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Capítulo 12: Gobierno de Raúl Alfonsín (1983-1989)

SÍMBOLO DE LA DEMOCRACIA NACIONAL


"Con la democracia se come, se cura y se educa"

Dr. Ricardo Alfonsín


10-12-1983

SÍNTESIS DE CONTENIDO (consejo: Trata de ver los videos de Pigna-Hamra sobre Historia

Argentina)

Luego de casi ocho años de interrupción democrática a manos de las Juntas


Militares, terrorismo de Estado y vuelco total de la economía nacional desde los
sectores de la producción y la industria a los de las finanzas y los servicios. y
tras la guerra de Malvinas, se reiniciaba el camino dala normalización
institucional.

En las elecciones de 1983, Raúl Alfonsín se adjudicó el 51.7% de los votos


contra el 40,1% de Italo Argentino Luder. convirtiéndose en el primer
postulante radical en derrotara un justicialista.
La U.C.R. estableció también un precedente histórico al obtener 128 de las 254
bancas que componían a Cámara de Diputados, 16 más que el PI y con ello la
mayoría absoluta.

En el interior hicieron sentir su fuerza el P.J. y las pequeñas formaciones


regionales conservadoras. La UCR sólo ganó los gobiernos de siete de las
veintitrés provincias. Esta desequilibrio entre el peso electoral de la UCR a nivel
nacional y el predominio geográfico del P.J., más homogéneamente implantado
en las provincias, quedó reflejado en el Senado, donde de los 46 miembros del
partido de Alfonsín sólo conquisté 18 bancas, es decir, la minoría.

Durante su campaña, Alfonsín fue el candidato que más claramente habló sobre
el futuro papel de has Fuerzas Armadas como institución subordinada al poder
civil, y en particular a él como Comandante en Jefe en su carácter de
Presidente de La Nación. Propuso recortar en un tercio el presupuesto militar y
que la lucha antisubversiva quedara en manos deja policía dentro del marco de
la ley y el respeto a los Derechos Humanos.

Anuncié además un reordenamiento de los sindicatos, hasta entonces


mayoritariamente en manos peronistas. Indicó que el objetivo era democratizar
tas instituciones gremiales y hacerlas representativas de la mayoría de los
trabajadores. Señalé la existencia de un pacto militar-sindical que atentaba
contra la democracia argentina y se propuso desbaratarlo apenas asumiera la
Presidencia de a Nación.

El electorado no se volcó a la propuesta del radicalismo por sus promesas de


progreso económico, sino porque Alfonsín irrumpía como la garantía de una
normalización institucional donde la Libertad, la paz, la democracia y el respeto
por las garantías individuales y los derechos humanos -mutilados por las Juntas
Militares- expresaban justicia y modernidad.

El Gobierno de Raúl Alfonsín estuvo signado por tres hechos o temas


fundamentales relacionados a la temática militar: el juicio a los ex
comandantes, la política de derechos humanos y el problema militar en si
mismo, no sólo con temas relacionados con las fuerzas en forma interna, sino
también con los diversos levantamientos que tuvo que afrontar.

La dictadura militar había provocado una profunda fractura entre la sociedad y


les Fuerzas Armadas. Esto se debía al rotundo fracaso del Proceso de
Reorganización Nacional para solucionar Los gravísimos problemas que tenía el
país, al terrorismo de Estado, implantado por las Fuerzas Armadas ya los
métodos utilizados para deshacerse de todo aquel que no compartiera sus
planes, y por último, a la derrota en la guerra de Malvinas y los hechos que allí
se habían producido.

Alfonsín sabía que no podía sentar bases sólidas para el futuro si no se zanjaba
la cuestión civil-militar Por ello, manifestó en su campaña política algunas ideas
a partir de las cuales superarla. Por un lado, eliminar el cargo de Comandante
en Jefe de cualquiera de las armas. La jerarquía militar se terminaría en el
cargo de Jefe do Estado Mayor y el Comandante en Jefe seria quien la
Constitución establece: el Presidente de la Nación.

