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PREÁMBULO
Un testigo de la fe inalterada (2 - 5)
Un testigo de la tradición intacta (6 - 9)
Alojamiento a nuevas condiciones (10 - 15)
- La entrada
- Saludo del Altar y del Pueblo
Reunidos
- Acto de penitencia
- El Kyrie eleison
- El Gloria
- The Collect
- Silencio
- Las lecturas bíblicas
- El salmo responsorial
- La Aclamación Antes del Evangelio
- La Homilía
- La profesión de la fe
- La oración de los fieles
- El rito de la comunión
- Los ritos de conclusión
IV - Algunas normas generales para todas las formas de misa (273 - 287)
- Las lecturas
- Las oraciones
- La oración eucarística
- Los cantos
Este texto está confirmado para su uso en las diócesis de los Estados Unidos de
América. Las personas de otras naciones deben consultar a la Conferencia Episcopal
local con respecto al texto apropiado para su nación.
***
CONGREGACIÓN PARA LA ADORACIÓN DIVINA
Y LA DISCIPLINA DE LOS SACRAMENTOS
Decreto de Confirmación
Prot. N. 2235/02 / L
LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA
A petición de Su Excelencia, el Reverendísimo Wilton D. Gregory, Obispo de Belleville, Presidente
de la Conferencia de Obispos de los Estados Unidos de América, en una carta del 13 de noviembre
de 2002, y en virtud de las facultades otorgadas a este Congregación del Sumo Pontífice JUAN
PABLO II, con mucho gusto confirmamos y aprobamos la traducción al inglés de la Institutio
Generalis Missalis Romani , extraída de la tercera edición típica del mismo Misal, como en la copia
adjunta.
Se deben enviar dos copias del texto impreso a esta Congregación.
A pesar de todo lo contrario.
Desde las oficinas de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, el
17 de marzo de 2003.
Francis Cardinal Arinze
Prefecto
Franciscus Pius Tamburrino
Arzobispo-Secretario
***
CONFERENCIA ESTADOUNIDENSE DE OBISPOS CATÓLICOS
DECRETO DE PUBLICACIÓN
De acuerdo con las normas establecidas por decreto de la Sagrada Congregación de Ritos en Cum,
nostra ætate (27 de enero de 1966), esta edición de la Instrucción General del Misal Romano se
declara como la edición vernácula típica de la Institutio Generalis Missalis Romani , editio typica
tertia en las diócesis de los Estados Unidos de América, y se publica por autoridad de la
Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos.
La Instrucción General del Misal Romano fue aprobada canónicamente para su uso por la
Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos el 12 de noviembre de 2002, y
posteriormente fue confirmada por la Santa Sede por decreto de la Congregación para el Culto
Divino y la Disciplina de los Sacramentos en marzo 17, 2003 (Prot. N. 2235/02 / L).
Con efecto inmediato, esta traducción de la Instrucción general del Misal Romano es la única
traducción de la Institutio Generalis Missalis Romani, editio typica tertia para su uso en las diócesis
de los Estados Unidos de América.
Dado en la Secretaría General de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos,
Washington, DC, el 19 de marzo de 2003, la Fiesta de San José, Marido de la Santísima Virgen
María.
Reverendísimo Wilton D. Gregory
Obispo de Belleville
presidente
Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos
Reverendo Monseñor William P. Fay
Secretario general
Preámbulo
1. Cuando estaba a punto de celebrar con sus discípulos la cena de la Pascua en la que instituyó el
sacrificio de su Cuerpo y Sangre, Cristo el Señor dio instrucciones de que se preparara una
habitación superior grande y amueblada (Lc 22, 12). La Iglesia siempre ha considerado que este
mandato también se aplica a sí misma cuando da instrucciones sobre la preparación de los
corazones y las mentes de las personas y de los lugares, ritos y textos para la celebración de la
Sagrada Eucaristía. Las normas actuales, prescritas de acuerdo con la voluntad del Concilio
Ecuménico Vaticano II, y el nuevo Misal que la Iglesia del Rito Romano utilizará a partir de ahora
en la celebración de la Misa, son también evidencia de la gran preocupación de la Iglesia, de su fe, y
de su amor inalterado por el gran misterio de la Eucaristía. Asimismo, dan testimonio de la tradición
continua e ininterrumpida de la Iglesia, independientemente de la introducción de ciertas
características nuevas.
Un testigo de la fe inalterada
2. La naturaleza sacrificial de la Misa, afirmada solemnemente por el Concilio de Trento de acuerdo
con la tradición universal de la Iglesia, [1] fue reafirmada por el Concilio Vaticano II, que ofreció
estas palabras significativas acerca de la Misa: "En la Última Cena nuestra El Salvador instituyó el
Sacrificio Eucarístico de su Cuerpo y Sangre, mediante el cual perpetuaría el Sacrificio de la Cruz a
lo largo de los siglos hasta que regresara, confiando así a la Iglesia, su amada Novia, el recuerdo de
su muerte y resurrección " [ 2]
Lo que el Concilio enseña así se expresa constantemente en las fórmulas de la Misa. Esta
enseñanza, que se expresa concisamente en la declaración ya contenida en el antiguo Sacramentario
conocido comúnmente como Leonine "Con tanta frecuencia como se celebra la conmemoración
de este sacrificio, el el trabajo de nuestra redención se lleva a cabo " [3] es desarrollado
acertadamente y con precisión en las Plegarias Eucarísticas. Porque en estas oraciones el sacerdote,
mientras realiza la conmemoración, se vuelve hacia Dios, incluso en nombre de todo el pueblo, le
rinde gracias y ofrece el Sacrificio vivo y santo, es decir, la ofrenda de la Iglesia y la Víctima por
cuya inmolación Dios quiso ser apaciguado; [4] y reza para que el Cuerpo y la Sangre de Cristo sea
un sacrificio aceptable para el Padre y salvífico para todo el mundo. [5]
En este nuevo Misal, entonces, la regla de oración de la Iglesia ( lex orandi ) corresponde a su regla
perenne de creencia ( lex credendi ), por la cual se nos enseña que el sacrificio de la cruz y su
renovación sacramental en la misa, que Cristo el Señor instituido en la Última Cena y mandó a los
Apóstoles a hacer en su memoria, son uno y lo mismo, difieren únicamente en la manera de
ofrendar, y por consiguiente la Misa es a la vez un sacrificio de alabanza y acción de gracias, de
propiciación y satisfacción .
3. Además, el misterio maravilloso de la presencia real del Señor bajo la especie eucarística,
reafirmado por el Concilio Vaticano II [6] y otros documentos del Magisterio de la Iglesia [7] en el
mismo sentido y con las mismas palabras que el Concilio de Trento había propuesto como una
cuestión de fe, [8] se proclama en la celebración de la Misa no solo por medio de las mismas
palabras de consagración, mediante las cuales Cristo se hace presente mediante la
transubstanciación, sino también por esa disposición interior y expresión exterior de suprema
reverencia y adoración en la cual se lleva a cabo la Liturgia Eucarística. Por la misma razón, el
pueblo cristiano es invitado el Jueves Santo de la Cena del Señor, y en la solemnidad del Santísimo
Cuerpo y Sangre de Cristo, para venerar este maravilloso Sacramento por una forma especial de
adoración.
4. Además, la naturaleza del sacerdocio ministerial propio de un Obispo y un sacerdote, que ofrecen
el Sacrificio en la persona de Cristo y que presiden la reunión de las personas santas, es evidente en
la forma del rito mismo, por la razón del lugar más prominente y la oficina del sacerdote. El
significado de este oficio se enuncia y explica con claridad y con mayor extensión en el Prefacio de
la Misa crismal del Jueves Santo, el día conmemorativo de la institución del sacerdocio. El Prefacio
saca a la luz la atribución del poder sacerdotal logrado mediante la imposición de manos; y, al
enumerar los diversos deberes, describe ese poder, que es la continuación del poder de Cristo, el
Sumo Sacerdote del Nuevo Testamento.
