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ASUNCIÓN PERSISTENTE (Neville - 18 de marzo de 1968)

Neville Goddard (18 de marzo de 1968)

ASUNCIÓN PERSISTENTE

Te digo la verdad: ¡No hay nada más grande que tu propia maravillosa imaginación humana! Es
ella la que inspiró a Blake, Shakespeare y Einstein, ¡pues sólo hay un espíritu en el universo!
“Escucha, Oh Israel, el Señor nuestro Dios, el Señor es Uno.” ¡Ese espíritu único es la imaginación
humana! Cuando a Blake le preguntaron qué pensaba de la divinidad de Cristo él contestó: “Cristo
es el único Dios, pero también lo soy yo y también lo eres tú.” No pienses en Cristo como si Él
fuera alguien que es superior a ti mismo. Él es el único Dios, ¡pero también lo soy yo y también lo
eres tú! No te consideres menos que Cristo, porque sólo hay Dios, que es tu propia maravillosa
imaginación humana.

Atrévete a asumir que todas las cosas son posibles de imaginar; pon esta realidad a prueba
extrema asumiendo que eres la persona que te gustaría ser. Tu mente razonadora y tus sentidos
externos pueden negarlo; pero yo te prometo: si persistes, recibirás tu asunción. Créeme, eres el
mismo Dios que creó y sostiene el universo, pero [ahora, encarnado como ser humano] tienes
menos intensidad; así que debes ser persistente si quieres lograr un cambio.

En el libro de Lucas se cuenta la historia de un hombre que llegó a una casa a medianoche y dijo:
“Ha llegado un amigo que está hambriento. ¿Podrías dejarme tres barras de pan?” El hombre
desde arriba le respondió: “Es medianoche. Mis hijos están en la cama dormidos y yo no puedo
bajar y darte lo que quieres.” Entonces se hace esta declaración: “Pero debido a la inoportunidad
del hombre le fue dado todo lo que deseaba.” La palabra “inoportunidad” significa “audaz
atrevimiento”. Teniendo un deseo, ¡el hombre no debería aceptar un no por respuesta!

Cuando sabes lo que quieres, no le pides a Dios como si Él fuera otro; le pides a tu yo individual
que te traiga lo que deseas, ¡pues tú eres Él! Y Dios – tu propia maravillosa imaginación humana –
responderá cuando tú no aceptes un no por respuesta, ya que tu negación está hablando desde
dentro y ahí no hay otro. Es dentro de tu propio ser que tú persistes en asumir que has recibido lo
que quieres. La historia es, que a pesar de que era medianoche y la familia estaba dormida, el
padre bajó y dio lo que era necesario.

El Dios de un Blake, un Shakespeare o un Einstein no difiere del Dios alojado en ti, ya que sólo hay
una imaginación humana. No puede haber dos. Él no es un Dios dual. Tú y tu imaginación no sois
menos que nadie, pero debes aprender a ser persistente.

Un amigo recientemente compartió una visión conmigo, en la que yo aparecía y decía: “La historia
de Jesús es asunción persistente.” Si esto es cierto, y se nos dice que le imitemos como un hijo
querido, debo atreverme a asumir que soy el ser que quiero ser. Debo continuar en esa asunción
hasta que lo que he asumido se realice objetivamente. Y si yo soy uno con todo el mundo, ¿cómo
puede nadie ser más grande que yo? No creas que alguien es más grande que tú debido a alguna
afluencia del espíritu o a la validez. Tu imaginación es el único Dios, ¡y no hay otro ser más grande
que Él! Proclama que eres lo que quieres ser. Persiste en esa asunción. Continúa asumiendo ese
papel hasta que lo que has asumido se refleje en tu mundo.

Aunque las iglesias enseñan que otro, más grande que tú mismo, dijo: “A menos que creas que yo
soy él, morirás en tus pecados” – ¡estas palabras fueron pronunciadas por la imaginación humana!
Y porque la imaginación es una, y tú no puedes alejarte de esta unidad, no creas en otro. Acepta
estas palabras en primera persona del tiempo presente; pues a menos que creas que ya eres lo
que quieres ser, morirás en tus pecados por dejar tu deseo incumplido. Si no crees que eres todo
imaginación, continuarás en tu creencia anterior, adorando a un Dios en el exterior y no dentro.

