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Mauricio Orrego A.
FISIOLOGIA Y FISIOPATOLOGÍA
Los trastornos de líquidos y electrólitos son más frecuentes y más serios en los
niños. Según la edad, hay diferentes características fisiológicas en los
compartimientos corporales, en la función renal en proceso de maduración y en la
producción de calor, que es proporcionalmente mayor. Esas caracteristicas hacen
al niño menos hábil para corregir los estados anormales que pueden ocurrir en
diferentes enfermedades.
Los trastornos de líquidos y electrolitos se refieren a diversos parámetros
fisiológicos interrelacionados unos con otros, los cuales se modifican con
parámetros predecibles en una gran variedad de circunstancias patológicas:
trastornos de volumen (sodio: Na+), trastornos específicos de electrolitos y
trastornos ácido básicos.
Para poder aproximarse a la terapéutica de estos trastornos se requiere el
entendimiento de los principios fisiológicos y mecanismos homeostáticos que
regulan el agua corporal, los electrolitos y el equilibrio ácido básico. El manejo de
líquidos y electrolitos es el manejo de la homeostasis del medio interno que
preserva las condiciones de vida.
Sistema renina-angiotensina-aldosterona
Para ayudar a mantener el balance de sodio y agua en el organismo, lo mismo
que para mantener el volumen y la presión arterial, las células yuxtaglomerulares
renales secretan una enzima denominada renina como respuesta a la disminución
de la FG. La cantidad de renina secretada depende del flujo sanguíneo y la
cantidad de sodio sanguíneo.
La renina actúa sobre el angiotensinogeno en el hígado y lo convierte en
angiotensina I. Esta, a su vez, circula hacia a los pulmones, donde se convierte en
angiotensina II, uno de los vasopresores mas potentes del organismo. Esta
sustancia provoca vasoconstricción y eleva la presión arterial en un intento por
mejorar el flujo sanguíneo renal.
La secreción de aldosterona es estimulada por angiotensina II, el descenso en
las concentraciones extracelulares de sodio y el incremento en las
concentraciones extracelulares de potasio. La aldosterona actúa en los túbulos
distales incrementando la reabsorción de sodio. Cuando el sodio es absorbido, se
reabsorbe simultaneamente agua (“el agua sigue a la sal”).
Hormona antidiurética
Movimiento de electrolitos
Balance de líquidos
•Electrolitos de mantenimiento/día:
- sodio: 3-5 mEq/100 ml (3-5 mEq/kg)
- potasio: 2-4 mEq/100 ml (2-4 mEq/kg)
- cloro: 2-3 mEq/100 ml (2-3 mEq/kg)
Area de superficie corporal
• mantenimiento: 1.500-1.800 ml/m2/dia
• gasto urinario: 1.000-1.200 ml/m2/dia
• perdidas insensibles: 400-600 ml/m2/dia
• Electrolitos de mantenimiento/día:
- sodio: 30-50 mEq/m2/dia
- potasio: 20-40 mEq/m2/dia
Cristaloides
Son soluciones con pequeñas moléculas que fluyen fácilmente desde el torrente
sanguíneo a los tejidos. Los cristaloides isotónicos contienen la misma cantidad de
partículas osmóticamente activas que el liquido extracelular, de tal manera que
estos líquidos permanecen dentro del espacio extracelular.
Los cristaloides hipotónicos están menos concentrados que el líquido
extracelular de tal manera que pasan al espacio intracelular causando edema
celular. Los líquidos hipotónicos son aquellos que tienen una osmolaridad menor
de 275 mOsm/L:
Coloides
Constituidos por partículas de alto peso molecular (en promedio 60.000 daltons),
que como no atraviesan las membranas celulares con facilidad se distribuyen en el
espacio intravascular y tienden a permanecer en este por periodos largos de
tiempo Ejemplos:
DESHIDRATACIÓN
Definición
En pediatría la causa más frecuente de deshidratación es la enfermedad diarreica,
acompañada o no de vómito.
