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Introducción:
Ahora bien, para poder darle cumplimiento a las expectativas generadas por el marketing
relacional, surge una solución tecnológica denominada CRM (Customer Relationship
Managment). Su concepto puede ser considerado como parte de la teoría del marketing
relacional, aunque en ocasiones ambos conceptos suelen tener fronteras muy permeables.
Según Renart (2004) el CRM hace referencia tanto a la estrategia de negocio, enfocada a
seleccionar y gestionar una relación con los mejores clientes para optimizar su valor a
largo plazo, como a las aplicaciones concretas de software necesarias para procesar la
información de esos clientes y desarrollar esa relación. Es frecuente el uso de los términos
CRM y marketing relacional como sinónimos, e incluso hablar de CRM para referirse a
la estrategia de marketing de una compañía claramente orientada a la creación de una
relación a largo plazo con sus clientes.
Por lo tanto, podemos decir que el implementar una estrategia de CRM busca como
elemento central crear una mayor fidelización de los clientes. Para conseguirlo se hará
uso de herramientas de Datawarehousing y Datamining para conseguir que los clientes
permanezcan en una empresa. Utilizando la información que se tiene y que se puede
procesar, se construirá una base de conocimiento para diseñar y adaptar
servicios/productos a las necesidades de los clientes. Esto lleva a poder planificar e
implementar estrategias de venta cruzada (cross selling) y compra de productos de gama
alta y con más margen (up selling) (Reinartz, Thomas y Kumar; 2005). Otros elementos
destacables por medio de una estrategia de CRM es el poder identificar clientes que
generan un mayor valor para la empresa y a los futuros clientes que pueden llegar a
generar valor, esto lo convierte en una métrica de la rentabilidad futura del cliente. Para
Domínguez y Hermo (2007) un CRM permite realizar estos cálculos de una forma
individualizada, de ahí que, el conocer el valor medio de la vida de los clientes buenos,
regulares y malos, permite definir variables imprescindibles en una campaña de
marketing, como son el coste límite de adquisición de un nuevo cliente (nunca superior a
su valor de vida) o el coste límite de una campaña de fidelización, entre otros.
El incremento de clientes se puede medir por el número de clientes o por las ventas totales
realizadas a los nuevos clientes en los segmentos selecionados. Se puede utilizar la tasa
de conversión, que es el número de clientes nuevos entre el número de información
prospectiva recibida. Otra cosa en el costo de captación que se puede calcular tomando
los ingresos recibidos del nuevo cliente entre lo invertido en hacerle cliente.
Tasa de adquisición:
Ingresos de adquisición:
Promedio de adquisición:
𝐶𝑜𝑠𝑡𝑜 𝑑𝑒 𝑐𝑎𝑝𝑡𝑎𝑐𝑖ó𝑛
𝑃𝐴 =
𝑁ú𝑚𝑒𝑟𝑜 𝑑𝑒 𝑐𝑙𝑖𝑒𝑛𝑡𝑒𝑠 𝑎𝑑𝑞𝑢𝑖𝑟𝑖𝑑𝑜𝑠
Tasa de conversión:
7.1.2. Retención
Retener a un cliente resulta aproximadamente diez veces más económico que conseguir
uno nuevo. Por eso debe ser una prioridad saber aplicar estrategias de retención y
fidelización que consigan mantener y desarrollar a los clientes rentables y fieles.
Las compañias que basan sus estrategias de marketing en la captación compulsiva de
clientes, a veces están olvidando que el verdadero reto del marketing empieza cuando se
ha captado al cliente. Las cuatro claves de la retención de clientes son:
La métrica que mide la retención debe hacerlo para un período de tiempo previamente
definido.
𝐶𝑜𝑠𝑡𝑜 𝑑𝑒 𝑟𝑒𝑡𝑒𝑛𝑐𝑖ó𝑛
𝐶𝑅𝐶 =
𝑁ú𝑚𝑒𝑟𝑜 𝑑𝑒 𝑐𝑙𝑖𝑒𝑛𝑡𝑒𝑠 𝑟𝑒𝑡𝑒𝑛𝑖𝑑𝑜𝑠
Si bien es cierto que el concepto de CLV se encuentra en boga en estos días, es importante
destacar que su concepción por lo menos desde el plano conceptual no es de reciente
acuño. Kotler (1974) aludía a que la rentabilidad a largo plazo de un cliente puede
representarse como el valor presente de los beneficios futuros corrientes esperados por
una organización, extendido esto en el horizonte de tiempo que un cliente mantenga
relaciones comerciales con una empresa. En una visión más actualizada, Bitran y
Mondschein (1997) definen el valor de vida del cliente como “la contribución neta total
que un cliente genera a lo largo de su vida en una organización” (pp. 1365).
