Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
Unidad I
Grupo: objeto y teoría Roberto Romero
Introducción
El grupo como hecho se refiere a la existencia del grupo como situación “real”, o los grupos reales concretos,
vivimos en grupo sin tomar conciencia de las leyes que determinan su funcionamiento interno.
A partir de la experiencia concreta se va produciendo un cierto nivel de conciencia, concepción ideológica
acerca de lo que “es” un grupo. De estas representaciones preconscientes y espontaneas de lo que es “un grupo”,
resulta una “noción” referida al reconocimiento del grupo como conjunto. Tenemos por un lado al grupo real, al
“hecho concreto” con sus propias leyes de funcionamiento, y por otro la representación y la noción respecto del
grupo en el cual estamos inmersos.
Para Anzieu las representaciones que cada individuo tiene del grupo son representaciones imaginarias,
fantasmadas o fantaseadas; los individuos participan, actúan, reaccionan, en función de dichas representaciones,
las que no son necesariamente conscientes. Pichón Riviere se refería a un funcionamiento “en dos canchas”; una
la del “grupo externo real”, concreto, y otra interna, la del “grupo interno” del sujeto, que no por imaginaria
menos real.
Conceptos: liderazgo, interacción, comunicación, cohesión, ansiedad, valencia, mentalidad grupal, clima de
grupo, locomoción, etc.
Problema epistemológico: hace falta una teoría unificada para comprender al pequeño grupo, que permita
acercarnos al grupo como el psicoanálisis nos permite acercarnos al sujeto ¿Qué variables fundamentales
determinan lo que ocurre en los grupos?, ¿Cómo combinar los diferentes factores que intervienen y atraviesan la
vida grupal, para lograr un sistema conceptual unificado, un modelo que conceptualice al grupo como objeto
formal abstracto?
Capítulo I: antecedentes significativos en el estudio de la problemática planteada
Cartwright y Zander discriminan dos periodos en el estudio de los grupos; según estos autores existe un primer
periodo caracterizado por la falta de trabajo directo con los grupos, periodo en el que se teorizó e incluso se
plantearon hipótesis básicas; aquí aparecieron figuras de suma importancia: Durkheim, Mac Dougall, Le Bon,
Freud, quienes especularon o teorizaron acerca de los grupos, pero no realizaron intervenciones sobre los
mismos.
Hacia 1930, con el desarrollo de la psicología social, se comienza a experimentar, se produce un acercamiento
empírico y se busca la correlación de variables. A partir de este momento –segundo periodo- el estudio de los
grupos enfoco el “hecho” emperico, tendió a identificar variables y a establecer relaciones de causalidad. Pero
no por ello se dejó de lado la problemática teórica y el planteo de hipótesis, ya que para comprender el
funcionamiento grupal se buscó integrar investigaciones y técnica con teoría. Una característica distintiva de
este segundo periodo, radica ´por el interés por la dinámica e interdependencia de los fenómenos observables,
con ello se apunta a la relación entre los distintos factores que hacen al todo grupal.
Investigadores: escuela lewiniana: la dinámica de grupos se encuentra en una zona intermedia de las ciencias
sociales. Convergen sobre la dinámica de grupos trabajos de la psicología, de la sociología y de la antropología.
Serán dos grandes genios de las ciencias humanas, Emilio Durkheim y Sigmund Freud, aquellos que sentaran
las bases de una psicosociología de los pequeños grupos. Freud estableció y esclareció las relaciones entre el
líder y el grupo, a través de su concepción de Ideal del Yo y los enlaces libidinales que regulan la existencia de
cualquier agrupamiento. Algunos años antes, Durkheim, fundador de la sociología francesa, poniéndose
doctrinariamente a las posturas nominalistas se interesó por el estudio de los grupos específicos: la familia, la
1
Se agradece a todas las personas que ayudaron a la producción este archivo sea por uso de parte de sus resúmenes o de los análisis
que realizamos juntos, se omiten los nombres debido a que en algunos se desconoce quién realizo dicho resumen.
escuela, los sindicatos, creador de la expresión “dinámica de grupos”, produjo una serie de teorías y conceptos
relativos a la solidaridad y a las situaciones anómicas que contribuyeron significativamente a la comprensión de
los procesos colectivos, a la relación entre los miembros individuales de la sociedad y la sociedad misma.
Hobbes (corriente nominalista): para esta corriente los grupos no existen: grupo es un término colectivo que se
refiere a una multiplicidad de procesos individuales, y la noción de grupo se convierte en superflua en cuanto se
describen las acciones de los individuos y sus secuencias. Nada existe en el grupo que no haya existido
previamente en el individuo: las instituciones, creencias y prácticas, desde sus más amplios alcances hasta sus
menores, detalles siguen los principios de la psicología individual. Donde se encuentre interacción psíquica se
observaran los fenómenos sociales en su forma pura.
Para Tarde, también nominalista, “El hombre social es un somnámbulo”, sustentando esta aseveración en los
trabajos de Chracot sobre sugestión e hipnosis, reformulados por Bernheim, quien afirmaba que la hipnosis
constituye una forma externa de un proceso psicológico normal y general, incluso en estado de vigilia.
Introducida la noción de “sugestionabilidad normal en estado de vigilia” esta se desprendió de la clínica y pasó
a ser considerada como un efecto social inducido en una persona por otra e incluso una forma fundamental de
interacción entre personas, una forma de control social e la acción y la experiencia.
Según esta corriente si el mecanismo que produce los fenómenos sociales es el de la imitación, la sociedad nos
era más que un conjunto de hombres capaces de imitarse unos a otros, poseedores de rasgos comunes por
tratarse de copias de un mismo modelo. Lo individual explica así a lo social.
En el extremo opuesto encontraremos al realismo durkhemniano, que consideraba a la sociedad como
fundamental a los individuos como meros resultantes de las características de aquella. Según Durkheim siempre
que una serie de individuos se reúne en grupo emerge algo nuevo, cuya naturaleza no depende solo de los
individuos sino también de sus relaciones mutuas .
La conciencia colectiva deferirá específicamente de la individual porque ambas están compuestas por distintos
elementos. Las representaciones colectivas se encuentran “fuera del individuo” y llegan a su “mente” bajo la
forma de normas.
Según la escuela del determinismo social el individuo constituye solo una célula del cuerpo social, su portador y
su expresión. De acuerdo con Durkheim, el individuo aislado constituye una abstracción, fuera del grupo carece
de carácter definido.
En el extremo opuesto a las tesis individualistas encontraremos la idea de “mente de grupo” los hombres son
agentes de condiciones exteriores, y sus propósitos sus maneras de pensar, sentir e incluso su propio carácter le
son decretados por fuerzas sobre las cuales carecen de control. Ambas posturas ignoran el hecho de la
interacción y no consideran la las relaciones entre las partes y el todo. Ambas buscan, en consecuencia, una
concepción que posea el carácter de una sustancia o cosa a la que puedan atribuir sin riesgo propiedades
permanentes. Ninguna de ellas puede admitir el hecho de que los acontecimientos psicológicos a los que
llamamos sociales, o más específicamente grupales son relacionales o vinculares.
Retomando la idea de acción imitativa, Mc Dougal consideraba que el mecanismo de la inducción simpática de
las emociones era el factor central de la vida social y grupal.
Mead: la persona en cuanto puede ser objeto para sí, es esencialmente una estructura social y surge en la
experiencia social. Después de que ha surgido en cierto modo una persona se proporciona a si mismo sus
experiencias sociales. Y así podemos concebir una persona absolutamente solitaria. Pero es imposible concebir
una persona surgida fuera de la experiencia social. El contexto grupal regula permanentemente la identidad
personal, si bien esta última posee autonomía en función de su compleja estructura.
La polémica nominalismo – realismo quedó así superad por Mead, Freud a su vez estableció las bases sobre las
que se superaría esa otra falsa opción, individualismo-mente de grupo.
Pichón Reviere: existen acciones de grupo que solo son posibles cuando cada una de los participantes posee una
representación que incluye las acciones de los demás y sus relaciones. Representación preconsciente o
consciente, pero también, representación inconsciente. Sin tal representación (inconsciente) de grupo en cuanto
a objeto unitario, el grupo podría ser objetos de representaciones.
Freud plantea una doble problemática: por un lado la problemática del sujeto y por otro la problemática de los
procesos histórico- sociales, grupales en el interior del individuo. No se puede estudiar al individuo aislado la
psicología social es al mismo tiempo psicología individual es al mismo tiempo psicología social.
Para Le Bon el inconsciente es igual al inconsciente colectivo (inconsciente de grupo) no individual relativo a la
naturaleza humana.
Conducta de masa (Freud): la masa tiene carácter de creador de nuevos contenidos de cultura, reivindicando
incluso el carácter colectivo de la creación más estrictamente individual. Aquello que para Le Bon es lo
“asocial” para Freud es también un producto social; lo que para Le Bon aparece como lo irracional de los
fenómenos colectivos y las concepciones tradicionales se explicaría como formas de contagio y/o sugestión en
Freud aparece como el interrogante acerca de otra racionalidad distinta.
Familia: el individuo está ligado doblemente por lazos libidinosos al jefe y a los restantes miembros. En la masa
es un amor que tiene características de abstracto; los individuos no se aman por aquello que son, en realidad no
importa aquello que son, sino que todos participan de un amor que los unifica.
El fenómeno de pánico pone de manifiesto claramente la característica de los enlaces, ya que se produce cuando
matan al jefe y se rompen los lazos libidinales: los individuos cortan el lazo entre si cuando se corta el lazo con
el líder. La masa le proporciona al líder un poder significante y el jefe lo transforma en un poder personal. Freud
plantea algo aún mucho más complejo cuando se rompe la relación con el líder los individuos aparecen aislados
y egoístas, el individuo es básicamente narcisista y si no se lo contiene por la represión o la cultura siempre lo
encontramos en la emergencia de agresión. En las masas esa intolerancia narcisista a la presencia del otro,
aparentemente desaparece; la masa se une los integrantes se homogenizan y se comportan como si todos los
individuos formaran un único individuo, y la hostilidad aparece desplazada hacia otros grupos.
La identificación es el tipo de enlace afectivo más primario, anterior a las relaciones de objeto la primera
relación que establece el ser humano cuando nace porque necesita hacerse como otro para poder ser,
precisamente, un ser humano, estamos en la identificación primaria. El neonato necesita de otros con quienes se
ira identificando, las primeras identificaciones serán, por lo tanto, con los adultos que satisfacen sus
necesidades.
El Yo se hace a sí mismo, se modifica, se transforma, tomando al otro como modelo. (Futuro Ideal del Yo, que
luego pasara a ser Súper – Yo).
La eficacia del ideal colectivo proviene de la convergencia de los ideales del Yo individuales. Esa identificación
en el Yo común a todos aparece entonces como un enlace positivo, el sentimiento social. Identificación que
además homogeniza a los sentimientos y contrarresta a los sentimientos indudablemente presentes de hostilidad.
