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Dinámica de grupos. UNLaM.

Segundo cuatrimestre 20141

Unidad I
 Grupo: objeto y teoría Roberto Romero
Introducción
El grupo como hecho se refiere a la existencia del grupo como situación “real”, o los grupos reales concretos,
vivimos en grupo sin tomar conciencia de las leyes que determinan su funcionamiento interno.
A partir de la experiencia concreta se va produciendo un cierto nivel de conciencia, concepción ideológica
acerca de lo que “es” un grupo. De estas representaciones preconscientes y espontaneas de lo que es “un grupo”,
resulta una “noción” referida al reconocimiento del grupo como conjunto. Tenemos por un lado al grupo real, al
“hecho concreto” con sus propias leyes de funcionamiento, y por otro la representación y la noción respecto del
grupo en el cual estamos inmersos.
Para Anzieu las representaciones que cada individuo tiene del grupo son representaciones imaginarias,
fantasmadas o fantaseadas; los individuos participan, actúan, reaccionan, en función de dichas representaciones,
las que no son necesariamente conscientes. Pichón Riviere se refería a un funcionamiento “en dos canchas”; una
la del “grupo externo real”, concreto, y otra interna, la del “grupo interno” del sujeto, que no por imaginaria
menos real.
Conceptos: liderazgo, interacción, comunicación, cohesión, ansiedad, valencia, mentalidad grupal, clima de
grupo, locomoción, etc.
Problema epistemológico: hace falta una teoría unificada para comprender al pequeño grupo, que permita
acercarnos al grupo como el psicoanálisis nos permite acercarnos al sujeto ¿Qué variables fundamentales
determinan lo que ocurre en los grupos?, ¿Cómo combinar los diferentes factores que intervienen y atraviesan la
vida grupal, para lograr un sistema conceptual unificado, un modelo que conceptualice al grupo como objeto
formal abstracto?
Capítulo I: antecedentes significativos en el estudio de la problemática planteada
Cartwright y Zander discriminan dos periodos en el estudio de los grupos; según estos autores existe un primer
periodo caracterizado por la falta de trabajo directo con los grupos, periodo en el que se teorizó e incluso se
plantearon hipótesis básicas; aquí aparecieron figuras de suma importancia: Durkheim, Mac Dougall, Le Bon,
Freud, quienes especularon o teorizaron acerca de los grupos, pero no realizaron intervenciones sobre los
mismos.
Hacia 1930, con el desarrollo de la psicología social, se comienza a experimentar, se produce un acercamiento
empírico y se busca la correlación de variables. A partir de este momento –segundo periodo- el estudio de los
grupos enfoco el “hecho” emperico, tendió a identificar variables y a establecer relaciones de causalidad. Pero
no por ello se dejó de lado la problemática teórica y el planteo de hipótesis, ya que para comprender el
funcionamiento grupal se buscó integrar investigaciones y técnica con teoría. Una característica distintiva de
este segundo periodo, radica ´por el interés por la dinámica e interdependencia de los fenómenos observables,
con ello se apunta a la relación entre los distintos factores que hacen al todo grupal.
Investigadores: escuela lewiniana: la dinámica de grupos se encuentra en una zona intermedia de las ciencias
sociales. Convergen sobre la dinámica de grupos trabajos de la psicología, de la sociología y de la antropología.
Serán dos grandes genios de las ciencias humanas, Emilio Durkheim y Sigmund Freud, aquellos que sentaran
las bases de una psicosociología de los pequeños grupos. Freud estableció y esclareció las relaciones entre el
líder y el grupo, a través de su concepción de Ideal del Yo y los enlaces libidinales que regulan la existencia de
cualquier agrupamiento. Algunos años antes, Durkheim, fundador de la sociología francesa, poniéndose
doctrinariamente a las posturas nominalistas se interesó por el estudio de los grupos específicos: la familia, la

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Se agradece a todas las personas que ayudaron a la producción este archivo sea por uso de parte de sus resúmenes o de los análisis
que realizamos juntos, se omiten los nombres debido a que en algunos se desconoce quién realizo dicho resumen.
escuela, los sindicatos, creador de la expresión “dinámica de grupos”, produjo una serie de teorías y conceptos
relativos a la solidaridad y a las situaciones anómicas que contribuyeron significativamente a la comprensión de
los procesos colectivos, a la relación entre los miembros individuales de la sociedad y la sociedad misma.
Hobbes (corriente nominalista): para esta corriente los grupos no existen: grupo es un término colectivo que se
refiere a una multiplicidad de procesos individuales, y la noción de grupo se convierte en superflua en cuanto se
describen las acciones de los individuos y sus secuencias. Nada existe en el grupo que no haya existido
previamente en el individuo: las instituciones, creencias y prácticas, desde sus más amplios alcances hasta sus
menores, detalles siguen los principios de la psicología individual. Donde se encuentre interacción psíquica se
observaran los fenómenos sociales en su forma pura.
Para Tarde, también nominalista, “El hombre social es un somnámbulo”, sustentando esta aseveración en los
trabajos de Chracot sobre sugestión e hipnosis, reformulados por Bernheim, quien afirmaba que la hipnosis
constituye una forma externa de un proceso psicológico normal y general, incluso en estado de vigilia.
Introducida la noción de “sugestionabilidad normal en estado de vigilia” esta se desprendió de la clínica y pasó
a ser considerada como un efecto social inducido en una persona por otra e incluso una forma fundamental de
interacción entre personas, una forma de control social e la acción y la experiencia.
Según esta corriente si el mecanismo que produce los fenómenos sociales es el de la imitación, la sociedad nos
era más que un conjunto de hombres capaces de imitarse unos a otros, poseedores de rasgos comunes por
tratarse de copias de un mismo modelo. Lo individual explica así a lo social.
En el extremo opuesto encontraremos al realismo durkhemniano, que consideraba a la sociedad como
fundamental a los individuos como meros resultantes de las características de aquella. Según Durkheim siempre
que una serie de individuos se reúne en grupo emerge algo nuevo, cuya naturaleza no depende solo de los
individuos sino también de sus relaciones mutuas .
La conciencia colectiva deferirá específicamente de la individual porque ambas están compuestas por distintos
elementos. Las representaciones colectivas se encuentran “fuera del individuo” y llegan a su “mente” bajo la
forma de normas.
Según la escuela del determinismo social el individuo constituye solo una célula del cuerpo social, su portador y
su expresión. De acuerdo con Durkheim, el individuo aislado constituye una abstracción, fuera del grupo carece
de carácter definido.
En el extremo opuesto a las tesis individualistas encontraremos la idea de “mente de grupo” los hombres son
agentes de condiciones exteriores, y sus propósitos sus maneras de pensar, sentir e incluso su propio carácter le
son decretados por fuerzas sobre las cuales carecen de control. Ambas posturas ignoran el hecho de la
interacción y no consideran la las relaciones entre las partes y el todo. Ambas buscan, en consecuencia, una
concepción que posea el carácter de una sustancia o cosa a la que puedan atribuir sin riesgo propiedades
permanentes. Ninguna de ellas puede admitir el hecho de que los acontecimientos psicológicos a los que
llamamos sociales, o más específicamente grupales son relacionales o vinculares.
Retomando la idea de acción imitativa, Mc Dougal consideraba que el mecanismo de la inducción simpática de
las emociones era el factor central de la vida social y grupal.
Mead: la persona en cuanto puede ser objeto para sí, es esencialmente una estructura social y surge en la
experiencia social. Después de que ha surgido en cierto modo una persona se proporciona a si mismo sus
experiencias sociales. Y así podemos concebir una persona absolutamente solitaria. Pero es imposible concebir
una persona surgida fuera de la experiencia social. El contexto grupal regula permanentemente la identidad
personal, si bien esta última posee autonomía en función de su compleja estructura.
La polémica nominalismo – realismo quedó así superad por Mead, Freud a su vez estableció las bases sobre las
que se superaría esa otra falsa opción, individualismo-mente de grupo.
Pichón Reviere: existen acciones de grupo que solo son posibles cuando cada una de los participantes posee una
representación que incluye las acciones de los demás y sus relaciones. Representación preconsciente o
consciente, pero también, representación inconsciente. Sin tal representación (inconsciente) de grupo en cuanto
a objeto unitario, el grupo podría ser objetos de representaciones.
Freud plantea una doble problemática: por un lado la problemática del sujeto y por otro la problemática de los
procesos histórico- sociales, grupales en el interior del individuo. No se puede estudiar al individuo aislado la
psicología social es al mismo tiempo psicología individual es al mismo tiempo psicología social.
Para Le Bon el inconsciente es igual al inconsciente colectivo (inconsciente de grupo) no individual relativo a la
naturaleza humana.
Conducta de masa (Freud): la masa tiene carácter de creador de nuevos contenidos de cultura, reivindicando
incluso el carácter colectivo de la creación más estrictamente individual. Aquello que para Le Bon es lo
“asocial” para Freud es también un producto social; lo que para Le Bon aparece como lo irracional de los
fenómenos colectivos y las concepciones tradicionales se explicaría como formas de contagio y/o sugestión en
Freud aparece como el interrogante acerca de otra racionalidad distinta.
Familia: el individuo está ligado doblemente por lazos libidinosos al jefe y a los restantes miembros. En la masa
es un amor que tiene características de abstracto; los individuos no se aman por aquello que son, en realidad no
importa aquello que son, sino que todos participan de un amor que los unifica.
El fenómeno de pánico pone de manifiesto claramente la característica de los enlaces, ya que se produce cuando
matan al jefe y se rompen los lazos libidinales: los individuos cortan el lazo entre si cuando se corta el lazo con
el líder. La masa le proporciona al líder un poder significante y el jefe lo transforma en un poder personal. Freud
plantea algo aún mucho más complejo cuando se rompe la relación con el líder los individuos aparecen aislados
y egoístas, el individuo es básicamente narcisista y si no se lo contiene por la represión o la cultura siempre lo
encontramos en la emergencia de agresión. En las masas esa intolerancia narcisista a la presencia del otro,
aparentemente desaparece; la masa se une los integrantes se homogenizan y se comportan como si todos los
individuos formaran un único individuo, y la hostilidad aparece desplazada hacia otros grupos.
La identificación es el tipo de enlace afectivo más primario, anterior a las relaciones de objeto la primera
relación que establece el ser humano cuando nace porque necesita hacerse como otro para poder ser,
precisamente, un ser humano, estamos en la identificación primaria. El neonato necesita de otros con quienes se
ira identificando, las primeras identificaciones serán, por lo tanto, con los adultos que satisfacen sus
necesidades.
El Yo se hace a sí mismo, se modifica, se transforma, tomando al otro como modelo. (Futuro Ideal del Yo, que
luego pasara a ser Súper – Yo).
La eficacia del ideal colectivo proviene de la convergencia de los ideales del Yo individuales. Esa identificación
en el Yo común a todos aparece entonces como un enlace positivo, el sentimiento social. Identificación que
además homogeniza a los sentimientos y contrarresta a los sentimientos indudablemente presentes de hostilidad.

Fuentes significativas en el estudio sistemático de los grupos


La encuesta Hawthorne un trabajo de investigación realizado para la empresa de electricidad Western Electric
entre 1927 y 1932 dirigido por Elton Mayo, brindo información respecto a la organización de las empresas y los
métodos de trabajo y dio origen a su vez a las denominadas escuelas de las relaciones humanas, aportando
también una interesante comprensión sobre ciertos procesos grupales. Los grupos tienen relaciones con su
contexto inmediato: el contexto social en el cual todo pequeño grupo está incluido pasa a tener una significación
psicológica propia para el grupo. Se observó el desarrollo espontaneo de normas grupales que operaban como
modo de defensa ante las presiones externas.
Trigan Burrow, fundador de la sociedad psicoanalítica americana y uno de los primeros en reconocer el valor de
la interacción grupal para comprender la conducta e instrumentar al grupo como medio para obtener profundas
transformaciones.
Jacobo L. Moreno: sus aportes principales son dos; el psicodrama, donde instrumenta la noción del rol, define a
la personalidad como conjunto de roles cambiantes y rechaza una noción de personalidad como interioridad; su
segundo aporte lo constituye la sociometría que se preocupa fundamentalmente por comprender le estructura del
grupo, intentando medir los procesos afectivos de atracción y rechazo que se verifican en las relaciones
interpersonales.
Las unidades sociales – escribe- son antes que nada sistemas de preferencias, de tracción y repulsión mutuas.
Kurt Lewin: en un principio gestaltista, incorpora las nociones de espacio vital en el campo psicológico,
perspectiva que se refiere a como el individuo configura significativamente su situación. El grupo interesó
primero a Lewin en tanto contexto de conducta, pero progresivamente desarrolló un enfoque de carácter teórico
sobre los mismos. Lewin abandonó Alemania después de experiencias de persecución social, y en E.E.U.U.
también se encontró con problemas sociales, en particular con el prejuicio racial. Sus primeros trabajos estaban
orientados a dilucidar la psicología de los grupos minoritarios, con seguridad para comprender todo lo que
había experimentado. Lewin acuño la expresión “dinámica de grupos”.
La expresión dinámica de grupos fue utilizada de forma ambigua hasta la década del cuarenta, época en que
Lewin, consagro y popularizó dicho término en 1944, en un artículo que trataba acerca de la teoría y práctica de
la psicología social. ¿En qué se interesó la dinámica de grupos? Básicamente, intentó un conocimiento de la
naturaleza de los grupos y especialmente de las fuerzas psicológicas y sociales presentes en ellos.
Etimológicamente, dinámica proviene del griego dinamis, fuerza, la dinámica de grupos trataría entonces de
identificar las fuerzas operantes en los grupos, entendiendo por fuerzas a los procesos y a los distintos
movimientos que se verifican en el acontecer grupal, procesos que son, fundamentalmente de orden psicológico.
Cartwright y Zander definen a la dinámica de grupos como un campo de investigación dedicado a obtener
conocimientos sobre la naturaleza de los grupos, las leyes de su desarrollo y sus interrelaciones con el
individuo, otros grupos o agrupaciones mayores.
Sintetizando, la encuesta Hawthorne, la psicoterapia de grupo y la obra de Lewin y Moreno constituyen fuentes
directas en el surgimiento del estudio de los grupos. Los aportes de Freud a la comprensión del liderazgo y la
cohesión grupal, en Psicología de las Masas y Análisis del Yo, y los realizados por Durkheim, que estudio la
incidencia de los grupos anómicas sobre la conducta del individuo y vio en el grupo una fuente de identidad y
pertenencia.

10 características de los grupos


1. El grupo es una unidad que se manifiesta como una totalidad.
2. El grupo se presenta como una dinámica, como un proceso en continuo movimiento.
3. La dinámica del grupo es función de una energía que se desarrolla a partir de los integrantes y que se
expresa en las relaciones intergrupales y en la actividad del grupo como totalidad.
4. En todo grupo co-existen fuerzas contradictorias, unas tienden a favorecer la cohesión grupal y otras hacia
la desintegración, interjuego de fuerzas que debe entenderse en el grupo como totalidad; la tensión se
genera como consecuencia del interjuego entre fuerzas de integración y desintegración, que determinan a su
vez, niveles de tensión positiva o negativa.
5. Presencia de interacciones. En todo grupo verificamos la existencia de interacciones entre sus integrantes;
relaciones interpersonales: cada individuo, en el grupo, actúa y reacciona en relación a otros individuos;
estos intercambios pueden ser de carácter verbal o no verbal.
6. Emergencia de normas. La interacción recurrente dentro del grupo promueve expectativas que facilitan la
posibilidad de prever y anticipar la conducta, expectativas que finalmente se plasman en normas explicitas
o implícitas.
7. Roles individuales que dependen del interjuego de los roles grupales y de la dinámica grupal como un todo,
porque ningún rol puede ser comprendido únicamente a partir de las características del individuo que los
desempeña, sino que debe ser entendido en función de la dinámica total del grupo. El análisis del rol
supone tres niveles: social, interpersonal e individual.
8. La existencia de objetivos grupales. Estos pueden ser públicos o privados, objetivos compartidos por todo
el grupo o por algunos de los integrantes.
9. Existen sentimientos y emociones compartidas
10. La situación de grupo favorece la emergencia de deseos y fantasías que contribuyen a la formación de un
campo imaginario que se manifiesta por el surgimiento de la ilusión grupal.
Capitulo II:
Anzieu problema del narcisismo: todo pequeño grupo puede devolvernos una imagen distinta de lo que creemos
ser. Los grupos conllevan el riesgo de producir heridas narcisistas, pueden cuestionar nuestra autovaloración
menoscabando la autoestima. Lo que somos, lo somos en función del grupo: problematizar por los grupos, es
problematizarse también por la propia identidad.
El grupo también nos permite hacer frente a situaciones de ansiedad y de abandono. Esta función psicológica
del grupo remitiría, en última instancia, a las necesidades primarias y a las primeras relaciones de objeto. El
grupo brinda seguridad, opera como campo de control de ansiedades, pero también las genera; surge la idea de
“violación de la personalidad”, “el temor de ser absorbido por el grupo”.
Fases en el estudio de la dinámica de los grupos
a) Transformaciones sociales producidas por la industria masiva
b) Regulación de la necesidad de racionalizar todas la etapas de producción
c) Crisis del ’30 y Segunda Guerra Mundial.

 Ana María Fernández: el campo de lo grupal. Introducción y capítulo I


Elucidar es una: labor propositiva, una exploración acerca de… inacabada, sujeta a revisiones y ajustes
provisorios, aunque no por eso menos rigurosos se tratará de pensar sobre lo hecho mientras se buscará conocer
con mayor precisión eso que como hecho deberá ser deshecho, para entender su irradiada composición,
otorgando a la actividad de- constructiva un ligar central en la tarea de elucidación.
Tres momentos epistémicos:
1. Se organiza a partir de pensar al grupo como un todo. La influencia de la Gestaltheorie hizo posible
afirmar que en un grupo el “todo es más que la suma de las partes”. Hay allí una primera intuición,
aquella que entrega a los pequeños colectivos un plus irreductible a la suma de sus integrantes. Entre
1930 y 1940. Desde diferentes puntos de origen se inventa una nueva tecnología: el dispositivo grupal y
un nuevo técnico: el coordinador de grupos. Rápidamente se multiplican los diagramas técnicos y los
campos posibles de aplicación. Esos movimientos se sostuvieron desde una convicción: el grupo, en
tanto todo, es más que la suma de las partes.
2. Se focaliza alrededor de la búsqueda de organizaciones grupales; nuclea aquellos intereses que buscan
dar cuenta de las instancias de determinación que hacen posibles los movimientos grupales que habían
cobrado visibilidad en los dispositivos que se instituían por doquier. El psicoanálisis hace aquí aportes
insustituibles, tanto en el plano teórico como en el diseño y difusión de dispositivos grupales en el área
de la clínica psicoterapéutica.
3. Se perfila, justamente, a partir de las dificultades que presentan las disciplinas de objeto discreto para
abordar ciertas realidades disciplinarias sin caer en algún reduccionismo.
Capítulo I: el vocablo grupo y su campo semántico
Francés groupe. Castellano grupo. Italiano groppo o gruppo. Groppo aludía a un grupo de personas esculpidas
o pintadas, pasando hacia el siglo XVIII a significar una reunión de personas, divulgándose rápidamente su uso
coloquial. Otra de las características a señalar del groppo scultorico es que sus figuras cobran sentido cuando
son observadas como conjunto, más que aisladamente. Las lenguas antiguas no disponen de un término para
nombrar a una asociación de pocas personas que comparten algún objetivo común.
Líneas de significación:
Kruppa: masa redondeada. La masa redondeada parcia portar, implícitamente, la idea de círculo, en el sentido
de reunión de personas. Aun en la actualidad se elige la distribución circular del trabajo en grupos, implica, una
particular estructuración de los integrantes entre los integrantes, sentarse en círculo horizontaliza o democratiza
la relación entre los miembros del grupo.
La preocupación por la noción del individuo comparte el escenario de surgimiento en las ciencias humanas; con
ello nace dentro de la gran pregunta a la que estas nuevas áreas de saber intentan dar respuesta: ¿Qué es el
hombre? Cada una de ellas desde su ángulo de mira, pero todas preocupadas por la individualidad;
preocupación impensable dentro de las sociedades feudales. En las formas del ser social del feudalismo no
había lugar para ninguna pregunta sobre el individuo; si tenían una fuente de vigencia los interrogantes respecto
a las obligaciones de los hombres con Dios, por ejemplo, pero ausentes estaban las acciones de individuo,
individualidad, intimidad, éxito individual, felicidad personal.
El hombre, el mismo se tomara como objeto privilegiado de reflexión en estos campos de saberes; los tiempos
de las taxonomías serán reemplazados por la pregunta por el ser de lo humano. La temática de la subjetividad
adviene así al escenario filosófico- científico de la época. Puede pensarse entonces que la producción del
vocablo grupo es contemporánea a la formación de la subjetividad moderna y a la construcción del grupo
familiar restringido. La grupalización de la vida familiar al restringir la familia extensa, implicara algo más que
una reducción de personas. Sostiene un cambio significativo en los anudamientos subjetivos de los miembros.
El vocablo en su acepción actual, se producen aquel momento histórico que vuelve necesaria tal palabra para la
producción de representaciones del mundo social. Su nominación vuelve posible una forma de sociabilidad que
con la modernidad cobra suficiente relevancia en las prácticas sociales, como para generar una palabra
especifica.
Las transformaciones socio-históricas que dan origen a la constitución de la subjetividad moderna son parte de
los procesos de gestión de los pequeños agrupamientos, entre ellos la nuclearización de la familia. El vocablo
surge en el momento de constitución de la subjetividad moderna. Su etimología refiere a un número restringido
de personas asociadas por un algo en común.
¿Cuántos individuos conforman un grupo? Conjunto restringido de personas. El mero justarse no constituye un
grupo. Sera necesaria determinada actividad en común y ciertas formas organizacionales.

 ¿el fin de la ciencia? “Nuevos paradigmas, cultura y subjetividad.


Prigogine: respuesta final: nueves niveles de comprensión. Que la ciencia cuestione, interrogue al mundo, y lo
maravillosos es que en este dialogo con la naturaleza se crean nuevas preguntas y nuevas respuestas. Las
respuestas no son, sino que emergen. Una ciencia abierta, estamos recién el comienzo de la ciencia. Ahora
tenemos una tendencia de ir de lo complejo a lo simple; no podemos descomponer en mundo en pequeños
subsistemas independientes, porque cada pequeño subsistema independiente adquirirá propiedades muy
diferentes en relación al sistema considerado como un todo. No podemos descomponer al mundo en
interacciones aisladas, y suponer que entre ellas, no hay, a su vez, interacciones. El mundo aparece más como
un continuo, más como una entidad global.
Castagnino: cosmología: el estudio del universo implica el estudio de la totalidad de los subsistemas en él
contenidos. Irreversibilidad en la noción del tiempo. La cosmología está basada en dos capítulos de la física.
1-Teoría de la relatividad: el tiempo es meramente una ilusión, sustituido por la geometría del espacio- tiempo,
que, como entidad e cuatro dimensiones es inmutable y eterna.
2- La mecánica cuántica: la noción de tiempo coincide con la noción cotidiana que tenemos de él. Asimetría
sustancial, ya que percibimos por nuestra experiencia diaria, que el pasado es sustancialmente distinto al futuro.
Tiempo probabilístico: del universo laminar, lineal, reversible, no caótico y estable, se pasa uno turbulento, no
lineal, reversible, caótico que coincide mucho mejor con el universo real, que por cierto tiene esas propiedades.
Debemos introducir en cada subsistema genérico del universo la irreversibilidad a un nivel fundamental, ya que
todos estos subsistemas están vinculados.
Edgar Morín: si existe un pensamiento complejo, este nos era un pensamiento capaz de abrir todas las puertas,
sino un pensamiento donde siempre está presente la dificultad. Hay otra complejidad que proviene de la
existencia de los fenómenos aleatorios; hay un polo empírico y un polo lógico, la complejidad aparece cuando
hay a la vez dificultades empíricas y dificultades lógicas. Pascal dijo: “todas las cosa son ayudadas y ayudantes,
todas las cosas son mediatas e inmediatas, y todas están ligadas entres si, por un lazo que las conecta unas a
otras, aun las más alejadas. En esas condiciones considero imposible, conocer las partes si no conozco el todo,
pero considero imposible conocer el todo si no conozco las partes”. Primera complejidad: nada es realmente
aislado en el universo y todo está en relación.
El problema aislado aparece cuando la lógica deductiva se demuestra insuficiente para dar una prueba en un
sistema de pensamiento. En el campo de a microfísica dos proporciones contradictorias eran de hecho
complementarias, puesto que empíricamente os dos fenómenos aparecían en condiciones diferentes y
lógicamente se debían asociar dos términos que se excluyan mutuamente. Estas son las complejidades que no
podemos soslayar y que hay que enfrentar.
Todo está en todo y recíprocamente. Cada individuo en una sociedad es parte de un todo que es la sociedad,
pero esta interviene, desde el nacimiento del individuo, con su lenguaje, sus normas, sus prohibiciones, su
cultura, su saber, otra vez, el todo está en la parte. No significa que la parte sea un reflejo puro y simple de todo.
Cada parte conserva su singularidad y su individualidad pero de algún modo contiene al todo.
Es una problemática sumamente vasta, supone un fenómeno histórico y cultural.
No hay que establecer separaciones absolutas, buscamos la explicación de un todo a través de la constitución de
sus partes. Queremos eliminar el problema de la complejidad.
Nuestro universo es una di9alogica del orden y desorden. Dos nociones totalmente heterogéneas –que se
rechazan mutuamente-. El desorden no solo existe sino que desempeña un papel productor en el universo.
Debemos pues trabajar con el desorden y con la incertidumbre, es poner a prueba un pensamiento enérgico que
los mire de frente. El verdadero pensamiento es el que mira de frente, enfrenta el desorden y la incertidumbre.
Se creía que la organización dependía pura y simplemente del orden; la organización es lo que liga al sistema,
que es un todo constituido de elementos diferentes ensamblados y articulados. El todo tiene una cantidad de
propiedades y cualidades que no tienen las partes cuando no están separadas.
La sociedad es un todo cuyas cualidades retroactúan sobre los individuos dándoles un lenguaje, cultura y
educación. El todo, por lo tanto es más que las suma de las partes. Pero al mismo tiempo es menos que la suma
de las partes porque la organización de un todo impone constricciones e inhibiciones a las partes que las
forman, que ya no tiene entera libertad. Una organización social impone sus leyes, tabúes y prohibiciones a los
individuos, quienes no pueden hacer todo lo que quisieran. Ósea que el todo es a la vez más y menos que la
suma de las partes.

