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TEMA 13

LA DESCOLONIZACIÓN Y EL TERCER MUNDO.


En la primera mitad del siglo XX una buena parte de los territorios del planeta se hallaba
bajo el dominio de los grandes imperios europeos formados en los siglos anteriores. Pero tras la
Segunda Guerra Mundial todo este panorama cambió. Europa salió muy debilitada del conflicto
y se vio incapaz de mantener los costes de la posesión de extensos imperios. Simultáneamente,
en los territorios colonizados surgió un deseo de independencia cada vez más fuerte. Ambas
tendencias dieron lugar a un proceso descolonizador que se desarrolló fundamentalmente entre
1950 y 1980.
La descolonización significó la aparición de nuevos Estados. . La independencia de las colonias
se realizó mediante procesos muy diferentes que abarcaron desde el acuerdo hasta el
enfrentamiento violento. Los nuevos países tuvieron que afrontar problemas sociales,
económicos y políticos.

1. CONCEPTO Y CAUSAS DE LA DESCOLONIZACIÓN


El concepto de descolonización define el proceso histórico mediante el cual las colonias de
los imperios europeos lograron su independencia.
Se trató de un fenómeno esencialmente político, porque casi todas las colonias mantuvieron
la dependencia económica respecto de sus antiguas metrópolis.
CAUSAS:
- El impacto de la Segunda Guerra Mundial.
La Segunda Guerra Mundial mostró al mundo la debilidad de las potencias imperiales
europeas: Francia y Reino Unido fueron derrotadas en los primeros años del conflicto;
Alemania e Italia lo fueron al final. El mito de la invencibilidad europea estaba
definitivamente roto.

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Las colonias habían participado en la guerra aportando tropas y recursos, y también habían
combatido en su propio territorio contra los enemigos de su metrópoli. La formación de
guerrillas y la inclusión de tropas coloniales en los ejércitos sirvieron para formar
militarmente a numerosos cuadros que después lideraron los procesos de independencia.
Agotadas por el conflicto, las potencias europeas tuvieron serios problemas económicos y
militares para poder sostener sus imperios. También les resultó más difícil justificar
ideológicamente el imperialismo. Los deseos de independencia se relacionaban con el
desarrollo de las ideas de libertad y democracia, que habían constituido la fuerza ideológica
para vencer al nazismo y al fascismo. Era muy difícil negar a las colonias los mismos principios
que legitimaban los sistemas políticos de las metrópolis.
- Aparición de movimientos anticolonialistas
Desde finales del siglo XIX habían surgido movimientos nacionalistas y emancipadores en
las colonias. Orígenes ideológicos proceden de:
• La Internacional Comunista, que impulsó la creación de partidos de esta ideología en
todo el mundo. En algunas colonias estos partidos encabezaron la lucha por la
independencia (Indonesia e Indochina).
• Las ideologías que propugnaban la recuperación y dignificación de las culturas
autóctonas (indigenismo). Ejemplo de estos movimientos sería la defensa del concepto
de negritud por parte de Leopold S. Senghor en Senegal; o el panarabismo de Nasser en
Egipto.
• La defensa de la identidad religiosa, aspecto muy importante en algunos países
islámicos.
También fue esencial el papel desempeñado por algunos líderes locales como Gandhi en la
India, Ho Chi Minh en Indochina o Nkrumah en Ghana. Casi todos pertenecían a las élites
locales y habían recibido formación en Occidente. Al volver a sus países, optaron por
reivindicar su cultura como base del nacionalismo que inspiró sus movimientos.
La base social de estos grupos independentistas se hallaba en las burguesías comerciales y
administrativas que conformaban la minoría dominante local y que aportaron los dirigentes y
los recursos necesarios.
- Los cambios en la opinión pública
La conciencia antiimperialista fue adquiriendo importancia en los países occidentales
desde los años veinte. En 1918 el presidente estadounidense Wilson planteó sus catorce puntos,
entre los que se incluía el derecho de autodeterminación de las colonias. Las muestras de esta
crítica al colonialismo fueron abundantes: por ejemplo, en 1927 se creó en Bélgica la «Liga
contra el Imperialismo», formada por políticos e intelectuales.
El cambio en la opinión pública se intensificó por la acción de distintos agentes: las iglesias
cristianas (católicas y protestantes) impulsaron iniciativas contra el imperialismo, los
llamamientos de los partidos socialistas contra el imperialismo fueron calando entre las clases
populares y sectores intelectuales, y desde la URSS se difundió también un pensamiento muy
beligerante contra el imperialismo y favorable a la independencia de las colonias.
- El papel de la ONU
La posición de la ONU respecto del problema colonial, que recogía el espíritu de lo firmado
en la Carta del Atlántico de 1941, favoreció igualmente el proceso de autodeterminación de
los territorios coloniales.
Más de la mitad de los Estados fundacionales de la ONU habían sido colonias. Este hecho
influyó enormemente en el tratamiento del tema colonial.
Su carta fundacional ya recogió en 1945 la oposición al colonialismo y definió, además, el
derecho de autodeterminación de las colonias. En 1952, incluyó en la Declaración Universal