5. Además, la naturaleza del sacerdocio ministerial también pone en su propia luz otra realidad, que
debe ser muy bien considerada, a saber, el real sacerdocio de los fieles, cuyo sacrificio espiritual se
completa a través del ministerio del Obispo y los sacerdotes en unión con el sacrificio de Cristo, el
único Mediador. [9] Porque la celebración de la Eucaristía es una acción de toda la Iglesia, y en ella
cada uno debe llevar a cabo única pero completamente lo que le pertenece, en virtud del rango de
cada uno dentro del Pueblo de Dios. De esta forma, se dará mayor consideración a algunos aspectos
de la celebración a los que a veces se le ha prestado menos atención en el transcurso del tiempo.
Porque este pueblo es el Pueblo de Dios, comprado por la Sangre de Cristo, reunido por el Señor,
nutrido por su palabra. Es un pueblo llamado a traer a Dios las oraciones de toda la familia humana,
un pueblo que da gracias en Cristo por el misterio de la salvación al ofrecer su sacrificio.
Finalmente, es un pueblo hecho al compartir en la Comunión del Cuerpo y la Sangre de Cristo.
Aunque santo en su origen, este pueblo, sin embargo, crece continuamente en santidad por su
participación consciente, activa y fructífera en el misterio de la Eucaristía. [10]
Un testigo de la tradición intacta
6. Al establecer sus instrucciones para la revisión de la Orden de Misa, el Concilio Vaticano II,
usando las mismas palabras que San Pío V en la Constitución Apostólica Quo primum , por la cual
se promulgó el Misal de Trento en 1570, también ordenó, entre otras cosas, que algunos ritos sean
restaurados "a la norma original de los Santos Padres." [11] Por el hecho de que se usan las mismas
palabras se puede ver cómo ambos Misales Romanos, aunque separados por cuatro siglos, se
abrazan una y la misma tradición. Además, si se reflexiona sobre los elementos internos de esta
tradición, también queda claro cuán notable y afortunadamente el Misal Romano más antiguo se
lleva a cabo en el nuevo.
7. En un período difícil cuando la fe católica en la naturaleza sacrificial de la Misa, el sacerdocio
ministerial y la presencia real y permanente de Cristo bajo las especies eucarísticas se pusieron en
peligro, San Pío V estaba especialmente preocupado por preservar el más tradición reciente, luego
injustamente atacada, introduciendo solo cambios muy pequeños en el rito sagrado. De hecho, el
Misal de 1570 difiere muy poco de la primera edición impresa de 1474, que a su vez sigue
fielmente el Misal utilizado en tiempos del Papa Inocencio III. Además, aunque los manuscritos en
la Biblioteca del Vaticano proporcionaron material para la enmienda de algunas expresiones, de
ninguna manera permitieron investigar a "autores antiguos y aprobados" más atrás que los
comentarios litúrgicos de la Edad Media.
8. Hoy, por otro lado, innumerables estudios eruditos han arrojado luz sobre la "norma de los Santos
Padres" que siguieron los revisores del Misal de San Pío V. Para seguir la publicación primero del
Sacramentario conocido como el Gregoriano en 1571, se publicaron ediciones críticas de otros
antiguos Sacramentales romanos y ambrosianos, a menudo en forma de libro, al igual que los
antiguos libros litúrgicos hispanos y galicanos que trajeron a la luz numerosas oraciones de no poca
espiritual excelencia que anteriormente se desconocía
De manera similar, las tradiciones que datan de los primeros siglos, antes de la formación de los
ritos de Oriente y Occidente, son más conocidas hoy en día debido al descubrimiento de tantos
documentos litúrgicos.
Además, el progreso continuo en el estudio de los santos Padres también ha arrojado luz sobre la
teología del misterio de la Eucaristía a través de las enseñanzas de tan ilustres Padres de la
antigüedad cristiana como San Ireneo, San Ambrosio, San Cirilo de Jerusalén y San Juan
Crisóstomo.
9. Por esta razón, la "norma de los Santos Padres" requiere no solo la preservación de lo que
nuestros antepasados inmediatos nos han transmitido, sino también un entendimiento y un estudio
más profundo del pasado completo de la Iglesia y de todas las formas en que que su única fe se ha
expuesto en las formas humanas y sociales bastante diversas que prevalecen en las áreas semítica,
griega y latina. Además, este punto de vista más amplio nos permite ver cómo el Espíritu Santo dota
al Pueblo de Dios con una fidelidad maravillosa en la preservación del depósito inalterable de la fe,
incluso en medio de una gran variedad de oraciones y ritos.
Alojamiento a nuevas condiciones
10. El nuevo Misal, por lo tanto, al dar testimonio de la regla de oración de la Iglesia Romana ( lex
orandi ), también salvaguarda el depósito de la fe transmitido por los Consejos más recientes y
marca en sí mismo un paso de gran importancia en la tradición litúrgica. .
De hecho, cuando los Padres del Concilio Vaticano II reafirmaron las declaraciones dogmáticas del
Concilio de Trento, hablaron en un momento muy diferente de la historia mundial, de modo que
pudieron presentar propuestas y medidas de carácter pastoral que no podían tener incluso se había
previsto cuatro siglos antes.
11. El Concilio de Trento ya reconoció el gran valor catequético contenido en la celebración de la
Misa, pero no pudo sacar todas sus consecuencias con respecto a la práctica real. De hecho, muchos
estaban presionando para obtener permiso para usar el vernáculo en la celebración del Sacrificio
Eucarístico; pero el Concilio, sopesando las condiciones de esa edad, consideró que era un deber
responder a esta petición con una reafirmación de la enseñanza tradicional de la Iglesia, según la
cual el sacrificio eucarístico es, ante todo, la acción del mismo Cristo, y por lo tanto propia la
eficacia no se ve afectada por la manera en que los fieles participan en ella. El Concilio por esta
razón declaró en palabras firmes pero mesuradas: "Aunque la Misa contiene mucha instrucción para
las personas de fe, sin embargo, no pareció conveniente para los Padres que se celebrara en todas
partes en la lengua vernácula". [12] El Concilio en consecuencia anatematizó cualquiera que
sostenga que "el rito de la Iglesia Romana, en el que parte del Canon y las palabras de consagración
se hablan en voz baja, debe ser condenado, o que la Misa debe celebrarse solo en lengua vernácula"
[13]. Aunque, por un lado, prohibía el uso de la lengua vernácula en la Misa, sin embargo, por otro
lado, el Concilio dirigió directamente a los pastores de almas para poner la catequesis adecuada en
su lugar: "Para que el rebaño de Cristo no tenga hambre. . . el Santo Sínodo ordena a los pastores y
a todos los demás que tengan cuidado de las almas que den instrucciones frecuentes durante la
celebración de la Misa, ya sea personalmente o a través de otros, sobre lo que se lee en la Misa;
entre otras cosas, deben incluir alguna explicación del misterio de este Santísimo Sacrificio,
especialmente los domingos y días santos ". [14]
12. Por lo tanto, cuando el Concilio Vaticano II se reunió para acomodar a la Iglesia a los requisitos
de su propio oficio apostólico precisamente en estos tiempos, examinó a fondo, como lo hizo
Trento, el carácter instructivo y pastoral de la sagrada Liturgia. [15] Dado que ningún católico ahora
negaría la legalidad y la eficacia de un rito sagrado celebrado en latín, el Concilio también fue capaz
de conceder que "el uso del idioma vernáculo a menudo puede ser una gran ventaja para el pueblo"
y dio la facultad para su uso.1 [16] El entusiasmo en respuesta a esta medida ha sido tan grande en
todas partes que ha llevado, bajo el liderazgo de los Obispos y la misma Sede Apostólica, a un
permiso para todas las celebraciones litúrgicas en las que participa el pueblo. en lengua vernácula,
en aras de una mejor comprensión del misterio que se celebra.
13. De hecho, dado que el uso de la lengua vernácula en la Sagrada Liturgia puede ciertamente
considerarse un medio importante para presentar más claramente la catequesis sobre el misterio que
es inherente a la celebración misma, el Concilio Vaticano II también ordenó que ciertas
prescripciones del Concilio de Trento, que no se había seguido en todas partes, se llevó a buen
término, como la homilía que se imparte los domingos y los días santos [17] y la facultad de
intercalar ciertas explicaciones durante los propios ritos sagrados. [18]
Sobre todo, el Concilio Vaticano II, que instó "a una forma más perfecta de participación en la Misa
por la cual los fieles, después de la Comunión del sacerdote, reciben el Cuerpo del Señor del mismo
Sacrificio", [19] pidió otro deseo de los Padres. de Trento a realizarse, es decir que para una
participación más plena en la santa Eucaristía "los fieles presentes en cada misa deben comunicarse
no solo por deseo espiritual sino también por recepción sacramental de la Eucaristía" [20].
