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De los principios generales de la moral Javier Senar Bartolomé

Comentario de texto

El fragmento de texto a comentar pertenece a la siguiente obra de David Hume


Investigación sobre los principios de la moral. Esta obra se clasifica en la corriente
filosófica empirista (a la que Hume pertenece) la cual postula que la obtención de
conocimiento por parte del humano proviene principalmente de la experiencia sensible.
A esta postura se contrapone el racionalismo, corriente filosófica que sobrepone a la
razón frente a la experiencia sensible en una teoría epistemológica.

Una vez situado en un panorama filosófico el fragmento a comentar podemos proceder


a situarlo en su marco histórico correspondiente, en este caso, el texto data de 1751.
Esto nos lleva al marco histórico del siglo XVIII, es decir, la Ilustración. Este periodo
histórico abarca aproximadamente desde el siglo XVIII hasta el siglo XIX (dependiendo
del país que se tome como referencia obtendremos una fecha distinta del comienzo y
final de este periodo). Esta época viene marcada por las siguientes máximas de
pensamiento:

 Sapere Aude (atrévete a saber)


 Piensa poniéndote en el lugar del otro
 Piensa siempre de acuerdo contigo mismo (se coherente)

La Ilustración según Kant es: “la salida de la humanidad de su minoría de edad auto
culpable”. Con esta frase Kant evidencia que la humanidad ha logrado servirse de su
propio uso de la razón sin recurrir a otras fuentes trascendentes para conocer el mundo
(minoría de edad), a esta razón hemos llegado de una forma tardía, no por carencia de
comprensión sino por falta de valor para llegar a ella (por eso Kant habla de una minoría
de edad auto culpable).

El fragmento de texto a tratar es de carácter didáctico, por tanto, su propósito es el de


enseñar. Esto provoca que el texto este escrito en un lenguaje sencillo y de fácil
entendimiento, dado que de utilizar un lenguaje técnico y complejo implicaría dificultar
el propósito del texto. En concreto el fragmento que vamos a comentar tiene por
propósito enseñar la controversia del debate sobre la moral que se estaba dando en la
época de Hume.

Por motivos organizativos voy a utilizar la ordenación de parágrafos del propio texto
para analizar lo que se postula en él.

En el primer parágrafo Hume expone que hay 2 tipos de personas a la hora de debatir
con las que no se debe tratar de razonar pues su método de discusión no es la razón,
Hume afirma que estos son aquellos que se aferran a sus principios sin importar lo que
se razone en su contra, y aquellos que a la hora de debatir son completamente
insinceros, defendiendo opiniones que no comparten, haciendo que el debate sea
enteramente vacío. Ambos casos tienen el mismo efecto a la hora de discutir, no son
capaces de llegar a ningún argumento razonable puesto que su objetivo no es la verdad
sino que en el primer caso es la defensa de sus principios y en el segundo demostrar una
superioridad intelectual frente al que debate con él. La solución de Hume es simple y
certera, dejar de discutir con ellos para lograr que “de puro aburrimiento, decida por sí
mismo ponerse del lado del sentido común y de la razón”.

También es resaltable en esta parte cuando Hume argumenta que las distinciones
morales eran innegables para alguien que se guie por la razón, esto queda patente para
Hume al analizar que la distinción entre actos inmorales y actos morales es evidente,
puesto que si observamos estas acciones no podremos llegar nunca a la conclusión de
que estas son iguales. Esto Hume lo atañe a que todo hombre es alcanzado en algún
momento por las figuras de lo justo y lo injusto, además observará también que el resto
de sujetos son apelados por estas mismas figuras. Por ende cualquier individuo racional
llegará a la conclusión de que existen distinciones morales.

Sin embargo arrojar luz sobre esta cuestión en concreto no es la principal preocupación
de Hume, ya que al pasar al segundo parágrafo deja claro que la cuestión a la que
debemos apuntar es la fundamentación de la moral.

En esta parte se ilustra la dirección que había tomado la discusión sobre la moral en ese
momento, que es si la fundamentación de la moral surge del sentimiento o de la razón.
Aquí se hace una comparativa entre los filósofos antiguos y modernos, para Hume los
griegos concebían la virtud como una derivación de la razón, también pensaban que la
moral surge del sentimiento. Por otra parte expone a los contemporáneos de Hume
intentaban justificar la moral a través de una serie de complicadas deducciones
metafísicas. En este fragmento Hume se dedica a ilustrar brevemente la trayectoria de la
moral para introducir después la cuestión principal.

