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Caso G. G.

Varón

Doce años y cuatro meses de edad

Fecha de nacimiento: Junio 24 de 2003

Fecha de remisión: Septiembre 26 de 2016

Fecha de entrevista y valoración: Octubre 31 de 2016

1. REMISIÓN

G. G. es un jovencito de trece años de edad que cursa Quinto Grado de Educación Básica

Primaria en una escuela pública del Suroccidente de Barranquilla. Es reportado por su maestro

director de grupo por bajo rendimiento académico general a la Orientación Escolar. El reporte

hecho da cuenta de lo siguiente: dificultad evidente del estudiante para comprender

instrucciones, así mismo se le hace difícil reconocer mensajes explícitos en textos acordes a su

edad y nivel de escolaridad. Al conversar con el niño pueden distinguirse ciertos argumentos

discursivos no acordes a su edad, así mismo ciertas conductas pueden percibirse como las

propias de un niño más pequeño. Algunos de los compañeros lo consideran algo “bobo”. En

varias ocasiones se ha observado al estudiante totalmente confundido ante una tarea que se le ha

solicitado llevar a cabo en el aula de clases.

El maestro reporta que se le ha brindado al niño la oportunidad de presentar nivelaciones en

aquellas temáticas en las que poseía un desempeño bajo. Continúa diciendo que al estudiante se

le han dado explicaciones adicionales cada vez que lo ha solicitado o cuando se le ha visto

confundido o realizando inadecuadamente el deber asignado.

Como antecedentes escolares se brinda el hecho que el niño curso Tercer Grado en dos

ocasiones por dificultades presentadas en su rendimiento académico global. El maestro que

remite narra que en una ocasión, durante una prueba académica virtual, al niño se le solicitó que

escribiera libremente en un espacio lo que pensaba de su escuela, en que ha mejorado y en que

aún debería mejorar. Este demostró haber entendido la instrucción, la que se le hizo oralmente a

pesar de estar escrita en la pantalla; sin embargo, al indicar que había terminado (demostrando
la satisfacción de quien ha realizado efectivamente una labor), pudo corroborarse que se había

limitado a trascribir en el espacio en blanco la instrucción de arriba.

2. ENTREVISTA

A la hora de entrevista con la psicóloga, el niño tiene una edad de trece años y cuatro meses. Se

le indaga por la composición de su hogar, el cual consiste en una familia típica nuclear. Padre

(mecánico), madre (ama de casa) y hermano mayor (en ese entonces de 15 años) el cual estudia

en otro colegio. Manifiesta tener buenas relaciones con todos y que no es maltratado cuando es

reprendido.

El estudiante manifiesta que le gusta mucho el colegio. Dice que le gustan las áreas de

matemática, español, naturales y sociales, y reconoce que inglés no le agrada mucho. Sin

embargo reconoce que “no entiende casi español, pero las demás sí.” Considera que la va mejor

en matemática. Mencionas además que va a recuperar español y matemática; que cuenta con la

ayuda en casa para hacer tareas, con su mamá, su hermano y su papá cuando llega del trabajo.

Dice que el año escolar en vigencia no tuvo refuerzo con maestro externo pero que el año que el

siguiente si lo iba a tener.

El niño se observa de buena estatura y talla acorde a su edad. Dice comer de todo, que le gustan

las ensaladas, verduras y el arroz. No le gusta la “carne guisada”. En el momento de la

entrevista no tomaba ningún medicamento. Comenta que le gusta jugar al fútbol, y que “juega

con sus amigos por la casa”. De esta entrevista se concluye que existe en el estudiante cierta

defensa para justificar o compensar lo que él mismo percibe como dificultades.

3. VALORACIÓN

Al estudiante se le aplican el Test de inteligencia Goodenough y el Test Visomotor Bender.

El análisis del Goodenouhg arroja una edad mental de 10 años, es decir tres años y cuatro

meses por debajo de la cronológica.

El análisis del Bender arroja que hubo rotaciones en algunas figuras (entre ellas la 2 y 3),

perseveraciones (en la 1). El niño empleó ambas caras de la hoja para realizar los dibujos.
Se evidencia un posible compromiso neurológico que debe ser indagado para detectar o

descartar cualquier implicación. La madurez en la percepción visomotora no está acorde a su

edad cronológica, presentando dificultades en los procesos de análisis, percepción, ejecución,

síntesis, evocación de aspectos cognitivos y lectoescritores.

Se sugirió al acudiente valoración por neuropsicología, y tanto a este como al maestro,

desarrollar con el estudiante un programa de refuerzo, nivelación y enseñanza permanente frente

a las dificultades de lectoescritura y comprensión de contenidos.

4. DEVOLUCIÓN AL ESTUDIANTE

Al explicarse al niño los resultados, se escucha su opinión. Se reconocen aspectos que son

fortalezas para el estudiante: dice que “quiere aprender”, demuestra esfuerzo. Reconoce que sus

padres lo ayudan y apoyan: “si no entiendo algo, ellos me explican”, “me van a poner en

refuerzo”, “yo puedo”. El niño escribe libre y espontáneamente los aspectos en los cuales quiere

mejorar.

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