En este nivel, estamos fragmentados, pero somos todos esa única imaginación. La palabra
“Elohim” es una unidad compuesta de uno hecho de otros. Aunque parecemos ser muchos, de la
manera más íntima posible, ¡somos uno! En este nivel [encarnados como humanos], tú y yo
tenemos poca intensidad para fines más allá de nuestros sueños más descabellados, sin embargo,
estamos llamados a hacer el esfuerzo de elevarnos por encima de ello. Esto es hecho en un
sentido físico, científico y artístico, a medida que empezamos a descubrir y expresar nuestra
imaginación humana. Nos elevamos por encima de este nivel a través del acto de asumir; pues una
asunción, aunque falsa, si se persiste en ella se solidificará en hecho. Como dijo William Blake: “Si
el loco persistiera en su locura se volvería sabio.”
¡No hay nada que Dios no pueda hacer! No creas que alguien que sea fabulosamente rico tiene
una afluencia de espíritu que difiere de la tuya. Él está imaginando riqueza, ya sea voluntaria o
involuntariamente; pero tú puedes hacerlo a sabiendas. Si él no sabe lo que está haciendo, puede
perder su riqueza y no saber cómo recuperarla. Te estoy pidiendo, independientemente de tu
situación financiera, que asumas la riqueza conscientemente. Si mañana volvieras de nuevo a tu
estado anterior, trae la riqueza de vuelta afirmando “Yo soy rico”, pues sólo hay un Dios. El que
crea la pobreza también crea la riqueza, ya que no hay otro creador.

El mundo cree en innumerables dioses, pero sólo hay uno. Este único Dios es tu propia maravillosa
imaginación humana. Al poseer sólo un hijo, cuando la imaginación despierta, el único hijo
engendrado por Dios te revelará como Dios. Lo mismo le sucederá a otro, luego a otro – y
finalmente todos verán al mismo hijo, quien revelará al individuo como Dios Padre.

El mundo es una obra de teatro, donde la divina imaginación se convierte en la imaginación


humana insertándose bajo una piel olivácea, una piel negra, una piel blanca y una piel roja.
Aunque parecemos ser diferentes, todos veremos al hijo unigénito de Dios – demostrando que
sólo hay un Dios. El propósito detrás de la obra es expandir el poder creativo de la imaginación.
Aquí estamos fragmentados en innumerables partes, destinados a reunirnos juntos en el único
Dios, el único Padre de todos.

Empieza ahora a usar tu imaginación activa y constantemente; porque a medida que compruebes
su poder creativo en este nivel, estarás despertando a un nivel más alto y naciendo en el mundo
del espíritu donde te conoces como Dios. Demuéstrate a ti mismo que eres Dios sintiendo que tu
deseo es ahora un hecho cumplido. Escucha a tus amigos hablar de ti. ¿Se están regocijando por tu
buena fortuna o están expresando envidia? Imagina que sus palabras son ciertas. Persiste en
imaginar que son verdaderas. Continúa imaginando que tu deseo ya es un hecho cumplido; y
cuando esté objetivamente realizado, la prueba será tuya.

Piensa en algo bonito que te gustaría darle a alguien. Luego pregúntate que si se lo dieras y no lo
aceptara, ¿te gustaría conservarlo para ti? Si, por ejemplo, le dieras a un amigo un millón de
dólares y no lo aceptara, ¿estarías dispuesto a conservarlo? Estoy seguro de que sí. Entonces
imagínate dándole el dinero, luego dáselo a otros de la misma manera. Puede que ni siquiera
tengas una cuenta bancaria, pero aún así lo puedes dar, ¡porque no hay nadie a quien dar sino a ti
mismo! ¡Sólo hay Dios cuyo nombre es “YO SOY”!
“Escucha, Oh Israel, el Señor nuestro Dios, el Señor es Uno.” Esta gran confesión de fe está
recogida en el cuarto verso del sexto capítulo del Libro de Deuteronomio. El Señor no es dos, ni
una docena – sólo uno. Si digo “Yo soy” eso es uno, pero si digo “Nosotros somos” estoy hablando
de muchos.

