo.

SUPINACIÓN PRONACIÓN
Ligamento toria como única medida resolutiva. Sin en los adultos jóvenes varones, con clara un traumatismo de muñeca, aunque
Ligamento
radiocubital anterior
radiocubital posterior
embargo, la conveniencia de llevarla o preferencia por la mano derecha. Las for- en apariencia sea insignificante. Es ne-
no a cabo debe supeditarse a la impor- mas bilaterales son excepcionales. cesario tener presente que el diagnósti-
tancia de las molestias que causa y a las Mecanismo de producción. El más fre- co radiográfico no siempre es fácil de es-
exigencias funcionales del interesado: cuente es la caída sobre la mano en tablecer, y la fractura puede no ser
los métodos operatorios son fundamen- extensión, como en la mayoría de los detectada en las radiografías practicadas
talmente dos: traumatismos de la muñeca. Pueden pro- en las dos proyecciones convenciona-
1) La fijación de la extremidad inferior ducirse también por otros mecanismos, les, anteroposterior y perfil. Ello exige,
del cúbito mediante plastias ligamento- como por ejemplo el golpe del mango de en primer lugar, hacer siempre radiogra-
Cartílago sas de diversa índole, casi todas basadas una raqueta o un bate de béisbol, recibi- fías comparativas de las dos muñecas, y
Ligamento triangular Ligamento
radiocubital posterior radiocubital anterior en el empleo del tendón de uno de los do sobre el talón de la mano. segundo, recurrir a proyecciones espe-
FIG. 14. Presumibles lesiones ligamentosas de músculos cubitales. Estas operaciones Anatomía patológica. La fractura de un ciales: anteroposterior palmar, dorsal y
FIG. 13. Representación esquemática de los movimientos normales de pronosupinación, mostran- la articulación radiocubital inferior en las luxa- tienen el serio inconveniente de ser, por hueso del carpo puede presentarse como oblicuas, así como de perfil, oblicuas,
do las relaciones entre sí de las extremidades distales del cúbito y del radio, así como la participación ciones producidas por mecanismo de prona- lo general, de una complejidad despro- una lesión aislada. Lo más frecuente, sin en posición neutra de la mano y en ex-
en los mismos de los ligamentos radiocubitales. ción forzada. porcionada a la escasa entidad clínica embargo, es que se asocie a otras lesio- tensión, flexión e inclinación lateral de
del proceso, y por lo mismo muy ex- nes, principalmente las luxaciones del la misma. Es muy conveniente realizar
puestas al fracaso. carpo (véase más adelante). esta exploración mediante radioscopia
delante respecto al radio. Sin embargo, cúbito en el dorso de la muñeca. 2) La resección de la extremidad lu- Sintomatología. El dolor es el síntoma previa en pantalla fluorescente, por ser
de estas dos formas la más frecuente y la Tratamiento. Las luxaciones dorsales xada del cúbito, mediante osteotomía más importante y el que pone, en gene- lo único que permite, muchas veces, ha-
que por ello reviste un interés clínico es agudas completas, cuando son diagnos- en bisel. Operación en extremo sencilla ral, sobre la pista de una posible lesión cer coincidir el plano de incidencia de
la dorsal. Este tipo de luxación parece ticadas a tiempo, deben ser reducidas y de resultados que pueden considerar- fracturaria de la muñeca. Sin embargo, los rayos con el de la fractura.
responder a un mecanismo de prona- por maniobras adecuadas. Consisten se seguros. No requiere ninguna medi- en muchas fracturas de estos huesos el Fracturas del escafoides. Son las más fre-
ción forzada (fig. 14). Para que se pro- fundamentalmente en realizar una pre- da de inmovilización posoperatoria. dolor puede ser de poca entidad, hasta cuentes de todas las fracturas del carpo.
duzca la luxación es necesario que se sión digital enérgica (bajo anestesia, Fracturas y luxaciones de los huesos el punto de que algunas de ellas pueden Son también las más importantes, desde
desgarren, al menos en parte, los liga- preferentemente general) sobre el ex- del carpo quedar inicialmente sin diagnosticar, y el punto de vista clínico, por la posibili-
Ligamento
mentos de esta articulación, que son, tremo luxado del cúbito, seguida de in- Generalidades. Principales caracteres co- sólo son descubiertas tardíamente, al dad de secuelas crónicas (necrosis del
radiocubital
anterior recuérdese, el cartílago triangular y los mediato, sin dejar de presionar sobre el munes. Todos los huesos del carpo pue- buscar la causa de una persistente limi- fragmento proximal o seudoartrosis) que
ligamentos radiocubitales, anterior y cúbito, de un movimiento de supina- den fracturarse como consecuencia de tación dolorosa de los movimientos de limitan la función de la muñeca y la uti-
posterior (figs. 14 y 15). ción igualmente enérgico. La reducción un traumatismo de muñeca. La fractura la muñeca. En ocasiones, pero no siem- lización normal de la mano. Pueden
Sintomatología. En general, es poco lla- debe percibirse por un chasquido muy más frecuente, y la de mayor significado pre, es posible identificar el hueso frac- producirse en todas la edades, con má-
mativa, lo que concuerda con el hecho claro, y debe ir seguida de la aplicación clínico, es la del escafoides (aproximada- turado por el dolor localizado a la pal- xima incidencia en los adultos jóvenes
de que muchas de estas lesiones que- de una muñequera escayolada durante mente un 70 % de todas las fracturas del pación. La hinchazón, las actitudes varones y en la mano derecha.
den sin diagnosticar y sin tratar. En al- un período mínimo de cuatro semanas, carpo, según un cómputo global de las antiálgicas, la deformación de la muñe- Mecanismos de producción. El más fre-
gunos casos es motivo de dolor en los para evitar posibles recidivas, dada la estadísticas publicadas), seguida de la pi- ca, etc., son —o pueden ser— síntomas cuente es la caída parando el golpe con
movimientos de la muñeca (en especial probabilidad de que existan lesiones li- ramidal, que viene a sumar un 20 % del acompañantes del dolor y de la limita- la mano extendida. En estas condiciones,
Cartílago
triangular
los de pronación o supinación) y al ha- gamentosas importantes. En los casos total de las fracturas carpianas. Las de los ción dolorosa de la movilidad. el escafoides es sometido a un esfuerzo
cer fuerza prensora con la mano. En las antiguos o inveterados no es posible, ló- demás huesos del carpo son mucho más Diagnóstico. Sólo puede establecerse flexor entre su porción proximal, solida-
FIG. 15. Medios de unión entre la extremidad luxaciones dorsales de una cierta enti- gicamente, lograr una reducción esta- raras. Su frecuencia relativa queda refle- con la necesaria seguridad y precisión ria al radio, y su porción distal, solidaria
distal del radio y la del cúbito, vistos por su cara dad resulta muy aparente el relieve de ble por maniobras externas, y se plantea jada (con datos aproximados) en la figu- mediante la exploración radiográfica, a la segunda fila del carpo, quebrándose
anterior. la extremidad inferior desplazada del la indicación de una reducción opera- ra 16. Su máxima incidencia se observa la cual no debe omitirse nunca ante por su parte más estrecha, porción cen-
muñeca 234 235 muñeca

A B A B

C D
FIG. 18. Mecanismo de producción de las
fracturas del escafoides por cizallamiento del
radio contra el suelo, en las caídas sobre la
mano en hiperextensión y en desviación radial.

tral o talle (fig. 17). En ocasiones, esta FIG. 21. Osteosíntesis con tornillo en el trata- FIG. 22. Tratamiento de las seudoartrosis del escafoides mediante aplicación de un injerto a modo
misma caída con la mano extendida miento de las fracturas longitudinales del cuer- de puente entre los fragmentos. A) Estiloidectomía radial para facilitar el acceso operatorio al esca-
pero inclinada hacia el lado radial pro- po del escafoides. foides. B) Introducción del injerto en el lecho previamente labrado en el escafoides.
duce un efecto de cizallamiento entre
dos fuerzas paralelas actuando en senti-
do contrario: el radio, que actúa de arri- E queda comprometida en ningún caso. 5) Las fracturas de trazo longitudinal, to son totalmente nulas. El único trata-
ba abajo, y la resistencia del terreno, que Sintomatología y diagnóstico. Los sínto- por cizallamiento, desplazadas o muy miento posible ante esta situación es la
lo hace en sentido opuesto (fig. 18). De mas iniciales en las fracturas recientes inestables, mediante reducción y atorni- extirpación del fragmento necrosado y
esta forma se producen las fracturas de no se diferencian en nada —o muy llado de los fragmentos (fig. 21), comple- su sustitución por una pieza de silastic, o
trazo longitudinal, llamadas también de poco— de los de todos los traumatis- tado con un vendaje escayolado posope- la artrodesis del carpo.
cizallamiento, en general desplazadas e mos de la muñeca. El dolor a la presión ratorio. En cualquier caso, el tratamiento 2) Seudoartrosis del escafoides. Sus
inestables. FIG. 19. Modalidades anatomopatológicas de localizado sobre el escafoides puede inmovilizador debe durar de 6 a 10 se- causas pueden ser mecánicas, por una
Anatomía patológica. La clasificación fracturas del escafoides, según el trazo de las ser un signo distintivo en algunos casos. manas. inmovilización insuficiente del foco de-
anatomoclínica de estas lesiones puede mismas. A) Fractura transversal a nivel del ter- El diagnóstico, en cualquiera de ellos, Complicaciones más frecuentes de las bida a la falta de tratamiento o un trata-
establecerse de acuerdo a la situación y cio medio. B) Fractura intraarticular del polo tiene que establecerse por el examen fracturas de escafoides. miento inadecuado, o vasculares, por la
distal. C) Fractura extraarticular del polo distal. radiográfico, en las condiciones que an- 1) Necrosis del fragmento proximal. deficiente vascularización del fragmen-
dirección del trazo de fractura (fig. 19).
D) Fractura del polo proximal. E) Fractura lon-
Es lo que condiciona en gran medida su gitudinal, por cizallamiento.
teriormente han sido señaladas. Las causas de esta complicación ya han to proximal. También por ambos facto-
evolución, pronóstico y tratamiento de Normas generales de tratamiento. En sido descritas. Su sintomatología se ca- res a la vez. La sintomatología consiste,
estas lesiones-fractura, por favorecer el términos generales puede afirmarse que racteriza, fundamentalmente, por la rea- principalmente, en la persistencia del
desplazamiento entre los fragmentos A B todas las fracturas del escafoides pueden parición del dolor, después de haber de- dolor a nivel de la muñeca, pero las ca-
(fracturas de trazo longitudinal) o por la ser tratadas por procedimientos conser- sapararecido o de un período de mejoría racterísticas del mismo pueden ser muy
posibilidad de interferir en la vasculari- vadores a base de reposo e inmoviliza- progresiva. Tales síntomas suelen obser- distintas en las seudoartrosis de causa
zación de uno de ellos (véase más ade- ción, con la única excepción de las de varse entre los dos y tres meses después mecánica y las de origen vascular. Las
lante). El desplazamiento de los frag- trazo longitudinal, que requieren, por lo del accidente causal. En la fase inicial, primeras pueden ser poco dolorosas o
mentos, en las fracturas de escafoides, regular, una osteosíntesis a tornillo. La la radiología puede ser negativa. Los incluso indoloras. A la larga, cada uno
es en general mínimo. Apenas plantea pauta general de tratamiento puede es- primeros signos radiográficos aparecen de los fragmentos se comporta como un
problemas de reducción y no interfiere, tablecerse en los siguientes términos: después de este período y se caracteri- hueso aislado y se manifiesta en las ra-
o interfiere muy poco, en el proceso de 1) Las fracturas extraarticulares del zan por una mayor condensación ósea diografías como un escafoides bipartito,
consolidación, con excepción de las polo distal. Pueden curar con simple re- del fragmento proximal. Antes de apare- prácticamente asintomático. Las segun-
fracturas longitudinales o por cizalla- poso, sin que sea imprescindible el ven- cer este signo, en el período prerradio-ló- das, por el contrario, acostumbran ser
miento. Relación entre el trazo de frac- daje de escayola. gico, la gammagrafía ósea puede aportar muy dolorosas e invalidantes, con limi-
tura y la vascularización del escafoides. 2) Las fracturas del polo distal intraar- datos positivos a favor del diagnóstico de tación dolorosa de la fuerza prensora de
Las arterias del escafoides proceden de C ticulares pueden ser tratadas por una necrosis. la mano y pérdida progresiva de los mo-
la radial y penetran en el hueso por su muñequera de yeso que incluya el me- Posibilidades de evolución y de trata- vimientos de la muñeca.
lado externo y por su cara dorsal y pal- tacarpo y la base del primer dedo. miento. Inicialmente, el fragmento ne- El tratamiento puede orientarse en tres
mar, a nivel de su porción central. El nú- 3) Las fracturas transversales y oblicuas crosado conserva sus contornos norma- sentidos distintos: 1) Prolongar la inmo-
mero, localización respecto al hueso y del tercio medio, no desplazadas y esta- les. En esta situación es posible todavía vilización en vendaje escayolado, es de-
puntos de penetración en el mismo va- bles, poco dolorosas, igualmente median- una revascularización a expensas de va- cir, tratando la seudoartrosis como un
rían de unos casos a otros, ofreciendo te una muñequera escayolada, como las sos procedentes del fragmento no necro- retardo de consolidación. 2) Injerto
distintas posibilidades de interrupción FIG. 20. Variedades de la vascularización ar- anteriores. sado y a beneficio de una inmovilización óseo entre los dos fragmentos, aplicado
terial del escafoides, vistas por la cara dorsal y
del aporte sanguíneo a uno de los frag- 4) Las fracturas transversales y obli- rigurosa del foco. En caso de no revascu- por la cara externa del hueso. La ejecu-
diversas posibilidades de interrupción del
mentos por la línea de fractura (fig. 20). aporte sanguíneo y de necrosis del fragmento
cuas del tercio medio, con tendencia a larizarse, se produce secundariamente ción técnica de esta medida requiere
Esta posibilidad afecta exclusivamente proximal, según el trazo de fractura. (No están desplazarse o muy dolorosas, con yeso un aplastamiento y deformación del frag- muchas veces una estiloidectomía del
al segmento proximal del hueso, y nunca al representadas en los dibujos las arterias pal- que incluya el codo, para evitar los mo- mento necrosado, cuyas posibilidades radio para disponer de una vía de acce-
segmento distal, cuya vascularización no mares.) vimientos de pronosupinación. de revitalización a partir de ese momen- so y campo suficiente de actuación so-
muñeca 234 235 muñeca

A B A B

C D
FIG. 18. Mecanismo de producción de las
fracturas del escafoides por cizallamiento del
radio contra el suelo, en las caídas sobre la
mano en hiperextensión y en desviación radial.

tral o talle (fig. 17). En ocasiones, esta FIG. 21. Osteosíntesis con tornillo en el trata- FIG. 22. Tratamiento de las seudoartrosis del escafoides mediante aplicación de un injerto a modo
misma caída con la mano extendida miento de las fracturas longitudinales del cuer- de puente entre los fragmentos. A) Estiloidectomía radial para facilitar el acceso operatorio al esca-
pero inclinada hacia el lado radial pro- po del escafoides. foides. B) Introducción del injerto en el lecho previamente labrado en el escafoides.
duce un efecto de cizallamiento entre
dos fuerzas paralelas actuando en senti-
do contrario: el radio, que actúa de arri- E queda comprometida en ningún caso. 5) Las fracturas de trazo longitudinal, to son totalmente nulas. El único trata-
ba abajo, y la resistencia del terreno, que Sintomatología y diagnóstico. Los sínto- por cizallamiento, desplazadas o muy miento posible ante esta situación es la
lo hace en sentido opuesto (fig. 18). De mas iniciales en las fracturas recientes inestables, mediante reducción y atorni- extirpación del fragmento necrosado y
esta forma se producen las fracturas de no se diferencian en nada —o muy llado de los fragmentos (fig. 21), comple- su sustitución por una pieza de silastic, o
trazo longitudinal, llamadas también de poco— de los de todos los traumatis- tado con un vendaje escayolado posope- la artrodesis del carpo.
cizallamiento, en general desplazadas e mos de la muñeca. El dolor a la presión ratorio. En cualquier caso, el tratamiento 2) Seudoartrosis del escafoides. Sus
inestables. FIG. 19. Modalidades anatomopatológicas de localizado sobre el escafoides puede inmovilizador debe durar de 6 a 10 se- causas pueden ser mecánicas, por una
Anatomía patológica. La clasificación fracturas del escafoides, según el trazo de las ser un signo distintivo en algunos casos. manas. inmovilización insuficiente del foco de-
anatomoclínica de estas lesiones puede mismas. A) Fractura transversal a nivel del ter- El diagnóstico, en cualquiera de ellos, Complicaciones más frecuentes de las bida a la falta de tratamiento o un trata-
establecerse de acuerdo a la situación y cio medio. B) Fractura intraarticular del polo tiene que establecerse por el examen fracturas de escafoides. miento inadecuado, o vasculares, por la
distal. C) Fractura extraarticular del polo distal. radiográfico, en las condiciones que an- 1) Necrosis del fragmento proximal. deficiente vascularización del fragmen-
dirección del trazo de fractura (fig. 19).
D) Fractura del polo proximal. E) Fractura lon-
Es lo que condiciona en gran medida su gitudinal, por cizallamiento.
teriormente han sido señaladas. Las causas de esta complicación ya han to proximal. También por ambos facto-
evolución, pronóstico y tratamiento de Normas generales de tratamiento. En sido descritas. Su sintomatología se ca- res a la vez. La sintomatología consiste,
estas lesiones-fractura, por favorecer el términos generales puede afirmarse que racteriza, fundamentalmente, por la rea- principalmente, en la persistencia del
desplazamiento entre los fragmentos A B todas las fracturas del escafoides pueden parición del dolor, después de haber de- dolor a nivel de la muñeca, pero las ca-
(fracturas de trazo longitudinal) o por la ser tratadas por procedimientos conser- sapararecido o de un período de mejoría racterísticas del mismo pueden ser muy
posibilidad de interferir en la vasculari- vadores a base de reposo e inmoviliza- progresiva. Tales síntomas suelen obser- distintas en las seudoartrosis de causa
zación de uno de ellos (véase más ade- ción, con la única excepción de las de varse entre los dos y tres meses después mecánica y las de origen vascular. Las
lante). El desplazamiento de los frag- trazo longitudinal, que requieren, por lo del accidente causal. En la fase inicial, primeras pueden ser poco dolorosas o
mentos, en las fracturas de escafoides, regular, una osteosíntesis a tornillo. La la radiología puede ser negativa. Los incluso indoloras. A la larga, cada uno
es en general mínimo. Apenas plantea pauta general de tratamiento puede es- primeros signos radiográficos aparecen de los fragmentos se comporta como un
problemas de reducción y no interfiere, tablecerse en los siguientes términos: después de este período y se caracteri- hueso aislado y se manifiesta en las ra-
o interfiere muy poco, en el proceso de 1) Las fracturas extraarticulares del zan por una mayor condensación ósea diografías como un escafoides bipartito,
consolidación, con excepción de las polo distal. Pueden curar con simple re- del fragmento proximal. Antes de apare- prácticamente asintomático. Las segun-
fracturas longitudinales o por cizalla- poso, sin que sea imprescindible el ven- cer este signo, en el período prerradio-ló- das, por el contrario, acostumbran ser
miento. Relación entre el trazo de frac- daje de escayola. gico, la gammagrafía ósea puede aportar muy dolorosas e invalidantes, con limi-
tura y la vascularización del escafoides. 2) Las fracturas del polo distal intraar- datos positivos a favor del diagnóstico de tación dolorosa de la fuerza prensora de
Las arterias del escafoides proceden de C ticulares pueden ser tratadas por una necrosis. la mano y pérdida progresiva de los mo-
la radial y penetran en el hueso por su muñequera de yeso que incluya el me- Posibilidades de evolución y de trata- vimientos de la muñeca.
lado externo y por su cara dorsal y pal- tacarpo y la base del primer dedo. miento. Inicialmente, el fragmento ne- El tratamiento puede orientarse en tres
mar, a nivel de su porción central. El nú- 3) Las fracturas transversales y oblicuas crosado conserva sus contornos norma- sentidos distintos: 1) Prolongar la inmo-
mero, localización respecto al hueso y del tercio medio, no desplazadas y esta- les. En esta situación es posible todavía vilización en vendaje escayolado, es de-
puntos de penetración en el mismo va- bles, poco dolorosas, igualmente median- una revascularización a expensas de va- cir, tratando la seudoartrosis como un
rían de unos casos a otros, ofreciendo te una muñequera escayolada, como las sos procedentes del fragmento no necro- retardo de consolidación. 2) Injerto
distintas posibilidades de interrupción FIG. 20. Variedades de la vascularización ar- anteriores. sado y a beneficio de una inmovilización óseo entre los dos fragmentos, aplicado
terial del escafoides, vistas por la cara dorsal y
del aporte sanguíneo a uno de los frag- 4) Las fracturas transversales y obli- rigurosa del foco. En caso de no revascu- por la cara externa del hueso. La ejecu-
diversas posibilidades de interrupción del
mentos por la línea de fractura (fig. 20). aporte sanguíneo y de necrosis del fragmento
cuas del tercio medio, con tendencia a larizarse, se produce secundariamente ción técnica de esta medida requiere
Esta posibilidad afecta exclusivamente proximal, según el trazo de fractura. (No están desplazarse o muy dolorosas, con yeso un aplastamiento y deformación del frag- muchas veces una estiloidectomía del
al segmento proximal del hueso, y nunca al representadas en los dibujos las arterias pal- que incluya el codo, para evitar los mo- mento necrosado, cuyas posibilidades radio para disponer de una vía de acce-
segmento distal, cuya vascularización no mares.) vimientos de pronosupinación. de revitalización a partir de ese momen- so y campo suficiente de actuación so-
muñeca 236 237 muñeca

Fracturas de los demás huesos del carpo. la inmovilización de la muñeca durante igualmente se comprende, en un caso y A B
Consideraciones generales. Mucho me- tres o cuatro semanas en vendaje de es- en otro. En las fracturas extraarticulares
nos frecuentes que las fracturas del esca- cayola (fig. 23). basta con la inmovilización en yeso, sin
foides y algunas de ellas excepcionales. Fracturas del hueso grande. Son muy necesidad de reducción previa ni otras
Su significado clínico, en cuanto a la poco frecuentes. Pero deben ser tenidas maniobras. Por el contrario, las fracturas
gravedad de los síntomas, posibilidades en cuenta como uno de los posibles que afectan a la articulación, y en espe-
evolutivas y posibles consecuencias, es diagnósticos ante un traumatismo de cial en las que uno de los fragmentos
también menor, con la única excepción muñeca de cierta entidad, por su grave- está muy desplazado o invertido, o en
de algunas fracturas poco frecuentes del dad y por la necesidad, muchas veces, las conminutas, se plantea seriamente la
hueso grande y trapecio que pueden de ser tratadas quirúrgicamente. Su me- conveniencia de un tratamiento opera-
causar problemas serios para la función canismo de producción parece ser, en la torio, consistente en la reducción y fija-
de la muñeca o del pulgar y en ocasio- mayoría de los casos, un traumatismo in- ción de los fragmentos, siempre que su
nes sólo pueden ser tratadas operatoria- directo causado por una hiperextensión tamaño lo permita, o su extirpación en
mente. Casi todas estas fracturas obede- forzada y muy pronunciada de la muñe- caso contrario.
FIG. 23. Fractura del piramidal. De trazo ver- cen a los mismos, o muy parecidos, ca en las caídas sobre la mano. Se trata, Luxaciones y luxaciones-fracturas del
tical, según el tipo más corriente. mecanismos de producción responsa- en cualquier caso, de un traumatismo de carpo
bles de todas —o la mayoría— de las le- gran entidad que obliga a una asistencia Características comunes. Son lesiones re-
C
siones traumáticas de la región: hiperex- urgente. Este mismo mecanismo de pro- lativamente frecuentes, producidas, en
tensión de la muñeca en las caídas sobre ducción de la fractura es el que da lugar general, por el mecanismo indirecto ha-
la mano, con escasas diferencias de ma- al componente más grave de la misma: la bitual de todas las lesiones traumáticas de
tiz entre unas y otras, difíciles de esta- rotación de casi 180 grados del fragmen- la muñeca: caída sobre la mano extendi-
blecer y que tiene muy poco interés to proximal (fig. 24). El trazo de fractura, da en dorsiflexión más o menos pronun-
práctico, presentando casi todas ellas, con o sin rotación del fragmento proxi- ciada. Se manifiestan inicialmente por los
en la fase aguda inmediata, una sinto- mal, es siempre transversal, dividiendo el mismos síntomas —o muy parecidos— a
matología muy parecida que no permite cuerpo del hueso grande en dos frag- los de todas ellas, de las cuales es difícil
un diagnóstico clínico diferencial entre mentos de parecido tamaño (figura 25). clínicamente diferenciarlas. Pueden pre- FIG. 26. Reducción a cielo abierto y fijación
unas y otras, el cual sólo puede estable- El tratamiento en los casos no desplaza- sentarse como luxaciones aisladas, o aso- de las fracturas del hueso grande con fragmento
cerse —cuando se puede— por el exa- dos o de escaso desplazamiento puede ciadas a fracturas de los huesos del carpo proximal invertido. A) Incisión sobre el dorso
FIG. 24. Mecanismo de producción de las de la mano. B) Posición de la mano y vía de ac-
men radiográfico. La mayoría responde limitarse a la inmovilización en vendaje de las cuales la más frecuente es la del es-
fracturas del hueso grande y rotación de 180 ceso al foco de fractura. C) Osteosíntesis de los
al mismo tratamiento: inmovilización de escayolado. Cuando existe el desplaza- cafoides, seguida a cierta distancia de la fragmentos con aguja enroscada.
grados del fragmento proximal.
la muñeca en vendaje escayolado y en la miento rotatorio antes señalado, el único del hueso grande. La asociación con las
posición adecuada. Cualquiera de estas tratamiento posible es la reducción y fi- fracturas de los demás huesos carpianos
fracturas puede presentarse como una jación operatoria. El foco de fractura se es excepcional. En cambio, es relativa- A B
lesión aislada. Pero lo más frecuente es aborda a través de una incisión transver- mente frecuente la asociación con una
la asociación con otras lesiones carpia- sal en la cara dorsal de la muñeca, sobre fractura de la extremidad inferior del ra-
nas, como puede ser la fractura de otro el hueso grande y con la mano fuerte- dio. En cualquier caso se trata de lesiones
de sus huesos, la fractura del hueso gran- mente flexionada. El fragmento proximal importantes, que interfieren gravemente
de y del escafoides o, lo que es más co- invertido se coloca en su posición natu- en la función de la mano y que pueden
rriente, una luxación del carpo. Por ral y se fija al fragmento distal mediante dejar como secuela una inestabilidad
ejemplo, la luxación perilunar asociada una aguja transfixiante o clavo (fig. 26). crónica y dolorosa de la muñeca si no
a una fractura del hueso grande. Estas le- Fracturas del trapecio. Son también ra- son tratadas adecuada y oportunamente.
siones son estudiadas con las luxaciones ras, pero su importancia principal reside Es decir, reducidas en los primeros mo-
carpianas. De todas estas fracturas, las en el hecho de que pueden interferir se- mentos e inmovilizadas durante el tiem-
únicas que, en el terreno de la práctica, riamente en la función del pulgar, crean- po necesario.
merecen un breve comentario aparte do una limitación dolorosa para la acti- Principales formas anatomopatológicas.
son las fracturas del piramidal, por su vidad global de la mano. Ello depende, Nomenclatura, definición y precisión
frecuencia relativa, y las del hueso gran- en gran parte, del trazo de fractura, del de conceptos
FIG. 25. Trazo habitual de fractura del hueso
grande, de dirección transversal en su parte de y del trapecio, por sus posibles reper- número de fragmentos y del desplaza- A) Formas fundamentales más fre-
cusiones funcionales y la frecuencia con miento entre los mismos. El trazo en las cuentes: FIG. 27. Formas habituales de fractura del tra-
media. pecio. A) Transversales o «extraarticulares»
que deben ser tratadas quirúrgicamente. fracturas simples (no conminutas) puede 1) Luxación perilunar. Se trata de una
(sin interesar la articulación trapeciometacar-
Fracturas del piramidal. Son las más fre- ser transversal o longitudinal (fig. 27). En luxación de todos los huesos del carpo, piana). B) Longitudinales o intraarticulares.
bre el escafoides fracturado (fig. 22). Ello cuentes de los huesos del carpo des- el primer caso no interesa a la articula- respecto a los del antebrazo, excepto el
la convierte en una operación de alguna pués de las del escafoides, y es proba- ción con el primer metacarpiano y no semilunar, que se mantiene solidario lado palmar (luxación semilunar pal-
importancia, cuyos resultados no siem- ble que su frecuencia sea mayor de lo amenaza, por tanto, a la función del pul- al radio. El desplazamiento de los hue- mar) (fig. 29). el distal es desplazado con el resto del
pre responden a sus propósitos: desapa- que habitualmente se admite, si se tiene gar. Las de trazo longitudinal, por el sos luxados se hace, prácticamente 3) Cualquiera de estas dos formas carpo (luxación perilunar transescafoi-
rición del dolor y recuperación funcio- en cuenta la posibilidad de que muchas contrario, son intraarticulares y, por lo en la totalidad de los casos, hacia el anatomopatológicas fundamentales pue- dea) (fig. 30). En segundo lugar, en or-
nal de la mano en condiciones de ellas queden sin diagnosticar. Se ca- regular, muy desplazadas, con lo que la lado dorsal (luxación perilunar dorsal) de presentarse de forma aislada o aso-
den de frecuencia, el hueso grande. El
satisfactorias. 3) La artrodesis del carpo, racterizan en general por un trazo de articulación carpometacarpiana del pri- (fig. 28). ciada a la fractura de un hueso carpiano
escafoides es también el hueso que más
en casos antiguos, con artrosis secunda- fractura longitudinal, en relación al eje mer dedo queda seriamente comprome- 2) Luxación semilunar. En este caso es (fractura-luxación del carpo). El hueso
ria importante, muy dolorosos e invali- del miembro, sin desplazamiento o mí- tida. Este compromiso es aún mayor, el semilunar el que se luxa mientras los que con más frecuencia se fractura en se fractura en las luxaciones semiluna-
dantes, y en sujetos que necesiten una nimamente desplazada y síntomas poco como se comprende, en las fracturas demás huesos del carpo permanecen en las luxaciones perilunares es el escafoi- res. El fragmento proximal del hueso
mano totalmente indolora para efectuar aparatosos. Curan sin secuelas práctica- conminutas o plurifragmentarias. El tra- su sitio. El desplazamiento del semilu- des, cuyo fragmento proximal permane- fracturado se luxa con el semilunar ha-
trabajos rudos. mente en la totalidad de los casos con tamiento es también muy distinto, como nar luxado se hace siempre hacia el ce solidario con el semilunar, mientras cia el lado palmar de la muñeca (luxa-
muñeca 236 237 muñeca

Fracturas de los demás huesos del carpo. la inmovilización de la muñeca durante igualmente se comprende, en un caso y A B
Consideraciones generales. Mucho me- tres o cuatro semanas en vendaje de es- en otro. En las fracturas extraarticulares
nos frecuentes que las fracturas del esca- cayola (fig. 23). basta con la inmovilización en yeso, sin
foides y algunas de ellas excepcionales. Fracturas del hueso grande. Son muy necesidad de reducción previa ni otras
Su significado clínico, en cuanto a la poco frecuentes. Pero deben ser tenidas maniobras. Por el contrario, las fracturas
gravedad de los síntomas, posibilidades en cuenta como uno de los posibles que afectan a la articulación, y en espe-
evolutivas y posibles consecuencias, es diagnósticos ante un traumatismo de cial en las que uno de los fragmentos
también menor, con la única excepción muñeca de cierta entidad, por su grave- está muy desplazado o invertido, o en
de algunas fracturas poco frecuentes del dad y por la necesidad, muchas veces, las conminutas, se plantea seriamente la
hueso grande y trapecio que pueden de ser tratadas quirúrgicamente. Su me- conveniencia de un tratamiento opera-
causar problemas serios para la función canismo de producción parece ser, en la torio, consistente en la reducción y fija-
de la muñeca o del pulgar y en ocasio- mayoría de los casos, un traumatismo in- ción de los fragmentos, siempre que su
nes sólo pueden ser tratadas operatoria- directo causado por una hiperextensión tamaño lo permita, o su extirpación en
mente. Casi todas estas fracturas obede- forzada y muy pronunciada de la muñe- caso contrario.
FIG. 23. Fractura del piramidal. De trazo ver- cen a los mismos, o muy parecidos, ca en las caídas sobre la mano. Se trata, Luxaciones y luxaciones-fracturas del
tical, según el tipo más corriente. mecanismos de producción responsa- en cualquier caso, de un traumatismo de carpo
bles de todas —o la mayoría— de las le- gran entidad que obliga a una asistencia Características comunes. Son lesiones re-
C
siones traumáticas de la región: hiperex- urgente. Este mismo mecanismo de pro- lativamente frecuentes, producidas, en
tensión de la muñeca en las caídas sobre ducción de la fractura es el que da lugar general, por el mecanismo indirecto ha-
la mano, con escasas diferencias de ma- al componente más grave de la misma: la bitual de todas las lesiones traumáticas de
tiz entre unas y otras, difíciles de esta- rotación de casi 180 grados del fragmen- la muñeca: caída sobre la mano extendi-
blecer y que tiene muy poco interés to proximal (fig. 24). El trazo de fractura, da en dorsiflexión más o menos pronun-
práctico, presentando casi todas ellas, con o sin rotación del fragmento proxi- ciada. Se manifiestan inicialmente por los
en la fase aguda inmediata, una sinto- mal, es siempre transversal, dividiendo el mismos síntomas —o muy parecidos— a
matología muy parecida que no permite cuerpo del hueso grande en dos frag- los de todas ellas, de las cuales es difícil
un diagnóstico clínico diferencial entre mentos de parecido tamaño (figura 25). clínicamente diferenciarlas. Pueden pre- FIG. 26. Reducción a cielo abierto y fijación
unas y otras, el cual sólo puede estable- El tratamiento en los casos no desplaza- sentarse como luxaciones aisladas, o aso- de las fracturas del hueso grande con fragmento
cerse —cuando se puede— por el exa- dos o de escaso desplazamiento puede ciadas a fracturas de los huesos del carpo proximal invertido. A) Incisión sobre el dorso
FIG. 24. Mecanismo de producción de las de la mano. B) Posición de la mano y vía de ac-
men radiográfico. La mayoría responde limitarse a la inmovilización en vendaje de las cuales la más frecuente es la del es-
fracturas del hueso grande y rotación de 180 ceso al foco de fractura. C) Osteosíntesis de los
al mismo tratamiento: inmovilización de escayolado. Cuando existe el desplaza- cafoides, seguida a cierta distancia de la fragmentos con aguja enroscada.
grados del fragmento proximal.
la muñeca en vendaje escayolado y en la miento rotatorio antes señalado, el único del hueso grande. La asociación con las
posición adecuada. Cualquiera de estas tratamiento posible es la reducción y fi- fracturas de los demás huesos carpianos
fracturas puede presentarse como una jación operatoria. El foco de fractura se es excepcional. En cambio, es relativa- A B
lesión aislada. Pero lo más frecuente es aborda a través de una incisión transver- mente frecuente la asociación con una
la asociación con otras lesiones carpia- sal en la cara dorsal de la muñeca, sobre fractura de la extremidad inferior del ra-
nas, como puede ser la fractura de otro el hueso grande y con la mano fuerte- dio. En cualquier caso se trata de lesiones
de sus huesos, la fractura del hueso gran- mente flexionada. El fragmento proximal importantes, que interfieren gravemente
de y del escafoides o, lo que es más co- invertido se coloca en su posición natu- en la función de la mano y que pueden
rriente, una luxación del carpo. Por ral y se fija al fragmento distal mediante dejar como secuela una inestabilidad
ejemplo, la luxación perilunar asociada una aguja transfixiante o clavo (fig. 26). crónica y dolorosa de la muñeca si no
a una fractura del hueso grande. Estas le- Fracturas del trapecio. Son también ra- son tratadas adecuada y oportunamente.
siones son estudiadas con las luxaciones ras, pero su importancia principal reside Es decir, reducidas en los primeros mo-
carpianas. De todas estas fracturas, las en el hecho de que pueden interferir se- mentos e inmovilizadas durante el tiem-
únicas que, en el terreno de la práctica, riamente en la función del pulgar, crean- po necesario.
merecen un breve comentario aparte do una limitación dolorosa para la acti- Principales formas anatomopatológicas.
son las fracturas del piramidal, por su vidad global de la mano. Ello depende, Nomenclatura, definición y precisión
frecuencia relativa, y las del hueso gran- en gran parte, del trazo de fractura, del de conceptos
FIG. 25. Trazo habitual de fractura del hueso
grande, de dirección transversal en su parte de y del trapecio, por sus posibles reper- número de fragmentos y del desplaza- A) Formas fundamentales más fre-
cusiones funcionales y la frecuencia con miento entre los mismos. El trazo en las cuentes: FIG. 27. Formas habituales de fractura del tra-
media. pecio. A) Transversales o «extraarticulares»
que deben ser tratadas quirúrgicamente. fracturas simples (no conminutas) puede 1) Luxación perilunar. Se trata de una
(sin interesar la articulación trapeciometacar-
Fracturas del piramidal. Son las más fre- ser transversal o longitudinal (fig. 27). En luxación de todos los huesos del carpo, piana). B) Longitudinales o intraarticulares.
bre el escafoides fracturado (fig. 22). Ello cuentes de los huesos del carpo des- el primer caso no interesa a la articula- respecto a los del antebrazo, excepto el
la convierte en una operación de alguna pués de las del escafoides, y es proba- ción con el primer metacarpiano y no semilunar, que se mantiene solidario lado palmar (luxación semilunar pal-
importancia, cuyos resultados no siem- ble que su frecuencia sea mayor de lo amenaza, por tanto, a la función del pul- al radio. El desplazamiento de los hue- mar) (fig. 29). el distal es desplazado con el resto del
pre responden a sus propósitos: desapa- que habitualmente se admite, si se tiene gar. Las de trazo longitudinal, por el sos luxados se hace, prácticamente 3) Cualquiera de estas dos formas carpo (luxación perilunar transescafoi-
rición del dolor y recuperación funcio- en cuenta la posibilidad de que muchas contrario, son intraarticulares y, por lo en la totalidad de los casos, hacia el anatomopatológicas fundamentales pue- dea) (fig. 30). En segundo lugar, en or-
nal de la mano en condiciones de ellas queden sin diagnosticar. Se ca- regular, muy desplazadas, con lo que la lado dorsal (luxación perilunar dorsal) de presentarse de forma aislada o aso-
den de frecuencia, el hueso grande. El
satisfactorias. 3) La artrodesis del carpo, racterizan en general por un trazo de articulación carpometacarpiana del pri- (fig. 28). ciada a la fractura de un hueso carpiano
escafoides es también el hueso que más
en casos antiguos, con artrosis secunda- fractura longitudinal, en relación al eje mer dedo queda seriamente comprome- 2) Luxación semilunar. En este caso es (fractura-luxación del carpo). El hueso
ria importante, muy dolorosos e invali- del miembro, sin desplazamiento o mí- tida. Este compromiso es aún mayor, el semilunar el que se luxa mientras los que con más frecuencia se fractura en se fractura en las luxaciones semiluna-
dantes, y en sujetos que necesiten una nimamente desplazada y síntomas poco como se comprende, en las fracturas demás huesos del carpo permanecen en las luxaciones perilunares es el escafoi- res. El fragmento proximal del hueso
mano totalmente indolora para efectuar aparatosos. Curan sin secuelas práctica- conminutas o plurifragmentarias. El tra- su sitio. El desplazamiento del semilu- des, cuyo fragmento proximal permane- fracturado se luxa con el semilunar ha-
trabajos rudos. mente en la totalidad de los casos con tamiento es también muy distinto, como nar luxado se hace siempre hacia el ce solidario con el semilunar, mientras cia el lado palmar de la muñeca (luxa-
muñeca 238 239 muñeca

A B A B A

C
FIG. 28. Luxación perilunar dorsal del carpo. FIG. 31. A) Luxación escafolunar, secundaria a una luxación perilunar reducida, por rotura de los
ligamentos escafolunares. Separación anormal entre el semilunar y el escafoides. Rotación del esca-
foides sobre su propio eje longitudinal. B) Fijación de los dos huesos entre sí mediante aguja enros-
cada, previa reducción que con frecuencia tiene que ser quirúrgica.

como complicación secundaria de una menos de una semana de evolución). Las FIG. 34. Diferentes tipos de luxación palmar
luxación perilunar o semilunar, después luxaciones con fractura pueden ser del semilunar, según el grado de rotación del
de reducida, como consecuencia de la igualmente tratadas en ocasiones —pero mismo, que condicionan las posibilidades de la
rotura de la unión ligamentosa entre el no siempre— por reducción incruenta reducción manual. A) Escasamente rotado. Po-
semilunar y el escafoides (fig. 31). Poco manual. Normas fundamentales de ac- sibilidades favorables de reducción. B) Media-
frecuente, pero no excepcional. tuación. En cualquier caso la reducción FIG. 32. Maniobra de reducción de las luxaciones perilunares. A) Tracción sobre la mano en senti- namente rotado. Reducción posible pero difí-
2) Luxación perilunar palmar. Es ex- debe hacerse bajo anestesia profunda do axial y presión digital sobre el hueso grande luxado. B) Movimiento de flexión dorsal de la mano cil. C) Muy rotado y desplazado. Reducción
para completar y asegurar la reducción. manual imposible o muy difícil.
FIG. 29. Luxación palmar del semilunar. cepcional. (preferentemente general) y relajación
3) Luxación retroescafoperilunar. Es lo muscular completa. Las maniobras de re-
mismo que la luxación perilunar con ducción propiamente dicha consisten ciones se encuentran con frecuencia las
A B luxaciones con fracturas del escafoides y
fractura del escafoides, pero sin fractura fundamentalmente en una tracción so-
de este último hueso. Dicho de otra for- bre la mano en el sentido axial, suficien- las luxaciones escafolunares. Las prime-
ras deben ser tratadas quirúrgicamente
ma: luxación dorsal de todos los huesos temente enérgica y mantenida durante
por los procedimientos descritos en el
del carpo, excepto el semilunar y el es- un tiempo prolongado (varios minutos)
apartado correspondiente a las fracturas
cafoides, que permanecen solidarios para lograr el máximo espacio posible
aisladas del escafoides. En cuanto a las
con el radio. Es excepcional. entre los huesos luxados. Con la tracción
luxaciones escafolunares, suele ser sufi-
4) Las luxaciones de otros huesos del axial, en las condiciones antedichas, es
ciente la fijación entre los dos huesos
carpo (pisiforme, trapecio, etc.) son del posible lograr en ocasiones la reducción
mediante aguja percutánea de Kirschner
todo excepcionales. espontánea, o casi espontánea, de la lu-
enroscada (fig. 31).
Sintomatología y diagnóstico. El cuadro xación. En caso contrario, es necesario Normas generales de táctica operatoria.
clínico en todas estas lesiones es en ge- completar esta maniobra con una pre- La reducción a cielo abierto debe hacer-
neral muy aparatoso, obligando al inte- sión digital sobre los huesos luxados, se por las incisiones que permitan el ac-
resado a buscar una asistencia urgente. acompañada de los movimientos de fle- ceso a la primera fila del carpo y sobre
El dolor es intenso y la impotencia fun- xión y extensión de la muñeca mientras los huesos luxados. Por vía dorsal en el
cional muy acusada. En algunos casos, se mantiene la tracción (figs. 32 y 33). caso de las luxaciones perilunares y por
FIG. 30. Luxación perilunar con fractura del como en el de las luxaciones periluna- 2) Tratamiento quirúrgico. Indicacio- vía palmar en las semilunares. La osteo-
escafoides (luxación perilunar transescafoidea). res, puede apreciarse una deformación nes generales. síntesis de los huesos carpianos fractura-
importante de la mano, en «dorso de te- a) Las luxaciones o fracturas-luxacio- dos debe hacerse siguiendo las líneas
nedor», ensanchada y acortada. Pero en nes de más de una semana de duración descritas en el apartado correspondiente
ción semilunar transescafoidea). Las general estos síntomas iniciales no per- sin reducir. a los mismos. En algunos casos (luxacio-
fracturas de la extremidad inferior del miten formular un diagnóstico de la le- b) Obviamente, las luxaciones de cual- nes escafolunares) es suficiente la fija-
radio, con luxación o subluxación de la sión anatomopatológica, que sólo puede quier tipo que no se reduzcan por manio- ción transitoria con aguja de Kirschner
primera fila del carpo, son estudiadas establecerse con la necesaria precisión bras externas, o que resulten difíciles de transcutánea.
en el apartado destinado a estas lesio- mediante el examen radiográfico. reducir. Una prudente medida de tipo muñón (del francés moignon). Porción de
nes de la muñeca. Normas generales de tratamiento práctico, muy aconsejable ante esta even- un miembro amputado, comprendida
B) Formas poco frecuentes o excep- 1) Tratamiento conservador. Indica- tualidad, consiste en no iniciar nunca un entre la superficie de sección y la arti-
cionales: ciones generales. Las luxaciones aisla- intento de reducción manual sin estar pre- culación inmediata.
1) Luxación escafolunar. Pérdida de das (no acompañadas de fracturas) tanto parados para continuarla, en caso necesa- Murra
Murray, operación
operación de. Procedimiento
contacto y separación entre el semilu- perilunares como semilunares pueden rio, por vía operatoria (fig. 34). operatorio para el tratamiento de las
nar y el escafoides, con rotación de este ser tratadas, en la generalidad de los ca- c) Las luxaciones o luxación-fractura FIG. 33. Maniobra de reducción de las fracturas palmares del semilunar. A) Tracción en sentido seudoartrosis de escafoides, que consis-
último sobre sí mismo. No se produce sos, mediante reducción manual, siem- que después de reducidas no queden su- axial sobre la mano y presión digital sobre el semilunar luxado. B) Posición de flexión palmar, que te en la introducción de un injerto óseo
nunca de forma primaria aislada, sino pre que se trate de lesiones recientes (de ficientemente estables. En estas condi- permite «acomodarse» al hueso reducido. por vía extraarticular.
muñeca 238 239 muñeca

A B A B A

C
FIG. 28. Luxación perilunar dorsal del carpo. FIG. 31. A) Luxación escafolunar, secundaria a una luxación perilunar reducida, por rotura de los
ligamentos escafolunares. Separación anormal entre el semilunar y el escafoides. Rotación del esca-
foides sobre su propio eje longitudinal. B) Fijación de los dos huesos entre sí mediante aguja enros-
cada, previa reducción que con frecuencia tiene que ser quirúrgica.

como complicación secundaria de una menos de una semana de evolución). Las FIG. 34. Diferentes tipos de luxación palmar
luxación perilunar o semilunar, después luxaciones con fractura pueden ser del semilunar, según el grado de rotación del
de reducida, como consecuencia de la igualmente tratadas en ocasiones —pero mismo, que condicionan las posibilidades de la
rotura de la unión ligamentosa entre el no siempre— por reducción incruenta reducción manual. A) Escasamente rotado. Po-
semilunar y el escafoides (fig. 31). Poco manual. Normas fundamentales de ac- sibilidades favorables de reducción. B) Media-
frecuente, pero no excepcional. tuación. En cualquier caso la reducción FIG. 32. Maniobra de reducción de las luxaciones perilunares. A) Tracción sobre la mano en senti- namente rotado. Reducción posible pero difí-
2) Luxación perilunar palmar. Es ex- debe hacerse bajo anestesia profunda do axial y presión digital sobre el hueso grande luxado. B) Movimiento de flexión dorsal de la mano cil. C) Muy rotado y desplazado. Reducción
para completar y asegurar la reducción. manual imposible o muy difícil.
FIG. 29. Luxación palmar del semilunar. cepcional. (preferentemente general) y relajación
3) Luxación retroescafoperilunar. Es lo muscular completa. Las maniobras de re-
mismo que la luxación perilunar con ducción propiamente dicha consisten ciones se encuentran con frecuencia las
A B luxaciones con fracturas del escafoides y
fractura del escafoides, pero sin fractura fundamentalmente en una tracción so-
de este último hueso. Dicho de otra for- bre la mano en el sentido axial, suficien- las luxaciones escafolunares. Las prime-
ras deben ser tratadas quirúrgicamente
ma: luxación dorsal de todos los huesos temente enérgica y mantenida durante
por los procedimientos descritos en el
del carpo, excepto el semilunar y el es- un tiempo prolongado (varios minutos)
apartado correspondiente a las fracturas
cafoides, que permanecen solidarios para lograr el máximo espacio posible
aisladas del escafoides. En cuanto a las
con el radio. Es excepcional. entre los huesos luxados. Con la tracción
luxaciones escafolunares, suele ser sufi-
4) Las luxaciones de otros huesos del axial, en las condiciones antedichas, es
ciente la fijación entre los dos huesos
carpo (pisiforme, trapecio, etc.) son del posible lograr en ocasiones la reducción
mediante aguja percutánea de Kirschner
todo excepcionales. espontánea, o casi espontánea, de la lu-
enroscada (fig. 31).
Sintomatología y diagnóstico. El cuadro xación. En caso contrario, es necesario Normas generales de táctica operatoria.
clínico en todas estas lesiones es en ge- completar esta maniobra con una pre- La reducción a cielo abierto debe hacer-
neral muy aparatoso, obligando al inte- sión digital sobre los huesos luxados, se por las incisiones que permitan el ac-
resado a buscar una asistencia urgente. acompañada de los movimientos de fle- ceso a la primera fila del carpo y sobre
El dolor es intenso y la impotencia fun- xión y extensión de la muñeca mientras los huesos luxados. Por vía dorsal en el
cional muy acusada. En algunos casos, se mantiene la tracción (figs. 32 y 33). caso de las luxaciones perilunares y por
FIG. 30. Luxación perilunar con fractura del como en el de las luxaciones periluna- 2) Tratamiento quirúrgico. Indicacio- vía palmar en las semilunares. La osteo-
escafoides (luxación perilunar transescafoidea). res, puede apreciarse una deformación nes generales. síntesis de los huesos carpianos fractura-
importante de la mano, en «dorso de te- a) Las luxaciones o fracturas-luxacio- dos debe hacerse siguiendo las líneas
nedor», ensanchada y acortada. Pero en nes de más de una semana de duración descritas en el apartado correspondiente
ción semilunar transescafoidea). Las general estos síntomas iniciales no per- sin reducir. a los mismos. En algunos casos (luxacio-
fracturas de la extremidad inferior del miten formular un diagnóstico de la le- b) Obviamente, las luxaciones de cual- nes escafolunares) es suficiente la fija-
radio, con luxación o subluxación de la sión anatomopatológica, que sólo puede quier tipo que no se reduzcan por manio- ción transitoria con aguja de Kirschner
primera fila del carpo, son estudiadas establecerse con la necesaria precisión bras externas, o que resulten difíciles de transcutánea.
en el apartado destinado a estas lesio- mediante el examen radiográfico. reducir. Una prudente medida de tipo muñón (del francés moignon). Porción de
nes de la muñeca. Normas generales de tratamiento práctico, muy aconsejable ante esta even- un miembro amputado, comprendida
B) Formas poco frecuentes o excep- 1) Tratamiento conservador. Indica- tualidad, consiste en no iniciar nunca un entre la superficie de sección y la arti-
cionales: ciones generales. Las luxaciones aisla- intento de reducción manual sin estar pre- culación inmediata.
1) Luxación escafolunar. Pérdida de das (no acompañadas de fracturas) tanto parados para continuarla, en caso necesa- Murra
Murray, operación
operación de. Procedimiento
contacto y separación entre el semilu- perilunares como semilunares pueden rio, por vía operatoria (fig. 34). operatorio para el tratamiento de las
nar y el escafoides, con rotación de este ser tratadas, en la generalidad de los ca- c) Las luxaciones o luxación-fractura FIG. 33. Maniobra de reducción de las fracturas palmares del semilunar. A) Tracción en sentido seudoartrosis de escafoides, que consis-
último sobre sí mismo. No se produce sos, mediante reducción manual, siem- que después de reducidas no queden su- axial sobre la mano y presión digital sobre el semilunar luxado. B) Posición de flexión palmar, que te en la introducción de un injerto óseo
nunca de forma primaria aislada, sino pre que se trate de lesiones recientes (de ficientemente estables. En estas condi- permite «acomodarse» al hueso reducido. por vía extraarticular.
N
neartrosis (del gr. neos, nuevo, y arthron,
Cilindro endoneural
articulación). Articulación artificial o
falsa.
Nélaton, triángulo de (de Auguste Néla- Vaina de mielina
ton, cirujano francés, 1807-1873)..
Triángulo formado por la línea epicón-
dilo-epitroclear (línea de Hütter) y las lí-
neas que unen los extremos de ésta con
la punta del olécranon, estando el codo
flexionado. Sirve como referencia para
Estrangulación de
comprobar las relaciones entre los hue- Ranvier
sos del codo en las fracturas y luxacio-
nes del mismo. Núcleo Axón
Nélaton-Roser,
Nélaton-Roser, línea de. Línea que une Célula de Schwann
el isquion con la espina ilíaca, por de-
bajo de la cual debe estar normalmente FIG. 1. Representación esquemática de la estructura de una fibra nerviosa mielínica.
el punto más saliente del trocánter ma-
cadera, principales caracte-
yor. (Véase cadera,
rísticas anatomofuncionales.) motoneuronas del asta anterior y las
Nelson, operación
operación de. Intervención aferentes de la neurona sensitiva gan-
para la reparación de los ligamentos ex- glionar. Las fibras amielínicas represen-
ternos del tobillo, mediante el tendón tan la vía simpaticovegetativa. Desde el
del peroneo lateral corto. (Véase tobi-
tobi- punto de vista anatómico, las fibras
llo, lesiones ligamentosas.) mielínicas están formadas por un eje de
nervio meníngeo. Véase Luschka,
Luschka, ner-
ner- estructura fibrilar que es el axón, o ci-
vio de. lindroeje, que tiene un diámetro que
sinuvertebral.
nervio sinuvertebr al. Véase Luschka,
Luschka, oscila entre 0,5 y 20 micras y una lon-
nervio de. gitud que puede llegar hasta los dos
nervios periféricos. Tr Traumatismos (por metros (fig. 1). En íntimo contacto y en-
José Valle Buriel) volviéndolo se encuentra la vaina de
Definicición de conceptos y plantea- mielina. Más externamente, la vaina de
miento general del tema. Los nervios, Schwann, que recubre toda la fibra ner-
como cualquier estructura del organis- viosa hasta su terminación. Hay unas
mo, son susceptibles de sufrir lesiones estrangulaciones periódicas denomina-
por traumatismo. Dichas lesiones con- FIG. 2. Esquema demostrando la distribución
das nódulos de Ranvier. Alrededor de
irregular y entrecruzada de los fascículos en el
dicionarán alteraciones en la anatomía la vaina de Schwann se halla el cilindro espesor de un tronco nervioso periférico.
del nervio y consecuentemente en la endoneural, cuya misión es la de prote-
función. Nos ocuparemos, en primer lu- ger la fibra nerviosa. Todas estas estruc- la membrana que rodea a los fascículos
gar, de hacer un recuerdo anatomofun- turas se hallan agrupadas en fascículos agregados del nervio por cuya superfi-
cional de los nervios periféricos para (fig. 2). Cada fascículo se halla rodeado cie discurren vasos longitudinales.
luego hacer una clasificación de las le- de una membrana elástica y resistente, Clasificación de las lesiones nerviosas
siones y posteriormente la reparación formada por tejido conjuntivo, que se Clasificación de Seddon. Seddon, en el
desde el punto de vista quirúrgico. denomina perineuro. El perineuro es año 1943, describió tres grados de le-
Recuerdo anatomofuncional. En un atravesado por arteriolas y vénulas que sión de la fibra nerviosa, que en orden
nervio periférico se encuentran funda- formarán una red capilar alrededor de creciente son:
mentalmente dos tipos de fibras nervio- la fibra nerviosa. El tejido conectivo a) Neuropraxia (fig. 3 A). Es la interrup-
sas: mielínicas y amielínicas. Las prime- que rodea los fascículos se denomina ción de la conducción nerviosa, a nivel
ras representan la vía eferente de las espacio interfascicular y el epineuro es de la zona del traumatismo, pero existe
nervios 242 243 Nicola

ciendo íntegro el perineuro; por tanto Resección del epineuro la clasificación de Seddon de las lesiones
no existirá alteración del patrón fascicu- traumáticas de los nervios. Clínicamente
A lar. La evolución será más lenta y ven- se caracteriza por una parálisis sensitivo-
drá condicionada por la fibrosis que en motora transitoria en el territorio infrale-
ocasiones se produce y que podrá ser sional del nervio afectado. La explora-
un serio obstáculo para la regeneración. ción eléctrica revela los siguientes datos:
d) Lesión de cuarto grado. A todas las ausencia de potenciales de denervación;
B algunos potenciales de unidad motora
alteraciones anteriormente citadas se
añade la rotura del perineuro, lo cual en la contracción voluntaria; ausencia
Orientación
llevará consigo una desorgazinación de de reacción de degeneración; curva in-
los fascículos a pesar de la apariencia tensidad-tiempo parecida a la normal,
FIG. 6. Reconstrucción de la continuidad ner-
macroscópica de integridad del nervio. aumento de la cronaxia; bloqueo par-
viosa mediante injertos fasciculares.
C En estas condiciones, los axones na- cial, conducción nerviosa a través de la
cientes se perderán en el tejido interfas- lesión conservada pero más lenta de lo
cicular, ocupándose todo el espacio de los cabos del nervio, se colocan los in- normal; conducción normal en el trayec-
tejido fibroso. La clínica dependerá del jertos, hasta conseguir el mismo diáme- to infralesional del nervio afectado.
Sutura fascicular tro del nervio (fig. 6). Como resumen po-
número de fascículos afectados, y a pe- neurotmesis. Interrupción completa de un
FIG. 3. Representación esquemática de las le-
sar de que exista una cierta recupera- demos decir lo siguiente: a) Ante una nervio, sin posibilidades de recupera-
siones anatomopatológicas de los nervios perifé- lesión reciente, si el corte es limpio, su- ción, según la clasificación de Seddon,
ricos, según la clasificación de Seddon. A) Neu-
ción ésta será siempre incompleta.
e) Lesión de quinto grado. Es cuando tura primaria. b) Si la herida es contusa y por sección anatómica del mismo o por
ropraxia. B) Axonotmesis. C) Neurotmesis. los tejidos tienen una vitalidad dudosa o
existe una pérdida de continuidad del formación de un neuroma cicatricial. Clí-
tronco nervioso y corresponde a la neu- ha existido pérdida de sustancia, injerto nicamente se caracteriza por la parálisis
FIG. 5. Técnica de la sutura fascicular.
nervioso en un segundo tiempo. c) Ante sensitivomotora completa en todo el te-
una continuidad anatómica de todos los rotmesis de Seddon.
una lesión antigua, injerto nervioso por rritorio infralesional. Las principales ca-
componentes de la fibra nerviosa. La Reparación quirúrgica de los nervios
grupos fasciculares. racterísticas de la exploración eléctrica
única manifestación microscópica es la periféricos. Cuando nos enfrentamos a
siste en afrontar grupos fasciculares; neumotórax (del gr. pneuma, aire, y tho-
neumotórax son las siguientes: ausencia completa de
fragmentación de la vaina de mielina en la reparación quirúrgica de un nervio
para ello debemos disecar el cabo pro- rax, tórax). Aunque literalmente signifi- potenciales de unidad motora; potencia-
la zona del traumatismo y ello solamen- periférico, tenemos a nuestra disposi-
ximal y distal y afrontar los grupos fasci- ca «aire en el pecho», este término se les de denervación a partir de la segunda
te ocurre en las fibras de mayor calibre. ción diferentes técnicas, las cuales de-
culares de cada cabo. En el antebrazo, emplea desde hace tiempo para indicar semana; reacción de degeneración a par-
Desde el punto de vista clínico, la única bemos conocer para elegir en cada caso
FIG. 4. Técnica de la sutura epineural. en el mediano, por ejemplo, se pueden la presencia de aire en la cavidad pleu- tir de la tercera semana; curva intensidad-
manifestación es una parálisis motora la más adecuada. Las técnicas de que
localizar cinco grupos fasciculares y en ral. Puede ser accidental o traumático y tiempo propia de la denervación comple-
completa, no existiendo pérdida sensiti- disponemos son las siguientes:
el cubital, cuatro. artificial, provocado o terapéutico. ta; bloqueo total a nivel de la lesión.
va ni vegetativa. La evolución es la vuel- nivel de la lesión y se producirá a razón Reparación primaria
Reparación secundaria. Cuando existe neumotórax
neumotórax abierto. Neumotórax pro- Neviasev,
Neviasev, método de. Procedimiento
ta a la normalidad siempre de una forma de 1 a 3 mm al día. Esta lesión es la más a) Sutura epineural (fig. 4). Es el méto-
una pérdida de sustancia a nivel del ner- ducido por una herida penetrante de la (1966) para el tratamiento quirúrgico
total, sin secuelas y la mayoría de las frecuente en los traumatismos nerviosos. do más empleado, y consiste en conse-
vio, o ha existido una retracción de los pared torácica que pone en comunica- de las luxaciones acromioclaviculares
veces explosiva. La causa más frecuente c) Neurotmesis (fig. 3 C). Consiste en guir la continuidad del nervio sin ten- ción la cavidad pleural con el exterior.
cabos, como ya hemos dicho anterior- mediante la reconstrucción de los liga-
es la compresión del nervio: parálisis por la rotura completa de todos los elementos sión y con la alineación correcta. Se Sin.: neumotórax aspirativo.
mente, nunca se puede efectuar una su- mentos coracoclaviculares rotos con el
manguito, parálisis del borracho, del de la fibra nerviosa, ya sea por sección precisa microscopio quirúrgico y la téc- neumotórax
tura a tensión; por tanto, tenemos que neumotórax a presión. Neumotórax de- ligamento acromiocoracoideo. Es lla-
sueño, etc. anatómica del nervio o bien por una fi- nica consiste en localizar los vasos del bido al acúmulo progresivo de aire en la
disponer de otras técnicas para lograr mado también método de Weaver y
b) Axonotmesis (fig. 3 B). Consiste en la brosis intraneural que haga imposible la epineuro y dar los puntos necesarios cavidad pleural, a través de un desgarro
una continuidad del nervio, y de estas Dunn. (Véase acromioclavicular
acromioclavicular,, lu-
interrupción de la conducción nerviosa, regeneración espontánea. Clínicamente para evitar la rotación. Se utiliza mate- técnicas la única que se ha comprobado en la superficie del pulmón que actúa a xaciones.)
a nivel del traumatismo, pero existiendo existe un síndrome de interrupción total rial irreabsorbible de nueve ceros y el que es útil es el injerto nervioso. modo de válvula, permitiendo el escape no man’s
man’s land. Término inglés introdu-
rotura del axón y de la vaina de mielina, de las propiedades motoras, sensitivas hilo se pasa por el epineuro proximal y Técnica de los injertos nerviosos. Se del aire inspirado pero no su entrada. cido por Bunnell para designar el terri-
quedando preservados los cilindros en- y simpático-vegetativas del nervio, y el posteriormente por el distal. El segundo han descrito diferentes técnicas de injer- Puede ser una complicación particular- torio topográfico de la palma de la
doneurales, el endoneuro y el perineuro. electromiograma lógicamente ofrecerá punto se realiza a 180 grados del pri- tos nerviosos. Una de ellas es el injerto li- mente grave de los traumatismos del tó- mano, correspondiente al trayecto de
Anatomopatológicamente se comprueba un trazado de fibrilación en reposo. La mero, teniendo en cuenta que nunca bre de un tronco nervioso a otro, aunque tórax). Sin.: neumotórax val-
rax (véase tórax los flexores largos de los dedos, entre la
integridad de los cilindros endoneurales evolución nunca es hacia la regeneración debemos poner un punto a tensión y tiene el inconveniente de que suprime la vular. inserción del flexor profundo en la pri-
y rotura del axón y de la vaina de mieli- espontánea, por lo que la única posibili- que hemos de colocar los menos posi- función del nervio sacrificado, y por otra neumotórax
neumotórax aspirati
aspirativ v o. Véase neumo - mera falange y el borde distal de la po-
na, apareciendo, lógicamente, fenóme- dad de recuperación viene condicionada bles. El objetivo es únicamente lograr parte, difícilmente el injerto sobrevive, tórax
tórax abierto. lea flexora a nivel de la articulación
nos histológicos de degeneración walle- a la reparación quirúrgica. un buen afrontamiento de los cabos. Si ya que se produce una zona isquémica neumotórax
neumotórax cerrado.
cerrado. Neumotórax sin metacarpofalángica. Es un territorio en
riana en la zona distal al traumatismo. A Clasificación de Sunderland. Sunder- el afrontamiento no es perfecto, es pre- en el centro que condicionará una ne- comunicación con el exterior ni con el el cual la sección tendinosa es más di-
los pocos días se inicia el proceso de re- land, en el año 1951, hizo una clasifi- ferible hacer una sutura secundaria. crosis y por tanto un déficit de función. árbol bronquial. mano lesiones
fícil de reparar. (Véase mano,
generación axónica, y en su avance el cación basada más en el efecto del trau- b) Sutura fascicular (fig. 5). Solamente Otra técnica es el injerto vascularizado neumotórax
neumotórax traumático.
traumático. Presencia de tendinosas.)
axón se va conduciendo por el cilindro ma que en el agente causal y en la cual se puede efectuar en aquellos nervios que solventa el problema isquémico, aire en la cavidad pleural como conse- Nicola, Toufic
Toufick.
k. Cirujano estadouniden-
endoneural que originalmente ocupaba. de una manera sistemática describe cin- que tienen pocos fascículos, como por pero la realización técnica es extrema- cuencia de los traumatismos torácicos. se, nacido en 1894. Conocido por la
De este modo, el patrón de fibras después co tipos de lesión: ejemplo los nervios colaterales de los damente difícil. La técnica que ha per- Puede ser neumotórax abierto y cerra- operación que lleva su nombre.
de la reinervación es idéntico al de antes a) Lesión de primer grado. Correspon- dedos. Otro nervio donde también se durado en el tiempo y que normalmente do, valvular, a presión. (Véase toráci-
toráci- Nicola, operación
operación de. Intervención para
de la lesión; por tanto, existirá una res- de a la neuropraxia de Seddon. puede efectuar este tipo de sutura es el se utiliza es el injerto por grupos fascicu- cos, traumatismos.) el tratamiento de la luxación recidivante
tauración completa de la función. Clíni- b) Lesión de segundo grado. Corres- cubital a nivel del codo. La sutura fasci- lares. Se toman como injertos nervios cu- neumotórax
neumotórax valvular
valvular.. Véase neumotó - del hombro mediante tunelización de la
camente existirá de entrada una pérdida ponde a la axonotmesis. cular ha de hacerse también con mi- táneos poco importantes desde el punto r ax a presión. cabeza humeral para el paso del tendón
completa de las funciones motoras y sen- c) Lesión de tercer grado. Es cuando croscopio y se utilizará sutura monofila- de vista funcional, como el safeno exter- neuropraxia. Lesión de un nervio periféri-
neuropraxia. de la porción larga del bíceps y fijación
sitivas y el electromiograma mostrará fi- existe, además de una desintegración mento de diez ceros dando el punto a no o el braquial cutáneo interno, y pre- co sin interrupción de la continuidad del con el mismo al omóplato (1929).
brilación en reposo. La velocidad de re- del axón, una desorganización de la es- través del perineuro. via disección por grupos fasciculares de axón, y por lo tanto recuperable, según
generación vendrá condicionada por el tructura interna del fascículo, permane- c) Sutura fascicular por grupos. Con-
nervios 242 243 Nicola

ciendo íntegro el perineuro; por tanto Resección del epineuro la clasificación de Seddon de las lesiones
no existirá alteración del patrón fascicu- traumáticas de los nervios. Clínicamente
A lar. La evolución será más lenta y ven- se caracteriza por una parálisis sensitivo-
drá condicionada por la fibrosis que en motora transitoria en el territorio infrale-
ocasiones se produce y que podrá ser sional del nervio afectado. La explora-
un serio obstáculo para la regeneración. ción eléctrica revela los siguientes datos:
d) Lesión de cuarto grado. A todas las ausencia de potenciales de denervación;
B algunos potenciales de unidad motora
alteraciones anteriormente citadas se
añade la rotura del perineuro, lo cual en la contracción voluntaria; ausencia
Orientación
llevará consigo una desorgazinación de de reacción de degeneración; curva in-
los fascículos a pesar de la apariencia tensidad-tiempo parecida a la normal,
FIG. 6. Reconstrucción de la continuidad ner-
macroscópica de integridad del nervio. aumento de la cronaxia; bloqueo par-
viosa mediante injertos fasciculares.
C En estas condiciones, los axones na- cial, conducción nerviosa a través de la
cientes se perderán en el tejido interfas- lesión conservada pero más lenta de lo
cicular, ocupándose todo el espacio de los cabos del nervio, se colocan los in- normal; conducción normal en el trayec-
tejido fibroso. La clínica dependerá del jertos, hasta conseguir el mismo diáme- to infralesional del nervio afectado.
Sutura fascicular tro del nervio (fig. 6). Como resumen po-
número de fascículos afectados, y a pe- neurotmesis. Interrupción completa de un
FIG. 3. Representación esquemática de las le-
sar de que exista una cierta recupera- demos decir lo siguiente: a) Ante una nervio, sin posibilidades de recupera-
siones anatomopatológicas de los nervios perifé- lesión reciente, si el corte es limpio, su- ción, según la clasificación de Seddon,
ricos, según la clasificación de Seddon. A) Neu-
ción ésta será siempre incompleta.
e) Lesión de quinto grado. Es cuando tura primaria. b) Si la herida es contusa y por sección anatómica del mismo o por
ropraxia. B) Axonotmesis. C) Neurotmesis. los tejidos tienen una vitalidad dudosa o
existe una pérdida de continuidad del formación de un neuroma cicatricial. Clí-
tronco nervioso y corresponde a la neu- ha existido pérdida de sustancia, injerto nicamente se caracteriza por la parálisis
FIG. 5. Técnica de la sutura fascicular.
nervioso en un segundo tiempo. c) Ante sensitivomotora completa en todo el te-
una continuidad anatómica de todos los rotmesis de Seddon.
una lesión antigua, injerto nervioso por rritorio infralesional. Las principales ca-
componentes de la fibra nerviosa. La Reparación quirúrgica de los nervios
grupos fasciculares. racterísticas de la exploración eléctrica
única manifestación microscópica es la periféricos. Cuando nos enfrentamos a
siste en afrontar grupos fasciculares; neumotórax (del gr. pneuma, aire, y tho-
neumotórax son las siguientes: ausencia completa de
fragmentación de la vaina de mielina en la reparación quirúrgica de un nervio
para ello debemos disecar el cabo pro- rax, tórax). Aunque literalmente signifi- potenciales de unidad motora; potencia-
la zona del traumatismo y ello solamen- periférico, tenemos a nuestra disposi-
ximal y distal y afrontar los grupos fasci- ca «aire en el pecho», este término se les de denervación a partir de la segunda
te ocurre en las fibras de mayor calibre. ción diferentes técnicas, las cuales de-
culares de cada cabo. En el antebrazo, emplea desde hace tiempo para indicar semana; reacción de degeneración a par-
Desde el punto de vista clínico, la única bemos conocer para elegir en cada caso
FIG. 4. Técnica de la sutura epineural. en el mediano, por ejemplo, se pueden la presencia de aire en la cavidad pleu- tir de la tercera semana; curva intensidad-
manifestación es una parálisis motora la más adecuada. Las técnicas de que
localizar cinco grupos fasciculares y en ral. Puede ser accidental o traumático y tiempo propia de la denervación comple-
completa, no existiendo pérdida sensiti- disponemos son las siguientes:
el cubital, cuatro. artificial, provocado o terapéutico. ta; bloqueo total a nivel de la lesión.
va ni vegetativa. La evolución es la vuel- nivel de la lesión y se producirá a razón Reparación primaria
Reparación secundaria. Cuando existe neumotórax
neumotórax abierto. Neumotórax pro- Neviasev,
Neviasev, método de. Procedimiento
ta a la normalidad siempre de una forma de 1 a 3 mm al día. Esta lesión es la más a) Sutura epineural (fig. 4). Es el méto-
una pérdida de sustancia a nivel del ner- ducido por una herida penetrante de la (1966) para el tratamiento quirúrgico
total, sin secuelas y la mayoría de las frecuente en los traumatismos nerviosos. do más empleado, y consiste en conse-
vio, o ha existido una retracción de los pared torácica que pone en comunica- de las luxaciones acromioclaviculares
veces explosiva. La causa más frecuente c) Neurotmesis (fig. 3 C). Consiste en guir la continuidad del nervio sin ten- ción la cavidad pleural con el exterior.
cabos, como ya hemos dicho anterior- mediante la reconstrucción de los liga-
es la compresión del nervio: parálisis por la rotura completa de todos los elementos sión y con la alineación correcta. Se Sin.: neumotórax aspirativo.
mente, nunca se puede efectuar una su- mentos coracoclaviculares rotos con el
manguito, parálisis del borracho, del de la fibra nerviosa, ya sea por sección precisa microscopio quirúrgico y la téc- neumotórax
tura a tensión; por tanto, tenemos que neumotórax a presión. Neumotórax de- ligamento acromiocoracoideo. Es lla-
sueño, etc. anatómica del nervio o bien por una fi- nica consiste en localizar los vasos del bido al acúmulo progresivo de aire en la
disponer de otras técnicas para lograr mado también método de Weaver y
b) Axonotmesis (fig. 3 B). Consiste en la brosis intraneural que haga imposible la epineuro y dar los puntos necesarios cavidad pleural, a través de un desgarro
una continuidad del nervio, y de estas Dunn. (Véase acromioclavicular
acromioclavicular,, lu-
interrupción de la conducción nerviosa, regeneración espontánea. Clínicamente para evitar la rotación. Se utiliza mate- técnicas la única que se ha comprobado en la superficie del pulmón que actúa a xaciones.)
a nivel del traumatismo, pero existiendo existe un síndrome de interrupción total rial irreabsorbible de nueve ceros y el que es útil es el injerto nervioso. modo de válvula, permitiendo el escape no man’s
man’s land. Término inglés introdu-
rotura del axón y de la vaina de mielina, de las propiedades motoras, sensitivas hilo se pasa por el epineuro proximal y Técnica de los injertos nerviosos. Se del aire inspirado pero no su entrada. cido por Bunnell para designar el terri-
quedando preservados los cilindros en- y simpático-vegetativas del nervio, y el posteriormente por el distal. El segundo han descrito diferentes técnicas de injer- Puede ser una complicación particular- torio topográfico de la palma de la
doneurales, el endoneuro y el perineuro. electromiograma lógicamente ofrecerá punto se realiza a 180 grados del pri- tos nerviosos. Una de ellas es el injerto li- mente grave de los traumatismos del tó- mano, correspondiente al trayecto de
Anatomopatológicamente se comprueba un trazado de fibrilación en reposo. La mero, teniendo en cuenta que nunca bre de un tronco nervioso a otro, aunque tórax). Sin.: neumotórax val-
rax (véase tórax los flexores largos de los dedos, entre la
integridad de los cilindros endoneurales evolución nunca es hacia la regeneración debemos poner un punto a tensión y tiene el inconveniente de que suprime la vular. inserción del flexor profundo en la pri-
y rotura del axón y de la vaina de mieli- espontánea, por lo que la única posibili- que hemos de colocar los menos posi- función del nervio sacrificado, y por otra neumotórax
neumotórax aspirati
aspirativ v o. Véase neumo - mera falange y el borde distal de la po-
na, apareciendo, lógicamente, fenóme- dad de recuperación viene condicionada bles. El objetivo es únicamente lograr parte, difícilmente el injerto sobrevive, tórax
tórax abierto. lea flexora a nivel de la articulación
nos histológicos de degeneración walle- a la reparación quirúrgica. un buen afrontamiento de los cabos. Si ya que se produce una zona isquémica neumotórax
neumotórax cerrado.
cerrado. Neumotórax sin metacarpofalángica. Es un territorio en
riana en la zona distal al traumatismo. A Clasificación de Sunderland. Sunder- el afrontamiento no es perfecto, es pre- en el centro que condicionará una ne- comunicación con el exterior ni con el el cual la sección tendinosa es más di-
los pocos días se inicia el proceso de re- land, en el año 1951, hizo una clasifi- ferible hacer una sutura secundaria. crosis y por tanto un déficit de función. árbol bronquial. mano lesiones
fícil de reparar. (Véase mano,
generación axónica, y en su avance el cación basada más en el efecto del trau- b) Sutura fascicular (fig. 5). Solamente Otra técnica es el injerto vascularizado neumotórax
neumotórax traumático.
traumático. Presencia de tendinosas.)
axón se va conduciendo por el cilindro ma que en el agente causal y en la cual se puede efectuar en aquellos nervios que solventa el problema isquémico, aire en la cavidad pleural como conse- Nicola, Toufic
Toufick.
k. Cirujano estadouniden-
endoneural que originalmente ocupaba. de una manera sistemática describe cin- que tienen pocos fascículos, como por pero la realización técnica es extrema- cuencia de los traumatismos torácicos. se, nacido en 1894. Conocido por la
De este modo, el patrón de fibras después co tipos de lesión: ejemplo los nervios colaterales de los damente difícil. La técnica que ha per- Puede ser neumotórax abierto y cerra- operación que lleva su nombre.
de la reinervación es idéntico al de antes a) Lesión de primer grado. Correspon- dedos. Otro nervio donde también se durado en el tiempo y que normalmente do, valvular, a presión. (Véase toráci-
toráci- Nicola, operación
operación de. Intervención para
de la lesión; por tanto, existirá una res- de a la neuropraxia de Seddon. puede efectuar este tipo de sutura es el se utiliza es el injerto por grupos fascicu- cos, traumatismos.) el tratamiento de la luxación recidivante
tauración completa de la función. Clíni- b) Lesión de segundo grado. Corres- cubital a nivel del codo. La sutura fasci- lares. Se toman como injertos nervios cu- neumotórax
neumotórax valvular
valvular.. Véase neumotó - del hombro mediante tunelización de la
camente existirá de entrada una pérdida ponde a la axonotmesis. cular ha de hacerse también con mi- táneos poco importantes desde el punto r ax a presión. cabeza humeral para el paso del tendón
completa de las funciones motoras y sen- c) Lesión de tercer grado. Es cuando croscopio y se utilizará sutura monofila- de vista funcional, como el safeno exter- neuropraxia. Lesión de un nervio periféri-
neuropraxia. de la porción larga del bíceps y fijación
sitivas y el electromiograma mostrará fi- existe, además de una desintegración mento de diez ceros dando el punto a no o el braquial cutáneo interno, y pre- co sin interrupción de la continuidad del con el mismo al omóplato (1929).
brilación en reposo. La velocidad de re- del axón, una desorganización de la es- través del perineuro. via disección por grupos fasciculares de axón, y por lo tanto recuperable, según
generación vendrá condicionada por el tructura interna del fascículo, permane- c) Sutura fascicular por grupos. Con-
O
O’Donoghue, operación
operación de. Técnica Pero pueden ser producidas también por Anatomía patológica y principales
quirúrgica consistente en una modifica- un mecanismo indirecto, como resultado variedades anatomoclínicas. Según la
ción de la técnica de Hey Groves (véase de una caída sobre la mano, que tiende a dirección y la complejidad del trazo de
este nombre), basada en el empleo de doblar bruscamente el codo, provocando fractura pueden distinguirse las siguien-
una tira del tracto iliotibial para la susti- una contracción refleja enérgica del trí- tes formas anatomopatológicas (fig. 2):
tución o refuerzo del ligamento cruzado ceps, que arranca un fragmento óseo del 1) Fracturas de trazo único transversal
anterior (1963). olécranon. El trazo de fractura, en estos respecto al eje del cúbito que dividen el
oftalmoplejía. En los traumatismos de casos, es único, y el desplazamiento es olécranon en dos partes aproximada-
cráneo se aplica el término generalmen- mente iguales. Son las más frecuentes.
máximo, debido, precisamente, a la ac-
te y en forma restrictiva a la parálisis del Siempre intraarticulares.
ción del tríceps.
motor ocular común (ptosis palpebral, 2) Fracturas de trazo oblicuo en las
midriasis, ausencia de reflejo fotomotor que la masa del olécranon queda sepa-
y estrabismo divergente). (Véase craneo-
craneo- rada de la base de la apófisis coronoi-
encefálicos, traumatismos.
traumatismos.) des («fracturas de la base», fig. 3). Son
ojos de oso panda, o de mapache.
mapache. Véa- también, como las anteriores, intraarti-
se oso panda, ojos de. culares. Estas fracturas muestran una
olécranon, fracturas
olécranon, fractur as del gran tendencia al desplazamiento de
Incidencia y características genera- los dos huesos del antebrazo —luxa-
les. Las fracturas del olécranon son re- ción cúbito-radial anterior— al faltar la
Tríceps
lativamente frecuentes en los adultos
sujeción que normalmente ofrece la ca-
jóvenes, muy raras en los viejos y ex-
«Aparato vidad sigmoidea del cúbito. Hay que
cepcionales en los niños. Desde el pun- extensor
to de vista anatómico, la extremidad de reserva»
superior del cúbito presenta algunas ca- del codo
racterísticas importantes que condicio-
nan la fisonomía clínica de estas fractu-
ras (fig. 1): 1) La situación superficial de
esta parte del hueso, que la hace muy 2
3
vulnerable a los golpes directos sobre la 1
cara posterior del codo. 2) Las insercio-
nes en la misma del tríceps, que cons-
tituye un factor importante de los des- FIG. 2. Diversos tipos de fracturas del olécra-
non según el trazo de las mismas: 1) fractura
plazamientos. 3) El hecho de que casi la
transversal; 2) oblicua; 3) de la punta.
totalidad de las fracturas son intraarti-
Ancóneo
culares, por lo cual la reducción in-
completa o defectuosa de las mismas
entraña un serio peligro de artrosis se-
cundarias y limitación dolorosa de la
movilidad.
Mecanismos de producción. Las fracturas
más frecuentes son producidas por un
mecanismo directo, es decir, un golpe re-
cibido directamente sobre la cara poste-
FIG. 1. Músculos insertados en el olécranon y
rior del olécranon, apenas protegido en
que condicionan el desplazamiento de los frag-
esta zona por el recubrimiento cutáneo, mentos en las fracturas, y «aparato extensor de
dando lugar a una fractura simple, de tra- reserva» del codo, que limita la acción del trí-
zo único, o a una fractura conminuta, ceps y el desplazamiento hacia arriba del frag- FIG. 3. Fractura inestable del olécranon, con
plurifragmentaria o de trazo múltiple. mento olecraniano. tendencia a la luxación anterior del codo.
olécranon 246 247 Ollier