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de los Derechos Humanos el derecho que tienen los pueblos colonizados a disponer de sí
mismos. Y en 1960 su resolución 1514 condenó el colonialismo.
- La rentabilidad de los imperios
El mantenimiento de los imperios generaba una serie de costes económicos y políticos que
hacían dudar de su rentabilidad. Los costes económicos del control y administración del
territorio pesaban sobre las metrópolis, empobrecidas a causa de la Segunda Guerra Mundial,
mientras que los beneficios económicos no justificaban esas cargas.
- La influencia de la guerra fría
El sistema de bloques influyó notablemente en el proceso descolonizador. Tanto Estados
Unidos como la URSS se oponían al colonialismo.
En el caso estadounidense, su propio origen colonial y la defensa de los valores democráticos
predisponían a este país a defender la emancipación de las colonias. A estas razones se unían
otras menos altruistas, como captar los mercados coloniales y alinear a los nuevos países en el
bloque occidental.
Por su parte, la URSS mantuvo una fuerte hostilidad a los imperios coloniales por motivos
ideológicos y para atraer a su bloque a los nuevos países.
- La Conferencia de Bandung
Los países que se iban independizando intentaron tomar posiciones conjuntas y se
convirtieron en un modelo para los demás. La iniciativa más importante fue la Conferencia de
Bandung de 1955, que, convocó a los países recientemente independizados de Asia y África
con el objetivo de posicionarse ante la política de bloques.
Asistieron a la conferencia algunos de los líderes de los nuevos países: el presidente egipcio
Nasser, Sukarno –presidente de Indonesia–, Nehru –de la India–, Tito –de Yugoslavia–, etc.
Tuvieron un relevante papel en su desarrollo y en la creación del Movimiento de Países No
Alineados.
La conferencia fue un importante acelerador de la conciencia anticolonialista, pues dio un
apoyo moral fundamental a los movimientos independentistas. Los firmantes debían:
• Ayudar a los diversos movimientos independentistas.
• Impedir la instrumentalización de los nuevos países por parte de alguno de los dos
bloques en conflicto.
• Condenar el imperialismo. Esto era compatible con la cooperación económica con los
Estados desarrollados.
2. ETAPAS DEL PROCESO DESCOLONIZADOR.
La descolonización se inició en el subcontinente indio para luego extenderse por el resto de
Asia y África. Podemos distinguir tres grandes etapas que permiten establecer una cronología
del proceso.
• Una primera etapa inicial situada entre 1945 y 1955. Esta fase afectó sobre todo al
continente asiático y a los países de Oriente Medio. También supuso la toma de
conciencia del Tercer Mundo y del no alineamiento, como ya se ha señalado, cuyo
máximo exponente fue la Conferencia de Bandung de 1955.
• La segunda etapa abarca el período entre 1955 y 1970. Su principal característica fue la
expansión del fenómeno descolonizador por toda África y los últimos territorios asiáticos
(excepto Omán y los Emiratos Árabes Unidos, que siguieron bajo protectorado británico).
En esta etapa tuvo un relevante papel la ONU a través de la Resolución 1514 de 1960,
• La última etapa se refiere al período comprendido entre 1970 y la actualidad. Supone la
independencia de las últimas colonias africanas y de otros territorios de diferentes zonas

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del mundo que suponían residuos de la etapa colonial, como Hong Kong o Timor
Oriental, perteneciente al antiguo Imperio portugués y ocupada luego por Indonesia. Aún
hoy existen zonas del mundo que la ONU considera territorios no autónomos, algunos
de los cuales son todavía reminiscencias de los imperios coloniales; es el caso de
Gibraltar.

3.-La descolonización de Asia.


Asia fue el primer continente en descolonizarse después de la Segunda Guerra Mundial. La
emancipación de las colonias siguió dos modelos diferentes: el primero se produjo en el Imperio
británico mediante el diálogo y los acuerdos con las élites locales; el segundo comportó el
enfrentamiento y la guerra colonial, y se dio en las posesiones francesas y de los Países Bajos.
3.1 La independencia del Imperio británico en Asia.
La India.
La descolonización del Imperio británico fue un modelo poco conflictivo, negociado entre las
colonias y la metrópoli. Esto se debió al tipo de relaciones políticas y económicas que Londres
había establecido con sus colonias: una administración colonial indirecta, que concedía amplia
autonomía a los gobiernos locales. Además, se estableció la Commonwealth (definía a todos los
territorios del Imperio británico y que tras la descolonización se utilizó para definir a una
institución internacional creada para fomentar la cooperación entre el Reino Unido y sus
antiguas colonias) que promovía la cooperación económica entre las colonias y la metrópoli.
El proceso descolonizador se gestó durante la Segunda Guerra Mundial. Los intentos de
acuerdos entre los británicos y los dos partidos independentistas –el Partido del Congreso,
liderado por Nehru y Gandhi, y la Liga Musulmana, liderada por Alí Jinnah– no tuvieron
éxito.
Tras la guerra. El líder indio Gandhi propugnó la política de resistencia pasiva, que se
basaba en la negativa de la población a cooperar con las autoridades coloniales británicas, pero
sin recurrir a la violencia. El gobierno británico decidió que la mejor solución era la concesión
de la independencia.