Aunque las definiciones anteriores son adecuadas, Reinarzt y Kumar (2005) proporcionan
una conceptualización más dirigida a la aplicación del CLV, señalando lo siguiente: “Es
la suma de los flujos de fondos acumulados (utilizando costo ponderado del capital) de
un cliente, sobre su vida como consumidor (tres años en la mayor parte de los casos)”
(pp. 15). La razón de usar tres años es debido a dos motivos: a) Ciclo de vida del producto,
y b) El 80% de los beneficios vienen dados en los tres primeros años de la relación. En
razón a lo expuesto, Venkatesean y Kumar (2004) dictaminan que el CLV es una métrica
ideal para adquirir, cultivar y retener a los clientes “correctos” en un marco de gestión de
relaciones con los clientes” (pp. 106).
En este sentido, Gupta y Zeithaml (2006) señalan que la adquisición, retención y la venta
cruzada determinan la rentabilidad a largo plazo o el valor de vida de un cliente. Al
respecto definen al CLV: “Como el valor actual de todas las ganancias futuras obtenidas
de un cliente en su relación con una empresa. CLV es similar al acercamiento de flujo de
fondos descontados que se usa en finanzas excepto por dos diferencias claves. En primer
lugar, CLV es definido a nivel de cliente individual o a nivel de segmento, reconociendo
que algunos consumidores son más importantes y provechosos que otros. En segundo
lugar, CLV explícitamente incorpora la posibilidad de que un cliente se sienta atraído y
deserte a competidores en el futuro” (pp. 724)
Para poder contrastar todos estos datos tenemos que tener presentes dos conceptos:
- El valor presente neto: Valoración del flujo de caja a lo largo del tiempo en dinero
hoy.
- Valor esperado: Probabilidad de un cierto éxito multiplicado por los beneficios
que obtendremos gracias a él.
Entre los distintos modelos para calcular el Customer Lifetime Value (CLV) o Valor de
vida del Cliente, tomamos un modelo que tiene en cuenta la tasa de retención representada
por la probabilidad de que el cliente se mantenga activo en los sucesivos periodos.
𝑇
𝑀 ∗ 𝑟𝑡
𝐶𝐿𝑉 = ∑ − 𝐴𝐶
(1 + 𝑖)𝑡
𝑡=1
Donde:
T= Períodos anuales.
𝑟𝑡 = Tasa de retención.
i =Tasa de descuento.
AC = Costo de adquisición.
Ejemplo de valor de vida del cliente: la empresa AlfaBeta nunca ha tenido una
estrategia de retención de clientes. En este momento sus responsables de marketing se
están planteando desarrollar una estrategia a cinco años para incrementar la fidelidad de
sus clientes. Antes de desarrollar esta estrategia deben realizar una proyección del CLV
en la actualidad.
Datos manejados:
Clientes en año 1 1.000
Precio promedio por unidad 30
Promedio de unidades vendidas al año por cliente 5
Promedio de compra anual por cliente 150
Tasa de retención de clientes sin estrategia 70%
% de costos 5%
1. Cálculo del CLV en la actualidad, sin que exista ninguna estrategia de retención.
2. Cálculo del CLV con una estrategia de retención definida.
3. Comparación del CLV, con y sin estrategia.
Primera parte: Con los datos que posee la empresa se puede calcular el valor del cliente
(ingresos medios) a cinco años sin que exista una estrategia de retención de clientes.
1. Lo primero que se tiene que calcular es la tasa de descuento a partir del tipo de
interés previsto.
a. La tasa de interés del mercado se puede adaptar en función de condiciones
del negocio y el mercado.
b. La tasa de descuento sirve para traer a valor presente los beneficios
generados por los clientes leales a través del tiempo.
c. La tasa de descuento del año base siempre será igual a 1, dado que es el
presente.
Tasa de interés : 4%
Tasas de descuento
Año base 1
Año 1 1.04
Año 2 1.08
Año 3 1.12
Año 4 1.17
Año 5 1.22
Beneficio
137019,23 229243,71 291317,88 333099,00 361220,42
acumulado
Cálculo del CLV con una estrategia de retención definida. Se calcula el valor del cliente
(ingresos medios) a cinco años existiendo una estrategia de retención de clientes, que
supone aumentar esa retención en un 5%; es decir, se pasa del 70% de retención al 75%.
En resumen, los objeivos son: incrementar 5% la tasa de retención, con respecto a la tasa
anterior, mediante un programa de lealtad, logrando una tasa de referencia del 5% los
primeros 2 años y del 7% los siguientes 3.
Datos manejados:
Clientes en año 1 1.000
Precio promedio por unidad 30
Promedio de unidades vendidas al año por cliente 5
Promedio de compra anual por cliente 150
Tasa de retención de clientes sin estrategia 75%
% de costos 5%
¿Qué pasaría si los costos se incrementan hasta un 10% debido al mayor costo de los
programas es los que se basa la estrategia de retención de clientes?