Se puede clasificar en isotónica o isonatrémica, cuando los valores plasmáticos
de sodio se encuentran dentro de límites normales; hipertónica o hipernatrémica,
cuando el sodio plasmático está por encima de 150 mEq/L, e hipotónica o
hiponatrémica, cuando la concentración está por debajo de 130 mEq/L.
También se clasifica según la magnitud de las pérdidas: una deshidratación de
primer grado (GI) se presenta cuando el paciente ha perdido hasta el 5% de su
peso corporal, de segundo grado (GII), cuando se ha perdido entre el 6 y el 10%
del peso corporal y de tercer grado (GIII), cuando se ha perdido entre el 11 y el
15% del peso corporal.
Fisiopatología
Los líquidos perdidos durante la enfermedad diarreica son isotónicos con respecto
al plasma, aunque el contenido de electrolitos sea diferente al de éste.
Si durante la enfermedad diarreica las pérdidas de agua son mayores que las de
electrolitos, en la mayoría de los pacientes debería presentarse hipernatremia. Sin
embargo, no es así y la mayoría de las deshidrataciones, por enfermedad
diarreica, son isotónicas e isonatrémicas; la concentración plasmática de sodio
permanece normal. Para comprender esta aparente paradoja es necesario
recordar: a) cuando disminuye el volumen o se eleva la osmolaridad plasmática se
desencadena la liberación de hormona antidiurética (HAD); se aumenta, entonces,
la reabsorción renal de agua, se expande el volumen y se disminuye la
osmolaridad del líquido extracelular (LEC). Concomitantemente, el aumento de la
osmolaridad y la disminución del volumen estimulan el mecanismo de la sed, que
induce a beber agua o bebidas comunes, cuyo contenido de sodio es
normalmente bajo, b) además, durante la enfermedad diarreica el catabolismo
proteico genera agua endógena. Resumiendo, la pérdida de volumen durante la
deshidratación inicial, desencadena varios mecanismos tendientes a recuperar
agua: aumento de la reabsorción renal, de la ingesta y de la producción endógena.
De esta manera, a pesar de que la pérdida fecal contenga más agua que sodio,
la respuesta fisiológica es la de conservar el agua, con lo que la osmolaridad
plasmática permanece normal; por consiguiente, la mayoría de los estados de
deshidratación resultan isonatrémicos.
Ahora bien, con las heces también se pierden cantidades importantes de
potasio, cloro y bicarbonato. La pérdida de agua por las heces, crea un gradiente
que facilita la salida de potasio intracelular hacia el LEC, lumen e intersticio; el
flujo de potasio esta favorecido, también, por la acidosis metabólica que
acompaña a la deshidratación por enfermedad diarreica y que, además, favorece
el intercambio del potasio intracelular con los hidrogeniones extracelulares.
Adicionalmente, si la hipovolemia y la hipotensión han estimulado la liberación de
aldosterona, se incrementa la perdida de potasio por el riñón.
La deshidratación producida por la enfermedad diarreica se acompaña siempre
de acidosis metabólica, lo cual obedece a varias razones: a) durante la diarrea se
aumenta la perdida fecal de bicarbonato; b) la hipovolemia, si es marcada, implica
una deficiente perfusión tisular y una inadecuada oxigenación celular, lo que
ocasiona un metabolismo anaeróbico y la subsiguiente producción de ácido
láctico; c) si el estado de deshidratación se acompaña de ayuno, como es lo
corriente, se aumenta el metabolismo de las grasas y la producción de cuerpos
cetónicos, los cuales contribuyen a la acidosis o la aumentan; d) la hipovolemia
determina una baja filtración glomerular, lo que disminuye la excreción de los
metabolitos ácidos, normalmente eliminados por la orina; e) finalmente, es
frecuente que los pacientes con diarrea presenten algún grado de malabsorción de
carbohidratos; estos carbohidratos no absorbidos son metabolizados por las
bacterias que producen ácidos orgánicos que, luego de absorbidos, agravan la
acidosis.