Por otro lado, proponía rechazar toda auto amnistía, declarando nula toda ley
que quisiera enmendarla acción realizada por el gobierno militar, pero a la vez,
reconocer que existían distintas responsabilidades entre los actuantes: una
responsabilidad de quien toma la decisión de actuar como lo hizo: otra
responsabilidad distinta de quienes, en definitiva, cometieron excesos en la
represión, y otra muy distinta de quienes no hicieron otra cosa que cumplir
órdenes, La teoría de los tres nivele fue expresada por Alfonsín en un discurso
pronunciado en la cancha de Ferro durante la campaña de 1983. Por último se
buscaría disminuir el presupuesto de las Fuerzas Armadas. Es decir, pretendía
tener a las Fuerzas Armadas de La Nación en el marco de la Constitución la
democracia.

Inmediatamente después de asumir, Alfonsín comenzó a concretar algunos de


los puntos que había enunciado antes. A sólo tres días de haber tomado
posesión de su cargo, dicta los decretos 167 y 158. El primero establecía la
necesidad de perseguir penalmente a los conductores de grupos armados como
los Montoneros y el Ejército Revolucionario del Pueblo (E.R.P.). El segundo
ordenaba el juicio a los ex comandantes que integraron as tres Juntas Militares
ante el Consejo Supremo de las Fuerzas Arma-das por su responsabilidad en los
homicidios, torturas y detenciones ilegales perpetrados entre 1976 y 1983
inspirados en la Doctrina de la Seguridad Nacional.

También inicia la reestructuración del Ministerio de Defensa, con el objeto de


transformarlo en un instrumento a través del cual el gobierno democrático
pudiera controlar efectivamente el sector redefensa y por medio de éste a las
Fuerzas Armadas.

El Juicio a las Juntas contaría con el aporte de las investigaciones realizadas por
la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas Conadep). convocada
por Alfonsín el 15 de diciembre de 1983 y cuya presidencia se otorgó al escritor
Ernesto Sábato. Su objetivo era intervenir en el esclarecimiento de los hechos
relacionados con la desaparición de personas otorgándoles la autoridad para
recibir denuncias y pruebas y girarlos con posterioridad a la justicia. El Informe,
que luego fuera publicado bajo el titulo Nunca más, fue entregado al Presidente
el 20 de septiembre do 1984 y determinaba que fueron 8.960 los desaparecidos
forzosos durante la dictadura, aunque Amnistía Internacional estimó que el
número de victimas superaba los 16.000 y organizaciones argentinas como
Madres de Plaza de Mayo hablaron de 30.000 afectados entre muertos y
desaparecidos.

El juicio a los ex militares comenzó en forma oral y pública el 22 de abril de


l985yconcluyó con la sentencia de a Cámara Federal en diciembre del mismo
año- Los Tenientes Generales y ex Presidentes de Facto Jorge Rafael Videla y
Roberto Eduardo Viola, el Brigadier General Orlando Ramón Agosti y los
Almirantes Emilio Eduardo Massera y Armando Lambruschini fueron acusados y
sentenciados por los delitos de homicidio, privación ilegítima do la libertad y
aplicación de tormentos a los detenidos. También fueron sentenciados por e 1
Consejo Supremo de as Fuerzas Arma-das el Teniente General Leopoldo
Fortunato Galtieri, el Brigadier General Basilio Lamí Dozo y el Almirante Jorge
Isaac Anaya (absuelto por la justicia civil en el anterior proceso» Si bien esta
experiencia de enjuiciamiento generó un precedente histórico no sólo para
Argentina, sino también para Latinoamérica, donde las experiencias de los
Golpes de Estado siempre hablan quedado impunes, ciertos sectores de la
sociedad consideraron que las penas otorgadas eran insuficientes además
muchos acusados de m000rrango habían quedado absueltos.

Seguidamente, y para dar por concluido el capítulo correspondiente a los


crímenes cometidos durante la dictadura, Alfonsín envía al Congreso el proyecto
de ley que se conocería como de Punto Final y que fuera aprobado el 23 de
diciembre de 1986. Según esta ley quedaba extinguida toda acción penal contra
civiles y/o militares que no hubieran sido imputados por delitos cometidos en
las operaciones antisubversivas dentro de un determinado plazo (basta el
23102/87). La Ley de Punto Final produjo el rechazo y malestar en importantes
sectores de la sociedad civil, pero también en el seno de los sectores
castrenses.