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El proceso descolonizador siguió las pautas del Plan Mountbatten. Este plan consistía en
dividir la India en dos Estados según las creencias religiosas de sus poblaciones: la Unión
India, que agrupó a la población hindú, y Pakistán, que agrupó a la población musulmana.
De esta manera, en agosto de 1947, el gobierno inglés firmó la transmisión de poderes e
India y Pakistán accedieron a la independencia. Ambos países nacieron en un clima de
desconfianza y enfrentamiento.
El enfrentamiento entre Pakistán y la India se ha prolongado hasta la actualidad. El conflicto
más grave se ha centrado en la disputada región de Cachemira, territorio incluido en gran parte
en India pero con población mayoritariamente musulmana. Ha sido la causa de tres guerras
(1947, 1965 y 1971) y de frecuentes escaramuzas fronterizas.
La independencia del resto de posesiones británicas en Asia
Ceilán logró su independencia también en 1948, tras un breve período de autonomía iniciado
en 1946. Se trató de un proceso pacífico que facilitó la permanencia del nuevo Estado en la
Commonwealth.
En 1948, Reino Unido concedió la independencia a Birmania, después llamada Myanmar,
aunque no se integró en la Commonwealth.
El proceso más complicado se produjo en Malasia. Era un territorio en el que vivían
numerosas razas y religiones, cuyo único nexo común era su pertenencia al Imperio británico.
La independencia se produjo en 1957, año en que se constituyó la Unión Malaya, más tarde
llamada Malaysia, que permaneció en la Commonwealth.
3.2.- Las colonias francesas y holandesas
Indochina.
En la Indochina francesa, la finalización de la Segunda Guerra Mundial significó la
declaración unilateral de independencia por parte de la Liga por la Independencia del
Vietnam, movimiento controlado por los comunistas. Francia no reconoció la independencia y
optó por la solución militar. La guerra entre ambos se inició en 1946.
El conflicto se prolongó ocho años, hasta la derrota definitiva del ejército francés en Dien
Bien Phu (1954). Francia reconoció la independencia de sus colonias indochinas en la
Conferencia de Ginebra de 1954.
El territorio vietnamita quedó dividido por el paralelo 17. En Vietnam del Norte se instauró
un régimen comunista presidido por Ho Chi Minh, y en Vietnam del Sur, un régimen
prooccidental sostenido por franceses y estadounidenses. Ambos regímenes se enfrentaron
militarmente hasta 1975. De la victoria de Vietnam del Norte surgió la unión de los dos países y
la formación de la República Socialista de Vietnam en 1976.
Indonesia
Indonesia había sido desde el siglo XVIII una colonia holandesa. Después de la Segunda
Guerra Mundial se declaró independiente. Holanda no reconoció la independencia y decidió
mantener el dominio colonial por la fuerza. La guerra comenzó en 1947. Las presiones
internacionales y las dificultades militares de un país con problemas económicos y un ejército
escaso, obligaron al gobierno holandés a reconsiderar su política colonial, y en 1949 aceptó la
independencia.

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4.-ORIENTE PRÓXIMO Y EL MAGREB.
4.1.- Una descolonización problemática.
Se trata de una región políticamente compleja, en la que se han originado algunos de los
principales conflictos internacionales de los últimos años.
La conflictividad se debe a tres razones principales:
• Allí se asientan las reservas de petróleo más importantes del planeta, por lo que la región
tiene un papel estratégico mundial.
• La desmembración del Imperio turco tras la Primera Guerra Mundial se realizó
apresuradamente. Sus territorios se repartieron entre Reino Unido (que logró Irak,
Palestina y gran parte de Arabia) y Francia (que obtuvo Siria y Líbano). Pero el trazado
de fronteras se hizo sin preocuparse por las necesidades de cada territorio. Además, estas
potencias instauraron en el poder a oligarquías corruptas. Los nuevos países nacieron
con problemas fronterizos y una fuerte inestabilidad interna.
• La creación del Estado de Israel, en territorios hasta entonces árabes, ha originado
conflictos que se han prolongado hasta hoy.
4.1 -La creación del Estado de Israel
Los orígenes del conflicto.
El problema árabe-israelí se remonta a finales del siglo XIX con la aparición del
movimiento sionista, que defendía la creación de un «hogar nacional » para el pueblo judío en
los territorios de Palestina.
En 1922 Reino Unido obtuvo el mandato sobre Palestina y permitió la paulatina llegada de
colonos judíos. Pero la afluencia masiva se produjo durante la Segunda Guerra Mundial
huyendo de la persecución nazi y se redobló acabado el conflicto, cuando muchos decidieron
abandonar Europa.
El asentamiento de tanta población nueva no tardó en provocar enfrentamientos con los
palestinos que vivían allí. El Reino Unido propuso la partición del territorio entre árabes y
judíos, pero ninguna de las dos comunidades aceptó la medida.