 Entre Bion y Kaés: la mentalidad de grupo y el aparato psíquico grupal


Mentalidad de grupo: esta mentalidad entraba en conflicto con el individuo, incapaz de reconocer como propio
lo que fuera que pudiera corresponderle en las manifestaciones de esta mentalidad puede producir.
Con la hipótesis del aparato psíquico grupal, R. Kaés intenta dar cuenta de las relaciones entre lo individual y lo
grupal. Postula la existencia de los grupos internos, cuyo paradigma es la fantasía, en particular la fantasía
originaria, y que son formaciones intrapsiquicas que tienen una estructura grupal interna, son grupos de adentro.
Bion define al grupo como un agregado de individuos en el mismo estado de regresión tal que esa regresión tal
que esa regresión los hace suponer que son algo más que un agregado.
Cada sujeto conserva las características de su propio aparato psíquico, y en este sentido dos aparatos psíquicos
no regresionan igual. El aparato psíquico grupal es, según lo define Kaés, una construcción común, porque
aunque lo construye cada uno, solo lo construye en esa puesta en común que es la situación grupal.
Unidad II
 Berger y Luckmann: la construcción social de la realidad. III La sociedad como realidad subjetiva.
a) Socialización primaria
La sociedad existe como realidad tanto objetiva como subjetiva. Tres momentos: externalización, objetivación e
internalización. Esos momentos no deben concebirse como si ocurrieran en una secuencia temporal: más bien
los tres caracterizan simultáneamente a la sociedad. Miembro individual: externaliza simultáneamente su propio
ser y el mundo social y lo internaliza como realidad objetiva. Estar en la sociedad es participar en su dialéctica.
Sin embargo, el individuo no nace miembro de una sociedad, nace con una predisposición a la sociabilidad, el
individuo es inducido a participar en la dialéctica de la sociedad. El punto de partida de este proceso lo
constituye la internalización: aprensión del mundo en cuanto realidad significativa y social.
La socialización primaria es la primera por al cual el individuo atraviesa en la niñez; por medio de ella se
convierte en miembro de la sociedad. Se advierte a primera vista que la socialización primaria suele ser la más
importante para el individuo y que la estructura básica de toda socialización secundaria debe semejarse a la
primaria.
El niño acepta los “roles” y actitudes de los otros significantes, ósea que los internaliza y se apropia de ellos. Y
por esta identificación con los otros significantes el niño se vuelve capa de identificarse el mismo, de adquirir
una identidad subjetivamente coherente y plausible.
La socialización primaria crea en la mente del niño una abstracción progresiva que va de los “roles” y actitudes
de otros específicos, a los “roles” y actitudes en general. Él mismo como parte de la generalidad que incluye en
principio, todo aquello de la sociedad que resulta significante para el niño. Esta abstracción de los roles y
actitudes de los otros significantes concretos se denomina el otro generalizado. Su formación dentro de la
conciencia significa que ahora el individuo se identifica no con los otros concretos, sino con una generalidad e
otros, ósea, con una sociedad.
La formación dentro de la conciencia, del otro generalizado señala una fase decisiva en la socialización. La
sociedad, la identidad y la realidad se cristalizan en un mismo proceso de internalización. Esta cristalización se
corresponde con la interiorización del lenguaje. Cuando el toro generalizado se ha cristalizado en la conciencia
se establece una relación simétrica entre la realidad objetiva y la subjetiva. El niño no internaliza el mundo de
sus otros significantes como uno de los tantos mundos posibles, lo internaliza como “el mundo”, el único que
existe y que se puede concebir. Por esta razón el mundo internalizado en la socialización primaria se implanta
con mucho más firmeza que los mundos internalizados en socializaciones secundarias. En la socialización se
construye el primer mundo del individuo. La socialización primaria finaliza cuando el concepto del otro
generalizado se ha establecido en la consciencia del individuo. A esta altura ya es miembro efectivo de la
sociedad y está en posesión subjetiva de un yo y de un mundo.
b) Socialización secundaria
La socialización secundaria es la internalización de submundo institucionales o basados sobre instituciones. Su
alcance y su carácter se determinan, pues, por la complejidad de la división del trabajo, y la distribución social
concomitante del conocimiento.
Podemos decir que la socialización secundaria es la adquisición del conocimiento específico de roles, estando
directa o indirectamente arraigados en la división del trabajo. La socialización secundaria requiere la
adquisición de vocabularios de roles, lo que significa, por lo pronto, la internalización de campos semánticos
que estructuran interpretaciones y comportamientos de rutina dentro del área institucional. En la mayoría de las
sociedades la transición de la socialización primaria a la secundaria va acompañada de una ritual.
Los procesos formales de la socialización secundaria se determinan por su problema fundamental: siempre
supone un proceso previo de socialización primaria, o sea, que debe tratar con un yo formado con anterioridad y
con un mundo ya internalizado.
En la socialización primaria el niño no aprehende a sus otros significantes como funcionarios institucionales,
sino como mediadores de la realidad tout court; el niño internaliza el mundo de sus padres como el mundo y
como perteneciente a un contexto institucional específico. Algunas de las crisis que se producen después de la
socialización primaria se deben realmente al reconocimiento de que el mundo de los padres no es el único
mundo que existe, sino que tiene una ubicación social específica, quizás hasta con una connotación peyorativa.
El desenvolvimiento de la educación constituye un ejemplo inmejorable de la socialización secundaria, que se
efectúa bajo los auspicios de organismos especializados.
c) Mantenimiento y transmisión de la realidad subjetiva
La socialización nunca se termina y los contenidos que la misma internaliza enfrentan continuas amenazas a su
realidad subjetiva, toda sociedad viable debe desarrollar procedimientos de mantenimiento de la realidad para
salvaguardar cierto grado de simetría entre las realidades subjetivas y objetiva. La socialización internaliza una
realidad aprehendida como inevitable. Esta internalización puede considerarse lograda si el sentido de
inevitabilidad se halla presente casi todo el tiempo, al menos, mientras el individuo esta en actividad en el
mundo de la vida cotidiana. Pero aun cuando este último retenga su realidad masiva y establecida in actu, está
amenazada por las situaciones de la experiencia humana que no pueden descartarse por completo de la actividad
cotidiana. El carácter más “artificial” de la socialización secundaria vuelve aún más vulnerable la realidad
subjetiva de sus internalizaciones frente al reto de las definiciones de la realidad, no porque aquellas no estén
establecidas o se aprehenden como algo menos que real en la vida cotidiana, sino porque su realidad se halla
menos arraigada en la conciencia y resulta por ende más susceptible al desplazamiento. Por ejemplo: tanto la
prohibición de la desnudez, que afecta al sentido del pudor propio, internalizado en la socialización primaria,
como las imposiciones de la vestimenta adecuada para diferentes ocasiones sociales, que se adquieren como
internalización secundaria, se dan por establecidos en la vida cotidiana. Un cambio pequeño e la definición
subjetiva de la realidad, bastaría para que un individuo diera por establecido que se puede ir a la oficina sin
corbata, pero se necesitaría un cambio mucho más drástico para que conseguir que fuera como cosa natural.
Es conveniente distinguir dos tipos generales de mantenimiento de realidad: mantenimiento de rutina y
mantenimiento de crisis. El primero está destinado a mantener la realidad internalizada en la vida cotidiana, y el
segundo en situaciones de crisis. Ambos suponen los mismos procesos sociales, aunque deben notarse algunas
diferencias. La realidad de la vida cotidiana se mantiene porque se concreta en rutinas, lo que constituye la
esencia de la internalización. Más allá, de esto no obstante, la realidad de la vida cotidiana se reafirma
continuamente en la interacción del individuo con los otros. Así como la realidad se internaliza originariamente
por un proceso social, así también se mantiene en la conciencia por procesos sociales.
En el proceso social de mantenimiento de la realidad es posible distinguir entre los otros significantes y los
otros menos importantes. Los otros significantes, constituyen en la vida del individuo, los agentes principales
para el mantenimiento de su realidad objetiva. Además los otros significantes sirven para mantener la realidad
subjetiva ya que ocupan una posición social en la economía de mantenimiento de la realidad y revisten
particular importancia para la confirmación continua de ese elemento crucial de la realidad que llámanos
identidad. El vehículo más importante del mantenimiento de esa realidad es el dialogo. La vida cotidiana del
individuo puede considerarse en relación con la puesta en marcha de un aparato conversacional que mantiene,
modifica y reconstruye continuamente su realidad subjetiva. El dialogo cotidiano mantiene la realidad subjetiva.
Esta última adquiere solidez por la acumulación y la coherencia del dialogo causal. En el dialogo las
objetivaciones del lenguaje se vuelven objetos de la conciencia individual. De esta manera el mantenimiento de
la realidad reside en el uso continuo del mismo lenguaje para objetivizar la experiencia biográfica en proceso de
desenvolvimiento. Para poder mantener eficazmente la realidad subjetiva siempre depende de estructuras de
plausibilidad específicas, es decir, de la base social específica y de los procesos sociales requeridos para su
mantenimiento. La ruptura del dialogo significativo con los mediadores de las estructuras de plausibilidad
amenaza las realidades subjetivas de que se trata.
En situaciones de crisis e utilizan generalmente los mismos procedimientos que para el mantenimiento de
rutinas, excepto que las confirmaciones de la realidad tiene que ser explicitas e intensivas.
La socialización implica la posibilidad de que la realidad subjetiva puede transformarse. La transformación se
aprehende subjetivamente lo que tiene algo de engañoso, puesto que la realidad subjetiva nunca se socializa
totalmente, no puede transformarse totalmente mediante procesos sociales. Estas transformaciones es lo que se
lama alteraciones. La alteración requiere procesos de re-socialización que se asemejan a la socialización
primaria, porque radicalmente tienden a atribuir acentos de realidad y deben producir en gran medida la
identificación fuertemente afectiva que eran característica de la niñez. La alteración comporta, una
reorganización del aparato conversacional. Los interlocutores que intervienen en el cargo significativo van
cambiando y el dialogo con los otros significantes nuevos transforma la realidad subjetiva, que se mantiene al
continuar el dialogo con ellos o dentro de la comunidad que representa.

2- Internalización y estructura social


La socialización siempre se efectúa en un contexto de situación social específica.
Por socialización exitosa entendemos el establecimiento de un alto grado de simetría entre la realidad objetiva
y la subjetiva. Inversamente la socialización deficiente debe entenderse en razón de la asimetría existente entre
la realidad objetiva y la subjetiva.
El éxito máximo de la socialización probablemente se obtenga en las sociedades que poseen una división del
trabajo sencilla una mínima distribución del conocimiento. La socialización en esas condiciones produce
identidades socialmente predefinidas y perfiladas en alto grado.
La identidad se halla sumamente perfilada en el sentido de que representa totalmente la realidad objetiva dentro
de la cual está ubicada. Dicho de otro modo todos son lo que se supone sean.
La posibilidad de individualismo se vincula directamente con la posibilidad de socialización deficiente. El
individualista surge como un tipo social especifico que tiene al menos el potencial para peregrinar entre una
cantidad de mundos disponibles y que, deliberada y conscientemente, se ha fabricado un “yo” con el material
proporcionado por una cantidad de identidades disponibles.

3- Teorías de la identidad
La identidad constituye un elemento clave de la realidad subjetiva y en cuanto tal se halla en una relación
dialéctica con la sociedad.
La identidad se forma por procesos sociales. Los procesos sociales involucrados, tanto en la formación como en
el mantenimiento de la identidad, se determinan por la estructura social. Las identidades producidas por el
interjuego del organismo, conciencia individual y estructura social reaccionan sobre la estructura social dada,
manteniéndola, modificándola o aun reformándola.
Los tipos de identidad son observables y verificables en la experiencia preteórica y por ende precientífica.
La identidad es un fenómeno que surge de la dialéctica entre el individuo y la sociedad.
La dialéctica genuina aparece a causa de la potencia realizadora de las teorías psicológicas. Puesto que las
teorías psicológicas son elementos de la definición social e la realidad, su capacidad de generación de la
realidad es una característica que comparten con otras teorías legitimadoras, sin embargo, su potencia
realizadora sume grandes dimensiones, en particular porque se realiza por medio de procesos que sirven para la
formación de la identidad y que tienen una carga emocional.

4- Organismo e identidad
La canalización social de actividades constituye la esencia de la institucionalización, que es el fundamento para
la construcción social de la realidad.
La realidad social determina no solo la actividad y la conciencia, sino también, en gran medida el
funcionamiento del organismo.
El hombre esta bilógicamente predestinado a construir y habitar un mundo con otros. Ese mundo se convierte
para el en la realidad dominante y definida. Sus limite los traza la naturaleza, pero a su vez construido ese
mundo vuele a actuar sobre la naturaleza y el mundo socialmente construido, el propio organismo se
transforma. En esa misma dialéctica el hombre produce la realidad y por lo tanto se produce a sí mismo.

 Ana María Fernández. El campo grupal. Capítulo VII. El nudo grupal.


En cualquier agrupo humano se producen movimientos muy diversos: resonancias fantasmáticas, procesos
identificatorios y transferenciales, intensos sentimientos de amor- odio en todo sus matices, juegos de roles; se
construyen producciones lingüísticas que disparan múltiples inscripciones de sentido; se generan apropiaciones
de sentido en diferentes grados de violencia simbólica; se instituyen mitos, ilusiones y utopías; sus reglas de
funcionamiento organizan redes de significaciones imaginarias que inscriben al grupo en su posición
institucional y dan forma sus contratos: se ponen acción juegos de poder, jerarquías y apropiaciones materiales.
Los organizadores fantasmáticos son aquellos que hacen posible que el sujeto haga “nudo”.
Pensar los grupos más como campos de problemáticas que como campos intermediarios entre lo individual y lo
social o como eventuales objetos teóricos.
Identificación: doble dimensión constitutiva es -a la vez- base libidinal del lazo colectivo como de la fundación
del sujeto.
Resonancia fantasmática: condición estructural para que el sujeto haga nudo.
Fantasma: escena donde se repite una posición insistente. Repetición creada en el espacio grupal; repetición que
en el mismo acto de repetir difiere en las sutilezas de los engarces de fantasmas y cotidianeidad.
¿Qué acontece cuando un número numerable de personas hace nudo? Se producen redes de procesos
identificatorios y trasferenciales propios y únicos de ese grupo.
Cada grupo configura sus propios sistemas identificatorios, pero también mitos, ilusiones y utopías diversas,
estas significaciones imaginarias que los grupos producen, tiene como condición necearía la llamada resonancia
fantasmática y los procesos identificatorios.
Los mitos grupales suelen ser elaboraciones noveladas de su origen, del porqué de su existencia, pero vividos
por sus integrantes como un momento fundacional real; junto con sus utopías harán posible la novela grupal,
propias de ese juego. En las producciones grupales míticas y utópicas, hay una relación reciproca ya que la
novela de origen suele organizarse en función de los proyectos e ilusiones.
Distinción: los mitos suelen referir a la historia, las utopías a los proyectos a lo prospectivo.
Estas producciones colectivas son componentes siempre presentes en los grupos, orientan muchos de sus
movimientos, son absolutamente singulares de cada grupo y suelen ser de gran incidencia en las formas o los
estilos de trabajo de grupo.
Nada de lo común es homogéneo. El algo en común no significa subjetividades homogeneizadas. Al mismo
tiempo, resaltar la singularidad no implica invisibilizar las producciones colectivas.
El termino imaginario social alude al conjunto de significaciones por la cuales un colectivo, una sociedad, un
grupo, se instituye como tal. Se distingue el imaginario radical de lo imaginario efectivo. El primero es aquella
instancia por la cual el social histórico inventa, imagina nuevos conjuntos de significaciones, constituye por lo
tanto, una potencialidad instituyente, transformadora, productora de utopías. Lo imaginario efectivo, por el
contrario, tiende a la reproducción- consolidación de lo instituido, cuenta para ellos con mitos rituales y
emblemas de gran importancia simbólica y en disciplinamiento de imágenes, anhelos e intereses de los
integrantes de una sociedad.
Distingue en el social- histórico un orden de determinaciones y un orden de significaciones. En este último
sentido donde sitúa su noción de imaginario social; ambos órdenes son imprescindibles para pensar lo social y
no puede subordinarse o reemplazarse uno por otro.
¿Cómo puede ser pensada la articulación entre todo aquello que sucede en un grupo y el acontecer social en que
tales actividades se desarrollan? En este sentido, que el llamado contexto, es, en rigor, texto del grupo
(contexto= texto de grupo); es decir que no hay una realidad externa que produce mayores o menores efectos de
influencia sobre los acontecimientos grupales, sino que tal realidad es parte del propio texto grupal, en sus
diversas modalizaciones, es por ende fundante de cada grupo; más que escenografía, drama grupal.
¿Qué son esos textos, esas escrituras, en el grupo? Se hace referencia a las formas propias que el grupo
construye demarcando el término texto de su connotación estrictamente lingüística y rescatando –de forma
subrayada- su sentido más amplio, aquel que lo refiere a su productividad. Al rescatar la dimensión productiva
del texto se quiere resaltar, lo que en grupo acontece, las formas propias que un grupo produce. Se afirma así
que más de sus dimensiones expresiva y comunicativa, el texto grupal tiene un poder generador de sentidos.
Así, al desdibujar el Adentro-afuera, el arriba-abajo, los nudos grupales pueden ser pensados como complejos
entramados de múltiples inscripciones. Nudo. Múltiples hilos de diferentes colores e intensidades lo
constituyen: deseantes, históricos, institucionales, económicos, sociales, ideológicos, etc. Pero en realidad, lo
efectivamente registrable, no son los hilos que lo constituyen sino el nudo. Complejo entramado de múltiples
inscripciones: todo está ahí latiendo, todas las inscripciones están presentes en cada uno de los acontecimientos
grupales, varían si sus combinatorias en cada momento grupal como también su nivel de relevancia en tal
momento; pensar en la cuestión de esta manera implica, obviamente, aceptar que en un grupo se están
generando muchísimas producciones que aquellas que pueden leerse o anunciarse.
Se intenta pensar lo latente como lo que late –ahí- todo el tiempo, insistiendo en la escena grupal; una latencia
en los pliegues de la superficie más que en las profundidades.
A partir de la figura de grupo como nudo, se pretende problematizar el adentro y el afuera, el arriba y el abajo
grupal; sus múltiples hilos se entre cruzan y ahora lo que resalta es el nudo que han formado. Toda ahí, latiendo-
insistiendo en los pliegues de la superficie del nudo grupal.
La búsqueda de la estructura grupal por la cual los dinamismos y procesos grupales serian efecto, ha sido una
forma de pensar su legalidad. Esta lectura abrió visibilidad con respecto a los sujetamientos que hacen posible la
reproducción, la repetición, pero siempre se han encontrado con grades dificultades para pensar la diferencia, la
invención, lo discontinuo, la singularidad del acontecimiento.
Entonces, todo está –ahí- latiendo. Sin embargo, no todo acontecer cobra igual grado de visibilidad, ni toma
forma de enunciado, tampoco sus insistencias son registradas por todos los integrantes de la misma manera.
No se trata de orientar la reflexión hacia un indeterminismo, o hacia el mero azar contingente de acontecer
grupal, sino de poder pensar los juegos de múltiples marcas, no referir a lo incausado, sino a la existencia de
cuasi- causas.
El acontecimiento no representa ni expresa, está todo ahí, en tal inmediatez que suele volverse invisible. I se
acepta que el nudo grupal está atravesado por múltiples sentidos y más de un sinsentido, siempre excederán
aquellos que desde la implicación interpretante se puede puntuar, el coordinador sólo podrá puntuar algún
sentido, interrogar una rareza, interpretar un paradoja, indicar alguna insistencia y ya no será quien descubra la
verdad de lo que en el grupo acontece. Por ende, función interpretante realizada desde un lugar de ignorancia,
hay una renuncia al saber de la certeza.
De esta forma la coordinación hace posible aperturas de nuevas producciones de sentido. El coordinador no es
el poseedor de una verdad oculta, sino alguien interrogador de lo obvio, propiedad- disparador y no propietario
de las producciones colectivas.
Las relaciones entre las significaciones imaginarias grupales y lo imaginario social están referidas a situaciones
políticas.
Una de las formas de relación entre lo grupal y lo social es la dimensión institución al. Esta no se agota en sus
aspectos funcionales. Tiende a normativizar el tipo de enunciado que es pertinente en cada una de ellas
autorizando algunos y excluyendo otros.
Una institución es una red simbólica socialmente sancionada en la que se articula junto su componente
funcional, un componente imaginario.
De esta noción de institución pueden pensarse a los grupos desplegándose en lo imaginario institucional donde
inscriben sus prácticas, lo imaginario institucional tanto puede promover como dificultad las actividades de
grupo. Lo imaginario institucional puede promover e incentivar la producción grupal. En sentidos contrario, hay
grupos que alcanzar sus momentos de mayor despliegue productivo desde utopías grupales fuertemente
contrainstitucionales. La dimensión institucional, en tanto red simbólica que articula componentes
institucionales e imaginarios, puede presentarse en los grupos con diferentes grados de visibilidad o
invisibilidad. En el circuito profesional privado esta se constituye a partir del sistema de reglas que el
coordinador instituye conformando un sistema simbólico.
El coordinador es investido como el representante de ellas en el grupo. En este sentido, la coordinación soporta
también allí no solo los movimientos transferenciales clásicamente estudiados con el psicoanálisis, sino también
toda suerte de transferencias institucionales.
Las instituciones formas parte del poder social. En circuitos macro o micro, la institución constituye un factor
de integración donde las relaciones de fuerzas se articulan en dos formas: formas de visibilidad como aparatos
institucionales y formas de enunciabilidad, como sus reglas. La institución será un lugar donde el ejercicio de
poder es condición de posibilidad de un saber dónde el ejercicio del saber se convierte en instrumento de poder.
Las producciones de un grupo nunca dependerán exclusivamente de una particular combinatoria de
identificaciones, transferencias, resonancias fantasmáticas, etc., entre sus integrantes. Tampoco será mero
reflejo o escenario donde lo imaginario institucional podrá desplegarse. En cada grupo, la combinatoria de sus
diferentes inscripciones producirá un nudo propio singular irreductible.
No hay grupos sin institución. Un grupo se inscribe en un sistema institucional dado, de la misma manera que la
institución solo vive en los grupos humanos que la constituyen.
Las normas de funcionamiento, si bien tiene una operatividad evidente en tanto permite a un grupo organizarse,
quiere destacar que hace referencia a los efectos implícitos que laten- insisten, produciendo significaciones
imaginarias donde se atraviesan diversas inscripciones (identificatorias, transferenciales, transgresivas,
ideológicas, juegos de poder etc.).
Que algunas impresiones pudieran cobrar cierto grado de generalidad o consenso en hipotéticas futuras
reuniones no suprime las particularidades. Tampoco es condición para la construcción de significaciones
imaginarias que las posiciones de los integrantes respecto a ellas sean homogéneas. Los movimientos grupales
suele cristalizar algunos dando origen a los mitos, ilusiones y utopías de ese pequeño colectivo. Tal colectivo ha
creado las condiciones para los pliegues y despliegues de sus acciones, sus relatos y sus afectaciones, las
invenciones y políticas, sus consensos y disensos.
La coordinación: el tema de la coordinación rebasa ampliamente el nivel explicito funcional, operando desde
múltiples eficacias simbólico- imaginarias. Este punto invita a repensar dos problemas:
 La relación entre las formas de coordinación y sus posibles lugares de poder
 Las caracterización de los momentos transferenciales en los grupos
Con respecto al primer punto debe señalarse que los posibles lugares de poder que la coordinación ocupa varían
según la forma de coordinación adoptada.
El coordinador oráculo: sólo él sabe lo que el grupo dice cuando sus integrantes hablan.
El lugar de coordinación que renuncia a un saber de certeza, evita el cierre de sentidos que las evidencias de
verdad producen de manera tal que situar la coordinación en aquella posición que facilite la capacidad
imaginante singular- colectiva. La renuncia al saber de la certeza se funda, sin embargo, en una certidumbre,
aquellas que otorga a las gestiones de los colectivos humanos la capacidad de imaginar y transitar sus propios
senderos.
A la figura del coordinador no solo se transfieren imagos familiares, sino también transferencias institucionales.
Este familiarismo transferencial suele convertirse en uno de los principales instrumentos tecnológicos de los
grupos- islas. Se deniega lo que ilusoriamente se ha puesto fuera del grupo, invisibilizando o interpretando
familiarísticamente problemáticas tan específicas como por ejemplo. El dinero. Se exilian la política de los
grupos familiarizando, edipizando sus rebeliones y sus sumisiones.
La propia existencia grupal implica para subsistir reglas y obligaciones.
El contrato o la edad del capitán: nunca está todo dicho en un contrato. Sus dimensiones no dichas, implícitas,
operan sus efectos en latencia. A partir de allí puede inferirse que el contrato grupal – podría hacerse esto
extensivo a los contratos “psi”- se instala también una cierta concepción de las cosas que no son las mismas
fuera de ese mundo, es decir se produce un sistema de significaciones que construye – y da sentido- al contrato
grupal.

 Ana María Fernández: de lo imaginario social a lo imaginario grupal


La cuestión del Imaginario Social en tanto universos de significaciones que instituyen una sociedad es
inseparable del problema del poder. Hablar de dispositivos de poder, es en realidad una manera retorica para
poner de manifiesto que los tres elementos básicos que hacen que el poder funcione: la fuerza o violencia, el
discurso del orden y el imaginario social; la función del imaginario social es “fundir y cincelar las llaves de los
cuerpos para el acceso a la ley y la continuidad y la reproducción del poder.
Diferencia entre imaginario social efectivo (instituido) o imaginario social o instituyente, lo imaginario efectivo
es lo que mantiene unida a la sociedad. La institución produce individuos, quienes, a su vez, están en
condiciones de reproducir la institución de la sociedad.
Una sociedad también es un sistema de interpretación del mundo; es decir de construcción, de creación,
invención de su propio mundo.
La institución de las instituciones de una sociedad y su continuidad es posible no solo por las condiciones
materiales económicas que la producen sino por la eficacia simbólica de sus mitologías, emblemas y rituales
que la sostienen y reproducen. Los mitos sociales logran su eficacia en el disciplinamiento social en
consecuencia en la legitimación y orden de las instituciones que involucran; operan por la repetición insistente
de sus narrativas; se instituyen como universos de significaciones de formas molares, totalizadoras, esencialistas
que estipulan no solo lo que debe ser una mujer y un hombre sino lo que es. En tal sentido esta voluntad
totalizadora opera por violencia simbólica.
Si bien en todo recorte social, laten en diferentes intensidades diversos núcleos de significaciones que
caracterizan el momento socio- histórico donde se despliegan sus prácticas, operan también en latencia de
significaciones imaginarias que dan sentido a las instituciones donde están inscriptos. Pero la cuestión no se
agota allí. Un grupo no solo es tributario de las producciones de significaciones más generales que la sociedad
instituye, si fuera pertinente hablar del Imaginario Grupal habría que pensar en las figuras y formas que ese
número numerable de personas inventa a lo largo de su historia de su historia común para dar cuenta de sus
razones de ser como colectivo, cobran aquí relevancia tanto los mitos de origen como los aspectos ilusiónales de
sus proyectos, en tanto actualizaciones de deseo (se anudan o no al poder), animan y motorizan a sus prácticas.
Un pequeño grupo produce significaciones imaginativas (propias intervención de sus creencias) y etapas de
consolidación de sus mitos (cristalizaciones de sentido que van dando forma a su propio instituido). Podría
decirse que un grupo se instituye como tal cuando ha interpelado sus significaciones imaginarias.
Se entiende como instituido aquello que ya está instaurado, ya que tiene un modo de funcionamiento y una
normativa (es lo normalizado). Tiene que ver con lo que está dado, ya está aceptado y acordado por todos.
Mientras que lo instituyente tiene que ver con la subjetividad, con lo que el sujeto va integrando con la
modificación de lo instituido. Se trata de una norma de cambio, es lo nuevo que empuja con lo instituido y puja
con este hasta que hay un tiempo de cambio y lo instituyente pasa entonces a ser lo instituido, es decir que un
primer momento nos encontramos con una estructura que se ha ido consolidando, lo instituido, luego hay
periodos de crisis, ya que hay situaciones en que los sujetos empiezan a sentir que esto ya está (lo instituido) no
es posible para suplir determinadas necesidades, entonces es ahí donde empieza a generarse un movimiento
instituyente que ya está relacionado con el cambio, lo nuevo. Lo instituido y lo instituyente conviven por un
tiempo como una lucha de poderes, después puede darse una mezcla de ambos o una modificación vital de lo
instituido, este proceso se denomina procesos de institucionalización. Con esto podemos ver como la institución
es dinámica, ya que siempre está en movimiento. Estos movimientos instituyentes (cambios) surgen a partir de
la variante deseante del sujeto. Lo instituyente tiene que ver con el deseo que se encuentra inscripto dentro de la
subjetividad de las personas, estas buscan un cambio, algo distinto. Pero en la subjetividad del hombre también
encontramos el poder que es aquello por medio del cual se intenta que lo instituido no se modifique porque el
cambio provoca incertidumbre y esto trae la posibilidad de dispersión.
El término imaginario social se refiere a la capacidad imaginante, a la creación y producción de significaciones
colectivas (formación de figuras, formas, imágenes, etc.). Una sociedad es un sistema de interpretación del
mundo y cualquier ataque a la sociedad es vivida como un ataque a su identidad, y por lo tanto lo que define de
ella es percibido como un peligro, entonces lo instituyente (las transformaciones de sentido) provoca una
resistencia de aquello instituido que es para la sociedad un régimen de verdad, (se resiste al cambio, a la
modificación de lo instituido). Los mitos son organizadores de sentido tanto en el accionar, el pensar y el sentir
de los hombres. Pero las significaciones sociales no se inventan de una sola vez y para siempre sino que habrá
desordenes sociales cada vez que aparezcan nuevos organizadores de sentido. Estos nuevos organizadores de
sentido tienen que ver con lo instituido, con lo instituyente que da cuenta de la existencia de deseos que no se
anudan al poder. Los mitos son claves en el sostenimiento de lo instituido, ya que cada uno con su narrativa da
forma al universo de significaciones de cada institución.