El nombre de Jesús es “YO SOY”. Él no es algún ser superior distinto de ti mismo. Él es la


inspiración para todo lo que escribas, sea trivial o profundo. La inspiración no viene de algún otro
ser, porque no puede haber otro. Cuando te sientas a escribir, ¡los pensamientos vienen de tu
propio ser! No tiene sentido creer que algún otro ser te está poseyendo.

Los grandes poetas – los Shakespeares, los Blakes – no tenían una gran afluencia espiritual
moviéndose en ellos que fuera mayor que la afluencia espiritual en ti. No puede ser, ¡porque no
hay nadie más grande que uno mismo! Cuando alguien me dice que está bajo la influencia de un
poder mayor, le digo que eso no es posible. La inspiración viene de las profundidades de su propia
alma. Tal vez tengas un artículo que te gustaría publicitar. Cuando pienses en lo que tu cliente
necesita, la respuesta vendrá desde la profundidad de tu propia alma, y sabrás lo que es necesario
decir para promocionar tu producto. No recibes una afluencia de espíritu exterior a ti mismo,
¡pues no hay nadie más grande! Sólo hay Dios, ¡y Dios es uno!

En el Libro de los Salmos, se te dice, “Comulga con tu propio ser.” Siéntate tranquilamente. Estate
en paz contigo mismo y súbitamente los pensamientos comenzarán a fluir dentro de ti, desde
Dios. ¡En el principio tú eras Dios! Y en el final, tú y yo y todo el vasto mundo de miles de millones
seremos reunidos en el único Dios. Una imaginación cayó a este mundo fragmentado de aparentes
otros, sin embargo, el todo está dentro de cada uno de nosotros. Los enemigos del hombre son
aquellos de su propia casa, pues están todos dentro de él. No sabiendo esto, el hombre lucha
dentro de sí mismo (lucha contra los aparentes otros*) hasta que se da cuenta de que no hay otro,
sólo él mismo. Entonces le habla a los demás con la esperanza de que puede convencerse a sí
mismo. Y cuando se levanta desde dentro, es llamado de regreso al ser único que él fue antes de
que el mundo fuera. La caída en la división fue deliberada para la expansión de Dios en la unidad.

No había otra manera de expandir tu poder creativo que cayendo en la limitación y superándola. A
medida que caías tu ser se fragmentaba. Vi esto muy claramente en una visión. Primero, apareció
una roca. Luego se fragmentó y cuando se recompuso tomó la forma de un hombre sentado en la
postura del loto, meditando, resplandeciendo. ¡Y supe que me estaba viendo a mí mismo! Y
cuando comenzó a resplandecer como el sol, me desperté en mi apartamento de Nueva York.
Te estoy contando lo que he hecho, lo que he visto y lo que he experimentado. Cada uno de
nosotros tiene un ser dentro que nos está meditando. El ser en ti y el ser en todos, forma el único
ser perfecto, que cayó y se fragmentó. Un día, el ser viviente de cada uno se unirá en el Dios único,
que cayó y se fragmentó. ¿Sabes lo que te gustaría ser? Atrévete a asumirlo y, durante una
semana, afirma: “He asumido que soy el que quiero ser. Estoy aún asumiendo que lo soy, y
continuaré asumiendo que lo soy hasta que lo que he asumido esté objetivamente realizado.”
Quédate dormido suponiendo que esto es verdad, y deja que ese ser viviente en ti le de vida.

Dios Padre está soñando en la profundidad de tu alma. Es Él quien comenzó una buena obra en ti,
y es Él quien la llevará hasta su finalización en el día de Jesucristo. En ese día serás llevado a la
misma perfección que el Padre en ti, pues Dios se está soñando en una imagen mayor de sí mismo
y tú, el soñador, te estás soñando en la imagen de ti mismo.

Mientras estás aquí, puedes asumir cualquier deseo para ti mismo y aquellos que amas. Luego
puedes atreverte a creer en lo que has asumido. Y si continúas con tu asunción, la expresarás. Pero
debes creer, o morirás en tus pecados. Siempre hablándote a ti mismo, te estás diciendo que a
menos que creas que eres la persona que quieres ser, permanecerás siendo la persona que no
quieres ser, muriendo de este modo en tus pecados.