El 16 de abril de 1987 el Teniente Coronel Aldo Rico y un grupo que lo


acompañaba! conocidos como los carapintadas, se amotinaron en la Escuela de
infantería de Campo de Mayo resistiendo la citación que la Justicia fe hiciera al
Mayor Ernesto Guillermo Barreiro (refugiado en el XIV Regimiento de Infantería
Aerotransportada, en La Calera! Córdoba, declarada también en rebelión). Los
insurrectos solicitaban el cese de la campaña de agresión do los medios de
comunicación contra las Fuerzas Armadas, un aumento del presupuesto para
esas fuerzas! la elección de un nuevo Jefe del Estado Mayor del Ejército de
entre cinco postulantes que ellos propondrían y a exculpación para todos
aquellos que hubieran participado en los hechos que se estaban sucediendo.
Mientras tanto en todo el país, la gente se agolpó en las calles y las plazas para
expresar su apoyo al gobierno constitucional y su repudio a la actitud de los
carapintadas.
Luego de varios intentos para solucionar la crisis fue el mismo Alfonsín quien
tuvo que hacerse presente en Campo de Mayo y lograr que Aldo Rico depusiera
su actitud. Esto fue comunicado rápidamente a gente reunida en la Plaza de
Mayo.

Inmediatamente se produjo la sustitución del General Héctor Ríos Ereñú como


Jefe del Estado Mayor por el General José Dante Caridi. Pocos días después
Alfonsín envió al Congreso el proyecto de Ley de Obediencia Debida
promulgada el 8/6/87) que sólo admitía el procesamiento de quienes se
desempeñaban por encima del rango de brigadier, es decir! aquellos que
habían impartido órdenes yque habían contado con capacidad operativa para
ejecutarlas. Hubo sólo una excepción: era el caso de los delitos de sustitución
de estado civil y de sustracción y ocultación de menores.

Las leyes de Punto Final y Obediencia Debida ponían al descubierto, ante la


sociedad, la fragilidad del gobierno constitucional frente a las presiones
ejercidas por ciertos sectores de las Fuerzas Armadas -particularmente el
Ejército para que se concluyera con la persecución a sus camaradas de armas.

Otros alzamientos militares se sucedieron. En Monte Caseros provincia de


Corrientes, entre el 16 y la de enero de 1988 Alda Rico volvió a sublevarse,
repudiando la prolongación de su arresto por los hechos de Semana Santa.

Esta vez las fuerzas leales” reencauzaron la situación. Era el primer


enfrentamiento entre militares, luego del de los ‘azules y colorados en 1962. El
4 de junio del mismo año el coronel Mohamed Seineldin fue el cabecilla de un
nuevo alzamiento! Esta ve en Villa Martelli. Pugnaban por restaurar el honor y
la dignidad del personal y la institución militar, reivindicar la guerra contra La
subversión, lo actuado en la guerra de Malvinas y alcanzar una amplia amnistía.
La rebelión fue sofocada rápidamente.

En 1988, se promulgó la Ley de Defensa Nacional (Nro 23.554), que establece


las bases jurídicas, orgánicas y funcionales para la preparación, ejecución y
control de la Defensa Nacional, Fijando sus finalidades y diferencias con la Ley
de Seguridad Interior.

Pero el problema de los derechos humanos y la conflictiva relación con las


Fuerzas Armadas no fue e1 único que el gobierno radical tuvo que encarar. El
poder económico, formado por los grandes grupos financieros internacionales y
por los grandes grupos económicos locales, había logrado hacerse del control
de todo el proceso productivo y financiero sobre la base de la explotación de los
trabajadores y la subordinación del Estado a sus intereses particulares. Una
inflación mensual deL 20%, una deuda externa que rondaba los 45.000
millones de dólares -el 70% de ésta había sido contraído por los grupos
privados y estatizada por el entonces presidente del Banco Central! Domingo
Felipe Cavallo. en 1932- y una tasa de desocupación que ascendía al 7%.
fueron as secuelas que la dictadura había dejado en el campo económico. Para
paliar la situación de aquellas familias que no podían satisfacer sus necesidades
básicas se lanzó el Plan Alimentario Nacional (PAN).