14. Movido por el mismo deseo y preocupación pastoral, el Concilio Vaticano II pudo dar una
consideración renovada a lo establecido por Trento en la Comunión en ambos sentidos. Y, de hecho,
dado que nadie cuestiona en modo alguno los principios doctrinales sobre la eficacia completa de la
Comunión eucarística bajo la especie de pan solo, el Concilio dio permiso para la recepción de la
Comunión bajo ambos tipos en algunas ocasiones, porque esta más clara la forma del signo
sacramental ofrece una oportunidad particular de profundizar la comprensión del misterio en el que
participan los fieles. [21]
15. De esta manera, la Iglesia, sin dejar de ser fiel a su oficio como maestra de la verdad
salvaguardando "cosas viejas", es decir, el depósito de la tradición, cumple al mismo tiempo otro
deber, el de examinar y producir prudentemente "cosas nuevas". "(Ver Mt 13:52).
En consecuencia, una parte del nuevo Misal dirige las oraciones de la Iglesia de una manera más
abierta a las necesidades de nuestro tiempo, lo cual es especialmente cierto en las Misas rituales y
las Misas por diversas necesidades, en las que la tradición y los nuevos elementos están
apropiadamente armonizado Por lo tanto, aunque muchas expresiones, extraídas de la tradición más
antigua de la Iglesia y familiares a través de las muchas ediciones de El Misal Romano, se han
mantenido sin cambios, muchas otras expresiones se han acomodado a las necesidades y
circunstancias de hoy. Otros más, como las oraciones por la Iglesia, los laicos, la santificación del
trabajo humano, la comunidad de todos los pueblos y ciertas necesidades propias de nuestra era, han
sido recientemente compuestas, basándose en los pensamientos y, a menudo, en la propia redacción
del texto. documentos recientes del Consejo.
Además, a causa de la misma actitud hacia el nuevo estado del mundo actual, parecía que en el uso
de textos de la tradición más antigua, tan reverenciado, un tesoro no sería perjudicado de ninguna
manera si se cambiaran algunas frases para que el estilo del lenguaje estaría más de acuerdo con el
lenguaje de la teología moderna y reflejaría verdaderamente la disciplina actual de la Iglesia. Por lo
tanto, no pocas expresiones que tienen que ver con la evaluación y el uso de los bienes de la tierra
han cambiado, así como tampoco algunas alusiones a una cierta forma de penitencia externa
perteneciente a las edades pasadas de la Iglesia.
Finalmente, de esta manera las normas litúrgicas del Concilio de Trento ciertamente han sido
completadas y perfeccionadas en muchos aspectos por aquellos del Concilio Vaticano II, que ha
llevado a la realización de los esfuerzos de los últimos cuatrocientos años para acercar a los fieles al
Liturgia sagrada especialmente en los últimos tiempos, y sobre todo el celo por la Liturgia
promovido por San Pío X y sus sucesores.
CAPÍTULO I
Los materiales para el altar y el mobiliario sagrado, especialmente los vasos sagrados, y
también los materiales, la forma y el color de las vestiduras litúrgicas (compárese con los
números 301, 326, 329, 339, 342-346).
Los directorios o instrucciones pastorales que las Conferencias de Obispos juzguen útiles pueden,
con el reconocimiento previo de la Sede Apostólica, ser incluidos en el Misal Romano en un lugar
apropiado.
391. Depende de las Conferencias de Obispos proveer las traducciones de los textos bíblicos usados
en la celebración de la Misa, ejerciendo especial cuidado en esto. Porque es de la Sagrada Escritura
que las lecturas se leen y explican en la homilía y que se cantan salmos, y se basa en la inspiración y
el espíritu de la Sagrada Escritura que las oraciones, oraciones y canciones litúrgicas se modelan de
tal manera que de ellos las acciones y los signos derivan su significado. [150]
Debe usarse un lenguaje que los fieles puedan captar y que sea adecuado para la proclamación
pública, manteniendo al mismo tiempo las características propias de las diferentes formas de hablar
utilizadas en los libros bíblicos.
392. Corresponderá también a las Conferencias de Obispos preparar, mediante un cuidadoso
estudio, una traducción de los otros textos, de modo que, aunque se respete el carácter de cada
idioma, el significado del texto latino original sea completamente y fielmente prestado. Al realizar
esta tarea, es conveniente tener en cuenta los diferentes géneros literarios utilizados en la misa,
como las oraciones presidenciales, las antífonas, las aclamaciones, las respuestas, las letanías de
súplica, etc.
Debe tenerse en cuenta que el propósito principal de la traducción de los textos no es para la
meditación, sino para ser proclamados o cantados durante una celebración real.
Se debe utilizar el lenguaje que se acomoda a los fieles de la región, pero es noble y está marcado
por la calidad literaria, y siempre quedará la necesidad de alguna catequesis sobre el significado
bíblico y cristiano de ciertas palabras y expresiones.
De hecho, es una ventaja que en las regiones que usan el mismo idioma, siempre que sea posible, se
use la misma traducción para los textos litúrgicos, especialmente para los textos bíblicos y para el
Orden de la Misa. [151]
393. Teniendo en cuenta el lugar importante que tiene el canto en una celebración como parte
necesaria o integral de la Liturgia, [152] todos los escenarios musicales de los textos para las
respuestas y aclamaciones del pueblo en la Orden de Misa y para los ritos especiales que ocurren en
el curso del año litúrgico debe ser presentado al Secretariado para la Liturgia de la Conferencia de
Obispos Católicos de los Estados Unidos para su revisión y aprobación antes de su publicación.
Si bien se le debe otorgar un lugar privilegiado al órgano, otros instrumentos de viento, cuerda o
percusión pueden usarse en los servicios litúrgicos en las diócesis de los Estados Unidos de
América, según el uso local de larga data, siempre que sean verdaderamente aptos para uso sagrado
o puede hacerse apto.
394. Cada diócesis debe tener su propio Calendario y Propia de Misas. Por su parte, la Conferencia
Episcopal debe elaborar un calendario apropiado para la nación o, junto con otras Conferencias, un
calendario para un territorio más amplio, que debe ser aprobado por la Sede Apostólica. [153]
Al llevarlo a cabo, en la mayor medida posible, el Día del Señor debe ser preservado y
salvaguardado, ya que el día santo primordial, y por lo tanto otras celebraciones, a menos que sean
realmente de la mayor importancia, no deberían tener precedencia sobre él. [154] También se debe
tener cuidado de que el año litúrgico revisado por decreto del Concilio Vaticano II no se vea
oscurecido por elementos secundarios.
Al redactar el calendario de una nación, deben indicarse los Días de rogativas y de ascuas (véase el
n. ° 373), así como las formas y textos de su celebración [155], y deben tomarse también otras
medidas especiales. consideración.
Es apropiado que al publicar el Misal, las celebraciones propias de una nación o territorio entero se
inserten en el lugar correcto entre las celebraciones del Calendario General, mientras que las
propias de una región o diócesis se coloquen en un apéndice especial.
395. Finalmente, si la participación de los fieles y su bienestar espiritual requieren variaciones y
adaptaciones más profundas para que la celebración sagrada responda a la cultura y tradiciones de
los diferentes pueblos, entonces las Conferencias Episcopales pueden proponerlas a la Sede
Apostólica de acuerdo con el artículo 40 de la Constitución sobre la Sagrada Liturgia para su
presentación con el consentimiento de esta última, especialmente en el caso de los pueblos a
quienes más recientemente se ha proclamado el Evangelio. [156] Las normas especiales dadas en la
Instrucción sobre la Liturgia y la Inculturación Romana [157] deben ser cuidadosamente
observadas.
Con respecto a los procedimientos a seguir en este asunto, se debe seguir lo siguiente:
En primer lugar, se debe establecer una propuesta preliminar detallada ante la Sede Apostólica, de
modo que, después de que se haya otorgado la facultad necesaria, se pueda proceder a la
elaboración detallada de los puntos de adaptación individuales.