 Susana Siedmann de Frydman: el proceso de socialización


La socialización es el proceso por el cual un niño que nace se convierte en un miembro efectivo de su
comunidad, accede a las categorías de significaos de su medio social, puede pensar sentir y actuar de un modo
que le permite interactuar con otros.
Al nacer el ser humano posee un genotipo (prototipo) único, se encuentra bilógicamente preparado para
responder a aquellos estímulos del ambiente que le permiten actualizar su potencial de modo que legara a
desarrollar rasgos similares a los de a todos los demás individuos y también distintos, propios.
El infante humano es un ser prosocial. Al nacer no posee las características esencialmente humanas. Ellas son:
el habla, la comunicación social, el pensamiento, la autorreflexión y la conciencia.
La socialización no significa una mera adaptación o ajuste a una norma social preexistente, tal como lo
considera el punto de vista funcionalista y neoconductista. El ser humano estructura su medio ambiente al
mismo tiempo que desarrolla sus capacidades humanas.
Lo normal de una sociedad es más controvertido porque no es único, deviene de la decisión de un grupo que
regula externamente un orden determinado. Las reglas tienen que ser representadas, aprendidas, recordadas
aplicadas. La sociedad ejerce presión y control para que así sea.
Todas las teorías que aluden a la problemática de la socialización incluyen y enfatizan la importancia de la
noción de aprendizaje. La consideración de este aspecto se inserta en la polémica acerca de la preminencia de lo
social o de lo individual, de la naturaleza o de la cultura en el comportamiento humano.
El ser humano en su desarrollo integra y armoniza sus dotes naturales (lo constitucional, lo genético y la
maduración) con los estímulos sociales adecuados que los harán posibles. J. Virrey sostenía que el surgimiento
de la inteligencia era resultado del estudio y la educación. Es la influencia del medio social que, junto con un
sustrato biológico adecuado, determinan el origen y desarrollo de las facultades mentales que no son innatas.
Esta posición echa tierra a las ideas de Rousseau sobre el hombre en estado de naturaleza. La naturaleza
humana no se desarrolla fuera de un contexto social. Necesita condiciones sociales para la expansión plena de
sus potencialidades.
Por otra parte Itard sostenía que, la superioridad moral del hombre en relación con la de los animales está
relacionada con su acceso a la civilización y a la cultura, con su posibilidad de simbolización. Las condiciones
naturales en las que se desarrolla, socializa y humaniza el ser humano es el medio social, es en la sociedad en la
que puede actualizar todas sus potencialidades naturales.
Lo que humaniza o socializa, según Bettelheim, es la repuesta de los otros, la percepción de la posibilidad de
influir en el mundo externo. En el desarrollo humano, plantea este autor, los otros entra tempranamente en la
vida del bebe. Este es activo desde el comienzo en actividades centrales para su subsistencia, desplegando
enormes esfuerzos.
El desarrollo normal se produce gradualmente. La comunicaron humana se inicia en el llanto y en la respuesta
de la madre que lo ayudara a diferenciar dolor de hambre y distinguir tipos de respuestas para diferentes formas
de incomodidad. Así el niño comienza a diferenciar sus propias sensaciones.
El niño comienza a ser un individuo social cuando percibe que fue capaz de influir sobre otros, que sus
conductas suscitan respuestas de los demás, se siente activo, el yo se expande, toma conciencia de que puede
modificar la respuesta de los demás.
Ala personalidad sostiene Bettelheim, se desarrolla desde el nacimiento hasta la muerte, e incluso desde antes
de nacer por las fantasías y comportamientos de la madre que influyen sobre el niño.
La socialización no consiste solo en la adaptación que se da en el desarrollo ontogenético. Se trata de un
proceso permanente de confrontación entre los procesos sociales, vividos como sociedad externa y la forma en
que cada individuo los asume subjetivamente. Berger y Luckmann señalan la existencia de la socialización
secundaria en la que se internalizan realidades parciales ligadas al ejercicio de roles particulares.
Nunca será totalmente exitosa la socialización, dado que es imposible obtener una simetría absoluta entre la
realidad objetiva y la subjetiva. La socialización es un proceso sin fin.

Unidad III
 Anzieu: la dinámica de los pequeños grupos
Mediados del siglo XVIII, grupo: una reunión de personas. El sentido primero del italiano groppo era nudo,
antes de llegar a ser reunión, conjunto. Los lingüistas lo reflejan con el antiguo provenzal grop=nudo, y se
supone que deriva del germano occidental Kruppa= masa redondeada. Parece además que groupe y croupe
(grupa) se originaron en la idea de círculo.
El sentido de nudo poco a poco se reproduce en grupo hasta connotar el grado de cohesión entre los miembros.
En cuanto a círculo, una reunión de personas o, para conservar las misma imagen un círculo de gente. La idea
fuerza es aquí la de grupo de iguales.
Antes: la noción de grupo era inexistente para la mayor parte de los sujetos. El grupo era efímero, dominado por
el azar. Solo existían las relaciones interindividuales. El temor a pensar la propia situación en un nuevo marco
de referencia, y de ser así sometido a discusión, constituyó uno de los aspectos de resistencia epistemológica a
la noción de grupo.
Freud: el narcisismo del ser humano crea el obstáculo más sólido para el progreso de los conocimientos.
El individuo no se plantea problemas acerca del grupo, vive en, por y para el grupo. Así son los grupos en los
que se entra por nacimiento, en los que no hay más perspectivas que la cohabitación, el trabajo común, las
distracciones en común, la búsqueda o la producción en común de la subsistencia y la defensa del territorio
(familia, clan, tribu, aldea).
Las representaciones espontaneas que cada individuo tiene del grupo en general o de tal grupo en particular son
representaciones imaginarias, es decir, no fundadas en un análisis racional de la realidad. El individuo adhiere a
las representaciones como una creencia. Por más imaginarias que sean estas representaciones no son menos
eficaces, pues gracias a ellas mucho más que a la situación real en la que se encuentra el grupo en un
determinado momento, los miembros reaccionan dentro de este.
Cuando se esboza una teoría científica sobre los grupos hay aun dos metáforas que se impone mucho todavía,
una biológica una mecánica: el grupo como organismo vivo y el grupo como maquina dominada, en la que la
autonomía se representa por la analogía con la retroalimentación.
Los hechos del grupo se distinguen de los hechos psíquicos individuales porque se relacionan con una
pluralidad o con un conglomerado de individuos. En realidad, no existe ninguna personalidad normal que este
psicológicamente aislada de otras, y el estudio de las relaciones con los demás es un capitulo necesario de la
psicología individual.
Cinco distinciones fundamentales:
1. La muchedumbre: cuando los individuos se hallan reunidos en gran número en el mismo lugar sin haber
tratado explícitamente de reunirse. Cada uno trata de satisfacer al mismo tiempo una misma motivación
individual. Hablamos de aglomeración, cohorte, agolpamiento, concentración, concierto, concurso,
horda, peregrinación, tumulto. Las motivaciones pueden ser igualmente negativas: todos lo hombre se
reúnen allí por la misma coacción. La situación de muchedumbre desarrolla un estado psicológico
propio: pasividad hacia todo lo que sea la satisfacción inmediata de su motivación individual; ausencia
o bajo nivel de contactos sociales y de las relaciones inter humanas; contagio de las emociones y rápida
propagación al conjunto de una agitación surgida en un punto; estimulo latente producido por la
presencia de los demás en dosis masiva. Esta definición de muchedumbre excluye las manifestaciones
preparadas por anticipado, que reúnen adeptos y están encuadradas por un servicio de orden. Aquí, en
efecto, el proyecto de reunirse pasa a primer plano. Distinción: muchedumbres organizadas,
muchedumbres convencionales, que se reúnen en una hora y lugar convenidos o conocidos; y
muchedumbres espontaneas, reunidas por accidente, cuyas reacciones son imprevisibles y fácilmente
peligrosas, y en las que no hay al principio ni conductor, ni organización, ni reglas. Se emplea el
término muchedumbre para toda reunión espontanea de un gran número de personas y se reserva la
expresión masa para todos los fenómenos de psicología colectiva que se refieren a un número aún
mayor de personas que no están físicamente juntas ni podrán estarlo, como por ejemplo, los fans.
2. La banda: la muchedumbre tiene en común la soledad. La banda, por el contrario, tiene en común la
similitud. Cuando los individuos se reúnen voluntariamente, por el placer de estar juntos, por búsqueda
de lo semejante, se trata de una banda. El placer de formar parte de la banda proviene de la supresión o
suspensión de la exigencia de adaptarse, al precio de una tensión psíquica penosa, a un universo adulto
y social y a sus reglas de pensamiento y conducta. Al banda ofrece a sus miembros la seguridad y el
soporte afectivos de que carecen, es decir, un sustituto de amor. Las actividades llevadas a cabo en
común no se presentan como un objetivo esencial de la banda, el objetivo es el de estar juntos porque
ese es semejante. La banda es muy diferente de la muchedumbre, por el número limitado de sus
miembros (algunas unidades o decenas), por la adhesión de ellos a su colectividad y por su mayor
duración. La banda se hace durable si se transforma en un grupo primario pero entonces cambia de
características: afianza los valores comunes, concede privilegios a la lealtad y a la solidaridad de sus
miembros, distingue sus roles, fija objetivos diferentes de la complaciente colectiva en sí misma.
3. El agrupamiento: número pequeño, mediano o elevado, con una frecuencia de reuniones más o menos
grande, como una relativa permanencia de los objetivos en el intervalo de las reuniones, el nombre
apropiado es el de agrupamiento. Los objetivos del agrupamiento responden a un interés común de los
miembros. Fuera de la relación de los objetivos que surgen de este interés, los miembros no tienen
relaciones ni contacto. Según el campo de sus actividades, los agrupamientos adoptan nombres
particulares.
4. El grupo primario o grupo pequeño, reducido:
 Un número restringido de miembros: gran comunicación interindividual
 Prosecución en común y de manera activa de los miembros objetivos
 Relaciones afectivas que puedan llegar a ser intensas entre los miembros y que pueden constituir
subgrupos de afinidades
 Firme interdependencia de los miembros y sentimientos de solidaridad
 Diferenciación de los roles entre los miembros
 Constitución de normas, de creencias, de signos, y de ritos propios del grupo
Todas esas características no están necesariamente presentes a la vez en el mismo grupo. En el grupo así
definido se desarrollan conductas de mantenimiento que apuntan a la conservación del grupo como
realidad física y como imagen ideal, y conductas de progresión que provocan la transformación. El grupo
primario se caracteriza por los lazos personales, íntimos, cálidos, cargados de emoción que se establecen
entre todos los miembros, en cambio, en el grupo secundario las relaciones entre los miembros son frías,
impersonales, racionales, contractuales y formales. La familia es el ejemplo típico de grupo primario. Pero
debido a las instituciones sociales que la rigen, es también un grupo secundario. El grupo primario es
generalmente pequeño, con excepción de bastas comunidades religiosas o tribales. El grupo pequeño
favorece, sin desarrollarlas necesariamente, las relaciones afectivas intensas en su seno.
5. El grupo secundario: el grupo secundario u organización es un sistema social que funciona regido por
instituciones dentro de un segmento particular de la realidad social, las relaciones entre los individuos
son a menudo mas fórmales frías e impersonales (burocracia, por ejemplo)
Clasificación general: dos términos, grupal: para calificar los fenómenos propios del grupo; grupalidad: para
designar el conjunto de las características internas esenciales para el grupo.
La distinción de cinco categorías: muchedumbre, banda, agrupamiento, grupo primario y grupo secundario, no
debe ocultar la existencia de fenómenos grupales comunes a todas. Tres, por lo menos, han sido establecidos de
manera segura y ya antigua: la aparición de conductores, la identificación en diferentes grados de los miembros
entre si y la adhesión inconsciente a clises, imágenes o estereotipos.
 La duración de un grupo y el grado de organización interna varían el mismo sentido
 El número de los miembros del grupo es máximo en los dos extremos ( muchedumbre y grupo
secundario) e indiferente en el medio (agrupamiento); para el grupo reducido se conoce el umbral
mínimo de 3 a 4 miembros, y el umbral máximo que es de 15 a 20 miembros
 El estilo de las relaciones interindividuales en el grupo vería de acuerdo co la forma en que el grupo
maneje sus clises y las imágenes subyacentes de sus creencias y de sus normas, o se deje manejar por
esos clises e imágenes.
 El estilo de las relaciones del grupo se relaciona, excepto en el grupo secundario, con la conciencia de
objetivos.

 Mignon Rousseau: grupo esa posible- imposibilidad


Podemos situar en la década de 1970/80, los aportes relevantes de Kaés sobre organizadores grupales, cadena
asociativa grupal, lo negativo en los grupos, la histeria en los grupos.
En el movimiento grupista francés, podemos distinguir hasta 1968 tres áreas:
1) Influencia de la psicología social y el psicodrama moreniano (1950-1960)
2) Influencia del pensamiento lacaniano, del cual el nivel de lo real remitirá a la ecología del grupo y a los
determinantes económicos e históricos; el nivel de lo simbólico al nivel de las tendencias a la discriminación
y a la fusión; y lo imaginario a la tendencia a la isomorfía.
3) Influencia del psicoanálisis aplicado al grupo. Dos formas de operar en los grupos:
a) El grupo utilizado como agente terapéutico del individuo
b) Diagnóstico de los procesos inconscientes que actúan en el seno del grupo, en tanto conjunto especifico.
El concepto de fantasía: J. Laplanche y J.B. Pontalis
Es una escenificación imaginaria en la que se allá presente el sujeto y que representa, en la forma más o menos
deformada por los procesos defensivos, la realización de un deseo y, en último término, de un deseo
inconsciente. El fantasma se presenta bajo distintas modalidades: fantasías consientes o sueños diurnos,
fantasmas inconscientes que descubre el análisis como estructuras subyacentes a un contenido manifiestos y
fantasmas originarios.
Fantasmas originarios: estructuras fantasmáticas típicas que el psicoanálisis reconoce como organizadores de la
vida fantasmática, cualesquiera que sean las experiencias personales de los individuos; según Freud, la
universalidad de estos fantasmas se explica por el hecho de que constituirían un patrimonio inherente a la
cultura.
Las fantasías originales son aquellas que surgen a partir de la represión original; las fantasías de los orígenes
son las que toma Freud, y ya constituyen una elaboración las primitivas fantasías originarias, y el origen de la
fantasía está ubicado en el momento en que las pulsiones sexuales se separan de las pulsiones de
autoconservación que le sirven de apuntalamiento. El nacimiento de psiquismo coincide así con el de la
fantasía.
Están en todo los hombre y son alternativamente independientes de las historia singular del sujeto, incluso la
vida personal es acomodada para que coincida con este esquema filogenético. Estos fantasmas son capaces de
operar como organizadores tanto del aparato psíquico individual como de la vida grupal. Los fantasmas tienen
una organización bifronte, es decir mixta, donde confluye lo estructural y lo imaginario, lo característico de un
individuo y los generala todos, el inconsciente individual y el inconsciente grupal, pero recalco que el fantasma
es siempre individual, no hay fantasma grupal, lo que sucede es que el grupo se organiza alrededor de un
fantasma individual de alguno de sus miembros.
El fantasma originario por lo tanto, es un esquema anterior a la experiencia individual, crea las condiciones de
esta, le impone su ley, y se constituye en una pre-estructura, cuya organización significante rebasa al individuo
mismo.
El juego grupal estará expresando la vigencia de una fantasía, fantasía que será siempre individual pero que
causara resonancia en los demás, resonancia expresada por un sentimiento de horror si el Superyó de los oros
condensa esa fantasía con fascinación, si en los otros hay un deseo análogo latente, o con indiferencia, si los
otros necesitan defenderse.
Los dos niveles de todo grupo: tal como se da en los individuos, podemos distinguir en los grupos dos niveles
uno, en el que los miembros por razones conscientes y objetivables, en el que se manejan con proceso
secundario, por lo tanto, en un nivel racional, consciente, a predominio intelectual, y fundamentalmente para
“hacer algo”.
Otro nivel, en el que los lazos de unión son inconscientes, no objetivables, en el que se manejan con proceso
primario, por lo tanto, en un nivel irracional, inconsciente, a predominio emocional, y fundamentalmente para
constituir o sostener su identidad.
Las fantasías y la estructura de roles: todo el sistema de fantasías se apoya y se manifiesta en una estructura de
roles. Los miembros del grupo comparten la percepción de la estructura de roles; no la fantasía que se apoya,
aunque esta sea eventualmente la misma en todos ellos.
Cuando hablamos de fantasías originarias hablamos de las protofantasías, cuando hablamos de las fantasías
secundarias, hablamos de las individuales.
El concepto de los organizadores grupales: componentes:
- Organizadores psíquicos del agrupamiento: pertenecen al aparato psíquico del sujeto singular, son
impersonales pero individualizados, y aparecen como actualizaciones activas de estructuras psíquicas
pre-existentes al agrupamiento mismo.
- Organizadores inter o transpsíquicos grupales: pertenecen al aparato psíquico del agrupamiento, son
producciones del lazo grupal mismo.
El modelo genético de Anzieu:
- Organizadores intraspsíquicos: son más o menos complejos, van desde formas apenas bosquejadas hasta
configuraciones muy diferenciadas como son los grupos internos.
- Organizadores grupales: son necesarios a la integración de los elementos en una unidad estructural y
funcional. Sostiene el desarrollo del vínculo grupal y el desarrollo de las formaciones intrapsiquicas
singulares.
El establecimiento de un organizador del psiquismo se revela por la aparición de nuevos fenómenos específicos
del comportamiento, de síntomas de integración que se producen.
Anzieu distingue tres organizadores, cuya secuencia seria:
1) El fantasma individual bajo cuya vigencia el agrupamiento se produce por resonancia, alrededor del
deseo reprimido de un individuo.
2) Los imagos, bajo cuya vigencia se estabiliza el agrupamiento y puede salir de la ilusión grupal
3) Las fantasías originarias, bajo cuya vigencia se introducen las diferenciaciones en el agrupamiento
Estos organizadores son independientes en cuanto a su naturaleza pero son interdependientes en cuanto a su
funcionamiento. Están presentes en todos los grupos.
El modelo estructural de Kaés: su acento esta puesto en el punto de vista estructural, dinámico y económico de
los procesos grupales y de las representaciones grupo. Según este autor, los organizadores psíquicos de las
representaciones del objeto grupo son.
1) La imagen del cuerpo
2) La fantasmática originaria
3) Los complejos e imagos familiares
4) El aparato psíquico subjetivo.
El concepto de aparato psíquico grupal- aparato psíquico individual: el aparato psíquico grupal (APG) es una
ficción eficaz y transicional, es decir, la ficción de un grupo psíquico, sostenido por un grupo mítico, que
procura actualizarse en la construcción real de un grupo concreto.
La noción de APG se constituye en el eslabón intermedio que posibilita articular los dos conceptos de:
- El grupo, que como tal soporta cierta función dentro de la estructura de la psique.
- El modelo endopsíquico del grupo, está condiciones de adecuar los procesos psíquicos sociales que
actúan en la grupalidad.
El aparato psíquico individual (API) busca apoyo en el cuerpo bilógico. El aparato psíquico grupal (APG) busca
apoyo en el tejido social, pero no se resiga a prescindir de un cuerpo y multiplica gustosamente sus metáforas,
sus sustitutos, sus apariencias.
Conceptos de isomorfía y homomorfía entre el aparato psíquico grupal y el aparato psíquico individual:
Isomórfico: idéntico en forma. Homomorfico: parecido en forma.
Al comienzo de la formación de un grupo cuando para defenderse del peligro de la pérdida de su individualidad,
los miembros se fusionan indiscriminadamente (ilusión grupal), la creencia inconsciente de cada miembro de
que el APG funciona de manera idéntica como funciona su propio API. El sentimiento de bienestar por
pertenecer al grupo, que experimenta el aparato de un miembro, le hace creer que todos sienten el mismo
bienestar que no hay ninguna fisura o separación emocional entre ellos.

 Sigmund Freud: capitulo III a V


Tres fuentes de penar o fuentes de sufrimiento: 1) la hiperpotencia de la naturaleza, 2) la fragilidad de nuestro
cuerpo (miedo a envejecer) y 3) la insuficiencia de las normas que regulan los vínculos recíprocos entre los
hombre. Frente a la tercera fuerte de sufrimiento, la social lisa y llanamente nos negamos a admitirla, no
podemos entender la razón por la cual las normas que nosotros mismos hemos creado no habrían más bien de
protegernos y beneficiarnos a todos.
Gran parte de la culpa por nuestra miseria la tiene la que se llama nuestra cultura; seriamos mucho más felices si
la resignábamos y volviéramos a encontrarnos en condiciones primitivas. El ser humano se vuelve neurótico
porque no puede soportar la medida de frustración que la sociedad le impone en aras de sus ideales culturales.
Cultura designa toda la suma de operaciones y normas que distancian nuestra vida de la vida de nuestros
antepasados animales, y que sirven a dos fines: la protección del ser humano frente a la naturaleza y la
regulación de los vínculos recíprocos entre los hombres. El orden como la limpieza está enteramente referido a
la obra del hombre. Es notorio que belleza limpieza y orden ocupan un lugar particular entre los requisitos de la
cultura. La cultura debe ser como resultado ultimo un derecho al que todos – al menos los capaces de la vida
comunitaria- hayan contribuido con el sacrificio de sus pulsiones y en el cual nadie –con la excepción ya
mencionada- pueda resultar víctima de la violencia bruta. La sublimación de pulsiones es un rasgo
particularmente destacado del desarrollo cultural, posibilita que actividades psíquicas superiores –científicas,
artísticas, ideológicas- desempeñan un papel tan sustantivo en la vida cultural. Si uno cede a la primera
impresión, esta entado de decir que la sublimación es en general, un destino de pulsión forzosamente impuesto
por la cultura. Pero será mejor meditarlo más.
Los hombres se apartan de su meta sexual, mudando la pulsión en una moción de meta inhibida.
Aquel amor que fundo a la familia sigue activo tanto en su sesgo originario, sin renuncia a la satisfacción sexual
directa, como en su modificación, la ternura de meta inhibida.
La cultura amenaza al amor con sensibles limitaciones.: limita la vida sexual. Por medio del tabú, la ley y la
costumbre se establecen nuevas limitaciones. Estas limitaciones generan sufrimiento al individuo. Ahora bien la
cultura exige otros sacrificios además de la satisfacción sexual. Uno de los reclamos de la sociedad es “amaras a
tu prójimo como a ti mimo”. Esto es un sacrificio del hombre ya que no sabe si el otro es digno de su amor y
además, el prójimo representa una tentación para satisfacer en el la agresión, explotar su fuerza de trabajo sin
resarcirlo, usarlo sexualmente sin su consentimiento y desposeerlo de su patrimonio. La cultura tiene que poner
límite a las pulsiones agresivas de los seres humanos.
Puesto que la cultura impone tantos sacrificios no solo a la sexualidad sino también a la inclinación agresiva del
ser humano comprendemos que los hombres difícilmente se sientan dichosos dentro de ella. El hombre culto ha
cambiado un trozo de posibilidad de dicha por un trozo de seguridad.
Freud plantea las siguientes heridas narcisistas:
 La tierra no es el centro del universo
 El hombre como evolución en la cadena de la especie
 Existencia del inconsciente
Requisitos de la cultura:
1) Belleza: es venerada y contemplada
2) Limpieza: se debe ser limpio con nuestro cuerpo, porque la suciedad no es parte de la cultura
3) Orden
4) Cuidado y estima de la actividad psíquica: conduce al hombre a mejorar, a tener logros
5) Regulación de los vínculos: impide que el más fuerte domine al más débil
6) Orden jurídico: aparece para lograr la convivencia en la sociedad de la mano de la justicia sanciona
ciertas conductas.

 René Kaés: la realidad psíquica y el sufrimiento en las instituciones


Conjuntos de dificultades: fundamentos narcisista y objetales. Las dificultades, que afectan con una valencia
negativa la relación con la institución, el pensamiento de aquello que en ella instituye, nada menos que lo
siguiente: no pasamos a ser seres hablantes y deseantes sino porque ella sostiene la designación de lo imposible:
la interdicción de la posesión de la madre- institución, la interdicción del retorno al origen y de la fusión
inmediata.
A segundo conjunto: función de metamarco que desempeñan la sociedad y la cultura. Este segundo nivel de la
dificultad revela un descentramiento radical de la subjetividad. La institución nos precede, nos sitúa y non
inscribe en sus vínculos y sus discursos; pero con este pensamiento que socaba a la ilusión centralista de nuestro
narcisismo secundario. Se trata de dos conceptos limites que se articulan, por vía de apuntalamiento, el espacio
psíquico a sus dos bordes heterogéneos. El borde biológico que la experiencia corporal actualiza; y el borde
social, actualizado por la experiencia institucional.
El tercer conjunto de dificultades no concierne ya al pensamiento de la institución como objeto o como no- sí
mismo en el sujeto sino a la institución como sistema de vinculación en el cual el sujeto es pare interviniente y
parte constituyente. .
Entramos en la crisis de la modernidad cunado hacemos la experiencia de que la crisis de las instituciones no
cumplen su función principal de continuidad y regulación. Las ciencias del hombre nacen del cuestionamiento
de esta idea terrible, y tal vez suicida, de que el hombre no es ya la medida de todas las cosas, sino que es
atravesado y manipulado por fuerzas de una envergadura mayor: la economía, el lenguaje, el inconsciente, la
institución.
Lo mismo que en las civilizaciones que ellas sostienen, las instituciones no son inmortales. El orden que impone
no es inmutable los valores que proclama son contradictorios y niegan lo que las funda.
La vida psíquica no está centrada exclusivamente en un inconsciente personal. Paradójicamente, una parte del
mismo, que lo afecta en su identidad y que compone su inconsciente, no le pertenece en propiedad, sino a las
instituciones en que él se apuntala que se sostienen por este apuntalamiento.
La institución es una formación de la sociedad y la cultura. La institución es, antes que nada, una formación de
la sociedad y de la cultura, cuya lógica propia sigue. Instituida por la divinidad o por los hombres, la institución
se opone a lo establecido por la naturaleza.
Lo imaginario es la capacidad original de producción y de movilización de los símbolos que, en el orden social,
están ligados a la historia y evolucionan. Lo imaginario, en este sentido, es la atribución de significaciones
nuevas a símbolos ya existentes.
Lo imaginario individual (o radical) prexiste a, y preside, toda organización de la pulsión.
La institución no es solo una formación social y cultural compleja. Realiza funciones psíquicas múltiples para
los sujetos singulares, en su estructura su dinámica y su economía personal.
El individuo lleva una doble existencia, en canto es en sí mismo su propio fin y en cuanto es miembro de una
cadena a la que está sometido. Es aquí central la cuestión del apuntalamiento, del doble apuntalamiento de la
realidad psíquica en sus dos bordes, corporal e institucional.
El concepto de aparato psíquico del agrupamiento permite pensar el ordenamiento específico de la realidad
psíquica del sujeto singular con el conjunto intersubjetivo del que forma parte y al que le da consistencia.
Lo que llamo aparato psíquico del agrupamiento, alianzas inconscientes y cadena asociativa grupal son
construcciones destinadas a dar cuenta de las formaciones y los procesos psíquicos inconscientes movilizados
en la producción del vínculo y del sentido.
Formaciones y procesos heterogéneos. Lógica social de la institución, cuestiones que proviene del nivel y de la
lógica psíquicos. Esta constituye además el lugar de una doble relación: el sujeto singular con la institución y de
un conjunto de sujetos ligados por y en la institución.
Formaciones psíquicas intermediarias entre el sujeto singular y los otros. Formaciones intermediarias entre el
sujeto y el espacio psíquico constituido por su agrupamiento en la institución.
Un rasgo constante y determinante de estas instituciones es su carácter bifronte, la reciprocidad que inducen
entre los elementos que la ligan, la comunidad que consolidan mediante pactos, contratos y consenso
inconscientes; articulan de esa manera las relaciones del elemento y el conjunto en figuras diversas: de
ensamble, de inclusión mutua, de co- inherencia o de inversión continua.
La reciprocidad de los marcos. Cuando el marco es atacado cualquiera sea el nivel, los efectos repercuten en los
diferentes elementos que el enlaza: tenemos el hábito de estar atentos a los efectos catastróficos para el sujeto
singular, tenemos que considerar las consecuencias para las modificaciones estructurales que afectan la base
física del hecho institucional y que ponen al conjunto de sus componentes frente al retorno disgregante de las
partes indiferenciadas y no integradas que están depositadas en lugares diferentes del marco.
Las formaciones intermediarias contribuyen al fundamento psíquico de los conjuntos sociales, a la vez que
constituyen el fundamento de nuestra psique.
Freud: la identificación es aquello que es común a dos o a varios sujetos, lo que se coloca y se desplaza desde el
uno hacia el otro. Vínculo afectivo: la elección del objeto se convierte en identificación al apropiarse cualidades
del objeto.
Contagio psíquico: mecanismo: de una identificación fundada en la capacidad o la voluntad de ponerse en una
situación idéntica. No sería justo afirmar que se apropian del síntoma por compasión. Por el contrario, la
compasión nace solamente de la identificación, y la prueba es que el contagio o imitación se produce también
en circunstancias en que se admite entre dos personas una simpatía preexistente mucho menor que la que se
establece habitualmente entre las amigas en un pensionado. La identificación por el síntoma se convierte así en
el inicio de un lugar de coincidencia de los yoes, lugar que tiene que mantenerse o reprimirse.
Renuncia pulsional y advenimiento de la comunidad civilizada: el advenimiento del principio de realidad
asegura a distinción entre lo interno y lo externo, es decir, lo que se refiere al yo y lo que proviene del mundo
exterior. Permite también la defensa contra las sensaciones penosas o amenazantes.
Freud: las fuentes de sufrimiento humano. Señala tres: la primera es la hiperpotencia de la naturaleza, la
segunda, la caducidad de nuestro cuerpo; la tercera, la insuficiencia de medidas destinadas a regular la
relaciones de los hombres entre sí en el seno de la familia, el Estado o la sociedad.
Hipótesis de Freud: el elemento de la cultura estaría dado por la primera tentativa de reglamentar las relaciones
sociales. Si tal intento faltara estas relaciones estarían sometidas a la arbitrariedad del individuo singular, dicho
de otra manera, al individuo físicamente más fuerte, que las regularía de acuerdo con su propio interés y sus
pulsiones instintivas. La vida en común solo resulta posible cuando una pluralidad logra reunirse en un conjunto
más poderoso que cada individuo particular y mantiene unida frente a cualquier individuo singular.
El malestar en la cultura pone en evidencia una segunda línea de reflexión. Se refiere a las compensaciones y el
contrato, obtenidos a cambio de la coacción y el renunciamiento. “el hombre civilizado ha trocado una parte de
felicidad posible contra una parte de seguridad”.
El reconocimiento de las adquisiciones de la cultura es arrancado al narcisismo con cierta dificultad. No
renunciamos nunca al narcisismo y esto es lo que asegura la continuidad de las generaciones yd e los grupos,
funda la identidad de filiación y de afiliación.
Contrato narcisista: tres ideas: primera, el individuo es en sí mismo su propio fin, y es al mismo tiempo
miembro de una cadena a la que está sometido; segunda, los padres hacen de su hijo el portador de sus sueños
de deseo no realizados, dicho de otro modo a cada recién nacidos e la asigna la misión de asegurar la
continuidad narcisista de la generación; la tercera idea es que el ideal de yo es una formación común a la psique
singular y a los conjuntos sociales.
El concepto de contacto narcisista genera estas propuesta y explica, en este aspecto, relaciones correlativas del
individuo y del conjunto social: cada recién llegado tiene que cargar al conjunto como portador de la
continuidad y recíprocamente; con esta condición el conjunto sostiene un lugar para el elemento nuevo.
La estructura psíquica de la institución es el resultado del montaje de estas formaciones bifrontes que hacen que
se mantengan unidos los sujetos de la institución y determinan, según el modo de causalidad propio del
inconsciente, los procesos psíquicos específicos que se desarrollan en él.
Los mecanismos de defensa contra el sufrimiento son tales que se mantienen lo más prolongadamente posible
fuera del campo de su experiencia. Las instituciones disponen precisamente, de mecanismos de defensa de esta
clase que constituyen un apoyo a las defensas de los sujetos singulares para evitarles todo sufrimiento, incluido
el que generaría en la institución misma.
La institución es un objeto psíquico común: hablando con propiedad, la institución no sufre. Nosotros sufrimos
de nuestra relación con la institución, en esa relación; hablar del sufrimiento de la institución es un amanera d
designar esta relación en nosotros, evacuándonos como sujeto activo o pasivo.
Sufrimos por el hecho institucional mismo, en razón de los contratos pactos, comunidad y acuerdos,
inconscientes o no, que nos ligan conscientemente en una relación asimétrica, desigual, en la que se ejercita
necesariamente la violencia, donde se experimenta necesariamente la distancia entre la exigencia y los
beneficios descontados. Sufrimos por el exceso de la institución, sufrimos también por su falta, por su fala en
cuanto a garantizar los términos de los contratos y de los pactos, en hacer posible la realización de la tarea
primaria que motiva el lugar de sus sujetos en su seno.
Pero sufrimos también, en la institución, por no comprender la causa, el objeto, el sentido y el sujeto mismo del
sufrimiento que experimentamos en ella.
La mayoría de estas perturbaciones pueden ser referidas a las fallas de las funciones contractuales implicadas en
la función instituyente. Las fallas se manifiestan por exceso o por defecto, o por inadecuación. Hay demasiadas
instituciones o demasiado pocas, o la instrucción en concreto es inapropiada para su función. En todos los casos,
estas perturbaciones por exceso, por defecto o por inadecuación entre la estructura de la institución y la
estructura de la tarea primaria culminan en un sufrimiento ligado a la institución en su singularidad.

