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¿Cuales con los límites de la inteligencia. ¿Limitan las leyes físicas la capacidad de nuestro
cerebro de ser más inteligente?
Scientific American publica un interesante artículo que comienza, cómo no, refiriendo una
comparación de Santiago Ramón y Cajal. Según el ilustre español, el cerebro de un insecto es
como un reloj de pulsera mientras el de un mamífero parece el reloj de pared del abuelo. Y ello
a pesar de que los insectos resuelven determinadas tareas, como los laberintos, tan bien como
los mamíferos. Pero lo cierto es que los mamíferos somos más inteligentes, aunque ello conlleva
algunos costes.
Un elefante tiene un cerebro millones de veces más grande que un insecto. Las señales
nerviosas tienen un camino 100 veces más largo. Esto les lleva a ser más lentos, fiarse menos
de los reflejos y realizar complejas planificaciones para cada paso que dan.
Menor densidad de neuronas en el área 10 en humanos (dcha) que en chimpancés (izqda) permite mayor número de conexiones
Sin embargo, los primates han sido capaces de aumentar el tamaño del cerebro y el número de
neuronas y que estas aumenten poco su tamaño. Algunas son más grandes pero la mayoría no.
Si un roedor tuviera los 100 mil millones de neuronas que tiene un humano, el peso de su cerebro
sería de 45 kilos. Este denso empaquetamiento permite que aumente el número de neuronas
corticales y se mantengan la velocidad de las conexiones.
Pero todo tiene un límite. El área 10 de Brodmann, situada en el lóbulo frontal, encima de los
ojos, tiene relación con el pensamiento más abstracto y sofisticado. En este área, las neuronas
humanas están más espaciadas que las del resto de los primates debido a que tienen más
conexiones.
Diseño inteligente.
El cerebro humano sería más eficiente si los axones pudieran ser igual de rápidos siendo más
delgados. Pero de nuevo el diseño parece haber llegado a sus límites. La unidad básica de
generación eléctrica de los axones es el canal iónico. Estos son pequeñas proteínas que se
abren y cierran permitiendo el paso de iones cargados eléctricamente entre el interior y el exterior
de la neurona. Pero son tan pequeños que minúsculos cambios pueden hacer que se disparen.
De hecho no son muy fiables y a veces parece que se disparan aleatoriamente. ¿Es un mal
diseño? No, es de nuevo un compromiso. Si fueran más seguros serían más caros de mantener
energéticamente y si fueran menos seguros producirían mucho "ruido", es decir, la señal global
no sería fiable. Así que parece que un suficiente número de ellos mantiene la probabilidad global
de disparo de la neurona, como si "votaran". Por lo tanto, al reducir el tamaño del axón y el
número de canales, la neurona generaría mucho ruido y su comportamiento sería aleatorio. De
nuevo parece que el tamaño de los axones se acerca a su límite físico.
Este compromiso entre información, energía y ruido no es único en la biología. Los chips de los
ordenadores sufren el mismo problema. Con una tecnología de 45 nanómetros, estamos
acercándonos a los límites del átomo y cada nuevo procesador tiene más problemas de diseño,
fiabilidad y calor.
Los diseñadores de transistores pueden cambiar por completo la tecnología para solucionar sus
problemas. Pero la evolución no puede empezar desde cero. Los sistemas basados en neuronas
parecen haber encontrado unos límites que ni la misma evolución puede superar.
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7 comentarios:
1.
Un saludo.
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2.
Hola Santiago.
Sospecho que los tiempos que maneja la evolución no nos permitirán a nosotros,
los hoy vivos, ver personas mucho más inteligentes. Eso en el caso de que la
cultura no esté parando la evolución.
En relación al post, parece que el diseño kludge ha dado bastante de sí. Aunque
creo que aún hay margen. Un poco de aquí, un poco de allí y se puede mejorar.
Un devoto saludo a la máquina.
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