Una vez que estas propuestas hayan sido debidamente aprobadas por la Sede Apostólica, los
experimentos deben llevarse a cabo por períodos específicos y en lugares específicos. Si es
necesario, una vez concluido el período de experimentación, la Conferencia Episcopal decidirá si se
llevan a cabo las adaptaciones y propondrá una formulación madura del asunto a la Sede Apostólica
para su decisión. [158]
396. Before, however, proceeding to new adaptations, especially those more thoroughgoing, great
care should be taken to promote the proper instruction of clergy and faithful in a wise and orderly
fashion, so as to take advantage of the faculties already foreseen and to implement fully the pastoral
norms concerning the spirit of a celebration.
397. Furthermore, the principle shall be respected according to which each particular Church must
be in accord with the universal Church not only regarding the doctrine of the faith and sacramental
signs, but also as to the usages universally handed down by apostolic and unbroken tradition. These
are to be maintained not only so that errors may be avoided, but also so that the faith may be passed
on in its integrity, since the Church's rule of prayer ( lex orandi ) corresponds to her rule of belief (
lex credendi ). [159]
The Roman Rite constitutes a notable and precious part of the liturgical treasure and patrimony of
the Catholic Church. Its riches are of benefit to the universal Church, so that were they to be lost,
the Church would be seriously harmed.
Throughout the ages, the Roman Rite has not only preserved the liturgical usages that arose in the
city of Rome, but has also in a deep, organic, and harmonious way incorporated into itself certain
other usages derived from the customs and culture of different peoples and of various particular
Churches of both West and East, so that in this way, the Roman Rite has acquired a certain
supraregional character. In our own times, on the other hand, the identity and unitary expression of
this Rite is found in the typical editions of the liturgical books promulgated by authority of the
Supreme Pontiff, and in those liturgical books corresponding to them approved by the Bishops'
Conferences for their territories with the recognitio of the Apostolic See. [160]
398. The norm established by the Second Vatican Councilthat in the liturgical reform there should
be no innovations unless required in order to bring a genuine and certain benefit to the Church, and
taking care that any new forms adopted should in some way grow organically from forms already
existing [161] must also be applied to efforts at the inculturation of the same Roman Rite. [162]
Inculturation, moreover, requires a necessary length of time, lest the authentic liturgical tradition
suffer contamination due to haste and a lack of caution.
Finally, the purpose of pursuing inculturation is not in any way the creation of new families of rites,
but aims rather at meeting the needs of a particular culture in such a way that adaptations introduced
either in the Missal or in combination with other liturgical books are not at variance with the
distinctive character of the Roman Rite. [163]
399. And so, The Roman Missal, even if in different languages and with some variety of customs,
[164] must be preserved in the future as an instrument and an outstanding sign of the integrity and
unity of the Roman Rite. [165]
[1] Ecumenical Council of Trent, Session 22, Doctrina de ss. Missae sacrificio , 17 September 1562
: Enchiridion Symbolorum , H. Denzinger and A. Schönmetzer, editors (editio XXXIII, Freiburg:
Herder, 1965; hereafter, Denz-Schön), 1738-1759.
[2] Second Vatican Ecumenical Council, Constitution on the Sacred Liturgy, Sacrosanctum
Concilium , no. 47; cf. Second Vatican Ecumenical Council, Dogmatic Constitution on the Church,
Lumen gentium , nos. 3, 28; Second Vatican Ecumenical Council, Decree on the Ministry and Life
of Priests, Presbyterorum ordinis , nos. 2, 4, 5.
[3] Evening Mass of the Lord's Supper, prayer over the offerings. Cf. Sacramentarium Veronense ,
LC Mohlberg et al., editors (3rd edition, Rome, 1978), section I, no. 93.
[4] Cf. Eucharistic Prayer III.
[5] Cf. Eucharistic Prayer IV.
[6] Second Vatican Ecumenical Council, Constitution on the Sacred Liturgy, Sacrosanctum
Concilium , nos. 7, 47; Decree on the Ministry and Life of Priests, Presbyterorum ordinis , nos. 5,
18.
[7] Cf. Pius XII, Encyclical Letter Humani generis , 12 August 1950: Acta Apostolicae Sedis,
Commentarium Officiale (Vatican City; hereafter, AAS), 42 (1950), pp. 570-571; Paul VI,
Encyclical Letter Mysterium fidei , On the doctrine and worship of the Eucharist, 3 September
1965: AAS 57(1965), pp. 762-769; Paul VI, Solemn Profession of Faith, 30 June 1968, nos. 24-26:
AAS 60 (1968), pp. 442-443; Sacred Congregation of Rites, Instruction Eucharisticum mysterium ,
On the worship of the Eucharist, 25 May 1967, nos. 3f, 9: AAS 59 (1967), pp. 543, 547.
[8] Cf. Council of Trent, session 13, Decretum de ss. Eucharistia , 11 October 1551: Denz-Schön,
1635-1661.
[9] Cf. Second Vatican Ecumenical Council, Decree on the Ministry and Life of Priests,
Presbyterorum ordinis , no. 2.
[10] Cf. Second Vatican Ecumenical Council, Constitution on the Sacred Liturgy, Sacrosanctum
Concilium , no. 11.
[11] Second Vatican Ecumenical Council, Constitution on the Sacred Liturgy, Sacrosanctum
Concilium , no. 50.
[12] Ecumenical Council of Trent, Session 22, Doctrina de ss. Missae sacrificio , 17 September
1562, chapter 8: Denz-Schön, 1749.
[13] Ecumenical Council of Trent, Session 22, Doctrina de ss. Missae sacrificio , 17 September
1562, chapter 9: Denz-Schön, 1759.
[14] Ecumenical Council of Trent, Session 22, Doctrina de ss. Missae sacrificio , 17 September
1562, chapter 8: Denz-Schön, 1749.
[15] Cf. Second Vatican Ecumenical Council, Constitution on the Sacred Liturgy, Sacrosanctum
Concilium , no. 33.
[16] Cf. Second Vatican Ecumenical Council, Constitution on the Sacred Liturgy, Sacrosanctum
Concilium , no. 36.
[17] Cf. Second Vatican Ecumenical Council, Constitution on the Sacred Liturgy, Sacrosanctum
Concilium , no. 52.
[18] Cf. Second Vatican Ecumenical Council, Constitution on the Sacred Liturgy, Sacrosanctum
Concilium , no. 35:3.
[19] Second Vatican Ecumenical Council, Constitution on the Sacred Liturgy, Sacrosanctum
Concilium , no. 55.
[20] Ecumenical Council of Trent, Session 22, Doctrina de ss. Missae sacrificio , 17 September
1562, chapter 6: Denz-Schön, 1747.
[21] Cf. Second Vatican Ecumenical Council, Constitution on the Sacred Liturgy, Sacrosanctum
Concilium , no. 55.
[22] Cf. Second Vatican Ecumenical Council, Constitution on the Sacred Liturgy, Sacrosanctum
Concilium , no. 41; Dogmatic Constitution on the Church, Lumen gentium , no. 11; Decree on the
Ministry and Life of Priests, Presbyterorum ordinis , nos. 2, 5, 6; Decree on the Pastoral Office of
Bishops, Christus Dominus , 28 October 1965, no. 30; Second Vatican Ecumenical Council, Decree
on Ecumenism, Unitatis redintegratio , 21 November 1964, no. 15; Sacred Congregation of Rites,
Instruction Eucharisticum mysterium , On the worship of the Eucharist, 25 May 1967, nos. 3e, 6:
AAS 59 (1967), pp. 542, 544-545.
[23] Cf. Second Vatican Ecumenical Council, Constitution on the Sacred Liturgy, Sacrosanctum
Concilium , no. 10.
[24] Cf. Second Vatican Ecumenical Council, Constitution on the Sacred Liturgy, Sacrosanctum
Concilium , no. 102.
[25] Cf. Second Vatican Ecumenical Council, Constitution on the Sacred Liturgy, Sacrosanctum
Concilium , no. 10; cf. Decree on the Ministry and Life of Priests, Presbyterorum ordinis , no. 5.
[26] Cf. Second Vatican Ecumenical Council, Constitution on the Sacred Liturgy, Sacrosanctum
Concilium , nos. 14, 19, 26, 28, 30.