 Kaés: el analista en el campo vincular: el grupo y el trabajo del preconsciente en un mundo en crisis
El sufrimiento psíquico del mundo moderno es el sufrimiento de las formaciones intermediarias, de procesos de
ligadura intrapsíquica y de las configuraciones de vínculos intersubjetivos.
La tesis del autor es que el grupo es un lugar en el cual emergen y se transforman las relaciones de identidad y
de alteridad, es el topos intersubjetivo del preconsciente.
Puede hacerse una triple lectura de El malestar en la Cultura: la primera permitiría considerando como una
contribución mayor a la crítica de la modernidad. Los parámetros históricos que define el contexto de El
malestar en la Cultura anuncian el inicio de las grandes desestructuraciones sociales y culturales: la subida del
fascismo yd el nazismo, el derrumbe económico de 1929 y el fracaso de la idea del progreso (fin de la
modernidad).
En una segunda lectura encontramos una contribución central a la teoría psicoanalítica: pulsión de muerte,
renunciamiento pulsional, importancia de la relación del Súper Yo y de la transmisión de la culpabilidad en el
ordenamiento de las relaciones entre los sujetos y el grupo, entre los grupos y las instituciones.
Tercera lectura: se introduce la cuestión de sujeto sobre un modo distinto de determinación con respecto a
aquel, desde el aparato psíquico individual, prefigura una noción decisiva para las investigaciones y que expreso
como la exigencia del trabajo psíquico que se le impone al psiquismo por el hecho de su vínculo fundamental
con la intersubjetividad.
Dificultades en las construcciones identificatorias y las afirmaciones comunitarias: por un lado, las dificultades
en la construcción de la identidad deben ser ligadas a la desorganización de las referencias simbólicas por efecto
de la desaparición de lo arbitrario de la ley de sus contradicciones.
La identidad se construye conjuntamente por dos vías:
1) Representaciones y enunciados fundamentales.
2) A partir de las representaciones que son enviadas al grupo desde el exterior.
La sociedad transparente: inmediatez y virtualidad. Cibernética social: podríamos denominar efecto internet al
resultado de la apropiación domestica de las tecnologías y de los universos virtuales, el reino de las apariencias
mediáticas colocándose aquí al servicio de las neoracionalidades de dominio y de transparencia.
Por debajo de este sueño de dominio y oponiéndose a él, resulta fácil descubrir la parte sufriente que lo motiva:
la de una buena convivencia reinventada, a la medida de ese deseo exacerbado de memoria y de arraigo que
pone en evidencia una intensa demanda de mediación, de sentido, de vínculo.
El malestar en el mundo moderno y sus efectos: la pérdida de los garantes metasociales y metapsíquicos
caracteriza las nuevas formas de “Malestar en la Cultura”.
Grandes síntomas del sufrimiento psíquico: tres conjuntos:
1- Fallas en la estructuración de los apuntalamientos de la vida pulsional
2- Concierne a la formación de las identificaciones y de los contratos intersubjetivos que funcionan
como condiciones y garantes intersubjetivos del espacio en el cual el Yo puede devenir: su defecto a
su falla ponen de manifiesto el malestar en los vínculos así como las dificultades en la constitución
de una alteridad interna subjetivada.
3- Concierne a los trastornos que actúan sobre el proceso representacional, la construcción del sentido
y de los dispositivos interpretativos: son enfermedades de las funciones y de las estructuras
intermediarias, de las fronteras, del juego transicional y de los metabolismos.
El preconsciente como sistema del aparato psíquico, es el dispositivo en el que se efectúan los procesos de
transformación que experimentan algunos de los contenidos y de los procesos inconscientes para retomar la
conciencia. A dicho sistema se halla la capacidad asociativa e interpretativa.
La función de la psiquis la función del Preconsciente es fundamental en la actividad sublimatoria; pone a
disposición del sujeto formas prexistentes que le permitirán derivar la meta al servicio de la actividad del Yo.
La actividad del preconsciente siempre se halla implicada en las experiencias traumáticas, sean cuales fueran
sus causas, ya sea por falla o por insuficiencia.

 Romero: la estructura manifiesta del grupo: la estructura observable de comunicación


Al comunicarse se intenta establecen una comunidad con alguien, compartir una idea, sentimiento, una actitud.
Hay implicados tres elementos: una fuente o emisor, un mensaje (verbal, grafico, etc.) y un receptor o destino.
El emisor encodifica su mensaje: coloca la información que desea transmitir en una forma (verbal, escrito,
gestual). Comunicar implica sintonización reciproca de la fuente como del destino: para que la comunicación
sea adecuada el emisor debe suscitar en el receptor las mismas imágenes.
El código es la forma que adopta un mensaje para ser transmitido. Una vez encodificado el mensaje necesita de
un vehículo que lo transporte hasta el receptor, a ese vehículo se lo denomina canal. Cuando un grupo tiene
una tarea a realizar aparecen pautas de comunicación que las facilitan y fueron denominadas por Bavellas como
canales y estos canales configuran redes. Los modelos básicos de red comunicacional son el círculo, la cadena,
la Y la rueda. La forma en como el grupo encare la tarea está íntimamente relacionada con el tipo de red que
predomine.
En el círculo, cada persona puede comunicarse con las que se encuentran a su izquierda o derecha, en la cadena,
tres miembros pueden comunicarse hacia derecha e izquierda, peor aquellos que se encuentran en las posiciones
iniciales y final solo pueden hacerlo hacia uno de sus lados de tal manera que la red no se encuentra carrada. Si
el señor A o el señor E desean comunicarse mutuamente, el mensaje tiene que pasar necesariamente por otras
personas con las posibilidades de distorsión que esto significa; en la rueda existe una figura central (el señor C)
que puede pasar a ocupar un liderazgo grupal en función de la posición, ya que tiene la posibilidad de emitir
como de recibir mensajes de los demás miembros que, por su parte, solo pueden comunicarse con este, en la Y,
dos personas pueden comunicarse hacia la derecha e izquierda ( los señores C y D), mientras que aquellos que
ocupan posiciones periféricas solo pueden hacerlo hacia uno de los lados, de tal forma que esta red nunca se
encuentra cerrada (si el señor A y el señor E quieren comunicarse mutuamente, el mensaje tiene que pasar
necesariamente por otras personas con las posibilidades de distorsión que esto significa); él la rueda existe una
figura central (el señor C) que puede pasar a ocupar el liderazgo grupal en función de su posición, ya que tiene
la posibilidad de emitir como de recibir mensajes de los demás miembros que, por su parte, solo pueden
comunicarse con este; en la Y, dos personas pueden comunicarse hacia derecha e izquierda ( los señores C y D),
mientras que aquellos que ocupan posiciones periféricas solo pueden hacerlo hacia uno de sus lados, de tal
forma que esta red tampoco se encuentra cerrada.
Estos modelos de red son básicos, elementales y abstractos, ya que en los grupos de discusión las redes se
complejizan.
El círculo será activo, desprovisto de líder, desorganizado y errático en un primer momento, pero con el tiempo
emerge un liderazgo, disminuyen los errores y aumenta la velocidad de resolución de las tareas; esta es la red
que posee la moral más alta, ya que grafica a sus componentes en la medida que permite un amplio grado de
participación; ante un cambio de tareas que requiera una nueva adaptación es también la que se adecua más
rápidamente.
La red posee menos errores y resuelve, por lo cual emerge rápidamente un liderazgo entre las personas que
ocupan posiciones centrales (C, D). La rueda es un poco menos unida, tiene un líder definido, su organización
es estable y, comparativamente, de mayor eficacia en los primeros momentos, pero sus integrantes periféricos
muestran un alto grado de insatisfacción por la baja participación; con el tiempo esta frustración es cada vez
mayor y deteriora progresivamente la eficacia. La cadena ocupa una posición intermedia y su principal
dificultad ya ha sido indicada. En general podemos señalar que para todas las redes, aquellas personas que
ocupan posiciones centrales (lideres emergentes) tiene una mayor participación y satisfacción que las que
ocupan posiciones periféricas.
Al analizar la comunicación humana como proceso de interacción diferenciamos tres niveles:
1- El nivel de información hace referencia al “que” se transmite en un mensaje: comprende los contenidos
conceptuales, informaciones. No existe comunicación entre dos seres humanos que deje de lado al
aspecto informacional, la transmisión de información de uno al otro.
2- El nivel de estilo hace referencia al “como” transmite el mensaje, a la actitud del emisor mientras
comunica una determinada información. El emisor habla con determinado ritmo, con un cierto timbre,
gesticula, enfatiza ciertas palabras, etc.
3- El nivel de intencionalidad hace referencia al vínculo que en función del objeto perseguido, se establece
entre comprometidos en el acto comunicacional. Es él (para qué) del acto. Pero este “para que” debemos
analizarlo desde dos perspectivas: lograr un determinado objetivo grupal, explicito (nivel de
intencionalidad manifiesta), y establecer una relación especifica con el o los receptores (nivel de
intencionalidad no manifiesta, relativo al vínculo.

 Jean Laplanche- Jean Portanlis: diccionario de psicoanálisis.


Aparato psíquico: termino que subraya ciertos caracteres que la teoría freudiana atribuye al psiquismo: su
capacidad de transmitir y transformar la energía determinada y su diferenciación en sistemas o instancias.
La palabra aparato sugiere un trabajo, debe concebirse como un aparato reflejo. Trata de mantener al nivel más
bajo posible la energía interna de un organismo.
Apoyo: designa la relación primitiva de las pulsiones sexuales con las pulsiones de autoconservación. Existe
una relación entre la pulsión sexual y ciertas funciones corporales básicas, por ejemplo en la actividad oral del
lactante, el placer por la succión del pecho, la satisfacción de la zona erógena se asocia a la satisfacción de la
necesidad de alimento (luego la necesidad de repetir la satisfacción sexual se separa de la necesidad nutritiva).
Consciencia: cualidad momentánea que caracteriza las percepciones externas e internas dentro del conjunto de
los fenómenos psíquicos. Recibe las informaciones del mundo exterior e interior, sensaciones de placer-
displacer. Está relacionada con el preconsciente, evita lo desagradable, regula el principio de placer, y recibe las
cualidades sensibles.
No es más que un órgano sensorial para la percepción de las cualidades psíquicas, percibe los estados de tención
pulsional
Y las descargas de excitación, el placer-displacer, y todos los procesos en los que intervienen
“representaciones”.
Ello: es una de las tres instancias distinguidas por Freud (Yo- Superyó- Ello). Es el polo pulsional de la
personalidad, su contenido (expresión psíquica de las pulsiones de vida y de muerte) son inconscientes,
hereditarios e innatos, en parte reprimidos y adquiridos. Entra en conflicto con el Yo y el Superyó. Lo que
existe por naturaleza en nuestro ser. Equivalente al sistema inconsciente (lo reprimido). El gran reservorio de la
libido, de la energía pulsional, que carece de organización, por eso tiende a ser un caos. Esta energía es la
utilizada por el Yo. Lo reprimido solo se separa de un modo tajante del Yo por las resistencias de la represión y
se puede comunicar con él a través del ello. Se define por oposición al modo de organización del Yo.
Las pulsiones coexisten sin suprimirse ni excluirse mutuamente.
Inconsciente: conjunto de los acontecimientos no presentes en el campo actual de la conciencia, está
constituido por los contenidos reprimidos, a los que ha sido reusado el acceso al sistema preconsciente-
consciente , por la acción de la represión. Sus contenidos son representantes de las pulsiones, buscan retornar a
la conciencia y a la acción pero solo pueden encontrar acceso a través del sistema Consciente- Preconsciente
después de haber sido sometidos a las deformaciones de la censura. Especialmente son los deseos infantiles que
hay en nosotros, fantasías originarias, etc. La pulsión no puede jamás devenir en objeto de consciencia y solo se
halla en el inconsciente. El sueño, actos fallidos, equivocaciones orales, son el camino hacia el descubrimiento
del inconsciente.
Preconsciente: sistema del aparato psíquico donde sus contenidos son inconscientes pero se diferencian del
sistema inconsciente por el hecho de que son accesibles a la conciencia (conocimientos y recuerdos no
actualizados que el sujeto puede evocar). Califica lo que escapa a la conciencia actual, sin ser Inconsciente, está
separado del Inconsciente por la censura de sus contenidos de pasar a la conciencia. Su fin es dominar el
principio de placer, se encuentra ligado al lenguaje verbal.
Pulsión: proceso dinámico consciente es un empuje que hace tender al organismo hacia su fin, su fuente es una
excitación corporal, su fin es suprimir el estado de tensión que reina en la fuente pulsional gracias al objeto la
pulsión puede alcanzar su fin.
Dos tipos de tenciones a las que está sometido el organismo: las externas a las cuales el sujeto puede huir o
protegerse y las internas de las cuales no se puede escapar. El objeto es variable y contingente y solo es elegido
de forma definitiva en función del sujeto.
Esta teoría de las pulsiones es dualista: pulsiones sexuales o pulsiones del Yo o de autoconservación, luego
incluye las potras dos las de vida y las de muerte.
Las pulsiones son las fuerzas cuya existencia postulamos en el trasfondo de las tenciones generadoras de las
necesidades del ello.
Superyó: juez o censor con respecto al yo. Es la conciencia moral, la autobservación, las formaciones ideales,
es el heredero del complejo de Edipo (el niño choca con la amenaza de castración, y renunciando a la
satisfacción de sus deseos edipicos marcados por la prohibición, transforma su odio por los padres, por la
interiorización de sus exigencias y prohibiciones). Critica y menosprecia al Yo. Prohíbe la realización y la toma
de conciencia de los deseos. Genera sentimiento de culpabilidad. Exigencias sociales y culturales. El
establecimiento del Superyó puede considerarse como un caso de identificación con el Superyó parental (se
llena del mismo contenido, tradiciones, etc.).
Yo: instancia que se encuentra en relación de dependencia respecto del ello y del superyó. Mediador de los
intereses de la persona, defensor de la personalidad. Contacto con la realidad exterior. La consciencia del Yo es
considerada como un desfiladero que no deja pasar más que un recuerdo patógeno a la vez y que puede ser
bloqueado. El yo ante una situación conflictiva se define evitándola no queriendo saber nada de ella o
prohibiéndola, impidiendo asimilarla. El yo solo interviene cuando es capaz de hacer funcionar sus defesas
normales. Tiene función moderadora e inhibidora de los procesos que conducen alucinaciones y también de
aquellos que producen displacer. Permite no confundir los procesos internos con la realidad. Tiene acceso
directo al sistema preconsciente- inconsciente a través de la percepción. Trata de mantener las pulsiones de
autoconservación e impone las normas de la realidad. El preconsciente es el núcleo del yo. Es un aparato de
regulación, control y de adaptación a la realidad y cuya génesis se intenta explicar por medio de procesos de
maduración y aprendizaje a partir de la dotación sensorio-motriz del lactante.
Yo ideal: formación genética anterior al superyó, es el yo todavía no organizado, se siente unido al ello.

Unidad IV

 Berger y Luckmann: la construcción social de la realidad. Capitulo II: la sociedad como realidad
objetiva.
1-Institucionalización
Las relaciones del hombre con su ambiente se caracterizan con su ambiente por su apertura al mundo. La
peculiaridad de la constitución biológica del hombre radica más bien en los instintos. La organización de los
instintos del hombre puede calificarse como subdesarrollada si la compara con la de los demás mamíferos
superiores. Por su puesto que el hombre tiene sus impulsos; pero ellos son sumamente inespecíficos y carentes
de dirección. Dicha peculiaridad del organismo humano se basa en su desarrollo ontogenético. El organismo
humano aún se sigue desarrollando biológicamente cunado ya ha entablado relación con su ambiente. En otras
palabras, el proceso por el cual se llega a ser hombre se produce con una interrelación con un ambiente. O sea,
que el ser humano en proceso de desarrollo se interrelaciona no solo con un ambiente natural determinado sino
también con un orden cultural y social especifico mediatizado para el por los otros significantes a cuyo cargo se
halla.
Afirmar que las maneras de ser y de llegar a ser hombre son tan numerosas como las culturas del hombre, es un
lugar común a la etnología.
Si bien es posible afirmar que el hombre posee una naturaleza, es más significativo decir que el hombre
construye su propia naturaleza o más, sencillamente, que el hombre se produce a sí mismo.
La sexualidad humana está dirigida y a veces estructurada rígidamente en cada cultura particular. Cada cultura
tiene una configuración sexual distintiva, con sus pautas especializadas de comportamiento sexual y de sus
propios supuestos antropológicos en el campo sexual.
El carácter del yo como producto social no se limita a la configuración particular que el individuo identifica
como él mismo, sino al amplio equipo psicológico que sirve de apéndice a la configuración particular. Por lo
tanto, se da por sobre entendido que el organismo y más aún el yo, no puede entenderse adecuadamente si se lo
separa del contexto social particular en que se formaron.
Así como es imposible que el hombre se desarrolle como tal en el aislamiento, también es imposible que el
hombre aislado produzca un ambiente humano. El ser humano solitario es ser a nivel animal. La humanidad
específica del hombre y su sociabilidad están relacionadas íntimamente.
Todo desarrollo individual esta precedido por un orden social dado; la apertura al mundo, intrínsecamente
biológicamente a la existencia humana, es siempre transformada por el orden social en un relativa clausura al
mundo.
El orden social es un producto humano, una producción humana constante, de su continua externalización. El
orden social no forma parte de la naturaleza de las cosas y no puede derivar de las leyes de la naturaleza. Existe
solo como producto de la actividad humana. El orden social existe en tanto que la actividad humana sigue
produciéndolo.
Orígenes de la institucionalización
Todo acto que se repite con frecuencia es aprehendido como una pauta para todo aquel que la ejecuta. La
habituación torna innecesario volver a definir cada situación de nuevo paso por paso.
La institucionalización aparece cada vez que se da una tipificación reciproca de acciones habitualizadas por
tipos de actores, toda tipificación es una institución, la institución misma tipifica tanto a los actores individuales
como a las acciones individuales. Las instituciones, por el mismo hecho de existir, también controlan el
comportamiento humano estableciendo pautas definidas de antemano que lo canalizan en una dirección
determinada, en oposición a muchas otras que podrían darse teóricamente. La institucionalización es algo
insipiente en toda situación social que se continúe en el tiempo. Surgirá un colección de acciones tipificadas
recíprocamente, que cada uno habitualizará en papeles o roles, algunos de los cuales se desempeñaran
separadamente y otros en común.
Generalmente todas las acciones que se repiten una o más veces tienden a habitualizarse en cierto grado, así
también como todas las accione observadas por otro entraña necesariamente cierta tipificación por parte de este.
Las instituciones están ahí, fuera de él, persistentes en su realidad, quiéranlo o no: no puede hacerlas
desaparecer a voluntad. La realidad objetiva de las instituciones no disminuye si el individuo no comprende el
propósito o el modo de operar de aquellas. Dado que las instituciones existen como realidad externa, el
individuo no puede comprenderlas por introspección debe “salir” a conocerlas.
La externalización y la objetivación son momentos de un proceso dialectico continuo. El tercer momento de
este proceso, es la internalización.
Cuanto más se institucionaliza el comportamiento, más previsible, y por ende, más controlado se vuelve.
En principio, la institucionalización puede producirse en cualquier zona de comportamiento de relevancia
colectiva.
Sedimentación y tradición
La conciencia retiene solo una pequeña parte de la totalidad de las experiencias humanas, parte que una vez
retenida se sedimenta vale decir, que esas experiencias quedan estereotipadas en el recuerdo como entidades
reconocibles y memorables. Si esa sedimentación no se produjese, el individuo no podría hallar sentido a su
biografía. También se produce una sedimentación intersubjetiva cuando varios individuos comparten una
biografía común, cuyas experiencias se incorporan a un depósito común de conocimiento. La sedimentación
intersubjetiva puede llamarse verdaderamente social solo cuando se ha objetivado en cualquier sistema de
signos, o sea, cuando surge la posibilidad de objetivaciones reiteradas de las experiencias compartidas.
Un sistema de signos objetivamente accesible otorga un estatus de anonimato insipiente a las experiencias
sedimentadas al separarlas de su contexto originario de biografías individuales y volverlas accesibles en general
a todos los que comparten, o pueden compartir en lo futuro, el sistema de signos en cuestión. De esta manera las
experiencias se vuelven transmisibles con facilidad.
El sistema de signos decisivo es el lingüístico. El lenguaje objetiva las experiencias compartidas y las hace
accesibles a todos los que pertenecen a la comunidad lingüística, con lo que se convierte en base e instrumento
del acopio colectivo del conocimiento. Además, el lenguaje aportas los medios de objetivizar nuevas
experiencias, permitiendo que se incorporen al acopio de conocimiento ya existente, y es el medio más
importante para transmitirlas sedimentaciones objetivadas y objetivizadas en la tradición de la colectividad de
que se trate.
La designación lingüística abstrae la experiencia de sus incidentes biográficos individuales para convertirla en
una posibilidad objetiva al alcance de todos, o por lo menos de todos los comprendidos dentro de un cierto tipo.
El lenguaje se convierte en depositario de una gran suma de sedimentaciones colectivas, que puede adquirirse
como conjuntos cohesivos y sin reconstruir su proceso origina l de formación. Dado que el origen real de las
sedimentaciones ha perdido importancia, la tradición podría inventar un origen muy diferente sin que ello
signifique una amenaza para lo ya objetivado.
Este proceso subyace en todas las sedimentaciones objetivas, no solo las acciones institucionalizadas, puede
referirse por ejemplo, a la transmisión de tipificaciones de otros individuos. El proceso se aplica también, por
supuesto, a la transmisión de significados sedimentados que responden a las especificaciones dadas
anteriormente para las instituciones. Los actores potenciales de acciones institucionalizadas deben enterarse
sistemáticamente de estos significados, lo cual requiere una cierta forma de proceso “educativo”. Los
significados institucionales deben gravarse poderosa e indeleblemente en la conciencia del individuo.
Los significados objetivados de la actividad institucional se conciben como un “conocimiento” y se transmiten
como tales, una parte de este “conocimiento” se considera relevante a todos, y otra, solo a ciertos tipos. Toda
transmisión requiere cierta clase de aparato social, vale decir que algunos tipos se sindican como transmisores y
otros como receptores del “conocimiento” tradicional, cuyo carácter específico variará de una sociedad a otra.
También existirán procedimientos tipificados para que la tradición pase de los que saben a los que no saben.
Según el alcance social que tenga la relevancia de cierto tipo de “conocimiento” y su complejidad e importancia
en una colectividad particular, el “conocimiento” tal vez tendrá que reafirmarse por medio de objetos
simbólicos y/o mnemotécnicas. Toda transmisión de significados institucionales entraña, evidentemente
procedimiento de control y legitimación, anexos a las instituciones mismas y administrados por el personal. El
problema de la cohesión lógica surge primero en el plano de la legitimación y después en el plano de la
socialización. Al que observa desde afuera puede parecerle que dichos significados tienen una “funcionalidad”
dudosa en la primera sociedad, en el momento de su difusión, y que no tienen absolutamente ninguna
“funcionalidad” en la segunda.
Roles
Los objetivos específicos y las fases entremezcladas se comparten con otros y no solo las acciones específicas,
sino también las formas de acción se tipifican.
Las tipificaciones de las formas de acción requiere que estas posean un sentido objetivo, lo que a su vez,
requiere un objetivización lingüística. En principio una acción y un sentido pueden aprehenderse aparte de su
realización individual y de los procesos subjetivos variables asociados a ellos. Tanto el yo como el otro pueden
aprehenderse como realizadores de acciones objetivas y conocidas en general, las cuales son recurrentes y
repetibles por cualquier actor del tipo apropiado.
E el curso de la acción se produce una identificación del yo con el sentido objetivo de aquella; la acción que se
desarrolla determina, para ese momento, la auto-aprehensión del actor, en el sentido objetivo que se le atribuye
socialmente a la acción. Después de ocurrida la acción se produce otra consecuencia importante cuando el actor
reflexiona sobre la acción. Ahora una parte del yo se objetiviza como ejecutante de esta acción, mientras que
todo el yo se desidentifica relativamente de la acción realizada.
En resumen, el actor se identifica con las tipificaciones de comportamiento objetivadas socialmente in actu,
pero vuelve a ponerse a distancia de ellas cuando reflexiona posteriormente sobre su comportamiento. Esta
distancia entre al actor y su acción puede retenerse en la conciencia y proyectarse a repeticiones futuras de las
acciones. De esta manera tanto el yo actuante, como los otros actuantes se aprehenden, no como individuos
únicos, sino como tipos. Por definición estos tipos son intercambiables.
Podemos comenzar con propiedad a hablar de roles, cuando esta clase de tipificación aparece en un contexto de
un cumulo de conocimiento objetivizado, común a una colectividad de actores. Los roles son tipos de actores en
dicho contexto. Al desempeñar roles los individuos participan en un mundo social; al internalizar dichos roles,
ese mismo mundo cobra realidad para ellos subjetivamente.
El origen de los roles reside en el mismo proceso fundamental de habituación y objetivación que el origen de las
instituciones. Todo comportamiento institucionalizado involucra roles, y estos comparten así el carácter
controlador de la institucionalización.
Los roles representan el orden institucional. Esta representación se efectúa en dos niveles. En primer lugar, el
desempeño del rol representa al rol mismo. En segundo lugar, el rol representa todo un nexo institucional de
comportamiento.
Cualquier realización de un rol concreto se refiere al sentido objetivo de la institución, y por ende, a las otras
realizaciones de roles que la complementan y al sentido de la institución en su conjunto. Algunos los
representan simbólicamente en su totalidad más que otros.
No basta con aprender un rol para adquirir las rutinas de necesidad inmediata que requiere su desempeño
externo, también hay que penetrar en las diversas capas cognoscitivas y aun afectivas del cuerpo de
conocimiento que atañe a ese rol directa o indirectamente.
La distribución social del conocimiento entraña una dicotomización según se trate de lo que es relevante en
general y lo que lo es respecto de los roles específicos.
Por un parte, el orden institucional es real solo en cuanto se realice en roles desempeñados, y que por otra, los
roles representan un orden institucional que define su carácter y del cual deriva su sentido objetivo.