clasificarlas, por tanto, entre las fractu- hinchazón y el dolor. Sobre todo el do-
ras inestables, con tendencia a la luxa- lor localizado a la presión sobre el olé-
ción o subluxación. cranon, que es el rasgo más orientativo
3) Fracturas extraarticulares del vértice del diagnóstico clínico, diagnóstico que
del olécranon. Son las menos frecuentes confirma con muy poco margen de
y se producen por arrancamiento óseo duda la exploración radiográfica.
de las inserciones del tríceps. Normas generales de tratamiento. Es
FIG. 4. Representación esquemática de una 4) Fracturas conminutas, plurifragmen- muy necesaria la reducción anatómica
fractura conminuta del olécranon. tarias o de trazo múltiple. Son debidas de los fragmentos, en todas las fracturas
siempre a un traumatismo directo sobre intraarticulares, que son la mayoría,
el olécranon. Pueden ofrecer, como se para evitar las irregularidades en la su-
comprende, múltiples variedades (fig. 4). perficie articular del cúbito y las conse-
Desplazamiento. Hay que precisar lo cuencias tardías sobre la función del
que se entiende por este término. Por un codo. Tal reducción anatómica es muy
lado, el desplazamiento de los huesos difícil de lograr por procedimientos or- FIG. 7. Osteosíntesis del olécranon mediante FIG. 8. Osteosíntesis por atornillado bicor-
del antebrazo respecto al húmero, es de- topédicos, y es fácil de conseguir, en tornillo intramedular. tical.
cir, las luxaciones o subluxaciones aso- cambio, operatoriamente, sobre todo
ciadas a la fractura del olécranon, como en las fracturas de trazo simple. Más di-
ha sido descrita en relación a las fractu- fícil, como puede comprenderse, y de FIG. 10. Gancho olecraniano de Pascual Mes-
tres, fijado a la cortical con un tornillo. (Según
ras de la base y que son exclusivas de las resultados más aleatorios, en las fractu-
Pascual Vivó.)
mismas o de las fracturas conminutas ras conminutas. Pero en uno y otro
con grandes destrozos. Y por otro lado, caso, por regla general, y con muy po-
la separación de los fragmentos olecra- cas excepciones, la reducción de las 2
1
nianos entre sí. Dicha separación entre fracturas intraarticulares del olécranon
los fragmentos está condicionada, como debe hacerse siempre a cielo abierto y a
se ha dicho, a la potente acción del trí- través —ya se comprende— de una in-
ceps sobre la porción del olécranon en cisión longitudinal posterior sobre la
que se inserta. Para que se produzca no extremidad proximal del cúbito, que 1
basta, sin embargo, con la lesión ósea. permite un fácil acceso al foco de frac-
Es necesario, además, el desgarro de las tura y el necesario afrontamiento de los
formaciones fibrosas que rodean las es- fragmentos. En cuanto a la fijación de
tructuras óseas y que, estando íntegras, los mismos se han descrito numerosos
fijan el fragmento olecraniano evitando procedimientos que pueden clasificarse
—o limitando— su desplazamiento ha- en los siguientes grupos:
cia arriba. Este importante papel de fija- 1) «Cerclaje» simple, con alambre
ción se asigna, generalmente, a los lla- transfixiante entre los dos fragmentos,
FIG. 5. Osteosíntesis insuficiente de una frac- mados «alerones olecranianos» de la sobre las caras laterales del olécranon. FIG. 11. Osteosíntesis del olécranon con pla-
tura transversal del olécranon por alambrado aponeurosis tricipital. Pero es bastante Tiene el inconveniente de proporcionar ca atornillada, particularmente indicada en las
simple. fracturas plurifragmentarias.
probable que el papel principal en este una unión muy poco estable, con fácil
sentido corresponda a las fibras longitu- tendencia al desplazamiento secundario
dinales que prolongan distalmente las por «bostezo posterior» entre las super- ción en algunas fracturas en las que es
inserciones del tendón tricipital por el ficies afrontadas (fig. 5). Para evitar este in- imposible o muy difícil (o inútil, por su
lado radial del mismo, garantizando de conveniente puede hacerse un «cerclaje» 2
reducido tamaño) restituir en su sitio pe-
este modo la continuidad del sistema con alambre cruzado «en 8» sobre la cara queños fragmentos del vértice olecra-
tricipital, lo que los autores alemanes posterior del olécranon (fig. 6). niano. Puede ser también, por el mismo
denominan «aparato extensor de reser- 2) Fijación con tornillo intramedular. FIG. 9. Alambrado sobre clavos intramedulares, que permiten ejercer una compresión dinámica en- motivo, una solución para algunas frac-
va» del codo. Proporciona una estabilidad mayor que tre los fragmentos por el «principio del tirante», según la AO, o «del obenque» (hauban), según los turas plurifragmentarias. Siempre a con-
Clínica y diagnóstico. Es frecuente con el método precedente. Pero aun así franceses. La fuerza ejercida en sentido oblicuo (1) se traduce por una fuerza compresiva en sentido dición de que la cavidad sigmoidea del
el antecedente reciente de un traumatis- insuficiente muchas veces, por la holgu- axial (2), lo mismo que en los obenques en la arboladura de las embarcaciones. cúbito —el «gancho» coronoideo— sea
mo de cierta entidad que requiere una ra que puede ofrecer la cavidad medular lo suficientemente grande para garanti-
atención de urgencia. Son constantes el al tornillo, permitiendo un desplaza- zar la estabilidad de este hueso sobre la
dolor, la tumefacción, la impotencia miento secundario entre las superficies este método, rodean a las agujas pre- rior, muy fácil de aplicar y que propor- tróclea humeral.
funcional y todos los demás síntomas inicialmente bien afrontadas (fig. 7). viamente colocadas en la cavidad intra- ciona una fijación muy estable, siempre olistesis (del gr. olisthanein, deslizar)..
de una lesión traumática a nivel del 3) Atornillado bicortical. El tornillo, medular, de forma que permiten ejercer a condición de que el fragmento proxi- Deslizamiento, por ejemplo, de los hue-
codo, acompañada en ocasiones de en este caso, no se introduce en la cavi- sobre las mismas una fuerte tracción, mal del olécranon sea lo suficientemen- sos de una articulación a partir de su re-
una deformidad del mismo, cuando dad medular del cúbito, sino que se fija como «los obenques sobre un mástil» te grande (fig. 10). lación articular normal. Sin.: olistía.
existe un desplazamiento importante, a la cortical anterior del cúbito. En- (en «hauban», según los franceses), 6) Osteosíntesis con placa atornillada. olistía. Olistesis.
así como una alteración de las relacio- cuentra su principal indicación en las comprimiendo una superficie de fractu- Encuentra indicación en algunas fractu- Ollier, Xavier
Ollier, Xavier Édouard Leopold. Famo-
nes normales entre los relieves óseos (lí- fracturas de trazo oblicuo o fracturas de ra contra la otra. Es un procedimiento ras conminutas como única medida ca- so cirujano francés (1830-1900), de
nea de Hütter, triángulo de Nélaton, et- la base del olécranon. Proporciona una seguro, sencillo y muy usado (fig. 9). paz de acoplar los diferentes fragmentos Lyon, conocido principalmente por la
cétera; véase húmero, fracturas de la fijación suficientemente estable (fig. 8). 5) Gancho olecraniano fijado a la cor- entre sí (fig. 11). descripción de diversas afecciones óseas
FIG. 6. Alambrado «en 8» de una fractura extremidad distal), no siempre fácil de 4) «Cerclaje» a compresión sobre cla- tical (método de Pascual Mestres). Se Otros métodos quirúrgicos. Resección que hoy llevan su nombre. Describió
transversal del olécranon. apreciar por palpación a causa de la vos intramedulares. Los alambres, en basa en un principio parecido al ante- parcial del olécranon. Encuentra indica- asimismo una incisión en U invertida,
olécranon 246 247 Ollier

clasificarlas, por tanto, entre las fractu- hinchazón y el dolor. Sobre todo el do-
ras inestables, con tendencia a la luxa- lor localizado a la presión sobre el olé-
ción o subluxación. cranon, que es el rasgo más orientativo
3) Fracturas extraarticulares del vértice del diagnóstico clínico, diagnóstico que
del olécranon. Son las menos frecuentes confirma con muy poco margen de
y se producen por arrancamiento óseo duda la exploración radiográfica.
de las inserciones del tríceps. Normas generales de tratamiento. Es
FIG. 4. Representación esquemática de una 4) Fracturas conminutas, plurifragmen- muy necesaria la reducción anatómica
fractura conminuta del olécranon. tarias o de trazo múltiple. Son debidas de los fragmentos, en todas las fracturas
siempre a un traumatismo directo sobre intraarticulares, que son la mayoría,
el olécranon. Pueden ofrecer, como se para evitar las irregularidades en la su-
comprende, múltiples variedades (fig. 4). perficie articular del cúbito y las conse-
Desplazamiento. Hay que precisar lo cuencias tardías sobre la función del
que se entiende por este término. Por un codo. Tal reducción anatómica es muy
lado, el desplazamiento de los huesos difícil de lograr por procedimientos or- FIG. 7. Osteosíntesis del olécranon mediante FIG. 8. Osteosíntesis por atornillado bicor-
del antebrazo respecto al húmero, es de- topédicos, y es fácil de conseguir, en tornillo intramedular. tical.
cir, las luxaciones o subluxaciones aso- cambio, operatoriamente, sobre todo
ciadas a la fractura del olécranon, como en las fracturas de trazo simple. Más di-
ha sido descrita en relación a las fractu- fícil, como puede comprenderse, y de FIG. 10. Gancho olecraniano de Pascual Mes-
tres, fijado a la cortical con un tornillo. (Según
ras de la base y que son exclusivas de las resultados más aleatorios, en las fractu-
Pascual Vivó.)
mismas o de las fracturas conminutas ras conminutas. Pero en uno y otro
con grandes destrozos. Y por otro lado, caso, por regla general, y con muy po-
la separación de los fragmentos olecra- cas excepciones, la reducción de las 2
1
nianos entre sí. Dicha separación entre fracturas intraarticulares del olécranon
los fragmentos está condicionada, como debe hacerse siempre a cielo abierto y a
se ha dicho, a la potente acción del trí- través —ya se comprende— de una in-
ceps sobre la porción del olécranon en cisión longitudinal posterior sobre la
que se inserta. Para que se produzca no extremidad proximal del cúbito, que 1
basta, sin embargo, con la lesión ósea. permite un fácil acceso al foco de frac-
Es necesario, además, el desgarro de las tura y el necesario afrontamiento de los
formaciones fibrosas que rodean las es- fragmentos. En cuanto a la fijación de
tructuras óseas y que, estando íntegras, los mismos se han descrito numerosos
fijan el fragmento olecraniano evitando procedimientos que pueden clasificarse
—o limitando— su desplazamiento ha- en los siguientes grupos:
cia arriba. Este importante papel de fija- 1) «Cerclaje» simple, con alambre
ción se asigna, generalmente, a los lla- transfixiante entre los dos fragmentos,
FIG. 5. Osteosíntesis insuficiente de una frac- mados «alerones olecranianos» de la sobre las caras laterales del olécranon. FIG. 11. Osteosíntesis del olécranon con pla-
tura transversal del olécranon por alambrado aponeurosis tricipital. Pero es bastante Tiene el inconveniente de proporcionar ca atornillada, particularmente indicada en las
simple. fracturas plurifragmentarias.
probable que el papel principal en este una unión muy poco estable, con fácil
sentido corresponda a las fibras longitu- tendencia al desplazamiento secundario
dinales que prolongan distalmente las por «bostezo posterior» entre las super- ción en algunas fracturas en las que es
inserciones del tendón tricipital por el ficies afrontadas (fig. 5). Para evitar este in- imposible o muy difícil (o inútil, por su
lado radial del mismo, garantizando de conveniente puede hacerse un «cerclaje» 2
reducido tamaño) restituir en su sitio pe-
este modo la continuidad del sistema con alambre cruzado «en 8» sobre la cara queños fragmentos del vértice olecra-
tricipital, lo que los autores alemanes posterior del olécranon (fig. 6). niano. Puede ser también, por el mismo
denominan «aparato extensor de reser- 2) Fijación con tornillo intramedular. FIG. 9. Alambrado sobre clavos intramedulares, que permiten ejercer una compresión dinámica en- motivo, una solución para algunas frac-
va» del codo. Proporciona una estabilidad mayor que tre los fragmentos por el «principio del tirante», según la AO, o «del obenque» (hauban), según los turas plurifragmentarias. Siempre a con-
Clínica y diagnóstico. Es frecuente con el método precedente. Pero aun así franceses. La fuerza ejercida en sentido oblicuo (1) se traduce por una fuerza compresiva en sentido dición de que la cavidad sigmoidea del
el antecedente reciente de un traumatis- insuficiente muchas veces, por la holgu- axial (2), lo mismo que en los obenques en la arboladura de las embarcaciones. cúbito —el «gancho» coronoideo— sea
mo de cierta entidad que requiere una ra que puede ofrecer la cavidad medular lo suficientemente grande para garanti-
atención de urgencia. Son constantes el al tornillo, permitiendo un desplaza- zar la estabilidad de este hueso sobre la
dolor, la tumefacción, la impotencia miento secundario entre las superficies este método, rodean a las agujas pre- rior, muy fácil de aplicar y que propor- tróclea humeral.
funcional y todos los demás síntomas inicialmente bien afrontadas (fig. 7). viamente colocadas en la cavidad intra- ciona una fijación muy estable, siempre olistesis (del gr. olisthanein, deslizar)..
de una lesión traumática a nivel del 3) Atornillado bicortical. El tornillo, medular, de forma que permiten ejercer a condición de que el fragmento proxi- Deslizamiento, por ejemplo, de los hue-
codo, acompañada en ocasiones de en este caso, no se introduce en la cavi- sobre las mismas una fuerte tracción, mal del olécranon sea lo suficientemen- sos de una articulación a partir de su re-
una deformidad del mismo, cuando dad medular del cúbito, sino que se fija como «los obenques sobre un mástil» te grande (fig. 10). lación articular normal. Sin.: olistía.
existe un desplazamiento importante, a la cortical anterior del cúbito. En- (en «hauban», según los franceses), 6) Osteosíntesis con placa atornillada. olistía. Olistesis.
así como una alteración de las relacio- cuentra su principal indicación en las comprimiendo una superficie de fractu- Encuentra indicación en algunas fractu- Ollier, Xavier
Ollier, Xavier Édouard Leopold. Famo-
nes normales entre los relieves óseos (lí- fracturas de trazo oblicuo o fracturas de ra contra la otra. Es un procedimiento ras conminutas como única medida ca- so cirujano francés (1830-1900), de
nea de Hütter, triángulo de Nélaton, et- la base del olécranon. Proporciona una seguro, sencillo y muy usado (fig. 9). paz de acoplar los diferentes fragmentos Lyon, conocido principalmente por la
cétera; véase húmero, fracturas de la fijación suficientemente estable (fig. 8). 5) Gancho olecraniano fijado a la cor- entre sí (fig. 11). descripción de diversas afecciones óseas
FIG. 6. Alambrado «en 8» de una fractura extremidad distal), no siempre fácil de 4) «Cerclaje» a compresión sobre cla- tical (método de Pascual Mestres). Se Otros métodos quirúrgicos. Resección que hoy llevan su nombre. Describió
transversal del olécranon. apreciar por palpación a causa de la vos intramedulares. Los alambres, en basa en un principio parecido al ante- parcial del olécranon. Encuentra indica- asimismo una incisión en U invertida,
omalgia 248 249 osteosíntesis

con vértice en el trocánter mayor, para hematoma periorbitario, en las hemorra- neal. Se transmite con carácter domi- osteomielitis fractur
fracturarias.
arias. Véase frac
frac - porosis es muy discutible, por lo cual res (Icart, 1975). En 1827, J. H. Rodgers,
acceso quirúrgico de la cadera, emplea- gias extradurales de la fosa anterior. (Vé- nante. Según algunos autores, el nombre turas
turas infectadas. no es recomendable para el tratamiento cirujano de Nueva York, publicó un caso
da hoy día en algunas artroplastias. En ase craneoencefálicos,
craneoencefálicos, traumatis-
traumatis- de síndrome de Vrolik debe ser reserva- osteoporosis (del gr. osteon, hueso, y po- de la misma en forma rutinaria o incon- de fractura de húmero tratada mediante
el campo de la traumatología fue uno mos.)
mos. do para las formas fetales. Puede ir aso- ros, poro). Osteopatía metabólica carac- trolada. fijación con alambre entre los fragmen-
de los precursores de la cura oclusiva o osteítis fractur
fracturarias
arias.. Véase fractur
fracturasas ciada con aminoaciduria familiar y dis- terizada por la reducción de la masa ósea 7) El fluoruro sódico estimula la acti- tos, esta vez con éxito. Y poco más o me-
retardada (1872), basada en la inmovili- infectadas. minución de la creatina en la sangre. El por hipoplasia de la matriz del hueso, vidad de los osteoblastos y se incorpora nos por la misma fecha, otro gran ciruja-
zación de las fracturas abiertas sin reno- osteoanagénesis (del gr. osteon, hueso, primer caso de esta afección parece ha- como consecuencia de un desequilibrio al hueso en forma de fluoroapatita. Con no inglés, Astley Cooper (1768-1841),
var el apósito mientras el herido estu- ana, de nuevo, y genesis, producción).. ber sido descrito por Malebranche en entre la actividad de los osteoblastos y la ello reduciría el riesgo de fractura, pero discípulo de John Hunter, y autor del pri-
viese apirético. Regeneración ósea. 1674, y Lobstein, en 1833, la denominó de los osteoclastos a favor de estos últi- tiene —o puede tener— efectos desfa- mer libro moderno sobre el tratamiento
omalgia (del gr. omos, hombro, y algos, osteoblasto (del gr. osteon, hueso, y blas- osteopsatirosis. Con el nombre de sín- mos. Puede ser debida a causas diversas vorables difíciles de controlar. de las fracturas, realizaba, también con
dolor). Dolor en el hombro; omodinia. tos, germen). Célula de la zona osteoide drome de osteogénesis imperfecta tarda (deficiencia de estrógenos o andrógenos, 8) Los difosfonatos podrían igualmen- éxito, una sutura metálica entre los frag-
omodinia (del gr. omos, hombro, y odyne, del cartílago que presenta los caracteres se describe una afección congénita, no hipovitaminosis C, hipertiroidismo, sín- te disminuir el riesgo de fracturas. Pero mentos de una fractura de rótula. Pero
dolor). Dolor en el hombro; omalgia. siguientes: tamaño considerable (20 a hereditaria, que se distingue de la forma drome de Cushing, etc.). Pero las formas este efecto todavía no ha sido suficien- estas primeras aportaciones al tema de la
ORIF. Siglas inglesas que significan open
ORIF. 40 µ), forma oval, citoplasma basófilo clásica por su aparición tardía y la au- más corrientes, en ausencia de estos pro- temente comprobado. osteosíntesis apenas fueron tenidas en
reduction internal fixation para referirse con arcoplasma muy neto en el centro sencia de fracturas y de signos radiográ- cesos, es la osteoporosis posmenopáusi- osteopsatirosis (del gr. osteon, hueso, y cuenta por sus contemporáneos, como
a la táctica basada en estas normas para de la célula, núcleo excéntrico de cro- ficos típicos. Sin.: síndrome de Adair- ca, en la mujer, y la osteoporosis senil. psathyros, friable). Nombre dado por tampoco lo fueron otras posteriores,
el tratamiento de las fracturas en gene- matina fina y nucléolos azulados muy Dighton. Puede afectar a todo el esqueleto, pero es Lobstein, en 1833, a una enfermedad como las de Berenger-Ferrand, el prime-
ral y las de la pelvis en particular. nítidos. Forman grupos de una decena osteohalistéresis (del gr. osteon, hueso, especialmente frecuente y acentuada a caracterizada por fragilidad extrema de ro en describir (1870) el uso de tornillos
Orr,
Orr, Hiram
Hiram Winnett.
Winnett. Cirujano estadou- de elementos. hals, sal, y steresis, privación).. Reblan- nivel de la columna vertebral, de la pelvis los huesos que, según su expresión, «se para mantener unidos los fragmentos de
nidense (1877-1950). Introdujo el méto- osteocia (del gr. osteon, hueso, y okys, li- decimiento de los huesos por absorción y la cadera. Siempre respeta el cráneo. rompen como vidrio». las fracturas diafisarias. El empleo a ma-
do de la cura retardada (método de Orr) gero). Término empleado para describir o aporte insuficiente de sales minerales. Como problema traumatológico, la osteo- osteorrafia (del gr. osteon, hueso, y rha-
osteorrafia yor escala de la osteosíntesis metálica se
para el tratamiento de las heridas y en la disminución de la densidad y consis- osteoide (del gr. osteo, hueso, y eidos, se- porosis tiene interés por ser una causa fre- phe, sutura). Unión entre los fragmentos inicia a principios del presente siglo, con
las fracturas abiertas, método que ya ha- tencia óseas consecutiva a la descalcifi- mejanza). 1. Semejante al hueso; se cuente de fracturas y al mismo tiempo de fractura realizada con materiales no los trabajos de William Arbuthnot Lane
bía sido ensayado por Ollier, en 1792, y cación. dice de algunos tumores. 2. Tejido una consecuencia posible de las mismas metálicos (hilos de sutura no reabsorbi- (1856-1943), Albin Lambotte (1856-
por Pirogoff en la guerra de Crimea osteoclasia (del gr. osteon, hueso, y klasein, óseo joven antes de la calcificación. o de ciertos traumatismos. (Véase atrofia ble, principalmente. (Véase osteosín - 1912), de Bélgica, Robert Danis (1880-
(1854-1855). El método fue empleado romper). 1. Fractura intencional quirúr- osteólisis (del gr. osteon, hueso, y lysis, ósea dolorosa postraumática
postraumática.) tesis.)
tesis. 1962), también belga, lo mismo que
por Bastos Ansart en 1934 en los heridos gica, manual o instrumental de un hueso, disolución).. Resorción, destrucción o El diagnóstico de la osteoporosis no es osteorrexis (del gr. osteon, hueso, y rhe- J. Verbrugge, continuador de Lambotte,
de la campaña de Asturias y descrito en para la corrección de una desviación o necrosis gradual del tejido óseo. fácil de establecer por la radiografía xis, rotura). Fractura ósea. W. O. Sherman, etc. La lista sería inter-
todos sus detalles en su libro Las heridas deformidad. 2. Resorción y destrucción osteomalacia (del gr. osteon, hueso, y ma- convencional ni por los exámenes de la- osteosclerosis (del gr. osteon, hueso, y minable. Hasta nuestros días, en que si-
por arma de fuego, difundido más tarde del tejido óseo por los osteoclastos. lachia, reblandecimiento). Enfermedad boratorio. Los niveles de calcio, fosfata- skleros, duro). Endurecimiento anormal guen aportándose nuevos perfecciona-
por Trueta entre los heridos de la Segun- osteoclasto (del gr. osteon, hueso, y klas- del adulto, debida a una deficiente calci- sa alcalina y fósforo en el suero acos- o eburnación del hueso. mientos al método y precisando cada
da Guerra Mundial y conocido general- tos, roto). 1. Célula gigante multinucle- ficación de la matriz ósea neoformada tumbran ser normales o muy cerca de la osteosíntesis (del gr. osteon, hueso, y syn- vez mejor sus indicaciones, sin que a pe-
mente como método español del trata- ar de la médula ósea que presenta los (tejido osteoide) como consecuencia de normalidad. Únicamente la eliminación thesis, unión). Procedimiento quirúrgico sar de ello se haya acallado del todo
miento de las heridas. caracteres morfológicos siguientes: ta- una concentración inadecuada de calcio aumentada de calcio por la orina puede de unión ósea usando materiales metáli- la eterna polémica a favor de los méto-
ortesis. Dispositivo ortopédico que reem- maño considerable (hasta 100 µ), cito- y fósforo en los humores (por disminu- poner sobre la pista de un aumento de la cos (alambres, tornillos, placas, clavos dos conservadores o los quirúrgicos. En
plaza parcial o totalmente las funciones plasma azul pálido con granulaciones ción de la absorción, aumento de la eli- actividad osteoclástica con pérdida de intramedulares, etc.), empleado princi- 1940, Gerhard Küntscher presentó, en el
de un miembro con incapacidad física azurófilas finas y núcleos muy numero- minación o depósito anormalmente rápi- la masa ósea. Por el contrario, la densi- palmente en el tratamiento de las fractu- Congreso Alemán de Cirugía, el método
o invalidez, como las férulas, corsés, tu- sos (entre 3 y 100) de cromatina fina do de calcio y fósforo en los huesos), y tometría porporciona datos muy fiables, ras, pero también en las osteotomías o que se conoce universalmente por su
tores, sillas ortopédicas, etc. conteniendo cada uno un nucléolo azul deficiencia de vitamina D, con estimula- no sólo para el diagnóstico de la osteo- incluso en determinadas anomalías del nombre, a pesar de que la prioridad del
os capitatum. Hueso grande. claro muy nítido. Sin.: policariocito, ción compensadora de las paratiroides. porosis, sino sobre el grado de la misma, esqueleto, como es el caso de las osteo- mismo fue reclamada por el traumatólo-
os hamantum. Hueso ganchoso del carpo. mieloplaxa. 2. Instrumento empleado Se caracteriza por descalcificación ósea y en consecuencia sobre el riesgo de síntesis vertebrales en las espondilólisis go francés P. L. Chigot en un artículo pu-
os lunatum. Hueso semilunar. para la fractura quirúrgica de los huesos. generalizada con adelgazamiento de la fractura. o espondilolistesis. Cuando la unión en- blicado en 1946 en la Presse Medicale, y
os multangulum majus. Hueso trapecio. osteodinia (del gr. ostoen, hueso, y ody- cortical, trabéculas muy disminuidas y El tratamiento de la osteoporosis (pre- tre los fragmentos de fractura se realiza donde dice haber practicado el enclava-
os multangulum minus. Hueso trape- ne, dolor). Dolor en un hueso o huesos. espacios medulares anchos. El cuadro ventivo o curativo) debe basarse, en lí- con materiales no metálicos (hilos de su- do intramedular desde 1937. Pero en
zoides. osteogénesis (del gr. osteon, hueso, y ge- clínico comprende: a) dolores óseos in- neas generales, en las siguientes medi- tura no reabsorbible, principalmente) el cualquier caso, fue Küntscher quien le
os naviculare
naviculare manus. Hueso escafoides nesis, producción). Formación y desa- tensos espontáneos y a la menor presión; das (según Laporte, Costa y Arnau): nombre más apropiado para designarla dio mayor impulso empleándolo exten-
carpiano. rrollo del tejido óseo; osificación. b) astenia acentuada; c) marcha «de 1) Ejercicio moderado. es el de osteorrafia. samente en los heridos alemanes de la
os triquetrum. Hueso piramidal del carpo. osteogénesis imperfecta. Término de pato» con oscilación de las caderas al an- 2) Evitar estímulos dolorosos (sobre Datos históricos. A los que practican Segunda Guerra Mundial. Debido preci-
Osborne y Cotterill, operación
operación de. In- Vrolik (1845) para una enfermedad con- dar; d) transparencia generalizada de los todo en la atrofia ósea dolorosa pos- actualmente la osteosíntesis como uno samente a esta contienda, el método
tervención para el tratamiento de la lu- génita rara del esqueleto, que comienza huesos al examen radiológico; e) fractu- traumática). de los recursos más modernos de la trau- apenas salió de las fronteras alemanas o
xación recidivante del codo. Consiste en la vida intrauterina y se manifiesta en ras óseas y grandes deformidades del es- 3) Administración de Ca a la dosis de matología actual, tal vez les sorprenda de los países ocupados por Alemania,
en colapsar la bolsa subcapsular exter- la infancia o en la adolescencia. Se ca- queleto; f) signos de tetania en caso de 1 a 2 g diarios, en forma medicamento- saber que el método tiene antecedentes con muy pocas excepciones: G. Lauren-
na, donde se aloja la cabeza del radio al racteriza por una fragilidad particular de hipocalcemia. Existe aumento de la fosfa- sa o con la alimentación (leche, queso, remotos. El primer caso conocido de su ce, de la Francia ocupada, en un artículo
luxarse. Para ello se hace una herida los huesos («hombres de vidrio») que tasa alcalina, disminución del fósforo y etcétera). Asociado a la vitamina D. empleo (según un artículo de Guthrie, publicado en 1944; A. Westerborn, de
capsular cuyos bordes se fijan al plano produce en los mismos frecuentes frac- calcemia normal o baja, así como hipo- 4) Anabolizantes (se supone que favo- publicado en 1903) se remonta a 1775, Suecia, en otro publicado en el mismo
óseo mediante unas hebras de sutura turas, poco dolorosas, que consolidan calciuria e hiperfosfaturia. Es más fre- recen la formación de nuevo tejido y se refiere a un intento de los cirujanos año; el español F. Jimeno Vidal; L. Gutt-
previamente pasadas a través del epi- con facilidad, escleróticas azules, tras- cuente en la mujer embarazada. En la ac- óseo, sin datos seguros que lo confir- franceses Lapuyade y Sicre de suturar los ner en 1943, en Chile, y pocos más. Los
cóndilo. tornos auditivos, enanismo, relajación tualidad se está de acuerdo en que la men en las osteoporosis establecidas). fragmentos de una fractura humeral me- cirujanos americanos e ingleses empeza-
osisdemosis. Proceso de calcificación a de los ligamentos con luxaciones múlti- osteomalacia y el raquitismo son la mis- 5) Estrógenos (con las debidas pre- diante alambre. Al parecer con dudoso ron a conocer el método al final de la
nivel de los ligamentos articulares. ples y otosclerosis. La radiografía mues- ma enfermedad. Tratamiento: ingestión cauciones) en las formas posclimaté- resultado, pues el paciente falleció a los guerra, a través de los prisioneros alema-
oso panda, ojos de. Dícese también ojos tra osteoporosis intensa generalizada, elevada de calcio (30 g diarios de lactato ricas. dos días de la intervención, según testi- nes que habían sido previamente opera-
de mapache. Aspecto de la cara que re- adelgazamiento de la cortical, estrechez de calcio) y vitamina D (50.000 unidades 6) Calcitonina. Hoy día muy en boga, monio escrito de otro cirujano también dos. En España fue introducido, recién
cuerda el de estos animales, debido al de la diáfisis ósea y de la bóveda cra- por día). a pesar de que su efecto sobre la osteo- francés y contemporáneo de los anterio- acabada la guerra, por Jimeno Vidal, jun-
omalgia 248 249 osteosíntesis

con vértice en el trocánter mayor, para hematoma periorbitario, en las hemorra- neal. Se transmite con carácter domi- osteomielitis fractur
fracturarias.
arias. Véase frac
frac - porosis es muy discutible, por lo cual res (Icart, 1975). En 1827, J. H. Rodgers,
acceso quirúrgico de la cadera, emplea- gias extradurales de la fosa anterior. (Vé- nante. Según algunos autores, el nombre turas
turas infectadas. no es recomendable para el tratamiento cirujano de Nueva York, publicó un caso
da hoy día en algunas artroplastias. En ase craneoencefálicos,
craneoencefálicos, traumatis-
traumatis- de síndrome de Vrolik debe ser reserva- osteoporosis (del gr. osteon, hueso, y po- de la misma en forma rutinaria o incon- de fractura de húmero tratada mediante
el campo de la traumatología fue uno mos.)
mos. do para las formas fetales. Puede ir aso- ros, poro). Osteopatía metabólica carac- trolada. fijación con alambre entre los fragmen-
de los precursores de la cura oclusiva o osteítis fractur
fracturarias
arias.. Véase fractur
fracturasas ciada con aminoaciduria familiar y dis- terizada por la reducción de la masa ósea 7) El fluoruro sódico estimula la acti- tos, esta vez con éxito. Y poco más o me-
retardada (1872), basada en la inmovili- infectadas. minución de la creatina en la sangre. El por hipoplasia de la matriz del hueso, vidad de los osteoblastos y se incorpora nos por la misma fecha, otro gran ciruja-
zación de las fracturas abiertas sin reno- osteoanagénesis (del gr. osteon, hueso, primer caso de esta afección parece ha- como consecuencia de un desequilibrio al hueso en forma de fluoroapatita. Con no inglés, Astley Cooper (1768-1841),
var el apósito mientras el herido estu- ana, de nuevo, y genesis, producción).. ber sido descrito por Malebranche en entre la actividad de los osteoblastos y la ello reduciría el riesgo de fractura, pero discípulo de John Hunter, y autor del pri-
viese apirético. Regeneración ósea. 1674, y Lobstein, en 1833, la denominó de los osteoclastos a favor de estos últi- tiene —o puede tener— efectos desfa- mer libro moderno sobre el tratamiento
omalgia (del gr. omos, hombro, y algos, osteoblasto (del gr. osteon, hueso, y blas- osteopsatirosis. Con el nombre de sín- mos. Puede ser debida a causas diversas vorables difíciles de controlar. de las fracturas, realizaba, también con
dolor). Dolor en el hombro; omodinia. tos, germen). Célula de la zona osteoide drome de osteogénesis imperfecta tarda (deficiencia de estrógenos o andrógenos, 8) Los difosfonatos podrían igualmen- éxito, una sutura metálica entre los frag-
omodinia (del gr. omos, hombro, y odyne, del cartílago que presenta los caracteres se describe una afección congénita, no hipovitaminosis C, hipertiroidismo, sín- te disminuir el riesgo de fracturas. Pero mentos de una fractura de rótula. Pero
dolor). Dolor en el hombro; omalgia. siguientes: tamaño considerable (20 a hereditaria, que se distingue de la forma drome de Cushing, etc.). Pero las formas este efecto todavía no ha sido suficien- estas primeras aportaciones al tema de la
ORIF. Siglas inglesas que significan open
ORIF. 40 µ), forma oval, citoplasma basófilo clásica por su aparición tardía y la au- más corrientes, en ausencia de estos pro- temente comprobado. osteosíntesis apenas fueron tenidas en
reduction internal fixation para referirse con arcoplasma muy neto en el centro sencia de fracturas y de signos radiográ- cesos, es la osteoporosis posmenopáusi- osteopsatirosis (del gr. osteon, hueso, y cuenta por sus contemporáneos, como
a la táctica basada en estas normas para de la célula, núcleo excéntrico de cro- ficos típicos. Sin.: síndrome de Adair- ca, en la mujer, y la osteoporosis senil. psathyros, friable). Nombre dado por tampoco lo fueron otras posteriores,
el tratamiento de las fracturas en gene- matina fina y nucléolos azulados muy Dighton. Puede afectar a todo el esqueleto, pero es Lobstein, en 1833, a una enfermedad como las de Berenger-Ferrand, el prime-
ral y las de la pelvis en particular. nítidos. Forman grupos de una decena osteohalistéresis (del gr. osteon, hueso, especialmente frecuente y acentuada a caracterizada por fragilidad extrema de ro en describir (1870) el uso de tornillos
Orr,
Orr, Hiram
Hiram Winnett.
Winnett. Cirujano estadou- de elementos. hals, sal, y steresis, privación).. Reblan- nivel de la columna vertebral, de la pelvis los huesos que, según su expresión, «se para mantener unidos los fragmentos de
nidense (1877-1950). Introdujo el méto- osteocia (del gr. osteon, hueso, y okys, li- decimiento de los huesos por absorción y la cadera. Siempre respeta el cráneo. rompen como vidrio». las fracturas diafisarias. El empleo a ma-
do de la cura retardada (método de Orr) gero). Término empleado para describir o aporte insuficiente de sales minerales. Como problema traumatológico, la osteo- osteorrafia (del gr. osteon, hueso, y rha-
osteorrafia yor escala de la osteosíntesis metálica se
para el tratamiento de las heridas y en la disminución de la densidad y consis- osteoide (del gr. osteo, hueso, y eidos, se- porosis tiene interés por ser una causa fre- phe, sutura). Unión entre los fragmentos inicia a principios del presente siglo, con
las fracturas abiertas, método que ya ha- tencia óseas consecutiva a la descalcifi- mejanza). 1. Semejante al hueso; se cuente de fracturas y al mismo tiempo de fractura realizada con materiales no los trabajos de William Arbuthnot Lane
bía sido ensayado por Ollier, en 1792, y cación. dice de algunos tumores. 2. Tejido una consecuencia posible de las mismas metálicos (hilos de sutura no reabsorbi- (1856-1943), Albin Lambotte (1856-
por Pirogoff en la guerra de Crimea osteoclasia (del gr. osteon, hueso, y klasein, óseo joven antes de la calcificación. o de ciertos traumatismos. (Véase atrofia ble, principalmente. (Véase osteosín - 1912), de Bélgica, Robert Danis (1880-
(1854-1855). El método fue empleado romper). 1. Fractura intencional quirúr- osteólisis (del gr. osteon, hueso, y lysis, ósea dolorosa postraumática
postraumática.) tesis.)
tesis. 1962), también belga, lo mismo que
por Bastos Ansart en 1934 en los heridos gica, manual o instrumental de un hueso, disolución).. Resorción, destrucción o El diagnóstico de la osteoporosis no es osteorrexis (del gr. osteon, hueso, y rhe- J. Verbrugge, continuador de Lambotte,
de la campaña de Asturias y descrito en para la corrección de una desviación o necrosis gradual del tejido óseo. fácil de establecer por la radiografía xis, rotura). Fractura ósea. W. O. Sherman, etc. La lista sería inter-
todos sus detalles en su libro Las heridas deformidad. 2. Resorción y destrucción osteomalacia (del gr. osteon, hueso, y ma- convencional ni por los exámenes de la- osteosclerosis (del gr. osteon, hueso, y minable. Hasta nuestros días, en que si-
por arma de fuego, difundido más tarde del tejido óseo por los osteoclastos. lachia, reblandecimiento). Enfermedad boratorio. Los niveles de calcio, fosfata- skleros, duro). Endurecimiento anormal guen aportándose nuevos perfecciona-
por Trueta entre los heridos de la Segun- osteoclasto (del gr. osteon, hueso, y klas- del adulto, debida a una deficiente calci- sa alcalina y fósforo en el suero acos- o eburnación del hueso. mientos al método y precisando cada
da Guerra Mundial y conocido general- tos, roto). 1. Célula gigante multinucle- ficación de la matriz ósea neoformada tumbran ser normales o muy cerca de la osteosíntesis (del gr. osteon, hueso, y syn- vez mejor sus indicaciones, sin que a pe-
mente como método español del trata- ar de la médula ósea que presenta los (tejido osteoide) como consecuencia de normalidad. Únicamente la eliminación thesis, unión). Procedimiento quirúrgico sar de ello se haya acallado del todo
miento de las heridas. caracteres morfológicos siguientes: ta- una concentración inadecuada de calcio aumentada de calcio por la orina puede de unión ósea usando materiales metáli- la eterna polémica a favor de los méto-
ortesis. Dispositivo ortopédico que reem- maño considerable (hasta 100 µ), cito- y fósforo en los humores (por disminu- poner sobre la pista de un aumento de la cos (alambres, tornillos, placas, clavos dos conservadores o los quirúrgicos. En
plaza parcial o totalmente las funciones plasma azul pálido con granulaciones ción de la absorción, aumento de la eli- actividad osteoclástica con pérdida de intramedulares, etc.), empleado princi- 1940, Gerhard Küntscher presentó, en el
de un miembro con incapacidad física azurófilas finas y núcleos muy numero- minación o depósito anormalmente rápi- la masa ósea. Por el contrario, la densi- palmente en el tratamiento de las fractu- Congreso Alemán de Cirugía, el método
o invalidez, como las férulas, corsés, tu- sos (entre 3 y 100) de cromatina fina do de calcio y fósforo en los huesos), y tometría porporciona datos muy fiables, ras, pero también en las osteotomías o que se conoce universalmente por su
tores, sillas ortopédicas, etc. conteniendo cada uno un nucléolo azul deficiencia de vitamina D, con estimula- no sólo para el diagnóstico de la osteo- incluso en determinadas anomalías del nombre, a pesar de que la prioridad del
os capitatum. Hueso grande. claro muy nítido. Sin.: policariocito, ción compensadora de las paratiroides. porosis, sino sobre el grado de la misma, esqueleto, como es el caso de las osteo- mismo fue reclamada por el traumatólo-
os hamantum. Hueso ganchoso del carpo. mieloplaxa. 2. Instrumento empleado Se caracteriza por descalcificación ósea y en consecuencia sobre el riesgo de síntesis vertebrales en las espondilólisis go francés P. L. Chigot en un artículo pu-
os lunatum. Hueso semilunar. para la fractura quirúrgica de los huesos. generalizada con adelgazamiento de la fractura. o espondilolistesis. Cuando la unión en- blicado en 1946 en la Presse Medicale, y
os multangulum majus. Hueso trapecio. osteodinia (del gr. ostoen, hueso, y ody- cortical, trabéculas muy disminuidas y El tratamiento de la osteoporosis (pre- tre los fragmentos de fractura se realiza donde dice haber practicado el enclava-
os multangulum minus. Hueso trape- ne, dolor). Dolor en un hueso o huesos. espacios medulares anchos. El cuadro ventivo o curativo) debe basarse, en lí- con materiales no metálicos (hilos de su- do intramedular desde 1937. Pero en
zoides. osteogénesis (del gr. osteon, hueso, y ge- clínico comprende: a) dolores óseos in- neas generales, en las siguientes medi- tura no reabsorbible, principalmente) el cualquier caso, fue Küntscher quien le
os naviculare
naviculare manus. Hueso escafoides nesis, producción). Formación y desa- tensos espontáneos y a la menor presión; das (según Laporte, Costa y Arnau): nombre más apropiado para designarla dio mayor impulso empleándolo exten-
carpiano. rrollo del tejido óseo; osificación. b) astenia acentuada; c) marcha «de 1) Ejercicio moderado. es el de osteorrafia. samente en los heridos alemanes de la
os triquetrum. Hueso piramidal del carpo. osteogénesis imperfecta. Término de pato» con oscilación de las caderas al an- 2) Evitar estímulos dolorosos (sobre Datos históricos. A los que practican Segunda Guerra Mundial. Debido preci-
Osborne y Cotterill, operación
operación de. In- Vrolik (1845) para una enfermedad con- dar; d) transparencia generalizada de los todo en la atrofia ósea dolorosa pos- actualmente la osteosíntesis como uno samente a esta contienda, el método
tervención para el tratamiento de la lu- génita rara del esqueleto, que comienza huesos al examen radiológico; e) fractu- traumática). de los recursos más modernos de la trau- apenas salió de las fronteras alemanas o
xación recidivante del codo. Consiste en la vida intrauterina y se manifiesta en ras óseas y grandes deformidades del es- 3) Administración de Ca a la dosis de matología actual, tal vez les sorprenda de los países ocupados por Alemania,
en colapsar la bolsa subcapsular exter- la infancia o en la adolescencia. Se ca- queleto; f) signos de tetania en caso de 1 a 2 g diarios, en forma medicamento- saber que el método tiene antecedentes con muy pocas excepciones: G. Lauren-
na, donde se aloja la cabeza del radio al racteriza por una fragilidad particular de hipocalcemia. Existe aumento de la fosfa- sa o con la alimentación (leche, queso, remotos. El primer caso conocido de su ce, de la Francia ocupada, en un artículo
luxarse. Para ello se hace una herida los huesos («hombres de vidrio») que tasa alcalina, disminución del fósforo y etcétera). Asociado a la vitamina D. empleo (según un artículo de Guthrie, publicado en 1944; A. Westerborn, de
capsular cuyos bordes se fijan al plano produce en los mismos frecuentes frac- calcemia normal o baja, así como hipo- 4) Anabolizantes (se supone que favo- publicado en 1903) se remonta a 1775, Suecia, en otro publicado en el mismo
óseo mediante unas hebras de sutura turas, poco dolorosas, que consolidan calciuria e hiperfosfaturia. Es más fre- recen la formación de nuevo tejido y se refiere a un intento de los cirujanos año; el español F. Jimeno Vidal; L. Gutt-
previamente pasadas a través del epi- con facilidad, escleróticas azules, tras- cuente en la mujer embarazada. En la ac- óseo, sin datos seguros que lo confir- franceses Lapuyade y Sicre de suturar los ner en 1943, en Chile, y pocos más. Los
cóndilo. tornos auditivos, enanismo, relajación tualidad se está de acuerdo en que la men en las osteoporosis establecidas). fragmentos de una fractura humeral me- cirujanos americanos e ingleses empeza-
osisdemosis. Proceso de calcificación a de los ligamentos con luxaciones múlti- osteomalacia y el raquitismo son la mis- 5) Estrógenos (con las debidas pre- diante alambre. Al parecer con dudoso ron a conocer el método al final de la
nivel de los ligamentos articulares. ples y otosclerosis. La radiografía mues- ma enfermedad. Tratamiento: ingestión cauciones) en las formas posclimaté- resultado, pues el paciente falleció a los guerra, a través de los prisioneros alema-
oso panda, ojos de. Dícese también ojos tra osteoporosis intensa generalizada, elevada de calcio (30 g diarios de lactato ricas. dos días de la intervención, según testi- nes que habían sido previamente opera-
de mapache. Aspecto de la cara que re- adelgazamiento de la cortical, estrechez de calcio) y vitamina D (50.000 unidades 6) Calcitonina. Hoy día muy en boga, monio escrito de otro cirujano también dos. En España fue introducido, recién
cuerda el de estos animales, debido al de la diáfisis ósea y de la bóveda cra- por día). a pesar de que su efecto sobre la osteo- francés y contemporáneo de los anterio- acabada la guerra, por Jimeno Vidal, jun-
osteosíntesis 250

to a su inmensa experiencia adquirida en véase la obra de Pauwels, Principios de lugar a este fenómeno en la misma me-
Austria durante la campaña. biomecánica aplicados al tratamiento de dida, y ninguno de los empleados ac-
Principales objetivos y bases funda- las fracturas.) tualmente en la osteosíntesis lo hace en
mentales de la osteosíntesis. Reducir la Respuesta del organismo a los materia- la misma forma que el hierro o el acero
fractura, aproximar los fragmentos, fijar- les de osteosíntesis. Peligros e inconve- de mala calidad. Los metales nobles, en-
los entre sí y mantenerlos unidos hasta nientes del empleo de material metálico. cabezados por el platino y seguidos del
consumarse la consolidación, son los 1) Posibilidad de reacción a cuerpo ex- oro y la plata, tienen poca tendencia
objetivos básicos a que responde el tra- traño. Rechazo del implante. Poco fre- a liberar electrones. En condiciones pa-
tamiento y que prevalecen hoy día en cuente en la actualidad con el empleo de recidas se encuentra el titanio, el acero
todas las modificaciones propuestas materiales inertes o casi inertes. Como inoxidable de alta calidad y algunas alea-
desde las primeras tentativas. A ellos hay son también poco frecuentes reacciones ciones como el vitalio, etc. Según los
que añadir los principios de biomecáni- de otro tipo (necrosis tisular, metalosis, autores de la AO, con los metales em-
ca y los perfeccionamientos técnicos in- reacción inflamatoria dolorosa, etc.). pleados en sus materiales de osteosínte-
troducidos principalmente por la AO, en 2) Posibilidad de reabsorción ósea sis la corriente galvánica se establece en
particular el principio de la respuesta como reacción al material metálico. Es sentido opuesto al anteriormente descri-
ósea a la compresión interfragmentaria y uno de los fenómenos sobre los que más to, con lo cual es inocua. El mayor po-
la aplicación de las leyes de biomecáni- se ha insistido en toda la historia de la os- tencial galvánico se establece entre dos
ca para obtener el máximo provecho de teosíntesis y uno de los más conocidos, metales o aleaciones metálicas diferen-
la acción compresiva (aparte de muchas cuyos ejemplos más a mano los suminis- tes, en cuyo caso la corrosión predomina
otras innovaciones, igualmente valiosas, tran los aflojamientos de los tornillos, los en el metal menos noble, y es tanto ma-
aportadas por esta escuela al empleo de túneles creados en torno a los alambres a yor cuanto mayor sea la diferencia entre
la osteosíntesis en el tratamiento de las su paso por el hueso, o las zonas de os- uno y otro en la escala de la serie galvá-
fracturas). Según el primero de estos teólisis en virola creadas por los anillos nica, encabezada por el platino y termi-
principios, la mutua presión entre los de Lambotte. Los cirujanos de la AO pre- nada en el hierro.
fragmentos a cuenta de la osteosíntesis tenden haber demostrado, sin embargo, osteosíntesis extrafocal.
extrafocal. Véase fijado-
fijado-
permite, en primer lugar, una máxima que estos fenómenos de reabsorción se res externos en traumatología.
traumatología.
estabilidad y firmeza del montaje, y con presentan únicamente como reacción a osteosíntesis lumbosacra.
lumbosacra. Método com-
ello la posibilidad de movilización pre- los micromovimientos entre el material binado de injerto óseo y fijación metá-
coz de las articulaciones vecinas, sin metálico y el hueso, y no se presentan, lica, para la artrodesis entre los últimos
riesgo —o con menos riesgo— de movi- por tanto (siempre según la citada escue- segmentos lumbares y el sacro. (Véase
lizar el foco. En segundo lugar, tal inmo- la), cuando estos movimientos se evitan espondilólisis y espondilolistesis de
vilidad conduce a la consolidación ósea a beneficio de una fijación suficiente- origen traumático.)
traumático.)
primaria, es decir, a la formación direc- mente firme y estable. osteotaxis. Véase fijadores externos
ta de tejido óseo haversiano entre las 3) Peligro de crear un punto débil, ex- en traumatología.
traumatología.
corticales fracturadas, sin pasar por una puesto a una nueva fractura, en el extre- osteotilo (del gr. osteon, hueso, y tylos,
fase intermedia de cartílago y hueso fi- mo de la placa diafisaria, debido a la di- callosidad). Callo óseo.
brilar, y sin formación ferencia de elasticidad que existe entre el osteotomía (del gr. osteon, hueso, y tome,
—o muy escasa— de callo perióstico o hueso sano diafisario y la zona, mucho incisión). Sección quirúrgica de un hueso.
endóstico. El aprovechamiento de las le- más rígida, cubierta por la placa. osteótomo (del gr. osteon, hueso, y tome,
yes biomecánicas para obtener la máxi- Respuesta del material de osteosínte- incisión). Cuchillo, cincel o escoplo
ma compresión interfragmentaria, y con sis al organismo. La introducción de un para la práctica de la osteotomía.
ella una mayor estabilidad de la osteo- cuerpo metálico en el organismo da —o otorrea de líquido cefalorraquídeo.
cefalorraquídeo.
síntesis, se basa fundamentalmente en puede dar— lugar a unos fenómenos Complicación de las fracturas de la
los principios de Pauwels, según los cua- comparables a su introducción en una base del cráneo a nivel de la fosa me-
les el efecto de la carga sobre los huesos solución salina, de los cuales el más im- dia. (Véase craneoencefálicos,
craneoencefálicos, trautrau -
diafisarios puede traducirse en esfuerzos portante es la producción de un poten- matismos.)
matismos
nocivos de distensión, o por el contrario, cial eléctrico entre el metal y los líquidos Ottolenghi, Carlos. Famoso cirujano
en efectos positivos de compresión. Y en circundantes. O dicho de otra forma, de ortopédico y traumatólogo argentino
determinadas condiciones, un esfuerzo una corriente galvánica que va del polo (1904-1984). Profesor titular de la Uni-
de flexión puede convertirse, a benefi- positivo (el ánodo, representado por el versidad de Buenos Aires y jefe del Ser-
cio de la osteosíntesis, en una fuerza metal) al negativo (el cátodo, representa- vicio de Ortopedia y Traumatología del
compresiva, merced al llamado «efecto do por los líquidos orgánicos). Con ello Hospital Italiano de dicha ciudad. Presi-
del tensor», o del «hauban» («oben- el hierro pierde electrones, el ion férrico dente de la Asociación Argentina de
que»), según los franceses, o «compre- se convierte en ion ferroso, o en otras pa- Ortopedia y Traumatología.
sión dinámica», según la AO. (Para más labras, se oxida. El resultado es la corro- Owren, prueba de. de Véase prueba del
información sobre el tema sión del metal. No todos los metales dan trombo.
P
Page, operación
operación de. Desprendimiento y matología de guerra. Introdujo la ligadu-
descenso de la insercion proximal de ra de las arterias, en lugar de la cauteri-
los músculos retraídos para el trata- zación, y la cura racional de las heridas
miento de la contractura isquémica de de arma de fuego. Autor de numerosas
contractura
Volkmann (1923). (Véase contractur a obras que sirvieron de enseñanza duran-
isquémica de Volkmann.
Volkmann.) te mucho tiempo (figs. 1 y 2).
Palazzi Duarte, Ángel Santos. Insig- Parrot, Joseph
Joseph Marie Jules. Jules. Pediatra
ne traumatólogo y cirujano ortopédico francés (1839-1883). Describió la epifi-
(1909-1993) nacido en Ciudad Bolívar siólisis de la cabeza humeral indolora
(Venezuela) y establecido en Barcelona, en los recién nacidos afectos de sífilis
donde ejerció una larga y fructífera ac- hereditaria, distinguiéndola de la pará-
tividad asistencial y docente, de la que lisis obstétrica del plexo braquial (seu-
destacan, entre muchas otras, sus apor- doparálisis de Parrot).
taciones a la reparación de las lesiones Pascual Mestres, método de (de Neme-
tendinosas de la mano. Fue jefe del Ser- sio Pascual Mestres, cirujano español,
vicio de Cirugía Ortopédica y Trauma- 1911-1987). Procedimiento para el tra-
tología del Hospital del Sagrado Cora- tamiento de las fracturas del olécranon
zón de Barcelona y presidente de la mediante un clavo curvo en forma de
SECOT entre 1966 y 1968. De su labor gancho, uno de cuyos extremos se in-
docente destaca en primer término los troduce en el fragmento olecraniano y
«Ciclos de Cirugía Ortopédica» cele- FIG. 1. Ambrosio Paré. el otro se atornilla a la diáfisis del cúbi-
brados en su servicio desde 1959 y por to. (Véase olécranon,
olécranon, fractur
fracturas.
as.)
los que desfilaron figuras tan prestigio- patelar (del lat. patella, rótula). Rotuliano.
sas de la especialidad como Müller, Mi- Trickey
Paterson y Tric key,, método de. Para la
lesi, Narakas, etc. En 1961, Raul Hoff- reconstrucción del ligamento cruzado
man, en uno de estos ciclos, colocó por anterior con una tira del tendón rotulia-
primera vez en España su fijador exter- no, según una modificación de la técni-
no en un caso de seudoartrosis. ca original de K. G. Jones. (Véase J ones,
pantalón antishock.
antishock. Véase MAST.
MAST. operación
operación de.)de
papiro de Smith. Antiguo papiro egipcio Patte-Debeyre, operación
operación de. Interven-
llamado así por su descubridor, Edwin ción para el tratamiento de la luxación re-
Smith, en 1962. Procede del siglo XVII cidivante escapulohumeral. (Véase hom-hom-
antes de Cristo y se considera el tratado bro, luxación recidiv
recidivante del.)
del.
más antiguo conocido de cirugía de ur- Pauwels, Friedric
Friedrich.h. Insigne cirujano ale-
gencia. mán (1885-1980), nacido en Aachen
paradoja
paradoja del sodio. Tipo de respuesta (Aquisgrán). Discípulo de Shanz, en
metabólica a los traumatismos craneo- Dresden, y más tarde de Lorenz, en Vie-
encefálicos, en virtud de la cual se pro- na. En 1924 fue nombrado jefe del de-
duce una retención de sodio con hipo- partamento de ortopedia del «Luisen
craneoencefálicos,
natremia. (Véase craneoencefálicos, Hospital», en Aquisgrán, y en 1934 jefe
traumatismos.
traumatismos.) de ortopedia de los Servicios Hospitala-
parálisis de la noche
noche del sábado. Pará- rios Municipales («Stadtische Kranke-
lisis del radial en individuos ebrios que nanstalten») de la misma ciudad, donde
se han quedado dormidos con el brazo permaneció hasta su jubilación en 1960.
apoyado en el respaldo de la silla. FIG. 2. Ingenioso aparato, ideado por Paré, Sus importantes aportaciones al estu-
Paré, Ambrosio. Cirujano militar francés que permite ejercer simultáneamente (girando dio de la biomecánica aplicada al tra-
(1510-1590), de extraordinaria impor- la manivela en un único sentido) tracción y tamiento de las fracturas se iniciaron
tancia en el desarrollo de la gran trau- contratracción sobre un miembro. con la revisión crítica de los trabajos
Pauwels 252 253 pelvis

lumna (un hueso diafisario, como el fé-


mur o la tibia) puede traducirse en fuer-
zas de presión o de tracción según el
punto en que actúe dicha carga respec-
to al eje central de la columna. 1) Cuan-
100 kg
do la carga se ejerce sobre el eje cen-
tral, su efecto se traduce por una fuerza
30º de presión repartida uniformemente en
toda la superficie de sección de la co-
30º 50º Obenque lumna (fig. 4 A). 2) Cuando la carga se
50º
100 kg
20 kg/cm2 ejerce en situación excéntrica respecto
al eje de la columna, su efecto se tradu-
ce por una fuerza de presión sobre el
Tipo I Tipo II Tipo III lado de la carga, y por una fuerza de
tracción sobre el lado opuesto a la mis-
FIG. 2. Clasificación de Pauwels de las fractturas del cuello del fémur. ma (fig. 4 B).
Teoría de las columnas y el principio del
tensor o del obenque. Un tensor (u
obenque, «hauban» para los franceses)
A B contrapuesto a la carga excéntrica al
otro lado de la columna, anula el efec-
to distractor de la misma y lo convierte
FIG. 1. Friedrich Pauwels.
en un efecto de compresión axial supe-
FIG. 5. Efecto del tensor u obenque. La acción
rior al de la propia carga (fig. 5).
del mismo convierte las fuerzas asimétricas de
distracción y de flexión de la carga asimétrica FIG. 6. Modelo de la columna de Pauwels Teoría de las columnas aplicada al fémur.
de W. Roux y otros grandes anatomistas Este hueso constituye el ejemplo más ca-
en fuerzas de compresión. con carga simétrica aplicada al fémur.
consagrados, corrigiendo sus defectos y racterístico de la columna ósea sometida
sentando las bases de una anatomía fun- a una carga excéntrica (el peso del cuer-
cional. En 1927 propuso la osteotomía po más la acción de los abductores de la
correctora o valguizante para el trata- cadera, fig. 6). Debido a ello, una fractu-
miento de las seudoartrosis del cuello ra diafisaria, de trazo transversal, tiende a
del fémur, consideradas hasta entonces abrirse por el lado opuesto a dicha carga
como incurables. En 1935 publicó su (el de la convexidad del arco formado
trabajo La fractura del cuello femoral por el cuello y la diáfisis, fig. 7 A). Como
como problema mecánico, que conti- FIG. 3. Operación de Pauwels (análoga a la de McMurray) para horizontalizar la línea de fractura
consecuencia de ello, en el terreno tera-
núa siendo una pieza clásica sobre el a beneficio de una osteotomía intertrocantérea valguizante.
péutico, las placas de osteosíntesis apli-
tema. El conjunto de sus sucesivos tra- cadas sobre el lado de la flexión (cónca-
bajos fue publicado más tarde bajo el tí- vo) no corrigen y pueden aumentar el
tulo de Gesammelte Abhandlungen zur efecto distractor de la carga (fig. 7 B). Por
funktionellen Anatomie des Bewegungs- el contrario, las placas aplicadas sobre el
apparates (fig. 1). lado opuesto actúan a modo de tensor u
Pauwels, clasificación de. Clasifica- 100 kg 100 kg
obenque (fig. 7 C).
ción de las fracturas del cuello del fé- Pelegrín Sola, Enrique. Eminente trau-
mur en tres tipos, según la inclinación matólogo y cirujano ortopédico español
del trazo de fractura respecto a la hori- (1924-1992). Fue jefe del Departamento
zontal, lo cual condiciona la gravedad de Traumatología del Hospital Miguel
de la lesión y las posibilidades de con- Servet de Zaragoza, donde realizó una
solidación. Tipo I, con una inclinación importante labor asistencial y docente.
de menos de 30 grados respecto a la ho- Presión Formaba parte de la junta directiva de la
rizontal. Tipo II, entre 30 y 50 grados. 10 kg/cm2 Sociedad Española de la Rodilla, y orga-
Tipo III, con más de 50 grados (fig. 2). nizó con gran éxito el congreso de esta
Pauwels, operación
operación de. La operación pro- Flexión sociedad, celebrado en Zaragoza bajo
puesta por Pauwels (análoga a la de Mc- su presidencia.
C
Murray) para el tratamiento de las seudo- Tracción Pellegrini-Stieda, síndrome de. Com-
B
artrosis o retardos de consolidación plicación de las lesiones del ligamento
de estas fracturas, consiste fundamental- interno de la rodilla, con calcificación
mente en una osteotomía valguizante in- A parcial del mismo y causante de dolor
tertrocantérea para horizontalizar la línea en la zona.
de fractura y convertir una fractura de A B pelvis. Anillo óseo en forma de bacía que
tipo III en otra de tipo II o de tipo I (fig. 3). forma la parte inferior del tronco y está
Pauwels, teoría de las columnas. Teo- FIG. 4. La carga axial centrada sobre el eje de la columna se reparte uniformemente por toda la super- FIG. 7. Efecto de la carga excéntrica sobre una fractura diafisaria del fémur (A). Efecto desfavorable sostenido por los miembros inferiores,
ría según la cual el efecto de la carga ficie de sección de la misma, en forma de presión (A). Por el contrario, la carga excéntrica (B) se tradu- de una placa colocada sobre el lado de la carga (cóncavo, B) y efecto del tensor de la misma placa con los que se articula. Está formada
ejercida en sentido axial sobre una co- ce por un efecto de presión sobre el mismo lado y un esfuerzo de tracción o distractor sobre el opuesto. colocada sobre el lado opuesto a la carga (convexo, C). por los huesos coxales, sacro y cóccix,
Pauwels 252 253 pelvis

lumna (un hueso diafisario, como el fé-


mur o la tibia) puede traducirse en fuer-
zas de presión o de tracción según el
punto en que actúe dicha carga respec-
to al eje central de la columna. 1) Cuan-
100 kg
do la carga se ejerce sobre el eje cen-
tral, su efecto se traduce por una fuerza
30º de presión repartida uniformemente en
toda la superficie de sección de la co-
30º 50º Obenque lumna (fig. 4 A). 2) Cuando la carga se
50º
100 kg
20 kg/cm2 ejerce en situación excéntrica respecto
al eje de la columna, su efecto se tradu-
ce por una fuerza de presión sobre el
Tipo I Tipo II Tipo III lado de la carga, y por una fuerza de
tracción sobre el lado opuesto a la mis-
FIG. 2. Clasificación de Pauwels de las fractturas del cuello del fémur. ma (fig. 4 B).
Teoría de las columnas y el principio del
tensor o del obenque. Un tensor (u
obenque, «hauban» para los franceses)
A B contrapuesto a la carga excéntrica al
otro lado de la columna, anula el efec-
to distractor de la misma y lo convierte
FIG. 1. Friedrich Pauwels.
en un efecto de compresión axial supe-
FIG. 5. Efecto del tensor u obenque. La acción
rior al de la propia carga (fig. 5).
del mismo convierte las fuerzas asimétricas de
distracción y de flexión de la carga asimétrica FIG. 6. Modelo de la columna de Pauwels Teoría de las columnas aplicada al fémur.
de W. Roux y otros grandes anatomistas Este hueso constituye el ejemplo más ca-
en fuerzas de compresión. con carga simétrica aplicada al fémur.
consagrados, corrigiendo sus defectos y racterístico de la columna ósea sometida
sentando las bases de una anatomía fun- a una carga excéntrica (el peso del cuer-
cional. En 1927 propuso la osteotomía po más la acción de los abductores de la
correctora o valguizante para el trata- cadera, fig. 6). Debido a ello, una fractu-
miento de las seudoartrosis del cuello ra diafisaria, de trazo transversal, tiende a
del fémur, consideradas hasta entonces abrirse por el lado opuesto a dicha carga
como incurables. En 1935 publicó su (el de la convexidad del arco formado
trabajo La fractura del cuello femoral por el cuello y la diáfisis, fig. 7 A). Como
como problema mecánico, que conti- FIG. 3. Operación de Pauwels (análoga a la de McMurray) para horizontalizar la línea de fractura
consecuencia de ello, en el terreno tera-
núa siendo una pieza clásica sobre el a beneficio de una osteotomía intertrocantérea valguizante.
péutico, las placas de osteosíntesis apli-
tema. El conjunto de sus sucesivos tra- cadas sobre el lado de la flexión (cónca-
bajos fue publicado más tarde bajo el tí- vo) no corrigen y pueden aumentar el
tulo de Gesammelte Abhandlungen zur efecto distractor de la carga (fig. 7 B). Por
funktionellen Anatomie des Bewegungs- el contrario, las placas aplicadas sobre el
apparates (fig. 1). lado opuesto actúan a modo de tensor u
Pauwels, clasificación de. Clasifica- 100 kg 100 kg
obenque (fig. 7 C).
ción de las fracturas del cuello del fé- Pelegrín Sola, Enrique. Eminente trau-
mur en tres tipos, según la inclinación matólogo y cirujano ortopédico español
del trazo de fractura respecto a la hori- (1924-1992). Fue jefe del Departamento
zontal, lo cual condiciona la gravedad de Traumatología del Hospital Miguel
de la lesión y las posibilidades de con- Servet de Zaragoza, donde realizó una
solidación. Tipo I, con una inclinación importante labor asistencial y docente.
de menos de 30 grados respecto a la ho- Presión Formaba parte de la junta directiva de la
rizontal. Tipo II, entre 30 y 50 grados. 10 kg/cm2 Sociedad Española de la Rodilla, y orga-
Tipo III, con más de 50 grados (fig. 2). nizó con gran éxito el congreso de esta
Pauwels, operación
operación de. La operación pro- Flexión sociedad, celebrado en Zaragoza bajo
puesta por Pauwels (análoga a la de Mc- su presidencia.
C
Murray) para el tratamiento de las seudo- Tracción Pellegrini-Stieda, síndrome de. Com-
B
artrosis o retardos de consolidación plicación de las lesiones del ligamento
de estas fracturas, consiste fundamental- interno de la rodilla, con calcificación
mente en una osteotomía valguizante in- A parcial del mismo y causante de dolor
tertrocantérea para horizontalizar la línea en la zona.
de fractura y convertir una fractura de A B pelvis. Anillo óseo en forma de bacía que
tipo III en otra de tipo II o de tipo I (fig. 3). forma la parte inferior del tronco y está
Pauwels, teoría de las columnas. Teo- FIG. 4. La carga axial centrada sobre el eje de la columna se reparte uniformemente por toda la super- FIG. 7. Efecto de la carga excéntrica sobre una fractura diafisaria del fémur (A). Efecto desfavorable sostenido por los miembros inferiores,
ría según la cual el efecto de la carga ficie de sección de la misma, en forma de presión (A). Por el contrario, la carga excéntrica (B) se tradu- de una placa colocada sobre el lado de la carga (cóncavo, B) y efecto del tensor de la misma placa con los que se articula. Está formada
ejercida en sentido axial sobre una co- ce por un efecto de presión sobre el mismo lado y un esfuerzo de tracción o distractor sobre el opuesto. colocada sobre el lado opuesto a la carga (convexo, C). por los huesos coxales, sacro y cóccix,
pelvis 254 255 pelvis