Una de las ideas de Alfonsín era quitarle a la Confederación General del Trabajo
(CGT) el monopolio en la representación de los derechos de los trabajadores.
Para alcanzar ese objetivo, en febrero de 1984 la Cámara de Diputados aprobó
el proyecto de ley sobre Reordenamiento Sindical que permitía la creación de
nuevas uniones gremiales, pero que ponía en pie de guerra a la central que se
encontraba dividida (CGT Azopardo y CGT Brasil) y que! a comienzos de 1984 y
como consecuencia de la política sindical alfonsinista, se unificó bajo el
liderazgo de Saúl Ubaldini. Durante este gobierno hubo 13 paros generales
organizados por la CGT defensa de los intereses sectoriales que representaba.

En junio de 1985 se anunció el Plan Austral. Nuestra moneda cambió el nombre


de peso argentino por el de austral. El austral equivalía a 1.000 pesos
argentinos y nació cotizando con un tipo de cambio fijo de 0,80 centavos de
austral por dólar.
Las medidas incluidas en el plan eran: control de los precios de los productos y
tarifas de los servicios públicos, congelamiento salarial y no emisión monetaria.
Se pretendía así detener la inflación que crecía por entonces un 1% diario.

Muchas de esas medidas eran condiciones que el FMI exigía para continuar las
negociaciones que llegaron a buen puerto cuando Alfonsín firmó con esa
entidad un acuerdo de re - escalonamiento del pago de la deuda externa que
vencía ese año y el otorgamiento de un crédito suplementario de 4.200 millones
de dólares, pese a que en los primeros meses de su gobierno promovió la
creación de una comisión legislativa para que estableciera el monto de la deuda
legítima y a que intentó no negociar el pago de ella solamente con el FMI,
acudiendo al Banco Mundial ,a Club de Paris. al Banco Interamericano de
Desarrollo (BID) y a la banca privada. El éxito inicial del Plan Austral se reflejé
en las elecciones legislativas de noviembre de 1985. La U.C.R. reforzó su
mayoría absoluta en la Cámara de Diputados manteniendo intactas sus 128
bancas. El PJ, en cambio, disminuyó su representación a 101 bancas. El
radicalismo ganó, además, 17 de las 23 gobernaciones, incluyendo la Capital
Federal. El triunfo daba indicios de que ¡asocie-dad continuaba confiando en la
capacidad de Alfonsín para encarar tos grandes problemas que aquejaban a los
argentinos.

Pero a fines del 986, el Plan Austral dio muestras de agotamiento. El austral
comenzó a desvalorizarse fuertemente con respecto al dólar en e’ mercado de
cambió. La inflación volvió a trepar mientras que la recesión y los conflictos
sociales se agravaban más y más. Ante esta situación, se opté por el abandono
de tos estrictos controles y por la liberalización económica. Esto significó el
rompimiento con el modelo de economía semi cerrada puesto en marcha desde
hacia medio siglo y la apertura del mercado a los productos extranjeros,
acompañada por la reforma del Estado. Tal política estuvo enmarcada en los
cambios que se operaron a nivel internacional. Tanto Inglaterra como EE.UU.
propiciaron una serie de reformas en las cuales el Estado ya no intervendría en
los problemas económicos y sociales. Así, una ola de privatizaciones, reducción
de las prestaciones sociales y del empleo público abrían el camino hacia el
neoliberalismo.

En agosto de 1986 la Cámara de Diputados empezó a tratar y aprobó en pocos


días el proyecto de Ley de Divorcio. El trámite fue más lento en Senadores,
pero luego de algunas modificaciones, el 3 de junio de 1987 el divorcio vincular
se hacia Legal en la Argentina <Ley 23.515>. Muchos festejaron la sanción de
la ley, especialmente quienes pudieron regularizar su situación (había más de
1.500.000 parejas separadas de hecho). Fueron la Iglesia y los sectores
conservadores los que no estuvieron de acuerdo con la nueva ley y
preanunciaban una avalancha de rupturas matrimoniales con la consecuente
repercusión en a disolución familiar. El Episcopado emitió un comunicado donde
pedía que el mal que no se ha podido evitar se difunda lo menos posible. Y
convoca una marcha a Plaza de Mayo en defensa de la familia.