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El asunto pasó a la ONU. En la Asamblea General se aprobó la propuesta de partición,
principalmente gracias al apoyo estadounidense, donde la comunidad judía tenía un gran poder.
Jerusalén se mantenía como espacio internacional sin pertenecer a ninguno de los dos Estados.
El plan fue aceptado por los judíos, pero no por los árabes. Los árabes se negaban a la
creación de un Estado judío en una tierra que consideraban suya; además argumentaban que el
territorio asignado a los palestinos estaba fragmentado en regiones aisladas.
Las guerras entre árabes e israelíes
La aplicación del plan se realizó en 1948. El Reino Unido se retiró de la zona y se proclamó
el Estado de Israel. Inmediatamente los países árabes y los palestinos intentaron invadir el
territorio judío y estalló la primera guerra árabe-israelí (mayo 1948-enero 1949). La victoria
israelí le permitió ampliar su territorio y, con ello, la capacidad para recibir nuevos inmigrantes.
Paralelamente surgió el problema de los refugiados palestinos, ya que más de 700.000
palestinos se vieron obligados a abandonar las tierras ocupadas por Israel y se establecieron en
la región de Cisjordania y el sur del Líbano.
Desde entonces, Israel y sus vecinos han tenido varios conflictos:
• En 1956, estalló una nueva guerra a causa de la nacionalización del canal de Suez por parte
del presidente Nasser. Franceses, ingleses e israelíes atacaron Egipto y derrotaron
fácilmente a su ejército, pero las presiones estadounidenses y soviéticas les obligaron a
retirarse y firmar un acuerdo de paz. Fue la segunda guerra árabe-israelí.
• Once años después, en 1967, volvió a estallar una nueva guerra, la tercera guerra árabe-
israelí o guerra de los seis días Tras un período de tensión entre Israel y sus vecinos,
Egipto bloqueó el golfo de Aqaba, considerado esencial para la navegación israelí. El
Estado judío lanzó un «ataque preventivo». En poco tiempo las fuerzas israelíes derrotaron
a sus vecinos (Egipto, Jordania y Siria) y lograron conquistar y ocupar «franjas de
seguridad» en todas sus fronteras con la excusa de protegerse frente a nuevos ataques.
• La cuarta guerra árabe-israelí o guerra del Yom Kippur se produjo en 1973 cuando
Egipto y Siria lanzaron un ataque para recuperar los territorios perdidos en la guerra
anterior. Los israelíes infligieron severas derrotas a ambos países.
Ninguno de estos conflictos ha resuelto la devolución de los territorios conquistados por
Israel y la creación de un Estado palestino.
Desde 1973 no ha habido más guerras entre Israel y sus vecinos. Las relaciones entre Egipto
e Israel se normalizaron gracias a los Acuerdos de Camp David de 1978. Sin embargo, sí han
existido conflictos indirectos, como la guerra civil del Líbano (1975-1990) y la breve invasión
israelí del sur del Líbano en 2006, para luchar contra los grupos terroristas de Hezbolá.
El problema palestino
El problema palestino hace referencia al conflicto que mantienen los palestinos con Israel
por la consecución de un Estado viable. Tiene su origen en la ocupación israelí de Gaza y
Cisjordania a raíz de la guerra de los seis días. Esta ocupación provocó un verdadero éxodo de
palestinos. Los israelíes poblaron esos territorios con colonias.
Los primeros signos de resistencia palestina se concretaron en la formación de la OLP
(Organización para la Liberación de Palestina, Formada en mayo de 1964 para unir a todos los
grupos políticos palestinos.) en 1964, que atacaba a Israel mediante acciones terroristas. Esta
política se prolongó hasta los años setenta, ya con Yasser Arafat al frente de la organización.
Su renuncia al terrorismo posibilitó que la ONU reconociera a la OLP como representante del
pueblo palestino en 1974. La nueva forma de lucha de los palestinos fue la Intifada (Revuelta
de la población civil palestina contra la ocupación israelí) de 1987.
La Conferencia de Madrid de 1991 inició la aproximación entre ambos bandos, que acabó
plasmándose en los Acuerdos de Oslo de 1993 por los que se crearon zonas autónomas

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gobernadas por los propios palestinos a través de la denominada Autoridad Nacional Palestina
(ANP)
El retraso en la culminación del proceso y el recrudecimiento de la tensión entre la ANP e
Israel llevaron a una segunda Intifada en 2000. Además, entre los palestinos ganaron terreno
los radicales islamistas de Hamas, que han utilizado el terrorismo para atacar a Israel. Los
acuerdos sobre el control palestino de Gaza, en noviembre de 2005, abrieron posibilidades para
comenzar a resolver el conflicto. Sin embargo, el triunfo de Hamas en las elecciones palestinas
de 2006 supuso un nuevo alejamiento de Israel, lanzó en 2009 un ataque sobre Gaza sin lograr
doblegar a Hamas. Desde entonces la situación permanece estancada.

4.3.- Los nuevos Estados árabes


Tras la Segunda Guerra Mundial, los protectorados y colonias en los territorios árabes
desaparecieron y los diferentes países se independizaron. . Muchas de las monarquías de la
época colonial fueron derrocadas a partir de la década de 1950 mediante golpes de Estado o
revueltas populares y fueron sustituidas por repúblicas.
Las relaciones internacionales en la zona estuvieron siempre marcadas por el enfrentamiento
con Israel. La mayor parte de estos nuevos regímenes promovieron un resurgimiento de la
conciencia árabe. Este movimiento panarabista propugnaba tanto la unidad del islamismo
como la cooperación frente al enemigo común: Israel. Estos países fueron poco favorables a la
colaboración con Occidente, a quien consideraban proisraelí.
Irak
Desde su independencia del Reino Unido en 1932 estuvo gobernado por una monarquía.
Pero en 1958 un grupo de oficiales la derrocó e implantó una república. En este país surgió el
partido Baas (Partido político formado en 1953 y que mezcla algunos aspectos de la ideología
islámica con el pensamiento marxista, aunque sus fundamentos son laicos), que dio un golpe de
Estado en 1963 y se hizo con el poder. A pesar de las disidencias internas y de los graves
problemas ocasionados por la guerra civil contra los kurdos (1961-1970), el Baas consiguió
mantenerse en el gobierno. Dentro de ese partido destacó la figura de Sadam Hussein, que fue
ascendiendo puestos hasta que en 1979 se hizo con la jefatura del Estado e implantó una
dictadura.