unidos entre sí por sínfisis y sostenidos comparada con la gravedad que habi- Formas anatomoclínicas especiales: A B ordinarias (domestic falls), recibiendo el
por un gran número de ligamentos, y di- tualmente revisten las de la pelvis des- 1) Fracturas del sacro. Este hueso pue- golpe sobre la pelvis, casi siempre sobre
vidida por la línea iliopectínea en la critas en los apartados siguientes. Es de- de fracturarse en sentido longitudinal un lado de la misma. Tal es el caso rela-
pelvis mayor o falsa y pelvis menor, ver- cir, las fracturas y luxaciones del anillo (de arriba abajo) siguiendo generalmen- tivamente frecuente de los sujetos ancia-
dadera o excavación pelviana, limitada pelviano y las fracturas acetabulares. te la zona de menor resistencia formada nos y osteoporóticos. En la mayoría de
esta última por dos estrechos: superior o Mecanismos de producción. Son princi- por los agujeros sacros. Es el tipo de le- los casos, sin embargo, se producen por
abdominal e inferior o perineal. palmente dos: los golpes directos sobre siones que se producen en algunas frac- traumatismos de una gran violencia.
pelvis. Tr
Tr aumatismos el esqueleto pelviano (caídas de lado o turas del anillo pelviano (fractura de Caídas desde una gran altura, aplasta-
Planteamiento general del tema. Las en posición sentada), o por avulsión, Voillemier) y que son estudiadas en el mientos o —lo más habitual— accidentes
fracturas y luxaciones del esqueleto pel- debidas a una contracción muscular apartado siguiente. Las fracturas sacras graves de tráfico, lo que justifica el ape-
viano pueden adoptar tres categorías particularmente enérgica. A estos dos que se estudian en este lugar son las lativo de high energy fractures con que
nosológicas distintas, que sólo tienen mecanismos, que son los más frecuen- fracturas aisladas de este hueso, a nivel las designan algunos autores de habla
de común su localización anatómica, tes, hay que añadir una tercera posibili- de su zona media, y de trazo transver- inglesa. En cualquier caso es interesante
pero que difieren sustancialmente en dad más rara, que son las fracturas por sal, en general poco desplazadas. Estas tener en cuenta la dirección en que ac-
cuanto a su etiología, significado clíni- sobrecarga o fatiga de la rama isquiopu- fracturas se producen por golpes direc- túa el agente vulnerante en relación al
C
co y tratamiento, lo cual justifica un es- biana. tos sobre la región sacra, habitualmente cuerpo, de acuerdo con los siguientes
tudio por separado de cada una de Anatomía patológica y clasificación. El por caídas en posición sentada. Son mecanismos (fig. 2): 1) Compresión late-
ellas. Son las siguientes: tipo de fractura queda definido princi- causa de un gran dolor, que se acentúa ral. 2) Compresión anteroposterior. 3)
1) Fracturas marginales o parcelares, palmente por el trazo de la misma, dan- al sentarse y que se pone fácilmente de Impacto vertical o cizallamiento.
sin solución de continuidad del anillo do lugar a las variedades que muestra la manifiesto por la presión externa sobre FIG. 2. Principales mecanismos de produc- Anatomía patológica. La rotura del ani-
pelviano. figura 1. El desplazamiento de los frag- el sacro o por tacto rectal. Las compli- ción de las fracturas y luxaciones del anillo pel- llo pelviano puede ser única o doble
2) Fracturas y luxaciones del anillo mentos es, en general, mínimo en todas caciones son poco frecuentes. En oca- viano. A) Fuerza de compresión lateral (LC). B) (fracturas unifocales o bifocales), excep-
pelviano. ellas. Las lesiones asociadas o compli- siones se manifiestan por afectación de Fuerza de compresión anteroposterior (APC). cionalmente triple. En casi la totalidad
3) Fracturas acetabulares o fracturas caciones por parte de los vasos y ner- las raíces sacras, con manifestaciones C) Fuerza de compresión vertical (VC). de los casos se trata de una solución de
transcondíleas de la pelvis. vios o de los órganos intrapelvianos son sensitivas en la zona perineal (anestesia continuidad anterior a nivel del pubis y
Fracturas marginales. Fracturas par- excepcionales. «en silla de montar») y trastornos esfin- de otra posterior a nivel de la articula-
celares. Definición y precisión del con- Cuadro clínico general. En general es de terianos. El tratamiento se reduce, en la ción sacroilíaca. En realidad, la mayor
cepto. Se incluyen en este apartado escaso relieve, sobre todo si se compa- mayoría de los casos, a reposo en cama parte de las fracturas del anillo pelviano
todas las fracturas que afectan a cual- ra con la aparatosidad de las fracturas hasta que desaparece el dolor intenso son bifocales con una lesión anterior y
quiera de los huesos constitutivos de la del anillo pelviano o transcondíleas. El inicial, y a evitar durante algún tiempo otra posterior, aunque esta última no
pelvis (ilíaco, pubis, isquion, sacro y dolor es el síntoma principal, al cual la posición sentada. siempre «se ve» en la radiografía. Una
cóccix) sin que produzcan solución de puede añadirse una relativa impotencia 2) Fracturas del cóccix. Se parecen fuerza externa, capaz de deformar un
continuidad del anillo pelviano. La im- funcional (dificultad para andar), hema- mucho, por su forma de producirse, sus anillo rígido (o poco elástico) hasta el lí-
portancia de estas fracturas es mínima toma de la zona contundida, etc. manifestaciones clínicas y su tratamien- mite de romperlo, difícilmente puede
to, a las fracturas transversales del sa- hacerlo si no lo moviliza en dos puntos
cro. Las complicaciones inmediatas son de su perímetro. La lesión anterior pue-
2
prácticamente inexistentes, pero pue- de ser una diastasis del pubis o una frac-
FIG. 3. Fractura por impactación del sacro, en FIG. 4. Fractura por impactación del sacro,
den dar lugar, secundariamente, a una tura de las dos ramas pubianas, en uno
los mecanismos de compresión lateral. No siem- claramente apreciable en la tomografía axial
coccigodinia persistente, a veces inten- pre visible en las radiografías convencionales. computarizada. o los dos lados (figs. 5 y 6). La lesión
1 sa y difícil de tratar. El tratamiento, en posterior puede ser una disyunción de
3 tales casos, debe consistir en las medi- la articulación sacroilíaca, una luxa-
das sintomáticas habituales, evitar la los diagnósticos negativos en presencia una gran violencia que afectan, o pue- ción o una fractura yuxtaarticular del
posición sentada, y eventualmente, in- de un dolor claramente localizado a la den afectar, a las funciones vitales y ala ilíaca o del sacro. En cualquier caso,
filtraciones de antiinflamatorios y anes- presión sobre la rama isquiopubiana y en la rotura de los elementos posteriores,
causar lesiones asociadas graves en
tésicos locales del nervio coccígeo a ni- lo mismo si es el ala ilíaca, los ligamen-
ausencia de lesiones radiográficamente otras partes del cuerpo (craneoencefáli-
vel de la escotadura sacra. tos sacroilíacos o el propio sacro, sigue
4 visibles. El tratamiento se limita al simple cas, torácicas, fracturas múltiples, etc.).
3) Fracturas por sobrecarga de la rama en una dirección orientada de arriba
reposo en todos los casos hasta la desa- b) Segundo, por comprometer la esta-
isquiopubiana. Su interés principal resi- abajo. Cuando afecta al sacro, transcu-
parición del dolor. bilidad del esqueleto pelviano y su fun-
de habitualmente en los problemas de rre generalmente por la zona más débil
Fracturas y luxaciones del anillo pel- ción como elemento de transmisión de
diagnóstico ante un dolor persistente de del hueso, a lo largo de los orificios de
5
la región isquiática de causa indetermi- viano. Definición y precisión del con- fuerzas entre el tronco y las extremida- conjunción.
nada, y que pueden resolverse con faci- cepto. Se incluyen bajo este epígrafe to- des inferiores en la posición de pie, o el Las fracturas del sacro, en este tipo de
lidad teniendo en cuenta, simplemente, das las fracturas que, de acuerdo con su apoyo isquiático en la posición sentada. lesiones, merecen una consideración
la posibilidad de una fractura de esta ín- propia definición, rompen la continui- c) Tercero (y lo que es más importante), especial. Con frecuencia se trata de
dole. En general suele presentarse des- dad del anillo pelviano. Con una excep- por la frecuencia que afectan a las es- fracturas por impactación (fig. 3), sin se-
7 pués de una marcha larga o de un es- ción importante: las fracturas acetabulares tructuras de importancia vital adosadas paración de los fragmentos, muchas ve-
fuerzo superior al habitual, pero este o transcondíleas, que aun cumpliendo a las paredes de la pelvis (vasos y ner- ces no visibles en la radiografía y que
6 dato no es constante. Como en todas las con esta condición, son estudiadas en vios) o alojadas en su interior (aparato por lo tanto no se diagnostican, pero
fracturas por sobrecarga, los síntomas el apartado siguiente. genitourinario, órganos abdominales en que se ponen de relieve con toda evi-
clínicos pueden preceder a los radiográ- Características generales. Son lesiones general). dencia en las tomografías axiales com-
FIG. 1. Principales tipos anatomopatológicos de fracturas marginales de la pelvis. 1) Fractura del ala
ficos, lo cual puede acentuar las dificul- particularmente graves, por varios mo- Etiología y mecanismos de producción. putarizadas (fig. 4). Confirma la afirma-
ilíaca (fractura de Duverney). 2) De la espina ilíaca posterosuperior. 3) De la espina ilíaca anterosu-
perior. 4) Del sacro. 5) Del cóccix. 6) De la tuberosidad isquiática. 7) Por sobrecarga de la tades de diagnóstico en las fases iniciales tivos. a) En primer lugar, porque casi En algunos casos pueden producirse por ción anteriormente enunciada, según la
rama isquiopubiana (fractura de McCarty-Von Demark). del proceso. Ello obliga a ser cauto con siempre responden a traumatismos de simples caídas al suelo en circunstancias cual el anillo pélvico difícilmente pue-
pelvis 254 255 pelvis

unidos entre sí por sínfisis y sostenidos comparada con la gravedad que habi- Formas anatomoclínicas especiales: A B ordinarias (domestic falls), recibiendo el
por un gran número de ligamentos, y di- tualmente revisten las de la pelvis des- 1) Fracturas del sacro. Este hueso pue- golpe sobre la pelvis, casi siempre sobre
vidida por la línea iliopectínea en la critas en los apartados siguientes. Es de- de fracturarse en sentido longitudinal un lado de la misma. Tal es el caso rela-
pelvis mayor o falsa y pelvis menor, ver- cir, las fracturas y luxaciones del anillo (de arriba abajo) siguiendo generalmen- tivamente frecuente de los sujetos ancia-
dadera o excavación pelviana, limitada pelviano y las fracturas acetabulares. te la zona de menor resistencia formada nos y osteoporóticos. En la mayoría de
esta última por dos estrechos: superior o Mecanismos de producción. Son princi- por los agujeros sacros. Es el tipo de le- los casos, sin embargo, se producen por
abdominal e inferior o perineal. palmente dos: los golpes directos sobre siones que se producen en algunas frac- traumatismos de una gran violencia.
pelvis. Tr
Tr aumatismos el esqueleto pelviano (caídas de lado o turas del anillo pelviano (fractura de Caídas desde una gran altura, aplasta-
Planteamiento general del tema. Las en posición sentada), o por avulsión, Voillemier) y que son estudiadas en el mientos o —lo más habitual— accidentes
fracturas y luxaciones del esqueleto pel- debidas a una contracción muscular apartado siguiente. Las fracturas sacras graves de tráfico, lo que justifica el ape-
viano pueden adoptar tres categorías particularmente enérgica. A estos dos que se estudian en este lugar son las lativo de high energy fractures con que
nosológicas distintas, que sólo tienen mecanismos, que son los más frecuen- fracturas aisladas de este hueso, a nivel las designan algunos autores de habla
de común su localización anatómica, tes, hay que añadir una tercera posibili- de su zona media, y de trazo transver- inglesa. En cualquier caso es interesante
pero que difieren sustancialmente en dad más rara, que son las fracturas por sal, en general poco desplazadas. Estas tener en cuenta la dirección en que ac-
cuanto a su etiología, significado clíni- sobrecarga o fatiga de la rama isquiopu- fracturas se producen por golpes direc- túa el agente vulnerante en relación al
C
co y tratamiento, lo cual justifica un es- biana. tos sobre la región sacra, habitualmente cuerpo, de acuerdo con los siguientes
tudio por separado de cada una de Anatomía patológica y clasificación. El por caídas en posición sentada. Son mecanismos (fig. 2): 1) Compresión late-
ellas. Son las siguientes: tipo de fractura queda definido princi- causa de un gran dolor, que se acentúa ral. 2) Compresión anteroposterior. 3)
1) Fracturas marginales o parcelares, palmente por el trazo de la misma, dan- al sentarse y que se pone fácilmente de Impacto vertical o cizallamiento.
sin solución de continuidad del anillo do lugar a las variedades que muestra la manifiesto por la presión externa sobre FIG. 2. Principales mecanismos de produc- Anatomía patológica. La rotura del ani-
pelviano. figura 1. El desplazamiento de los frag- el sacro o por tacto rectal. Las compli- ción de las fracturas y luxaciones del anillo pel- llo pelviano puede ser única o doble
2) Fracturas y luxaciones del anillo mentos es, en general, mínimo en todas caciones son poco frecuentes. En oca- viano. A) Fuerza de compresión lateral (LC). B) (fracturas unifocales o bifocales), excep-
pelviano. ellas. Las lesiones asociadas o compli- siones se manifiestan por afectación de Fuerza de compresión anteroposterior (APC). cionalmente triple. En casi la totalidad
3) Fracturas acetabulares o fracturas caciones por parte de los vasos y ner- las raíces sacras, con manifestaciones C) Fuerza de compresión vertical (VC). de los casos se trata de una solución de
transcondíleas de la pelvis. vios o de los órganos intrapelvianos son sensitivas en la zona perineal (anestesia continuidad anterior a nivel del pubis y
Fracturas marginales. Fracturas par- excepcionales. «en silla de montar») y trastornos esfin- de otra posterior a nivel de la articula-
celares. Definición y precisión del con- Cuadro clínico general. En general es de terianos. El tratamiento se reduce, en la ción sacroilíaca. En realidad, la mayor
cepto. Se incluyen en este apartado escaso relieve, sobre todo si se compa- mayoría de los casos, a reposo en cama parte de las fracturas del anillo pelviano
todas las fracturas que afectan a cual- ra con la aparatosidad de las fracturas hasta que desaparece el dolor intenso son bifocales con una lesión anterior y
quiera de los huesos constitutivos de la del anillo pelviano o transcondíleas. El inicial, y a evitar durante algún tiempo otra posterior, aunque esta última no
pelvis (ilíaco, pubis, isquion, sacro y dolor es el síntoma principal, al cual la posición sentada. siempre «se ve» en la radiografía. Una
cóccix) sin que produzcan solución de puede añadirse una relativa impotencia 2) Fracturas del cóccix. Se parecen fuerza externa, capaz de deformar un
continuidad del anillo pelviano. La im- funcional (dificultad para andar), hema- mucho, por su forma de producirse, sus anillo rígido (o poco elástico) hasta el lí-
portancia de estas fracturas es mínima toma de la zona contundida, etc. manifestaciones clínicas y su tratamien- mite de romperlo, difícilmente puede
to, a las fracturas transversales del sa- hacerlo si no lo moviliza en dos puntos
cro. Las complicaciones inmediatas son de su perímetro. La lesión anterior pue-
2
prácticamente inexistentes, pero pue- de ser una diastasis del pubis o una frac-
FIG. 3. Fractura por impactación del sacro, en FIG. 4. Fractura por impactación del sacro,
den dar lugar, secundariamente, a una tura de las dos ramas pubianas, en uno
los mecanismos de compresión lateral. No siem- claramente apreciable en la tomografía axial
coccigodinia persistente, a veces inten- pre visible en las radiografías convencionales. computarizada. o los dos lados (figs. 5 y 6). La lesión
1 sa y difícil de tratar. El tratamiento, en posterior puede ser una disyunción de
3 tales casos, debe consistir en las medi- la articulación sacroilíaca, una luxa-
das sintomáticas habituales, evitar la los diagnósticos negativos en presencia una gran violencia que afectan, o pue- ción o una fractura yuxtaarticular del
posición sentada, y eventualmente, in- de un dolor claramente localizado a la den afectar, a las funciones vitales y ala ilíaca o del sacro. En cualquier caso,
filtraciones de antiinflamatorios y anes- presión sobre la rama isquiopubiana y en la rotura de los elementos posteriores,
causar lesiones asociadas graves en
tésicos locales del nervio coccígeo a ni- lo mismo si es el ala ilíaca, los ligamen-
ausencia de lesiones radiográficamente otras partes del cuerpo (craneoencefáli-
vel de la escotadura sacra. tos sacroilíacos o el propio sacro, sigue
4 visibles. El tratamiento se limita al simple cas, torácicas, fracturas múltiples, etc.).
3) Fracturas por sobrecarga de la rama en una dirección orientada de arriba
reposo en todos los casos hasta la desa- b) Segundo, por comprometer la esta-
isquiopubiana. Su interés principal resi- abajo. Cuando afecta al sacro, transcu-
parición del dolor. bilidad del esqueleto pelviano y su fun-
de habitualmente en los problemas de rre generalmente por la zona más débil
Fracturas y luxaciones del anillo pel- ción como elemento de transmisión de
diagnóstico ante un dolor persistente de del hueso, a lo largo de los orificios de
5
la región isquiática de causa indetermi- viano. Definición y precisión del con- fuerzas entre el tronco y las extremida- conjunción.
nada, y que pueden resolverse con faci- cepto. Se incluyen bajo este epígrafe to- des inferiores en la posición de pie, o el Las fracturas del sacro, en este tipo de
lidad teniendo en cuenta, simplemente, das las fracturas que, de acuerdo con su apoyo isquiático en la posición sentada. lesiones, merecen una consideración
la posibilidad de una fractura de esta ín- propia definición, rompen la continui- c) Tercero (y lo que es más importante), especial. Con frecuencia se trata de
dole. En general suele presentarse des- dad del anillo pelviano. Con una excep- por la frecuencia que afectan a las es- fracturas por impactación (fig. 3), sin se-
7 pués de una marcha larga o de un es- ción importante: las fracturas acetabulares tructuras de importancia vital adosadas paración de los fragmentos, muchas ve-
fuerzo superior al habitual, pero este o transcondíleas, que aun cumpliendo a las paredes de la pelvis (vasos y ner- ces no visibles en la radiografía y que
6 dato no es constante. Como en todas las con esta condición, son estudiadas en vios) o alojadas en su interior (aparato por lo tanto no se diagnostican, pero
fracturas por sobrecarga, los síntomas el apartado siguiente. genitourinario, órganos abdominales en que se ponen de relieve con toda evi-
clínicos pueden preceder a los radiográ- Características generales. Son lesiones general). dencia en las tomografías axiales com-
FIG. 1. Principales tipos anatomopatológicos de fracturas marginales de la pelvis. 1) Fractura del ala
ficos, lo cual puede acentuar las dificul- particularmente graves, por varios mo- Etiología y mecanismos de producción. putarizadas (fig. 4). Confirma la afirma-
ilíaca (fractura de Duverney). 2) De la espina ilíaca posterosuperior. 3) De la espina ilíaca anterosu-
perior. 4) Del sacro. 5) Del cóccix. 6) De la tuberosidad isquiática. 7) Por sobrecarga de la tades de diagnóstico en las fases iniciales tivos. a) En primer lugar, porque casi En algunos casos pueden producirse por ción anteriormente enunciada, según la
rama isquiopubiana (fractura de McCarty-Von Demark). del proceso. Ello obliga a ser cauto con siempre responden a traumatismos de simples caídas al suelo en circunstancias cual el anillo pélvico difícilmente pue-
pelvis 256 257 pelvis

A B (APC) y por cizallamiento o vertical


(VC), o la combinación de dos de ellos
(CM), con sus correspondientes subva-
riedades (LC-I, LC-II, APC-I, APC-II, et-
cétera). Tal es el sistema de Young (ba-
sado en otro parecido y anterior de
Tile), muy difundido en las publicacio-
nes de habla inglesa, y del cual se
muestran en este trabajo las variedades A
más importantes (figs. 5, 6 y 7). Sea cual
sea la clasificación escogida, ninguna
FIG. 5. Dos tipos frecuentes de fractura del anillo pelviano por LC-1 y LC-2 (en la clasificación de
es suficiente si no va acompañada de
Young). A) Fractura de las dos ramas del pubis y del ala ilíaca (fractura de Malgaigne) (LC-1). B) Frac-
tura de Volliemier (LC-2). En este caso el trazo de fractura posterior pasa por el sacro. una referencia, por somera que sea, al FIG. 9. Tomografía axial computarizada de la
tipo anatomopatológico de la lesión, y pelvis que permite apreciar claramente una
sobre todo de la existencia o no de fractura yuxtaarticular del ala ilíaca.
complicaciones, afectaciones del esta-
do general o lesiones asociadas.
Cuadro clínico: 2) Tampoco necesitan ser reducidas
a) Síntomas generales. El más impor- las fracturas estables, con muy poca
tante es el shock traumático o hipovolé- tendencia, o ninguna, a los desplaza-
mico, motivado o agravado por la pér- mientos secundarios.
dida hemática a nivel del foco, hema- 3) Todas las fracturas del anillo tienen
toma retroperitoneal, etc. Puede estar Articulación
Articulación una marcada tendencia a consolidar.
sacroilíaca
agravado también por el dolor. sacroilíaca Las seudoartrosis o la falta de consoli-
b) Síntomas locales. El dolor, en gene- dación no se conocen en este tipo de le-
B C
ral de una gran intensidad, no falta nun- siones.
ca, va asociado a una impotencia fun- 4) Un cierto grado de desplazamiento
FIG. 6. Lesión por compresión anteroposterior cional completa o muy acusada. El y de deformación de la pelvis es com-
(APC-1) del anillo pelviano. Diastasis del pu- FIG. 7. Fractura del anillo pelviano por meca- sujeto es incapaz de incorporarse por sí patible con una función completamen-
bis. Disyunción parcial de las articulaciones nismo de compresión vertical (VS). Desplaza- mismo, permaneciendo en el suelo has- te normal, incluso para el parto.
sacroilíacas (lesión en «libro abierto»), difícil- miento hacia arriba del lado fracturado de la
ta ser atendido. En ocasiones (pero no 5) La reducción es difícil en muchos
mente apreciable en las radiografías. pelvis.
siempre) puede apreciarse una deformi- casos y con cualquiera de los métodos
dad de la parte baja del tronco o una disponibles para ello.
Placa Placa
asimetría de las extremidades inferiores Principales recursos del tratamiento
de romperse por delante si no se rompe d) Lesiones asociadas menos frecuen- (acortamiento de una de ellas). Equimo- conservador. Uno de ellos es el simple
también —o al menos se moviliza— tes. Estallidos del recto, perforación de sis, hematomas, etc. FIG. 8. Proyecciones especiales para exploración radiográfica de las lesiones de las articulaciones reposo en cama durante seis semanas.
por detrás. El desplazamiento de los las asas intestinales, roturas del bazo o c) Lesiones urinarias. 1) Roturas de la sacroilíacas o en su vecindad. A) y B) Proyección oblicua en el plano sagital. C) Proyección oblicua Suficiente en todos los casos de fractu-
fragmentos puede ser en sentido trans- del hígado, desgarros de los mesos. En uretra (muy raras en la mujer). Se mani- en el plano transversal. ras sin desplazamiento o escasamente
versal, anteroposterior o vertical, si- general muy graves y frecuente causa de fiestan inicialmente por una retención desplazadas y estables. El tratamiento
guiendo la dirección de la violencia mortalidad. urinaria acompañada de intensos deseos mediante hamacas, con suspensores
causal. En general no es muy pronun- Criterios de clasificación. Es uno de los de orinar. Generalmente, con uretrorra- intervención de un equipo quirúrgico de bios innecesarios de posición, e inten- paralelos o cruzados, puede tener efica-
ciado y con frecuencia es mínimo. temas de mayor confusión en torno a gia. Dificultad para sondar con posibili- cirugía abdominal. Diagnóstico. Las ra- tando controlar, dentro de lo posible, el cia en las diastasis del pubis. Pero no es
Lesiones asociadas: estas lesiones y sobre la cual no se ha dad de seguir una falsa vía. 2) Estallido diografías en diversas proyecciones (in- shock y la pérdida hemática. Los MAST aconsejable en las fracturas inestables
a) Lesiones vasculares. Son las más fre- llegado a soluciones definitivas. Duran- de la vejiga. Ausencia de micción, sin de- cluyendo las oblicuas en el plano sagital («military anti-shock trousers») o panta- transversalmente (por mecanismo de
cuentes y las más graves, debido a la ro- te mucho tiempo, estas lesiones se han seos de orinar. Ausencia de globo vesi- y transversal, fig. 8) son imprescindibles. lones hinchables constituyen un méto- compresión lateral) en las que puede re-
tura o desgarro de los grandes vasos que clasificado de acuerdo a su anatomía cal. Posible cuadro de shock. Signos de Algunas lesiones, como las fracturas por do excelente para combatir el shock, en sultar perjudicial, y es inútil en las ines-
transcurren adosados a la pared interna patológica (fracturas del pubis, del sa- defensa peritoneal. La cistografía retró- impactación del sacro, antes menciona- el caso (por desgracia poco probable) tables verticalmente (por cizallamien-
de la pelvis. Dan lugar a hemorragias cro, del ala ilíaca, luxaciones sacroilía- grada con contraste da la clave del diag- das, y las fracturas yuxtaarticulares del de poder disponer de ellos en el mo- to). La tracción transesquelética sobre el
que pueden ser importantes (incluso cas, diastasis del pubis, etc.). Muy útil nóstico con poco margen de dudas. ala ilíaca, son más claramente objetiva- mento oportuno. Las medidas subsi- fémur, ejercida en sentido axial, y a ve-
mortales), a hematomas retroperitonea- para definir un caso aislado, pero que d) Lesiones nerviosas. Se manifiestan bles en la tomografía axial computari- guientes corresponden a los equipos de ces combinada con la suspensión en
les acompañados de un cuadro de shock no refleja la realidad (según sus detrac- principalmente por el déficit sensitivo- zada (fig. 9). La arteriografía puede ser urgencia donde ingresa el accidentado hamaca, puede ser eficaz para reducir
hipovolémico y seguidos de síntomas di- tores) a nivel estadístico y de grandes re- motor en el territorio del nervio lesiona- necesaria en caso de hemorragia no y son las de rigor en todo traumatizado las fracturas con desplazamiento verti-
gestivos más o menos acentuados (ilio visiones. Otros autores se basan en el do, generalmente el ciático mayor. A controlada, como medio de localización grave: tratamiento del shock, control de cal (por cizallamiento), pero exigen una
paralítico, distensión abdominal), o a criterio de estabilidad y de inestabili- veces en forma parcial (ciático poplíteo de la pérdida hemática y tratamien- la hemorragia, reconocimiento de todas fuerza de tracción considerable (más de
tromboembolismos originados a nivel de dad, no siempre fácil de establecer. externo), más raramente en el de otro to adecuado. La cistografía retrógrada, las posibles lesiones asociadas y de las 15 kg), y a pesar de ello no siempre se
las venas intrapélvicas. Tampoco traduce, si acaso muy parcial- tronco nervioso importante (obturador, como se ha dicho, sirve para el diagnós- complicaciones inmediatas, etc. consigue el resultado propuesto. Es un
b) Lesiones nerviosas. Por afectación mente, la realidad clínica. Hoy día tie- excepcionalmente, el crural). tico de posibles roturas vesicales. Tratamiento de las lesiones esqueléti- tratamiento incómodo para el paciente
de las raíces del plexo lumbosacro o de nen mayor predicamento, al menos en e) Lesiones viscerales digestivas. Poco Normas y recursos generales de trata- cas. Debe sustentarse en los siguientes y los que le atienden. La reducción ma-
alguna de sus ramas terminales. La más las grandes estadísticas y las revisiones frecuentes, pero en extremo graves. Su miento. principios: nual precoz (durante las primeras 48
importante es el ciático mayor. globales, las clasificaciones basadas en mortalidad supera el 50 %. Se mani- Cuidados inmediatos. Deben empezar 1) Un número importante de fracturas horas después del traumatismo) puede
c) Lesiones del aparato urinario. Rotu- los mecanismos de producción, que fiestan principalmente por un cuadro en el propio terreno del accidente con del anillo pelviano no necesitan ser re- ser la solución en algunos casos: ac-
ra de la uretra o estallido de la vejiga son, recuérdese, los de compresión la- importante de abdomen agudo que re- las medidas de recogida y traslado, evi- ducidas, por no estar desplazadas o por tuando bajo anestesia, en mesa ortopé-
(extraperitoneal o intraperitoneal). teral (en inglés, LC), anteroposterior quiere la confirmación diagnóstica y la tando las maniobras bruscas o los cam- presentar un desplazamiento mínimo. dica, combinando la tracción sobre el
pelvis 256 257 pelvis

A B (APC) y por cizallamiento o vertical


(VC), o la combinación de dos de ellos
(CM), con sus correspondientes subva-
riedades (LC-I, LC-II, APC-I, APC-II, et-
cétera). Tal es el sistema de Young (ba-
sado en otro parecido y anterior de
Tile), muy difundido en las publicacio-
nes de habla inglesa, y del cual se
muestran en este trabajo las variedades A
más importantes (figs. 5, 6 y 7). Sea cual
sea la clasificación escogida, ninguna
FIG. 5. Dos tipos frecuentes de fractura del anillo pelviano por LC-1 y LC-2 (en la clasificación de
es suficiente si no va acompañada de
Young). A) Fractura de las dos ramas del pubis y del ala ilíaca (fractura de Malgaigne) (LC-1). B) Frac-
tura de Volliemier (LC-2). En este caso el trazo de fractura posterior pasa por el sacro. una referencia, por somera que sea, al FIG. 9. Tomografía axial computarizada de la
tipo anatomopatológico de la lesión, y pelvis que permite apreciar claramente una
sobre todo de la existencia o no de fractura yuxtaarticular del ala ilíaca.
complicaciones, afectaciones del esta-
do general o lesiones asociadas.
Cuadro clínico: 2) Tampoco necesitan ser reducidas
a) Síntomas generales. El más impor- las fracturas estables, con muy poca
tante es el shock traumático o hipovolé- tendencia, o ninguna, a los desplaza-
mico, motivado o agravado por la pér- mientos secundarios.
dida hemática a nivel del foco, hema- 3) Todas las fracturas del anillo tienen
toma retroperitoneal, etc. Puede estar Articulación
Articulación una marcada tendencia a consolidar.
sacroilíaca
agravado también por el dolor. sacroilíaca Las seudoartrosis o la falta de consoli-
b) Síntomas locales. El dolor, en gene- dación no se conocen en este tipo de le-
B C
ral de una gran intensidad, no falta nun- siones.
ca, va asociado a una impotencia fun- 4) Un cierto grado de desplazamiento
FIG. 6. Lesión por compresión anteroposterior cional completa o muy acusada. El y de deformación de la pelvis es com-
(APC-1) del anillo pelviano. Diastasis del pu- FIG. 7. Fractura del anillo pelviano por meca- sujeto es incapaz de incorporarse por sí patible con una función completamen-
bis. Disyunción parcial de las articulaciones nismo de compresión vertical (VS). Desplaza- mismo, permaneciendo en el suelo has- te normal, incluso para el parto.
sacroilíacas (lesión en «libro abierto»), difícil- miento hacia arriba del lado fracturado de la
ta ser atendido. En ocasiones (pero no 5) La reducción es difícil en muchos
mente apreciable en las radiografías. pelvis.
siempre) puede apreciarse una deformi- casos y con cualquiera de los métodos
dad de la parte baja del tronco o una disponibles para ello.
Placa Placa
asimetría de las extremidades inferiores Principales recursos del tratamiento
de romperse por delante si no se rompe d) Lesiones asociadas menos frecuen- (acortamiento de una de ellas). Equimo- conservador. Uno de ellos es el simple
también —o al menos se moviliza— tes. Estallidos del recto, perforación de sis, hematomas, etc. FIG. 8. Proyecciones especiales para exploración radiográfica de las lesiones de las articulaciones reposo en cama durante seis semanas.
por detrás. El desplazamiento de los las asas intestinales, roturas del bazo o c) Lesiones urinarias. 1) Roturas de la sacroilíacas o en su vecindad. A) y B) Proyección oblicua en el plano sagital. C) Proyección oblicua Suficiente en todos los casos de fractu-
fragmentos puede ser en sentido trans- del hígado, desgarros de los mesos. En uretra (muy raras en la mujer). Se mani- en el plano transversal. ras sin desplazamiento o escasamente
versal, anteroposterior o vertical, si- general muy graves y frecuente causa de fiestan inicialmente por una retención desplazadas y estables. El tratamiento
guiendo la dirección de la violencia mortalidad. urinaria acompañada de intensos deseos mediante hamacas, con suspensores
causal. En general no es muy pronun- Criterios de clasificación. Es uno de los de orinar. Generalmente, con uretrorra- intervención de un equipo quirúrgico de bios innecesarios de posición, e inten- paralelos o cruzados, puede tener efica-
ciado y con frecuencia es mínimo. temas de mayor confusión en torno a gia. Dificultad para sondar con posibili- cirugía abdominal. Diagnóstico. Las ra- tando controlar, dentro de lo posible, el cia en las diastasis del pubis. Pero no es
Lesiones asociadas: estas lesiones y sobre la cual no se ha dad de seguir una falsa vía. 2) Estallido diografías en diversas proyecciones (in- shock y la pérdida hemática. Los MAST aconsejable en las fracturas inestables
a) Lesiones vasculares. Son las más fre- llegado a soluciones definitivas. Duran- de la vejiga. Ausencia de micción, sin de- cluyendo las oblicuas en el plano sagital («military anti-shock trousers») o panta- transversalmente (por mecanismo de
cuentes y las más graves, debido a la ro- te mucho tiempo, estas lesiones se han seos de orinar. Ausencia de globo vesi- y transversal, fig. 8) son imprescindibles. lones hinchables constituyen un méto- compresión lateral) en las que puede re-
tura o desgarro de los grandes vasos que clasificado de acuerdo a su anatomía cal. Posible cuadro de shock. Signos de Algunas lesiones, como las fracturas por do excelente para combatir el shock, en sultar perjudicial, y es inútil en las ines-
transcurren adosados a la pared interna patológica (fracturas del pubis, del sa- defensa peritoneal. La cistografía retró- impactación del sacro, antes menciona- el caso (por desgracia poco probable) tables verticalmente (por cizallamien-
de la pelvis. Dan lugar a hemorragias cro, del ala ilíaca, luxaciones sacroilía- grada con contraste da la clave del diag- das, y las fracturas yuxtaarticulares del de poder disponer de ellos en el mo- to). La tracción transesquelética sobre el
que pueden ser importantes (incluso cas, diastasis del pubis, etc.). Muy útil nóstico con poco margen de dudas. ala ilíaca, son más claramente objetiva- mento oportuno. Las medidas subsi- fémur, ejercida en sentido axial, y a ve-
mortales), a hematomas retroperitonea- para definir un caso aislado, pero que d) Lesiones nerviosas. Se manifiestan bles en la tomografía axial computari- guientes corresponden a los equipos de ces combinada con la suspensión en
les acompañados de un cuadro de shock no refleja la realidad (según sus detrac- principalmente por el déficit sensitivo- zada (fig. 9). La arteriografía puede ser urgencia donde ingresa el accidentado hamaca, puede ser eficaz para reducir
hipovolémico y seguidos de síntomas di- tores) a nivel estadístico y de grandes re- motor en el territorio del nervio lesiona- necesaria en caso de hemorragia no y son las de rigor en todo traumatizado las fracturas con desplazamiento verti-
gestivos más o menos acentuados (ilio visiones. Otros autores se basan en el do, generalmente el ciático mayor. A controlada, como medio de localización grave: tratamiento del shock, control de cal (por cizallamiento), pero exigen una
paralítico, distensión abdominal), o a criterio de estabilidad y de inestabili- veces en forma parcial (ciático poplíteo de la pérdida hemática y tratamien- la hemorragia, reconocimiento de todas fuerza de tracción considerable (más de
tromboembolismos originados a nivel de dad, no siempre fácil de establecer. externo), más raramente en el de otro to adecuado. La cistografía retrógrada, las posibles lesiones asociadas y de las 15 kg), y a pesar de ello no siempre se
las venas intrapélvicas. Tampoco traduce, si acaso muy parcial- tronco nervioso importante (obturador, como se ha dicho, sirve para el diagnós- complicaciones inmediatas, etc. consigue el resultado propuesto. Es un
b) Lesiones nerviosas. Por afectación mente, la realidad clínica. Hoy día tie- excepcionalmente, el crural). tico de posibles roturas vesicales. Tratamiento de las lesiones esqueléti- tratamiento incómodo para el paciente
de las raíces del plexo lumbosacro o de nen mayor predicamento, al menos en e) Lesiones viscerales digestivas. Poco Normas y recursos generales de trata- cas. Debe sustentarse en los siguientes y los que le atienden. La reducción ma-
alguna de sus ramas terminales. La más las grandes estadísticas y las revisiones frecuentes, pero en extremo graves. Su miento. principios: nual precoz (durante las primeras 48
importante es el ciático mayor. globales, las clasificaciones basadas en mortalidad supera el 50 %. Se mani- Cuidados inmediatos. Deben empezar 1) Un número importante de fracturas horas después del traumatismo) puede
c) Lesiones del aparato urinario. Rotu- los mecanismos de producción, que fiestan principalmente por un cuadro en el propio terreno del accidente con del anillo pelviano no necesitan ser re- ser la solución en algunos casos: ac-
ra de la uretra o estallido de la vejiga son, recuérdese, los de compresión la- importante de abdomen agudo que re- las medidas de recogida y traslado, evi- ducidas, por no estar desplazadas o por tuando bajo anestesia, en mesa ortopé-
(extraperitoneal o intraperitoneal). teral (en inglés, LC), anteroposterior quiere la confirmación diagnóstica y la tando las maniobras bruscas o los cam- presentar un desplazamiento mínimo. dica, combinando la tracción sobre el
pelvis 258 259 pelvis

miembro del lado fracturado y la pre- Pilar anterior


sión manual sobre las crestas ilíacas.
Pero no en la mayoría, ya que en mu-
chos es innecesaria y en todos es difícil.
Los fijadores externos, con «pins» clava-
dos en las crestas ilíacas, y barras trans-
versales de unión, son un excelente mé-
todo para reducir fracturas inestables o
muy desplazadas, y sobre todo para
mantener una inmovilidad rigurosa en-
tre los fragmentos. Existen numerosos
modelos en el mercado (fig. 10).
Tratamiento quirúrgico
Objetivos, indicaciones, métodos y limi- Pilar posterior
taciones de la cirugía. Los objetivos
consisten fundamentalmente en reducir FIG. 14. División de la pelvis en dos pilares,
a cielo abierto las fracturas y luxaciones anterior y posterior, según el modelo de Judet-
desplazadas que no pueden ser reduci- Letournel.
das de otra forma, y sobre todo fijar las
lesiones más inestables. La principal in-
dicación la plantean por consiguiente quod functionem, aun en los casos me-
las lesiones que reúnen estas caracterís- FIG. 12. Osteosíntesis por vía posterior de las fracturas del ala ilíaca, mediante tornillos largos in- jor tratados, está ensombrecido por las
troducidos a través del ilíaco y atornillados al sacro. irregularidades residuales de la cavidad
ticas. En particular, la diastasis del pubis
de una cierta magnitud (más de 3 cm de cotiloidea, difíciles de evitar, y sus re-
separación), por ser la más asequible a percusiones sobre la articulación de la
las medidas operatorias, y algunas luxa- cadera. Más frecuentes en los hombres
ciones de la articulación sacroilíaca, que en las mujeres, en una proporción
con rotura completa de todo el sistema aproximada de 2 a 1, con máxima inci-
ligamentoso, o en las fracturas yuxtaar- dencia entre los 20 y los 50 años. Son
ticulares del ilíaco, con marcada sepa- raras en los ancianos y excepcionales
FIG. 10. Representación esquemática de un ejemplo de fijación externa para el tratamiento de las en los niños o adolescentes.
fracturas del anillo pelviano.
ración de los fragmentos. El método
quirúrgico, en las diastasis del pubis, Principales características anatómicas.
consiste fundamentalmente, con algu- Su conocimiento y el del exacto signi-
nas variaciones, en la síntesis metálica ficado de los términos empleados
entre los dos huesos separados, me- para describirlas son indispensables para
diante sutura alámbrica, unión con comprender la compleja anatomía pa-
alambre entre dos tornillos colocados a tológica de estas lesiones, su interpreta-
un lado y otro de la sínfisis o, preferen- ción radiográfica y las posibilidades de
temente —por ser lo más seguro—, con tratamiento adecuadas a cada caso, en
placa metálica fijada con tornillos (dos particular las del tratamiento quirúrgi-
en cada una de las ramas iliopubianas; co. Según el modelo descrito por Judet-
fig. 11). Es una solución fácil (aunque Letournel, actualmente vigente y acep-
no exenta de riesgos) que puede ofre- tado por una gran mayoría, cada
cerse con ventaja a los procedimientos hemipelvis está constituida, desde el
de reducción en hamaca. En las fractu- FIG. 13. Osteosíntesis del ilíaco por vía anterior. Placa atornillada entre los dos fragmentos y el sacro. punto de vista arquitectónico, por dos
ras y luxaciones posteriores, la mayoría pilares: uno anterior y otro posterior,
de los métodos recomendados se basan jar los fragmentos desplazados. La fija- siones encuadradas en el apartado ante- dispuestos en forma de Y invertida, re-
en la reducción a cielo abierto del des- ción no siempre es segura, dado la es- rior, o grupo II de las lesiones pelvianas. presentados en la figura 14. Por otro
plazamiento y la fijación mediante tor- tructura principalmente esponjosa de Su inclusión en un grupo distinto es de- lado, en la cavidad cotiloidea, según
nillos de gran longitud, introducidos los elementos óseos, y el riesgo de le- bido a que sus principales características Mazas, hay que considerar cuatro zo-
por el ilíaco hasta alcanzar el sacro, sionar las raíces de la cauda equina o anatomopatológicas, clínicas, evolutivas nas, delimitadas por dos líneas oblicuas
usando una vía de acceso posterior, los vasos importantes es elevado. y terapéuticas están condicionadas a la y perpendiculares entre sí, según mues-
como se comprende, y en decúbito pro- Fracturas acetabulares o fracturas lesión del acetábulo más que a la rotura tra la figura 15. Las dos superiores (su-
no (fig. 12). Algunos autores prefieren la transcondíleas de la pelvis. Definición y del anillo. peroanterior y superoposterior) forman
vía anterior intrapélvica para abordar la precisión del concepto. La definición de Características generales más importan- el techo del acetábulo y son las zonas
articulación sacroíliaca por delante y fi- estas lesiones queda claramente expresa- tes. Son lesiones frecuentes que ocupan de carga cuya integridad es indispensa-
jar los fragmentos mediante placas de da en su enunciado. Se trata de fracturas el 50 % aproximadamente de todas las ble para el apoyo y la movilidad de la
osteosíntesis atornilladas (fig. 13). Cual- cuyo trazo atraviesa la cavidad co- fracturas pelvianas, según las estadísti- cabeza del fémur. Las dos inferiores, no
quiera de estos dos últimos métodos tiloidea, dividiéndola en dos o más frag- cas más recientes. Son también las más de carga (anteroinferior y posteroinfe-
ofrece dificultades, riesgos y limitacio- mentos. Muchas de estas fracturas (aun- graves, las más difíciles de diagnosticar, rior), cumplen con una misión práctica-
nes. En ocasiones, la reducción no se que no todas) dividen también el anillo por las dificultades que ofrecen para in- mente nula en estas dos funciones. Es
logra de una forma suficientemente sa- pelviano, rompiendo su continuidad, en terpretar las imágenes radiográficas, y importante distinguir claramente entre
FIG. 11. Osteosíntesis con placa atornillada para la reducción y fijación de la diastasis del pubis. tisfactoria y hay que contentarse con fi- forma análoga a como lo hacen las le- las más difíciles de tratar. Su pronóstico dos términos barajados con frecuencia
pelvis 258 259 pelvis

miembro del lado fracturado y la pre- Pilar anterior


sión manual sobre las crestas ilíacas.
Pero no en la mayoría, ya que en mu-
chos es innecesaria y en todos es difícil.
Los fijadores externos, con «pins» clava-
dos en las crestas ilíacas, y barras trans-
versales de unión, son un excelente mé-
todo para reducir fracturas inestables o
muy desplazadas, y sobre todo para
mantener una inmovilidad rigurosa en-
tre los fragmentos. Existen numerosos
modelos en el mercado (fig. 10).
Tratamiento quirúrgico
Objetivos, indicaciones, métodos y limi- Pilar posterior
taciones de la cirugía. Los objetivos
consisten fundamentalmente en reducir FIG. 14. División de la pelvis en dos pilares,
a cielo abierto las fracturas y luxaciones anterior y posterior, según el modelo de Judet-
desplazadas que no pueden ser reduci- Letournel.
das de otra forma, y sobre todo fijar las
lesiones más inestables. La principal in-
dicación la plantean por consiguiente quod functionem, aun en los casos me-
las lesiones que reúnen estas caracterís- FIG. 12. Osteosíntesis por vía posterior de las fracturas del ala ilíaca, mediante tornillos largos in- jor tratados, está ensombrecido por las
troducidos a través del ilíaco y atornillados al sacro. irregularidades residuales de la cavidad
ticas. En particular, la diastasis del pubis
de una cierta magnitud (más de 3 cm de cotiloidea, difíciles de evitar, y sus re-
separación), por ser la más asequible a percusiones sobre la articulación de la
las medidas operatorias, y algunas luxa- cadera. Más frecuentes en los hombres
ciones de la articulación sacroilíaca, que en las mujeres, en una proporción
con rotura completa de todo el sistema aproximada de 2 a 1, con máxima inci-
ligamentoso, o en las fracturas yuxtaar- dencia entre los 20 y los 50 años. Son
ticulares del ilíaco, con marcada sepa- raras en los ancianos y excepcionales
FIG. 10. Representación esquemática de un ejemplo de fijación externa para el tratamiento de las en los niños o adolescentes.
fracturas del anillo pelviano.
ración de los fragmentos. El método
quirúrgico, en las diastasis del pubis, Principales características anatómicas.
consiste fundamentalmente, con algu- Su conocimiento y el del exacto signi-
nas variaciones, en la síntesis metálica ficado de los términos empleados
entre los dos huesos separados, me- para describirlas son indispensables para
diante sutura alámbrica, unión con comprender la compleja anatomía pa-
alambre entre dos tornillos colocados a tológica de estas lesiones, su interpreta-
un lado y otro de la sínfisis o, preferen- ción radiográfica y las posibilidades de
temente —por ser lo más seguro—, con tratamiento adecuadas a cada caso, en
placa metálica fijada con tornillos (dos particular las del tratamiento quirúrgi-
en cada una de las ramas iliopubianas; co. Según el modelo descrito por Judet-
fig. 11). Es una solución fácil (aunque Letournel, actualmente vigente y acep-
no exenta de riesgos) que puede ofre- tado por una gran mayoría, cada
cerse con ventaja a los procedimientos hemipelvis está constituida, desde el
de reducción en hamaca. En las fractu- FIG. 13. Osteosíntesis del ilíaco por vía anterior. Placa atornillada entre los dos fragmentos y el sacro. punto de vista arquitectónico, por dos
ras y luxaciones posteriores, la mayoría pilares: uno anterior y otro posterior,
de los métodos recomendados se basan jar los fragmentos desplazados. La fija- siones encuadradas en el apartado ante- dispuestos en forma de Y invertida, re-
en la reducción a cielo abierto del des- ción no siempre es segura, dado la es- rior, o grupo II de las lesiones pelvianas. presentados en la figura 14. Por otro
plazamiento y la fijación mediante tor- tructura principalmente esponjosa de Su inclusión en un grupo distinto es de- lado, en la cavidad cotiloidea, según
nillos de gran longitud, introducidos los elementos óseos, y el riesgo de le- bido a que sus principales características Mazas, hay que considerar cuatro zo-
por el ilíaco hasta alcanzar el sacro, sionar las raíces de la cauda equina o anatomopatológicas, clínicas, evolutivas nas, delimitadas por dos líneas oblicuas
usando una vía de acceso posterior, los vasos importantes es elevado. y terapéuticas están condicionadas a la y perpendiculares entre sí, según mues-
como se comprende, y en decúbito pro- Fracturas acetabulares o fracturas lesión del acetábulo más que a la rotura tra la figura 15. Las dos superiores (su-
no (fig. 12). Algunos autores prefieren la transcondíleas de la pelvis. Definición y del anillo. peroanterior y superoposterior) forman
vía anterior intrapélvica para abordar la precisión del concepto. La definición de Características generales más importan- el techo del acetábulo y son las zonas
articulación sacroíliaca por delante y fi- estas lesiones queda claramente expresa- tes. Son lesiones frecuentes que ocupan de carga cuya integridad es indispensa-
jar los fragmentos mediante placas de da en su enunciado. Se trata de fracturas el 50 % aproximadamente de todas las ble para el apoyo y la movilidad de la
osteosíntesis atornilladas (fig. 13). Cual- cuyo trazo atraviesa la cavidad co- fracturas pelvianas, según las estadísti- cabeza del fémur. Las dos inferiores, no
quiera de estos dos últimos métodos tiloidea, dividiéndola en dos o más frag- cas más recientes. Son también las más de carga (anteroinferior y posteroinfe-
ofrece dificultades, riesgos y limitacio- mentos. Muchas de estas fracturas (aun- graves, las más difíciles de diagnosticar, rior), cumplen con una misión práctica-
nes. En ocasiones, la reducción no se que no todas) dividen también el anillo por las dificultades que ofrecen para in- mente nula en estas dos funciones. Es
logra de una forma suficientemente sa- pelviano, rompiendo su continuidad, en terpretar las imágenes radiográficas, y importante distinguir claramente entre
FIG. 11. Osteosíntesis con placa atornillada para la reducción y fijación de la diastasis del pubis. tisfactoria y hay que contentarse con fi- forma análoga a como lo hacen las le- las más difíciles de tratar. Su pronóstico dos términos barajados con frecuencia
pelvis 260 261 pelvis

AS

PS

AI Anteroposterior

PI
A1 A3-1 C1 B1-1

Pared posterior Pared anterior


Ambos pilares Transversa

Anterior Posterior

FIG. 15. División de la cavidad acetabular en


cuatro zonas, según el modelo de Mazas. Las
Oblicua obturatriz
dos superiores, anterosuperior y posterosupe-
rior, son las zonas de carga y por ello su inte-
gridad es de máxima importancia para la fun-
ción de la cadera.

en la descripción de las fracturas aceta-


bulares: las fracturas de los pilares, que A2 A3-2
dividen el anillo pelviano a través del
anillo correspondiente (anterior, poste- Pilar posterior Pilar anterior B2 B3
rior o ambos) y las fracturas de las pare-
des (anterior o posterior) del acetábulo. FIG. 16. Fracturas simples, de trazo único, que afectan a una de las paredes del acetábulo o a uno Oblicua ilíaca
No debe confundirse, por ejemplo, una de los dos pilares, según Judet-Letournel. (Las letras y números al lado de cada figura corresponden «En T» Transversa y pared anterior
fractura del pilar posterior con otra de la a la clasificación AO.) FIG. 18. Proyecciones necesarias para el diag-
pared posterior. nóstico radiográfico de las fracturas acetabula-
por otro lado, considerar las fracturas Cuadro clínico. No difiere sustancial- FIG. 17. Tipos anatomopatológicos de fracturas complejas afectando a ambos pilares, según Judett res: anteroposterior, oblicua obturatriz y obli-
Mecanismos de producción. Todas las transversales que afectan a los dos pila- mente del de las fracturas del anillo pel-
fracturas acetabulares tienen una carac- Letournel. cua ilíaca.
res, que pueden ser de trazo único, o viano. Es más frecuente, en las fracturas
terística común: estar producidas por asociado a un trazo vertical u oblicuo, del cotilo, la actitud anómala de la extre-
una violencia transmitida a través de la que las convierte en «fracturas en T» midad inferior del lado afectado, debido A B C
cabeza femoral y recibida por el fémur, (fig. 17). La combinación de estas posi- a la luxación de la cadera o al desplaza-
bien sea actuando sobre la región tro- bles lesiones da lugar a las diferentes mo- miento de los fragmentos acetabulares.
cantérea, o bien sobre su extremo infe- dalidades anatomopatológicas, una de Diagnóstico. Es otro de los problemas di-
rior (a nivel de la rodilla). En este último cuyas clasificaciones, la de la AO, se re- fíciles que plantean las fracturas aceta-
caso, la posición del fémur respecto a la produce en las figuras 16 y 17. bulares: el de interpretar su imagen ra- Línea
pelvis, es decir, su grado de flexión o de Lesiones asociadas: diográfica y determinar, a través de ella, iliopectínea
abducción, es uno de los factores deter- 1) Del esqueleto pelviano. Es frecuen- la modalidad anatomopatológica de que Pilar
minantes del tipo de fractura acetabular te —casi constante— en las fracturas de se trata. Dato que condiciona en gran anterior
que se produce. El ejemplo más conoci- la pared posterior del acetábulo la luxa- medida el tratamiento adecuado en cada Pared Pared Pilar
do es la fractura del «tablier», por im- ción posterior de la cabeza femoral. En caso, es prácticamente imposible expo-
anterior posterior posterior
pacto recibido en la rodilla con la cade- ocasiones pueden producirse fracturas ner, en un trabajo como el presente, to-
ra flexionada del conductor sentado. completas o parcelarias de la cabeza fe- das las modalidades posibles de fracturas
Anatomía patológica y clasificación ana- moral, o lesiones de sus vasos que con- y la imagen radiográfica que correspon-
tomopatológica. Constituye uno de los ducen, secundariamente, a una necro- de a cada una de ellas. Pero es necesario
aspectos más difíciles de este grupo de sis de la misma. tener en cuenta algunas pautas generales
lesiones. En términos muy generales y 2) De los órganos pelvianos. Lesiones de exploración que sirvan como de pun-
para tomar contacto de alguna manera de los vasos, de los nervios o de las vís- to de partida para una mayor aproxima-
con el tema, hay que distinguir, como ha ceras. En general menos frecuentes que ción a la solución del problema. Tales
sido expuesto en un apartado anterior, en las fracturas del anillo pelviano, y en pautas son las siguientes: Anteroposterior Oblicua obturatriz Oblicua ilíaca
entre las fracturas de los pilares y las de cualquier caso iguales o muy parecidas a 1) La radiografía anteroposterior de la
las paredes, y en unas y otras las anterio- los de éstos (véase anteriormente las frac- pelvis no es suficiente. Son necesarias, FIG. 19. Representación esquemática de los contornos radiográficos correspondientes a cada una de las proyecciones estándar para exploración de las
res y las posteriores (fig. 16). Es preciso, turas y luxaciones del anillo pelviano). en todos los casos, dos proyecciones fracturas acetabulares.
pelvis 260 261 pelvis

AS

PS

AI Anteroposterior

PI
A1 A3-1 C1 B1-1

Pared posterior Pared anterior


Ambos pilares Transversa

Anterior Posterior

FIG. 15. División de la cavidad acetabular en


cuatro zonas, según el modelo de Mazas. Las
Oblicua obturatriz
dos superiores, anterosuperior y posterosupe-
rior, son las zonas de carga y por ello su inte-
gridad es de máxima importancia para la fun-
ción de la cadera.

en la descripción de las fracturas aceta-


bulares: las fracturas de los pilares, que A2 A3-2
dividen el anillo pelviano a través del
anillo correspondiente (anterior, poste- Pilar posterior Pilar anterior B2 B3
rior o ambos) y las fracturas de las pare-
des (anterior o posterior) del acetábulo. FIG. 16. Fracturas simples, de trazo único, que afectan a una de las paredes del acetábulo o a uno Oblicua ilíaca
No debe confundirse, por ejemplo, una de los dos pilares, según Judet-Letournel. (Las letras y números al lado de cada figura corresponden «En T» Transversa y pared anterior
fractura del pilar posterior con otra de la a la clasificación AO.) FIG. 18. Proyecciones necesarias para el diag-
pared posterior. nóstico radiográfico de las fracturas acetabula-
por otro lado, considerar las fracturas Cuadro clínico. No difiere sustancial- FIG. 17. Tipos anatomopatológicos de fracturas complejas afectando a ambos pilares, según Judett res: anteroposterior, oblicua obturatriz y obli-
Mecanismos de producción. Todas las transversales que afectan a los dos pila- mente del de las fracturas del anillo pel-
fracturas acetabulares tienen una carac- Letournel. cua ilíaca.
res, que pueden ser de trazo único, o viano. Es más frecuente, en las fracturas
terística común: estar producidas por asociado a un trazo vertical u oblicuo, del cotilo, la actitud anómala de la extre-
una violencia transmitida a través de la que las convierte en «fracturas en T» midad inferior del lado afectado, debido A B C
cabeza femoral y recibida por el fémur, (fig. 17). La combinación de estas posi- a la luxación de la cadera o al desplaza-
bien sea actuando sobre la región tro- bles lesiones da lugar a las diferentes mo- miento de los fragmentos acetabulares.
cantérea, o bien sobre su extremo infe- dalidades anatomopatológicas, una de Diagnóstico. Es otro de los problemas di-
rior (a nivel de la rodilla). En este último cuyas clasificaciones, la de la AO, se re- fíciles que plantean las fracturas aceta-
caso, la posición del fémur respecto a la produce en las figuras 16 y 17. bulares: el de interpretar su imagen ra- Línea
pelvis, es decir, su grado de flexión o de Lesiones asociadas: diográfica y determinar, a través de ella, iliopectínea
abducción, es uno de los factores deter- 1) Del esqueleto pelviano. Es frecuen- la modalidad anatomopatológica de que Pilar
minantes del tipo de fractura acetabular te —casi constante— en las fracturas de se trata. Dato que condiciona en gran anterior
que se produce. El ejemplo más conoci- la pared posterior del acetábulo la luxa- medida el tratamiento adecuado en cada Pared Pared Pilar
do es la fractura del «tablier», por im- ción posterior de la cabeza femoral. En caso, es prácticamente imposible expo-
anterior posterior posterior
pacto recibido en la rodilla con la cade- ocasiones pueden producirse fracturas ner, en un trabajo como el presente, to-
ra flexionada del conductor sentado. completas o parcelarias de la cabeza fe- das las modalidades posibles de fracturas
Anatomía patológica y clasificación ana- moral, o lesiones de sus vasos que con- y la imagen radiográfica que correspon-
tomopatológica. Constituye uno de los ducen, secundariamente, a una necro- de a cada una de ellas. Pero es necesario
aspectos más difíciles de este grupo de sis de la misma. tener en cuenta algunas pautas generales
lesiones. En términos muy generales y 2) De los órganos pelvianos. Lesiones de exploración que sirvan como de pun-
para tomar contacto de alguna manera de los vasos, de los nervios o de las vís- to de partida para una mayor aproxima-
con el tema, hay que distinguir, como ha ceras. En general menos frecuentes que ción a la solución del problema. Tales
sido expuesto en un apartado anterior, en las fracturas del anillo pelviano, y en pautas son las siguientes: Anteroposterior Oblicua obturatriz Oblicua ilíaca
entre las fracturas de los pilares y las de cualquier caso iguales o muy parecidas a 1) La radiografía anteroposterior de la
las paredes, y en unas y otras las anterio- los de éstos (véase anteriormente las frac- pelvis no es suficiente. Son necesarias, FIG. 19. Representación esquemática de los contornos radiográficos correspondientes a cada una de las proyecciones estándar para exploración de las
res y las posteriores (fig. 16). Es preciso, turas y luxaciones del anillo pelviano). en todos los casos, dos proyecciones fracturas acetabulares.
pelvis 262 263 pelvis

A queda virtualmente resuelto. Pero el re- meramente orientativo y como punto de


sultado puede ser también una reduc- partida para un análisis más completo.
ción inestable. Las causas de inestabili- A título orientativo puede empezarse di-
Pilar dad pueden ser principalmente dos: ciendo que el tratamiento quirúrgico tie-
anterior
1) un fragmento demasiado grande de la ne carácter perentorio en todos los ca-
pared acetabular que no asegure la con- sos, pero no urgente. Debe aplicarse en
tención de la cabeza después de reduci- los primeros días después del traumatis-
da, y 2) su interposición, dentro de la ca- mo (a lo sumo en las primeras semanas),
vidad articular, entre la cabeza y el pero no necesariamente en el primer
cotilo (fig. 21). Cualquiera de los dos ca- día. Casi siempre es necesario un dete-
sos plantea la indicación, prácticamente nido estudio previo de la situación para
FIG. 21. Tomografía axial computarizada de inexcusable, de un tratamiento quirúrgi- definir las lesiones y un planteamiento
la pelvis mostrando una fractura de la pared
posterior en el lado izquierdo, luxación de la
co para fijar el fragmento acetabular o de la táctica operatoria adecuada a cada
cabeza femoral y la presencia de un fragmento para extirparlo. caso particular que requiere tiempo,
intraarticular. b) Tracción continua. Constituye uno aparte del que se necesita para normali-
de los métodos tradicionales de trata- zar las constantes vitales del lesionado,
miento que aún conserva su vigencia atender a otras lesiones asociadas, etc.
cuando no puede hacerse otra cosa (su- Indicaciones generales. Se plantean en
jetos ancianos, politraumatizados gra- todos los casos en que es necesaria la
ves, fracturas muy conminutas en las reconstrucción de la cavidad cotiloidea
que es imposible la reposición de los para asegurar su congruencia con la ca-
Anteroposterior Oblicua ilíaca Oblicua obturatriz fragmentos, etc.), o por el contrario, en beza femoral. Es decir, todas las fractu-
los casos mínimamente desplazados. ras cuyo trazo atraviese uno de los cua-
También como medida transitoria de ur- drantes superiores del techo acetabular,
gencia, mientras se toman otras decisio- que son la mayoría. Igualmente se plan-
B Pilar nes, o como medida complementaria tean en las fracturas inestables o muy
posterior después de lograda la reducción por desplazadas, difíciles —o imposibles—
otros medios. La principal eficacia del de reducir o de estabilizar por procedi-
método consiste en proporcionar un mientos conservadores.
relativo reposo y evitar un mayor des- Indicaciones particulares y principales
plazamiento, disminuyendo favorable- vías de acceso:
mente la presión de la cabeza femoral 1) Fracturas de la pared posterior del
contra el foco de fractura. Mucho más acetábulo con luxación de la cadera y
difícil es conseguir una reducción sufi- reducción inestable, por las razones ex-
ciente del desplazamiento inicial. En puestas anteriormente. Las lesiones se
cualquier caso, la tracción debe hacer- alcanzan fácilmente por vía posterola-
se en sentido axial (en el del eje del teral (vía posterior de Kocher-Langen-
FIG. 22. Esta sorprendente imagen de una frac-
miembro) con aguja de transfixión so- beck, fig. 23 A). La fijación del frag-
tura transacetabular de la pelvis ha sido obteni-
da en un ser vivo, por medio de la tomografía bre el fémur, a nivel supracondíleo, y mento acetabular se hace fácilmente
axial computarizada tridimensional. Su repro- una carga que puede oscilar entre los 4 por simple atornillado.
ducción gráfica no da idea de todas las extraor- y los 12 kg. La tracción en sentido late- 2) Fracturas del pilar posterior. El frag-
dinarias posibilidades del método. En la panta- ral (del eje del cuello), preconizada en mento posterior con la cabeza se des-
lla es posible girar la imagen a voluntad en su día por Putti y Leveuf, está hoy día plaza hacia dentro y hacia atrás, de for-
Anteroposterior Oblicua obturatriz Oblicua ilíaca cualquier dirección del espacio y observar los prácticamente abandonada. ma que resulta muy difícil o imposible
planos de fractura desde cualquier punto de vis- 2) Tratamiento quirúrgico. Los proce- la reducción por tracción axial. El acce-
ta. (Según Rockwood, jr., y Green, en Fractures
FIG. 20. Calco de la imagen radiográfica obtenida en tres proyecciones, mostrando la fractura del pilar anterior (A) en la oblicua obturatriz, y la del pi- dimientos de reducción a cielo abierto y so al foco puede hacerse por la vía pos-
in Adults, tomo 2, J. B. Lippincott Co. editor.)
lar posterior (B) en la oblicua ilíaca. osteosíntesis han adquirido un gran im- terolateral, como en el caso anterior, o
pulso con los trabajos de Judet y Letour- ampliada, preferiblemente por el levan-
nel, a partir de los años 60, como único tamiento del trocánter mayor (vía trans-
oblicuas adicionales: la proyección obli- 5) La tomografía axial computarizada y plicados planos de fractura, con la medio de reparar adecuadamente los trocantérea, fig. 23 A) para obtener me-
con luxación de la cadera. Esta manio-
cua obturatriz y la oblicua ilíaca (fig. 18). la resonancia magnética nuclear conven- ventaja adicional de poder modificar a destrozos de la cavidad cotiloidea, con jor visibilidad sobre el plano óseo a
bra debe hacerse siempre bajo anestesia
2) La proyección anteroposterior pone cionales porporcionan —o pueden pro- voluntad en la pantalla la posición del resultados que superan en gran medida nivel de la fractura. La osteosíntesis
general y máxima relajación muscular.
de relieve, en general, la existencia de porcionar— imágenes muy demostrativas hueso explorado. Pero tiene la limita-
Y siempre con carácter de urgencia, tan los del tratamiento conservador. Pero debe hacerse con placa atornillada (fi-
una fractura importante y, con frecuen- en un plano no asequible a la exploración ción de no disponerse habitualmente pronto como se diagnostica. Al reducir continúa siendo un tratamiento particu- gura 24 A).
cia, un desplazamiento de la cabeza del radiográfica (fig. 21), pero que no son su- de las instalaciones necesarias en los la luxación es bastante frecuente que se larmente difícil, lo cual es un factor res- 3) Fracturas de la pared anterior. Con
fémur. Pero con pocas precisiones más ficientes, en muchos casos, para una re- centros de acogida de estos traumati- reduzca también la fractura de la pared trictivo de tales resultados, por limitarlos frecuencia, el fragmento acetabular, co-
(fig. 19 A). presentación mental de las alteraciones zados, por otro lado difíciles de trasla- posterior. Es decir, que el fragmento ace- a los cirujanos o centros con gran expe- rrespondiente al cuadrante superoante-
3) La oblicua obturatriz pone princi- presentes en los tres planos del espacio. dar (fig. 22). tabular se coloque en su sitio, arrastrado riencia en este tipo de cirugía. Por la rior, está desplazado y girado sobre sí
palmente de manifiesto la fractura del 6) La tomografía axial computariza- Tratamiento por la cabeza. El problema en tal caso se misma razón resulta difícil, en un trata- mismo, en cuyo caso la reducción por
pilar anterior (figs. 19 B y 20 A). da tridimensional proporciona imáge- 1) Tratamiento conservador parece mucho al de las luxaciones pos- do de divulgación, ofrecer soluciones medidas externas es prácticamente im-
4) La oblicua ilíaca pone de manifies- nes de sorprendente fidelidad y una in- a) Reducción por maniobras externas. teriores de la cadera, y el resultado pue- concretas a la diversidad de problemas posible. La vía de acceso tiene que ser
to, principalmente, la fractura del pilar formación de gran utilidad sobre la Sólo encuentra indicación en las fractu- de ser una reducción suficientemente técnicos que plantean estas lesiones y la anterior o vía ilioinguinal de Judet-
posterior (figs. 19 C y 20 B). orientación en el espacio de los com- ras de la pared posterior del acetábulo estable, con lo cual dicho problema que tengan un valor práctico que no sea Letournel (fig. 23 B). Es la única que
pelvis 262 263 pelvis

A queda virtualmente resuelto. Pero el re- meramente orientativo y como punto de


sultado puede ser también una reduc- partida para un análisis más completo.
ción inestable. Las causas de inestabili- A título orientativo puede empezarse di-
Pilar dad pueden ser principalmente dos: ciendo que el tratamiento quirúrgico tie-
anterior
1) un fragmento demasiado grande de la ne carácter perentorio en todos los ca-
pared acetabular que no asegure la con- sos, pero no urgente. Debe aplicarse en
tención de la cabeza después de reduci- los primeros días después del traumatis-
da, y 2) su interposición, dentro de la ca- mo (a lo sumo en las primeras semanas),
vidad articular, entre la cabeza y el pero no necesariamente en el primer
cotilo (fig. 21). Cualquiera de los dos ca- día. Casi siempre es necesario un dete-
sos plantea la indicación, prácticamente nido estudio previo de la situación para
FIG. 21. Tomografía axial computarizada de inexcusable, de un tratamiento quirúrgi- definir las lesiones y un planteamiento
la pelvis mostrando una fractura de la pared
posterior en el lado izquierdo, luxación de la
co para fijar el fragmento acetabular o de la táctica operatoria adecuada a cada
cabeza femoral y la presencia de un fragmento para extirparlo. caso particular que requiere tiempo,
intraarticular. b) Tracción continua. Constituye uno aparte del que se necesita para normali-
de los métodos tradicionales de trata- zar las constantes vitales del lesionado,
miento que aún conserva su vigencia atender a otras lesiones asociadas, etc.
cuando no puede hacerse otra cosa (su- Indicaciones generales. Se plantean en
jetos ancianos, politraumatizados gra- todos los casos en que es necesaria la
ves, fracturas muy conminutas en las reconstrucción de la cavidad cotiloidea
que es imposible la reposición de los para asegurar su congruencia con la ca-
Anteroposterior Oblicua ilíaca Oblicua obturatriz fragmentos, etc.), o por el contrario, en beza femoral. Es decir, todas las fractu-
los casos mínimamente desplazados. ras cuyo trazo atraviese uno de los cua-
También como medida transitoria de ur- drantes superiores del techo acetabular,
gencia, mientras se toman otras decisio- que son la mayoría. Igualmente se plan-
B Pilar nes, o como medida complementaria tean en las fracturas inestables o muy
posterior después de lograda la reducción por desplazadas, difíciles —o imposibles—
otros medios. La principal eficacia del de reducir o de estabilizar por procedi-
método consiste en proporcionar un mientos conservadores.
relativo reposo y evitar un mayor des- Indicaciones particulares y principales
plazamiento, disminuyendo favorable- vías de acceso:
mente la presión de la cabeza femoral 1) Fracturas de la pared posterior del
contra el foco de fractura. Mucho más acetábulo con luxación de la cadera y
difícil es conseguir una reducción sufi- reducción inestable, por las razones ex-
ciente del desplazamiento inicial. En puestas anteriormente. Las lesiones se
cualquier caso, la tracción debe hacer- alcanzan fácilmente por vía posterola-
se en sentido axial (en el del eje del teral (vía posterior de Kocher-Langen-
FIG. 22. Esta sorprendente imagen de una frac-
miembro) con aguja de transfixión so- beck, fig. 23 A). La fijación del frag-
tura transacetabular de la pelvis ha sido obteni-
da en un ser vivo, por medio de la tomografía bre el fémur, a nivel supracondíleo, y mento acetabular se hace fácilmente
axial computarizada tridimensional. Su repro- una carga que puede oscilar entre los 4 por simple atornillado.
ducción gráfica no da idea de todas las extraor- y los 12 kg. La tracción en sentido late- 2) Fracturas del pilar posterior. El frag-
dinarias posibilidades del método. En la panta- ral (del eje del cuello), preconizada en mento posterior con la cabeza se des-
lla es posible girar la imagen a voluntad en su día por Putti y Leveuf, está hoy día plaza hacia dentro y hacia atrás, de for-
Anteroposterior Oblicua obturatriz Oblicua ilíaca cualquier dirección del espacio y observar los prácticamente abandonada. ma que resulta muy difícil o imposible
planos de fractura desde cualquier punto de vis- 2) Tratamiento quirúrgico. Los proce- la reducción por tracción axial. El acce-
ta. (Según Rockwood, jr., y Green, en Fractures
FIG. 20. Calco de la imagen radiográfica obtenida en tres proyecciones, mostrando la fractura del pilar anterior (A) en la oblicua obturatriz, y la del pi- dimientos de reducción a cielo abierto y so al foco puede hacerse por la vía pos-
in Adults, tomo 2, J. B. Lippincott Co. editor.)
lar posterior (B) en la oblicua ilíaca. osteosíntesis han adquirido un gran im- terolateral, como en el caso anterior, o
pulso con los trabajos de Judet y Letour- ampliada, preferiblemente por el levan-
nel, a partir de los años 60, como único tamiento del trocánter mayor (vía trans-
oblicuas adicionales: la proyección obli- 5) La tomografía axial computarizada y plicados planos de fractura, con la medio de reparar adecuadamente los trocantérea, fig. 23 A) para obtener me-
con luxación de la cadera. Esta manio-
cua obturatriz y la oblicua ilíaca (fig. 18). la resonancia magnética nuclear conven- ventaja adicional de poder modificar a destrozos de la cavidad cotiloidea, con jor visibilidad sobre el plano óseo a
bra debe hacerse siempre bajo anestesia
2) La proyección anteroposterior pone cionales porporcionan —o pueden pro- voluntad en la pantalla la posición del resultados que superan en gran medida nivel de la fractura. La osteosíntesis
general y máxima relajación muscular.
de relieve, en general, la existencia de porcionar— imágenes muy demostrativas hueso explorado. Pero tiene la limita-
Y siempre con carácter de urgencia, tan los del tratamiento conservador. Pero debe hacerse con placa atornillada (fi-
una fractura importante y, con frecuen- en un plano no asequible a la exploración ción de no disponerse habitualmente pronto como se diagnostica. Al reducir continúa siendo un tratamiento particu- gura 24 A).
cia, un desplazamiento de la cabeza del radiográfica (fig. 21), pero que no son su- de las instalaciones necesarias en los la luxación es bastante frecuente que se larmente difícil, lo cual es un factor res- 3) Fracturas de la pared anterior. Con
fémur. Pero con pocas precisiones más ficientes, en muchos casos, para una re- centros de acogida de estos traumati- reduzca también la fractura de la pared trictivo de tales resultados, por limitarlos frecuencia, el fragmento acetabular, co-
(fig. 19 A). presentación mental de las alteraciones zados, por otro lado difíciles de trasla- posterior. Es decir, que el fragmento ace- a los cirujanos o centros con gran expe- rrespondiente al cuadrante superoante-
3) La oblicua obturatriz pone princi- presentes en los tres planos del espacio. dar (fig. 22). tabular se coloque en su sitio, arrastrado riencia en este tipo de cirugía. Por la rior, está desplazado y girado sobre sí
palmente de manifiesto la fractura del 6) La tomografía axial computariza- Tratamiento por la cabeza. El problema en tal caso se misma razón resulta difícil, en un trata- mismo, en cuyo caso la reducción por
pilar anterior (figs. 19 B y 20 A). da tridimensional proporciona imáge- 1) Tratamiento conservador parece mucho al de las luxaciones pos- do de divulgación, ofrecer soluciones medidas externas es prácticamente im-
4) La oblicua ilíaca pone de manifies- nes de sorprendente fidelidad y una in- a) Reducción por maniobras externas. teriores de la cadera, y el resultado pue- concretas a la diversidad de problemas posible. La vía de acceso tiene que ser
to, principalmente, la fractura del pilar formación de gran utilidad sobre la Sólo encuentra indicación en las fractu- de ser una reducción suficientemente técnicos que plantean estas lesiones y la anterior o vía ilioinguinal de Judet-
posterior (figs. 19 C y 20 B). orientación en el espacio de los com- ras de la pared posterior del acetábulo estable, con lo cual dicho problema que tengan un valor práctico que no sea Letournel (fig. 23 B). Es la única que
Penrose 264 265 pie

