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Primer Año Universitario

Teoría de la Educación

FRACASO ESCOLAR

Prof. Inés Bolaños

El sistema educativo está organizado en niveles, ciclos y años. Para cada instancia de
esta estructura, los especialistas en educación postulan objetivos a alcanzar que
impliquen los conocimientos que los alumnos y las alumnas deben apropiarse durante
su permanencia en la educación formal.
Cuando esos objetivos no se logran, surge el fracaso escolar.
Los/as alumnos/as, son los afectados por el fracaso escolar, producido éste por
distintas por distintas variables que pueden agruparse en tres grandes unidades de
análisis.
Estas unidades o concepciones son: a) la expresión de un problema que portan los/as
alumnos/as a título individual como dificultad; b) el resultado de la condición
problemática de la familia o medio social del educando; c) el efecto de la relación
alumno/a –escuela.
La primera concepción se centra en las problemáticas médico-clínicas y patológicas
individuales, que no permiten desarrollar la educabilidad y por consiguiente producen
en el educando la imposibilidad de apropiarse de los objetivos esperados. Cuando las
capacidades biológicas y psicológicas entran en juego se presentan como un conjunto
de déficit, retardos madurativos, retrasos intelectuales y psicomotrices, entre otros.
En esta concepción el fracaso escolar se centra en el/la alumno/a.
La segunda concepción pondera aspectos más amplios, que superan las capacidades
individuales, como ser las condiciones de vida y crianza, la capacidad actual o en las
disposiciones para el aprendizaje de los/as alumnos/as. O sea, estas razones del
fracaso que inciden en el rendimiento escolar, las sigue portando el/la niño/a y el/la
adolescente.
Es evidente, que este déficit familiar, social, cultural, modifican la posibilidad de
aprender y pueden manifestarse a través de la pobreza, del abandono, de
ideologías, de las costumbres, de los cambios en la situación socioeconómica, de las
pérdidas significativas, entre otras.
El problema en sí en esta situación, relacionada con el contexto en que se
desenvuelven los educadores, radica en el supuesto que todos deben poseer una
relativa homogeneidad en la situación de aprendizaje. Es decir, que considera que
todos salen de un mismo punto de partida y todos arriban a punto de llegada, sin
considerar que debido a la constante de la situación socioeconómica, cultural e
individual surgen imponderables que producen distintos tipos de aprendizajes (
esperados o no ) en las personas.
La tercera concepción se relaciona con el vínculo alumno/a-escuela; por lo tanto se
insiste en la modificación de las unidades de análisis que se delimitan para la
explicación del fenómeno del fracaso en la apropiación de los aprendizajes escolares.
Más allá de la existencia de las diferencias individuales en el desempeño de los
alumnos/as, se debe contemplar cómo los rendimientos diferentes son significados
bajo el signo de la deficiencia sólo en relación al sistema de expectativas escolares,
en cuanto al tiempo, ritmos, secuencias, procesos, condiciones que definen sus
propios criterios de normalidad. El fracaso escolar so puede entenderse a partir de la
interacción de los procesos de desarrollo y el aprendizaje de los/as alumnos/as en
interacción con el régimen de trabajo escolar.
Por lo tanto, la educabilidad entendida como interacción entre las características de
los sujetos y las de las prácticas educativas, caracteriza al fracaso escolar, planteo
éste que exigen atender a la diversidad.
Además, en esta concepción se pueden mencionar como variables productoras del
fracaso escolar la institución educativa cuando no atiende a los “déficit” del alumnado,
a las prácticas educativas no adecuadas a la diversidad de los grupos de aprendizaje,
al desempeño docente que no puede atender y/o detectar las diferentes posibilidades
y capacidades de sus alumnos/as.
Por consiguiente, si una persona fracasa en sus aprendizajes en el contexto natural,
algo ah de estar alterado en su naturaleza de aprendiz, es decir, en su capacidad de
aprender, en su posibilidad de ser educado, en su educabilidad.
Referencias Bibliográficas
Baquero, R (1997) Sobre instrumentos no pensados y efectos impensados: algunas
tensiones en Psicología Educacional. En Revista del Instituto de Investigaciones de
Ciencias de la Educación de la Universidad de Buenos Aires.
Cazden Courtney (1991) El discurso en el aula. El lenguaje de la enseñanza y del
aprendizaje. Paidós, Barcelona.
Perrenoud, Ph (1990) La construcción del éxito y del fracaso escolar. Morata. Madrid.

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