En la deshidratación hiponatrémica la osmolaridad del LEC se encuentra
disminuida con respecto a la del liquido intracelular (LIC); en consecuencia, el
agua es atraída hacia el interior de las células. En estos casos se presenta una
mayor contracción del LEC, los signos de deshidratación son mas acentuados y
hay mayor tendencia a choque hipovolémico. La deshidratación hiponatrémica
ocurre con mayor frecuencia en niños con episodio repetidos de diarrea, los cuales
mantienen una contracción ligera y continua del LEC y un contenido corporal bajo
de potasio. Generalmente hay historia de ayunos prolongados y de haber recibido
líquidos pobres en sal.
En la deshidratación hipernatrémica hay aumento de la osmolaridad del LEC, lo
que determina la salida de agua del interior de las células; en consecuencia, se
incrementa el volumen extracelular a expensas del LIC, lo que puede ocasionar
alteraciones neurológicas graves, como hemorragia cerebral. La deshidratación
hipernatrémica está asociada con: a) ingesta de dietas hiperosmolares, fórmulas
lácteas con altos contenidos de solutos; b) aplicación de soluciones de glucosa
hipertónica; c) uso de soluciones comerciales glucoelectrolíticas con alto contenido
de glucosa; d) consumo de bebidas gaseosas con alta osmolaridad e; e)
intolerancia a la lactosa, pues la elevada concentración de solutos, en la luz
intestinal, aumenta la pérdida fecal de agua y si se pierde agua en mayor
proporción que solutos, el sodio sé hemoconcentra. Otra causa de deshidratación
hipernatrémica es el empleo de una solución de rehidratación oral, o de suero
casero, mal preparado, con concentraciones elevadas de sodio.
Diagnóstico
Dado que es difícil conocer, con precisión, el peso del niño antes de iniciarse la
enfermedad, el diagnóstico de la magnitud o grado de deshidratación se basa en
la evaluación de los signos clínicos. La forma más sencilla de diagnosticar el
estado de deshidratación es utilizando el cuadro: “Como evaluar el estado de
hidratación” ampliamente difundido por el programa de “Control de Enfermedad
Diarreica” de la OPS/OMS, ver tabla 5.
Dado que el tratamiento de más del 90% de los casos de deshidratación puede
realizarse por vía oral, la mayoría de las veces, no es necesario calcular con
precisión la magnitud del déficit existente, ya que los riesgos de sobrehidratación
grave, por esta vía, son pocos. Cuando se requiere la hidratación parenteral es
necesario calcular de acuerdo con los signos de deshidratación, la magnitud de las
pérdidas a reponer.
Tratamiento
Hidratación oral
Hidratación parenteral
La difusión alcanzada en los últimos quince años por los programas de hidratación
oral ha hecho que cada vez sean más limitadas las indicaciones de hidratación
parenteral. De todas maneras ésta sigue siendo necesaria en algunas
circunstancias. Su uso esta indicado principalmente en los pacientes con
deshidratación grave acompañada de shock hipovolémico y cuando fracasa la
hidratación oral. Esta situación se presenta a veces cuando la diarrea es de gasto
muy alto y la cantidad ingerida no alcanza a reponer las pérdidas, o en los pocos
casos en los que no es posible controlar el vómito, ni siquiera fraccionando las
tomas o empleando la sonda nasogástrica. Otras indicaciones son: compromiso
del estado de conciencia, convulsiones, distensión abdominal marcada, cuadros
de íleo paralítico u obstrucción intestinal y la presencia o sospecha de síndrome
de isquemia intestinal (enterocolitis necrotizante).
1. Observe: A B C
Condición Bien, alerta Intranquilo, irritable *Comatoso;
hipotónico*
Ojos Normales Hundidos Muy hundidos y
secos
Lágrimas Presentes Ausentes Ausentes
Boca y lengua Húmedas Secas Muy secas
Sed Bebe normal Sediento, bebe * Bebe mal o no es
Sin sed rápido y capaz de beber*
ávidamente
2. Explore:
Signo del pliegue Desaparece Desaparece * Desaparece muy
rápidamente lentamente lentamente*
(> 2 segundos)
• Menores de 1 mes.
• Desnutrición moderada o grave.
• Trastorno hidroelectrolitico importante asociado.
• Enfermedad asociada o de base (insuficiencia cardiaca, insuficiencia renal
aguda o crónica, cirrosis, síndrome nefrótico, neumonía, meningitis, etc.).