A B C pentada interna. Lesión compleja de El tratamiento en las fracturas diafisarias


ambos ligamentos cruzados, ambos aisladas se reduce a la simple inmovili-
meniscos y el ligamento lateral interno. zación con un yeso de marcha, como
Pueden haber variaciones de este es- «medida sintomática» contra el dolor,
quema y otros elementos anatómicos durante los días necesarios hasta que
de la rodilla interesados. desaparezca.
periostio (del gr. peri, alrededor, y os- peroné pro tibia. Nombre dado a la
b teon, hueso). Membrana fibrovascular operación de incorporación del peroné
que rodea las piezas óseas con excep- a la tibia para el tratamiento de las seu-
ción de las superficies articulares. Sirve doartrosis graves o con gran pérdida de
de lecho de sostén para los vasos san- sustancia de esta última. (Véase seudo -
guíneos y los nervios que van al hueso artrosis.)
artrosis.
y para la fijación de los tendones y liga- Perthes, Georg Clemens. Cirujano ale-
mentos. Presenta dos zonas: a) externa, mán (1869-1927), de Tübingen. Su
fibrosa, rica en vasos y nervios, que se nombre es conocido por la afección de
continúa con el tejido conectivo, próxi- la cadera descrita por él, junto a Legg y
mo, y b) interna, en íntima relación con Calvé. En el campo de la traumatología FIG. 1. Luxación metatarsofalángica, sin luxa-
el hueso y de la que parten fibras colá- describió un método de reconstrucción ción de la placa fibrocartilaginosa.
genas y elásticas (fibras arciformes o de las articulaciones mediante el remo-
perforadas) que dan origen a las fibras delado de los extremos óseos e interpo-
de Sharpey. sición de plastias de fascia, método se-
FIG. 23. Principales vías de acceso al foco de las fracturas acetabulares: A) Posterolateral de Kocher-Langenbeck: b) posibilidad de ampliación anterior peroné. FrFr acturas.
acturas. Las fracturas del pe- guido más tarde por Ludloff. También
para el acceso transtrocantéreo. B) Ilioinguinal de Judet-Letournel. C) Iliofemoral. roné, y en particular las fracturas diafi- describió una plastia tendinosa para el
sarias, tienen muy escasa importancia tratamiento paliativo de la parálisis del
A B C clínica, aparte de ser poco frecuentes. radial.
Muchos tratados de traumatología, par- etar, línea de (de Charles Félix Michel Pe-
Petar,
ticularmente completos y detallados, ni tar, cirujano francés, 1824-1893). Línea
siquiera las mencionan. En realidad, su horizontal tangente al borde superior de
significado clínico adquiere un cierto la sínfisis púbica, que normalmente pasa
relieve en algunas circunstancias espe- por encima de los trocánteres mayores,
ciales y bien determinadas: excepto cuando éstos están ascendidos,
1) Las fracturas de su extremidad por fractura del cuello femoral, etcétera.
proximal, por la posibilidad de una le- Phelps, Abel Max. Cirujano ortopédico
sión asociada del ciático poplíteo ex- y traumatólogo estadounidense (1851- FIG. 2. Luxación metatarsofalángica con luxa-
terno. 1902), de Vermont. Describió un osteo- ción de la placa cartilaginosa.
2) Las fracturas de su extremidad dis- clasto para la corrección de las fracturas
tal, que pertenecen al capítulo de las del calcáneo defectuosamente consoli-
fracturas del tobillo (véase en el artícu- dadas. Anatomía patológica. La luxación de la
lo tobillo los apartados fracturas, frac- Phelps, operación
operación de. Tratamiento ope- falange basal siempre se produce hacia el
turas de los niños y adolescentes y le- ratorio del pie varo equino congénito. lado dorsal del metatarsiano. Lo mismo
siones ligamentosas). Consiste en realizar, al descubierto, la que a nivel de la mano (véase mano, frac-
3) Las fracturas diafisarias asociadas a sección de las partes blandas del borde turas y luxaciones de los dedos), exis-ten
las fracturas de la tibia, en las que el pe- interno de la planta del pie que se opo- dos tipos de luxación dependientes del
FIG. 24. Ejemplos de osteosíntesis posibles en distintos tipos de fracturas acetabulares (según Letournel): A) Del pilar posterior. B) Del pilar anterior.
C) De las fracturas «en T». roné pierde su papel como «factor esta- nen al enderezamiento. (Véase Kirmis - comportamiento de la placa fibrocartilagi-
bilizador» de esta última. (Véase tibia, son, Édouard.)
Édouard. nosa o fibrocartílago palmar: a) Tipo I. El
permite llegar hasta el fragmento des- ras transversales y en T. En cualquiera genbeck y en decúbito lateral, amplián- fracturas diafisarias.) piartrosis (del gr. pyon, pus, y arthrosis, fibrocartílago no está luxado. La falange
plazado, seccionando para ello la apo- de estos casos, la línea fracturaria inte- dola hacia delante en dirección de la 4) Por la relativa frecuencia de la lo- articulación). Presencia de pus en la ca- basal adopta una dirección perpendicu-
neurosis de los oblicuos y separando el resa tanto a los elementos óseos ante- espina ilíaca anterosuperior (fig. 23 A). calización en la diáfisis del peroné, de vidad de una articulación. Sin.: artrem- lar respecto al metatarsiano (fig. 1). b)
psoas ilíaco, el cordón espermático y riores como a los posteriores de la he- Penrose, Charles Bingham. Cirujano es- las «fracturas espontáneas por sobrecar- piesis. Tipo II. El fibrocartílago está luxado hacia
ga o fatiga» y los problemas de diag- pie el dorso del metatarsiano. La falange
los vasos ilíacos. La fijación se hace con mipelvis. La táctica operatoria puede tadounidense (1862-1925), de Filadel-
nóstico que pueden plantearse ante su Traumatismos en general. En rela- adopta una dirección paralela al meta-
placa atornillada. limitarse a reducir y fijar una de las co- fia, conocido hoy día por su sistema de
presencia. ción con los traumatismos en general tarsiano (fig. 2).
4) Fracturas del pilar anterior. La línea lumnas y con ello obtener la necesaria drenaje de las heridas mediante un tubo
5) Un caso especial, que merece una del pie, véanse los siguientes términos: Cuadro clínico. Es poco lo que puede
de fractura suele ser «alta», prolongán- estabilidad, o hacerlo con las dos (figu- envuelto en gasa, a modo de cigarrillo.
consideración aparte, lo constituye la astrágalo, fracturas; calcáneo, fractu- decirse acerca del mismo. En las luxa-
dose hacia arriba hasta la cresta ilíaca. ra 24 C). En este último caso, puede pentada. Palabra propuesta por Trillat ras; J ones, fractur
llamada fractura de Maisonneuve. Frac- fracturaa de;
de; metatarso, ciones tipo I, la desviación del dedo es
En tal caso resulta asequible con relativa operarse por una doble vía, simultánea- para designar algunas lesiones comple- tura diafisaria del peroné a nivel de su fracturas y luxaciones; tarso, fracturas y evidente y muy escandalosa. En las del
facilidad a través de la incisión iliofemo- mente o en dos tiempos, con las dificul- jas de la rodilla que afectan a cinco ele- tercio superior, asociada a una lesión li- luxaciones; tobillo, fracturas, fracturas tipo II puede ser más difícil de apreciar e
ral, que permite descubrir la superficie tades que son fáciles de imaginar. Otra mentos anatómicos importantes de la gamentosa a nivel del tobillo, y produ- de los niños y adolescentes y lesiones li- interpretar. La radiografía, en cualquier
interna del ilíaco (hueso) despegando solución es utilizar una vía que permita, misma: los ligamentos cruzados, los cida por un movimiento forzado de ro- gamentosas. caso, permite salir de dudas.
subperiósticamente el ilíaco (músculo) al menos parcialmente, el acceso a las meniscos y un ligamento lateral. tación externa del pie. Esta fractura se Luxaciones y fracturas de los dedos Tratamiento. Debe aplicarse siempre
(fig. 23 C). Fijación con placa o placas dos columnas. Para ello puede ser útil la pentada externa. Lesión compleja de describe, como entidad nosológica pro- A) Luxaciones metatarsofalángicas. Son con carácter urgente. Pasadas las prime-
atornilladas (fig. 24 B). vía transtrocantérica posterolateral, a ambos ligamentos cruzados, ambos me- pia, en el apartado de Maisonneuve,
Maisonneuve, lesiones poco frecuentes, siendo el pri- ras 48 horas, la reducción (en general
5) Fracturas de los dos pilares. Fractu- través de una incisión de Kocher-Lan- niscos y el ligamento lateral externo. fractur
fractura a de. mer dedo el más afectado. múy fácil) puede tropezar con dificulta-
Penrose 264 265 pie

A B C pentada interna. Lesión compleja de El tratamiento en las fracturas diafisarias


ambos ligamentos cruzados, ambos aisladas se reduce a la simple inmovili-
meniscos y el ligamento lateral interno. zación con un yeso de marcha, como
Pueden haber variaciones de este es- «medida sintomática» contra el dolor,
quema y otros elementos anatómicos durante los días necesarios hasta que
de la rodilla interesados. desaparezca.
periostio (del gr. peri, alrededor, y os- peroné pro tibia. Nombre dado a la
b teon, hueso). Membrana fibrovascular operación de incorporación del peroné
que rodea las piezas óseas con excep- a la tibia para el tratamiento de las seu-
ción de las superficies articulares. Sirve doartrosis graves o con gran pérdida de
de lecho de sostén para los vasos san- sustancia de esta última. (Véase seudo -
guíneos y los nervios que van al hueso artrosis.)
artrosis.
y para la fijación de los tendones y liga- Perthes, Georg Clemens. Cirujano ale-
mentos. Presenta dos zonas: a) externa, mán (1869-1927), de Tübingen. Su
fibrosa, rica en vasos y nervios, que se nombre es conocido por la afección de
continúa con el tejido conectivo, próxi- la cadera descrita por él, junto a Legg y
mo, y b) interna, en íntima relación con Calvé. En el campo de la traumatología FIG. 1. Luxación metatarsofalángica, sin luxa-
el hueso y de la que parten fibras colá- describió un método de reconstrucción ción de la placa fibrocartilaginosa.
genas y elásticas (fibras arciformes o de las articulaciones mediante el remo-
perforadas) que dan origen a las fibras delado de los extremos óseos e interpo-
de Sharpey. sición de plastias de fascia, método se-
FIG. 23. Principales vías de acceso al foco de las fracturas acetabulares: A) Posterolateral de Kocher-Langenbeck: b) posibilidad de ampliación anterior peroné. FrFr acturas.
acturas. Las fracturas del pe- guido más tarde por Ludloff. También
para el acceso transtrocantéreo. B) Ilioinguinal de Judet-Letournel. C) Iliofemoral. roné, y en particular las fracturas diafi- describió una plastia tendinosa para el
sarias, tienen muy escasa importancia tratamiento paliativo de la parálisis del
A B C clínica, aparte de ser poco frecuentes. radial.
Muchos tratados de traumatología, par- etar, línea de (de Charles Félix Michel Pe-
Petar,
ticularmente completos y detallados, ni tar, cirujano francés, 1824-1893). Línea
siquiera las mencionan. En realidad, su horizontal tangente al borde superior de
significado clínico adquiere un cierto la sínfisis púbica, que normalmente pasa
relieve en algunas circunstancias espe- por encima de los trocánteres mayores,
ciales y bien determinadas: excepto cuando éstos están ascendidos,
1) Las fracturas de su extremidad por fractura del cuello femoral, etcétera.
proximal, por la posibilidad de una le- Phelps, Abel Max. Cirujano ortopédico
sión asociada del ciático poplíteo ex- y traumatólogo estadounidense (1851- FIG. 2. Luxación metatarsofalángica con luxa-
terno. 1902), de Vermont. Describió un osteo- ción de la placa cartilaginosa.
2) Las fracturas de su extremidad dis- clasto para la corrección de las fracturas
tal, que pertenecen al capítulo de las del calcáneo defectuosamente consoli-
fracturas del tobillo (véase en el artícu- dadas. Anatomía patológica. La luxación de la
lo tobillo los apartados fracturas, frac- Phelps, operación
operación de. Tratamiento ope- falange basal siempre se produce hacia el
turas de los niños y adolescentes y le- ratorio del pie varo equino congénito. lado dorsal del metatarsiano. Lo mismo
siones ligamentosas). Consiste en realizar, al descubierto, la que a nivel de la mano (véase mano, frac-
3) Las fracturas diafisarias asociadas a sección de las partes blandas del borde turas y luxaciones de los dedos), exis-ten
las fracturas de la tibia, en las que el pe- interno de la planta del pie que se opo- dos tipos de luxación dependientes del
FIG. 24. Ejemplos de osteosíntesis posibles en distintos tipos de fracturas acetabulares (según Letournel): A) Del pilar posterior. B) Del pilar anterior.
C) De las fracturas «en T». roné pierde su papel como «factor esta- nen al enderezamiento. (Véase Kirmis - comportamiento de la placa fibrocartilagi-
bilizador» de esta última. (Véase tibia, son, Édouard.)
Édouard. nosa o fibrocartílago palmar: a) Tipo I. El
permite llegar hasta el fragmento des- ras transversales y en T. En cualquiera genbeck y en decúbito lateral, amplián- fracturas diafisarias.) piartrosis (del gr. pyon, pus, y arthrosis, fibrocartílago no está luxado. La falange
plazado, seccionando para ello la apo- de estos casos, la línea fracturaria inte- dola hacia delante en dirección de la 4) Por la relativa frecuencia de la lo- articulación). Presencia de pus en la ca- basal adopta una dirección perpendicu-
neurosis de los oblicuos y separando el resa tanto a los elementos óseos ante- espina ilíaca anterosuperior (fig. 23 A). calización en la diáfisis del peroné, de vidad de una articulación. Sin.: artrem- lar respecto al metatarsiano (fig. 1). b)
psoas ilíaco, el cordón espermático y riores como a los posteriores de la he- Penrose, Charles Bingham. Cirujano es- las «fracturas espontáneas por sobrecar- piesis. Tipo II. El fibrocartílago está luxado hacia
ga o fatiga» y los problemas de diag- pie el dorso del metatarsiano. La falange
los vasos ilíacos. La fijación se hace con mipelvis. La táctica operatoria puede tadounidense (1862-1925), de Filadel-
nóstico que pueden plantearse ante su Traumatismos en general. En rela- adopta una dirección paralela al meta-
placa atornillada. limitarse a reducir y fijar una de las co- fia, conocido hoy día por su sistema de
presencia. ción con los traumatismos en general tarsiano (fig. 2).
4) Fracturas del pilar anterior. La línea lumnas y con ello obtener la necesaria drenaje de las heridas mediante un tubo
5) Un caso especial, que merece una del pie, véanse los siguientes términos: Cuadro clínico. Es poco lo que puede
de fractura suele ser «alta», prolongán- estabilidad, o hacerlo con las dos (figu- envuelto en gasa, a modo de cigarrillo.
consideración aparte, lo constituye la astrágalo, fracturas; calcáneo, fractu- decirse acerca del mismo. En las luxa-
dose hacia arriba hasta la cresta ilíaca. ra 24 C). En este último caso, puede pentada. Palabra propuesta por Trillat ras; J ones, fractur
llamada fractura de Maisonneuve. Frac- fracturaa de;
de; metatarso, ciones tipo I, la desviación del dedo es
En tal caso resulta asequible con relativa operarse por una doble vía, simultánea- para designar algunas lesiones comple- tura diafisaria del peroné a nivel de su fracturas y luxaciones; tarso, fracturas y evidente y muy escandalosa. En las del
facilidad a través de la incisión iliofemo- mente o en dos tiempos, con las dificul- jas de la rodilla que afectan a cinco ele- tercio superior, asociada a una lesión li- luxaciones; tobillo, fracturas, fracturas tipo II puede ser más difícil de apreciar e
ral, que permite descubrir la superficie tades que son fáciles de imaginar. Otra mentos anatómicos importantes de la gamentosa a nivel del tobillo, y produ- de los niños y adolescentes y lesiones li- interpretar. La radiografía, en cualquier
interna del ilíaco (hueso) despegando solución es utilizar una vía que permita, misma: los ligamentos cruzados, los cida por un movimiento forzado de ro- gamentosas. caso, permite salir de dudas.
subperiósticamente el ilíaco (músculo) al menos parcialmente, el acceso a las meniscos y un ligamento lateral. tación externa del pie. Esta fractura se Luxaciones y fracturas de los dedos Tratamiento. Debe aplicarse siempre
(fig. 23 C). Fijación con placa o placas dos columnas. Para ello puede ser útil la pentada externa. Lesión compleja de describe, como entidad nosológica pro- A) Luxaciones metatarsofalángicas. Son con carácter urgente. Pasadas las prime-
atornilladas (fig. 24 B). vía transtrocantérica posterolateral, a ambos ligamentos cruzados, ambos me- pia, en el apartado de Maisonneuve,
Maisonneuve, lesiones poco frecuentes, siendo el pri- ras 48 horas, la reducción (en general
5) Fracturas de los dos pilares. Fractu- través de una incisión de Kocher-Lan- niscos y el ligamento lateral externo. fractur
fractura a de. mer dedo el más afectado. múy fácil) puede tropezar con dificulta-
pie 266 267 plexo

des y, sobre todo, resultar inestable, con andar descalzo por un suelo irregular cervical o lumbar: posganglionares, según asienten antes o
tendencia a la reluxación. La reducción (entre rocas, en verano). La sintomatolo- 1) Por la situación relativamente su- C3 después del ganglio raquídeo en el trayec-
manual bajo anestesia local o general, e gía no tiene mucho de particular. Dolor perficial y escasamente protegida de sus to de la rama afectada. Las lesiones pre-
incluso, en ocasiones, sin anestesia, se acentuado al principio en el dedo afec- ramas, principalmente en su trayecto ganglionares (verdaderos arrancamientos
logra mediante fuerte tracción sobre el tado, seguido de hinchazón y hemato- supraclavicular. C4 de las raíces a nivel de la medula) son
dedo luxado y un movimiento combina- ma. A veces deformación visible exter- 2) Por su relación con estructuras prácticamente irrecuperables e irrepara-
do de flexión plantar del mismo. En al- namente. Escasa incapacidad óseas que a su vez están expuestas a le- bles (fig. 1). Las posganglionares son po-
gunas luxaciones tipo II, con fibrocartí- funcional. El tratamiento consiste en la siones traumáticas que pueden repercu- C5 tencialmente recuperables y pueden ser
lago interpuesto, la reducción manual reducción manual, en los pocos casos tir sobre las ramas nerviosas (fracturas Nervio frénico difíciles —pero no imposibles— de repa-
puede tropezar con dificultades insupe- en los que existe un desplazamiento de de clavícula, luxaciones del hombro). rar (fig. 2). El diagnóstico diferencial entre
rables. En tales casos está justificada una los fragmentos, e inmovilización del 3) Por la unión de sus ramas, en sus C6 las lesiones preganglionares y posganglio-
reducción operatoria, cuyo principal dedo afecto solidarizándolo al vecino extremos, a segmentos esqueléticos nares es difícil de precisar, como puede
objetivo consiste en desalojar el fibro- con vendaje blando o esparadrapo. muy movibles (el cuello y el hombro) y comprenderse. Pero puede establecerse
cartílago luxado, en forma parecida a la pie forzado. Véase Deutschländer
Deutschländer,, en - expuestas por ello a los efectos de la con un cierto grado de aproximación a
C7
empleada a nivel de la mano. (Véase en fermedad de. tracción, elongación, desgarro o arran- partir de los dos datos siguientes:
el artículo mano, fracturas y luxaciones pie plano valgo
valgo doloroso. Tarsalgia. camiento. Debido a estos factores, las 1) La afectación o no del nervio frénico.
de los dedos.) En los dos casos, un ven- Pirogoff, Nikolai Iwano
Iwanowitsc
witsch.
h. Ciruja- lesiones traumáticas del plexo braquial El origen de este nervio, en el plexo, se
daje blando, haciendo ligera presión no ruso (1810-1881), profesor en San son relativamente frecuentes y ocupan Musculocutáneo C8 halla próximo al ganglio raquídeo. Si no
sobre el dorso de la primera falange, y Petersburgo. Conocido en traumatolo- por ello un lugar destacado en la trau- está afectado (si no existe parálisis unila-
un apoyo restringido durante unas dos gía por la operación del pie, que hoy se matología, o más exactamente, dos lu- teral del diafragma) la lesión necesaria-
semanas, es todo lo que se necesita en designa con su nombre, a nivel del tar- gares claramente diferenciados entre sí: D1 mente es posganglionar. En el caso con-
Circunflejo
casi todos los casos para completar el so, conservando el calcáneo, así como los traumatismos del adulto y los del re- trario, existen muchas probabilidades de
tratamiento. En algunas reducciones por haber difundido casi al mismo tiem- cién nacido, o lesiones obstétricas del que sea preganglionar (figs. 1 y 2).
particularmente inestables puede ser ne- po que Mathysen y Van der Loo (véanse plexo braquial, que en consecuencia Radial 2) El examen electromiográfico de los
cesaria una fijación provisional con estos nombres) el empleo del vendaje deben ser estudiados por separado. músculos paravertebrales. El ramo mo-
alambre de Kirschner entre la primera escayolado para el tratamiento de las Traumatismos del plexo braquial en Mediano tor que inerva estos músculos se desta-
falange y el primer metatarsiano. fracturas. (Véase y eso.)
eso los adultos ca de la raíz motora en el trayecto pre-
B) Luxaciones interfalángicas. Prácti- placa en mariposa o autorreductora
autorreductora Principales mecanismos de producción. Cubital
ganglionar (fig. 3). Una parálisis en su
camente sólo se producen a nivel del de Cabot. Placa con atornillado trans- Como es fácil comprender, el plexo bra- territorio indica necesariamente que la
primer dedo. Pueden ser consecuencia pedicular para la reducción-fijación de quial puede ser traumatizado de muy di- lesión es preganglionar. Una ausencia
FIG. 1. Esquema mostrando las lesiones preganglionares del plexo braquial.
de un golpe violento sobre la punta del las espondilolistesis (según Roca Bur- versas maneras (armas de fuego, heridas de la misma, que es posganglionar.
mismo (una patada contra un objeto niol). (Véase lumbosacros, traumatrauma-- penetrantes, etc.). Pero existen algunos Sintomatología. Se caracteriza funda-
duro). Con frecuencia se asocia a una tismos.)
tismos. mecanismos que por su frecuencia y ca- mentalmente, como es fácil prever, por
fractura de la base de la falange luxada, Platt, sir Harry (1886-1986). Uno de los racterísticas específicas deben ser parti- una parálisis en el territorio inervado
por lo cual la radiografía es necesaria en últimos discípulos del gran Robert Jones, cularmente tenidos en cuenta: C3 por la rama o ramas afectadas del plexo.
cualquier caso. La sintomatología, apar- maestro de John Charnley, y uno de los a) Los golpes directos sobre la cara la- De distribución variable por tanto, y de
te del dolor, está caracterizada princi- más reputados especialistas en Gran teral del cuello (el «golpe de karate»). intensidad que depende, lo mismo que
palmente por la deformidad muy osten- Bretaña. Quien se haya fijado en las fe- b) Los golpes que actúan sobre el C4 su evolución, del grado de la lesión
sible del dedo. chas de su nacimiento y de su muerte, hombro en sentido craneocaudal, ha- anatomopatológica.
Tratamiento. Reducción manual inme- habrá podido comprobar que vivió 100 ciéndolo descender y atirantando vio- Tratamiento. Se reduce a dos posibilida-
diata por tracción sobre la falange luxa- años, gran parte de los cuales estuvieron lentamente de este modo las ramas del C5 des de reparación quirúrgica. La prime-
Nervio frénico
da y movimiento combinado de flexión dedicados a la ortopedia en general y a plexo. El llamado «golpe del leñador» ra consiste en restituir la continuidad de
de la misma. La indicación de reduc- la traumatología en particular. Entre es un buen ejemplo de ello. la corriente nerviosa a través de las ra-
C6
ción operatoria es excepcional (luxa- 1913 y 1914 dirigió la primera clínica c) Por una abducción forzada del bra- mas lesionadas del plexo, por medio de
ciones inveteradas, reducción manual en Gran Bretaña —y posiblemente en zo, como puede ser el que se produce operaciones parecidas a las empleadas
difícil o imposible por interposición del Europa— dedicada específicamente al en una persona al ser arrastrada por un en toda lesión de los nervios periféricos,
fibrocartílago plantar). En algunos casos tratamiento de las fracturas. Su larga vehículo al cual se agarra con la mano. C7 con las dificultades que son fáciles de
es conveniente asegurar la estabilidad vida le permitió prestar sus servicios d) Como complicación de las lesio- adivinar, tanto en lo que se refiere a las
de la reducción lograda mediante fija- como especialista en las dos guerras nes esqueléticas de la vecindad, princi- decisiones adecuadas en cada caso par-
ción provisional interfalángica con agu- mundiales. Recibió el título nobiliario palmente las fracturas de clavícula y las ticular, de acuerdo al diagnóstico ana-
Musculocutáneo C8
ja transcutánea de Kirschner. en 1948 y fue el primer cirujano ortopé- luxaciones escapulohumerales. tomopatológico preciso de la lesión
C) Fracturas de las falanges. Pueden dico que presidió (entre 1954 y 1957) el Anatomía patológica. Cualquiera de los existente (no siempre fácil de estable-
afectar a cualquiera de las tres falanges Royal College of Surgeons of England. mecanismos de producción que acaban D1 cer) como a las condiciones técnicas de
de cualquier dedo, o a las dos del pri- pletismógrafo (del gr. plethein, estar lle-
pletismógrafo de ser señalados puede producir, en las Circunflejo su ejecución. La superación de estas di-
mero. Pero las más frecuentes son las de no, y graphein, describir).. Aparato que ramas del plexo, las lesiones que son ficultades es competencia exclusiva de
este último. Son casi siempre diafisa- registra gráficamente las variaciones de propias de todo traumatismo de los ner- Radial
una cirugía altamente especializada,
rias, pero pueden ser también fracturas volumen de un órgano, de un miembro vios periféricos: neuropraxia, axonotme- que rebasa los límites de un tratado ge-
marginales de la base, asociadas a luxa- o parte de él, por la influencia de la cir- sis y neurotmesis. Existen, sin embargo, a neral de traumatología. (Sobre este tema,
Mediano
ciones interfalángicas o metatarsofalán- culación sanguínea. nivel precisamente del plexo braquial, véase «Lesiones del plexo braquial», de
gicas. Son consecuencia, en la mayoría Tr aumatismos. El plexo
braquial. Tr
plexo braquial. dos modalidades anatomopatológicas que S. Palazzi y cols., en Tratado de cirugía,
de los casos, de traumatismos directos braquial es particularmente vulnerable tienen importancia decisiva en cuanto al Cubital de Balibrea Cantero, tomo III, Barcelo-
por aplastamiento de los dedos, y en a los traumatismos por algunas caracte- pronóstico y las posibilidades de repara- na, 1989.) La segunda posibilidad de
ocasiones por golpes sobre la punta, al rísticas que no se dan a nivel del plexo ción: las lesiones preganglionares y las FIG. 2. Esquema mostrando las lesiones posganglionares del plexo braquial. reparación quirúrgica reside en las ope-
pie 266 267 plexo

des y, sobre todo, resultar inestable, con andar descalzo por un suelo irregular cervical o lumbar: posganglionares, según asienten antes o
tendencia a la reluxación. La reducción (entre rocas, en verano). La sintomatolo- 1) Por la situación relativamente su- C3 después del ganglio raquídeo en el trayec-
manual bajo anestesia local o general, e gía no tiene mucho de particular. Dolor perficial y escasamente protegida de sus to de la rama afectada. Las lesiones pre-
incluso, en ocasiones, sin anestesia, se acentuado al principio en el dedo afec- ramas, principalmente en su trayecto ganglionares (verdaderos arrancamientos
logra mediante fuerte tracción sobre el tado, seguido de hinchazón y hemato- supraclavicular. C4 de las raíces a nivel de la medula) son
dedo luxado y un movimiento combina- ma. A veces deformación visible exter- 2) Por su relación con estructuras prácticamente irrecuperables e irrepara-
do de flexión plantar del mismo. En al- namente. Escasa incapacidad óseas que a su vez están expuestas a le- bles (fig. 1). Las posganglionares son po-
gunas luxaciones tipo II, con fibrocartí- funcional. El tratamiento consiste en la siones traumáticas que pueden repercu- C5 tencialmente recuperables y pueden ser
lago interpuesto, la reducción manual reducción manual, en los pocos casos tir sobre las ramas nerviosas (fracturas Nervio frénico difíciles —pero no imposibles— de repa-
puede tropezar con dificultades insupe- en los que existe un desplazamiento de de clavícula, luxaciones del hombro). rar (fig. 2). El diagnóstico diferencial entre
rables. En tales casos está justificada una los fragmentos, e inmovilización del 3) Por la unión de sus ramas, en sus C6 las lesiones preganglionares y posganglio-
reducción operatoria, cuyo principal dedo afecto solidarizándolo al vecino extremos, a segmentos esqueléticos nares es difícil de precisar, como puede
objetivo consiste en desalojar el fibro- con vendaje blando o esparadrapo. muy movibles (el cuello y el hombro) y comprenderse. Pero puede establecerse
cartílago luxado, en forma parecida a la pie forzado. Véase Deutschländer
Deutschländer,, en - expuestas por ello a los efectos de la con un cierto grado de aproximación a
C7
empleada a nivel de la mano. (Véase en fermedad de. tracción, elongación, desgarro o arran- partir de los dos datos siguientes:
el artículo mano, fracturas y luxaciones pie plano valgo
valgo doloroso. Tarsalgia. camiento. Debido a estos factores, las 1) La afectación o no del nervio frénico.
de los dedos.) En los dos casos, un ven- Pirogoff, Nikolai Iwano
Iwanowitsc
witsch.
h. Ciruja- lesiones traumáticas del plexo braquial El origen de este nervio, en el plexo, se
daje blando, haciendo ligera presión no ruso (1810-1881), profesor en San son relativamente frecuentes y ocupan Musculocutáneo C8 halla próximo al ganglio raquídeo. Si no
sobre el dorso de la primera falange, y Petersburgo. Conocido en traumatolo- por ello un lugar destacado en la trau- está afectado (si no existe parálisis unila-
un apoyo restringido durante unas dos gía por la operación del pie, que hoy se matología, o más exactamente, dos lu- teral del diafragma) la lesión necesaria-
semanas, es todo lo que se necesita en designa con su nombre, a nivel del tar- gares claramente diferenciados entre sí: D1 mente es posganglionar. En el caso con-
Circunflejo
casi todos los casos para completar el so, conservando el calcáneo, así como los traumatismos del adulto y los del re- trario, existen muchas probabilidades de
tratamiento. En algunas reducciones por haber difundido casi al mismo tiem- cién nacido, o lesiones obstétricas del que sea preganglionar (figs. 1 y 2).
particularmente inestables puede ser ne- po que Mathysen y Van der Loo (véanse plexo braquial, que en consecuencia Radial 2) El examen electromiográfico de los
cesaria una fijación provisional con estos nombres) el empleo del vendaje deben ser estudiados por separado. músculos paravertebrales. El ramo mo-
alambre de Kirschner entre la primera escayolado para el tratamiento de las Traumatismos del plexo braquial en Mediano tor que inerva estos músculos se desta-
falange y el primer metatarsiano. fracturas. (Véase y eso.)
eso los adultos ca de la raíz motora en el trayecto pre-
B) Luxaciones interfalángicas. Prácti- placa en mariposa o autorreductora
autorreductora Principales mecanismos de producción. Cubital
ganglionar (fig. 3). Una parálisis en su
camente sólo se producen a nivel del de Cabot. Placa con atornillado trans- Como es fácil comprender, el plexo bra- territorio indica necesariamente que la
primer dedo. Pueden ser consecuencia pedicular para la reducción-fijación de quial puede ser traumatizado de muy di- lesión es preganglionar. Una ausencia
FIG. 1. Esquema mostrando las lesiones preganglionares del plexo braquial.
de un golpe violento sobre la punta del las espondilolistesis (según Roca Bur- versas maneras (armas de fuego, heridas de la misma, que es posganglionar.
mismo (una patada contra un objeto niol). (Véase lumbosacros, traumatrauma-- penetrantes, etc.). Pero existen algunos Sintomatología. Se caracteriza funda-
duro). Con frecuencia se asocia a una tismos.)
tismos. mecanismos que por su frecuencia y ca- mentalmente, como es fácil prever, por
fractura de la base de la falange luxada, Platt, sir Harry (1886-1986). Uno de los racterísticas específicas deben ser parti- una parálisis en el territorio inervado
por lo cual la radiografía es necesaria en últimos discípulos del gran Robert Jones, cularmente tenidos en cuenta: C3 por la rama o ramas afectadas del plexo.
cualquier caso. La sintomatología, apar- maestro de John Charnley, y uno de los a) Los golpes directos sobre la cara la- De distribución variable por tanto, y de
te del dolor, está caracterizada princi- más reputados especialistas en Gran teral del cuello (el «golpe de karate»). intensidad que depende, lo mismo que
palmente por la deformidad muy osten- Bretaña. Quien se haya fijado en las fe- b) Los golpes que actúan sobre el C4 su evolución, del grado de la lesión
sible del dedo. chas de su nacimiento y de su muerte, hombro en sentido craneocaudal, ha- anatomopatológica.
Tratamiento. Reducción manual inme- habrá podido comprobar que vivió 100 ciéndolo descender y atirantando vio- Tratamiento. Se reduce a dos posibilida-
diata por tracción sobre la falange luxa- años, gran parte de los cuales estuvieron lentamente de este modo las ramas del C5 des de reparación quirúrgica. La prime-
Nervio frénico
da y movimiento combinado de flexión dedicados a la ortopedia en general y a plexo. El llamado «golpe del leñador» ra consiste en restituir la continuidad de
de la misma. La indicación de reduc- la traumatología en particular. Entre es un buen ejemplo de ello. la corriente nerviosa a través de las ra-
C6
ción operatoria es excepcional (luxa- 1913 y 1914 dirigió la primera clínica c) Por una abducción forzada del bra- mas lesionadas del plexo, por medio de
ciones inveteradas, reducción manual en Gran Bretaña —y posiblemente en zo, como puede ser el que se produce operaciones parecidas a las empleadas
difícil o imposible por interposición del Europa— dedicada específicamente al en una persona al ser arrastrada por un en toda lesión de los nervios periféricos,
fibrocartílago plantar). En algunos casos tratamiento de las fracturas. Su larga vehículo al cual se agarra con la mano. C7 con las dificultades que son fáciles de
es conveniente asegurar la estabilidad vida le permitió prestar sus servicios d) Como complicación de las lesio- adivinar, tanto en lo que se refiere a las
de la reducción lograda mediante fija- como especialista en las dos guerras nes esqueléticas de la vecindad, princi- decisiones adecuadas en cada caso par-
ción provisional interfalángica con agu- mundiales. Recibió el título nobiliario palmente las fracturas de clavícula y las ticular, de acuerdo al diagnóstico ana-
Musculocutáneo C8
ja transcutánea de Kirschner. en 1948 y fue el primer cirujano ortopé- luxaciones escapulohumerales. tomopatológico preciso de la lesión
C) Fracturas de las falanges. Pueden dico que presidió (entre 1954 y 1957) el Anatomía patológica. Cualquiera de los existente (no siempre fácil de estable-
afectar a cualquiera de las tres falanges Royal College of Surgeons of England. mecanismos de producción que acaban D1 cer) como a las condiciones técnicas de
de cualquier dedo, o a las dos del pri- pletismógrafo (del gr. plethein, estar lle-
pletismógrafo de ser señalados puede producir, en las Circunflejo su ejecución. La superación de estas di-
mero. Pero las más frecuentes son las de no, y graphein, describir).. Aparato que ramas del plexo, las lesiones que son ficultades es competencia exclusiva de
este último. Son casi siempre diafisa- registra gráficamente las variaciones de propias de todo traumatismo de los ner- Radial
una cirugía altamente especializada,
rias, pero pueden ser también fracturas volumen de un órgano, de un miembro vios periféricos: neuropraxia, axonotme- que rebasa los límites de un tratado ge-
marginales de la base, asociadas a luxa- o parte de él, por la influencia de la cir- sis y neurotmesis. Existen, sin embargo, a neral de traumatología. (Sobre este tema,
Mediano
ciones interfalángicas o metatarsofalán- culación sanguínea. nivel precisamente del plexo braquial, véase «Lesiones del plexo braquial», de
gicas. Son consecuencia, en la mayoría Tr aumatismos. El plexo
braquial. Tr
plexo braquial. dos modalidades anatomopatológicas que S. Palazzi y cols., en Tratado de cirugía,
de los casos, de traumatismos directos braquial es particularmente vulnerable tienen importancia decisiva en cuanto al Cubital de Balibrea Cantero, tomo III, Barcelo-
por aplastamiento de los dedos, y en a los traumatismos por algunas caracte- pronóstico y las posibilidades de repara- na, 1989.) La segunda posibilidad de
ocasiones por golpes sobre la punta, al rísticas que no se dan a nivel del plexo ción: las lesiones preganglionares y las FIG. 2. Esquema mostrando las lesiones posganglionares del plexo braquial. reparación quirúrgica reside en las ope-
plexo 268 269 potenciales

A B C

FIG. 6. Lesión obstétrica baja del plexo, o pa-


rálisis tipo Klumpke-Dejerine, por lesión de las FIG. 7. A) Limitación de la flexión activa del codo debida a la cocontracción del tríceps, con im-
Músculos raíces C8-T1. Tendencia a la supinación del an- posibilidad de llegar con la mano a la cara. B) Ausencia de limitación de la flexión pasiva. C) Fuer-
paravertebrales tebrazo (síndrome supinatorio). za suficiente de los flexores del codo.

las ramas bajas del plexo (C8-T1). Paráli- brazo, con tendencia a la supinación son, en general, de muy escasa entidad
sis tipo Klumpke-Déjerine. Predomina (síndrome supinatorio). Corresponden al y muchas veces inexistentes.
10 % de todas las parálisis obstétricas del Tratamiento. Es de la competencia in-
sobre la musculatura distal, afectando to- plexo braquial (fig. 6). 3) Formas atípicas, discutible y exclusiva de los cirujanos
FIG. 4. Actitud en rotación interna pronuncia- tal o parcialmente a la mano y al ante- o de distribución irregular, que son, ortopédicos o de los rehabilitadores,
FIG. 3. Esquema mostrando el ramo posterior de la raíz motora, destinado a los músculos paraverte- da de la extremidad afecta, en un caso de pará-
brales y destacándose de la raíz en el trayecto posganglionar de la misma: 1, a nivel de la lesión pre- lisis tipo Erb-Duchenne de un niño de pocos
aproximadamente, el 6 % del total de las por procedimientos que muy poco tie-
ganglionar; 2, a nivel de la lesión posganglionar. meses. lesiones obstétricas del plexo. De acuer- nen que ver con la traumatología, pero
do a su denominación, la distribución que pueden resumirse en las siguientes
del trastorno motor no responde a ningu- líneas:
ción. Como corresponde a su denomi- plexo, que correponden, como pronto se na pauta preestablecida. 4) Formas tota- 1) Medidas posturales, de cinesitera-
nación, la causa de esta afección son los verá, a modalidades clínicas bien indivi- les, que afectan a toda la musculatura de pia o de estimuloterapia neuromuscular
traumatismos obstétricos. Más concreta- dualizadas. la extremidad superior (aproximadamen- en las primeras fases del proceso.
mente, los que dan lugar a una fuerte Sintomatología. El trastorno se manifies- te el 4 % de todas las parálisis obstétricas 2) Posibilidad de reparación quirúrgi-
tracción ejercida sobre la cabeza, du- ta con toda evidencia desde el momen- del plexo braquial). ca de las lesiones del plexo, con las di-
rante la expulsión, mientras los hombros to mismo de nacer. Se caracteriza por Otras alteraciones dinámicas. Es fre- ficultades (ampliadas y multiplicadas) a
quedan retenidos en la pelvis materna. una parálisis más o menos completa de cuente el fenómeno de las cocontrac- que se ha hecho referencia en el caso
Se trata, por consiguiente, de un meca- la extremidad afectada que cuelga iner- ciones, que no se observa en ningún de los adultos.
nismo de tracción, elongación, desgarro te a lo largo del cuerpo. Muy poco tiem- otro tipo de parálisis. Consiste en una 3) Operaciones paliativas para la co-
o arrancamiento. De acuerdo con ello, po después se manifiesta, en la genera- contracción involuntaria de los grupos rrección de la disfunción motora a nivel
este tipo de lesiones se dan —se da- lidad de los casos, una clara tendencia musculares antagonistas de un movi- periférico. En este sentido encuentra
FIG. 5. «Gesto del trompetero» en un caso de ban— con mayor frecuencia en las pri- a la rotación interna del brazo (fig. 4). miento (por ejemplo, los extensores del una indicación particularmente intere-
parálisis alta del plexo, con imposibilidad de míparas, con recién nacidos de más Principales modalidades anatomoclíni- codo) en respuesta al propósito volunta- sante y frecuente la corrección de la
rotación externa activa del brazo, que obliga a rio de contraer los protagonistas de ese disfunción rotatoria del brazo en las pa-
peso del normal y en presentaciones de cas. Se establecen principalmente por la
una abducción exagerada del mismo para lle- mismo movimiento (los flexores del rálisis altas, tipo Erb-Duchenne, supri-
gar con la mano a la cara. cabeza. Es necesario advertir, sin embar- distribución del trastorno motor, que
go, que este mecanismo es el más fre- confiere a cada una de ellas característi- codo, en el ejemplo citado). Este curio- miendo la rotación interna del brazo
cuente, pero probablemente no el úni- cas propias bien definidas. Son funda- so fenómeno (sobre el que todavía no se por medio de las oportunas operaciones
raciones paliativas sobre el sistema co. Las lesiones del plexo pueden mentalmente las siguientes: 1) Parálisis ha encontrado una explicación convin- musculotendinosas (transposición de
musculotendinoso periférico, que son producirse por otras causas obstétricas de las ramas altas del plexo (C5-C6). Pa- cente) tiene importancia porque puede los rotadores internos —redondo mayor
norma en el tratamiento quirúrgico de (los bordes del fórceps, o los dedos del rálisis tipo Erb-Duchenne. Afecta princi- interferir en la ejecución de determina- y dorsal ancho— a los rotadores exter-
las parálisis y que pertenecen al campo comadrón, pueden ser una de ellas, o la palmente a los rotadores externos del dos movimientos que son pasivamente nos —redondo menor— y tenotomía
procidencia del miembro superior), o in- brazo, con marcada tendencia a la rota- posibles y para los cuales los protago- del subescapular, operación descrita
de la cirugía ortopédica.
cluso por mecanismos ajenos al parto. ción interna, que constituye con mucha nistas tienen fuerza suficiente (impedir por Bastos Mora), o por medio de la os-
Traumatismos obstétricos del plexo
Tal vez la cabeza del feto, fuertemente frecuencia el trastorno motor más desta- la flexión activa del codo, en el ejemplo teotomía desrotatoria del húmero.
braquial. Este tipo de lesiones ofrece
ladeada en el interior del útero, u otra cable (fig. 5). Constituyen el 80 % apro- citado, pese a la suficiencia de los fle- podalgia. Tarsalgia.
características especiales que le con- xores) (fig. 7). pododinia. Tarsalgia.
causa prenatal, como hacen suponer al- ximadamente de todas las parálisis obs-
fieren una personalidad propia dentro Otras alteraciones no dinámicas. Es fre- policariocito. Osteoclasto.
gunos casos (raros, pero no excepciona- tétricas, y es de suponer que responden
de la traumatología y le hacen acree- les) en que el trastorno se presenta en ni- al mecanismo de tracción entre la cabe- cuente la limitación pasiva de los movi- poplíteo (del lat. poples, hueco de la ro-
dor de una descripción independien- ños nacidos mediante cesárea. za y los hombros, descrito anteriormen- mientos de rotación (tanto interna como dilla). Relativo a la cara posterior de la
te, tanto por su etiopatogenia como Anatomía patológica. Es la misma, en te, y que por razones geométricas reper- externa) a nivel del hombro. También rodilla.
por su manera de manifestarse y por líneas generales, que la descrita en las le- cute más sobre las ramas altas del plexo. puede observarse, en las formas totales evocados (so-
potenciales sensoriales evocados
los problemas terapéuticos que plan- siones de los adultos. Con una particula- Predomina claramente sobre los seg- FIG. 8. Alteraciones del crecimiento esquelé- o graves, un retraso del crecimiento es- matosensoriales y dermatosensoriales).
tea. ridad importante que conviene recordar: mentos proximales del miembro, respe- tico en un caso grave de parálisis obstétrica del quelético, a veces pronunciado (fig. 8). Método para explorar la transmisión a
Etiopatogenia y mecanismo de produc- la localización a diferentes niveles del tando, en general, la mano. 2) Parálisis de plexo braquial. Los trastornos sensitivos o vegetativos lo largo de la medula de los estímulos
plexo 268 269 potenciales

A B C

FIG. 6. Lesión obstétrica baja del plexo, o pa-


rálisis tipo Klumpke-Dejerine, por lesión de las FIG. 7. A) Limitación de la flexión activa del codo debida a la cocontracción del tríceps, con im-
Músculos raíces C8-T1. Tendencia a la supinación del an- posibilidad de llegar con la mano a la cara. B) Ausencia de limitación de la flexión pasiva. C) Fuer-
paravertebrales tebrazo (síndrome supinatorio). za suficiente de los flexores del codo.

las ramas bajas del plexo (C8-T1). Paráli- brazo, con tendencia a la supinación son, en general, de muy escasa entidad
sis tipo Klumpke-Déjerine. Predomina (síndrome supinatorio). Corresponden al y muchas veces inexistentes.
10 % de todas las parálisis obstétricas del Tratamiento. Es de la competencia in-
sobre la musculatura distal, afectando to- plexo braquial (fig. 6). 3) Formas atípicas, discutible y exclusiva de los cirujanos
FIG. 4. Actitud en rotación interna pronuncia- tal o parcialmente a la mano y al ante- o de distribución irregular, que son, ortopédicos o de los rehabilitadores,
FIG. 3. Esquema mostrando el ramo posterior de la raíz motora, destinado a los músculos paraverte- da de la extremidad afecta, en un caso de pará-
brales y destacándose de la raíz en el trayecto posganglionar de la misma: 1, a nivel de la lesión pre- lisis tipo Erb-Duchenne de un niño de pocos
aproximadamente, el 6 % del total de las por procedimientos que muy poco tie-
ganglionar; 2, a nivel de la lesión posganglionar. meses. lesiones obstétricas del plexo. De acuer- nen que ver con la traumatología, pero
do a su denominación, la distribución que pueden resumirse en las siguientes
del trastorno motor no responde a ningu- líneas:
ción. Como corresponde a su denomi- plexo, que correponden, como pronto se na pauta preestablecida. 4) Formas tota- 1) Medidas posturales, de cinesitera-
nación, la causa de esta afección son los verá, a modalidades clínicas bien indivi- les, que afectan a toda la musculatura de pia o de estimuloterapia neuromuscular
traumatismos obstétricos. Más concreta- dualizadas. la extremidad superior (aproximadamen- en las primeras fases del proceso.
mente, los que dan lugar a una fuerte Sintomatología. El trastorno se manifies- te el 4 % de todas las parálisis obstétricas 2) Posibilidad de reparación quirúrgi-
tracción ejercida sobre la cabeza, du- ta con toda evidencia desde el momen- del plexo braquial). ca de las lesiones del plexo, con las di-
rante la expulsión, mientras los hombros to mismo de nacer. Se caracteriza por Otras alteraciones dinámicas. Es fre- ficultades (ampliadas y multiplicadas) a
quedan retenidos en la pelvis materna. una parálisis más o menos completa de cuente el fenómeno de las cocontrac- que se ha hecho referencia en el caso
Se trata, por consiguiente, de un meca- la extremidad afectada que cuelga iner- ciones, que no se observa en ningún de los adultos.
nismo de tracción, elongación, desgarro te a lo largo del cuerpo. Muy poco tiem- otro tipo de parálisis. Consiste en una 3) Operaciones paliativas para la co-
o arrancamiento. De acuerdo con ello, po después se manifiesta, en la genera- contracción involuntaria de los grupos rrección de la disfunción motora a nivel
este tipo de lesiones se dan —se da- lidad de los casos, una clara tendencia musculares antagonistas de un movi- periférico. En este sentido encuentra
FIG. 5. «Gesto del trompetero» en un caso de ban— con mayor frecuencia en las pri- a la rotación interna del brazo (fig. 4). miento (por ejemplo, los extensores del una indicación particularmente intere-
parálisis alta del plexo, con imposibilidad de míparas, con recién nacidos de más Principales modalidades anatomoclíni- codo) en respuesta al propósito volunta- sante y frecuente la corrección de la
rotación externa activa del brazo, que obliga a rio de contraer los protagonistas de ese disfunción rotatoria del brazo en las pa-
peso del normal y en presentaciones de cas. Se establecen principalmente por la
una abducción exagerada del mismo para lle- mismo movimiento (los flexores del rálisis altas, tipo Erb-Duchenne, supri-
gar con la mano a la cara. cabeza. Es necesario advertir, sin embar- distribución del trastorno motor, que
go, que este mecanismo es el más fre- confiere a cada una de ellas característi- codo, en el ejemplo citado). Este curio- miendo la rotación interna del brazo
cuente, pero probablemente no el úni- cas propias bien definidas. Son funda- so fenómeno (sobre el que todavía no se por medio de las oportunas operaciones
raciones paliativas sobre el sistema co. Las lesiones del plexo pueden mentalmente las siguientes: 1) Parálisis ha encontrado una explicación convin- musculotendinosas (transposición de
musculotendinoso periférico, que son producirse por otras causas obstétricas de las ramas altas del plexo (C5-C6). Pa- cente) tiene importancia porque puede los rotadores internos —redondo mayor
norma en el tratamiento quirúrgico de (los bordes del fórceps, o los dedos del rálisis tipo Erb-Duchenne. Afecta princi- interferir en la ejecución de determina- y dorsal ancho— a los rotadores exter-
las parálisis y que pertenecen al campo comadrón, pueden ser una de ellas, o la palmente a los rotadores externos del dos movimientos que son pasivamente nos —redondo menor— y tenotomía
procidencia del miembro superior), o in- brazo, con marcada tendencia a la rota- posibles y para los cuales los protago- del subescapular, operación descrita
de la cirugía ortopédica.
cluso por mecanismos ajenos al parto. ción interna, que constituye con mucha nistas tienen fuerza suficiente (impedir por Bastos Mora), o por medio de la os-
Traumatismos obstétricos del plexo
Tal vez la cabeza del feto, fuertemente frecuencia el trastorno motor más desta- la flexión activa del codo, en el ejemplo teotomía desrotatoria del húmero.
braquial. Este tipo de lesiones ofrece
ladeada en el interior del útero, u otra cable (fig. 5). Constituyen el 80 % apro- citado, pese a la suficiencia de los fle- podalgia. Tarsalgia.
características especiales que le con- xores) (fig. 7). pododinia. Tarsalgia.
causa prenatal, como hacen suponer al- ximadamente de todas las parálisis obs-
fieren una personalidad propia dentro Otras alteraciones no dinámicas. Es fre- policariocito. Osteoclasto.
gunos casos (raros, pero no excepciona- tétricas, y es de suponer que responden
de la traumatología y le hacen acree- les) en que el trastorno se presenta en ni- al mecanismo de tracción entre la cabe- cuente la limitación pasiva de los movi- poplíteo (del lat. poples, hueco de la ro-
dor de una descripción independien- ños nacidos mediante cesárea. za y los hombros, descrito anteriormen- mientos de rotación (tanto interna como dilla). Relativo a la cara posterior de la
te, tanto por su etiopatogenia como Anatomía patológica. Es la misma, en te, y que por razones geométricas reper- externa) a nivel del hombro. También rodilla.
por su manera de manifestarse y por líneas generales, que la descrita en las le- cute más sobre las ramas altas del plexo. puede observarse, en las formas totales evocados (so-
potenciales sensoriales evocados
los problemas terapéuticos que plan- siones de los adultos. Con una particula- Predomina claramente sobre los seg- FIG. 8. Alteraciones del crecimiento esquelé- o graves, un retraso del crecimiento es- matosensoriales y dermatosensoriales).
tea. ridad importante que conviene recordar: mentos proximales del miembro, respe- tico en un caso grave de parálisis obstétrica del quelético, a veces pronunciado (fig. 8). Método para explorar la transmisión a
Etiopatogenia y mecanismo de produc- la localización a diferentes niveles del tando, en general, la mano. 2) Parálisis de plexo braquial. Los trastornos sensitivos o vegetativos lo largo de la medula de los estímulos
Pott 270

sensitivos aplicados en la periferia, re- gano o parte artificial. 2. Aparato que se encuentran en las partes anterolate-
gistrando su respuesta a nivel del cere- reemplaza, temporal o permanente- rales del sacro y que corresponden
bro. (Véase raquis, traumatismos, lesio- mente, la falta de un órgano o de parte exactamente a los puntos de osificación
nes neurológicas.) del mismo. de las costillas.
Pott, fractur
fractura a de (de Percival Pott, ciru- prueba del trombo. Prueba ideada por punto de Valleix.
Valleix. Cada uno de los pun-
jano inglés, 1713-1788). Fractura bima- Owren destinada a facilitar el trata- tos especialmente dolorosos a la pre-
leolar por eversión del pie, conocida miento con agentes anticoagulantes sión en la zona en que un nervio emer-
más generalmente por fractura de Du- por vía bucal (dicumarol, derivados de ge de un agujero óseo, atraviesa un
puytren, a pesar de haber sido descrita la fenilindanediona, etc.). Estos anticoa- músculo o aponeurosis, o descansa so-
anteriormente por Pott (1768). (Véase gulantes ocasionan una disminución bre una superficie ósea o resistente, en
tobillo, fracturas.) del factor antihemofílico B (factor IX) casos de procesos inflamatorios o irrita-
Pouteau, fractur
fractura
a de. Fractura por hi- del sistema intrínseco, de la proconver- tivos del nervio.
perextensión de la extremidad inferior tina del sistema extrínseco y de la pro- punto diafisario. Punto de osificación
del radio (fractura de Colles), descrita trombina y el factor Stuart-Prower que de la diáfisis de los huesos largos, pri-
por este autor en 1783, llamada tam- intervienen en ambos sistemas de la mitivo con respecto a los epifisarios.
bién fractura de Pouteau-Colles. (Véase coagulación en el hombre. El método punto doloroso de Malgaigne. Punto
muñeca, traumatismos
traumatismos.) de Owren, sensible para todos los fac- de máximo dolor en la palpación de las
priapismo. Signo de pésimo significado tores citados, consiste en el empleo de fracturas, que corresponde justo al foco;
en todas las lesiones neurológicas de un reactivo que contiene cefalina, se explica por la irritación de las termi-
los traumatismos vertebrales. (Véase r a - tromboplastina (de actividad baja), cal- naciones nerviosas del periostio y por la
quis, lesiones neurológicas.)
neurológicas. cio y un sistema plasmático con un contractura de los músculos circundan-
prolapso discal. Véase en lumbalgias y contenido elevado de aquellos factores tes. Su hallazgo resulta de tanto valor
lumbociáticas de origen traumático.
traumático. que no son influidos por la medicación que puede hacerse un diagnóstico pre-
promontorio. Ángulo sacrovertebral. anticoagulante. La prueba puede ha- suntivo aun en ausencia de desplaza-
pronación (del lat. pronus, inclinado ha- cerse con sangre capilar (siendo sufi- miento.
cia delante). Movimiento del antebrazo ciente 0,1 ml de sangre para realizar la punto epifisario. Punto de osificación si-
que tiene como resultado poner el dor- prueba), o con sangre venosa recogida tuado en los extremos de los huesos lar-
so de la mano hacia delante o arriba: en tubos plásticos o siliconados. El gos, del que depende la individualidad
opuesto a supinación. tiempo de coagulación normal oscila de las epífisis, independiente de los
pronación dolorosa, síndrome de la. entre treinta y seis y cuarenta segundos, puntos diafisarios; aparece con poste-
Cuadro descrito por Goyrand (por lo debiendo mantenerse entre setenta y rioridad a estos últimos.
que también se le llama lesión de Goy- cien segundos durante el tratamiento Putti, Vittorio.
Vittorio. Famoso cirujano ortopé-
rand), propio de los niños, caracteriza- anticoagulante. Sin.: prueba de Owren, dico italiano (1880-1940), universal-
do por un bloqueo doloroso de la supi- trombotest. mente conocido, que fue director del
nación, provocado por un mecanismo pseudoartrosis. Véase seudoartrosis. Instituto Rizzoli de Bolonia. Entre sus
combinado de tracción y pronación del PTB (Siglas inglesas de patellar tendon be- aportaciones a la traumatología, cabe
antebrazo estando el codo extendido. aring.) Método de inmovilización de las citar la llamada operación de Putti-Platt
Casi siempre es producido por el propio fracturas de la tibia, propuesto por Sar- para el tratamiento de la luxación re-
niño al tratar de soltarse de la mano del miento, basado en la aplicación de un cidivante del hombro, la artrodesis gle-
adulto que le sujeta. Parece ser debido a yeso bien moldeado sobre los platillos nohumeral extraarticular, la moviliza-
una subluxación de la cabeza del radio. tibiales y apoyado en el tendón rotulia- ción de la rigidez de rodilla por remo-
El cuadro clínico se caracteriza por un no. (Véase tibia, fracturas diafisarias.) delado óseo e interposición de fascia,
dolor súbito manifestado por un llanto «pull-out». Expresión inglesa adoptada etcétera.
repentino, una actitud de pronación y generalmente para designar el procedi- Putti-Leveuf,
Putti-Leveuf, método. Método de trac-
una limitación dolorosa del movimien- miento de eliminar el material de sutu- ción continua transtrocantérea en el
to de supinación. El tratamiento, en la ra de los tendones, tirando de él me- sentido del eje del cuello femoral para
generalidad de los casos, se limita a re- diante un hilo o alambre fino que lo la reducción de las fracturas acetabula-
ducir la subluxación por un movimien- rodea y exteriorizado a través de la piel. res. (Véase pelvis, traumatismos.
traumatismos.)
to, enérgico y decidido, de supinación (Véase mano, lesiones tendinosas.) Putti-Plat, operación
operación de. Intervención
pasiva del antebrazo con una mano pulmón de shock.
shock. Trastorno fisiopatoló- para el tratamiento de la luxación reci-
mientras se sujeta el brazo con la otra. gico producido por la mezcla de la san- divante escapulohumeral. (Véase hom -
Un chasquido a nivel del codo y un ali- gre arterial con la venosa procedente de bro, luxación recidiv
recidivante del.)
del.
vio instantáneo del dolor indica que se territorios alveolares mal ventilados. PWB, sistema (siglas de Puno-Winter-
PWB,
ha logrado el objetivo propuesto. Puede ser una lesión consecutiva a un Byrd). Procedimiento para la osteosín-
prótesis (del gr. protithemi, poner en su traumatismo torácico grave. tesis lumbosacra a base de tornillos
sitio). 1. Rama de la terapéutica quirúr- punto costal de Gegenbaur.
Gegenbaur. Cada uno transpediculares unidos entre sí por ba-
gica que tiene por objeto reemplazar la de los tres o cuatro puntos de osifica- rras longitudinales y transversales. (Véa-
falta de un órgano o parte por otro ór- ción especiales que en el período fetal se r aquis, traumatismos.
traumatismos.)
Q
Quénu, Edouard André VictorVictor Alfred. de la vasomotricidad, y con ello al esta- tarsianos, que sirve principalmente para
Cirujano francés (1852-1933), de París. do de shock. controlar los desplazamientos del mis-
Particularmente interesado en problemas Quénu y Küss, concepción de. Juicio mo hacia los lados. (Véase metatarso,
de cirugía del recto, pero también en al- (1909) sobre la estructura arquitectónica fractur
fracturas
as y luxaciones.)
luxaciones.
gunos aspectos de la traumatología. de la bóveda plantar, formada por dos Quigley,
Quigley, método de. Método de trac-
Quénu, teoría de. Teoría según la cual arcos: el interno, o sistema columnario, ción-suspensión de la pierna mediante
los productos de desintegración causa- a lo largo del primer metatarsiano, que media tubular elástica aplicada a toda
dos por un traumatismo conducen a un es el que soporta la carga; el externo, o la extremidad, para el tratamiento de las
trastorno de la permeabilidad vascular y espatular, formado por los otros meta- fracturas de tobillo (1959).
R
r adio. Fr
Fr acturas
acturas de la extremidad pro- pro-
ximal
Características generales. Se incluyen
en este grupo todas las fracturas que tie-
nen lugar por encima de la tuberosidad
bicipital del radio. Pueden afectar tanto
a la cabeza de este hueso como al cue-
llo del mismo. Las primeras son casi ex-
clusivas de los adultos, mientras que las A
segundas se dan casi únicamente en los
niños por debajo de los 12 años. En un
caso y en otro estas fracturas pueden
observarse como lesiones aisladas, aun- B
que con frecuencia se asocien a otras
lesiones traumáticas de la región, prin-
cipalmente las luxaciones del codo.
Mecanismos de producción. Es excep-
cional que una fractura de la extremi-
dad proximal del radio se produzca por
un traumatismo directo. Lo más fre-
cuente es que obedezcan a un trauma- FIG. 1. Mecanismo habitual de producción de
tismo indirecto, por un golpe recibido las fracturas de la extremidad proximal del ra-
sobre el talón de la mano y transmitido dio, por transmisión de un golpe recibido sobre FIG. 2. A) Fractura intraarticular de la cabe-
a lo largo del radio, estando el antebra- la mano, estando el codo en extensión y el an- za, propia del adulto. B) Fractura del cuello,
zo en extensión o en semiextensión y li- tebrazo en inclinación radial. propia de los niños.
geramente desviado en sentido del val-
go. De esta forma, la fuerza en sentido
axial se suma al esfuerzo angular que
repercute directamente sobre la articu-
lación radiohumeral (fig. 1).
Anatomía patológica y formas anatomo-
clínicas. Es clásica la división entre las
fracturas de la cabeza radial, propias del
adulto, y las del cuello del radio, que se Ligamento
dan principalmente y casi exclusiva- lateral externo
mente en los niños, como ha sido ante-
riormente señalado. Entre unas y otras
existen diferencias importantes, aparte Ligamento
de la edad, que obliga considerarlas lateral interno
Ligamento anular
como dos entidades nosológicas distin-
tas y describirlas por separado (fig. 2). La
línea de fractura, en las fracturas de la
cabeza, divide a ésta en dos o más frag-
mentos. Son siempre fracturas intraarti-
culares. En las fracturas del cuello, la ca-
beza radial se conserva íntegra, pero
separada de la diáfisis. Son siempre ex- FIG. 3. Relaciones anatómicas de la extremidad superior del radio con la cavidad articular (en negro),
traarticulares (fig. 3). Lesiones asociadas que explica el carácter intraarticular de las fracturas de la cabeza y extraarticular de las del cuello.
radio 274 275 radio

I II III IV
I II III
60º
FIG. 6. Tipos de fractura del cuello del radio, según la clasificación de Judet: I, sin desplazamiento;
II, ligeramente desplazada; III, con desplazamiento angular importante, y IV, con pérdida de contac-
to entre los fragmentos.
FIG. 5. Modalidades anatomopatológicas de fracturas de la cabeza del radio: I, simple sin despla-
zamiento; II, simple desplazada, y III, conminuta o polifragmentaria.

dio, provista de un vástago que sirve una imagen negativa no excluye el


Normas generales de tratamiento: inestabilidad lateral del codo, al faltar el para implantarla en la diáfisis radial. diagnóstico de fractura de este tipo.
1) Las fracturas de la cabeza del radio apoyo de la cabeza radial en el cóndilo Con ello se pretende evitar las supues- Normas generales de tratamiento. Es
FIG. 4. Desgarro del ligamento lateral interno tas desventajas, anteriormente señala- aconsejable, en todas estas fracturas, la
del codo, por el mismo esfuerzo que produce la
no desplazadas no requieren otras humeral. Por otro lado, supone un lige-
medidas que la simple inmovilización ro acortamiento relativo del radio, res- das, imputables a la resección pura y evacuación por punción del derrame
fractura de la cabeza, y que puede producir, de
en vendaje de escayola y con el codo en pecto al cúbito, que puede repercutir so- simple. El método fue propuesto por hemático intraarticular, con el doble fin
la misma manera, un arrancamiento de la epi-
tróclea. flexión de 90 grados durante cuatro se- bre la articulación radiocubital inferior y Swanson en 1967 y adoptado en algu- de aliviar el dolor causado por la ten-
manas, a partir de las cuales puede per- sobre la propia muñeca, dando lugar a nos centros. Su técnica de implantación sión del mismo y facilitar las maniobras
mitirse la movilidad activa prudente, una limitación dolorosa de sus movi- no puede ser más sencilla, pero los re- de reducción al permitir una mejor pal-
comunes a los dos tipos de fracturas: son
evitando toda violencia y, sobre todo, mientos y en casos extremos a una dis- sultados publicados no parecen haber pación de los relieves óseos. En cuanto
relativamente frecuentes las roturas del contribuido a su aceptación general. a la actuación sobre la fractura propia-
FIG. 7. Desplazamiento angular de 60 grados,
ligamento lateral interno del codo y, en evitando cualquier maniobra de movili- minución de la fuerza prensora. Es difí- considerado como límite máximo para la indi-
zación pasiva forzada. cil dictar normas que permitan Fracturas de los niños. El trazo de mente dicha deben tenerse en cuenta cación del tratamiento conservador.
ocasiones, el arrancamiento de un frag- fractura es muy parecido en todos los las siguientes normas:
mento de la epitróclea, por el mismo es- 2) En las fracturas simples —de trazo establecer un balance adecuado entre
único— pero desplazadas (tipo II) debe las ventajas descritas y los inconvenien- casos. Separa la cabeza del radio de la 1) Las fracturas del tipo I y II, según la
fuerzo angular que produce la fractura diáfisis, en un plano transversal que clasificación de Judet, no requieren más
intentarse siempre la reducción manual tes, a las que deben ajustarse, conse- entre la superficie articular del radio y
del radio y que tiende a desviar el ante- pasa algo por encima de la tuberosidad tratamiento que la simple inmoviliza-
a base de una tracción sobre el antebra- cuentemente, las decisiones terapéuti- la diáfisis (figura 7). Algunos autores
brazo en valgo (fig. 4). Las lesiones aso- bicipital del radio. Lo que define el tipo ción con el codo flexionado en ángulo
zo y una presión moderada sobre la ca- cas. Pero puede decirse, como principio aconsejan valerse de agujas percutá-
ciadas del nervio radial, descritas por anatomoclínico de estas fracturas es el recto durante unas cuatro semanas, a
beza radial. Conviene tener presente general de actuación, lo siguiente: 1. Las neas clavadas en el fragmento capital
algunos autores, son posibles, pero ex- desplazamiento de la cabeza, lo que partir de las cuales puede permitirse la
que, en general, una reducción incom- ventajas de la operación superan, con con el fin de poderlo movilizar y colo-
cepcionales. permite, en consecuencia, establecer las movilidad activa. Debe evitarse al má-
pleta con un desplazamiento no muy mucho, los supuestos inconvenientes en car en su sitio, maniobra ciertamente
Fracturas propias del adulto. El trazo cuatro formas mostradas en la figura 6 ximo cualquier violencia y, sobre todo,
pronunciado del fragmento capital es todos los casos en que existe un gran difícil teniendo en cuenta el reducido
de fractura puede ser único o múltiple, según la clasificación de R. y J. Judet. cualquier intento de movilización pasi-
compatible con una función del codo desplazamiento o una fractura conmi- tamaño de dicho fragmento y la dificul-
y pueden ser desplazadas o sin despla- normal e indolora, muchas veces prefe- nuta, en los cuales, por otro lado, dicho Clínica y diagnóstico. Las manifestacio- va con la pretensión de lograr antes la tad por lo tanto de que ofrezca una
zar, dando lugar a los diferentes tipos rible al resultado que se logra por pro- tratamiento se impone como única me- nes de estas fracturas son comunes a to- movilidad completa, así como todos los base suficientemente firme para ejer-
anatomopatológicos que se muestran cedimientos operatorios. dida posible. 2. Este razonamiento no das la lesiones traumáticas del codo de recursos en mala hora ingeniados para cer sobre ella la acción de palanca que
en la figura 5. 3) En las fracturas muy desplazadas, debe, sin embargo, ser llevado a la exa- una cierta entidad. La flexión y exten- hacer que el codo se extienda, como el se pretende. Cuando la reducción no se
Clínica y diagnóstico. Nunca falta el an- en las que los intentos de reducción ma- geración, y no hay que olvidar el princi- sión del codo puede estar relativamente cubo sostenido con la mano, al que se consigue al menos en parte, es necesa-
tecedente inmediato de un traumatismo nual no consigan un resultado acepta- pio anteriormente señalado según el bien conservada, sin ser muy dolorosa, añade cada vez más agua, etc. rio recurrir a la cirugía, según se des-
de una cierta entidad. En general, una ble, y sobre todo en las fracturas pluri- cual una fractura algo desplazada es en contraste con el dolor intenso que 2) Las fracturas del tipo III, de la cla- cribe a continuación.
caída sobre la mano. Las consecuencias fragmentarias (tipo III), se impone la compatible con una función normal y, provoca cualquier intento de moviliza- sificación descrita, requieren una re- 3) Las fracturas del tipo IV, o las del
subjetivas y objetivas de la misma (do- resección de la cabeza del radio. Esta in- con muchas probabilidades, mejor de la ción, activa o pasiva, de la pronosupi- ducción, la cual puede intentarse por grupo III en las que no se haya logrado
lor espontáneo y a la presión, tumefac- tervención tiene ventajas e inconvenien- que se logra operatoriamente. Ello equi- nación. El dolor espontáneo y a la pre- maniobras ortopédicas, siempre bajo una reducción mínimamente acepta-
ción, equimosis) se manifiestan princi- tes que conviene señalar. La ventaja más vale a decir que no todas las fracturas sión sobre la cara externa del codo anestesia general, con relajación mus- ble, es necesario hacerla a cielo abier-
palmente sobre el lado externo de la importante se basa en el argumento de desplazadas de la cabeza del radio en el puede estar acompañado, como en las cular completa y bajo control radioscó- to. Una incisión en la cara externa del
articulación. El dolor selectivo a la pre- que es preferible para la función del adulto deben ser tratadas por resección fracturas del adulto y por las mismas pico con intensificador de imágenes. codo, sobre la cabeza radial, permite
sión sobre la epitróclea —muy frecuen- codo la ausencia de la cabeza radial que de la misma. El buen juicio de cada cual causas, de un dolor selectivo a la pre- La presión directa sobre la cabeza ra- descubrir sin dificultad el fragmento
te— no está en contra del diagnóstico, una cabeza muy alterada, que da lugar es imprescindible para adoptar la deci- sión sobre la epitróclea. El examen ra- dial, combinada con una desviación desplazado y reponerlo en su sitio nor-
sino que lo confirma, por corresponder a una incongruencia pronunciada de la sión adecuada. diográfico puede ser de dudosa inter- del antebrazo hacia el lado cubital, mal. La fijación puede hacerse por sim-
a la lesión asociada del ligamento late- articulación correspondiente. Una ven- Endoprótesis para sustitución de la ca- pretación o parecer negativo, debido a permite en ocasiones —pero no siem- ple sutura del periostio, o por medio de
ral interno a la que anteriormente se ha taja subsidiaria, pero importante, es que beza del radio. El objetivo del método la falta de osificación de la cabeza ra- pre— obtener una reducción acepta- una aguja de Kirschner introducida
hecho referencia. Los movimientos acti- permite una movilización casi inmedia- es evidente y queda definido por su pro- dial en los niños de menos de 9 años, ble, entendiendo por aceptable aquella diagonalmente un poco por debajo de
vos o pasivos de pronosupinación son ta y acorta considerablemente el tiempo pio enunciado. Se trata de aplicar una por lo cual se impone siempre un cui- en la que se logra mantener el contac- la tuberosidad bicipital en dirección a la
particularmente dolorosos y de un sig- de tratamiento. Entre los inconvenientes, pieza de silastic, de la misma forma y dadoso examen comparativo de los dos to entre los fragmentos y se consigue cabeza, sin llegar a la articulación (figu-
nificado claramente orientativo. tal vez el más importante es la posible tamaño que la cabeza extirpada del ra- lados, teniendo siempre en cuenta que una angulación no menor de 60 grados ra 8). Algunos autores prefieren la intro-
radio 274 275 radio

I II III IV
I II III
60º
FIG. 6. Tipos de fractura del cuello del radio, según la clasificación de Judet: I, sin desplazamiento;
II, ligeramente desplazada; III, con desplazamiento angular importante, y IV, con pérdida de contac-
to entre los fragmentos.
FIG. 5. Modalidades anatomopatológicas de fracturas de la cabeza del radio: I, simple sin despla-
zamiento; II, simple desplazada, y III, conminuta o polifragmentaria.