Alcance de los modos de la institucionalización


La institucionalización como constantes sociológicas. El alcance de las estructuras de institucionalización
depende de la generalidad de las estructuras de relevancia. Las estructuras de relevancia son generalmente
compartidas por una sociedad, el alcance de la institucionalización será amplio; si son pocas las compartidas el
alcance será restringido. Si bien el estilo de vida que una sociedad impondría a sus integrantes seria de igual
rigidez para todos, existiría un grado más alto de distribución de conocimiento, roles específicos.
Estas actividades especializadas llevan a la especialización y segmentación del acopio común de conocimiento,
lo cual posibilita el conocimiento separado subjetivamente de cualquier relevancia social, o sea la teoría “pura”.
Sin embargo, la institucionalización no es un proceso irreversible, a pesar del hecho que las instituciones, una
vez formadas tienden a persistir. Por una variedad de razones históricas, el alcance de las acciones
institucionalizadas puede disminuir en ciertas áreas de la vida social puede producirse la desinstitucionalización.
Hay una unidad de realizaciones y significados institucionales en cada biografía subjetiva. Todo el cumulo
social del conocimiento se actualiza en cada biografía individual. Cada uno lo hace todo y lo sabe todo. El
problema de la integración de significados es exclusivamente subjetivo. El sentido objetivo del mundo
institucional se presenta en cada individuo como algo que se da y se conoce en general, y que estaba
socialmente establecido en cuanto tal. Si hay algún problema se debe a las dificultades subjetivas que pueda
tener el individuo al internalizar los significados socialmente aceptados.
Entonces la cohesión de las instituciones si bien no puede postularse a priori existe efectivamente en la realidad.
La segmentación del orden institucional y la distribución concomitante plantea el problema de proporcionar
significados integrados que abarquen a la sociedad y provean un contexto total de sentido objetivo para la
experiencia social fragmentada y el conocimiento del individuo.
Podemos suponer que existe un universo de significado, aunque los métodos de legitimación han variado a lo
largo de la historia.
En la segmentación institucional existen subuniversos de significados segregados socialmente, que resultan del
incremento de la especialización de roles, hasta el punto de que el conocimiento específico del rol, se vuelve
completamente esotérico en oposición al acopio común de conocimiento. Estos subuniversos de significado
pueden estar o no ocultos a la vida de todos. La probabilidad de que aparezcan nuevos subuniversos aumenta
regularmente en la medida que se va produciendo la división del trabajo y el superávit económico.
Como en el caso de todas las construcciones sociales de significado, también aquí una colectividad particular
tendrá que ser portadora de los subuniversos. Esta colectividad formada por un grupo que produce
continuamente los significados en cuestión y dentro de la cual dichos significados cobran realidad objetiva.
Cuando un cuerpo de conocimiento se ha elevado al nivel de un subuniverso de significado relativamente
autónomo, tiene la capacidad de volver a actuar sobre la colectividad que lo produjo. La medida en que el
conocimiento se aparta de sus orígenes existentes dependerá de un gran número de variables históricas. El
principio que importa es que la relación entre el conocimiento y su base social es dialéctica, vale decir, que el
conocimiento de un producto social y un factor de cambio social.
Como resultado de as tasa diferenciales de cambio en las instituciones y los subuniversos, surgen problemas
espaciales. Esto dificulta más, tanto la legitimación total del orden institucional, como las legitimaciones
especificas d instituciones o subuniversos particulares.
La manera en que se objetiviza el orden institucional es por medio de la reificación. La reificación es la
aprehensión de fenómenos humanos como si fueran cosas, vale decir, en términos no humanos, o posiblemente
supra-humanos. Se puede expresar de otra manera diciendo que la reificación es la aprehensión de los productos
de la actividad humana como si fuera algo distinto de los productos humanos, como si fuera producto de la
naturaleza, resultados de leyes cósmicas o manifestaciones de la voluntad. La reificación implica que le hombre
es capaz de olvidar que el mismo ha creado el mundo humano y, además, que la dialéctica entre el hombre,
productor, y sus productos pasa inadvertida para la conciencia. El mundo reificado es, por definición, un mundo
deshumanizado, que el hombre experimenta como facticidad extraña, como un algo sobre lo cual no ejerce
control.
La objetivación surge en el momento mismo en que se establece u mundo social objetivo, no está lejos la
posibilidad de la reificación, la objetividad del mundo social significa que enfrenta al hombre como algo
exterior a él mismo. La cuestión decisiva es saber si el mundo conserva conciencia de lo que el mundo social,
aun objetivado, fue hecho por los hombre, y que de estos, por consiguiente, puede rehacerlo. La reificación
puede describirse como un paso externo en el proceso de la objetivación, por el que el mundo objetivado pierde,
por el que el mundo objetivado pierde su comprehensibilidad como empresa humana y queda fijado como
facticidad inerte, no humana y no humanizable. Los significados humanos no se entienden como productores de
un mundo, sino a su vez, producidos por “la naturaleza de las cosas”. Deben destacarse que la reificación es una
modalidad de la conciencia, más exactamente una modalidad de la objetivación del mundo humano que realiza
el hombre. Aunque aprehenda el mundo en términos reificados, el hombre sigue produciéndolo, o sea que,
paradójicamente, es capaza de producir una realidad que lo niega.
La aprehensión original del mundo social es sumamente reificada, tanto filogenética como ontogenéticamente.
Esto implica que la aprensión de la reificación como modalidad de la conciencia depende de la desreificación, al
menos relativa, de la conciencia, que constituye un desarrollo relativamente tardío en la historia y en cualquier
biografía individual.
Por ejemplo, el orden total de la sociedad puede concebirse como un microcosmos que refleja el macrocosmos
del universo total como creación de los dioses. La receta básica para la reificación de las instituciones consiste
en concederles un estatus ontológico independiente de la actividad y la significación humanas. Poe medio de la
reificación el mundo de las instituciones parece fusionarse con el mundo de la naturaleza; se vuelve necesidad y
destino, y si vive íntegramente como tal, con alegría o tristeza, según sea el caso.
Los roles pueden reificarse al igual que las instituciones. El sector de la auto-conciencia se ha objetivizado en el
rol también se aprehende como un destino inevitable en el cual cada individuo puede alegar que no le cabe
responsabilidad alguna. Esto significa que la reificación de los roles restringe la distancia subjetiva que el
individuo puede establecer entre él y su desempeño de un rol. Existe pues una identificación total del individuo
con sus tipificaciones socialmente atribuidas. El individuo es aprehendido nada más que como ese tipo. Esta
aprehensión puede acentuarse positiva o negativamente en términos de valores o emociones. Las reificaciones,
confieren un status ontológico y total a una tipificación que es el producto humano y que, aun cuando se
internaliza, objetiviza solo un segmento del yo.
El análisis de la reificación tiene importancia porque sirve de correctivo permanente a las propensiones
reificadores del pensamiento teórico en general y del sociológico en particular.

2- legitimación
Orígenes de los universos simbólicos
La legitimación constituye una objetivación de significado de segundo orden. La legitimación produce nuevos
significados que sirven para integrar los ya atribuidos a procesos institucionales dispares. La función de la
legitimación consiste en lograr que las objetivaciones de primer orden ya institucionalizadas lleguen a ser
subjetivamente disponibles y subjetivamente plausibles. La integración es una forma u otra, es también el
propósito tipo que motiva a los legitimadores.
La integración y, concordantemente la cuestión de la plausibilidad subjetiva, se refiere a dos niveles. Existe
pues un nivel horizontal de integración y plausibilidad, que relacionada el orden institucional en general con
varios individuos que participan de el en varios roles, o con varios procesos institucionales parciales en los que
puede participar un solo individuo en un momento dado.
La legitimación no es indispensable en la primera fase de la institucionalización. El problema de la legitimación
surge inevitablemente cuando las objetivaciones del orden institucional (ahora histórico) deben transmitirse a
una nueva generación. La unidad de historia y biografía se quiebra. Deben ofrecerse explicaciones y
justificaciones de los elementos salientes de la tradición institucional. Este proceso de explicar y justificar
constituye la legitimación.
La legitimación explica el orden institucional atribuyendo validez cognoscitiva a sus significados objetivados
adjudicando dignidad normativa a sus imperativos prácticos. La legitimación tiene un elemento tanto
cognoscitivo como normativo. La legitimación no es solo cuestión de valores siempre implica también
conocimiento. La legitimación no solo indica al individuo porque debe realizar una acción y no otra: también le
indica porque las cosas son lo que son. En otras palabras el conocimiento precede a los valores en la
legitimación de las instituciones.
Distinguimos diferentes niveles de legitimación:
1- Es el más incipiente pre-teórico: es la suma de lo que “todos saben” sobre su mundo social. Es el
conocimiento primario, tiene que ver con el lenguaje. El lenguaje ya domina, orienta y organiza la
realidad. Corresponde a todas las afirmaciones tradicionalmente sencillas “así se hacen las cosas”, que
son las respuestas primarias y generalmente las más eficaces a los “porque” de un niño.
2- Nivel teórico: teorías rudimentarias, leyendas, moralejas, máximas morales, que encuadran como
debemos comportarnos en la sociedad para manejarlos con éxito.
3- Teorías propiamente dichas: contiene teorías explicitadas por las que un sector institucional se legitima
en términos de un cuerpo de conocimiento diferenciado. Ciencias.
4- Universos simbólicos. Es el nivel más alto de legitimación. Es la matriz que incluye todos los
conocimientos.
Los procesos simbólicos son procesos de significación que se refieren a realidades que no son de la experiencia
cotidiana. Se produce ahora la legitimación por medio de las totalidades simbólicas que no pueden de ningún
modo experimentarse en la vida cotidiana, exceptuando, lo que podríamos llamar “experiencia teórica”.
El universo simbólico se concibe como matriz de todos los significados objetivados socialmente y
subjetivamente reales: toda la sociedad histórica y la biografía de un individuo se ven como hechos que ocurren
dentro de ese universo. Las situaciones marginales de la vida del individuo, entran dentro del universo
simbólico. Los sueños y las fantasías se ubican como áreas de significado separadas de la vida cotidiana y una
realidad peculiar propia. En el interior del universo simbólico estos dominios separados de la realidad se
integran dentro de una totalidad significativa que los explica y quizás también los justifica. El universo
simbólico se construye, por supuesto, mediante objetivaciones sociales. De este modo el individuo puede
“ubicarse” dentro de él aun en sus experiencias más solitarias.
El universo simbólico ordena la historia y ubica todos los acontecimientos colectivos dentro de una unidad
coherente que incluye el pasado, el presente y el futuro. En el pasado (memoria que comparten todos los
individuos socializados dentro de la colectividad), en el futuro se establece un marco de referencia común para
la proyección de las acciones individuales. De esta manera el universo simbólico vincula a los hombre con sus
Antecesores y sus sucesores en una totalidad significativa. Todos los miembros pueden concebirse como
miembros pertenecientes a un universo significativo, que ya existía antes de que ellos nacieran y seguirá
existiendo después de su muerte.
Las instituciones y los roles particulares se legitiman al ubicarlos en un mundo ampliamente significativo. Los
orígenes de un universo se arraigan en la constitución del hombre. La existencia humana es, una externalización
continua. A medida que el hombre se externaliza construye el mundo en el que se externaliza.

Mecanismos conceptuales para el mantenimiento de los universos simbólicos.


Se vive de un universo simbólico si el orden institucional ha de tomarse por establecido en su totalidad como
conjunto significativo, debe legitimarse colocándolo en un universo simbólico.
Solamente después que un universo simbólico se objetiva como primer producto del pensamiento teórico,
surge verdaderamente la posibilidad de reflexión sistemática sobre la naturaleza de ese universo. Mientras que
el universo simbólico legitima el orden institucional en su más nivel de generalidad, la teorización acerca del
universo simbólico va a ser descripta como legitimación en segundo grado, por así decir. Todas las
legitimaciones para mantenimientos de universos.
Los procedimientos específicos para el mantenimiento de os universos se hacen necesarios cunado el universo
simbólico se ha convertido en problema. Mientras esto no suceda, el universo simbólico se autosustenta, se
autolegitima por una sola facticidad de sus existencia objetiva en la sociedad de que se trate. Todo universo
simbólico es incipientemente problemático. La cuestión reside en que grado se ha vuelto problemático.
La socialización nunca se logra totalmente. Algunos individuos “habitan” el universo transmitido en forma más
definitiva que otros. Entre los “habitantes” existirán variaciones de idiosincrasia en cuanto a la manera de
concebir el universo.
El problema intrínseco se acentúa si algunos de los “grupos de habitantes” llegan a compartir versiones
diferentes del universo simbólico. Por razones evidentes en la naturaleza de la objetivación, la versión que se
desvía queda estereotipada en una realidad por derecho propia. Desafía el status de la realidad del universo
simbólico. El grupo se concierte en portador de una definición de la realidad que constituye una alternativa.
Estos grupos no solo plantean una amenaza teórica para el universo simbólico sino también una amenaza
práctica para el orden institucional legitimado por el universo simbólico.
El universo simbólico no se legitima, sino también se modifica mediante los mecanismos conceptuales
constituidos por resguardar el “universo oficial” contra el desafío de los grupos heréticos.
Para el status de a la realidad del universo propio resulta chocante tener que tratar con grupos minoritarios
desviados, cuya oposición se define como locura o perversidad, que enfrenta a otra sociedad que considera a
nuestras propias definiciones de la realidad como ignorancia, locura o perversidad. Una cosa es estar rodeados
por algunos individuos aun cuando se agrupen en una minoría, que no pueden o no quieren atenerse a las reglas
institucionales y otra es enfrentar a una sociedad entera que jamás ha oído mencionar esas reglas.
La aparición de un universo simbólico a modo de alternativa constituye una amenaza porque su misma
existencia demuestra empíricamente que nuestro propio universo es menos que inevitable. Ciertos individuos o
grupos dentro de nuestra propia sociedad podrían sentir la tentación de “emigrar” del universo tradicional o de
cambiar el orden antiguo según el modelo del nuevo.
El enfrentamiento de universos simbólicos alternativos implica un problema de poder. Dos sociedades que se
enfrentan y cada una de las cuales posee universos en conflicto desarrollan mecanismos conceptuales destinados
a mantener sus respectivos universos.
La terapia comporta la aplicación de mecanismos conceptuales para asegurarse de los desviados. Ya que toda la
sociedad enfrenta el peligro de la desviación individual, podemos suponer que la terapia constituye un
fenómeno social global. La terapia debe ocuparse de las desviaciones que se apartan de las definiciones
oficiales de la realidad, tiene que desarrollar un mecanismo conceptual que den cuenta de tales desviaciones y
mantenga las realidades cuestionadas. Eso requiere un cuerpo de conocimiento que incluya una teoría de la
desviación, un aparato para diagnósticos y un sistema conceptual para la “cura de las almas”.
La internalización tendrá eficacia terapéutica. La terapia eficaz establece una simetría entre el mecanismo
conceptual y su captación subjetiva en la conciencia del individuo. Vuelve a socializar al desviado dentro de la
realidad objetiva del universo simbólico de la sociedad. Dicho retorno a la “normalidad” es una gran
satisfacción subjetiva.
La legitimación mantiene la legitimación del universo construido socialmente: la aniquilación niega la realidad
de cualquier fenómeno o interpretación de fenómenos que no encaje dentro del universo.
Las concepciones desviadas no solo reciben un status negativo, sino que abordan teóricamente en detalle.
Incorporar las concepciones desviadas dentro del universo propio y liquidarlas definitivamente. Debe
traducírselas a conceptos derivados en el universo propio. La negación del universo propio se transforma
sutilmente en una afirmación de él.
Las aplicaciones terapéuticas y aniquiladoras de los mecanismos conceptuales son inherentes al universo
simbólico.

 Dora García: nuevos escenarios sociales.


La noción de escenario da cuenta de un espacio donde interactúan diferentes actores que mutan dentro de una
misma realidad junto a sus nuevos protagonismos, que en una relación dinámica son proclives a transformarla.
En América Latina los sectores más marginados históricamente, hoy tienen a su cargo la conducción de algunos
países de la región.
La visualización de los derechos humanos en la agenda pública y el debilitamiento económico de los EEUU,
favorecieron en los países que conforman la región un margen en la toma de decisiones para regirse y enfrentar
la reparación de las fracturas producidas en la última década.
América Latina tiene ante sí un desafío, reconstruir las sociedades devastadas por la persecución política, el
hambre, la pérdida de identidad, la individualidad, el saqueo sistemático de riquezas naturales las empresas y
factores de producción en manos de capitales privados y revertir, el escepticismo de grandes sectores de la
población, para recuperar la credibilidad en la política y fortalecer la construcción de ciudadanía. Es decir, será
necesario un nuevo contrato social.

 Ester Díaz: la ciencia y el imaginario social


El imaginario colectivo se constituye a partir de los discursos, las practicas los valores sociales que circulan en
una sociedad. El imaginario actúa como regulador de conductas (por adhesión o rechazo). Produce
materialidad, es decir produce efectos concretos sobre los sujetos y su vida de relación; así como sobre las
realizaciones humanas en general.
¿Qué es el imaginario social?
En oriente, se consideró durante siglos que los atributos de belleza femenina era poseer pies pequeños. Es por
eso que desde niñas se les vendaban los pies para evitar que creciesen. Actualmente el ideal de belleza femenina
es el de la delgadez, de modo de que como resultado de ello, las adolescentes enferman en su afán por ser
flacas. Estos son algunos ejemplos de conductas regidas por diferentes imaginarios sociales, a partir de los
cuales se producen los valores, las apreciaciones, los gustos, los ideales y las conductas de las personas que
conforman una cultura. El imaginario se relaciona con la imaginación, pero no es lo mismo. El imaginario es el
efecto de una compleja red de relaciones entre discursos y prácticas sociales. El imaginario social actúa con las
individualidades cobra forma propia, se convierte en un proceso sin sujeto. Adquiere independencia con
respecto de los sujetos. Tiene una dinámica propia: se instala en las distintas instituciones que componen a la
sociedad.
Son instituciones las asociaciones de personas que, reunidas con una finalidad común, cuentan con estructura
jurídica y económica. Son instituciones, las relaciones entre por lo menos dos personas que comparten prácticas
y discursos.
La condición para la “institucionalidad” de una situación es que se persiga un objetivo común y, en función de
ello, se comparta un lenguaje respecto de ese objetivo. La gente a partir de la valoración imaginaria colectiva
dispone de parámetros para juzgar y actuar. Pero los juicios y las actuaciones de la gente inciden también en el
dispositivo imaginario el cual funcione como idea regulativa de las conductas.
Las conductas las realizan las personas aspirando a ciertos ideales o modelos que se consideran dignos de ser
seguidos. Esos paradigmas son las ideas que regulan la educación, las aspiraciones, las expectativas y los
valores éticos. Pero todas esas categorías se gestaron en función del imaginario colectivo. Existe una
interrelación entre valoraciones individuales y valoraciones colectivas.
Las ideas regulativas, como ideas que son, no existen en la realidad material, no obstante, existen en la
imaginación individual y en el imaginario colectivo y producen materialidad, es decir, efectos en la realidad. La
materialidad del dispositivo imaginario reside en los efectos que efectos que logra sobre la realidad.
No debe pensarse al imaginario como algo que suscita uniformidad de conductas. En una época de cambios
profundos y violentos como la nuestra, surgen acontecimientos que no están en la capacidad colectiva de juzgar.
Esto en el mejor de los casos produce desconcierto y en el peor exclusión.

La diferencia entre el yo y el sujeto


Un individuo social es una criatura humana que comparte un sistema simbólico con otros humanos. El sistema
simbólico por excelencia es el lenguaje articulado. Esto es, un lenguaje formado por palabras significativas
articuladas racionalmente. El ser humano es el único ser vivo que habla y que puede representarse su propio
lenguaje, es decir, puede reflexionar sobre él.
El lenguaje articulado es un elemento definitorio de lo humano.
Cada individuo humano se reconoce a sí mismo como una entidad empírica y psicológica. El yo es la
constatación de su propia integridad. Pero nadie es autosuficiente para formar su propio yo. En esa
conformación inciden el entorno, las otras personas y, fundamentalmente el lenguaje. Sin embargo, las personas
no son autómatas. Cada ser humano es libre y en función de ello y de sus indeclinables disposiciones
personales, se autoconforma, se produce, se constituye su yo.
Ahora bien el yo individual, es un ente histórico (no solamente psicológico). Ser histórico significa estar
sujetado a las prácticas sociales de su tiempo. De modo tal que el yo objetivado, esto es proyectado a lo social,
se convierte en sujeto. Sujeto, es el individuo humano en su dimensión social, en tanto esta sujetado a las
prácticas sociales y a los discursos de su época histórica. Sujetado no es sinónimo de enajenado. Estoy sujetada
a las prácticas sociales-discursivas de mi época. Pero soy libre de decidir mis acciones, pero esta libertad está
acotada por limitaciones sociales y biológicas.
Cada individuo se comprende como un ser que se relaciona con otros seres y con su entorno. El yo responde a
lo individual y el sujeto a lo social. El sujeto es una instancia social representada en individuos. Por eso se dice
que no existe sujeto, sino sujetos que comparten características comunes, comparten imaginario.
Conviene aclarar que se suele decir “sujeto” en relación a dos referentes distintos: “sujeto” como imaginario
colectivo de lo que significa ser humano perteneciente a una época determinada; y “sujeto” como individuo
social.

La incidencia de los discursos y las prácticas sociales


El discurso, es decir, el fluir de proposiciones dotadas de sentido, circula por la sociedad. Cada grupo humano
que se reúne con alguna finalidad comparten un discurso común (que no es lo mismo que compartir un idioma).
Las reglas que disciplinan los discursos surgen de las funciones específicas de cada grupo. Los sujetos cambian
de discurso cada vez que cambian de roles o de institución. El mismo sujeto sigue ciertas reglas discursivas
según los casos. La eficacia del discurso depende de éxito en conseguir los objetivos. Pero estos objetivos deben
estar abalados por las prácticas. De la interrelación entre discursos y prácticas surgen valores y apreciaciones
acerca de la realidad. Los individuos que componen una sociedad conocen el sistema social de valores. Esos
valores conocidos y compartidos entre los sujetos de una época histórica son un bagaje importante del
imaginario colectivo. El imaginario social funciona como parámetro de conductas, de las palabras y de las
expectativas.

Espacio y tiempo imaginarios


Nunca experimentamos la infinitud del tiempo, pero no obstante la entendemos. Por el contrario no tenemos
parámetros para imaginar que sería algo fuera del tiempo y del espacio. El tiempo y el espacio constituyen la
forma en que los seres humanos intuyen las cosas. Pero la capacidad pura de influir de la que habla Kant está
libre de cualquier elemento que pertenezca a la sensación empírica. La intuición kantiana es una forma pura,
exenta de la experiencia. Es independiente de la experiencia, necesaria y universal.
Kant considera que el espacio y el tiempo son espacios constantes que no cambian y que no existen en el afuera
sino en nosotros. Es Kant quien plasma en una teoría filosófica el imaginario social de su época respecto del
espacio y tiempo. Porque realiza en el pensamiento, la revolución que desde el comienzo de la modernidad se
estaba produciendo en la ciencia. La modernidad invento la noción de sujeto de conocimiento y de objeto
conocido como dos instancias separadas de las cuales solo es una constructiva: el sujeto. El objeto en cambio es
pasivo, se deja conocer. Y quien se deja conocer se deja dominar.
Las condiciones para que el sujeto pueda conocer están dadas por su estructura formal de conocimiento. La
misma se constituye en el espacio, el tiempo y las categorías en tanto formas puras. En la modernidad el tiempo
es una forma pura de la sensibilidad pero es intemporal.
En la modernidad se rompe totalmente con la noción de circularidad o de nostalgia del pasado. Todo tiende
hacia un futuro absoluto. Hacia la utopía, es decir, hacia un lugar, que en tanto es futuro, no acontece en ningún
lugar. La modernidad huye del pasado y busca el futuro, su carrera le impide ver el presente.
Recién en la posmodernidad se ha comenzado a rescatar el presente, se mira en el espejo del presente. Un
presente que refleja la convergencia del pasado y del futuro.
Hoy se acepta la posibilidad de que la realidad responda al azar y a la indeterminación más que al orden a la
objetividad. Lo que se perdió en supuesta seguridad, se ganó en creatividad.

El imaginario posmoderno
Ahora bien la fuerza de los cambios sociales, políticos, científico-técnicos, éticos y estéticos, acontecidos
fundamentalmente a partir de la segunda guerra mundial, permite pensar que nuestro imaginario ya no coincide
con la episteme gestada en la modernidad. El germen de la dominación de la naturaleza se encontraba en los
fundadores de la ciencia moderna. Las consecuencias de sus ideales no responden exactamente al proyecto de la
modernidad. Este proyecto incluía también la utopía de lograr la felicidad de la humidad en su conjunto. No se
trata, por cierto, de que la ciencia no logre maravillas que hacen más agradable y duradera la vida humana. Se
trata de que el bienestar no alcanza por igual a todos los miembros de la humanidad. La racionalidad científica
aplicada a la economía produce cada vez más riqueza, pero esta llega cada vez a menos manos. La tecnología
genera adelantos imprevisibles, pero también desequilibrios ecológicos y desastres bélicos.
Una de las características más importantes del imaginarios actuales un profundo cambio en la administración de
la verdad. No porque la ciencia no siga generando lo que se acepta como verdad, sino porque la ciencia hoy
necesita otra instancia para convalidar sus verdades. Esa instancia esta dada por los medios masivos de
comunicación, los cuales, paradójicamente, son ciencia aplicada. Pero no por ello representan actualmente el
papel de garantía de verdad.
La ilusión de la transparencia informativa unida a la seducción estética de los medios audiovisuales lo gran lo
que antes lograban específicamente santos y sabios: la “confiabilidad”. Si se ve a través de la pantalla debe ser
verdad. Y no solo la verdad es confirmada por los medios: la realidad misma depende de ellos. Si algo no fue
registrado por los medios, no es real.
Administración de la verdad
La verdad interactúa con el poder. La ciencia sigue siendo, a pesar de todo un referente de poder, en tanto
garantía de verdad. Es un elemento fundamental en la consolidación del imaginario social.
Tanto los logros de las aplicaciones científicas como las críticas a las mismas adquieren fuerza pública y poder,
únicamente si logran ser difundidos a través de los medios (tv, radio, etc.).
Los medios se convirtieron en los voceros de las novedades científicas, siendo los interlocutores de las mismas.
Los medios difunden ciencia. Todo es mostrable en la dimensión mediática.

La pantalla en lugar del panóptico


El panóptismo, como diagrama de la sociedad moderna, indica en las prácticas concretas y en los discursos
conformadores en la cultura accidental. El imaginario social posmoderno ya no está regido por un panóptico. El
panóptico como modelo de una razón amante de las leyes universales del conocimiento de la ética y de la
estética, ha perdido vigencia histórica. Ahora el paradigma es una pantalla en la que el hombre mira y es
mirado. Vivimos en la sociedad del espectáculo. Lo audiovisual esta potenciado por la electrónica, se trata de u
mero cambio cualitativo ya que es energético.
Una de las consecuencias más obvias de la constitución de los sujetos a partir del imaginario-pantalla es el
cambio producido en la capacidad de percepción. Las pantallas a diferencia de los panópticos, muestran una
variedad infinita de movimientos, de colores, de formas, de sonidos.
La ciencia sigue produciendo conocimiento. Pero la técnica es la encargada de presentar ese conocimiento en
sociedad, y de administrarlo a través de los medios masivos.