3- Teorías de la identidad
La identidad constituye un elemento clave de la realidad subjetiva y en cuanto tal se halla en una relación
dialéctica con la sociedad.
La identidad se forma por procesos sociales. Los procesos sociales involucrados, tanto en la formación como en
el mantenimiento de la identidad, se determinan por la estructura social. Las identidades producidas por el
interjuego del organismo, conciencia individual y estructura social reaccionan sobre la estructura social dada,
manteniéndola, modificándola o aun reformándola.
Los tipos de identidad son observables y verificables en la experiencia preteórica y por ende precientífica.
La identidad es un fenómeno que surge de la dialéctica entre el individuo y la sociedad.
La dialéctica genuina aparece a causa de la potencia realizadora de las teorías psicológicas. Puesto que las
teorías psicológicas son elementos de la definición social e la realidad, su capacidad de generación de la
realidad es una característica que comparten con otras teorías legitimadoras, sin embargo, su potencia
realizadora sume grandes dimensiones, en particular porque se realiza por medio de procesos que sirven para la
formación de la identidad y que tienen una carga emocional.
4- Organismo e identidad
La canalización social de actividades constituye la esencia de la institucionalización, que es el fundamento para
la construcción social de la realidad.
La realidad social determina no solo la actividad y la conciencia, sino también, en gran medida el
funcionamiento del organismo.
El hombre esta bilógicamente predestinado a construir y habitar un mundo con otros. Ese mundo se convierte
para el en la realidad dominante y definida. Sus limite los traza la naturaleza, pero a su vez construido ese
mundo vuele a actuar sobre la naturaleza y el mundo socialmente construido, el propio organismo se
transforma. En esa misma dialéctica el hombre produce la realidad y por lo tanto se produce a sí mismo.
Unidad III
Anzieu: la dinámica de los pequeños grupos
Mediados del siglo XVIII, grupo: una reunión de personas. El sentido primero del italiano groppo era nudo,
antes de llegar a ser reunión, conjunto. Los lingüistas lo reflejan con el antiguo provenzal grop=nudo, y se
supone que deriva del germano occidental Kruppa= masa redondeada. Parece además que groupe y croupe
(grupa) se originaron en la idea de círculo.
El sentido de nudo poco a poco se reproduce en grupo hasta connotar el grado de cohesión entre los miembros.
En cuanto a círculo, una reunión de personas o, para conservar las misma imagen un círculo de gente. La idea
fuerza es aquí la de grupo de iguales.
Antes: la noción de grupo era inexistente para la mayor parte de los sujetos. El grupo era efímero, dominado por
el azar. Solo existían las relaciones interindividuales. El temor a pensar la propia situación en un nuevo marco
de referencia, y de ser así sometido a discusión, constituyó uno de los aspectos de resistencia epistemológica a
la noción de grupo.
Freud: el narcisismo del ser humano crea el obstáculo más sólido para el progreso de los conocimientos.
El individuo no se plantea problemas acerca del grupo, vive en, por y para el grupo. Así son los grupos en los
que se entra por nacimiento, en los que no hay más perspectivas que la cohabitación, el trabajo común, las
distracciones en común, la búsqueda o la producción en común de la subsistencia y la defensa del territorio
(familia, clan, tribu, aldea).
Las representaciones espontaneas que cada individuo tiene del grupo en general o de tal grupo en particular son
representaciones imaginarias, es decir, no fundadas en un análisis racional de la realidad. El individuo adhiere a
las representaciones como una creencia. Por más imaginarias que sean estas representaciones no son menos
eficaces, pues gracias a ellas mucho más que a la situación real en la que se encuentra el grupo en un
determinado momento, los miembros reaccionan dentro de este.
Cuando se esboza una teoría científica sobre los grupos hay aun dos metáforas que se impone mucho todavía,
una biológica una mecánica: el grupo como organismo vivo y el grupo como maquina dominada, en la que la
autonomía se representa por la analogía con la retroalimentación.
Los hechos del grupo se distinguen de los hechos psíquicos individuales porque se relacionan con una
pluralidad o con un conglomerado de individuos. En realidad, no existe ninguna personalidad normal que este
psicológicamente aislada de otras, y el estudio de las relaciones con los demás es un capitulo necesario de la
psicología individual.
Cinco distinciones fundamentales:
1. La muchedumbre: cuando los individuos se hallan reunidos en gran número en el mismo lugar sin haber
tratado explícitamente de reunirse. Cada uno trata de satisfacer al mismo tiempo una misma motivación
individual. Hablamos de aglomeración, cohorte, agolpamiento, concentración, concierto, concurso,
horda, peregrinación, tumulto. Las motivaciones pueden ser igualmente negativas: todos lo hombre se
reúnen allí por la misma coacción. La situación de muchedumbre desarrolla un estado psicológico
propio: pasividad hacia todo lo que sea la satisfacción inmediata de su motivación individual; ausencia
o bajo nivel de contactos sociales y de las relaciones inter humanas; contagio de las emociones y rápida
propagación al conjunto de una agitación surgida en un punto; estimulo latente producido por la
presencia de los demás en dosis masiva. Esta definición de muchedumbre excluye las manifestaciones
preparadas por anticipado, que reúnen adeptos y están encuadradas por un servicio de orden. Aquí, en
efecto, el proyecto de reunirse pasa a primer plano. Distinción: muchedumbres organizadas,
muchedumbres convencionales, que se reúnen en una hora y lugar convenidos o conocidos; y
muchedumbres espontaneas, reunidas por accidente, cuyas reacciones son imprevisibles y fácilmente
peligrosas, y en las que no hay al principio ni conductor, ni organización, ni reglas. Se emplea el
término muchedumbre para toda reunión espontanea de un gran número de personas y se reserva la
expresión masa para todos los fenómenos de psicología colectiva que se refieren a un número aún
mayor de personas que no están físicamente juntas ni podrán estarlo, como por ejemplo, los fans.
2. La banda: la muchedumbre tiene en común la soledad. La banda, por el contrario, tiene en común la
similitud. Cuando los individuos se reúnen voluntariamente, por el placer de estar juntos, por búsqueda
de lo semejante, se trata de una banda. El placer de formar parte de la banda proviene de la supresión o
suspensión de la exigencia de adaptarse, al precio de una tensión psíquica penosa, a un universo adulto
y social y a sus reglas de pensamiento y conducta. Al banda ofrece a sus miembros la seguridad y el
soporte afectivos de que carecen, es decir, un sustituto de amor. Las actividades llevadas a cabo en
común no se presentan como un objetivo esencial de la banda, el objetivo es el de estar juntos porque
ese es semejante. La banda es muy diferente de la muchedumbre, por el número limitado de sus
miembros (algunas unidades o decenas), por la adhesión de ellos a su colectividad y por su mayor
duración. La banda se hace durable si se transforma en un grupo primario pero entonces cambia de
características: afianza los valores comunes, concede privilegios a la lealtad y a la solidaridad de sus
miembros, distingue sus roles, fija objetivos diferentes de la complaciente colectiva en sí misma.
3. El agrupamiento: número pequeño, mediano o elevado, con una frecuencia de reuniones más o menos
grande, como una relativa permanencia de los objetivos en el intervalo de las reuniones, el nombre
apropiado es el de agrupamiento. Los objetivos del agrupamiento responden a un interés común de los
miembros. Fuera de la relación de los objetivos que surgen de este interés, los miembros no tienen
relaciones ni contacto. Según el campo de sus actividades, los agrupamientos adoptan nombres
particulares.
4. El grupo primario o grupo pequeño, reducido:
Un número restringido de miembros: gran comunicación interindividual
Prosecución en común y de manera activa de los miembros objetivos
Relaciones afectivas que puedan llegar a ser intensas entre los miembros y que pueden constituir
subgrupos de afinidades
Firme interdependencia de los miembros y sentimientos de solidaridad
Diferenciación de los roles entre los miembros
Constitución de normas, de creencias, de signos, y de ritos propios del grupo
Todas esas características no están necesariamente presentes a la vez en el mismo grupo. En el grupo así
definido se desarrollan conductas de mantenimiento que apuntan a la conservación del grupo como
realidad física y como imagen ideal, y conductas de progresión que provocan la transformación. El grupo
primario se caracteriza por los lazos personales, íntimos, cálidos, cargados de emoción que se establecen
entre todos los miembros, en cambio, en el grupo secundario las relaciones entre los miembros son frías,
impersonales, racionales, contractuales y formales. La familia es el ejemplo típico de grupo primario. Pero
debido a las instituciones sociales que la rigen, es también un grupo secundario. El grupo primario es
generalmente pequeño, con excepción de bastas comunidades religiosas o tribales. El grupo pequeño
favorece, sin desarrollarlas necesariamente, las relaciones afectivas intensas en su seno.
5. El grupo secundario: el grupo secundario u organización es un sistema social que funciona regido por
instituciones dentro de un segmento particular de la realidad social, las relaciones entre los individuos
son a menudo mas fórmales frías e impersonales (burocracia, por ejemplo)
Clasificación general: dos términos, grupal: para calificar los fenómenos propios del grupo; grupalidad: para
designar el conjunto de las características internas esenciales para el grupo.
La distinción de cinco categorías: muchedumbre, banda, agrupamiento, grupo primario y grupo secundario, no
debe ocultar la existencia de fenómenos grupales comunes a todas. Tres, por lo menos, han sido establecidos de
manera segura y ya antigua: la aparición de conductores, la identificación en diferentes grados de los miembros
entre si y la adhesión inconsciente a clises, imágenes o estereotipos.
La duración de un grupo y el grado de organización interna varían el mismo sentido
El número de los miembros del grupo es máximo en los dos extremos ( muchedumbre y grupo
secundario) e indiferente en el medio (agrupamiento); para el grupo reducido se conoce el umbral
mínimo de 3 a 4 miembros, y el umbral máximo que es de 15 a 20 miembros
El estilo de las relaciones interindividuales en el grupo vería de acuerdo co la forma en que el grupo
maneje sus clises y las imágenes subyacentes de sus creencias y de sus normas, o se deje manejar por
esos clises e imágenes.
El estilo de las relaciones del grupo se relaciona, excepto en el grupo secundario, con la conciencia de
objetivos.
Kaés: el analista en el campo vincular: el grupo y el trabajo del preconsciente en un mundo en crisis
El sufrimiento psíquico del mundo moderno es el sufrimiento de las formaciones intermediarias, de procesos de
ligadura intrapsíquica y de las configuraciones de vínculos intersubjetivos.
La tesis del autor es que el grupo es un lugar en el cual emergen y se transforman las relaciones de identidad y
de alteridad, es el topos intersubjetivo del preconsciente.
Puede hacerse una triple lectura de El malestar en la Cultura: la primera permitiría considerando como una
contribución mayor a la crítica de la modernidad. Los parámetros históricos que define el contexto de El
malestar en la Cultura anuncian el inicio de las grandes desestructuraciones sociales y culturales: la subida del
fascismo yd el nazismo, el derrumbe económico de 1929 y el fracaso de la idea del progreso (fin de la
modernidad).