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Irán
Irán es un país de raíz islámica pero no árabe. Formalmente era una monarquía gobernada
por el sha Reza Pahlavi, cuya dinastía se había entronizado en 1925.
Este régimen autoritario promovió el desarrollo y la occidentalización del país, que se
mantuvo relativamente estable hasta 1973. Desde esa fecha y hasta 1979 las condiciones
socioeconómicas se deterioraron y creció el malestar popular. Todo ello, en el contexto de una
corrupción generalizada y de una creciente influencia estadounidense
En 1979 una revolución encabezada por el clero chiita , Jomeini derrocó al sha e implantó
una república islámica, radicalmente antioccidental y antiisraelí, que aún perdura.
Egipto
En Egipto la derrota sufrida en la primera guerra árabe-israelí provocó la revolución de
1952 y el derrocamiento de la monarquía. Ello significó la subida al poder de un grupo de
militares nacionalistas dirigidos por Nasser; y el final de un régimen corrupto e impopular
impuesto por las antiguas potencias coloniales.
La nacionalización del canal de Suez en 1956 dio un gran prestigio al nuevo gobierno.
Nasser llevó a cabo un programa laico y de orientación socialista y fomentó el panarabismo:
llegó a fundar la breve República Árabe Unida (RAU), que englobaba a Egipto, Siria y
Yemen, aunque fracasó.
Siria
En Siria, independiente desde 1946, fue ganando influencia el partido Baas, de tendencia
socialista y partidario de la unidad árabe. Este partido impulsó la creación de un Estado común
con Egipto, la llamada República Árabe Unida (RAU), que se aprobó por plebiscito en 1958.
Sin embargo, tres años después, la oposición a la unificación había crecido mucho y el ejército
sirio proclamó la independencia respecto de Egipto.
En 1963 un golpe de Estado impulsó una política económica socializadora y paulatinamente
se produjo un acercamiento al bloque socialista, que se refrendó con la firma en 1980 de un
tratado de amistad y cooperación con la Unión Soviética.
Siria intervino en la guerra civil del Líbano en 1976 y ha tenido una fuerte influencia en ese
país que se mantiene en la actualidad.
Las monarquías teocráticas
En la península Arábiga se instauraron férreas monarquías autoritarias regidas por la ley
islámica. Las familias reales de estos países poseen en propiedad las enormes reservas
petrolíferas y viven en la opulencia. A nivel internacional, se alinearon claramente con el mundo
occidental, al que suministran gran parte de su petróleo.

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4.4.- La descolonización en la región del Magreb.
En la región del Magreb existieron movimientos partidarios de la descolonización desde los
inicios de la década de 1950. La cronología del proceso fue dilatada, pues se inició en 1956 con
la independencia de Marruecos y concluyó en 1975 con la retirada española del Sahara
Occidental.
Argelia
Argelia fue una importante colonia de poblamiento perteneciente al Imperio francés. Las
primeras demandas del nacionalismo argelino se remontaban a la Primera Guerra Mundial, pero
adquirieron más intensidad durante la Segunda Guerra Mundial, cuando se propuso una
república autónoma pero federada con Francia.
En 1947 el gobierno francés concedió un estatuto de autonomía a Argelia. Este estatuto no
satisfizo a los nacionalistas, que vieron reforzadas sus demandas con la derrota francesa en
Indochina. El descontento entre la población musulmana argelina fue aumentando. En 1954 se
creó el Frente de Liberación Nacional (FLN) que defendía la guerra como medio para lograr
la independencia. Ese mismo año se inició un largo conflicto armado (1954-1962) entre las
fuerzas francesas y el FLN.
La guerra se prolongó porque el gobierno francés dedicó enormes esfuerzos para mantener
Argelia por las siguientes causas:
• Las presiones de la población francesa asentada en la colonia, cerca de un millón de
personas con intereses económicos y personales muy arraigados en Argelia.
• El desprestigio político que supondría la pérdida colonial de un territorio tan significativo.
Este aspecto era importante entre los militares, que consideraban la independencia como
una catástrofe nacional.
• Los intereses económicos de las empresas francesas en Argelia.
La guerra provocó una grave crisis política en la metrópoli, donde los métodos represivos
utilizados por las fuerzas francesas conmocionaron a muchos sectores sociales. La crisis política
supuso la vuelta al poder del general De Gaulle y la creación de la V República francesa.
El nuevo gobierno inició conversaciones con el FLN en 1961, que culminaron con la
concesión de la independencia en 1962. La violenta oposición de los colonos franceses se
manifestó en la creación de un grupo terrorista: la OAS (Organisation de l’Armée Secret). Su
finalidad era intentar frenar el proceso descolonizador.
El nuevo gobierno argelino instauró un régimen socialista de partido único, el FLN. Sin
embargo, inmediatamente las disensiones en el partido dieron lugar a un conflicto armado que
acabó en 1963 con la subida al gobierno de Ben Bella y la aprobación de una Constitución con
fuertes poderes para el gobierno, que pronto se convirtió en una dictadura. En política exterior
Argelia se decantó por el bloque socialista, aunque mantuvo la neutralidad.
Marruecos
La independencia marroquí tuvo unas características distintas a las de Argelia. Marruecos era
un protectorado dividido entre España (que controlaba la región del Rif) y Francia. En el
territorio bajo su control, Francia ejercía la autoridad a través de autoridades locales –el sultán–.
La presencia francesa directa era escasa, y las inversiones económicas, poco importantes; en
consecuencia, su interés por la zona no era comparable al que tenía por Argelia. Por estas
razones la descolonización no fue conflictiva.
A principios de los años cincuenta surgieron movimientos independentistas, como el
Istiqlal, que poco después se transformaron en grupos armados. Estos movimientos
promovieron la rebelión, especialmente en las ciudades. Ante esta situación Francia inició
negociaciones con los poderes locales. Los acuerdos se concretaron en 1956, año en que se
reconoció la independencia de Marruecos y se proclamó a Mohamed V como rey.