[27] Cf. Second Vatican Ecumenical Council, Constitution on the Sacred Liturgy, Sacrosanctum
Concilium , no. 47.
[28] Cf. Second Vatican Ecumenical Council, Constitution on the Sacred Liturgy, Sacrosanctum
Concilium , no. 14.
[29] Cf. Second Vatican Ecumenical Council, Constitution on the Sacred Liturgy, Sacrosanctum
Concilium , no. 41.
[30] Cf. Second Vatican Ecumenical Council, Decree on the Ministry and Life of Priests,
Presbyterorum ordinis , no. 13; Codex Iuris Canonici , can. 904 .
[31] Cf. Second Vatican Ecumenical Council, Constitution on the Sacred Liturgy, Sacrosanctum
Concilium , no. 59.
[32] Special celebrations of Mass should observe the guidelines established for them: For Masses
with special groups, cf. Sacred Congregation for Divine Worship, Instruction Actio pastoralis , On
Masses with special groups, 15 May 1969: AAS 61 (1969), pp. 806-811; for Masses with children,
cf. Sacred Congregation for Divine Worship, Directory for Masses with Children , 1 November
1973: AAS 66 (1974), pp. 30-46; for the manner of joining the Hours of the Office with the Mass,
cf. Sacred Congregation for Divine Worship, General Instruction of the Liturgy of the Hours, editio
typica , 11 April 1971, editio typica altera, 7 April 1985, nos. 93-98; for the manner of joining
certain blessings and the crowning of an image of the Blessed Virgin Mary with the Mass, cf. The
Roman Ritual, Book of Blessings, editio typica, 1984, Introduction, no. 28; Order of Crowning an
Image of the Blessed Virgin Mary, editio typica , 1981, nos. 10 and 14.
[33] Cf. Second Vatican Ecumenical Council, Decree on the Pastoral Office of Bishops, Christus
Dominus , no. 15; cf. also Constitution on the Sacred Liturgy, Sacrosanctum Concilium , no. 41.
[34] Cf. Second Vatican Ecumenical Council, Constitution on the Sacred Liturgy, Sacrosanctum
Concilium , no. 22.
[35] Cf. Second Vatican Ecumenical Council, Constitution on the Sacred Liturgy. Sacrosanctum
Concilium , nos. 38, 40; Paul VI, Apostolic Constitution Missale Romanum .
[36] Congregation for Divine Worship and the Discipline of the Sacraments, Instruction, Varietates
legitimate , 25 January 1994: AAS 87 (1995), pp. 288-314.
[37] Cf. Second Vatican Ecumenical Council, Decree on the Ministry and Life of Priests,
Presbyterorum ordinis , no. 5; Constitution on the Sacred Liturgy, Sacrosanctum Concilium , no. 33.
[38] Cf. Ecumenical Council of Trent, Session 22, Doctrina de ss. Missae sacrificio , 17 September
1562, chapter 1: Denz-Schön, 1740; Paul VI, Solemn Profession of Faith, 30 June 1968, no. 24:
AAS 60 (1968), p. 442.
[39] Cf. Second Vatican Ecumenical Council, Constitution on the Sacred Liturgy, Sacrosanctum
Concilium , no. 7; Paul VI, Encyclical Letter Mysterium fidei , On the doctrine and worship of the
Eucharist, 3 September 1965: AAS 57 (1965), p. 764; Sacred Congregation of Rites, Instruction
Eucharisticum mysterium , On the worship of the Eucharist, 25 May 1967, no. 9: AAS 59 (1967), p.
547.
[40] Cf. Second Vatican Ecumenical Council, Constitution on the Sacred Liturgy, Sacrosanctum
Concilium , no. 56; Sacred Congregation of Rites, Instruction Eucharisticum mysterium , On the
worship of the Eucharist, 25 May 1967, no. 3: AAS 59 (1967), p. 542.
[41] Cf. Second Vatican Ecumenical Council, Constitution on the Sacred Liturgy, Sacrosanctum
Concilium , nos. 48, 51; Second Vatican Ecumenical Council, Dogmatic Constitution on Divine
Revelation, Dei Verbum , 18 November 1965, no. 21; Decree on the Ministry and Life of Priests,
Presbyterorum ordinis , no. 4.
[42] Cf. Second Vatican Ecumenical Council, Constitution on the Sacred Liturgy, Sacrosanctum
Concilium , nos. 7, 33, 52.
[43] Cf. Second Vatican Ecumenical Council, Constitution on the Sacred Liturgy, Sacrosanctum
Concilium , no. 33.
[44] Cf. Sacred Congregation of Rites, Instruction Musicam sacram , On music in the Liturgy, 5
March 1967 , no. 14: AAS 59 (1967), p. 304.
[45] Cf. Second Vatican Ecumenical Council, Constitution on the Sacred Liturgy, Sacrosanctum
Concilium , nos. 26-27; Sacred Congregation of Rites, Instruction Eucharisticum mysterium , On
the worship of the Eucharist, 25 May 1967, no. 3d: AAS 59 (1967), p. 542.
[46] Cf. Second Vatican Ecumenical Council, Constitution on the Sacred Liturgy, Sacrosanctum
Concilium , no. 30.
[47] Cf. Sacred Congregation of Rites, Instruction Musicam sacram , On music in the Liturgy, 5
March 1967, no. 16a: AAS 59 (1967), p. 305.
[48] St. Augustine of Hippo, Sermo 336, 1: Patrologiae cursus completus: Series latina , JP Migne,
editor, Paris, 1844-1855 (hereafter, PL), 38, 1472.
[49] Cf. Sacred Congregation of Rites, Instruction Musicam sacram , On music in the Liturgy, 5
March 1967, nos. 7, 16: AAS 59 (1967), pp. 302, 305.
[50] Cf. Second Vatican Ecumenical Council, Constitution on the Sacred Liturgy, Sacrosanctum
Concilium , no. 116; cf. also Sacred Congregation of Rites, Instruction Musicam sacram , On music
in the Liturgy, 5 March 1967, no. 30.
[51] Cf. Second Vatican Ecumenical Council, Constitution on the Sacred Liturgy, Sacrosanctum
Concilium , no. 54; Sacred Congregation of Rites, Instruction Inter Oecumenici , On the orderly
carrying out of the Constitution on the Sacred Liturgy, 26 September 1964, no. 59: AAS 56 (1964),
p. 891; Sacred Congregation of Rites, Instruction Musicam sacram , On music in the Liturgy, 5
March 1967, no. 47: AAS 59 (1967), p. 314.
[52] Cf. Second Vatican Ecumenical Council, Constitution on the Sacred Liturgy, Sacrosanctum
Concilium , nos. 30, 34; cf. also Sacred Congregation of Rites, Instruction Musicam sacram , On
music in the Liturgy, 5 March 1967, no. 21.
[53] Cf. Second Vatican Ecumenical Council, Constitution on the Sacred Liturgy, Sacrosanctum
Concilium , no. 40; Congregation for Divine Worship and the Discipline of the Sacraments,
Instruction Varietates legitimae , 25 January 1994, no. 41: AAS 87 (1995), p. 304.
[54] Cf. Second Vatican Ecumenical Council, Constitution on the Sacred Liturgy, Sacrosanctum
Concilium , no. 30; Sacred Congregation of Rites, Instruction Musicam sacram , On music in the
Liturgy, 5 March 1967, no. 17: AAS 59 (1967), p. 305.
[55] Cf. John Paul II, Apostolic Letter Dies Domini , 31 May 1998 , no. 50: AAS 90 (1998), p. 745.
[56] Cf. The Roman Missal, Appendix II.
[57] Cf. Tertullian, Adversus Marcionem , IV, 9: Corpus Christianorum, Series latina , Turnhout,
Belgium, 1953- (hereafter, CCSL), 1, p. 560. PL 2, 376A; Origen, Disputatio cum Heracleida , no.
4, 24: Sources chrétiennes , H. deLubac et al., editors. (Paris, 1941-), p. 62; Statuta Concilii
Hipponensis Breviata , 21: CCSL 149, p. 39.
[58] Cf. Second Vatican Ecumenical Council, Constitution on the Sacred Liturgy, Sacrosanctum
Concilium , no. 33.