dio, provista de un vástago que sirve una imagen negativa no excluye el


Normas generales de tratamiento: inestabilidad lateral del codo, al faltar el para implantarla en la diáfisis radial. diagnóstico de fractura de este tipo.
1) Las fracturas de la cabeza del radio apoyo de la cabeza radial en el cóndilo Con ello se pretende evitar las supues- Normas generales de tratamiento. Es
FIG. 4. Desgarro del ligamento lateral interno tas desventajas, anteriormente señala- aconsejable, en todas estas fracturas, la
del codo, por el mismo esfuerzo que produce la
no desplazadas no requieren otras humeral. Por otro lado, supone un lige-
medidas que la simple inmovilización ro acortamiento relativo del radio, res- das, imputables a la resección pura y evacuación por punción del derrame
fractura de la cabeza, y que puede producir, de
en vendaje de escayola y con el codo en pecto al cúbito, que puede repercutir so- simple. El método fue propuesto por hemático intraarticular, con el doble fin
la misma manera, un arrancamiento de la epi-
tróclea. flexión de 90 grados durante cuatro se- bre la articulación radiocubital inferior y Swanson en 1967 y adoptado en algu- de aliviar el dolor causado por la ten-
manas, a partir de las cuales puede per- sobre la propia muñeca, dando lugar a nos centros. Su técnica de implantación sión del mismo y facilitar las maniobras
mitirse la movilidad activa prudente, una limitación dolorosa de sus movi- no puede ser más sencilla, pero los re- de reducción al permitir una mejor pal-
comunes a los dos tipos de fracturas: son
evitando toda violencia y, sobre todo, mientos y en casos extremos a una dis- sultados publicados no parecen haber pación de los relieves óseos. En cuanto
relativamente frecuentes las roturas del contribuido a su aceptación general. a la actuación sobre la fractura propia-
FIG. 7. Desplazamiento angular de 60 grados,
ligamento lateral interno del codo y, en evitando cualquier maniobra de movili- minución de la fuerza prensora. Es difí- considerado como límite máximo para la indi-
zación pasiva forzada. cil dictar normas que permitan Fracturas de los niños. El trazo de mente dicha deben tenerse en cuenta cación del tratamiento conservador.
ocasiones, el arrancamiento de un frag- fractura es muy parecido en todos los las siguientes normas:
mento de la epitróclea, por el mismo es- 2) En las fracturas simples —de trazo establecer un balance adecuado entre
único— pero desplazadas (tipo II) debe las ventajas descritas y los inconvenien- casos. Separa la cabeza del radio de la 1) Las fracturas del tipo I y II, según la
fuerzo angular que produce la fractura diáfisis, en un plano transversal que clasificación de Judet, no requieren más
intentarse siempre la reducción manual tes, a las que deben ajustarse, conse- entre la superficie articular del radio y
del radio y que tiende a desviar el ante- pasa algo por encima de la tuberosidad tratamiento que la simple inmoviliza-
a base de una tracción sobre el antebra- cuentemente, las decisiones terapéuti- la diáfisis (figura 7). Algunos autores
brazo en valgo (fig. 4). Las lesiones aso- bicipital del radio. Lo que define el tipo ción con el codo flexionado en ángulo
zo y una presión moderada sobre la ca- cas. Pero puede decirse, como principio aconsejan valerse de agujas percutá-
ciadas del nervio radial, descritas por anatomoclínico de estas fracturas es el recto durante unas cuatro semanas, a
beza radial. Conviene tener presente general de actuación, lo siguiente: 1. Las neas clavadas en el fragmento capital
algunos autores, son posibles, pero ex- desplazamiento de la cabeza, lo que partir de las cuales puede permitirse la
que, en general, una reducción incom- ventajas de la operación superan, con con el fin de poderlo movilizar y colo-
cepcionales. permite, en consecuencia, establecer las movilidad activa. Debe evitarse al má-
pleta con un desplazamiento no muy mucho, los supuestos inconvenientes en car en su sitio, maniobra ciertamente
Fracturas propias del adulto. El trazo cuatro formas mostradas en la figura 6 ximo cualquier violencia y, sobre todo,
pronunciado del fragmento capital es todos los casos en que existe un gran difícil teniendo en cuenta el reducido
de fractura puede ser único o múltiple, según la clasificación de R. y J. Judet. cualquier intento de movilización pasi-
compatible con una función del codo desplazamiento o una fractura conmi- tamaño de dicho fragmento y la dificul-
y pueden ser desplazadas o sin despla- normal e indolora, muchas veces prefe- nuta, en los cuales, por otro lado, dicho Clínica y diagnóstico. Las manifestacio- va con la pretensión de lograr antes la tad por lo tanto de que ofrezca una
zar, dando lugar a los diferentes tipos rible al resultado que se logra por pro- tratamiento se impone como única me- nes de estas fracturas son comunes a to- movilidad completa, así como todos los base suficientemente firme para ejer-
anatomopatológicos que se muestran cedimientos operatorios. dida posible. 2. Este razonamiento no das la lesiones traumáticas del codo de recursos en mala hora ingeniados para cer sobre ella la acción de palanca que
en la figura 5. 3) En las fracturas muy desplazadas, debe, sin embargo, ser llevado a la exa- una cierta entidad. La flexión y exten- hacer que el codo se extienda, como el se pretende. Cuando la reducción no se
Clínica y diagnóstico. Nunca falta el an- en las que los intentos de reducción ma- geración, y no hay que olvidar el princi- sión del codo puede estar relativamente cubo sostenido con la mano, al que se consigue al menos en parte, es necesa-
tecedente inmediato de un traumatismo nual no consigan un resultado acepta- pio anteriormente señalado según el bien conservada, sin ser muy dolorosa, añade cada vez más agua, etc. rio recurrir a la cirugía, según se des-
de una cierta entidad. En general, una ble, y sobre todo en las fracturas pluri- cual una fractura algo desplazada es en contraste con el dolor intenso que 2) Las fracturas del tipo III, de la cla- cribe a continuación.
caída sobre la mano. Las consecuencias fragmentarias (tipo III), se impone la compatible con una función normal y, provoca cualquier intento de moviliza- sificación descrita, requieren una re- 3) Las fracturas del tipo IV, o las del
subjetivas y objetivas de la misma (do- resección de la cabeza del radio. Esta in- con muchas probabilidades, mejor de la ción, activa o pasiva, de la pronosupi- ducción, la cual puede intentarse por grupo III en las que no se haya logrado
lor espontáneo y a la presión, tumefac- tervención tiene ventajas e inconvenien- que se logra operatoriamente. Ello equi- nación. El dolor espontáneo y a la pre- maniobras ortopédicas, siempre bajo una reducción mínimamente acepta-
ción, equimosis) se manifiestan princi- tes que conviene señalar. La ventaja más vale a decir que no todas las fracturas sión sobre la cara externa del codo anestesia general, con relajación mus- ble, es necesario hacerla a cielo abier-
palmente sobre el lado externo de la importante se basa en el argumento de desplazadas de la cabeza del radio en el puede estar acompañado, como en las cular completa y bajo control radioscó- to. Una incisión en la cara externa del
articulación. El dolor selectivo a la pre- que es preferible para la función del adulto deben ser tratadas por resección fracturas del adulto y por las mismas pico con intensificador de imágenes. codo, sobre la cabeza radial, permite
sión sobre la epitróclea —muy frecuen- codo la ausencia de la cabeza radial que de la misma. El buen juicio de cada cual causas, de un dolor selectivo a la pre- La presión directa sobre la cabeza ra- descubrir sin dificultad el fragmento
te— no está en contra del diagnóstico, una cabeza muy alterada, que da lugar es imprescindible para adoptar la deci- sión sobre la epitróclea. El examen ra- dial, combinada con una desviación desplazado y reponerlo en su sitio nor-
sino que lo confirma, por corresponder a una incongruencia pronunciada de la sión adecuada. diográfico puede ser de dudosa inter- del antebrazo hacia el lado cubital, mal. La fijación puede hacerse por sim-
a la lesión asociada del ligamento late- articulación correspondiente. Una ven- Endoprótesis para sustitución de la ca- pretación o parecer negativo, debido a permite en ocasiones —pero no siem- ple sutura del periostio, o por medio de
ral interno a la que anteriormente se ha taja subsidiaria, pero importante, es que beza del radio. El objetivo del método la falta de osificación de la cabeza ra- pre— obtener una reducción acepta- una aguja de Kirschner introducida
hecho referencia. Los movimientos acti- permite una movilización casi inmedia- es evidente y queda definido por su pro- dial en los niños de menos de 9 años, ble, entendiendo por aceptable aquella diagonalmente un poco por debajo de
vos o pasivos de pronosupinación son ta y acorta considerablemente el tiempo pio enunciado. Se trata de aplicar una por lo cual se impone siempre un cui- en la que se logra mantener el contac- la tuberosidad bicipital en dirección a la
particularmente dolorosos y de un sig- de tratamiento. Entre los inconvenientes, pieza de silastic, de la misma forma y dadoso examen comparativo de los dos to entre los fragmentos y se consigue cabeza, sin llegar a la articulación (figu-
nificado claramente orientativo. tal vez el más importante es la posible tamaño que la cabeza extirpada del ra- lados, teniendo siempre en cuenta que una angulación no menor de 60 grados ra 8). Algunos autores prefieren la intro-
Ramadier 276 277 raquis

tudio queda reflejada en el hecho de que b) De la totalidad de la columna, importantes para valorar adecuadamen- tablecerse en base al modelo de los tres
en los últimos 20 años ha disminuido en o cambios de alineación entre el seg- te la gravedad de toda lesión vertebral y pilares de la columna de Denis. Según
forma muy apreciable tanto su mortali- mento supralesional y el inferior. Puede para aplicar en cada caso el tratamien- este modelo y los autores que reciente-
dad como sus graves consecuencias neu- ser anterior, posterior, lateral o rotatoria. to. Como punto de partida para la ex- mente se han ocupado del tema (F. Ma-
rológicas y de estabilidad, atribuible tan- Luxación atloaxoidea. Espondilolistesis posición del tema puede empezarse di- gerl y J. Harms, 1986), la rotura de uno
to a una racionalización de las medidas de la L-5 o de la L-4. ciendo que las lesiones de los cuerpos de estos tres pilares no da lugar necesa-
de asistencia inmediata (recogida, trasla- 2) De los discos. vertebrales no son necesariamente cau- riamente a inestabilidad, mientras que
do, etcétera) y de los tratamientos inicia- a) Rotura del anulus con protru- sa, por sí mismas, de inestabilidad ver- la rotura de dos de ellos la produce
dos con la máxima urgencia, como al sión o hernia discal en el conducto ra- tebral. Ésta depende en mucho mayor siempre o casi siempre.
perfeccionamiento de los métodos qui- quídeo y posible compresión radicular. medida de la integridad de las articula- Tratamiento. Principios generales.
A
rúrgicos de estabilización. b) Despegamiento del disco de ciones interapofisarias, de los elementos Objetivos fundamentales: Permitir la
Etiología. Las causas más importantes la plataforma discal. blandos intervertebrales y del llamado curación de las lesiones y el restableci-
son, por orden de frecuencia, los acci- 3) De las estructuras ligamentosas. muro posterior vertebral, constituido por miento de la función normal de soporte
dentes de tráfico (automóvil, motocicleta el borde posterior de los cuerpos, por las de la columna. Evitar el dolor. Reducir
FIG. 8. Fijación de una fractura del cuello del a) Rotura del ligamento común
radio mediante simple aguja transcutánea. y atropello de peatones), seguidos a corta articulaciones interapofisarias y por los las desviaciones, angulaciones o luxa-
anterior o posterior.
distancia de las caídas (incluyendo las arcos posteriores. Las articulaciones in- ciones. Evitar el desplazamiento o la in-
b) De la cápsula de las articula-
zambullidas en aguas poco profundas) y terapofisarias juegan un importante pa- curvación adicional. Restituir a la co-
ciones interapofisarias.
ducción de la aguja a través del cóndilo en tercer lugar las heridas por arma de pel estabilizador en toda la columna, lumna la estabilidad perdida en los
humeral, hasta la cavidad medular del fuego (en tiempos de paz). Por último, los pero muy especialmente a nivel cervi- casos de inestabilidad. Curar las lesio-
radio, atravesando el fragmento capital. deportes de diversa índole, aparte del cal, donde constituyen, en su conjunto, nes neurológicas producidas o evitar
Cuestión de preferencias, aunque pare- motociclismo, derrumbamientos, acci- Anterior Medio Posterior un pilar de soporte más sólido que el de que se produzcan otras nuevas; atender
ce más fácil de defender el primero de dentes de aviación, etc. Entre los factores los mismos cuerpos, y que constituyen y prevenir las complicaciones (trastor-
estos procedimientos, por su carácter predisponentes, figuran en primer lugar el segmento vertebral medio, según nos esfinterianos, úlceras de decúbito,
menos agresivo para la articulación del los procesos reumáticos de la columna Roy-Camille, de máxima importancia etcétera.). Constituye el objetivo más
codo. En ningún caso, tratándose de ni- vertebral que cursan con una limitación para la estabilidad de la columna (véa- importante del tratamiento, pero tam-
ños, debe hacerse la resección de la ca- importante de la movilidad, osteoporosis B se r aquis cervical).
cervical De acuerdo con bién el más difícil. (Véase r aquis, lesio-
beza del radio. y, en ocasiones, degeneración ligamento- ello, las fracturas o luxaciones de estas nes neurológicas.)
Ramadier,
Ramadier, Jacques
Jacques O.O. (1920-1994). Uno sa (artrosis, espondilitis anquilopoyética, FIG. 3. Inestabilidad de la columna debida a articulaciones, sobre todo si son bilate- Recursos generales del tratamiento. Re-
de los más destacados promotores, bajo artritis reumatoidea, etc.). la fractura de dos de sus pilares, según el mo- rales, crean necesariamente un estado poso en decúbito. Procedimientos de
la orientación de Jacques Leveuf y Mer- Mecanismos de producción. Son, en delo de Denis. de inestabilidad que sólo puede resol- reducción por medio de posiciones for-
le d’Aubigné y junto a sus colegas y ami- la mayoría de los casos, indirectos, a verse, según el autor citado, por medios zadas del tronco (hiperextensión en
gos Ttubiana, Meary, Postel y Mauer, de cargo de movimientos extremos o vio- operatorios. Las partes blandas interver- las fracturas por flexión, etc.). Medios
c) De los ligamentos interespino-
la moderna cirugía ortopédica francesa lencias externas (aplastamientos, de- tebrales (discos y ligamentos) forman un de inmovilización-sujeción externa (ye-
sos o supraespinosos.
tal como hoy la conocemos. Profesor ti- rrumbamientos, etc.), que fuerzan la potente medio de unión entre dos vér- sos, corsés, ortesis, etc.). Tracción es-
d) De los ligamentos amarillos.
tular y jefe de servicio del Hospital de movilidad de la columna por encima de tebras contiguas, y constituyen en su quelética. Tracción craneal para reduc-
e) Del ligamento transverso del
Poissy, y más adelante del Hospital Am- sus límites normales. Pero pueden ser conjunto lo que Junghanns ha denomi- ción, inmovilización y sujeción de las
atlas.
broise Paré. Presidente de la Société también directos, por arma de fuego, nado segmento móvil de la columna. fracturas del raquis cervical o torácico.
golpe sobre la columna, paso de la rue- 4) De las estructuras nerviosas. (Véase Son, de delante atrás, el ligamento co- Halos de tracción en decúbito o incor-
Française de Orthopédie et Traumatolo-
gie y redactor jefe, durante largos años, da de un vehículo sobre el tronco, etc.). r aquis, lesiones neurológicas.)
neurológicas. mún vertebral anterior, el disco, el liga- porados al yeso o a la ortesis torácica.
de su revista. Particularmente interesado Anatomía patológica. Definición de Sintomatología general. Criterios de mento común vertebral posterior, la Ejercicios de fisioterapia activa para for-
en la cirugía de la rodilla, fue uno de los las lesiones esqueléticas más importan- clasificación clínica: cápsula de las articulaciones interapofi- talecer la musculatura del tronco.
primeros en crear un departamento de tes (figs. 1, 2 y 3). 1) Con lesión neurológica o sin lesión sarias, los ligamentos amarillos, los li- Objetivos generales más importantes
artroscopia y el que más contribuyó al 1) De las partes óseas. neurológica. gamentos interespinosos y el supraespi- del tratamiento quirúrgico.
desarrollo y perfeccionamiento de esta A) Fracturas. 2) Estado general (normal, afectado, noso (véase r aquis cervical,
cervical y r aquis a) Actuar beneficiosamente sobre la
FIG. 1. Modelo de los tres pilares, según De-
técnica. a) Fracturas de los cuerpos. Pue- nis, como elementos de estabilidad de la co-
grave, etc.). dorsal).
dorsal El desgarro o la rotura de estos lesión medular, en los pocos casos en
Ranvier,, anillo de (de Louis Antoine
Ranvier den ser: fracturas por aplastamiento lumna vertebral. 3) Dolor. Localizado en la columna o elementos es una causa importante de que es posible, y cuando responden a
Ranvier, patólogo francés, 1835-1922). simple (fracturas en cuña); fracturas plu- irradiado a los territorios radiculares. inestabilidad, incluso en ausencia de una indicación claramente establecida.
Formación fibrosa, rica en células (zona rifragmentarias (dos o más fragmentos); 4) Lesión vertebral. A un solo nivel de fractura o luxación interapofisaria, pero b) Evitar o corregir las lesiones radicu-
celular de Ranvier) que rodea la fisis o fracturas conminutas o «por estallido»; la columna o a varios niveles (contiguos mucho más, como se comprende, en lares.
cartílago de conjunción de los huesos formas especiales por el trazo de fractu- o separados). presencia de las mismas. El llamado c) Reducir operatoriamente los des-
largos, a modo de anillo, y contribuye a ra: oblicuo, paralelo a la superficie dis- 5) Incapacidad funcional (imposibili- muro posterior, según Rienau, está for- plazamientos o luxaciones cuando es
la fijación de la epífisis y la metáfisis. cal (fractura «en rodaja»), etc. dad de ponerse en pie), total o parcial. mado principalmente por la cortical de necesario reducirlos y no pueden redu-
Sin.: anillo pericondral. (Véase cartíla - b) Fracturas de las apófisis articu- 6) Lesiones asociadas (craneoencefá- la cara posterior de los cuerpos, particu- cirse por medios conservadores.
go de crecimiento.)
crecimiento. lares. licas, torácicas, abdominales, fracturas larmente consistente y de mayor densi- d) Proporcionar al raquis la estabili-
r aquianestesia. Anestesia raquídea. c) De los arcos posteriores (lámi- de los miembros, etc.). dad trabecular, reforzada por los arcos dad necesaria.
r aquis. Tr
Tr aumatismos nas). Diagnóstico. Inexcusable la radiogra- posteriores y los ligamentos que los Principales recursos quirúrgicos para el
Características generales. Los trauma- d) De la apófisis odontoides. fía en distintas proyecciones y en todos unen. Este muro adquiere particular sig- tratamiento de la inestabilidad vertebral.
tismos de la columna vertebral ocupan e) Fracturas por avulsión de las los casos. El escáner o la resonancia nificado, como elemento de estabilidad, Procedimientos de reducción-artrodesis
uno de los capítulos más importantes de apófisis transversas o espinosas. magnética nuclear son de gran valor en las fracturas del raquis toracolumbar intersomática, principalmente a nivel
la traumatología, tanto por su frecuencia B) Luxaciones. para precisar la naturaleza y alcance de y lumbar (véase estos términos). Una cervical, con o sin osteosíntesis me-
como por su gravedad. En especial, la a) De las apófisis articulares. Cons- las lesiones. mayor precisión en cuanto al diagnósti- diante placa atornillada. Artrodesis in-
que depende de las lesiones neurológi- tituyen uno de los factores más impor- Criterios de estabilidad e inestabilidad. co de estabilidad o inestabilidad a nivel tersomática a otros niveles. Artrodesis
cas asociadas. La importancia de su es- tantes de inestabilidad de la columna. FIG. 2. Fractura aislada del pilar anterior de la Constituyen uno de los elementos más de la columna toracolumbar puede es- de los arcos posteriores. Artrodesis inter-
columna, que no compromete su estabilidad.
Ramadier 276 277 raquis

tudio queda reflejada en el hecho de que b) De la totalidad de la columna, importantes para valorar adecuadamen- tablecerse en base al modelo de los tres
en los últimos 20 años ha disminuido en o cambios de alineación entre el seg- te la gravedad de toda lesión vertebral y pilares de la columna de Denis. Según
forma muy apreciable tanto su mortali- mento supralesional y el inferior. Puede para aplicar en cada caso el tratamien- este modelo y los autores que reciente-
dad como sus graves consecuencias neu- ser anterior, posterior, lateral o rotatoria. to. Como punto de partida para la ex- mente se han ocupado del tema (F. Ma-
rológicas y de estabilidad, atribuible tan- Luxación atloaxoidea. Espondilolistesis posición del tema puede empezarse di- gerl y J. Harms, 1986), la rotura de uno
to a una racionalización de las medidas de la L-5 o de la L-4. ciendo que las lesiones de los cuerpos de estos tres pilares no da lugar necesa-
de asistencia inmediata (recogida, trasla- 2) De los discos. vertebrales no son necesariamente cau- riamente a inestabilidad, mientras que
do, etcétera) y de los tratamientos inicia- a) Rotura del anulus con protru- sa, por sí mismas, de inestabilidad ver- la rotura de dos de ellos la produce
dos con la máxima urgencia, como al sión o hernia discal en el conducto ra- tebral. Ésta depende en mucho mayor siempre o casi siempre.
perfeccionamiento de los métodos qui- quídeo y posible compresión radicular. medida de la integridad de las articula- Tratamiento. Principios generales.
A
rúrgicos de estabilización. b) Despegamiento del disco de ciones interapofisarias, de los elementos Objetivos fundamentales: Permitir la
Etiología. Las causas más importantes la plataforma discal. blandos intervertebrales y del llamado curación de las lesiones y el restableci-
son, por orden de frecuencia, los acci- 3) De las estructuras ligamentosas. muro posterior vertebral, constituido por miento de la función normal de soporte
dentes de tráfico (automóvil, motocicleta el borde posterior de los cuerpos, por las de la columna. Evitar el dolor. Reducir
FIG. 8. Fijación de una fractura del cuello del a) Rotura del ligamento común
radio mediante simple aguja transcutánea. y atropello de peatones), seguidos a corta articulaciones interapofisarias y por los las desviaciones, angulaciones o luxa-
anterior o posterior.
distancia de las caídas (incluyendo las arcos posteriores. Las articulaciones in- ciones. Evitar el desplazamiento o la in-
b) De la cápsula de las articula-
zambullidas en aguas poco profundas) y terapofisarias juegan un importante pa- curvación adicional. Restituir a la co-
ciones interapofisarias.
ducción de la aguja a través del cóndilo en tercer lugar las heridas por arma de pel estabilizador en toda la columna, lumna la estabilidad perdida en los
humeral, hasta la cavidad medular del fuego (en tiempos de paz). Por último, los pero muy especialmente a nivel cervi- casos de inestabilidad. Curar las lesio-
radio, atravesando el fragmento capital. deportes de diversa índole, aparte del cal, donde constituyen, en su conjunto, nes neurológicas producidas o evitar
Cuestión de preferencias, aunque pare- motociclismo, derrumbamientos, acci- Anterior Medio Posterior un pilar de soporte más sólido que el de que se produzcan otras nuevas; atender
ce más fácil de defender el primero de dentes de aviación, etc. Entre los factores los mismos cuerpos, y que constituyen y prevenir las complicaciones (trastor-
estos procedimientos, por su carácter predisponentes, figuran en primer lugar el segmento vertebral medio, según nos esfinterianos, úlceras de decúbito,
menos agresivo para la articulación del los procesos reumáticos de la columna Roy-Camille, de máxima importancia etcétera.). Constituye el objetivo más
codo. En ningún caso, tratándose de ni- vertebral que cursan con una limitación para la estabilidad de la columna (véa- importante del tratamiento, pero tam-
ños, debe hacerse la resección de la ca- importante de la movilidad, osteoporosis B se r aquis cervical).
cervical De acuerdo con bién el más difícil. (Véase r aquis, lesio-
beza del radio. y, en ocasiones, degeneración ligamento- ello, las fracturas o luxaciones de estas nes neurológicas.)
Ramadier,
Ramadier, Jacques
Jacques O.O. (1920-1994). Uno sa (artrosis, espondilitis anquilopoyética, FIG. 3. Inestabilidad de la columna debida a articulaciones, sobre todo si son bilate- Recursos generales del tratamiento. Re-
de los más destacados promotores, bajo artritis reumatoidea, etc.). la fractura de dos de sus pilares, según el mo- rales, crean necesariamente un estado poso en decúbito. Procedimientos de
la orientación de Jacques Leveuf y Mer- Mecanismos de producción. Son, en delo de Denis. de inestabilidad que sólo puede resol- reducción por medio de posiciones for-
le d’Aubigné y junto a sus colegas y ami- la mayoría de los casos, indirectos, a verse, según el autor citado, por medios zadas del tronco (hiperextensión en
gos Ttubiana, Meary, Postel y Mauer, de cargo de movimientos extremos o vio- operatorios. Las partes blandas interver- las fracturas por flexión, etc.). Medios
c) De los ligamentos interespino-
la moderna cirugía ortopédica francesa lencias externas (aplastamientos, de- tebrales (discos y ligamentos) forman un de inmovilización-sujeción externa (ye-
sos o supraespinosos.
tal como hoy la conocemos. Profesor ti- rrumbamientos, etc.), que fuerzan la potente medio de unión entre dos vér- sos, corsés, ortesis, etc.). Tracción es-
d) De los ligamentos amarillos.
tular y jefe de servicio del Hospital de movilidad de la columna por encima de tebras contiguas, y constituyen en su quelética. Tracción craneal para reduc-
e) Del ligamento transverso del
Poissy, y más adelante del Hospital Am- sus límites normales. Pero pueden ser conjunto lo que Junghanns ha denomi- ción, inmovilización y sujeción de las
atlas.
broise Paré. Presidente de la Société también directos, por arma de fuego, nado segmento móvil de la columna. fracturas del raquis cervical o torácico.
golpe sobre la columna, paso de la rue- 4) De las estructuras nerviosas. (Véase Son, de delante atrás, el ligamento co- Halos de tracción en decúbito o incor-
Française de Orthopédie et Traumatolo-
gie y redactor jefe, durante largos años, da de un vehículo sobre el tronco, etc.). r aquis, lesiones neurológicas.)
neurológicas. mún vertebral anterior, el disco, el liga- porados al yeso o a la ortesis torácica.
de su revista. Particularmente interesado Anatomía patológica. Definición de Sintomatología general. Criterios de mento común vertebral posterior, la Ejercicios de fisioterapia activa para for-
en la cirugía de la rodilla, fue uno de los las lesiones esqueléticas más importan- clasificación clínica: cápsula de las articulaciones interapofi- talecer la musculatura del tronco.
primeros en crear un departamento de tes (figs. 1, 2 y 3). 1) Con lesión neurológica o sin lesión sarias, los ligamentos amarillos, los li- Objetivos generales más importantes
artroscopia y el que más contribuyó al 1) De las partes óseas. neurológica. gamentos interespinosos y el supraespi- del tratamiento quirúrgico.
desarrollo y perfeccionamiento de esta A) Fracturas. 2) Estado general (normal, afectado, noso (véase r aquis cervical,
cervical y r aquis a) Actuar beneficiosamente sobre la
FIG. 1. Modelo de los tres pilares, según De-
técnica. a) Fracturas de los cuerpos. Pue- nis, como elementos de estabilidad de la co-
grave, etc.). dorsal).
dorsal El desgarro o la rotura de estos lesión medular, en los pocos casos en
Ranvier,, anillo de (de Louis Antoine
Ranvier den ser: fracturas por aplastamiento lumna vertebral. 3) Dolor. Localizado en la columna o elementos es una causa importante de que es posible, y cuando responden a
Ranvier, patólogo francés, 1835-1922). simple (fracturas en cuña); fracturas plu- irradiado a los territorios radiculares. inestabilidad, incluso en ausencia de una indicación claramente establecida.
Formación fibrosa, rica en células (zona rifragmentarias (dos o más fragmentos); 4) Lesión vertebral. A un solo nivel de fractura o luxación interapofisaria, pero b) Evitar o corregir las lesiones radicu-
celular de Ranvier) que rodea la fisis o fracturas conminutas o «por estallido»; la columna o a varios niveles (contiguos mucho más, como se comprende, en lares.
cartílago de conjunción de los huesos formas especiales por el trazo de fractu- o separados). presencia de las mismas. El llamado c) Reducir operatoriamente los des-
largos, a modo de anillo, y contribuye a ra: oblicuo, paralelo a la superficie dis- 5) Incapacidad funcional (imposibili- muro posterior, según Rienau, está for- plazamientos o luxaciones cuando es
la fijación de la epífisis y la metáfisis. cal (fractura «en rodaja»), etc. dad de ponerse en pie), total o parcial. mado principalmente por la cortical de necesario reducirlos y no pueden redu-
Sin.: anillo pericondral. (Véase cartíla - b) Fracturas de las apófisis articu- 6) Lesiones asociadas (craneoencefá- la cara posterior de los cuerpos, particu- cirse por medios conservadores.
go de crecimiento.)
crecimiento. lares. licas, torácicas, abdominales, fracturas larmente consistente y de mayor densi- d) Proporcionar al raquis la estabili-
r aquianestesia. Anestesia raquídea. c) De los arcos posteriores (lámi- de los miembros, etc.). dad trabecular, reforzada por los arcos dad necesaria.
r aquis. Tr
Tr aumatismos nas). Diagnóstico. Inexcusable la radiogra- posteriores y los ligamentos que los Principales recursos quirúrgicos para el
Características generales. Los trauma- d) De la apófisis odontoides. fía en distintas proyecciones y en todos unen. Este muro adquiere particular sig- tratamiento de la inestabilidad vertebral.
tismos de la columna vertebral ocupan e) Fracturas por avulsión de las los casos. El escáner o la resonancia nificado, como elemento de estabilidad, Procedimientos de reducción-artrodesis
uno de los capítulos más importantes de apófisis transversas o espinosas. magnética nuclear son de gran valor en las fracturas del raquis toracolumbar intersomática, principalmente a nivel
la traumatología, tanto por su frecuencia B) Luxaciones. para precisar la naturaleza y alcance de y lumbar (véase estos términos). Una cervical, con o sin osteosíntesis me-
como por su gravedad. En especial, la a) De las apófisis articulares. Cons- las lesiones. mayor precisión en cuanto al diagnósti- diante placa atornillada. Artrodesis in-
que depende de las lesiones neurológi- tituyen uno de los factores más impor- Criterios de estabilidad e inestabilidad. co de estabilidad o inestabilidad a nivel tersomática a otros niveles. Artrodesis
cas asociadas. La importancia de su es- tantes de inestabilidad de la columna. FIG. 2. Fractura aislada del pilar anterior de la Constituyen uno de los elementos más de la columna toracolumbar puede es- de los arcos posteriores. Artrodesis inter-
columna, que no compromete su estabilidad.
raquis 278 279 raquis

apofisarias (a nivel cervical alto) y ar- res: a) entre la flexión y la extensión má- Tubérculo anterior Cuerpo memente entre las demás vértebras. El o interespinosos. b) Rotura del ligamen- 3) Lesiones de los cuerpos: a) Fracturas
trodesis occipitocervicales. Artrodesis ximas, de 100 a 140 grados, según los de la apófisis transversa Foramen movimiento de flexión-extensión y el de to común vertebral anterior o posterior. por aplastamiento o cuneiformes (fig. 7).
transverso
intertransversa o transversosacra, prin- individuos; b) la inclinación lateral, de rotación exige, a nivel de las articula- c) Rotura de los ligamentos amarillos. b) Fracturas por estallido o plurifragmen-
cipalmente en las lesiones del segmen- 30 a 45 grados a cada lado aproxima- ciones interapofisarias, un deslizamien- d) Pliegue de los ligamentos amarillos tarias (fig. 8). c) Luxación y fractura-luxa-
to lumbosacro (espondilólisis y espon- damente; c) la rotación, de 60 a 80 gra- to de la carilla superior sobre la inferior, en el interior del conducto raquídeo con ción, anterior o posterior, de una vértebra
dilolistesis). dos a cada lado. De este movimiento, deslizamiento que puede convertirse en estrechamiento del mismo y peligro de respecto a la inferior (fig. 9). d) Fractura
Procedimientos de osteosíntesis metáli- un 70 % corresponde a la articulación una luxación en el movimiento extremo compresión medular (en el movimiento de la apófisis odontoides (fig. 10).
ca de la columna vertebral. Por su inte- atloaxoidea; el resto se reparte unifor- de hiperextensión). e) Rotura del liga-
de rotación o de flexión, nunca en el de
rés, variedad de soluciones propuestas mento transverso del atlas.
extensión (fig. 6).
y por la rápida evolución y el perfeccio- 2) Lesiones de los discos: a) Despren-
Pedículo Anatomía patológica. Lesiones aisla- dimiento del disco del platillo vertebral
namiento que han experimentado en
das más importantes o más frecuentes. superior o inferior. b) Rotura del anulus
los últimos veinte años, estos procedi- C2 B Tubérculo 1) Lesiones de los ligamentos: a) Des- y hernia discal.
mientos merecen una descripción apar- Carilla articular
te que permita, al menos, una visión
posterior
superior
garro de los ligamentos supraespinosos
global de los mismos, sin pretender es-
tablecer juicios valorativos sobre cada
FIG. 3. Vértebra cervical (C-3-C-6) vista por
uno de ellos. su cara superior. A
r aquis cervical. TrTr aumatismos
Consideraciones generales. No es
necesario encarecer la importancia de
las lesiones de la columna cervical en Arco anterior
traumatología, tanto por su frecuencia Foramen 3 2
como por su gravedad y por la diversi- transverso
dad y complejidad de problemas que 1
plantea de diagnóstico y, sobre todo, de
tratamiento, de cuya solución depende
en gran medida la vida del traumatiza-
do o la posibilidad de evitar las temibles
secuelas motoras.
Principales características anatomo- B
funcionales
Anatomía. Las particularidades morfo- Carillas articulares Arco posterior
lógicas de especial interés en traumato- con el occipital
logía y los nombres anatómicos que
con más frecuencia se manejan en la FIG. 4. Atlas, visto por su cara superior.
descripción de estas lesiones están re- D1
presentados en las figuras 1 a 5 sin ne- FIG. 7. Fractura estable por aplastamiento del FIG. 9. Fractura-luxación anterior, por fractura
cesidad de explicaciones adicionales. cuerpo vertebral, o cuneiforme. del cuerpo (1) y de la apófisis articular de la
A
Tampoco es necesario recordar que las Apófisis odontoides vértebra inferior (2), con desgarro del ligamen-
estructuras esqueléticas representadas to interespinoso (3), en una lesión por mecanis-
en dichas figuras no son más que una FIG. 1. Columna cervical vista de perfil. Es fá- mo de flexión.
parte, y no la más importante, de esta cil comprobar que la columna formada por las Carilla articular Foramen transverso
articulaciones apofisarias (B) o «segmento ver- superior
región anatómica, ni las únicas que su-
fren los efectos de los traumatismos. La tebral medio» es por lo menos tan sólida como
la formada por los cuerpos (A). (Copiada de
medula, el tallo cerebral, las raíces ner- C
Netter, en la Colección Ciba de Ilustraciones Fractura del ápice Fractura del cuello
viosas y las arterias vertebrales son los Médicas, tomo 8-1.)
principales elementos con los que tam-
bién y con más motivo hay que contar. Fractura
Movimientos de la columna cervical. El Plataforma discal de la base
Pedículo
segmento cervical es la parte más movi- superior
ble del raquis, lo cual la convierte tam-
Carilla articular
bién en la parte más vulnerable a los superior Cuerpo
agentes traumáticos. Asentada en su ex-
tremo inferior sobre una base fija —o Arco Apófisis
prácticamente fija—, soporta en su ex- posterior transversa
tremo superior la cabeza con un peso
Cuerpo
aproximado de 3,5 kg, a la que confie-
re una amplia movilidad de «cuarto gra- FIG. 6. Representación esquemática del desli-
do»: flexión, extensión, lateralidad y ro- zamiento mutuo entre las superficies de las ar-
Plataforma discal
tación. La amplitud máxima de cada Carilla articular
ticulaciones interapofisarias, en el movimiento
FIG. 8. Fractura plurifragmentaria (en este
inferior
movimiento aislado (muy variable de Apófisis espinosa de extensión (A) y de flexión (B) de la colum-
inferior caso de sólo dos fragmentos) del cuerpo verte-
unos individuos a otros y según la edad) na cervical, y luxación de la carilla superior so- FIG. 10. Diversos tipos anatomopatológicos
bral («tear drop fracture»). Estable por la inte-
bre la inferior en el movimiento de flexión for-
puede estimarse en los siguientes valo- FIG. 2. Vértebra cervical vista de perfil. FIG. 5. Axis visto por su cara posterosuperior. gridad de las interapofisarias. de fracturas de la apófisis odontoides.
zada (C).
raquis 278 279 raquis

apofisarias (a nivel cervical alto) y ar- res: a) entre la flexión y la extensión má- Tubérculo anterior Cuerpo memente entre las demás vértebras. El o interespinosos. b) Rotura del ligamen- 3) Lesiones de los cuerpos: a) Fracturas
trodesis occipitocervicales. Artrodesis ximas, de 100 a 140 grados, según los de la apófisis transversa Foramen movimiento de flexión-extensión y el de to común vertebral anterior o posterior. por aplastamiento o cuneiformes (fig. 7).
transverso
intertransversa o transversosacra, prin- individuos; b) la inclinación lateral, de rotación exige, a nivel de las articula- c) Rotura de los ligamentos amarillos. b) Fracturas por estallido o plurifragmen-
cipalmente en las lesiones del segmen- 30 a 45 grados a cada lado aproxima- ciones interapofisarias, un deslizamien- d) Pliegue de los ligamentos amarillos tarias (fig. 8). c) Luxación y fractura-luxa-
to lumbosacro (espondilólisis y espon- damente; c) la rotación, de 60 a 80 gra- to de la carilla superior sobre la inferior, en el interior del conducto raquídeo con ción, anterior o posterior, de una vértebra
dilolistesis). dos a cada lado. De este movimiento, deslizamiento que puede convertirse en estrechamiento del mismo y peligro de respecto a la inferior (fig. 9). d) Fractura
Procedimientos de osteosíntesis metáli- un 70 % corresponde a la articulación una luxación en el movimiento extremo compresión medular (en el movimiento de la apófisis odontoides (fig. 10).
ca de la columna vertebral. Por su inte- atloaxoidea; el resto se reparte unifor- de hiperextensión). e) Rotura del liga-
de rotación o de flexión, nunca en el de
rés, variedad de soluciones propuestas mento transverso del atlas.
extensión (fig. 6).
y por la rápida evolución y el perfeccio- 2) Lesiones de los discos: a) Despren-
Pedículo Anatomía patológica. Lesiones aisla- dimiento del disco del platillo vertebral
namiento que han experimentado en
das más importantes o más frecuentes. superior o inferior. b) Rotura del anulus
los últimos veinte años, estos procedi- C2 B Tubérculo 1) Lesiones de los ligamentos: a) Des- y hernia discal.
mientos merecen una descripción apar- Carilla articular
te que permita, al menos, una visión
posterior
superior
garro de los ligamentos supraespinosos
global de los mismos, sin pretender es-
tablecer juicios valorativos sobre cada
FIG. 3. Vértebra cervical (C-3-C-6) vista por
uno de ellos. su cara superior. A
r aquis cervical. TrTr aumatismos
Consideraciones generales. No es
necesario encarecer la importancia de
las lesiones de la columna cervical en Arco anterior
traumatología, tanto por su frecuencia Foramen 3 2
como por su gravedad y por la diversi- transverso
dad y complejidad de problemas que 1
plantea de diagnóstico y, sobre todo, de
tratamiento, de cuya solución depende
en gran medida la vida del traumatiza-
do o la posibilidad de evitar las temibles
secuelas motoras.
Principales características anatomo- B
funcionales
Anatomía. Las particularidades morfo- Carillas articulares Arco posterior
lógicas de especial interés en traumato- con el occipital
logía y los nombres anatómicos que
con más frecuencia se manejan en la FIG. 4. Atlas, visto por su cara superior.
descripción de estas lesiones están re- D1
presentados en las figuras 1 a 5 sin ne- FIG. 7. Fractura estable por aplastamiento del FIG. 9. Fractura-luxación anterior, por fractura
cesidad de explicaciones adicionales. cuerpo vertebral, o cuneiforme. del cuerpo (1) y de la apófisis articular de la
A
Tampoco es necesario recordar que las Apófisis odontoides vértebra inferior (2), con desgarro del ligamen-
estructuras esqueléticas representadas to interespinoso (3), en una lesión por mecanis-
en dichas figuras no son más que una FIG. 1. Columna cervical vista de perfil. Es fá- mo de flexión.
parte, y no la más importante, de esta cil comprobar que la columna formada por las Carilla articular Foramen transverso
articulaciones apofisarias (B) o «segmento ver- superior
región anatómica, ni las únicas que su-
fren los efectos de los traumatismos. La tebral medio» es por lo menos tan sólida como
la formada por los cuerpos (A). (Copiada de
medula, el tallo cerebral, las raíces ner- C
Netter, en la Colección Ciba de Ilustraciones Fractura del ápice Fractura del cuello
viosas y las arterias vertebrales son los Médicas, tomo 8-1.)
principales elementos con los que tam-
bién y con más motivo hay que contar. Fractura
Movimientos de la columna cervical. El Plataforma discal de la base
Pedículo
segmento cervical es la parte más movi- superior
ble del raquis, lo cual la convierte tam-
Carilla articular
bién en la parte más vulnerable a los superior Cuerpo
agentes traumáticos. Asentada en su ex-
tremo inferior sobre una base fija —o Arco Apófisis
prácticamente fija—, soporta en su ex- posterior transversa
tremo superior la cabeza con un peso
Cuerpo
aproximado de 3,5 kg, a la que confie-
re una amplia movilidad de «cuarto gra- FIG. 6. Representación esquemática del desli-
do»: flexión, extensión, lateralidad y ro- zamiento mutuo entre las superficies de las ar-
Plataforma discal
tación. La amplitud máxima de cada Carilla articular
ticulaciones interapofisarias, en el movimiento
FIG. 8. Fractura plurifragmentaria (en este
inferior
movimiento aislado (muy variable de Apófisis espinosa de extensión (A) y de flexión (B) de la colum-
inferior caso de sólo dos fragmentos) del cuerpo verte-
unos individuos a otros y según la edad) na cervical, y luxación de la carilla superior so- FIG. 10. Diversos tipos anatomopatológicos
bral («tear drop fracture»). Estable por la inte-
bre la inferior en el movimiento de flexión for-
puede estimarse en los siguientes valo- FIG. 2. Vértebra cervical vista de perfil. FIG. 5. Axis visto por su cara posterosuperior. gridad de las interapofisarias. de fracturas de la apófisis odontoides.
zada (C).
raquis 280 281 raquis

4) Lesiones de los arcos: a) Fracturas terior, formado por las apófisis articula- directos causados por fuerzas externas taria del cuerpo de las otras vértebras. cozmente pero tiene tendencia a estabili- totalmente los movimientos del cuello o
de las láminas. b) Fracturas por avul- res, o segmento vertebral medio, según que actúan sobre la cabeza forzando Criterios de clasificación zarse. Se acompaña de bradicardia. Un los cambios de posición en los traslados
sión de las apófisis espinosas. c) Fractu- Roy-Camille (fig. 14). Las lesiones del los movimientos normales del cuello 1) Traumatismos cervicales con o sin exceso de líquidos por vía endovenosa a las salas de exploración o en las ma-
ras del anillo del atlas. pilar anterior son —o pueden ser— re- más allá de los límites normales, en fle- afectación medular. Constituye el pri- puede agravar la sobrecarga del corazón. niobras exploratorias.
5) Lesiones de las apófisis articulares: lativamente estables y pueden ser trata- xión, extensión, rotación o inclinación mer rasgo distintivo (y el más importan- c) Lesiones medulares. En el individuo 2) Una radiografía negativa no exclu-
a) Luxación unilateral o bilateral (figu- das por medios conservadores. Las del lateral. El mecanismo de flexión-exten- te) para catalogar cualquier tipo de trau- consciente son fáciles de detectar, por ye la posible existencia de una lesión
ra 11). b) Fractura y fractura-luxación «segmento vertebral medio» (fracturas o sión forzada puede producirse también matismo vertebral. el déficit motor y los trastornos de la cervical, que puede ser grave.
(figura 12). c) Fractura de los pedículos luxaciones de las apófisis articulares) en ausencia de una fuerza externa, por 2) Por el nivel de la lesión. Lesiones sensibilidad. En el sujeto inconsciente 3) Algunas lesiones son difíciles de
(figura 13). son siempre inestables y tributarias de el propio peso e inercia de la cabeza, en del segmento vertebral alto (occipito- pueden detectarse por la ausencia de ver en las radiografías convencionales,
Lesiones estables e inestables. La fun- tratamiento quirúrgico. Por otro lado, la un movimiento de aceleración-desace- atloaxoideo) y del segmento cervical reflejos musculotendinosos normales y lo cual exige, casi rutinariamente, la
ción de soporte de la columna cervical unión mutua entre las vértebras corre a leración (mecanismo del «latigazo» o bajo (de la C-3 a la C-7). por la presencia de reflejos anormales práctica de proyecciones diversas:
corre a cargo de dos «pilares» o seg- cargo de las estructuras ligamentosas y «whiplash»). También se trata, en algu- 3) Clasificación anatomopatológica. (Babinski y similares). Para un diagnós- a) Anteroposterior y de perfil.
mentos de carga. Uno anterior, formado de los discos intervertebrales (el seg- nos casos, de mecanismos de compre- Aparentemente la más lógica, pero difí- tico más exacto de las lesiones medula- b) En la proyección de perfil, los hom-
por los cuerpos vertebrales, y otro pos- mento móvil de la columna, según sión axial, por impactos recibidos sobre cil de reducir a un esquema de utilidad res en el individuo inconsciente (o para bros pueden ocultar la C-7 o el espacio
Junghanns). Las lesiones de estas estruc- el vértex. Lo más frecuente por zambu- práctica, dada la diversidad de las lesio- la valoración y control evolutivo de las discal C-7-D-1. Puede evitarse tirando
turas (desgarros de los ligamentos, des- llidas en aguas poco profundas («fractu- nes aisladas y, sobre todo, de las posi- mismas en cualquier caso) puede recu- de los brazos hacia abajo. En cualquier
prendimientos de los discos) da —o ras por zambullida» o «diving fractu- bles combinaciones entre las mismas. rrirse a la exploración de los potencia- caso, hay que asegurarse de que la C-7
puede dar— lugar al desplazamiento res»). En otros casos, menos frecuentes, 4) Por el mecanismo de producción. les somatosensoriales evocados. (Véase se ve en su totalidad.
C IV mutuo entre las vértebras y constituye se trata de mecanismos directos, por Flexión, extensión, etc. Basado en el su- r aquis, lesiones neurológicas.)
neurológicas c) Oblicuas derecha e izquierda, con
por tanto un factor importante de ines- golpes sobre la región cervical, heridas puesto de que a cada mecanismo le co- 2) Síntomas residuales o subagudos. una inclinación de 35 grados respecto
tabilidad (fig. 15). de bala, etc. rresponde un tipo preferente de lesión, Cuando no existe afectación medular, el al plano horizontal.
Mecanismos de producción. Son, en Correspondencia entre el mecanismo lo cual viene a ser como otra forma de cuadro clínico está caracterizado princi- d) Transbucal anteroposterior, con la
CV
la mayoría de los casos, mecanismos in- causal y la lesión resultante. clasificación anatomopatológica, con palmente por una sintomatología local a boca abierta.
1) Los traumatismos por flexión dan la desventaja de que en la práctica es nivel del cuello. Dolor, rigidez, limita- e) Siempre que no signifique riesgo
lugar, preferentemente, a las siguientes muchas veces muy difícil o imposible ción dolorosa de los movimientos, pun- para la medula, radiografías funcionales
lesiones: conocer la forma de haberse producido tos dolorosos en zonas determinadas, (en flexión y extensión) en proyección
a) distensión o desgarro de los liga- el traumatismo. A pesar de ello es una etcétera, y en ocasiones deformación de perfil.
mentos interespinoso y supraespinoso; de las más generalmente adoptadas. apreciable del cuello o desviación de Tratamiento
b) fracturas por avulsión de la apófisis 5) Criterios de estabilidad o inestabili- la cara a modo de tortícolis. A esta sin- A) Normas generales de actuación en
espinosa; dad. Constituye un punto de vista muy tomatología local pueden añadirse sínto- la fase aguda inmediata.
FIG. 11. Luxación unilateral de la C-4 sobre la c) fracturas por aplastamiento (en útil, adoptado en la actualidad por nu- mas a distancia representados princi- 1) Primeros auxilios. En ningún trauma-
C-5. cuña) del cuerpo vertebral; merosos autores para la elección del palmente por los cuadros radiculares tismo de cualquier tipo (si se excep-
d) luxación de las articulaciones in- tratamiento adecuado en cada caso. sensitivos y motores, y con menos fre- túan los craneoencefálicos) puede resul-
ter-apofisarias. Cuadro clínico cuencia y menor entidad por los trastor- tar tan decisiva una primera asistencia
Fractura de las láminas En casos extremos: 1) Síntomas iniciales de gravedad in- nos encefálicos causados por la afecta- adecuada como en las lesiones traumá-
a) fractura de las apófisis articulares; mediata. ción de las arterias vertebrales o del ticas del raquis cervical. Cuando estas
b) rotura del ligamento común verte- a) Trastornos respiratorios. Apnea o «simpático posterior» (cefaleas, vértigos, lesiones asientan por encima del nivel
FIG. 14. El segmento vertebral medio, según
bral posterior; dificultad para respirar. Pueden ser de- trastornos oculares o de la audición, o un C-4 dan lugar con frecuencia a una pa-
Roy-Camille, cuya integridad es fundamental,
según este autor, para la estabilidad de la co- c) rotura de los ligamentos amarillos. bidos a diversos factores, actuando in- dolor de oído relativamente frecuente en rálisis respiratoria grave y muchas veces
lumna cervical. 2) Los traumatismos por extensión dependientemente o potencializándose los traumatismos cervicales de difícil ex- mortal. Pero en ocasiones es transitoria,
dan —o pueden dar— lugar, preferente- mutuamente: parálisis respiratoria por plicación). Cuando existe participación y por tanto recuperable, si se aplican
mente, a las siguientes lesiones: lesión medular por encima de la C-4. medular en el proceso, el cuadro clínico oportunamente los medios de urgencia
a) desprendimiento del disco inter- Aspiración de sangre, secreciones o vó- es mucho más complicado, que será des- necesarios de respiración asistida. Por
3
vertebral de la plataforma discal, supe- mito. Dificultad para expectorar por de- crito en un espacio aparte. (Véase ra - otro lado, una asistencia inadecuada en
rior o inferior, de la vértebra correspon- bilidad de la espiración y por la tos. Dis- quis, lesiones neurológicas.)
neurológicas los primeros momentos puede tener
Fractura de la apófisis diente; tensión abdominal. Coexistencia de un Diagnóstico. Los síntomas clínicos, consecuencias graves e irreparables. Se-
articular inferior de la 2
vértebra superior
1 4 b) rotura del ligamento común verte- traumatismo torácico con alteraciones por sí solos o por la forma de producir- gún Gomar, casi un 10 % de las lesiones
bral anterior. graves de la función respiratoria (volet se el traumatismo, pueden orientar ha- medulares a nivel cervical se producen
FIG. 12. Fractura muy inestable de las apófisis En casos extremos: costal o neumotórax a presión). cia la existencia o no de una lesión cer- o se agravan por una actuación desafor-
articulares y de las láminas. a) rotura del ligamento común verte- b) Trastornos cardiovasculares. Hipo- vical. Pero en general no son suficien- tunada en la recogida o traslado de estos
5 6 bral posterior; tensión sistólica y diastólica (máxima y tes para diagnosticar el tipo de la mis- accidentados.
b) rotura de la lámina de la vértebra mínima, disminuidas). Disminución con- ma. Para ello es inexcusable, en todos 2) Recogida y traslado de los acciden-
subyacente. secutiva del riego cerebral y posibilidad los casos, el examen radiográfico, y en tados.
3) Los mecanismos de rotación, gene- de lipotimia con pérdida de consciencia, la mayoría de ellos, la tomografía sim- a) Reconocer la existencia de una po-
ralmente combinados con los de flexión especialmente al intentar incorporarse. ple, la tomografía axial computarizada o sible lesión cervical en todo traumatis-
o extensión, dan lugar preferentemente Puede obedecer a dos causas muy distin- la resonancia magnética nuclear, dejan- mo grave. Si el sujeto está inconsciente,
FIG. 15. Segmento vertebral móvil, según a luxaciones unilaterales interapofisa- tas y que requieren distinto tratamiento: do a un lado los cuadros de lesión me- indagar sobre la presencia de lesiones
Junghanns, o factor de estabilidad de la colum- rias. 1.a Shock traumático o hipovolémico. Se dular o de complicación radicular que superficiales visibles (heridas, erosio-
na cervical formado por elementos blandos in-
4) Los mecanismos de compresión inicia unas horas después del accidente y requieren una exploración aparte y un nes, etc.) en la cara, en el cráneo o en el
tervertebrales: 1, ligamento común vertebral
anterior; 2, disco; 3, ligamento común vertebral axial dan lugar a las siguientes lesiones: tiende a empeorar. Se acompaña de ta- diagnóstico por otros medios. Las ex- cuello. En cualquier caso y aun en au-
posterior; 4, cápsula de las articulaciones inte- a) fracturas plurifragmentarias del atlas quicardia. Requiere administración larga ploraciones mencionadas merecen al- sencia de todo signo externo de sospe-
rapofisarias;5, ligamentos amarillos; 6, liga- («fractura de Jefferson»); manu de líquidos de perfusión. 2.a Shock gunas advertencias previas. cha, admitir la posibilidad de una lesión
FIG. 13. Fractura del pedículo. mentos interespinosos. b) fractura por estallido o plurifragmen- espinal, por lesión medular. Se inicia pre- 1) La primera y más importante, evitar cervical y actuar en consecuencia. Si
raquis 280 281 raquis

4) Lesiones de los arcos: a) Fracturas terior, formado por las apófisis articula- directos causados por fuerzas externas taria del cuerpo de las otras vértebras. cozmente pero tiene tendencia a estabili- totalmente los movimientos del cuello o
de las láminas. b) Fracturas por avul- res, o segmento vertebral medio, según que actúan sobre la cabeza forzando Criterios de clasificación zarse. Se acompaña de bradicardia. Un los cambios de posición en los traslados
sión de las apófisis espinosas. c) Fractu- Roy-Camille (fig. 14). Las lesiones del los movimientos normales del cuello 1) Traumatismos cervicales con o sin exceso de líquidos por vía endovenosa a las salas de exploración o en las ma-
ras del anillo del atlas. pilar anterior son —o pueden ser— re- más allá de los límites normales, en fle- afectación medular. Constituye el pri- puede agravar la sobrecarga del corazón. niobras exploratorias.
5) Lesiones de las apófisis articulares: lativamente estables y pueden ser trata- xión, extensión, rotación o inclinación mer rasgo distintivo (y el más importan- c) Lesiones medulares. En el individuo 2) Una radiografía negativa no exclu-
a) Luxación unilateral o bilateral (figu- das por medios conservadores. Las del lateral. El mecanismo de flexión-exten- te) para catalogar cualquier tipo de trau- consciente son fáciles de detectar, por ye la posible existencia de una lesión
ra 11). b) Fractura y fractura-luxación «segmento vertebral medio» (fracturas o sión forzada puede producirse también matismo vertebral. el déficit motor y los trastornos de la cervical, que puede ser grave.
(figura 12). c) Fractura de los pedículos luxaciones de las apófisis articulares) en ausencia de una fuerza externa, por 2) Por el nivel de la lesión. Lesiones sensibilidad. En el sujeto inconsciente 3) Algunas lesiones son difíciles de
(figura 13). son siempre inestables y tributarias de el propio peso e inercia de la cabeza, en del segmento vertebral alto (occipito- pueden detectarse por la ausencia de ver en las radiografías convencionales,
Lesiones estables e inestables. La fun- tratamiento quirúrgico. Por otro lado, la un movimiento de aceleración-desace- atloaxoideo) y del segmento cervical reflejos musculotendinosos normales y lo cual exige, casi rutinariamente, la
ción de soporte de la columna cervical unión mutua entre las vértebras corre a leración (mecanismo del «latigazo» o bajo (de la C-3 a la C-7). por la presencia de reflejos anormales práctica de proyecciones diversas:
corre a cargo de dos «pilares» o seg- cargo de las estructuras ligamentosas y «whiplash»). También se trata, en algu- 3) Clasificación anatomopatológica. (Babinski y similares). Para un diagnós- a) Anteroposterior y de perfil.
mentos de carga. Uno anterior, formado de los discos intervertebrales (el seg- nos casos, de mecanismos de compre- Aparentemente la más lógica, pero difí- tico más exacto de las lesiones medula- b) En la proyección de perfil, los hom-
por los cuerpos vertebrales, y otro pos- mento móvil de la columna, según sión axial, por impactos recibidos sobre cil de reducir a un esquema de utilidad res en el individuo inconsciente (o para bros pueden ocultar la C-7 o el espacio
Junghanns). Las lesiones de estas estruc- el vértex. Lo más frecuente por zambu- práctica, dada la diversidad de las lesio- la valoración y control evolutivo de las discal C-7-D-1. Puede evitarse tirando
turas (desgarros de los ligamentos, des- llidas en aguas poco profundas («fractu- nes aisladas y, sobre todo, de las posi- mismas en cualquier caso) puede recu- de los brazos hacia abajo. En cualquier
prendimientos de los discos) da —o ras por zambullida» o «diving fractu- bles combinaciones entre las mismas. rrirse a la exploración de los potencia- caso, hay que asegurarse de que la C-7
puede dar— lugar al desplazamiento res»). En otros casos, menos frecuentes, 4) Por el mecanismo de producción. les somatosensoriales evocados. (Véase se ve en su totalidad.
C IV mutuo entre las vértebras y constituye se trata de mecanismos directos, por Flexión, extensión, etc. Basado en el su- r aquis, lesiones neurológicas.)
neurológicas c) Oblicuas derecha e izquierda, con
por tanto un factor importante de ines- golpes sobre la región cervical, heridas puesto de que a cada mecanismo le co- 2) Síntomas residuales o subagudos. una inclinación de 35 grados respecto
tabilidad (fig. 15). de bala, etc. rresponde un tipo preferente de lesión, Cuando no existe afectación medular, el al plano horizontal.
Mecanismos de producción. Son, en Correspondencia entre el mecanismo lo cual viene a ser como otra forma de cuadro clínico está caracterizado princi- d) Transbucal anteroposterior, con la
CV
la mayoría de los casos, mecanismos in- causal y la lesión resultante. clasificación anatomopatológica, con palmente por una sintomatología local a boca abierta.
1) Los traumatismos por flexión dan la desventaja de que en la práctica es nivel del cuello. Dolor, rigidez, limita- e) Siempre que no signifique riesgo
lugar, preferentemente, a las siguientes muchas veces muy difícil o imposible ción dolorosa de los movimientos, pun- para la medula, radiografías funcionales
lesiones: conocer la forma de haberse producido tos dolorosos en zonas determinadas, (en flexión y extensión) en proyección
a) distensión o desgarro de los liga- el traumatismo. A pesar de ello es una etcétera, y en ocasiones deformación de perfil.
mentos interespinoso y supraespinoso; de las más generalmente adoptadas. apreciable del cuello o desviación de Tratamiento
b) fracturas por avulsión de la apófisis 5) Criterios de estabilidad o inestabili- la cara a modo de tortícolis. A esta sin- A) Normas generales de actuación en
espinosa; dad. Constituye un punto de vista muy tomatología local pueden añadirse sínto- la fase aguda inmediata.
FIG. 11. Luxación unilateral de la C-4 sobre la c) fracturas por aplastamiento (en útil, adoptado en la actualidad por nu- mas a distancia representados princi- 1) Primeros auxilios. En ningún trauma-
C-5. cuña) del cuerpo vertebral; merosos autores para la elección del palmente por los cuadros radiculares tismo de cualquier tipo (si se excep-
d) luxación de las articulaciones in- tratamiento adecuado en cada caso. sensitivos y motores, y con menos fre- túan los craneoencefálicos) puede resul-
ter-apofisarias. Cuadro clínico cuencia y menor entidad por los trastor- tar tan decisiva una primera asistencia
Fractura de las láminas En casos extremos: 1) Síntomas iniciales de gravedad in- nos encefálicos causados por la afecta- adecuada como en las lesiones traumá-
a) fractura de las apófisis articulares; mediata. ción de las arterias vertebrales o del ticas del raquis cervical. Cuando estas
b) rotura del ligamento común verte- a) Trastornos respiratorios. Apnea o «simpático posterior» (cefaleas, vértigos, lesiones asientan por encima del nivel
FIG. 14. El segmento vertebral medio, según
bral posterior; dificultad para respirar. Pueden ser de- trastornos oculares o de la audición, o un C-4 dan lugar con frecuencia a una pa-
Roy-Camille, cuya integridad es fundamental,
según este autor, para la estabilidad de la co- c) rotura de los ligamentos amarillos. bidos a diversos factores, actuando in- dolor de oído relativamente frecuente en rálisis respiratoria grave y muchas veces
lumna cervical. 2) Los traumatismos por extensión dependientemente o potencializándose los traumatismos cervicales de difícil ex- mortal. Pero en ocasiones es transitoria,
dan —o pueden dar— lugar, preferente- mutuamente: parálisis respiratoria por plicación). Cuando existe participación y por tanto recuperable, si se aplican
mente, a las siguientes lesiones: lesión medular por encima de la C-4. medular en el proceso, el cuadro clínico oportunamente los medios de urgencia
a) desprendimiento del disco inter- Aspiración de sangre, secreciones o vó- es mucho más complicado, que será des- necesarios de respiración asistida. Por
3
vertebral de la plataforma discal, supe- mito. Dificultad para expectorar por de- crito en un espacio aparte. (Véase ra - otro lado, una asistencia inadecuada en
rior o inferior, de la vértebra correspon- bilidad de la espiración y por la tos. Dis- quis, lesiones neurológicas.)
neurológicas los primeros momentos puede tener
Fractura de la apófisis diente; tensión abdominal. Coexistencia de un Diagnóstico. Los síntomas clínicos, consecuencias graves e irreparables. Se-
articular inferior de la 2
vértebra superior
1 4 b) rotura del ligamento común verte- traumatismo torácico con alteraciones por sí solos o por la forma de producir- gún Gomar, casi un 10 % de las lesiones
bral anterior. graves de la función respiratoria (volet se el traumatismo, pueden orientar ha- medulares a nivel cervical se producen
FIG. 12. Fractura muy inestable de las apófisis En casos extremos: costal o neumotórax a presión). cia la existencia o no de una lesión cer- o se agravan por una actuación desafor-
articulares y de las láminas. a) rotura del ligamento común verte- b) Trastornos cardiovasculares. Hipo- vical. Pero en general no son suficien- tunada en la recogida o traslado de estos
5 6 bral posterior; tensión sistólica y diastólica (máxima y tes para diagnosticar el tipo de la mis- accidentados.
b) rotura de la lámina de la vértebra mínima, disminuidas). Disminución con- ma. Para ello es inexcusable, en todos 2) Recogida y traslado de los acciden-
subyacente. secutiva del riego cerebral y posibilidad los casos, el examen radiográfico, y en tados.
3) Los mecanismos de rotación, gene- de lipotimia con pérdida de consciencia, la mayoría de ellos, la tomografía sim- a) Reconocer la existencia de una po-
ralmente combinados con los de flexión especialmente al intentar incorporarse. ple, la tomografía axial computarizada o sible lesión cervical en todo traumatis-
o extensión, dan lugar preferentemente Puede obedecer a dos causas muy distin- la resonancia magnética nuclear, dejan- mo grave. Si el sujeto está inconsciente,
FIG. 15. Segmento vertebral móvil, según a luxaciones unilaterales interapofisa- tas y que requieren distinto tratamiento: do a un lado los cuadros de lesión me- indagar sobre la presencia de lesiones
Junghanns, o factor de estabilidad de la colum- rias. 1.a Shock traumático o hipovolémico. Se dular o de complicación radicular que superficiales visibles (heridas, erosio-
na cervical formado por elementos blandos in-
4) Los mecanismos de compresión inicia unas horas después del accidente y requieren una exploración aparte y un nes, etc.) en la cara, en el cráneo o en el
tervertebrales: 1, ligamento común vertebral
anterior; 2, disco; 3, ligamento común vertebral axial dan lugar a las siguientes lesiones: tiende a empeorar. Se acompaña de ta- diagnóstico por otros medios. Las ex- cuello. En cualquier caso y aun en au-
posterior; 4, cápsula de las articulaciones inte- a) fracturas plurifragmentarias del atlas quicardia. Requiere administración larga ploraciones mencionadas merecen al- sencia de todo signo externo de sospe-
rapofisarias;5, ligamentos amarillos; 6, liga- («fractura de Jefferson»); manu de líquidos de perfusión. 2.a Shock gunas advertencias previas. cha, admitir la posibilidad de una lesión
FIG. 13. Fractura del pedículo. mentos interespinosos. b) fractura por estallido o plurifragmen- espinal, por lesión medular. Se inicia pre- 1) La primera y más importante, evitar cervical y actuar en consecuencia. Si
raquis 282 283 raquis

está consciente, preguntar si le duele el Zona afectada de la medula


cuello, los hombros, los brazos o la re-
gión escapular. Si puede mover, o si Ligamento longitudinal
siente, el tronco y las extremidades. anterior
b) Dar prioridad a la recuperación de
las funciones vitales, y en particular la
respiratoria. Si el sujeto presenta dificul-
tades para respirar, ventilación asistida
urgente por los medios disponibles so-
Disco intacto
bre el terreno: boca a boca, tubo de Injerto corticoesponjoso
Mayo, mascarilla conectada a un apara-
to de insuflación manual, si es posible
—preferentemente— tubo nasotraqueal.
c) Evitar cuidadosamente todo movi-
miento o cambio de posición de la ca-
beza. Movilizar siempre al sujeto entre Rotura del disco
Rotura del ligamento y del ligamento
un mínimo de tres personas, una de A B longitudinal posterior longitudinal anterior
ellas encargada exclusivamente de
mantener la alineación del cuello con FIG. 17. Ejemplos de ortesis para inmovilización del raquis cervical. A) Collar tipo «Filadelfia». B)
el tronco. No quitar el casco a los mo- Aparato SOMI («sternal occipital mandibular immobilizer»). FIG. 19. Artrodesis posterior entre la C-2 y la
C-3 mediante alambrado e injerto interespinosos.
toristas, para evitar peligrosos movi-
mientos del cuello. Sujetar la cabeza e
inmovilizar el cuello de la mejor mane- das. En consecuencia, posible necesi- solidación de las lesiones óseas. c) Sobre las operaciones para evitar la
ra posible en el momento: entablillado, dad de aspiración traqueal o bronquial c) Ocasionalmente, suprimir por vía compresión medular, véase Medulares,
collarete a modo de bufanda con abun- con fibrobroncoscopio, distender el ab- operatoria posibles causas de compre- traumatismos.
dantes telas arrolladas alrededor del domen, o actuar sobre las lesiones torá- sión medular. C) Objetivos y recursos principales Espacio peridural
Alambre sublaminar
cuelo o —preferentemente— tracción cicas. 2) Recursos generales. del tratamiento definitivo. El objetivo
manual con una fronda occipitomento- b) Asegurar las vías venosas de entra- 1.o Tracción sobre el cráneo: más importante (prácticamente el úni- FIG. 20. Artrodesis por vía posterior a dos niveles del segmento cervical C-3-C-7, mediante injerto
niana (fig. 16). O, si se dispone de ello, da. Administración adecuada de líqui- a) Puede ser inicialmente occipito- co) es lograr la estabilidad definitiva del corticoesponjoso adosado a los arcos posteriores, previa resección de las espinas, con alambrado su-
una fronda Glisson, collar tipo «Filadel- dos de perfusión, con especial cuidado mentoniana, con fronda de Glisson o si- raquis cervical. Para ello se dispone de blaminar. (Según Meyer, en Surgery of Spine Trauma.)
fia» (fig. 17) o cualquier otro medio or- en no sobrecargar el sistema cardiovas- milar. Mal tolerada y difícil de mantener los siguientes recursos principales:
tésico de inmovilización provisional. cular. Establecer diagnóstico diferencial más de 24 horas. a) Artrodesis occipitoatloaxoidea.
Decúbito lateral durante el traslado para entre shock espinal e hipovolémico b) Tracción craneal transesquelética, Con alambrado entre los arcos posterio-
evitar la aspiración de sangre, secrecio- (véase anteriormente el cuadro clínico). con compás o con halo. Es la mejor to- res de la C-2 y la C-3 e interposición de
nes o vómitos. c) Exploración radiográfica con las lerada y la que permite una tracción injertos óseos (fig. 19).
3) Protocolo de actuación en la sala máximas precauciones para evitar los mayor y más duradera. Permite igual- b) Artrodesis por vía posterior del seg-
de urgencias. movimientos del cuello. mente modificar con facilidad el ángu- mento C-3-C-7, mediante injerto in-
a) Asegurar una ventilación pulmonar d) Inmovilización adecuada de la re- lo de la tracción (mayor o menor flexión terespinoso o adosado a arcos posterio-
adecuada. Si es preciso, tubo nasotra- gión cervical. Tracción craneal, en caso o extensión) (fig. 18). res, con o sin fijación mediante sutura
queal, intubación o traqueotomía. Res- necesario, según el tipo de lesión. 2.o Inmovilización del cuello y la ca- alámbrica (fig. 20).
pirador mecánico. Tener presente que e) Demás medidas inmediatas en todo beza: c) Placas de osteosíntesis con atorni-
las dificultades respiratorias pueden traumatismo grave: sonda uretral, aten- a) Con los mismos medios de tracción llado transpedicular, según método de
obedecer a diversas causas: parálisis de ción a posibles lesiones asociadas, con- (fronda, compás o halo). Roy-Camille.
los músculos respiratorios; aspiración trol de la hemorragia, profilaxia antite- b) Con los medios externos de fija- d) Artrodesis intersomática por vía an-
de secreciones, sangre o vómitos; difi- tánica, antibioterapia. ción: «Minerva» de yeso, sistemas de terior, con o sin placa atornillada adi-
cultad para expulsarlas por debilidad de f) En caso de lesión medular, o sospe- apoyo occipitomentonianos (collaretes cional (AO), a uno o dos niveles (fig. 21).
la expectoración; meteorismo abdomi- cha de la misma, posición adecuada, tipo «Filadelfia» o normales), halo con e) Osteosíntesis de la apófisis odontoi-
nal; lesiones pleuropulmonares asocia- cambios posturales frecuentes, etc. apoyo esternal o incorporados a un des por atornillado axial. Método descri-
Planteamiento de indicación operatoria yeso torácico, halos-chaleco, etc. to por J. Böhler en 1991 y que supone
de urgencia. (Véase r aquis, lesiones una innovación importante, desde el
neurológicas.)
neurológicas punto de vista técnico, en el tratamiento
B) Objetivos y recursos generales del de las fracturas de la base de la odontoi-
tratamiento en la fase subaguda. des. Esta técnica ha sido desarrollada en
1) Objetivos primordiales inmediatos. España, entre otros, por Sahuquillo Ba-
a) Corregir los desplazamientos. Resta- rris y Martín Ferrer (fig. 21 bis).
blecer y mantener la correcta alinea- Principales modalidades anatomo-
ción de la columna y el diámetro nor- clínicas
mal del conducto raquídeo. A) Lesiones del segmento cervical alto
b) Inmovilizar el cuello y la cabeza (traumatismos occipitoatloaxoi-deos).
A C
FIG. 16. Recurso sencillo y eficaz para la in- para evitar o disminuir el dolor, evitar Consideraciones generales. Las lesiones
movilización del raquis cervical durante el desplazamientos secundarios y mayo- a este nivel constituyen la causa más fre-
transporte del lesionado, mediante fronda occi- res daños medulares y facilitar la cica- FIG. 18. Tracción craneal transesquelética: a) cuente de muerte instantánea por acci- FIG. 21. Posibilidad de alineación y estabilización de una fractura-luxación del segmento C-3-C-7,
pitomentoniana improvisada. (Según Gomar, trización de las partes blandas o la con- punto adecuado para la implantación de las dentes de tráfico en el lugar mismo de mediante artrodesis intersomática por vía anterior, según técnica de Robinson-Smith.
en Traumatología.) puntas del compás.
raquis 282 283 raquis

está consciente, preguntar si le duele el Zona afectada de la medula


cuello, los hombros, los brazos o la re-
gión escapular. Si puede mover, o si Ligamento longitudinal
siente, el tronco y las extremidades. anterior
b) Dar prioridad a la recuperación de
las funciones vitales, y en particular la
respiratoria. Si el sujeto presenta dificul-
tades para respirar, ventilación asistida
urgente por los medios disponibles so-
Disco intacto
bre el terreno: boca a boca, tubo de Injerto corticoesponjoso
Mayo, mascarilla conectada a un apara-
to de insuflación manual, si es posible
—preferentemente— tubo nasotraqueal.
c) Evitar cuidadosamente todo movi-
miento o cambio de posición de la ca-
beza. Movilizar siempre al sujeto entre Rotura del disco
Rotura del ligamento y del ligamento
un mínimo de tres personas, una de A B longitudinal posterior longitudinal anterior
ellas encargada exclusivamente de
mantener la alineación del cuello con FIG. 17. Ejemplos de ortesis para inmovilización del raquis cervical. A) Collar tipo «Filadelfia». B)
el tronco. No quitar el casco a los mo- Aparato SOMI («sternal occipital mandibular immobilizer»). FIG. 19. Artrodesis posterior entre la C-2 y la
C-3 mediante alambrado e injerto interespinosos.
toristas, para evitar peligrosos movi-
mientos del cuello. Sujetar la cabeza e
inmovilizar el cuello de la mejor mane- das. En consecuencia, posible necesi- solidación de las lesiones óseas. c) Sobre las operaciones para evitar la
ra posible en el momento: entablillado, dad de aspiración traqueal o bronquial c) Ocasionalmente, suprimir por vía compresión medular, véase Medulares,
collarete a modo de bufanda con abun- con fibrobroncoscopio, distender el ab- operatoria posibles causas de compre- traumatismos.
dantes telas arrolladas alrededor del domen, o actuar sobre las lesiones torá- sión medular. C) Objetivos y recursos principales Espacio peridural
Alambre sublaminar
cuelo o —preferentemente— tracción cicas. 2) Recursos generales. del tratamiento definitivo. El objetivo
manual con una fronda occipitomento- b) Asegurar las vías venosas de entra- 1.o Tracción sobre el cráneo: más importante (prácticamente el úni- FIG. 20. Artrodesis por vía posterior a dos niveles del segmento cervical C-3-C-7, mediante injerto
niana (fig. 16). O, si se dispone de ello, da. Administración adecuada de líqui- a) Puede ser inicialmente occipito- co) es lograr la estabilidad definitiva del corticoesponjoso adosado a los arcos posteriores, previa resección de las espinas, con alambrado su-
una fronda Glisson, collar tipo «Filadel- dos de perfusión, con especial cuidado mentoniana, con fronda de Glisson o si- raquis cervical. Para ello se dispone de blaminar. (Según Meyer, en Surgery of Spine Trauma.)
fia» (fig. 17) o cualquier otro medio or- en no sobrecargar el sistema cardiovas- milar. Mal tolerada y difícil de mantener los siguientes recursos principales:
tésico de inmovilización provisional. cular. Establecer diagnóstico diferencial más de 24 horas. a) Artrodesis occipitoatloaxoidea.
Decúbito lateral durante el traslado para entre shock espinal e hipovolémico b) Tracción craneal transesquelética, Con alambrado entre los arcos posterio-
evitar la aspiración de sangre, secrecio- (véase anteriormente el cuadro clínico). con compás o con halo. Es la mejor to- res de la C-2 y la C-3 e interposición de
nes o vómitos. c) Exploración radiográfica con las lerada y la que permite una tracción injertos óseos (fig. 19).
3) Protocolo de actuación en la sala máximas precauciones para evitar los mayor y más duradera. Permite igual- b) Artrodesis por vía posterior del seg-
de urgencias. movimientos del cuello. mente modificar con facilidad el ángu- mento C-3-C-7, mediante injerto in-
a) Asegurar una ventilación pulmonar d) Inmovilización adecuada de la re- lo de la tracción (mayor o menor flexión terespinoso o adosado a arcos posterio-
adecuada. Si es preciso, tubo nasotra- gión cervical. Tracción craneal, en caso o extensión) (fig. 18). res, con o sin fijación mediante sutura
queal, intubación o traqueotomía. Res- necesario, según el tipo de lesión. 2.o Inmovilización del cuello y la ca- alámbrica (fig. 20).
pirador mecánico. Tener presente que e) Demás medidas inmediatas en todo beza: c) Placas de osteosíntesis con atorni-
las dificultades respiratorias pueden traumatismo grave: sonda uretral, aten- a) Con los mismos medios de tracción llado transpedicular, según método de
obedecer a diversas causas: parálisis de ción a posibles lesiones asociadas, con- (fronda, compás o halo). Roy-Camille.
los músculos respiratorios; aspiración trol de la hemorragia, profilaxia antite- b) Con los medios externos de fija- d) Artrodesis intersomática por vía an-
de secreciones, sangre o vómitos; difi- tánica, antibioterapia. ción: «Minerva» de yeso, sistemas de terior, con o sin placa atornillada adi-
cultad para expulsarlas por debilidad de f) En caso de lesión medular, o sospe- apoyo occipitomentonianos (collaretes cional (AO), a uno o dos niveles (fig. 21).
la expectoración; meteorismo abdomi- cha de la misma, posición adecuada, tipo «Filadelfia» o normales), halo con e) Osteosíntesis de la apófisis odontoi-
nal; lesiones pleuropulmonares asocia- cambios posturales frecuentes, etc. apoyo esternal o incorporados a un des por atornillado axial. Método descri-
Planteamiento de indicación operatoria yeso torácico, halos-chaleco, etc. to por J. Böhler en 1991 y que supone
de urgencia. (Véase r aquis, lesiones una innovación importante, desde el
neurológicas.)
neurológicas punto de vista técnico, en el tratamiento
B) Objetivos y recursos generales del de las fracturas de la base de la odontoi-
tratamiento en la fase subaguda. des. Esta técnica ha sido desarrollada en
1) Objetivos primordiales inmediatos. España, entre otros, por Sahuquillo Ba-
a) Corregir los desplazamientos. Resta- rris y Martín Ferrer (fig. 21 bis).
blecer y mantener la correcta alinea- Principales modalidades anatomo-
ción de la columna y el diámetro nor- clínicas
mal del conducto raquídeo. A) Lesiones del segmento cervical alto
b) Inmovilizar el cuello y la cabeza (traumatismos occipitoatloaxoi-deos).
A C
FIG. 16. Recurso sencillo y eficaz para la in- para evitar o disminuir el dolor, evitar Consideraciones generales. Las lesiones
movilización del raquis cervical durante el desplazamientos secundarios y mayo- a este nivel constituyen la causa más fre-
transporte del lesionado, mediante fronda occi- res daños medulares y facilitar la cica- FIG. 18. Tracción craneal transesquelética: a) cuente de muerte instantánea por acci- FIG. 21. Posibilidad de alineación y estabilización de una fractura-luxación del segmento C-3-C-7,
pitomentoniana improvisada. (Según Gomar, trización de las partes blandas o la con- punto adecuado para la implantación de las dentes de tráfico en el lugar mismo de mediante artrodesis intersomática por vía anterior, según técnica de Robinson-Smith.
en Traumatología.) puntas del compás.
raquis 284 285 raquis