En una segunda lectura encontramos una contribución central a la teoría psicoanalítica: pulsión de muerte,
renunciamiento pulsional, importancia de la relación del Súper Yo y de la transmisión de la culpabilidad en el
ordenamiento de las relaciones entre los sujetos y el grupo, entre los grupos y las instituciones.
Tercera lectura: se introduce la cuestión de sujeto sobre un modo distinto de determinación con respecto a
aquel, desde el aparato psíquico individual, prefigura una noción decisiva para las investigaciones y que expreso
como la exigencia del trabajo psíquico que se le impone al psiquismo por el hecho de su vínculo fundamental
con la intersubjetividad.
Dificultades en las construcciones identificatorias y las afirmaciones comunitarias: por un lado, las dificultades
en la construcción de la identidad deben ser ligadas a la desorganización de las referencias simbólicas por efecto
de la desaparición de lo arbitrario de la ley de sus contradicciones.
La identidad se construye conjuntamente por dos vías:
1) Representaciones y enunciados fundamentales.
2) A partir de las representaciones que son enviadas al grupo desde el exterior.
La sociedad transparente: inmediatez y virtualidad. Cibernética social: podríamos denominar efecto internet al
resultado de la apropiación domestica de las tecnologías y de los universos virtuales, el reino de las apariencias
mediáticas colocándose aquí al servicio de las neoracionalidades de dominio y de transparencia.
Por debajo de este sueño de dominio y oponiéndose a él, resulta fácil descubrir la parte sufriente que lo motiva:
la de una buena convivencia reinventada, a la medida de ese deseo exacerbado de memoria y de arraigo que
pone en evidencia una intensa demanda de mediación, de sentido, de vínculo.
El malestar en el mundo moderno y sus efectos: la pérdida de los garantes metasociales y metapsíquicos
caracteriza las nuevas formas de “Malestar en la Cultura”.
Grandes síntomas del sufrimiento psíquico: tres conjuntos:
1- Fallas en la estructuración de los apuntalamientos de la vida pulsional
2- Concierne a la formación de las identificaciones y de los contratos intersubjetivos que funcionan
como condiciones y garantes intersubjetivos del espacio en el cual el Yo puede devenir: su defecto a
su falla ponen de manifiesto el malestar en los vínculos así como las dificultades en la constitución
de una alteridad interna subjetivada.
3- Concierne a los trastornos que actúan sobre el proceso representacional, la construcción del sentido
y de los dispositivos interpretativos: son enfermedades de las funciones y de las estructuras
intermediarias, de las fronteras, del juego transicional y de los metabolismos.
El preconsciente como sistema del aparato psíquico, es el dispositivo en el que se efectúan los procesos de
transformación que experimentan algunos de los contenidos y de los procesos inconscientes para retomar la
conciencia. A dicho sistema se halla la capacidad asociativa e interpretativa.
La función de la psiquis la función del Preconsciente es fundamental en la actividad sublimatoria; pone a
disposición del sujeto formas prexistentes que le permitirán derivar la meta al servicio de la actividad del Yo.
La actividad del preconsciente siempre se halla implicada en las experiencias traumáticas, sean cuales fueran
sus causas, ya sea por falla o por insuficiencia.
Unidad IV
Berger y Luckmann: la construcción social de la realidad. Capitulo II: la sociedad como realidad
objetiva.
1-Institucionalización
Las relaciones del hombre con su ambiente se caracterizan con su ambiente por su apertura al mundo. La
peculiaridad de la constitución biológica del hombre radica más bien en los instintos. La organización de los
instintos del hombre puede calificarse como subdesarrollada si la compara con la de los demás mamíferos
superiores. Por su puesto que el hombre tiene sus impulsos; pero ellos son sumamente inespecíficos y carentes
de dirección. Dicha peculiaridad del organismo humano se basa en su desarrollo ontogenético. El organismo
humano aún se sigue desarrollando biológicamente cunado ya ha entablado relación con su ambiente. En otras
palabras, el proceso por el cual se llega a ser hombre se produce con una interrelación con un ambiente. O sea,
que el ser humano en proceso de desarrollo se interrelaciona no solo con un ambiente natural determinado sino
también con un orden cultural y social especifico mediatizado para el por los otros significantes a cuyo cargo se
halla.
Afirmar que las maneras de ser y de llegar a ser hombre son tan numerosas como las culturas del hombre, es un
lugar común a la etnología.
Si bien es posible afirmar que el hombre posee una naturaleza, es más significativo decir que el hombre
construye su propia naturaleza o más, sencillamente, que el hombre se produce a sí mismo.
La sexualidad humana está dirigida y a veces estructurada rígidamente en cada cultura particular. Cada cultura
tiene una configuración sexual distintiva, con sus pautas especializadas de comportamiento sexual y de sus
propios supuestos antropológicos en el campo sexual.
El carácter del yo como producto social no se limita a la configuración particular que el individuo identifica
como él mismo, sino al amplio equipo psicológico que sirve de apéndice a la configuración particular. Por lo
tanto, se da por sobre entendido que el organismo y más aún el yo, no puede entenderse adecuadamente si se lo
separa del contexto social particular en que se formaron.
Así como es imposible que el hombre se desarrolle como tal en el aislamiento, también es imposible que el
hombre aislado produzca un ambiente humano. El ser humano solitario es ser a nivel animal. La humanidad
específica del hombre y su sociabilidad están relacionadas íntimamente.
Todo desarrollo individual esta precedido por un orden social dado; la apertura al mundo, intrínsecamente
biológicamente a la existencia humana, es siempre transformada por el orden social en un relativa clausura al
mundo.
El orden social es un producto humano, una producción humana constante, de su continua externalización. El
orden social no forma parte de la naturaleza de las cosas y no puede derivar de las leyes de la naturaleza. Existe
solo como producto de la actividad humana. El orden social existe en tanto que la actividad humana sigue
produciéndolo.
Orígenes de la institucionalización
Todo acto que se repite con frecuencia es aprehendido como una pauta para todo aquel que la ejecuta. La
habituación torna innecesario volver a definir cada situación de nuevo paso por paso.
La institucionalización aparece cada vez que se da una tipificación reciproca de acciones habitualizadas por
tipos de actores, toda tipificación es una institución, la institución misma tipifica tanto a los actores individuales
como a las acciones individuales. Las instituciones, por el mismo hecho de existir, también controlan el
comportamiento humano estableciendo pautas definidas de antemano que lo canalizan en una dirección
determinada, en oposición a muchas otras que podrían darse teóricamente. La institucionalización es algo
insipiente en toda situación social que se continúe en el tiempo. Surgirá un colección de acciones tipificadas
recíprocamente, que cada uno habitualizará en papeles o roles, algunos de los cuales se desempeñaran
separadamente y otros en común.
Generalmente todas las acciones que se repiten una o más veces tienden a habitualizarse en cierto grado, así
también como todas las accione observadas por otro entraña necesariamente cierta tipificación por parte de este.
Las instituciones están ahí, fuera de él, persistentes en su realidad, quiéranlo o no: no puede hacerlas
desaparecer a voluntad. La realidad objetiva de las instituciones no disminuye si el individuo no comprende el
propósito o el modo de operar de aquellas. Dado que las instituciones existen como realidad externa, el
individuo no puede comprenderlas por introspección debe “salir” a conocerlas.
La externalización y la objetivación son momentos de un proceso dialectico continuo. El tercer momento de
este proceso, es la internalización.
Cuanto más se institucionaliza el comportamiento, más previsible, y por ende, más controlado se vuelve.
En principio, la institucionalización puede producirse en cualquier zona de comportamiento de relevancia
colectiva.
Sedimentación y tradición
La conciencia retiene solo una pequeña parte de la totalidad de las experiencias humanas, parte que una vez
retenida se sedimenta vale decir, que esas experiencias quedan estereotipadas en el recuerdo como entidades
reconocibles y memorables. Si esa sedimentación no se produjese, el individuo no podría hallar sentido a su
biografía. También se produce una sedimentación intersubjetiva cuando varios individuos comparten una
biografía común, cuyas experiencias se incorporan a un depósito común de conocimiento. La sedimentación
intersubjetiva puede llamarse verdaderamente social solo cuando se ha objetivado en cualquier sistema de
signos, o sea, cuando surge la posibilidad de objetivaciones reiteradas de las experiencias compartidas.
Un sistema de signos objetivamente accesible otorga un estatus de anonimato insipiente a las experiencias
sedimentadas al separarlas de su contexto originario de biografías individuales y volverlas accesibles en general
a todos los que comparten, o pueden compartir en lo futuro, el sistema de signos en cuestión. De esta manera las
experiencias se vuelven transmisibles con facilidad.
El sistema de signos decisivo es el lingüístico. El lenguaje objetiva las experiencias compartidas y las hace
accesibles a todos los que pertenecen a la comunidad lingüística, con lo que se convierte en base e instrumento
del acopio colectivo del conocimiento. Además, el lenguaje aportas los medios de objetivizar nuevas
experiencias, permitiendo que se incorporen al acopio de conocimiento ya existente, y es el medio más
importante para transmitirlas sedimentaciones objetivadas y objetivizadas en la tradición de la colectividad de
que se trate.
La designación lingüística abstrae la experiencia de sus incidentes biográficos individuales para convertirla en
una posibilidad objetiva al alcance de todos, o por lo menos de todos los comprendidos dentro de un cierto tipo.
El lenguaje se convierte en depositario de una gran suma de sedimentaciones colectivas, que puede adquirirse
como conjuntos cohesivos y sin reconstruir su proceso origina l de formación. Dado que el origen real de las
sedimentaciones ha perdido importancia, la tradición podría inventar un origen muy diferente sin que ello
signifique una amenaza para lo ya objetivado.
Este proceso subyace en todas las sedimentaciones objetivas, no solo las acciones institucionalizadas, puede
referirse por ejemplo, a la transmisión de tipificaciones de otros individuos. El proceso se aplica también, por
supuesto, a la transmisión de significados sedimentados que responden a las especificaciones dadas
anteriormente para las instituciones. Los actores potenciales de acciones institucionalizadas deben enterarse
sistemáticamente de estos significados, lo cual requiere una cierta forma de proceso “educativo”. Los
significados institucionales deben gravarse poderosa e indeleblemente en la conciencia del individuo.
Los significados objetivados de la actividad institucional se conciben como un “conocimiento” y se transmiten
como tales, una parte de este “conocimiento” se considera relevante a todos, y otra, solo a ciertos tipos. Toda
transmisión requiere cierta clase de aparato social, vale decir que algunos tipos se sindican como transmisores y
otros como receptores del “conocimiento” tradicional, cuyo carácter específico variará de una sociedad a otra.
También existirán procedimientos tipificados para que la tradición pase de los que saben a los que no saben.