TRASTORNOS ELECTROLITICOS
HIPONATREMIA
Definición
Fisiopatología
Dos principios fundamentales deben ser tenidos en cuenta. Primero el sodio
corporal total determina el volumen del líquido extracelular, ya que el agua se
mueve libremente a través de los compartimientos corporales para restaurar un
equilibrio osmótico alterado, y el sodio es el regulador predominante del equilibrio
osmótico en el espacio del LEC. La hiponatremia puede resultar después de la
restauración del equilibrio osmótico en respuesta a una ganancia absoluta o
relativa del agua o a una pérdida absoluta o relativa de sal. Mirando desde este
punto de vista, es claro que el sodio corporal total puede ser normal, disminuido, o
aun incrementado en la hiponatremia. Segundo, el riñón normalmente se defiende
contra la hiponatremia por su habilidad para diluir la orina. Debido a que la dilución
de la orina depende de la rata de filtración glomerular (RFG), reabsorción tubular
proximal de sodio, entrega de líquidos al segmento de dilución tubular distal y
hormona antidiurética (HAD); alteraciones en cualquiera de estos mecanismos
podrían conducir a hiponatremia.
Al disminuir el sodio plasmático, también baja la osmolaridad del LEC, de tal
manera que la osmolaridad del líquido intracelular resulta relativamente mayor, lo
cual favorece la entrada de agua a las células. Esto ocasiona edema de las
células cerebrales y los síntomas neurológicos.
En casos de hiponatremia crónica las células se adaptan distribuyendo su
osmolaridad, al deshacerse de solutos intracelulares, inicialmente potasio y sodio
y más adelante aminoácidos (aas). Esta disminución de la osmolaridad intracelular
la protege contra el edema. En el momento de hacer la corrección de hiponatremia
crónica, debe tenerse en cuenta que la recuperación de las sustancias
osmóticamente activas perdidas por las células es relativamente lenta y si la
corrección se efectúa en forma muy rápida, al aumentar el sodio fuera de las
células, la osmolaridad del LEC resulta relativamente mayor que la intracelular,
produciéndose el fenómeno contrario, es decir, salida de agua de las células en
forma rápida, lo que puede producir alteraciones neurológicas, que son mas
peligrosas. Esta corrección rápida de la hiponatremia crónica se ha relacionado
con lesiones de mielinosis póntica cerebelosa.
Etiología
Clínica
Figura 1.
Diagnóstico
Tratamiento
Definición
Sodio sérico mayor de 150 mEq/lt. Refleja más un déficit de agua absoluto o
relativo con relación al contenido corporal total de sodio, y por lo tanto éste puede
ser normal, aumentado o disminuido.
Fisiopatología
Etiología
1. Exceso de sodio:
2. Déficit de agua:
Clínica
Letárgia, irritabilidad, aumento del tono muscular, disfonía, fiebre, sed intensa,
lengua seca (de loro), piel empastada, oliguria.
Tratamiento
HIPERKALEMIA
Definición
Fisiopatología
El potasio es el regulador de la “electricidad biológica”, su desequilibrio altera la
conducción en los nervios o músculos, su sintomatología se manifiesta con
debilidad muscular e irritabilidad miocárdica. Está regulado por varios
mecanismos. De origen renal, donde se hace la secreción del exceso de potasio y
de origen extrarenal como la insulina que fomenta la captación por el músculo o
hígado, las catecolaminas, la aldosterona y los glucocorticoides que producen
secreción de potasio por el riñón.
Etiología
1. Pseudohiperkalemia:
• Acidosis metabólica.
• Aumento tonicidad del plasma.
• Déficit de insulina.
• Necrosis tisular (incluyendo hemólisis).
• Drogas (digitálicos, succinyl colina, B bloqueadores, heparina, inhibidores de
la ECA).
• Ejercicio prolongado.
Las causas más comunes son la toma inapropiada de sangre con hemólisis de
glóbulos rojos y liberación de potasio intracelular, acidosis aguda, e injuria tisular
con destrucción celular.