Durante su gobierno. Alfonsín trató de dar impulso a la política exterior,


abandonada por la dictadura y fue el canciller Dante Caputo el encargado de
esa tarea. Se resolvió con Chile el conflicto por la demarcación fronteriza en el
Canal de Beagle. a partir del cual casi se inicia una guerra en 1978 y que, en
vísperas de las elecciones de 1983, suscité nuevas tensiones. Con la mediación
del Vaticano, los dos países australes suscribieron en 1984 primero una
declaración de paz y fraternidad y luego un acuerdo sobre e1 canal, que fuera
ratificado por la sociedad argentina con un devotos favorables en una consulta
popular convocada al efecto. En 1985 el Vaticano rubricó el tratado bilateral, En
relación a las negociaciones con el Reino Unido por las Malvinas, sólo consiguió
de Londres la reanudación del diálogo bilateral, excluyendo lo relativo a la
soberanía de as islas.

Alfonsín inició también tratativas para alcanzar la integración regional con Brasil
y Uruguay y firmé en 1988, junto a los mandatarios de ambos países, el
Tratado de Integración, Cooperación y Desarrollo, que sería la piedra angular
del Mercado Común del Sur (MERCOSUR). El tratado comprometía la creación
de un espacio comercial común en diez años, mediante la eliminación dejas
barreras arancelarias y no arancelarias y armonización de políticas comerciales.

En los 80 el cine argentino le abrió sus puertas a la voluntad de cambio. Los


directores no exiliados se habían volcado al cine publicitario como otra
alternativa de trabajo y luego, con la vuelta a la democracia, instauran
implícitamente una nueva forma de hacer cine: este ese1 caso de Pino Solanas y
Luis Puenzo. Durante el gobierno de Alfonsín. los principales organismos
relacionados con la cultura fueron ocupados por figuras y personalidades
relacionadas con ese campo, como por ejemplo el actor Luis Brandoni en la
asesoría presidencial en temas de cultura; el escritor Pacho O`Donnell, como
secretario do Cultura de la Municipalidad de Buenos Aires, Carlos Gorostiza en
la Secretaria de Cultura de La Nación, Miguel Angel Merellano en A.T.C.. Todas
estas transformaciones de base alentaron [a verdadera idea de cambio, pero
aun así, la reprobación de las películas seguía vigente. Por este motivo se votó
en el Congreso la ley 23.052 que estableció la abolición de la censura
cinematográfica que durante casi 30 años había coartado la libertad del público
y la creatividad de los autores. En 1984, hubo 24 estrenos. El primero en
democracia fue Camila, de María Luisa Bemberg. A partir de ese momento!
muchas de las películas intentan reflejar a través de sus historias os años de la
dictadura militar. Con la vuelta a la democracia, poco a poco, las diferentes
expresiones artísticas y sus creadores que habían estado censurados o
exiliados- pudieron plasmar sus ideas libremente e intentar reconstruir el
patrimonio cultural argentino. La gente estaba ávida por leer, ver y escuchar. Y
los creadores (cineastas, músicos, escritores) ávidos do mostrar y cantar
verdades.

Hacia 1986 Alfonsín anunció un ambicioso proyecto para fundar una ‘Segunda
Repúblicas. Incluía la incorporación de Fa figura de un primer ministro, la
posibilidad de un segundo mandato presidencial consecutivo, reformas
administrativas y el traslado de la Capital Federal a la provincia de Río Negro,
en la ciudad de Viedma. La idea fue evaluada como inoportuna por gran parle
de la opinión pública, que también consideré que lo que se pretendía era tapar
la dura realidad a la que se asistía: 1986 culminó con una inflación acumulada
del 82% y llegó en 1987 al 175%.

A mediados de 1987, el gobierno declaró oficialmente fenecido el Plan Austral


(aunque la moneda que le dio nombre siguió funcionando) y anunció un nuevo
paquete de medidas que atraerían el apoyo del FMI a través de otro crédito
stand-by. Se atacaría a la inflación y el déficit fiscal interno y externo. Se
establecían además pautas estrictas en relación al tipo oficial de cambio del
dólar, los salarios, impuestos y tarifas de servicios públicos.