Según el alcance social que tenga la relevancia de cierto tipo de “conocimiento” y su complejidad e importancia
en una colectividad particular, el “conocimiento” tal vez tendrá que reafirmarse por medio de objetos
simbólicos y/o mnemotécnicas. Toda transmisión de significados institucionales entraña, evidentemente
procedimiento de control y legitimación, anexos a las instituciones mismas y administrados por el personal. El
problema de la cohesión lógica surge primero en el plano de la legitimación y después en el plano de la
socialización. Al que observa desde afuera puede parecerle que dichos significados tienen una “funcionalidad”
dudosa en la primera sociedad, en el momento de su difusión, y que no tienen absolutamente ninguna
“funcionalidad” en la segunda.
Roles
Los objetivos específicos y las fases entremezcladas se comparten con otros y no solo las acciones específicas,
sino también las formas de acción se tipifican.
Las tipificaciones de las formas de acción requiere que estas posean un sentido objetivo, lo que a su vez,
requiere un objetivización lingüística. En principio una acción y un sentido pueden aprehenderse aparte de su
realización individual y de los procesos subjetivos variables asociados a ellos. Tanto el yo como el otro pueden
aprehenderse como realizadores de acciones objetivas y conocidas en general, las cuales son recurrentes y
repetibles por cualquier actor del tipo apropiado.
E el curso de la acción se produce una identificación del yo con el sentido objetivo de aquella; la acción que se
desarrolla determina, para ese momento, la auto-aprehensión del actor, en el sentido objetivo que se le atribuye
socialmente a la acción. Después de ocurrida la acción se produce otra consecuencia importante cuando el actor
reflexiona sobre la acción. Ahora una parte del yo se objetiviza como ejecutante de esta acción, mientras que
todo el yo se desidentifica relativamente de la acción realizada.
En resumen, el actor se identifica con las tipificaciones de comportamiento objetivadas socialmente in actu,
pero vuelve a ponerse a distancia de ellas cuando reflexiona posteriormente sobre su comportamiento. Esta
distancia entre al actor y su acción puede retenerse en la conciencia y proyectarse a repeticiones futuras de las
acciones. De esta manera tanto el yo actuante, como los otros actuantes se aprehenden, no como individuos
únicos, sino como tipos. Por definición estos tipos son intercambiables.
Podemos comenzar con propiedad a hablar de roles, cuando esta clase de tipificación aparece en un contexto de
un cumulo de conocimiento objetivizado, común a una colectividad de actores. Los roles son tipos de actores en
dicho contexto. Al desempeñar roles los individuos participan en un mundo social; al internalizar dichos roles,
ese mismo mundo cobra realidad para ellos subjetivamente.
El origen de los roles reside en el mismo proceso fundamental de habituación y objetivación que el origen de las
instituciones. Todo comportamiento institucionalizado involucra roles, y estos comparten así el carácter
controlador de la institucionalización.
Los roles representan el orden institucional. Esta representación se efectúa en dos niveles. En primer lugar, el
desempeño del rol representa al rol mismo. En segundo lugar, el rol representa todo un nexo institucional de
comportamiento.
Cualquier realización de un rol concreto se refiere al sentido objetivo de la institución, y por ende, a las otras
realizaciones de roles que la complementan y al sentido de la institución en su conjunto. Algunos los
representan simbólicamente en su totalidad más que otros.
No basta con aprender un rol para adquirir las rutinas de necesidad inmediata que requiere su desempeño
externo, también hay que penetrar en las diversas capas cognoscitivas y aun afectivas del cuerpo de
conocimiento que atañe a ese rol directa o indirectamente.
La distribución social del conocimiento entraña una dicotomización según se trate de lo que es relevante en
general y lo que lo es respecto de los roles específicos.
Por un parte, el orden institucional es real solo en cuanto se realice en roles desempeñados, y que por otra, los
roles representan un orden institucional que define su carácter y del cual deriva su sentido objetivo.
2- legitimación
Orígenes de los universos simbólicos
La legitimación constituye una objetivación de significado de segundo orden. La legitimación produce nuevos
significados que sirven para integrar los ya atribuidos a procesos institucionales dispares. La función de la
legitimación consiste en lograr que las objetivaciones de primer orden ya institucionalizadas lleguen a ser
subjetivamente disponibles y subjetivamente plausibles. La integración es una forma u otra, es también el
propósito tipo que motiva a los legitimadores.
La integración y, concordantemente la cuestión de la plausibilidad subjetiva, se refiere a dos niveles. Existe
pues un nivel horizontal de integración y plausibilidad, que relacionada el orden institucional en general con
varios individuos que participan de el en varios roles, o con varios procesos institucionales parciales en los que
puede participar un solo individuo en un momento dado.
La legitimación no es indispensable en la primera fase de la institucionalización. El problema de la legitimación
surge inevitablemente cuando las objetivaciones del orden institucional (ahora histórico) deben transmitirse a
una nueva generación. La unidad de historia y biografía se quiebra. Deben ofrecerse explicaciones y
justificaciones de los elementos salientes de la tradición institucional. Este proceso de explicar y justificar
constituye la legitimación.
La legitimación explica el orden institucional atribuyendo validez cognoscitiva a sus significados objetivados
adjudicando dignidad normativa a sus imperativos prácticos. La legitimación tiene un elemento tanto
cognoscitivo como normativo. La legitimación no es solo cuestión de valores siempre implica también
conocimiento. La legitimación no solo indica al individuo porque debe realizar una acción y no otra: también le
indica porque las cosas son lo que son. En otras palabras el conocimiento precede a los valores en la
legitimación de las instituciones.
Distinguimos diferentes niveles de legitimación:
1- Es el más incipiente pre-teórico: es la suma de lo que “todos saben” sobre su mundo social. Es el
conocimiento primario, tiene que ver con el lenguaje. El lenguaje ya domina, orienta y organiza la
realidad. Corresponde a todas las afirmaciones tradicionalmente sencillas “así se hacen las cosas”, que
son las respuestas primarias y generalmente las más eficaces a los “porque” de un niño.
2- Nivel teórico: teorías rudimentarias, leyendas, moralejas, máximas morales, que encuadran como
debemos comportarnos en la sociedad para manejarlos con éxito.
3- Teorías propiamente dichas: contiene teorías explicitadas por las que un sector institucional se legitima
en términos de un cuerpo de conocimiento diferenciado. Ciencias.
4- Universos simbólicos. Es el nivel más alto de legitimación. Es la matriz que incluye todos los
conocimientos.
Los procesos simbólicos son procesos de significación que se refieren a realidades que no son de la experiencia
cotidiana. Se produce ahora la legitimación por medio de las totalidades simbólicas que no pueden de ningún
modo experimentarse en la vida cotidiana, exceptuando, lo que podríamos llamar “experiencia teórica”.
El universo simbólico se concibe como matriz de todos los significados objetivados socialmente y
subjetivamente reales: toda la sociedad histórica y la biografía de un individuo se ven como hechos que ocurren
dentro de ese universo. Las situaciones marginales de la vida del individuo, entran dentro del universo
simbólico. Los sueños y las fantasías se ubican como áreas de significado separadas de la vida cotidiana y una
realidad peculiar propia. En el interior del universo simbólico estos dominios separados de la realidad se
integran dentro de una totalidad significativa que los explica y quizás también los justifica. El universo
simbólico se construye, por supuesto, mediante objetivaciones sociales. De este modo el individuo puede
“ubicarse” dentro de él aun en sus experiencias más solitarias.
El universo simbólico ordena la historia y ubica todos los acontecimientos colectivos dentro de una unidad
coherente que incluye el pasado, el presente y el futuro. En el pasado (memoria que comparten todos los
individuos socializados dentro de la colectividad), en el futuro se establece un marco de referencia común para
la proyección de las acciones individuales. De esta manera el universo simbólico vincula a los hombre con sus
Antecesores y sus sucesores en una totalidad significativa. Todos los miembros pueden concebirse como
miembros pertenecientes a un universo significativo, que ya existía antes de que ellos nacieran y seguirá
existiendo después de su muerte.
Las instituciones y los roles particulares se legitiman al ubicarlos en un mundo ampliamente significativo. Los
orígenes de un universo se arraigan en la constitución del hombre. La existencia humana es, una externalización
continua. A medida que el hombre se externaliza construye el mundo en el que se externaliza.
El imaginario posmoderno
Ahora bien la fuerza de los cambios sociales, políticos, científico-técnicos, éticos y estéticos, acontecidos
fundamentalmente a partir de la segunda guerra mundial, permite pensar que nuestro imaginario ya no coincide
con la episteme gestada en la modernidad. El germen de la dominación de la naturaleza se encontraba en los
fundadores de la ciencia moderna. Las consecuencias de sus ideales no responden exactamente al proyecto de la
modernidad. Este proyecto incluía también la utopía de lograr la felicidad de la humidad en su conjunto. No se
trata, por cierto, de que la ciencia no logre maravillas que hacen más agradable y duradera la vida humana. Se
trata de que el bienestar no alcanza por igual a todos los miembros de la humanidad. La racionalidad científica
aplicada a la economía produce cada vez más riqueza, pero esta llega cada vez a menos manos. La tecnología
genera adelantos imprevisibles, pero también desequilibrios ecológicos y desastres bélicos.
Una de las características más importantes del imaginarios actuales un profundo cambio en la administración de
la verdad. No porque la ciencia no siga generando lo que se acepta como verdad, sino porque la ciencia hoy
necesita otra instancia para convalidar sus verdades. Esa instancia esta dada por los medios masivos de
comunicación, los cuales, paradójicamente, son ciencia aplicada. Pero no por ello representan actualmente el
papel de garantía de verdad.
La ilusión de la transparencia informativa unida a la seducción estética de los medios audiovisuales lo gran lo
que antes lograban específicamente santos y sabios: la “confiabilidad”. Si se ve a través de la pantalla debe ser
verdad. Y no solo la verdad es confirmada por los medios: la realidad misma depende de ellos. Si algo no fue
registrado por los medios, no es real.
Administración de la verdad
La verdad interactúa con el poder. La ciencia sigue siendo, a pesar de todo un referente de poder, en tanto
garantía de verdad. Es un elemento fundamental en la consolidación del imaginario social.
Tanto los logros de las aplicaciones científicas como las críticas a las mismas adquieren fuerza pública y poder,
únicamente si logran ser difundidos a través de los medios (tv, radio, etc.).
Los medios se convirtieron en los voceros de las novedades científicas, siendo los interlocutores de las mismas.
Los medios difunden ciencia. Todo es mostrable en la dimensión mediática.
Dominique Wolton:
Desde hace medio siglo las condiciones de desarrollo cambiaron. Hoy el rol de la comunicación es cada vez
más importante (cohesión de una sociedad). El desarrollo supone el sentimiento de pertenecer todos al mismo
proyecto. No hay desarrollo sin cohesión social y cultura.
La información y la comunicación son cada vez más generalización de la prensa, luego de la radio, la televisión
y hoy, internet, todo cambio y se volvió transparente. Hoy los ciudadanos están más informados de lo que pasa
en su país y su entorno. No hay desarrollo sin un mínimo de igualdad, de democracia y de confianza mutua. Los
tres traducen la inteligencia del pueblo.