Clínica
Los signos y síntomas predominantes son neuromusculares. Parestesias seguidas
por su debilidad y aun parálisis flácida. La mayor toxicidad esta reflejada en el
electrocardiograma (EKG). El cambio más temprano es la onda T picuda y
simétrica, luego ensanchamiento del intervalo P-R, bloqueo cardíaco de 1er.
grado, perdida de la onda P, arritmias ventriculares y paro cardíaco en diástole en
ese orden. El paro cardiaco es más comúnmente visto con hiperkalemia que con
hipokalemia. La presencia de cualquier cambio electrocardiográfico asociado con
hiperkalemia es mandatorio de un diagnóstico y tratamiento urgente.
Diagnóstico
Tratamiento
HIPOKALEMIA
Definición
Fisiopatología
Por cada 0.1 unidad que aumenta o disminuye el pH, hay un cambio reciproco en
la concentración de potasio en el LEC de aproximadamente 0.6 mEq/L. Por lo
tanto cuando evaluamos el potasio corporal total en el contexto de alteraciones en
la concentración de potasio en el LEC, las concentraciones de pH o H+ deben
ser conocidas.
Etiología
• Alcalosis.
• Parálisis periódica hipokalemica familiar.
• B2 catecolaminas.
2. Ingreso disminuido:
• Anorexia nerviosa.
• Dietas insulares (raro en pediatría).
3. Perdidas extrarenales:
4. Perdidas renales:
Las tres causas más comunes de hipokalemia en la edad pediátrica son: alcalosis
gástrica por vómito, (ej: estenosis pilorica); uso crónico de diuréticos de asa para
condiciones como enfermedad cardiaca congénita y displasia broncopulmonar;
cetoacidosis diabética no controlada.
Clínica
En casos agudos hay: debilidad muscular incluso parálisis con hiporeflexia, íleo
paralítico y paresia vesical. Las manifestaciones cardíacas son las más
importantes y peligrosas para el paciente y se manifiestan
electrocardiogáficamente por:
Tratamiento
• Diuresis comprobada.
• No pasar a concentraciones mayores de 50 mEq/L.
• No pasar en periodo menor de 8 hs.
• Velocidad de administración de 0.5 - 0.8 mEq/L/Kg/h.
ACIDOSIS METABÓLICA
Ocurren bien sea por pérdida de bicarbonato (BC) o por ganancia de H+. Puede
ser de 2 tipos: con brecha aniónica normal (hiperclorémica), o con brecha aniónica
aumentada (normoclorémica).
Brecha aniónica: Na – (Cl + BC). El valor normal es de 12 +/- 2, fluctuando entre
8 y 16 mEq/L.
La acidosis metabólica con brecha aniónica normal incluye la que ocurre cuando
hay pérdida neta de bicarbonato, o cuando se presentan defectos en la
acidificación urinaria. Las perdidas netas de bicarbonato pueden ocurrir por vía
extrarenal como en los casos de diuresis o fístulas intestinales, o por vía renal
como en la ATR proximal o en el síndrome de Fanconi.
Los defectos en la acidificación urinaria incluyen la ATR distal.
La acidosis con brecha aniónica aumentada tiene lugar por el ingreso de ácidos
cuyo anión acompañante no es el cloro. Se presenta en la cetoacidosis diabética,
intoxicación por salicilatos, insuficiencia renal crónica y en los casos de acidosis
láctica.
En una acidosis metabólica descompensada independiente de su etiología, va a
encontrarse descenso en el pH y disminución del bicarbonato y la pCO2
plasmática. La manifestación clínica más patente es la hiperventilación, las demás
se confunden con los signos y síntomas de los trastornos que la desencadenan o
acompañan.
La administración de bicarbonato no es necesaria en la mayoría de los casos y
por otra parte no se encuentra exenta de riesgos, tales como hipernatremia,
sobrecarga de volumen, hipocalcemia y acidosis paradójica del sistema nervioso
central.
En general se acepta administrar el bicarbonato cuando el pH se encuentra por
debajo de 7.10 y el bicarbonato plasmático menor de 8. La cantidad que debe
administrarse puede hacerse con la siguiente formula:
BIBLIOGRAFÍA