Al creer en otro – tanto si aparece como un Blake, un Shakespeare o un Einstein – tienes un falso
Dios. ¡Debes creer en ti mismo o morir en tus pecados! Debes creer que Dios realmente se
convirtió en ti para que tú puedas convertirte en Dios – porque Él lo hizo. Su nombre es “YO SOY”
y a menos que digas dentro de ti: “YO SOY lo que quiero ser” y lo creas, permanecerás diciendo en
tu interior: “Desearía que yo fuera lo que quiero ser” y morirás en tu frustración (tu pecado). Te
insto a aprender a cómo creer en ti mismo. Puede parecer difícil al principio, pero no lo es cuando
estás dispuesto a arriesgarte e intentarlo.

Admiro a los grandes poetas inspirados. Shakespeare es magnífico, Blake es absolutamente


maravilloso, y Einstein verdaderamente grande en su campo. Estos fueron hombres inspirados,
pero no tenían ninguna afluencia del espíritu que los hiciera más grandes que tu imaginación
humana, pues su imaginación y tu imaginación son una única gran imaginación divina,
¡imaginando! Su trabajo no vino de algo fuera de ellos, sino de su propia imaginación,
despertando. Esa misma imaginación es la tuya porque sólo hay un espíritu. El espíritu del hombre
es uno con el espíritu del universo ¡y no hay otro!
Comienza ahora a capturar la sensación de ser este espíritu único. Quédate dormido en la
sensación de que tú eres Dios, y cuando vuelvas rápidamente desde la profundidad de la
inconsciencia hacia este nivel, tendrás innumerables pequeños sueños locos basados en esta
persona a través de la que estás llegando. Les darás importancia a estos sueños, pero oh, ¡qué
profundidades alcanzarás en lo que es inconsciente respecto a este nivel!

No dejes que nadie te asuste, pues tú eres un ser inmortal que no puede morir. Aunque yo he
despertado a mi Divinidad antes que tú, no soy mejor porque llegué ahí primero, pues no hay tal
cosa como ser primero. Todo el mundo se está moviendo hacia ese nivel, y nadie puede fallar. Y
cuando todos hayan regresado, ¡qué alegría será expresada cuando formemos el único cuerpo, el
único espíritu, el único Señor, el único Dios y Padre de todos! Cada uno tendrá la visión y se
probará a sí mismo que él es Dios Padre.

Te insto a aplicar este principio y amortiguarte contra los golpes normales de la vida. Si tus amigos
y seres queridos no pueden creer, amortígualos de todos modos; pues no importa qué les dejes
aquí, no vas a detener los golpes dados por la profundidad de su propio ser. Si le dejaste a cada
amigo cien mil dólares, les amortiguarías de momento; pero la profundidad de su ser continuará
llevándolos a través de experiencias, a fin de que despierten al conocimiento de que ellos son el
padre del único hijo engendrado de Dios, David.

El mundo está buscando la causa de los fenómenos de la vida, sin saber que es su propio ser. ¡Qué
responsabilidad la tuya cuando descubres que tu conciencia es la causa de todo lo que te ha
sucedido, te está sucediendo y te sucederá! Pero cuando te des cuenta de que tú estás causando
todos los golpes, las penas, los dolores, que te suceden a ti, empezarás a cambiar tu pensamiento;
y mientras lo haces, las Escrituras se desarrollarán en ti.

Ahora entremos en el silencio.

* N.T.: En mi opinión aquí hay un error en la transcripción. Pienso que Neville se refería a la ilusión
de creer que las aparentes otras personas del exterior pueden causarnos problemas y afectar
nuestro mundo de algún modo, y pensamos que combatiéndolas solucionaremos algo, cuando eso
no es así en absoluto ya que no existen las causas secundarias. La conciencia o imaginación es la
única causa real de todo, de modo que cualquier cosa que aparezca en tu experiencia la has
atraído tú y sólo tú.
Traducido por Manu LDA

La conferencia original en inglés es PERSISTENT ASSUMPTION (Neville Goddard 03-18-1968)

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