La información y la comunicación son nuevas condiciones de desarrollo. Los ciudadanos quieren saber, poder
expresarse, criticar, proponer. La existencia de un espacio público pluralista es indispensable para que todos los
grupos sociales puedan acceder. El tiempo pasado a debatir no es inútil, es la condición de un mínimo consenso,
sin el cual no hay posible movilización de la sociedad y los países por el desarrollo. La igualdad y el respeto del
pueblo en la comunicación son importantes para el desarrollo.
La comunicación es el acceso a la información pluralista, la posibilidad de discutir, participar en la vida pública;
no sentirse excluido.
El signo de la comunicación autentica es el reconocimiento de la imperfección. Admitir que el otro es igual a
mí y que puede o estar de acuerdo conmigo. Esta es la razón por la que la comunicación es indispensable en la
democracia; solo la comunicación en los países se reconoce la libertad y la igualdad de todos los individuos.
Se puede resumir el rol de la comunicación en el desarrollo por veintiún consideraciones y condiciones:
1) Un mínimo de igualdad económica y social para que los ciudadanos se sientan parte de la misma y
puedan participar en su desarrollo.
2) Existencia de una nueva democracia pluralista con respeto a oposición, elecciones regulares y libres.
3) Libertad y pluralismo en la prensa y en la expresión pública.
4) Escuela para todos e introducción de prensa en esta, para que sus alumnos aprendan a convertirse en
ciudadanos.
5) Respeto por las diferentes comunidades sociales y culturales del país; intentar que participen todas las
comunidades en la democracia local.
6) Preservar la existencia de medios de comunicación: no deben pertenecer a solo comunicación extranjera.
7) Mantener una independencia cultural nacional por la prensa, la radio, la tv, en cine, la literatura, etc.
8) Asegurar el pluralismo de las industrias culturales y de la comunicación; limitar la concentración
nacional e internacional en los campos de información y comunicación.
9) Preservar el equilibrio entre l rol de la prensa, la radio, la tv, internet.
10) Resistir la ideología técnica que hace pensar que internet es futuro de toda comunicación; mantener
equilibrio en los demás medios.
11) Asegurar la cobertura en el mundo. Ningún país puede quedar sobre el mismo y su región.
12) Garantizar un status de periodistas para proteger de las presiones políticas, económicas, etc.
13) Organizar un espacio público donde cohabitan las tres lógicas: los actores políticos; los medios de
comunicación y la opinión pública.
14) Respetar en el espacio público el pluralismo social y cultural, para que las comunidades debatan allí
temas de política, sociedad, cultura y economía, que pueden contribuir al desarrollo.
15) Conservar un equilibrio entre los medios de comunicación generalistas y medios de comunicación
temática.
16) Mantener un equilibrio en el sector público en relación al sector privado.
17) Interés general para que el sector privado no sea solo alineado a los objetivos del beneficio económico.
18) Abrir una reflexión crítica sobe las condiciones de la comunicación en nuevas sociedades.
19) Evitar el desequilibrio creciente entre urbanización y vida rural. La comunicación de una sociedad no
puede reducirse a la del espacio urbano.
20) Abrir una reflexión sobre los nuevos nexos de información y comunicación. Hoy en día, con mucha
información la comunicación es más difícil.
21) La omnipresencia de la información y la comunicación obliga a pensar sobre las condiciones de
cohabitación entre pueblos y culturas. Comunicar es lo mismo que aprender a cohabitar y a compartir.
Unidad V
2
es un término filosófico que suele asociarse a la idea de sí mismo, pero en filosofía se recurre generalmente a él para hacer
contrapunto respecto de la noción de mismidad.
Adriana Rubistein: La identidad: una lectura psicoanalítica.
La identidad está muy ligada a los desarrollos del yo, a la problemática del yo y al concepto de identificación y
podríamos incluir también la relación del yo con el ideal del yo.
Una de las dificultades de la palabra identidad es que induce engaño, ya que aluda a una unidad y nos hace
perder de vista que esa unidad está anclada en el conflicto.
Identidad: superposición de los sentidos, uno ligado a la representación de los sentidos y la dimensión del deseo
y la repetición.
El psicoanálisis introduce el conflicto: no soy (sólo) el que creo ser, soy también algo que desconozco.
Soy en tanto pertenezco a determinado grupo y comparto con otros el ideal.
Soy aquello que permanece idéntico a sí mismo a pesar de los cambios.
La identidad tendría que ver con la misma idea, con la posibilidad de ser uno a pesar de los cambios y a lo largo
del tiempo.
Cuando uno se pregunta ¿Quién soy yo? O ¿Quién es usted? Una primera respuesta habitual tiene que ver con el
nombre y luego empiezan una cantidad de atributos, cualidades, que aluden a un rol, predicados acerca de este
yo que se supone que soy yo.
El nombre se compone de nombre y apellido, y en el nombre y en el apellido encontramos elementos que hacen,
por un lado, a las semejantes, y por el otro, a las diferencias.
Según Erickson: la identidad es la interrelación que implica una constante participación en ciertos rasgos
esenciales de los demás.
Con lo cual, nuevamente aparece el soy distinto y el soy semejante, soy igual que otros en la medida en que
participo de ciertos elementos comunes al grupo al que pertenezco y allí puedo reconociendo como siendo, pero
al mismo tiempo, soy diferente, soy yo mismo.
Crisis de identidad: no puede seguir sosteniendo la imagen infantil, así como también tiene que re-ubicar la
imagen de los padres.
Conflicto entre la imagen y el deseo: tengo que mostrar tal imaginen ante los otros, sostener un yo que sea bien
armadito y coherente o tengo que conectarme con lo que quiero. Y resulta lo que yo quiero puede no coincidir
con lo que quieren de mí, o con la imagen que yo quisiera dar, o la imagen que tienen de mí.
Sugestión y libido
En una masa el individuo experimenta, por influencia de ella, una alteración a menudo profunda de su actividad
anímica. Su afectividad se acrecienta extraordinariamente, su rendimiento intelectual sufre una notable merma.
Es evidente que ambos procesos apuntan a una nivelación con los otros individuos de la masa, resultado este
que solo puede alcanzarse por la cancelación de las inhibiciones pulsionales propias de cada individuo y por la
renuncia a las indicaciones que él ha plasmado.
La explicación psicológica de este cambio anímico que os individuos sufren en la masa, se puede reconducir a
la palabra sugestión.
Es cierto que existe en nosotros una tendencia a caer en determinado estado afectivo cuando percibimos sus
signos en otros. Esto nos predispone a admitir el enunciado de que la sugestión (más correctamente: la
sugestionabilidad) sería un fenómeno primordial no susceptible de ulterior reducción, un hecho básico de la
vida anímica de los seres humanos.
Llamamos libido a la energía, considerada como magnitud cuantitativa –aunque por ahora no medible-, de
aquellas pulsiones que tiene que ver con todo o que puede sintetizarse como “amor”. El núcleo de lo que
designamos amor lo forma, desde luego, el amor cuya meta es la unión sexual. Peor no aportamos de ello otro
tipo que participa de ese mismo nombre: por un lado, el amor a sí mismo, por el otro, el amor filial y el amor a
los hijos, la amistad y el amor a la humanidad; tampoco la consagración a objetos concretos y a ideas abstractas.
Podemos hacerlo, justificadamente ya que todas esas aspiraciones son la expresión de las mismas mociones
pulsionales.
Ensayemos entonces con esta premisa: vínculos de amor constituyen también la esencia del alma de las masas.
Lo que corresponde a tales vínculos esta oculto tras el biombo de la sugestión. Nuestra expectativa se basa en
dos reflexiones someras. La primera, que evidentemente la masa se mantiene cohesionada en virtud de algún
poder. ¿Y a que poder podría adscribirse es logro más que al Eros, que lo cohesiona todo en el mundo? En
segundo lugar, si el individuo resigna su peculiaridad en la masa y se deja sugerir por los otros, recibimos la
impresión de que lo hace porque siente la necesidad de estar de acuerdo con ellos, y no de oponérseles; quizás,
entonces, por amor a ellos.
La identificación
El psicoanálisis conoce la identificación como la más temprana exteriorización de una ligazón afectiva con otra
persona. Desempeña un papel en la prehistoria del complejo de Edipo. Muestra en ese entonces, dos lazos
psicológicamente diversos: con la madre, una directa investidura sexual de objeto; con el padre, una
identificación que lo toma por modelo (entiéndase del Edipo normal del varón).
Ambos coexisten un tiempo, sin influirse ni perturbarse entre sí, pero tarde o temprano, la confluencia se dará y
está a su vez dará vida al complejo de Edipo. La identificación con el padre toma entonces una tonalidad hostil,
y pasa a ser idéntica al deseo de sustituir al padre junto a la madre. Desde el comienzo mismo la identificación
es ambivalente; puede darse vuelta hacia la expresión de la ternura o hacia el deseo de eliminación.
Más tarde es fácil perder de vista el destino de esta identificación con el padre. Puede ocurrir que el complejo
de Edipo, por ejemplo, experimente una inversión. Que se tome por objeto al padre en una actitud femenina. Lo
mismo vale para la niña, con las correspondiente sustituciones
Es fácil expresar en una formula el distingo entre una identificación y una elección de objeto que recaiga sobre
el padre. En el primer caso el padre es lo que uno quería ser, en el segundo, lo que un quería tener. La
diferencia depende, entonces de que la ligazón recaiga en el sujeto o en el objeto del yo.
Se discierne que la identificación aspira a configurar el yo propio a semejanza del otro, tomado como modelo.
Dilucidemos ahora el caso de formación neurótica de síntomas, para esto, supongamos en una niña que recibe el
mismo síntoma martirizador que el de la madre, la identificación, en este caso, es la misma que en el complejo
de Edipo, que implica una voluntad hostil de sustituir a la madre, y el síntoma expresa el amor de objeto por el
padre. Realiza la sustitución de la madre bajo el influjo de la conciencia de culpa: he aquí el mecanismo
completo de la formación histérica de síntomas.
Por otra parte, el síntoma puede ser el mismo que el de la persona amada en tal caso no tendríamos más
alternativa que describir así el estado de las cosas: la elección de objeto ha regresado hasta la identificación.
Ósea el yo tomo sobre si las propiedades del objeto.
Es digno de notarse que en las identificaciones el yo copia en un caso a la persona no amada, y n otro a la
persona amada, y tampoco puede dejar de llamarnos la atención que, en los dos, la identificación es parcial,
limitada en grado sumo, pues toma prestado u único rasgo de la persona objeto.
Hay un tercer caso de formación de síntoma en la que la identificación prescinde por completo de la relación de
objeto con la persona copiada. El mecanismo es el de la identificación sobre la base de poder o querer ponerse
en la misma situación que la persona objeto. Sería erróneo afirmar que se apropian del síntoma por empatía. Al
contrario, la empatía nace solo de la identificación, y la prueba de ellos es que tal imitación se establece
también en circunstancias en que cabe suponer entre las dos personas un simpatía preexistente. Uno de los dos
ha percibido en el otro una importante analogía en un punto, luego crea una identificación en ese punto, e
influida por la situación patógena esa identificación se desplaza al síntoma que el primero ha producido. La
identificación por el síntoma pasa a ser así el indicio de un punto de conciencia entre los dos, que debe
mantenerse reprimido.