[59] Cf. Second Vatican Ecumenical Council, Constitution on the Sacred Liturgy, Sacrosanctum
Concilium , no. 7.
[60] Cf. The Roman Missal, Lectionary for Mass , editio typica altera , 1981, Introduction, no. 28.
[61] Cf. Second Vatican Ecumenical Council, Constitution on the Sacred Liturgy, Sacrosanctum
Concilium , no. 51.
[62] Cf. John Paul II, Apostolic Letter Vicesimus quintus annus , 4 December 1988, no. 13: AAS 81
(1989), p. 910.
[63] Cf. Second Vatican Ecumenical Council, Constitution on the Sacred Liturgy, Sacrosanctum
Concilium , no. 52; Codex Iuris Canonici , can. 767
[64] Cf. Sacred Congregation of Rites, Instruction Inter Oecumenici , On the orderly carrying out of
the Constitution on the Sacred Liturgy, 26 September 1964, no. 54: AAS 56 (1964), p. 890
[65] Cf. Codex Iuris Canonici , can. 767§1 ; Pontifical Commission for the Authentic Interpretation
of the Code of Canon Law , response to dubium regarding can. 767 1: AAS 79 (1987), p. 1249;
Interdicasterial Instruction on certain questions regarding the collaboration of the non-ordained
faithful in the sacred ministry of priests, Ecclesiae de mysterio , 15 August 1997, art. 3: AAS 89
(1997), p. 864.
[66] Cf. Sacred Congregation of Rites, Instruction Inter Oecumenici , On the orderly carrying out of
the Constitution on the Sacred Liturgy, 26 September 1964, no. 53: AAS 56 (1964), p. 890.
[67] Cf. Second Vatican Ecumenical Council, Constitution on the Sacred Liturgy, Sacrosanctum
Concilium , no. 53.
[68] Cf. Sacred Congregation of Rites, Instruction Inter Oecumenici , On the orderly carrying out of
the Constitution on the Sacred Liturgy, 26 September 1964, no. 56: AAS 56 (1964), p. 890.
[69] Cf. Second Vatican Ecumenical Council, Constitution on the Sacred Liturgy, Sacrosanctum
Concilium , no. 47; Sacred Congregation of Rites, Instruction Eucharisticum mysterium , On the
worship of the Eucharist, 25 May 1967, no. 3a, b: AAS 59 (1967), pp. 540-541.
[70] Cf. Sacred Congregation of Rites, Instruction Inter Oecumenici , On the orderly carrying out of
the Constitution on the Sacred Liturgy, 26 September 1964, no. 91: AAS 56 (1964), p. 898; Sacred
Congregation of Rites, Instruction Eucharisticum mysterium , On the worship of the Eucharist, 25
May 1967, no. 24: AAS 59 (1967), p. 554.
[71] Cf. Second Vatican Ecumenical Council, Constitution on the Sacred Liturgy, Sacrosanctum
Concilium , no. 48; Sacred Congregation of Rites, Instruction Eucharisticum mysterium , On the
worship of the Eucharist, 25 May 1967, no. 12: AAS 59 (1967), pp. 548-549.
[72] Cf. Second Vatican Ecumenical Council, Constitution on the Sacred Liturgy, Sacrosanctum
Concilium , no. 48; Decree on the Ministry and Life of Priests, Presbyterorum ordinis , no. 5;
Sacred Congregation of Rites, Instruction Eucharisticum mysterium , On the worship of the
Eucharist, 25 May 1967, no. 12: AAS 59 (1967), pp. 548-549.
[73] Cf. Sacred Congregation of Rites, Instruction Eucharisticum mysterium , On the worship of the
Eucharist, 25 May 1967, nos. 31, 32; Sacred Congregation for the Discipline of the Sacraments,
Instruction Immensae caritatis , 29 January 1973, no. 2: AAS 65 (1973), pp. 267-268.
[74] Cf. Sacred Congregation for the Sacraments and Divine Worship, Instruction Inestimabile
donum , 3 April, 1980, no. 17: AAS 72 (1980), p. 338.
[75] Cf. Second Vatican Ecumenical Council, Constitution on the Sacred Liturgy, Sacrosanctum
Concilium , no. 26.
[76] Cf. Second Vatican Ecumenical Council, Constitution on the Sacred Liturgy, Sacrosanctum
Concilium , no. 14.
[77] Cf. Second Vatican Ecumenical Council, Constitution on the Sacred Liturgy, Sacrosanctum
Concilium , no. 28.
[78] Cf. Second Vatican Ecumenical Council, Dogmatic Constitution on the Church, Lumen
gentium , nos. 26, 28; Constitution on the Sacred Liturgy, Sacrosanctum Concilium , no. 42.
[79] Cf. Second Vatican Ecumenical Council, Constitution on the Sacred Liturgy, Sacrosanctum
Concilium , no. 26.
[80] Cf. Caeremoniale Episcoporum, editio typica , 1984, nos. 175-186.
[81] Cf. Second Vatican Ecumenical Council, Dogmatic Constitution on the Church, Lumen
gentium , no. 28; Decree on the Ministry and Life of Priests, Presbyterorum ordinis , no. 2.
[82] Cf. Paul VI, Apostolic Letter Sacrum diaconatus ordinem , 18 June 1967: AAS 59 (1967), pp.
697-704; The Roman Pontifical, Rites of Ordination of a Bishop, of Priests, and of Deacons, editio
typica altera , 1989, no. 173.
[83] Cf. Second Vatican Ecumenical Council, Constitution on the Sacred Liturgy, Sacrosanctum
Concilium , no. 48; Sacred Congregation of Rites, Instruction Eucharisticum mysterium , On the
worship of the Eucharist, 25 May 1967, no. 12: AAS 59 (1967), pp. 548-549.
[84] Cf. Codex Iuris Canonici , can. 910 2; cf. also Interdicasterial Instruction on certain questions
regarding the collaboration of the non-ordained faithful in the sacred ministry of priests, Ecclesiae
de mysterio , 15 August 1997, art. 8: AAS 89 (1997), p. 871.
[85] Cf. Sacred Congregation for the Discipline of the Sacraments, Instruction Immensae caritatis ,
29 January 1973, no. 1: AAS 65 (1973), pp. 265-266; Codex Iuris Canonici , can. 230 3.
[86] Cf. Second Vatican Ecumenical Council, Constitution on the Sacred Liturgy, Sacrosanctum
Concilium , no. 24.
[87] Cf. Sacred Congregation of Rites, Instruction Musicam sacram , On music in the Liturgy, 5
March 1967, no. 19: AAS 59 (1967), p. 306.
[88] Cf. Sacred Congregation of Rites, Instruction Musicam sacram , On music in the Liturgy, 5
March 1967, no. 21: AAS 59 (1967), pp. 306-307.
[89] Cf. Pontifical Commission for interpreting legal texts, response to dubium regarding can. 230
2: AAS 86 (1994), p. 541.
[90] Cf. Second Vatican Ecumenical Council, Constitution on the Liturgy, Sacrosanctum
Concilium , no. 22.
[91] Cf. Second Vatican Ecumenical Council, Constitution on the Sacred Liturgy, Sacrosanctum
Concilium , no. 41.
[92] Cf. Caeremoniale Episcoporum, editio typica , 1984, nos. 119-186
[93] Cf. Concilio Ecuménico Vaticano II, Constitución sobre la Sagrada Liturgia, Sacrosanctum
Concilium , no. 42; Constitución Dogmática sobre la Iglesia, Lumen gentium , no. 28; Decreto sobre
el ministerio y la vida de los presbíteros, Presbyterorum ordinis , no. 5; Sagrada Congregación de
los Ritos, Instrucción Eucharisticum mysterium , Sobre la adoración de la Eucaristía, 25 de mayo de
1967, no. 26: AAS 59 (1967), p. 555.
[94] Cf. Sagrada Congregación de los Ritos, Instrucción Eucharisticum mysterium , Sobre la
adoración de la Eucaristía, 25 de mayo de 1967, no. 47: AAS 59 (1967), p. 565.
[95] Cf. Sagrada Congregación de los Ritos, Instrucción Eucharisticum mysterium , Sobre la
adoración de la Eucaristía, 25 de mayo de 1967, no. 26: AAS 59 (1967), p. 555; Sagrada
Congregación de los Ritos, Instrucción Musicam sacram , Sobre la música en la Liturgia, 5 de
marzo de 1967, núms. 16, 27: AAS 59 (1967), págs. 305, 308.