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España, por su parte, poseía la zona del Ifni y la región del Rif. En 1956 nuestro país cedió a
Marruecos la región del Rif. El Ifni, tras una breve guerra, pasó a ese país en 1969.
El Sahara Occidental
El Sahara Occidental permaneció vinculado a España mucho más tiempo, pues su
independencia no se produjo hasta 1975. Desde finales de los años sesenta el Sahara se integró
en la metrópoli como una provincia administrativa más. Pero paralelamente fue surgiendo un
movimiento independentista que se plasmó en 1973 en la creación del Frente Polisario
(Movimiento político y militar creado en el Sahara Occidental para lograr la independencia.
Combatió primero contra la ocupación española y más tarde contra la de Marruecos y
Mauritania), que se enfrentó mediante guerrillas a las tropas españolas.
El caso de la descolonización del Sahara llegó a la ONU, que programó un referéndum sobre la
independencia para la primera mitad de 1975. No obstante, nunca se llegó a celebrar. La
descolonización fue fruto de las presiones marroquíes, cuyo gobierno no ocultaba su deseo de
hacerse con el territorio. Aprovechando la debilidad del gobierno español en un momento en el
que Franco se hallaba muy enfermo, el gobierno marroquí organizó la llamada Marcha Verde
(Movimiento de 350.000 marroquíes, organizado por su rey, para ocupar el Sahara español) y la
dirigió hacia las fronteras del Sahara español.
En esos momentos aparecieron dos opciones: o la retirada o el enfrentamiento militar. El
régimen de Franco, debilitado por la enfermedad del dictador, no podía entablar una guerra de
tipo colonial que no sería apoyada por la opinión pública nacional ni internacional. Optó
entonces por retirarse y ceder el territorio a Marruecos y Mauritania, transferencia plasmada en
los Acuerdos de Madrid de 1975.
5.- LA INDEPENDENCIA DEL ÁFRICA SUBSAHARIANA.
Cuando concluyó la Segunda Guerra Mundial solamente existían en África cuatro Estados
independientes: Egipto, Liberia, Etiopía y la Unión Sudafricana (que, aunque se independizó
formalmente del Reino Unido en 1961, de hecho era ya independiente desde los años treinta).
Pero entre 1955 y 1975, todas las colonias africanas lograron la independencia (con la
salvedad de Namibia, que se independizó de Sudáfrica en 1990).
África fue el continente que más tardó en completar su descolonización. Esta circunstancia
se explica por la pervivencia de estructuras sociales primitivas y por la debilidad de sus
instituciones políticas y económicas.
El panafricanismo (Corriente política que promueve la unidad de los pueblos africanos) fue un
factor importante en la toma de conciencia de la población del continente y en el
desencadenamiento de la lucha por su independencia. Su papel como promotor de la unidad y
solidaridad entre los pueblos africanos se plasmó en la creación de la Organización de la
Unidad Africana (OUA) en 1963.
En el proceso descolonizador del continente africano se diferencian cuatro áreas
geopolíticas, definidas fundamentalmente por la pertenencia a una metrópoli u otra).
• África británica. Se extendía por todo el continente; constituía el imperio colonial más
importante y extenso. Los modelos de régimen colonial eran diversos, pero todos ellos se
regían mediante la administración indirecta.
• África francesa. Se repartía por las regiones de la mitad norte y la zona ecuatorial.
También se aplicaron diversos modelos de régimen colonial, pero la administración difería
de la británica y dependía directamente de la metrópoli, propiciando la asimilación*.
• África belga. Los territorios coloniales belgas se localizaron en el centro del continente –
Congo–. El régimen colonial procuró siempre la integración en la metrópoli.
• África portuguesa. Se extendía por las zonas occidental y sur del continente. Su régimen
colonial fue evolucionando también desde la integración a la provincialización de los