Podemos sintetizar del siguiente modo lo que hemos aprendido de estas tres fuentes: en primer lugar, la
identificación es la forma más originaria de ligazón afectiva con un objeto, en segundo lugar, pasa a sustituir a
una ligazón afectiva con un objeto por las vías regresivas, mediante introyección del objeto ene l yo, y en tercer
lugar puede nacer a raíz de cualquier comunidad que llegue a percibirse en una persona que no es objeto de las
pulsiones sexuales. Mientras más significativa sea esa comunidad, tanto más exitosa podrá ser la identificación
parcial, y así, corresponder al comienzo de una nueva ligazón.
Ya columbramos que la ligazón recíproca entre los individuos entre los individuos de la masa tiene la naturaleza
de una identificación de esa clase (mediante una importante comunidad afectiva), y podemos conjeturar que esa
comunidad reside en el modo de la ligazón con el conductor. Otra vislumbre nos dirá que estamos muy lejos de
haber agotado el problema de la identificación.
Tratare en detalle dos casos a fin de poder utilizarlos como material para nuestras ulteriores reflexiones.
La génesis de la homosexualidad masculina es la siguiente: el joven a estado fijado a su madre durante un
tiempo y con un instanciad inusualmente grande. Por fin, al completarse el proceso de pubertad, llega el
momento de permutar a la madre por otro objeto sexual. Sobreviene entonces una vuelta repentina; el joven no
abandona a su madre sino que se identifica con ella. Llamativa en esta identificación es su amplitud transmuda
al yo respecto de un componente en extremo importante (el carácter sexual), según el modelo de lo que hasta
ese momento era el objeto. Con ello el objeto mismo es resignado.
El análisis de la melancolía nos ha proporcionado otro ejemplo de esta introyección del yo. Rasgo principal de
estos casos es la cruel denigración de sí del yo, unida una implacable autocritica y a unos amargos
autoreproches. Por los análisis se ha podido averiguar que esta apreciación y estos reproches en el fondo se
aplican al objeto y constituyen la venganza del yo sobre él.
Ahora bien, el estudio de la melancolía no muestra al yo dividido, descompuesto en dos fragmentos, uno de los
cuales arroja su furia sobre el otro. Este otro fragmento es el alterado por introyección, que incluye al objeto
pedido. Tampoco desconocemos al fragmento que se comporta tan cruelmente, lo llamamos el ideal del yo, y le
atribuimos las funciones de la observación de si, la conciencia moral, la censura onírica y el ejercicio de la
principal influencia en la represión. Dijimos que en la herencia del narcisismo originario, poco a poco toma de
los influjos del medio, las exigencias que este plantea que este plantea al yo y a la que no siempre puede
allanarse.
Ahora bien, no dejemos de consignar entonces que la medida del distanciamiento entre este ideal del yo y el yo
actual es muy variable según los individuos.
Pero antes que podamos aplicar este material a la comprensión de la organización libidinosa de una masa
debemos tomar en cuenta algunas otras relaciones reciprocas entre el objeto y yo.
Sabemos muy bien que con esos ejemplo tomados del a patología no hemos agotado la esencia de la
identificación. En este punto debería intervenir un análisis que leve desde la identificación, pasando por la
imitación, a la empatía, vale decir, a la comprensión del mecanismo que nos posibilita en general, adoptar una
actitud frente a la vida anímica del otro. Queda mucho por esclarecer también en cuanto a las exteriorizaciones
de una identificación existente. Tiene como consecuencia entre otras, que se restrinja la agresión hacia la
persona con la que uno se ha identificado, se la perdone y se la ayude.
Enamoramiento e hipnosis
En una serie de casos, el enamoramiento no es más que una investidura de objeto de parte de las pulsiones
sexuales con el fin de alcanzar la satisfacción sexual directa, y que desaparece con el logro de ese fin. Esto es lo
que conocemos como amor corriente/ común o sexual. La certidumbre de que la necesidad que acababa de
extinguirse volverá a despertar tiene que haber sido el motivo inmediato de que se volcase al objeto sexual una
investidura permanente y se lo “amase” aun en los intervalos, cuando el apetito estaba ausente.
Ya a los cinco años, el niño había encontrado un primer objeto de amor en uno de sus progenitores, en él se
habían reunido todas sus pulsiones sexuales que pedían satisfacción. La represión que después sobrevino obligo
a renunciar a la mayoría d estas metas sexuales infantiles y dejo como secuela una profunda modificación de las
relaciones con los padres. En lo sucesivo el niño permaneció ligado a ellos, pero con pulsiones que es preciso
llamar “de meta inhibida”. Los sentimientos que en adelante se instala hacia esas personas amadas recibe la
denominación de “tiernos”. Es sabido que las anteriores aspiraciones “sensuales” se conservan en el
inconsciente con mayor o menor intensidad, de manera que, en cierto sentido, la corriente originaria perdura en
toda su plenitud.
Con la pubertad, surgen nuevas tendencias muy intensas, orientadas hacia los fines sexuales directos. En los
casos menos favorables permanecerán separadas de las direcciones sentimentales “tiernas”, en calidad de
corriente sensual. El hombre aspira hacia mujeres que le inspiran un alto respeto, peor que no le incitan al
comercio amoroso, y en cambio, solo es potente con otras mujeres a las que no “ama”, menosprecia o desprecia.
Lo más común es que el adolescente consiga realizar la síntesis del amor tierno y sensual, con el amor sexual.
Su relación con el objeto sexual se caracteriza por la cooperación entre pulsiones no inhibidas y pulsiones de
meta inhibida. Y gracias a la contribución de las pulsiones tiernas, de meta inhibida, puede medirse el grado del
enamoramiento.
Dada una represión o retención de las aspiraciones sensuales, surge la ilusión de que el objeto es amado también
sensualmente a causa de sus excelencias. Lo que aquí falsea el juicio e sal tendencia a la idealización,
reconocemos, en efecto, que el objeto es tratado como el propio Yo del sujeto y que en el enamoramiento pasa
al objeto una parte considerable e libido narcisista. E algunas formas de la elección amorosa, llega incluso a
evidenciarse que el objeto sirve para sustituir un ideal propio y no alcanzado del yo. Amamos al objeto a causa
de las perfecciones a las que hemos aspirado para nuestro propio yo y que quisiéramos ahora procurarnos por
este rodeo, para satisfacción de nuestro narcisismo.
Ahora bien, a esta entrega del yo objeto, que ya no se distingue más de la entrega sublimada a una idea
abstracta, fallan por entero las funciones que recaen sobre el ideal del yo. La conciencia moral no se aplica a
nada de lo que acontece a favor del objeto. La situación puede resumirse en una fórmula: el objeto se ha puesto
en el lugar del ideal del yo.
Ahora es fácil describir a diferencia entre la identificación y el enamoramiento en sus expresiones más
acusadas. En la primera el yo se ha enriquecido con las propiedades del objeto, lo ha introyectado. En el
segundo caso se ha empobrecido se ha entregado al objeto. Pero desde el punto de vista económico no se 5trata
de enriquecimiento o empobrecimiento. Puede describirse al enamoramiento extremo diciendo que el yo se ha
introyectado al objeto. En el caso de la identificación, el objeto desaparece o queda abandonado, y es
reconstruido luego en el yo, que se modifica parcialmente conforme al modelo del objeto perdido.
El instinto gregario
En las masas comunes, (no organizadas o artificiales) se da un retroceso del individuo ( de su actitud anímica) al
estadio del salvaje o del niño dado que las características de esta masa son iguales; faltad e autonomía del
individuo, reacción uniforme de todos los individuos ante un estímulo, decaer intelectual, exteriorización de los
afectos y su descarga en la acción y sugestión que ejerce tanto el conductor, como los demás sujetos entre sí;
sugestión reciproca – para estos fenómenos Trotter habla del instinto gregario; es la tendencia de todos los seres
vivos que empieza con la libido a unirse con otros; dado que el hombre se siente incompleto cuando esta solo;
por ejemplo el bebe cuando llora; es primario y no susceptible de descomposición. Otras pulsiones que
considera primarias: las de autoconservación, las de nutrición y sexuales. El instinto gregario origina la
sugestionabilidad y no tiene en cuenta al conductor. Esto se lo objeta Freud dado que no hay masa sin jefe. La
angustia del bebe se calma solo cuando aparece su madre, no cualquier otro (el conductor que es obligatorio
para que haya masa). En consecuencia nos e observa en el niño un sentimiento de masa o gregario hasta que no
tiene oro hermano por el cual siente una hostilidad (celos) por el amor de los padres; como este nuevo niño
también es amado por los padres y esta hostilidad que lo perjudica, se identifica con el niño, surge así un
sentimiento de masa. Rivales entre sí al comienzo, se identifican por su amor parejo hacia el mismo objeto. Se
produce un trasmudación y sustitución de celos por sentimiento de masa, se deja de lado la envidia originaria y
surge la justicia social; todos renuncian a algo por igual.
El sentimiento social es primero hostilidad que se transforma en ligazón de identificación. En la masa hay
muchos iguales que se identifican entre sí con un único superior a ellos. En consecuencia el hombre es un
animal de Horda que tiene un jefe, no un animal gregario.