[96] Cf. Instrucción interdicasterial sobre ciertas cuestiones relativas a la colaboración de los fieles
no ordenados en el ministerio sagrado de los sacerdotes, Ecclesiae de mysterio , 15 de agosto de
1997, art. 6: AAS 89 (1997), p. 869.
[97] Cf. Sagrada Congregación para los Sacramentos y el Culto Divino, Instrucción Inaestimabile
donum , 3 de abril de 1980, no. 10: AAS 72 (1980), p. 336; Instrucción interdicasterial sobre ciertas
cuestiones relativas a la colaboración de los fieles no ordenados en el ministerio sagrado de los
sacerdotes, Ecclesiae de mysterio , 15 de agosto de 1997, art. 8: AAS 89 (1997), p. 871.
[98] Cf. a continuación, Apéndice, orden de encargar a un ministro para distribuir la Sagrada
Comunión en una sola ocasión, p. 1253.
[99] Cf. Caeremoniale Episcoporum, editio typica , 1984, nos. 1118-1121.
[100] Pablo VI, Carta Apostólica Ministeria quaedam , 15 de agosto de 1972: AAS 64 (1972), p.
532.
[101] Cf. Concilio Ecuménico Vaticano II, Constitución sobre la Sagrada Liturgia, Sacrosanctum
Concilium , no. 57; Codex Iuris Canonici , can. 902 .
[102] Cf. Sagrada Congregación de los Ritos, Instrucción Eucharisticum mysterium , Sobre la
adoración de la Eucaristía, 25 de mayo de 1967, no. 47: AAS 59 (1967), p. 566.
[103] Cf. Sagrada Congregación de los Ritos, Instrucción Eucharisticum mysterium , Sobre la
adoración de la Eucaristía, 25 de mayo de 1967, no. 47: AAS 59 (1967), p. 565.
[104] Cf. Benedicto XV, Constitución Apostólica Incruentum altaris sacrificium , 10 de agosto de
1915: AAS 7 (1915), pp. 401-404.
[105] Cf. Sagrada Congregación de los Ritos, Instrucción Eucharisticum mysterium , Sobre la
adoración de la Eucaristía, 25 de mayo de 1967, no. 32: AAS 59 (1967), p. 558.
[106] Cf. Concilio de Trento, sesión 21, Doctrina de communione sub utraque specie et parvulorum
, 16 de julio de 1562, capítulos 1-3: Denz-Schön, 1725-1729.
[107] Cf. Concilio de Trento, sesión 21, Doctrina de communione sub utraque specie et parvulorum
, capítulo 2: Denz-Schön, 1725-1728.
[108] Cf. Concilio Ecuménico Vaticano II, Constitución sobre la Sagrada Liturgia, Sacrosanctum
Concilium , nos. 122-124; Decreto sobre el ministerio y la vida de los presbíteros, Presbyterorum
ordinis , no. 5; Sagrada Congregación de los Ritos, Instrucción Inter Oecumenici , Sobre el
cumplimiento ordenado de la Constitución sobre la Sagrada Liturgia, 26 de septiembre de 1964, no.
90: AAS 56 (1964), p. 897; Sagrada Congregación de los Ritos, Instrucción Eucharisticum
mysterium , Sobre la adoración de la Eucaristía, 25 de mayo de 1967, no. 24: AAS 59 (1967), p.
554; Codex Iuris Canonici , can. 932 1.
[109] Cf. Concilio Ecuménico Vaticano II, Constitución sobre la Sagrada Liturgia, Sacrosanctum
Concilium , no. 123.
[110] Cf. Sagrada Congregación de los Ritos, Instrucción Eucharisticum mysterium , Sobre la
adoración de la Eucaristía, 25 de mayo de 1967, no. 24: AAS 59 (1967), p. 554.
[111] Cf. Concilio Ecuménico Vaticano II, Constitución sobre la Sagrada Liturgia, Sacrosanctum
Concilium , nos. 123, 129; Sagrada Congregación de los Ritos, Instrucción Inter Oecumenici ,
Sobre el cumplimiento ordenado de la Constitución sobre la Sagrada Liturgia, 26 de septiembre de
1964, no. 13c: AAS 56 (1964), p. 880.
[112] Cf. Concilio Ecuménico Vaticano II, Constitución sobre la Sagrada Liturgia, Sacrosanctum
Concilium , no. 123.
[113] Cf. Concilio Ecuménico Vaticano II, Constitución sobre la Sagrada Liturgia, Sacrosanctum
Concilium , no. 126; Sagrada Congregación de los Ritos, Instrucción Inter Oecumenici , Sobre el
cumplimiento ordenado de la Constitución sobre la Sagrada Liturgia, 26 de septiembre de 1964, no.
91: AAS 56 (1964), p. 898.
[114] Cf. Sagrada Congregación de los Ritos, Instrucción Inter Oecumenici , Sobre el cumplimiento
ordenado de la Constitución sobre la Sagrada Liturgia, 26 de septiembre de 1964, núms. 97-98:
AAS 56 (1964), p. 899.
[115] Cf. Sagrada Congregación de los Ritos, Instrucción Inter Oecumenici , Sobre el cumplimiento
ordenado de la Constitución sobre la Sagrada Liturgia, 26 de septiembre de 1964, no. 91: AAS 56
(1964), p. 898.
[116] Cf. Sagrada Congregación de los Ritos, Instrucción Inter Oecumenici , Sobre el cumplimiento
ordenado de la Constitución sobre la Sagrada Liturgia, 26 de septiembre de 1964, no. 91: AAS 56
(1964), p. 898.
[117] Cf. Sagrada Congregación de los Ritos, Instrucción Inter Oecumenici , Sobre el cumplimiento
ordenado de la Constitución sobre la Sagrada Liturgia, 26 de septiembre de 1964, no. 92: AAS 56
(1964), p. 899.
[118] Cf. El Ritual romano, Libro de las bendiciones, editio typica , 1984, Orden para una
bendición con motivo de la instalación de un nuevo Ambo, nos. 900-918.
[119] Cf. Sagrada Congregación de los Ritos, Instrucción Inter Oecumenici , Sobre el cumplimiento
ordenado de la Constitución sobre la Sagrada Liturgia, 26 de septiembre de 1964, no 92: AAS 56
(1964), p. 898.
[120] Cf. El Ritual romano, Libro de las bendiciones, editio typica , 1984, Orden de una bendición
con motivo de la instalación de una nueva cátedra o silla presidencial, núms. 880-899.
[121] Cf. Sagrada Congregación de los Ritos, Instrucción Inter Oecumenici , Sobre el cumplimiento
ordenado de la Constitución sobre la Sagrada Liturgia, 26 de septiembre de 1964, no. 92: AAS 56
(1964), p. 898.
[122] Cf. Concilio Ecuménico Vaticano II, Constitución sobre la Sagrada Liturgia, Sacrosanctum
Concilium , no. 32.
[123] Cf. Sagrada Congregación de los Ritos, Instrucción Musicam sacram , Sobre la música en la
Liturgia, 5 de marzo de 1967, n. 23: AAS 59 (1967), p. 307.
[124] Cf. El Ritual romano, Libro de las bendiciones, editio typica , 1984, Orden para la bendición
de un órgano, nos. 1052-1067.
[125] Cf. Sagrada Congregación de los Ritos, Instrucción Eucharisticum mysterium , Sobre la
adoración de la Eucaristía, 25 de mayo de 1967, no. 54: AAS 59 (1967), p. 568; cf. también Sagrada
Congregación de los Ritos, Instrucción Inter Oecumenici , Sobre el cumplimiento ordenado de la
Constitución sobre la Sagrada Liturgia, 26 de septiembre de 1964, n. 95: AAS 56 (1964), p. 898.