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territorios. La independencia de sus colonias se produjo tras unas sangrientas guerras en
Angola y Mozambique.
Además de estas zonas había otras pequeñas colonias pertenecientes a otros países europeos,
como España, que poseyó Guinea Ecuatorial hasta 1968, o Italia, que dominó parte de Somalia
hasta 1960.
El África negra británica
Los territorios coloniales ingleses en África fueron consiguiendo su independencia de una
forma pacífica y pactada con la metrópoli.
El primer país que logró la independencia del Reino Unido fue Ghana en 1957; el proceso
descolonizador se acordó entre el gobierno británico y Nkrumah, el principal dirigente
nacionalista y líder del panafricanismo.
Este modelo sirvió de ejemplo para otros países dominados por el Reino Unido: Sierra
Leona, Nigeria, Uganda, etc. La única excepción fue Kenia, donde la aparición del grupo
guerrillero Mau-Mau provocó una verdadera guerra colonial entre 1950 y 1956; en 1963 logró
la independencia, y ocupó el poder Jomo Kenyatta.
A pesar de que el proceso de descolonización fue pacífico en casi todas las colonias africanas
del Reino Unido, los problemas surgieron después de la independencia por la dificultad de
integrar pueblos muy distintos en Estados de creación artificial. Un ejemplo fue el conflicto de
1967 en la región de Biafra, en Nigeria, que derivó en una feroz guerra civil desencadenada por
el intento de segregación de este territorio.
El África negra francesa
La mayor parte de las colonias francesas alcanzó su independencia hacia 1960. Aunque la
metrópoli promovió la creación de una Comunidad Francesa en 1958, no logró frenar el impulso
independentista de los movimientos nacionalistas, promovidos por personalidades como Sekou
Touré en la Guinea francesa o Leopold S. Senghor en Senegal. Estos movimientos y partidos
desempeñaron un papel crucial tanto en la independencia como en la configuración de los
nuevos Estados.
El Congo Belga
El Congo era la mayor colonia que poseía Bélgica. El gobierno belga mantenía excluida de
la administración a la población indígena. Pero la existencia de enormes riquezas mineras en el
territorio había fomentado la creación de grupos sociales acomodados que se fueron inclinando
paulatinamente hacia el nacionalismo. Bélgica concedió la independencia en 1960, y nació la
República del Congo. A pesar de ello, el control económico del nuevo país lo mantuvieron las
compañías mineras europeas y estadounidenses. Desde entonces, el país ha cambiado varias
veces de nombre (Zaire y República Democrática del Congo).
El África portuguesa
La descolonización de las colonias portuguesas fue la más tardía. Ello se explica por la
existencia en la metrópoli de una dictadura que había pretendido asimilar esos territorios, a los
que consideraba como parte de Portugal. A pesar de esta política asimilacionista, los
movimientos nacionalistas surgieron en todas las colonias –Cabo Verde, Mozambique y
Angola– durante los años cincuenta.
La postura intransigente mantenida por Portugal inclinó a estos movimientos hacia la guerra.
De este modo, la metrópoli se vio inmersa en una guerra de guerrillas desde 1961. El conflicto
se prolongó hasta 1974, con un elevado coste económico y humano.
La impopularidad de la guerra fue la principal causa de la llamada Revolución de los
Claveles, rebelión militar que derrocó a la dictadura portuguesa en abril de 1974. A partir de esa
fecha se iniciaron rápidamente los procesos de descolonización de los diversos territorios: Cabo
Verde, Mozambique .y Angola en 1975

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6.- LA HERENCIA COLONIAL.
6.1. Los problemas de los nuevos países
Los nuevos países descolonizados se tuvieron que enfrentar a nuevos y graves problemas,
tanto económicos como políticos. Algunos de ellos fueron herencia del proceso de
descolonización, pero otros derivaban de sus dificultades para integrarse en el sistema
económico internacional y para conseguir la estabilidad interna.
Una primera limitación fue la situación de empobrecimiento económico en la que iniciaron
su andadura. Esta situación estaba caracterizada por niveles de renta per cápita muy bajos,
predominio del sector primario, escasez de infraestructuras de comunicaciones, dependencia
comercial y tecnológica de los países ricos y crecimiento económico muy bajo.
A nivel social el principal problema fue la insuficiencia de las estructuras sanitarias y
educativas que impedían el desarrollo futuro y provocaban que el nivel de bienestar fuese muy
bajo.
Un tercer factor fue la inestabilidad política. Los nuevos Estados intentaron copiar los
modelos políticos dominantes en ese momento: bien la democracia liberal, bien la dictadura
comunista. Pero la aplicación de estos modelos sobre situaciones sociales y culturales muy
distintas a las occidentales acabó fracasando y generando situaciones de inestabilidad política
casi crónicas.
En muchos de estos países se han instaurado dictaduras militares más o menos pintorescas y
feroces, o regímenes pretendidamente revolucionarios.
Así mismo, muchos de estos nuevos países estaban asolados por conflictos internos. La
formación de países con una gran heterogeneidad étnica, religiosa o cultural ha generado
numerosos conflictos, algunos de los cuales acabaron convertidos en verdaderas guerras civiles
de gran crueldad (Ruanda y Burundi, Biafra, Liberia, Eritrea, Sierra Leona, Sri Lanka…).
Algunos de estos conflictos se intensificaron por la intervención de otros países que pugnan por
mantener su influencia en la zona y controlar la producción de diversos recursos naturales.
El proceso de descolonización fue también la causa de conflictos internacionales a causa del
desacuerdo por el trazado de las fronteras que se hicieron pensando más en los intereses de
las metrópolis que en la realidad de los nuevos países. Por ello, zonas culturales homogéneas
quedaron partidas en diferentes Estados, con lo que desde el primer momento surgieron
conflictos. Ejemplos de ello los tenemos en las divergencias fronterizas entre India y Pakistán,