Apéndice
En el curso de esta indagación se nos han abierto diversas vías laterales que por el momento hemos evitado,
ahora recogeremos algo de lo así propuesto.
a) La diferencia entre identificación del yo con el objeto y reemplazo del ideal del yo por este encuentra
una interesante ilustración en las dos grandes masa artificiales; el ejército y la iglesia. Es evidente que el
soldado toma por ideal a su jefe el par que se identifica con sus iguales, pero se pone en ridículo cuando
pretende identificarse con el general en jefe. La situación es diferente en la iglesia católica; todo
cristiano ama a Cristo como su ideal y se siente ligado a los otros cristianos por identificación, pero la
iglesia le pide algo más, debe identificarse con Cristo y amar a los otros cristianos como Él los ha
amado; la identificación debe agregarse ahí donde se produjo la elección de objeto, y el amor de objeto,
ahí donde esta identificación. Y este ulterior desarrollo de la distribución libidinal dentro de la masa es
el factor en que el cristiano basa su pretensión de haber conquistado una eticidad más elevada.
b) Dijimos que sería posible indicar en el desarrollo anímico de la humanidad el punto en que se consumó,
también para los individuos, el progreso de la psicología de masa a la psicología individual. Para ello
debemos considerar brevemente el mito científico del padre de la horda primordial. Más tarde se erigió
un creador del universo, y con razón, pues había engendrado a todos los hijos que componían la primera
masa. Era el ideal de cada uno de ellos; de ahí resulto, después, el concepto de tabú. Cierta vez esta
mayoría se juntó, lo mato y lo despedazo. Ninguno de los miembros de esta masa triunfante pudo ocupar
su lugar hasta que advirtieron que todos ellos debían renunciar a la herencia del padre. Formaron
entonces la hermandad totémica, en la que todos gozaban de iguales derechos y estaban ligados por las
prohibiciones totémicas destinadas a preservar y expiar la memoria del asesinato. Pero el descontento
con lo logrado persistió y paso a ser la fuente de nuevos desarrollos. Poco a poco lo coligados en la
masa de hermanos fueron reproduciendo el nuevo estado en un nuevo nivel; empero la nueva familia
fue solo una sombra de la antigua: los padres eran muchos, y cada uno estaba limitado por los derechos
de los demás. Fue talvez por esa época que la privación añorante movió a un individuo a separarse de la
masa y asumir el papel de padre. El que lo hizo fue el primer poeta épico, y ese progreso se consumó en
una fantasía. Invento el mito heroico. Así como el padre había sido el primer ideal del hijo varón, ahora
el poeta creaba el primer ideal del yo en el héroe que quiso sustituir al padre. El antecedente del héroe
fue ofrecido, probablemente por el hijo menor, el preferido de la madre. En la falaz transfiguración
poética de la horda primordial, la mujer que había sido el botín de la lucha y el señuelo del asesinato,
paso a ser la seductora e instigadora del crimen. El héroe pretende ser el único autor de la hazaña que sin
duda la horda como un todo osó perpetrar. El mito es, por tanto, aquel paso con el que el individuo se
sale de la psicología de masa. El primer mito, fue con seguridad el psicológico: el mito del héroe; el
mito explicativo de la naturaleza debe haber aparecido mucho después. La mentira del mito heroico
culmina en el endiosamiento del héroe. Quizás el héroe endiosado fue anterior al Dios padre, y el
precursor del retorno del padre primordial como divinidad. Cronológicamente, la serie de los dioses es
pues, como sigue: Diosa-Madre-Héroe- Dios Padre. Pero con la exaltación del padre primordial, jamás
olvidado, recibió la divinidad, los Rasgos que todavía hoy le conocemos.
c) En este ensayo hemos hablado mucho de las pulsiones sexuales directas y de meta inhibida, fue el
desarrollo libidinal del niño el que nos dio a conocer el primer ejemplo de pulsiones sexuales de meta
inhibida. Todos los sentimientos que el niño alimenta hacia sus padres y hacia las personas encargadas
de su crianza se prol0ongan sin solución de continuidad en los deseos que expresan su aspiración sexual.
La observación directa, así como la observación analítica de los restos infantiles hacha con posteridad,
no dejan ninguna duda acerca de la confluencia de sentimientos tiernos y celosos, por un lado, así, los
pone de relieve de manera radical en que el niño hace de la persona amada el objeto de todos sus afanes
sexuales, todavía no centrados correctamente. Esta primera configuración de amor del niño, que en los
casos típicos aparece subordinada al complejo de Edipo, sucumbe después, como es sabido, a comienzo
del periodo de latencia, a una oleada de represión. Lo que resta de ella se nos presenta como un lazo
afectivo puramente tierno dirigido a las mismas personas, nos da la osadía de afirmar que donde quiera
que hallemos un sentimiento tierno, es el sucesor de una ligazón de objeto plenamente con la persona en
cuestión o con su modelo (su imago). Para decirlo con más precisión se comprueba que esta todavía
presente como forma y posibilidad, y en cualquier momento puede ser investida de nuevo por regresión,
puede ser activada; solo cabe inquirir por la investidura y la eficacia que siga teniendo en el presente. En
este punto es preciso estar atento a dos fuentes de error, de igual imperio: la Escila de la subestimación
de lo inconsciente reprimido, la Caribdis de la inclinación a medir lo normal a toda costa con el resero
de lo patológico. Por lo demás, estas pulsiones de meta inhibida conservan siempre algunas de las metas
sexuales originaria; aun en el tierno devoto, aun el amigo, el administrador, busca la proximidad
corporal y la visión de la persona ahora amada solamente en el sentido paulino. Si así lo queremos, en
este desvió respecto de la meta un comienzo de sublimación de las pulsiones sexuales, o bien establecer
de manera más estricta los límites de esta última. Las pulsiones sexuales de meta inhibida tienen,
respecto de las no inhibidas, una gran ventaja funcional. Puesto que no son susceptibles de una
satisfacción cabal, son particularmente aptas para crear ligazones duraderas; en cambio las que poseen
una meta sexual directa pierden su energía cada vez por obra de la satisfacción, y tiene que aguardar a
que ella se renueve por reacumulación de la libido sexual, entre tanto, puede producirse un cambio de
vía de objeto. Las pulsiones inhibidas son susceptibles a mezclarse con las no inhibida surgen de las
directamente sexuales cuando obstáculos internos o externos se oponen al logro de las metas sexuales.
La representación del estado de latencia es un obstáculo interno de esa índole –o mejor interiorizado-
supusimos que el padres de la horda primordial forzaba a la abstinencia a todos sus hijos por su
intolerancia sexual, y así los empujaba a establecer ligazones de meta inhibida, mientras que se
reservaba para sí el goce sexual y, de tal modo, permanecía desligado. Todas las ligazones en las que
descansa la masa son del tipo de las pulsiones de meta inhibida. Pero con esto nos acercamos a la
elucidación de un nuevo tema: el vínculo de las pulsiones sexuales directas con la formación de masa.
d) Las dos últimas observaciones nos han preparado para este descubrimiento: las aspiraciones directas son
desfavorables para la formación de masa. Es verdad que en la historia evolutiva de la familia el amor
sexual conoció vínculos de masa (el matrimonio por grupos), pero a medida que el amor sexual iba
adquiriendo valor para el yo, y se desarrollaba el enamoramiento, más urgente se hacia el reclamo de la
limitación a dos personas, prescripta por la naturaleza de la meta genital. Las dos personas
comprometidas entre sí con el fin de la satisfacción sexual se manifiestan contra la pulsión gregaria en la
medida en que buscan la soledad. La repulsa al influjo de la masa se exterioriza como un sentimiento de
vergüenza. Las mociones afectivas de los celos son convocadas para proteger la elección de objeto. Solo
cuando el factor interno (vale decir, personal) de la relación amorosa queda totalmente relegado tras el
facto sensual se vuelve posible el comercio amoroso de una pareja en presencia de terceros, pero aso se
da en una regresión de estado anterior de las relaciones ente los sexos. Hay abundantes indicios de que
el enamoramiento se introdujo solo más tarde en las relaciones sexuales entre hombre y mujer, de modo
que también el antagonismo de amor sexual y formación de masa se desarrollo tardíamente. Una de las
reacciones al asesinato del padre primordial fue, en efecto, la institución de la exogamia totémica, la
prohibición total de toda relación sexual con las mujeres de la familia amada con ternura desde la
infancia. Así se introdujo la cuña entre las emociones tiernas y las sensuales del varón. En las grandes
masas artificiales, iglesia y ejecito, no hay lugar para la mujer como objeto sexual. La diferencia entre
los sexos no desempeña papel alguno. Y donde se vuelven hiperintensas (las aspiraciones sexuales),
descomponen toda formación de masa. Parece cierto que el amor homosexual es mucho más compatible
con las formaciones de masa. La indagación psicoanalítica de la psiconeurosis nos ha enseñado que sus
síntomas han de derivarse de aspiraciones sexuales directas que fueron reprimidas, pero permanecieron
activas. Podemos completar esta fórmula agregando a las aspiraciones sexuales de meta inhibida, en que
la inhibición no se logró acabadamente o dejo regreso a la meta sexual inhibida, a esta circunstancia se
debe que la neurosis vuelva asociales a sus víctimas, sacándolas de las habituales formaciones masa.
Puede decirse que neurosis ejerce sobre la masa el mismo efecto destructivo que el enamoramiento. En
cambio, puede verse que toda vez que se produce un violento impulso a la formación de masa, las
neurosis relean y al menos por cierto lapso pueden desaparecer.
e) El enamoramiento se basa en la presencia simultánea de aspiraciones sexuales directas y de meta
inhibida, al par que el objeto trae hacia sí una parte de la libido yoica narcisista. Solo da cabida al yo y al
objeto. La hipnosis comparte con el enamoramiento y circunscribirse a esas dos personas, pero se basa
enteramente en aspiraciones sexuales de mata inhibida y pone al objeto en el lugar del ideal del yo. La
masa multiplica este proceso; coincide con la hipnosis en tanto a la naturaleza de las pulsiones que la
cohesionan y a la sustitución del ideal del yo por el objeto, pero agrega la identificación con otros
individuos, la que quizás fue posibilitada originariamente por su idéntico vínculo con el objeto. Ambos
estado hipnosis y formación de masa, son sedimentaciones originarias que provienen de la filogénesis de
la libido humana. La hipnosis como disposición, la masa además como relievo directo. La sustitución de
las aspiraciones sexuales directas por las de meta inhibida promueve en ambas la separación entre el yo
y el ideal del yo, de la que ya en el enamoramiento hay un comienzo. La neurosis cae fuera de esta serie.
Se basa también en una propiedad del desarrollo libidinal humano: la acometida en dos tiempos
(interrumpida por el periodo de latencia) de la función sexual directa. En esa medida, tiene como la
hipnosis y la formación de masa el carácter de una regresión, que falta en el enamoramiento. Aparece
donde quiera que el pasaje de las pulsiones sexuales directas a las de meta inhibida no se ha consumado
felizmente, y reconoce a u conflicto entre las pulsiones acogidas en el yo, que han recorrido aquel
desarrollo, y las partes de las mismas pulsiones que, desde lo inconsciente reprimido, aspiran a si
satisfacción directa.
Muchas problemáticas:
Hay dos transformaciones paralelas y consustanciales: la conversión de los Estados- Nación en técnico-
administrativos; la conversión simultánea de los ciudadanos en consumidores. O sea el consumidor como nuevo
término del contrato social.
La ley, entre la verdad y la ficción: observando la última Asamblea Constituyente (que reformo la constitución
de 1994) vemos que este hecho queda tapado por oscuros intereses (otras cosas llamaban la atención: la Amia,
el mundial).
La Asamblea constituyente (representación del Estado-Nación) no debía pasar inadvertida. No se sintió la
presencia del “pueblo” en el estado representativo. Se dio que esto paso porque “la gente no sabía que se
votaba”, y al decir la “gente” suprime al “pueblo”. Sabían que se votaba pero no la trascendencia de lo que se
iba a votar. Hubo otra interpretación más progresista: el pueblo no prestaba atención a la Constituyente porque
no se sentía representado por la clase política (había un acuerdo de copulas).