 Dominique Wolton:
Desde hace medio siglo las condiciones de desarrollo cambiaron. Hoy el rol de la comunicación es cada vez
más importante (cohesión de una sociedad). El desarrollo supone el sentimiento de pertenecer todos al mismo
proyecto. No hay desarrollo sin cohesión social y cultura.
La información y la comunicación son cada vez más generalización de la prensa, luego de la radio, la televisión
y hoy, internet, todo cambio y se volvió transparente. Hoy los ciudadanos están más informados de lo que pasa
en su país y su entorno. No hay desarrollo sin un mínimo de igualdad, de democracia y de confianza mutua. Los
tres traducen la inteligencia del pueblo.
La información y la comunicación son nuevas condiciones de desarrollo. Los ciudadanos quieren saber, poder
expresarse, criticar, proponer. La existencia de un espacio público pluralista es indispensable para que todos los
grupos sociales puedan acceder. El tiempo pasado a debatir no es inútil, es la condición de un mínimo consenso,
sin el cual no hay posible movilización de la sociedad y los países por el desarrollo. La igualdad y el respeto del
pueblo en la comunicación son importantes para el desarrollo.
La comunicación es el acceso a la información pluralista, la posibilidad de discutir, participar en la vida pública;
no sentirse excluido.
El signo de la comunicación autentica es el reconocimiento de la imperfección. Admitir que el otro es igual a
mí y que puede o estar de acuerdo conmigo. Esta es la razón por la que la comunicación es indispensable en la
democracia; solo la comunicación en los países se reconoce la libertad y la igualdad de todos los individuos.
Se puede resumir el rol de la comunicación en el desarrollo por veintiún consideraciones y condiciones:
1) Un mínimo de igualdad económica y social para que los ciudadanos se sientan parte de la misma y
puedan participar en su desarrollo.
2) Existencia de una nueva democracia pluralista con respeto a oposición, elecciones regulares y libres.
3) Libertad y pluralismo en la prensa y en la expresión pública.
4) Escuela para todos e introducción de prensa en esta, para que sus alumnos aprendan a convertirse en
ciudadanos.
5) Respeto por las diferentes comunidades sociales y culturales del país; intentar que participen todas las
comunidades en la democracia local.
6) Preservar la existencia de medios de comunicación: no deben pertenecer a solo comunicación extranjera.
7) Mantener una independencia cultural nacional por la prensa, la radio, la tv, en cine, la literatura, etc.
8) Asegurar el pluralismo de las industrias culturales y de la comunicación; limitar la concentración
nacional e internacional en los campos de información y comunicación.
9) Preservar el equilibrio entre l rol de la prensa, la radio, la tv, internet.
10) Resistir la ideología técnica que hace pensar que internet es futuro de toda comunicación; mantener
equilibrio en los demás medios.
11) Asegurar la cobertura en el mundo. Ningún país puede quedar sobre el mismo y su región.
12) Garantizar un status de periodistas para proteger de las presiones políticas, económicas, etc.
13) Organizar un espacio público donde cohabitan las tres lógicas: los actores políticos; los medios de
comunicación y la opinión pública.
14) Respetar en el espacio público el pluralismo social y cultural, para que las comunidades debatan allí
temas de política, sociedad, cultura y economía, que pueden contribuir al desarrollo.
15) Conservar un equilibrio entre los medios de comunicación generalistas y medios de comunicación
temática.
16) Mantener un equilibrio en el sector público en relación al sector privado.
17) Interés general para que el sector privado no sea solo alineado a los objetivos del beneficio económico.
18) Abrir una reflexión crítica sobe las condiciones de la comunicación en nuevas sociedades.
19) Evitar el desequilibrio creciente entre urbanización y vida rural. La comunicación de una sociedad no
puede reducirse a la del espacio urbano.
20) Abrir una reflexión sobre los nuevos nexos de información y comunicación. Hoy en día, con mucha
información la comunicación es más difícil.
21) La omnipresencia de la información y la comunicación obliga a pensar sobre las condiciones de
cohabitación entre pueblos y culturas. Comunicar es lo mismo que aprender a cohabitar y a compartir.

 Jean Claude Abric: las prácticas sociales y representaciones


Las representaciones son conjuntos sociocognitivos, organizados de forma específica: y regidos por reglas
propias de funcionamiento. La comprensión de los mecanismos de intervención de las representaciones en las
prácticas sociales supone, por tanto, que la organización interna de la representación sea conocida.
La identificación de la visión del mundo que los individuos o grupos llevan en sí y utilizan para actuar o tomar
posición es reconocida como indispensable para entender la dinámica de las interrelaciones sociales y aclarar
los determinantes de las prácticas sociales.
El objeto resulta consiente con el sistema de evaluación utilizado por el individuo. Una representación siempre
es la representación de algo para alguien; este lazo con el objeto es parte intrínseca del vínculo social y debe ser
interpretada así en ese marco. Por tanto la representación siempre es de carácter social.
Plantearemos que a priori no existe toda realidad objetiva, pero que toda realidad es representada, apropiada por
el individuo o el grupo y reconstruida en su sistema cognitivo, integrada en un sistema de valores que depende
de sus historia y del contexto social ideológico que le circunda. Y es esa realidad apropiada y reestructurada
que para el individuo o el grupo constituye la realidad misma.
Esto permite definir a la representación como visión funcional del mundo que permite al individuo o al grupo
conferir sentido a sus conductas y entender la realidad mediante su propio sistema de referencia y adaptar y
definir de este modo un lugar para sí.
La representación no es así un simple reflejo de la realidad, sino una organización sino significante.
La representación es una guía para la acción, orienta las acciones y las relaciones sociales. Es un sistema de pre-
codificación de la realidad puesto que determina un conjunto de anticipaciones y expectativas.
La representación > dos componentes:
*Su componente cognitivo: la representación supone un sujeto activo y tiene desde ese punto de vista una
textura psicológica, sometida a las reglas que rigen los procesos cognitivos.
*Su componente social: la puesta en práctica de estos procesos cognitivos está determinada directamente por las
condiciones sociales en que una representación se elabora o se transmite.
Las representaciones sociales están sometidas a una doble lógica: la lógica cognitiva y la lógica social. La
coexistencia de ambas permite dar cuenta y comprender por ejemplo que la representación integra a la vez lo
racional y lo irracional.
La significación de la representación está determinada doblemente por efectos de contexto. Por el contexto
discursivo, es decir, por la naturaleza de las condiciones de producción del discurso; y por el contexto social,
por una parte por el contexto ideológico y por otra por el lugar que el individuo o grupo respectivo ocupa en el
sistema social.
Las representaciones sociales responden a cuatro funciones esenciales:
1- Funciones de saber: permiten entender y explicar la realidad. El saber práctico es de sentido común,
permite a los actores sociales adquirir conocimientos e integrarlos en un marco asimilable y
comprensible para ellos, en coherencia con su funcionamiento cognitivo y con los valores a los que se
adhieren.
2- Funciones identificatorias: definen la identidad y permiten salvaguardar la especificidad de los grupos.
Las representaciones tienen también por función situar a los individuos y a los grupos en el campo
social… permiten elaborar una identidad social y personal gratificante, es decir, compatible con los
sistemas de normas y valores social estructuradamente determinada. Esta función identitaria de las
representaciones les da un lugar primordial en los procesos de comparación social. La referencia a
representaciones que definen la identidad de un grupo va a desempeñar por otro lado un papel
importante en el control social ejercido por la colectividad sobre cada uno de sus miembros, en
particular en los procesos de socialización.
3- Funciones de orientación: conducen los comportamientos y las prácticas. Una guía para la acción. Tres
factores esenciales: la representación interviene directamente en la definición de la finalidad de la
situación; la representación produce igualmente un sistema de anticipaciones y expectativas, la
representación es prescriptiva de comportamientos o prácticas obligadas.
4- Funciones justificadoras: permiten justificar a posteriori las posturas y los comportamientos. Permiten
así a los actores justificar sus conductas. La representación tiene por función perpetuar y justificar la
diferenciación social, puede-como los estereotipos- pretender la discriminación o mantener una
distancia social entre los grupos respectivos.
Los elementos constitutivos de una representación son jerarquizados, como un conjunto organizado, las
representaciones poseen un núcleo central alrededor del cual se organiza la representación en conjunto con uno
o varios elementos que le dan sentido a la representación.
En el proceso de percepción social aparecen en sí, pues elementos centrales, al parecer constitutivos del
pensamiento social, que permiten poner en orden y entender la realidad vivida por los individuos o los grupos.
El núcleo es simple, concreto, gráfico y coherente, corresponde igualmente al sistema de valores al cual se
refiere el individuo, es decir que lleva la marca de la cultura y de las normas del entorno social.
Toma para el sujeto el estatus de evidencia. Para él es la realidad misma. Constituye el fundamento estable
alrededor del cual se construirá el conjunto de la representación.
El núcleo central es el elemento esencial de toda representación constituida y que puede, de algún modo, ir más
allá del simple marco de objeto de la representación para encontrar directamente su origen en valores que lo
superan, y que no necesitan aspectos figurativos, esquematización y concreción.
El núcleo central de una representación garantiza dos funciones esenciales:
*Función generadora: es el elemento mediante el cual se crea, se transforma, la significación de los otros
elementos constitutivos de la representación.
*Función organizadora: es el núcleo central que determina la naturaleza de los lazos que unen, entre ellos los
elementos de la representación.
El núcleo constituye el elemento más estable de la representación. Para que dos representaciones sean
diferentes, deben estar organizadas alrededor de dos núcleos centrales distintos.
La representación posee dos dimensiones distintivas: una funcional, las situaciones de finalidad operativa; y una
dimensión normativa en todas las situaciones en que interviene directamente dimensiones socioafectivas,
sociales o ideológicas. En este tipo de situaciones, se puede pensar que una norma, un estereotipo, una actitud
fuertemente marcada estarán en el centro de la representación.
La identificación del núcleo central es igualmente determinante para conocer el objeto mismo de la
representación.
La identificación del núcleo central es igualmente determinante para conocer el objeto mismo de la
representación.
Dos grandes tipos de representación:
*Las representaciones autónomas: cuyo principio organizador se sitúa al nivel del objeto mismo.
*Las representaciones no autónomas: cuyo núcleo central se sitúa fuera del objeto mismo, en una representación
más global en la que el objeto esta integrado.
Tres funciones esenciales:
 Función de concreción: directamente dependiente del contexto, resulta del anclaje de la representación
en la realidad, y permiten revestirla en términos concretos, comprensibles y transmisibles de inmediato.
 Función de regulación: más flexible que los elementos centrales, los elementos periféricos desempeñan
un papel esencial en la adaptación un papel esencial en la adaptación de la representación a las
evoluciones del contexto. Constituyen el aspecto móvil y evolutivo de la representación.
 Función de defensa: el núcleo central de una representación resiste al cambio, puesto que su
transformación ocasionaría un trastorno completo. Por lo tanto el sistema periférico funciona como
sistema de defensa de la representación.
Los elementos periféricos son esquemas organizados por el núcleo central. Tres funciones:
 Son principalmente prescriptores de los comportamientos del sujeto.
 Permiten una modulación personalizada.
 Los esquemas periféricos protegen en caso de necesidad al núcleo central.

Unidad V

 Ricardo Iacub: identidad y envejecimiento


El termino identidad nos permite ir más allá de lo idéntico y aludir al ser en cuanto al ser en cuanto objeto, cosa
o existente, o sea, representar la forma o conceptualización del ser. La dimensión temporal introduce
diferencias, por lo que se requiere una conceptualización de lo idéntico, en la que la identidad surge de la
síntesis de lo semejante.
Hume sostuvo que la identidad del propio yo en el tiempo se basa en una creencia que vuelve continuo lo que
esencialmente es discontinuo. La memoria establece una función a partir de la cual se constituyen un relato del
yo, ya que no sería posible que pudiésemos recordar la lista sucesiva de causas y efectos que conforman nuestro
yo o persona, o pensarnos en circunstancias y acciones que hemos olvidado por completo.
Es necesario pensar la configuración de la identidad, contextos donde la multiplicidad de interacciones
mantiene al sujeto o a la cultura, en permanente agitación y cambio, lo cual nos permite cuestionar las
homogeneidades solitarias y ser cautos en determinar lo idéntico.
El nombre propio es aquello que instaura un sentido de identidad y a su vez el lugar de la marca social del
grupo. Estas facetas del nombre propio articulan al sujeto y al otro, ofreciendo con ello un terreno privilegiado
al cuestionamiento de la identidad.
Lacan descarta la pregnancia del otro en toda elucubración de la propia identidad. Este otro, incidirá
directamente en nuestras autopercepciones y autoconceptos.
Ciertas lecturas del otro, podrán centrarnos, dándonos la ilusión de una identidad más o menos estable y
reconocible que permita enfrentar la vida sin temor de perder un hilo subjetivo.
El termino identidad hace referencia a la permanente confrontación entre lo mismo y lo distinto campos que se
construye mutuamente.
La producción de mismidad, o búsqueda de un sentido de semejanza y unidad, aparece como una necesidad
constitutiva tanto a nivel de los individual como de lo individual como de lo comunitario, ya que es la
producción de criterios unificadores de la identidad, que otorgan continuidad y coherencia, que el sujeto,
individual o colectivo puede comprenderse y situarse en contextos específicos del desarrollo vital.
La mismidad permite articular diversas dimensiones de unidad (personal, nacional, cultural) al tiempo que
posibilita que dentro de dichas categorías se pueden significar de diversos modos de persona. La identidad
puede ser pensada como una narrativa, a la que se denomina identidad narrativa, aparece en un movimiento
pendular y dialectico entre lo discordante y lo concordante, lo incoherente y lo coherente, cuyo resultado son
relatos variables en el tiempo y que no permiten a una identidad estática, sino a una reflexión sobre la misma, es
decir a una ipseidad2.
La integración de significados o de versiones del mismo, ofrece un sentido de unidad que posibilita ver al sujeto
como un todo coherente en el espacio y el tiempo y con un propósito donde se articula el presente con una
progresión lógica desde el pasado y orienta hacia el futuro.
Un sujeto significa las transformaciones que vivencia a partir de los múltiples cambios de contextos -biológicos,
psicológicos, sociales y existenciales- que implica el envejecer y que ponen en juego la continuidad de la
representación del sí. Las importantes transformaciones que se producen en el sujeto, tales como los cambios
físicos, psicológicos, sociales o existenciales, pueden ser detonantes de cambios en la lectura que realiza el
sujeto sobre su identidad.
La identidad, concebida como una narrativa posibilita integrar los significados del sí mismo y dotar de sentido a
la propia experiencia vital ante situaciones de discordancia, ente el relato del sí y el contexto.
La comprensión de la identidad resulta posible en la medida en que se piense en un contexto con
representaciones y expectativas específicas del envejecimiento del envejecimiento y la vejez.
Dicho contexto otorga significados a las transformaciones físicas y psicológicas propias de esta etapa, a la
posición del sujeto frente al tiempo, a la relación con el otro y su sociedad y a las variantes específicas de los
cambios que afectan a l sujetos y su identidad.
La identidad posibilita articular la temporalidad a partir de las transformaciones narrativas que otorgan
coherencia a las disrupciones biológicas, psicológicas, sociales y existenciales que se producen en el tiempo.
El tiempo es el marco en el que se suceden la continuidad y la discontinuidad, la permanencia y la
impermanencia.es por ello, que el sujeto, para darle coherencia a sí mismo (continuidad y permanencia), utiliza
mecanismos narrativos que requieren del pasado, como la reminiscencia, o del futuro, como la conformación
de proyectos.
Las múltiples interpretaciones de sí mismo que se producen, a través de formaciones de sentido, variables en el
tiempo, da cuenta de la transformación y la continuidad. Alteran el relato sobre el presente, resignifican la
lectura del pasado y construyen nuevos horizontes de futuro. La noción de identidad permite condensar
dimensiones subjetivas que precipitan la tensión entre la diferencia y la semejanza, entre el sí mismo actual y el
sí mismo del futuro, lo cual es otra manera de concebir al sí mismo en sus diversas dimensiones temporales.

2
es un término filosófico que suele asociarse a la idea de sí mismo, pero en filosofía se recurre generalmente a él para hacer
contrapunto respecto de la noción de mismidad.
 Adriana Rubistein: La identidad: una lectura psicoanalítica.
La identidad está muy ligada a los desarrollos del yo, a la problemática del yo y al concepto de identificación y
podríamos incluir también la relación del yo con el ideal del yo.
Una de las dificultades de la palabra identidad es que induce engaño, ya que aluda a una unidad y nos hace
perder de vista que esa unidad está anclada en el conflicto.
Identidad: superposición de los sentidos, uno ligado a la representación de los sentidos y la dimensión del deseo
y la repetición.
El psicoanálisis introduce el conflicto: no soy (sólo) el que creo ser, soy también algo que desconozco.
Soy en tanto pertenezco a determinado grupo y comparto con otros el ideal.
Soy aquello que permanece idéntico a sí mismo a pesar de los cambios.
La identidad tendría que ver con la misma idea, con la posibilidad de ser uno a pesar de los cambios y a lo largo
del tiempo.
Cuando uno se pregunta ¿Quién soy yo? O ¿Quién es usted? Una primera respuesta habitual tiene que ver con el
nombre y luego empiezan una cantidad de atributos, cualidades, que aluden a un rol, predicados acerca de este
yo que se supone que soy yo.
El nombre se compone de nombre y apellido, y en el nombre y en el apellido encontramos elementos que hacen,
por un lado, a las semejantes, y por el otro, a las diferencias.
Según Erickson: la identidad es la interrelación que implica una constante participación en ciertos rasgos
esenciales de los demás.
Con lo cual, nuevamente aparece el soy distinto y el soy semejante, soy igual que otros en la medida en que
participo de ciertos elementos comunes al grupo al que pertenezco y allí puedo reconociendo como siendo, pero
al mismo tiempo, soy diferente, soy yo mismo.
Crisis de identidad: no puede seguir sosteniendo la imagen infantil, así como también tiene que re-ubicar la
imagen de los padres.
Conflicto entre la imagen y el deseo: tengo que mostrar tal imaginen ante los otros, sostener un yo que sea bien
armadito y coherente o tengo que conectarme con lo que quiero. Y resulta lo que yo quiero puede no coincidir
con lo que quieren de mí, o con la imagen que yo quisiera dar, o la imagen que tienen de mí.

 Sigmund Freud: psicología de las masas y análisis del yo.


La psicología individual se ciñe al ser humano singular y estudia los cambios por los cuales busca alcanzar la
satisfacción de sus mociones pulsionales. Pero, en la vida anímica del individuo, el otro cuenta, con toda
regularidad, como modelo, como objeto, como auxiliar y como enemigo, y por eso desde el comienzo mismo de
la psicología individual es psicología social.
Todos los vínculos de relación del individuo, que han sido indagados por el psicoanálisis, tienen derecho a
reclamar que se los considere fenómenos sociales. Así, entran en oposición con ciertos otros procesos
(narcisistas), en los cuales la satisfacción pulsional se sustrae del influjo de otras personas o renuncia a estas.
La psicología de las masas trata del individuo como integrante de una multitud organizada en forma de masa
durante cierto lapso y para determinado fin.
Parecería indicado considerar los fenómenos que se muestran bajo estas particulares condiciones como
exteriorizaciones de una pulsión especial, ya no reconducible a otra: pulsión social, que en otras situaciones no
se expresaría.
Sin embargo, la pulsión social acaso no sea originaria e irreductible y los comienzos de su formación pueden
hallarse en un círculo estrecho.

Le Bon y su descripción del alma de las masas


Si la psicología hubiera dado solución cabal a sus enigmas de un individuo, se encontraría de pronto frente a
una nueva tarea: tendría que explicar el hecho sorprendente de que ese individuo a quien había llegado a
comprender siente, piensa y actúa de manera enteramente diversa de las que se espera cuando se encuentra bajo
una determinada condición: su inclusión en una multitud que ha adquirido la propiedad de una <masa
psicológica>.
Lo que brinda el material a la psicología de las masas es la observación de la reacción alternada del individuo; y
todo intento de explicación presupone describir lo que ha de explicarse.
Le Bon dice que si los individuos dentro de una masa están ligados en una unidad, tiene que haber algo que los
una, y este medio de unión podría ser justamente lo característico de la masa.
En la masa, opina Le Bon, desaparecen las adquisiciones de los individuos y, por lo tanto, su peculiaridad.
Aflora el inconsciente racial.
Pero Le Bon halla que también muestran nuevas propiedades que no había poseído hasta entonces, y busca la
razón de ello en distintos factores.
La primera de esas causas consiste en que el individuo, al entrar en la masa, queda sometido a las condiciones
que le permiten echar por tierra las represiones de sus mociones pulsionales inconscientes. Las propiedad es en
apariencia nuevas que se muestra son, justamente, las exteriorizaciones de eso inconsciente. Hace ya mucho
afirmamos que el núcleo de la llamada conciencia moral es la “angustia social”.
Una segunda causa es el contagio. En la multitud todo sentimiento y todo acto con contagiosos, y en grado tan
alto que el individuo sacrifica muy fácilmente su interés colectivo. Esta actitud es enteramente contraria a su
naturaleza, y el ser humano solo es capaz de ella cuando integra una masa.
La tercera causa es la sugestionabilidad. Es la más importante, y determina a los individuos de una masa
particulares propiedades, muy opuestas a veces a las del individuo aislado.
Un ser humano puede ser puesto en un estado tal que, tras perder por entero su personalidad consiente,
obedezca a todas las sugestiones de quien le he quitado a aquella y cometa los actos más contrarios a su carácter
y costumbres.
Ahora bien, observaciones muy cuidadosas parecen demostrar que el individuo inmerso durante cierto lapso en
una masa activa muy pronto se encuentra en un estado singular, muy próximo a la fascinación en que cae o
hipnotizado bajo la influencia de un hipnotizador. La personalidad consciente desaparece por completo, la
voluntad y el discernimiento quedan abolidos. Sentimientos y pensamientos se orientan en la dirección que les
imprime el hipnotizador.
Bajo la influencia de la sugestión, un impulso irresistible lo llevara a ejecutar ciertos actos. Y este impulso es
todavía más irrefrenable en las masas que en el hipnotizado, porque siendo la sugestión idéntica para todos los
individuos que la componen, se acrecienta por la reciprocidad. Los principales rasgos de individuo integrante de
la masa son, entonces: la desaparición de la personalidad consiente, de los sentimientos e ideas en el mismo
sentido por sugestión y contagio, y la tendencia a transformar inmediatamente en actos las ideas sugeridas. El
individuo deja de ser el mismo; se ha convertido en un autómata carente de voluntad.
Además, por el mero hecho de pertenecer a una masa organizada, el ser humano desciende varios escalones en
la escala de la civilización. Aislado, era quizás un individuo culto; en la masa es un bárbaro, vale decir una
criatura que actúa por instinto. Posee la espontaneidad, la violencia, el salvajismo y también el entusiasmo y el
heroísmo de los seres primitivos.
La masa es impulsiva, voluble y excitable. Es guiada casi con exclusividad por lo inconsciente. Los impulsos a
los que obedece pueden ser, según la circunstancias, nobles o crueles, heroicos o cobardes; pero, en cualquier
caso, son y tan imperiosos que nunca se impone lo personal, ni siquiera el interés de la autoconservación. Nada
en ella es premeditado. Es incapaz de la voluntad perseverante. No soporta dilación entre su petito y la
realización de lo apetecido. Abriga un sentimiento de omnipotencia.
La masa es extraordinariamente influible y crédula; es acrítica. Piensa por imágenes que se evocan
asociativamente unas a otras; ninguna instancia racional mide su acuerdo con la realidad. Los sentimientos de la
masa son siempre muy simples y exaltados. Por eso no conoce la duda ni la certeza.
Pasa pronto a los extremos, la sospecha formulada se le convierte en seguida en certidumbre incontrastable, un
germen de antipatía deviene en odio salvaje.
La masa no solo es excitada por estímulos desmedidos. Quien quiera influirla no necesita presentarle
argumentos lógicos; tiene que pintarle imágenes más viva, exagerar y repetir siempre lo mismo.
Es tan intolerante como obediente ante la autoridad. Respeta la fuerza, y solo en escasa medida se deja influir
por las buenas maneras, que considera signo de debilidad. Lo que pide de sus héroes es fortaleza, y aun
violencia. Quiere ser dominada y sometida, y temer a sus amos. Totalmente conservadora en el fondo, siente
aversión hacia las novedades y progresos, y una veneración sin límites por la tradición.
Bajo el influjo de la sugestión, las masas son capaces también de elevadas muestras de abnegación, desinterés
consagración a un ideal. Mientras que el rendimiento intelectual de la masa es siempre inferior al del individuo,
su conducta ética puede tanto sobrepasar con creces ese nivel como quedar muy por debajo de él.
En las masas, las ideas opuestas pueden coexistir y tolerarse sin que su contradicción lógica de por resultado un
conflicto además, está sujeta al poder verdaderamente mágico de las palabra; estas provocan las más temibles
tormentas en el alma de las masas, y pueden también apaciguarla.
Y por último: las masas nunca conocieron la sed de la verdad. Piden ilusiones, a las que no pueden renunciar.
En la actividad anímica de la masa el examen de realidad retrocede frente a la intensidad de las mociones de
deseo afectivamente investidas.
En opinión de Le Bon, tan pronto como unos seres vivos se encuentran reunidos en un cierto número se ponen
instintivamente bajo la autoridad de un jefe. Tiene tal sed de obedecer que se subordina instintivamente a
cualquiera que se designe su señor.
Si la necesidad de la masa solicita un conductor, este tiene que corresponderle con ciertas propiedades
personales. El mismo tiene que estar fascinado por una intensa creencia; debe obedecer una voluntad poderosa,
imponente, que la masa sin voluntad le aceptara.
Le Bon entiende que los conductores adquieren su predicamento por las ideas que los que los fanatizan a ellos
mismos. Atribuye tanto a esas ideas como a los conductores un poder misterioso, irresistible, que denomina
“prestigio”. El prestigio paraliza por completo nuestra capacidad de crítica y nos llena de asombro y respeto. Le
Bon distingue entre prestigio adquirido o artificial y prestigio personal. El primero es el que el nombre, la
riqueza, la posición social prestan a las personas, y la tradición presta a las opiniones. No obstante, todo
prestigio depende también del éxito, y se pierde por el fracaso.
Se tiene la impresión de que las consideraciones de Le Bon sobre el papel del conductor y el prestigio no están a
la altura de su brillante descripción del alma de las masas.

Otras apreciaciones de la vida anímica colectiva


Es probable que bajo el nombre de masas se hayan reunido formaciones muy diversas, que deberían separarse.
Las indicaciones de Sighele, Le Bon y otros se refieren a masas efímeras que se aglomeran por la reunión de
individuos de diversos tipos con miras a un interés pasajero. Las afirmaciones opuestas provienen de la
apreciación de aquellas masas o asociaciones estables a os seres humanos consagran su vida y que se encarnan
en las instituciones de la sociedad.
McDougal (1920). En el caso más simple –dice- que la masa (group) no posee organización alguna, o la tiene
ínfima. Designa multitud (crowd) a una masa así. Pero admite que no es posible que no se forme, al menos, los
rudimentos de una organización. La condición que se requiere para que los miembros de una multitud de seres
humanos agrupados por casualidad formen algo semejante a una masa en sentido psicológico, es que esos
individuos tengan algo en común, un interés común por un objeto, pareja orientación afectiva dentro de cierta
situación y cierto grado de capacidad para influirse recíprocamente.
Ahora bien, el fenómeno más notable- y al mismo tiempo el más importante- de la formación de masa es el
incremento de la afectividad que provoca en cada individuo. Puede afirmarse, a juicio de McDougal, que los
afectos de los hombres difícilmente alcanzaran bajo otras condiciones la intensidad a que pueden llegar dentro
de una masa. McDougal explica este ser-arrastrado del individuo por lo que llama “el principio de inducción
directa de la emoción por vía de la respuesta primitiva de simpatía “. Vale decir, el “contagio de sentimientos”.
El hecho es que los signos percibidos e un estado afectivo son aptos para provocar automáticamente el mismo
afecto en quien los percibe. Y esta compulsión automática se vuelva tanto más fuerte cuantas más son las
personas en la que se nota simultáneamente el mismo afecto. Entonces se acalla la crítica del individuo, y él se
deja deslizar hacia idéntico afecto. Pero ello aumenta la excitación de esos otros que habían influido sobre él, y
de tal suerte se acrecienta, por inducción recíproca, la carga afectiva de los individuos. Por un momento, la
masa, reemplaza a la sociedad humana global, que es la portadora de la autoridad y por amor a la cual uno se ha
impuesto tantas inhibiciones. En obediencia a la nueva autoridad es lícito rescindir la anterior “conciencia
moral” y entregarse a los halagos de la ganancia de placer que uno de seguro alcanzara cancelando sus
inhibiciones.
Las inteligencias inferiores hacen descender a su nivel a las superiores. El quehacer de estas últimas resulta
inhibido porque el incremento de la afectividad crea en general condiciones desfavorables para un trabajo
mental correcto.
McDougal enumera cinco razones principales para que la vida anímica de la masa se eleve de nivel; la primera
condición básica es cierto grado de continuidad en la persistencia de la masa. Puede ser material o formal, la
primera cuando las mismas personas permanecen un tiempo prolongado en la masa, y la segunda, cuando dentro
de la masa se desarrollan ciertas posiciones que pueden asignarse a personas que se revelen unas a otras. La
segunda condición es que haya creado en los individuos de la masa una determinada representación acerca de la
naturaleza, función, operaciones y exigencias de aquella de suerte que de ahí puedan derivarse para ello un
vínculo afectivo de la masa en su conjunto. La tercera es que la masa este en relación con otras formaciones de
masa semejantes a ellas pero divergentes en muchos puntos. La cuarta, que la masa posea tradiciones, usos, e
instituciones, en particular los que se refieren a la relación de sus miembros entre sí. La quinta, que dentro de la
masa exista una articulación expresada en la especialización y diferenciación de las operaciones que
corresponden al individuo.
Según McDougal, cuando se cumplen estas condiciones quedan canceladas las desventajas psíquicas de la
formación de la masa. El modo de protegerse de la merma colectiva de la inteligencia es sustraer de la masa la
solución de las tareas intelectuales y reservarla a algunos individuos que forman parte de ella.
La tarea consiste en procurar a la masa las mismas propiedades que eran características del individuo y se le
borraron por la formación de masa.