persistencia de un dolor en la región su- faríngeo, de Grisel; luxación hiperhé- la mayoría de los casos produce una la rotura brusca del mismo. Un trauma-
B
boccipital, no siempre importante. Más mica del atlas, de Watson-Jones; luxa- muerte instantánea, al desplazarse ha- tismo de intensidad moderada basta
que la fractura en sí misma, lo que cau- ción inflamatoria del atlas, de Fritzwi- cia delante el atlas, llevando consigo a para romperlo, permitiendo la luxación
sa mayores molestias es la subluxación lliams; subluxación espontánea la medula, e impactar sobre ésta la apó- hacia delante del atlas. El tratamiento,
o luxación hacia fuera de las masas la- atlantoaxoidea, de Gomar, etc.) (fig. fisis odontoides (fig. 28). En los sujetos en los pocos casos que sobreviven al
terales del atlas, y consecuentemente, 26). Muchas de sus principales caracte- normales es muy poco frecuente y re- traumatismo, consiste, en primer lugar,
la incongruencia de las articulaciones rísticas se hallan ya contenidas en estas quiere, para producirse, un mecanismo en la aplicación urgente de ventilación
atloaxoideas, manifestada, aparte de definiciones. Asociada a un proceso in- de flexión particularmente violento, pulmonar asistida por el procedimiento
por el dolor, por una limitación impor- feccioso de la región, espontánea o se- casi siempre por accidentes de tráfico. que se tenga más a mano y la tracción
tante de los movimientos de rotación. miespontánea, o en todo caso como Por el contrario, es relativamente fre- cervical sobre el cráneo, hasta poder
La afectación medular se observa en el consecuencia de traumatismos míni- cuente en los sujetos afectos de artritis practicar una operación estabilizadora
25 % de los casos, y sólo es completa mos. Siempre unilateral. Produce un reumatoidea, en los que el proceso in- entre las dos primeras vértebras cervica-
A en el 13 % (P. R. Meyer, jr.). tortícolis permanente y afecta con mu- flamatorio produce, a nivel cervical, les, por medio de cerclado de alambre
Tratamiento. En muchos casos puede cha frecuencia (aunque no exclusiva- una debilitación progresiva del liga- entre sus arcos posterior y artrodesis in-
ser suficiente la inmovilización median- mente) a los niños. No afecta nunca a la mento transverso del atlas, que permite terespinosa.
FIG. 21 bis. Osteosíntesis de la odontoides por atornillado axial a través del cuerpo de C-2 para el
tratamiento de una fractura reciente de la base de la apófisis. Técnica original de J. Böhler y de Na- te dispositivos ortésicos de apoyo occi- medula. 3) Fracturas del axis. Hay que consi-
kanishi (1981). Caso operado por Martín y Ferrer. (Cortesía de A. Grifé, del Instituto Radiológico Es- pitomentoniano unidos a la sujeción en Diagnóstico. Aparte de las característi- derar por separado dos modalidades
pecializado en Cabeza y Cuello, de Barcelona.) hombros y tórax (collar tipo «Filadel- cas clínicas señaladas, la radiografía an- anatomopatológicas: 1.a, las fracturas
fia», aparato SOMI, etc.). teroposterior transbucal pone de mani- de la apófisis odontoides; 2.a, las fractu-
2) Luxaciones atloaxoideas. Existen fiesto una asimetría de las articulaciones ras de las apófisis articulares («fracturas
producirse. La mayor parte de estas dos modalidades anatomoclínicas de atloaxoideas (fig. 27). del ahorcado»).
muertes son debidas a una parálisis res- esta lesión, muy distintas entre sí en Tratamiento. En los casos recientes, y a) Fracturas de la apófisis odontoides.
piratoria transitoria, y por tanto recupera- cuanto a su gravedad, pronóstico y tra- sobre todo en niños, puede lograrse la Se producen, en la mayoría de los ca-
ble, si se aplican oportunamente los me- tamiento: a) la luxación unilateral; b) la reducción por maniobras de tracción sos, por un mecanismo de hiperexten-
dios de ventilación asistida. Con una luxación bilateral por rotura del liga- sobre el cuello y rotación axial, ejerci- sión particularmente violento, que tien-
particularidad interesante: en los suje- mento transverso del atlas. das con suavidad y preferentemente sin de a desplazar hacia atrás el atlas,
tos que sobreviven a esta prueba, los a) Luxación atloaxoidea unilateral, anestesia. En adultos, en casos antiguos rompiendo la odontoides, que normal-
trastornos medulares son con frecuencia asociada frecuentemente a un proceso o irreductibles, puede ser necesaria una mente se opone a este desplazamiento.
Normal
de escasa entidad o no existen en abso- infeccioso nasofaríngeo (tortícolis naso- tracción continua sobre el cráneo, me- El trazo de fractura puede asentar en el
luto. Las principales modalidades anato- diante fronda occipitomentoniana o vértice de la odontoides, en su parte
mopatológicas son las siguientes: a) frac- transesquelética con compás, con un media o cuello o en su base (fig. 10). Las
turas del atlas; b) luxación atloaxoidea; peso entre 3 y 9 kg, durante dos-tres se- únicas que plantean problemas real-
FIG. 22. Fractura del atlas, tipo Jefferson, ines- c) fracturas del axis. manas. Inmovilización subsiguiente en mente serios son estas últimas, las de la
table y con riesgo de desplazamiento. 1) Fracturas del atlas. Fractura de «Minerva» o dispositivo análogo. La ar- base, por la posibilidad de desplaza-
Jefferson, fracturas del anillo («ring frac- trodesis occipitoatloaxoidea, preconi- miento hacia atrás del atlas, junto con
tures») del atlas (fig. 22). Se produce zada por algunos autores (Gomar), no la odontoides fracturada, hasta compri-
casi siempre por un mecanismo de parece necesaria en la mayoría de los mir la medula. La gravedad de esta frac-
compresión axial (zambullida en aguas casos, por el inconveniente de limitar tura se reducen a un problema de esta-
poco profundas). El resultado es la rotu- seriamente el movimiento de rotación bilidad y por tanto a la posibilidad de
ra de la continuidad del anillo del atlas del cuello. un desplazamiento secundario, sin ape-
por varios sitios, casi siempre a nivel del b) Luxación atloaxoidea anterior por nas manifestaciones clínicas (o muy es-
arco anterior y del posterior, con luxa- rotura del ligamento transverso. Es una casas) mientras tal desplazamiento no
ción hacia los lados de las masas latera- lesión particularmente grave, que en Luxación atloaxoidea se produzca. Pueden ser tratadas por
Normal les. Así se describe, clásicamente, la simple inmovilización en «Minerva» o
fractura de Jefferson verdadera (figs. 22 FIG. 24. Fractura del anillo posterior del atlas, FIG. 27. Imagen de la luxación atloaxoidea uni- dispositivo análogo durante unos dos
y 23). Otra forma anatomopatológica tipo Sherk, muy estable y sin riesgo de despla- lateral, en las radiografías transbucales. Asimetría meses. Las fracturas de la odontoides
mucho más benigna es la fractura aisla- zamiento secundario. de las articulaciones entre las dos vértebras. desplazadas o «fractura-luxación atlo-
da del arco posterior del atlas, o fractu- axoidea posterior» son, en cambio,
ra de Sherk (fig. 24), igualmente citada unas lesiones muy graves, con mucha
en las descripciones clásicas. Las explo- frecuencia mortales sobre el terreno del
raciones mediante tomografía axial accidente o en las primeras 48 horas.
computarizada han demostrado, sin O pueden ser la causa de una tetraple-
embargo, la posibilidad de muchos tra- jía definitiva. El tratamiento, en los ca-
zos irregulares que no siempre respon- sos de supervivencia y en líneas gene-
den a las dos modalidades clásicamen- rales, debe basarse en los siguientes
te admitidas (fig. 25). En cualquier caso, recursos: ventilación pulmonar asistida
las fracturas del atlas, tanto en sus for- de máxima urgencia; reducción precoz,
Fractura del atlas mas típicas como atípicas, suelen tener por maniobras pasivas muy prudentes,
menos repercusiones clínicas de lo que sin anestesia, de flexión de la cabeza;
sería de esperar de una lesión importan- inmovilización inmediata mediante
FIG. 23. Imagen de las articulaciones atloa- te a un nivel tan alto. Algunos casos no FIG. 25. Fractura atípica del atlas, inestable y FIG. 28. Rotura del ligamento transverso del tracción craneal moderada, para evitar
xoideas, por radiografía anteroposterior trans- son siquiera diagnosticados inicialmen- con desplazamiento importante de la apófisis atlas, con luxación posterior de la apófisis odon- la distracción de los fragmentos; segui-
bucal, en un caso normal y en una fractura del te y sólo se descubren más tarde ante la odontoides. FIG. 26. Actitud típica de tortícolis en las frac- toides y compresión grave de la medula. da, cuando el sujeto puede —si llega a
atlas desplazada. turas unilaterales atloaxoideas.
raquis 284 285 raquis

persistencia de un dolor en la región su- faríngeo, de Grisel; luxación hiperhé- la mayoría de los casos produce una la rotura brusca del mismo. Un trauma-
B
boccipital, no siempre importante. Más mica del atlas, de Watson-Jones; luxa- muerte instantánea, al desplazarse ha- tismo de intensidad moderada basta
que la fractura en sí misma, lo que cau- ción inflamatoria del atlas, de Fritzwi- cia delante el atlas, llevando consigo a para romperlo, permitiendo la luxación
sa mayores molestias es la subluxación lliams; subluxación espontánea la medula, e impactar sobre ésta la apó- hacia delante del atlas. El tratamiento,
o luxación hacia fuera de las masas la- atlantoaxoidea, de Gomar, etc.) (fig. fisis odontoides (fig. 28). En los sujetos en los pocos casos que sobreviven al
terales del atlas, y consecuentemente, 26). Muchas de sus principales caracte- normales es muy poco frecuente y re- traumatismo, consiste, en primer lugar,
la incongruencia de las articulaciones rísticas se hallan ya contenidas en estas quiere, para producirse, un mecanismo en la aplicación urgente de ventilación
atloaxoideas, manifestada, aparte de definiciones. Asociada a un proceso in- de flexión particularmente violento, pulmonar asistida por el procedimiento
por el dolor, por una limitación impor- feccioso de la región, espontánea o se- casi siempre por accidentes de tráfico. que se tenga más a mano y la tracción
tante de los movimientos de rotación. miespontánea, o en todo caso como Por el contrario, es relativamente fre- cervical sobre el cráneo, hasta poder
La afectación medular se observa en el consecuencia de traumatismos míni- cuente en los sujetos afectos de artritis practicar una operación estabilizadora
25 % de los casos, y sólo es completa mos. Siempre unilateral. Produce un reumatoidea, en los que el proceso in- entre las dos primeras vértebras cervica-
A en el 13 % (P. R. Meyer, jr.). tortícolis permanente y afecta con mu- flamatorio produce, a nivel cervical, les, por medio de cerclado de alambre
Tratamiento. En muchos casos puede cha frecuencia (aunque no exclusiva- una debilitación progresiva del liga- entre sus arcos posterior y artrodesis in-
ser suficiente la inmovilización median- mente) a los niños. No afecta nunca a la mento transverso del atlas, que permite terespinosa.
FIG. 21 bis. Osteosíntesis de la odontoides por atornillado axial a través del cuerpo de C-2 para el
tratamiento de una fractura reciente de la base de la apófisis. Técnica original de J. Böhler y de Na- te dispositivos ortésicos de apoyo occi- medula. 3) Fracturas del axis. Hay que consi-
kanishi (1981). Caso operado por Martín y Ferrer. (Cortesía de A. Grifé, del Instituto Radiológico Es- pitomentoniano unidos a la sujeción en Diagnóstico. Aparte de las característi- derar por separado dos modalidades
pecializado en Cabeza y Cuello, de Barcelona.) hombros y tórax (collar tipo «Filadel- cas clínicas señaladas, la radiografía an- anatomopatológicas: 1.a, las fracturas
fia», aparato SOMI, etc.). teroposterior transbucal pone de mani- de la apófisis odontoides; 2.a, las fractu-
2) Luxaciones atloaxoideas. Existen fiesto una asimetría de las articulaciones ras de las apófisis articulares («fracturas
producirse. La mayor parte de estas dos modalidades anatomoclínicas de atloaxoideas (fig. 27). del ahorcado»).
muertes son debidas a una parálisis res- esta lesión, muy distintas entre sí en Tratamiento. En los casos recientes, y a) Fracturas de la apófisis odontoides.
piratoria transitoria, y por tanto recupera- cuanto a su gravedad, pronóstico y tra- sobre todo en niños, puede lograrse la Se producen, en la mayoría de los ca-
ble, si se aplican oportunamente los me- tamiento: a) la luxación unilateral; b) la reducción por maniobras de tracción sos, por un mecanismo de hiperexten-
dios de ventilación asistida. Con una luxación bilateral por rotura del liga- sobre el cuello y rotación axial, ejerci- sión particularmente violento, que tien-
particularidad interesante: en los suje- mento transverso del atlas. das con suavidad y preferentemente sin de a desplazar hacia atrás el atlas,
tos que sobreviven a esta prueba, los a) Luxación atloaxoidea unilateral, anestesia. En adultos, en casos antiguos rompiendo la odontoides, que normal-
trastornos medulares son con frecuencia asociada frecuentemente a un proceso o irreductibles, puede ser necesaria una mente se opone a este desplazamiento.
Normal
de escasa entidad o no existen en abso- infeccioso nasofaríngeo (tortícolis naso- tracción continua sobre el cráneo, me- El trazo de fractura puede asentar en el
luto. Las principales modalidades anato- diante fronda occipitomentoniana o vértice de la odontoides, en su parte
mopatológicas son las siguientes: a) frac- transesquelética con compás, con un media o cuello o en su base (fig. 10). Las
turas del atlas; b) luxación atloaxoidea; peso entre 3 y 9 kg, durante dos-tres se- únicas que plantean problemas real-
FIG. 22. Fractura del atlas, tipo Jefferson, ines- c) fracturas del axis. manas. Inmovilización subsiguiente en mente serios son estas últimas, las de la
table y con riesgo de desplazamiento. 1) Fracturas del atlas. Fractura de «Minerva» o dispositivo análogo. La ar- base, por la posibilidad de desplaza-
Jefferson, fracturas del anillo («ring frac- trodesis occipitoatloaxoidea, preconi- miento hacia atrás del atlas, junto con
tures») del atlas (fig. 22). Se produce zada por algunos autores (Gomar), no la odontoides fracturada, hasta compri-
casi siempre por un mecanismo de parece necesaria en la mayoría de los mir la medula. La gravedad de esta frac-
compresión axial (zambullida en aguas casos, por el inconveniente de limitar tura se reducen a un problema de esta-
poco profundas). El resultado es la rotu- seriamente el movimiento de rotación bilidad y por tanto a la posibilidad de
ra de la continuidad del anillo del atlas del cuello. un desplazamiento secundario, sin ape-
por varios sitios, casi siempre a nivel del b) Luxación atloaxoidea anterior por nas manifestaciones clínicas (o muy es-
arco anterior y del posterior, con luxa- rotura del ligamento transverso. Es una casas) mientras tal desplazamiento no
ción hacia los lados de las masas latera- lesión particularmente grave, que en Luxación atloaxoidea se produzca. Pueden ser tratadas por
Normal les. Así se describe, clásicamente, la simple inmovilización en «Minerva» o
fractura de Jefferson verdadera (figs. 22 FIG. 24. Fractura del anillo posterior del atlas, FIG. 27. Imagen de la luxación atloaxoidea uni- dispositivo análogo durante unos dos
y 23). Otra forma anatomopatológica tipo Sherk, muy estable y sin riesgo de despla- lateral, en las radiografías transbucales. Asimetría meses. Las fracturas de la odontoides
mucho más benigna es la fractura aisla- zamiento secundario. de las articulaciones entre las dos vértebras. desplazadas o «fractura-luxación atlo-
da del arco posterior del atlas, o fractu- axoidea posterior» son, en cambio,
ra de Sherk (fig. 24), igualmente citada unas lesiones muy graves, con mucha
en las descripciones clásicas. Las explo- frecuencia mortales sobre el terreno del
raciones mediante tomografía axial accidente o en las primeras 48 horas.
computarizada han demostrado, sin O pueden ser la causa de una tetraple-
embargo, la posibilidad de muchos tra- jía definitiva. El tratamiento, en los ca-
zos irregulares que no siempre respon- sos de supervivencia y en líneas gene-
den a las dos modalidades clásicamen- rales, debe basarse en los siguientes
te admitidas (fig. 25). En cualquier caso, recursos: ventilación pulmonar asistida
las fracturas del atlas, tanto en sus for- de máxima urgencia; reducción precoz,
Fractura del atlas mas típicas como atípicas, suelen tener por maniobras pasivas muy prudentes,
menos repercusiones clínicas de lo que sin anestesia, de flexión de la cabeza;
sería de esperar de una lesión importan- inmovilización inmediata mediante
FIG. 23. Imagen de las articulaciones atloa- te a un nivel tan alto. Algunos casos no FIG. 25. Fractura atípica del atlas, inestable y FIG. 28. Rotura del ligamento transverso del tracción craneal moderada, para evitar
xoideas, por radiografía anteroposterior trans- son siquiera diagnosticados inicialmen- con desplazamiento importante de la apófisis atlas, con luxación posterior de la apófisis odon- la distracción de los fragmentos; segui-
bucal, en un caso normal y en una fractura del te y sólo se descubren más tarde ante la odontoides. FIG. 26. Actitud típica de tortícolis en las frac- toides y compresión grave de la medula. da, cuando el sujeto puede —si llega a
atlas desplazada. turas unilaterales atloaxoideas.
raquis 286 287 raquis

compresión de la raíz situada entre las ticulares, pedículos, ligamentos interes- da en aguas poco profundas («diving
vértebras luxadas (fig. 31). Es una lesión pinosos, etc.). No produce nunca —o fractures»).
bastante estable, pero difícil de reducir. casi nunca— afectación medular, o en Cuadro clínico. Siempre muy aparatoso
En el cuadro clínico destaca principal- todo caso la produce en grado mínimo desde los primeros momentos y con
mente (aparte del dolor, la incomodi- y con carácter transitorio. Tampoco son tendencia muchas veces a empeorar en
dad y la limitación dolorosa de los mo- frecuentes los trastornos radiculares. Es los sucesivos, hasta acabar, frecuente-
vimientos) la inclinación de la cabeza debida a un mecanismo de hiperflexión mente, en exitus. Casi siempre hay un
hacia el lado de la luxación y la desvia- aislada o combinada con una compre- síndrome medular grave y con frecuen-
ción de la cara hacia el lado opuesto sión axial. El cuadro clínico, caracteri- cia parálisis respiratoria.
(actitud de tortícolis permanente). zado casi exclusivamente por dolor y ri- Diagnóstico. La lesión vertebral se diag-
Tratamiento. Contrariamente a lo que se gidez del cuello, es en general poco nostica sin ninguna dificultad mediante
observa en las luxaciones unilaterales relevante. Hasta el punto que algunas la radiografía simple. Pero el escáner o
atloaxoideas y en las del segmento verte- de estas fracturas quedan sin diagnosti- la resonancia magnética nuclear es muy
bral bajo, no es posible la reducción por car durante algún tiempo, o confundi- útil y prácticamente imprescindible para
simple manipulación, que ni siquiera das con simples «esguinces». La radio- diagnosticar la presencia de fragmentos
debe intentarse. El primer paso del trata- grafía de perfil de la columna cervical óseos o de un disco herniado en el inte-
miento es la aplicación de una tracción permite evitar este error con muy poco rior del conducto raquídeo y su posible
A B C craneal, preferentemente sin anestesia margen de duda. impacto sobre la médula.
general (únicamente valium y analgési- Tratamiento. Puede limitarse a sostener Tratamiento. Lo primero y más inmedia-
FIG. 29. Diversas modalidades anatomopatológicas de la fractura transpedicular del axis o fractura del ahorcado (según Effendi). A) Tipo I: fractura ais- cos), con aumento progresivo del peso e inmovilizar la columna cervical por el to es tratar de salvar la vida del acci-
lada del pedículo de la C-2, no desplazada o con muy poco desplazamiento. B) Tipo II: rotura propagada al disco C-2-C-3, con desplazamiento impor- (de 6 a 12 kg, aproximadamente) duran- dispositivo adecuado, que puede ser un dentado. Respiración asistida, aspira-
tante. C) Tipo III: fractura-luxación entre la C-2 y la C-3, muy desplazada, con casi pérdida de contacto entre las dos vértebras. te las primeras 24 horas. Si de esta forma simple collar rígido con apoyo occipito- ción endotraqueal, atención al shock,
no se consigue la reducción, comproba- mentoniano, hasta que desaparezca el etcétera. Tracción vertebral en sentido
da en las radiografías de control, pueden dolor. La «reducción» propiamente di- axial, iniciada con 6 kg de peso aproxi-
poder— levantarse, de una «Minerva» o tos y en circunstancias muy distintas, e) Luxación o fractura-luxación poste- intentarse maniobras adicionales de re- cha de la fractura (la reposición de la for- madamente y aumento progresivo del
halo. por un mecanismo particularmente vio- rior (por hiperextensión). ducción manual (sin suprimir la tracción) ma y altura normal del cuerpo vertebral mismo durante las primeras 24 horas
b) Fractura-luxación de las apófisis ar- lento de hiperextensión de la cabeza. f) Lesiones por aceleración-desacele- a base de movimientos suaves de exten- aplastado) sólo puede lograrse —cuan- hasta 15-20 kg. Controles radiográficos
ticulares del axis. Fractura del ahorcado Con la interesante particularidad de ración. Síndrome del latigazo o «whi- sión y rotación del cuello. Cuando a pe- do se logra— por medio de tracción cra- repetidos. Cambios posturales para evi-
(sobre el significado y sinonimia de este que, en la mayoría de estos casos, no plash». sar de ello persiste la luxación (o se re- neal continua, con aumento progresivo tar decúbitos. Este régimen de tracción
concepto, veáse el término ahorcado,
ahorcado, sólo se produce la muerte sino que las a) Luxaciones interapofisarias unilate- produce con facilidad al suprimir la del peso, en ligera extensión del cuello. debe mantenerse durante un período
fractur
fractura a del).
del Se trata inicialmente de lesiones medulares o no existen o son rales (luxación rotatoria del segmento tracción), es necesaria la reducción a Esta medida puede encontrar indicación mínimo de dos meses, al cabo de los
una fractura de las apófisis articulares de escasa entidad y, en general, con cervical bajo). Es una lesión relativa- cielo abierto por vía posterior y la estabi- en casos de aplastamientos particular- cuales (si el cuadro motor lo permite)
superiores del axis, a nivel de los pedí- perspectivas favorables de recuperación mente frecuente, producida por un me- lización de la columna cervical por la mente pronunciados. Es discutible si re- se sustituye por un medio de fijación
culos, que puede extenderse al resto del (fig. 30). canismo combinado de rotación y de misma vía o por la anterior. sulta necesaria en todos los demás. En la halo-pélvico, «Minerva», etc., manteni-
segmento móvil entre la C-2 y la C-3, Tratamiento. Las lesiones del tipo I y II flexión del cuello. No se acompaña b) Fracturas por compresión simple mayoría de ellos, la curación clínica se do durante un período mínimo de dos
produciendo una luxación de una sobre son fracturas estables que pueden ser nunca —o casi nunca— de alteraciones del cuerpo vertebral (aplastamientos en alcanza a pesar de una deformación en meses. Aparte de las medidas señala-
la otra. Según el grado de la misma se tratadas por medidas conservadoras de medulares. En cambio, son muy fre- cuña; fracturas cuneiformes no despla- cuña permanente de la vértebra afecta- das, estas lesiones plantean la indica-
establecen tres tipos distintos, según Ef- simple inmovilización. Las lesiones del cuentes los síntomas radiculares, por zadas). Es una lesión benigna y estable da. Es excepcional tener que recurrir al ción, ante un cuadro medular persisten-
fendi (fig. 29): Tipo I. Fractura aislada de tipo III son fracturas inestables, que como lesión aislada, es decir, mientras tratamiento quirúrgico de estabiliza- te o con tendencia a agravarse, por la
los pedículos, sin desplazamiento o también pueden ser tratadas por medios no se asocie a la de otros elementos res- ción, siempre que, como se ha dicho, no posibilidad de una compresión a cargo
muy poco desplazada (fig. 29 A), con conservadores, pero que exigen, en el ponsables de la estabilidad (apófisis ar- se asocien otras lesiones desestabiliza- de un fragmento intrarraquídeo, de una
integridad de los ligamentos longitudi- mejor de los casos, un período más lar- doras que amenacen con una luxación operación precoz de descompresión y
nales anterior y posterior. Tipo II. Propa- go de tratamiento y observación. Cuan- anterior o fractura-luxación del tipo que estabilización, por vía anterior. (Véase
gación de la lesión al disco entre los do a pesar del mismo persiste la ines- se describe más adelante. r aquis, lesiones neurológicas.)
neurológicas
cuerpos de la C-2 y C-3, con separación tabilidad, la única solución es el trata- c) Fracturas plurifragmentarias «por d) Luxación o fractura-luxación ante-
entre los mismos y desplazamiento (fig. miento quirúrgico: fijación con alambre estallido» del cuerpo vertebral (fracturas rior (por flexión). Esta modalidad presu-
29 B). Tipo III. Rotura de los ligamentos y artrodesis interespinosa entre la C-1 y somáticas plurifragmentarias o conmi- pone una lesión grave del segmento
longitudinales; luxación anterior de la la C-3, siempre que el arco posterior del nutas; fracturas por compresión axial; vertebral medio, es decir, una fractura o
C-2 sobre C-3 (fig. 29 C). El hallazgo de atlas no esté también fracturado, como fracturas «en lágrima» o «tear drop frac- luxación de las apófisis articulares, una
estas lesiones en individuos muertos ocurre con alguna frecuencia (P. R. Me- tures» (sobre el significado de este tér- lesión también importante del segmen-
por ahorcamiento hizo considerarlas, yer, jr.). mino y otras sinonimias, véase lágri - to móvil (ligamentos, discos) o —lo que
lógicamente, como causa de la muerte B) Lesiones del segmento cervical ma, fractur
fracturaa en).
en Son siempre lesiones es más frecuente— ambas cosas a la
por la brutal compresión del tallo cere- bajo (traumatismos de la C-3-C-7). Las muy graves, que comprometen seria- vez. Con una pérdida de la estabilidad
bral a cargo de los fragmentos vertebra- principales modalidades anatomopato- mente la estabilidad de la columna cer- que conduce (o puede conducir) a la lu-
les desplazados. Sin embargo, parece lógicas son las siguientes: vical y dan lugar, casi regularmente, a la xación anterior del segmento suprale-
que no es así, y que la muerte en estos a) Luxaciones interapofisarias unilate- compresión de la medula o de la arteria sional sobre el inferior (fig. 32). Se pro-
casos se produce por el violento estira- rales. A espinal anterior, cuando no provocan la duce por un mecanismo de flexión. Y es
miento que sufre el neuroeje entre la b) Fracturas por compresión simple muerte instantánea en el mismo lugar siempre una lesión grave, tanto por sus
cabeza colgada de la cuerda y el cuer- del cuerpo vertebral. del accidente o a los pocos días. Se pro- consecuencias inmediatas, de las que
po suspendido. Sin entrar en mayores c) Fracturas plurifragmentarias «por ducen siempre por un mecanismo de pocas veces se escapa la medula, como
precisiones sobre el tema, lo cierto es estallido» del cuerpo vertebral. compresión axial sobre el vértex. Su for- por las tardías, causadas por la gran
que estas mismas lesiones se producen d) Luxación o fractura-luxación ante- FIG. 31. Repercusión sobre el par raquídeo ma más típica es por caídas de cabeza inestabilidad y tendencia al desplaza-
con una cierta frecuencia en otros suje- rior (por flexión). FIG. 30. Fractura del ahorcado tipo I, estable de las luxaciones unilaterales del segmento desde una cierta altura o por zambulli- miento.
y con poco desplazamiento. C-3-C-7 (A).
raquis 286 287 raquis

compresión de la raíz situada entre las ticulares, pedículos, ligamentos interes- da en aguas poco profundas («diving
vértebras luxadas (fig. 31). Es una lesión pinosos, etc.). No produce nunca —o fractures»).
bastante estable, pero difícil de reducir. casi nunca— afectación medular, o en Cuadro clínico. Siempre muy aparatoso
En el cuadro clínico destaca principal- todo caso la produce en grado mínimo desde los primeros momentos y con
mente (aparte del dolor, la incomodi- y con carácter transitorio. Tampoco son tendencia muchas veces a empeorar en
dad y la limitación dolorosa de los mo- frecuentes los trastornos radiculares. Es los sucesivos, hasta acabar, frecuente-
vimientos) la inclinación de la cabeza debida a un mecanismo de hiperflexión mente, en exitus. Casi siempre hay un
hacia el lado de la luxación y la desvia- aislada o combinada con una compre- síndrome medular grave y con frecuen-
ción de la cara hacia el lado opuesto sión axial. El cuadro clínico, caracteri- cia parálisis respiratoria.
(actitud de tortícolis permanente). zado casi exclusivamente por dolor y ri- Diagnóstico. La lesión vertebral se diag-
Tratamiento. Contrariamente a lo que se gidez del cuello, es en general poco nostica sin ninguna dificultad mediante
observa en las luxaciones unilaterales relevante. Hasta el punto que algunas la radiografía simple. Pero el escáner o
atloaxoideas y en las del segmento verte- de estas fracturas quedan sin diagnosti- la resonancia magnética nuclear es muy
bral bajo, no es posible la reducción por car durante algún tiempo, o confundi- útil y prácticamente imprescindible para
simple manipulación, que ni siquiera das con simples «esguinces». La radio- diagnosticar la presencia de fragmentos
debe intentarse. El primer paso del trata- grafía de perfil de la columna cervical óseos o de un disco herniado en el inte-
miento es la aplicación de una tracción permite evitar este error con muy poco rior del conducto raquídeo y su posible
A B C craneal, preferentemente sin anestesia margen de duda. impacto sobre la médula.
general (únicamente valium y analgési- Tratamiento. Puede limitarse a sostener Tratamiento. Lo primero y más inmedia-
FIG. 29. Diversas modalidades anatomopatológicas de la fractura transpedicular del axis o fractura del ahorcado (según Effendi). A) Tipo I: fractura ais- cos), con aumento progresivo del peso e inmovilizar la columna cervical por el to es tratar de salvar la vida del acci-
lada del pedículo de la C-2, no desplazada o con muy poco desplazamiento. B) Tipo II: rotura propagada al disco C-2-C-3, con desplazamiento impor- (de 6 a 12 kg, aproximadamente) duran- dispositivo adecuado, que puede ser un dentado. Respiración asistida, aspira-
tante. C) Tipo III: fractura-luxación entre la C-2 y la C-3, muy desplazada, con casi pérdida de contacto entre las dos vértebras. te las primeras 24 horas. Si de esta forma simple collar rígido con apoyo occipito- ción endotraqueal, atención al shock,
no se consigue la reducción, comproba- mentoniano, hasta que desaparezca el etcétera. Tracción vertebral en sentido
da en las radiografías de control, pueden dolor. La «reducción» propiamente di- axial, iniciada con 6 kg de peso aproxi-
poder— levantarse, de una «Minerva» o tos y en circunstancias muy distintas, e) Luxación o fractura-luxación poste- intentarse maniobras adicionales de re- cha de la fractura (la reposición de la for- madamente y aumento progresivo del
halo. por un mecanismo particularmente vio- rior (por hiperextensión). ducción manual (sin suprimir la tracción) ma y altura normal del cuerpo vertebral mismo durante las primeras 24 horas
b) Fractura-luxación de las apófisis ar- lento de hiperextensión de la cabeza. f) Lesiones por aceleración-desacele- a base de movimientos suaves de exten- aplastado) sólo puede lograrse —cuan- hasta 15-20 kg. Controles radiográficos
ticulares del axis. Fractura del ahorcado Con la interesante particularidad de ración. Síndrome del latigazo o «whi- sión y rotación del cuello. Cuando a pe- do se logra— por medio de tracción cra- repetidos. Cambios posturales para evi-
(sobre el significado y sinonimia de este que, en la mayoría de estos casos, no plash». sar de ello persiste la luxación (o se re- neal continua, con aumento progresivo tar decúbitos. Este régimen de tracción
concepto, veáse el término ahorcado,
ahorcado, sólo se produce la muerte sino que las a) Luxaciones interapofisarias unilate- produce con facilidad al suprimir la del peso, en ligera extensión del cuello. debe mantenerse durante un período
fractur
fractura a del).
del Se trata inicialmente de lesiones medulares o no existen o son rales (luxación rotatoria del segmento tracción), es necesaria la reducción a Esta medida puede encontrar indicación mínimo de dos meses, al cabo de los
una fractura de las apófisis articulares de escasa entidad y, en general, con cervical bajo). Es una lesión relativa- cielo abierto por vía posterior y la estabi- en casos de aplastamientos particular- cuales (si el cuadro motor lo permite)
superiores del axis, a nivel de los pedí- perspectivas favorables de recuperación mente frecuente, producida por un me- lización de la columna cervical por la mente pronunciados. Es discutible si re- se sustituye por un medio de fijación
culos, que puede extenderse al resto del (fig. 30). canismo combinado de rotación y de misma vía o por la anterior. sulta necesaria en todos los demás. En la halo-pélvico, «Minerva», etc., manteni-
segmento móvil entre la C-2 y la C-3, Tratamiento. Las lesiones del tipo I y II flexión del cuello. No se acompaña b) Fracturas por compresión simple mayoría de ellos, la curación clínica se do durante un período mínimo de dos
produciendo una luxación de una sobre son fracturas estables que pueden ser nunca —o casi nunca— de alteraciones del cuerpo vertebral (aplastamientos en alcanza a pesar de una deformación en meses. Aparte de las medidas señala-
la otra. Según el grado de la misma se tratadas por medidas conservadoras de medulares. En cambio, son muy fre- cuña; fracturas cuneiformes no despla- cuña permanente de la vértebra afecta- das, estas lesiones plantean la indica-
establecen tres tipos distintos, según Ef- simple inmovilización. Las lesiones del cuentes los síntomas radiculares, por zadas). Es una lesión benigna y estable da. Es excepcional tener que recurrir al ción, ante un cuadro medular persisten-
fendi (fig. 29): Tipo I. Fractura aislada de tipo III son fracturas inestables, que como lesión aislada, es decir, mientras tratamiento quirúrgico de estabiliza- te o con tendencia a agravarse, por la
los pedículos, sin desplazamiento o también pueden ser tratadas por medios no se asocie a la de otros elementos res- ción, siempre que, como se ha dicho, no posibilidad de una compresión a cargo
muy poco desplazada (fig. 29 A), con conservadores, pero que exigen, en el ponsables de la estabilidad (apófisis ar- se asocien otras lesiones desestabiliza- de un fragmento intrarraquídeo, de una
integridad de los ligamentos longitudi- mejor de los casos, un período más lar- doras que amenacen con una luxación operación precoz de descompresión y
nales anterior y posterior. Tipo II. Propa- go de tratamiento y observación. Cuan- anterior o fractura-luxación del tipo que estabilización, por vía anterior. (Véase
gación de la lesión al disco entre los do a pesar del mismo persiste la ines- se describe más adelante. r aquis, lesiones neurológicas.)
neurológicas
cuerpos de la C-2 y C-3, con separación tabilidad, la única solución es el trata- c) Fracturas plurifragmentarias «por d) Luxación o fractura-luxación ante-
entre los mismos y desplazamiento (fig. miento quirúrgico: fijación con alambre estallido» del cuerpo vertebral (fracturas rior (por flexión). Esta modalidad presu-
29 B). Tipo III. Rotura de los ligamentos y artrodesis interespinosa entre la C-1 y somáticas plurifragmentarias o conmi- pone una lesión grave del segmento
longitudinales; luxación anterior de la la C-3, siempre que el arco posterior del nutas; fracturas por compresión axial; vertebral medio, es decir, una fractura o
C-2 sobre C-3 (fig. 29 C). El hallazgo de atlas no esté también fracturado, como fracturas «en lágrima» o «tear drop frac- luxación de las apófisis articulares, una
estas lesiones en individuos muertos ocurre con alguna frecuencia (P. R. Me- tures» (sobre el significado de este tér- lesión también importante del segmen-
por ahorcamiento hizo considerarlas, yer, jr.). mino y otras sinonimias, véase lágri - to móvil (ligamentos, discos) o —lo que
lógicamente, como causa de la muerte B) Lesiones del segmento cervical ma, fractur
fracturaa en).
en Son siempre lesiones es más frecuente— ambas cosas a la
por la brutal compresión del tallo cere- bajo (traumatismos de la C-3-C-7). Las muy graves, que comprometen seria- vez. Con una pérdida de la estabilidad
bral a cargo de los fragmentos vertebra- principales modalidades anatomopato- mente la estabilidad de la columna cer- que conduce (o puede conducir) a la lu-
les desplazados. Sin embargo, parece lógicas son las siguientes: vical y dan lugar, casi regularmente, a la xación anterior del segmento suprale-
que no es así, y que la muerte en estos a) Luxaciones interapofisarias unilate- compresión de la medula o de la arteria sional sobre el inferior (fig. 32). Se pro-
casos se produce por el violento estira- rales. A espinal anterior, cuando no provocan la duce por un mecanismo de flexión. Y es
miento que sufre el neuroeje entre la b) Fracturas por compresión simple muerte instantánea en el mismo lugar siempre una lesión grave, tanto por sus
cabeza colgada de la cuerda y el cuer- del cuerpo vertebral. del accidente o a los pocos días. Se pro- consecuencias inmediatas, de las que
po suspendido. Sin entrar en mayores c) Fracturas plurifragmentarias «por ducen siempre por un mecanismo de pocas veces se escapa la medula, como
precisiones sobre el tema, lo cierto es estallido» del cuerpo vertebral. compresión axial sobre el vértex. Su for- por las tardías, causadas por la gran
que estas mismas lesiones se producen d) Luxación o fractura-luxación ante- FIG. 31. Repercusión sobre el par raquídeo ma más típica es por caídas de cabeza inestabilidad y tendencia al desplaza-
con una cierta frecuencia en otros suje- rior (por flexión). FIG. 30. Fractura del ahorcado tipo I, estable de las luxaciones unilaterales del segmento desde una cierta altura o por zambulli- miento.
y con poco desplazamiento. C-3-C-7 (A).
raquis 288 289 raquis

alineación de la columna y la lesión pa- son las partes blandas: músculos y liga- Vértebra D-6 zona superior (D-1-D-10) son relativa-
1 2 decida apenas es reconocible en la ra- mentos en los que se producen disten- mente poco frecuentes (fig. 1) y respon-
diografía. En el individuo normal joven, siones o roturas parciales. Nunca —o den casi siempre a la misma modali-
sus consecuencias pueden ser relativa- casi nunca— existen lesiones óseas, o si dad anatomopatológica relativamente
mente poco importantes. En los estados acaso quedan reducidas a pequeños simple. Son, por lo general, lesiones es-
patológicos antes mencionados, es fácil arrancamientos de las inserciones liga- tables, que pueden ser tratadas por me-
que se produzca un cuadro de compre- mentosas. Por ello la radiología es prác- dios conservadores. La región dorso-
sión medular serio. ticamente negativa en todos los casos. lumbar (D-11-L-1), por el contrario,
Formas graves. Además de las lesiones Tampoco se producen casi nunca lesio- constituye la localización más frecuen-
descritas, se produce una rotura del li- nes medulares, excepto en sujetos de te de todos los traumatismos vertebra-
gamento común posterior y de los arcos edad avanzada, con procesos artrósicos les, con excepción de los de la colum-
posteriores, dando lugar a un desplaza- y una gran limitación de los movimien- Carillas articulares na cervical. Las lesiones a este nivel son
miento hacia atrás del segmento supe- tos normales del cuello. Y por el mismo de D-7 de mayor complejidad, y por lo general
rior. La medula resulta dañada, casi ine- motivo, en los enfermos de espondilo- inestables, que requieren, en la mayoría
vitablemente, en cualquier caso. Pero artritis. de los casos, tratamiento quirúrgico. En
FIG. 32. Fractura-luxación grave, muy inesta- más y con más frecuencia en los sujetos Cuadro clínico y radiológico. El primero A Nivel dorsal medio el segmento torácico superior existe un
ble y desplazada, de los arcos posterior (1) y ancianos con artrosis, en los espondilo- se caracteriza principalmente por dolor cierto grado de movilidad rotatoria, de-
de las apófisis articulares (2) con integridad de D-12
artríticos o cuando existe una estenosis de nuca y por la rigidez dolorosa del bido a la orientación en el plano frontal
los cuerpos. Imagen radiográfica representada del conducto. El defecto de alineación cuello. Es bastante característico que de las carillas articulares. Como conse-
en el esquema de la figura 12.
de la columna se hace evidente en la ra- estos síntomas aparezcan o se acentúen cuencia de ello, el componente de rota-
diografía de perfil. en los días siguientes al accidente. En ción, en los mecanismos de produc-
Tratamiento. Tracción craneal, con au- Tratamiento. Las formas menos graves, ocasiones se acompañan de síntomas ción, mueve las vértebras antes de
mento progresivo del peso hasta lograr sin cambios de alineación en la colum- cefálicos, principalmente vértigos y ce- romperlas (fig. 1 A). Las lesiones por ro-
una alineación aceptable de los seg- na, pueden ser tratados por los medios faleas, atribuibles a la participación de tación a este nivel son excepcionales.
mentos cervicales. A continuación, in- ortopédicos habituales de inmoviliza- las arterias vertebrales o del nervio sim- Por el contrario, en el segmento toraco-
movilización en «Minerva» o en collar ción, sin tracción. Las formas graves de- pático que las acompaña en el proceso, lumbar, el movimiento de rotación
con apoyo occipitomentoniano. En los ben ser tratadas inicialmente por trac- y de un dolor de oído de difícil explica- Fractura axial desaparece o se reduce mucho,
casos de inestabilidad persistente, con ción craneal con la finalidad de alinear ción. La radiografía, por las razones que del pedículo debido a la orientación de las carillas
tendencia al desplazamiento, artrode- en lo posible la columna cervical. Pos- han sido expuestas, es siempre negativa articulares en el plano sagital. Como
sis, preferentemente intersomática por teriormente, es casi inevitable tener que o muy poco demostrativa. Fractura consecuencia de ello, las fuerzas rota-
del cuerpo
vía anterior, a uno o dos niveles, con o recurrir a alguna de las operaciones es- Implicaciones legales. Es corriente que L-1
B Nivel dorsolumbar torias externas no mueven —no pueden
sin placa atornillada. tabilizadoras de la columna cervical: el traumatólogo tenga que informar pe- mover— las vértebras en el sentido de
e) Luxación o fractura-luxación poste- artrodesis intersomática y placa atorni- ricialmente ante las reclamaciones pre- FIG. 1. Movilidad en rotación de la columna a nivel del segmento torácico D-1-D-10 y del segmento la rotación, sino que las rompen. Las le-
rior (por hiperextensión). Características llada a dos niveles; placas con tornillos sentadas por las víctimas de estos acci- dorsolumbar. A) Segmento torácico: las fuerzas de rotación mueven las vértebras antes de romper- siones por rotación son, a este nivel, fre-
generales. En los individuos normales, transpediculares (Roy-Camille); fusión dentes, en cuyo caso es muy necesario las. B) A nivel dorsolumbar, los mismos esfuerzos no mueven las vértebras sino que las rompen. (To- cuentes y graves (fig. 1 B). Estas diferen-
las lesiones por hiperextensión del seg- posterior con injertos adosados y suje- recordar que no se necesita una com- mado de P. R. Meyer, jr.) cias justifican un estudio por separado
mento C-3-C-7 no son en general tan tos con alambres (Meyer). probación radiográfica para formular o de ambas regiones. De acuerdo con
graves como las producidas por hiper- f) Lesiones por aceleración-desacele- aceptar el diagnóstico del síndrome ello (y de la mayoría de los autores inte-
flexión. Sin embargo, estas mismas le- ración. Síndrome del latigazo o «whi- descrito. resados por el tema), bajo el epígrafe
siones adquieren una marcada gravedad plash». Características generales. Se tra- Tratamiento. Siempre conservador, co- que encabeza este apartado se estudian
en los casos en que existe una limitación ta de una afección traumática bien mo es fácil suponer. Calor local, reposo, Carilla articular exclusivamente los traumatismos de la
Carilla costal
patológica importante del movimiento definida e individualizada por su meca- inmovilización del cuello con collarete, superior del cuerpo costal de la región torácica alta (D-1-D-10).
de la columna cervical, por cervicoar- nismo de producirse, por su anatomía fisioterapia antiálgica, evitar cualquier apófisis transversa Características anatómicas y funcio-
trosis o por espondiloartritis anquilopo- patológica, por su cuadro clínico y ra- tipo de ejercicios, movilizaciones o ma- Carilla superior de nales más importantes (fig. 2). El raquis
yética, principalmente, o cuando existe diológico, por sus implicaciones legales nipulaciones del cuello, y administra- la articulación dorsal es la parte más estable y menos
interapofisaria
una estenosis del conducto raquídeo a y por su tratamiento. ción de analgésicos y antiinflamatorios. Carilla costal movible de la columna, debido a la fir-
Mecanismo de producción. Es siempre r aquis dorsal (D-1 a D-10). Tr auma- superior del cuerpo meza que le proporcionan las costillas y
nivel cervical. En este tipo de traumatis-
mos por extensión se produce con más —o casi siempre— un desplazamiento tismos el esternón. Y por ello es el menos ex-
frecuencia que en cualquier otro una le- de la cabeza hacia atrás (en hiperexten- Definición y contenido del tema. puesto a las lesiones esqueléticas causa-
sión medular de características especia- sión del cuello) en respuesta a un des- Desde el punto de vista estrictamente das por movimientos extremos. Como
les. El llamado «síndrome de Schnei- plazamiento brusco del cuerpo hacia anatómico, no existe más que una defi- contrapartida, la medula es particular-
der», «síndrome medular central» o delante (aceleración). Es seguido de un nición para lo que entendemos por ra- mente vulnerable a este nivel, y sus le-
«paraplejía suspendida de las extremi- movimiento opuesto de flexión (desace- quis dorsal o segmento torácico o dorsal Carilla articular siones son por lo general graves o irrepa-
costal de la
dades superiores». (Véase r aquis, le- le- leración) como reacción al primero, sin de la columna vertebral. Desde el pun- apófisis transversa
rables. Ello se debe principalmente a dos
Schneider,,
siones neurológicas, y Schneider que intervenga, como en otros trauma- to de vista traumatológico, sin embargo, causas: 1.a A nivel dorsal, el conducto
síndrome de.)
de tismos, violencia alguna que actúe so- esta definición requiere mati- raquídeo es relativamente estrecho, y
Formas menos graves. Se produce una bre la cabeza. La causa más corriente zaciones que obligan a estudiar por se- la medula ocupa aproximadamente el
rotura del ligamento común vertebral son las colisiones recibidas por la parte parado dos zonas claramente diferen- Articulación 50 % del mismo, en tanto que a nivel
Carilla inferior de
anterior y un despegamiento entre el trasera de un coche, estando éste para- ciadas. La zona superior, que abarca Carilla costal la articulación
interapofisaria cervical o dorsolumbar ocupa menos de
disco y la plataforma vertebral. El espa- do, sin frenar, o moviéndose muy lenta- desde la D-1 a la D-10, o raquis dorsal inferior del cuerpo interapofisaria A B su tercio. 2.a La medula, a nivel torácico,
cio discal «se abre» hacia delante, pero mente hacia delante. propiamente dicho, y la inferior, raquis está pobremente vascularizada, en com-
vuelve a cerrarse al rectificar la posi- Anatomía patológica. Las estructuras dorsolumbar, que incluye, además de FIG. 2. Principales características anatómicas de las vértebras torácicas: (A) vistas de perfil y (B) paración con la medula cervical, con po-
ción del cuello. No hay cambios en la que más se resienten por el «latigazo» la D-11 y D-12, la L-1. Las lesiones de la vistas por su cara superior. cas anastomosis y, por lo tanto, con
raquis 288 289 raquis

alineación de la columna y la lesión pa- son las partes blandas: músculos y liga- Vértebra D-6 zona superior (D-1-D-10) son relativa-
1 2 decida apenas es reconocible en la ra- mentos en los que se producen disten- mente poco frecuentes (fig. 1) y respon-
diografía. En el individuo normal joven, siones o roturas parciales. Nunca —o den casi siempre a la misma modali-
sus consecuencias pueden ser relativa- casi nunca— existen lesiones óseas, o si dad anatomopatológica relativamente
mente poco importantes. En los estados acaso quedan reducidas a pequeños simple. Son, por lo general, lesiones es-
patológicos antes mencionados, es fácil arrancamientos de las inserciones liga- tables, que pueden ser tratadas por me-
que se produzca un cuadro de compre- mentosas. Por ello la radiología es prác- dios conservadores. La región dorso-
sión medular serio. ticamente negativa en todos los casos. lumbar (D-11-L-1), por el contrario,
Formas graves. Además de las lesiones Tampoco se producen casi nunca lesio- constituye la localización más frecuen-
descritas, se produce una rotura del li- nes medulares, excepto en sujetos de te de todos los traumatismos vertebra-
gamento común posterior y de los arcos edad avanzada, con procesos artrósicos les, con excepción de los de la colum-
posteriores, dando lugar a un desplaza- y una gran limitación de los movimien- Carillas articulares na cervical. Las lesiones a este nivel son
miento hacia atrás del segmento supe- tos normales del cuello. Y por el mismo de D-7 de mayor complejidad, y por lo general
rior. La medula resulta dañada, casi ine- motivo, en los enfermos de espondilo- inestables, que requieren, en la mayoría
vitablemente, en cualquier caso. Pero artritis. de los casos, tratamiento quirúrgico. En
FIG. 32. Fractura-luxación grave, muy inesta- más y con más frecuencia en los sujetos Cuadro clínico y radiológico. El primero A Nivel dorsal medio el segmento torácico superior existe un
ble y desplazada, de los arcos posterior (1) y ancianos con artrosis, en los espondilo- se caracteriza principalmente por dolor cierto grado de movilidad rotatoria, de-
de las apófisis articulares (2) con integridad de D-12
artríticos o cuando existe una estenosis de nuca y por la rigidez dolorosa del bido a la orientación en el plano frontal
los cuerpos. Imagen radiográfica representada del conducto. El defecto de alineación cuello. Es bastante característico que de las carillas articulares. Como conse-
en el esquema de la figura 12.
de la columna se hace evidente en la ra- estos síntomas aparezcan o se acentúen cuencia de ello, el componente de rota-
diografía de perfil. en los días siguientes al accidente. En ción, en los mecanismos de produc-
Tratamiento. Tracción craneal, con au- Tratamiento. Las formas menos graves, ocasiones se acompañan de síntomas ción, mueve las vértebras antes de
mento progresivo del peso hasta lograr sin cambios de alineación en la colum- cefálicos, principalmente vértigos y ce- romperlas (fig. 1 A). Las lesiones por ro-
una alineación aceptable de los seg- na, pueden ser tratados por los medios faleas, atribuibles a la participación de tación a este nivel son excepcionales.
mentos cervicales. A continuación, in- ortopédicos habituales de inmoviliza- las arterias vertebrales o del nervio sim- Por el contrario, en el segmento toraco-
movilización en «Minerva» o en collar ción, sin tracción. Las formas graves de- pático que las acompaña en el proceso, lumbar, el movimiento de rotación
con apoyo occipitomentoniano. En los ben ser tratadas inicialmente por trac- y de un dolor de oído de difícil explica- Fractura axial desaparece o se reduce mucho,
casos de inestabilidad persistente, con ción craneal con la finalidad de alinear ción. La radiografía, por las razones que del pedículo debido a la orientación de las carillas
tendencia al desplazamiento, artrode- en lo posible la columna cervical. Pos- han sido expuestas, es siempre negativa articulares en el plano sagital. Como
sis, preferentemente intersomática por teriormente, es casi inevitable tener que o muy poco demostrativa. Fractura consecuencia de ello, las fuerzas rota-
del cuerpo
vía anterior, a uno o dos niveles, con o recurrir a alguna de las operaciones es- Implicaciones legales. Es corriente que L-1
B Nivel dorsolumbar torias externas no mueven —no pueden
sin placa atornillada. tabilizadoras de la columna cervical: el traumatólogo tenga que informar pe- mover— las vértebras en el sentido de
e) Luxación o fractura-luxación poste- artrodesis intersomática y placa atorni- ricialmente ante las reclamaciones pre- FIG. 1. Movilidad en rotación de la columna a nivel del segmento torácico D-1-D-10 y del segmento la rotación, sino que las rompen. Las le-
rior (por hiperextensión). Características llada a dos niveles; placas con tornillos sentadas por las víctimas de estos acci- dorsolumbar. A) Segmento torácico: las fuerzas de rotación mueven las vértebras antes de romper- siones por rotación son, a este nivel, fre-
generales. En los individuos normales, transpediculares (Roy-Camille); fusión dentes, en cuyo caso es muy necesario las. B) A nivel dorsolumbar, los mismos esfuerzos no mueven las vértebras sino que las rompen. (To- cuentes y graves (fig. 1 B). Estas diferen-
las lesiones por hiperextensión del seg- posterior con injertos adosados y suje- recordar que no se necesita una com- mado de P. R. Meyer, jr.) cias justifican un estudio por separado
mento C-3-C-7 no son en general tan tos con alambres (Meyer). probación radiográfica para formular o de ambas regiones. De acuerdo con
graves como las producidas por hiper- f) Lesiones por aceleración-desacele- aceptar el diagnóstico del síndrome ello (y de la mayoría de los autores inte-
flexión. Sin embargo, estas mismas le- ración. Síndrome del latigazo o «whi- descrito. resados por el tema), bajo el epígrafe
siones adquieren una marcada gravedad plash». Características generales. Se tra- Tratamiento. Siempre conservador, co- que encabeza este apartado se estudian
en los casos en que existe una limitación ta de una afección traumática bien mo es fácil suponer. Calor local, reposo, Carilla articular exclusivamente los traumatismos de la
Carilla costal
patológica importante del movimiento definida e individualizada por su meca- inmovilización del cuello con collarete, superior del cuerpo costal de la región torácica alta (D-1-D-10).
de la columna cervical, por cervicoar- nismo de producirse, por su anatomía fisioterapia antiálgica, evitar cualquier apófisis transversa Características anatómicas y funcio-
trosis o por espondiloartritis anquilopo- patológica, por su cuadro clínico y ra- tipo de ejercicios, movilizaciones o ma- Carilla superior de nales más importantes (fig. 2). El raquis
yética, principalmente, o cuando existe diológico, por sus implicaciones legales nipulaciones del cuello, y administra- la articulación dorsal es la parte más estable y menos
interapofisaria
una estenosis del conducto raquídeo a y por su tratamiento. ción de analgésicos y antiinflamatorios. Carilla costal movible de la columna, debido a la fir-
Mecanismo de producción. Es siempre r aquis dorsal (D-1 a D-10). Tr auma- superior del cuerpo meza que le proporcionan las costillas y
nivel cervical. En este tipo de traumatis-
mos por extensión se produce con más —o casi siempre— un desplazamiento tismos el esternón. Y por ello es el menos ex-
frecuencia que en cualquier otro una le- de la cabeza hacia atrás (en hiperexten- Definición y contenido del tema. puesto a las lesiones esqueléticas causa-
sión medular de características especia- sión del cuello) en respuesta a un des- Desde el punto de vista estrictamente das por movimientos extremos. Como
les. El llamado «síndrome de Schnei- plazamiento brusco del cuerpo hacia anatómico, no existe más que una defi- contrapartida, la medula es particular-
der», «síndrome medular central» o delante (aceleración). Es seguido de un nición para lo que entendemos por ra- mente vulnerable a este nivel, y sus le-
«paraplejía suspendida de las extremi- movimiento opuesto de flexión (desace- quis dorsal o segmento torácico o dorsal Carilla articular siones son por lo general graves o irrepa-
costal de la
dades superiores». (Véase r aquis, le- le- leración) como reacción al primero, sin de la columna vertebral. Desde el pun- apófisis transversa
rables. Ello se debe principalmente a dos
Schneider,,
siones neurológicas, y Schneider que intervenga, como en otros trauma- to de vista traumatológico, sin embargo, causas: 1.a A nivel dorsal, el conducto
síndrome de.)
de tismos, violencia alguna que actúe so- esta definición requiere mati- raquídeo es relativamente estrecho, y
Formas menos graves. Se produce una bre la cabeza. La causa más corriente zaciones que obligan a estudiar por se- la medula ocupa aproximadamente el
rotura del ligamento común vertebral son las colisiones recibidas por la parte parado dos zonas claramente diferen- Articulación 50 % del mismo, en tanto que a nivel
Carilla inferior de
anterior y un despegamiento entre el trasera de un coche, estando éste para- ciadas. La zona superior, que abarca Carilla costal la articulación
interapofisaria cervical o dorsolumbar ocupa menos de
disco y la plataforma vertebral. El espa- do, sin frenar, o moviéndose muy lenta- desde la D-1 a la D-10, o raquis dorsal inferior del cuerpo interapofisaria A B su tercio. 2.a La medula, a nivel torácico,
cio discal «se abre» hacia delante, pero mente hacia delante. propiamente dicho, y la inferior, raquis está pobremente vascularizada, en com-
vuelve a cerrarse al rectificar la posi- Anatomía patológica. Las estructuras dorsolumbar, que incluye, además de FIG. 2. Principales características anatómicas de las vértebras torácicas: (A) vistas de perfil y (B) paración con la medula cervical, con po-
ción del cuello. No hay cambios en la que más se resienten por el «latigazo» la D-11 y D-12, la L-1. Las lesiones de la vistas por su cara superior. cas anastomosis y, por lo tanto, con
raquis 290 291 raquis

Ligamento común vertebral posterior Ligamento común pocas posibilidades de establecer circu- Ligamento
vertebral anterior lación compensadora cuando se lesio- costobertebral
nan. Los elementos blandos de sujeción
entre las piezas óseas (el «segmento mó-
vil de la columna», según Junghanns)
son los mismos que en el raquis cervical
y lumbar,y se hallan representados en la
Ligamento figura 3. A ellos hay que añadir, en el ra-
supraespinoso quis dorsal, los ligamentos costoverte-
brales, los costotransversos y los inter-
transversos (figs. 4 y 5).
Disco
intervertebral Movimientos del raquis dorsal. Por las
razones que han sido expuestas, los
Ligamento movimientos de flexión, extensión e in-
interespinoso clinación lateral son bastante limitados
C4
a nivel torácico. Solamente el de fle-
xión puede llegar a los 40 grados a par-
tir de la posición vertical normal. Los Ligamento Ligamento C5
otros no pasan de un máximo de 20-25 costotransverso costotransverso
posterior
Ligamento amarillo grados. Por el contrario, y por las razo-
nes igualmente señaladas, el movi-
miento rotación axial es relativamente FIG. 5. Sistema de unión ligamentosa costovertebral, visto por la superficie superior de una vértebra.
FIG. 3. «Segmento móvil» del raquis torácico, según Junghanns (no están representadas las articu- amplio, llegando hasta los 35-40 gra-
laciones interapofisarias con sus cápsulas). dos hacia cada lado (es decir, una am-
plitud total máxima de 70-80 grados).
Aproximadamente el 70 % de la totali-
Carilla costal superior del cuerpo
dad del movimiento rotatorio que reali-
zan conjuntamente la columna dorsal y
Carilla costal inferior
Carilla costal de la apófisis lumbar. C
transversa Mecanismos de producción de las lesio- C
nes. Los más frecuentes (prácticamente A
los únicos) son los de flexión y los de A
compresión axial. O lo que es más fre- B
cuente, de ambos a la vez, en virtud de D D B
lo cual una fuerza compresiva en senti-
do axial se transforma en un movimien-
Ligamento to forzado de flexión (fig. 6). A este do-
intertransverso ble mecanismo se une, en ocasiones, un
componente rotatorio, cuyo efecto so- A B
bre el raquis dorsal es en general limita-
do, por las razones anteriormente ex-
FIG. 6. Mecanismo frecuente de producción
puestas: la protección que ejerce la caja AB > 50% CD AB < 35% CD
de las fracturas por aplastamiento de los cuer-
torácica y la posibilidad de que la fuer- pos vertebrales entre D-1 y D-10. La compre-
za rotatoria sea absorbida por el movi- FIG. 7. A) Fractura estable por aplastamiento del cuerpo vertebral de menos del 50 % e integridad sión axial se transforma en parte en un compo-
miento de rotación axial normal de las de los ligamentos interespinosos. B) Fractura potencialmente inestable, por aplastamiento de más de nente de flexión, dando lugar a un mecanismo
vértebras torácicas. Los demás mecanis- un 35 % del cuerpo vertebral y rotura de los ligamentos interespinosos. mixto de compresión-flexión.
mos (extensión, distracción, flexión la-
Ligamentos teral o cizallamiento) o las posibles
costotransversos combinaciones de unos con otros son Especialmente en los casos de osteoporo- sis angular. La tendencia a la cifosis angu- nerlos en cuenta (fig 7). Este peligro es
excepcionales. sis. Se trata en general de lesiones esta- lar progresiva, y con ella el peligro de una mayor, lógicamente, cuando son varias
Anatomía patológica. La lesión más bles, en las que los elementos de sostén lesión medular secundaria dependen las vértebras aplastadas. Cuando predo-
frecuente es la fractura por aplastamien- entre las vértebras (ligamentos supraespi- principalmente (ya se ha dicho) de la in- mina el mecanismo de compresión axial
to en cuña del cuerpo vertebral. Esta le- nosos e interespinosos, articulaciones in- tegridad de los elementos del «segmento se produce un estallido del cuerpo verte-
Apófisis
sión se produce muchas veces por un terapofisarias, etc.) se hallan intactos. So- móvil de la columna». Pero también del bral en varios fragmentos, algunos de los
espinosa
movimiento de flexión poco importante, lamente en traumatismos de una cierta grado de acuñamiento o del número de cuales pueden desplazarse hacia el inte-
cuando existen factores predisponen- violencia se producen lesiones de los ele- vértebras afectadas. rior del conducto raquídeo y ser causa de
tes que debilitan la consistencia ósea. mentos de sostén antedichos (ligamentos Se admite en general que cuando la altura compresión medular, o bien una fractura
Son por este motivo particularmente fre- supraespinosos e interespinosos, etc.), del borde anterior (aplastado) del cuerpo por aplastamiento en cuña unida a una
cuentes en los casos de osteoporosis. Se creando una situación de inestabilidad vertebral afectado es menor del 35 % en fractura plurifragmentaria del borde ante-
Ligamento costotransverso Ligamento localizan preferentemente en los seg- con tendencia a la luxación anterior del relación al borde posterior (intacto) de la rior del cuerpo vertebral (fig. 8). Se trata
intertransverso mentos dorsales D-4-D-6, y afectan con segmento supralesional, o lo que es mu- misma vértebra, ambos peligros (el de evidentemente de lesiones más graves
frecuencia a más de una vértebra, a ni- cho más frecuente, una tendencia pro- la cifosis progresiva y el de la lesión me- que las anteriormente descritas. Pero a
FIG. 4. Sistema de unión ligamentosa costovertebral, visto de perfil. veles contiguos o separados. gresiva al aumento secundario de la ci-fo- dular secundaria) existen y hay que te- pesar de todo son con mucha frecuencia
raquis 290 291 raquis

Ligamento común vertebral posterior Ligamento común pocas posibilidades de establecer circu- Ligamento
vertebral anterior lación compensadora cuando se lesio- costobertebral
nan. Los elementos blandos de sujeción
entre las piezas óseas (el «segmento mó-
vil de la columna», según Junghanns)
son los mismos que en el raquis cervical
y lumbar,y se hallan representados en la
Ligamento figura 3. A ellos hay que añadir, en el ra-
supraespinoso quis dorsal, los ligamentos costoverte-
brales, los costotransversos y los inter-
transversos (figs. 4 y 5).
Disco
intervertebral Movimientos del raquis dorsal. Por las
razones que han sido expuestas, los
Ligamento movimientos de flexión, extensión e in-
interespinoso clinación lateral son bastante limitados
C4
a nivel torácico. Solamente el de fle-
xión puede llegar a los 40 grados a par-
tir de la posición vertical normal. Los Ligamento Ligamento C5
otros no pasan de un máximo de 20-25 costotransverso costotransverso
posterior
Ligamento amarillo grados. Por el contrario, y por las razo-
nes igualmente señaladas, el movi-
miento rotación axial es relativamente FIG. 5. Sistema de unión ligamentosa costovertebral, visto por la superficie superior de una vértebra.
FIG. 3. «Segmento móvil» del raquis torácico, según Junghanns (no están representadas las articu- amplio, llegando hasta los 35-40 gra-
laciones interapofisarias con sus cápsulas). dos hacia cada lado (es decir, una am-
plitud total máxima de 70-80 grados).
Aproximadamente el 70 % de la totali-
Carilla costal superior del cuerpo
dad del movimiento rotatorio que reali-
zan conjuntamente la columna dorsal y
Carilla costal inferior
Carilla costal de la apófisis lumbar. C
transversa Mecanismos de producción de las lesio- C
nes. Los más frecuentes (prácticamente A
los únicos) son los de flexión y los de A
compresión axial. O lo que es más fre- B
cuente, de ambos a la vez, en virtud de D D B
lo cual una fuerza compresiva en senti-
do axial se transforma en un movimien-
Ligamento to forzado de flexión (fig. 6). A este do-
intertransverso ble mecanismo se une, en ocasiones, un
componente rotatorio, cuyo efecto so- A B
bre el raquis dorsal es en general limita-
do, por las razones anteriormente ex-
FIG. 6. Mecanismo frecuente de producción
puestas: la protección que ejerce la caja AB > 50% CD AB < 35% CD
de las fracturas por aplastamiento de los cuer-
torácica y la posibilidad de que la fuer- pos vertebrales entre D-1 y D-10. La compre-
za rotatoria sea absorbida por el movi- FIG. 7. A) Fractura estable por aplastamiento del cuerpo vertebral de menos del 50 % e integridad sión axial se transforma en parte en un compo-
miento de rotación axial normal de las de los ligamentos interespinosos. B) Fractura potencialmente inestable, por aplastamiento de más de nente de flexión, dando lugar a un mecanismo
vértebras torácicas. Los demás mecanis- un 35 % del cuerpo vertebral y rotura de los ligamentos interespinosos. mixto de compresión-flexión.
mos (extensión, distracción, flexión la-
Ligamentos teral o cizallamiento) o las posibles
costotransversos combinaciones de unos con otros son Especialmente en los casos de osteoporo- sis angular. La tendencia a la cifosis angu- nerlos en cuenta (fig 7). Este peligro es
excepcionales. sis. Se trata en general de lesiones esta- lar progresiva, y con ella el peligro de una mayor, lógicamente, cuando son varias
Anatomía patológica. La lesión más bles, en las que los elementos de sostén lesión medular secundaria dependen las vértebras aplastadas. Cuando predo-
frecuente es la fractura por aplastamien- entre las vértebras (ligamentos supraespi- principalmente (ya se ha dicho) de la in- mina el mecanismo de compresión axial
to en cuña del cuerpo vertebral. Esta le- nosos e interespinosos, articulaciones in- tegridad de los elementos del «segmento se produce un estallido del cuerpo verte-
Apófisis
sión se produce muchas veces por un terapofisarias, etc.) se hallan intactos. So- móvil de la columna». Pero también del bral en varios fragmentos, algunos de los
espinosa
movimiento de flexión poco importante, lamente en traumatismos de una cierta grado de acuñamiento o del número de cuales pueden desplazarse hacia el inte-
cuando existen factores predisponen- violencia se producen lesiones de los ele- vértebras afectadas. rior del conducto raquídeo y ser causa de
tes que debilitan la consistencia ósea. mentos de sostén antedichos (ligamentos Se admite en general que cuando la altura compresión medular, o bien una fractura
Son por este motivo particularmente fre- supraespinosos e interespinosos, etc.), del borde anterior (aplastado) del cuerpo por aplastamiento en cuña unida a una
cuentes en los casos de osteoporosis. Se creando una situación de inestabilidad vertebral afectado es menor del 35 % en fractura plurifragmentaria del borde ante-
Ligamento costotransverso Ligamento localizan preferentemente en los seg- con tendencia a la luxación anterior del relación al borde posterior (intacto) de la rior del cuerpo vertebral (fig. 8). Se trata
intertransverso mentos dorsales D-4-D-6, y afectan con segmento supralesional, o lo que es mu- misma vértebra, ambos peligros (el de evidentemente de lesiones más graves
frecuencia a más de una vértebra, a ni- cho más frecuente, una tendencia pro- la cifosis progresiva y el de la lesión me- que las anteriormente descritas. Pero a
FIG. 4. Sistema de unión ligamentosa costovertebral, visto de perfil. veles contiguos o separados. gresiva al aumento secundario de la ci-fo- dular secundaria) existen y hay que te- pesar de todo son con mucha frecuencia
raquis 292 293 raquis

2) En tales casos, la inmovilización


por encima de la D-6 sólo puede lo-
grarse eficazmente mediante la adición
al corsé de un dispositivo para la inmo- 10
DIV vilización de la columna cervical, por
medio de un soporte occipitomentonia- L1 11
no (fig. 11). L2
3) Para la inmovilización de las lesio- L3 12
nes por debajo de la D-6 son preferibles L4
las ortesis con apoyo esternal, tipo Ja- L5
S1
wett o similares, a los corsés de yeso o S2 L1
S3
a las fajas ortopédicas convencionales. S4
S5
DVII Indicaciones generales del tratamiento
quirúrgico. Se limitan a los siguientes
casos:
FIG. 10. Imagen obtenida por tomografía
1) Lesiones particularmente inesta-
axial computarizada de una fractura por com-
presión del cuerpo de la D-10.
bles, como son los casos excepcionales
de fractura-luxación por torsión del seg-
mento torácico o defectos graves de ali-
ciones quirúrgicas en el espacio peri- neación.
dural (ganchos, alambrado sublaminar, 2) Cuando existan motivos para temer
etcétera). un aumento progresivo de la cifosis con
3) Muchos de los métodos empleados amenaza para la medula. Por ejemplo, FIG. 1. Relaciones topográficas del segmento
FIG. 8. Fractura plurifragmentaria del cuerpo
para la fijación interna por vía posterior aplastamientos cuneiformes muy pro- vertebral toracolumbar con la medula, el cono
vertebral producida por un mecanismo violento
de compresión axial, con posibilidad de com- FIG. 9. Típica fractura por aplastamiento a do- (Harrington, Wiscosin, Jacobs, etc.) se nunciados o múltiples. medular y la cola de caballo.
presión medular a cargo de un fragmento des- ble nivel (D-4 y D-7), claramente apreciable en adaptan mal a la curva cifótica de la co- 3) La existencia de lesiones medula-
plazado en el interior del conducto raquídeo. la radiografía convencional de perfil. lumna dorsal. Y en ocasiones, el ende- res no plantea por sí misma, en general,
rezamiento que porporcionan de la la indicación de un tratamiento quirúr- a este nivel afectan —o pueden afec-
misma, por distracción o compresión, gico, salvo en casos excepcionales y tar— a los últimos segmentos lumbares
estables, siempre que no se acompañen mediatas. En cuanto a los síntomas de puede agravar la lesión de los cuerpos. por motivos claramente justificados. (L-3-L-5), al cono medular o a las raí-
de un desplazamiento ad latus del seg- afectación medular (los más importan- 4) Las lesiones esqueléticas son en ge- En cuanto a los recursos más usuales de ces de la cola de caballo con conse-
mento supralesional respecto al infrale- neuroló-
tes), véase r aquis, lesiones neuroló- neral muy estables, por razones bien tratamiento quirúrgico son los mismos, cuencias distintas, en cada caso, en
sional (Holdsworth). Excepcionalmente, gicas El diagnóstico puede confirmar-
gicas. conocidas. Las operaciones de estabi- o muy parecidos, a los empleados en el cuanto a los trastornos resultantes y, so-
cuando el componente de rotación es se, en la mayoría de los casos, con muy lización son, por tanto, innecesarias o FIG. 11. Aparato de sujeción de Jewett, con segmento toracolumbar (véase este apar- bre todo, sus posibilidades de recupe-
muy acusado, pueden producirse lesio- poco margen de duda, mediante la ra- aportan muy pocas ventajas. apoyo en el pubis y en el esternón y con sopor- tado). ración (fig. 1).
nes más graves, parecidas a las que son diografía de perfil (fig. 9). La tomografía 5) La laminectomía descompresiva te occipitomentoniano adicional para la inmo- r aquis dorsolumbar (D-11-L-1). Tr Tr au - Mecanismos de producción más
para el tratamiento de la paraplejía tiene vilización de las fracturas del raquis torácico matismos frecuentes. Son los de flexión y los de
propias del segmento toracolumbar y axial computarizada o la resonancia
por encima de la D-6. Características generales. Esta parte
que se describen en el apartado corres- magnética nuclear proporcionan imá- muy pocas posibilidades de eficacia y en rotación. O preferentemente, los de
dorsolumbar,
pondiente. (Véase raquis dorsolumbar, genes más definitorias, útiles muchas cambio supone un riesgo importante de de la columna presenta, desde el pun- flexión-rotación combinados. Con mu-
trau matismos.) En cuanto a las lesio-
traumatismos veces para diagnosticar la invasión del crear o agravar una inestabilidad. (Véase muchos otros, entre los cuales modesta- to de vista traumatológico, característi- cha menos frecuencia, los de hiperex-
nes medulares, véase raquis, lesiones conducto raquídeo por un fragmento de raquis, lesiones neurológicas.)
neurológicas mente se incluye el que escribe estas lí- cas propias que la distinguen de los tensión, flexión lateral, distracción, com-
neurológicas. fractura (fig. 10). Normas generales sobre el tratamiento neas, tales medios son inútiles, engorro- otros segmentos vertebrales y justifican presión axial o cizallamiento, aparte
Cuadro clínico y diagnóstico. El sín- Normas generales de tratamiento. La conservador. La reducción de las fractu- sos y perjudiciales (según Magnus, «el su estudio por separado. Es la localiza- de los directos, por arma de fuego,
toma más importante y que nunca —o mayor parte de las lesiones traumáticas ras por acuñamiento del segmento torá- corsé, con la paraplejía, es la complica- ción más frecuente de los trauma- aplastamiento del tronco por la rueda
casi nunca— falta es el dolor. Tanto el del raquis dorsal entre la D-1 y la D-10 cico, por los métodos tradicionales de ción más seria de las fracturas de la co- tismos vertebrales, con notable dife- de un vehículo, etc. Los mecanismos
espontáneo, en forma de raquialgia dor- (incluyendo aquellas con afectación me- hiperextensión seguidos de inmoviliza- lumna vertebral», cit. por Lance y We- rencia respecto a las demás zonas, de flexión-rotación son particularmen-
sal, como el provocado por la presión dular) pueden y deben ser tratadas por ción en esta posición forzada, no es po- ber). Otros autores, en cambio, como P. excepto la cervical. Constituye una te temibles en esta zona. Como ya se
sobre las apófisis espinosas a un nivel medios conservadores. Este principio ge- sible ni necesaria. R. Meyer, jr., aconsejan emplearlos in- zona de transición brusca entre el seg- expuso oportunamente (véase r aquis
claramente localizable, o el dolor irra- neral se basa en los siguientes razona- El mejor tratamiento de estas lesiones, cluso en la cama, para evitar los movi- mento torácico, cifótico y relativamen- dorsal),
dorsal la falta de movilidad rotato-
diado hacia los costados, en el trayecto mientos: insustituible en la mayoría de los casos, mientos de rotación a nivel de la lesión. te fijo, y el segmento lumbar, lordótico ria a nivel D-12-L-1, debido a la orien-
de los nervios intercostales. La cifosis 1) La experiencia general (incluso la es el reposo en decúbito. Al menos En cualquier caso, antes de prescribir es- y móvil, lo cual la hace particularmen- tación sagital de las articulaciones
angular a nivel de la vértebra lesionada de los centros más proclives a la cirugía) mientras persista el dolor o haya moti- tos recursos, es necesario tener en cuen- te vulnerable a los traumatismos indi- interapofisarias, hace que los movi-
es el otro síntoma que, unido al dolor, parece haber demostrado que el trata- vos para temer un agravamiento progre- ta los siguientes puntos fundamentales: rectos, por movimientos forzados o ex- mientos forzados de rotación del tórax,
tiene significado casi patognomónico. miento quirúrgico tiene más posibilida- sivo de la angulación cifótica, asociado 1) En las lesiones por encima de la D-6, tremos. Son frecuentes en esta zona las estando la pelvis fija, no se transmitan
Tanto uno como otro pueden ser, sin des de empeorar las lesiones (principal- cuanto antes a los ejercicios de exten- los procedimientos estándar de inmovili- fracturas por flexión-rotación, particu- a estas vértebras, sin que las rompan,
embargo, de escasa entidad, hasta el mente las neurológicas) que de sión activa del tronco para fortalecer la zación (corsés de yeso del tronco, corsés larmente graves e inestables (véase más en vez de moverlas (véase más adelan-
punto de que muchas fracturas verte- mejorarlas o prevenirlas. musculatura extensora y demás medi- ortopédicos) no solamente no inmovili- adelante r aquis dorsal).
dorsal Las lesiones te) (fig. 2).
brales son compatibles con una vida 2) Este riesgo de empeoramiento con das habituales de rehabilitación precoz. zan el segmento lesionado, sino que con- vertebrales dorsolumbares (lo mismo Anatomía patológica. Tipos de frac-
casi normal, o no son diagnosticadas la cirugía se debe a las particulares con- Sobre los medios de sujeción externa tribuyen a aumentar su movilidad y la que las lumbares) se acompañan con tura más frecuentes.
más que algún tiempo después de ha- diciones anatómicas de la región: es- (yesos, corsés, ortesis de soporte) las opi- tendencia a la cifosis, al suprimir inútil- frecuencia de complicaciones abdomi- 1) Fracturas por aplastamiento en
berse producido ante la persistencia de trechez relativa del conducto raquídeo, niones son distintas y en muchos casos mente el movimiento del segmento infra- nales, en particular los hematomas re- cuña. Producidas por un mecanismo
un dolor dorsal después de un acciden- con peligro de aumentar a causa del contrapuestas. Para unos autores, como lesional y dejar libre, en cambio, el de la troperitoneales, de consecuencias a de hiperflexión. Son lesiones estables, de
te en apariencia sin consecuencias in- edema, la hemorragia o las manipula- Magnus, De Palma, Vallina, Gomar y lesión. veces graves. Las lesiones neurológicas escasa gravedad por sí mismas (si no se
raquis 292 293 raquis