Se entendía que la parte dogmática de la Constitución no se iba a tocar, solo la instrumental. Pero si se insiste
tanto en la instrumental pasa a ser dogmática. Hubo modificaciones en la parte dogmática, por ejemplo al
artículo 42 (nuevos derechos y garantías) donde aparece un rango constitucional (antes inexistente: el
consumidor). Ahora no solo hay ciudadanos, también consumidores, no habla de ciudadanos ni de habitantes,
sino de “consumidores”, como si fuera un subconjunto. Solo sale en ese artículo pero hay una cosa muy
importante, ahora el ciudadano no es el que posee todos los derechos. En un ensayo de Borges, “El pudor de la
historia”, habla de los gobiernos, fabrican jornadas históricas, con publicidad. Se dio amplia difusión de la
reelección del presidente pero no habló del consumidor. El único soporte subjetivo del estado ya no es el
ciudadano, también es el consumidor.
El soberano es el que legisla los sistemas sociales. El soberano está relacionado al tipo de lazo social a tratar.
Los vínculos entre los miembros históricamente cambian. En las ciencias sociales actuales se llama “ficciones”
a las grandes entidades discusivas que organizan y dan consistencia al lazo social. El medio en el que transcurre
la experiencia esta hecho de ficciones. O sea que el medio en que transcurre la experiencia esta hecho de
ficciones. Situaciones “verdaderas ficciones activas; y “ficticias”: ficciones agotada.
No son ni verdaderas ni falsas sino que “actúan” como tal. “una ficción es buena opera en el régimen de la
conjetura. La conjetura es la nobleza de la ficción cuando no es ficticia. En cambio, una ficción agotada es la
vileza de la mentira (ocultar a sabiendas del carácter ficticio).
La Constituyente es el acto de constitución de una ley en el cual se desinviste una ficción. La ficción de Estado-
Nación queda desinvestida, se presenta como ficción agotada o falsa. “no se sabe que se vota”, “la clase nada
representa”.
El Estado representa el lazo social.
¿Qué es lo que hace que un conjunto de hombres sea un pueblo? El conjunto es el lazo social. Los elementos
son los individuos, pero no tal como son en general, sino como son instituidos por ese lazo y para ese lazo. Son
los soportes subjetivos del Estado.
Por ejemplo: la Revolución Francesa. La figura del monarca. El reino era su propiedad y los individuos estaban
relacionados entre sí por la mediación del Rey. El soberano de ese lazo. El monarca funda su pueblo: “es pueblo
de tal rey”. Con la revolución eso cambia a “la soberanía emana del pueblo”.
Esto dio origen durante dos siglos una multitud de creaciones políticas populares, pero no dejo de ser ficción.
Surge nuevamente la pregunta ¿Qué es lo que hace que un conjunto de hombres sea un pueblo? No puede ser la
comunidad de lengua, ni de religión no de raza. Lo que hace que un pueblo sea un pueblo es si “historia”.
La historia se constituye en el discurso hegemónico de los Estados Nacionales porque hace al ser nacional. El
soporte subjetivo de este tipo de lazo es el ciudadano definido como sujeto de la conciencia nacional. El Estado
se apoya sobre la Nación que se apoya sobre los ciudadanos con ficciones verdaderas (hasta que se agotan)
hasta que el proceso practico las desintegra. Ante la caída de la ficción > miedo, angustia, pánico.
Al proceso práctico el arraigo del Estado en la Nación. El Estado actual ya no se define prácticamente como
nacional, sino como técnico-administrativo o técnico-burocrático. Su legitimación no viene ahora de su historia
sino de como opera. Ahora hablemos de macroestados (Mercosur); las decisiones económicas van más allá de
lo nacional. El Estado técnico-administrativo se apoya sobre el consumidor.
La regulación operativa eficaz es la gestión económica que satisface al consumidor y no al hombre. El concepto
de hombre es superado por el de consumidor. Ahora un estallido social está ligado a procesos económicos, nada
que ver con los ciudadanos.
Varía el concepto de lazo. La relación social ya no se establece entre ciudadanos que comparten una historia
sino de consumidores que intercambian productos (sociedad burguesa de Marx).
Así los “no consumidores” pierden su condición humana: esa Constituyente es la carta de defunción del Estado-
Nación y el nacimiento del Estado técnico-administrativo propio de nuestra modernidad tardía.
La figura del consumidor sustituye a la del ciudadano. La ley fundamental en un pueblo de ciudadanos
soberanos ya es ficticia.
La soberanía ya no emana del pueblo sino de la gente ya no son los ciudadanos sino los consumidores. Si el
consumidor se inviste como soberano, la ley será la ley del consumo.
Muchinik: la noción de actitud y los sistemas de representación de la realidad
Representación social: hace referencia a las elaboraciones grupales que realizan los hombres de una misma
época y espacio social, sirve para ordenan el mundo. Suele expresarse en imágenes que condensan en un
conjunto de significado sistema de referencia para interpretar lo que sucede. Los hombres tienen múltiples
representaciones de la realidad; esta es una construcción una interpretación, no es una reproducción. Re-
presentar es hacer en la mente presente algo ausente. Vuelve al mundo subjetivamente plausible. Ejemplo: lo
femenino: la mujer en el hogar, delicada y frágil. Implican una relación sujeto-objeto que trasciende las
opiniones, imágenes, actitudes. Los sujetos poseen representaciones diferentes representaciones según el lugar
que ocupan en la sociedad que se traduce en actitudes diferentes y en distintas percepciones del mundo físico y
social. Tanto la actitud como la representación, implican una actividad cognitiva que incorpora un sistema de
valores producto de la interacción. Existe una dimensión de interacción, una de pertenencia grupal (que asigna
significados) y una personal. Todo sistema de representación de la realidad define la calidad real o posible de
un sujeto en el mundo social, al punto de volverse predecible.
Estereotipos: imágenes cristalizadas que se manifiestan a través de los rotulo.
Unidad VI
Modos de grupos más utilizados centrados en un atarea: grupo de reflexión, grupo de discusión, taller, grupo
operativo, equipo de trabajo, grupo de ayuda mutua o apoyo social, grupo de protagonismo social.
Grupo de reflexión-. Características. Los grupos se conforman para reflexionar sobre una problemática o
una tarea que comparten, los integrantes son sujetos y objetos de la experiencia de estar insertos en una
configuración vincular. La construcción de una mirada más amplia de la problemática, con los
atravesamientos de las otras miradas. Favorece el despliegue de la potencialidad vincular y el
sostenimiento de un lugar subjetivo para sus integrantes. Lo singular se trabajó en relación a lo que
ocurre en el grupo. El coordinador, interviene interpretando dinamismos grupales, señalando y poniendo
a trabajar las tensiones grupales, como aquellas vinculadas a la elaboración de la temática convocante,
se trabaja lo vincular. Puede haber uno o más observadores, a veces alguno hace una devolución al final.
El foco esta puesto en lo que el campo grupal produce en los integrantes, más que en lo que estos llevan
al grupo en función de su experiencia individual. La tarea del coordinador se direcciona hacia la
desnaturalización de ideas, conceptos o situaciones vinculares sobre las que se trabaja, puesta en crisis
de los mismos, hacia abrir preguntas dentro de un marco de contención representado por el grupo
(alojamiento).
Grupo de discusión: grupo de circulación de saberes. Generalmente vinculado a las disciplinas,
discusiones formativas, pedagógicas. Hay pertinencia, aunque no todo tema es pertinente. Un dispositivo
centrado en la producción de saberes rompe con el dispositivo tradicional en el cual el saber esta solo
dado ´por el lado docente. Se promueve cuestionar el saber único, dudar de las certezas. Promueve el
debate conceptual, el intercambio u la interpelación al saber del otro. Aparecen las diferencias. Se debe
intercambiar entre diferentes. El coordinador guía la discusión. No intenta homogeneizar las opiniones.
Es un facilitador de la tarea. Promueve el intercambio con libertad. Relanza las tareas cuando hay
obstáculos. Renuncia al intento de homogeneidad y saber único, invita a romper esa alineación y a que
aparezcan las diferencias.
Taller: los talleres se constituyeron como centros de aprendizaje o formación de artesanos, tenían
aprendices. Confluyen nociones referidas al trabajo (la tarea), la producción, el aprendizaje, la
expresión, los efectos y a los pensamientos ligados con la acción. La producción e realiza con
herramientas y materiales básicamente simbólicos, que permiten integrar la teoría y la práctica.
Constituye un espacio para el aprendizaje grupal y participativo, donde se privilegia la producción
colectiva. El coordinador propicia la participación de los integrantes, la construcción permanente de
conocimiento y producción desde la conformación con problemas y situaciones reales y concretas. Su
intervención apunta a sostener este proceso y promover la reflexión acerca del trayecto del grupo y su
producción.
Grupo operativo: grupo centrado en una tarea, cuya eficacia se basa en un criterio de operatividad en la
medida que permite la ruptura del estereotipo. Mayor heterogeneidad en los integrantes mayor
homogeneidad en las tareas. Se busca disminuir las ansiedades básicas para abordar la tarea (resistente al
cambio, por miedo a un ataque y miedo a la perdida). Se abordan dos tareas: la explicita (sobre lo
manifiesto) y la implícita (sobre lo latente). El equipo de coordinación incluye por lo menos un
observador, que orienta sus intervenciones en los cruces de las temáticas con la dinámica. El
coordinador hace lectura de lo grupal e interviene utilizando la siguiente unidad de trabajo: existente-
interpretación-emergente.
Equipo de trabajo: grupo centrado en una tarea que busca la eficacia en la misma. Un equipo tendrá que
resolver con eficacia, una tarea en un tiempo determinado. Tiempo y eficacia, dos variables importantes
en este dispositivo. En los equipos de trabajo lo que importa es alcanzar los resultados. En la
coordinación de equipos, es muy importante la eficacia. Hace a la especificidad del equipo de trabajo.
No hay que tener miedo al término eficacia y hay que trabajar todo el tiempo en la tensión, el producto y
el proceso. La coordinación se centra en la tarea explicita. Se suele trabajar con elementos aportados por
la dinámica de grupos, buscando provocando el protagonismo se sus integrantes, la cohesión grupal y la
optimización del abordaje grupal de la tarea. Se suelen utilizar técnicas lúdicas y de creatividad para:
salir de conductas repetitivas o estereotipadas que obstaculizan la eficacia de la tarea, ampliar el espectro
de posibilidades de estrategia de acción e incrementar la capacidad de flexibilidad para adaptarse a los
cambios que el trabajo requiera.
Grupo de ayuda mutua y apoyo social: son pequeños grupos formados por personas afectadas por un
problema común, el cual puede ser de naturaleza biológica o psicosocial. Compartir experiencia,
incrementar información sobre el tema, apoyo mutuo, fomentar la solidaridad, fortalecimiento de los
integrantes, buscar juntos alternativas de solución individual, grupal y/o social, defender los intereses de
los integrantes respecto de la problemática que los afecta, ejercer presión social y política. La promoción
del protagonismo social del grupo constituye un eje importante.
Grupo de autoayuda: comparten una problemática y son asistidos. Buscan cambios de conducta. No hay
jerarquías. La coordinación es hecha por los miembros y suele rotar.
Grupo monosintomático: formados por pacientes con un mismo síntoma; el coordinador es un
profesional.
Grupo de protagonismo social: busca desarrollar las competencias sociales y políticas. Coordinador
desde el lugar de co-pensar y promover.