Sugestión y libido
En una masa el individuo experimenta, por influencia de ella, una alteración a menudo profunda de su actividad
anímica. Su afectividad se acrecienta extraordinariamente, su rendimiento intelectual sufre una notable merma.
Es evidente que ambos procesos apuntan a una nivelación con los otros individuos de la masa, resultado este
que solo puede alcanzarse por la cancelación de las inhibiciones pulsionales propias de cada individuo y por la
renuncia a las indicaciones que él ha plasmado.
La explicación psicológica de este cambio anímico que os individuos sufren en la masa, se puede reconducir a
la palabra sugestión.
Es cierto que existe en nosotros una tendencia a caer en determinado estado afectivo cuando percibimos sus
signos en otros. Esto nos predispone a admitir el enunciado de que la sugestión (más correctamente: la
sugestionabilidad) sería un fenómeno primordial no susceptible de ulterior reducción, un hecho básico de la
vida anímica de los seres humanos.
Llamamos libido a la energía, considerada como magnitud cuantitativa –aunque por ahora no medible-, de
aquellas pulsiones que tiene que ver con todo o que puede sintetizarse como “amor”. El núcleo de lo que
designamos amor lo forma, desde luego, el amor cuya meta es la unión sexual. Peor no aportamos de ello otro
tipo que participa de ese mismo nombre: por un lado, el amor a sí mismo, por el otro, el amor filial y el amor a
los hijos, la amistad y el amor a la humanidad; tampoco la consagración a objetos concretos y a ideas abstractas.
Podemos hacerlo, justificadamente ya que todas esas aspiraciones son la expresión de las mismas mociones
pulsionales.
Ensayemos entonces con esta premisa: vínculos de amor constituyen también la esencia del alma de las masas.
Lo que corresponde a tales vínculos esta oculto tras el biombo de la sugestión. Nuestra expectativa se basa en
dos reflexiones someras. La primera, que evidentemente la masa se mantiene cohesionada en virtud de algún
poder. ¿Y a que poder podría adscribirse es logro más que al Eros, que lo cohesiona todo en el mundo? En
segundo lugar, si el individuo resigna su peculiaridad en la masa y se deja sugerir por los otros, recibimos la
impresión de que lo hace porque siente la necesidad de estar de acuerdo con ellos, y no de oponérseles; quizás,
entonces, por amor a ellos.

Dos masas artificiales: iglesia y ejército


Iglesia y ejército son masa artificiales, vale decir, se emplea cierta compulsión externa para prevenir su
disolución e impedir alteraciones de su estructura. Por regla general, no se pregunta al individuo si quiere
ingresar en una masa de esa índole, no se lo deja liberado a su arbitrio; y el interno de separación suele
estorbarse o penase rigurosamente, os e lo sujeta a condiciones muy determinadas. En estas masas de alto grado
de organización, y que se protegen de su disolución, se disciernen muy nítidamente ciertos nexos que en otras
están mucho más encubiertos.
En la iglesia, lo mismo que en el ejército, y por más diferentes que ambos sean en lo demás, rige idéntico
espejismo (ilusión) a saber: hay un jefe – Cristo en la iglesia católica, el general en el ejército- que ama por
igual a todos los individuos de la masa. De esta ilusión depende todo; si se la deja disipar, al punto se
descomponen, permitiéndolo la compulsión externa, tanto iglesia como ejército.
En la iglesia todas las exigencias que se dirigen a los individuos derivan de ese amor a cristo. Un sesgo
democrático anima a la iglesia, justamente porque todos son iguales ante Cristo. No hay dudad e que la ligazón
de cada individuo con cristo es también la causa de la ligazón que los une a todos. Algo parecido vale en el caso
del ejército. Este se diferencia estructuralmente de la iglesia por el hecho de que consiste en una jerarquía de
tales masas. Cada capitán es el general en jefe y padre de su compañía, y cada suboficial, el de su sección. Una
jerarquía similar se ha desarrollado también en la iglesia, es cierto, pero no desempeña en ella el mismo papel
económico.
Notemos que en estas dos masas artificiales cada individuo tiene una doble ligazón; con el conductor (Cristo,
general en jefe) y con los otros individuos de la masa. Si toso individuo está sujeto a una ligazón afectiva tan
amplia en dos direcciones, no nos resultara difícil derivar de ese nexo la alteración y la restricción observadas
en su personalidad así como la falta de libertad, que el individuo somete, dentro de la masa.
El pánico se genera cuando una masa de esta clase se descompone. Lo que caracteriza el hecho de que ya no se
presta oídos a orden alguna del jefe, y cada uno cuida por sí sin miramiento por los otros. Los lazos recíprocos
han cesado y se libera una angustia enorme, sin sentido. Lo que hay que explicar es porque la angustia se hizo
tan gigantesca. El tamaño del peligro no puede ser el culpable, pues el mismo ejército pudo haber soportado
incólume peligros similares y aún mayores, y justamente es propio de la naturaleza del pánico no guardar
relación con el peligro que amenaza, y estallar muchas veces a raíz de las ocasiones mas nimias. Lo que sucede
es que la angustia pánica supone el afloramiento de la estructura libidinosa de la masa y esta reacciona
justificadamente ante él, y no a la inversa (que los vínculos libidinosos de la masa se extraigan por la angustia
frente al peligro).
Estas observaciones en modo alguno contradicen la tesis de que la angustia crece enormemente en la masa por
inducción (contagio). La concepción de McDougal es totalmente certera cuando hay un gran peligro real y la
masa carece de fuertes ligazones afectivas (por ejemplo, una masa efímera). Más no es el caso instructivo para
nuestro fin, sino el de un cuerpo del ejército que cae presa del pánico en un momento en que el peligro no ha
sobrepasado la medida habitual.
En un individuo, la angustia será provocada por la magnitud del peligro o por la ausencia de ligazones afectivas
(investiduras libidinales); esto es lo que ocurre en la angustia neurótica. De igual modo, el pánico nace por el
aumento del peligro que afecta a todos, o por el cese de las ligazones afectivas que cohesionaban a la masa; y
este último caso es análogo a la angustia neurótica.
No hay duda posible: el pánico significa la descomposición de la masa.
La pérdida, en cualquier sentido, del conductor, el no saber a qué atenerse sobre él, basa para que se produzca
el estallido de pánico, aunque el peligro siga siendo el mismo; como regla, al desaparecer la ligazón de los
miembros de la masa con su conductor desaparecen las ligazones entre ellos.

Otras tareas y orientaciones de trabajo


Una multitud de seres humanos no es una masa hasta que no se establece en ellas los dos tipos de lazos, a saber,
la ligazón con el conductor y la ligazón de los individuos entre sí, pero debería admitirse que en cualquier
multitud se manifiesta con harta facilidad la tendencia a la formación de una masa psicológica.
Sobre todo, habría que ocuparse de las diferencias entre las masa que poseen un conductor y las que no lo
tienen. Averiguar si las masas con conductor son más originarias y completas, y si en las otras el conductor
puede ser sustituido por una idea, algo abstracto. Eso abstracto podría encarnarse a su vez de manera más o
menos completa en la persona d un conductor secundario. El conductor o la idea conductora podrían volverse
también, digamos, negativos, y podría producir igual efecto unitivo y generar parecidas ligazones afectivas que
la dependencia positiva. Cabe preguntarse, además, si el conductor es realmente indispensable para la esencia
de la masa.
Lo primero que nos cautiva es una reflexión que promete demostrarnos que son ligazones libidinales las que
caracterizan a una masa.
De acuerdo con el testimonio del psicoanálisis, casi toda relación afectiva íntima y prolongada entre dos
personas contiene un sedimento de sentimientos de desautorización y de hostilidad que solo en virtud de la
represión no es percibido. Y esto mismo acontece cuando los hombres se reúnen en unidades mayores, y cuando
las diferencias, entre ellos, son también mayores, no nos asombra que el resultado sea una aversión difícil de
superar.
Cuando la hostilidad apunta a personas a quienes empero se ama, llamamos a esto “sentimiento de
ambivalencia”. En las aversiones y repulsas a extraños con quienes se tiene trato se puede discernir la expresión
de un amor de sí, de un narcisismo, que aspiran a su autoconservación.

La identificación
El psicoanálisis conoce la identificación como la más temprana exteriorización de una ligazón afectiva con otra
persona. Desempeña un papel en la prehistoria del complejo de Edipo. Muestra en ese entonces, dos lazos
psicológicamente diversos: con la madre, una directa investidura sexual de objeto; con el padre, una
identificación que lo toma por modelo (entiéndase del Edipo normal del varón).
Ambos coexisten un tiempo, sin influirse ni perturbarse entre sí, pero tarde o temprano, la confluencia se dará y
está a su vez dará vida al complejo de Edipo. La identificación con el padre toma entonces una tonalidad hostil,
y pasa a ser idéntica al deseo de sustituir al padre junto a la madre. Desde el comienzo mismo la identificación
es ambivalente; puede darse vuelta hacia la expresión de la ternura o hacia el deseo de eliminación.
Más tarde es fácil perder de vista el destino de esta identificación con el padre. Puede ocurrir que el complejo
de Edipo, por ejemplo, experimente una inversión. Que se tome por objeto al padre en una actitud femenina. Lo
mismo vale para la niña, con las correspondiente sustituciones
Es fácil expresar en una formula el distingo entre una identificación y una elección de objeto que recaiga sobre
el padre. En el primer caso el padre es lo que uno quería ser, en el segundo, lo que un quería tener. La
diferencia depende, entonces de que la ligazón recaiga en el sujeto o en el objeto del yo.
Se discierne que la identificación aspira a configurar el yo propio a semejanza del otro, tomado como modelo.
Dilucidemos ahora el caso de formación neurótica de síntomas, para esto, supongamos en una niña que recibe el
mismo síntoma martirizador que el de la madre, la identificación, en este caso, es la misma que en el complejo
de Edipo, que implica una voluntad hostil de sustituir a la madre, y el síntoma expresa el amor de objeto por el
padre. Realiza la sustitución de la madre bajo el influjo de la conciencia de culpa: he aquí el mecanismo
completo de la formación histérica de síntomas.
Por otra parte, el síntoma puede ser el mismo que el de la persona amada en tal caso no tendríamos más
alternativa que describir así el estado de las cosas: la elección de objeto ha regresado hasta la identificación.
Ósea el yo tomo sobre si las propiedades del objeto.
Es digno de notarse que en las identificaciones el yo copia en un caso a la persona no amada, y n otro a la
persona amada, y tampoco puede dejar de llamarnos la atención que, en los dos, la identificación es parcial,
limitada en grado sumo, pues toma prestado u único rasgo de la persona objeto.
Hay un tercer caso de formación de síntoma en la que la identificación prescinde por completo de la relación de
objeto con la persona copiada. El mecanismo es el de la identificación sobre la base de poder o querer ponerse
en la misma situación que la persona objeto. Sería erróneo afirmar que se apropian del síntoma por empatía. Al
contrario, la empatía nace solo de la identificación, y la prueba de ellos es que tal imitación se establece
también en circunstancias en que cabe suponer entre las dos personas un simpatía preexistente. Uno de los dos
ha percibido en el otro una importante analogía en un punto, luego crea una identificación en ese punto, e
influida por la situación patógena esa identificación se desplaza al síntoma que el primero ha producido. La
identificación por el síntoma pasa a ser así el indicio de un punto de conciencia entre los dos, que debe
mantenerse reprimido.
Podemos sintetizar del siguiente modo lo que hemos aprendido de estas tres fuentes: en primer lugar, la
identificación es la forma más originaria de ligazón afectiva con un objeto, en segundo lugar, pasa a sustituir a
una ligazón afectiva con un objeto por las vías regresivas, mediante introyección del objeto ene l yo, y en tercer
lugar puede nacer a raíz de cualquier comunidad que llegue a percibirse en una persona que no es objeto de las
pulsiones sexuales. Mientras más significativa sea esa comunidad, tanto más exitosa podrá ser la identificación
parcial, y así, corresponder al comienzo de una nueva ligazón.
Ya columbramos que la ligazón recíproca entre los individuos entre los individuos de la masa tiene la naturaleza
de una identificación de esa clase (mediante una importante comunidad afectiva), y podemos conjeturar que esa
comunidad reside en el modo de la ligazón con el conductor. Otra vislumbre nos dirá que estamos muy lejos de
haber agotado el problema de la identificación.
Tratare en detalle dos casos a fin de poder utilizarlos como material para nuestras ulteriores reflexiones.
La génesis de la homosexualidad masculina es la siguiente: el joven a estado fijado a su madre durante un
tiempo y con un instanciad inusualmente grande. Por fin, al completarse el proceso de pubertad, llega el
momento de permutar a la madre por otro objeto sexual. Sobreviene entonces una vuelta repentina; el joven no
abandona a su madre sino que se identifica con ella. Llamativa en esta identificación es su amplitud transmuda
al yo respecto de un componente en extremo importante (el carácter sexual), según el modelo de lo que hasta
ese momento era el objeto. Con ello el objeto mismo es resignado.
El análisis de la melancolía nos ha proporcionado otro ejemplo de esta introyección del yo. Rasgo principal de
estos casos es la cruel denigración de sí del yo, unida una implacable autocritica y a unos amargos
autoreproches. Por los análisis se ha podido averiguar que esta apreciación y estos reproches en el fondo se
aplican al objeto y constituyen la venganza del yo sobre él.
Ahora bien, el estudio de la melancolía no muestra al yo dividido, descompuesto en dos fragmentos, uno de los
cuales arroja su furia sobre el otro. Este otro fragmento es el alterado por introyección, que incluye al objeto
pedido. Tampoco desconocemos al fragmento que se comporta tan cruelmente, lo llamamos el ideal del yo, y le
atribuimos las funciones de la observación de si, la conciencia moral, la censura onírica y el ejercicio de la
principal influencia en la represión. Dijimos que en la herencia del narcisismo originario, poco a poco toma de
los influjos del medio, las exigencias que este plantea que este plantea al yo y a la que no siempre puede
allanarse.
Ahora bien, no dejemos de consignar entonces que la medida del distanciamiento entre este ideal del yo y el yo
actual es muy variable según los individuos.
Pero antes que podamos aplicar este material a la comprensión de la organización libidinosa de una masa
debemos tomar en cuenta algunas otras relaciones reciprocas entre el objeto y yo.
Sabemos muy bien que con esos ejemplo tomados del a patología no hemos agotado la esencia de la
identificación. En este punto debería intervenir un análisis que leve desde la identificación, pasando por la
imitación, a la empatía, vale decir, a la comprensión del mecanismo que nos posibilita en general, adoptar una
actitud frente a la vida anímica del otro. Queda mucho por esclarecer también en cuanto a las exteriorizaciones
de una identificación existente. Tiene como consecuencia entre otras, que se restrinja la agresión hacia la
persona con la que uno se ha identificado, se la perdone y se la ayude.

Enamoramiento e hipnosis
En una serie de casos, el enamoramiento no es más que una investidura de objeto de parte de las pulsiones
sexuales con el fin de alcanzar la satisfacción sexual directa, y que desaparece con el logro de ese fin. Esto es lo
que conocemos como amor corriente/ común o sexual. La certidumbre de que la necesidad que acababa de
extinguirse volverá a despertar tiene que haber sido el motivo inmediato de que se volcase al objeto sexual una
investidura permanente y se lo “amase” aun en los intervalos, cuando el apetito estaba ausente.
Ya a los cinco años, el niño había encontrado un primer objeto de amor en uno de sus progenitores, en él se
habían reunido todas sus pulsiones sexuales que pedían satisfacción. La represión que después sobrevino obligo
a renunciar a la mayoría d estas metas sexuales infantiles y dejo como secuela una profunda modificación de las
relaciones con los padres. En lo sucesivo el niño permaneció ligado a ellos, pero con pulsiones que es preciso
llamar “de meta inhibida”. Los sentimientos que en adelante se instala hacia esas personas amadas recibe la
denominación de “tiernos”. Es sabido que las anteriores aspiraciones “sensuales” se conservan en el
inconsciente con mayor o menor intensidad, de manera que, en cierto sentido, la corriente originaria perdura en
toda su plenitud.
Con la pubertad, surgen nuevas tendencias muy intensas, orientadas hacia los fines sexuales directos. En los
casos menos favorables permanecerán separadas de las direcciones sentimentales “tiernas”, en calidad de
corriente sensual. El hombre aspira hacia mujeres que le inspiran un alto respeto, peor que no le incitan al
comercio amoroso, y en cambio, solo es potente con otras mujeres a las que no “ama”, menosprecia o desprecia.
Lo más común es que el adolescente consiga realizar la síntesis del amor tierno y sensual, con el amor sexual.
Su relación con el objeto sexual se caracteriza por la cooperación entre pulsiones no inhibidas y pulsiones de
meta inhibida. Y gracias a la contribución de las pulsiones tiernas, de meta inhibida, puede medirse el grado del
enamoramiento.
Dada una represión o retención de las aspiraciones sensuales, surge la ilusión de que el objeto es amado también
sensualmente a causa de sus excelencias. Lo que aquí falsea el juicio e sal tendencia a la idealización,
reconocemos, en efecto, que el objeto es tratado como el propio Yo del sujeto y que en el enamoramiento pasa
al objeto una parte considerable e libido narcisista. E algunas formas de la elección amorosa, llega incluso a
evidenciarse que el objeto sirve para sustituir un ideal propio y no alcanzado del yo. Amamos al objeto a causa
de las perfecciones a las que hemos aspirado para nuestro propio yo y que quisiéramos ahora procurarnos por
este rodeo, para satisfacción de nuestro narcisismo.
Ahora bien, a esta entrega del yo objeto, que ya no se distingue más de la entrega sublimada a una idea
abstracta, fallan por entero las funciones que recaen sobre el ideal del yo. La conciencia moral no se aplica a
nada de lo que acontece a favor del objeto. La situación puede resumirse en una fórmula: el objeto se ha puesto
en el lugar del ideal del yo.
Ahora es fácil describir a diferencia entre la identificación y el enamoramiento en sus expresiones más
acusadas. En la primera el yo se ha enriquecido con las propiedades del objeto, lo ha introyectado. En el
segundo caso se ha empobrecido se ha entregado al objeto. Pero desde el punto de vista económico no se 5trata
de enriquecimiento o empobrecimiento. Puede describirse al enamoramiento extremo diciendo que el yo se ha
introyectado al objeto. En el caso de la identificación, el objeto desaparece o queda abandonado, y es
reconstruido luego en el yo, que se modifica parcialmente conforme al modelo del objeto perdido.

El instinto gregario
En las masas comunes, (no organizadas o artificiales) se da un retroceso del individuo ( de su actitud anímica) al
estadio del salvaje o del niño dado que las características de esta masa son iguales; faltad e autonomía del
individuo, reacción uniforme de todos los individuos ante un estímulo, decaer intelectual, exteriorización de los
afectos y su descarga en la acción y sugestión que ejerce tanto el conductor, como los demás sujetos entre sí;
sugestión reciproca – para estos fenómenos Trotter habla del instinto gregario; es la tendencia de todos los seres
vivos que empieza con la libido a unirse con otros; dado que el hombre se siente incompleto cuando esta solo;
por ejemplo el bebe cuando llora; es primario y no susceptible de descomposición. Otras pulsiones que
considera primarias: las de autoconservación, las de nutrición y sexuales. El instinto gregario origina la
sugestionabilidad y no tiene en cuenta al conductor. Esto se lo objeta Freud dado que no hay masa sin jefe. La
angustia del bebe se calma solo cuando aparece su madre, no cualquier otro (el conductor que es obligatorio
para que haya masa). En consecuencia nos e observa en el niño un sentimiento de masa o gregario hasta que no
tiene oro hermano por el cual siente una hostilidad (celos) por el amor de los padres; como este nuevo niño
también es amado por los padres y esta hostilidad que lo perjudica, se identifica con el niño, surge así un
sentimiento de masa. Rivales entre sí al comienzo, se identifican por su amor parejo hacia el mismo objeto. Se
produce un trasmudación y sustitución de celos por sentimiento de masa, se deja de lado la envidia originaria y
surge la justicia social; todos renuncian a algo por igual.
El sentimiento social es primero hostilidad que se transforma en ligazón de identificación. En la masa hay
muchos iguales que se identifican entre sí con un único superior a ellos. En consecuencia el hombre es un
animal de Horda que tiene un jefe, no un animal gregario.

La masa y la horda primordial


Freud apela a la descripción que hace Darwin de la una horda gobernada por un macho fuerte. El totemismo
incluye el comienzo de la religión, la eticidad y la estratificación social se relacionan con el violento asesinato
del padre y la horda paterna se transforma en una comunidad de hermanos. La masa es un renacimiento de la
Horda primordial dado que en esta se dan las mismas características que en la masa (un conductor, el padre
aumenta afectividad). El hombre primordial se conserva en cada individuo y la horda primordial se conserva en
cada multitud (o masa). La psicología individual es paralela a la social dado que en la Horda estaban os
individuos (todos iguales) y el padre que era libre, que no estaba ligado libidinosamente, amaba a los otros en
cuanto se servía e ellos.

Un grado en el interior del yo


En la masa el hombre resigna su ideal y lo permuta por el de la masa corporizada en el conductor. El conductor
debe saber conservar sí o sí su vanidad narcisista. No debe haber una gran distancia entre el yo y el ideal del yo.
En el nacimiento pasamos del total narcisismo a la percepción de un mundo externo. Como el aparato anímico
no soporta el contacto permanente con el mundo exterior, al dormir regresamos al estado de evitación del
objeto.
Lo reprimido busca salir a la consciencia, salteando la resistencia para satisfacerse. Puede colarse a través de la
significación; algo que se parece a lo reprimido, inconsciente que se cuela en el discurso; actos fallidos de lo
reprimido, o sonidos significativos, chiste, sueños.
El humor produce satisfacción porque se relaciona con la sexualidad.
El ideal del yo son todas las restricciones que debe obedecer el yo, cuando hay tensión entre el yo y el ideal del
yo surgen la culpa y el complejo de inferioridad y cuando algo del yo coincide con el súper yo, se produce la
sensación de triunfo del individuo. Cuando estos casos suceden en los extremos niveles, los enfermos se
encuentran en una oscilación entre la manía y la depresión.
 El aumento de distancia entre el yo y el ideal del yo; causa la depresión porque el ideal del yo denigra al
yo, lo exige por demás.
 El decrecimiento de la distancia entre el yo y el ideal del yo; causa manía porque el ideal del yo se
confunde en uno solo porque al no haber autoreproche nada lo perturba.
Existen melancolías simples (las que se producen una sola vez y se repiten) o melancolías que se producen por
la pérdida del objeto deseado.

Apéndice
En el curso de esta indagación se nos han abierto diversas vías laterales que por el momento hemos evitado,
ahora recogeremos algo de lo así propuesto.
a) La diferencia entre identificación del yo con el objeto y reemplazo del ideal del yo por este encuentra
una interesante ilustración en las dos grandes masa artificiales; el ejército y la iglesia. Es evidente que el
soldado toma por ideal a su jefe el par que se identifica con sus iguales, pero se pone en ridículo cuando
pretende identificarse con el general en jefe. La situación es diferente en la iglesia católica; todo
cristiano ama a Cristo como su ideal y se siente ligado a los otros cristianos por identificación, pero la
iglesia le pide algo más, debe identificarse con Cristo y amar a los otros cristianos como Él los ha
amado; la identificación debe agregarse ahí donde se produjo la elección de objeto, y el amor de objeto,
ahí donde esta identificación. Y este ulterior desarrollo de la distribución libidinal dentro de la masa es
el factor en que el cristiano basa su pretensión de haber conquistado una eticidad más elevada.
b) Dijimos que sería posible indicar en el desarrollo anímico de la humanidad el punto en que se consumó,
también para los individuos, el progreso de la psicología de masa a la psicología individual. Para ello
debemos considerar brevemente el mito científico del padre de la horda primordial. Más tarde se erigió
un creador del universo, y con razón, pues había engendrado a todos los hijos que componían la primera
masa. Era el ideal de cada uno de ellos; de ahí resulto, después, el concepto de tabú. Cierta vez esta
mayoría se juntó, lo mato y lo despedazo. Ninguno de los miembros de esta masa triunfante pudo ocupar
su lugar hasta que advirtieron que todos ellos debían renunciar a la herencia del padre. Formaron
entonces la hermandad totémica, en la que todos gozaban de iguales derechos y estaban ligados por las
prohibiciones totémicas destinadas a preservar y expiar la memoria del asesinato. Pero el descontento
con lo logrado persistió y paso a ser la fuente de nuevos desarrollos. Poco a poco lo coligados en la
masa de hermanos fueron reproduciendo el nuevo estado en un nuevo nivel; empero la nueva familia
fue solo una sombra de la antigua: los padres eran muchos, y cada uno estaba limitado por los derechos
de los demás. Fue talvez por esa época que la privación añorante movió a un individuo a separarse de la
masa y asumir el papel de padre. El que lo hizo fue el primer poeta épico, y ese progreso se consumó en
una fantasía. Invento el mito heroico. Así como el padre había sido el primer ideal del hijo varón, ahora
el poeta creaba el primer ideal del yo en el héroe que quiso sustituir al padre. El antecedente del héroe
fue ofrecido, probablemente por el hijo menor, el preferido de la madre. En la falaz transfiguración
poética de la horda primordial, la mujer que había sido el botín de la lucha y el señuelo del asesinato,
paso a ser la seductora e instigadora del crimen. El héroe pretende ser el único autor de la hazaña que sin
duda la horda como un todo osó perpetrar. El mito es, por tanto, aquel paso con el que el individuo se
sale de la psicología de masa. El primer mito, fue con seguridad el psicológico: el mito del héroe; el
mito explicativo de la naturaleza debe haber aparecido mucho después. La mentira del mito heroico
culmina en el endiosamiento del héroe. Quizás el héroe endiosado fue anterior al Dios padre, y el
precursor del retorno del padre primordial como divinidad. Cronológicamente, la serie de los dioses es
pues, como sigue: Diosa-Madre-Héroe- Dios Padre. Pero con la exaltación del padre primordial, jamás
olvidado, recibió la divinidad, los Rasgos que todavía hoy le conocemos.
c) En este ensayo hemos hablado mucho de las pulsiones sexuales directas y de meta inhibida, fue el
desarrollo libidinal del niño el que nos dio a conocer el primer ejemplo de pulsiones sexuales de meta
inhibida. Todos los sentimientos que el niño alimenta hacia sus padres y hacia las personas encargadas
de su crianza se prol0ongan sin solución de continuidad en los deseos que expresan su aspiración sexual.
La observación directa, así como la observación analítica de los restos infantiles hacha con posteridad,
no dejan ninguna duda acerca de la confluencia de sentimientos tiernos y celosos, por un lado, así, los
pone de relieve de manera radical en que el niño hace de la persona amada el objeto de todos sus afanes
sexuales, todavía no centrados correctamente. Esta primera configuración de amor del niño, que en los
casos típicos aparece subordinada al complejo de Edipo, sucumbe después, como es sabido, a comienzo
del periodo de latencia, a una oleada de represión. Lo que resta de ella se nos presenta como un lazo
afectivo puramente tierno dirigido a las mismas personas, nos da la osadía de afirmar que donde quiera
que hallemos un sentimiento tierno, es el sucesor de una ligazón de objeto plenamente con la persona en
cuestión o con su modelo (su imago). Para decirlo con más precisión se comprueba que esta todavía
presente como forma y posibilidad, y en cualquier momento puede ser investida de nuevo por regresión,
puede ser activada; solo cabe inquirir por la investidura y la eficacia que siga teniendo en el presente. En
este punto es preciso estar atento a dos fuentes de error, de igual imperio: la Escila de la subestimación
de lo inconsciente reprimido, la Caribdis de la inclinación a medir lo normal a toda costa con el resero
de lo patológico. Por lo demás, estas pulsiones de meta inhibida conservan siempre algunas de las metas
sexuales originaria; aun en el tierno devoto, aun el amigo, el administrador, busca la proximidad
corporal y la visión de la persona ahora amada solamente en el sentido paulino. Si así lo queremos, en
este desvió respecto de la meta un comienzo de sublimación de las pulsiones sexuales, o bien establecer
de manera más estricta los límites de esta última. Las pulsiones sexuales de meta inhibida tienen,
respecto de las no inhibidas, una gran ventaja funcional. Puesto que no son susceptibles de una
satisfacción cabal, son particularmente aptas para crear ligazones duraderas; en cambio las que poseen
una meta sexual directa pierden su energía cada vez por obra de la satisfacción, y tiene que aguardar a
que ella se renueve por reacumulación de la libido sexual, entre tanto, puede producirse un cambio de
vía de objeto. Las pulsiones inhibidas son susceptibles a mezclarse con las no inhibida surgen de las
directamente sexuales cuando obstáculos internos o externos se oponen al logro de las metas sexuales.
La representación del estado de latencia es un obstáculo interno de esa índole –o mejor interiorizado-
supusimos que el padres de la horda primordial forzaba a la abstinencia a todos sus hijos por su
intolerancia sexual, y así los empujaba a establecer ligazones de meta inhibida, mientras que se
reservaba para sí el goce sexual y, de tal modo, permanecía desligado. Todas las ligazones en las que
descansa la masa son del tipo de las pulsiones de meta inhibida. Pero con esto nos acercamos a la
elucidación de un nuevo tema: el vínculo de las pulsiones sexuales directas con la formación de masa.
d) Las dos últimas observaciones nos han preparado para este descubrimiento: las aspiraciones directas son
desfavorables para la formación de masa. Es verdad que en la historia evolutiva de la familia el amor
sexual conoció vínculos de masa (el matrimonio por grupos), pero a medida que el amor sexual iba
adquiriendo valor para el yo, y se desarrollaba el enamoramiento, más urgente se hacia el reclamo de la
limitación a dos personas, prescripta por la naturaleza de la meta genital. Las dos personas
comprometidas entre sí con el fin de la satisfacción sexual se manifiestan contra la pulsión gregaria en la
medida en que buscan la soledad. La repulsa al influjo de la masa se exterioriza como un sentimiento de
vergüenza. Las mociones afectivas de los celos son convocadas para proteger la elección de objeto. Solo
cuando el factor interno (vale decir, personal) de la relación amorosa queda totalmente relegado tras el
facto sensual se vuelve posible el comercio amoroso de una pareja en presencia de terceros, pero aso se
da en una regresión de estado anterior de las relaciones ente los sexos. Hay abundantes indicios de que
el enamoramiento se introdujo solo más tarde en las relaciones sexuales entre hombre y mujer, de modo
que también el antagonismo de amor sexual y formación de masa se desarrollo tardíamente. Una de las
reacciones al asesinato del padre primordial fue, en efecto, la institución de la exogamia totémica, la
prohibición total de toda relación sexual con las mujeres de la familia amada con ternura desde la
infancia. Así se introdujo la cuña entre las emociones tiernas y las sensuales del varón. En las grandes
masas artificiales, iglesia y ejecito, no hay lugar para la mujer como objeto sexual. La diferencia entre
los sexos no desempeña papel alguno. Y donde se vuelven hiperintensas (las aspiraciones sexuales),
descomponen toda formación de masa. Parece cierto que el amor homosexual es mucho más compatible
con las formaciones de masa. La indagación psicoanalítica de la psiconeurosis nos ha enseñado que sus
síntomas han de derivarse de aspiraciones sexuales directas que fueron reprimidas, pero permanecieron
activas. Podemos completar esta fórmula agregando a las aspiraciones sexuales de meta inhibida, en que
la inhibición no se logró acabadamente o dejo regreso a la meta sexual inhibida, a esta circunstancia se
debe que la neurosis vuelva asociales a sus víctimas, sacándolas de las habituales formaciones masa.
Puede decirse que neurosis ejerce sobre la masa el mismo efecto destructivo que el enamoramiento. En
cambio, puede verse que toda vez que se produce un violento impulso a la formación de masa, las
neurosis relean y al menos por cierto lapso pueden desaparecer.
e) El enamoramiento se basa en la presencia simultánea de aspiraciones sexuales directas y de meta
inhibida, al par que el objeto trae hacia sí una parte de la libido yoica narcisista. Solo da cabida al yo y al
objeto. La hipnosis comparte con el enamoramiento y circunscribirse a esas dos personas, pero se basa
enteramente en aspiraciones sexuales de mata inhibida y pone al objeto en el lugar del ideal del yo. La
masa multiplica este proceso; coincide con la hipnosis en tanto a la naturaleza de las pulsiones que la
cohesionan y a la sustitución del ideal del yo por el objeto, pero agrega la identificación con otros
individuos, la que quizás fue posibilitada originariamente por su idéntico vínculo con el objeto. Ambos
estado hipnosis y formación de masa, son sedimentaciones originarias que provienen de la filogénesis de
la libido humana. La hipnosis como disposición, la masa además como relievo directo. La sustitución de
las aspiraciones sexuales directas por las de meta inhibida promueve en ambas la separación entre el yo
y el ideal del yo, de la que ya en el enamoramiento hay un comienzo. La neurosis cae fuera de esta serie.
Se basa también en una propiedad del desarrollo libidinal humano: la acometida en dos tiempos
(interrumpida por el periodo de latencia) de la función sexual directa. En esa medida, tiene como la
hipnosis y la formación de masa el carácter de una regresión, que falta en el enamoramiento. Aparece
donde quiera que el pasaje de las pulsiones sexuales directas a las de meta inhibida no se ha consumado
felizmente, y reconoce a u conflicto entre las pulsiones acogidas en el yo, que han recorrido aquel
desarrollo, y las partes de las mismas pulsiones que, desde lo inconsciente reprimido, aspiran a si
satisfacción directa.