2) En tales casos, la inmovilización


por encima de la D-6 sólo puede lo-
grarse eficazmente mediante la adición
al corsé de un dispositivo para la inmo- 10
DIV vilización de la columna cervical, por
medio de un soporte occipitomentonia- L1 11
no (fig. 11). L2
3) Para la inmovilización de las lesio- L3 12
nes por debajo de la D-6 son preferibles L4
las ortesis con apoyo esternal, tipo Ja- L5
S1
wett o similares, a los corsés de yeso o S2 L1
S3
a las fajas ortopédicas convencionales. S4
S5
DVII Indicaciones generales del tratamiento
quirúrgico. Se limitan a los siguientes
casos:
FIG. 10. Imagen obtenida por tomografía
1) Lesiones particularmente inesta-
axial computarizada de una fractura por com-
presión del cuerpo de la D-10.
bles, como son los casos excepcionales
de fractura-luxación por torsión del seg-
mento torácico o defectos graves de ali-
ciones quirúrgicas en el espacio peri- neación.
dural (ganchos, alambrado sublaminar, 2) Cuando existan motivos para temer
etcétera). un aumento progresivo de la cifosis con
3) Muchos de los métodos empleados amenaza para la medula. Por ejemplo, FIG. 1. Relaciones topográficas del segmento
FIG. 8. Fractura plurifragmentaria del cuerpo
para la fijación interna por vía posterior aplastamientos cuneiformes muy pro- vertebral toracolumbar con la medula, el cono
vertebral producida por un mecanismo violento
de compresión axial, con posibilidad de com- FIG. 9. Típica fractura por aplastamiento a do- (Harrington, Wiscosin, Jacobs, etc.) se nunciados o múltiples. medular y la cola de caballo.
presión medular a cargo de un fragmento des- ble nivel (D-4 y D-7), claramente apreciable en adaptan mal a la curva cifótica de la co- 3) La existencia de lesiones medula-
plazado en el interior del conducto raquídeo. la radiografía convencional de perfil. lumna dorsal. Y en ocasiones, el ende- res no plantea por sí misma, en general,
rezamiento que porporcionan de la la indicación de un tratamiento quirúr- a este nivel afectan —o pueden afec-
misma, por distracción o compresión, gico, salvo en casos excepcionales y tar— a los últimos segmentos lumbares
estables, siempre que no se acompañen mediatas. En cuanto a los síntomas de puede agravar la lesión de los cuerpos. por motivos claramente justificados. (L-3-L-5), al cono medular o a las raí-
de un desplazamiento ad latus del seg- afectación medular (los más importan- 4) Las lesiones esqueléticas son en ge- En cuanto a los recursos más usuales de ces de la cola de caballo con conse-
mento supralesional respecto al infrale- neuroló-
tes), véase r aquis, lesiones neuroló- neral muy estables, por razones bien tratamiento quirúrgico son los mismos, cuencias distintas, en cada caso, en
sional (Holdsworth). Excepcionalmente, gicas El diagnóstico puede confirmar-
gicas. conocidas. Las operaciones de estabi- o muy parecidos, a los empleados en el cuanto a los trastornos resultantes y, so-
cuando el componente de rotación es se, en la mayoría de los casos, con muy lización son, por tanto, innecesarias o FIG. 11. Aparato de sujeción de Jewett, con segmento toracolumbar (véase este apar- bre todo, sus posibilidades de recupe-
muy acusado, pueden producirse lesio- poco margen de duda, mediante la ra- aportan muy pocas ventajas. apoyo en el pubis y en el esternón y con sopor- tado). ración (fig. 1).
nes más graves, parecidas a las que son diografía de perfil (fig. 9). La tomografía 5) La laminectomía descompresiva te occipitomentoniano adicional para la inmo- r aquis dorsolumbar (D-11-L-1). Tr Tr au - Mecanismos de producción más
para el tratamiento de la paraplejía tiene vilización de las fracturas del raquis torácico matismos frecuentes. Son los de flexión y los de
propias del segmento toracolumbar y axial computarizada o la resonancia
por encima de la D-6. Características generales. Esta parte
que se describen en el apartado corres- magnética nuclear proporcionan imá- muy pocas posibilidades de eficacia y en rotación. O preferentemente, los de
dorsolumbar,
pondiente. (Véase raquis dorsolumbar, genes más definitorias, útiles muchas cambio supone un riesgo importante de de la columna presenta, desde el pun- flexión-rotación combinados. Con mu-
trau matismos.) En cuanto a las lesio-
traumatismos veces para diagnosticar la invasión del crear o agravar una inestabilidad. (Véase muchos otros, entre los cuales modesta- to de vista traumatológico, característi- cha menos frecuencia, los de hiperex-
nes medulares, véase raquis, lesiones conducto raquídeo por un fragmento de raquis, lesiones neurológicas.)
neurológicas mente se incluye el que escribe estas lí- cas propias que la distinguen de los tensión, flexión lateral, distracción, com-
neurológicas. fractura (fig. 10). Normas generales sobre el tratamiento neas, tales medios son inútiles, engorro- otros segmentos vertebrales y justifican presión axial o cizallamiento, aparte
Cuadro clínico y diagnóstico. El sín- Normas generales de tratamiento. La conservador. La reducción de las fractu- sos y perjudiciales (según Magnus, «el su estudio por separado. Es la localiza- de los directos, por arma de fuego,
toma más importante y que nunca —o mayor parte de las lesiones traumáticas ras por acuñamiento del segmento torá- corsé, con la paraplejía, es la complica- ción más frecuente de los trauma- aplastamiento del tronco por la rueda
casi nunca— falta es el dolor. Tanto el del raquis dorsal entre la D-1 y la D-10 cico, por los métodos tradicionales de ción más seria de las fracturas de la co- tismos vertebrales, con notable dife- de un vehículo, etc. Los mecanismos
espontáneo, en forma de raquialgia dor- (incluyendo aquellas con afectación me- hiperextensión seguidos de inmoviliza- lumna vertebral», cit. por Lance y We- rencia respecto a las demás zonas, de flexión-rotación son particularmen-
sal, como el provocado por la presión dular) pueden y deben ser tratadas por ción en esta posición forzada, no es po- ber). Otros autores, en cambio, como P. excepto la cervical. Constituye una te temibles en esta zona. Como ya se
sobre las apófisis espinosas a un nivel medios conservadores. Este principio ge- sible ni necesaria. R. Meyer, jr., aconsejan emplearlos in- zona de transición brusca entre el seg- expuso oportunamente (véase r aquis
claramente localizable, o el dolor irra- neral se basa en los siguientes razona- El mejor tratamiento de estas lesiones, cluso en la cama, para evitar los movi- mento torácico, cifótico y relativamen- dorsal),
dorsal la falta de movilidad rotato-
diado hacia los costados, en el trayecto mientos: insustituible en la mayoría de los casos, mientos de rotación a nivel de la lesión. te fijo, y el segmento lumbar, lordótico ria a nivel D-12-L-1, debido a la orien-
de los nervios intercostales. La cifosis 1) La experiencia general (incluso la es el reposo en decúbito. Al menos En cualquier caso, antes de prescribir es- y móvil, lo cual la hace particularmen- tación sagital de las articulaciones
angular a nivel de la vértebra lesionada de los centros más proclives a la cirugía) mientras persista el dolor o haya moti- tos recursos, es necesario tener en cuen- te vulnerable a los traumatismos indi- interapofisarias, hace que los movi-
es el otro síntoma que, unido al dolor, parece haber demostrado que el trata- vos para temer un agravamiento progre- ta los siguientes puntos fundamentales: rectos, por movimientos forzados o ex- mientos forzados de rotación del tórax,
tiene significado casi patognomónico. miento quirúrgico tiene más posibilida- sivo de la angulación cifótica, asociado 1) En las lesiones por encima de la D-6, tremos. Son frecuentes en esta zona las estando la pelvis fija, no se transmitan
Tanto uno como otro pueden ser, sin des de empeorar las lesiones (principal- cuanto antes a los ejercicios de exten- los procedimientos estándar de inmovili- fracturas por flexión-rotación, particu- a estas vértebras, sin que las rompan,
embargo, de escasa entidad, hasta el mente las neurológicas) que de sión activa del tronco para fortalecer la zación (corsés de yeso del tronco, corsés larmente graves e inestables (véase más en vez de moverlas (véase más adelan-
punto de que muchas fracturas verte- mejorarlas o prevenirlas. musculatura extensora y demás medi- ortopédicos) no solamente no inmovili- adelante r aquis dorsal).
dorsal Las lesiones te) (fig. 2).
brales son compatibles con una vida 2) Este riesgo de empeoramiento con das habituales de rehabilitación precoz. zan el segmento lesionado, sino que con- vertebrales dorsolumbares (lo mismo Anatomía patológica. Tipos de frac-
casi normal, o no son diagnosticadas la cirugía se debe a las particulares con- Sobre los medios de sujeción externa tribuyen a aumentar su movilidad y la que las lumbares) se acompañan con tura más frecuentes.
más que algún tiempo después de ha- diciones anatómicas de la región: es- (yesos, corsés, ortesis de soporte) las opi- tendencia a la cifosis, al suprimir inútil- frecuencia de complicaciones abdomi- 1) Fracturas por aplastamiento en
berse producido ante la persistencia de trechez relativa del conducto raquídeo, niones son distintas y en muchos casos mente el movimiento del segmento infra- nales, en particular los hematomas re- cuña. Producidas por un mecanismo
un dolor dorsal después de un acciden- con peligro de aumentar a causa del contrapuestas. Para unos autores, como lesional y dejar libre, en cambio, el de la troperitoneales, de consecuencias a de hiperflexión. Son lesiones estables, de
te en apariencia sin consecuencias in- edema, la hemorragia o las manipula- Magnus, De Palma, Vallina, Gomar y lesión. veces graves. Las lesiones neurológicas escasa gravedad por sí mismas (si no se
raquis 294 295 raquis

Carilla articular Carilla neurológicas.)


neurológicas
superior de la D-11 articular costal Diagnóstico. La radiografía simple,
en las dos proyecciones habituales, sue-
le ser suficiente para formular el dicta-
men de una fractura vertebral. Aunque
DXI no siempre es tan fácil interpretar ade-
cuadamente el trazo de la misma y los
Articulación D XII pormenores anatomopatológicos de la
interapofisaria lesión. La tomografía simple, la tomo-
de la D-11 grafía axial computarizada y la resonan-
con la D-12
cia magnética nuclear pueden propor-
cionar información adicional muy útil
en este sentido, sobre todo para valorar
DXII L-I la posible repercusión de las lesiones
esqueléticas (fragmentos desplazados,
D 11
etcétera) sobre las estructuras nerviosas.
Normas generales de tratamiento
1) Las fracturas por aplastamiento en
Carilla articular
cuña deben ser tratadas por procedi-
de la D-12 con la L-1
D 12 mientos conservadores. Reposo en cama
de 4 a 8 semanas, seguido de sujeción
del tronco en moderada extensión me-
FIG. 2. Vértebras D-XI y D-XII, vistas de perfil, mostrando la distinta orientación de las carillas arti- diante ortesis de soporte durante dos o
culares, en el plano frontal o coronal en las vértebras torácicas y en el plano sagital en las lumbares. tres meses más, asociada a medidas de
FIG. 4. Fractura grave y muy inestable por me- L1 rehabilitación a base de fisioterapia acti-
canismo de flexión-rotación a nivel del raquis va. No debe intentarse la reducción del
A B toracolumbar. Trazo transversal que divide el
aplastamiento del cuerpo. La presencia
cuerpo vertebral horizontalmente (fractura en
«rodaja»), prolongado a los elementos del arco de lesiones neurológicas no plantea, en
FIG. 5. Otra modalidad de fractura grave e
posterior. (Copiado de Gomar.) este tipo de fracturas, indicación de tra-
inestable por mecanismo de flexión con com-
ponente de rotación muy acusado. Trazo obli- FIG. 6. Pieza de necropsia mostrando lesiones
tamiento quirúrgico.
DXII DXII
cuo propagado al cuerpo de la vértebra subya- análogas a las señaladas en la figura anterior. 2) Las fracturas plurifragmentarias es-
acompañan de trastornos neurológicos)
cente a través del disco. (Copiado de Gomar.) (Según Hopf.) tables (con el muro vertebral posterior
(fig. 3 A).
conservado, véase r aquis, traumatis
traumatis--
2) Fracturas conminutas o plurifrag-
mos)
mos también deben ser tratadas por los
LI mentarias, por «estallido». Producidas
LI Particularmente frecuente en las frac- sino que tiene que ser llevado. Lo que mismos procedimientos conservadores
por un mecanismo de hiperflexión más
turas por flexión-rotación. Presupone domina en el cuadro clínico de estos y en caso necesario ampliados en cuan-
violento o asociado a un componente to al tiempo de reposo, inmovilización y
siempre la fractura o la luxación de las casos graves es el dolor intenso a nivel
de compresión axial. Cuando no existen fisioterapia. Tampoco debe intentarse,
apófisis articulares. El desplazamiento de la cintura, acentuado ante cualquier
lesiones ligamentosas asociadas, o frac- en estas fracturas, la reducción por hipe-
II ad latus es menos frecuente y sólo se movimiento o tentativa de ponerse en
tura-luxación de las interapofisarias, son observa en las fracturas por flexión-ro- pie o sentarse, lo cual puede resultar rextensión. La presencia de un cuadro
en general bastante estables, aunque po- tación particularmente graves. El des- totalmente imposible, y no siempre por neurológico tampoco justifica la inter-
tencialmente graves por el peligro de le- plazamiento o luxación posterior, por la lesión neurológica asociada, sino vención operatoria, salvo en casos ex-
sión neurológica (fig. 3 B y C). un mecanismo de hiperextensión, es simplemente por la intensidad del do- cepcionales en que la tomografía axial
3) Fracturas por flexión-rotación. excepcional. lor y la falta de solidez de la columna. computarizada o la resonancia magnéti-
III Constituyen una lesión propia de la Cuadro clínico. Varía considerable- El cuadro general puede estar seria- ca nuclear ponen en clara evidencia la
zona, por el mecanismo expuesto ante- mente de unos casos a otros y según las mente afectado por el shock traumáti- compresión de la medula a cargo de un
C riormente, particularmente grave e ines- lesiones anatomopatológicas. Y como co, con tendencia rápida a empeorar fragmento desplazado en el interior del
table. El trazo de fractura del cuerpo es lógico, según la presencia o ausen- en caso de hematoma retroperitoneal, conducto raquídeo. Y aun en estos casos
vertebral es generalmente horizontal, cia de lesiones neurológicas. En las íleo paralítico, distensión del abdo- es poco lo que cabe esperar de las ope-
paralelo a la plataforma discal superior fracturas por aplastamiento simple del men, etc. raciones descompresivas.
y próximo a la misma (fracturas en ro- cuerpo vertebral la sintomatología pue- Lesiones neurológicas. Son menos fre- 3) Las fracturas por flexión-rotación
daja o «slice fractures») (fig. 4). En oca- de ser muy poco relevante, hasta el cuentes que a nivel torácico, y en gene- son muy inestables y tributarias, por
siones es oblicuo, prolongándose a tra- punto de que algunos traumatizados no ral menos graves, debido a una mayor tanto, de un tratamiento quirúrgico es-
vés del disco inferior y de la vértebra acuden a consultar y no se diagnosti- amplitud del conducto raquídeo y una tabilizador en la mayoría de los casos,
subyacente (fig. 5). En cualquier caso se can hasta varios días (o semanas) des- mejor vascularización de la medula. independientemente de si existe o no
FIG. 3. Modalidades anatomopatológicas más acompaña regularmente de fractura o pués del accidente, ante la persistencia Por otro lado, estas lesiones tienen la compromiso medular. Los métodos pro-
frecuentes de las fracturas de los cuerpos verte- luxación de las apófisis articulares y de unos dolores que se consideraban particularidad de poder afectar tanto a puestos para estabilizar estas fracturas
brales a nivel toracolumbar. A) Fractura estable desgarro de los ligamentos interespino- pasajeros. En otros casos, por el contra- la medula lumbar propiamente dicha, son múltiples y su elección depende en
por aplastamiento simple o en cuña. B) Fractu- so y supraespinoso, todo lo cual deter- rio, como en las fracturas por flexión- como al cono medular y a las raíces de gran parte de las preferencias o la expe-
ra polifragmentaria, también estable. C) Frac-
mina su acusada inestabilidad (fig. 6). rotación, el cuadro clínico es muy apa- la cauda equina, dando lugar a cuadros riencia de cada cirujano. Pero en líneas
tura polifragmentaria asociada a fractura de las
apófisis articulares y desgarro de los ligamentos Defectos de alineación. El más frecuen- ratoso desde los primeros momentos. El anatomoclínicos distintos en cuanto a generales deben responder a los dos ob-
interespinosos y supraespinosos, inestables por te es el desplazamiento anterior del seg- sujeto no puede trasladarse por sí mis- sus manifestaciones y posibilidades de jetivos inmediatos siguientes: 1.o Re-
este motivo. mento supralesional sobre el inferior. mo a un centro de reconocimiento, recuperación. (Véase r aquis, lesiones ducción a cielo abierto del despla-
raquis 294 295 raquis

Carilla articular Carilla neurológicas.)


neurológicas
superior de la D-11 articular costal Diagnóstico. La radiografía simple,
en las dos proyecciones habituales, sue-
le ser suficiente para formular el dicta-
men de una fractura vertebral. Aunque
DXI no siempre es tan fácil interpretar ade-
cuadamente el trazo de la misma y los
Articulación D XII pormenores anatomopatológicos de la
interapofisaria lesión. La tomografía simple, la tomo-
de la D-11 grafía axial computarizada y la resonan-
con la D-12
cia magnética nuclear pueden propor-
cionar información adicional muy útil
en este sentido, sobre todo para valorar
DXII L-I la posible repercusión de las lesiones
esqueléticas (fragmentos desplazados,
D 11
etcétera) sobre las estructuras nerviosas.
Normas generales de tratamiento
1) Las fracturas por aplastamiento en
Carilla articular
cuña deben ser tratadas por procedi-
de la D-12 con la L-1
D 12 mientos conservadores. Reposo en cama
de 4 a 8 semanas, seguido de sujeción
del tronco en moderada extensión me-
FIG. 2. Vértebras D-XI y D-XII, vistas de perfil, mostrando la distinta orientación de las carillas arti- diante ortesis de soporte durante dos o
culares, en el plano frontal o coronal en las vértebras torácicas y en el plano sagital en las lumbares. tres meses más, asociada a medidas de
FIG. 4. Fractura grave y muy inestable por me- L1 rehabilitación a base de fisioterapia acti-
canismo de flexión-rotación a nivel del raquis va. No debe intentarse la reducción del
A B toracolumbar. Trazo transversal que divide el
aplastamiento del cuerpo. La presencia
cuerpo vertebral horizontalmente (fractura en
«rodaja»), prolongado a los elementos del arco de lesiones neurológicas no plantea, en
FIG. 5. Otra modalidad de fractura grave e
posterior. (Copiado de Gomar.) este tipo de fracturas, indicación de tra-
inestable por mecanismo de flexión con com-
ponente de rotación muy acusado. Trazo obli- FIG. 6. Pieza de necropsia mostrando lesiones
tamiento quirúrgico.
DXII DXII
cuo propagado al cuerpo de la vértebra subya- análogas a las señaladas en la figura anterior. 2) Las fracturas plurifragmentarias es-
acompañan de trastornos neurológicos)
cente a través del disco. (Copiado de Gomar.) (Según Hopf.) tables (con el muro vertebral posterior
(fig. 3 A).
conservado, véase r aquis, traumatis
traumatis--
2) Fracturas conminutas o plurifrag-
mos)
mos también deben ser tratadas por los
LI mentarias, por «estallido». Producidas
LI Particularmente frecuente en las frac- sino que tiene que ser llevado. Lo que mismos procedimientos conservadores
por un mecanismo de hiperflexión más
turas por flexión-rotación. Presupone domina en el cuadro clínico de estos y en caso necesario ampliados en cuan-
violento o asociado a un componente to al tiempo de reposo, inmovilización y
siempre la fractura o la luxación de las casos graves es el dolor intenso a nivel
de compresión axial. Cuando no existen fisioterapia. Tampoco debe intentarse,
apófisis articulares. El desplazamiento de la cintura, acentuado ante cualquier
lesiones ligamentosas asociadas, o frac- en estas fracturas, la reducción por hipe-
II ad latus es menos frecuente y sólo se movimiento o tentativa de ponerse en
tura-luxación de las interapofisarias, son observa en las fracturas por flexión-ro- pie o sentarse, lo cual puede resultar rextensión. La presencia de un cuadro
en general bastante estables, aunque po- tación particularmente graves. El des- totalmente imposible, y no siempre por neurológico tampoco justifica la inter-
tencialmente graves por el peligro de le- plazamiento o luxación posterior, por la lesión neurológica asociada, sino vención operatoria, salvo en casos ex-
sión neurológica (fig. 3 B y C). un mecanismo de hiperextensión, es simplemente por la intensidad del do- cepcionales en que la tomografía axial
3) Fracturas por flexión-rotación. excepcional. lor y la falta de solidez de la columna. computarizada o la resonancia magnéti-
III Constituyen una lesión propia de la Cuadro clínico. Varía considerable- El cuadro general puede estar seria- ca nuclear ponen en clara evidencia la
zona, por el mecanismo expuesto ante- mente de unos casos a otros y según las mente afectado por el shock traumáti- compresión de la medula a cargo de un
C riormente, particularmente grave e ines- lesiones anatomopatológicas. Y como co, con tendencia rápida a empeorar fragmento desplazado en el interior del
table. El trazo de fractura del cuerpo es lógico, según la presencia o ausen- en caso de hematoma retroperitoneal, conducto raquídeo. Y aun en estos casos
vertebral es generalmente horizontal, cia de lesiones neurológicas. En las íleo paralítico, distensión del abdo- es poco lo que cabe esperar de las ope-
paralelo a la plataforma discal superior fracturas por aplastamiento simple del men, etc. raciones descompresivas.
y próximo a la misma (fracturas en ro- cuerpo vertebral la sintomatología pue- Lesiones neurológicas. Son menos fre- 3) Las fracturas por flexión-rotación
daja o «slice fractures») (fig. 4). En oca- de ser muy poco relevante, hasta el cuentes que a nivel torácico, y en gene- son muy inestables y tributarias, por
siones es oblicuo, prolongándose a tra- punto de que algunos traumatizados no ral menos graves, debido a una mayor tanto, de un tratamiento quirúrgico es-
vés del disco inferior y de la vértebra acuden a consultar y no se diagnosti- amplitud del conducto raquídeo y una tabilizador en la mayoría de los casos,
subyacente (fig. 5). En cualquier caso se can hasta varios días (o semanas) des- mejor vascularización de la medula. independientemente de si existe o no
FIG. 3. Modalidades anatomopatológicas más acompaña regularmente de fractura o pués del accidente, ante la persistencia Por otro lado, estas lesiones tienen la compromiso medular. Los métodos pro-
frecuentes de las fracturas de los cuerpos verte- luxación de las apófisis articulares y de unos dolores que se consideraban particularidad de poder afectar tanto a puestos para estabilizar estas fracturas
brales a nivel toracolumbar. A) Fractura estable desgarro de los ligamentos interespino- pasajeros. En otros casos, por el contra- la medula lumbar propiamente dicha, son múltiples y su elección depende en
por aplastamiento simple o en cuña. B) Fractu- so y supraespinoso, todo lo cual deter- rio, como en las fracturas por flexión- como al cono medular y a las raíces de gran parte de las preferencias o la expe-
ra polifragmentaria, también estable. C) Frac-
mina su acusada inestabilidad (fig. 6). rotación, el cuadro clínico es muy apa- la cauda equina, dando lugar a cuadros riencia de cada cirujano. Pero en líneas
tura polifragmentaria asociada a fractura de las
apófisis articulares y desgarro de los ligamentos Defectos de alineación. El más frecuen- ratoso desde los primeros momentos. El anatomoclínicos distintos en cuanto a generales deben responder a los dos ob-
interespinosos y supraespinosos, inestables por te es el desplazamiento anterior del seg- sujeto no puede trasladarse por sí mis- sus manifestaciones y posibilidades de jetivos inmediatos siguientes: 1.o Re-
este motivo. mento supralesional sobre el inferior. mo a un centro de reconocimiento, recuperación. (Véase r aquis, lesiones ducción a cielo abierto del despla-
raquis 296 297 raquis

Tubérculo Apófisis articular Sistema trabecular Sistema trabecular Anatomía patológica


mamilar superior inferior superior 1) Fracturas por aplastamiento simple
del cuerpo vertebral. Son las más fre-
cuentes y debidas a un mecanismo de
flexión. El aplastamiento corre a cargo
casi siempre de la plataforma somática
Carillas articulares superior. En general son lesiones esta-
bles, fáciles de tratar y de pronóstico fa-
L1
vorable (fig. 5).
2) Fracturas plurifragmentarias. Por un
mecanismo de hiperflexión y de com-
presión axial. Limitadas muchas veces a
L-1
dos fragmentos, uno anterior y otro pos-
terior. Pero en ocasiones, de varios frag-
Carilla articular mentos, conminutas o «por estallido».
de la apófisis inferior Pueden ser estables, mientras no se rom-
pan (como es frecuente) los elementos
FIG. 1. Principales detalles anatómicos de las vértebras lumbares. Es de destacar la orientación en FIG. 2. Sistemas trabeculares oblicuos de las del muro medio y posterior (fig. 6). Pero
un plano más o menos sagital de las carillas articulares. vértebras lumbares. son muy inestables en caso contrario
(fig. 7).
FIG. 5. Fractura por aplastamiento simple del 3) Fracturas por hiperflexión-distrac-
lumbosacro) y su tratamiento ha adqui- cuerpo vertebral, con integridad de los elemen- ción, o fracturas por el cinturón de se-
rido un renovado interés y es de los que tos posteriores y estables. guridad, llamadas también fracturas de
más han evolucionado a partir de 1975, Chance (1948). Son fracturas propias del
debido a los avances logrados con los raquis lumbar, producidas por el meca-
métodos de fijación y estabilización nismo descrito anteriormente (fig. 8).
posterior, merced a los trabajos de Roy- Este mecanismo produce siempre una
Camille, Luque, Louis, Ziekel, Magerl, FIG. 7. Fractura plurifragmentaria del cuerpo rotura de todos los elementos del muro
Kostuik, Steffee, Wiltse y Bradford, Me- de la L-3, poco estable y con ligera retrolistesis posterior. Pero en algunos casos, la rotu-
yer jr., etc. de la vértebra fracturada respecto a la subya-
ra se propaga hacia delante, a través del
cente.
Principales características anatomo- cuerpo vertebral o del disco, dando lu-
FIG. 3. Radiografía de una vértebra lumbar
funcionales. Los datos anatómicos de gar a una verdadera sección transversal
es el de flexión-distracción, cuando la
mostrando la mayor densidad ósea del muro más interés de las vértebras lumbares completa de la columna (fig. 9). Se trata,
están representados en la figura 1. parte superior del cuerpo es proyectada
posterior y de las plataformas discales, en com- como se comprende, de una lesión par-
La columna lumbar presenta una am- por inercia hacia delante, en los cho-
paración con la débil estructura trabecular de ticularmente inestable y grave.
la pared anterior del cuerpo. plia movilidad en el sentido de la flexo- ques frontales, y la parte inferior es re- Cuadro clínico. El dolor es el síntoma
extensión (85 grados de amplitud total). tenida por el cinturón de seguridad (su- prácticamente constante, en mayor o me-
Más reducida en el de la flexión lateral poniendo que el cinturón se limite a la nor grado, en estas fracturas, lo mismo
zamiento entre los segmentos vertebra- (20-30 grados) y prácticamente nula en cintura, como el de los aviones, sin la que en todas las del raquis. Pero con al-
les por encima y debajo de la lesión. el de la rotación, debido a la orienta- bandolera, como el de los coches ac- gunas características particulares: cuan-
A base de una vía de acceso posterior ción de las articulaciones interapofisa- tuales) (véase más adelante). do están afectadas las raíces de la cauda
y manipulación de las apófisis espino- rias en el plano sagital.
sas mediante fuertes pinzas de pren- En su conjunto, la columna lumbar se
sión, para alinearlas convenientemente. muestra como un segmento vertebral
2.o Utilización de alguno de los medios movible pero muy sólido. Esta solidez FIG. 6. Fractura plurifragmentaria, por fle-
de fijación interna sobre los arcos pos- está particularmente marcada en la mi- xión-compresión axial relativamente estable a
teriores, con posibilidades de compre- tad posterior de las vértebras, o «muro beneficio de la integridad de los elementos del
sión-distracción (Harrington, Roy-Cami- FIG. 4. Fractura-luxación particularmente gra- posterior», debido a la disposición del muro medio y posterior.
lle, Wilson, Meuring-Williams, placas ve de la L-3, con sección completa de los ele-
sistema trabecular (figs. 2 y 3), el tama-
mentos del muro medio y posterior.
AO, Viscosin, Cotrel-Dubousset, etc.; ño de las apófisis articulares y la resis- Mecanismos de producción más fre-
véase r aquis, traumatismos
traumatismos). tencia de los ligamentos interespinoso y cuentes
raquis lumbar (L-2-L-5). Tr Traumatismos supraespinoso. Por el contrario, la parte 1) Por flexión.
Características generales. Las lesio-
Definición y precisión del concepto. anterior de los cuerpos es una zona po- 2) Por compresión axial.
nes traumáticas a este nivel son menos
Desde el punto de vista traumatológico bre en trabéculas y escasamente resis- 3) Por ambos mecanismos combina-
debe entenderse por raquis lumbar el frecuentes que a nivel torácico y mucho
tente a las fuerzas de compresión. dos (flexión-compresión).
segmento vertebral comprendido entre menos que a nivel dorsolumbar, en una
Esto último explica la frecuencia de las 4) Por avulsión de las apófisis trans-
la L-2 y la L-5, ambas inclusive, toda vez proporción aproximada de 1 a 6, según fracturas por aplastamiento cuneiforme versas o espinosas, debida a una enérgi-
que la L-1 pertenece, desde este punto las estadísticas más recientes. Las frac- de los cuerpos vertebrales, y el que las ca contracción muscular.
de vista, al raquis dorsolumbar. Y el seg- turas de la L-2 a la L-5 son las menos fracturas del «muro posterior» sean re- 5) Con mucha menos frecuencia por ci-
mento L-5-S-1, con su particular patolo- frecuentes de todas las de la columna lativamente poco frecuentes, pero que, zallamiento, extensión o distracción.
gía traumática (espondilólisis y espondi- vertebral, exceptuando las del sacro. cuando se producen, sean casi siempre 6) Un mecanismo especial, responsa-
lolistesis traumáticas, lesiones discales) A pesar de ello, el estudio de estas le- muy inestables y de extrema gravedad ble de un tipo especial de fractura lum- FIG. 8. Mecanismos de producción de las fracturas por el cinturón de seguridad, por un mecanismo
pertenece al raquis lumbosacro. siones a estos dos niveles (lumbar y (fig. 4). bar (fractura del cinturón de seguridad) combinado de flexión-distracción, o «fracturas de Chance».
raquis 296 297 raquis

Tubérculo Apófisis articular Sistema trabecular Sistema trabecular Anatomía patológica


mamilar superior inferior superior 1) Fracturas por aplastamiento simple
del cuerpo vertebral. Son las más fre-
cuentes y debidas a un mecanismo de
flexión. El aplastamiento corre a cargo
casi siempre de la plataforma somática
Carillas articulares superior. En general son lesiones esta-
bles, fáciles de tratar y de pronóstico fa-
L1
vorable (fig. 5).
2) Fracturas plurifragmentarias. Por un
mecanismo de hiperflexión y de com-
presión axial. Limitadas muchas veces a
L-1
dos fragmentos, uno anterior y otro pos-
terior. Pero en ocasiones, de varios frag-
Carilla articular mentos, conminutas o «por estallido».
de la apófisis inferior Pueden ser estables, mientras no se rom-
pan (como es frecuente) los elementos
FIG. 1. Principales detalles anatómicos de las vértebras lumbares. Es de destacar la orientación en FIG. 2. Sistemas trabeculares oblicuos de las del muro medio y posterior (fig. 6). Pero
un plano más o menos sagital de las carillas articulares. vértebras lumbares. son muy inestables en caso contrario
(fig. 7).
FIG. 5. Fractura por aplastamiento simple del 3) Fracturas por hiperflexión-distrac-
lumbosacro) y su tratamiento ha adqui- cuerpo vertebral, con integridad de los elemen- ción, o fracturas por el cinturón de se-
rido un renovado interés y es de los que tos posteriores y estables. guridad, llamadas también fracturas de
más han evolucionado a partir de 1975, Chance (1948). Son fracturas propias del
debido a los avances logrados con los raquis lumbar, producidas por el meca-
métodos de fijación y estabilización nismo descrito anteriormente (fig. 8).
posterior, merced a los trabajos de Roy- Este mecanismo produce siempre una
Camille, Luque, Louis, Ziekel, Magerl, FIG. 7. Fractura plurifragmentaria del cuerpo rotura de todos los elementos del muro
Kostuik, Steffee, Wiltse y Bradford, Me- de la L-3, poco estable y con ligera retrolistesis posterior. Pero en algunos casos, la rotu-
yer jr., etc. de la vértebra fracturada respecto a la subya-
ra se propaga hacia delante, a través del
cente.
Principales características anatomo- cuerpo vertebral o del disco, dando lu-
FIG. 3. Radiografía de una vértebra lumbar
funcionales. Los datos anatómicos de gar a una verdadera sección transversal
es el de flexión-distracción, cuando la
mostrando la mayor densidad ósea del muro más interés de las vértebras lumbares completa de la columna (fig. 9). Se trata,
están representados en la figura 1. parte superior del cuerpo es proyectada
posterior y de las plataformas discales, en com- como se comprende, de una lesión par-
La columna lumbar presenta una am- por inercia hacia delante, en los cho-
paración con la débil estructura trabecular de ticularmente inestable y grave.
la pared anterior del cuerpo. plia movilidad en el sentido de la flexo- ques frontales, y la parte inferior es re- Cuadro clínico. El dolor es el síntoma
extensión (85 grados de amplitud total). tenida por el cinturón de seguridad (su- prácticamente constante, en mayor o me-
Más reducida en el de la flexión lateral poniendo que el cinturón se limite a la nor grado, en estas fracturas, lo mismo
zamiento entre los segmentos vertebra- (20-30 grados) y prácticamente nula en cintura, como el de los aviones, sin la que en todas las del raquis. Pero con al-
les por encima y debajo de la lesión. el de la rotación, debido a la orienta- bandolera, como el de los coches ac- gunas características particulares: cuan-
A base de una vía de acceso posterior ción de las articulaciones interapofisa- tuales) (véase más adelante). do están afectadas las raíces de la cauda
y manipulación de las apófisis espino- rias en el plano sagital.
sas mediante fuertes pinzas de pren- En su conjunto, la columna lumbar se
sión, para alinearlas convenientemente. muestra como un segmento vertebral
2.o Utilización de alguno de los medios movible pero muy sólido. Esta solidez FIG. 6. Fractura plurifragmentaria, por fle-
de fijación interna sobre los arcos pos- está particularmente marcada en la mi- xión-compresión axial relativamente estable a
teriores, con posibilidades de compre- tad posterior de las vértebras, o «muro beneficio de la integridad de los elementos del
sión-distracción (Harrington, Roy-Cami- FIG. 4. Fractura-luxación particularmente gra- posterior», debido a la disposición del muro medio y posterior.
lle, Wilson, Meuring-Williams, placas ve de la L-3, con sección completa de los ele-
sistema trabecular (figs. 2 y 3), el tama-
mentos del muro medio y posterior.
AO, Viscosin, Cotrel-Dubousset, etc.; ño de las apófisis articulares y la resis- Mecanismos de producción más fre-
véase r aquis, traumatismos
traumatismos). tencia de los ligamentos interespinoso y cuentes
raquis lumbar (L-2-L-5). Tr Traumatismos supraespinoso. Por el contrario, la parte 1) Por flexión.
Características generales. Las lesio-
Definición y precisión del concepto. anterior de los cuerpos es una zona po- 2) Por compresión axial.
nes traumáticas a este nivel son menos
Desde el punto de vista traumatológico bre en trabéculas y escasamente resis- 3) Por ambos mecanismos combina-
debe entenderse por raquis lumbar el frecuentes que a nivel torácico y mucho
tente a las fuerzas de compresión. dos (flexión-compresión).
segmento vertebral comprendido entre menos que a nivel dorsolumbar, en una
Esto último explica la frecuencia de las 4) Por avulsión de las apófisis trans-
la L-2 y la L-5, ambas inclusive, toda vez proporción aproximada de 1 a 6, según fracturas por aplastamiento cuneiforme versas o espinosas, debida a una enérgi-
que la L-1 pertenece, desde este punto las estadísticas más recientes. Las frac- de los cuerpos vertebrales, y el que las ca contracción muscular.
de vista, al raquis dorsolumbar. Y el seg- turas de la L-2 a la L-5 son las menos fracturas del «muro posterior» sean re- 5) Con mucha menos frecuencia por ci-
mento L-5-S-1, con su particular patolo- frecuentes de todas las de la columna lativamente poco frecuentes, pero que, zallamiento, extensión o distracción.
gía traumática (espondilólisis y espondi- vertebral, exceptuando las del sacro. cuando se producen, sean casi siempre 6) Un mecanismo especial, responsa-
lolistesis traumáticas, lesiones discales) A pesar de ello, el estudio de estas le- muy inestables y de extrema gravedad ble de un tipo especial de fractura lum- FIG. 8. Mecanismos de producción de las fracturas por el cinturón de seguridad, por un mecanismo
pertenece al raquis lumbosacro. siones a estos dos niveles (lumbar y (fig. 4). bar (fractura del cinturón de seguridad) combinado de flexión-distracción, o «fracturas de Chance».
raquis 298 299 raquis

maniobras previas de reducción. Las frac- no justificarían, por sí mismas, una des-
turas plurifragmentarias estables pueden cripción aparte. Las fracturas del sacro,
ser tratadas igualmente por procedimien- por otro lado, son muy poco frecuentes;
tos conservadores de reposo, inmoviliza- obedecen a traumatismos directos de
ción y fisioterapia algo más prolongados una gran violencia que en general in-
y rigurosos que en el caso anterior. En teresan al conjunto de la pelvis, y son
caso de dudas sobre su estabilidad, pue- descritas en el apartado dedicado a esta
den plantear una razonable indicación región anatómica. (Véase pelvis, trautrau -
de tratamiento quirúrgico. Las fracturas matismos.)
matismos Sin embargo, a nivel lum-
inestables, plurifragmentarias, con rotura bosacro existen lesiones que sin ser es-
de los elementos del muro medio y pos- pecífica o exclusivamente traumáticas,
terior, así como las graves fracturas por pueden serlo en algunos casos. Y sobre
flexión-distracción, plantean una indica- todo, tienen particular interés desde el
ción prácticamente incuestionable de tra- punto de vista traumatológico por los
tamiento quirúrgico. problemas de índole médico-legal que
FIG. 9. Diversas modalidades anatomopatológicas de fracturas de Chance. (Según P. R. Meyer, jr.) Los recursos quirúrgicos generales para muchas veces pueden plantear. Estas le-
responder a esta indicación se basan siones son, por un lado, las espondilóli-
fundamentalmente en la fijación esque- sis y espondilolistesis de la L-5 (excep-
tarios y trastornos de la sensibilidad en los lética posterior del raquis, que breve- cionalmente de la L-4) y las lesiones
territorios correspondientes a las raíces mente resumidos son los siguientes: discales a nivel de la L-5 (discos L-4-L-5
afectadas, así como trastornos esfinteria- 1) Procedimientos de reducción ope- y L-5-S-1), por otro. Respecto a las pri-
nos, muy frecuentes. Los síntomas sensiti- ratoria por vía posterior y osteosíntesis meras, véase espondilólisis y espon - FIG. 1. Grave lesión medular por compresión,
1 vomotores pueden —en principio— co- interapofisarias con placas atornilladas dilolistesis de origen traumático.
traumático. a cargo del desplazamiento y la angulación de
2 rresponder a un «síndrome completo de a las apófisis espinosas, con o sin injer- En cuanto a las segundas, véase lum- lum- la columna vertebral en un caso de fractura-lu- FIG. 2. Mecanismo de compresión y elonga-
3 D12 la cauda equina», con parálisis de todo el to adicional (placas de Wilson, de Meu- balgias y lumbociáticas de origen xación de la misma. Pieza de necropsia, según ción de la medula en una fractura inestable con
4
territorio muscular situado por debajo de rig-Williams, etc.; fijador interno AO). traumático.
traumático. Matti. angulación vertebral. (Según Bastos Ansart.)
5 12
L1 la L-2 y anestesia de la nalga, cara poste- 2) Osteosíntesis con placas fijadas me- r aquis. Lesiones neurológicas
rior del muslo, de la pierna y parte del diante tornillos transpediculares (Roy- Definición y precisión de conceptos.
1
pie, por afectación de todas las raíces. Camille y sus múltiples variantes intro- Por lesiones neurológicas en los trauma- circunscrita, a cargo de un fragmento
L2 Pero esto es excepcional que se produz- ducidas en los catálogos de instrumental tismos de la columna vertebral deben vertebral desplazado, por la angulación
2 ca, teniendo en cuenta la anchura relati- quirúrgico). entenderse tanto las lesiones medulares del raquis en las fracturas o por el des-
va del conducto raquídeo a nivel lumbar. 3) Barras de fijación segmentaria múl- como las radiculares. El significado, la plazamiento de un segmento sobre otro
L3 en las luxaciones vertebrales (fig. 1).
El cuadro más frecuente, cuando hay tiple por alambrado sublaminar (Luque, importancia, el pronóstico y el trata-
3 compromiso radicular en este tipo de le- etcétera). miento de unas y otras es distinto y re- Con menos frecuencia, por un prolapso
siones, es el de trastornos esfinterianos 4) Sistemas de fijación y compresión- quiere, por lo mismo, un estudio por se- discal.
L4
más o menos acusados (micción impe- distracción con enganche sublaminar. parado. c) Por compresión global, debida a una
4
riosa, retención, incontinencia, etc.), Barras de Harrington, o alguna de sus A) Lesiones medulares. Son las más hemorragia intrarraquídea o por el pro-
anestesia en «silla de montar» y déficit modificaciones (Cotrel-Dubousset, etc.). graves y también las más frecuentes. Se pio edema de la medula, que puede lle-
L5
motor limitado a la musculatura retroti- 5) Procedimientos mixtos de compre- manifiestan generalmente de una forma gar a ahogarla dentro de su estuche óseo.
5 bial y, con frecuencia, a la ausencia del sión-distracción con barras rígidas, uni- inmediata en el momento del traumatis- d) Por elongación, en las lesiones del
S1 reflejo aquíleo. En cualquier caso, estos dos a fijación segmentaria sublaminar mo, aunque en ocasiones pueden apa- raquis por hiperextensión, como es el
2 trastornos radiculares son siempre de mu- (Jacobs, sistema AO). recer o agravarse en las horas o días su- caso relativamente frecuente del «lati-
S1 cho mejor pronóstico que los medulares. 6) Procedimientos de fijación-artro- cesivos. Una vez instauradas tienen gazo» o «whiplash» de la columna cer-
3
Las posibilidades de recuperación fun- desis intersomática a nivel lumbar, con muy poca tendencia a regresar y si lo vical (fig. 2).
4 2
cional pueden durar meses después del atornillado de los cuerpos (Dwyer, Zie- hacen es en el transcurso de las prime- e) Por isquemia, debida a la obstruc-
5 3 accidente. Son frecuentes los síntomas kel, VDS, placas a compresión AO, ras 24 horas. Pasado este período, las ción de un vaso que prive del riego san-
4 abdominales por lesión directa de los ór- etcétera), combinados con injertos apli- posibilidades de recuperación son prác- guíneo a una parte de la medula. Por FIG. 2 bis. Imagen obtenida por RMN mos-
5 ganos internos del abdomen o por el he- cados o introducidos en los cuerpos ticamente nulas o muy escasas. Se ma- ejemplo, las lesiones de la arteria verte- trando una lesión importante a nivel del seg-
matoma retroperitoneal (íleo paralítico, vertebrales. nifiestan siempre por síntomas deficita- bral anterior (fig. 2 bis) en los traumatis- mento medular C-3, producida por una luxa-
C
meteorismo, distensión abdominal), pro- Resulta difícil (prácticamente imposi- rios (parálisis motora, anestesia), y muy mos cervicales, o de la arteria de Adam- ción entre las vértebras C-III y C-IV. (Cortesía
pio de las lesiones vertebrales a este ni- ble) ofrecer una visión pormenorizada raramente por síntomas irritativos (do- kiewicz en los torácicos. del Dr. J. L. Dolz Jordi, del Centre Diagnostic
Factores predisponentes. La estenosis Pedralbes, Barcelona.)
FIG. 10. Relaciones topográficas entre las vér- vel, lo mismo que a nivel dorsolumbar, a sobre cada uno de estos procedimien- lor). El área de distribución de los sínto-
tebras lumbares y las raíces lumbosacras. lo cual puede añadirse, por la misma tos, sus ventajas, inconvenientes, ries- mas es todo el territorio infralesional. del conducto raquídeo, la artrosis verte-
causa, síntomas generales de gravedad gos y resultados. La experiencia y las Mecanismos de producción y relación bral, la espondilitis anquilosante, la ar-
(shock hipovolémico, anemia aguda). preferencias de cada cirujano son facto- con las lesiones esqueléticas. Una lesión tritis reumatoidea, y por las causas que (o puede producirse) en las heridas pe-
equina (fig. 10), al dolor local a nivel de Normas generales de tratamiento. Las res decisivos en el momento de elegir el medular puede producirse de distintas acaban de exponerse, en todos los tras- netrantes de bala, metralla, arma blan-
la cintura o de la región lumbar se añade fracturas estables por aplastamiento sim- más adecuado a cada caso. maneras en los traumatismos del raquis: tornos de la coagulación (hemofilia, fra- ca, etc. En la mayoría de los casos se tra-
un dolor irradiado hacia la nalga y cara ple en cuña pueden curar siempre con el r aquis lumbosacro. Tr Tr aumatismos a) Por sección directa a cargo del gilidad capilar, tratamientos prolonga-
ta de lesiones intramedulares que
posterior de los muslos, en ocasiones simple reposo en cama de 4 a 8 semanas, Definición y contenido del tema. La agente vulnerable (heridas de armas de dos con anticoagulantes, etc.).
seguido (no necesariamente en todos los quinta vértebra lumbar puede ser la lo- fuego, lesiones penetrantes en general) Anatomía patológica. La sección anató- comprometen, en mayor o menor gra-
hasta la cara posterior de la pierna y el
pie, casi siempre bilateral. La afectación casos) de una inmovilización mediante calización de lesiones óseas o ligamen- capaz de interrumpir la continuidad mica de la medula, o transección me- do, la integridad de la estructura ner-
de la cola de caballo puede manifestarse un lumbostato simple y las adecuadas tosas iguales o muy parecidas a las de anatómica de la medula. dular, con dos cabos sueltos y sepa- viosa (hemorragias perivasculares o
igualmente por síntomas motores defici- medidas de fisioterapia. Sin necesidad de cualquier otro segmento lumbar, y que b) Por impacto directo o compresión rados, es excepcional. Sólo se produce masivas, edema, necrosis celular, disla-
raquis 298 299 raquis

maniobras previas de reducción. Las frac- no justificarían, por sí mismas, una des-
turas plurifragmentarias estables pueden cripción aparte. Las fracturas del sacro,
ser tratadas igualmente por procedimien- por otro lado, son muy poco frecuentes;
tos conservadores de reposo, inmoviliza- obedecen a traumatismos directos de
ción y fisioterapia algo más prolongados una gran violencia que en general in-
y rigurosos que en el caso anterior. En teresan al conjunto de la pelvis, y son
caso de dudas sobre su estabilidad, pue- descritas en el apartado dedicado a esta
den plantear una razonable indicación región anatómica. (Véase pelvis, trautrau -
de tratamiento quirúrgico. Las fracturas matismos.)
matismos Sin embargo, a nivel lum-
inestables, plurifragmentarias, con rotura bosacro existen lesiones que sin ser es-
de los elementos del muro medio y pos- pecífica o exclusivamente traumáticas,
terior, así como las graves fracturas por pueden serlo en algunos casos. Y sobre
flexión-distracción, plantean una indica- todo, tienen particular interés desde el
ción prácticamente incuestionable de tra- punto de vista traumatológico por los
tamiento quirúrgico. problemas de índole médico-legal que
FIG. 9. Diversas modalidades anatomopatológicas de fracturas de Chance. (Según P. R. Meyer, jr.) Los recursos quirúrgicos generales para muchas veces pueden plantear. Estas le-
responder a esta indicación se basan siones son, por un lado, las espondilóli-
fundamentalmente en la fijación esque- sis y espondilolistesis de la L-5 (excep-
tarios y trastornos de la sensibilidad en los lética posterior del raquis, que breve- cionalmente de la L-4) y las lesiones
territorios correspondientes a las raíces mente resumidos son los siguientes: discales a nivel de la L-5 (discos L-4-L-5
afectadas, así como trastornos esfinteria- 1) Procedimientos de reducción ope- y L-5-S-1), por otro. Respecto a las pri-
nos, muy frecuentes. Los síntomas sensiti- ratoria por vía posterior y osteosíntesis meras, véase espondilólisis y espon - FIG. 1. Grave lesión medular por compresión,
1 vomotores pueden —en principio— co- interapofisarias con placas atornilladas dilolistesis de origen traumático.
traumático. a cargo del desplazamiento y la angulación de
2 rresponder a un «síndrome completo de a las apófisis espinosas, con o sin injer- En cuanto a las segundas, véase lum- lum- la columna vertebral en un caso de fractura-lu- FIG. 2. Mecanismo de compresión y elonga-
3 D12 la cauda equina», con parálisis de todo el to adicional (placas de Wilson, de Meu- balgias y lumbociáticas de origen xación de la misma. Pieza de necropsia, según ción de la medula en una fractura inestable con
4
territorio muscular situado por debajo de rig-Williams, etc.; fijador interno AO). traumático.
traumático. Matti. angulación vertebral. (Según Bastos Ansart.)
5 12
L1 la L-2 y anestesia de la nalga, cara poste- 2) Osteosíntesis con placas fijadas me- r aquis. Lesiones neurológicas
rior del muslo, de la pierna y parte del diante tornillos transpediculares (Roy- Definición y precisión de conceptos.
1
pie, por afectación de todas las raíces. Camille y sus múltiples variantes intro- Por lesiones neurológicas en los trauma- circunscrita, a cargo de un fragmento
L2 Pero esto es excepcional que se produz- ducidas en los catálogos de instrumental tismos de la columna vertebral deben vertebral desplazado, por la angulación
2 ca, teniendo en cuenta la anchura relati- quirúrgico). entenderse tanto las lesiones medulares del raquis en las fracturas o por el des-
va del conducto raquídeo a nivel lumbar. 3) Barras de fijación segmentaria múl- como las radiculares. El significado, la plazamiento de un segmento sobre otro
L3 en las luxaciones vertebrales (fig. 1).
El cuadro más frecuente, cuando hay tiple por alambrado sublaminar (Luque, importancia, el pronóstico y el trata-
3 compromiso radicular en este tipo de le- etcétera). miento de unas y otras es distinto y re- Con menos frecuencia, por un prolapso
siones, es el de trastornos esfinterianos 4) Sistemas de fijación y compresión- quiere, por lo mismo, un estudio por se- discal.
L4
más o menos acusados (micción impe- distracción con enganche sublaminar. parado. c) Por compresión global, debida a una
4
riosa, retención, incontinencia, etc.), Barras de Harrington, o alguna de sus A) Lesiones medulares. Son las más hemorragia intrarraquídea o por el pro-
anestesia en «silla de montar» y déficit modificaciones (Cotrel-Dubousset, etc.). graves y también las más frecuentes. Se pio edema de la medula, que puede lle-
L5
motor limitado a la musculatura retroti- 5) Procedimientos mixtos de compre- manifiestan generalmente de una forma gar a ahogarla dentro de su estuche óseo.
5 bial y, con frecuencia, a la ausencia del sión-distracción con barras rígidas, uni- inmediata en el momento del traumatis- d) Por elongación, en las lesiones del
S1 reflejo aquíleo. En cualquier caso, estos dos a fijación segmentaria sublaminar mo, aunque en ocasiones pueden apa- raquis por hiperextensión, como es el
2 trastornos radiculares son siempre de mu- (Jacobs, sistema AO). recer o agravarse en las horas o días su- caso relativamente frecuente del «lati-
S1 cho mejor pronóstico que los medulares. 6) Procedimientos de fijación-artro- cesivos. Una vez instauradas tienen gazo» o «whiplash» de la columna cer-
3
Las posibilidades de recuperación fun- desis intersomática a nivel lumbar, con muy poca tendencia a regresar y si lo vical (fig. 2).
4 2
cional pueden durar meses después del atornillado de los cuerpos (Dwyer, Zie- hacen es en el transcurso de las prime- e) Por isquemia, debida a la obstruc-
5 3 accidente. Son frecuentes los síntomas kel, VDS, placas a compresión AO, ras 24 horas. Pasado este período, las ción de un vaso que prive del riego san-
4 abdominales por lesión directa de los ór- etcétera), combinados con injertos apli- posibilidades de recuperación son prác- guíneo a una parte de la medula. Por FIG. 2 bis. Imagen obtenida por RMN mos-
5 ganos internos del abdomen o por el he- cados o introducidos en los cuerpos ticamente nulas o muy escasas. Se ma- ejemplo, las lesiones de la arteria verte- trando una lesión importante a nivel del seg-
matoma retroperitoneal (íleo paralítico, vertebrales. nifiestan siempre por síntomas deficita- bral anterior (fig. 2 bis) en los traumatis- mento medular C-3, producida por una luxa-
C
meteorismo, distensión abdominal), pro- Resulta difícil (prácticamente imposi- rios (parálisis motora, anestesia), y muy mos cervicales, o de la arteria de Adam- ción entre las vértebras C-III y C-IV. (Cortesía
pio de las lesiones vertebrales a este ni- ble) ofrecer una visión pormenorizada raramente por síntomas irritativos (do- kiewicz en los torácicos. del Dr. J. L. Dolz Jordi, del Centre Diagnostic
Factores predisponentes. La estenosis Pedralbes, Barcelona.)
FIG. 10. Relaciones topográficas entre las vér- vel, lo mismo que a nivel dorsolumbar, a sobre cada uno de estos procedimien- lor). El área de distribución de los sínto-
tebras lumbares y las raíces lumbosacras. lo cual puede añadirse, por la misma tos, sus ventajas, inconvenientes, ries- mas es todo el territorio infralesional. del conducto raquídeo, la artrosis verte-
causa, síntomas generales de gravedad gos y resultados. La experiencia y las Mecanismos de producción y relación bral, la espondilitis anquilosante, la ar-
(shock hipovolémico, anemia aguda). preferencias de cada cirujano son facto- con las lesiones esqueléticas. Una lesión tritis reumatoidea, y por las causas que (o puede producirse) en las heridas pe-
equina (fig. 10), al dolor local a nivel de Normas generales de tratamiento. Las res decisivos en el momento de elegir el medular puede producirse de distintas acaban de exponerse, en todos los tras- netrantes de bala, metralla, arma blan-
la cintura o de la región lumbar se añade fracturas estables por aplastamiento sim- más adecuado a cada caso. maneras en los traumatismos del raquis: tornos de la coagulación (hemofilia, fra- ca, etc. En la mayoría de los casos se tra-
un dolor irradiado hacia la nalga y cara ple en cuña pueden curar siempre con el r aquis lumbosacro. Tr Tr aumatismos a) Por sección directa a cargo del gilidad capilar, tratamientos prolonga-
ta de lesiones intramedulares que
posterior de los muslos, en ocasiones simple reposo en cama de 4 a 8 semanas, Definición y contenido del tema. La agente vulnerable (heridas de armas de dos con anticoagulantes, etc.).
seguido (no necesariamente en todos los quinta vértebra lumbar puede ser la lo- fuego, lesiones penetrantes en general) Anatomía patológica. La sección anató- comprometen, en mayor o menor gra-
hasta la cara posterior de la pierna y el
pie, casi siempre bilateral. La afectación casos) de una inmovilización mediante calización de lesiones óseas o ligamen- capaz de interrumpir la continuidad mica de la medula, o transección me- do, la integridad de la estructura ner-
de la cola de caballo puede manifestarse un lumbostato simple y las adecuadas tosas iguales o muy parecidas a las de anatómica de la medula. dular, con dos cabos sueltos y sepa- viosa (hemorragias perivasculares o
igualmente por síntomas motores defici- medidas de fisioterapia. Sin necesidad de cualquier otro segmento lumbar, y que b) Por impacto directo o compresión rados, es excepcional. Sólo se produce masivas, edema, necrosis celular, disla-
raquis 300 301 raquis

1 dencia a empeorar. Cursa con taquicar- sicamente en la anestesia en todo el te- AEP
1 1 dia. rritorio infralesional. Puede ser comple-
2
2 3 3) La falta de sensibilidad en una par- ta, afectando a la sensibilidad de todo
2 C-4
Músculos respiratorios
te importante del cuerpo puede enmas- tipo (térmica, dolorosa, táctil, profunda),
3 Haz piramidal
3 del diafragma carar la presencia de lesiones asociadas o incompleta, con conservación (total o cruzado
4 5
4 en el tórax, abdomen, miembros, etc. parcial) de alguna de ellas (véase más Cordones posteriores
6 4) En el enfermo consciente es muy adelante en Modalidades anatomoclíni- SENSIBILIDAD PROFUNDA
C-8
5
7
5
Músculos
fácil detectar la existencia de una pará- cas más frecuentes). CONSCIENTE
6
intrínsecos lisis sensitivomotora. 3) Trastornos esfinterianos. En las le-
6
7 de la mano 5) En el enfermo inconsciente, hay siones medulares altas (por encima de
1
que sospecharla siempre ante todo trau- los segmentos sacros S-2-S-3) se produ-
7 2
1 matismo del cuello o del tronco. ce retención urinaria y fecal, con ausen- Cordón
1 3 Síntomas medulares propiamente dichos. cia de la sensación de plenitud de la ve- anterolateral
2 La característica clínica constante y más jiga o el recto y por tanto del deseo de
2 4 importante de las lesiones medulares orinar o defecar. Secundariamente, se
traumáticas son los trastornos deficitarios instaura un automatismo de los centros TACTO
5 3
3 motores, sensitivos, esfinterianos y sexua- reguladores de estas funciones situados DOLOR
les. A ellos se añaden los trastornos vaso- en el cono medular, y la vejiga puede TEMPERATURA...
6
4 motores y tróficos en el territorio infrale- vaciarse del todo —o casi del todo— AEA
4
sional, o trastornos neurovegetativos de por un mecanismo reflejo inconsciente
7 menor entidad clínica (termorregulación, e involuntario. Cuando la lesión afecta a FIG. 4. Corte esquemático mostrando los te-
5 5 sudoración, etc.). Los trastornos sensiti- los segmentos sacros S-2-S-3 (fracturas rritorios medulares irrigados por la arteria espi-
nal anterior a nivel cervical. AEA, arteria espi-
vos irritativos (dolor, hiperestesia), tan fre- de la vértebra D-12) los centros automá-
8 nal anterior. AEP, arteria espinal posterior. En
6 cuentes en las lesiones radiculares, ape- ticos de la micción quedan destruidos y punteado, zonas principalmente afectadas por FIG. 5. Sección transversa incompleta de la medula, en el síndrome de la arteria espinal anterior. En
nas ocupan un lugar en la semiología no pueden por lo tanto recuperar su au- la lesión de la arteria espinal anterior. oscuro, zona afectada por la isquemia.
FIG. 3. Representación esquemática de las re-
medular traumática. tomatismo. El reflejo vesical desaparece
laciones entre los niveles vertebrales y las raí-
ces a nivel cervical y cervicotorácico. Centros 1) Trastornos motores. Son debidos y la vejiga sólo puede evacuarse por re-
respiratorios medulares y centros motores de la a dos tipos de lesiones: a) Por un lado, a bosamiento. Este trastorno puede ser sensibilidad dolorosa, táctil y térmi- Extremidad superior
musculatura intrínseca de la mano. las lesiones neuronales del asta anterior parcial en muchos casos, manifestándo- ca. d) Conservación de la sensibilidad
de la medula, a nivel de la lesión, que se por una dificultad para iniciar la emi- Tronco
profunda consciente (sensibilidad este-
ceración de la estructura fibrilar de la se traduce por una parálisis fláccida sión de orina más que por una retención reognóstica, sentido vibratorio).
sustancia blanca, etc.). En general, estas (con arreflexia y atrofia) en el territorio completa. 2) Síndrome medular central («central Extremidad inferior

alteraciones se inician en la sustancia muscular correspondiente al segmento Modalidades anatomoclínicas más fre- cord syndrome»). Síndrome de Schnei-
gris central, desde donde se propagan medular afectado. Por ejemplo, las le- cuentes de lesiones traumáticas medu- der (1954), paraplejía suspendida de las
hacia la periferia de la medula. siones del segmento cervical C-8 dan lares. extremidades superiores. Es una modali-
Sintomatología general lugar a una atrofia de los músculos in- 1) Según el grado de interrupción de dad poco frecuente (pero no excepcio-
Síntomas iniciales en la fase aguda. Un trínsecos de la mano (fig. 3). b) Por otro las vías medulares ascendentes y des- nal) de lesión medular traumática a nivel
traumatismo medular siempre es —o lado, la lesión medular da lugar a la in- cendentes, dando lugar al cuadro neu- cervical, de características clínicas, neu-
suele ser— una lesión grave desde el pri- terrupción de las vías descendentes de rológico de sección medular transversa, rológicas y evolutivas bien definidas que
mer momento, dando lugar, por lo ge- la motilidad y a una parálisis (completa total o parcial. permiten su identificación como entidad
neral, a una sintomatología muy apara- o incompleta, según los casos) en el te- 2) Por la distribución del síndrome de- nosológica independiente. Son las si-
tosa, con afectación de las funciones rritorio infralesional. Parálisis de tipo es- ficitario, según la altura de la lesión. guientes: a) Parálisis espástica bilateral y
vitales con las siguientes consecuencias: pástico, debida al automatismo de los Formas tetrapléjicas o dipléjicas. más o menos simétrica de las extremi-
1) La función respiratoria suele estar centros medulares situados por debajo Modalidades anatomoclínicas especia- dades superiores. b) Parálisis menos
siempre deprimida, y en ocasiones seria- de la lesión, y cuyas principales carac- les de lesión medular. acentuada o ausente en las extremida-
mente afectada. Principalmente en las terísticas son las siguientes: pérdida (to- 1) Síndrome de la arteria espinal ante- des inferiores. c) Trastornos sensitivos y Haz piramidal cruzado
lesiones de la medula cervical, a nivel de tal o parcial) de la motilidad voluntaria; rior. Se produce principalmente (casi esfinterianos ausentes o de escasa enti-
los segmentos C-3-C-5, donde se en- falta de atrofia muscular; hipertonía; exclusivamente) a nivel cervical. Y res- dad. d) Pronóstico favorable con posibi-
cuentran los centros respiratorios (fig. 3). hiperreflexia musculotendinosa; apari- ponde a las causas contenidas en su de- lidades de mejoría espontánea equiva-
2) La función cardiovascular suele es- ción de reflejos anormales (Babinski y finición: una lesión de la arteria espinal lente, en muchos casos, a la curación
tar asimismo muy afectada. Tanto por la similares); persistencia y aumento de anterior que da lugar a una isquemia de completa, o dejando trastornos residua- FIG. 6. Representación esquemática de las lesiones medulares en el síndrome de Schneider. Hemo-
propia lesión medular (shock espinal) los reflejos bulbocavernosos. Como es los cordones anteriores y laterales de la les motores y sensitivos en las extremida- rragia central periepindimaria que afecta selectivamente a las vías motoras de la extremidad superior
como por la violencia del traumatismo fácil suponer, ambos tipos de paráli- medula (fig. 4), por donde transcurren des superiores de relativa poca impor- en el haz piramidal cruzado.
o la existencia de lesiones asociadas, sis pueden combinarse (y de hecho se las vías descendentes de la motilidad y tancia. El cuadro descrito obedece a una
pérdidas hemáticas en otras partes del combinan) en muchos casos de lesión las vías ascendentes de la sensibilidad, hemorragia central periepindimaria que
cuerpo, etc. (shock traumático o hipo- medular. Volviendo al ejemplo antes ci- con excepción de la profunda, y con afecta principalmente (o exclusivamen- B) Lesiones radiculares. Son menos cundarias. Su pronóstico es siempre me-
volémico). Es muy importante distinguir tado, una lesión a nivel del segmento conservación de los cordones posterio- te) a las fibras del haz piramidal cruzado frecuentes y menos graves que las me- jor que el de las lesiones medulares. Y a
entre una y otra de ambas modalidades: medular C-8 (fractura o luxación de la res, por donde transcurre esta última situadas más cerca del centro de la me- dulares. Se manifiestan, por lo regular, diferencia de éstas, la recuperación pue-
a) El shock espinal se inicia precozmen- vértebra C-6) da lugar a una parálisis (fig. 5). El resultado es el siguiente: dula, y que son las destinadas a las ex-
en forma inmediata con el traumatismo, de iniciarse mucho después del trauma-
te pero tiene tendencia a estabilizarse. fláccida de la musculatura intrínseca de a) Parálisis de tipo espástico en todo el tremidades superiores, en tanto que las
Cursa con bradicardia. b) El shock trau- la mano y a una parálisis espástica de territorio muscular infralesional. b) Pér- destinadas a las extremidades inferiores, aunque en ocasiones (hernias discales, tismo causal. Se manifiestan (como las
mático o hipovolémico se inicia unas las extremidades inferiores (fig. 3). dida de control sobre los esfínteres y situadas más periféricamente, quedan al por ejemplo) pueden aparecer tardía- medulares) por síntomas deficitarios,
horas después del accidente y tiene ten- 2) Trastornos sensitivos. Consisten bá- de la actividad sexual. c) Pérdida de la margen de la lesión central (fig. 6). mente en forma de complicaciones se- motores y sensitivos. Pero también es
raquis 300 301 raquis

1 dencia a empeorar. Cursa con taquicar- sicamente en la anestesia en todo el te- AEP
1 1 dia. rritorio infralesional. Puede ser comple-
2
2 3 3) La falta de sensibilidad en una par- ta, afectando a la sensibilidad de todo
2 C-4
Músculos respiratorios
te importante del cuerpo puede enmas- tipo (térmica, dolorosa, táctil, profunda),
3 Haz piramidal
3 del diafragma carar la presencia de lesiones asociadas o incompleta, con conservación (total o cruzado
4 5
4 en el tórax, abdomen, miembros, etc. parcial) de alguna de ellas (véase más Cordones posteriores
6 4) En el enfermo consciente es muy adelante en Modalidades anatomoclíni- SENSIBILIDAD PROFUNDA
C-8
5
7
5
Músculos
fácil detectar la existencia de una pará- cas más frecuentes). CONSCIENTE
6
intrínsecos lisis sensitivomotora. 3) Trastornos esfinterianos. En las le-
6
7 de la mano 5) En el enfermo inconsciente, hay siones medulares altas (por encima de
1
que sospecharla siempre ante todo trau- los segmentos sacros S-2-S-3) se produ-
7 2
1 matismo del cuello o del tronco. ce retención urinaria y fecal, con ausen- Cordón
1 3 Síntomas medulares propiamente dichos. cia de la sensación de plenitud de la ve- anterolateral
2 La característica clínica constante y más jiga o el recto y por tanto del deseo de
2 4 importante de las lesiones medulares orinar o defecar. Secundariamente, se
traumáticas son los trastornos deficitarios instaura un automatismo de los centros TACTO
5 3
3 motores, sensitivos, esfinterianos y sexua- reguladores de estas funciones situados DOLOR
les. A ellos se añaden los trastornos vaso- en el cono medular, y la vejiga puede TEMPERATURA...
6
4 motores y tróficos en el territorio infrale- vaciarse del todo —o casi del todo— AEA
4
sional, o trastornos neurovegetativos de por un mecanismo reflejo inconsciente
7 menor entidad clínica (termorregulación, e involuntario. Cuando la lesión afecta a FIG. 4. Corte esquemático mostrando los te-
5 5 sudoración, etc.). Los trastornos sensiti- los segmentos sacros S-2-S-3 (fracturas rritorios medulares irrigados por la arteria espi-
nal anterior a nivel cervical. AEA, arteria espi-
vos irritativos (dolor, hiperestesia), tan fre- de la vértebra D-12) los centros automá-
8 nal anterior. AEP, arteria espinal posterior. En
6 cuentes en las lesiones radiculares, ape- ticos de la micción quedan destruidos y punteado, zonas principalmente afectadas por FIG. 5. Sección transversa incompleta de la medula, en el síndrome de la arteria espinal anterior. En
nas ocupan un lugar en la semiología no pueden por lo tanto recuperar su au- la lesión de la arteria espinal anterior. oscuro, zona afectada por la isquemia.
FIG. 3. Representación esquemática de las re-
medular traumática. tomatismo. El reflejo vesical desaparece
laciones entre los niveles vertebrales y las raí-
ces a nivel cervical y cervicotorácico. Centros 1) Trastornos motores. Son debidos y la vejiga sólo puede evacuarse por re-
respiratorios medulares y centros motores de la a dos tipos de lesiones: a) Por un lado, a bosamiento. Este trastorno puede ser sensibilidad dolorosa, táctil y térmi- Extremidad superior
musculatura intrínseca de la mano. las lesiones neuronales del asta anterior parcial en muchos casos, manifestándo- ca. d) Conservación de la sensibilidad
de la medula, a nivel de la lesión, que se por una dificultad para iniciar la emi- Tronco
profunda consciente (sensibilidad este-
ceración de la estructura fibrilar de la se traduce por una parálisis fláccida sión de orina más que por una retención reognóstica, sentido vibratorio).
sustancia blanca, etc.). En general, estas (con arreflexia y atrofia) en el territorio completa. 2) Síndrome medular central («central Extremidad inferior

alteraciones se inician en la sustancia muscular correspondiente al segmento Modalidades anatomoclínicas más fre- cord syndrome»). Síndrome de Schnei-
gris central, desde donde se propagan medular afectado. Por ejemplo, las le- cuentes de lesiones traumáticas medu- der (1954), paraplejía suspendida de las
hacia la periferia de la medula. siones del segmento cervical C-8 dan lares. extremidades superiores. Es una modali-
Sintomatología general lugar a una atrofia de los músculos in- 1) Según el grado de interrupción de dad poco frecuente (pero no excepcio-
Síntomas iniciales en la fase aguda. Un trínsecos de la mano (fig. 3). b) Por otro las vías medulares ascendentes y des- nal) de lesión medular traumática a nivel
traumatismo medular siempre es —o lado, la lesión medular da lugar a la in- cendentes, dando lugar al cuadro neu- cervical, de características clínicas, neu-
suele ser— una lesión grave desde el pri- terrupción de las vías descendentes de rológico de sección medular transversa, rológicas y evolutivas bien definidas que
mer momento, dando lugar, por lo ge- la motilidad y a una parálisis (completa total o parcial. permiten su identificación como entidad
neral, a una sintomatología muy apara- o incompleta, según los casos) en el te- 2) Por la distribución del síndrome de- nosológica independiente. Son las si-
tosa, con afectación de las funciones rritorio infralesional. Parálisis de tipo es- ficitario, según la altura de la lesión. guientes: a) Parálisis espástica bilateral y
vitales con las siguientes consecuencias: pástico, debida al automatismo de los Formas tetrapléjicas o dipléjicas. más o menos simétrica de las extremi-
1) La función respiratoria suele estar centros medulares situados por debajo Modalidades anatomoclínicas especia- dades superiores. b) Parálisis menos
siempre deprimida, y en ocasiones seria- de la lesión, y cuyas principales carac- les de lesión medular. acentuada o ausente en las extremida-
mente afectada. Principalmente en las terísticas son las siguientes: pérdida (to- 1) Síndrome de la arteria espinal ante- des inferiores. c) Trastornos sensitivos y Haz piramidal cruzado
lesiones de la medula cervical, a nivel de tal o parcial) de la motilidad voluntaria; rior. Se produce principalmente (casi esfinterianos ausentes o de escasa enti-
los segmentos C-3-C-5, donde se en- falta de atrofia muscular; hipertonía; exclusivamente) a nivel cervical. Y res- dad. d) Pronóstico favorable con posibi-
cuentran los centros respiratorios (fig. 3). hiperreflexia musculotendinosa; apari- ponde a las causas contenidas en su de- lidades de mejoría espontánea equiva-
2) La función cardiovascular suele es- ción de reflejos anormales (Babinski y finición: una lesión de la arteria espinal lente, en muchos casos, a la curación
tar asimismo muy afectada. Tanto por la similares); persistencia y aumento de anterior que da lugar a una isquemia de completa, o dejando trastornos residua- FIG. 6. Representación esquemática de las lesiones medulares en el síndrome de Schneider. Hemo-
propia lesión medular (shock espinal) los reflejos bulbocavernosos. Como es los cordones anteriores y laterales de la les motores y sensitivos en las extremida- rragia central periepindimaria que afecta selectivamente a las vías motoras de la extremidad superior
como por la violencia del traumatismo fácil suponer, ambos tipos de paráli- medula (fig. 4), por donde transcurren des superiores de relativa poca impor- en el haz piramidal cruzado.
o la existencia de lesiones asociadas, sis pueden combinarse (y de hecho se las vías descendentes de la motilidad y tancia. El cuadro descrito obedece a una
pérdidas hemáticas en otras partes del combinan) en muchos casos de lesión las vías ascendentes de la sensibilidad, hemorragia central periepindimaria que
cuerpo, etc. (shock traumático o hipo- medular. Volviendo al ejemplo antes ci- con excepción de la profunda, y con afecta principalmente (o exclusivamen- B) Lesiones radiculares. Son menos cundarias. Su pronóstico es siempre me-
volémico). Es muy importante distinguir tado, una lesión a nivel del segmento conservación de los cordones posterio- te) a las fibras del haz piramidal cruzado frecuentes y menos graves que las me- jor que el de las lesiones medulares. Y a
entre una y otra de ambas modalidades: medular C-8 (fractura o luxación de la res, por donde transcurre esta última situadas más cerca del centro de la me- dulares. Se manifiestan, por lo regular, diferencia de éstas, la recuperación pue-
a) El shock espinal se inicia precozmen- vértebra C-6) da lugar a una parálisis (fig. 5). El resultado es el siguiente: dula, y que son las destinadas a las ex-
en forma inmediata con el traumatismo, de iniciarse mucho después del trauma-
te pero tiene tendencia a estabilizarse. fláccida de la musculatura intrínseca de a) Parálisis de tipo espástico en todo el tremidades superiores, en tanto que las
Cursa con bradicardia. b) El shock trau- la mano y a una parálisis espástica de territorio muscular infralesional. b) Pér- destinadas a las extremidades inferiores, aunque en ocasiones (hernias discales, tismo causal. Se manifiestan (como las
mático o hipovolémico se inicia unas las extremidades inferiores (fig. 3). dida de control sobre los esfínteres y situadas más periféricamente, quedan al por ejemplo) pueden aparecer tardía- medulares) por síntomas deficitarios,
horas después del accidente y tiene ten- 2) Trastornos sensitivos. Consisten bá- de la actividad sexual. c) Pérdida de la margen de la lesión central (fig. 6). mente en forma de complicaciones se- motores y sensitivos. Pero también es
raquis 302 303 raquis

L1
m
L2
L3

L4
L5
S1
A S2
DXII
S4
S5

FIG. 10. Zona de anestesia perianal en las le-


siones del cono medular (anestesia en silla de FIG. 12. Zonas de anestesia posible (pocas veces tan extensa) en las lesiones completas de la cau-
montar). da equina, por fractura lumbar. (Según A. Surace.)