En este sentido, el capital cliente más allá de ser un indicador sobre la efectividad de las
actividades de marketig en la empresa se ha convertido en una especie de filosofia
empresarial. Lemon et al. (2001), argumentan que para la mayoria de las empresas, el
capital cliente es con certeza el determinante más importante de valor a largo plazo.
Claramente no es el responsable del valor total de la empresa (por ejmplo, del valor de
los activos físicos o de la propiedad intelectual, entre otros), pero lo que es incuestionable
es que los clientes actuales proporcionan la fuente de ingresos y ganancias futuras más
fiable para una empresa.
Adicional a lo expuesto, se observa en Gupta et al. (2006), un modelo que permite a una
empresa comprender hasta qué punto la adquisición, retención y mayores compras de un
cliente (up selling y cross selling) contribuyen a crear y/o potenciar un mayor CLV. Su
modelo proporciona información sobre cómo las empresas pueden gestionar las
inversiones en cada componente del capital cliente, en tanto a la adquisición, retención y
mayores compras, con el objeivo de maximizar la rentabilidad del ciclo de vida de cada
cliente, y consecuentemete el capital cliente.
Junto a los planteamientos de Rust et al. (2000) y Gupta et al. (2006), se encuentra la
posición de Vogel et al. (2008) quienes señalan la importancia del capital de marca como
antecedente e impulsor significativo del capital cliente. Al respecto, Vogel et al. (2008)
encuentran que cuando una marca es percibida como atractiva y única, influye en la
disposición del cliente a ser más leal, aumenta su probabilidad de re-compra, y de
recomendar la marca. Por ello, recomiendas a las empresas centrar el esfuerzo de
marketing en la construcción de notoriedad de marca, mejorar la imagen de marca, y
garantiar una entrega consistente de la promesa de valor que ofrece la marca, a un nivel
que supere las expectativas del consumidor.
Es importante destacar que en la práctica, el capital cliente y el capital marca son nociones
que se complementan aunque están en frentes diferentes. El capital de marca hace más
énfasis en el “front-end” de los programas de marketing y el valor intangible que crean
los programas de marketing, mientras que el capital cliente enfatiza en el “back-end” de
los programas de marketing, y en el valor obtenido de las actividades de marketing.
Actualmente, las empresas se dan cuenta de que cada vez obtienen más valor de activos
intangibles basados en el mercado, no en activos físicos. ¿Qué afectaría más al valor de
mercado de Coca-Cola: la pérdida repentina de todas sus fábricas o la eliminación del
nombre de su marca de la memoria humana? Está claro que la segunda circunstancia la
perjudicaría más. Las marcas, los clientes, y en menor medida las redes de distribución
son las joyas de la corona de cualquier empresa y los responsables de marketing son sus
guardianes principales.
Como bien hemos visto y discutido en clase, sabemos que el capital de marca es ese
componente intangible que da a los consumidores una razón para perferir los productos
y/o servicios de ciertas marcas a las alternativas ofrecidas por los productos y/o servicios
de otras marcas que también conoce. Bajo esta consideración, una marca con un fuerte
capital de marca, complementado por una promesa de valor ajustada a lo que ofrece la
marca como elemento diferencial, es lo que permite tener consumidores que estén
dispuestos a convertirses en clientes de una empresa, a expresar su fidelidad con actos de
compra sucesivos e incrementales, así como a hablar bien de la marca y recomendarla.
Llegado a este punto podemos decir que la marca se convierte en el principal impulsor
(driver) del valor de vida de un cliente en una empresa. Así, al operar con los valores
dados para las variables “controladas” por el marketing estratégico podemos comprobar
la influencia sobre el resultado final del CLV. Esto, nos permite, por ejmplo, identificar
a los clientes más rentables, conocer el valor total de los clientes para la empresa (capital
cliente), prever el ROI de los programas de fidelización, asignando los recursos de
marketing de una forma eficiente y rentable para la empresa.
𝐶𝐸𝑗 = 𝑚𝑒𝑎𝑛𝑗 (𝐶𝐿𝑉𝑖𝑗 ) ∗ 𝑃𝑂𝑃
Referencias Bibliográficas:
Gupta, S., Hanssens, D., Hardie, B., Kahn, W., kumar, V., Lin, N., Ravishanker, N y
Sriram, S. (2006). “Modeling Customer Lifetime Value”, Journal of Service
Research, 9 (2), pp. 139-155.
Lemon, K., Rust, R y Zeithaml, V. (2001). “What drives customer equity. A company´s
current customer provide the most reliable source of future revenues and profits”,
Marketing Management, 10 (1), pp. 20-25.
Renart, L (2004). CRM: Tres estrategias de éxito. Cuadernos del EB center. IESE
Business School. PricewaterhouseCoopers & IESE.