 Lewkowicz: del ciudadano al consumidor

Muchas problemáticas:
Hay dos transformaciones paralelas y consustanciales: la conversión de los Estados- Nación en técnico-
administrativos; la conversión simultánea de los ciudadanos en consumidores. O sea el consumidor como nuevo
término del contrato social.
La ley, entre la verdad y la ficción: observando la última Asamblea Constituyente (que reformo la constitución
de 1994) vemos que este hecho queda tapado por oscuros intereses (otras cosas llamaban la atención: la Amia,
el mundial).
La Asamblea constituyente (representación del Estado-Nación) no debía pasar inadvertida. No se sintió la
presencia del “pueblo” en el estado representativo. Se dio que esto paso porque “la gente no sabía que se
votaba”, y al decir la “gente” suprime al “pueblo”. Sabían que se votaba pero no la trascendencia de lo que se
iba a votar. Hubo otra interpretación más progresista: el pueblo no prestaba atención a la Constituyente porque
no se sentía representado por la clase política (había un acuerdo de copulas).
Se entendía que la parte dogmática de la Constitución no se iba a tocar, solo la instrumental. Pero si se insiste
tanto en la instrumental pasa a ser dogmática. Hubo modificaciones en la parte dogmática, por ejemplo al
artículo 42 (nuevos derechos y garantías) donde aparece un rango constitucional (antes inexistente: el
consumidor). Ahora no solo hay ciudadanos, también consumidores, no habla de ciudadanos ni de habitantes,
sino de “consumidores”, como si fuera un subconjunto. Solo sale en ese artículo pero hay una cosa muy
importante, ahora el ciudadano no es el que posee todos los derechos. En un ensayo de Borges, “El pudor de la
historia”, habla de los gobiernos, fabrican jornadas históricas, con publicidad. Se dio amplia difusión de la
reelección del presidente pero no habló del consumidor. El único soporte subjetivo del estado ya no es el
ciudadano, también es el consumidor.
El soberano es el que legisla los sistemas sociales. El soberano está relacionado al tipo de lazo social a tratar.
Los vínculos entre los miembros históricamente cambian. En las ciencias sociales actuales se llama “ficciones”
a las grandes entidades discusivas que organizan y dan consistencia al lazo social. El medio en el que transcurre
la experiencia esta hecho de ficciones. O sea que el medio en que transcurre la experiencia esta hecho de
ficciones. Situaciones “verdaderas ficciones activas; y “ficticias”: ficciones agotada.
No son ni verdaderas ni falsas sino que “actúan” como tal. “una ficción es buena opera en el régimen de la
conjetura. La conjetura es la nobleza de la ficción cuando no es ficticia. En cambio, una ficción agotada es la
vileza de la mentira (ocultar a sabiendas del carácter ficticio).
La Constituyente es el acto de constitución de una ley en el cual se desinviste una ficción. La ficción de Estado-
Nación queda desinvestida, se presenta como ficción agotada o falsa. “no se sabe que se vota”, “la clase nada
representa”.
El Estado representa el lazo social.
¿Qué es lo que hace que un conjunto de hombres sea un pueblo? El conjunto es el lazo social. Los elementos
son los individuos, pero no tal como son en general, sino como son instituidos por ese lazo y para ese lazo. Son
los soportes subjetivos del Estado.
Por ejemplo: la Revolución Francesa. La figura del monarca. El reino era su propiedad y los individuos estaban
relacionados entre sí por la mediación del Rey. El soberano de ese lazo. El monarca funda su pueblo: “es pueblo
de tal rey”. Con la revolución eso cambia a “la soberanía emana del pueblo”.
Esto dio origen durante dos siglos una multitud de creaciones políticas populares, pero no dejo de ser ficción.
Surge nuevamente la pregunta ¿Qué es lo que hace que un conjunto de hombres sea un pueblo? No puede ser la
comunidad de lengua, ni de religión no de raza. Lo que hace que un pueblo sea un pueblo es si “historia”.
La historia se constituye en el discurso hegemónico de los Estados Nacionales porque hace al ser nacional. El
soporte subjetivo de este tipo de lazo es el ciudadano definido como sujeto de la conciencia nacional. El Estado
se apoya sobre la Nación que se apoya sobre los ciudadanos con ficciones verdaderas (hasta que se agotan)
hasta que el proceso practico las desintegra. Ante la caída de la ficción > miedo, angustia, pánico.
Al proceso práctico el arraigo del Estado en la Nación. El Estado actual ya no se define prácticamente como
nacional, sino como técnico-administrativo o técnico-burocrático. Su legitimación no viene ahora de su historia
sino de como opera. Ahora hablemos de macroestados (Mercosur); las decisiones económicas van más allá de
lo nacional. El Estado técnico-administrativo se apoya sobre el consumidor.
La regulación operativa eficaz es la gestión económica que satisface al consumidor y no al hombre. El concepto
de hombre es superado por el de consumidor. Ahora un estallido social está ligado a procesos económicos, nada
que ver con los ciudadanos.
Varía el concepto de lazo. La relación social ya no se establece entre ciudadanos que comparten una historia
sino de consumidores que intercambian productos (sociedad burguesa de Marx).
Así los “no consumidores” pierden su condición humana: esa Constituyente es la carta de defunción del Estado-
Nación y el nacimiento del Estado técnico-administrativo propio de nuestra modernidad tardía.
La figura del consumidor sustituye a la del ciudadano. La ley fundamental en un pueblo de ciudadanos
soberanos ya es ficticia.
La soberanía ya no emana del pueblo sino de la gente ya no son los ciudadanos sino los consumidores. Si el
consumidor se inviste como soberano, la ley será la ley del consumo.
 Muchinik: la noción de actitud y los sistemas de representación de la realidad
Representación social: hace referencia a las elaboraciones grupales que realizan los hombres de una misma
época y espacio social, sirve para ordenan el mundo. Suele expresarse en imágenes que condensan en un
conjunto de significado sistema de referencia para interpretar lo que sucede. Los hombres tienen múltiples
representaciones de la realidad; esta es una construcción una interpretación, no es una reproducción. Re-
presentar es hacer en la mente presente algo ausente. Vuelve al mundo subjetivamente plausible. Ejemplo: lo
femenino: la mujer en el hogar, delicada y frágil. Implican una relación sujeto-objeto que trasciende las
opiniones, imágenes, actitudes. Los sujetos poseen representaciones diferentes representaciones según el lugar
que ocupan en la sociedad que se traduce en actitudes diferentes y en distintas percepciones del mundo físico y
social. Tanto la actitud como la representación, implican una actividad cognitiva que incorpora un sistema de
valores producto de la interacción. Existe una dimensión de interacción, una de pertenencia grupal (que asigna
significados) y una personal. Todo sistema de representación de la realidad define la calidad real o posible de
un sujeto en el mundo social, al punto de volverse predecible.
Estereotipos: imágenes cristalizadas que se manifiestan a través de los rotulo.

 Gascón: los movimientos sociales y la participación de los adultos mayores


Envejecer en América Latina: el desafío de la diversidad
Los países emergentes o en vías de desarrollo iniciaron el proceso de envejecimiento de sus poblaciones y el
siglo que está comenzándola mayor cantidad de personas con edad avanzada se concentra en los países del Sur.
Debe tenerse en cuenta que en algunos países y en algunos estratos o grupos sociales, el aumento de la
longevidad puede transformarse en una amenaza para las personas y un problema para el conjunto de la
sociedad. Las personas que están ingresando a la vejez constituyen recursos humanos de inestimable valor, con
aptitudes para transformar situaciones sociales desfavorables y hacer de la amenaza una oportunidad para
contribuir a la construcción de sociedades más justas y equitativas para todas las edades, en las que no se
cumpla la referida profecía. Existen claras dificultades para que la gente mayor se organice y exprese sus
propios intereses. Cuando se organizan lo hacen se caracterizan por la monotonía. Ante el aumento de la
cantidad de personas mayores es necesario fortalecer las instituciones estatales y aumentar a capacidad de los
gobiernos para brindar una buena cobertura social.
Movimiento social: es un sistema de narraciones, el mismo tiempo que en sistema de registros culturales,
explicaciones y prescripciones de como determinados conflictos son expresados socialmente y de cómo y a
través de qué medios la sociedad ha de ser reformada. Forma de acción colectiva.
Elementos del movimiento social:
1) Apelan a la solidaridad para promover o impedir cambios sociales.
2) Implican al presencia de un conflicto (oposición entre dos o más actores)
3) Implican una ruptura de los límites del sistema de normas y relaciones sociales.
4) Tienen capacidad para producir nuevas normas y legitimaciones en la sociedad.
Los nuevos movimientos sociales
Estos ya no plantean modelos nacionales independientes o transformaciones clásicas acabadas. Son actores más
fluctuantes y más logados a lo sociocultural, y que ubican la centralidad de sus luchas en reivindicaciones por la
calidad de vida y la inclusión social, defienden su identidad, se basa en relaciones de cooperación y solidaridad
y desdeñan las formas tradicionales de participación política.
Nuevas formas de hacer política y sobre todo de relacionar lo público y lo privado.
Están en contras de os movimientos clásicos, acusados de burocratizados y desmovilización.
Principales características
1) Levada integración simbólica, una escasa especificación de roles y diversas formas de organización y
acción.
2) Su modo de actuación se aleja del repertorio directo, inflexible y corporativo, para ser indirecto, flexible
y basado en su lucha.
3) Hace posible que varios sectores marchen sobre la misma bandera.
4) Sus integrantes no provienen de los sectores más pobre.
5) Tienen más independencia de las fuerzas políticas.
6) No se organizan contra un enemigo concreto, sino que luchan contra la exclusión o discriminación.
7) No están ligados a la construcción de una sociedad “ideal”, sino a descubrirse a ellos mismos
¿Qué pasos deberán dar las personas mayores para conformar movimientos sociales ligados a procesos
de transformación social?
- Generar más conciencia de edad sobre las ventajas y desventajas del envejecimiento activo.
- Nuclear no solo jubilados, sino a todos aquellos dispuestos a participar en la causa “envejecer con
dignidad”.
- Pasar del interés individual la búsqueda de un ideario común compartido.
- Favorecer la integración
- Situarse al margen de los circuitos institucionales y presionar a la ciudadanía a través de los medios de
comunicación.
Reconstruir el estado: a uno que le permita recuperar la confianza en la esfera pública, que ayudara a organizar
la vida en democracia y la acción política.
Estos nuevos movimientos sociales expresan rebelión, sobrevivencia, destrucción y nacimiento; representan
nuevas potencialidades para la reconstrucción de la ciudadanía y para la participación organizada que influirá en
la reconstrucción del estado.

 Gascón: estrategias de empoderamiento de los adultos mayores


Participación social
Participación deriva del vocablo latino que significa tomar parte. Es la capacidad que tiene los individuos de
intervenir en las decisiones que los afectan. La pretensión de los actores sociales de ser autores de los procesos
sociales que le conciernen, lograr ciertos objetivos en el sentido de involucrarse y formar parte del proceso esto
significa tener cierto grado de poder o influencia.
Puede ser de dos tipos:
1) El derecho humano universal: como un fin, y a su vez como un instrumento que garantiza a la población
influir en la toma de decisiones
2) De derecho social: o vehículo que garantiza el ejercicio pleno de los derechos sociales.
La participación social en Argentina irrumpe en la década del ’60 y ’76 de la mano de los movimientos políticos
y sociales que cuestionaban al capitalismo.
Se necesitaba incentivar la participación de un amanera diferente surgiendo así una corriente llamada se
“concientización”.
La educación surge como el motor del cambio unido a la figura de Paulo Freire.
En los ’80 con el fin de las dictaduras hay un resurgimiento de la participación social (una lógica funcional, que
vela por los foros público y el fortalecimiento de la lógica de mercado como eje estructurante de las relaciones
sociales).
E el plano de lo político la participación comienza a ser asociada a las nociones de la organización comunitaria
y era vista como una manera de volver a la democracia.
En el plano social la participación fue concebida como compensatoria de los desajustes que el modelo
económico generaba.
A fines de los ´90 se pone el foco en el término ciudadanía social, tratando de compensar los desajustes que el
modelo generaba (más instrumental que transformadora).
Ciudadanía, gobernabilidad y participación
Ciudadanía: surgió con las ciudades-estado en la civilización greco-romana.
Se advierte un significado político, ya que denota la participación activa en la vida de la ciudad (espacio
público) para la toma de decisiones colectivas.
Implica la consolidación de los derechos políticos de la población, pero escaso impacto en la reducción de la
inequidad, la pobreza y la exclusión social.
Dentro de la democracia hay dos tendencias:
1) Una minimalista: la democracia es definida como un sistema de partidos políticos que compiten en
elecciones libres (formal)
2) Maximalista: vincula la democracia a la presencia de una sociedad densa y de una ciudadanía plena y
efectiva (transformadora).
Ciudadanía integral: el ciudadano debe acceder al conjunto de sus derechos.
Gobernabilidad: remite a la noción de buen gobierno, requiere eficiencia y eficacia, búsqueda de consensos,
transparencia y dar respuesta a las necesidades de las personas.
Ciudadanía social: aquellos aspectos de la vida de los ciudadanos que afectan el potencial parad desarrollar sus
capacidades básicas. En América Latina los gobiernos democráticos aún tiene pendiente garantizarla, ya que los
niveles de pobreza y desigualdad son alarmantes. Para lograr el desarrollo de la psicología social e integral en
un marco de gobierno democrático es imprescindible la participación de la comunidad.
Participación y política
Cuando hablamos de tomar parte en la transformación social y política estamos haciendo referencia a un
proceso en cuya base están el poder y la participación.
Participación: es una necesidad básica humano, está ligada al reconocimiento de identidad. Esta ligada a la
posibilidad de influir, intervenir en las decisiones políticas que los afectan. Es un mecanismo de distribución del
poder. Es uno de los pilares de la democracia participativa. Proceso transformador, que requiere de canales de
comunicación ente le gobernantes y decisiones producto del consenso.
Niveles de participación:
1) Información: implica contar con la información necesaria en “cantidad y calidad” para generar propuestas
que se apoyen en datos objetivos.
2) Opinión: proceso más complejo donde a partir de una información adecuada los actores sociales puedan
presentar sus posiciones o propuestas sobre los asuntos.
3) Decisiones: implica tener voz, supone que las opiniones y posiciones de los actores sociales tienen u poder
sobre las decisiones que se toman
4) Monitoreo y control: es el seguimiento de las políticas y decisiones tomadas. Se asegura que los resultados
serán los deseados
Política y poder:
Según VaneKlasen y Miller hay tres dimensiones interactivas del “poder sobre”
1) Visible: reglas formales, instituciones y autoridades
2) Oculto: que implica un mayor y más fácil accedo de unos por sobre otros a las decisiones
3) Invisible: influye sin que las personas tengan conciencia, en sus creencias, su identidad.
Son estrategias de acción aba
rcativas que pueden generar cambios sociales o políticos. Cuando hablamos de participación es fundamental
conocer no solo los aspectos visibles del poder, sino aquellos que hablan del poder escondido.
El proceso de empoderamiento político
Poder: dinámico. Multidimensional y cambia por contextos e intereses.
Empoderamiento: proceso de aprendizaje, acción y concientización, de manera que las personas puedan adquirir
un sentido de sus derechos y unirse para desarrollar sociedades más democráticas.
De la conciencia individual al poder político:
*Conciencia individual: consiste en analizar problemas de la vida cotidiana, autoreflexionar, cuestionar,
dialogar, ampliar nuestra perspectiva de las cosas.
*Conciencia colectiva: consiste en comprender que lo que nos pasa también son cuestiones sociales, y busca
socios que se identifiquen con ellas, y agruparlas para actuar.
*Empoderamiento: consiste en reflexionar sobre las actitudes, construir grupos ciudadanos, defender nuestros
intereses, acciones colectivas, organizar a la comunidad e informarla.
*Poder político: cosiste en apoyar a líderes políticos, éticos, lograr el reconocimiento del gobierno, involucrar
actores de la comunidad en los procesos de monitoreo, y lograr que el gobierno consulte a organizaciones
sociales referentes en diferentes temas. Promover reformas legales, de políticas públicas y de Estado.
Premisas para la construcción de una ciudadanía social integral:
- No hay sociedad fuerte, sin Estado fuerte.
- No hay Estado o instituciones de lujo en las sociedades pobres
- No hay empoderamiento de los excluidos sin la aceptación de las consecuencias riesgosas.
- Requiere del trabajo conjunto entre el Estado, el sector privado y las organizaciones sociales.

Unidad VI

 Souto: grupos y dispositivos de formación


Desarrolla su idea basada en la enseñanza. Sostiene la noción de dispositivo técnico. Se trata de pensar desde lo
complejo, de pasar de un pensamiento programático propio de las concepciones antes consideradas, a uno
estratégico y complejo. Plantea que es sobre la idea de estrategia y n o la de programa que este dispositivo está
pensado. El dispositivo no es ausencia de intencionalidad, ni de finalidad, tampoco desestructuración. Tiene un
carácter normativo, aquel que permite orientar la acción dejando amplios márgenes de libertad para que la auto
eco organización sea posible.
Dispositivo pedagógico
Un dispositivo en cualquier campo de la acción que se plantee se orienta a la producción de cierto tipo de
fenómenos y procesos dinámicos, es decir, tiene una finalidad que pone al dispositivo en relación con valores y
fines. Ellos pueden ser de formación, de enseñanza, de análisis, de desarrollo corporal, etc.
Define al dispositivo por oposición al programa ya que tiene la capacidad de hacer algo con lo que no tenía
previsto.
Con respecto al significado de dispositivo hay tres sentidos que nos interesa señalar:
 Político: aquel que alude a disponer, a ejercer sobre algo o algún orden, la voluntad del otro, a ejercen
en definitiva un poder.
 Técnico: aquel que se refiere al arreglo de medios para fines, al instrumento, a la combinatoria que crea
un artificio en pos de fines y resultados.
 Pedagógicos: aquel que se vincula a aptitud, potencia, posibilidad y puede dar lugar a lo nuevo, a crear,
a generar, a cambiar y provocar acciones.
Los tres sentidos interesan para hablar del sistema técnico pedagógico. Los dispositivos grupales se iniciaron
con objetivos terapéuticos. Aunque los dispositivos no son terapéuticos.
Los dispositivos grupales
Hablar hoy de dispositivos grupales hace referencia a diversas modalidades de y trabajo que constituyen tipos
de grupos que se conformaron con características propias que los identificaban estructuralmente en función de
las características teórico -técnicas adoptadas y de los campos de aplicación donde se difundieron. Se habla así
de grupos terapéuticos, psicodramaticos, operativos, etc.
Dispositivo grupal: lo conceptualiza como una virtualidad. Dados un tiempo, un espacio, un número de
personas y algún objetivo en común, se crean las condiciones de posibilidad para que un agrupamiento,
espacio, número de personas y objetivo conforman un dispositivo. Esto es, una virtualidad, pero específica y
propia de ese grupo y no de otro.
Tiene un carácter múltiple y complejo a la vez que singular de los dispositivos grupales así como su
potencialidad como provocador de efectos.

 Viñas: dispositivos grupales


El termino dispositivo parece referirse a la disposición de un aserie de prácticas y mecanismos con el objetivo
de hacer frente a una urgencia y de conseguir un efecto.
Dispositivo: cualquier cosa que tenga de algún modo la capacidad de capturar, orientar, determinar, interpretar,
modelar, controlar y asegurara los gestos, las conductas, las opiniones y los discursos de los seres vivientes.
Es fundamental para orientar nuestras intervenciones, direcciones el proceso grupal, hacer una buena elección
del dispositivo grupal a utilizar.
Cuando trabajamos en grupos, conviene saber cuál es el tipo de dispositivo con que estamos abordando el
trabajo, ya que cada uno tiene sus límites y sus posibilidades.

Modos de grupos más utilizados centrados en un atarea: grupo de reflexión, grupo de discusión, taller, grupo
operativo, equipo de trabajo, grupo de ayuda mutua o apoyo social, grupo de protagonismo social.
 Grupo de reflexión-. Características. Los grupos se conforman para reflexionar sobre una problemática o
una tarea que comparten, los integrantes son sujetos y objetos de la experiencia de estar insertos en una
configuración vincular. La construcción de una mirada más amplia de la problemática, con los
atravesamientos de las otras miradas. Favorece el despliegue de la potencialidad vincular y el
sostenimiento de un lugar subjetivo para sus integrantes. Lo singular se trabajó en relación a lo que
ocurre en el grupo. El coordinador, interviene interpretando dinamismos grupales, señalando y poniendo
a trabajar las tensiones grupales, como aquellas vinculadas a la elaboración de la temática convocante,
se trabaja lo vincular. Puede haber uno o más observadores, a veces alguno hace una devolución al final.
El foco esta puesto en lo que el campo grupal produce en los integrantes, más que en lo que estos llevan
al grupo en función de su experiencia individual. La tarea del coordinador se direcciona hacia la
desnaturalización de ideas, conceptos o situaciones vinculares sobre las que se trabaja, puesta en crisis
de los mismos, hacia abrir preguntas dentro de un marco de contención representado por el grupo
(alojamiento).
 Grupo de discusión: grupo de circulación de saberes. Generalmente vinculado a las disciplinas,
discusiones formativas, pedagógicas. Hay pertinencia, aunque no todo tema es pertinente. Un dispositivo
centrado en la producción de saberes rompe con el dispositivo tradicional en el cual el saber esta solo
dado ´por el lado docente. Se promueve cuestionar el saber único, dudar de las certezas. Promueve el
debate conceptual, el intercambio u la interpelación al saber del otro. Aparecen las diferencias. Se debe
intercambiar entre diferentes. El coordinador guía la discusión. No intenta homogeneizar las opiniones.
Es un facilitador de la tarea. Promueve el intercambio con libertad. Relanza las tareas cuando hay
obstáculos. Renuncia al intento de homogeneidad y saber único, invita a romper esa alineación y a que
aparezcan las diferencias.
 Taller: los talleres se constituyeron como centros de aprendizaje o formación de artesanos, tenían
aprendices. Confluyen nociones referidas al trabajo (la tarea), la producción, el aprendizaje, la
expresión, los efectos y a los pensamientos ligados con la acción. La producción e realiza con
herramientas y materiales básicamente simbólicos, que permiten integrar la teoría y la práctica.
Constituye un espacio para el aprendizaje grupal y participativo, donde se privilegia la producción
colectiva. El coordinador propicia la participación de los integrantes, la construcción permanente de
conocimiento y producción desde la conformación con problemas y situaciones reales y concretas. Su
intervención apunta a sostener este proceso y promover la reflexión acerca del trayecto del grupo y su
producción.
 Grupo operativo: grupo centrado en una tarea, cuya eficacia se basa en un criterio de operatividad en la
medida que permite la ruptura del estereotipo. Mayor heterogeneidad en los integrantes mayor
homogeneidad en las tareas. Se busca disminuir las ansiedades básicas para abordar la tarea (resistente al
cambio, por miedo a un ataque y miedo a la perdida). Se abordan dos tareas: la explicita (sobre lo
manifiesto) y la implícita (sobre lo latente). El equipo de coordinación incluye por lo menos un
observador, que orienta sus intervenciones en los cruces de las temáticas con la dinámica. El
coordinador hace lectura de lo grupal e interviene utilizando la siguiente unidad de trabajo: existente-
interpretación-emergente.
 Equipo de trabajo: grupo centrado en una tarea que busca la eficacia en la misma. Un equipo tendrá que
resolver con eficacia, una tarea en un tiempo determinado. Tiempo y eficacia, dos variables importantes
en este dispositivo. En los equipos de trabajo lo que importa es alcanzar los resultados. En la
coordinación de equipos, es muy importante la eficacia. Hace a la especificidad del equipo de trabajo.
No hay que tener miedo al término eficacia y hay que trabajar todo el tiempo en la tensión, el producto y
el proceso. La coordinación se centra en la tarea explicita. Se suele trabajar con elementos aportados por
la dinámica de grupos, buscando provocando el protagonismo se sus integrantes, la cohesión grupal y la
optimización del abordaje grupal de la tarea. Se suelen utilizar técnicas lúdicas y de creatividad para:
salir de conductas repetitivas o estereotipadas que obstaculizan la eficacia de la tarea, ampliar el espectro
de posibilidades de estrategia de acción e incrementar la capacidad de flexibilidad para adaptarse a los
cambios que el trabajo requiera.
 Grupo de ayuda mutua y apoyo social: son pequeños grupos formados por personas afectadas por un
problema común, el cual puede ser de naturaleza biológica o psicosocial. Compartir experiencia,
incrementar información sobre el tema, apoyo mutuo, fomentar la solidaridad, fortalecimiento de los
integrantes, buscar juntos alternativas de solución individual, grupal y/o social, defender los intereses de
los integrantes respecto de la problemática que los afecta, ejercer presión social y política. La promoción
del protagonismo social del grupo constituye un eje importante.
 Grupo de autoayuda: comparten una problemática y son asistidos. Buscan cambios de conducta. No hay
jerarquías. La coordinación es hecha por los miembros y suele rotar.
 Grupo monosintomático: formados por pacientes con un mismo síntoma; el coordinador es un
profesional.
 Grupo de protagonismo social: busca desarrollar las competencias sociales y políticas. Coordinador
desde el lugar de co-pensar y promover.

Ojala te haya sido de ayuda. Mucha suerte.

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