7 9 anglosajones describen este fenómeno dentro de lo posible, entre una sección


7 como «root escape»). En cualquier caso medular completa e incompleta. Y en
10
8 se limitan, por lo general, a una paresia segundo lugar, porque proporciona (o
11 8 de la musculatura del pie. puede proporcionar) valiosos elemen-
9 2) Cuadros exclusivamente radicula- tos de comparación con exámenes su-
L1 12 9 res (véase también lumbalgias y lum- lum- cesivos, para determinar las posibilida-
B
10
1 bociáticas de origen traumático
traumático). des de evolución. Los principales
L2 2 Lesiones de la cauda equina (fracturas medios para tal fin son los que estudia-
10
11 3 del raquis lumbar, de la L-2 a la L-5). El mos a continuación.
FIG. 7. Esquema mostrando la disposición de L3 4 síndrome completo de la cauda equina 1) Datos clínicos.
las raíces nerviosas, sensitiva (S) y motora (m), 5 11
en el orificio de conjunción y posibilidad de 1 incluye la parálisis de todos los múscu- Exploración neurológica de la región pe-
12
compresión en los casos de luxación interapo- FIG. 9. Representación esquemática de las lesiones del cono y de las raíces lumbares por fractura 3
2
los del pie, de la pierna y de la cara pos- rianal. Esta parte del cuerpo representa
4 12 terior del muslo y parte de los glúteos, el extremo más distal de la inervación
fisaria. de la D-12. 5
L1
con anestesia de la cara posterior de las sensitiva o motora procedente de la me-
frecuente la manifestación predominan- Principales modalidades anatomoclíni- 1 extremidades inferiores y de todo el pie. dula. Su exploración puede proporcio-
temente irritativa (dolor). La distribución cas de lesiones traumáticas radiculares Pero este cuadro completo es excepcio- nar datos más precisos sobre el estado
de los trastornos corresponde, como se o mielorradiculares. 2 nal en las fracturas del raquis lumbar (fi- de la medula que de otras zonas. Dicha
comprende, al territorio de la raíz afec- 1) Cuadros mixtos mielorradiculares.
2 gura 11). Lo más frecuente es que las le- exploración incluye las siguientes prue-
tada. Pueden afectar a cualquier seg- Lesiones del cono (fracturas de la D-12 siones traumáticas a este nivel se bas:
3
mento vertebral, pero adquieren fisono- y L-1) (fig. 9). Estas lesiones se caracteri- Lesiones 3
manifiesten por un cuadro incompleto a) Sensibilidad perianal. Su presencia,
mía propia en las lesiones del cono zan principalmente por un predominio de la cauda de la cauda equina: a) Trastornos esfin- ante los estímulos dolorosos o táctiles,
medular y de la cola de caballo (véase de los trastornos esfinterianos y genita- esquina
4
terianos y genitales que pueden ser de revela una sección incompleta de la
más adelante). les (medulares) sobre los sensitivomo- 4 escasa entidad (dificultad para orinar y medula, con posibilidades de recupera-
C-VI Mecanismos de producción. Pueden ser, tores (radiculares), dando lugar a las si- defecar, impotencia masculina) o inclu- ción. Su ausencia, en las lesiones altas
principalmente, por compresión. (Lo guientes manifestaciones: a) Retención so estar ausentes. b) Ausencia (no cons- de la columna (por encima del cono
5 5
más frecuente por estrechamiento brus- urinaria más o menos acusada. b) In- tante) de contracciones voluntarias del medular, fractura de la D-12 o más alta),
co del orificio de conjunción, en las continencia del esfínter anal para lí- esfínter anal y de reflejos bulbocaverno- es indicativa de una sección comple-
C-VII fracturas, y sobre todo en las luxaciones quidos y gases. c) Ausencia de con- sos. c) Anestesia en silla de montar, ta con pocas perspectivas de mejoría.
vertebrales [figs. 7 y 8]. En ocasiones, tracciones voluntarias del esfínter anal. como en el síndrome del cono, pero A niveles más bajos (fracturas por deba-
por una hernia discal.) O por tracción, d) Ausencia de reflejos bulbocavernosos. con una zona de hipoestesia en la cara jo de la D-12) su ausencia se debe a una
incluyendo en este último caso los e) Pérdida de la erección y eyaculación. posterior de los muslos que puede lle- lesión de las raíces S-4-5 de la cola de
arrancamientos a nivel de la medula. f) Anestesia perianal («en silla de mon- gar hasta los pies (fig. 12). d) Paresia de caballo. Lesión radicular, por tanto,
Esfínter la musculatura del pie con abolición de mejor pronóstico.
Anatomía patológica. Es superponible tar») (fig. 10). S2

B
a la de los nervios periféricos (neuropra-
xia, axonotmesis y neurotmesis; véase
nervios periféricos, traumatismos
traumatismos),
Los síntomas motores de origen radicu-
lar (raíces L-1 a S-2) son poco frecuen-
tes y, en general, poco acusados en los
anal y
vesical
}
Genitales
S3
del reflejo aquíleo.
Principales medios de diagnóstico,
valoración y pronóstico de las lesiones
b) Contracciones voluntarias del ano.
Su presencia, en las lesiones raquídeas
«altas» indica una lesión incompleta
con características evolutivas muy pare- traumatismos del raquis a este nivel. Pa- neurológicas. Es muy importante una con posibilidades de recuperación. Su
FIG. 8. Radiografía en proyección oblicua cidas, exceptuando los arrancamientos rece como si las raíces (más resistentes apreciación objetiva, lo más precisa po- ausencia, en estas lesiones, es indicati-
mostrando el colapso del agujero de conjun- a nivel medular, cuya evolución deja a las violencias externas que el tejido FIG. 11. Esquema mostrando las relaciones de sible, a partir del primer examen, de los va, por el contrario, de una sección
ción y compresión de la raíz C-7 en un caso de muy poco margen a las posibilidades de medular) tuviesen facilidad de escapar la columna lumbar con las raíces de la cauda trastornos ocasionados por lesión me- completa con escasa o nulas perspecti-
luxación entre las vértebras C-6 y la C-7. recuperación. o salvarse del traumatismo (los autores equina. dular. En primer lugar, para diferenciar, vas de recuperarse. En las lesiones «ba-
raquis 302 303 raquis

L1
m
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L3

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S1
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DXII
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S5

FIG. 10. Zona de anestesia perianal en las le-


siones del cono medular (anestesia en silla de FIG. 12. Zonas de anestesia posible (pocas veces tan extensa) en las lesiones completas de la cau-
montar). da equina, por fractura lumbar. (Según A. Surace.)

7 9 anglosajones describen este fenómeno dentro de lo posible, entre una sección


7 como «root escape»). En cualquier caso medular completa e incompleta. Y en
10
8 se limitan, por lo general, a una paresia segundo lugar, porque proporciona (o
11 8 de la musculatura del pie. puede proporcionar) valiosos elemen-
9 2) Cuadros exclusivamente radicula- tos de comparación con exámenes su-
L1 12 9 res (véase también lumbalgias y lum- lum- cesivos, para determinar las posibilida-
B
10
1 bociáticas de origen traumático
traumático). des de evolución. Los principales
L2 2 Lesiones de la cauda equina (fracturas medios para tal fin son los que estudia-
10
11 3 del raquis lumbar, de la L-2 a la L-5). El mos a continuación.
FIG. 7. Esquema mostrando la disposición de L3 4 síndrome completo de la cauda equina 1) Datos clínicos.
las raíces nerviosas, sensitiva (S) y motora (m), 5 11
en el orificio de conjunción y posibilidad de 1 incluye la parálisis de todos los múscu- Exploración neurológica de la región pe-
12
compresión en los casos de luxación interapo- FIG. 9. Representación esquemática de las lesiones del cono y de las raíces lumbares por fractura 3
2
los del pie, de la pierna y de la cara pos- rianal. Esta parte del cuerpo representa
4 12 terior del muslo y parte de los glúteos, el extremo más distal de la inervación
fisaria. de la D-12. 5
L1
con anestesia de la cara posterior de las sensitiva o motora procedente de la me-
frecuente la manifestación predominan- Principales modalidades anatomoclíni- 1 extremidades inferiores y de todo el pie. dula. Su exploración puede proporcio-
temente irritativa (dolor). La distribución cas de lesiones traumáticas radiculares Pero este cuadro completo es excepcio- nar datos más precisos sobre el estado
de los trastornos corresponde, como se o mielorradiculares. 2 nal en las fracturas del raquis lumbar (fi- de la medula que de otras zonas. Dicha
comprende, al territorio de la raíz afec- 1) Cuadros mixtos mielorradiculares.
2 gura 11). Lo más frecuente es que las le- exploración incluye las siguientes prue-
tada. Pueden afectar a cualquier seg- Lesiones del cono (fracturas de la D-12 siones traumáticas a este nivel se bas:
3
mento vertebral, pero adquieren fisono- y L-1) (fig. 9). Estas lesiones se caracteri- Lesiones 3
manifiesten por un cuadro incompleto a) Sensibilidad perianal. Su presencia,
mía propia en las lesiones del cono zan principalmente por un predominio de la cauda de la cauda equina: a) Trastornos esfin- ante los estímulos dolorosos o táctiles,
medular y de la cola de caballo (véase de los trastornos esfinterianos y genita- esquina
4
terianos y genitales que pueden ser de revela una sección incompleta de la
más adelante). les (medulares) sobre los sensitivomo- 4 escasa entidad (dificultad para orinar y medula, con posibilidades de recupera-
C-VI Mecanismos de producción. Pueden ser, tores (radiculares), dando lugar a las si- defecar, impotencia masculina) o inclu- ción. Su ausencia, en las lesiones altas
principalmente, por compresión. (Lo guientes manifestaciones: a) Retención so estar ausentes. b) Ausencia (no cons- de la columna (por encima del cono
5 5
más frecuente por estrechamiento brus- urinaria más o menos acusada. b) In- tante) de contracciones voluntarias del medular, fractura de la D-12 o más alta),
co del orificio de conjunción, en las continencia del esfínter anal para lí- esfínter anal y de reflejos bulbocaverno- es indicativa de una sección comple-
C-VII fracturas, y sobre todo en las luxaciones quidos y gases. c) Ausencia de con- sos. c) Anestesia en silla de montar, ta con pocas perspectivas de mejoría.
vertebrales [figs. 7 y 8]. En ocasiones, tracciones voluntarias del esfínter anal. como en el síndrome del cono, pero A niveles más bajos (fracturas por deba-
por una hernia discal.) O por tracción, d) Ausencia de reflejos bulbocavernosos. con una zona de hipoestesia en la cara jo de la D-12) su ausencia se debe a una
incluyendo en este último caso los e) Pérdida de la erección y eyaculación. posterior de los muslos que puede lle- lesión de las raíces S-4-5 de la cola de
arrancamientos a nivel de la medula. f) Anestesia perianal («en silla de mon- gar hasta los pies (fig. 12). d) Paresia de caballo. Lesión radicular, por tanto,
Esfínter la musculatura del pie con abolición de mejor pronóstico.
Anatomía patológica. Es superponible tar») (fig. 10). S2

B
a la de los nervios periféricos (neuropra-
xia, axonotmesis y neurotmesis; véase
nervios periféricos, traumatismos
traumatismos),
Los síntomas motores de origen radicu-
lar (raíces L-1 a S-2) son poco frecuen-
tes y, en general, poco acusados en los
anal y
vesical
}
Genitales
S3
del reflejo aquíleo.
Principales medios de diagnóstico,
valoración y pronóstico de las lesiones
b) Contracciones voluntarias del ano.
Su presencia, en las lesiones raquídeas
«altas» indica una lesión incompleta
con características evolutivas muy pare- traumatismos del raquis a este nivel. Pa- neurológicas. Es muy importante una con posibilidades de recuperación. Su
FIG. 8. Radiografía en proyección oblicua cidas, exceptuando los arrancamientos rece como si las raíces (más resistentes apreciación objetiva, lo más precisa po- ausencia, en estas lesiones, es indicati-
mostrando el colapso del agujero de conjun- a nivel medular, cuya evolución deja a las violencias externas que el tejido FIG. 11. Esquema mostrando las relaciones de sible, a partir del primer examen, de los va, por el contrario, de una sección
ción y compresión de la raíz C-7 en un caso de muy poco margen a las posibilidades de medular) tuviesen facilidad de escapar la columna lumbar con las raíces de la cauda trastornos ocasionados por lesión me- completa con escasa o nulas perspecti-
luxación entre las vértebras C-6 y la C-7. recuperación. o salvarse del traumatismo (los autores equina. dular. En primer lugar, para diferenciar, vas de recuperarse. En las lesiones «ba-
raquis 304 305 Rizzoli

plejo provocado por la estimulación,


por debajo del nivel de una lesión trans-
C4 versa completa de la medula espinal,
caracterizado por flexión de las piernas,
defecación y evacuación involuntaria
C6
Registro de la vejiga y sudación debajo del ni-vel
de la lesión. Sin.: reflejo de Riddoch.
C8 Regan y Bichel,
Bichel, operación
operación de. Liga-
mentoplastia (1945) con tira de fascia
T2
lata para la fijación de la cabeza del cú-
bito al radio, en las luxaciones radiocu-
Córtex
ms 100 bitales inferiores inveteradas o inesta-
sensitivo
T6 bles después de reducidas.
Reichenheim,
Reichenheim, operación
operación de. Trasplan-
T10 tación (1947) de la inserción radial del
bíceps a la apófisis coronoides del cú-
bito, para el tratamiento de la luxación
Time (msec) 50 recidivante del codo.
respiración
respiración paradójica.
paradójica. Movimiento
anormal de la pared torácica producido
por la pérdida de rigidez de la misma a
L2 consecuencia de una fractura costal múl-
Mediano
tiple. En la inspiración, la parte fractura-
da de la pared se deprime, y en la inspi-
L4
ración se expande. Puede dar lugar al
FIG. 13. Ideas sobre la transmisión de los estímulos dolorosos en el siglo XVII, desde la periferia has- fenómeno del aire pendular (véase este
ta el cerebro, y concretamente hasta la glándula pineal, la sede del alma, según un dibujo de Des- S1 término).
cartes, en el Traité de l’Homme (1664). Estímulos
retracción
retracción isquémica de Volkmann. Volkmann.
S4
Véase contractur
contractura a isquémica de
Volkmann.
olkmann
jas» (fracturas por debajo de la D-12) su C, como consta en el papiro quirúrgico retracción
retracción muscular.
muscular. Disminución per-
ausencia es atribuible a una lesión de de Edwin Smith. Tibial posterior manente de la longitud de los músculos
las raíces S-3-5, y es por ello de mejor 2) Registro de los potenciales senso- Time (msec) 100
en los casos de fractura, luxación, etc.
pronóstico. riales evocados. Rhea-Barton, operación
operación de. Osteo-
c) Reflejos bulbocavernosos (contrac- Fundamento del método. Los estímulos FIG. 14. Esquema representando el registro, a FIG. 15. Esquema representando los registros de los potenciales evocados por estimulación de dis- tomía cuneiforme de la parte inferior de
ciones reflejas del esfínter anal en res- aplicados a cualquier parte de la super- nivel del cerebro, de los potenciales somato- tintos dermatomas (DEP, «dermatomal evoked potentials»), según P. R. Meyer, jr. Las líneas ondula-
la diáfisis del fémur en la anquilosis
sensitivos evocados (SSEP, «somato sensitive das de la derecha representan los registros cerebrales correspondientes a cada dermatoma. Las fle-
puesta a la estimulación del glande o a ficie del cuerpo son transmitidos a lo de la rodilla.
evoked potentials») por estimulación de un chas indican el inicio del estímulo.
los movimientos de la sonda uretral). Su largo de la medula hasta el cerebro, nervio periférico. Richards,
Richards, método de. Técnica quirúrgi-
presencia, en las lesiones altas del ra- donde son registrados en forma de per- ca para el tratamiento de las fracturas
quis, y en ausencia de contracciones vo- cepciones subjetivas, como es bien co- que los SSEP tienen su principal aplica- 24 horas. del cuello del fémur basado en el prin-
luntarias del esfínter anal, es un signo de nocido desde hace tiempo (fig. 13). De El estudio de los potenciales sensitivos ción en el estudio de las lesiones medu- c) Cuando la medula está intacta, los cipio placa-tornillo compresivo con cla-
muy mal pronóstico que debe interpre- acuerdo con ello, la forma más sencilla evocados se basa fundamentalmente en lares y los DEP en el de las radiculares, y potenciales evocados son normales, con vo deslizante.
tarse como un fenómeno de automatis- de conocer la capacidad transmisora registrar, por medio de un electroencefa- que estos últimos, los DEP, permiten es- la única posible excepción (en algunos Riddoch
Riddoch (George). Neurólogo inglés
mo medular de los centros sacros. En las de la medula consiste en preguntar al lógrafo convenientemente adaptado, los tablecer con más seguridad que aquellos casos) de una ausencia o alteración de los (1889-1947). Describió un reflejo pre-
lesiones bajas (fracturas por debajo de la sujeto si «percibe» el estímulo aplica- estímulos sensitivos aplicados en la peri- el nivel de la lesión medular. Se trata, en mismos durante las primeras 24 horas. sente en caso de traumatismo grave de
D-12) su presencia es un signo favora- do en la periferia. No otra cosa es la ex- feria del cuerpo. Con ello se añade un cualquier caso, de una exploración par- d) Pasadas esas primeras 24 horas, la la medula espinal: la estimulación enér-
ble, que excluye una lesión radicular a ploración clínica de la sensibilidad. importante grado de objetividad a la ex- ticularmente compleja, tanto en su apli- evolución de los registros proporciona gica de cualquier parte de una de las
nivel de la cauda equina. Su ausencia, La exploración clínica de la sensibili- ploración y precisiones muy valiosas so- cación como en su interpretación, cuyos datos (en sentido favorable o desfavora- piernas paralizadas es seguida de con-
debida a dicha lesión, ofrece posibili- dad es un medio necesario e imprescin- bre la gravedad de las lesiones medula- resultados no caben dentro de los límites ble) que anticipan la evolución clínica tracción de la cadera, rodilla y tobillo
dades de recuperación a largo plazo, dible de diagnóstico en todos los casos res y sus posibilidades de recuperación. razonables del presente trabajo. Pero del proceso hacia la mejoría o el em- del mismo lado, y cuando el estímulo es
como todas las lesiones radiculares. de lesión medular o radicular. Pero tie- Cuando estos estímulos se aplican sobre pueden resumirse —según quienes co- peoramiento. aplicado sobre la línea media del cuer-
d) El priapismo es siempre un signo de ne sus limitaciones. No es aplicable en un nervio de la extremidad superior o in- nocen el método y lo practican (Me- r atón articular.
articular. Cartílago u otro cuerpo po, de ambos lados (reflejo de Rid-
pésimo pronóstico, conocido desde los sujetos inconscientes o simplemen- ferior (mediano o tibial posterior) se ha- yer)— en los siguientes términos: extraño libre situado en el interior de doch).
hace tiempo, revelador de una sección te poco colaboradores. Tampoco lo es bla de «potenciales sensitivo-somáticos a) La ausencia total de potenciales una cavidad articular. Riddoch,
Riddoch, reflejo de. Véase reflejo en
medular completa sin posibilidad algu- en los sujetos anestesiados y por tanto evocados» (SSEP, «somato sensitive evo- evocados, pasadas las primeras 24 ho- Redon, drenaje de (de Henri Redon, ci- masa.
na de recuperación. El significado del en las operaciones de la columna verte- ked potentials») (fig. 14). Cuando se apli- ras, es prueba inequívoca de una sec- rujano francés).. Drenaje por aspiración rigidez de descerebración
descerebración y de decor-
decor-
priapismo y de los reflejos bulbocaver- bral. Y tiene un amplio margen de sub- ca a los diferentes dermatomas situados ción medular completa e irreparable. de las heridas operatorias por medio de ticación. Véase en craneoencefáli
craneoencefáli--
nosos ha sido señalado en nuestros días jetividad, tanto por parte del explorador a distintos niveles, se habla de «poten- b) La ausencia de los potenciales evo- tubos de plástico transcutáneos conec- cos, traumatismos.
traumatismos.
por Holdswoth (1970). Sin embargo, se- como del explorado, que lo hace poco ciales dermatosensoriales evocados» cados durante las primeras 24 horas tados con un recipiente de vacío. Per- rinorrea de líquido cefalorraquídeo.
cefalorraquídeo.
gún Elsberg (1931), «la presencia de preciso. Estas limitaciones pueden ser (DEP, «dermatomal evoked potentials») después del traumatismo, es compatible mite evitar la acumulación de sangre y Complicación de las fracturas de la
priapismo en ausencia de control sobre soslayadas por los métodos menciona- (fig. 15). Cada uno tiene sus ventajas y con una lesión incompleta y (al menos líquidos de exudación en el interior de base del cráneo, a nivel de la fosa ante-
el intestino y la vejiga» ya había sido dos en el encabezamiento de este apar- sus limitaciones, que tal vez no sea opor- parcialmente) recuperable. En tal caso, las heridas. rior. (Véase craneoencefálicos,
craneoencefálicos, trau trau -
observada 2.500 o 3.000 años antes de tado. tuno analizar en detalle. Baste con decir los potenciales pueden aparecer a las reflejo en masa. Fenómeno reflejo com- matismos.)
matismos
raquis 304 305 Rizzoli

plejo provocado por la estimulación,


por debajo del nivel de una lesión trans-
C4 versa completa de la medula espinal,
caracterizado por flexión de las piernas,
defecación y evacuación involuntaria
C6
Registro de la vejiga y sudación debajo del ni-vel
de la lesión. Sin.: reflejo de Riddoch.
C8 Regan y Bichel,
Bichel, operación
operación de. Liga-
mentoplastia (1945) con tira de fascia
T2
lata para la fijación de la cabeza del cú-
bito al radio, en las luxaciones radiocu-
Córtex
ms 100 bitales inferiores inveteradas o inesta-
sensitivo
T6 bles después de reducidas.
Reichenheim,
Reichenheim, operación
operación de. Trasplan-
T10 tación (1947) de la inserción radial del
bíceps a la apófisis coronoides del cú-
bito, para el tratamiento de la luxación
Time (msec) 50 recidivante del codo.
respiración
respiración paradójica.
paradójica. Movimiento
anormal de la pared torácica producido
por la pérdida de rigidez de la misma a
L2 consecuencia de una fractura costal múl-
Mediano
tiple. En la inspiración, la parte fractura-
da de la pared se deprime, y en la inspi-
L4
ración se expande. Puede dar lugar al
FIG. 13. Ideas sobre la transmisión de los estímulos dolorosos en el siglo XVII, desde la periferia has- fenómeno del aire pendular (véase este
ta el cerebro, y concretamente hasta la glándula pineal, la sede del alma, según un dibujo de Des- S1 término).
cartes, en el Traité de l’Homme (1664). Estímulos
retracción
retracción isquémica de Volkmann. Volkmann.
S4
Véase contractur
contractura a isquémica de
Volkmann.
olkmann
jas» (fracturas por debajo de la D-12) su C, como consta en el papiro quirúrgico retracción
retracción muscular.
muscular. Disminución per-
ausencia es atribuible a una lesión de de Edwin Smith. Tibial posterior manente de la longitud de los músculos
las raíces S-3-5, y es por ello de mejor 2) Registro de los potenciales senso- Time (msec) 100
en los casos de fractura, luxación, etc.
pronóstico. riales evocados. Rhea-Barton, operación
operación de. Osteo-
c) Reflejos bulbocavernosos (contrac- Fundamento del método. Los estímulos FIG. 14. Esquema representando el registro, a FIG. 15. Esquema representando los registros de los potenciales evocados por estimulación de dis- tomía cuneiforme de la parte inferior de
ciones reflejas del esfínter anal en res- aplicados a cualquier parte de la super- nivel del cerebro, de los potenciales somato- tintos dermatomas (DEP, «dermatomal evoked potentials»), según P. R. Meyer, jr. Las líneas ondula-
la diáfisis del fémur en la anquilosis
sensitivos evocados (SSEP, «somato sensitive das de la derecha representan los registros cerebrales correspondientes a cada dermatoma. Las fle-
puesta a la estimulación del glande o a ficie del cuerpo son transmitidos a lo de la rodilla.
evoked potentials») por estimulación de un chas indican el inicio del estímulo.
los movimientos de la sonda uretral). Su largo de la medula hasta el cerebro, nervio periférico. Richards,
Richards, método de. Técnica quirúrgi-
presencia, en las lesiones altas del ra- donde son registrados en forma de per- ca para el tratamiento de las fracturas
quis, y en ausencia de contracciones vo- cepciones subjetivas, como es bien co- que los SSEP tienen su principal aplica- 24 horas. del cuello del fémur basado en el prin-
luntarias del esfínter anal, es un signo de nocido desde hace tiempo (fig. 13). De El estudio de los potenciales sensitivos ción en el estudio de las lesiones medu- c) Cuando la medula está intacta, los cipio placa-tornillo compresivo con cla-
muy mal pronóstico que debe interpre- acuerdo con ello, la forma más sencilla evocados se basa fundamentalmente en lares y los DEP en el de las radiculares, y potenciales evocados son normales, con vo deslizante.
tarse como un fenómeno de automatis- de conocer la capacidad transmisora registrar, por medio de un electroencefa- que estos últimos, los DEP, permiten es- la única posible excepción (en algunos Riddoch
Riddoch (George). Neurólogo inglés
mo medular de los centros sacros. En las de la medula consiste en preguntar al lógrafo convenientemente adaptado, los tablecer con más seguridad que aquellos casos) de una ausencia o alteración de los (1889-1947). Describió un reflejo pre-
lesiones bajas (fracturas por debajo de la sujeto si «percibe» el estímulo aplica- estímulos sensitivos aplicados en la peri- el nivel de la lesión medular. Se trata, en mismos durante las primeras 24 horas. sente en caso de traumatismo grave de
D-12) su presencia es un signo favora- do en la periferia. No otra cosa es la ex- feria del cuerpo. Con ello se añade un cualquier caso, de una exploración par- d) Pasadas esas primeras 24 horas, la la medula espinal: la estimulación enér-
ble, que excluye una lesión radicular a ploración clínica de la sensibilidad. importante grado de objetividad a la ex- ticularmente compleja, tanto en su apli- evolución de los registros proporciona gica de cualquier parte de una de las
nivel de la cauda equina. Su ausencia, La exploración clínica de la sensibili- ploración y precisiones muy valiosas so- cación como en su interpretación, cuyos datos (en sentido favorable o desfavora- piernas paralizadas es seguida de con-
debida a dicha lesión, ofrece posibili- dad es un medio necesario e imprescin- bre la gravedad de las lesiones medula- resultados no caben dentro de los límites ble) que anticipan la evolución clínica tracción de la cadera, rodilla y tobillo
dades de recuperación a largo plazo, dible de diagnóstico en todos los casos res y sus posibilidades de recuperación. razonables del presente trabajo. Pero del proceso hacia la mejoría o el em- del mismo lado, y cuando el estímulo es
como todas las lesiones radiculares. de lesión medular o radicular. Pero tie- Cuando estos estímulos se aplican sobre pueden resumirse —según quienes co- peoramiento. aplicado sobre la línea media del cuer-
d) El priapismo es siempre un signo de ne sus limitaciones. No es aplicable en un nervio de la extremidad superior o in- nocen el método y lo practican (Me- r atón articular.
articular. Cartílago u otro cuerpo po, de ambos lados (reflejo de Rid-
pésimo pronóstico, conocido desde los sujetos inconscientes o simplemen- ferior (mediano o tibial posterior) se ha- yer)— en los siguientes términos: extraño libre situado en el interior de doch).
hace tiempo, revelador de una sección te poco colaboradores. Tampoco lo es bla de «potenciales sensitivo-somáticos a) La ausencia total de potenciales una cavidad articular. Riddoch,
Riddoch, reflejo de. Véase reflejo en
medular completa sin posibilidad algu- en los sujetos anestesiados y por tanto evocados» (SSEP, «somato sensitive evo- evocados, pasadas las primeras 24 ho- Redon, drenaje de (de Henri Redon, ci- masa.
na de recuperación. El significado del en las operaciones de la columna verte- ked potentials») (fig. 14). Cuando se apli- ras, es prueba inequívoca de una sec- rujano francés).. Drenaje por aspiración rigidez de descerebración
descerebración y de decor-
decor-
priapismo y de los reflejos bulbocaver- bral. Y tiene un amplio margen de sub- ca a los diferentes dermatomas situados ción medular completa e irreparable. de las heridas operatorias por medio de ticación. Véase en craneoencefáli
craneoencefáli--
nosos ha sido señalado en nuestros días jetividad, tanto por parte del explorador a distintos niveles, se habla de «poten- b) La ausencia de los potenciales evo- tubos de plástico transcutáneos conec- cos, traumatismos.
traumatismos.
por Holdswoth (1970). Sin embargo, se- como del explorado, que lo hace poco ciales dermatosensoriales evocados» cados durante las primeras 24 horas tados con un recipiente de vacío. Per- rinorrea de líquido cefalorraquídeo.
cefalorraquídeo.
gún Elsberg (1931), «la presencia de preciso. Estas limitaciones pueden ser (DEP, «dermatomal evoked potentials») después del traumatismo, es compatible mite evitar la acumulación de sangre y Complicación de las fracturas de la
priapismo en ausencia de control sobre soslayadas por los métodos menciona- (fig. 15). Cada uno tiene sus ventajas y con una lesión incompleta y (al menos líquidos de exudación en el interior de base del cráneo, a nivel de la fosa ante-
el intestino y la vejiga» ya había sido dos en el encabezamiento de este apar- sus limitaciones, que tal vez no sea opor- parcialmente) recuperable. En tal caso, las heridas. rior. (Véase craneoencefálicos,
craneoencefálicos, trau trau -
observada 2.500 o 3.000 años antes de tado. tuno analizar en detalle. Baste con decir los potenciales pueden aparecer a las reflejo en masa. Fenómeno reflejo com- matismos.)
matismos
Robinson 306 307 rodilla

Rizzoli, FrFr ancesco (1762-1815). Este A B A B A


nombre evoca inmediatamente el del
mundialmente famoso Instituto Ortopé-
dico de Bolonia. Sin embargo, Rizzoli
no era propiamente hablando un espe-
cialista en ortopedia, sino un profesor
de cirugía y obstetricia de la Universi-
dad de Bolonia. El Instituto no se fundó
hasta 16 años después de su muerte,
con sus bienes dejados en herencia
para tal fin. Desde 1899 a 1911 fue di-
rigido por Codivilla, que fue sustituido
por Putti. Durante su vida y en el terre-
no de la cirugía ósea, Rizzoli se interesó
particularmente por las osteotomías,
que practicó en numerosas ocasiones
para corregir los defectos debidos —en-
tre otras causas— a consolidaciones vi-
ciosas de las fracturas. Inventó para este
fin una machinetta ossifraga u osteo- B
clasto, que todavía puede verse en su
instituto. C D
Robinson-Smith, método de. Técnica
de artrodesis intersomática cervical por
vía anterior. (Véase r aquis cervical,
traumatismos.
traumatismos.) FIG. 2. Interposición de los músculos de la pata de ganso entre los cóndilos femorales, en algunas
rodilla luxaciones anterolaterales externas.
Traumatismos en general. Los trau-
matismos de la rodilla afectan a las dis-
tintas estructuras de esta articulación, Las luxaciones anteriores, aparte de ser rodilla nunca faltan en el cuadro. A ello
cada una de las cuales constituye un ca- las más frecuentes, son las que princi- se une con frecuencia la alteración del
pítulo importante de la traumatología y palmente amenazan (por el borde poste- estado general (shock traumático más o
merece, por este motivo, una descrip- rior de la meseta tibial) a los vasos po- menos acusado) y las posibles lesiones
ción independiente. Para una mayor in- plíteos. Las luxaciones laterales externas asociadas a que anteriormente se ha he-
formación acerca de las mismas, véan- son las que mayor repercusión tienen cho referencia. Apenas es necesario
se en este artículo los apartados sobre sobre el ciático poplíteo externo, debido añadir que en el reconocimiento y valo-
luxaciones femorotibiales, lesiones me- al atirantamiento del mismo producido ración de los síntomas es imprescindi-
niscales traumáticas y lesiones ligamen- por el desplazamiento del peroné. En es- ble tener muy en cuenta la posibilidad
tosas, y además los siguientes términos: tas luxaciones laterales externas, o ante- de una lesión de la arteria poplítea y
fémur, fracturas de la extremidad distal;
fémur, FIG. 1. Diferentes modalidades anatomopatológicas de luxación traumática de la rodilla: A) Ante- roexternas, se produce con frecuencia la una isquemia en el territorio infralesio-
rótula, fracturas y luxaciones traumáti- rior. B) Posterior. C) Lateral externa. D) Anterolateral externa. interposición de los tendones flexores nal de este vaso, lo cual exige, como
cas; rotuliano, tendón, roturas y de- FIG. 3. A) Luxación-fractura anteroexterna.
de la cara interna de la rodilla (músculos primera medida, el control riguroso de B) Tratamiento mediante reducción y atornilla-
sinserciones, y tibia, fracturas de la ex- de la pata de ganso y semimembranoso) la temperatura del pie y el latido de la ti- do del fragmento tibial.
tremidad proximal. tismo. 2) La frecuente asociación de culares, causado, necesariamente, por que quedan alojados entre los dos cón- bial posterior y de la pedia, y en caso de
Luxaciones femorotibiales. Las lu- otras lesiones traumáticas, esqueléticas, el brutal desplazamiento de la tibia res- dilos femorales y constituyen un obstá- duda recurrir a los medios auxiliares de
xaciones traumáticas de la rodilla son viscerales o craneoencefálicas. 3) Las pecto al fémur, y en particular del sis- culo, muchas veces insuperable, para la diagnóstico de las lesiones vasculares, luxación no es, en general, difícil, ex-
poco frecuentes pero muy graves, tanto frecuentes complicaciones vasculares tema capsuloligamentoso, con rotura reducción a cielo cerrado (fig. 2). Algu- anteponiéndolos a cualquier otra medi- cepto en los casos de interposición de
por sus consecuencias inmediatas como que amenazan —o pueden amenazar— completa de los ligamentos cruzado an- nas luxaciones laterales externas se da. (Véase vasos sanguíneos, trauma- elementos musculotendinosos, como ya
mo por sus frecuentes repercusiones tar- seriamente la irrigación de la pierna y el terior y posterior e inestabilidad resi- acompañan de una fractura del platillo tismos.) ha sido expuesto (luxaciones anterolate-
días sobre la función de la rodilla. Son pie. 4) La posibilidad, igualmente fre- dual, a veces muy pronunciada, de la tibial interno. Se trata en estos casos de Normas generales de tratamiento. En rales externas). Debe hacerse siempre
siempre debidas a accidentes de una cuente, de complicaciones nerviosas. rodilla. Entre las complicaciones a dis- lesiones particularmente inestables, que primer lugar, atender al estado general, bajo anestesia profunda, preferentemen-
gran violencia, causantes con frecuen- En especial, del ciático poplíteo externo, tancia de la luxación hay que contar la requieren, en general, un tratamiento tratamiento del shock traumático, cuan- te general, y con relajación muscular
cia de lesiones múltiples y del cuadro con parálisis a veces definitiva en el te- posible parálisis, ya mencionada, del quirúrgico especial (fig. 3). Las compli- do existe, y de las lesiones asociadas
completa. En las luxaciones posteriores
clínico propio de los «politraumatiza- rritorio infralesional de este nervio. 5) ciático poplíteo externo, y con mucha caciones y lesiones asociadas de estas que puedan exigir una atención priorita-
dos», del cual la luxación de la rodilla, basta con flexionar la rodilla y empujar
Las posibles lesiones cutáneas, por atri- menos frecuencia del interno. luxaciones ya han sido descritas en lí- ria. En segundo lugar, y por las razones
con ser muy grave, no es más que una ción, herida contusa o necrosis de la Anatomía patológica y clasificación. El neas anteriores. que ya han sido expuestas, reconocer y al mismo tiempo la tibia de atrás ade-
parte. La gravedad inmediata de estas lu- piel, fuertemente atirantada, en ocasio- desplazamiento de la tibia respecto al Cuadro clínico. Es siempre de una gran valorar adecuadamente las posibles lante. En las anteriores es necesaria una
xaciones está determinada principal- nes, por el desplazamiento de los hue- fémur puede ser anterior, posterior o la- aparatosidad. Estos lesionados nunca complicaciones vasculares. En caso de fuerte tracción en sentido axial, sobre la
mente por los siguientes factores: 1) La sos luxados, y que pueden dar lugar a teral (fig. 1). Esta última puede ser inter- acuden por sus propios medios al servi- comprobarse una rotura completa de la pierna en extensión, y empujar fuerte-
posible afectación del estado general una exteriorización de las lesiones es- na o externa. De todas ellas la más fre- cio de urgencia, sino que son traslada- arteria poplítea, proceder a su repara- mente la tibia hacia atrás. Después de la
(shock, hipotensión, coma, etc.) con que queléticas. Las repercusiones secunda- cuente es la anterior, en forma aislada o dos desde el lugar de donde son recogi- ción quirúrgica, inmediatamente a con- reducción es frecuente tener que eva-
hay que contar en todo traumatismo im- rias o tardías son debidas al gran destro- —lo que es más frecuente— en forma dos. El dolor intenso, la incapacidad tinuación de la reducción y bajo la mis- cuar la hemartrosis por medio de pun-
portante, y más aún en todo politrauma- zo de los tejidos articulares y periarti- mixta, anterolateral, externa o interna. funcional total y la deformación de la ma anestesia. La reducción manual de la ción. La rodilla debe inmovilizarse en li-
Robinson 306 307 rodilla

Rizzoli, FrFr ancesco (1762-1815). Este A B A B A


nombre evoca inmediatamente el del
mundialmente famoso Instituto Ortopé-
dico de Bolonia. Sin embargo, Rizzoli
no era propiamente hablando un espe-
cialista en ortopedia, sino un profesor
de cirugía y obstetricia de la Universi-
dad de Bolonia. El Instituto no se fundó
hasta 16 años después de su muerte,
con sus bienes dejados en herencia
para tal fin. Desde 1899 a 1911 fue di-
rigido por Codivilla, que fue sustituido
por Putti. Durante su vida y en el terre-
no de la cirugía ósea, Rizzoli se interesó
particularmente por las osteotomías,
que practicó en numerosas ocasiones
para corregir los defectos debidos —en-
tre otras causas— a consolidaciones vi-
ciosas de las fracturas. Inventó para este
fin una machinetta ossifraga u osteo- B
clasto, que todavía puede verse en su
instituto. C D
Robinson-Smith, método de. Técnica
de artrodesis intersomática cervical por
vía anterior. (Véase r aquis cervical,
traumatismos.
traumatismos.) FIG. 2. Interposición de los músculos de la pata de ganso entre los cóndilos femorales, en algunas
rodilla luxaciones anterolaterales externas.
Traumatismos en general. Los trau-
matismos de la rodilla afectan a las dis-
tintas estructuras de esta articulación, Las luxaciones anteriores, aparte de ser rodilla nunca faltan en el cuadro. A ello
cada una de las cuales constituye un ca- las más frecuentes, son las que princi- se une con frecuencia la alteración del
pítulo importante de la traumatología y palmente amenazan (por el borde poste- estado general (shock traumático más o
merece, por este motivo, una descrip- rior de la meseta tibial) a los vasos po- menos acusado) y las posibles lesiones
ción independiente. Para una mayor in- plíteos. Las luxaciones laterales externas asociadas a que anteriormente se ha he-
formación acerca de las mismas, véan- son las que mayor repercusión tienen cho referencia. Apenas es necesario
se en este artículo los apartados sobre sobre el ciático poplíteo externo, debido añadir que en el reconocimiento y valo-
luxaciones femorotibiales, lesiones me- al atirantamiento del mismo producido ración de los síntomas es imprescindi-
niscales traumáticas y lesiones ligamen- por el desplazamiento del peroné. En es- ble tener muy en cuenta la posibilidad
tosas, y además los siguientes términos: tas luxaciones laterales externas, o ante- de una lesión de la arteria poplítea y
fémur, fracturas de la extremidad distal;
fémur, FIG. 1. Diferentes modalidades anatomopatológicas de luxación traumática de la rodilla: A) Ante- roexternas, se produce con frecuencia la una isquemia en el territorio infralesio-
rótula, fracturas y luxaciones traumáti- rior. B) Posterior. C) Lateral externa. D) Anterolateral externa. interposición de los tendones flexores nal de este vaso, lo cual exige, como
cas; rotuliano, tendón, roturas y de- FIG. 3. A) Luxación-fractura anteroexterna.
de la cara interna de la rodilla (músculos primera medida, el control riguroso de B) Tratamiento mediante reducción y atornilla-
sinserciones, y tibia, fracturas de la ex- de la pata de ganso y semimembranoso) la temperatura del pie y el latido de la ti- do del fragmento tibial.
tremidad proximal. tismo. 2) La frecuente asociación de culares, causado, necesariamente, por que quedan alojados entre los dos cón- bial posterior y de la pedia, y en caso de
Luxaciones femorotibiales. Las lu- otras lesiones traumáticas, esqueléticas, el brutal desplazamiento de la tibia res- dilos femorales y constituyen un obstá- duda recurrir a los medios auxiliares de
xaciones traumáticas de la rodilla son viscerales o craneoencefálicas. 3) Las pecto al fémur, y en particular del sis- culo, muchas veces insuperable, para la diagnóstico de las lesiones vasculares, luxación no es, en general, difícil, ex-
poco frecuentes pero muy graves, tanto frecuentes complicaciones vasculares tema capsuloligamentoso, con rotura reducción a cielo cerrado (fig. 2). Algu- anteponiéndolos a cualquier otra medi- cepto en los casos de interposición de
por sus consecuencias inmediatas como que amenazan —o pueden amenazar— completa de los ligamentos cruzado an- nas luxaciones laterales externas se da. (Véase vasos sanguíneos, trauma- elementos musculotendinosos, como ya
mo por sus frecuentes repercusiones tar- seriamente la irrigación de la pierna y el terior y posterior e inestabilidad resi- acompañan de una fractura del platillo tismos.) ha sido expuesto (luxaciones anterolate-
días sobre la función de la rodilla. Son pie. 4) La posibilidad, igualmente fre- dual, a veces muy pronunciada, de la tibial interno. Se trata en estos casos de Normas generales de tratamiento. En rales externas). Debe hacerse siempre
siempre debidas a accidentes de una cuente, de complicaciones nerviosas. rodilla. Entre las complicaciones a dis- lesiones particularmente inestables, que primer lugar, atender al estado general, bajo anestesia profunda, preferentemen-
gran violencia, causantes con frecuen- En especial, del ciático poplíteo externo, tancia de la luxación hay que contar la requieren, en general, un tratamiento tratamiento del shock traumático, cuan- te general, y con relajación muscular
cia de lesiones múltiples y del cuadro con parálisis a veces definitiva en el te- posible parálisis, ya mencionada, del quirúrgico especial (fig. 3). Las compli- do existe, y de las lesiones asociadas
completa. En las luxaciones posteriores
clínico propio de los «politraumatiza- rritorio infralesional de este nervio. 5) ciático poplíteo externo, y con mucha caciones y lesiones asociadas de estas que puedan exigir una atención priorita-
dos», del cual la luxación de la rodilla, basta con flexionar la rodilla y empujar
Las posibles lesiones cutáneas, por atri- menos frecuencia del interno. luxaciones ya han sido descritas en lí- ria. En segundo lugar, y por las razones
con ser muy grave, no es más que una ción, herida contusa o necrosis de la Anatomía patológica y clasificación. El neas anteriores. que ya han sido expuestas, reconocer y al mismo tiempo la tibia de atrás ade-
parte. La gravedad inmediata de estas lu- piel, fuertemente atirantada, en ocasio- desplazamiento de la tibia respecto al Cuadro clínico. Es siempre de una gran valorar adecuadamente las posibles lante. En las anteriores es necesaria una
xaciones está determinada principal- nes, por el desplazamiento de los hue- fémur puede ser anterior, posterior o la- aparatosidad. Estos lesionados nunca complicaciones vasculares. En caso de fuerte tracción en sentido axial, sobre la
mente por los siguientes factores: 1) La sos luxados, y que pueden dar lugar a teral (fig. 1). Esta última puede ser inter- acuden por sus propios medios al servi- comprobarse una rotura completa de la pierna en extensión, y empujar fuerte-
posible afectación del estado general una exteriorización de las lesiones es- na o externa. De todas ellas la más fre- cio de urgencia, sino que son traslada- arteria poplítea, proceder a su repara- mente la tibia hacia atrás. Después de la
(shock, hipotensión, coma, etc.) con que queléticas. Las repercusiones secunda- cuente es la anterior, en forma aislada o dos desde el lugar de donde son recogi- ción quirúrgica, inmediatamente a con- reducción es frecuente tener que eva-
hay que contar en todo traumatismo im- rias o tardías son debidas al gran destro- —lo que es más frecuente— en forma dos. El dolor intenso, la incapacidad tinuación de la reducción y bajo la mis- cuar la hemartrosis por medio de pun-
portante, y más aún en todo politrauma- zo de los tejidos articulares y periarti- mixta, anterolateral, externa o interna. funcional total y la deformación de la ma anestesia. La reducción manual de la ción. La rodilla debe inmovilizarse en li-
rodilla 308 309 rodilla

gera flexión con vendaje escayolado du-


rante unas cuatro semanas.
Tratamiento quirúrgico. Encuentra indi-
cación en los siguientes casos:
1) En las luxaciones irreductibles, por
interposición de los músculos y tendo-
nes flexores (luxaciones anteroexternas)
o por cualquier otra causa menos fre-
cuente. Ligamento lateral Interno
EXTENSIÓN
Externo Interno Externo
2) Las luxaciones lateroexternas con Ligamento lateral interno 6 mm 12 mm ROTACIÓN EXTERNA
fractura de la meseta tibial. externo
3) En la mayor parte de los casos es ne-
cesario el tratamiento operatorio —in-
mediato o diferido— para la reparación
de los ligamentos lesionados, especial-
mente los cruzados, por las técnicas des-
critas en el lugar correspondiente (véase
al apartado de lesiones ligamentosas).
4) En opinión de algunos autores, la
reparación de los ligamentos lesionados FIG. 4. Representación esquemática de las relaciones de los meniscos con los ligamentos laterales FLEXIÓN ROTACIÓN INTERNA
es más fácil y de resultados más seguros de la rodilla. El menisco interno se halla unido, por su borde periférico, al ligamento lateral corres-
cuando se realiza en la fase aguda, evi- pondiente, o ligamento condilotibial, mientras que el menisco externo está separado del ligamento FIG. 6. Desplazamiento normal hacia atrás FIG. 7. Desplazamiento normal de los menis- FIG. 8. Desplazamiento de los meniscos so-
condiloperoneo. del fémur sobre la plataforma tibial en el movi- cos sobre la plataforma tibial en los movimien- bre la plataforma tibial en los movimientos de
tando la necesidad de sindesmoplastias miento de flexión de la rodilla. tos de flexión y extensión de la pierna. rotación interna y externa de la pierna.
secundarias, más o menos complicadas
y de resultados más inciertos. Es una ra-
zón, en opinión de los citados autores, Ligamento cruzado Tuberosidad anterior de la tibia mite una cierta movilidad de los menis- (unión con el ligamento lateral interno). A
para proceder a la reducción quirúgica anterior
cos respecto al plano capsular. Participación de los meniscos en los mo-
inmediata y la reparación de las lesio- 3) El menisco interno se halla fuerte- vimientos normales de la rodilla. Durante
Ligamento transverso
nes capsuloligamentosas en todas, o en mente unido, además, al potente liga- la flexión se produce, como es sabido, un
la mayoría, de las luxaciones femoroti- Borde anterior del mento lateral interno, que transcurre desplazamiento de los cóndilos femora-
biales traumáticas. platillo tibial externo adosado a la cápsula articular y cuyas les hacia atrás respecto a la tibia (fig. 6).
Lesiones meniscales traumáticas. fibras se confunden con la misma. Esta En este desplazamiento participan tam-
Constituyen una de las lesiones traumáti- unión ligamentosa limita considerable- bién los meniscos, que son empujados
6 mm
cas internas más frecuentes de la rodilla. mente los movimientos del menisco in- hacia atrás por los cóndilos femorales
Menisco
También es una de las mejor conocidas y terno respecto a la plataforma tibial co- (fig. 7). En el movimiento de rotación ex-
Ligamento externo
que exigen, por parte del traumatólogo, cruzado rrespondiente. terna de la pierna respecto al fémur, el
un diagnóstico exacto y un tratamiento posterior 4) Esta última circunstancia no se da menisco externo es desplazado hacia de-
quirúrgico, en la mayoría de los casos, re- en el lado externo, en el cual el liga- lante mientras que el interno es desplaza-
Menisco
solutivo. Tal vez interese saber que este interno mento lateral transcurre en su trayecto do hacia atrás (fig. 8). Por el contrario, en
tratamiento, que hoy día goza de can- Cabeza condiloperoneo separado del plano el movimiento de rotación interna de la B
dente actualidad y para el que se dispone del peroné capsular (fig. 4). Debido a ello, el me- pierna respecto al fémur, es el menisco
de los más avanzados recursos técnicos, Borde posterior nisco externo es sensiblemente más interno el que se desplaza hacia delante,
del platillo tibial interno Ligamento de Humphrey Ligamento de Wrisberg
ya se practicaba con éxito a finales del si- movible, respecto a la superficie tibial, mientras el externo lo hace hacia atrás.
glo pasado. El primer caso de meniscec- que el interno. En el movimiento conjunto de flexión y
tomía descrito en la bibliografía data FIG. 5. Plataforma tibial mostrando los meniscos y sus relaciones con las estructuras anatómicas 5) Los meniscos, solidarios, como se ha rotación externa de la pierna el menisco
nada menos que de 1866, y fue publica- vecinas. dicho, de los platillos tibiales, presentan interno es desplazado al máximo hacia
do por Brodshurst (Brodshurst, H.: «On sin embargo un cierto grado de desplaza- atrás (fig. 9), por los efectos sumados de
the loose cartilages in the knee joint». St. miento respecto a los mismos. Son em- ambos movimientos.
George’s Hosp. Reports, 1866). Años da en nuestros días por los métodos de ar- las lesiones traumáticas, y en especial pujados de delante atrás o de atrás ade- Mecanismos de producción de las lesio-
después, en 1882, apareció en la prensa troscopia quirúrgica. con la participación de estas estructuras lante por los cóndilos femorales en los nes meniscales. Las roturas de menisco
italiana un segundo caso, llevado a cabo Características anatómicas y funciona- en los movimientos normales de la ro- movimientos de flexión-extensión de la se producen siempre por la compre-
por Margary (Margary, G.: «Estirpazione les. La forma y la función de los menis- dilla. rodilla o en los de rotación interna o ex- sión, aprisionamiento o pellizcamiento
della cartilagine semilunare interna del cos de la rodilla son suficientemente 1) Ambos meniscos, tanto el externo terna de la pierna. De esta forma se cons- del mismo entre el fémur y la tibia. Tal
ginocchio sinistro». Gior. Roy. Acad. bien conocidas para poder prescindir como el interno, se hallan solidariamen- tituyen en lo que los alemanes denomi- aprisionamiento se produce a su vez
Med. Torino, 1882), y a partir de enton- de una descripción pormenorizada de te unidos a las plataformas tibiales co- nan «acolchado movible», que absorbe por un movimiento anormal («asincró-
ces son cada vez más numerosas las refe- las mismas, que no sería más que una rrespondientes. Esta unión se establece en parte, por su condición elástica, y dis- nico», lo llaman algunos autores) du-
rencias bibliográficas al método en casi repetición de lo que puede encontrarse principalmente por la inserción fibrosa, tribuye adecuadamente la fuerte presión rante el cual el menisco no participa en
todos los países de Europa y en Estados en cualquier libro de anatomía. Algu- fuerte e inextensible, del cuerpo anterior del fémur contra la tibia, manteniendo en el movimiento de la rodilla como debe-
FIG. 9. Mecanismo más frecuente de fractura
Unidos. En 1906, Robert Jones, de la Li- nos de estos detalles anatómicos están y posterior de cada uno de ello en el cualquier posición la congruencia entre ría participar y como ha sido descrito en
de menisco interno por compresión entre el
verpool Clinic (Jones, R.: Clinical Journal, representados en las figuras 4 y 5. Inte- área intercondílea de la tibia (fig. 5). las dos superficies articulares. Tal despla- líneas precedentes. El ejemplo más cla- cóndilo femoral y el platillo tibial, en el movi-
mayo 1906), describió una técnica de ar- resa recordar, sin embargo, algunas ca- 2) Por su borde periférico, o capsular, zamiento es sensiblemente mayor a nivel ro y más frecuente (aunque no el único) miento de flexión-rotación externa, seguida del
trotomía para la extirpación de los menis- racterísticas específicamente relaciona- se hallan unidos a la cápsula articular. del menisco externo que del interno, por de este mecanismo patogénico lo ofre- movimiento opuesto de extensión-rotación in-
cos que ha prevalecido hasta ser sustitui- das con el mecanismo patogénico de Esta unión es relativamente laxa y per- las razones que ya han sido expuestas ce el movimiento de flexión de la rodi- terna.
rodilla 308 309 rodilla

gera flexión con vendaje escayolado du-


rante unas cuatro semanas.
Tratamiento quirúrgico. Encuentra indi-
cación en los siguientes casos:
1) En las luxaciones irreductibles, por
interposición de los músculos y tendo-
nes flexores (luxaciones anteroexternas)
o por cualquier otra causa menos fre-
cuente. Ligamento lateral Interno
EXTENSIÓN
Externo Interno Externo
2) Las luxaciones lateroexternas con Ligamento lateral interno 6 mm 12 mm ROTACIÓN EXTERNA
fractura de la meseta tibial. externo
3) En la mayor parte de los casos es ne-
cesario el tratamiento operatorio —in-
mediato o diferido— para la reparación
de los ligamentos lesionados, especial-
mente los cruzados, por las técnicas des-
critas en el lugar correspondiente (véase
al apartado de lesiones ligamentosas).
4) En opinión de algunos autores, la
reparación de los ligamentos lesionados FIG. 4. Representación esquemática de las relaciones de los meniscos con los ligamentos laterales FLEXIÓN ROTACIÓN INTERNA
es más fácil y de resultados más seguros de la rodilla. El menisco interno se halla unido, por su borde periférico, al ligamento lateral corres-
cuando se realiza en la fase aguda, evi- pondiente, o ligamento condilotibial, mientras que el menisco externo está separado del ligamento FIG. 6. Desplazamiento normal hacia atrás FIG. 7. Desplazamiento normal de los menis- FIG. 8. Desplazamiento de los meniscos so-
condiloperoneo. del fémur sobre la plataforma tibial en el movi- cos sobre la plataforma tibial en los movimien- bre la plataforma tibial en los movimientos de
tando la necesidad de sindesmoplastias miento de flexión de la rodilla. tos de flexión y extensión de la pierna. rotación interna y externa de la pierna.
secundarias, más o menos complicadas
y de resultados más inciertos. Es una ra-
zón, en opinión de los citados autores, Ligamento cruzado Tuberosidad anterior de la tibia mite una cierta movilidad de los menis- (unión con el ligamento lateral interno). A
para proceder a la reducción quirúgica anterior
cos respecto al plano capsular. Participación de los meniscos en los mo-
inmediata y la reparación de las lesio- 3) El menisco interno se halla fuerte- vimientos normales de la rodilla. Durante
Ligamento transverso
nes capsuloligamentosas en todas, o en mente unido, además, al potente liga- la flexión se produce, como es sabido, un
la mayoría, de las luxaciones femoroti- Borde anterior del mento lateral interno, que transcurre desplazamiento de los cóndilos femora-
biales traumáticas. platillo tibial externo adosado a la cápsula articular y cuyas les hacia atrás respecto a la tibia (fig. 6).
Lesiones meniscales traumáticas. fibras se confunden con la misma. Esta En este desplazamiento participan tam-
Constituyen una de las lesiones traumáti- unión ligamentosa limita considerable- bién los meniscos, que son empujados
6 mm
cas internas más frecuentes de la rodilla. mente los movimientos del menisco in- hacia atrás por los cóndilos femorales
Menisco
También es una de las mejor conocidas y terno respecto a la plataforma tibial co- (fig. 7). En el movimiento de rotación ex-
Ligamento externo
que exigen, por parte del traumatólogo, cruzado rrespondiente. terna de la pierna respecto al fémur, el
un diagnóstico exacto y un tratamiento posterior 4) Esta última circunstancia no se da menisco externo es desplazado hacia de-
quirúrgico, en la mayoría de los casos, re- en el lado externo, en el cual el liga- lante mientras que el interno es desplaza-
Menisco
solutivo. Tal vez interese saber que este interno mento lateral transcurre en su trayecto do hacia atrás (fig. 8). Por el contrario, en
tratamiento, que hoy día goza de can- Cabeza condiloperoneo separado del plano el movimiento de rotación interna de la B
dente actualidad y para el que se dispone del peroné capsular (fig. 4). Debido a ello, el me- pierna respecto al fémur, es el menisco
de los más avanzados recursos técnicos, Borde posterior nisco externo es sensiblemente más interno el que se desplaza hacia delante,
del platillo tibial interno Ligamento de Humphrey Ligamento de Wrisberg
ya se practicaba con éxito a finales del si- movible, respecto a la superficie tibial, mientras el externo lo hace hacia atrás.
glo pasado. El primer caso de meniscec- que el interno. En el movimiento conjunto de flexión y
tomía descrito en la bibliografía data FIG. 5. Plataforma tibial mostrando los meniscos y sus relaciones con las estructuras anatómicas 5) Los meniscos, solidarios, como se ha rotación externa de la pierna el menisco
nada menos que de 1866, y fue publica- vecinas. dicho, de los platillos tibiales, presentan interno es desplazado al máximo hacia
do por Brodshurst (Brodshurst, H.: «On sin embargo un cierto grado de desplaza- atrás (fig. 9), por los efectos sumados de
the loose cartilages in the knee joint». St. miento respecto a los mismos. Son em- ambos movimientos.
George’s Hosp. Reports, 1866). Años da en nuestros días por los métodos de ar- las lesiones traumáticas, y en especial pujados de delante atrás o de atrás ade- Mecanismos de producción de las lesio-
después, en 1882, apareció en la prensa troscopia quirúrgica. con la participación de estas estructuras lante por los cóndilos femorales en los nes meniscales. Las roturas de menisco
italiana un segundo caso, llevado a cabo Características anatómicas y funciona- en los movimientos normales de la ro- movimientos de flexión-extensión de la se producen siempre por la compre-
por Margary (Margary, G.: «Estirpazione les. La forma y la función de los menis- dilla. rodilla o en los de rotación interna o ex- sión, aprisionamiento o pellizcamiento
della cartilagine semilunare interna del cos de la rodilla son suficientemente 1) Ambos meniscos, tanto el externo terna de la pierna. De esta forma se cons- del mismo entre el fémur y la tibia. Tal
ginocchio sinistro». Gior. Roy. Acad. bien conocidas para poder prescindir como el interno, se hallan solidariamen- tituyen en lo que los alemanes denomi- aprisionamiento se produce a su vez
Med. Torino, 1882), y a partir de enton- de una descripción pormenorizada de te unidos a las plataformas tibiales co- nan «acolchado movible», que absorbe por un movimiento anormal («asincró-
ces son cada vez más numerosas las refe- las mismas, que no sería más que una rrespondientes. Esta unión se establece en parte, por su condición elástica, y dis- nico», lo llaman algunos autores) du-
rencias bibliográficas al método en casi repetición de lo que puede encontrarse principalmente por la inserción fibrosa, tribuye adecuadamente la fuerte presión rante el cual el menisco no participa en
todos los países de Europa y en Estados en cualquier libro de anatomía. Algu- fuerte e inextensible, del cuerpo anterior del fémur contra la tibia, manteniendo en el movimiento de la rodilla como debe-
FIG. 9. Mecanismo más frecuente de fractura
Unidos. En 1906, Robert Jones, de la Li- nos de estos detalles anatómicos están y posterior de cada uno de ello en el cualquier posición la congruencia entre ría participar y como ha sido descrito en
de menisco interno por compresión entre el
verpool Clinic (Jones, R.: Clinical Journal, representados en las figuras 4 y 5. Inte- área intercondílea de la tibia (fig. 5). las dos superficies articulares. Tal despla- líneas precedentes. El ejemplo más cla- cóndilo femoral y el platillo tibial, en el movi-
mayo 1906), describió una técnica de ar- resa recordar, sin embargo, algunas ca- 2) Por su borde periférico, o capsular, zamiento es sensiblemente mayor a nivel ro y más frecuente (aunque no el único) miento de flexión-rotación externa, seguida del
trotomía para la extirpación de los menis- racterísticas específicamente relaciona- se hallan unidos a la cápsula articular. del menisco externo que del interno, por de este mecanismo patogénico lo ofre- movimiento opuesto de extensión-rotación in-
cos que ha prevalecido hasta ser sustitui- das con el mecanismo patogénico de Esta unión es relativamente laxa y per- las razones que ya han sido expuestas ce el movimiento de flexión de la rodi- terna.
rodilla 310 311 rodilla

A B mecanismo descrito en líneas anterio- A B


res, o por mecanismos parecidos en los
que se suceden de una manera incoor-
dinada los movimientos de flexión-rota-
ción de la pierna con los de extensión o
enderezamiento subsiguiente. Son par-
ticularmente frecuentes, como ha sido
dicho, en los deportes que obligan a
efectuar forzadamente dichos movi-
mientos, pero pueden producirse igual-
mente por el simple hecho de endere-
zarse a partir de la posición en cuclillas
C D o desde un asiento bajo, o simplemente,
al volverse para mirar hacia atrás en la
FIG. 11. Signo de Steinmann II. La presión sobre la interlínea, en su parte anterior, es indolora con
posición de pie. Como no se producen la rodilla flexionada. Pero es intensamente dolorosa al extenderla en caso de fractura meniscal, de- FIG. 11 bis. Imagen obtenida por RMN, mos-
nunca, ni pueden producirse, es por una bido al desplazamiento hacia delante del menisco interno, que permite la presión sobre el mismo. trando rotura del menisco interno.
contusión directa sobre la rodilla, dato
muy digno de ser consignado en la
anamnesis con fines de diagnóstico. Las dar. En tales casos, la anamnesis basta do» doloroso en el interior de la rodilla, al anterior. La rotación forzada de la
lesiones meniscales son más frecuentes para formular un diagnóstico de proba- que obliga a suspender la marcha y que pierna, con la rodilla flexionada en án-
en el sexo masculino y casi exclusivas bilidad, que lógicamente deberá ser en muchas ocasiones recuerda la sensa- gulo recto, determina un dolor a nivel
de adultos jóvenes. Como factores etio- confirmado por otros medios. No siem- ción subjetiva experimentada en el ac- del menisco lesionado; en el interno,
lógicos predisponentes suelen citarse pre, sin embargo, las cosas se producen cidente causal. Los afectados suelen ex- cuando la rotación es externa y en el
E F algunas alteraciones anatomofisiológi- de una manera tan clara, en especial presarlo como «fallos» de la rodilla. externo cuando la rotación es interna.
cas, tales como una excesiva laxitud con motivo de accidentes de una cierta Principales signos clínicos objetivos de Se dice que «el talón señala el lado del
capsuloligamentosa, menisco externo entidad, en los que el sujeto rueda por el lesión meniscal: menisco afectado».
discoideo, lesiones degenerativas del suelo y sólo puede recordar con preci- 1) Dolor a la presión sobre la interlí- 4) Maniobra de Moragas-Cabot. Sirve
propio menisco con pérdida de su con- sión una fuerte distorsión de la rodilla nea interna (en las lesiones del menisco para diagnosticar las lesiones del menis-
sistencia normal, consecutivas a enfer- seguida de intenso dolor, hinchazón, in- interno). Es un dolor muy selectivo, lo- co externo. La rodilla flexionada en án-
merdades articulares crónicas (artritis capacidad funcional, etc. Estos síntomas calizado exactamente en la interlínea, gulo recto y la cadera en rotación exter-
reumatoi-deas), alteraciones de los ejes responden a lesiones internas importan- es decir, sobre el menisco, pero no en na máxima. El pie del lado explorado
del miembro (genu valgo o varo), etc. tes de la articulación, una de las cuales las zonas vecinas del fémur o la tibia. sobre la región suprarrotuliana del otro
Anatomía patológica y clasificación ana- puede ser la rotura del menisco. En cual- Cuando la rodilla se flexiona 90 grados, lado. Se hace presión hacia abajo con la
tomopatológica. El menisco interno se quier caso, es interesante recordar, con la interlínea se abre por su parte ante- mano, sobre el lado afecto, para acen-
fractura aproximadamente unas veinte fines de un diagnóstico clínico, que las rior, entre el cóndilo femoral y el plati- tuar esta posición, al mismo tiempo que
G H veces más que el externo, por las carac- lesiones de menisco no son nunca la llo tibial, al lado del tendón rotuliano. se invita al paciente a extender activa-
terísticas anatomofuncionales de uno y consecuencia de un traumatismo direc- El menisco, en esta posición, se despla- mente la rodilla. En caso positivo se pro-
otro descritas en líneas precedentes: to de la rodilla —golpe, contusión—, za hacia atrás y no es fácil apretarlo. La duce un dolor intenso en la interlínea
menor movilidad del menisco interno sino de una distorsión más o menos vio- presión manual sobre esta zona puede externa.
respecto al plano tibial, unido a una lenta entre la pierna y el muslo. no ser dolorosa. Sin embargo, cuando Exploraciones especiales para el diag-
mayor delgadez del menisco interno en Síntomas propios de la lesión meniscal. la pierna se extiende, el menisco «sale» nóstico de lesión meniscal. La radiogra-
su parte anterior. La lesión meniscal Superada la fase aguda y las consecuen- o se desplaza hacia delante, siendo fía simple no pone de relieve las lesio-
propiamente dicha puede tener las di- cias inmediatas del traumatismo causal muy fácil percibirlo claramente bajo los nes meniscales. Sólo tiene, por tanto,
versas formas anatomopatológicas que (dolor, derrame, dificultad para andar, dedos, pudiendo comprobar claramen- un valor negativo para excluir otras po-
se describen en la figura 10. Son muy etcétera), hay, en el curso ulterior, dos te el dolor a la presión sobre el mismo sibles lesiones. La artrografía de contras-
frecuentes las lesiones articulares aso- manifestaciones clínicas que son prácti- en los casos de lesión (signo de Stein- te o gaseosa puede revelar roturas me-
ciadas, la rotura del ligamento cruzado camente patognomónicas de lesión me- mann II, fig. 11). niscales muy claras, pero no en todos
FIG. 10. Modalidades anatomopatológicas de lesiones meniscales traumáticas: A) Rotura transver- anterior, del ligamento lateral interno o niscal: el bloqueo articular y las crisis 2) Maniobra de McMurray. Viene a ser los casos. Con frecuencia proporciona
sal del menisco interno. B) Desinserción del menisco interno. C) Fractura del cuerno posterior. D) de ambos (tríada de Hughston). de enclavamiento. El bloqueo articular algo así como una crisis de enclava- imágenes de difícil interpretación. Ha
Fractura del cuerno anterior. E) Fractura longitudinal, no desplazada. F) Fractura longitudinal con Clínica y diagnóstico. La rotura típica y es una situación en la cual persiste una miento provocada. Tiene un claro signi- contribuido durante años al mejor co-
fragmento luxado en la escotadura intercondílea (fractura en asa de cubo). G) Fractura longitudinal aislada del menisco interno se produce limitación de unos grados de la exten- ficado diagnóstico cuando es positiva. El nocimiento de la patología traumática
de sección semihorizontal. H) Fractura pediculada o en lengüeta. de una manera muy característica y, en sión completa. En general no muy dolo- sujeto se coloca en decúbito supino. de los meniscos. Actualmente ha sido
general, muy llamativa, que sugiere cla- rosa y poco invalidante, compatible El explorador flexiona la cadera al máxi- superada por procedimientos de mayor
lla asociado al de rotación externa de la por el cóndilo interno contra el platillo ramente la posible naturaleza de la le- con una marcha casi normal. Las crisis mo con la rodilla flexionada en ángulo precisión (resonancia magnética nu-
pierna, seguido de un movimiento de tibial antes de haber «tenido tiempo» de sión producida: un dolor muy vivo, pre- de enclavamiento son episodios brus- recto. Seguidamente, el explorador ex- clear y, sobre todo, artroscopia). La tomo-
extensión o enderezamiento consecuti- recuperar su posición inicial. Tal cir- sentado de una manera brusca con cos que se presentan inopinadamente tiende la cadera hasta los 90 grados, al grafía computarizada (escáner), aislada o
motivo de un movimiento no necesaria- en situaciones por lo demás asintomáti- mismo tiempo que realiza movimientos combinada con la neumoartrografía,
vo (fig. 9). Durante la primera fase de cunstancia se produce principalmente
mente violento y acompañado de la sen- cas: al dar un paso durante la marcha de rotación externa e interna con la pier- en cortes axiales o sagitales, puede pro-
este movimiento combinado (flexión- cuando es el cuerpo el que gira respec-
sación subjetiva de que algo «ha salta- normal, al levantarse de un asiento, al na. En caso de lesión meniscal se perci- porcionar información valiosa sobre la
rotación externa) el menisco interno es to a la pierna, fijada en el suelo, como do» dentro de la rodilla. Es seguido, muy correr, al subir o bajar escaleras, etc. Es be, al efectuar dichos movimientos de morfología meniscal y sus posibles le-
desplazado hacia atrás, en forma tal es frecuente en el fútbol o en el esquí. poco después, de hinchazón y derrame, decir, en el curso de actividades total- rotación, un chasquido doloroso a nivel siones, pero no siempre. Con frecuen-
que al producirse el movimiento opues- Etiología. Todas las lesiones meniscales más o menos pronunciado, y la persis- mente habituales. Se manifiestan por una del menisco lesionado. cia, las imágenes son confusas. En la
to de enderazamiento es «pellizcado» traumáticas se producen siempre por el tencia del dolor y la dificultad para an- sensación inconfundible de «chasqui- 3) Signo de Steinmann I. Es parecido práctica corriente, al menos por ahora,
rodilla 310 311 rodilla

A B mecanismo descrito en líneas anterio- A B


res, o por mecanismos parecidos en los
que se suceden de una manera incoor-
dinada los movimientos de flexión-rota-
ción de la pierna con los de extensión o
enderezamiento subsiguiente. Son par-
ticularmente frecuentes, como ha sido
dicho, en los deportes que obligan a
efectuar forzadamente dichos movi-
mientos, pero pueden producirse igual-
mente por el simple hecho de endere-
zarse a partir de la posición en cuclillas
C D o desde un asiento bajo, o simplemente,
al volverse para mirar hacia atrás en la
FIG. 11. Signo de Steinmann II. La presión sobre la interlínea, en su parte anterior, es indolora con
posición de pie. Como no se producen la rodilla flexionada. Pero es intensamente dolorosa al extenderla en caso de fractura meniscal, de- FIG. 11 bis. Imagen obtenida por RMN, mos-
nunca, ni pueden producirse, es por una bido al desplazamiento hacia delante del menisco interno, que permite la presión sobre el mismo. trando rotura del menisco interno.
contusión directa sobre la rodilla, dato
muy digno de ser consignado en la
anamnesis con fines de diagnóstico. Las dar. En tales casos, la anamnesis basta do» doloroso en el interior de la rodilla, al anterior. La rotación forzada de la
lesiones meniscales son más frecuentes para formular un diagnóstico de proba- que obliga a suspender la marcha y que pierna, con la rodilla flexionada en án-
en el sexo masculino y casi exclusivas bilidad, que lógicamente deberá ser en muchas ocasiones recuerda la sensa- gulo recto, determina un dolor a nivel
de adultos jóvenes. Como factores etio- confirmado por otros medios. No siem- ción subjetiva experimentada en el ac- del menisco lesionado; en el interno,
lógicos predisponentes suelen citarse pre, sin embargo, las cosas se producen cidente causal. Los afectados suelen ex- cuando la rotación es externa y en el
E F algunas alteraciones anatomofisiológi- de una manera tan clara, en especial presarlo como «fallos» de la rodilla. externo cuando la rotación es interna.
cas, tales como una excesiva laxitud con motivo de accidentes de una cierta Principales signos clínicos objetivos de Se dice que «el talón señala el lado del
capsuloligamentosa, menisco externo entidad, en los que el sujeto rueda por el lesión meniscal: menisco afectado».
discoideo, lesiones degenerativas del suelo y sólo puede recordar con preci- 1) Dolor a la presión sobre la interlí- 4) Maniobra de Moragas-Cabot. Sirve
propio menisco con pérdida de su con- sión una fuerte distorsión de la rodilla nea interna (en las lesiones del menisco para diagnosticar las lesiones del menis-
sistencia normal, consecutivas a enfer- seguida de intenso dolor, hinchazón, in- interno). Es un dolor muy selectivo, lo- co externo. La rodilla flexionada en án-
merdades articulares crónicas (artritis capacidad funcional, etc. Estos síntomas calizado exactamente en la interlínea, gulo recto y la cadera en rotación ex

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