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Argelia y Marruecos, Irak e Irán, Libia y Chad, etc. Otros nuevos conflictos siguen apareciendo
como la reciente independencia de Sudán del Sur o la guerra civil de Malí.
6.2. La formación del Tercer Mundo
Desde mediados del siglo XX se conformó un grupo de países que padecían una situación de
subdesarrollo económico y de pobreza. Algunos de ellos eran los nuevos Estados surgidos de la
descolonización, aunque otros muchos existían desde hacía mucho tiempo.
El economista Alfred Sauvy, haciendo un símil con la situación de la sociedad francesa antes
de la revolución de 1789, definió este nuevo grupo de países como Tercer Mundo, concepto
eminentemente político que recordaba al tercer estado francés. El Tercer Mundo se definía por
contraposición al Primer Mundo –que se referiría a los países capitalistas desarrollados– y al
Segundo Mundo –que hacía referencia a los países socialistas.
Otro concepto también usado para llamar a este conjunto de Estados es el de países
subdesarrollados o países en vías de desarrollo.
Más recientemente, hacia 1980, surgió la expresión Norte-Sur para referirse a un mundo
dividido en dos realidades: un norte rico y un sur pobre. Esta nueva definición responde al
hecho de que la mayor parte de los países desarrollados se encuentran en el tercio norte,
mientras que los países del segundo grupo se sitúan al sur de estos. Se ha considerado una
división esquemática que oculta diversidades destacables, pero ha aportado una visión muy
descriptiva de la situación.

6.3. La evolución económica de los nuevos países


El paso de la economía colonial a la independencia
Las causas del subdesarrollo económico de los nuevos países se remontan a la dominación
colonial. Durante ese período las economías de las colonias se subordinaron a los intereses y
necesidades de las metrópolis. En los territorios coloniales no se desarrolló ningún mercado
interno viable ni se promovió la modernización económica. Esta herencia se sumó a la situación
de inestabilidad política en la que quedaron muchos de estos países tras la salida de las
administraciones coloniales.
Como consecuencia de todo ello, las condiciones para iniciar cualquier proceso de desarrollo
económico –dominio de la creciente complejidad del equipamiento industrial, exigencias muy
elevadas de capital para financiar equipos e instalaciones, y mano de obra cualificada y
formada– resultaron inalcanzables para muchos de los nuevos Estados. La situación se

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intensificó por la sucesión de gobiernos corruptos en muchos de estos países, que se
apropiaron de las riquezas nacionales en su propio beneficio.
Características del subdesarrollo
Los países del Tercer Mundo (principalmente las antiguas colonias) se caracterizan por los
siguientes rasgos:
• Desarticulación de su agricultura, orientada a la exportación e incapaz de satisfacer las
demandas alimenticias de su población.
• Crecimiento demográfico muy elevado, que generó una enorme presión sobre los
recursos.
• Recurso al endeudamiento como medio de compensar los déficits comerciales y de
financiar las necesidades de inversión. A menudo estos capitales acaban en manos de
particulares, debido a la corrupción.
• Aparición de unas desigualdades económicas y sociales extremas en las que una
minoría muy reducida ha concentrado la mayor parte de la riqueza y una gran mayoría ha
carecido de lo necesario para poder subsistir con dignidad. Esta división social tan radical
ha impedido la creación de un mercado interior potente y articulado.
• Grave déficit educacional que ha impedido a gran parte de su población acceder a una
formación absolutamente necesaria en un mundo dominado por los cambios científico-
técnicos. Como consecuencia, la productividad del trabajo se ha mantenido muy baja.
El neocolonialismo
Los países del Tercer Mundo se encuentran en una situación de dependencia económica a la
que se ha denominado neocolonialismo. Con este término se intentó definir una situación en la
que un territorio consigue la independencia política, pero mantiene una dependencia económica
de su antigua potencia colonizadora. Sin el dominio político directo, esta dependencia se logra
mediante el control de los mecanismos económicos –precios, regulaciones, distribución, etc.,–
pero también a través del control indirecto (corrupción, suministro de armas, etc.).
El neocolonialismo es visible principalmente a través de tres mecanismos: la dependencia
financiera, la dependencia tecnológica y, por último, la dependencia comercial.
• La dependencia financiera. Los países desarrollados han tenido interés en facilitar
préstamos a los subdesarrollados. Estos préstamos han creado una enorme deuda externa
de los países pobres que supone un freno a cualquier posibilidad de desarrollo.
• La dependencia tecnológica. El atraso tecnológico de los países del Sur les ha obligado
a comprar las tecnologías que necesitan a los países del Norte. Los pagos por este
concepto, que se denominan royalties, siempre han sido muy elevados y han impedido
desarrollar tecnologías propias.
• La dependencia comercial. La mayoría de los países del Tercer Mundo tienen una
situación de déficit comercial crónico, porque venden materias primas a precio muy bajo
y compran productos elaborados y tecnología a precios más elevados, con lo que la
balanza comercial es siempre negativa. La situación es tal que, en ocasiones, compran
materias primas en el exterior porque otros países desarrollados las venden a un precio
muy bajo gracias a que están subvencionadas por sus Estados. De esta manera se da la
paradoja de que les resulta más económico comprar estas materias primas en el extranjero
que producirlas ellos mismos, con la consecuente ruina de su agricultura.

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