[126] Cf. Sagrada Congregación de los Ritos, Instrucción Eucharisticum mysterium , Sobre la
adoración de la Eucaristía, 25 de mayo de 1967. no. 52: AAS 59 (1967), p. 568; Sagrada
Congregación de los Ritos, Instrucción Inter Oecumenici , Sobre el cumplimiento ordenado de la
Constitución sobre la Sagrada Liturgia, 26 de septiembre de 1964, no. 95: AAS 56 (1964), p. 898;
Sagrada Congregación para los Sacramentos, Instrucción Nullo umquam tempore , 28 de mayo de
1938, no. 4: AAS 30 (1938), pp. 199-200; El Ritual Romano, la Sagrada Comunión y la Adoración
de la Eucaristía fuera de la Misa, editio typica , 1973, nos. 10-11; Codex Iuris Canonici , can. 938
3.
[127] Cf. El Ritual romano, Libro de las bendiciones, editio typica , 1984, Orden de bendición en
ocasión de la instalación de un nuevo tabernáculo, n. 919-929.
[128] Cf. Sagrada Congregación de los Ritos, Instrucción Eucharisticum mysterium , Sobre la
adoración de la Eucaristía, 25 de mayo de 1967. no. 55: AAS 59 (1967), p. 569.
[129] Cf. Sagrada Congregación de los Ritos, Instrucción Eucharisticum mysterium , Sobre la
adoración de la Eucaristía, 25 de mayo de 1967. no. 53: AAS 59 (1967), p. 568; El Ritual Romano,
la Sagrada Comunión y la Adoración de la Eucaristía fuera de la Misa, edición típica , 1973, no. 9;
Codex Iuris Canonici, can. 938 §2; Juan Pablo II, Carta Apostólica Dominicae Cenae , 24 de
febrero de 1980, n. 3: AAS 72 (1980), páginas 117-119.
[130] Cf. Codex Iuris Canonici , can. 940 ; Sagrada Congregación de los Ritos, Instrucción
Eucharisticum mysterium , Sobre la adoración de la Eucaristía, 25 de mayo de 1967. no. 57: AAS
59 (1967), p. 569; El Ritual Romano, la Sagrada Comunión y la Adoración de la Eucaristía fuera
de la Misa, edición típica, 1973, no. 11.
[131] Cf. particularmente en la Sagrada Congregación para los Sacramentos, Instrucción Nullo
umquam tempore, 28 de mayo de 1938: AAS 30 (1938), pp. 198-207; Codex Iuris Canonici , cann.
934-944 .
[132] Cf. Concilio Ecuménico Vaticano II, Constitución sobre la Liturgia, Sacrosanctum
Concilium , no. 8.
[133] Cf. El Pontificio Romano: Orden de la Dedicación de una Iglesia y un Altar, editio typica ,
1984, Capítulo 4, no. 10; El Ritual Romano, Libro de las bendiciones, edito typica, 1984, Orden
para la Bendición de Imágenes para la Veneración Pública por los Fieles, nos. 984-1031.
[134] Cf. Concilio Ecuménico Vaticano II, Constitución sobre la Sagrada Liturgia, Sacrosanctum
Concilium , no. 125.
[135] Cf. Concilio Ecuménico Vaticano II, Constitución sobre la Sagrada Liturgia, Sacrosanctum
Concilium , no. 128.
[136] Cf. El Pontificio Romano: Orden de la Dedicación de una Iglesia y un Altar, editio typica ,
1984, Capítulo 7, Orden de la Bendición de un Cáliz y una Patena; El Ritual romano, Libro de las
bendiciones, editio typica , 1984, Orden para la bendición de los artículos para uso litúrgico, nos.
1068-1084.
[137] Cf. El Ritual romano, Libro de las bendiciones, editio typica , 1984, Orden para la bendición
de los artículos para uso litúrgico, no. 1070.
[138] Cf. Concilio Ecuménico Vaticano II, Constitución sobre la Sagrada Liturgia, Sacrosanctum
Concilium , no. 128.
[139] Cf. Concilio Ecuménico Vaticano II, Constitución sobre la Sagrada Liturgia, Sacrosanctum
Concilium , no. 128.
[140] Para bendecir objetos que están diseñados para el uso litúrgico en iglesias, cf. El Ritual
Romano, Libro de las bendiciones, editio typica , 1984, parte III.
[141] Cf. Concilio Ecuménico Vaticano II, Constitución sobre la Sagrada Liturgia, Sacrosanctum
Concilium , no. 51.
[142] El Misal Romano, Leccionario para la Misa, editio typica altera , 1981, Introducción, no. 80.
[143] El Misal Romano, Leccionario de la Misa, editio typica altera , 1981, Introducción, n. 81.
[144] Cf. Concilio Ecuménico Vaticano II, Constitución sobre la Sagrada Liturgia, Sacrosanctum
Concilium , no. 61.
[145] Cf. Concilio Ecuménico Vaticano II, Constitución dogmática sobre la Iglesia, Lumen
gentium , n. 54; Pablo VI, Exhortación Apostólica Marialis cultus , 2 de febrero de 1974, n. 9: AAS
66 (1974), pp. 122-123.
[146] Cf. particularmente Codex Iuris Canonici, can. 1176-1185 ; El ritual romano, orden de los
funerales cristianos, edición typica, 1969.
[147] Cf. Concilio Ecuménico Vaticano II, Constitución sobre la Sagrada Liturgia, Sacrosanctum
Concilium , no. 14.
[148] Cf. Concilio Ecuménico Vaticano II, Constitución sobre la Sagrada Liturgia, Sacrosanctum
Concilium , no. 41.
[149] Cf. Codex Iuris Canonici , can. 838 §3 .
[150] Cf. Concilio Ecuménico Vaticano II, Constitución sobre la Sagrada Liturgia, Sacrosanctum
Concilium , no. 24.
[151] Cf. Concilio Ecuménico Vaticano II, Constitución sobre la Sagrada Liturgia, Sacrosanctum
Concilium , no. 36 §3.
[152] Cf. Concilio Ecuménico Vaticano II, Constitución sobre la Sagrada Liturgia, Sacrosanctum
Concilium , no. 112.
[153] Cf. Normas generales para el año litúrgico y el calendario , nos. 48-51, p. 99; Sagrada
Congregación para el Culto Divino, Instrucción Calendaria particularia , 24 de junio de 1970,
núms. 4, 8: AAS 62 (1970), págs. 652-653.
[154] Cf. Concilio Ecuménico Vaticano II, Constitución sobre la Sagrada Liturgia, Sacrosanctum
Concilium , no. 106.
[155] Cf. Normas generales para el año litúrgico y el calendario , nos. 48-51, p. 99; Sagrada
Congregación para el Culto Divino, Instrucción Calendaria particularia , 24 de junio de 1970, no.
38: AAS 62 (1970), p. 660.
[156] Cf. Concilio Ecuménico Vaticano II, Constitución sobre la Sagrada Liturgia, Sacrosanctum
Concilium , no. 37-40.
[157] Cf. Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, Instrucción
Varietates legítima, 25 de enero de 1994, nos. 54, 62 - 69: AAS 87 (1995), págs. 308 - 309, 311 -
313.
[158] Cf. Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, Instrucción
Varietates legítima, 25 de enero de 1994, nos. 66-68: AAS 87 (1995), p. 313.
[159] Cf. Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, Instrucción
Varietates legítima, 25 de enero de 1994, nos. 26-27: AAS 87 (1995), págs. 298-299.
[160] Cf. Juan Pablo II, Carta Apostólica Vicesimus Quintus Annus , 4 de diciembre de 1988, n. 16:
AAS 81 (1989), p. 912; Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos,
Instrucción Varietates legítima, 25 de enero de 1994, nos. 2, 36: AAS 87 (1995), págs. 288, 302.
[161] Cf. Concilio Ecuménico Vaticano II, Constitución sobre la Sagrada Liturgia, Sacrosanctum
Concilium , no. 23.
[162] Cf. Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, Instrucción
Varietates legítima, 25 de enero de 1994, no. 46: AAS 87 (1995), p. 306.
[163] Cf. Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, Instrucción
Varietates legítima, 25 de enero de 1994, no. 36: AAS 87 (1995), pp. 302.
[164] Cf.Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, Instrucción
Varietates legítima, 25 de enero de 1994, no. 54: AAS 87 (1995), págs. 308 - 309.
[165] Cf. Concilio Ecuménico Vaticano II, Constitución sobre la Sagrada Liturgia, Sacrosanctum
Concilium , no. 38;Pablo VI, Constitución Apostólica Missale Romanum , p. 14.