La aplicación de estas medidas, que provocaron una gran disminución en la


capacidad adquisitiva de algunos sectores sociales, sumadas a la tibia respuesta
al problema militar, a la imposibilidad de hacer frente a los problemas sindicales
y otros, repercutieron en los resultados de los comicios electorales de
septiembre de 1987. También influyó en ellos el proceso de depuración interna
que se dio en el seno del l, conocido como Renovación Peronista, liderada por
Antonio Cafiero y Manuel de la Sota. En las elecciones de diputados nacionales
de 1987 el P.J. obtuvo el 41.5 % de los sufragios frente al 37,3% de la UCR; en
las provinciales, los radicales sólo mantuvieron las gobernaciones de Córdoba y
Río Negro junto a la Capital Federal.

Estos resultados electorales y el agravamiento de la situación económica


llevaron al Gobierno a abandonar algunos proyectos y a replantear su política
económica. En agosto de 1988 se lanzó el Plan Primavera (Programa para Fa
recuperación económica y el crecimiento sostenido>. Estaba centrado, una vez
más, en contener el ascenso inflacionario a través del control de precios de as
tarifas públicas y el congelamiento de los salarios estatales. Incluía control de
cambio y precios, y negociación con el movimiento obrero. la Unión Industrial
Argentina y la Cámara de Comercio. Quedaban fuera de la negociación
Confederaciones Rurales Argentinas. la Federación Agraria, la Sociedad Rural y
Coninagro.

1989 sería un año adverso para el gobierno:


• Las sequías afectaron las cosechas y la provisión do energía,

• EL copamiento al Regimiento 3 de Infantería de La Tablada llevado a cabo por


miembros del Movimiento Todos por la Patria. Su recuperación -encargada a
la policía y al Ejército- generó un saldo de 39 muertos y explicaciones turbias
y oscuridad respecto de los móviles y conexiones de la acción ultraizquierdista
-como la denominó el gobierno-y también sobre la forma en que fue resuelta
la cuestión,

• Alza incontrolada de las tasas de interés, agotamiento de las reservas del


Banco Central para intentar mantener el valor de un austral queso depreciaba
cada vez más frente al dólar.

• Golpe de morcado producido por los principales grupos económicos al retirar


sus depósitos de los bancos, retener divisas producidas por exportaciones y
demorar el pago de impuestos.

La campaña para las elecciones presidenciales del 14 de mayo de 1989 se llevó


adelante en este merco. La situación se tornaba cada vez meros manejable:
hiperinflación, pérdida del poder adquisitivo de los salarios, remarcación de
precios, compra compulsiva de dólares por parte de los especuladores.

En los comicios, el candidato del P.J., Carlos Saúl Menem, se impuso a Eduardo
Angeloz. de la U.C.R., con el 47% de los votos, En medio de saqueos a
supermercados. la situación social se tornaba insostenible para Alfonsín. Jesús
Rodríguez reemplazó a Juan Sourrouille como Ministro de Economía. El 30 de
mayo se decretó el estado de sitio y se adoptaron medidas económicas de
emergencia. Comenzaba a sonar la palabra ingobernabilidad. Alfonsín se retiró
antes del gobierno, sin haber podido cumplir su promesa de recuperación de ‘el
orden. Era la primera vez en mucho tiempo que un gobierno civil y elegido
constitucionalmente era sucedido por otro de igual condición. Su presidencia
había restaurado y abierto la puerta a la consolidación de la democracia en el
país y roto con el aislamiento internacional, pero no había podido lograr un
crecimiento positivo, la deuda externa había crecido y los salarios decrecido
enormemente, Menem llegaba optimista proponiendo síganme, revolución
productiva y salariazo, en una Argentina con recesión del 6% de P.B.I., una
deuda externa de 63.000 millones de dólares y una hiperinflación cercana al
5000% anual.

Falleció el 31 de marzo de 2009 a las 20:30 Hs. enfermo de cáncer pulmonar


con metástasis ósea.

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