Esta cuestión principal se da en el tercer parágrafo, cuando comienza a explicar los


argumentos de una de una de las 2 partes del debate, en concreto los argumentos de la
razón. En primer lugar Hume aclara que ambas partes tienen argumentos igualmente
razonables y expone que la defensa de la razón como fundamento de la moral queda
argumentada al explicar que toda dilucidación sobre la moral es necesariamente
mediante la razón, a la hora de proponer argumentos y encadenar deducciones se usa
siempre la razón. Acto seguido problematiza esto diciendo que en realidad el carácter
natural de las cosas conforma nuestros juicios, pero que en lo referente a los
sentimientos de alguien lo que los conforma es la “norma del sentimiento”.

Para explicar los argumentos a favor del sentimiento como fundamento moral Hume lo
explica en el cuarto parágrafo, en el que dice que esta postura se puede defender al
argumentar que la razón es incapaz de deducir nada en la materia de sentimientos ya
que lo bueno y malo esta ya prefigurado, como se dice en el propio texto “A la virtud,
dicen los partidarios de esta opinión, le corresponde el ser amable, y al vicio, odioso”.

Esta frase se justifica al decir que lo prefigurado de lo bueno y lo malo es la esencia de


estas ideas. Esta organización de los afectos solo puede ser razonada diciendo que es así
como esta prefigurada el alma humana. Poco después se sigue incidiendo a favor del
sentimiento y se dice que la moral es un ámbito práctico que nos debe alumbrar en
cómo debemos comportarnos a la hora de referirnos a lo bueno y lo malo. Esto no puede
ser logrado mediante la teorización ya que lo que nos mueve a actuar son los
sentimientos e impulsos. Una mera teorización dejaría a los juicios morales como
simple teoría neutra, fría y coherente a nuestra comprensión; esta forma de la moral no
nos empujaría nunca a ninguna acción llamada por lo noble o lo honorable y por tanto
dejaría de cumplir su principal objetivo que es el dictar cual es nuestro deber. Teorizar
completamente la moral significaría ahogar y exterminar todo sentimiento de esta, por
lo que simplemente quedarían sujetos vacíos de todo impulso y voluntad, solo simples
máquinas de razonar y argumentar.

Al pasar al quinto parágrafo Hume deja claro que ambas partes son convincentes dado
que tanto razón como sentimiento son partes vitales de toda deducción moral, sin
embargo también remarca que el sentimiento es algo introducido de alguna manera en el
hombre de forma universal esto Hume lo justifica diciendo que no puede haber otra cosa
a parte del sentimiento que pueda influir tanto en el juicio del hombre. Sin embargo,
estos sentimientos e impulsos deben estar respaldados y justificados por una serie de
deducciones y razonamientos que los fundamenten, por ende ambas partes del debate
quedan combinadas en todo ámbito moral. Hume compara la “belleza moral” con la
belleza que se puede encontrar en las bellas artes, ya que estas necesitan de una amplia
gama de razonamientos para poder ser disfrutadas en su totalidad. Es por esto que se
concluye que la razón aporta fundamento a la moral y el sentimiento aporta impulso y
acción a la moral.

En el último parágrafo se habla de que en realidad a pesar de que este debate sobre si
predomina la razón o el sentimiento en la moral es claramente importante, en lo que
realmente debemos profundizar es en los principios más avanzados de la moral. Hume
introduce ya en su discurso la cuestión sobre el origen de la moral diciendo que hay que
observar de donde proviene la moral para poder distinguir fácilmente en qué grado
afecta la razón y el sentimiento a la moral; y no solo eso, sino que de esta forma se
obtendría la verdadera fundamentación de la moral. Para indagar en esta cuestión Hume
propone la experimentación como método epistemológico, ya que la moral es una
disciplina práctica y por tanto solo puede ser investigada mediante la comparación de
casos singulares para lograr la observación de lo que configura lo bueno y lo malo y
poder así vislumbrar correctamente las diferencias entre ambos conceptos.

La obra Investigación sobre los principios de la moral al que pertenece este fragmento
no logró despertar gran interés o revuelo en su momento, por lo que su función
didáctica quedo dificultada por el escaso interés que suscitó. A pesar de esto, Hume
consideró que este fue uno de los mejores escritos que realizo a lo largo de su vida. Se
hace patente a lo largo del texto la postura empirista de Hume, ya que atribuye a la
experimentación como forma correcta de investigar la moral. También podemos ver
como defiende que lo que provoca que la moral sea efectiva es el sentimiento (esta
argumentación a favor del sentimiento era cercana a la postura empirista).
Bibliografía

 “De los principios generales de la moral”. Investigación sobre los principios de


la moral, ed. Carlos Mellizo. Madrid: Alianza Editorial, 2014. 37-45

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